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01-084-027

12 Copias
Formación de profesores para
la calidad de la enseñanza

Andrea Alliaud1

Resumen
En los últimos treinta años el tema de la calidad educativa ha atravesado
la agenda política. La relación entre la mejora de los sistemas de enseñanza y
la formación docente fue el supuesto que motorizó numerosas intervenciones
en los ámbitos de formación profesional, tanto inicial como continua. Aun
así pueden distinguirse dos movimientos de reforma tanto en el país como
en la región: uno, el de la década de 1990, que asoció calidad con eficiencia
de los sistemas y otro, el de los años 2000, que asocia calidad con justicia
social. Pretendemos mostrar en este artículo que la calidad entendida exclu-
sivamente bajo la perspectiva del rendimiento, que pretende alcanzarse con
la definición de “parámetros externos”, ignorando los saberes y las prácticas
de los sujetos, no es eficiente ni justa. Que más que políticas que “humillen
el oficio” de enseñar se requieren condiciones de trabajo y de formación que
lo fortalezcan. Convencidos de que la calidad educativa resulta indispensa-
ble para lograr sistemas educativos y sociedades más justas, abogamos por
prácticas y políticas que incorporen los saberes y los haceres de los distintos
sujetos implicados en los procesos de transmisión.
Palabras clave: calidad educativa - formación docente - justicia social -
saberes docentes

Abstract
In the last thirty years the issue of educational quality has crossed the
political agenda. The existence of a relationship between improving edu-
cation systems and teacher training was the assumption that motorized
numerous interventions in the areas of vocational training, both initial and

Facultad de Filosofía y Letras (UBA) - Universidad Torcuato Di Tella. Área Formación


1 

Docente - OEI de Argentina. Email: andrealliaud@ciudad.com.ar

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continuing. Still, we can distinguish two reform movements in the country la necesidad de asegurarla mediante mecanismos que resulten eficaces
and in the region: one, in the 90s, who partnered quality with efficiency of pero no excluyentes ni exclusivos.
the education systems, and one in the 2000s, which understands education Trataremos de demostrar que no se trata de oponer el control o la
quality as social justice. In this article, we intend to show that if quality is regulación externos a las necesidades de hacer un “buen trabajo” que
exclusively seen from a performance perspective, that would be achieved by tienen los sujetos y, en este sentido que procurar la calidad es una forma
the definition of “external parameters”, ignoring the knowledge and practices
de mejorar el trabajo y de mejorarse a uno mismo que es su hacedor o
of the subjects, is neither efficient nor fair. We also argue that, more than
policies that “humiliate the craft” of teaching we need working and trai-
su productor. Que si pretendemos mejorar las prácticas, tenemos que
ning conditions that strengthen the craft. As we are convinced that quality propiciar formas para fortalecer el quehacer de los docentes. Antes
education is essential for achieving educational systems and fairer societies, que degradación, esto implica reconocimiento de los sujetos y de los
we advocate for practices and policies that incorporate the knowledge and saberes que ellos portan en tanto resultan cruciales en la producción de
practice of the various parties involved in the transmission process. “prácticas habilidosas”; que la cooperación antes que la competencia
mejoran la calidad de lo que se hace; que la formación resulta crucial,
Keywords: educational quality - social justice - teacher training - teacher
siempre que adopte una perspectiva “dialógica” que integre distintos
knowledge
saberes y distintos actores.
Introducción La calidad en el discurso reformista de los años 1990
La preocupación por la calidad de la enseñanza fue uno de los Durante las décadas de 1980 y de 1990, primero en los países
pilares fundamentales en los que se basaron las reformas educativas centrales y luego en América Latina, los sistemas educativos protago-
impulsadas en los años noventa. Mejorar la práctica y la formación de nizaron importantes trasformaciones producto de una ola de reformas.
los docentes constituyó, a partir de entonces, una preocupación inelu- El discurso del mejoramiento de la calidad de la escuela junto con el
dible de las políticas. Treinta años más tarde, la temática de la calidad énfasis en los conocimientos y en la profesionalización de los docentes,
y su relación con la formación de profesores sigue constituyendo una fundamentaron las políticas educativas impulsadas desde los Esta-
preocupación recurrente de los gobiernos. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado a dos.2 En nuestro país (la Argentina), este movimiento reformista vino
partir de entonces? ¿Es legítimo continuar sosteniendo la bandera de acompañado de la transferencia de la totalidad de la oferta educativa
la calidad? ¿Las intervenciones en los ámbitos formativos de maestros a las distintas provincias. El subsistema formador de docentes cerró
y profesores pueden mejorar los sistemas educativos? este ciclo: hacia el año 1997 las instituciones formadoras terciarias3
En este artículo nos ocuparemos de estas cuestiones convencidos
de que la manera de atenderlas se relaciona directamente con las
2 
formas de entenderlas. No es lo mismo fomentar la calidad educativa Fueron los resultados alarmistas que arrojó el informe “Una nación en riesgo” de 1983,
bajo la perspectiva (exclusiva) de la eficiencia, que hacerlo desde la de la National Commision on Educational Excelence, lo que promovió el movimiento de
promoción de la democratización y de la justicia social. No es igual reformas, tendiente a mejorar la calidad de los sistemas educativos.
3 
propiciar formas de regulación externas a las prácticas y a los saberes En la Argentina la formación de docentes se lleva a cabo tanto en el nivel superior
terciario (no universitario) como en la universidad. Mientras el primero nuclea la totalidad
de los docentes que hacerlo reconociéndolos. Es precisamente bajo el
de la oferta que forma docentes para los niveles primario e inicial y, en menor medida,
convencimiento de que la calidad educativa sigue siendo una preocupa- los profesorados en disciplinas para el nivel medio, el segundo ofrece exclusivamente
ción legítima para la promoción de la igualdad social, que sostenemos carreras de profesorado para el nivel medio.
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que hasta ese entonces eran nacionales, pasaron a formar parte de la desde hoy, tampoco parece ser este el mayor problema. El problema
oferta educativa provincial. principal fue quizás entender que la calidad podía recuperarse o el
Si bien el Estado descentralizó la oferta, centralizó las políticas deterioro repararse implementando políticas externas a los saberes y
tendientes a definir los contenidos básicos y comunes para cada uno a las prácticas de los sujetos.5
de los niveles y modalidades educativas, a evaluar el rendimiento La crisis/decadencia del Estado de Bienestar junto con la crisis/
de los sistemas y a acreditar la oferta de formación docente, tanto decadencia de la institucionalidad propia de la modernidad, resultan
inicial como continua. Este movimiento se desarrolló bajo el auspicio justificaciones plausibles para este movimiento intervencionista. La
y el financiamiento de organismos internacionales, quienes operaron caída, el deterioro, el “declive” de un sistema estatal/institucional, del
también como agencias técnicas con la incorporación de equipos de “programa institucional de la modernidad” (véase Dubet, 2006), impulsó
profesionales propios. acciones reformistas, tendientes a aggiornar un “viejo” e “ineficiente”
Un rasgo característico de la región fue la implementación de estas sistema. Con políticas centralizadas, uniformes y diseñadas por expertos
políticas dentro de un panorama general de reducción del gasto público (véase Bolívar Botía), se trató de apuntalar aquello que se mostraba
y de achicamiento del Estado. En lo que refiere específicamente a la derrumbado y que parecía no cumplir con los desafíos que planteaba
docencia, se da así la paradoja de que el discurso de la “profesionali- un mundo globalizado, con escaso empleo y competitivo en términos
zación” habita en un contexto de empeoramiento de las condiciones de conocimiento.
laborales. Si bien los docentes nunca han tenido los mejores salarios, Durante muchos años el trabajo sobre los otros, “es decir, aquellas
los datos indican que durante estos años se ha llegado a pisos histó- actividades remuneradas, profesionales y reconocidas que se plantean
ricos de deterioro.4 como explícito objetivo transformar a las personas” (Dubet, 17) se
Más allá de las particularidades locales que haya asumido, este ancló en lo que el autor ha denominado el “programa institucional”6
movimiento reformista de los años 1980 y 1990 no solo comprendió de la modernidad. Como modo de socialización, este programa consi-
los sistemas educativos, sino que también se extendió hacia otras áreas deraba que el trabajo sobre los otros consistía en una mediación entre
de servicios como por ejemplo la salud. Y es precisamente este aspecto valores universales e individuos particulares. Los valores (República,
el que me interesaría resaltar aquí para abordar el tema de la calidad. Razón y Civilización) sostenían una actividad basada en el supuesto
Ante sistemas públicos envejecidos, deteriorados, burocratizados, fundamental que correlacionaba la socialización de los individuos con
no acordes con los nuevos requerimientos que las sociedades plantea- el logro de su libertad y de su autonomía. Acordémonos del proceso de
ban, se intentó recuperar la calidad de la oferta, entendida ésta como creación y consolidación de los sistemas educativos nacionales, junto
mejoramiento del servicio. Nadie estaría en contra de abogar por la con el surgimiento de instancias especializadas para la transmisión
calidad, como veremos seguidamente. Ocurre que, bajo la concepción del oficio de enseñar.
imperante por esos años, el discurso de la calidad se asoció con el de
la productividad y eficiencia de los sistemas, con su rendimiento. Visto
5 
Según Bolívar Botía (2001) este movimiento reformista fue llevado a cabo por go-
4 
Un estudio sobre la evolución de los salarios docentes, citado por Birgin (1999), indica biernos conservadores mediante mandatos top-down. Tampoco desvalorizamos aquí las
que en 1990 el sueldo de un maestro de grado correspondía al 21,4% de lo que era reformas centralizadas, sí en cambio parecen tener escaso impacto las que desvalorizan
en 1935. Como efecto de la política de “congelamiento “, en 1996 la Argentina estaba o tienden a anular la experiencia de los sujetos.
entre los tres países de América Latina con mayor deterioro de los salarios docentes 6 
“Puede definirse el programa institucional como el proceso social que transforma
(Birgin, 80-81). En un diario de la época (Página 12, 10/07/1998), se lee que el Ministro valores y principios en acción y en subjetividad por el sesgo de un trabajo profesional
de Economía afirmaba: “los maestros ganan poco porque trabajan poco”. específico y organizado” (Dubet, 32).

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La fuerte institucionalización que por muchos años sostuvo estos definición de parámetros externos tendientes a configurar las prácticas
procesos de intervención sobre las personas empezó a debilitarse educativas y formativas de los sujetos (actualización de los contenidos,
en las últimas décadas. El programa institucional de la modernidad formación y capacitación a los docentes) y a medir el rendimiento
“resquebrajado” es una realidad, lo cual no implica que no funcione, (acreditación de las instituciones y evaluaciones de los resultados).
sino que más bien sugiere que se halla debilitado y este proceso, nos Si bien el mejoramiento de la calidad se orientaba a “mejorar el
guste o no, es una característica de época, ni buena ni mala. La plu- servicio” de los “clientes” (sean éstos alumnos o pacientes), estas for-
ralidad de los valores, el espíritu crítico, el derecho de los individuos mas de intervención “externas” parecen no haberlo logrado del todo.
a determinarse, la proliferación de instancias de circulación del saber Viene al caso considerar lo que plantea Sennett (2009) para el área
y la información, el crecimiento del nivel de escolaridad promedio de de la salud porque, más allá de las especificidades de una y otra área,
la población que progresivamente se impusieron han puesto en cues- las apreciaciones encuentran importantes semejanzas en el ámbito
tión el poder de las grandes maquinarias para fabricar subjetividades educativo. Mediante la reforma nacional del sistema de salud británico,
y determinar las prácticas de los individuos.7 Lo que antes estaba “tanto los médicos, como los enfermeros, los asistentes de enfermería y
asegurado institucionalmente ahora tiene que ser garantizado por el personal de limpieza creen que estas reformas han restado calidad a
los sujetos. De este modo, intervenir sobre las personas hoy (enseñar, la atención. […] los médicos creen que sus habilidades profesionales en
educar) es menos el cumplimiento de un rol que la construcción de el trato a los pacientes se ven perjudicadas por la presión que ejercen
una experiencia, afirma Dubet. Hasta no hace tanto, por el solo hecho los patrones institucionales” (67). Los reformadores no opinan lo mismo,
de ocupar “el lugar de” (maestro o profesor) se era reconocido, res- al considerar que las reformas impulsadas promueven la mejora, en
petado, escuchado, admirado… y podríamos continuar. Actualmente, tanto obligan al personal a hacer las cosas de otra manera, a renovarse,
para poder enseñar, maestros y profesores tienen que poder construir a perfeccionarse, a “salir de la mediocridad”. Para el caso educativo,
(con los otros) condiciones que ya no están dadas automáticamente autores de distintos países8 afirman que las reformas “centralizadas”
ni legitimadas trascendentalmente. de los años 1990 han tenido escaso impacto en la mejora educativa,
Ante instituciones debilitadas, más que tratar de restablecer un en tanto no han producido los resultados esperados y han llevado a
orden perdido resultaría, según Dubet, democratizarlas, intensificando una burocratización excesiva del sistema escolar que ha distorsionado
su “capacidad política” (la posibilidad de generar proyectos, comunicar, el proceso de enseñanza y el desarrollo de las escuelas.
informar, negociar, trabajar colaborativamente, etcétera) y, en la misma En el sistema educativo argentino, las reformas otorgaron un papel
medida, relativizar su injerencia burocrática: protagónico a agentes “externos” a las instituciones educativas. La
definición de contenidos curriculares estuvo a cargo de especialistas,
Ya no se trata de construir órdenes totales en los que cada individuo
está ligado al gran todo […], sino órdenes más limitados, más
a partir de los avances producidos en los distintos campos del conoci-
autónomos, más ajustados a la índole de los problemas tratados. miento científico. De este modo, “la división del trabajo intelectual en
(Dubet, 453) el interior del campo quedaba bien delimitada y determina qué saber es
legítimo, cabiéndole a los docentes la reproducción del conocimiento
Sin embargo, para modernizar o refuncionalizar los sistemas edu- generado por unos y organizado por otros” (Davini, 84). Esta tendencia
cativos originarios, y dentro de ellos a sus agentes privilegiados, los también estuvo presente en la definición de los nuevos planes de for-
docentes, las reformas de los años 1990 se realizaron a partir de la
8 
Ver entre otros: Fullán, Michael (1994); “Coordinating top-down and botton-up
7 
Según Dubet el programa institucional de la modernidad llevaba inscripta esta con- strategies for educational reform”, en Richard F. Elmore y Susan H. Fuhrman (eds); The
tradicción al pretender conjuntamente la socialización de los individuos y su liberación. governance of curriculum. Yearbook of the ASCD. Alexandria, VA.
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mación docente y en las propuestas de capacitación. Mientras los con- 1, 2 y 3. Maneras de promover la calidad del hacer
tenidos para la formación docente inicial avanzaban en prescripciones según cómo se contemple el saber
y especificidades, dejando escaso margen para la “recontextualización”
curricular en las instituciones, las propuestas de formación continua Desde la perspectiva del “perfeccionismo”, se supone que la calidad
proliferaron bajo el formato de cursos acreditados, mediante los cuales del quehacer profesional (del oficio) mejora a partir de la definición de
los docentes tenían que “perfeccionarse”, “actualizarse”, “reciclarse”, “patrones externos” que regulan las prácticas y controlan el rendimien-
suponiendo que todo lo que habían hecho y aprendido de su quehacer to de lo que se produce. Bajo esta mirada, el conocimiento práctico,
resultaba desechable o perjudicial en los nuevos escenarios escolares. asimilado, implícito, producido y producto del hacer (el saber de la
De este modo, el docente fue colocado y se colocó en el lugar del “no experiencia o los saberes del trabajo) se desvalorizan en función de
saber”9 y fue ello lo que justificó la necesidad de capacitación masiva: patrones o definiciones técnicas, objetivas e impersonales que pres-
“El énfasis en el acceso al conocimiento de los especialistas, se produce criben lo que debe hacerse. Tal perspectiva parece haber imperado en
en detrimento del saber peculiar de los docentes y a favor del saber las reformas de los años 1980 y 1990.
producido por otros.” (Davini, 85) La perspectiva “práctica”, en cambio, supone que hacer bien un
Al analizar este tipo de reformas, Sennett se pregunta qué conse- trabajo es tener curiosidad, investigar, experimentar y aprender de la
cuencias tienen los cambios que intentan mejorar pero que al hacerlo incertidumbre. Solucionar y descubrir nuevos problemas. Y que para
“humillan” al oficio, el quehacer de los que obran sobre otros, de los ello son necesarios los saberes y habilidades, producidos y acumulados
que producen con sujetos (sean médicos, educadores, trabajadores durante el desarrollo del propio trabajo. Mientras que en el primer caso
sociales). Y esta interrogación conduce directamente al tema del saber hay un parámetro externo que regula las tareas y mide la eficacia, en
o de los saberes considerados legítimos para emprender un proceso el segundo hay un patrón de calidad basado en la práctica asimilada,
transformador: el saber “externo” técnico, especializado, objetivado en la experiencia práctica. Son estos últimos los que pueden rastrearse
frente al saber hacer, saber de la experiencia, saber de oficio, propio poniendo el foco de atención en los saberes que los sujetos producen
de los agentes de un campo determinado. La pregunta que podría mientras están abocados a lo que hacen.
interesarnos, de acuerdo con nuestra preocupación, sería entonces: Ambas maneras de entender el mejoramiento de la práctica pro-
¿cuál de los dos tipos de saberes (el del experto o el del experimentado) fesional aparecen, a simple vista, como antagónicas y generadoras de
mejoran o podrían mejorar las prácticas, la calidad de lo que se hace: conflicto. Sin embargo, ni una ni otra en sí mismas resultan suficientes
la curación de los pacientes o, en nuestro caso, la enseñanza? para promover procesos de mejora de la calidad. La respuesta puede
encontrarse en una tercera opción. En la puesta en diálogo entre los
saberes de la experiencia y los saberes formalizados. Ni en los saberes
de los expertos, ni en los de los experimentados. En los saberes de la
“experticia”, aquellos que surgen del diálogo entre la práctica asimilada
y los conocimientos formalizados. Es el sentido que le otorga Dewey
(1949) a la experiencia al decir que no es mera actividad sino una fuerza
9 
Como señala Bolívar Botía (2004) al analizar la situación de los profesores de se- en movimiento que supone cambio y constituye la base del pensamiento
cundaria en España, la reforma de los años 1990 ha provocado un proceso de “crisis reflexivo, investigativo. La práctica, según el autor, se encuentra tanto
en la identidad profesional”. Los docentes percibían que con su “saber profesional” no al comienzo como al final de toda indagación educativa.
podían responder ni a las nuevas exigencias y funciones que se les demandaba, ni a los
cambios sociales producidos en el alumnado de las escuelas en las que se desempeñaban.

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Retomando a Sennett, las prácticas mejoran (y pueden mejorar potencial para la producción de prácticas y considerando que son un
y todos podemos mejorarlas) y llegan a convertirse en “artesanía”10 punto de partida ineludible para su mejoramiento y, por lo tanto, para
cuando la información y la acción se convierten en conocimiento. asegurar la calidad de lo que se produce (prácticas habilidosas o arte-
Mediante estos procesos las personas se hacen más habilidosas: “todo sanías, en el sentido de Sennett) es que advertimos sobre la necesidad
buen artesano mantiene un diálogo entre unas prácticas concretas y el de su inclusión en cualquier instancia de intervención que apueste a
pensamiento, ese diálogo evoluciona hasta convertirse en hábitos, los la mejora del sistema educativo y del quehacer de los docentes.
que establecen a su vez un ritmo entre la solución y el descubrimiento “Humillar” el oficio (docente) o degradarlo, a partir de la des-
de problemas” (21). “En las fases superiores de la habilidad hay una valorización/negación del saber peculiar del que (los docentes) son
constante interrelación entre el conocimiento tácito y el reflexivo, el portadores y productores, frente al saber especializado como el único
primero de los cuales sirve como ancla, mientras que el otro cumple válido y legítimo para regular o modificar las prácticas, puede resul-
una función crítica y correctiva” (69). tar una explicación posible para entender el fracaso de los procesos
De acuerdo con esta perspectiva, para poder mejorar la calidad (de reformistas de los años 1980 y 1990. “Fortalecer” el oficio de quienes
lo que se hace, de lo que se produce) las personas necesitan de ese enseñan podría resultar, en cambio, una opción más “eficaz” para
“ancla” de saberes (de la experiencia) de donde agarrarse, como así lograr la calidad educativa.
también de procesos reflexivos que implican la puesta en diálogo de Fortalecer el oficio significa dominarlo, sentir que uno es capaz
esos saberes entre sí y con los conocimientos formalizados. La negación de realizar una tarea determinada y que quiere hacerla bien, más allá
o desvalorización de los saberes del hacer y el hecho de considerarlos de cualquier tipo de recompensa (Sennett, 2009b). Para Dubet quiere
obsoletos o desajustados frente a las exigencias de los nuevos tiempos decir que “el trabajo sea objetivable y que el profesional pueda decir:
suele dejar a los individuos desprovistos de herramientas para poder ésta es mi obra, éste es el resultado de mi actividad, puedo mostrarlo
intervenir, para poder actuar, para poder mejorar. y demostrarlo” (443). El oficio es concebido por el autor como “la
Retomando el interrogante que quedó planteado, podríamos decir capacidad de producir algo, de conocerlo y de hacerlo conocer” (444).
que si el interés está puesto en la mejora de la calidad de lo que se Apoyarse en el oficio, percibir que se tiene oficio, que uno puede ha-
hace (la enseñanza de los docentes), suponiendo que esta habilidad en cerlo, tranquiliza y legitima lo que se hace. Poder mejorar la práctica
el obrar produciría buenas obras, buenos productos (¿buenos resulta- para que esta produzca algo bien hecho (en términos de Sennett) es
dos?), tendríamos que generar mecanismos por medio de los cuales se propio del devenir de cualquier actividad y una necesidad de los sujetos.
puedan recuperar los saberes que maestros y profesores producen en Con lo dicho hasta aquí intentamos mostrar la importancia de con-
los procesos de transmisión a lo largo de su trayectoria profesional, por siderar la dimensión del saber, el fortalecimiento del oficio docente y
ser estos necesarios al funcionar como potentes anclas de sostén que la promoción de prácticas habilidosas como alternativas válidas para
les permiten actuar y, también, pensar y reflexionar sobre lo hecho o emprender procesos de mejora educativa. Es con sólidos saberes, con
lo actuado a fin de enriquecerlo, mejorarlo. mecanismos que lleven a recuperarlos, a sistematizarlos, a escriturar-
No hay que olvidarse, sin embargo, que los saberes del hacer son los, a indagarlos, como puede fortalecerse el oficio docente y generar
saberes “anclados”, tácitos, implícitos, personales, subjetivos y frecuen- prácticas que pueden volverse cada vez más habilidosas. No es sin el
temente quedan “envasados” en quienes los producen. Rescatando su quehacer ni sin el saber de los docentes como se mejorará la eficacia
10 
del sistema educativo. Ni tampoco, como veremos luego, es sin una
La artesanía es entendida por el autor como la habilidad de hacer las cosas bien, por
sólida y permanente formación que los contemple.
el simple hecho de hacerlas de esa manera, más allá de los estados subjetivos de sus
productores y de las finalidades trascendentales que se persigan.
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La calidad y la democratización de los sistemas Al “repensar la justicia social”12, Dubet (2011) señala que en la
actualidad el problema no está en el ingreso de los sectores más po-
Hemos comenzado este trabajo haciendo una referencia a las bres a la escuela, sino en la calidad de escuela que estos alumnos ya
reformas implementadas durante las décadas de 1980 y de 1990 ya incorporados reciben. Con estos planteos, pone en cuestión el discurso
que fue en ese marco donde el discurso de la calidad revive, quedando de la igualdad de oportunidades con el que la escuela de masas pre-
asociado con la racionalidad técnica e instrumental y, por eso mismo, tende legitimarse. Bajo la apariencia de que con el acceso a los niveles
muchas veces desvalorizado. Hemos tratado de entender el porqué de educativos más altos todos tienen las mismas posibilidades, se oculta
su improductividad, tomando como referencia fundamental la cues- que los resultados escolares y el rendimiento de los diplomas se asocian
tión del saber. Nos interesaría rescatar, en lo que sigue, la relevancia con posiciones sociales diferenciadas. Haciendo hincapié en el mérito
que aún comporta la preocupación por la calidad de los procesos o en el talento personal, tanto los exitosos como los fracasados ven
educativos para, desde allí, reparar en la importancia de la formación justificados sus resultados. Pareciera ser entonces que la desigualdad
de los docentes. que antes se manifestaba en ingresos excluyentes se visualiza ahora
La procura de la calidad toma otro matiz cuando se la vincula con en trayectos educativos desiguales y en una falsa competencia a la que
procesos de democratización social. De este modo, el discurso de la engañosamente todos quedan sometidos.13 La escuela que en algún
calidad no debe quedar asociado a las políticas conservadoras. Ya en la sentido es más justa y democrática ahora se visualiza como más injusta:
década de 1980, los movimientos pedagógicos más críticos abogaban
por la calidad de la enseñanza. El “reconstruccionismo social”11 en los Las desigualdades de acceso a los bienes escolares se redujeron entre
Estados Unidos definía la escolarización y la formación de los docentes las clases sociales y entre los sexos; pero a la vez esa reducción es
muy débil, en demasía, como para superar un sentimiento creciente
como elementos cruciales para la consecución de una sociedad más
de frustración y de injusticia; menos desigualitaria que antaño, la
justa. Se esperaba que la escuela y la formación de los profesores escuela es percibida como mucho más injusta. (Dubet, 2006, 433)
pudieran quebrar el círculo pobreza – fracaso escolar y, de este modo,
contribuir a la construcción de una sociedad más justa: Una posible explicación a este fenómeno reside en que estos siste-
mas que se expanden y masifican lo hacen conservando su estructura
Debe producirse un compromiso para preparar docentes que, con
y formato fundacionales. La división de los alumnos por edades, las
independencia de lo que enseñen, se dediquen a la realización de una
educación de máxima calidad para todos los niños y que reconozcan formas de división del conocimiento, los sistemas de evaluación y pro-
la importancia y el valor de las diversas culturas y tradiciones que moción, propias de la escuela moderna “meritocrática”, parecen entrar
configuran nuestra nación. (Liston y Zeichner, 60, el destacado es en contradicción con los ideales de democratización e igualdad que la
nuestro) escuela pretende promover en la actualidad. Este “paradigma escolar
tradicional”, sostiene Tenti Fanfani, ya no sirve para dar sentido a la
Según los autores, tanto el rigor académico como la competencia
experiencia escolar. No les sirve ni a los alumnos, ni a los docentes,
técnica no estaban excluidos de estas propuestas, cuya preocupación
ni a la sociedad:
era la no exclusión de los menos favorecidos.
Parafraseando el título de uno de los últimos libros de Dubet editados en la Argentina.
12 

Emilio Tenti Fanfani (2011) señala la existencia de distintos tipos de instituciones,


13 

según su capacidad formativa. De este modo, las “instituciones fuertes” son patrimonio
Tal es el nombre que Liston y Zeichner dan a esta tradición americana que reúne
11 
de los grupos dominantes mientras que las “débiles (socializadoras, contenedoras y
entre otros a Ira Shor, Henry Giroux y Peter Mac Laren. pedagógicamente débiles) están destinadas a los grupos subordinados.

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Este sistema escolar que nació como un molde institucional lo [La] apuesta por un currículum de educación basado en la escuela,
suficientemente fuerte para formar (“dar forma”) a las nuevas centrado en el alumno y con tareas de desarrollo abierto: los
generaciones a fin de convertirlas en sujetos, ciudadanos, productores, encargados de diseñar políticas decidieron que si invertían en
etc., según modelos hegemónicos, hoy se presenta como un conjunto profesores muy talentosos, podían permitir a las escuelas más
social y territorialmente desarticulado que tiende a tener sentidos autonomía para tomar decisiones sobre qué y cómo enseñar. El
diferentes de acuerdo con la composición social y cultural de quienes currículo nacional básico actual es un documento más reducido, que
lo frecuentan. (20) reemplazó a cientos de páginas de prescripciones muy específicas
por la descripción de un pequeño número de habilidades y conceptos
Si bien en sociedades profundamente desiguales la escuela tiende fundamentales para cada grado escolar. (PREAL, 2009)
a reproducir o legitimar las diferencias sociales y culturales, también
es cierto que aun en formaciones capitalistas y democráticas hay sis- Más allá de la conformidad o no que produzcan los cambios con-
temas educativos mejores y peores (más justos y más injustos). Para templados por las reformas educativas implementadas en esta “segunda
ilustrar esta idea Dubet (2011) analiza las experiencias educativas ola” (la de los años 2000), es importante destacar dos rasgos que las
de distintos países y allí encuentra que si bien en algunos casos hay caracterizan y que merecen consideración. Uno de ellos es que la
correspondencia entre desigualdad social y educativa (los Estados promoción de la mejora del sistema educativo se realiza a partir de un
Unidos sería el ejemplo por la negativa mientras Canadá lo sería por la conjunto de políticas articuladas y coherentes que incluyen distintos
positiva) en otros esta relación no se mantiene (Alemania, por ejemplo, ámbitos de intervención. Otro de los rasgos a destacar, quizás el más
presenta alta justicia social y baja justicia educativa, mientras Italia importante debido a su diferencia con las reformas de la “primera ola”
denota baja justicia social y alta justicia educativa). Con estos datos, el (la de los años 1990) es el protagonismo y la centralidad que en ellas
“reproductivismo” escolar se relativiza o, mejor, se complejiza, dejando adquirieron las instituciones escolares y sus agentes. Estas estrategias
cierto margen de autonomía a la influencia educativa. de cambio “descentralizadas” no excluyen, sin embargo, el papel del
Los sistemas educativos pueden mejorar y de hecho hay experien- Estado central y/o provincial y/o municipal en la definición de políticas
cias que así lo demuestran. Estas mejoras se asocian, para Dubet, con y parámetros comunes que regulan el conjunto del sistema, ni tampoco
reformas educativas estructurales (y pone los ejemplos de Canadá, los la confianza en el poder de acción/decisión de los sujetos. Entendemos
países escandinavos e Inglaterra) y con la formación de los docentes. que más allá de dar crédito a la universalidad de ciertas normas, es a
Los rasgos más importantes de las políticas implementadas por estos “escala de los individuos” como se resuelven los problemas y se afrontan
países en los últimos años remiten a la descentralización de la gestión las situaciones en las instituciones (“debilitadas”) de esta etapa de la
escolar y al logro de una mayor autonomía de los municipios y de modernidad (Martuccelli, 2007).
las escuelas. Asimismo implican formas de ingreso selectivo para la Estas consideraciones conducen a focalizar en las prácticas do-
carrera docente, programas de formación y capacitación específicos centes. A nivel microestructural, la alternativa podría hallarse en la
para profesores y directores, trabajo en redes institucionales, sistemas adopción de pedagogías individualizadas, personalizadas, “a medida” de
de evaluación periódicos y locales (tanto a alumnos como a docentes) los sujetos que aprenden. Los países con mejores resultados escolares
modificaciones en las condiciones laborales y formas de promoción en -afirma Dubet- son aquellos en los que los docentes consideran que
la carrera laboral, currículos diseñados a nivel nacional que contemplan la igualdad social no es contradictoria con la individualización de los
redefiniciones locales, etcétera.14 Una vez más Finlandia resulta el caso alumnos. Democratizar las instituciones escolares, en el sentido ya
testigo de estas políticas que, en su articulación, implican: referido, conduce también a lograr que la debilidad y la dependencia
que caracterizan a los alumnos más desfavorecidos no se jueguen en
14 
Ver Publicaciones PREAL, años 2009 a 2011, especialmente la Serie Mejores prácticas.
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la escuela mediante peores tratos o peores condiciones de aprendizaje. causándoles “impotencia” para poder obrar, para poder intervenir sobre
Es por esta vía como se atenuarían las contradicciones entre el mérito otros, para ejercer el oficio de enseñar.
o el talento individual, propias del sistema escolar moderno, con las Una alternativa que protege a los individuos en estas situaciones
aspiraciones de igualdad que impulsa esta época. de sobreexigencia y de sobreexposición y les permite o permitiría
Las instituciones deben proteger a los individuos, de la desvalori- poder hacerlo y aun mejorar sería, como vimos, fortalecer el oficio
zación de sí mismos y de la culpabilidad, asegurándole a cada uno una (en términos de Dubet), apoyarse en lo que se hace (en términos de
“cuota de capacidad” (Dubet, 2006). Ello significa que en la escuela/en Sennett). La totalidad del trabajo de enseñar (ello es el procedimiento
la clase todos tengan la posibilidad de demostrar alguna (“su”) habi- y los resultados) pertenece o corresponde, desde estas posturas, a los
lidad/capacidad. Detectar esas capacidades/habilidades y brindar las docentes pero no a cada uno individualmente, sino al colectivo al que
oportunidades para que se pongan en práctica, constituye un desafío pertenecen.
para los docentes que se torna aún más fructífero si, además, esas Ante situaciones complejas e inciertas, cuando ya los profesores
distintas habilidades/capacidades pueden compatibilizarse y ponerse al comprenden que no pueden superar por sí solos los desafíos que la
servicio de un producto común, “de todos”. Así lo que cada uno puede tarea les presenta, el trabajo colectivo se vuelve no solo un recurso
y sabe hacer será igualmente valorado en tanto resulta necesario para sino una necesidad para “recuperar la seguridad, para no considerar los
la producción de ese algo que es de cada uno pero que a su vez es de fracasos como resultantes únicamente de su responsabilidad personal
todos. Detectar capacidades/habilidades y armar propuestas de trabajo y para renovar su motivación al abordar experiencias pedagógicas”
cooperativas/colaborativas se presenta entonces como una alternativa (Dubet, 183). Se trataría de “socializar los problemas de oficio” (Mar-
que, a “escala situacional”, puede funcionar para favorecer la inclusión tucelli), en el sentido de asumir colectivamente la responsabilidad por
de todos. En el mismo sentido, Martuccelli sostiene que es importante la producción que ya no es de cada individuo, sino de la institución, de
“multiplicar los criterios de selección”, a través de formas de evaluar todos. En este sentido, mejorar la “productividad”, la calidad de lo que
y seleccionar que no queden reducidas a un número reducido y este- se hace, y mejorar las maneras de hacerlo se une a formas colectivas
reotipado de conocimientos y capacidades. de ejercer el oficio de enseñar.
Mediante estos posicionamientos, alcanzar la igualdad supone un Para Sennett el trabajo colectivo motiva a hacer las cosas bien. An-
tratamiento pedagógico diferencial de los individuos, antes que dejarlos tes que la competencia, el trabajo colaborativo favorece la producción
librados a su propia suerte, a su propio azar que ya sabemos no es tan de una artesanía o un trabajo de buena calidad. A diferencia de lo que
azaroso ni beneficioso para todos por igual. ha afirmado el capitalismo occidental, no es la competencia, sino la
colaboración lo que motiva a las personas en su trabajo. Siempre que
este colectivismo se materialice a través de intensos intercambios y de
Calidad y formación docente
un compromiso compartido. A través de estas formas de organización
Ejercer hoy la enseñanza, lograr que los alumnos aprendan, requiere del trabajo, el conocimiento se democratiza y convive con la práctica.
crear y recrear constantemente condiciones que antes estaban ase- Aun los que lideran, los que dirigen “se ensucian las manos” y se ocupan
guradas. De allí que su ejercicio se considere menos el cumplimiento también de los asuntos de todos. En estas condiciones, las personas se
de una función que la construcción de una experiencia. Ante la debi- vuelven más habilidosas y, por lo tanto, sus “productos” mejoran. En
lidad institucional imperante en estos tiempos, los docentes quedan el análisis de Sennett habilidad se une a comunidad.
desprovistos de sostén y expuestos en su quehacer. Las altas dosis de La aspiración por la calidad lleva a los sujetos a mejorar, antes
personalización que implica su trabajo en la actualidad los debilitan que a salir del paso con el menor esfuerzo posible (Sennett, 36). La

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calidad impulsa a las personas a hacer bien su trabajo y toda artesanía profesional sienta las bases para la formación permanente y constituye
es un trabajo impulsado por la calidad. Las personas no se realizan ni un enfoque no solo en referencia a las definiciones teóricas sino sobre
se sienten realizadas cuando perciben que no están logrando hacerlo todo con respecto a las políticas (Terigi). La concepción acerca de la
bien. De modo que si la posibilidad de poder enseñar, obrar, intervenir larga duración de la formación docente constituye actualmente un
se interrumpe o se degrada, los docentes se verán también perjudi- enfoque dominante que ha puesto en evidencia cómo las necesidades
cados, amenazados. La no enseñanza, la imposibilidad de lograr una formativas cambian en cada etapa de la trayectoria docente. Cada
transmisión tiene consecuencias negativas para todos, no le hace momento de la profesión está atravesado por distintas exigencias y
bien a nadie (como afirmaba Tenti Fanfani), ni a los alumnos, ni a los preocupaciones particulares que hay que contemplar en propuestas
docentes, ni a la sociedad. de formación que tiendan a fortalecer el oficio de enseñar.
Por lo dicho hasta aquí pareciera ser que para poder obrar, producir, Las tendencias de política educativa en materia de formación do-
intervenir sobre otros, enseñar, para trabajar bien, para lograr la calidad cente que se imponen en la última década (años 2000, “segunda ola”
(educativa) de lo que se produce, se requiere de políticas estructurales, de reformas) tienden a asegurar una oferta diferencial según etapas o
de prácticas institucionales y pedagógicas integradas que antes que momentos de la carrera profesional. Los programas de acompañamiento
humillar o degradar fortalezcan el oficio de enseñar. Como vimos ello a los docentes noveles son un ejemplo de ello.15 Las modalidades de
implica la valorización y recuperación de los saberes que portan los formación “situadas” en las escuelas constituyen asimismo alterna-
sujetos y que se producen en el ejercicio de su actividad y, también, tivas productivas en tanto contemplan los contextos específicos de
formas de trabajo cooperativas o colaborativas en las escuelas. Pero desempeño y los problemas que allí se presentan. Se trata de que los
por más que el oficio no sea reductible a los diplomas o a las cuali- docentes encuentren un espacio para reflexionar “en situación” sobre
ficaciones reconocidas, hace falta que los docentes estén formados los contextos de la práctica, buscando alternativas pedagógicas para
para hacerlo. Dos notas finales sobre esta condición. la enseñanza. Esta forma de trabajo, basada en problemas auténticos
La primera remite a concebir la formación como un proceso profun- y relevantes, los fortalece, en un sentido colaborativo y reflexivo, per-
do y prolongado que comienza con un período “inicial” pero que alcanza mitiéndoles resolver con el equipo institucional las dificultades que
o debería alcanzar el desarrollo profesional continuo o la formación enfrentan (Vezub).
permanente. En el contexto de la sociedad del conocimiento y de los Más allá del tipo de oferta formativa, resulta relevante alcanzar y
acelerados cambios en las formas de producción, en las relaciones de afianzar (en el caso de nuestro país) la articulación del subsistema for-
trabajo, en la ciencia, en la tecnología y en los modos de crear y di- mador. La formación permanente tendría que delinearse considerando
fundir la cultura, la formación permanente se ha vuelto una exigencia las características y necesidades de la formación inicial, la oferta de
para todas las profesiones. En el caso de los docentes la mejora o el la educación superior universitaria (especializaciones y posgrados) y
fortalecimiento de la profesión, presenta retos y características sin- también la carrera profesional docente. Superando la estructura vertical
gulares, debido a las cuestiones particulares propias de estos tiempos: y piramidal que la caracteriza16, sería deseable ampliar las posibilidades
la necesidad de apuntalar la calidad de los sistemas educativos en
15 
escenarios de expansión constante de la cobertura, bajo los imperativos En nuestro país desde el año 2007, el Instituto Nacional de Formación Docente (INDF)
de democratización y logro de mayores niveles de igualdad educativa. del Ministerio de Educación Nacional lleva a cabo el Programa de Acompañamiento
a Docentes Noveles, como una política inscripta en la línea de desarrollo profesional
Los planteos más recientes conciben la formación docente como
docente.
un proceso integral y de larga duración, que se despliega en diferentes 16 
La Ley de Educación Nacional Nro 26.296, del año 2006, ofrece un marco regulatorio
fases de la trayectoria de los sujetos. La perspectiva del desarrollo general para diversificar la carrera docente. Ello significa poder promover y ascender
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de promoción de maestros y profesores mediante puestos especializa- Para poder enseñar, para poder hacerlo y hacerlo bien en situaciones
dos y jerarquizados, que integren formaciones diversas con funciones educativas complejas, no resulta “aplicar” o “replicar” sin más aquello
específicas (coordinaciones de áreas, tutorías, acompañamiento a que se aprendió o planificó para una circunstancia determinada. Por el
docentes noveles, etcétera). Con políticas articuladas se atenderían los contrario, enseñar hoy implica más que nunca probar y experimentar
problemas de ingreso, retención y deserción que en la actualidad suelen (poner a aprueba y ponerse a prueba) aquello que se aprendió o que se
ser frecuentes, afectando el funcionamiento del sistema educativo. Del planificó y seguir aprendiendo de la incertidumbre que las situaciones
mismo modo, se podrían superar la dispersión y la fragmentación de generan. Hoy, más que nunca, los docentes tienen que saber que no
la oferta formativa actualmente existente. van a saberlo todo y tienen que estar preparados para ello. Hoy los
La segunda consideración conduce a la formación inicial de los docentes tienen que saber que más que nunca la enseñanza requiere
docentes. Dados los desafíos que el oficio de enseñar asume en la de invención, de imaginación, de puesta a prueba y de experimenta-
actualidad, se requieren procesos de formación largos, profundos y ción de saberes y de decisiones que previamente se hayan tomado.
continuos. Lograr que la duración de la formación inicial docente sea Las instancias de formación docente, por su parte, no pueden hacer
acorde con una carrera de nivel superior17 facilita la posibilidad de oídos sordos a estos requerimientos ¿Cómo formar docentes que pue-
articularla con ofertas de posgrado universitario, pero también significa dan crear, innovar, probar en cada situación educativa? Es esta una
dotarla de los saberes y de las competencias necesarias para enseñar pregunta fértil que posibilitaría la revisión de las prácticas formativas
hoy, más allá del nivel educativo para el que se forme. de todos los formadores de futuros docentes. Atisbos de respuesta
Así y todo, como hemos señalado reiteradamente (Alliaud, 2010 y pueden hallarse en las formas “dialógicas” de formar que promueven
otros), la formación se fue poblando de saberes formalizados necesarios la integración de los saberes de oficio y los saberes formalizados, a las
pero insuficientes para poder enseñar (hoy), en el sentido de poder que ya nos hemos referido en este trabajo.
obrar, poder intervenir con otros y sobre otros. Los docentes “formados”
perciben dificultades para poder hacerlo, para provocar cambios en
A modo de cierre
los otros, para “producir” sujetos transformados en algo distinto de
lo que eran. Atribuimos las dificultades o imposibilidades detectadas, A esta altura y retomando nuestra preocupación central referida a
a que maestros y profesores no han aprendido a hacerlo o a hacerlo la formación docente y a su “incidencia” en la calidad de la enseñanza,
en estas circunstancias, en estos nuevos escenarios de enseñanza. resaltamos que nuevas estrategias de formar junto con renovadas con-
Y no es, en este caso, porque no sepan qué decir o cómo decirlo; la cepciones acerca de la formación y condiciones de ejercicio docente, se
imposibilidad se coloca, más bien, del lado del saber hacer, del saber imponen como requisitos para fortalecer el oficio y mejorar la calidad
enseñar. Para atender el problema en su totalidad se requiere, además de lo que se hace, de lo que se produce: la enseñanza.
de alargar y complejizar las carreras de formación inicial, modificar Explayarnos sobre las cuestiones hasta aquí abordadas resulta
la lógica “aplicacionista” imperante en las prácticas formativas que un emprendimiento no menor debido a que hay formas instaladas,
tiende a prevalecer aún cuando se hayan modificado las propuestas instituidas, que tienden a perdurar en las prácticas de los sujetos, aun
curriculares que la sostuvieron por mucho tiempo. cuando las condiciones en que se materializan hayan cambiado.
Los años 1990 fueron instituyentes en materia de calidad edu-
cativa y formación docente. Apelando a un discurso administrativo-
por otras vías que no necesariamente conduzcan hacia la función directiva.
economicista, se han legitimado concepciones que relacionan el
17 
La Ley de Educación estipula en 4 años la duración de todas las carreras docentes.
mejoramiento o la procura de la calidad con determinadas formas

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de regular las prácticas de los docentes que resultaron “humillantes” Dubet, François (2006); El declive de la institución. Profesiones, sujetos e
para su oficio. Desde estas posturas, la formación de los docentes individuos en la modernidad. Barcelona, Gedisa.
(tanto en la formación inicial como permanente) adoptó una fisono- Dubet, François (2011); Repensar la justicia social. Contra el mito de la
mía “carencial” o “remedial”, posicionando a maestros y profesores igualdad de oportunidades. Buenos Aires, Siglo XXI.
en el lugar del “no saber” frente a “parámetros externos” elaborados Liston, Daniel y Kenneth Zeichner (1993); Formación del profesorado y
por técnicos y especialistas. Más allá de la antipatía que estas formas condiciones sociales de la escolarización. Madrid, Morata.
portan, pretendimos demostrar en este artículo que ellas no resultan Martuccelli, Danilo (2007); “La alteridad etaria”, en Universalismo y parti-
efectivas o eficientes para procurar una educación de calidad para cularismo. Mentiras culturalistas y disoluciones sociológicas. Seminario
todos y que otras son posibles. Internacional Diversidad cultural, desigualdad social y estrategias de
Aun así hay que estar alertas: el paradigma de la eficacia en la política educativa. IIPE-UNESCO. Buenos Aires, 4 y 5 de Octubre de 2007.
calidad y remedial en la formación de maestros y profesores podría Sennett, Richard (2009); El artesano. Barcelona, Anagrama.
filtrarse en las prácticas políticas y pedagógicas. Y ello no sería justo, Sennett. Richard (2009b); “La sociología como una de las bellas artes”. En-
ni promovería la calidad. trevista en Revista Trabajo y Sociedad. Nº 13, Vol. XII. Santiago del Estero.
Tenti Fanfani, Emilio (2011); La escuela y la cuestión social. Ensayos de
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