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CONDICIONAL
Artículo 48º.- Semi-libertad
El beneficio penitenciario de semi-libertad permite que el interno con primera condena efectiva egrese del
establecimiento penitenciario para efectos de trabajar o estudiar, siempre y cuando:
1. Cumpla la tercera parte de la pena.
2. No tenga proceso pendiente con mandato de detención.
3. Se encuentre ubicado en la etapa de mínima o mediana seguridad del régimen cerrado ordinario.
4. Cumpla con pagar los días multa fijados en la sentencia.
5. Cumpla con pagar total o parcialmente la reparación civil fijada en la sentencia atendiendo al criterio del juez
basado en la capacidad de cumplimiento de pago que tiene el interno. En ningún caso el monto parcial debe ser
menor al 10% del monto total.
Ante la existencia de un monto pendiente de pago, el interno garantizará su cumplimiento mediante
procedimiento legal aprobado por el juez
EXP.:000-2012
ESP.: DR. BBB
SUM.: FUNDAMENTA APELACION DE
IMPROCEDENCIA DE SEMILIBERTAD.
PRIMERO:L a r e c u r r i d a c o n c l u y e q u e m i p e r s o n a h e l o g r a d o r e u n i
r condiciones de readaptación (no se ha eliminado la posibilidad de
comisión
de nuevo delito); también quen o h a y i n t e n c i ó n d e r e p a r a
r el daño ocasionado; q u e e l informe sobre el grado de
readaptación no detalla el modo y evolución del tratamiento
terapéutico y ni tópicos tratados en el proceso de rehabilitación, no
apreciándose la internalización del respeto a los valores y bienes jurídicos;
opinándose que debe continuarse con el tratamiento intramuros. De otro lado, refiere
que en la entrevista he caído en contradicciones respecto al certificado de estudios
de electricidad.
Segundo.- Que, se imputa al doctor Augusto Ruíz Marquilllo el haber concedido, por
resolución de 23 de febrero de 2007, el beneficio penitenciario de semilibertad al sentenciado
Julio César Castillo Méndez, en el proceso penal seguido en su contra, por delito de robo
agravado, en agravio de la Empresa de Transportes Eppo y otros, proceso penal N° 1539-
1997, no obstante que el mismo fue sentenciado en dos oportunidades a 12 y 10 años de pena
privativa de la libertad, respectivamente, por delito de robo agravado, y que con fecha 28 de
diciembre de 2000 ya se le había revocado un beneficio de semilibertad, es decir, sin cumplir
con los requisitos exigidos, vulnerando lo dispuesto en el artículo 50 del Código de Ejecución
Penal y 194 del Reglamento del Código de Ejecución Penal, infringiendo los deberes
previstos en el artículo 184 inciso 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, incurriendo en
responsabilidad disciplinaria prevista en el artículo 201 inciso 1 del mismo cuerpo legal;
Tercero.- Que, el magistrado presenta su descargo aduciendo que el 23 de febrero de 2007, en
su calidad de Juez del Juzgado Penal de Emergencia de la Corte Superior de Justicia de Piura,
conoció el beneficio penitenciario de liberación condicional del interno Julio César Castillo
Méndez, habiéndole otorgado dicho beneficio y no el de semilibertad que erróneamente se ha
consignado a través de la investigación, por considerar que se habían refundido las penas de
10 y 12 años por robo agravado considerándose como pena única, y porque según su
evaluación judicial y el informe del INPE el interno estaba apto para su rehabilitación y
resocialización con la sociedad; agregando que, el beneficio de liberación condicional fue
solicitado en la condena de 12 años y por haber cumplido con más de la mitad de su condena,
esto es, 6 años con 11 meses;
Cuarto.- Que, asimismo, el procesado señala que la Jefa de la Oficina de Control de la
Magistratura-OCMA propone la imposición de su destitución sin considerar que conforme lo
establece el artículo 211 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, la destitución se aplica al
magistrado que “Haya sido sancionado anteriormente con suspensión”, norma que no ha sido
observada puesto que nunca ha sido sancionado con medida disciplinaria de multa o
suspensión;
Quinto.- Que, además, el magistrado Ruiz Marquillo precisa que no ha incurrido en ninguna
conducta irregular por emitir una resolución de liberación condicional, la que es una cuestión
netamente jurisdiccional y no inconducta funcional, lo que no se da en el presente caso;
Sexto.- Que, el procesado también afirma que concedió la liberación condicional al interno
Julio César Castillo Méndez en la condena de 12 años de pena privativa de la libertad, no así
en la condena de 10 años, ya que el interno, refundió sus dos condenas de 10 y 12 años,
habiendo quedado como única condena la de 12 años, situación que es válida para los efectos
penitenciarios, lo que ha sido aclarado por la Corte Suprema de Justicia de la República
mediante la Resolución vinculante N° 4052 -2004-Ayacucho de 10 de febrero de 2005;
Séptimo.- Que, finalmente afirma que la propuesta de destitución hecha por la Jefa de la
OCMA es un exceso, que no guarda razonabilidad y proporcionalidad con la infracción;
Octavo.- Que, del estudio y valoración de lo actuado y de las pruebas que obran en el
expediente se aprecia que por sentencia de 23 de diciembre de 1998, la Segunda Sala Penal de
la Corte Superior de Piura y Tumbes condenó a Julio César Castillo Méndez, por delito de
Robo Agravado en agravio de la Empresa de Transportes “Eppo” y Compañía Peruana de
Gas-Piura, a 12 años de pena privativa de libertad, expediente 01539-1997 y; por sentencia de
6 de diciembre de 2005, la Primera Sala Penal de Piura, lo condenó como autor del delito de
Robo Agravado en agravio de la Estación de Servicios Circunvalación y del Diario “La
República” a 10 años de pena privativa de la libertad, causa N° 314-2004;
Noveno.- Que, por Resolución de 27 de enero de 2006, el Cuarto Juzgado Penal de Piura
refundió las penas impuestas en las citadas sentencias correspondientes a la instrucción N°
01539-1997, de 23 de diciembre de 1998, con la instrucción N° 314-2004, de 6 de diciembre
d e 2005, teniendo como fecha única de inicio de las penas el 31 de julio de 1997 y como
fecha única de vencimiento el 30 de julio de 2010;
Décimo.- Que, el 8 de enero de 2007 el condenado Julio César Castillo Méndez solicitó la
liberación condicional; sin embargo, el magistrado procesado en la Audiencia del 23 de
febrero de 2007, concedió de manera errada el beneficio penitenciario de semilibertad;
Décimo Primero.- Que, la semilibertad y la liberación condicional son beneficios
penitenciarios que permiten el egreso anticipado al vencimiento de la condena del
sentenciado;
Décimo Segundo.- Que, el Tribunal Constitucional en el expediente N° 1593- 2003-HC,
considera que mediante los beneficios penitenciarios, como la semilibertad o liberación
condicional, el legislador autoriza al Juez a que pueda suspender la pena impuesta antes de su
total ejecución, siempre y cuando los fines de la pena, a los que se refiere el artículo 139
inciso 22 de la Constitución, se hayan cumplido, es decir, siempre y cuando se haya
reeducado y rehabilitado al sentenciado para asegurar su reincorporación a la sociedad;
Décimo Tercero.- Que, en ese sentido, el magistrado puede otorgar dichos beneficios
penitenciarios y disponer que el sentenciado recobre su libertad antes del vencimiento de la
condena, siempre y cuando se haya logrado la reeducación y rehabilitación del mismo y su
petición se adecúe a la normatividad vigente;
Décimo Cuarto.- Que, el último párrafo del artículo 50 del Código de Ejecución Penal señala
que el beneficio de semilibertad será concedido en los casos que la naturaleza del delito
cometido, la personalidad del agente y su conducta dentro del establecimiento, permitan
suponer, que no cometerá nuevo delito;
Décimo Quinto.- Que, el procesado al conceder el beneficio penitenciario de semilibertad al
sentenciado Castilllo Méndez no tuvo en cuenta lo dispuesto en el último párrafo del artículo
50 de dicho Código, puesto que Castillo Méndez había sido condenado por delito de robo
agravado en dos oportunidades en los expedientes números 01539-1997 y 314-2004,
habiéndosele impuesto las penas de 12 y 10 años de privación de la libertad, respectivamente;
Décimo Sexto.- Que, asimismo, de la hoja penalógica que obra en el expediente se aprecia
que al sentenciado Julio César Castillo Méndez en el expediente correspondiente a la pena de
12 años se le concedió el beneficio de semilibertad; sin embargo, por resolución de 28 de
diciembre de 2000, la Segunda Sala Especializada en lo Penal de Piura revocó el beneficio
penitenciario de semilibertad otorgado al sentenciado Castillo Méndez por haber cometido
nuevo delito doloso, con lo que se evidenció que el mismo resulta ser proclive a la comisión
de delitos;
Décimo Séptimo.- Que, el Juez al momento de discernir si otorga o no un beneficio
penitenciario no sólo debe tener en cuenta si se ha cumplido con la parte de la pena que exige
el ordenamiento jurídico y que el informe expedido por el INPE le sea favorable, sino que es
necesario que compruebe si el tratamiento penal brindado al condenado durante la ejecución
de la pena ha cumplido con su fin reeducador y resocializador, de tal manera que pueda
colegir que el condenado se encuentra apto para ser reincorporado a la sociedad, lo que no
ocurrió en el presente caso, puesto que el procesado le concedió el beneficio penitenciario de
semilibertad a Castillo Méndez no obstante que al mismo anteriormente se le había revocado
similar beneficio por la comisión de delito doloso, con lo cual quedaba acreditado que el
tratamiento penitenciario resultó infructuoso y por tanto, los objetivos del régimen
penitenciario se habían frustrado por la proclividad del sentenciado para delinquir resultando
evidente que no se encontraba apto para su reinserción social;
Décimo Octavo.- Que, también resulta inobjetable que tampoco procedía el otorgamiento del
beneficio de liberación condicional, puesto que el artículo 55 del Código de Ejecución Penal
señala como requisitos para el otorgamiento de dicho beneficio que la naturaleza del delito
cometido, la personalidad del agente y su conducta dentro del establecimiento permitan
suponer que no cometerá nuevo delito, similar requisito al señalado en el artículo 50 del
citado Código referido a la semilibertad, los que no fueron cumplidos por el procesado
conforme se ha expuesto precedentemente;
Décimo Noveno.- Que, por otro lado, al conceder el doctor Ruiz Marquillo el beneficio
penitenciario de semilibertad o de libertad condicional, si lo hubiere otorgado y que fue lo que
realmente solicito el sentenciado, transgredió lo dispuesto en el artículo 194 del Reglamento
del Código de Ejecución Penal que señala “El sentenciado a quien se revoca un beneficio de
semilibertad o liberación condicional no podrá acceder nuevamente a estos beneficios por la
misma condena”, puesto que como se indicó en los considerandos precedentes, al sentenciado
ya se le había revocado la semilibertad que obtuvo en la condena impuesta a 12 años por
delito de robo agravado, por lo que al solicitar nuevamente un beneficio penitenciario por la
misma condena no procedía el mismo, vulnerando al concederlo el artículo 184 inciso 1° de la
Ley Orgánica del Poder Judicial;
Vigésimo.- Que, a mayor abundamiento la Segunda Sala Penal de la Corte Superior de
Justicia de Piura, por resolución de 28 de mayo de 2007, revocó la resolución emitida por el
procesado que otorgó la semilibertad, por considerar que “… no basta con que el
sentenciado peticionante cumpla con los requisitos exigidos por la ley penitenciaria para
que pueda acceder al beneficio penitenciario, en forma automática, sino que el factor
decisivo para declarar procedente dicha solicitud lo viene a constituir la evaluación
judicial, sobre si el tratamiento penitenciario brindado al sentenciado ha cumplido su
finalidad de rehabilitarlo y convertirlo en una persona apta y útil para la sociedad… lo
que no sucede en el caso sub examine, pues, el sentenciado recurrente registra en su haber
delictivo dos condenas…acreditándose de la hoja penalógica que … encontrándose gozando
del beneficio de semilibertad cometió el segundo hecho delictivo, lo que permite inferir
razonablemente que este tiene una “línea conductual” con proclividad a lo delictivo…”;
Vigésimo Primero.- Que, respecto a lo alegado por el procesado en el sentido de haber
concedido el beneficio penitenciario al interno Julio César Castillo Méndez en la condena de
12 años de pena privativa de la libertad, no así en la de 10 años, porque refundió las dos
condenas habiendo quedado como única pena la de 12 años para los efectos penitenciarios de
conformidad con la Ejecutoría Suprema vinculante N° 4052-2004-Ayacucho , cabe señalar
que la refundición de las penas no significa que se genere una nueva condena, ni implica el
olvido de las anteriores condenas, sino un único tratamiento punitivo en tal sentido dicha
Ejecutoría Suprema ha establecido “ … cuando se produce la refundición de penas como
consecuencia de un concurso real retrospectivo, es de entenderse que finalmente la condena es
una sola o única, esto es, que el resultado que se obtiene es una pena única refundida – que
por lo demás, no necesariamente significa sin más que la pena mayor absorba a la menor, sino
que para el tratamiento punitivo único es de rigor tener como criterio rector lo que establece la
concordancia de los artículos cincuenta y cuarenta y ocho del Código Penal – ; que, en el
presente caso como medió una refundición de condenas con el resultado de una pena única,
no se está ante el impedimento regulado en el artículo cuatro de la Ley número veintiséis mil
trescientos veinte”, por lo que al conceder el beneficio penitenciario, no obstante mediar una
refundición, debió tener en cuenta que el sentenciado Julio César Castillo Méndez, era
proclive a la comisión de delitos, puesto que por el delito que fue condenado a 12 años de
pena privativa de la libertad se había revocado el beneficio de semilibertad;
Vigésimo Segundo.- Que, en lo que respecta al hecho alegado por el procesado, que no se ha
observado lo establecido por el artículo 211 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, no
pudiéndosele imponer la sanción de destitución, por no haber sido sancionado con medida
disciplinaria de multa o suspensión, es preciso señalar que el Tribunal Constitucional en el
expediente 3456-2003-AA/TC ha dispuesto que el Consejo Nacional de la Magistratura a
través del artículo 31 de su Ley Orgánica-Ley N° 26 397, se encuentra facultado para aplicar
la sanción de destitución sin necesidad que el funcionario a ser sancionado haya sido
suspendido previamente, de lo que se colige que la Oficina de Control de la Magistratura del
Poder Judicial puede solicitar la destitución de un magistrado no obstante que no haya sido
objeto de una suspensión previa;
Vigésimo Tercero.- Que, en lo atinente al hecho alegado por el procesado en el sentido que la
concesión del beneficio de semilibertad es un acto jurisdiccional, y que el pedido de
destitución solicitado por la OCMA no es razonable ni proporcional, cabe reiterar por este
Colegiado que el juez sólo está sometido al ordenamiento jurídico, encontrando en éste su
límite y frontera, traspasado el cual surge la responsabilidad que puede ser civil, penal o
administrativa-disciplinaria, por lo que en el presente caso al haberse desvinculado el
procesado del ordenamiento jurídico su resolución ha rebasado el ámbito jurisdiccional para
configurar una grave inconducta funcional, puesto que concedió la semilibertad al condenado,
no obstante lo previsto por el artículo 50 del Código de Ejecución Penal y 194 del
Reglamento del citado Código, esto es, concedió dicho beneficio penitenciario pese a que el
condenado presentaba una línea conductual proclive al delito, puesto que se le había revocado
su semilibertad, máxime la gravedad de los delitos que había cometido (robo agravado en la
modalidad de mano armada y con la concurrencia de dos o más personas), de ahí que debió
desestimar el nuevo beneficio solicitado, como era de esperar de un magistrado atento al
cumplimiento de sus delicadas responsabilidades;
Vigésimo Cuarto.- Que, la actuación del procesado denota una grave inconducta funcional
que genera desconcierto e inseguridad en la ciudadanía respecto a la indebida concesión del
citado beneficio penitenciario, por lo que la sanción solicitada es proporcional y razonable;
Vigésimo Quinto.- Que, el Código de Ética del Poder Judicial, aprobado en Sesiones de Sala
Plena de fechas 9, 11 y 12 de marzo del 2004, establece en su artículo 2 que “El Juez debe
encarnar un modelo de conducta ejemplar sustentado en los valores de justicia,
independencia, imparcialidad, honestidad e integridad, los cuales deben manifestarse en la
trasparencia de sus funciones públicas y privadas…”; asimismo, el Código Iberoamericano de
Etica Judicial en el artículo 37 señala que “El Juez equitativo es el que, sin transgredir el
Derecho vigente, toma en cuenta las peculiaridades del caso y lo resuelve basándose en
criterios coherentes con los valores del ordenamiento y que pueden extenderse a todos los
casos sustancialmente semejantes…”;
Vigésimo Sexto.- Que, se ha acreditado que el doctor Augusto Ruíz Marquilllo al conceder,
por resolución de 23 de febrero de 2007, el beneficio penitenciario de semilibertad al
sentenciado Julio César Castillo Méndez, en el proceso penal seguido en su contra, por delito
de robo agravado, en agravio de la Empresa de Transportes Eppo y otros, proceso penal N°
1539-1997, vulneró lo dispuesto en el artículo 50 del Código de Ejecución Penal y 194 del
Reglamento del Código de Ejecución Penal, puesto que no tuvo en cuenta que Castillo
Méndez fue sentenciado en dos oportunidades a 12 y 10 años de pena privativa de la libertad,
respectivamente, por delito de robo agravado, siendo que en la condena impuesta de 12 años
se había revocado un beneficio de semilibertad, por la comisión de un nuevo delito doloso
infringiendo con dicho actuar los deberes previstos en el artículo 184 inciso 1 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, incurriendo en responsabilidad disciplinaria prevista en el
artículo 201 inciso 1 del mismo cuerpo legal, atentando contra la respetabilidad del Poder
Judicial, comprometiendo la dignidad del cargo y desmereciéndolo en el concepto público, lo
que lo hace pasible de la sanción de destitución de conformidad con lo dispuesto en el artículo
31 numeral 2 de la Ley N° 26397, Ley Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura;
Alegato de Semilibertad.