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Cuando alguien es capaz de ver que su desarmonía u oscuridad interior le impide el acceso a
realidades más gratas, puede que también comprenda que si quiere vivir una realidad más feliz,
deberá emprender el camino del crecimiento personal, buscando la superación de sus defectos, la
armonización con el fluir de la vida universal y con sus leyes, todo eso lleva al despertar. Una persona
relativamente despierta siente que la vida es hermosa, que es una oportunidad extraordinaria para
amar, disfrutar, crecer y ayudar a otros, aunque haya momentos duros."
Pedro, un niño de diez años, pasa sus vacaciones de verano en un pueblo costero. Una noche, en
la playa, traba amistad con un "niño" extraterrestre llamado Ami. Junto a su nuevo amigo, vivirá una
serie de experiencias insólitas y sorprendentes: recibirá unas breves lecciones de vuelo, luego, él y
Ami viajaran a bordo de una nave espacial por diversos lugares del planeta e incluso visitarán otros
mundos. Ami le enseñará a Pedro que el Amor es la ley fundamental del universo, que la evolución
no es otra cosa que acercarse al Amor y que el ego es la barrera que nos frena y que impide que se
manifiesten nuestros mejores sentimientos.
Publicado en Amor
“Todo inició en Marzo, en la temporada de vacaciones; Pedrito se encontraba sobre unas rocas
junto a la playa, cuando de pronto vio caer sobre el mar algo que parecía un cohete, pensó que era
testigo de un desastre aéreo, sin embargo, observó algo blanco flotando, pero esto que flotaba
comenzó a acercarse rápidamente; se trataba de un niño que vestía un traje blanco, era simpático
y tenía un acento extraño.
Al llegar la noche apareció una hermosa luna llena que iluminaba toda la playa, el niño le preguntó
a Pedrito si creía en los extraterrestres, fue así como antes de responderle recordó el avión en
llamas, el traje y la extraña aparición de aquel niño que manejaba un avión; entonces, Pedrito le
hizo otra pregunta: ¿eres un extraterrestre? Y aunque no le contestó exactamente aquel
interrogante, Pedrito comprendió que él venía de otro mundo.
El niño extraterrestre se la pasaba mirando el firmamento y admirando las cosas de la Tierra; poco
a poco le fue hablando a Pedrito sobre los demás mundos del universo mientras paseaban por la
playa, entre tanto, Pedrito le preguntó su nombre, pero el niño le explicó que no se lo podía decir
porque los sonidos de su nombre no existían en nuestro idioma, por lo cual Pedrito decidió
llamarlo Ami, con esto sellaron su amistad continuaron hablando acerca de los extraterrestres.
Ami, intentó hacerle comprender muchas cosas a Pedrito, entre ellas, el verdadero significado del
amor y como su gran fuerza permitía o diferenciaba un mundo civilizado de uno incivilizado y,
aunque Pedrito no le entendía muy bien, Ami sólo le insistía que todo era consecuencia de un
proceso evolutivo hacía el amor.
Posteriormente, Ami, invitó a Pedrito a dar un paseo en su nave y así comenzaron una gran
aventura, un gran recorrido en el que visitaron la casa de Pedrito, su colegio, la cordillera de los
Andes el Océano Atlántico, África, asía (la India), el Océano Indico, bajaron sobre la ciudad de
Tokio y fue entonces cuando Ami, le explicó acerca de Dios y de la idolatría; también le habló
sobre la guerra y le mostró en una pantalla imágenes en las cuales desde tanques, los soldados
lanzaban cohetes contra edificios y se destruían unos a otros; éstos dos temas los relacionaba y le
decía que no se podía ir contra el sistema evolutivo que Dios ha creado.
Luego visitaron la luna y Pedrito quedó maravillado por como se veía la Tierra, ya que en realidad
tenía un color azul claro; también escucharon música y bailaron, además, Ami lo animaba a
aprender a conquistar la libertad de ser él mismo.
Finalmente, Pedrito conoció el planeta Ofir, un planeta civilizado, ya que tenía un mayor grado de
evolución; sus habitantes eran muy tranquilos, relajados y amables, en general, la gente no
andaba sola; más bien lo hacían en grupos y se tocaban mucho unos a otros al conversar.
Cuando Pedrito se dio cuenta que ellos estaban siempre contentos, Ami, le dijo que tenía que
disfrutar todo lo que había a su alrededor y para ello debía tener presente que primero debía
amar, ya que debemos vivir en amor.
Con esta explicación, procedió a hablarle de la ley fundamental del universo, es decir, que la base
de toda organización es el amor y así era como vivían en Ofir, todos se amaban como hermanos;
con éste ejemplo, Pedrito comprendió todo y Ami, quedó muy contento.
Regresaron a la Tierra, Pedrito era otra persona; miraba todo maravilloso; Ami lo acompañó a la
salida, se abrazaron y le recordó a Pedrito que el amor es el camino hacia la felicidad.”
En una tarde solitaria de marzo, cuando el verano
terminaba, Pedrito se encontraba en la playa, encima
de unas rocas, desde donde vio caer sobre el mar algo
que se asemejaba a un cohete. Entonces pensó que
acababa de ser un testigo de un accidente aéreo pero,
observándolo bien, se percató de que no era tal sino
un objeto blanco
flotando sobre las aguas y acercándose a él
rápidamente. Era un niño de traje blanco, apariencia
reluciente, simpática, pero de acento poco familiar.
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Acto seguido los dos amigos comenzaron una gran
aventura en la nave de Ami. Visitaron la casa de
Pedrito, su colegio, la cordillera de los Andes, el
Océano Atlántico, África, Asia y el Océano Indico.
Luego se detuvieron en Tokio donde Ami le hablo a
Pedrito a cerca de Dios y de la idolatría. Después
vieron en la pantalla cómo hacían guerra los soldados
con tanques y cohetes, destruían hombres y edificios,
como reflejo antagónico al sistema evolutivo creado
por Dios.