Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
TEMA 29
2. LA JERARQUÍA.
3. LA COMPETENCIA.
3.1. Concepto.
3.2. Forma de atribución de la competencia.
3.3. Criterios de atribución de la competencia.
3.4. Técnicas de alteración del ejercicio de las competencias.
3.5. Conflicto de atribuciones.
4. COORDINACIÓN.
5. DESCENTRALIZACIÓN Y DESCONCENTRACIÓN
5.1. Descentralización.
5.2. Desconcentración.
1.1. INTRODUCCIÓN
2. LA JERARQUÍA
3. LA COMPETENCIA.
3.1. CONCEPTO
a) Delegación de competencias.
La delegación es la resolución de un órgano en cuya virtud se transfiere
a otro órgano de la misma Entidad el ejercicio de competencias que
están atribuidas al delegante. La titularidad de la competencia, sigue
estando atribuida al órgano delegante, y, por tanto, la delegación sólo
afecta al puro ejercicio de la competencia delegada. Por la misma
razón, los actos decididos en virtud de delegación se imputan a todos
los efectos, al órgano delegante, lo que puede tener especial relevancia
a efectos de determinar si el acto dictado por delegación pone o no fin a
la vía administrativa, y en consecuencia cual es el recurso procedente.
El órgano delegante puede modular en el acuerdo de delegación el
alcance exacto de la misma, pudiendo reservarse algunas facultades en
relación al ejercicio de las competencias que son objeto de la
delegación, especialmente de dirección y control de dicho ejercicio. Del
mismo modo el órgano delegante al no perder en ningún momento la
titularidad de la competencia puede revocarla en cualquier momento
(art. 13.6) Por tanto el órgano delegante tiene plena disponibilidad
sobre el alcance temporal y material de la delegación
b) Avocación.
c) La encomienda.
d) Delegación de firma.
e) La suplencia
4. COORDINACIÓN.
El principio de coordinación es quizá uno de los más útiles para lograr una
actuación eficaz por parte de las Administraciones Públicas, máxime si se tiene en
cuenta la yuxtaposición que en numerosas ocasiones se produce, con un mayor o
menos alcance entre competencias de distintas Administraciones Públicas. No en
vano el Tribunal Constitucional ha recordado reiteradamente la necesidad de que
las Administraciones se coordinen, lo que, evitaría un gran número de conflictos de
competencias. C39oncretamente por referencia al artículo 103.1 de la Constitución,
en su sentencia 109/1998, de 21 de mayo, aludía al principio constitucional de
eficacia como origen de los instrumentos coordinadores en general. La ley 30/92
también se refiere a este principio en diversos preceptos, en el 3.1, en el 4, en el que
partiendo de principio de lealtad institucional que debe regir las relaciones entre las
Administraciones Públicas, se alude al respeto, intercambio de información y
cooperación que debe existir entre las administraciones. A tal fin, en los artículos 5 y
siguientes se regulan las conferencias sectoriales y otros órganos de cooperación
que veremos posteriormente.
En el artículo 18.2 de la ley 30/92 se regula la coordinación de competencias y se
establece que los órganos administrativos en el ejercicio de sus competencias
propias ajustarán su actividad en sus relaciones con otros órganos de la misma u
otras administraciones a los principios establecidos en el artículo 4.1 de esa misma
ley, y la coordinarán con la que pudiera corresponder legítimamente a estos,
pudiendo recabar para ello la información que precisen.
En cuanto al artículo 4.1 de la ley 30/92 establece que las Administraciones Públicas
se relacionan de acuerdo con el principio de lealtad constitucional y como
consecuencia deberán:
a) Respetar el ejercicio legítimo por las otras Administraciones de sus
competencias
b) Ponderar, en el ejercicio de las competencias propias, la totalidad de los
intereses públicos implicados, y en concreto, aquellos cuya gestión esté
encomendada a las otras Administraciones.
c) Facilitar a las otras Administraciones la información que precisen sobre la
actividad que desarrollen en el ejercicio de sus propias competencias.
d) Prestar, en el ámbito propio, la cooperación y asistencia activas que las
otras Administraciones pudieran recabar para el eficaz ejercicio de sus
competencias.
La asistencia y colaboración requerida sólo pueden negarse cuando el ente del que
se solicita no esté facultado para prestarla, no disponga de medios suficientes para
ello o cuando, de hacerlo causará un perjuicio grave a los intereses cuya tutela tiene
encomendada o al cumplimiento de sus propias funciones. La negativa a prestar la
asistencia se comunicará motivadamente a la Administración solicitante
Convenios de Colaboración.
Si la gestión del convenio hace necesario crear una organización común esta puede
adoptar la forma de consorcio dotado de personalidad jurídica o sociedad mercantil.
Los estatutos del consorcio determinarán los fines del mismo, así como las
particularidades del régimen orgánico funcional y financiero.
Con independencia de esta regulación de la ley 30/92 que sólo contempla los
Conevios entre las Administraciones del Estado y de las CCAA, los convenios son la
forma típica por la que se instrumentan las relaciones de colaboración entre
cualesquiera Administraciones Públicas.
5. DESCENTRALIZACIÓN Y DESCONCENTRACIÓN.
5.1. DESCENTRALIZACIÓN
Al igual que alguno de los principios anteriores, este principio puede dimensionarse
en varios planos, aunque en todo caso, la descentralización impone la existencia de
una pluralidad de entidades públicas dotadas de personalidad jurídica
independiente, lo que se opone a la centralización de las funciones públicas en una
sola Entidad.
5.2. DESCONCENTRACIÓN
La desconcentración se podrá llevar a cabo siempre que ello esté previsto en las
normas de atribución de las competencias.
Este principio es también un principio tendencial, que implica que las facultades de
tramitación y resolución de expedientes deben dominantemente estar atribuidas a
los órganos inferiores y no a los superiores. La regla se consagra, como
determinante de las atribuciones de los órganos inferiores tan sólo a falta de
previsión expresa en la norma, es decir , cuando esta se limita a atribuir una
competencia a una Administración concreta. (artículo 12.3 de la ley 30/92) “si alguna
disposición atribuye competencia a una Administración, sin especificar el órgano que
deba ejercerla, se entenderá que la facultad de instruir y resolver los expedientes
corresponde a los órganos inferiores competentes por razón de la materia y del
territorio, y, de existir varios de estos, al superior jerárquico común.
Ante la precisa atribución de competencias entre los órganos de las Entidades
Locales, que incluye una cláusula residual a favor de uno de llos, esta regla carece
de aplicación general en la Administración Local, Y en relación a las grandes
Administraciones Públicas , la del Estado y las de las Comunidades Autúnomas, que
es donde realmente cobra sentido, los supuestos de aplicación real de esta regla,
son escasos, ante la precisión de las normas organizativas al atribuir competencias.
BIBLIOGRAFÍA Y LEGISLACIÓN.