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El Perú es una sociedad con una gran diversidad lingüística y cultural. Esta situación se
expresa a través del contacto de lenguas existentes: español y lenguas indígenas (quechua,
aymara, etc). Por ello, el Perú ha sido reconocido como un país multicultural, plurilingüe
y multiétnico, razón por la cual, está adscrito al grupo de países de tendencia universal
con la caracterización de una sociedad diversa en su cultura y por ende, en la coexistencia
de lenguas y variedades lingüísticas. En este sentido, se reconoce el derecho de las
poblaciones indígenas a su inclusión dentro un sistema más democrático que debe llevar
a desarrollar también, una educación intercultural y bilingüe plena. Sin embargo, en la
praxis, este reconocimiento no se patentiza de la manera esperada, lo cual, se ve reflejado
en la discriminación lingüística y sociocultural aún vigente en la sociedad peruana. En
ese sentido, la problemática que se plantea en este trabajo se centra en el papel que tiene
el Estado en la contribución una eficaz aplicación de programas de revaloración y
enseñanza de las variedades no estándar del castellano mediante una educación
intercultural obligatoria que permita la subsistencia de la cultura indígena y hacer frente
con ello, a la discriminación lingüística aún latente.
Definición:
Discriminación Lingüística:
Educación Intercultural:
Pueblos indígenas:
Educación Bilingüe:
Los principales objetivos de esta visión moderna del estado dentro de sus
políticas públicas son la búsqueda de un diálogo intercultural, la reducción de
conflictos sociales, la reducción de las brechas sociales y por ende, las
desigualdades existentes, y finalmente, generar políticas que garanticen los
derechos de los pueblos indígenas sin distinción; en síntesis: una mejor
gobernabilidad.
Así pues, el Ministerio de Cultura, propuso una política pública que pretendía
cumplir los objetivos planteados en el párrafo anterior. Este es la Política
Nacional para la Transversalización del Enfoque Intercultural , el cual fue
concretado en el año 2015 mediante el Decreto Supremo N°003-2015-M. El
objetivo principal se basa en el reconocimiento de los derechos de la población
culturalmente diversa en el país, respetando sus valores, costumbres y
perspectivas de, sobre todo, las poblaciones indígenas. Así mismo, busca
garantizar el ejercicio de los derechos sin diferencias de raza, sexo, origen, o
cualquier índole similar. Con respecto a los ejes, estos están orientados tanto a
al sector estatal como el privado, pues busca ser implantado de manera
obligatoria para que sirva como instrumento de carácter orientador. Estos ejes
son: fortalecer la capacidad de gestión intercultural del estado peruano,
reconocer positivamente la diversidad cultural y lingüística, eliminar la
discriminación étnico-racial y la inclusión social de los pueblos indígenas. Esta
política tiene entonces, un enfoque intercultural, uno de derechos humanos, de
género, y un enfoque intersectorial. CITAR
Luego de un año, dicha propuesta fue aceptada por los representantes de las
comunidades indígenas y de esta manera, la propuesta fue enriquecida con
aportes de la organización indígena, ya que, junto al Estado se diseñaron
currículos que buscaban garantizar un vida plena en la región andina y
amazónica teniendo en cuenta la participación activa de estos en diferentes
escenarios de desarrollo, políticos y sociales. Así mismo, esta educación con
enfoque intercultural busca también garantizar los derechos de los pueblos
indígenas y consolidar de esta manera, la identidad cultural de cada uno de estos
pueblos históricamente, marginados.
Así pues, todos los proyectos y políticas que acaban de ser descritas tienen
como telón de fondo un enfoque intercultural. Es decir, un enfoque o un plan con
mira al reconocimiento de la diversidad cultural claramente existe, pero, no solo
un reconocimiento descriptivo de este, sino, un objetivo transformador. Es decir,
más allá de afirmar la coexistencia de una gran cantidad de culturas y lenguas
en el Perú, los objetivos de cada política están orientados al desarrollo de
proyectos que garanticen los derechos de las poblaciones indígenas. Esto quiere
decir, garantizar la equidad en la redistribución de riquezas y oportunidades,
buscar las condiciones necesarias para lograr establecer un diálogo intercultural
y sobre todo, permita hacerle frente a la discriminación del día y permita a la vez,
una preservación de la identidad cultural mediante la revaloración y la inclusión
de estas en los diversos campos de acción y participación social. Sin embargo,
en medio de este “proceso de modernización” de las políticas públicas, surge
una gran problemática social inevitable y aparentemente irremediable: la
discriminación y el trato desigual hacia las poblaciones indígenas. En ese
sentido, lo que se plantea es que, a pesar de la existencia de políticas orientadas
a un cambio en el reconocimiento y comportamiento cultural, estas en la praxis
resultan ser poco visibles o inexistentes pues, creemos que el Estado no se ha
preocupado por desarrollar dichas políticas de manera eficiente, notoria y
progresiva debido a que ha dejado de lado el papel de la moral y la ética. Por
ello, consideramos que el papel del psicólogo es una pieza clave para obtener
un avance en la eficacia del desarrollo de las políticas ya mencionadas y su
praxis. Pues, son quienes podrán brindar justamente, esta aproximación moral y
ética en cada proyecto. Se establece así, un trabajo en conjunto del Estado
encargado de garantizar la realización de las políticas adscritas, y la presencia
de los psicólogos en el desarrollo de estas, quienes serán los encargados de
transmitir la importancia de la agencia moral en nuestras acciones y por ende,
lograr establecer un vínculo entre cada política y la presencia activa de la ética y
moral en cada una de estas.