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DANZA Y TECNOLOGÍA

Cuando hablamos de danza y tecnología tenemos que empezar por enumerar los diversos
formatos que ya existen y que evolucionan constantemente.
La posibilidad de interactuar entre varios formatos potencia las relaciones entre éstos y
también la relación entre los lenguajes artísticos. Básicamente están dados por el uso del
video, por el uso de la computadora, y por la combinación de ambos.

Hablamos con Margarita Bali (1), una de las pioneras en la inclusión de la tecnología en la
danza. Aparentemente, lo virtual sería opuesto a lo corpóreo, a lo material. Pero en el caso
de la danza, es posible lograr un nivel de exactitud y precisión mediante la tecnología que
lleva a registrar minúsculos cambios físicos e introduce nuevos factores de juego. Se han
desarrollado programas específicos para danza, con la posibilidad de aplicación en tiempo
real en un espectáculo.

Se trata de un mapeo del movimiento a través de cámaras conectadas a la computadora, la


cual a través de estos programas detonará determinadas respuestas sonoras, de vídeo o
lumínicas. Según la complejidad del programa, éste responde a la cantidad de movimiento.
El aspecto más desarrollado es la relación movimiento-estímulo sonoro. El Max, por ejemplo,
es un programa musical muy potente al que se le pueden pautar distintas cláusulas. Y aquí
aparece la interacción entre disciplinas porque, como dice la coreógrafa "tiene sentido si hay
un compositor musical. Para el músico es un desafío.

En Argentina hay músicos que lo conocen: Jorge Sad es un compositor que viene
investigando con un equipo de gente los conciertos musicales; estudian el movimiento de los
músicos al tocar." En Argentina no hay infraestructura para este tipo de performances. "Es
imposible hacer este trabajo a nivel personal de manera profesional, ya que es muy costoso
y se requiere un tiempo largo de experimentación para cada espectáculo. Lo ideal es que haya
un espacio físico que ya esté preparado para esto", asegura Margarita Bali. Otro programa
que es utilizado en este campo es el Director este software permite conjugar filmaciones,
fotos, dibujos y sonidos. El usuario puede elegir la forma de armar la obra combinando estos
elementos.
El Flash es un programa relativamente sencillo de animación que se utiliza en Internet para
publicidad y que fue tomado por artistas que experimentaron con él. Margarita Bali, siempre
a la búsqueda de nuevos desafíos, dice: "debería ser interesante para el campo de la danza
porque ponés en movimiento una imagen. Los coreógrafos tienen ahí material para explorar."
Otros programas tienen aplicación pedagógica, como el Life -Forms que consiste en la
animación de uno o varios muñecos en el espacio.

Rudolf Laban (2) desarrolló en los albores del s. XX un sistema de notación y análisis del
movimiento que sentó pilares fundamentales para la danza moderna y contemporánea. Ante
la pregunta ¿ qué diría él de estas nuevas opciones?, Margarita responde: " Yo creo que le
encantaría. Hay un CD-R que es un clásico en este momento. Fue creado por William
Forsythe y consiste en ejercicios coreográficos provenientes de Laban. Es muy claro porque
permite visualizar en el espacio lo que hace el cuerpo. A partir de este sistema, él desarrolla
un código de comunicación con sus bailarines, lo que le permite hacer entender sus ideas
coreográficas y a la vez que sus intérpretes puedan crear sobre la base de esa codificación."
El hecho único e irrepetible que implica la situación escénica puede verse enriquecido con el
aporte de los nuevos recursos tecnológicos y la informática.
Danza y Tecnología 2 . Videodanza

"Danza para la pantalla es la construcción literal de una coreografía que sólo vive cuando
está encarnada en un film, video o tecnologías digitales. Ni la danza ni los medios para
manifestarla están al servicio uno de otro, sino que son compañeros o colaboradores en la
creación de una forma híbrida."

Así diferencia el realizador y teórico estadounidense Douglas Rosemberg lo que el denomina


Danza para la Pantalla de lo que es Danza para la Cámara, término más abarcativo que
incluye además las categorías "Registro de obra", "Readaptación de registro de obra" y
"Documental". Cabe preguntarse entonces si esta forma híbrida, danza para la pantalla, es
una combinación de lenguajes o es un lenguaje en sí. Para Margarita Bali, una de las
impulsoras de este género en la Argentina, se trata de una combinación, pero al ser el soporte
final el video, las reglas básicas de éste son las que valen en última instancia. En este punto
coincide con Rosemberg, quien dice: "Un modo de pensar a la danza para la pantalla es tomar
a la cámara como su espacio, así como nos referimos al teatro como el lugar para la ejecución
de una danza. Es allí donde ocurre la obra; ella es la arquitectura contra la cual y a través de
la cual el público percibe la obra.
La especificidad espacial es la forma en que contextualizamos una obra de arte, el espacio
provee el contexto. La danza para la pantalla es inherentemente una experiencia mediada. La
cámara y el método de registro registran la danza tal como ocurre; sin embargo, la
representación de esa danza está filtrada por las estrategias de composición y estéticas del
operador de la cámara, y luego por el proceso de edición. En realidad, es un objeto que vemos
y en el que la danza es el foco, y en el que los rigores del tiempo, la gravedad, la geografía y
las limitaciones físicas de los bailarines no son el tema, por lo menos en cuanto a lo que
estamos acostumbrados en relación a la danza teatral. Aquí es donde se hace imperativo
hablar en el lenguaje del cine.

El lenguaje del cine nos permite participar de una obra desde múltiples puntos de vista, nos
permite una definición del tiempo y del espacio constantemente cambiante y fluida." La
riqueza creativa que provee este género con respecto a la representación escénica
convencional dada por el escenario a la italiana es entonces fascinante, ya que permite la
posibilidad de adoptar cualquier ángulo, cualquier tiempo (no es realista y se pueden cambiar
las velocidades); cambiar el espacio, variar la distancia entre el espectador y el intérprete y
obtener planos detalle, fundir una imagen, asociar de manera distinta, incluir las asociaciones
del bailarín, su pensamiento. En síntesis, "construir un relato de manera distinta,
generalmente no lineal" aporta Bali. La propia naturaleza de la cámara, con su capacidad de
acercarse y alejarse, y de enfocar claramente un área muy pequeña, invita a la investigación
del movimiento y su desarrollo a un nivel muy íntimo. "Un gesto pequeño e insignificante en
el escenario puede transformarse, cuando se ve a través de la lente, en poético y grandioso,
mientras la respiración o los pasos del bailarín pueden convertirse en puntos focales de la
obra" (Rosemberg).

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