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DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA
JUAN MANUEL PINCHAO DÍAZ
(traducción)
(1) la imaginación en todos los casos Involucra imágenes que representan en virtud de alguna
similitud. (2) la imaginación siempre implica dos (aunque no Necesariamente
temporalmente) procesos lógicos distintos: el tener una imagen (que se haya producido o
impreso de alguna manera), y su inspección o contemplación.”
Nussbaum sigue de esto que en el caso del punto (2) se puede decir que en una imagen puede haber,
potencialmente hablando, más de lo que inicialmente se ha puesto al hacerla. Resalta que una de las
objeciones más comunes a este tipo de afirmación consiste en preguntar por el estado y el espacio
que ocupa la imagen, pero concluye que no es una objeción reveladora pues con respecto a las
sensaciones, si el dolor es un estado cerebral, al lastimarme el dedo ¿cómo sé que mi dolor está en el
dedo y no en mi mente? Así pues, se esgrimen otras objeciones, y son con respecto a la similitud,
pues ésta es necesaria y suficiente para lo que se quiere representar, pero no necesariamente una
similitud asegura una representación y esto se debe aclarar a algunas imágenes, pues un objeto que
se encuentre cerca se parece más, pero no representa, asimismo si me observo al espejo me reflejo,
pero no me represento. Y no siempre se necesita parecerse al objeto que representa la imagen, como
en el caso de un pez que representa a Cristo, y esto se debe a que podemos desarrollar la capacidad
de ver en todas las cosas, representarnos en ellas, imágenes de las que antes no éramos conscientes.
Este problema con la similitud es algo en lo que la teoría de la representación no ha hecho su debida
aclaración según la autora, pues el querer buscar como necesaria la similitud recae en una manera
“inocente” de ver las cosas donde se quiere percibir tal y como es un objeto, cuando se debe entender
que de ninguna manera un objeto puede ser representado de todas sus maneras posibles. Sin embargo,
de todo esto se puede rescatar el mayor aporte de la teoría de la imagen, y es que toda imagen x debe
tener un referente x, tal que x exista en el mundo real, incluso en las ficciones puede haber una
combinación de diferentes x que creen uno nuevo, pero nunca una representación x en una imagen
surge de la nulidad. Ahora bien, cabe aclarar que decir de una imagen que de ella se puede sacar más
de lo que está impreso en ella es un error, o mejor dicho, es un error en tanto se considera que aquello
que se obtiene de la imagen es porque la imagen ‘puede’ representarlo, pues no es así, una imagen no
representa más de lo que está impreso en ella, y lo que a esta se adhiera es meramente descriptivo o
simbólico, son predicados que adjudicamos a la imagen, por tanto no se puede decir que imaginación
es aquella vaga concepción de poder obtener más de lo que está impreso en una imagen.
Por esta razón continúa Nussbaum afirmando que la teoría de la imagen es defectuosa, pues se limita
a la percepción de imágenes y no a la representación pictórica como tal.
Continúa la filósofa exponiendo que las investigaciones de Ishiguro son prometedoras para dilucidar
la teoría de Aristóteles, pues dice que imaginar F a alguien es ver a ese alguien como F, y es que el
amplio interés en cómo las cosas aparecen ante alguien parece ser la base de la tesis aristotélica pues,
sobre un uso del concepto de fantasía, es importante para poder argumentar sobre algo en un contexto
dado mantener estrecha relación con el verbo phainesthai o aparecer, y así encontrar imágenes donde
hay pruebas de su presencia.
Expuesto lo anterior, la autora continua con el análisis de la manera en la que para Aristóteles la
phantasia participa en el movimiento de los animales, y es que esta actúa incluso cuando la
percepción real y el pensamiento están en marcha. En el caso de los animales, de donde sobresalen
dos subgrupos importantes para sus facultades que son: tipos de deseo y tipos de discernimiento, la
phantasia que hace parte del segundo grupo donde también hacen parte la aiesthésis y dianoia y que
se encargan de participar en la acción mostrando al animal el objeto de deseo y una situación concreta
como ejemplo de qué es y qué no es un deseo, dice el estagirita que phantasia y aisthésis son las
mismas, pero esto es algo que Nussbaum trabajará posteriormente. Sin embargo, se dice que con
alguno de los tres en funcionamiento la acción se puede efectuar, es decir, “the combinations desire
+ sense perception and desire + thinking would be sufficient to "move" the animal, without
any involvement of phantasia” (Cfr. Nussbaum, 1982; p. 232), así pues, la fantasía no es
necesaria pues puede otra facultad mostrar el objeto de deseo, sin embargo, es necesario que
haya deseo, así como es necesario que haya cognición para que la acción se ejecute.
No obstante, la autora remarca el hecho de que Aristóteles continuado su análisis le da un
mayor papel a la fantasía, pues reconociendo que esta es producto del pensamiento, así como
de la percepción sensible, esta está inmersa en todas las acciones, pues debe preparar al deseo
de si la percepción está sucediendo o no.
Acto seguido, ya la autora expone aquellos animales que Aristóteles le causa mayor disgusto
y son las denominadas “criaturas inferiores” de las cuales el estagirita admite a regañadientes
que tienen un tipo de deseo pues tienen objetos de deseo y que tienen juicio pues porque es
la facultad necesaria para ser un animal, y que por esta razón tienen un tipo vago de fantasía,
pues es inevitable aceptar que emiten acciones.
Sin embargo, la filósofa se devuelve en su trabajo a un análisis que se dio anteriormente y es
el de la relación entre phantasia y aiesthésis las cuales pareciera decir Aristóteles que son
iguales. Lo anterior lo resuelve exponiendo que para el estagirita decir que son iguales no es
decir que son las mismas, sino que las acciones que se pueden dar gracias a una, pueden darse
también gracias a la otra pues, y expone entonces la autora, todo animal que tenga la
capacidad de percibir tiene la capacidad de tener fantasía.
Así pues, aclarado esto la autora continua con el trabajo de mostrar la conexión entre la
fantasía y el pensamiento partiendo de que en la mayoría de las afecciones el alma no está
sin el cuerpo, ya que el pensamiento es una facultad del alma, pero si existe fantasía esta no
puede ser si no está el cuerpo y es que, para el estagirita, en los animales para cada actividad
mental hay una realización física. Pero en los hombres, ¿qué sucede?, la solución que parece
plantear el estagirita según Nussbaum es que con respecto al nous humano, sus actividades
deben de guardar conexión con la fantasía, pues el solo pensamiento también puede llevar a
la acción sin necesidad de la percepción real, aunque sólo puede llevarlo a cabo porque la
fantasía lo acompaña y suplanta a la percepción real, pues para pensar es necesario haber
tenido una experiencia sensorial, un phantasma o phantasia que haga presencia y se nos
aparezca en el momento de pensar.
Comentario.
Bibliografía
Martha Nussbaum (1985d), “The role of Phantasia in Aristotle’s explanation of
action”; p. 221 – 241.