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Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote

Facultad de Ciencias de la Salud

Carrera Profesional: Psicología

Curso: Psicología Humanista

TITULO DEL TRABAJO

Historia Psicología Humanista

PRESENTADO POR:

 GRANDE RIVEROS, Giovanna Rosario

DOCENTE TUTOR DEL CURSO:

Psi. Mendoza Luyo Max Antonio

Cañete, mayo del 2018.


PSICOLOGÍA HUMANISTA

ANTECEDENTES HISTORICOS E IDEOLGICOS


DE LA PSICOLOGA HUMANISTA

El Zeitgeist de una época:

La Psicología Humanista es fundamentalmente un movimiento programático, surgido en


Norteamérica en la década de 10s sesenta, orientado a promover una psicología más
interesada por 10s problemas humanos, que sea "una ciencia del hombre y para el
hombre" la define como:

"un acercamiento al hombre y a la experiencia humana en su globalidad. Un movimiento


científico y filosófico que comprende la psicología en sus dimensiones dinámica y social,
basada en una visión holística del hombre, redescubriendo así formas tradicionales
occidentales y orientales de conocimiento. Un conjunto de técnicas de cambio individual
y social, un conjunto de valores que conciernen las relaciones del individuo y de la
sociedad con una moral implícita o explicita. Un movimiento contracultural, que se ha
extendido bajo la forma de 10 que se ha venido en llamar Movimiento del Potencial
Humano".

Como programa de amplio espectro filosófico-científico y socio-cultural, la Psicología


Humanista no pretende constituirse propiamente hablando en ningún nuevo paradigma.
A diferencia de éstos, la tercera fuerza no nace de la cabeza minerva de ningún Freud. El
mismo Maslow (1970), considerado generalmente su inspirador, nos recuerda que el
movimiento de la Psicología Humanista "no es obra de un solo líder o de un gran nombre
que 10 caracterice, sino de muchas personas", como Erich Fromm, Kurt Goldstein, Karen
Horney, Gordon Allport y Henry Murray entre sus antecesores y Car1 Rogers, Rol1o
May, Gardner Murphy o Erik Erikson entre sus coetáneos.

Esta "tercera psicología" en palabras de Maslow (1962) es considerada "una


Weltanschauung global, una nueva filosofía de la vida, una nueva concepción del hombre,
el inicio de otros cien años de trabajo, siempre que podamos, naturalmente. evitar antes
un holocausto".

Como cualquier movimiento científic0 o social, la Psicología Humanista no surge de


forma repentina, desconectada de su entorno histórico y contextual. Su aparición pública
se produce en un momento particularmente receptivo, después de un largo periodo de
incubación ideológica.

La década de 10 sesenta es especialmente sensible a este respecto y presenta una apertura


inusitada hacia el optimismo y la esperanza. Responde a un cambio de las actitudes
políticas y sociales y debe ser interpretada de acuerdo con 10 que Juan XXIII llamó "el
signo de 10s tiempos".
FUENTES AMERICANAS DE LA PSICOLOGIA HUMANISTA

El movimiento de la Psicología Humanista con sus grandezas y sus miserias es, en


consecuencia, un fenómeno genuinamente americano. Lo es por sus promotores y por las
fuentes en que éstos se inspiraron.

Matson (1981) encuentra la matriz cultural del movimiento humanista en la dialéctica


especifica realismo e idealismo, que en América nacía, curiosamente, del mismo tronco
común: el pragmatismo, con su correlato psicológico el funcionalismo. Aunque pudiera
parecer que el pragmatismo había de favorecer la tendencia conductista, a causa del
énfasis que se ponía en la acción, la mentalidad americana acentuaba más bien la acción
humana sobro el medio, que no la del medio sobre la acción. La escuela funcionalista
personificaba la convicción del hombre como actor y sus procesos mentales como agentes
instrumentales que le ayudan a enfrentarse con el mundo. Esta alternativa, que demostró
el carácter social, activo y volitivo de la conducta humana, se enraizó posteriormente en
las psicologías sociales de Charles H. Cooley y Georges H. Mead. En el campo de la
psicología individual William MC. Dougall sostuvo un conductismo "intencional". Para
MC. Dougall (1923) existían dos alternativas a la ciencia, la mecánica y la intencional.
John Dewey (1896), en particular, insistía en el carácter volitivo e intencional de la acción
ya desde su crítica inicial al concepto mecanicista del arco reflejo. Esta visión pragmática
entroncaba con la Weltanschauung. americana, 10s mitos de la igualdad de
oportunidades, el individualismo y la libertad: en una tierra prometida, en una época de
empresas y descubrimientos

la psicología tenía que orientarse principalmente al esfuerzo, la acción y la creatividad.


No había lugar para el fatalismo o el determinismo, sino sólo para la potencialidad y la
adaptabilidad.

La aportación de 10s funcionalistas a la psicología se refería a la psicología del self,


considerado como centro activo de la experiencia personal. William James dedicaba su
Principies of Psychology (1890) a la descripción de los estados de conciencia a través de
la introspección. Para James la importancia y significación personales (idiosincrasia) era
el criterio primordial, así como la libre voluntad, la capacidad de compromiso y decisión.

LA FORMACIÓN DEL MOVIMIENTO DE LA PSICOLOGIA HUMANISTA

El primer esbozo general de 10 que debería ser la Psicología Humanista fue descrit0 por
Maslow en 1954 en el encabezamiento de la lista de 10s destinatarios de su
correspondencia: "gente interesada en el estudio científico de la creatividad, el amor, 10s
valores mis elevados, la autonomía, el crecimiento, la autorrealización y la gratificación
de las necesidades básicas".

A mitad de la década de 10s cincuenta, según refiere Matson (1973) Abraham Maslow y
Anthony Stich, junto con otros colegas establecieron una red de intercambios ideológicos
a través de canales epistolares, por 10s que circulaban artículos que dieron más tarde
origen al Journal of Humanistic Psychology.

Los primeros encuentros formales donde se propuso el lanzamiento de la Psicología


Humanista se desarrollaron en Detroit bajo el patrocini0 del Merril Palmer Institute en
1957 y posteriormente en 1958. Abraham Maslow y Clark Moustakas, que actuaba de
anfitrión, invitaron a un grupo de colaboradores del libro editado por este Último en 1956,
titulado The Self, entre 10s que se encontraban Dorothy Lee, Ros Mooney, Marie Rasey,
Car1 Rogers, David Smille y Frances Wilson. En 1960 con la aprobación y bajo el
patrocinio de la Universidad de Brandéis, se organizó un comité para el establecimiento
de la Asociación para la Psicología Humanista y de su revista.

Los acontecimientos se desarrollaron posteriormente de acuerdo con las fcachas que ya


hemos establecido. En la primavera de 1961, aparición del primer número del Journal of
Humanistic Psychology, que debía servir de portavoz oficial de la American Association
o f Humanistic Psychology, constituida oficialmente en Gosto de 1961. Los principios
programáticos de ti Asociación, elaborados por Charlotte Bühler y James Bugental, a
modo de las Cuatro Nobles Verdades de Buda, se sintetizan en 10s siguientes puntos:

1. Centrar la atención en la persona que experimenta Y, por 10 tanto, en la vivencia como


fenómeno primario del estudio del hombre. Tanto las explicaciones teóricas, como la
conducta manifiesta se concibieran subordinadas a la experiencia misma y a su
significado para la persona.

2. Acentuar las cualidades específicamente humanas, tales como la elección, la


creatividad, la valoración y la autorrealización, como opuestas a la concepción de 10s
seres humanos en términos neoclasicistas y reduccionistas.

3. Mantenerse fiel al criteri0 de significación en la selección de problemas y


procedimientos de investigaciones, n oposición al énfasis primari0 en la objetividad.

4. Comprometerse con 10s valores Y la dignidad humana e interesarse por el desarrollo


del potencial irreverente a cada persona. El punto central de esta visión es la persona tal
como se descubre a si misma Y se relaciona con otras Personas o grupos sociales.

EVOLUCIÓN POSTERIOR DEL MOVIMIENTO DE LA PSICOLOGIA


HUMANISTA

La amplitud e imprecisión programáticas de la Psicología Humanista permitieron en un


momento histórico determinado, la década de 10s sesenta, agrupar bajo la etiqueta común
de "humanista" a un conjunt0 de autores, que hasta entonces habían actuado de forma
autónoma e independiente en 10s diversos campos de la psicología, preferentemente en
psicoterapia y psicología de la personalidad. Maddi y Costa (1972), citan como mis
notables a Allport, Maslow y Murray. De entre 10s asistentes a la Old Saybrook
Conference (1964), B. Smith (1982) destaca la presencia de 10s principales psicólogos
de la personalidad: Allport, Murray, Murphy y Kelly, que estaban dispuestos a unirse a
Rogers, Maslow y May en una tercera fuerza, que todavía no había levado anclas de sus
aspiraciones científicas. Prevalecía en todos ellos una insatisfacción por la marcha de la
psicología académica en general, pero creían también en una compatibilidad entre
humanismo y método científico. Lo que sucedió después fue algo imprevist0 por la
mayoría de ellos, que abandonaron consternados el movimiento ante la dirección
irracional y trascendentalita que tomaba.

Aunque se debe al propio Maslow la expresión "tercera fuerza" aplicada a la Psicología


Humanista (Bugental, 1964), esta no es concebida por 61 como antagónica a las otras dos
supuestas fuerzas. "Soy freudiano, soy conductista, soy humanista", decía Maslow
(1969), intentando significar su concepción de la Psicología Humanista como la de una
superestructura más amplia, en cuyo seno podían albergarse todas las demás:

"Aun entre 10s psicólogos humanistas. hay algunos que se oponen al conductismo Y al
psicoanálisis en lugar de incluir estas dos psicologías en una estructura de rango superior
y más amplia. Creo que algunos de ellos rondan 10s límites de la anticadencia y hasta de
las Posiciones antirregionales en su nuevo entusiasmo por la experiencia". (Maslow.
1971).

De modo semejante se expresaba George Kelly (1969), quien no creía que la Psicología
Humanista se fuera a permitir el lujo "de prescindir del estudio de la conducta". Y James
Bugental (1967) afirmaba que la Psicología Humanista se distinguía "más por 10 que es,
que por aquell0 a 10 que se
opone".

BASES DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA

La Psicología Humanista es un movimiento que aparece en los años 60 del siglo XX en


respuesta a los modelos terapéuticos de entonces: el conductista por su rigidez y
el psicoanálisis por su énfasis en la patología de tipo más bien pesimista. Esta “tercera
fuerza” reúne las aportaciones valiosas de las otras dos e introduce en la práctica
terapéutica conceptos como el crecimiento, la creatividad, el amor, la afectividad o la
autorrealización.

Es un movimiento bastante heterogéneo y abierto, por lo que hay varias escuelas


terapéuticas englobadas en la corriente humanista, pero que sin embargo comparten
algunos principios básicos comunes, procedentes de las ideas filosóficas y psicológicas
de figuras como Abraham Maslow, Carl Rogers, Erich Fromm, Eric Berne y muchos
otros. Estos principios serían:

 El valor de la experiencia percibida, en sus diferentes planos: cognitivo,


emocional, somático y conductual. Es decir, lo que pensamos, lo que sentimos, lo
que percibimos y lo que hacemos. Todos están interrelacionados, tienen la misma
importancia y se influyen mutuamente, por lo que no tiene sentido aislarlos.

 El hombre es un todo global, más allá de la simple suma de sus partes, en que
mente y cuerpo interactúan de manera conjunta y relacionada.

 Dejar de pensar en términos de paciente-enfermo. Los problemas psicológicos son


dificultades para actualizar o realizar nuestro potencial de crecimiento.

 Centrarse en el estudio de la persona sana, más que en mecanismos clásicos como


neurosis o psicosis. El hombre tiende a buscar un estado mental sano de equilibrio,
plenitud y realización personal. Así pues “la psicología humanista es aquella
psicología centrada en la persona, sujeto de la misma, que atiende a sus
necesidades y que tiene en consideración, para la explicación psicológica y para
la mejora personal, el ambiente y la cultura de cada una, así como las relaciones
establecidas entre la persona, su ambiente y su cultura”. (Antoni Ramis Caldentey,
1992).
NECESIDADES BÁSICAS HUMANAS Y AUTORREALIZACIÓN PERSONAL
(MASLOW)

Maslow denuncia la actitud, común en la psicología clínica, consistente en centrarse en


el estudio de lo anormal y en el estudio de las patologías, fijándose en los aspectos
negativos y desintegradores de la personalidad, aunque sea con la intención de “curar” o
corregir la patología o el desorden. Maslow cree que la psicología (ciencia de la persona)
debe centrarse en el estudio de personas sanas y emocionalmente sin problemas ya que,
para él, la persona es naturalmente buena y tiende a su autorrealización personal (“El
hombre autorrealizado “).

La persona para llegar a su autorrealización personal debe superar una escala de


necesidades básicas propias:

Evidentemente las primeras necesidades que debe cubrir la persona son las de
supervivencia vital o fisiológicas, básicamente alimentación y bebida, sin las cuales no
podría vivir. Una vez cubiertas estas primeras, precisa tener una seguridad, seguridad que
le puede proporcionar un techo: el hogar, la familia, y la normativa social de protección.
En tercer lugar, toda persona tiene la necesidad de sentirse miembro de un grupo,
aceptado y apreciado por los componentes del mismo. Cubiertas las tres primeras
necesidades, la persona tiene la necesidad de ser valorada positivamente como persona y
como profesional en su trabajo.

El siguiente escalón es el de la autorrealización personal: Todos decidimos nuestro


proyecto de vida: conseguir una carrera determinada, que nos permita un trabajo, que nos
de satisfacción en su desempeño y remuneración suficiente para alcanzar la autonomía
económica personal; igualmente decidimos si formar una familia con o sin hijos/as, La
consecución de este proyecto personal constituye nuestra autorrealización personal.
Sin embargo, esta no es la última necesidad básica: quien ha conseguido el conjunto de
todas las necesidades previas, autorrealización incluida, tiene la necesidad de conocer, de
saber y finalmente tiene las necesidades estéticas: no basta su autorrealización y su
saber, precisa ser reconocido y saber actuar de una forma estimada, hermosa, bien vista.
El cuidado del conjunto de sus necesidades básicas, de todas, debe ser atendido
permanentemente, a lo largo de toda la vida.

Solo en caso de que sus circunstancias ambientales externas (la sociedad forma parte de
su entorno personal y presiona en muchos casos en dirección contraria) o su propia
voluntad impidan la satisfacción de alguna de estas necesidades básicas la persona no
podrá autorrealizarse y se producirán la frustración correspondiente y la reacciones
autoagresivas o hetero agresivas , que supondrán la situación de desequilibrio, o falta de
“bondad” y satisfacción personal, la falta de su estado de felicidad y equilibrio. De esto,
consciente o subconscientemente, se culpabilizará a sí mismo o a parte de su entorno.

Maslow se posiciona en contra de la psicología pasiva, estática de adaptación al medio,


que no permite ningún cambio positivo en uno mismo por una psicología activa de
creación y auto creación que hace que la persona crezca, mejore y autor
realiza. Maslow asocia a este tipo de persona activa, en función de su propia
autorrealización y crecimiento cognitivo y estético con la realidad de la “persona sana”.

La persona que autorrealiza no tiende a su autodestrucción (a su enfermedad), sino que


tiende a su crecimiento personal y capacitación creativa.

Según Maslow, las tendencias antisociales son adquiridas y nunca inherentes a la propia
persona. La conducta humana agresiva surge, además de por la imitación de modelos
(Bandura), cuando se le impide la satisfacción de las tendencias o necesidades básicas
humanas, cuando se frustra.

La tendencia central, aunque, como hemos visto, no la superior, que tiende a la persona,
y por la consecución de la cual se esfuerza es su autorrealización personal, que le
permitirá su expresividad creadora.

Esta expresividad creadora se pone de manifiesto en lo que Maslow denomina


“experiencias cumbre “, que son momentos muy especiales que cada uno de nosotros,
gracias a su crecimiento personal, experimenta sensaciones muy positivas a través de vías
de cualquiera de los escalones de su escala: estéticas, de conocimiento, eróticas, de
amistad, o simplemente de las actividades propias de nuestra vida cotidiana.

¿EN QUÉ CONSISTE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA?

Como ya se ha dicho anteriormente esta psicología surge de la reacción contra los


modelos tradicionales de la psicología.

Se revelan en contra de estas dos corrientes que tratan de deshumanizar a la persona


convirtiéndola en un conjunto de características, y que en el caso del psicoanálisis además
solo fija en los aspectos negativos del ser. Sin embargo, la psicología humanista parte de
la visión Holística del ser humano, esto es, el ser humano visto como un todo indivisible.

El nuevo enfoque partiría de la subjetividad y la experiencia interna. Se consideraría a la


persona como un todo y se estudiaría en base a este principio. A partir de este principio
se trabajará en pulir las capacidades bondadosas del ser humano: la libertad, la
autenticidad, el respeto y la responsabilidad, entre muchas otras.
Se trata de seguir el camino recto y sano para que la persona se convierta en auténtica y
equilibrada a partir de la aceptación de lo existente y la propia persona.

PRINCIPIOS DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA

En origen la psicología humanista seguía un único principio: el ser humano es un ser


completo que posee todas las habilidades necesarias para desarrollarse, realizarse y
trascender en el camino sano.

Basándose en este principio y con la evolución de esta corriente se fundamentaron los


demás principios básicos de esta.

1. El ser humano es único, como es único debe desarrollarse en su propia


autenticidad de forma competa, siendo necesario utilizar el potencial creativo para
ello.

2. El ser humano es bueno por naturaleza, este principio contradice muchas


teorías y corrientes psicológicas en las que se da por hecho que el ser humano es
malvado por naturaleza. Como la bondad que nace del interior del ser humano,
todos los actos serán buenos, por lo que no hay que reprimirse o controlar los actos
sino dejarlo salir libremente.

3. El ser humano tiende a desarrollarse plenamente en todos los niveles de


conciencia que existen, además naturalmente tiene la capacidad de evolucionar y
satisfacer todas sus necesidades. Estos niveles nos hacen ser cada vez más
conscientes de nosotros mismo, de nuestra propia existencia y de lo que nos rodea.

4. La mente y el cuerpo forman parte de un todo, este todo es indivisible,


únicamente se hace distinción de los dos para que sea más fácil la comprensión
de los conceptos. La mente y el cuerpo son el reflejo de lo que somos, que se
expresa mediante los actos, movimientos y gestos que exteriorizamos.

5. Existen varios niveles de consciencia, como se ha dicho en varias ocasiones, la


consciencia se va adquiriendo por niveles. Mediante la superación de estos niveles
el ser humano percibe con más claridad su propio ser y la existencia de lo ajeno.

6. Reequilibrio y revalorización de lo emocional, que se ha desequilibrado a causa


de las leyes que la cultura occidental va imponiendo en el ser humano, donde se
predispone el comportamiento pasado por la razón ante lo emocional e intuitivo,
a causa de esto se poder el equilibrio interno.

7. Percepción de lo exterior como un ente igual, trabajar la comunicación y la


percepción de lo exterior para tratarlos con respeto, dejando a un lado el
entendimiento de lo exterior como un elemento que nos posibilita obtener
beneficio propio.
La psicología humanista apuesta por la comunicación plena entre los seres que son
individuos únicos, esta unicidad debe ser entendida como tal y por ello no debemos ver a
los otros seres por una cualidad específica sino como un todo.

Esta corriente a pesar de tener pocos años de existencia sí que ha tenido la capacidad de
tornarse una de las más importantes durante este periodo, de hecho, tiene bastantes
profesionales a favor y en contra.

El humanismo en la psicología ha sido criticado desde su aparición por muchos filósofos,


estudiosos y psicólogos a causa de la falta de una base teórica en la que apoyarse. Se trata
de una corriente que nació en respuesta a otra y por esto también ha sido duramente
criticada.

Muchas personas están tratando aún hoy en día de buscar una base y desarrollar una teoría
en la que sustentar esta corriente.

LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA

La enorme cantidad de técnicas desarrolladas durante estos últimos años, orientadas a la


autoexpresión, la autorrealización y la auto gratificación han producido una imagen
popular en la que se identifican o se confunden Psicología Humanista y el Movimiento
del Potencial Humano. Esta situación plantea un verdadero dilema, relativo a la
delimitación actual de la Psicología Humanista: ¿Sigue siendo un problema psicológico
o se ha disuelto en la práctica en un movimiento sociocultural? No es tan sencillo
responder a esta pregunta…

Dentro de la Psicología Humanista, sin embargo, hay actualmente multitud de técnicas,


particularmente de psicoterapia o de “crecimiento personal” de las más diversas
procedencias, el denominador común de las cuales es difícil de identificar. Por ello resulta
menos que inútil cualquier intento de trazar una panorámica de su estatus actual.

Moustakas (1985) que “humanista” no significa ya el mismo entonces que en la


actualidad, sino que continúa más bien entendiéndose de acuerdo a las concepciones y
valores propios de cada uno, relativos a la libertad, la ciencia, la fe, la naturaleza y la
experiencia humanas.

Muchos son los caminos que se han construido en torno al estudio psicológico del hombre
y cada uno de ellos ha surgido en un contexto específico, respondiendo a sus
problemáticas y necesidades. Pero esto no ha sido un desarrollo lineal ni acumulativo;
por el contrario, está constituido por contraposiciones, similitudes, retornos, refutaciones
y respaldos, todo respecto a métodos, teorías, planteamientos, técnicas y demás aspectos
de la disciplina psicológica.

Los movimientos humanistas dentro de la psicología representan este tipo de ideología


humanizadora, cuyo eje principal radicaba en la exaltación y revalorización del hombre,
rescatándolo de las concepciones reduccionistas, deterministas, mecanicistas y
patológicas. Si bien la psicología humanista cobija un grupo de pensadores con sus
respectivos planteamientos y prácticas que comparten una concepción ontológica y
epistemológica, esta corriente no constituye ni se unifica en una teoría psicológica, es
debido a esto que antes que realizar un análisis de carácter generalizador.

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