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Explicación Breve de los Fundamentos de las Teorías de Aristóteles

En cuanto a la metafísica, Aristóteles es tanto crítico hacia Platón, como seguidor de


él. Lo que Aristóteles hace básicamente es reunir todas las ciencias y formas de
conocimiento humano, y unirlos todos dentro de un gran saber de los principios y las causas
primeras, denominado filosofía primera. Esta filosofía estudia al ser en cuanto ser, por lo
que estudia las primeras y las verdaderas causas del ser mismo. Por ello, engloba a todas las
ciencias, convirtiéndose en una ciencia tan importante que considerada ciencia de lo divino,
e incluso, ciencia teológica.

En segundo lugar, Aristóteles plantea la existencia de entes individuales, dotados


con las capacidades de inteligencia necesarias, residiendo en ellos un aspecto universal. De
esta forma, el concepto de ente o ser se expresa tanto de forma individual como general,
creándose una dualidad de multiplicidad e individualidad a la vez. Así, Aristóteles nos
habla de tres formas distintas de referirnos al ser, las cuales serían la forma unívoca, la
forma equívoca, y la forma análoga. La forma unívoca es referirse al ser en singular, como
“hombre”, “mesa”, “siete”, “amarillo”, etc. La forma equívoca corresponde a referirse a un
ser confundiéndonos con los distintos significados que este pueda tener, como decir
“fuente”, que puede significar un estanque de agua, o un lugar de información. La forma
análoga corresponde a referirse a conceptos que pueden ser aplicados en una gran variedad
de situaciones, por ejemplo, al referirse al concepto “bonito”, podríamos decir que
hablamos de una persona, del día, de un cuadro, de un paisaje, etc. El concepto “bonito” es
utilizado análogamente.

En tercer lugar, Aristóteles plantea el hecho de que en todo ser se da la substancia, y


un accidente. La substancia vendría siendo la esencia misma del ente individual, subsistente
en sí mismo. El accidente correspondería a la cualidad que no existe por sí sola, sino que
solo existe atribuible a una substancia. De esta forma, surgen dos tipos de substancia, la
substancia primera, y la substancia segunda. La substancia primera es el fundamento de los
accidentes, y el principio de la individuación. Posee tres dimensiones, una corruptible (de
los entes mismos), una eterna (de los cuerpos celestes), y una eterna e inmóvil (de Dios). La
substancia segunda vendría siendo la que designa la especie, y gracias a la cual puede darse
el saber científico. A la vez, en cada ser se dan también la materia y la forma. La materia es
aquello "de lo que" una cosa está hecha y la forma lo que la hace ser "lo que es" y no otra
cosa.

En cuarto lugar, Aristóteles nos habla de las nociones de cambio. Para que algo
cambie, debe pasar de ser a no-ser, o viceversa. Así, Aristóteles descubre que para que esto
ocurra debe existir una estación intermedia entre el ser y el no-ser, la posibilidad de ser. Así
surgen los conceptos de potencia y acto. Cuando un ser puede cambiar, se dice que está en
potencia de cambio, y cuando ese cambio es llevado a cabo, el ser cambiado, que ya no es
ser, se denomina acto. Así, los seres en potencia pueden ser activos, que realizan el cambio
ellos mismos, o pasivos, que sufren un cambio a partir de algo externo.

Recurriendo al postulado anterior, Aristóteles nos habla de la existencia de motores


para realizar cambios en los seres. De esta manera, cada cambio es activado por otro motor,
y a su vez, este motor es activado por otro motor, y así sucesivamente. De esta forma,
apreciamos que para realizar un cambio, nos prolongamos en una infinita cadena de
motores, que sin embargo, debe empezar en alguna parte. Debe existir un ser capaz de
activar esta sucesión de cambios, el cual sea imperecedero, eterno e inmóvil, pues este no
cambia. Para Aristóteles, este motor es Dios, el cual es una fuerza inmaterial e inalterable,
que por lo tanto no sufre cambios. Este ser inmóvil, al no cambiar, vendría siendo acto
puro, y jamás potencia. Así, el acto puro se convierte en el primero de los dioses, con lo
cual, todo gira en torno a él. Aristóteles describe a Dios como un acto puro de pensamiento,
que piensa lo más perfecto, y que al mismo tiempo se piensa a sí mismo.

Interrogantes críticas a la Teología, a través de la Metafísica de Aristóteles

• Aristóteles plantea que el Ser denominado Dios es un ser inmóvil, imperecedero y


eterno. Sin embargo, la Teología actual nos habla de un Dios que es creador, y que dio
principio a la vida del ser humano. Esto nos crea una profunda contradicción, pues al
referirnos a Dios como un ser completamente eterno, hablamos que este no tiene
principio ni fin, y que a la vez, no está situado en una dimensión ni de tiempo ni de
espacio. Al no estar situado en una dimensión de espacio, y ala vez ser inmóvil, quiere
decir que siempre es, siempre ha sido y siempre será, en una indistinción temporal
donde el pasado es futuro y presente al mismo tiempo. Entonces, ¿cómo es posible
situarnos en un momento específico en el cual haya desencadenado un cambio,
denominado “creación”, si éste ser es eterno, por lo tanto, continuo? Los cambios
desencadenados por este primer ser vendrían siendo continuos, pues carecen de tiempo,
sin embargo, la creación no es un cambio continuo. Así, podemos plantear la siguiente
interrogante: ¿Es válido que la teología nos muestre a un Dios creador, si el acto de la
creación es incapaz de ser desencadenado por un ser eterno, como lo es el mismo Dios?

• Aristóteles nos habla de un ser primigenio, que es lo primero y que es puro acto, es un
ser que no está en potencia de nada y que es el motor de todos los demás seres. Si
seguimos esta lógica, ¿Que nos dice que ese ser debe ser Dios?, ¿Acaso no puede ser
otra cosa?. La respuesta a esta pregunta perfectamente puede ser que en realidad Dios
no existe, y lo que mueve a todas las cosas es por ejemplo, la física, ya que todas las
cosas están dentro de sus leyes. (la gravedad, el movimiento, etc). De esta forma,
podríamos decir que la teología no es necesariamente la ciencia divina por excelencia,
porque esta ciencia se define como el estudio de Dios, primer motor de todo cambio y
movimiento. Sin embargo, la física también estudia tanto los cambios como los
movimientos, por lo que sus postulados serían igual de importantes que los de la
Teología. Así, podríamos decir que leyes como las de inercia, la cinética, etc podrían ser
las verdaderas responsables del inicio del movimiento y cambio, convirtiéndose estas en
primeros motores, sin la necesidad de que estas leyes sean denominadas “Dioses”. Es
importante mencionar que la realidad cultural de la época hacia imposible para
Aristóteles comprender un montón de leyes físicas no descubiertas hasta entonces, por
lo que podríamos atribuir a su ignorancia en el tema la definición de Dios como primer
motor.

• Hay una región del ser en al que el ser se dice de un modo unívoco: es lo divino. Dios,
en efecto, no es más que la Esencia, que no tiene ni cantidad ni cualidad, que no está ni
en un lugar ni en el tiempo, que no mantiene ninguna relación, ni está en ninguna
situación, ni tiene necesidad de actuar y no sufre ninguna pasión. Aquí nuevamente
tenemos un elemento para criticar a la teología cristiana. Siguiendo la definición de
Dios según Aristóteles, Dios en un ser sin relación alguna con nada. ¿Cómo va a ser el
Dios cristiano un verdadero Dios, si es piadoso, tiene sentimientos y nos quiere a todos
por igual? Al decir esto, afirmaríamos entonces que Dios es un ser que mantiene
efectivamente relaciones con los seres humanos, y que a la vez muestra cualidades
humanas, como lo son el amor, la piedad, etc. Pero Dios es un ser sin cantidad ni
cualidad, por lo que no es posible que presente estas características humanas tampoco.
De esta manera, guiándonos por la Metafísica de Aristóteles, podríamos decir que es
ilógico pensar en un Dios con tales características, pues no es propio de la definición de
un Dios poseer aquellos rasgos.

Alonso Olate
José M. Quiroz
José M. Paredes

4ºB

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