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Origen del Español

El idioma español se originó en la región suroeste de Europa conocida como la Península


Ibérica. En algún momento a finales del siglo 6 A.C., los primeros habitantes de la región,
los ibéricos, comenzaron a mezclarse con los celtas, pueblos nómadas de Europa central.
Los dos grupos formaron un pueblo denominado Celtibéricos, hablantes de una forma de
celta.
Bajo el gobierno del imperio romano, en 19 A.C., la región se hizo conocida como
Hispania, y sus habitantes aprendieron el latín de comerciantes, colonizadores,
administradores y soldados romanos. Cuando el latín clásico de las clases educadas de
Roma se mezcló con las lenguas pre-romanas de los ibéricos, celtas y cartagineses, apareció
una lengua llamada latín vulgar. Siguió los modelos básicos del latín pero tomó y añadió
palabras de otras lenguas.
Incluso después que los visigodos, tribus germánicas de Europa oriental, invadieron
Hispania en el siglo V D.C., el latín continuó siendo el idioma oficial del gobierno y la
cultura hasta aproximadamente el año 719 D.C., cuando grupos islámicos de habla árabe
del norte de África, llamados los moros, completaron su conquista de la región. El árabe y
un dialecto afín llamado Mozárabe se hablaron ampliamente en la España islámica, excepto
en unos cuantos reinos cristianos lejanos que se encontraban en el norte, como Asturias, en
donde el latín vulgar sobrevivió.

Durante los siglos subsiguientes, los reinos cristianos reconquistaron paulatinamente la


España en propiedad de los moros y retomaron el país lingüística, política, militar y
culturalmente. Como los cristianos se trasladaron al sur, sus dialectos del latín vulgar se
volvieron dominantes. En particular, el castellano, un dialecto que se originó en las llanuras
del norte, se llevó a las regiones del sur y este castellano y andaluz
El idioma que resultó fue un idioma híbrido porque el castellano tomó muchas palabras del
mozárabe, y se calcula que el español moderno cuenta con aproximadamente 4,000
palabras con raíces árabes.

La creación de un idioma español estandarizado basado en el dialecto castellano comenzó


en el año 1200 con el rey Alfonso X, quien fue llamado el rey-erudito de Castilla y León. Él
y su corte de eruditos adoptaron la ciudad de Toledo, un centro cultural en la planicie
central, como la base de sus actividades. Ahí, los eruditos escribieron obras originales en
castellano y tradujeron historias, crónicas y obras científicas, jurídicas y literarias de otros
idiomas (principalmente de latín, griego y árabe.) En efecto, este esfuerzo histórico de
traducción fue un vehículo importante para la diseminación del conocimiento en la Europa
occidental antigua. Alfonso X también adoptó el castellano para el trabajo administrativo y
todos los documentos y decretos oficiales.
El dialecto castellano de España ganó amplia aceptación durante el reinado de los monarcas
católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, quienes completaron la reconquista de
España en 1492 al expulsar a los moros de su última fortaleza en la ciudad de Granada.
Isabel y Fernando hicieron el castellano el idioma oficial en su reino. En el mismo año que
los moros fueron derrotados, apareció un libro importante: Arte de la lengua castellana (The
Art of the Castilian Language) de Antonio de Nebrija. Fue el primer libro para estudiar e
intentar definir la gramática de un idioma europeo.
El dialecto castellano de Toledo se convirtió en el estándar escrito y educativo en España,
aun cuando permanecieron varios dialectos hablados. El más notable fue el andaluz, un
dialecto que se hablaba en la ciudad del sur de Sevilla en la región de Andalucía.

El idioma español o castellano es una lengua romance procedente del latín hablado.
Pertenece al grupo ibérico, y es originario del Reino de Castilla. Se conoce también por
el americanismo coloquial castilla (por ejemplo: «hablar castilla», «entender castilla»).
común en áreas rurales e indígenas entre México, Perú y la Patagonia.
Es la segunda lengua del mundo por el número de personas que la hablan como lengua
materna tras el chino mandarín, con 442 millones de hablantes nativos,40 y lo hablan como
primera y segunda lengua con dominio nativo 477 millones, alcanzando los 572 millones
de personas si contamos a hablantes con competencia limitada,4 de modo que puede ser
considerada la tercera lengua del mundo por el total de hablantes tras el mandarín y
el inglés,41424344 con más de 21 millones de estudiantes,2 y la tercera en comunicación
internacional tras el inglés y francés.45 El español posee la tercera población alfabetizada
del mundo (un 5,47 % del total), siendo la tercera lengua más utilizada para la producción
de información en los medios de comunicación,46 y también la tercera lengua con más
usuarios de Internet, después del chino y el inglés, con 256 millones de usuarios
aproximadamente, lo que representa el 7,6 % del total.
La lengua es hablada principalmente en España e Hispanoamérica; además quedan muy
pocos hablantes en Filipinas, y es oficial pero no nativa en Guinea Ecuatorial15 y en el
estado en el exilio de Sahara Occidental. Es hablada también por inmigrantes en muchos
países, notablemente en Estados Unidos, donde una parte muy pequeña de las comunidades
de hablantes proviene de la época colonial española.
Es uno de los seis idiomas oficiales de la Organización de las Naciones Unidas.52 Es
también idioma oficial en varias de las principales organizaciones político-económicas
internacionales —la Unión Europea,53 la Unión Africana, la Organización de Estados
Americanos,55 la Organización de Estados Iberoamericanos, el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte,57 la Unión de Naciones Suramericanas, la Comunidad del Caribe,59
los Estados de África, del Caribe y del Pacífico60 y el Tratado Antártico, entre otras— y del
ámbito deportivo, la FIBA,61 la FIFA,62 la Asociación Internacional de Federaciones de
Atletismo,63 etc.
El español, como las otras lenguas romances, es una continuación moderna del latín
hablado (denominado latín vulgar), desde el siglo III, que tras el desmembramiento
del Imperio romano fue divergiendo de las otras variantes del latín que se hablaban en las
distintas provincias del antiguo Imperio, dando lugar mediante una lenta evolución a las
distintas lenguas romances. Debido a su propagación por América, el español es, con
diferencia, la lengua romance que ha logrado mayor difusión.

Uso de los signos de puntuación


Los signos de puntuación son aquellos caracteres ortográficos que nos ayudan a leer y
escribir mejor. Estos signos de puntuación son herramientas para el lector con el fin de
tener una mayor comprensión lectora de los textos.
Así mismo nos permiten realizar las debidas pausas y entonaciones al hablar. Para ello
existen varios signos como lo son: la coma, punto y coma, punto, dos puntos, puntos
suspensivos, signos de interrogación, signos de admiración, paréntesis, guión y
comillas.
Estos caracteres ortográficos son necesarios para todo tipo de textos y contextos y evitar
todo tipo de confusión al hablar. De igual forma son importantes para establecer las ideas
principales y secundarias, tanto como la idea general de los textos. No obstante en la
actualidad el contacto y la interacción mediante las redes sociales han disminuido el uso
correcto de los signos de puntuación. Hoy día existe un nuevo tipo de escritura y jerga
que descompone la lingüística española. En ocasiones este tipo de comportamiento se
realiza por seguir una moda o en ocasiones que las personas no saben realmente cómo es
su uso y las reglas a las que se rigen.

Diferentes signos de puntuación


La coma (,)
Es aquella que indica las pausas cortas en los textos. Se emplea para separar frases que
tengan la misma idea, así como listas y enumeraciones. Exceptuando las conjunciones y, ni,
o.
– Ayer compre una torta, helado, jugos y dulces.
– Los días de la semana son lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo.
 Para separar elementos independientes de la oración, teniendo o no una conjunción
entre las mismas.
– Los niños estaban jugando, las maestras observan, y los padres no paraban de reír.
 Insertar una cláusula o conjunciones explicativas, es decir a manera de explicación o
ampliación del contexto en una oración.
– María, quien es hija de Tomás, se ganó un premio en la feria.
 Luego de agregar palabras transitivas o adverbiales, bien sea al principio o en medio
de la oración, vienen precedidas y seguidas de una coma. Aquellas palabras como: no
obstante, sin embargo, es por ello, además, es decir, de acuerdo, entre otras.
– Esta mañana llovió mucho, sin embargo, yo fui a clase.
– Ella es muy cariñosa, es decir es muy buena persona.
 Si un vocativo se encuentra al principio de una frase vienes seguido de una coma, si
el vocativo se encuentra al final vendrá precedido por una coma y entre comas si se
encuentra en medio.
– Carmen, debes venir ya.
– No creo que sea una buena idea, Carmen
– ¿Se encuentra, Carmen, en casa?
Punto y coma (;)
No tiene la misma función que la coma. Se utiliza para oraciones compuestas, donde se
encuentre más de un verbo o enumeraciones complejas donde ya existan comas. También
se emplea para antes de conjunciones como más, pero, aunque, sin embargo no obstante,
entre otras.

 En ocasiones salíamos juntos al parque, a veces al cine; pero siempre salíamos


juntos.
 He comido diferentes comidas, platillos muy sabrosos, sin embargo, no nunca comí
de ese postre.
El punto (.)
Se utiliza para realizar una pausa larga al final de cada frase u oración. Así mismo es
utilizado para delimitar las abreviaturas. Este signo se coloca siempre junto a la palabra o
número que lo precede, así mismo es separado por un espacio de los que le siguen. De igual
forma este se conforma por tres tipos de puntos:
Punto y seguido: es utilizado para separar oraciones que conforman un mismo párrafo.
Ejemplo:

La familia es un conjunto de personas que se encuentran unidas por consanguinidad. Esta


unión es constituida de forma legal y social.
Punto y aparte: se utiliza para separar párrafos distintos que se encuentran dentro de un
mismo contexto de ideas. Ejemplo:
Estos vínculos pueden ser creados por el matrimonio o la adopción.
Muchas personas están de acuerdo en que la familia es importante para el desarrollo del
individuo.
Punto y final: su función es para cerrar todo un contexto de ideas.

Dos puntos (:)


Tiene diversos usos y su pausa es mayor que la de la coma y menor a la del punto. Se usa
para dar paso a una enumeración, luego de saludos de cortesía en cartas, antes de citas
textuales y en diálogos. Ejemplo:
 La casa tenía: una ventana, puertas, techo y algunos cuartos.
 Querido amigo: Te escribo esta carta…
 Entonces, el príncipe preguntó: – ¿Dónde se encuentra ese castillo?
Puntos suspensivos (…)
Son utilizados para dar una interrupción inesperada de la oración o para dar un final
inexacto. Los tres puntos y deben ser usados de esa misma forma junto a la palabra o signo
que los anticipa. Son un sinónimo para etc. y también se usa para omitir frases en una cita
textual. Ejemplo:

 “Mi generosidad es tan ilimitada como el mar… cuanto más te doy, más tengo, pues ambos
son infinitos.”
 Estuve pensando en lo que paso ayer… Fue algo muy peculiar.
 El lago está contaminado con químicos… Pronto esa situación se acabara.
Signos de interrogación (¿?)
Estos son utilizados para realizar enunciados interrogativos. Son signos dobles de apertura
y de cierre. Se usan al hacer una pregunta o para expresiones de incertidumbre.
 ¿Puedes hacerme un favor?
 ¿Qué color es este?
Signos de exclamación (¡!)
Al igual que los de interrogación son signos dobles y deben usarse de esa manera. Se
utilizan para señalar júbilo o expresiones imperativas o de sorpresa.
 ¡Qué felicidad que estés aquí!
 Ricardo, ¡debes venir inmediatamente!
 ¡Me duele la cabeza!
Los paréntesis (())
Son signos dobles, uno de apertura y otro de cierre y se utiliza mayormente para acotar
oraciones dentro de otras que estén relacionadas. Es utilizado en incisos para explicar una
parte específica de la oración y para acentuar datos específicos como fechas. Las frases que
van entre los paréntesis no se separa y van pegados a los signos correspondientes.
 Marcela Valencia (la chica más hermosa de la clase) no calificó en el examen.
 Julio Garmendia (1898) es un escritor venezolano muy conocido.
El raya (—)
Es un pequeño signo horizontal que se usa para agregar aclaraciones en un texto (al igual
que los paréntesis) o para presentar un personaje en un diálogo. Ejemplo:
 -¿Quién es esa persona?
 -Es la amiga de mi hermano
 Todo el día estuve jugando con Carmen -mi mejor amiga- en mi casa.
Las comillas (“”)
Son utilizadas para realizar citas textuales no mayor a un párrafo, para indicar ironía o
sarcasmo, para indicar un alias o resaltar una frase. En la lengua española se utilizan tres
tipos de comillas: las españolas (« »), las inglesas (“ ”), y las simples (”).
 José me dijo: “Pronto estaré allí en tu casa”.
 Tu amigo es tan “hermoso” que no tiene novia.
 El presidente dijo, se vienen tiempos “difíciles”, pero la situación será “controlada”.
Signos auxiliares de puntuación
Forman parte en la tarea de los signos de puntuación, la cual es mantener la coherencia en
los textos, pausas indicadas y entonaciones adecuadas. Es por esto que son llamados
auxiliares ya que ayudan a mejoran la comprensión lectora. Entre estos se encuentran:
Paréntesis (): Se emplean para aclarar oraciones, insertar datos y realizar incisos.
Los signos de puntuación y sus ejemplos febrero 28, 2017 fabiola

Los signos de puntuación son aquellos caracteres ortográficos que nos ayudan a leer y
escribir mejor. Estos signos de puntuación son herramientas para el lector con el fin de
tener una mayor comprensión lectora de los textos.
Así mismo nos permiten realizar las debidas pausas y entonaciones al hablar. Para ello
existen varios signos como lo son: la coma, punto y coma, punto, dos puntos, puntos
suspensivos, signos de interrogación, signos de admiración, paréntesis, guión y comillas.

Estos caracteres ortográficos son necesarios para todo tipo de textos y contextos y evitar
todo tipo de confusión al hablar. De igual forma son importantes para establecer las ideas
principales y secundarias, tanto como la idea general de los textos. No obstante en la
actualidad el contacto y la interacción mediante las redes sociales han disminuido el uso
correcto de los signos de puntuación. Hoy día existe un nuevo tipo de escritura y jerga que
descompone la lingüística española. En ocasiones este tipo de comportamiento se realiza
por seguir una moda o en ocasiones que las personas no saben realmente cómo es su uso y
las reglas a las que se rigen.

Los signos de puntuación

Diferentes signos de puntuación


La coma (,)
Es aquella que indica las pausas cortas en los textos. Se emplea para separar frases que
tengan la misma idea, así como listas y enumeraciones. Exceptuando las conjunciones y, ni,
o.
– Ayer compre una torta, helado, jugos y dulces.

– Los días de la semana son lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo.

Para separar elementos independientes de la oración, teniendo o no una conjunción entre las
mismas.
– Los niños estaban jugando, las maestras observan, y los padres no paraban de reír.

Insertar una cláusula o conjunciones explicativas, es decir a manera de explicación o


ampliación del contexto en una oración.
– María, quien es hija de Tomás, se ganó un premio en la feria.

Luego de agregar palabras transitivas o adverbiales, bien sea al principio o en medio de la


oración, vienen precedidas y seguidas de una coma. Aquellas palabras como: no obstante,
sin embargo, es por ello, además, es decir, de acuerdo, entre otras.
– Esta mañana llovió mucho, sin embargo, yo fui a clase.

– Ella es muy cariñosa, es decir es muy buena persona.

Si un vocativo se encuentra al principio de una frase vienes seguido de una coma, si el


vocativo se encuentra al final vendrá precedido por una coma y entre comas si se encuentra
en medio.
– Carmen, debes venir ya.

– No creo que sea una buena idea, Carmen

– ¿Se encuentra, Carmen, en casa?


Punto y coma (;)
No tiene la misma función que la coma. Se utiliza para oraciones compuestas, donde se
encuentre más de un verbo o enumeraciones complejas donde ya existan comas. También
se emplea para antes de conjunciones como más, pero, aunque, sin embargo no obstante,
entre otras.

En ocasiones salíamos juntos al parque, a veces al cine; pero siempre salíamos juntos.
He comido diferentes comidas, platillos muy sabrosos, sin embargo, no nunca comí de ese
postre.
El punto (.)
Se utiliza para realizar una pausa larga al final de cada frase u oración. Así mismo es
utilizado para delimitar las abreviaturas. Este signo se coloca siempre junto a la palabra o
número que lo precede, así mismo es separado por un espacio de los que le siguen. De igual
forma este se conforma por tres tipos de puntos:

Punto y seguido: es utilizado para separar oraciones que conforman un mismo párrafo.
Ejemplo:
La familia es un conjunto de personas que se encuentran unidas por consanguinidad. Esta
unión es constituida de forma legal y social.

Punto y aparte: se utiliza para separar párrafos distintos que se encuentran dentro de un
mismo contexto de ideas. Ejemplo:

Estos vínculos pueden ser creados por el matrimonio o la adopción.


Muchas personas están de acuerdo en que la familia es importante para el desarrollo del
individuo.

Punto y final: su función es para cerrar todo un contexto de ideas.

signos de puntuación y sus ejemplos

Dos puntos (:)


Tiene diversos usos y su pausa es mayor que la de la coma y menor a la del punto. Se usa
para dar paso a una enumeración, luego de saludos de cortesía en cartas, antes de citas
textuales y en diálogos. Ejemplo:

La casa tenía: una ventana, puertas, techo y algunos cuartos.


Querido amigo:Te escribo esta carta…
Entonces, el príncipe preguntó: – ¿Dónde se encuentra ese castillo?
Puntos suspensivos (…)
Son utilizados para dar una interrupción inesperada de la oración o para dar un final
inexacto. Los tres puntos y deben ser usados de esa misma forma junto a la palabra o signo
que los anticipa. Son un sinónimo para etc. y también se usa para omitir frases en una cita
textual. Ejemplo:
“Mi generosidad es tan ilimitada como el mar… cuanto más te doy, más tengo, pues ambos
son infinitos.”
Estuve pensando en lo que paso ayer… Fue algo muy peculiar.
El lago está contaminado con químicos… Pronto esa situación se acabara.
Signos de interrogación (¿?)
Estos son utilizados para realizar enunciados interrogativos. Son signos dobles de apertura
y de cierre. Se usan al hacer una pregunta o para expresiones de incertidumbre.

¿Puedes hacerme un favor?


¿Qué color es este?
Signos de exclamación (¡!)
Al igual que los de interrogación son signos dobles y deben usarse de esa manera. Se
utilizan para señalar júbilo o expresiones imperativas o de sorpresa.

¡Qué felicidad que estés aquí!


Ricardo, ¡debes venir inmediatamente!
¡Me duele la cabeza!
Los paréntesis (())
Son signos dobles, uno de apertura y otro de cierre y se utiliza mayormente para acotar
oraciones dentro de otras que estén relacionadas. Es utilizado en incisos para explicar una
parte específica de la oración y para acentuar datos específicos como fechas. Las frases que
van entre los paréntesis no se separa y van pegados a los signos correspondientes.

Marcela Valencia (la chica más hermosa de la clase) no calificó en el examen.


Julio Garmendia (1898) es un escritor venezolano muy conocido.
El raya (—)
Es un pequeño signo horizontal que se usa para agregar aclaraciones en un texto (al igual
que los paréntesis) o para presentar un personaje en un diálogo. Ejemplo:

-¿Quién es esa persona?


-Es la amiga de mi hermano
Todo el día estuve jugando con Carmen -mi mejor amiga- en mi casa.
Las comillas (“”)
Son utilizadas para realizar citas textuales no mayor a un párrafo, para indicar ironía o
sarcasmo, para indicar un alias o resaltar una frase. En la lengua española se utilizan tres
tipos de comillas: las españolas (« »), las inglesas (“ ”), y las simples (”).

José me dijo: “Pronto estaré allí en tu casa”.


Tu amigo es tan “hermoso” que no tiene novia.
El presidente dijo, se vienen tiempos “difíciles”, pero la situación será “controlada”.
Signos auxiliares de puntuación
Forman parte en la tarea de los signos de puntuación, la cual es mantener la coherencia en
los textos, pausas indicadas y entonaciones adecuadas. Es por esto que son llamados
auxiliares ya que ayudan a mejoran la comprensión lectora. Entre estos se encuentran:
Paréntesis (): Se emplean para aclarar oraciones, insertar datos y realizar incisos.
Raya _: También se usa para realizar incisos, señalar intervenciones o comenzar diálogos.
Guión –: Es usado para realizar divisiones entre palabras. Su trazo es de menor longitud
que la raya.
Comillas “”: Son utilizadas para destacar palabras con ironía o un alias, además de realizar
citas en un texto.
Diéresis ´: Es un signo diminuto que se coloca en la parte superior de las vocales para
distinguir pronunciaciones como gue, gui, etc. Así mismo se utiliza en obras literarias para
deshacer un diptongo.
Asterisco *: Posee varios usos como en libros y obras literarias para destacar palabras
desconocidas o notas de pie al margen de la página. Se antepone sobre palabra para indicar
que una palabra está errada o se escribe de una manera diferente.
Llave {}: Su uso se limita para realizar esquemas o para encerrar enunciados destacados.
Corchete []: Son parecidos al paréntesis y se utilizan para realizar una aclaración en frases
y destacar información específica.

ANÁLISIS DE LA ÉPOCA MEDIEVAL


Desde la caída de Roma en manos de los godos (476 d.C.) y hasta el siglo XV, en el mundo
occidental, la superstición impidió la realización de estudios serios de anatomía y patología
quirúrgica. Prevalecía el concepto de Galeno del "laudable pus", encontrar una sustancia
milagrosa para prevenir la infección e inducir la curación. Su dogmatismo perduró durante
siglos al amparo del oscurantismo en que se vio sumido el mundo occidental tras la caída
del Imperio Romano.
En la baja Edad Media, los monasterios recogieron y transmitieron conocimientos con la
veneración por lo antiguo y el desinterés o alejamiento de la realidad. Sin embargo, su labor
permitió la supervivencia de un cuerpo doctrinal en Occidente. La terapéutica abandonó los
incipientes criterios científicos y volvió a las simplificaciones de la medicina popular y a
las interpretaciones sobrenaturales. La influencia del cristianismo otorgó a la medicina un
importante componente de misticismo religioso. Por otra parte, la asociación de los
primeros hospitales cristianos de beneficencia y el desarrollo de las órdenes monásticas
permitió que los monasterios asumieran parte de la asistencia médica de occidente.
Paralelamente, la práctica de la cirugía se devaluó, siendo ejercida por profanos, iletrados y
charlatanes. Así, los curanderos germánicos daban masajes, reducían luxaciones y fracturas
y curaban heridas.
No fue hasta el siglo XII cuando Europa comenzó a despertar gradualmente de su edad
oscura. Empezaron a fundarse universidades y hospitales, la disección humana se reanudó y
los importantes textos griegos comenzaron a traducirse del árabe al latín. Sin embargo,
hasta el siglo XVI, todos los avances se realizaron a la sombra de Hipócrates. Los primeros
hospitales de la época medieval surgieron en Bizancio. De ellos, el más importante fue el
de Constantinopla, fundado en el siglo XII, y que de un total de 50 camas dedicaba 10 a
pacientes quirúrgicos.
En confluencia con el mundo árabe, se organizaron en torno al Mediterráneo algunos
centros de excepción en los que el saber médico era transmitido. La Escuela de Salerno, o
la de Montpellier, comenzaron el desarrollo de la enseñanza médica organizada, recibiendo
influencias desde el mundo islámico.
En el siglo XI, desde la Escuela de Salerno, Constantino el Africano (1010-1087) es el
principal difusor de los conocimientos islámicos, gracias a las traducciones de sus textos.
El primer tratado medieval de cirugía fue la "Practica
chirurgiae" de Ruggero Frugardi (1170), figura de la
escuela de Salerno, que se ocupó principalmente del
tratamiento de las heridas, aunque también describe
algunas intervenciones y técnicas para la reducción de
distintas luxaciones. En el año 1140 Rogerio II de Sicilia
impuso la necesidad de superar un examen a todos
aquellos que pretendiesen ejercer la medicina. Federico
II en 1224, mandó que el examen fuese realizado de
forma pública por el equipo de maestros de Salerno,
exigiendo para la práctica de la medicina un periodo de
formación teórico (que incluía cinco años de medicina y cirugía) y un periodo práctico de
un año (figura 6: detalle de manuscrito del siglo XIII que muestra el tratamiento de varias
heridas en la Escuela de Salerno, British Library, Londres).
En 1137, la Escuela de Montpellier (fundada en el siglo IX) fue denominada "Universidad
de escolares y maestros", abierta también a judíos y árabes. El prestigio obtenido y la
exigencia de exámenes para ejercer la medicina hizo que pronto apareciesen otras
escuelas. Henry de Mondeville (1260-1320) fue profesor de anatomía en Montpellier y
cirujano de Felipe el Hermoso.
Guy de Chauliac (1290-1368) es otro gran cirujano
medieval de la escuela de Montpellier, que completó
sus estudios en París y Bolonia. En su "Gran
Cirugía", sigue a los clásicos aunque realiza una
aportación novedosa en el campo de la
Traumatología y Ortopedia: la utilización de la
tracción contínua, mediante pesos y poleas para la
reducción y tratamiento de las fracturas femorales.
Los ingleses utilizaron por primera vez las armas de fuego en 1346, en la batalla de Creçy,
siendo Guy de Chauliac uno de los primeros autores que hace anotaciones sobre el
tratamiento de este tipo de lesiones (figura 7: Ilustración de la Chirurgia de Guy de
Chauliac mostrando la botica de un cirujano, Bibliothèque Nationale, Paris).
En el siglo XIII se origina en Bolonia una escuela quirúrgica de gran prestigio, basada no
sólo en el conocimiento de los textos antiguos sino en la experiencia personal demostrada
en numerosos textos de cirugía. Entre los más importantes se encuentran la "Chirurgia"
de Teodorico Borgognoni (1206-1298), en la que recoge las enseñanzas de su padre, Ugo
Borgognoni, iniciador de la escuela. Entre estas aportaciones se incluyen la limpieza de las
heridas con vino y la anestesia mediante una esponja somnífera empapada en una mezcla de
extracto de opio, beleño, mandrágora y otras drogas. La principal contribución de
Teodorico fue la de la sutura de las heridas por primera intención tras una limpieza
cuidadosa, en lugar de aplicar sustancias que estimulasen la formación de pus, práctica
habitual de la escuela de Salerno. Utiliza para la sutura hilos preparados con intestinos de
animales (figura 8: Ilustración de la "Chirurgia" de Teodorico Borgognoni, vendaje de un
tobillo, Bibliotheek der Rijksuniversiteit, Leiden).
Guglielmo de Saliceto (1210-1278), perteneció también a la escuela de Bolonia donde fue
profesor. Su obra principal fue "La Chirurgia", dividida en seis libros, entre los que se
incluyen el dedicado a fractruras y luxaciones, el de heridas y contusiones y el texto de
anatomía. Esta división de los tratados quirúrgicos fue adoptada con posterioridad por la
mayoría de los autores. Además, escribió el primer tratado que se conoce de anatomía
topográfica. Lanfranco de Milán (1240-1306), discípulo del anterior, escribió en su "Gran
Cirugía" dos capítulos, uno sobre el "quebrantamiento de los huesos" y otro sobre
luxaciones. En el tratamiento de estas afecciones sigue a los clásicos, aunque también
realiza aportaciones propias. Utiliza complicados entablillamientos de vendas y listones
sobre los que aplica un emplasto consolidativo. Recomienda poner en estas
inmovilizaciones marfil o hueso de elefante debido a la creencia del poder de atraer el
hueso hacia la zona de fractura (¿introductor del concepto de osteoinducción?). También
realiza una descripcción bastante precisa de los tipos de luxaciones de cadera y rodilla así
como de su reducción. En su obra propune la unificación de la medicina y la cirugía.
A pesar de estas notables excepciones, la practica quirúrgica, y en especial en lo que se
refiere a la Traumatología, distaba mucho de tener el reconocimiento de ciencia. La
Universidad de París y otras universidades en Francia, Inglaterra, Países Bajos, etc., más
sujetas al control de monarcas y eclesiásticos, desarrollaron Escuelas de Medicina basadas
en la supremacía de la teología sobre la naturaleza. En todas ellas la práctica quirúrgica fue
excluida. Los médicos, en gran porcentaje judíos, gozaban del prestigio de los monarcas y
la iglesia, no siendo accesibles al pueblo. De forma paralela aparecieron agrupaciones
gremiales, como el Colegio de San Cosme y San Damián en París, en los que los cirujanos
prácticos y artesanales, lejos de pretensiones académicas, ejercían la cirugía como un oficio
sin ninguna base científica. De esta forma, la distribución gremial de la Edad Media
favoreció la confluencia de cirujanos, barberos y otros artesanos diestros en herramientas,
frente a la clase médica que junto a boticarios y artistas, impulsarían los estudios
anatómicos en el humanismo renacentista.

LITERATURA MEDIEVAL
Se denomina literatura medieval a todos aquellos trabajos escritos principalmente en
Europa durante la Edad Media, es decir, durante aproximadamente mil años transcurridos
desde la caída del Imperio Romano de Occidente hasta los inicios del Renacimiento a
finales del siglo XVI. La literatura de este tiempo estaba compuesta básicamente de escritos
religiosos, concepto amplio y complejo, que abarca desde los escritos más sagrados hasta
los más profanos. A causa de la gran amplitud espacial y temporal de este período se hace
fácil hablar de la literatura medieval en términos generales sin caer en simplificaciones. Por
ello, es más adecuado caracterizar las obras literarias por su lugar de origen, su lenguaje o
su género.

Anonimato
Una gran cantidad de obras pertenecientes a la literatura medieval son anónimas. Esto no es
debido únicamente a la falta de documentos de este período, sino también a que el papel
que jugaban los autores en aquella época difiere considerablemente de la interpretación
romántica del término en la actualidad. Los autores medievales estaban sometidos a
menudo a los escritores clásicos y a los Padres de la Iglesia católica, y tendían a reescribir
historias, que habían oído o leído, de forma embellecida, más que a crear historias nuevas.
E incluso cuando creaban una nueva historia no suele quedar claro quién era el autor, ya
que atribuían ciertas ideas a otros libros de otros autores. Esto hace que el nombre de los
autores individuales sea poco o nada importante y por ello, los grandes trabajos de la época
nunca son atribuidos a una persona en concreto.
Literatura religiosa
Los trabajos relacionados con la teología fueron el tipo de literatura dominante a lo largo de
la Edad Media; el clero católico era el centro intelectual de la sociedad en esta época, razón
por la que su producción literaria fue, con diferencia, la más aprovechada.
Numerosos himnos de esta época han sobrevivido al paso del tiempo, tanto litúrgicos como
paralitúrgicos. La liturgia en sí misma no estaba establecida y numerosos misales
competían y alegaban concepciones individuales de la misa. Ciertos estudiosos religiosos
como Anselmo de Canterbury, santo Tomás de Aquino y Pierre Abélard escribieron largos
tratados sobre teología y filosofía, tratando de reconciliar las enseñanzas de los autores
griegos y paganos romanos con las doctrinas de la Iglesia católica. Las hagiografías, o las
vidas de los Santos, también fueron escritas principalmente durante este período, a modo de
estímulo para el devoto y de advertencia para el resto.

Literatura profana
La literatura laica en este período no fue tan productiva como la literatura religiosa aunque
gran parte del material ha sobrevivido y poseemos hoy una gran cantidad de obras de la
época, crítica con la corrupción del clero.
El nacimiento de un nuevo tipo de literatura en la época medieval puede ejemplificarse en
el cambio de sentido de la palabra “romance” (en francés roman). Si en un principio se trató
de traducir a las lenguas romances (mettre en roman) textos latinos tanto clásicos (“materia
antigua”, o reescrituras de la Eneida, de Ovidio, Estacio y otros) como hagiografías o
crónicas históricas, al dejar de lado las fuentes clásicas e inspirarse en tradiciones orales,
surgió la expresión emprendre un roman, escribir, crear, un romance. El nuevo sentido de la
palabra como sustantivo indica la creación de un nuevo género.
Las tradiciones orales mencionadas hacen referencia a la llamada materia de Bretaña,
surgida de un fondo de mitos reelaborados por la cultura normanda de habla francesa que se
extendía por Francia y las islas británicas. Aunque el concepto de historicidad era difuso en
esa época, y se consideraba tan real a Edipo como a Carlomagno, las historias de los
antiguos reyes bretones, junto con las leyendas que los rodeaban, no poseían la autoridad
(autorictas) de la cultura clásica o la historia eclesiástica, y por tanto, los autores de la
época pudieron apoderarse de esa materia y reinterpretarla más libremente.

Literatura notable de este período


Amadís de Gaula, Anónimo. Consolation of Philosophy, Boethius.
La Alexiada, Ana Comnena. Cuentos de Canterbury, Geoffrey Chaucer.
Digenis Acritas, autor griego anónimo. Decamerón, Giovanni Boccaccio.
Beowulf, autor anglosajón anónimo. The Dialogue, Catalina de Siena.
Cantar de Roldán, autor francés anónimo. Passionibus Mulierum Curandorum, Trotula de
Cantar de mio Cid, autor anónimo. Salerno.
Cantigas de Santa María, Alfonso X el Sabio. La divina comedia, Dante Alighieri.
David de Sassoun, autor anónimo de Armenia. Dukus Horant, primer trabajo amplio en Yidish.
Cato (Distichs of Cato), Dionysius Cato. Edda poética, varios autores islandeses.
The Book of the City of Ladies, Christine de Sir Gawain y el Caballero Verde, autor inglés
Pizan. anónimo.
Book of the Civilized Man, Daniel de Beccles. Heimskringla, Snorri Sturluson.
Libro de buen amor, Juan Ruiz.
The Book of Margery Kempe, Margery Kempe.
Brut, Layamon.
Roman de Brut, Wace.
Argumentación
La argumentación es una práctica discursiva de tipo racional en la cual un locutor defiende
un punto de vista confrontándolo con el de un contrincante real o potencial. Esta práctica
discursiva presupone, por una parte, la existencia de una contradicción, de una
confrontación de puntos de vista, y por otro lado, presupone la existencia de una pluralidad
de opciones entre las cuales escoger.
Estructura de la argumentación
Una argumentación no consiste en un simple conjunto de proposiciones, sino que tiene una
estructura específica. En esta estructura deben siempre estar presentes una premisa y una
conclusión. La conclusión debe inferirse o desprenderse de la premisa. En la
argumentación, la premisa toma la forma de un enunciado que será aceptado como válido
en virtud de su relación implícita o explícita con otro enunciado más general que permite el
pasaje a la conclusión. Plantin (2001) propone el siguiente esquema para graficar esta
relación:

El argumento, entonces, no es solamente el dato ni la ley de pasaje, sino que es el resultado


de la combinación de ambos. Las leyes de pasaje que en otras teorías se
denominan garantías o topoi (lugares comunes), son convenciones generalmente admitidas
por todos que adoptan la forma de afirmaciones. El dato se transforma
en argumento cuando se apoya en una Ley de Pasaje apropiada.
En el plano discursivo no hay un orden fijo de presentación de las funciones argumentativas
(dato, Ley de Pasaje, conclusión); además debemos tener en cuenta que la mayoría de las
veces la Ley de Pasaje no aparece explícita en la superficie del texto y es necesario
reconstruirla para que el dato adopte el estatus de argumento. Por ejemplo:
Ellos están en mejor estado físico que nosotros (dato), nos van a ganar (conclusión)
ley de pasaje reconstruida: Un buen estado físico es un factor esencial para ganar.
Estructura lingüística de la argumentación
En general las aserciones en presente son la forma gramatical más habitual del esquema
argumentativo: dato, ley de pasaje y conclusión. La conclusión, sin embargo, puede tomar
la forma de un imperativo (orden o invitación). En los textos publicitarios, textos
persuasivos por excelencia, lo más común es la utilización de la forma imperativa.
El uso de expresiones modales en la argumentación mostrará hasta qué punto el locutor está
seguro de aquello que está enunciando. Siguiendo a Givón existen tres tipos de enunciados:
1) Los enunciados declarativos en los que el locutor expresa absoluta certeza: Yo corro en
la mañana.
2) Los enunciados evidenciales en los que el locutor expresa una confianza relativa en lo
que sostiene: Yo me acuerdo de que estaba corriendo.
3) Los enunciados que expresan un alto grado de inseguridad: Yo creo que no paré de
correr.
Asimismo, al argumentar es posible recurrir a expresiones que mostrarán el grado de
certeza o probabilidad de lo que se sostiene: Es indiscutible que la tierra gira alrededor
del sol / Es posible que el año que viene viajemos; Indudablemente la fotosíntesis es
fundamental para las plantas / Probablemente el tribunal se conforme el mes próximo.
Estructura textual de la argumentación
No existe un modelo único de composición textual argumentativa. Se puede encontrar
diferentes estructuras textuales argumentativas en diferentes instancias: un sermón, la
publicidad, el debate, una discusión familiar. El esquema textual rígido del
tipo: Introducción, Tesis, Argumento, Conclusión, pocas veces aparece en los textos a los
que nos enfrentamos. De acuerdo a Dolz (1995), No existe una única forma de planificar
globalmente un texto argumentativo, sino diferentes posibilidades que pueden ser
examinadas de manera crítica por los alumnos.

La oración simple está formada por un sujeto y un predicado:


Ejemplo: Juan es médico.

√ El sujeto:
–Un nombre o sustantivo principal:

“El perro come carne”.


“La mesa es pequeña”.
-Un pronombre en sustitución del nombre:
Vosotras sois muy trabajadores.
Ellas quieren cantar en el coro.
– Concuerda con el verbo en número y persona.
Los niños van a la escuela.
El pintor vendió su cuadro”.
– A veces, el sujeto sufre la acción verbal. Esto sólo ocurre en las oraciones pasivas.
Los niños fueron castigados por la profesora.
La noticia fue difundida por Agencia EFE.
– El sujeto puede llevar complementos lo mismo que el verbo.
De nombre: “El libro de María está sobre la mesa”.
Una oración completa (de relativo): “El libro que compré ayer está ahí”.

√ El Predicado:
-La oración simple tiene un solo verbo principal.
El coche es rojo.
– Puedes encontrar en el predicado:
Complemento directo (objeto directo): El gato caza ratones.
Complemento circunstancial: El locutor habla muy bien.
Complemento indirecto: Antonio regaló unas flores a María.
Atributo: El coche es pequeño.
Además de éstos, hay otros complementos como el complemento de régimen, complemento
agente…
– Puedes encontrar una perífrasis verbal en una oración simple.
Nosotros podemos estudiar español en la biblioteca.

– Puedes encontrar uno o varios infinitivos.


Querer es poder. ( “es” es el verbo de la oración)

MAPA MENTAL

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