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…El término medio, por un lado busca unir tanto la lógica de Descartes como su
actitud hacia la inteligencia, y por el otro la lógica de Pascal quien remite siempre a
las razones del corazón, acercándonos siempre a la esfera de la intuición. (Tamayo:
28).
Ni la Arqueología de campo, ni la Etnohistoria meramente descriptiva, podrán
transmitir todo el calor - y el color - revitalizador y profundo que impone el
monumento que estudiamos: la Willkallaqta de Machupicchu. Para la comprensión
de la misma, se requiere del gusto artístico, la sintonía existencial y la información
multidisciplinaria que permitan que el enigma de Machupicchu se deje ver como un
“TODO". Ante tal desafío, la comprensión existencial del fenómeno y sobre todo del
proceso histórico, puede ayudamos a resolver el enigma de Machupicchu, enigma
en cuyo meollo trataremos de penetrar y ello aunque no lo logremos cabalmente,
dada la complejidad del fenómeno que enfrentamos. (Tamayo: 29).
…Esto demuestra que realmente la Historia camina con pasos de torcaza y que los
procesos fundamentales nacen y crecen silenciosos y que sólo llegan a su vigor
histórico cuando ha pando el tiempo. (Tamayo: 34).
El “Estado de la cuestión”. Referente a la aparición histórica de Machupicchu
Goethe
“Don Julio C Tello, en sus escritos, puntualiza que es deber del arqueólogo mientras
realiza su misión obligarse a desprenderse de toda referencia de carácter subjetivo
para investigar sin más norma que la verdad. Aquello debe constituir la mayor
satisfacción del investigador”. (Kauffmann Doig, 2012). (Tamayo: 52).
Valcárcel, habla de la región “Tampu”, la cual habría sido un territorio que Pachacuti
utilizó para penetrar contra los Chancas por el Apurímac. Y por eso Pachacuti tomó
para sí la región Tampu como propia. Todo lo construido tiene un carácter religioso:
el agua, el río (sobre todo), la piedra, los árboles, eran hierofanías, asi como el
despliegue violento de las fuerzas naturales (tempestades, diluvios, terremotos,
conformaban Kratofanías20). En la Willkallaqta de Pachacuti, se revela el espíritu
creativo del arquitecto inca quien supo dominar el paisaje del Antisuyo. Por eso, el
prologuista de la reedición de la obra de Valcárcel, Jorge Flores, dice: “que dado el
éxito de la ingeniería inca, Machupicchu ha ganado la denominación de “Obra
Maestra de la Hidráulica Mundial” otorgada por la Asociación de Ingenieros Civiles
de Estados Unidos”. (Jorge Flores Ochoa: “Prólogo”. escrito para la segunda edición
de “Machu Picchu”, del Dr. Luis E. Valcárcel México, 2009) Queda además
demostrado como conclusión para Valcárcel que Machupicchu fue una ciudad
sagrada, pero no exclusivamente un Santuario o un Monasterio, sino que también
ha debido tener funciones políticas, económicas y hasta esotéricas, pues
probablemente era Willkabamba la Vieja, es decir la Universidad de la idolatría
(Vitcos) el que sería su verdadero nombre y del cual procede por adulteración el de
“Picchu”. Para finalizar, Valcárcel se apoya en van der Leeuw, para quien en todo
lo que existe el hecho “primitivo” (o primordial) percibe lo sobrenatural de allí que en
el mundo de la naturaleza, lo profano y lo sagrado conviven, estando Machupicchu
embargado de sacralidad. (Valcárcel, 2009) (Tamayo: 62).
El Valle y el río del Willkamayo proceden de la casa del Sol: Willkan-Uta, en aymara
y Willkanota, río sagrado en quechua, dios del agua, que preside la cuenca hasta la
Amazonia. (Tamayo: 62).
Machupicchu, tiene por eso edificios para residencia del rey y de su corte, pero sus
construcciones sugieren más bien funciones religiosas. Su topografía: peñas, picos
cónicos, cuevas, vistas de nevados eran los elementos importantes para la religión
de los incas. El sitio de Machupicchu debió ser elegido por Pachacuti porque debió
impresionar profundamente al organizador del culto reformado. (Rowe, 1990).
(Tamayo: 63).
3.8.- Manuel Chávez Bailón, que no tiene mucha bibliografía, como sabemos,
excepto tres artículos breves sobre el Cuzco incaico y uno sobre la cerámica de
Machupicchu, declara que él confirma la hipótesis de Rowe, en el sentido de que
Machupicchu era una Hacienda Real de Pachacuti, y que fue construida por el
mismo entre 1450 y 1470, en el camino a las cabeceras de la Selva con rumbo al
Chinchaysuyo. Según este gran conocedor del cuzco antiguo, Machupicchu fue un
enclave de sentido religioso y mágico: y su significación religiosa estaba dada por
la piedra (por la roca) elemento divino de la Pachamama para los incas (Chávez
Bailón, comunicación personal, 11-08-1990). Los baños mismos al pie de la
Willkallaqta, habrían tenido un sentido mágico, porque curan el reumatismo y la
artritis: nuestro maestro Chávez Bailón, consideraba que en Machupicchu habría
habido influencia ecuatoriana, Chinchaysuyana. (Chávez Bailón, comunicación
persoonal, 11-08-1990.). (Tamayo: 63).
Según los arqueólogos Richard Burger y Lucy Salazar, ellos reunieron evidencia
arqueológica, que apoya la idea de que Machupicchu era, en palabra de Salazar,
“una especie de “Camp David” para una cultura en la que el gobernante se permitía
el gusto de ayunar mientras contemplaba la montaña en lugar de quitar 1a maleza
o trotar por el campo”21. (Tamayo: 64).
Alexis Carrel
Pero también surge un filósofo, pensador y científico que fue el primero en aplicar el
método fenomenológico de Husserl al estudio de lo sagrado. Se trata de Rudolf
Otto, filósofo y teólogo alemán, casi contemporáneo, nacido en 1869 y que se
doctoró en Teología y fue Privat Dozent en la Universidad de Gotinga y luego
profesor ordinario. Desde el punto de vista fenomenológico, Rudolf Otto, ha
estudiado la experiencia de lo sagrado y ha acuñado un término para designarlo: El
de la numinosidad o de lo numinoso, introducido por él en la etnología religiosa para
designar e indicar la conciencia de cualquier cosa misteriosa y terrible que inspira
temor y veneración y se halla en la base de la conciencia religiosa de la humanidad
(Rudolf Otto, en Nouvisima Enciclopedia Generale de Agostini, concepto de lo
Numinoso, tomo VII: 5039, en Enciclopedia de Agostini, 1998, Novara, Italia.).
(Tamayo: 70).
Jhon Rowe nos reveló lo siguiente: “el valor de Machupicchu, para los incas, habría
sido religioso y mágico) y sobre todo paisajístico, porque el paisaje para los incas
Hanan, tenía una fascinación especial: los cerros, cumbres, nevados, abismos,
bosques, conformaron en Machupicchu, un paisaje hermoso, porque el paisaje fue
para los Incas, un componente fundamental de su religión. Por eso Pachacuti,
habría elegido a Machupicchu, por lo excepcional de su paisaje montañoso, fluvial
y biodiverso, porque lo hermoso de ese paisaje natural, los empujo a construir allí
la Willkallaqta, aportando a la hermosura natural del paraje cordillerano la belleza
artística de lo mejor de su arquitectura tan original" (John Rowe, comunicación
personal, Cuzco, 14-VIII-1990). (Tamayo: 71).
Manuel Chávez Ballón, confirma y matiza esta observación tan profunda de Rowe
e insolita en él, porque el rigor del maestro norteamericano se humaniza con sus
palabras, de un contenido estético y humano. Chávez Baillón en su confidencia a
nosotros dice: "Los Incas miraban y admiraban el paisaje, para distraerse y elevar
la calidad de su espiritu, en lugar de mirar la television como nosotros los hombres
del siglo XX. Miraban en el paisaje como una presencia religiosa, porque en ella
estaban el rio, los Apus de las montañas y el bosque siempre verde de
Machupicchu, como una comprension mistica del cosmos y la naturaleza, y esta
inmersion en el paisaje les servia para profundizar de su religion e identificarse con
el ecosistema" (Manuel Chávez Ballón, comunicación personal, Cuzco 16 de Agosto
de 1990). (Tamayo: 71).
Por todo esto, un hombre que sintió al Cuzco como nadie y cuyo verbo fue
inigualable decía que: “para captar el paisaje se necesita una disposición especial,
sentimiento, ímpetu emocional, el paisaje no se entrega al que lo capta como una
cámara fotográfica, sino al que lo siente, y allí está la cuestión, en sentirlo” (Velazco
Aragón: Anteprólogo a “Leyendas del valle sagrado de los Incas y otros estudios”,
1960). Los Incas sabían sentir el paisaje y por eso, lo absoluto, se revelaba a ellos
en su contemplación íntima y cercana. (Tamayo: 71).
“El otro dios, era el símbolo arquetípico, de la Gea25, la Tierra o Pachamama, que
era un tema o una imagen simbolizada con un motivo escalonado que en alguna
forma imitaba los andenes o terrazas de cultivo, a diferencia del Dios del Agua que
fue muy retratado en la iconografía prehispánica, la Diosa Tierra fue representada
con moderada frecuencia”. (Tamayo: 72).
"Junto a estos dos dioses más encumbrados del Panteón Andino: El Dios del Agua
y la Diosa Tierra o Pachamama, pululaban una infinidad de criaturas divinas
menores que se consideraban sagradas o “huacas”. Como en la historia
prehispánica sobrevenían inveteradas crisis alimentarias por las anomalías climá-
ticas que se suponía eran desatadas por el Dios del Agua y que hoy sabemos, se
deben a causas como la presencia del Fenómeno del Niño y de la Niña; por eso
aparece el relato mítico del “Qhoa”, que es el “felino volador” y que según Valcárcel
representaba el “mayupuma o nutria del río” que era anfibia y era el símbolo de los
malos y buenos tiempos, respecto a la lluvia. El Dios del Agua, se materializaba en
los Apus o cimas cordilleranas y donaba el agua mediante la escorrentía de los
nevados y los ojos de aguas o “Pucyos”. De esta manera los Apus, en otras
palabras, el Dios del Agua, ofrecía a la humanidad, el liquido elemento que ali-
mentaban a las lagunas, y las quebradas, y hacia llover y permitía el riego de las
chacras”. (Kauffmann, 2012) (Valcárcel, comunicación personal de 1976). (Tamayo:
72).
"Parece ser que el Dios del Agua, (era por lo menos en la Costa, la más encumbrada
deidad del antiguo Perú). Así Pachacámac parece haber sido una representación
del Dios del Agua que debía ser fecundante pues fertilizaba a la Diosa Tierra o
Pachamama. Kauffmann, cita a Miguel de Estete (1533), cuando comenta que
Pachacámac sostiene a la gente y cría los mantenimientos, sin tratarse de un Dios
creador, puesto que la humanidad habría tenido lugar, al haber sido expulsada del
vientre de la Diosa Tierra o Pachamama a través de grutas o lagunas. Entre los
muchos nombres que recibía el Dios del Agua en tiempos del Incario, el más popular
era el de “Illapa”, este calificativo no era aplicado tan sólo al rayo, ni al trueno, sino
que incluía los diversos fenómenos atmosféricos que acompañan a las
tempestades”. (Kauffmann, 2012). (Tamayo: 73).
Las investigaciones del arqueólogo andinista Johan Reinhard, han dado un vuelco
a lo que se llama hoy la “Geografía Sagrada”, el “Centro Sagrado” y el “escenario
Geográfico Sagrado”, mostrando cómo el culto a las cumbres más altas o montañas
más importantes, morada de los Apus, estaba en la esencia de la religión cósmica
de los incas. (Johan Reinhard: “Machupicchu el Centro Sagrado”. Edit. National
Geographic Soc Childrens books, 1998) (Tamayo: 73).
Jacques L. Monod
2.- Previo este exordio un poco detenido pero indispensable para comprender la
circunstancia, como decía Ortega, es necesario que comprendamos que dentro de
la Estética neokantiana, se diferencia la belleza natural, a la que se llama lo
hermoso, de la obra del hombre, es decir de la belleza artística que se llama lo bello.
A su vez diferentes de la belleza moral a la que se llama lo bueno. Luego la idea de
lo sublime que surgió de algunos filósofos griegos, como el llamado Anónimo,
consiste en: “un no sé qué de excelencia y perfección soberana del lenguaje que
gracias a él lograron su preeminencia los mejores poetas y prosistas”. (David
Sobrevilla: “Estética de la Antigüedad Occidental”. Edit. Universidad Ricardo, Lima,
2010). (Tamayo: 83).
Insistimos que se trata del arte y ciencia de una élite compuesta por estos
formidables arquitectos e ingenieros Incas, hombres capaces de encontrar
soluciones técnicas y al mismo tiempo bellas y prácticas, y cuya tecnología
desapareció en gran parte como consecuencia la conquista…(Tamayo: 87).
“Por una singular paradoja, nuestra época, que se aleja día a día del pensamiento
racional y de la escritura, se esfuerza por identificar las actividades del pensamiento
plástico y figurativo con las del espíritu informador, porque nuestra época está
enamorada de la idea del signo, pero que si bien acepta el signo matemático,
rechaza la idea de que el signo artístico sea de otra naturaleza que el verbal hablado
o escrito”. (Fierre Francastell: “Ensayos sobre Sociología Del Arte”, 1972). (Tamayo:
87).
En Machupicchu es posible utilizar varias categorías de lo estético: primero lo
HERMOSO, para calificar la belleza natural del paisaje: montañas, bosques, ríos,
flores, plantas, frutos y todo el ambiente de nicho ecológico, verde y exuberante de
la Willkallaqta. Esta constituye geográficamente un anfiteatro o atalaya gigantesca
sobre todo un gran pedazo de las cordilleras de Willkabamba y Willkanota, allí se
puede apreciar toda la hermosura de la naturaleza; del nicho ecológico en que se
implanta la Willkallaqta y que se combina con el deslumbrante sol, la visión de los
picos nevados y toda la hermosura del Río Sagrado que encierra su curso en un
anillo en torno al Santuario de Machupicchu. (Tamayo: 89).
“En el lugar escogido por el inca Pachacuti para crear Machupicchu hace más de
medio milenio se hallaron los factores geográficos, cosmológicos y ecológicos
buscados en una conjunción realmente sorprendente. Eso nos hace comprender el
misticismo de los incas que en su visión intuitiva creían firmemente en la
comunicación del hombre con lo sobrenatural y que les deba alegóricamente una
energía capaz de generar una enorme fuerza creadora expresada en la arquitectura
de 1a Willkallaqta”. (Samanez Argumedo, 2011). (Tamayo: 91).
“Uno de esos factores, el rio Wiillkanota que fluye de sureste a noroeste, reproduciendo la
trayectoria del sol, el Dios y el tótem propio de los incas y que se pone detrás de los picos nevados
que eran otras tantas deidades. La Cruz del Sur conjunto de estrellas de la vía láctea,
la constelación a la que pertenece a la Tierra, el rio celestial en el pensamiento
andino, puede ser observado encima del Nevado Salcantay (el pico salvaje) una de
las montañas más veneradas por los incas. El lugar en que se halla Machupicchu,
según Reinhard, está ubicado al centro de montañas sagradas orientadas en torno
a sus dos ejes, permitiendo la apreciación de los cuatro puntos cardinales. Por eso
Reinhard señala que se trata de Axis Mundi, un centro sagrado que une
conceptualmente la tierra con el cielo, tomando estas ideas de Valcárcel que a su
vez proceden de Mircea Eliade”. (Samanez Argumedo, 2011; Reinhard, 2002).
(Tamayo: 92).
Para finalizar se encuentra “El Templo del Cóndor”, obra que sin duda sintetiza el
espíritu inca impregnado de simbolismo y gran capacidad para crear con sus
técnicas constructivas, edificaciones que complementaban las formas naturales
porque había en el lugar dos grandes rocas de granito, que debieron dar la
impresión de alas abiertas y labrando en el piso el cuello, la cabeza y el pico del
cóndor, demostrando la capacidad de extracción que tenía la arquitectura de los
incas. (Samanez Argumedo, 2011). (Tamayo: 93).
Además, el Santuario estaba dedicado a ser la tumba definitiva del Inca Pachacuti
y para él, parece que construyeron un mausoleo, que para Lumbreras se trata de
una obra ciertamente equivalente a las que levantaron otras civilizaciones, para sus
héroes sagrados (Lumbreras, 2005) Se trata de una cueva natural agrandada, con
un trabajo de cantería de piedra de exquisita calidad, cubierta por una enorme roca,
sobre la cual se edificó el torreón de planta circular y se ubica en el corazón de la
zona urbana de Machupicchu”. (Flores Ochoa, Jorge; Elizabeth Kuon Arce, Roberto
Zamanes Argumedo, Luis Federico Barrera, etc.: “Cuzco, del mito a la historia”.
Banco de Crédito, 2007). (Tamayo: 94).
Jesús de Nazaret
Pascal, decía que no había otra manera de probar la verdad de las ideas que
percibirlas en el propio corazón. (Tamayo: 133).
Machupicchu y la Literatura,
“Los poetas creadores y sus obras son como las altas montañas:
Machupicchu
Machupicchu
Mi corazón desolado
De tus laderas
Siderales