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Ensayo sobre genocidio en Rwanda

Delitos de lesa humanidad y el rol de los medios de comunicación

Iván Pondal
6to B TIC
Contenido
• Introducción
o El delito de genocidio
o El genocidio en Rwanda
o El poder de los medios de comunicación
• Desarrollo
• Conclusión
• Bibliografía
El delito del Genocidio
En 1945, no existía ninguna definición legal específica para la destrucción sistemática de
un grupo particular de personas. No fue hasta 1944 que surgió una palabra para semejante
acto, y hasta 1948 que este acto se penalizó formalmente en el derecho internacional.

En 1944, un abogado judío-polaco llamado Raphael Lemkin (1900-1959) buscó describir


las políticas nazis de asesinato sistemático, incluso la destrucción de los judíos europeos.
Formó la palabra “genocidio” al combinar geno, de la palabra griega que significa “raza”
o “tribu”, y cidio, de la palabra latina que significa “matar”. Al proponer este nuevo
término, Lemkin tenía en mente “un plan coordinado de diferentes acciones destinadas a
la destrucción de las bases esenciales de la vida de grupos nacionales con el objeto de
aniquilar a dichos grupos". Al año siguiente, el Tribunal Militar Internacional (IMT) en
Nuremberg acusó a los líderes nazis de “crímenes contra la humanidad”. La palabra
“genocidio” se incluyó en la acusación pero se usó como término descriptivo y no legal.

El 9 de diciembre de 1948, en las sombras del Holocausto y, en gran parte, gracias al


incansable esfuerzo del propio Lemkin, las Naciones Unidas aprobaron una Convención
para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. Esta convención estableció el
“genocidio” como un delito internacional el cual las naciones signatarias “se
comprometen a evitar y sancionar”. Con las palabras de la histórica convención del
genocidio:

“«Genocidio» se refiere a cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de


destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:

a. Asesinar a miembros del grupo.


b. Provocar serias lesiones físicas o mentales a miembros del grupo.
c. Imponer deliberadamente en el grupo condiciones de vida calculadas para causar su
destrucción física total o parcial.
d. Imponer medidas destinadas a prevenir nacimientos dentro del grupo.
e. Transferir a niños del grupo a otro grupo por la fuerza”.
El genocidio en Rwanda
En 1994, en presencia de toda la comunidad internacional, más de 800.000 rwandeses,
fundamentalmente de la etnia tutsi, murieron masacrados por las milicias y las fuerzas
gubernamentales hutu durante un período de apenas 100 días. Las matanzas comenzaron
el día después de que un avión que transportaba a los presidentes de Rwanda y Burundi
fue derribado mientras se disponía a aterrizar en Kigali, la capital de Rwanda. Los
presidentes regresaban de las conversaciones de paz destinadas a apuntalar un precario
acuerdo de paz y a poner fin al conflicto entre el gobierno predominantemente de la etnia
hutu y el ejército rebelde mayormente tutsi. El accidente avivó nuevamente la guerra. Las
fuerzas gubernamentales en retirada se sumaron a las milicias étnicas hutu para incitar a
los civiles a que mataran a los miembros de la etnia tutsi. Alegaban que los civiles estaban
ayudando a los rebeldes tutsi y utilizaban este pretexto para justificar la matanza de
personas inocentes.

No se autorizó la intervención de una pequeña fuerza de mantenimiento de la paz que


había sido enviada por las Naciones Unidas. Se alertó de que el genocidio estaba a las
puertas pero no se adoptó medida alguna.

Hoy en día, los efectos del genocidio en Rwanda se hacen sentir aún de muchas maneras
diferentes tanto dentro del país como en los Estados vecinos, incluidas las regiones
orientales de la República Democrática del Congo, donde vastas zonas de la provincia de
Kivu meridional siguen bajo el control de las milicias hutu de Rwanda y sus aliados
locales. Junto con otros combatientes de la guerra del Congo, siguen cometiendo graves
violaciones de los derechos humanos, que incluyen secuestros, matanzas y violación. La
violencia sexual, en particular contra las mujeres y los niños, se ha generalizado.
El poder de los medios de comunicación
En agosto de 1993 la emisora ruandesa RTML (Radio Televisión Libre de las Mil
Colinas) difundía de manera divertida sus mensajes políticos contra los tutsis. Los insultos
eran tan descabellados que los propios tutsis preferían escuchar la RTLM en vez de su
propia estación de radio.

"Las tumbas están sólo a medio llenar" – repetía la radio de las Mil Colinas mientras los
hutus ejecutaban su planificada cacería. Estaban provistos con más de medio millón de
machetes comprados unas semanas antes a China. Los asesinos se citaban cada mañana
en el campo de fútbol de Nyamata para afilar sus herramientas con piedras e iniciar el
rastreo.

La radio de las Mil Colinas ofrecía detalles de aquellos que debían ser acosados y
asesinados: descripciones individuales y números de matrícula. Durante sus emisiones, la
RTLM alentó el corte de carreteras “y felicitaba a los perpetradores de las masacres de los
tutsis que tenían lugar en estos bloqueos".

“La emisora estaba en todos los controles y había miles”- aseguró un investigador de la
policía – “Mucha gente nos dijo que mataban porque la radio se lo pedía”.

“Los tutsis no merecen vivir, – repetía la voz del locutor– hay que matarlos. Incluso a las
mujeres preñadas hay que cortarlas en pedazos y abrirles el vientre para arrancarles el
bebé”.

En el año 2003, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda procesó a los responsables
de la emisora y les condenó a cadena perpetua por genocidio e incitación pública a
cometerlo.

"No respetaron la responsabilidad que conlleva la libertad de expresión - dijo la juez - y


envenenaron las mentes de sus oyentes". Los medios "prepararon el terreno para el
genocidio" – dijo. Y recordó que la radio era "el medio de comunicación que llegaba a
más gente en Ruanda".
Desarrollo
Con lo leído hasta este punto sobre el caso del genocidio en Rwanda, podemos ver que su
ejecución fue el resultado de una sumatorio de factores que llevados a su punto
culminante en el momento preciso llevaron a que una gran masa de la población actuase
de la forma violenta e inhumana que se puede observar en lo que fue este terrible hecho.

Aquí entraron en juego el rencor de los hutus hacia los tutsis, debido a su pasado también
nefasto, donde los hutus eran tratados de forma injusta por ser considerados parte de una
clase inferior, combinado con el temor a una posible sublevación por parte de los tutsis
exiliados luego de la abolición de la monarquía, todo esto amplificado por los medios de
comunicación y su constantes ataques hacia los tutsis convenciendo a los oyentes de la
amenaza que presentaban y como era fundamental eliminarlos lo antes posible.

Conclusión
En lo que es mi opinión, creo que este caso y más, nos demuestran como más allá de que
en el mundo han ocurrido enormes cantidades de matanzas con sus respectivas
consecuencias y efectos en la sociedad tanto a nivel nacional como internacional, si se
llega a las condiciones necesarias, los genocidios siguen surgiendo por un hecho de que el
ser humano llevado a una posición de un profundo sentimiento de odio generado hacia un
tercero, donde este es encasillado como la fuente de todos los problemas y/o amenaza del
bienestar general, actuá sin pensar, casi como si se tratase de un instinto animal.

Para evitar esto, se debe no solo recordar y estudiar las causas de los diversos genocidios
ocurridos, sino que actuar en base a estos para prevenir su repetición en otras partes del
mundo, interfiriendo en los momentos correctos y llegando a soluciones que puedan
plantearse sin la necesidad de llegar a términos de violencia.

Bibliografía
• http://www.alaingarcia.net/ensayos/rwanda.htm
• http://www.fogonazos.es/2006/01/la-radio-de-las-mil-colinas.html
• http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/rwanda_20245.html
• http://www.un.org/es/preventgenocide/rwanda/index.shtml

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