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Medición multidimensional de la pobreza infantil

Una revisión de sus principales componentes teóricos, metodológicos


y estadísticos

Dicho proyecto expresa una alianza de larga data entre CEPAL y UNICEF-LACRO. En la línea
de trabajo asociada a la medición y análisis de la pobreza infantil con enfoque
multidimensional, el trabajo conjunto se inició el año 2009 y sus primeros resultados se
publicaron en el libro Pobreza infantil en América Latina y el Caribe‖ en diciembre de 2010. El
trabajo continuó mediante diversas publicaciones adicionales, el desarrollo de una guía en
línea con una propuesta metodológica para medir en forma multidimensional la pobreza
infantil, así como la realización de talleres de capacitación en esa metodología a diversos
países solicitantes.

La nueva agenda global hacia el año 2030 y, en consecuencia, la definición de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) que, de manera similar que los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM) incluye como primer objetivo ―erradicar la pobreza en todas sus formas en
todo el mundo‖, plantea un nuevo desafío respecto de las mediciones multidimensionales de
pobreza infantil (entre otros indicadores).

Esta forma de abordar la Agenda 2030 tiene la gran ventaja de favorecer la apropiación de
dichas medidas por parte de los países y, por lo tanto, su adaptación a las necesidades y
capacidades nacionales. Pero, también, ello supone un desafío para los organismos
internacionales, ya que los datos internacionalmente comparables permiten un marco común
de monitoreo del progreso en la reducción de la pobreza, la identificación de brechas al interior
y entre países y favorecen la orientación de esfuerzos y recursos, aunque por el momento no
se ha acordado elaborar un marco común de indicadores que permitan realizar dicho
seguimiento.

En este contexto, para conocer y dar cuenta de la diversidad de aproximaciones y relevar


algunas decisiones teóricas y metodológicas clave en la construcción y aprovechamiento de
estas medidas sintéticas, los esfuerzos de CEPAL y UNICEF-LACRO se han orientado en un
primer momento a realizar un análisis comparativo de los diversos estudios nacionales e
internacionales que abordan la pobreza infantil con métodos multidimensionales.

Pero el documento también tiene un segundo objetivo que alude al relevamiento de los puntos
comunes de las mediciones multidimensionales de la pobreza en la infancia tanto en América
Latina y el Caribe como en otras regiones del mundo. Si las condiciones lo permiten, esto
favorecerá la discusión regional acerca de la posibilidad de construir metodologías comunes
para realizar un monitoreo comparativo de los avances en la reducción de la pobreza infantil.

El presente resumen ejecutivo no pretende sintetizar todos los elementos que constituyen la
conceptualización y medición, y los diversos caminos que han seguido los diferentes estudios,
sino que destacar algunos componentes fundamentales y frente a los cuales las diversas
propuestas no son necesariamente comunes.

La especificidad de la pobreza infantil

Si bien la pobreza en la infancia comparte atributos con la pobreza entre los adultos, presenta
ciertas particularidades una especificidad propia– que la distingue de la segunda. En primer
lugar, los niños, niñas y adolescentes tienen una mayor vulnerabilidad frente a la pobreza. A
su vez, esta mayor vulnerabilidad a la pobreza se asocia al menos a tres factores:

i) Los niños, en particular los más pequeños, son muy dependientes del cuidado de los adultos
y permeables a todo lo que ocurre a su alrededor, especialmente en su familia y entorno más
cercano. En ese contexto de dependencia, la familia (o entorno directo) juega un rol
fundamental en proveer las condiciones de seguridad (entre ellas, las emocionales),
económicas y materiales que requiere el desarrollo infantil.

ii) Para niños, niñas y adolescentes la pobreza adquiere un carácter acumulativo, generando
una mayor probabilidad de continuar y experimentar pobreza en la adultez entre aquellas
personas que sufrieron de la pobreza en la infancia (impacto a largo plazo). Entre los niños
que viven en situación de pobreza, la carencia de una nutrición adecuada, la falta de cuidados
de la salud o de educación, experiencias de violencia y abandono, entre otras privaciones, se
suman y se traducen en un acceso limitado a un sinnúmero de oportunidades, lo que facilita
que la pobreza pueda extenderse a lo largo de toda la vida.

iii) Además de tener un carácter acumulativo, vivir la pobreza en esta etapa del ciclo de vida
puede tener efectos irreversibles. Por ejemplo, no es posible revertir los efectos de la
malnutrición, o recobrarse de discapacidades prevenibles, o recuperar años de privaciones
que disminuyeron el crecimiento y las posibilidades de desarrollo.

Desde el punto de vista subjetivo, la pobreza infantil se caracteriza porque niños, niñas y
adolescentes experimentan y perciben la pobreza de manera distinta a los adultos. Las
múltiples carencias y privaciones que sufren los hogares pobres que tienen niños, son
experimentadas y representadas de distinta forma por sus diferentes integrantes. Estudios
realizados en América Latina de las percepciones de los niños sobre sus condiciones de vida
muestran que tiende a predominar una percepción de la pobreza como carencias (materiales e
intangibles), que trascienden la disponibilidad de ingresos (UNICEF, 2015).

Por otro lado, más allá de la especificidad propia de la pobreza infantil que la distingue de la
pobreza entre adultos, hay factores que hacen a ciertos grupos de niños/as más vulnerables
que otros y con mayores posibilidades de vivir en condiciones de pobreza. Es el caso del
género, la etnia, la raza y el territorio, entre los más relevantes. En América Latina, las niñas y
mujeres adolescentes están presentes en 55% de los hogares, y más de un tercio de ellas se
encuentran en situación de pobreza, incidencia que se eleva considerablemente en zonas
rurales (Céspedes y Robles, 2016).

Pero además, las niñas sufren particulares injusticias y desigualdades -violencia de género,
trabajo doméstico no remunerado, matrimonio infantil, embarazo temprano– que hace que
ellas presenten una muy alta probabilidad de convertirse en mujeres que continuarán viviendo
las distintas expresiones de la desigualdad de género en su vida adulta, y posteriormente en la
vejez, y experimentando diversos tipos de discriminación y exclusión.

Por su parte, un patrón generalizado de inequidad afecta a los niños y niñas indígenas y
afrodescendientes en los países de la región, que se verifica en todas las dimensiones de la
pobreza infantil consideradas. Los niños, niñas y adolescentes indígenas y afrodescendientes
rurales tienen más desventajas relativas que sus coetáneos urbanos, pero las desigualdades
respecto del resto de la población infantil son mayores en la ciudad (CEPAL/UNICEF, 2012).

Los enfoques teóricos


En la actualidad, existen tres principales enfoques en uso para analizar la pobreza en general
y la pobreza infantil en particular: el enfoque utilitarista (monetario), el enfoque de capacidades
y el enfoque de derechos.

Entre los enfoques utilizados en la medición de la pobreza general, el enfoque monetario es el


que presenta un mayor predominio a nivel mundial. En términos metodológicos, el enfoque
monetario es un método indirecto, toda vez que considera como medida de privación el
consumo potencial de bienes y servicios, pero no su satisfacción efectiva (STPP/UNICEF,
2015).

Uno de los fundamentos para hacer uso del enfoque monetario es el que indica que existe un
ingreso mínimo considerado como esencial para que los individuos o los hogares tengan la
libertad de gozar de una vida decente e independiente. Asimismo, los indicadores monetarios
se utilizan bajo el supuesto de que pueden tomar adecuadamente el lugar de otros aspectos
relacionados con el bienestar y la pobreza (Laderchi, Saith y Steward, 2003, en: Minujín,
Delamónica y Davidziuk, 2006).

La pobreza infantil no solo es un problema dramático en sí mismo sino también en términos de


su significación para el desarrollo social de los países, en particular porque la pobreza infantil
es un eslabón clave en la reproducción intergeneracional de pobreza y la desigualdad. Implica
que las oportunidades de los niños están determinadas por la posición de los padres y
condiciones de vida que les puedan brindar, sin que haya una variación intergeneracional
significativa que les permita que en sus trayectorias de vida puedan desvincular el origen
social familiar de sus capacidades y logros. En definitiva, la lucha por erradicar la pobreza
infantil tiene un papel clave en la lucha contra la pobreza en general y la desigualdad en
nuestras sociedades.

Las aproximaciones metodológicas a la pobreza infantil

El documento también examina las principales decisiones metodológicas que se han tomado
en los diversos estudios sobre pobreza multidimensional, y en particular en los de pobreza en
la infancia. El análisis comparado se centra principalmente en la definición o selección de las
dimensiones para las cuales se miden las privaciones, los indicadores y umbrales que definen
la situación de privación o no privación en cada indicador o conjunto de indicadores, las
ponderaciones que se asignan a los indicadores o dimensiones, los umbrales dimensionales
(cantidad o proporción de privaciones que permiten identificar a las personas u hogares
pobres), las implicaciones del trabajo con distintas unidades de análisis, y las iniciativas que
combinan de una u otra forma la medición multidimensional con el enfoque monetario.

En esta síntesis se recogen solo los principales aspectos de dicho proceso de toma de
decisiones. En términos genéricos, los procedimientos que se utilizan para medir la pobreza y
calcular medidas sintéticas se pueden agrupar en dos grandes etapas que siguen una
secuencia lógica: la identificación y la agregación (Feres y Mancero, 2001). Aunque en la
práctica uno y otro proceso están muy ligados, particularmente en las metodologías de última
generación, aquí se abordan diversas decisiones asociadas a la etapa de identificación,
entendida como ―la definición de uno o varios criterios que permiten reconocer a un individuo
u hogar como pobre‖ (CEPAL/UNICEF, 2014).

A modo de cierre
No cabe duda que la infancia, en sus diferentes etapas, es un periodo clave para el desarrollo
de la persona en distintas dimensiones como el desarrollo físico, el desarrollo del lenguaje y
comunicación, las destrezas cognitivas y las habilidades socioemocionales, entre otras. Tal es
la relevancia de estos primeros estadios de desarrollo, que cualquier situación o proceso que
los afecte tiene consecuencias para el resto de la vida de cada individuo.

Los costos de un desarrollo trunco o con múltiples falencias no solo son de cargo de la
persona que lo ha sufrido, sino también afectarán a la familia que forme y, en términos más
generales, se transforma en un desaprovechamiento de las capacidades humanas por parte
de la sociedad. Más aún, implica una pérdida neta en términos de los recursos requeridos
para servicios y bienes (programas especiales de nutrición, salud, educación y formación,
entre otros) que deben destinarse no solo a combatir la pobreza sino también a los efectos
que esta ha tenido en las personas, y los déficit en los niveles de bienestar que presentan y
que a la vez facilitan la reproducción de la pobreza, la vulnerabilidad y los altos niveles de
desigualdad que afectan en particular a las sociedades de menor desarrollo relativo.

Las particularidades que tiene la etapa infantil en tanto momento clave para el desarrollo de
las capacidades humanas ha llevado a considerar que una situación de carencias o
privaciones tiene efectos mucho más profundos y duraderos en las personas que se
encuentran en esta etapa del ciclo de vida que en otros grupos de edad. También ha
impulsado la reflexión acerca de la pertinencia, al momento de establecer quienes están en
situación de pobreza, de los elementos que usualmente se consideran cuando se efectúa una
medición de la situación de pobreza de los hogares y las personas.

Aunque no haya proposiciones teóricas y metodológicas absolutamente claras e


incuestionables, la noción de que debe hacerse una adaptación de la manera de concebir la
pobreza, así como aquello que se debe tener en cuenta al medirla, persiste y sustenta los
esfuerzos de diversos organismos internacionales, organismos nacionales oficiales y
organizaciones no gubernamentales por relevar la importancia y especificidad que tiene la
pobreza en la infancia.

El establecimiento de la Agenda 2030 junto con el Objetivo de erradicar la pobreza en todas


sus dimensiones imprime mayor urgencia al desarrollo a nivel nacional e internacional de
medidas multidimensionales que complementen las medidas monetarias y que permitan
cuantificar y caracterizar la pobreza de diversos grupos poblacionales, incluyendo a los niños,
niñas y adolescentes como sujeto específico de examen, y así poder orientar mecanismos de
combate a la pobreza más efectivos, eficientes y pertinentes a las necesidades de las diversas
poblaciones.
Multidimensional measurement of child poverty
A review of its main theoretical, methodological and
statistical components

This project expresses a long-standing alliance between ECLAC and UNICEF-LACRO. In the
line of work associated with the measurement and analysis of child poverty with a
multidimensional approach, joint work began in 2009 and its first results were published in the
book Child Poverty in Latin America and the Caribbean‖ in December 2010. The work
continued through various additional publications, the development of an online guide with a
methodological proposal to measure child poverty in a multidimensional way, as well as
conducting training workshops in this methodology to various applicant countries.

The new global agenda towards the year 2030 and, consequently, the definition of the
Sustainable Development Goals (SDGs) which, similarly to the Millennium Development Goals
(MDGs), includes as a first objective - eradicating poverty in all its forms around the world,
"poses a new challenge regarding multidimensional measures of child poverty (among other
indicators).

This way of approaching the 2030 Agenda has the great advantage of favoring the
appropriation of these measures by the countries and, therefore, their adaptation to national
needs and capacities. But, also, this poses a challenge for international organizations, since
internationally comparable data allow a common framework for monitoring progress in reducing
poverty, identifying gaps within and between countries and favoring the orientation of efforts
and resources, although for the time being it has not been agreed to elaborate a common
framework of indicators that allow for such monitoring.

In this context, in order to know and account for the diversity of approaches and to highlight
some key theoretical and methodological decisions in the construction and use of these
synthetic measures, the efforts of ECLAC and UNICEF-LACRO have been oriented at first to
make a comparative analysis of the various national and international studies that address
child poverty with multidimensional methods.
But the document also has a second objective that refers to the survey of the common points
of multidimensional measurements of childhood poverty in Latin America and the Caribbean as
well as in other regions of the world. If conditions allow, this will favor the regional discussion
about the possibility of building common methodologies to carry out a comparative monitoring
of the advances in the reduction of child poverty.

The present executive summary does not attempt to synthesize all the elements that constitute
the conceptualization and measurement, and the different paths that the different studies have
followed, but to highlight some fundamental components and against which the various
proposals are not necessarily common.

The specificity of child poverty


Although poverty in childhood shares attributes with poverty among adults, it has certain
specificities that are specific to it - that distinguishes it from the second. First, children and
adolescents are more vulnerable to poverty. In turn, this greater vulnerability to poverty is
associated to at least three factors:
i) Children, particularly the youngest ones, are very dependent on the care of adults and are
permeable to everything that happens around them, especially in their family and their
immediate surroundings. In this context of dependency, the family (or direct environment) plays
a fundamental role in providing the security conditions (among them, emotional), economic and
material that child development requires.

ii) For children and adolescents, poverty acquires a cumulative character, generating a greater
probability of continuing and experiencing poverty in adulthood among those who suffered from
poverty in childhood (long-term impact). Among children living in poverty, lack of adequate
nutrition, lack of health care or education, experiences of violence and abandonment, among
other deprivations, add up and result in limited access to a number of of opportunities, which
makes it easier for poverty to extend throughout life.

iii) In addition to having a cumulative character, living poverty at this stage of the life cycle can
have irreversible effects. For example, it is not possible to reverse the effects of malnutrition, or
recover from preventable disabilities, or recover years of deprivation that diminished growth
and development possibilities.

From the subjective point of view, child poverty is characterized by children and adolescents
experience and perceive poverty differently from adults. The multiple deprivations and
deprivations suffered by poor households that have children are experienced and represented
differently by their different members. Studies conducted in Latin America on children's
perceptions of their living conditions show that a perception of poverty tends to predominate as
shortcomings (material and intangible) that transcend the availability of income (UNICEF,
2015).

On the other hand, beyond the specificity of child poverty that distinguishes it from poverty
among adults, there are factors that make certain groups of children more vulnerable than
others and more likely to live in poverty. This is the case of gender, ethnicity, race and territory,
among the most relevant. In Latin America, girls and adolescent women are present in 55% of
households, and more than a third of them are in poverty, an incidence that rises considerably
in rural areas (Céspedes and Robles, 2016).

But in addition, girls suffer particular injustices and inequalities -violence of gender, unpaid
domestic work, child marriage, early pregnancy- which makes them have a very high
probability of becoming women who will continue living the different expressions of gender
inequality. in his adult life, and later in old age, and experiencing various types of discrimination
and exclusion.

On the other hand, a generalized pattern of inequity affects indigenous and Afro-descendant
children in the countries of the region, which is verified in all the dimensions of child poverty
considered. Indigenous and Afro-descendant children and adolescents have more relative
disadvantages than their urban peers, but inequalities with respect to the rest of the child
population are greater in the city (ECLAC / UNICEF, 2012).

The theoretical approaches

Currently, there are three main approaches in use to analyze poverty in general and child
poverty in particular: the utilitarian (monetary) approach, the skills approach and the rights
approach.

Among the approaches used in the measurement of general poverty, the monetary approach is
the one with the greatest prevalence worldwide. In methodological terms, the monetary
approach is an indirect method, since it considers the potential consumption of goods and
services as a measure of deprivation, but not its effective satisfaction (STPP / UNICEF, 2015).

One of the foundations to make use of the monetary approach is that which indicates that there
is a minimum income considered essential for individuals or households to have the freedom to
enjoy a decent and independent life. Likewise, monetary indicators are used under the
assumption that they can adequately take the place of other aspects related to welfare and
poverty (Laderchi, Saith and Steward, 2003, in: Minujín, Delamónica and Davidziuk, 2006).

Child poverty is not only a dramatic problem in itself but also in terms of its significance for the
social development of countries, particularly because child poverty is a key link in the
intergenerational reproduction of poverty and inequality. It implies that the opportunities of the
children are determined by the position of the parents and living conditions that they can offer,
without there being a significant intergenerational variation that allows them in their life
trajectories to dissociate the family social origin from their abilities and achievements. In short,
the struggle to eradicate child poverty has a key role in the fight against poverty in general and
inequality in our societies.

Methodological approaches to child poverty


The document also examines the main methodological decisions that have been taken in the
various studies on multidimensional poverty, and in particular those on poverty in childhood.
The comparative analysis focuses mainly on the definition or selection of the dimensions for
which the deprivations, indicators and thresholds that define the situation of deprivation or non-
deprivation are measured in each indicator or set of indicators, the weights that are assigned to
the indicators or dimensions, dimensional thresholds (quantity or proportion of deprivations that
allow identifying poor people or households), the implications of work with different units of
analysis, and initiatives that combine multidimensional measurement in one way or another
with the monetary.

In this synthesis, only the main aspects of this decision-making process are collected. In
generic terms, the procedures used to measure poverty and calculate synthetic measures can
be grouped into two major stages that follow a logical sequence: identification and aggregation
(Feres and Mancero, 2001). Although in practice both processes are closely linked, particularly
in the latest generation methodologies, here are several decisions associated with the
identification stage, understood as -the definition of one or several criteria that allow
recognizing an individual or household. as poor "(ECLAC / UNICEF, 2014).

By way of closure
There is no doubt that childhood, in its different stages, is a key period for the development of
the person in different dimensions such as physical development, the development of language
and communication, cognitive skills and socio-emotional skills, among others. Such is the
relevance of these early stages of development, that any situation or process that affects them
has consequences for the rest of the life of each individual.

The costs of a truncated development or multiple failures are not only the responsibility of the
person who has suffered, but also affect the family that forms and, more generally, is
transformed into a waste of human capabilities on the part of the society. Moreover, it implies a
net loss in terms of the resources required for services and goods (special programs of
nutrition, health, education and training, among others) that should be used not only to combat
poverty but also to the effects that poverty has had. in people, and the deficits in the levels of
well-being that they present and that at the same time facilitate the reproduction of poverty,
vulnerability and high levels of inequality that affect in particular the societies of less relative
development.

The peculiarities of the infant stage as a key moment for the development of human capacities
has led to the consideration that a situation of deprivation or deprivation has much deeper and
lasting effects on people who are in this stage of the life cycle in others

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