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MAESTRÌA EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

MÓDULO DE ESTUDIO

ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

COMPILADORES:
ECON. GUILLERMO VACA TERÁN
ECON. JUANITA SALINAS VÁSQUEZ
COLABORADOR:
ECON. FÉLIX LEÓN BARSALLO
2018
DESCRIPCIÓN DE LA ASIGNATURA

El módulo Economía Social y Solidaria, plantea una propuesta


diferenciadora de la economía en aras de conseguir, a través de su bagaje
científico, una aplicación que se acerque a las necesidades reales de la
sociedad, sobre todo al sector de base de la pirámide, como alternativa
real para la reducción de los niveles de pobreza de nuestro país.

OBJETIVOS DE LA ASIGNATURA

Contribuir a desarrollar las habilidades de los maestrantes para fortalecer


el conocimiento de las especificidades, empresariales y modelos de
gestión de la economía social y solidaria, mediante la aplicación de los
métodos de investigación científica apoyados en la teoría económica, la
normativa de la economía social y solidaria y las estrategias específicas de
su gestión.

OBJETIVOS DE DESEMPEÑO
 Identificar las características del modo empresarial cooperativo y
asociativo.
 Plantear alternativas empresariales sostenibles desde la propuesta de
la Economía Social y Solidaria.
 Distinguir el grado de profundidad de desarrollo de las empresas
según los objetivos de la Economía Social y Solidaria.
 Diseñar y construir estrategias para el fortalecimiento de las empresas
de la Economía Social y Solidaria.
CONTENIDOS

1. UNIDAD 1: ESPECIFICIDADES DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA


FRENTE A LA ECONOMÍA DEL CAPITAL
1.1 ¿Qué le hace solidaria a una economía?
1.2 Vertientes teóricas de la economía social y solidaria.
1.3 Características diferenciadoras de la economía social y solidaria

2. UNIDAD 2: MODALIDADES EMPRESARIALES DE LA ECONOMÍA SOCIAL


Y SOLIDARIA.
2.1 Marco normativo de la economía social y solidaria en el Ecuador.
2.2 Institucionalidad pública para la administración de la economía social y solidaria en el
Ecuador.
2.3 Formas de organización empresarial de la economía social y solidaria en el Ecuador.

3. UNIDAD 3: MODELOS DE GESTIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y


SOLIDARIA
3.1 Dimensión social, ética y cultural de la gestión de los bienes comunes en la Economía
Social y Solidaria.
3.2 Dimensión económica de la gestión de los bienes comunes en la Economía Social y
Solidaria.
3.3 Sistemas de participación en la gestión de los bienes comunes de la Economía Social y
Solidaria.
3.4 Sistemas de liderazgo y control social en la gestión de los bienes comunes de la Economía
Social y Solidaria.
3.5 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la economía social y
solidaria.
3.6 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la economía social y
solidaria: de Cooperación.
3.7 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la economía social y
solidaria: de Orientación Estratégica
3.8 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la economía social y
solidaria: de Gestión y Coordinación.
3.9 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la economía social y
solidaria: para el Aprendizaje.
3.10 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la economía
social y solidaria: para el manejo de Mundos Paralelos.
3.11 Aporte de la economía social y solidaria a los procesos de Desarrollo Local.
UNIDAD 1
ESPECIFICIDADES DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA FRENTE A
LA ECONOMÍA DEL CAPITAL

1.1 ¿Qué le hace solidaria a una economía?


1.2 Vertientes teóricas de la economía social y solidaria.
1.2.1 Vertiente Latinoamericana
1.2.2 Vertiente Europea
1.3 Características diferenciadoras de la economía social y solidaria

Objetivo de aprendizaje:
Identificar las características del modelo empresarial cooperativo y asociativo

Introducción
La Economía Social y Solidaría representa la recuperación del sentido sustantivo-plural de la
ciencia económica y su quehacer, se manifiesta como una propuesta de transformación social,
una contra revolución neoliberal fundamentada en la necesidad de buscar nuevas maneras de
vivir, acordes con una sociedad cada vez más interdependiente, justa e igualitaria, en suma una
sociedad democrática, que haga frente a los efectos devastadores del laissez-faire, laissez-passer, que
promocionó el progreso a precio de la dislocación social.

1.1 ¿Qué le hace solidaria a una economía?

La economía no es solidaria, sino la sociedad hace solidaria a una economía, es el modo de


producción el que determina el saber económico y la práctica de ese saber, condiciona las
relaciones sociales y establece el tipo de participación de la sociedad en el proceso productivo,
la solidaridad económica se manifiesta en el momento de la distribución: repartir, participar y
compartir, son las formas fundamentales de la solidaridad humana (Sánchez-Parga, 2014).
Toda sociedad para mantener y estrechar sus vínculos necesita compartir y participar en la
administración y reproducción de algo en común, que es precisamente el fundamento la
solidaridad humana. En este sentido la solidaridad es tanto un recurso de la economía familiar
y social, como una práctica económica para la gestión de todo lo que le es común, de manera
que la solidaridad económica no se relaciona con una virtud o sentimiento caritativo, sino con
una obligación social y una necesidad económica. Esta es una concepción aristotélica, según la
cual la solidaridad es una condición socio-económica de la existencia humana, para Aristóteles
el buen vivir, es la triple articulación de la solidaridad: económica, ética y política que impide
toda forma de concentración del deseo de riqueza, poder y placer; y al mismo tiempo promueve
su distribución social.

1
1.2 Vertientes teóricas de la Economía Social y Solidaria

A inicios del siglo XXI, con la crisis del modelo neoliberal, una nutrida respuesta social cuestiona
y reformula los fundamentos epistemológicos de la economía1, implementa renovadas estrategias
socio-productivas autónomas2; y, demanda la transformación política de la sociedad. Propuestas
basadas en la solidaridad, se presentan desde diferentes enfoques y denominaciones3, acordes
con su especificidad contextual e histórica, que comparten la inquietud por restaurar el vínculo
social y reconstruir el contenido humano del trabajo, el valor de uso en los procesos económicos
de producción, distribución, consumo y financiamiento, otorgando a los mercados un papel
instrumental, siempre al servicio del bienestar humano y de la reproducción de la vida.
El desarrollo teórico-conceptual de la economía solidaria, se nutre de dos enfoques o vertientes:
la europea, de origen fundamentalmente francés y belga con vínculos canadienses; y, la vertiente
latinoamericana, planteada especialmente en Chile, Argentina y Brasil.
En Europa, los estudios realizados por Laville (2013), DiMaggio y Powel (2000) entre otros,
denuncian la limitada posición política y fundamentación teórica que proyecta la postura de la
economía social del siglo XIX para la época actual, calificándola como un isomorfismo mercantil,
incapaz de armonizar su planteamiento discursivo con su práctica organizativa. Esta corriente
plantea la necesidad de avanzar en la conceptualización de una nueva economía social, una
economía solidaria, con posibilidad de incidir en los procesos de institucionalización y regulación
de los mercados, bajo un contenido plural y sustantivo de la economía, como una actividad de
interrelación humana en todos y cada uno de sus procesos, recuperando su carácter ético, político
y transformador (Salinas, 2017).
En América Latina, la economía solidaria se manifiesta mediante una posición crítica y alternativa
a la estructura económica contemporánea, se nutre de diferentes fuentes provenientes de
múltiples tipos de iniciativas de acción autogestionaria, popular y asociativa, de investigaciones
y propuestas del mundo académico, de la luchas reivindicadora de organizaciones de trabajadores
y cooperativas4, de la participación en redes nacionales e internaciones de la economía
alternativa5 y de la respuesta de la Iglesia Católica a la problemática social 6; aportes que

1 Bajo los principios del socialismo utópico, solidarismo francés, personalismo comunitario, economía humana y teología de la
liberación.
2 Experiencias relacionadas con actividades productivas de carácter asociativo, iniciativas económicas del movimiento de

desocupados, empresas recuperadas por sus trabajadores, diferentes formas de intercambio equitativo y monedas sociales,
experiencias de finanzas solidarias, empresas sociales vinculadas a la inclusión de personas con desventaja en la provisión de
servicios; entre otras.
3 En Europa, bajo las denominaciones de: Nueva Economía de la Inserción o Tercer Sector; Economía Informal; Nueva

Economía Social. En Latinoamérica Economía Solidaria; Economía de Solidaridad; Economía Social y Solidaria o Economía
del Trabajo; Economía Popular, etc.
4 En Colombia, la Confederación Latinoamericana de Cooperativas de Trabajadores (COLACOT), la Central Latinoamericana

de Trabadores (CLAT); en Brasil la Central Unificada de Trabajadores (CUT), la Asociación Nacional de Trabajadores de
Empresas de Autogestión y Participación Accionaria (ANTEAG); en Argentina la Central de Trabajadores Argentinos(CTA);
entre otras.
5 A nivel nacional, el Foro Nacional de Economía Solidaria de Brasil, la Red Global de Trueque en Argentina, el Grupo de Red

de Economía Solidaria del Perú; a nivel internacional la Red Internacional de Investigadores CIRIEC, el Foro Social Mundial,
la Alianza por un mundo responsable, plural y solidario, el Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito WOCCU y
la Alianza Cooperativa Internacional ACI.
6
Acción Pastoral Social Mundial.

2
representan un proceso consciente y urgente por cambiar la estructura social y económica
contemporánea (Salinas, 2017).
1.2.1 Vertiente Latinoamérica

El término “economía solidaria” se forjó en América Latina a comienzos de la década de los


ochenta del siglo pasado y tuvo como su máximo exponente al sociólogo chileno Luis Razeto.
Su pensamiento encontró especial acogida en la iglesia católica; en efecto, en 1987 el Pontífice
Juan Pablo II, durante su visita a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CEPAL, difundió con fuerza la idea de construir una economía solidaria para el continente.

Otras organizaciones también se encargaron de divulgar esa idea e impulsar experiencias de


diversos tipos: por ejemplo, en Brasil, algunas universidades1 y la misma iglesia católica, a través
de los Proyectos

Alternativos Comunitarios de Cáritas; en Colombia, la Confederación Latinoamericana de


Cooperativas de Trabajadores (COLACOT); en Ecuador y Perú fueron las ONG de inspiración
católica; y, en Argentina, también Cáritas.

En la Tabla 1 se reporta de manera esquemática los principales teóricos y los aspectos


sobresalientes de su visión sobre la economía solidaria.

Tabla 1: Enfoques de la Economía Social y Solidaria

Teóricos País Enfoques de la economía solidaria


Luis Razeto Chile Tiene contenido asociativo, involucra a pequeños grupos o comunidades
con estrechos nexos de familiaridad, amistad o vecindad.

Conlleva relaciones, valores, lazos de ayuda mutua, cooperación y


solidaridad recíproca, inherente al modo a través del cual se busca la
satisfacción de necesidades comunes. Las experiencias se desarrollan
entre los pobres del campo y la ciudad. Surge en la informalidad para
enfrentar problemas concretos (falta de trabajo o de vivienda, escasa
alimentación, etc.); en algunos casos, con ayuda de ONG o de
instituciones religiosas.

Las organizaciones constituidas tienden a permanecer en el tiempo y a


configurarse como un potencial elemento de cambio social, pues la
solidaridad debería actuar en las diversas fases del ciclo económico:
producción, distribución, consumo y acumulación.

Debería, también, estar presente en la teoría económica, superando una


carencia notoria en dicha disciplina.
Manfred Max-Neef Chile Está estructurada por pequeñas empresas populares y solidarias, las que
conforman lo que el autor denomina “el mundo invisible”. A partir de
. estas experiencias se propone un nuevo enfoque de desarrollo
económico y social a escala humana.
Luis Ignacio Gaiger Brasil Es una iniciativa popular de generación de trabajo y renta basada en la
libre asociación de trabajadores y en los principios de autogestión y
cooperación.

3
Paul Singer Brasil Es un modo de producción y distribución alternativo al capitalista que
es creado y recreado periódicamente por los marginados del mercado del
trabajo. Se caracteriza por la posesión y uso colectivo de los medios de
producción y distribución.
Marcos Arruda Brasil Es un movimiento que trasciende las iniciativas asumidas en el ámbito
económico. Además de las transformaciones institucionales en la esfera
socio-económica, implica cambios profundos en las relaciones sociales y
culturales: en la visión del mundo y sus paradigmas, así como en los
valores, actitudes, comportamientos y aspiraciones.
Ademar Bertucci Brasil Implica tres grandes desafíos: a) construir nuevas identidades de sujetos
solidarios y articular redes de innumerables iniciativas; b) resistir y
enfrentarse al capitalismo, dado el carácter alternativo de las
experiencias; c)reforzar el conjunto variado de actividades que abarcan
todos los sectores, pues su dispersión encubre su fuerza e identidad.
José Luis Coraggio Argentina Se diferencia de la economía empresarial capitalista por su lógica, que
busca la “reproducción ampliada de la vida” y no la acumulación de
riquezas. Constituye una alternativa a la economía capitalista.
Fuente: Daros, 2007

En Latinoamérica, la economía solidaria asume “características más radicales de las que se


encuentran en otros contextos y un discurso marcadamente más político” (Guerra, 2014).

Algunos de sus portavoces, como Carbonari, ponen en evidencia los referentes revolucionarios
y alternativos de la propuesta: “Lo revolucionario de la organización de la economía popular
solidaria está en mezclarse en la estructura productiva, contraponiéndose al sistema capitalista
por la construcción en su seno de condiciones para su superación, por la organización social de
productores y consumidores, recuperando de alguna forma todo el sentido de los socialistas
utópicos” (Guerra, 2014).

1.2.2 Vertiente Europea

El concepto de economía solidaria ha tenido en Europa un desarrollo distinto, a partir de una


tradición rica en cooperativismo y economía social.

La economía social y cooperativa como enfoque alternativo a la economía de mercado se forja


en la encrucijada de las grandes corrientes ideológicas del siglo XIX (Defourny, 1994).

La tradición cooperativa moderna se relaciona directamente con los aportes doctrinarios de los
grandes socialistas utopistas como RobertOwen y Charles Fourier, que proponían transformar
la organización económica de la sociedad en un régimen basado en las asociaciones delos
trabajadores.

El término “economía social” es utilizado por autores como Charles Dunoyer, Frédéric Le Play,
Charles Gide y Léon Walras, para designar no solamente un tipo de organización creada por los
trabajadores, sino también como un enfoque que integra la problemática social al estudio de la
economía. Se pueden identificar dos grandes corrientes en la economía social europea: una
social-cristiana (influenciada por la Encíclica Rerum Novarum) y que privilegia las dimensiones
sociales y morales; la otra socialista, centrada en la capacidad de auto-organización de la clase
obrera (Bastidas y Richer, 2001: 9-10).

4
La expresión “economía solidaria” remonta a finales de la década delos años ochenta del siglo
pasado. La temática se desarrolla en dos niveles: uno teórico-académico y otro práctico en el área
de la llamada economía de la inserción y de los servicios de proximidad.

A nivel teórico, cabe señalar el aporte del sociólogo francés Jean Louis Laville y de su equipo de
colaboradores. Según Laville (1998), el concepto de economía solidaria se ha desarrollado para
designar las organizaciones de la “nueva economía social”, que surgen en respuesta a la crisis del
modelo de desarrollo basado en la sinergia Estado-mercado, que implicaba la separación y
jerarquización de las economías. La economía mercantil, dominada por el principio del mercado
y la economía no mercantil regida por el principio de la redistribución. El equilibrio respondía a
una regulación de las relaciones entre lo económico y lo social, en la cual el mercado era puesto
bajo el control del Estado que debía, al mismo tiempo, darle dinamismo y corregir, vía
regulación, sus “imperfecciones”.

Las organizaciones de la economía solidaria, que intentan aportar respuestas ante el desempleo
estructural, las necesidades insatisfechas por el mercado y el sector público, agrupan, por lo
general, a una diversidad de actores sociales mientras que las asociaciones tradicionales de la
economía social (cooperativas y mutuales) reúnen a categorías de miembros más homogéneos.

Las dos características fundamentales de las organizaciones de la economía solidaria son, según
Laville (Bastidas y Richer, 2001: 20), la “hibridación” de los recursos y la “construcción conjunta
de la oferta y la demanda”. La “hibridación” de los recursos consiste en la combinación de
recursos provenientes de diferentes fuentes: donaciones y voluntariado (principio de
reciprocidad), financiamiento público (principio de redistribución) y venta de bienes y servicios
(principio de mercado). Esta combinación garantiza la sustentabilidad de los servicios de
proximidad.

Para Laville (Bastidas y Richer, 2001: 20), la economía solidaria tiene una importante dimensión
política que retoma el proyecto originario del cooperativismo, “hoy olvidado por una parte de la
economía social institucionalizada en vías de banalización”, al haberse adaptado a las formas
económicas dominantes.

La economía solidaria entraña un sistema de valores que ha conducido a algunos autores a


relacionarla con la economía social y, por tanto, a hablar de una “nueva economía social”. Se
afirma que “históricamente, se pueden identificar diversas generaciones de economía social, que
emergen en su mayor parte en un contexto de crisis económicas y sociales que dan origen a
nuevas necesidades” (Demoustier, 2001; Lévesque, 2003: 242).

La nueva economía social no se limita a responder a situaciones de urgencia; la asociaciones que


se han originado son sostenidas por nuevos movimientos sociales (feministas, ambientalistas,
culturales, regionalistas); dichas experiencias e iniciativas son alimentadas por “aspiraciones
relativas a otra sociedad o incluso para vivir y trabajar de otro modo [ …]; los promotores de la
nueva economía social están motivados especialmente por aspiraciones para alcanzar una mayor
democracia, por una sociedad que reconoce el lugar de las mujeres, por una sociedad más
equitativa, por un desarrollo sustentable, etc.”(Lévesque, 2003: 243-244).

5
Otras conceptualizaciones identifican a la economía solidaria con la economía social, integrando
a las cooperativas, mutuales, fondos de empleados, empresas comunitarias y demás formas
organizativas de propiedad y gestión de los trabajadores. Sin embargo, en esta denominación de
la economía solidaria se incluyen formas y experiencias comunitarias que no constan en los
cánones clásicos de la economía social, como sistemas de trueques y moneda social, los bancos
éticos, el comercio justo, el consumo ético y responsable, etc. (Guerra, 2014).

Otros autores, también franceses, como Philippe Adair (Guerra, 2014), circunscriben la
economía solidaria más bien a un componente de la economía informal, conjuntamente con la
economía subterránea y doméstica.

En la práctica, la economía solidaria o nueva economía social ha adquirido un status propio con
el desarrollo de experiencias concretas de trabajo (como es el caso de las empresas de inserción
social4), en el marco de las nuevas políticas sociales adoptadas en Europa, luego de la crisis del
modelo clásico de Estado benefactor (Guerra: 5), y en coordinación con grupos de la sociedad
civil y ONG. Son significativas al respecto las actividades desempeñadas en España por la Red
de Economía

Alternativa y Solidaria (REAS), la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y


Solidaria (AERESS), o la Red de Promoción e Inserción Laboral (REPRIS).

La principal misión de las empresas de inserción social es promoverla integración socio-laboral


de colectivos marginados: jóvenes sin formación ni experiencia laboral; ex toxicómanos; ex
recluidos; personas mayores de 45 años con baja formación o formación obsoleta; madres
solteras, abandonadas o separadas; minorías étnicas e inmigrantes; otros colectivos con
problemas personales y sociales, como los sin techo; y los discapacitados físicos y psíquicos.

Para la reintroducción (o primera inserción) de estos colectivos se crean diferentes actividades


mercantiles, pues emplear lo económico como mecanismo de inserción social se ha revelado una
estrategia acertada, lo que ha permitido superar ópticas de intervención de tipo puramente
asistencialista (Coque y Pérez, 2002: 5). Se trata, por lo general, de empresas de producción o
venta de bienes y servicios. Se estructuran sobre la base de una gestión democrática y
participativa; invierten en la formación y educación de sus miembros (también en aspectos no
relacionados directamente con la actividad desarrollada); persiguen fines sociales antes que
económicos; operan en sectores con un bajo nivel tecnológico y que precisan de poca
calificación; se articulan en redes más o menos amplias, formales e informales, mediante las
cuales buscan complementarse. Esas son las principales características que las empresas de
inserción comparten con las demás organizaciones de la nueva economía social.

En síntesis, la fortaleza de este nuevo paradigma reside justamente en la pluralidad de


comportamientos alternativos y solidarios, en el ámbito de la producción, distribución, consumo
y acumulación.

1.3 Características diferenciadoras de la Economía Social y Solidaria

Un conjunto de características distintivas conlleva a definir a las organizaciones de la economía


social y solidaria como sujetos sociales con identidad propia, es decir distinta de otros tipos de

6
organizaciones o movimientos sociales. Su lógica interna se sustenta en valores y prácticas entre
las cuales la reciprocidad, la confianza, la cooperación y la solidaridad ocupan un lugar central.

Una característica diferenciadora señalada por Palacios (1994), hace referencia a la presencia de
diferentes grupos de influencias e interés en las organizaciones económicas: proveedores,
clientes, trabajadores y propietarios. En la economía de capital no es posible la identidad de
intereses entre los distintos grupos; en tanto que, en la economía social y solidaria se da la
identidad de intereses al menos entre dos de los grupos de interés existentes, puesto que el
asociado de este tipo de organización puede asumir simultáneamente diferentes roles de acuerdo
con el interés manifestado como: dueño, usuario y proveedor.
En las organizaciones de la economía social y solidaria, los asociados establecen una relación de
uso con la organización creada, para satisfacer sus necesidades económicas, sociales y culturales,
en tanto que en las organizaciones de la economía de capital se establece una relación de cambio
con la organización creada.
Además de las características explicadas, las iniciativas de la economía social y solidaria se
distinguen por:

 La pertenencia a un grupo social determinado;


 La existencia de vínculos muy fuertes a nivel cultural (identidad compartida);
 La presencia de valores éticos;
 El compartir un espacio común de acción;
 El representar una experiencia territorializada;
 El desarrollo de una estrategia colectiva de sobrevivencia;
 La búsqueda del bien común y la satisfacción de necesidades;
 El uso preponderante del factor trabajo para ejercer una actividad conjunta;
 La constitución de una empresa comunitaria y participativa;
 La gestión asociada y autónoma;
 La presencia de un liderazgo empoderador;
 La prevalencia de sentido de unión, confianza, respeto y pertenencia al grupo;
 La creatividad individual y colectiva;
 La gestión social del conocimiento;
 La transmisión de saberes ancestrales;
 La equidad y cooperación en la relación;
 La promoción individual y social de los miembros;
 El desarrollo integral de las personas;
 La responsabilidad y compromiso personal con el entorno natural y social;
 La administración de bienes comunes; entre otros aspectos.

Existe, además, un interés común, cuyo aspecto económico es una de las facetas más evidentes
e inmediatas, que permite vincular las necesidades personales con las de la colectividad, mediante
el valor de la solidaridad. El funcionamiento y resultado satisfactorio de las actividades
emprendidas conjuntamente depende de la confianza mutua y de la existencia de normas sociales
compartidas explicitas e implícitamente.

7
Finalmente, el énfasis de la economía solidaria está en el grupo que protagoniza su propio
empoderamiento, pues la esencia de la autodeterminación es construir, sobre las fuerzas
existentes en un colectivo determinado, sus capacidades para luego potenciarlas y canalizarlas
hacia el fin común perseguido. Lo importante es que las personas construyan relaciones de
respecto, reciprocidad y confianza.

Lecturas Obligatorias

Sánchez, J. (2014). ¿Qué hace solidaria a una economía? En Alternativas virtuales vs. Cambios
reales (pp. 65-89). Quito: Centro Andino de Acción Popular.

Pérez de Mendiguren, Juan; Etxwzarreta, Enokoitz. (2015). Sobre el concepto de Economía


Social y Solidaria: Aproximaciones desde Europa y América Latina. Revista de Economía
Mundial Nº 40,2015 (pp.123-143). Sociedad de Economía Mundial. Madrid-España.
http://www.redalyc.org/revista.oa?id=86641407006.

Strada, Julia. (2012). Debates al interior de la Economía Social: la reconfiguración neoliberal y la


visión de las políticas sociales. Papeles de trabajo Nº 24. Diciembre 2012. Centro de
Estudios Interdisciplinarios en Etnolingüística y Antropología Social Cultural.

8
Bibliografía
DiMaggio, & Powel. (2000). The iron cage reisited institutional isomorphism and collective
rationality in organizational fields. Economics Meets Sociology in Strategic
Management, 17, 133-166. Emerald Group Publishing Limited.

Defourny, J. (1994). Orígenes, contextos y funciones del un tercer gran sector. Revista de
Economía y Trabajo, II (3), 5-27.

Laville, J.L. (2013). Économie sociale et solidaie, capitalisme et changement démocratique. En


D. Hiez, E. Lavillumiére (Eds.), Vers une théorie de l´économie sociale et solidaire (pp.
17-32). París : Larcier.

Laville, J; & Jané, J.G. (2009). Crisis capitalista y economía solidaria: Una economía que emerge
como alternativa real. Bancelona: Icaria.

Guerra, P. (2014). Socioeconomía de la solidaridad. Una teoría para dar cuenta de las
experiencias sociales y económicas alternativas (2da ed.). Bogotá: Ediciones Universidad
Cooperativa de Colombia.

Jimenez, J. (2018) Movimiento de economía social y solidaria de ecuador. Circuitos económicos


solidarios interculturales, 2016,
https://www.researchgate.net/publication/319147113_Movimiento_de_Economia_So
cial_y_Solidaria_de_Ecuador_Circuitos_Economicos_Solidarios_Interculturales

Ochoa, E. (2018) Cuaderno de ideas,


2011,https://ericfochoa.wordpress.com/2011/02/22/entendiendo-la-eps/

Razeto, L. (2009). Economía Solidaria: Concepto, realidad y proyecto. Santiago, Chile. ¿Qué es
la economía solidaria?,
https://www.fuhem.es/media/cdv/file/biblioteca/PDF%20Papeles/110/que_es_la_e
conomia_solidaria_L.RAZETO.pdf, 2010
http://bibliotecavirtual.ups.edu.ec:2619/lib/bibliotecaupssp/reader.action?docID=418
4688&query=pensamiento%20economico#

Palacios, N. (1994). La administración en las empresas de economía solidaria. Elementos


básicos-planeación. Bogotà: Usta. 1994. P66.

Salinas, J. (2017). El Capital Social en la metodología de crédito de las finanzas solidarias: Caso
Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo-Ecuador. Tesis Fin de Máster
Universidad Politécnica de Madrid.

Sánchez-Parga, J. (2014). ¿Qué hace solidaria a una economía?. En Alternativas virtuales vs.
Cambios reales (pp. 65-89). Quito: Centro Andino de Acción Popular.

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UNIDAD 2

MODALIDADES EMPRESARIALES DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

2.1 Marco Normativo de la Economía Social y Solidaria en el Ecuador


2.1.1 Proceso histórico de reconocimiento Constitucional de la Economía Popular y Solidaria.
2.1.2 Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero Popular y
Solidario (LOEPS) y su Reglamento.
2.1.3 Código Orgánico Monetario y Financiero.

2.2 Institucionalidad para la administración de la Economía Popular y Solidaria en el


Ecuador
2.2.1 Rectoría: Comité Interinstitucional de la Economía Popular y Solidaria - Consejos
Consultivos.
2.2.2 Regulación de la Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero Popular y
Solidario
2.2.3 Control: Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria.
2.2.4 Fomento: Instituto Nacional de la Economía Popular y Solidaria
2.2.5 Financiamiento: Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias.

2.3 Formas de Organización Empresarial de la Economía Social y Solidaria en el


Ecuador
2.3.1 Unidades Económicas Populares
2.3.2 Organizaciones del sector comunitario
2.3.3 Organizaciones del sector asociativo
2.3.4 Organización del sector cooperativo

Objetivo de aprendizaje

Distinguir el grado y profundidad de desarrollo de las empresas según los objetivos de la


Economía Social y Solidaria en el Ecuador.

Introducción

Ésta unidad aborda temas relacionados con el marco normativo, la institucionalidad para la
administración del a economía social y solidaria en el Ecuador y las modalidades empresariales,
reconocidas por la Ley de la Economía Popular y Solidaria y el Sistema Financiero Popular y
Solidario. Los contenidos se tratan de acuerdo a la siguiente estructura:

1. Una breve reseña histórica que marca el escenario de reconocimiento constitucional de la


economía social y solidaria, así la Constitución 1979 señala que el Ecuador tiene una
Economía de Mercado que, identifica al sector comunitario, en la Constitución de 1998 se

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reconoce al sistema económico como social de mercado, bajo formas de propiedad que
incluyen a la comunitaria o de autogestión, hasta llegar a la Constitución de Montecristi en
2008, que finalmente establece un sistema económico es social y solidario, reconociendo la
identidad del sector popular y solidario.

2. El marco normativo hace referencia a la estructura de la Ley Orgánica de la Economía Social


Popular y Solidaria (LOEPS) y su Reglamento, que de acuerdo con la pirámide Kelseniana
todo sistema jurídico responde a un sistema escalonado y jerarquizado que parte desde una
ley suprema la Constitución.
Dentro de este subtema también se abordará la relación que tiene la LOEPS con otras
normas jurídicas como El Código Orgánico Monetario y Financiero.
Este marco normativo-regulatorio conlleva nuevas formas de organización empresarial
que responden formas diferentes desarrollo económico, social y cultural. En el caso
ecuatoriano, el surgimiento de estas formas de organización como: cooperativas,
asociaciones, cajas comunales, bancos comunales, etc. responsen a la búsqueda de
alternativas al modelo neoliberal. Esta nueva forma de entender y hacer economía,
basada en la solidaridad, la reciprocidad, la cooperación, tiene como objetivo cubrir
necesidades comunes y mejorar las condiciones de vida de sus integrantes.

2.1. Marco Normativo de la Economía Social y Solidaria en el Ecuador

2.1.1. Proceso histórico de reconocimiento constitucional de la economía


popular y solidaria.

Las políticas formuladas en el Plan Nacional de Desarrollo o Plan Nacional del Buen Vivir, se
orientan a la propuesta de un nuevo paradigma de desarrollo, el Sumak Kawsay, que presenta tres
componentes claves de ruptura con el viejo modelo desarrollista: a) pone énfasis en los intereses
colectivos de las comunidades que pueblan el Ecuador, en lugar de en los individuos; b) permite
salir del discurso antropocéntrico al hablar del ser humano como un ser que es parte de la
naturaleza; c) reemplaza el objetivo de la acción social, de uno centrado en la acumulación de la
riqueza a uno centrado en alcanzar la armonía en la relación de los seres humanos entre sí y en
relación con otros seres vivos de la naturaleza.

El Plan Nacional del Buen Vivir reivindica a estos grupos marginados buscando la igualdad y
justicia social respetando saberes y modos de vida. Según René Ramírez, el Buen Vivir se
entiende como “la satisfacción de las necesidades, la consecución de una alta calidad de vida y
muerte digna, amar y ser amada y el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía
con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas…”

En este contexto, ésta unidad realiza un breve recorrido histórico que permita comprender el
proceso de lucha por la inclusión y el reconocimiento político del aporte y la existencia de otra
forma de hacer economía, la social y solidaria.

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La promulgación de la Ley
El 28 de abril de 2011 se promulga la Ley de la Economía Popular y Solidaria y del Sector
Financiero Popular y Solidario, (publicada en el R.O. No. 444 de 10 de mayo de 2011)
convirtiendo a nuestro país en el primero en tratar de manera unificada al cooperativismo y a la
economía social y considerando a estos dos sectores como parte integrante de un mismo sector de la
economía, con características similares y compartiendo también similares esquemas doctrinarios y organizativos
(Naranjo Mena), como antecedente y con referencia a este tema, en 1937 Ecuador ya había dictado
su 1era. Ley de Cooperativas.

La Economía Popular y Solidaria reconocida por la directa participación de grupos económicos


como los comerciantes minoristas, los vendedores ambulantes, los emprendimientos familiares
o unipersonales, los que realizan trabajos por cuenta propia como los artesanos que procesan y
vendes productos elaborados por ellos mismos, o que se dedican a revender determinados
artículos con inversiones mínimas, cuyos capitales en muy contadas veces son propios y en la
mayoría de los casos son préstamos a chulqueros con altas tasas de interés y a cortísimo plazo,
de ahí su denominación de sector informal de la economía. Estas economías generan bajos
niveles de ingresos que se convierten en su único medio de subsistencia para los hogares, en
todo caso son una contraposición a los que en los sistemas económicos capitalistas se denomina
de libre mercado o mercados de libre competencia.

Consecuencia lógica de agruparse y asociarse en estas micro economías populares aparecieron


de manera espontánea las agrupaciones financieras como las cajas solidarias, asociaciones
productivas, bancos comunales, organizaciones de turismo comunitario, asociaciones de
servicios, las cajas de ahorro, todos vinculados por el mismo objetivo el aporte solidario como
solución a satisfacer sus necesidades más básicas. Es evidente que esta economía a pesar de ser
solidaria antes de ser reconocida por la Constitución ecuatoriana y contar con un marco legal,
fue rechazada.

La Constitución
La Constitución es la norma suprema bajo la cual se estructuran las leyes y normativas que rigen
el ordenamiento jurídico de un país, así la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria y
del Sector Financiero Popular y Solidario (LOEPS), se fundamenta en la Constitución 2008, en
todo caso, representa o responde al sistema jurídico escalonado de la pirámide kelseniana.

De acuerdo con Kelsen, el sistema no es otra cosa que la forma en que se relacionan un conjunto
de normas jurídicas, la principal forma de relacionarse dentro de un sistema, es sobre la base del
principio de jerarquía que en el caso ecuatoriano es la Constitución, la misma que ha ido cambiando,
según el sistema económico adoptado por el Estado en cada momento histórico, pero por la diferencia ideológica y
la coincidencia histórica, nos vamos a referir a las constituciones promulgadas desde 1979, año del retorno a la
democracia. (Naranjo Mena).

El panorama histórico nos lleva a resumir el proceso de reconocimiento del sistema económico
como social y solidario ecuatoriano.

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La Constitución 1979
Luego de largos años de dictaduras civiles y militares, Ecuador retornó a la democracia, y en ella
se identifica a la Economía de Mercado como el sistema que rige el desarrollo del país (artículo
45) mejor conocido como Sistema capitalista, sin embargo, en su artículo 46, precisa la existencia
del sector comunitario o autogestionario, como uno de los sectores de la economía, además de
los tradicionales, público, privado y mixto. En esta norma constitucional, es fundamental rescatar, en
primer lugar, la identificación del sector comunitario, como distinto del privado y público,
es decir, como un tercer sector con la particularidad de definirlo como autogestionado por sus propietarios; y, en
segundo lugar, el reconocimiento que se hace a las organizaciones de este sector como Empresas de propiedad
de quienes trabajan en ellas, es decir empresas autogestionarias.

Art. 45.- (...) El desarrollo, en un sistema de economía de mercado, propende al incremento de la producción y
tiende fundamentalmente a conseguir un proceso de mejoramiento y progreso integral de todos los ecuatorianos.

Art. 46.- La economía ecuatoriana funciona a través de cuatro sectores básicos: 1. El sector público, compuesto
por las empresas de propiedad exclusiva del Estado (...) 2. El sector de economía mixta, integrado por las empresas
de propiedad de particulares en asociación con instituciones del sector público (…) 3. El sector comunitario o de
autogestión, integrado por empresas cooperativas comunales o similares, cuya propiedad y gestión pertenezcan a la
comunidad de personas que trabajen permanentemente en ellas. El Estado dictará leyes para la regulación y
desarrollo de este sector (…) 4. El sector privado, integrado por empresas cuya propiedad corresponde a una o
varias personas naturales o jurídicas de derecho privado, y, en general, por empresas que no estén comprendidas en
los otros sectores de la economía.

La Constitución 1998
En la Constitución de 1998, durante el gobierno interino de Fabián Alarcón se menciona que en
el Ecuador regirá una “economía social de mercado” que reconoce la existencia y participación
de un ente social como sujeto importante del que hacer económico y no sólo el mercado, además
reconoce dos sectores de la economía el público y el privado, pero en la referente a las formas
de propiedad reconoce a la mixta y comunitaria o de autogestión y menciona que sus propietarios
son los mismos usuarios, consumidores o trabajadores de la organización, como se dispone en
los artículos 244, 245 y 246.

Art. 244.- Dentro del sistema de economía social de mercado al Estado le corresponderá:

Art. 245.- La economía ecuatoriana se organizará y desenvolverá con la coexistencia y concurrencia de los sectores
público y privado. Las empresas económicas, en cuanto a sus formas de propiedad y gestión, podrán ser privadas,
públicas, mixtas y comunitarias o de autogestión. El Estado las reconocerá, garantizará y regulará.

Art. 246.- El Estado promoverá el desarrollo de empresas comunitarias o de autogestión, como cooperativas,
talleres artesanales, juntas administradoras de agua potable y otras similares, cuya propiedad y gestión pertenezcan
a comunidad o a las personas que trabajan permanentemente en ellas, usan sus servicios o consumen sus productos.

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La Constitución de 2008
En la Constituyente de Montecristi promulgada en 2008 en el gobierno de Rafael Correa
Delgado, y aprobada en un referéndum, se describe el nuevo sistema económico que desde esa
fecha rige en el país, y que en su artículo 283 dispone que: “El sistema económico es social y
solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin; propende a una relación dinámica y
equilibrada entre sociedad, estado y mercado, en armonía con la naturaleza; y tiene por objetivo
garantizar la producción y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que
posibiliten el buen vivir”.

Y además señala que “El sistema económico se integrará por las formas de organización
económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, y las demás que la Constitución
determine. La economía popular y solidaria se regulará de acuerdo con la ley e incluirá a los
sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios”.

En el referéndum convocado por el Gobierno se demostró la absoluta aceptación del pueblo


ecuatoriano, que expresa de manera clara y determinante la incorporación de nuevos conceptos
que van más allá del Homo economicus (hombre económico) que según la escuela neoclásica se refiere a
un modelo de comportamiento del ser humano y nos traslada a un homo societatis (hombre social)
dando prioridad al ser humano sobre el mercado y aclara que las formas de organización que integran el
sistema económico son los sectores público, privado y mixto e incluye a lo popular y solidario que está
integrado por los sectores: Cooperativistas, Asociativos y Comunitarios.

En lo que se refiere al sistema financiero, la Constitución lo divide en público, privado y popular


y solidario, y además es explícito en sus formas de organización y dispone que cada sector tendrá
su normativa y control específicos y diferenciados, lo cual implica el reconocimiento
constitucional a las distintas naturalezas jurídicas de los tres distintos sectores, como consta de
los artículos 309 y 311.

Cabe mencionar que la Constitución no sólo las identifica a la economía popular y solidaria como
un sector de la economía, sino también las reconoce como formas de organización de la
producción y como formas de propiedad, como se dispone en los artículos 319 y 321.

Existen en la normativa varias leyes que complementan a la Ley Orgánica de la Economía


Popular y Solidaria (LOEPS), como el propio Reglamento General de la Ley Orgánica de la
Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero Popular y Solidario (R.O. 648 del 27 de
febrero de 2012), el Código Orgánico de la Producción, la Ley de Régimen Tributario Interno y
El Código de Organización Territorial y Administración Descentralizada, que procuran impulsar
el desarrollo mediante exenciones tributarias, o como lo menciona Naranjo Mena reconociendo
la inexistencia del hecho generador de tributos, última referencia que es de elevada importancia
doctrinaria y jurídica para el sector en general y el cooperativismo en particular.

Art. 309.- El sistema financiero nacional se compone de los sectores público, privado y popular y solidario, que
intermedian recursos del público. Cada uno de estos sectores contará con normas y entidades de control específicas y
diferenciadas (...)

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Art. 311.- El sector financiero popular y solidario se compondrá de cooperativas de ahorro y crédito, entidades
asociativas o solidarias, cajas y bancos comunales, cajas de ahorro.
Art. 319.- Se reconocen diversas formas de organización de la producción en la economía, entre otras las
comunitarias, cooperativas, empresariales públicas o privadas, asociativas, familiares, domésticas, autónomas y
mixtas.
Art. 321.- El estado reconoce y garantiza el derecho a la propiedad en sus formas pública, privada, comunitaria,
estatal, asociativa, cooperativa, mixta, y que deberá cumplir su función social y ambiental.

2.1.2. Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero


Popular y Solidario (LOEPS) y su Reglamento.

Al respecto de la elaboración de la LOEPS, debemos mencionar que su proceso de aprobación


fue ampliamente socializado, pues su primer borrador obedeció a una recopilación doctrinaria y
puesta a consideración tanto de los organismos gubernamentales, como de los organismo que
integran la Economía Solidaria y de la academia, posteriormente en sendos talleres a nivel
nacional se elaboró un segundo borrador hasta su presentación a la Asamblea Nacional, que
luego de varias modificaciones, fue aprobada con 85 votos a favor, una abstención y ningún voto
en contra.

Con respecto a su estructura, la LOEPS es casi como todas las leyes de cooperativas de América
Latina, pero tiene la particularidad de incorporar el mandato constitucional que se refiere al
sector financiero popular y solidario, e incluye la definición de Economía Popular y Solidaria,
diferenciando lo individual de lo colectivo y los principios que normaran las actividades
económicas de esta nueva visión de las organizaciones particularizadas en la LOEPS
específicamente en los artículos 1, 2, 15, 18 y 21 y conforme lo dispone la Constitución.

Otra particularidad de la LOEPS, es que para en caso de Latinoamérica, la LOEPS fue la primera
Ley en reconocer e incorporar al Balance Social como un elemento de medición del impacto de
la Economía Social y Solidaria, así como su impacto social, cultural y ambiental causado por las
mismas organizaciones en el lugar en que desarrollan sus actividades, superando de esta manera
la presentación del balance financiero como única carta de presentación de la eficacia y eficiencia
de la organización, demostrando de esta forma que el rendimiento monetario, llámese utilidades,
ganancias o renta no es único fin de sus actividades.

Cabe señalar que, desde el punto de vista jurídico el Acto Económico Solidario, que se menciona
por primera vez en la LOEPS, constituye el eje principal sobre el que se estructura esta Ley y
además está acorde con lo que manda la Constitución.

En relación al Acto Económico Solidario, se debe mencionar que la real importancia de éste, va
más allá de su enunciado académico, porque se lo debe interpretar como el acto cooperativo
mencionado en la legislación latinoamericana, y más aún, dispone que los actos solidarios no son
generadores de tributos, lo mismo que se señala en la Ley respecto a las utilidades y excedentes.

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Es importante mencionar que la trascendencia del acto económico solidario, va más allá de la
mera enunciación, porque el artículo 139 de la Ley incorpora, con claridad meridiana, un
concepto que los cooperativistas de América han aspirado durante muchos años y ha sido
expresado y sostenido doctrinariamente y es que el acto solidario "no constituye hecho generador
de tributos", concepto que se complementa con una reforma a la Ley de Régimen Tributario
Interno, que en el art. 9 se refiere a los ingresos no gravados con impuesto a la renta, y manda
incorporar un numeral con el siguiente texto: "Los ingresos percibidos por las organizaciones
previstas en la Ley de Economía Popular y Solidaria, siempre y cuando las utilidades obtenidas
sean reinvertidas en la propia organización."

Por lo expuesto queda establecido que no existe "exoneración" de impuestos a las organizaciones
de la economía popular y solidaria, sino que los actos que éstas efectúan con sus miembros, no
constituyen hechos generadores de tributos, siempre y cuando sus excedentes sean reinvertidos
en beneficio de la propia organización.

2.1.3. Código Orgánico Monetario y Financiero

Este cuerpo legal trata al Sector Financiero Popular y Solidario de manera formal y puntual, en
el Capítulo 6 desde la Sección 1 hasta la Sección 6, pone énfasis en la estructura administrativa
especialmente en los Consejos de Administración y Vigilancia de las Cooperativas de Ahorro y
Crédito y de las Asociaciones Mutualistas de Ahorro y Crédito para Vivienda.

En la Normativa Suplementaria para las entidades del Sector Financiero Popular y Solidario,
dispone que todo lo previsto para este sector se regirá por lo dispuesto en la LOEPS.

Una particularidad de este Código es que permite que las entidades financieras populares y
solidarias puedan realizar inversiones y participar en calidad de accionistas o socios de las
entidades de servicios financieros, con excepción de las Casas de Cambio. Para tal propósito
todas las entidades deberán combinar y/o consolidar sus balances para presentarlos al
Organismo de Control bajo la figura de Grupo Popular o Solidario.

En la Sección 3, el Código hace referencia de manera puntal a las entidades asociativas o


solidarias, cajas y bancos comunales y cajas de ahorro; y, las reconoce como organizaciones que
pueden optar la personalidad jurídica, que se forma por la voluntad de sus socios, dentro del
límite y en la forma determinada por la Junta y Regulación Monetaria y Financiera, reconociendo
su propia estructura de gobierno, administración, representación y autocontrol, se formaran con
los aportes económicos de sus socios, en calidad de ahorros y no pueden captar fondos de
terceros para conceder créditos.

Las entidades con personería jurídica podrán recibir financiamiento para su desarrollo y
fortalecimiento tanto del sector público como de cooperación nacional e internacional, serán
sujetos de acompañamiento, no de control, salvo que realicen operaciones fuera de su ámbito.

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La Sección 5 de este Código, reconoce a las Cajas Centrales como entidades que se integran al
sector financiero popular y solidario, que se constituyen con por lo menos veinte cooperativas
de ahorro y crédito o mutualistas de ahorro y crédito para la vivienda. Estas Cajas Centrales están
autorizadas para realizar operaciones financieras de segundo piso.

Finalmente, en la Sección 6, Art. 473, se autoriza para que las entidades del sector financiero
popular y solidario puedan invertir en entidades de servicios auxiliares del sistema financiero
nacional, siempre que estén calificadas ante la Superintendencia de Economía Popular y
Solidaria, pero su control societario estará a cargo de la Superintendencia de Compañías, Valores
y Seguros y de la de Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, según el caso.

2.2. Institucionalidad para la administración de la Economía Popular y Solidaria en


el Ecuador.

La relación entre el Estado y la Economía Popular y Solidaria, durante mucho tiempo fue débil
y cambiante, hasta que en la Constitución de Montecristi se reconoce al sistema económico
como social y solidario y al sector económico popular y solidario, diferenciado del sector privado
y del sector público. La LOEPS, que en el Título VI, Capítulo I, asigna al Estado funciones que
serán aplicadas con la creación de diferentes instancias que cumplirán funciones específicas:

Cuadro 1: Instituciones de la Economía Popular y Solidaria

RECTORÍA COMITÉ INTERINSTITUCIONAL DE LA EPS Y DEL


SECTOR FINANCIERO POPULAR Y SOLIDARIO

ASESORÍA A LA CONSEJO CONSULTIVO

FUNCIÒN DE RECTORIA

REGULACION FUNCIÓN EJECUTIVA


INSTITUCIONALIDAD DE LA
ECONOMÍA POPULAR Y SOLIDARIA m
EN EL ECUADOR
m
CONTROL SUPERINTENDENCIA DE LA ECONOMÍA
POPULAR Y SOLIDARIA

EJECUTOR INSTITUTO DE LA ECONOMÍA POPULAR Y


SOLIDARIA

FINANCIAMIENTO CORPORACIÓN NACIONAL DE LA ECONOMÍA


POPULAR Y SOLIDARIA

LEY ORGÁNICA DE LA ECONOMÍA POPULAR Y SOLIDARIA Y DEL SECTOR FINANCIERO POPULAR Y SOLIDARIO. EN EL TÍTULO
VI, DE LAS RELACIONES CON EL ESTADO, CAPÍTULOS I AL V.

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2.2.1. Rectoría: Comité Interinstitucional de la Economía Popular y Solidaria

El Art. 142 de la LOEPS define la rectoría como la potestad de fijar políticas para la promoción,
desarrollo y control del sector de la EPS, está a cargo de un Comité Interinstitucional que será
responsable de dictar y coordinar las políticas de fomento, promoción e incentivos
funcionamiento y control de las actividades económicas, y estará integrado por los ministros
coordinadores de la Producción, Política Económica y Desarrollo Social quien lo presidirá.
Funciona con el apoyo administrativo de una Secretaría técnica y de un Consejo Consultivo,
instancia en la que tienen representación las organizaciones del sector.

2.2.2. Regulación de la Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero


Popular y Solidario

El Art. 144 define a la regulación como la facultad normativa que el legislador otorga a diferentes
entidades. La regulación del sector financiero popular y solidario, asignada a una Junta De
Regulación integrada por un Representante del Presidente de la República, el Ministro de
Coordinación de la Política Económica y el Ministro de Coordinación de Desarrollo Social que
es quien la preside y que cuenta con el apoyo de la misma Secretaría Técnica prevista para el
Comité Interinstitucional.
El Sector Financiero Popular y Solidario será regulado por la Junta de Política y Regulación
Monetaria y Financiera.

2.2.3. Control: Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria

El Art. 146 de la LOEPS, dispone que la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria


ejerza el control de este sector de la economía, tarea muy compleja, no sólo por su misma
naturaleza, y por su reciente creación con jurisdicción nacional con personalidad jurídica de
derecho público, patrimonio propio y autonomía administrativa. Está representada por el
Superintendente de Economía Popular y Solidaria, designado por el Consejo de Transparencia
y Control Social y que responde a la Asamblea nacional, aunque sea designado de una terna que
remite el Presidente de la República.

2.2.4. Fomento: Instituto Nacional de la Economía Popular y Solidaria

El Art. 137 se menciona que el Estado establecerá medidas de promoción a favor de las personas
y organizaciones relacionadas con la Economía Popular y Solidaria y es a través del Instituto de
Economía Popular y Solidaria que se realizarán las actividades relacionas con la promoción, la
capacitación, el asesoramiento a las organizaciones de la EPS para facilitar al acceso a la
innovación tecnológica y organizativa, fomentará el comercio e intercambio justo y el consumo
responsable, entre otras actividades.

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2.2.5. Financiamiento: Corporación Nacional de Finanzas Populares y
Solidarias

Esta función corresponde a la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias,


nueva denominación que se otorga al Sistema de Finanzas Populares que venía funcionando
desde hace pocos años, financiado con parte de las regalías del petróleo y que ha tenido buen
desempeño, más aún, cuando por su lógica de análisis de la capacidad crediticia de las
organizaciones, se ha convertido en un termómetro para medir la eficiencia y en general, la
calidad de la gestión de las cooperativas que aspiran a un crédito de la Corporación y que, vale
decirlo, son muchas y distribuidas en todo el país.

2.3. Formas de organización empresarial de la economía popular y solidaria

Dentro de las formas de organización empresarial de la económica popular y solidaria se


distinguen:

Empresas solidarias no financieras


 Unidades Económicas Populares
 Organizaciones comunitarias
 Asociaciones
 Cooperativas (de producción, comercialización y servicios)

Sector financiero popular y solidario


 Bancos Comunales
 Cajas de Ahorro
 Cajas Solidarias
 Cooperativas de Ahorro y Crédito

La Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero Popular y Solidario,
en el Capítulo I, Art. 8 reconoce como formas de organización de la Economía Popular y
Solidaria del Ecuador a los sectores comunitarios, asociativos y cooperativistas, así como a las
Unidades Económicas Populares.

2.3.1. Unidades Económicas Populares

La LOEPS distingue con claridad lo que considera como popular: las individualidades, es decir,
las actividades económicas cumplidas por los trabajadores por cuenta propia, los comerciantes
minoristas, artesanos, los negocios familiares que se agrupan bajo la denominación de Unidades
Económicas Populares
Según el Art. 73 de la LOEPS, son consideradas Unidades Económicas Populares, aquellas
dedicadas a la economía del cuidado, los emprendimientos unipersonales, familiares, domésticos,
comerciantes minoristas y talleres artesanales; que realizan actividades económicas de

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producción, comercialización de bienes y prestación de servicios y que serán promovidas
fomentando la asociación y solidaridad.
La LOEPS establece una clara definición de cada una de las categorías empresariales que se
consideran dentro de Unidades Económicas Populares en los Art.74-75-76-77.
2.3.2. Organizaciones del Sector Comunitario

Se define como Organización Comunitaria a las personas que se agrupan para identificar los
problemas que les afectan en su comunidad y buscan sus soluciones. Los problemas pueden ser
de carácter social, cultural, económico, político y productivo.

Podemos agregar que la organización, es la estructura que se da a un grupo de personas para


funcionar de acuerdo a un método y a un objetivo común. Cuando varias personas deciden
organizarse lo hacen porque tienen intereses o problemas comunes que les exigen su unión para
poder enfrentarlos, de ahí que en adelante todas las actividades del grupo deben dirigirse a
alcanzar este objetivo. Todo trabajo realizado por un grupo organizado debe tener en común
dos cosas.
a) Un mismo objetivo.
b) Los mismos intereses.
LA LOEPS reconoce como Organizaciones Comunitarias a las organizaciones formadas en las
localidades rurales o urbano marginales conformadas por personas que guardan una identidad
común, ya sea familiar, vecinal, étnica, etc. tales como las organizaciones de turismo comunitario,
las comunas campesinas permitiéndoles tener su propio sistema de gobierno, control y
administración, acorde con sus costumbres ancestrales o libre decisión.

La ventaja de este tipo de organizaciones es que posibilita a los grupos utilizar de manera eficiente
y oportuna los recursos colectivos, ya sean humanos, materiales y económicos, para lograr los
objetivos que propuestos.

La organización comunitaria facilita con oportunidad cierto tipo de acciones como conocer,
negociar, demandar y gestionar con gobiernos locales y centrales y con otros grupos u
organizaciones, ya sean nacionales o extranjeras o con el estado, a fin de lograr los objetivos
propuestos y alcanzar su desarrollo, además, posibilita la formación de líderes, ya que ejercitan
sus capacidades en la toma de decisiones.

Cajas comunitarias
Por ejemplo, el Consejo Provincial de Pichincha reconoce como tales a aquellas organizaciones
tienen como objetivo fortalecer un sistema económico solidario sostenible que dinamice
iniciativas financieras territoriales, que generen desarrollo en las economías locales, operando
fondos de crédito y financiando iniciativas productivas inclusivas, solidarias y de apoyo mutuo
entre sus socios y que tienen objetivos específicos como:
 Identificar y articular procesos asociativos para la creación de Cajas de Ahorro y Crédito
Comunitarias, y capacitar en administración y contabilidad básica.

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 Fortalecer a las organizaciones conformadas en Cajas Comunales, con talleres prácticos de
manejo y registro de documentos contables.
 Dinamizar el microcrédito para los emprendimientos productivos locales.

2.3.3. Organizaciones del Sector Asociativo

Bajo la denominación genérica de Asociaciones, encontramos en el tercer escalón a una


numerosa forma organizativa, hasta hoy algo desubicada, sin control, con funcionamiento
ambiguo, entre empresa y gremio, constituida al amparo del Código Civil, bajo el gran paraguas
de "corporaciones" y con variadas denominaciones, tales como asociaciones, centros,
federaciones, grupos, comités, etc. y que, han venido efectuando actividades económicas de
producción o servicios con una liberalidad absoluta y que deberán adecuar sus estatutos a la
LOEPS y someterse al control de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria.

No obstante lo señalado, es importante también dejar en claro que si hay algo en la LOEPS que
necesita una precisión mayor, es precisamente la diferenciación entre asociaciones y
cooperativas, pues, se torna altamente difusa la concepción y caracterización de dichas
organizaciones, más aún cuando la facultad de conceder personalidad jurídica y controlar las
asociaciones ha estado diluida en varios organismos de la función ejecutiva y muchas de ellas,
no obstante haberse constituido con fines de representación gremial, en la práctica se han
convertido en organizaciones con plena actividad económica, no sólo desnaturalizando su
objetivo, sino débilmente controladas y beneficiándose tributariamente.
El Art. 18 de la LOEPS reconoce al sector asociativo como una forma de organización de la
Economía Popular y Solidaria, constituida por personas naturales con actividades económicas
productivas similares o complementarias, reunidas con el objeto de comercializar y consumir
bienes y servicios lícitos y socialmente necesarios, auto abastecerse de materia prima, insumos,
herramientas, tecnología, equipos y otros bienes, o comercializar su producción en forma
solidaria y auto gestionada.

2.3.4. Organizaciones del Sector Cooperativista


Sección 3 Art. 21. Sector Cooperativo.- Es el conjunto de cooperativas entendidas como sociedades de
personas que se han unido en forma voluntaria para satisfacer sus necesidades económicas, sociales y
culturales en común, mediante una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática, con
personería jurídica de derecho privado e interés social.

Sin restar importancia a las otras formas de organización, consideramos que las organizaciones
del sector cooperativo por su trascendencia histórica, y presencia en la economía nacional se
pueden considerar como el sector más representativo de la Economía Social Popular y Solidaria
y además porque su estructura administrativa y financiera les dan características más relevantes,
quizá por eso la LOEPS le da un mayor espacio legislativo que se irán tratando en los diferentes
momentos del curso.

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El sector cooperativo por la naturaleza de sus actividades las LOEPS las clasifica en los siguientes
grupos: producción, consumo, vivienda, ahorro y crédito y servicios. Además, en cada uno de
estos grupos se podrán organizar diferentes clases de cooperativas, de conformidad con la
clasificación y disposiciones en el Reglamento de esta Ley.
La LOEPS, tratándose de cooperativas, en términos generales mantiene el tradicional esquema
organizativo y funcional de asambleas, consejos y gerencia, así como las causas comunes de
disolución y liquidación, incorporando algunas, pero aún escasas normas relacionadas con las
organizaciones comunitarias y las asociaciones, como lo veremos a continuación.

Normas relevantes sobre las formas de organización


El Art. 16 de la LOEPS, al respecto de la estructura interna de las Organizaciones
Comunitarias, por sus propias características como las costumbres, prácticas y necesidades y
por su ubicación y naturaleza que generalmente es rural o marginal con capitales mínimos y con
un número de socios muy reducido cuya consecuencia le lleva a limitar su actividad a la comuna
o al barrio lugar de residencia de sus socios permite la libre estructuración sin sujetarse a una
normativa, el propósito es respetar sus identidades culturales.

Con respecto a las Asociaciones, en el Art. 19 de la Sección 2, señala que la forma de gobierno
y administración constarán en su estatuto, aunque si propone algunas diferenciaciones con
respecto a al sector cooperativo, así por ejemplo que sus socios únicamente sean personas
naturales y que las cuotas ordinarias y extraordinarias tengan el carácter de no reembolsables
(Art. 20).

En lo relacionado con las Cooperativas (Sección 3, Art.21), la ley tiene un amplio articulado y
por consiguiente es muy explícita en lo referente a la estructura y organización interna como son
la asamblea, consejos de administración y vigilancia y la gerencia, a los aspectos relacionados con
la disolución y liquidación.

El sector financiero
En el Título III, Capítulo I, Art. 78 de la LOEPS se da cumplimiento al mandato constitucional
de que, el sector financiero popular y solidario tendrá normas y entidades de control específicas
y diferenciadas, y que, en la Superintendencia, se creará una Intendencia específica para el sector
financiero. De la misma manera se incorporan en la legislación las cajas de horro, las cajas
solidarias y los bancos comunales, como formas de organización pertenecientes al sector
financiero popular y solidario, además de las cooperativas de ahorro y crédito.

La LOEPS, con relación a las cooperativas de ahorro y crédito en particular, considera algunas
particularidades que diferencian a las cooperativas grandes de las pequeñas, las abiertas de las
cerradas, las urbanas de las rurales, la LOEPS dispone que se elabore una clasificación de las
cooperativas ubicándolas en el segmento que les corresponda de acuerdo con su monto de
activos, número de socios, ámbito geográfico de actividades, entre otros parámetros de
medición. Sobre la base de esta segmentación se han dictado normas diferenciadas para cada
uno de los segmentos, de tal manera que esta clasificación de las cooperativas les permite

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desarrollar determinadas actividades u operaciones financieras y sus directivos deben o no,
cumplir ciertos requisitos de formación académica, otra particularidad que se encuentra en la ley
es la obligatoriedad de las cajas de ahorro y crédito y de los bancos solidarios de transformarse
en cooperativas en el caso de hayan superado los límites de crecimiento establecidos por la
Superintendencia.

Formas de integración representativa de la Economía Popular y Solidaria


Consorcios

Hay muchas fórmulas destinadas a la creación de asociaciones empresariales. Una de ellas es el


consorcio. Consiste en que varias empresas que pertenecen a un mismo sector se unen y crean
una entidad nueva, el consorcio.

Este tipo de organismo tiene la finalidad de unir esfuerzos e intereses empresariales.


Individualmente cada entidad tiene una capacidad operativa y es autónoma. En cambio, la fusión
de varias entidades supone la consolidación de todas ellas, que mantienen su independencia a la
vez, al crear el consorcio pueden tener una mayor capacidad de influencia. Es una modalidad
que tiene o puede tener un propósito monopolista, ya que evita la incursión de un hipotético
competidor.

Es habitual que los consorcios sean el resultado de fusionar entidades públicas y privadas. La
parte pública aporta la garantía de la administración y la privada proporciona la eficacia
empresarial. Cabe mencionar que, con esta unión, el control del sector aumenta
considerablemente.

La colaboración entre el sector privado y el público es cada vez más frecuente. Los sectores en
donde los consorcios están más extendidos como fórmula organizativa y empresarial son el del
transporte y el comercio exterior, éstos tienen una dimensión estratégica en la economía.

Redes Sociales

Las redes de cooperación se pueden definir como asociaciones de interesados que tienen como
objetivo la consecución de resultados acordados conjuntamente a través de la participación y la
colaboración mutua.

Las redes implican la existencia de asociados, que son los actores o nodos, vinculados sobre la
base de sumar esfuerzos para la consecución de objetivos compartidos, la complementación de
sus capacidades y la sinergia de sus interrelaciones. La vinculación se sustenta en una estructura
horizontal de coparticipación, colaboración y corresponsabilidad de cada uno de los asociados
con relación a un plan de acción.

Las redes pueden entenderse como incubadoras de cooperación, donde las interacciones,
colaboraciones y transferencias entre los asociados contribuyen a generar multitud de productos
y resultados, tanto tangibles como intangibles.

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El concepto de red de cooperación así definido puede aplicarse de una manera amplia a una gran
diversidad de organizaciones, existiendo una frontera difusa que permita delimitar el mismo.
Quizá la acotación que puede realizarse con relación al concepto de redes de cooperación se
refiere a la existencia de objetivos comunes bien definidos y a la existencia de un plan de acción
que compromete a cada uno de los asociados de una manera activa.

Estas condiciones pueden diferenciarlas redes de cooperación de otras modalidades


organizativas, donde la generalidad de los objetivos y la vinculación más o menos laxa de los
asociados no implica un compromiso activo en un proyecto común.

Lecturas Obligatorias
Guerra, Pablo. (2012). Las Legislaciones sobre Economía Social y Solidaria en América Latina.
Entre la autogestión y la visión sectorial. Revista de la Facultad de Derechos ISSN 0797-
8316 Nº 33, (pgs.73-94). Montevideo julio-diciembre, 2012.

Naranjo, Carlos (2016). La Economía Popular y Solidaria en la legislación ecuatoriana. En


Economía Solidaria. Historia y prácticas de su fortalecimiento. SEPS. Quito.

Naranjo, Carlos (2016). Incidencia del Código Monetario y Financiero en las Cooperativas de
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(2011). Quito. Asamblea Nacional. Publicada en el Registro Oficial N°. 444 de 10 de
mayo de 2011.

24
Reglamento General a la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria y del Sector
Financiero Popular y Solidario. (2012). Quito. Asamblea Nacional. Publicada en el
Registro Oficial N°. 648 27 de febrero de 2012.

Código Orgánico Monetario y Financiero. (2014). Quito: Asamblea Nacional. Publicada en el


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Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones. (2010). Quito: Asamblea Nacional.


Publicada en el Registro Oficial N°. 263 de septiembre de 2010.

Código Orgánico de Organización Territorial Y Administración Descentralizada. (2010). Quito:


Asamblea Nacional. Publicado en el Registro Oficial Nº. 303 de 19 de octubre de 2010

25
UNIDAD 3
GESTIÓN DE LOS BIENES COMUNES EN LAS ORGANIZACIONES DE LA
ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA
3.1 Dimensión social, ética y cultural de la gestión de los bienes comunes en la
Economía Social y Solidaria.
3.2 Dimensión económica de la gestión de los bienes comunes en la Economía
Social y Solidaria.
3.3 Sistemas de participación en la gestión de los bienes comunes de la Economía
Social y Solidaria.
3.4 Sistemas de liderazgo y control social en la gestión de los bienes comunes de la
Economía Social y Solidaria.
3.4.1 Liderazgo participativo
3.4.2 Control Social
3.5 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria
3.6 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: De Cooperación.
3.6.1 Mapeo de Actores
3.6.2 Selección de nuevos socios y diseño de nueva cooperación
3.6.3 Etapas de desarrollo y patrones de cooperación.
3.6.4 Construcción de confianza
3.6.5 Negociación
3.7 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: De Orientación Estratégica.
3.7.1 Diagnóstico participativo simple
3.7.2 Preguntas estratégicas guía
3.7.3 Construcción de escenarios
3.7.4 Valoración de opciones estratégicas
3.7.5 Implementación de opciones estratégicas
3.7.6 Mapa estratégico PIANO
3.8 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: De Gestión y Coordinación.
3.8.1 Aplicabilidad del modelo de conducción y coordinación vigente
3.8.2 Modelo de conducción y funciones del ente coordinador
3.8.3 Procesos clave
3.8.4 Optimización de procesos
3.8.5 Manejo de interfaces
3.8.6 Conducir con proyectos de cambio
3.9 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: Para el Aprendizaje.
3.9.1 Bloqueos de aprendizaje

26
3.9.2 Patrón de innovación
3.9.3 Sistema de cooperación que aprende
3.9.4 Formas de aprendizaje
3.9.5 Gestión del conocimiento hacia productos
3.10 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: Manejo de mundos paralelos.
3.11 Aporte de la Economía Social y Solidaria a los procesos de Desarrollo Local

Objetivo de aprendizaje
Diseña y construye estrategias para el fortalecimiento de empresas de la Economía Social y
Solidaria.

Introducción
La economía social y solidaria, representa un tipo particular de organización, constituida
mediante la asociación libre y voluntaria de sus integrantes, quienes crean una empresa de
propiedad común y gestión democrática, con el propósito de satisfacer necesidades económicas,
sociales y culturales que, difícilmente podrían resolverse de manera individual. Se trata pues de
la administración y gestión de un bien común, sujeto al régimen legal de propiedad común, bajo el
cual los derechos de propiedad son poseídos y ejercidos de manera colectiva.
La naturaleza de bien común, como recurso o servicio, está determinada por sus características
de acceso universal, gestión democrática, uso sostenido y titularidad colectiva; no es un bien
privado ni un bien público. Esta diferenciación es importante, puesto que la propiedad privada
se basa en la capacidad de un individuo frente a otro, de excluirle del uso y del beneficio del
recurso; en tanto que, la propiedad pública sitúa en el ámbito de los gobiernos, la gestión y la
decisión de quien tiene acceso a los bienes.(Asociación Paz con Dignidad, 2018)
El sistema capitalista en sus inicios y, posteriormente para sostener su tasa de crecimiento, se
basó entre otros factores, en la apropiación privada de toda una serie de bienes que eran
originalmente comunes, así por ejemplo el cercamiento de tierras comunales, la enajenación de
los recursos naturales durante la colonización de América, el control de la información y del
conocimiento a través de las patentes, entre otros reflejan situaciones de enajenación privada de
bienes comunes(Asociación Paz con Dignidad, 2018).
En los bienes comunes nadie usa derechos exclusivos para organizar un esfuerzo o capturar su
valor, puesto que son inalienables, no se pueden vender en el mercado, no son privatizables, son
bienes que tiene valor de uso pero no tienen valor de cambio, esto quiere decir que los bienes
comunes se caracterizan por: usarse colectivamente y ser transgeneracionales, gestionarse en
términos de racionalidad colectiva y búsqueda de satisfacción de necesidades, diferenciarse
claramente de formas de propiedad privada o pública al someterse al régimen legal de propiedad
comunitaria o colectiva.
Una particularidad generada por la administración de un bien común, en las empresas de la
economía social y solidaria, es la identidad de intereses, experimentada entre los diferentes

27
grupos que participan de la actividad económica. Esta situación es analizada por Nicolás Palacios
(1994), quien señala que el asociado de la organización solidaria asume simultáneamente
diferentes roles, bien sea como dueño, usuario o proveedor, provocando cierta identidad de
intereses que deberán ser gestionados de manera participativa y socialmente responsable. El
autor menciona que los grupos de interés de las actividades económicas, a saber: proveedor,
cliente, trabajador y propietario; en las empresas privadas, se encuentran mayoritariamente en
conflicto: trabajadores-empresa, clientes-empresa, proveedores-empresa; la identidad de
intereses en la empresa privada se da únicamente entre propietarios-empresas; en tanto que, en
las empresas de la economía social y solidaria, de acuerdo al tipo de giro comercial, la identidad
se da al menos entre dos grupos de interés; así por ejemplo, en las organizaciones cuya finalidad
es ofrecer fuentes de trabajo a sus asociados, la relación de identidad se construye entre
trabajadores, propietarios y empresa; en las organizaciones que proporcionan servicios, la
identidad se da entre clientes, propietarios y empresa. La identidad de intereses existente en las
organizaciones de la economía social y solidaria, hace que los asociados asuman una
responsabilidad común identificada en la necesidad común de establecer una relación de uso con
la organización.
En las organizaciones públicas y en las organizaciones privadas existen muchos intereses e
influencias que generan rivalidades entre sus grupos, a saber: proveedores, clientes, trabajadores
y propietarios; los proveedores frente a los clientes, los trabajadores frente a los propietarios.
En cambio, en las organizaciones de la economía social y solidaria, se da la identidad de intereses
al menos entre dos grupos, situación que facilita la participación eficaz en la gestión de la
actividad económica; consecuentemente, el socio de una organización solidaria asume el papel
que corresponde al interés coincidente pues a la vez es dueño, usuario y proveedor. Además, el
esfuerzo que un integrante de una organización de la economía social y solidaria debe realizar es
correlativo al grado de responsabilidad que tiene en la consecución del fin o razón de ser de la
respectiva organización.
Las organizaciones de la economía social y solidaria en su responsabilidad de gestionar un bien
común deben garantizar la no discriminación y el acceso al servicio o recurso administrado por
parte de todos sus socios, no existe posibilidad de discriminación, mediante la asignación de
precios que determinen, quienes disfrutan y quiénes no, puesto que los bienes comunes no
tienen precio o éste debe ser asumible por todas las personas que integran la sociedad o
comunidad gestionadora. El derecho de uso se produce con independencia de si se contribuye
o no al mantenimiento o protección del servicio o recurso común.(Asociación Paz con Dignidad,
2018).
Las organizaciones de la economía social y solidaria son autogestionadas por los socios o
miembros, los trabajadores y propietarios, quienes forman la denominada comunidad
gestionadora. La heterogeneidad en el tipo de actividades que integran la economía social y
solidaria, su orientación al mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad, la
integración social y el desarrollo local, hacen que la gestión de la economía social y solidaria sea
innovadora y alternativa y se caracteriza por:
Garantizar la no discriminación y el acceso al recurso o servicio de toda la comunidad gestionadora.

28
No existe posibilidad de discriminación, mediante la asignación de precios que determinen quien
disfruta y quien no disfruta del bien, puesto que los bienes comunes no tienen precio o este
debe ser asumible por todas las personas que integran la comunidad gestionadora. El derecho
de uso del bien o servicio generado, se produce con independencia de si se contribuye o no a su
mantenimiento o a su protección.(Asociación Paz con Dignidad, 2018)
Garantizar la sostenibilidad del recurso o servicio
La gestión de los bienes comunes requiere legislar para establecer los límites en su nivel de
utilización, capaz de permitir su reposición y conservación tanto para la generación presente
como para las futuras, implicando así una responsabilidad individual y colectiva por su
mantenimiento.(Asociación Paz con Dignidad, 2018)
Garantizar la gestión colectiva y democrática del recurso o servicio
La gestión colectiva y democrática de los bienes comunes, se refiere a que todos los miembros
de la comunidad gestora deben participar, elegir o ser elegidos como delegados para la
administración del bien.
La gestión colectiva de un bien común exige una mirada compleja, desde la posición de los
diferentes actores y sobre distintos aspectos de la planificación a largo plazo, satisfacer la
necesidad de alcanzar consensos, limitar las decisiones y acciones que se puedan ejercer sobre
los bienes comunes, desarrollar sistemas de comunicación abiertos, transparentes y fidedignos,
generar un ambiente de diálogo, confianza y reciprocidad, para la toma de decisiones.
Bajo las consideraciones anteriormente mencionadas se puede identificar dos dimensiones en la
gestión de las organizaciones de la economía social y solidaria: la social, ética y cultural; y, la
dimensión económica.
3.1 Dimensión social, ética y cultural de la gestión de los bienes comunes en la
Economía Social y Solidaria.

La gestión en esta dimensión se dirige a fortalecer los niveles de asociatividad de la organización,


su cohesión, consolidación y sostenimiento. Para ello la gestión fortalecerá la participación
democrática de sus miembros y la distribución y uso del poder, en base a los valores de
solidaridad, cooperación, reciprocidad, complementariedad, armonía, respeto, equidad y
cumplimiento de los deberes ciudadanos, comunitarios y organizacionales.
La gestión de la dimensión social, ética y cultural, incluye los procesos de innovación en las áreas
de la organización relacionadas con: formación del talento humano, gestión del conocimiento,
gestión del cambio, gestión colaborativa y gestión de la responsabilidad social.
3.2 Dimensión económica de la gestión de los bienes comunes en la Economía
Social y Solidaria.

La gestión económica de las organizaciones sociales y solidarias, recoge los planteamientos de la


administración humanista y el enfoque de calidad en la satisfacción de las necesidades de los
asociados. En este sentido, los procesos que agregan valor se relacionan con la gestión del
talento humano en los procesos básicos de la administración: planificación, organización,

29
dirección y control; y, la gestión de los recursos que incluyen finanzas, mercadeo, producción e
información.
La dimensión económica coloca en el centro de la administración la acción colectiva sobre la
acción individual, mediante la estructuración interna de cuerpos colegiados basados en el trabajo
en equipo y la toma colectiva de decisiones, conforma juntas, asambleas, consejos o comisiones
especiales que permiten la acción participativa en la gestión de la organización. En el caso del
Ecuador la estructura interna está definida normativamente por el tipo de organización solidaría,
según los siguientes esquemas:

Ilustración 1: Organización interna de la Asociación

Ilustración 2: Organización interna de las Cooperativas

30
Ricardo Dávila (2002), al referirse a la gestión innovadora de los emprendimientos de la
economía social y solidaria, señala que esta representa un modelo innovador, por su forma
diferente de administrar el poder y organizar el capital humano, que coloca a la persona en el
centro de la organización y propicia una gestión democrática, participativa y solidaria. Señala
también que las organizaciones de la economía social y solidaría deben fortalecer tres ámbitos
básicos de la gestión: coherencia, interdependencia y sinergia entre los diferentes procesos
básicos de la administración, fomento de acciones de carácter participativo y democrático; y,
superación de mecanismos de control correctivos y esporádicos, para alcanzar niveles
preventivos e interactivos.
3.3 Sistemas de participación en la gestión de los bienes comunes de la Economía
Social y Solidaria.

En los modelos de gestión de la Economía Social y Solidaria, la participación tiene un significado


específico, en su práctica empresarial, para tomar parte en la dirección administrativa de la
organización.
Esta participación particular, permite que los miembros de la comunidad gestora, definan el
funcionamiento de su organización, en las tres fases del proceso: (Vázquez, 1998)

 En su origen
 En el desarrollo del proceso económico
 Y en los resultados del proceso económico.

En el origen, significa que en la Economía Popular y Solidaria, no existe una cúpula directiva o
corporativa que diseñe las estrategias y planes, pues ésta se constituye en base a la comunidad
gestora.
En lo referente al desarrollo de procesos y la definición de sus condicione es importante
identificar las características con las que se construyen las herramientas y métodos, pues, el
desarrollo de éstos, deben permitir el acceso y la inclusión de todos los miembros de la
organización, es decir deben reconocer la diversidad y la complejidad de visiones.
En los resultados del proceso, que incluye la probabilidad de obtención de beneficios o pérdidas,
significa que la especial característica de propiedad común ahora marca el concepto de trabajo
y trabajador.
Los miembros de la comunidad gestora, tienen la propiedad y el poder sobre lo que están
haciendo, pues se trata de la administración de una propiedad común.
En base a lo anotado, una organización gestora de un bien común debe incorporar como
estrategia fundamental la participación en los tres momentos: en el origen, en el desarrollo del
proceso económico y en los resultados. Este modelo de participación exige:

 Que los miembros quieran participar, es decir se encuentren motivados, para ello es
importante desarrollo conciencia política de sujetos, así pues pasar de objetos de

31
decisiones a sujetos de decisiones es un ejercicio de transformación humana, no solo un
cambio de papeles(Freire, La educación como práctica de la libertad, 1965).
Por otro lado la mejor motivación que se puede lograr para incorporar en el proceso de
inducción de miembros, es la incorporación de la “esperanza, del sueño” de una visión
de equipo, este será el cable que nos conduzca en el proceso pedagógico, el cable al
futuro, a nuestro deber ser. “…no entiendo la existencia humana y la necesaria lucha
por mejorarla sin la esperanza y sin el sueño”…”Como programa, la desesperanza nos
inmoviliza, y nos hace sucumbir al fatalismo en que no es posible reunir las fuerzas
indispensables para el embate recreador del mundo”(Freire, Pedagogía de la Esperanza,
1993).

 Que los miembros de las organizaciones cuenten con los elementos necesarios para
poder conocer, entender, y comprender los diferentes aspectos de la organización de la
que son parte y así de manera consciente ejercer su derecho a decidir con un criterio
formado.

Si está entre los objetivos el logro de amplios procesos de transformación de la realidad


de la capacitad de hacer las cosas y sobre todo saber diseñar el cómo hacer las cosas, bajo
un concepto vectorial de opción por la mayoría, no debemos hablar de capacitación, si
no de formación y desarrollo para alcanzar el aprendizaje de un buen saber hacer, un
buen saber a dónde ir y un buen participar.(Matsuura, 2006)

 Que los miembros tengan las condiciones para poder participar, es decir cuenten con los
espacios, que la estructura organizativa recoja sus deseos y propuestas. Situación que
plantea el diseño de estructuras abiertas, sistemas de gestión de lo social y del gobierno
institucional.

El desarrollo de estructuras amplias de comunicación al interior de las organizaciones,


impulsará mecanismos para conectar a los miembros con sus “mandatarios” y así luchar
contra la burocratización institucional

3.4 Sistemas de liderazgo y control social en la gestión de los bienes comunes de la


Economía Social y Solidaria

3.4.1 Liderazgo participativo

Las peculiares características que guarda la gestión de los bienes comunes, condicionan la forma
en que se genera el liderazgo al interior de la organización.
El manejo de la complejidad como condición para la buena administración de un bien común,
nos lleva a decir “… nada es tan estúpido como vencer, el verdadero triunfo está en convencer”
(Hugo, 1862).

32
Así pues el sistema de gestión de un bien común plantea un proceso que nos lleva a “conducir
en vez de dirigir”, siendo la dirección el manejo de la inestabilidad y su insistencia como forma
de liderazgo inadecuado, puede hacer peligrar el equilibrio de la organización.(Zimmermann,
2016)
En este sentido no se dirige, se negocia, y en este mismo proceso se desarrollan sistemas de
comunicación que con el tiempo desarrollan lazos de confianza que construyen un liderazgo
conjunto, un liderazgo de equipo auto dirigido, fortaleciendo el capital social.(Durston, 2000)
Para las organizaciones que gestionan bienes comunes, las principales herramientas o métodos
con los que puedan conducir los procesos se pueden sintetizar en:

 De lo menos a lo más, se debe enfocar en pocos puntos al inicio y luego ir avanzando


hasta desarrollar confianza entre las partes.
 Amplio acceso a la información y fortalecimiento de procesos de comunicación y
diálogo.
 Justicia en el reparto de los beneficios de la cooperación
 Reconocimiento de las diferencias, hasta el punto de convertirlas en fortalezas.
 Construcción colectiva de reglas

Así el desarrollo del sistema de reglas llevará el liderazgo a un ejercicio colectivo, en donde cada
parte construirá una relación con el todo.
Pero la construcción del liderazgo en la organización, entendido este como un ejercicio de
influencia mutua entre las partes que apoya la gestión cooperante entre ellas, se logra a través del
ejercicio enfrentarse conjuntamente a dificultades, a la consecución de proyectos conjuntos, en
otras palabras, a la práctica de la cercanía, del respeto y la comunicación que generará confianza.
El liderazgo propuesto para la gestión de los bienes comunes, es el denominado participativo o
democrático, el mismo que exige un proceso de formación de equipos de trabajo que se conocen
y está motivados a aceptar “al otro”.
No existen para la gestión de bienes comunitarios un modelo específico, sin embargo el que las
personas que conforman este tipo de organizaciones esté convencida de que todos hace la
institución y que entre todos la conducen, una persona que ejerza una posición de conducción
será vista como positiva, pues se puede decir que el liderazgo adecuado está en la mente de
quien percibe.(Castro, 2005)

3.4.2 Control Social

Es un conjunto de prácticas, actitudes y valores que permiten mantener el orden establecido en


una sociedad, y se constituye en instrumento clave para los sistemas organizativos democráticos.

A cada estructura social le ata un sistema de control social con sus peculiares características, al
interior de este sistema, es posible identificar los mecanismos de adhesión afectiva, de vínculo
económico, cultural y de castigo moral que el grupo instituye informal o formalmente.

33
Los mecanismos informales más importantes son: los mecanismos de comunicación y
educación, son tal vez los más potentes, pues trabajan sobre los imaginarios de las personas y en
ese sentido son más profundos.

Por otro lado, están los mecanismos de control social formal, que están constituidos por sistemas
normativos ejercidos por la instancia de poder y ejecutados por el sistema de control.

Para el caso de las organizaciones de bienes comunes, el control social constituye parte de la
cultura organizativa, parte del sistema democrático que lo gobierna y que de manera formal o
informal contribuye a la cohesión de los miembros al garantizar un conjunto de
comportamientos específicos.

Desde el punto de vista organizativo, el control social se fortalece con miembros capacitados y
formados y principalmente con sociedad, esto es con una estructura social que gestiona como
tal el grupo. Mientras más fortalecimiento se dé a las relaciones sociales, más importante será el
control social que esta ejerza en sus miembros.

Al identificar que el modelo de gestión de los bienes comunes es el democrático, toma


importancia determinar los mecanismos de control social que se desarrollarán, permitiendo que
en todas las instancias de toma de decisión, sea posible un sistema de rendición de cuentas.

3.5 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía


Social y Solidaria

La gestión de las actividades ubicadas dentro de la economía social y solidaria, se fundamentan


en la comunicación e interacción de sus actores, no son actividades dirigidas de manera
jerárquica, al contrario la gestión se constituye en un proceso sistémico conjunto, caracterizado
por su diversidad y complejidad, que considera cinco factores de éxito:
1) Cooperación: ¿quién trabaja con quién; y, cómo los actores estructuran sus relaciones e
interacciones? Las herramientas e instrumentos de cooperación se diseñan con el
objetivo de identificar a los actores, sus intereses, sus interacciones, acuerdos y alcances
dentro del proceso de gestión participativa.
2) Orientación estratégica: ¿qué opiniones tienen los actores y cómo logran acordar una
dirección clara y coherente? Este factor permite identificar estrategias para el proceso de
negociación sobre la orientación del sistema de cooperación entre la diversidad de
actores.
3) Gestión y Coordinación: ¿en qué focalizar la gestión y cómo organizan los actores la
toma de decisiones?, Este factor desarrollar principios y reglas que buscan mantener el
delicado equilibrio entre auto organización y estructuración horizontal.
4) Aprendizaje: ¿cómo promueven los actores el aprendizaje en la red y cómo logran
ampliar y fortalecer sus capacidades?, Para este factor la auto reflexión y el aprendizaje,
representan los motores de la innovación.
5) Mundos paralelos: ¿cuáles son los discursos dominantes y cómo manejan los actores la
distribución del poder? Este factor pretende facilitar el proceso de negociación bajo la

34
diversidad de intereses, que confluyen en la gestión de los bienes comunes de la
economía social y solidaria.

A cada factor de éxito están asignados unos instrumentos que apoyan el trabajo sobre el tema,
demostrando su utilidad en la práctica, pero deben ser adaptados a cada contexto, en cada caso
la situación y los actores involucrados, exigen la selección y adaptación de los instrumentos, bajo
las siguientes consideraciones:

 Facilidad de uso, los instrumentos deben promover el diálogo dentro de un sistema de


cooperación.
 Orientación a la acción, es decir a la práctica, pueden ser utilizados parcialmente.
 Económico, la aplicación de los instrumentos no exige mayores recursos y pueden
incluirse dentro de sesiones normales de coordinación
 Flexibilidad, dependiendo del contexto se pueden adaptar y modificar.

La aplicación de los instrumentos, requiere apertura, flexibilidad, disposición a aprender tolerar


ambivalencias y diversidad de perspectivas de los diferentes actores.

3.6 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía


Social y Solidaria: De Cooperación

3.6.1 Mapeo de Actores

Este instrumento permite visualizar, identificar, describir y comprender a los diferentes tipos o
grupos de actores de una organización, sus relaciones, alianzas y conflictos, entre estos se pueden
distinguir:

 Actores primarios, mantienen objetivos comunes con la organización, se benefician o


afectan directamente por la actuación de la organización. Dentro de este grupo se ubican
los actores clave quienes ejercen influencia significativa sobre el objetivo y la ejecución
de los proyectos en la organización, sin su apoyo y participación no se podrían alcanzar
los efectos esperados.
 Actores secundarios, aquellos que tienen un interés indirecto o temporal con la
organización

3.6.2 Selección de nuevos socios y diseño de nueva cooperación

Este instrumento busca identificar nuevos socios complementarios, que revitalicen los límites
de la organización y establezcan nuevos niveles de cooperación. Para ello se requiere evaluar y
reflexionar sobre el perfil de la organización, identificar las falencias o déficits de la organización,
en las cuales resultaría útil la presencia de un nuevo socio complementario.

35
3.6.3 Etapas del desarrollo y patrones de cooperación

Este instrumento permite ubicar a la organización en una determinada etapa de desarrollo, a la


que corresponde un específico patrón de cooperación, según se detalla a continuación en la
Tabla 1:
Tabla 1: Etapas del desarrollo y patrones de cooperación en la organización

Etapa de desarrollo de la organización Patron de cooperación


a. Intercambio de información Los actores comparten información pero actúan
independientemente.
b. Intercambio de conocimiento Los actores aplican el conocimiento individual en la
organización.
c. Coordinación Los actores actúan independientemente,
conociendo lo que hace el otro, y esperando un
valor agregado.
d. Alianza estratégica Se establecen alianzas en temas particulares,
esperando sinergias y beneficio.
e. Co-producción La actuación es coordinada, sobre la base de
estrategias, planes y asignación de recursos.
Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

Los niveles o etapas de desarrollo inician con el intercambio de información entre sus miembros, avanzan
al intercambio de conocimientos, luego coordinan sus planificaciones y establecen alianzas estratégicas,
con uso de recursos en temas previamente acordados, logrando posteriormente la coproducción,
que significa pasar de la planificación a la ejecución de proyectos conjuntos.
3.6.4 Construcción de confianza

Se trata de revertir el patrón dominante de comportamiento competitivo, acercando a los actores


con prácticas de cooperación, de colaboración complementaria, que reemplace la conducta
competitiva por confianza, en las competencias complementarias de los actores.
La confianza es considerada un recurso productivo dentro de un sistema de cooperación, ya que
promociona el intercambio, facilita la comunicación y la concertación de los procesos, disminuye
los costos de transacción. La confianza depende fundamentalmente de la compensación, entre
confianza entregada y merecida; nace poco a poco, se otorga y profundiza, en ocasiones se pierde
y se la retira, puesto que surge de las experiencias en la cooperación y de mutuos supuestos en
el proceso de interacción; cuando los supuestos coinciden con la experiencia, la confianza crece
y el comportamiento se vuelve previsible, ya que representa un real proceso de comunicación a
largo plazo que involucra:

 Confianza en las características personales de los actores.


 Confianza en el proceso de interacción entre actores, comportamientos históricos gratos
y previsibles.
 Confianza en la institucionalidad, fiabilidad, a partir del cumplimiento de compromisos,
trato equitativo y transparencia en la toma de decisiones.

36
Los actores tienden a compensar la falta de confianza con reglas y estructuras, para lograr mayor
seguridad, porque no confían, promoviendo así una mentalidad de mutuo control, que mina el
fortalecimiento de la confianza y resquebraja los sistemas de cooperación. La desconfianza se
genera porque los actores se reconocen más como competidores y menos como socios.
La dinámica del fortalecimiento de la confianza se basa en un principio de equilibrio entre los
actores, si un actor invierte en construir confianza sin que el otro actor responda, el actor dará
un paso hacia atrás, su desconfianza incluso será mayor que antes.
3.6.5 Negociar

Dentro de un sistema de cooperación, la negociación es un instrumento y mecanismo básico de


comunicación entre las partes, que permite establecer acuerdos y compromisos pragmáticos.
Una negociación constructiva, toma en cuenta lo siguiente:

 Necesidad de reconocer los diversos intereses entre los involucrados.


 Capacidad de percibir las señales discretas de oposición: reticencia, desconfianza,
distancia, escepticismo, miedo, etc.
 Posibilidad de asegurar que todos los involucrados, tengan acceso equitativo y
transparente a información relevante.
 Condiciones para definir algunas reglas básicas de negociación, participación, acuerdos,
plazos y agendas.
 Capacidad para crear un marco de negociación agradable y asequible en lugar y tiempo.
 Actitud de apertura hacia nuevas posibilidades y nuevos puntos de vista.
 Transparencia en la definición de intereses y reflexión valorativa conjunta sobre
alternativas diversas.
 Apertura para desarrollar soluciones conjuntas en el marco de la cooperación.

3.7 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía


Social y Solidaria: De Orientación Estratégica

Las actividades de la Economía Social y Solidaria, como proyectos de cooperación, requieren


dirección y orientación estratégica, negociada y acordada conjuntamente por los actores, con
una mirada colectiva, flexible y vinculante en torno a objetivos comunes.
La orientación estratégica define conjuntamente, reconociendo la diversidad, el campo de juego
de los distintos actores, creando así un horizonte común, con propósitos compartidos,
acordando una orientación específica y estableciendo los mecanismos de coordinación, sin
perder de vista la existencia de mundos paralelos e intereses opacos entre los actores
participantes.
3.7.1 Diagnóstico participativo simple

Permite analizar la situación actual, desde la cual se construirá la imagen sobre el futuro, el
instrumento a utilizar, podría ser la matriz simple FODA.

37
3.7.2 Preguntas estratégicas guía

La construcción de una estrategia exige una mirada creativa sobre el futuro y la conexión con la
realidad objetiva del presente, que permita llegar a acuerdos sobre la orientación de la
organización.

Ilustración 3: ¿Cómo definir la orientación de la organización?

Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

La orientación estratégica es una visión del cómo hacer, qué hacer y a dónde ir. La generación
de preguntas en este sentido, permite construir conjuntamente respuestas sobre temas cómo
situación contextual, condiciones internas y análisis de riesgos, elementos claves en la definición
de la orientación estratégica de una organización de la Economía Social y Solidaria.
El lograr concertar las respuestas sobre: ¿qué?, ¿con quién?, ¿cómo?, ¿a dónde?; permitirá formar
estrategias conjuntas sobre prioridades, campos de cooperación, impacto proyectado y sistemas
de cooperación.

3.7.3 Construcción de escenarios

La construcción de escenarios como mecanismo de gestión de la estrategia, se basa en el proceso


conjunto e hipotético de vislumbrar alternativas futuras, que permitan a los actores discutir y
dialogar, para definir diferentes elementos y potenciales riesgos, de las alternativas propuestas.
El proceso permite al grupo consolidar su visión sobre el futuro, estructurando acciones y
posiciones imaginarias sobre una serie de situaciones potenciales para alinear las acciones
presentes. Un aspecto importante en la construcción de escenarios en grupo, es que permite el
intercambio de perspectivas y enriquecimiento mutuo.

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El procedimiento de construcción de escenarios también posibilita la generación de un horizonte
temporal de situaciones posibles que ayuda a la cohesión grupal, al identificar espacios comunes
tanto en el aspecto conceptual como en lo social y cultural, consolidando la estructura
organizativa.
3.7.4 Valoración de opciones estratégicas

El manejo de la diversidad de intereses, es un aspecto propio de las organizaciones de la


Economía Social y Solidaria. Se requiere entonces cooperación entre los miembros para lograr
negociar y consensuar entre las alternativas propuestas la “mejor opción posible”.
Para lograr alcanzar la mejor opción posible el procedimiento inicia con tener una visión general
de las potenciales opciones, para luego realizar la valoración de cada una de ellas.
Los principales criterios de valoración de las opciones se pueden detallar como sigue:
a) Impacto de sinergias, la opción seleccionada permite aprovechar los recursos y las
competencias de los actores, así como los mecanismos de cooperación.
b) Fuerza innovativa y capacidad, la organización cuenta con las condiciones para
implementar la opción de forma óptima.
c) Significancia y visibilidad, de implementar la opción, con un aporte relevante para la
solución del problema.
d) Participación e inclusión, de implementarse la opción se logra una mayor participación y
cohesión del grupo.
e) Efectividad y costos bajos, la implementación es coherente en el uso de recursos.
f) Estabilidad del sistema de cooperación, la opción tiene un aporte relevante a la
estabilidad sistémica de la comunidad.
Finalmente con el análisis de resultados en cada uno de estos criterios, se podrá construir un
mapa de potenciales opciones consideradas en la negociación, identificando aquellas que se
solapan y que estratégicamente son equivalentes.
3.7.5 Implementación de opciones estratégicas

En la implementación de opciones estratégicas, la asignación de recursos es un aspecto clave, en


este momento se visibilizan los intereses de los actores cooperantes. Las dificultades para
determinar las opciones a implementar entran a prueba, pues si en un principio se establecieron
las posibles estrategias, luego se definió la estrategia adecuada para alcanzar los objetivos de la
organización, llegado el momento de la implementación las partes tienen que contribuir, el poder
y la influencia pugnan por la entrega y control de los recursos y se torna necesario lograr alinear
a los actores para alcanzar la sinergia que requiere la gestión de una organización de la Economía
Social y Solidaria.
La sinergia representa un proceso complejo de construcción de confianza, no solo en el discurso
o normativa, sino en la operativa misma. El proceso incluye la discusión y consenso en cuanto a
la definición de los recursos (talento humano, incidencia política, infraestructura, medios de
transporte, recursos naturales), la puesta en evidencia del aporte de las partes y la determinación
de lo posible y viable.

39
Ilustración 4: Implementación de opciones estratégicas

Definir los recursos


Definir los aportes
Recursos fisicos,
humanos, Determinar lo posible
Partes aportantes,
tecnológicos,
tiempos, condiciones, Consenso, y puesta a
financieros volúmenes
tierra de lo posible y
viable

Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

3.7.6 Mapa estratégico PIANO:

La herramienta “Mapa estratégico PIANO”, permite diagnosticar la situación de una


organización en torno a las diferentes dimensiones y diseñar planes de mejora. Es por tanto un
instrumento clave para la orientación estratégica a más de ser un instrumento de diagnóstico
estratégico organizacional.
La metodología para la elaboración de un Mapa estratégico PIANO se apoya en el análisis y
diseño de las dimensiones a monitorearse en un sistema de cooperación, resultando útil
estructural la discusión con preguntas en cada dimensión, como se detalla en la Tabla 2
presentada a continuación:
Tabla 2: Orientación del Mapa estratégico PIANO

Dimensión Preguntas
Productos ¿Qué elaboramos conjuntamente? ¿De qué recursos disponemos para
hacerlo? ¿De qué recursos
disponemos para hacerlo?
Incentivos ¿Por qué participamos en el sistema de ¿Qué valor agregado nace de las
cooperación y por qué seguimos siendo relaciones y la cooperación de la red?
miembros del mismo?
Actores ¿Quién es miembro del sistema de ¿A quién queremos integrar como
cooperación? socio del sistema?
Negociaciones ¿Cómo negociamos entre nosotros? ¿Con qué acuerdos hacemos más
efectiva la interacción en la red?
Orientación ¿Qué orientación conjunta tenemos? ¿Cómo tratamos las divergencias?
Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

Para lograr mayor efectividad en la construcción de la matriz es recomendable trabajar al menos


con dos grupos focales, que permitan contrastar respuestas y aplicar pruebas de confiabilidad.

40
3.8 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: De Gestión y Coordinación

3.8.1 Aplicabilidad del modelo de conducción y coordinación vigente

La encrucijada entre conducir y dirigir está presente en todo modelo de gestión de cooperación;
las diferencias entre las opciones son observables en la estructura de los procesos de decisión.
En las organizaciones de la Economía Social y Solidaria la gestión se basa en la conducción del
gobierno que gestiona un bien común, y que significa considerar: la orientación estratégica, el
fomento de relaciones de cooperación, el establecimiento de mecanismos para la toma de
decisiones, la valoración de la diversidad, la identificación de los procesos claves, la evaluación
de las experiencias y el monitoreo del entorno.
La dificultad de conducir la administración de una organización de la economía social y solidaria,
está marcada por la complejidad de administrar lo incierto, muchas veces compensado con una
planificación demasiado detallada, que vuelve burocrática a la gestión perjudicando la capacidad
de reflexión de los miembros, volviendo rígido y jerárquico al modelo.
Se puede aducir también la excesiva burocratización a la falta de madurez de los miembros tanto
en su capacidad, como en su formación, por lo que fortalecer el aprendizaje y conocimiento, son
elementos que contribuirán a generar una organización más plana, más ágil, más auto dirigido.
Como hemos anotado en el párrafo anterior las dificultades para optar por un modelo que
conduce en lugar de un modelo que dirige, están asociadas al miedo o desconocimiento, y al
factor confianza entre los miembros; la desconfianza genera burocratización controladora e
incremento de costos. De ahí que trabajar en el desarrollo de mecanismos de transparencia,
comunicación y rendición de cuentas, fortalece los procesos participativos de toma de decisiones
y conducción de las organizaciones de la economía social y solidaria.
El procedimiento para no pugnar entre la necesaria organicidad y proceso que exige el
cumplimiento de tiempos, volúmenes y control y la gestión democrática participativa propia de
las organizaciones de cooperación de la economía social y solidaria, plantea el cumplimiento de:
a) Discusión y diálogo, respecto a las dimensiones en las que se ejercerá cada alternativa
(jerarquía – participación). Estas son: orientación estratégica sensata, fomento de
relaciones, reglas claras para la toma de decisiones, valoración de la diversidad, enfoque
en procesos claves, evaluación de experiencias y monitoreo del entorno.
b) Acuerdo sobre normas mínimas explícitas, referentes a la definición de los métodos para
llegar a acuerdos, de los mecanismos de comunicación y de interacción entre las partes.
Un primer grupo de reglamentaciones se refieren a los procesos participativos y
democráticos; un segundo grupo se refiere a la operativa, es decir la reglamentación que
facilita las tareas al interior de la organización.
c) La gestión de reglas mínimas, plantea una dicotomía entre la gestión horizontal propia
de equipos auto – organizados y la gestión vertical jerárquica, que construye un sistema
de mando centralizado. Los mecanismos para generar una organización auto –
organizada, parte del encuentro de objetivos globales para los miembros de la comunidad
de cooperación, pasando por la gestión de relaciones que permitan la construcción de

41
vínculos horizontales, así como también la gestión de la información y el conocimiento
y la claridad de roles, que permitan una adecuada distribución de funciones al interior de
los grupos y la gestión de las interfaces que se debe lograr para coordinar adecuadamente
las diferentes secciones de la organización.

3.8.2 Modelos de conducción y funciones del ente coordinador

Cada organización de la economía social y solidaria tiene su propia cultura y por tanto su propio
modelo de conducción y coordinación; sin embargo, lo común en este tipo de organizaciones es
el consenso y la participación.
El equilibrio en los modelos de conducción y coordinación, se establecen entre cuatro sistemas,
el primero el de la auto – organización, el segundo a través del sistema de delegados, el tercero
mediante mecanismos de consulta y como cuarto a través de un ente coordinador.

Ilustración 5: Modelo de conducción y coordinación

Auto
organización

Modelo de
Ente conducción Sistema de
coordinador y delegados

coordinación

Mecanismos
de consulta

Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

El modelo de conducción para una organización de la economía social y solidaria, se fundamenta


en: la auto organización, la orientación estratégica a través de objetivos globales, la
responsabilidad clara de los miembros sobre las funciones asumidas en los procesos de
socialización, la transparencia que fortalece la confianza, la información y comunicación, la
eficiencia, la diversidad de perspectivas, la sensibilidad ante los conflictos, el grado de regulación,
la flexibilidad y el cambio de los patrones de interacción.
La implementación de un modelo de conducción en las organizaciones de la economía social y
solidaria requiere:
1) Identificar los involucrados en la conducción: caracterización y mapeo de actores;
2) Acordar las directrices de funcionamiento: en cuanto a la toma de decisiones;

42
3) Definir la forma de participación en la conducción: a nivel consulta, participación directa en
las deliberaciones, información detallada, responsabilización;
4) Diseñar del modelo de conducción: definir patrones de comunicación, gestión del
conocimiento, esquemas de interacción, procesos de aprendizaje y mecanismos de consulta y
decisión;
5) Acordar las funciones de la coordinación.
3.8.3 Procesos clave

La pregunta central que se pretende responder es, ¿en qué procesos clave concentramos la
conducción y coordinación?, entendiendo como procesos clave a aquellos procesos que son
esenciales para el logro de los objetivos globales de la organización.
Para lograr una adecuada identificación de los procesos clave es conveniente dividirlos en cuatro
tipos: conducción y coordinación, coproducción, aprendizaje; y, auxiliares.
Los procesos de conducción y coordinación, tienen como objetivo general lograr cohesión e
inclusión, mediante la planificación estratégica participativa, el proceso de toma de decisiones, la
selección de nuevos colaboradores, el desarrollo de métodos e instrumentos comunes y la
gestión transparente de información y de conflictos.
Los procesos de coproducción, aseguran el valor agregado del sistema de cooperación, es decir
son los llamados a coordinar a los diferentes actores para generar bienes o servicios de calidad y
en condiciones apropiadas.
Los procesos de aprendizaje, permiten descubrir oportunidades y adaptarse a las necesidades
cambiantes del contexto. Entre los más importantes están: monitoreo de procesos, evaluación
de efectos, gestión del conocimiento, desarrollo de competencias, y la formación e inducción.
Por último están los procesos auxiliares, que permiten aumentar la eficiencia de los otros
procesos, a través de la provisión de soporte logístico, contable, de infraestructura e informático.
En general la conducción participativa de los procesos, sostiene el sistema de cooperación.
La implementación de lo expuesto implica una evaluación del estado de los procesos señalados
y de sus interfaces; situación que permitirá identificar áreas de mejora y de fortalecimiento
continúo.

3.8.4 Optimización de Procesos

La gestión de la diversidad en una organización de la economía social y solidaria, implica


estandarizar los procesos, ubicar los componentes clave, las fricciones y las complicaciones de
las operaciones más sensibles.
Luego es importante la determinación de las partes que conforman los procesos claves, en
especial identificar la problemática de la interacción y concertación entre procesos, que en la

43
mayoría de casos de veces implica relaciones de atención y prestación entre los involucrados en
el sistema, situación que significa revisar la posibilidad de:

 Suprimir procesos
 Simplificar procesos
 Juntar procesos
 Optimización por orden de procesos
 Tercerizar procesos
 Integrar el control del proceso
 Vincular los procesos con la estratégica
 Documentar los procesos
Por último, la optimización de procesos requiere planificar la implementación de las mejoras
programadas.

3.8.5 Manejo de interfaces

Los espacios de inter conexión entre los diferentes procesos clave de la gestión, deben ser
tomados en cuenta con especial cuidado, para evitar situaciones conflictivas en la organización
ya que estos espacios son puntos sensibles de la topología de los sistemas de cooperación porque
en ellos se produce interacción entre dos o más actores.
El diseño de espacios adecuados, con información clave, con facilitadores formados y con
capacidad técnica, debe ser una acción estratégica. Estamos hablando principalmente de
procesos de comunicación y concertación, confiables que reduzcan costos y tiempos de espera
y mejoren la calidad de los procesos.
Las dificultades en estos espacios se generan principalmente por:

 Círculos viciosos de desconfianza entre actores, que generan un mayor número de


protocolos y reglas que burocratizan el sistema.
 La existencia de un gran número de interfaces, por la partición de tareas (división laboral)
y otra vez la pérdida de auto gestión genera un costo alto de comunicación.
 Manejo deficiente de interfaces, no existe claridad de unos actores sobre lo que ocurre
con otros actores, y no se ve con claridad la problemática.
Una adecuada infraestructura de comunicación, la predisposición de los actores
involucrados, la generación de lenguajes comunes y el desarrollo de la confianza en las
capacidades de los otros miembros, ayuda a reducir las dificultades en las interfaces.

3.8.6 Conducir con proyectos de cambio

La gestión del cambio en las organizaciones de cooperación exige una especial metodología que
garantice los procesos de cambio planeado y consensuado; es decir, lograr el cambio no es un

44
asunto de dictar órdenes, pues se trata ante todo de un cambio en los modelos mentales de los
miembros de la red.
“El cambio se produce en los sistemas de cooperación, si los involucrados reinterpretan el
entorno, descubren nuevos potenciales, ganan nuevas experiencias que les llevan a pensar en
cosas nuevas”. En general, conducir un proyecto de cambio representa un ejercicio pedagógico
constructivista que lleva de un conocimiento mental a una experiencia vivencial. El método más
recomendado para desarrollar el cambio es a través de proyectos, los cuales permitirán construir
el camino para alcanzar un nuevo estado de desarrollo.
A manera de esquema metodológico, el proceso conlleva un primer momento en el corto plazo,
que hace realista la propuesta al evidenciar en poco tiempo cambios sustantivos; un segundo
momento motivacional, que resulta de observar lo alcanzado con los cambios producidos; un
tercer momento de gestión del proyecto; y, un cuarto momento que permite descomponer los
grandes cambios en pequeños proyectos flexibles dados ganar espacios y lograr las metas
propuestas.
Es de especial cuidado el desarrollar procesos de cambio bien planeados, pues un proceso mal
llevado se constituye inmediatamente en un obstáculo para la cooperación y en un mecanismo
que lleva al fracaso. Es importante considerar que no solo se cambian proceso o reglas, se están
cambiando modelos mentales y detrás de ellos espacios de poder.
La Ilustración 6, presenta tres pasos para organizar proyectos de cambio:
Ilustración 6: Organizar proyectos de cambio

Diagnóstico con diversidad de perspectivas

Formulación de objetivos
- Entorno
- Orientación estratégica Pequeños paquetes de cambio
Objetivos a dos niveles
- Cultura temporales
- Arreglo organizacional - ¿Qué queremos cambiar a Que sean:
mediano plazo? - Ejecutables a corto plazo
- ¿Qué queremos cambiar a - Que tengan efectos concretos
corto plazo - Diseñado e implementado por
un grupo
- Ejecutado en base a un perfil
- Que genere aprendizaje

Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

45
3.9 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: Para el Aprendizaje

Los espacios de cooperación son espacios de aprendizaje, desarrollo e innovación para las
organizaciones de la economía social y solidaria. Se constituyen en estrategias para la gestión del
conocimiento y generación de alternativas en búsqueda de objetivos compartidos.
3.9.1 Bloqueos de aprendizaje

El sistema de aprendizaje es la fuente que permite sobrevivir a las organizaciones de la economía


social y solidaria en un entorno cambiante, más todavía al tratarse de sistemas horizontales,
donde el proceso es más natural, sin embargo se puede identificar al menos cuatro barreras a los
sistemas de aprendizaje: la fragmentación, interacción negativa, actitud reactiva y bloqueos
ideológicos.
La fragmentación, consiste en la partición de los procesos, sobre todo impulsado por los
sistemas tayloristas, que impiden ver el todo sistémico, evitando el aprendizaje sobre unidades
amplias de la actividad organizativa.
Igualmente basado en el sistema de la competencia, se configuran sistemas fragmentados de
estímulos, para el logro de los objetivos, generando una interacción negativa entre los
miembros que “se pisan las mangueras”, en vez de cooperar para alcanzar conjuntamente
objetivos. Una grave deformación que incrementa la ineficiencia organizacional, no solo para las
organizaciones de la cooperación si no para cualquier otro tipo de organización, generando un
tipo de competencia que destruir el capital social de la organización.
Una actitud reactiva, basada en el miedo a cometer errores y el consecuente efecto paralizante.
Por último, los denominados bloqueos ideológicos, que imposibilitan valorar lo construido,
aceptando sin réplica lo que los expertos dicen con incapacidad de criticar lo establecido y
aferrándose a viejas rutinas que genera bloqueo regresivo.
El procedimiento para avanzar a romper los bloqueos de aprendizaje pasan por al menos tres
fases; la primera es la que analiza y reflexiona sobre las reglas implícitas, esas que tienen su fuerza
en lo pre lógico, en su invisibilidad y persistencia; la segunda consiste en la revisión y toma de
conciencia de los bloqueos mentales; y por último, un proceso de reflexión y conclusiones que
nos lleve a un plan de acción concertado.
3.9.2 Patrón de innovación

El intercambio mutuo incluido en la genética de las organizaciones de cooperación, permiten


desarrollar con mayor energía los procesos de innovación. Formar equipos multidisciplinarios
de trabajo permite compartir conocimientos, necesidades y preocupaciones, llevando al
planteamiento de una mayor variedad de alternativas de solución.
Adicionalmente es importante generar cuatro directrices para fomentar la innovación:

46
Ilustración 7: Directrices para el fomento de la innovación

Estrategia
Cultura de
de
Innovación
innovación

Recursos Estructura
de de
innovación innovación

Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

 Cultura de innovación, se refiere al conjunto de prácticas de aprendizaje explícitas e


implícitas al interior de la organización, que configuran la innovación como factor
valioso, digno que da honor y virtud a los participantes.
 Estrategia de innovación, se refiere a la definición de líneas de trabajo de innovación, a
la construcción de equipos heterogéneos, la interacción en entre líneas de innovación.
 Recursos de innovación específicos de tipo financiero, dotación de espacios físicos,
tiempo de trabajo y mecanismos de provisión estables para impulsar las investigaciones.
 Estructura de innovación, que permite disponer de espacios normativizados de
innovación, con comunicación e interacción entre diferentes grupos.

3.9.3 El sistema de cooperación que aprende

El fortalecimiento del capital social de una organización, es decir la fortaleza de los vínculos que
se generan entre sus miembros, tanto de carácter estructural como cognitivos, se convierte en
pieza clave para entender la unidad de la organización y la capacidad de actuación frente al
aprendizaje de nuevos procesos, caracterizados por el detalle de niveles de aprendizaje
representados en la Ilustración 8.

47
Ilustración 8: Niveles de un sistema de organización que aprende

Nivel de visión
compartida

Grado de Proyectos con


pensamiento miembros
sistémico heterogéneos

Organización
que aprende

Nivel de apertura Nive de reflexión y


a la diversidad crítica

Fuente: Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas. Capitulo tres. Segunda
Parte: Los Factores de Éxito.

Las características antes señaladas permite identificar los niveles en los que la organización debe
trabajar, considerando la existencia de campos de tensión relacionados sobre todo con: la
división laboral y su fragmentación, la arquitectura de innovación y su priorización, aceptación
de culturas críticas y explicitación de errores como acto positivo, carga de trabajo, evaluación de
experiencias, grado de fomento del apoyo mutuo y desarrollo de una cultura de transparencia y
confianza.
3.9.4 Formas de aprendizaje

Para identificar las formas de aprendizaje pertinentes, es recomendable considerar los siguientes
aspectos:

 Las formas de aprendizaje deben aprovechar la diversidad de perspectivas, no importa


que tan eruditas sean las personas, el tema es tratar de aprender conjuntamente,
aprovechar el conocimiento, las percepciones y opiniones diferentes.
 La forma de aprendizaje, deben acoger y analizar opciones diferentes.
 La jerarquía no importa en el aprendizaje y debe priorizarse las formas que estimulen el
compartir de manera horizontal.
 Las formas de aprendizaje deben priorizar la integralidad de los conocimientos.
 Se debe priorizar métodos que integren unidades operativas completas.
 Los encuentros informales deben jugar un papel importante
 Se debe priorizar el uso de medios de comunicaciones diversas.

48
Con estos criterios, las formas de aprendizaje que podrían utilizarse sería:
a) Aprendizaje en asociación, que responde a la interrogante: ¿Cómo otros actores
solucionan los problemas que enfrentamos? ¿Qué podemos aprender los unos de los
otros? Este método permite el aprendizaje entre personas con funciones similares, como
intercambio horizontal de experiencias.
b) Aprendizaje mediante eventos, dirigida a grupos multidisciplinarios, busca la interacción
entre diferente funciones.
c) Entrenamiento con base al auto – exposición, este método permite conocer el trabajo y
el mundo de otras personas, con el objetivo de ampliar la visión propia y fortalecer el
qué hacer de equipo.

3.9.5 Gestión del conocimiento orientado hacia productos

El proceso de gestión del conocimiento implica la producción y reproducción de saber, es decir


la sistematización de la práctica que permitirá su réplica mejorada.
La gestión de conocimiento orientada hacia productos, busca la construcción de contenido
relevante sobre los saberes y prácticas de las diferentes instancias de la organización cooperadora.
La sistematización de conocimientos para su posterior distribución, debe hacerse tanto de
marcos de saberes explícitos en documentos formales, como a través de la sistematización de
saberes implícitos, que son fruto de la participación y de la construcción cooperativa de
respuestas a problemas que ha enfrentado la organización y que están gravados muchas veces en
la cultura.
Es importante diferenciar la producción cuantitativa de información de la generación de
contenidos relevantes y significativos para gestión de conocimientos orientados a productos. La
significatividad del conocimiento producido es lo que dota a este de valor, en la medida en que
se transforma en un instrumento útil para la toma de decisiones.
Una aspecto importante es que la generación de conocimiento sea apropiada por los actores de
la comunidad cooperativa y organización social y solidaria, solo así la reflexión teórica de su
hacer permitirá avanzar hacia conocimientos más profundos de su práctica, es decir avanzar
desde lo instrumental a lo metodológico y epistemológico; identificando los campos temáticos,
estableciendo el mapeo de conocimiento, elaborando el producto de conocimiento,
intercambiando y difundiendo los productos de conocimiento.
3.10 Herramientas para la administración de las formas empresariales de la Economía
Social y Solidaria: manejo de mundos paralelos.

La conciencia de la existencia de mundos paralelos surge cuando se trabajan en sistemas de


cooperación, en los cuales la confianza, la resistencia al cambio y el manejo del poder permiten
que afloren intereses y percepciones diferentes.
El análisis hasta aquí planteado sobre un mundo plenamente manejable a la luz de los
instrumentos planteados entra en crisis al adentrase en la reflexión sobre los mundos paralelos.

49
La reflexión sobre la existencia de mundos paralelos, permite comprender y tratar el problema
de la incapacidad de aplicabilidad y funcionamiento de las herramientas únicas de gestión. Estos
mundos se explican por factores psicológicos y sociales que condicionan el sentir y actuar de los
miembros de una organización, cada uno de los cuales porta un bagaje de sentimientos y
subjetividades que condicionan el logro de objetivos y en general la forma en la que las personas
vemos el mundo que nos rodea.
“Los mundos paralelos omnipresentes surgen como complemento a las reglas explícitas, en la
forma de emociones disfrazadas”, es decir son el fruto de cosmovisiones adquiridas, categorías
complejas, modelos mentales y estereotipos, es decir reflejan valores y anti valores. En última
instancia estamos hablando del retorno del factor humano, de las condiciones subjetivas, de la
diversidad de respuestas ante problemas y situaciones particulares.
En base a los modelos mentales las personas se representan a sí mismas y a los demás, interactúan
y se distinguen, haciendo la cultura de una sociedad. En esta perspectiva el factor humano para
ser entendido exige el acercamiento a tres proceso interrelacionados:
a) El pensamiento espontáneo e intuitivo, que lleva a simplificar los problemas, a verlos
a través de marcos estrechos, a completar la información faltante en base a supuestos
que nacen de nuestros modelos mentales, de nuestras creencias. Este pensamiento
espontáneo condiciona la forma en la que las personas comprenden los desafíos, los
cambios y las reformas.
b) El pensamiento social, que nace de nuestra experiencia de sociabilidad, de compartir
experiencias, nos marcan, nos determinan, nos controlan, es decir motivan o limitan
socialmente nuestro proceder.
c) El pensamiento basado en modelos mentales, que se constituyen en formas pre
establecidas de como pensar y establecer relaciones. Así los modelos mentales impactan
en la forma como percibimos e interpretamos los hechos. Son la base del llamado sentido
común.

Los sistemas de cooperación no son automáticos, necesitan incorporar emociones,


subjetividades, empatías, para entender la realidad del otro, así como desarrollar mecanismos de
comunicación apropiados.
Dos instrumentos que permite detectar y manejar la existencia de mundos paralelos son:
a) Narrativas, que consisten en identificar de que se habla y de qué se calla, permitiendo
así visualizar a los mundos paralelos y luego avanzar a discursos sobre el camino a seguir
en el futuro, siendo posible con ello, lograr que los supuestos tácitos se vuelven
explícitos (parcialmente), se pueden percibir las esperanzas y temores, la atención se
oriente hacia los potenciales en el futuro y la reflexión sobre las diferentes opciones,
permita estrategias de cooperación complementaria.
b) Cultura de red, relaciones de política, con lo que es posible crear diferentes accesos
a la concepción y discusión de la cultura de la red.

50
3.11 Aporte de la Economía Social y Solidaria a los procesos de Desarrollo Local

La diversidad de experiencias de economía social y solidaria, desarrolladas bajo los principios de


primacía del ser social y búsqueda del bien común, respeto a la identidad cultural, equidad de
género, responsabilidad social y ambiental, autogestión, comercio justo, solidaridad y rendición
de cuentas, distribución equitativa y solidaria de excedentes; permiten ubicar a esta forma de
organización de la economía como una alternativa de acción transformadora, frente a un sistema
individualista, concentrador y excluyente.
La economía solidaria ha demostrado que existen fórmulas más equitativas de generación de
riqueza, de distribución y disfrute, que generan nuevas oportunidades de desarrollo sustentable,
al considerar el potencial de generación de valor añadido social y el carácter multidimensional
del desarrollo como un proceso de transformación y promoción social, económico y cultural,
traducido en el mejoramiento de las condiciones materiales e inmateriales de vida (Llobera,
2001).
El valor añadido social, se relaciona con la generación de nuevas oportunidades para la sociedad
relacionadas sobre todo con la generación de empleo digno, la cohesión social, la oferta de
servicios públicos y comunitarios, la generación de tejido social y económico, el desarrollo de la
democracia, la innovación social y el desarrollo local.
Gabriela D’Avila Schüttz (2009), explica que el Desarrollo Local desde la perspectiva de la
Economía Social, lejos de ser cuantificable, es un proyecto democrático, comprendido como un
esfuerzo localizado y concertado, que moviliza liderazgos, instituciones, empresas y habitantes
de un determinado lugar. Un proyecto capaz de articular Estado y sociedad con miras a encontrar
actividades que posibiliten cambios en las condiciones materiales de existencia, proporcionando
mejores condiciones de vida a toda la población a través la ampliación radical de la democracia,
en todos los niveles y esferas.
La economía social y solidaria, recrea la importancia de lo local como dimensión que supera la
territorialidad geográfica, para relacionarse con el espacio de convivencia en el que se construyen
relaciones humanas y al decir de Dollfus (1997), lo local caracteriza a un lugar, su posición en el
planeta, su situación en relación con otros lugares, su emplazamiento y soporte físico, el espacio
donde se vive lo cotidiano, donde la gente se relaciona y el medio en el que se crean los poderes
locales.
La economía solidaria al recrear esta noción de lo local, permite la eliminación de circuitos largos
de comercialización de producciones estándares, para promover circuitos cortos de distribución
de productos específicos (Azama, G 2009). Rebaï (2014), resalta la importancia de experiencias
de la economía solidaria en la sierra sur del Ecuador, con la conformación de cadenas cortas de
aprovisionamientos y lógicas de diversificación económica afines al territorio.
La economía solidaria promueve procesos de acumulación local, ya que posee una mayor
propensión a reinvertir los beneficios en el mismo territorio que los genera para mejorar las
condiciones de vida de sus integrantes; además de que dispone de mayor capacidad para
movilizar los recursos existentes a nivel local, puesto que posee una intensa capacidad para crear
y extender cultura emprendedora y tejido empresarial, es incluyente tanto en el ámbito

51
económico como social. La proximidad con la comunidad permite que la economía social y
solidaria tenga mayor capacidad para engarzar la generación o ampliación de la actividad
económica con las necesidades locales y al tejido productivo local.
En general las organizaciones de la economía social y solidaria contribuyen de forma importante
al desarrollo económico endógeno de los territorios, entre otras razones porque:

 Contribuyen a facilitar una mayor autonomía de los territorios en un contexto de


descentralización y modernización de los estados, al propiciar los principios
democráticos y de participación ciudadana.
 Aporta a corregir los desequilibrios del mercado de trabajo, la propiedad del bien común
permite la identidad de intereses entre trabajadores y propietarios, lo que permite la
mejora de las condiciones de trabajo y garantiza un empleo de mayor calidad.
 Genera una oferta de servicios de bienestar social, ya que la economía social y solidaria
facilita la asignación y producción de importantes grupos de bienes y servicios
directamente ligados a las necesidades de la sociedad, generando una mayor simetría
entre oferentes y demandantes, por la mayor sintonía de intereses al darse identidades
compartidas.
 Genera procesos de innovación social, gracias a su papel de agente “pivote”, entre las
necesidades del ámbito público y social y el sector productivo proveedor de bienes y
servicios.
 Promueve mayor estabilidad económica, genera desarrollo económico sostenido y
equilibrado, compatible con la seguridad económica de la empresa y de los empleados.
 Permite mejorar los niveles de democratización y eficiencia del Estado, ya que
profundiza el ejercicio democrático, la participación y corresponsabilidad de la
población en general y de los grupos vulnerables en particular.

Lecturas Obligatorias
Subirats, Joan (2011). Algunos apuntes sobre la relación entre bienes comunes y la economía
social y solidaria. En Otra Economía, vol 5 N 9, julio-diciembre 2011.

Abad, Jaime y Abad, Mercedes (2014). La Economía Social y Solidaria como alternativa
económica. Bienes comunes y democracia. Revista Recerca de Pensamiento y Análisis
Nº 15 2014. ISSN: 1130-6149 (pp. 55-75).

Martínez, Diego (2015). Entre economía social y economía popular: confusiones y desaciertos
políticos en el Ecuador del Buen Vivir. Eutopia.7.2015.1669.

D’Avila, Gabriela (2009). Economía Social, Desarrollo Local y Alianzas Progresivas. En Otra
Economía Volumen III N° 4 primer semestre 2009.

52
Zimmermann, Arthur (2016). Redes y Sistemas de Cooperación, conceptos y herramientas.
Capitulo tres. Segunda Parte: Los Factores de Éxito (págs. 81-86; 102-147; 163-189; 211-
244; 269-309; 347-361).
Andino, Verónica (2014). En el escenario: estrenando la danza de encuentros y desencuentros entre
Desarrollo Local y Economía Solidaria (págs. 100-140). En Diálogos sobre Economía Social y
Solidaria en Ecuador. Encuentros y desencuentros con las propuestas para otra economía.
Yolanda Jubeto, Luis Guridi y Maite Fernández-Villa (Eds.). Marzo 2014. Universidad del País
Vasco.

Bibliografía
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Doukh, N. (2017). Singularidad de economía solidaria desde un marco plural. Quito: Flacso.
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