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Aprender a reconocer las propias limitaciones y capacidades

Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)

Según diversos autores, una de las cosas más importantes en la vida de cada persona es
conocer las propias limitaciones. Esto significa tener conciencia y una actitud realista sobre
las capacidades que tenemos o no tenemos. Por supuesto, hay dos extremos que hay que
hay que evitar: 1) Subestimar las propias capacidades y potencialidades y 2)
Sobrestimarlas.

En efecto, es bien conocido que una de las características de las personas que sufren de
depresión es que se subestiman de manera infundada en muchos aspectos. Pero igualmente
nocivo o peor es un egocentrismo narcisista o una megalomanía sobre las propias
capacidades. Las investigaciones en psicología han evidenciado que las personas tienden a
sobrestimarse. En un estudio que se hizo con un millón de estudiantes universitarios en
Estados Unidos, el 70 % respondió que se consideraba por encima del promedio.
Asimismo, en un estudio que se hizo también en Estados Unidos, un 94 % de los profesores
universitarios respondió que su trabajo tenía una calidad por encima del promedio (1). Un
promedio es 50 % y no hace falta decir que tanto los estudiantes como los profesores
sobrestimaron su propia capacidad.

En política, no reconocer con honestidad las propias limitaciones es algo nefasto. En


nuestro país, una de las características más perjudiciales es que cualquier mediocre,
cualquier nulidad engreída, se considera con el derecho de ocupar un importante cargo de
gobierno para el cual no tiene ni la más mínima preparación ni proyectos valiosos. Ese tipo
de persona sabe que no tiene ninguna capacidad pero su único interés es llegar a un cargo
para obtener beneficios personales, familiares o partidistas. En nuestro país casi nunca hay
la intención de realizar una labor constructiva social a favor de la población y el país.

No obstante, muchas personas honestas tampoco están conscientes de sus limitaciones. El


extraordinario filósofo griego Sócrates (469-399 A. de C.) expresó con gran agudeza la
importancia de reconocer las propias limitaciones en todos los aspectos de la vida. El
escritor griego Jenofonte (aprox. 428-354 A. de C.) entre otras obras escribió: ‘Recuerdos
de Sócrates’ en la cual evidencia su enorme admiración por el gran filósofo. En una parte
de la obra Sócrates está dialogando con Eutidemo y Sócrates dice: “¿No es obvio que las
personas obtienen muchos de sus beneficios cuando se conocen a sí mismas y muchas de
sus desdichas cuando se auto-engañan?. Las personas que se conocen saben lo que es
apropiado para ellas y pueden distinguir entre lo que son capaces de hacer y lo que no son
capaces de hacer” (2). Ciertamente lo que dice Sócrates es una gran verdad. Muchísimas
personas aspiran a ser grandes cantantes, o artistas, o poetas, o atletas, o muchas otras
cosas, cuando en realidad no tienen ninguna capacidad y obviamente tarde o temprano el
resultado es una gran frustración.
Por otra parte, la cuestión de ascender a un cargo en el cual la persona solamente manifiesta
incompetencia ya ha sido estudiada. Por ejemplo, recordemos al conocido educador
canadiense Laurence J. Peter (1919-1990) y al escritor canadiense Raymond Hull (1919-
1985) que en el año 1969 publicaron su conocida obra: ‘El Principio de Peter’ en la cual
enuncian: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de
incompetencia” y unas líneas más adelante enuncian el corolario: “Con el tiempo, todo
puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus
obligaciones” (3).

Para finalizar, es muy importante aprender a no engañarnos sobre lo que podemos hacer
exitosamente o no. NOTAS: (1) Pag. 68, en Cap. 4, en Jonathan Haidt ‘The Happiness
Hypothesis’. Basic Books (2006). New York. (2) Libro IV, Cap. 2). (3) Pags. 28 y 29 en
Laurence J. Peter y Raymond Hull ‘El Principio de Peter’. Plaza & Janés (1973). Edición
original en inglés: 1969.

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