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Se entiende por derecho “aquello que está conforme a la regla, a la ley, a la norma”, sin
embargo, la palabra derecho habitualmente hace referencia más bien al conjunto de leyes
o normas generadas por el estado o poder político para regular y/o dirigir, mediante
coacción, la conducta de las personas en el ámbito de la sociedad.
Una teoría del derecho es aquella teoría filosófica que pretende dilucidar las condiciones
que dan validez a las leyes y explican su carácter normativo. Estas teorías se agrupan en
dos grandes tradiciones: el iusnaturalismo que se caracteriza por plantear que la validez
de las leyes depende de su contenido moral, y el iuspositivismo, que rechaza la
dependencia de contenido moral y plantea que la validez de las leyes depende
exclusivamente de que hayan sido establecidas del modo en que las propias leyes
determinan.
Los derechos humanos tienen su origen en los derechos naturales, cristalizándose primero
en la declaración de independencia de los EE.UU. en 1776 y luego en la declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano en 1789; Luego en 1945 y al ver las atrocidades
cometidas por los nazis durante la segunda guerra mundial, la ONU aprueba la “declaración
universal de los derechos humanos”, a partir de la cual la doctrina de los derechos humanos
es adoptada progresivamente alrededor del mundo.
Si bien los derechos humanos son aplicables en forma universal, también ha sido necesario
adoptar normas cada vez más específicas de derechos a ser reconocidas por los estados.
Esta evolución suele distinguir tres generaciones de derechos humanos; La primera es
denominada como “derechos civiles y políticos” (derecho a la vida, libertad, integridad
física y participación política); la segunda, “derechos económicos, sociales y culturales”
(derecho a la seguridad social, trabajo y salud); y la tercera, derecho de solidaridad
(derecho a la paz, desarrollo y medio ambiente).
Los derechos humanos se comportan como un marco moral que determina la validez de
las leyes; y de esta forma, los derechos humanos operan efectivamente como derechos
naturales, es decir, como derechos anteriores a la existencia del estado; y con eso dicho,
se logra afirmar que un sistema legal contrario a los derechos humanos es un sistema legal
injusto y que debería ser cambiado. Del mismo modo se señala que los derechos humanos
constituyen el fundamento ético de lo que debiera ser el derecho, tanto en el plano
internacional como en el nacional.
Los derechos humanos entregan un sustento para afrontar problemas morales de la misma
forma que los enfrenta la bioética.
Uno de los derechos relevantes es el derecho a la salud, el que ha sido reconocido por la
“declaración universal de derechos humanos”, el cual estipula “el derecho de toda persona
al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental” (ONU,1966). Sin embargo,
existe un debate sobre como especificar este derecho nacionalmente, en el sentido a que
debe expresarse como “un cierto nivel de salud”, “la protección de la salud”, o “el acceso a
las acciones de salud”.