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La violencia familiar

INDICE

1 INTRODUCCIÓN....................................................................................................4
2 LA VIOLENCIA.......................................................................................................5
2.1 ¿QUÉ ES VIOLENCIA?...................................................................................5
2.2 CAUSAS DE VIOLENCIA................................................................................5
2.3 TIPOS DE MANIFESTACIONES MÁS FRECUENTES DE VIOLENCIA..........6
2.3.1 Violencia física..........................................................................................6
2.3.2 Violencia psicológica................................................................................7
2.3.2.1 El maltrato psicológico:.........................................................................8
2.3.2.2 El acoso psicológico:.............................................................................8
2.3.2.3 La manipulación mental:.......................................................................9
2.3.3 Violencia sexual:.....................................................................................10
2.3.3.1 Factores de riesgo en la violencia sexual............................................10
3 VIOLENCIA FAMILIAR..........................................................................................11
3.1 TIPOS DE VIOLENCIA EN LA FAMILIA........................................................12
3.1.1 Violencia infantil......................................................................................13
3.1.2 Violencia en el adulto mayor:..................................................................14
3.1.3 Violencia contra la mujer:.......................................................................15
3.2 ACCIONES EN CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR....................................17
3.3 CAUSAS DE VIOLENCIA FAMILIAR – CONSECUENCIAS..........................18
3.4 CONSECUENCIAS EN LOS HIJOS..............................................................18
4 CONCLUSIONES.................................................................................................19
5 BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................................20
1 INTRODUCCIÓN

La violencia familiar es uno de los problemas que mayor incidencia


tiene en el mundo, donde nuestro país no es la excepción. En el Perú existen
distintos organismos gubernamentales y no gubernamentales encargados de
erradicar la violencia familiar en el país y de ayudar a quienes la padecen. Tal
es el caso del CEM (Centro de Emergencia Mujer) donde se puede encontrar
una rica información sobre el asunto en nuestro país.

El congreso de la República del Perú promulgó la ley Nº 27306 que protege a


las personas víctimas del maltrato familiar. Esta ley comprende de 29 artículos,
cuyo contenido puede ser consultado en la página virtual del Congreso de la
República.

Se ha encontrado una gran cantidad de información sobre este tema, sobre


todo del tipo de violencia psicológica, que a nuestro entender, es el más
importante de los tres tipos de violencia mencionados en esta monografía. Ya
que causa daños psicológicos en la persona que la padece y es el más
peligroso puesto que derrumba a la víctima lentamente y su detección
inmediata es casi imposible.

En la presente monografía se ha tratado de centrarnos principalmente al


maltrato del adulto mayor, proporcionando datos estadísticos tomados del CEM
para enriquecer el texto mostrado. También se proporcionan tablas estadísticas
del maltrato hacia los niños y solo se toca brevemente el tema de la violencia
contra la mujer por considerar que está ampliamente difundido.

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2 LA VIOLENCIA

2.1 ¿QUÉ ES VIOLENCIA?

Existen múltiples definiciones de violencia, en especial las que


relacionan con la imposición de fuerza física. Sin embargo, la violencia es un
concepto mucho más global y complejo que se refiere a: "la violencia es una
acción ejercida por una o varias personas en donde se somete que de
manera intencional al maltrato, presión de la libertad, sufrimiento,
manipulación u otra acción que atente contra la integridad tanto físico
como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de personas". La
violencia no es universal ni inevitable, ni es instintiva, de hecho hay individuos y
grupos que muestran un alto grado de violencia, y otros individuos y grupos
que muestran muy poca.

Según el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud la violencia se define


como un fenómeno sumamente difuso y complejo cuya definición no puede
tener exactitud científica, ya que es una cuestión de apreciación. La noción de
lo que son comportamientos aceptables e inaceptables, o de lo que constituye
un daño, está influida por la cultura y sometida a una continua revisión a
medida que los valores y las normas sociales evolucionan.

2.2 CAUSAS DE VIOLENCIA

 efectos hereditarios (haber vivido la represión y violencia en sus


progenitores)

 problemas de salud mental

 abuso sexual

 hostilidad verbal (insultos, burlas, amenazas)

 violencia física (agresiones , abuso, violación)

 la indiferencia, el menosprecio y la falta de cariño (puede ser también


violencia psicológica)

 silencio, el abandono

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 el machismo y la idea de que el hombre tiene derechos por sobre de la
mujer

 sociedades insensibles a regímenes autoritarios.

 escasos recursos, pobreza y falta de cultura y sensibilidad

 alcohol y drogas

 la extendida idea de la brutalidad en el hombre y la sumisión en la


mujer

 la imagen anticuada que el hombre aporta los recursos y la mujer cuida


la casa y los hijos. Que las hijas cuando son mayores ayudan a la mama
y los niños van a la universidad

 poca o ninguna autoestima

 la infidelidad

2.3 TIPOS DE MANIFESTACIONES MÁS FRECUENTES DE


VIOLENCIA

En la violencia familiar los tipos de violencia más recurrentes dentro del


núcleo familiar son la violencia física, la psicológica y la sexual. Todas ellas,
contribuyen a la destrucción del individuo si es que no se detiene a tiempo o,
mejor aún, es detectada antes de que empiece.

2.3.1 Violencia física

Comprende todas aquellas agresiones que reciba la persona por parte


de cualquier familiar o allegado.

Estas agresiones usualmente se dan dentro del contexto del castigo. El castigo
corporal o físico es el uso de la fuerza física con la intención de causar algún
grado de dolor o malestar para disciplinar, corregir, controlar, “cambiar el
comportamiento o en la creencia que se está educando y criando a los
niños” (Save de Children)

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Se consigna, dentro de violencia física, las siguientes modalidades: Puntapiés
o patadas, puñetazos, bofetadas, jalones de cabello, empujones, tirar al suelo,
golpes con palos, leñas, maderas, bastones, ahorcamiento o intento de asfixia,
latigazos, correazos, pegar con sogas, heridas con arma punzo cortante o arma
de fuego, golpes con otros objetos contundentes(piedras, fierros, botellas,
herramientas, otras agresiones físicas con el cuerpo (arañazos, mordeduras,
rodillazos, cabezazos, pisotones etc) y otros. Asimismo está incluida la
categoría de negligencia: como todo aquel descuido o abandono que produzca
daño o lesión física (MIMP, 2012).

2.3.2 Violencia psicológica

La violencia psicológica no es una forma de conducta, sino un conjunto


heterogéneo de comportamientos, en todos los cuales se produce una forma
de agresión psicológica. Es un anuncio de la violencia física. Peor, muchas
veces, que la violencia física. Porque el anuncio es la amenaza suspendida
sobre la cabeza de la víctima, que no sabe qué clase de violencia va a recibir.

La amenaza se distingue de la agresión, pero la amenaza es una forma de


agresión psicológica. Cuando la amenaza es dañina o destructiva
directamente, entra dentro del campo de la conducta criminal, la que está
penada por la ley.

En todos los casos, es una conducta que causa un perjuicio a la víctima. Puede
ser intencionada o no intencionada. Es decir, el agresor puede tener conciencia
de que está haciendo daño a su víctima o no tenerla. Eso es desde el punto de
vista psicológico. Desde el punto de vista jurídico, tiene que existir la intención
del agresor de dañar a su víctima.

La violencia física produce un traumatismo, una lesión u otro daño y lo produce


inmediatamente. La violencia psicológica, vaya o no acompañada de violencia
física, actúa en el tiempo. Es un daño que se va acentuando y consolidando en
el tiempo. Cuanto más tiempo persista, mayor y más sólido será el daño.

Además, no se puede hablar de maltrato psicológico mientras no se mantenga


durante un plazo de tiempo. Un insulto puntual, un desdén, una palabra o una
mirada ofensivas, comprometedoras o culpabilizadoras son un ataque
psicológico, pero no lo que entendemos por maltrato psicológico.

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Para que el maltrato psicológico se produzca, es preciso, por tanto, tiempo.
Tiempo en el que el verdugo asedie, maltrate o manipule a su víctima y llegue a
producirle la lesión psicológica. Esa lesión, sea cual sea su manifestación, es
debida al desgaste. La violencia, el maltrato, el acoso, la manipulación
producen un desgaste en la víctima que la deja incapacitada para defenderse.

Las modalidades consignadas en la ficha de registro son: gritos, insultos,


indiferencia, rechazo, desvalorización y humillación, amenazas de daño o
muerte a la víctima, impedimento de estudiar y/o recibir visitas estudiar o salir y
el abandono.

La violencia psicológica tiene mil caras. Algunas son obvias, otras,


prácticamente imposibles de determinar como tales. Pero todas las formas de
maltrato y acoso psicológico dejan su secuela. Por sus características, pueden
agruparse en tres grandes categorías:

2.3.2.1El maltrato psicológico:

Tiene dos facetas que pueden llamarse maltrato pasivo y maltrato activo.

 El maltrato pasivo: Es la falta de atención hacia la víctima, cuando


ésta depende del agresor, como sucede con los niños, los ancianos y los
discapacitados o cualquier situación de dependencia de la víctima
respecto al agresor.

Hay una forma importante de maltrato pasivo, que es el abandono emocional.


Ancianos, menores o discapacitados abandonados por sus familias en
instituciones que cuidan de ellos, pero que jamás reciben una visita, una
llamada o una caricia.

Víctimas de abandono emocional son los niños que no reciben afecto o


atención de sus padres, los niños que no tienen cabida en las vidas de los
adultos y cuyas expresiones emocionales de risa o llanto no reciben respuesta.
Son formas de maltrato no reconocido.

 El maltrato activo: Es un trato degradante continuado que ataca a la


dignidad de la persona. Los malos tratos emocionales son los más
difíciles de detectar, porque la víctima muchas veces no llega a tomar
conciencia de que lo es. Otras veces toma conciencia, pero no se atreve
o no puede defenderse y no llega a comunicar su situación o a pedir
ayuda.

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2.3.2.2El acoso psicológico:

Es una forma de violencia que se ejerce sobre una persona, con una
estrategia, una metodología y un objetivo, para conseguir el derrumbamiento y
la destrucción moral de la víctima. Acosar psicológicamente a una persona es
perseguirla con críticas, amenazas, injurias, calumnias y acciones que pongan
cerco a la actividad de esa persona, de forma que socaven su seguridad, su
autoafirmación y su autoestima e introduzcan en su mente malestar,
preocupación, angustia, inseguridad, duda y culpabilidad.

Para poder hablar de acoso tiene que haber un continuo y una estrategia de
violencia psicológica encaminados a lograr que la víctima caiga en un estado
de desesperación, malestar, desorientación y depresión, para que abandone el
ejercicio de un derecho. Hay que poner de relieve que una de las estrategias
del acosador es hacer que la víctima se crea culpable de la situación y, por
supuesto, que así lo crean todos los posibles testigos. La segunda condición
imprescindible para que se produzca el acoso moral es la complicidad implícita
o el consentimiento del resto del grupo, que, o bien colaboran, o bien son
testigos silenciosos de la injusticia, pero callan por temor a represalias, por
satisfacción íntima o simplemente por egoísmo: "mientras no me toque a mí".

En muchas ocasiones, la víctima apenas tiene conciencia de que lo es y ni


siquiera es capaz de verbalizar lo que está sucediendo. Solamente percibe una
sensación desagradable, insuficiente para ella como para calificar el caso de
acoso.

El acoso afectivo: Dentro del acoso psicológico, hay que hablar del acoso
afectivo, que es una conducta de dependencia en la que el acosador depende
emocionalmente de su víctima hasta el punto de hacerle la vida imposible. El
acosador devora el tiempo de su víctima o bien la devora con sus
manifestaciones continuas y exageradas de afecto y sus demandas de afecto.

En cualquiera de los casos, el acosar le roba a su víctima la intimidad, la


tranquilidad y el tiempo para realizar sus tareas o para llevar a cabo sus
actividades, porque el acosador la interrumpe constantemente con sus
demandas y, apenas la deja respirar entre petición y petición, pero siempre con
mimos, con arrumacos y con caricias inoportunas y agobiantes.

Si la víctima rechaza someterse a esta forma de acoso, el verdugo se queja,


llora, se desespera, implora, amenaza con retirarle su afecto o con "cometer
una tontería", llegando incluso a intentos de suicidio y a explosiones realmente
espectaculares que justifica diciendo que todo lo hace por cariño. Esto supone
añadir el chantaje afectivo a la estrategia de acoso.

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2.3.2.3La manipulación mental:

Esta forma de violencia supone el desconocimiento del valor de la


víctima como ser humano, en lo que concierne a su libertad, a su autonomía, a
su derecho a tomar decisiones propias acerca de su propia vida y de sus
propios valores. La manipulación mental puede comprender el chantaje
afectivo.

En la manipulación se da una relación asimétrica entre dos o más personas. Es


asimétrica porque una da y la otra recibe, una gana y la otra pierde. Las
tácticas de manipulación incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la
culpa o vergüenza encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que
desea el manipulador.

2.3.3 Violencia sexual:

La violencia sexual se define en el Informe mundial sobre la violencia y


la salud como “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los
comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para
comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona
mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta
con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo". 1 La
violencia sexual abarca el sexo bajo coacción de cualquier tipo incluyendo el
uso de fuerza física, las tentativas de obtener sexo bajo coacción, la agresión
mediante órganos sexuales, el acoso sexual incluyendo la humillación sexual,
el matrimonio o cohabitación forzados incluyendo el matrimonio de menores, la
prostitución forzada y comercialización de mujeres, el aborto forzado, la
denegación del derecho a hacer uso de la anticoncepción o a adoptar medidas
de protección contra enfermedades, y los actos de violencia que afecten a la
integridad sexual de las mujeres tales como la mutilación genital femenina y las
inspecciones para comprobar la virginidad.

Puede existir violencia sexual entre miembros de una misma familia y personas
de confianza, y entre conocidos y extraños. La violencia sexual puede tener
lugar a lo largo de todo el ciclo vital, desde la infancia hasta la vejez, e incluye a
mujeres y hombres, ambos como víctimas y agresores. Aunque afecta a ambos
sexos, con más frecuencia es llevada a cabo por niños y hombres a niñas y
mujeres.

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2.3.3.1Factores de riesgo en la violencia sexual
Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que alguien sea
coaccionado con fines sexuales o de que fuerce sexualmente a otra persona.
Algunos de estos factores están relacionados con las actitudes, creencias y
conductas de los individuos implicados, mientras que otros están muy
arraigados en el entorno social, incluyendo las esferas de los iguales, la familia,
la comunidad y la sociedad. Tales factores influyen no solamente en las
probabilidades de sufrir violencia sexual, sino también en la reacción ante ella.
El Informe mundial sobre la violencia y la salud presenta los siguientes grupos
de factores de riesgo para la violencia sexual:

Factores que aumentan la Factores que aumentan el riesgo de


vulnerabilidad de las mujeres que los hombres cometan violación

Nivel individual

 consumir alcohol o drogas


 ser joven
 tener actitudes y creencias que apoyan
 consumir alcohol o drogas
la violencia sexual, incluyendo tener
fantasías sexuales coercitivas y culpar
 tener problemas de salud a las mujeres por excitarles
mental, en particular
síndrome de estrés
 presentar un patrón de conducta
postraumático
impulsivo, antisocial y hostil hacia las
mujeres
 haber sufrido una violación
o abusos sexuales con
 haber sufrido abusos sexuales durante
anterioridad
la niñez

En América Latina la violencia sexual contra las mujeres es uno de los


problemas más graves de salud pública y derechos humanos en la región.

Estudios de la OPS/OMS muestran que más del 36% de las chicas y el 29% de
chicos han sufrido abuso sexual infantil.

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3 VIOLENCIA FAMILIAR

La violencia familiar en el Perú se ha convertido en un grave problema


social y de salud cuyas víctimas son en su mayoría mujeres. Este tipo de
violencia no es un hecho aislado ni privado, forma parte de un sistema macro
que establece un conjunto de relaciones sociales y valores culturales que
ubican a la mujer en situación de subordinación y dependencia respecto del
varón. La violencia doméstica atraviesa todas las fronteras raciales, religiosas,
educativas y socioeconómicas (Garrido, 2006). Este tipo de violencia
generalmente no es reportado por parte de las víctimas lo que la convierte en
un silencioso pero eficaz asesino. En estos últimos años se ha venido dando
una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del niño y la mujer.
Sin embargo, ¿Eso nos asegura el bienestar?, ¿Acaso estos programas y leyes
bastarán para cesar los maltratos físicos y psicológicos que se producen día a
día contra ellos?

Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra sociedad


adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la
posibilidad de parecer alarmista, es menester una reeducación en cuanto al
trato familiar, el que lamentablemente para muchos está caracterizado por la
violencia, el rechazo y la indiferencia. La Declaración de la Asamblea General
de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer,
elaborada el 20 de diciembre de 1993, define este tipo de agresiones "como
todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o privación
arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada".
Aunque cada vez más personas solicitan asistencia profesional para enfrentar
las diversas formas de violencia familiar, tal como se reflejan en el Servicio de
orientación y consejería telefónica en salud (Infosalud), del Ministerio de Salud
(Minsa, 2010), las cifras son alarmantemente notorias, por ejemplo en el año
2010, la ONG Manuela Ramos atendió 3,747 casos de violencia familiar; en el
Instituto de Medicina Legal hubo 82,021 reconocimientos clínicos y en la Policía
Nacional del Perú se atendió 58 mil denuncias por violencia familiar, de los
cuales 35,190 son por agresión física y 22,860 por maltrato psicológico; en el
primer trimestre del 2006 se han producido 21,966 denuncias.

“Todos los días se presentan casos de violencia. Las personas que en su


mayoría llaman son mujeres que se quejan de maltrato físico, psicológico y
económico”, (Rodríguez, 2010).

A pesar de esta ley elaborada en 1993, que convirtió al Perú en uno de los
primeros países latinoamericanos en pronunciarse sobre este tipo de violencia,

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esta no ha dado los resultados esperados. Posteriormente fue reforzada en los
años 1997 y 2000, intentando establecer un procedimiento diferente y rápido
para tratar estos casos buscando definir con mayor claridad las funciones y
responsabilidades de los funcionarios del sistema de justicia encargados de ver
dichos casos, los cuales no han dado los resultados que se esperaba. Se debe
destacar, además, la creación de las doce comisarías de la mujer para atender
específicamente la violencia familiar y la creación de secciones especializadas
dentro de las demás comisarías con el mismo objetivo. (Garrido, 2006).

3.1 TIPOS DE VIOLENCIA EN LA FAMILIA

Existen diversos tipos de violencia en la familia, generalmente estos


están separados según el grupo etario o alguna condición o impedimento que
involucre a algún miembro de la familia.

La violencia infantil y contra la mujer son las más difundidas en nuestro medio,
dejando de lado la violencia contra el adulto mayor y otras, como la violencia
contra el discapacitado o la violencia económica. En la presente monografía no
se mencionara la violencia contra el discapacitado ni la violencia económica y
nos centraremos en: La violencia infantil (Por ser los que poseen más
importancia), la violencia contra la mujer (Por ser la más difundida aunque no
se incluirán datos estadísticos) y la violencia contra el adulto mayor, ya que se
cree que es un tipo de violencia familiar muy difundido y menos denunciado por
que los adultos mayores carecen de medios de movilidad u otras causas.

3.1.1 Violencia infantil

Nuestro país cuenta con más de 11 millones de niños, niñas y


adolescentes, y se calcula que miles de ellos son maltratados dentro de sus
familias o han sido víctimas de abusos sexuales. La Encuesta Nacional de
Demografía y Salud Familiar para el año 2006 señalaba que un 41.2% de los
padres biológicos recurre a los golpes para corregir o castigar al niño; el
porcentaje de niños menores de 15 años afectados por violencia que registra la
OGE-MINSA, llega al 61% en todo el país; la Defensoría del Niño y
Adolescente reportó 4,011 casos de menores de 18 años víctimas de maltrato
físico, psicológico y de negligencia, mientras una investigación en el Cusco
señala que un tercio de los padres y la mitad de las madres agreden a los niños
y la cuarta parte de dichas mujeres utilizan algún objeto para maltratar.
La baja tasa de denuncias y la escasez de registros que den cuenta de esta
problemática, son dos de los principales factores que impiden conocer la
verdadera magnitud de este problema, en tanto el castigo físico y/o psicológico

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que los padres y tutores imparten al niño o adolescente para educarlo o
corregirlo no es considerado como violencia sino como legítimo ejercicio de su
rol de padres, que no suele ser reportado sino sólo cuando ha generado
lesiones que demandan atención médica; según estimaciones, un 30 % de los
casos de maltrato han sido detectados en los centros de salud y hospitales.
Los patrones socioculturales que consideran a los golpes como un mecanismo
eficaz para educar al niño, la legitimización de la violencia como forma de
resolver conflictos, donde las relaciones están reguladas por un orden
jerárquico basado en el poder y la dominación, constituyen el marco que
circunscribe esta problemática.

Recientes estudios nos muestran el abuso sexual encubierto, que ocurre dentro
del ámbito familiar, donde el número de denuncias son tan solo una pequeña
parte de la real magnitud del problema. El estudio multicéntrico de la OMS
señala que en Lima y Cusco el 20% de mujeres encuestadas señaló haber sido
víctimas de abuso sexual antes de los 15 años, principalmente por parte de un
familiar.

Ocho de cada diez casos de abuso sexual tienen como victimario a un miembro
del entorno familiar de la víctima y seis de cada diez embarazos en niñas de 11
a 14 años son producto de incesto o violación. Lo consignado en la Ley 26260,
que está formulado en términos generales, requiere adaptarse al contexto de
los niños, niñas y adolescentes, para lo que se ha tomado de referencia la
definición de maltrato de UNICEF.

Se entiende a los menores víctimas del maltrato y el abandono como aquel


segmento de la población conformado por niños, niñas y adolescentes hasta
los 18 años que "sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física,
sexual o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales, que
puede ser ejecutado por omisión, supresión o trasgresión de los derechos
individuales y colectivos, pudiendo existir el abandono completo o parcial.

Según los datos registrados del CEM (Centro de Emergencia Mujer) el 16% de
los casos atendidos en el año 2008 fueron menores de edad la cifra reportada
para el período enero de 2006 a junio de 2007 fue de 7,011 niños, niñas y
adolescentes atendidos en los CEM por algún tipo de violencia sufrida en el
ámbito familiar, así como por agresiones o abusos sexuales de terceros. De
este grupo, los niños de 0 a 5 años de edad constituyen el 3% del total de
casos atendidos en los CEM (1,165 casos); los de 6 a 11 años, el 5% (2,344
casos); mientras que los adolescentes, el 8% (3,502 casos).

3.1.2 Violencia en el adulto mayor:

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Las tendencias demográficas actuales nos indican que el mundo asiste
a un proceso de envejecimiento sin precedentes en la historia de la humanidad.
De 204 000 000 de personas adultas mayores en 1959, la cifra se ha
incrementado a 577 000 000 de personas de más de 60 años de edad en 1998.
El Perú no ha sido ajeno a esta tendencia, según el IX Censo de Población y IV
de Vivienda el 7% tenía más de 60 años o más (1 millón 544 mil personas), lo
que representa- a decir del INEI- un incremento significativo con respecto a los
resultados de los censos de 1981 y 19721 que a su vez trae consigo un
aumento en la tasa de dependencia demográfica, es decir la relación entre la
población de 60 años o más respecto a las población de 15 a 59 años. Este
rápido incremento de la población de 60 o más años, genera un conjunto de
preocupaciones vinculadas a la limitada capacidad que tiene actualmente el
Estado, la sociedad y las familias para convivir dignamente y satisfacer las
necesidades de las personas adultas mayores. En el país la familia es
considerada como el primer soporte o recurso, no solo afectivo sino también de
subsistencia, especialmente para aquellas personas adultas mayores que no
cuentan con pensiones ni seguros de salud. Así una investigación realizada en
Lima y Callao señalo que las personas mayores de 60 o más años que allí
residen, consideran que el factor más importante de protección del que
disponen es la cohesión familiar. Es habitual que los adultos mayores, al recibir
una pensión insuficiente para cubrir sus diversas necesidades, deban recurrir al
apoyo de familiares cercanos. Los resultados de ENAHO (1997) indican que en
el área urbana del país, el 65.2% de la población de 60 años o más que está
laborando actualmente, recibió ingresos por algún tipo de transferencias de sus
familiares. La investigación en Latinoamérica y el resto del mundo con respecto
a la violencia familiar en la persona adulta mayor, es incipiente y no ha
alcanzado la visibilidad que tiene la violencia contra otros grupos, como
mujeres y niños, principalmente. (…) En América Latina, el estudio y acción en
torno al maltrato a las personas adultas mayores se ha iniciado en los últimos
cinco años.2 La violencia asume particularidades importantes según la edad y
sexo de la persona, que deben tomarse en cuenta para una correcta
comprensión del problema del maltrato familiar que afecta a las personas de 60
años o más. Hombres y mujeres no son afectados por igual en las diferentes
etapas del ciclo vital.

Conforme los datos registrados en el CEM, el 45.9 % de los casos de maltrato,


abuso y abandono señalan como responsables a los hijos. Con el 21.5 % le
sigue la persona agresora la pareja actual, en su modalidad de cónyuge o
conviviente. Asimismo, el 7.5% de los casos reportados registran agresiones
de aparte del yerno o la nuera, mientras que el 13.2 % refiere agresiones por
parte de otros familiares que viven en la casa de la persona adulta mayor.
Únicamente el 10% de los casos han referido agresiones de personas sin
vínculo de parentesco, llámense amigos, parientes, vecinos o desconocidos.

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3.1.3 Violencia contra la mujer:

"La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los


derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas.
Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia
la igualdad, el desarrollo y la paz." (Kofi Annan,
Ex secretario General de las Naciones Unidas)

La violencia sexual contra las mujeres en América Latina es uno de los


problemas más graves de salud pública y derechos humanos en la región.
Estudios de la OPS/OMS muestran que más del 36% de las chicas y el 29% de
chicos han sufrido abuso sexual infantil.

Una significativa proporción de mujeres jóvenes dijeron que su primer contacto


sexual se produjo bajo coerción y hasta una tercera parte de las adolescentes
ha sufrido una iniciación sexual forzada. Según estos mismos datos, en
algunos países, casi una de cada cuatro mujeres casadas confesó haber sido
víctima de violencia sexual por parte de su pareja.

A esto se suma el tráfico de mujeres y niñas con fines de explotación sexual,


que es otro factor de la propagación del VIH/SIDA. A escala mundial, Colombia
es el tercer país de origen en cuanto a tráfico de mujeres.

Aproximadamente, 35.000 mujeres salen de Colombia al año, a través de


Ecuador, para escapar de la violencia en su propio país, y allí las reclutan para
que trabajen como prostitutas en Asia y Europa. Mientras que se estima que
más de 50.000 mujeres de República Dominicana están trabajando en el
exterior en la prostitución.

El Estado Peruano ha suscrito y ratificado la Convención Interamericana para


Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer -Convención de
Belém do Pará-, la misma que plantea el marco en el cual debe entenderse la
violencia contra la mujer y define las responsabilidades estatales en la materia
… estando a que la violencia contra la mujer es un fenómeno complejo que
responde a factores culturales, sociales, políticos, jurídicos y económicos, urge
abordar el problema desde el Estado con políticas consistentes y sostenidas
que apunten a la transformación de las visiones y creencias que afianzan la
discriminación contra las mujeres que influyen y afectan a toda la sociedad en
su conjunto.

En la Plataforma de Acción adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre


la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, se define la violencia contra la mujer
como una de las 12 esferas de especial preocupación que deben ser objeto de

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particular hincapié por parte de los gobiernos, la comunidad internacional y la
sociedad civil.

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), se


calcula que entre 85 y 114 millones de mujeres y niñas, la mayoría de las
cuales vive en África, el Oriente Medio y Asia, han sido sometidas a la
mutilación de sus genitales.

La mutilación genital femenina, también conocida como la "circuncisión


femenina", consiste en extirpar total o parcialmente el clítoris y otros órganos
genitales. Su forma extrema, la infibulación, consiste en extirpar el clítoris y
ambos labios y la sutura de la vulva, dejando solamente un pequeño orificio
para permitir el paso de la orina y el flujo menstrual.

Esa mutilación de las niñas tiene importantes consecuencias a corto y largo


plazos. Es extremadamente dolorosa y puede provocar infecciones y la muerte,
así como dificultades en el parto y una mayor vulnerabilidad al VIH/SIDA. Esa
práctica refleja el consenso social imperante de que es preciso preservar la
virginidad de la niña y la mujer hasta el matrimonio y controlar su sexualidad.
Los hombres en esas culturas suelen no casarse con niñas o mujeres que no
hayan sido sometidas a la circuncisión, ya que las consideran "sucias" y
"sexualmente indulgentes".

Según INEI, casos de violencia contra mujeres se incrementaron en zonas


urbanas y redujeron en rurales. El 41 por ciento de mujeres adultas del país fue
víctima alguna vez en su vida de una agresión física por parte de su pareja,
según informó el jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Este promedio, establecido en base a la información de la Encuesta


Demográfica y de Salud Familiar (Endes), baja a 38 por ciento en el área rural y
sube a 43 por ciento en el área urbana. En Lima la violencia conyugal física
contra la mujer disminuyó del 27.9 por ciento en el 2000 al 25.7 por ciento en el
2004, mientras que en el resto de la Costa subió un punto. En la Sierra se
elevó del 34.5 al 34.7 por ciento y en la Selva baja se incrementó del 7.4 al 8.2
por ciento.

3.2 ACCIONES EN CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR

A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que establece la política de


Estado y de la sociedad frente a la violencia familiar.

a) Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo fortalecer la


formación escolar y extraescolar en la enseñanza de valores éticos y

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humanos, de relaciones humanas igualitarias para, precisamente, prevenir
que se sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía que ubican a unas
personas en desventaja frente a otras, y que constituyen causa importante
de la violencia en el interior de la familia.

b) Las acciones organizativas: La Ley 26260 se plantea entre sus objetivos


promover la participación de la comunidad en la prevención y denuncia de
maltratos producidos dentro de la familia. La idea es que la organización
comunal pueda participar en el control y seguimiento de las medidas que
los jueces adopten frente a casos de violencia familiar.

c) Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la posibilidad de instalar servicios


especializados. En ellos se ubican las delegaciones policiales para
menores, las delegaciones para mujeres, e igualmente plantea reforzar las
delegaciones policiales que existen con personal especializado para
atender problemas de violencia familiar. Del mismo modo, plantea la
necesidad de crear hogares temporales de refugio para víctimas de
violencia a nivel de los gobiernos locales.

d) Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de las instituciones que


constituyen uno de los componentes del sistema jurídico: policías, jueces y
fiscales.

e) Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de carácter sumarísimo.


Esto significa celeridad, inmediatez, es decir, un contacto directo de la
autoridad con la víctima.

3.3 CAUSAS DE VIOLENCIA FAMILIAR – CONSECUENCIAS

 Creciente número de denuncias

 agresiones físicas que extremamente pueden llegar a


muerte de uno o varios componentes de la unidad familiar.

 indefensión de la víctima frente a su agresor hasta que


no se denuncia, o en tanto que la ley no pone medidas
cautelares. Generalmente la sensibilidad y la rapidez de
actuación va en detrimento de la víctima. No en pocas
ocasiones llega cuando ya no hay solución.

 En la victima y tras repetidos actos de violencia llega la


idea del suicidio como errónea medidas de solución a su
problema

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 Es frecuente que la violencia familiar, por vergüenza, no
trascienda fuera del propio núcleo hasta que los elementos
que lo componen, padezcan un problema grave que lo
exteriorice. Incluso en estos casos se mira de disimular el
hecho con falsas escusas.

3.4 CONSECUENCIAS EN LOS HIJOS

 La violencia hacia la mujer supone la separación del


matrimonio lo que de alguna manera repercute en los hijos
como otro tipo de violencia familiar

 Los niños que viven en situación de violencia familiar


responden con conducta similar en los lugares donde
conviven como la escuela y tienen alta posibilidad de ser
los futuros agresores como ocurre con el caso del bullying.

4 CONCLUSIONES

 En el Perú existen muchos casos de violencia familiar registrados y se


estima que el número real sea superior. El Estado Peruano promulgó la
Ley 27306 contra este tipo de violencia para evitar su propagación; sin
embargo los resultados no han sido favorables y la violencia familiar
sigue en aumento.

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 Existen diversos organismos gubernamentales y no gubernamentales
que trabajan para erradicar la violencia en nuestro país. Un ejemplo es
la ONG Manuela Ramos, que atiende a las personas afectadas por la
violencia y les brinda el apoyo necesario.

 Debemos erradicar la violencia en el mundo, empezando en el país.


Empezar a educar a los niños desde el colegio es la clave para tener
mejores padres y ciudadanos para el mañana. Los profesores deben
observar a sus alumnos y prevenir cualquier tipo de conducta negativa
en su comportamiento. Así, se podrá evitar daños psicológicos en los
niños.

 Las personas adultas también son víctimas de la violencia familiar. Es


nuestro deber de ciudadanos velar por la integridad de las demás
personas como si fuera nuestra propia integridad. Debemos ser
analíticos para saber cuándo una persona está pasando por momentos
críticos y tratar de darnos cuenta para apoyarlo(a) en lo que necesite.

5 BIBLIOGRAFÍA

Estadísticas consolidadas por la Dirección General de Niños, Niñas y


Adolescentes del MIMP sobre la base de los registros del año 2002
correspondiente a 100 defensorías del Niño y el Adolescente.

https://www.mimp.gob.pe/homemimp/funciones.php

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https://www.mimp.gob.pe/homemimp/objetivos.php

INEI “Perfil Sociodemográfico de la tercera Edad” En biblioteca digital. (1993).


Consulta hecha el 29/09/07 a las 07:38 p.m.
http://www.inei.gob.pe/biblioinei.asp

Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Washington, D.C.,


Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de
la Organización Mundial de la Salud, 2002

Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi.


“Estudio Epidemiológico Metropolitano de Salud Mental”, 2002, pág. 153

La República. “Alto a la Violencia Contra la Mujer”, fecha de tiraje 18/07/10

http://www.manuela.org.pe/CasoDennysFalvy.asp

Laurent, A.; Biondi, J. y Cols. “Violencia en Cusco”. Cusco Centro Guamán


Poma y Ayala. (2001)

Martos, A. “Cómo detectar la violencia psicológica” (2007)


http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_682.shtml

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