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La salida de Ortega

Alejandro Calero Dávila*

Si la salida de Ortega es a través de elecciones, estas se deben pasar de seis


meses, pero ni Ortega ni Murillo podrán ser candidatos. Si se niegan a
renunciar no importa, no es necesario que lo hagan, tendremos que echarlos a
la fuerza igual a como se hace en toda revolución. El pueblo ha pagado el
precio de la vida y se merece el derecho a echar a Ortega de la forma que sea
posible.

Si Ortega se va a las “buenas” se da el lujo de llevarse a su familia y quizás con


los años hasta puedan regresar, para él es mejor perder las propiedades pero
conservara la vida de toda su familia. Si decide imitar a Somoza y no
marcharse las consecuencias para el pueblo sin duda serán sangrientas. Pero
si ya a las puertas del triunfo logra fugarse (ya no es salida) se le tendrá que
seguir hasta con el largo brazo de la justicia por tantos crímenes cometidos
contra su pueblo.
Para el frentismo significara también el fin pues el pueblo al echar a Ortega
Murillo del poder también echa a su partido político porque fueron ellos los que
una y otra vez lo propusieron entregándole todo tipo de poder igual a como
paso con Somoza. Los allegados a Ortega y a su régimen les tocaran pagar
por los crímenes que el dictador cometió, el propio Daniel Ortega asesino a un
torturador somocista en venganza porque lo había torturado.

La masacre realizada por el orteguismo el pasado 30 de mayo supera con


creces a la efectuada por el somocismo el 22 de enero de 1967.

Los obispos han acertado al decir que no acudirán a ningún dialogo hasta que
se respeten los derechos humanos de los nicaragüenses, no se pueden sentar
en una mesa manchada de sangre.
Los tranques están casi por toda Nicaragua pero surgen espontáneamente por
ciudadanos auto convocados, no existe un frente unido que haga un llamado al
levantamiento general, y no esperar a que sea el Cosep el que se robe el
mandado.
La unidad de todas las fuerzas es urgente para decir quién va a estar al frente
de la nación
Es momento de nombrar una Junta de Gobierno (JG) para presionar a la
dictadura y obligarla a salir del poder, la JG debe desconocer al dictador y
todos los poderes del Estado, llamar a la calle a la población, atrasar esto sería
mayor sacrificio.
A nivel internacional se debe pedir el reconocimiento de la JG y el
desconocimiento a la dictadura Ortega Murillo. Si las marchas continúan sin
una estrategia, quedaremos en marchas solamente.

*Analista político.

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