Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA
PINTURA ESPAÑOLA DE PAISAJE ENTRE
1915 y 1926, A TRAVFS DE LA PBRA “EL
AOP ARTÍSTICP” DEL CRÍTICP DE ARTE
JOSÉ FRANCÉS.
3
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
4
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
5
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
6
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
TOMO I
7
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
8
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ÍNDICE
5.1.1.- EL PAISAJE COMO ELEMENTO ACCESORIO: DEL SIGLO XIV HASTA EL SIGLO XVI
................................................................................................................................ 219
9
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
5.2.2.- ―ET IN ARCADIA EGO‖: CLAUDE LORRAINE Y NICOLÁS POUSSIN. ................... 230
10
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
10.3.- UN CASO APARTE: LOS CAFÉS DE MADRID Y SUS TERTULIAS ................. 369
11
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
12
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
13
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
14
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
15
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
16
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
17
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
18
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
FEBRERO: DOS PAISAJISTAS CATALANES. VAIG PUIG Y PUIG PERUCHO. .................. 1261
19
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
20
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
21
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 1641
DICIEMBRE............................................................................................................. 1654
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 1732
22
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
23
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
DICIEMBRE............................................................................................................. 1975
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2005
DICIEMBRE............................................................................................................. 2012
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2053
24
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
25
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2301
DICIEMBRE............................................................................................................. 2315
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2372
DICIEMBRE............................................................................................................. 2384
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................... 2392
"TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA PINTURA ESPAÑOLA DE PAISAJE ENTRE 1915 Y
1926, A TRAVÉS DE LA OBRA "EL AÑO ARTÍSTICO" DEL CRÍTICO DE ARTE JOSÉ
FRANCÉS" ................................................................................................... 2393
26
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
27
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
28
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Me propongo en esta tesis, realizar un recorrido por los doce volúmenes de El Año
Artístico 1915-1926, 1 escritos por el crítico de arte José Francés, con el objetivo de identificar y
seleccionar en su forma y contenido los artículos dedicados, a la pintura del género del
paisaje, el tratamiento que otorga a este género y en consecuencia, el grado de transformación
del paisajismo en la pintura durante período histórico de los doce años en los que se publicó
su obra, desde 1915 hasta 1926 ambos años inclusive.
Los pintores devolverán a la sociedad el reflejo del mundo percibido por ellos eligiendo
entre tres paradigmas: ―estar con el Espíritu de la época‖, representar creencias y valores del
pasado o adelantarse a su época abriendo nuevos caminos todavía no explorados. Los tres
paradigmas estéticos provocarán en el espectador una respuesta distinta.
1 FRANCÉS, José , El Año Artístico 1915.Madrid, Editorial Mundo Latino.1916. 313 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1916.Madrid, Editorial Mundo Latino.1917. 367 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1917.Madrid, Editorial Mundo Latino.1918. 424 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1918.Madrid, Editorial Mundo Latino.1919. 391 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1919.Madrid, Editorial Mundo Latino.1920. 405 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1920.Madrid, Editorial Mundo Latino.1921. 412 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1921.Madrid, Editorial Mundo Latino.1922. 301 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1922.Madrid, Editorial Mundo Latino.1923. 271 págs.
FRANCÉS, José El Año Artístico 1923-1924.Madrid, Editorial Mundo Latino.1925.449 págs.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1925-1926. Barcelona. Editorial Lux. 1928. 490 págs.
2 FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. Madrid. Circulo Lectores.1994.
Wilhem Dilthey (1833-1911), es quien acuña la palabra dentro de una nueva concepción de la gnoseología que busca
la fundamentación de las ciencias del espíritu como un producto histórico que permita comprender al hombre como
entidad histórica y no como un ente inmutable.
29
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A esta vía se referirá José Francés cuando habla del Renacimiento de la pintura española.
Los nuevos caminos no explorados se bifurcarán en dos principales: el paisaje de Vanguardia,
realizado por los movimientos estéticos que con sus Manifiestos, intentan romper con la misma
concepción de la obra de arte tal como se entendía hasta el momento: Cubismo y Futurismo….
Son los movimientos que intentarán entrar ―en vigencia‖.
El otro camino transcurrirá a través del paisaje ―Nuevo‖, derivado de las innovaciones
provenientes, de la Francia impresionista y post-impresionista acopladas y tamizadas por la
tradición realista española.
El paisaje ―Nuevo‖ intentará ―templar‖ sus creaciones, entre la Vanguardia hacia una
posición más ―reconocible‖, más ―familiar‖ de lo representado por el artista hacia el espectador,
acercando las innovaciones al paisaje de raíces tradicionales.
La hipótesis que intento demostrar en esta Tesis, es la amplia y masiva aceptación por
parte de la sociedad española interesada en las Artes, de la primera concepción del paisaje: un
paisaje de raíces realistas o clasicistas, con los suficientes cambios interpretativos para que el
resultado final continúe representando suficientemente el estado del espíritu y las costumbres
en vigor de los grupos sociales que en ese momento histórico tienen carácter de vigencia en la
sociedad española.
Este punto de vista vital, nos ofrece en un mismo espacio de tiempo, dos generaciones
interactuando a la vez: una será coetánea entre sí y contemporánea la otra.
3 TAINE, Hipólito. Filosofía del Arte. Madrid. Calpe. 1922. Tomos I al IV.
4 ORTEGA Y GASSET, José. El Tema de Nuestro Tiempo. Madrid. Espasa Calpe.1975 y
ORTEGA Y GASSET, José. En Torno a Galileo. Madrid. Espasa Calpe.1965.
5 MARIAS, Julián. El Método Histórico de las Generaciones .Madrid. Revista de Occidente.1967
30
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Extractar los artículos sobre el paisajismo, que escribe Francés de los doce volúmenes de
―El Año Artístico 1915-1926‖, analizar el mensaje que quiere transmitir el pintor a través de la
opinión del crítico y someterlo a la consideración del espectador de primeros de siglo, sujeto de
un sistema de creencias y valores de su generación del que no puede prescindir, es nuestro
objetivo
Este documento, contemporáneo con la época que tratamos, estará compuesto por las
ilustraciones de pintura de paisaje publicadas por el semanario magazine ―La Esfera‖ en sus
ediciones semanales desde 1915 hasta 1926 añadiendo las que inserte ―El Año Artístico‖.
Ambas acompañarán como testigo gráfico, a toda una época de paisajismo español.
Nuevas propuestas surgen a través del llamado Arte Nuevo y Vanguardia, y vienen a
clarificar en algunas ocasiones y a inquietar las más, la vida artística española en el período
1915-1926. A través de los comentarios a las críticas sobre la pintura de paisaje de José
Francés, y de las ilustraciones gráficas, me aproximaré a la historiografía de la pintura de
paisaje entre 1915 y 1926, extrayendo las conclusiones relativas a las influencias de ―lo nuevo‖,
―lo vanguardista‖ y su relación con lo tradicional.
31
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Este contexto coetáneo social, vivencial entre 1915 y 1926 , lo trataré, como apuntaba
anteriormente, como un ―corpus‖ de ideas, principios y valores sociales, fundamentados en el
método histórico del filósofo positivista francés Hipólito Taine, enmarcado, por la teoría de las
generaciones de José Ortega y Gasset y su discípulo Julián Marías.
El Año Artístico de José Francés, con sus doce volúmenes publicados, constituye un
auténtico manual de información sobre el Arte en general y la pintura en particular, coetánea
con la publicación en la Revista semanal ―La Esfera Ilustración Mundial‖ donde Francés
redactará éstos mismos artículos y los recopilará en el ―El Año Artístico‖. El propósito de El Año
Artístico es servir como información para las personas interesadas en las artes plásticas. Su
propuesta es dar noticia de los principales acontecimientos artísticos que tienen lugar en
España, percibidos desde Madrid. Nos encontramos pues, con un compendio de las artes que
será seguido por aquellos que tienen capacidad económica e inquietud por la Estética de su
tiempo.
―ADVERTENCIA‖
Inaugura el autor, con este tomo, la serie de volúmenes que anualmente se propone
publicar. Es, y serán los sucesivos, una recopilación de trabajos críticos y de noticias
comentadas referentes á las Bellas Artes en España.
32
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Quisiera el autor suplir con las modestas recopilaciones del «Año Artístico» la falta de
obras de este género, donde puedan hallarse, el día de mañana, cuantos datos se consideren
interesantes, necesarios ó simplemente curiosos acerca de las figuras y episodios de la vida
artística contemporánea.
Bien quisiera el autor que este primer libro suyo de crítica artística fuera todo lo
perfecto que dentro de la imperfección humana es posible. Si así no fuera, perdónale tú, que al
menos á este párrafo has llegado, en gracia á su buena intención, á su amor noble y entusiasta
por la belleza y á su creencia de que el momento actual de las españolas Artes significa un
glorioso renacimiento.
Fundamental para esta tesis es mostrar los fotograbados de las obras pictóricas de
paisaje de los artistas contemporáneos, tal como las pudieron contemplar y visualizar los
lectores de la época, a través del mismo Año Artístico, de publicaciones coetáneas y
especialmente, de la revista ―La Esfera‖ considerada como la publicación de mayor nivel
informativo en las Artes en el apartado de ―magazine‖ no especializado en Arte, del primer
tercio del siglo XX7.
Los españoles interesados en el arte, desde 1915 hasta 1926, a través de ambas
publicaciones: El Año Artístico y La Esfera, tuvieron la percepción de la estética que regía su
época, y con ambas publicaciones ,percibieron, vivenciaron, compraron, visitaron las
exposiciones o estuvieron informados del arte pictórico del paisaje que se realizaba en España.
A primeros de siglo XX, la pintura española de paisaje , como género, intenta superar
una imitatio naturae, encerrada en los cánones clasicistas y entrar en sincronía con la
evolución general de la pintura europea a través de nuevos motivos, nuevas técnicas y
enfoques sustentados por la pintura de paisaje heredera de Carlos de Haes, el maestro del
siglo XIX, que dará continuidad a la tradición realista española iniciada por Velázquez y que
evolucionará con las innovaciones que van llegando de París, centro mundial de las tendencias
artísticas, en el período que nos ocupa.
33
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ismos, que, desde 1909, con el Manifiesto del Futurismo del italiano Marinetti8, van a
influenciar y mixtificar todavía más, convirtiendo a la pintura española en un cruce de caminos
conviviendo estéticas, que, si bien no abandonan la figuración, son dispares en forma y
contenido y que van a cosechar , en general, pocos seguidores.
El paisajismo español, como género antes del s. XIX, carece de entidad, hasta que los
románticos primero y luego el movimiento realista comienzan a individualizarlo como género
pictórico autónomo, evoluciona en los temas o ―asuntos‖. La novedad estriba en que a
primeros de siglo, se incorporan nuevos elementos en el paisaje tradicional; siguiendo los
adelantos técnico-científicos, asoma el automóvil, el aeroplano, un hilo telegráfico, una
chimenea industrial humeante, la nueva arquitectura; o en una marina contemplamos, no sólo
los efectos del sol sobre la piel de un bañista, sino también los barcos de vapor, la evolución de
la Moda y las costumbres en las figuras que componen y acompañan el paisaje.
Aureliano Arteta (1879-1940) Calle de la Estación. Jaime Morera (1854-1927).Vista de la Ría del
El Arenal.1920. Nervión. Bilbao.
8 GONZALEZ GARCIA, Ángel. CALVO SERRALLER, Francisco, MARCHÁN FITZ, Simón. Escritos de arte de Vanguardia.
Madrid. Ediciones Istmo, 2003.
34
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Joaquín Sorolla en cala San Vicente. Joaquín Sorolla. Cala San Vicente.Mallorca.1919.
Mallorca.1919.
La pintura de paisaje en la España de 1915 a 1926, evoluciona junto con las demás artes
y géneros pictóricos en adecuación con las creencias y valores de la sociedad española de la
época, que explica y justifica en distintos niveles de aceptación las nuevas tendencias que
tendrán su aplicación también en el género del paisaje.
Los pintores de paisaje intentarán modificar o afianzar los paradigmas aceptados hasta
el momento por la ―conciencia colectiva‖ a la que se dirige, provocando la reacción tanto de los
poderes oficiales que dominan el mundo de la estética como de toda la cadena de actores del
mundo de las artes plásticas, hasta llegar al anónimo espectador.
35
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Esta etapa se inicia hacia 1894 y tiene su fin hacia 1908, abarcando una generación de
pintores y transcurre por el camino coetáneo y acorde a las creencias y valores de la sociedad a
la que se dirige, es decir, la sociedad Española de la Regencia de María Cristina y de la
Restauración de Alfonso XIII etapas de una monarquía debilitada, caciquil, que coincide con los
tiempos de introspección nacional ante la pérdida de las últimas colonias. El paisaje denotará su
carácter literario, regeneracionista y reivindicativo.
Las siguientes etapas abarcan otras dos generaciones de pintores paisajistas .Son las
Generaciones de 1909-1923 que coincide su fin con el inicio de la dictadura de Primo de Rivera
y 1924-1938.
Sin embargo, la Generación 1909-1923 será una ―Generación acumulativa‖, sin capacidad
suficiente para, con pragmatismo, transformar la realidad social representada por un Régimen
obsoleto. Uno de los epifenómenos en los que se mostrará esta apatía de acción y proyectos
integradores, será la pintura y, dentro de ella, la pintura de paisaje. Esta generación, la de
1914 (y utilizo el concepto de Ortega y Gasset), aparece como una ―Generación Desertora‖ 9 en
tanto en cuanto no es capaz de vertebrar una alternativa al régimen Alfonsino y se convierte en
continuadora del Régimen de la Restauración, hasta el Golpe de Estado de Primo de Rivera, en
Septiembre de 1923, donde se escenifica el fracaso de la Restauración.
No es admisible que las personas obligadas por sus relevantes condiciones intelectuales
a asumir la responsabilidad de nuestro tiempo vivan, como el vulgo, a la deriva, atenidas a las
superficiales vicisitudes de cada momento, sin buscar una rigurosa y amplia orientación en los
10
rumbos de la historia (…)‖
36
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
novedades estéticas mínimamente aceptadas por el ciudadano, debido a que éste, encerrado en
el casticismo y aislamiento secular, no es capaz de vertebrar una respuesta estética conjunta
diferente a la que sostiene al Régimen de la Restauración y por tanto no es capaz de dar el
salto a la modernidad. Diferentes velocidades se observan en el panorama español, derivadas
de la industrialización y las finanzas, que adquieren gran desarrollo en Cataluña y País Vasco
como consecuencia de la I Guerra Mundial y la postura de neutralidad de España.
A partir de 1905 surgen desde el Salón de Otoño de París, los llamados fauves con Henri
Matisse a la cabeza. En 1907 Picasso, que no siente atracción por el impresionismo , atraído
11
por el arte primitivo, pinta las Señoritas de Avignon. Empieza un nuevo concepto de arte que
se distancia del espectador y que requiere de éste un ejercicio de ―intelectualización‖.
11 MARCHÁN FIZ, Simón. Nacimiento y evolución del Cubismo. Madrid. Summa Artis-Espasa Calpe.2004
37
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
raíces realistas (López Mezquita, Eugenio Hermoso) o en la España negra, polvorienta, de raíces
castizas (Ignacio Zuloaga) o bien adoptan a la España luminista, alegre, anecdótica de Joaquín
Sorolla.
Aquellos que no siguen estas tendencias, marchan a París buscando un arte más
coetáneo con su manera de concebir la realidad. Algunos volverán, como Vázquez Díaz o
Celso Lagar, pero no serán bien recibidos en Madrid. Otros como Rafael Barradas, regresará
desengañado a Uruguay y Torres García abandona España, a la que no volverá hasta 1932
María Blanchard, Pablo R. Picasso, Daniel Vázquez Díaz, Celso Lagar y Joan Miró son los
epónimos más significativos de esta generación de 1909 a 1923 y prácticamente todos con
―currículum Vitae‖ desarrollado en Francia.
Los pintores, de la España interior, que tenían que haber tomado el poder de la estética
del país durante el período de gestación de la posterior, conocida como Generación del 27, no
fueron capaces de elaborar una nueva estética en España, acorde con los tiempos, como
tampoco la sociedad consiguió hacer evolucionar La Restauración de Alfonso XIII hacia una
democracia más representativa y moderna.
Sí hubo un movimiento literario, El Ultraísmo 12, con un manifiesto programático, que fue
propio de su época pero que no consiguió consolidarse como vanguardista, debido al rechazo
del público de la sociedad y de la crítica (entre ellos, de José Francés)
Guillermo de Torre, Gerardo Diego, Cansinos Assens, los pintores polacos Paskiewicz y
Jhal, Norah Borges…y la colaboración del matrimonio Delaunay, Barradas, Vázquez Díaz y Bores
no pudieron cambiar el ―Espíritu de la época‖. Todos ellos, entre otros, formaban, un elenco
con plena capacidad de organización como para intentar una modernización de las artes y las
letras.13
38
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La pintura de Vanguardia, fue practicada en España por escasas individualidades 14. Más
que practicada, fue ―contemplada‖ debido a las variadas exposiciones realizadas principalmente
en Barcelona (Salón Dalmau, Layetanas, Sant LLuc) .donde expusieron alguna obra, Albert
Gleizes, Serge Charchoune, el primer Miró, Barradas, ,Torres García, Braque, Gris, Leger,
Lothe, Matisse, Dalí, Picabia, Hekkel, Nolde, Otto Dix, Grosz…entre otros
En Madrid se pudo contemplar a María Blanchard, Diego Rivera, Celso Lagar, Jahl,
Paszkiewitcz, Zwadowski, la escenografía para el ballet ―Parade‖ de Picasso...
Fue esta vanguardia un arte de minorías, tuvo una mera influencia epidérmica,
tangencial, en la vida artística de la época, siendo de igual calado aquella pintura de paisaje
que, tanto en su forma como en su contenido se dirigía en los mismos términos al
―contemplador‖
El Arte Nuevo en España surge por tres caminos, ambos de evolución y crecimiento
orgánico atendiendo a criterios reconocibles.
El segundo camino es la evolución de los pintores españoles que se forman fuera de las
fronteras (principalmente los pintores de París, aunque también Roma) y que regresan (o
pasan temporadas) en España mostrando un arte de fuertes influencias foráneas.
39
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¿Influyó el Arte Nuevo en el cambio de mentalidad española entre 1915 y 1926? No.
Como tampoco fue su consecuencia. El motivo estriba en que las Generaciones dominantes en
España en la época, eran generaciones ―acumulativas‖, no innovadoras y si lo fueron en las
élites, no tuvieron la capacidad de comunicar con las masas.
La renovación, desde dentro, del Arte en España (y por extensión, del paisajismo) la
protagoniza la Generación de pintores de 1879-1893. La anterior a la del 98.
Con el magisterio de los cuatro grandes paisajistas predecesores, Carlos de Haes, Muñoz
Degrain, Aureliano de Beruete y Joaquín Vayreda.
La generación 1879-1893 termina con los dos géneros predominantes en la España del
XIX: La pintura de Historia y la pintura preciosista, ―pompier‖ o de casacón. Practicada
mayoritariamente por las generaciones anteriores. Después de un breve espacio de pintura
lacrimógena, pretendidamente social, la pintura deviene literaria con la generación del 98.
Los protagonistas principales de ésta evolución temática, en paisaje, serán Jaime Morera,
Darío de Regoyos, Francisco Gimeno, Eliseo Meifren, Cecilio Pla, Santiago Rusiñol, Martinez
Abades y Joaquín Sorolla.
Coetáneos a los pintores del realismo esencialista del 98, surgen en Cataluña aquellos
que hacen de la vuelta a la sencillez paisajística y al clasicismo mediterráneo, equilibrado y
alegre, su razón de pintar: Son los ―Noucentistas‖ del crítico Eugenio D`Ors encabezados por el
pintor Joaquín Sunyer.
40
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La segunda vía de renovación del paisaje, menos temática pero de gran impacto formal
que constituirá también ―lo nuevo‖, será de importación y asimilación de novedades, a medio
camino entre la pintura ―reconocible‖ por la evolución de los temas a la que nos hemos referido
y la pintura ―rupturista‖ que representa la Vanguardia. Pintores españoles de fuerte influencia
europea, que habitan y se forman fuera de España y exponen sus conceptos estéticos en el
país , y aquellos otros que vuelven de sus estancias en el extranjero, con sus nuevas
concepciones estéticas interiorizadas y frecuentemente intelectualizadas, Excepto Anglada y
Zuloaga, pertenecen en su mayoría a la generación 1909-1923: Arteta, Celso Lagar, Vázquez
Díaz, Cayo Guadalupe, Julián de Telaeche, Santiago Pelegrín, Jaime Mercadé, Moreno Villa,
Antonio Guezala, García Maroto, Joan Serra, Rafael Benet, José de Togores, el primer Miró.
41
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Cotejando la crítica de Arte de José Francés en su Año Artístico, con las ilustraciones de
los cuadros de paisaje que reproduce ―La Esfera‖ demostramos en esta tesis que prácticamente
la totalidad que tiene proyección y amparo en los medios de comunicación de la época, se
dedica a un tipo de pintura alejado de la Vanguardia y con tímidas concesiones a la pintura
―Nueva‖ de influencia mayoritariamente francesa (y en segundo lugar italiana) tomando como
punto de partida de esta pintura, el Salón de Otoño francés de 1906.
Anclado este punto, establezco dentro de las Bellas Artes, concretando en la Pintura y
acotando en pintura de paisaje, con sus artistas, las Generaciones Coetáneas de pintores
paisajistas, y los enmarco en las Generaciones histórico literarias desde 1864 hasta 1938
siguiendo la teoría de las Generaciones de Ortega y Gasset y su discípulo Julián Marías.
42
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1.3.- METODOLOGÍA
Como fuente de Información principal, me ceñiré a la obra ―El Año Artístico‖ del crítico
de Arte José Francés Sánchez-Heredero. José Francés escribió y editó en Madrid, doce libros a
modo de Vademécum de las Artes, entre 1915 y 1926, (ambos inclusive). En cada libro, y a
través de los meses del año, elabora una crítica de arte de los principales acontecimientos
artísticos ocurridos en España, de aquellos a los que ha asistido personalmente o ha tenido
conocimiento (a través del apartado Memoranda). De los doce volúmenes de ―El Año Artístico‖,
discriminaré y analizaré la información correspondiente a cada mes (144 meses) y cada año
(doce años) referente al género pictórico del paisaje.
Esta información será contrastada y cotejada con los volúmenes correspondientes a los
años 1915-1926 del semanario publicado en Madrid: La Esfera Ilustración Mundial.
Utilizaré ilustraciones originales de ―la Esfera‖ y completaré (de forma secundaria) con
ilustraciones contemporáneas de paisajes. El criterio será mostrar preferentemente ilustraciones
de obras de arte realizadas durante el período 1915-1926 y publicadas durante los mismos
años.
Si intentamos acercarnos a la pintura de paisaje, éste puede ser interpretado como 15: La
naturaleza en su estado de dominio. (El mar, las playas, acantilados, los lagos, montañas, ríos,
valles, árboles, bosques, plantas en sus variedades botánicas,) influida por la meteorología y el
estado de su cielo (viento, lluvia, sol, tempestad, estrellas, día, noche, agua, fuego…etc.). La
naturaleza intervenida por el hombre. (Mundo rural, ciudad, huerto jardín y parque, puertos y
barcos, industrias, arquitecturas…etc.)
Entiendo, en resumen, la temática del paisaje como género autónomo con la siguiente
clasificación que comprende la pintura de Paisaje:
Paisaje ―sensu estricto‖: Espacio abierto: cielo, ríos ,lagos, cultivos , montaña, valles,
casas de campo, árboles, bosques, ,el jardín…. desde donde el artista compone y crea la
Entidad Pictórica.(a Plein Air o en su estudio) con su meteorología, su estación del año y su
momento horario .
15 LITVAK, Lily. El tiempo de los trenes. El paisaje en el arte y la literatura del realismo (1849-1918).Barcelona.
Ediciones Serbal, 1991.
43
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Considero en este punto la dificultad que entraña en cuanto a los géneros pictóricos,
definir aquello que se considera figura respecto al género del paisaje. Paisaje, en la acepción
segunda del Diccionario de la Real Academia Española 16 es definido como ―Extensión de terreno
considerada en su aspecto artístico‖.
Esta definición reduciría nuestra tesis a todo aquello que es representado pictóricamente
desde el punto de vista ―geográfico‖ quizás ―sublime‖ pero, en ocasiones inanimado,
descontextualizado. Creo que no sería fiel al momento histórico-estético que analiza, si sólo
tuviera en cuenta los parámetros de ―extensión de terreno‖. Al contrario, la época que analizo
es vitalmente convulsa, los choques y antítesis campo-ciudad, burguesía-proletariado,
academicismo-vanguardia, colonia-metrópoli, centro-periferia son tan decisivos para entender el
paisajismo del primer cuarto del siglo XX que mi opción es de un equilibrio, de modo que,
cuando la figura se explique a través del paisaje, será integrada como parte de la polisemia
paisajística.
44
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Dentro de cada ―Año Artístico‖ extraeré la información sobre los Pintores Paisajistas y
otros que no siendo estrictamente paisajistas, abordan también éste género en función de los
presupuestos descritos anteriormente , acto seguido, realizaré el comentario del artículo
incardinándolo en sus coordenadas espacio-temporales y relacionaré ésta información con el
entorno y valores sociales, estéticos, a modo de contribución a una Historia de la Mentalidad
Estética de la España de primeros de siglo XX.
45
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Hermen Anglada Camarasa. La Higuera (Mallorca) Santiago Rusiñol. Vista de Gerona 1918
1918.
46
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El Año Artístico desde 1915 a 1926.José Francés (los dos últimos tomos abarcan dos años cada uno.
Biblioteca J.L. Antequera)
En 1915 inicia José Francés la publicación de El Año Artístico (El Año Artístico, 1915-
1926. Editorial Mundo Latino, Madrid y Editorial Lux, Barcelona).
Doce años en diez volúmenes que recopilan los comentarios del autor sobre los
acontecimientos artísticos más importantes desde su punto de vista, transcurridos en España,
tratados mensualmente. Esta obra aparecerá, año tras año, hasta el volumen referido a 1926
inclusive. Deja de publicarse por dificultades editoriales los volúmenes posteriores. Su precio
osciló entre las 6 pesetas y las 15 pesetas. Excepto los tomos que incluían dos años (1923-
1924) y (1925-1926) cuyo precio oscilaba entre 17 y 25 pesetas (el último tomo de 1926),
según su encuadernación en rústica o en tela (más caro)
47
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Francés toma la idea de García Maroto que ya había publicado El Año Artístico
(Relación de sucesos acaecidos en el arte español de 1912) en Madrid, 191317 .
Nos encontramos pues, con un vademécum de las artes que sería conocido y seguido
por los amantes de las Bellas Artes.18
Constituye una historia detallada y consultable del período artístico español de doce años
que fue declarada de utilidad pública, en 1924. Fue también traducida fragmentariamente al
italiano, francés e inglés.
17 GARCIA MAROTO, Gabriel. El Año Artístico. Relación de sucesos acaecidos al arte español en el año mil novecientos
doce. Madrid. Imprenta J. Fernandez Arias. 1913. 156 págs.
18 VILLALBA SALVADOR. María Piedad. José Francés, Crítico de Arte. (Tesis Doctoral). Madrid. Universidad
Complutense.1994
48
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El lenguaje de los signos y sus polisemias, para representar el ambiente y las creencias y
no caer en diacronías, será extraído del Semanario ―La Esfera Ilustración Mundial‖,
correspondiente a los mismos años en los que nuestro crítico escribe ―El Año Artístico‖.
En "El Año Artístico 1915-1926" identificamos siete grandes apartados (sin contar con los
MEMORANDA) de los que trata en los artículos, José Francés, siempre con el criterio de
referencia a la crítica de arte en la pintura de paisaje:
6) El Salón de Otoño y los Artistas Ibéricos: Aborda cinco salones de Otoño de los seis
celebrados) y la Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos de 1925.
7) Los pintores pensionados: aborda Francés en ocho artículos los recorridos de los
pensionados de Roma y de El Paular.
49
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1) EXPOSICIONES EN MADRID
1915
1916
50
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Diciembre 1916: Varias exposiciones (Salón Iturrioz, Salón del Ateneo, Salón
Vilches, Palace Hotel).
1917
Enero 1916: Una pintora Checa, Milada Sindlerova (Salón del Ateneo)
Enero 1916: Exposición de los legionarios españoles (Plaza Santa Ana, 15)
Febrero 1917: Un artista original, Antonio Jiménez (Galería General del Arte)
Mayo 1917: Un paisajista gallego, Bello Piñeiro. (Salón del Centro gallego)
1918
Marzo 1918: Dos artistas decoradores, los hermanos Gutiérrez Larraya (Salón del
Ateneo)
51
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1919
Febrero 1919: un pintor italiano en España, Arístides Sartorio (Salón del Teatro
Real)
1920
52
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Abril 1920: Dos exposiciones de paisaje (Circulo de Bellas Artes, Salón de Arte
Moderno)
Mayo 1920: El pintor húngaro Segismundo de Nagy (Salón del Teatro Real)
1921
1922
53
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Abril 1922: Dos pintores antitéticos: Raurich y Hermoso (Salón Lacoste, Palacio
de Bibliotecas y Museos)
Diciembre 1922: Cuatro pintores modernos, Cristóbal Ruiz, García Maroto, Rafael
Barradas y Javier de Winthuysen (Salón del Ateneo)
1923
Marzo 1923: Una pintora paisajista (María Pérez Herrero) (Círculo de Bellas
Artes)
Junio 1923: Un pintor alemán, Willi Geiger (Palacete exposiciones del Retiro)
54
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1924
55
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Diciembre 1924: El nuevo viajero alemán en España, Alberto Ziegler (Salón del
Ateneo)
1925
Enero 1925: Joaquín Sunyer y su noble catalanía (Sociedad de Amigos del Arte)
56
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Noviembre 1925: Tellaeche, el pintor del mar y sus gentes (Salón Nancy)
Diciembre 1925: Paisajes de Flandes por una española (María Pérez Herrero)
(Círculo de Bellas Artes)
1926
57
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1915
1916
58
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1917
1918
1919
1920
59
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1921
Septiembre 1921: Miradas sobre el mar (Verdugo Landi) (Bilbao, Majestic Hall)
1922
1923
1924
Agosto 1924: Los artistas avilesinos (Avilés, Sociedad Amigos del Arte)
1925
60
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Agosto 1925: Una pintora gallega, María Corredoyra (La Coruña, Círculo Unión de
Artesanos)
1926
1915
1916
1918
1919
Septiembre 1919: La Exposición Pinelo en Buenos Aires (Buenos Aires, Salón Calle
Florida, 276)
61
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1920
Abril 1920: José Pinazo en Nueva York (Nueva York, Galería Guinpel&Wildenstein)
1921
Febrero 1921: Los Hermanos Zubiaurre en la República Argentina (Buenos Aires, Salón
Witcomb)
Agosto 1921: La Exposición Pinelo en Buenos Aires (Buenos Aires, Salón Witcomb)
1924
Noviembre 1924. España fuera de España, Evaristo Valle en Londres (Londres, Galerías
Dorien Leigh)
1925
1926
Mayo 1926: España fuera de España, Sevilla en Nueva York (Nueva York, Enrich
Galleries)
62
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1916
1917
1918
1919
1926
Febrero 1926: El primer Salón de Arte argentino en España (Salón Amigos del Arte)
1915
63
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1917
1920
1922
1924
1926
1920
Octubre 1920: El I Salón de Otoño (Madrid, Palacio del Retiro y Círculo de Bellas Artes)
1922
64
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1923
1924
1925
Mayo 1925: Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (ESAI) (Madrid, Palacio del
Retiro)
1926
1915
Noviembre 1915: Los pensionados del Círculo (Madrid, Salón de Arte Moderno)
1916
1918
Noviembre 1918: Otras exposiciones: Los Paisajistas Pensionados del Paular (Madrid,
Sociedad Amigos del Arte).
65
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1919
Diciembre 1919: Los Paisajistas del Paular (Madrid, Sociedad Amigos del Arte).
1922
Noviembre 1922: Los Pensionados del Paular (Madrid, Sociedad Amigos del Arte).
1923
1926
Noviembre 1926: Los pensionados de la Cartuja del Paular (Museo de Arte Moderno)
1915
1916
Agosto 1916: El Museo de Málaga y Muñoz Degrain (Málaga, Museo provincial de Bellas
Artes)
66
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1917
Febrero 1917: La audaz aventura (acuarelas de dos viajeros: Aracil y Drudis Biada)
1918
1920
1921
1922
67
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Febrero 1922: Una recepción académica. La crítica de arte. Semblanza del autor. (José
Francés Ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de S. Fernando)
1923
1924
1925
68
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las opiniones que sobre El Año Artístico vierten los críticos de arte, artistas, periodistas y
en general el mundo de la cultura coetánea a su publicación, , están reflejadas en un extracto
aparte al final del último tomo ―El Año Artístico 1925-1926‖, opiniones que recogemos a
continuación19
"Desde 1915 viene dedicando con fervorosa atención un volumen anual a dar cuenta de
la producción artística, el señor Francés, prestando con ello notorio cuanto plausible servicio a
la cultura nacional.
69
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es el caso tanto más de notar, cuanto que los trabajos que la información profesional y
la crítica dedica a las Exposiciones de obras de arte y a las nuevas producciones de los artistas,
por ver la luz en periódicos y revistas, rara vez coleccionados por alguna que otra iniciativa
privada, solamente tienen para el público en general la vida fugaz que en el rodar del tiempo
les prestan esas publicaciones.
Al llenar este vacío ha venido la feliz idea del señor Francés de coleccionar sus artículos
de crítica en forma que, mes por mes, puede decirse que día por día, nos ofrezca su obra los
anales de nuestra producción artística contemporánea, que si es evidente nos interesa hoy, no
lo es menos que ha de tener interés mayor en lo venidero esa historia vívida.
Esta consideración, tanto más de apreciar cuanto que se trata de una obra única, por
su género, en nuestra Bibliografía, sería suficiente para encarecer la conveniencia de la
adquisición de ejemplares que en las Bibliotecas públicas permitan a los investigadores y
curiosos conocer el desarrollo del gusto artístico en nuestros días.
―La para 1980 ou 2000 os historiadores a posse dos exemplares de "El Año Artístico"
con tremenda disposiçao. E' que entao esses volumes, agora interessantes desempennarao, em
sua esphera, o papel que representa o livro de Herodoto na reconstituçao mental de
antiguedade. José Francés inmortalizar; sea, tanto por suas mais sólidas novelas quanto pela
sua campanha em prol da caricatura, da pintura, da esculptura, da gravura, da arquitectura, da
illuminura, do desenho e da photographia de Espanha actual."
―Nul plus que lui n'a contribué a faire connaitre les talents pres d'éclore, nul plus que lui
n'a fait connaitre en Espagne les talents étrangers et singuliérement les artistes français, car
José Francés est un ami des lettres françaises, de notre peinture, de notre sculpture. II nous
connait, il nous aime, il nous défend; il est en Espagne le champión de notre culture et il n'est
point d'artiste en Françe qui ne doive quelque chose a lui‖.
70
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Este libro en que José Francés ha coleccionado cronológicamente sus notas del año
último acerca de la vida artística cuyo desarrollo viene siguiendo y comentando años hace, tiene
un positivo valor, aun no estando de acuerdo con él en todas las apreciaciones que hace, nos
agrada en su obra el lugar que se concede a los artistas jóvenes, la curiosidad con que se
siguen sus progresos, se van señalando sus avances, el desdén por el arte oficial...
Nos atrae de lleno el entusiasmo y el fuego que José Francés pone en sus páginas y
que trasciende de ellas, convirtiéndose en actividad organizadora. He aquí, pues, que no
podemos menos de elogiar como es debido su propósito de reunir anualmente en tomo sus
críticas y apuntes‖.
E. DIAZ CANEDO
LUIS BELLO
―Don José Francés viene publicando durante diez años una recopilación de los hechos
artísticos más notables. Esas publicaciones tienen un alto valor como material histórico para lo
futuro. Valor de datos y valor de sentimiento. Huelga encarecer la importancia de los primeros.
Cada tomo del señor Francés es un trabajo ya histórico.
71
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
escritos de arte halle el público una emotividad y un encanto grandes, y esos escritos son los
que van recopilados en sus tomos que titula El Año Artístico‖.
RAFAEL DOMENECH
CORREA CALDERON
―José Francés, con su enorme cultura, con su ejemplar voluntad ha efectuado la más
meritoria obra que hombre alguno ha hecho en los años que corremos. Él ha despertado el
fervor de los artistas y ha acuciado y estimulado su actividad propalando sus talentos,
vulgarizando sus producciones: él ha educado al público publicando innúmeros artículos en
diarios y revistas y él ha hecho que España cuente hoy con un grupo de dibujantes‖.
BALLESTEROS DE MARTOS
―Yo no soy un crítico de arte, sino, a lo más, un espectador sensible. Admiro la labor
entusiasta, inteligente y perseverante de José Francés‖.
W. FERNANDEZ FLOREZ
―Miremos hacia atrás y nos convenceremos del número y calidad de artistas lanzados al
público por José Francés, firmas indiscutibles hoy no han tenido otro medio de revelación ni
más apoyo en sus comienzos que el prestado por tan ilustre escritor. Advertir un valor naciente
y estimularle para que no se malogre es condición de hombres generosos. Nadie, pues, de
honrado sentir regateará a José Francés la generosidad junta con un laudable afán de descubrir
méritos y destacarlos de la masa anónima‖.
A. VEGUE GOLDONI
72
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Es la suya, pues, una obra extensa; obra de abierta comprensión, de orientación
elevada y hecha con un impulso cordial que no acertarán jamás a comprender los eunucos de
este grave oficio de juzgar lo ajeno. Estamos aún demasiado cerca de ella y hay todavía
muchas menguadas rencillas, muchos enconos personales que impiden la necesaria rectitud
para enjuiciarla; pero el día de mañana, cuando pueda enfocarse imparcialmente, serenamente,
la personalidad de José Francés, se reconocerá por todos los que ahora percibimos algunos: la
gran importancia de esta perseverante, generosa y sensible labor crítica; entonces se verá todo
lo que el arte español debe a este hombre de alma selecta y mano incansable‖.
BERNARDINO DE PANTORBA
―Siempre hemos creído que una crítica de arte no debe ser árida, ceñuda; que debe
hacerse como José Francés las hace: desde las cumbres azules de la santa poesía, nunca desde
los suburbios de la pedantería, hermana gemela de la pesadez‖.
―Puede decirse sin pecado ditirámbico ni exceso ponderaticio que El Año Artístico es el
más recio, constante y bien intencionado esfuerzo que se haya hecho en España para fijar,
modelar y metodizar el estudio de las corrientes artísticas contemporáneas‖.
RAFAEL MARQUINA
―A este modo de ser de José Francés, tanto debe el arte español, que apenas si existe
actividad floreciente de él en nuestros días que no le debe su cultura: el humorismo, el arte
editorial, las artes decorativas, lo poco bueno que hubo en algunos reglamentos de
Exposiciones, lo mucho bueno que ha de derivarse de algún reglamento de la Real Academia de
San Fernando. Mucho más: grandes figuras de pintores y escultores contemporáneos que él,
con su caracterizada nobleza fué apoyando y dando a conocer. Y sólo nos hemos de limitar a
una labor pro-arte que puede conocerse en cierto aspecto, en la obra definitiva de la crítica
estética española, en Al Año Artístico‖.
73
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
‖José Francés e talvez boje ern Espanha a figura de maior prestigio entre a gente da
crítica d'arte.
FERREIRA DE CASTRO
―Este libro resulta indispensable para cuantos artistas o aficionados tengan interés en
conocer la vida artística de España, y, además, nadie podrá en lo sucesivo hablar en nuestro
país o fuera de él de estas cosas sin referirse a El Año Artístico, pues, además de ser obra muy
bien hecha, es única en España de su género y cuya necesidad sentíase hace bastante tiempo‖.
J. GARCIA MERCADAL
A. DE HOYOS Y VINENT
―Y no es sólo El Año Artístico, como supone su título, una mera recopilación escueta de
las crónicas publicadas por su autor en las diversas revistas en que colabora, sino que, a más
de la ordenación cronológica, enriquece José Francés sus capítulos con una verdadera y
metódica exposición de las doctrinas estéticas revisadas según el criterio del autor, bien
conocido como uno de los propulsores de toda la renovación moderna de las artes‖.
FEDERICO LEAL
74
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En tres direcciones se proyecta su espíritu, dándonos así una obra total en la que se
complementan las actividades espirituales de un excepcional temperamento de artista: una, la
primera, por ser la más importante a nuestro juicio, es su labor de novelista, el desvendamiento
de su vida interior; otra, la de glosador de los acontecimientos diarios, en sus "perfiles de los
días", donde nos descubre la reacción de su espíritu ante la vida exterior; y la tercera es su
obra crítica. A José Francés debe el arte español e hispanoamericano, la más asidua, la más
completa y eficaz obra de crítica artística‖.
VALENTIN DE PEDRO
A. MENDEZ CASAL
―El entusiasmo con que José Francés acomete su obra de divulgación artística es sólo
comparable a su gran éxito. La Esfera es como el faro del arte español y como un proyector del
arte universal. Las Exposiciones de Humoristas han conquistado, en el país de las bailarinas y
de los toreros, no sólo la curiosidad, sino la atención pública. El Año Artístico será, a través del
tiempo, como los anales del actual renacimiento español. Es, por tanto, José Francés—contra lo
que anunciaban sus primeros años de embriaguez frívola y disipación literaria, gracias a su gran
75
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CRISTOBAL DE CASTRO
―Acaba de publicarse un nuevo volumen de El Año Artístico. Este hecho nos brinda la
oportunidad que deseábamos de dedicar algunas líneas a la obra de este ilustre escritor que por
tantos conceptos merece la atención y la devoción del público.
V. GARCIA MARTI
―Cuando mañana quiera escribirse la historia del arte español de nuestra época este
friso admirable de Anales que José Francés comenzó en 1915 y que, sin intermitencias ni
desalientos continúa labrando, pasará a ser la cimentación más firme para los investigadores‖.
A. FERNANDEZ MATO
―Está autorizadamente consagrado por el juicio del público lector y por el de la crítica el
crédito de estos anales en que el temperamento literario y la sensibilidad de José Francés,
ofrécense en fecundo consorcio para dar al sentido crítico los valores de alta opinión y de
erudito dictamen, sin privarle de la llaneza necesaria a un libro en el que se persigue corno fin
educativo y de cultura la divulgación de temas artísticos y la difusión de cuanto pueda contribuir
a la mayor gloria del arte‖.
A. B. C. — MADRID
76
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(El Año Artístico), aparte del interés de forma y de juicios es inmensamente rico en datos
interesantísimos sobre la moderna pintura española‖.
―Libro es éste que demuestra una vez más la prodigiosa erudición de Francés en
materia artística, su familiaridad con todas las manifestaciones de la pintura y escultura
modernas y la universalidad de sus conocimientos estéticos‖.
(…) Ballesteros de Martos se ríe de José Francés, que no sabe una palabra de pintura,
porque nunca tuvo un pincel en su mano. (…) Por su gusto, no editaría Yagües (director de Mundo
77
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
78
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
79
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
80
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
81
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
82
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
83
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
84
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
85
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
86
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
87
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
88
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
89
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
90
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
91
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
92
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
93
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
94
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
95
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
96
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
97
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
98
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
99
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
100
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
101
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
102
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
103
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
104
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
105
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
106
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
107
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
108
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
109
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
110
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
111
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
112
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
113
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
114
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
115
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
116
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
117
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
118
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
119
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
120
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
121
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
122
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
123
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La familia Francés era de origen asturiano (dos abuelas y sus bisabuelos) con ciertas
inquietudes intelectuales por parte de su padre, funcionario del gobierno, obligado éste a
continuos traslados por motivos profesionales, recorre Cuba, Filipinas y diversas ciudades
españolas durante su infancia y adolescencia.
Sus inquietudes literarias y artísticas se manifestaron pronto, del mismo modo que su
impaciencia por obtener unos ingresos económicos que le permitiesen dedicarse a lo que
verdaderamente quería, escribir.
21 A.A. V.V. Homenaje de nuestra Academia a su Secretario perpetuo el Excmo. Sr. José Francés. Madrid. Boletín de la
R.A. de Bellas Artes de San Fernando,1963
22 VILLALBA SALVADOR. María Piedad. José Francés, Crítico de Arte. (Tesis Doctoral). Madrid. Universidad
Complutense.1994
124
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En 1903 publicó sus dos primeras novelas: Dos Cegueras y Abrazo Mortal. Preparó
oposiciones al cuerpo de correos, en el que ingresó en 1904 y fue jubilado en 1953.
Entre 1907 y 1912 se editó en España el llamado ‖Cuento Semanal‖, una colección de
novelas cortas a precios populares y fáciles de encontrar en los kioskos o por suscripción.Uno
de los escritores asíduos fue José Francés.
El éxito de El Cuento Semanal fue fulminante23, el caricaturista Manuel Tovar hacía para
la portada el retrato humorístico del autor de turno, y para escritores noveles representaba
―poner una pica Flandes‖ con la publicación de una novela corta. José Francés compartió sus
publicaciones con firmas consagradas como Pardo Bazan, Dicenta, Pío Baroja y Galdós entre
otros. Entre las firmas jóvenes, al lado de Francés se encontraban Pérez de Ayala, Martínez
Sierra, Ramírez Ángel y Alberto Insúa.
Sus comienzos fueron, por tanto, más literarios que artísticos y en ellos fue determinante
la personalidad de Eduardo Zamacois. Desde su primera novela Dos cegueras (1903) José
Francés se esmera en el cuidado de la prosa y concede importancia a la forma, en línea con el
Modernismo literario.
Hacia 1905 Pepe Francés asistía en Madrid a las tertulias que organizaba Vicente Blasco
Ibáñez en su casa con dos personalidades valencianas, Sorolla y Mariano Benlliure; con
Benlliure le unirán lazos de amistad
125
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Su otra faceta era la de traductor, tradujo a Gorki, a Conan Doyle a Clemenceau, Allan
Poe, Baudelaire, Nietzsche…desconocemos si directamente o a través de otro idioma
interpuesto, presumiblemente el francés.
José Francés fue también colaborador de la enciclopedia Universal Espasa, para la que
redactó biografías de pintores, dibujantes y literatos.
Desde 1914 hasta 1926 las críticas de arte volcadas en La Esfera generarán el material
para la publicación de El Año Artístico (1915-1926) anuario cuya consulta está considerada
como indispensable para conocer el arte español de éste período y objeto de nuestro estudio.
―¿Qué trascendental novedad aporta José Francés a la crítica de arte? ―-se pregunta
Camon Aznar-
―(…) una dimensión que la magnífica (…): la literaria25(…) más que enjuiciar, nos
ofrece los aspectos sustanciales del arte de su tiempo, en descripciones esmaltadas de los más
ricos y justos adjetivos(…) por ello sus críticas calificaciones de buenas(…) se sostienen por sí
mismas, valen como trozos literarios de autónoma belleza.(…) No encontramos en sus críticas
esas calificaciones de ―bueno, malo, dibujístico, cromático, sublime, etc.‖(…)
Así mismo, Francés, desde 1914, acomete la organización de los Salones de Humoristas,
actividad a la que concedió gran importancia, apoyando tanto la caricatura como las artes
decorativas, es jurado de distintos concursos artísticos, colabora con la colección de
25 CAMON AZNAR, José. ―El Crítico de Arte José Francés‖. Madrid .Boletín Real Academia Bellas Artes. 1964.
126
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Su obra ―El Año Artístico‖ es declarada de utilidad pública por el Ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes.26
26 A.A.V.V Homenaje de nuestra Academia a su Secretario perpetuo el Excmo. Sr. José Francés. Madrid. Boletín de la
R.A. de Bellas Artes de San Fernando,1963
127
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
27 REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO.Tesis desarrolladas en los discursos de recepción de los
señores académicos. Madrid.Establecimiento tipográfico Nieto y Cª,1925
28 VILLALBA SALVADOR. María Piedad. José Francés, Crítico de Arte. (Tesis Doctoral). Madrid. Universidad
Complutense.1994
128
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fue una época de absoluta tristeza. Como la familia de su mujer Aura de Sarrá tenía
fincas en Cataluña, allí se dirigió la familia Francés.
Tras la Guerra Civil española, la vida de José Francés estuvo ligada a la Academia, que
durante los años cuarenta fue un órgano que hizo valer su autoridad. Francés continuó siendo
muy activo, esta vez en la organización y representación oficial en las Exposiciones Nacionales
que tanto denostó en el pasado.
En 1956 participó en la exposición ―Un siglo de Arte Español (1856-1956) ―y tuvo que
recoger fielmente en las actas de la Academia, el debate sobre la aceptación por la institución,
de las nuevas tendencias no figurativas.
Después de la Guerra Civil, dejó de estar abierto a ―lo Nuevo‖ y mucho menos a las
Vanguardias, con las que nunca se sintió cómodo y se convirtió en un escritor conservador
desempeñando una labor institucional en la Real Academia de Bellas Artes de S. Fernando,
dónde había ingresado en 1923 y de la que fue, como hemos dicho, secretario perpetuo hasta
su muerte, en 1964.
Volviendo a los años 20, Francés vive en Madrid, en la calle Goya nº 77, allí van dirigidas
las cartas que posee el archivo familiar y allí pide José Francés desde las páginas de El Año
Artístico se le envíe cualquier noticia o acontecimiento sobre el arte que se considere relevante
en España. Luego él las insertará en las Memorandas del mismo.
Vivía José Francés en un Madrid en pleno desarrollo pero que no había perdido algunos
de los rasgos decimonónicos. El escritor Alberto Insúa (1885-1965) lo recuerda de ésta manera,
al volver de París en 192230:
―Era todavía el Madrid de Alfonso XIII, del Nuevo Club, de la Gran Peña, Del Casino, del
Ateneo con ciertos pujos revolucionarios y del flamante Círculo de Bellas Artes, dónde arriba se
jugaba; en su espacioso vestíbulo alfombrado se formaban tertulias de artistas y escritores y
abajo había una piscina y un cabaret.
Era un Madrid con su calle de Alcalá numerosa de teatros y cafés, de gente conocida –
políticos, literatos, cómicos y toreros – que se saludaban al paso, o se detenían en grupos para
conversar. Era el Madrid de El Gato Negro, con la peña de Benavente, de la Maison Dorée, el
Lion d‘Or y el Levante, con otras peñas presididas por escritores y músicos. Era un Madrid del
29 VILLALBA SALVADOR. María Piedad. José Francés, Crítico de Arte. (Tesis Doctoral). Madrid. Universidad
Complutense.1994
30 INSÚA, Alberto. Memorias. Madrid. Editorial Tesoro, 1952.
129
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
que no habían desaparecido (…) la mantilla ni el mantón de flecos. Era un Madrid con sus ídolos
y sus hombres populares, así se llamasen Juan Belmonte, Emilio Carrére o Ramón María del
Valle-Inclán. Tiempos del cine mudo con la ―Perla Blanca‖, la Bertini, la Cavallieri y el
maravilloso Charlot. Se construían hermosas salas para proyectar películas.
Había ópera en el Real. Y ahí estaba el teatro Apolo, alternando las zarzuelas con las
revistas de Eulogio Blasco, con finos argumentos de Tomás Borrás. La Puerta del Sol, no
derrotada aún por la Gran Vía… Los automóviles de alquiler, pocos, provistos de una banda
azul. El futbol, sí, pero incipiente. El espectáculo nacional seguía siendo el de los toros‖.
―(…) se codean la gente más elegante y los mendigos más sórdidos, las damas más
bellas y las brujas goyescas; nadie se preocupa por ello. (…)‖31
José Francés crea su propia tertulia en uno de esos cafés del barrio de Salamanca, en el
Café de Jorge Juan, sus componentes eran fundamentalmente humoristas. En esta tertulia se
trataba de animar y mejorar la ilustración editorial, el arte decorativo, el dibujo, el arte de la
caricatura. Todo aquello que ya Francés había iniciado al inaugurar los Salones de Humoristas.
Concurrían a ésta tertulia, Bartolozzi, Xaudaró, Ramírez Ángel, José Pinazo, Victorio
Macho, Fresno, Luis de Tapia, Sáenz de Tejada, Sancha, Bujados, Baldrich, Echea, Manchon,
Solana, K-Hito, Néstor y otros más. Uno de los asistentes, Ramírez Ángel (1883-1928) lo
describía así en 192333:
―Desde hace un par de años la semana madrileña tiene otro jueves que reluce más que
el sol, el jueves del Salón anual de humoristas, el jueves del café Jorge Juan, donde se reúnen
los humoristas en fraternal tertulia.
130
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Asistieron entre otros: el Director del Museo del Prado, Fernando Álvarez de Sotomayor,
el Director del Museo de Arte Moderno, Mariano Benlliure, el Director de la Escuela Especial de
Bellas Artes, Miguel Blay, el vicepresidente del Circulo de Bellas Artes, Marceliano Santa María,
Anasagasti, Inurria, Moreno Carbonero, Victorio Macho, Salvador Bartolozzi, Gutiérrez Solana,
Higueras, López Mezquita, Néstor, LLorens, Juan José, Ricardo Marín, Francisco Sancha, Guido
Caprotty, Juan Cristóbal, Labrada, Martínez Vázquez, Whintuysen, Ramón Pulido, Foros, Castro
Gil, Manchón, Tovar, Ochoa, Fresno, Máximo Ramos, Llasera, Igual Ruiz, K-Hito, Bujados,
Larraya, etc...También le acompañaban escritores, editores y periodistas como Concha Espina,
Ricardo León, Pedro Mata, Ramírez Ángel, Diego San José, José María Acosta, Francisco Camba,
Rafael Doménech, Francisco Alcántara, Melchor Almagro, Martínez Olmedilla, Caballero Audaz,
Federico Leal, Antonio Robles, Estévez Ortega, Gómez de la Mata, Fernández Andevin y algunos
más.
Hemos querido nombrar a todos éstos personajes para llamar la atención sobre la
amplia red de amigos y conocidos que José Francés había forjado en el ambiente artístico y
cultural de los años 20.
Así mismo transcribimos las palabras que con motivo de tal evento, le dirigió al
homenajeado, en nombre de todos, Natalio Rivas, Presidente del Consejo de Instrucción
Pública.
―Pepe Francés es sobrado conocido. Su labor admirable está en sus obras magníficas ;
Francés es un joven que ha producido quince novelas, cinco libros de cuentos, diez obras de
teatro, veinte obras de arte, treinta conferencias y otras obras varias ; ha sido el creador feliz
de los Salones de Humoristas y ha logrado que la caricatura llegue a ser considerada como una
bella expresión artística. El merecía entrar por todo esto, en el cenáculo de hombres artistas
131
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
que laboran por el arte. El haber sido nombrado Académico de la Real de Bellas Artes de San
Fernando y la publicación de su novela ―El hijo de la noche‖ nos han congregado aquí. Un
hombre que ha dedicado su actividad y su vida a la cultura artística y a las artes, realmente
merecía esto. El público ya sancionó, leyéndole, su triunfo. Por si faltaba algo, ha venido a
completarlo éste homenaje (…) todo está en éste momento memorable. Se puede decir que la
España grande y artística, la España intelectual, los que unos con su buril, otros con el
pentagrama, otros con la lira, difunden la cultura‖.
La segunda mitad del XIX presentaba un panorama más rico debido al inicio de las
Exposiciones Nacionales en 1856. La profesión de crítico de Arte se nutría de arqueólogos,
literatos y eruditos interesados en materia de arte. Se empieza a perfilar en España el modelo
de crítico que describe a Francés, del que eran figuras significativas, Jacinto Octavio Picón,
Benito Pérez Galdós y los críticos pertenecientes a la Generación del 98, Rafael Doménech
(1874-1929) y Aureliano de Beruete (hijo)
Se ha dicho de Francés, que su crítica de arte no juzga el tema ni el asunto desde una
óptica histórica o cultural sino que es capaz de situar al espectador en el clima estético del
artista y de lo contemplado: Aquí estaría su valor, en la recreación estética de la obra de arte
contemplada y su impresión, con evocaciones formales modernistas, en ocasiones con un
lenguaje recargado de imágenes sensoriales, tan del gusto del modernismo de Rubén Darío al
que es, en parte deudor.
Con el tiempo su crítica deviene más personal, de propio criterio, de depuración lírica
en su forma de expresión.
La crítica que ejerce Francés no se sustenta en una formación rigurosa y metódica sino
que es el resultado de un aprendizaje personal en las asiduas visitas a los estudios de los
artistas, a las exposiciones y museos; en la lectura de escritos de arte de la época, sus viajes, y
es fruto de una sensibilidad que necesita comunicar la emoción ante la belleza al espectador,
Francés no ejercerá una crítica desde la analítica desapasionada de la obra de arte.
132
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
A partir de 1907, Francés colabora con las principales revistas y periódicos españoles,
desde las críticas de arte de Nuevo Mundo a las críticas literarias el La Lectura, Renacimiento y
Nuestro Tiempo. También escribe con frecuencia en el Heraldo de Madrid, Los Lunes, El
Imparcial, Blanco y Negro, Revista Crítica Ilustración Española y Americana, Ilustración
Artística…etc.
La crítica de Arte de José Francés transcurre por una primera etapa (1904-1914) de
breves comentarios, hacia la siguiente etapa que abarca desde 1914 a 1922, en la que sus
intereses se multiplican, en un afán por atender casi todos los ámbitos artísticos 35. La relación
entre centro y periferia se plantea como un tema recurrente y Francés se propone dar a
conocer en Madrid, desde las páginas de La Esfera y desde El Año Artístico el arte de las
diferentes regiones españolas y favorecer la realización de exposiciones de arte en la periferia,
en un Madrid que percibía mortecino, frente a otros territorio peninsulares con más dinamismo,
como Barcelona y Bilbao
Desde las páginas de ―El Año Artístico‖ escribe con un sistema de valores ecléctico
comprendiendo incluso aplaudiendo las desviaciones en forma y contenido en la pintura
interpretativa de lo clásico y académico, pero siempre dentro de parámetros que hagan
reconocible, detrás del arte, la realidad
Presta atención al arte de París de finales del XIX con motivo de las Exposiciones de Arte
Francés en Barcelona (1917) y Madrid (1918) y ya en sus primeros comentarios aparecen
35 VILLALBA SALVADOR. María Piedad. José Francés, Crítico de Arte. (Tesis Doctoral). Madrid. Universidad
Complutense.1994
133
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
algunas ideas que le hacen rechazar el arte de vanguardia, aunque sí es partidario de actitudes
renovadoras, siempre inmersas en un eclecticismo no demasiado alejado, como recalcamos, de
lo vivencial.
―El arte de nuestros días (…) debe inspirarse en lo que germina y se desarrolla en el seno
de la generación presente y no en ideas que pasaron ya, tal vez para no volver jamás (…)
cuando los artistas (…) lleguen a comprender y expresar con acierto las más nobles y elevadas
manifestaciones de la vida moderna, hablarán un lenguaje fácilmente comprendido por todos‖
36
Otro bloque favorecido por la crítica de Francés es el del arte vasco, por delante de las
demás regiones españolas.
Convencido anti-taurino, lamenta que el espectáculo del toreo ―vacíe los bolsillos del
público, en detrimento de artistas, escritores y hombres de ciencia que no están apoyados
económicamente‖.
134
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El año 1915 es un año clave en la trayectoria de crítico de arte de José Francés, con el
inicio de la publicación de la revista semanal La Esfera donde será el encargado de la crítica de
arte.
La Esfera nace y se desarrolla en unos años en que proliferan las revistas vinculadas a
―Lo Nuevo‖ y la Vanguardia, como Prometeo, Grecia, Alfar, Germinal, España, Hermes ,Revista
de Occidente, La Gazeta Literaria, La Gaceta del Arte, ―Un Enemic del Poble‖, Troços, 391…etc.
Al lado de éstas adquieren mayor importancia las de tipo ―magazine‖ de gran tirada y
más generalistas, como Blanco y Negro, Mundo Gráfico y La Esfera, destinadas a un público
más heterogéneo.
A partir de 1931, año en que finaliza la publicación de La Esfera, escasean las críticas de
arte de Francés que escribe, aunque no con la regularidad anterior, en la revista ―Arte Español‖.
―Amigos míos: Fuisteis los iniciadores de una fiesta para mí inolvidable. Vuestro cariño
hacia mí, logró que el día 14 de Mayo de 1917 se reuniera en torno nuestro un número glorioso
de artistas y escritores. El pretexto fue celebrar la publicación de El Año Artístico. Os debo la
enorme alegría un poco infantil, un poco ingenua de haberme creído por pocos instantes
persona casi célebre (…) Siempre recordaré que tuvisteis la generosidad de rendirme un triunfo
todavía muy lejano, tan lejano que tal vez no llegue nunca.
En 1919, se publica el cuarto tomo con el nombre de El Año Artístico 1918, cuya obra
(según consta en el folleto anónimo: José Francés y su obra literaria. Madrid 1923) es declarada
libro de texto en tres universidades americanas, como historia del Arte Moderno Español.
135
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés se mostraba receptivo con los artistas del ―Arte Nuevo‖ influenciado por el
Cubismo y del Futurismo (La figuración Geométrica post- Cézanniana), pero sus gustos son más
acordes con las tendencias derivadas de lo Nuevo, a través del postimpresionismo francés. Le
disgusta el cubismo, el futurismo, el ultraísmo, el sincronismo…no los aceptará en sus críticas a
la Vanguardia.
―(…) el cubismo es algo absurdo y grotesco que jamás podríamos discutir en serio‖ 40
Fuera de ella, su postura tiende a ser ecléctica y conciliadora incluso con el Arte Nuevo.
A partir de 1923, como Académico, consigue hacer oír su voz y su criterio en los
certámenes nacionales y propone la vuelta al orden, al clasicismo, desde sus críticas, ataca el
arte efímero de los –ismos y defiende el trabajo, la voluntad, el sentimiento, la conjunción
eurítmica entre inteligencia y emoción, el arte humanizado, la belleza externa junto a la íntima
emoción aquello que él mismo se exigía en sus críticas de arte.
Fue muy crítico con lo que llamó arribismos (que en sus críticas escribirá siempre con
―uve‖), gregarismos y esnobismos en referencia a toda aquella pintura irreconocible por el
público. Aquella pintura que tiene que ser explicada y no intuida, vivida por su belleza, armonía
y verdad.
Veamos como colofón, la opinión que le merecen a Francés los- istmos de los primeros
veinticinco años del siglo XX y cómo advierte a las generaciones venideras, del camino a seguir
para descubrir el verdadero arte que, en la coetaneidad, se produce en el primer cuarto del
siglo XX:
―Esa dignidad y esa veracidad arrebatadas, falseadas, por los -ismos impotentes y
arbitrarios de penúltima hora. Angustiaba suponer lo que las generaciones futuras, pudieran
imaginar, fueron las gentes del período cubista, expresionista o futurista. Aun existiendo,
naturalmente, historiadores plásticos no contaminados de la furia de fealdad y extravagancia
que hemos padecido en los últimos veinticinco años, su acento sereno, su sincera interpretación
de la forma humana y de los fondos circundantes eran ensordecidos y arrollados por el
escándalo estético y la invasión multitudinaria de los farsantes y de sus imitadores.
136
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Cada siglo a través de sus pintores, maestra las figuras de sus coetáneos. En esos
retratos podemos descubrir sus pasiones, sus vicios, sus ideales, sus tareas, sus gustos por la
indumentaria o por determinadas costumbres, el alma, en fin, de la época revelada por el arte
nacido en ella misma.
«Pero ¿será posible al investigador o al simple curioso del año 2000 o del año 2020
descubrir el rostro y el espíritu de las gentes de una centuria anterior no ya en las fantasías
cubistas o en los futurismos desorbitados, sino en las apariencias de normalidad que perpetúan
los obstinados en lo que llama Camille Mauclair "la ignominia metódica de las carnes y de las
41
formas»? ―
Finalmente, compendiaremos todas sus obras siguiendo las publicadas en los Anales de
la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1965.
137
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
138
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El Caballero Audaz. Entrevista a José Francés (con su esposa). La Esfera. .Diciembre 1916
139
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―(…) el Salón estaba lleno y no conté más de dos personas durmiendo; entre ellas la
señora de José Francés. Él mismo está echando un café porque le estropeé un poquo (sic) el
negocio y mañana no podrá ya echar al vuello (sic) sus fracesitas sobre la feminidad del paisaje
gallego (…)‖44.
Alberto Guillén (1897-1935), poeta y literato, publicó en 1921 unas semblanzas sobre los
escritores más famosos del momento, entre la ironía y el sarcasmo.
Los Anales y el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, compendia,
en 1965, la relación de las obras de José Francés ,reproduciendo una lista redactada por él
,poco antes de morir, que seguía inédita y que a continuación detallamos:46
El Año Artístico (obra declarada de utilidad pública para las Bibliotecas Circulantes del
Estado por el Ministerio de Educación Nacional, traducida fragmentariamente al francés
y al inglés, y en la cual se refleja un interesante período de las artes plásticas en
España). Dos tomos en 4. ° mayor, correspondientes a los años 1915 a 1926. (Eds.
Mundo Latino, de Madrid, y Lux, de Barcelona.)
140
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La peinture espagnole depuis le milieu du XIX° siécle (en seis números de la Revise de
l'Art. París, 1924-1925).
141
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La vida y la obra del pintor José Pinazo (Asociación de Pintores y Escultores, 1933).
142
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
NOVELAS:
143
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
TEATRO:
CUENTOS:
144
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Cuentos del mar y de la tierra (EJ. Mundo Latino. Madrid, 1918). Entre el fauno y
la sirena (Ed. C. I. A. P., 1920).
VARIA:
ADAPTACIONES AL CINE:
La mujer de nadie.
El hijo de la noche.
Al francés:
Al italiano:
o El hombre que veía la muerte (L'ulmo che vedeva la morte, por LUIGI
CALLARI).
145
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
o Cuando las hojas caen (Quando cadon les foglies, por ALBERTO
MAR-TINI).
o Más allá del honor (Piú in la dell honore, por ALBERTO MARTINI).
Al portugués:
Al inglés:
Al alemán:
o La danza del corazón (Die Tanz der Herz, por ERNEST LEVY).
Al holandés:
o La danza del corazón (De dans des harten, por M. VAN RAALTE).
o El espejo del diablo, La ruta del sol, Miedo (selección de cuentos de estos
tres tomos, por M. VAN RAALTE).
47 A.A. V.V. ―Bibliografía de José Francés‖. Madrid. Boletín de la R.A. de Bellas Artes de S. Fernando,1965
146
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Núm. 8. Don Hermenegildo Anglada Camarasa. Necrología (1959). Núm. 10. En memoria
de Agustín Querol (1960).
Núm. 12. Fernando Sotomayor. Arte y espíritu de un gran pintor español (1961).
147
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Francés .Académico de S. Fernando. La José Francés y López Mezquita, La Esfera. Octubre 1925
Esfera. Julio 1923.
148
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Retrato de José Francés. La Esfera. Mayo 1915. Obra Terminada (Real Academia de S. Fernando (Madrid)
149
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
150
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Esfera pertenecía a ―Prensa Gráfica S.A.‖ y salía a la venta los sábados a un precio de
cincuenta céntimos y más adelante, una peseta (el triple que Mundo Gráfico).
La Esfera aparecía como una revista de corte conservador y burgués, pero que trataba
de armonizar tradición y modernidad en todos los terrenos, sobre todo en el artístico.
En la sección de Arte de la Esfera es donde escribe como crítico, José Francés (Silvio
Lago).
Cuando comenzó a editarse la Esfera aún faltaba una década para que irrumpiera la
radio en los hogares españoles, era la prensa el único medio de información para el ciudadano.
Dibujos, fotografías y reproducciones eran el modo de conocer la realidad a través de las
páginas de cualquier publicación. El fotograbado donde se representaba el documento original
evitando idealizar la escena, consiguió la prevalencia de la imagen sobre el texto, un cambio de
diseño de gran impacto sobre el público lector.
48 VERDUGO LANDI, Francisco. (Director), ZAVALA, Mariano (Gerente) A.A.V.V. La Esfera Ilustración Mundial.1914-
1927. 26 Tomos semestrales .Madrid. Prensa Gráfica S.A. 1914-1927.
49 SÁNCHEZ VIGIL, Juan Manuel. La Esfera Ilustración Mundial (1914-1931).Madrid,Libris.2003
50 SÁNCHEZ VIGIL, Juan Manuel. La Esfera Ilustración Mundial (1914-1931).Madrid,Libris.2003
151
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1894 se publicaba ―Nuevo Mundo‖ por parte de Prensa Gráfica entablándose una
competencia profesional con ―Blanco y Negro‖ editada por Prensa Española.
De este modo la editora ―Prensa Gráfica‖ hacia 1913 engloba la publicación de la‖ Nuevo
Mundo‖ ―Mundo Gráfico‖ y a partir de 1914 ―La Esfera‖.
En los años 20, Blanco y Negro y Mundo Gráfico dominaban el mercado por su amplia
difusión en todos los sectores sociales, pero sólo La Esfera elevaba el nivel de contenidos dando
prioridad a los aspectos culturales (arte, cine, literatura, teatro, deportes) las tiradas de estas
revistas era en 1920 la siguiente en ejemplares: Blanco y Negro 100.000, Mundo Gráfico
120.000, La Esfera 60.000.
Nuestro propósito, como hemos apuntado, es complementar los artículos de José Francés
sobre la pintura de paisaje en‖ El año Artístico ―con las Ilustraciones del semanario La Esfera
que hacen referencia a los mismos acontecimientos artísticos con apoyo de ilustraciones de las
obras de arte, que aumentan y amplifican en cuatricromía de color, las escasas que contiene ―El
Año Artístico‖ y que indefectiblemente están reproducidas en blanco y negro. Procediendo de
un modo comparativo obtendremos un panorama más amplio e ilustrativo de lo que significó las
Pintura de Paisaje entre 1915 y 1926.
Para ésta labor nos centraremos en las ilustraciones de los Semanarios de La Esfera
publicados entre 1915 y 1926.
152
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
“La Esfera” desde 1915 a 1926.Tomos semestrales. Detalle. (Biblioteca J.L. Antequera)
Anuncio del Semanario La Esfera con precios de Revista Blanco y Negro. Primer número.10 Mayo
suscripción. 1891.
153
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
154
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
« ¡Dichoso el hombre que divide el camino de su Vida en tres etapas: una para hablar
con los muertos, otra para hablar con los vivos y otra para hablar consigo mismo!»
(Baltasar Gracián)
Quería decir con esto que debemos primero leer los libros que nos enseñan las teorías de
las generaciones que fueron; luego, comprobarlas en la vida, y después pensar por nuestra
cuenta.51-apunta Francés-
Inherente a una obra de arte es el emisor (el pintor) el soporte (el cuadro) el medio de
transmisión (exposición de la obra), su significado y significante (la pintura) y el receptor (la
percepción del contemplador). Estas operaciones constituyen la "experiencia estética" del
sujeto que recibe (contempla) la obra de arte, que provoca en él una respuesta en modo
alguno arbitraria en cuanto ésta forma parte de las ideas y creencias de un determinado
contexto histórico del individuo espectador que explica y encuadra a su vez la obra de arte.
Hasta siglo XVI la percepción de mensaje que transmitía la obra artística producía en el
52
receptor un efecto subordinado a nociones de orden religioso o político que no cabía discutir.
Más tarde, Hegel entiende la recepción de la obra por el espectador como contemplación
estética del sujeto, que mantiene una actitud pasiva y que se olvida de sí mismo,
desapareciendo su yo absorbido en la obra y los valores que representa.
Paul Valéry será el precursor de una nueva concepción, que elevará al receptor a
segundo creador cuando dice "mis versos tienen el sentido que se les quiera prestar".
155
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Maurice Denis, el pintor francés Nabis afirmará: ―Un cuadro es una superficie plana,
cubierta de colores reunidos en un cierto orden‖.
El receptor de la obra no parte de cero, es consciente de que está en una situación que
lo envuelve en el seno de una tradición, situación dada por la realidad histórica misma que
define al receptor y que le permite situar las cosas en su ámbito. La comprensión de la tradición
y su fusión con la recepción, crea una tensión entre la obra y el presente, y permite una fusión
que incorpore a la percepción, la tradición comunitaria, que funciona como un reconocimiento
automático de lo ya conocido en el mundo e identificado en la obra de arte.
Wölfflin (teoría de la empatía con la obra de arte en sí), y Gombrich son formalistas
cuyos principios son asumidos por la crítica y cuyas ideas coinciden en buena medida con la
práctica artística de la llamada Vanguardia. Posición confrontada con el positivismo de la
historiografía de Hipólito Taine y del historicismo en general. La teoría de las relaciones entre
arte y sociedad como base del conocimiento del hecho artístico podemos situarla a mediados
del siglo XVIII cuando David Hume comienza a desvincularla del azar, uniéndola a cualidades y
comportamientos culturales generalizados en una determinada sociedad como causas
conocidas, que cifró en formas de gobierno, aspectos económicos, correlaciones entre minorías
y élites…etc..., Una conciencia que también encontraremos expresada en Winckelmann.
Con Hippolyte Taine alcanza plena madurez la teoría del ―Milieu‖ o entorno como
dialéctica relacional entre arte y sociedad, basado en raza, medio y momento 53 .
―Porque el deber de todo artista y todo escritor es reflejar en sus obras la expresión de
cuanto en torno suyo se agita y vive‖ 54-dice Francés-
53 TAINE, Hipólito. Filosofía del Arte. Madrid. Calpe .Tomos I al IV. 1922.
54 FRANCÉS, José , El Año Artístico 1916.Madrid, Editorial Mundo Latino.1917
156
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Francés, cita en varias ocasiones el método histórico de Hipólito Taine en sus
críticas de arte; es importante para comprender el pensamiento de nuestro crítico, proseguir
con el método histórico, que adoptamos en nuestro trabajo, estudiando su base y fundamento
en el filósofo positivista Hipólito Taine, y enlazando su filosofía del arte con la teoría de las
generaciones históricas de Ortega y Gasset y de su discípulo Julián Marías.
(…) como típicas consecuencias del medio ambiente en una perfecta identificación con
55
las tesis de Hipólito Taine, surgen la barbarie taurina y la exaltación religiosa.‖
El resultado nos permitirá entender las mentalidades, los valores y creencias activos en
ese mismo momento espacio-temporal donde se suceden los hechos que dan lugar como
concatenación de necesidades, al fenómeno estético dela pintura de paisaje en el primer cuarto
del s. XX.
‖No es una generación inmediata la que puede decir la palabra definitiva respecto de
las dos anteriores a ella. Tiene el derecho de su iconoclastia, la natural e implacable impaciencia
de atacar cuanto considere adverso o caduco. Pero detrás de ella, delante de ella, vendrán y
56
permanecen las mismas series de rebeldía y resignación.
157
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nosotros, los espectadores de la diacronía histórica los que miramos, escuchamos los
sonidos internos de la obra de arte de otras épocas intentando acercarnos a la mentalidad de
quien la produjo y de los avatares de su vida, de las circunstancias, ideológicas y vivencias que
de algún modo son las causantes de la impronta que sentimos, que intuimos en la
contemplación ,como la imprimación que sostiene el óleo, así la intrahistoria de la obra nos
habla de un pasado que como raíz del mismo árbol de creencias explica nuestro presente y nos
une en un mismo sentimiento de pertenencia a una determinada cultura.
No existe la obra de arte si no están cubiertas las necesidades humanas en una pirámide
escalable desde las necesidades básicas hacia la mayor autorrealización personal. Si intentamos
acercarnos a una epistemología de necesidades humanas, de las más básicas como las
fisiológicas, a las más elevadas‖.
57
Siguiendo a Maslow, es clásica y aceptada su ―Pirámide de las necesidades‖
No todos los miembros de una sociedad (nos referimos a Europa), que conforman una
generación espacio-temporal, caminan a la misma velocidad, y, según qué etapa histórica, la
mayoría podría dedicar toda su energía en épocas convulsas a su elemental mantenimiento
físico.
158
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Notemos que cada Generación está formada por personas que intentan consciente o
inconscientemente escalar hacia la satisfacción de la necesidad superior a la que se encuentran,
dentro de las cinco necesidades de la Pirámide de Maslow.
La Estética figura entre las necesidades de autorrealización, formando parte del el último
eslabón de la evolución humana (junto con otros valores, como el sentimiento religioso o
moral).
Siendo que los grupos sociales que conviven bajo un sistema de valores, no han
alcanzado nunca en su totalidad la Autorrealización como grupo social; colegimos que en un
mismo contexto social el grupo de personas que alcancen la Autorrealización será variable y,
por tanto, el Arte y su estética permanecerán reservados a grupos variables pero con
tendencia a ser minoritarios, como diría Ortega, a la ―minoría‖ que se complementa con la
―masa‖ todos unidos en un espacio y un tiempo dado58.
Este espacio y tiempo dado, en el primer tercio del siglo estará caracterizado –siguiendo
a Ortega- por el cientifismo, el industrialismo y el revolucionarismo59.
Sin duda debemos volver la mirada hacia el contexto histórico donde se desarrolla la
creatividad del pintor para analizar si éste camina al mismo ritmo que su tiempo, se adelanta en
la carrera o es un rezagado de otros tiempos y valores , que simplemente se dedica a acumular
y preservar sin cambios ,el legado de la generación anterior , desertando de la creatividad y la
acción que se le demanda de ―actualización de valores‖, y no siendo consecuente, por tanto,
con la época que le ha tocado vivir.
159
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Hipólito Taine como filósofo del arte, citado en numerosas ocasiones por Francés, fue
uno de los mentores ideológicos en el pensamiento español, de la Generación del 98 (Unamuno
era un atento lector de Taine) y el mundo cultural y literario español de primeros de siglo XX.
Hipólito Adolfo Taine nació en Vouziers (Francia) en 1828 y murió en París en 1893.
Profesor, escritor y filósofo en 1853 obtuvo el título de doctor con una tesis sobre las
fábulas de La Fontaine.
Viajó por los Pirineos, Inglaterra, Bélgica, Italia. En 1878 ingresó en la Academia
Francesa.
En su obra la Filosofía del Arte nos expone su concepción de la estética; para él, las
obras grandes del espíritu están condicionadas por factores internos (facultad personal del
artista) y por factores externos, entre los cuales los más importantes son el suelo, el clima, la
raza, el momento y el medio....Estas condiciones dirigen la evolución de la cultura.
Las diez lecciones que conforman la ―Filosofía del Arte‖ de Taine son el resumen del
curso dado en la Escuela de Bellas Artes entre 1864 y 1870. 60
Las diez lecciones, publicadas por la editorial Calpe en Madrid en 1922 bajo el nombre de
―Filosofía del Arte‖, son las que vamos a seguir para explicar el posicionamiento positivista del
método de Taine, continuador de Augusto Compte y Stuart Mill.
Taine pone como ejemplo a Rubens y el grupo de pintores que concibieron la pintura con
un mismo espíritu y que a pesar de sus diferencias, conservan entre sí un ―aire de familia‖
(Crayer, Van Noot, Zeghers, Rombouts, Jansens, Van Roose, Van Thulden, Van Oost, Jordaens
y Van Dyck).
160
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sostiene que ésta familia de artistas está comprendida en un conjunto más vasto,
formado por el medio que le rodea y cuyos gustos comparte:
―Porque hemos de considerar que el estado de las costumbres y el estado del espíritu
es el mismo para el público y para los creadores del arte, puesto que éstos no son hombres
aislados‖ (op. cit. pag. 13).
La misma comparación la realiza Taine con el Siglo de Oro español, desde el XVI hasta
mediados del XVII:
Nuestro crítico José Francés adopta una posición semejante cuando escribe:
―(…) resulta aventurado afirmar que España está en el momento más interesante de su
renacimiento artístico?
Porque ese renacimiento se debe a los maestros jóvenes, a aquellos que están en la
edad ubérrima, y esplendorosa de los treinta a los cuarenta años: Álvarez Sotomayor, López
Mezquita, Federico Beltrán, Romero de Torres, Benedito, Miguel Nieto, Néstor, Julio Antonio,
Capuz, Hermoso, Rodríguez Acosta, Salaverría...
(….) Vistos de cerca, dentro de la misma época, los pintores no parecen tener nada de
común entre sí —claro es que no me refiero a los gregarios, a los que buscan los senderos
trillados—, y, sin embargo, al cabo de unos años, contemplada aisladamente la obra de uno de
eses temperamentos originales e independientes, se ven en toda ella atisbos, recuerdos, rasgos
o procedimientos que evocan la época pretérita y los artistas contemporáneos del que sugiere
esa evocación.
161
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¿Por qué es esto? ¿Qué oculto motivo influye en la retina y en la mano del artista?
Necesariamente hay que inclinarse ante la teoría del viejo Hipólito Taine acerca del medio
ambiente..
Todo en torno del pintor coadyuva a que sobresalgan las cualidades de la raza y los
61
motivos luminosos y artísticos de su tiempo‖.
―(…) el ambiente, las figuras, las costumbres, los populares regocijos y las arraigadas
creencias. Un abulense de hoy no pertenece a la vigésima centuria; es un hombre del siglo XV,
del XVI, del XVII, cuando más. Deleita al turista, complace y maravilla al artista ese
estancamiento de la vida de las ciudades y de los seres, esta inconsciente obstinación de las
órbitas demasiado pequeñas y de los círculos exiguos en que se mueven todavía. Pero al so-
ciólogo le entristecen profundamente (…) 62
Taine observa que las obras de arte aparecen y desaparecen al mismo tiempo que
ciertos estados de espíritu y de costumbres con los que este arte estaba íntimamente ligado,
poniendo como ejemplo la pintura holandesa.
Para luego afirmar paralelamente que al igual que hay una temperatura física que con
sus variaciones determina la presencia de unas u otras plantas, así existe una temperatura, un
―clima moral―que con sus variaciones determina la aparición de ciertas manifestaciones
artísticas, que la ciencia, que no se dedica a proscribir ni a perdonar, sino a consignar y
explicar, es el método adecuado para explicar estas variaciones.
―Los pintores españoles que tienen hoy día el concepto exacto de su arte son, pues, los
que se concretan no sólo a los temas homogéneos, a la interpretación filial de gentes y paisajes
de su región propia, sino especialmente a desentrañar la luz que primero vieron sus ojos o que
alumbró ese gozo creciente del conocimiento sensorial y visual de tonos, volúmenes e ideas.
162
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Más adelante, Taine describe las cinco bellas artes: escultura, pintura, arquitectura,
poesía y música. Respecto a la pintura es considerada como ―arte de imitación‖ y habla de la
consideración de la pintura de paisaje ―como los que la naturaleza produce‖ (op. cit. pag. 23)
afirmando que las escuelas artísticas degeneran si olvidan la necesidad de imitar el modelo y
tener los ojos vueltos hacia la naturaleza, sin embargo no es partidario de la pura imitación
cuando afirma:
―Si la imitación exacta fuese el supremo fin del arte ¿sabéis cuál sería la mejor tragedia,
la mejor comedia, el mejor drama? Pues los relatos taquigráficos de los juicios orales, porque
contendrían absolutamente todas las palabras pronunciadas en ellos‖ (…) La imitación exacta
no es el fin que el arte se propone (op. cit. pag. 32)
La aclaración de Taine es reveladora: hay que reproducir el objeto, pero no todo él, lo
que hay que conservar es la relación y mutua dependencia entre las partes, es decir reproducir
las proporciones (por ejemplo cabeza-cuerpo) y el conjunto de relaciones y dependencias, su
estructura relacional, el enlace recíproco entre gestos análogos (los actos de avaricia deben
aparecer si es un avaro) su lógica interna y externa que da lugar a un conjunto de relaciones y
dependencias.
¿Basta ésta condición para afirmar que las obras de arte se limitan a reproducir la
relación que une todas las partes ente sí?
Se contesta: ―De ningún modo, puesto que las escuelas más notables son justamente
aquellas que alteran más las relaciones que existen en la realidad‖ (op. cit. pag. 38).
Cita como ejemplo a Miguel Ángel quien para expresar su estado de ánimo cambió las
proporciones humanas alargando a un tiempo el tronco y los miembros, arqueando el torso
sobre la cadera...etc.
―No veréis nadie que iguale a los admirables ejemplares de animalidad retratados en la
Kermesse‖.
65
―Y es porque Rubens no los ha encontrado en la realidad sino en otra parte‖.
163
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sostiene que Rubens en realidad está pintando un momento histórico, aquel en el que las
costumbre de Flandes se relajan después de la tensión de las guerras religiosas y pinta el goce
sensual de la paz obtenida y la abundancia de la buena vida y para expresar dichos
sentimientos en la Karmesse amplifica torsos, redondea caderas, colorea rostros, encrespa
cabellos, los chillidos, la orgía y el triunfo de la ―bestialidad humana‖ (sic).
El artista en estos dos ejemplos modifica, interpreta, la relación entre las partes con la
intención de manifestar la cualidad saliente y notable, el punto de vista importante, el modo de
ser de lo representado. La cualidad por la que todas las demás se derivan conforme a
relaciones fijas.
En la pag 50, Taine resume su teoría sobre la obra de arte y su relación con lo imitativo,
diciendo:
―La obra de arte tiene por objeto manifestar un carácter esencial o saliente, o bien una
idea importante, con mayor claridad y de un modo más completo que la realidad misma. Para
conseguirlo se vale de un conjunto de partes o elementos ligados entre sí, cuyas relaciones
modifica sistemáticamente. (…) Basta que la relación exista, si es posible encontrar conjuntos
de partes relacionadas entre sí que no sean imitación de objetos reales, habrá sin duda artes
que no dimanen de la pura imitación‖.66
164
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Una vez asentado el principio no imitativo de la obra de arte, Taine define a ésta como
el producto, el resultado del estado general del espíritu y las costumbres ambientales. Así
describe el ejemplo botánico del naranjo y sus circunstancias favorables para arraigarse que
tiene como última condición que el terreno no sea excesivamente favorable a otras plantas
porque entonces el naranjo, abandonado a sus propias fuerzas, se encontraría ahogado por la
concurrencia invasora de otra vegetación más vigorosa.
Esta comparación botánica le sirve a Taine como colación para afirmar que el ambiente
moral de una sociedad, constituido por el estado general del espíritu y las costumbres, actúan
de manera análoga al ambiente físico, afirmando que en un mismo país y en dos épocas
distintas hay probablemente el mismo número de hombres de talento y de gentes vulgares y
cuando el ambiente cambia también cambiará la especie de talento.
El medio, es decir, el estado general del espíritu y las costumbres determina la especie de
obras de arte, no admitiendo más que aquellas que están acordes con el ambiente y eliminando
las otras especies por medio de toda una serie de obstáculos interpuestos y de ataques
renovados en cada momento de su desarrollo (op. cit. pag. 70),
Señalaba Goethe: Henchid el corazón y el espíritu por grandes que sean con las ideas y
sentimientos de vuestro siglo y la obra aparecerá.
Taine afirmará más adelante, en el tomo IV de su Filosofía del Arte, el concepto de ―raza‖
tan en boga en el primer tercio del siglo XX, cuando aborda varios ejemplos, entre ellos el de
los españoles.
―Mirad al español que describen Estrabon y los historiadores latinos : solitario, altivo,
indomable, vestido con un sayo pardo y vedle más tarde, en la Edad Media, igual a la silueta
anterior tan obstinado, tan intratable y tan altanero arrinconado junto al mar por los moros,
ganando paso a paso todas sus tierras en una cruzada de ocho siglos (…) este es el granito
primitivo, subsiste durante la vida de un pueblo y sirve de apoyo a las capas sucesivas que los
períodos anteriores vieren a depositar en la superficie.
(..) Bajo los caracteres de los pueblos yacen los caracteres de la raza. (…) los rasgos
comunes a todos no se encuentran en una raza diferente‖.68
165
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Francés citará a Taine para ilustrar a sus pintores Ruysdael, Van Goyen y Van Der
69
Meer con motivo de la Exposición holandesa de Madrid de Abril de 1921
Colegirá Taine que a los valores de una raza corresponde una serie de valores literarios,
por ejemplo Robinson Crusoe encarna al verdadero inglés amasado en los profundos instintos
de la raza, protestante y bíblico de corazón.
José Francés en El Año Artístico 1916, con motivo de la Exposición Zuloaga en Zaragoza,
afirmará respecto a las costumbres españolas :
―Como lógicas consecuencias del medio ambiente, en una perfecta identificación con las
70
teorías de Hipólito Taine surgen la barbarie taurina y la exaltación religiosa ‖
―Porque el deber de todo artista y de todo escritor es reflejar en sus obras la expresión
de cuanto en torno suyo se agita y vive (…) ‖ 71
Trasportado al terreno plástico Taine afirmará que lo que diferencia a unas escuelas de
otras es que cada cual representa un temperamento: el característico de su clima y pueblo. ―El
genio de los artistas consiste en crear una raza (…) cuanto más grande es el artista con más
profundidad expresa el temperamento de su raza‖.
166
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Los pintores españoles pondrán ante nuestros ojos el tipo de su raza: enjuto, nervioso,
de músculos firme endurecido por el aire de las sierras y el fuego del sol, tenaz e indómito (…)
en medio de los tonos discordes de las telas oscuras y humaredas negruzcas que de pronto se
abren para dejarnos ver el rosa más encantador (...) de belleza, de amor, de entusiasmo en
unas mejillas femeninas...‖ (Filosofía del Arte tomo IV pag 62).72
Resume Taine diciendo que las obras de arte son más bellas a medida que el ―carácter
de importancia‖ (que conforma a un grupo de individuos en una raza) se imprime y se
exterioriza en ella con mayor intensidad, dominando en la obra entera.
Esos sonidos simultáneos que establecen relaciones entre ellos a la vez, constituyen la
armonía plástica, dentro de los sonidos sucesivos de la Historia quien aporta la melodía.
La melodía son las generaciones históricas sucesivas y, dentro de esta melodía que
constituye la Historia de la Humanidad, la armonía de los sonidos simultáneos viene dada por el
―clima moral‖ que imprime una Generación en sus vivencias dentro de un período de tiempo
dado.
Las teorías que Hipólito Taine sostiene en sus lecciones de ―Filosofía del Arte‖ se
resumen en el siguiente esquema: el estado de las costumbres y del espíritu (influenciadas de
modo determinante por el medio físico), conforman grupos humanos diferenciados con
caracteres que caracterizan la raza a través de la historia y que se exteriorizan a través de la
obra de arte.
Una obra de arte será más bella en cuanto tiene esos caracteres en su máximo
desarrollo.
167
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Ortega y Gasset (1883-1955) el filósofo liberal español que en 1923 funda La
Revista de Occidente, vendrá a complementar el concepto de Taine del ―estado de las
costumbres y el estado del espíritu‖ de los grupos humanos.
Estos grupos humanos diferenciados de los que habla Taine que constituyen la armonía
de los sonidos simultáneos serán para él Las Generaciones y los caracteres que conforman la
raza a través de la historia plasmados en un determinado momento histórico formarán los
sonidos sucesivos de una melodía, la historia.
El curso universitario 1921-1922 Ortega lo inaugura con una lección que, redactada a
posteriori, constituye el corpus del libro ―El Tema de Nuestro Tiempo,‖ editado en 1923, en
ésta obra y en las doce lecciones explicadas por Ortega más tarde, en 1933 para un curso en
la Universidad Central de Madrid y que recopiladas fueron editadas con el título de ―Entorno a
Galileo‖, en 193374, Ortega desarrolla principalmente su Teoría de las Generaciones.
168
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
representando una misma actitud vital aunque con visiones vitales diferentes, que aquellos que
vivieron en otras épocas con los mismos pareceres e inquietudes.
Los miembros de una generación presentan unas creencias y valores que conforman
una fisonomía común, diferenciándose así de la generación anterior.
―Ha habido generaciones que sintieron una suficiente homogeneidad entre lo recibido y lo
propio. Entonces se vive en épocas acumulativas. Otras veces han sentido una profunda
heterogeneidad entre ambos elementos y sobrevivieron épocas eliminatorias y polémicas,
generaciones de combate. En las primeras, los nuevos jóvenes, solidarizados con los viejos, se
supeditan a ellos; en la política, en la ciencia, en las artes siguen dirigiendo los ancianos. Son
tiempos de viejos. En las segundas (...) los viejos quedan barridos por los mozos. Son tiempos
de jóvenes, edades de iniciación y beligerancia constructiva.‖76
―Ha soportado (…) tan dócilmente formas que no le son afines, supervivencias de otras
generaciones que no corresponden a su latido íntimo. De aquí el comienzo de la apatía tan
característico de nuestro tiempo, por ejemplo en política y en arte. Nuestras instituciones, como
nuestros espectáculos son residuos anquilosados de otra edad.‖
―(…) consecuencia de ciertas ideas que juntos recibimos de los que fueron nuestros
maestros. Son ideas que tuvieron plena vigencia hacia 1890. ¿Por qué se han contentado con
insistir en los pensamientos recibidos, a pesar de notar reiteradamente que no coinciden con su
espontaneidad? Prefieren servir sin fe bajo unas banderas desteñidas a cumplir el penoso
esfuerzo de revisar los principios recibidos, poniéndolos a punto con su íntimo sentir. Lo mismo
da que sean liberales o reaccionarios: en ambos casos son rezagados. El destino de nuestra
generación no es ser liberal o reaccionaria, sino precisamente desinteresarse de este anticuado
dilema.
169
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No es admisible que las personas obligadas por sus relevantes condiciones intelectuales
a asumir la responsabilidad de nuestro tiempo vivan, como el vulgo, a la deriva, atenidas a las
superficiales vicisitudes de cada momento, sin buscar una rigurosa y amplia orientación en los
rumbos de la historia (…)‖77
―Los reaccionarios de la segunda mitad del siglo XIX, cualesquiera fueren sus inventivas
y aparente oposición, sentían irremediablemente en su decisivo fondo que el racionalismo y la
democracia liberal y el impresionismo pictórico eran la verdad del tiempo. Comprenderán
ustedes que no habría historia si no existiese en cada época normal lo que podríamos llamar
una ―verdad del tiempo‖ que está más allá de nuestras opiniones individuales‖.
Ortega nos acerca a la vida colectiva a través del repertorio de convicciones con las
que el individuo, insertado en un espacio y tiempo histórico, tiene forzosamente que convivir,
aquello que se llama ―espíritu del tiempo‖ que no es otra cosa que las creencias colectivas
vigentes y que están ahí aunque el individuo no las acepte, el hombre desde que nace, va
absorbiendo éstas convicciones de su tiempo, se va encontrando en el mundo vigente.
―Se pretendía reanimar yertas y frías obras realizadas incluso por hombres coetáneos de
79
vida, pero infinitamente rezagados en ideología‖.
Para Ortega, el hombre hasta los 25 años no hace más que aprender, absorbe las
condiciones vigentes en aquellas fechas donde se desarrolla y aprende, cada joven actuará
sobre un punto del horizonte, pero entre todos actuaran sobre su totalidad.
170
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
generación. El concepto de generación no implica, pues, primariamente más que estas dos
80
notas. Tener la misma edad y tener algún contacto vital‖.
La fecha y el espacio compartido son los atributos de una generación coetánea, que se
caracteriza por una unidad de su destino vital y la relación entre las generaciones coetáneas
que coexisten ―hoy‖, con diferencia de edades, representan un sistema dinámico de
atracciones y repulsiones y ésta hipótesis, convertida en método histórico significa mirar a
nuestros antepasados no desde fuera, no como sidos, sino como siendo.
―La realidad histórica está, pues, en cada momento constituida sustantivamente por la
vida de los hombres entre treinta y sesenta años‖ (…).
Pero ¿Quién sostiene y lleva ese estado vigente de la ciencia? No tiene duda: ―son los
hombres entre cuarenta y cinco y sesenta años‖.
―De los treinta a los cuarenta y cinco años el hombre combate en pro de ciertos ideales
(…) y lucha con los que están en el Poder que suelen ser individuos de cuarenta y cinco a
sesenta años. En arte acontece lo propio‖.
―Vemos que la más plena realidad histórica es llevada por hombres que están en dos
etapas distintas de la vida, cada una de quince años: de treinta a cuarenta y cinco años, etapa
de gestación o creación y polémica; de cuarenta y cinco a sesenta, etapa de predominio y
mando. Estos últimos están instalados en el mundo que se han hecho; aquellos están haciendo
su mundo (…) Son, pues, dos generaciones,(…) lo esencial es que no se suceden, sino que, al
revés, conviven y son contemporáneas, bien que no coetáneas (...) Lo decisivo en la vida de las
generaciones no es que se suceden, sino que se solapan o empalman. Siempre hay dos
generaciones actuando al mismo tiempo, con plenitud de actuación, sobre los mismos temas y
171
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
en torno a las mismas cosas – pero con distinto índice de edad y, por ello, con distinto
sentido‖.81
Ortega llegado a éste punto ofrece un sentido a la vida ―más allá de los sesenta‖:
dando el papel a éste segmento de población como aquellos que, sutilmente, ayudan a
combatir con sus consejos a la generación de los treinta contra la generación dominante,
actuando a modo de jerusias o senados a quienes se recurre como instancia inactual.
Ortega divide la vida del hombre en cinco edades de quince años cada una, niñez,
juventud, iniciación, predominio y vejez. Las edades auténticamente históricas del hombre son
las dos edades maduras: la de iniciación y predominio,
―Yo diría, pues, que una generación histórica vive quince años de gestación y quince de
gestión (…) ¿cómo distribuimos concretamente en grupos de quince años los años de tiempo
histórico?‖
―Colocados, pues, en 1626, decimos: ésta fecha es el centro de una zona de fechas que
corresponde a la generación decisiva. Por tanto, pertenecerán a ella los que hayan cumplido
treinta años, siete años antes o siete años después de esa fecha (…) Esa serie precisa de
generaciones nos sirve como una retícula con que nos acercamos a los hechos históricos para
ver si éstos toleran ser ordenados y ajustados a aquella. (…) Con esa presunción de que la
tonalidad histórica varía cada quince años, podemos ensayar el orientarnos en nuestro tiempo.‖
―Yo me atrevería a insinuar en virtud de muchas, muchas razones que no tengo tiempo
ahora de decir, que en 1917 comenzó una generación, un tipo de vida, el cual habría finiquitado
en 1932(…) Si alguien se interesa por un cierto modo vital, -cierta manera de pensar en
filosofía o en física o un cierto modo de estilos artísticos o unos ciertos movimientos políticos- y
quiere orientarse sobre su porvenir, debería (…) fijar bien la fecha de su origen y ponerla en
relación con 1917.‖82
172
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Esta clase de críticos (…) llevados de su entusiasmo por todas las renovaciones
estéticas, suelen considerar, apriorísticamente (sic), buenas las obras de los artistas jóvenes y
malas aquellas producidas por hombres que tengan más de cuarenta años‖. 85
En El Año Artístico 1926, en el contexto de un artículo sobre Mariano Fortuny (pag 389)
afirma nuestro crítico:
―No debemos creer en las precocidades estéticas. Los juveniles óbitos no garantizan la
exactitud de una obra en cuanto a su perdurabilidad. El artista no es consciente, no podemos
asegurarnos de su total responsabilidad, hasta que ha cumplido treinta años. Quizás desde los
treinta y cinco a los cincuenta es cuando halla la verdadera ruta de su espíritu. Ni el genio se
liberta de esa ley que le impone el lento logro de la experiencia‖.86
173
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En El Año Artístico 1921 (pag 74), citado Juan Ramón Jiménez, sobre la pintura de
Daniel Vázquez Díaz afirma Francésl:
Comienza Julián Marías con un repaso al problema de las generaciones tratado por los
principales filósofos y sociólogos del siglo XIX: Compte, Stuart Mill, Dilthey, Ranke, Lorenz...
etc. para a continuación centrarse en Ortega sosteniendo que la primera teoría de las
generaciones y, en rigor, la única que ha existido es la de Ortega y recalcando la idea de
―vigencia‖
―Los usos sociales, las creencias, las ideas del tiempo, se imponen automáticamente a los
individuos, que tienen que hacer su vida dentro de un mundo definido por un sistema de
vigencias, y cada uno tiene que enfrentarse a su circunstancia histórica dentro de la generación
en la que le ha tocado vivir, pero las reacciones a una misma realidad vigente impuesta
pueden ser distintas e incluso opuestas.
- afirma Marías-
Sigue diciendo Marías que las fechas elegidas por su maestro Ortega y Gasset son las
fechas centrales de la generación, no las finales y ―por tanto está constituida la generación por
el año elegido, los siete anteriores y los siete siguientes‖
174
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Julián Marías recalca la observación de Ortega en el sentido que las mujeres de una
generación son constitutivamente un poco más jóvenes que los hombres de ésta misma
generación, así como la posibilidad de un cierto escalonamiento entre los diversos países más o
menos adelantados o retrasados en ciencia o arte, es decir entre creadores, seguidores o
receptores pasivos.
―Ortega ha aventurado la hipótesis de que alguna generación del siglo pasado tenga su
fecha central en 1857; tomando esa escala, ha hablado en ocasiones de las generaciones
románticas o de las de nuestro siglo. Yo me inclinaría a tomar las fechas 1856 y
correspondientes. La serie, pues, desde el comienzo del siglo XIX sería: 1812, 1826, 1841,
1856, 1871, 1886, 1901, 1916, 1931, 1946‖.89
Es importante llegado a éste punto constatar que Ortega y Gasset, como principio
heurístico, adelanta tres fechas centrales a través de las cuales conforma la espina dorsal
generacional para la España del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. Estas tres fechas
centrales son 1857 ,1917 y 1932 quedando la retícula Generacional de Ortega y Gasset de la
forma siguiente:
175
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1.850 1.851 1.852 1.853 1.854 1.855 1.856 1.857 1.858 1.859 1.860 1.861 1.862 1.863 1.864
1.865 1.866 1.867 1.868 1.869 1.870 1.871 1.872 1.873 1.874 1.875 1.876 1.877 1.878 1.879
1.880 1.881 1.882 1.883 1.884 1.885 1.886 1.887 1.888 1.889 1.890 1.891 1.892 1.893 1.894
1.895 1.896 1.897 1.898 1.899 1.900 1.901 1.902 1.903 1.904 1.905 1.906 1.907 1.908 1.909
1.910 1.911 1.912 1.913 1.914 1.915 1.916 1.917 1.918 1.919 1.920 1.921 1.922 1.923 1.924
1.925 1.926 1.927 1.928 1.929 1.930 1.931 1.932 1.933 1.934 1.935 1.936 1.937 1.938 1.939
Tomando como válida la hipótesis de cambio hacia un año anterior de Julián Marías, la
fecha central de las generaciones, partiendo de 1856 y con los consabidos siete años a derecha
e izquierda, queda así:
176
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1.849 1.850 1.851 1.852 1.853 1.854 1.855 1.856 1.857 1.858 1.859 1.860 1.861 1.862 1.863
1.864 1.865 1.866 1.867 1.868 1.869 1.870 1.871 1.872 1.873 1.874 1.875 1.876 1.877 1.878
1.879 1.880 1.881 1.882 1.883 1.884 1.885 1.886 1.887 1.888 1.889 1.890 1.891 1.892 1.893
1.894 1.895 1.896 1.897 1.898 1.899 1.900 1.901 1.902 1.903 1.904 1.905 1.906 1.907 1.908
1.909 1.910 1.911 1.912 1.913 1.914 1.915 1.916 1.917 1.918 1.919 1.920 1.921 1.922 1.923
1.924 1.925 1.926 1.927 1.928 1.929 1.930 1.931 1.932 1.933 1.934 1.935 1.936 1.937 1.938
Eligiendo el año 1856, como inicio central de la primera generación, propuesto por Julián
Marías trabajaré en ésta Tesis acotando los momentos históricos por los que transcurre la
pintura de paisaje desde 1915 hasta 1926, que no va a ser sino una consecuencia de las ideas y
creencias sociales vigentes que constituirán las Generaciones Españolas del primer tercio del
siglo XX según el esquema de Julián Marías.
Las seis generaciones españolas que delimita Julián Marías contienen toda la evolución
del paisaje en España, desde la Generación 1849-1863 cuyo epónimo es Carlos de Haes y el
paisaje realista, hasta la Generación 1924-1938,donde se inicia el movimiento hacia la ―vuelta al
orden‖ propiciado por la vuelta a Ingres de Picasso desde París , un intento estético de paisaje
moderno en la exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (ESAI) junto con una deriva de la
percepción hacia el Paisaje Onírico de Salvador Dalí y el Surrealismo.
177
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
española de primeros del siglo XX, para poder entender sus manifestaciones situadas en lo más
alto de la pirámide de necesidades sociales.
Tomamos como fecha central de una generación el año en que se cumplen 30 años de
vida; los siete años anteriores a éste junto con los siete posteriores constituirán los quince años
de una Generación (que discurre por dos períodos temporales consecutivos : quince años de
Gestación y quince de Gestión).
La Generación de 1909-1923 (Generación del 14) incluye nueve años de nuestro trabajo.
La Generación de 1924-1938 (Generación del 27) incluye los otros tres años del trabajo.
1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923
1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938
178
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Seis generaciones : Siglo XIX y primer tercio siglo XX. España Paisajistas Epónimos: EPOCA DE GESTACIÓN
Hipótesis : Julián Marías
Carlos de Haes
1849 1850 1851 1852 1853 1854 1855 Martí Alsina 1856 1857 1858 1860 1861 1862 Martin Rico.1863
1859
Dario de Regoyos
C.Plá.G.Bilbao. Santiago Rusiñol Joaquin
I. Pinazo1879 1880 1881 1882 C. Sainz.1883 1884 J. Morera.1885 1886 . Eliseo F. Gimeno.1888 1889 1892
1890 .J. Pinelo.1891 Sorolla.1893
Meifrén.1887
Joaquin
E. Martinez Sunyer.MartinezC
Vazquez.F.de H. Anglada-Camarasa Joaquin ubells.F. F. Alvarez
E.Galwey.F.Iturrin J.Navarro LLorens. Ignacio Zuloaga. J.
1895 Amárica.M. Santa 1898 1899 .Raurich.Verdugo 1902 Mir.E.Valle. I. Llorens.Winthuys Sotomayor. 1906 1907 N. Piñole.1908
o.1894 1897 Mongrel .1900
Maria. R. Landi.1901 Nonell. 1903 en. Torres- M.Benedito. 1905
Casas.1896 García.J. Romero
de Torres.1904
Pablo Picasso. M
E. Hermoso. JM G.de Vilá Puig. J.Totrruella.
A. Arteta V. Blanchard . Vazquez Diaz. R. A.Guezala.Garcia E.Ricart.J.Miró.
1910 López J. Telaeche1914 JG Solana.1915 1916 Maeztu.Néstor.19 D. Carles.1918 R.Barradas. R.Durancamps. Celso Lagar.1922
Zubiaurre.1909 Cristobal Zubiaurre.1912 Maroto.1919 1923
Mezquita.1913 17 1920 1921
Ruiz.1911
I.Gonzalez de la
C. Saenz de
Benjamin Serna.F.Bores.J.Ru J.Vaquero
Tejada. Gregorio G.Montes
Palencia.Pancho 1925 1926 iz Peinado.ML 1929 Palacios.JM. 1932 JM Ucelay.1933 Salvador Dalí 1934 1935 1936 1937 1938
Prieto.Pedro Iturrioz.1931
Cossío. 1924 Pérez Herrero. Almela. 1930
Flores. 1927
1928
Seis generaciones Epónimos de las Generaciones Literarias. Año en que cumplen 30 años: Período de Gestación.
Hipótesis : Julián Marías AÑO CENTRAL
1849 1850 1851 1852 1853 1854 1855 1856 1857 1858 1859 1860 1861 1862 1863
1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 1876 1877 1878
1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893
1896 .Ramon
Valle- 1901.Asin 1905.Ramiro de
1894.Miguel de 1895.Angel 1897.Vicente 1899.Concha 1900. JM. Gabriel 1903.Joaquin A. 1904. Manuel 1908. Fco.
Inclan.Jacinto 1898 Palacios.Serafin A. 1902 Maeztu.Antonio 1906 1907
Unamuno Ganivet Blasco Ibañez Espina y Galán Quintero Machado Villaespesa
Benavente.Carlos Quintero.Azorín Machado
Arniches
1918.Ramon 1923.Claudio
1910.Manuel 1912.Eugenio 1915.Americo
1911.Juan Ramon 1913. Ortega y 1916.Salvador de 1917.Corpus Gomez de la 1921.Pedro Sanchez
1909.Gabriel Miró Azaña.Ramon D'Ors.Cansinos 1914.Josep Carner Castro.W.Fernand 1919 1920 1922
Jiménez Gasset Madariaga Barga Serna.Benjamin Salinas Albornoz.Jorge
Pérez de Ayala Assens ez Florez
Jarnés Guillen
1928.F.Garcia
Lorca.Dámaso 1932.Rafael
1926.Gerardo 1929.Emilio 1935.Manuel
1924 1925 1927 Alonso.Vicente 1930 1931 Alberti.Luis 1933 1934 1936 1937 1938
Diego Prados Altolaguirre
Aleixandre.Juan Cernuda
Gil-Albert
179
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las figuras de Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillen y Pedro Salinas, han sido consideradas
tradicionalmente pertenecientes a la Generación de 1927.No entramos a valorar esta cuestión,
aunque en el caso de Juan Ramón, su prosa modernista y sus opiniones sobre estética, son
afines al espíritu de la Generación del 14.
Realizadas las comprobaciones a cerca del encaje de las Generaciones literarias con las
Generaciones de pintores que tienen como misión o mandato histórico el de ―pintar lo que ven‖
o mejor expresado, interpretar la realidad, lo que sienten, perciben, vivencian.
―el arte de nuestros días (…) debe inspirarse en lo que germina y se desarrolla en el
seno de la generación presente y no en ideas que pasaron ya, tal vez para no volver jamás.
180
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Cuando los artistas (…) lleguen a comprender y expresar con acierto las más nobles y elevadas
manifestaciones de la vida moderna, hablarán un lenguaje fácilmente comprendido por todos,
alcanzando por este solo mérito la simpatía general y el aprecio público".
En forma y contenido se adscribirán en los caminos del arte representado por ―lo
reconocible‖.
181
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
182
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
183
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE SU MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS PINTURA ARTÍSTICO
Baldomero 1.846 1.902 1864-1878 Paisaje Preciosismo romano. Naturalism
Galofré Academicista ecléctico. o Tardo-
Heredero artístico de Romántico
Fortuny
Agustín 1.848 1.918 1864-1878 Paisaje, Corrección clasicista. Realismo
Lhardy Aguafuerte Composición equilibrada Académico
dibujo y color
José 1.848 1.921 1864-1878 Costumbrismo, Académico, fiel al Realismo
Villegas retrato, Paisaje modelo. Equilibrio dibujo Académico
Cordero y color
Juan 1.848 1.933 1864-1878 Paisaje Paleta contenida. Realismo
Espina Predominio del dibujo Académico
Capo
Ramón 1.848 1.899 1864-1878 Paisaje Realismo, equilibrio color Realismo
Alorda y luz. Anecdotismo. Académico
Pérez Minucioso. Romanista
184
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Retrato, Colores puros,
Anselmo Costumbrismo, transparentes. Realismo
Guinea 1.854 1.906 1879-1893 Paisaje Dominio del dibujo Académico
Estados atmosféricos.
Jaime Factura suelta Realismo
Morera 1.855 1.927 1879-1893 Paisaje .Equilibrio compositivo Académico
Dominio del dibujo,
colorista de
Histórico, Retratos, composición
José Costumbrismo y abocetada. Equilibrio Realismo
Benlliure Gil 1.855 1.937 1879-1893 Paisaje dibujo y color colorista
Panteista, evita el
José Mª Alegoría, Retrato, "asunto", influencias Modernismo/Si
Tamburini 1.856 1.932 1879-1893 Paisaje Prerrafaelitas mbolismo
Dominio del dibujo.
Eliseo Equilibrio línea/color. Realismo
Meifren 1.857 1.940 1879-1893 Paisaje Atmosfera. Luz colorista
Colorismo,
Darío de ingenuismo, estatismo,
Regoyos 1.857 1.913 1879-1893 Paisaje creador de atmósferas Impresionismo
Lino Paisaje, Equilibrio con dibujo
Casimiro Costumbrismo, paleta de colores Realismo
Iborra 1.857 1.935 1879-1893 Retrato. atemperados Académico
Geográfico.
Morfológico. Calidad
de factura técnica.
Dominio del dibujo. Naturalismo
Tomás Paisaje. Paleta fresca algo Tardo-
Campuzano 1.857 1.934 1879-1893 Costumbrismo opaca Romántico
Francisco
Gimeno Ruralista lumínico y Realismo
Arasa 1.858 1.927 1879-1893 Paisaje seguro colorista
Tomas
Martin Coctumbrismo, Equilibrio dibujo-color. Realismo
Rebollo 1.858 1.919 1879-1893 Retrato preciosismo Académico
Lacustre, misterio y Naturalismo
Enrique soledad preciosista. Tardo-
Serra Augé 1.859 1.918 1879-1893 Paisaje Detallismo dibujístico. Romántico
185
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Manchas, pinceladas
armoniosas,
mesuradas,
cromatismo
Santiago controlado. Estatismo Modernismo/Si
Rusiñol 1.861 1.931 1879-1893 Paisaje escenográfico mbolismo
186
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Realismo, equilibrio
color y luz.
Alfredo Paisaje. Anecdotismo. Realismo
Souto Cuero 1.862 1.943 1879-1893 Costumbrismo Minucioso. Romanista Académico
Recogimiento
Dionis Paisaje. armónico. Naturalismo Realismo
Baixeras 1.862 1.940 1879-1893 Costumbrismo cristiano Académico
Academicismo.
Guillermo Costumbrismo. Anecdotismo Realismo
Gómez Gil 1.862 1.942 1879-1894 Paisaje costumbrista Esencialista
José Blanco Equilibrio forma, Realismo
Coris 1.862 1.946 1879-1893 Paisaje dibujo y composición académico
Marinista del Norte.
Juan Paleta atemperada.
Martinez Paisajes, Serenidad y Realismo
Abades 1.862 1.920 1879-1893 Costumbrismo composición. colorista
Mariano Realismo
Fuster 1.862 1.929 1879-1893 Paisaje Acuarelista. Clasicista. Colorista
Equilibrio dibujo-color.
Miguel Ilustración, Paisaje, Elegancia formal.
Utrillo 1.862 1.934 1879-1893 Retrato Esquematismo Modernismo
Dominio del dibujo,
equilibrio entre la línea
Segundo el color y la atmósfera.
Matilla 1.862 1.937 1879-1893 Paisaje, Retrato Luminista Luminismo
Colorido Mediterráneo. Realismo
Albert Wenk 1.863 1.934 1879-1893 Paisaje Dibujo Colorista
Pincelada suelta y
Andrés rápida, toque Realismo
Cuervo 1.863 1.933 1879-1893 Paisaje empastado. Manchas Matérico
Carlos Dal
Re Ambrosi 1.863 1.948 1879-1893 Paisaje Paleta clara y luminosa Luminismo
Luz cegadora de la
playa. Paleta muy
Laureano Paisaje. clara. Factura suelta.
Barrau 1.863 1.957 1879-1893 Costumbrismo Colores vivos Luminismo
Manuel
García Detallismo dibujistico. Realismo
Rodríguez 1.863 1.925 1879-1893 Paisaje Anecdotismo Académico
187
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
188
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Evocador, paisaje sin Naturalismo
Joaquín figuras. Nieblas y Tardo-
Vancells 1.866 1.942 1894-1908 Paisaje veladuras. Sugerencias Romántico
José Dibujístico. Paleta con
Garnelo Paisaje, Retrato, predominio ocres y Realismo
Alda 1.866 1.944 1894-1908 Costumbrismo tierras Académico
José Marinista. Escenografía
Gartner de compositiva realista. Realismo
la Peña 1.866 1.918 1894-1908 Paisaje Académico. Académico
Ausencia de dibujo.
Predominio del color
Josef Paisaje, Xilografia, extremo. Dinamismo
Pankiewitz 1.866 1.940 1894-1908 Retrato urbano Futurismo
Retrato,
Julio Peris Costumbrismo, Paleta luminosa
Brell 1.866 1.944 1894-1908 Paisaje .Decorativo Luminismo
Gran dominio de la
paleta y dibujo, tonos
claros dentro del
Marceliano clasicismo en la Realismo
Santa María 1.866 1.952 1894-1908 Paisaje, Retrato composición Colorista
Pincelada larga,
Costumbrismo, elegante, composición
Ramón Interiores. en movimiento.
Casas Carbó 1.866 1.932 1894-1908 Cartelismo, Paisaje Dominio del color Modernismo
Colorista de paleta
Alberto Plá Costumbrismo. clara. Predominio del
y Rubió 1.867 1.937 1894-1989 Retrato. Paisaje color. Contrastes Luminismo
Paleta de amplias
tonalidades
Georgina cromáticas.
Agutte 1.867 1.922 1894-1908 Paisaje Predominio del color Fauvismo
vibrante pincelada
José
.Innato sentido para la
Navarro Paisaje,
luz y el dibujo
Llorens 1.867 1.923 1894-1908 Costumbrismo Luminismo
Antonio de Elegancia y con
Ferrater 1.868 1.942 1894-1908 Paisaje tensión compositiva Modernismo
189
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Realismo, equilibrio
color y luz.
Felipe Gil Anecdotismo. Clasicismo
Gallango 1.868 1.938 1894-1908 Paisaje Minucioso. Romanista Académico
Rafael Forns Colorista. Predominio
Romans 1.868 1.934 1894-1908 Paisaje de la luz Luminista
Ramón
Pulido Paisaje, Equilibrio Dibujo y Realismo
Fernández 1.868 1894-1908 Costumbrismo color Académico
Alberto
Valenzuela Realismo
Ramos 1.869 1.925 1924-1938 Retrato, Paisaje Paleta sobria .Dibujo Objetivo
Carlos
Vázquez Costumbrismo Realismo
Úbeda 1.869 1.944 1894-1908 .Paisaje Equilibrio dibujo/color. Esencialista
Paleta atemperada,
Antonio Paisaje, composición Realismo
Fillol Granell 1.870 1.930 1894-1908 Costumbrismo escenográfica. Académico
Factura vaporosa.
Atmósfera y manchas
Fernando de color. Luminista de
Laroche 1.870 1.937 1894-1908 Paisaje ecos impresionistas Impresionismo
Densidad matérica,
paleta apagada,
Ignacio Retrato. Paisaje. masividad y Realismo
Zuloaga 1.870 1.945 1894-1908 Costumbrismo escenografía Esencialista
Playa y folclore
sorollista.
José Costumbrismo. Regionalismo de paleta
Mongrell 1.870 1.937 1894-1908 Paisaje clara Luminismo
Costumbrismo Modernismo/Si
José Triadó 1.870 1.929 1894-1908 Alegoría. Paisaje Modernista mbolismo
Juan José Clásico, Equilibrio Realismo
Gárate 1.870 1.939 1894-1909 Retrato, Paisaje dibujo y color Académico
Academicismo.
Composición
Luis Paisaje, equilibrada dibujo y Realismo
Huidobro 1.870 1.936 1894-1908 Costumbrismo color. Decorativo Colorista
190
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Grabado, Solido dibujo,
Ramón Costumbrismo, elegancia con paleta
Pichot 1.870 1.925 1894-1908 Paisaje colorista Fauvismo
Teodoro
Andreu Paisaje. Paleta Clara. Luz
Santamans 1.870 1.935 1894-1908 Costumbrismo cenital. Lumínico Luminismo
191
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Naturalismo,
Mauricio Costumbrismo, refinamiento, Realismo
Fromkes 1.872 1.931 1894-1908 Paisaje elegancia Académico
Octavio Realismo
Bianqui 1.872 1.936 1894-1909 Paisaje Equilibrio forma/ color Colorista
Segismundo Paisaje. abocetada, espatulada, Realismo
de Nagy 1.872 ? 1894-1908 Costumbrismo nerviosa Colorista
Antoni Ros Realismo
y Güell 1.873 1.954 1894-1908 Paisaje Factura sutil, delicada Esencialista
Retrato,
Baldomero Costumbrismo Equilibrio compositivo,
Gili Roig 1.873 1.927 1894-1908 ,Paisajes paleta clara. Ecléctico Luminismo
Paleta Clara, captación
Ernesto atmosférica. Elegancia
Gutiérrez 1.873 1.934 1894-1908 Paisaje, Bodegón. en la factura. Impresionismo
Alegórico. Figuras
Evaristo Costumbrismo, idealizadas, paisaje Realismo
Valle 1.873 1.951 1894-1908 Paisaje, Retrato manierista Esencialista
Factura suelta,
Félix Retrato, composición Naturalismo
Mestres Costumbrismo anecdótica, calidades Tardo-
Borrell 1.873 1.933 1894-1908 ,Paisaje lumínicas Romántico
Francisco
Llop Pincelada suelta.
Marques 1.873 1.970 1894-1908 Paisaje Manchas de color. Impresionismo
Escenográfico,
Gustavo Paisaje, Bodegón, cromatismo luminista. Realismo
Bacarisas 1.873 1.971 1894-1908 Retrato Detallista y literario Colorista
Pincelada escultórica
Isidro impresionista
Nonell 1.873 1.911 1894-1908 Paisaje, Retrato formando el dibujo. Modernismo
Austeridad Post-
Javier Paisaje, Dibujo, constructiva. Planismo Impresionismo
Nogués 1.873 1.940 1894-1908 Grabado y nitidez en el dibujo Cezanniano
Estallido colorista
decorativo. Pasión por
Joaquín Mir la captación de la luz.
Trinxet 1.873 1.940 1894-1908 Paisaje Tímbrico. Fauvismo
192
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
José Equilibrio dibujo y Realismo
Ordóñez 1.873 1.953 1894-1908 Paisaje color. Colorista
Paleta de tonos
Juli amarillos. Temas
Vallmitjana 1.873 1.937 1894-1908 Paisaje urbanos suburbiales Impresionismo
Luz artificial. Efectos
Ricardo Costumbrismo. contraluz. Perspectivas Modernismo/Si
Urgell 1.873 1.924 1894-1908 Paisaje de ciudad. mbolismo
Armonía. Paisajes
Agapito amables. No
Casas estridencias. Realismo
Abarca 1.874 1.964 1894-1908 Paisaje Clasicismo Académico
Enrique Búsqueda de la luz,
Martínez motivos marinos.
Cubells 1.874 1.947 1894-1908 Paisaje Captación del instante Luminismo
Dominio de la luz.
Paleta de tonalidades
Francisco claras. Perspectiva.
Llorens Díaz 1.874 1.948 1894-1908 Paisaje Contrastes lumínicos. Luminismo
Masas de colores
Francisco Paisaje, Ilustración, superpuestas.
Sancha 1.874 1.936 1894-1908 Costumbrismo Esquematización Nabis
Lirismo .Paleta clara y
contrastada.
Javier Escenografía del
Winthuysen 1.874 1.956 1894-1908 Paisaje jardín. Impresionismo
Compacta, volúmenes
sólidos delimitados por
dibujo. Paletas
reducida de colores
Joaquín (verdes,
Sunyer 1.874 1.956 1894-1908 Alegoría. Paisaje ocres).Primeros planos Noucentismo
Joaquín Combinación de
Torres- Cubismo y Futurismo
García 1.874 1.949 1894-1908 Paisaje. Alegoría desde el Novecentismo Vibracionismo
Ensoñación. Irrealidad.
Julio Nostalgia. Paleta
Romero de oscura. Escenografía Modernismo/Si
Torres 1.874 1.930 1894-1908 Retrato. Alegoría narrativa mbolismo
193
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Pincelada abocetada,
Adolfo Durá Paisaje ,Retrato, suelta y lumínica. Luz
Abad 1.875 1.945 1894-1908 Costumbrismo Cenital Luminismo
Ángel Rapidez de ejecución.
Cabanas Costumbrismo. Captación del instante.
Oteiza 1.875 1.964 1894-1908 Paisaje Armonía forma/color Impresionismo
Emilio
García Solidez de dibujo, Realismo
Martínez 1.875 1.950 1894-1908 Paisaje paleta atemperada Académico
Colorista contenido.
Escenográfico.
Fernando Equilibrio dibujo/color.
Álvarez de Retrato. Dominio de la forma. Realismo
Sotomayor 1.875 1.960 1894-1908 Costumbrismo Instantáneas Esencialista
Anecdotismo
José .Equilibrio color y
Atienzar Costumbrismo, dibujo. Paleta Realismo
Sala 1.875 1.948 1894-1908 Paisaje contenida. Colorista
José Ribera Vivo colorido. Realismo
Blázquez 1.875 1.940 1894-1908 Paisaje, Retrato Escenográfico Académico
Paleta apagada, fría,
Juan de escenografía. Efectos
Echevarría 1.875 1.931 1894-1908 Retrato, Paisaje lumínicos Impresionismo
194
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Pilar
Montaner Luminismo cenital,
de Sureda 1.876 1.961 1894-1908 Paisaje colorista Luminista
Paleta de tonos
Ricard amarillos. Temas
Canals 1.876 1.931 1894-1908 Paisaje urbanos suburbiales Impresionismo
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Monumental,
Retrato, escultórico, dominio
Aureliano Costumbrismo del movimiento y la
Arteta 1.879 1.940 1909-1923 ,Paisajes expresión, alegórico. Noucentismo
Pincelada rápida.
Joan Colom Dinamismo
Agustí 1.879 1.969 1909-1923 Paisaje compositivo. Impresionismo
195
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Sobriedad, sencillez de
Torné líneas, sobriedad Modernismo/Si
Esquius 1.879 1.936 1909-1923 Paisajes, dibujística. Elegancia mbolismo
Figuras en paisaje.
Composición de grupo.
Valentín de Paisaje, Retrato, Audaces contrastes
Zubiaurre 1.879 1.963 1909-1923 Costumbrismo cromáticos Impresionismo
Cayo Paleta clara. Factura
Guadalupe 1.880 1.927 1909-1923 Paisaje suelta Luminismo
Eduardo Equilibrio dibujo color. Realismo
Tani 1.880 1.948 1909-1923 Paisaje Paleta atemperada. académico
Francesc Equilibrio dibujo y
Galí Fabra 1.880 1.965 1909-1923 Grabado, Paisaje color Noucentismo
Guillermo Estatismo ,colores
Butler 1.880 1.961 1909-1923 Paisaje primarios Naif
José Martí Elegancia compositiva.
Garcés 1.880 1.932 1909-1923 Paisaje ,interiores Estatismo Modernismo
José Nogué Brumas y marinas Realismo
Massó 1.880 1.973 1909-1923 Retrato, Paisaje .Pintura suelta Colorista
Rafael
Aguado Ecléctico. Equilibrado. Realismo
Arnal 1.880 1.951 1909-1923 Paisaje Color claro colorista
Salvador
Florensa
Arnus 1.880 1.919 1909-1923 Paisaje Armonia,calidez Luminismo
Línea recta.
Constructivismo de
planos geométricos.
Albert Predominio de la
Gleizes 1.881 1.953 1909-1923 Paisaje, Bodegón forma sobre el color Cubismo
196
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Equilibrio dibujo y Realismo
Jesús Soria 1.881 1.959 1909-1923 Paisaje color. Esencialista
José Seijoo Paisaje, Académico, equilibrio Realismo
Rubio 1.881 1.970 1909-1923 Costumbrismo color y dibujo Académico
Manuel Realismo
Medina Díaz 1.881 1.955 1909-1923 Paisaje, interiores ecléctico Académico
Reducción geométrica.
Esquematismo rítmico.
María Facetación.
Blanchard 1.881 1.956 1909-1923 Bodegón. Fragmentación. Cubismo
Polifacético. Proteico
Retrato, Bodegón, vanguardista, epónimo
Pablo Ruiz Paisaje, Alegórico, de las innovaciones en
Picasso 1.881 1.973 1909-1923 Sígnico, Retrato primera mitas s. XX. Cubismo
Idealización .Equilibrio
dibujo/color.
Antonio Paisaje Clasicismo
Bandrinas 1.882 1.969 1909-1923 .Costumbrismo mediterráneo Noucentismo
Costumbrismo.
Bartolomé Ilustración Gráfica. Paleta clara. Factura
Mongrell 1.882 1.938 1909-1923 Paisaje suelta Luminismo
Realismo
Cesar Prieto 1.882 1.976 Paisaje Equilibrio realista luminista
Colores de amplias
gamas tonales,
enfoque japonista.
Daniel Volumetría plana
Vázquez Paisaje, Retrato, yuxtapuesta. Figuración
Díaz 1.882 1.969 1909-1923 Costumbrismo Estructura constructiva Geométrica
Paleta rica en
Fernando tonalidades. Captación Realismo
Fader 1.882 1.935 1909-1923 Paisaje de la atmósfera. Colorista
Paleta de colores
Juan Ángel
Gómez Alarcón 1.882 1909-1923 Paisaje claros. Decorativo Luminista
Estilización de las
figuras. Composición
Ramón de Paisaje, Retrato, de grupo. Audaces
Zubiaurre 1.882 1.969 1909-1923 Costumbrismo contrastes cromáticos Impresionismo
197
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS DE SU PINTURA ARTÍSTICO
Antonio
Nicolás Bodegón, Paisaje, Realismo fotográfico. Realismo
Martinez 1.883 1.978 1909-1923 Retrato Clasicista Académico
Dominio del dibujo,
Ascensio instintivo. colorista de
Martiarena 1.883 1.966 1909-1923 Retrato ,Paisaje composición sencilla Impresionismo
Cesar Retrato,
Fernández Costumbrismo, Realismo
Ardevin 1.883 1.974 1909-1923 Paisaje Equilibrio dibujo-color Colorista
Estilización
Darsie esquemática. Colores Post-
Napier atemperados. Primacía Impresionismo
Japp 1.883 1.973 1909-1923 Paisaje al volumen Cezanniano
Feliz
Lacárcel Paleta clara, luminosa.
AParísi 1.883 1.975 1909-1923 Paisaje .Bodegón Predominio del color Luminismo
Francesc Escenográfico,
Labarta detallista. Paleta
Planas 1.883 1.963 1909-1923 Paisaje atemperada. Noucentismo
Realismo, equilibrio
Ivo Pascual color y luz .Escuela Realismo
Rodés 1.883 1.949 1909-1923 Paisaje Olot. Romanista Colorista
Reducción geométrica.
Esquematismo rítmico.
Jean Facetación.
Metzinger 1.883 1.956 1909-1923 Bodegón. Paisaje Fragmentación. Cubismo
198
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Ágil y seguro, dominio
José Mª Retrato. del color equilibrado
López Costumbrismo. por el dibujo. Realismo
Mezquita 1.883 1.954 1909-1923 Paisaje Pincelada suelta. Esencialista
Equilibrio color dibujo
José Pons en un entorno de Realismo
Frau 1.883 1.952 1909-1923 Paisaje, Grabado paleta atemperada colorista
Mariano Cromatismo y dominio Realismo
Felez 1.883 1.942 1909-1923 Paisaje del dibujo Colorista
Roberto Detallista, capta el
Domingo Costumbrismo, movimiento. Fuerza
Fallola 1.883 1.956 1909-1923 Paisaje Cromática Impresionismo
199
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Pincelada abocetada,
Lorenzo suelta y lumínica. Luz
Aguirre 1.884 1.942 1909-1923 Paisaje, Retrato Cenital Luminista
Perfeccionismo
Wynne dibujístico pre- Naturalismo
Apperley 1.884 1.960 1909-1923 Paisaje, Mitología rrafaelita .Verismo idealizado
Sobrio, estático,
contención de colores.
Adelardo Costumbrismo. Forma contiene el Realismo
Covarsi 1.885 1.951 1909-1923 Paisaje color Esencialista
Vibración de la luz
mediterránea no
Antonio efectista. Equilibrio Realismo
Esteve 1.885 1.925 1909-1923 Paisaje dibujo-color luminista
Carlos
Sobrino Costumbrismo, Naturalismo
Buhigas 1.885 1.978 1909-1923 Paisaje Dominio del dibujo. Tardo-Romántico
José
Guiteras Equilibrio dibujo. Color
Soto 1.885 1.950 1909-1923 Paisaje atemperado Modernismo
Pintura del
movimiento. Colorista
Paisaje y Narrativa. Temas de
José .Costumbrismo. ficción. Imaginación
Segrelles 1.885 1.969 1909-1923 Ilustración Gráfica creativa. Simbolismo
motivos típicos
marroquíes,
Mariano luminosidad y Realismo
Bertuchi 1.885 1.955 1909-1923 Paisaje clasicismo colorista
Realismo, equilibrio
Olivet color y luz. Escuela Realismo
Legares 1.885 1.956 1909-1923 Paisaje Olto. Romanista Colorista
Ricardo
Sainz 1.885 1909-1923 Paisaje y retrato
Simultaneísmo de
tonalidades en
Robert composición casi
Delaunay 1.885 1.941 1909-1923 Paisaje, Sígnico abstracta Simultaneísmo
200
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Refinado, Post-
Santiago Constructivo, Dominio Impresionismo
Pelegrín 1.885 1.954 1924-1938 Bodegón ,Paisaje del color Cezanniano
Simultaneísmo de
Sonia tonalidades en
Delaunay composición casi
Terke 1.885 1.979 1909-1923 Paisaje, Sígnico abstracta Simultaneísmo
Reducción geométrica.
Esquematismo rítmico.
Diego Bodegón. Retrato. Facetación.
Rivera 1.886 1.957 1909-1924 Paisaje. Fragmentación. Cubismo
Eduardo
Navarro Paisajes, Paleta apagada, fría, Naturalismo
Martin 1.886 1.958 1909-1923 Aguafuertes celajes neorrománticos tardoromántico
Enrique Acabada, Comercial, Realismo
Vera 1.886 1.956 1909-1925 Paisaje Escenográfico Académico
201
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Colores puros.
Tomás Manchas superpuestas
Gutiérrez Paisaje, Artes de definidos
Larraya 1.886 1.944 1909-1923 Decorativas contornos. Japonismo. Nabis
Vicente Post-
García Impresionismo
Martinez 1.886 1.970 1909-1923 Paisaje Sobriedad realista Cezanniano
Ausencia de dibujo.
Predominio del color
Wladislav extremo. Dinamismo
Jahl 1.886 1.953 1909-1923 Paisaje, Retrato urbano Futurismo
Emilio Amplia gama
Varela Paisaje, Retrato, cromática. Dominio del
Isabel 1.887 1.945 1909-1923 Bodegón color y la composición Luminismo
Ernesto Decorativo. Fauve.
Riccio 1.887 1.954 1909-1923 Paisaje Colores puros Fauvismo
Gerardo de Simbolismo/Mo
Alvear 1.887 1.964 1909-1923 Paisaje Simbolismo decorativo dernismo
202
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Pincelad fluida,
Domingo luminosa aunque
Carles 1.888 1.962 1909-1923 Paisaje, Bodegón contenida Noucentismo
Francisco
Guinart
Caldellich 1.888 1909-1923 Paisaje
Francisco Paisajismo lirico
Vayreda 1.888 1.929 1909-1923 Paisaje ,colores contenidos Noucentismo
Paleta de amplio
José Paisaje, colorido .Planos Post-
Mompou Costumbrismo, constructivos. Impresionismo
Dencausse 1.888 1.968 1909-1923 Bodegón Esquematismo Cezanniano
José Desolados horizontes Naturalismo
Pedraza Ilustrador Gráfico. crepusculares .Tonos Tardo-
Ostos 1.888 1.937 1909-1923 Paisaje cálidos. Ruinas Romántico
Serge Cubismo
Charchoune 1.888 1.975 1909-1923 ornamental Abstracción decorativa Abstracción
Geométrico,
Antonio Constructivo. De Figuración
Guezala 1.889 1.956 1909-1923 Paisaje, Ilustración paleta atemperada Geométrica
Paleta clara,
Domingo decorativo.
Ramos 1.889 1.956 1909-1923 Paisaje Mediterráneo Impresionismo
203
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
204
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Benito Escenográfico,
Quinquella detallista. Paleta Realismo
Martin 1.890 1.977 1909-1923 Paisaje atemperada. Matérico
Bucolismo panteista,
Enrique Retrato, Paisaje, escenográfico y Realismo
Larrañaga 1.890 1.956 1909-1923 Costumbrismo detallista Académico
Javier
Cortés Paisaje, Proporcionado dibujo y Realismo
Echanove 1.890 1.990 1909-1923 Costumbrismo color Colorista
José
Casares Realismo
Mosquera 1.890 1909-1923 Paisaje lirico, escenográfico Colorista
Juan
Rodríguez Paisaje. Realismo
Jaldon 1.890 1.967 1909-1923 Costumbrismo Anecdotismo ecléctico académico
Gamas frías, corrección
Juan Vila compositiva. Equilibrio Realismo
Puig 1.890 1.963 1909-1923 Paisaje dibujo-color. Esencialista
Grabado
Manuel Costumbrismo, Sobrio sentido del Realismo
Humbert 1.890 1.975 1909-1923 Bodegón color y rigor de dibujo Objetivo
Maria
Clotilde
Sorolla 1.890 1.956 1909-1923 Paisaje Paleta clara, luminosa Luminismo
Mariano Captación de la
Llavanera realidad .Equilibrio Realismo
Miralles 1.890 1.927 1909-1923 Paisaje dibujo-color Objetivo
Octavio Manchas de luz y trazo Realismo
Pinto 1.890 1.941 1909-1923 Paisaje suelto Colorista
Equilibrio color dibujo
Pedro Serra en un entorno de Realismo
Farnés 1.890 1.974 1909-1923 Paisaje paleta atemperada objetivo
Planos yuxtapuestos de
vibrantes colores
Rafael simultáneos. Dinamismo Futurismo
Barradas 1.890 1.929 1909-1923 Paisaje, Retrato y movimiento (Vibracionismo)
Santiago Pincelada suelta,
Martinez Paisaje, perfila el dibujo Paleta
Martin 1.890 1.979 1909-1923 Costumbrismo clara. Luminismo
205
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Luz cegadora de la
Tomás playa. Paleta muy
Murillo clara. Factura suelta.
Rams 1.890 1.951 1909-1923 Marinas Colores vivos Luminismo
Joaquín Pincelada suelta y
Terruella empastada, luminosa, Realismo
Matilla 1.891 1.956 1909-1923 Paisaje captador del instante Colorista
Acuarelista de
Jorge Soto equilibrados colores y Realismo
Acebal 1.891 1.874 1909-1923 Paisaje, Grabado dibujo luminista
Manuel Paisaje de dibujo. Realismo
Castro Gil 1.891 1.963 1909-1923 Grabador, Paisaje Detalle objetivo
Realismo esquemático.
Rafael Retratos, Decorativo. Luz cenital
Duran Bodegones, produce marcadas Realismo
Camps 1.891 1.978 1909-1923 Paisajes sombras Matérico
Sobriedad de paleta. Post-
Verismo. Temática Impresionismo
Rafael Sala 1.891 1.927 1909-1923 Paisaje ,Retrato urbana Cézanniano
Roberto Paisaje,
Fernández Costumbrismo, Depuración formal, Figuración
Balbuena 1.891 1.966 1909-1923 Retrato sobriedad escultórica Geométrica
Ausencia de dibujo.
Predominio del color
Waclaw extremo . Dinamismo
Zawadowski 1.891 1.953 1909-1923 Paisaje, Retrato urbano Futurismo
Pintura constructiva
deudora de Cèzanne
Paisajes, .Encuadres originales.
Celso Lagar 1.892 1.956 1909-1923 Costumbrismo Predominio de la recta Fauvismo
Caricatura, Retrato, Paisajes de tonos
Cesar Aben 1.892 1.974 1909-1923 Paisaje brillantes, cristalinos. Desconocido
Enrique Efectos lumínicos,
Brañez de colores cálidos.
Hoyos 1.892 1.976 1909-1923 Paisaje, Grabado Atmosféricos Impresionismo
Paleta apagada Post-
.Sobriedad. Colores Impresionismo
Francesc terrosos, sucios. Cézanniano
Elías 1.892 1909-1923 Paisaje. Retrato Urbano. Suburbial (Evolucionista)
206
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Ignacio Paisajismo lirico,
Mallol 1.892 1.940 1909-1923 Paisaje colores contenidos Noucentismo
Jaime Pizá Composición clásica. Realismo
Roig 1.892 1909-1923 Retrato, Paisaje Dibujístico Académico
Joaquín
Tudela
Perales 1.892 1.970 1909-1923 Paisaje luminoso, decorativo luminismo
Juan Ferrer Equilibrio dibujo y Realismo
Carbonell 1.892 1.953 1909-1923 Paisaje color. Paleta Clara Colorista
Gruesos empastes de
Manuel espátula con colorido
Mantilla luminista fiel a la Realismo
Béjar 1.892 1.967 1909-1923 Paisaje realidad Matérico
Retrato,
Nicolás Costumbrismo, Realismo
Soria 1.892 1.933 1909-1923 Paisaje Sobrio, tonos fríos Esencialista
Sócrates Grabado,
Quintana Costumbrismo, Colorista. Equilibrio
Montoto 1.892 1.984 1909-1923 Paisaje color-dibujo Impresionismo
Alfonso Naturalismo. Equilibrio Realismo
Grosso 1.893 1.983 1909-1923 Paisaje formal Esencialista
Constantino
de Costumbrismo, Realismo
Hohenlohe 1.893 1.973 1909-1923 Paisaje Oscuro y Naturalista Costumbrista
Verista, sobrio,
moderna composición Post-
ausente de lo Impresionismo
Enric Ricart 1.893 1.953 1909-1923 Paisaje pintoresco Cezanniano
Escultórico. Post-
Jenaro Paisaje, Constructivo. Colores Impresionismo
Urrutia 1.893 1.965 1909-1923 Costumbrismo fríos. Geometrismo Cezanniano
Masas superpuestas
de contorno dibujístico
Joan Miró 1.893 1.983 1909-1923 Paisaje, Retrato y paleta extremada Fauvismo
Constructivo, colores
Retrato, apagados, volumen Post-
José de Costumbrismo, escultórico. color Impresionismo
Togores 1.893 1.970 1909-1923 Paisaje encerrado en dibujo Cezanniano
207
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Luis Garay Dominio del color. Realismo
García 1.893 1.956 1909-1923 Paisaje Dibujo equilibrado. colorista
Maria Realismo
Corredoira 1.893 1.970 1909-1923 Paisaje y retrato Corrección académica académico
208
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Rafael Retrato,
Argelés Costumbrismo Realismo
Escriche 1.894 1.979 1924-1938 ,Paisaje Equilibrio dibujo-color colorista
Francesc Post-
Camps Paisaje, Bodegón, Planos constructivos, impresionismo
Ribera 1.895 1.992 1924-1938 Retrato colores apagados Cézanniano
paleta apagada, Post-
Mariano sobria, realista, Impresionismo
Espinal 1.895 1.974 1924-1938 Paisaje temática cotidiana Cezanniano
209
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Dibujo en planos
Carlos constructivos y
Saenz de amplios planos de Figuración
Tejada 1.897 1.958 1924-1938 Paisaje color templado Geométrica
Enrique
Climent Equilibrio dibujo y Realismo
Palahí 1.897 1.980 1924-1938 Paisaje, Ilustración color. Colorista
Enrique Paisaje,
Ginesta Costumbrismo, Rigor técnico y paleta
Peris 1.897 1924-1938 Retrato. luminosa Luminismo
Gregorio Dibujístico. Pintura
Prieto 1.897 1.992 1924-1938 Paisaje, Alegórico literaria Naif
Joaquín
Roca
Carrasco 1.897 1.981 1924-1938 Paisaje, Retrato
José Maria
Moner
Quintana 1.897 1924-1938
motivos
Juan arquitectónicos, Realismo
Caldera 1.897 1.946 1924-1938 Paisaje tipismo regionalista colorista
Color y captación de la Figuración
Pedro Flores 1.897 1.968 1924-1938 Paisaje atmósfera Geométrica
Depuración formal,
Ricardo Paisaje, constructivo. Paleta Figuración
Bernardo 1.897 1.940 1924-1938 Costumbrismo atemperada Geométrica
Equilibrio color dibujo
Vicente en un entorno de
Mulet Claver 1.897 1.945 1924-1938 Paisaje, retrato paleta clara y luminosa Luminismo
Paleta apagada. Post-
Sobriedad. Colores Impresionismo
Antoni terrosos, sucios. Cézanniano
Canadell 1.898 1.938 1924-1938 Paisaje Urbano. Suburbial (Evolucionista)
Paleta apagada. Post-
Sobriedad. Colores Impresionismo
Eduard terrosos, sucios. Urbano. Cézanniano
Verguez 1.898 1924-1938 Paisaje Suburbial (Evolucionista)
Enrique
Simonet Equilibrio dibujo, color. Realismo
Castro 1.898 1.978 1924-1938 Cartelista, Paisaje Clasicista colorista
210
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Equilibrio Dibujo y
Paisaje, color. Composición Post-
Francisco Costumbrismo esquemática y Impresionismo
Bores 1.898 1.972 1924-1938 ,Retrato Constructiva Cezanniano
Ismael
Gómez de la Lánguido, paleta fría, Modernismo/Si
Serna 1.898 1.968 1924-1938 Paisaje, Bodegón evocadora y sugerente mbolismo
Joaquín Depuración formal, Post-
Ruiz planos, constructivo. impresionismo
Peinado 1.898 1.975 1924-1938 Paisaje, Bodegón, Paleta atemperada Cézanniano
Anti Luminismo,
colores terrosos
reacción frente
José Cortés idealismo noucentista. Figuración
y Vidal 1.898 1.968 1924-1938 Paisaje Constructivismo Geométrica
Paleta clara de
José Frau 1.898 1.977 1925-1938 Paisaje manchas coloristas Impresionismo
Bernardino
Bienabe Paleta clara,
Artia 1.899 1.987 1924-1938 Paisaje abocetado Impresionismo
Eduardo Post-
Santonja Ilustración, Paisaje, Intenso colorista. Impresionismo
Rosales 1.899 1.966 1924-1938 Retrato Constructivo Cezanniano
211
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
Post-
Ramón de Paleta de ricos tonos Impresionismo
Capmany 1.899 1.960 1924-1938 Paisaje, Grabado grises, dibujo detallista Cezanniano
Vicente
Santos Realismo
Sainz 1.899 1.993 1924-1938 Paisaje, Grabado Equilibrio realista luminista
Paleta apagada. Post-
Sobriedad. Colores Impresionismo
Alfred terrosos, sucios. Cézanniano
Sisquella 1.900 1.964 1924-1938 Paisaje Urbano. Suburbial (Evolucionista)
Joaquín Colorista: Planos Post-
Vaquero constructivos. Impresionismo
Palacios 1.900 1.998 1924-1938 Paisaje. Esquemático Cezanniano
José Maria Pincelada suelta y
Almela Paisaje, abocetada.
Costa 1.900 1.989 1924-1938 Costumbrismo Cromatismo luminista Luminismo
Sólido dominio del
Luis Gil de dibujo y la Realismo
Vicario 1.900 1.959 1924-1938 Paisaje composición. Esencialista
Manuel
Fernández Lumínico. Captación
Peña 1.900 1924-1938 Paisaje espontánea Lumimismo
trabaja la luz
Manuel atemperada, no
Moreno Paisaje, Retrato, estridente, jugosidad Realismo
Jimeno 1.900 1.982 1924-1938 Costumbrismo plástica matérico
Rafael Dominio del dibujo.
Estellés Colores sordos.
Bartual 1.900 1.985 1924-1938 Paisaje, Ilustración Atemperado Expresionista
Virgilio
Bernabeu Paleta luminosa.
Penadés 1.900 1.936 1924-1938 Paisaje Decorativo Luminismo
Gaspar Post-
Montes Constructivo de paleta Impresionismo
Iturrioz 1.901 1.998 1924-1938 Paisaje clara. Geometrizante Cezanniano
Gonzalo Paisaje,
Pérez Costumbrismo, Realismo
Espolita 1.901 1.966 1924-1938 Retratos Equilibrio realista académico
212
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
José Predominio del color.
Morales Lumínico de gamas Realismo
Alarcón 1.901 1.983 1924-1938 Paisaje sutiles colorista
Juan
Esplandiu Paisaje urbano de
Peñas 1.901 1.978 1924-1938 Paisaje paleta atemperada. Realismo Lírico
Constructivo.
Esquemático. Post-
José Maria Paisaje, Depuración formal Impresionismo
Ucelay 1.903 1.979 1924-1938 Costumbrismo .Amplia gama tonal. Cezanniano
Juan Sainz Paisaje Realismo
de la Cuesta 1.903 1.927 1924-1938 ,Costumbrismo Equilibrio dibujo-color Colorista
Lope
Tablada de Paisaje, Escenográfico, de gran Realismo
Diego 1.903 1.974 1924-1938 costumbrismo perspectiva y colorista Colorista
Ricardo Costumbrismo Realismo
Segundo 1.903 1.983 1924-1938 ,Paisajismo Equilibrio realista luminista
Joan Junyer
Pascual- Primitivismo ,Etéreo. Figuración
Fibla 1.904 1.994 1924-1938 Paisaje Colorista Lírica
Pedro
Segimón Paisaje, Realismo de base con Realismo
Cisa 1.904 1.976 1924-1938 Costumbrismo efectos lumínicos Colorista
Salvador Colores claros,
Dalí brillantes, captación de
Doménech 1.904 1.989 1924-1938 Paisaje la atmósfera Fauvismo
Alfredo Gruesos toques de Realismo
Aguado 1.905 1.930 1924-1938 Paisaje espátula Matérico
Retrato,
Antonio Costumbrismo, Captación de la
Berni 1.905 1.981 1924-1938 Paisaje atmósfera. Impresionismo
Celso
Granda 1.905 1.975 1924-1938 Paisaje Dibujo. Expresivo Naif
Fernando
Briones Firmeza constructiva. Realismo
Carmona 1.905 1.988 1924-1938 Paisaje, Grabado Sentido del color Colorista
Francisco
Gallostra 1.905 1924-1938
213
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTO
PINTOR Nace Fallece GENERACIÓN TEMAS SU PINTURA ARTÍSTICO
José Pujol Equilibrio dibujo y Realismo
Ripoll 1.905 1.987 1924-1938 Paisaje color. Colorista
José Paisajes,
Puigdengola Bodegones, Dominio de la luz. Realismo
s 1.906 1.987 1924-1938 Retrato Técnica depurada Colorista
Los comentarios posteriores inherentes a cada volumen de ―El Año Artístico‖ intentan
demostrar que a través del tiempo transcurrido entre 1915 y 1926, la pintura española de
paisaje evoluciona desde parámetros y presupuestos nacionales centralistas que parten de la
tradición cortesana realista de Velázquez , pasando por la pintura barroca del XVII y la pintura
de Historia, de anécdota y Preciosista ―pompier‖ del XIX, hasta alcanzar el Retrato, el
Costumbrismo y El Paisaje, considerado como género ―moderno‖ del primer tercio del siglo XX.
214
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―(…) En pintura solo le atraerán los cuadros donde encuentre figuras de varones y
hembras con quienes, en algún sentido, fuera interesante vivir. Un cuadro de paisaje le
parecerá ―bonito‖ cuando el paisaje real que representa merezca por su amenidad o patetismo,
ser visitado en una excursión.‖91
La‖ iconoclastia‖, la ―no referencia‖, a la que se refiere José Francés tantas veces a
través de El Año Artístico, no forma parte del lenguaje, de la semántica del hombre y la mujer
españoles del primer cuarto de siglo XX
91 ORTEGA Y GASSET, J. La Deshumanización del Arte y otros ensayos de Estética. Madrid. Espasa Calpe, 2007.
215
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
92 DE PANTORBA.B. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España. Madrid.
J.R. García Rama.1980. Comentario de Galdós sobre la prevalencia de la pintura de temas históricos en la Exposición
Nacional de Bellas Artes de 1884.
93 ORTEGA Y GASSET, J. En Torno a Galileo. Madrid. Espasa Calpe.1965.
216
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
217
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
218
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La independencia del paisaje como género pictórico, no fue posible mientras la actividad
económica estuvo ligada a la agricultura, al ―pago‖ (de pagus, demarcación rural en latín) es
decir, al campo y sus labores para el sustento.
Cuando se tiene que ―pagar‖ la tierra, es evidente que no puede existir ni país ni
paisaje (…) hace falta que el hombre se libere de esa carga onerosa y pueda mirar alrededor
94
sin la preocupación de que una tormenta o la sequía arruinen su economía‖
El Paisaje, incluso superada ésta primera etapa ligada a la lucha por la subsistencia y
los fenómenos impredecibles de la naturaleza, no existirá como género pictórico hasta que la
visión del hombre unifique la pura óptica visual, con el concepto de conjunto plástico
reproducible per se, individualizando , despojando al paisaje de su accesoriedad, de su valor de
acompañamiento o fondo en una obra pictórica de composición, donde los otros elementos
imperen por encima del tratamiento e interpretación de la luz y de las formas.
¿En qué momento la naturaleza deja de ser percibida como necesaria para la
subsistencia y se transforma en un valor estético?
En 1336, Francesco Petrarca, en carta dirigida a Dionisio de Borgo ,le explica cómo
encontrándose cerca de Avignon siente el deseo de subir al Mont Ventoux y, logrado el
219
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
propósito, siente Petrarca una conmoción estética, extasiado de ver el paisaje de su alrededor
.95 Encontramos en ésta carta de Petrarca el primer documento escrito de una visión estética
del paisaje.
Ante un paisaje (sea como asunto principal o secundario en el cuadro) comenzamos por
clarificar su asunto, en la que empleamos nuestra experiencia práctica en reconocer o describir
objetos o hechos basada en el conocimiento de las tendencias esenciales de la mente humana
según las circunstancias y el espíritu de la época (Welstanschaung)96
En ésta evolución del paisaje nos encontramos con elementos imposibles de concebir
por una época, y que en otra nos parecen obvios, tanto en los temas, la composición, como en
la primacía en la interpretación la pintura de paisaje. Así ocurre con la idea de perspectiva que
para la Edad Media no era un tema conocido y hoy nos parece tan evidente, que podemos
elegir la posibilidad y la libertad de no utilizarla, primando otros aspectos plásticos del cuadro
de paisaje.
Nos acercamos a la obra de arte poniendo el acento en el estudio de las formas, las
líneas y las masas o dando más importancia al estudio de la atmósfera, de la luz o bien intentar
conjugar a la vez ambos criterios paisajísticos.
220
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Esta curiosidad significa volver la vista hacia otros ámbitos donde no se contemplan la
lucha diaria por la subsistencia. A tenor de las conquistas económicas, se liberan en términos de
nuestro siglo: ―recursos y capitales‖ que transforman la percepción de los objetos que acaban
siendo ―agradables en sí mismos‖, despojados ya del carácter perentorio de ―elementos que
nos procuran la subsistencia diaria‖.
En esta afección por el jardín fue determinante su aceptación por la Iglesia Católica y así
vamos traspasando el mundo amenazador de principios de la Edad Media hasta encontrarnos
inmersos en un mundo más amable que acepta que Dios pueda manifestarse en la naturaleza,
como lo hizo en el Jardín del Edén (pero sin sus consecuencias)
―La naturaleza (en la Edad Media) en conjunto, sigue siendo algo inquietante, vasto y
temible; y abre la mente a muchos pensamientos peligrosos. Pero, en medio de éste campo
salvaje, el hombre puede hacerse un jardín cerrado‖98
221
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Virgilio .Simone Martini. Manuscrito iluminado de Fra. Angélico: Noli Me Tangere 1450
Petrarca.1336
En 1420 Fra Angélico (1390-1455) vuelve al espacio delimitado con Jan (1390-1441) y
Hubert Van Eyck (1366-1426) y su Adoración del Cordero.
Alrededor del año 1425 encontramos el LA Adoración del Cordero, el primer gran paisaje
accesorio moderno. Esta obra flamenca representa la culminación del paisaje de símbolos. 99
222
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Jan ó Hubert Van Eyck .Adoración del Antonello de Messina. Crucifixión. Circa
Cordero.1432 (1460-5).Detalle
Nunca en el Renacimiento italiano fue el Paisaje, sino tardíamente, otra cosa que el
simple fondo del asunto expresado en el muro, la tabla, o el lienzo100
Pero un nuevo sentido del espacio, desde la percepción instintiva, empírica, de la luz de
Van Eyck toma forma en Florencia, basado en la certezze en contra de la opinioni (Luca Pacioli)
Definirían la certezze como aquello que ocupa de modo demostrable una posición en el espacio.
Esta posición estaría basada en las matemáticas y el resultado de su aplicación daría lugar a la
perspectiva científica (Bruneleschi, Alberti en Arquitectura), este nuevo enfoque será recogido
por Pietro de la Francesca (1416-1492) en el Quatroccento italiano.
100 PUIG PERUCHO, Buenaventura .La Pintura de Paisaje. Barcelona. Sucesores de Messeguer Editor, 1971.
223
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Giovanni Bellini. San Francisco .Circa 1480 Patinir/Metsys: Las Tentaciones de S. Antonio.
Entre horizontes igualmente lejanos, parecerá que está más lejos aquel que tenga una
atmósfera más espesa, y a la inversa, el que disponga de aire más puro parecerá más cercano.
Miguel Ángel (1475-1564) vio muy claramente que el paisaje era enemigo de su arte
ideal y también precisó que era una invención flamenca102
―En Flandes -le dice a Francesco da Holanda- pintan sólo para engañar el ojo externo,
cosas que alegran y de las que no se puede decir nada malo .Pintan materias, ladrillos y
argamasa la hierba de los campos, las sombras de los árboles y puentes y ríos, lo que llaman
paisajes, y figurillas por aquí y por allá. Y todo esto, aunque pueda parecer bueno a los ojos de
algunos, en verdad está hecho sir razón, sin simetría ni proporción, sin poner cuidado en
seleccionar y rechazar‖.
101 PUIG PERUCHO, Buenaventura .La Pintura de Paisaje. Barcelona. Sucesores de Messeguer Editor, 1971.
102 CLARK, Kenneth. El Arte del Paisaje. Barcelona. Seix Barral,1971
224
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El Bosco introduce hacia 1490 el efecto emotivo del fulgor de las llamas de fuego, con
efectos de contraste derivados de tonos naranja y rojos.
Sobre 1550, también la pintura de paisaje en Italia entra en una etapa donde
predominan las elaboradas fantasías del estilo manierista. Como ejemplo de Manierismo en su
pureza, con su ausencia de observación directa del natural, citaremos a Niccolo dell‘Abate
(1509-1571) quien subordina el fondo de paisaje a un ideal de elegancia decorativista. Con el
paisaje manierista, la naturaleza y sus elementos pierden la sustancia de realidad y se
convierten en elementos decorativos artificiosos.
Sólo dos de los grandes pintores manieristas produjeron paisajes de cierta importancia:
Tintoretto (1518-1594) , con el paisaje de fondo enmarañado de su Huida a Egipto y El Greco
(1541-1614) con su Vista de Toledo , mezcla de tradiciones bizantinas con el estilo manierista y
recordando ya un incipiente barroco (fue pintado alrededor de 1604).
La Escuela de Bolonia, con Annibale Carracci, actúa como contrapunto del manierismo,
creando un paisaje de construcciones cromáticas y luminosas de grandeza y autenticidad en
gran formato103
103 UBEDA DE LOS COBOS, Andrés. LOIRE Stéphane, (Comisarios) Roma, Naturaleza e Ideal. Paisajes 1600-1650.
Madrid. Museo del Prado, 2011.
104 PUIG PERUCHO, Buenaventura .La Pintura de Paisaje. Barcelona. Sucesores de Messeguer Editor, 1971.
225
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El concepto de que el paisaje debe aspirar a reflejar el mito de una Edad de Oro en la
que el hombre vivió de los frutos de la tierra, pacíficamente, piadosamente y con primitiva
sencillez, está inspirado en el poeta Virgilio y se corresponde con lo que hemos denominado el
―paisaje panteísta‖. Un espíritu arcádico, se halla presente en la poesía italiana, ya en Boccaccio
y su popularidad se debió a Sannazaro cuya Arcadia se publicó alrededor de 1490.
Los principales representantes de ésta tendencia neoplatónica del paisaje ideal los
encontramos en Giorgione (1477-1510) y Tiziano (1477-1576).105
Giorgione. Fiesta Campestre. Circa 1510 Adam Elsheimer. Huida a Egipto. Circa 1609
105 CLARK, Kenneth. El Arte del Paisaje. Barcelona. Seix Barral, 1971.
226
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Es sobre 1600 cuando la oscuridad en el paisaje toma forma en Roma, con Adam
Elsheimer, que pinta vistas clásicas pero con una luz extraña e intensa. Natural de Frankfort.
Su influencia en Rembrandt, Rubens o Claude Lorraine, fue mucho más importante que su
obra.
227
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sobre 1600, la tradición del paisaje manierista era aceptada todavía por los mecenas y
coleccionistas aunque sólo convencionalmente y el intento de reducir la naturaleza a términos
de medición, de los renacentistas florentinos (Bruneleschi) estaba siendo cuestionado por la
inmarcesibilidad del cielo y sus problemas para someterlo a reglas de la perspectiva.
Los Países Bajos formaban la sociedad de mayor renta y nivel de urbanización de Europa
en el siglo XVII, con cerca del setenta por ciento de la población residente en núcleos urbanos.
106
106 VERGARA, Alejandro. Vermeer y el interior holandés. Madrid. Museo del Prado.2003.
228
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El primer representante del Paisaje Realista Holandés fue Isaías Van der Velde, con la
innovación de emparejar el perfil de la ciudad recortado sobre el horizonte, receta utilizada por
Vermeer (1632-1675) en su Vista de Delft y sus trasparentes y luminosos cielos.
Al período clásico del paisaje holandés del XVII pertenecen las imágenes soleadas de
Cuyp, los solemnes bosques de Jacob van Ruysdael y los grandes panoramas de Philips
Koninck108
Vermer de Delft. Vista de Deft. (circa 1660) Marina Jacob van Ruysdael. (circa 1650)
Por otro lado, las escenas marítimas de Hendrik Cornelis Vroom (1611-1675)
anticipa el paisaje de ―marinas‖ propiamente dicho, con la visión de barcos, amarras y aparejos,
velas. Y el aire que todo lo balancea.
El más dotado y versátil de todos los pintores paisajistas holandeses fue sin duda Jacob
van Ruysdael (1628-1682), cultivó casi todas las ramas en las que Stechow dividió el paisaje
holandés; pintó escenas de dunas, caminos que surcan el campo, bosques, montañas, ríos,
107 SUTTON, Peter. LOUGHMAN, John. El Siglo de Oro del paisaje holandés. Madrid. Fundación Thyssen-Bornemisza,
1995.
108 SUTTON, Peter. LOUGHMAN, John. El Siglo de Oro del paisaje holandés. Madrid. Fundación Tyssen-
Bornemisza,1995
229
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
cataratas, molinos de agua, campos de trigo, llanuras, panoramas, vistas de ciudades, escenas
de invierno, y playas y marinas.
Un nuevo concepto del paisaje, el clasicista, basado en los temas arcadianos de armonía
entre el hombre y la naturaleza del poeta Virgilio (Claude Lorraine) y una nueva forma de
componer, ordenada, basada en principios racionalistas, pitagóricos en su composición (Nicolás
Poussin) dan sentido, junto a la escuela Holandesa, al paisaje del XVII que avanza en
cuestiones tan importantes como el tratamiento de la luz (Lorrain) y el espacio (Poussin)
109 SUTTON, Peter. LOUGHMAN, John. El Siglo de Oro del paisaje holandés. Madrid. Fundación Tyssen-
Bornemisza,1995
110 CLARK, Kenneth. El Arte del Paisaje. Barcelona. Seix Barral, 1971.
230
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
y la naturaleza. Con sus paisajes empieza a tomar cuerpo uno de los grandes temas a resolver
por el género del paisaje: la preocupación por la luz.
Con Claudio de Lorena el paisaje se inscribe en una fase de evolución que lo desliga de
los condicionantes que le ataban al tema o al asunto de diferente índole y adquiere sentido el
género de paisaje si no todavía como independiente, sí como autónomo. 111
Claude Lorraine. Acis y Galatea (circa 1657) Nicolas Poussin. Et in Arcadia Ego (circa 1639)
No fue Nicolás Poussin (1594-1665) un paisajista, sino que fue el paisaje para él un
género complementario, empleó el paisaje como recurso armónico en relación a las figuras que
magistralmente supo agrupar.
Contuvo Poussin el ímpetu barroco y dio a sus fondos de paisaje una serenidad clásica
112
que sólo mucho más tardes volveremos a encontrar en los frescos de Puvis de Chavannes
Poussin, que no pintó paisajes puros hasta 1648 a los cincuenta y cuatro años,
representa el equilibrio armonioso del espacio y el ritmo, construía sus paisajes con rectas
(horizontales cruzándose o complementando las verticales) evitando la línea de arabesco y la
serpentina manierista, alejado de Tiziano y Giorgione, ,podría ser Giovanni Bellini el precursor
de su estilo. Sus temas, profundamente meditados, se retrotraen a los mitos de la antigüedad y
al pecado original del hombre.
Poussin intelectualiza y ordena el paisaje, dando inicio al paisaje clasicista, donde existe
una armonía entre lo humano racional, (no el hombre natural) y la naturaleza ―domesticada‖ y,
en cierta manera, a medida del hombre.
111 LUNA, Juan. Claudio de Lorena y el ideal clásico de paisaje en el Siglo XVII . Madrid. Museo del Prado, 1984.
112 PUIG PERUCHO, Buenaventura .La Pintura de Paisaje. Barcelona. Sucesores de Messeguer Editor,1971
231
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El mensaje de su obra: ―Et in arcadia ego‖ es coherente con éste pensamiento, nos
recuerda la duda metódica Cartesiana de ―Pienso luego existo‖: También en el paraíso han
vivido otros, también permanecen las ruinas de un arte funerario que encierran sus restos, sí,
los pastores están en la Arcadia, en perfecta armonía bucólica, pero todo fenece….
Sin embargo éste amor por la naturaleza, ésta simplicidad pastoral como temática del
paisaje virgiliano no perdurará como temática de paisaje, más allá del s.XIX.
Los géneros que tienen como protagonista la figura humana siguen siendo en la pintura
los preferidos. En cuanto al paisaje, corresponde al siglo XVIII un nuevo avance conceptual,
entre naturalista y romántico , que tiene su inicio en el pensamiento del filósofo Jean Jacques
Rousseau (1712-1778) quien inicia el tema del amor sentimental hacia la naturaleza
directamente observada, evitando tanto la idealización pastoril como la obsesión clasicista de
racionalizar y someter la naturaleza a un orden. Éste incipiente naturalismo convive con la
refinada elegancia de Thomas Gainsborough (1727-1788) el pintor que describe la
preponderancia de las clases aristocráticas de Inglaterra, hacia cuyos salones va dirigida su
producción.
Sin ser paisajistas, los pintores ingleses de retratos del XVIII siguieron en sus fondos de
paisaje la tradición de Antonio van Dyck, el gran discípulo de Rubens. Al igual que éstos, en
Francia, Boucher, Fragonard, Watteau el pintor de las fiestas galantes, conjugaron
elegantemente la figura con el paisaje.
Es el momento del paisaje de fondo ―pompier‖, donde las figuras, con posse afectada de
etiqueta de la corte de Luis XV, conviven en primer plano con masas arbóreas escenográficas
que sirven de fondo y que parecen saludarse entre sí con reverencia, atentas también a la
etiqueta cortesana del rococó francés, en Watteau (1684-1721) y Fragonard (1732-1806).
232
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se inician los estudios sobre la Historia del Arte,
en su mayor parte por autores alemanes que cristalizan en la obra de Hegel (1770-1831), en
ella se amplía y explicita el concepto rousseniano de la naturaleza, volviendo los ojos al
Creador:
―Encontramos en la naturaleza un eco que responde al alma, y con los objetos físicos,
reconocemos rasgos que tienen afinidad con el espíritu‖ (…) La Naturaleza que se ve a través
del todo, y la simpatía característica de los modos de esa vitalidad con los sentimientos
particulares del alma humana en los objetos de los paisajes representados. Esta simpatía
profunda es el único lado rico en sentimiento, el único verdaderamente expresivo por el cual la
Naturaleza puede ser no sólo tomada como marco, sino como objeto propio de la pintura‖.
(Hegel. Lecciones sobre Filosofía del Arte).
114 RODRIGUEZ RUIZ, Delfín. Barroco e Ilustración en Europa. Madrid. Historia 16.1989
233
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A principios del siglo XIX la posición de la pintura de paisaje también empieza a cambiar
en la percepción del público y popularmente se incrementa el afecto hacia éste género.
Una escena apacible, con agua en primer término reflejando un cielo luminoso y realzado
por unos árboles oscuros, era algo que todos estaban de acuerdo en encontrar hermosa, lo
mismo que en épocas anteriores habían estado de acuerdo acerca de un grupo mitológico,
atleta desnudo o una santa con los brazos cruzados sobre el pecho.
El amor estético por la naturaleza espiritualizada tuvo en el siglo XIX en Samuel Palmer
(1805-1881) su pintor. Palmer encontraba que cada brizna de hierba y cada hoja obedecían a
un plan divino podemos considerarlo como el último virgiliano.
115 CLARK, Kenneth. El Arte del Paisaje. Barcelona. Seix Barral, 1971.
116 SCHEMIDT, Katharina. LENZ, Christian. (Direction). Arnold Böcklin 1827-1901). Basilea (Suiza).2001.
234
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El efecto del sol y la llama que hacíamos referencia anteriormente como una conquista
del paisaje del siglo XVI es ahora cuando se recoge éste testigo en la búsqueda de la luz que
culminará en los impresionistas.
Fue un romántico quien va a dar el paso decisivo William Turner (1775-1851), los
cuadros de Turner simbolizan y representan la naturaleza de la luz, éste es su logro y su
legado. Su estilo, formalmente, tiene cierta regresión serpentina manierista, Turner sabía
encontrar un equivalente en color para cada forma y conseguía que el color existiese
sosteniendo por si solo el cuadro, desprovisto totalmente del sentido literario de un Poussin,
son sus visiones pálidas, opalescentes las que son capaces de destilar desde la luz y el color, la
poesía
Arnold Böcklin .La Isla de los Muertos 1883 William Turner. Lluvia, vapor y
velocidad 1844
235
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
bajo las reglas del sentido común. La influencia de Constable fue inmensa en Francia sobre
todo en Theodore Rousseau (1812-1867) quien creó el academicismo desde la pintura
naturalista de paisajes, que tanto influyeron en los paisajistas de segundo nivel durante toda la
segunda mitad del siglo XIX. Rousseau y la Escuela de Barbizon (Fontaineblau, París) a la que
pertenece crean los cánones de composición paisajística basados en el estudio del modelo al
natural con una ordenación compositiva que será la que asimilen los impresionistas para dotarla
de la atmósfera lumínica que se deriva del instante fugaz.
El pintor que fusiona la tradición clásica con el modelo romántico fue Camille Corot
(1796-1875) quien estuvo estudiando en Roma en 1825 con la intención de seguir los pasos
clasicistas de Poussin. Pronto destacó como paisajista, su poder natural de simplificación en la
composición y gran sentido tonal.
Hasta la época que estamos estudiando, el paisaje, en general, era de gran formato y su
composición se realizaba como obra de estudio, donde se convertía en posible pieza museística
y de exposición aquellos esbozos o apuntes que el pintor tomaba del natural y que en Corot
demuestran su intuición y libertad de ejecución.
Esas grandes composiciones de estudio no tienen nada que ver con sus esbozos; prueba
de ello es Puente de Narni. El estudio que se encuentra en el Louvre es tan libre como el
Constable más vigoroso.
El cuadro acabado que está en Otawa (Canadá) es tan desvaído como la más desvaída
imitación de Claude (Lorrain)119.
Corot Puente de Narni. Louvre 1826 Corot Puente de Narni. Otawa 1827
118 WILLSDON, Clare A.P. Jardines Impresionistas. Madrid. Fundación Caja Madrid. Museo Thyssen-Bornemisza, 2010.
119CLARK, Kenneth. El Arte del Paisaje. Barcelona. Seix Barral, 1971.
236
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sobre 1850, la palabra ―realista‖ pasó a ser un término de alarma frente a la palabra
―academicista‖, como destrucción de la noción abstracta de ―lo Hermoso‖.
El Salón de París de 1860, así como todas las escuelas de arte estaban totalmente
apegadas a una forma de entender el arte académico, cuya regla era que la naturaleza debía
mejorarse a favor del ideal. Pintar lo que se veía era sencillamente vulgar.
Aquí tenemos a Gustave Courbet (1819-1877) con su camisa a cuadros y su vieja pipa,
como réplica a la levita del conde. Courbet el realista, rechazado en el Salón ofreció en 1855
una exposición en exclusiva de sus obras, que contenía catorce paisajes, pinturas populares, de
atracción inmediata, asistimos a la creación de las imágenes populares, de postal de colores
que van a tener vigencia más de cien años. Así como el clasicismo tiende a la vacuidad, y a la
falta de vitalidad, el naturalismo llevado a su extremo, tiende hacia la vulgaridad, a la falta de
delicadeza en la percepción.
Del mismo modo que los estudios de Corot y Constable estaban hechos sobre el terreno
Daubigny pintaba al aire libre sus paisajes desde un bote flotante adaptado como estudio en
los ríos Sena y Oise;
Llegamos al Salón de París de 1863 donde más de la mitad de las obras que se
representaron en éste Salón oficial habían sido rechazadas. Una lluvia de protestas conseguirá
que Napoleón III permita su exposición en un recinto contiguo al Salón.
Fue en éste famoso ―Salón de los Rechazados‖ donde Edouard Manet (1833-1884)
expuso su ―Déjeuner sur l‘herbe‖, 120 que representa una síntesis de la pintura clasicista con la
237
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
más absoluta renovación formal. Los personajes posaron en un estudio y el paisaje se bosqueja
apresuradamente, de memoria. Este fondo de paisaje se ha convertido en una referencia para
los miles de visitantes del Museo D‘Orsay, si bien tenemos que decir que la innovación de
Manet está en el motivo, en el mensaje, pues la composición es heredera del Concierto
Campestre de Tiziano (atribuida a Giorgione), sigue la estela de Goya, de Velázquez y de
Ingres.
El paisaje que evoluciona desde el realismo al impresionismo requirió de los pintores una
percepción y disposición mental muy innovadora.
Monet y Pissarro fueron los primeros que se obligaron a ver en la naturaleza lo que el
ojo no puede ver indagando en la telaraña de color puro en la que se compone la luz.
238
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Monet aportó su confianza total en la naturaleza, percibida a través del ojo, y su notable
captación del tono, mientras que Renoir aportó su brillante ejecución y su paleta de arco iris.
El tema que les unió fue el centelleo y el reflejo de la luz en el agua. El café de la
Grenouillère, junto al río Sena, podemos considerarlo el lugar de nacimiento del impresionismo.
Entre 1871 y 1874 la pintura de Monet y Renoir, basada en la sensación, produjo sus
frutos más perfectos. Es la época de Argenteuil, caracterizada por el equilibrio entre el tema,
la visión y la técnica.
André Lothe en su ―Tratado del Paisaje‖ habla de los dos triángulos impresionistas de
colores: rojo, amarillo azul/violeta, verde, anaranjado, rodeando el blanco y aislando unos
colores de otros, todo ello directamente sobre el lienzo, sin preparar.
239
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El impresionismo impregnó la pintura del primer cuarto de siglo XX y los pintores más
evolucionados hacia el ―Arte Nuevo‖ lo utilizaban aunque fuese como ―procedimiento‖.
Al finalizar el siglo XIX una figura solitaria se yergue obsesivo en una línea desasosegada
que se enrosca en espirales y satura la luz de sus retorcidos paisajes, se trata de Vincent van
Gogh (1853-1890), su luz es feroz, temperamental y turbadora.
Cèzanne cuando vió una pintura de van Gogh exclamó ―Sincèrement vous faîtes une
peinture de fou‖.
Van Gogh devuelve el sentido de la tragedia en un paisaje no apacible, en una visión casi
onírica de una Naturaleza que ha huido despavorida desde un cuadro de Constable y se
pregunta cómo escapar de una época tan materialista como fue el siglo XIX.
Si existe tal vez un pintor de paisajes más opuesto al genio de van Gogh éste sería
Georges Seurat (1859-1891). Es Seurat la mente ordenada, la encarnación de la pasión
francesa por el orden intelectual, con su arsenal de geometría supedita su sensibilidad poética a
la necesidad de orden temporal, Seurat representa el impresionismo científico.
Paul Cèzanne (1839-1906), el pintor que avanza un paso más en la construcción del
paisaje y , a diferencia de los post-barrocos, del equilibrio clasicista y de los mismos
impresionistas, reviste el plano visual con la frontalidad de poderosas horizontales que
soportan la masas con las que compone sus paisajes. Las formas masivas fruto de su sentido
240
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
natural hacia el dibujo plano y su tendencia hacia la forma sólida tensionan sus cuadros
intelectualizándolos desde las formas curvas hacia las líneas rectas.
Ya no es solo la Campania romana la única que posee la única clase de vistas dignas de
interesar a un paisajista serio (como sostenían Claude Lorraine y Poussin).
La solidez de los objetos, la división facetada de sus planos de las que en cada una podía
con su color indicar una nueva dirección, su tendencia hacia el prisma, constructivista difiere de
la trama continua de colores de los impresionistas para crear la atmósfera que envuelve los
objetos, pero Cèzanne, al contrario, quería que las formas mantuvieran su identidad y todo
esto sin delinear una sola hoja de árbol.
Aunque Cèzanne nunca pensó en adoptar el cubismo, no se puede negar que su obra
tardía da un paso muy marcado hacia la abstracción, coincidente con el arte negro primitivo
donde la naturaleza parece reducirse a óvalos y cilindros.
123 González Garcia, Angel. Calvo Serraller, Francisco. Marchán Fiz, Simón. Escritos de arte de
Vanguardia.1900/1945.Madrid. Editorial Istmo, 2003.
241
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
París, se consolida como el centro de la innovación pictórica formalista, así como del
mercado de Arte, continúa siendo la capital de referencia durante el período que abarca el año
1880, donde se da por terminado el impresionismo, y 1910, cuando toma carta de naturaleza el
cubismo de Picasso y Braque.
París sigue siendo la ciudad de la luz, la referencia para todos los nuevos movimientos de
pintura, primacía que no perderá hasta la II Guerra Mundial.
Whistler, que estaba en París en 1884, puede ser considerado el nexo de unión entre el
Impresionismo y el Simbolismo.
242
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―protomodernista‖, por su dominio de los valores tonales, con los que alcanzaba a reproducir la
realidad sin fisuras124
La influencia francesa llega, a finales del siglo XIX a todas las escuelas europeas de
pintura, que son escuelas locales, nacionales y de limitada creatividad., hasta que finalmente la
capilaridad del impresionismo francés influye decisivamente en todas ellas.
Edward Hopper. Le Pont Neuf.1909. Sargent. Monet pintando cerca de Giverny. 1885
124 LLORENS, Tomás (Comisario). Sargent/Sorolla. Madrid, Caja Madrid. Fundación Thyssen-Bornemisza, 2006.
243
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
244
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los nuevos artistas de primeros de siglo, abrirán las puertas a problemas culturales,
morales, políticos, ideológicos, claves para la evolución del siglo XX tales como una
aproximación a una imagen nueva de la mujer, una nueva moral, una concepción diferente de
clasicismo y la relevancia dada al primitivismo, una inédita aproximación a la naturaleza a
través del paisaje que cobra fuerza en su dimensión urbana e industrial.
Acostumbrados estamos a una historia del arte del siglo XX, que identifica arte
contemporáneo y vanguardia, sin embargo, parece posible afirmar que la vanguardia (o
vanguardias) se configura en un conjunto de movimientos de rasgos comunes y cronología
limitada con bastante precisión que no coincide de forma unívoca con los inicios del siglo XX y
que convive con nuevas formas de expresión evolucionadas pero más atemperadas, que se
condensan en el significante ―Arte Nuevo‖
El período que comprende el año 1900 a 1925, en que todavía no han desaparecido
algunos de los grandes maestros Europeos y ya se están gestando orientaciones nuevas que
culminarán en los atisbos de algunos de los movimientos más polémicos ,hacia 1920, como
post-cubismo, el futurismo, expresionismo, Dadá…etc. Y muchos de los problemas que estos
245
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1914 Japón se alinea con la Triple Entente. En 1915 Italia rompe la Triple Alianza
(Italia, Austria, Alemania) y se alinea con la Triple Entente. En 1917 entra en guerra Estados
Unidos al lado de éstos últimos. Los frentes se estabilizan en una lucha de desgaste para
mantener las posiciones, desde 1914 a 1917.
125 FER, Briony. BACHELOR, David, WOOD, Paul. Realismo, Racionalismo, Surrealismo. El Arte de Entreguerras (1914-
1945).Madrid. Ediciones Akal, 1999.
126 A.A.V.V. Historia Contemporánea Universal.Madrid.UNED.1981.
246
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Tras una serie de intentos de Alemania, por romper la línea de trincheras, (Verdun,
Caporetto) en 1918, se clausura el frente oriental por decisión del nuevo gobierno comunista
llegado al poder en Rusia (paz ruso-alemana de Brest-Litovsk). Pero los ataques al frente
occidental franco-británico, denuncian el agotamiento del propio Imperio Alemán, derrotado en
el avance sobre el Marne y reducido a la defensiva. La inmediata contraofensiva de la Entente,
fuerza la petición de armisticio por los Gobiernos de Alemania y Austria, en Noviembre de 1918.
La paz se restablece con el Tratado de Versalles entre la Triple Entente y Alemania (Junio 1919)
De éste modo, a primeros del siglo XX, continuarán de forma imparable los avances
científicos que irán sustituyendo en la mentalidad de la época a la teología y la filosofía, como
explicación del Universo. Ésta sustitución se realizará gradualmente, comenzando por las clases
sociales urbanas y avanzando lenta pero inexorablemente hacia el cambio de mentalidad del
conjunto de la sociedad europea.
247
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La corriente vitalista está en pleno auge con Bergson (1859-1941) y José Ortega y Gasset
(1883-1955),sin embargo, el redescubrimiento de S. Kierkegaard (1813-1855) realizado en
buena medida por Miguel de Unamuno (1864-1936),añade una forma distinta de radical
inseguridad derivada de la crisis espiritual que sobreviene como consecuencia de la I Gran
Guerra Europea, al hacer énfasis en la radical insuficiencia de toda explicación racional y ,por
ende, conduce a la negación del racionalismo y también de la trascendencia con el
existencialismo( M Heidegger 1889-1976).
Por supuesto, la formulación de estos criterios no basta para eliminar los valores
cristiano-morales y racionalistas, arraigados profundamente en las propias entrañas de la
cultura occidental.
No obstante, ésta crisis del pensamiento occidental, que acontece en torno a 1900,se
traslada a la realidad social en forma de ideologías en las primeras décadas de la centuria,
como consecuencia de las circunstancias sociales, económicas y políticas del periodo que se
desarrolla entre 1914 y la II Guerra Mundial.
127 ASIMOV, Isaac. Historia y Cronología de la Ciencia y los descubrimientos. Barcelona. Ariel, 2007.
248
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
249
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Esta traslación europea de los sistemas filosóficos, hacia las ideologías, implica su
divulgación y la creación y generalización de nuevas formas de comportamiento, que conforman
un escenario peculiar del período de entreguerras.
Se trata de un cambio paulatino, que comienza mucho antes, coincidiendo con la propia
gestación del liberalismo.
Hasta ese momento, las formas tradicionales de la cultura popular siguen rigiendo en la
práctica, esto es: Conciencia de la dependencia de Dios, articulación hondamente familiar de la
sociedad, aceptación de las normas morales cristiano-occidentales en todos los ámbitos de la
relación. Esta tradición coexistirá con las nuevas actitudes, todavía minoritarias.
250
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ni que decir que ninguna de estas expresiones de la situación a primeros de siglo XX,
beneficia a la función religiosa de la Iglesia católica. De hecho, se consolida ahora el flujo de la
descristianización de occidente, que se ve alentada tanto por la crisis intelectual y moral de
valores como por la oferta de modos de evasión que supone la naciente sociedad de consumo.
251
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ante ésta nueva avalancha, la Iglesia mantiene una postura doctrinal, aferrada a los
criterios tradicionales y proyecta ésta doctrina tradicional hacia los nuevos problemas sociales, a
través de las Encíclicas.
Surgen nuevas industrias como el sector farmacéutico y químico en general. Entre éstas,
la industria de la fotografía.
252
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La telegrafía sin hilos será el otro medio de comunicación que tendrá en Europa desde
primeros de siglo, un crecimiento continuado.
253
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La salud: La Gripe española (también conocida como la Gran pandemia de gripe) fue
una epidemia de inusitada gravedad, causado por un brote de ―Influenza virus‖, se cree que
fue una de las más letales pandemias en la historia de la humanidad. Muchas de sus víctimas
fueron adultos jóvenes y saludables, a diferencia de otras epidemias de gripe que afectan a
niños, ancianos o personas debilitadas
La enfermedad se observó por primera vez en, Kansas (EE UU) el 11 de Marzo de 1918.
Los Aliados de la I Guerra Mundial la llamaron Gripe española porque la pandemia recibió una
mayor atención de la prensa en España que en el resto del mundo, ya que España no se vio
involucrada en la guerra y por tanto no censuró la información sobre la enfermedad.
―1918. Como hay tanta gripe, han tenido que clausurar la universidad. Desde entonces,
mi hermano y yo vivimos en casa, en Palafrugell, con la familia (...)‖
En los Estados Unidos, cerca del 28% de la población padeció la enfermedad y de 500.
000 a 675. 000 murieron. En Gran Bretaña, murieron 200 000; en Francia, más de 400 000
personas.
254
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Cartel Norteamericano para la prevención de la Hospital improvisado para enfermos de Gripe.EE UU.
Gripe.1918 1918
Tras registrarse los primeros casos en Europa, al parecer en Francia, ésta pasó a España.
España fue uno de los países más afectados con cerca de 8 millones de personas infectadas en
Mayo de 1918 y alrededor de 300.000 muertes (a pesar de que las cifras oficiales redujeron las
víctimas a «sólo» 147.060).
255
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Portada- Resumen del Diario “La Vanguardia” de Barcelona del año 1918.
Edición Fascimil 1998
La Cultura: El libro que expresó la idea de crisis, tras la I Guerra Mundial, fue ―La
decadencia de Occidente ― de Oswald Spengler (1880-1936) cuyo primer volumen apareció
antes incluso de que terminase la guerra, en el verano de 1918.
Spengler proponía en su obra una morfología cíclica y biológica sobre la historia de las
civilizaciones, de acuerdo con la cual toda civilización, como todo organismo, tendría su ciclo
vital determinado que le llevaría desde su nacimiento hasta su decadencia y extinción. El libro,
por tanto, venía a mostrar el agotamiento vital de la civilización occidental, que habría
culminado en la guerra del 14. Su éxito fue excepcional. Se vendieron de inmediato miles de
ejemplares. Se tradujo con igual éxito a varios idiomas. No exageraba Ortega y Gasset cuando,
al aparecer la versión española en 1923, lo definió como "la peripecia intelectual más
estruendosa de los últimos años". Extractamos un párrafo de la Introducción de Ortega y
Gasset:
256
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―No basta, pues, con la historia de los historiadores. Spengler cree descubrir la
verdadera substancia, el verdadero «objeto» Histórico en la «cultura». La «cultura», esto es, un
cierto modo orgánico de pensar y sentir, sería, según él el sujeto, el protagonista de todo
proceso histórico. Hasta ahora han aparecido sobre la tierra varios de estos seres propiamente
históricos. Spengler enumera hasta nueve culturas, cuya existencia ha ido sucesivamente
llenando el tiempo histórico. Las «culturas» tienen una vida independiente de las razas que las
llevan en sí. Son individuos biológicos aparte. Las culturas son plantas—dice—. Y, como éstas,
tienen su carrera vital predeterminada. Atraviesan la juventud y la madurez para caer
inexorablemente en decrepitud. Estamos hoy alojados en el último estadio—en la vejez,
consunción o «decadencia»— Untergang— de una de estas culturas: la occidental. De aquí el
título del libro‖131.
La hostilidad hacia el orden social establecido, justificada por la carnicería que supuso la
Guerra Mundial , frente a los puristas que defendían que había sido la Gran Prueba,
desembocaba en un hecho concluyente que demostraba la irremediable corrupción de la
132
sociedad burguesa.
Napoleón vió aún en el paisaje donde se desarrolla la batalla, una escenografía, un gran
teatro de operaciones militares. No así los generales y soldados de la Gran Guerra, ocultos bajo
tierra al abrigo del fuego de metralletas, aviones. Paul Klee escribía en su diario de 1915 que
cuando más aterrador es el mundo, más abstracto es el arte 133
257
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Semejante fue la situación para la Generación Española de 1914, aunque por otros
motivos, que dieron lugar, en época de neutralidad considerada como una oportunidad, a una
falta de vertebración social, donde las fuerzas centrífugas dispersaban un proyecto común de
Nación.
Ya en 1916 -poco después, por tanto, de que estallara la guerra- había surgido en Zúrich
el movimiento dadaísta (Tzara, Duchamp, Man- Ray, Picabia, Max Ernest...) que hizo de la
provocación artística una forma de rechazo de los valores -para los dadaístas, absurdos- en
que se fundamentaba la sociedad moderna. La misma palabra que dio nombre al movimiento,
Dada, era significativa: un término sin sentido, para un mundo igualmente carente de sentido.
Mondrián (1872-1944), llevó los procesos de simplificación geométrica y abstracción del
cubismo y de otras experiencias artísticas anteriores hasta sus últimas consecuencias y, a partir
de 1916-17, produjo una pintura de pureza casi ascética y máxima simplicidad, hecha de
rectángulos y cuadrados de color separados por líneas horizontales y verticales siguiendo la
teoría del número áureo.
258
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los artistas, como los constructores, aspiraban a las normas de producción industrial y
recurrían a modelos y métodos de producción en serie, ‖norma‖ y ―modelo‖ formaban parte
importante del llamado ―Constructivismo‖ en los años veinte.134
Este tipo de significados encierran también la expresión época de decadencia con la que
se suele hacer referencia al arte de fines del XIX y comienzos del siglo XX, éste arte decadente
posee una entidad propia, una fuerza propia y de ningún modo vive de las fuerzas del pasado
ni es su mera prolongación. Estamos hablando de lo que algunos críticos han tildado de arte
frívolo, morboso, superficial, sofisticado, esteticista en grado sumo; calificativo que se extiende
a sus paisajes preciosistas, como teselas de mosaico, decorativistas.
Gustav Klimt (1862-1918) fundó en Viena lo que se conoce con el nombre de Secession,
movimiento que se separa de las academias oficiales de Bellas Artes a las que consideran
demasiado conservadoras.135
134 FER, Briony. BACHELOR, David. WOOD, Paul. Realismo, Racionalismo, Surrealismo. El Arte de Entreguerras (1914-
1945).Madrid. Ediciones Akal, 1999
259
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La intensa atracción de las imágenes de Klimt ha sido una de sus características que han
llegado a la actualidad (quizás las reproducciones de sus cuadros sean las láminas más
vendidas en museos y tiendas de arte, actualmente) Sus imágenes encierran en sí mismas la
belleza de una joya. Las mujeres de Klimt, a su vez aparecen como seres deseados y terribles,
su arte posee un carácter monumental, influenciado por el arte bizantino.
Alumno de Klimt fue Ego Schiele (1890-1918) cuya temática contiene una alta tensión
emotiva y erótica que utiliza como significante de la soledad y la angustia. Una figuración
explícita que en el paisaje se traduce en una técnica preciosista que recuerda las teselas de un
mosaico bizantino.
135 BOZAL, Valeriano. Los Orígenes del Arte del siglo XX. Madrid. Historia 16. 1989
260
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El Art Decó fue una reacción al Art Nouveau y sus latiguillos y arabescos; se caracterizó
por la composición figurativa simétrica y monumental, la frialdad en la composición de entornos
261
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
perfilados en una superficie pictórica totalmente lisa, donde adquiere protagonismo la banalidad
de los objetos mecánicos y cotidianos, la geometría de la línea recta, estilizada, como
significante del lujo y el poder de los años 20.
Toma sus líneas yuxtapuestas y planos aristados del cubismo, pero mantiene la
tridimensionalidad de la perspectiva, obteniendo la figuración geométrica.
Su principal novedad alcanzó también a los temas representados, y por vez primera
cobran protagonismo la emancipación femenina, el paisaje urbano e industrial, los deportes, la
vida cotidiana, los avances técnicos y mecánicos .El Art Decó fue un arte figurativo elitista,
frívolo, de y para la alta burguesía europea. Un medio para mostrar su poder a través de la
estética.
La vida es una sucesión de imágenes geométricas (…) perfectas que tienen parte de sus
lados anclados en las formas anteriores y otros ya en la base de las siguientes. 136
262
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El siglo XX se inicia con el epítome de la obra de los grandes impresionistas franceses del
siglo XIX: Degas, Renoir, Monet y Cèzanne.
Los últimos años de Degas (1834-1917) son poco conocidos, sabemos que hacia 1905
empezó a tener serias dificultades con la vista y sus últimos cuadros están fechados en torno
a 1905-1910 Sus temas continúan siendo los mismos: toilettes, planchadoras, bailarinas, con
esa personalidad propia, difícilmente comparable con los otros impresionistas.
En cuanto a Renoir (1841-1919), dejemos hablar a su gran admirador José Francés, que
137
en El año Artístico 1918 realiza una crítica de su Arte en éstos términos:
El color canta en los cuadros de Renoir, con un espíritu lírico que sólo el gran
impresionista francés posee.(…)No recuerdo otro pintor que sugiera de modo tan penetrante la
sensación de vitalidad alegre y feliz, ni que haya amado con tal exaltación contagiosa a la
mujer.
Claude Monet, (1840-1926), casi ciego, continúa pintando, desde su refugio de Giverny a
las afueras de París donde se establece en 1890, inicia desde 1906 sus series de nenúfares o
ninfeas.
A Monet se referirá nuestro crítico de Arte, José Francés desde las páginas de El Año
Artístico 1918:
263
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Desde el extremo oriente, nuevas influencias iban a permitir avanzar con nuevos
enfoques estéticos que serían asimilados por la pintura de paisaje, se trata del llamado
―japonismo‖ y en menor medida, del arte primitivo.
Como consecuencia, a finales del siglo XIX, de la firma de los acuerdos comerciales entre
Estados Unidos y Japón, que permitió el florecimiento del comercio entre Gran Bretaña, Francia,
Países Bajos y Rusia las xilografías, estampas y catálogos de arte japonés van a ejercer una
notable influencia en los diversos movimientos artísticos, como los impresionistas, los Nabis y el
art Nouveau.
De gran delicadeza cromática y formal los llamados ―japonistas‖ pintarán sus paisajes
sobre telas de formato cuadrado o vertical (Kakemonos) y sus composiciones heredarán del
arte japonés, su encuadramiento insólito, como el primer plano oblicuo 138 y la ascensión en la
tela del suelo que ocupa el primer plano del cuadro, mientras que la escena representada
queda en segundo plano, frecuentemente con grandes diagonales compositivas donde priman
el modelado y el volumen (Félix Vallotton. La Pelota.1899).
264
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gauguin, en sus cuadros de Tahití, tiene gran afinidad con el arte indio: el exotismo de
las figuras, el sentida francamente decorativo de la composición y los colores raros y brillantes.
La pintura china, con su kakemonos y makimonos pintados sobre seda; las estupendas
lacas de colores de esmalte, con sus oros de Varios matices, sus flores y animales ejecutados
caligráficamente, sin relieve ni perspectiva; por la expresión de la línea, riqueza de materia y
alto sentido decorativo que domina en el arte chino, es por lo que nos cautiva.
Los japoneses excluyen de sus pinturas y sus estampas las sombras, (…). Su pintura,
eminentemente decorativa y caligráfica, como la pintura china, menosprecia el modelado, no
teniendo en cuenta el claroscuro ni la tercera dimensión del espacio. Se sirve de los colores en
tintas planas como policromía ornamental de la línea, no como elemento de luz.
Los japoneses armonizan todos los colores rebajándolos con grises, acordándolos en
sus gamas medias; consiguiendo esos matices inciertos, delicados, de rara distinción e
imposibles de analizar. La nomenclatura de colores usada por Outamaro es significativa: blanco
Vientre de pez, nieve rosada, nieve flor de melocotón, nieve azulada, negro de cielo, llama
humeante, ceniza de plata, verde de té, Verde brote de loto‖.139(José Francés. El Año Artístico
1922. Pag. 102-103)
Pierre Bonnard (1867-1847) es otro ejemplo de ésta forma de composición que sin duda
hace evolucionar el paisaje de primeros de siglo a través de Gauguin y la escuela de Pont-Aven.
Otra influencia externa que plásticamente incidirá en los motivos y las formas estéticas
de primeros de siglo XX será el llamado ―Primitivismo‖, consecuencia directa de las exposiciones
antropológicas dedicada al arte africano, indio, samoano, donde , aparte de los iconos
escultóricos, como las máscaras africanas de éstas culturas, se apreciaban danzas ,ritos
exóticos que conformaron una nueva pulsión espontánea y libre que será recogida por Gauguin
y Picasso y los expresionistas alemanes entre otros, que por otra parte tendrá más repercusión
en la representación de la figura que ven el paisaje.
Consecuencia directa del auge de éste primitivismo será el Movimiento Naíf (Ingenuo),
típicamente francés, los artistas naíf pintan la vida cotidiana, con un espacio pictórico ausente
265
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
266
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En 1888 Sérusier pinta en Pont-Aven la obra paradigmática del movimiento Nabis ―Bois
d‘amour‖, sintetizando el paisaje a través de la exaltación de los colores hasta rozar la
abstracción.
Los pintores Nabis tuvieron su vigencia hasta el inicio de la I Gran Guerra y además de
los citados, se encuadran en el movimiento, Pierre Bonnard y Paul Ranson. En España
encontramos al Vázquez Díaz de la etapa de París.
―Debemos recordar que un cuadro (antes de ser un caballo de batalla, una mujer
desnuda o cualquier otra anécdota) es esencialmente una superficie plana recubierta de colores
dispuestos en función de un cierto orden‖.140
267
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Frente al Impresionismo y al arte narrativo de final del XIX y primeros del XX, vuelve a
plantearse ―lo clásico‖ como lo que no está sometido al tiempo, a lo efímero. El clasicismo nos
ofrecerá lo permanente y duradero. Ser clásico a través de la Naturaleza y percibir la naturaleza
a través de las sensaciones141.
La enorme figura de Cèzanne (1839-1906) alcanza el siglo XX, para asegurarnos que el
cilindro y la esfera surgen debajo de los asuntos anecdóticos, para dotarles de solidez
intemporal fundada en cánones precisos a la vez que las representa en otro lenguaje que no
tiene que tener una relación directa entre objeto y representación, al igual que el sonido de la
palabra, nada tiene que ver con los objetos designados: es el nuevo clasicismo cezanniano. Su
método de dividir los planos en facetas y de construir su composición con diversas formas
simplificadas era un medio para expresar sus sensaciones 142
En sus últimos años pinta sus series más clásicas. Las pinturas de la montaña Sainte-
Victoire y las bañistas: el artista construye un espacio en el que los motivos crean el paisaje
mediante el contrapunto entre la tensión y la solidez de las formas en equilibrio. Cèzanne quiere
hacer con el impresionismo pintura como la de los museos.
Cèzanne mantuvo una relación epistolar e intelectual con Emile Bernard (1868-1941) y
Maurice Denis (1870-1943).Denis formaba parte de los Nabis y Bernard era una de las figuras
más destacadas del grupo de Pont-Aven, que giraba en torno a Gauguin.
141 BOZAL, Valeriano. Los primeros diez años.1900-1910, los orígenes del arte contemporáneo. Madrid. La balsa de la
Medusa.Visor,1991
142 CLARK, Kenneth. El Arte del Paisaje. Barcelona. Seix Barral, 1971.
268
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ambos pintores serán considerados por José Francés en ―El año artístico 1918‖ y Denis
participará con su obra ―La Anunciación‖, en la ―Exposición de Pintura Francesa
Contemporánea‖ celebrada en Madrid, en 1918.
269
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Algunos autores consideran al Fauvismo como la primera revolución artística del siglo XX.
Al contraponer frente a otras consideraciones, la autonomía del color y la intervención de las
emociones del pintor.143
Este es el punto de partida del fauvismo: la afirmación y uso de los colores puros y la
eliminación de la gradación tonal. Cuando Matisse (1869-1954) expone ―La alegría de vivir‖, en
el Salón de los independientes, de 1906, el éxito se mezcla con la burla y el escándalo por su
acento primitivista, tan alejado del clasicismo. A partir de 1905, Matisse descubre en su estancia
en Colliure, la luz que elimina las sombras, que hace desaparecer el negro y pone en primer
término la pureza de los colores.
270
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Con Matisse, encontramos, entre el grupo de los fauves a André Derain (1880-1954),
Maurice Vlaminck (1876-1958).Edouard Vuillard (1868-1940). El fauvismo no cuaja como
movimiento de vanguardia, y sus miembros evolucionan con rapidez en sentidos diferentes.
Tiene su momento álgido en el Salón de otoño de 1905 de París y concluye hacia 1907. Los
paisajes fauvístas se caracterizan por su bimensionalidad esquemática, el predominio del color,
en detrimento de del volumen y la profundidad.
La Alegría de Vivir de Matisse. Produjo un fuerte impacto. Comprada por Leo Stein y
Gertrude Stein fue vista por numerosos visitantes en su casa de París. Entre ellos, por Pablo
Picasso, que pronto parece que decidió emularlo con una pintura que se llamó Les Demoiselles
d‘Avignon.144
Parece que los historiadores del arte debaten la influencia de Matisse sobre los llamados
―fauves‖ de Alemania y muy especialmente sobre Ernest Ludwig Kirchner (1880-1938),una de
las figuras centrales del expresionismo, fundador del grupo Die Brücke (El Puente) formado en
Dresde en 1905, y en 1911 el grupo se mudó a Berlín. Los dibujos de Matisse se expusieron en
la Secesión berlinesa de 1907-1908.
La incidencia del fauvismo es bastante notable en Kirchner, pero hay una diferencia
fundamental en el modo de representar la figura y la importancia de la figura femenina, que
adquiere con Kirchner un tratamiento más simbolista unido a la temática de lo cotidiano
urbano.
144 BOZAL, Valeriano. Los Orígenes del Arte del siglo XX. Madrid. Historia 16. 1989.
271
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para los expresionistas fue el arte el medio para expresa su neurosis y la conciencia de
rebelión frente al malestar económico y social de un mundo que se encaminaba hacia la I
guerra mundial. Con los expresionistas, el paisaje adquiere un carácter estático, de colorido
intenso y violento, la pincelada aplicada con brusquedad empasta el cuadro con abundancia
matérica hasta la rugosidad.
La propuesta estilística del grupo Die Brücke es nueva, diferente, vuelve extraña la
realidad, no se acerca a la imagen de la naturaleza y ello escandalizó al público
contemporáneo145
145 ARNALDO, Javier. MOELLER, Magdalena (Comisarios) .Brücke. El nacimiento del Expresionismo alemán Madrid.
Caja Madrid-Thyssen-Bornemisza.2005.
272
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El lenguaje común entre todos ellos era el compartir una tendencia universal en el arte,
por encima de localismos, particularismos y nacionalismos. La Escuela de París, resulta así una
experiencia cosmopolita en la que diversas raíces culturales se funden libres de vínculos
políticos, religiosos y tradicionales. Sus exponentes más paradigmáticos son Braque, Matisse y
Picasso, que trabajan en Montmatre, pero no se entendería el concepto, sin los nombres de
Modigliani (1884-1920),Chagall (1887-1985), Miró (1893-1983), y Soutine (1893-1943).Todos
ellos, incluso Modigliani, pintaron paisajes.
Picasso. Los techos azules.1901 Picasso. Casas en una colina. Horta de Ebro.1909
146 GÁLLEGO, Julián.30 Artistas españoles de la Escuela de París. Madrid. Centro Cultural del Conde Duque, 1984.
273
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
274
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Picasso. Casas en una colina. Horta de Ebro.1909.El autor de la Tesis. Museo Berggruen. Berlín 2011
147
Vanguardia es un vocablo más antiguo de lo que corrientemente se piensa. En el
Tesoro de la Lengua Castellana de Covarrubias (primer diccionario de nuestro idioma, editado
en 1611) figura como término militar. ―Es en el exercito el esquadrón primero que haze rostro
al enemigo‖. En el léxico de la construcción se denomina vanguardia al punto de arranque de
las obras de fábrica de un puente o una presa.
Desde primeros del siglo XX, del arte de la guerra ha pasado a ser un término artístico.
Estar en primera línea (de fuego) de la creación artística, ser partidario de una nueva estética
es ser vanguardista. Enarbolar la bandera de la originalidad es un acto estéticamente bélico en
pro de la modernidad.
147 BONET CORREA Antonio. Vanguardias Históricas 1918-1939. A Coruña.1998.Fundación Barrié de la Maza
275
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
6.6.- EL CUBISMO
El arte de primeros de siglo XX, arruina el tópico según el cual las imágenes representan
de forma natural aquello que pintan o dibujan Ello impulsa un ámbito de libertad expresiva, sin
el que es imposible concebir ya la historia del arte del siglo XX.
En puridad, el público aficionado a la pintura, solo comenzó a saber del cubismo a partir
del Salón de los Independientes de 1911.El grupo allí representado era de residencia habitual
en París. En 1912 el Cubismo está preparado para ser la base de un nuevo Estilo Internacional,
difundido, entre otros, por los Futuristas148
La conocida mecenas americana Gertrude Stein se mostró a favor del movimiento y los
marchantes Amboise Vollard y Henry Kahnweiler, junto con los escritores Guillaume Apollinaire,
Pierre Reverdy y Max Jacob, se erigieron en defensores de éste movimiento que estaba
destinado a influenciar a toda la pintura de vanguardia posterior.
148 CARMONA, Eugenio. Los Tiempos del Cubismo (1910-1920) Madrid. Galería Leandro Navarro, 2007.
149 CALVO SERRALLER, Francisco. Del futuro al pasado. Vanguardia y tradición en el arte español contemporáneo .
Madrid. Alianza Forma, 1990.
150 FRIDE CARRASSAT, Patricia. MARCADÉ Isabel. Movimientos de la pintura.Barcelona.Larousse, 2004.
276
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La aparición del cubismo en la pintura reviste una importancia capital, pues actúa como
sinécdoque que definirá los movimientos vanguardistas posteriores, actuando de clave y
277
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Inaugurado por el Manifiesto del Futurismo de Filippo Tommaso Marinetti (Le Fígaro
1909) caracterizado por preconizar una renovación radical de los medios expresivos y una
151
audaz experimentación estilística.
Marinetti confirma:
―Un automóvil de carreras adornado con grandes tubos como serpientes de aliento
explosivo…. Un automóvil rugidor que parece correr sobre la metralla es más bello que la
Victoria de Samotracia‖.
278
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los pintores plasmaron esa exaltación del progreso en unas telas rebosantes del ritmo
trepidante de la vida urbana, el trabajo moderno y el dinamismo de las máquinas, con una
técnica de formas planas que se encabalgan unas a otras sugiriendo un movimiento simultáneo
y trepidante.
Malevich escribiría en 1920: (…) llegará la época de nuevos materiales privados del color
y del tono (…)153
153 GONZÁLEZ GARCIA, Ángel. CALVO SERRALLER, Francisco. MARCHÁN FIZ, Simón. Escritos de arte de
Vanguardia.1900/1945.Madrid. Editorial Istmo, 2003.
279
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El Sincronismo (Synchromism). Movimiento fundado hacia 1913 por los artistas de EE.
UU: Stanton MacDonald-Wright y Morgan Russell.
José Francés hacer referencia en El Año Artístico 1918 a éste movimiento, en su crítica
artística sobre Una Exposición de Pintores Polacos realizada en Abril en Madrid:
―(…) En cuanto al Sr. Zawadowski, nos parece un sincronista (sic) dicho sea con todos
los respetos.
280
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La pintura metafísica nace en Italia en 1916 y tendrá su período de vigencia hasta 1921.
Giorgio de Chirico (1888-1978) conoce a Carrá (1881-1906) en el hospital militar de Ferrara,
donde ambos están ingresados. La ciudad, con el castillo y las plazas silenciosas, fascina a los
dos artistas y les inspira las atmósferas suspendidas y oníricas de sus obras, pobladas de
misteriosos maniquíes y estatuas.
281
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Con una composición densa, lineal, de gama de colores rotos, que recuerda la
perspectiva italiana del Quatroccento de rigor matemático155 acentúan formalmente la
profundidad del espacio, devolviendo al paisaje las coordenadas clásicas de perspectiva,
depurándolo formalmente y dándole una geometría compositiva paradójica al asunto tratado
que enlaza con una atmosfera de inquietante misterio.
La denominación misma del movimiento tiene una etimología incierta, parece ser que era
una palabra elegida al azar en el diccionario. Como dice el mismo Tzara: no significa nada.
En 1918, Tristán Tzara promulga el Manifiesto Dadá, del que extractamos lo siguiente:
282
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Un cuadro es el arte que se encuentren dos líneas geométricas que se ha comprobado
que son paralelas, hacer que se encuentren en un lienzo, ante nuestros ojos, en una realidad
que nos traslada a un mundo de otras condiciones y posibilidades. Este mundo no está
especificado ni definido en la obra, pertenece en sus innumerables variaciones al espectador.
Para su creador la obra carece de causa y de teoría. Orden = desorden; yo = no-yo; afirmación
= negación; éstos son los fulgores supremos de un arte absoluto. Absoluto en la pureza de
cósmico y ordenado caos, eterno en el instante globular sin duración, sin respiración, sin luz y
sin control.
Yo destruyo los cajones del cerebro y los de la organización social: desmoralizar por
doquier y arrojar la mano del cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda
fecunda de un circo universal en las potencias reales y en la fantasía individual‖.
El gran movimiento heredero de Dadá se formará (cómo no) en París en 1924 con parte
de los artistas procedentes del movimiento Dadá. Hablamos del Surrealismo.
156 GONZÁLEZ GARCIA, Ángel. CALVO SERRALLER, Francisco. MARCHÁN FIZ, Simón. Escritos de arte de
Vanguardia.1900/1945.Madrid. Editorial Istmo, 2003.
283
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
6.9.- LA ABSTRACCIÓN.
Este paso adelante significa la ruptura radical con el pasado sea o no Arte Nuevo. El
proceso comienza en Europa hacia 1906-1912 y se extenderá por todo el siglo XX y XXI.
Kandinsky es el iniciador del movimiento, con su famosa obra ―De lo espiritual en el arte‖
(1912) de la que extractamos:
―Hoy el espectador (...) busca en la obra de arte una pura imitación de la naturaleza
que sirva a fines prácticos (el retrato ) o una imitación de la naturaleza que contenga una cierta
interpretación (pintura impresionista) o, finalmente estados de ánimo disfrazados de formas
naturales (emoción)(…) la gran masa pasea por las salas y encuentra los lienzos ―bonitos‖
―grandiosos‖.(..) Este estado del arte se llama l‘art pour l‘art. La destrucción de los sonidos
internos. (…) Bello es lo que brota de la necesidad anímica interior. Bello es lo que es
interiormente bello‖158.
157 ARNALDO, Javier.1914: La Vanguardia y la Gran Guerra. Madrid. Caja Madrid. Thyssen-Bornemisza.2009.
158 KANDINSKY, Vassily. De lo espiritual en el Arte. Barcelona. Paidós,1996
284
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Para Kandinsky, la sonoridad absoluta nace del mayor contraste de elementos y este
contraste está en la vertical y la horizontal, o entre el amarillo y el azul. La composición será
para él el establecimiento de la armonía interior de las tensiones. 159
De todos modos el arte dominante del período de entreguerras fue el figurativo, mientras
que el abstracto difícilmente conseguía la aprobación del público tanto en Europa como en
Norteamérica.
Entendemos que cuando la Abstracción toma los títulos tan usuales en Kandinsky o
Mondrián como ―Improvisación‖ ―Composición‖ ―Líneas‖ ―Manchas‖... etc., estamos ante la
plasmación estética de los ―sonidos internos‖ que no pertenecen a ningún género artístico
tradicional, es decir nos encontramos con la ausencia de canon, acentuado cuando el
movimiento Dadá consagra artísticamente cualquier artefacto.
Tensionar los géneros artísticos hasta el punto de vista del Arte ¿aboca a su misma
desaparición? No es el tema de ésta tesis éste horizonte de cambios no ya de perspectiva o de
opinión sobre Las Bellas Artes sino de su misma esencia y existencia.
Se podrá opinar sobre si el vaso del Arte está medio lleno o medio vacío pero… ¿Qué
ocurre cuando la cuestión se desliza hacia la existencia del mismo vaso?
285
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
286
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
287
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
288
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Nuestros más grandes pintores viven casi todos en el siglo XVII. Goya, genio aislado,
abarca y da sentido a todo un siglo mediocre en las artes pictóricas como fue el Siglo XVIII
español. España desde el siglo XV toma conciencia de nación y produce en un ambiente
propicio; inmersa en Europa, nuestro arte pertenece a la amplia onda de cuyas expansión han
participado las naciones que constituyen el Occidente Europeo: el románico, el gótico, el
renacimiento, el barroco, lo académico, lo romántico, el realismo…etc.
La pintura española no muestra gran interés por el género mitológico o por temas de
contenido literario o imaginativo, tampoco se siente, hasta finales del siglo XIX, particularmente
atraída por el paisaje. El carácter voluntarista e individualista español ha sido, en general, poco
dado a la inmersión contemplativa en la naturaleza, a la visión panteísta de lo que nos rodea,
ello hace que no exista una tradición nacional del género.160
Es considerado El Greco (1548-1614) como pintor todavía manierista a los inicios del
Barroco español y en su paisaje ―Vista de Toledo‖ pintado entre 1604 y 1614 ofrece a la cultura
occidental uno de los primeros paisajes puros emotivos e interpretativos de la realidad.
160 LAFUENTE FERRARI, Enrique. Breve Historia de la Pintura Española. Madrid. Akal 1987.
289
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sin embargo, el ―paisismo‖ continua como género inferior en España como en Europa,
frente a la pintura de composición de figuras con un ―contenido‖ o ―asunto‖.
De todos modos, no hay duda de que, hacia 1633, el paisaje se encontraba ya entre los
géneros pictóricos161 si bien en la concepción de la pintura clasicista, el paisaje se valorará
como un género jerárquicamente inferior, donde cabe también la representación de los
panoramas urbanos.
―Rato ha que te espero aunque no ocioso, antes entretenido mirando esta espesura de
alisos, sauces y chopos, este correr del Manzanares (…)‖
Volvemos aquí a encontrar el gozo por la observación del paisaje, tal como enunciara
Petrarca con anterioridad.
Recetas para trabajar el paisaje las encontramos en el libro de Francisco Pacheco (1564-
1644) ―Arte de la Pintura‖ (póstumo 1649) maestro y suegro de Velázquez, donde relata
convencionales fórmulas de taller para conseguir los fondos de paisaje que han de
complementar al ―argumento‖ o tema principal de la obra:
―El orden que se tiene para pintar un país, estando el lienzo dispuesto, es debuxarlo,
repartiéndolo en tres, o cuatro, distancias, o suelos : en el primero, donde se pone la figura o
Santo, se hacen los árboles y peñas mayores, teniendo respeto a la proporción de la figura ; en
el segundo se hacen los árboles y casas menores, y en el tercero, mucho menos, y en el cuarto
donde se juntan las sierras con el cielo, se remata en mayor disminución‖ (…)
161 CALVO SERRALLER Francisco. Los Géneros de la pintura. Madrid. Taurus. 2005.
290
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Si la historia está sujeta al país, o si el país está sujeto a la historia‖ 163
Después de los pintores del Barroco español, que utilizan el paisaje como fondo, llegamos
a 1670 donde las influencias extranjeras se acentúan en España.
291
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Madame D‘Aulnoy escribe en su diario de Madrid que los pintores ―Que trabajan no son
del país; son de Flandes, de Italia o de Francia los que han venido a establecerse aquí‖.
Se trata de Lucas Giordano, apodado ―fa presto‖, Houasse, Jean Ranc, Michel Vanloo.
La Academia oficial de Arte bajo la tutela del Estado se inicia con la Junta Preparatoria en
1744 y Fernando VI es quien otorga el decreto que establece la institución en 1751. 165
Hacia 1774, el pintor de Carlos III, el académico Rafael Mengs (1728-1779) encarga a
Francisco de Goya (1746-1828) una serie de cartones para los tapices de la Casa Real
inspirados en ―asuntos‖ del pintor del siglo XVII de Amberes, David Teniers, consiguiendo Goya
derivar ésta primera idea hacia escenas de la vida popular madrileña. El primer cartón fue
entregado el año 1776, ya había estado en Roma. Y en los merenderos de los suburbios
Madrileños de La Moncloa y a orillas del Manzanares encuentra un ambiente propicio.
De modo que éste primer cartón será llamado ―La Merienda a orillas del Manzanares‖,
inaugurando la serie de ―motivos‖ populares Madrileños donde hace vivir en armonía la figura
con el paisaje, rompiendo la norma academicista por la que el paisaje no debía tener ―emoción
vital‖ y acercándose a la poesía de la atmósfera, tan lograda en Velázquez, ahora transformada
en celosías de luz transparentes y luminosas. En El Baile de S. Antonio de la Florida emplea el
sfumato italiano, la composición y colorido de los cartones goyescos giran hacia un colorido
sensible, hasta sensual con sus celajes perlados y azules turquesas de gran profundidad. 166
Ignacio de Iriarte. Paisaje. Circa 1660 Goya. El Baile de S. Antonio de la Florida .1778
292
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fallecido Goya en Burdeos en 1828, la pintura y por ende el paisaje, vuelve a la doctrina
academicista de Vicente López Portaña, (1772-1850) a gran distancia de Mengs y no digamos
de Goya. Para el académico, recordemos que el paisaje se circunscribe a un ornamento de
fondo en las composiciones de figuras y, junto con el bodegón fueron dos géneros que
volvieron a ser relegados y considerados inferiores. La Academia y el arte oficial, representado
en éste momento por José de Madrazo (1781-1859), influido por el neoclasicismo de David,
ejercen e instauran el pensamiento unidireccional de las artes, de espaldas a la naturaleza y
evitando la pintura al aire libre, a favor de las grandes composiciones de figuras con ―asunto‖;
sólo Leonardo Alenza (1807-1845) se alza contra las convenciones académicas, siguiendo a
Goya en cuanto al paisajismo popular y abriendo paso al movimiento romántico en España.
Después de Leonardo Alenza, la primera mitad del siglo XIX se caracteriza en pintura de
paisaje por un romanticismo a la moda de ―lo pintoresco‖ y del cuadro de gabinete ejecutado
con el pensamiento puesto en la España costumbrista, las escenas populares, castizas, de tanto
éxito en los salones de Francia e Inglaterra: majas, castillos, ruinas, bandoleros, toros, en
definitiva, la España de Carmen de Próspero Merimée.
¿Qué ocurría aquí mientras los maestros de la Escuela de Barbizon (Fontainebleau entre
1830-1870) aunaban sus esfuerzos para hacer adelantar la pintura de paisaje?
293
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nada digno de contar. El paisajismo español de acento moderno no existía aun. Los
pintores que, según la fase despectiva de Pacheco ―Se contentan con el ejercicio de pintar
países‖ eran muy pocos. Nos referimos a los paisajistas románticos: Fernando Ferrant (1810-
1856) Francisco Parcerisa (1803-1875 y Luis Rigalt (1814-1894): Vicente Camarón (1803-1864),
que pinta un tipo de paisaje académico italianizante, Nicolás Gato de Lema, (820-1883), quien,
en su discurso de ingreso en la Academia de S. Fernando en Diciembre de 1859 ya hacía
referencia a una escuela de paisajistas española.
167
De todos ellos, uno sólo merece recordarse: Jenaro Pérez Villaamil (1807-1854)
De los pocos paisajistas románticos que aparecen en España durante la primera mitad del
siglo XIX, pocos merecen una mención especial y aún éstos pocos, no resisten comparación con
Pérez Villaamil.168
Hacia 1885, Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) Director de la Institución libre de
Enseñanza y maestro de posteriores generaciones, significativamente la generación de 1909 a
1923, hacía un alegato a favor del paisaje español, de la necesidad de tener contacto con él y
de la pintura de paisaje en general, calificada por Giner de los Ríos como ―el más sintético,
cabal y comprensivo de todos los géneros de pintura.‖169
Quien homologa la pintura de paisaje española con la que se hacía en otras latitudes, es
decir, con el realismo, es un pintor proveniente de la Escuela de Tervueren de Bélgica: Carlos
de Haes.
167 DE PANTORBA, BERNARDINO. El Paisaje y los Paisajistas Españoles. Madrid. A. Carmona. 1943.
168 CALVO SERRALLER, Francisco. GONZÁLEZ GARCÍA. Paisaje español entre el Realismo y el Impresionismo . Madrid.
Galería Mulitud.1976.
169 PENA, María del Carmen. Pintura de Paisaje e Ideología, La Generación del 98. Madrid.Taurus.1998.
294
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―La superioridad de Haes sobre sus compañeros de oposición era tal que, a pesar de las
influencias que mediaron, ninguno pudo disputarle el triunfo. Los trabajos que fue realizando
durante aquellos ejercicios, producían tal sorpresa entre los opositores ; los procedimientos de
los que se servía eran tan diferentes de los conocidos, tan otra la brillantez de los colores que
usaba, que en cierta ocasión hubieron de descerrajar la caja de su uso con el fin de sorprender
algo que buscaban como causa secreta de lo que no era otra cosa que el fruto de una
enseñanza sabia, basada en el estudio del natural, puesta al servicio de una inteligencia clara y
despreocupada, todo ello en contraposición a los métodos inspirados en el amaneramiento de
escuela y en convencionalismos tan al uso entonces en España. 170
Haes crea y transmite a sus discípulos una forma peculiar de pintar, formando la primera
escuela de pintores paisajistas españoles, aquellos que integran la generación de maestros
paisajistas coetáneos entre 1864 y 1878.
Fue el primer paisajista que salió al campo, al aire libre, para pintar el paisaje
directamente del natural: Esto, tan sencillo, nadie lo hacía en la España de 1855.
170 GUTIERREZ MARQUEZ, Ana. Carlos de Haes 1826-1898 en el Museo del Prado. Madrid. Museo Nacional del Prado,
2002.
295
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―Los antiguos paisajistas (…) rara vez distinguieron las diferentes clases de árboles y
peñas en sus cuadros. Ocupáronse solo en procurar que el árbol y la piedra lo pareciesen, sin
curarse de que pertenecieran a tal o cual especie; lo que buscaba el pintor era el estilo, no la
originalidad ni la fisonomía del objeto que imitaba (…) En sus cuadros (…) apenas se distinguen
las diversas especies vegetales. (…) Para el paisajista, la vida sencilla del campo ha de ser
como una necesidad (…) el estudio entre cuatro paredes se hace insoportable. (…) El artista,
cuya misión es reproducir su variedad infinita, añadiéndole el fuego de su pensamiento y de su
corazón, a comprender el lenguaje de los bosques y de los valles‖.
Sus cuadros de la primera etapa resultan algo bituminosos por tostados y monótonos
debido al uso del asfalto para obtener las transparencias. Hacia 1870 Haes renuncia al asfalto
consiguiendo un color de mayor frescura, aunque arrastrando (el espíritu de la época)
terrosidades y opacidades difíciles de abandonar, primando por encima de todo su indiscutible
maestría técnica y alcanzando logros indiscutibles en el tratamiento de la luz y el color,
inaugurando el paisaje topográfico, frente al paisaje tardorromántico imperante en España en el
momento de su llegada y llenando de veracidad su obra paisajística en contacto de proximidad
con la realidad que hasta ese momento carecía. Estas innovaciones constituyeron un polo de
atracción para las jóvenes generaciones de paisajistas, reuniéndose alrededor de Haes un
núcleo importante de pintores que dieron continuidad a la pintura de paisaje en España.
171 DE HAES, Carlos. De la Pintura de Paisaje Antigua y Moderna. Madrid. Real Academia de Nobles Artes, 1860.
172 DE PANTORBA, BERNARDINO. El Paisaje y los Paisajistas Españoles. Madrid. A. Carmona. 1943.
296
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―A nuestro siglo tocaba abrir una nueva Era para el paisaje. Sobrepuesto a las
preocupaciones que durante mucho tiempo dificultaron su elevación a la esfera de género
importante : renovada la lucha que siglos antes emprendieron sus iniciadores reclamando el
lugar que realmente le correspondía, el paisaje se alza triunfante a una altura hasta ahora
desconocida, sobrepuja las esperanzas más ambiciosas y brilla con esplendor triunfante…‖. 173
Ramón Martí Alsina (1826-1894) está considerado el maestro de toda una generación de
paisajistas catalanes (Urgell, Vayreda…etc.), y viene a representar en la pintura catalana de
paisaje, lo que Haes en la del centro de España. Pintor del natural, con ciertos tintes todavía
románticos, renovador y adscrito al realismo, conoce directamente la obra de Courbet en París.
Martin Rico (1835-1908) fue discípulo de Vicente Camarón, Rico amaba encontrarse con
el paisaje, nunca descuidaba la línea, marchó pensionado a París donde se encontró con
Daubigny, luego a Suiza, de vuelta a España, inició ,atraído por la paleta y el lustre de su amigo
Fortuny, el ―Fortunysmo‖ Veneciano, a partir de 1879 se trasladaba todos los veranos a
Venecia, pintando únicamente desde una góndola y los días de sol, se le ha criticado un cierto
amaneramiento en su última época.
Carlos de Haes, Martí Alsina y Martin Rico son coetáneos y pertenecen a la misma
generación de pintores paisajistas, hablamos de la Generación de 1849 -1863 período de quince
años en los que los tres cumplen treinta años, edad que, corresponde a los años de gestación
de una nueva forma de pensar que desemboca en unos nuevos valores, siguiendo la teoría de
las generaciones de Ortega y Gasset.
173 GUTIERREZ MARQUEZ, Ana. Carlos de Haes 1826-1898 en el Museo del Prado. Madrid. Museo Nacional del Prado,
2002.
297
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Son los discípulos de Haes quienes conforman las dos primeras generaciones de
paisajistas de España precursores de los pintores paisajistas que se inscribirán posteriormente
en la Generación del 98 el Luminismo y el Modernismo.
298
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El‖ jefe de fila‖ y pintor que más contribuyó al avance del paisaje en España, de la
generación de paisajistas discípulos y contemporáneos de Haes (Generación 1864-1878) fue
Aureliano de Beruete (1845-1912).
Todos los críticos coinciden en considerar a Beruete como el primer impresionista español
y por ende, como el iniciador de una nueva época en la pintura española Viajó a París donde
fue también discípulo de Martin Rico y comenzó a extraer las enseñanzas de Corot, la Escuela
de Barbizon (Daubigny, Pissarro) así como los Impresionistas, y posteriormente de Sorolla, su
gran amigo.
Beruete, y también Regoyos fueron los dos discípulos de Haes que supieron hacer
evolucionar la técnica de su maestro, aprendieron a renunciar a la materia pictórica de
alquitranes y barnices y demás fórmulas para el envejecimiento artificial de los cuadros,
renunciando a las mezclas complicadas de pigmentos y al esmaltado de la superficie,
obteniendo los acabados claros y transparentes organizando el paisaje de forma topográfica en
sus primeros o segundos términos, bajando el horizonte, evitando la escenográfica de los
maestros paisajistas holandeses que preconizaban la organización del paisaje a partir del
299
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los paisajes de Beruete están siempre pintados directamente del natural ― sur le motif ―y
casi siempre de reducido tamaño tienen esa luz radiante y nítida que fue lo que más felizmente
interpretó. Así mismo podemos considerarlo como el primer introductor en la pintura, del
paisaje castellano.
Beruete supo incorporar a su paleta todas las tendencias modernas de su tiempo sin
renunciar a la tradición pictórica. Soltura de pincelada, no siempre ajustada al dibujo y riqueza
de paleta son características de su pintura175
De los otros discípulos de Carlos de Haes, Agustín Riancho ( 1841-1929) consigue una
gama de verdes y amarillos muy jugosos aunque sin apartarse de su maestro Haes, se queda,
podríamos decir, donde empieza la audacia de Regoyos, Juan Espina (1848-1933) el pintor del
Guadarrama con nieve, hace una pintura contenida, discreta. Agustín Lhardy (1848-1918),
dentro de su corrección formal, no alcanza nada evolutivamente destacable.
300
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Jaime Morera (1855-1927) fue el discípulo más fiel a Haes, de factura suelta y método
plenairista fue el pintor de la Sierra de Guadarrama. Casimiro Sainz envuelve al paisaje en tonos
sencillos y frescos para ofrecer un paisaje de sentimiento delicado.
Si algunos pintores catalanes se acercan al impresionismo en ésta época éstos son dos,
Francisco Gimeno (1858-1927) quien en su época de 1890 consigue una textura de pastosidad
modelada y espléndido colorido.
176 DE PANTORBA, BERNARDINO. El Paisaje y los Paisajistas Españoles. Madrid. A. Carmona. 1943.
177 SAURET, Teresa. Muñoz Degrain y las poéticas paisajísticas fin de siglo en Málaga. Málaga.Mupam, 2008.
301
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
del arte moderno catalán de primeros de siglo XX, seguidor del sólido realismo de su maestro
Antoni Caba.178
Darío de Regoyos (1857-1913) fue más lejos que sus coetáneos Jaime Morera y
Casimiro Sainz.,
Heredero de holgada fortuna en 1877 tiene como profesor a Carlos de Haes .Hacia 1880
lo encontramos residiendo en Bruselas y haciendo sus escapadas a París, viajante incansable
por España en sus últimos quince años prefiere el paisaje del Norte, neblinoso y húmedo,
escribe:
―Qué razón tenía Corot al decir: Le soleil se lève; la poésie est finie. Y es que al
acabarse la bruma matinal, deshecha por el sol, se acaban los tonos posibles de mezclarse en la
paleta‖ (…) Castilla es antipictórica, sin sol, porque no dice nada; todo es de coloración neutra y
con sol elevado, porque la paleta es impotente para reproducir aquellas vibraciones de luz tan
brutal y tan blanca‖179
Rechazar la meseta, con Madrid, (al contrario que Beruete) era rechazar el luminismo
triunfante personificado en Sorolla y la burocracia artística que le cerraba el paso.
Regoyos, que publicó en 1899 el libro ―La España Negra‖ junto con su amigo Verhaen,
comenzó pintando ésta España negra costumbrista de los toros y las procesiones de Semana
Santa, pintura que él mismo definiría como ―neurasténica‖, cromáticamente oscuros para
centrarse, alrededor de 1890, en el paisaje, empleando hacia 1893 y por breve tiempo, la
técnica puntillista, por lo que es considerado el único pintor español puntillista de fin de siglo.
Sin embargo conservó siempre una vibrátil menudez de la pincelada, su técnica compositiva
levanta en sus paisajes la línea de horizonte y disminuye la zona de cielo a la manera de
Pissarro y en contra de los preceptos de Haes.
178 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
179 VERHAEREN, Emile DE REGOYOS, Darío. España Negra. Palma de Mallorca.Hesperus.1989.
180 TUSELL, Javier, MARTINEZ NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. .Paisaje y Figura del 98. Madrid. Fundación
Central Hispano.1997.
302
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Santiago Rusiñol (1861-1931) vivió en París de 1889 hasta 1894 y cuando volvió a
Barcelona, trajo consigo el Modernismo pictórico, con anterioridad, en 1891 descubre Sitges y
allí construye su casa-museo, el Cau Ferrat.
Rusiñol viajará por toda España y en 1895, en Granada, empieza la pintura de jardines,
que no abandonará hasta su muerte.
En 1901 y durante 14 meses llega a Mallorca, donde realiza una pintura alegre, intensa y
vivencial. Expone regularmente en la Sala Parés de Barcelona, sus paisajes y jardines que pinta
a plein air.
303
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La otra imagen potente de primeros de siglo que, fue la del Luminismo de corte Post-
Impresionista frecuentemente inspirado en el Mediterráneo (Valencia, Jávea, Mallorca…) hasta
convertirse en ocasiones en la imagen internacional de España, a través de la Escuela de
Joaquín Sorolla y posteriormente, del decorativismo untuoso de Hermen Anglada-Camarasa
―Hubo una época, muy reciente aun, en que se imaginaba que era preciso haber nacido
en Valencia para ser pintor y que el sorollismo se consideraba como un Jordán del arte, donde
bastaba sumergirse para entrar en una ortodoxia estética indiscutible‖.
Contra esta imagen preponderante junto con Castilla, desbarraría el mismo Valle-Inclán
(1866-1936):
―Toda España está gobernada por Levante (…) estas son las dos expresiones
consagradas hasta ahora en el arte español: la castellana de cansancio y la levantina de ciencia
engañosa…‖.184
183 LAPLANA, Josep de C. Santiago Rusiñol. El Pintor, Home. Barcelona. Publicaciones de La Abadía de Montserrat,
1995.
184 TUSELL, Javier, MARTINEZ-NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. Paisaje y Figura del 98. Madrid. Fundación
Central Hispano.1997.
304
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sus antecedentes pictóricos están en la Valencia de finales de siglo, en una escuela local
de pintores anteriores a Sorolla, los principales serían Francisco Domingo (1842-1920) Ignacio
Pinazo (1848-1916) y el alcoyano Emilio Sala (1850-1910), todos pintaron cuadros de historia,
género por excelencia de fin de siglo, que permitía la venta al Estado, también Joaquín Sorolla
se dio a conocer con cuadros de historia, pasando a continuación a los de género, como Trata
de Blancas , pero no tardó en descubrir el género con el que se convertiría en una celebridad:
las escenas de mar y playa de un virtuosismo exuberante, con una larga pincelada larga,
pastosa, sinuosa traza los contornos, marcando todos los puntos de luz, exacerbándose en el
color con la luz solar cenital dura, sin tamizar, amarilla, blanquecina, (de la que huía Regoyos),
creando un antes y un después en la pintura oficial madrileña.
Sorolla trabajará a plein air en primavera y los veranos y en su estudio de Madrid durante
los meses de invierno acomete obras compatibles con las condiciones de taller.
Proscribió de su paleta aquellos colores pardos que, pintados al aire libre son poco
transparentes y el negro. Por el contrario, en sus lienzos ofrecerá una gran variedad de tonos
azules y violetas, contrapuestos a los amarillos y los rojos.
―El movimiento y vida de la variedad de gentes que pululan en las playas levantinas,
vestidas con trajes de mil colores que brillan al sol, destacando del azul del mar, las barcas
pescadoras navegando con sus velas latinas o en las playas arrastradas por parejas de robustos
bueyes; los paisajes de la costa de Denia y Jávea, de color exuberante y vigorosos contrastes,
todo fue interpretado por el artista de una manera pronta, enérgica, violenta a veces, en
consonancia siempre con el asunto representado‖ 186.
La Escuela luminista de Sorolla tendrá larga pervivencia incluso hasta nuestros días,
perdiendo con el tiempo, sus discípulos y seguidores, la vigencia y maestría del maestro.
Los otros discípulos de Carlos de Haes, siguen muy de cerca los postulados del maestro y
en éste sentido son menos innovadores. Beruete y Regoyos representan la eclosión en España
de otra forma de pintar, de clara influencia Francesa, superadora de la pintura de historia de
Gisbert y Villegas y del Preciosismo inherente a la pintura de género anecdótico local de
185 DIEZ, José Luis. BARON, José (Edición). Joaquín Sorolla 1863-1923.Madrid.Museo Nacional del Prado, 2009.
186 DE BERUETE, Aureliano. Joaquín Sorolla. Madrid. Biblioteca Estrella,1921
305
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Jiménez Aranda o de Casacón de Fortuny, tan italianizantes ambas y que tendrán continuación
con Sánchez Perrier.
Estas dos generaciones de discípulos conforman la herencia del realismo español que a
través de Carlos de Haes en Madrid y Martí Alsina en Barcelona, imprimen al paisaje la
impronta Europea. Por una vez y a través de un género considerado menor, como el paisaje, la
pintura española entra en sintonía con Europa a través de Francia, de Daubigny, Camille
Pissarro y la escuela de Barbizón.
306
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Joaquín Sorolla. Las Tres Velas. 1903 Joaquín Sorolla. Escaleras de La Granja. 1907
307
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sin referirse expresamente a La Generación de 1898 y el Paisaje 187: Emilia Pardo Bazán
escribía en 1904 unas palabras que bien pueden considerarse una síntesis del
regeneracionismo que se inicia al cambio de siglo, la convicción de que : sólo la educación el
aumento del grado de cultura acabarían transformando los hábitos y costumbres retrógrados y
retrasados de la España de aquel momento. (―Si yo fuera gobernante‖ en La vida
Contemporánea. 1896-1916).
En la mañana del uno de Enero de 1899, las salvas de ordenanza saludaron la última vez
que en Cuba era arriada la bandera española y los restos de Cristóbal Colon son trasladados
desde la catedral de La Habana a la de Sevilla, gesto de una simbología extrema.
A finales del siglo XIX tanto la sociedad española como su Estado, fueron sometidos a
una dura crítica nacida de intelectuales disconformes. Esta crítica no carecía de fundamento.188
1898 representa el fin del Imperio y supuso un mazazo de primera magnitud para el
comercio y la industria, abriendo un dilatado período de readaptación lleno de dificultades que
sólo en los años de neutralidad, durante la I Guerra Mundial, comenzaría a remontarse.
La derrota cubana atrae la mirada del español hacia su propio país, y descubre que no
189
se había fijado en su paisaje, sus hombres, sus particularidades regionales, su historia.
El régimen político de la Restauración, con Sagasta a la cabeza sufre una enorme erosión
187 A.A. V.V. España Fin de Siglo 1898. Barcelona. Fundación La Caixa. 1998
188 TUSELL Javier. Manual de Historia de España Siglo XX. Madrid. Historia 16.1990.
189 BOZAL, Valeriano. El Realismo Plástico en España de 1900 a 1936.Barcelona.Edicions62, 1967.
308
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Generación del 98, de escritores en su mayor parte, nos descubre una sensibilidad
estética de alta valoración del paisaje en su vertiente literaria como sustento de un ―modo de
ser‖, de una raza intrahistórica y ancestral, de modo que podemos afirmar un paralelismo
estético entre los textos literarios y la plasmación del paisaje sobre tela, , no sólo utilizaron las
imágenes de los pintores, sino que existió un paralelismo temático e incluso una dedicación
compartida en el seno de una misma familia (Ramiro y Gustavo de Maeztu; Pío y Ricardo
Baroja). Literatos y pintores unidos en una común sensibilidad, unos rasgos comunes en el
tratamiento del paisaje, desde el punto de vista literario que encontraba su correlato en el
paisaje: la introspección de los hombres de España, no ya más allá del ―non plus ultra‖:
volvemos a casa.
309
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Adolfo Guiard. Paisaje con aldeana.1892 José Gutiérrez Solana. Los Autómatas.1907
Francia, desde su elevada torre lanza desde la atalaya de París la moda, las tendencias,
como censor y cuestor del arte en el cambio de siglo y que no coincide necesariamente con el
momento histórico-estético de otras nacionalidades.
De ésta lucha de tensiones entre cómo nos vemos después de lo de Cuba y cómo nos
perciben en Europa (a través del caleidoscopio París) nacerá toda la literatura de la generación
del 98 y su expresión plástica
310
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
amodorradas en la llanura…vive una casta de hombres sobrios, producto de una larga selección
por las heladas de crudísimos inviernos y una serie de penurias periódicas, hechos a la
inclemencia del tiempo y a la pobreza de la vida‖(…) ―el porvenir de la sociedad española
espera dentro de nuestra sociedad histórica, en la intrahistoria, en el pueblo desconocido y no
surgirá potente hasta que le despierten vientos o ventarrones del ambiente europeo‖.
También Pio Baroja, junto con Azorín y el Antonio Machado de Campos de Castilla en
1907, marcan el inicio de la nueva visión estética de Castilla.
Pero volvamos a Unamuno, quien era un atento lector del filósofo y sociólogo francés
Hipólito Taine (1828-1893) quien, como vimos, en su obra ―Filosofía del Arte‖(1864-1870)
enumera como factor esencial para la caracterización de un pueblo, el medio físico que
conforma la ―raza‖ como elemento clave de la nueva antropología social que inaugura Darwin.
Unamuno no era partidario del ―arte por el arte‖ sino de una pintura de compromiso vinculada a
la situación social, le repugnaba D‘Annunzio y su estética, representada en España por Adolfo
Guiard, tampoco le resultaba grato Sorolla. 191
En 1912 escribía que ―lo austero, y grave lo católico de España‖ constituía el tema de la
pintura de la escuela vasca que además se caracterizaba ―por la manera sobria, fuerte y austera
de ejecutarlos‖. En cambio, ―la otra España, la España que podríamos llamar pagana y tal vez
en cierto sentido progresista, la que quiere vivir y no pensar en la muerte… encuentra su otro
pintor en Sorolla ‖(De Arte Pictórica, La Nación ,Buenos Aires, 1912).
Otros intelectuales del 98, como Valle-Inclán radicalizaron ésta animadversión hacia la
pintura levantina de Sorolla, epónimo de la Generación anterior de 1879-1893; ésta sería
gitana, fenicia, dedicada al artificio preciosista, que no encerraba la verdad y se dedicaba a toda
costa hacia la venta comercial.
En otras palabras, la Generación del 98 se rebelará contra la generación que gestiona los
gustos estéticos en vigor; buscará otra pintura que los represente, están en su período de
rebeldía, Castilla es su núcleo, representa lo castizo, el ser de España y no lo encontrarán en la
periferia ni en la pintura ―blanca‖ Sorolla, la búsqueda de la identidad nacional, los tipos
humanos de España y sus costumbres ancestrales, el interés por la vida rural, el amor por un
paisaje poco amable, áspero pero expresivo son coincidencias que imprimen carácter a ésta
generación, y la pintura de paisaje marcará su impronta a tenor de éstos postulados,
190 AZORIN, El Paisaje de España visto por los españoles. Argentina. Espasa-Calpe de Argentina S.A., 1952.
191 TUSELL, Javier, MARTINEZ-NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. Paisaje y Figura del 98. Madrid. Fundación
Central Hispano.1997
311
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Enrique Lafuente Ferrari, en su obra ―La Vida y el Arte de Ignacio Zuloaga‖ afirma:
―No se explicarían los paisajes de Zuloaga sin una referencia a eso que hemos llamado
sensibilidad del 98‖ (…) Es cierto que en la pintura española el hombre parece ser el único
motivo importante (…) pues en pocos momentos del arte religioso como en nuestra escuela, lo
humano parece compatible con lo divino. Cierto que la vuelta a la naturaleza, al sentimiento de
infinitud y de consuelo inerte que el paisaje ofrece al hombre desilusionado de la civilización(..)
lleva un proceso de pérdida de la fe sustantiva y creo en efecto, que por ello tarda tanto en
aparecer el paisaje entre nosotros‖(…)No deja de ser curioso que los hombres que vienen a
cantar con mayor pasión entusiástica la profunda y austera belleza de los paisajes castellanos
sean precisamente tres hombres de la Espala húmeda, tres vascos : Unamuno, Baroja y
Zuloaga‖
―El momento verdaderamente ascensional del paisajista que había en Zuloaga (...) hay
que contarlo a partir de 1921.Castilla, Aragón y Navarra han sido las grandes fuentes de
inspiración del paisaje de Zuloaga 192
Fue Azorín quien cargó las tintas contra esa España zuloaguista, casticista y folklórica de
toreros gitanos jorobados y mendigos. Azorín tilda a Zuloaga de pintor de carácter literario y
opina que su literatura está inspirada más bien en la visión que los extranjeros han tenido de
España.
192 LAFUENTE FERRARI, Enrique. La Vida y el Arte de Ignacio Zuloaga. Madrid. Revista de Occidente.1972.
193 SALAVERRIA, José María. La Afirmación Española. Barcelona. Gustavo Gili.1917.
312
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Dice Ortega de los cuadros de Zuloaga: sus cuadros son como unos ejercicios espirituales
que nos empujan a un examen de conciencia nacional194
Quien no cambió desde su posición inicial fue Unamuno, para quien (como escribiera en
1912) la pintura de Zuloaga seguía siendo la expresión del ser de España.
Encontró Riquer en Inglaterra una situación y vida artística que correspondían a sus
ideales195 pintor muy influido por las poéticas británicas de Arts and Crafts, William Morris, la
pintura de Walter Crane y el prerrafaelismo. Riquer, personaje polifacético vinculado al
esteticismo, generó una obra pictórica básicamente idealista con predominio de la temática
floral, en un ambiente exótico y medievalizante, que también seria característico del
Modernismo.
De hecho, el Simbolismo coincide plenamente con la llegada del Modernismo y, por esta
razón, se estudia como parte integrante de éste y se confunde con sus representantes
máximos, Ramón Casas (1866-1932) y Santiago Rusiñol (1861-1931), figuras vinculadas con el
Naturalismo y con posiciones artísticas técnicamente más evolucionadas.
Rusiñol, sin embargo, juntamente con el teórico del Modernismo y escritor Raimon Casellas, se
194 ORTEGA Y GASSET, J. La Deshumanización del Arte y otros ensayos de Estética. Madrid. Espasa Calpe, 2007.
195 TRENC, Eliseu. Alexandre de Riquer. Barcelona. Caixa de Terrassa, 2000.
313
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
inclina por la poética simbolista a partir del año 1893, época en la que abandona su afinidad
con el Realismo y opta por una pintura esteticista y mítica propia de la nostalgia simbolista.
Otros pintores a fines a esta misma tendencia son Joan Brull (1863-1912), pintor de
ninfas y apariciones acuáticas en una técnica difusa; Josep María Tamburini (1856-1932), muy
influido por la teoría de las correspondencias de Baudelaire; Sebastià Junyent (1865-1908),
pintor de influencias Whistlerianas; y el pintor y escritor Adrià Gual (1872-1944); este último es
el que, con su temática, más ayudo a difundir el Simbolismo centroeuropeo.
196 CALVO SERRALLER, Francisco. Paisajes de luz y muerte. La pintura española del 98.Barcelona. Tusquets
editores,1998
314
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La cátedra de Paisaje en España había sido creada el 14 de Mayo de 1844 por Real
Orden del Ministerio de la Gobernación de la Península. Fueron sus primeros profesores por
oposición Jenaro Pérez Villaamil y Alejandro Ferrant a quien sucedió Vicente Camarón y en
1857, Carlos de Haes197
197 CALVO SERRALLER, Francisco. Pintores españoles entre dos fines de siglo (1880-1990).Madrid. Alianza Forma,1990
198 PENA, María Carmen (Comisaria).Centro y Periferia en la modernización de la pintura española 1880-1918. Madrid.
Ambit Servicios Editoriales,1993
315
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ignacio Zuloaga (1870-1945) será su pintor. Junto con el modernista Hermen Anglada-
Camarasa se constituirá en referente internacional de la pintura española, y cerrando el
triángulo internacional, el maestro Joaquín Sorolla (1863-1923), que a primeros de siglo dirige
también los destinos estéticos y la pintura oficial que se hace en España, junto con Cecilio Pla y
Gonzalo Bilbao, ambos coetáneos del valenciano.
Respecto a Sorolla, transcribimos las siguientes palabras de José Francés sobre Sorolla,
con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento:
199 CALVO SERRALLER, Francisco. Pintores españoles entre dos fines de siglo (1880-1990).Madrid. Alianza Forma,1990
316
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Retrato, Costumbrismo y Paisajismo son los géneros y el mensaje que España exportará
al mundo, a través del realismo de Zuloaga, el optimismo con el luminismo de Sorolla y el
decorativismo de Anglada-Camarasa.
317
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
española durante todo el cuarto de siglo, en figuras como Ramón Casas, Santiago Rusiñol y
Julio Romero de Torres
El Regionalismo tomará un gran impulso con la mirada retrospectiva hacia nuestra forma
de ser y nuestra relación con el entorno. Evaristo Valle, o José Navarro Llorens en Valencia o
Piñole en Asturias o Francisco Llorens en Galicia o la Escuela de Alcalá de Guadaira por citar
algunos.
Dentro de las posiciones éticas sobre la identidad de España, se impulsaron los temas de
crítica hacia la España eterna y sus lacras, presentándolas desde un distanciamiento desgarrado
y mordaz (La España Negra) desde la versión del primer Darío de Regoyos (1957-1913) a la de
Gutiérrez Solana (1886-1945) Que además escribieron sendos libros sobre la cuestión, la
―España Negra‖ Verhaeren-Regoyos 1899 y ―La España Negra‖ Gutiérrez Solana 1920.
318
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los otros centros periféricos miraban hacia ese centro artístico estatal con visión
ambigua, tratando de obtener un lugar en él, a la vez que lo rechazaban por su actitud
antimodernizadora.
Esta es una de las razones por las que el paisaje realista- esencialista, se identificará la
defensa de la propia imagen regionalista y será uno de los temas más abundantes,
aceptándose como un género mayor y un acto de afirmación diferencial de identidad geográfica
frente al Centro, tanto geográfico como administrativo.
319
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
(Ávila,) Escopeta, Vinazo y Centeno. Fotografía de Ortiz Echagüe. (España tipos y trajes, 1930)
El movimiento se inicia en Cataluña y su mentor será José Maria Junoy junto con
Eugenio D‘Ors.
D‘Ors ,en su serie de textos que constituyen el Glosario de 1906 que a su vez enlaza
con el nacionalismo de Prat de la Riba y Joan Maragall y se basa en la constatación del
agotamiento del modernismo simbolista y la necesidad de volver al clasicismo.
320
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Hacia 1915 Sunyer viola las normas académicas al dar igual jerarquía a las figuras que
al paisaje, o más bien al convertir a las figuras en un elemento (…) del paisaje: los cuerpos se
hermanan con los troncos de los árboles y parece que una misma savia corre por unos y por
otros‖203
Los rasgos, en resumen, definitorios del Noucentismo son: El arte ha de ser racional,
más intelectual que vital, rompiendo con lo anecdótico. Fervor por lo clásico y mitológico, el
cambio de estética ha de ser propiciada para la mayoría, desde una minoría. Humor y
renovación. Distanciamiento y equilibrio, renovación del lenguaje artístico y autonomía de la
obra. Huida de lo vulgar, fácil y monótono. Europeísmo y cosmopolitismo.
202 MENDOZA, Cristina. DOÑATE, Mercé. (Dirección) .Joaquim Sunyer, la construcción de una mirada. Madrid.
Fundación Mapfre, 1999.
203 FERRATER Gabriel. Sobre Pintura. Barcelona Seix Barral .1981.
321
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Como artistas del movimiento, los pintores Joaquín Sunyer, el primer José de Togores,
Jaime Mercadé, Javier Nogués y Torres-García .A esta tradición clasicista pertenecen también
escultores como Enric Casanovas (1882-1948), José Clará (1878-1948) y Julio Antonio (1889-
1919, escultor castellano de rigor helénico, como puente con la escultura madrileña y Manolo
Hugué (1872-1945) que realiza la fusión entre primitivismo y clasicismo con aires de total
modernidad.
A primeros de siglo XX, también coinciden, una pléyade de artistas españoles en París
aglutinando un grupo durante los años veinte, aunque sin rasgos estilísticos comunes que no
fuera el realizar su actividad profesional en la capital francesa, tal como ocurría con otros
artistas europeos. Tengamos en cuenta que Pablo Picasso se establece en París de forma
permanente desde 1904.
Los artistas más destacables de la Escuela de París son: Francisco Bores (1898-1972)
Ismael de la Serna (1898-1978) Celso Lagar (1891-1966) María Blanchard (1881-1932), Juan
Gris (1887-1927) Manuel Ángeles Ortiz (1895-1984), Joaquín Peinado (1898-1975).204
204 GALLEGO, Julián. 30 artistas españoles en París. Madrid. Centro Cultural Conde Duque,.1984
322
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
A partir de ésta nueva concepción del arte, que podemos dar por finalizada en 1914 en
sus planteamientos, la faceta constructiva del cubismo ingresará en España de la mano de
Vázquez Díaz. Benjamín Palencia, Antonio de Guezala, Pancho Cossio, entre otros trabajan en
su fusión con el post-impresionismo de Cèzanne, como veremos más adelante.
205 VV.AA. Los ismos de Ramón Gómez de la Serna y un apéndice circense. Madrid. Museo Nacional de Arte Reina
Sofia, 2002.
323
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
estrellas flameando en su lienzo de espacio! ¡Voz juvenil a la que basta oír sin tener en cuenta
la palabra: ese pueril grafito de la voz! ¡Voz, fuerza, voltio, más que verbo! ¡Voz que debe unir
sin pedir cuentas a todas las juventudes como esa hoguera que encienden los árabes dispersos
para preparar las contiendas! Intersección, chispa, exhalación, texto como de. Marconigrama o
de algo más sutil volante sobre los mares y sobre los montes. ¡Ala, hacia el Norte, ala hacia el
Sur, ala hacia el Este y ala hacia el Oeste! ¡Recio deseo de estatura, de ampliación y de
velocidad! ¡Saludable espectáculo de aeródromo y de pista desorbitada! ¡Camaradería masona y
rebelde! ¡Lirismo desparramado en obús y en la proyección de extraordinarios reflectores!
¡Alegría como de triunfo en la brega, en el paso termopilano! ¡Crecida de unos cuantos
hombres solos frente a la incuria y a la horrible, apatía de las multitudes! ¡Placer de agredir, de
deplorar escéptica y sarcásticamente para verse al fin con rostros, sin lascivia, sin envidia y sin
avarientos deseos de bienaventuranzas: deseos de ambigú y de reposterías! ¡Gran galope sobre
las viejas ciudades y sobre los hombres sesudos, sobre todos los palios y sobre la procesión
gárrula y grotesca! ¡Bodas de Camacho divertidas y entusiastas en medio de todos los
pesimismos, todas las lobregueces y todas las seriedades! ¡Simulacro de conquista de la tierra,
que nos la da!‖. (Prometeo nº 20)
324
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Como iniciativa, los Íntegros eran un exabrupto más a la manera de los coqueteos
206
futuristas
Entre las peculiaridades de la tímida vanguardia española está su inicial retraso; estos
episodios de Ramón fueron intentos que continuaron hacia 1918 y que no empezaron a
cristalizar plenamente hasta los años 20 aunque en la forma menos rupturista y que se
convirtió en renovación no vanguardista, a través der ―Arte Nuevo‖ : la figuración geométrica
de fusión Cezanniana.
Entre 1918 y 1925, el escenario del Movimiento Moderno (Lo Nuevo y La Vanguardia)
vivió una auténtica cohabitación con los impulsos cada vez mayores de vuelta al orden que
contaba entre sus partidarios a numerosos ex -vanguardistas207
Este desfase cronológico con Europa, comporta que en un primer momento actúen
simultáneamente en el panorama español estímulos e iniciativas consideradas antagónicas
fuera de nuestras fronteras. De hecho, el Cubismo constructivo y el Ultraísmo de raíces
futuristas coincidieron en el tiempo con el llamado retorno al orden de 1925 que el mismo
Picasso se encargó de iniciar cuando llegó a Barcelona en 1917, acompañando a los Ballet
Rusos, evolucionando hacia su período Ingresco.
Tuvo también especial relevancia el giro dado por Rafael Barradas, pues el creador del
vibracionismo volvió a la figura como tema hacia 1921.
Faltaron los medios propicios para sostener las nuevas experiencias de ésta incipiente
Vanguardia. Así, brilló por su ausencia un coleccionismo que diera continuidad a la labor de
nuestros creadores y salvo contadas excepciones, tampoco existió una crítica comprometida
con las nuevas opciones creativas ni galeristas audaces con visión de futuro.
325
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pese a éste panorama los nuevos lenguajes plásticos lograron abrirse camino,
configurando, aunque con retraso, y con nula repercusión social, una producción de vanguardia
conectada con los movimientos europeos, pero desconectada con las vivencias y creencias
sociales de la época que transcurre entre 1915 y 1925.Celso Lagar, como ejemplo, crea el
Planismo en 1915, del cual él será el único representante.
El Planismo de Celso Lagar está considerado por la crítica, como el primer –ismo español
autóctono, presentado en las Galerías Dalmau de Barcelona. Celso Lagar que venía de París,
regresará a París en 1919, no sin antes exponer en Madrid en Noviembre de 1918. (José
Francés hará la crítica de ésta exposición de Lagar en El Año Artístico 1918, como veremos más
adelante.) El Planismo, a nuestro entender es una extensión del modo de hacer de Cèzanne
pasado por el tamiz dibujístico Noucentista y con una paleta, en ocasiones fauve, en otras
nabis. Podríamos definirlo como un post-impresionismo ecléctico.
Durante los primeros años del siglo XX, Barcelona, Bilbao y Madrid sienten la inquietud
por la renovación artística. Aparte de Picasso, Juan Gris, Julio González y otros españoles que
desde París ejercieron un lejano magisterio, no hay que olvidar los contactos que se
establecieron con los extranjeros que residieron en España buscando refugio, o la visitaron
durante la Gran Guerra de 1914.
326
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Desde 1918, el matrimonio Robert y Sonia Delaunay, Norah Borges, los polacos Jahl
Pankiewicz y su esposa, Zawadowski, se encuentran afincados en Madrid éstos últimos.
Inauguran en 1918 la primera velada ultraísta. En Barcelona, encontramos a Arthur Cravan,
Marie Laurencin, Olga Sacharoff, Hèlène Grunhoff y Serge Charchoune. Robert Delaunay, a
propósito del ―Simultaneísmo‖ escribía en 1913:
―Las fábricas, los puentes, las construcciones de hierro, los dirigibles los innumerables
movimientos de los aeroplanos, las ventanas simultáneamente vistas por la muchedumbre.
Estas sensaciones modernas se encuentran simultáneamente‖.208
Por otro lado se publicará el texto de Apollinaire ―Los pintores Cubistas‖ en la revista
España, en Noviembre de 1918.La presencia esporádica en Andalucía y Barcelona, de Francis
Picabia en 1917, fue determinante para crear unas inquietudes vanguardistas activas. Las
exposiciones en las Galerías Dalmau de Barcelona, y las organizadas en Bilbao por la Asociación
de Artistas Vascos, comienzan a evolucionar en éste sentido.
Cuando nuestro crítico José Francés recoge la noticia de ésta exposición en su Año
Artístico 1918 definirá la obra de Barradas así: La teoría pictórica del Sr. Barradas consiste en
trasladar al lienzo la proporción geométrica del color en las cosas 209
208 GONZÁLEZ GARCIA, Ángel. CALVO SERRALLER, Francisco. MARCHÁN FIZ, Simón. Escritos de arte de
Vanguardia.1900/1945.Madrid. Editorial Istmo, 2003.
209 FRANCÉS, José, El Año Artístico 1918.Madrid, Editorial Mundo Latino.1919.
210 GARCIA SEDAS, Pilar. J. Torres García y Rafael Barradas1918/1928. Barcelona. Parsifal. 2001.
327
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los críticos Juan de la Encina y el mismo Eugenio D‘Ors lamentaban el divorcio existente
entre el arte oficial y éste arte independiente y la incomunicación del público con el arte de
vanguardia.
En 1918 también llegó a Madrid el poeta chileno Vicente Huidobro procedente de París,
su presencia, como veremos más adelante, fue un acicate para la configuración del Ultraísmo
que, pese a ser un movimiento literario, proporcionó por vez primera a los artistas plásticos más
radicales, una plataforma de actuación conjunta.
Daniel Vázquez Díaz vuelve a Madrid, desde París, en septiembre de 1918, e inaugura
una exposición de sus trabajos de París en la Sala Lacoste de Madrid: 21 oleos y 29 dibujos de
su etapa más audaz, que revelan su preocupación por la forma, sólida y depurada, entre
Cèzanne y la figuración geométrica de un cubismo atemperado.
328
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sus paisajes son intimistas del detalle, huyendo de grandes panorámicas…pero fue
duramente recibido por la crítica que lo tildó de pintor extranjerizante.
Presentó también su ―maternidad‖ que fue incomprendida, pero que levantó sin
embargo, elogios de nuestro crítico José Francés. Diría de ésta exposición Rafael Alberti, en sus
memorias:
Para que la consagración de Vázquez Díaz sea un hecho, habrá que esperar hasta su
exposición de 1921.211
329
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las Galerías Dalmau de Barcelona presentaron 87 obras que incluían obras de María
Blanchard, Braque, Derain, Gleizes, Gris, Leger, Lothe, Herbin, Matisse, Miró, Picasso,
Severini, Sunyer, Valloton, Van Dongen y Vlaminck entre otros. Curiosamente ésta exposición
no es recogida por José Francés en su Año Artístico correspondiente a 1920.
Este mismo año se incorpora Norah Borges al movimiento Ultraísta y Barradas comienza
a colaborar con ellos. Durante 1921 los Ultraístas entran en apogeo. Y formalizan su alianza
con los artistas plásticos. Realizan dos veladas Ultraístas en Madrid y en Enero comienza a
publicarse la revista ―Ultra‖ que durará hasta 1922 (24 números) y es la continuación de la
revista ―Grecia‖ publicada hasta ese momento en Sevilla. Segunda exposición de Vázquez Díaz
en Madrid. De quien Rafael Alberti destacará, como decíamos, ―su procedencia cèzanniana en la
técnica pero de un fuerte espíritu español‖. Pancho Cossío expondrá en el Ateneo de Santander.
En 1922, en las Galerías Dalmau penetra el movimiento Dadá con una exposición de 54
obras de Picabia, con un prólogo a su catálogo de André Breton. Expone Francisco Bores y en la
Exposición Nacional de Bellas Artes entra la obra de Benjamín Palencia.
Se trasladan a París los granadinos Manuel Angeles Ortiz e Ismael González de la Serna.
Rafael Barradas se traslada a Luco de Jiloca, pueblo de Teruel donde pinta campesinos y
tierras aragonesas.
1925: se editan en Madrid dos libros fundamentales para la historia de los movimientos
del Arte Nuevo y las Vanguardias: ―La Deshumanización del Arte‖ de Ortega y Gasset y
―Literaturas Españolas de Vanguardia‖ del Ultraísta Guillermo de Torre.
330
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por último, en 1926 los catalanes, que no habían participado en la ESAI del año anterior,
se presentan en Madrid. En Abril se presentan en el Cercle Artistic de Sant LLuc en Barcelona y
por vez primera en España la obra de los expresionistas Schimidt-Rottfuld, Nolde, Kokoshka,
Otto Dix y Grosz entre otros. Colofón expositivo que cierra nuestro comentario a El Año Artístico
de José Francés de 1926, como veremos.
213 GONZALEZ MADRID, María José. FUSTER DEL ALCAZAR, Enrique VIRGILI CARBONELL, Eva. Rafael Barradas 1914-
1929. L´Hospitalet. Centre Cultural Tecla Sala, 2004.
331
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Entre 1925 y 1927 a través de los pintores que están en contacto con París, aparece un
neo-cubismo influenciado por Braque, que, se transforma hacia 1926 en España en la llamada
―pintura poesía‖ o ―plástica poética‖, con el Bores post-ultraísta, Pancho Cossío, con sus
214
formulaciones sintéticas y Viñes que emparentan con la Figuración Lírica que se está
desarrollando en España con Ramón Gaya y Bonafe, como puente temporal antes de la entrada
del Surrealismo a partir de 1927.
A la vez la figuración geométrica encabezada por Daniel Vázquez Díaz coincide con el
―retorno al orden‖ de 1925, es decir la ―pintura correcta‖ del Salón de los Ibéricos. A partir de
1927 se solapará también con la llamada ―nueva objetividad‖ importada de Alemania.
9.3.- EL ULTRAISMO
Movimiento eminentemente literario que surge en Madrid a finales de 1910. Tendrá eco
en el resto de la Península (Sevilla sería un destacado centro ultraísta con la revista ―Grecia‖) y
en el continente americano.
Guillermo de Torre afirma: ―El rubenianismo había dado todo su jugo en 1907 (…) el
decaimiento se acentuó aún más en la promoción de 1914, formada por una cohorte de poetas
apersonales que agravaron la agonía del ciclo modernista (…) exaltación de los paisajes y los
tipos castellanos (resurrectos del 98) en su burdo anhelo de hallar la raigambre de los
tropismos iberos‖.215
El poeta chileno Vicente Huidobro, estaba en Madrid en 1918. En París había trabajado
en la revista francesa Nord-Sud junto a su director, Pierre Reverdy, y había conocido a los
214 JIMÉNEZ, Pablo, HUICI, Fernando. PEREZ DE AYALA, Juan. Pancho Cossío 1894-1970.Madrid.Fundación Mapfre,
1994.
215. DE TORRE, Guillermo. Literaturas europeas de Vanguardia. Sevilla. Biblioteca Rescate-Renacimiento, 2001.
332
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
artistas más destacados: Pablo Picasso, Lipchitz, Juan Gris, etc. Sobre la importancia de
Huidobro en la génesis del ultraísmo uno de sus definidores, Guillermo de Torre, decía:
"En casa de Huidobro oí algunos de los primeros nombres verdaderos que iban a definir
la época amaneciente; en su casa vi los primeros libros y revistas que luego darían tan pródigas
y discutidas cosechas".
También en 1918 y en Sevilla se empieza a publicar la revista "Grecia", dirigida por Isaac
del Vando Villar. Grecia será una de las primeras publicaciones que dé acogida a la poesía
ultraísta. En 1919 Rafael Cansinos Assens se pone al frente de la revista "Cervantes". Allí
aparecen los principales nombres del movimiento, Garfias, Bóveda, Eugenio Montes, Rogelio
Buendía, Guillermo de Torre, etc.
Si hubo un arte ultraísta español, aún se discute, pero de ser así estaría definido por un
cubofuturismo y ciertos ecos del Dadá.
Dentro del entorno de la plástica ultraísta podemos encuadrar a Norah Borges, Sonia y
Robert Delaunay, Barradas, los pintores polacos Marjan Paskiewicz y Wladislaw Jahl ,quienes
con otros compatriotas protagonizaron en Abril de 1918 la Exposición de Artistas Polacos en el
Ministerio de Estado.
Esta exposición tuvo un carácter abstracto y es recogida por José Francés en El Año
Artístico 1918 con una crítica bastante mordaz.
333
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
334
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No podemos dejar de constatar aquí las opiniones que sobre el Ultraísmo vierten los
escritores contemporáneos del movimiento, donde constatamos, en algunas, el poco aprecio
que tuvo el Ultraísmo entre los críticos que detentaban el poder estético en 1921.
Nos basamos en las trascripciones de las entrevistas que el escritor peruano Alberto
Guillen realiza a 34 literatos de la época en controvertido libro, publicado en 1921 ―La Linterna
de Diógenes‖ (Madrid, Ed. Ave del Paraíso.2001) 216 .
Entrevista a Rafael Cansinos Assens (fundador del movimiento ultraísta (pag 60):
Entrevista a José Francés: ―(…) y luego pregunto por los ultraístas. Todos ponen los
ojos encendidos y las bocas con asco.
- A los quince años no es posible dar con la fórmula definitiva del Arte- comenta
Ballesteros, con tono digno de Boileau.
-¡Se masturban! Sí, eso es: todos sus disparates no pueden ser otra cosa que
masturbaciones cerebrales. (pag 85)‖.
216 GUILLEN, Alberto. La Linterna de Diógenes. Madrid. Editorial Ave del Paraiso,2001
335
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―¿también le gusta el ultraísmo? – Hombre sí. Es una escuela que hará labor. Ya lo ve.
Mis comedias se representan con decoraciones de Barradas‖ (pag 130).
Añadamos a ésta pléyade los nombres de Sonia y Robert Delaunay, los polacos Josef y
Marjan Pankiewicz, Pancho Cossio y Antonio de Guezala
217 DE TORRE, Guillermo. Literaturas europeas de Vanguardia. Sevilla. Biblioteca Rescate-Renacimiento, 2001.
336
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En cuanto a la temática del paisaje el Ultraísmo rompe con el paisaje rural, focalizando su
temática plástica en el paisaje urbano evitando las composiciones escenográficas y poniendo la
atención al fragmento de visión simultánea y plana de paleta de colores multitonales de
ascendencia Cezanniana-Cubista. Pintaran ambientes de ciudad, muy lejanos ya del
regeneracionismo del paisaje rural de la generación del 98. Emplean la Xilografía también como
técnica plástica de contraste, con la que ilustran sus revistas.
Moreno Villa afirmará: ―no había nada de lobreguez ni de cansinas viejas aldeanas ni de
vestidos que trascendían a vaho caliente‖218.
Desde el primer tercio del XIX la Academia de Bellas Artes de S. Fernando organizaba en
sus patios de la calle de Alcalá una exhibición anual de pintura, hasta que un Real Decreto de
1853 y un Reglamento de 1854 les confieren carácter oficial con la denominación de
―Exposición General de Bellas Artes‖.
218 CARMONA, Eugenio., TUSELL, Javier. BONET, Juan Manuel. Francisco Bores, El Ultraísmo y el ambiente literario
madrileño 1921-1925.Madrid.Residencia de Estudiantes.1999.
219 PUIG PERUCHO, Buenaventura .La Pintura de Paisaje. Barcelona. Sucesores de Messeguer Editor, 1971.
337
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La superioridad de la pintura sobre las otras artes fue enorme y las medallas entregadas
describen el camino oficial del gusto estético del jurado , en función de su proximidad con las
tendencias artísticas vigentes de sus contemporáneos y coetáneos
Las catorce primeras exposiciones (de 1856 a 1892) se caracterizaron por la abundancia
de los llamados ―cuadros de historia‖, siendo la Exposición de 1887 la que marca el cénit del
género, con 83 obras.220
En cuanto el género del paisaje, junto al retrato y el bodegón, estaba a finales del XIX
abundantemente representado, pero no se consideraba, a la hora del fallo, que se pudiera
equiparar a las grandes composiciones históricas .
Durante el primer cuarto del siglo XX el Sorollismo se extiende y domina la pintura que se
envía a las Exposiciones Nacionales , es la escena naturalista, frecuentemente paisajista,
ejecutada al aire libre con una técnica luminista-impresionista.
―El sol y el aire es lo que debe pintarse en nuestro tiempo‖ afirma un Sorolla que
desprecia la pintura negra, afectada, de taller.
Sirva una frase atribuida a Picasso para demostrar las oscilaciones del péndulo:
―Aquí lo que veo es que llueve, o que hace un sol de mañana, o que hay niebla…Bien.
Pero lo que aquí no veo es la pintura. Esto es visión de un estado atmosférico, pero pintura no
es‖ (Picasso frente a Monet, Citado por B. de Pancorba op.cit. pag 56).
220 DE PANTORBA.B. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España . Madrid.
J.R. García Rama.1980
338
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
‖Haes concurrió a las cuatro primeras, y en todas fue premiado; obtuvo tres medallas
de primera clase. Al mismo tiempo formábanse, bajo su enseñanza, los paisajistas españoles
que comenzaban a mirar y a estudiar el natural sin convencionalismos neoclásicos ni «fugas»
románticas, sin receta, de modo libre y espontáneo.
El fundamento del paisaje moderno, arranca, en España, de Haes, al que siguen sus
discípulos. Entre éstos tenemos nombres muy conocidos: Beruete, Regoyos, Morera, Lhardy,
Espina, Riancho, Ceferino Araújo, Ferriz, Monleón, Campuzano, Hermenegildo Esteban, Comas...
Todos fueron, más o menos asiduos, expositores de nuestros Certámenes, y en ellos obtuvieron
diversas recompensas.
El primero que alcanzó, después de Haes, la primera medalla con un paisaje fue su
discípulo predilecto: Jaime Morera. Obtúvola en 1892. A éste siguió (1895) el, catalán
Modesto Urgell.
Con él se abre la lista de los ilustres paisajistas de Cataluña que concurren a las
Exposiciones madrileñas y logran, antes que los de otras regiones españolas, los premios más
elevados. No hay ninguna Exposición en que no figure, premiado, algún nombre de paisajista
catalán,
221 DE PANTORBA.B. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España. Madrid.
J.R. García Rama.1980
339
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Campillo; en 1945, segunda, Puigdengolas, y tercera, Ceferino Olivé; en 1950, tercera, Conill; en
1952, tercera, Lloveras, y en 1957, tercera, Gusinyé.
Para quien esté habituado al trato del paisajismo español, los nombres copiados ya dicen
todo lo que ha representado en el transcurso de las Exposiciones de Bellas Artes de Madrid la
aportación de los catalanes-opina Bernardino de Pantorba-
Ninguna región de España más rica en paisajistas modernos. Tres nombres —los de
Eliseo Meifrén, Santiago Rusiñol y Joaquín Mir-- honraba una nación de pintores.
Mir, que es el que más influencia ha ejercido en los paisajistas catalanes, tiene altura
para medirse con los primeros paisajistas del mundo; su factura enérgica y su opulenta visión del
color no han sido superadas entre nosotros.
El más fino de los paisajistas gallegos —Francisco Lloréns—, el agudo intérprete de los
campos castellanos —Aurelio García Lesmes—, el pintor de la Sierra de Gredos, Eduardo
Martínez Vázquez— y otros nombres notabilísimos de nuestra pintura de paisaje, como Emilio
García Martínez, Juan Ángel Gómez Alarcón, Francisco Núñez Losada, Juan Bautista Porcar, Juan
Ferrer Carbonell, Ernesto Gutiérrez, Núñez de Celis, Beulas, deben quedar aquí registrados, cómo
expositores distinguidos de los Certámenes pertenecientes a este Siglo. Tampoco se olvide que
pintores de figura de la categoría de Muñoz Degrain y Gonzalo Bilbao han enviado paisajes a
algunas de nuestras Exposiciones.
Por diferentes motivos, como hemos apuntado, se alejan de las Exposiciones Nacionales,
pintores que son epónimos de su generación como Ignacio Zuloaga, Hermen Anglada-
Camarasa.
Para cerciorarse de que, entre los artistas con obras rechazadas por la Exposición
Nacional, no hubiese un genio incomprendido, se creó una plataforma expositiva de mayor
libertad, también en Madrid y siguiendo el ejemplo de los Salones de Otoño de París, se trataba
del Salón de Otoño de Madrid, que inició su andadura en 1920.
El Reglamento aprobado para las Exposiciones Nacionales de 1903 señalaba como precio
de compra por el Estado de una pintura galardonada con Medalla de Primera Clase, 5000
pesetas, 2000 para las de Segunda y 1000 para las de la Tercera Clase. 222
222 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España .
Madrid. J.R. García Rama.1980.
340
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Si un obrero metalúrgico ganaba un salario medio en Madrid de 3,25 pts. / Día, podemos
comprender lo que significaba, no sólo en términos de prestigio, sino crematísticos, el acceder a
un premio de ésta consideración.
De forma paralela a las exposiciones de carácter nacional, van tomando forma, como
consecuencia de la pintura regional, certámenes locales, provinciales y muestras más o menos
institucionales, como las ―Exposiciones de Bellas Artes‖ de Sevilla, ―Exposiciones de Arte
Gallego‖ de La Coruña y Vigo, vigentes desde 1920, las ―Exposiciones de Arte Moderno‖ de
Bilbao que en 1919 dan lugar a la ―1ª Exposición Internacional de Pintura y Escultura‖. La
―Asociación de Artistas Vascos‖, desde 1911, y salones o exposiciones de Bellas Artes de
Badajoz, Zaragoza, Sevilla, Granada, Santander, Oviedo, Jaén, Murcia, Alicante…etc...Junto con
los Salones de Humoristas impulsados en Madrid y Barcelona. Por José Francés desde 1914,
Madrid contaba con las colectivas organizadas por el Círculo de Bellas Artes, el ―Salón de
Otoño‖, desde 1920.
341
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1910 funciona en Madrid La Sala Mateu (inaugurada en 1918), Salón Nancy, Casa
Suarez, Salón Vilches, Salón Artístico, Salón de Arte Moderno, Salones Freddy´s, Salón Aller,
Salón Lacoste, Salón Iturrioz, Galería General de Arte, Salón Magerit, y Salón Club Parísiana,
Galería Sagaseta.
Barcelona cuenta con la más antigua galería de Arte de España: La Sala Parés, en activo
desde 1840. Siendo sus galerías más orientadas a las novedades europeas, destacan por su
importancia las Galerías Dalmau y las Galerías Layetanas.
Otras galerías catalanas son La Pinacoteca, El Camarín, Sala Reig, Malmedé, Areñas,
Faianç Catalá…etc...
Los artistas, como fenómeno nuevo asociativo desde primeros de siglo XX, comienzan a
agruparse en diferentes sociedades, al perder poder progresivamente la figura del protector o
mecenas que desde el Renacimiento ―protegía‖ y compraba su obra, como él, la Iglesia
retrocede como mentor del arte y el Estado, a través de sus instituciones, continúa ejerciendo
su labor de tutela de las Bellas Artes.
Como efecto de los nuevos tiempos y valores de la Revolución Industrial, el artista debe
de buscar su público en un mercado de intercambio de bienes y servicios donde es un actor
más. Luchará por mantener su identidad y compatibilizarla con lo que le demanda la clientela,
en definitiva, el Mercado. Esta situación significará una adecuación de su pintura a las creencias
y valores vigentes de la sociedad española de primeros de siglo XX, que no siempre se
corresponderá con los tiempos modernos en los que desearía vivir y que el pintor quisiera
plasmar en su obra, de modo que frecuentemente permanecen pintando lo que vende.
Y otra clase social que resurge con fuerza, formada por los que rigen los espectáculos,
las artes, las ciencias, el pensamiento español de finales del XIX y primer tercio del XX: son
342
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
retratos de toreros, actrices, médicos, literatos, dramaturgos, científicos, filósofos, políticos, que
suministran abundante trabajo, aunque solo a los pintores más reconocidos de la época.
Por último, la clase media, escasa, comprará obras de pequeño formato como adorno y
decoración de sus hogares. Solo los artistas ―consagrados‖ nacionales, podían escoger o no un
encargo y permanecer como individualidades cotizadas, y ésta consagración venía dada por un
galardón obtenido en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes o bien, si se atrevían a ser
innovadores, a través del reconocimiento extranjero (Europa y/o América), tal era el caso de
Federico Beltrán-Masses, Zuloaga, Romero de Torres, Vázquez Díaz, Sotomayor, López
Mezquita, Gonzalo Bilbao, Anglada-Camarasa, Santamaría y Sorolla.
El cliente, o compraba por encargo o adquiría un cuadro preexistente. Los lugares donde
se cerraba la operación podía ser el entorno referido a una determinada exposición, (oficial o
privada) o el propio estudio del pintor.
Es entre otras razones es la económica, la causante del viaje a París de los artistas , en
busca de una clientela que la burguesía española, tan tradicional en sus gustos, no suple, para
las obras de pintores españoles como Celso Lagar, Sunyer, Iturrino, Bores, Peinado, Viñes,
Flores, Cossío, González de la Serna y tantos otros.
No existió en España la figura del ―Marchante‖ Parísino, dinamizador del arte y sus
nuevas tendencias, de carácter privado, como los Rosenberg, Guillaume o Goupil;( excepción
hecha de Josep Dalmau y Santiago Segura, en Barcelona).Tampoco coleccionistas de suficiente
entidad y visión de futuro abundaron, Destacamos sin embargo, relevantes coleccionistas del
arte de la época, coetáneos con los gustos de la burguesía, como fue, entre otros, el político
Francesc Cambó, el industrial Plandiura. Incluso el coleccionista catalán Juan José V. Vidal tenía
como pensionado al pintor Andrés Larraga.
En Barcelona ésta bohemia funda en 1897 ―Els Cuatre Gats‖ con Utrillo, Canals, Casas,
Pichot, Rusiñol, Mir, Nonell en la línea bohemia de los cafés de París.
343
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1918, Rafael Barradas, Joan Miró y Torres García, entre otros forman la ―Agrupación
Courbet‖, grupo testimonial de solo dos años de vida, reivindicando el nombre de Courbet en el
sentido del artista libre que se enfrenta al arte oficial.
344
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En cuanto al precio de los Museos, la entrada al Museo del Prado en 1914 costaba una
peseta224 (José Francés. El Año Artístico 1915 pag 49.) Y había sido visitado éste museo en
1914 por 122.520 personas. De ellas, 13.926 habían pagado la peseta por entrar (el 11%)
mientras que el resto, habían aprovechado las mañanas libres de derechos.
Comparemos éste dato con los 2,7 millones de visitantes del Prado en el año 2008.
En España, La crítica de arte se retrasa respecto a Europa y nace aquí al albur de las
Exposiciones Oficiales, aunque a primeros de siglo está consolidada la relación crítico- público
receptor a través de los medios escritos como fueron, el libro sobre Arte, la revista
especializada en arte, el texto del catálogo de una exposición, el texto en revista o prensa
diaria de carácter amplio, la sección fija o el artículo esporádico en las mismas, la
conferencia…etc.
―(…) A lo largo de la pintura europea, siglo tras siglo, el paisaje va poniendo a las
figuras una especie de leit motiv (…) el sentimiento de la naturaleza ha ido transmitiéndose (…)
en casi todos los momentos del desarrollo de la pintura occidental. (…) La última forma de
paisaje nace y se desarrolla en oposición a la forma impresionista. Es hija, en parte, del
cubismo y de Cèzanne. Exige la riqueza luminosa y cromática de la forma impresionista (…)
pero, al mismo tiempo no admite que el paisaje se reduzca solamente a un temblor de
atmósfera luminosa. (…) Masa y movimiento, luz y color: tales son sus elementos capitales. (…)
Un paisaje es una obra arquitectural perfectamente equilibrada y transida de luz y color‖.
224 FRANCÉS, José, El Año Artístico 1915.Madrid, Editorial Mundo Latino.1916. 313 págs.
225 DE LA ENCINA, J. Crítica al Margen. Madrid.Calpe.1914.
345
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―Con José Francés la crítica de arte se transforma en un género literario que ennoblece
lo mismo al arte que a sus comentarios. En sus críticas la interpretación de las obras pictóricas
se transforma en creación, surgiendo versiones líricas, trasponiendo verbalmente hasta las
inefables armonías cromáticas interpretando con agudeza de psicólogo y con opulencia de
lenguaje, los temas que han ocupado pinceles y gubias‖.226
226 CAMON AZNAR, José. ―El Crítico de Arte José Francés‖. Madrid .Boletín Real Academia Bellas Artes. 1964.
346
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En 1902,a la edad de dieciséis años, Alfonso XIII, es entronizado como Rey de España,
continuando así el Régimen político nacido con la Restauración Borbónica, formado por dos
partidos dinásticos, quienes serán ―Las dos muletas turnantes‖ (Unamuno en El Mercantil
Valenciano.17 junio 1917), un régimen paralizado, ignorante de su entorno social. 227
Cuando comienza el siglo XX, España es una nación europea y occidental, desde el punto
de vista geográfico y cultural, pero resultaba difícil de comparar con los países de su entorno,
en muchos otros aspectos.
Entre éstos, el demográfico, con una economía de subsistencia para amplias capas
sociales, daba como resultado una mortalidad muy alta a causa de las penosas condiciones
higiénicas. De hecho una cuarta parte de los nacidos, no llegaba al año y medio de vida.
Otro rasgo muy característico que pervivía del régimen demográfico tradicional era la
escasa movilidad de la población y su apego al medio geográfico que le vio nacer. No existía
apenas emigración del campo a la ciudad.
227 TUSELL Javier. Manual de Historia de España Siglo XX. Madrid. Historia 16.1990
347
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Estas circunstancias se coadyuvaban para arrostrar un retraso técnico cuyo efecto era
que el rendimiento por hectárea era cinco veces inferior al alemán o al inglés
En la España de Alfonso XIII la clase alta estaba formada por latifundistas, miembros de
la burguesía industrial o de negocios y altos funcionarios o profesionales normalmente
relacionados con la clase política y que vivían éstos últimos en Madrid.
348
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las clases medias en la España de primeros de siglo XX, estaban formadas por los
miembros de las profesiones liberales, los burócratas y los medianos propietarios del campo o la
ciudad. Unas 200.000 personas estaban vinculadas a la Administración. El clero estaba formado
en 1918 por 91.000 personas (secular y regular) y el ejército (oficiales y tropa de todos los
cuerpos) sumaba en 1918 ,158.644 personas.
228
A partir del año 1913 se produjeron una serie de circunstancias que colocaron en una
situación cada vez más crítica a la monarquía constitucional de Alfonso XIII, hasta el momento
de la crisis de 1923.
349
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
fragmentación, contribuyeron a hacer que la vida política española fuera cada vez más
complicada con el transcurso del tiempo. El momento inicial de este proceso tuvo lugar en
1913-1914 cuando, tras la muerte de Canalejas, se produjo la paralela división del partido
liberal y del conservador. Este hecho coincidió con el estallido de la guerra mundial, un
acontecimiento de tal envergadura, produjo un cambio sustancial en la vida pública española. A
partir de este momento, los acontecimientos dominaron a los políticos y no al contrario...
España era una potencia europea que en este marco geográfico desempeñaba un papel
de segundo rango. Carecía de la potencia económica y militar suficiente como para presentarse
como un aliado deseable a cualquiera de las grandes potencias europeas. La vinculación
mediterránea de nuestro país y sus intereses en Marruecos coincidían en su forma en su
vinculación exterior, con las de Inglaterra y Francia; por ello, las relaciones con estos dos
países fueron más frecuentes y estrechas. Pero como se demostró en el tema de Marruecos,
sus intereses no siempre se adecuaban, en su fondo, con los españoles.
Una verdadera inyección de beneficios llegó a las arcas de los industriales y comerciantes
españoles. El comercio exterior creció a un buen ritmo: si en los años de la preguerra nuestra
350
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
balanza comercial tenía un saldo negativo de entre 100 y 200 millones de pesetas, pasó de
manera brusca a ser de unos 200 a 500 millones de saldo positivo.
La razón estaba en la gran demanda que los productos exportables españoles estaban
experimentado en el mercado Europeo, y que, debido a las circunstancias especiales de la
guerra, resultaron rentables. El caso más característico fue el de la minería de hierro del País
Vasco, que vio multiplicarse por catorce su cifra de negocio, y el del carbón asturiano, que por
sus difíciles condiciones de explotación se hallaba en clara desventaja frente a otros carbones
europeos antes de estallar la Gran Guerra.
En cuanto a la industria textil, el valor medio de los tejidos de lana exportados por la
industria textil catalana, fue veinte veces superior al de la preguerra.
Duro-Felguera. Taller de ajuste. Publicado en “La Esfera” (Numero Extra dedicado a Asturias)
Julio de 1918
351
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Otra industria nacional afectada directamente por la guerra mundial fue la de los fletes.
El aumento de la demanda mundial y las dificultades provocadas por el bloqueo submarino
alemán tuvieron como consecuencia una inmejorable situación para las navieras.
Entre 1918 y 1920 se crearon 56 nuevas empresas de este tipo y los precios de los
transportes marítimos habían crecido tanto que los dividendos de algunas de esas empresas
llegaron a ser del orden del 500%. Otros sectores crecieron quizá menos espectacularmente,
pero su avance se mantuvo más tiempo. En términos generales puede afirmarse que toda la
actividad económica española se encontró muy estimulada por la Primera Guerra Mundial.229
Fierro e Hijos. Naviera Publicado en “La Esfera” Banco Herrero. Oviedo. Publicado en “La Esfera”
Julio de 1918 Julio de 1918
Además, hubo dos realidades que, como consecuencia de la guerra y con el paso del
tiempo se convirtieron en elementos vertebradores de la economía española.
A principios del siglo XX habían surgido algunos de los bancos más importantes; ahora
aparecieron otros, pero la novedad más destacable consistió en el cambio del centro de
229 TUSELL Javier. Manual de Historia de España Siglo XX. Madrid. Historia 16.1990
352
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Así como a principios de siglo el capital de la banca catalana era tres veces superior al
de la vasca, ahora cambió por completo la situación debido en parte a que aquélla había sido
incapaz de superar su organización familiar o cuasi familiar que la llevaría a tener importantes
dificultades en los años de la posguerra.
Los recursos propios de la banca española se triplicaron, los ajenos se multiplicaron por
cuatro y la cartera de valores por cinco, con unos beneficios que en ocasiones sobrepasaron el
20%. Además, la banca desempeñará un creciente papel en la industria a partir de este
momento y desde luego esta vinculación entre ambas es un hecho que todavía perdura.
Pero también la guerra mundial tuvo consecuencias menos positivas en lo relativo a los
aspectos sociales.
Sin embargo, los salarios fueron por detrás de los precios, al menos hasta el año 1919,
produciendo tensiones sociales adicionales.
353
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
354
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En 1914, el sindicato socialista UGT, cuenta en España con 150.000 afiliados, con una
nueva generación de dirigentes, como Julián Bastero, que amplían el horizonte de miras y
actúa como ejemplo de cómo el socialismo empezaba a tener influencia en los medios
intelectuales
En 1916, de los 11 miembros del Consejo Nacional de la UGT, seis formaban parte al
mismo tiempo, de la directiva del PSOE.
230 TUSELL Javier. Manual de Historia de España Siglo XX. Madrid. Historia 16.1990
355
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero más grave que el problema social, era para la restauración, la situación de los
militares.
La situación militar: en 1916, la proporción de oficiales sobre tropa era muy elevada
(para 80.000 soldados, tenía el ejército 16.000 oficiales. En Francia, 29.000 oficiales para
540.000 soldados).Esta oficialidad representaba el gasto del 60% del presupuesto militar; no
quedaba dinero para material y preparación de las tropas. 231
Besteiro, con el resto de los socialistas acabó en prisión. Los incidentes de la huelga
fueron graves, principalmente en Asturias, se contabilizaron 80 muertos y 2000 detenidos en
toda España.
231 TUSELL Javier. Manual de Historia de España Siglo XX. Madrid. Historia 16.1990
356
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las enseñanzas de los sucesos de 1917 fueron que el sistema político de la Restauración,
sus dirigentes y su organización, ofrecían posibilidades muy limitadas para la renovación política
de España. Otra constatación fue que, en la España de 1917 los sectores renovadores podían
coincidir en oponerse al sistema, pero sus objetivos eran distintos:
Las secuelas de los sucesos de 1917 fueron muy importantes. Ya escribió el historiador
Vicens Vives que la crisis preparó unos años de exasperación insolidaria e invertebrada en que
cada porción de la sociedad española buscó soluciones drásticas, al margen de todas las demás.
Este gobierno no resolvió nada y en Marzo de 1918 se crea un Gobierno Nacional con las
figuras más importantes de la política española de la época: desde Maura a Dato, pasando por
Cambó y Alba, Romanones y García Prieto.
357
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
358
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Bajo este epígrafe queremos encuadrar las condiciones económicas, sociales y culturales,
de la España de primeros de siglo. Este entorno, condicionará una forma de vivir y entender la
vida, un estado de conciencia que ayudará a entender el arte contemporáneo, reflejo y efecto
del ―medio‖ donde desarrollan las vidas estos españoles de primeros de siglo XX. .
235
A continuación exponemos algunas magnitudes clave de la población española
233 SERRANO, Carlos. SALAÜN, Serge (editores).Los felices años veinte. España, crisis y modernidad. Madrid. Marcial
Pons Editores, 2006.
234 TORTELLA, Javier. El Desarrollo de la España Contemporánea. Madrid. Alianza Universidad.1995.
235 SERRANO, Carlos. SALAÜN, Serge (editores) .Los felices años veinte. España, crisis y modernidad. Madrid. Marcial
Pons Editores, 2006.
359
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las provincias más pobladas (en nº de habitantes de la provincia) eran Barcelona con
1,141.733.Madrid: 878.641 y Valencia: 884.298.
El crecimiento vegetativo del año 1918, un año central de la serie, fue negativo, en
España, se produjeron 612.555 nacimientos y 695.619 defunciones, es decir 113,56
237
defunciones, por cada 100 nacimientos. (Comparado con el año 2005 de 83 defunciones para
100 nacimientos.)
El coeficiente de mortalidad de 1918 fue de 3,34%, el más alto de todos los años
transcurridos del siglo XX, que se encontraba entre el 2,2 y el 2,4. La Epidemia de Gripe fue
una de las causas principales de esta elevada tasa de mortalidad, con 147.060 fallecimientos
censados en 1918.
236 MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA. Anuario Estadístico de España. Año 1918 . Madrid. Imprenta Minuesa de
los Rios.1920.
237 INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA. Anuario Estadístico de España2007.Madrid.INE 2007
360
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Para hacernos una idea del coste de la vida seguimos tomando el 1918, donde la carestía
de insumos fue muy importante debido a las consecuencias de la exportación hacia Europa, tan
necesitada después de la Gran Guerra, de todo tipo de bienes y equipamientos.
Harina: 0,64
Trigo: 0,50
Cebada: 0,35
Maíz. 0,50
Arroz: 0,90
Lentejas: 0,87
Garbanzos: 1,22
Judías: 0,89
Azúcar: 1,64
Patatas: 0,19
No obstante, los jornales, aunque por detrás del coste de la vida, también tuvieron
incrementos en pesetas/jornada y en 1918, en las capitales de provincia, un metalúrgico
ganaba entre 5 y8, un minero entre 4 y 9, albañil entre 3 y 5, carpintero entre 3,5 y 4,5 y un
jornalero del campo entre 2,3 y 3.
Para tener una idea del poder adquisitivo medio de un asalariado de 1918, tomaremos
como referencia, el salario medio ponderado en el sector industria: 3,81 Pts. /día.
238 TUSELL Javier. Manual de Historia de España Siglo XX. Madrid. Historia 16.1990
361
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Un alivio fué que con la llegada de los bailes modernos el corsé resultó una incomodidad
siendo desterrado. Con el principio de siglo, la mujer se iba a enfrentar a la vida más liberada y
un símbolo de ello fue el abandono de la sombrilla y el abanico para poder pasear con la cara
descubierta. El cambio de nivel de la falda, permitió empezar a vislumbrar los tobillos de la
anatomía femenina.
362
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Siluetas del” Gran Mundo” La Esfera. Julio 1918 Anuncio en Blanco y Negro de Julio 1918
Además, la llegada de nuevos deportes, ayudó, como en el caso del tenis, a la necesidad
de acortar la falda de las jugadoras para que pudiesen practicarlo. Este cambio trajo consigo la
moda de las medias para no dejar las piernas expuestas a la luz y las miradas. Los
acontecimientos políticos extranjeros también añadieron sus influencias. La Primera Guerra
Mundial fue el acontecimiento que más transcendió en la moda. Porque, tanto los aliadófilos
como los germanófilos se distinguían entre sí por su forma de vestir o de peinarse. La invención
de nuevos artilugios trajo al siglo XX la imagen de la acción y la velocidad, de una época que
miraba al futuro intentando olvidar el triste pasado y la guerra.
España, con una población de dieciocho millones y medio de españoles (censo de 1900)
y una media de vida de treinta y cinco años afronta los inicios del siglo XX con una población
activa masivamente rural (68%). En 1887 había un 71% de analfabetos, en 1900 la tasa de
analfabetismo alcanza al 63% para disminuir hasta el 44% en 1930.
Las condiciones de trabajo eran especialmente duras a comienzos de siglo, las jornadas
de trabajos de oficio de textil rondaban las 11 horas diarias, siendo el promedio superior.
Aunque el español de fin del siglo XIX disponía del 68% más de renta personal que en
1850 (a moneda constante) la alimentación ocupaba, en 1905, el 70% del presupuesto familiar.
363
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La Iglesia Española institución pilar del ordenamiento social, recupera al finalizar el siglo
XIX su poder y la cuestión religiosa, unida al poder del estamento militar se va a convertir en
una cuestión candente en el devenir político social hasta la II República de 1931.
Hacia 1850, era posible desplazarse de Madrid a Barcelona en diligencia en cuatro días, El
ferrocarril sustituye a éste medio de transporte a partir de 1848, con la inauguración del primer
ferrocarril entre Barcelona y Mataró.
Como hitos sanitarios tecnológicos destacaremos a Koch que en 1882 consigue aislar la
bacteria responsable de la tuberculosis, la radiografía X en 1895y la farmacoterapia analgésica
con la comercialización de la Aspirina en 1897.El automóvil fue uno de los símbolos más
representativos, aunque no gozó todavía del clamor que tendría años después. Fue en este
periodo más un símbolo de ostentación de las clases acomodadas que un instrumento necesario
de transporte. Los escasos ejemplares que existían en aquella época eran caros y se utilizaban
exclusivamente para hacer excursiones y carreras. Cuando el rey Alfonso XIII fue con lo más
representativo de la aristocracia al Palacio de El Pardo a dar la bienvenida a su prometida
Victoria Eugenia de Battemberg se trasladó en automóvil. Un caso muy distinto fue el tranvía
eléctrico que pronto se convirtió en algo familiar de todas las ciudades modernas. El tranvía al
menos era práctico porque por un módico precio conseguía acercar a los habitantes de los
extrarradios a sus lugares de trabajo. En 1919 ya existe el metro en Madrid y una línea de
correos de vuelo regular, une Madrid con Barcelona.
En cuanto al ocio, el rey del espectáculo en el Madrid de la Restauración fue junto con
los toros, el teatro. En 1908, con 35 teatros y 400 estrenos de obras, la capital era el principal
centro de esparcimiento de la burguesía local como de la de provincias. El teatro gozó en aquel
entonces de una época dorada con las reinas de la escena María Guerrero y Margarita Xirgu,
364
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
que interpretaron obras de autores de tan reconocido prestigio como Echegaray, Pérez Galdós,
Benavente, los hermanos Álvarez Quintero o Valle Inclán, y la colaboración musical de Falla,
Turina, Albéniz y Granados, quienes también se interesaron por la zarzuela, ―género chico‖
típicamente español.
El teatro era el espectáculo característico de finales del siglo XIX. 240 Desde principios de
la segunda década del siglo XX, el Music-Hall y los artistas de variedades le hacían sombra al
teatro lírico tradicional.241 Raquel Meller introduce una verdadera dramaturgia en la
interpretación.
Su rival y amigo fue Juan Belmonte, quien rompió las reglas existentes y revolucionó el
toreo con una forma inusual al guiarse de su sentimiento. Pero esto era símbolo de la España
tradicional, popular, a la que la revista "España" o el diario "El Sol", como portavoces de los
intelectuales más europeístas, procuraron ocultar, por sentir que la ―fiesta nacional. ―Era el
paradigma del atraso español frente a la civilizada Europa‖.
Uno de los escritores más furibundos contra los toros y el ―flamenquismo‖, fue el escritor
Eugenio Noel (1885-1936), que citado por José Francés en el Año Artístico 1918) afirma:
365
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Francés, enemigo declarado de las corridas de toros, desde las páginas de El Año
Artístico 1918 (agosto) escribirá:
―Nosotros no hemos creído nunca que la bárbara y estúpida fiesta de los toros, pueda
inspirar a un artista, ni producir, por tanto, ninguna obra bella‖.
La llegada de una reina inglesa ayudó a abrir el país a las modas extranjeras. Si esto se
notó en las ropas, también ocurrió en las costumbres. El gusto por la velocidad, el dinamismo y
la acción, fueron valores juveniles que influyeron en el peinado varonil que fue desde entonces
hacia atrás y fueron activadores de nuevas corrientes estéticas.
Cartel cinematográfico de primeros de siglo XX Joselito (con montera) posa con Belmonte
La divulgación del deporte se realizó entre las clases acomodadas y no tuvo el efecto
popular que actualmente posee. El tenis se convirtió en un deporte elitista practicado por la
misma clase alta que, llegada la estación veraniega, se trasladaba a la costa donostiarra junto
a la Corte, los periodistas, la aristocracia y la alta burguesía industrial para tomar sus baños de
sol.
Los deportes, se diversificaron, con la aparición del ciclismo. Primero con la divulgación
del velocípedo y después con el invento del pedal. La bicicleta, al ser de importación, fue un
símbolo en principio utilizado por las clases acomodadas para sus excursiones.
366
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
boxeo empezó a sumar seguidores y el guipuzcoano Paulino Uzcudum llegó a ser uno de los
grandes en los pesos pesados. Sin embargo, el deporte rey que empezaría a causar furor fue el
foot-ball, ya en sus primeros encuentros la Guardia Civil había tenido que intervenir para evitar
las rivalidades entre barrios o ciudades.
Como hemos avanzado al hablar en la introducción histórica del período que nos ocupa,
en 1900,el 68 % de la población activa, trabajaba en el campo y más de la mitad de la renta
nacional se generaba en el sector agrario. Los tipos de arrendamiento de la tierra procuraban
una agricultura poco innovadora y de subsistencia.
243 RAMOS OLIVEIRA, Antonio. Historia de España. Mexico. Compañía General de Ediciones, 1952.
367
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Escarrá, economista francés, afirmaba en 1910 que España es un país agrícola y minero.
El mundo urbano e industrial, con sus cafés, sus deportes, el cine el teatro, las
artes…tenía una relevancia muy reducida, al lado de la gran población española que estaba
ligada al cultivo de la tierra y a la crianza del ganado. Esta situación no viene de tan lejos…
¿Quién hoy en día no ha tenido un familiar cuyo trabajo estaba ligado al campo en línea
directa... padre, abuelo, bisabuelo quizás?
245
La sociedad agraria es tradicional con un repertorio de necesidades muy elemental
guarecerse, comer, vestirse, reproducirse, y poco más .El ritmo vital lo marcaba la bondad de
las cosechas y los ciclos de sequía eran intermitentes y con consecuencias determinantes para
la vida de los pueblos y aldeas, significaba menos trabajo, escasez y por tanto, contención de
gastos (por ejemplo, a la sequía seguía la decisión de diferir muchos matrimonios).La sociedad
tradicional vivía más pendiente de los ritmos de la naturaleza y enmarcada en general en un
cierto integrismo religioso de carácter temeroso, emanado de la última fase del pontificado de
Pío X, (Papa 1903-1914) marcando un sello indeleble al catolicismo español de la época.
Estaba claro .El pan era lo primero. Después era imprescindible el vino para alegrar el
cuerpo y‖ matar el gusanillo ―, como se decía al hambre intermitente. Luego podía venir la
vianda, que para muchos no pasaba de los torreznos.
El tocino servía para aderezar cualquier guiso. Por ultimo estaba la necesidad de ropa. El
lino indicaba la mejor calidad.
244 SENADOR Julio. La Ciudad Castellana en 1918.Madrid.Biblioteca Regeneracionista. Fundación Banco Exterior.1989.
245 DE MIGUEL. A. La Vida Cotidiana de los españoles en el S. XX.Barcelona.Planeta.2001
368
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Sobre una tierra de la que otro es dueño el trabajador carece de interés en aumentar
su producción porque sabe que todo el producto de su esfuerzo ha de ser consumido por la
renta. Él tiene que conformarse con la ración mínima de sostenimiento. El que no saldrá jamás
de la pobreza aflictiva‖.246
Nos interesa tratar, aunque sucintamente, la vida y costumbres de los contertulios de los
cafés de Madrid porque nos ayudará a entender la vida cultural y artística que se desarrollaban
en ellos a primeros de siglo XX y que dará lugar a las corrientes de opinión que conformarán la
―vigencia‖ de las Generaciones de principios de siglo XX.
Es difícil entender los movimientos estéticos contemporáneos, sin los cafés de finales del
siglo XX en Europa, como los de Viena, Budapest, Praga, Cracovia, Berlín, Ámsterdam, Lisboa o
París.247
En España la introducción del café como elemento aglutinante social, estuvo unido a la
mentalidad ilustrada del siglo XVIII. Junto a los Salones y los Clubes, los Cafés fueron medios
de difusión de ideas ilustradas y científicas y lugares de sociabilidad que respondían a las
nuevas costumbres y demandas de las altas clases sociales españolas. 248
246 SENADOR Julio. La Ciudad Castellana en 1918.Madrid.Biblioteca Regeneracionista. Fundación Banco Exterior.1989.
247 BONET CORREA, Antonio. Los Cafés Históricos. Madrid. Editorial Cátedra,2012
248 FERNANDEZ GARCIA Antonio. Historia de Madrid. Madrid. Instituto de Estudios Madrileños, 2007.
369
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Antes de la aparición de los cafés en España, en la segunda mitad del siglo XVIII, existían
tabernas, figones, alojerías, aguaduchos, horchaterías y neverías que desempeñaban un papel
socialmente similar a los cafés.249
En España, la aparición del café como lugar público estuvo ligada a la nueva mentalidad
surgida bajo la España borbónica. Tomar café era ser un Ilustrado, tener la mente despierta,
lúcida, clarividente. El café como lugar de tertulia permanente se inicia a partir de primeros del
siglo XIX en España, con el nacimiento de las ideas liberales. Frente al Café del burgués y del
Bohemio, se opone la taberna del obrero.
A mediados del siglo XIX entra en auge el llamado ―Café cantante‖, donde se cantaba y
tocaba flamenco.
Con el Modernismo, a principios de siglo XX, cambió el tipo de café que dejó de ser
menos castizo. Sus modelos procedían directamente de París y Viena. Evolucionó hacia un
carácter más literario y esteticista y era frecuentado sobre todo por artistas y escritores. 250
La época de mayor esplendor de los Cafés madrileños, fue desde final del siglo XIX hasta
primer tercio del siglo XX. Este esplendor vino dado por la aparición por estos Cafés de las
figuras de la Edad de Plata de la literatura española, la Generación de 1898 tal y como la
definía el propio Azorín en 1913, que germinó en las tertulias del Café de Madrid, de la Calle
de Alcalá. Las posteriores generaciones de 1914 con figuras como Ramón Gómez de la Serna o
249 BONET CORREA, Antonio. Los Cafés Históricos. Madrid. Editorial Cátedra,2012
250 BONET CORREA, Antonio. Los Cafés Históricos. Madrid. Editorial Cátedra,2012
370
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Ramón Jiménez y las de 1927, con Federico García Lorca, Dámaso Alonso contribuyeron a
este resplandor de los Cafés madrileños comparables con los de París, sirviendo de marco de
referencia para los Cafés de provincias.
371
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
372
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Un pequeño parnaso en que solo se habla de literatura251. Otros cafés donde se reunían
las tertulias más avanzadas hacia lo ―nuevo‖ o lo vanguardista fueron La Tertulia del Pombo, de
Ramón Gómez de la Serna, el Café Regina, de Azaña, Araquistáin, Canedo…etc. el Café
Nacional donde iba Barradas y Jorge Luis Borges y el café de moda de los últimos años veinte,
en donde se reunía el mayor número de tertulias fue la Granja del Henar252
El Nuevo Café de Levante fue, desde, los últimos años del siglo XIX hasta la guerra
europea, unos de los centros de reunión de tertulias más importantes de Madrid, al que no
dejaban de acudir desde figuras ya consagradas, desde escritores caídos en el olvido, hasta
jóvenes promesas de la literatura. Todos acudían allí para dar a conocer sus obras y
pensamientos. En palabras de Valle-Inclán "el Café de Levante ha ejercido más influencia en la
literatura y en el arte contemporáneo que dos o tres universidades y academias".
Otro fenómeno que influyó en las tertulias es la guerra europea que dividió los bandos de
los contertulios entre germanófilos y aliadófilos, prevaleciendo estos últimos. Esto trajo la
irrupción en las tertulias de la discusión política que supondría el fin del Cafés como el de
Levante.
Aparecen nuevos Cafés con tertulias en la que se reunían por afinidades, tanto literarias
como personales e ideológicas. Entre estos cafés nuevos, los más importantes son:
El Café de Gato Negro, donde Jacinto Benavente tenía su tertulia. El Antiguo Café y
Botillería de Pombo, era donde Ramón Gómez de la Serna instauró la tertulia más importante y
más seguida de Madrid y donde en su inauguración se prohibió hablar de la guerra. Se
estableció los sábados por la noche, después de la hora de cenar.
En 1912 Ramón Gómez de la Serna instituyó una tertulia literaria, los sábados noche en
el café antigua botillería de Pombo, en la calle Carretas, con luz de gas en unas lámparas que
son la única calefacción de la cripta en invierno.253.
373
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Manuel Abril, Bertolozzi, los Zubiaurre, Tomás Borrás…Los camareros recogen el servicio
y nos miran. Debemos parecerles una partida de locos- escribe Cansinos Assens254
La tertulia de Pombo fue asentándose paso a paso durante sus dos primeros años de
vida, se recreció durante la I guerra mundial y, al término de ésta, entró en su apogeo, que
culminaría con la gran influencia que llegó a alcanzar en la segunda década del siglo y primeros
años treinta. Por ella pasaron figuras tan importantes como Picasso, Tristán Tzara, Mac Orlan,
Valéry Larbaud, y Bragaglia255.
Otros cafés fueron, el Café Universal ; el Café Oriental; el Café de Correos; el Café
Sevilla; el Café Inglés; el Café Suizo ,el Café de Lion; La Maison Doré o Café Lepanto; El Café
Marfil, , donde pasó Benavente sus últimos días como tertuliano; el Café Negresco ; Café de
Fornos, donde se reunía una tertulia cosmopolita compuesta por artistas, escritores, actores y
actrices, toreros, futbolistas; La Granja del Henar, citada, donde Ortega y Gasset tenía su
tertulia.
En la Puerta del Sol estaba el Café Imperial, con sus 71 veladores de cristal y 80 mesas
de mármol de Italia, 600 sillas de tapicería y mesas de billar. El Café de la Montaña, donde
374
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Valle-Inclán tendría el trágico accidente con Manuel Bueno en el que perdería la mano,
solucionado por un homenaje a ambos por los contertulios. El Café León, donde se daban
tertulias de eruditos y periodistas.
La generación de 1914 cede el testigo de las tertulias a la Generación de 1927, con base
en el Café Gijón, que pertenece a otro ambiente diferente ya del propósito de nuestro trabajo.
A primeros de siglo XX, una visión más acentuada del papel del intelectual de los
editores, animó varias experiencias editoriales como Renacimiento y Revista de Occidente,
producto de la misión regeneradora del país cultivada por las clases medias intelectuales. La
Prensa se constituyó en el emblema de los nuevos tiempos. 257
Durante los años de la Primera Guerra Mundial se publicaban en España 280 diarios, de
los que 20 lo hacían en Madrid. En cuanto a contenidos, se inicia la decadencia en la ―Prensa de
Política‖ o de ―Partido‖ en favor de lo que comenzaba a llamarse ―Periódico de empresa‖; en
256 BONET CORREA, Antonio. Los Cafés Históricos. Madrid. Editorial Cátedra,2012
257 MARTINEZ MARTIN, Jesús (Director). Historia de la edición en España (1836-1936).Madrid. Marcial Pons Historia,
2001.
375
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
efecto, desde primeros de siglo se habían ido constituyendo los grandes grupos de periodismo
español que como la Sociedad Editorial de España (1906), Prensa Española (1909) o la Editorial
Católica (1912) que estaban llamados a tener larga vida en nuestra historia.
El diario de mayor tirada en 1913 según las estadísticas oficiales era La Correspondencia
de España con 135.000 ejemplares, seguido de Heraldo de Madrid y El Liberal con 124.000 y
115.000 respectivamente. Ninguno de ellos alcanzó las grandes tiradas que caracterizaban ya a
los periódicos extranjeros aunque sí es cierto que el impacto de la Guerra Europea potenció el
interés por la lectura.
Todos ellos sabían del papel de la Prensa como configuradora de opinión y utilizaron las
páginas brindadas por los diarios, para hacer valer sus puntos de vista ante el lector. La Prensa
era un medio fundamental de propaganda y todas las personalidades políticas ―contaban e
influenciaban‖ en los periódicos. Aunque la Prensa entre 1914 y 1918 aborda
fundamentalmente cuestiones de política nacional e internacional, no siempre son los periódicos
de partido los que difunden una orientación ideológica concreta; durante la Primera Guerra
Mundial en España, algunos partidos tuvieron sus órganos oficiales –caso de El Socialista- pero
la mayoría de los periódicos eran empresas ―independientes‖ de las tendencias a las que
alentaban.
Durante los años de la guerra adquiere una importancia capital la figura del corresponsal:
con el conflicto la Prensa se abre al exterior y nombres como Salvador de Madariaga, Ramiro de
Maeztu, Julio Camba, Luis Araquistain, José Pla, ―Corpus Barga‖ o Azpeitúa, se hacen familiares
376
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
a los lectores. Los periódicos reciben crónicas desde París, Viena, Berlín, Roma, Bruselas, La
Haya, Belgrado, Sofía y Ginebra, desde todos los puntos en los que está la noticia.
En diciembre de 1917 nos encontramos con la primera mujer que cubre los
acontecimientos que ocurren en el extranjero: la escritora gallega Sofía Casanova, corresponsal
del diario ABC en Varsovia y San Petersburgo, desde donde envía sus crónicas, tanto de la
Primera Guerra Mundial como de la Revolución bolchevique (es la única representante de la
Prensa española en la Rusia revolucionaria que acaba de destituir al zar Nicolás II).
Blanco y Negro. Madrid 1918 Banquete en Palace Hotel en honor a sus fundadores. La
Esfera. Enero 1915
La gran mayoría de los diarios relevantes de Madrid se imprimían en rotativa aunque casi
todos los de provincias lo hacían todavía en máquina de doble reacción.
377
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En cuanto a los semanarios, a finales de los años 20 tenemos a los tradicionales Blanco y
Negro y Mundo Gráfico que dominaban el mercado por su amplia difusión en todos los sectores
sociales. Tan sólo La Esfera con una tirada de 80.000 ejemplares cada semana, elevaba el nivel
de los contenidos para dar prioridad a los aspectos culturales (arte, cine, literatura…etc.) y de
manera especial sirviéndose de la gran calidad y cantidad de sus ilustraciones 258
378
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
379
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
380
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA
PINTURA ESPAÑOLA DE PAISAJE ENTRE
1915 y 1926, A TRAVFS DE LA PBRA “EL
AOP ARTÍSTICP” DEL CRÍTICP DE ARTE
JOSÉ FRANCÉS.
381
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
382
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
383
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
384
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
TOMO II
385
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
386
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ÍNDICE
A) FUNDAMENTOS DE LA TESIS: METODOLOGÍA, BASES CONCEPTUALES E
HISTORIOGRÁFICAS. ............................................................................................ 27
1.- TIPOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN ............................................................... 29
1.1.- LA PROPUESTA: JOSÉ FRANCÉS Y EL AÑO ARTÍSTICO 1915-1926................ 29
5.1.1.- EL PAISAJE COMO ELEMENTO ACCESORIO: DEL SIGLO XIV HASTA EL SIGLO XVI
................................................................................................................................ 219
387
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
5.2.2.- ―ET IN ARCADIA EGO‖: CLAUDE LORRAINE Y NICOLÁS POUSSIN. ................... 230
388
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
10.3.- UN CASO APARTE: LOS CAFÉS DE MADRID Y SUS TERTULIAS ................. 369
389
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
390
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
391
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
392
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
393
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
394
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
395
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
396
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
FEBRERO: DOS PAISAJISTAS CATALANES. VAIG PUIG Y PUIG PERUCHO. .................. 1261
397
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
398
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
399
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 1641
DICIEMBRE............................................................................................................. 1654
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 1732
400
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
401
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
DICIEMBRE............................................................................................................. 1975
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2005
DICIEMBRE............................................................................................................. 2012
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2053
402
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
403
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2301
DICIEMBRE............................................................................................................. 2315
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2372
DICIEMBRE............................................................................................................. 2384
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................... 2392
"TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA PINTURA ESPAÑOLA DE PAISAJE ENTRE 1915 Y
1926, A TRAVÉS DE LA OBRA "EL AÑO ARTÍSTICO" DEL CRÍTICO DE ARTE JOSÉ
FRANCÉS" ................................................................................................... 2393
404
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
405
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
406
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
407
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
FRANCÉS, José. El Año Artístico 1915.Madrid, Editorial Mundo Latino. 1916. 313 págs.
Sin Memoranda.
408
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
409
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
410
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
411
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La revista nació en pleno desarrollo del periodismo gráfico, planteando la imagen como
elemento referencial y diferencial en sus contenidos. Tanto los reporteros gráficos como los
galeristas y creadores encontraron un nuevo medio de comunicación en el que publicar sus
trabajos, con la diferencia de su calidad técnica, superior a las revistas del mercado del
momento.
Entre enero de 1914 y enero de 1931, se publicaron 889 números (excepto el 407) más
los extras conmemorativos de aniversarios y varios dedicados a ciudades españolas.
El impacto que causaron las imágenes de La Esfera fue extraordinario. Su tamaño era
mayor que sus competidoras: 24x30cms frente 18x24 cms. de Nuevo Mundo, Blanco y Negro y
Mundo Gráfico. La reproducción en formatos grandes y esmerada calidad, ofrecía por primera
vez al lector imágenes y detalles que se perdían en revistas de la época de información general,
más descuidadas.
El precio también era más elevado: 50 céntimos frente a los 20 céntimos de Mundo
Gráfico y Nuevo Mundo. La acogida del público fue extraordinaria, reimprimiéndose los quince
primeros números por la demanda acaecida.
Éste homenaje que cita Francés, que se produjo en el Hotel Palace de Madrid donde
Benito Pérez Galdós pronunció un discurso, fue precedido de una carta del Secretario de
412
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Alfonso XIII en Diciembre de 1914, que en nombre del Rey, felicitaba a Verdugo Landi y a
Mariano Zavala por ―su labor altamente simpática y patriótica‖, adjuntando una foto de su
Majestad en el despacho dedicada a La Esfera.
Carta del Secretario del Rey a Verdugo Landi Fotografía de Alfonso XIII dedicada a “La
Esfera”.1915
La exposición de los dos pintores y el escultor Clarasó se celebra en la Sala Parés del 16
al 30 de Enero de 1915.
Santiago Rusiñol expone en la Sala Parés con 54 años, Ramón Casas tiene 48 y Clarasó
58 años. La obra presentada va a ser de su última hornada,
413
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En la opinión de Gabriel Ferrater, 260 los buenos cuadros de Rusiñol son todos
paisajes pintados antes de 1895, es decir, antes de los 34 años; que podemos tomar como su
período de gestación y que coincide con el modernismo catalán de raíces simbolistas europeas.
Arte de la burguesía de donde el mismo Rusiñol procede. Cuando expone en la Sala Parés, está
mostrando una obra conmemorativa, que, junto a Casas y Clarasó celebra y actúa como
referente de la primera exposición que realizaron juntos en la Sala Parés en Noviembre de
1891.
Rusiñol continúa con la temática de los jardines, que tan buena acogida le dispensó
en el París simbolista de primeros de siglo. En 1903 publica un álbum titulado ―Jardines de
España‖ que reproducía cuarenta fotograbados de cuadros suyos, además de poemas de
escritores catalanes y mallorquines, el poeta todavía modernista Juan Ramón Jiménez (1881-
1958) que por cierto es rigurosamente coetáneo de Pablo Picasso y Cristóbal Ruiz (tienen la
misma edad) , compuso un poema en honor al jardín de Rusiñol en su álbum.
Hemos visto pasar muchas escuelas, muchas banderas (…) siempre hemos creído
que hay lugar para todos. No hemos querido más que llevar nuestro cirio y que nos dejaran
caminar siguiendo sin prisa y sin angustia ésta procesión que va a la ermita que se llama la
gloria‖.
Los grandes diarios publican críticas muy favorables, pero los pintores más
modernos y los críticos de arte Noucentistas tuercen el gesto y prefieren mirar para otro lado 262
414
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El arte ―nuevo‖ intentará abrirse paso desde el noucentismo de Sunyer, con la figura
de Vázquez Díaz, a partir de su vuelta de París en 1918, y la Vanguardia, con Rafael Barradas,
rigurosamente coetáneos de su generación, la de Pablo Picasso: 1909-1923.
Rusiñol, Casas y Clarasó en la Sala Parés.1915 S. Rusiñol. Almendros en flor. Bunyola, Mallorca.
1914.
415
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Segismundo de Nagy. La Esfera 1915 Segismundo de Nagy. El Bote Verde .La Esfera
1915
Nagy recorrerá las regiones españolas, empezando por la serie de cuadros donostiarras
que expone en 1915 en el Hotel Palace.
Uno de sus trabajos ―El Bote Verde‖ es exponente de su técnica de pincelada larga y
nerviosa con un encuadre del ―momento‖ fugaz, huyendo del paisaje escenográfico y
atendiendo al detalle anecdótico, tan perseguido por los Impresionistas franceses.
416
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
María Blanchard (1881-1932) se formó con Emilio Sala, Sotomayor y Benedito. En1909
marchó a París donde recibió los consejos de Anglada-Camarasa y Van Dongen, compartiendo
vivienda con Diego Rivera e iniciando su período cubista. Después de la Exposición de Madrid,
ejerció por breve espacio de tiempo como profesora de dibujo en Salamanca, volviendo a París.
No regresaría más a España.263
Un tema de la modernidad será La Torre Eiffel como símbolo del avance del maquinismo
y los progresos técnicos tratados simultáneamente en el lienzo, con llamadas de atención hacia
el espectador sobre iconografías de la ―Belle Epoque‖: el automóvil, aeroplano, las poleas de las
máquinas, el cableado telefónico. .y también los nuevos deportes y hazañas, como el futbol, las
carreras de automóviles, efemérides de la aviación…etc. Tan del agrado de los futuristas
italianos.
417
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pintores Íntegros: Catálogo Exposición 1915 Diego Rivera. Tour Eiffel 1914
Realmente difícil es encontrar calificativos como éste en los doce libros de ―El año
Artístico‖. Francés arremete, sin las parábolas estéticas del lenguaje simbolista, a las que nos
418
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
tiene acostumbrados, con su mortífera carga contra María Blanchard, discípula de Benedito,
quizás por ser mayor su desengaño.
Con ésta heteróclita exposición se inicia Madrid en el llamado ―Arte de Vanguardia‖ que
no había ido más allá, hasta entonces, de un manifiesto de Revista como fue el Futurista de
1909.
Critica Francés:
―Una vez dentro es curioso espectáculo ver las caras estupefactas, asustadas o
francamente hinchadas de risa. Cuando salen se restriegan los ojos, respiran fuerte y miran a
los transeúntes como si hubieran despertado de una pesadilla (…)‖
―Ha sido como grato despertar de horrible pesadilla. En el mismo Salón de Arte
Moderno, donde obtuvieron tal éxito de risa o de indignación, por parte del buen público
burgués, los pintores íntegros. (…)‖
419
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés tilda de viejo el arte de Campuzano que tiene 58 años, cuando expone en el
Salón de Arte Moderno de Madrid, y para completar el recorrido habla de sus paisajes como
―mediocres e inadmisibles" en el siglo XX, claro está extendiendo sus críticas a Carlos de Haes y
lanzando sus dardos, por extensión contra el entonces Museo de Arte Moderno, de Madrid.
Para Francés el Museo es una ―pura vergüenza‖ y sus obras expuestas las considera
―mamarrachos pictóricos‖ abogando por la creación de un Patronato renovador, donde figuren
―algunos artistas y críticos jóvenes: ―porque deben ustedes convencerse de que el actual e
indiscutible renacimiento se debe a la juventud, no a los autores del 90 por 100 de los
mamarrachos pictóricos y escultóricos que se almacenan en el Museo llamado de ―Arte
Moderno‖.
Es interesante observar cómo considera Francés, que a la sazón cuenta con 38 años, al
paisajismo de Carlos de Haes y sus discípulos, como obra que ―desentona‖ en el año 1915.
265 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
420
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Francés pertenece a la generación 1909-1923 (la misma que Ramón Gómez de la
Serna y Alfonso XIII) cuyos epónimos están constituidos por la llamada Generación europeísta
del 1914, con el mismo Ortega y Gasset al frente.
Curiosamente ocurre en Francés, un ecléctico modernista, que los artistas que harán
evolucionar a su generación, no son tanto López Mezquita, Eugenio Hermoso, Gustavo de
Maeztu… etc. sino sus ―otros‖ coetáneos a los que observa con desconfianza: María Blanchard,
Robert Delaunay, Diego Rivera, Moreno Villa, Celso Lagar y cerrando la Generación: Joan Miró.
Tenemos el ejemplo del caricaturista K-Hito, tan elogiado por el aliadófilo Francés, que
diría de él:
―Incluso llegamos a perdonarle (…) que haya contribuido alguna vez a sostener el
craso error de los partidarios de Alemania, sólo porque crean a Alemania la más fuerte…‖.
Es el caso de éstos cuatro artistas alemanes que exponen en el Centro Alemán de la calle
Alcalá de Madrid, sus paisajes con figuras y paisajes. Francés destacará la obra de Leyde y
Sollmann por encima de los otros dos.
421
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Paul Sollmann. Pueblo Andaluz. La Esfera 1921 Paul Sollmann: La Alhambra. La Esfera 1922
ENRIQUE VERA
Toledo continúa siendo de éste modo la ciudad ensalzada por los pintores paisajistas, en
la larga tradición que, partiendo de El Greco, recorre los pinceles de Sorolla, Zuloaga, Regoyos,
Rusiñol , Gonzalo Bilbao… y tantos otros paisajistas.
Hijo y nieto de pintores, Vera no se interesará por los asuntos modernos en sus paisajes,
no encontraremos automóviles ni motores humeantes ni ningún atisbo de modernidad temática.
Vera es un cultivador del paisaje de vieja iconografía pintoresca, tampoco encontraremos una
renovación formal en sus paisajes urbanos de cuestas y calles estrechas tomadas en picado o
422
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
contrapicado y muy ―terminadas‖. Por ello Francés prefiere las ―notas breves, rápidas,
abocetadas (…) más que la construcción acabada‖.
El pintor castellano, a diferencia de Regoyos, intentará captar esa luz castellana que cae
a plomo sobre paisajes y edificaciones abrasándolo todo, refractando el vaho de la tierra y el
agua, ese será su valor de paisajista: atreverse con la atmósfera que crea la luz cegadora de
Castilla.
A los pocos días de ésta exposición, Vera partía para San Sebastián, para exponer allí sus
vistas de Toledo, Oporto, Santiago, Salamanca y sus recuerdos de Venecia, Graz y Viena 266
La Esfera se hará eco de ésta exposición, publicando algunos trabajos de Enrique Vera,
anteriores a su exposición en los Salones de ―El Pueblo Vasco‖ de San Sebastián, recogida la
crónica también por José Francés en las críticas de El Año Artístico 1916, correspondientes a
Septiembre.
Enrique Vera. Paisaje Toledano. La Esfera 1916 Enrique Vera. Un Rincón de Salamanca.
La Esfera 1916
266 MUÑOZ HERRERA J.P. Enrique Vera: El Paisaje y la Luz. Toledo. Junta de Castilla La Mancha,2003
423
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Enrique Vera. Otoño .La Esfera 1915 Enrique Vera (1915): El Paisaje y la Luz. Museo Santa
Cruz. Toledo. Exposición 2003.
Abordaré cada apartado que sea interesante según su relevancia hacia el tema de paisaje
que es lo que nos ocupa
267 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1915. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1915.
424
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las recompensas pasan a ser exclusivamente ―honoríficas‖. Las medallas aumentan. Para
pintura son: una de honor, seis de primera clase, doce de segunda y veinticuatro de tercera
clase.
Exposición Nacional de Bellas Artes. Madrid 1915.Jurado y personalidades. La Esfera .Mayo 1915 (al fondo
“retrato” de José Zaragoza, premiado con primera medalla).
No hemos encontrado , entre los pintores que exponen, ninguno ,bien vanguardista o
miembro del llamado ―Arte Nuevo‖ que podamos calificar de ―iconoclasta‖ como Francés los
define y que, entendemos, se refiere a los que comienzan a disolver las ―formas‖ ,los iconos
figurativos , tan amados y defendidos por el ecléctico Francés.
268 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España.
Madrid. J.R. García Rama.1980.
425
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En éste apartado podemos pergeñar las ideas directrices de José Francés respecto a la
evolución de la pintura en España y su tránsito desde el XIX al siglo XX.
Empieza Francés por derribar a los pintores del XIX, a los que acusa de generación
mediocre, estéril y egoísta, ―jugadores de revolución‖ con sus cuadros académicos de historia,
con su falso culturismo pseudorromántico, apolillado y que nos abochornan todavía desde las
paredes del Museo de Arte Moderno. Aprovecha ésta valoración para criticar ácidamente la
pintura de Francisco Domingo, a quien se rinde homenaje precisamente en ésta exposición con
una sala especial: ―Francisco Domingo desentona‖ de los que Francés denomina Artistas
Contemporáneos.
Por otro, los realistas: López Mezquita, Gonzalo Bilbao, Rodríguez Acosta, Benedito.
Por último traza una tercera categoría de idealistas-realistas: Marceliano Santa María,
Pinazo Martínez y Muñoz Degrain.
Dice de él que falseó su arte de modo arbitrario con miras a la exportación (opinión
compartida por Azorín y Ramiro de Maeztu)… pero ―no importa‖ dice Francés a continuación.
Como si fuera un accidente, va a lo esencial: Zuloaga cumplió su misión de ―guía pictórico‖, y
―detrás de él han ido todos los pintores contemporáneos‖.
La exposición de 1915 es para Francés una exhibición del arte español , de sesgo
regionalista, de bastante españolismo de figuras pintorescas y de mantillas, abogando por
aprovechar esos aspectos coloristas para evitar la radical separación en la pintura española, del
realismo y el idealismo que tan claramente se muestra en ésta exposición : Francés ve el
arquetipo del pintor contemporáneo en aquel que sepa conjugar idealismo y realismo ;
―afianzados los pies en la tierra (…) desnudo el corazón (…) para que lo enciendan las
emociones‖. Vuelve el eclecticismo en su crítica literaria.
426
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
reglamentarias que se admiten como máximo. Esta invitación ha sido hecha a tres artistas: los
paisajistas Mir, Galvey y el pintor de figura Zaragoza.
Además los artistas que posean primera medalla pueden pedir les sea concedida una sala
especial para exponer el conjunto de sus obras. En éstas condiciones se encuentran: Rusiñol,
Benedito, Gonzalo Bilbao, López Mezquita, Romero de Torres, Muñoz Degrain y Francisco
Domingo. (Los siete que Francés considera al frente der Renacimiento del arte español
contemporáneo, excluyendo a Francisco Domingo).
―Manuel Benedito (…) se abandona a la fácil conquista del dinero, se mercantiliza de tal
modo que no podemos ni debemos acallar nuestra protesta (…) transformado en un
lamentabilísimo pasticheur‖
Este último comentario ha sido considerado una falta de ecuanimidad por Bernardino de
Pantorba. Recordemos que Benedito tenía obras en la Exposición muy notables, casi todas
figuras y retratos, como ―El Sermón‖ ―La Gavilana‖ y aspiraba a la medalla de Honor, como
expresamente había pedido, como Rusiñol y Domingo.
López Mezquita era al parecer el candidato de Francés y para allanarle quizás el camino,
y no queriendo realizar una crítica contra Rusiñol, a quien siempre había apoyado, lo acusó de
abandonarse a la ―fácil conquista del dinero‖.
José Zaragoza fue pensionado en Roma junto con el paisajista Francisco Llorens en 1904,
siendo después el pintor favorito de retrato, de la aristocracia inglesa y francesa por su
elegancia de ejecución.
Francés se limita a elogiar sin énfasis sus cualidades, intentando inteligentemente ocultar
su decepción.
Detengámonos en El Paisaje.
427
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Muñoz Degrain. El Coloso de Rodas. La Esfera. Joaquín Mir. La Encina y la Vaca. La Esfera. Agosto
Marzo 1915 1915
Mir era un audaz colorista, alejado del costumbrismo y del regionalismo, tan presente en
ésta Exposición Nacional y en los gustos del público y el Jurado.
428
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Más sobrio y atemperado Enrique Galwey, discípulo de Vayreda, representa los pinceles
de la Escuela de Barbizón en España, conocedor de Rousseau, Corot y Millet, traslada a sus
masas verdes arboladas y sus celajes, la sensación del espacio atmosférico del plein air
alejándose de las intensas ―llamaradas solares‖ de Meifren y Mir y acercándose a Rusiñol.
Enrique Galwey fue el único pintor paisajista que consiguió una medalla de primera clase en
ésta Exposición, como relata Francés en su crítica.
Francés siente un ―divino estupor‖ frente a los cuadros de Muñoz Degrain, quien no
aspiraba a la Medalla de Honor del Certamen, que en ésta exposición presenta su ―Coloso de
Rodas‖, fruto de su interpretación de oriente exótico y repleto de contrastes lumínicos.
No ocurre lo mismo cuando el Jurado se enfrenta a obras de figura del género castizo-
regional-folclórico como ―Floreal‖ de José Pinazo, premiada, junto con Enrique Galwey con
medalla de primera clase.
Como pintor exclusivamente centrado en el tema del mar, el marinista Ricardo Verdugo
Landi.
429
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francisco Llorens, El Valle de Samoedo. La Esfera. Martínez Vázquez. Sierra de Gredos. La Esfera.
Junio 1915 Junio 1915
430
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Enrique Galwey. Paisaje. La Esfera. Junio 1915 Federico Ferrándiz. Valle de Abdalajis. La Esfera.
Junio 1915
Mir pinta al aire libre y busca la luz para sus cuadros de una forma apasionada. Tanto
que en Mallorca estuvo a punto de perder la razón (y la vida) en un desgraciado accidente en
1904, en el Torrente de Pareis que le produjo un desequilibrio nervioso. 269
Él mismo nos cuenta cómo buscaba los lugares para sus pinceles:
―pinto en un sitio por el que sólo paso yo y alguna bestia inconsciente. El paso, en el
que sólo caben, justo, los pies, es un terraplén de rocas resbaladizas que van a parar
directamente al mar. Si me fallasen los pies y resbalara no creo que volviera a hablarse de mí
en el mundo de los vivos. Pero cuando se está allí, Santiago, ¡Qué espectáculo! A la derecha, la
cala de san Vicente, a la puesta de sol roja, del color del fuego. El mar, azul cobalto, refleja
aquellas rocas encendidas y quedas también rojo como la sangre. A la izquierda los
contrafuertes del Castillo del Rey, a contraluz, grises a la sombra. En aquel lado, el agua toma
tonos de plata. Añade los morados de las algas del fondo y el de las higueras silvestres que
penden hasta tocar el agua y ¡Qué cosa, Santiago! ¡Qué locura de colores! ¡Están todos! Todos
los de la paleta...‖
431
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La conversación anterior fue recogida por la hija de Santiago Rusiñol, cuando Mir
explicaba los colores de la inhóspita costa del norte de la isla de Mallorca.
La opinión de Francés sobre los cuadros de género está recogida en sus comentarios. En
resumen, para nuestro crítico, los cuadros de género o representan tipos característicos de la
―intrahistoria de la raza‖ (pintura regionalista) o sirven como pretexto para el paisaje, al que
contribuyen a dotar de emoción, y en éste sentido los cuadros de género y los paisajes se
funden en una misma intención que es conseguir la emoción estética en el espectador.
Exposición N. B. Artes. Portada Catálogo Oficial. F. Laroche. Tarde en el Gran Canal de Venecia. La
Penagos 1915 Esfera. Junio 1915
432
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sorolla es el representante de una manera de concebir no sólo el Arte sino las relaciones
e influencias de poder que éste trae como efecto, la Generación de 1909-1923, treintañeros
encabezados por Francés, quieren abrirse paso.
La Exposición Nacional de Bellas Artes de 1915 tuvo gran afluencia de visitantes y los
ingresos por la venta de entradas ascendieron a 50.000 pesetas, muy superior a las
recaudaciones de Exposiciones anteriores.
El paisajista nacerá en 1914, cuando pasó de recurrir a la temática folclórica y las figuras
femeninas, a trabajar obsesivamente siempre con el paisaje 270
La exposición que nos ocupa, fue muy similar en cuanto a las obras, a la Bienal de
Venecia de 1914 en la que Anglada expuso a título individual.
433
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El traje regional figura como pretexto para espejear sus brillos de gemas de colores y
avivar su paleta.
Anglada Camarasa, Joaquín Mir y Joaquín Sunyer son coetáneos, en 1915 están en el
momento de gestión de su creación pictórica. Cuando Anglada llega a Mallorca, ya no está Mir,
quien embebido y trastornado por la luz y las vivencias, regresa a las comarcas de Tarragona.
No obstante, tolerado por Eugenio D‘Ors y apoyado por Cambó, Hermen Anglada-
Camarasa representaba la modernidad sin paliativos cuando expuso en Barcelona, hasta el
punto que la intelectualidad de 1915 firmaron una carta colectiva pidiendo al pintor una
exposición paralela en Madrid, que se materializó en Julio de 1916.
Entre los firmantes estaban Pérez Galdós , Azorín, Marañón, Pérez de Ayala, los Baroja
,Benavente, Ramón Gómez de la Serna, Dicenta, Valle-Inclán, Unamuno, Cossío, Ortega y
Gasset, Martínez Sierra, Romero de Torres y Bagaría.
434
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Latorre fue en otro tiempo discípulo de D. Carlos de Haes .Nadie podría adivinarlo en
estos paisajes de ahora, tan impregnados de alma, tan desprovistos de aquella frialdad
fotográfica que caracterizaba el arte antipático del pintor belga‖.
Latorre, nacido a finales del XIX, cursó estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes
de Valencia y no se dedicó profesionalmente a la pintura.271
Paisajista de técnica ajustada, entre los aciertos de Latorre está el método de pintar del
natural.
No aportará nada nuevo a la evolución del paisaje Leandro Latorre, si bien da entrada al
recurso de Francés contraponiendo sus ―escapadas hebdomadarias‖ a la ―viciosa atmósfera
ciudadana y a la vida artificial de Exposiciones y Círculos‖
271 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
435
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Francés se desplaza a Barcelona para hacer la crítica ―in situ‖ de la exposición
Anglada Camarasa, que comentábamos en Junio de 1915 y se sumerge en la vida artística
barcelonesa de ese año.
Destaca, después de repasar con admiración las distintas Agrupaciones, las revistas
artísticas en boga, nombrando como principales a Revista Nova, Vell i Nou y Museum.
En cuanto a las dos primeras, se debe su publicación al mecenas del arte catalán
Santiago Segura i Burgués (1878-1918), promotor también de las salas de arte ―La Pinacoteca‖
y ―Galerías Layetanas‖. Vell i Nou era más ecléctica (por tanto más del gusto de Francés) y
Revista Nova más evolucionada hacia las novedades del momento.
El otro gran mecenas de las artes catalanas que nombra Francés es José Dalmau (1867-
1937). Marchante que será de Joan Miró e investigador tanto de ―lo nuevo‖ como de la
incipiente Vanguardia, Dalmau, desde su sala de exposiciones de la calle Portaferrissa
organizará las primeras exposiciones de la vanguardia en España. Braque, Duchamp, Léger,
Picabia, Gleizes, Charchoune, expondrán en las Galerías Dalmau, promoviendo a su vez la
primera exposición en España de Celso Lagar y el ―vibracionismo‖ de Torres-García y Rafael
Barradas272.
Como Segura, emprenderá aventuras editoriales como las revistas Trossos y 391.
436
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Josep Dalmau, Diego Ruiz, Joaquín Sunyer y Román Galerías Dalmau. Barcelona 1912.
Jori en 1913.
437
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
438
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Francés completa la efervescencia estética catalana diciendo que los Salones de
Exposición están llenos de público y se producen constantes ventas, además de producirse
conferencias casi a diario de arte contemporáneo. Distingue los maestros de actualidad: Suñer,
Gali, Torres García e Isidro Nonell.
Isidro Nonell (1873-1911), Junto con Joaquín Mir perteneció a la llamada ―Colla del Safrá‖
que, en paralelo con Casas y Rusiñol, incorporaban la luz amarillenta en sus obras. Nonell
descubriría en sus paisajes, el suburbio urbano y en las figuras, a sus habitantes, marginales y
enfermos a quien dota de una técnica expresionista. Estudió en diferentes academias privadas,
se formó el La LLotja entre 1893 y 1895. Coincidiendo con Mir, Sunyer y Torres-García., En
1987, junto con su amigo Ricard Canals, viaja a París donde expuso una individual en la galería
de Ambroise Vollard en enero de 1899. Regresa a Barcelona en 1900. Su obra de estética dura
marca un hito post-modernista original, bebe de fuentes post-modernistas, su pincelada
recuerda a Lautrec, a Daumier y al expresionismo. 273
Este artículo es un ejemplo de la gestación de ―lo Nuevo‖, que se abre paso con Eugenio
D‘Ors y el Noucentismo de Sunyer: pintura reposada, clasicista y mediterránea que intenta un
avance en el paisajismo, frente a la pintura consolidada del modernismo de Rusiñol, así como
Rusiñol dio en su momento un paso adelante más allá de la Escuela de Olot y de Joaquín
Vayreda.
273 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
439
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por último, mostramos la obra de Joaquín Sunyer: ―La primavera‖ fechada en 1915 y que
estuvo expuesta en las nuevas instalaciones de la Revista ―Vell i Nou‖ ese mismo año 274.
En ―La Primavera‖ nos muestra Sunyer, entre ocres y verdes la compenetración entre el
paisaje agreste, muy poblado, exuberante de vegetación y con perspectiva de leve
contrapicado que no alcanza en el punto de fuga a ver el horizonte y composición estructurada,
donde los volúmenes están perfectamente delimitados por las líneas en un primer plano tan
alejado de la atmósfera de los cuadros de paisaje impresionistas, así como una paleta de
colores muy reducida, sobria.
274 A.A.V.V. Joaquin Sunyer La construcción de una mirada. Madrid. Fundación cultural Mapfre. 1999.
440
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Arremete en ésta crónica contra sus dos ―bestias negras‖ preferidas: La organización de
la Exposición Nacional de Bellas Artes y las Corridas de Toros.
Reconoce la labor realizada por un grupo de pintores ―catalanes en su mayoría‖ que por
su cuenta y riesgo envían su obra a la citada exposición.
Meifren que fue un consumado marinista antes de dedicarse por completo al paisaje en
general, pertenece a la Generación de 1879-1893, coetáneo de Darío de Regoyos, Rusiñol y
Sorolla. Meifren, viajero, recorrió gran parte de Europa y América, consiguiendo en su caso,
gloria y fortuna.275
275 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
441
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Esta Pensión, dotada por la Academia de Bellas Artes de San Fernando, consistía en una
estancia en el Monasterio de El Paular, en Rascafría, cerca de Madrid, donde los agraciados
podían realizar su obra durante los meses de verano, pintando las zonas próximas al
monasterio, Cercedilla, Peñalara…. Iniciado el curso siguiente, se procedía a exponer sus obras,
como en ésta ocasión.
EXPOSICIÓN MATILLA
Vendió Matilla todas las obras expuestas en esta exposición del Salón Vilches, tal fue el
éxito económico , indicativo de los gustos del público madrileño, así como de la vigencia de la
pintura de paisaje de composición con base académica modernizada por el luminismo en
equilibrio entre una paleta clara y un sentido definido del dibujo.
276 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
277 CALVO SERRALLER Francisco. (Dirección). Enciclopedia del Arte Español Siglo XX. Madrid. Mondadori. 1991.
442
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Salón Vilches, exponen tres artistas catalanes, son el escultor José LLimona, su
hermano el pintor Juan LLimona y Félix Mestres, también pintor.
Juan LLimona Bruguera (1860-1923), hermano del escultor José LLimona, fue un pintor
de cuadros de figura, pintó muy pocos paisajes. Podemos adscribirlo al Modernismo-
simbolismo.
278 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
443
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joan LLimona. Soledad. La Esfera. Diciembre 1915 Joan LLimona en su estudio. La Esfera .Diciembre
1915
Félix Mestres. La Esfera. Diciembre 1915 Pouvis de Chavanne. Jóvenes en el mar. 1879.
444
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
EXPOSICIONES EN BARCELONA
―(…) Kees Van Dongen es uno de los más avanzados en tendencias modernas y
absurdas. Le llaman, como a Matisse, un ―sensacionalista patológico‖ (…) Quiere dar la
sensación, como los modernos, de balbuceos pictóricos.‖
―Porque el señor Van Dongen no es, como otros pintores de parecido criterio,
desconcertante. Él explica su pintura. Con palabras inexplicables pero la explica…‖
445
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Laroche, sin descuidar la forma, sabía imprimir gran luminosidad no exenta de cierta
vaporosidad tomada de los impresionistas, destacamos su pintura empastada, gastando tubo
para formar manchas coloristas de gran efecto decorativo. ―Apenas inaugurada la exposición
ha comenzado a vender; sobre muchos marcos se ve el tarjetón de Adquirido‖ (―Salón Vilches‖,
Heraldo de Madrid, 21-12-1915).
446
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fernando Laroche.Lavanderas.1913
447
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No era frecuente encontrar paisajes nevados entre los temas de nuestros pintores, por
esto, el pintor extranjero Kowalski consigue dar al público de Madrid un tema innovador en la
pintura de paisaje española.
Kowalski expondrá en Junio de 1916 sus paisajes en las Galerías Layetanas de Barcelona.
448
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
449
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es de notar que Francés principie su edición de ―El Año Artístico 1916‖ (Enero, pag 13)
con la misma crítica artística con que da fin al ―Año Artístico 1915‖: con Myrbach y su
exposición.
El hecho de que su Majestad La austríaca Reina Madre Dña. María Cristina adquiriera
varias obras de Feliciano De Myrbach puede arrojar luz en un momento delicado de neutralidad
oficial contrastando con los apasionamientos de café entre aliadófilos y germanófilos.
450
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
451
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
452
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
453
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
454
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
455
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Numerosas salas de exposiciones que enlazan las obras expuestas de los artistas
individuales, con exposiciones conjuntas. Las nombradas por Francés son: Sala Parés, Galerías
Layetanas, Casa Dalmau y el Círculo Artístico.
Empezamos por Santiago Rusiñol, que expone en la Sala Parés, 13 cuadros del 22 de
Enero al 5 de Febrero de 1916 279. Para Francés es el gran paisajista de siempre ésta vez con
un ―realismo agudo y fuerte‖. Estos 13 cuadros eran el resultado de su trabajo durante el año
anterior en Aranjuez, Gerona y Mallorca. Joaquín Folch i Torres, el crítico Noucentista,
arremete contra ésta exposición diciendo que la obra de Rusiñol si bien de valor poético, ―nunca
ha tenido un gran valor pictórico‖. 280
Bien al contrario, Rusiñol está en plena vigencia en la Barcelona de 1915, actualidad que
intenta arrebatarle el Noucentismo. No solo en Cataluña, en Madrid también goza de una
magnífica acogida su obra.
Rusiñol perdió un gran amigo este año, cuando, el 20 de Marzo de 1916, en plena Guerra
Europea, los alemanes torpedearon el vapor Sussex donde viajaba el compositor Enrique
Granados, falleciendo éste.
279 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999.
280 LAPLANA, Josep de C. Santiago Rusiñol. El Pintor, L‘home. Barcelona. Publicacions de L´abadia de Montserrat,
1995.
456
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
457
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Aragay (1889-1973) junto con Xavier Nogués (1873-1941) y Francesc Galí (1880-
1965) conforman tres grandes nombres del Noucentismo catalán, aunque practicaron muy
poco el paisaje. Aragay fue un figurista que cuando aborda el paisaje determina parámetros
antinaturalistas (Vacances, 1923)
Laureano Barrau (1863-1957) sucede a Aragay el Layetanas. Barrau nace el mismo año
que Joaquín Sorolla. Francés habla de ―las violencias agresivas de su paleta‖. Barrau es un
luminista ―avant la lettre‖, más costumbrista de figura que paisajista, revela en sus telas el
reverberar del sol en contacto con la arena y el mar en una playa al mediodía. Es esa
maravillosa luz vibrante ibicenca la que ilumina sus exposiciones.
281 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
458
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Anglada Camarasa (1871-1959), que si bien Francés afirma que sus cuadros, junto con
los de Vázquez, Mongrell y Oliver destacaban sobre los demás no nos ofrece más noticia.
Volveremos al arte de Anglada con motivo de su Exposición organizada por el Círculo de Bellas
Artes de Madrid en Junio de éste año.
Agapito Casas Abarca (1874-1964), perteneciente a la clase alta catalana, se dedica por
entero al paisaje desde 1901282, sus paisajes son armónicos, a plein air, amables y bien
resueltos de Barcelona, Sitges, Camprodón, Sarriá ,Pirineos… se mueven dentro de la tradición
realista-naturalista catalana .
282 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
459
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Agapito Casas Abarca. La Esfera.6 Mayo 1916 Banquete en honor de José Francés. El Año Artístico
1916 (José Francés en el centro)
283 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
460
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Antonio Ros y Güell (1873-1954) de tendencia delicada derivada del realismo post-
modernista, discípulo de Mercadé y Urgellés, expuso en Viena, Bruselas y Buenos Aires.
José María Tamburini (1856-1932) no era un paisajista pleno, pero defendía en sus
críticas de arte, el paisajismo puro, a plena luz, evitando el ―asunto‖ y la ―composición‖
centrándose en la capacidad evocadora de la naturaleza.
Carlos Vázquez Úbeda (1869-1944) fue alumno de Leon Bonnat en París, quien le inició
en la pintura de costumbres y paisajes285. En 1898 trasladó su taller a Barcelona, donde pintó
sus mejores obras. Como observamos, es uno de los preferidos de Francés en ésta exposición
conjunta de la Sala Parés.
En las Galerías Layetanas, se celebra una exposición de pintura española. Francés habla
de obras notables y otras mediocres. Repasemos los paisajistas que exponen:
Gonzalo Bilbao (1860-1938) nacido en Sevilla, Bilbao está considerado, en la época, uno
de los pilares donde se asienta el arte español de primeros de siglo XX. Discípulo de José
Villegas Cordero. Obtuvo el elogio y la alabanza tanto de la crítica como del público su obra es
284 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
285 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
461
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
462
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
463
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Creo que Francés puede equivocarse o existe un error ortográfico en el siguiente pintor
de la lista. El Año Artístico 1915 cita a A. Grasso detrás de Gómez Gil. Pienso que se refiere al
sevillano Alfonso Grosso y Sánchez (1893-1983). Grosso trabajó con Gonzalo Bilbao. Fue
Director del Museo de Bellas Artes de Sevilla y realizó numerosas exposiciones individuales en el
Ateneo de Bilbao, en Madrid y Nueva York. . Se especializó en interiores y claustros religiosos.
En 1916 tendría 23 años. Cultivó, además del paisaje, el género costumbrista.
286 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
464
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
concesión, del protagonismo del género histórico: ―(…) no nos cansamos de repetirles: pintad la
época presente; pintad vuestra época; lo que veis lo que os rodea, lo que sentís‖287. Moreno
Carbonero también fue un pintor de paisajes. Para Francés, en ésta exposición de obras de su
juventud, califica al pintor como ―personalidad valiosísima‖
Cultivador de todos los géneros, crea un tipo de paisaje fantástico con figuras alegóricas.
Francés cita como "bellísima‖ la obra expuesta ―Cacería en el Pardo‖ pintada hacia 1866.
Actualmente en paradero desconocido, de la que reproducimos su imagen tal como la editó la
Revista Museum en 1916. A su lado reproducimos la obra ―Paisaje del Pardo al disiparse la
niebla‖, adquirida a Muñoz Degrain en 1867 con destino al Museo Nacional de Pintura y
Escultura y que obtendría con ella la segunda medalla de la Exposición Nacional de 1866.En
ambas obras observamos la minuciosidad y el equilibrio compositivo de los paisajistas de la
Escuela Holandesa.
Antonio Muñoz Degrain: Cacería en El Pardo Antonio Muñoz Degrain. Paisaje de El Pardo al
(1866) .Paradero desconocido. disiparse la niebla (1867)
287 A.A V.V. España Fin de Siglo 1898. Barcelona. Fundación La Caixa. 1998
465
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
heteróclito marinista, configura su pintura una innovadora temática marinista, dentro de todas
las formas y contenidos que configuran el paisaje.
Julio Romero de Torres (1874-1930) Entre las críticas que lo califican de folclorista
ramplón y aquellos otros que ven en su obra un simbolismo neomanierista, se mueve Romero
de Torres, el pintor de Córdoba y de la mujer. Pintor escenográfico, acompaña sus figuras y
alegorías con un paisaje de fondo de tintes oliváceos y con frecuente presencia del río
Guadalquivir a su paso por Córdoba, de la que destaca así mismo numerosas arquitecturas.
288 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
466
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
antes y un después. No lo consideramos paisajista, sin embargo quiero nombrarlo por sus
contribuciones técnicas innovadoras.
La Escena constituye un ejemplo de paisaje con figuras donde el ocaso del sol presagia
el futuro de la opulenta ciudad que se observa al fondo, que brilla con luz propia contrastando
con la paulatina oscuridad que la va envolviendo. Pintura académica muy en la línea de la
Academia de S Fernando y de Roma y los cánones clásicos de la proporción dibujo-color.
Ricardo Urgell (1873-1924) hijo del pintor de crepúsculos Modesto Urgell, tuvo en la
escuela de Bellas Artes de Barcelona como profesor a Antoni Caba, exploró las posibilidades de
la luz artificial en sus obras. Pintor de la ciudad y sus espectáculos: music-halls, mercados,
teatros que plasmaba en forma de instantáneas lo consideramos como paisajista urbano fruto
de la evolución temática del paisaje para reflejar aspectos de la ciudad, sórdidos en un caso,
descriptivos en otros y burgueses en el caso de Ricardo (como será también el de Hermen
Anglada-Camarasa). Miembro de la ―Sociedad Artística y Literaria‖ fundada por su padre, Luis
Graner y Enrique Galwey, se acerca a aquel en cuanto sus experimentaciones formales con la
luz de gas y alumbrado nocturno. En la Esfera del 29 Enero de 1916, Silvio Lago (seudónimo de
José Francés, como sabemos) dedica un reportaje de dos páginas a Ricardo Urgell a quien
califica de ―pintor embriagado de luz‖,‖ impresionista de la luz artificial‖. 289
289 VERDUGO LANDI, Francisco. (Director), ZAVALA, Mariano (Gerente) A.A.V.V. La Esfera Ilustración Mundial.1914-
1927. 26 Tomos semestrales .Madrid. Prensa Gráfica S.A. 1914-1927.
467
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés clasifica, en ésta Exposición, frente a los ―clásicos‖ (Pradilla, Moreno Carbonero,
Rosales, Pinazo, Simonet y Agrasot) ―el avance brioso, indiscutible, de los maestros jóvenes‖:
Manuel Benedito, Anselmo Miguel Nieto, Eugenio Hermoso y Néstor. No todos paisajistas,
aunque éste género haya nacido de sus pinceles en más de una ocasión.
468
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
La Sección de Pintura del Círculo de Bellas Artes, por reciente elección, quedó
constituida por los señores siguientes: Presidente, D. Francisco Llorens, Secretario, D. Francisco
Ramírez Montesinos y Vocales, D. Ernesto Gutiérrez y D. Fernando Palacios.
Vemos cómo los nombramientos para importantes cargos en el mundo del arte de 1916,
recaen sobre paisajistas como Francisco Llorens y Ernesto Gutiérrez, ambos de tendencia
luminista, de paleta clara y elegancia compositiva.
469
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Considera a Zuloaga ―el más dotado de nuestros pintores‖ que sin embargo derivó hacia
―esos paisajes segovianos y abulenses llenos de literaria negrura, pesados y mugrientos‖ (…)
―tal actuación, contribuyó a una desviación de la visión moderna española‖
―La pintura paisajista no ha logrado aún igualar ésta expresión poética paralela a la
Velazqueña de Antonio Machado visión profunda de Castilla reservada a la fina percepción de
éstos dos ilustres sevillanos‖. Haciendo un paralelismo entre literatura y paisaje afirmaba:
―Pereda nos conduce a la montaña santanderina, Blasco Ibáñez a la huerta valenciana, Vicente
Medina a Murcia, Galán a los trigales extremeños, Maragall al Pirineo, Antonio Machado nos
lleva a Cazorla, Baeza (…) a las tierras bermejas de Soria y a los encinares de Castilla‖.
Refiriéndose a los paisajistas españoles dice: ―Solo Sorolla (…) logra formar escuela. El
paisajismo español (…) está por formar y (…) excluyendo a Zuloaga, que imita a nuestros
clásicos, no contamos entre nuestros pintores paisajistas quienes dejen una obra ejemplar y
definitiva con posibilidades de desarrollo ulterior de tan bello arte Velázquez y Goya fueron los
geniales precursores‖292
José Francés en su crítica de Javier de Winthuysen desarrolla una opinión negativa sobre
la pintura post-impresionista cuando contrapone las obras de Winthuysen expuestas en el
Salón de los Independientes de París (1914) al lado de:
―(…) las estridencias de los arrivismos (sic) coloristas, de las piruetas lineales de los
fauves, estos paisajes de un pintor español que no revolucionaba técnica, sino que reflejaban
íntegramente la Naturaleza, eran gratos descansos. Se respiraba el aire contenido dentro de
ellos, y era como si de pronto en uno de los muros a de agrias pesadillas pictóricas hubiesen
abierto una ventana al campo bendecido de ingenuidad...‖
Agrias pesadillas pictóricas dice Francés de los Fauves- La estética de Francés prefiere
seguir anclada en el Modernismo/Simbolismo y lejos de estridencias ―nuevas‖ deudoras de París
o ―vanguardistas‖.
470
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
471
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Rusiñol presenta éstos 17 lienzos en primicia para Madrid en la Sala Vilches. Francés lo
sigue considerando un revolucionario del paisaje con su geométrica arquitectura vegetal.
Admirable es su arte para un modernista como nuestro crítico y pleno de vigencia para un
público madrileño para quien Rusiñol representa el arte contemporáneo: previsible, sólido,
elegante y decorativo.
Tenía Rusiñol en Madrid una fama magnífica, intelectuales, amantes del arte, hombres
del teatro, admiradores en general. La exposición de la Sala Vilches fue un éxito de visitantes,
entre ellos, el mismo Alfonso XIII293
293 LAPLANA, Josep de C. Santiago Rusiñol. El Pintor, L‘home. Barcelona. Publicacions de L´abadia de Montserrat,
1995.
472
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Pedraza Ostos (1888-1937), Sevillano, fue discípulo de Jiménez Aranda, Grabador,
cartelista e ilustrador gráfico, en 1916 recibió una medalla en la Exposición Universal de
Panamá .Perteneció al grupo de ―Los Veinticuatro‖, formado por grabadores de Madrid, el año
1928 y apoyado por Espina y Capo.294
Esta exposición individual, a la que se refiere Francés tuvo lugar en el Salón de Arte
Moderno de Madrid.
294 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
473
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Tríptico del Manzanares. Paisaje original de Luis E. de la Rocha. El Año Artístico. Marzo 1916
Empecemos por el contenido de paisaje que poseen estas exposiciones y por sus
autores. Francés, dirigiéndose a las exposiciones de Madrid se refiere al ―renacimiento del arte
de nuestra patria‖. Un concepto que recuperará en varias ocasiones y que es consecuente del
pensamiento historiográfico vigente, en cuanto se considera el arte como una manifestación
del espíritu etnográfico nacional ligado al concepto de raza tal y como lo entiende el
determinismo de H. Taine, teoría que aplicada al paisaje concretiza toda una forma de mirar la
realidad española e intentar entenderla y explicarla para regenerarla, empeño que se inicia con
la Generación del 98.
Francés recalca que ―se exponen cuadros para venderlos‖ queriendo recalcar que el
artista ejerce un oficio que le tiene que dar para vivir y seguir pintando… y los gustos del
público de 1916, en Madrid, Barcelona y Bilbao están marcando tendencia a los pintores que
trabajan, el mercado interno, nacional, sin realizar exposiciones fuera de España. Tal es el caso
del decorador Tomás Gutiérrez Larraya (1886-1944) y de Luis Eduardo de La Rocha (1888-
1942).
De la Rocha estudió en Madrid y en París, paisajista del Sena y Normandía, pero también
de Toledo y Madrid. Expone en el Salón Iturrioz 121 cuadros, demasiados para Francés, que se
queda ―con cuarenta o cincuenta‖. Cuadros de ―gamas frías, grises‖ ―(…) ―no pinta casi nunca
lo que ve sino casi siempre lo que siente‖.
474
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Tomás Gutiérrez Larraya ,que expone en el Salón de Arte Moderno, ‖paisajes estilizados,
simplificados‖ es uno de nuestros pocos paisajistas Nabis, que extiende sus amplias manchas de
colores superpuestos creando un contraste cromático donde la perspectiva no es lo importante,
sino la sensación colorista.
Diferente trayectoria ofrece Ángel Cabanas Oteiza (1875-1964), que expone en el Salón
Arte Moderno. Padre del pintor vasco Juan Cabanas Erausquin.
296
Estudió en París donde se dedicó al paisaje y la caricatura, tras una época bohemia se
instaló en Andoain, se integra en la Asociación de Artistas Vascos. Realiza su primera salida a
Madrid en la exposición que nos ocupa. A partir de 1920 empiezan sus viajes promocionales a
Argentina donde es más conocido que en España por sus paisajes vascos, en opinión de Flores
Kaperotxipi ―Uno de los aciertos de Cabanas ha sido (…) las elección de la hora (…) sin
violencias del atardecer y los primeros momentos del día (…) Es el pintor que más veces ha
cruzado el mar con su país a cuestas (…) siempre con sus cuadros vascos.‖
Destacamos a los paisajistas que exponen en Galerías Dalmau: Martí Jimeno (1889-
1971) hijo del pintor Francisco Jimeno ejerce de pintor y escultor. En 1910 emigra a Argentina,
Martí Jimeno se inscribe en el fauvismo post-impresionista y ésta es una de las pocas
exposiciones que se realizaron después de su marcha a Hispanoamérica. Del impresionista
Fernando Laroche que expone en la Sala Parés ya hablamos en El Año Artístico 1915. Pedro
475
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés menciona a otros dos paisajistas en la exposición en Fayans Catalá, son Arcadi
Mas y Fodevilla (1852-1934) y Olivet Legares (1885-1956).
MEMORANDA
En las Memorandas, Francés se limita a recoger la noticia del evento artístico, sin ejercer
de crítico. Solo excepcionalmente lo hace, como en esta ocasión.
El crítico de arte José María Junoy, calificará un año más tarde la obra de Helene
297
Grunhoff como resultado de la mezcla de elementos futuristas y cubistas.
476
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
“El Simultaneísmo del señor i la senyora Delaunay. Revista “Vell i Nou” nº 57.Diciembre 1917
298 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
299 FONTBONA Francesc (Dirección) Repertori de Catàlegs d‘exposicions collectives d‘art a Catalunya (fins 1938).
Barcelona. Institut d‘estudis catalans. 2002.
300 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
477
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El día 21 se remitieron a Panamá las cajas que contienen los envíos de pintura y
escultura que han de figurar en el pabellón español de la Exposición de Panamá.
PINTURA
Abril (D. Salvador), Alcalá Galiano (D. Álvaro), Benlliure Gil (D. José), Benlliure Ortiz (D.
José), Borrell Vidal (D. Félix) Bustillo (Dª Encarnación), Carrasco (D. Vicente), Comas (D.
Augusto), Costa (D. Fernando), Covarsi (D. Adelardo), Cruz Herrera (D. José), Chicharro (D.
Eduardo), Díaz Molina (D. José), Domínguez (D. Fernando), Fernández Ardavín, Francés (D.
José), Francés (D. Juan), Galofre Oller (D. Francisco), Gárate (D. Juan José), Gili y Roig (D.
Baldomero), Gómez Gil (D. Guillermo), Hermoso Martínez (D. Eugenio), Iñigo (D. Luis),
Lafuente (D. Eugenio), López Mezquita (D. José María), Loygorri (D. José), Llorens (D
Francisco), Madrazo (D. Ricardo), Martiarena (D. Ascensio), Martínez Abades (D. Juan),
Martínez Cubells (D. Enrique), Martínez Vargas-Machuca (D. Luis), Moisés (D. Julio), Morelli (D.
Víctor), Morera (D. Jaime), Néstor, Oroz (D. Leandro), Palacio (D. Manuel del), Palencia A.
Tubau (D. Ceferino), Pardiñas (D. Alejandro), Parladé (D. Andrés), Conde de Aguiar; Pedraza
(D. José), Pinazo (Don José), Rodríguez Jadlón (D. Juan), Salaverría (D. Elias), Segura Monforte
(D. Rafael), Tuset (D. Salvador), Val (D. Julio del), Vázquez (D. Carlos), Verdugo Landi (D.
Ricardo), Villegas Brieva (D. Manuel), Zubiaurre (D. Ramón), Zubiaurre (D. Valentín).
Posteriormente José Francés tratará los resultados de ésta exposición. He incluido ésta
lista como representativa de la pintura del momento.
La gran mayoría de envíos de pintura son de artistas paisajistas o para quienes el paisaje
representa una parte considerable de su obra, demostrando el auge del paisajismo español
también en y para Hispanoamérica.
478
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Palacio de España en Panamá. El Año Artístico. Gustavo de Maeztu. Caricatura de Bagaria El Año
Abril 1916 Artístico. Abril 1916
La Asociación de artistas vascos de Bilbao celebra una Exposición con obras de Moisés,
Maeztu, Zubiaurre, Agüero, Guezala, Sobrevila y Urbina.
Este breve enunciado de la exposición de Bilbao nos introduce a considerar como un hito
para el arte del País Vasco, la constitución de la Asociación de Artistas Vascos. Los artistas
vascos sentían a primeros de siglo la necesidad de agrupación, desde las páginas de la Revista
―El Coitao‖ en 1908, un semanario satírico que venía a ser una primera llamada hacia la
organización de los artistas vascos. Entre los fundadores de El Coitao encontramos a José
Arrue, Ramiro de Maeztu, Arteta, Guezala, Telleaeche, Quintin de Torre, los Zubiaurre.
―Los artistas vascos se mueven en la mayor soledad‖ decía Mourlane Michelena en 1910,
con motivo del homenaje al malogrado Nemesio Mogrobejo 301. Este había muerto en Graz
(Austria) en medio de la mayor miseria y abandono y fue el revulsivo que los artistas
necesitaban302
Este mismo año se funda el Museo de Bellas Artes en la Escuela de Artes y Oficios de
Bilbao y al año siguiente en Octubre de 1911 se funda la ―Asociación de Artistas Vascos‖ que
hasta 1937 desempeñaría un papel crucial en el desarrollo de las artes de Bilbao. Sin local
propio, lo inauguraría en 1915 con una exposición de Darío de Regoyos. La Comisión de Pintura
(siguiendo la documentación de Pilar Mur Pastor) debió estar integrada por Manuel Losada,
Antonio de Guezala y José Arrue.
De los pintores citados por Francés, nos detenemos en Gustavo de Maeztu (1887-1947)
discípulo en Bilbao, de Lecuona y Losada que vivió largas temporadas en Madrid y Londres.
301 PLAZAOLA ARTOLA Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros. Bilbao. Fundación
Kutxa nº 3. 1994.
302 A.A.V.V. Novecentismo y Vanguardia. Bilbao. Museo de Bellas Artes, 2009.
479
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Desarrolla una pintura de paisaje con figuras de tipología escultural, monumentalista que
recuerda el primer Miguel Ángel, reinterpretado por las figuras agigantadas ―ingrescas‖ del
Picasso de 1920. Maeztu realiza con técnicas modernas, una pintura ancestral, anclada en los
mitos patrios castellanos reivindicados por la Generación del 98.
En los años veinte deriva hacia la ciudad y el paisaje industrial, con geometrización de las
formas.
Para Francés estamos ante un pintor ―de lo más sólido, de lo más bello de nuestra
pintura moderna‖ Esta afirmación constata la diferencia de apreciación entre una pintura
―decadente‖ o ―pompier‖ (pintura de historia preciosista y bituminosa de finales del XIX) y una
pintura ―moderna‖ que para nuestro crítico ―está libre del anquilosamiento de la raza‖ y, para
él, junto a los Zubiaurre es el único pintor vasco que ―no debe nada a la pintura francesa‖. Lo
480
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
que sugiere una vía intermedia en la pintura española, que no es deudora del XIX español pero
tampoco de la Francia Impresionista y Post-Impresionista en sus ―visiones de castellanos
pueblos al pie de los castillos derruidos o sobre llanadas polvorientas‖.
Interesante es, para mortificación de José Francés constatar la afición a los toros de
Maeztu, José Arrue, el mismo Zuloaga… patente en ésta admirable crónica.
MEMORANDA
En los Salones Pares, Círculo Artístico, Reig y Dalmau, de Barcelona, han expuesto los
artistas Ivo Pascual, Cardunets, Cabañes y los rusos Elena Grundroff y Servio (sic) Charchonne,
respectivamente.
304 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
481
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Me interesa destacar la exposición ciertamente atrevida que José Dalmau organiza en sus
salones con el pintor Serge Charchoune (1888-1975) y su compañera Elena Gundoff. No es del
género de paisaje, tampoco de otro género que no sea el sígnico o la abstracción decorativa.
Charchoune llamará a su pintura ―cubismo ornamental‖ inspirado en la cultura rusa. Son las
primeras muestras de arte abstracto en Barcelona (y en España). Que suscitó la agresividad de
la crítica, como más adelante veremos con José Francés.
482
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ignacio Zuloaga. Ídolos Futuros. El Año Artístico El cardenal. Cuadro de Ignacio Zuloaga. El año
1916 Artístico 1916
En 1916, de los tres epónimos de la Generación de 1879-1893 (anterior a la de 1898)
dos siguen en el período de dominio estético de España, se trata de Rusiñol y Sorolla. Ellos
han renovado la pintura de paisaje heredada del realismo de finales del XIX a través de Carlos
de Haes y sus discípulos.
Los tres maestros del paisaje de dicha generación, con sus edades en 1916 son: Darío
de Regoyos (fallecido en 1913 a los 56 años) Santiago Rusiñol (55 años) y Joaquín Sorolla (53
años).De los tres, dos son deudores del arte de más allá de los Pirineos: Regoyos, el
impresionista, Rusiñol el Simbolista-Modernista. Sorolla disiente en ésta consideración, su
luminismo tiene raíces clasicistas al margen de la Academia pero también tangente a los
impresionistas, enlazando directamente con el realismo elegante de Manet y Silver Sargent.
¿Quién puede ejercer de contrapunto? ¿Quién puede cuestionar a los que detentan el
poder estético en 1916? No cualquiera, pero sí alguien llamado a ser la porta-estandarte de la
captación estética de la Generación del 98: Ignacio Zuloaga y Zabaleta (1870-1945).
483
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Como los hombres del 98, descubre Castilla: Segovia, donde busca el carácter y la
compenetración psicológica entre el paisaje y la figura de ―raza‖. En 1914 se instala en Zumaya.
El medio físico, el carácter y la cultura son para H. Taine, como vimos, los factores que
caracterizan a un pueblo. Miguel de Unamuno recoge éstos planteamientos étnicos en su obra
fundamental para entender los planteamientos de la Generación del 98, ―En torno al
Casticismo‖ (1895).
El paisaje y el hombre como una interrelación de causa efecto, contenían los valores,
creencias y virtudes de la España intrahistórica, que había que explorar y explicar a través de la
literatura y las artes plásticas. Esta relación y su consiguiente enfoque para tratar de entender y
comunicar la idiosincrasia de la nación española a través de las Artes marcarán las dos primeras
décadas del siglo XX. En éste quehacer, el paisaje resultará un auténtico recurso, como símbolo
y quintaesencia de la cultura y la identidad regional y nacional. Será un paisaje acrítico. Lejos
todavía de una reivindicación social. Frente a las penurias y carencias crónicas de los pueblos
de España se apelará a ―lo pintoresco‖ como escape y justificación de una sociedad de
comportamientos cerrados, anclados en el pasado y sostenida por un régimen inmovilista y
caciquil como fue la Restauración.
Pio Baroja hurga en la herida en su novela ―La busca‖ cuyos protagonistas ―son gente
descentrada que vivía en el continuo aplanamiento producido por la eterna e irremediable
miseria; muchos cambiaban de oficio como un reptil de piel; otros no lo tenían; algunos peones
de carpintero, de albañil, a consecuencia de su falta de iniciativa, de comprensión y de
305 LAFUENTE FERRARI, Enrique. La Vida y el Arte de Ignacio Zuloaga. Madrid. Revista de Occidente.1972.
484
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pero todos los escritores no estaban a gusto con Zuloaga, Pio Baroja decía de su obra
que ―los grandes cuadros con tipos amanerados y fondos convencionales no me gustan‖ y le
recordaba demasiado la antigua visión romántica de España destinada al viajero extranjero306 .
Zuloaga enviaba a Europa y América una multitud de estereotipos castizos que resultaron
muy influyentes para la percepción de España en el extranjero y rentables para el pintor y que
acabaron en polémica. Este posicionamiento dio lugar a la llamada ―cuestión Zuloaga‖, cuando
en 1904 empezaron a ser conocidos los éxitos foráneos del de Éibar, y su consagración en los
medios artísticos europeos al comienzo de la segunda década del siglo XX.
Zuloaga, al mismo tiempo, era ignorado en España o juzgado como el pintor que
proporcionaba una imagen no real, peyorativa, arcaica, en exceso folklórica, sobre el país.
Unamuno le recomendó que no intentara la conquista de Madrid y dedicara sus esfuerzos a
Europa. ―La Correspondencia Militar‖, diario oficioso del Ejército español de la época revela que
los críticos a Zuloaga le acusaban de ausencia de patriotismo por motivos crematísticos 307. Esta
tesis se repetiría hasta su reconocimiento definitivo, hecho que ocurrió ya en los años treinta.
La cuestión Zuloaga tuvo su sustento político en la época que se produjo, el momento
regeneracionista de José de Canalejas.
306 TUSELL, Javier, MARTINEZ NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. Paisaje y Figura del 98. Madrid. Fundación
Central Hispano.1997.
307 TUSELL, Javier, MARTINEZ NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. Paisaje y Figura del 98. Madrid. Fundación
Central Hispano.1997.
485
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La entrada de Azorín en la polémica avivó todavía más las ascuas, aseguraba que
Zuloaga era ―un pintor de carácter literario‖ (…) ―y su literatura está inspirada más bien en la
visión que los extranjeros han tenido de España‖ (…) (La España de un pintor. ABC, 7 Abril
1910).
José Ortega y Gasset fue quien perfiló y adecuó para el inmediato futuro, la cuestión.
―Zuloaga es tan grande artista porque ha tenido el arte de sensibilizar el trágico tema
español‖ (La Estética de El enano Gregorio el Botero‖ El Imparcial 20 Octubre y 10 Noviembre
1911).
Esta resumida posición, ecléctica, fue la que facilitó una ―entente cordial‖ entre todos los
agentes de la llamada ―cuestión Zuloaga‖ a partir de su publicación; debate que se extendió
entre 1910 y 1913.
La ansiada exposición Zuloaga en Madrid tuvo lugar en 1926 con Primo de Rivera en el
poder y un consenso bastante amplio (excepto en el sector más conservador) alrededor de su
aportación a la estética de primeros de siglo XX como "símbolo de un cierto desgarrado
regeneracionismo plástico de significado liberal" (Pérez de Ayala, 25 diciembre 1926 Archivo
Museo Zuloaga, Zumaya).
486
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se refiere Francés más adelante en la campaña que organizó en 1914 desde La Esfera y
Mundo Gráfico, que fue ―secundada por todos los críticos madrileños‖, después de la
participación de Zuloaga en el Salón de París de 1914.
Repasando la Esfera de 1 Agosto de 1914, Francés se alinea con las tesis de Unamuno y
los defensores del arte de Zuloaga, deseando su consagración española, después de la
europea, dice:309
―Si Zuloaga viene a España entonces se verá hasta qué punto su arte es sincero y
honrado y cómo el hombre que pinta toreros, brujas, enanos, campesinos de facies brutales o
socarronas muchachas morenas, mendigos, frailes, Cristos medioevales, ciudades viejas, cielos
plúmbeos y lejanías áridas, ama a su patria por encima de todas las cosas y la muestra tal
como es, para que sea lo que debe ser‖
La pregunta de Francés a Zuloaga ¿cuándo expone Ud. en Madrid? Queda sin respuesta.
309 VERDUGO LANDI, Francisco. (Director), ZAVALA, Mariano (Gerente) V.V.A.A. La Esfera Ilustración Mundial.1914-
1927. 26 Tomos semestrales .Madrid. Prensa Gráfica S.A. 1914-1927.
487
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―torpe y suicida de nuestras energías‖ cómo los hombres de ciencia tienen que emigrar y los
artistas y escritores mueren de tuberculosis frente a los ―toreros millonarios‖, cómo la
flamenquería y el matonismo sustituyen las antiguas cualidades del valor y la caballerosidad.
Carga de paso, contra los ―-ismos‖ que para Francés ―amaneran y uniforman el arte‖
cuando se refiere a la formación de Zuloaga y su amistad con Rusiñol en París. Y, sin venir al
caso, nos recuerda el concepto Orteguiano de la ―Generación desertora‖ cuando afirma
―Desconfiad siempre del artista que abdica adulando a su época. O es un miserable, o es un
impotente‖. Describe la obra de Zuloaga como la pintura del reproche, en un país de
automóviles y aeroplanos y telégrafos sin hilos ―creemos que toda esa lepra ancestral ya no
existe en España‖ aunque… ―Un abulense de hoy es un hombre del siglo XV, del XVI, del XVII
cuando más‖, es el estancamiento de las ciudades y los seres que las habitan.
Zuloaga es catalogado primero como realista, después ,y como retratista, con fondo
complementario del espíritu del personaje ―tiene el paisaje zuloaguesco un sello de
inconfundible originalidad.(…) no es paisaje anecdótico (...) de rincones típicos (…) lejos
también las opulencias(…) de los venecianos (...) las campiñas que amaban los primitivos (…)
No, Ignacio Zuloaga interpreta siempre las viejas, las calcinadas por el sol, las polvorientas
ciudades de Castilla (…) es la España en escombros,(…) huraña ,hostil, inhóspita,
reconcentrada en su pasado bélico o místico y en su presente miserable‖.
―Como Lógicas consecuencias del medio ambiente, en una perfecta identificación con
las teorías de Hipólito Taine surgen la barbarie taurina y la exaltación religiosa‖.
Francés cita a Taine como el filósofo determinista para extraer como consecuencia de esa
España en escombros, unos valores e ideologías también en escombros: la barbarie taurina y la
exaltación religiosa, precisamente lo que Zuloaga intenta plasmar para zaherir nuestra
conciencia patria.
Francés habla luego de la ―alegría zuloaguesca‖ en contraste con ―tanto sangriento horror
como reflejan sus cuadros‖ y ésta alegría se debe a la mujer en su exuberancia colorista de la
paleta de Zuloaga.
488
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ignacio Zuloaga .Segovia. La Esfera Septiembre Ignacio Zuloaga Catedral de Segovia.1909. Oleo.
1916. Dibujo.
Ángel Díaz Domínguez (1881-1952) de una paleta clara y ordenada, podemos definirlo
como seguidor de la Escuela de Goya, por sus bien construidas escenografías paisajísticas, con
minúsculas figuras. Rafael Aguado Arnal (1881-1952) nacido en Zaragoza, fue discípulo de
Eduardo Chicharro en Madrid. Celebró diversas exposiciones individuales y colectivas, cultivó el
género del paisaje desde un punto de vista realista.
489
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―Allí, en la desolación del desierto, que ofrenda adustamente al cielo las recias ruinas de
310
una casta y una historia rota.‖
Lo contrario piensa Juan de la Encina cuando dice: ―En lo cromático se nos presenta con
una paleta de tonos claros, joyantes, festivos: amarillos, verdes y azules‖311
310 DE LA ENCINA, Juan. La Trama del Arte Vasco. Madrid. Espasa-Calpe. 1981.
311 DE LA ENCINA, Juan. La Trama del Arte Vasco. Madrid. Espasa-Calpe. 1981.
490
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
491
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA:
Paisaje, por Imeldo Corral .El Año Artístico 1916 Imeldo Corral. Terra Galega. La Esfera
Octubre 1916
Espolea en uno de los males patrios como es esa desmedida afición por las corridas de
toros, que entre otras consecuencias trae el ―vaciar los bolsillos‖ del público en detrimento de
los artistas, escritores, hombres de ciencia a quien no se apoya económicamente.
492
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
312 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
493
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Pinelo LLull (1861-192) paisajista gaditano. Romanista, fue discípulo de José
Villegas. A la vuelta de Roma se establece en Sevilla, pintando los alrededores de Alcalá de
Guadaira. Tercera medalla en la Nacional de 1904 y segunda en la de 1908. A primeros de siglo
comienzan sus viajes a América organizando exposiciones en los principales mercados
Sudamericanos.313
Felipe Gil Gallango (1868-1938) Sevillano, discípulo de Sánchez Perrier, paisajista del
Alcázar de Sevilla y de rincones de su ciudad. Detallista, dibujístico.
313 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
494
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Arpa y Perea (1860-1952) Sevillano, de gran soltura técnica, después de pasar por
el taller de Eduardo Cano, completó su formación en Roma. Pintor de temas históricos, retrato y
paisaje viajó a Texas donde desarrolló la impronta paisajística. Regresa a España en 1928
fijando su residencia en Sevilla.
La segunda exposición que comenta Francés es la VII Exposición provincial del Ateneo de
Badajoz. La comisión organizadora invita a López Mezquita, entonces Presidente de la
Asociación de Pintores y Escultores de Madrid.
José María López Mezquita (1883-1954) Epónimo de la generación del mismo Francés la
de 1909-1923, granadino y pintor internacional, fue ante todo un gran retratista de su época,
ofreciendo un testimonio inestimable de personajes de las artes y de la alta sociedad ,tanto
española como europea y americana (entre ellos, el mismo José Francés). Nacido en Granada,
estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde fue discípulo de
Moreno Carbonero, Larrocha y Cecilio Pla, merced a una pensión de Isabel de Borbón, viajó
durante varios años por Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra e Italia, académico de San
Fernando, ganó la medalla de oro en la Exposición Nacional de 1901 con su obra de carácter
social ―La cuerda de presos‖. En 1910, fue cofundador de la ―Asociación de Pintores y
Escultores‖. Precisamente, como refiere Francés en ésta crónica, fue invitado a la Exposición del
Ateneo de Badajoz, en calidad de presidente de la citada asociación, dedicándole una sala a sus
obras.
495
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1926 viaja a Estados Unidos donde Huntington le encarga continuar la labor iniciada
por Sorolla en la Hispanic Society of América. López Mezquita pintó ante todo retratos de
políticos, intelectuales, burgueses…tanto en el elenco ―oficial‖ español como de la burguesía
europea y americana. En su dilatada obra encontramos también paisajes urbanos y vistas,
sobre todo de Granada. Mezquita posee un estilo ágil, seguro, realista, forma parte de la tríada
del realismo esencialista, junto con Zuloaga y Álvarez de Sotomayor.
El crítico de arte Max Nordau establece cierto paralelismo entre Mezquita y Zuloaga, en
los tratamientos de los tipos castellanos, pero consideraba que la pintura del granadino
respiraba más sencillez y naturalidad 314
Pintor del color encerrado en las líneas claras del dibujo de sobriedad contenida, algo
estática. Reproducimos una obra suya de La Esfera de Diciembre de 1916 donde en un alarde
de oficio compendia el género costumbrista, con el bodegón y el paisaje.
314 PÉREZ ROJAS, Francisco Javier. López Mezquita 1893-1954.Epocas e itinerarios de un pintor cosmopolita. Madrid.
López de Aragón-Arco Libros,2007
496
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
UN PAISAJISTA VASCO
Jesús Basiano Martínez Pérez (1889-1966) puede ser considerado, como bien apunta
Francés, un seguidor de Regoyos, nacido en Marchante, Navarra localidad situada en plena
ribera del Ebro315 el traslado de su padre a Bilbao en 1900 ejercerá una influencia decisiva en
su formación.
Estudia Bellas Artes en San Fernando, siendo sus profesores Garnelo, Chicharro, Muñoz
Degrain y Cecilio Pla, con una beca para Roma, lo encontramos de nuevo de regreso a España
en 1916, donde recorre la sierra de Guadarrama, Segovia, El Paular y Ávila, pintando sus
paisajes. Desde 1917 hasta 1925 reside en Durango, participando en las colectivas de la
Asociación de Artistas Vascos de Bilbao.
El pintor, que celebra una exposición de paisajes en Pamplona, expone los cuadros de su
época castellana, antes de retirarse a vivir a Durango. Son los cuadros de la provincia de Ávila y
la serranía de Gredos, de amplios matices, sensaciones invernales y ―pueblos bajo la lluvia‖.
315 GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros
Bilbao. .Fundación Kutxa nº 2, 1993.
497
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Durante el año 1915 visitaron el Museo del Prado 112.210 personas. Se hicieron 678
copias y se vendieron 470 catálogos.
Zuloaga ha marchado a París y escribió una carta al alcalde, enviándole 500 pesetas
para los pobres y manifestándole su agradecimiento por las muchas atenciones que ha recibido
en Zaragoza.
Campesinos de Gandía H. Anglada Camarasa. El Año Hermen Anglada y José Francés, después de la
Artístico 1916. conferencia dada por este último. El Año
Artístico 1916
498
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
499
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La carta colectiva que firmaron Pérez Galdós, Azorín, Marañón, Pérez de Ayala, los
Baroja, Benavente, Ramón Gómez de la Serna, Dicenta, Valle-Inclán, Unamuno, Cossío, Ortega
y Gasset, Martínez Sierra, Romero de Torres y Bagaría, pidiendo una exposición en Madrid,
similar a la de Barcelona de 1915, consiguió entre otras circunstancias, que se celebrase ésta
exposición de Hermen Anglada-Camarasa en el Palacio de Exposiciones del Retiro madrileño.
Entre 1901 y 1904 participa en numerosas exposiciones 316 en París, Berlín, Bruselas,
Gante, Londres, Venecia, Múnich, Dresde y Viena. En el verano 1904 lo encontramos en
Valencia, donde se enamora del cromatismo de la indumentaria típica de la huerta valenciana
que dará lugar a sus obras de gran formato y de lujuriante colorismo decorativo como
―Campesinos de Gandía‖ éstas obras serán expuestas , en ésta ocasión con toda su
voluptuosidad, en el Palacio del Retiro.
500
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
importancia que Anglada-Camarasa adquirirá como pintor de paisajes desde Mallorca, cambio
de rumbo que sucede en 1914 con su instalación en Pollensa huyendo del París en guerra.
Mallorca, como decimos, supuso para Anglada el descubrimiento del paisaje.
Hasta un viejo maestro de otro tiempo exclamó ―Nada Señores o sobra Anglada o sobra
Velázquez‖.
Si nos situamos en el Palacio del Retiro ,y, repentinamente, las valencianas, gitanas,
sibilas…etc. entran en nuestra visual, la sorpresa es muy probable, debido a que ningún
espectador en España, excepto los Barceloneses en 1915 se había enfrentado a la
monumentalidad decorativa de las obras de Anglada ―en vivo‖, con su decorativismo
ornamental tan exaltado.
Esto le lleva a exclamar a Francés ―No recuerdo que artista alguno contemporáneo haya
agitado tanto este casi siempre adormecido ambiente estético de Madrid‖. ―En voz alta se
interpelan unos a otros y ríen y se burlan de un modo triste‖.
Manet, Degas, Sorolla ―abrieron las puertas al sol‖ y Rusiñol, como Sorolla tuvo que
triunfar lejos de España para que la gente dejara de escandalizarse, aduce Francés como
constatación de que la incomprensión hacia Anglada- Camarasa sigue pautas bien definidas ya
con anterioridad.
501
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―Las mujeres no son el objeto principal sino pretexto de belleza‖. ―El Tango de la
Corona me parece uno de los cuadros más hermosos de toda la pintura moderna y clásica‖ ―hay
en éste cuadro (…) paisaje y fauna abisales‖.
Francés advierte contra los imitadores de Anglada ―un angladismo artificial y grotesco‖
que su arte podía engendrar y tentar a exponer en las Exposiciones Nacionales.
Los ecos de la polémica de la muestra del Retiro llegarán a Buenos Aires a través de un
artículo de Max Nordau publicado en ―La Nación‖ el 1 de Octubre de 1916, y el 14 de Octubre
se inaugura la Exposición de Anglada Camarasa en el Museo Nacional de Bellas Artes de
Buenos Aires, donde continuará la polémica sobre su obra.
―(…) resulta aventurado afirmar que España está en el momento más interesante de su
renacimiento artístico?.
Porque ese renacimiento se debe a los maestros jóvenes, a aquellos que están en la
edad ubérrima, y esplendorosa de los treinta a los cuarenta años: Álvarez Sotomayor, López
Mezquita, Federico Beltrán, Romero de Torres, Benedito, Miguel Nieto, Néstor, Julio Antonio,
Capuz, Hermoso, Rodríguez Acosta, Salaverría...‖
―Por muy personal, por muy definido que sea un artista, no puede perder su carácter de
hombre representativo.
Vistos de cerca, dentro de la misma época, los pintores no parecen tener nada de
común entre sí —claro es que no me refiero a los gregarios, a los que buscan los senderos
trillados—, y, sin embargo, al cabo de unos años, contemplada aisladamente la obra de uno de
esos temperamentos originales e independientes, se ven en toda ella atisbos, recuerdos, rasgos
502
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
o procedimientos que evocan la época pretérita y los artistas contemporáneos del que sugiere
esa evocación.
¿Por qué es esto? ¿Qué oculto motivo influye en la retina y en la mano del artista?
Necesariamente hay que inclinarse ante la teoría del viejo Hipólito Taine acerca del medio
ambiente…
Todo en torno del pintor coadyuva a que sobresalgan las cualidades de la raza y los
motivos luminosos y artísticos de su tiempo‖.
Exposición realizada en el Círculo de Bellas Artes de Bilbao e inaugurada por Alfonso XIII,
que da entrada a esta interesante crónica de Francés en la que echa por tierra el interés por el
arte de los Bilbaínos, cuando afirma que ― (…) en Bilbao(...) existe una gran indiferencia de la
gente por los asuntos estéticos‖ precisamente un año en que la Asociación de Artistas Vascos
está en plena efervescencia, con exposiciones durante 1916 de Juan de Echevarría en ,Bagaria,
Pichot, Regoyos, Guezala, Arrue, Guinea, Bikini, y en Noviembre, Madrid iba a ser la sede de
una Exposición de treinta artistas vascos.
En fin, destacamos de ésta crónica la mención que hace Francés al gran paisajista
gallego Francisco Llorens Díaz (1874-1948)317. Nacido de familia acomodada, padre catalán y
madre gallega, su padre lo orientó hacia los estudios de comercio que llegó a terminar en La
Coruña, en 1892 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de Madrid asistiendo a las clases de
Carlos de Haes ,recibe lecciones de Sorolla quien le orienta en el valor plástico de la luz.
Pensionado en Roma, coincide con Benedito y Bacarisas recibiendo la influencia de los
―macchiaioli‖. Con Benedito lo encontramos en París donde conoce a los impresionistas y a
Cèzanne, estableciéndose posteriormente en Brujas (Bélgica). En 1906 está en España de
nuevo, conoce a Mir, Casas y Rusiñol acercándose a Galicia con ojos mediterráneos, entabla
amistad con los artistas del llamado Resurgimiento gallego, como Castelao.
317 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
503
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1916, año que nos ocupa, Llorens fue elegido presidente de la Sección de Pintura del
Círculo de Bellas Artes de Madrid.
A Francisco Llorens lo que siempre le atrajo fue el mar, la luz veraniega de Galicia.
Francisco Llorens es el indiscutible maestro del paisaje gallego, con una pintura de corte
impresionista atemperada por su formación luminista. Podemos decir que Llorens es al
paisajismo lo que Álvarez de Sotomayor es al costumbrismo gallego. Entre los dos pivotará todo
el arte gallego del primer cuarto del siglo XX.
318 LUNA, Juan J. Francisco LLorens y su tiempo. La Coruña. Fundación Barrié dela Maza, 1988.
319 OIZA, Jaime. Francisco LLorens. Vigo. Centro Cultural Caixavigo.1998
504
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LA EXPOSICIÓN DE VALENCIA
Dudoso será que su pléyade de pintores discípulos alcancen la vigencia del maestro
cuando lleguen a su edad ,sobre el año 1929, en plena generación 1924-1938, cuando el
interés por la pintura luminista ha decaído en favor de otras corrientes neo-cubistas,
Cézannianas y Surrealistas.
Josep Renau en 1929, por ejemplo cargará las tintas contra el marinista Tomás Murillo
(1890-1934), durante la ―Exposición de Arte de Levante‖ de 1929 por la trasnochada estética
luminista tanto en la ejecución como en los temas.
505
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Félix Lacárcel AParísi (1883-1975) Paisajista estudió en San Carlos y San Fernando, en
Madrid siendo profesor de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla Pintor de paleta clara, luminista
de contrastes tonales acusados.
José Manaut Viglietti (1899-1971). Hijo del crítico José Manaut Nogués, amigo personal
de Sorolla, becado en El Paular, pensionado en Francia, Bélgica, Holanda para estudiar a los
impresionistas, fue profesor auxiliar de Cecilio Plá en S. Fernando. Biógrafo de Sorolla, Pinazo,
Sala y Cecilio Plá.320
Francisco Pons Arnau (1866-1955) Estudió cuatro años con Sorolla. Marido de su hija
María Sorolla en 1910 expone en Brasil. De regreso a España en 1910 expone su obra en el
taller del maestro, luego en Nueva York y La Habana., Argentina y Chile. De factura suelta y a
menudo abocetada cultiva el género costumbrista, los paisajes y el retrato.
―la exuberancia cromática y el buen gusto por las armonías patricias, representativas
del arte del joven maestro, resalta por modo maravilloso. Su éxito de prensa y público ha sido
unánime‖
320 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
506
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Instalación de José Pinazo Martínez en la Exposición Félix Lacarcel. La Esfera. Agosto 1916.
de Valencia El Año Artístico 1916
Fue en 1870 cuando Muñoz Degrain visita por vez primera Málaga 321. El motivo fue
ayudar a su amigo el pintor también valenciano Bernardo Ferrándiz, a decorar el techo y telón
del Teatro Cervantes. La ciudad cautivó a nuestro pintor y decidió quedarse, como profesor de
la Escuela de Bellas Artes. En éste Ambiente conoció en el claustro de profesores a José Ruiz
Blasco, padre de Pablo Picasso, entonces muy joven. El maestro paisajista presentó obras para
las exposiciones regionales de Málaga. Después de ser pensionado en Roma, deja Málaga en
1888 para trasladarse a Madrid, que convierte en su más estable residencia al conseguir, tras la
muerte de Carlos de Haes, la Cátedra de Paisaje en la Escuela de Bellas Artes de S. Fernando.
Regresa a Málaga en 1918, instalado definitivamente en su ―cuarto pequeño‖ de la Calle
Recoletos de Málaga (hoy calle de La Victoria) donde falleció el 12 de Octubre de 1924.
321 SAURET, Teresa. Muñoz Degrain y las poéticas paisajísticas fin de siglo en Málaga. Málaga.Mupam,2008
507
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es el ―alter ego‖ de José Francés, Silvio Lago, quien firma un artículo en La Esfera del 21
Octubre de 1916 en el que recoge varios paisajes de carácter narrativo del valenciano.
508
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
509
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
510
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Encontramos ésta reseña dedicada a Santiago Rusiñol el paisajista viajero cuyo ―modus
operandi‖ es la pintura al aire libre en diferentes lugares de España para luego volver a su Sala
Parés de Barcelona a exponer y acabar de vender sus paisajes, o bien ―in situ‖ organiza una
exposición que, por su temática y calidad, puede que sea vendida en el mismo lugar de
creación. Cuenca, entonces , estaba a cinco horas en tren de Aranjuez, donde se encontraba
Rusiñol en la primavera de 1916. Explica Rusiñol éste viaje:322 (traduzco del catalán) ―La tierra
que traspasa este tren es de la que dicen parda los pintores de la escuela central…montañas sin
árboles, llanuras con pequeños rodales de hierbas cocida al sol, a la parrilla, terrones allá y
más terrones... algún cortijo del mismo pardo de la tierra, puesto en seco, sin ningún espacio
de sombra, ni ciprés que marque una silueta… Mucha grandiosidad de línea y mucha austeridad
de cosecha; mucho color y pocos alimentos, mucha amplitud y demasiada miseria‖.
Rusiñol definió a Cuenca como ―Una ciudad vieja, en una playa prehistórica‖. Como
acostumbraba iba alternando su quehacer pictórico con el literario. Fue precisamente en
Cuenca donde escribió la novela ―La niña Gorda‖.
322 LAPLANA, Josep de C. Santiago Rusiñol. El Pintor, L‘home. Barcelona. Publicacions de L´abadia de Montserrat,
1995.
511
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Vista de una de las salas de la Exposición de artistas asturianos, en Oviedo. El Año Artístico 1916
Francés pasa de puntillas por ésta exposición que creemos no visitó a pesar de los lazos
que le unen a Gijón, la ciudad asturiana que lo nombró hijo predilecto. Destacamos de ésta
breve crónica su apuesta decidida sobre la descentralización del arte como contrapunto de las
centralizadas Exposiciones Nacionales que no duda en calificar de ―desacreditadas y grotescas‖.
Mayor eco alcanza ésta exposición en las páginas de La Esfera, que ,en su número
semanal del 7 de Octubre de 1916 dedica dos páginas al evento, firmadas por José A. Cepeda.
En ellas Cepeda destaca la participación de los tres grandes pintores gijonenses: Evaristo
Valle, Nicanor Piñole y Manuel Medina. Los tres paisajistas
512
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gerardo Diego escribiría sobre su pintura 323 ―Sus lienzos me produjeron una viva
impresión. Eran una visión nueva de los paisajes de Asturias (…) sin dejar de ser fidelísimos a
las luces veladas, a las nieblas, los cielos bajos y nublados, las lluvias y las tierras húmedas o
encharcadas, lucían en ellos riquezas fulgurantes de color, una verdadera y delicadísima
embriaguez de colorista, pero de colorista en modo alguno detonante y cuantitativo, sino
matizadísimo y aterciopelado‖.
323 DIEGO, Gerardo. 29 pintores españoles contemporáneos vistos por un poeta. Madrid. Ibérico Europea
Ediciones, 1975.
324 DIEGO, Gerardo. 29 pintores españoles contemporáneos vistos por un poeta . Madrid. Ibérico Europea
Ediciones,1975
513
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
514
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
515
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Enrique Vera (1888-1956) expone en los Salones de ―El Pueblo Vasco‖ y ya se asomó
entre las páginas del Año Artístico en Abril de 1916. Francés lo tiene en estima, no
escatimándole elogios cuando de una exposición del toledano se trata. En ésta crítica Francés
incluye a Vera como importante figura en el renacimiento estético del paisaje en España y
dentro de éste, como el pintor de Toledo.
Sin duda, esta muestra de 1916 era la más completa y recogía el grueso de una obra
realizada por continuos viajes y visiones paisajísticas, desde los suburbios de tierra rojiza de los
márgenes del Tajo, (…) Italia, Austria, Portugal, (…) los aspectos de otras regiones españolas 325
325 A.A.V.V. Enrique Vera: El Paisaje y la Luz. Toledo. Junta Castilla La Mancha.2003.
516
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
517
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
518
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―A pesar de los submarinos alemanes y de ciertos cuadros que merecían realmente ser
torpedeados, las noventa y cuatro cajas llegaron a Panamá sin novedad el 25 de Mayo‖
519
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Si repasamos los participantes en Pintura al Óleo nos encontramos con los principales
actores en los gustos estéticos de la pintura del momento, entre ellos varios paisajistas: Lhardy,
Verdugo Landi, Martínez Cubells, Gili Roig, Llorens, Tuset, Vázquez, Esteve.
Enrique Martínez Cubells nació en Madrid, hijo del también pintor Salvador, dónde
encontró la atmósfera artística adecuada para su desarrollo. Estudió en la Escuela Especial de
Pintura y debutó en la exposición nacional de 1897. Desde 1899 viajó por Inglaterra, Bélgica,
Holanda, Francia e Italia, ampliando estudios en Múnich con Zügel entre 1899 y 1900.327
Pintó gran cantidad de escenas marinas con pescadores y barcas regresando a la arena,
ancladas en el puerto y escenografías alrededor de este asunto. Fue profesor de la Escuela de
Artes y Oficios de Madrid y académico de S. Fernando.
327 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
520
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
521
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
522
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ignacio Pinazo Camarlench (1849-1916), coetáneo del valenciano Muñoz Degrain, fue en
un principio pintor de asuntos históricos para consagrarse después como retratista y autor de
pintura de temas alegóricos.
Pero aquello que nos interesa son sus tablas de pequeño formato y rápida ejecución de
sus paisajes y escenas cotidianas que capta e inmoviliza el instante, anticipando el plenairismo
luminista de Sorolla quien en su discurso preparado para el ingreso en la academia de S.
Fernando reconoció el magisterio de Pinazo con éstas palabras ― (…) Pinazo estaba en todas
partes sin abandonar jamás su caja de apuntes(…); véasele en las fiestas, en los mercados, en
la playa, descubriendo y persiguiendo los encantos del arte popular y quizá fue el maestro que
en tal sentido trabajó más de todos los de su época‖.
523
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Joaquín Vancells (1866-1942) junto con Galwey, fue el paisajista por excelencia del
Círculo de San LLuc barcelonés con sus paisajes de Tarrasa y LLavaneres 328 , aunque estudió
en la LLotja, no terminó de congeniar con Antoni Caba.
Creador original, poco influido por los aires de Italia o París son sus obras paisajes puros,
sin figuras bosques, valles, todo velado por una fina niebla de melancolía realista muy cercano
328 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
524
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Darío de Regoyos.El Año Artístico. Noviembre 1916 Antonio de Guezala. Cartel anunciador de la
Exposición de Artistas Vascos
Maeztu, Echevarría, Cabañas Oteiza habían precedido con sus exposiciones individuales
en Madrid, esta manifestación y José Francés , junto con Juan de la Encina y Ramón del Valle-
Inclán , dictó una conferencia programada para la ocasión.
Francés alaba, sin paliativos a los pintores que muestran ―el Alma de vasconia con toda
su integridad‖: Regoyos (ya fallecido) y Zuloaga. De Zuloaga llega a afirmar que es el ―primer
pintor español‖. Y añadiendo que la cualidad más afirmativa de la pintura española actual es
―(…) interpretar las características de la psicología nacional buscándolas en tipos, costumbres y
paisajes‖ y éste deseo de interpretación se debe a Zuloaga..
525
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
De hecho ésta modernidad no es sino seguir la estela de París una vez tamizadas sus
innovaciones impresionistas y post-impresionistas por el realismo español, cuestión que los
artistas vascos hacen suya, impregnando el paisaje de hondas raíces ancestrales en el tema
pero virando la expresión estilística hacia las corrientes formales modernas , desde el
impresionismo de Guiard o Regoyos, el Fauvismo de Iturrino hasta la figuración geométrica de
Guezala.
Con el epígrafe de ―Los Artistas Vascos Contemporáneos‖ y a doble página por ―La
Esfera‖ del 12 de Agosto imprime un artículo de Francés en las páginas de éste número
dedicado al País Vasco y en las cromolitografías correspondientes adivinamos aquello que José
Francés quiere transmitir cuando habla de ― tipos paisajes y costumbres‖ como la cualidad ―más
afirmativa‖ de la pintura española ― (…) Zuloaga (…) les ha enseñado (a los pintores vascos) a
amar no solamente su región, sino Andalucía y Castilla‖.
526
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francisco Llorens, presidente de la Sección de Pintura del Círculo de Bellas Artes en 1916
El Círculo de Bellas Artes de Madrid ha inaugurado, en la planta baja del Palace Hotel,
una exposición permanente de pintura.
Nicolás Raurich (1871-1945) no era en Madrid tan admirado como en Barcelona. Pintor
de gruesos empastes , matérico, alejado de sutilezas y veladuras, derrocha pasta para
527
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
expresar el paisaje. Raurich estudió en la Escuela de Bellas Artes de la LLotja y tuvo como
maestros a Luis Rigalt y Eliseo Meifren.
Visitó los principales centros artísticos europeos: París, Roma, Múnich y Londres. Fue
fundamentalmente un paisajista. Su pintura es una evolución hacia el estudio de la luz, siendo
un luminista original por el empleo de grandes capas de pasta, que confieren fuerza y robustez
al paisaje.
Raurich pinta los paisajes catalanes de Gavá, el Pirineo y San Pol con una técnica de
mezclas cromáticas deudoras del impresionismo.
329 GAYA NUÑO Juan Antonio. La Pintura Española del siglo XX. Madrid. Ibérico Europea de Ediciones, 1972.
528
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
529
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
530
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De Fernando Laroche ya hemos tenido ocasión de hablar, no así del gran Marinista
Ricardo Verdugo Landi (1871-1930) Malagueño, ingresa en el taller de Emilio Ocon, haciendo
del mar, mejor dicho, del agua en sus diferentes contenidos a través de la geografía tanto
física: mares, ríos, lagunas, como de intervención humana : puertos, estanques, diques, el
absoluto protagonista de sus cuadros .Hermano de Francisco, director de ―La Esfera‖, fue ésta
revista quien proyectó su arte a las linotipias, convirtiéndose en asiduo protagonistas de las
páginas artísticas, que, en cuatricromía, mostraban sus obras, trabajos equilibrados, de perfecta
perspectiva manteniendo la armonía entre cielo, el mar la línea de costa y un punto de fuga
constituido frecuentemente por una embarcación en movimiento que da sentido a un paisaje
elegante y equilibrado.
531
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
330 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
532
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
533
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
534
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Una calle de Lierre. Cuadro de Isidoro Opsomer, adquirido por el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El Año
Artistico.1916
535
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Desde un punto de vista político, un acto de solidaridad con Bélgica, ocupada por las
tropas alemanas en ese momento. Francés lo recalca: ―Esta exposición es la del dolor (…).Se
organiza a beneficio de los heridos y enfermos belgas. Muchos de los expositores han fallecido
o están en cautiverio‖. Es claramente una exposición aliadófila y por tanto, germanófoba,
Francés pasa exquisitamente de puntillas sobre ésta cuestión, afianzando las virtudes de ―Esta
raza de los belgas, en que la cercanía de Francia ha espiritualizado‖.
Desde el punto de vista estético es muy interesante la exposición pues, tal como apunta
Francés, pone a disposición de las retinas madrileñas que lo visitan un ―arte nuevo‖ como el de
James Ensor. (1860-1949), Van Rysselberghe (1862-1926) o Albert Baertsoen (1866-1922) para
contrastar con el lenguaje estético vigente en Madrid.
MEMORANDA
331 ANTOLIN PAZ, Mario. Eduardo Martínez Vázquez. Ávila. Caja de Ahorros de Ávila, 1986
536
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
bocetos y apuntes del natural. Fue Primera Medalla en la Nacional de 1924. Amigo de Pérez de
Ayala y seguidor de Valle-Inclán y Unamuno. Viaja a París donde le atrae el impresionismo.
Expuso en Bilbao, Barcelona, Madrid, Panamá, París (Medalla de Oro Salón de París de
1921).
537
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Albert Gleizes (1881-1953) nace en París, acercándose al cubismo en los años 1909-
1910, desde el Impresionismo, asiduo expositor del Salón de los Independientes de París332 ,
conoce a Braque y a Picasso. El año 1913 marca el apogeo del período cubista de Gleizes,
interesándose más por la composición que por la forma, junto con Metzinger son los creadores
del llamado ―cubismo analítico‖.
Gleizes hereda del impresionismo el gusto por el paisaje, que trasladará al cubismo
compositivo formado por tonos contrapuestos que van construyendo un paisaje sin línea de
horizonte y dotado de un dinamismo que nos evoca el recuerdo de la forma constructiva de
Cèzanne.
332 CARMONA, Eugenio. Los Tiempos del Cubismo 1910-1920. Madrid. Galería Leandro Navarro. 2007.
538
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Dalmau fue el primer marchante de Joan Miró, y uno de sus objetivos fue la introducción
y promoción de la Vanguardia internacional en España, sin olvidar la Vanguardia autóctona, o
cualquier manifestación que significara una novedad en el panorama artístico catalán.335
Como comerciante de arte era un ecléctico, y a la vez un pragmático, que intuyó el valor,
tanto del ―Arte Nuevo‖ como del ―Arte Vanguardista‖ , posibilitando la exposición y exhibición
de los trabajos de artistas como Arp, Braque, Duchamp, Theovan Doesburg, Léger ,Picabia,
Gleizes, Charchoune, Torres-García, Barradas, en Barcelona al mismo tiempo que aleccionaba el
arte local de las nuevas generaciones como Planells, Miró, Sandalinas y todo ello con una base
literaria, dando su apoyo también a aventuras editoriales como las publicaciones ―Trossos‖ y
―391‖.
Podemos afirmar que la Vanguardia española, tal como la entendemos con nuestra
perspectiva histórica, tuvo su inicio en 1909, con dos acontecimientos unidos a dos personajes
y dos ciudades: la publicación del Manifiesto Futurista de Marinetti en la revista Prometeo por
Ramón Gómez de la Serna en Madrid, y, en Barcelona, Josep Dalmau y su exposición de arte
cubista de 1912.
539
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Portada del Catálogo Exposición Cubista 1912 Albert Gleizes: Paisaje de Meudon. Exposición.
Cubista 1
540
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
- MADRID
541
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En esta crónica, José Francés aborda las principales exposiciones que tienen lugar en
Madrid durante Diciembre.
José Garnelo Alda (1866-1944) Nacido en Enguera, Valencia, cursa estudios en San
Carlos, y San Fernando, ya en Madrid. Pensionado en 1888, marcha a Roma donde permanece
cuatro años336. Donde toma la influencia de Palmaroli y coincide con Pradilla, Emilio Sala y
336 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
542
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Completaban los aciertos de la sección de pintura, los cuadros de Espina y Capo, Forns,
Ernesto Gutiérrez, Sobrino Buhigas, Luis Masriera, Rodríguez Jaldón y Martí Garcés. (…)
Juan Ángel Gómez Alarcón. Nacido en 1882 en Albacete, estudia en Bellas Artes de S.
Fernando, siendo discípulo de Muñoz Degrain. En 1925 residía en Lleida. Fue un pintor adscrito
a un realismo colorista de paleta concentrada con predominio de colores claros, muy cercano a
la ―manera‖ de su maestro Muñoz Degrain. Pintó paisajes nevados, tema poco usual en
nuestros pintores de paisaje. Gómez Alarcón domina la técnica del realismo y la perspectiva,
dentro de unos cánones académicos en ocasiones eclécticos, donde sabe equilibrar la
interpretación de las líneas y las masas formales, con el color.
Juan Ángel Gómez Alarcón. La Esfera. Mayo 1922 “Paisajes Españoles” (doble página)
543
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pintor de ―plein air‖, junto con Jaime Morera es el pintor de la Sierra de Guadarrama.
Paleta de tonos grises contenidos, domina el dibujo (practica también el grabado en
aguafuerte) y lo encuadramos dentro del Realismo académico de su maestro, Carlos de Haes.
Rafael Forns Romans (1868-1934). También expuso en este grupo de pintores del
Ateneo. Castellonense y paisajista de la escuela de su maestro Cecilio Plá, concurrió a
prácticamente todas las exposiciones nacionales desde 1892 a 1934, con escasos galardones.
337 DE PANTORBA, BERNARDINO. El Paisaje y los Paisajistas Españoles. Madrid. A. Carmona. 1943.
544
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Carlos Sobrino Buhigas (1885-1978) el gallego, estudió con Alejandro Ferrant, siendo
Catedrático de la escuela de Artes y Oficios de Vigo. Estudia en Londres y viaja por Francia,
pintor de grandes trípticos de realismo costumbrista sobre el mar el campo y sus figuras
ataviadas de pintorequismo local. Paisanos y paisanas de anecdótico asunto entornan un
paisaje de gamas suaves y armoniosas de un gran dominio de la forma y el dibujo, como
reconoce Francés en la crónica que le dedica en La Esfera del 13 de Octubre de 1917.
Luis Masriera (1872-1958) miembro de una ilustre saga de orfebres fue hico del paisajista
José Masriera y Manovens (1841-1912), pintor decorativista, con efectos procedentes del arte
del esmalte , Masriera se inspiraba en las estampas japonesas y en la elegancia de Whistler.
Fue el pintor preciosista del modernismo pictórico 339 Una obra suya como ―La sombrilla
japonesa‖ pintada en 1920 alcanzó una notable difusión incluso fuera de nuestras fronteras.
Pintor de evocaciones alegóricas, ninfas evanescentes, fue muy estimado por la sociedad
burguesa catalana de los años veinte. Lo traemos a colación en éste apartado como
representante del modernismo alegórico de paisajes oníricos, ensoñadores, que acompañan
con lánguida elegancia a sus misteriosas y sugerentes figuras. Recordamos con Luis Masriera
obra de Alexandre de Riquer.
338 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
339 A.A.V.V. A la Playa. El mar como tema de modernidad en la pintura española 1870-1936. Madrid. Fundación
cultural Mapfre Vida,2001
545
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A la Playa: El Mar como modernidad en la Pintura Española 1870-1936. Portada del Catálogo de la
exposición. Madrid enero 2001.Fundación Cultural Mapfre. “La Sombrilla Japonesa.1920.
Obra de LLuis Masriera.
Juan Rodríguez Jaldon (1890-1967) Pintor costumbrista nacido en Osuna (Sevilla) fue
discípulo de Gonzalo Bilbao, se especializó en temas andaluces, paisajes y retratos.
340 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España .
Madrid. J.R. García Rama.1980.
546
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
547
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
cartones de la Playa de Las Arenas de Valencia donde en sus tablillas empastadas atrapa la luz
del mediterráneo como lo hiciera su amigo Sorolla. 341
341 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
548
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
549
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
- BARCELONA
Respecto a las Exposiciones de Barcelona, los Hermanos Bou inauguran en las Galerías
Layetanas de Barcelona una Exposición de pintura española contemporánea, que Francés
califica de Notable, destacando éste a los siguientes artistas en su inclinación paisajista:
Francisco Pradilla “Día tormentoso en las paludes Pontinas”. La Esfera. Enero 1917
Julio Romero de Torres expone ―La niña de la Tanagra‖, que consideramos un bello
ejemplo de figura con paisaje simbolista y reproducimos a continuación.
550
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Joaquín Mir exponía cuatro paisajes: El pueblo, el Pajar, Crepúsculo y nota de Color.
El paisajista de Lleida marcha a Barcelona a los quince años a ampliar sus estudios en La
LLotja, estudiando posteriormente en Múnich y a su regreso, con una pensión de la Diputación
de Lérida, se instala en Italia (Frascati y luego Roma). Asiduo de las nacionales de Bellas Artes,
donde obtuvo distintos galardones, era hermano del conocido editor Gustavo Gili. Francés
recalca su distinción colorista y la veracidad de la impresión que ofrecen sus cuadros, de hecho
su obra se deslizará hacia un luminismo amable y ecléctico 342 compaginado con una base
academicista en sus paisajes de Vinaixa, Calella de Palafrugell o San Cugat del Vallés. También
fue pintor de figuras y escenas de cierto refinamiento decadente. La Esfera le dedica, de la
pluma de Silvio Lago, un reportaje en Enero de 1917.
342 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino. 1979.
551
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Interesante referencia realiza Francés cuando cita a l noucentista catalán Torné Esquius
(1879-1936)343 quien presenta cien obras en las Galerías Dalmau. Una figura que residía en
Francia desde 1905 y de una gran discreción, de modo que ha pasado frecuentemente olvidado
como paisajista. Su estilo, de extraordinaria simplicidad, deriva más hacia el dibujo que a la
pintura, que aplica ésta siempre en colores planos.
343 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino. 1979.
552
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sus temas son jardines silenciosos (pero no decadentes), pequeñas casas ordenadas,
patios… temas muy urbanos y equilibrados, intimistas.
Pinta una Cataluña educada, civilizada y suave, propia de los ideales de orden y mesura
noucentistas.
Por cierto Francés que se muestra encantado por ésta exposición, no tarda en lanzar un
pequeño dardo contra la Galería Dalmau cuando dice ― las audacias y extravagancias de los
habituales expositores de la simpática Galería de Puertaferrisa‖ contraponiendo la citada
exposición, todo equilibrio, de Torné-Esquius.
Torné Esquius. Ilustración para su libro “Los dulces lugares de Cataluña” (1916)
553
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A Propósito de ésta obra, reproducida tanto en El Año Artístico de 1916, así como en La
Esfera de Enero de 1917, hemos localizado otra obra muy semejante, ésta pintada por el
345.
Bilbaíno Aurelio Arteta (1879-1940) entre 1917 y 1919 Sorprende en ambas la misma
perspectiva, en alto, así como los mismos edificios, más dinámica la de Robledano en cuanto a
gentío. Tomada desde un ángulo más próximo, La de Arteta contrapone el carro de tiro, con el
344 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
345 A.A.V.V. Garaje, Imágenes del automóvil en la pintura española del siglo XX. Madrid. Fundación Eduardo
Barreiros.2000.
554
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Robledano. Glorieta de cuatro Caminos. Aurelio Arteta. Plaza de Cuatro Caminos
La Esfera. Enero 1917 1916-1919
MEMORANDA
Las adquisiciones denotan el talante elitista de éstas exposiciones. La del Retiro, acusada
de aliadófila, fue organizada a beneficio de los heridos y enfermos belgas. ―Muchos de los
expositores han fallecido o están en cautiverio‖. Dice Francés.
555
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
556
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
557
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
558
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
559
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―A LOS SEÑORES:
Amigos míos: Fuisteis los iniciadores de una fiesta para mí inolvidable. Vuestro cariño
hacia mí logró que el día 14 de Mayo de 1917 se reuniera en torno nuestro un número de
gloriosos artistas y escritores. El pretexto fué celebrar la publicación de El Año Artístico.
Os debo la enorme alegría, un poco infantil, un poco ingenua, de haberme creído por
tinos instantes persona casi célebre.
¡Qué importa el retorno a los días monótonos, vulgares, más sombríos aún por el
contraste de esta luz maravillosa que de vosotros me llega, para que el reflejo pueda parecer
que tiene propia luminosidad! ¡Qué importan esos días implacables, acechándome como
carceleros al otro lado de aquella tarde feliz!
Pasarán muchos años. La vida, que es una mala hembra, quizás se interponga entre
alguno de vosotros y yo; pero siempre recordaré que tuvisteis la generosidad de rendirme un
triunfo todavía muy lejano, tan lejano que tal vez no llegue nunca...
560
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Organizada por los señores Coll y Salieti, propietarios de la serie de álbumes Ediciones
Victoria, que tan excelente servicio de vulgarización están prestando a nuestros artistas, se
celebró en Barcelona una Exposición de obras de Fernando Álvarez de Sotomayor y de
Francisco Llorens.Estos pintores figuran a la vanguardia del arte español actual‖
A Llorens, nuestro crítico lo considera representante del paisaje de Galicia así como el
costumbrista Fernando Álvarez de Sotomayor es para él quien mejor plasma la psicología de
los tipos y costumbres de los gallegos. La pintura de ambos, consigue dar la literatura de
Pardo Bazán y de Valle Inclán, la imagen, el gesto, el horizonte de los personajes y ambientes,
las emociones de sus protagonistas en el entorno de ambos escritores.
Destacamos el aprecio que tiene Francés por la labor realizada por Francisco Llorens en
el Círculo de Bellas Artes y su labor esencial en organización de la exposición de Anglada
Camarasa.
El color es atemperado, del norte de España, sin renunciar a una paleta colorista de
amplia gama tonal y depurada técnica pictórica. Si bien considero a Llorens un luminista no
estaría completo el calificativo sin hacer notar su luminismo atemperado por una percepción
más norteña del paisaje sus contrastes lumínicos y su atmósfera, que en nuestro levantino
Joaquín Sorolla.
561
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las premisas de la pintura de Francisco Llorens son, el fuerte contraste de luz y sombra,
la composición muy cuidada, equilibrando las mazas y matizándolas con colores que comunican
serenidad. Consigue la sensación espacial, siguiendo al dibujo, por medio de distanciaciones
lumínicas de perfecta calibración tonal.346
346 LUNA, Juan J. Francisco LLorens y su tiempo. La Coruña. Fundación Barrié dela Maza, 1988.
562
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
563
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
564
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
565
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
566
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Salón del Ateneo se celebró una Exposición de cuadros, dibujos y aguas fuertes
de Milada Sindlerova.
Francés califica su pintura de ―ingenua y sobria‖. Estamos ante una pintora influenciada
por el impresionismo francés, "harto disculpable‖ opina Francés con cierto paternalismo. Milada
Silderova es una pintora moderna en su estilo y en sus temas. No abundan en España en la
pintura de principios del s. XX pintores urbanos industriales como ella, aquellos que, con base
realista o constructivista nos obligan a mirar las nuevas formas de vida derivadas de la
industrialización y no tanto los monumentos históricos o los llamados ―rincones pintorescos‖ y
en éste sentido la pintora centroeuropea, Silderova nos recuerda a Guezala,; estos dos artistas
dan un paso adelante, hacia un arte dotado del realismo esencialista de Zuloaga, pero en su
vertiente urbana. En paralelo a la Fábrica de Horta de Picasso y de la figuración geométrica de
Vázquez Díaz.
347 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1915. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1915.
567
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
568
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―En la plaza de Santa Ana, número 15, en un local que hacía poco estaba cubierto de
escombros, se levantó el esfuerzo generoso de unos cuantos artistas, pensando en los
voluntarios españoles que luchan en el frente francés‖-escribe Francés-.
―Se convoca a los aliados de Madrid de la liga anti germanófila a una reunión hoy
jueves a las siete de la tarde está reunión se efectuará en el número ocho de la calle del Prado
(…).‖
Entre los asistentes que entregaron sus obras, una representación del llamado‖ Arte
Nuevo‖ de primeros de siglo en España en las figuras de Aurelio Arteta Joaquín Sunyer Celso
Lagar, Vázquez Díaz, de Cristóbal Ruíz y otros.
569
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LA EXPOSICIÓN BARRAU
570
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Laureano Barrau, nacido en 1863, el mismo año que Sorolla, mira los tipos y paisajes de
Ibiza de forma luminista, recreando la luz cegadora de la isla mediterránea. Estos cuarenta
lienzos de la Sala Vilches de Madrid expuestos, indican que en 1917, el pintor de 53 años está
en plena vigencia, aunque Francés alaba su capacidad de observación y resolución, su obra ya
le parece ―un prurito de pintar el sol por el sol‖.
MEMORANDA
348 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
571
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En uno de los patios del Ministerio de Estado se expusieron los envíos de los artistas
españoles pensionados en Roma.
El cuadro al que hace referencia Francés representa un paisaje de los Abruzzos italianos
y es su envío de tercer año de pensionado. Se encuentra reproducido en el catálogo oficial de la
Exposición Nacional de Bellas Artes en 1917 a la que concurrió con esta obra, que reproducimos
del catálogo oficial de dicha exposición 349. Rafael Argelés, el otro pensionado, desarrolla su obra
dentro del género costumbrista, un tanto dulzón.
Tomás Murillo. Paisaje de los Abruzos (Italia) Exposición Nacional Bellas Artes 1917
349 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1917. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1917.
572
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Academia Española de Bellas Artes en Roma, fue fundada en 1873 con el objetivo
iniciático de un viaje de formación artística dentro del llamado espíritu ilustrado, más tarde
romántico, que tiene sus orígenes en el concepto de Gran Tour a Italia y alcanza, en España,
su mayor prestigio en las primeras décadas del siglo XIX. 350 Goya había viajado a Italia en
1771.
Desde finales del siglo XVII Roma compartía con París la capital del arte occidental y
este viaje a Roma tenía como soporte teórico el prestigio de un pasado y el culto hacia el
clasicismo
Sin embargo será el pintor neoclásico Jacques-Louis David (1748-1825) quien fijará la
capitalidad artística en París para la cultura occidental decimonónica que perdurará hasta la
Segunda Guerra Mundial.
La comunidad artística española en Roma estaba prestigiada por pintores como Mariano
Fortuny y Eduardo Rosales, quien fue el primer director de la Escuela de Bellas Artes de Roma.
Otros nombres ilustres decimonónicos que ejercieron la dirección de la Academia fueron
Casado del Alisal, Vicente Palmaroli, José Villegas, Alejo Vera, Francisco Padilla, Emilio Sala o
Salvador Viniegra. Hubo otros pintores con estrecha relación con la Academia, como Ignacio
Pinazo, Reyna Manescau, Serra Auqué, y Joaquín Sorolla. Todos ellos permitieron que los
artistas españoles fueran durante el periodo comprendido entre 1865 y finales del siglo muy
reconocidos en los salones más exclusivos de la capital del Tiber.
Las pensiones de mérito se concedían por valoración de los premios concedidos a los
artistas y las de número eran por oposición. En el reglamento de 1894 se suprimieron las
pensiones de mérito. A partir de 1877 las pensiones se concedían para cuatro años, con la
obligatoriedad de residir en Roma uno o dos años pudiendo viajar por Europa a los dos años
restantes con la obligatoriedad de residir seis meses en París y para los pintores de paisaje,
además, otros seis meses en Holanda.
350 MONTIJANO GARCIA, Juan. La Academia de España en Roma. Madrid. Ediciones Polifemo. 1998.
573
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La dirección de la Academia en los primeros años del siglo XX recayó en José Villegas
con una corta dirección de Mariano Benlliure que sólo ocupó el cargo un año. En 1904 lo
sustituye su hermano José Benlliure, director hasta 1912. La historia de estos años en la
academia está marcada por la fuerte personalidad de los pensionados sobre todo artística; son
las promociones brillantes de Chicharro, Benedito, Sotomayor, Zaragoza, Labrada, Ortiz
Echagüe, y Salvador Tuset.
Fueron tiempos difíciles los de Eduardo Chicharro, sobre todo en lo económico por la
carestía de la vida marcada por la Primera Guerra Mundial, la inflación de precios y la
imposibilidad de viajar. Una consecuencia del conflicto bélico fue que de 1915 a 1920 no se
convocaron concursos para cubrir las plazas de pensionado que habían quedado vacantes. El
reglamento nuevo de 1913 marcaba la autoridad de la dirección frente a los pensionados
quienes deberían ser solteros.
Miguel Blay fue nombrado director en 1925, sustituyendo a Chicharro, tomado posesión
del cargo en febrero de 1926. Como anécdota, diremos que la primera mujer pensionada fue
en la categoría de música en 1926, se trataba de María de Pablos Cerezo. 351
LA AUDAZ AVENTURA
351 MONTIJANO GARCIA, Juan. La Academia de España en Roma. Madrid. Ediciones Polifemo. 1998.
574
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―El español de los siglos XIX y XX es sedentario y hogareño. No imantan sus pupilas los
horizontes, ni le inquieta la sed de aventuras como a sus ascendientes trotamundos en la vida y
en los libros del siglo XVII.
Dicho esto Francés consigue el contrapunto con el relato de la aventura de dos pintores
de acuarela paisajistas catalanes Eduardo Aracil y José Drudis Biada quienes con un espíritu de
aventura fraterna se adentran por las provincias de España con sus cartones donde van
pintando los paisajes que encuentran a su camino y les llaman la atención, son acuarelas
pequeñas expresivas que guardan para ellos y se pagan sus gastos vendiendo los retratos que
hacen a las gentes de los pueblos. Es un buen ejemplo del plenarismo en el paisaje llevado a su
extremo de espontaneidad y frescura que nota de originalidad la obra de esos dos jóvenes ex
alumnos de la escuela de bellas artes de Barcelona.
Desde el punto de vista de evolución hacia ―lo nuevo‖, estamos ante dos jóvenes
pintores dibujístico, pegados al realismo académico, lejos de la intuición y magisterio de los
cartones de Cecilio Plá, Sorolla o Pinazo.
De ambos será José Drudis Biada quien alcance una carrera más dilatada y reconocida
como pintor.
José Drudis Biada ( nacido en 1889) nacido en Barcelona celebró la primera individual
en Galerías Layetanas de Barcelona en marzo de 1922 volviendo exponer en El Camarín en
mayo de 1923 y en la Sala Parés de noviembre del mismo año de 1923. Será José Francés
quien glose en un artículo la figura de Drudis Biada, en El Año Artístico 1918, como tendremos
ocasión de comprobar.
575
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Artículo sobre Eduardo Aracil y José Drudis Biada de José Francés en La Esfera. Mayo 1917
576
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Allí conoce a Juan Gris, Gargallo, Julio González y Picasso, su pintura en París recibió el
influjo del cubismo que va abandonando hacía una especie de expresionismo llegando hasta la
abstracción incluso sufrió la influencia del surrealismo hacia la década de los 30.
Ismael González de la Serna es un pintor vanguardista considerado así por todos los
críticos de arte. Posiblemente no se ha realizado un estudio de sus comienzos como pintor,
pensemos que en 1917 cuando Francés escribe la crítica de su exposición tiene 20 años. La
tendencia lánguida y fría de gama suaves de su pintura en 1917 ayudará Francés para realizar
un alarde de sus conocimientos musicales enumerando los principales compositores vigentes en
este año llegando a Debussy.
No es el lugar para hacer una recensión de la obra de Ismael González de la Serna prolija
y compleja y más en un momento de su evolución en la que permanece apegado a cánones
que en 1917 están vigentes, pero que cambiará radicalmente en su evolución estética. Como
recalca Francés:
―(…) No menos interesantes son los paisajes de Ismael González de la Serna, a quien
ya conocía por varias reproducciones de cuadros suyos en la revista Granada. Esa precisa e
indispensable identificación de la sensibilidad con la naturaleza que hace a los verdaderos
paisajistas, la posee con creces el joven pintor granadino. Todos sus lienzos están ungidos de
alma‖.
Quisiera hacer notar que en la página 59 del año artístico de 1917 hay una errata al
confundir el apellido de Ismael González de la Serna con Ismael González de la Peña al pie de
una de sus cuadros expuestos en el Ateneo madrileño.
352 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
353 CALVO SERRALLER Francisco. (Dirección). Enciclopedia del Arte Español Siglo XX. Madrid. Mondadori. 1991.
577
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Paisaje Granadino. Cuadro de Ismael González de la Peña (sic).El Año Artístico 1917
En las amplias salas de la Galería General de Arte, donde estuvo instalado el Salón de
Humoristas, se inauguró la primera de las Exposiciones de artistas jóvenes y en las que se
proponía el Sr. Ferreres, director de dicha Galería, admitir todas las tendencias por audaces y
ultramodernas que sean. Laudable es el propósito y no hemos de escatimarle los elogios,
porque realmente se notaba ya en Madrid la falta de un local como los varios de París, Múnich,
Londres y Barcelona, donde puedan exponer junto a los artistas "normales" los arbitrarios y
rebeldes contra toda tradición y todo espíritu de gregarismo académico. (escribe Francés)
578
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De Antonio Jiménez, tenemos pocas noticias, éste pintor discípulo de Chicharro y López
Mezquita, sabemos que amplió estudios en París hacia 1930 mediante una bolsa de viaje354
MEMORANDA
Albert Rafols Culleres (1892-1986) hace su primera exposición individual de la serie que
realizó entre 1917 y 1936 lo podemos considerar un retratista y pintor de costumbres y como
paisajista, no aporta nada a resaltar.
José Rico Cejudo (1864-1939) fue un pintor costumbrista y está fue la primera y la única
exposición que realizó en Barcelona durante el período (1917 y 1936)
354 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España .
Madrid. J.R. García Rama.1980.
579
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La exposición de la que nos habla Francés fue la primera que realizó individual en
Barcelona a la que siguieron otras diez, entre 1917 y 1936. En esta exposición contaba
Durancamps 26 años y presentaba cuadros de Mallorca Galicia y Aranjuez que el autor
denominaba ―Vibraciones‖. Eran auténticas notas de color, todavía muy influenciadas por un
primer impresionismo y por Mir. Con el tiempo Durancamps depuró su pintura y fue fiel a una
manera de pintar que no modificó creyendo siempre en los valores de la pintura figurativa y
criticando la pintura abstracta como una forma de huida cómoda de las dificultades y los
problemas de la verdadera pintura356
355 CALVO SERRALLER Francisco. (Dirección). Enciclopedia del Arte Español Siglo XX. Madrid. Mondadori. 1991.
356 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
580
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Salvador Florensa expuso por vez primera en las galerías Layetanas del uno al 14
diciembre 1915, exposición que ya fue comentada por Francés fue la única exposición individual
del pintor hasta 1936 en Barcelona. El salto a Madrid lo dió con esta exposición celebrada en el
Hotel Palace y auspiciada por el Círculo de Bellas Artes y que Francés alaba, contraponiéndola
los criterios anteriores en los que se exhibían pinturas inadmisibles. Para Francés Florensa y su
obra representa la alegría de vivir la exuberancia colorista y exaltación cromática, epicúrea,
plasmada en sus paisajes cuyo protagonista es el sol.
Francés, a continuación escribe una crónica sobre los preparativos para la Exposición
Nacional de Bellas Artes de 1917, que aprovechamos para sintetizar lo que representaron
dichas exposiciones entre 1915 y 1926:
581
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fueron seis Exposiciones Nacionales, las de 1915, 1917, 1920, 1922,1924 y 1926. La de
1917, se inauguró en los Palacios de Exposiciones de El Retiro el 28 de Mayo. Todos los
prolegómenos de ésta exposición están recogidos por Francés en su Año Artístico de Marzo de
1917.357
Para la organización de esta Exposición de Bellas Artes de 1917, se forman dos juntas: la
Junta Superior donde encontramos a los pintores paisajistas consagrados Antonio Muñoz
Degrain y Joaquín Sorolla y La Junta Ejecutiva. Un Comité organizador y un Comité Consultivo
diferente, encargado de adquirir las obras. La Medalla de Honor se declaró desierta. 358
Se aprobó casi íntegro el proyecto del Sr. Sorolla y se puso una vez más de manifiesto la
hostilidad de los artistas a que los críticos intervengan directamente en las Exposiciones
Nacionales.
El elenco de pintores asistentes a la reunión del Círculo de Bellas Artes del 3 de Marzo de
1917 para aprobar el nuevo reglamento, ofrece cumplida idea de quién es quién en el mundo
oficial de la pintura de 1917:
Antonio Muñoz Degrain (Académico); Luis Menéndez Pidal (Académico); José Garnelo
(Académico); Marceliano Santa María (Académico); Joaquín Sorolla (Académico); Álvaro Alcalá
Galiano (Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores); Carlos Vázquez (Presidente del
Círculo Artístico de Barcelona); Manuel Benedito (Presidente de la Sección de Pintura del Círculo
de Bellas Artes); José Pinazo (Secretario del Círculo de Bellas Artes); José María López
Mezquita; Julio Romero de Torres; Fernando A. Sotomayor; José Zaragoza; Anselmo Miguel
Nieto; Valentín de Zubiaurre y M. Hernández Nájera
582
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De todo esto nació el Reglamento del día 15 marzo de 1917, que derogó el anterior de
22 enero 1915. En virtud este reglamento se crea una Junta Superior formada por los artistas
premiados con medallas de honor en exposiciones convocadas por el Estado y una Junta
Ejecutiva compuesta de 34 miembros encargada de organizar la exposición, presidida por el
director general de Bellas Artes D. Virgilio Anguita.
En esta Junta Ejecutiva, figura la flor y nata de la pintura vigente en el año 1917, como
Zuloaga, y entre ellos los paisajistas Hermen Anglada Camarasa y Joaquín Mir.
No acabó aquí la cuestión pues el día 25 marzo hubo una reacción a la publicación del
Reglamento del día 15. En esta reunión Francés se pregunta si se está caminando hacia una
exposición de artistas independientes pues la protesta contra dicho reglamento se concreta con
el nombramiento de una comisión para fundar una exposición de artistas libres o
independientes en esta Comisión figura Mateo Inurria, Juan Espina y Ángel Ferrant quienes
invitan a los artistas a mandar su adhesión antes del 15 de abril.
MEMORANDA
Al parecer sus trabajos en esta primera exposición en Madrid no fueron bien acogidos ni
por la prensa ni por público madrileño que lo consideró un vanguardista del bando de los
futuristas359
359 GARCÍA GARCÍA. ISABEL. Orígenes de las Vanguardias Artísticas en Madrid 1909-1922. (Tesis Doctoral).
Universidad Complutense. Madrid 1998.
583
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es en 1917 cuando Torres-García inicia una campaña programática de promoción del arte
de vanguardia, pública una serie de textos en un ambiente de exposiciones identificadas con el
espíritu de vanguardia en Barcelona. El texto paradigmático fue Art-Evolución, publicado en la
revista ―Un Enemic del Poble‖ en noviembre de 1917, donde expone su visión.
Una de las características de las vanguardias fue que, junto con el cambio de los
planteamientos artísticos ejercen una crítica en sus ―Manifiestos‖ que en ocasiones traspasa lo
sarcástico para insertarse en lo cruel hacia lo que los vanguardistas consideran un arte,
―pretérito, periclitado y muerto‖.
―Un pintor de los que ya no pinta esa cosa horrible que se llama marinas ni pastito
verde, ni paisaje pintoresco de ruinas, ni canales de Venecia ni vistas de Mallorca o Suiza ni, en
fin, imita a Anglada ni a Romero de Torres sino que busca por su cuenta lo que emociona de la
realidad.‖
La conferencia de Torres-García citada por Francés tuvo lugar conjuntamente con una
serie de exposiciones que presentan al público su nueva etapa. En diciembre de este mismo
584
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
año realiza una gran exposición en tres galerías a la vez con un centenar de obras, una de esas
Galerías será Dalmau expondrá conjuntamente con Rafael Barradas 360
La conferencia que Torres García pronuncia en las Galerías Layetanas a la que Francés
hace referencia, tuvo lugar el 22 febrero 1917 y es el texto teórico más importante con
relación a su participación en las vanguardias catalanas; en ella el pintor analizado el
panorama artístico del momento, se identifica con un nuevo clasicismo actualizado.
El nuevo planteamiento de Torres García no puede entenderse sin la presencia del poeta
Joan Salvat Papasseit. Al parecer el poeta y el pintor se conocieron entre 1916 y 1917. Joan
Salvat-Papasseit empieza a trabajar en las galerías Layetanas en 1917. En marzo del mismo año
aparece la revista ―Un Enemic del Poble‖ impulsada por las citadas Galerías de Santiago Segura.
Por estas fechas Torres García conoce también a Rafael Barradas y a Celso Lagar quienes
contribuyen al grafismo de la publicación que dirigía Joan Salvat-Papasseit. Torres García y
Rafael Barradas convivieron en Barcelona desde el verano de 1917 hasta agosto de 1918
cuando Barradas se instala en Madrid siendo su primera actividad conjunta, la colaboración en
361
la revista ―Un Enemic del Poble‖.
Santiago Rusiñol fue obsequiado en el Chacolí de Archanda con un banquete del que El
Liberal se hacía eco criticando la comida y la excesiva rusticidad al ambiente. 362
585
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Luis Huidobro (1870 – 1936) fue un pintor autodidacta especializado en temas castizos
de Madrid concurrió a las exposiciones nacionales de Bellas Artes obteniendo una segunda
medalla en 1912. Huidobro pintor el Madrid castizo y anecdótico con un realismo sobrio y
tradicional dentro de un contenido academicismo que aúna, en palabras de José Francés lo
señorial con lo popular. Madrid tuvo su pintor con Luis Huidobro. Francés insiste en el concepto
de vigencia de la pintura y sus contenidos, como reflejo del momento histórico en que vive el
pintor:
―(…) porque si bien nos parece indispensable en arte la fecundidad imaginativa y nos
indigna la pobreza de fantasía, no hasta el punto de que un pintor haga aquí en Madrid con
madrileños modelos, escenas de Oriente, o viviendo en plena vigésima centuria pretenda caer
en aquellos absurdos abismos donde se precipitó la pintura que llamaban de historia.
Porque el deber de todo artista y de todo escritor es reflejar en sus obras la expresión
de cuanto en torno suyo se agita y vive. Y si limita su campo de acción, si concreta su visión,
mejor todavía. (…)‖
586
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
587
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Han querido con ello rendir un homenaje a la vieja madre patria, dándole las primicias
de un Arte todavía tan juvenil, tan inquietado por las modernas audacias y las rebeldías nuevas.
Este grupo de artistas han constituido una Asociación en París. Hasta ahora la
Asociación no es muy numerosa, pero compensan et pequeño número de asociados sus méritos
individuales y su entusiasmo colectivo. Los fundadores son: José A. Merediz, Alfredo Guttero,
José M. Gavazzo Buchardo, Guillermo Butler, pintores; Pablo Curatella, escultor y Numa
Rossotti, músico. (…)
Todos los artistas procedían de una larga estancia en París de modo que su obra era o al
menos fue considerada un reflejo del París de alguna manera evolucionada con tintes de
futurismo. Se consideró simplista demasiado colorista, incluso puntillista y por tanto no fue bien
recibida por la crítica madrileña donde no veía ningún rasgo del clasicismo de la pintura
española considerándola exótica y decorativa. Incluso Francés en su crítica afirma que padecen
de un modo ostensible la obsesión del arte francés contemporáneo.
363 GARCÍA GARCÍA. ISABEL. Orígenes de las Vanguardias Artísticas en Madrid 1909-1922. (Tesis Doctoral).
Universidad Complutense. Madrid 1998.
588
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Selecto y expresivo conjunto de obras fué el que se logró reunir en el Palacio de Bellas
Artes, como una demostración de la pujanza y primacía del arte francés desde mediados del
siglo XIX hasta nuestros días.
Fué solicitada esta Exposición por los artistas catalanes. Secundó, patrocinándole y
votando un crédito extraordinario, tan excelente ruego, el Ayuntamiento de Barcelona, y, por
último, Francia respondió al generoso y entusiasta llamamiento con fraternales generosidad y
entusiasmo.
Palacio de Bellas Artes de Barcelona, donde se celebró la Exposición de Arte Francés. El Año Artístico 1917
589
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Procesión al borde del mar .Cuadro de Luciano Simón. El Año Artístico 1917
590
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Solicitada por los artistas catalanes, el ayuntamiento de Barcelona, la hizo posible con
un crédito extraordinario. Los consejeros de la exposición a juicio de José Francés fueron muy
competentes ,en contraste con algunos errores de los señores del Comité Ejecutivo español
salvando al crítico Rodríguez Codolá y al alcalde de Barcelona marqués de Olérdola.
La exposición transmitió un valor muy importante hacia los espectadores que tuvieron la
suerte de asistir al Palacio de Bellas Artes de Barcelona; el valor fue el compendiar e una sola
exhibición, la vigencia de los estilos que marcaban la tendencia de la pintura en la sociedad
española avanzada de 1917 es decir, el impresionismo el fauvismo ,el puntillismo, los Nabis, la
construcción Cezanniana y todo ello, como ramas de un tronco clasicista que explicaban y en
cierta manera conducían hacia esta explosión de luz, de atmósfera y de color que el
impresionismo y el postimpresionismo aportó a la relación entre la línea y el color, en la visión
de la atmósfera encerrada en un instante temporal.
Esta sensación nueva es para los espectadores fue lo más importante de la aportación de
Exposición de Arte Francés de Barcelona.
En 1917 el cubismo se consolida como una tendencia que aboga por ser internacional y
que frente a esta geometrización se está abriendo paso, todavía débilmente la abstracción
geométrica de Kandinsky.
Ya no había que viajar a París para contemplar obras de Degas, Monet o Renoir.
Consigue esta exposición de arte francés acercar al público barcelonés las últimas tendencias
del impresionismo y postimpresionismo francés atravesando el período clásico del siglo XIX en
591
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
el que figuran artistas académicos y con medalla procedentes de las diversas asociaciones en
las que están organizados los artistas franceses. De hecho no estamos ante la presencia de la
pintura vanguardista si exceptuamos el cubismo de La Fresnaye, que como apunta Francés
"asoma tímidamente".
364
En el catálogo de la Exposición de Arte Francés figura una declaración de intenciones
sobre lo que se pretende con esta exposición:
Otros dos salones son, el Salón de Artistas Franceses y el Salón de la Sociedad Nacional
de Bellas Artes que engloban los academicismos hasta los pre-fauvismos, pasando por los
simbolistas y orientalistas .Abundan los pintores condecorados y académicos.
Por último, el llamado Salón de Otoño, donde se muestran los envíos de los artistas más
evolucionados en cuanto a las tendencias post-impresionistas; aquí está La Fresnaye y Henri
Matisse.
592
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Aquí Francés se atreve a realizar una comparación de este arte museístico con nuestra
pintura actual afirmando que si en la primera mitad del siglo XIX vencían los franceses a los
españoles a principios del siglo XX la preponderancia de la pintura española sobre la francesa es
indiscutible. "Aunque otra cosa imaginen los defensores de las extravagancias de la pintura
francesa de vanguardia y de última hora‖.
Lucien Simón con su ―Procesión al borde del mar‖ consigue para Francés una de las
obras las obras más admirables de toda la exposición aunque critica el cartel anunciador de la
exposición a obra también de Simón como una equivocación rotunda y que acusa el desdeñoso
desconocimiento de lo que nuestros modernos pintores son capaces de hacer en este género.
Califica de maestro puntillista a Henri Martin y reconoce el refinamiento de Maurice Denis,
que ha sabido aprovechar las iniciativas de Gauguin. Las composiciones decorativas de Denis
son consideradas por Francés como ―una de las más puras y mejor orientadas afirmaciones de
la pintura francesa‖.
Pintores como Maxence, Bonnat, Carolus Duran, Dinet, Roll, Boutet de Monvel, Rafaelli,
Laurens, Pinet "nos dejan la impresión de un arte pretérito e irretornable".
Como una delicada atención España abundan los cuadros de asunto tipos y paisajes
españoles en estos dos salones. Francés considera únicamente a un pintor de tema español
como remarcable, Gourdault.
―En el Salón de Otoño se ofrecen todas las tendencias postimpresionistas hay intimistas,
órficos, sincromistas, simbolistas, mimotivistas, sintetistas.‖
593
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés cita una frase de Maurice Denis atribuyéndosela a Gauguin: ―un cuadro es una
superficie plana cubierta de colores reunidos con cierto orden‖.
Francés apoya como esfuerzo interesante y respetable todo aquello que abogue por los
dos principios fundamentales de la pintura que son el color y la línea. Porque cree en las ansias
de liberación, de renovación en la historia de las bellas artes pero dentro de estos límites
eclécticos: trabajar y el color y la línea pero todo tiene un límite.‖ Hay extravíos y supercherías
que ni podemos ni debemos admitir (…) así pues el cubismo es algo absurdo y grotesco que
jamás podríamos discutir en serio".
594
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
595
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Dauchez. La Plage du Ris. Catálogo Oficial Exposición de Arte Francés. Barcelona. Abril 1917
Maurice Denis Plage. Catálogo Oficial Exposición de Arte Francés. Barcelona. Abril 1917
596
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Claude Monet. Gare St. Lazarre. Catálogo Oficial Exposición de Arte Francés. Barcelona. Abril 1917
597
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Edgar Manet. Les Régates. Catálogo Oficial Exposición de Arte Francés. Barcelona. Abril 1917
René Ménard. Nymphe au Soleil Couchant. Catálogo Oficial Exposición de Arte Francés.
Barcelona. Abril 1917
598
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Al lado de estos cuadros, que hablan de un arte ya reconocido y consagrado, están las
manifestaciones rebeldes y arbitrarias de Celso Lagar, Antonio Jiménez y Fúster, y Benito
Tegerina.
Concurrió, entre otros, el notable pintor Ignacio Zuloaga, que llegó procedente de
Éibar, y pronunció un discurso de elogio para la pintura de Rusiñol.
Zuloaga salió después del banquete con dirección a París, siendo portador de 34.000
pesetas, producto de un día de haber de los obreros eibarreses, con destino a los huérfanos
franceses.
1917 fue un buen año para Bilbao, la neutralidad española en la guerra mundial originó
cuantiosos beneficios a la economía vizcaína viviendo uno de sus mejores momentos debido a
esta entrada de capital que tuvo repercusión directa en el arte y la cultura del País Vasco. Una
consecuencia fue la revista Hermes que nace en enero de 1917 como publicación mensual que
representaba el afán de modernidad y de cultura aparejada a la riqueza material que
impregnaba la sociedad, donde había un activo mercado de arte.
599
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ignacio Zuloaga que asistía al banquete de Archanda en homenaje a Rusiñol parece que
salió posteriormente en dirección a París con 34,000 pesetas con destino a los huérfanos
franceses. Podemos colegir en esta reseña de Francés la aliadofilia reinante en los círculos
artísticos de la época y que tenía muy molesto al cónsul alemán en España
Uno de los críticos de arte más reconocidos en el período, fue Ricardo Gutiérrez Abascal
más conocido como Juan de la Encina. Casado con una hermana de Valentín y Ramón
Zubiaurre, está considerado como uno de los mejores críticos del momento con especial
dedicación a la crítica de la pintura que se hacía en el País Vasco.
Sobre Juan de la Encina afirma Enrique Lafuente Ferrari en su prólogo a la obra la Trama
del Arte Vasco: "formado en la escuela francesa y alemana, amigo de los escritores y
pensadores de la España contemporánea, de Ortega, Valle-Inclán, Azaña, Unamuno… había
forzosamente de sobresalir de la crítica de su tiempo, la de un Saint-Aubin o un Silvio Lago‖
366
(Pseudónimo de José Francés).
Ser miembro del mismo era obtener el espaldarazo internacional a toda una trayectoria,
como embajador del arte español en el mundo.
Con el título de Trozos publica el crítico de Arte José María Junoy una obra acerca de
las novísimas tendencias pictóricas.
José María Junoy (1877 -1955) fue un crítico catalán de arte clave en la primera
vanguardia catalana, desde posiciones cercanas a los Noucentistas.
365 DE LA ENCINA, Juan. La Trama del Arte Vasco. Madrid. Espasa-Calpe. 1981.
366 DE LA ENCINA, Juan. La Trama del Arte Vasco. Madrid. Espasa-Calpe. 1981.
600
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La revista Trozos (Troços en catalán) nació en 1916. Junoy , junto a Eugenio D‘Ors
fueron los representantes del Noucentismo como superación de los avances impresionistas y
simbolistas, al mismo tiempo que hicieron la crítica del cubismo en España siendo ambos
considerados los comentaristas mejor informados sobre estos dos movimientos.
367 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
601
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En esta crítica sobre el pintor italiano Fernando Mignoni da pié a nuestro crítico a
enunciar su deseo de asomarse a los más diferentes espectáculos imaginativos frente a la
tristeza de los sedentario.
Fernando Mignoni expone en el salón del Ateneo veintitrés paisajes de América y España,
pintor proteico igual trabaja sobre una tarde abrasada de sol que sobre un verdor lujuriante de
bosque americano. Pintor ecléctico abierto a las innovaciones, es difícil encontrar obra suya
actualmente. Traemos aquí dos ilustraciones de la Esfera sobre su trabajo paisajista, que nos
decantan hacia un cierto realismo esencialista de influencias desde Zuloaga.
602
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
603
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Turbonada. Cuadro de Andrés Larraga. El Año Tristeza otoñal. Cuadro de Nicolás Raurich. El Año
Artístico 1917 Artístico 1917
Inquietud. Cuadro de Tomás Viver Aymerich. El Bellas Vistas. Cuadro de Ricardo Verdugo Landi. El
Año Artístico 1917. Año Artístico 1917.
Jardín azul. Cuadro de Santiago Rusiñol. El Año El Castaño. Cuadro de Francisco Llorens. El Año
Artístico 1917 Artístico 1917.
604
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
605
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Vázquez Díaz está representado con obras que nos hablan de la guerra europea y acaso
lo más renovador viene de la mano de Cristóbal Ruiz. En la sección de pintura exponen gran
cantidad paisajistas, destacando dos de ellos que figuraban por vez primera como expositores:
Evaristo Valle y Rigoberto Soler.
Sigamos la crónica de José Francés. Inicia crítica reconociendo que la exposición de 1917
ha sido la peor de cuantas hemos visto desde hace algún tiempo y reconociendo que estas
exposiciones no suelen representar en España el arte contemporáneo y culpa de ello a las
medallas y a la constitución del jurado. En efecto el mercado artístico español tiene una
ausencia de compradores, insuficiente protección estatal y carece de una atención de la prensa
especializada. En los procedimientos de obtención de medallas, se deja presionar por intereses
creados en un ambiente de influencias políticas de devolver favores ‖muy propio de la
Restauración‖.
Las medallas actúan como moneda de intercambio de tal modo que "si tú me das la
medalla yo te doy la plaza" con ésta frase se refiere Francés al caso de que un juez del tribunal
de provisión de cátedra que es expositor a la vez, cambia su voto para proveer una plaza a un
aspirante por un voto de este aspirante que la ayude a obtener una medalla para su obra
presentada a la Exposición. La tupida red de intereses creados hace que el sistema de elección
salga viciado desde el inicio. No obstante Francés apela a la pléyade de maestros jóvenes que
constituyen el jurado actual.
368 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España.
Madrid. J.R. García Rama.1980.
369 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1917. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1917.
606
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés nada tiene que objetar a éste jurado le parece bueno así como el Comité
ejecutivo. Sin embargo el hecho de estar constituido sólo por pintores lo considera mejorable
debido a que podría haber una querencia hacia el premio de una peculiar tendencia de arte:
inevitable mientras sean solamente artistas los que intervengan en la organización de las
exposiciones. Al parecer, veladamente, se postula como representante del segmento de la
crítica de arte…
En general Francés percibe en esta Exposición Nacional que los trabajos enviados
adolecen de falta de inquietud, falta de luminosidad y exceso de obsesión españolista. Cuando
habla de falta de inquietud razona ésta en la resignación en vivir sobre la herencia del pasado a
costa no correr riesgos innovadores ni de procedimientos ni de audacias caminando por la
senda del academicismo y contrapone esta sensación de monotonía y de camino recto con las
audacias de la última exposición de artistas franceses de Barcelona. Pero Francés no va más
allá; en sus elucubraciones innovadoras echa en falta la luminosidad de una Anglada Camarasa
o la sensualidad de Beltrán Masses sus dos grandes epónimos de la época. Tilda como
obsoletos lo que él llama ―boquetes de Sorollismo‖.
Advierte que tal vez no sea lo que convenga a la vida moderna y supercivilizada de
nuestros días. Adolece ésta Exposición de los corrientes espectáculos naturales, de la
sensibilidad al encanto de la mujer y de la felicidad.
Francés todavía aborrece más esta pintura negra que la pintura del futurismo y del
cubismo puesto que como dice al menos estas dos tendencias exaltan el color.
607
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Santiago Rusiñol vuelve a exponer y por vez primera vemos una velada crítica de
Francés hacia su obra como si le cansara la permanente simetría y melancolía de sus cuadros
"los hemos visto demasiadas veces" y le solicita Rusiñol visiones nuevas nuevos asuntos,
lugares desconocidos interpretaciones de momentos diferentes…
Francisco Llorens pintor gallego a quien admira Francés como uno de los esclarecidos
paisajistas españoles a quien se le ha escamoteado la medalla en la nacional de 1917. Presenta
Llorens dos obras: Costas Gallegas y El Castaño; esta última hubiera merecido la primera
medalla y significa la fijación de su personalidad en el color y la composición.370
Tomás Viver Aimerich (1876-1951) el catalán expone, a juicio de Francés, dos admirables
paisajes. Rotundidad y nostalgia en su percepción del paisaje de Cataluña. El pintor de Tarrasa,
370 LUNA, Juan J. Francisco LLorens y su tiempo. La Coruña. Fundación Barrié dela Maza, 1988.
608
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
como su hermano Pedro se dedicó plenamente al paisaje. Conocía el ambiente Parísino, aunque
sus paisajes no salen de la geografía de Cataluña. Ya en 1907 y 1915 ganó en la Nacional una
tercera medalla, ecléctico está a medio camino entre el lirismo de Vancells y la nota agreste y
de fuerte cromatismo de su hermano Pedro.
José Robledano, el joven paisajista de notas frías y dulces. Nicolás Raurich quien
presenta ésta vez por un paisaje poco representativo de su arte de fuertes cromatismos
espatulados.
Eduardo Martínez Vázquez con una enorme lienzo llamado La Majada, que Francés tilda
de teatral e impersonal. Tomás Murillo Ramos de quien tuvimos ocasión de hablar
anteriormente expone un cuadro seco y duro desprovisto de espontaneidad el paisaje de los
Abruzzos... como pensionado en Italia. Destaca a Andrés Larraga o su cuadro Turbonada y las
obras de García Lesmes e Imeldo Corral, Cecilio Pla, Octavio Pinto, Gómez Alarcón, el
mallorquín Fuster, Floresta, Enrique Vera y Penzol.
Francés sigue haciendo la crítica del retrato los cuadros de costumbres y en este
apartado es donde se detiene en Cristóbal Ruiz (1881-1962) el pintor nacido en Villarcarrillo
(Jaén) expone una obra original por su sencillez y su lirismo llamada La Cancha. De
dimensiones considerables 2.45 × 3.17 m. Se le concedió una medalla por este trabajo en la
Nacional de 1917 y nos cuenta Francés que ―la gente se indignó desde el primer momento
contra éste cuadro‖.
Francés lo saluda como la aparición del artista personalísimo a quien le esperan muchos
triunfos tilda su pintura de simple, armoniosa y cándida. Alegría y serenidad en medio de las
"nauseabundas monocromías", La Cancha es una obra luminosa clara sana y bien pintada en
opinión de Francés "que indignó a los filisteos‖. Para nuestro crítico se trata de uno de los 4 ó 5
lienzos excepcionales de este certamen rompiendo la parda y sombría totalidad de toda la
exposición. Sin estridencias cromáticas sin falsos rigores lineales de delicada atmósfera de
masas esenciales y simples, de armonía musical.
Cristóbal Ruiz fue ante todo, un retratista de hombres mujeres y niños, que cultivó
también el paisaje.
Federico de Onís, decía de él que todo lo que pintó era dulce y apacible371. Nuestro
pintor asumió en parte de la herencia post impresionista sin llegar a decantarse por la
vanguardia pero sintiendo que era necesario ir más allá y buscar caminos pictóricos de vigencia.
Estos caminos fueron también concebidos como solución a un arte si no original español si con
esencias muy de la tierra intentando compaginar la herencia realista de la pintura española,
371 GAYA NUÑO, Juan Antonio. La pintura y la lírica de Cristóbal Ruiz. San Juan de Puerto Rico. Ediciones Juan Ponce
de Leon.1963
609
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pintores como Juan Bonafé, Pancho Cossío, Ramón Gaya y Emilio Varela practican, en
distintos momentos, ésta tendencia.
Guido Caprotti (1887-1966) el pintor nacido en Monza Italia llegó a Ávila de casualidad
convirtiéndose en su más entusiasta pintor . Realiza su formación artística en Milán en la
academia de Brera372 uno de los centros de ciencia más prestigiosos de Italia; en 1908 es
profesor de dibujo , celebra su primera exposición individual con 50 obras que se venden en su
totalidad . Comienza entonces sus viajes por el extranjero buscando su estilo en París donde
conocer las tendencias impresionistas y pintando sus primeros cuadros de paisaje.
Viaja por Inglaterra Bélgica Alemania expone en Berlín y pronto empieza a ser conocido
fuera de Italia. Pero es la primera Guerra Mundial la causante de su venida a España,
alrededor de julio de 1915 donde empieza a recorrer las ciudades de Toledo, Segovia , Burgos,
Murcia, Elche y Ávila donde llega en el invierno de 1916. Queda fuertemente impresionado por
el Ávila nevada que se encontró a su llegada . Acogido con simpatía y hospitalidad por el
alcalde, le autoriza a trabajar en el viejo edificio del Alcázar, ya desaparecido. Era un antiguo
palacio adosado las murallas cuyas dependencias habían ocupado antes Sorolla, Zuloaga y
Eduardo Chicharro. Allí es donde pinta su primer gran cuadro de tema abulense titulado‖ Los
ojos de la noche‖ que representa a un grupo de serenos saliendo por un marco de la muralla
nevado y anocheciendo. Éste cuadro es al que se refiere Francés en su crónica . Parece ser que
fue motivo de polémica por su audaz al tratamiento lumínico y cromático, dando lugar a críticas
adversas frente a otras muy favorables. Más tarde Francés volverá sobre Guido Caprotti. Es en
ésta exposición Nacional de 1917 donde Guidi Caprotti y Cristóbal Ruiz se dan a conocer para
la crítica y el público, y es José Francés quien en cierta manera descubre lo ―nuevo‖ en su
manera de hacer pintura y lo enaltece dedicando a ambos, sendos artículos monográficos,
insertos en la extensa crónica dedicada a ésta Exposición Nacional de 1917.
En la crónica titulada ―La tendencia lamentable ―José Francés pasa revisión a lo que hay
oscuro tanto de paleta como de intención en esta Exposición Nacional. Habla de Zuloaga y su
pesimismo, salvando su obra diciendo que dentro del pesimismo austero está la conciencia
crítica para cimentar edificaciones futuras. Sin embargo sin nombrarlos, habla de los autores
―del pesimismo negativo la tristeza infecunda y la consunción agotadora‖ frente a la morbosa
372 BRASAS EGIDO José Carlos .C. Guido Caprotti un pintor italiano en Avila.Valladolid. Gráficas Martin SL, 2000.
610
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
elección de asuntos desagradables se une el uso de una paleta de betunes, ocres y negros .
Aquí Francés rompe la lanza a favor del color en los futuristas y los cubistas afirmando que a
pesar de su ―iconoclasticismo‖ que ataca todos los principios estéticos han conservado el color.
En una declaración programática Francés afirma que en un momento crítico para el arte
nacional no se puede permanecer insensible entre las dos Españas la una, la caduca,
adormecida fanatizada y la otra joven entusiasta confiada y lanzada a las rutas de la libertad.
Entre los paisajistas que fueron medallas encontramos en medalla de primera clase a
Joaquín Mir, de segunda clase a Nicanor Piñole, y de tercera clase a Rigoberto Soler.
Destacamos la medalla de tercera clase concedida a Cristóbal Ruiz. Los cuadros premiados con
medalla de primera clase fueron adquiridos para el museo de arte moderno de Madrid pagando
el Estado por cada obra unas 7000 pesetas. Los pintores con obras premiadas con segundas y
terceras medallas recibieron bolsas de viaje de 5000 y 3000 pesetas respectivamente quedando
los cuadros en propiedad de sus autores
La Exposición Nacional de Bellas Artes se clausuró el día 1 de Julio, el mismo día que la
Exposición de Arte Francés de Barcelona.
611
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Santiago Rusiñol. El Surtidor Blanco. Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes 1917.
Nicolás Raurich. Tristeza Otoñal. Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes 1917.
612
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Espina Capo. Paisaje. Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes 1917
613
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joaquín Mir. Ermita Roja. Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes 1917
614
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
J.J. Gárate .Canal Veneciano. Exposición Nacional de Bellas Artes 1917.La Esfera. Junio 1917
615
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ricardo Verdugo Landi. Bellas Vistas. Exposición Nacional de Bellas Artes 1917.La Esfera. Junio 1917
Joaquín Ibaseta. Huerto Granadino. Exposición Nacional de Bellas Artes. La Esfera Julio 1917
616
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Santiago Rusiñol. Jardin Azul Exposición Nacional de Bellas Artes 1917.La Esfera. Julio 1917
Francisco LLorens. Exposición Nacional de Bellas Artes 1917.La Esfera. Julio 1917
617
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joaquín Mir. Aguas de Moguda. Medalla Primera Clase .Exposición Nacional 1917.
MEMORANDA
En el café de Pombo (Madrid) se celebra un banquete en honor del pintor español Pablo
Picasso, que ha venido a España para asistir al estreno de su obra cubista Parade, por la
Compañía de los Bailes Rusos.
La obra de Ballet, de un solo acto, Parade, fue representada por vez primera en el teatro
de Châtelet de París el 18 de Mayo de 1917.
Del 23 al 30 de junio de 1917, los ballets Rusos bailan en Madrid, con Nijinsky como
estrella. Los reyes de España asisten regularmente a las representaciones. Del 23 al 30 de
Junio, la compañía está en Barcelona y el 4 de Julio la Compañía parte desde Cádiz, a
Montevideo.373
La Esfera, en Junio de 1917 recoge la noticia y la amplía con un artículo a doble página
de Antonio G. de Linares, que reproducimos.
373 A.A.V.V. La danza de los colores. En torno a Nijinsky y la abstracción. Madrid. Fundación Mapfre,2009
618
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Tratado como un espectáculo cubista, de la mano de las danzas rusas del empresario
Serge Diaghilev, con argumento de Jean Cocteau, coreografía de Leónide Masside, música de
Eric Satie y ―pintado y vestido por nuestro ilustre compatriota Picasso‖.
Picasso, en su estancia en Junio de 1917 en Barcelona, pinta el paisaje ―El Balcón‖ que,
sin perder la figuración, yuxtapone los planos a la manera simultaneísta de la Tour Eiffel de
Delaunay.
619
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No estaba Barcelona al abrigo de éstos actos, que denotan una mentalidad ajena al
espíritu del arte y los valores que lo conforman.
620
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
621
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El coro Cantigas da terra, agrupado en torno de la Condesa de Pardo Bazán el día de la inauguración de
la Exposición de Arte Gallego en la Coruña
622
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Exposición de Arte Gallego fue organizada por los pintores Álvarez Sotomayor,
Francisco Llorens y Seijo Rubio. Tuvo lugar en agosto de 1917 en el palacio municipal de La
Coruña.
José Seijo Rubio (1881-1970) nacido en Madrid y fallecido en La Coruña estudió bellas
artes de San Fernando y fue profesor de dibujo y caligrafía por oposición destinado a La
Coruña. Seijo fue un pintor paisajista y costumbrista de raíces clásicas; para Francés es uno de
los pintores que sugieren las emociones del paisaje gallego.
374 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
623
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
referencia a la Trinidad Gloriosa de literatos gallegos ,glosa las tres mujeres que para el
representan la gloria de las letras gallegas: Concepción Arenal ,Rosalía de Castro y Emilia Pardo
Bazán de quien reconoce en su discurso que toma el seudónimo del protagonista de su novela
la Quimera llamado Silvio Lago. Seudónimo con el que firmará no pocos artículos en la revista la
Esfera. Una vez sentadas las raíces literarias habla de los maestros influenciadores de la
pintura gallega actual que para él comienza con Joaquín Sorolla precursor asimismo de toda la
pintura moderna española y del cual beben en sus fuentes Álvarez de Sotomayor, Francisco
Llorens y
Jesús Corredoira (1889-1939) éste pintor nacido en Lugo estudió en Madrid siendo
discípulo de Sorolla y Cecilio Pla, regresando a Galicia, celebra numerosas exposiciones en
España Argentina Uruguay y Chile Nueva York, lo consideramos pintor de retratos de
costumbres.
Una vez más queda patente en Francés su reconocimiento como epónimos del arte de
primeros de siglo XX a Joaquín Sorolla el precursor de la moderna pintura de paisaje española
y, aunque ya no está vigente, ha empujado a los artistas hacia la vida real y cotidiana, los
temas anecdóticos, el movimiento captado en el instante y la luz. Pero había de ser Anglada-
Camarasa quien armonizara el paisaje de Sorolla y lo actualizara.
624
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El tercer epónimo del arte del paisaje unido a la tipología costumbrista, sería Zuloaga
quien libera la pintura española de la popularidad naturalista , del preciosismo y del realismo
lacrimógeno en que se convirtió la pintura española del de finales del siglo XIX y primeros del
siglo XX huyendo de la pintura de historia. Por tanto lo nuevo para el Francés crítico que se
expresa en este discurso en La Coruña en el verano de 1917, pasa por Anglada Camarasa y
Zuloaga. Con este aserto, Francés se acerca a la hipótesis que sostenemos. Una vez más,
resalta en sus crónicas la Generación dominante de 1894-1908 (Zuloaga, Anglada, Mir,
Benedito, Sotomayor, F. LLorens) sobre la generación que se está gestando entre 1909-1923,
generación continuista a la que pertenecen Eugenio Hermoso, López-Mezquita, que empieza
sus escarceos con el Arte Nuevo, de la mano de Cristóbal Ruiz Vázquez Díaz, García Maroto y
Rafael Barradas que no llegan a formar escuela o tendencia y siguen deudores del arte de París
y su Escuela, personalizado en Picasso, Lagar y el primer Miró.
Solana será un caso aparte, entroncado en la España negra del primer Regoyos y la
visión descarnada de Zuloaga.
625
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En el Salón Pares, de Barcelona, expone veinte cuadros y seis retratos el pintor Alberto
Pla y Rubio.
En esa ocasión Cardunets acentúa su realista sinceridad y sus nuevos aspectos como sus
cuadros al óleo. Es cierto que para Francés lo mejor de Cardunets son sus dibujos coloreados
pero también es verdad que frente a una armonía en sus paisajes basada en el estatismo de
sus imágenes aquí encontramos unos olivos de Mallorca que Francés compara con los
modernísimos cuadros de la pintora mallorquina Pilar Montaner , de la que tendremos ocasión
de hablar más adelante, por cuanto trabaja esos retorcimientos ancestrales propios de los
troncos de los centenarios olivos tan característicos del interior del Levante y de Mallorca. De
este modo Cardunets sigue la estela de la escuela de pintores paisajistas enamorados de
Mallorca que recorre desde el modernista Rusiñol hasta Joaquín Mir, Anglada- Camarasa,
Bernareggi, Rigoberto Soler, Cittadini, Degouve de Nuncques entre otros.
375 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
626
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés reconoce que no ha estado en Mallorca, como reconoce también en los dibujos
coloreados de Alejandro Cardunets, la serenidad, corrección y la ternura
627
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
628
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
629
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Esta Asociación tiene sólido prestigio conseguido por el rígido espíritu de selección y
modernidad que la caracteriza. No predomina la obsesión regionalista. Abierto está el Salón a
todo artista que tenga algo nuevo que decir y lo diga bien.
José Ramón Blanco Recio nació en Madrid en 1886 y ha sido recordado más como
compositor que como pintor. En la exposición del Salón de Artistas Vascos a la que alude
Francés, compartió cartel con el admirado Enrique Ochoa, el dibujante que terminaba de
ilustrar las obras completas de Rubén Darío.
Para la ocasión presentó cuarenta y tres obras entre paisajes, retratos y apuntes.
Francés lo define como el pintor de la calma campesina, sencilla e ingenua.
José Ramón Blanco Recio. Paisaje Alavés. El Año Cartel anunciador de la Exposición.1917
Artístico 1916
630
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Bajo el título de las Ajenas Miradas, Francés describe su visita a dos exposiciones en
Madrid, la del alemán Adolfo Hübner en el Ateneo, que expone acuarelas de rincones e
inéditos de la capital bajo un aspecto realista buscando una sensación de exactitud en la
descripción del paisaje de ciudad, y el argentino Octavio Pinto (1890-1941) en el Hotel Ritz ,
con óleos de Galicia, Santiago, Castilla, Guipúzcoa, Santillana del mar…, de unos efectos
coloristas que transitan por el camino intermedio entre el sorollismo y la pintura atemperada de
Francisco Llorens. No debemos olvidar que todos los artistas extranjeros que visitan España por
motivos forzosos debido al ambiente bélico de la Primera Guerra Mundial en Europa, en general
son deudores del París impresionista y así lo observamos también en Octavio Pinto.
José Francés con el título de las Ajenas Miradas evoca en su artículo lo interesante que
resulta observar la sensibilidad hacia España, su paisaje, sus tipos y regiones interpretadas por
artistas extranjeros que han recabado en nuestro suelo huyendo de la guerra y nos devuelven
su emoción hecha arte.
(…)Y no será solamente la neutralidad, que supo conservar incólume nuestro territorio,
lo que atraiga a España las ansias viajeras de todo el mundo. Serán estos cuadros, estos
dibujos, estas esculturas que se han ido realizando aquí, lentamente, sin premuras que
pudieran falsear la verdad, en una íntima convivencia con las gentes, las costumbres y el alma
polifacética de los paisajes.
631
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
632
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
633
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
634
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
635
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
636
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
637
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
638
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
639
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
376 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
640
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gartner de la Peña. Marina en Bretaña. La Esfera Gartner de la Peña Costas de Bretaña. La Esfera
Agosto 1917 Octubre 1917
El tren y el automóvil acercan cada vez más las provincias a Madrid y el correo postal es
un medio eficaz de comunicación, como podría dar fé José Francés, como empleado de
correos de Madrid capital.
641
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El homenaje a la madurez de Ignacio Pinazo, forma parte de un amplio artículo que José
Francés dedica al pintor valenciano con motivo de la inauguración de un monumento a su
memoria en Valencia, donde Francés pronuncia una conferencia. En esta ocasión, don Joaquín
Agrasot, el patriarca de los pintores españoles y Mariano Benlliure, como Director General de
Bellas Artes asisten al evento. Dos escritores, Federico García Sánchez y el otro nuestro crítico
hicieron sendos discursos sobre el maestro en los días siguientes a la inauguración del citado
monumento.
En efecto hacia 1885 Pinazo adquiere la casa de Godella, y se aleja de los cenáculos
artísticos recibiendo en esa soledad frecuentes visitas de sus discípulos y caminando
estilísticamente hacia la comprensión del papel de la luz como contrapunto al llamado dibujo
acabado al que pone una visión personal basada en color y el instante. Es posible que de su
estancia en Italia y su conocimiento de la técnica de los ―macchiaioli‖ pintara con primacía de
manchas de color nervioso, reflejadas en sus tablillas de pequeño formato.
Junto con su formación clásica española Velázquez, Goya, Rosales... su estilo a veces se
confunde con el impresionismo derivado de Monet donde captar la atmósfera del instante es
esencial, sin embargo los tonos, matices y colores de paleta de Pinazo Camerlench permanecen
más apagados, nuestro pintor valenciano utiliza tonos negros y ocres de clásica procedencia
española que los impresionistas evitan.
642
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pinazo, en referencia al paisaje, fue quien primero utilizó el cuadro de pequeño formato,
de manchas coloridas rasgo rapidísimo y expresión fugitiva en la captación del momento
cuando pintaba a orillas del mar. Es el esbozo, frente al cuadro bien terminado, es la impresión,
el aparente desorden frente al cuadro de taller estructurado. En sus escenas de playa fue el
precursor de Sorolla y de Cecilio Pla. Cuadros modernos dinámicos coloristas espontáneos, de
paisaje a orillas del mar. José Francés cuando habla en la presente crónica de su madurez se
refiere más bien al Pinazo costumbrista y adivina su filiación con el Greco y Goya unida a los
más modernos luminismos afirmando ―Pinazo primero y después Sorolla respondían a su siglo.
Como los impresionistas franceses con los cuales tanto los puntos de contacto tuvo, tal vez sin
darse cuenta de ello‖.
El monumento a Ignacio Pinazo sufrió diversos avatares, deteriorado por la guerra, fue
desmontado en 1939 y en 1946, el hijo del pintor, Ignacio Pinazo Martínez, realizó un molde de
la escultura original, que fue donada al ayuntamiento de Valencia y colocada en 1949.
643
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fiesta Valenciana. Ignacio Pinazo Camerlench. Ignacio Pinazo Camerlench. A la orilla del mar.
La Esfera. Febrero 1918 Apunte sobre tablilla.1913
MEMORANDA
La revista catalana se llamaba Arc Voltaic, que traducido significa Arco (no Arte)
Voltaico. Fue una iniciativa del poeta Joan Salvat Papasseit, cercano al movimiento Ultraísta.
Sólo se publicó un número, el correspondiente a Febrero de 1918.Las firmas que aparecen en el
primer y único número nos orientan: Joan Miró, con un desnudo femenino de trazos cubistas y
Rafael Barradas con una composición vibracionista que evoca una ciudad nocturna377
377 GARCIA-SEDAS Pilar. J. Torres-García y Rafael Barradas un diálogo escrito 1918-1928. Parsifal Ediciones. Barcelona
2001.
644
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En las Salas Reig y Dalmau exponen, respectivamente, los pintores Torres García y Juan
Miró.
Nos centramos en Joan Miró por ser ésta su primera exposición individual en la Sala
Dalmau del 16 de febrero al 3 de Marzo de 1918 con 64 obras entre óleos, acuarelas y
dibujos...378
Jaime Birhuega sostiene que el lenguaje de Miró chocó frontalmente con los gustos del
público379 y, según la crónica de Llorens Artigas escrita el 26 de Febrero en ―La Veu‖, éstas
críticas se repartieron mayoritariamente entre el disgusto, la indiferencia y la risa. No obstante
la crítica se mostró respetuosa, excepto Joan Sacs y un agravio anónimo en forma de carta
abierta, que provocó la solidaridad con el artista, entre otros, de Santiago Rusiñol.
En ésta única y excepcional exposición realizada a los 25 años, encontramos una mezcla
381
de ingredientes fauvístas, vibracionistas y cezannistas en sus pinturas de paisaje, como
síntesis de diferentes elementos que desembocan en un proyecto de Arte Nuevo, sin llegar a la
Vanguardia, que tiende al planismo en cuanto ausencia de volumen tridimensional y a la
fragmentación, con introducción de las líneas quebradas del constructivismo geométrico de
ascendencia cubista.
378 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
379 BRIHUEGA, J. Las Vanguardias Artísticas en España 1909-1936 .Madrid. Istmo.1981.
380 PARCERISAS, Pilar. VIDAL OLIVERAS, Jaume. MINGUET BATLLORI, Joan. Miró, Dalmau, Guasch. L'Aventura perl'art
modern 1918-1937. Barcelona. Generalitat de Catalunya.1993
381 A.A.V.V. Las Vanguardias en Cataluña 1906-1939.Barcelona.Fundació Caixa Catalunya.1992
645
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Miró, no obstante, siempre permaneció fiel al principio surrealista de liberar las fuerzas
creativas del subconsciente, del control de la lógica y la razón.383
Mantuvo siempre una relación de colaboración con la Vanguardia catalana. Pasó la guerra
civil española en París, hasta que, en 1959 regresa a España.
En las láminas siguientes, exponemos algunos de los cuadros que con bastante certeza,
estuvieron expuestos en la famosa Galería Dalmau, son rincones de localidades de Tarragona,
como Ciurana, Prades, Monroig y Cambrils con el peculiar estilo del primer Miró, todavía
figurativo.
Galerías Dalmau. Catálogo de la Exposición Joan Miró Caligrama de José M. Junoy. Barcelona. Febrero y
Marzo de 1918
382 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
383 CHILVERS, Ian. Diccionario Arte siglo XX. Madrid, Editorial Complutense. 2001
646
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
647
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joan Miró.Ciurana.1917
648
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
649
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Esta Exposición se instaló en la clase de Paisaje del caserón de la calle Alcalá y estuvo
abierta nada más que durante las vacaciones de Semana Santa, pero fué muy visitada y
elogiada.
(…)En la sección de pintura lo más notable son los envíos de Pérez Hidalgo, Frau,
Castro Gil, Sáenz de Tejada, Pardiñas, Alonso, Pérez Rubio, Martínez y Prieto. (…)
Obtuvo una tercera medalla en la exposición de Bellas Artes de 1920 y, segunda medalla
en 1930 y primera medalla en 1932.
Formó parte de la Sociedad de Artistas Ibéricos y fue subdirector del Museo del Prado
.En 1936 fue designado Presidente de la Junta del tesoro Artístico Nacional. Su obra es de un
colorido armonioso intimista huyendo del regionalismo y el academicismo, logrando un lirismo
tierno y delicado. Siempre ligado paisajismo sus postulados son cercanos al impresionismo. En
1940 obligado al exilio llegó a Río de Janeiro donde se estableció definitivamente hasta su
384 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
650
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
muerte en 1977. Los paisajes de Timoteo Pérez rubio los inscribimos dentro de un realismo
lírico y el mismo Francés lo compara con un poeta lírico componiendo sus estrofas o un
creyente diciendo sus oraciones.
651
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
652
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
385 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
653
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Dice de Gutiérrez Larraya Ramón Gómez de la Serna: Larraya sutiliza hasta donde la
línea desaparece y eso hace de una elegancia espiritual casi eterizada sus cosas386
Tomás Gutiérrez Larraya como bien indica Francés en su crítica trabaja un impresionismo
esquemático de tintas planas líneas geométricas de influencia japonesa y Nabis. Un paisaje sin
perspectiva y con encuadres singulares, evocador y sólido.
Nos encontramos ante un pintor innovador para el arte que en 1918 se hace en España y
que introduce las tintas planas y el colorido decorativo propio del postimpresionismo francés
quizás el único pintor de paisajes español de primeros de siglo que sigue la estética post-
impresionista de los Nabis.
(…)Y entonces surge el paisajista, un paisajista ajeno a los conceptos tradicionales del
paisajismo, un paisajista de enorme potencialidad emocional (…)
654
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
655
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Castellanos además del cuadro de caballete trabajó la decoración mural y el grabado. Sus
paisajes de Mallorca, de fuerte cromatismo, estructura simple y falta de perspectiva, nos
recuerda, como Tomás Gutiérrez Larraya, las manchas de color a las que se refería Maurice
Denis y el primitivismo de Gauguin. Esta forma de pintar unida a la falta de perspectiva nos
permite afirmar las fuertes influencias de los Nabis y los Fauves postimpresionistas en su
pintura.
387 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
656
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LA PINTURA DE MONTAÑA
657
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La relación de Francés con la obra de Joaquín Sorolla no deja de ser peculiar; Sorolla,
nacido en 1863,tiene 55 años en 1918 y para nuestro crítico, su labor ya está terminada ,
máxime cuando están en plena vigencia sus dos maestros de la Generación 1894-1908:
Zuloaga y Anglada-Camarasa. Sin embargo Francés siempre reconocerá a Sorolla, como un
pintor que ha sabido entender las necesidades estéticas de su Siglo.
658
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
A partir de 1918 a los jóvenes artistas catalanes se asociarán en agrupaciones con una
voluntad de diferenciación y oposición a la estética dominante es decir a los restos del
modernismo y al mundo académico. Esta voluntad de diferenciación será difícil de definir; saben
lo que no se quiere pero todavía no está claro hacia dónde caminan. Estas asociaciones
también funcionan como una llamada de atención hacia la prensa y una introducción al
mercado como asociación, facilitando su acceso a las exposiciones.
En paralelo a los Evolucionistas surgieron otros grupos de jóvenes pintores que cultivaron
el paisaje. Entre ellos y más consistentes, los que se agruparon bajo el nombre de Agrupación
Courbet, siendo su distinción respecto a los evolucionistas más social que estética. Frente al
origen francotirador de los evolucionistas la agrupación Courbet venía a ser heredera directa de
la primera generación noucentista de discípulos de Francésc Galí. La rivalidad entre estos
grupos fue muy grande a pesar de que ambos compartían credo contra las mismas formas
anquilosadas de arte y la misma admiración por Cèzanne. La agrupación Courbet se constituyó
en marzo de 1918 y sus miembros iniciales fueron Llorens Artigas, Rafael Sala, Enric Ricart,
Joan Miró, Rafael Benet (1889-1979) y Francisco Domingo. El nombre de Courbet fue elegido
659
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
por su manifestación pública como militantes realistas aunque, al igual que los evolucionistas su
plástica no tuviera mucho que ver con el pintor francés Courbet. Expusieron por vez primera
conjuntamente en la Exposición de Arte de Barcelona de 1918 aunque solamente fueron cinco
los paisajes expuesto389.Se adhieren a la Agrupación Courbet, en Marzo de 1918,Joaquin
Torres-García y Rafael Barradas.
Otros grupos parecidos que nacieron alrededor de 1918, con las mismas inquietudes
estéticas fueron la Agrupación de Artistas Catalanes, con Emilio Bosch Roger y la agrupación
Salón Nuevo Ambiente integrados por discípulos de la Academia Gelabert como Francisco
Camps Ribera, Antoni Roca y Ramón Soler Liró (1897-1968) , que se presentaron en 1919 en la
galería Dalmau.
Los Evolucionistas: Julián Castedo, Alfred Cortés y Joan Serra. Circa 1918
Sisquella, Joan Salón de los Evolucionistas. Joan
Serra. Paisaje de Horta.1917
389 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
660
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Agrupación Courbet: Rafael Benet. Paisaje. Circa Salón Nuevo Ambiente: Ramón Soler Liró.
1918. Paisaje. Circa 1918.
El Paisaje urbano, con su dinamismo, será el centro de ésta nueva expresión artística que
intenta plasmar la ciudad y sus adelantos técnicos en un todo simultáneo. La aceptación del
gran público de éste movimiento fue muy limitada y la crítica oficial no reconoció el nombre de
Vibracionismo. Barradas lo tuvo muy difícil para comercializar su arte y en el verano de 1918
decidió abandonar Barcelona iniciando su época castellana y aragonesa (Jiloca).
Rafael Barradas (1890-1929) El pintor de Montevideo (Uruguay) fue hijo del también
pintor extremeño de nacimiento, Antonio Pérez Barradas. Se formó en Montevideo con el pintor
español Vicente Casanova. En 1910 inicia sus colaboraciones modernistas en su ciudad natal.
Llega a España en 1914, antes, había recalado en Francia e Italia. Entre 1916 y 1918 reside en
Barcelona donde conoce a Torres-García y a Salvat-Papasseit. Funda con Torres –García el
―Vibracionismo‖ en pintura y colabora asiduamente como ilustrador de las revistas Ultraístas
Alfar y Grecia. Reside en Madrid desde 1918 hasta 1925, donde frecuentó la tertulia del Pombo,
661
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
en 1925 volvió a Cataluña residiendo en Hospitalet hasta 1928, año en el que regresó a
Montevideo.
En el verano de 1918, cuando llega a Madrid, se vincula con José Francés con quien
entablará gran amistad.390.Son muy populares los dibujos que crea para ―Nuevo Mundo‖.
Barradas se integrará en la vida literaria de Madrid a través del reencuentro con Guillermo de
Torre, al que había conocido en Zaragoza y su asistencia a la tertulia del escritor Rafael
Cansinos Asséns, director de la revista Ultraísta ―Grecia‖, mantiene en el café Colonial.
La llegada a Madrid de Vázquez Díaz y del poeta chileno Vicente Huidobro van
conformando un pequeño grupo de artistas y literatos proclives a la modernidad que se
materializó en un –ismo programático y literario: El Ultraísmo.
En el Ministerio de Estado (…) han expuesto cuatro artistas polacos obras suyas de
pintura, dibujo y tapicería. Son la Sra. Wanda Pankiewicz y los Sres. Josef Pankiewicz,
Wladyslaw Jahl y Waclaw Zawadowski.
Jozef Pankiewitz391 (1866-1940) nacido en Lublin, Polonia recibió durante largos años en
París donde su pintura se contagió de luminosidad dentro de una línea cercana a Renoir y a
Pierre Bonnard del que fue amigo en 1912 participó en la exposición colectiva de pintura polaca
390 GARCIA-SEDAS Pilar. J. Torres-García y Rafael Barradas un diálogo escrito 1918-1928. Parsifal Ediciones. Barcelona
2001.
391 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
662
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
organizada por Dalmau. Entre 1914 y 1919 residió en Madrid donde recibió la influencia de
Robert Delaunay, cuya influencia acusa el paisaje urbano que pintó en 1916 ―Calle de Madrid‖
y ―Terrazas‖ (1917)
Wladislaw Jahl (1886-1953) fue alumno suyo en 1918 participó junto a su esposa Wanda,
que presentaba tapices, en la exposición polaca del ministerio de Estado. En 1919 regresó a
París en 1923 a Polonia siendo nombrado profesor en la academia de bellas artes de Cracovia.
Wladislaw Jahl, pintor y xilógrafo polaco residió en Madrid donde llegó poco después de
estallar la Primera Guerra Mundial procedente de París. En la capital española fue alumno de
Pankiewitz en 1918 participó la exposición de artistas polacos y en 1920 en el salón de otoño.
Fue protegido de Juan Ramón Jiménez quien le hizo colaborar en la revista Índice, donde
reprodujo una de sus acuarelas titulada verano. Jahl fue uno de los más asiduos colaboradores
plásticos del ultraísmo con muchas cubiertas en la revista Ultra. En 1926 trabajó como
escenógrafo del madrileño teatro Odeón. También fue ilustrador del seminario madrileño Nuevo
mundo. Hacia 1930 regresó a París.
Existe un texto inédito de Juan Ramón Jiménez apoyando a Wladislaw Jahl y que se
encuentra en el archivo Histórico Nacional y dice así392:
Doy estos árboles del Retiro de mi amigo W. Jahl en el primer número de mi diario
poético como homenaje al pintor polaco que hace diez años vive conocido sólo de unos cuantos
entre nosotros.
Fino, sensual, vibrante, inteligentísimo (sic), él ha asumido en estos diez años, aquí, la
representación de la mejor pintura europea. Muchos de nuestros mejores jóvenes pintores le
deben oriente y sentido; es un enamorado de España; su casa oscura es el sitio de Madrid de
donde sale la más mejor prodijiosa (sic) enseñanza natural, no de vanas y secas teorías y del
gusto en el arte. Este hombre, este gran pintor, no pinta, no puede pintar, no quiere pintar.
Tenemos que estimularlo, levantarlo de su tedio, impulsarlo de su indiferencia. El pincel de
virtud que él tiene roto en su mano caída es cruel que se marchite, con los años estériles, la
más rica de las joyas del color, de la gracia, del ritmo, de la luz.
392 CRESPO, Ángel. Juan Ramón Jiménez y la Pintura. Salamanca. Ediciones Universidad. Salamanca 1999.
663
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En el museo de Varsovia se conserva un paisaje urbano suyo del año 1918 que presentó
en la Exposición Polaca del ministerio de Estado en 1920. Regresó a la capital francesa donde
ocupó el antiguo estudio de Modigliani.
La primera impresión que causan las obras de los pintores polacos es la de su ineficacia
y la de su insignificancia como trabajo serio; prescindiendo de los envíos de la Sra. Pankiewicz y
del Sr. Pankiewicz, surge en seguida otro de los caracteres de la pintura modernísima: la
fealdad.
Son realmente feos, de mal gusto, sin líneas nobles, ni acordes gratos de color, estos
dibujos pseudoinfantiles, estas manchas resecas de óleo y temple. Solamente una aberración
sensorial y visual podría explicar esta complacencia patológica en deformar el cuerpo humano y
en desvirtuar la pureza de los colores con inarmonías agrias o con fusiones que los destruyen.
En suma: ―sus tendencias avanzadas han hecho reír a bastantes, indignado a muchos y
encogerse de hombros a la mayoría‖.
393 SARMIENTO, José Antonio. BARRERA, José María (Editores). Ultra. Madrid. Visor 1993
664
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Jozef Pankiewitz. Calle de Madrid. Circa.1916 Wladyslaw Jahl. Portada Revista Ultra
Noviembre 1921
394 DE PANTORBA, BERNARDINO. El Paisaje y los Paisajistas Españoles. Madrid. A. Carmona. 1943.
665
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Regente del popular restaurante Lhardy, Agustín Lhardy fue discípulo de Carlos de Haes
quien influye notablemente en su obra, asimismo fue asiduo colaborador de la revista Blanco y
Negro. Sus paisajes los enmarcamos dentro del realismo académico deudor de las enseñanzas
de su maestro Carlos de Haes, con una gran corrección de color y dibujo; sin embargo
podemos achacar alguna ausencia de emoción debido a su filiación académica de su obra
paisajística.
Agustín Lhardy.Paisaje.Circa1916
666
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LA EXPOSICIÓN CAPROTTY
En el Salón permanente del Círculo de Bellas Artes, expone Guido Caprotty siguiendo la
estela de sus últimas aportaciones en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1917, tan
alabado por Francés, que compara su exposición con la inestabilidad de las últimas
exposiciones a las que califica de turbamulta y libertinaje consentido por la crítica. Para Francés
estamos ante una verdadera exposición de dignidad estética y la compara a las obras entre
otros de Beltrán- Mases y Anglada Camarasa.
Aunque en los cuadros de figura puede parecer esencialista, cuando retrata a las castizas
y realistas mujeres de Castilla, cuando se dirige hacia el paisaje su luminosidad lo decanta hacia
un realismo más lumínico y optimista.
El pintor llega a Ávila a finales de 1916 cuando el expreso París Madrid a su paso por
Ávila es bloqueado por la intensa tormenta de nieve que obliga a los pasajeros a detenerse en
la ciudad durante tres días. Aquellos tres días de espera cambiando el rumbo de vida de
Caprotty395.
El pintor, con su esposa, vivirá desde entonces en Ávila, viajando a México, a Italia y
pasando los veranos en Vizcaya en la finca de su suegra donde fallece en 1966.
En 1918 el Ayuntamiento de Ávila le nombró hijo adoptivo, noticia recogida por Francés
en la Memoranda de Abril de 1918.
Guido Caprotty fue un retratista y un pintor de costumbres que supo captar el carácter
popular sin traumatismos esencialistas ni folkloristas y con una cierta elegancia de las
madonnas italianas.
Como paisajista su paleta clara y su capacidad para componer los cuadros con toques
lumínicos en ocasiones alejados de los ocres y negros (por ejemplo sus sombras azules) ofrecen
una pintura original a medio camino entre el sorollismo y el realismo esencialista de los pintores
del 98.
395 BRASAS EGIDO José Carlos .C. Guido Caprotti un pintor italiano en Avila.Valladolid. Gráficas Martin SL, 2000.
667
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
668
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Drudis Biada (1889-¿?) Estudia en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Realizó varias
exposiciones individuales en Galerías Layetanas en 1921 y 1922. En El Camarín en 1923 y en la
Sala Parés en Noviembre del mismo año396.
En 1918 tiene 29 años, se decide a exponer en el Salón Vilches de Madrid sus sesenta
pequeñas acuarelas fruto de su periplo por España. Exposición didáctica, en un tiempo en que
los viajes no eran tan fáciles de hacer y su recorrido sujeto a múltiplos avatares, fuera en
ferrocarril, en los recientes automóviles e incluso por otros medios más complejos todavía como
el carruaje de postas y otros. En éste contexto y como bien apunta Francés, con alguna
concesión a cierta reproducción comercial del motivo, las acuarelas de Drudis Biada, dentro de
un Realismo Colorista, contribuyeron al conocimiento de España en sus monumentos y
tipismos, tanto para aquel que no ve ―más que el campanario de su aldea‖ o los que ―de un
salto pasan las fronteras sin conocer antes lo suficiente España‖.
Drudis Biada. Santiago. La Esfera. Noviembre 1918 Drudis Biada. Aranjuez. La Esfera. Diciembre 1918
396 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
669
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero para Silvio Lago, lo que en realidad consigue Zuloaga, a la manera de Goya, es
atacar, denunciar a la sociedad ese vicio nacional: los toros y la pandereta que los envuelve.
Afirma en su artículo de 1914: ―Entre los muchos motivos de que Zuloaga no haya expuesto
aún en España no es el menos importante el que su sinceridad agresiva, la tendencia viril y
noble de sus cuadros que dicen a España la verdad con toda su crudeza‖.
Esto escribía Francés en Agosto de 1914 y ésta iniciativa no llegó a buen puerto.
Aprovechando la estancia de Zuloaga en Madrid, para pintar el retrato del Duque de Alba,
la idea vuelve a tomar actualidad, ésta vez de la mano de García Mercadal, a quien se suma
Mariano de Cavia desde El Sol y José Francés desde Prensa Gráfica, la editora de ―La Esfera‖
Pasaron los días, pasaron las semanas, y al fin no se hizo nada de tanto como se
proyectaba.
Con estas palabras de decepción termina la crónica Francés, quién se considera su crítico
de arte.
La pregunta estará vigente durante toda la década de 1910 y 1920, hasta la Exposición
de Zuloaga en Madrid en 1926.
Otra cuestión abierta es delimitar hasta dónde llegó en los pintores, la influencia
ideológica de la Generación del 98.
397 VERDUGO LANDI, Francisco. (Director), ZAVALA, Mariano (Gerente) A.A.V.V. La Esfera Ilustración Mundial.1914-
1927. 26 Tomos semestrales .Madrid. Prensa Gráfica S.A. 1914-1927.
670
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
398 LAFUENTE FERRARI, Enrique. La Vida y el Arte de Ignacio Zuloaga. Madrid. Revista de Occidente.1972.
671
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
672
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Exposición, junto con la escultora Hortensia Begué, su mujer, permanece abierta del 1
al 15 de Abril de 1918. 399 Los Cuadros expuestos son los que había pintado en Blanes. En
Septiembre expondrá en Orense y Bilbao en la Asociación de Artistas Vascos, en Noviembre lo
hará en el Ateneo de Madrid para después regresar a Francia. De ésta época procede el cuadro
que representamos de fuertes contornos Cézannianos que encierran las masas de colores
Sigue demostrándonos en ésta exposición del Círculo de Bellas Artes (junto al ceramista
Daniel Zuloaga, tío del pintor) el ―savoir faire‖ de esas ―vivientes y atmosféricas maravillas
pictóricas‖ que dice Francés.
399 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
673
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
674
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
675
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Eduardo Manet, Retrato por Alfonso Legros. El Año Augusto Renoir. El Año Artístico 1918
Artístico 1918.
676
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Iglesia de Varengeville. Claudio Monet. El Año Orillas del Epte. Claudio Monet. El Año Artístico
Artístico 1918 1918
Buda. Cuadro de Odilon Redon. El Año Artístico En la Playa. Mauricio Denis. El Año Artístico
1918 1918.
677
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La iglesia de Labastide du Vert. Cuadro de Los cuatro elementos. Panel decorativo de Aman Jean. El
Henri Marlin. El Año Artístico 1918. Año Artístico 1918
José Francés sabedor de la importancia del acontecimiento, francófilo como era y buen
conocedor de la pintura francesa de fines del siglo XIX. Se dispone a realizar la crítica de esta
importante exposición, desde las páginas de El Año Artístico 1918.
400 MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y BELLAS ARTES. Catálogo de la Exposición de pintura francesa
contemporánea 1870-1918. MIPBA. Edición Oficial. Madrid, 1918.
678
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Resumimos, los cuadros o autores que Francés salva de la Exposición, de ellos, los
paisajes, que se adscriben a varias tendencias. De influencia simbolista (Puvis de Chavannes, H.
Martin), de la Escuela de Barbizon (Pissarro, Ménard), de ascendencia Impresionista (Le
Sidaner, Monet, Sisley), y con escasa representación del Post-impresionismo Nabis (Denis,
Vuillard) y nula del constructivo de Cèzanne y Fauve .
Las obras que destaca Francés son: Auguste Renoir ―Torse de Femme au Soleil‖, De
Sisley ―Márgenes del Sena y El Canal de Loing‖ De Monet, La gare de St. Lazare y Les Roches
de Belle-Isle, de Pisarro ―El Huerto‖ ―Cielo de Primavera y Noche en el Mar ―de Le Sidaner;
―Noches de París‖ de Enders y sobre todo, La Plaza de Vintimille de Eduardo Vuillard.
―Le pauvre pecheur‖ de Puvis de Chavannes, "Orfeo" de Gustav Moreau, además de las
obras de Santiago Blanche, Aman-Jean, Henri Martin, Bastien Lepage, Maurice Denis,
Desvaillières, Devambez, Elena Dufau, y Rosa Bonheur.
La ausencia menos perdonable (…) fue la de Eduardo Manet. (…) el verdadero pontífice
de la moderna pintura francesa y ya que es el más ligado a la tradición de la pintura española.
Estas páginas de crítica artística de autor, son en mi opinión de lo mejor de Francés por
cuanto nos muestra la erudición y su conocimiento de la pintura francesa. Por su pluma ,
volcará toda su sabiduría a cerca del arte francés a través de las semblanzas de Rosa Bonheur
,Auguste Renoir, Eduard Manet, Claude Monet, Sisley, Odilon Redon, Eugène Carrière, Maurice
Denis, Henri Martin, Albert Besnard, Aman-Jean, y Lucien Simon.
Al principio de la crítica compara la exposición del Palacete del Retiro con la exposición de
Barcelona donde los franceses enviaron 1463 obras frente a las 190 de Madrid. Es importante
constatar que, de las tres entidades artísticas más prestigiosas de Francia, como son la
679
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para Francés sobraban 160 cuadros de los 190 y califica la exposición de ―impotencia
estética y vetustez academicista‖.
Sobre Rosa Bonheur: (…) Rosa Bonheur prescindió del hombre y lo utilizó como detalle
complementario. En cambio, prestó a los animales toda su atención (…) hay una profundidad
filosófica y una sensibilidad aguda.
Auguste Renoir. (...) estas bañistas cuyo torso sonríe y besa más que su boca, son la
expresión optimista, fecunda, noblemente sensual de la inagotable Francia.
Eduard Manet: Manet daba a sus cuadros el empaque sereno, fuerte, equilibrado de
obras musicales (…) Recoge Manet las dos enormes tendencias de la pintura moderna: el
realismo y el impresionismo.
Sobre Sisley: Son acordes vibrantes, cielos diáfanos, ubérrimos verdores, Rojas
techumbres de casitas desperdigadas por las campiñas próximas a París.
Odilon Redon. (…)El Orientalismo de sus paisajes, de sus hombres sagrados que por
éstos paisajes cruzan es distinto al orientalismo estilizado de las modernas tendencias
pictóricas. Éstas vuelven la mirada hacia Japón, mientras Redon fija la suya en las remotas
dinastías chinescas (…)
680
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Eugenio Carrière: (no paisajista) Buscaba las almas a través de las frentes que recogían
la fría luz vesperal (…) el amor maternal, la dulzura infantil, la viril inteligencia. He aquí los
motivos inspiradores de toda la obra de Carriére.
Maurice Denis: Tan claro, tan pleno de sencilla gracia, tan expresivo en sus armonías
simples y luminosas (…) Maurice Denis es el decorador por excelencia.
Albert Besnard: (…) Porque Besnard representa el lazo de unión entre la pintura vieja
academicista y la palpitante al aire libre iniciada por el impresionismo.
Y por último, Lucien Simon: Es siempre un contemplador tranquilo, normal, un poco falto
de espiritualidad, del natural.
Mucho debió de costar al entonces director General de Bellas Artes, traer ésta exposición
a Madrid. Mariano Benlliure, en carta dirigida a Francés sobre una exposición del escultor
Mestrovic, lo reconoce:
(…) nadie más que yo sabe el Calvario que he sufrido para conseguir lo que hacía falta
para la realización de la Exposición Francesa. Gracias que, tanto el Comité como el personal que
en todo ello intervino (elegido por mí), me ayudaron eficazmente.
Sabe es su buen amigo, Mariano Benlliure. (El Año Artístico 1918 pag. 317)
681
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sisley .El Canal del Loing. Exposición Pintura Boudin. El Havre. . Exposición Pintura Francesa.
Francesa. Madrid 1918. Madrid 1918.
682
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Camille Pissarro. Huerta, Arboles y Flores. Exposición Pintura Francesa. Madrid 1918
683
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
684
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Edgar Manet. Claude Monet y familia. La Esfera. Junio 1918 (no presente en la Exposición)
685
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
686
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
687
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
688
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
689
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Si resumimos las obras de éstas cuatro asociaciones ,fijándonos en los nombres de los
paisajistas que exponen y sus correspondientes estilos, nos encontramos en un ambiente en el
que conviven la pintura de los ―grandes‖: Mir, Rusiñol y Francisco LLoréns, presentados por el
Real Círculo Artístico, con la Vanguardia traída de la mano por El Círculo Artístico de San Lucas
con Rafael Barradas y sus paisajes (calificados de ―cubistas‖ por Francés) ―Plaza de la
Universidad‖ y ―Puerto de Barcelona‖. La pintura catalana ―nueva‖ (pero no vanguardista) está
presente a través de la entidad ―Las Artes y los Artistas‖ con Joaquín Suñer y la Nueva de la
Escuela de París, por el planismo de Celso Lagar y el Simultaneísmo de Robert Delaunay.
Finalmente los Independientes no aportan nada nuevo desde el pincel de Nagy y Sollmann.
Robert Delaunay que, exponía dieciocho obras en éste evento, con su Orfismo,
conseguirá divulgar el cubismo como una ―manera‖ de pintar del que derivarán otros
movimientos que tendrán como base el Cubismo, considerado como un estilo internacional a
partir de 1912, abriendo, de paso, la puerta de entrada a la abstracción constructiva, aun
cuando el cubismo nunca quiso ser un arte abstracto alejado de la figuración.
401 CARMONA, Eugenio. Los Tiempos del Cubismo 1910-1920. Madrid. Galería Leandro Navarro. 2007.
690
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
A partir de 1906 el color sería el tema central de su carrera 402, investigando la interacción del
color en amplias áreas del lienzo. Le interesaba sobre todo la relación del color con el
movimiento. En 1910 hizo su aportación personal al cubismo, dotándolo de formas
fragmentadas de vibrantes colores aplicados a la vida urbana, al paisaje de la ciudad.
Fue la primera mujer que, en 1963 vió su obra expuesta en El Louvre, debido a su
donación de obras suyas y de su marido al Museo Nacional de Arte Moderno de París.404
Luis Foix Viluendas (1875-¿?) Estudia en Bellas Artes de la LLotja y con Luis Graner.
Pintor ecléctico especializado en Paisaje.
En la sección del Circulo Artístico de San Lucas (San LLuc) nos ocupamos ahora del
paisajista catalán Francisco Gimeno Arasa (1858-1927) Seguidores del paisajismo rural, alejado
de la moda del paisaje urbano importado desde París, y continuadores del naturalismo de la
Escuela de Olot y la Escuela de Sitges, los pintores ―ruralistas‖ no crean escuela pero les une la
temática del paisaje rural. La personalidad más destacada de ésta tendencia será Gimeno,
coetáneo de Rusiñol, Francisco Gimeno fue un francotirador405.
402 CHILVERS, Ian. Diccionario Arte siglo XX. Madrid, Editorial Complutense. 2001.
403 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
404 CHILVERS, Ian. Diccionario Arte siglo XX. Madrid, Editorial Complutense. 2001.
405 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
691
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Valoró la luz, que supo traducir a sus lienzos de forma impetuosa como pocos en su
época, de una manera casi naíf en la actitud, no en la técnica que fue siempre sólida, de
pincelada segura, sin bajar al detalle. Sus temas fueron preferentemente los alrededores de
Torroella de Montgrí, aunque también Mallorca y La Costa Brava. Gimeno traspone al lienzo el
paisaje natural pero también el alterado por la mano del hombre: huertos, calles de pueblos,
pintando, sin mitificar, la realidad que observa.
Rafael Sala (1891-1927) fue uno de los miembros de la Agrupación Courbet, ligado al
Circulo Artístico de San LLuc, y fue precisamente en ésta exposición donde el Grupo expuso por
vez primera cinco paisajes. Miró fue uno de los expositores, pero no es nombrado en ésa
ocasión por Francés.
Rafael Barradas presenta dos ―paisajes cubistas‖ como los califica, nuestro crítico. Es
más, los destaca como unas de ―las obras más interesantes‖ de las del Círculo de San LLuc.
Como hemos visto, Barradas es amigo de Francés. No podemos ir más allá en éste momento,
sabiendo la aversión de Francés hacia todo –ismo que represente la vanguardia.
406 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
692
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Esta entidad nos presenta a toda la pléyade noucentista: José Aragay (1889-1973)
Domingo Carles (1888-1962) Francisco Vayreda (1888-1929) hijo de Joaquín, el patriarca de la
Escuela de Olot.
Domingo Carles (1888-1962) fue un especialista en flores que también pintó paisajes,
estudia en la Academia de San LLuc. Artista de brillante colorido expone en París, Amsterdam,
Londres y Buenos Aires. Post-impresionista de pincelada fluida y luminosa, pero contenida.
Carles estaba ligado a Celso Lagar, cuando éste en París, frecuentaba los círculos españoles y
entre ellos, los catalanes eran un grupo destacable. A él dedica un retrato. Fue precisamente a
Carles quien Celso Lagar expuso su teoría sobre un movimiento artístico llamado el Planismo 407
y quizás ésta amistad explique la presencia de Celso Lagar en ésta Exposición.
Joan Colom y Agustí (1879-1969) Nacido en Arenys de Mar fue un pintor autodidacta,
discípulo de Ramón Alsina, ruralista y paisajista de Mallorca pero también de la ciudad, 408 con
óleos como ―La Estación de Francia‖ (1911) de trepidante dinamismo atmosférico de vapores,
en perspectiva desde un punto de vista alto, panorámico en picado.
693
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
409 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
694
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
410
Cuando Francés nombra a Juñer, se refiere a Sebastián Junyer Vidal (1878-1966)
quien pertenece a la Generación de los ―Cuatre Gats‖ de Casas y Rusiñol, bien relacionado con
el paisajista de Mallorca Degouve de Nuncques y con Azorín. Junyer es uno de los pintores
catalanes paisajistas más compenetrados con Mallorca, donde residió largas estancias.
Influenciado por Nuncques y Joaquín Mir, atemperó los delirios y fantasías cromáticas de
ambos, inscribiéndose en un post-modernismo catalán. Era amigo íntimo de Picasso y gran
coleccionista de arte, fue uno de los fundadores del grupo ―Las Artes y los Artistas‖, junto con
Canals, Nogues, Ivo Pascual y Nonell. Participó en ésta exposición con seis paisajes.
Ivo Pascual ya hemos visto su formación en el Círculo de San LLuc con Joan LLimona y
su filiación noucentista que evoluciona hacia un paisajismo Naíf.
410 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
695
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joaquín Sunyer vuelve a emerger como el más genuino innovador formal del
Noucentismo. De 1911 hasta 1918 producirá sus obras maestras, incorporando a la
construcción Cèzanne-Cubista, la objetividad412en su búsqueda de una representación
constructiva, estructural, volumétrica del cuerpo humano.
Los desnudos en el paisaje de Sunyer no son bañistas, sino arcádicos, no hay causa
efecto que los justifique. La obra más representativa de Sunyer será Cala Forn, pintada en
1917, el que es, en palabras de Francés ―Uno de los más grandes pintores españoles‖ presenta
ésta única obra en la Exposición. Cala Forn pasa por ser la pintura emblema del Noucentisme
catalán. Sunyer vuelve a pintar las figuras en primer plano como antesala del paisaje como es
en él habitual, pero ésta vez están vestidas y con ropas de factura realista, apropiadas a su
condición, de las que eran comunes en los alrededores de Sitges, de donde procede el fondo
del paisaje. Ya no hay en el fondo, flotando en el mar, veleros con velas mediterráneas, ahora
el humo lejano es de un barco de vapor. Se diría que Sunyer vuelve la mirada hacia la Cataluña
real, no arcádica y pastoril sino vestida y coetánea a un mediterraneísmo que se aleja de lo
atemporal, anclándose súbitamente en la realidad. Frutas, botijo y porrón catalán realizan la
ofrenda de la tierra dentro de un tono contenido, nada exuberante de los frutos del cuerno de
la Fortuna.
Cala Forn, por su iconografía y factura, fue acogida en la exposición de 1918 como la
pintura más emblemática del arte catalán de aquel momento. Fue adquirida por La Asociación
de Amigos del Arte con el fin de donarla a los Museos de Barcelona.
411 PLAZAOLA ARTOLA Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros. Bilbao . Fundación Kutxa nº
3. 1994.
412 MENDOZA, Cristina. DOÑATE, Mercé. (Dirección) .Joaquim Sunyer, la construcción de una mirada. Madrid.
Fundación Mapfre, 1999.
696
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Exposición de Bellas Artes de Barcelona Sunyer Cala de Forn. Mir. El Molino Rosa. La Esfera Junio 1918
697
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Exposición de Bellas Artes de Barcelona Juan LLImona. Hijas del Ter. La Esfera Junio 1918
Exposición de Bellas Artes de Barcelona Barradas. Puerto de Barcelona. Raurich Tierras de S. Pol. La Esfera
Junio 1918
698
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Salón Lacoste expuso durante el mes de junio algunos cuadros y varios dibujos
Daniel Vázquez Díaz.
Daniel Vázquez Díaz (1882-1969) el pintor onubense, nació en Nerva, inicia su formación
en Sevilla y comienza a practicar de forma autodidacta su vocación de pintor. En 1903 se
699
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Animado por su amigo Juan Gris se traslada a París en 1909 donde se integra en la
bohemia Parísina relacionándose con Zuloaga, Sunyer, Anglada Camarasa, Echevarría, Picasso,
el mismo Juan Gris. Y con el italiano Modigliani
En 1909 se presenta con dos obras en el Salón de los Independientes de París obras de
su segunda época de pintoresquismo españolista tituladas campesino y caballo andaluz y
torero. Es su época de influencia formal de Zuloaga.
Iniciada la Primera Guerra Mundial y a finales de 1914 viaja a los frentes de Reims,
Verdun y Arras donde realiza un repertorio de dibujos bajo el título de "Ciudades Mártires". Sin
embargo, la crítica oficial de Francia lo consideraba uno más de los muchos que fueron en
busca de fama calificado de excelente dibujante y pintor clásico pero también de pintoresco
dominado por las escenas de toreros picadores y de la fiesta española.
En París asiste al nacimiento del cubismo que dejará en su obra una huella permanente,
entra en contacto con el escultor Bourdelle quien le transmitirá las formas voluminosas que
adoptará a su pintura414.
Recibirá paralelamente la influencia de los Nabis que habían sintetizado el paisaje hasta
casi la abstracción a través de una paleta de colores primarios y planos. Simplificando la
naturaleza a base de planos y líneas que contenían colores. De este modo el grupo de Pont-
Haven, Sérusier, Maurice Denis, Eduard Vuillard, Pierre Bonnard… van influenciar a nuestro
pintor en lo que llamamos su tercera época.
413 CHILVERS, Ian. Diccionario Arte siglo XX. Madrid, Editorial Complutense. 2001.
414 CHILVERS, Ian. Diccionario Arte siglo XX. Madrid, Editorial Complutense. 2001.
700
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
especial significación con la edición del Manifiesto Ultraísta que quiere ser síntesis de todos los
–ismos que tienen contacto con las vanguardias europeas como estamos tratando desde éstas
páginas.
Entre las obras figuraban: lunario, ventana sol, ventana de mi estudio, paisaje vasco, el
canal verde, quietud en las aguas, espejismo, las barcas blancas, los viejos murallones, la
gabarra, atardecer, junto al mar, la fuente, la barca blanca, transparencia del agua, los muros
del convento, añoranzas, espejismos en el río, el canal
Las obras expuestas en el Salón Lacoste corresponden a su etapa Nabis. Son obras de
amplias tintas planas, con enfoques japonistas en ángulos singulares sin perspectiva, la línea
de horizonte, o desaparece o está muy alta y con sutiles tonalidades de empaste constructivo
deudor de Cèzanne y la construcción geométrica.
Esta posición de Madrid no fue bien acogida ni por la crítica ni por un público, pasando
inadvertida e incluso escarnecida (en palabras de Francés). Se le achacaba al pintor onubense
el haberse convertido en un afrancesado dominado por influencias exteriores. 415
Y, sin embargo, estas delicadísimas obras donde se muestra un virtuoso del color y un
poeta de las sensaciones silenciosas han pasado en Madrid inadvertidas, o—lo que es peor—
han sido escarnecidas sin piedad y sin amor. Termina Francés su crítica.
701
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
702
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Estos artistas son los siguientes: Adolfo Hübner, austríaco; Octavio Pinto, argentino;
Francisco Llop, catalán; Enrique Igual, valenciano; Sánchez Olivera, cubano, y los Sres. D.
Timoteo Pérez Rubio, D. José Frau y D, Enrique Prieto, alumnos de la Escuela de Bellas Artes de
San Fernando
Francisco LLop Marqués (1873-1970) Tortosino, Formó parte de ―El Arca de Noé‖,
sociedad humorística fundada por Santiago Rusiñol. Paisajista acuarelista, adquirió cierta
notoriedad, con exposiciones individuales en Barcelona y México. LLop dominó la técnica,
dentro del entorno de pintores de influencia francesa, lo circunscribimos en el entorno de los
paisajistas post-modernistas como figura secundaria416
Enrique Igual Ruiz (1896-1974) valenciano, estudia en San Carlos, vivió en Suiza donde
celebró diversas exposiciones individuales y colectivas en Berna, Lausana y Ginebra.
Especializado en paisaje, su temática transcurrió por la Serranía madrileña, Mallorca y Granada.
Fue un representaste del luminismo valenciano de corte sorollista. 417
416 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
417 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
703
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Enrique Prieto: creemos que Francés se refiere a Gregorio Prieto Muñoz (1897-1992),
nacido en Valdepeñas, alumno de San Fernando y de Marceliano de Santa María, celebró su
primera exposición individual en el Ateneo de Madrid en 1919.Amigo de Cernuda y García Lorca
se traslada a Oxford. Incansable viajero, se dedicó al paisaje, pero también a la figura,
escenográfico, de temas greco-romanos algo afectados, fue en el trascurso del tiempo, un
pintor poeta, independientemente de la calidad de sus obras.
704
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Al discutirse en las Cámaras la concesión del crédito de 150.000 pesetas, para costear
los gastos de la Exposición de Arte Francés en el Retiro, el único diputado que se opone a la
concesión de dicho crédito es el jaimista Sr. García Guijarro.
705
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
estudios en Madrid, avalado por los pintores Fernando Cabrera y Francisco Laporta. Era una
pensión de mil pesetas anuales, lo que le permite conocer el Museo del Prado y cursar estudios
con el también alcoyano Emilio Sala (1850-1910), defensor de la intuición artística, como
característica de los maestros de la pintura y quien tenía un estudio-taller en Madrid. Su libro
―Gramática del Color‖418 se convertirá en el libro principal de estudio para los alumnos de Bellas
Artes
Durá, además de pintor fue fotograbador y director de prensa. Conoció a Sorolla del que
se dejó aconsejar. Realizó exposiciones en Madrid, Alcoy y San Sebastián. Como paisajista, fue
un luminista de factura suelta, que experimentó, con su pintura rápida y abocetada, la
instantánea del pintor de caballete al aire libre.419
Adolfo Durá, pintor de estudio, pero también de aire libre, pinta sus paisajes en Madrid y
sus parques (Oeste, El Retiro…) o se inspira en los pueblos relativamente cercanos de las
inmediaciones de Ávila (como Arenas de San Pedro), también el paisaje y los jardines de Alcoy
tienen su lugar en su lumínica paleta de colores. Profesional gráfico de la revista ―La Lidia‖ dejó
los testimonios de la fiesta de los toros en sus múltiples lienzos.
―El brío colorista que se adivina en sus otras obras,…). La identificación con la Naturaleza
es indudable (…)‖. Afirma Francés.
418 SALA, Emilio. Gramática del Color. Madrid. Viuda e hijos de Murillo, 1906.
419 ESPÍ VALDÉS, Adrián. Pintores de Alcoy. Valencia. Comunicación Gráfica SL. 2000.
706
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
707
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
708
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Emilio Varela ha colocado una bomba en los Salones del Círculo de Bellas Artes y ha
llevado el sobresalto y el desconcierto a los demás Expositores.
En éste artículo sobre el Museo de Arte Moderno. Francés ofrece varios juicios de valor
sobre la pintura en general y de paisaje, que quisiera destacar. Como contexto, aplaude la
conjunción de su amigo Mariano Benlliure, como director del Museo Moderno y, a la vez,
director general de Bellas Artes.
Mariano Benlliure (1862-1947), escultor y hermano del pintor José Benlliure estudió en
las Escuelas de Bellas Artes de San Carlos de su ciudad natal, Valencia, y en San Fernando de
420 A.A.V.V. Emilio Varela Pintor Universal. Valencia. Generalitat Valenciana. 2010.
709
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Madrid. Fue director de la Academia Española en Roma, y Académico desde 1901, tuvo gran
influencia en todas las actividades artísticas que se produjeron durante el primer cuarto de
siglo. Cesó como Director General de Bellas Artes en 1919 pero mantuvo el cargo de Director
del Museo de Arte Moderno hasta 1931.
Francés confía en su amigo para modernizar dicho Museo y acoge con esperanza la
creación de una Sala para la pintura francesa, así como acabar con el feudo de ese
―chamarilero de mal gusto‖ llamado Carlos de Haes, a quien le profesa verdadera inquina.
Distingue Francés dos partes diferenciadas que deben constituir el Museo: La pintura
desde Goya hasta 1900 y la de 1900 hasta 1918, de modo que cada lienzo se integre ―dentro
de su época‖.
Para acabar, hace una relación de pintores que deben de figurar en la redacción de un
futuro catálogo y estar presentes, por tanto, en el Museo y en ésta, para los pintores desde
1900 encontramos a varios de nuestros paisajistas: Rusiñol, Raurich, Mir, Verdugo Landi.
En Buenos Aires ha celebrado José Pinelo Llull la XIV Exposición de Pintura Española,
Más de veinte años lleva consagrado Pinelo a esta eficaz valoración de los prestigios
pictóricos de España en América. La guerra había interrumpido la serie de exposiciones, y este
lapso de tiempo entre 1914 y 1918 ha sido aprovechado por Pinelo para reunir un conjunto de
obras más espléndido que nunca.
José Pinelo Llull se establece en Sevilla en 1882 como especialista en el género del
paisaje. Es a comienzos de 1900 cuando inicia sus exposiciones en América. 421 Su hijo, también
paisajista, José Pinelo Yanes, lo acompañó en sus viajes a Buenos Aires y Montevideo. Como
apunta Francés en su comentario, en ésta ocasión se vendieron unas cien obras, contribuyendo
a expandir el arte español, desde principios del XIX hasta la pintura contemporánea.
421 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
710
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
711
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Inocencio Medina Vera (…), ha venido a morir en Archena, el mismo pueblo donde
nació hace poco más de cuarenta años.
Inocencio Medina Vera (1876 -1918) fue hijo de un maestro de escuela de Archena
(Murcia) con manifiestas aptitudes artísticas en 1895 se dirige a la diputación Provincial de
Murcia solicitando una beca de estudios que no consigue. Al fin, estudia pintura con Antonio de
la Torre en Madrid ,donde coincide con su primo el poeta Vicente Medina haciendo el servicio
militar a quien ilustra algunas de sus poesías como "la Cansera‖ y otras que aparecieron en la
revista "la Vida Literaria" de Jacinto Benavente. Se presenta la exposición nacional de 1899
consiguiendo una mención honorífica. Obtiene un encargo para pintar en el teatro Romea de
Murcia retratos de autores y actores en el techo del vestíbulo. En 1901 decora en su Archena
natal del comedor de don Serafín Sánchez recibiendo nuevos encargos en Cartagena a la
nacional de 1904 presentó "A casa que llueve‖, cuadro de anécdota taurina, obteniendo una
medalla de tercera clase en relación al de 1906 consiguió una segunda medalla con el cuadro
Bautizo en la huerta de Murcia. En Madrid ya instalado alcanzó notoriedad como destacado
colaborador de la revista Blanco y Negro ilustrando sus páginas así como otras publicaciones
como Mundo Gráfico, Nuevo Mundo y La Esfera. Ilustró también publicaciones como El Cuento
Semanal y Los Contemporáneos. En 1912 embarca hacia Argentina allí funda La Semana
712
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Universal, revista ilustrada, siendo acogido favorablemente por la sociedad bonaerense .En
Rosario de Santa Fe, quedaron algunas muestras de su obra.
En 1915 vuelve a España y presentaba en la Nacional de ese año Un día más que no fue
galardonada. Medina Vera, entonces, se dedica a interpretar la vida y los tipos madrileños
hasta 1917, que marcha del nuevo a Argentina regresando en agosto de 1918 ya enfermo,
muriendo en su pueblo natal Archena a los 42 años.422
Medina Vera es ante todo un pintor costumbrista que traslada a sus lienzos su visión del
campo y de la huerta de Murcia. Para Francés representa la ―plasmación íntima tierna y
emocional de los tipos paisajes y costumbres de su tierra natal‖. Francés en su crónica sobre la
muerte de Inocencio Medina vera carga contra la "la desgracia de nacer en España, país de los
guerreros y audaces" ―de esas tres vergüenzas: toreros, ministros y cupletistas‖ denunciando
que le fue más propicia América de su patria y recalcando sus dolorosos comienzos sus
esfuerzos gigantescos para abrirse camino refugiándose en la colaboración de los semanarios
ilustrados para poder seguir pintando. El costumbrismo castizo un tanto idealizado de Medina
Vera nos recuerda la obra de José Mongrell (1870-1937 ) el pintor valenciano ,coetáneo del
murciano, que tan acertadamente descubre la huerta de la Valencia costumbrista, con ese
cielo nítido barrido por el viento de levante o de poniente, y la luminosidad cristalina de los
horizontes sin niebla donde todo es evidente donde el claroscuro y la luz cegadora conforma los
volúmenes dotándolos de una presencia lumínica y reverberante que los pintores levantinos con
Sorolla a la cabeza supieron reflejar con la habilidad de la captación del instante. El
fallecimiento de Medina vera fue recogido por la revista la Esfera con un artículo dedicado a su
obra firmado por Silvio Lago (José Francés) en noviembre de 1918.
422 A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
713
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
714
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
SANTIAGO SEGURA
Doblemente interesante éste artículo de Francés que rinde homenaje al galerista catalán
Santiago Segura (1878-1918) Este auténtico dinamizador de la vida artística de Barcelona,
nació en Sabadell y llegó a fundar varias galerías de Arte: La Pinacoteca, La Basílica, Fayans
Catalá y Galerías Layetanas.
715
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Verdadero mentor del noucentismo, apoyó a artistas como Isidro Nonell y Sunyer. Fue
co-fundador de una de las agrupaciones de artistas más importantes del primer cuarto de siglo
en Barcelona ―Les Arts y Els Artistes‖ cuyo objetivo era la celebración de dos exposiciones
anuales, que más o menos fueron realizándose hasta 1933, además de participar como las
otras asociaciones existentes, en las Exposiciones Municipales de Primavera, de las que hemos
tenido ocasión de tratar con Francés.
En 1915 fundó las Galerías Layetanas, financiando a su vez revistas artísticas y literarias
como Picarol (1912) La Revista Nova (1914) y Vell i Nou (1915).
MEMORANDA
El dolor humano. Cuadro de Pilar Montaner. El Pilar Montaner de Sureda. El Año Artístico 1918
Año Artístico 1918.
716
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pilar Montaner de Sureda (1876-1961) Fue alumna de Sorolla. Casó con Juan Sureda de
una de las familias mallorquinas más adineradas. En su villa de Valldemosa recibieron a las
personalidades de la época como Rubén Darío, Gabriel Alomar y Miguel de Unamuno.
Realizó viajes con su marido por toda Europa, al mismo tiempo que exponía. Su fortuna
cambió al parecer hacia 1930, permaneciendo desde entonces en la Isla de Mallorca. Expuso en
Palma por vez primera en 1910 y fue primera medalla en la Exposición Universal de Barcelona
de 1911. Expuso en 1917 en la Sala Parés de Barcelona y, en el año que nos ocupa expone en
el Círculo de Bellas Artes, evento que motiva ésta crítica de Francés. Artista poco conocida en la
actualidad, realiza una pintura lumínica y colorista casi fauve en los colores claros y
contrastados de sus paisajes de Mallorca y de su jardín.
717
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
718
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
719
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Estos jóvenes pintores conocerían las últimas novedades de arte francés, empezando por
el Impresionismo, Cèzanne, Picasso, Matisse, Van Gogh…precisamente en la biblioteca de
Tryon424. La estancia en Murcia de Tryon abarca desde 1914 a 1920. Desde allí, pinta las
comarcas y pueblos del sureste, Jijona, Cieza…hasta Teruel.
Wyndham Tryon mantiene el pulso dibujístico en sus paisajes, herencia del clasicismo
detallista victoriano, pero dota a su pintura de una paleta clara, cegadora de cadmios abrasados
por la luz que todo lo invade, hasta las sombras, calcina el paisaje en un grado superior a la
escuela luminista valenciana heredera de Sorolla. Aquí no hay emparrados que valgan para
contrastar el sol, no existen las sombrillas, ni la brisa marina. Sólo la aridez del sureste
profundo, difícil de explicar, difícil de plasmar en un lienzo sin las referencias verdes y azules
del cercano mediterráneo.
Tryon pinta lo intrahistórico del sureste, aquello que nadie se atrevía a colocar en el
bastidor para ser pintado: la aridez sin paliativos.
423 BELDA NAVARRO, Cristóbal. Deja en mis ojos su mirada. Homenajes en la pintura de Ramón Gaya. Murcia.
Fundación Cajamurcia, 2011.
424 BALLESTER, Juan. "Pintores ingleses, una vuelta esperada". Madrid, ABC de las Artes. Dos de Abril 1993.Pag.36
BALLESTER, Juan. "Pintores ingleses, una vuelta esperada‖. Madrid, ABC de las Artes. Dos de Abril 1993 .Pag.36.1993.
720
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
721
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
González Ruano, sobre el carácter del pintor afirmará: ―Celso Lagar no iba con nadie‖, de
hecho, cuando a Domingo Carles le expone su teoría sobre el Planismo, lo hace con éstas
palabras ―El color y la forma comprendida en el planismo, son, después del sentimiento, los
elementos del arte bello‖426
722
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Palabras duras del ilustre crítico, desde la tribuna de España, la revista de Ortega y
Gasset, que, junto con Francés y otros críticos, no dudamos en que desanimarían a Lagar en su
intento de difundir su arte en España.
J.M. Junoy. Oda a Guynemer. Librería Antonio Celso Lagar. Homenaje a Guynemer.1917
Lopez.1918
723
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OTRAS EXPOSICIONES
Los trabajos de los Pensionistas del Paular, realizados en verano y parte del otoño de
1918, se exponen en el local de los Amigos del Arte de Madrid.
Francés destaca la obra de Octavio Pinto, Pérez Rubio, Gregorio Prieto, Igual Ruiz y José
Frau.
724
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Octavio Pinto. Frente a La Cartuja. T. Pérez Rubio Hojas Secas. La Esfera. Diciembre 1918 (los títulos
figuran cambiados)
Luis de La Rocha. Iglesia de Montigny La Esfera. Octavio Pinto. La Fuente ciega. La Esfera.
Diciembre 1918. Marzo 1919
725
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Los Sres. Benlliure, Moreno Carbonero y Errazu, designados por la Sociedad Española
de Amigos del Arte, y los Sres. Muñoz Degrain, Villegas, Doménech y Beruete, por la Dirección
general de Bellas Artes, que constituyen el Jurado para adjudicar los premios en metálico a los
pensionados en el Monasterio del Paular, acordaron distribuir entre los ocho becarios, a partes
iguales, la cantidad de 1.675 pesetas, que importa lo destinado a premios por la Sociedad
citada y la Dirección general de Bellas Artes.
El Jurado concedió tres diplomas a los Sres. Pérez-Rubio, Llop y Frau, dístintinción que
significa la prórroga de la pensión respectiva para el verano del año próximo.
Se expusieron, los trabajos de los paisajistas de El Paular en el local de los Amigos del
Arte de Madrid, éste mes de Noviembre de 1918 como hemos tenido ocasión de comentar,
siguiendo a Francés. Ahora éste jurado, entre los que figura Muñoz Degrain y Aureliano de
Beruete (hijo) adjudica los premios y la prórroga de pensiones para el próximo verano a los
paisajistas Pérez Rubio, Francisco LLop y José Frau. Sigue la tendencia de los Jurados de
conceder premios y pensiones a un estilo de paisaje derivado del impresionismo de la Ville
Lumière, y del Luminismo Sorollista. Nada de ―lo nuevo‖.
MEMORANDA
Son nombrados Director y Subdirector del Museo del Prado el crítico de arte D.
Aureliano de Beruete y Moret y el pintor D. Fernando Álvarez de Sotomayor, respectivamente.
726
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fue en diciembre de 1918, y la Asociación de Amigos de las Artes pretende con éste
Salón obtener obras y recursos para la formación del Museo Nacional de Arte Moderno,
concebido como un museo de la pintura contemporánea catalana, dentro de un compromiso
entre continuidad e innovación. Esta muestra fue monopolizada por los Noucentistas 428 .Una
tercera parte de los expositores salían de la Academia Galí. Cabe destacar la presencia de
Picasso con dos obras de juventud y de Torres-García con cuatro obras con el tema del paisaje
urbano vibracionista. El Salón tuvo continuidad en 1920 y el tercero se celebró a finales de
1921.
José Seijo Rubio pinta un paisaje de raíces clasicistas. En ésta ocasión presenta en La
Coruña cincuenta paisajes de su tierra, Galicia. Luminosidad y melancolía son los calificativos
que le dedica La Esfera en su crítica, no firmada, de febrero de 1919
727
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
728
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
729
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
730
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
731
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
732
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
733
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MADRID 1920―
Octavio Pinto fue un inquieto paisajista, glosado por el también argentino escritor y
periodista Manuel Gálvez (1882-1962) a quien cita Francés en su crónica. Pinto ya tenía una
sólida reputación en el País de la Plata, antes de llegar pensionado por la Dirección General de
Bellas Artes, en El Paular
En ésta ocasión presenta Octavio Pinto sus paisajes de Marruecos, después de una
estancia en Tánger y Tetuán, junto con visiones de paisajes españoles: Galicia, Guipúzcoa,
Santander….
Pintor colorista de factura suelta, expone en el Salón del Ateneo su nueva obra con 29
años, mereciendo una crónica laudatoria de nuestro crítico, que crea expectación ante su viaje
a Mallorca y su probable trabajo sobre la ―Isla Dorada‖.
―Las visiones españolas y marroquíes de Octavio Pinto son de una veracidad elocuente y
característica. Cada cuadro tiene la expresión que necesita, sugiere la evocación exacta del
lugar y de la luz‖ opina Francés.
734
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Tiene lugar en Enero de 1919 ésta exposición de recaudación de fondos para su familia.
Recordemos que Francés se lamentaba amargamente de la situación en la que quedan los
artistas cuando enferman, así como sus familias ante un deceso como el que nos ocupa. Uno de
los motivos principales para la creación de las Asociaciones de Artistas es precisamente el de
evitar en lo posible que a la tragedia vital no se una la económica. Cuando en Abril de 1910
fallece en Gratz (Austria) víctima de la tuberculosis el escultor Nemesio Mogrobejo, en auténtica
735
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El pintor Ignacio Zuloaga ha donado al Museo de Bellas Artes, de Bilbao, un paisaje del
pintor azcoitiano del siglo XVII Ignacio de Iriarte, que fué el creador de este género en España.
El gesto de Zuloaga forma parte de los dirigidos a congraciarse con los centros artísticos
y de poder contemporáneos con los que no terminaba de establecer una relación fluida debido
a las famosa ―Cuestión Zuloaga‖ por la que sus cuadros eran puestos en cuestión al ofrecer una
imagen de la España grotesca a través de un casticismo de pandereta no bien entendido por
algunos sus coetáneos, que calificaban su pintura de anti-patriótica y por el contrario,
aspiraban a mostrar a Europa y a América una ―España Blanca‖, más cercana a Sorolla que a
Zuloaga.
429 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
736
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se enroló, como patriota italiano, en las filas del ejército para combatir al austríaco. De
ahí viene ésta exposición que nada tiene que ver con su obra de paz, enmarcada en el
modernismo-simbolismo.
Los Futuristas italianos hicieron del movimiento bélico su leit motiv, ensalzando el ruido
de los motores y la grandiosidad de la nueva tecnología mortífera. Fue como el descubrimiento
poético de la máquina incorporada al paisaje. La velocidad, el ruido de una metralleta, fueron
percibidos como signos de fuerza y dinamismo. Gino Severini (1883-1966), el pintor Futurista,
fusionó el Futurismo con el Cubismo, consiguiendo, dotando a la composición de un extremo
dinamismo, uno de los máximos logros de la Vanguardia de primeros de siglo.
737
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No es el caso de Julio Aristides Sartorio, que no está en éstos mundos estéticos tan
vanguardistas. Sartorio emplea su estilo simbolista de base pre-rafaelita para transcribir al
lienzo algunos de los episodios de la guerra del 14, de los que ha sido partícipe. Se diría que
intenta ser veraz. Como bien apunta Francés no es el mejor, pero sí el más actual.
―(Sartorio) (…) Agrupa multitudes, esboza lejanías, elige trozos de Naturaleza, busca
motivos armoniosos, muy certeramente, a través de la monotonía temática un poco repetida.
Sin falsear los hechos y los lugares—la mayoría de los cuadros Llevan una fecha y un
emplazamiento real—, su fantasía le da encanto novelesco a lo que está reflejado escuetamente
en un parte militar.‖ Dice Francés.
Aristides Sartorio. Escenas de la Gran Guerra .Circa 1915 Gino Severini. Tren blindado en acción.1915
738
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Destacamos al paisajista Rafael Gordon, que no es otro que el francés Raphael Gourdon
(1852-1924), que expuso en Layetanas del 25 de enero al 7 de febrero y en Casa Riba en
marzo del mismo año. Pintor clasicista, al parecer otro refugiado de la Gran Guerra. Y Eliseo
Meifrén, recién llegado de Mallorca. Meifrén fue Director de la Escuela de Bellas Artes de Palma,
y alternó desde entonces sus estancias en Mallorca.
El Círculo de Bellas Artes, de Madrid, ha celebrado tres concursos, donde han sido
premiados cinco pintores, dos escultores y un grabador Los fallos han sido:
739
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Tres pintores de paisaje premiados, sobre cinco, demuestra ésta elección del círculo que
el paisaje está de actualidad y que, además hay paisajistas de calidad, que es el caso Pérez
Rubio, y Eduardo Martínez Vázquez. En cuanto a Eduardo Navarro, todavía permanece anclado
a reminiscencias tardo-románticas.
En el Club Alpino Español celebra una Exposición de Paisajes de los Picos de Europa
Octavio Bianqui.
740
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En las galerías Laitetanas, de Barcelona, expone varias obras suyas el pintor catalán
Domingo Carles
En el mismo local (Patio del Ministerio de Estado) expone el pintor Luis Huidobro 37
paisajes de la Sierra de Gredos y de los Picos de Europa.
Luis Huidobro, pintor de Madrid y sus rincones, ofrece su visión realista de las montañas
y los pueblos de la España castiza, profundan, que La Esfera se encarga de publicitar en Julio
de 1919, con carácter de documento etnográfico
El año 1919 empieza para Sorolla concluyendo, el 9 de Enero, el Panel de Elche iniciado
en 1918 y viajando entre el 12 y el 14 a Benidorm, Denia, Jávea, Gata y Calpe (Alicante). Luego
parte a su casa de Madrid y en Mayo está en Sevilla, buscando el tema para su último panel
431 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
432 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
433 MARAGALL Joan. A. Historia de la Sala Parés .Barcelona.Selecta, 1975.
741
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
para la Hispanic Society, temática que encuentra en Ayamonte (Huelva).El cuadro lo termina el
29 de junio de 1919 y ,por tanto, su serie sobre la ―Visión de España‖.
Allí mismo recibe las felicitaciones de Alfonso XIII434. Unos días antes, como vemos, es
nombrado profesor de Colorido y Composición en la Escuela de Bellas Artes de S. Fernando. En
el mes siguiente, Julio de 1919 sería nombrado también director de la Residencia de Paisajistas
de El Paular.
742
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
743
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La diversidad polifacética de sus obras señala por de pronto una ansiedad, una
inquietud visuales y sensoriales que le redime de la vulgaridad ajena y le hace gravemente
respetable a los hombres de buena voluntad.
Desde luego lo más interesante de su Exposición eran las notas vibracionistas. Llegan
en la evolución técnica y estética de Barradas, después de los realismos naturales‖(…)
José Francés abre su crítica con un espaldarazo hacia la actitud y los resultados de Rafael
Barradas, al calificarlo de ―un artista original y sincero‖ frente a parte de la crítica madrileña que
ha saludado la exposición del Salón Mateu con ―burdas y groseras cuchufletas‖.
744
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Leemos en las cartas que se escriben entre Joaquín Torres-García y Rafael Barradas lo
siguiente436:
Carta IX: Barcelona 22 febrero 1919 De Torres- García a Rafael Barradas: ―La revista
sudamericana que hace De Pedro (escritor argentino) ha publicado un artículo sobre
Vibracionismo (Vibracionismo de Barradas) que pienso deben ya Uds. conocer. Si no ha llegado
a sus manos, déme aviso y pediré que les remitan un ejemplar. Si Francés se ocupa de mi libro
en ―La Esfera‖ (…) indíqueme el número para pedirlo aquí. (…)
Carta XII. Barcelona 23 marzo de 1919. De Torres- García a Rafael Barradas: ―Sé que
Francés ha publicado mi retrato en La Esfera con una nota encomiástica, pero no he podido dar
con el ejemplar.‖
En efecto, Francés se hace eco en La Esfera del 22 de Febrero de 1919 del libro de
Torres-García, con su fotografía, con éstas palabras: Deleitoso desquite de anteriores lecturas
ha sido el libro de Torres García, que quisiéramos ver en las manos de artistas y críticos. Se
titula El Descubrimiento de sí mismo(…) y ejerce en el alma la sensación auroral de revelaciones
sencillas y serenas, el sosiego íntimo que estela el pensamiento íntegro de un escritor(…).
435 GONZALEZ MADRID, María José. FUSTER DEL ALCAZAR, Enrique VIRGILI CARBONELL, Eva. Rafael Barradas 1914-
1929. L´Hospitalet. Centre Cultural Tecla Sala, 2004.
436 GARCIA-SEDAS Pilar. J. Torres-García y Rafael Barradas un diálogo escrito 1918-1928. Parsifal Ediciones. Barcelona
2001.
745
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
746
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés afirma que su exposición ―pasó punto menos que inadvertida‖ por la Semana
Santa y la crisis ministerial. Respecto a la segunda, señalar que se trató de la caída del gobierno
de turno, en éste caso de Romanones y su sustitución por un acentuado gobierno conservador
presidido por Antonio Maura. Los motivos del giro hacia la derecha tuvieron que ver con la
situación de desorden social en Barcelona, así como el avance del anarquismo rural en
Andalucía.
Para Francés, Maroto presenta una pintura donde busca el ritmo y el color ―a pesar de la
literatura del catálogo‖.
747
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OCHOA Y AGUIRRE
Enrique Ochoa es uno de los colaboradores más asiduos de La Esfera. Aguirre publica
una caricatura diaria y actualista en El Fígaro. Sin embargo, los dos dibujantes se desligan, en
parte, de ese encasillamiento que la suerte les impone y dan, en cambio, notas distintas de lo
que significa su reputación.
Ochoa expone retratos al lado de sus dibujos editoriales. (…) Aguirre (…) presenta
retratos y algunos dibujos y paisajes. Los paisajes tienen emoción; (…)
Lorenzo Aguirre (1884-1942) nace en Pamplona, pero en 1887 se trasladará con sus
padres a Alicante donde realizará sus estudios de pintura en el taller de Lorenzo Casanova y
Lorenzo Pericás. Retratista y Paisajista. Llega a París en 1905,donde asiste al evento del III
Salón de Otoño de Octubre, donde se exponen las nuevas tendencias Fauvístas de Matisse y
Derain.
En 1907 empieza su colaboración con las Revistas Gráficas, como La Esfera y Nuevo
Mundo de Madrid, participando en 1917 en el III salón de humoristas437.
En Diciembre de 1920 realiza una exposición individual en Madrid, recogida por José
Francés y de la que hablaremos más adelante
437 DIAZ EREÑO, Gregorio. PAREDES GIRALDO, Camino .Lorenzo Aguirre. Alicante. Instituto de cultura Juan Gil
Albert.2003.
748
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
VARIOS PAISAJISTAS
De los cuatro pintores paisajistas aludidos, hablaremos del único al que no nos hemos
referido en éstas páginas hasta ahora.
―La Exposición se hacía, además, después de muerto Tomás Martín, (…) La gente
acudió al doble y justo reclamo de las obras asequibles de concepto y de precio, con lo cual el
Círculo de Bellas Artes ha podido reparar un olvido y remediar un desamparo.‖
749
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
750
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
751
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por primera vez dirige, desde hace poco más de un año, los asuntos artísticos en
España un artista. (…) España, nación adormilada por una neutralidad lamentable también,
evoluciona y se dispone a rectificar sus errores pretéritos.
—Vamos a ver, Mariano—le pregunto—. ¿Qué significación cree usted que tiene esta
Exposición?
752
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ERRORES Y DESACIERTOS
Instalación de las obras de Joaquín Sorolla en la Exposición española de París. El Año Artístico 1919
753
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
754
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LAS ADQUISICIONES
PINTURA
755
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nuestro crítico se pronuncia acerca de lo que debe de ser un gobierno del Estado, que
no se debe dejar a la audacia a la adulación o al dinero circunstancia que produce ministros
analfabetos caciques o servilismos de gabinete. Al contrario Francés aboga por los hombres de
laboratorio de estudio de taller sean quienes invadan los organismos oficiales.
En cuanto a los artistas españoles alaba, al igual que los escritores y los hombres de
ciencia su posicionamiento al lado de la causa aliada. Francófilo, Francés es presidente del
Comité de aproximación franco española y preside la Comisión que organiza el intercambio
entre ambas naciones. Una vez realizada la exposición de pintura francesa en Madrid en 1918
que tanta crítica suscitó por parte de Francés, ahora se celebra en París en el Petit Palais la
Exposición de pintura española en París.
Mariano Benlliure le cuenta a Francés que habrá un salón de honor para las obras de
Goya y después vendrán todos los pintores que desde 1870 hasta hoy han alcanzado alguna
reputación en la pintura española. Estamos hablando por tanto de la generación Muñoz
Degrain, Beruete,(1864-1878) la siguiente de Regoyos Rusiñol y Sorolla (1879- 1893) la de
Zuloaga, Anglada, Mir, Sunyer, Raurich, LLoréns (1894 -1908) para acabar con la generación
contemporánea de 1909 -1923 representada por Aurelio Arteta, Vázquez Díaz, Solana, Cristóbal
Ruiz, Telaeche, García Maroto, Vila Puig ,Domingo Carles.
La Comisión del Comité de aproximación (presidido dicho comité por el Duque de Alba)
cuenta en este caso con el apoyo de la Casa Real de la Presidencia el Consejo de ministros en
la persona del Conde de Romanones, de academias museos centros oficiales y colecciones de
particulares cuenta asimismo con la prensa y los principales críticos de arte quienes preparan
las conferencias pertinentes.
Debemos de señalar que la gran mayoría de las obras presentadas en París pertenecían
al género del retrato y del costumbrismo, siendo minoritario el género del paisaje.
Esta crítica empieza con la decepción por las conferencias que deberían de pronunciarse.
Los críticos de arte Rafael Doménech, Ángel Vegue Goldoni, Beruete y Moret, y el mismo
Francés fueron los escogidos para tal menester el tema de José Francés se titulaba "la Moderna
756
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
pintura española" dice Francés "elegí este tema porque siempre creí que la exposición de
pintura española debió ser exclusivamente contemporánea. Todo lo más, Goya, que es eterno
(…) y después iniciar un punto de partida es selección de las obras en Joaquín Sorolla y
terminar en Pablo Picasso creador del cubismo".
Pronto se desvanece su ilusión pues los críticos solicitados fueron relegados a un aspecto
secundario por el Comité de aproximación dirigido por "el capricho y las pasiones" de don
Gonzalo Bilbao. Si bien Rafael Doménech y Vegue dieron sus conferencias en el Ateneo,
Francés se negó a dar su conferencia y finalmente se acordó prescindir de las dos conferencias
de París que debían pronunciar Rafael Doménech y Vegue.
Cuando le encargan la confección del catálogo a José Francés y del análisis de autores,
protesta con toda energía porque aquello no era la representación de la pintura y escultura
contemporánea. Entonces nuestro crítico adquiere un protagonismo importante facilitando
unas listas de modernos artistas catalanes y vascos de los que se había prescindido y se logra
de este modo la presencia de la pintura de ambas regiones con su carga de modernidad en la
exposición de París.
Es importante reseñar ese trabajo de José Francés por cuanto todo nos indica su
espíritu de apertura y curiosidad ponderada por el arte que se realiza en los dos principales
focos de la modernidad española de 1919.
Nuestro crítico se niega a ir a París por solidaridad con sus compañeros de profesión y
salva de su negativa percepción su amigo Mariano Benlliure por su natural deseo de conciliarlo
todo.
De equívoco anacrónico tilda esta exposición Francés y señala como causante a Gonzalo
Bilbao y al delegado de Francia, M. Dawant.
―Es Zuloaga y Anglada junto con los maestros jóvenes quienes deben de representar la
moderna pintura española y no las antiguallas pictóricas que se llevaron del museo de arte
moderno, como Uncete, Palmaroli, Ulpiano Checa, Navarrete, Jiménez, Mélida, Jiménez Aranda,
Arcos, Casado del Alisal ,Araujo…etc..
Ninguna obra de los más admirables pintores actuales, como Gustavo Bacarisas y
tampoco de Regoyos, Guiard, Guinea, Iturrino, Echevarría, Mogrobejo, por los vascos y Joaquín
Sunyer, Torres García, Galí, Nogues por los catalanes‖ -apunta Francés-.
Como obras destacadas ya centrados en los paisajistas hubo pocos pintores que
representasen la coetaneidad del momento artístico español en el Petit Palais. Aun así, la
exposición fue bien acogida en París. Ante todo Goya fue el éxito claro y rotundo. Y en la
757
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Entre los pintores contemporáneos, las escenas de playa de Sorolla como "Después del
baño" "Niños en la playa" . Zuloaga y López Mequita están representados como retratistas.
Entre los vascos Aureliano Arteta con "salida de las lanchas" Francisco Llorens con "el valle de
Samoedo‖. Joaquín Mir con "las cercanías del pueblo" Raurich con "Mediterráneo" "Pirineos".
Rusiñol con "almendros floridos", Verdugo Landi con "Puesta de sol".
A partir de aquí José Francés dispone la crítica que se vertió sobre la exposición por parte
de la prensa francesa especializada y curiosamente transcribe los artículos en la lengua
francesa.
Destacamos los tonos luminosos de los pintores valencianos y las gamas neutras y
armónicas de los pintores vascos con sus costumbres todavía primitivas con Zubiaurre, Arteta y
Maeztu. Cèzanne ha hecho muchos adeptos, la saga audaz representada por Raurich, el
paisajista nervioso y franco Mir, Colom imbuido de impresionismo francés, Domingo Carles,
Urgell, Isern apelan al ideal Mediterráneo.
Pere Isern Alié (1875-1946) Barcelonés, estudia en la Academia de Pere Borrell formando
el grupo artístico llamado ―El Rovell de L‘Ou‖, junto con Junyent, Pi de la Serra, Xavier Nogués
entre otros. En 1886 marcha a Roma. En 1889 está en París con Pidelaserra y Emili Fontbona,
apuntándose a la Academia Colarossi e inició una fuerte amistad con Anglada en París. Afincado
758
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
en París, pintaba en los veranos en Tossa (Barcelona) y Pollensa (Mallorca). Isern asimila el
mundo impresionista, color y luminosidad serán sus características.438
Arsene Alexandre en Le Figaro : las obras de Sorolla Zuloaga ,Beruete, Canals, Rusiñol,
Marín Bagués, R y V de Zubiaurre, Carlos Vázquez… Os parecerán objeto de estudios y de
sorpresa.
Francis de Miomandre en Excelsior: Zuloaga que es desde hace mucho tiempo no sólo un
amigo de Francia sino un Parísino de elección. Manifiesta desde sus primeras obras un talento
de colorista sutil a la vez que poderoso decorador.
L‘Imagier en L‘Oeuvre: entre todos los vivos, Ignacio Zuloaga representa un bello paisaje
de Pancorbo, Rusiñol, Sorolla…
438 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
759
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
760
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1920.Madrid), admiradora de Renoir, Manet, Sise, realiza una pintura impresionista circunscrita
al género del retrato y algunos paisajes como en ésta exposición de Madrid, aunque mantenía
lazos más estrechos con el País Vasco, sus paisajes y sus costumbres. Un retrato de la pintora
fue pintado por Valentín de Zubiaurre.
SU SIGNIFICACIÓN
761
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
762
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La sección española respondía a los mismos criterios a los que Francés hace mención
continuamente:"nuestro renacimiento artístico".
(…) ―la sección española de la Exposición de Zaragoza fué como una síntesis del arte
contemporáneo en todas las regiones de nuestra patria. En cuanto a la libertad expresiva de las
763
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
tendencias, bastará decir que en el catálogo figuraban desde el decano de nuestros pintores,
Francisco Domigo Marqués, hasta Pablo Picasso‖.
Como apunta Francés, en la sección española figuraba desde Domingo Marqués (1842-
1920), el decano de los pintores españoles hasta Pablo Picasso.
Anselmo Guinea (1854-1906) nacido en Abando (Bilbao) fue profesor de artes y oficios
en Bilbao .Se formó en el estudio de Federico de Madrazo en Madrid, viajó a Roma y concurrió
a las exposiciones de Bellas Artes nacionales. Guinea fue un gran dibujante su paleta de colores
diáfanos transparentes puros, retratista costumbrista y paisajista ,como paisajista pintó la
campiña de Vizcaya ofreciendo una composición poética dentro de los esquemas clasicistas
Ascensio Martiarena (1883-1966) nacido en San Sebastián destacado era muy temprana
por su pasión por un dibujo. Inicie estudios de ingeniería que pronto abandona para dedicarse
al arte en 1900 se traslada a Madrid e ingresa en la academia que tenía Marceliano de
Santamaria en la capital en 1902 marcha a París con Julián de Tellaeche e ingresa en la escuela
de Jean Paul Laurens, su auténtico maestro a partir de este momento residiera en París por
temporadas. A su regreso de Francia consigue ser nombrado académico del área de la Real
Academia de bellas artes de San Fernando presentando sus obras a las exposiciones
nacionales.440 En esta exposición hispano francesa de Zaragoza obtuvo una medalla de honor.
764
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
441
Pablo Uranga (1861-1934) nacido en Vitoria estuvo cuidado por sus familiares más
allegados a quedarse huérfano de padre y madre los siete años. Vivió en diferentes localidades
del País Vasco y en Jerez de la frontera. Inicia su preparación artística en la escuela de artes y
oficios de Vitoria. Pero es en su estancia en Madrid a partir de 1884 como alumno de la
academia de San Fernando cuando empieza su instrucción artística, conoce a Ignacio Zuloaga y
junto con el escultor Paco Durrio, el trío recorrerá las planicies y los montes castellanos de
Segovia, Ávila, Toledo. En 1890 viaja a París y sigue la bohemia junto con sus amigos Durrio y
Zuloaga además de conocer a Rusiñol y Ricardo Canals que allí se encontraban. Su obra tiene
buena acogida en París aunque su retraimiento le reafirmó en el País Vasco fijando su
residencia en Vitoria donde recibe un importante número de encargos, dedicándose a recorrer
la geografía vasca. Uranga pasa por ser un pintor instintivo de factura simple y enérgica con
cuadros cargados de material de colores y líneas simplificadas deudoras del impresionismo
francés.
Entre los paisajistas Gallegos figura en la exposición Jesús Corredoira (1889-1939) nacido
en Lugo estudia en Madrid siendo discípulo de Sorolla y Cecilio Pla, celebró numerosas
exposiciones en España Argentina Uruguay y Chile y Nueva York concurriendo nacionales de
441 GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros
Bilbao. Fundación Kutxa nº 2, 1993.
765
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
bellas artes de 1908 y 1910 sus obras son retratos, cuadros de costumbres y paisajes intimistas
con las tonalidades contenidas, atemperadas que conforman el paisaje gallego.
766
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Santa María, asistió a las clases en la Escuela de San Fernando y estudió en el taller de
Manuel Domínguez Sánchez junto con Álvarez de Sotomayor y Chicharro. Fue pensionado en
Roma por la diputación de Burgos en 1891 y ejerció también como crítico de arte cosechó
cargos y condecoraciones a lo largo de su vida y fue también asiduo representante en las
Exposiciones Nacionales de Bellas Artes a partir de 1923. Participó en casi medio centenar de
exposiciones nacionales e internacionales. Muestras individuales de sus cuadros se celebraron
en Madrid, Barcelona y Bilbao; paisajista y retratista es notoria su formación decimonónica que
evoluciona hacia una pintura fresca con un gran dominio del dibujo con espontaneidad y
contornos difuminados de un colorido claro y atrayente, siempre dentro de los esquemas
literarios clasicistas a los que aporta un gran dominio de la paleta en los colores más claros
azules ultramar, amarillos casi cadmios y naranjas, dentro de un equilibrio compositivo de raíces
clásicas.442
442 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
767
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
768
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Enlaza este entusiasmo por las exposiciones descentralizadas con la oportunidad de que
toda España puede estar al tanto de las más avanzadas tendencias pictóricas gracias a los
artistas extranjeros‖ que la guerra desperdigó por nuestra patria‖. Y une esta oportunidad con
los conjuntos de exposiciones de Barcelona Zaragoza y Bilbao de la pintura francesa (omite la
exposición de Madrid).
769
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
obra de Joaquín Sunyer, Nogués, Aragay, Colom, Torres-García y enlaza con los "más nuevos"
a continuación destaca sin nombrarla, a la agrupación Courbet: Enric Ricart (1893-1953), Miró,
Rafael Sala, Espinal,… Togores en su etapa noucentista y los relaciona con los críticos de arte,
desglosa la renovación artística desde Barcelona citando a Román Jori, Junoy y Joan Sacs , las
revistas Revista Nova, Vell i Nou, Troços y La Revista. Para finalizar el círculo virtuoso de las
artes en Cataluña, nombrando a los marchantes de arte y galeristas: Santiago Segura y José
Dalmau.
Este artículo de Francés en el que de una forma esquemática expone la realidad artística
española forma parte del regeneracionismo sin solución de continuidad que identifica los tres
elementos tradicionales que deben ser superados para acceder a una auténtica modernidad no
ya sólo el mundo de las artes, sino de la modernidad como país. Desde el centralismo
académico y el pesimismo y como contrapunto de la luminosidad bulliciosa del mundo, España
ofrece "esas sombras rectangulares de los edificios tristes y desnudos: el asilo, el cuartel, el
monasterio‖.
770
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
771
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LA EXPOSICIÓN DE BADAJOZ
Los artistas extremeños han ratificado, por octava vez, la afirmación de sí mismos en
un esfuerzo mutuo. Organizada por el Ateneo de Badajoz, se celebró en esa capital la VIII
Exposición regional de Pintura; Escultura, Arte decorativo y Fotografía.
Una de las salas de la Exposición de Badajoz con cuadros de Hermoso y Caldera y dibujos de Juez y
Blanco. El Año Artístico 1919
Adelardo Covarsi y Eugenio Hermoso son los pintores extremeños, ambos costumbristas,
consagrados, Pérez Rubio y Juan Caldera son las promesas.
Si Joaquín Mir se nutre de los Fauves, los pintores paisajistas del Paular se nutren de
Joaquín Mir ―que es el veneno de los paisajistas jóvenes incapaces de asimilar la genialidad del
gran maestro catalán‖, al menos en lo que concierne a Pérez Rubio y José Frau. Tal es la
opinión de Francés.
El paisajista citado por Francés, a quien considera ―menos hecho‖ que Pérez Rubio, es
Juan Caldera (1897-1946), primera medalla de ésta exposición organizada por el Ateneo de
Badajoz.
Caldera, nacido en Cáceres, estudió en Madrid con Enrique Simonet y Cecilio Pla. De
impronta realista deriva hacia un luminismo contenido de temática regionalista acentuada en
el tipismo de sus cuadros de género y en los paisajes de arquitectura, como los que publica La
Esfera. A partir de 1926 abandonó paulatinamente la pintura, arte que retomó en la década de
los cuarenta.
772
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Adelardo Covarsi y Eugenio Hermoso son los pintores, ambos costumbristas, extremeños
consagrados, Pérez Rubio y Juan Caldera son las promesas.
MEMORANDA
Celso Lagar está en el sur de Francia, en Céret y expone en Bilbao, sus ―Planismos‖ en el
salón de la Gran Vía de la Asociación de Artistas Vascos. Ocurre a mediados de Abril de 1919
773
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Celso Lagar “Desnudo” (Detalle del fondo de paisaje) Obra Expuesta en los Salones de la Asociación de
Artistas Vascos. Bilbao. Abril 1919
Madrid, durante estos días congestionados del verano ha tenido ante sí la promesa
húmeda de los ubérrimos campos astures.
No; Madrid no ha podido comprender hasta qué punto ese cabal espectáculo de
Asturias ofrecido por Evaristo Valle significaba la más pura, la más dotada de valores positivos
de cuantas Exposiciones se han celebrado en Madrid este año. (…)
La Corrada. Evaristo Valle. El Año Artístico 1919. Las Palomas. Evaristo Valle. El Año Artístico 1919.
774
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Recoge Francés en ésta crónica cómo ―poco a poco‖ van volviendo a España los que
hubieron de abandonarla ―dolidos de la incomprensión‖ y cita a Vázquez Díaz, Iturrino y ,ahora,
Evaristo Valle.
Evaristo Valle (1873-1951) se inició en las artes gráficas y la caricatura, que marcaría una
impronta en sus tipos y personajes de aires caricaturescos emparentados con la España
profunda, grotesca y carnavalesca que desarrollará Gutiérrez Solana. En 1898, en París
colaborará en la litografía ―Chez Camus‖ y en la Exposición Universal de 1900, hasta que en
1902 decide dedicarse al óleo. En 1908 lo encontramos en París, ya no becado, sino por cuenta
propia, exponiendo un cuadro en el Salón de los Independientes. En 1910, como ya apuntamos,
volvió a Gijón, aquejado de agorafobia, dedicándose, encerrado en casa, a la literatura. En 1919
retoma su actividad pictórica. 443
Valle pinta manteniendo dos coordenadas: los personajes próximos a la caricatura y las
escenas literarias. Describe una escena en la que narra un hecho, unas actitudes de los
personajes, en un trasfondo de paisaje donde las gamas y tonos verdes, los sillares y las
argamasas de las casas y arquitecturas de Asturias lo acercan al costumbrismo folclórico de
original técnica post-impresionista. Semejante a las técnicas que aplicarán tanto Vázquez Dáz
como Iturrino a géneros tan españoles como el Género de Paisaje y de Costumbre, vistos desde
una ejecución transida de post-impresionismo. Los tres artistas, reluctantes al clasicismo
académico en la ejecución, no abandonarán los géneros clásicos españoles de principios del
siglo XX: el retrato, el paisaje, el costumbrismo, sino que los abordarán bajo la óptica de la
forma post-impresionista aprendida en la ciudad del Sena.
443 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
775
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Sorolla tiene 56 años cuando es nombrado profesor en San Fernando. En enero de 1919
había concluido el panel de Elche para la Hispanic Society, viaja a Murcia y a Jávea (Alicante)
,para regresar a su casa de Madrid a final del mes. 444 En Mayo se encuentra en Ayamonte
donde se prepara para pintar su último panel, ―La pesca del atún‖. Es el 29 de Junio cuando
termina su último panel y, por tanto, finiquita su serie ―Visión de España‖. El 27 de Junio es
444 DIEZ, José Luis. BARON, José (Edición). Joaquin Sorolla 1863-1923.Madrid.Museo Nacional del Prado,2009
776
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
nombrado profesor, tal como indica la noticia y el 8 de julio será nombrado también director de
la Escuela de Paisajistas del monasterio de El Paular.
En Julio viaja a Valencia y con su mujer y su hija Elena y el Dr. Sandoval, todos juntos se
trasladan posteriormente a Mallorca, donde pinta ―Elena en la cala de S. Vicente‖ entre otras
obras, luego, en Ibiza pintará ―Los contrabandistas‖ y Buscando Mariscos‖.
Ya en Madrid, los últimos meses del año 1919 se dedica Sorolla a impartir sus clases en
la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
Joaquín Sorolla (centro) en Elche. Emilio Varela a Joaquín Sorolla pintando “Los Contrabandistas”.
su izquierda.1919. Ibiza 1919
777
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En estos meses estivales, aletargada la vida artística en Madrid, bulle ágil y despierta en
el resto de España. Varias veces hemos hecho constar nuestro entusiasmo por esta
descentralización artística que se va acentuando en las provincias
Vuelve Francés en ésta crónica sobre el Arte valenciano a incidir en sus idas de
descentralización artística, aplaudiendo iniciativas que, como la realizada por la Juventud
Artística Valenciana, camina por la senda de la descentralización artística, fuera del ambiente
de las centralistas Exposiciones Nacionales de Madrid. El escritor Levantino García-Colas (citado
por Francés) propone la sugerente idea del ―interregionalismo‖ concepto que si se lleva a la
práctica serviría para dar a conocer el arte que se produce en unas determinada región
española a otra región por ―la necesidad de buscar los mercados‖ dentro del ―pensamiento del
moderno turismo‖ ideas muy avanzadas que supondrían un auténtico atajo a las Exposiciones
Nacionales así como una forma de activar el mercado de arte. En cuanto a los protectores del
evento, Benedito y Cecilio Plá nos recuerdan la gran ascendencia del maestro de ambos,
Joaquín Sorolla, en la pintura que se realiza en la Valencia de 1919.
MEMORANDA
Mariano Bertuchi Nieto (1885-1955) Este pintor acuarelista granadino vivió y murió en
Tetuán. Alumno de Muñoz Degrain en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, se
especializa en temas marroquíes, permaneciendo desde 1915 como Inspector Jefe de los
Servicios de Bellas Artes, fundando la Escuela de Artes Indígenas de Tetuán.445 Acompañó al
445 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
778
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
general Berenguer en Xauén y con éste motivo La Esfera le dedica una doble página en su
número de Noviembre de 1920.
(1) Fragmentos de la conferencia dada por el autor de esta obra en el| local de la
Exposición, por encargo expreso del Circulo de Bellas Artes de Madrid y cuyo tema era ― La
pintura contemporánea en la Exposición de Santander‖
779
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Laderas del río Luena. Cuadro original de Agustín Riancho. El Año Artístico 1919
Francisco Llorens. La hora de la misa. El Año Ricardo Verdugo Landi. Efecto de luna. El Año
Artístico 1919 Artístico 1919
780
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Hace referencia a la Cantabria literaria de coplillas locales del terruño, para centrarse en
el paisajista asturiano Casimiro Sainz quien frente al ―paisaje anquilosado, fotografiado de
Carlos de Haes‖, ha marcado el momento inicial de la evolución paisajista con su dinamismo
expresivo y su ―locura genial‖.
Casimiro Sainz (1853-1898) nacido en Matamorosa, murió con cuarenta y cinco años en
el manicomio del Dr. Esquerdo de Madrid, donde llevaba más de ocho años recluido 446. De
familia muy pobre, a los doce años era dependiente de una tienda de ultramarinos de Madrid,
enfermo de una pierna regresó a su pueblo, donde pasó meses y meses vagando solitario por el
campo. Unos paisanos influyentes consiguen que la diputación le conceda una pensión para
estudiar en Madrid, donde vuelve a los 18 años recibiendo lecciones en San Fernando y en el
taller de Palmaroli, dedicándose de lleno a la pintura de paisaje. Pinta los alrededores de
Madrid, Castilla, el Norte de España, con predilección por la forma bañada de luz.
446 DE PANTORBA, BERNARDINO. El Paisaje y los Paisajistas Españoles. Madrid. A. Carmona. 1943.
781
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Esta unión debida a los impulsos sociales, debe impeler al artista a intervenir en los
―resurgimientos patrios‖ entendiendo éste resurgimiento desde las provincias, desde la periferia
de España (Vasconia,Cantabria, Cataluña, Levante, Galicia, Asturias) para continuar allende las
fronteras. Es el arte y quien lo produce, el que debe propiciar una actitud de fraternidad entre
los hombres.
Marceliano Santa María, como hemos tenido ocasión de tratar, fue una personalidad de la
época en el mundo de la gestión artística oficial, además de notable retratista (femenino, a
destacar) y paisajista, que se inició con los cuadros de historia decimonónicos, depurándose
estéticamente hasta llegar a la ―sensualidad armoniosa de los maestros venecianos‖, en
palabras de Francés.
Los tres artistas presentan a la Exposición tres lienzos que para Francés justifican su
afirmación: ―Autorretrato‖ de Marqués, pintor que representa todavía el cuadro de historia y el
Fortunysmo preciosista y los tipos militares a lo Messonier., ―La Mujercita‖ de López Mezquita,
el predilecto de Francés a quien califica de clasicismo pictórico, de sinceridad naturalista de los
tiempos de oro de la pintura española, unido a ―la obsesión decorativista de nuestra época‖.
De Vázquez Díaz realza su obsesión del color por el color, libertando a la pintura de la
anécdota y de la literatura, en una palabra, del ―asunto‖. Su obra es ―Tierra Vasca‖.
Los dos primeros cuadros citados son retratos y Vázquez Díaz no representa un paisaje
―sensu estricto‖ sino que antepone la figura y sus rasgos representativos de la tierra vasca, al
paisaje que complementa y actúa de soporte a la figura en el levísimo horizonte del fondo. Los
círculos concéntricos de la campiña vasca que se alejan en el horizonte son atravesados por
una violenta diagonal de un árbol que actúa como fuerza atrayente de la inmediatez de la
figura, esquematizando e insinuando una lejanía planista, sin perspectiva ni celajes que
confieran la sensación de lejanía, compuesta por segmentos de círculo que nos recuerdan el
orfismo de los Delaunay insertado en un paisaje de geometría post-cubista. En suma, una
pintura moderna que, para Francés anticipa el futuro. Su presente sigue siendo López-Mezquita.
782
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Una vez citados todos los expositores en el apartado VII, aborda Francés un breve
comentario a cada pintor que a su parecer destaca en la Exposición de Santander.
Alumno de María Blanchard. Participó en los salones de humoristas organizados por José
Francés y durante los años 20 y 30 residió en París donde hizo 56 retratos de artistas críticos y
marchantes, entre los que encontramos a Bores, Braque, Chagall, Pancho Cosío, Derain,
Matisse, Miró, Picasso..etc.447.
Como paisajista es menos conocido parece que utilizó tonos brillantes cristalinos creando
una atmosfera que Francés tilda de ―cibratil‖ palabra por cierto , ajena al diccionario actual.
Después de nombrar a Pilar Bermejo, pintora de la que destaca cuadro sobre una calle
del pueblo como mérito no solamente técnico sino temático añadiendo nuestro crítico que es
una muestra de liberación para la mujer que no solamente pinte flores y frutas.
Y llegamos a los paisajes de Aureliano de Beruete a quien Francés considera iniciador del
paisajismo moderno en España. Lo contrapone a Carlos de Haes a quien sigue criticando sus
‖clichés fotográficos‖.
447 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
783
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por vez primera es resaltado un cuadro de Francisco Gutiérrez Cossío (Pancho Cossío)
(1894-1970) titulado "Retrato de mi madre". Pancho Cossío será un referente de la pintura
nueva que se hace en España, incluyendo su origen o tratamiento del paisaje. Pero no en este
momento, volveremos a él más tarde.
Domingo Marqués. Tarde de Fiesta en las cercanías de París. La Esfera. Abril 1919
De Enrique Igual Ruiz destaca el hecho de que a pesar de ser valenciano y joven está
libertado del sorollismo logrando hacer vibrar a la luz como Seurac y Henri Martin.
784
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Martínez Cubells Ruiz, el pintor que encuadra el mar en el detalle, y que lo acerca como
bien aprecia Francés, hacia la visión de catalejo por donde observar una escena concreta de
mar barcos pescadores a menudo sin línea horizonte.
785
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Muñoz Degrain presenta su obra "Vista de la Alhambra desde el Albaicin‖ obra que
misteriosamente califica francés como "de eficacia didáctica".
Pedraza Ostos, Timoteo Pérez Rubio ( a quien sigue criticando Francés perseguir el
secreto de Mir) Nicanor Piñole, Evaristo Valle (ambos con derecho a hablar de la pintura
asturiana actual) Milada Sinderova sobre cuyos paisajes ―aletea el genio desorbitado de
Cèzanne‖. Vázquez Díaz, en la sala de los Modernos con su ―Tierra Vasca‖ que define como
―Canon Pictórico‖. El marinista Verdugo Landi con su Mares Peninsulares.
Las dos últimas décadas de su vida constituyen su etapa más creativa, aunque nunca
abandonó los negros, contrasta con una paleta más luminosa de amarillos al final de su vida,
en bloques compactos. Aislado de su tiempo, donde el Impresionismo imperaba, aldeano de la
estética, antecede las audacias de Regoyos que no quiso o no supo trasgredir.
Francés destaca al argentino Ernesto Riccio (o Ricio) (1887-1954) que fue becado por
el Gobierno de Buenos Aires en 1916, estudiando en San Fernando de Madrid, donde le
conceden una bolsa de estudios para Italia y Francia. En 1927 regresa a Argentina dedicándose
a la enseñanza. Fue Director de la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires.
448 DE PANTORBA, BERNARDINO. El Paisaje y los Paisajistas Españoles. Madrid. A. Carmona. 1943.
449 LLADÓ POL. Francisca. Pintores Argentinos en Mallorca.1900-1936. Palma de Mallorca. Leonard Muntaner Editor.
2006.
786
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Con éste último toque de atención para el paisajista Andrés Cuervo, Francés finaliza el
comentario extenso, sobre La Exposición de Santander.
787
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
788
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
789
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
790
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Significamos de ésta breve reseña, los nuevos pintores propuestos por la Escuela de
Bellas Artes de S. Fernando como pensionados en 1919, dato del que deducimos los gustos
paisajísticos del jurado seleccionador, que vienen una extensión del ―clima estético‖ del paisaje
en la España de 1919: todavía la Academia de Roma tiene su influencia y la Academia de S.
Fernando ejerce su influjo: Muñoz Degrain, Sorolla, más lejos Beruete…el magisterio de Emilio
Sala y Cecilio Pla,
Joaquín Valverde Lasarte (1896-1982) Se inició en el paisaje como pensionado del Paular,
siendo alumno de la escuela de Bellas Artes de S. Fernando. Estudió en Roma y llegó a ser
académico de S. Fernando y Director de la Academia en Roma.
María Luisa Pérez Herrero (1898-1934) Madrileña, estudió en San Fernando, siendo
alumna de Muñoz Degrain. Terminó sus estudios con premio extraordinario de paisaje y en
1919 recibió la beca citada para instalarse en El Paular.. Expositora del Circulo de Bellas Artes
en 1923 con paisajes de los alrededores de Madrid, será Francés quien realice la crítica de ésta
exposición como más adelante veremos.
Esta pequeña reseña de la Memoranda informa al lector del atraso hasta el año siguiente
de la Exposición Nacional que tocaba precisamente en 1919, siguiendo la norma de realizar una
Nacional cada dos años. De éste modo tenemos la secuencia de Exposiciones: 1915 (se aplazó
también la de 1914) 1917,1920 (aplazada 1919) 1922,1924 y 1926, dentro de las
pertenecientes al período que estamos estudiando.
450 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
791
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Siempre en los labios y en las obras de los jóvenes pintores de Cataluña o de Vasconia
encontraremos esos tres nombres: Cèzanne, Gauguin, Van Gogh.
Paisaje. Dibujo original de Vicente Van Gogh. El En el Hipódromo. Cuadro de Forain. El Año
Año Artístico 1919.. Artístico 1919
Mar Brava. Cuadro de Claudio Monet. El Año Paisaje. Cuadro de Darío de Regoyos. El Año
Artístico 1919 Artístico 1919
792
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los Arboles Altos. Cuadro de Joaquín Mir. El .Mercado en Cataluña. Cuadro de Ramón Pichot. El Año
Año Artístico 1919 Artístico 1919
451 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
793
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pintores como Cèzanne, Gauguin, Van Gogh, Denis, Marie Cassat, Valloton, Van Dongen,
Picasso, Mir, Anglada, Nonell, Rusiñol, Sunyer, Canals, Zuloaga, Zubiaurre, Iturrino, Echevarría,
Arrue, Arteta, Guezala, etc..., avalaban la Exposición que colocaba a Bilbao en la línea de los
primeros centros artísticos de España..
Se hace eco de las protestas de los que él llama "pollos de camarote" 452 y glosando el
influjo francés define esta exposición como coronamiento de movimiento artístico que empieza
hacia 1884 en el País Vasco cuando Adolfo Guiard regresa de su estancia de varios años en
París.
Sin embargo llama la atención que todos los expositores de la parte vasca y española son
viejos conocidos, añorando una nueva generación que recoja al testigo de la que expone en
este acontecimiento estético.
452 GARCÍA GARCÍA; Isabel. Orígenes de las Vanguardias Artísticas en Madrid 1909-1922. (Tesis Doctoral).Madrid.
Universidad Complutense,1998
794
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés resume esta influencia francesa en tres nombres de pintores cultivadores del
paisaje: Cèzanne, Gauguin y Van Gogh.
Esta memorable exposición sirve a Francés para reivindicar la luz natural como elemento
esencial de las quince salas de cuadros ―única que deben aceptar los artistas‖. Sintomático es
también la instalación individual de un solo artista en dichas salas. Así, Zuloaga tiene tres
salas, una Hermen Anglada-Camarasa y otra Regoyos, por último el pintor vasco Juan de
Echevarría posee otra sala individual.
Francés califica la sala segunda como la más selecta y, dentro de ella, a los paisajistas
franceses, Monet, Sisley, Pissarro, Guillaumin, Seurat, Flandrin.
795
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En la Sección Española destaca Francés la sala dedicada a los paisajistas catalanes Mir,
Rusiñol y Juner (que debe ser Sebastián Junyer, paisajista cercano a Mir) .
Respecto a las salas individuales, comienza con las dedicadas a Zuloaga, de los
veinticuatro cuadros que expone Zuloaga en sus tres salas dedicadas a su obra, solo dos obras
son nuevas: ―Pancorbo‖ y ―En el Palco‖. Francés prefiere ―Pancorbo‖ como representativa del
hosco espíritu castellano, tan ligado a la Generación literaria del 98.
796
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Para ―descansar de él‖ (de Anglada) Francés se dirige a la sala dedicada al pintor vasco
Juan de Echevarría a quien califica en su obra, de ―refinamiento extraordinario‖ dentro de sus
gradaciones verdes y amarillas. Echevarría, pintor de retratos y naturalezas muertas, también
se dedicó al género del paisaje, aunque está considerado el retratista de la Generación del 98
sus paisajes esencialistas y austeros, se pueden considerar el trasunto pictórico de la literatura
del 98 ,junto con Zuloaga. Presentó Echevarría veintidós obras a la exposición internacional de
Bilbao.
Respecto a los vascos afirma sobre la obra de Aurelio Arteta que ―es tal vez el pintor más
interesante que tiene hoy día Euskaria (sic)‖. Su obra ―Despedida de las lanchas‖, desde el
realismo ―tiene una identidad casi mística‖. Además de Arteta, recalca la obra de Arrué, Gustavo
797
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de Maeztu, Losada, las marinas de Julián de Telaeche, Guezala, Cabanas Oteiza y Basiano a
quien considera seguidor de Regoyos ― de un modo noble y laudable‖. Destaca la obra de
Ramón y Valentín de Zubiaurre y hace un alto para referirse a Gutiérrez Solana considerando
su lienzo ―Mujeres de la Vida‖ como ―uno de los mejores de la exposición‖.
798
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pinelo LLull organiza ésta XV exposición de Buenos Aires al calor del éxito conseguido en
su XIV edición, expone en el Salón Lecomb de la capital de Argentina, trescientas obras y
Francés para glosar el evento, recurre a la crítica realizada para la ocasión por Julián de la Cal
en ―El Diario Español‖ de Buenos Aires
Seleccionamos la obra de los pintores que cultivaban el paisaje y que De la Cal destaca,
Benedito, Chicharro, Garnelo, Guillermo Gómez Gil (1862-1942) pintor malagueño formado con
Ocon y Muñoz Degrain, fue profesor de Paisaje en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla.
Cultivó el género costumbrista y los retratos, además del paisaje del que fue especialista en
Marinas.
Menciona también al paisajista José Lafita Blanco (1855-1925) Natural de Jerez, fue
teniente de artillería en la tercera guerra carlista, en 1876 ,cursa en Sevilla estudios en la
escuela de Bellas Artes siendo discípulo de Eduardo Cano de la Peña y Manuel Wsel de
Guimbarda. Posteriormente reside en Cádiz dedicándose a la pintura de marinas y paisajes.
Trabajó en Alcalá de Guadaira donde plasmó sus más representativos paisajes.
799
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Si nos fijamos en las ventas, no son desdeñables .Entre los paisajistas, Manuel García
Rodríguez vende cinco paisajes, Gómez Gil uno, Alfonso Grosso, uno, José Lafita dos Pinelo llull,
cinco, Marceliano Santa María, uno.
MEMORANDA
Sorolla con 56 años y Rusiñol con 58, no sólo son dos autoridades en el paisaje
mallorquín, sino que tiene los resortes de influencia político-social, tanto en Madrid como en
Barcelona, como para avalar con éxito ésta futura exposición Mallorquina, donde se sentirían
como en casa.
En el Salón de Artistas Vascos de Bilbao exponen varias pinturas los artistas franceses
Robert Delaunay y Sonia Delaunay-Terk.
Fueron treinta y nueve los óleos expuestos por el matrimonio Delaunay en Bilbao el 27
de Agosto hasta el 3 de Septiembre, en los Salones de la Asociación de Artista Vascos.
Importante éste acontecimiento por ser su primera presentación individual en España, donde
habían llegado huyendo de la I Guerra e instalándose en 1914 en Barcelona y a partir de 1918
en Madrid.
800
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francisco Echenique (1880-1948) fue fotógrafo y paisajista autodidacta. Pintó el Valle del
Baztan navarro con una técnica planificada, ordenada en los colores y los motivos, acercándose
a un Realismo de corte colorista.
MEMORANDA
801
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
802
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
803
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
(…) En Barcelona, y en las Galerías Layetanas, han expuesto cuatro pintores cubanos
pensionados en España: Julio Hernández, Guillermo Álvarez Jiménez, Antonio Sánchez Ararujo y
Domingo Ramos.
804
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los Olivos de Valldemosa (Mallorca) .Cuadro de Domingo Ramos. El Año Artístico 1919
Domingo Ramos (1889-1956) estuvo pensionado por su país natal, Cuba, en Europa,
residiendo en España, en Galicia y Mallorca. Como apunta Francés, Mallorca ejerce una
atracción clara de sus paisajes, y en éste caso hacia los pintores americanos que visitan
España, generalmente pensionados por sus países de origen. Ramos pinta la claridad
mediterránea de la isla, su paleta decorativa está en la línea trazada por los impresionistas
franceses, tan admirados por los sudamericanos que hacen el tour europeo.
MEMORANDA
453 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
805
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fue del 6 al 19 de Noviembre cuando Telaeche exhibía con gran éxito de crítica y de
ventas sus lienzos y cartones en el Salón de Artistas Vascos de Bilbao. Por éste motivo
obsequiado por un grupo de amigos a un banquete el cuatro de Diciembre en la Sociedad
Bilbaína.
Guezala, Menu Homenaje a Julián de Telaeche. Julián de Telaeche. Barcas. Circa 1919
806
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Julián de Telaeche (1884-1957) nació en Vergara, autodidacta, fue marino y surcó los
cinco continentes. Hacia 1900 entra en el taller madrileño de Eduardo Chicharro,
matriculándose posteriormente en la Academia Julien y Calarossi de París454.
Sobre 1910 se establece en Bilbao, asistiendo a las tertulias del café Boulevard,
frecuentada por Michelena, Unamuno, Sánchez Mazas, Indalecio Prieto, Gustavo de Maeztu,
Aurelio Arteta, los hermanos Arrue…etc. Forma parte de la primera ejecutiva de la Asociación
de Artistas Vascos, en 1913 recibe la invitación para el Salón de Otoño de París y participa
también en la Exposición Internacional de Pintura de éste año 1919. Sus obras reflejan el mar,
los barcos, los puertos y sus gentes.
454 GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago . Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros
Bilbao. Fundación Kutxa nº 2, 1993.
807
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En el Salón del teatro Real se reúne ésta exposición al maestro José Benlliure ―que va a
cumplir 65 años‖ en palabras de Francés.
455
José Benlliure Gil (1855-1937) .Nacido en el barrio marítimo del Canyamelar, Valencia,
fue un precoz artista, discípulo de Domingo, estudió en San Carlos de Valencia, residiendo en
Roma desde 1879. Fue Director de la Academia de Roma de 1903 a 1913.Pintó para varios
marchantes europeos y en su vida gozó de un amplio reconocimiento. Su obra es polifacética,
pinta cuadros de Historia, Retratos, cuadros de costumbres y paisajes, obras orientalistas y
visiones místicas que le acercan al simbolismo. Su obra tiene la impronta de su maestro
Domingo Marqués, si bien su luminismo va creciendo y junto con su peculiar abocetamiento de
la obra, se acerca cada vez más, partiendo de Fortuny, a Sorolla y Pinazo.
455 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
808
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) Desístase de esa idea absurda de ―un vivero de paisajistas‖ y aliéntense en cambio,
con más amplitud las condiciones ya aquilatadas de los jóvenes pintores que no necesitan de
inútiles adherencias para destacar su personalidad. Bienvenidas sean las Pensiones pero no con
el criterio de residencia fija y en rebaño. (…)
En los Salones de la Sociedad de Amigos del Arte, de Madrid, exponen los jóvenes
pintores de la Residencia de El Paular. Es la segunda exposición de la Escuela de Paisajistas del
Paular, y recoge las obras elaboradas durante la estancia de los pensionados del verano de
1919 en dicha Residencia.
Francés no está de acuerdo con el concepto de esta reunión de artistas que están
perfeccionando sus técnicas e intuiciones paisajísticas, alrededor de un mismo tema, en un
mismo tiempo y en el lugar de siempre, este acotar tan estricto, a juicio de nuestro crítico,
empobrece la visión, siendo partidario de dejar la elección de motivos y lugares a los
pensionados para diversificar su labor creativa.
Una vez sentado su criterio, Francés aborda el camino tomado por cada uno de ellos,
habida cuenta que en ésta segunda edición no están Octavio Pinto ni Enrique Igual, sustituidos
por María Luisa Pérez Herrero y Joaquín Valverde.
De Timoteo Pérez Rubio destaca su dulce y penetrante poesía, decantándose por sus
apuntes, donde expresa su totalidad emocional.
De María Luisa Pérez Herrero, a pesar de alzarse con el primer premio del Jurado
calificador de la Sociedad de Amigos del Arte, critica de su obra la ―demasiado recia armazón de
su pintura‖.
Por fin, recomienda a Gregorio Prieto que se independice de los demás y evitar ―la
facilidad de producir‖.
809
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
810
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
811
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
812
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
813
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Abierto el sobre correspondiente, aparece como autor de dicho cartel don Salvador
Bartolozzi, domiciliado en la Avenida de Menéndez Pelayo, 23.
Y para que conste, firmamos la presente acta. —Julio Romero de Torres, Anselmo
Miguel Nieto, José María López-Mezquita, José Francés, Carlos Ibáñez de Ibero.
El Jurado, compuesto por los señores D. José Francés, D. Ramón Pulido, don Enrique
Martínez Echevarría, D. Carlos Lezcano y D. Antonio Prast, ha adjudicado los premios en la
forma siguiente: (…)‖
814
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
815
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
816
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
817
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
818
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
819
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Va transcurrido un mes escaso desde que comenzó el año, y ya tres artistas han
desaparecido: Llaneces, Arija, Martínez Abades.
820
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Martínez Abades, (1862-1920) fallece a los 58 años. Hijo de Gijón, estudió en el
Colegio Jovellanos, donde la colección de dibujos reunidos por Cean Bermúdez y Jovellanos,
456
sirvió de punto de partida para la formación de muchos artistas asturianos En 1880
comienza sus estudios en la Escuela Especial de Pintura de Madrid, conservando como maestro
particular al también Gijonés Ignacio Suarez Llanos. Su maestro de paisaje fue Carlos de Haes.
Martínez Abades no abandonará la delicadeza de tonos suaves, propia de los pintores del
Norte de España, de raíces clasicistas en el tratamiento del paisaje. En la última etapa de su
vida, coincidiendo con el nuevo siglo, se observa en su abundante obra concesión hacia una
mayor intensidad cromática que lo acerca al impresionismo y al luminismo sorollista, como en la
marina que se puede contemplar a continuación.
456 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
821
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para Francés no es un pintor a resaltar, quizás el ser discípulo de Carlos de Haes (tan
denostado por él) .No obstante, le reconoce ser ―un trabajador infatigable‖ y parece criticarle
su ―visión acomodada del mar y de los marinos‖. Tampoco debemos olvidar que, como
colaborador asiduo en la Revista ―Blanco y Negro‖ se revelaba Martínez Abades como un
competidor de ―La Esfera‖ donde Francés trabajaba como crítico de arte…
822
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Tres reseñas sobre tres paisajistas que se mueven por los Salones de Bilbao y Madrid con
la intención de vender su obra. Prueba más del dinamismo de los pintores de paisaje y de cómo
dan a conocer diferentes aspectos de España a otras Regiones. De alguna forma contribuyen a
expandir el conocimiento dela geografía peninsular
(…)Dijimos en cierta ocasión de Wyndham Tryon (Véase El Año Artístico 1918, pág.350-
352): «El artista recorre las provincias de Alicante, Murcia, Castellón y Teruel. (…), lozanea.
Prefiere los lugares, solitarios,
(…) Jérica, de Jijona, con las barrancas profundas y los picachos místicos; con las
piedras que diamantean, de tan blancas y de tan abrasadas por el sol; con la tierra inhóspita
donde se erizan las polvorientas chumberas y piteras; con el cielo azul, azul, de una azulosidad
entera, desesperada y fatal (…)
823
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Murcia, contó en las artes plásticas del primer tercio del siglo XX, con un grupo muy
importante de pintores: Bonafé, Pedro Flores, Garay y Gaya que fueron influenciados por la
presencia de dos pintores ingleses en 1920: Darsie Japp y Wyndham Tryon.457
Darsie Japp expone sus obras en el Ateneo de Madrid y Francés lo califica de ―revelador
de aspectos inéditos españoles‖ en efecto, no es costumbre para el espectador de Madrid,
observar una exposición de obras donde la figuración geométrica post-Cezanniana impere,
estilizando el paisaje y apagándolo en color, para mejor resaltar las líneas esquemáticas de la
escena, como hace Darsie Japp.
Francés definirá su pintura:‖ Japp no se limita a ese criterio esquemático del paisaje, sino
que también le da esa densidad, esa gravedad fecunda de los volúmenes que colma de
cézannismo al paisaje de los modernos pintores europeos.‖
457 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
824
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
825
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
826
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) en el Salón del Círculo de Bellas Artes la calma recoleta de un joven pintor catalán.
Juan Vila Puig expuso varios retratos, varios paisajes, (…) observar que, siendo un
pintor realista, a la manera de los que pintan sin prejuicio y con la paleta bien distribuida, no
haya logrado dar la sensación cálida, luminosa, que de Mallorca nos transmiten otros pintores.
Joan Vila Puig (1890-1963) Estudia en la Escuela Industrial de Sabadell , al lado del
pintor Vila Cinca, continúa su formación en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona recibiendo
458
alguna enseñanza de Modesto Urgell .Pensionado a Madrid, ingresa en San Fernando.
Pintor, como dice Francés de ―tendencia involuntaria hacia las gamas frías‖de verdes
azulados, huyendo de los amarillos cadmios, pinta una ―Mallorca desteñida‖ en palabras de
Francés.
458 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
827
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Rusiñol expone para la ocasión, seis jardines de Aranjuez, el Calvario y un patio de Játiva
(Valencia), cuatro de Valencia y cinco cuadros de Mallorca459. En total 17 cuadros, con éxito de
crítica y de ventas, en un año en el que perdía a dos de sus amigos, el mallorquín Miquel Sants
Oliver y el ilustre escritor Benito Pérez Galdós.
828
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De los años 1915 a 1920: Retrato de Unamuno, Pueblo de mar, Pescadores vascos,
Atardecer en el canal, La tarde en el jardín, Nocturno en el Vidasoa [sic), Ventana en
primavera, Barquita verde, Campo vasco, Mi hijo Rafaelito y Desnudo en descanso. Dibujos: La
madre, Por esas calles, Rodin, Rubén Darío, Galdós. Último retrato, Galdós yacente, Falla, El
ciego, Rafael el Gallo, Mujer vasca, Hombre vasco y Aviador. Aguafuertes: Arrás. Destrucción,
«Reims y Verdún» (tríptico), El héroe, Las madres, Madres serbias, El ciego (serie «Dolor de la
guerra») y La danza ritmo oriental. 461
460 GARCIA-SEDAS Pilar. J. Torres-García y Rafael Barradas un diálogo escrito 1918-1928. Parsifal Ediciones. Barcelona
2001.
461 A.A.V.V. Daniel Vázquez Díaz 1882-1969. Madrid MNCARS, 2004.
829
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Artículo 1° Se crea, dependiente de la Dirección general de Bellas Artes, una Junta para
el fomento de las relaciones artísticas hispano-americanas (…) propondrá la Junta al ministro
las condiciones en que los artistas hispano-americanos podrán concurrir oficialmente a las
exposiciones organizadas por el Estado.
Ilustrativo es, para conocer las personalidades que, siguiendo a Ortega y Gasset, están
en el período de ―gestión‖ de la Sociedad artística española de 1920. En la lista de los 25
vocales encontramos los pintores que imprimen la tendencia oficial, la ―manera‖ de moda de los
años 20: Sorolla, Martínez Cubells, Álvarez de Sotomayor, López Mezquita y Julio Romero de
Torres.
Los arquitectos Lampérez y Antonio Palacios, los escultores, Mariano Benlliure, Miguel
Blay y Mateo Inurria, los escritores, Emilia Pardo Bazan, José María Salaverria, Ramón
Menéndez Pidal y Ramón Pérez de Ayala. Los músicos/compositores, Tomas Breton, Fernández
Arbos. El empresario de teatro Fernando Díaz de Mendoza (marido de María Guerrero) el actor
Emilio Thuillier, el político Salvador Falla, los críticos de arte, Rafael Doménech, José Francés,
Jacinto Octavio Picón y los dramaturgos, Eduardo Marquina, Jacinto Benavente, y Serafín
Álvarez Quintero.
830
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Al cabo de quince años, Francisco Benareggi expone en Palma de Mallorca, por primera
vez. Siete cuadros. Diez estudios. (…) ¡qué enorme revelación de potencialidad, de
convencimiento, de rotundez concreta!
831
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Bernareggi fue uno de los pintores que recalaron en Mallorca antes de 1914 y que
mantuvo una actitud de independencia frente a Anglada-Camarasa y su Escuela de Pollença.
Esta exposición en el salón ―La Veda‖ fue su primera individual, en su búsqueda continuada de
una técnica personal.462 Después de más de quince años recluido ―en fragosos y solitarios
lugares de Mallorca‖.
Francés le reconoce ruta propia, dentro del esplendor de la escuela de Anglada Camarasa
y su círculo de las islas, donde encontramos a otros argentinos como Tito Cittadini y Gregorio
López Naguil.
Para Francés la ruta de Bernareggi pasa por la asimilación del luminismo, de un sol
reverberante y abrasador no reñido con la minuciosidad del detalle.
Bernareggi parece que tuvo un gran impacto con ésta exposición, que fue alabada
incluso por Anglada-Camarasa y su círculo de pintores residentes en Mallorca. El argentino
desarrolla una pintura original al hacer coincidir una gran luminosidad con una técnica de
pintura matérica que, sin proyectar las sombras de una luz solar cenital, consigue el detalle a
través de tonos y matices trabajados al detalle, alejados de las pinceladas más amplias tanto de
Rusiñol como de Joaquín Mir y el mismo Sorolla.
462 LLADÓ POL. Francisca. Pintores Argentinos en Mallorca.1900-1936. Palma de Mallorca. Leonard Muntaner Editor.
2006.
832
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Si el asunto los une, la técnica pictórica resulta original en Bernareggi, quien haciendo
paralelismos se encuentra más cerca de Nicolás Raurich.
Esta exposición tuvo un resonante éxito y la revista La Esfera recoge tres de los cuadros
expuestos dedicando al titulado ―Alegría Payesa‖ una doble página.
833
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
834
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
835
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fernando Bernareggi. Placidez y artículo sobre los Arboles de Mallorca. La Esfera. Octubre 1920
836
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Coincidente con la feria, y como el más culto atractivo de ella, se celebra en Sevilla la
anual Exposición de Bellas Artes. (…) siempre dentro de un ortodoxismo estético que nada tiene
que ver con las simpáticas audacias, con las inquietudes de Barcelona, Bilbao y otras capitales
orientadas hacia las tendencias modernas. (…)Excepto Gustavo Bacarisas y un reducido grupo
de jóvenes que en él creen (…).
837
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés, que empatiza con ―las simpáticas audacias, con las inquietudes de Barcelona,
Bilbao y otras capitales orientadas hacia las tendencias modernas‖, no incluye a los artistas
sevillanos, excepción hecha de Gustavo Bacarisas, en dichas tendencias modernas presentes en
otras capitales.
―los artistas sevillanos miran más al pasado que al presente…y no digamos al porvenir.‖
Son esos temas ―intercambiables‖, anecdóticos y costumbristas, de tipos y escenas populares
de flores, danzarinas, cantaores, guitarras y bellezas de bordado mantón los que alejan a la
pintura sevillana de la modernidad.
En esta anual Exposición de Bellas artes de Sevilla, concurren cerca de quinientas obras
de pintura ―de todas las tendencias‖. El interés de la exposición lo centra Francés en la
concurrencia, frente a autores consagrados, como Bacarisas y López Mezquita, de tres
pensionados por el Ayuntamiento de Sevilla, dos de ellos pintores: Alfonso Grosso y Santiago
Martínez.
El criterio por el que se rigió la pensión no fue el estricto de las pensiones oficiales como
El Paular o la Academia de Roma, donde hay un profesor, una estancia y unas rutas
predeterminadas, más bien dejaron libertad de elección a diferencia de ― la anquilosada y
anacrónica Academia de Roma‖.
838
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Alfonso Grosso presentaba sesenta y tres obras de paisajes y lugares de Toledo, Bilbao y
Écija.
Pintor realista para Francés, quien lo afilia a López Mezquita o Rodríguez Acosta, con una
obra reposada y atrayente.
463 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
839
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las Marinas y Paisajes de Mallorca y los retratos de Ibiza son lo que destaca Francés de
esta exposición de Santiago Martínez.
840
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Paul Sollmann reunió en el Salón del Círculo de Bellas Artes una gran colección de
acuarelas y un reducido número de óleos. (…)
En el Salón Arte Moderno presentó varios paisajes el Sr. Rubio V. Aguirre. (…)
Paul Sollmann sigue siendo bien acogido como paisajista de acuarela y óleo en el Círculo
de Bellas Artes. El tipismo de sus composiciones, en éste caso sobre Granada, siguen teniendo
sus seguidores. Como dice Francés: ―conserva cierto clasicismo realista que le consiente
totalmente su triunfo público‖.
Respecto al otro paisajista que expone en el Salón de Arte Moderno, poco conocemos de
él. Se trata de Luis Rubio-Verano Aguirre. Madrileño, fue discípulo de del pintor José Lupiañez y
participó en la Exposición Nacional de 1910 con su obra ―En los viveros de la Villa‖. En el Salón
de Otoño de 1927 presentó el paisaje ―Guadarrama‖464
Paul Solmann. Cuesta S. Cristóbal Luis Rubio V. Aguirre. Pinares. La Esfera Julio 1920
La Esfera Julio 1920
464 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
841
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
842
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) estos éxitos, que demuestran cómo la pintura española representa hoy día la
supremacía de todas las contemporáneas, cómo al fin se van dando cuenta la crítica y el
público extranjero del renacimiento artístico de nuestra patria (…)
(…) copiamos a continuación algunos párrafos del extenso artículo firmado por Royal
Cortissor en New York Tribune:
El arte moderno español no es producto de una escuela, sino de unos pocos pintores
cuyas obras transcurren sobre un campo de rica medianía. (..). El Greco, Velázquez, Goya, (…)‖
Traemos ésta crónica de Francés sobre el pintor José Pinazo Martínez (1879-1933), el
autor de ―Floreal‖ para contextualizar cómo el arte español se internacionaliza más allá de las
grandes figuras que monopolizan la percepción del mismo lejos de nuestras fronteras. Es el
caso de Sorolla y Zuloaga (Y Anglada). En ésta crónica inicia Francés sus alabanzas hacia
Federico Beltrán-Masses a quien se le ha consagrado una sala especial en la Bienal de Venecia,
representando a España y a Gustavo de Maeztu, que expone por Italia y Holanda. Si bien los
tres son pintores de figura, siendo secundario el paisaje en su obra, sí es de resaltar la
exaltación de Francés sobre el momento pictórico español cuando escribe:
843
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés volverá a ocuparse de Pinazo Martínez en El Año Artístico 1921 (Abril) con
motivo de su Exposición en La Habana organizada por la Sociedad de pintores y escultores
cubanos.
Un extenso artículo firmado por Royal Cortissor en New York Tribune, hace la crítica de la
Exposición Pinazo, y repara en una síntesis de la pintura española a través de la historia,
recalcando la ausencia de una ―Escuela Española‖, destacando la presencia de autores aislados,
desde El Greco a Velázquez, Goya y dando el salto histórico hasta llega a Sorolla y Zuloaga.
MEMORANDA
En un local de. la calle de Jorge Juan, de Madrid, exhibe varios paisajes asturianos el
pintor Octavio Bianqui.
465 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
844
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
PEDRAZA OSTOS
José Pedraza Ostos, de quien ya se habló extensamente en otro tomo de esta obra
(Véase EL AÑO ARTÍSTICO 1916, páginas 68 a 71. ), ha expuesto en el Salón del Círculo de
Bellas Artes una gran demostración de sus distintas facultades artísticas: cuadros de
composición, retratos, acuarelas, ilustraciones editoriales, aguas fuertes.
En El Año Artístico 1916, Francés creía en las dotes paisajísticas de Pedraza Ostos: ―Hay
dentro del conjunto total de obras algo afirmativo: el paisaje. Como paisajista, Pedraza Ostos
tiene verdaderos aciertos.‖
Sin embargo en ésta exposición la crítica es negativa: los paisajes, los retratos no tengan
a primera vista aquel relieve que fuera de desear.
845
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
RAFAEL FORNS
Forns, discípulo de Cecilio Pla, amplió sus horizontes en París. Viajero, cosmopolita,
expone sus paisajes atmosféricos ejecutados con la mejor tradición impresionista.
846
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Manuel Losada (1865-1949) Bilbaíno, hijo de familia acomodada, asiste al estudio del
pintor Eduardo Lecuona, obtiene una beca de la diputación de Vizcaya para su formación en
París, pasando desde entonces largas temporadas en Francia, donde vive el ambiente bohemio
con Durrio, Zuloaga, Uranga, Casas y Rusiñol. En 1896 está en Madrid aunque se circunscribe
cada vez más al círculo artístico bilbaíno. Obtiene un gran éxito con su pintura al pastel. En
1923 expone en el salón de los independientes de París. Sus pasteles evocan el Bilbao pre-
industrial, siendo una figura muy popular entre sus paisanos. Fue el primer Director del Museo
466
de Bellas Artes de Bilbao
Losada desarrolla una temática amable, costumbrista de raíces vascas ,con un dibujo
perfilado, realista sin entrar en consideraciones impresionistas, movimiento que conoció en
París.
466 GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros
Bilbao. Fundación Kutxa nº 2, 1993.
847
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Cardunets con sus vistas urbanas y monumentales de Barcelona y Mallorca, plasma con
objetividad de analítica rincones de la vieja Barcelona y de Mallorca.
Los artistas que vendieron obras fueron Abelenda, Asorey, Bujados, Castro Gil, Imeldo
Corral, María Corredoira, Cortés, De la Torre, González Castro, Larrauri, Llópiz, Llorens, Martín,
Marqués, Martínez Buján, Navarro, Pérez Saavedra, Saborit, Elvira Santiso, Alfredo Souto,
Sotomayor, Suárez Couto, Seijo Rubio, Sobrino Buhigas, Tormo y Villaverde. .
La cantidad repartida entre los artistas que vendieron obras ascendió a 122.665,70
pesetas.
Aquí tenemos otro ejemplo de la actividad comercial artística que se desarrolla entre
España y América. En este caso una exposición de Arte Gallego que desembarca en Buenos
Aires (ciudad de emigrantes enriquecidos, de elevada población de origen gallego) para vender
las obras de la patria. Evidentemente con escasos amagos vanguardistas o novedosos. Entre los
pintores paisajistas presentes en la muestra, destacamos a Francisco Llorens.
En el Salón de Exposiciones del Teatro Real presenta cerca de cien obras el pintor
italiano Eduardo Tani.
848
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
849
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LA SECCIÓN DE PINTURA
EL PAISAJE;
850
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
851
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
852
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
853
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920 467 debía haberse celebrado en otoño de
1919 aplazándose un año e inaugurándose en los palacios de exposiciones del Retiro el día uno
de junio de 1920 con asistencia de los Reyes.468 De las 698 obras ,420 eran de pintura y se
volvió a incorporar la sección de arte decorativo.
De los otros paisajistas salva Francés el cuadro titulado‖ Aragón‖ de Domingo Marqués
pintado hace más de 40 años. La excentricidad cromática de José Frau, deudora de Mir pero
evolucionando. De Santiago Rusiñol puede más su admiración por conjunto de su obra que la
obra presentada a la exposición a la que Francés tilda de equivocación. Alaba sin ambages los
tres paisajes presentados por Joaquín Mir. Las visiones mediterráneas de Nicolás Raurich. El
grato optimismo de Francisco Llorens cuya pintura califica de panteísta realista y decorativa, de
jugosidad fresca en el color.
Cristóbal Ruiz vuelve ser sopesado y considerado por Francés como "un monje que se
retirase a la vida contemplativa después de largos años de ser un labrador", un sugeridor del
paisaje un hacedor de cuadros "audaces de timidez". Ricardo verdugo Landi resume según
Francés un credo en un trozo de oleaje llamado "Marina" que para él es una obra maestra
donde culmina la sinceridad la maestría y la perseverancia del pintor, alcanzando el límite de la
467 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1920. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1920.
468 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España .
Madrid. J.R. García Rama.1980.
854
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
expresión y el sentimiento. Saluda a los paisajistas Ivo Pascual y Puig Perucho que por primera
vez expone en los certámenes nacionales, haciendo referencia a la excesiva corrección del
segundo y la visión clara entusiasta y luminosa del primero.
Sin embargo nada dice en esta sección de paisajistas, de la obra de Eliseo Meifrén, ,
María Luisa Pérez Herrero , Gil i Roig, Carlos Vázquez, Ricardo Urgell….
En cuanto a las medallas de primera clase (no honorificas) los paisajistas no consiguen
estar representados. Respecto a las de segunda clase no honoríficas tienen medalla los
paisajistas Ricardo Verdugo Landi y Cristóbal Ruiz. En tercera clase, Rafael Forns, Timoteo
Pérez Rubio, y Puig Perucho.
Por último un grupo de pintores cuyos cuadros no fueron admitidos por el jurado,
disconformes con esta decisión y deseosos de someter sus obras al fallo público expusieron sus
obras en el salón del Círculo de Bellas Artes. Entre ellos figuraban Tomás Gutiérrez Larraya,
Núñez Losada, Gregorio Prieto y Milada Sindlerova. Los críticos Ángel Vegué Goldoni y
Ballesteros de Martos apoyaron la iniciativa.
855
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En efecto, todos los paisajistas que concurren lo hacen con paisajes que intuyen pueden
ser ―premiables‖. Lo más innovador que parece colarse entre las férreas rendijas del jurado, es,
Cristóbal Ruiz. Incluso un post-cezanniano tan importante como Vázquez Díaz, que en 1920, ya
había pintado obras tan innovadoras como ―Fuenterrabia oscureciendo‖ (1918/19) La gabarra
(1919) Paisaje de Hondarrubia (1918) prefiere ―asegurar el tiro‖ con una obra de gran
proporción (2,60x 2,50) como es ―Los Ídolos‖ sabiendo que el tema de la fiesta nacional,
expresada en sus toreros, podría aspirar a medalla.
Catálogo Oficial Exposición N. Bellas Artes Vale de entrada a la Exposición Nacional. Firma
1920.Portada del Director General de Bellas Artes.
856
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Inauguración Exposición Nacional de Bellas Artes por Alfonso XIII y Victoria Eugenia. La Esfera. Junio 1920
857
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
858
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
859
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
860
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Vicente Mulet. Alqueria Valenciana. Francisco Domingo Paisaje Aragonés. La Esfera. Junio 1920
861
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Nogué. Tierra Franciscana. Francisco Llorens, Remanso. La Esfera Junio 1920.
862
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
García Lesmes. Carretera de Zamarramala. Rafael Forns, El Viaducto de la calle de Segovia. La Esfera.
Junio 1920
863
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
864
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
865
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
866
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Eliseo Meifren. Hortensias. Catálogo Oficial Exposición Nacional de Bellas Artes 1920
Joaquín Ibaseta. Eduardo Martínez Vázquez. Catálogo Oficial Exposición Nacional de Bellas Artes 1920
867
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francisco Llorens. Bastiagueiro.. Catálogo Oficial Exposición Nacional de Bellas Artes 1920
868
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Estos cuadros son: «La Pálida‖ de José M. López Mezquita; «El Lavadero», de José
Frau, y «Paisaje», de Rafael Benet.
469 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
869
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
470 LLADÓ POL. Francisca. Pintores Argentinos en Mallorca.1900-1936. Palma de Mallorca. Leonard Muntaner Editor.
2006.
870
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No hay artículos sobre el Paisaje durante este mes. A destacar el recordatorio de Francés
sobre Francisco Domingo Marques, fallecido en Madrid en éste año de 1920 y del que
reproduce El Año Artístico, el paisaje ―Aragón‖. Marqués, pintor de cuadros costumbristas y
retratos, no fue propiamente un paisajista, aunque cultivase el género dentro del clasicismo,
con un equilibrio exquisito entre dibujo y color.
MEMORANDA
Los artistas que deseen concurrir a la Exposición de pintura española que se celebrará
en Londres, durante el mes de noviembre próximo, podrán presentar sus obras en el local de la
Sociedad de Amigos del Arte (Palacio de Bibliotecas y Museos) desde el día 10 del corriente mes
de julio hasta el 20 del mismo.
871
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las obras serán sometidas a un Jurado de admisión, compuesto por los señores
Benedito, Benlliure (D. Mariano) y Rusiñol, que se verán obligados a una rigurosa selección por
carecer de espacio suficiente en el local de la Royal Academy.
Es un ejemplo más esta reseña que ilustra quién mantiene el poder estético en la
España de 1920: El escultor Mariano Benlliure, en este momento Director del Museo de Arte
Moderno y encuadrado en el realismo escultórico de derivación anecdótica. Manuel Benedito, el
también valenciano de paleta técnica, luminista y correcta, y Santiago Rusiñol,el Modernista que
sigue pintando en su propio estilo en éstos años 20.
Convocados por el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes los artistas y escritores
que integran la Junta para el fomento de las relaciones artísticas hispanoamericanas, ha
quedado constituido oficialmente dicho organismo bajo la presidencia del director general de
Bellas Artes, D. Javier García de Leániz.
―Se eligió secretario a D. José Francés, con carácter provisional, hasta que en una
próxima reunión de la Junta en pleno sean elegidos definitivamente los cargos de
vicepresidente, secretario y vicesecretario, así como la constitución y funcionamiento
independiente de cada una de las Secciones artístico literarias que comprenden esta Junta‖.
Fue en Marzo de 1920 cuando se nombran los vocales de la Junta, y ahora queda
constituido oficialmente la ―Junta para el fomento de las relaciones artísticas
hispanoamericanas‖.
Es ahora cuando se elige su Secretario, nombramiento que recae sobre José Francés.
872
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
El número total de visitantes (del Museo del Prado) durante el año fue de 134.911; de
éstos 10.911 mediante el pago de la entrada, y 124.000 gratis.
Quiere decir que el 92% de los visitantes el Museo del Prado entraron gratis.
MEMORANDA
Nada a reseñar
Por eso cuando vimos anunciado un Salón de Otoño, aun bajo la misma bandera que
cubrió la Exposición Nacional última, tuvimos un momento de optimismo.(…)
La Asociación de Pintores y Escultores tiene deseo de hacer algo, de dar señales de vida
en un sentido no del todo renovador, pero al menos bien intencionado.
(…). Ellos convocaron a una exposición libre donde serían admitidas y respetadas todas
las tendencias, y prueba de ello lo dan las obras de algunos artistas extranjeros y de dos o tres
españoles orientados hacia el arte de vanguardia.
873
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El caso no es nuevo. Las Exposiciones Nacionales últimas ya nos habían mostrado esta
misma superabundancia de paisajes donde la calidad no siempre respondía a la cantidad.
874
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El Primer Salón de Otoño de Madrid, obedece a una idea sencilla, realizar una exposición
de obras de arte que no estuviera sujeta a la oficialidad que preside la Exposición de Bellas
Artes que de forma bianual se realiza en el Palacio del Retiro de Madrid. 471
De este modo evitando la oficialidad de las medallas y el criterio del jurado, el Salón de
Otoño estaría libre de influencias oficiales con lo cual podría asimilar la coetaneidad de la vida
artística del momento, que correspondería con el momento social que se está viviendo en
España y daría paso a una expresividad menos tutelada, y más contemporánea.
De hecho en la dedicatoria del catálogo del primer salón de otoño editado en Madrid la
Asociación de Pintores y Escultores que son los que organizan dicha exposición lanzan un
pequeño manifiesto al público y a la prensa en el que afirman que este acto de carácter
artístico supone algo que no se parece a nada de lo acaecido en España en materia de Bellas
472
Artes y en los cuatro puntos que se proponen ya se deja traslucir el eclecticismo que al cabo
y al fin mixtificará esta primera exposición del Salón de Otoño . Estos puntos son:
Claro que al ser un salón de otoño organizado y tutelado por las autoridades y por
artistas de la más granada tradición, como eran los componentes de la Asociación de Pintores
y Escultores de Madrid, resulta un Primer Salón de Otoño más ecléctico que innovador más
conservador que innovador y en gran parte repetidor de la misma estética que las Exposiciones
de Bellas Artes, cuya última manifestación se celebró justamente ese mismo año.
José Francés tiene su momento de optimismo sobre el anunciado Salón de Otoño aunque
le hubiera gustado más que el nombre fuese ―Salón Libre‖ en vez del Salón de Otoño que le
recuerda a los famosos Salones Otoños franceses ,con una propia expresividad moderna y
actual.
471 PRIMER SALON DE OTOÑO. ASOCIACIÓN DE PINTORES Y ESCULTORES. Catálogo. Madrid. Imprenta A de Ángel
Alcoy,1920
472 PRIMER SALON DE OTOÑO. ASOCIACIÓN DE PINTORES Y ESCULTORES. Catálogo. Madrid. Imprenta A de Ángel
Alcoy,1920
875
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Tal como ocurrió en la Exposición Nacional de Bellas Artes del mismo año, en el Salón de
Otoño predominó la pintura de paisaje sobre otros géneros , llegando a afirmar Francés que el
80% de los cuadros correspondían al género del paisaje . Nuestro crítico destaca algunos
lienzos admirables como el del belga León Londot, así como los trabajos presentados de los
paisajistas (o cultivadores del género) López Alarcón, Roberto Durant, de Manaut Viglietti
Antonio Esteve, Igual Ruiz, Adelardo Covarsi M Luisa Pérez Herrero, Nuñez Losada, Ernesto
Riccio, Mignoni, Santiago Martínez, Juan Espina, Andrés Cuervo y Alfonso Grosso.
José Francés en su crítica de las dos obras que envía Gustavo de Maeztu ,con títulos "La
Fuerza" "El Orden", dirá que para él son obras de "bríos coloristas, de actitudes estatuarias las
que testifican el espíritu bravo y la maestría técnica de vez". Francés califica su obra de
"plenitud de sentido" Maeztu aparece en su obra presentada al Salón de Otoño, muy
influenciado por Zuloaga.
Compara la exposición del Salón de Otoño con la exposición actual de Londres y critica
la continuación en el mundo del arte del "españolismo acre, rudo, asfixiante‖ de las "romerías
876
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Como podemos analizar tanto en los cuadros presentados según del catálogo del primer
Salón de Otoño como en la crítica que realiza José Francés, la sociedad respira y camina a un
ritmo muy diferente de las intenciones o deseos estéticos de ―Lo Nuevo‖ o la Vanguardia, que
siendo la avanzadilla, no consigue cavar la trinchera; no llega, por tanto, a cuajar ni influir en
los eventos institucionales.
En 1920 el movimiento ultraísta está en pleno apogeo con Rafael Barradas y Torres -
García Ambos intentan abrirse hueco con el Simultaneísmo/Vibracionismo entre Madrid y
Barcelona. En Bilbao la Asociación de Artistas Vascos continúa sus exposiciones de arte vasco
de raíces populares aunque deudor del impresionismo francés presentando únicamente como
novedad vanguardista a los Delaunay en Barcelona un cierto constructivismo de reminiscencias
cubistas y deudor de Cèzanne se va abriendo paso a través de sus asociaciones artísticas que
intenta superar el noucentismo clasicista de primeros de siglo.
Sin embargo cuando analizamos los pintores de paisaje que destaca Francés en su
crónica de la Exposición de Otoño nos encontramos con su eclecticismo de línea estética
postsorollista. Un eclecticismo que, si abomina del folklorismo castizo y‖ casposo‖, no alienta un
arte basado en la novedad. Quedará siempre López Mezquita como exquisito paradigma de la
modernidad de 1920.
El Primer Salón de Otoño de Madrid, resulta una conjunción entre el Realismo español
influenciado por el color y sus tonalidades de origen levantino y factura suelta, junto con los
motivos propios de los escritores del 98. No encontramos en las láminas reproducidas en el
catálogo oficial del Primer Salón de Otoño ninguna obra que no se enmarque en estos cánones.
―(…)Se sintetiza todo, el paisaje (…) los animales, las flores. Y tal síntesis se consigue a
fuerza de sacrificar tonos y contornos. Diríase que el Salón es el tributo al triángulo, al rombo al
cubo casi monocrómico. Sedimentos cubistas con su proyección futurista. El caso es alcanzar la
renovación a costa de todo lo inmutable‖.
877
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Primer Salón de Otoño. Portada del Catálogo. Primer Salón de Otoño. Pag. 5 del Catálogo.
878
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Primer Salón de Otoño. Pag. 7 del Catálogo. Andrés Cuervo La Calle de Alcalá. La Esfera
Noviembre 1920
Gómez Alarcón. El Barrio del Cubillo. Santiago Martínez. Cosiendo las redes. La Esfera. Noviembre 1920
879
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
880
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
881
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ernesto Riccio. Ermita del Cristo del Amparo. La Esfera. Febrero 1921
882
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
883
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
884
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
885
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En el Salón Artístico de Madrid expone varios paisajes el joven pintor cubano Enrique S.
Crucet.
Parte a Barcelona para ampliar su formación en el estudio del pintor Lluis Graner,
viajando a París y Roma. Vuelve a Cuba en 1918 y en 1919 lo encontramos en Madrid donde
termina su formación en la Academia de S. Fernando, influenciado por Sorolla y Muñoz Degrain.
LA PINTURA RETROSPECTIVA
Torre deSahagun. Cuadro de Darío Regoyos. El Año Sol en la calle. Cuadro de Nicolás Raurich. El Año
Artístico 1920 Artístico 1920
886
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―España es tal vez hoy día, la nación que cuenta mayor número de pintores admirables y
bien definidos (…) Zuloaga y Anglada al frente se inicia en España el renacimiento polifacético
de nuestras bellas artes‖. Para Francés en el catálogo de la Exposición de Londres solo
aparecen seis o siete nombres de éste renacimiento y no muy bien representados.
Francés hace un aparte para alabar la obra de Aurelio Arteta, ―una de las grandes figuras
de la sección moderna‖, a quien resalta junto con Solana, Vázquez Díaz, Pinazo Martínez,
Colom, Maeztu, Verdugo Landi, Raurich, Sorolla y los Zubiaurre.
887
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Repasamos la relación de expositores que habla por sí misma: María Blanchard (1 obra),
J. L. Boussingault (1), Braque (1), E. Cross (1), R. Dufy (6), E. Dufy (5), Derain (1), Dunoyer de
Segonzac (2), Othon Friesz (2), P. E. Gernez (3), Gleizes (3). Gris (1), H. Hayden (1), Herbin
(1), Hermenn (3),
G.Jack (2), Irene Lagut (1), P. Laprade (2), Marie Laurencin (3), Leger (1), Lhote (1),
Lipchitz (1), Lotiron (1), Manguin (1), J. Marchand (4), Marquet (1), Matisse (1), Metzinger (1),
Miró (3), L. A. Moreau (3), R. Mortier (5), Ortiz de Zárate (1), Picasso (4), Diego Rivera (1), K.
X. Roussel (1), Severini (1), P. Signac (3), Joaquín Sunyer (2), Survage (1), G. de Traz (3),
Valtat (2), Valloton (1), Van Dongen (1), Vlaminck (2) y Ángel Xarraga (1).
En opinión de Jaime Brihuega: «El año Artístico 1920» ―no se dignó ni a citarla. Francés
quería seguir teniendo sus dominios acorazados frente a cualquier atisbo de permeabilidad
delos poderes oficiales hacia las nuevas corrientes artísticas‖473.
No quisiera contradecir el parecer de Jaime Brihuega, sólo resaltar que José Francés no
ha dudado en citar o comentar, a través de los diferentes años en los que se publicó el Año
Artístico, a muchos de los pintores presentes en la citada exposición de Barcelona.
888
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
889
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
890
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Como hemos apuntado, Forns fue discípulo de Cecilio Pla y ejemplo de actividad
multidisciplinar. Fue catedrático de medicina de la facultad de Madrid. Un ejemplo a estudiar.
Jaime Pizá Roig (1892- ) Estudió con Modesto Urgell en Bellas Artes de Barcelona,
especializándose en retrato, aunque pintó también paisajes dentro del realismo académico.
891
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sonia Delaunay ya había expuesto, junto con su marido Robert en Bilbao, en 1919.Ahora,
viviendo en Madrid, expone en el Salón Mateu, no sólo oleos sino ―artes suntuarias de los bellos
oficios‖ : tapices, muebles, porcelanas, trajes, almohadones, etc... para Francés su obra es una
―bacanal de los colores‖ en un Madrid que ―será pronto la gran ciudad europea que atraiga a
todos‖
(…) da la visión de Alicante, con su luz cruda, su mediterráneo densamente añilado, sus
tierras rojas y sus palmeras que parecen suspirar de sed como las africanas.
892
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Lorenzo Aguirre hace cuadros diáfanos, separa el color del dibujo que domina y crea
escenas pictóricas pulcras, de ilustración gráfica, pero sin perder la emoción plástica, dentro de
un Realismo Colorista.
Antonio Esteve. Paisaje valenciano. Lorenzo Aguirre. Atardecer en Alicante. La Esfera Enero 1921
Lorenzo Aguirre. Costa Levantina. Antonio Esteve. Barraca Valenciana. La Esfera, Enero 1921
474 DIAZ EREÑO, Gregorio. PAREDES GIRALDO, Camino .Lorenzo Aguirre. Alicante. Instituto de cultura Juan Gil
Albert.2003.
893
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Gregorio Prieto tiene en 1920, 23 años, pensionado de El Paular que empieza, como dice
Francés con pintura de jardines , con acento propio, se atreve en ésta exposición de Bilbao a
soltarse en paisajes de mayores perspectivas, como estos lugares costeros de Vizcaya,
diversificando a su vez la paleta de cadmios hacia azules, verdes y grises.
En el salón del Círculo de Bellas Artes ha expuesto Elíseo Meifren algunas de sus
últimas obras.
475 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
894
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
exposiciones en las que figuraron sus cuadros, desde la primera celebrada en la Sala Parés en
1889, hasta terminar en la Sala Gaspar de Barcelona en diciembre de 1939, ya muy enfermo.
Meifren estudió en la lonja y fue discípulo de Antoni Caba, de padre notario, se traslada a
París antes de cumplir los 20 años. Pintor de marinas, se dedicó plenamente al paisaje, género
del que se han advertido varias influencias en su " manera ": Daubigny, Vayreda, Sisley,
Monet....y técnicamente, de los pintores catalanes es el que más se asemeja a Sorolla, con
quien comparte coetaneidad generacional (Generación 1879-1893)
Meifren tenía la percepción de que su rival más directo era también su coetáneo,
Santiago Rusiñol.
Poco dado a las aventuras estéticas dio al público aquello que le demandaba, guardando
el equilibrio entre tradición y novedad.
La pintura de Meifren era algo superado, para los Noucentistas, pero no para el gran
público y la crítica
Dicho esto, la acogida de Meifren en el Madrid de 1920 debió ser importante a juzgar por
el número y la preeminencia que el Semanal La Esfera dedica a ésta exposición y que
recogemos a continuación.
476 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
895
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los Paisajes de Eliseo Meifren. Silvio Lago (José Francés). La Esfera. Enero 1921
896
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
897
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
898
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
899
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
900
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
901
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
902
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El Status de José Francés en el mundo oficial de las artes parece palpable, esta
exposición así lo atestigua ejerciendo de Vocal en un acontecimiento de las artes plásticas,
cuyo presidente honorario es Alfonso XIII y compartiendo vocalía con los mecenas de las artes :
el Marqués de Comillas, el Vizconde de Güell, y con periodistas de la talla de Ortega Munilla
(padre de Ortega y Gasset).
903
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
904
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
905
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
906
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
907
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para Francés Cristóbal Ruiz representa ―La verdadera Andalucía‖, en esta exposición del
Ateneo, donde presenta paisajes de Jaén, su tierra natal.
La pintura de Cristóbal Ruiz es para Francés ―, como una oración del Beato de Asís‖. Su
Realismo apunta a la esencia de la naturaleza.
477 BONET Juan. Manuel. Cristóbal Ruiz. Pamplona .Caja Navarra. 2000.
908
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
909
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MARIANO BERTUCHI
Valentín y Ramón de Zubiaurre son dos intérpretes de la realidad vasca y castellana, que
se especializan en la pintura de género costumbrista y la pintura de paisaje.
910
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ramón de Zubiaurre (1882-1969) nació en Garay (Vizcaya), tres años después que
Valentín. Ambos hijos del acreditado músico Valentín María de Zubiaurre.478
Quedó sordo debido a un accidente de la niñez y con dificultades para hablar. Toda la
familia se trasladó a Madrid cuando el padre fue nombrado Maestro dela Real Capilla. Fue en
Madrid donde adquirieron su formación artística los dos hermanos Valentín y Ramón. Aficionado
al dibujo desde niño Ramón estudió en la asociación de sordomudos de Madrid ingresando en la
escuela de Bellas Artes de San Fernando donde tuvo como profesores a Carlos de Haes, Jaime
Morera, Muñoz Degrain, y Moreno Carbonero.
En 1905 viajó a París y en los años siguientes trabajó en Madrid mientras frecuentaba la
tertulia del café Levante, donde conoció a Valle-Inclán, Gutiérrez Solana, Aurelio Arteta y
Ricardo Baroja. En diciembre de 1918 Ramón fue nombrado miembro de la Hispanic Society de
Nueva York.
En agosto de 1920 embarcó con su mujer para Buenos Aires y expuso en la sala Witcomb
estos 24 cuadros de a los que hace referencia Francés y cuyo catálogo estuvo prologado por
Ortega y Gasset. Fue un éxito que se repitió en Rosario de Santa Fe y Montevideo. Realizando
en esta estancia de Argentina numerosos retratos. En 1923 se abrió una sala en París con una
muestra de la pintura de los dos Zubiaurre. En junio de 1926 Ramón repitió este viaje a Buenos
Aires únicamente con cuadros sobre la tierra vasca.
En 1901 se presenta la Exposición Nacional de Bellas artes con sus primeros paisajes
vascos. En 1912 la Diputación de Vizcaya le concede una pensión para viajar a París y la familia
Zubiaurre se traslada a la capital francesa para que los dos hermanos amplíen sus estudios en
la academia Julien. Al parecer esta experiencia fue decisiva para ambos hermanos debido a que
les permitió conocer los pintores post impresionistas y simbolistas.479 Ambos hermanos
abandonan el realismo académico y se entregan a una pintura costumbrista que refleja el alma
y las raíces más profundas del pueblo asco con un lenguaje pictórico muy poético evocador y
478 PLAZAOLA ARTOLA Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros . Bilbao. Fundación Kutxa nº
3. 1994.
479 PLAZAOLA ARTOLA Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros. Bilbao. Fundación Kutxa nº
3. 1994.
911
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
912
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ricardo Verdugo Landi tiene como protagonista absoluto de su obra el mar . El mar
cuando se une a la tierra formando playas, o cuando por la mano del hombre se convierte en
puerto, o es surcado por embarcaciones, por velas desplegadas…. .El Mar es protagonista de la
escena por donde se deslizan episodios narrativos de embarcaciones o simplemente es el mar
con su oleaje y su línea de horizonte lo que interesa a nuestro pintor.
Ricardo Verdugo Landi es considerado por José Francés como el pintor del Mediterráneo
contraponiéndolo a Martínez Abades, el asturiano en cuyos cuadros predomina el Cantábrico En
913
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
esta exposición también se pueden contemplar marinas y apuntes del mar de Alicante San
Sebastián Bilbao Cataluña y Biarritz.
914
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
915
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Si hasta 1916 Juan Ramón Jiménez estuvo ligado a lírica del modernismo, con la
publicación en 1917 de su obra "Diario de un poeta recién casado", denota el cambio hacia una
nueva expresión ligada a un afán de depuración formal 480. De este modo, el poeta proporciona
al pintor su apoyo para triunfar en Madrid en el prólogo titulado "ideas para un prólogo
urgente" intenta plantear algunos de los problemas del arte moderno en su nueva acepción
lírica.
916
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sunyer. Nogués y Picasso, son repetidores sin invención y trascendencia. Todo lo contrario a
Vázquez Díaz, que une clasicismo y modernidad.
Sin embargo tampoco esta vez Vázquez Díaz consiguió captar la atención del público y de
la crítica de hecho no obtuvo ningún eco importante en La Esfera que sólo publica un óleo de
Vázquez Díaz como paisajista en 1921 y de forma colateral.
Fué conceptuada esta exposición como "arte moderno" y Juan de la Encina titulará el
nuevo estilo de la pintura de Vázquez Díaz como "cubismo atemperado". Al mostrar una pintura
inteligible con elementos de las vanguardias como el cubismo se abría una vía por donde
modernizar la pintura española a través de una conjunción entre lo clásico y lo moderno en
pleno auge del ultraísmo.
Para el Ultraísmo, la exposición fue un éxito y Vázquez Díaz se adhirió a este movimiento
con un banquete de celebración organizado por la revista Ultra . Con un discurso, Ramiro de
Maeztu expuso la importancia que para el arte supone este intento de renovación. A este acto
de homenaje asistió entre otros José Francés, el matrimonio Delaunay, Margarita Nelken, Falla,
Forns, Hermoso, Whintuysen y Ángel Ferrant y contó con las adhesiones de Mariano Benlliure,
la Asociación de Artistas Vascos y Blasco Ibáñez.
Pierre Reverdy, Apollinaire, Max Jacob, Breton…. serán el alter ego literario del cubismo
de Picasso, Juan Gris, Gleizes o Braque.
482 DE TORRE, Guillermo. Literaturas europeas de Vanguardia. Sevilla. Biblioteca Rescate-Renacimiento, 2001.
917
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Un ejemplo más de cómo en el arte durante el periodo que estudiamos del primer cuarto
de siglo XX la literatura y la pintura van cogidas de la mano.
918
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Daniel Vázquez Díaz. La barquita verde en el agua Daniel Vázquez Díaz. Ventana al Bidasoa.
1917/18 Fuenterrrabia. 1918/19.
919
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para Francés, Regoyos es un gran paisajista, ―Todo en su pintura está ungido de pureza:
el sentimiento, los motivos, el color. Todo en ella es amable y sonriente, efusivo y tierno.‖
La organización corre a cargo de Aureliano de Berruete hijo y ese fervor sencillo y cordial
del paisajismo español de Regoyos, según nos cuenta Francés todavía encuentra ―réplica y
repulsa‖.
En esta crítica Francés escribe una frase típicamente de escritor modernista que tanto
podría llegar a disgustar a los Ultraístas.
Para escribir las cualidades del paisajista habla de "grímpolas lengüeteando rojas la
cavidad cerúlea‖.
920
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
921
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
922
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
923
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
924
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gustavo Bacarisas, el pintor nacido en Gibraltar representa para José Francés en el arte
andaluz la elegancia sutil y profunda, la armonía, el optimismo cromático con sus azules verdes
y violetas , capaz de enlazar la tradición más folklórica de Andalucía con un arte nuevo
decorativo "en estrofas sevillanas y granadinas".
925
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Gustavo Bacarisas. Las Palmeras de oro. La Esfera. Gustavo Bacarisas. La Fuente de Malaquita. La
Septiembre 1921 Esfera. Septiembre 1921
926
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
927
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
928
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Salón del Círculo de Bellas Artes, expone acuarelas y aguafuertes, Juan Espina y
Capo (1848-1933)
Juan Espina y Capo. Las Horas Tranquilas. Aguafuerte. La Esfera Febrero 1922
483 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
929
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Gutiérrez Solana (1886-1945) nacido en Madrid fue escritor y pintor, recibió clases
de Cecilio Plá y posteriormente estudió en la escuela de Bellas Artes de San Fernando. En 1904
realizó su primer envío a la Exposición Nacional de Bellas Artes Frecuentó la tertulia del café
Levante donde conoció a Pío y Ricardo Baroja a Valle-Inclán y Zuloaga. De 1909 a 1918 reside
en Santander de donde era originaria su familia dedicándose a escribir y pintar. A su regreso a
Madrid asiste a la tertulia de Ramón Gómez de la Serna en el café del Pombo, que pintará en
1920 y comienza a participar en exposiciones colectivas sus escritos y sus temas costumbristas
son el resultado de una mirada a la realidad heredada de la generación del 98, emparentada
con el primer Regoyos y con Zuloaga. Influenciado por las pinturas negras de Goya.
Para Solana la realidad está plasmada en una paleta de sólidos y sórdidos empastes
capaces de representar la miseria, la fealdad y grotesco. Sus tipos populares, trágicos y
tenebrosos representan escenas de costumbres, fiestas populares, procesiones, corridas de
toros y asuntos de marginados con una visión dura, emparentada con España negra484.
En esta exposición del Ateneo de Santander de 1921 Francés destaca que sus cuadros
hablan de un Solana desconocido o apenas entrevisto por público de las Exposiciones
Nacionales. El Solana de los marineros de los puertos y de las marinas oscuras que hacen
pensar en Courbet y Cottet, pero no olvida en esta exposición las ―mascaradas siniestras los ex
hombres que oscilan entre el hospital, la cárcel, el asilo nocturno, la mancebía y la taberna de
sus temas madrileños‖.
En Solana hay una voluntad de provocar dentro de esta tradición de la España negra
que lo emparenta con Zuloaga. Pérez de Ayala decía que "si la pintura de Zuloaga podía
considerarse como regeneracionista en el sentido de que parecía fomentar la toma de postura
para la acción, en cambio la de Solana se quedaba en un ensimismamiento del que parece más
lógico derivar hacia la resignación malhumorada"485. La salida de esta voluptuosidad de lo
sórdido, conduce a un mismo: el tremendismo.
484 CALVO SERRALLER Francisco. (Dirección). Enciclopedia del Arte Español Siglo XX. Madrid. Mondadori. 1991.
485 TUSELL, Javier, MARTINEZ NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. Paisaje y Figura del 98. Madrid. Fundación
Central Hispano.1997.
930
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Si observamos las montañas y las arquitecturas de los pueblos, nada destaca, nada
resalta, fundido en los ocres como antesala y fundamento de la España descolorida y vulgar.
Es un contraste absoluto con las pinturas y la gama de colores de los pintores que en este
momento mantienen la vigencia del arte en España.
931
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
932
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Como en años anteriores, José Pinelo Llull inauguró en el Salón Wicomb, de Buenos
Aires, su Exposición de pintura española.
933
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Exposición Verdugo Landi en Bilbao (Majestic Hall) .La Esfera. Septiembre 1921
934
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
935
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―Un éxito, el mayor de todos los que tuvo cada iniciativa del actual presidente del
Círculo de Bellas Artes, al ser llevada a la práctica, es el alcanzado al abrir al público—en estos
días en que Murcia rebosa de almas—una Exposición Regional de Pintura y Escultura. Varia
veces y muy distintos elementos han intentado realizar una manifestación así; otras tantas han
fracasado el intento. Hoy, el espíritu emprendedor y culto de Mariano Ruiz-Funes ha conseguido
lo que antes no se pudo lograr‖.
La crítica a esta Exposición del Círculo de Bellas Artes de Murcia, la realiza Francés a
través de las palabras de otro crítico de arte, Luis Gil de Vicario, para después enfocarse en
una semblanza de la figura del crítico, Gil de Vicario
Encomiando la labor del presidente del Círculo de Bellas Artes de Murcia, Mariano Ruiz-
Funes que "ha conseguido lo que antes no se pudo lograr" debido a su espíritu emprendedor y
culto" , sigue con una parca crítica de arte empieza repasando todas las obras y pintores que
exponen en esta exposición
He aquí la crítica de Gil de Vicario, junto a una breve biografía, a los pintores de la
exposición del Círculo de Bellas Artes de Murcia, referente a los paisajistas y a los pintores que
han cultivado este género:
486 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
936
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Del paisajista Murciano, José Atienzar, mencionará Gil de Vicario su destreza técnica
―llena de gozo y de vida muy murcianos‖
José Atienzar Sala (1875-1948) de familia acomodada toda su vida transcurrió en Murcia
salvo algunos periodos de formación en Madrid y Granada. Su obra se inscribe en la tradición
de la pintura costumbrista de Sobejano, y la de influencia Parísina de su maestro Alejandro
Seiquer. Fue profesor del Círculo de Bellas Artes de Murcia.487.
De Luis Garay destacará los paisajes de la Sierra de Espuña que ―hablan una vez más del
dominio de Garay de la ciencia del color‖
Luis Garay García (1893-1956) natural de Nonduermas (Murcia) en 1905 llega Murcia y
acude a las clases de la Sociedad Económica de Amigos del País. Son sus maestros Antonio
Meseguer y José María Sanz. Trabaja como litógrafo junto con Victorio Nicolás y Pedro Flores .
Tiene su propio estudio, con Pedro Flores al que acuden artistas murcianos y los ingleses
Wyndhan Tryon , Darsie Japp y Cristóbal Hall. En 1925 es nombrado socio de honor del Salón
488
de Otoño de Madrid.
487 SANCHEZ ALBARRACIN. Maite. ―Fiesta de Primavera. Batalla de Flores en Murcia‖. Murcia. Universidad de Murcia.
Servicio de Publicaciones. 2003.
488 MORALES José. Diccionario de la Pintura en Murcia. Murcia. Galería de Arte Al-Kara. 1973.
937
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
De los años 1920 destacamos sus dos obras paisajísticas ―Puerto de Mazarrón‖ y ―Puerta
de Castilla‖.
Después de algunos pasos naturalistas con temática española pintó algún cuadro post
cubista hacia 1922. Compartió estudios y amistad con Garay y con Gaya, si bien Flores realizó
toda su carrera en París donde expuso en la ya citada galería QuatreChemins . Fue el único de
los tres que se instaló en la capital francesa, donde residió hasta 1933. A su vuelta, fue
489 MORALES José. Diccionario de la Pintura en Murcia. Murcia. Galería de Arte Al-Kara. 1973.
938
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
catedrático de dibujo del Instituto Balmes de Barcelona entre 1933 y 1936. Después de la
guerra civil volvió a instalarse en París.
En la exposición del Círculo de Bellas Artes de Murcia, destaca Gil de Vicario su paisaje
impresionista "Caravaca".
Gil de Vicario, según José Francés, en la página 154 de ― El Año Artístico 1921‖ cita a
Ernesto Gaya, refiriéndose a Ramón Gaya y a continuación en la página 156 escribe:
―En la misma pared hay dos bodegones de positivo mérito, de gran relieve pictórico y de
una notable orientación moderna: son de Gaya, un niño de once años.‖
Ramón Gaya (1910- 2005) expone estos bodegones junto a Luis Garay y Pedro Flores,
que eran amigos de su padre, quienes lo inician en la pintura y con quienes llegan a exponer
en la ya citada galería ―QuatreChemins‖ de París.
Gaya abandona la escuela sino casi un niño para dedicarse a la pintura completando su
formación con su padre Salvador un obrero culto catalán que se encuentra en Murcia,
participando en la instalación de un taller de litografía.
939
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Muy importante para la formación de Gaya y sus amigos pintores es la llegada a Murcia ,
con motivo de la Primera Guerra Mundial de 1914 de algunos pintores ingleses. Hablábamos de
ellos anteriormente en nuestro trabajo:
Gil de Vicario llama a las obras presentadas por Garay y Flores "Testero revolucionario" y
lo contrapone al "Testero académico‖ representado casi en su totalidad por Rafael Vinader
(1856-1922) y sus marinas "que nos recuerdan esos barnizados cromos de baratillo".
José Francés retoma la pluma para escribir el artículo denominado "El artista y crítico Gil
de Vicario". Comienza con una crítica negativa del Segundo Salón de Otoño madrileño al que
califica de desorientado en caminos estéticos y desamparado de emoción y belleza. Sin
embargo una de las obras que rescata de este segundo Salón de Otoño es la llamada ―Caput
Castellae‖. Obra de Gil de Vicario que reproducía una visión de Burgos.
Nuestro pintor y crítico destaca también sus lienzos de paisajes de Murcia como los que
se expusieron en la última Regional titulados ―Otoñal, Cipreses, Almendros‖, que califica
Francés como ―exaltaciones cromáticas y culto la belleza‖.
Gil de Vicario (1900-1959) nació en Burgos y recibió sus primeras clases de dibujo en la
academia del Real Consulado de Burgos. A los 17 años llegó a Murcia con sus padres debido al
traslado de su padre ,que era profesor de mudos. Su madre era murciana de nacimiento .Gil de
Vicario estudió en la Universidad literaria de Murcia, Filosofía y Letras.
490 BALLESTER, Juan. "Pintores ingleses, una vuelta esperada‖. Madrid, ABC de las Artes. Dos de Abril 1993. Pag. 36
491 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
940
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
pedagogía del dibujo que aplicó en la cátedra que ocupó en el instituto Balmes Barcelona desde
1934.
El Tribunal elige para los trabajos de paisaje a Pérez Rubio que en el momento cuenta
con 25 años y al que califica Francés del mejor dotado entre los paisajistas españoles del
momento
941
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
492 REAL CÍRCULO ARTÍSTICO. Exposición de Paisajistas Catalanes. Madrid. Seix-Barral ,1921
942
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La exposición contiene una serie de salas retrospectivas de los paisajistas Martí Alsina,
Joaquín Vayreda, Rigalt, Modest Urgell, Masriera … como pinturas de paisaje del siglo XIX, que
daba entrada a nuevos valores que se reflejaban por primera vez en Madrid y que "revelaban
sensibilidades sutiles, artistas conscientes de su responsabilidad emocional‖ con esta frase
elogiosa se dirige Francés a la obra representada en la exposición por Ricard Canals, Domingo
Carles, Francisco Vayreda e Ignacio Mallol.
Ignacio Mallol (1892-1940) fue discípulo de Galí y miembro como sus colegas de ―Les
Arts i els Artistes‖ , íntimo amigo de Francisco Vayreda y Domingo Carles, participó en la
actividad tanto cívica como cultural del movimiento noucentista pero a la muerte de Prat de la
Riba, en 1917 se retira a Olot, donde se aleja de la civilización; su paisajismo siendo rural
mantiene un lirismo contenido y se inserta en la línea del postimpresionismo.
José Armet Portanell (1843-1911) Nacido en Barcelona, estudia en la Academia San Jorge
y en Roma, donde conoce a Fortuny. Discípulo de Martí Alsina, se dedica al retrato y el paisaje,
así como a la litografía. Armet practica un realismo entroncado con la Escuela de Roma, donde
estudia. Consolida la pintura de paisaje en Cataluña por su corrección formal y la cantidad de
obra realizada. A destacar no obstante el uso del color de Armet, del que hacía crítica Modesto
Urgell que consideraba su pincel como ―un trabuco cargado y disparado con toda clase de
colores‖. De él afirmará Bernardino de Pantorba ―Es uno de los buenos, y aún de los mejores
paisajistas españoles de su época ―493
493 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
943
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nicolás Raurich, Rusiñol, Puig Perucho, Ivo Pascual, Francisco Vayreda, Ignacio Mallol,
Gili Roig, Mariano Fuster y Drudis Biada son la selección de nuestro crítico en esta sección de la
pintura moderna catalana de la exposición.
La segunda parte del artículo sobre esta Exposición, José Francés versa sobre tres
ilustres escritores y críticos de arte que hablan del paisaje en forma de conferencias y que tiene
como justificación la presente Exposición de Paisajistas Catalanes. No son tres sino cuatro, el
cuarto es José Francés que evita obviamente hablar de sí mismo.
Se trata de los críticos de arte Ángel Vegue Goldoni, Rafael Marquina y Rafael Doménech,
este último delegado en Madrid para esta exposición junto con el escultor Miguel Blay. No
olvidemos que esta exposición tiene como objetivo no sólo hacer llegar al público de Madrid el
paisaje catalán, tanto tradicional como innovador sino que como toda la exposición el motivo es
vender bien las obras; por ello hay un representante del Círculo Artístico para la instalación y la
venta de obras y en este caso es el Secretario de la junta de exposiciones de Barcelona Esteban
Batlle.
José Francés tiene palabras de reconocimiento a los tres críticos, Ángel Vegue es para él
el erudito moderno, Rafael Marquina‖ la madurez patricial‖ y Rafael Doménech, el profesor.
944
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
945
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
946
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
947
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joaquín Mir. Jardín. Ignacio Mallol. Fuente Moxina, El Año Artístico 1921.
948
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
949
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
950
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
951
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
952
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
953
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
954
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
955
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
956
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
957
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
958
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Rafael Aguado Arnal expone en Ateneo de Madrid, treinta y cinco cuadros. Pintor
Aragonés que fue alumno de Eduardo Chicharro en la Academia de S. Fernando, su pintura de
paisaje, de corte realista, se caracteriza, en palabras de Francés por su ― sobriedad, respeto al
natural, concisión cromática‖. Sus paisajes en esta exposición están tomados, en parte, de
Castilla y los viejos pueblos próximos a Zaragoza y Madrid territorios que recorre
frecuentemente.
959
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
960
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
El pintor argentino Sr. Franciscovich expone en el Salón del Círculo de Bellas Artes, de
Madrid, 34 paisajes americanos.
Joaquín Terruella Matilla (1891-1956) sobrino y discípulo del pintor Segundo Matilla,
estudio con Santiago Rusiñol con quien viajó por Italia.
Inició su pintura con escenas taurinas al estilo de Roberto Domingo, asiduo expositor de
la sala Gaspar de Barcelona, pintó también en Francia e Italia Mallorca y Zaragoza sus visiones
paisajistas. Pintor de la Costa Brava, del mar de sus calas ,las rocas ,los barcos ,los árboles fue
un pintor impresionista que sabía esbozar de una forma muy hábil sus cuadros. Las afinidades
de la pintura de Terruella oscilan entre la obra de su tío Segundo Matilla, su maestro, Rusiñol y
Eliseo Meifren.
494 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
495 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
961
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
962
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
PAISAJES DE LA MANCHA
El día 15 de febrero dio el autor de esta obra una Conferencia en el Casino de Ciudad
Real acerca de El paisaje en la moderna pintura española, (…).
Estamos ante una pieza oratoria de José Francés en forma de conferencia que dio en el
casino de Ciudad Real el 15 febrero 1922 a cerca de ―El Paisaje en la moderna pintura
española‖.
De la selección que el Año Artístico 1922 publica de dicha conferencia nos quedamos con
las descripciones del paisaje plano abrasado por el sol de Ciudad real y las descripciones que
hace de él su amigo Arturo López Lobo, y que evocan sus recuerdos , cuando Francés tenía 16
años , edad aproximada en que nuestro crítico salió de Ciudad Real. La segunda parte está
963
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ángel Andrade Blázquez (1866-1932) nació en Ciudad real y estudió arte decorativo en
Madrid, logrando en 1894 el ingreso en San Fernando donde contó entre sus maestros a Carlos
de Haes.
Pensionado por la diputación provincial de Ciudad Real viajó por Italia y Alemania,
retornando a Madrid en 1894 para integrarse en sus círculos artísticos y participar en
numerosas exposiciones colectivas. Colaboró como ilustrador en la revista Blanco y Negro.
Pensionado para la sección de paisaje en la academia de Roma permaneció cuatro años. A
partir de 1900 se dedica a la enseñanza como profesor de dibujo de Instituto. En 1915 regresa
496
a Ciudad real donde permanecerá pintando sus ―tablillas" hasta su muerte.
MEMORANDA
496 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
964
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de Emilio Bosc, Luis Bracons, Fernando Callicó, Manuel Cano, ]uan Coraminas, Creixams, Pedro
Daura, José Girbal, Pedro Jou, Mussons, Guardia, Rágui, Salvá y Vidal.
Es la primera exposición pública de Dalí como pintor, que presenta las siguientes obras:
La Venus que sonríe, Crepúsculo, Olivos, Mercado, La merienda ―sur l‘herbe‖, Cadaqués y La
fiesta en la Ermita. Aunque no se le concede ningún galardón, su presencia fue advertida por la
prensa.497
Salvador Dalí Doménech (1904-1989) fue hijo del notario de Figueres. En 1922 ingresó
en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y se instaló en la residencia de estudiantes
donde trabó amistad con Federico García Lorca y Luis Buñuel. Expulsado de la academia de
Madrid en 1925, ya había tenido un enorme éxito en la exposición celebrada en Barcelona en
1925. Su primer viaje a París fue en 1926 donde conoció a Picasso. En 1929 se adscribe al
Surrealismo.
965
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
966
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
967
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Coincidentes, dos artistas, bien definidos dentro de sus personalidades respectivas, han
expuesto sus obras en Madrid: desde el Salón Lacoste, el paisajista Raurich; el costumbrista
Hermoso, desde el Palacio de Bibliotecas y Museos.
Nicolás Raurich , el pintor de San Pol de Mar, es uno de los paisajistas más originales
dentro de las tendencias post- modernistas catalanas, que, partiendo del realismo fruto de su
estancia en Roma a finales del siglo XIX, evoluciona hacia el impresionismo de empastes
gruesos y gran fuerza expresiva en sus visiones al natural. Raurich es una‖ rara avis‖ en un arte
catalán que evolucionaba dentro de un postimpresionismo de corte Cezanniano.
Francés en su crítica a la exposición que realiza en el salón Lacoste de Madrid admite que
se le acusa de barroquismo y cierta obstinación mecánica al colocar el color en gruesos toques
de espátula consiguiendo modelados corpóreos. Sin embargo Francés lo considera un gran
pintor y sus obras "una gradación de luces que pudiéramos llamar sinfónica". Destaca su
versatilidad que le permite pintar con su paleta encendida de índigos y cadmios, y su capacidad
de atemperar esta misma paleta cuando pinta la noche y los jardines.
968
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
969
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En ésta crítica del arte sobre Tomás Gutiérrez Larraya, la impresión es de que Francés
sigue siendo amigo de la persona, pero que no le gusta demasiado su obra actual, expuesta en
el Círculo de Bellas Artes de Murcia.
970
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Añadió Gutiérrez Larraya al decorativismo estético un gusto por los colores y la sencillez
de factura, tan difícil de percibir en una sociedad, como la española, afín a los estilos históricos
recurrentes.
Manuel Abril dirá de su obra: Larraya no dibuja ni pinta nada como no sea con miras a la
aplicación: si hace un estudio de paisaje en color, su intención lleva de convertirlo mañana en
un panel, sobre muro, o en portada de libro (…)‖498
LA EXPOSICIÓN DE SEVILLA
A tenor de esta Exposición de Sevilla tenemos que hablar, por extensión del maestro de
pintores sevillanos: Gonzalo Bilbao.
971
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de Bellas artes de 1935. Discípulos suyos fueron Santiago Martínez y Alfonso Grosso entre
otros.
Extraño es, leer en la crítica de Francés sobre Gonzalo Bilbao: ― figuras como el maestro
Gonzalo Bilbao, dotado de perdurable juvenilia, de entusiasta amor a su profesión y siempre
dispuesto a las evolutivas normas; ―
―El Comité seguía siendo el mismo coro de mudos, sordos y ciegos, manejados por el
capricho y las pasiones de D. Gonzalo Bilbao, como en la desdichada Exposición Francesa.‖
En ésta crítica podemos resaltar, además de la figura de Gonzalo Bilbao, otro pintor que
marca la pauta del arte oficial de principios del siglo XX: se trata de José Villegas Cordero
500
(1890-1921).quien inicia su aprendizaje con José María Romero y Eduardo Cano en Sevilla.
Reclamado por una gran clientela amante de temas castizos, toreros y bailaoras a partir
de 1876 recoge la antorcha de Fortuny y se convierte del pintor con mayor grado de admiración
y cotización de marchantes y coleccionistas de temas costumbristas o de género. A finales de
1898 es nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma y director del
Museo del Prado en 1901.
500 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
972
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gonzalo Bilbao. Plaza de Zocodover (Toledo).Félix Lacárcel. Los Molinos. La Esfera. Mayo 1922
Esta Exposición Anual de Bellas Artes sevillana, al parecer, es del gusto de nuestro crítico,
mordaz en otras ocasiones hacia la pintura de finales del XIX y su Preciosismo, Historicismo y
Costumbrismo anecdótico.
973
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
José Bonaterra Gras (1884) Nacido en Figueras, autodidacta, realizó varias exposiciones
individuales en Galerías Layetanas, la primera a la que alude Francés fue del 16 al 29 de Abril a
la que siguieron otras en 1923,1924 y 1933. Se dedicó al paisaje dentro de la influencia de la
Escuela de Olot y con temas de los alrededores de su ciudad natal.501
José María Moner Quintana (1897) expone por vez primera en el Salón Reig del 15 de
Abril al 10 de Mayo de 1922, seguirá exponiendo individuales en 1923 y 1924 (Layetanas)
502
en1926 y 1927 (Sala Parés)y de nuevo el Layetanas en 1935
501 GARRUT. José. María Dos Siglos de Pintura Catalana (XIX-XX). Madrid. Ibérico-Europea de Ediciones S.A. , 1974.
502 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
974
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
,Gerona. La Exposición de Abril de 1922 en Dalmau, fue la primera de una serie que abarcó
desde 1922 hasta 1935, exponiendo de sus telas también en la Sala Parés.
Jacinto Oliver (Olivé) Font (1896-1967) fue miembro de la agrupación catalana ―Salón
Nuevo Ambiente‖ asociación formada por discípulos de la Academia Gelabert, como Ramón
Soler LLidó, Francisco Camps Ribera, Antoni Roca, Tomás LLobet, etc... se presentaron en 1919
en las galerías Dalmau y expusieron en la misma durante 1920 ,21, 22 y 1923. En 1924
decidieron publicar la revista ―Nou Ambient‖ de la que salieron seis números y en las que
manifestaban su gran admiración por los grandes pintores del realismo catalán desde Martí
Alsina a Isidro Nonell.. Su última exposición fue en la sala Els Arts en 1932. 503
Oliver expuso en las galerías Dalmau en 1922 del 1 al 15 abril. Fue su primera exposición
individual que se repitió en 1924. Expuso en la Sala Parés en 1926, 1927, 1928 y 1931.
En las Galerías Layetanas, de Barcelona, el pintor Navarro Fargas exhibe varias notas
del puerto de Barcelona, y en el Salón Pares, una colección de paisajes catalanes el pintor
Camins.
503 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
975
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Camins de Revull expuso en Parés en 1919 Layetanas en 1920, Parés de nuevo en1922,
23, 25 ,26, 28, 1930,32 y 1933, 504
504 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
976
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Al abordar la crítica de la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1922, 505 José Francés
continúa desencantado de la posición oficial del Estado en este acontecimiento bianual.
Comienza su crítica con una demoledora comparación ― Inevitablemente el descrédito cada vez
más propalado y extendido de estos almacenes bienales, donde todo se confunde, trastoca y
desvirtúa, es ya en la vida artística de España como esas grietas exteriores de los edificios que
obligan a desalojarles y a derribarles y a aventar el polvo de sus escombros.‖.
505 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1922. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1922.
977
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A partir esas palabras, Francés se dedica a salvar los muebles y esos muebles se llaman ,
en el género del paisaje y paisajes con figuras, Gutiérrez Solana con "Vuelta de la pesca"
Nicanor Piñole con " Cogiendo la manzana", Antonio Esteve con "nublado" obra que para
Francés "exige la supremacía" y luego otros paisajistas: Gómez Alarcón, Verdugo Landi, Aurelio
García Lesmes,, Ivo Pascual, Francisco Llorens, Gregorio Prieto, Igual Ruiz, Puig Perucho,
Martínez Vázquez, Santiago Rusiñol, y María Luisa Pérez Herrero.
Después de dedicar elogios a la medalla de honor obtenida por Eduardo Chicharro con su
obra ―La Tentación de Buda‖, se centra nuestro crítico en el paisaje y destaca que la Exposición
Nacional de 1922 no obtiene el marco adecuado en el " ridículo, exiguo e incapaz Palacete del
Retiro (…). Hay que construir cuanto antes un palacio de Bellas Artes digno de Madrid‖.
978
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Nacionales encontramos siempre a los maestros de ayer. Con "las turbulencias jóvenes e
impacientes‖. Desde Mir y Rusiñol hasta ―el mocerío deslumbrado y deslumbrador que en los
aledaños del Paular exaltan la naturaleza‖.
Resalta los envíos a considerar de los catalanes y valencianos y lanza la idea de lo que
podría ser una Exposición Nacional de paisajistas españoles seleccionados y agrupados por
regiones. Aquí Francés no tiene en cuenta que el paisaje no necesariamente representa una
imagen identificatoria de una determinada región, pueblo o país sino que huyendo de la
cronología fotográfica el paisaje puede sublimar un Estado de ánimo que trascienda la mera
visión identificativa de una determinada etnografía comarcal.
De la pléyade de catalanes destaca los paisajes de Ivo Pascual, Puig Perucho, Joaquín
Mir, Domingo Carles, Gil Roig, Cabanyes, Eliseo Meifren , Rusiñol… y entre los valencianos
Antonio Esteve "con uno de los más hermosos cuadros de la exposición".. Siguen en mérito
para Francés las notas de tierra palentina y madrileña (por el tema) de Enrique Igual Ruiz,
Mulet, Rafael Forns, y Manaut Viglietti.
Ricardo Verdugo Landi , con su exaltación de la costa malagueña sigue dando esa
sensación de fuerza y sencillez. Castilla está representada para Francés por dos paisajes de
Juan Gómez Alarcón, y las obras paisajísticas de Aurelio García Lesmes, Martínez Vázquez,
Vicente Carrasco y su campo segoviano, Gregorio Prieto, María Pérez Herrero y Bernardini ,
pensionado este último en la Cartuja del Paular.
―Por último, La Rocha, Pons Frau, Covarsi, Bráñez, Serra, Núñez Losada y Blanco Coris
merecen ser mencionados laudablemente‖.
Se formaron dos jurados uno encargado de admitir y colocar las obras de pintura
grabado escultura y arquitectura y otro para el arte decorativo. El primero está la presidido por
Mariano Benlliure y contaba entre los vocales a los pintores Álvaro Alcalá Galiano. Aureliano de
Beruete, Enrique Simonet, José Moreno Carbonero y como suplentes a Fernando Álvarez de
979
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sotomayor, Marceliano Santa María y Julio Romero de Torres. En cuanto las recompensas
otorgadas en paisaje las medallas de primera clase fueron para Francisco Llorens por Rías Bajas
y José Gutiérrez Solana por la Vuelta de la Pesca.
Para calibrar quien imponía sus criterios en el mundo oficial estético de 1922 no hay más
que acudir a la votación de la medalla de honor. Fueron 145 artistas medalla dos los que
tomaron parte en la votación de los cuales 133 votaron a Eduardo Chicharro, tres a Moreno
Carbonero, dos a Gonzalo Bilbao y uno a cada uno de los artistas Vázquez Díaz, Joaquín Mir,
Sotomayor y Anasagasti.
De las nuevas firmas que destaca José Francés en su crónica, encontramos al valenciano,
nacido en Albalá de la Ribera, Vicente Mulet Claver (1897-1945) del que afirma: ―la huerta de
Mulet hace pensar en las amplias sinfonías cromáticas de Sorolla a través de un tamiz de
modernidad y dulzura‖.
506 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España .
Madrid. J.R. García Rama.1980.
980
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Destaca Francés la obra de Vicente Carrasco Encina. Carrasco estudia en Bellas Artes de
S. Fernando, siendo discípulo de Carlos de Haes. Especializado en el Paisaje Realista, a modo
de su maestro, obtuvo una mención honorífica en la Exposición de Bellas Artes de 1908. Sus
obras, son de factura simple, de colorido templado y ―humilde como un franciscano‖. Residente
en Segovia, presenta dos obras: El Soto de Revenga‖ y ―El Palacio de Riofrio‖
981
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Vicente Carrasco Encina (no Muñoz) Paisajes Segovianos. La Esfera. Enero 1922
982
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Paular‖ y ‖Entrada al Monasterio del Paular‖. Francés lo destaca dentro del ―glosario plástico
juvenil‖ de los mozos pensionados en El Paular.
Organizado por orden alfabético, el catálogo nombra a José María Tamburini a Ramón
Teixe, pasando a José Tersol Artigas: ni rastro de Tenreiro..
Por último, dentro del apartado dedicado a los pintores paisajistas, alude a los que
―merecen ser mencionados laudablemente‖
507 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España .
Madrid. J.R. García Rama.1980.
983
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Pons Frau (1883-1952) Natural de Sineu, en Baleares, estudió en la Escuela de Artes
y Oficios de Palma de Mallorca y en la escuela de San Fernando de Madrid. En Mallorca se
siente especialmente atraído por la pintura de paisaje. Siempre fiel al realismo, cultivó también
el bodegón el retrato, el cuadro de costumbres.
508 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
984
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
985
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Aficionado al montañismo, empieza a recorrer los picos de Europa, tema que será
recurrente en su obra. Su cuadro de paisaje ―Albarracín‖ es adquirido por The Hispanic Society
de Nueva York. Fue Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941.
Catedrático de Bellas Artes en Barcelona. Expuso regularmente sus paisajes en el Círculo de
Bellas Artes, seguidor de un paisaje de gran formato y hábil resolución de los problemas de la
luz.
José Blanco Coris (1862-1946) Malagueño, crítico de Arte, escritor y pintor, fue profesor
de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Realiza su formación artística en la Escuela de Bellas
Artes de Málaga, siendo su profesor el valenciano Bernardo Ferrándiz (1835-1885) a su vez,
discípulo de Federico Madrazo. Fue notable la publicación de su ―Manual de Arte Decorativo‖
(tres volúmenes 1916-1921) que fue declarado por Real orden de interés para la instrucción
pública.509 Blanco Coris en sus paisajes desarrolla un realismo académico, del que se hacen eco
las páginas de La Esfera.
509 ALMAZAN, David.‖ El Pintor José Blanco Coris‖ Zaragoza. Artigrama nº 1., 2004.
986
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Varela aprende de Sorolla la técnica y la pincelada junto con el empleo del color y la luz.
En 1908 vuelve a Alicante y se incorpora a la vida cultural a través del Círculo de Bellas Artes de
Alicante y el Ateneo, donde realiza varias exposiciones individuales. En 1918 se encuentra con
Sorolla cuando éste viaja a Elche para pintar uno de los paneles para la biblioteca de la Hispanic
Society de Nueva York. El lienzo de Sorolla fue pintado en el huerto el Carmen, del palmeral de
Alicante y el motivo representando es la recolección de dátiles, lienzo dedicado a Elche. Varela
510 A.A. V.V Emilio Varela Pintor Universal. Generalitat Valenciana. 2010.
987
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
rechaza la invitación de Sorolla a que lo acompañe a Portugal como ayudante de trabajo, donde
tiene que continuar pintando algunos lienzos para la Hispanic Society. En 1921 conoce a
Gabriel Miró con el que traba amistad.
511 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1922. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1922.
988
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Cuando Francés repasa las obras enviadas a la Exposición Nacional y llega a los
valencianos, no hace mención alguna a las obras presentadas por el paisajista valenciano
Manuel Moreno, que fueron dos: ‖Mercado de Valencia‖ y ―La Rosaleda‖.
Manuel Moreno Jimeno (1900-1982) Fue pintor y decorador, destacando por su labor
docente en su ciudad, Valencia. En 1923 obtiene el primer premio en el círculo de Bellas Artes y
en 1941 es nombrado catedrático de paisaje en Bellas Artes de San Carlos. Fue un luminista
atemperado, sin estridencias pero de gran jugosidad plástica en los paisajes, que cultivó
primordialmente aunque también trabajó el retrato y el género de costumbres. Viajero
incansable, recorre tanto España como Francia Inglaterra, Bélgica y el Norte de África.
989
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
990
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Seguidamente José Francés abre el apartado de los cuadros dedicados a "la Figura" y es
aquí donde destacamos a Gutiérrez Solana y Nicanor Piñole
Si en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920 se presentó Gutiérrez Solana con sus
obras "Carnaval en de aldea" y ‖Procesión de Cuenca‖ ,esta vez regresa con dos obras: "la
Vuelta de la pesca" y "el Rastro" . Con la primera consigue una primera medalla junto con
Francisco Llorens. José francés califica estas dos obras como de aspecto nuevo, no tan cerca de
su pintura honda y torturada "parecía olvidar los ambientes ocres y acres de los bajos fondos y
las miserias trágicas".
512
José Gutiérrez Solana (1886-1945) nace en Madrid de padre mexicano, médico y
hacendado y madre santanderina. Ingresa a los 14 años en la escuela de Bellas Artes de San
Fernando donde permanece cuatro años asistiendo irregularmente a las clases, desdeñando al
profesor y pintor Moreno Carbonero y fijándose en las lecciones del pintor y doctor José Parada
que imparte la asignatura de anatomía. A Solana le fascina desde entonces, los cráneos y los
esqueletos. Desde 1904 empieza a formar parte de las comitivas del Entierro de la Sardina
acudiendo con frecuencia a los cementerios de Madrid y a los hospitales.
A Solana se le vincula con la generación del 98 a través de su relación con la tertulia del
café Levante donde aparecían las figuras de Pío y Ricardo Baroja, o Ramón del Valle-Inclán.
991
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
También Zuloaga que lo descubrió y lo alabó le compró sus primeros cuadros y fue éste objeto
de devoción de Solana.
Gerardo Diego escribe en 1921: ¿ cómo se ha podido decir que Solana es monótono y
negro? Solana tiene una paleta riquísima y luminosa, porque la luz y el color no se deben medir
por la cantidad, sino por la calidad y usan sus cuadros de un lenguaje siempre nuevo y
despierto haciendo gala de un estilo personalísimo (..) nuestro gran pintor sabe ser moderno
sin dejar de ser típicamente tradicionalista y español. 513
513 DIEGO, Gerardo. 29 pintores españoles contemporáneos vistos por un poeta. Madrid. Ibérico Europea Ediciones,
1975.
992
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
993
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
994
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Rafael Forns “El Támesis desde el Puente de Lambeth”. La Esfera. Marzo 1923
995
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
996
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Exposición Nacional de Bellas Artes 1922.. Verdugo Landi: Atardecer y Adelardo Covarsí : La Otoñada en
Extremadura. La Esfera Junio 1922
997
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Exposición Nacional de Bellas Artes 1922. Obras de: Mir, Meifren , Rusiñol ,Blanco Coris, Ernesto
Gutiérrez. La Esfera Junio 1922
998
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Exposición Nacional de Bellas Artes 1922.. Obras de: Llorens, Aguado Arnal, García Lesme, Antonio Esteve,
Martínez Vázquez. La Esfera Junio 1922
999
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1000
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
A continuación insertamos las obras de los pintores paisajistas que el Catálogo Oficial
Ilustrado de la Exposición Nacional de Bellas Artes 1922, recoge en sus ilustraciones:
1001
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1002
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1003
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1004
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
1005
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
514 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
1006
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Antonio Gaya Nuño opina a cerca de Valle y su pintura: ―su obra es original hasta lo
increíble. Original comenzaba por ser el propio Evaristo Valle. Singular su figura física, erguida,
rematada por una gran melena blanca. Ingenuo y sencillo como pocos su natural timidez
quedaba acrecentada por un perceptible tartamudeo. Tenía mucho de campesino, de lugareño.
La pintura de Valle es crítica, irónica que no duda en ocasiones en llegar hasta el sarcasmo. El
cielo agrisado, el campo verde, el barro negruzco de la mina la reverberación de los trajes de
colorines el azul violento, el morado, la tendencia a oscurecer tonos.(...) nos traen un norte
más efectivo que el ofrecido por los pintores vascos. Si tuviéramos por un instante el insensato
deseo de clasificar y encasillar la pintura de Evaristo Valle, acaso la etiqueta más correcta fuera
la de expresionista".515
515 GAYA NUÑO Juan. Antonio. La Pintura Española del siglo XX. Madrid. Ibérico Europea de Ediciones, 1972.
1007
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1008
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ochenta y dos años tiene Antonio Muñoz Degrain cuando expone , (en 1922,dos años
antes de su muerte) en La Real Academia de S. Fernando.
1009
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1010
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1011
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Recogemos dos de los más interesantes, firmados, respectivamente, por Ramón Pulido
y José Blanco Coris.(…)
(…) »En mayo de 1892, Casimiro era huésped del Dr. Esquerdo en Carabanchel. Allí
entregó su alma a Dios aquel loco infortunado a quien hoy su pueblo natal va a levantar un
monumento en manifestación espontánea de débito y glorificación a tan genial y exquisito
pintor contemporáneo. — J. Blanco Coris.»
Considera Ramón Pulido a Casimiro Sainz como un artista cuyo ―estilo y técnica no
correspondía a ningún estilo‖. Difícil de sostener la frase en un discípulo no solo de Palmaroli,
sino de Carlos de Haes. Sainz pintaba Madrid y el Manzanares, y como recuerda Blanco Coris
―vivió una existencia estrecha y miserable (…) malbarataba sus producciones‖
Por expreso deseo del artista, sus restos mortales descansan en su tierra natal, Reinosa
(Santander) ,donde fueron trasladados en esta ceremonia que tiene lugar en el cementerio de
Carabanchel de Madrid.
1012
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Exhumación de los restos de Casimiro Sainz en Carabanchel (Madrid) La Esfera Agosto 1922
1013
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Con motivo de la exposición de Evaristo Valle, pronuncia José Francés una conferencia,
que es publicada por el diario "la Prensa", en el Real Instituto Jovellanos de Gijón. Durante esta
conferencia nuestro crítico expone su opinión sobre la actual situación de la pintura española
que divide en varias etapas. En primer lugar, la pintura de la primera mitad del siglo XIX
tiempo en el que el influjo de Francisco de Goya es patente y por esto asistimos a lo que califica
de "arte potente"; sin embargo hacia la segunda mitad del siglo XIX los pintores se recluyen en
sus estudios y no se enfrentan a la luz, refugiándose en las Exposiciones Nacionales de Bellas
Artes para mostrar sus trabajos, lo que da lugar a un "arte paupérrimo".
516 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1014
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Avilés (…) Ha celebrado las bodas de oro con la enseñanza del maestro don Domingo
Álvarez Acebal, cofundador y primer director de la Escuela de Artes y Oficios. Ha reunido en las
salas de esa misma escuela un conjunto de obras artísticas creadas por la juventud avilesina
(…).
Esta crónica de Avilés de José Francés tiene lugar en agosto de 1922 con motivo de la
celebración de las bodas de oro del primer director de la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad
don Domingo Álvarez Acebal Por este motivo se ha reunido en las salas de esta escuela un
conjunto de obras artísticas creadas por la juventud artística avilesina. Francés cuando se
refiere a la sección de pintura se detiene en los hermanos Pérez Espolita y Alfredo Aguado,
como pintores incipientes pero prometedores. A su lado habla de Florentino Soria, otro avilesino
pintor de "positiva maestría, de noble sentimiento, de armoniosa y delicada factura".
Florentino Soria González (1884-1961) gijonés, hermano de los también pintores Jesús y
Nicolás Soria estudió en la escuela de San Fernando dedicándose al paisaje y siendo profesor
de dibujo en los institutos de Baeza, Segovia y Gijón obtuvo un diploma de primera clase en la
Exposición Nacional de Bellas Artes de 1929.
Ya se había dado a conocer el año 1921 al público a los 16 años de edad mediante la
Exposición de Artistas Locales. En 1923 el ayuntamiento de Avilés subvenciona al pintor para
que realice estudios de bellas artes en Madrid, aunque no llegó a completar su formación.
1015
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1016
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1017
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1018
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Joaquín Sorolla sufre un ataque de apoplejía en junio de 1920 en los jardines de su casa
mientras ejecuta el "retrato de la señora Pérez de Ayala" la enfermedad le impediría volver a
pintar. Es en octubre del mismo año cuando acude por última vez a su clase de colorido en la
escuela de San Fernando para lo cual tiene que ser llevado en un sillón por sus alumnos.
La noticia que recoge Francés que es su sustitución por Eduardo Chicharro como profesor
en la academia de San Fernando debido a su estado de salud..
De éste elenco de pintores destacamos dos que cultivaron el paisaje con cierta
notoriedad y de los que no hemos hablado todavía:
Manuel Castro Gil (1891-1963) nacido en Lugo estudia en su escuela de artes y oficios y
con una beca de la diputación en San Fernando donde es discípulo de Ferrant, Vera, Muñoz
Degrain y Moreno Carbonero.517 Pintor y grabador colabora asiduamente en blanco y negro y la
esfera con una beca de la junta de ampliación de estudios viaja a París. Participa en las
exposiciones del Círculo de Bellas Artes madrileño, tendrá como profesor de artes gráficas de la
escuela nacional en Madrid, discípulo a Solana. En la exposición regional de Galicia en 1917
presenta varios paisajes al óleo
517 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
1019
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En este homenaje que José Francés dedica al Georgette Agutte, encontramos diferentes
puntos de vista de nuestro crítico. En primer lugar hace una defensa del idealismo practicado
por aquellas personas honradas, sin contaminación ―entre garitos, dancings y negocios cocidos
a la lumbre de las guerras (...)Las hembritas de holgorio que cobran su jornal por
descoyuntarse en las danzas exóticas y estragarse con las bebidas acres; los jovenzuelos que
«representan» automóviles y sorben cocaína; los arrivistas impacientes de literatura, a quienes
el corazón sobra; los supervivientes del chamarilerismo político; los fermentados productos de
los bajos fondos que fundan Bancos,(…).
Presentada por Francés esta comparación antitética, glosa la figura y el ejemplo de las
gentes sin esta contaminación como fue Georgette Agutte.
Francés conceptúa su pintura como moderna, sin estridencias pero suavemente rebelde
con sutiles interpretaciones optimistas de la luz sobre el tiempo.
1020
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
1021
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sigue Francés criticando los Salones de Otoño organizados por la Asociación de Pintores
y Escultores de Madrid.
José Francés no aborda el Segundo Salón de Otoño, de 1921 en su Año Artístico del
mismo año.
Aboga por crear puntos homogéneos de obras de modo que se pueda evitar que un
Solana se encuentre "rodeado de los extranjerizados de gamas claras y exaltadas violencias
coloristas". Negativo le parece también a Francés en el "dogmatizar (…) lo que algunos piensan
que es la pintura moderna sólo porque se trata por planos y volúmenes o se cromatiza en
gamas claras".
519 ESTEBAN LEAL, Paloma. TUSELL, Javier. CARMONA, Eugenio. Benjamín Palencia y el Arte Nuevo. Valencia. Bancaja
- MNCARS. 1994.
1022
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En 1920 envía dos cuadros al Primer Salón de Otoño que despiertan el interés de un
visitante especial, Juan Ramón Jiménez, de este modo en 1920 conoció al poeta Juan Ramón
Jiménez que diría de él "Benjamín Palencia: dinámico, pomposo, sensual, enamorado de su
arte, un gran temperamento‖520 . El poeta escribiría un texto sobre una serie de dibujos de
niños de Benjamín Palencia en 1923 Benjamín conocer en Madrid al grupo de la Residencia de
Estudiantes : García Lorca, Alberti, Dalí y Buñuel.. Con Dalí y Francisco Bores asiste a las clases
de la academia libre fundada por Julio Moisés. Su obra hasta la exposición de artistas ibéricos
de 1925 se adscribe a un post-cézannismo de raíces fauves que se depura en lo que es llamado
"la vuelta al orden".
Realiza una estancia en París desde 1926 hasta 1928 con interrupciones, donde asiste a
las clases de dibujo en la Grande Chaumière y se relaciona con la Escuela de: Pancho Cossío,
Bores, Manuel Ángeles Ortiz, Joaquín Peinado, Ucelay, e Ismael de la Serna. A partir de 1926
su estilo gira hacia un post cubismo atemperado y depurado en sus paisajes levantinos de Altea
realizados alrededor de 1926 que contrasta con sus paisajes agrestes y ásperos de Castilla
evocada en "la Perdiz" cuadro de 1927. En 1928 regresa definitivamente en Madrid. José
Bergamín y Juan de la Encina escriben sobre su obra pictórica. Viaja en 1930 a Italia y expone
en Berlín. Durante la guerra civil permanece en Madrid y en 1942 inicia su segunda experiencia
de evolución pictórica, con la llamada Escuela de Vallecas.
"Entre 1924 y 1927 la pintura de paisaje tuvo mucha mayor importancia en España que
en el resto de Europa. De hecho el paisaje rural o marítimo sin figuras ni narración no era
considerado un tema moderno e interesaba poco como motivo o argumento en sí mismo tanto
520 CRESPO, Ángel. Juan Ramón Jiménez y la Pintura. Salamanca. Ediciones Universidad.1999.
521 ESTEBAN LEAL, Paloma. TUSELL, Javier. CARMONA, Eugenio. Benjamín Palencia y el Arte Nuevo. Valencia. Bancaja
- MNCARS. 1994
1023
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
a los Novo-clasicistas como a Neo-objetivistas. En España por el contrario entre 1924 y 1925 se
vieron decisivas referencias a una posible nueva pintura de paisaje. En 1925 Antonio Espina
desde las páginas de Alfar abogaba por la consecución de un paisaje construido, aligerado de
peso, pero sólido, modelado y reconciliado con el natural. Palencia convirtió su pintura de
paisaje en la cuarta referencia del paisajismo vinculado al arte nuevo. Las otras tres referencias
fueron Vázquez Díaz, Sunyer y Dalí.‖
En esta línea del nuevo paisajismo que bebe de las fuentes de Cèzanne tanto como las
del cubismo sin perder el horizonte figurativo, encontramos la sorprendente obra de Pablo
Celaya Sierra (1896 -1933).
Nacido en Honduras, en1896. Pablo Celaya Inició sus primeros estudios en la Escuela
Superior del Magisterio en donde estudió Pedagogía del Dibujo, graduándose de maestro de
instrucción primaria. Se trasladó después a Costa Rica donde hizo sus estudios de pintura en la
Escuela Nacional de Bellas Artes; viajando después en 1920 a España para ingresar a la
Academia de Bellas Artes de S Fernando en Madrid teniendo como maestros de referencia a
Benedito y Daniel Vázquez Díaz; de los cuales Zelaya Sierra asimiló su técnica, tanto en lo
cromático como en lo formal.
1024
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1025
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francisco Llorens “El Pinar de Lóngora”. Pons Frau: Pinos a Plena Luz. II Salón de Otoño. La
Esfera, Noviembre 1922
Como dice Francés "Pons Arnau (…) es una consecuencia técnica y estética del
sorollismo" sin olvidar a las sugerencias de su pintura hacia otro maestro valenciano: Muñoz
Degrain. En esta exposición de la Galería Sagaseta, en cuanto a paisajes se expone toda una
visión del Guadarrama en la mejor tradición de los pintores de dicha sierra cuyo precursor fue
Jaime Morera. El estudio del natural y la serenidad espiritual dentro de un cromatismo luminista
definen esta exposición de Pons Arnau.
1026
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sigue Francés elogiando que el Círculo de Bellas Artes de Murcia, ―(…) con certeza y
tino orienta sus esfuerzos en un sentido de modernidad y de sensible buen gusto‖. Estos logros
los atribuye a la labor de personas eficaces y capacitadas como son el presidente del Círculo,
Ruiz Funes y Luis Gil de Vicario el crítico y pintor.
1027
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A pesar de no exponer obras de Luis Garay y Pedro Flores, que Francés echa en falta,
escribe que "no debió prescindirse de estos tres artistas y de sus tendencias no menos
respetables por avanzadas que las de otros". Los paisajes expuestos son escenas castellanas de
Gil de Vicario , y el acento agrario de Atienzar y Alamela Costa los otros paisajistas de la
Huerta murciana.
Para Francés Almela es más romántico , más soñador que Atienzar al que considera más
realista y "da a la luz, al color y las formas sus cualidades peculiares".
Almela Costa representa de algún modo la unión del costumbrismo murciano de finales
del siglo XIX con las tendencias impresionistas y coloristas aprendidas de sus maestros en San
Fernando, logrando en esta conjunción una pintura muy luminosa, efectista y ecléctica entre la
tradición anecdótico- costumbrista murciana y las nuevas técnicas de representación
impresionistas donde el color y la luz juegan un papel fundamental.
522 MORALES José. Diccionario de la Pintura en Murcia. Murcia. Galería de Arte Al-Kara. 1973.
1028
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En Barcelona se inauguran los nuevos Salones de Bellas Artes de El Siglo con las
siguientes exposiciones:
En Barcelona, hacia mitad del siglo XIX la Escuela de La LLotja estaba a imbuido de
mentalidad romántica de tendencia nazarena romanista. Ya desde 1775 en Barcelona se
concedieron pensiones por la Junta de Comercio, el último en recibir una de estas pensiones
fue el pintor nazareno Claudio Lorenzale, después de una reorganización éstas pensiones
pasaron a ser concedidas por la Academia de Bellas Artes de Barcelona y el primer artista en
recibir una, fue el discípulo predilecto de Lorenzale, Mariano Fortuny en el año 1857. 523
En 1860 fue cuando él encargó de pintar para la Diputación de Barcelona .Fortuny llega
al norte de África donde empieza a dominar una característica fundamental en su estilo: la
valoración de la luz y del color y su refinamiento plasmado en el famoso óleo ―La Batalla de
Tetuán‖. Hasta su célebre cuadro ―La Vicaría‖ de 1870, fueron pocos los paisajes que pintó;
523 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
1029
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
entre sus visitas a Granada encontramos algunos de sus mejores paisajes, su marchante,
Goupil, le pedía una pintura más efectista y de gran complejidad decorativa muy alejada del
paisaje. En sus estancias en Nápoles retoma al paisajismo pintando la playa y el mar con una
pasión por la luz próxima a los franceses pero propia de los paisajistas italianos.
En el salón del Círculo de Bellas Artes expone Eduardo Martínez Vázquez unos 30
cuadros. Paisajes correspondientes a Castilla Andalucía y País Vasco; para Francés el paisajista
se expresa a través de varios calificativos: emoción, majestad y dentro de una corriente de
pensamiento donde predomina el idealismo la plenitud espiritual y cierto romanticismo algo
alejado de la exactitud naturalista y tendente hacia una escenografía del paisaje.
La mitad de las obras de Martínez Vázquez reflejan lugares de la Sierra de Gredos, son
los temas favoritos del artista donde tiene su casa. En ellos observamos un pacto entre el
idealismo y la veracidad, urdido a través de la vibración sonora luminosa de los azules rojos y
grises de su paleta. Cuando el pintor sale de su hábitat y aborda temas y otros lugares como
Andalucía o el País Vasco se acerca más a la verosimilitud de lo observado, como si tuviera que
cambiar de método.
1030
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés termina su crítica con las siguientes palabras "Martínez Vázquez (…) jamás pinta
por pintar, a lo largo de sus cuadros se puede seguir la historia emocional de su espíritu".
Martínez Vázquez consigue la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes en 1922. Amigo
de Pérez de Ayala entronca con Unamuno y Valle-Inclán de los que es lector incansable, en
1935 fue nombrado profesor de la Cátedra de Aire Libre de la Escuela de Bellas Artes y en 1942
Catedrático de Paisaje de la escuela de Bellas Artes de S. Fernando, también de la Residencia
de El Paular hasta 1954 siendo nombrado académico de Bellas Artes de San Fernando en 1955.
Respondiendo a su discurso el secretario perpetuo de la misma, nuestro crítico José Francés. 524
Eduardo Martínez Vázquez pinta con preferencia, la Sierra de Gredos, sus pueblos y sus
gentes su ―manera‖ es un tanto escenográfica cuando pretende (…)ser visto por los otros. En
estas ocasiones el detallismo, el efectismo, heredados probablemente de su maestro Muñoz
Degrain, anula o dificulta la comprensión de la obra.
Es el momento de rendir homenaje al que fue uno de los grandes referentes del paisaje
en España en el primer cuarto del siglo XX.
524 ANTOLIN PAZ, Mario. Eduardo Martínez Vázquez. Ávila. Caja de Ahorros de Ávila, 1986
1031
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1032
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1033
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1034
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1035
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1036
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Propone si fuera posible rectificar el reglamento para dejar a cada artista libertad de
acción de modo que pudieran elegir su residencia veraniega y pintar lo que les parezca sin otra
obligación de presentar sus trabajos en un momento determinado. Reconoce Francés que esta
exposición de 1922 es la menos influenciada de "recuerdos de procedimiento" como él llama a
los pintores influenciados por Joaquín Mir.
José Morales Alarcón (1901 -1983) almeriense fue profesor de dibujo en la Escuela de
San Fernando y discípulo de Sorolla. Francés lo antepone a los demás como el más destacado y
"libertado de los tópicos paulares". Le supone una "seguridad temperamental de paisajista" y
un acierto ―tan delicadísimo de gamas sutiles‖.
1037
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
525.
Ricardo Bernardo (1897-1940) nacido en Solares Cantabria En 1910 con una beca de
la diputación de Cantabria ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando donde toma
clases de Muñoz Degrain. En 1918 expone en el Ateneo de Santander y en 1920 está en París.
En 1921 regresa a España, en 1924 viaja a Cuba..., encuentra su estilo personal en 1928 dentro
de una depuración figurativa sin dejar de cultivar el paisaje. Este joven pintor montañés como
lo define Francés, evoluciona desde el costumbrismo, a través de su estancia en París y Cuba,
hacia una depuración formal que lo acercará al Arte Nuevo y a las Vanguardias.
En 1922 Joaquín Peinado, como dice Francés "insinúa condiciones aún no del todo
concretas, pero animadas de esa esperanza y ese fervor juveniles que merecen respeto y
aliento". Se sentirá atraído por el cubismo y se integrará en la llamada Escuela de París. En
1925 participa la Exposición de Artistas Ibéricos (ESAI) .
525 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
526 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
1038
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1922 y 1923 fue arquitecto y pintor, consiguió dos medallas en las Exposiciones Nacionales de
Bellas Artes de 1924 y 1926.
1039
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Manaut Viglietti .Horas de Calma. Simonet Castro. Quietud. Venus (nocturno) Ricardo Bernardo. La
Esfera Diciembre 1922
1040
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Joaquín Roca. El Corredor Blanco. Morales Alarcón .Luz de Crepúsculo. Peinado Vallejo. Tristilia Rerum .La
Esfera Diciembre 1922
1041
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1042
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sánchez Argüelles. La Ermita del Santo Sepulcro de Granada .La Esfera Febrero 1924
1043
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En el Salón del Círculo de Bellas Artes se nos ha ofrecido una visión amable,
dulcemente bucólica de Olot.
Melchor Domenge (1871-1939) nacido en Olot, discípulo de Vayreda, durante gran parte
de su vida residió su ciudad natal, muy amigo de Miguel Blay, estudio en la escuela de Bllas
Artes de Olot y fue pensionado por la diputación de Gerona para estudiar en la academia
barcelonesa de San Jorge, después se unió a Vayreda a quien siempre tuvo como único
maestro. Fue profesor de la escuela de Bellas Artes de Olot. Se le considera uno de los
sostenedores de la llamada "Escuela de Olot".
Viaja por Italia y Francia para ampliar sus conocimientos. Sus paisajes son visiones del
campo catalán, de colorido suave y tonalidades rebajadas, trabajaba el contraluz y las aguas y
reflejos de los árboles.527 su combinación cromática de verdes con violetas se difundió con el
nombre de "acorde Domenge‖.
Romántico, tímido, melancólico, agrario son los calificativos de Francés hacia su obra.
Francés no lo considera coetáneo con el año 1922, pero lo salva por su ―voluntario
alejamiento de la caravana deslumbrada del porvenir‖. Y porque‖ la obra de Melchor Domenge
nos ha causado melancólica nostalgia y afable simpatía.‖
527 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
1044
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1045
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Destacamos de ésta noticia al pintor paisajista José Castellanas Garrich (1896-¿) (no
Castellanos como indica Francés) estudia en la Escuela de Bellas Artes de la LLotja de Barcelona
y posiblemente se traslada a Deiá, en Mallorca donde llevaba una obra centrada en el paisaje
concurriendo a las exposiciones de Bellas Artes de Barcelona en 1920,1921 y 1922. En esta
1046
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ocasión en las Galerías Layetanas expone su segunda individual, la primera fue en octubre de
1921 y está en noviembre de 1922. Exposiciones que alternará con las de la Sala Parés.528
En el Salón La Veda, de Palma de Mallorca, exhibe sus obras el paisajista catalán Drudis
Biada.
Tenemos aquí otra muestra de la influencia de nuestro crítico de arte José Francés sobre
"lo público" es decir la gestión pública y política del arte vigente en 1922. En este caso se trata
de su nombramiento como jurado para organizar y resolver los concursos del Estado a fin de
528 FONTBONA Francesc (Dirección) Repertori de Catàlegs d‘exposicions collectives d‘art a Catalunya (fins 1938).
Barcelona. Institut d‘estudis catalans. 2002.
1047
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
premiar obras del concurso de las Bellas Artes que se ha establecido por medio de disposición
ministerial. Nótese que José Francés no está precedido por ningún título oficial que adorne su
nombre, cuestión que será resuelta a partir de 1923, cuando es nombrado Académico de la
Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En el Saloncito del Ateneo de Madrid exponen Cristóbal Ruiz, Gabriel García Maroto,
Rafael Barradas y Javier de Whintuysen.
Gaya Nuño dice de sus paisajes: "En los paisajes, la lejanía propende a manifestarse
siempre al amparo de este desdibujo, que puede darse igualmente en términos más próximos,
pero todos dotados de la misma especie de lógica pictórica"529.
La lírica define la pintura de Cristóbal Ruiz. Gaya Nuño continúa "al referirse a aquellos
años es necesario recordar con simpatía a los pocos que supieron entender por vez primera la
lección de serenidad propinada por el artista. Y estos laureles van derechos hacia José Francés,
casi el único crítico de arte de entonces‖.
Por aquel entonces Cristóbal Ruiz era profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Úbeda
y vecino de la cercana Baeza donde vivía Antonio Machado. La obra clave de esta exposición
que comentamos es "Magdalenita", cuadro de 1917 y que en puridad no nos corresponde
comentar pero nos confesamos vencidos ante la pureza espiritual y estilística de este cuadro
que explica sus paisajes. Paisajes de Villacarrillo, tierra hosca, campesina y devoradora. Hemos
dicho en alguna ocasión que la obra de Cristóbal Ruiz asume la herencia post- impresionista sin
llegar a decantarse por la vanguardia intentando un camino equidistante acorde con lo
coetáneo o por decirlo así con el arte que se crea en Europa manteniendo y esto es difícil ,una
impronta genuinamente española, este es el camino que toma Cristóbal Ruiz, Vázquez Díaz, los
529 GAYA NUÑO, Juan Antonio. La pintura y la lírica de Cristóbal Ruiz. San Juan de Puerto Rico. Ediciones Juan Ponce
de Leon.1963
1048
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Noucentistas, Aurelio Arteta, García Lesmes ,Cristóbal Hall, Ricardo Bernardo, Juan Bonafe,
Timoteo Pérez Rubio, José Frau, Joaquín Valverde, Emilio Varela.. etc.530
Cuando Cristóbal Ruiz expone en el Ateneo lleva consigo la tercera medalla obtenida en
la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917 por "La Cancha‖ y la segunda en 1920 por
"Tierras de labor". Esta vez participa en una colectiva de cuatro pintores siendo sus compañeros
un post- impresionista Cézanniano, un vibracionista y un clasicista del paisaje.
Para Francés Cristóbal Ruiz significa en esta exposición del Ateneo ―el paisaje español
ingrávido‖ "y la capacidad atmosférica prodigiosa"
Francés es un abierto defensor del vibracionista "(…) es un artista sincero que se busca
a sí propio, que se engaña honradamente y cuyo único pecado consiste en placear sus
tentativas a los ojos indiferentes o burlones de la multitud (…) desde hace mucho tiempo quise
estar junto a Barradas con una cordialidad seria y una atención efusiva".
Blanco Coris el crítico de arte de tendencia conservadora diría de sus obras expuestas en
el Ateneo "ya descubrimos formas humanas en sus obras que se van alejando de aquellas otras
531
en las que no veíamos más que astillas, embudos y caracoles"
El catálogo de Barradas incluye cinco obras que no atienden al paisaje tituladas "familia,
Pilar retrato de niña, retrato del niño, y madre del pintor‖.
530 BONET Juan Manuel. Cristóbal Ruiz. Pamplona .Caja Navarra. 2000.
531 GARCIA-SEDAS Pilar. J. Torres-García y Rafael Barradas un diálogo escrito 1918-1928. Parsifal Ediciones. Barcelona
2001.
1049
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Javier de Winthuysen, Francés lo califica como "el compañero que está de vuelta"
"reintegrado a España buscó la camaradería de los jóvenes rebeldes o resignados‖. En esta
exposición además de paisajes muestra retratos como la del propio artista.
1050
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
532 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
1051
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
‖El deseo de ser él mismo, de no dejarse influenciar por los ajenos hallazgos, de
expresarse con el acento propio" subraya Francés.
MEMORANDA
Aurelio Tolosa Alsina (1861-1938) barcelonés su primer maestro fue Justin Simón y
posteriormente estudió con Modesto Urgell. Fue pintor de paisajes, fue y flores. Una de sus
533
especialidades fue pintar paisajes en abanicos, piezas muy apreciadas en su tiempo
La exposición a la que se refiere Francés fue la única que hizo el pintor en Barcelona y
tuvo lugar del día 16 al 29 diciembre en las galerías Layetanas.536
Mariano LLavanera Miralles (1890-1927) pintor ampurdanés, amigo del escritor Josep Plá,
estudia en Olot con Ivo Pascual y reside posteriormente en París donde configura su
533 GARRUT. José. María Dos Siglos de Pintura Catalana (XIX-XX). Madrid. Ibérico-Europea de Ediciones S.A., 1974.
534 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
535 FONTBONA Francesc (Dirección) Repertori de Catàlegs d‘exposicions collectives d‘art a Catalunya (fins 1938).
Barcelona. Institut d‘estudis catalans. 2002.
536 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
1052
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
personalidad artística. Su prematura muerte cercenó una evolución de gran artista 240.
Perteneció a la nueva generación de la escuela de Olot., Se mantuvo aislado de las corrientes
noucentistas y su paisaje evolucionó hacia el eclecticismo con pincelada libre. Acabó cercano
del fauvísmo. Ingresó en 1925 en la asociación ―Les Arts i els Artistes‖.
1053
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1054
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
"una larga y admirable labor de fervor artístico hacía acreedor a la distinción ahora
otorgada al honrar la academia a nuestro amigo y compañero, honra también a la esfera que es
dónde francés ha glosado en admirables páginas literarias, que forman una completa historia
del arte actual la producción de nuestros pintores y escultores . A la ceremonia de ingreso
acudió numeroso y selectísimo público, que llenó totalmente el salón de la academia. El
discurso de Francés fue un modelo de belleza, de idea y de sentimiento, enjoyados en la prosa,
rotunda, armoniosa y espléndida que es característica del estilo vigoroso de Francés. Después
de estudiar la personalidad de su antecesor en la academia, D. Amós Salvador, y de explicar el
1055
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
sentido de la moderna crítica de arte, francés leyó varias bellísimas sugestiones artísticas, en
que evocó el esfuerzo del hombre frente a la forma."
José Francés, nombrado Académico de Bellas Artes de S. Fernando el 26 de diciembre de 1922. La Esfera
Febrero 1923
1056
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1057
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1058
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1059
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fue elegido diputado precisamente en 1923 y nombrado Comisario Real de Bellas Artes
también fue vocal de la exposición internacional de Barcelona de 1929. Tuvo que vender su
colección de obras de arte cifrada en 1869 obras a la Junta de Museos de Barcelona debido a la
crisis económica que sufrieron sus empresas en 1932.
Como señala Francés, desde 1903 Luis Plandiura con su peculio personal ha ido creando
un museo de Arte Moderno y es en 1923 cuando los artistas responden a su llamada con más
de trescientas obras expuestas en la Calle Ribera y ciento cincuenta ,ya escogidas ,en Galerías
Layetanas.
1060
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Entrando de lleno en el concurso, José Francés tiene palabras de elogio para todos los
expositores, aunque considera los paisajes de Jaime Mercadé ―un poco fríos‖.
Javier Nogués (1873-1940) nacido en Barcelona no quiso estudiar y acude a las clases de
la academia de Gabriel Martínez Altés, donde conoce a Nonell. Descubre su vocación en una
visita que realiza el Museo del Prado junto con su padre en el año 1896.538 Alternará su
asistencia a la citada academia con la de Borrell. Años después realiza su viaje a París donde
asiste a otras dos academias, la Calarossi y la Vity.
En 1910 es miembro fundador de "Els Arts y els Artistes‖. Nogués fue dibujante,
grabador, ceramista y pintor de vidrio. Se le considera más dibujante que pintor. Una pieza
capital de la pintura contemporánea catalana son los murales que realizó en ―El Celler‖ de las
Galerías Layetanas, pinturas murales ejecutadas en los sótanos del establecimiento como lugar
de reunión de artistas y amigos y que luego pasaron al museo de arte moderno. Nogués fue un
paisajista esporádico, y sus paisajes bien caracterizados por una marcada atención a la
construcción en volúmenes, obras muy austeras de tonos planos y nítidos de dibujo.
Francesc Galí Fabra (1880-1965) nacido en Barcelona, su padre Bertomeu Galí fundó una
escuela de enorme prestigio con nuevos procedimientos pedagógicos y en la que daba lecciones
537 GARRUT. José. María Dos Siglos de Pintura Catalana (XIX-XX). Madrid. Ibérico-Europea de Ediciones S.A., 1974.
538 GARRUT. José. María Dos Siglos de Pintura Catalana (XIX-XX). Madrid. Ibérico-Europea de Ediciones S.A., 1974.
1061
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
su cuñado Pompeu Fabra .Galí hijo se formó en la academia de la LLotja y estudio grabado con
Alexandre de Riquer. Fundó la escuela llamada escuela de arte de Galí. Esta academia fue un
hito importante en el arte de Cataluña formando a la manera de la plástica moderna y
contemporánea, por donde pasaron por cierto coleccionistas como el que nos ocupa en este
momento, LLuis Plandiura y pintores como Ignasi Mallol, Joan Miró, Francesc Vayreda, Jaume
Mercadé, Rafael Benet, José Aragay…etc. la mayoría de estos artistas frecuentaron esta
escuela entre 1901 y 1912.Galí fue uno de los nombres de referencia del noucentismo
catalán.539
Sus clases junto con las de su coetáneo Galí, fueron seguidas por multitud de alumnos
influyendo en todos los movimientos tanto coetáneos, como los evolucionistas, como los
aparecidos más tarde. Ilustró diversas revistas como ―Papitu‖. Sus paisajes se enmarcan en uno
momentos claves de dominio de la pintura noucentista. Su obra paisajística es muy personal.
Jaime Mercadé Queralt (1887-1967), nacido en Valls, Tarragona fue pintor y orfebre. En
1908 se traslada a Barcelona donde ingresa en un taller de joyería y asiste a la academia Galí.
En 1916 se instala en Barcelona y realiza su primera exposición en Galerías Layetanas. En 1919
es nombrado profesor de la Escuela de "BellsOficis‖. Forma parte de la agrupación ―Les Arts y
Els Artistes‖. Admirador de Cèzanne, llegó a un nivel muy personal en cuanto a creatividad y
originalidad, basada en la implificación geométrica y el constructivismo esquemático.
539 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
540 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
541 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975.
1062
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Como apunta Francés al final de su crónica, LLuis Plandiura acabó adquiriendo veinte
lienzos, en lugar de los cinco acordados en la convocatoria.
1063
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Xavier Nogués. Tarde de Domingo. Ignacio Mallol, Paisaje de Olot. La Esfera Febrero 1923
Joaquín Mir. La Noria del tío. Francesc Labarta Los Trigos. La Esfera Febrero 1923
1064
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1065
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1066
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―(…) Cossío se aísla, se aparta del ambiente, del aplauso público (…) ― Cossío no es
planista ni cubista ni futurista, ni siquiera impresionista. Pero es pintor (…) ha visto claro dónde
está el porvenir de la pintura. Luz, color, pureza(…) . Ritmo, masa, arquitectura: nuevos
factores esenciales en que coinciden las diversas estéticas contemporáneas. Cossío trata de
incorporar unos y otros a su pintura (…).‖
En 1923 viaja a París y entra en contacto con los pintores españoles agrupados en torno
a Picasso, Manuel Ángeles Ortiz, Ismael de la Serna, Togores y Ucelay. Expone en el salón de
los Independientes de París y en 1925 participa en la Exposición de Artistas Ibéricos del Palacio
del Retiro en Madrid.
En 1926 viaja por Holanda y Bélgica, exponiendo en años sucesivos en París. En 1932
frecuenta a Federico García Lorca y a los pintores y poetas de la generación del 27,
543
dedicándose a la política a partir de 1933.
542 DIEGO, Gerardo. 29 pintores españoles contemporáneos vistos por un poeta . Madrid. Ibérico Europea
Ediciones,1975.
543 JIMÉNEZ, Pablo, HUICI, Fernando. PEREZ DE AYALA, Juan. Pancho Cossío 1894-1970.Madrid.Fundación
Mapfre,1994.
1067
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El punto de inflexión en la obra de Cossío aparece hacia 1919 donde suelta el vigoroso
color aprendido de su maestro Cecilio Plá y comienza a esquematizar y estilizar sus ritmos en la
composición, en las telas que presenta en la exposición del Ateneo santanderino como
"Camouflage‖ y ‖Preparando la partida‖ empieza a construir los planos de color de un cuadro
concebido como una decoración plana, edificada a base de luz color y materia, primando lo
ornamental y rompiendo con la tradición representativa clásica. Ni que decir que ésta
representación plástica provocó un cierto escándalo y polémica en Santander y a Pancho Cossío
le calificaron en varios artículos de "ultraísta" terminó que rechazará Cossío así como su intento
de clasificación como cubista o futurista.
Entre los que reclamarán para sí su pintura plana la denominación de post impresionista
estará de sus principales valedores, Gerardo Diego.
Nos detenemos en este momento; habrá que esperar a 1925 para evaluar como el
entorno de París influirá en la evolución de la pintura de Cossío hacia la figuración geométrica
de paleta con tonos fríos aplicado en amplias manchas de color.
José Francés nos habla en su crónica de "un artista dotado de extraordinarias facultades.
Absolutamente desligado de toda vulgaridad" destaca su sentido del ritmo la esencia del color y
"la superación, la esquematización elevada de los temas‖ definiendo el arte y Cossío como
"fácil, claro y armonioso".
1068
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1069
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1070
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Manuel Villegas Brieva (1871-1923 )nacido en Lérida realizó sus estudios en Córdoba y
Madrid, siendo discípulo de Francisco Pradilla. En 1892 marchó a Roma pensionado por la
Diputación de Córdoba y a su regreso fue profesor de la escuela de artes y oficios de Madrid.
Fue asiduo concurrente a las exposiciones nacionales de bellas artes En 1923 expone en el
Círculo de Bellas Artes de Madrid. Como indica la memoranda, Villegas Brieva es costumbrista y
paisajista dentro del estilo realista ,concediendo especial atención a los efectos lumínicos.
1071
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1072
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Salón Parés, de Barcelona, celebran la exposición anual de sus obras los pintores
Santiago Rusiñol y Ramón Casas, y el escultor Enrique Clarassó.
Tradicional cita de los dos pintores modernistas y el escultor Clarasó. Muy completa al
aportar Rusiñol obras pintadas en Tívoli (Italia),Granada y Xátiva (Valencia) . Ramón Casas traía
retratos y cuadros de costumbres de la vida cotidiana de la burguesía catalana, como ―Prenent
el té‖.544
Por tercera vez afrontamos gustosamente la obra de Juan Echevarría. La vimos primero
en el Saloncito del Ateneo (1916); después, en la Internacional de Bilbao (1919); ahora, en el
Salón Amigos del Arte, totalizada con la interesante ampliación de retratos y algunos paisajes
muy sensibles.
Juan de Echevarría es más retratista que paisajista, en el género del retrato , está
considerado como el retratista de la Generación del 98. Para Francés , no dan estos retratos la
misma sensación de frescura que sus paisajes. Juan de Echevarría, imbuido por las tesis
impresionistas francesas que fusionará con una visión del paisaje castellano semejante a la de
Zuloaga ,en el empleo de fondos fríos, se inscribe en la visión literaria de Castilla propia de la
Generación del 98, representada por Pio Baroja, Azorín y Antonio Machado, que, con su poema
―Campos de Castilla‖ inicia la nueva visión estética de Castilla 545
1073
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
―Ávila es su refugio estético (…) sentido elevado casi ascético (…) la sensibilidad moderna
y el sedimento clásico‖…‖siempre estuvimos y esperamos continuar estando, muy lejos de los
apóstrofes grotescos o despechados de sus detractores sistemáticos‖. Escribe Francés.
1074
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El discurso del ingreso de José Francés en la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando tuvo lugar el día 4 febrero 1923. 546 José Francés se dirige a los señores académicos
con una prosa formalmente modernista, literaria, retórica muy elaborada y declamatoria.
Compara su trayectoria con un cuento de HG Wells llamado "la puerta en el muro" en un
momento en que se le permite como en el cuento entrar por esa puerta a un mundo que por fin
no se le distancia que es la Real Academia que le permite compartir cuanto se encuentra en
ella.
A esta alegoría de José Francés sobre las etapas del arte contesta Marceliano Santa
María, quien destaca los siguientes valores de José Francés, su olvido y perdón de aquellas
pasajeras hostilidades que concitó cuando fustigó tendencias perniciosas en nombre del bien
546 REAL ACADEMIA DE SAN FERNANDO Un Libro de Estampas. Madrid. Yagües. 1923.
1075
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
para el arte cuando el sentido rectilíneo de su crítica abatió gestos insanos o "fomentó
gallardía".
Santa María reconoce que los años traen con su natural evolución el conocimiento justo
de lo existente sean cuales fueren sus tendencias y es generoso proceder académico el
descubrir estas tendencias para el bien de todos "abiertas están las puertas para orear la casa.
Las corrientes de aire puro llegan a substanciar nuestros trabajos‖. Pone Santamaría como
ejemplo a José Francés, crítico de arte moderno ―que no ha cumplido aún 40 años y lleva
publicados más de 40 libros, innumerables conferencias y que ha publicado "el Año Artístico en
ocho consecutivos volúmenes con láminas considerando como que esta obra (…) se ha
traducido ya en idiomas extranjeros, sirviendo de texto en cátedras de arte contemporáneo en
alguna universidad de América. Estos libros serán siempre obras de consulta para eruditos de
todas las épocas.‖
Por último, recalcamos cómo José Francés define y justifica su forma de ejercer la
crítica de arte, en su discurso a la Real Academia:
547 REAL ACADEMIA DE SAN FERNANDO Un Libro de Estampas. Madrid. Yagües. 1923.
1076
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1077
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los pintores catalanes exponen en el Salón del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Son
obras enviadas desde la Sociedad Artístico-Literaria de Cataluña. Francés alaba el continuo
esfuerzo para que los pintores catalanes sean conocidos en Madrid, así como ―los valores
estéticos de la Cataluña actual‖.
De entre todos los pintores que exhiben en el Salón del Círculo de Bellas Artes recoge
Francés en su crónica determinadas obras.
Destaca Francés del paisaje "colmado de emoción y esplendor "firmado por Puig Perucho
y demuestra nuestro crítico nuevamente su admiración por Joaquín Mir, Nicolás Raurich, Rafael
Forns así como de José Mongrelly que "Madrid conoce, por desgracia, de forma superficial".
1078
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
El día 10, a la una y media de la tarde, se celebra en el Hotel Ritz el banquete en honor
del autor de esta obra para festejar su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes..
Sí hay una amplia y nutrida pléyade de literatos y de políticos entre ellos los ultraístas
Cansinos Assens y Guillermo de Torre, que se adhiere homenaje ,el modernista Gabriel Miró y el
inclasificable Ramón Gómez de la Serna.
Entre los que tuvo la palabra, el presidente del Consejo de Instrucción Pública , Natalio
Rivas, Marceliano Santa María en calidad de vicepresidente del Círculo de Bellas Artes , el
Director del Museo de Arte Moderno, Mariano Benlliure, el presidente de la Asociación de la
Prensa Francos Rodríguez, el Director general de Correos, el ministro de instrucción pública ,
Salvatella.
Hay un momento en un discurso de Francos Rodríguez en el que pide para Francés una
reparación del mismo ,como funcionario público de Correos. "Restituirle es de justicia" a lo que
Pérez Crespo, director general de Correos, por alusiones afirma que su pensamiento es que
1079
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés "debe volver al seno del cuerpo de Correos (…) considero que se debe jugar con
benevolencia los hechos pasados de esta Corporación‖.
¿ A qué hechos pasados se refiere al director general de Correos?. ¿Se refiere a la huelga
de Correos de 1918?.
Toda esta Memoranda que recoge Francés ayudar a entender el intrincado mundo de
relaciones políticas, personales y profesionales en el que se movía José Francés en el Madrid de
1923 y cómo consigue el éxito al ser nombrado miembro de la Academia y ser homenajeado a
continuación en el Ritz por las fuerzas vivas de la capital, al mismo tiempo que éste coexiste
con aspectos oscuros de su vida laboral.
―(…) La Esfera, como ha dicho un amigo nuestro es un faro que irradia sobre el arte
español. Si hay algo en mí de triunfo o de eficacia para la vida artística española se le debe a La
Esfera, que me consintió todas las audacias y todas las generosidades, por ser sus fundadores
antes que yo, generosos y entusiastas, los que han trabajado por el renacimiento del arte
español‖.
Pablo Planas Prat (1886-1947) fue pintor y grabador. Estudió Medicina y Música .Marchó
a París donde su admiración por Cèzanne le impulsó a dedicarse a la pintura. Se dedicó también
al dibujo publicitario y celebró exposiciones en Barcelona y Tarrasa. Desde 1934 enseña dibujo
y pintura y en 1939 marcha a París de nuevo, hasta su muerte. La Exposición de 1923 fue su
primera individual en Barcelona, con treinta paisajes y bodegones de Francia y Cataluña.
1080
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Muñoz Degrain está ligado a la ciudad de Málaga donde permaneció en largas estancias.
Desde que llegó en 1870 inició su relación con su paisano el pintor Ferrándiz. 548
En el Salón «El Camarín», de Barcelona, expone el paisajista Colom varias obras suyas.
Joan Colom Agustí fue un asiduo expositor en individuales en Barcelona, desde 1909
hasta 1935 expuso en trece ocasiones en las salas Faianç Catalá, Layetanas, Camarín, Dalmau,
Areñas, Parés, Barcino, La Pinacoteca, y Syra.549
548 SAURET, Teresa. Muñoz Degrain y las poéticas paisajísticas fin de siglo en Málaga . Málaga.Mupam,2008
1081
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Comienza su crítica Francés sin nombrar a la pintora paisajista a quien hace referencia el
título quizás porque persigue hacer unas disquisiciones sobre el paisaje a la altura de marzo de
1923.
Afirma que existe una sobreproducción de cuadros de paisaje dirigidos a las Exposiciones
de Bellas Artes para obtener una medalla o bien para conseguir un precio y un comprador
determinados. Aprovecha para dejar caer que en Madrid cada día "se cierra uno de los escasos
549 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
1082
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Acaso algún día será oportuno investigar los motivos de tanta exaltación de campos,
nubes y aguas. Se hallarán razones económicas. Encarecimiento de los modelos y de los
locales. Acaparamiento de los estudios por las turbas salaces de jovenzuelos desocupados y
viejos verdes que se unen para pagar a medias las paredes, el diván turco y las golfitas. Y
también lo que Mauclair llamó muy justamente «crisis de la fealdad», al hacer la psicopatología
del más importante sector de la pintura moderna. Porque el artista que vive de lo que pinta
sabe que es más fácil «dar salida» a un jardín otoñal o una bucólica resuelta en menos de un
metro por ochenta centímetros que a cualquiera de esas horridas concepciones de seres
grotescos, de mujeres sucias y deformes que el expresionismo ha elevado a la categoría de
canon pictórico‖.
Cierra esta disquisición sobre el paisaje y la figura con una rotunda afirmación:
María Luisa Pérez Herrero, pues de ella trata en esta crítica, se destaca en el panorama
de los paisajistas españoles como la única mujer que a través de El Año Artístico de José
francés mantiene la actualidad de su trabajo. Nuestro crítico habla de la señorita Pérez Herrero
comparándola con la situación social de Berta Morissot, "odiada por el viejo Degas‖.
Sigue la sugerente crítica centrándose en la señorita Pérez Herrero "el arte de la señorita
Pérez Herrero tiene un acento varonil, una seguridad varonil, una varonil elocuencia" "carácter
de masculinidad en un paisaje". Para Francés, Pérez Herrero acusa la veracidad de cada sitio y
cada hora cuando pinta Aranjuez, Miraflores de la Sierra y los jardines de los alrededores de
Madrid, sabe abarcar los fugitivos matices de las cosas e interpretar el amplio milagro de la luz
en el aire libre. Francés concluye su crónica anunciando que la pintora se despide de España
pensionada por el Estado. Efectivamente después de esta exposición del Círculo de Bellas Artes
María Luisa Pérez Herrero es pensionada por la Junta de Ampliación de Estudios trabajará en
Francia, Bélgica, Holanda e Italia y mostrará a su vuelta los paisajes elaborados en estos
lugares.
1083
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
María Luisa Pérez Herrero: Calleja de Miraflores Rincón florido (Aranjuez) La Esfera. Mayo 1923
María Luisa Pérez Herrero: Fotografía de la autora. y Melancolía. La Esfera. Mayo 1923
1084
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
María Luisa Pérez Herrero: Un corral de Miraflores.. y Puesta de Sol . La Esfera. Mayo 1923
1085
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En 1923 Vázquez Díaz pinta el retrato del escritor Ultraísta Guillermo de Torre para su
libro ―Hélices‖.
Comienza lo que Jaime Brihuega titula ―Cubismo atemperado‖, fruto del contacto de
Vázquez Díaz con el Planismo de Lagar, el Simultaneísmo de los Delaunay y el vibracionismo de
Barradas. Consecuencia de ésta evolución serán las dos versiones de ―La Fábrica dormida‖,
realizadas entre 1923 y 1925.550
El día 17 de marzo de 1923, a las seis de la tarde, se hizo entrega solemne a José
Francés de la Ejecutoria que sus compañeros de la Posta española le ofrecieron con motivo de
su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Se le entrega una ejecutoria de 50 grandes páginas con firmas y sellos de todas las
instituciones que forman el cuerpo de Correos, incluidos los "compañeros en expectación de
reingreso". De hecho se toma la iniciativa de que se imprimiese haciendo una gran tirada de
dicha ejecutoria cuyo producto de venta ―se destinó en favor de los compañeros postales no
reingresados aún".
Destacamos como pintor de paisaje aún no tratado, a Pedro Segimón Cisa (1904-1976)
Pintor de figura y paisaje, estudia en la Academia de Bellas Artes de San Jorge y en la LLotga.
1086
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Alumno de Félix Mestres, se traslada a París donde expone en 1927. Combina Segimón
el clasicismo con impresionismo en sus trabajos. Es esta su primera exposición en Barcelona, a
través de la Sala Parés. Marzo de 1923
En el Salón Arte Moderno, de Madrid, expone el pintor Fernández Peña quince paisajes
de Mallorca.
El Círculo de Bellas Artes acoge esta exposición en 1923 donde exhibió 20 telas su
producción. Algunos cuadros fueron comprados para el Museo de Arte Moderno de Madrid; los
titulados ―Buque en reparación‖ y "A pleno sol".
En 1925 viajó a París y expuso sus obras en la galería Charpentier, en 1927 en Nueva
York y más tarde en Italia (Roma, Milán, Nápoles. En 1930 , en Londres).
551 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
552 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
1087
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Quinquella trabaja el realismo matérico, con la espátula, con agilidad y fuerza ,con
sentido de urgencia ,obteniendo una obra original y monotemática de tonos concretos donde en
ambiente portuario lúgubre de trabajo y sudor del puerto de La Boca, de Buenos Aires,
adquiere su correlato pictórico.
1088
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
El grupo de pintores que constituyeron el Saló Nou Ambient, expone por quinta vez en
Barcelona sus obras ,todas ellas ensartadas en la sobriedad y el rigor de origen cezanniano,
destacan por el verismo de sus temas, no ocultan la realidad más sórdida pero no caen en un
sentimentalismo que es ajeno a sus principios.
Francesc Vidal Galicia (1894) cultivó, además del paisaje, el bodegón, asiduo de Dalmau
con el grupo Nou Ambient, expuso también en las galería Les Arts y en el llamado Saló de
1089
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En las Galerías Layetanas, de Barcelona, exponen los paisajistas José Nogué, Alejandro
Cardunets y J. Bonaterra.
En Toledo, un grupo de escritores y artistas descubre una lápida en la casa donde Pérez
Galdós escribió Ángel Guerra.
Entre otros estaban Manuel Bueno, José Francés, Gómez de Baquero, Rafael Marquina,
Pérez de Ayala, Gregorio Marañon, Alberto Insúa, Vázquez Díaz, Bartolozzi, Pedro de Répide,
Vegue Goldoni y Luis de Tapia. También asistieron el familiar del inolvidable maestro, D. José
Hurtado de Mendoza; el gobernador civil y el alcalde. Ramón Pérez de Ayala leyó unas cuartillas
en las que evocó el espíritu de la obra galdosiana, las cuales serán impresas a costa del
Municipio.
Aquí tenemos otro ejemplo de acto social de José Francés, dedicado a Pérez Galdós,
fallecido en Madrid en 1920, en compañía de escritores y otros críticos de arte.
553 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1090
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Salón Arte Moderno expone varios retratos y paisajes el pintor Ricardo S. Benito.
Creo que se refiere Francés en la memoranda, a Ricardo Sainz (1885) pintor que se
formó en la escuela de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, especializado en paisaje y
retrato. Obteniendo una mención honorífica en la Nacional de 1904.
1091
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Después del ―largo silencio‖ que comenta Francés y que , coincide con su etapa en la que
se dedica a los negocios ,toma los pinceles de nuevo para pintar a Castilla en invierno y Vizcaya
en verano. Las visiones castellanas abarcan las provincias de Toledo y Segovia. Francés destaca
la "exuberante exaltación cromática"(…)"estos cuadros vascos de Carlos Lezcano, repelentes al
principio, de aparente estridencia, se concretan y ratifican cuando se les contempla más
despacio‖, destaca Francés la capacidad de restituir al concepto de paisaje el abarcamiento
atmosférico y topográfico y la incidencia de las arquitecturas antiguas y los espacios anchos.
554 A.A.V.V Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930).Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
1092
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1093
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1094
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Manifestación del Arte Valenciana tiene lugar en el Palacio del Retiro de Madrid entre
el 15 de mayo y 15 de junio de 1923 .En la crítica al evento, Francés repasa la historia de la
pintura española desde el siglo XIX hasta el momento. Para Francés la pintura española se
desvirtúa y pierde su carácter en temas y procedimientos después de Goya. Esta época
abarcaría la primera mitad del siglo XIX y la pintura española sería deudora de las corrientes
francesas germánicas y británicas pretendiendo sugerir la emoción estética con capítulos de
historia e infortunios o heroísmos que nada dicen de la sensibilidad moderna. Salva de esta
tendencia a Rosales Muñoz Degrain y más tarde a Pinazo Camerlench que se rebelan frente al
tradicionalismo rutinario.
Con Sorolla adviene la era moderna en toda su amplitud de aire libre. Hasta que un
vasco, Zuloaga ,un catalán, Anglada, recogen las infinitas derivaciones de Sorolla e inauguran
otras dos directrices de la pintura moderna. Francés sostiene que la pintura española, a la
altura de 1923, se caracteriza por su regionalismo "hay una pintura de Asturias, de Galicia, de
Vasconia, de Cataluña, de Andalucía, de Valencia.‖
1095
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Desarrollando su crítica, Francés aborda la pintura que se expone en el Palacio del Retiro,
califica de "débiles" los dos lienzos de Sorolla y lamenta la colocación de Muñoz Degrain "la
figura más poderosa, más ingente de la pintura actual se le ha colocado de manera poco digna
de su grandeza". Echa a faltar a José Pinazo y tiene un recuerdo para Pepino Benlliure, fallecido
en 1916.
Se refiere a José Mongrell como aquel que "ha pintado la mar, los pescadores, la playa
después de Sorolla‖ pero siguiendo su camino personal ―Hay un mongrellismo, como hay el
sorollismo‖.
De Antonio Esteve destaca que el paisaje en sus manos surge como ―algo espontáneo
que mana sin esfuerzo‖.
Pintor de la campiña levantina "Esteve es una de las excelencias mejor definidas y menos
rectificable que hoy día ostenta el arte nacional ―.
Del alcoyano Rigoberto Soler que "empezó agitándose en el mongrellismo‖ afirma que
avanza con acento propio y sugiere sensaciones peculiares que adivinan una gran pintura
venidera
555 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1096
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Peris Brell es "la revelación a las miradas madrileñas‖. ―Sus notas íntimas tienen el
encanto de la pintura hecha sin prejuicio".
Julio Peris Brell (1866-1944) se formó en la escuela de Bellas artes de San Fernando y
fue compañero de Sorolla. Su obra es de un hermoso cromatismo y delicado dibujo. Paisajista
abarca también el género del bodegón, las escenas costumbristas y el retrato, con predilección
por temas valencianos.
Salvador Tuset, con ―su delicadeza y sutileza muy sensible para el color‖ aunque percibe
Francés sus gamas como ―un poco sordas‖
Sigue José Francés su crónica, "después de la primera visita se buscan para renovar el
deleite contemplativo: (…) dos paisajes de Virgilio Bernabéu, ― cuyo nombre no hay que
olvidar‖, los paisajes de Rafael Forns " el maestro de las rutilancias y esplendores bien
armonizados" el envío de José Garnelo. ― El brío colorista‖ del alicantino Emilio Varela, ―el
ímpetu seguro‖ de Manaut Viglietti, las notas marítimas de Martínez Cubells y ‖ algunos aciertos
de Francisco Gras demasiado sometido aún a la influencia de Sorolla".
Emilio Varela presentará cuatro paisajes: ―La Ciudad‖ ―Sella‖ ―Ifach‖ y ―Pinos de Ifach‖.
557
Los cuatro cuadros serán adquiridos por el Estado, con destino al Museo de Arte Moderno.
556 ESPÍ VALDÉS, Adrián. Pintores de Alcoy. Valencia. Comunicación Gráfica SL. 2000.
557 A.A. V.V Emilio Varela Pintor Universal. Valenciana. 2010.
1097
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francisco Gras (1889) Estudia en San Carlos de su ciudad natal y en San Fernando de
Madrid. Discípulo de Sorolla, se especializa en paisaje, acudiendo a diversas ediciones de los
Salones de Otoño. Francés opina de él que está ―demasiado sometido aún a la influencia de
Sorolla‖.
Tomás Murillo .En la Playa del Cabañal. Antonio Esteve. Tarde de Otoño. La Esfera Junio 1923
1098
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1099
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1100
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1101
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1102
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1103
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En el Círculo de Bellas Artes se celebra un banquete en honor del artista argentino Sr.
Quinquella Martín.
Ofreció el banquete, en nombre del Círculo, el Sr. Llorens, leyendo a continuación las
adhesiones de los Sres. Moreno Carbonero, Muñoz, Plá, Mongrell; y brindaron después el
embajador Sr. Estrada, José Francés, el presidente del Círculo de Bellas Artes, Sr. Gullón y
García Prieto, y Alberto Ghiraldo.
Otro de los actos sociales celebrado en el Círculo de Bellas Artes fue este banquete que
reunió a un grupo de significados pintores entorno al pintor del puerto de la Boca de Buenos
Aires, el argentino Benito Quinquella.
Desde 1918 hasta 1923 se extiende una clase de Exposiciones en Barcelona con el
nombre de ―Exposició D‘art‖ y convocatoria anual en la sede del Palacio de Bellas Artes.
Promueve el Ayuntamiento de la Ciudad.
Las entidades que concurrían contaban con total libertad para seleccionar y coordinar los
participantes. En estas Exposiciones de carácter municipal de primavera, se fueron integrando
las nuevas asociaciones artísticas que nacen en Barcelona durante estos años, en 1920 se
incorpora ―Les Arts i els Artistes‖ y en 1923, la que nos ocupa, Los Evolucionistas. Esta edición
se celebró en el parque de la Ciudadadela.
La exposición de 1923 fue la última debido a que el general Primo de Rivera ,quien tomó
el poder en Septiembre de 1923, disolvió los órganos de gestión municipal barcelonesa y las
exposiciones quedaron interrumpidas hasta 1932.
1104
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Willi Geiger (1878-1971) pintor y grabador y escenógrafo expresionista alemán. En 1906 estuvo
en España por vez primera en Madrid ,donde se hizo amigo de Juan Gris. Pintor de temas
taurinos, retratos y paisajes, en Toledo y Canarias. Participó en el IX Salón de Humoristas de
1923 que tuvo lugar en el Palacio de Cristal del Retiro, hecho que Francés resalta en su crónica.
En 1924 expuso en el Ateneo de Madrid.
José Francés defiende el Arte Figurativo, con palabras de Willi Geiger: ―La mayor
equivocación de muchos expresionistas—dice—es creer que sea necesario destruir la forma. Sin
forma no hubo ni habrá arte posible‖
1105
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Este artista alavés tiene una biografía lineal en la que apenas cabe reseñar tantos
acontecimientos, una vida tranquila, equilibrada y mesurada acorde con la personalidad del
pintor, disciplinado , metódico, ordenado y más bien tímido. Irrumpe el mundo del arte a los 26
años una vez concluidos sus estudios de leyes en Valladolid, alumno de Emilio Soubrier en la
escuela de artes y oficios de Vitoria, al parecer recibió consejos de Díaz de Olano, por el que
tenía gran admiración.
En 1895, nuestro paisajista emprende viaje a Italia durante varias semanas, residiendo
en el estudio romano de Díaz de Olano , visita también las ciudades de Florencia Nápoles
Venecia y Milán. Amárica fue un hombre ilustrado , un clásico moderno respetuoso con el
legado histórico de la tradición que permanecía a la vez atento a las virtudes de la época. Éste
talante personal va a tener reflejo en su arte.
Con esta escasa comparecencia pública, su obra pasa prácticamente desapercibida entre
sus contemporáneos. No obstante la muestra que Francés trae a su año artístico de 1923, en
el Museo de Arte Moderno de Madrid, obtuvo los más encendidos elogios.
558 GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros
Bilbao. .Fundación Kutxa nº 2, 1993.
1106
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Francés precisamente hace la crítica a una de las tres exposiciones individuales que
realizó Amárica en su vida, de ahí la importancia de sus comentarios en los que destaca su
visión de la naturaleza en grandiosidad, majestuosidad, en vuelos ondulantes y ritmos lentos,
lienzos "henchidos de poesía fuerte, honda y pura" "sus pupilas no se sujetan a los espacios
reducidos". Fernando de Amárica es un paisajista que no ha disfrutado de la consideración por
parte del mundo del arte, de la crítica y del el público como otros paisajistas coetáneos.
Consigue que sus obras sean estructuralmente grandiosas y nos recuerda a la mejor
tradición paisajística que hunde sus raíces en Carlos de Haes y que a través de Aureliano de
Beruete, Regoyos, Rusiñol , Sorolla , Meifren consiga, sin tomar como referencia el Arte Nuevo
de influencia francesa, estar entre los paisajistas más innovadores del primer cuarto del siglo XX
español.
559 GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros
Bilbao. .Fundación Kutxa nº 2, 1993.
1107
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1108
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fernando de Amárica. Tarde de Septiembre a orillas del Zadorra. La Esfera. Junio 1923
1109
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Gustavo de Maeztu. Visión Romántica y Los Novios de Vozmediano. La Esfera .Mayo 1923
560 GAYA NUÑO Juan. Antonio. La Pintura Española del siglo XX. Madrid. Ibérico Europea de Ediciones, 1972.
1110
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
El comentario que dedica José Francés a Marceliano Santa María, abarca casi siete
páginas en El Año Artístico de julio de 1923, es un auténtico ejercicio de novela literaria en un
lenguaje barroco lleno de metáforas y epítetos que construyen imágenes con intención de
emocionar al lector creando ritmos musicales modernistas, academicistas, sensoriales..
561 REAL ACADEMIA DE SAN FERNANDO Un Libro de Estampas. Madrid. Yagües. 1923.
1111
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Esta exposición de Burgos fue su primera muestra individual y tuvo lugar en la Escuela
Municipal del Teatro de Burgos patrocinada por el Ayuntamiento, y realizada cuando Marceliano
tiene 57 años. Será en 1925 cuando vendrá la eclosión de los honores y los éxitos para el
pintor a la vez que se irá decantando hacia el paisaje castellano, iluminando su paleta y
enriqueciendo cromáticamente sus cuadros hasta mostrar una Castilla amable, brillante alejada
de la paleta sombría de los pintores paisajistas del 98.
1112
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) nació en Valencia el 5 febrero de 1863. Primer hijo
de Joaquín Sorolla Gascón oriundo de Teruel y de Concepción Bastida, valenciana de origen
catalán. Sus padres eran modestos comerciantes de telas. El año siguiente nacerá Concha su
hermana pequeña y en este mismo año muere el padre y la madre de cólera. Los dos niños son
adoptados por una hermana de Concepción, Isabel Bastida casada con José Piqueres, cerrajero
de profesión. El matrimonio no tiene hijos propios. En 1876 Josep quiere matricular a Sorolla en
las clases nocturnas de dibujo el escultor Capuz y en 1878 ingresa en la Escuela de Bellas Artes
de Valencia estudiando con él ,entre otros Mariano Barbasán y Cecilio Plá..
En 1881 viaja a Madrid por vez primera y se entusiasma por Velázquez. Y en junio de
1884 obtiene la plaza de pensionado de pintura en Roma y conoce a Clotilde, la que iba a ser
su esposa, hija de su protector Antonio García Peris. En 1885 llega a Roma siendo sus
profesores, Pradilla, Villegas y Emilio Sala. Viaja por toda Italia. En 1888 contrae matrimonio
con Clotilde y se establece en Asís donde comienza a pintar cuadros de género. En 1889 el
matrimonio decide fijar su residencia permanente de en Madrid. En 1894 viaja a París y a su
regreso transcurre el verano con su familia en Valencia donde pinta ―Aun dicen que el pescado
escaro‖, obra con la que conseguirá al año siguiente de la medalla de primera clase en la
Exposición General de Bellas artes de 1895.
En este mismo año envía al Salón de la Sociedad de Artistas Franceses "trata de blancas
y la vuelta de la pesca" y le será concedida la primera medalla de oro por esta última
adquiriendo el cuadro el Estado francés.
1113
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1909 se inaugura en Nueva York su primera exposición individual con 356 obras y
160,000 visitantes agotándose los 20,000 catálogos editados y vendiendo casi 150 cuadros. En
mayo Sorolla viaja a Washington y pinta en la Casa Blanca los retratos del presidente de los
562
Estados Unidos William Howard Taft y su esposa.
562 A.A. V.V. Sorolla, Visión de España. Colección de la Hispanic Society of America.Valencia.Bancaja,2007.
1114
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Comienza el pintar in situ los grandes cuadros tomando estudios del natural para la
encargo de la Hispanic Society. En 1914 es elegido académico por la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando, exponiendo en Venecia, Londres ,Nueva York y viajando por toda la
563
geografía española.
En 1916 pinta en la playa del Cabañal ―La Bata Rosa‖ en 1917 pinta las últimas visiones
de la Alhambra y pasado el verano con su familia en San Sebastián. En noviembre de 1918
viaja a Alicante donde pinta el panel correspondiente a Elche y se encuentra en Alicante con su
discípulo Emilio Varela .Pasa la Navidad en Murcia. Con su discípulo Santiago Martínez parte en
1919 hacia la costa andaluza para realizar el panel de Ayamonte (Huelva), su salud comienza a
ser; espera que se seque ―La Pesca del Atún‖ y regresa en julio a Madrid. Ese mismo verano es
nombrado profesor de colorido y composición en la Escuela de Bellas Artes de Madrid y Director
de la Residencia de paisajistas del Paular. Se traslada a Mallorca y termina el año en su casa de
Madrid.
En 1923 pasa el último mes de su vida en Cercedilla donde muere el mes de agosto .La
comitiva fúnebre fue presidida por su gran amigo Mariano Benlliure y sus restos, trasladados al
panteón familiar del cementerio de Valencia. 564
1115
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero José Francés alerta hacia lo que no debe ser un seguimiento ciego del maestro "el
sorollismo no es ni puede ser una escuela subsiguiente, prolongada más allá de su creador" y
sostiene: "yo difundí (…) la finalidad del sorollismo no en lo que tiene de fórmula sino en lo
que representa de comprensión de la luz" y recuerda la gran aportación de Sorolla ,pues antes
de Sorolla existía "la tiranía de un tema‖ y la pintura‖ melodramática social‖. Y cierra este
importante asunción "detrás de él serán posibles las desviaciones estéticas que en los primeros
años del siglo XX canalizarán la pintura española".
1116
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1117
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1118
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1119
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1120
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1121
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1122
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LLORENS EL PAISAJISTA
Llorens pintó una obra de amplios panoramas, con puntos de vista elevados utilizado la
vegetación para la organización de la obra sin un motivo especialmente destacado aunque en
ocasiones encontremos un detalle que, fijándonos la mirada, nos da la dimensión real de la
obra, a modo de ‖punctum‖ .
La pincelada pequeña ,con poca materia pictórica y meticulosa. Hay un intenso estudio
lumínico, los horizontes altos; ocasiones utiliza pincelada más amplia y empastada Destaca
1123
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1124
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1125
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Como ejemplo del regionalismo puro ejemplifica la obra de Nicanor Piñole y Evaristo
Valle "pureza íntegra del regionalismo en pintura asturiana" pero no puede afirmarse de los
artistas montañeses con tanta exactitud esta clase de regionalismo pues su reintegración a los
tipos costumbres y paisajes de la comarca materna es adquirido con libertad estética de
creación y exposición. De este modo ocurre que los pintores que destaca Francés de esta
1126
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
muestra de Arte Montañés , sugiere que mantienen influencias de otras escuelas foráneas que
insinúa al principio en su crónica.
(…) Sí. Existe un arte regional producto de la reintegración filial de los artistas a la
tierra nativa, a la luz que hallaron al abrirse sus ojos y al espectáculo que fué ofreciéndose
sucesivo, pero íntegro de cualidades características, a lo largo de los años de niñez y de
adolescencia. Los años que modelan para siempre el espíritu.
Solana pública este mismo año de 1923, "Madrid callejero" que dedica "al gran artista
vasco Ignacio Zuloaga, gloria de nuestra pintura española". 567 En el prólogo a su libro arremete
Solana contra la generación del 98 y su descubrimiento del paisaje castellano, defiende a la
Academia Española y recoge su propia interpretación del panorama artístico del momento
"ahora tenemos una nueva generación muy variada y confusa: hay cubistas, futuristas y
568
dadaístas; y como a mí, me huele a puchero de enfermo y a que nadie sabe por dónde va".
566 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
567 GUTIERREZ SOLANA, José. Madrid Callejero (1923).Madrid. Asociación de libreros de lance,2000.
568 A.A.V.V. José Gutiérrez Solana. Madrid. MNCARS-TURNER. 2004.
1127
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Agustín Riancho. Laderas del rio Luena. Gerardo Alvear. Danza de primavera. La Esfera. .Noviembre 1923
1128
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El objetivo del Salón de Otoño era "sustituir las inválidas, las ineficaces, las atrofiadas
Exposiciones Nacionales con una expresión más exacta y sobre todo más pura de la vida
artística contemporánea". Sin embargo este objetivo se va desvirtuando por un excesivo
eclecticismo y en la admisión de obras preferentemente de artistas premiados en las
Exposiciones Nacionales y "se relegaban a salas de último orden lo malo y lo nuevo en
confusión desconcertante".
Francés asevera que para buscar a los artistas independientes hay que ir a las
exposiciones individuales o las agrupaciones regionales como las últimas de La Coruña de Gijón
y de la pintura montañesa de Santander donde sí que responden plenamente al criterio de
libertad y de respeto a todas las tendencias. Advierte sobre el anuncio de que "habrá un jurado
calificador" y por todo ello ofrece" el IV salón merecidísima repulsa" "se ha caído fatalmente en
una parodia ridícula de los certámenes nacionales (…) con ese equivocado respecto a los
nombres y no a las obras, que es en definitiva lo que importa" llega a calificar Francés al Salón
de Otoño de "grotesco bazar de mal gusto".
En cuanto a las obras que salvaría habla de un Picasso ‖de dudoso interés‖, de Solana
―fuerte y sólido‖ de Gustavo de Maeztu ―fastuoso‖ y una revelación que para él es la más
valiosa de todo el Certamen, la del pintor Carlos Sáenz de Tejada .
Carlos Sáenz de Tejada (1897-1958) dibujante, pintor y grabador. Su padre era cónsul de
España en Orán. En 1916 ingresa en la Escuela de San Fernando donde es discípulo de López
Mezquita. En 1920 consigue la beca de paisaje del Paular. Entró en una etapa post cubista
posteriormente, realizó interesantes obras de clima suburbial. 569
569 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
1129
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sáenz de Tejada se inscribe en lo que venimos llamando el Arte Nuevo, que, sin romper
con los esquemas figurativos, exploran otros caminos de innovación, acordes con los deseos de
cambio de la sociedad.
En cuanto a los paisajistas, además de los ya conocidos destaca a Vicente García. Creo
que se trata de Vicente García Martínez (1866-1970) pintor aragonés. Nacido en Tarazona,
estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza . En 1908 participa en la Exposición
hispano francesa de Zaragoza y en 1920 decora el Centro Mercantil de la capital. Ilustrador y
paisajista destacamos sus paisajes del Moncayo , la sierra de Teruel y el Pirineo. Expone en los
Salones madrileños de Otoño 1923 y 1928. 570
De estilo austero, y tonos reducidos con predominio de ocres y grises. A partir de ahí
evoluciona hacia un geometrismo de clara influencia neocubista todo el juego rítmico de las
formas superficies y volúmenes hace de su pintura se pueda calificar en el panorama español
de 1923 innovadora. Evolucionará Sáenz de Tejada hacia una pintura de compromiso político,
inscrita en las circunstancias de la Guerra Civil Española.
570 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1130
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Antonio Esteve. Barraca Valenciana. Serra Farnés, Lluvia en Sierra de Gata. La Esfera. Enero 1924
1131
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1132
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) Ocho son los expositores actuales, que citaremos por el orden catalogal: Ricardo
Segundo, Simonet Castro, Fausto López Redondo, Lorenzo Garralda, César Prieto, López
Romero, Morales Alarcón y R. Peinado Vallejo.
Es el Museo de Arte Moderno de Madrid se exponen los trabajos de los pintores jóvenes
becados enviados a la Cartuja del Paular. Francés inicia su crónica con un circunloquio en el que
defiende la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, atacada por su conservadurismo . Dice
Francés "no es nuevo ni seduce por inédito el tema de los ataques a la Escuela (…) con las
primeras pipas, el primer chambergo y las incipientes melenas se suele adquirir la característica
externa de artista independiente" "estos ataques son tan crónicos como injustos" al fin y al
cabo, viene a decir Francés no son las instituciones sino aquellos que están a cargo de ellas
quienes consiguen que funcionen o no.
En este caso, nuestro crítico alaba la labor innovadora del nuevo Director de la Escuela
de Bellas Artes de San Fernando, Miguel Blay, así como la labor del encargado del curso de
verano del Paular, Sr. Esteve Botey quien ha procurado evitar la sumisión temática de las
exposiciones anteriores y, sin olvidar aspectos del Paular, los pintores pensionados presentan
lugares y horas de la Villa de Buitrago.
De los ocho expositores paisajistas, Francés hace una mención especial a la obra de
Ricardo Segundo.
571 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1133
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Cesar Prieto (1882-1976) expone ―El prado de las Llaves‖, que llama la atención también
a nuestro crítico.
Joaquín Peinado Vallejo, el pintor neo-cubista que formará parte de la Escuela de París,
tiene 25 años. Es precisamente después de la estancia en el Paular, en Noviembre de 1923,
cuando marchará a París, donde permanecerá seis años. El pintor Malagueño presentará sus
trabajos en la Exposición de Artistas Ibéricos de 1925.
1134
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1135
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1136
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
De Real orden, y por virtud de renuncia de D. Mariano Benlliure del cargo de presidente
ejecutivo de la Exposición que simultáneamente se ha de celebrar con la Internacional de Bellas
Artes de Venecia en la primavera próxima, se nombra el Comité ejecutivo en la siguiente forma:
Presidente, D. Miguel Blay; vocales, D. Fernando Álvarez Sotomayor, D. Julio Romero de Torres,
D. José María López, D. Carlos Verger, D. José Moreno Carbonero, D. Mateo Inurria, D. José
Capuz y D. Anselmo Miguel Nieto.
La participación española en las Bienales de Venecia entre el año 1922 y 1936 fue
descorazonadora,572. No ya por algunos artistas sobresalientes sino por su aislamiento en medio
de la medianía en una amalgama de artistas sin conexión alguna. A esta cantidad de artistas
contribuyó la puesta en marcha el pabellón español inaugurado en 1922 y promovido por
Mariano Benlliure.
El hombre fuerte que intervenía en la selección de las obras a exponer fue Mariano
Fortuny Madrazo (1871-1949), hijo de Mariano Fortuny ,de espíritu ecléctico artista pintor
iluminador diseñador fotógrafo y refinado seguidor de Richard Wagner, que murió en su palacio
veneciano donde residía. Si en 1922 intervino en la selección Mariano Benlliure junto con
Mariano Fortuny, para la edición de 1924 solamente él resta como comisario siéndolo en
solitario en las ediciones de 1926 1928 y 1930 .
En el Salón del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, celebra una Exposición de paisajes
Elíseo Meifren.
Esta exposición de Madrid del pintor Eliseo Meifren sólo está enunciada en la
memoranda de octubre de 1923 en una breve línea informativa. Sin embargo José Francés con
el seudónimo de Silvio Lago, dedica una doble página en la actualidad artística de la revista La
Esfera correspondiente al 13 octubre de 1923.
Francés habla de las exposiciones mediocres que han tenido lugar en el Círculo de Bellas
Artes sobre otras "realizadas incluso por hombres coetáneos de vida, pero infinitamente
rezagados de ideología". Meifren ― conserva la frescura vernal, el lirismo juvenil aquella gracia
espontánea y fresca que fue desde el primer momento su característica mejor definida (…) de
nuevo hayamos visiones de Aranjuez, de Mallorca (…) esta sensación de júbilo creacionista de
572 TORRENT ESCLAPÉS Rosalía. Un Siglo de Arte Español en el Exterior. Madrid. Fundación BBVA-Turner.2003.
1137
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1138
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1139
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1140
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1141
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1142
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1143
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Aunque nuestro crítico no aclara el motivo de esta crónica laudatoria hacia arte de José
Mongrell, sabemos que el artista valenciano realizó en 1923 una exposición individual en el
Círculo de Bellas artes de Madrid. Una posible causa de esta exposición de la capital, podría
achacarse a la falta de actividad cultural que supuso para Barcelona, donde residía Mongrell,
la disolución de la Junta de Exposiciones que organizaba los Salones de Primavera por causa de
las medidas tomadas por Primo de Rivera y su directorio, a partir de Septiembre de 1923. (el
último Salón de Primavera fue en 1922, donde Mongrell expuso la obra Sacando la Barca) .
Esta exposición de 1922 fue la de mayor éxito y la que consiguió consolidar su fama. No
obstante, Mongrell continuó con sus clases en la escuela de Bellas Artes de Barcelona de donde
es profesor, desde 1913 y donde residirá hasta su muerte en 1937.
Cuando Francés escribe su crónica, José Mongrell cuenta con 53 años. A pesar de que
las fuentes aluden a Pinazo como su maestro en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y
1144
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
principal influenciador, Mongrell será visto por la crítica como un pintor de los más destacados
representantes de la corriente luminista valenciana que inauguró Sorolla. 573 y con quien trabajó
en Madrid .
Francés le reconoce una influencia anterior a Sorolla y lo afilia también a las paletas de
Pinazo y Domingo Marqués , "es una música más íntima, más tierna, más dotada de
sentimiento hondo y de sensibilidad noble deslumbra menos y acaricia más tiempo".
―La misma entrañable virtualidad pictórica que tienen estos cuadros es precisamente la
que no sólo autoriza, sino exige el acercarse a ellos sin olvidar que somos escritores; es decir,
que procuramos también la emoción de la vida a través de la creación artística, sin recordar
normas críticas ni los tubos—turbios o diáfanos, según el líquido de uno y otro ensayo—de
análisis.‖
573 PEREZ ROJAS Javier. ALCAIDE José Luis, OSACAR, Eugeni. José Mongrell 1870-1937. Valencia . Generalitat
Valenciana,2001.
1145
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1146
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1147
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1148
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
PAISAJES DE GRANADA
Francés, defensor de la diversidad de lugares para los alumnos que aprovechan una beca
veraniega de la Escuela de San Fernando para perfeccionar su arte, parece contento con esta
exposición de la que afirma que la Escuela de San Fernando, patrocinadora, debe de
enorgullecerse.
Los cuatro alumnos que exponen, Fernando Sánchez Argüelles, Vicente Santos Sainz,
Vicente Mulet y Andrés Cuervo, han inaugurado esta residencia de la Alhambra creada por
Natalio Rivas "uno de los mejores ministros de instrucción pública que ha tenido España".
Pone en guardia a los jóvenes pintores frente a ―el Tópico, la Rutina, el Clisé, la
Reminiscencia.‖
1149
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés abomina de los "humildes pinta- detalles para la venta a bajo precio y las turistas
que alternan el Kodak con la cajita de acuarelas, centenares, acaso millares de gentes van
cubriendo lienzos, maderas, papel, con evocaciones de Granada‖. Por ello Francés propone a ir
más allá de la capital y adentrarse en la provincia buscando el Valle de Lecrin, y en él, Lanjarón.
Vicente Santos Sainz (1899-1993) Vallisoletano, pintor y grabador inició sus estudios en
la escuela de artes y oficios de Madrid de donde pasó a la escuela de San Fernando en 1918.
Fue discípulo del pintor Moreno Carbonero. Pensionado en Granada en 1923 y en el Paular en
1924,. Fue galardonado polo Círculo de Bellas Artes por su lienzo ―La ronda en el valle del
Tietar‖. Destacó por sus grabados y aguafuertes. 574
574 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1150
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1151
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1152
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En el Palace Hotel de Madrid, se celebra una fiesta íntima en honor de Elíseo Meifren,
para agasajarle con un champaña de honor por el éxito de su Exposición de paisajes.
Villegas Brieva realizó una exposición póstuma este mismo año de 1923 en el Círculo de
Bellas Artes, que comentamos en su momento.
Jorge Soto Acebal (1891-1974) nacido en Buenos Aires, este pintor y acuarelista
argentino comenzó a exponer en España a partir de 1920. Antes, en 1912, viajó a Europa y
completó sus estudios de arquitecto y decorador en el taller de Georges Renon de París. Fue
profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes en Buenos Aires y presidente de la Academia
nacional de Bellas Artes de Argentina.
José Francés comienza su crítica reconociendo la personalidad cada vez más manifiesta
de los centros artísticos de América y reconoce que las acuarelas de Soto Acebal expone en
Madrid.
―Significan una revelación". "Los verdes jugosos, las cumbres sumergidas los muros
dorados, las marinas densas y los caseríos blancos de Guipúzcoa y Vizcaya han encontrado en
Soto Acebal un exégeta veraz".
1153
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1154
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1155
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1156
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Espina y Capo reúne en esta exposición del el Museo de Arte Moderno 150 obras;
el pintor cuenta 75 años y ésta es su tercera exposición individual en Madrid donde organizará
575
otras dos en 1925 y 1928 y la última en Barcelona en 1929.
Francés constata que "el ilustre pintor ha querido hacer un resumen de su labor
constante y apasionada‖ ,destaca los rincones típicos de los suburbios madrileños a orillas del
Manzanares asuntos pictóricos que nos recuerdan a Goya en los temas .
575 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
1157
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El otro paisajista es Rafael Durancamps, que expone en el Círculo de Bellas Artes cuenta
con 32 años y exhibió su obra anteriormente en Barcelona en 1917.
En 1921 viaja a París, luego Italia y regresa a España en 1923, cuando celebró la
Exposición de Madrid que nos ocupa.
1158
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1159
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1160
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1161
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1162
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1163
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El joven pintor José María Almela Costa, con 24 años, expone en Madrid; esta vez en el
Círculo de Bellas Artes .Ya lo hizo anteriormente en la Exposición de Artistas Murcianos
celebrada el año 1922 en el Salón de Arte Moderno y donde exhibió un cuadro titulado "Vergel".
Esta vez la muestra está compuesta por 60 cuadros de paisaje ,la mayor parte
"reproduciendo aspectos campesinos y urbanos de Murcia, Guipúzcoa, Vizcaya, Menorca y
alguno de Bélgica‖.
Almela es lumínico, levantino, desenfadado "repentiza con facilidad que logra sorprender
en breve tiempo la emoción y la luz de sus temas".
Aquí Francés utiliza el término repentizar como ejecutar a la primera lectura es decir sin
preparación previa .Realizar una obra "A la primera lectura" su obra más importante en esta
exposición siguiendo a Francés es "las vendedoras Murcianas‖ simpática unión de figura y
paisaje.
1164
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
"el gran paisajista Joaquín Mir cuya exposición trascurrió vergonzosamente inadvertida
y en la que el maestro tenía obras admirables"
Una prueba más de lo difícil que resultaba abrirse paso en el ambiente cultural Madrid,
cuando se trata de innovaciones con cierto aire foráneo.
Esta obra,‖ llegada del pescado a la playa‖ es recogida por la Esfera en su número del 26
de Enero de 1924 con el título de ―Mediterráneo:‖. Fue exhibida en la Sala Parés de Barcelona
(que no París como indica la crónica) en la Exposición de Joaquín Mir realizada del 7 al 21 de
Diciembre de 1923.578
577 MIRALLES, Francesc, ARGUILLOL, Rafael, HERNÁNDEZ HENCHE, Nadia. Joaquim Mir. Antológica 1873-
1940.Barcelona,2008.
578 MARAGALL Joan. A. Historia de la Sala Parés .Barcelona.Selecta,1975.
1165
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joaquín Mir. Llegada del Pescado a la playa de Vilanova y Geltru. Circa 1923
1166
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Para Francés hay una visión exaltada de España en estos cuadros, demasiado realistas en
cuanto al naturalismo que llega a la "repugnancia facial" aunque considera que son más
agradables las visiones de Castilla, sigue haciendo su mordaz crítica cuando le aconseja
"abrillantar y limpiar su paleta, conseguir más transparencia a sus grises y, sobre todo, olvidar
un poquito la obsesión bituminosa".
EXPOSICIÓN MAEZTU
La indiferencia del público unida a la falta de protección del Estado para las Artes,
conforman un claro vórtice pernicioso que resulta letal para el Arte. Si la Administración no
empuja y el público no tira de la demanda, la parálisis se adueña de la situación.
Esta conjunción tan perniciosa, acontece en el Madrid de 1924, si hacemos caso a las
palabras de José Francés.
1167
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nuestro crítico José Francés habla, en esta exposición de Gustavo de Maeztu en la Sala
Nancy, de sus "paisajes eminentemente constructivos" elogia sus cuadros de paisaje de San
Vicente de la Barquera , como austera serenidad y sensación romántica de la montaña y el mar,
no deja de significar estos nuevos cuadros de Maeztu "como capítulos de novela".
Cierra su crónica Francés diciendo de Maeztu que "cumple bien con su época sin
dejarse dominar por ella en lo que Camille Mauclair llamó‖ la crisis de la fealdad‖ y que es el
error pictórico de los tiempos modernos".
Gustavo de Maeztu. Salida de Misa (San Vicente de la Barquera) La Esfera. Marzo 1924
579 GAYA NUÑO Juan. Antonio. La Pintura Española del siglo XX. Madrid. Ibérico Europea de Ediciones, 1972.
1168
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gustavo de Maeztu. Paisaje con Figuras (Rincón de Castilla). La Esfera Junio 1924
1169
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Juan José Gárate tiene 54 años cuando expone en el Salón del Círculo de Bellas Artes de
Madrid al que hace referencia José Francés. Maño por los cuatro costados y costumbrista, el
aragonés realizó de inicio, paisajes de Italia donde residió pensionado por la Diputación de
Teruel.
580 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1170
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1171
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
La Real Academia de Bellas Artes celebró una de sus más solemnes sesiones, dedicada
a enaltecer la memoria de Joaquín Sorolla, académico electo, a quien la muerte sorprendió sin
haber logrado ocupar el sitial que dejara vacante el fallecimiento de Martínez Cubells.
Gonzalo Salvá (l845-1923) falleció en enero de 1923 en Valencia. Unos meses antes que
Sorolla. Estudio en la Escuela de Bellas Artes de París y en la de Valencia donde fue profesor de
perspectiva lineal en la escuela de San Carlos.
Entre sus alumnos figuraron Sorolla, Cecilio Plá y Ricardo Verde. Esencialmente fue un
paisajista que escribió diversos estudios artísticos como su "Tratado de perspectiva lineal". Fue
académico de San Carlos581. Salvá fue un académico fiel al paisajismo de raíces realistas que
sigue la estela de Carlos de Haes. Equilibrado ,consigue la verosimilitud en una plasticidad casi
fotográfica, geológica diríamos heredera del naturalismo de final de siglo XIX.
581 ALDANA FERNANDEZ Salvador. Guía Abreviada de Artistas Valencianos. Valencia. Ayuntamiento de Valencia.,1970.
1172
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés es hostil hacia las Exposiciones de Bellas Artes por la burocracia y el intercambio
de favores, que terminan en mediocridad. Y arrastra en este mismo error al Museo de Arte
Moderno que se nutre principalmente de las obras premiadas en las Exposiciones Nacionales.
Describe en su crónica la actual descentralización a la que contribuye la pintura regionalista, la
divulgación editorial de obras críticas en revistas de arte y, en general, la sensibilidad pública, el
descentralismo triunfante…‖ van agravando esa situación lamentable de los Certámenes
Nacionales‖
Una vez asentada la idea de que estas Exposiciones son erróneas de base y
planteamiento la imparcialidad aconseja este año ciertas reformas anunciadas (…) en el
Reglamento.
1173
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ricardo López Cabrera (1864-1950) nació en Sevilla, estudió la Escuela de Bellas Artes de
su ciudad y obtuvo una pensión para Roma donde permaneció hasta 1892 que regresó a Sevilla
y entró como discípulo en el estudio de José Jiménez Aranda con cuya hija Rosario contrajo
matrimonio en 1909 fija su residencia en Argentina donde permanece hasta 1923 ejerciendo la
docencia en la escuela provincial de arte de Córdoba .582
Este proyecto será llevado a cabo en 1928, López Cabrera presentará en el Círculo de
Bellas Artes de Madrid su serie de grandes lienzos "las regiones españolas".
582 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1174
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Círculo de Bellas Artes expone Ernesto Gutiérrez sus "miradas madrileñas" que para
Francés son paisajes urbanos contenidos en esas miradas "plenas de amor, de comprensión y
de encanto".
Arremete nuestro crítico contra aquellos que piensan que Madrid no es una ciudad de
paisajes y niegan el paisaje madrileño. Hace una cerrada defensa de la ciudad tanto urbana
como sus jardines como el parque del Oeste, el retiro, la Moncloa, la Castellana la Dehesa de la
Villa y reivindica a los que supieron ver Madrid y afiliarse a la capital como Velázquez y Goya
"pero ha de invocarse sobre todo en nombre de Aureliano de Beruete como revelador del
paisaje castellano y madrileño frente a la alumbrada mediterránea y un sutil iluminismo del
norte‖. "Ernesto Gutiérrez es uno de estos pintores que aman Madrid (…) no se limita
interpretación de los paisajes de más allá de la urbe sino que también la misma fervorosa
ternura recoge el alma de cada calle".
583 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1175
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1176
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Tomás Morales oficia de poeta y Néstor Martín Fernández de la Torre de pintor sinfónico.
Néstor fue discípulo de Eliseo Meifren. Pasó una larga temporada en Mallorca , visita a
partir de 1904 Inglaterra ,París y Bélgica hasta que recaba en Madrid en 1914 y, donde
abandona sus paisajes dedicándose a la figura y al desnudo simbolista que responde ya a su
descubrimiento de los cánones pre- Rafaelitas584
A Francés le gusta la exposición y el artista, "el artista quiere sin duda expresar en el
océano la potencialidad fecunda dona, la todo poderosa energía del placer y del dolor.‖(…) Está
saturado de Atlántico hasta ese punto que turba y embriaga como el hálito del mar en las
costas cálidas, bajó el sol rutilante del Sur...‖
584 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1177
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ricardo Verdugo Landi, como hemos recalcado en varias ocasiones, es hermano del
periodista y dibujante Francisco Verdugo, Director del Semanario La Esfera.
1178
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
"Se piensa por una minoría cada vez más reducida que el pintor debe atender sólo a lo
que sus ojos ven y que debe limitar su arte a las formas del cromatismo del tema elegido por el
modelo buscado".
Esta exposición del Círculo de Bellas Artes de Madrid es una etapa más de la actividad
expositiva de Ricardo Verdugo Landi, que continuará en las exposiciones de Barcelona de
Bilbao y de Málaga.
1179
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ricardo Verdugo Landi. Apuntes de las costas de Málaga. La Esfera .Marzo 1924
1180
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés escribe sobre Roberto Domingo, hijo del pintor Francisco Domingo Marqués, que
expone en el Salón Nancy de Madrid.
1181
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
entre 1915 y 1917, sólo muestra su obra en 1924 (Salón Nancy), 1940 y 1944 en la capital de
586
España.
Pintor de temas taurinos, detallista de ágil paleta en movimiento sin perder el dibujo
también se dedicó al paisaje si bien de forma secundaria.
Pintó al óleo, acuarela y gouache. Su estilo estaba construido sobre un gran movimiento
cinético y fuerza cromática de la figuras.
José Francés resalta una faceta poco conocida de Roberto Domingo como es las escenas
de hipódromo, de estadio y los alegres momentos de ferias en pueblos y ciudades, incluso
horas de playa y de puerto que dice nuestro crítico "revelar en él un marinista notabilísimo, así
como el admirable cuadro Ávila (…) obra verdaderamente museal (…)‖.
Roberto Domingo Fallola. Vuelta de la Pesca y Barcas de Pesca. La Esfera. Abril 1924
MEMORANDA
Los artistas y literatos José Francés, Francisco Alcántara, Blay, Verdugo Landi, Capuz,
Anasagasti, Vázquez Díaz y otros, han dirigido al alcalde de Córdoba un mensaje en el que
proponen que el Ayuntamiento adquiera alguna de las obras que el escultor Inurria ha dejado
en su taller; estiman que esa adquisición sería el mejor homenaje que podría rendirse al
malogrado artista.
Hay una implicación del artista y del crítico de arte, que se solidarizan en momentos
luctuosos como la muerte, en Febrero de 1924 a los 57 años, del escultor cordobés Mateo
Inurria.
586 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1182
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se celebra la recepción del pintor
Cecilio Plá. Su discurso, consagrado a la pintura valenciana, contiene además estos elocuentes
párrafos dedicados a la juventud:
―Para ser independiente en Arte, moderno y hasta revolucionario, hay que poseer una
base sólida que lo permita, fundada en la sinceridad pictórica, sin la menor sospecha de
imitación a otros artistas, por grandes que sean‖.
Cecilio Plá, es nombrado Académico de Bellas Artes. Ostentaba Plá desde 1910 y por
muerte de Emilio Sala, de quien fue discípulo, la cátedra de Estética del color de la Escuela de
Bellas Artes de San Fernando. Fue maestro de pintores que marcaron la evolución estética en
España y de Europa como Juan gris, Gutiérrez Solana, Pancho Cossío, Joaquín Peinado, López
Mezquita, Rodríguez Acosta. Su cartilla de arte pictórico publicada en 1914 fue una sencilla guía
587.
de consejos técnicos inspirada en la gramática del color de su maestro Emilio Sala
La revista la Esfera a través de José Francés (Silvio Lago) hace un homenaje a la labor de
Cecilio Pla , presentando en una página algunos ejemplos de su espontaneidad y colorismo
sacados de su caja de apuntes.
587 SALA, Emilio. Gramática del Color. Madrid. Viuda e hijos de Murillo,1906.
1183
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1184
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gregorio Prieto inicia hacia este año de 1924 su amistad con García Lorca y su relación
con otros miembros pertenecientes a la Generación de 1927.
1185
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En el Círculo de Bellas Artes presenta una serie de cuadros de temas y lugares toledanos
D. Roberto G. Stéfani.
Francisco Gallostra (1905-¿) pintor nacido en Gerona, fue pensionado por la Diputación
de su ciudad en Bruselas. LLevó a cabo diferentes exposiciones individuales y colectivas en
Gerona, expuso en Madrid, como vemos ,en 1924. En 1939 se exilió a Francia. 588
588 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1186
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Francés introduce con esta crítica de la obra de Mauricio Fromkes, la visión de la
pintura española por los europeos, para él, antes de la guerra de 1914, las sugestiones
españolas emanadas de la pintura nacional eran tres: el sorollismo, el zuloaguismo y el
angladismo.
De las tres, la que mejor parecía interpreta a nuestra patria a los ojos de los extranjeros
era la violenta, feroz, de Ignacio Zuloaga. Si España -dice Francés-
Francés describe las Españas representadas por los tres pintores, en su opinión, las
carnes infantiles desnudas y cuerpos de gentes humildes vestidas de ropas harapientas , era lo
que Sorolla magnificaba. Anglada- Camarasa en un plano superior "ideológico y estético"
prometía la fusión de lo pintoresco con la realidad que enriquecía los temas en vez de angustiar
dando una elegancia de ritmo y una belleza armónica a las gentes y olvidando los ―abismos
oscuros los instintos sanguinarios o la simple vegetativa esclavitud de los labriegos, pescadores
y mendigos que Sorolla a toda luz y Zuloaga a toda sombra ofrecían".
1187
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
EVOCACIONES MARROQUÍES
Es el caso de Rafael Argelés el pintor que trae al Círculo "una colección de interesantes
cuadros de asuntos marroquíes".
1188
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de Bellas Artes y en diferentes ediciones del Salón de Otoño de Madrid. Vivió en Brasil Uruguay
589
y Argentina.
Árgelés practica una pintura realista abandonando los tópicos literarios propios del
preciosismo decimonónico que acompañaba estos temas africanistas.
Francés califica su obra de temas marroquíes de " sinceridad artística y sanos principios
estéticos" .
Baldomero Gili Roig es el destacado colorista que vuelve a exponer 64 lienzos, esta vez
en el Museo de Arte Moderno de Madrid. Lienzos de figuras retratos y paisajes (algunos de gran
tamaño), unos paisajes que Francés interpreta como "henchidos de jubilosa exaltación de la
naturaleza (…) es un panteísmo feliz apasionado de los azules del cielo y del mar, de las
gayaspolicromías de la tierra meridional‖. Son cuadros de la Costa Brava y rincones típicos de
Italia, Francia y España del Mediodía, de los pueblos de Lérida y Tarragona, ―jocundo y
589 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1189
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
placentero, cuando interpreta las costas luminosas con sus cantiles rutilantes, sus barcazas
soñolientamente caídas sobre la arena y bajo la ternura celestial de los días serenos‖.
Después de esta exposición en Madrid y otra en la Sala Parés de Barcelona viajó Gili
Roig a Argentina y a Bolivia donde su pintura alcanzó una favorable acogida. Es importante
constatar también su faceta como ilustrador. Murió prematuramente con 53 años mientras
preparaba una exposición para Nueva York.
1190
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1191
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1192
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
AIRES DE MAR
Nicolás Múgica Errasti (1887-1948) nacido Vergara (Guipúzcoa) fue discípulo del pintor
Enrureta. Expuso por vez primera en 1914 una serie de paisajes, participando las Nacionales de
1926 y 1932.A partir de 1933 reside en América presentando su obra en Chile México Argentina
y Uruguay. Paisajista, presenta en sus lienzos las tierras y costumbres del pueblo vasco. 590
De ese amor al mar y a sus gentes bravas y humildes le nace al arte de Múgica su
encanto profundo y su idealismo radiante. - apunta José Francés.
LA PINTURA (…)
D. Antonio Ortiz Echagüe, por su obra titulada Jacobo Van Amstel en mi casa
590 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1193
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Francés inicia su crónica "con el convencimiento cada día más arraigado de la
absoluta ineficacia, la tristísima esterilidad de estos feriales de medallas con su escalafón de
categorías a la manera burocrática (…) los certámenes bienales del Estado deben transformarse
de un modo radical en su organización y funcionamiento‖.
Nuestro crítico, no obstante, muestra su respeto por los verdaderos artistas (medallados
o no) a quienes se debe el esplendor estético actual y critica negativamente el confusionismo
que significa una agrupación heterogénea y antagónica de obras expuestas "buenas,
regulares, mediocres y detestables con iguales derechos adquiridos". Se muestra optimista no
obstante por encontrar ―cumplidamente representadas las tendencias diversas que autorizan
nuestro afirmativo optimismo" a pesar de "el lamentable criterio que ha presidido la instalación
de las obras".
"hay también un resurgimiento del cuadro propiamente tal con asunto, composición y
sentimiento".
Celebra la vuelta al Certamen de su admirado López Mezquita junto con Menéndez Pidal
"alejados hace mucho tiempo de las Exposiciones Nacionales". Con el envío de Ortiz Echagüe y
los conjuntos de Hermoso y Zaragoza, se vuelve al cuadro de género o asunto.
"José María López Mezquita ha hecho oír su acento español en el instante propicio",
" el buen sentido, lo que ya impulsa a espíritus tan inquietos, tan intransigentes como
Picasso, para volver la mirada hacia Ingres‖.
591 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España.
Madrid. J.R. García Rama.1980.
1194
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Entre los paisajistas destaca a Enrique Igual con ―Serranía Dorada‖, Rafael Forns con
―Old Palace Jan‖.
Poca atención dedica en su crítica hacia los paisajistas, incluso reconociendo que son
mayoría, se centra en los retratistas y los costumbristas.
Sin embargo Francés sí hace una parte para hablar en extensión de la presencia de los
artistas americanos ya que el nuevo Reglamento permite obtener iguales derechos a los
expositores hispanoamericanos que a los españoles para optar a los premios .
Destaca que por vez primera que han obtenido medallas dos artistas argentinos en la
Exposición Nacional de Bellas Artes, se trata de los pintores Francisco Vidal Corbalá con
―campesina abulense‖ y Tito Cittadini con un paisaje titulado Marzo en la huerta
Han sido 16 pintores y un escultor hispano-americanos los que han expuesto por vez
primera en la nacional de 1924. De ellos siete argentinos, dos colombianos, tres cubanos, dos
portorriqueños, un hondureño y un guatemalteco.
Entre ellos encontramos a los paisajistas Francisco Bernareggi, Tito Cittadini y Ernesto
Riccio.
592 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1924. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1924.
593 LLADÓ POL. Francisca. Pintores Argentinos en Mallorca.1900-1936. Palma de Mallorca. Leonard Muntaner Editor.
2006.
1195
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
llamaríamos empirismo pictórico‖. Su obra ―Marzo en la Huerta‖ fue premiada con una tercera
medalla en la Exposición.
Del tercer paisajista que destacamos, Ernesto Riccio, Francés lo califica de ecléctico
"construye a veces como un clásico y otras como un revolucionario (…) pero debe reconocerse
que es ante todo un paisajista y que su tendencia prefiere la franca claridad moderna en lógica
respuesta a la ansiedad de la naturaleza y del aire libre (…) Mallorca le atrajo y lo retuvo más
tiempo ―.
Después de la crítica de arte de José Francés hacia los pintores que exponen en la
Nacional de 1924, comenta los premios.
Al final, una terna de pintores se eligieron como finalistas: Luis Menéndez Pidal, José
María López Mezquita y Eliseo Meifren.
La mayoría de votos del jurado se dirigieron a Luis Menéndez Pidal. "Cuyo prestigio es
uno de los más sólidos de la pintura española contemporánea" en opinión de Francés. Nuestro
crítico deja entrever entre líneas una cierta decepción al no haber sido elegido su admirado y
amigo pintor, el retratista José María López Mezquita de quien afirma que "seguirá siendo uno
de los primeros retratistas del mundo". En cuanto a las tres primeras medallas, en pintura
correspondió una a Eduardo Martínez Vázquez con su paisaje ―Las nieves del Cirbunal‖.
Destacamos la presencia del crítico de arte Rafael Doménech, como integrante del Jurado
de Admisión y Colocación, abriéndose paso entre jurados compuestos eminentemente por
pintores.
1196
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Una novedad de esta exposición fue la creación, por el Círculo de Bellas Artes de Madrid,
de una Medalla de Oro con asignación de 12000 pesetas, para que fuera otorgada por mayoría
de votos a un expositor del Certamen, entre los mismos votantes a la Medalla de Honor de la
Exposición Nacional y en el mismo acto. Obtuvo la Medalla de Oro, Mariano Benlliure, que
presentaba tres esculturas de figuras infantiles.594
594 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España.
Madrid. J.R. García Rama.1980.
1197
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1198
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1199
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1200
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1201
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1202
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1203
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1204
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1205
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1206
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1207
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
E.N.B.A. Catálogo Oficial 1924. L. Menéndez Pidal. El Viático en la aldea. C. Dal-Re El Cirbunal nevado
1208
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
E.N.B.A. Catálogo Oficial 1924. B. Gili Roig. Puerto de mar. L. Gil de Vicario El Perfil del Domingo.
Anuncio de automóvil
1209
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1210
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
E.N.B.A. Catálogo Oficial 1924. José Nogué. La Catedral de Jaén. Castro Gil. Ciudad Castellana. Anuncio de
Automóviles.
1211
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
E.N.B.A. Catálogo Oficial 1924. García Lesmes. Valdenebro de los Valles. F. Bernareggi Sol de Abril
1212
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
1213
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La XIV Bienal de Venecia, uno de los acontecimientos exteriores donde se pone a prueba
la capacidad organizativa y los criterios de selección para una muestra de arte que ha de ser
explicada y sus criterios estéticos asumidos por los visitantes para promover el mercado de arte
del país expositor. Es claro que las bienales de Venecia son una oportunidad para conseguirlo.
José Francés que no se distingue precisamente por apoyar el aspecto mercantil del arte,
es consciente de que la representación exterior debe cumplir los parámetros de calidad, unidad
y selección de obras.
Reconoce Francés que "el año actual ha hecho del Pabellón Nacional en Venecia el más
atrayente conjunto de belleza reconocido por extraños". Ello se debe a la inauguración del
nuevo Pabellón Español en esta edición, dejando de ser el pabellón italiano quien nos prestaba
sus salas, como hasta ahora. Si positiva es esta noticia, la ausencia de directores de museos
críticos y periodistas en el pabellón español restaba brillantez a éste encontrándose en palabras
de Francés, "de una mudez divina y de un orgullo hostil".
Durante los seis meses de exposición , para Francés las bienales de Venecia constituyen
"la más alta manifestación de arte universal" en el entorno decisorio de las Bellas Artes.
Francés elogia a los que han procurado que las obras de España luzcan en el nuevo
Pabellón. Reconoce la labor del Conde de Romanones como "uno de los gobernantes más cultos
y más amigos de las Bellas Artes, a Mariano Benlliure quien tomó la iniciativa, a García de
Leaniz, entonces Director General de Bellas Artes y a Alfonso Pérez Nieva, el actual Director.
Mariano Fortuny Madrazo además de fabricar las telas especiales que enriquecen el
Pabellón, actuó en solitario como Comisario595 .
Si repasamos el Comité organizador y los
artistas expositores nos encontramos con lo más granado de la pintura de paisaje, el
costumbrismo y el retrato de la España de 1924.
595 TORRENT ESCLAPÉS Rosalía, Antolín, Enriqueta, González Robles, Luis. Un Siglo de Arte Español en el Exterior.
Madrid. Fundación BBVA-Turner.2003.
1214
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
XIV Bienal de Venecia. Pabellon Español .Fachada principal. Una de las Salas. La Esfera Julio 1924
1215
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fue, como decimos, en 1923 el primer año de selección española donde fueron
escogidos 12 artistas con una obra cada uno y el jurado de directores de museos eligió 10
obras, por tanto, Francés destaca la alta calidad de nuestra representación.
Entre ellos estaban los paisajistas Joaquín Sorolla, Martínez Cubells y Nicanor Piñole.
1216
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
1217
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
quien llegaría a prorrogar el catálogo de la citada exposición. Torrens realiza un paisaje de tipo
mediterráneo nada improvisado, minucioso y con un sentido panteísta de unión con la
naturaleza, capta la emoción con su técnica colorista sin renunciar al dibujo. Realizó su primera
exposición en 1923 en la Sala Parés (Camps Miró, Teresa ―: Martí Torrens y Brunet‖).
MEMORANDA
En virtud de una Real orden publicada el día 8 en la Gaceta, y con arreglo a lo estatuido
por los artículos 46 y 48 del reglamento de Exposiciones, el Estado adquirirá las obras
premiadas en las secciones de Pintura y Escultura de la celebrada últimamente.
Don Antonio Ortiz Echagüe, su obra titulada Jacobo Van Amstel en mi casa, número
405 del catálogo; D, Ramón de Zubiaurre, El marino vasco Santi-Andía, el temerario, número
280; D. Eduardo Martínez Vázquez, Las nieves del Cirbunal, número 238.(..)
Las famosas recompensas contra las que Francés ha lanzado sus invectivas en cada
crítica que realiza a las Exposiciones Nacionales.
En el género del Paisaje, la obra de Martínez Vázquez ―Las Nieves del Cirbunal‖ es
adquirida por 6.000 pesetas y por 4.000, la obra premiada con segunda medalla del paisajista
1218
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Puig Perucho ―Pueblo‖. Tito Cittadini recibe 2.000 pesetas por ―Marzo en la Huerta‖, lo mismo
que José Frau por ―Tierras de leyenda‖.
La Sociedad de Amigos del Arte de Avilés constituida en 1923 tuvo una relación muy
estrecha con José Francés; organizó el Salón de humoristas de 1925 , las Exposiciones de
1924, 1926, 1928 y 1932 y alentó la obra de una generación de artistas jóvenes como los
hermanos Juan y Gonzalo Espolita, Luis Bayón, Alfredo Aguado y Maruja Mallo, cuya familia se
establecía en Avilés596 .
Su pintura fue realista, con preferencia por el retrato y las escenas costumbristas de
carácter social como su famosa obra de 1924 titulada ―La Huelga‖. También se dedicó al
paisaje. Sobriedad expresiva y algo de frialdad aparente son los calificativos que Francés
emplea hacia sus cuatro paisajes de la exposición.
Florentino Soria, es para Francés el paisajista romántico exaltado que ya "no suele
encontrarse en la época moderna". Destaca su maestría técnica su amor por los árboles.
596 CABAÑAS BRAVO, Miguel (Coordinador). El Arte Español del siglo XX.CSIC. Madrid 2001
597 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1219
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
De su hermano Gonzalo Espolita, afirma que "nos recuerda a Regoyos‖ con ese
optimismo, la gracia ingenua "sus paisajes son todo lo contrario del academicismo (…) es algo
que emana sin esfuerzo ni preocupación (…)‖.
MEMORANDA
El V Salón de Otoño es para Francés , de los cinco que se han celebrado desde 1920,el
primero que cumple su función estética. Es el defecto inicial de estos salones, según Francés su
ineficacia y el excesivo apego a las normas de los certámenes oficiales, era cuando más,
continuación de la Exposición Nacional, recuerda nuestro crítico que el Salón de Otoño de
Madrid tiene su origen en la Asociación de Pintores y Escultores ,sociedad constituida desde
1910 en Madrid y en ella conviven "los artistas españoles que forman el núcleo más importante
de las exposiciones nacionales" "A los socios del Círculo (de Bellas Artes) y de la de Pintores y
Escultores de les acucia el afán de medallas, la búsqueda de un asilamiento oficial que dé
carácter y seguridad burocrática a su arte".
En este V Salón, Francés detecta como signos positivos su sensación acogedora, al ser
más reducido en obras y en cuadros de grandes dimensiones "además, las dimensiones de los
lienzos son por lo general asequibles a las necesidades de la vivienda moderna" es decir que,
1220
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
frente a grandes lienzos propios de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, el Salón de
Otoño de 1924 ofrece una pintura doméstica pensada para lucir o decorar las casas, los pisos
de una clase media que puede hacer asequible la conjunción de la pintura con su vida
cotidiana.
Joaquín Mir es del paisajista que destaca Francés como relevante de este Salón, junto
con otros autores costumbristas como Gutiérrez Solana, Pedro Antonio y Eugenio Hermoso.
Joaquín Mir presenta cuatro obras: Mercadal, Interior, Nota de Playa e Impresión. Dice
de él Francés "el maestro llega coincidente a una sublime sencillez de expresión, al absoluto
desdén por el motivo (…) pero profundamente locuaz en cuanto a la calidad de sus
componentes cromáticos"‖ ¡ qué prodigio, qué milagro de creacionismo y de colorido estas
cuatro joyas del maestro catalán!‖.
Discípulo de Eduardo Chicharro, trabó amistad como pensionado en Roma, con Balla,
Marinetti y Severini. En 1925 participó en la Exposición de Artistas Ibéricos de Madrid. 598
Su obra es constructiva y como bien dice Francés, "nacida en lo más fragante de las
escuelas alemanas modernas", su estructural composición recuerda el arte Decó su sobriedad
escultórica y frialdad formal , de entornos perfilados y geométricos, derivan con el tiempo
hacia la figuración geométrica.
También tiene concomitancias con la obra del catalán Rafael Durancamps en cuanto a la
depuración formal de sus lienzos.
598 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
1221
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés escribe esta crónica sobre el pintor cubano Domingo Ramos a raíz de la
exposición que tiene lugar en el Palacio de Bibliotecas y Museos de Madrid. Así como en una
anterior crónica sobre Ramos escrita en noviembre 1919 afirmaba: ―Madrid necesita ver esos
cuadros, porque Madrid les dará, además de la mediterránea sanción de Barcelona, ese
comprensivo amor que tiene para las bellezas que le son inaccesibles―, esta vez Francés se
desengaña "para Domingo Ramos (…) se le ha muerto la ilusión de ser bien acogido en Madrid"
y es que la gente no se ha enterado de su existencia y al parecer la exposición de octubre de
1924 no fue un éxito.
1222
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sin embargo para nuestro crítico "de cuantos artistas ha enviado Cuba a España
Domingo Ramos es el mejor (…) de cuantos artistas han pasado por Mallorca, Domingo Ramos
es uno de los mejor definidos y definidores" (…) un paisajista noble, profundo y espiritual‖.
1223
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El día 12 de octubre murió en Málaga el maestro Muñoz Degrain .La vida tan extensa,
tan fértil de Antonio Muñoz Degrain ha sido consagrada por entero al arte. Saboreó todas las
victorias y recibió todos los honores a que puede aspirar un artista en España.
Fue Muñoz Degrain, algo más que un pintor de paisajes, un maestro que enseñó a toda
una generación de paisajistas desde la escuela de Bellas Artes de Málaga y desde la Escuela de
Bellas Artes de San Fernando.
La Real Academia de San Fernando lo eligió uno de sus miembros en 1899. En 1901 era
nombrado director de la Escuela Especial de Pintura Escultura y grabado de Madrid. Presidente
del Círculo de Bellas Artes de Madrid y Medalla de Honor en la Exposición Nacional.
Para Francés su cuadro "Chubasco en Granada" representa junto con los del Guadarrama
y los jardines andaluces los escenarios paisajísticos donde Muñoz Degrain ― se sujetó a sí
mismo‖ . En otros paisajes se desborda el romanticismo arqueológico recreando otros tiempos,
reconstruyendo imaginativamente ruinas, prescindiendo de las cosas como son para pintarlas
como eran y recrear escenografías del Oriente Próximo, como El Coloso de Rodas.
Sus últimas obras, antes de que la muerte lo sorprendiese, fueron una serie de cuadros
cervantinos que donó a la Biblioteca Nacional y que se pueden contemplar en la exposición a la
que se refiere Francés en su homenaje al maestro.
1224
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Muñoz Degrain : Chubasco en Granada. D. Quijote en las Bodas de Camacho .La Esfera. Octubre 1924
Muñoz Degrain D. Quijote y los Molinos de Viento(.Obra Póstuma)..La Esfera. Febrero 1925
1225
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
PAISAJES DE CASTILLA
En el saloncito del Ateneo nos aguardaba una sorpresa. Una doble sorpresa de
descubrir a un admirable pintor y de reconocer a Castilla rescatada de su cautiverio de tópicos
estéticos.
Ernesto Menager, activo durante los años veinte, no tuvo representación en las
Exposiciones Nacionales de Bellas Artes razón por la cual no es conocido ni comentado en las
biografías actuales de pintores. Se le conoce activo hacia 1920 y poco más.
Por orden del Ministerio del 26 febrero 1932, el Museo de Arte Moderno de Madrid
depositó en la Diputación de Albacete la obra de Ernesto Menager La Plaza de Santa Marina de
Toro (Zamora) obra que se expone en el Ateneo como recoge Francés en su crítica.
1226
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francisco Sancha, (…) Fué el primer caricaturista español en distintas tendencias. (…)
Había el sanchismo en caricatura como el sorollismo o el zuloaguismo en la pintura coincidente
1227
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fue un excepcional ilustrador que recreó escenas de tipos populares de Madrid en una
obra admirable que sirve como crónica y testimonio de una época599
Sancha expone sus paisajes urbanos de Madrid en el salón Nancy ,con una técnica
inusual como es el temple y el gouache. Francés califica sus paisajes como "esquematizados
(…) atrevidas síntesis y sabias estilizaciones". Los temas son las plazoletas, los jardines, los
arrabales de la ciudad.
Francisco Sancha es un ilustrador que cuando se acerca al paisaje lo hace de una forma
original primando el dibujo y dotando de contenido a ese dibujo con masas homogéneas de
colores que nos recuerdan el estilo Nabis, de superposición de manchas de colores encerradas
en líneas de dibujo cuyo contraste da un amplio registro decorativo y donde no se tiene en
cuenta la perspectiva y la atmósfera, por tanto estamos ante una pintura moderna "Nueva‖,
simplificada, esquematizada, que si bien no utiliza el óleo, consigue esta imagen de decoración
y de plasticidad que nos recuerda a la obra de Gutiérrez Larraya.
599 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1228
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1229
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
No reseñas de paisaje
1230
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
escapada son las obras que expone en Noviembre de 1924 en el salón Nancy, después de la
exposición de Sacha.
Javier De Winthuysen. Montes del Pardo. Encinas Castellanas. La Esfera Noviembre 1924
Javier De Winthuysen. Jardín del Príncipe (El Escorial) La Esfera Noviembre 1924
1231
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para Francés el paisajista Igual Ruiz ha evolucionado desde las posturas sorollistas,
hacia una obra más personal. Igual Ruiz conjuga el dibujo y el color dentro de unos paisajes de
gran atmósfera, y gran angular. Las visiones de Suiza y España forman para Francés ― un
conjunto admirable de paisajes" ― sabe recoger los finos matices del color, las dilatadas
amplitudes atmosféricas".
Como ya tratamos en su momento, Igual Ruiz nació en Valencia, estudió en San Carlos y
vivió en Suiza durante varios años. Pintor de paisajes de ciudades españolas consiguió crear un
estilo, con paleta de tonos y colores más atemperados que los que utilizaban los alumnos de
Sorolla, con soltura de pincelada y con un marcado dibujo de línea.
"Practico una pintura basada en valores lineales en la que el dibujo predomina sobre el
color, muy dada a un arabesco excesivamente caligráfico‖ 600
600 AGUILERA CERNI, Vicente Historia del Arte Valenciano. Valencia. Consorcio de Editores Valencianos. 1988.
1232
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1233
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1234
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las gentes de mar y de montaña, los vagabundos giróvagos y los labriegos sedentarios,
las bestias apacibles y las olas enfurecidas, también, bajo los dos grises del cielo pintado y del
cielo vivo.
El gran pintor asturiano expone veinte cuadros suyos en las Galerías Dorien Leigh.
Evaristo Valle, resulta uno de los pintores más comentados por el crítico José Francés en
su ―Año Artístico‖, quizás debido a la filiación del crítico con Asturias. Los historiadores del arte
consideran a Evaristo Valle un regionalista, pero también un pintor original, de estilo propio e
inconfundible.
"El cielo agrisado, el campo verde, el barro negruzco de la mina, la reverberación de los
trajes de colorines. El azul violento, el morado, ―.
The Morning Post afirma "aunque casi todos los colores de su paleta son tristes se
encuentran en ésta, notas de suma belleza en el juego delicado de sus colores, perla y rosa,
castaño y verde, azul y oro".
601 GAYA NUÑO Juan Antonio. La Pintura Española del siglo XX. Madrid. Ibérico Europea de Ediciones, 1972.
1235
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1236
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1237
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
El grupo de pintores Conreadors de les Arts se funda en Barcelona este año de 1924 con
el objetivo de exponer e introducirse en el mercado artístico. Consiguen esta exposición en
Layetanas, al no poder exhibir sus obras en los Salones de Primavera debido a las restricciones
del Directorio de Primo de Rivera.
En el local del Grupo Escolar, de Gerona, expone el pintor Gili Roig una colección de
paisajes y notas de Calella de Palafrugell.
602
Fontbona y Manent dicen de él : ―termina derivando gradualmente hacia un
luminismo amable y ecléctico, donde el postimpresionismo se compagina con una base
academicista‖
Vázquez Díaz, con la ayuda del pintor Arteta, inaugura esta exposición individual el 18
de Noviembre de 1924 en la Asociación de Artistas Vascos, 603 donde denota su constructivismo
geométrico y su juego de horizontales enmarcadas por la verticalidad de los desnudos troncos
de los árboles. El Museo de Arte Moderno de Bilbao adquirió dos obras del pintor onubense,
―Retrato del abogado Enríquez‖ y ―Bajo La Niebla‖
602 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
603 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
1238
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Alberto Ziegler (1898) expone en el Ateneo ―Mi viaje a España‖, una serie de cuadros,
grabados y dibujos de narrador, exaltados por la mirada ajena de un extranjero al que Francés
prefiere como dibujante y grabador que pintor. Francés destaca que sus aguafuertes
―auténticos modelos de género‖ como las amplias panorámicas de Madrid desde la otra orilla
del Manzanares.
1239
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
"cada año suele exponer el fruto pictórico de sus correrías por diversas regiones
españolas"- recalca Francés. Práctica frecuente entre los pintores de paisaje cuyos ejemplos
más emblemáticos son Santiago Rusiñol, Joaquín Mir y Joaquín Sorolla.
Octavio Bianqui .El Caball Bernal a la caída de la tarde. Día de Turbonada en Ribadesella. La Esfera.
Diciembre 1924.
1240
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1241
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Nogué Massó a quien nos hemos referido en otras ocasiones llega a Madrid desde
Tarragona donde finaliza la carrera de Bellas Artes en San Fernando. Pensionado en Roma ,
viaja a Francia aunque vuelve Italia donde residió hasta 1921 pintor de retratos y de paisajes
en 1922 es catedrático de dibujo artístico en la Escuela de Artes y Oficios de Jaén ciudad en la
que queda vinculado por su labor docente y su creación pictórica. Autor no bien conocido,
presentó su obra ―Reflejo de luz‖ en la exposición de Arte de Barcelona. Forma parte José
Nogué de lo que se ha llamado ―Paisajismo Post-modernista‖604 cuyo pintor representativo en
Cataluña fue Joaquín Mir.
Pintor de la luz y del sol en "la más adversa y violenta de las condiciones‖, presenta en
esta exposición temas típicos y lugares característicos de Jaén, sin olvidar sus marinas de la
Costa Brava. Retratista y paisajista, para Francés "sus lienzos de paisaje dan una más profunda
sensación de arte (…) sobre todo la catedral de Jaén (…)‖.
604 FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
1242
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Carles fue un pintor que estudió la obra de Renoir en París especializándose a su regreso
y en su estudio en Barcelona, en bodegones y floreros, aunque también cultivo el paisaje .
Expositor de individuales en Barcelona, entre 1914 y 1926 realizó nueve exposiciones
normalmente en las salas Camarín como es el caso y en las Galerías Layetanas de Barcelona.
Es elegido académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando el pintor José María
López Mezquita. La propuesta la firmaban los pintores Fernando Álvarez de Sotomayor,
Manuel Benedito y Marceliano Santamaría.
López Mezquita ocupa así el sillón dejado vacante en la Real de Bellas Artes de San
Fernando por el fallecimiento de Muñoz Degrain.
(…) en las Galerías Layetanas exhibe Joaquín Mir diez y ocho paisajes.
Joaquín Mir, una vez instalado en Vilanova y Geltrú con su esposa inicia la primera de las
"grandes campañas" como el las llamaba: consistía la campaña en aposentarse durante una
larga temporada, de quince días a tres o cuatro meses, a pintar en un pueblo pequeño que le
proporcionaba temas diferentes a los habituales de Vilanova. La primera localidad en la que
realizó esta experiencia fue precisamente en 1924 y en Alforja (Tarragona). Regresaría de
nuevo allí en 1927. Es en esta época cuando no diluye la pintura sino que refuerza cada vez
más la consistencia formal de su obra.
Dentro de sus planteamientos de impacto visual colorista, parece decantarse más hacia el
realismo.
1243
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las campañas de Alforja se realizaban, desde una zona elevada con las visiones de las
casas y restos del antiguo castillo árabe y las imágenes típicas de las calles. En Alforja se
impone la composición en líneas de fuerza verticales abandonando la horizontalidad lo cual
confiere un estilo más clásico a estas obras. 605
1244
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En las Galerías Layetanas, de Barcelona, expone diez obras suyas el pintor Laureano
Barran (sic)
Aunque nació en Burgos, Luis Gil de Vicario, residió durante varios años en Murcia
destacando como ilustrador caricaturista y cartelista. Fue también paisajista y calígrafo. Ya en
Barcelona fue catedrático del Instituto Balmes y profesor de la Escuela de Bellas Artes de San
Jordi.
1245
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1246
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1247
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1248
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1249
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1250
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Joaquín Sunyer, el pintor de Sitges, venía de París donde había conseguido abrirse
camino en el panorama artístico de la ciudad y donde se dedicó preferentemente al paisajismo
urbano. El retorno del pintora Cataluña fue triunfal en 1911 con su exposición de 60 obras en
la sala El Faianç con las obras Mediterránea y Pastoral. Fue entonces cuando Joan Maragall en
la revista ―museum‖ reafirma decisivamente el prestigio del pintor hasta ese momento
desconocido por el público y que a partir de 1911 se convierte en el líder de la pintura
catalana.607
606 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
607 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
1251
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A partir de 1920, coincidiendo con el nacimiento de sus hijos, los paisajes desaparecen
progresivamente dejando paso a una nueva interpretación de la figura humana, evolucionando
hacia un realismo desde la representación simbólica de una Cataluña ideal, simbolista.
Emparentará con los realismos europeos de los años 30 , tanto alemán como italiano. 608
La obra de Sunyer se escribe en un estilo propio que participa del espíritu de la ―joie de
vivre‖ optimista del Noucentismo.
Joaquín Sunyer presentó dos exposiciones en 1925, la primera en enero con 29 obras en
el Salón de Amigos del Arte, en la Sede de la Biblioteca Nacional de Madrid y la segunda en
Bilbao en el mes de febrero.
La exposición del Salón de Amigos del Arte fue celebrada por Eugenio D‘Ors con una
cena en su honor y un artículo titulado "el Arte de Joaquín Sunyer‖ publicado en la revista
―Raza Española‖. Expone Suñer en Madrid, entre otras obras, ―María Dolors con el chal‖ que es
adquirida por el Museo de Arte Moderno de Madrid y ―Pastoral‖, que fue donada por el pintor
al Museo de Bellas Artes de Bilbao a raíz de la exposición individual de 1925 en las salas de la
Asociación de Artistas Vascos.609
José Francés dedica un amplio artículo a la exposición de Sunyer en Madrid. Cita a Joan
Maragall en su artículo de 1911 para alabar la obra del pintor. Destaca "las controversias
madrileñas" suscitadas por esta exposición a la que "le faltó el asentimiento ecuánime, sin
reservas tácitas o distingos expresos" "(…) si el fervor de sus exégetas no hubiera sido tan
agresivo y desdeñoso, tal vez la hostilidad de quienes están al margen de la trayectoria estética
(…) de Sunyer no se habría manifestado con parejo carácter de negación sistemática (…) en el
caso de la Exposición actual causó una agitada, una apasionada violencia (…) su credo no es
asequible a las muchedumbres".
Todo indica que la exposición Sunyer creó una polémica importante con numerosos
detractores hacia sus figuras, "de sonrisas femeninas, sensualidad afable de castos desnudos".
Francés quiere conservar la equidistancia entre los que atribuyen al pintor una "significación
608 MENDOZA, Cristina. DOÑATE, Mercé. (Dirección) .Joaquim Sunyer, la construcción de una mirada. Madrid.
Fundación Mapfre, 1999.
609 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
1252
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
mesiánica" y aquellos que "le rechazan sin respeto y comprensión". Pero si tiene que elegir
Francés se uniría "a los que proclaman la excelencia suprema del artista discutido".
Una prueba más de lo difícil que resultaba la aceptación por el público madrileño de las
nuevas tendencias por muy ―Arte Nuevo‖ y poco ―Vanguardia‖ que resultaran.
Dejando aparte las opiniones del contemplador madrileño, José Francés se centra en el
arte de Sunyer, arte del cual destaca su íntima potencia de localismo en sus escenas
"entrañablemente catalanas", "éstas campiñas armoniosas y jugosas, estos viñedos y esos
olivares (…), estas donas macizas"
―Hay en su pintura tan entrañable, tan gemela, fusión entre la línea, el sentimiento y el
color‖
"Joaquín Sunyer es el colorista sin colorinismo, el luminista sin lumbrada (…) el color no
resulta de la intensidad sino de la variedad, de la lógica y del acuerdo de los tonos" . Destaca
asimismo el sosiego de los temas y la ponderación que los hace tan amables.
1253
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1254
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
CUATRO EXPOSICIONES:
Vivió en Brasil algún tiempo antes de regresar a su pueblo ,Godella donde permaneció
algo aislado. Artista bohemio sencillo, afable contó con la amistad y estimación de Sorolla y de
Pinazo.. A pesar de la influencia de Sorolla, Navarro Llorens, pintor de la claridad levantina,
610
posee su propio talento y maestría
José Francés se hace eco y lo descubre como creador independiente que si bien es
deudor de Sorolla, traza su propio camino entre Fortuny y Sorolla, concibiendo y expresando la
radiante claridad levantina en vibrantes toques de pincelada fácil "era el impresionista al modo
español no al modo francés". Destaca que a pesar de la asimilación de las maneras de Sorolla
"adivinamos enseguida una sensibilidad sutilísima".
En la actualidad, la obra de José Navarro, dispersa por Reino Unido y Sudamérica resulta
difícil de encontrar y, probablemente, sea uno de los pintores luministas, después de Sorolla,
cuyas cotizaciones permanezcan continuamente al alza.
610 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1255
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José Navarro Llorens. El Pequeño Aguador. Tipos Marroquíes. La Esfera Febrero 1925
EL NAVARRO BASIANO
Es considerado como uno de los mejores paisajistas de Navarra; amplió sus estudios en
Roma después de su paso por la Academia de San Fernando. Basiano intenta objetivizar sus
paisajes dentro un cromatismo matizado, ponderado, sin estridencias. Francés reconoce su
filiación hacia Darío de Regoyos, en esta exposición del Salón Nancy de Madrid "Como Regoyos
ama entrañablemente las cumbres y los valles vascos (…) la naturaleza adquiere en el arte de
Basiano una gracia fecunda, una serenidad sonriente‖.
1256
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1257
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francisco Franquesa (1899-¿) fue un paisajista cuyas obras se centraron con especial
predilección en el Valle de Aran, que constituye precisamente el motivo de la Exposición de
1925. El pintor permanece una larga temporada en el Valle, recorre sus pueblos y sus cumbres.
Meticuloso y detallista,
Franquesa cuida sus cuadros como si fueran documentos testimoniales de la flora del
Valle. Y cuando se pasa al examen de sus lienzos, luego de la primera sensación, vemos que el
artista ha ido dibujando y pintando tallo por tallo, pétalo por pétalo, hoja por hoja, la inmensa
variedad de flores (…).
1258
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Expone en el Salón de Arte Moderno doce cuadros sobre el Valle de Aran ,territorio poco
conocido en la época.
MEMORANDA
En las Galerías Layetanas de Barcelona exponen una serie de obras pictóricas y dibujos
Dionisio Baixeras varios retratos el pintor Carlos Vázquez y unos paisajes el señor Olivet
Llegares.
José Pujol Ripoll (1905-1987) fue discípulo de Ivo Pascual, paisajista que se dio a conocer
en 1923 con su por vez primera en esta exposición de la galería Dalmau en Barcelona en 1925,
611
expuso de nuevo en Dalmau en 1926 y 1927.
Los artistas expositores son Fernando Mories, Enrique Climent, César Prieto, E. Santonja
Rosales, Vicente Santos Sáinz, Ricardo Segundo, Juan Esplandiú, José Puigdendolas, E. Simonet
Castro.
611 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
1259
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Juan Esplandiu Peñas (1901-1978) estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San
Fernando obteniendo beca para la Escuela de Paisaje de el Paular en el curso de verano de
1924. Amplía conocimientos en 1925 en París, donde reside por espacio de seis años y donde
entabla amistad con Pancho Cossío y Salvador Dalí y otros pintores españoles de la Escuela de
París. Su obra discurre a través de rincones y escenas urbanas de la vida cotidiana, pintadas
con sencillez y sin estridencias cromáticas.
Su obra se nos aparece enmarcada en un realismo lírico de corte urbano. Destacó como
ilustrador, colaboró con ABC y Nuevo Mundo.
Enrique Climent Palahí (1897-1980) estudió en San Carlos de su ciudad natal Valencia y
en San Fernando de Madrid. Becado por paisaje, amplió sus estudios en el Paular. Fijó su
residencia en Madrid y fue ilustrador de la revista Blanco y Negro y La Esfera. En 1924 viajó a
París dedicándose a la escenografía para el teatro de la ópera este mismo año realizó una
exposición individual en el salón Nancy en Madrid.
Formó parte del Primer Salón de Artistas Ibéricos y fue amigo íntimo de Ramón Gómez
de la Serna ilustrando varias de sus publicaciones. Pintor que con el tiempo, se acercó a los
postulados de la Escuela de Vallecas.613
Zuloaga, convencido por sus amigos Mrs. Lyding y Christian Brinton, cruzó el Atlántico
no sin oposición, rompiendo su ritmo normal de vida en su casa de Zumaya y venciendo su
horror al mar, para asistir en Nueva York a la apertura de su exposición.
Le acompañaba su viejo y querido amigo Pablo Uranga. Zuloaga tuvo en Nueva York una
acogida de gran personalidad mundial. Entrevistas, retratos pinturas reproducidas en los
612 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
613 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
1260
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
principales periódicos crearon una atmósfera para la exposición que culminó en uno de los más
rotundos éxitos de público que un artista europeo ha tenido en los Estados Unidos. Zuloaga fue
recibido en Washington por el presidente Coolidge, era invitado a las casas más elegantes. Esta
exposición en las galerías Reinhardt (750 de la Quinta Avenida) reunió ciento cincuenta y dos
lienzos, expuestos bajo la luz artificial, la inauguración tuvo un carácter de solemnidad española
que presidió el embajador Riaño. El todo Nueva York asistió a la fiesta y los días siguientes
verdaderas multitudes se aglomeraron para ver los cuadros del artista . Cinco mil seiscientas
personas entraron en un solo día en los salones de las galerías Reinhardt.
Las ventas de cuatro cuadros habían producido a Zuloaga $100,000 en el primer día.
Empezó a recibir encargos de retratos que tuvo que declinar; en suma, obtuvo un éxito
fabuloso en Nueva York tanto en los medios literarios como artísticos.614
Ramiro de Maeztu tuvo proyección internacional a partir de 1918, año en que entra a
formar parte de la Sociedad de Artistas Vascos, exponiendo en Londres, Ámsterdam y París.
Juan Vila Puig, Nacido en San Quirze (Barcelona) trabajó en una empresa de pintura
decorativa en Sabadell al mismo tiempo que asistía a la Escuela Industrial en la que fue
discípulo de Joan Vila Cinca. Ingresó en 1911 en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona estudió
bajo el magisterio de Modesto Urgell y con una pensión del Ayuntamiento de Sabadell llegó a
Madrid de 1913 para completar su formación en la Escuela Especial de Pintura. Fue uno de los
expositores en 1924 del grupo Conreadors de les Arts en las galerías Layetanas.
José Francés está por la pintura atemperada, sin estridencias, y por ello alaba la gama
de los grises, los platas de Vila Puig como "afable impresión de clara complacencia en la
614 LAFUENTE FERRARI, Enrique. La Vida y el Arte de Ignacio Zuloaga. Madrid. Revista de Occidente.1972.
1261
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Equilibrado y realista fue autor del libro "la Pintura del paisaje" donde expone sus
conclusiones prácticas de su larga experiencia paisajística.616
615 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
616 PUIG PERUCHO, Buenaventura .La Pintura de Paisaje. Barcelona. Sucesores de Messeguer Editor,1971.
1262
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1263
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1264
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1265
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
BERNARDINO DE PANTORBA
En el Salón Nancy de Madrid expone José López Jiménez (Bernardino de Pantorba), una
serie de paisajes y dibujos. Francés alaba el equilibrio de sus paisajes que cumplen con la
misión de dirigirse hacia el "doble deleite visual y espiritual que la obra pictórica debe sugerir‖.
1266
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) los artistas eran: D. Juan Espina, D. Eduardo Urquiola, D. Ernesto Gutiérrez, D.
José Ribera, D. José Ordóñez, D. Juan Ferrer y D. Pedro Espina, dicho sea en el orden que
tenían en el catálogo común.
Hacemos referencia a continuación de los pintores que no han sido tratados hasta ahora.
José Ribera Blázquez (1875-1940) nacido en Alcaraz (Albacete) fue pintor y militar de
profesión se formó artísticamente en la Escuela de Bellas Artes de Madrid y se especializó en el
género del paisaje y retrato concurrió asiduamente a las Exposiciones Nacionales de Bellas
Artes entre 1908 y 1932. Consiguió mención de Honor en 1910 y tercer medalla en 1922. José
Ribera presenta unos paisajes de ―vivo colorido y profundo sentimiento" en palabras de
Francés. Ribera se mueve dentro de los parámetros académicos destacando sus notas de color.
José Ordóñez (1873-1953) nacido en Aroche (Huelva) se traslada Madrid donde estudia
en la Escuela Especial de Pintura Escultura y Grabado. Fue ante todo paisajista, participando en
muestras colectivas y en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Alcanza una mención de
617
honor en 1906.
Pedro Espina García, madrileño hijo y discípulo de Juan Espina y Capo, se caracteriza por
sus temas paisajísticos elaborados con la técnica de grueso empastes. Participó en el primer
Salón de Otoño y en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920. Se refiere Francés a él
como el pintor con "el curioso capricho del artista por colocar tonos enteros buscando armonías
(…) en juegos cromáticos intrascendentes"
617 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1267
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1268
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pedro Espina. Nota de Color. Juan Ferrer .Brumas de Otoño. La Esfera. Abril 1925
1269
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1270
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ricardo Verdugo Landi residió la mayor parte de su vida en Madrid y celebró exposiciones
individuales en el Círculo de Bellas Artes, en el salón Nancy en el salón Vilches y en 1925
expone en Barcelona en el Salón el Siglo, evento que comenta José Francés.
Son las costas de Guipúzcoa y Vizcaya las playas y los puertos a la costa andaluza los
principales motivos del marinista en esta exposición. Especializado en el movimiento y la lucha
de las olas en su rompiente contra las costas o lamiendo las playas ,para Francés ,el pintor
representa una muestra del "indudable renacimiento de la pintura paisista‖.
Verdugo Landi combina el color con el rigor dibujístico y hace de sus conocimientos de la
luz el núcleo de la belleza de sus cuadros. También se atreve con puertos en los mares del
Norte de España, con sus tinglados, sus arquitecturas, en un mar calmado y austero como
parece en esta ocasión.
1271
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1272
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Esta exposición de Aguado Arnal es recogida en las páginas de La Esfera, con una crónica
breve y la reproducción de algunos paisajes que reflejamos a continuación.
Rafael Aguado Arnal. Puente del Rey. Orillas del Manzanares. La Esfera. Enero 1925
1273
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En uno de los salones de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se celebra
una Exposición de Obras de los alumnos pensionados por la Escuela Superior de Pintura en la
Residencia de Granada.
Los cuadros expuestos que reproducen paisajes, lugares y tipos granadinos son obra de
los alumnos Julián Gómez Fraile, Andrés Fernández Cuervo, José Narro, Rafael Sancho, Vicente
Mulet y Rafael Estellés Bartual.
Julián Gómez Fraile fue un paisajista que residió desde su juventud en Argentina donde
se formó en la Academia de Bellas Artes de Buenos Aires y amplió su formación en la Escuela
de San Fernando de Madrid. Expuso por vez primera en Argentina en 1927, además de esta
ocasión ,como pensionado en la Residencia de Granada. Julián Gómez es de paleta luminista
con una gama de tonalidades claras.
Rafael Estellés Bartual (1900-1985) nació en Benimamet, Valencia. Fue pintor cartelista y
litógrafo trabajando desde muy temprano en un taller de cerámica de Manises. Su aptitud hacia
el dibujo le llevó matricularse en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos siendo alumno de José
Benlliure, Garnelo y Ricardo Verde. Profesor de dibujo artístico en la Escuela de Artes y Oficios
de Valencia, fundó su homónima de Burgasot. Fue compañero del cartelista valenciano José
Renau. Su pintura evolucionó hacia postulados opuestos a la tentación decorativa tendiendo
hacia un expresionismo muy alejado de los conceptos luministas de Sorolla 618
618 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1274
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1275
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1276
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En unión del homenajeado sentáronse a la mesa los Sres. Clará, D'Ors, Díez-Canedo,
Chacón y Calvo, Sarrailh, Girondo, Franquesa, Pinazo, Macho, Abril, Cristóbal Ruiz, Barral,
Vegue, Pugés, Vinardell, Méndez Casal, Marichalar, Guillén, García Lorca, Fernández Almagro
Echevarría, Lequerica, Negrín, Vázquez Díaz, De Torre, Enríquez, Vila Puig y
otros.
La exposición de Sunyer en Madrid tuvo sus detractores y podría ser este motivo por el
que se rinde un banquete homenaje al pintor que podría tener forma de cierto desagravio. Muy
significativo con los nombres de los asistentes entre los que encontramos críticos de arte (Abril,
Vegue, D‘Ors) escritores (El Ultraísta De Torres) y miembros de la generación de 1927 (García
Lorca, Guillen) así como científicos y futuros políticos (Negrín) y pintores (Vázquez Díaz, Vila
Puig, Cristóbal Ruiz) … y la adhesión de nuestro crítico José Francés.
Exposición que tuvo lugar del 10 al 20 de febrero de 1925. Joaquín Sunyer donó su obra
―Pastoral‖619
619 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
1277
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Eliseo Meifren viene a ser el paisajista no urbano más destacado del modernismo
catalán, junto con Santiago Rusiñol. Conocía muy bien el impresionismo pero no se decidió por
esta tendencia
Fue fiel al realismo de su maestro de la LLotja, Antonio Caba . A lo largo de toda su vida
fue Cadaqués el escenario más constante en sus paisajes, aunque Meifren nunca estuvo
arraigado en un lugar, pintó en Francia en Canarias, Santander, Mallorca, Aranjuez, Brujas,
Venecia, etc... y, por supuesto, Cataluña.
Sus cielos nublados, las barcas, sus nocturnos que permitían aplicar su vigorosa
pincelada ; él mismo declaraba que estaba orgulloso de pintar con una paleta de cuatro colores:
amarillo, carmín, azul y blanco620.
Nueva York también la encontramos entre sus telas, pero no la urbana ,sino sus lugares
rurales o rincones forestales son los escenarios que busca Eliseo Meifren para sus telas. "Por
último Meifren presentaba varios cuadritos de Venecia (…) de gamas grises (…) de lánguidas
melancolías‖.
620 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
621 DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española.1975 .
1278
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1279
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1280
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1281
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
GARCÍA MARTÍNEZ
Emilio García Martínez reúne en el salón del Círculo de Bellas Artes cuarenta cuadros y
veinte apuntes. La mayoría castellanos y el resto de Asturias
De forma directa, aunque solapada, pues no dice nombres, José Francés se muestra cada
vez más beligerante con lo que va tomando cuerpo en España y es conocido como arte de
vanguardia. Suele aprovechar sus críticas en el año artístico 1925 para cargar, cada vez con
mayor asiduidad contra las nuevas tendencias pictóricas que intentan abrirse paso en los
epílogos de la España de la Restauración.
También lanza sus dardos críticos contra lo que es su tema habitual: las Exposiciones
Nacionales de Bellas Artes y sus medallas.
1282
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por un lado, valora negativamente las Exposiciones Nacionales que para los pintores es
una forma de darse a conocer por el público y recibir una recompensa pecuniaria; y por otro,
carga contra el arte nuevo y en paralelo, contra el arte de vanguardia, terreno en el que los
pintores más arriesgados intentan abrirse camino a pesar de las críticas que continuamente
vierten sobre ellos los críticos de arte y los poderes oficiales, detentores e influenciadores del
momento artístico.
En este caso y a colación de la crítica positiva hacia el pintor paisajista Emilio García
Martínez, encontramos frases como éstas "porque García Martínez es uno de esos artistas que
van creando, sin estridencia reclamista, sin enrolamiento en camarilla de vanguardia, ni con
arrivismos (sic) de simulador, una obra al margen de los que captan medallas o conquistan a
los snobs.‖
Más adelante encontramos otra frase incendiaria contra las modernas tendencias ,
refiriéndose a García Martínez dice "es un pintor sincero y probo (…) para quien no existen las
literaturas, formularías ni todo ese fárrago teoricísta la que echa andrajos de pedantería verbal
sobre el esqueleto de las ultramodernas impaciencias".
Después de destacar que García Martínez es arquitecto dice sus paisajes que dan "la
sensación de que el artista afronta la naturaleza con una ingenua y temblorosa emoción de
comprenderla".
Vuelve a cargar contra lo moderno y dice de García Martínez, que su diálogo con lo
natural es sencillo espontáneo y claro y habla de la "faramalla teoricísta que entuerta a tantos
pintores obsesionados de modernidad".
622 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1283
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1284
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ERNESTO RICCIO
Expone Ernesto Riccio en el Círculo de Bellas Artes, sus cuadros de paisajes de Italia y
España. Para Francés el pintor ha alcanzado una plenitud técnica y un lirismo perdurable,
resalta: "el brío cromático, la exuberancia armoniosa de su pincelada, se expresan con
verdadera grandeza".
1285
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
GUTIÉRREZ LARRAYA
Tomás Gutiérrez Larraya expone también en el Círculo de Bellas Artes sus paisajes que
son para Francés "estilizaciones, simplificaciones de la naturaleza (…) estampas deliciosas (…)
carteles de la naturaleza llamaríamos a estos paisajes (…) a la manera esquemática y
sabiamente simple".
1286
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
SIMONET CASTRO
Enrique Simonet Castro fue además de pintor, arquitecto. Formado con su padre,
Simonet Lombardo, fue ilustrador y cartelista y como dice Francés "también es un estampista
del paisaje" expone en el salón Nancy de Madrid una pintura que Francés califica de "pintura
realista (…) Subsiste, sin embargo, la espiritualidad, el hálito lírico. (…)
MEMORANDA
1287
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Durante la primera quincena de marzo expondrá por vez primera el pintor asturiano
Evaristo Valle a quien el museo comprará su lienzo ―Trajín de Carbón‖.624
El Centro Artístico de Granada obsequia con un banquete al pintor José Carazo por
haber obtenido el premio en el concurso de carteles anunciadores de las fiestas del Corpus en
aquella ciudad.
624 MUR PASTOR, PILAR La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya .Bilbao 1985.
1288
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Otro ejemplo de la relevancia pública de José Francés. Esta vez como miembro de la
Junta Directiva de la Exposición de Arte Decorativo de París.
En la Galería Georges Petit, de París, expone una serie de paisajes españoles el pintor
Carlos Lezcano.
Carlos Lezcano expone entre 1922 y 1929 en cuatro ocasiones en las galerías Georges
Petit de París adquiriendo el Estado francés para el museo de Luxemburgo su obra ―Eau
Dormant‖ un paisaje transportado de Cuenca.
En la Casa del Libro, de Madrid, pronuncia una conferencia el autor de esta obra acerca
de "Los pintores argentinos en España".
La sección de Bellas Artes del Ateneo de Sevilla convocaba la Exposición de Bellas Artes,
en la capital hispalense, desde 1914 y este certamen constituía el reflejo de lo que a nivel
regional significaba las artes para Andalucía.
El catálogo, prologado por José Andrés Vázquez escritor, nombrado hijo adoptivo de
Sevilla, apuesta por la renovación formal del arte andaluz: ―se asoman al fondo recóndito del
espíritu de nuestros artistas llenos del afán de no pintar ya más panderetas para la exportación
consagrándose (…) a difundir la legítima representación del alma andaluza y a proyectar su
verdadera luz sobre todos los prejuicios y todas las falsas interpretaciones‖.
Se presentaron más de 267 obras ; los temas en general abordaron los géneros
costumbristas y paisajes. Con profusión de paisajes arquitectónicos de la ciudad de Sevilla
preferentemente. La crítica percibió la exposición como una exaltación regionalista 625
Respecto a los pensionados por el Ayuntamiento de Sevilla, Agustín Segura viajó por
Francia y Suiza especializándose en el retrato y José María Labrador Arjona (1890-1977)
cordobés, cultivo el paisaje y viajó por España y Francia con la pensión del ayuntamiento
625 PÉREZ CALERO Gerardo. ―El Ateneo y La Vida Artística Sevillana en 1925‖. La Rioja. Unirioja. 1995
1289
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
sevillano. Fue profesor de dibujo artístico de la escuela de Artes y Oficios de Sevilla en 1935 y
más tarde catedrático de Bellas Artes en Sevilla. Cultivó también el retrato y el bodegón.
1290
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1291
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1292
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
626 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1293
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1294
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Mariano Barbasan. Procesión del Santo Cristo de Anticoli.. La Esfera. Agosto 1925
1295
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1296
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Jenaro Urrutia (1893-1965) inició sus estudios artísticos en la Escuela de Artes y Oficios
de Bilbao que más tarde completaría en París y Roma con becas concedidas por la Diputación
provincial de Vizcaya. En 1919 ya en París, conoce las nuevas tendencias de vanguardia y
desde ese momento la figura de Paul Cèzanne (1839-1906) se convertiría en su principal
referente.
Esta exposición del salón Nancy es comentada por Francés en términos elogiosos
refiriéndose a su principio fundamental, conseguir en sus obras "la figura estática y el paisaje
dinámico" "la primera cualidad de Jenaro Urrutia es su capacidad constructiva, su síntesis
estructural".
1297
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1298
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sus paisajes son trozos de campo chileno interpretados "con el lenguaje claro y sobrio de
un campesino (…) el artista con su paleta reducida (..)con su correcta sabiduría de los medios
tonos (…) sin llegar al detallismo cargante‖-continúa Francés.
1299
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Fue profesor titular en 1910 de la Escuela de Bellas Artes de Chile dando clase a una
generación de pintores chilenos. Con el tiempo fue evolucionando hacia una pincelada más libre
en encuadres naturales, consecuencia de su gusto por pintar al aire libre buscando el contacto
directo con la naturaleza y ,en particular, sus atardeceres.
1300
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Exposiciones:
En Barcelona:
Al disolverse el grupo, pasó a engrosar la agrupación Les Arts y els Artistes. Presentó su
obra en París en la galería Billiet en 1926 y 1931, posteriormente en la galería Druet.. Su obra,
exaltada del cromatismo, dentro de los géneros de paisaje el bodegón y figura , de tendencia
post impresionista que nos recuerda a Cèzanne.
Sus obras son muy elaboradas ,corresponden un ejercicio intelectual de síntesis lejos del
―repente‖, pero lleno de lirismo y refinamiento conceptual y fuerza cromática que lo aproxima
también a los fauves.
628 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
1301
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
José María Ucelay (1903-1979) nacido Bermeo (Vizcaya) en el seno de una familia
acomodada cuyo padre le obligó a iniciar diferentes estudios, hasta que en 1922 ,convencido
del interés de su hijo por la pintura, decidió apoyarle económicamente.
Se trasladó a Madrid para seguir sus estudios en la academia de San Fernando y conoció
en la Residencia de Estudiantes a Luis Buñuel, García Lorca Moreno Villa, Pancho Cossío y
Salvador Dalí; colaboró con el ultraísmo hasta que en 1923 se establece en París compartiendo
estudio con Pancho Cossío, Hernando Viñes y Manuel Ángeles Ortiz. Participó en la primera
Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (ESAI ,1925) con cinco obras.
Su obra y talante estuvo siempre ligado al Arte Nuevo y fue junto con Tellaeche y
Guezala responsable del patrimonio artístico vasco y su protección durante la guerra civil.629
Sus obras contienen reminiscencias cubistas. Luminosa y sensible, elegante, lírica, muy
meditada, original y con ciertas apariencias entre naífs y nabis.
1302
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Armando Suarez Couto (1894-1981) nació en Ribadeo (Lugo) fue pintor ,xilógrafo e
ilustrador; estudió en la Escuela de Artes e Industrias de Madrid y fue discípulo de Marceliano
de Santa María. Viajó a París donde residió durante varios años. Expuso individualmente en el
Ateneo de Madrid en 1925. Fue el crítico Correa Calderón, a quien nombra Francés ,quien en
1925 publicó una monografía sobre su obra llamada "El arte racial de Suárez Couto‖, publicada
en Lugo.630 .José Francés adscribe a Suárez Couto dentro de planteamientos naturalistas y
costumbristas.
630 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
1303
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1304
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1305
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LA EXPOSICIÓN PULIDO
Ramón Pulido Paisaje de la Quinta de los Pinos. La Nodriza. .La Esfera .Mayo 1925
1306
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1307
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La Exposición de Francisco Gras tiene lugar en el salón Nancy y sirve como pretexto a
José Francés para escribir sobre la pintura valenciana. Destaca los grandes maestros cuya
primacía de indiscutible: Muñoz Degrain y Sorolla. Resalta la figura de Muñoz Degrain: "irá
adquiriendo cada día más un valor de resonante perdurabilidad (…) ¿puede acaso decirse igual
del sorollismo? " Se pregunta.
José Pinazo y José Mongrell son para Francés los dos pintores de la generación
intermedia de figuras "tan definidas, tan seguras ya de sus sendas orientaciones harto
diferentes‖.
"A primera vista Francisco Gras puede parecer un sorollista puro" "en esta exposición (…)
demuestra que haría mal en considerarle solamente un derivado impersonal del sorollismo".
Destaca no obstante Francés una obra fechada en 1918 titulada ―La Chiquilla del
cántaro‖ que denota que Gras puede conseguir ―su fresca, su espontánea capacidad".
Francisco Gras. De vuelta del mercado. La Esfera .Julio 1925. Francisco Gras. Contraluz en el mar.. La
Esfera.Agosto1925
1308
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ya adscribíamos en el Año Artístico 1924 la obra de Francisco Sancha cerca de los Nabis,
con grandes manchas de color en sus cartones de acuarela. Francés califica sus obras de
"gracia constructiva, responden al criterio estilizante del artista, a su prurito de hacer ingrávida
la naturaleza por eliminación de las masas densas, las formas macizas y los tonos pesados".
1309
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1310
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1311
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Afirma Jaime Brihuega: "no vacilaremos en asegurar que el proceso evolutivo del arte
español anterior a la guerra civil se divide en antes y después (…) de la exposición de la
Sociedad de Artistas Ibéricos (E.S.A.I.)‖ 631
En unión del homenajeado sentáronse a la mesa los Sres. Clará, D'Ors, Díez-Canedo,
Chacón y Calvo, Sarrailh, Girondo, Franquesa, Pinazo, Macho, Abril, Cristóbal Ruiz, Barral,
Vegue, Pugés, Vinardell Méndez Casal, Marichalar, Guillen, García Lorca, Fernández Almagro,
Echevarría, Lequerica, Negrín, Vázquez Díaz, De Torre, Enríauez, Vila Puig y
otros.
631 BRIHUEGA, Jaime. Exposición conmemorativa de la Primera Exposición de Artistas Ibéricos. Madrid. Club
Urbis,1975.
1312
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Según Jaime Brihuega 632 ‖fue en este banquete cuando se inició la voluntad de resucitar
el proyecto que iniciaron el dúo Eugenio D‘Ors y el coleccionista Plandiura a raíz de la carta
dirigida por García Maroto al crítico Juan de la Encina en febrero de 1923 en el diario ―la Voz‖
de Madrid. En ella hablaba de "la ineficacia a que está condenado cierto tipo de artistas
confinados dentro de sí mismos o influyendo en radios terriblemente limitados".
Juan de la Encina contesta cuatro días más tarde desde las páginas del mismo periódico
afirmando "las Exposiciones Nacionales y los Salones de Otoño (…) dan con mayor exactitud la
medida del estado de avillanamiento que alcanza el arte en la capital de una nación de veinte
millones de habitantes que produce continuamente artistas de valor universal‖.
Nada de esto fue definitivo hasta que en marzo de 1925 aparece en distintos periódicos
madrileños el "Manifiesto de la Sociedad de Artistas Españoles‖ y a la vez se fundaba la
Sociedad y se organizaba la Exposición ESAI
"Somos muchos los que venimos notando, con dolor, el hecho de que la capital
española no pueda estar al tanto del movimiento plástico del mundo, ni aún de la propia
nación, en ocasiones, porque no se organiza en ella las Exposiciones de Arte necesarias para
que conozca Madrid cuanto de interesante produce, fuera de aquí y aquí, el esfuerzo de los
artistas de esta época.
Ello imposibilita o dificulta cualquier movimiento de cultura. Inútil así todo exégesis,
controversia o discernimiento; no hay posibilidad de elegir rumbo si no se conocen antes las
rutas posibles, y mal puede cumplir el comentarista su misión esclarecedora si se dirige a un
auditorio desprovisto perpetuamente de los términos de referencia indispensables. Para elegir
tendencia y adoptar posición, parece indispensable tener, siquiera un momento, ante los ojos
las varias tendencias que en el mundo se disputan, la superioridad en el acierto. Falta ello en
Madrid y en casi todas las ciudades importantes españolas.
Pero en otras, en cambio, no; y hemos pensado algunos que esta falta no proviene, por
lo tanto, de dificultades positivas e insuperables —puesto que Bilbao y Barcelona han logrado,
en ocasiones superarlas— sino solamente de que, acaso, no se hayan puesto a remediarla unos
cuantos hombres de buena voluntad y de firmeza en el propósito.
632 A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925 .Madrid. MNCARS,1995.
1313
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
De ahí que los firmantes hayamos tratado de unirnos en sociedad a fin de tramitar,
buscar y allanar cuanto sea necesario para que Madrid conozca todo aquello que conocido y
celebrado —o simplemente discutido— en otros lugares, queda de continuo alejado de la capital
española sin razón que lo justifique.
Creemos los firmantes que está por hacer en materia de arte una labor presentativa de
necesidad anterior a toda cuestión polémica, puesto que se trata de proporcionar elementos de
juicios suficientes.
Creemos que para conseguir esto hay sólo dos caminos: uno, el de exponer cuanto sea
posible; otro, el de llevar a cabo una labor ideológica o, si se quiere, "crítica", pero
entendiéndose que la crítica aquí no estará considerada como una función repartidora de
certificados de aptitud, sino meramente como una facultad esclarecedora que, destruyendo
prejuicios y proporcionando perspectivas o puntos de vista insospechados, pueda colocar a
quien esté desorientado en la situación necesaria para que cada obra buena o mediana, mala o
excelente, aparezca en su verdadero valor y no en otro que, mejor o peor, sea de todos modos
ajeno al propósito del autor y de la obra.
Creemos igualmente que toda obra de progreso y de mera vitalidad en los dominios
estéticos, requiere el conocimiento constante, no ya de toda obra formada y sancionada, sino
de todos los intentos, ensayos y tanteos en pro de ignotos rumbos o matices, actividad
exploradora que ha dado ocasión bastantes veces en la historia al descubrimiento de leyes, a
veces ni siquiera presentidas por aquellos mismos que exploraban.
No nos une, pues, una bandera ni una política: no vamos, pues, ni en pro ni en contra
de nadie; habrá preferencias en nosotros, pero sólo en el sentido de que serán preferidas todas
aquellas obras que corran más fácil riesgo de ser habitualmente proscritas de los locales de
exhibición vigentes y al uso; no guiándonos en nuestras preferencias un forzoso criterio de
aprobación, sino simplemente el impulso compensador, necesario para toda labor de justicia y
de equilibrio. Habremos de exponer, por tanto, toda aquella manifestación de arte que,
existiendo, no llega con normalidad a conocimiento del público, o aquellas que, por llegar
mezcladas con elementos heterogéneos y contrarios, quedan fuera de todo posible diapasón
que permita la contemplación a tono, y quedan, en consecuencia, perjudicadas gravemente por
tal desplazamiento pernicioso.
1314
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En nuestra labor de propaganda ideológica nos guiará el criterio que a esta misma
actitud corresponde; procuraremos divulgar, por cuantos medios estén a nuestro alcance, no ya
tal o cual tendencia, sino toda posible tendencia y con más atención aquellas que estén, de
ordinario, menos atendidas y que sean indispensables para el cabal entendimiento de algún
sector de arte viviente
Creemos, en resumen, que todo esto no puede tener más que una interpretación y un
solo nombre: afán de conocimiento y de cultura; o, si se quiere, cultivo; cultivo de la
sensibilidad y del espíritu.
Manuel Abril, José Bergamín, Rafael Bergamín, Emiliano Barral, Francisco Durrio, Juan
Echevarría, Joaquín Enríquez, Oscar Esplá, Manuel de Falla, F. García Lorca, Vitorio Macho,
Gabriel García Maroto, Cristóbal Ruiz, Adolfo Salazar, Ángel Sánchez Rivero, Joaquín Sunyer,
Guillermo de Torre y Daniel Vázquez Díaz'".
El protagonismo de la organización fue de Manuel Abril y García Maroto. Hubo una súbita
retirada de la presencia catalana (solo exponen Dalí i Pichot) y se retira también de la muestra
un firmante tan importante como Joaquín Sunyer. Tampoco figurará en la ESAI Daniel Vázquez
Díaz que en cambio, firma el Manifiesto.
De los otros dos críticos de arte pilares de la ESAI, Juan de la Encina la apoyará desde
fuera y Eugenio D‘Ors, aunque acude a la inauguración no está presente en la organización ni
en la propia Asociación.
En este contexto, Cataluña asocia a Madrid con el arte oficial y con la Restauración,
sostenedora, con Alfonso XIII a la cabeza, del Directorio de Primo de Rivera.
Otro dato fundamental es el hecho de que la exposición acoge por igual a artistas de
edades diferentes y de muy distinto grado de consagración, tampoco existió en la exposición
una unidad de tendencias ni estilística ni programáticamente. Artistas cuyo estilo llevaba
633 A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925 .Madrid. MNCARS, 1995.
1315
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Parece, a juzgar por los artículos de prensa, que hubo una conciencia general de que
algo importante estaba sucediendo. El propio Ortega y Gasset publicó un artículo en el diario el
Sol, el 26 junio 1925. Que cita Jaime Brihuega634: ―la exposición de artistas ibéricos si se reitera
denodadamente y superando todo desánimo vuelve año tras año con cierta insistencia
astronómica, puede ser de gran importancia para el arte peninsular" añade Brihuega
ácidamente: ―del resto de su artículo más vale no hablar porque consiste en la pirueta
desenfocada de un pensamiento que, como principio se divorcia de la realidad de los hechos
para tomar de ellos una pura imagen mental‖.
De este modo siguiendo la teoría de las generaciones se intenta que cada época tenga
un estilo artístico adecuado a su sensibilidad. Ortega y Gasset continúa:
"si alguien, después de recorrer las salas de la exposición de artistas ibéricos dijese:
―esto no es nada. Aquí no hay arte‖, yo no temería responder: "tiene usted razón. Esto es poco
más que nada esto no es todavía un arte. Pero ¿quiere usted decir qué cosa mejor cabe
intentar?. Si usted tuviese veinticinco años y una docena de pinceles de la mano ¿qué haría?.
La Exposición como decimos tuvo amplio eco en la prensa. Juan de la Encina uno de los
promotores decía en La Voz de Madrid: "las tendencias actuales del arte van arraigando en
Madrid". Francisco Alcántara en el Sol escribía: "esta exposición de la Sociedad de Artistas
634 BRIHUEGA, Jaime. Exposición conmemorativa de la Primera Exposición de Artistas Ibéricos. Madrid. Club
Urbis,1975.
635 ORTEGA Y GASSET, José. La Deshumanización del Arte y otros ensayos de estética.Madrid.Austral,2006.
1316
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ibéricos constituye (…) en la historia de nuestras artes, un acontecimiento divisorio del pasado
académico y formalista y del porvenir, lleno de vida, de luz nueva (…)‖ .
No todo eran críticas favorables. Cándido Rouco en La Gazeta de las Bellas Artes afirma
refiriéndose a la ESAI
―cierto que así la gente podrá decir de ella lo que vulgarmente se dice del chocolate de
la peseta: más barato, podrá ser, peor, ¡imposible!
José Moreno Villa en el Sol razona: (…) para explicar lo nuevo no sirven las palabras o
conceptos viejos y esto (…) origina un balbuceo, una vacilación, una búsqueda imperiosa y fina,
que tienen por fruto a veces vocablo definitivo, acatado poco a poco por los demás
profesionales o de un concepto que se abre paso también lentamente hasta llegar al pueblo".
Hecho el resumen de lo que fue, veamos los entresijos. Empecemos por el catálogo cuya
única ilustración es un dibujo en la portada y donde sólo se registran en sus páginas, 193 obras
sin incluir la participación de Pancho Cossío y Joaquín Peinado. Sin embargo muchas fuentes
hemerográficas de la época afirman que la muestra contó con cerca de 500 obras de 48
artistas. El contenido de la muestra según diversas fuentes fue el siguiente:
636 BRIHUEGA, Jaime. Exposición conmemorativa de la Primera Exposición de Artistas Ibéricos. Madrid. Club
Urbis,1975.
1317
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
- AURELIO ARTETA: 5 pinturas (Figura de mujer y cuatro cartones para los Frescos del
Banco de Bilbao).
- LUIS BAGARIA: Vanas caricaturas (una sala entera) (El paraíso germánico, La
presentación del primer hombre en sociedad, Caricatura de Azorín).
- RAFAEL BARRADAS: 19 cuadros (Retrato del pintor Maroto, Retrato del pintor
Fernando, Retrato de mi tío José, Retrato de Gil Bel, Pilar y Antoñita, Mi sobrino Calixto, Moza
de Luco(a), Moza de Luco (b), otros cinco retratos -tal vez Pilar. Antoñita...-. Tratante,
Descargador, Molinero. Albañil, Tartanero, Obrero en la taberna. 6 dibujos coloreados y
acuarelas (Figuras de San Juan de Luz) y varios dibujos.
1318
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
- JOSE FRAU: en torno a 30 cuadros (El sendero, Los pájaros y las nubes, Álamos en el
barranco, Pueblo llano, La lluvia en Castilla, Campos al sol, Tierras de Sepúlveda. El número 9,
El Manzano, El arrabal, Luces y flores, La calle está triste, La calle del Espíritu Santo, Viejo
rincón, Campanas en la tarde.
- GABRIEL GARCIA MAROTO: 5 pinturas (El viaducto, El tren de cintura. Barrio popular,
El túnel, La puerta de...) y varios dibujos.
- ANTONIO GUEZALA: 5 pinturas, Elatxobe (bi casa rosa). Elatxobe(b), San Juan de
Gaztelugabce, Bilbao. Noviembre 1922 (choque de tranvías en El Arenal). Sukarrieta).
- JOSE GUTIERREZ SOLANA: 5 cuadros (Los desechados, Las coristas, Las vitrinas,
Chulos y chulas, Chulos).
- BENJAMIN PALENCIA: Varios óleos y pasteles (una sala entera) (varias Naturalezas
muertas, Desnudo, varios Paisajes).
1319
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
- NICANOR PIÑOLE: 9 pinturas (La hija del patrón, El marmitón, Gentes, 7 Paisajes).
- CRISTOBAL RUIZ: 4 pinturas (Paisaje andaluz con olivos, Paisaje, Retrato de señora.
Retrato del nieto de Regoyos)
637 A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925 .Madrid. MNCARS, 1995.
1320
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francisco Bores marchó a la capital francesa ese mismo año, donde la Escuela de París
estaba consolidada. Por descontado Picasso, pero también Juan Gris María Blanchard, Cossío,
Peinado, Ángeles Ortiz, Hernando Viñes, José de Togores. Los artistas que se encontraban en
España tenían un punto de referencia de las artes europeas en la revista Cahiers D‘art.
Todo este contexto se circunscribe a dos momentos de la renovación del arte español, el
primero los años anteriores a la gran Guerra entre 1910 y 1914 que corresponde, con la época
del cubismo y el segundo a partir de 1918, que coincide con la llamada "vuelta al orden" cuyo
lema se significa como reconocimiento de los valores del clasicismo, el racionalismo, la claridad,
la precisión y la serenidad en el arte pictórico.
Después del Salón de los Ibéricos, toma cuerpo lo que se han ido llamando figuración
lírica o pintura poética que tiene su máxima expresión y guía en la revista francesa citada
Cahiers D‘art639.
Volvamos ahora la vista a nuestro crítico José Francés cuando trata en el Año Artístico
1925 la ESAI.
638 A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925 .Madrid. MNCARS, 1995.
639 A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925.Madrid. MNCARS,1995.
1321
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Reconoce que los nuevos artistas españoles precisaban "el organismo peculiar, la
agrupación apropiada" y por eso celebra la constitución de la Asociación de Artistas Ibéricos.
Francés continúa:― ¿ por qué nombrarse Artistas Ibéricos?‖. Le gusta a nuestro crítico
más la apelación de artistas españoles. Infiere Francés que lo de Artistas Ibéricos es para
hacer:
Después de esta crítica hacia las formalidades, Francés se pone del lado de la ESAI:
―Hay, por el contrario, que alabar el afán de incorporar el arte español a las corrientes
universales, de evitar el anquilosamiento de tendencias dignas de ser salvadas todavía; el
pródigo optimismo con que se sitúan frente a los demás artistas agazapados en sus logros
pretéritos‖.
Bastara no más el hecho de acometer la empresa meritoria, y ya sería suficiente para que
nos pusiéramos a su lado arrostrando las consecuencias de equivocarnos con ellos. Pero es
que, además, han conseguido afirmar varios valores concretos, sacudir inercias y obstáculos
ajenos, atraer, en fin, la curiosidad—favorable u hostil; por ahora lo de menos es su carácter, lo
que importa es el hecho—de profesionales, profanos y acompañamiento
1322
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Quiere decirse, que Ortiz Echagüe viene oportunamente. Cuando ese concepto
pictural—conservado puro y fecundo por el artista sin dejarse seducir de sirenaicas voces
oportunistas—recobra el prestigio definitivo; cuando extravagancias transitorias, arribismos (sic)
cínicos, pasticherías clownescas e impotencias encumbradas por el esnobismo culto o inculto,
desaparecen rápidamente, repudiadas incluso por sus mismos seudoprofetas y falsos apóstoles
640
de ayer‖ .
Sabemos que José Francés es ecléctico en arte y se sitúa en un punto intermedio entre el
academicismo y la nuevapintura , alejado de lo que él frecuentemente titula con adjetivos como
― extravagancias iconoclastas" dirigiéndose a las vanguardias.
Discrepamos de este punto de vista puesto que en toda la crónica de Francés del Año
Artístico 1925, no existe descalificación alguna hacia la ESAI, sino todo lo contrario, para él es
un avance, una manifestación que origina un punto de apoyo en la evolución del arte español
coetáneo de su época.
Nos interesa, llegados a este punto, tratar el paisaje dentro de la exposición ESAI y
constatar su evolución en 1925. Es evidente que el género pictórico del paisaje, debe estar
incardinado en los otros géneros presentes en la ESAI, formando una propuesta estética
homogénea.
640 FRANCÉS, José , El Año Artístico 1926. Barcelona. Editorial Lux. 1928. 490 págs.
641 BRIHUEGA, J. Las Vanguardias Artísticas en España 1909-1936 .Madrid. Istmo.1981.
1323
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Algunos de ellos los encontramos en esta exposición del ESAI, me refiero a los conocidos
"retrato de Apraiz‖ de Francisco Bores. Retrato de mi hija en un pasillo, de Cristóbal Ruiz y
Retrato de Pío Baroja, de Juan de Echevarría y Retrato de Luis Buñuel y Espalda de Muchacha,
de Salvador Dalí .
En competencia con las generaciones en el poder, surgen tres poderosos jóvenes de las
dos generaciones siguientes (1909-1923 y 1924-1938) que tratarán de dar la pintura la
coetaneidad de los tiempos y actualizarla conforme los progresos socio-económicos: una nueva
sociedad española basada en unos nuevos principios y valores que todavía no está y que
cobrará vigencia escasos años después para ser rápidamente eliminada por el decurso de los
acontecimientos.
Se trata de Vázquez Díaz, Benjamín Palencia y Salvador Dalí, el primero quedará adscrito
en su mejor etapa creativa , con la generación de 1927. Benjamín Palencia dará el salto a
través de la guerra civil española de 1936, para fundar la Escuela de Vallecas y Salvador Dalí
adoptará el surrealismo.
Ello no obsta para reivindicar desde estas páginas el asombroso y atractivo género de
paisaje, cuya originalidad, plasticidad y solidez quedan reflejadas en los paisajistas más
innovadores que expone en el ESAI. de los que hemos hablado en páginas anteriores y de los
que ahora pretendemos hacer una breve sinopsis .
1324
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Bores empezó en la estética del cubismo pero pronto derivó hacia el fauvismo,
recuperando el color y utilizando verdes naranjas amarillos y azules con una gran variedad de
642
tonos.
Francisco Bores no es estrictamente un paisajista, más bien cultiva los géneros del
bodegón y retrato sin embargo cultivó el paisaje ocasionalmente, paisajes que evidencian la
influencia del taller de André Lothe. En la ESAI expuso el retrato de Guillermo de Torre y de
Apraiz, entre otros. En 1925, traladó su residencia a París, influido por el cubismo de Picasso.
Fue uno de los españoles apoyados por Cahier D‘Art643
642 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
643 A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925 .Madrid. MNCARS,1995.
1325
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Entre 1916 y 1921 trabajó para la editorial Calleja. Escritor, poeta y pintor, sus primeros
cuadros datan de 1924 ,Frecuentó la Academia Libre de Julio Moisés. Participó en la ESAI
de1925. Moreno Villa establece una correspondencia entre la poesía y su pintura ,dejando uno
de los mejores libros de memorias de su época escritos titulado "la vida en claro" editado en
1944 .
Moreno Villa comenzará como pintor cubista. En 1925 evolucionará hacia una pintura
más poética que alternará con el movimiento surrealista. Por ello podemos hablar del paisaje
onírico en su obra. Las dos obras que presentan en la ESAI son dos bodegones de adscripción
cubista.
Ramón Pichot (1870-1925) pintor y grabador como primera noticia de su parte pictórica
es la participación junto Nonell en la exposición de bellas artes de Barcelona en 1894. Muy
ligado a Ramón Casas y Santiago Rusiñol, perteneció a la ―Cageaux Fauves‖ del Salón de
Otoño de París de 1905.
En 1923 expuso en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, su obra entra en el panorama del
post impresionismo sin llegar a posiciones vanguardistas. Fue amigo de Casas ,Nonell, Picasso y
Dalí. Sus paisajes con figuras (o viceversa) de sólido dibujo y una paleta fauve, están la mejor
tradición de la pintura post impresionista europea.
644 A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925 .Madrid. MNCARS,1995.
1326
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de la obra expuesta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) de Madrid en
1995 y que tuvo como Comisarios a Jaime Brihuega y Concha Lomba.
Siguiendo sus indicaciones, cuando una obra haya sido expuesta en la Exposición de
Artistas Ibéricos de 1925, la marcaremos para distinguirla, esta vez, con el acróstico ESAI.
1327
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1328
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1329
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1330
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1331
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1332
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1333
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1334
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1335
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1336
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1337
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1338
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1339
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1340
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1341
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Exposiciones :
En Barcelona:
1342
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El pintor Juan Espina y Capo , cuya fecha de nacimiento fué 1848 en Madrid, tiene, en el
momento de esta exposición en el Museo de arte Moderno, 77 años, hombre inquieto que ya
sostuvo sus apasionados años de revolucionario al lado de los artilleros sublevados en 1866 por
lo que fue condenado a muerte y luego amnistiado.
1343
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Antonio Esteve, nacido en Valencia en 1855 murió a los 40 años. Está considerado por la
crítica un excelente paisajista y destacado miniaturista y pintor de abanicos. Francés le rinde
homenaje en esta pequeña elegía cuando dice:
A Francés le parecía Esteve una persona angustiada, que sentía terror de todo "de las
gentes, de las palabras, de los vehículos, de los elogios. (…) Huía cada hora de sí mismo y de
los demás‖
1344
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Exposiciones:
En Barcelona:
1345
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En Madrid:
1346
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
evolucionistas. Paisajista, como los evolucionistas ,mantiene una paleta de colores más bien
terrosos que, en el caso de Castedo se conjuga con una simplicidad en la composición de sus
paisajes.
MEMORANDA
Exposiciones:
645 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
646 ESPÍ VALDÉS, Adrián. Casanova y su Círculo alicantino de pintores y escultores . Alicante. Caja de Ahorros
Provincial,1983
1347
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Conferencias:
José Francés se limita a transcribir la crítica que el pintor Manuel Abelenda realiza sobre
su compañera y paisana María Corredoyra de la que dice que "domina el paisaje en pequeños
tamaños y consigue efectos de valoraciones atrevidas una gama sorda".
647 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1348
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Prueba de ello es el extenso artículo ilustrado sobre uno de los más importantes
creadores de la pintura impresionista, recogemos a continuación las páginas que el Semanario
La Esfera, dedica a Claude Monet (1840-1926) en Agosto de 1925, para conmemorar su 85
cumpleaños. Monet moriría en Diciembre de 1926 en Giverny.
1349
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1350
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Exposiciones:
En el Salón Witcomb, de Buenos Aires, se celebra una Exposición del pintor catalán B.
Gili Roig.
Ignacio Díaz Olano (1860-1937) nació en Vitoria (Álava) estudio en Barcelona con una
beca del Ayuntamiento de Vitoria, donde regresa en 1880. Ilustrador, firma sus dibujos con un
seudónimo ―Galop‖ . Residió en 1890 en París durante cuatro años estudiando dibujo y
realizando trabajos de escenografía para el teatro de la Ópera. En 1894 está en Roma y en
1896 fija su residencia definitivamente en Vitoria. Fue profesor de artes y oficios y catedrático
de dibujo. Olano fue un costumbrista de un gran dominio de la escena que consigue plasmar
con mucha naturalidad. Cultivó también el paisaje, consiguiendo el lirismo, dentro de la
naturalidad en el ambiente recreado.648
648 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1351
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Se inscribe ésta, como aportación española al arte internacional como venía siendo
habitual desde la exposición de París en 1919, de Londres en 1920 y de Venecia en 1924,
además de todas las exposiciones en Iberoamérica y Norteamérica, como la Internacional de
Pittsburg más amplia de tendencias que abarcaba a Picasso, Anglada y Vázquez Díaz.
José Francés califica su selección de "lo más completa y ecléctica". La lista de expositores
es publicada por El Año Artístico y encontramos muchos paisajistas que han ido saliendo a lo
largo de estas páginas y que dan la imagen del arte contemporáneo que se realiza en España
en 1925. Encontramos entre ellos a Francisco Llorens, Eliseo Meifren ,Nicolás Raurich ,
Bernardino de Pantorba, Marceliano Santa María y el marinista Ricardo Verdugo Landi.
Completa la Exposición de pintura el Sr. Sierra Escudero, con libros y publicaciones de arte
españoles.
Esta Exposición se inscribe en las numerosas que hemos ido comentando a través de los
diferentes volúmenes de El Año Artístico realizadas en Hispanoamérica.
Son expediciones de cuadros con el objetivo de vender las obras y organizadas por un
marchante o un pintor, incluso una asociación.. Recordamos en este sentido las exposiciones de
Pinelo Lull hacia Sudamérica
1352
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Exposiciones:
1353
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Estamos en 1925 y José Francés vuelve a criticar negativamente los Salones de Otoño
de cada año: dice Francés: "a cada nuevo año se ha ido agravando el carácter de su
mediocridad‖ . Ciertos elementos directivos que impiden a estos salones "contemporizar
(…)tendencias y normas distintas" "cierto que jamás representó interés evolutivo dentro de la
vida artística española, pero al menos figuraban en el catálogo algunos artistas modernos y
algunos pintores de prestigio oficial; ahora aquellos tienen ya el Salón de Artistas Ibéricos,
donde manifestarse mejor y éstos se han cansado de amparar certámenes donde el mal gusto
estético y la cólera del fracaso son las únicas normas influyentes".
649 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
650 VERDUGO LANDI, Francisco. (Director), ZAVALA, Mariano (Gerente) A.A.V.V. La Esfera Ilustración Mundial.1914-
1927. 26 Tomos semestrales .Madrid. Prensa Gráfica S.A. 1914-1927.
1354
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Es útil comparar ambas críticas para conocer el estado de la cuestión cuando se habla de
la pintura europea de 1925, donde impera el retorno al clasicismo como movimiento que abarca
las artes europeas. Si bien podemos entender que el Salón de Otoño de Madrid tiene un
carácter local cuando hablamos del Salón de Otoño de París su proyección es internacional .
Entre los paisajistas destaca a Martínez Vázquez, Javier Cortés, Seijó Rubio, Verdugo
Landy, Tito Cittadini ,Mercadé, Ribera y Pantorba. Y alaba la sala dedicada al artista fallecido,
el paisajista Antonio Esteve junto a otra sala dedicada a José LLaneces.
Rafael Guinart Caldellich formó parte del grupo Cultivadores de las artes, dedicándose al
paisaje y al costumbrismo, expuso individualmente y participó en diversas exposiciones
colectivas en Barcelona y Madrid y en la Exposición de Bellas artes de 1926.
José Francés inserta en El Año Artístico 1925, un cuadro titulado ―El Entoldado‖, que
reproducimos.
1355
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Aunque Francés no lo destaca, en esta VI Edición del Salón Otoño, expone en ella el
paisajista catalán Alexandre Coll i Blanch, de excelentes perspectivas urbanas, como las del
puerto de Barcelona y merecedor de un reconocimiento más elevado que no llegó a ocurrir,
siendo sin embargo, uno de los paisajistas más apreciables de su generación. 653
651 FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any
1938.Barcelona.Institut d‘estudis catalans.1999
652 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
653 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
1356
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1357
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1358
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1359
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1360
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1361
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1362
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José María López Mezquita es, sobre todo un maestro del retrato, autor de importantes
obras como el retrato de Alfonso XIII, Miguel de Unamuno, Manuel de Falla, Archer Hurtington,
Los hermanos Quintero, Fernando de los Ríos, José Francés, Guido Caprotti, El Conde de
Romanones y Manuel Azaña…. entre muchos otros . También es pintor de escenas
costumbristas y caracterizador de la mujer española.
Pintó López Mezquita paisajes dentro de esta delgada línea de separación entre los
géneros. Mezquita, amigo de José Francés, es uno de los pintores preferentes de nuestro
crítico. Pintó el retrato de José Francés, que se conserva en el Museo de la Academia de San
Fernando de Madrid.
1363
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
López Mezquita ha ingresado la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un
discurso sobre la personalidad de Muñoz Degrain, que fue contestado por José Francés en
nombre de la Academia.
Aprovecha Francés este evento para hacer esta crónica que tiene su importancia porque
en ella habla Francés de la vuelta al orden en la pintura europea y "(…) la reacción del buen
sentido, lo que ya impulsa a temperamentos tan disconformes, tan intransigentes como Picasso
para volver la mirada a Ingres (..)presenciamos por fortuna la restitución al arte pictórico de
sus características fundamentales y sus cualidades primigenias (…).La Crónica de José Francés
termina reconociendo :‖ José María López Mezquita, pintor de España y de su tiempo‖.
1364
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José María López Mezquita en La Real Academia de Bellas Artes de S. Fernando, con José Francés. La
Esfera. Octubre 1925.
1365
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Los artistas expositores son: Juan Esplandíu, Enrique Ginesta, Julián Gómez Fraile,
Andrés Medina, José Puigdengolas, Eduardo Santuja Rosales y Julio Ariñol.
En Italia residió en Florencia .Su obra paisajística parte de Joaquín Mir para derivar
hacia una naturalismo amable optimista ,reconocible en su serie de paisajes de Mallorca. El
pintor y crítico Benet, ha dicho de él: "su exaltación colorista está frenada por una innato buen
gusto" 654
Enrique Ginesta Peris (1897-¿) nacido en Carlet, Valencia, ingresó en la Escuela de Bellas
Artes de San Carlos en 1910 obteniendo una pensión de la fundación Roig. En 1922 se traslada
a Madrid para estudiar en la Escuela de San Fernando, en 1924 y 1926 consigue la pensión del
Estado para trabajar en la residencia de Paisajistas de el Paular y en 1927 para la Residencia
de la Alhambra de Granada.655
Fue un paisajista además de retratista ,que también cultivo el bodegón. Hizo la pintura
personal, de amplia paleta de colores, de rigor técnico y perspectiva clásica, dentro de la
Escuela Valenciana.
654 GARRUT. José. María Dos Siglos de Pintura Catalana (XIX-XX). Madrid. Ibérico-Europea de Ediciones S.A. , 1974.
655 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
656 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1366
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1367
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Exposiciones:
1368
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Decía Tellaeche: ―el mar no quiere ser mirado, sino navegado y luego sugerido"657.
José Francés en su artículo sobre la Exposición que Julián de Telaeche exhibe en el salón
Nancy de Madrid, compuesta por 30 lienzos destaca "(…) unos motivos únicos y la experiencia
del marino que los conoce (…) la pintura de Tellaeche tiende la doble condición de la veracidad
y de la belleza." (…) Las dramáticas intersecciones de formas de madera, hierro, lona, y nubes
(…) no precisa apenas sino grises, negros, ocres (…)‖.
657 PLAZAOLA ARTOLA Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros. Bilbao. Fundación Kutxa nº
3. 1994.
658 GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros
Bilbao. Fundación Kutxa nº 2, 1993.
1369
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1370
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
"RECUERDOS DE LA TIERRUCA"
Lino Casimiro Iborra, pintor concienzudo, apegado a la tradición, expone en el Salón del
Círculo de Bellas Artes
Pintor esencialmente rural, en sus cuadros podemos encontrar lo que ven sus ojos es
decir el naturalismo en los rostros de los tipos agrarios de la montaña y la costa santanderina,
podemos encontrar majadas y rediles de rebaños y lugares de selvas y bosques.
659 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1371
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés dice " en todos los cuadros se aprecia el amor tradicionalista de Iborra a las
normas de la pintura española (…) libre de influencias y renovaciones evolutivas (…) los
paisajes tienen amable encanto, romántico idealismo".
Lino Casimiro Iborra es uno de los escasos pintores que aborda en España el tema de la
pintura de animales. Recordemos que en muchos paisajes de la época figura siempre el borrico,
que sirve para llevar entre sus grupas al aldeano, al agricultor o al pastor ,que se dirige al
campo o a sus menesteres . En ocasiones montado, en otras llevando las bridas. El borrico, o
asno lleva humilde sus alforjas con cántaros…etc.
Así como en Europa continental es frecuente observar en los cuadros terneros, vacas….
No lo es así en la pintura española del primer tercio del siglo XX, donde el burro, la mula, el
asno, adquiere un papel preponderante como bestia de carga y ayuda en el mundo rural.
Por ello la pintura de Iborra nos sugiere ese pastoril y bucólico encanto, un poco
romántico de la aldea, en contraposición a la pintura "nueva" en la que abunda el automóvil, los
hilos telegráficos y los barcos de vapor junto con las chimeneas de las fábricas y las escenas
suburbiales de la gran ciudad.
1372
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1373
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Desde 1917 residió en Barcelona donde fue discípulo de Ignacio Mallol y Cecilio Pla. En
1923 expuso individualmente en Barcelona y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Es esta
exposición de 1925, la que comenta Francés . Cultivó el retrato ,el paisaje y dentro de él, la
marina .
Su pintura de 1925 como bien opina Francés "desconcierta aunque no desorienta (…)va
zigzagueando hacia un norte neblinoso todavía‖(…) "tiene temperamento y capacidad de
pintor, le sobran, acaso, picardías y trucos fácilmente sorprendidos a los otros, a los
simuladores de modernidad o a los rezagados y envejecidos‖.
Francisco Sáinz de la Maza. Sarriá. Montañas desde Camprodón. La Esfera. Enero 1926
660 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1374
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Otras Exposiciones:
En Barcelona:
En 1936 partió para Estados Unidos practicando lo que él llamó ― raspados" debido a sus
deseos de investigación y búsqueda de procedimientos nuevos especializándose más tarde en
escenas de danza.
1375
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1925 reside en Mallorca donde realiza una pintura de cierto primitivismo ,con
tonalidades suaves y etéreas. Con el tiempo, irá disolviendo el espacio hasta terminar con una
pintura vanguardista emparentada con la abstracción. En 1929 fue galardonado con el premio
Carneggie de pintura en Pittsburg.661
María Luisa Pérez Herrero como ya apuntamos anteriormente, fue discípula de Muñoz
Degrain. Se especializó en paisaje y fue pensionada en la residencia del Paular en 1919 y en
1923 por la Junta de Ampliación de Estudios a Francia y Bélgica donde realiza paisajes de París
y Brujas, que expone en esta ocasión en el Salón del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
José Francés recuerda su exposición de 1923 cuando exhibió lugares de Madrid y jardines
de Aranjuez y constata que en este viaje por Europa "la joven artista no ha sufrido (…)
espejismo de los extravíos artísticos de la actual desorientación pictórica en Francia ―.
‖la Srta. Pérez Herrero ha aprendido en uno de sus indudables y tácitos maestros,
Santiago Rusiñol". Realismo y decorativismo es lo que caracteriza a la pintora según Francés
"en su labor personal y muy digna de estimación en el excelente conjunto de paisajistas de
nuestro momento".
661 BONET CORREA Antonio. Vanguardias Históricas 1918-1939. A Coruña.1998.Fundación Barrié de la Maza
1376
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1377
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1378
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
María Luisa Pérez Herrero. Del Viejo Flandes. La Esfera .Diciembre 1925
1379
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
María Luisa Pérez Herrero. El Puente del Caballo , en Brujas. La Esfera .Diciembre 1925
1380
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Exposiciones:
Galerías Layetanas: cuadros de Laureano Barrau, M. Pigem, M. Oliver, Vila Puig y Olivet
Legares.
Tercer Salón de Cultivadores de las Artes con obras de Bescós Bonet, Bou, Cairó, Coll,
Gómez, Guinart, Llovet, Mercé, Picó, Ribés Solana y Puig.
En Madrid:
Salón Nancy: obras de Mongrell, Néstor, José Benlliure, Mir, Madrazo, Soler
y Gómez.
1381
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
años antes con la primera exposición barcelonesa de Joan Miró, daba a conocer por primera vez
un pintor que se convertiría cono tiempo en una figura capital del arte del siglo XX.
El crítico Carles Capdevila dijo de la exposición "Dalí (…) entre las obras expuestas las
hay cubistas (…) la observación atenta de sus obras nos dice que no tiene resuelto (…) su
problema estético"
Todo ello habría de resolverse acudiendo al mundo complejo e innovador del recién
nacido surrealismo.
Exposición Salvador Dalí. Portada del Catálogo. Del 14 al 17 Noviembre. Galerías Dalmau. Barcelona
1382
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1383
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1384
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1385
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1386
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los catalanes "no habían llegado a tiempo" por algún motivo. Una prueba de que
debieran existir roces con la ESAI es que la entidad organizadora de esta exposición fue el
diario "Heraldo de Madrid", no especializado en temas artísticos (aunque relacionado con el
mundo político catalán) y la Exposición no fue el Palacio de Exposiciones de El Retiro sino el
Círculo de Bellas Artes.
El elenco de pintores catalanes del Círculo de Bellas Artes, se presentaba la mayoría por
primera vez al público madrileño 663 . Hasta ochenta obras calculó Francés en su crítica de esta
exposición, se exhibieron.
Artistas como Joaquín Sunyer, se presenta desligado de la ESAI a pesar de ser uno de
los firmantes del manifiesto. Dalí se vuelve a apuntar puesto que ya estuvo en la exposición
ESAI del año anterior. Precisamente el año en que es expulsado de la Escuela de Bellas Artes
de San Fernando de forma definitiva, hecho que ocurrió en octubre de 1926.
Al parecer, el llamamiento a la unidad que realizó la ESAI en 1925 fue ignorado por el
medio artístico catalán. De hecho no participaron Joaquín Sunyer, ni Eugenio D‘Ors ni el
coleccionista Plandiura.664
Podría ser cierto que la situación política del Directorio del general Miguel Primo de
Rivera a partir del 13 septiembre 1923, fuese una de las razones para que amplios sectores de
la vida pública de Cataluña, vuelta su mirada a Europa, no acudiese a una capital que
simbolizaba la dictadura y queda todavía más ligada, más deudora de un arte oficial propio de
la Restauración Alfonsina.
Sería el mecenas y marchante de arte José Dalmau quien propiciaría esta participación
del arte catalán en Madrid ―a posteriori‖ de la ESAI.
La respuesta del público fue asombrosa, la Exposición tuvo lugar del 16 al 31 enero 1926
y acudieron unas 2000 personas sólo los tres primeros días.
1387
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ricard CANALS (1), Francesc CAMPS (2), Doménec CARLES (2),Ferrán CALLICÓ (1),
Salvador DALI (2), Rafael DURÁN i CAMPS (2),María ESPINAL (1), Josep GAUSACHS (2), Ignasi
GENOVER (2), Jaume GUARDIA (2), Manuel HUMBERT (1), Pere ISERN ALIÉ (2), Joan JUNYER
(2), Olaguer JUNYENT (2), Francesc LABARTA (2), Mariá LLAVANERA (1), Josep María
MARQUÉS- PUIG (2), Jaume MERCADÉ (2), Lluis MERCADÉ (2), Joan MIRÓ (2), Josep MOMPOU
(2), Joaquim MOMBRÚ (2), Jacint OLIVÉ (2), PASCUAL (2), Josep PUJOL (2), Joan PORCAR (2),
Enric C. RICART (2), Ernest SANTASUSAGNA (2), Joan SERRA (2), Alfred SISQUELLA (2),
Ramón SOLER (2), Joaquim SUNYER (2), Pere TORNÉ-ESQUIUS (2) y Francesc VAYREDA (2).
Al parecer los pintores jóvenes más incomprendidos de dicha exposición fueron Dalí y
665
Miró
Volviendo a nuestro crítico José Francés observamos en su crónica que no hace causa y
efecto entre esta exposición y la ESAI de 1925. Habla de las "80 obras expresivas del actual
dinamismo plástico de Cataluña‖ aunque reconoce que ―este espectáculo no suele ser grato a la
yerta y acomodaticia mediocridad ni a la consciente fuerza de quienes fijaron para siempre sus
perspectivas ideológicas (…). Por lo tanto, hubo censuras sin responsabilidad y reproches
capacitados.‖
―No todo lo que se expone en el Salón del Círculo es admirable, pero aún sin aceptar
algo de cuánto se exhibe (…) el espíritu y la mirada se congratulan de hallarles en ese mismo
local (…).‖
―¿No hace pensar por ejemplo, Dalí en Carlo Carrá o en Giorgio de Chirico? ―
―Los paisajistas son quienes a primera vista parecen más catalanes (…) ejemplos: Jaime
Mercadé ,Domingo Carles, Pascual‖. Y termina: "afluye a Madrid el arte joven de sus artistas
jóvenes, congruentes con su verdad y con su época. No desaprovechemos la ocasión de
estimar el episodio".
Tratamos a los pintores catalanes de paisaje, nombrados por José Francés en esta
ocasión y todavía no abordados en esta tesis y que consideramos representativos del género de
paisaje en Cataluña en 1926.en ésta ocasión, Oleguer Junyent.
Oleguer Junyent Sans (1876-1956) nació en Barcelona se forma a partir de 1890 el taller
escenográfico de Félix Urgellés. Durante cinco años dirige en París, hacia 1902, el taller de un
decorador francés Carpezat.
1388
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Junyent fue ante todo un escenógrafo llevando a cabo numerosas decoraciones para
teatros catalanes y Parísinos. Además fue ilustrador. Como paisajista está en Mallorca e Ibiza
que descubrió junto a Santiago Rusiñol.
666
En 1925 fue nombrado Presidente del Real Círculo Artístico de Barcelona. Oleguer
Junyent fue un modernista en el amplio sentido de la palabra, decorativo colorista con una
pintura, escenográfica y figurativa de gran perspectiva y colores cálidos de paleta clara.
1926 será el último año de Dalí en Madrid, el 14 de Julio se enfrenta a los profesores de
la Academia de San Fernando y se niega a ser examinado argumentando la incompetencia del
profesorado. Ello supone su abandono definitivo de San Fernando.667
He añadido a su lado la imagen del cuadro ―Niña en la Ventana‖, obra del Bilbaíno Aurelio
Arteta, donde podemos observar las diferentes concepciones en perspectiva ,paleta de colores
y composición de ambos pintores, que consideramos en el primer lustro de los años veinte,
como dos representantes de la ―pintura nueva‖ que se elabora en España. Si Arteta mira a
Francia, con ―Niña en la Ventana‖, Dalí mira hacia el Mediterráneo italianizante de la pintura
metafísica de Chirico.
El tema de la ventana abierta, como pretexto hacia la visión del exterior, es muy utilizado
a primeros del siglo XX. Paradigma de éste motivo son los cuadros de Matisse, en la Costa azul
francesa, que partiendo desde un interior en primer plano, con los balcones y ventanas abiertos
hacia la ciudad o el mar consigue un punto de fuga con su consolidada paleta de colores fauve.
Dentro del contexto de la ESAI de 1925 y la Exposición de Arte Catalán de 1926, nos
encontramos con un ―retorno al orden‖ cuya realidad parece incuestionable, lo que significaba
la puesta en cuestión de las primeras vanguardias, dejando el terreno abonado a la Nueva
Objetividad centroeuropea, que se plantearía como opción plástica en España desde 1926 en
adelante. Sin embargo, el espíritu vanguardista español, superado el Ultraísmo, encontró en el
Surrealismo su nuevo leitmotiv.
666 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
667 A.A.V.V. Dalí. Barcelona. Ediciones 62,2003.
668 ORTEGA Y GASSET, José. La Deshumanización del Arte y otros ensayos de estética.Madrid.Austral,2006.
1389
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La Exposición de Artistas Catalanes a que hemos asistido estos días (…) Es una
Exposición de Arte nuevo, o si este nombre disgusta, de arte de jóvenes. (…)El joven que
expone se expone. El público y buena parte de la crítica adoptan ante él una actitud insólita: le
enseñan los dientes, prestos no se sabe bien si al mordisco o la carcajada.(…) el hecho es
demasiado escandaloso : por un lado la casi totalidad de los artistas nuevos en todo el mundo
dedican sus energías, consagran su vida a elaborar cuadros y poemas que la gente no
entiende; por otro lado, la gente, y no cualquiera sino la que se preocupa de acudir a las
exposiciones y de leer libros, nota que no entiende…
En estas palabras del filósofo madrileño encontramos la gran paradoja del Arte Nuevo: la
necesidad de entenderlo más allá de las referencias a la vida ―conocida y conocible‖ del
espectador. ¿Podría ser el crítico el vehículo para llegar a ―entenderlo‖ o hay que dejar al
espectador que extraiga sus propias conclusiones?.
1390
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1391
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Manuel Castro Gil, como ya vimos, estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando
con Ferrant, Muñoz Degrain y Moreno Carbonero, ampliando estudios en Francia Bélgica e
Inglaterra. Fue ilustrador y colaborador de numerosas revistas como Blanco y Negro y La
Esfera. En 1925 alcanza el Premio Nacional de grabado. Desarrolla como grabador una
constante actividad, su obra es cruda fuerte enérgica del lenguaje vigoroso y acusada
inclinación romántica dentro de una muy cuidada técnica.
Esteve Botey decía de él: inquieto grabador de aguafuerte que lleva al zinc los
acariciadores paisajes norteños (…)‖ 669 ―una obra ruda, fuerte, enérgica –añade Castro Arines-
Castro Gil en esta exposición de París, como bien apunta Francés ,continúa con sus
grabados la transmisión de la imagen de la España romántica e indómita fuera de nuestras
fronteras, al respecto dice Francés " (…) la revelación zuloaguesca, antes bien la ratifican con
algo que requiere magnificencia de romance de gesta y desolación de ruinas heroicas‖.
669 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1392
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Primero en el Museo de Arte Moderno, luego en el Salón Nancy, vimos aumentado ese
polifónico poema de la tierra vasca que van creando sus pintores con unas cuantas estrofas
marítimas de José Bicandi.
En 1925 expuso una individual en la Asociación de Artistas Vascos y consolidó lo que iba
a ser el paisaje en su obra, centrado en su Ondarroa natal. Bicandi aúna en su obra las
influencias Parísinas constructivas post—Cézannianas junto con una auténtica libertad de color
que le acerca al fauvismo.
1393
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los temas de Bikandi tienen que ver con los paisajes de su Ondarroa natal, los
pescadores, los bailes en las plazas…son sus temas recurrentes 670
En 1925, como hemos visto, participó en la ESAI con siete obras que le abrió las puertas
a nuevas muestras en Madrid como estas dos individuales de las que habla Francés en el Museo
de Arte Moderno y el salón Nancy. A partir de 1926 se establece en Buenos Aires
nacionalizándose argentino en 1931.
Francés celebra estas dos exposiciones como "estrofas marítimas (…) cuadros veraces,
ingenuos e indómitos (…) perspectivas insólitas, arabescos violentos (…) sus cuadros salen
frescos y audaces‖.
1394
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1395
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1396
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
El archivo de la Sala Parés guarda los precios de estos cuadros que son elevados para la
época oscilando entre 3000 y 5000 pesetas los de Rusiñol. 671.
A partir de esta exposición se creó una especie de tertulia pública en la misma Sala
Parés, donde Rusiñol y su esposa cuando estaban en Barcelona, pasaban horas en la Sala con
672
sus amigos y el público en general, que sentía una gran estima por el pintor
671 LAPLANA, Josep de C. Santiago Rusiñol. El Pintor, L‘home. Barcelona. Publicacions de L´abadia de
Montserrat,1995.
672 MARAGALL Joan. A. Historia de la Sala Parés .Barcelona.Selecta,1975.
1397
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1398
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
"la exposición de artistas catalanes a que hemos asistido estos días (…) es una
exposición de arte nuevo o si éste no le disgusta, del arte de los jóvenes (…) el joven que
expone se expone. El público y buena parte de la crítica adoptan ante él una actitud insólita: le
enseñan los dientes, estos no se sabe bien si al mordisco o a la carcajada (...) el cuadro no nos
gusta sencillamente porque no entendemos (…) queda sobre nosotros humillándonos (…) así
que lo que hacemos es defendernos irritados (…) porque estamos acostumbrados: venimos de
un siglo que se ha caracterizado en todo por el triunfo de la popularidad. El arte del siglo XIX
ha sido uno de los más fáciles de todos los tiempos. Tal vez porque en él se buscó el nivel
humano más bajo (…) yo no soy quién para sentenciar (…) si los nuevos gestos de arte son
acertados o torpes pero lo que me parece evidente es que hay obligación de entenderlos (…)
durante mucho tiempo ha hablado la crítica al público haciéndole creer que frente al arte tenía
todo los derechos y ninguna obligación, con lo que sólo se ha logrado rebajar la aptitud para
degustar toda belleza inesperada (…) el número de calidades bellas, de valores estéticos que
existen es literalmente infinito. Pero cada obra de arte sólo puede realizar algunos y es forzoso
de cada época, cada grupo de artistas, (..) seleccione de esa riqueza un pequeño repertorio de
delicias para instalarse en su obra (…) a mi juicio el papel de la crítica debería ser este: revelar
el sistema de preferencias que actúa en el subsuelo de todo nuevo estilo (…) el crítico debe
preparar la mirada del espectador para la obra del autor (…) yo echo de menos este uso en la
crítica española y a ellos se debe en buena parte la escandalosa incomprensión del arte nuevo
(…) si el espectador y el crítico no entienden, a veces, la obra del artista, ocurre otras, que el
artista no entiende la definición que de él da el crítico (…) es indudable que a un nuevo estilo
artístico corresponde un distinto resorte vital. Si acertamos a ver con claridad (…) podemos
descubrir la nueva manera de sentir la vida que traen las generaciones recién llegadas y bien
merece la pena que lo hagamos(…) es menester que todo el mundo esté alerta porque todo,
todo va a ser puesto en cuestión…‖.
673 ORTEGA Y GASSET, José. La Deshumanización del Arte y otros ensayos de estética. Madrid. Austral,2006.
1399
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
EXPOSICIONES
En Barcelona:
1400
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pintor y Arqueólogo, nació en Castellón, estudia en San Carlos en Valencia donde fue
discípulo de Garnelo. Se traslada a la LLotja de Barcelona siendo alumno de Vila Puig. Regresa
en 1914 a Valencia y en 1915 funda la agrupación els ―Nou‖. En 1926 fija su residencia en
Castellón sin perder contacto con Barcelona donde expuso en numerosas ocasiones en la
galería la Pinacoteca.
674 FONTBONA, Francesc .MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino.,1979
1401
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los motivos para esta decoración serán tomados de representaciones de la vida actual
de España y Portugal, y además prometo entregar a The Hispanic Society of America todos los
bocetos que habré hecho, y trajes que para este objeto utilice (pero no los estudios).
El precio de esta obra será, cuando sea entregada en New York, de ciento cincuenta mil
dólares. Los gastos de portes y aduana corren a cargo de The Hispanic Society of America.
Archer M. Huntington.
J. Sorolla‖.
1402
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Así inició Sorolla la magna obra de representar el carácter hispánico a través de sus
regiones.
En 1913 se puso a pintar el primero de los paneles y el día 29 junio 1919 Joaquín Sorolla
envía desde Ayamonte un telegrama a su familia comunicando la terminación del último cuadro
para la decoración de la Hispanic Society of America: Ayamonte, La Pesca del Atún.
Este es el contexto que rodea el artículo de José Francés escrito en el año artístico 1926
en su mes de febrero donde testifica: ―las grandes composiciones murales originales de Joaquín
Sorolla ya figuran en la Hispanic Society‖.
1403
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francés hubiese preferido que cada panel hubiera sido realizado por un artista diferente,
incluso nativo de la región plasmada en la obra porque Sorolla como "hijo del sur", asume
Francés que ―los episodios, tipos y lugares norteños -Galicia Asturias- Vasconia- adolecerían
seguramente de la enérgica inadaptabilidad de un temperamento tan reciamente definido como
el de Joaquín Sorolla".
"claro es que una exposición en España (…) había consentido destruir el error de este
último juicio (…) pero no se hizo la exposición (…) al parecer la exigencia de Mr. Huntington era
determinante (…) sólo en la Hispanic Society podía ser contemplada y juzgada‖.
"Durante el larguísimo crepúsculo en que la inteligencia del gran artista cayó antes de
morir, la enorme obra, fresca todavía de sus pinceles siguió ignorada aquí, con ligeras
excepciones‖.
Cuando Francés entra a valorar el fondo de la inmensa obra, entiende que su finalidad
era revelar las bellezas y las energías propias de las regiones de España y añade: ―No a la
manera de Zuloaga, cuyo fracaso en España hay que atribuirlo precisamente a su visión
afrancesada de la tragedia española; sino en un sentido más optimista y una veracidad menos
sometida a los fáciles éxitos del extranjero‖.
Para Francés el más importante de los14 paneles es el lienzo ―Castilla‖ ―de 14 m de largo
y de incomparable composición ― donde más de 100 figuras ataviadas con los trajes típicos en
una portentosa realidad de vida y movimiento desfilan ante nosotros‖.
En la revista la Esfera del 27 marzo 1926 encontramos el trabajo de Francés sobre este
acontecimiento donde reproduce el artículo de El Año Artístico 1926 y añade una frase que no
figura en el texto del Año Artístico y que revela lo siguiente "al menos en fotografía las
postreras creaciones sorollescas se pueden conocer. He aquí algunas de estas fotografías ,son
en su mayoría de momentos y costumbres andaluces. A otras manos habrán llegado las
norteñas, las castellanas (…) y en honor del gran artista se divulgarán seguramente. Ellas nos
ratificarán, con la relatividad de ver solamente composición y forma, no el color, condición
primordial y decisiva en Sorolla, en el concepto supuesto que siempre tuvimos de la obra total".
1404
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Desea José Francés que otras publicaciones están en condición de publicar los restantes.
Por último, señalar que, de los bocetos que dieron lugar a los grandes paneles y que se
quedaron es España, se expusieron en número de veintidós, en una instalación especial con
motivo de la presencia de la Sección española de arte en la Exposición Internacional de Venecia
del mismo año de 1926.
1405
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los Paneles de Joaquín Sorolla, instalados en la Hispanic Society de Nueva York. Circa 1926.
1406
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1407
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Joaquín Sorolla. Fotografías de los Paneles correspondientes a Andalucía. La Esfera. Abril 1926
1408
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1409
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1410
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1411
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1412
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1413
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Coincidió también la fecha con la de llegada del hidroplano "Plus Ultra" a Buenos Aires,
y esto aumentó el carácter de demostración afectiva por encima de las normas protocolarias y
de la noble curiosidad estética.
El primer Salón (circulante) de Arte Argentino en España, al que en esta crónica hace
referencia Francés, se instaló en el Salón de Amigos del Arte de Madrid y fue inaugurado por la
infanta Dña. Isabel.
1414
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
luego en París Venecia y Roma, coincide con la buena noticia de la famosa llegada del
hidroplano español ―Plus Ultra‖ Buenos Aires.
Podemos colegir que las obras que vemos a través de La Esfera de 1926, se
corresponden en cuanto a pintura de paisaje, con una tendencia impresionista y post-
impresionista de origen Francés, junto con la influencia naturalista de corte español, aunque
atemperada por París.
Italo Botti (1889-1970) fue otro paisajista nacido en Buenos Aires dedicó su mayoría de
obras a las calles de Buenos Aires y a las zonas del interior del país especialmente las sierras de
Córdoba. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina. De personalidad
humilde e introvertida, fue artífice de una gran labor plástica primando preferentemente los
paisajes otoñales.
1415
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El Año Artístico 1926 reproduce varias obras de éstos pintores argentinos que vamos a
ilustrar a continuación.
Inauguración del primer Salón de Arte Argentino en España. La Esfera .Febrero 1926
676 LLADÓ POL. Francisca. Pintores Argentinos en Mallorca.1900-1936. Palma de Mallorca. Leonard Muntaner Editor.
2006.
1416
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fernando Fader. Sendero Florido. Octavio Pinto. Invierno Dorado. La Esfera. Marzo 1926
Tito Cittadini. Tarde. La Esfera. Marzo 1926 F. Bernareggi. Casa Payesa. La Esfera. Marzo 1926
1417
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1418
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1419
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Entre los concurrentes figuraban los Sres. Francés, Moreno Carbonero, Laudará, Mata
(D. P.), Romero de Torres, Menéndez Domínguez, La Riva, Cuadrillero. Fresno y alumnas y
alumnos de la Escuela.
Ofreció el banquete el catedrático Sr. Marín Magallón, quien dedicó calurosos elogios a
la personalidad literaria y crítica del Sr. Doménech.
EXPOSICIONES
En Madrid:
En Barcelona:
1420
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Galerías Layetanas: cuadros de Lorenzo Cerdá, José Ariet, Nolasco Valls, Rogelio López,
Verdugo Landi, Víctor Moya, María Fiter, Daniel Sabater y vidrios de Ricardo Crespo.
Les Arts et les Artistes: pinturas y dibujos de Canáls, Carles, Colom, Félix Elías, Inglada,
Mallol, Mercadé, Mumbrú Obiols, Ivo Pascual, Ricart, Vayreda; esculturas de Enrique Casanova
y José Duñac.
Contrajo matrimonio con Rosa Turcios Darío sobrina del poeta nicaragüense Rubén
Darío. En 1927 obtiene título de arquitecto y viaja para ampliar estudios en Norteamérica. Su
predilección era el paisaje de equilibrada composición de planos audacia de color y austeridad
constructiva del asunto677.
677 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1421
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En marzo de 1926 Barradas expone en las Galerías Dalmau y participa en otra colectiva
en octubre de 1926 en la Sala Parés.678
Constructivo, volumétrico. Con paleta de colores tierra, apagados sin punto de luz ni
sombras, Barradas no hace ninguna concesión hacia el arte académico.
678 GONZALEZ MADRID, María José. FUSTER DEL ALCAZAR, Enrique VIRGILI CARBONELL, Eva. Rafael Barradas 1914-
1929. L´Hospitalet. Centre Cultural Tecla Sala,2004.
1422
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés habla en esta Exposición del Museo de Arte Moderno de Madrid, de su "brío
lumínico en la preferencia de las notas de aire libre y soleado (…) el recuerdo didáctico de
Sorolla (…) interpreta la vida y los tipos valencianos de manera real y sencilla".
679 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1423
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El extenso artículo que hemos dedicado a los Artistas Asturianos, no es sino el discurso
que pronuncia Francés con ocasión del evento, conferencia que titula ―Asturias, tierra de arte y
los artistas asturianos‖.
Ésa Rafael Marquina quien tiene una ―actitud propicia el eclecticismo ecuánime" quien
aconsejó y sostuvo la iniciativa. Francés vuelve a recalcar la existencia de la pintura "netamente
asturiana".
1424
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francés trata de Evaristo Valle quien hace una pintura que evita, lo banal, lo pintoresco.
Dice Francés "entre la mirada seca y estólida de los fabricantes de españoladas para uso de
pinacotecas y cinematógrafos que son por lo general la mirada francesa y la mirada americana‖.
―Ante esta imagen penosa Valle es el ejemplo de un gran lírico, unido a un gran técnico" "pero
Evaristo Valle no está solo (…) he aquí otro maestro (…) Nicanor Piñole (…) el gran sinfonista
de los temas asturianos (…) de los optimismos agrarios‖.
Después de repasar a otros autores cuya principal temática transcurre por los géneros
del retrato, las escenas costumbristas y el dibujo ilustrado como son Ricardo Montes, Mariano
Moré, Paulino Vicente, José María San Julián, Martínez Ruiz, Orlando Santullano.
De éste primer grupo, destacamos a Mariano Moré Cors (1889-1974) Gijonés formado
en la Escuela de S. Fernando, alumno de Cecilio Plá, amplía estudios en Italia y Francia; cuando
regresa, establece su residencia en Gijón, entablando amistad con Evaristo Valle y Nicanor
Piñole. Reportero gráfico en África, se forma como ilustrador de prensa.
Otros paisajistas son los hermanos Soria, también de Avilés, que se muestran en esta
exposición como paisajistas aunque Nicolás Soria se decanta hacia dos grandes lienzos de
composición como ―La Huelga‖.
Florentino Soria es para Francés "el paisajista romántico (…) ese fervor y esa exaltación
por un paisaje no suele encontrarse ya en la época moderna‖ y lo sitúa dentro de la trayectoria
estética de Muñoz Degrain. Destaca "la sonriente majestad de los árboles henchidos de graciosa
fronda a la orilla de los prados jugosos".
1425
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Escuela de Artes y Oficios. En 1921 obtiene de la Junta de Ampliación de Estudios una beca
para Londres donde aprende ilustración y xilografía.
Lafuente Ferrari decía de sus cuadros ―Son de una pureza sin aliño, poco frecuente, con
su finura de color, su delicadeza y su alegría representan para mí la continuación de una línea
de paisajes interrumpida entre nosotros pero definida por un gran maestro al que no se ha
hecho todavía justicia :Don Aureliano de Beruete‖680
Francés destaca sus ―diafanidades Sysleyanas (…) esos radiantes y gozosos momentos
de Madrid, sorprendido con singular gracia".
El otro paisajista que destaca Francés es Celso Granda (1905-1975) nacido en Oviedo,
dibujante y pintor estudió en la Escuela de San Fernando de Madrid. Fue un artista bohemio
con una obra cargada de ingenuidades y agudezas y de vigoroso expresionismo. Francés habla
de‖ el sabor aldeano de los Hórreos de Celso Granda‖. Termina la crítica Francés con estas
palabras: no importa el tema cuando el alma y la visión están saturadas de belleza y de
verdad; (…) Belleza y Verdad, dos paradigmas estéticos que serán cada vez más cuestionados,
o mejor dicho, reinterpretados, por las nuevas corrientes vanguardistas europeas, rusas y las
incipientes americanas.
680 LAFUENTE FERRARI, Enrique. "Catálogo Exposición Sócrates Quintana." Madrid. Revista de Occidente. 1948
1426
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Evaristo Valle .La Corrada. Juan Espolita. Valle de Molleda. La Esfera. Mayo 1926
Juan Espolita. Paisaje Avilesino. Mariano Moré. La Romería. El Año Artístico 1926
1427
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1428
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Madrid:
Ministerio de Estado: Obras de los artistas pensionados en Roma Sres. Pérez Rubio,
Valverde y Lafuente (pintores); Beltrán y Laviada (escultores); García Mercada!, Moya y Blanco
(arquitectos) , y Pascual (grabador).
En Barcelona:
y Mosén Garriga.
Salón Malmedé: Cuadros de Lorenzo Brunet y del pintor ruso Kaliinik Gousseff
1429
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Destacamos el homenaje que el Círculo de Bellas Artes de Murcia prepara a José María
Sobrejano López (1852.-1918). Sobrejano fue un pintor costumbrista, cuyos temas están
inspirados en la huerta murciana ,que aprendió su oficio en la Sociedad Económica de Amigos
del País de Murcia, siendo discípulo de Domingo Valdivieso y Eduardo Rosales.
Realizó una pintura costumbrista enraizada en las más arraigadas tradiciones populares
de la huerta de Murcia. No llegó a celebrar exposiciones. Por tanto, ésta es la relevancia de la
noticia, en 1926 el Círculo de Bellas Artes de Murcia organizó una muestra antológica, que es la
que Francés recoge en la Memoranda, patrocinada por el Ayuntamiento. Valga esta pequeña
reseña como homenaje al pintor murciano fallecido en 1918.
1430
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Enrich Galleries de Nueva York recoge una muestra de pintura de Alfonso Grosso, el
pintor sevillano . Francés se muestra satisfecho de esta exposición porque los norteamericanos
(o Yankies en palabra de la época) ―ya no se limitan al tópico Zuloaga o al deslumbramiento
Sorollista como únicos resortes titulares. Saben que existen además de estas dos tendencias,
las que representan jóvenes maestros de indiscutible personalidad llegados después (…) que
hay otra España distinta de la trágica y caricaturesca, de la enmascarada plásticamente en
triste adulación al extranjero que durante más de tres lustros se estimó única (…) Alfonso
Grosso (…) es quien señala mejor la veracidad andaluza" tiene "contrario de otros andaluces
obstinados en el manierismo andalucista (...)es el afán de nitidez y equilibrio‖ (…) ―no sentía la
curiosidad de los –ismos modernos y asordaba los oídos a las voces sirenaicasy transpirenaicas
de los arrivistas (sic)‖. "Mujeres templos lugares urbanos y solitarios. He aquí los tres temas
predilectos de Alfonso Grosso‖.
Ya venía a Alfonso Grosso de exponer en Miami sus obras cuando lo hizo en mayo de
1926 en las Enrich Galleries de Nueva York. Vendió 20 obras y recibió un entrañable homenaje
con motivo de su regreso a Sevilla. Grosso fue un excelente pintor de interiores de iglesias de
conventos de la vida religiosa en general que también trabajó el género del costumbrismo y del
paisaje.
1431
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Como recoge Francés, partir de 1924 España tiene su propio pabellón en los jardines
donde se agrupan las otras naciones en Venecia. Hasta ese año los expositores españoles en la
bienal de Venecia lo hacían en el palacio italiano.
Una vez más se presenta España con una selección de pintura, dominada por el
eclecticismo y sin ninguna presencia de la pintura ―Nueva‖ ni menos Vanguardista. Están
pintores paisajistas consolidados, cuyo arte está asentado en la sociedad española de 1926,
hablamos de, Verdugo Landi, Garnelo, Llorens, Martínez Vázquez, Gregorio Prieto, Octavio
Bianqui… entre otros.
681 TORRENT ESCLAPÉS Rosalía, Antolín, Enriqueta, González Robles, Luis. Un Siglo de Arte Español en el Exterior.
Madrid. Fundación BBVA-Turner.2003.
1432
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Vázquez Díaz, no obstante presenta dos obras, no son paisajes. Daniel Vázquez Díaz en
1920 ya tenía pintadas las obras "la fábrica bajo la niebla‖ y "la fábrica dormida‖, verdadera
síntesis del postimpresionismo Cezanniano con el cubismo.
Con el objetivo de mostrar una obra heterodoxa sin ninguna unidad de tema ni de
técnica, es decir en palabras de la época, tan utilizada por Francés ―heteróclita‖ y ecléctica se
privaba al pabellón español de otra oportunidad de mostrar la situación del arte español de una
forma objetiva.
Para los críticos, los espectadores, ésta era la novedad del pabellón veneciano ,y por
extensión, del arte español.
1433
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
idioma, su pecho saliente, sus gafas, su cráneo mondo y sus corbatas detonantes" no parece
una descripción favorecedora de los negociadores alemanes ni del público alemán que asiste a
esta exposición.
El grupo de Múnich se decanta por la pintura metafísica influida por el arte italiano y el
clasicismo y donde caben los géneros de bodegones y paisajes, sin embargo el grupo de Berlín
se sitúa en la reflexión sobre los temas de la ciudad moderna. Terminó Francés por un su
crónica afirmando lo que suele ocurre en estas exposiciones de arte Nuevo en Madrid, que el
espectador recibe el mensaje y toma partido: "lo que indigna a muchos, como lo deliciosamente
revelador solamente para unos pocos de estas xilografías‖.682
Nacido en el seno de una familia de artistas. Becado en Roma desde 1874 se dedicó a la
pintura de historia como era preceptivo en aquel momento obteniendo la primera medalla de la
Exposición Nacional de 1878. 683
1434
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Manejaba también la acuarela con un gran dominio técnico y dibujístico. Sus obras más
conocidas pertenecen generalmente al género histórico, religioso y costumbrista, menos el
paisaje.
Francés también rememora su estudio del paseo de Recoletos de Madrid donde pasaron
tantos y tantos pintores y de tan variada tendencia que obtuvieron del maestro conocimientos
básicos para construir luego su propio estilo aprendiendo la técnica pictórica.
Alejandro Ferrant, tiene una cita entre sacada de su discurso de ingreso en la Academia
de San Fernando, en 1885, muy reveladora de los tiempos y que Francés reproduce en su
artículo de El Año Artístico 1926, cuando dice:
1435
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Alejandro Ferrant .Patio de los Evangelistas de El Escorial. Jardín. La Esfera. Junio 1926
1436
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Madrid:
En Barcelona:
684 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España .
Madrid. J.R. García Rama.1980.
1437
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Otra Exposición más. No otra nueva Exposición. Porque todo en ella carece de la
sorpresa de novedad que aun ansían algunos. Nos envejece (…)
LAS RECOMPENSAS
Medalla de Honor:
D. Aniceto Marinas, 143 votos; D. Joaquín Mir, 116; Sr. Vázquez Díaz, 2; Sr. Martín
Vázquez, 2; D. Santiago Rusiñol, 2; D. Eugenio Hermoso, 1; D. Juan Cristóbal, 1. Otorgada a
D. Aniceto Marinas.
1438
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Entre las tres medallas de primera clase que se concedieron, una fue para el paisajista
Aurelio García Lesmes con su obra ―Campos de Zaratán‖. El Estado adquirió en 6.000,4.000 y
3.000 pesetas respectivamente cada una de las obras premiadas en las secciones de pintura y
escultura con medallas de primera , segunda y tercera clase.
La medalla de Honor que se votó 12 junio entre los 445 artistas que constituían el censo,
se concedió al escultor Aniceto Marinas por 143 votos.
Detrás de él, los pintores paisajistas Joaquín Mir con 116 votos y, muy alejados,
Vázquez Díaz con dos votos, Martínez Vázquez con otros dos y Rusiñol con uno.
El mismo día de la Medalla de Honor se votaron la recién constituida Medalla de Oro del
Círculo de Bellas Artes (sin asignación en metálico) y otro galardón recientemente creado por la
Asociación de Pintores y Escultores de Madrid de un valor no inferior a 500 pesetas.
¿ Qué opina nuestro crítico José francés sobre la Exposición de Bellas Artes de 1926?
En la crítica correspondiente al mes de junio del Año Artístico 1926, vuelve a expresar
su opinión negativa sobre los fundamentos mismos que sustentan dichas Exposiciones
Nacionales cuando dice "bostezar delante de las copias sucesivas de aquello que sólo cada dos
primaveras surge para desvanecerse. Otra exposición más descomponiéndose, pudriéndose de
685 DE PANTORBA. Bernardino. Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España.
Madrid. J.R. García Rama.1980.
1439
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sin embargo algún elemento positivo destaca Francés; el primero el buen reparto y
disposición de las obras que este año concedió el jurado "no como un almacén de marchante o
el exiguo local del coleccionista poco escrupuloso de gusto, sino la discreta, la favorable
complacencia de un inteligente poseedor"(…) tanto es así que distinguimos pronto el cuadro y
la estatua fabricados para optar a recompensa de los producidos sin tener en cuenta los
precedentes medallables (…) la exposición (…) lo que es en realidad: un conjunto de obras
anodinas donde sobresalen reducida serie de estimables y una veintena de valiosas".
José Francés dedica un apartado al paisaje en el que destaca a los principales pintores
reconocidos en 1926, pintores que para él representan el renacimiento artístico de la España
De todos ellos deja ya atrás a Santiago Rusiñol que " se amustia , endurece y enfría‖
destacando por encima de él, a Joaquín Mir ―de una rara juvenilia perdurable‖.
Raurich y su ―calidad agresiva‖. Ivo Pascual con su paisaje urbano, Timoteo Pérez Rubio
presenta un lienzo grande en dimensiones ,para Francés anacrónico que lo califica como como
"innecesario y contraproducente, el tributo escolar a Roma‖.
De Antonio Berni pintor argentino recién llegado a Madrid, destaca la gracia serena y
tranquila de un lienzo pequeño que presenta la exposición y que Francés lo considera una "gran
obra" se trata de su lienzo ‖Puerta Cerrada‖, que no figura en el las obras reproducidas en el
catálogo oficial, aunque, por fortuna, sí lo reproduce La Esfera en su artículo de Mayo de 1926
dedicado al paisaje. Dice Francés de esta obra: "acaso no hay en toda la exposición un cuadro
del paisaje urbano con cómo este rincón del viejo Madrid tan ungido de veracidad y de alma
(…) con su divina ternura de color, de sentimiento y de sencillez".
1440
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
describe lo que ve, aunque sea anodino ; por el encaje formal escoge un contrapicado de gran
plasticidad documental.
Se trasladó posteriormente a París donde asistió la los cursos de los pintores Lothe y
Friesz, en la Academia Libre de la Grande Chaumiere, dejando sentir su influencia en su pintura
figurativa. Volvió exponer en la galería Nancy de Madrid en 1928 para posteriormente ingresar
en el movimiento surrealista cercano a la pintura metafísica de Chirico.
De José Frau destaca sus platas y su visión luminista "de poeta muy sensitivo". De
Ricardo Verdugo Landi recalca su cambio hacia "glosador por de la tierra‖, corrobora la
castellanía de Aurelio García Lesmes y su ―sutil arrogancia del dilatador de horizontes‖.
Respecto a Gregorio Prieto, no le gusta lo que expone y dice "dos cuadros que sólo son
de él porque los ha pintado y firmado", le acusa de la "audacia impaciente de cazador de
estrellas".
De Vila Puig afirma: ―su paisaje del Vallés abre en el muro de la sala un boquete de
naturaleza‖ de Puig Perucho echa de menos sus paisajes ocres y grises de pueblo y no recibe
bien ―un Cèzanne desteñido, chorreante y difuso de azules en negros y verdes que a él mismo
habrá de desconcertar cuando recobre para su estudio".
Destaca los trabajos de Gómez Alarcón, Igual Ruiz, Bernardino de Pantorba, Jaime
Mercadé, Francisco Guinart, Francisco Llorens, Serra Farnés, Aguado Arnal, Múgica, Gili Roig,
Meifren, García Martínez, Blanco Coris y Seijo Rubio ―y la plaza bilbilitana de Cesar Fernández
Ardevin‖
Por último nuestro crítico José Francés reproduce las recompensas en todas las secciones
sin hacer mayores comentarios.
686 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1441
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
"es el fallo de la sección de pintura el que ha dado a la exposición de 1926 una tan
lamentable popularidad adversa (…) a nadie ha dejado, no satisfecho, sino tranquilo, el fallo
desdichadísimo (…) nunca se han desestimado tal cantidad de artistas meritísimos. Nunca se ha
desatendido el esfuerzo simpático de regiones enteras como Cataluña (…) la opinión pública
(…) ha señalado la más peligrosa de las culpabilidades la ―Asociación de Pintores y Escultores‖.
Y aquí hace referencia a un artículo que escribe el crítico de arte Vegué Goldoni en ―El
Imparcial‖ del que entresacamos el siguiente párrafo: ―en cuanto a la Medalla de Honor, para
nadie es un secreto que el acuerdo a que han llegado los señores Alcalá Galiano y Hermoso,
retirándose el segundo de la lucha y cediendo sus votos al señor Marinas, a cambio de recibirlos
de éste para alcanzar la medalla del Círculo de Bellas Artes‖.
Como leemos, presuntamente, el mundo oficial con sus intereses creados, despliega toda
su estrategia, más cercana a lo pecuniario que a lo estético.
―¡Mir vencido por el anodino Marinas! ¿Cabe mayor ultraje al sentido común?‖687
Llama la atención en cuanto "arte nuevo‖ un bodegón titulado "de la botella negra" que
presenta Gabriel García Maroto.
687 VERDUGO LANDI, Francisco (Director) "Nuevo Mundo Enero - Julio de 1926".artículo del 18 Junio 1926. Madrid.
Prensa Gráfica, 1926.
688 EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1926. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1926.
1442
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Exposición de 1926 es una extensión más, demostrativa del arte que se prefiere en
España en 1926, en el paisaje, es un arte figurativo, en ningún modo cercano a la abstracción.
Mallorca, ligada a Cataluña por lazos históricos, hará la guerra artística por su cuenta
conformando una escuela de paisajistas de tendencia decorativista, a la cabeza de la cual
estará Hermen Anglada Camarasa. Andalucía continuará con su costumbrismo de corte
folclorista y anecdótico y en paralelo surgirán las tres grandes figuras que constituyen la
revolución del paisajismo español de primeros de siglo: Aureliano de Beruete, Darío de Regoyos
y Joaquín Sorolla. Ninguno de ellos presentes en 1926 .Sólo a través de sus enseñanzas y sus
discípulos y, en el caso de Sorolla, su proyección internacional.
1443
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
E.N.B.A. de 1926 Candidatos a la Medalla de Honor: Hermoso, Meifren, Juan Cristóbal, Mir, Rusiñol y
Marinas. La Esfera. Mayo 1926.
1444
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francisco Llorens .La Hora del Baño. B. de Pantorba. Sol en el Pardo. La Esfera. Mayo 1926
1445
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
E. Igual Ruiz. La Tarde. J. Vila Puig. Paisaje del Vallés. La Esfera. Mayo 1926
1446
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
R. Verdugo Landi .Tormenta. Aguado Arnal .Orillas del Canal de Zaragoza. La Esfera. Mayo 1926
1447
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
R. Verdugo Landi. Brumas. Antonio Berni. Puerta Cerrada (Madrid). La Esfera. Mayo 1926
1448
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Santiago Rusiñol. Jardín del Patriarca. La Esfera Gómez Alarcón. El Barrio del Cubillo. La Esfera
Mayo 1926 Mayo 1926
1449
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1450
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Blanco Coris. Huyendo de la Borrasca. Gili Roig. Ca’n Loca (Soller) 1926. ENBA
1926.Catálogo Oficial.
1451
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
F. Laplazas. Mañana de Agosto. N. Valls. Vargas Machuca. Galgueros .N. Piñole. La Fuente.
Nubes de Paso. E.N.B.A. 1926. Catálogo Oficial
1452
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
J. Vila Puig. Paisaje del Vallés. M. Fuster Almendros en Flor. E.N.B.A. 1926.
Catálogo Oficial.
1453
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1454
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1455
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
J. Nogué. Tarde de Enero en Andalucía. B. Puig Perucho. De mi pueblo del Vallés. E.N.B.A.
1926. Catálogo Oficial.
F. Labarta. Las Escorominas. J. Vila Cinca .El G. Gómez Gil. Día de Levante en Rota. L. Lozano.
Aleche. Tumba de un héroe. E.N.B.A. 1926.
Catálogo Oficial.
1456
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1457
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1458
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Más de cincuenta mil artistas cobijan París. De ellos el noventa y ocho por ciento son
pobres, sin otros recursos que sus pinceles, su talento o la simulación del talento. Más de la
mitad chapotean en las aguas turbias de los esfuerzos inconfesables, de las claudicaciones
ocultas, mientras el espíritu tiene el doloroso erguimiento de un sagitario cazador de las aves
errantes del postimpresionismo y del expresionismo.(…)
1459
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sin embargo, hay regiones, como Cataluña y Vasconia, donde persisten las simpáticas
rebeldías, el afán de establecer coetaneidad con su época a través de las tendencias modernas.
Dos de ellos, Biarbe Artia y Montes Iturrioz, en el Saloncito del Ateneo; el otro, Aranoa,
en el Salón Nancy.
El pintor Aranoa, es pintor especialmente de figuras, por tanto nos centramos en los
paisajistas expositores del Ateneo.
Biarbie está en París en 1930. En 1937 viaja a Argentina Chile y Bolivia, regresa
definitivamente al País Vasco en 1948.689
Gaspar Montes Iturrioz (1901-1988) nacido también en Irún marcha Madrid a los 16 años
donde asiste al taller de José María López Mezquita por las mañanas y de Fernando Álvarez de
Sotomayor por las tardes. Está en París en 1923 para acudir a la academia Colorossi y a la
Grande Chaumiére, donde permanecerá dos años; no se siente atraído por la vanguardia y
vuelve País Vasco cuyo paisaje le servirá de inspiración.
No se pude negar, tanto en Biarbe Artía como en Monte Iturrioz la influencia del
impresionismo francés a través del siglo XX.
689 PLAZAOLA ARTOLA Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros . Bilbao. Fundación Kutxa nº
3. 1994.
690 PLAZAOLA ARTOLA Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros . Bilbao. Fundación Kutxa nº
3. 1994.
1460
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Madrid:
Casa del Pueblo: Dibujos de Carlos Ismert. —Escuela de Pintura: Obras de los alumnos.
— Salón Nancy: Cuadros de Abelardo Parrilla.
1461
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En Barcelona:
En Barcelona presentan una obra basada en escenas urbanas pintadas en Nueva York.
Esta fue su última exposición antes de instalarse en París en septiembre de 1926 691
En Coruña:
Gijón:
Cuadros de Zubilaga.
Valencia:
Alicante:
691 GARCIA-SEDAS Pilar. J. Torres-García y Rafael Barradas un diálogo escrito 1918-1928. Parsifal Ediciones. Barcelona
2001.
1462
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sevilla:
Granada:
Suárez, Vergara, Lozano Sidro, Garrido, Prieto, Hermoso, Romero de Torres, Madrazo
,Fraile, Latorre, etc.
Valladolid:
En Vigo:
En Jaén:
En Palma de Mallorca:
692 DE PANTORBA. Bernardino. El pintor Cabrera Cantó. Madrid. Ediciones Gran Capitán,1945
1463
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En Bilbao:
Juan Luís López García (1894-1988) nacido en Santiago inicia su andadura de futuro
pintor como alumno en el taller de su padre, y después en el de Tito Vázquez. Becado por el
Ayuntamiento accede a estudiar en la escuela de Bellas Artes de San Fernando y más tarde se
traslada pensionado por la Diputación de la Coruña a París.693
José Casares Mosquera (1890-1931) nacido en Pontevedra, fue un paisajista puro, con
captación del ambiente desprovisto de elemento humano694. De temperamento lírico, en sus
cuadros hay grandes extensiones, perspectivas amplias elevados cielos, una pintura de gran
angular que Francés califica como "sutiles interpretaciones".
693 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
694 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1464
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
695 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1465
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
EXPOSICIONES
La Sociedad de Amigos del Arte en Avilés ,organiza una muestra de pintura donde
exponen los pensionados por el Ayuntamiento, por la Escuela de Artes y Oficios y por misma
Sociedad de Amigos del Arte.
José Francés hizo la disertación inaugural bajo el título "Asturias, tierra de arte y los
artistas asturianos". La muestra, como todas las de Avilés no era gratuita sino que costaba
cincuenta céntimos la entrada, cantidad que se dedicaban a sufragar a los artistas Avilés y los
pensionados. Estos pintores estaban becados para completar su formación en la Escuela
Especial de Pintura Escultura y Grabado de Madrid.
San Julián, nació en Avilés y residió en Oviedo desde su infancia. Durante los años treinta
era habitual su presencia en el Ateneo Obrero de Gijón. Participó en la Exposición de Artistas
Asturianos organizada por la Sociedad de Amigos del Arte de Avilés en la Escuela de Artes y
Oficios de esta ciudad en 1926 y en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929.
696 BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.2007
1466
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De él afirma Francés:
―José María San Julián, que fue en la Exposición de Artistas Asturianos organizada por
Heraldo de Madrid, uno de los reactivos de los cáusticos estéticos tan necesarios a la opinión
española, mostraba en Avilés ese mismo valor de afirmación independiente y de fe en sí propio.
1467
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
EXPOSICIONES
1468
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
El nombramiento de hijo adoptivo de Avilés para José Francés fue promovido por los
escritores y artistas representantes de todas las entidades avilesinas 697 , tuvo su precedente y
fundamento en su apoyo a la creación de la Sociedad de Amigos del Arte de Avilés, la
Organización de la Exposición Nacional de Humoristas y el apoyo a las Exposiciones Regionales
organizadas en Madrid desde Asturias a través del diario el Heraldo y el soporte a los pintores
asturianos pensionados en Madrid ayudándoles moral y materialmente.
697 TIELVE GARCIA. Natalia. Crítica de Arte en Asturias en el primer tercio del siglo XX. Oviedo. Universidad de
Oviedo. 1999.
1469
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nombramiento de José Francés Hijo Adoptivo de Avilés. Banquete en su honor. Septiembre 1926.
El Año Artístico 1926
1470
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En Valencia: Sala Imperium: Cuadros y esculturas de Blat, Gordó, Peris Brell, Moreno
Gimeno, Pérez del Muro, Guillot, Roca, Marcet, Cuñat, Benavent, Pitarch y otros.
1471
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Traemos la actualidad su figura debido a que la revista la Esfera publica un artículo sobre
la pintura de Maurice Utrillo (1883-1955) considerado el pintor de Montmatre por excelencia y
que reproducimos.
698 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1472
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1473
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1474
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Para José Francés su obra representa ―El fulgor y gracia mediterráneos, fortaleza y
serenidad pirenaicas (…)‖
Cristóbal Ruiz participó, como hemos señalado, con cuatro lienzos en la muestra de la
primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (ESAI) de Madrid en 1926.
1475
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El pintor jienense, celebra ahora una nueva exposición individual, esta vez el Museo de
Arte Moderno de Madrid. Uno de los cuadros paradigmáticos de esta exposición y que ha
determinado su arte, fue su retrato de Antonio Machado, pintado ese mismo año en Segovia y
en el que la silueta del poeta, apoyado en un bastón, se recorta verticalmente sobre el fondo de
la Sierra de Segovia, con una gran economía de medios y sutileza plástica.
No fue el único retrato del poeta que pintó Cristóbal Ruiz .El expuesto en el Museo de
Arte Moderno, tiene sutiles diferencias con el cuadro al que hace referencia Juan Manuel Bonet
en la exposición de Pamplona dedicada al pintor, entre Enero y Febrero de 2011, como puede
observarse de la simple comparación entre ambos.699
La afinidad de Cristóbal Ruiz, nacido en Villacarrillo, Jaén, con Antonio Machado jienense
por adopción tras sus años como profesor en Baeza, parece manifiesta. El poeta nicaragüense
Salomón de la Selva diría de la pintura de Cristóbal Ruiz que representa la pintura de su país lo
que la lírica de Machado en la poesía.
Juan Larrea y sus páginas del exilio de 1940 desde México cita a Antonio Machado :"con
cuyo espíritu la pintura de Cristóbal Ruiz guardan afinidades tan hondas ―.700
Más adelante hacia 1934 Eugenio D‘Ors se referirá a la pintura de Cristóbal Ruiz diciendo
"pocas veces nuestra pintura ha sido tan remansada, tan en calma, pocas veces lo español ha
sido tampoco ―veta brava‖ . También Pedro Salinas dirá de él en 1948, en el exilio y en la
conferencia en el Ateneo de Puerto Rico :. "nadie da como Cristóbal Ruiz con una versión del
paisaje español tan ajustada a la actitud espiritual de los grandes escritores del 98".
Volviendo al retrato de Antonio Machado expuesto en 1926, Gaya Nuño escribirá "un
inolvidable retrato de Antonio Machado, el que acaba de ver en la ciudad del Eresma. Pero
Cristóbal no plantó ante la Catedral y ante el Acueducto, sino ante la Sierra, ante la cresta de la
Mujer Muerta. Y de toda la iconografía Machadiana, no hay imagen que se acerque en hondura
y captación a ésta"
699 BONET Juan. Manuel. Cristóbal Ruiz. Pamplona .Caja Navarra. 2000.
700 BONET Juan. Manuel. Cristóbal Ruiz. Pamplona .Caja Navarra. 2000.
1476
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
la holgura de conocimiento a que daban lugar Vázquez Díaz o Gutiérrez Solana o entre los
mayores y más consagrados Ignacio Zuloaga. Era el momento difícil del triunfo" .701
Nuestro crítico José Francés trata en su crítica a esta Exposición de Cristóbal Ruiz, su
arte, de forma laudatoria.
No duda en cargar Francés contra Zuloaga cuando dice: "se acostumbra de Segovia
removiendo las heces de la densa, de la mucilagosa pintura zuloagüeña, una Segovia densa,
prieta, plúmbea y atormentada (…).
Cierra la crónica así: "he aquí el secreto de Cristóbal Ruiz. Hace cada día el milagro
consecuente de ver con amor y expresar con claridad dos o tres aspectos de la vida: la belleza
creciente de su hija, un poco de cielo, un poco de campiña, un poco de mar. Y de ese milagro,
hecho arte, ir obteniendo humildemente el pan de cada día".
Cristóbal Ruiz volvió exponer en el Ateneo de Madrid en 1933 y durante la guerra civil.
Con Timoteo Pérez Rubio, colaboró en Valencia con la Junta del Tesoro Artístico. Tras pasar
unos meses en Barcelona, en 1938 llegó a Puerto Rico donde viviría la mayor parte del resto de
su vida compartiendo su tiempo entre su obra y la enseñanza.
701 GAYA NUÑO, Juan Antonio. La pintura y la lírica de Cristóbal Ruiz. San Juan de Puerto Rico. Ediciones Juan Ponce
de Leon.1963
1477
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1478
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Cristóbal Ruiz. Exposición Museo Arte Moderno. Madrid. La Esfera. Noviembre 1926
1479
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Cristóbal Ruiz. Exposición Museo Arte Moderno. Madrid. La Esfera. Noviembre 1926
1480
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
EXPOSICIONES:
Pintura: Señores Jesús Olasagasti, Gaspar Montes, Bernardino Bienale, Juan Cabanas,
Julio Franco, Miguel Zumababe, Agustín Ansa, Antonio Arosena, Fermín Arrizábala, Enrique
Kutz, Víctor Furundarena, Juan Gorostiza y Celedonio Mendía.
En Madrid: Salón Nancy: Dibujos de los niños de las escuelas de Madrid y su provincia.
La historia de los pensionados por la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y su retiro
durante el período estival para pintar, sigue evolucionando.
1481
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A pesar de este cambio,, las exposiciones de las pinturas obtenidas por los pensionados
del Paular venían a ser monótonas, debido a los asuntos invariablemente tratados.
Coincidente con la Residencia del Paular se eligió otra Residencia, en Granada, con los
temas propios del paisaje de Granada y alrededores. El nuevo director de la residencia del
Paular, el crítico de arte Rafael Doménech, da un paso más y decide compaginar la estancia en
el Palmar con una estancia en Asturias eligiendo el pueblo de pescadores de Cudillero, para
realizar esta escapada hacia Asturias.
Los seis jóvenes artistas pensionados por el Estado pintaron durante 1926 dos meses de
la Cartuja del Paular y luego en Cudillero. Fruto de este trabajo en la Exposición que comenta
Francés en el Museo de Arte Moderno de Madrid. Los seis pensionados de 1926 fueron,
Fernando Briones, Enrique Ginesta (de quien ya hemos tratado), Francisco Ribera, Juan Sáinz,
López Tablada y Fernando Villegas. Este último más pintor de figuras.
Fernando Briones Carmona (1905-1988) natural de Écija (Sevilla) fue pintor y grabador.
Ayudante de Esteve Botey, estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid de la que más
tarde sería director. Paisajista, alcanzó tercera y segunda medalla respectivamente en las
Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1932 y 1934. Terminada la guerra volvió a su
actividad pictórica.702
Francés dice de él "me parece el más pintor de los seis, desde luego más hecho y seguro
de sí mismo. Tiene un sentido amplio del color y la firmeza constructiva que sorprenden".
Juan Sainz de La Cuesta (1903-1927) nacido en Brieva, (La Rioja) reside en Madrid .
Asiste a la Escuela Especial de Pintura Escultura y Grabado . Remite su obra al Salón de Otoño
de 1920 y 1921. Para Francés es "el que con más eficacia ha visto el paisaje asturiano (…)
702 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
703 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1482
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
adivino en él un adepto de la luz norteña más que de las rudezas polvorientas y los dilatados
horizontes de Castilla.‖
Francés dice que Lope Tablada ― ha hecho el cuadro más completo de Cudillero en el
titulado ―El Pueblo‖ posee la valoración dramática y la adustez ambiental".
704 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1483
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1484
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1485
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ROSTROS ESPAÑOLES
Han podido verse en el Salón Nancy (…) catorce paisajes de Mallorca, notas de un
brío, de un luminismo y de una belleza admirables.
1486
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1487
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
María Clotilde Sorolla García (1890-1956) discípula de su padre Joaquín Sorolla, contrajo
matrimonio con él a su vez, discípulo del maestro valenciano, Francisco Pons Arnau. Fue la
primera vez que expuso su obra y lo hizo en el Liceum Club de Madrid, fundado por María de
Maeztu, que como nos informa Francés fue "el primer club femenino español‖, al parecer no fue
una pintora profesional ; a lo largo de su vida pintaría sobre unas cien obras , influida por el
luminismo paterno y el juego deslumbrante de la luz, están dotadas, no obstante, de un
especial y contenido lirismo.705
705 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1488
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
María Sorolla. Quinta Avenida y Hotel Plaza (Nueva York). La Esfera. Diciembre 1926
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Barcelona: Palacio de Bellas Artes: Los carteles que fueron admitidos por el Jurado
calificador en el concurso celebrado por el Consejo Superior de enlace de las Exposiciones de
Sevilla-Barcelona. —Galerías Layetanas: Cuadros de Joaquín Mir, cerámicas y vidrios esmaltados
de Mariano Burgués, y muebles artísticos de Badrinas. Cuadros de Andrés
Pastor.
1489
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Reitera por cuarta vez durante una década Ignacio Zuloaga en España un conjunto
expresivo de su obra pictórica. (…) .
¿Cuál es la primera impresión que nos sugiere el arte de Ignacio. Zuloaga? Para
resumirla, diría que nos deja sabor de sangre en la boca y estrujamientos de dolor en el
corazón y rosadas calideces de vergüenza en la piel.(…)
Pertenece a la generación que empezó a renovar todos los valores estéticos en pleno
desastre colonial. Cuando aquellos escritores hundían las demoledoras plumas en el corazón
recién llagado, Zuloaga hundió también sus pinceles en sangre.(…)
Ignacio Zuloaga, reticente a exponer en Madrid exhibe su obra por cuarta vez en una
década con un conjunto expresivo de su obra que para Francés " es siempre el mismo".
Ahora expone treinta y nueve cuadros en el nuevo y flamante edificio del Círculo de
Bellas Artes de Madrid.
Como reconoce el mismo Francés "no he sido ciertamente de los menos entusiastas en la
admiración a Zuloaga. A lo largo de estas páginas de tomos anteriores de esta obra he ido
1490
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
reflejando, desde 1914, mis impresiones respecto de sus lienzos y de la tendencia peculiar que
les anima". Francés admite la pausa o cesura generacional "he aquí el problema".
Francés afirma que Zuloaga "pertenece a la generación que empezó a renovar todos los
valores estéticos en pleno desastre colonial‖.
Y cita a Hipólito Taine con su teoría positivista, pues la lógica consecuencia del medio
ambiente descrito es el surgimiento de― la barbarie taurina y la exaltación religiosa‖.
"Zuloaga oprime, aplasta, condena, más irremediable castigo estas viejas ciudades, estos
pueblos escombrosos, bajo unas nubes negras preñadas de tormenta y de maleficio
No es el paisaje que pudiéramos llamar anecdótico, ese en que el pintor elige aspectos
aislados, rincones típicos o amplios espacios donde la minuciosidad técnica o la fantasía
imaginativa triunfa sin emoción ni expresión.
(…) Sino la España negra del poeta belga, es la España en escombros del moderno
escritor español. Huraña, hostil, inhospitalaria, reconcentrada en su pasado bélico o místico, y
en su presente miserable‖.
Repasa Francés toda la obra de Zuloaga. ―No encontraréis una sola figura de niño‖.
A pesar de ello, Francés habla de lo que podría llamarse "alegría Zuloaguesca‖ "esta
alegría en el arte de Zuloaga se debe a la mujer. ―(…) Esta entrada triunfal de los femeniles
(sic) y populares atavíos policromos en la pintura española se debe a Zuloaga"
Sin embargo todo esto pasó. Para Francés, sus lienzos de ayer tienen ya el empaque de
cuadros museales.(…) "Vemos al artista en el umbral del siglo XX como una fantasmagórica
encarnación quijotesca (…).y junto a él , a Sorolla flameando las banderas de sus cadmios y
ultramares y a Hermen Anglada levantando los arcos de triunfo de su pompa decorativa (…)
cuadros advenidos tal vez un poco tarde, al Madrid caótico y futurista de 1926.
1491
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Aquí Francés hace una pausa, intentando salvar una parte de esta generación a la que
ha hecho referencia y concretamente la obra de Zuloaga en esta exposición, que en este
momento histórico, bordea el anacronismo.
El paisaje de Zuloaga, para Francés, será el vehículo que conduce y que conseguirá la
ligazón de la obra prácticamente museal de Zuloaga con las modernas tendencias de
composición vigentes en 1926.
Escribe Francés, y así terminará su crónica: "es el Zuloaga paisajista ¡admirables fondos,
por ejemplo, no se resignan a envejecer en los cuadros de composición! El que más nos
interesa hoy, el que enlaza exacto la sensibilidad moderna con la tradición escolástica (…)
tierras de Aragón y de Castilla que ofrece en la parte izquierda de la instalación actual, hemos
enlazado, también nosotros, nuestro fervor de antaño al de los jóvenes que sonreían
desdeñosos de otros lienzos y al de los viejos intransigentes que allí deponían la actitud
indignada".
Sin embargo la visión que vino a consagrar esta exposición fue la de un Zuloaga como
símbolo de un cierto regeneracionismo plástico de significado liberal. 707
706 LAFUENTE FERRARI, Enrique. La Vida y el Arte de Ignacio Zuloaga. Madrid. Revista de Occidente.1972.
707 TUSELL, Javier, MARTINEZ NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. Paisaje y Figura del 98. Madrid. Fundación
Central Hispano.1997.
1492
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El pintor, que intentó dar respuesta a la decadencia española sin renunciar a la visión
romántica tradicional de nuestro país de toreros campesinos bellezas femeninas de ojos
inquietantes, consiguió una gran aceptación que le convirtió en un triunfador fuera de nuestras
fronteras y contestado en el interior.
Zuloaga a partir de los años 20 y recogiendo la opinión de Francés, pinta unos paisajes y
figuras excepcionales de Castilla Aragón y Navarra ,de una tierra fuerte y viva. Pero ha sido el
encaje de figuras en un paisaje ,acuñado por Zuloaga , el que ha triunfado y el que ha
quedado en la retina de las generaciones posteriores.
1493
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1494
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1495
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
EXPOSICIONES
1496
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Tuvo un gran éxito de público y de ventas de modo que se tuvo que prorrogar.
1497
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
709 A.A.V.V Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Fórum Artis S.A.1994.
1498
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1499
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1500
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA
PINTURA ESPAÑOLA DE PAISAJE ENTRE
1915 y 1926, A TRAVFS DE LA PBRA “EL
AOP ARTÍSTICP” DEL CRÍTICP DE ARTE
JOSÉ FRANCÉS.
1501
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1502
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1503
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1504
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
TOMO III
1505
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1506
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ÍNDICE
5.1.1.- EL PAISAJE COMO ELEMENTO ACCESORIO: DEL SIGLO XIV HASTA EL SIGLO XVI
................................................................................................................................ 219
1507
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
5.2.2.- ―ET IN ARCADIA EGO‖: CLAUDE LORRAINE Y NICOLÁS POUSSIN. ................... 230
1508
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
10.3.- UN CASO APARTE: LOS CAFÉS DE MADRID Y SUS TERTULIAS ................. 369
1509
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1510
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1511
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1512
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1513
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1514
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1515
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1516
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
FEBRERO: DOS PAISAJISTAS CATALANES. VAIG PUIG Y PUIG PERUCHO. .................. 1261
1517
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
1518
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1519
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 1641
DICIEMBRE............................................................................................................. 1654
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 1732
1520
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1521
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
DICIEMBRE............................................................................................................. 1975
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2005
DICIEMBRE............................................................................................................. 2012
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2053
1522
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1523
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2301
DICIEMBRE............................................................................................................. 2315
SEPTIEMBRE........................................................................................................... 2372
DICIEMBRE............................................................................................................. 2384
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................... 2392
"TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA PINTURA ESPAÑOLA DE PAISAJE ENTRE 1915 Y
1926, A TRAVÉS DE LA OBRA "EL AÑO ARTÍSTICO" DEL CRÍTICO DE ARTE JOSÉ
FRANCÉS" ................................................................................................... 2393
1524
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1525
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Portada e Índice. FRANCÉS, JOSÉ. El Año Artístico 1915. Madrid. Editorial Mundo
Latino.1916. 310 Páginas.
ENERO 1915
UN HOMENAJE MERECIDO
El Círculo de Bellas Artes parece despertar de un sueño casi milenario. En todas sus
secciones hay una actividad desconocida y útilísima.
Por último, el Círculo de Bellas Artes ha realizado un acto simpático y justo. No por
referirse al director y al gerente de Prensa Gráfica he de callarlo.
Aun á riesgo de herir la modestia de Verdugo y de Zavala, debo recoger ese acta en esta
sección.
Los que, como yo, hace años que trabajan al lado de Verdugo y Zavala, saben hasta qué
punto ese nombramiento es justísimo y merecido.
Los artistas tenían contraída esa deuda de gratitud con La Esfera. Desde su primer
número ha procurado Francisco Verdugo que sean las páginas de esa Revista portavoz de
nuestro renacimiento estético. Con un eclecticismo, que nunca se alabará bastante, ha sabido
acoger todas las tendencias, por opuestas y arbitrarias que sean. Y esta amplitud de criterio
que caracteriza el espíritu de Francisco Verdugo ha permitido también que se hayan publicado y
1526
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
publiquen juicios críticos míos, con todos los cuales tal vez no estuviera conforme; pero que su
noble respeto á la independencia y sinceridad ajenas no le permitía cohartar ni reprimir.
Y esto, en los directores de periódicos, no suele ser muy corriente, lector amigo...
FEBRERO 1915
Hace veinticinco años Santiago Rusiñol, Ramón Casas y el escultor Enrique Clarasó
expusieron juntos y por primera vez en el Salón Pares. Al cabo del tiempo, cubiertas de laureles
las canas cabezas, pero siempre encendidos de juventud y lozanía los espíritus, han vuelto á
reunir sus obras de ahora que ratifican, respectivamente, sus tres credos estéticos.
Los paisajes de Rusiñol, las adorables siluetas femeninas de Ramón Casas, las esculturas
serenas, equilibradas, de Clarasó vuelven á triunfar.
Pero, repito, no es este triunfo el que á ellos les emociona y conmueve, después de
tantos otros más rotundos y menos discutibles; es el alto en la vida, cuando al mirar en torno
nuestro, un poco fatigados, no nos hallamos solos y á nuestro alcance se tienden con la misma
efusión y lealtad las manos amigas.
Casi tan bello espectáculo como el de las obras es ver á los tres artistas sentados en uno
de los divanes circulares y evocar estos veinticinco años tan plenos de sensaciones.
Y evocan todo lo pasado cuando las luminarias de la ilusión brillaban más que nunca y
cuando toda la tierra se abría en senderos desconocidos y atrayentes.
Pasa ante ellos aquel Cau Ferrat, nacido en el estudio de Clarasó, y que luego había de
dar nombre á la maravillosa casa-museo de Sitges; pasan los años en París, quiméricos y
entusiastas; las publicaciones de arte, como Pel y Ploma y Forma; los artículos en castellano de
Rusiñol, publicados en La Vanguardia; aquella aventurera excursión por los pueblos altos de la
montaña catalana, disfrazado el cuerpo de saltabanco para no desdecir de los deseos giróvagos
y trotamundos del alma; los primeros retratos inimitables de Casas; los primeros jardines
1527
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
románticos de Rusiñol; la estancia de Clarasó en la Academia Julián, de París, donde tuvo por
maestro á Chapu.
Todo está muy lejano, y, sin embargo, en sus corazones despierta idénticos latidos que
entonces.
Los jóvenes artistas catalanes sonríen un poco burlonamente al ver los cuadros actuales
de Rusiñol y de Casas; se encogen de hombros desdeñosamente al ver las esculturas de
Clarasó. Ellos van más allá. Son los «ingenuos», los «cubistas», los «futuristas», los
«simplicistas», los «órficos». Creen ser los maestros futuros, y estos tres artistas, que ahora
vuelven á exponer en el Salón Paré, al cabo de veinticinco años, no merecen sino el calificativo
un poco absurdo de pompiers.
Rusiñol, Casas y Clarasó sonreirán piadosos ante esa actitud de la juventud. Cuando
expusieron por primera vez eran—sobre todo los dos pintores—los arbitrarios, los rebeldes, los
«modernistas»... El buen burgués se escandalizaba, la crítica no les comprendía y fueron
precisos los triunfos al otro lado del horizonte para que España empezara á darse cuenta de
que el pintor de los jardines señoriales ó melancólicos y de que el autor de Barcelona, 1902;
Garrote vil y de tantos retratos y carteles prodigiosos, eran dos de los más grandes artistas
contemporáneos.
No puede servir esto de consuelo á los iconoclastas de hoy. Para ellos, mientras persistan
en los desequilibrios cubistas, simplicistas y paseístas, no llegará nunca el triunfo sólido y
permanente. A ellos les estará negada esa verdadera gloria de renovar é imponer una evolución
estética al arte de su siglo, que empieza en ser lapidados con el mote de «modernistas» y
acaba en el inofensivo peligro de ser calificados como «bomberos»...
Poco antes de estallar la guerra europea se había inaugurado en la Galería Georges Petit
una Exposición interesantísima. Cerca de setenta cuadros, algunos de gran tamaño, daban una
sensación exacta de la luz y del alma de Hungría. El autor de estos cuadros era el pintor Segis-
mundo de Nagy.
1528
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y más aún. Era también un deslumbramiento semejante al que causaron los cuadros de
la India expuestos por Albert Besnard en 1912.
Bruscamente la guerra estremeció á París, nubló de llanto sus ojos, oprimió sus
corazones, hizo volver espaldas al arte y á la belleza para lanzar á la admirable y generosa
Francia á la barbarie universal, impuesta por los hombres del Norte, enfermos de militarismo.
Segismundo de Nagy se refugió en España. La España vasca, que tan pronto había de
interpretar con sus pinceles nerviosos y ágiles. Primero en Bilbao, luego en Madrid, en el Palace
Hotel, celebró dos Exposiciones de estos cuadros que representaban tipos de pescadores ó de
campesinos, los puertos sombríos, las mujeres recias y blancas de Vasconia. Sobre todo la
segunda Exposición, la celebrada en el Palace Hotel, ha sido un gran éxito de público, de venta
y de crítica. Si la técnica deshecha, vibrante, esclavizados de la luz y del color, con pinceladas
tan pronto cortas y secas como desdobladas en serpentinas ondulaciones, sorprendía á los
profanos, en cambio sugestionaba el indiscutible espíritu de veracidad que tienen los lienzos de
Nagy.
Segismundo de Nagy es un artista original y un fiel adepto del impresionismo. Ama la luz
y el flein-air sobre todas las cosas, y más que la serenidad fría, académica, supeditada á
preceptos técnicos, prefiere la inquietud, la nerviosidad y los brincos del sol sobre gayas telas ó
campos recién floridos.
Los nombres de los grandes luministas contemporáneos acuden á nuestra memoria ante
los cuadros de Segismundo de Nagy: del sueco Zorn, del francés Besnard, del inglés Brangwyn,
del rumano Grigoresco, del español Sorolla, incluso las inquietantes y alucinado-ras estridencias
del noruego Munch.
Acaso el público, poco acostumbrado á ver pintura, le encuentre más exacto parecido con
nuestro Sorolla. Contribuirán á este juicio los asuntos elegidos por el señor de Nagy para sus
cuadros de la actual Exposición: tipos vascos, en su mayoría, como los pintados por Sorolla
hace cinco o seis anos. Pero profundizando, ahondando un poco en la técnica del señor de
Nagy, vemos que esta semejanza es puramente superficial. Si hubiéramos de buscarle
antecedentes, será preciso ir un poco lejos del arte del ilustre maestro valenciano.
1529
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
nerviosa, donde el vigor y la impaciencia se alian para obtener pasmosos aciertos luministas. No
parece componer los tonos sobre el cuadro, sino descomponerlos en el mismo modelo ó el
paisaje que contempla. Esta afirmación tal vez sea un poco atrevida; pero la creo muy
representativa del arte del señor de Nagy. Es como si persiguiera siempre los colores primarios
y los hiciera resaltar sin fundirse, sin formar masas compuestas.
Por eso, en un artista como Segismundo de Nagy, casi tan interesante como ver sus
cuadros, como analizar en nosotros mismos la emoción que nos haya sugerido, es desentrañar
la técnica, ver cómo las pinceladas son distintas según el asunto, cómo el procedimiento cambia
según cambian los motivos inspiradores y de qué modo lo que en este lienzo es brío, fuego,
casi rabiosa vibración de luz, se hace en otro suavidad, acorde plácido, caricia de la mano artis-
ta al modelar un torso femenino ó tender la tersura de una seda...
El ilustre artista, que ha recorrido toda Europa, no conocía España. Primero Guipúzcoa,
luego Vizcaya, han desfilado ante sus pinceles. Los hombres rudos, fuertes, el mar Cantábrico,
los puertos bajo el cielo brumoso, las sidrerías, hinchadas de sombra y de canciones; los barrios
de pescadores, por los que trepan ó descienden las enormes telarañas ocres de las redes; las
danzas arcaicas y lentas; los mozos ágiles, de una belleza estatuaria, que lanzan la barra ó
devuelven contra el frontón la dura pelota en un ademán que reclama el clásico friso... Las
corridas de toros, que fueron para el artista un inesperado deslumbramiento, una cálida y
estremecida visión...; pero que no le dominó hasta el punto de borrarle la lógica repugnancia de
su barbarie. Algo de todo esto encontramos en la actual Exposición del señor de Nagy.
En los dibujos hay la misma impaciencia, tan personal, que en los cuadros. En éstos el
color y en aquéllos la línea se contorsionan, se rompen bruscamente, se retuercen y
entremezclan para lograr, una vez contemplada la obra, palpitante verdad y positiva sensación
de movimiento. Y así como no siempre va el lápiz con la misma nerviosidad—incluso «epilepsia
lineal», podríamos decir tampoco el pincel marcha lo mismo en el cuadro El pescador del puro
que en El bote verde, ó en Bebedores de sidra y Aprés le premier peché.
El rostro de El pescador del puro está pintado con golpes menudos de pincel; puntos
rojos, aislados, dan después la encendida tonalidad general. Por el contrario, en ese maravilloso
y admirabilísimo cuadro El bote verde, cuyos verdes veronés tienen la brillantez máxima de un
Brangwyn, las pinceladas son largas, horizontales; y en Bebedores de sidra, mientras el
1530
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
¡Qué distintos, á su vez, todos estos cuadros de esa otra impresión plácida, dulce, de
serena voluptuosidad, que hay en el admirable desnudo de Aptés le premier peché! Aquí no
hallaremos grueso de color. Todo lo contrario. Quedan las pinceladas casi á flor de lienzo y
ondulan como si el dedo y no el pincel hubiera extendido el color siguiendo la blanda
carnosidad de la modelo. Además, hay un bello acierto de técnico en cómo la nota clara, fría,
del cuerpo busca, por violetas y rosadas transparencias hasta carmines y cadmios, la nota
cálida del fondo.
Y siempre, en todos los lienzos del ilustre artista, la misma vibración de la luz, idéntica
energía impresionista que los maestros Manet y Sisley y Pisarro no desdeñarían en aceptar
como suyas.
En 1892 se trasladó á París y empezó seriamente á trabajar durante algún tiempo bajo la
dirección de pintura religiosa é histórica, siguiendo las indicaciones del célebre Munkacsy, "el
autor de Cristo ante Pilatos‖, y de Reuczur, profesor de la Real Academia de Budapest.
1531
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero su carácter, su verbosidad, su entusiasmo por toda belleza, son casi latinas. Es una
efusión contagiosa la suya. Aun á nosotros, los españoles, tan expansivos, tan prontos á la
cordialidad, nos sorprende un poco.
Y, no obstante, comprendemos que para pintar estos cuadros ebrios de luz, en los que
danza alegre el color, es preciso ser como es Segismundo de Nagy, un gran inquieto, que va
por la vida con la sensibilidad libre de egoístas defensas ó conveniencias hipócritas...
El mismo entusiasmo que pone en la pintura pone en las palabras. Y cuando habla, es
como si ante nosotros desfilaran todas las bellas inspiraciones de su espíritu: el mar, los
campos floridos, los cielos luminosos, los trajes multicolores, la euritmia de una mujer desnuda
que danza...
MARZO 1915
Hace algunos años, cuando todavía eso del cubismo, del futurismo y otras cosas por el
estilo eran una novedad en el mundo civilizado, me decía Eduardo Chicharro:
—Verá usted cómo eso no llega nunca á España. Los españoles tenemos siempre un
obstáculo insuperable: el miedo al ridículo. Por temor al ridículo no seremos nunca arbitrarios ni
renovadores en ningún sentido; pero á cambio de esa desventaja tiene nuestro temor la
ventaja de evitarnos lamentables equivocaciones.
El ilustre pintor se engañaba. En España ya somos capaces de todo. Claro es que con
algunos años de retraso; pero somos capaces. Ahora, por ejemplo, el público empieza á
quedarse estupefacto ante los cuadros geométricos y simplicistas, cuando ya el Sr. Picasso
estará pensando otra combinación no tan agotada para no volver á sus terribles días de
bohemio incomprendido.
En plena calle del Carmen, en un lindísimo salón para Exposiciones, titulado Arte
Moderno, y que me parece uno de los mejores de Madrid, se ha inaugurado una Exposición de
pintores que se llaman ―íntegros‖. Claro que, el público hará mal en desorientarse deduciendo
por la coincidencia de esta Exposición con el título de la nueva casa. Ni este arte es demasiado
moderno, ni creo que la Casa Blanco persista por ese camino.
1532
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La exposición está obteniendo un gran éxito de entrada. Acude la gente de un modo tan
unánime y tan en multitud, que el Sr. Díaz de Mendoza envidiaría para su teatro de la Princesa.
Una vez dentro, es curioso espectáculo ver las caras estupefactas, asustadas ó
francamente hinchadas de risa. Cuando salen se restriegan los ojos, respiran fuerte y miran á
los transeúntes pacíficos como si hubieran despertado de una pesadilla ó acabaran de asistir á
uno de esos estrenos en que el retruécano es como granizo implacable.
— ¿Oiga usted, qué significa eso?—me preguntaba un infeliz señor á quien todavía le
parecen buenos los cuadros que reflejan de un modo bello los aspectos de la vida.
Yo, temeroso de confesar que un crítico de arte no sepa lo que significa una cosa en la
cual se han empleado los mismos útiles que se emplean para pintar cuadros, sonreí con aire de
iniciado, con un hermetismo que al buen señor le debió acortar imaginativamente la distancia
de Madrid á Leganés.
Sin embargo, ahora que no nos oye nadie, les diré á ustedes que yo tampoco sabía lo
que significaba eso, aunque sí podía decir lo que pretendía significar y la historia ele los fauves
que miran despreciativamente á los pompiers.
Uno de los corifeos del género, el Sr. Metzinger, dice con toda geométrica gravedad, que
eso significa: «mirar en torno á los objetos para conseguir su concreta representación en una
serie de aspectos sucesivos».
Pero si le digo esto al buen señor, no lo iba á entender tampoco. Y ¿para qué le vamos á
dar ese disgusto á Metzinger?
Si yo creyera que la señorita Gutiérrez Cueto y el señor Ribera, los dos pintores más
caracterizadamente «íntegros» (antes cubistas), de esta Exposición se habían refugiado en ese
modo de manchar lienzos, más ó menos geométricamente, porque no sabían hacer otra cosa ó
porque eso les iba á producir el dinero que aquí no le produce la pintura á nuestros grandes
artistas contemporáneos, hubiese guardado el más absoluto de los silencios. El señor que
se gana la vida ó el señor que busca la extravagancia porque no puede triunfar normalmente,
podrán no merecernos la más nimia admiración; pero tienen derecho á que no nos ocupemos
de ellos ni para censurarles.
La señorita Gutiérrez Cueto y el Sr. Ribera no están en ese caso. Ambos son dos pintores
notabilísimos, y lejos de fracasar cuando pintaban cuadros de armónica belleza v de sereno
realismo, se destacaban de un modo envidiable. Podría quedar la otra razón: la de que sus
otros cuadros no SE vendían y éstos se venden. Menos aun. Si tal piensan la señorita Gutiérrez
Cueto y el Sr. Ribera Barrientos, pronto se desengañarán.
1533
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En cuanto á Diego María Ribera, antes de presentar en París‖ La joven del abanico ―, el
año 1913, había expuesto en 1911 los admirables paisajes titulados Ixtac-cihualt, muy
superiores en colorido y emoción poética á los de su compatriota Atl, verdadero maestro del
género. También recordamos cuadros suyos en que el alma de Castilla, recia y romántica,
aparece con toda su integridad. (Y aquí sí que es oportuna la interpretación de «pintor
íntegro».)
Bien sé que no habrán de hacerme caso. Cuando se cambia de tan brusca manera la
orientación artística, importan bien poco los consejos opuestos á esa orientación. No obstante,
en nombre de los cuadros admirables de antes, yo me permitiría rogar á la señorita Gutiérrez
Cueto y al Sr. Ribera que olvidaran en lo sucesivo estos cuadros de ahora.
En cambio, todos los elogios—prescindiendo del cuadro tan influido, y falto de bellas
proporciones, por el recuerdo de Maurice Denis—me parecen escasos para enaltecer las obras
de Bagaría. Tres paisajes y ocho caricaturas constituyen su envío.
Los paisajes serán una sorpresa para los que sólo juzgaran al artista por sus caricaturas y
por su parquedad en el empleo del color de ciertas cubiertas de libros é ilustraciones serias. Son
de una justeza, de una emoción y sensibilidad extraordinarias. Pocos paisajistas españoles dan
esa fusión rítmica y sabia que Bagaría en estos lienzos.
En cuanto á las caricaturas de los pintores Néstor, Romero de Torres y Nieto, del
caricaturista «Echea», el escritor Tomás Borras, el periodista Cánovas Cervantes y su
autocaricatura, son, sencillamente, siete prodigios.
1534
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ABRIL 1915
En el salón Arte Moderno se celebró una Exposición de óleos, acuarelas y aguas fuertes
del señor Campuzano.
Eran muy cerca de cincuenta paisajes y marinas del Cantábrico y del Guadarrama. La
vejez del Sr. Campuzano nos merece toda clase de respetos. ¿Por qué se obstina el Sr.
Campuzano en que su arte no nos merezca esos mismos respetos? Sus obras son mediocres,
de una mediocridad inadmisible en el siglo xx.
En el Centro Alemán de la calle Alcalá cuatro artistas alemanes han reunido cerca de
setenta obras, entre óleos, acuarelas y aguas fuertes.
Estos cuatro artistas son los Sres. Beintmann, Brandt, Leyde y Sollmann, y sus obras, aun
diferentes unas de otras en técnica y en mérito, tenían un aspecto común de modernidad, de
audacias coloristas, de fervoroso entusiasmo frente á una de las más altas bellezas del Arte: el
paisaje.
No faltan, sin embargo, los cuadros de figura, los intentos de una interpretación de la
psicología española en modelos bastante característicos; pero los lienzos de paisaje están muy
por encima, y expresan de modo más elocuente las excelentes condiciones de los cuatro
pintores.
1535
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El Sr. Beitmann expone siete cuadros de tipos y paisajes árabes, bastante discretos/ y
estimables, aunque no dan la nota cálida, vigorosa, que tenemos derecho á exigir en cuadros
pintados bajo el cielo ardoroso de África.
El Sr. Brandt es, ante todo, un artista decorativo. Tiene una manera muy personal,
aunque aprendida en los maestros efectistas del fugend y otras revistas germánicas.
Será con el tiempo un notable ilustrador editorial, porque posee instinto colorista y sabe estilizar
con igual acierto líneas y colores para conseguir un conjunto agradable. De sus siete envíos los
más salientes son Bombilla, de noche y Nocturno de Toledo.
Pero donde hallamos más sobresalientes méritos y más justificados motivos para el
elogio es en las obras de los Sres. Leyde y Sollmann.
Leyde es el expositor más considerable, pues, además de diez y ocho óleos, presenta
cerca de treinta aguas fuertes admirables. El Sr. Leyde tiene derecho á nuestra sinceridad. Es
un gran artista, y aun tratándose de sus propias obras no puede ni debe engañarse. Todos los
cuadros en que intervienen figuras son mediocres. Algunos, como Niñas con periódicos, es en
absoluto inadmisible. Quizá, con un poco de benevolencia, puedan salvarse algunos trozos de
Segoviano con su hija y Dos segovianas, que están bien resueltos. Pero nada más.
En cambio, ¡qué sensación más exacta—algo fría, sin embargo—, qué vigor descriptivo y
qué rotundo acierto en la elección de motivos dan los cuadros Madrid desde el Manzanares,
Ntibe sobre el tejar, San Fernando desde el paseo Rosales, Madrid desde el tejar y
'Ermita de San Isidro! Aquí sí que el Sr. Leyde demuestra hasta qué punto es capaz de
interpretar fielmente el natural... después de haber sabido seleccionar, los cual no es tan fácil
como parece á primera vista.
No obstante, todavía se destaca más la personalidad del Sr. Leyde en las aguas fuertes.
En ellas encontramos un espíritu culto y una gran riqueza imaginativa, realzada por el dominio
pleno de la técnica. Ante esas aguas-fuertes se evocan los nombres de los grandes
maestros del género, y no resulta perjudicial para el Sr. Leyde la comparación. Hay en la
admirable serie de pruebas algunas que no vacilo en calificar de obras insuperables.
También el envío de los quince cuadros del señor Sollmann nos parece digno de los
mayores elogios.
El Sr. Sollmann es un admirable paisajista. Acaso sea el mejor de los cuatro. Antes de ver
los cuadros del señor Sollmann conocíamos de él una colección de fotografías sencillamente
maravillosas, en las que, naturalmente, el alma del artista predominaba con mucho sobre el
mecánico procedimiento.
1536
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Esta Exposición del Centro Alemán encontró desprevenido al Sr. Sollmann, y los paisajes
expuestos, aun siendo muy notables, no dan clara y exacta idea de los verdaderos méritos del
artista. Sin embargo, hay una lejanía de Granada bajo un espléndido estudio de celajes que
pocos maestros del paisaje podrían firmar.
ENRIQUE VERA
Para purificar, sin duda, el Salón Iturrioz, de una colección de pasteles de Maximino
Peña, expuso después en el mismo local el paisajista Enrique Vera cerca de cien obras.
Enrique Vera es toledano, siente por Toledo profunda y exaltada pasión. Identificado su
espíritu con lia vieja ciudad y con la prodigiosa campiña que la cerca, compone sus cuadros
como pudiera componer el poeta las estrofas de un poema.
Porque esta misma semejanza de poéticas partes de un todo poético, sugieren los
paisajes de Enrique Vera. Ha ido poco á poco el artista comentando cromáticamente aspectos
distintos ó que en su igualdad ostentaban matices variables. De este modo los contrastes de luz
y de sombra, de piedras viejas con la vega ubérrima, de las calles silenciosas y sombrías, con
los recios peñascos asentados sobre roja tierra lamida por el Tajo, padre de leyendas, han
quedado bellamente reflejados en los lienzos de Enrique Vera.
El joven paisajista sabe, además de los secretos técnicos, los otros instructivos é
inaprendibles de la sensibilidad y del buen gusto. Así preside en toda su obra la acertada
elección de bracero con la justa ejecución.
No obstante, debemos observar que Enrique Vera triunfa más fácilmente, sugiere con
más veracidad jugosa lo que vieron sus ojos en las notas breves, rápidas, abocetadas, que en
aquellos cuadros donde preocuparon más la construcción acabada y el minucioso retoque.
En este sentido sus notas de Austria y de Italia nos parecen insuperables. Acuden á la
memoria, aníte ellas, los nombres de los maestros del impresionismo francés y alemán.
Como también sin desdoro ni asomos de influencia que no siente Vera—acudió á nuestro
recuerdo el nombre de Aureliano de Beruete, aquel gran paisajista enamorado de Toledo.
1537
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MAYO 1915
LA EXPOSICIÓN NACIONAL
EL JURADO
(…)
Presidente del Jurado en pleno: D. Enrique María Repullés y Vargas, y secretario general,
D. Enrique Martínez Cubells.
LA PRIMERA VISITA.
(…) hay una sala donde figuran los iconoclastas, los «revolucionarios», los que sin duda
habrán hecho fruncir el ceño al Sr. Menéndez Pidal y al señor Ramírez.
Antes se condenaba á esos artistas, de los que tal vez salgan los maestros de mañana, á
alternar con los mediocres en la «sala del crimen».
1538
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El paisaje es una de las notas características de esta Exposición. Nunca hemos visto que
hayan acudido tantos y tan diversos paisajistas. Desde Mir, que expone cuatro lienzos
maravillosos, y Rusiñol, que en los doce del conjunto con que aspira á la medalla de honor
presenta tal vez el mejor de cuantos ha pintado en toda su vida, hasta el señor Pinelo. Y entre
esos dos términos tan diferentes, Muñoz Degrain, el maestro indiscutible, Gálvey, Llorens,
Raurich, Andrade, Verdugo Landi, cuya marina Sol de tarde es lo mejor de toda su obra tan
extensa; Esteve, Robledano y muchos más que escapan ahora á mi memoria y de los que se
hablará en una de las crónicas sucesivas.
(…) la marina de Gómez Gil y la otra marina del señor Martínez Abades.
(…) la brusca y luminosa reacción del precursor, de Joaquín Sorolla, no había de pasar
inadvertida. Toda la vieja pintura pseudo-romántica de fines del siglo XIX, todo ese falso
culturismo frío, académico, apolillado, de los pintores cuyos nombres están en la memoria de
todos y cuyas obras nos abochornan todavía en el Museo de Arte Moderno, se derrumbó
estrepitosamente. Claro que el sollorismo no era bastante. Si la entrada de la luz y el aire libre
en la pintura española era tan necesaria como abrir la ventana en la habitación de un enfermo
de los pulmones, también era preciso más todavía. Hoy el sorollismo nos inspira todos los
respetos; pero si hoy persistieran los sorollistas, les atacaríamos como un peligro de vulgaridad
y de ineficacia.
La sala especial de Francisco Domingo, esta pintura vieja, inexpresiva, que pudiéramos
llamar de postizas nerviosidades y de pegadizos casticismos, si de algo ha servido, es
precisamente para mostrar hasta qué punto ha evolucionado favorablemente la pintura
española. Representante de su siglo, Francisco Domingo desentona (…)
Y no se alegue que esta diferencia se manifiesta por los cuadros de Romero, de los
Zubiaurre, de Rusiñol y de otros idealistas. Ahí están los vigorosos realistas López Mezquita,
Gonzalo Bilbao, Rodríguez Acosta, Manuel Benedito. Ahí están las obras de los que se afianzan
en el realismo para idealizar, como Marceliano Santa María y Pinazo Martínez; ahí está también
el glorioso anciano Muñoz Degrain, que ha evolucionado con la época y que á un robusto
temperamento de pintor unió desde su primer paisaje una portentosa potencia imaginativa y
sentimental de poeta...
Busquemos, pues, los antecedentes de este españolismo pictórico más cerca de nosotros
y mucho más lejos de esos pintores de la segunda mitad del siglo xix.
1539
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Zuloaga marcó dos senderos: el que conducía á la España, casi desconocida, por culpa
de la pintura histórica, de los cuadritos de caballete y de los paisajes á la funestísima manera
del buen señor Haes, y el, que nunca debió olvidarse, de los viejos maestros españoles de fines
del siglo xvi hasta comienzos del siglo xix. Claro es que Zuloaga falseó su arte de un modo
arbitrario, con miras á la exportación, como falsean sus danzas y sus coplas las bailarinas y
cantadoras que quieren triunfar fuera de España; pero no importa. Cumplió su misión de «guía
pictórico».
Detrás de él han ido casi todos los pintores contemporáneos. (…). Los verdaderos artistas
sólo han aprendido de Zuloaga (…) el camino; pero dejando en libertad á sus propios
temperamento y cultura para apreciar la belleza. (…) Esta Exposición que nos ha parecido tan
notable como la de 1904, después de la relativa vulgaridad ó de los intolerables extravíos de las
de 1906, 1908, 1910 y 1912, es una exaltación de la vida nacional: Andalucía en los cuadros de
Romero de Torres, Gonzalo Bilbao, Rodríguez Acosta y Muñoz Degrain; Castilla, en los cuadros
de López Mezquita, en los paisajes de Espina, de Robledano, García Lesmes y Martínez
Vázquez; Vasconia, en los cuadros de los hermanos Zubiaurre y de Salaverría; Aragón, en los
lienzos de Marín Bagues; Cataluña y Mallorca, enlos paisajes de Rusiñol, de Mir, de Galvey, de
Raurich, de Cerda; Valencia y Murcia, en los cuadros de Pinazo Martínez, de Mongrell, de
Medina Vera; Galicia, en los cuadros de Sobrino Buhigas, en los paisajes de Llorens, en los
dibujos de Castelao; Extremadura, en los cuadros de Covarsi; Asturias, en los lienzos de Alvarez
Sala y Medina Díaz; incluso Madrid, en los cuadros de Bermejo, Huidobro, Gilí Roig, y hasta el,
un poco absurdo, del señor Alberti (…).
Sin embargo, este españolismo pintoresco no debe ser la norma definitiva de nuestra
pintura. De entre sus preciosas cualidades pueden aprovecharse los aspectos coloristas para la
moderna orientación decorativa del arte, y los aspectos psicológicos para unir el idealismo al
realismo.
Bien afianzados nuestros pies sobre la madre tierra y empapada de cielo la frente,
desnudo el corazón para que lo envuelvan y lo enciendan todas las emociones. He aquí el
arquetipo del pintor contemporáneo.
1540
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) exponen actualmente ocho artistas de reconocidos méritos y á quienes muchas veces
la gloria ha cubierto de laureles. Sobre todo siete de ellos figuran por derecho indiscutible al
frente del maravilloso renacimiento del arte español contemporáneo.
De ellos, cuatro han solicitado expresamente la medalla de honor: el escultor Inurria y los
pintores Rusiñol, Domingo y Benedito; tres no la han solicitado: expresamente, aunque
tácitamente exponen su derecho á ella: Bilbao, López Mezquita y Romero de Torres. En cuanto
al señor Muñoz Degrain, que también tiene salón especial, presenta desinteresadamente su
magnífico conjunto de obras, puesto que esa altísima distinción que consagra en España de un
modo definitivo á los artistas, le fué otorgada en la Exposición Nacional de 1910.
(…)Santiago Rusiñol expone doce paisajes. Son como el resumen, como el pináculo,
como la quintaesencia de su arte. Diferentes todos ellos entre sí, guardan esa estrecha relación
de armonías y de tendencias que hizo del gran artista, desde sus primeros cuadros, uno de los
más nobles maestros del paisaje, en todos los tiempos y en todas las escuelas pictóricas. A cual
más diversas las doce obras, responden á distintos estados de espíritu y sugieren opuestas
sensaciones; pero siempre va en todas envuelta la sensación de paz, de melancolía, de
bienestar sentimental que no vacilamos en adjetivar rusiñolesca. ¿Podría destacarse de ese
conjunto admirable una obra sobre todas las demás? Parece imposible esta superación del
artista á sí mismo.
Y, sin embargo, es posible. Santiago Rusiñol expone la obra-cumbre, la que sin vacilar,
sin rectificaciones ulteriores, podríamos afirmar que es el mejor paisaje de esta Exposición tan
rica y pródiga en bellos paisajes y que es también la obra más fundamental que ha salido de los
pinceles y del espíritu del pintor-poeta. Me refiero á Almendros en flor, donde hay una
extraordinaria maestría en el color (…)
1541
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero al lado de esta obra, que constituye una de las vigorosas muestras de la colosal
importancia estética de España en los comienzos del siglo xx, expone el maestro valenciano
varios paisajes admirables, dotados de ese quid divinum, de esa característica luminosidad que
han hecho de Muñoz Degrain uno de los primeros paisajistas del mundo, y una actualidad
siempre interesante, siempre llena de enseñanzas, Siempre contemporánea; lo mismo en las
épocas en que predominaban los fríos academicismos que ahora, cuando se interpreta en toda
su integridad el paisaje.
Gonzalo Bilbao es uno de los dos ó tres aciertos rotundos de la Exposición Nacional de
1915, que no vacilamos en considerar infinitamente superior á las tres ó cuatro anteriores.
Significa la obra de muchos años, y ante ella queda suspenso el ánimo y una entusiasta
admiración nos emociona. (…)
Y para que todo haga de esta sala la de más recio españolismo, aquella en que está
reunida la más genuina tradición pictórica española, hallamos también los envíos de José María
López Mezquita.
Doce cuadros expone el joven maestro. Todos ellos dan muestra de cómo López
Mezquita ha llegado á la plena madurez de su talento. Como en un espléndido tesoro se reúnen
en estos cuadros las portentosas cualidades de artista y de técnico que caracterizan á López
Mezquita. La mayoría de los lienzos son retratos, (…)
Julio Romero de Torres es tal vez el año en que mejor se presenta. Nadie entre los
críticos de arte ha discutido más que yo á Romero de Torres. Mi noble sinceridad de la
Exposición de 1912 es la misma de ahora. Y ahora creo que Julio Romero de Torres ha llegado
á expresar el alma de Andalucía, como nunca la expresó después de aquella Musa gitana, que
no vacilo en considerar de lo más hermoso que se ha producido en nuestra pintura.
(…)
1542
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Una respetuosa timidez sujeta nuestra pluma al escribir el nombre de Francisco Domingo.
Francisco Domingo vive hace muchos años en París. Fuera de España, alejado de nuestro
ambiente artístico, se ha acostumbrado al otro divorcio—peor aun—del siglo en que vive.
Cuando entramos en la sala donde están expuestas las obras de Francisco Domingo,
creemos entrar á un Museo, no que estamos en una Exposición del año 1915.
Como evocación de una época pretérita, estos cuadros del viejo maestro nos interesan.
Como significación de un arte en competencia con el, tan intenso, actual, nos entristece un
poco.
(…) No son de nuestro siglo y—ya lo hemos dicho antes—el respeto nos impone silencio.
Manuel Benedito es un gran técnico. Sabe como muy pocos todos los secretos de su arte.
Hay lienzos del maestro valenciano que sólo él podría firmar. Pero, Manuel Benedito falsea esas
condiciones, se abandona á la fácil conquista del dinero, se mercantiliza de tal modo que no
podemos ni debemos callar nuestra protesta. Nadie puede alabar sin grave peligro de injusticia
este nuevo aspecto del Sr. Benedito. Nadie. Ni él mismo.
Al lado de los lienzos de la última época, donde vemos al vigoroso maestro de aquella
inolvidable Exposición de tipos holandeses y bretones, celebrada en Blanco y Negro,
transformado en un lamentabilísimo pasticheur, encontramos cuadros de otras épocas que
Benedito ha colocado como escudo contra los ataques inevitables.
LA PRIMERA MEDALLA
Antes de que el fallo del Jurado adjudicase la primera medalla á José Zaragoza Ramón,
ya le había sido otorgada por el más espontáneo sufragio del público y de la crítica.
1543
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
EL PAISAJE
Acaso el aspecto más puro, más afirmativo en su belleza, del innegable renacimiento
pictórico que acusa esta Exposición, se deba al paisaje. El sentimiento de la Naturaleza, la
identificación del espíritu en los cielos, los campos y las aguas; este reconocimiento de un alma
gemela al paisaje que contemplan nuestros ojos, se iba perdiendo ó permanecía como secreto
en poder de unos cuantos artistas. Más de una vez nos hemos dolido de ello; en más de una
ocasión, cuando vimos que nuestro Arte se asfixiaba de absurdos arcaísmos en el aire viciado
de los Museos, exigimos, como una reacción beneficiosa, el aire libre, el divino espectáculo de
la Naturaleza en toda su integridad.
1544
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
que nos sugiera cada obra y cada artista. Santiago Rusiñol ha llegado á la suma total de sus
perfeccionamientos técnicos y de sus emotividades espirituales. En sus doce cuadros están
resumidos todos los motivos de inspiración, todos los encantos, imaginativos ó reales, que han
personalizado su especial concepto del paisaje. No podríais decir dónde acaba la realidad y
empieza la ficción; pero quedan el natural y el ensueño fundidos, compenetrados de tal
manera, que nos educan á un tiempo la retina y la sensibilidad. No en el sentido de la boutade
de Baudelaire, sino exagerando á sabiendas de que sólo así podemos expresar la sensación que
nos causan los cuadros de Rusiñol, diríamos que era preferible un cuadro del maestro á nuestra
visión directa de la Naturaleza. Es la misma relación entre el madrigal de un poeta refinadísimo
y la copla popular que canta un gañán. Claro que no serán eternas, perdurables, las dos
impresiones del cuadro y del madrigal; pero nos dejaron huella sentimental, por la que,
felizmente, habrán de pasar ya en lo sucesivo las bellezas naturales.
Por segunda vez la medalla de honor ha pasado ante los lienzos de Rusiñol, sin que
tantas manos, generosas y nobles de artistas jóvenes, pudieran sujetarla para ofrecérsela al
maestro como una gratitud. En 1904 obtuvo 42 votos para la altísima recompensa. Ahora, sin
los amaños electoreros, que nada tienen que ver con el arte, la habría conseguido al fin. Porque
nunca presentó un tal conjunto de armónica belleza como este año. Era, en verdad, la más
pura glorificación de su arte aquella sala, donde doce paisajes de Santiago Rusiñol ratificaban
pictóricamente su credo literario de otro tiempo.
«Considero tan importante el aspecto de los jardines para juzgar el carácter de una
época, que basta imaginarse un estilo para ver el fondo de verdura que le cuadra. Yo me
imagino los jardines primitivos italianos como llanura tapizada de lirios y azucenas; árboles
plegados y candorosos por fondo, y flores de colores apagados bordando una hierba mate,
extendidas en laderas de suavísimo relieve; me imagino un jardín romántico como un Edén
desordenado; un jardín misterioso, envuelto entre lianas, cubierto de yedra, abrazando las
carcomidas estatuas, pintadas por el musgo, llorando agua las fuentes y el mármol patinado por
la luna; me imagino los jardines realistas convertidos en un huerto productivo, así como los
jardines modernos los imagino formados de árboles de abolengo y plantas espirituales y de
sentido simbólico: grandes laureles, mirtos, cipreses y laureles rosas, en severos muros y
cerrando la vista á toda vulgar perspectiva; lilas y lirios alineados y plantas acuáticas dormidas
sobre estanques quietos y misteriosos; grupos de flores formando con sus calores el arco iris ó
agrupadas en tonos complementarios, y todo envuelto en un místico aroma de refinado buen
gusto, todo mate y nadando en una neblina, como orquesta afinadísima donde el alma gozara
en absoluto reposo.»
1545
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Rusiñol es, ademas, un enamorado del agua. El agua es el alma de los jardines solitarios,
y quizá no haya un solo cuadro de Rusiñol donde no esté ó se le adivine. Agua cantarína de los
surtidores; agua que va dulcemente por los regatos ó los semiocultos canales, entre los
arrayanes de verdor inmutable; allí corre, aquí se desliza, más allá se hace quieto remanso, y
un poco más lejos cae de la boca rota de un delfín de piedra. Sobre el mármol de las tazas
rebota en menudas brillanteces; en la paz de los estanques duerme bajo los liqúenes y los
nenúfares; en los anchos lagos sirve de espejo á los cipreses de troncos nervudos y puntas
doradas por el sol, y á los sauces desmelenados; en las caracolas enormes, donde soplan los
tritones, cae en sutiles hebras, y es como un polvo luminoso al recibir las cuchilladas del sol y
del viento cuando se alza envidioso de la esbeltez de un álamo...
¡Encanto dulce, penetrante, pleno de evocación, este de los cuadros que un pintor-poeta
ha llevado más allá de los horizontes para mostrar una España ignorada ó simplemente
presentida!
Porque los Jardines de España, antes de ser conocidos en Madrid, antes de conseguir
premios en nuestras Exposiciones, ya habían triunfado en el extranjero.
Toda esta gloria floreal de nuestros jardines, toda la melancolía de los Calvarios
catalanes, de los parques señoriales ó clásicos de Mallorca, los parterres, avenidas y glorietas
de Aranjuez, las moras lujurias de color del Generalife, han quedado eternizadas para siempre
en los lienzos admirables y evocadores de Santiago Rusiñol.
En estos doce cuadros de Rusiñol hallamos, como siempre, los dorados otoños, las aguas
adormecidas, la vegetal arquitectura, las viejas estatuas, los versallescos parques y la catalana
visión de unos muros azules. Pero hay algo más también: hay ese maravilloso paisaje titulado
Almendros en flor, que es como un símbolo de la vida gloriosa del artista. Sus tres términos, tan
distintos y tan sabiamente armonizados, constituyen el retrato espiritual del pintor, sobre todo
en esta simbólica reflorescencia de los almendros. Porque el alma de Rusiñol está siempre per-
fumada de juventud.
Ya hemos dicho en otra ocasión el divino estupor que nos invade frente á los cuadros del
maestro. No es el inmortal aliento romántico, no es la prodigalidad imaginativa, no son los
secretos del «metier», que incluso en su mocedad ya no eran tales secretos para él: es el brío
luminoso que tienen sus paisajes, la agresiva fuerza con que avanza el color hacia nosotros,
como una garra ó como una bala que nos buscara el corazón y que, al pasar bajo el sol, le
hubiese robado su luz... Muñoz Degrain ama el paisaje con absoluta esclavitud de apasionado:
de un modo exactamente adaptable á las distintas almas que los paisajes tienen. Así su pincel
es sereno ó atormentado, plácido ó impetuoso. Tiene cuadros en los cuales el color grita y
1546
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Aquejado de ese amor á los horizontes que tan conveniente es á las renovaciones
estéticas, Muñoz Degrain ha sido un trotamundos. Las serranías de Córdoba y de Málaga, los
canales venecianos, el Guadarrama austero, Granada la bella, Escocia la romántica, y, por
último, el Oriente maravilloso, han quedado en sus lienzos con toda integridad.
Uno de sus más bellos paisajes es el titulado Chubasco en Granada, que representa
también una de las escasas obras maestras del Museo de Arte Moderno.
Da una sensación de verismo tan exacta que no podemos contemplarla sin admirativo
respeto. Antes de quedar eternizada con tan incomprensible maestría la melancólica nota, tal
como la conocemos, Muñoz Degrain la empleó como fondo de un rapto en el siglo XVII. Pero
comprendió en seguida la enorme importancia del ambiente y borró las figuras. Sólo quedó
como protagonista la lluvia que se ve caer, que se ve agitada por el aire en ese rincón silen-
cioso de la vieja Granada.
Quizá sea éste con los del Guadarrama, los de las serranías y jardines andaluces, donde
la imaginación de Muñoz Degrain se sujetó más á sí misma y miró con la mirada—siempre
romántica—contemporánea, en vez de mirar de un modo retrospectivo, como en la mayoría de
sus obras de paisajista.
Quiero decir que cuando Muñoz Degrain pinta una ciudad, una campiña, un simple trozo
de Naturaleza que perteneciera al pasado, ve el aspecto pretérito á través del actual.
Reconstruye imaginativamente las ruinas; prescinde en parte de las cosas como son, para
pintarlas como eran, y reconstruye el paisaje, dotándole de la vida verdadera que tuvo en los
siglos hundidos.
Así están conseguidas sus evocaciones de la antigua Italia de la Grecia inmortal, de los
episodios y ambientes de la Edad Media.
al lado de los dos maestros, otro tan grande como ellos, tan ungido de eternidad. Pero
más sensibilizado, más hiperestesiado que ellos. Diríase que no existe, que es como un soplo
1547
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
divino, como una impalpable é invisible voluntad de Dios que obliga á los colores á unirse, á
musicalizarse por sí mismos, á crear mágicas floraciones de quimera.
Enrique Galvey ha sido una de las novedades de este año. Bruscamente ha conquistado
la primera medalla. Esto ha indignado á muchos, y en realidad si no hay motivo para esa
indignación tampoco la había para esa primera medalla. Enrique Galvey es un buen paisajista.
Tiene el sentido panteísta de su arte. Acierta en la elección de asuntos y en la interpretación de
ellos. Pero, no obstante, adolece de alguna monotonía. Sus celajes se parecen demasiado; se le
adivina la necesaria emoción ante la Naturaleza, y, sin embargo, da una impresión definitiva
algo fría, después del fugitivo engaño de la primera contemplación
Claro es que resulta libre de los academicismos fotográficos de otros paisajistas. Claro es
que da notes lindas, agradables, como ―Después de la lluvia‖ y‖ Anochecer en el Pinar.‖ Sin
embargo ―nos entristece un poco ver que Enrique Galvey ha podido parecer al Jurado superior
á Joaquín Mir…
Ricardo Verdugo Landi es el primero de los marinistas españoles. Paso á paso, sin
desalientos ni suicidas desconfianzas, ha ido acusando su personalidad hasta llegar al cuadro de
esta Exposición, que nos parece su obra más perfecta y más plena de belleza. Nada hay en ―Sol
de tarde‖ extraño á esa íntima inquietud sentimental que nos acomete frente á las movibles
extensiones marinas. Es un acierto rotundo de composición y de ejecución.
Esta sobriedad emocional con que está conseguida ―la hora‖ se afianza más aun por el
dominio admirable de la técnica, por una sabia distribución del color que tan pronto consigue
1548
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
sutiles transparencias como tiene plástico relieve—por los gruesos—como, dentro del más puro
puntillismo, consigue vibraciones luminosas.
José Robledano, que al ser pensionado recientemente como paisajista sorprendió á los
que únicamente le consideraban como uno de los más populares caricaturistas, ratifica con los
cuadros ―Crepúsculo en la nieve‖ y ―Cercedilla‖ hasta qué punto ama y comprende el paisaje.
Son dos notas justas de valoración y de relación, bien construidas y dotadas de una virtualidad
técnica muy notable. Si no hubiera más que todo eso, ya era mucho; pero hay más: existe un
impetuoso desbordamiento de las facultades sensitivas y un bien aprovechado empleo de la
imaginación. Tiene Robledano lo que pudiéramos llamar el misticismo del paisaje. Se acerca á la
Naturaleza como un ilusionado. Podríamos reconstruir su modo de pintar afirmando que
primero hace para deshacer después: primero construye con arreglo á la verdad, y lugo
fantasea sobre lo real, cumpliendo una necesidad de su temperamento de soñador. ¿Y no es
acaso este el procedimiento que debe seguir todo buen paisajista?
El francés Fernando Laroche y el húngaro Segismundo de Nagy dan no sólo la nota más
bella del paisaje en la sección extranjera, sino que también son sus cuadros lo mejor de esta
sección.
Al lado del admirable ―Barco verde‖, el ilustre artista húngaro tiene paisajes como ―Puerto
de Pasajes‖,‖ Después de la lluvia‖ y el fondo de ―Mañana de primavera‖, que son verdaderas
obras maestras.
Laroche expone doce paisajes á cual más hermosos. En su mayoría reflejan aspectos
venecianos y romanos con una pompa y una luminosidad extraordinarias. Heredero directo de
los impresionistas franceses, da siempre notas ricas y jugosas. Tiene además un cuadro titulado
―El valle del Manzanares desde las Vistillas‖ que es sencillamente un prodigio de celaje.
Francisco Llorens, el gran paisajista, ha enviado dos notas muy semejantes, impregnadas
de esa tierna serenidad de égloga tan característica de todos sus cuadros. Simplicísimas de
color, á la base de una sutil armonía de verdes, amarillos y tenues azules, ha expresado, con la
maestría de siempre, todo el encanto de las campiñas gallegas.
Francisco Esteve Botey ha llevado al lienzo uno de los sitios más encantadores y
melancólicos de Madrid: El cementerio abandonado de San Martín. Es un cuadro admirable, que
no se olvidará fácilmente.
Martínez Vázquez y Ángel Robles, el uno con su‖ Sierra de Gredos‖ y el otro con‖ El río
Darro en Granada‖, no desmienten su filiación artística. Ambos han sido discípulos de Muñoz
1549
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
También debemos mencionar ―Sol poniene‖, de Andrade, muestra de una pintura sincera
y noble; ―Los Dólmenes ―(Bretaña), de Nogué, muy acertado de color;‖ Valle de Abdalají‖, de
Ferrándiz, en el que hay una grata frescura v un gracioso ambiente primaverales;‖ El faro de
Corbire‖ del veterano marinista Gartner de la Peña;‖ Plaza de Tordesillas‖ y ―Tordesillas‖, de
Aurelio García, realmente sugestivos de verismo; El tapiz verde y pulcro, de Gutiérrez Larraya,
―Toledo‖, de Enrique Vera; ―Mediterráneo‖, de Vázquez Díaz, ―Azoteas de Tánge‖, de Simonet;‖
Paisaje‖, de Espina; ―Mañana de otoño‖, de Morera;‖ Pinos al sol‖ y‖ Parterre en Lombardia‖, de
Florensa; ―Desde el Generalife‖, de Gómez Mir; ―Sol de tarde‖, de Gili Roig;‖ Recios titanes‖ y
―Últimos rayos‖, de Núñez Losada, y ―Rincón del Alcázar de Sevilla‖, de Cabanzón.
Como mezquino desquite del lamentable episodio de arrebatar á Joaquín Mir la primera
medalla, tan indiscutible, se le adquiere, con destino al Museo de Arte Moderno, el cuadro ―La
encina y la vaca‖. No es la enhorabuena para el admirable paisajista, sino para cuantos
amamos la belleza, porque este aspecto del paisaje quedará por completo dignificado y podrán
nuestros ojos y nuestro espíritu sentir una emoción sutil y penetrante, después de la frialdad
que nos causan los paisajes fotográficos del buen señor Haes (con permiso de un desconocido
discípulo suyo, que se creyó en el deber de defenderlo desde un periódico nocturno, contra
nuestra opinión personalísima).
Joaquín Mir es una de las glorias más purísimas, más elevadas y menos atacables de
nuestra pintura contemporánea. No le debe nada á la miopía de las consagraciones oficiales,
porque una mención honorífica en 1897 Y dos segundas medallas en 1899 y 1901 ni le quitan
ni le dan ese prestigio ficticio, al que se agarran como tabla salvadora los que carecen de los
méritos propios.
1550
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Nombres de ensueño tenían estos cuadros: Rincón del encanto, El torrente del suspiro,
Cueva fúnebre, Cueva de la leyenda, Cala dorada... No se podrían hallar otros, y, sin embargo,
abrían tales sendas de emoción, nos hiperes-tesiaban de tal modo, que eran lo que el soñador
nos decía y mil cosas más aun. El color nos cantaba dentro del corazón y nos brindaba ante los
ojos, cegándoles para todo lo que no fuera la visual música de los lienzos divinos.
¡Y entonces, precisamente por esos cuadros, se habló de la locura del gran paisajista!
Mallorca lo había enloquecido. ¿Verdad que parece un hermoso cuento de otro siglo menos
positivista?
1551
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y por último, cuando en la reciente Exposición de 1915, defiriendo á las invitaciones del
Comité organizador, remitió Joaquín Mir sus cuatro lienzos‖ El coche de Aman‖,‖ Las viejas de la
ermita‖, ―La encina y la vaca‖ y ―El gorgeo‖, hemos podido asistir á la concreción, á la suma y
compendio de las pretéritas facultades visuales, sensoriales y sentimentales de Joaquín Mir.
Tornan las figuras de sus lienzos, de sus dibujos, de la juventud lejana; la técnica del
gran impresionista no ha perdido ninguna de sus audacias, y en cambio ha ganado cierto
reposo, cierta melancolía de pincelada que niebla el calor muy delicadamente. Construye las
masas con una arbitraria energía y sigue los arabescos decorativos de la línea, como si
desarrollara un motivo musical ó fundiera distintos perfumes para obtener una esencia nueva y
adormecedora...
Y ved cómo, inevitablemente, volvemos á encontrar esta fusión de las tres más elevadas
sensaciones que puede sentir el hombre, reunidas en estos lienzos, únicos en la historia del
paisaje español.
(…) Por eso lo más interesante de esta Exposición son, en primer lugar, los retratos y los
paisajes que pudiéramos llamar ―‖puros‖‖, y en segundo lugar, los cuadros en que el asunto no
tiene importancia por haberlo elegido el autor ya de antemano, banal y baladí con el propósito
únicamente de representar varios tipos característicos ó dar una emoción de paisaje.
Destacáronse desde el primer día los cuadros de Bilbao, Muñoz Degrain, Pinazo Martínez,
los Zubiaurre y CasteIao; ya hemos dicho que en el cuadro Cigarreras de Sevilla, de Gonzalo
Bilbao, sonríe la luz de Velázquez. Es la obra más exacta del temperamento del gran pintor. Es
la que debió consagrar definitivamente la vida gloriosa del maestro...
En cuanto al cuadro tantas veces mencionado El Coloso de Rodas, última obra de Muñoz
Degrain y que no vacilo en considerar uno de los lienzos más admirables de toda la pintura
contemporánea, es también un acabado modelo de sumas perfecciones.
1552
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Hay notas como la roja de la vela de una nave, como la plácida de la otra nave ocupada
por sacerdotisas y poetisas, como la de la colosal figura del Apolo esculpido por Cares de Llindo,
el discípulo de Lisipo, que pocas veces ha dado la pintura moderna.
Del lienzo Floreal, de Pinazo Martínez, premiado con primera medalla, hácese el cumplido
elogio al final de este número. Era uno de los mejores de esta Exposición.
LA PRIMERA MEDALLA
Aun antes de inaugurarse la Exposición de Bellas Artes ya había señalado la crítica como
una primera medalla indiscutible el cuadro Floreal, de Pinazo Martínez. Tanto por su valor
intrínseco, por la afirmativa belleza tan armónica de exuberancias decorativas que posee este
lienzo, como por la historia gloriosa de su autor.
LA SALA INTERNACIONAL
No ha consentido la guerra europea que este año tenga la Exposición de Bellas Artes el
carácter internacional que señala el flamante Reglamento en su artículo 3.0 del capítulo
primero.
1553
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
algo de lo cual estamos convencidos bastantes: la supremacía de la pintura española sobre las
de otras naciones.
(…)Y las Exposiciones patrocinadas por el Estado deben ser precisamente para estos
últimos, para dar á conocer los artistas jóvenes, para estimularles y alentarles y procurar con
esto la renovación y perfeccionamientos estéticos de nuestra Patria; (…) La sala dieciocho de
esta Exposición está consagrada á los extranjeros y es bastante notable, á pesar del reducido
número de expositores.
En ella hay de todo; pero en honor á la verdad, abunda lo bueno, y dentro de esa
bondad, la más sólida y afirmativa radica en los paisajes, como una ratificación de las otras
salas españolas.
La obra de mayor tamaño y de más pretensiones, por ende, es Sevilla en fiesta, del señor
Bacarisas.
(…)De Fernando Laroche ya hemos hablado en estas mismas páginas al ocuparnos del
paisaje. Su envío constituye con el del húngaro Nagy, lo más sólido de esta sala.
Ni una sola de las notas que presenta carece del doble interés de la concepción y de la
ejecución. (…)
Ernesto Laroche expone también dos lienzos titulados Tarde estival y Parvas. Ignoro si
será discípulo de Fernando Laroche;(…). Sin perder por completo una personalidad simpática y
un sentimiento íntimo, algo más apagado que el de Fernando Laroche, se acentúa mucho el
ejemplo de este último.
1554
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
nada que merezca la pena de esta sala, que pudiéramos llamar antesala de las internacionales
futuras.
LAS MEDALLAS
Figuraos que la votación se hará una sola vez y que el artista tiene que obtener la mitad
más uno de los votos. ¿De los que tomen parte en la votación? ¡Quién! De los
Y como son setenta los que tienen derecho al voto, el artista que este año aspiraba á la
medalla de honor tenía que reunir, por lo menos, treinta y seis votos.
Ademas, puede votarse por escrito. Es decir, que los poseedores de primera medalla
residentes en provincias ó en el extranjero, votan sin ver la obra expuesta por el artista
aspirante á la alta recompensa. No necesitan mas que saber el nombre de ese artista.
(…)El Comité es el editor responsable. Detrás está el señor Sorolla. El Sr. Sorolla, que
cuando él luchaba se opuso á que vinieran los artistas extranjeros á las Exposiciones nuestras;
el Sr. Sorolla, que ha puesto condiciones durísimas para la votación de la medalla de honor; el
señor Sorolla, que ha impuesto la candidatura de Francisco Domingo; (…)
Y, ¿por qué? Muy sencillo. Dicen que á D. Joaquín Sorolla, colmado de honores,
millonario, en la más alta cumbre del arte contemporáneo, le molestan los triunfos de sus
compañeros, algunos de los cuales valen más que él. Y dicen más: que D. Joaquín Sorolla no
quiere que nadie más joven que él tenga la medalla de honor; por eso ha confeccionado este
Reglamento; por eso se otorgó en 1910 la medalla de honor á Muñoz Degrain; en 1912, á D.
1555
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
PINTURA
Primeras medallas. — D. José Ramón Zaragoza, don Enrique Galwey, D. José Pinazo
Martínez y D. Ventura Alvarez Sala.
Segundas medallas. —D. Eduardo Urquiola, D. Leandro Oroz, D. Julio Moisés Fernández,
D. José Benlliure Ortiz, D. Eduardo Martínez Vázquez, D. Ramón de Zubiaurre, D. Manuel
Medina Díaz y D. Francisco Marín Bagues.
Terceras medallas. — D. Carlos Sobrino; Buhigas, don Daniel Vázquez Díaz, D. Juan
Cardona, D. Fernando Costa, D. Víctor Moya, D. Roberto González Blanco, don Alfonso R.
Castelao, D. Juan Rodríguez Jaldón, D. José Robledano, D. José Cruz Herrera, D. Ángel Robles,
don José Llasera, D. José Pérez Ortiz, D. Ceferino Palencia, D. Salvador Florensa y D. Tomás
Viver.
(…)En Pintura hay de todo: errores y aciertos. Más de los segundos que de los
primeros, en honor de la verdad.
Bien están, por ejemplo, las primeras medallas de Zaragoza, Galwey y Pinazo Martínez;
pero mal está la de Alvarez Sala. Sobre todo si se tiene en cuenta que este señor resultó
empatado con ¡¡Joaquín Mir!! ¿Cuándo, cómo ni por qué se puede posponer á uno de los más
grandes, más admirabilísimos artistas de nuestra época, como Joaquín Mir, para conceder, en el
año 1915, una medalla al Sr. Alvarez Sala?
Joaquín Mir es una de las mías legítimas glorias de esta Exposición; Joaquín Mir ha
debido figurar el primero de todos en esa candidatura de primeras medallas. Y no se alegue esa
absurda clasificación de ―pintor de figura‖ en que le ha vencido—oficialmente nada más—el se-
ñor Alvarez Sala. Como paisajista, aun siendo muy notable el Sr. Galwey, no podrá nunca,
nunca, pintar como Joaquín Mir.
En segundas medallas es aún más manifiesta la injusticia. Aplaudimos, claro es, las
medallas de Julio Moisés— aunque debió premiarse el retrato La Camelia y no Los seminaristas
de Vich—, Leandro Oroz, Martínez Vázquez, Zubiaurre y Marín Bagues; pero no podemos
aceptar como tales el cuadro del Sr. Urquiola, y mucho menos en el puesto en que figura, que
equivale á una primera medalla; ni tampoco la recompensa del Sr. Benlliure Ortiz. Pero lo que
raya en lo inconcebible es la segunda medalla á don Manuel Medina Díaz, discípulo del Sr.
1556
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Menéndez Pidal, vicepresidente del Comité y miembro del Jurado, por un cuadro coma El
dentista.
En las terceras medallas hay, como siempre, más lógica igualdad. En ellas no suelen
hacer falta las influencias ni abundan los compromisos de «toma y daca». Nada tan justo, en
efecto, que las recompensas á José Robledano, á Juan Cardona, á Alfonso Rodríguez Castelao,
á Carlos Sobrino Buhigas, á Rodríguez Jaldón, á Cruz Herrera, á Robles, á Víctor Moya, á
Llasera, á Vázquez Díaz, á Pérez Ortiz... Algunos de ellos, como Cardona y Vázquez Díaz,
merecían incluso una segunda, por su historia brillantísima y por sus éxitos fuera de España.
ADQUISICIONES DE CUADROS
LA PRIMERA LISTA
Ya saben los señores mixtos de Comité y de Jurado lo que se han hecho retrasando la
propuesta de adquisiciones y recompensas hasta nueve días después de cerrada la Exposición.
(…)
Se adquieren los cuatro cuadros premiados con primera medalla en 6.000 pesetas cada
uno. Nos parece bien... con las reservas de méritos anotadas en capítulos anteriores. (…)
¿Qué motivo hay para esta diferencia? Si no se podían adquirir los ocho cuadros
premiados con segunda medalla (y al final veremos que sí se pudieron adquirir), que no se
adquiriesen, y otorgar en cambio á cada uno de los artistas 2.000 pesetas para bolsas de viaje,
por ejemplo. (…) Cuatro primeras medallas de Pintura á 6.000 pesetas: 24.000. Total de
adquisiciones: 60.000 pesetas.
1557
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Bolsas de viaje: (…) Total de bolsas de viaje, 26.000 -pesetas. Sumadas ambas
cantidades dan un total de 86.000 pesetas. Ahora bien; según se confiesa en la misma Real
orden, se habían asignado para adquisiciones y bolsas de viaje 130.000 pesetas. Luego sobran
todavía 44.000 pesetas, cuyo empleo debe estar aún en el aire, aunque ya suponemos que se
invertirá en adquirir más obras ó fundar un asilo para esos veintiocho infelices que van á
recorrer España á pie y sin dinero.
ADQUISICIONES DE CUADROS
SEGUNDA LISTA
A fines de Agosto se publicó una segunda lista de obras adquiridas con cargo al crédito
de 130.000 pesetas, consignado en el capítulo 14, art. 2°, concepto 3.0 del vigente pre-
supuesto. Esta lista es la siguiente:
Sección de Pintura: Regalo de boda, núm. 647 del Catálogo, de que es autor D. Carlos
Vázquez Ubeda, en 4.000 pesetas.
La encina y la vaca, núm. 430 del Catálogo, de que es autor D. Joaquín Mir, en 3.000
pesetas. La Rebelde, núm. 211 del Catálogo, de que es autor D. Antonio Fillol Granell, en 2.000
pesetas. Un día más, núm. 423 del Catálogo, de que es autor don Inocencio Medina Vera, en
2.000 pesetas.
Un oleo, núm. 148 del Catálogo, de que es autor don Roberto Domingo, en 2.000
pesetas. (…) En esta Exposición han acudido artistas cuyos nombres y cuyas obras eran el
verdadero prestigio del Certamen. Estos artistas eran los Sres. Muñoz Degrain, Bilbao, Inurria,
López Mezquita, Benedito, Rusiñol, Romero de Torres y Domingo Marqués.
Después del vergonzoso episodio de la medalla de honor se les debía una reparación á
todos y cada uno de estos artistas. Y nada más lógico que adquirir á cada uno de ellos
una obra. (…)
¿Acaso no deben adquirirse las mejores para ennoblecer—que bastante falta le hace—á
ese almacén de armatostes que se llama Museo; de Arte Moderno?
¿Por qué entonces, contra toda lógica, se invierten miles de pesetas en adquirir un
número tal de cuadros en el que apenas si cuatro ó cinco merecen ser ofrecidos como ejemplos
de belleza?
1558
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) Manuel Benedito. Lo mismo mis crónicas de Mundo Gráfico que las de La Esfera
firmadas con el seudónimo Silvio Lago, han indignado al joven maestro, hasta el extremo de
que no hallo persona que no me repita palabras del ilustre autor de Pescadoras bretonas,
agravadas seguramente con la piadosa intención que se pone en los comentarios de segunda
mano.
JUNIO 1915
EXPOSICIÓN ANGLADA
Siempre nos ha inspirado una gran simpatía el Sr. Anglada. Como todos los artistas
formados dentro de sí mismos, tiene su historia y su leyenda. Ambas parecen fundirse muchas
veces, se separan y delimitan otras, y no siempre le es favorable la segunda á la primera.
Sin embargo, hay algo afirmativo, indiscutible, que se destaca sobre la solidez de la
historia y se acusa claramente por encima de las fantasías de la leyenda: los triunfos del Sr.
Anglada.
Fuera de España siempre. Porque el Sr. Anglada Camarasa no ha expuesto nunca en los
certámenes oficiales españoles. No forma parte de lo que pudiéramos llamar escalafón de
medallas; pero en cambio puede alegar en un momento determinado los siguientes méritos:
1559
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Miembro de honor de la Academia de Bellas Artes de Milán, miembro societario del Museo
Hispano-Americano de Nueva York, de la Sociedad Internacional de Pintores y Escultores de
Londres, de la Secesión de Munich, de la de Berlín y de la Sociedad de Bellas Artes de París.
En los Museos de Arte Moderno de París, Londres, Berlín, Viena, Petrogrado, Moscou,
Gante, Stockolmo, Buenos Aires, Bruselas, Dresde, Nueva York y Chicago, existen obras suyas.
Todas estas obras son siempre exaltadoras de España, de una España optimista,
luminosa, que nada pide á las negruras ásperas de la raza, que no sugiere trágicas visiones de
fanatismo religioso ó de lujuria sombría. Es, en cambio, la externa visualidad, las prodigalidades
de luz, los ritmos graciosos de la línea, junto á las decorativas armonías del color. Más adelante
se hablará de las orientaciones ideológicas, de las significaciones psicológicas y de las
cualidades técnicas de la pintura de Anglada. Sólo quede dicho ahora que la de este pintor
español que pinta cielos, campos floridos y mujeres de España, es, como la de Zuloaga, una
reputación mundial en la que para nada entraron las oficiales «consagraciones» de España.
¿Cómo se desharía esta leyenda? Viniendo Anglada á España, no en busca de una gloria
que bien le aureola ya el rostro y le sombrea de laureles la frente, sino á exponer sus obras
noblemente, en un sano impulso de fraternidad, con los artistas españoles de hoy, con los crí-
ticos españoles de hoy, que no son los de ayer; es decir, aquellos que pudieron obligarle á él y
á Zuloaga á una expatriación digna de todos los respetos.
Anglada empieza por Barcelona. Luego vendrá á Madrid, donde expondrá el mismo
conjunto de obras que hemos tenido ocasión de ver en la capital catalana.
Al triunfo del Sr. Anglada, en Barcelona, no le han faltado algunos aislados puntos
negros: cierto artículo de La Veu de Catalunya, la hostilidad de los pintores jóvenes que forman
parte de la «escuela mediterránea» y las afirmaciones, un poco desdeñosas, aquí en Madrid, de
otros pintores que habían visto la Exposición y me aseguraron había sido un fracaso.
1560
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Una vez más la leyenda falseaba la historia; la fantasía iba más allá de la realidad, des
figurándola...
Por eso cuando, al fin, visité la Exposición Anglada; cuando pude comprobar el éxito de
las fiestas celebradas en el Palacio de Bellas Artes, como si las mujeres, floridas en mantones
de Manila, salieran de los cuadros para hallar las mismas palpitantes luces, iguales bellas
transparencias en el aire encantado de la noche que en la magia de los lienzos; cuando
comprendí que la opinión de La Veu de Catalunya, las bromas de L'Esquella de la Torratxa y el
encogimiento de hombros de los muchachos demasiado impacientes por la conquista del
nombre no respondían á la impresión general, sentí una íntima alegría.
¡Oh! Esta pagana sensualidad, esta fusión de voluptuosidades en que se aman las flores
como mujeres y en que el amor y el color se saborean como frutos, es la que hace á la pintura
de Anglada tan acariciadora á pesar de su deslumbramiento, tan profundamente mezclada á
nuestra carne á pesar de su pomposidad colorista, que parece externa y artificial.
—Yo quisiera pintar la España que debía ser, inculcar en los espíritus una pedagogía de
color, buscar la solución de los problemas sociales después de conseguido un optimismo visual.
No sé si fueron estas mismas sus palabras. Indudablemente, lo eran los conceptos.
1561
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Al color parece, en efecto, supeditado todo, y todo ofrecido en holocausto suyo. De tal
manera lo creemos así, que no es la luz la que impone fantasías coloristas, sino que, para
mayores brillantez, exuberancia y casi agresivas armonías, la luz se esclaviza al color. Por eso
Anglada desdeña muchas veces el sol y completa con luces coloreadas aquellos caprichos
coloristas que concibiera imaginativamente.
¿Sin verlos? No. Antes les ha visto; pero con una visión especial, peculiarísima, que ya le
da la pauta de cambios extraños y de irreales matices. Diríase que entre las cosas y los
aspectos naturales pasa su temperamento, sutilizado en transparencias.
Dentro de este criterio exclusivista acerca del arte de Anglada, persiste la creencia de que
sus embriagueces de color perjudican al buen conjunto de cada una de sus obras. El carácter
humano de las figuras desaparece, se borra y apaga, al emplear en brazos y rostros más
apagadas coloraciones que en los trajes, adornos y fondos floridos. Incluso la misma rigidez
escultórica de actitudes contribuye á despojarles de vida y movimiento.
Llegan á perderse, como digo, los procedimientos. Surge, en cambio, la evocación, como
hecha realidad, de que no es un lienzo pintado lo que tenemos ante nosotros, sino trabajos de
cerámica, de esmaltado; de tapicería, hasta de japonesas lacas ó de pérsicas sedas tejidas con
espléndida riqueza de motivos...Sin embargo, ahondando más en el arte de Anglada, vemos
que el encanto de sus cuadros no está sólo en la exuberancia colorista, tan sabia que llega á
obtener armonías y cadencias con los tonos más opuestos y estridentes. En Anglada hay
también un gran compositor y un formidable dibujante.
(…)La otra cualidad es más visible, más afirmativa: la composición. Anglada es, sobre
todo y ante todo, un gran decorador. Aun las figuras aisladas, despojadas de fondos
complementarios, están concebidas con un sentido armónico y rítmico, que nada pide la
realidad del modelo y se lo otorga todo á la elegancia de las líneas y á la riqueza cromática.
Y si esto es de figuras aisladas, sin sujeción á otros ritmos que vengan á buscar el suyo,
ó á los cuales habían de someterse para la total armonía, imaginad cómo será de admirable
cuando agrupe las figuras sobre fondos penetrados del alma de ellas, así como á ellas las
impone la relación de valores coloristas, y cuando el arabesco que inician las figuras lo
completan curvas de montes lejanos, vibraciones y temblores inmovilizados de árboles y
arbustos, ó audaces guirnaldas artificiales die naturales flores, que no se sabe si descienden,
1562
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
enamoradas, del suelo, ó surgieron para complacerse en levantar lo más posible su elipse
florida para reverenciar desde un grupo de mujeres al otro femenil grupo inmediato.
Pero lo que sí hay en la Exposición del Palacio de Bellas Artes, de Barcelona, son dos
aspectos afirmativamente definidos, que no nos atrevemos á llamar épocas, y que tal vez sería
más exacto clasificar como tendencias bien distintas.
A la otra tendencia, más reconcentrada de color, más refinadísima y sutil, en que surge
un Anglada, apasionado de más elegantes y sobrias armonías, empeñado en problemas
coloristas de más profundidades externa é interna que no se le plantearon en los cuadros de la
tendencia anterior, pertenecen los cuadros restantes: Mariposa de noche, Sibila, Malagueña, La
de los ojos verdes, Madrileña, Mlle. Galvy, La dama negra, La cartagenera, Granadina, La gitana
y el niño y Los enamorados de Jaca.
Y no decimos La danza de la Corona, porque este lienzo admirable, en el que vibra una
sensualidad penetrante, en el que la ciencia del arabesco llega, como en Los enamorados de
Jaca, á su máxima seguridad y belleza, no admite clasificación. Es él, solo y único en su extraña
inquietud de paisaje y fauna abisales, con sus tentaculares abrazos y contorsiones de
danzarinas, con los estremecimientos de los blancos álamos, dentro todo ello de una luz de luna
que penetrara hasta el fondo.
Comparados, por ejemplo, El ídolo y Sibila, resalta más palpable la diferencia de los
aspectos característicos de Anglada en esta Exposición.
El ídolo es un torero; pero no el torero hosco, bravío, de Zuloaga; no el torero que aman
los aficionados taurinos en una inconsciente exaltación de la masculinidad ajena. Todo en este
muchacho es fino, bello, como de origen divino; tiene un aspecto ambiguo de efebo y sus
carnes están tratadas, por ejemplo, con más apariencia de feminidad que las de Novia
1563
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
valenciana ó que el maravilloso modelado del brazo en La de los ojos verdes. El traje rosa y el
capote blanco afirman esa sensación de suavidad, de idealismo. En cambio, Sibila—construida
como una tanagra— es fuerte, rígido, viril, de una sobriedad técnica, de una parquedad en el
color, ignoradas en Anglada. Los ojos son un prodigio enigmático y fiero. Encontramos,
además, en Sibila, los negros que no imaginamos hallar en Anglada. Y sin embargo, sobre todo
en esta última tendencia angladesca, los negros tienen una significación que desmiente la regla
primordial de los impresionistas franceses.
En efecto, Anglada emplea negros absolutos, que intercambian valores con los tonos
inmediatos ó que dan una sensación de suprema elegancia, en toda su pureza, á cuadros como
el titulado La dama negra. También sirven como de suave y dulcísimo estribillo, apenas
adivinado en otros lienzos, como La gitana del cántaro—uno de los más admirables de esta
Exposición—y Cartagenera, donde vemos, además, algo que consideramos interesante anotar.
Algo nada más. Reservemos para su próxima Exposición de Madrid lo restante, y sólo
entonces nos consideraremos satisfechos de haber contribuido á que España salde su deuda de
admiración con uno de los más grandes pintores contemporáneos
JULIO 1915
Alejada del ambiente que llaman artístico, sin intervenir en Exposiciones más ó menos
nacionales, ni buscar el «tacto de codos» tan necesario para quienes no sienten dentro de sí
mismas los elementos del triunfo, existe una categoría de artistas que merecen todo nuestro
respeto y toda nuestra admiración.
Son aquellos que de antemano renunciaron á las efímeras glorias de medallas, artículos
encomiásticos, cargos oficiales y á que su nombre suene siempre que se cita el de otros
1564
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
compañeros suyos. Les basta con la propia satisfacción, ó á la sumo la de aquellas ajenas que
están unidas á su vida por una fraternal asimilación de mutuos sentimientos.
Sin embargo, no hemos de alabar por completo ese alejamiento de su época, que revela
pura aristocracia espiritual en los artistas que la practican. Si ejercitan un sagrado derecho,
olvidan, en cambio, una sacratísima obligación. Todo aquel que con sus actos ó ideas pueda
contribuir al engrandecimiento de su Patria, bien hace en laborar en silencio algún tiempo,
porque más sólida y fructífera será su labor; pero llegará un instante en que debe salir de su
aislamiento y decirle á España, tendiendo sus telas pintadas, ofreciendo sus mármoles,
mostrando sus libros:
―He aquí, madre, mi obra. Sólo ahora que la realicé me considero digno ti‖.
Don Leandro Latorre es un hombre enjuto, con el cabello y el bigote blancos, los ojos
muy azules y la sonrisa siempre á flor de labios. El rumbo de su vida es muy otro que el del
arte, y, sin embargo, hebdomadariamente, todos los domingos, Latorre sale de Madrid y busca
asuntos é inspiración para sus cuadros.
Cerca de veinticinco años lleva realizando una labor entusiasta y desconocida del público
y de la crítica. Le basta, como decimos, la propia satisfacción y los elogios sinceros de dos
amigos suyos, también notables paisajistas. Y que también desdeñan las oficiales ó públicas
consagraciones.
Latorre fué en otro tiempo discípulo de D. Carlos Haes. Nadie podría adivinarlo en estos
paisajes de ahora, tan impregnados de alma, tan desprovistos de aquella frialdad fotográfica
que caracterizaba el arte antipático del pintor belga.
¿Os explicáis ahora por qué Leandro Latorre, el artista del cabello blanco, los ojos azules
y la eterna sonrisa prefiere, á la viciosa atmósfera ciudadana y á la vida artificial de
Exposiciones y Círculos, sus escapadas hebdomadarias, en unión de dos buenos amigos, hacia
1565
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
los campos, entre austeros y afables, de Castilla ó hacia la sierra, pródiga en salud para el
cuerpo, y en deleites para el alma, y en bellos espectáculos para los que saben comprenderlo?
AGOSTO 1915
EL ARTE EN CATALUÑA
Con motivo de mi viaje á Barcelona para ver la Exposición Anglada y visitar los estudios
de varios artistas, pude darme cuenta de la extraordinaria importancia que se concede en
Cataluña á los asuntos artísticos.
Como una lógica resultante de esta inquietud espiritual, de este perenne acuciamiento
por los deleites estéticos, Cataluña es siempre la primera que avanza por los senderos recién
abiertos. Hallaréis junto á las equilibradas escuelas las audacias iconoclastas. Junto al respeto
que causa la obra afirmativa de un artista consagrado, la curiosidad que despiertan los jóvenes
entusiastas de las modernísimas tendencias de más allá de los horizontes, y para quienes el
arte catalán tiene por únicos maestros en la actualidad á Suñer, á Gali, á Torres García y al
malogrado Isidro Nonell.
Asiste la gente y concede atención la crítica, lo mismo á las Exposiciones, á quienes los
avanzados llaman despectivamente pompiers, que á las de aquéllos de quienes éstos se ríen y
burlan. El eclecticismo, la ecuanimidad con que el ambiente catalán se ofrece á unos y á otros,
¿no significa una superioridad del cerebro y de la sensibilidad sobre el ambiente madrileño, por
ejemplo, donde los asuntos artísticos no interesan lo más mínimo y donde se acoge con
1566
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
cuchufletas de pésimo gusto y con hostilidades reveladoras de absurdo cretinismo todo lo que
signifique modernidad, rebeldía, independencia estética?
Como una prueba de cuanto hemos dicho, veamos algunas de las varias manifestaciones
de arte catalán más recientes.
―Apa‖, que además de ser uno de los primeros humoristas españoles y de poseer fecundo
sentido de la pintura decorativa es un espíritu cultísimo y un crítico de arte que tiene muy bien
educada la sensibilidad, desarrolló el tema ―Valor del impresionismo‖, donde estudió la
evolución de la escuela francesa. No será esta la última vez que hablemos de esta conferencia
de ―Apa‖, única de las pronunciadas en la interesante Exposición de Sabadell, que conocemos.
Eugenio d'Ors (Xenius) habló del arte nuevo para destruir esta adjetivación, puesto que,
según el filósofo de La Ben Plantada, el arte no es nuevo ni viejo, sino que es ó no es arte.
1567
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Hablemos ahora de las Exposiciones que se preparaban para este otoño, y que eran
igualmente interesantes.
Irene Narezo expondría, por primera vez, una serie de cuadros y dibujos plenos de
belleza y de ingenuidad. Conozco todas sus obras, y son de un encanto, de una serenidad
graciosa y sutil extraordinarios.
La revista Vell i Nou, que es inapreciable guía para el que desee conocer el arte catalán
de ayer y de hoy, inauguró el día 30 de este mes sus nuevas galerías, compuestas de seis
amplias salas, en el núm. 613 de la Gran Vía, con una Exposición de las obras de la «Colección
Plandiura».
Por último, una noticia que nos alegra por lo que significa y nos entristece por la violencia
del contraste, que al final haremos notar.
He aquí un bello ejemplo de sano compañerismo que, según decimos antes, nos
entristece al compararle con lo sucedido en Madrid al adquirirse las obras de la ultima
1568
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Exposición Nacional, donde las que más se han pagado han sido á seis mil pesetas, y en las que
no se adquirió ninguna de los maestros que tenían instalación especial.
SEPTIEMBRE 1915
Como el señor director general de Bellas Artes andaba muy atareado con la Exposición
Nacional, sin duda haciendo números y concesiones para que sus amigos obtuvieran medallas,
se les adquiriesen cuadros y se les otorgaran bolsas de viaje (para quedarse en Madrid), no
concedió la debida importancia á la Exposición Universal de San Francisco de California. No se
cuidó de atender la amable invitación del Gobierno yanqui, que ofrecía local para una sala
española.
Esta indiferencia para con los artistas españoles es bastante lamentable. España estuvo á
punto de no figurar en una Exposición Internacional porque el Ministerio de Instrucción pública
y Bellas Artes no quiso nombrar un representante, anunciar oficialmente la propuesta de San
Francisco de California y destinar unas cuantas pesetas á enviar las obras de nuestros artistas.
Todo esto conviene que se sepa. Como, también el que unos cuantos pintores, catalanes
en su mayoría, se decidieron á enviar por su cuenta y riesgo algunas obras á San Francisco de
California, importándoles un bledo llevar ó no el visto bueno de la burocracia pseudo-artística
del caserón frontero á la estación del Mediodía.
La noticia de este triunfo se supo en Madrid un domingo, y como los domingos hay
corridas de toros en toda España, se limitaron el lunes los periódicos diarios á reproducir el
texto del telegrama que remitió el Círculo Artístico de Barcelona.
¡No faltaría más sino que se intentara mermar media columna de las ocho ó diez
consagradas todos los lunes al embrutecimiento y al encanallamiento de España, para comentar
este episodio!
1569
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
NOVIEMBRE 1915
Son éstos los Sres. Cruz Herrera (de Figura) y Robledano y García Lesmes (de Paisaje).
Pocas veces habrán aprovechado de tan fructífero y valioso modo su pensión unos
artistas corno han demostrado aprovechar las suyas respectivas Cruz Herrera, Robledano y
García Lesmes.
Durante el período de su pensión dos de ellos, Cruz Herrera y Robledano, han obtenido
sendas terceras medallas en la reciente Exposición Nacional.
Y ahora, lo mismo ellos que García Lesmes, vuelven á afianzar sus respectivas
personalidades con sólida y certera orientación, que no sólo nos parece merecedora de todos
los elogios sino que también será tenida en cuenta por el Círculo de Bellas Artes para ampliar
un año más la pensión de los tres jóvenes y notabilísimos artistas (1).
Cruz Herrera expone, además del lienzo La capilla del Cristo, que obtuvo tercera medalla,
hasta quince cuadros más, entre los cuales sobresalen los titulados A tomar el gazpacho, Del
sermón, Alfonsillo y las admirabilísimas cabezas Pilarilla y Sor María de Jesús. Fijaos bien en el
nombre de Cruz Herrera, porque dentro de él se está cuajando uno de los futuros maestros de
la pintura española.
José Robledano da con sus paisajes, tan justos de nota como impregnados de íntima
emoción, la seguridad de un avance sin rectificaciones. Mucho y muy hondamente nos
cautivaron sus lienzos Cercedilla y Crepúsculo en la nieve (tercera medalla este último), de la
Nacional; pero reconocemos que el joven é ilustre artista llega en sus lienzos actuales á más
altos dominios de la técnica y á más fecundas inquietudes de la sensibilidad. Tiene cuadros,
como La puerta muda, El claustro de la Cruz y Peñalara, de una maestría y de un encanto
insuperables.
Finalmente, Aurelio García Lesmes expone doce paisajes, en los cuales hallamos la
seguridad enérgica, briosa que le caracterizan. Como obras que se destaquen de entre las
demás, citaremos Peñafiel, El castillo, Tordesillas y Vertiente de Majalasna.
1570
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(1) No se amplió el año de pensión sino el derecho á tomar parte en las nuevas
oposiciones de paisaje á los señores Robledano y García Lesmes. Verificadas estas oposiciones
obtuvo la «plaza única» José Robledano. Pero este criterio no quiso aplicarse después á las
oposiciones de figura por la nueva Sección de Pintura del Círculo de Bellas Artes, y, en virtud de
ello, se les negó el derecho, otorgado á Robledano y García Lesmes, á los señores Cruz Herrera
y Ferrer.
EXPOSICIÓN MATILLA
Simultánea con la de «Tito» se celebró en el Salón Vilches, de la calle del Príncipe, otra
Exposición bastante interesante.
A los geniales é inquietantes cartones del gran artista sevillano Marín Ramos sucedieron
una serie de retratos, paisajes, marinas y pequeños apuntes del pintor Matilla.
El Sr. Matilla es madrileño; pero vive alejado de su ciudad natal hace muchos años.
Acaso no haya expuesto nunca en Madrid. En cambio podríamos clasificarle entre los paisajistas
catalanes contemporáneos, puesto que en Barcelona vive y en Barcelona celebra sus
Exposiciones anuales.
Retratos presenta algunos muy perfectos de carácter y de técnica. Ante todo está su
autorretrato, de enérgica, vigorosa y seria traza, que acaso sea de lo mejor de la Exposición.
También son notables el del pintor Bianqui, el del escritor Rafael Marquina, el de la señora
Calisol y el del Sr. Más.
En paisajes debemos citar Mar azul, Armonía gris, Armonía oro, Sol, La Arenella,
Cadaques, Barrio de pescadores y casi todas las impresiones menudas donde ya hemos dicho
que se encuentra con toda sinceridad de belleza el espíritu del notable artista.
1571
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
DICIEMBRE 1915
En Barcelona hemos visitado sus estudios respectivos. Vimos todos los aspectos de sus
obras, los realizados y las embrionarios; dejamos vagar las horas oyéndoles defender sus
sendas teorías estéticas y formamos el propósito de buscar ajenas simpatías para estos artistas
que tanto se acercaron á la nuestra propia.
Ahora vienen a Madrid. Desean que Madrid les conozca y les juzgue á ellos, que tantos y
tan altos triunfos han obtenido en Cataluña.
JUAN LLIMONA
Como las glosas de Xenius referentes á La bien plantada llegaron á formar un breviario
de la raza, los cuadros y dibujos de Juan Llimona han llegado á formar un poema donde se
canta la mujer catalana.
Hojeando las revistas de otro tiempo, de hace veintidós, veinte, quince años,
encontramos estos dibujos al carbón de Juan Llimona, en el que siempre la mujer es el motivo
de inspiración preferente. Mujeres castas y fuertes, pero tronchadas por el dolor, ennoblecidas
por la melancolía ó soñolientas en la dulce paz hogareña.
1572
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Todas ellas, aun las que la fatalidad asomara sobre los abismos trágicos, son las humildes, las
demasiado cotidianas, las que siempre hallaron espejo donde verse exactamente reflejadas, en
las campesinas, en las obreras de la ciudad, en las montañesas, en las pescadoras...
Porque Juan Llimona no se ha limitado á pintar la mujer catalana del trabajo y del limpio
espíritu. Ha pintado también el ambiente que la cerca y la completa y la magnifica. Así, pues,
Llimona es paisajista por la prolongación de amor á las siluetas humildes y castas. Unas veces
su heroína, como en este emocionado y sugeridor cuadro Soledad, yace abandonada y
plañidera sobre la arena de la playa, entre la hostilidad ingente de los acantilados, retor-
ciéndose las manos de dolor, como indicándonos un vulgar y trágico episodio de la mar
tragadora de hombres; otras veces es una moza de perfil sereno y austero de medalla, seno
ampuloso y caderas macizas—prometedoras de la maternidad que interroga en lo alto del
horizonte á las dos extensiones azules, pidiéndoles la silueta latina de una vela inflada por el
viento propicio. Otras veces va descalza de pie y pierna sobre los quebradizos espejos de los
estuarios, encorvándose, como las otras espigaderas de la tierra, para soj-prender los ágiles
cangrejos y los pececillos inquietos y veloces...
Hermana también de la que en la ciudad llena los talleres y las fábricas y que en los días
de algarada no lanza piedras ni blasfemias como los hombres sublevados, sino que ruega por
ellos en la paz sentimental de la estancia ante una Virgen de advocación catalana y con
palabras que suenan á las bellas y sonoras palabras de Ausias March...
No temáis que estas figuras femeninas pasen de moda; que sus trajes ó sus peinados
parezcan ridículos como esas otras de los cuadros de pintores de mujeres elegantes. Llevan las
ropas incambiables y austeras, los corpinos ceñidos, las faldas amplias, y á lo sumo el pañolillo
popular sobre la cabeza peinada, con las crenchas simétricas y el moño bajo. Porque son de
ayer y de hoy estas mujeres. Su perfil sereno, sus ademanes vulgares, tienen una grandeza
heredada de los siglos helénicos, ó mejor de los primitivos del cristia-nismot. Y siendo tan
esencialmente de Cataluña, no sería difícil encontrarlas consonancias rítmicas y armónicas con
las mujeres humildes de Castilla, de Vasconia, de Aragón, de Asturias, de Galicia...
1573
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por eso el encanto de los cuadros de Juan Llimona despierta en nosotros, además del
recuerdo de la admirable Bien plantada, de Xenius, el eco dulcísimo y hondo de los versos de
Maragall y de Verdaguer. Mutuas ilustraciones podrían ser las obras de los poetas con los
dibujos y cuadros del pintor. Fundiéndose evocaciones pictóricas y poéticas evocaciones darían
la sensación más justa y representativa de la dona.
Sin embargo, por encima de la íntima analogía de la obra de Juan Llimona con las de
escritores contemporáneos suyos, la identificación temperamental más clara é indudable es con
Jacinto Verdaguer. Porque Juan Llimona es un católico convencido y reflexivamente exaltado.
Es como un sacerdote laico, y sólo abandona los paisajes de la costa catalana ó de la alta
montaña, para pintar cerúleas transparencias y ultraterrenos ambientes, y asciende de las fe-
meninas creaciones á las imágenes de santas y de vírgenes. Entonces su misma técnica se
transfigura. Este pintor, cuya paleta es un poco «sorda», levemente sombría, enamorado de las
notas frías, al llegar á los cuadros místicos adquiere calideces y bríos coloristas inesperados,
surgen tonos enteros con la gracia angélica de los prerrafaélicos italianos: los oros, los cadmios,
los carmines, los azules, son brillantes jugosos y cantarines. Se comprende que Juan Llimona
experimenta el goce de sumergirse en divinos deliquios. El presentimiento de la otra vida, en la
que creen los católicos, le hace olvidar el dolor y la miseria de ésta en que los humanos
polichinelas se agitan. Es el momento de los íntimos, mudos diálogos con Dios. Y no sería
extraño que este hombre de hoy, de nuestro siglo de automóviles, aeroplanos y guerra
europea, se sintiera entonces en su estudio de la calle de Llauria, en Barcelona, un alma de
monje florentino y se arrodillara solicitando la inspiración divina antes de trazar sobre el blanco
lienzo el boceto de un cuadro de exaltación y de éxtasis...Juan Llimona responde físicamente á
su técnica pictórica y á su tendencia idealista. Es un hombre alto, recio, membrudo, con los
bigotes y las pupilas grises, con el habla un poco áspera en los comienzos y cordialmente
musical después, cuando ya la caldeó el fuego de la mutua simpa tía. A los demasiado
transparentes, por lo excesivamente efusivos, desconcierta Juan Llimona. Parece ajeno á los
demás, encerrado en una cortesía huraña que detiene, como un brazo extendido con la mano
levantada. Un superficial tendría motivo para creer en esa leyenda de la sequedad desdeñosa
atribuida á los catalanes por los que no se tomaron la molestia de comprenderles y estimarles
como se merecen.
¿Cómo podría ser así el pintor de los lienzos apasionados, inflamado de sobrenatural
amor, y de los otros tan cerca de la vida, tan ligados á los sentimientos contemporáneos,
reveladores de una sensibilidad agudizada, altamente fecunda?
1574
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En Roma vivió Juan los tres años que duró la pensión de su hermano. Al volver á España
expuso en Madrid en dos Exposiciones Nacionales, obteniendo tercera y segunda medallas.
También en Barcelona consiguió primera medalla. Pero esto no le interesa. Es un hombre á
quien no preocupan los éxitos oficiales. Va por la vida levemente absorto y desdeñoso...
Ha pintado una de las cúpulas del Real Monasterio de Monserrat, otra enorme en Vich, el
techo del Palacio, de Justicia de Barcelona é innumerables plafones y muros de iglesias y
conventos. Tiene cincuenta y cuatro años... y ocho hijos, corno añadió al preguntarle yo la edad
y sonriendo con una sonrisa bondadosa y patriarcal...
Por último, aun queda algo muy interesante que decir. Juan Llimona, al venir á Madrid,
trae, además de toda su obra pretérita de los cuadros sentimentales y plácidos, de las pinturas
religiosas, de los admirables dibujos al carbón, tan característicos, su obra contemporánea y
novísima: los paisajes.
Juan Llimona, en el último tercio de su vida, vuelve los ojos á la Naturaleza, se liberta de
los espectáculos cotidianos y extiende su ansia de ideal, que antes se refugiaba so lamente en
los místicos deliquios, á la contemplación de valles y cumbres y murmurar de ríos y de frondas
y serenidades mediterráneas á través de los pinos de alta copa...
Hay en estos paisajes de Juan Llimona una frescura, una espontaneidad, una gracia
comunicativa que parecen realmente juveniles. Son de un encanto suave y aquietador. Ante
ellos, como ante sus pretéritas figuras de mujer, se aprende á amar y á admirar Cataluña, la
siempre bella y la siempre grande...
Entre este privilegiado grupo figuraban Félix Mestrés Borrell y su cuadro Intimidad.
Evoquemos al admirable lienzo y analicemos rápidamente la personalidad interesante del ilustre
pintor catalán.
1575
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Todo en este lienzo bellísimo es agradable y armónico. Un exquisito buen gusto presidió
en la elección de asunto y en la composición original y serena; un perfecto dominio de la
técnica completó el acierto. Intimidad, en su delicada armonía de azules, en sus figuras de
mujer con los trajes evocadores y románticos, hasta en la discreta y suave luz que habrá de
prolongar el encanto de la confidencia es un verdadero hallazgo sentimental y colorista. Bien
lejos están las estridencias luminosas de los impresionistas, la fría impasibilidad de los realistas
ó la tortura cerebral de los ideólogos. Aquí todo es suave, acariciado intrascendente, animado
por el deseo de dar una emoción placida; cumple su prepósito de deleitar la mirada y de
refrescar el espíritu con un espectáculo de vulgaridad idealizada, engrandecida.
Al estudiar después la obra total del señor Mestres Borrell hemos visto que todos sus
cuadros responden a este criterio: de pintar únicamente lo bello, de buscar gratas armonías y
de supeditar el pensamiento á los hallazgos decorativos.
Viendo en la reciente Exposición de la Casa Vilches los cuadros de Mestres Borrell junto á
los de Juan Llimona se acusaba todavía más esa tendencia del ilustre catedrático de
«Composición decorativa» en la Academia provincial de Bellas Artes de Barcelona. Aun pintando
calles pueblerinas, campiñas aldeaniegas, pone siempre el señor Mes-tres su nota de distinción
y refinamiento. Cuando cambia sus habituales modelos por los que representan la única
inspiración de Juan Llimona, Félix Mestres los espiritualiza, los liberta de sus caracteres adustos
ó entristecidos.
Así se explica que Félix Mestres Borrell sea el pintor favorito de la aristocracia catalana.
No se concibe salón de gente procer sin un retrato firmado por Mestres Borrell. Ratifica la
elegancia, el chic innato ó adquirido por el dinero.
Sin embargo, debemos hacer una aclaración que consideramos necesaria, teniendo en
cuenta las ajenas suspicacias. Pudiera creerse que esta preferencia de las gentes adineradas y
de la aristocracia por el arte de Mestres Borrell era un signo de mediocridad en la pintura del
ilustre artista. Desgraciadamente no suelen ir de bracero el esteticismo y la fortuna. Desde sus
alturas ficticias los poderosos se han acostumbrado á la adulación ajena y a la atrofiamiento de
la sensibilidad propia.
Pero el caso de Mestres Borrell es una excepción. A pesar de ser pintor favorito de
magnates y enriquecidos conserva su independencia artística, y nada más lejos de su espíritu
que enlacayar un arte, espontáneamente exquisito y conscientemente refinado...
1576
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Caso bien excepcional éste de un niño de quince años que sale á recorrer mundo y
estudiar en los Museos a la edad en que otros se refugian en las maternales faldas, o
comienzan á estudiar el bachillerato y a fumar en recónditos sitios los primeros cigarrillos.
En 1889, á los diez y seis años, expone en Barcelona su primer cuadro. Se titulaba Una
consulta, y tuvo un gran éxito de opinión, en el que nada influyeron la benevolencia y simpatía
que despertara su poca edad
En 1893 expuso en Munich, con tal fortuna, que, además de vender el cuadro, consiguió
una medalla de oro otorgada por la Academia Contemporánea de Ciencias, Letras y Artes, de
París.
Por último, el año 1911, su cuadro tan admirable—armonía en rojos, como Intimidad es
armonía en azules— titulado El primer hijo, obtuvo la primera medalla en la Internacional de
Barcelona. Al año siguiente (1912), el lienzo Domingo de Ramos era recompensado en la Nacio-
nal de Madrid con segunda medalla.
Esto, en lo que se refiere á su labor personal. Como catedrático, Mestres Borrell también
ha obtenido grandes triunfos.
1577
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A los veintiséis años (1899), ganó por oposición una cátedra en la Escuela de Bellas Artes
de Palma de Mallorca, y en 1901 pasó, por concurso, á la de Composición Decorativa de la de
Bellas Artes de Barcelona, que sigue desempeñando en la actualidad.
De cómo Félix Mestres cumple su misión pedagógica da cabal idea el que en las
Exposiciones Nacionales de Arte Decorativo, de 1911 y 1913, obtuvieron los conjuntos de obras
presentados por los alumnos de Mestres Borrell la más alta recompensa concedida en ambos
certámenes.
Tal es la historia artística de este ilustre pintor, que, en plena madurez de vida y de su
arte, es una de las figuras más interesantes de Cataluña y uno de los retratistas más solicitados
por la aristocracia catalana.
EXPOSICIONES EN BARCELONA
Varias veces, y siempre gustosamente obligados por ejemplos admirables, hemos hecho
constar el entusiasmo estético de Cataluña. Responden los catalanes á su tradición de latinos,
encantadas de azul sus pupilas por el Mediterráneo. Es una continua impaciencia de belleza la
que acucia á Cataluña y se traduce en Exposiciones, en publicaciones artísticas, en excursiones
y conferencias y excavaciones arqueológicas. Incluso aun aquellos desequilibrios y
arbitrariedades iconoclastas que aceptan algunos artistas como cánones de nuevo esteticismo,
son simpáticas manifestaciones de un pueblo que no quiere permanecer estacionario, cruzado
de brazos y sordo de la sensibilidad. (…)
En el Círculo de Bellas Artes se celebra una Exposición muy interesante. Han querido sus
organizadores reunir un grupo selecto de artistas contemporáneos de indiscutible categoría.
Según los periódicos barceloneses, han remitido estos pintores cuadros tan conocidos como
ellos, lo que tal vez haya podido mermar en algo el interés de la Exposición. Distínguense las
obras de Benedito, Romero de Torres, Sotomayor, Rodríguez Acosta, Cecilio Pla y Hermoso, que
destacan de un modo notable sobre todas las demás. (…)
En las Galerías Layetanas han expuesto Manuel Humbert y Salvador Florensa. (…)
1578
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En la casa Dalmau se celebró una Exposición (…) de cuadros de Van Dongen (…).
Kees Van Dongen es uno de los más avanzados en las tendencias modernas y absurdas.
Le llaman, como á Matisse, un «sensacionalista patológico». Es un gran técnico y se esfuerza
en no parecerlo. Tan pronto emplea el color con toques gruesos, amontonándole, como apenas
mancha el lienzo, en capas transparentes y tímidas. Quiere dar, como los modernos, la
sensación de «balbuceos pictóricos».
«He aquí cuadros: Bailarinas lascivas, una mujer que pasa, un niño bonito, una madre
que amamanta á su hijo, música, flores, colores. Verde, que es el optimismo que cura; azul,
que es la luz y el reposo; amarillo real, algunos colores de olvido y todos los colores de la vida.»
Porque el Sr. Van Dongen no es, como otros pintores de parecido criterio,
desconcertante. El explica su pintura. Con palabras inexplicables; pero la explica...
Y—caso bien grato para nuestra neutralidad oficial—la mayoría de los artistas son
extranjeros. La guerra los empujó hacia nuestras fronteras, y cerca de año y medio han ido
recorriendo las españolas regiones, copiando sus características y naturales bellezas.
Doblemente curioso es, por ende, para el profesional y para el aficionado de las bellas artes ver
cómo estos pintores extranjeros interpretan el paisaje español.
1579
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
en la casa Vilches uno de los conjuntos más espléndidos que hemos visto en el lindo salón de la
calle del Príncipe.
Al lado de estas notas de rico cromatismo, de jugosa exuberancia colorista, había otras
tenues, delicadas, sutilísimas, en que las gamas se desleían con suaves ondulaciones,
temblorosas y adormecedoiras como trémolos sinfónicos.
Sin embargo, todo esto tan admirable, tan suficiente por sí mismo para afirmar
sólidamente la reputación de un artista, no era sino débil promesa, insignificante prólogo de lo
que ahora ofrece el ilustre pintor francés en su actual y magnífica Exposición de la casa Vilches.
Es una verdadera fiesta de los ojos y una gratísima bifurcación de senderos para los
esparcimientos de la sensibilidad.
Hay lienzos que refulgen como joyas; lienzos que causan la sensación de mayólicas ó
esmaltes; lienzos que apenas tienen una niebla de color; lienzos en que el artista falseó
noblemente el natural con lógica y muy contemporánea obsesión decorativa, y lienzos, en
cambio, donde se piensa que tan hondo penetrara el encanto de la Naturaleza en el artista, que
su alma se arrodilló con primitiva ingenuidad ante la campesina paz.
Pero siempre, siempre, surgiendo de inconfundible manera sobre tan varia profusión de
procedimientos y sensaciones, la personalidad de Fernando, Laroche se impone fuerte ó
romántica, inquietada por el dolor ó iluminada de gozo. Estamos en presencia de un gran
sensitivo y de un poderoso maestro de su arte, para quien la técnica pictórica rasgó todos sus
velos, ofreciéndosele enamorada y desnuda...
Dos épocas perfectamente definidas, aunque separadas ambas por un lapso de tiempo
muy breve, se observan en los cuadros de Fernando Laroche. Pertenece la primera á sus
paisajes de Italia, y á la serie especial de Venecia, donde hay desde las notas vagarosas, con
árboles humosos y lejanías imprecisas, á lo Corot, hasta los encendidos vigores de un
Brangnyn.
¡Qué maravillosa é inédita sensación sugieren estos lienzos, últimos que ha pintado el
maestro francés! Son exaltadores, optimistas, despojados de esa obsesión truculenta ó
mortecina que dieron á Avila y á Segovia otros pintores extranjeros y aun nacionales. En cuanto
á Madrid es también una visión nueva, suprasensible, que desmiente la zonza afirmación de los
que aseguran no existir el paisaje en la capital de España.
1580
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Citar los aciertos de Laroche equivaldría á copiar íntegro el Catálogo. No hay entre los
noventa y siete presentados un solo cuatro mediocre ó desprovisto de interés.
El Sr. Kowalski ha expuesto en el Hotel Ritz cuarenta y dos paisajes, algunos de ellos de
gran tamaño, y todos muy interesantes.
El alma encantada de los paisajes vascos y asturianos vaga por estos lienzos del notable
pintor polaco. Se le adivina, lógicamente identificado) con los mares bravios, con las cumbres
nevadas y los bosques de árboles centenarios. Habla con entusiasmo de Sevilla, del sol crudo
de Andalucía, y dudamos que su temperamento le permita interpretar aquellas exuberancias
luminosas como estos cuadros de las tierras envueltas por la bruma.
Citemos como lienzos sobresalientes Costa vascongada en Biarritz, El parador del bosque,
Casas vascas muy interesante, además de técnica, Costa nevada y Paisaje del Retiro.
1581
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Portada e Índice. FRANCÉS, JOSÉ. El Año Artístico 1916. Madrid. Editorial Mundo Latino.
1917. 367 Páginas.
ENERO
EXPOSICIONES CATALANAS
Como siempre, hallamos en Barcelona una agitación artística bien diferente de la vida
plácida que en Madrid arrastra el arte. No menos de cinco o seis Exposiciones se celebraron
simultáneamente en el mes de Enero, y ya en los mismos salones o en otros lugares de la
capital catalana se anunciaban futuras exhibiciones de otras artísticas.
En el Salón Pares, que es, como todo el mundo sabe, el más antiguo de todos los salones
barceloneses y por donde vienen desfilando desde hace más de veinticinco años todo cuanto en
Cataluña mereció y merece ser conocido, expuso Santiago Rusiñol trece paisajes a cual más
notables.
Son lo más reciente de la obra tan fecunda e inagotable del gran paisajista. Notas y
momentos de Mallorca y de Aranjuez. Torna, pues, el maestro, a los pretéritos motivos de
inspiración que le dieron tan pronto y tan justamente el renombre.
Una gran variedad informa esta última serie de cuadros de Santiago Rusiñol. Algunos no
parecen de su mano, porque el maestro se olvidó de su filiación romántica para llegar a un
realismo agudo y fuerte.
Como los más interesantes podríamos citar Cipreses, Primaveral, Paseo de Pinos y, sobre
todo, Canal del Tajo (Aranjuez), que es un lienzo maravillosamente capacitado para desafiar en
belleza a cuantos contribuyeron a la gloria merecidísima de Santiago Rusiñol.
En las Galerías Layetanas exponía José Aragay hasta sesenta y una obras entre cuadros
al óleo, pinturas al fresco, aguasfuertes, sanguinas y dibujos al carbón y a la pluma. José
Aragay es uno de los artistas jóvenes que tienen más talento.
1582
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Estas últimas cualidades resaltaban más aún en su última exposición. Acuciado por la
curiosidad y por el deseo de seguir todos los caminos que conduzcan a la mejor interpretación
de la belleza, Aragay exponía óleos, aguasfuertes, dibujos a pluma, carbón y aguada, sanguinas
e incluso tentativas muy afortunadas de pintura al fresco.
(…). En las Galerías Layetanas ha expuesto el Sr. Triado varios óleos de tipos populares
catalanes y marinas de la costa mediterránea, interesantes como esfuerzo de olvidar su verda-
dero camino de decorador.
Se destacaban del conjunto, no muy notable, los cuadros de Anglada. Vázquez, Mongrell
y Oliver (…)
1583
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En las Galerías Layetanas, y organizada por los hermanos Bou, se celebró una exposición
de Pintura española.
En ella había muchas obras notables y algunas mediocres. Bastaría la sola enumeración
de las firmas de los expositores para comprender en qué grupo de ellas estaban clasificadas.
Han concurrido los siguientes artistas: Joaquín Agrasot, Manuel Benedito, Octavio
Bianqui, Gonzalo Bilbao, Cristóbal Bou, Juan Cardona, José García Ramos, Guillermo Gómez Gil,
A. Grasso, Cayo Guadalupe, Eugenio Hermoso, José Llasera, Anselmo Miguel Nieto, José
Mongrell, Bartolomé Mongrell, José Moreno Carbonero, Muñoz Degrain, Néstor, Eugenio Oliva,
Ignacio Pinazo, Alberto Pla y Rubio, Emilio Poy Dalmau, Francisco Pradilla, Julio Romero de
Torres, Eduardo Rosales, Salvador Sánchez Barbudo, José Segrelles, Enrique Simonet, Ricardo
Urgell y Salvador Viniegra.
(…) Nuevamente era admirada la bellísima Cacería en el Pardo de Muñoz Degrain, Toda
una época de la pintura española surgía con sus valores intactos de estos lienzos que nos
hablaban del pasado. (…)
FEBRERO
EXPOSICIÓN WINTHUYSEN
Francisco Javier Winthuysen es un hombre alto, muy alto, con unos largos bigotes,
cómplices de su frondosa barba en la ocultación de los labios. Las palabras, que ya nacieron
semiapagadas y confusas, salen con un murmullo casi ininteligible de entre esta barba y este
bigote. Se adivina que ríe por cómo tiemblan los pelos de color de caoba con sutiles brillos de
plata. Sobre estas barbas levemente hoscas y bravías, miran con dulce, con simpático mirar, las
pupilas muy azules.
«Ojos de marino», pensé la primera vez que hablé con Winthuysen. Y ojos de marino son
efectivamente los de este pintor de los bellos cuadros y el exótico apellido.
1584
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
afirmativa de los abuelos que el mar trajo de Flandes en navios panzudos acostumbrados a
disparar contra los barcos de piratas en las soledades extensas.
Así, este Francisco Javier Winthuysen, nacido el año 1874 en Sevilla parece que hubiera
cobrado aliento y mortal apariencia en una pinacoteca de Holanda o Bélgica y abandonado las
ropas con que en otro tiempo le retrataran Franz Hals o Rubens o Van der Helst.
Había en las notas de Winthuysen varios motivos inspiradores. Jardines sevillanos, patios
y calles cordobesas, rincones sombríos y exuberantes, márgenes de río con lejanías montuosas
encendidas por los cadmios del crepúsculo y unas marinas de puertos norteños.
1585
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los jardines sevillanos con su geométrica disposición, con su verde lujuriante, con sus
hojas charoladas, nos agobian un poco. Siempre, aun aquellos que se ajusten al natural como
los de Winthuysen, nos aislan de las emociones puras con su convencionalismo de cromo.
Preferimos esas notas calladas, frescas, con un frescor de cripta y de cuerpos recién
bañados, de Córdoba. Paz al espíritu, caricia a los ojos ofrecían y se comprendía que en la
melancolía de esos patios y a lo largo de esas calles tortuosas se consuma la carne morena y
los ojos de fiebre lenta que tienen las mocitas de Romero de Torres.
MARZO
Ahora los dos artistas, libres de Jurados, Comités, disputas de medallas e intrigas de
adquisiciones por el Estado, ofrecieron al público algunas obras.
1586
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Diez y siete lienzos ha reunido Santiago Rusiñol. Todos ellos, aun los menos recientes,
desconocidos en Madrid. Volvemos a encontrar esa vaga y dulce sensación de melancolía,
característica del maestro, esa íntima identificación con la naturaleza, que vino, desde sus
primeros Jardines de España, a revolucionar por completo el arte del paisaje.
Para un espíritu superficial, podrá esta nueva serie de paisajes del admirable maestro
tener una sensación demasiado repetida y refleja de los cuadros pretéritos. Acaso, podría este
espíritu confundir con monotonía, con ―pintura de receta ―, lo que es realmente nueva
afirmación de una consciente personalidad. Confundiría ese espíritu sus repentinos cansancios,
su impaciente sed de sorpresas y de visiones inéditas, con lo que imaginaría cansancio técnico y
visual del artista. Error manifiesto. Santiago Rusiñol continúa en pleno dominio de sus
facultades. Estos cuadros suyos son estrofas hermanas de las anteriores en ese gran poema
agrario y floreal que de nuestros campos y de nuestros jardines viene componiendo hace
treinta años. Hallamos todos los valores conocidos de su gloriosa reputación; pero ¿este íntimo
regocijo de encontrar otra vez las viejas fuentes, las húmedas umbrías, las geométricas
arquitecturas vegetales, los decorativos cipreses y las sendas desiertas, pero empapadas de
lánguidos misterios, hemos de amargarle con el reproche de que su emoción—siempre sugeri-
dora— nos es ya conocida?
Sería, más que falta, delito de injusticia. Rusiñol se nos muestra tal como es, tal como le
admiramos antes y le admiraremos siempre. Es inmutable, como todo artista que encontró su
verdadera senda. Si sus espectadores empiezan a cambiar de criterio, Rusiñol no tiene la culpa,
ni en definitiva le debe importar lo más mínimo.
Aguas como éstas del Canal del Tajo —quietas, enverdecidas, acurrucadas al pie del
muro encendido por los cadmios del véspero—; composiciones decorativas como la del arco
florido a contraluz del Mediterráneo, en el cuadro Mallorca; ritmos tan bellos de línea y
armonías tan delicadas de color como el Pinar en Mallorca, sólo Rusiñol puede pintarles...
De lo que por sí mismas valen estas obras se hablará después. Consagremos ahora unos
comentarios a lo que representan. Es la primera vez que Pedraza Ostos se ofrece al público y a
la crítica de un modo completo y capaz de ser discutido. (…)Ha pasado mucho tiempo desde
1587
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
que nos conocimos José Pedraza y yo. Vivía él entonces en un estudio de la calle de la Paz. Era
en los años mozos e iluminados de ilusión. Teníamos todos más sueños y melenas en la cabeza
que pelos en el bozo. Sentíamos las divinas rebeldías de la mocedad (…)
Y luego las confidencias. Las de José Pedraza tenían siempre posos de amargura y
nieblas de melancolía. (…)
Dibujaba para todos los periódicos, hacía carteles, pintaba cuadritos para marchantes,(…)
(…) Pedraza Ostos. Incluso al añadir, por primera vez, el segundo apellido al otro con
que firmara las obras anteriores, indica el artista su deseo de que se le considere distinto del
otro José Pedraza, galeote en galeras, no siempre empavesadas(…) no hallamos en la
exposición de Arte Moderno nada que nos recuerde la obra poética e involuntariamente
mercantilista de nuestro antiguo amigo. El esfuerzo de dignificación es visible, las ansias
renovadoras se manifiestan muy claramente.
Hay dentro del conjunto total de obras algo afirmativo: el paisaje. Como paisajista,
Pedraza Ostos tiene verdaderos aciertos. Ama con preferencia las notas umbrías, los rincones
sombrosos, los lugares en que podamos refugiar nuestros cansancios sentimentales. Muy
notable, en este sentido, son los cuadros titulados: La fuente de Pan, Itálica, Otoño, Contraluz,
El Cerro y El Viático.
Después del paisajista al óleo, el paisajista al carbón. Son estos dibujos vigorosos,
enérgicos, reveladores de un ágil y seguro técnico. Citemos El Guadalquivir, Febrero, Recodo
del Guadaira, Molino árabe...Y, por último, el acuafortista. (…)
1588
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OTRAS EXPOSICIONES
I. —MADRID
La realidad nos autoriza a ser optimistas. Madrid, que durante muchos años limitaba su
vida artística a las exposiciones nacionales, tiene ahora una agitación, un despertamiento
fecundo de manifestaciones estéticas, que no puede ser más halagador y más demostrativo del
renacimiento del arte en nuestra patria. Menudean las exhibiciones particulares, surgen
concursos de carteles anunciadores, se disputan cátedras y se anuncian pensiones con tal
profusión, que mal harían los artistas en quejarse de otro abandono que el de los bolsillos de
les visitantes de saloncitos en que se exponen cuadros para venderlos aunque otra cosa
parezca imaginar el público.
En el salón Arte Moderno ha expuesto un artista vasco, el señor Cabanas Oteiza, treinta
obras caricaturescas y veinte paisajes.
Desde hace algún tiempo, van afirmándose los prestigios de uns cuantos pintores dignos
de alabanza, nacidos en las provincias de Vizcaya y de Guipúzcoa. Comienza a dar señales de
vida un arte genuinamente vasco, que surge del alma misma de la raza y se mira en el espejo
de sus paisajes y pide la inspiración a su cielo norteño y es recio, melancólico o burlón como
sus hombres mismos. A la Sociedad de Artistas Vascos de Bilbao se debe gran parte del
renombre que varios pintores y dibujantes van adquiriendo más allá de los límites de los
pueblos o ciudades que les vieran nacer y en los que trabajan cotidianamente. A los nombres
de Zuloaga, Zubiaurre, Salaverría, Maeztu, se unen los de Arteta, Arrúe, Arcaute, Cabanas-
Oteiza... Cabanas Oteiza es un tipo esencialmente, representativamente, vasco. Ve los paisajes
con unción y los hombres con socarronería. Se desquita pintando el alma de la Naturaleza, de la
satírica tarea de dibujar los humanos cuerpos.
1589
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Conoció Cabanas- Oteiza al maestro en los últimos años de éste, cuando ya el espíritu del
gran pintor había encontrado la aparente quietud de su inquietud incurable. Aquel sentido
agudísimo del color, aquella compenetración tan íntima con la luz, aquella efusiva ingenuidad
con que el maestro se acercaba a la Naturaleza como una adolescente a la comunión católica,
se encuentran ahora reflejadas en los lienzos de Cabanas Oteiza.
Ante ellas adquiere evocadora fuerza realista la emoción que el artista supo arrancar al
país. ¡Campos de Vasconia, empapados de lluvia, ubérrimos en vuestra serena paz, creados
para las magias adormecedoras de los crepúsculos y de los otoños!...
Bruscamente cambia todo en el artista al pasar del campo a los tipos y a las costumbres.
No ya la técnica, los procedimientos, sino las ideas, la elección de asuntos también. Rival
terrible de José Arrúe muéstrase Cabanas-Oteiza en estos cuadros humorísticos de la vida
vasca. (…)
La exposición del Sr. De la Rocha era demasiado numerosa. A presidir un criterio más
depurado, menos transigente en la selección de cuadros habrían quedado reducidos los ciento
veintiuno expuestos a menos de la mitad.
1590
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
entonación de las obras. Y, por último, la luz. Una luz enemiga, hostil, descarada, ante la cual
no es posible defender ninguna obra...
Y, sin embargo, bastantes obras del Sr. De la Rocha triunfan de estas pésimas
condiciones en que se hayan instaladas. Seguramente sin esa luz, sin esa profusión, sin esos
marcos y sin ese fondo, nada favorable tampoco darían una emoción más exacta del
temperamento de su autor...
Paisajes de París y de Madrid son la mayoría de los cuadros del Sr. De la Rocha. Igual da.
Porque el Sr. De la Rocha no pinta casi nunca lo que ve sino casi siempre lo que siente. Es un
temperamento refinado, sutil, un poco huraño ante la vida. Así, las notas más bellas son en las
que buscan gamas frías, grises, los momentos ungidos de melancolía y de fervor. Aquí es donde
se halla más libre de prejuicios técnicos el notable pintor; aquí es donde impone su
personalidad de un modo afirmativo e interesante.
Después de contempladas estas notas, tan rápidas y tan profundas sin embargo, como
suspiros de un corazón sediento de ternura, sentimos una dulce simpatía por el pintor que de
tal modo pasa por la vida, sin querer verla, sino complaciéndose en olvidarla, soñándola... (…)
Los expositores de Arte Moderno eran Gerardo de Alvear, Tomás Gutiérrez Larraya, Ángel
Espinosa y Flavio San Román. (…)
II. —BARCELONA
Antes que de Ramón Casas, se expusieron en las Galerías Layetanas varias obras de
Darío de Regoyos y de los hermanos Arrúe. Para Regoyos se inauguró una nueva sala, lo que
demuestra la importancia que van adquiriendo las exposiciones personales en Barcelona.
1591
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de Castilla y de Andalucía eran los cuadros; tipos asturianos los dibujos Había en aquéllos el
pleno dominio de la luz y del aire y aquel sentimiento de íntima delicadeza que caracterizaba al
maestro vasco; eran los dibujos muestra nerviosa y enérgica de un vigoroso temperamento de
dibujante, formado en otros ejemplos distintos del impresionismo francés, tan influyente sobre
su concepto de la pintura
Los hermanos Arrúe tienen otro sentido de la belleza y del natural que Regoyos. Alberto
es pintor de retratos, José caricaturista. (…)
MEMORANDA
El día 21 se remitieron a Panamá las cajas que contienen los envíos de pintura y
escultura que han de figurar en el pabellón español de la Exposición de Panamá.
PINTURA
Abril (D. Salvador), Alcalá Galiano (D. Alvaro), Benlliure Gil (D. José), Benlliure Ortiz (D.
José), Borrell Vidal (D. Félix) Bustillo (D.a Encarnación), Carrasco (D. Vicente), Comas (D.
Augusto), Costa (D. Fernando), Covarsi (D. Adelardo), Cruz Herrera (D. José), Chicharro (D.
Eduardo), Díaz Molina (D. José), Domínguez (D. Fernando), Fernández Ardavín, Francés (D.
José), Francés (D. Juan), Galofre Oller (D. Francisco), Gárate (D. Juan José), Gili y Roig (D.
1592
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Baldomero), Gómez Gil (D. Guillermo), Hermoso Martínez (D. Eugenio), Iñigo (D. Luis),
Lafuente (D. Eugenio), López Mezquita (D. José María), Loygorri (D. José), Llorens (D
Francisco), Madrazo (D. Ricardo), Martiarena (D. Ascensio), Martínez Abades (D. Juan),
Martínez Cubells (D. Enrique), Martínez Vargas-Machuca (D. Luis), Moisés (D. Julio), Morelli (D.
Víctor), Morera (D. Jaime), Néstor, Oroz (D. Leandro), Palacio (D. Manuel del), Palencia A.
Tubau (D. Ceferino), Pardiñas (D. Alejandro), Parladé (D. Andrés), Conde de Aguiar; Pedraza
(D. José), Pinazo (Don José), Rodríguez Jadlón (D. Juan), Salaverría (D. Elias), Segura Monforte
(D. Rafael), Tuset (D. Salvador), Val (D. Julio del), Vázquez (D. Carlos), Verdugo Landi (D.
Ricardo), Villegas Brieva (D. Manuel), Zubiaurre (D. Ramón), Zubiaurre (D. Valentín).
La Asociación de artistas vascos de Bilbao celebra una Exposición con obras de Moisés,
Maeztu, Zubiaurre, Agüero, Guezala, Sobrevila y Urbina.
ABRIL
GUSTAVO DE MAEZTU
La primera vez que hablé con Gustavo de Maeztu me pareció un perfecto gentleman, tal
como Ramiro —el mayor de esta familia de artistas genialmente inquietos y disconformes—
debe ser después de tantos años en Londres y después de abandonar aquel jaquette pardo y
absurdo que llevaba en Madrid a las reuniones del Café Levante.
Fué en el Palace Hotel. Gustavo de Maeztu vestía un smoking impecable, tenía reflejos de
áurea tranquilidad en el pelo escrupulosamente peinado y ofrecía las palabras con la misma
mesura que sus manos rosadas y abrillantadas en las uñas por el pulidor.
1593
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Antes de llegar a estos linzos (sic) que me parecen de lo más sólido y de lo más bello de
nuestra pintura moderna; antes de planear en los dibujos enérgicos y casi agresivos de tan
personales, en las figuras ciclópeas abrasadas de un sol que las esmalta, en las visiones de
castellanos pueblos al pie de los castillos derruidos o sobre las llanadas polvorientas; antes de
encontrar su luz propia modelándola con sensuales complacencias de los tonos graves,
profundos, densos, de una patricia riqueza en su densidad, Gustavo de Maeztu ha abarcado la
vida y la ha sufrido como muy pocos españoles. Está libre del anquilosamiento de la raza. Su
espíritu está siempre dispuesto a encorvarse para los saltos decisivos de los tigres.
Los deseos son las flechas agudas y ligeras que vibran en el arco siempre tirante de la
curiosidad manifiesta...
Y no creáis que han sido precisos muchos años para tanta exuberancia vital y tanta
exaltación artística. El autor de Samaritanas, El ciego de Calatañazor y Los novios de
Vozmediano, nació en Vitoria el año 1887. Apenas había cumplido cuatro cuando la familia
Maeztu se trasladó a Bilbao. A los siete aprendió a leer y a los catorce dio un puntapié al último
año del Bachillerato. Antes de los siete años ya dibujaba; después de los catorce empezó a
pintar en el estudio de Manuel Losada, el actual director del museo de Bilbao.
En su alma, la sangre de los Maeztu hervía con su obsesión giróvaga y aventurera. A los
diez y siete años Bilbao le pareció demasiado pequeño; España, insuficiente, y marchó a París.
Sin embargo, París no entró nunca en él. Tal vez los Zubiaurre y Maeztu sean los únicos
pintores vascos que no deban nada a la pintura francesa de avant-guerre. Durante su estancia
en París acudía todas las noches a La Grande Chaumiere; todos los días, a la Biblioteca de
Santa Genoveva para leer obras españolas —Calderón, Lope, Quevedo, Santa Teresa—, y todos
los domingos se reunía en un estudio con varios pintores y escritores vascos para leer en voz
alta el Quijote.
Torna a España en 1906 y funda en Bilbao, con otros artistas vascos, una revista satírica
titulada El Coitao.
1594
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por cierto que en esta última, una tarde que estábamos Iturrino, Maeztu y yo delante de
las jocundas caricaturas de José Arrúe, me dijo Maeztu:
Iturrino, «El español de la capa», retratado por el belga Evenepoel, que ahora tiene el
aspecto de un viejo picador de toros, sonrió complacido y yo recordé que precisamente por
aquellos días Ignacio Zuloaga, el gran pintor vasco, yacía en la cama herido por el cuerno de un
novillo...
MEMORANDA
En los Salones Pares, Círculo Artístico, Reig y Dalmau, de Barcelona, han expuesto los
artistas Ivo Pascual, Cardunets, Cabañes y los rusos Elena Grundroff y Servio (sic) Charchonne,
respectivamente.
1595
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MAYO
Debo solicitar previamente vuestro perdón, porque en vez de confiar a las palabras el
libérrimo impulso de las ideas, le esclavicé en las cuartillas. Bien quisiera dar a esta conferencia
el carácter de una charla amigable en que rubricaran nuestras mutuas miradas lo que mi boca
decía sinceramente y vuestros oídos escuchaban de un modo bondadoso y alentador.
Pero galeotes somos de aquel norte que por plancentero deseo elegimos o por fatal
arranque nos obligaron a aceptar. Mi oficio es el de escribir, y siempre que he de expresar
alguna opinión es mi compañera la pluma, y no son los ademanes tribunicios la gala y ornato
de la inspiración, que brota pobre y desmayada.
Debo también pediros disculpa por haber aceptado vuestra generosa invitación que
cumplirá —aunque sólo sea unos instantes— el milagro de dar a mi humilde persona
resplandores ajenos nacidos del prestigio de esta casa y de los artistas que han reunido sus
obras en un esfuerzo noble y entusiasta.
¡Tierra aragonesa, que en su popular canto lanza el más viril, el más enérgico grito de la
raza! Si hubiera de elegirse un himno nacional único, sería moldeado en este vuestro de la Jota,
que parece rasgar los aires como una espada, lanzar los versos primeros como balas y ondular
1596
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
los dos últimos como una bandera en la alegría azul de los cielos pacíficos o entre el humo
sonoro de las batallas.
Es también canto religioso; religioso a la manera ruda y áspera de las razas primitivas,
que dieron su sangre a la que luego había de ser raza española. Entonces estos cuatro versos
de la jota son como los cuatro varales de oro de un palio sagrado.
¿No es admirable el pueblo que junto al disparo del trabuco pone la canción, que deja la
barricada para templar el guitarro, y con la misma mano que labra sus huertos golpea las
castañuelas o hunde su cuchillo en el corazón del invasor?
Nada os ha bastardeado ni empequeñecido desde aquellos días gloriosos de los sitios que
sostuviera Zaragoza la invicta.
Y por si aún no fuera bastante para poner temblores de ternura en mi voz y esforzado
ánimo en mis propósitos, vengo a hablaros del más grandepintar de todos los siglos y de todas
las naciones, y de uno de los más grandes artistas de nuestra época, que, dolido por injustos y
pretéritos ataques de su patria, cuando quiere ofrecerla el más triunfal conjunto de sus obras,
ha pensado en Zaragoza antes que en la capital de España.
1597
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
— ¿Y si fuéramos a Zumaya?
— ¿Llegaremos a tiempo?
Y ante la promesa del arte de Ignacio Zuloaga, que en Zumaya podía ofrecérsenos con
toda su luminosa magia, retamos a la noche tan próxima.,
una velocidad que sería suicida si no fuera justificada por la sed del arte. Sobre nosotros,
sobre aquel débil punto lanzado en una loca carrera, toda la inmensidad sideral esperaba
estática la llegada de La noche… Inolvidable crepúsculo aquél, en que nos latían los corazones,
en que aferrábamos las manos sobre el metal, encalenturándole, en que nos azotaba el viento
la cara, y las paredes de naturaleza se deshacían en un. torbellino gris con monótono rumor.
Pero llegamos. Por un momento vencimos a la noche. Todavía tenían lumbradas áureas
de sol el jardín y el rojo tejado de los edificios, cuando nuestro auto se detuvo ante la verja de
la posesión de Zuloaga.
Zuloaga posee en Zumaya una finca espléndida. La casa y las dependencias se ajustan a
la enérgica traza arquitectónica de las antiguas construcciones vascas.
Cercan, sin parecerlo—por cómo son de amplios y de libres ellos mismos—a la casa,
jardines y huertos por tres de sus lados, y por el otro desciende en imperceptible declive hacia
el mar...
Porque a este hombre la victoria incesante de sus cuadros le ha permitido, incluso, ser
dueño de un trozo de mar. No a la manera ilusionada de los árabes, que poseen cuanto sus
ojos ven, sino de un modo real y efectivo.
Una gran calma envolvía la posesión. Vibrantes aún por el vértigo de la carrera nos
sorprendió aquella súbita paz, en la que se oía el rasgar de sedas de las olas, risas infantiles y
los choques secos, elásticos, de una pelota contra el muro blanco de un frontón.
1598
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
soubrette, una doncellita con su cofia de encaje, su minúsculo delantal, sus zapatos de tacón
Luis XV, que parecía arrancada de una acotación dé alguna comedia de Lavedán o de Maurice
Donnay, y que solo hablaba en ese francés truncado y convencional de los Parísienses.
Contraste y símbolo, a un tiempo mismo, la frágil muñequíta rubia en aquel fondo altivo y
áspero de la norteña tierra, de todo el arte y la vida de Zuloaga, repartido entre las visiones
torturadas y enérgicas de una España tradicional y los retratos de Parísinas madamas,
envenenadas de civilización, como esta admirable poetisa y condesa de los poemas
deslumbradores y las novelas quintaesenciadas...
¡Ay! No. Nuestra enemiga la noche, a quien vencimos en la carrera, nos venció en el
estudio...
Vivimos un asunto tentador para Rembrandt, en la penumbra cada vez más creciente. El
maestro arrastraba los lienzos hasta cerca de la puerta, pidiéndole al sol, ya casi extinto, la
limosna de un poquito de luz. Fugazmente entreveíamos las masas y las líneas. Los colores
brillaban mortecinos, como gemas apretadas entre las manes de un negro.
Había cedido para los pobres de Eibar, Bilbao, Zumaya y Segovia las 18.000 pesetas
conseguidas en suscripción pública en Bilbao para comprarle un cuadro con destino al museo
provincial de esta capital. Incluso regaló otro cuadro más.
1599
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Otra vez en sus labios el nombre de Goya nos embrujó de encanto bajo la noche
dominadora, sin vernos apenas los rostros, pero sintiéndonos desnudos para el lustral baño
idealista los espíritus.
Y fué así, en una noche no muy lejana de Septiembre, en plena tierravasca, cuando el
maestro concretó y dio forma, al compás de sus palabras, a este proyecto que ahora es
realidad admirable.
¿Cuál es la primera impresión que nos sugiere el arte de Ignacio Zuloaga? Para resumirla
diríamos que nos deja sabor de sangre en la boca y estrujamientos de dolor en el corazón, y
rosadas calideces de vergüenza en la piel.
En esta vieja discusión que ahora parece más viva, más enconada y acaso más decisiva
que nunca entre los partidarios y los enemigos de la barbarie taurina, mis simpatías,
naturalmente, están con los últimos.
1600
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los mozos del pueblo que mueren despanzurrados en las capeas, los chiquillos que
juegan al toro en medio de las calles, la juventud flamenca y holgazana que llena los garitos,
los prostíbulos y salta a los ruedos cuando los toros son mansos —jamás cuando sean bravos—
o cuando ya muerto el último toro hay que levantar sobre los hombros, como a un héroe sobre
el pavés, al matador... Todos esos aprendices de la fiesta bárbara saben que el torero es el
español más admirado por los hombres, más solicitado por las mujeres y que se enriquece más
pronto y que su vida está aureolada de gloria.
Son incapaces de ver el otro aspecto, la parte oscura del rembranesco contraste, la
existencia terrible de los lidiadores que nunca triunfan y no ven tampoco lo más vergonzoso, lo
más terrible: esta sumisión idolátrica, envilecida de todos los aspectos nacionales al único capaz
de galvanizar este cadáver de la conciencia española.
Del mismo modo la gente confunde los cuadros de Zuloaga donde sangra estrujado,
llagado, un corazón español con los otros cuadros exaltadores de lo que Zuloaga ataca.
Y sin embargo las láminas de La Tauromaquia causan espanto y repulsión por como
expresan de tan realista modo la protesta de un temperamento fuerte, vigoroso, y enamorado
de las más puras emociones estéticas.
Así, por ejemplo, vemos a un hombre luchando con tres toros, o a varios hombres
clavando espadas, navajas y cuchillos en un mismo toro. Peleles humanos que pintan en el aire
una elipse trágica agarrándose los intestinos con las manos; toreros y caballos y toros
despanzurrados, mezclando sus cuerpos, sus sangres, sus tripas y sus estertores...
1601
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por eso afirmé antes que sólo en apariencia pueden justificar los lienzos de Zuloaga el
que otros pintores españoles o extranjeros, al pintar asuntos españoles, se inspiren en el «oro,
seda, sangre y sol» de los circos taurinos, o en los mantones chinescos y las mantillas de
blonda.
No podríamos decir lo mismo de otras orientaciones sugeridas por el gran artista vasco.
Los más altos pintores actuales: López Mezquita, Chicharro, Benedito, los Zubiaurre, Rodríguez
Acosta y algún otro, han ido hacia las viejas ciudades castellanas después de Zuloaga. Este
culto al pasado, este cariñoso empeño de eternizar en los lienzos los tipos y costumbres y
paisajes más característicos de nuestra raza, se debe a Ignacio Zuloaga. Porque este hombre
que pinta toreros, brujas, enanos, campesinos de facies brutales o socarronas, muchachas
morenas, mendigos, frailes y Cristos medioevales, ciudades viejas, cielos plúmbeos y lejanías
desoladas, ama a España por encima de todos los hechos y de todas las ideologías y la muestra
tal como es para sea como debe ser.
Hay hombres ligados de tal modo a la historia de su raza, que la compendian y resumen
en ellos y en sus obras. Son los representativamente de Emerson; son los que, reintegrados a
las energías adormecidas, a las inquietudes pretéritas, o anticipados a las evoluciones
naturales, dentro de la permanente idiosincrasia nacional, se esfuerzan en imponer, en
perpetuar, en afianzar los aspectos característicos de la patria, que peligran por las exóticas
modernidades civilizadoras.
Ignacio Zuloaga es uno de estos hombres. Ignacio Zuloaga, que ofrece en sus lienzos
fuera de España el idealizado realismo de la vida española.
Pertenece a la generación que empezó a renovar todos los valores éticos en pleno
desastre colonial. Cuando aquellos escritores hundían las demoledoras plumas en el corazón
recién llagado, Zuloaga hundió también sus pinceles en sangre.
Sangre de la guerra, sangre de los toros, sangre que chorrea de las imágenes talladas de
un modo bárbaro e ingenuo o pone el bello contraste de los blancos dientes en los rojos labios
de una mocita andaluza. Igual da. Sangre española, que desde la muerte de Goya nadie se
había atrevido a pintar...
1602
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En virtud de ese lógico pesimismo que la experiencia da a los artistas españoles, aun
aquellos que se mueven dentro de la aureola de la terrenal gloria, Plácido Zuloaga quiso evitar
a su hijo los sinsabores de la carrera artística y le destinó al comercio.
Establecido en París, llegaron entonces unos años terribles, dolorosos, para Ignacio
Zuloaga: esos años del primer período en la manera de un pintor cuando se busca la
personalidad, y que en Zuloaga se traducía en influencias de los impresionistas, en débiles
tanteos de imitaciones de Toulouse-Lautrec, Degas, Gauguin...
¿Cómo era, cómo vería, cuáles eran entonces sus creencias estéticas?
La primera es la de la sugestión del maestro que enseña a mezclar los colores, acusar,
valorar los tonos y a ver convencionalmente—con arreglo a su personalidad—el natural. De este
primer aspecto no son muchos los que logran salir. A los que se estacionan en él son debidas
las caricaturas de las llamadas «escuelas», los «ísmos» inconscientes que amaneran y uni-
forman de cuando en cuando el arte.
1603
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
laberinto de presentidas bellezas. Hay caminos que llevan al abismo y senderos que ascienden
a luminosas cumbres. ¿Cuáles son unos y otros? No hay entonces más guías que los consejos
sin voz de nuestro instinto; no más ideales planos que los trazados en nuestra alma por las
elecciones sobrenaturales. Además., existe el peligro de lo fácil, de lo rutinario, de lo mal
aprendido, que luego se debe olvidar bien. Las sirenas del fracaso, de la envidia, de la cobardía
técnica, le llaman hacia atrás, hacia el arte que se hizo holgachona industria o desprestigiado
oficio.
Por este momento crítico atravesaba Ignacio Zuloaga cuando vivía con Rusiñol, con
Uranga—este pintor vasco, tan fiel amigo suyo, que ahora le acompaña—, con el periodista
Jordá en la isla de San Luis, en medio del Sena, frente a Notre Dame.
Por la noche, mientras Jordá se quedaba en la casa común escribiendo sus crónicas para
los periódicos barceloneses, Uranga, Zuloaga y Rusiñol iban a pintar a la Sociedad de la Paleta,
una modesta y tumultuosa Academia de Clichy.
«Alto, robusto, cuadrado, como esos campesinos de su patria, y con un carácter entero,
noble, de una sola pieza. Para él no había términos medios. Los hombres juzgábales bandidos o
grandes héroes, demonios o santas, las mujeres; los cuadros eran para tirarlos al fuego o para
llevarlos al Louvre; al dar la mano, o daba el alma con ella o recibía a los hombres sin una pa-
labra de las que los hombres emplean de amanerada cortesía. Para él no existía la sonrisa, reía
a carcajadas o cruzaba el entrecejo; en pintura, fueron y son las medias tintas su continuado
tormento. Gritaba o callaba enrámente, ya que nunca amó la media voz ni juzgó oportuno los
secretos entre amigos, creyendo que el hombre que obra con rectitud puede lanzar el
pensamiento en voz alta.»
¿Verdad que es un retrato «muy apretado>, como dicen los pintores, éste de Ignacio
Zuloaga?
1604
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Grecos firmados, espléndidos, con fondo de nubes, armonización amarilla, violetas y sepulcro.»
«Bueno, ¿pero qué sepulcro ni ocho cuartos?»
« ¿Dónde están?» « ¡Silencio! Los traerán dentro de poco. Abrid las puertas. Calma,
sobre todo, y no dejarse entusiasmar. Apartad este enredo de muebles (puntapié) y haced sitio
al Greco o lo rompo todo a puñetazos. Nos lo van a subir en seguida, preparaos y sangre fría
ante todo.»
No la tuvo Zuloaga, y volvió a salir conmovido; y al cabo de poco rato oigo gran
estruendo en la escalera y vimos que subían los dos Grecos. Realmente, tuvimos que
contenernos. ¡Qué entrada, Santo Dios! ¡Qué rayo de color en nuestra casa! ¡Qué bendición de
cuadros nos traían y nos dejaban caer en nuestros brazos! Comprárnosles, sí, y nos parecieron
de balde, y miramos alejarse al vendedor con temor de que volviera a llevárselos.
»El grito que lanzamos al quedar solos con ellos fué de los que saltan diapasones y no
pueden describirse, de los que dan patente merecida de locura al prudente vecindario.
Bailamos; rompimos, para hacer broma, dos jarrones de la China; braceamos y caímos los unos
en brazos de los demás, en un viva entusiasta, Jorda juró que iba a darles publicidad y a lanzar-
les en una serie de artículos por los ámbitos del mundo. Uranga, tan callado hasta aquel día,
rompió a hablar de pronto; yo pensé en llevarlos a Sitges, y Zuloaga, sobre todo, tuvo
seriedades vestidas de frases solemnes y golpes de formidable lirismo y arranques
soberbiamente elocuentes.
1605
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El año 1898 pudo tener Zuloaga el presentimiento de que había encontrado su verdadero
camino. En la Exposición Internacional de Barcelona, gracias a los esfuerzos de un artista
extranjero, De Vriendt, director de la Academia de Bellas Artes de Amberes, le premiaron con
medalla de oro el cuadro Antes de la corrida.
Desde entonces la hostilidad frente a Zuloaga, lejos de disminuir, fué en aumento. Era el
caso de Manet, pero agravado, envilecido por la diferencia de época y de otras circunstancias. A
Manet, iconoclasta, rebelde, renovador, se le discutía ante sus mismas obras.
A Zuloaga, ni eso. España ignoraba cómo son los cuadros de Zuloaga. Se le atacaba sin
pruebas, se le condenaba sin verle ni oírle. ¿Era el rencor que inspira su legítimo orgullo? ¿Eran
las alabanzas extranjeras, que lastimaban nuestra quisquillosa vanidad? ¿Es—seamos francos—
miedo de los que le conocen muy bien, le imitan a mansalva y temen por sus falsos prestigios,
cuando el público pueda ver los cuadros del inspirador junto a los de sus plagiarios?
No; no puede ser ninguna de esas razones. Zuloaga ama a España con el más fuerte
amor de sus amores; con el heredado en la sangre, reflorecido en el corazón y ennoblecido en
el cerebro. El mismo lo había dicho: «No pinto con los ojos; pinto con el corazón y la cabeza.»
Zuloaga, como todo fuerte y consciente temperamento artístico, ve las cosas y transmite
el sentimiento de las cosas, además de sus líneas, masas y contornos. Le llaman «un pintor
intelectual» por eso mismo.
1606
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los intelectuales son precisamente los que ven además de con los ojos del cuerpo, con
las inmateriales pupilas del espíritu. Sus quiméricas rutas de hoy serán llanos caminos para los
hombres vulgares de mañana.
Ignacio Zuloaga concibe a España tal como es en el alma de sus hombres, de sus
mujeres, de sus paisajes y en el color de sus vestiduras. Tierra de monstruos quiméricos o
reales; de fanatismos y sensualidades; de arrogancias y languideces; de crímenes y de
misticismos.
Los toreros, las viejas campesinas, los labriegos rudos, los vendimiadores alegres, las
mozas floreadas de pañolones chinescos y deseos malsanos, los paisajes de nubes
tempestuosas, hinchadas, todo esto tan maravillosamente pintado —con una técnica que nadie
puede discutir, como discutían antes el propósito psicológico o mercantilista—, es fatalmente,
bellamente, imperecederamente, España.
España, de quien salió el siglo XVII un pintor como Diego Velázquez, capaz de retar a los
futuros, y que en el siglo XVIII dio a Goya, más grande que Velázquez y que todos los pintores
anteriores a él. España, cuya matriz es incansable en su fecundidad, y que ahora, en el siglo
XX, da la estirpe gloriosa de pintores donde tiene Ignacio Zuloaga uno de los primeros puestos.
En torno nuestro había reunido Ignacio Zuloaga, como un resumen de su vida artística.
Lienzos había en la Exposición de Zaragoza que fueron pintados hace quince o veinte años,
cuadros que conservaban aún frescas las recientes pinceladas, y entre ambas series la otra de
1607
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
los que acusaban vigorosos, enérgicos, el extraordinario temperamento del pintor. Cada una
de estas obras respondía a una época. Se leía en ellas la evolución técnica del maestro; se
comprendía un generoso y viril propósito, ideológico; se descubrían, en fin, las modernas
tendencias pictóricas españolas que a Zuloaga se deben, sin que ninguno de sus tácitos
discípulos o de sus plagiarios confíese noblemente esta sumisión al gran artista vasco.
«Las grandes naciones —dice Ruskin en el Prefacio de Sr. Mark's Rest— escriben su
autobiografía en tres manuscritos: el libro de sus hechos, el libro de sus palabras y el libro de
su arte. Ninguno de estos manuscritos puede ser perfectamente descifrado sino leemos
también los otros dos; pero de los tres el único absolutamente digno de fe es el último. Porque
los hechos de una nación pueden ser triunfales gracias a su buena suerte, y poderosas sus
palabras merced al genio de algunos de sus hijos; pero su arte no puede serlo más que debido
a los dones comunes y a las simpatías universales de toda su raza.»
Estes palabras parecen haber sido escritas para Zuloaga, el pintor en quien «los dones
comunes y las simpatías universales de su raza» están latentes y representativas.
Es el pintor más genuinamente español de nuestra época. Así lo afirma con exacto juicio
uno de sus biógrafos, el ilustre Leonce Bénédite: L'oeuvre de Zuloaga en effet, á de rares
exceptions prés, est toute espagnole: espagnole par la maniere, espagnole par les sujets,
espagnole par la mentalité spécíale de l'artisie.
Recordad sus ídolos: Velázquez, Greco, Goya. Evocad sus figuras de campesinos
castellanos, de mozas andaluzas, de toreros, de frailes, de brujas, de mendigos, de fanáticos
religiosos, de hidalgos que parecen arrancados de cervantinas páginas; sus paisajes de viejas y
románticas ciudades, de llanuras desoladas, de plazas pueblerinas calenturientas por la fiebre
de las capeas; pensad por un momento en el propósito flagelador, cicatrizador de sus cuadros,
en que se muestra la barbarie taurina o el embrutecimiento, de los hombres adormecidos en los
pueblos muertos bajo una fe más idolátrica que consciente.
Sin embargo, esta pintura realista, exacta y verídicamente realista de España, es lo que
se devuelve a Zuloaga como un reproche de inverosimilitud. Porque tenemos automóviles y
aeroplanos y telégrafos sin hilos, creemos que toda esa lepra ancestral ya no existe en España."
Se repite el caso de la dama vieja y fea de la poesía clásica, al arrojar el espejo en vez del
rostro, fielmente reflejado por aquel.
1608
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
hundidas. Es todo: el ambiente, las figuras, las costumbres, los populares regocijos y las arrai-
gadas creencias. Un abulense de hoy no pertenece a la vigésima centuria; es un hombre del
siglo xv, del XVI, del XVII, cuando más. Deleita al turista, complace y maravilla al artista ese
estancamiento de la vida de las ciudades y de los seres, esta inconsciente obstinación de las
órbitas demasiado pequeñas y de los círculos exiguos en que se mueven todavía. Pero al so-
ciólogo le entristecen profundamente. De nada sirve ampararse en lo pintoresco, en lo
característico, si después un pintor o un psicólogo deducen consecuencias dolorosas y
vergonzosas para el porvenir de nuestra raza en esas cualidades pintorescas y características.
Además, hay otra razón. Rodin en sus conversaciones con Paul Gsell, que luego fueron
recopiladas en la obra L'Art, lo expresa de un modo claro y rotundo:
«El artista no percibe la naturaleza tal como ella se aparece al vulgo, porque su emoción
le revela las verdades interiores bajo las apariencias externas.
>E1 único principio en arte es copiar lo que se ve. Aunque les moleste a los mercaderes
de la estética, cualquier otro método es funesto. No existe ninguna receta para embellecer la
naturaleza. Solo hay que ver.
»Claro es que un hombre mediocre que se limita a copiar no hará nunca una obra de
arte, porque la mira sin verla. Pero el arte no se ha hecho para los mediocres, a quienes los
mejores consejos no podrán nunca concederles talento...»
Ignacio Zuloaga es el artista puro, desligado del vulgo y de los mediocres a que Augusto
Rodin se refiere. Por eso su visión tan justa, tan cruelmente justa de España, ha dolido y ha
indignado a España vulgarizada, mediocratizada hasta un punto que no se concibe frente a la
máxima civilización de Europa antes de la guerra.
Zuloaga, como los grandes pintores de todas las épocas, es antes que otra cosa un
retratista. Su obra entera es una inmensa, una viviente colección de retratos. Lo mismo en los
cuadros tendenciosos, que en los simples grupos de campesinos, que en los lienzos de mujeres
elegantes y hombres célebres, Ignacio Zulcaga se ha esforzado siempre en desentrañar
humanas psicologías.
1609
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Agrupadas o aisladas las figuras, simbólicos o realistas los fondos, retratos es lo que
pinta siempre el maestro. Retratos sus numerosas figuras de Mi prima
Cándida y de los demás personajes de la familia de su tío Daniel, desde el cuadro que se
conserva en el Luxemburgo hasta el admirable lienzo expuesto recientemente en Zaragoza;
retratos todos sus desnudos femeninos de Celestina, Irene y Lasitud, hasta las majas del clavel
y del loro azul, pintadas últimamente; retratos estos mozos sonrientes de El Piropo y La
vendimia, que pueden retar impunes a Los borrachos de Velázquez, hasta las modernísimas
figuras de mujer donde se adivina la nueva técnica simplicista del gran pintor; retratos, sus
torerillos de pueblo, sus brujas de San Millán, sus mendigos, lo mismo que estas sutiles y
refinadas féminas del París avant-guerre; retratos de una raza o de un tipo representativo de
ella, ¿qué más da? Dos de sus lienzos más célebres son retratos de dos extranjeros: francés el
uno, argentino el otro. Y, sin embargo, Maurice Barres, meditando frente a Toledo su libro
sobre El Greco, y Larreta contemplando en Avila tendida a su pies el escenario de La gloría de
Don Ramiro, son también comentarios bellísimos de este amor que siente Zuloaga por la verdad
y por su patria.
Ya como asunto único o simplemente como fondo complementario del espíritu del
personaje o del carácter de la escena en los cuadros de figura, tiene el paisaje zuloaguesco un
sello de inconfundible originalidad, de visión inédita y justa de cierta región española.
No es el paisaje que pudiéramos llamar anecdótico, ese en que el pintor elige aspectos
aislados, rincones típicos o amplios espacios donde la minuciosidad técnica o la fantasía
imaginativa triunfan sin emoción y sin expresión.
Lejos también las opulencias muelles y sensuales de los venecianos, las ingenuas
agrupaciones de edificios entre risoteras campiñas serpenteadas por riachuelos de aguas
transparentes, que amaban los primitivos; ni siquiera esas tranquilas planicies, austeras y
señoriles, de Velázquez.
No. Ignacio Zuloaga interpreta siempre las viejas, las calcinadas de sol, las polvorientas
ciudades de Castilla.
Si no la España negra del poeta belga es la España en escombros del moderno escritor
español. Huraña, hostil, inhóspita, reconcentrada en su pasado bélico o místico y en su
1610
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
presente miserable. Construidas sobre la roca viva o sobre tierra polvorienta, igual da para su
penuria y su silencio bajo las lumbradas implacables del sol y bajo las blancuras gélidas de la
nieve. Se asfixian el alma y el cuerpo ante la angustia bárbara de estos pueblos dormidos.
Tiritan de frío las ideas, como los ateridos miembros bajo las capas pardas remendadas en las
noches invernales, cuando se contempla esta visión áspera, bravia y desconsoladora de la vieja
Castilla.
No importa que detrás de las piedras roídas de sol y de siglos y enmantadas de polvo,
haya moceríos cantarines e ilusionados, y que al lado de un ruinoso ábside románico lance
hacia fuera una casa su balcón florido de tiestos, y que por las mismas calles guijarrosas por
donde cruzan perros comidos por la sarna y clérigos rollizos, vaya de cuando en cuando un
poeta enamorado, como el pino de Heine, de la palmera sensual y frondosa bajo cielos de azur.
Si esto puede presentirse no se concibe jamás viendo los paisajes zuloagueños. Una
implacable fiereza les ha hecho surgir por primera vez tal como en realidad son. Ni siquiera
compensa el maestro la seca imprecación de las piedras, ni el yerto reposo del llano con la
gracia azul de las vernales mañanas o con la pompa cadmio de los vésperos del estío cuando el
sol encalidece como enormes amatistas y rubíes enormes a los seres y las cosas bañadas en su
luminosa agonía.
Por el contrario, Zuloaga oprime, aplasta, condena, con más irremediable castigo estas
viejas ciudades, estos pueblos escombrosos, bajo unas nubes negras preñadas de tormenta y
de maleficio; nubes plúmbeas que desmochan las torres, que decapitan los montes rocosos,
que parecen recoger en sus infladas convexidades el humo denso de los pretéritos incendios
cuando las noches de asalto en que los guerreros enemigos entraban sedientos de agua, de
venganza y de lujuria...
Así, estos fondos sugieren fatalmente, inevitablemente, las escenas que Zuloaga ha
sabido adivinar y pintar de un modo decisivo y viril. ¿Acaso en estas ciudades trágicas no se
conciben monstruos como Gregorio el Botero, viejas horrendas como Las brujas de San Millán,
y asexuales seres como las sofaldadas Mujeres de Sepúlveda? ¿No hablan de místicos, lan-
guidecidos, espiritualizados, tal como les viera Domenico Theotocópuli y tal como les ha visto
Zuloaga en El filósofo Melquíades, en Peregrino español, en Francisco y su mujer?
De aquí también, como lógicas consecuencias del medio ambiente, en una perfecta
identificación con las teorías de Hipólito Taine, surgen la barbarie taurina y la exaltación
religiosa. Son Los ídolos futuros, los Torerillos de aldea y ese trágico jinete de pesadilla que se
llama La victima de la Fiesta. Son también los alucinadores lienzos Los flagelantes, El Cristo de
la sangre y sobre todo El cardenal, cuya fuerza demoledora es tan intensa que hace retroceder
al fondo de la conciencia los más audaces comentarios.
1611
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sin embargo, esta nota pesimista, dramática, inquietante, no es la única de Zuloaga. Hay
otra que da blancura de contraste a la negrura del españolismo trágico. Es lo que puede
llamarse «alegría zuloaguesca>. Alegría penetrante, sugestiva, que nos envuelve como un
perfume y nos consuela como una caricia de tanto sangriento horror como reflejan sus cuadros.
Esta alegría no nace, como en otros pintores, de los niños. Repasad toda la obra de
Zuloaga. No encontraréis una sola figura de niño. Es curioso y es natural. El niño sólo asoma en
el arte de los pueblos sanos, felices, o en las épocas frivolas. Sin elegir muchos ejemplos,
citemos el renacimiento italiano, la pintura holandesa del siglo XVII, la pintura inglesa del siglo
XVIII.
¿Qué niños podría pintar Zuloaga? Les enfermizos, los hombrecitos de las ciudades
modernas o estos otros lamentables, sucios, astrosos, hambrientos de los pueblos y de las
capitales de provincia. Acaso en vez de sonrosar de alegría sus lienzos, los entenebrecería más
aún, les hundiría en abismos psicológicos, porque demostraría un nuevo síntoma degenerativo
de nuestra raza: la descaracterización infantil de les niños españoles.
Saben a amor y huelen a incienso. Lloran al pie de los Cristos barbados y con faldellín
que hacen pensar en la leyenda de la Wilgefortis germánica, o suben a la grupa de un corcel
cordobés para, envueltas en el chinesco mantón y la mantilla de blonda, ir con su novio a los
toros...
El fué quien primero supo descubrir toda la gracia decorativa, toda la exuberancia
colorista y toda la voluptuosa languidez que darían esos atavíos de ayer, de hoy y de siempre a
la mujer española.
Como fué también el primero que inició esta reintegración del arte español a los tipos y a
los ambientes genuinamente españoles, buscándoles a la sombra de los templos arcaicos y de
1612
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
los roqueros castillos donde somnolecen los lagartos y crecen las plantas parásitas que no
necesitan el acunamiento del agua...
Y todo esto que se ha calificado de pintura literaria por los empalidecidos de envidia, por
los insensibles de incultura, por los desautorizados en estética, está pintado de un modo
extraordinario y magistral.
Ignacio Zuloaga pinta sin vacilaciones y sin tanteos indecisos. Une al dibujo firme,
enérgico, la riqueza cromática. Completa con el sabio y gracioso arabesco, la belleza de las
gamas. A veces el pincel agrupa el color en gruesos amontonamientos; a veces el paso de unos
tonos a otros, las veladuras son tenues, ligeras, delicadísimas... Construye a la manera de los
grandes maestros, y no retrocede ante ninguna audacia colorista que pueda cambiar—a los
ojos de un experto—la solidez afirmativa de un cuadro en la simplificación plana de un cartel...
Aunque antes, ahora y siempre su altísima estirpe artística le permiriría decir lo que la
célebre cantatriz romana a quien el vulgo ignaro no comprendía: ¡Equitibus cano!...
Comentemos ahora brevemente los envíos de los artistas aragoneses, que en honor a la
verdad no hacían papel muy airoso al lado del más grande de nuestros pintores
contemporáneos.
Remitieron cuadros los Sres. Marín Bagues, Aguado Arnal, García Condoy, Guadalupe, de
Gregorio, Gárate, Casanova, Esteban, Gracia, Bayod, Pallares, Aza, Iñigo, Gil Bergasa, Lafuente,
Muriilo, Díaz Domínguez y Oliver Aznar.
Desde luego, el triunfo fué de los jóvenes. En Aragón, como en todas las regiones que
integran la vida española, hallamos en la juventud las felices pruebas del actual renacimiento
estético.
Destacábase en primer lugar Marín Bagues. Marín Bagues obtuvo en la Nacional de 1915
—con toda justicia— una segunda medalla por su cuadro Los compromisarios de Caspe. (…)
1613
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Diez Domínguez fué una revelación para nosotros. Sus lienzos Goya ante el Cabildo del
Pilar y Capricho nos hicieron desear el conocimiento de otras obras suyas. Vimos los panneaux
del Ateneo y Casino Mercantil y no vacilamos en diputar a Díaz Domínguez como un artista de
excepcionales méritos. Se trata de un gran pintor decorativo, de un colorista extraordinario.
Fijaos en este nombre porque será de las futuras y legítimas glorias, no sólo de la pintura
aragonesa sino de la española.
Aguado Arnal, además de mostrar excelentes condiciones de cartelista en los dos carteles
que pintó, anunciadores de la exposición, presentaba tres paisajes y una figura de mujer.
Estamos en presencia de otro pintor joven y de talento. Casas viejas y Un portal le acreditan
suficientemente, con la ventaja de que se traía de lienzos pintados hace algún tiempo e
inferiores a su dominio actual de la técnica.
Juan de Echevarría es bilbaíno. Rivalizan desde hace algún tiempo vascos y catalanes en
buscar cauces a su sensibilidad y moldes a su técnica en las modernas escuelas
postimpresionistas. A cada nueva exposición de jóvenes artistas de Cataluña y de Vasconia, se
barajan los nombres de Gauguin, de Paul Cézanne, de Guerín, de Seurat, de Van Gogh, de
Flandrin, incluso de Monet, Cornelio Maks y Van Dongen, cclocados ya en planos inferiores de
los otros en que ofician apostólicamente ¡os ídolos de la pintura moderna.
Sobre todo, cuando, como en el caso de Juan de Echevarría, asoman las excelentes
cualidades de pintor y las características de la raza por encima de las influencias estéticas.
1614
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Estos fondos fríos, finamente evocados con pinceladas demasiado sobrias sobre el lienzo,
permiten luego recortar de una manera enérgica las figuras. Aquí aparece otra cualidad notable
de la sinceridad pictórica de Juan Echevarría. Casi todos sus modelos de figura son gitanas
granadinas. Unas gitanas hoscas, grandes, sucias, bizcas, en todo el animal horror de la
repulsión instintiva que nos causan. Se adivina en estas gitanas, pobres de indumentaria y
desterradas del prestigio sensual de su raza caldeada por el sol de Oriente, que Juan de
Echevarría es un espíritu disconforme con su vida. El ensañamiento con la figura humana, esa
complacencia en hallar "los seres maculados por miserias físicas o miserias sociales—véase El
pobre sablista—, contrasta con el amor que interpreta telas, cacharros, flores, estatuillas o el
campo libérrimo. Incluso en sus dibujos recios, casi agresivos de realismo, como los de Eugenio
Zak, de pescadores y aldeanos vascos, se recuerda la frase demoledora de Papini: «Si queda
todavía un poco de inteligencia en el mundo, será preciso buscarla entre los autodidácticos o
los analfabetos».
No será esta la última vez que hablemos del joven pintor vasco. Su arte tan
poderosamente sugeridor, tan bifurcado de senderos sentimentales o intelectuales, merece más
extensos comentarios. Pero, por de pronto, aseguramos que en el nuevo saloncito del Ateneo
hemos asistido a la revelación de uno de los más notables pintores españoles de nuestra época.
1615
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
UN PINTOR GALLEGO:
GERMÁN TAIBO
Bien distinta fué la revelación del pintor gallego Germán Taibo en la sala del Palace Hotel,
donde se celebró la magnífica exposición de Federico Beltran.
Taibo, que es un artista interesante, evoca distintos antecesores que Echevarría. En sus
lienzos de composición, se recuerdan, por ejemplo, Alma Tadema, el intérprete burgués del
alma helénica y Etienne Dinet, el intérprete acromado de la vida árabe. En sus desnudos —que
con las marinas constituyen lo mejor de su arte— hallamos también las huellas realistas de un
Anders Zorn o de un Sorolla.
En sus retratos... No; no hablemos de los retratos que nos parecen lo más inferior de
todo.
El señor Taibo tiene una paleta jugosa y unos pinceles nerviosos a ratos y a ratos
demasiado minuciosos. Ama la luz por la luz, y esto le perjudica a veces en que sería muy grata
la penumbra o, por lo menos, discretas veladuras.
No se halla tampoco exento de vulgaridad, que poco a poco irá perdiendo, como lastre
no sólo inútil sino peligroso. Así, por ejemplo, el innecesario alarde naturalista —obsceno más
bien — de poblado vello en el más acabado y mejor de sus desnudos femeninos; las botas
deformadas que tiene una modelo desnuda junto a sus pies; la horrible banqueta que sostiene
un jarrón de mal gusto en un retrato de señora; las piernas hinchadas del pastor echado de
bruces en el primer término de Pastoral.
Pero, insistimos, el señor Taibo se curará de estos defectos. Ennoblecerá un poco más su
arte en cuanto le despoje de esos detalles y elija mejor y más contemporáneamente sus
asuntos.
1616
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
JUNIO
Uno de estos artistas era el paisajista Imeldo Corral, que expuso en la Casa de Galicia, de
la calle Alcalá, treinta y dos cuadros y cerca de cincuenta pequeños apuntes.
Lo primero que resalta en estos paisajes de 1916 es la más visible perfección técnica
sobre los de 1912. Ha llegado Corral a su más completo dominio del metier y a una más plena
identificación con la naturaleza.
Todos los elementos sugeridores del paisaje gallego se encuentran en los lienzos del
ilustre artista sabiamente elegidos y combinados, como estrofas de un gran poema.
1617
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Tal máxima justeza tienen estos paisajes de Imeldo Corral, que se borra la sensación de
estar ante un lienzo. Es como si nuestros ojos, y con ellos nuestra alma, se asomaran a una
ventana maravillosa que diera sobre los campos de Galicia, la maga.
Sin embargo, esta exposición de un gran pintor, pasó poco menos que inadvertida. Al
público que subía la calle de Alcalá en las tardes de Mayo y de Junio, encalenturado por la
nauseabunda fiebre taurina, no le importaba que en una de las casas de la misma calle se
ofreciera íntimo y recogido espectáculo de verdadera belleza. Y ese público es el símbolo de
toda España, capaz de vaciar sus bolsillos y prostituir sus mujeres para enriquecer y dar placer
a los jayanes de la torería mientras vuelve la espalda al Arte y deja que se mueran de hambre o
de asco de ser españoles, los artistas y los escritores y los hombres de ciencia...
Respondiendo a esta gratísima exuberancia artística que caracteriza desde hace algunos
años la vida española, se van celebrando importantísimas exposiciones en las principales
provincias.
Paisajes también presentaron García Rodríguez, Pinelo Llull, Alorda, Souto — ¡Oh la
melancolía norteña de los gallegos campos en esta exuberancia vernal de la Andalucía amada
del sol!—, Gil Gallango y Narbona, Lacárcel y Arpa. (…)
1618
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Se dedicó al joven maestro la sala de honor y una vez más este arte noble, sincero,
sobrio, inspirado en la pura y sana tradición española obtuvo extraordinario éxito.
Seguía en méritos el envío del insigne autor de El velorio, los lienzos Paseo entre las
Huertas y el Berrocal, de Eugenio Hermoso; y Cazadores furtivos, El maestro armero y un
tríptico de Covarsi.
UN PAISAJISTA VASCO
Varias veces hemos hecho constar la preponderancia estética de los vascos actuales, que
rivalizan con los catalanes en dar a su pintura un norte psicológico. Nunca podría aplicarse con
mayor exactitud la frase amielana de que «el paisaje es un estado de alma». A Darío de
Regoyos se debe el milagro.
Aun siendo tan interesante en sí mismo, tan admirable por su propia pintura, lo es más
por la herencia de belleza que tras de sí ha dejado.
Sus cuadros son cánones artísticos donde los jóvenes pintores vascos aprenden el
secreto de reproducir fielmente la naturaleza.
Y de entre estos jóvenes se destaca Jesús Basiano. Antes de enviar sus lienzos a
Pamplona tuve ocasión de verles y de admirarles.
El artista es rudo, brusco, un poco huraño, con esa torpeza de palabras y esa luminosa
claridad de concepto que tienen los verdaderos paisajistas. Se comprende en él al hombre
1619
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
alejado de los hombres e identificado con la Naturaleza. Al acostumbrado a los largos silencios
de las tareas fecundas, a la lucha con los obstáculos de terrenos accidentados y de
inclemencias climatológicas con tal de hallar un bello momento.
Casi todos los cuadros que expuso en Pamplona son de la provincia de Ávila y de los
pueblecillos adormecidos en la hosca serranía de Gredos.
Una gran variedad informa esta serie de paisajes. Tanta como la de los asuntos elegidos.
Diríase que incluso su técnica cambia según las notas elegidas, hasta el punto de que no
parecen haber salido de la misma mano. Y siempre son felices resultados de problemas
pictóricos. Relaciones de valores antagónicos; desarrollos de un mismo tono hasta agotar todos
sus matices; fantásticas vaguedades de ensueños o recias y bravas y austeras gallardías de
picachos roqueros veteados por la nieve
Tan pronto sus pinceles se tornan vaporosos, sutiles, dando como milagrosamente al
óleo calidad de pastel en una expresión de brumas y nieblas, encendidas interiormente por el
sol; como obtiene con grueso de color, con pinceladas plenas y simultáneas, el agua
rompiéndose, espumosa, contra peñas lustrosas y oscuras de humedad. Y también la sensación
fría, desolada, de los pueblos bajo la lluvia inverniza en que todo— tierra, techumbres, muros y
ríos—son espejos lívidos de la celeste lividez. Pocas veces hemos presenciado tan legítimo
desposorio de un espíritu con la naturaleza.
Suavemente nos quitan de la imaginación estos cuadros la idea de que son tales cuadros
y dan, en cambio, la sensación de que nos asomamos a la Naturaleza para verla tal como es,
sin que la mano del hombre la copiara a través de su temperamento.
Excelsa cualidad es ésta que no todos los pintores dominan y que responde a la
integridad del espíritu, libre de prejuicios estéticos y de propósitos mercantilistas. Se acerca el
artista a la Naturaleza como un místico a un altar, desprovisto de pompas y artificios. Siente
cantar en sus profundos la amplia polifonía de las cosas, que parecen inertes y sin divino soplo,
a los profanos y a los indiferentes. Coge los pinceles como si su mano estuviera libertada de los
mandatos sensoriales.
Y así, poco a poco, van quedando plasmados sobre el lienzo los colores y la luz y el aire.
Doblan bajo el impalpable, pero latente capricho del viento, sus ramas copiosas los
árboles. Cruzan lentas en la serenidad azul las blancas nubes. Se adivina en la tierra el ritmo
somnoliento del agua próxima y la vida oculta de miríadas de seres minúsculos entre la
aterciopelada verdosidad de la yerba.
1620
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Jesús Basiano tiene el propósito de celebrar en Madrid el año próximo una exposición de
sus obras. Será entonces ocasión de volver a insistir sobre su arte, formado por la austeridad,
por la energía y por la conmovedora dulzura sentimental...
JULIO
LA EXPOSICIÓN ANGLADA
Posee los grandes premios de honor en las Internacionales de Buenos Aires y de Venecia,
y rechazó el de la Internacional de Roma en 1911 por considerar ilegal la constitución del
Jurado que se la otorgara, y en prueba de solidaridad con sus compañeros los artistas
españoles. Tanto en esta Exposición de Roma como en la de Venecia se le destinaron las salas
de Honor.
Sus tarifas de venta son de las más altas y extraordinarias entre los contemporáneos y, a
pesar de ello, poseen cuados suyos, adquiridos a grandes precios, en los Museos de París,
Londres, Berlín, Viena, Petrogrado, Moscú, Gante, Stokolmo, Buenos Aires, Bruselas, Dresde,
Nueva York, Chicago y Barcelona.
Los grandes críticos extranjeros le han consagrado en las revistas de arte más
autorizadas de las respectivas naciones sendos estudios ditirámbicos...
Repito el triunfo unánime, indiscutible, de Anglada fuera de España, para que resalte más
el contraste de este espectáculo lamentable dado por la ignorancia y la cretinidad de los
profanos y la malevolencia de unos cuantos artistas, aquí en Madrid, con motivo de la
Exposición.
1621
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y no se venga con el viejo y desacreditado tópico que Anglada pinta una España
convencional, porque para ciertos individuos lo que ellos no saben o no pueden ver, es
convencional visto por los demás.
A Hermen Anglada Camarasa no le han faltado para su éxito definitivo los ataques
violentos, coléricos, agresivos, como si se tratara de vengar en él nefandos crímenes o agravios
íntimos. Espectador hubo de estos profanos o profesionales que ha sufrido ataques epilépticos
ante un lienzo de Anglada. No faltó tampoco la erupción de critiquitos espontáneos que se
erigían en portavoces de la estulticia y de la mala fe... Creíamos vivir por un momento aquel
capítulo maravilloso del libro de Emilio Zola, L‘oeuvre, en que la gente se burlaba del Plein air
de Claudio Lantier.
Por otra parte, esta injusta actitud—en la que si ahondáramos hallaríamos el virus político
que ahora divide a los españoles en francófilos y germanófilos—dio lugar lógicamente a
exageraciones del campo contrario de los apologistas, quienes han dicho cosas estupendas y
arbitrarias.
Unos y otros no han sabido conservar la precisa ecuanimidad, el sereno eclecticismo que
debe presidir en todo juicio artístico.
Con Anglada Camarasa se repite el caso de todos los renovadores estéticos. ¿Acaso el
impresionismo francés no excitó esa indignación? ¿Acaso Rosales no fué lapidado e
íncomprendido por el público de su época? ¿Se han olvidado tan pronto los comienzos del
sorollismo, cuando el gran maestro valenciano hundió para siempre la pintura de historia? ¿Se
conocen a! menos las modernas tendencias de la pintura alemana? ¿Se sabe por casualidad—
que es como en España saben estas cosas ciertas gentes—que hoy día la exaltación de la luz y
del color y la obsesión decorativa constituyen los dos principios estéticos más importantes?
¿Qué se diría frente a los lienzos de Brangwyn, de Besnard, de La Touche, de León Bakts, de
Adolfo Müntzer, de Henry Martin, de Maurice Denis, de Orlik, de Potter, de Gustavo Klint (sic),
de Eduardo Munck, de Tokai, de Luis Sargent, de Arturo Kampf, de Blamire Young...? ¿Se ha
pensado siquiera en averiguar si esta pintura de Anglada es algo más que un fruto esporádico,
algo más, incluso, de una consecuencia de la renovación pictórica extranjera, si respondía, en
fin, a los demás conceptos estéticos y éticos de su época? ¿Se le han buscado concomitancias
con otros aspectos sociales?
1622
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nada de eso. El tipo representativo del español es «el señor que no comprende». No
viaja, no lee, no piensa, y cuando se cree con derecho a juzgar, lo hace con un criterio de
espectador taurino
EL ARTE DE ANGLADA
Empezó a cumplirse entonces y se termina de realizar ahora uno de mis más fervientes
deseos: el de expresar en alta voz y ante un público esencialmente escogido, mi admiración por
la obra de dos de los más grandes pintores de nuestro siglo, e intentar la posibilidad de adquirir
prosélitos — profanos y profesionales— para este arte nuevo y renovador, capaz de cambiar
por completo el porvenir de la pintura española contemporánea.
(1); Conferencia leída por el autor el día 5 de Julio de 1916 en la Exposición Anglada, y
primera de la serie que el Círculo de Bellas Artes organizó para propaganda de aquella
importantísima manifestación artística. A esta conferencia siguieron otras tres de los señores
Domenech, García Sánchez y Valle Inclán.
Procuraré ser conciso y claro y atender menos al culteranismo imaginativo que a las
llanas y sencillas explicaciones; porque no sería oportuno aumentar con divagaciones retóricas y
con falsos colorismos literarios la confusión y desconcierto que en muchos espíritus ha
despertado la luz armonizada en los lienzos del maestro catalán.
No olvidemos tampoco que hace calor, este calor seco, asfixiante, de los comienzos de
Julio, y que esas rientes avenidas, y los senderos, grises ahora entre el doble verdor pomposo
de los macizos, son una tentación demasiado grande. Acaso pensaréis que debiera haberse
1623
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
elegido como lugar para estas conferencias el aire libre, y por tribuna la amplia escalinata,
como en los tiempos helénicos y hundidos para siempre...
Pero sería en nuestros días prosaicos, tan grotesco como ese moderno concepto de las
estatuas de hombres más o menos célebres, vestidos de levita y con la mano extendida, como
preguntando si deberán abrir o no los paraguas.
Acaso para nosotros hubiera sido grato espectáculo el contemplar en jardines y a la hora
dulcemente evocadora del véspero las siluetas vernales de vosotras, damitas de los trajes
vaporosos y los rostros bellos; pero imagino en seguida la antiestética figura del orador en lo
alto de la escalinata, vestido de americana, braceando como propagandista de mitin o
sosteniendo con manos temblorosas las cuartillas, como pregonero de pueblo. Y, por lo menos
yo, he temido al ridículo.
No recuerdo que artista alguno contemporáneo haya agitado tanto este casi siempre
adormecido ambiente estético de Madrid.
Esta agitación producida por los cuadros de Anglada no se debe, como las otras, a lucha
de medallas, adquisición de obras y clasificación de impersonalismos dentro de sus respectivas
influencias.
Es, por el contrario, la estupefacción del ataque inesperado; la rebelión instintiva frente a
los revolucionarios credos; el deslumbramiento de los que, habituados a vivir como topos —en
el terreno material y en el especulativo—, sienten que de pronto unas manos vigorosas abren
de par en par las ventanas para que entre el sol, o dan vuelta a conmutadores eléctricos para
que potentes focos derramen su luminosidad. Acaso tanto importe una cosa como otra, porque
la luz, natural o artificial, nos hacía mucha falta...
Esencialmente partidistas, los españoles constituyen una raza a la cual están prohibidos
el eclecticismo y la ecuanimidad. O diviniza, idolariza
1624
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
mejor dicho, o lapida y sepulta bajo el desprecio más rotundo. No existen para el español
sino rembranescos contrastes. Toda la glorificación cálida del ditirambo irreflexivo o toda la
abismal negrura del apostrofe, menos reflexivo todavía.
Así presencian estas salas, desde que se inauguró la Exposición Anglada, el espectáculo
de las más diversas opiniones, de los más disparatados juicios y las más arbitrarias críticas
Claro es que debe establecerse una división entre esas opiniones: las que emiten los
profesionales, y las que no se callan les profanos.
¿Acaso no se ha oído, aquí mismo, a uno de esos viejos maestros de otro tiempo, que
desgraciadamente ocupa un alto puesto; decir a voz en grito: «Nada, señores: o sobra Anglada,
o sobra Velázquez»?
Sería injusto, no obstante, callar que también hay artistas lo suficiente sinceros y lo
suficiente libertados de esos defectos imputables a los restantes, que no han vacilado en
expresar su admiración por Anglada y en - lo .que ya es más-difícil por falta de antecedentes
críticos—razonar su admiración.
Sobre todo, ese público que llaman de los «días de moda» que solicitan autores
dramáticos y artistas, en un equivocado deseo de conquistar su dinero o su aprobación. Ese
público es precisamente el que menos parece haber comprendido los cuadros de Anglada.
Acostumbrado, además, a ser adulado y escuchado por gentes que de él dependen más o
1625
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
menos directamente, no se recata de reír donde debía enmudecer, no tiene el pudor de sus
ignorancias, ni se ruboriza de sus extravíos.
En voz alta se interpelan unos a otros, y ríen y se burlan de un modo triste para los que
les contemplamos libres de su falso prestigio, como aquel niño del cuento de Andersen, quien
no vaciló en decir iba desnudo el rey que todo un pueblo imagina vestido ricamente.
— ¿Habéis visto alguna vez caballos de colores? ¿Y esto de tener una mujer la cara
verde? ¿Acaso esto es un torero? Y esos gitanos, ¿tienen forma humana?—dicen.
Tal vez podría objetárseles que si pudieran ver como los grandes pintores, serían tan
grandes pintores como éstos son, y que tampoco vieron nunca mitológicos seres, ni católicas
personalizaciones en humanas figuras, y, sin embargo, aceptan el que existan monstruos mitad
hombres y mitad caballos; monstruos que asoman sobre las aguas torsos enloquecedores de
mujer y debajo de las aguas mueven sus colas escamosas de pescado; querubes que sólo
tienen una cabeza y dos alitas, y vírgenes y santos que caminan sobre la atmósfera como
nosotros sobre la tierra...
En cambio, este otro público, que o no puede o no quiere asistir a los espectáculos en los
días de moda, se compone de jóvenes con los rostros inteligentes y las almas encendidas de
divino entusiasmo; de muchachas que se acercan con el rostro arrebolado por una
interrogación, de artistas que sienten en su interior como si floreciera una vernal y desconocida
flora, donde aprender matices nuevos y cortar mágicas rosas.
Queda, por último, la crítica. ¿Podemos los críticos en esta ocasión afirmar que hemos
cumplido todos exactamente con nuestro deber? Tal vez no.
1626
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es, limitándonos a ejemplos más dentro de nuestra esfera de acción, el caso del
impresionismo en Francia, que vino a renovar por completo la pintura. Las obras de Manet, de
Monet, de Pissarro, de Cézanne, de Degas, estas obras que hoy valen muchos miles de francos,
eran rechazadas de los Salones, escarnecidas por el público y pagadas por marchantes
inteligentes y tacaños a precios irrisorios.
Como Manet y Monet y Degas en Francia, Sorolla en España abrió las puertas al sol; no
para pintar las fiestas mágicas que el sol hacía en los interiores de los estudios, sino para
excitar a los pintores a que salieran al aire libre para pintar rostro a la verdad y espaldas a la
mentira. Todo aquel arte enfermizo, cretinizante, asfixiado por falta de luz, de sensibilidad y de
emoción que constituye la pintura de la segunda mitad del siglo xix, y del que sólo pueden
salvarse algunos nombres, sufrió rudo golpe con el sorollismo, que pintaba la luz en toda su
integridad sobre los grandes escenarios naturales.
1627
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
plumas ante los jardines decadentes y misteriosos que hoy ya empiezan a considerarse
demasiado académicos.
Una mirada superficial que persista instintivamente en la primera impresión causada por
los lienzos de Anglada conservaría, como un juicio definitivo, el recuerdo de que el arte del
ilustre artista es sólo un prodigio de color.
Al color, en efecto, parece supeditado todo, y todo ofrecido en holocausto suyo. De tal
manera lo creemos así, que no es la luz la que impone fantasías coloristas, sino que, para,
mayores brillantez, exuberancia y casi agresivas armonías, la luz se exclaviza al color. Por eso
Anglada desdeña muchas veces el sol y completa con luces coloreadas aquellos caprichos
cromáticos que concibiera imaginativamente
¿Sin verlos? No. Antes les ha visto, pero con una visión especial, peculiarísima, que ya le
da pauta de cambios extraños y de irreales matices. Diríase que entre las cosas y los aspectos
naturales pasa su temperamento, sutilizando en transparencias.
Dentro de este criterio exclusivista acerca del arte de Anglada, persiste la creencia de que
sus embriagueces de color perjudican al buen conjunto de cada una de sus obras. El carácter
humano de las figuras desaparece, se borra y apaga, al emplear en brazos y rostros más
apagadas coloraciones que en los trajes, adornos y fondo florido. Incluso la misma rigidez
escultórica de actitudes contribuye a despojarles de vida y movimiento.
Llegan a perderse, como digo, los procedimientos. Surge, en cambio, la evocación cual
hecha realidad, de que no es un lienzo pintado lo que tenemos ante nosotros, sino trabajos de
cerámica, de esmaltado, de tapicería, hasta dé japonesas lacas o de pérsicas sedas tejidas con
espléndida riqueza de motivos...
Sin embargo, ahondando más el arte de Anglada, vemos que el encanto de sus cuadros
no está sólo en la exuberancia colorista, tan sabia que llega a obtener armonías y cadencias con
los tonos más opuestos y estridentes.
1628
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La otra cualidad es más visible, más afirmativa: la composición. Anglada es, sobre todo y
ante todo, un gran decorador. Aun las figuras aisladas, despojadas de fondos complementarios,
están concebidas con un sentido armónico y rítmico que nada pide a la realidad del modelo, y sí
le otorga todo a la elegancia de las líneas y a la riqueza cromática.
Y si esto es en figuras aisladas, sin sujeción a otro ritmo que venga a buscar el suyo, o a
los cuales habían de someterse para la total armonía, imaginad cómo será de admirable cuando
agrupe las figuras sobre fondos penetrados del alma de ellas, así como a ellas las impone la
relación de valores coloristas y cuando el arabesco que inician las figuras lo completan curvas
de montes lejanos, vibraciones y temblores inmovilizados de árboles y arbustos o audaces
guirnaldas artificiadas de naturales flores, que no se sabe si descienden, enamoradas, del
suelo, o surgieron para complacerse en levantar lo más posible su elipse florida para
reverenciar, desde un grupo de mujeres, al otro femenil grupo inmediato.
¿Y qué significa toda esta exaltación obtenida con gamas de una extraordinaria
magnificencia cromática? Varias y muy importantes transformaciones estéticas.
1629
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Después debe tenerse en cuenta que todo cuanto Anglada nos ofrece, responde al
convencimiento pleno y bien orientado de que el arte pictórico no tiene ya otra finalidad sino la
decoración, la ornamentación; lo que Henri Martin y Besnard en Francia, Brangwyn en
Inglaterra, Franck Stuck, Leo Puíz y Fernando Hodler en Alemania, León Baksten Rusia, realizan
ya de un modo victorioso sobre las demás tendencias.
Dentro de quince, de veinte años, la pintura no tendrá más que dos aspectos únicos que,
en definitiva, son los que han predominado a través de los siglos, y los que, juntos o separados,
señalan los períodos de verdadero renacimiento estético: la pintura decorativa y el retrato. Para
la primera, toda la fantasía, toda la luminosidad, toda la riqueza cromática, toda la suntuosidad
rítmica y todas las libertades compositivas me parecen pocas. Para el segundo debemos exigir,
ante todo, realista respeto del natural, sujeción a las leyes inmutables y, sobre todo, ninguna
arbitraria fantasía ni libertad de interpretación que puedan falsear el carácter del modelo. En
cuanto al cuadro que llamaron histórico y el cuadro de género, desaparecen y no veo por qué
hemos de llorar su desaparición. Eran el refugio de los artistas mediocres. Y a un artista se le
puede perdonar todo menos eso: ser mediocre y halagar consciente o inconscientemente el
criterio acéfalo de las multitudes.
Hermen Anglada Camarasa es, por tanto, un gran decorador Estos lienzos suyos nos dan
la sensación de haber sido concebidos y resueltos para dos enormes salones que dieran la
pauta de una verdadera escuela de arte decorativo. En uno, las gamas claras, aprendidas en
Valencia y Mallorca; en otro, las gamas oscuras aprendidas en las noches andaluzas,
aragonesas, y en los medios exóticos que París ofrece a quien sabe descubrirle la entraña de
hechicería de su belleza.
¿Y sus retratos también? Sus retratos también. Porque es de advertir, señores, que
Anglada, voluntaria o involuntariamente, y aunque él crea lo contrario, no es un pintor de
retratos. Fantásticas interpretaciones de mujeres son las que de tal modo titula, en lugar de
darles impersonales nombres, como a los otros en que se sirvió de un modelo femenino.
(…). Las mujeres de sus retratos abdican lo que de personal tienen en la total exaltación
de armonías cromáticas y arabescos arbitrarios. No son el objeto principal, sino el pretexto de
belleza. No gira en torno de ellas el arte del pintor, sino que el pintor las obliga a girar dentro
de la órbita de su arte.
1630
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
aspiración, tiene la de fundir todos los aspectos de diferentes artes nobles en el de la pintura,
para conseguir verdaderos tesoros decorativos.
Es, sencillamente, el haber elegido una cumbre entre dos que se con-templan a la misma
altura.
Por eso nos pareció absurdo que un buen señor, influyente en la pedagogía estética de
nuestra patria, dijera que «o sobraba Velázquez o sobraba Anglada>.
Nada tiene que ver el uno con el otro. Incluso, prescindiendo del paralelismo ridículo de
un pintor del siglo xx con otro del siglo XVII, diremos que Anglada no viene a anular a cuantos
no sientan ni interpreten la belleza como él.
¡Menguada sería nuestra riqueza artística si sólo Anglada mereciese nuestra admiración!
Afortunadamente, entre los pintores españoles contemporáneos hay unos cuantos capaces de
sostener la competencia con Anglada Camarasa. Porque lo hemos dicho muchas veces, y será
preciso repetirlo siempre que de arte español se hable. Nunca, nunca, ni en el siglo XVII
siquiera, señores partidarios del «cualquiera tiempo pasado fué mejor», se ha pintado en
España como se pinta ahora...
Imagínase que estos cuadros responden sólo a un credo de soluciones externas, a una
inconsciente y pagana embriaguez de luz, heredada de un antiguo adorador de Mitra Helios. Y
que, así como el sol borra, hunde y deshace cuanto envuelve con su cálida y deslumbradora
lluvia, el arte de Anglada cae, por exceso de luminosidad, dentro de una limitada sensación de
formas y tonos, sin que por debajo de la obsesión de las bellas líneas y de los más vibrantes
colores circule el pensamiento. Para los que de tal modo piensan, Anglada es un pintor a flor de
piel, y sus cuadros son como vestiduras de rey puestas sobre un maniquí, cual feéricas galas de
hadas y ninfas sostenidas por alambres en el aire, y como telones de teatro los fondos que
mienten engañosos la Naturaleza.
Cuadro a cuadro podríamos analizar, y ni uno solo de ellos dejaría de decirnos su secreto
propósito si supiéramos interrogarles, si llegáramos a él limpios de esa indeferencia espiritual
que, un poco ligeramente, se les atribuye a ellos mismos.
Limitémonos, sin embargo, a tres o cuatro que, siendo los más representativos, son
también de los más discutidos.
1631
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El ídolo es ese torerillo que tiene un aspecto ambiguo de efebo, y cuyas carnes están
tratadas con más apariencias de feminidad que otras verdaderamente femeniles del mismo
autor. El traje rosa y el capote blanco ratifican, prolongan, esa sensación morbosa y suave.
Es una cualidad inherente a todas las creencias. Lo mismo a las teogonías gentílicas que
a los símbolos católicos. ¿Acaso no eran asexuales los iconos bizantinos que marcaban la de-
cadencia de los orientales imperios? Y por qué San Antonio de Padua, positivamente barbudo y
desaliñado en su desprecio de los mundanos refinamientos, se aparece como un adolescente
barbilampiño dentro de sus hábitos limpísimos, sonriendo a las niñas que le piden novio
Este torero de Anglada no es el que veis en la plaza ceceando blasfemias con acento
andaluz, pisando sangre y procurando ser más bruto que el toro. Es el símbolo de lo que el
torero español significa en España.
1632
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
(…) Veamos, por último —pues ya temo haber cansado mucho vuestra bondadosa
atención—, el lienzo titulado‖ El tango de la Corona‖.
El tango de la Corona es la danza nupcial de la raza errante y morena, nieta de las que
vieron temblar sobre las aguas del Nilo los fugitivos vuelos de los ibis sagrados. Interpretado
por el maestro, es un poema de lujuria y de fanatismo. No es posible alcanzar hasta ese límite
de expresión franqueado por Anglada.
Es un cuadro que turba los sentidos, que nos punza la carne y reseca las fauces y nos
inquieta para mucho tiempo, con esa languidez que de cuando en cuando despierta en nosotros
la ancestral sensualidad árabe. Se piensa también en aquellos endemoniados de la oscura Edad
Media, en las procesiones de epilépticos y de calenturientos que se arrastran por caminos de
polvo y de sol en las romerías de las tierras latinas hacia milagrosos santuarios.
Pierden los humanos seres su humana presencia. Hipólito Taine hallaría aquí un
maravilloso ejemplo para su teoría de que las más grandes escuelas son aquellas que alteran
las relaciones y las dependencias mutuas de las artes para conseguir la mayor fidelidad
imitativa.
Esto que decimos de El tango de la Corona, podría también asegurarse —dentro de los
distintos nortes ideológicos, naturalmente— de los demás cuadros, que, según el contemplador
frivolo, no tienen otra transcendencia sino la puramente formal de una técnica nueva y
desconcertadora.
El tango de la Corona es quizá la obra más admirable de Anglada. Desde luego, es la más
emotiva, y si en Valencia resume el pintor el aspecto que pudiéramos llamar optimista por las
alegres y claras luminosidades de Novia valenciana, Valenciana entre dos luces, El ídolo, Cam-
1633
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
pesinos de Gandía, Muchachas de Liria, etc., en El tango de la Corona hallamos, desde luego, el
otro aspecto más reconcentrado de color, más refinadísimo, más empeñado en plantearse y
resolver los problemas de mayores profundidad y vigor. .
En El tango de la Corona, que me parece uno de los cuadros más hermosos de toda la
pintura española moderna y clásica, la ciencia del arabesco y la inquietud íntima llegan al
máximo de la potencialidad imaginativa y de la hiperestésica tensión nerviosa. A propósito de
él, se habla de monos como justificando la afirmación de Nietzsche en Humano, demasiado
humano: «Quizá la humanidad no sea más que una fase de la evolución, una especie
determinada de animales de limitada duración; de manera que el hombre que procede del
mono, vuelva a ser mono.» Porque monos le parecen al contemplador los gitanos que hay en
este cuadro de tentaculares abrazos, de paisaje y fauna abisales, de estremecimientos hacia
una aspiración idealista en los árboles, y dentro todo ello de una luz de luna que penetrara
hasta el fondo de numerosas capas de agua clarísima.
Aparta el trivial contemplador sus ojos como disgustado de lo que imagina fealdad de
forma, sin presentir la fealdad del sentimiento íntimo, encerrado en el cuadro. Y también podría
recordársele otras palabras del gran filósofo, de ―Así hablaba Zaratustra‖: «Se fijan al arte
límites demasiado estrechos, si se exige que sólo las almas bien ordenadas, moralmente
equilibradas, puedan tener en él su expresión.»
Estas almas que en El tango de la Corona ha pintado Anglada Camarasa están agitadas
por el desequilibrio y el desorden moral, abrasadas por el fuego de pasión, y en la pasión se
retuercen como ramas demasiado secas dentro de las llamas en las fogatas otoñales y
campesinas.
Y l legamos, por fin, a la última parte de nuestra conferencia. A los peligros que nos hace
suponer para el futuro el arte de Anglada. No por él mismo, sino por los sentimientos gregarios,
de imitación, de servil copistería que habrá de despertar seguramente.
El arte de Anglada, como el de todo creador original y fuerte, tiene una apariencia
arbitraria y una realidad clásica.
Aquel grito doloroso que a «un muy alto príncipe» dedicara Jorge Manrique —gritado ya
centurias antes por Homero—, sigue retumbando y retumbará bajo las inmensas bóvedas de los
siglos.
Y siempre sonará a hueco y a falso. Porque no fué ni mejor ni peor el tiempo pasado,
sino
1634
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
otro, y debemos felicitarnos siempre de que haya hombres descontentos de las normas
de
belleza conocidas. De no ser así, los artistas de 1916 seguirían dibujando figuras de
antílopes y búfalos como los bosquimanos de las Cuevas de Altamira o de la Rodesia
prehistórica. Pero las hienas siguen el rastro de los leones para roer lo que ellos dejaron, y los
cuervos destrozan los cuerpos que las águilas mataron por carnicero placer. De igual modo, y
pisando las sombras de los artistas realmente originales, va una gregaria multitud de infelices
que pretenden engendrar el genio con la extravagancia, creyendo madre a la que suele ser hija
de aquel que no siempre se preocupa de ayuntamientos inútiles.
No está el peligro, repito, en este arte sincero, sano, rebelde y luminoso de Anglada, sino
en la defectuosa perversión tan latina—y particularmente tan española — del sentido estético,
que consiste en abdicar precisamente de lo que debe constituir la limpia ejecutoria de un
artista: la dignidad del personalismo.
Hay que reconocer que los procedimientos de plagio, copia e imitación son no poco
halagüeños para la holgazanería y hamponería nacionales. Se reducen a esperar pacientemente
que alguien tenga un temperamento o una habilidad disconformes y diferentes de la totalidad
de artistas más o menos dignos de tal nombre. Si se le puede anular y derrotar con las
conspiraciones del silencio o de las burlas despiadadas y de venenosa envidia, se le derrota y se
le anula y se le desprecia. Si triunfa, las turbas anónimas se lanzan por el sendero recién
abierto y destrozan y pisotean, sin beneficio alguno para ellas, lo que debió respetarse como
huerto cerrado y jardín florido de uno sólo.
¡Pobres ícaros serán los tales pintores, que antes de mirar si sus alas son de algo más
resistente que la cera, pretenderán subir a robar el sol!
1635
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
AGOSTO
(…) ¿resulta aventurado afirmar que España está en el momento más interesante de su
renacimiento artístico?
Porque ese renacimiento se debe a los maestros jóvenes, a aquellos que están en la
edad ubérrima, y esplendorosa de los treinta a los cuarenta años: Alvarez Sotomayor, López
Mezquita, Federico Beltrán, Romero de Torres, Benedito, Miguel Nieto, Néstor, Julio Antonio,
Capuz, Hermoso, Rodríguez Acosta, Salaverría...
(….) Vistos de cerca, dentro de la misma época, los pintores no parecen tener nada de
común entre sí —claro es que no me refiero a los gregarios, a los que buscan los senderos
trillados—, y, sin embargo, al cabo de unos años, contemplada aisladamente la obra de uno de
eses temperamentos originales e independientes, se ven en toda ella atisbos, recuerdos, rasgos
o procedimientos que evocan la época pretérita y los artistas contemporáneos del que sugiere
esa evocación.
Un ejemplo: los pintores de hoy, Mezquita, Chicharro, Beltrán, Sotomayor, Benedito, nos
parecen distintos, con opuestos conceptos del arte y de la vida. Los cuadros de uno no pueden
confundirse nunca con los de los otros. Pero dentro de veinte, de cuarenta, de cincuenta años,
el crítico que vea reunidas varias obras de uno solo de ellos, recordará inconscienemente a los
demás.
¿Por qué es esto? ¿Qué oculto motivo influye en la retina y en la mano del artista?
Necesariamente hay que inclinarse ante la teoría del viejo Hipólito Taine acerca del medio
ambiente.
Todo en torno del pintor coadyuva a que sobresalgan las cualidades de la raza y los
motivos luminosos y artísticos de su tiempo.
1636
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Inaugurada solemnemente por el Rey se celebró al mismo tiempo que estas dos
anteriores otra Exposición en el Círculo de Bellas Artes de Bilbao, organizada por su presidente,
el ilustre pintor Alcalá Galiano.
Había reunido el autor de Unidos por el pensamiento y de tantos otros lienzos de positivo
mérito, los nombres de José María López Mezquita, Mateo Inurria, José Pinazo Martínez, Moisés
de Huerta y Francisco Llorens. Los tres insignes pintores, maestros de tan opuestas tendencias,
ofrecieron un notabilísimo conjunto, del que se destacaban, sobre todas las obras restantes, un
magnífico lienzo de López Mezquita, titulado La mujercita, que es una verdadera joya de la
pintura española contemporánea y ratificación espléndida de la supremacía del joven maestro
en la pintura de retratos.
La Exposición fué un gran éxito de venta y de público, lo que no deja de ser un poco
extraño en Bilbao, donde a pesar de la labor admirable y digna de alabanza que realizan con
todo entusiasmo Los artistas vascos, existe una gran indiferencia de la gente por los asuntos
estéticos.
Pero precisamente este éxito excepcional demuestra hasta qué punto es sólido y
merecido el prestigio de los cinco artistas que logró reunir Alcalá Galiano en el Círculo de Bellas
Artes bilbaíno.
LA EXPOSICIÓN DE VALENCIA
Joaquín Sorolla ha concebido una idea simpática y digna por todos conceptos de ser
alentada y elogiada: construir en Valencia un gran Palacio de las Artes e Industrias.
1637
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El veinticinco por ciento del importe de las ventas se destinaba a la caja de la Junta
ejecutiva para la construcción del Palacio (…) Los premios importaban 12 550 pesetas y en las
listas de donantes figuraban S. M. el Rey, el presidente del Consejo, los pintores y escultores
valencianos Sorolla, Pinazo, Muñoz Degrain, Beníliure (Mariano y José), Agrasot, etc., y diversas
entidades artísticas de Madrid, Barcelona y Valencia. (…)
Interesante novedad de esta Exposición fueron los envíos de María y Elena Sorolla, hijas
del insigne autor de Triste Herencia. (…)
(…) el paisajista Lacárcel figuró con cuarenta notas de diversas regiones españolas.
Había también obras de Emiiio Ferrer, en quien comienza a cuajar un artista consciente y
capaz, de grandes audacias luministas; de los pensionados en Roma Salvador Tuset y Tomás
Murillo, de interés; del formidable dibujante Vicente Carreres; y de los Sres. Benlliure Ortiz,
Capuz (Pascual), Esteve, Ruano, Mellado, Verde, Manaut, Pons Arnau, Marco, Isla, etc. (…)
(…)
Pintara: primera medalla, Salvador Tuset; consideración de primera medalla, José Pinazo;
segundas medallas: Mongrell, Isla, Claros y Lacárcel;
1638
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Aún está reciente su última exposición, que revistió excepcional importancia, y en la que
figuraban al lado de maestros de reconocidos méritos y triunfal renombre, los jóvenes
luchadores capaces de competir con ellos con el mismo amor a la belleza y parecida maestría
en interpretarla.
Hoy debo hablar del Museo provincial de Bellas Artes, instalado en un magnífico edificio,
en el que ha presidido una acertada disposición de luces, distribución de salas y elección de
obras, y al que presta notorios interés y actualidad el maestro Muñoz Degrain por su reciente
donativo al Museo malagueño.
Algunas veces ha dicho el admirable autor de Los Amantes de Teruel que él amaba tanto
a Málaga como a Valencia, donde nació.
Su magnífico estudio de Málaga, donde durante muchos años dio vida a tantos hermosos
lienzos, era para él un grato refugio de emoción y de arte. Casi no podían rivalizar con aquel
estudio los que en Madrid y en Valencia poseía. Además de las riquezas artísticas salidas de su
mano, conservaba el maestro en su estudio malagueño verdaderos tesoros en cuadros,
esculturas, joyas, tapices y muebles. Sólo el magnífico artesonado significaba muchos miles de
pesetas. En las biografías y monografías consagradas a Muñoz Degrain en España y fuera de
España siempre hemos visto reproducido este estudio, que era, en su fastuosidad y grandeza,
digno de ser visitado con la misma atención que la sala de un museo.
Hoy día ese estudio no existe, como no existe el de Madrid en la calle de Olózaga, ni el
de Valencia. El maestro os recibe sonriente y feliz en un cuarto pequeño de la calle de
Recoletos, donde no existen más obras artísticas que las recién comenzadas y que su pincel
genial va realizando a compás de la cerebral gestación.
1639
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
entrega los cuadros, esculturas, joyas, telas y muebles que formaron en torno de la dilatada y
gloriosa vida del maestro un ambiente de depurado esteticismo.
Ha procurado Muñoz Degrain reunir en la serie de cuadros propios aquellos que expresen
la evolución técnica e ideológica de su arte. Así, al lado de lienzos de épocas un poco lejanas
figuran los pintados recientemente con esta exuberancia imaginativa que los años no han
logrado atenuar en el gran artista.
Abundan, como es natural, los paisajes. Muñoz Degrain es, ante todo, paisajista. Ha
interpretado de un modo pasmoso la naturaleza.
Recordemos sus páginas de Granada — ¡Oh, ese Chabasco del Museo de Arte Moderno,
que compensa de tantas majaderías pictóricas conservadas en el mismo edificio!—, de Valencia,
de Málaga — ¡aquel cuadro de Los Gaitanes!—, del Norte romántico y melancólico. Recordemos
sus evocaciones de la pretérita Italia, de la Grecia inmortal, exaltadas con la prodigalidad
colorista de un verdadero latino; sus reconstrucciones de castillos feudales y medioevales; los
ambientes hechos con zorrillesco poder imaginativo; sus cuadros, en fin, de los Santos lugares
—Magdala, Tiberiades Cafarnaun, Galad, Nazaret, Genezaret—, tan impregnados de una
magnificencia de orientales encantos.
Muchos de estos cuadros están ya colocados en el Museo de Málaga. Pasarán los años y
el artista, el amante a las bellas artes que quieran conocer íntegra la obra del maestro, no
podrán limitarse a visitar las salas de Valencia, sino que habrán de ir también a Málaga, la
encantadora ciudad andaluza, a la que otorgó Muñoz Degrain el mismo amor que a la ciudad
donde había nacido…
MEMORANDA
1640
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE
Ha servido además esta interesante Exposición para demostrar que en Asturias responde
el renacimiento estético a las otras vigorosas y florecientes manifestaciones de las letras, las
ciencias y la política.
Cerca de ciento sesenta obras exponían pintores y escultores de positivo renombre entre
las cuales se destacaban cuatro admirables lienzos de José Zaragoza, las esculturas de Víctor
Hevia, las obras de Darío de Regoyos y los cuadros de Presno, que, a pesar de estar muy
influido por Néstor, acusan una personalidad refinada y exquisita.
1641
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
fuente; Alta mar; Placidez.—Medina (D. Manuel): El Palatino (Roma); Arco de lito (Roma);
Columna de Foca (Roma); Templo de Castor y Pólux (Roma); Amanecer (Asturias); Foro
romano; <Ta gafa» (Asturias); Goloseo (Roma).—Montes (D. Ricardo): Miss L. (estudio);
Cabeza de mujer; Cabeza de hombre; Joven inglesa; Escena de Sigfrido; Holandesa; Naturaleza
muerta (estudio); Paisaje (Oviedo).—Muñoz de la Espada (D. Dionisio): dos Retratos, Paisaje.—
Panlagua Pajares (D. Gudelío): Campesino.—Pinole (D. Nicanor): Retrato de D. M. de P.;
Retrato de D. M. de T.; Vuelta de la romería.—Prado (D. José): Retrato del señor Herrero;
Retrato del Sr. Duarte; Retrato del Sr. Radío.—Presno (D. Mar-celo): Rito pagano; Del país de la
reina Mab; La fruta sagrada; Cortejo oriental; Cleopatra; Princesa de Golconda.— Regoyos (D.
Darío de): Muñeira; San Feliú de Torrelló; Playa de Algoria.—Santamarina Izquierdo(D.
Crisanto): dos Paisajes (Oviedo); Apunte; Bodegón.—Soria(D. Nicolás): En el Coro; Estudio para
retratos; Estudio para retrato; Autoretrato.—Tamayo (D. Eugenio): Pinar (Madrid); Segoviano;
Paisaje del Aramo; Castañedo; Nota de Otoño (Asturias, apunte); dos Notas de Verano
(Asturias, apunte); Campesina segoviana; Cementerio de Chamartín (Madrid, apunte);
Guadarrama (Madrid, apunte).—Uña (D. José): Retrato de la señora de F.; Retrato del Excmo.
Sr. Marqués de Valero de Urría; Taller de forja. — Valle (D. Evaristo): Crepúsculo (núm. 1)
Crepúsculo (núm. 2); Crepúsculo (número 3); Crepúsculo (núm. 4); Retrato. —Valbuena (Dr.):
Retrato del señor Carvajal. —Zaragoza (D. losé Ramón): Retrato de la Sra. C. G. de F.; Retrato
de la Srta. Adela Carbone; Mihri; Tipos bretones. (…)
Enrique Vera ha celebrado en los salones de El Pueblo Vasco, de San Sebastián, una
exposición de cien obras suyas. Esta nueva exhibición de cuadros del ilustre paisajista toledano,
ha venido a consagrar de un modo ya definitivo el prestigio que disfruta por derecho propio.
1642
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Están los suburbios de tierra rojiza, sanguienta, de rocas austeras y bravas; están las
márgenes evocadoras del Tajo, ancho y profundo; los templos y palacios dorados por el sol y
por el tiempo; las calles sugeridoras de otros siglos en las noches de luna, los barrios populares
con toda su abigarrada y multicolora alegría; el cielo azul, sereno, tendido como un palio de paz
y de belleza en su inalterabilidad sonriente.
Pero hay más todavía. Están las visiones de Italia, de Austria, de Portugal, los aspectos
de otras regiones españolas que con la misma fidelidad interpreta.
De ellas sobresalen las páginas portuguesas. Rías mansas, tranquilas, adormecidas bajo
la bruma; marinas de un azul penetrante que contrasta con los cadmios de la playa en que
estallan las blusas rojas y azules de marineros y pescadores; estuarios en cuyos cristalinos
fondos bogan lentas las nubes encobrecidas de los vésperos; y los otros sitios de viejos castillos
románticos y de jardines señoriales, galantes como los franceses de Le Nótre
En cuanto a la técnica de Enrique Vera, responde, según digo antes, a los diversos
ambientes que interpreta. Predomina, no obstante, la pincelada amplia, sobria, segura; los
gruesos de color, que dan una materialidad casi sólida a los primeros términos, que realzan más
aún la ligereza y la suavidad de toque en los últimos;..
Tal es la personalidad de este joven e ilustre paisajista, que ha renovado sus laureles en
la capital donostiarra.
MEMORANDA
1643
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
OCTUBRE
LA EXPOSICIÓN DE PANAMÁ
Con motivo de esta exposición, España hizo el ridículo durante algún tiempo.
Y no por culpa del comisario regio D. Emilio de Motta, ciertamente. Este señor merece
todos nuestros respetos y todas las gratitudes de los artistas. Ha llegado hasta donde no
llegaría nadie y si no queda loco y en la más espantosa miseria después de esta jugadita que su
amada patria le ha hecho no habrá sido por falta de motivos.
No estará demás que recordemos hechos y fechas para que nos ruboricemos un poquito
de ser españoles en este bendito siglo xx.
El día 14 de Febrero se invitó oficialmente a los artistas para que concurrieran a dicha
exposición. El día 21 de Marzo salieron de Madrid las noventa y cuatro cajas que contenían las
obras de setenta y cinco expositores, con destino a Cádiz, donde embarcaron en el Antonio
López.
A pesar de los submarinos alemanes y de ciertos cuadros que merecían realmente ser
torpedeados, las noventa y cuatro cajas llegaron sin novedad a Panamá el 25 de Mayo.
Antes, en Abril, había pedido el comisario regio Sr. Motta treinta y cinco mil pesetas para
pagar el resto de cuentas de construcción, personal de oficinas y atender a los gastos de
instalación, apertura y sostenimiento de la exposición anunciada oficialmente.
Según el catálogo, lujosamente editado e impreso en inglés y en español, vemos que han
concurrido setenta y cinco artistas, con 114 cuadros, 11 dibujos y acuarelas, 18 aguasfuertes,
27 esculturas y seis proyectos arquitectónicos. Entre los expositores figuran los prestigiosos
nombres de López Mezquita, Inurria, Benlliure, hermanos Oslé, hermanos Zubiaurre, Alcalá
1644
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Gáliano, Pinazo Martínez, Hermoso, Salaverría, Lhardy, Anasagasti, Covarsi, Verdugo Landi,
Martínez Cubells, Chicharro, Gili Roig, Llorens, Moisés, Néstor Tuset, Vázquez, Sobrino, Esteve y
algunos otros bastante notables.
Pero nunca pensamos que tuviera tan glorioso éxito esta exposición, a juzgar por el
número de medallas otorgadas.
He aquí los nombres, recompensas y títulos de los cuadros de esos setenta y dos
afortunados, aunque lo lógico sería dar los nombres de los tres infelices que en esta lluvia de
medallas se han quedado sin una simple medalla de cobre.
PINTURA (óleo).—Gran premio: Alcalá Galiano (D. Alvaro): Unidos por el pensamiento;
Chicharro (D. Eduardo): El jorobado de Burgohondo; López Mezquita (D. José María): Retratos
de S. A. R. la Infanta D.ª Isabel de Borbón y de la Excma. Sra. Marquesa de Nájera; Manínez-
Cubells y Rüiz (D. Enrique): La vuelta de los pescadores; Pinazo (D. José): A plena vida;
Zubiaurre (D. Valentín): Por las víctimas del mar.—Medalla de oro: Benlliure y Gil (D. José):
Brujas; Covarsi (D. Abelardo): El guarda del coto; Gaiofre Oller (D. Francisco): Entre dos
crepúsculos; Gárate (D. Juan José): Sed de venganza; Gili y Roig (D. Baidomero): Hogar de
pescadores; Hermoso Martínez (D. Eugenio): En el colegio; Llorens Díaz (D. Francisco): El valle
de Samoedo; Martínez Abades (D. Juan): Ola rompiente; Moisés y F. Villasante (D. Julio): La
camelia; Morelli (D. Víctor) Rocroy; Morera y Galicia (D. Jaime): Puerto de la Morcuera; Martín
Fernández de la Torre (D. Néstor): Plata; Oroz y la Calle (D. Leandro): Rosita; Parladé (D.
Andrés) Conde de Aguiar: De niña a mujer; Pedraza Ostos (D. José): Cenicienta; Salaverría (D.
Elias): «Gu»; Tuset y Tuset (D. Salvador): El Evangelio; Val y Colomé (D. Julio): Ranto y
Eroción; Vázquez (D. Carlos): Goyesca; Villegas Brieva (D. Manuel): Carmencita la gitana;
Zubiaurre (don Ramón): Bodas de oro.—Medalla de plata: Abril (D. Salvador): Restos de
marina; Benlliure (D. José): La vieja del candil; Borrel Vidal (D. Félix): Huerta de los Frailes (El
Escorial); Bustillo Salomón (D.ª Encarnación): Una española; Comas (D. Augusto): Atardecer;
Costa (D. Fernando): De sobremesa; Cruz Herrera (D. José): El sermón; Díaz Molina (D. José):
Bodegón; Domínguez Carrascal (D. Fernando): Gitana en día de fiesta; Fernández Ardavín (D.
César): Sagrario; Francés y Mexía (D. Juan): Un rifeño; Gómez Gil (D. Guillermo): Costas de
Málaga; Lafuente (D. Eugenio): Rincón de paz; Loygorri (D. José): Micaela, la vendedora de
cobre; Madrazo y Garreta (D. Ricardo): Consuelo; Martínez (D. Pedro): Cabeza de niña;
1645
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Martínez y Vargas-Machuca (D. Luis): Ultimo día de recolección; Pardiñas (D. Alejandro): Una
cabeza; Rodríguez Jaldón (D. Juan): La castañera; Segura y Monforte (D. Rafael): Efecto de
nieve en el puerto; Verdugo Landi (D. Ricardo): Efecto de luz.—Medalla de bronce: Carrasco y
Encina (don Vicente): Carretera de Madrid; Francés Agramunt (D. José): La caza de patos ;
Martiarena (D. Ascensio): Capullo rojo; Palencia A. Tubau (D. Ceferino): Retrato.—Mención
honorífica: Iñigo Nougués (D. Luis): Sevillana
Se limitaba a dar sus clases de la Escuela de Bellas Artes de Valencia y a contemplar lejos
de mundanales ruidos y bastardas intrigas los triunfos ajenos. Vivió en la paz, en la bondad y
en la belleza. Estas tres hadas, que sólo conocen los elegidos, estuvieron en su lecho de
muerte.
Y al irse de entre nosotros deja, como los semidioses de las paganas teogonias, una
estela de luz... (…)
MEMORANDA
1646
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
NOVIEMBRE
Un poco tardíamente, ya que las primeras lluvias invernales encharcaban los paseos y
pudrían sobre el suelo las hojas que eran ornato áureo y melancólico sobre los árboles
enfermos de Otoño, se inauguró en el Pala-cete de Exposiciones del Retiro la de los artistas
vascos.
Cerca de doscientas cincuenta obras había logrado reunir como muestras elocuentes del
arte vasco contemporáneo. Ningún aspecto faltaba. Hallamos cuadros, esculturas, metalistería,
vidriería, esmaltado y cerámica, dibujos, aguasfuertes, proyectos arquitectónicos, etc.
Un gran espíritu renovador caracteriza a los artistas vascos. Sobre todo sus pintores, han
sabido interpretar, dentro de las diversas modalidades de cada temperamento, el significativo
dualismo de su raza. Así son a un tiempo mismo melancólicos y fuertes, lánguidos y altivos,
audaces y tímidos, exaltados hasta un idealismo casi enfermizo y modelados dentro de un
sólido respeto a la realidad, influidos de ajenas tendencias y brotados, sin embargo, de las
entrañas mismas de la tierra que les vio nacer.
Esta región que, como la de Cataluña, avanza más allá de las idiosincrásicas indolencias
españolas, que ha sabido demostrar su fuerza en el poderío fabril y comercial, posee también
un arte propio, claramente definido, capaz de incorporarse a las modernas escuelas europeas
que aquí en Madrid asustan todavía y dan lugar a espectáculos lamentables de cretinidad
ensoberbecida y de aparentes triunfos de la mediocridad provisional y filistea.
Primero el Círculo de Bellas Artes y Ateneo de Bilbao, que preside el ilustre pintor
Alcalá Galiano, y más recientemente la Sociedad Artistas Vascos, han organizado y organizan
Exposiciones frecuentes donde se acogen hidalgamente las obras ajenas y ratifican las propias
este indiscutible y admirable resurgimiento actual del arte vasco. Zuloaga, Regoyos, Mogrobejo.
He aquí los tres nombres que surgen como los propulsores de este movimiento artístico
en el que se muestra el alma de Vasconia con toda su integridad.
1647
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ignacio Zuloaga es hoy día el primer pintor español. Ante sus lienzos sentimos el
presentimiento de hallarnos en presencia de algo inmortal y perdurable. Su influencia sobre
todos los demás pintores contemporáneos—dignos de tal nombre—es harto manifiesta. En unos
como procedimientos, como factura y modo de pintar; en otros, como tendencia ideológica; en
otros, simplemente, como orientación y elección de ambientes o asuntos.
Los paisajistas aprendieron en Regoyos lo que Regoyos supo crear de personal después
de la enseñanza del impresionismo francés. Un paisaje de Regoyos es inconfundible aun a
través de los paisajes pintados por sus tácitos discípulos. Diríase, además, que es la tierra vasca
con sus nieblas, sus celajes, sus pomaradas rientes, sus cumbres cubiertas de arbolado, sus
puertos, sus praderas, la que parece creada para tal pintura de la teoría divisionista de los
tonos y—lo que vale más que la técnica—de la exquisita sensibilidad.
Aparece, por último, Nemesio Mogrobejo. Su vida fué breve, pero sus huellas son
profundas (…)
Después de estos tres artistas, el número de los jóvenes maestros es todavía grande:
Valentín y Ramón de Zubiaurre, que poseen una reputación mundial y que poco a poco van
interpretando en sus lienzos de extraordinario poder sugestivo todas las regiones españolas,
pero siempre con una decidida preferencia a Vasconia y a Castilla.
Gustavo de Maeztu, a quien no vacilo en llamar «el Magnífico», por como sus cuadros
sugieren la convicción de un arte suntuoso, amplio, en que las figuras son tratadas como
grandes bloques pictóricos y en que la materia adquiere calidades de pompa, brillantez y hasta
densidad desconocidas en la pintura española de ayer y de hoy.
Los hermanos Arrúe que exponiendo solamente en Bilbao, París y Barcelona, han
adquirido una sólida reputación.
Son cuatro: Alberto, José, Ricardo y Ramiro. Bien definidos ya los dos primeros: como
retratista respetuoso con el realismo, pero empleando a veces sabias armonías decorativas,
Alberto; más francamente costumbrista, interpretador de un modo caricaturesco de la vida y de
1648
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
los tipos vascos, José. En cuanto a Ricardo y Ramiro, ambos se han distinguido hasta ahora
como esmaltistas notabilísimos.
Cinco artistas se destacan de un modo afirmativo e irrefutable, con una distancia enorme
sobre el resto de los expositores: Valentín y Ramón de Zubiaurre, Darío de Regoyos, Gustavo
de Maeztu e Iturrino.
El cuadro más hermoso de esta Exposición y que a pesar de estar pintado hace varios
años era desconocido todavía en Madrid, lleva la firma de Valentín Zubiaurre. Nunca, ni aun
ahora que el joven maestro ha llegado a perfecciones que le eran inéditas, ha pintado Valentín
Zubiaurre nada tan fuerte, tan sugeridor de emociones y tan poderoso de técnica como
Versolaris. He aquí una obra capaz de retar a todas las del Museo de Arte Moderno. Fórmanle
corte de honor otras del propio Valentín, y las de su hermano Ramón— ¡oh, esos admirables
Remeros de Ondárroa, que a los cretinos y los malintencionados indignó en la última Nacional!
— Es por lo tanto esta sala una de las dos de honor en que debe el visitante descubrirse con
admiración y respeto.
1649
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por primera vez puede juzgarse en España con suficiente conocimiento de datos la obra
de otro gran artista vasco: Iturrino. Hallamos dos épocas del maestro: la representada por sus
lienzos recientes y la que expresan las aguas fuertes. Preferimos, desde luego, a sus aguas
fuertes coloreadas que marcan un amor estético del género, y que precisamente son obra de
juventud de cuando Iturrino vivía en París y le hizo el belga Evenepoel un retrato que se
conserva en el Museo de Gante.
Siguen en importancia y méritos a éstos cinco artistas, los retratos de Alberto Arrúe y
Lucio Urbina; un retrato de señora y un retrato decorativo de niño rodeado de sus juguetes,
pintado por Guezala; los lienzos de Echevarría, que tuvimos ocasión de ver y celebrar en una
reciente Exposición del Ateneo; las vidrieras artísticas de Nemesio Sobrevila: un cuadro de
Aurelio Arteta; los repujados y cincelados de Pilar Zubiaurre; los esmaltes de Ricardo y Ramiro
Arrúe; las caricaturas de José Arrúe; un busto en bronce modelado por Mogrobejo—¡lástima
que no hayan podido reunirse más obras de este malogrado y meritísimo escultor!—; una
pequeña escultura de Quintín de Torre y sus dos tallas policromadas.
Todos ellos y alguno cuyo nombre escapará ahora a mi memoria son dignos de más
detenida atención y más extenso comentario, ya que significan entusiasta y valioso esfuerzo de
renovación y de modernidad en el actual renacimiento artístico de nuestra patria.
En la planta baja del Palace Hotel, en el mismo salón donde expuso Federico Beltrán sus
lienzos admirables, ha inaugurado el Círculo de Bellas Artes la Exposición permanente de
pintura, escultura, grabado y fotografía que estipula una de las bases de su Reglamento.
En el Salón del Círculo de Bellas Artes constituyen mayoría las obras mediocres. Algunas,
incluso firmadas por señores de primera medalla, son tan inadmisibles, tan crispadoras de
1650
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
estultez mercantilista, que no bastan a borrar la mala impresión causadas por ellas, esta otra
gratísima, deleitosa, en que el espíritu se sumerge ante las pocas obras que hablan con el
lenguaje puro y sereno del verdadero arte. Veamos cuáles son es tas obras.
En primer lugar se destacan López Mezquita, Alvarez Sotomayor, Marceliano Santa María
y Nicolás Raurich. (…)
No son, ciertamente, de este número los de Fernando Laroche. El ilustre pintor francés
expone seis bellísimas notas de Aranjuez, Asturias y Madrid, dotadas de la misma riqueza
decorativa de todos sus cuadros. Preferimos de entre los seis excelentes la supremacía del
Paisaje de Rivadesella (sic) y En el Parque del Oeste.
Ricardo Verdugo Landi presenta una marina titulada Puesta de sol. El insigne marinista
ha sabido sorprender con mucha fortuna ese instante fugaz y melancólico en que el véspero
irisa de nácares las aguas del Mediterráneo. También es digna de mención la marina Puerto del
Norte, original de Martínez Cubells y aunque en exceso bituminosa, pródiga en efectos de
contraluz.
Ernesto Gutierrez presenta dos paisajes muy notables titulados Alrededores de París y
Puente Nuevo París; (…)
I. —LOS ARTISTAS
Otoño, el de los lentos vésperos y las melancolías áureas, es decididamente propicio a los
artistas. Imaginamos temeraria aventura la tardía exposición de los vascos y, sin embargo, la
exposición de los belgas, más tardía aún, parece haber encantado el tiempo y detenido para
ella el avance del invierno.
1651
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…)No podía, realmente, prepararse mejor nuestro espíritu para asomarse al de los
belgas a través de sus cuadros y sus esculturas. Acaso instalada la exposición en plena ciudad,
en medio del trabajo cotidiano y de las urbanas inquietudes no llegaríamos a ella en esta
serenidad contemplativa con que nos envuelve la despaciosa caminata por el Retiro, hasta el
palacete con su techumbre de cristal y sus velarios discretos, donde algunas hojas secas ponen
puntos obscuros.
Desde los comienzos de la guerra, la palabra Bélgica nos entristece como un dolor
familiar y lejano. Despierta en nosotros sombras y gemidos. Todo el encanto de las lecturas
pretéritas, de las visiones anteriores a la invasión germánica, resurgen con la cadencia
adormecedora de una sonata ejecutada por unas manos invisibles en la penumbra de un
atardecer. Se piensa en las prosas, ungidas de misterio y de presentimiento, de Mauricio
Maeterlinck; se recuerdan estrofas de Verhaeren, cruza el alma atormentada y doliente de
Rodenbach, como una nube que rozara sobre las aguas soñolientas de los
canales. Y ese mundo fuerte, áspero, de los campesinos que Catnile Lemmonier retratara
tan fielmente en s as novelas, nos encalentura nuevamente;
(…). A un lado la bandera belga, que por un momento da, en sus negro, rojo y amarillo,
la sensación de que la bandera española está enlutada por el dolor de Bélgica.
Esta exposición es la del dolor, realmente. Se organiza a beneficio de los heridos .y de los
enfermes belgas. Muchos de los expositores han fallecido o están en cautiverio. Damas
aristocráticas españolas han acogido, protectoras, el conjunto de obras artísticas,*como en los
festivales que han de aliviar miserias...
(…)No falta ninguna tendencia de las varias "que se reparten ahora el arte belga. Están
los realistas, los idealistas, los que supeditan todo al cromatismo exultante y los que buscan la
emoción en las armonías penumbrosas y en las gamas fríamente sordas.
1652
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
parecen absurdos y seguidos por los artistas nacidos en España. He aquí, pues, otra ventaja de
la exposición belga: ratificar credos artísticos que por la mala fe de los profesionales y el
ignorante cretinismo de los profanos se resisten a aceptar todavía los españoles.
Podrá alegarse que algunos de éstos, como Frederic y Laermans, por ejemplo, no están
bien representados, ya que los paisajes insignificantes del primero no responden a sus lienzos,
tan realistas y simbólicos, y los tres cuadros del segundo no dan cabal idea de la exasperación
patética, trágicamente caricaturesca, de un Breughel o de un Daumier (…)
Luego el apoyo literario tan decisivo de Camilo Lemonnier, novelista que puede retar a
los más admirables del naturalismo francés e historiador del arte belga. Las sociedades
artísticas L'Art libre, Les XX, L'Essor, La libre esthétique... Todo un surgimiento poderoso,
asentado sólidamente en unos cimientos que ha hecho hoy día de la pintura belga una de las
más interesantes de Europa.
1653
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
plaza de Overyssche; Jaime Ensor, otro maestro, tiene Marina y Faro de Ostende; Pedro Paulus,
cinco notas de Londres, que difícilmente pueden ser superadas.(…)
MEMORANDA
En la Galería Dalmau, de Barcelona, se celebra una exposición del cubista Alberto Gleizes.
DICIEMBRE
VARIAS EXPOSICIONES
I. —MADRID
Esta pluralidad de exhibiciones artísticas nos parece laudable por muchos conceptos, toda
vez que significan constante renovación del gusto permanente educación estética y diversos
senderos ofrecidos al espíritu para que elija el más grato y tenga además la consciencia de su
elección.
Paul Sollmann Coburg es un notable paisajista alemán de quien ya tuve ocasión de ver
algunas obras en la Exposición Nacional de 1915 y en la Exposición del Centro Alemán del
mismo año.
Parecióme entonces pintor de excelentes aptitudes, pero de paleta algo fría y de estilo un
poco seco y rígido. Ha bastado la estancia durante un año en Granada y algunos pueblos de
esta provincia andaluza para caldear esa paleta y para tornar más jugoso y flexible ese estilo.
Los treinta y siete lienzos que Sollmann expuso en el Saloncito del Ateneo a primeros de
este mes, causaron grata impresión de bella realidad. Identificado con la brava naturaleza el
joven paisajista alemán, supo escoger sitios característicos y expresivos. Su manera de hacer,
amplia y sobria, se destacaba con la gran riqueza cromática de los tonos casi enteros. Así, la
1654
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
mayoría de los lienzos daban una impresión de fuerza, de masculinidad pictórica, muy dignas
de alabanza.
Fernando Laroche, que de tan rotundo modo se nos reveló en la Exposición Nacional de
1915, ha conseguido en poco tiempo una reputación envidiable. Esta es la tercera Exposición
particular que celebra en España.
Así las tristes y áridas lejanías de Madrid se aristocratizan, el fastigio de los jardines de
Aranjuez, melancolizados por el otoño, se subliman hasta el punto de fundir ritmos de poesías y
cadencias musicales en nuestro espíritu; y Asturias, la de los verdes mimosos y las cumbres
encapuchadas de brumas, adquiere más íntimo encanto desplebeyecido.
Fernando Laroche empieza a tener imitadores. En las exposiciones del Círculo de Bellas
Artes estamos viendo grotescas tentativas de acercamiento a la fastuosidad cromática del
ilustre paisajista francés. Hasta ahora sólo nos hacen sonreír estas mascaradas pictóricas y este
pobre empeño de grajos en cubrirse con plumas de pavo real. Acabarán, sin embargo, por
indignarnos seriamente y entonces será llegado el momento de dar los nombres de los
falsificadores...
José Garnelo dio dos conferencias en el Ateneo (…) a cerca de paisajes de Grecia (…) y
expuso gran numero de pequeños cuadritos y de interesantes apuntes de Corfu, Olimpia,
Corinto, Eleusis, Atenas, Delfos y Pompeya. (…) Las conferencias del Ateneo tuvieron el encanto
de charla y la profundidad didáctica de una disertación erudita.
1655
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por dos veces se han renovado las obras de la Exposición permanente del Círculo de
Bellas Artes en el Palace Hotel.
Completaban los aciertos de la sección de pintura, los cuadros de Espina y Capo, Forns,
Ernesto Gutiérrez, Sobrino Buhigas, Luis Masriera, Rodríguez Jaldón y Martí Garcés. (…)
1656
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
II. —BARCELONA
Los hermanos Bou han reunido en su exposición de las Galerías Layetanas sesenta
cuadros, donde abundan los de positivo mérito. A las firmas prestigiosas de Pradilla, Anglada
Camarasa, López Mezquita, Romero de Torres, Mir, Néstor, Miguel Nieto, Chicharro y Pinazo, se
unen las de los Sres. Benlliure (José), Bou Cardona, Gómez Gil, Guadalupe, Llasera, Martínez
Vázquez, Mongrell, Oliva, Puig Perucho, Poy Dalmau, Terruella y Torres Fúster.
Opuestos de asunto los cuatro lienzos, están ligados por el nexo común del
temperamento de gran pintor que posee Francisco Pradilla. Se titulan Día tormentoso en las
paludes pontinas, Infantita de Aragón (siglo xv), Estudio para el cuadro Doña Juana la Loca y
La barca, notas estas dos últimas muy características del luminismo y nerviosidad del insigne
maestro.
Conocidos son del público madrileño los dos cuadros Grupas Valencianas y La gitana del
niño, que figuraron en la tan discutida Exposición Anglada, del Retiro. Bien elegidos ambos por
como representan los dos aspectos en que pudiera dividirse el arte admirabilísimo del autor de
El tango de la corona.
Romería y La Susana se titulan los dos cuadros presentados por López Mezquita.
Responden al casticismo alegre, a la sobriedad técnica, a la sencillez compositiva del maestro
granadino. Sin necesidad de audaces símbolos, ni arbitrarios indumentos, dan estos dos lienzos
una sensación real y viviente de españolismo.
Julio Romero de Torres está, tal vez, en el momento culminante de su arte. Nunca como
ahora podemos alabarle sin la menor reserva. A partir de su magnífico envío a la Exposición
nacional de 1915, el autor de La musa gitana evoluciona hacia nueves ideales realistas sin
1657
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
perder el encanto de melancólico y sutil de su tendencia. Este nuevo aspecto del ilustre pintor
queda sólidamente afirmado en el lienzo Salomé, que es una de sus mejores obras. Y
consecuencia afortunada de lo que Salomé significa son dos de los cuadros —Bendición y La
joven de la tanagra— que expone ahora en las Galerías lLayetonas.
Nuevamente Joaquín Mir da, con El pueblo, El pajar, Crepúsculo y Nota de color, la
emoción penetrante del paisaje, tal como su alma, más que sus ojos, le conciben a través de
gamas delicadísimas y, sin embargo, vibrantes.
Completan este excelente conjunto de obras, los retratos de La Goya y Rosita, que en
unión de otros dos lienzos de idéntica distinción presenta Miguel Nieto; Una cabeza de niño,
original de Ignacio Pinazo Camarlench; varios lienzos de José Mongrell, resueltos con esa
enérgica factura del ilustre maestro valenciano; El modelo, de Chicharro; Vendimiadoras y El
beso, de Cardona; La niña del gato y La maja del abanico, de Llasera; Francisco y El viejo del
cigarrillo, de Cristóbal Bou, y unos paisajes de Martínez Vázquez, en los que el notable
paisajista no desmiente su filiación artística bajo los auspicios de Muñoz Degrain.
En el Círculo Artístico expuso Baldomero Gili Roig hasta cuarenta cuadros al óleo,
seleccionados de entre la numerosa serie que se propone llevar en su excursión por Norte
América.
En su mayoría paisajes, las obras de Gili Roig decían una vez más la distinción colorista el
realismo enérgico y la veracidad de impresión que caracteriza al notable pintor catalán Entre los
cuadros de figura estaban algunos ya conocidos pero siempre admirables, como La Ricitos, La
bailaora y La vieja.
En las Galerías Layetans tuvo ocasión Barcelona de ver a los Artistas Vascos. Con escasas
diferencias de cuadros, esta exposición es la misma que vimos en Madrid durante el pasado
mes de Noviembre.
Figuran en esta catalana 160 obras, y en la Exposición madrileña hubo 250. En cambio,
del espléndido conjunto de los lienzos de Maeztu—puesto que el ilustre autor de Los novios de
Vozmediano sólo ha remitido La niña Rosa—, ha expuesto once cuadros un pintor que no
expuso en Madrid: Ricardo de Arrube.
1658
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los artistas vascos han tenido en Barcelona un gran éxito de prensa y de fraternidad con
los artistas barceloneses partidarios de las modernas escuelas. No en vano tienen unos y otros
preferencias e influencias comunes...
Y, sin embargo, se trata de uno de los modernos pintores catalanes educados en el París
avant-guerre. Posee excelentes condiciones de ilustrador y decorador. Incluso los interiores y
los paisajes responden siempre a un sentido dramático de la vida. Pero donde mejor manifiesta
su personalidad es en los dibujos de escenas y tipos franceses.
Después de unas reñidas oposiciones obtuvo a últimos de 1914 una pensión del Círculo
de Bellas Artes. Durante. El período de esta pensión, su cuadro, Crepúsculo en la nieve, era
premiado con tercera medalla en la Exposición Nacional de 1915.
¿Es un paisajista que hace caricaturas? ¿Es un caricaturista que pinta paisajes? Es algo
más de lo podrían significar esos mutuos desquites. Es un artista, de tal modo completo, que
vibra a las más opuestas sensaciones en una plena abdicación de sí mismo, como si
1659
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
cotidianamente renacieran para morir en beneficio el uno del otro, dos hombres distintos. Y al
encontrarles en sus senderos tan apartados entre sí, no sabríais recordar en el hombre
emocionado, tembloroso bajo el baño de ideal, al que iba de la mano de la sátira y coronado de
locos cascabeles...
José Robledano tiene ahora treinta y tres años. Nació en 1884 y pocos artistas han visto
granar su arte de un modo tan esplendido en la primera juventud.
La vida ha sido su maestra muy de cerca, con crueldades y con sonrisas, sin escatimarle
ninguna enseñanza: las del romanticismo lánguido, junto a la crueldad enfermiza; la esclavitud
del pensar, a contrapágina del libérrimo ensueño y, a veces, el ademán que empezara siendo
de sutilísimo deliquio, terminó en una cómica pirueta (…)
José Robledano empezó pintando paisajes. Muy niño aún, entró en la Escuela de San
Fernando y en la clase de Muñoz Degrain. Muñoz Degrain, que ha conocido cuatro
generaciones de pintores, y siempre sin perder él su puesto de primacía y dando hermosos
ejemplos de belleza a todas las tendencias, supo ver en José Robledano unas condiciones
excepcionales. Y las alentó y las encauzó, como el maestro alienta y encauza. Sin escatimar las
alabanzas ni las censuras, con mano de hierro para corregir y con mano sutil, ingrávida, para
señalar las rutas futuras cuando presiente que el discípulo va por buen camino.
Era una nota brava y austera a un tiempo mismo, muy ajustada al natural. Un trozo de
monte sembrado de esos enormes pedruscos grises tan característicos del paisaje que empieza
a prometer la sierra en los pueblos próximos a Madrid. Estaba aquel cuadro interpretado con un
certero sentido de la realidad y la frialdad de los tonos no contagió el espíritu del autor hasta el
punto de que perdiera emoción la obra.
Debió concedérsele una tercera medalla; pero no le otorgaron más que una mención
honorífica. ¡Todo sea por Dios y por la voluntad de los señores jurados!
El desengaño sufrido por Robledano, a esta edad impulsiva —veinte años— en que todo
parece caer bajo losas de definitivo, le alejó de la Escuela de San Fernando, del estudio de
Muñoz Degrain, de la naturaleza, siempre pródiga y sugeridora dé nobles emociones.
1660
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Entonces empezó a pintar escenas de los barrios bajos. Un pesimismo trágico, feroz, a lo
Gorki, a lo Steinlen, entenebrecía el arte del joven pintor. Por sus dibujos desfilaban los
exhombres y las exmujeres de las guaridas de vicio, de crimen y de miseria. Ante aquellas
páginas calofriantes de Robledano sentimos la vergüenza de vivir en el mismo siglo de tales
infamias. Un mundo desconocido e inédito, aquí mismo, en Madrid, a unos cuantos metros de la
Puerta de Sol, se nos revelaba en toda su venenosa belleza. (…) Publicáronse por entonces los
libros más jugosos de Baroja, aquellos consagrados al hampa madrileña. Eran de una exactitud
precisa de agua fuerte. Nos abofeteaban con la infamia, el desamparo y las decadencias
fisiológicas ajenas.
(…)Labor de sociólogo realizaba el pintor con sus pinceles y en sus lienzos, en sus
cartulinas. Convivía con los miserables para reflejar con toda sinceridad las escenas dolorosas;
pero luego, al contemplarlas realizadas, era el primer conmovido y el que más honda sentía la
repulsión de semejante vida.
de los mismos colores, se veían trozos de cielo gris, anubarrado, de un gris apagado de
acero enmohecido, de un cielo entristecido de mirar esos terrenos, mísero refugio del vicio
dominical, que se llaman las Ventas del Espíritu Santo… (…)
Cambió los fétidos ambientes por el aire puro y libre; dejaban sus pin-celes de ser un
bisturí que se hundía en las carnes podridas, en las almas sin redención, para dulce,
suavemente, copiar las frescas alegrías de un campo renacido en vernales eflorescencias.
En aquellas oposiciones, pronto se destacaron dos artistas sobre los demás: Fernando
Labrada y José Robledano. Labrada era más fríamente academicista, estaba más seguro de su
técnica, había dedicado más el tiempo a desentrañar problemas de relaciones y valoraciones
pictóricas. Robledano, de espaldas al campo, empleó todo aquel tiempo en mirar sin cobardes
pestañeos, sin desfallecimientos del espíritu, ni bascas del cuerpo, a la vida sórdida.
1661
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por eso dieron dos notas distintas en la oposición. Labrada, la discreta, la bien entonada,
la que, siendo moderna, era la más comprensible para los señores del Tribunal por su respeto a
las envejecidas tendencias. Robledano, en cambio, pintó de un modo espontáneo, juvenil,
arbitrario, revelador, desde la primera pincelada hasta la última, de una personalidad simpática
y de contagiosa efusión. Iba el pincel por el lienzo al compás de los latidos de su corazón. Le
brincaba el gozo de su posible liberación. Era como rumor de agua en naturales regatos
formados por ella misma, como copla campesina que brotó sin ritmo fijo y terminó en divina
cadencia. (…)Claro; todo esto, tan a flor de alma, no podían verlo los señores pintores del
tribunal, y Robledano se quedó sin plaza. (…)
Pronto fué popular el caricaturista Robledano. Sus dibujos alegraban todos los periódicos
de Madrid y algunos de América. No se concebía semanario satírico sin caricaturas de
Robledano. Al organizarse una exposición humorística, su nombre había de figurar entre los
primeros. Cumplía su misión de divertir a la gente y esto le producía mucho dinero...
Pero, como todos los hombres que viven de la alegría ajena, llevaba dentro la estrofa de
su elegía: el amor al paisaje, cada vez más hondo y más lejano, el amor a una mujer que la
muerte tronchó cuando ya iba a ser una feliz realidad y cuando le esperaban sobre la mesa de
trabajo volantes de empresas periodísticas pidiéndole «monos», esos monigotes grotescos que
parecen concebidos en un constante regocijo de su autor... (…)
1662
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los señores del tribunal de 1907 le hubieran dado la plaza a García Lesmes. Los señores
del tribunal de 1914 hicieron lo que debían hacer: crear una plaza más y darles ambas a García
Lesmes y a Robledano. Técnicamente, la merecía el primero; ideológicamente, el segundo.
Eran dos notas que parecían extrañar a los vulgares visitantes; pero entrañadas de
verismo y de belleza para los artistas y los espíritus selectos...que se acercaban a ellas limpios
de ficticios convencionalismos visuales.
Predominaban en ellas los azules. Todo artista tiene un tono favorito. Veremos luego que
Robledano ama el azul como una antigua aspiración de cielo puro, mantenida secreta cuando
sus años de visitar las impurezas demasiado terrenales. Crepúsculo en la nieve está concebido a
una base de planos, y masas homogéneas, un poco topográficas y otro poco irreales, tal como
los postreros rayos del sol las hacían imaginar sobre las cumbres nevadas, quitándoles su
firmeza de tales cumbres. En lo hondo, un pino erguido entre sombras cumplía su misión
compositiva. En este lienzo, más que el paisajista veíamos el pintor decorativo. Robledano no
ignora el porvenir pictórico. Sabe que dentro de algún tiempo, todo lo que no sea transmitir una
emoción íntima o componer una bella agrupación de líneas o de colores, fracasará sin
interesarnos. Cercedilla responde, en cambio, a la otra tendencia, a la que parece inspirada en
la definición de Federico Amiel. Aun hay algo en los pinceles del azul tiránico de Crepúsculo en
la nieve; aún quiere la fantasía ir más allá de la realidad; pero el artista se contiene de la
sensación de lo que ve, mezclada con la emoción de lo que siente. Estamos, como nunca, en
presencia de un gran sensitivo, de un formidable romántico, capaz de pintar a través de las
lágrimas.
1663
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el ruinoso monasterio pintó largos días Robledano. Trajo el secreto de sus claustros
húmedos y sonoros; de su patio, donde crecen las plantas parásitas; de la huerta que, en otro
tiempo, dio regalos sencillos y sabrosos a los monarcas castellanos; del cementerio silencioso,
adormecido en una quietud plácida....
« ¡Qué alegría da pintar con tanta calma!—me decía en una carta donde las palabras
parecían temblar de emoción—. Se siente uno tan lejos de la vida en la soledad de estos
claustros, que parece como si a ratos nos abandonara... Algo como si el cuerpo se refugiara,
acobardado, en el espíritu... Una parte del día pasó como los antiguos moradores de este
convento, «en cartujo». A veces transcurren tres y cuatro horas sin ver a nadie. Se oye el
silencio, y hasta el ruido tenue que produce el pincel al rozar el lienzo, parece un atentado
contra esta santa paz. »Me da pena pensar que hay tranvías y exposiciones y que estas cosas
que yo hago ahora habrán de ser profanadas por los que no gozaron, como yo, su quietud y su
mudez. Acaso si de esta intensa emoción que yo siento puedo transmitir algo a la tela, no serán
pinceladas, sino estados del espíritu que goza sana y reposadamente. Así sea.>
Y así fué. Viendo aquellos lienzos de la Cartuja del Paular sentimos que una íntima
dulzura, que un suave aquietamiento espiritual mental nos penetraba y nos magnificaba a
nuestros propios ojos. No era ya el pintor —que entonces se manifestó más conocedor de su
arte que nunca—lo que nos seducía y cautivaba; era también la sutil música, el penetrante
perfume que surge de los cuadros para darnos la impresión de que hallamos un corazón de
poeta donde hay consonantes para todos nuestros versos sin palabras.
Por último, en esta exposición del Salón Iturrioz nos ofrece José Robledano varios
aspectos harto diferentes y definidos: la pintoresca sierra del Guadarrama, la playa y pueblo de
Cullera y algunos sitios característicos de Madrid.
Sin embargo, puesto frente a una luz y a un ambiente absolutamente distinto de los que
hasta ahora había pintado, la flexibilidad artística de José Robledano ha sabido responder de un
modo afirmativo en el brusco cambio. Casi podríamos asegurar son más interesantes sus notas
levantinas que sus notas serraniegas.
1664
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¡Con qué embriaguez jubilosa y con qué viril fuerza están interpreta los cadmios, los
azules, los cegadores blancos de aquella valenciana tierra ofrecida en voluptuosas y constantes
nupcias al sol! Canta en estos lienzos de José Robledano la alegría de vivir estrofas de himno
heroico y de pagano epitalamio.
He aquí otro de los magnos aciertos de esta Exposición por tantos conceptos
notabilísima. Surge al lado del paisajista el caricaturista tan sagaz en la observación de los tipos
populares madrileños. La Glorieta de los Cuatro Caminos tiene la luz de Madrid, el ritmo de
Madrid, la gracia de Madrid y hasta el madrileño sabor inconfundible de la madrileña simpatía.
No parece brotado este trozo, que es como un capítulo novelesco de Pedro de Répide, de
los mismos pinceles que dan esta sensación de misterio, de quietud en La laguna de Peñalara
con su agua tan densa, tan preñada de ensueños, o que acusan toda la agresividad colorista de
las playas acunadas por la muelle polifonía del Mediterráneo.
MEMORANDA
La Exposición de Arte belga fué un gran éxito de venta. He aquí la lista de las obras
adquiridas:
1665
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1666
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Amigos míos: Fuisteis los iniciadores de una fiesta para mí inolvidable. Vuestro cariño
hacia mí logró que el día 14 de Mayo de 1917 se reuniera en torno nuestro un número de
gloriosos artistas y escritores. El pretexto fué celebrar la publicación de El Año Artístico.
Os debo la enorme alegría, un poco infantil, un poco ingenua, de haberme creído por
tinos instantes persona casi célebre.
¡Qué importa el retorno a los días monótonos, vulgares, más sombríos aún por el
contraste de esta luz maravillosa que de vosotros me llega, para que el reflejo pueda parecer
que tiene propia luminosidad! ¡Qué importan esos días implacables, acechándome como
carceleros al otro lado de aquella tarde feliz!
Y yo tendré machos defectos, padeceré malas acometidas de la carne y del espíritu; pero
hay algo impoluto e intangible dentro de mí que siempre encuentra el imperio de su voz en los
momentos decisivos: la gratitud.
Pasarán muchos años. La vida, que es una mala hembra, quizás se interponga entre
alguno de vosotros y yo; pero siempre recordaré que tuvisteis la generosidad de rendirme un
triunfo todavía muy lejano, tan lejano que tal vez no llegue nanea...
1667
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ENERO
Organizada por los señores Coíl y Salieti, propietarios de la serie de álbumes Ediciones
Victoria, que tan excelente servicio de vulgarización están prestando a nuestros artistas, se
celebró en Barcelona una Exposición de obras de Fernando Alvarez de Sotomayor y de
Francisco Llorens.
Estos pintores figuran a la vanguardia del arte español actual. Ambos han llevado a
Cataluña la expresión exacta, el verismo pintoresco, las psicológicas características de Galicia.
En sus tipos y costumbres, Alvarez de Sotomayor; en sus paisajes, Llorens. Después de un
largo período de inexpresión plástica, de incomprensible penuria representativa en los aspectos
artísticos, limitada únicamente a la literatura de novelistas, poetas, cronistas e historiadores
galaicos, encuentra, al fin, la admirable región norteña sus intérpretes pictóricos.
Son los dos artistas capaces de completar con sus cuadros la emoción sugerida por los
libros de los escritores. Personajes de la Pardo Bazán y de Valle Inclán son estos que
Sotomayor ha eternizado en sus lienzos notabilísimos. Y fué ante las mismas rías tranquilas y
serenas, en la igual umbrosa frescura de corredoiras, en la ubérrima exuberancia señoril y
romántica de los pazos que ahora inquietan el espíritu y absorben la visión de Llorens, donde
Curros Enríquez y
Rosalía, la divina, compusieron sus estrofas en las dulces y mimosas palabras del
dialecto.
Y en lo que se refiere al Arte, hoy día puede ya empezar a decirse- "pintura vasca",
"pintura catalana", "pintura extremeña", "pintura castellana", "pintura gallega" con verdadera
exactitud y sin temor á ulteriores rectificaciones. No tanto por la elección de tipos y de asuntos,
sino por el hallazgo íntimo, profundo, del espíritu de la raza a través de momentáneas
influencias y pasajeras desorientaciones.
Así, estos dos pintores gallegos que ahora han encauzado su arte, como dos peregrinos
su vida, en el retorno a la tierra que les viera nacer, llegan á la cabal expresión del alma y del
1668
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
paisaje gallegos después de una larga educación estética en los museos y en las escuelas
pictóricas del otro lado de nuestros horizontes.
En más de una ocasión, antes del indudable renacimiento del paisajismo, nos dolíamos
de que nuestro arte se asfixiara en el aire viciado de los museos y exigíamos como necesaria e
imprescindible reacción el aire libre, la escapada a los perennes y siempre con frescura de
inéditos espectáculos de la Naturaleza. Significaría, además, la refutación de lo que hasta muy
pocos años antes—a pesar de las sendas iniciadas por Muñoz Degrain, por Mir, por Rusiñol— se
consideraba como canon estético de la pintura de paisaje; la mediocridad insensibilizada y
fotográfica del Sr. Haes. Sería también una cooperación a este refinamiento de la vida nacional
de que hablo en líneas anteriores. España se desbordaría en sí misma.
Francisco Llorens Díaz está en la plenitud de sus facultades, ya que comienza ahora la
segunda mitad de su vida, en la que se vuelve la mirada hacia atrás, complacido del pretérito
fecundo y antes de desgranar el futuro, henchido de halagadoras promesas.
Nació en La Coruña el año 1876, y aun no había cumplido los veinte cuando se trasladó a
Madrid e ingresó en el estudio de Joaquín Sorolla. Así como en otro tiempo fué el estudio de
Emilio Sala punto de partida de muy notables artistas, luego encontramos casi siempre el
estudio del autor de Triste herencia en los momentos iniciales de bastantes jóvenes maestros.
1669
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se reunía por aquella época de 1900 a 1904, en la Academia de Bellas Artes española, un
grupo de artistas que ahora tienen prestigioso renombre, y cuya influencia sobre las respectivas
artes no puede ser más manifiesta. Compañeros de Francisco Llorens fueron entonces los
pintores Chicharro, Sotomayor y Benedito, el escultor Marín y el arquitecto Flórez Urdapilleta.
Dos años después obtenía segunda medalla con Pastoral, cuadro de grandes dimensiones
e impregnado de esa paz esplendorosa, de esa bucólica quietud a toda luz que causan las obras
de algunos modernos maestros holandeses. Segunda medalla también, y en el mismo año
1908, conseguía en la internacional de Buenos Aires el cuadro Mar de Capri.
Pero donde culmina esta tendencia, en la que se muestra con característicos rasgos la
verdadera personalidad del ilustre artista, es en sus cuadros El valle de Samoedo, El valle
esmeralda, La barra Prados y maizales y Marinas gallegas.
1670
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por último, la labor realizada por Francisco Llorens en la presidencia del Círculo de Bellas
Artes no ha podido ser más digna de elogio.
Durante el año 1916, Francisco Llorens prestó no pocos servicios a la cultura estética de
nuestra patria, entre ellos la organización de la Exposición Anglada Camarasa, en la cual el
ilustre paisajista luchó con hostilidades sistemáticas.
También inauguró la serie de Exposiciones del Palace Hotel, donde el Círculo de Bellas
Artes justificó, de modo espléndido y ampliado más allá de los límites de sus listas de socios, su
honrosa significación en el arte contemporáneo. Y, fielmente, en unión de Femando Alvarez
Sotomayor y del arquitecto Palacios ha contribuido a que la Exposición de Arte Gallego,
celebrada en Coruña durante el mes de Septiembre de 1917, tuviera la alta significación y la
gran resonancia que merecía
Tal es la historia de este ilustre artista, cuya reputación es digna de sus obras. Esas
obras, en las que la fidelidad en la interpretación del paisaje y de las rías y marismas galaicas
alcanza elevada y noble perfección.
Obras bañadas en eurítmica luz, que han cumplido el despertar de las adormecidas
bellezas del agro; que expresan la romántica dulzura o el ímpetu bravío de Galicia; obras a las
que pudieran ser aplicadas como interpretación de su magno símbolo aquellas estrofas del "Ben
Chegado", de Curros Enríquez:
d'o meu rolo inocente quérense o rayo abrir d'o sol fulxente.
En el Salón del Ateneo se celebró una Exposición de cuadros, dibujos y aguas fuertes de
Milada Sindlerova.
Milada Sindlerova es una notable pintora checa á quien, como á tantos otros artistas
extranjeros, empujó la guerra al hospitalario refugio de nuestra neutralidad.
1671
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Recordemos rápidamente á Alois Kalvoda, admirabilísimo paisajista que tuvo que luchar
en sus comienzos con el falso prestigio de Slavick, tan popular como mediocre. Kalvoda es
acaso el mejor intérprete de Bohemia con sus armoniosos contrastes de luz, sus campos
brillantes y sus cielos de mágicas veladuras.
A estos nombres pueden unirse los de Ricardo Larda, Amo Rofbaner, Víctor Stretti, que
completan el grupo de los pintores ya conocidos y sancionados. (…)
Pero en torno de estos (…) grupos de pintores y de escultores, cuyas obras señalan el
comienzo de un arte nacional en las salas de la Galería Moderna y en las plazas y edificios
públicos de Praga, se agita toda una juventud entusiasta é impaciente. Todavía es una multitud
innominada de incógnitos; pero de ella habrán de salir los maestros de mañana.
Entre esos artistas jóvenes que buscan su personalidad y se esfuerzan en realizar una
labor perdurable, está Milada Sindierova. Por sobre las ajenas y externas influencias en el
procedimiento y en la elección de motivos, triunfa en ella la inadquisible educación que ejerce el
ambiente bohemio sobre una sensibilidad propicia. .
William Ríter, uno de los más ilustres críticos de arte de nuestra época, escribió en cierta
ocasión, en L'Art et les Artistes, esta observación acerca de Bohemia: "Es uno de los países más
finos, más grises, más austeros, más tristemente—y en el buen tiempo, dulcemente—velados
que conozco. Praderas maravillosamente floridas bajo un cielo melancólico; desgarrones de
bosques inmensos; una abundancia de abedules que anuncian ya á Rusia; casucas blancas que
se limpian dos veces por año con lechada de cal; pequeños campanarios melancólicamente
1672
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
barrocos; estanques grises que son viveros y sostienen la atmósfera constantemente húmeda;
ruinas menos románticas de lo que suele decirse, pero más mudamente trágicas, sobre rocas
antes hurañas que grandiosas: he aquí la característica general."
Es lástima que no hayamos podido ver de la señora Sindlerova cuadros de sus años en.
Praga. Solamente algunos dibujos coloreados, tales aguas fuertes de mucho vigor, pero menos
representativas que un cuadro al Óleo. En cambio, sí es curioso observar cómo Milada
Sindlerova ha visto á España. En su colección de paisajes, expuestos primero en Madrid, luego
en San Sebastián, en Bilbao y en Barcelona, los hallamos de Guipúzcoa, de Vizcaya, de Galicia,
algunos de Castilla. Desde luego, se supone una identificación especial con las ciudades y
pueblos norteños, mojados de un agua que le recuerda "la sombra líquida" del Ultava patrio.
En la plaza de Santa Ana, número 15, en un local que hacía poco estaba cubierto de
escombros, se levantó el esfuerzo generoso de unos cuantos artistas, pensando en los
voluntarios españoles que luchan en el frente francés. Simbólico todo en esta Exposición, hasta
el noble esfuerzo de resurgir la Belleza y el Arte de entre unas ruinas.
Como veis, nada tiene esta Exposición que ver con esas otras para propaganda de
determinadas ideas.
1673
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
tan prestigiosos como; Isidro Nonell (cedido por los herederos); Domingo Caries; Puig, Peruche;
Ramón Zubiaurre; Pasarell; Nogués; Carió; López Mezquita; Andreu; Zubiaurre, V.; Bettina
Jacometti; Rusiñol; Colom; Padilla; Bagaría; Moisés, Julio; Arteta, Aurelio; Apa; Sunyer;
Junyent, Olegario; Cañáis, Ricardo; Lagar, Celso; Humbert; Moya del Pino; Camins; Labarta,
Francisco; Laroche; Unturbe; Casas; Aragay; Mayol; Forain; Benedito; Martiarena; Maximino
Peña; Marín; Gonzalo Bilbao; Lhardy; José Llimona; Sancha; Florensa; Inglada; Juñer Vidal;
Alberto Arrúe; Vayréda; Ramírez; Picarol; Guardiola; Roubille; Casáis; Gili Roig; Cardunets;
Guezala; Tito; Ciará; Güell; Espina; Bergamín; Duran; Juan Llimona; Antón Farré; Ribas;
Romero Calvet; Gargallo
Prat; Widhopf; José Arrúe; Maurice Neumont; Vázquez Díaz: Leandre; Jou; Abel Truchet;
Xim; Tovías; Radiguet; Abel Faivre; Chico; Casanovas; Lafora; Franco, Rodolfo; Povo;
Arizmendi; Puíg; Ruiz, Cristóbal; Gómez Gálvez; Galwey; Isibes; Jonas; Berne-Bellecourt;
Hermann Paul; Nam; Hansi; Julio Antonio; Rodríguez Acosta; Echevarría; Vega; Zaragoza;
Néstor; Zamora; Maeztu.
LA EXPOSICIÓN BARRAU
Pero no por ello menguaba la actividad de su labor propia. Primero en París, luego en
Caldetas, pintoresco pueblecillo de la costa catalana, y, por último, en Ibiza, Laureano Barrau
ha ido realizando una serie de obras sólidas e interesantes.
1674
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero le redimen de este pecado cuadras tan interesantes y dignos de mención como
Muchachas en traje antiguo. Un café de aldea, Aguadora, dos ó tres cabezas de campesinas
con los tocados regionales y algunas notas de mar muy bien observadas y resueltas.
Tanto en unos como en otras notamos desde luego el alentador impulso que mueve al
notable artista por aislarse de la vulgaridad en los asuntos y en la técnica.
Entre aquella Exposición celebrada por Eduardo Navarro el año 1913, en el Salón Alier, y
esta actual del Ateneo, no ha pasado en balde el tiempo. Los balbuceos pictóricos, las
vacilaciones, las influencias y amaneramientos, todos los defectos negativos, en fin, que tenía
entonces su pintura, se han hecho cualidades ahora.
Ofrece sus paisajes como trozos de la propia alma, como limpios espejos á las ajenas
sensibilidades, capaces de comprender el parco tesoro de la suya.
Dan sus notas de cipreses, de celajes grises, de interiores humildes, de clásicas ruinas
recortándose sobre fuliginosos cielos, una sensación de melancolía íntima, de recogida tristeza,
de dolor discreto y suave.
No hallaréis el espíritu del joven pintor educado por una larga lucha con el ambiente en
tales notas alegres ó estridentes de color. Está sólo en esas exaltaciones de los altos cipreses,
en esa mansedumbre de los celajes pardos, pero rosados aquí y allá por el interior fuego que
les anima. Con ser muy interesantes todos los cuadros, se destacan los titulados Vallehermoso,
el Cementerio de San Martín, Sol rojo y Tormenta con sus bajas y vagas extensiones de
terreno, bajo una amplitud bellamente tiránica de celajes. También es digno de mención Agujas
verdes, tan valiente de línea y tan impregnado y sutil de emoción.
1675
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
FEBRERO
En uno de los patios del Ministerio de Estado se expusieron los envíos de los artistas
españoles pensionados en Roma.
Figuraban en esta Exposición los pintores Murillo y Argeles; los escultores Piqueras Cotolí,
Bueno y Mingo, y el arquitecto Fernández-Balbuena.
Ninguna de las obras enviadas por los jóvenes artistas podía alabarse sin reservas. El
conjunto daba una sensación gris y mediocre, de tentativas abortadas, de temperamentos
desorientados ó vacilantes. Una vez más se demostró la ineficacia de estas pensiones con
residencia fija e incambiable.
1676
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Cuando se trata de artistas capaces de realizar por sí mismos una obra perdurable, sólida
y personal, como en los casos de Chicharro, Sotomayor, Zaragoza y Benedito, por ejemplo,
tanto importó que residieran en Roma como en China durante los cuatro años de pensionado.
Pero, en cambio, hemos presenciado y presenciaremos muchos casos en que la obligatoria
estancia en Roma y la sumisión a determinadas reglas permanentes desde hace cuarenta o
cincuenta años han sido perjudiciales o nulas para los jóvenes artistas.
Antes que dar la sensación del natural le ha preocupado al señor Murillo la obsesión de la
técnica. Bien concebido el cuadro, se anti¬ñpatiza por demasiado sujeto a la tortura del
procedimiento. Tiene una dureza efectista y una lamentable confusión de valores que le
despoja de frescura, de espontaneidad, de verdadera expresión del ambiente.
Argeles remitía su envío de primer año. El reglamento impone que este primer envío sea
la copia de una obra clásica. E1 Sr. Argeles no ha demostrado mucho gusto en la elección.
1677
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LA AUDAZ AVENTURA
El caso era frecuente fuera de España, antes de la guerra. Un día cualquiera, por
cansancio de los días sedentarios e iguales, por apuesta por ganar una recompensa ofrecida a
los que se arriesgaran a recorrer el mundo a pie y sin dinero, alguien emprendía las rutas
desconocidas como ios caminantes de los viejos cuentos de hadas: esforzado el ánimo, una
canción en los labios y el hatillo de ropa sobre el hombro.
Pero en España, antes y durante la guerra, lejos de ser frecuente el caso, resulta aislado
y sin muchos precedentes. Todo lo más, se piensa en Segarra y Juliá, obstinados en su caza de
autógrafos célebres.
El español de los siglos XIX y XX es sedentario y hogareño. No imantan sus pupilas los
horizontes, ni le inquieta la sed de aventuras como a sus ascendientes trotamundos en la vida y
en los libros del siglo XVII.
Bíen valía la pena de soñar más y razonar menos. Harta recompensa obtendría el no
acolchonar el espíritu, el no dejar en la herrumbre las armas, el sustituir la estéril indolencia, el
flojo sancho pancismo por la fecunda audacia y la quijotil ansiedad.
Pero ¡ay!, que será inútil poner ante las pupilas adormecidas el espectáculo de las ajenas
empresas. Los corazones están sordos por la grasa que les circunda; los cuerpos se aferran a la
pereza de los mínimos esfuerzos cotidianos, como esos niños grandullones a quienes esclavizan
las maternales sayas; el pegujalero se conforma con misero condumio y reducido albergue; el
hidelgo sigue sacudiendo en sus barbas las migajas de un pan no comido; el mesócrata agota
su vida en las oficinas, en el matrimonio, como una enfermedad más de tantas consuntivas
1678
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
como le van empujando hacia la muerte con los ojos vendados, el estómago vacio y las manos
ennegrecidas por tinta de minutas, oficios y comunicaciones.
Por esto cuando presenciamos el impulso de alguien que, nacido en España, desmiente la
mollar y pacata psicología nacional, debemos alentarle y ofrecerle como un ejemplo.
Dos muchachos catalanes han empezado á recorrer Europa a pie y sin dinero. No les
movió la desesperación de una existencia pobre e indefensa; no les tentó la codicia de un
premio ofrecido al término de la difícil excursión; no son, en fin, como tantos otros individuos,
de una vulgaridad giróvaga, sin transcendencia n i propósito laudables.
Realmente, atravesar pueblos, ciudades y campiñas sin otro objeto que solicitar el
certificado dealcaldías y gobiernos, estan insignificante comocruzar por la vida sin dejar otras
huellas que la del nombre en los Registrosciviles y eclesiásticos
Tanto equivale a esa inconsciencia viajera la otra vertiginosa de los automóviles, sin otro
aliciente que el devorar kilómetrossintiendo granizar en elrostro los granos terrososdel camino,
o cruzar lospueblos en la febril impaciencia de los expresos, viendo huir a través de los vidrios,
con los desgarrados crespones del humo, el incambiable paisaje que de una vez para siempre
eligió el trazado de la línea férrea.
Estos dos jóvenes catalanes que ahora recorren España comenzaron su excursión
saliendo de Barcelona el 24 de Junio de 1916,
1679
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Allá donde la Naturaleza les ofrecía más propicio y tentador encanto, se detenían y
glosaban en sus acuarelas pequeñas y expresivas.
Y ni una de ellas han vendido; avaros de ellas como de un tesoro que habrán de ofrecer
en el día, todavía lejano, del retorno definitivo, cuando hayan conquistado el derecho de
permanecer inactivos y tranquilos.
Venden sus retratos y los retratos que hacen a las gentes plácidas de los pueblos y de las
ciudades, que ven aparecer con cierta sorpresa durante sus largas holganzas de cafés y
casinos a estos mozos audaces e inquietos.
No debe ser muy fácil la vida en estas condiciones. Tal vez al dorso de estos paisajes de
España podrían escribir Drudis Biada y Aracil unas páginas amargas y tristes que rimaran con
las precoces arrugas de sus frentes juveniles y respondiesen a, esos súbitos y fugaces rictus
que les derrumban las comisuras labiales de cuando en cuando.
1680
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En el saloncito bajo del Ateneo, por el cual van desfilando tantos artistas españoles y
extranjeros, interesantes por la modernidad y belleza de sus tendencias, se celebró una
Exposición muy simpática.
(…) No menos interesantes son los paisajes de Ismael González de la Serna, a quien ya
conocía por varias reproducciones de cuadros suyos en la revista Granada. Esa precisa e
indispensable identificación de la sensibilidad con la naturaleza que hace a los verdaderos
paisajistas, la posee con creces el joven pintor granadino. Todos sus lienzos están ungidos de
alma. Pero más
aún aquellos donde buscó los acordes lánguidos, un poco fríos, de las gamas suaves y los
momentos plácidos. Es un paisajista que sugiere en el espíritu el recuerdo emocional de
Schubert, o de Schumann, o de Chopín, no la magnificencia orquestal de Wagner, ni mucho
menos la
En las amplias salas de la Galería General de Arte, donde estuvo instalado el Salón de
Humoristas, se inauguró la primera de las Exposiciones de artistas jóvenes y en las que se
proponía el Sr. Ferreres, director de dicha Galería, admitir todas las tendencias por audaces y
ultramodernas que sean. Laudable es el propósito y no hemos de escatimarle los elogios,
porque realmente se notaba ya en Madrid la falta de un local como los varios de París, Munich,
1681
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Londres y Barcelona, donde puedan exponer junto a los artistas "normales" los arbitrarios y
rebeldes contra toda tradición y todo espíritu de gregarismo académico.
Desde luego Antonio Jiménez es más interesante. Por su vida y por su arte.
Su vida está sombreada por el dolor y por la pobreza. Desprovisto de toda clase de
medios materiales y alejado voluntariamente de acomodaticias sumisiones al gusto general del
público, ha ido apartándose cada vez más de las ventas y de las Exposiciones oficia les.
Discípulo de Chicharro, primero; de López Mezquita, después, es un temperamento indómito y
personal que no debe nada a Ios dos grandes pintores por cuyos sendos estudios pasó
fugazmente.
Porque esa falsa ingenuidad que buscan los demasiado expertos, este retorno al
infantilismo técnico que constituye hoy día una de las características, voluntarias,
preconcebidas, del arte contemporáneo, brota del espíritu y de la contemplación de Antonio
Jiménez con la espontánea frescura de un manantial o con la fiereza de una planta que no
precisó mano ajena para hundir la semilla en la tierra ni para cuidar amorosa su crecimiento.
Así los retratos, las naturalezas muertas, los paisajes, los bodegones de Antonio Jiménez,
agarran nuestra visión, la sujetan, la cautivan y se fijan en ella de un modo indeleble.
Fijaos bien en este joven artista que acaba de revelarse en la Galería General de Arte. Va
más allá de las apolilladas preceptivas estéticas; interviene por derecho propio en el bello
renacimiento impuesto a nuestra patria por los pintores modernos. Si la vida, esta mísera vida
1682
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
suya de abandonado, de no acomodaticio, pudiera ser un poquito más fácil y un poquito mejor,
Antonio Jiménez tardaría menos en obtener el envidiable triunfo que merece.
Entre las dos salas de Antonio Jiménez, estaba la sala de los paisajes de Tetuán, de Roig
Asuar. (…)
MEMORANDA
MARZO
A juzgar por esta Exposición, donde, además de Rodolfo Franco, exponían los pintores
Fernández Ardavín y Florensa, parece rectificar el Círculo de Bellas Artes su lamentable criterio
anterior.
Tenía el elegante Salón del Palace un aspecto distinto del que ofrecía en Exposiciones
anteriores, con la turbamulta de cuadros de todos géneros, tamaños, clases y autores, que
cambiaban en tienda de marchante o en baratillo de mediocridades lo que nunca debió dejar de
ser muestra depurada y escogida de Arte.
Y si unos cuantos señores del Círculo de Bellas Artes se oponen a ello y votan por las
antiguas chamarilerías, cerrar el Salón antes que hacer el ridículo. Porque no sé si desgraciada
1683
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
o afortunadamente—el ser socio del Círculo de Bellas Artes no presupone ser artista ni tener
derecho a intervenir en asuntos artísticos.
El Sr. Florensa exponía diez y seis paisajes. Conocíamos el arte de Salvador Florensa por
sus envíos sueltos a las Exposiciones Nacionales; pero no habíamos tenido ocasión hasta ahora
de contemplar un conjunto tan representativo de lo que este artista significa.
Paisajes de Italia, de Mallorca y de Andalucía eran los presentados por el Sr. Florensa.
Por lo tanto, el protagonista de todos ellos es el Sol.
Ajustado a este amor, a la jocunda luminosidad solar, los cuadros de Florensa dejan una
sensación de claridad y de optimismo. La. exuberancia colorista, la exaltación cromática
predominan en la elección de asuntos, y culmina después en la técnica. Se adivina ante estos
jardines del Sr. Florensa que es un temperamento sanguíneo y un filósofo epicúreo. Se piensa
en cómo estos cuadros ofrecen terapéuticamente al gozo de vivir.
Claro es que algunas veces tiene el artista que olvidar el natural para no dañar a su credo
estético de una pintura siempre bonita y sonriente como una mujer frívola. En cambio otras
veces puede más en él la sugestión de la naturaleza que el "partido tomado" de hacer cuadros
agradables y fácilmente vendibles. Entonces realiza Florensa sus mejores lienzos, aquellos
donde la luz, la atmósfera, las líneas y colores de las cosas, tienen su valoración exacta. Porque
en el fondo, el Sr. Florensa es un artista y un virtuoso de su arte.
De acuerdo con los deseos del Ministro y atendiendo sus indicaciones, se celebró una
reunión de artistas y críticos de Arte en el Círculo de Bellas Artes. Tanto en esta reunión como
en la posterior del Ministerio de Instrucción Pública, sentimos una melancólica desilusión.
Se aprobó casi íntegro el proyecto del Sr. Sorolla y se puso una vez más de manifiesto la
hostilidad de los artistas a que los críticos intervengan directamente en las Exposiciones
Nacionales.
1684
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Antonio Muñoz Degrain (Académico); Luis Menéndez Pidal (Académico); José Garnelo
(Académico); Marceliano Santa María (Académico); Joaquín Sorolla (Académico); Alvaro Alcalá
Galiano (Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores); Carlos Vázquez (Presidente del
Círculo Artístico de Barcelona); Manuel Benedito (Presidente de la Sección de Pintura del Círculo
de Bellas Artes); José Pinazo (Secretario del Círculo de Bellas Artes); José María López
Mezquita; Julio Romero de Torres; Fernando A. Sotomayor; José Zaragoza; Anselmo Miguel
Nieto; Valentín de Zubiaurre y M. Hernández Nájera.
Los escultores Mariano Benlliure (Académico y Director del Museo de Arte Moderno);
Julio Antonio y José Capuz. El arquitecto Teodoro de Anasagasti y los críticos de arte Aureliano
de Beruete, Rafael Domenech, Francisco Alcántara y José Francés.
Excusó su asistencia a todas las reuniones de igual carácter don Francisco Pradilla, y no
asistieron, aunque estaban invitados por el Ministro, los señores Inurria y Blay.
DEL JURADO
PINTORES
Hermen Anglada Carnarasa; Ignacio Zuloaga; José María López Mezquita; Manuel
Benedito; Julio Romero de Torres; Fernando A. Sotomayor; Eduardo Chicharro; José Zaragoza;
1685
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Anselmo Miguel Nieto; José Pinazo; Néstor; Elias Salaverría; Joaquín Mir; José Rodríguez
Acosta; José Mongrell; Valentin de Zubiaurre y Carlos Veger.
ESCULTORES
José Clará; Mateo Inurria; José Capuz; Julio Antonio; Moisés de Huerta; Enrique
Casanovas; Miguel Oslé; Vicente Navarro; Julio Vicent y Francisco Marco.
ARQUITECTOS
Teodoro de Anassgasti; Antonio FIórez; Antonio Palacios; Juan Moya; Modesto López
Otero; Luis Bellido; Hernández Briz.
DE LA ADMISIÓN DE OBRAS
Toda obra que no tuviera dos votos en contra, estando constituido el Jurado por SIETE
señores, sería rechazada.
Cada expositor no podría presentar más que dos obras al Certamen, Las medallas de
honor y primeras medallas podrán presentar una obra sin pasar por el Jurado; pero, a juicio de
éste, podrán ampliar a tres el número de sus envíos.
DE LOS PREMIOS
PINTURA
Dos primeras, cuatro segundas y seis terceras (pudiendo ampliarse á tres el número de
las primeras si el Jurado, por unanimidad, lo estima oportuno). (…)
Habrá una medalla de honor única y será votada por todos los expositores, pudiendo
otorgarse indistintamente a cualquiera de las secciones.
1686
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para ser otorgada será precisa una mayoría de votos equivalente a las dos terceras
partes de los expositores.
Los artistas a quienes les sean concedidas bolsas de viaje tendrán la obligación de pintar
un cuadro o modelar una escultura en el plazo que medie entre esta Exposición y la inmediata
próxima; pero dentro de España y ajustándose a las características de la vida, tipos, paisajes,
costumbres, aspectos y tradiciones puramente españolas, con objeto de fomentar un arle
nacional.
Estas obras de los pensionados con bolsas de viaje estarán exentas del Jurado de
admisión en la Exposición siguiente.
DE LOS PENSIONADOS
El envío oficial de los pensionados de pintura en Roma deberá quedar fuera de concurso
en la Exposición.
DE LA REPRESENTACIÓN ACADÉMICA
COMITÉ CONSULTIVO
PINTORES
1687
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
D. José Garnelo; D. Juan Espina; D. Francisco Domingo; D. Ramón Casas; D. Santiago Rusiñol;
D. Carlos Vázquez. (…)
ADQUISICIÓN DE OBRAS
Este Comité consultivo, en unión del Jurado, será el encargado de adquirir las obras
premiadas o no de la Exposición.
Como consecuencia del descontento que produjeron los acuerdos tomados en la reunión
de artistas y críticos el día 3, se celebró otra más amplia y numerosa en el mismo Círculo de
Bellas Artes el día 13 de Marzo.
El ilustre crítico y profesor de arte decorativo, D. José Blanco Coris, dio cuenta en el
Heraldo de dicha reunión en los siguientes términos:
"En el salón de la rotonda del Círculo de Bellas Artes se reunieron anoche muchos artistas
para tratar del reglamento de la próxima Exposición Nacional de Bellas Artes.
Ocuparon la mesa presidencial los señores Espina, Verger, Perdigón; Pulido y Villegas
Brieva.
EI Sr. Espina hizo uso de la palabra para exponer el objeto de la reunión, que no era otro
que el defender los intereses de todos los artistas, en vista de las noticias alarmantes circuladas
sobre un nuevo reglamento de Exposiciones. Y que aquel acto en manera alguna suponía
protesta contra nadie, sino únicamente el deseo y el derecho de defender y discutir las bases
de un reglamento que, por noticias particulares, se oponía con restricciones censurables á las
favorables condiciones que hasta el día habían contenido reglamentos anteriores. Y que para no
divagar y resolver algo práctico, se abría discusión sobre tres puntos capitales del reglamento
1688
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Terminó diciendo que lo que se acordara respecto al particular sería elevado en razonada
y respetuosa instancia al excelentísimo señor Ministro de Instrucción pública y Bellas Artes,
como la expresión, sincera de muchos artistas que no estuvieron representados en la sesión
celebrada en el Círculo con motivo de la aprobación del reglamento por el que se habían de
regir las futuras Exposiciones.E1 Sr. Alcalá Galiano pide la palabra para manifestar que él asistió
a la reunión de los artistas convocados hace días para la aprobación de un reglamento de
Exposiciones; que en aquella reunión cree él no estaban representadas todas las tendencias
artísticas; que él, como presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, ayudado por
algunos artistas, discutió algunos extremos del reglamento algo draconianos; pero que,
encontrándose los discrepantes en minoría, no pudieron hacer nada. Añadió que él tenía
entendido que el señor Ministro deseaba complacer á todos los artistas, y, por consiguiente,
convenía que de aquella reunión salieran iniciativas formales en súplica de la modificación del
reglamento presentado como definitivo.
Hacen uso de la palabra varios señores, y para concretar, el señor Domínguez propone
la votación de dos Jurados: uno, de admisión, compuesto de nueve artistas elegidos entre los
que hubieran obtenido primeras y segundas medallas en Exposiciones anteriores, por los
artistas premiados con medallas de las tres categorías y expositores. Y otro Jurado, de
calificación, compuesto de siete jueces, elegidos entre artistas que hayan obtenido medallas de
primera clase.
E1 Sr. Sanz propone que el Jurado de calificación lo voten, no solamente los expositores
premiados en anteriores Exposiciones, sino aquellos que, no siéndolo, se les haya admitido
alguna obra en el certamen.
Se aprueba esta enmienda, como asimismo que los expositores no podrán presentar más
de dos obras en cada una de las secciones.
Sin discusión se aprueba que el número de medallas sea el mismo que el de las
anteriores Exposiciones en que fueron remuneradas, y que lo sean también en lo sucesivo.
Que el Jurado de calificación sea nombrado cuatro días después de haber sido
inaugurada la Exposición, y que seis días después de ser nombrado presente la propuesta de
las medallas.
1689
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se votó también el aumento de las bolsas de viaje y, por último, la propuesta de que la
designación de las obras que se propongan para su adquisición por el Estado sea de la
competencia exclusiva de los Jurados de admisión y calificación.
Se crea, en virtud de este nuevo Reglamento, una Junta Superior formada por los artistas
premiados con medallas de honor en Exposiciones nacionales o internacionales, convocadas por
el Estado.
Los premios son: dos medallas de primera clase, cuatro de segunda y ocho de tercera
para pintura; dos medallas de primera, dos de segunda y cuatro de tercera para escultura, y
una medalla de primera clase y una de segunda y dos de tercera para arquitectura.
No habrá más que un premio de honor para las tres secciones, lo votarán todos los
expositores y para obtenerlo es indispensable la mayoría de las dos terceras partes de los
votantes.
Seis días después, el 21 de Marzo, publicó la Gaceta las siguientes Reales órdenes:
1690
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Antonio Muñoz Degrain, D. Joaquín Sorolla, D. Mariano Benlliure, D. Francisco Pradilla y D. José
Llimona, en quienes concurren aquellas circunstancias.
"Excmo. Sr. Ministro de Instrucción pública y Bellas Artes: Los artistas que suscriben,
salvando cuantas consideraciones merecen aquellos que aconsejaron á V. E. la redacción del
Reglamento que ha de regir en la próxima Exposición de Bellas Artes, consideración nacida de
su respeto al genio y al trabajo, que les señaló el puesto que hoy ocupan en la sociedad, se ven
en la necesidad, que deploran, de protestar contra dicho Reglamento, por cerrar éste las
puertas por donde lograron entrar al templo que hoy honran los que precisamente han
aconsejado a V. E. la redacción de la referida ley.
1691
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ruegan los que suscriben dispense V. E. las molestias que le causan. Dios guarde a V. E.
muchos años.
En la misma reunión se nombró una Comisión, compuesta de los señores Inurria, Espina
y Ferrant, encargados de hacer las gestiones necesarias para fundar una Exposición de artistas
libres. Esta Comisión se dirigió a todos los artistas pintores, escultores, grabadores y
decoradores que estuvieran conformes con la celebración de la referida Exposición en la
siguiente forma:
La Comisión nombrada por un numeroso grupo de artistas para que organice una
Exposición de artistas independientes, en su primera reunión ha tomado los acuerdos
siguientes:
Son éstos romper con la tradición y los convencionalismos, abriendo ancho cauce en el
campo de las modernas ideas de libertad e independencia a esa juventud ilustre, pero ilusa,
engañada y deslumbrada por los espejismos de la ajena gloria y bienestar de los que
consiguieron el triunfo en tiempos de más felices luchas. Destruir el sistema que ató con férreas
cadenas el adelanto de las bellas artes en España y creó una generación altiva y poseída de sí
misma.
Bullía en los cerebros de los artistas, anticipadamente ya a los sucesos ocurridos con
motivo de la publicación del Reglamento que ha de regir la próxima Exposición Nacional de
Bellas Artes, algo inexplicable, que se necesitaba una causa ocasional para manifestarse de un
modo visible.
Como vale más destruir los principios, por grandes que sean, que mixtificarlos y
amoldarlos para el servicio de fines ilícitos, de aquí la idea de crear y realizar esta Exposición.
1692
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es preciso que de una vez desaparezcan los definidores de las bellas artes, y que toda la
infinita variedad de procedimientos, técnicas y conceptos se consagre al principio ya conocido
de que el Arte es "la naturaleza vista a través de un temperamento".
Como consecuencia inmediata, la comisión invita a los artistas que estén conformes con
la idea a mandar su adhesión, antes del día 15 del próximo mes de Abril, al domicilio de la
Asociación de Pintores y Escultores, Alcalá, 44, a nombre del señor Secretario de la misma,
para, en su vista, ser convocados a una reunión en la cual se trate de todo lo concerniente al
caso. —Mateo Inurria, Ángel Ferrant Juan Espina.
MEMORANDA
En las Galerías Dalmau, de Barcelona, da una conferencia el pintor catalán Torres García.
ABRIL
1693
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Surgía de este conjunto, positivamente notable, la personalidad del artista con sus
características técnicas e ideológicas bien definidas.
Estas son las características pictóricas de Luís Huidobro. Altamente laudables todas ellas,
porque si bien nos parece indispensable en arte la fecundidad imaginativa y nos indigna la
pobreza de fantasía, no hasta el punto de que un pintor haga aquí en Madrid con madrileños
modelos, escenas de Oriente, o viviendo en plena vigésima centuria pretenda caer en aquellos
absurdos abismos donde se precipitó la pintura que llamaban de historia.
Porque el deber de todo artista y de todo escritor es reflejar en sus obras la expresión de
cuanto en torno suyo se agita y vive. Y si limita su campo de acción, si concreta su visión,
mejor todavía.
Camile Mauclair, hablando de Eugenio Carríére en sus Idees Vivantes, dice a este
propósito: "En una época en que el desencadenamiento de las inteligencias inspira el gusto de
los conocimientos múltiples, diversos, constantemente renovados y aumentados, se aplicó a
limitar la suya a restringir sus curiosidades. En un momento en que el problema de la
omnisciencia parece impuesto a las preocupaciones de todo creador, prefirió el de la
concentración moral, justamente persuadido de que se descubren mucho mejor las leyes gen
erales de la vida profundizando dos o tres aspectos que haciendo de todos una revista
apresurada."
Por esto sus cuadros tienen esa expresiva energía, y nos ponen ante los ojos signos y
momentos palpitantes de nuestra época y, sobre todo, de nuestro Madrid, que tiene paisajes
admirabilísimos, plenos de emoción sugeridora y de externo encanto decorativo; tiene tipos
inconfundibles con los de otro pueblo, y tiene costumbres ricas en colorido, en seductora
gracia, en acendrado españolismo.
Y sin embargo, se ha negado muchas veces y con diversos motivos lo que pudiéramos
llamar madrileñismo pictórico, aun ahora que empieza a abusarse en demasía del madrileñismo
literario, reduciéndole al hojeo y saqueo de obras históricas o costumbristas de otro tiempo.
1694
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No es necesario invocar la sombra augusta de Goya: bastará citar los nombres de Manuel
de la Cruz, autor de la famosa Feria de Madrid, que se conserva en el Museo del Prado; de
Paret y Alcázar, de José Ribelles, de Ranz, de Asensio, Gutiérrez de la Vega, Becquer, Villaamil,
Cerdá, Camarón, y sobre todo los de Alenza, Lucas y Ortego.
Muy lejos nos llevaría la simple filiación estética de cada uno de estos pintores, que
opusieron frente al academicismo frío o el romanticismo absurdo, importados de Francia, su
castizo españolismo de costumbristas y—lo que más importa en nuestro caso—su amor al
Madrid coetáneo de su vida.
Encontraríamos en ellos los antecedentes admirables de este madrileño de hoy, que pinta
los rincones olvidados y característicos del viejo Madrid: la Ribera del Manzanares, las umbrías
plateadas del Prado, las fiestas populares, las mañanas soleadas del Rastro, las casas
decrépitas con sus inmensos corrales, que hierven en gritos, disputas, canciones y donaires; las
chulas de airoso mantón, primoroso zapato de charol y cabeza goyesca, donde chispean más
los ojos que las diversas peinetas acribilladas de pedrería; los mozos postineros, de las facies
pálidas y los timos marchosos; los viejos castizos que todavía gritan: "¡Viva la niña!", y se
emborrachan los sábados y empeñan el colchón los domingos para poder llamar burro al
presidente de la Plaza de Toros... Y pinta también el otro Madrid de las muchachas de oficio y
los artesanos honrados que en las dominicales tardes van a los actos de Amaniel o de la
Moncloa para merendar la clásica tortilla y remojarla con el contenido rojo de un "frasco".
Y digo retratista, porque, fiel a su credo de realismo y de respeto al natural, todos los
tipos de sus cuadros de figura, como de sus dibujos a lápiz, son retratos. Volvemos a ver los
lienzos El café y Los pendientes de coral, tan notables; celebramos el boceto En la pradera, La
pobre Gheissa, Goyesca, Paquita, La Felisa y Retrato de una hija, entre los cuadros, y Paco el
ebanista, La Carmen, Julita, El Alberola, Pepa la feita, La. Antonia, etc., entre los dibujos. Pero
es en los paisajes donde se encuentra todo el espíritu del pintor en una feliz alianza de claridad
psicológica con la técnica experta.
Tienen unos de estos paisajes esa pompa señoril y al mismo tiempo la popular gracia de
los cartones para tapices; causan otros deleite de proyectos para mayólicas esmaltadas. Y, no
obstante, son realistas, sinceramente realistas, sin que el valor decorativo de su cromatismo
disminuya el otro profundo e íntimo de la verdad expuesta con diáfana sencillez.
En este sentido eran acabados modelos Viejas casas del Rastro, Mañana de domingo en
el Rastro, Orilla del Manzanares, Plaza de la Paja, Chopera del Sotillo, Las norias del Atanor y
los titulados Huerta de los frailes, Cielo de primavera y El pueblo, que formaban parte de la
1695
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Han querido con ello rendir un homenaje a la vieja madre patria, dándole las primicias de
un Arte todavía tan juvenil, tan inquietado por las modernas audacias y las rebeldías nuevas.
Este grupo de artistas han constituido una Asociación en París. Hasta ahora la Asociación
no es muy numerosa, pero compensan et pequeño número de asociados sus méritos
individuales y su entusiasmo colectivo. Los fundadores son: José A. Merediz, Alfredo Guttero,
José M. Gavazzo Buchardo, Guillermo Butíer, pintores; Pablo Curatella, escultor y Numa
Rossotti, músico. (…)
Selecto y expresivo conjunto de obras fué el que se logró reunir en el Palacio de Bellas
Artes, como una demostración de la pujanza y primacía del arte francés desde mediados del
siglo XIX hasta nuestros días.
Fué solicitada esta Exposición por los artistas catalanes. Secundó, patrocinándole y
votando un crédito extraordinario, tan excelente ruego, el Ayuntamiento de Barcelona, y, por
último, Francia respondió al generoso y entusiasta llamamiento con fraternales generosidad y
entusiasmo.
1696
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
maestras y al señoril disimulo de las escasas mediocres reunidas en las salas del Palacio de
Bellas Artes barcelonés.
La Exposición fué muy completa. Concurrieron a ella artistas de las tres grandes
entidades artísticas de Francia: Salón Nacional, Salón de Artistas franceses y Salón de Otoño,
con obras de pintura, escultura, grabado, arquitectura y artes decorativas.
Figuraba, además, una sección de arte que no nos atrevemos a llamar retrospectiva,
pues si bien la constituían en su mayoría las obras de pintores ya fallecidos, también se
expusieron otras de Rodin, Forain, Degas, Monet y Renoir. Era tal vez esta sala la más
importante de todas las de la Exposición, y con ella comenzaremos nuestros modestos
comentarios.
Por último, el Estado francés, no contento de haber cedido joyas pictóricas y escultóricas
de Rodin, Carriére, Puvis de Chavannes, Toulouse Lautrec y Daumier, remitió veintidós tapices
del Mobiliario Nacional. Son los gobelinos de las series llamadas Historia del Rey Luis XIV,
Galería de Saint Cloud, Antiguo Testamento y Los amores de Psiquis.
Colocados los diez de la primera en el espacioso hall de entrada y los restantes en las
galerías altas, ennoblecían de suntuosidad á la Exposición.
1697
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Hallamos aquí a los maestros del impresionismo: Manet, Monet, Renoir, Degas, Pissarro,
Sisley, Berta Morissot; al iniciador del puntillismo, Seurat; a Gauguin con su exaltación de los
primitivismos y de las deseuropeizaciones, como un retorno a la sencillez, a la sinceridad
expresiva de la sensibilidad y de las formas; a Cèzanne, el pintor a quien hacen más daño las
apologías esnobistas que los reproches conscientes, Cèzanne, que invocan hasta los propios
cubistas como el precursor de la pintura contemporánea; a Carriére, con su arte hermético,
blando y brumoso; a Puvis de Chavannes, con su obra más característica; a Toulouse Lautrec y
su realismo fuerte, agresivo, donde la audacia técnica y la audacia del pensamiento taladran y
se ahíncan; a Constantín Guys y a Daumier, los padres del costumbrismo coetáneo, los dos
colosos que con Gavarni constituyeron la trilogía más alta del dibujo francés en el siglo XIX; y
de los que ha heredado tantas cosas Forain, que también figura en esta sala, pero que tiene en
las del piso bajo todo el espacio necesario para hablar con su voz severa y profunda contra la
guerra y contra las demás infamias sociales; Courbet, el fundador del realismo, después de!
academicismo y del romanticismo de los comienzos del siglo anterior; Monticelli con sus
rutilantes fantasías, á las que acudieron después como un cofrecillo inagotable los pintores
modernos, encaprichados en la tarea de cambiar los colores en gemas; y Legros y Boudin y
Croos y Henner y Guigon y Harpignies y Lepine y Duran, ya en planos inferiores.
Luego tres grandes escultores: Rodin, Dalou, el animalista Bayre; y la sorpresa de Renoir,
transformado en escultor, con un bronce, que no puede hacer olvidar ni por un instante la más
débil é imprecisa de sus densas y sensuales armonías pictóricas.
Maulino de la Gallete, que no puede contemplarse sin sentir calofríos de un deleite casi
angustioso, hay de él, otros tres lienzos: El verano. El columpio y Retrato de mujer. Nadie ha
pintado con más voluptuosa complacencia, evocado con mayor alegría las gracias femeninas.
Ve las carnes de las mujeres cómo frutas maduras y tentadoras; los colores salen de su paleta
temblorosos de deseo y enervados de sol.
De Manet se exponen tres cuadros: Madame Manet danza; Retrato de mujer en traje de
baile y Las ostras
1698
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El primero es un prodigio. En él, Velázquez, Goya y Manet están fundidos para llegar al
logro perfecto de algo perdurable. Sucesivamente, como notas al margen del catálogo de esta
Exposición de Arte Francés, tenemos el propósito de conceder aislados estudios a los maestros
de esta sala. Únicamente así puede perdonarse que ahora sólo se haga referencia brevísima de
ellos.
Del Museo de Luxemburgo han venido dos obras maestras: Maternidad, de Carriére, y El
pobre pescador, de Puvis de Chavannes. El alma se aquieta, se recoge en un místico reposo
frente a estos lienzos tan diferentes entre sí y tan ligados sin embargo por el nexo común de la
autoinspección, de la vida interna que fluye como un agua subterránea adicionada en flores
externas y tímidas. No son únicamente dos cuadros los que se exponen con los lienzos El pobre
pescador y Maternidad; sino los sendos credos estéticos de Carriére, el "visionario por la
extrema penetración de lo real" (Mauclair), y de Puvis, el que "disipó muchos fantasmas
haciendo entrar en la pintura la inocente claridad del día" (André Michel).
Y por el contrario, esta misma alma se inquieta frente al Parísianismo exacerbado del
Moulin Rouge de Lautrec y de las loretas, grisetas y mujeres de placer, tan certeramente
reflejados por Constantin Guys. No compensan las bailarinas de Forain la falta de las bailarinas
de Degas; pero en cambio el propio Degas tiene esta Echadora de cartas que aun siendo de los
comienzos es más que una promesa de los realismos futuros.
Desde los academicismos de Carolus Duran y Bonnat hasta los casi fauvismos de
Dufresne, pasando por las iniciaciones simbolistas de Maurice Denis, los puntillismos de Henri
1699
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Martín y los orientalismos dulzones de Dinet, tan opuestos a aquellos vigorosos orientalismos de
Delacroix o de Regnault.
En siete salas se han instalado las obras de los pintores de la Sociedad de Artistas
Franceses y en otras siete las de pintores pertenecientes a la Nacional.
Desde luego, lo más interesante—unos por su mérito positivo y otros por la simple
reputación mundial de sus autores—son los envíos de Besnard, Simón, Henri Martín, Ménard,
Denis, La Touche, Blanche, Áman Jean, La Gándara, Cottet, Boutet de Monvel, Maxence,
Chabas, Bail, Carolus Duran, Bonnat, Dinet, Forain, Le Sidaner, Laurent, Roll.
Algo en este último nos habla con la fastuosidad cromática, con la audaz fantasía del
gran decorador; pero en cambio el retrato enfría algo nuestro entusiasmo. Es duro, seco, de
una antipatía que no sabríamos decir si brota del modelo o de la pintura. No obstante, algo nos
compensa de la pobreza colorista y compositiva del fondo el vigor con que está construida la
cabeza y aun parte del busto; pero siempre es una obra inexpresiva de lo que significa en la
historia del Arte francés el actual Director de la Academia de Roma.
Lucien Simón, además del cartel anunciador de la Exposición, que fué una equivocación
rotunda, y que acusa un desdeñoso desconocimiento de lo que nuestros modernos pintores son
1700
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
capaces de hacer en este género, presenta tres cuadros: La Góndola, Carreras en Bretaña y La
procesión al borde del mar.
No sólo es el mejor de los tres, sino también una de las obras más admirables de toda la
Exposición, este último. Vibra en él la potencia clarividente, la energía expresiva del maestro
que ha interpretado como nadie el alma y el paisaje de Bretaña. Una verdadera joya este
lienzo, que es al mismo tiempo como el resumen estético de Lucien Simón, que en su Procesión
del Museo de Luxemburgo y en su Causerie da Soir del Museo de Stockolmo, culminó los dos
aspectos de su pintura grave, profunda y perdurable: el cuadro de costumbres y el retrato.
De Henri Martín hay cuatro lienzos muy característicos. Otoño en la Bastida, El estanque,
Autorretrato y La mendiga. Se destacan el paisaje y el autorretrato, bien distintos ambos por
como es cálido el primero y finamente frío el segundo; pero muy dentro los dos del luminismo
puntillista del maestro.
No muy bien de luz están colocadas las visiones antiguas de Rene Menard: Ninfa bajo el
sol poniente, El bosque, Tierra antigua y La edad de oro, con sus paisajes sintéticos, sus ritmos
graves y clásicos, su color reconcentrado y como envejecido, sus desnudos de actitudes
estatuarias que se reflejan en las aguas profundas, tranquilas; dormidas bajo el augusto palio
de los crepúsculos...
Maurice Denis, en cambio, recibe en sus dos lienzos Playa y La princesa en la torre una
luz propicia que devuelve armonizada y espléndida.
Los pintores avanzados empiezan á desdeñar un poco a este gran artista que ha sabido
aprovechar las iniciativas de Paul Gauguin, con un refinamiento en la simplicidad arcaica,
verdaderamente orquestal. Sus ilustraciones de los poetas de la divina decadencia y de las
obras místicas—de un misticismo enracinado de italianas reminiscencias—, sus candidos
idealismos de la Rose-Croix habían de llevarle a esa magnífica serie decorativa de la Historia de
Psiquis y a. esas alegres euritmias de carnes desnudas, de aguas mediterráneas y vestiduras
flotantes en el viento encendido de sol, que constituyen los ejemplos pictóricos de su tendencia
actual.
1701
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Yo considero sus composiciones decorativas como una de las más puras y mejor
orientadas afirmaciones de la pintura francesa moderna. Todavía su luminosidad, su amplitud
ornamental, pueden retar á los jóvenes demasiado impacientes y demasiado falsamente
deslumbradores.
Nos defraudan los dos La Touche que encontramos en una de las salas de la Nacional.
Son Las tres gracias y La Música.
Es tal vez una irreverencia artística. La Touche va bien en un salón frivolo para discreteos
intranscendentes, músicas bailables y damas fáciles y poetas de abanico. Y si esto nos parece el
maestro, ¿qué impresión habrá de causarnos el que le imita de un modo externo e
inconsistente, como Marliave, cuyo cuadro El surtidor parece un Gastón La Touche desteñido?
Otro pintor que "ha pasado", que al encontrarle ahora nos reprocha la antigua estimación
artística, es La Gándara.
La Gándara tiene en esta Exposición dos retratos y un paisaje. Este último es un desquite
de aquéllos. Gracioso y simpático de color, parece salido de otros pinceles que la Madame Ida
Rubinstein y el Autorretrato, negros, tiesos, envarados, acartonados. Y, sin embargo, La
Gándara hubo un tiempo que fué tenido como un gran pintor de retratos, como un intérprete
de elegancias y distinciones. ¿No es cierto, sombra augusta de Jean Lorrain?
Jacobo Blanche resiste vigorosamente la revisión con su conjunto de cinco obras: Los
amigos de André Gide, boceto para el retrato de Madame Fleuri Germain, Ida Rubinstein y sus
dos cuadros de flores.
Así como el famoso retrato de La familia Thaulow, que hay en el Luxemburgo, define
bien claramente la primera manera de Blanche, la que pudiéramos llamar la argéntea, estos
otros lienzos definen la segunda, más rica, más cálida, la que pudiéramos llamar áurea por la
complacencia en los amarillos patricios y en los rojos señoriales. Aún más que su retrato, un
poco teatral, de Los amigos de André Gide, y que el de Ida Rubinstein, preferimos los dos vasos
con girasoles y dalias, y el boceto fresco, jugoso, revelador de una experiencia colorista
extraordinaria del retrato de madame Germain.
Aman Jean es otro de los atacados por las modernas tendencias, impacientes é
iconoclastas. Y, sin embargo, Aman Jean conserva su vago encanto, su esfumada ternura, su
delicadeza de matices. No tiene en la Exposición de Barcelona ninguno de sus retratos
femeninos, tan interesantes; pero no por eso es menos bello su envío: un panneau decorativo y
dos Vistas de Venecia, hechas el año de la inauguración del Campanile, que son admirables,
1702
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
He aquí otra de las fuertes y resistentes reputaciones: Carlos Cottet. Los españoles le
debemos páginas de un portentoso realismo. Nuestras viejas ciudades le han inspirado muchas
veces cuadros de un generoso ardor y de una visión subjetiva muy elocuentes, Ahora mismo
entre sus tres envíos hay una Plaza de Segovia, durante la noche.
Las otras dos obras son Lamentaciones de mujeres de Camaret en torno de la iglesia
incendiada y El Niño muerto.
¡Qué salto tan brusco de Cottet á Paul Chabas, con sus claros de luna ó de sol sobre
lagos plácidos y carnes rosadas de mujer! Paul Chabas, menos trivial de técnica que La Touche,
es, en cambio, menos rico de imaginación, menos vario de armonías.
Bail nos indigna un poco. Es un pasticheur muy notable de Chardin. Pero ¿es esto
bastante para acusar una personalidad? Los copistas de Museo van más allá que estos
plagiarios restrospectivos.
Maxence, Bonnat, Carolus Duran, Dinet, Roll, Boutet de Monvel, Rafaelli, Laurens, Prinet,
nos dejan la impresión de un arte pretérito e irretornable. Sin pena desviamos la mirada de sus
cuadros para olvidarlos, como antes habíamos olvidado otros de ellos mismos.
Son precisos todos los dibujos humorísticos de Abel Faivre para perdonarle esta famosa
Mujer del abanico, que encontramos cada vez peor.
Pero a Forain no necesitamos perdonarle nada. Sus óleos responden bien a sus dibujos, a
sus aguas fuertes. Forain es uno de los alicientes más extraordinarios de esta Exposición.
Por último, como una delicada atención a España, abundan los cuadros de asuntos, tipos
y paisajes españoles, desde los cromos panderetiles de Henri Zo, hasta los lienzos notabilísimos
de Gourdault, muerto ahora en la guerra, pasando por Laparra, Cases y Milcendeau.
1703
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pero lo más considerable en este género son los cuadros La capea y Un gitano, de
Gourdault, que amaba conscientemente a España, que había vivido mucho tiempo en nuestra
patria y que veía el color y la emoción trágica de la barbarie taurina, con este fogoso
nerviosismo de Roberto Domingo.
Atrás, en su magna sala de la Reina Regente, quedaban los precursores de las modernas
tendencias. Son ya los consagrados, los afirmados en un prestigio secular y definitivo. Son otros
ahora los lapidados, los escarnecidos, los que desafían el juicio de sus contemporáneos, casi
siempre adverso é incapaz de comprender aquello que obliga á renovar los conceptos
preestablecidos y los criterios cómodamente encontrados al llegar el instante de opinar—al
menos en apariencia—por cuenta propia.
Ei Salón de Otoño pone al público español, que se preocupa de las cosas de Arte, en
presencia de todos los "ismos" estéticos de penúltima hora.
Y digo de penúltima hora, porque es tal la inquietud que agita á los jóvenes artistas del
otro lado de los Pirineos, que ya muchos de los que figuran en la Exposición de Barcelona son
"retrasados'', bomberos" o "maquinistas", según el argot de los talleres Parísienses.
Estamos en el reino de los fauves, de los que pretenden alcanzar‖ la plus grande
intensité avec te moindre effort ―. Porque estos modernísimos pintores franceses que quisieran
al modo de Cèzanne "pintar como el pájaro canta"; que consideran como Gauguin que "un
cuadro es una superficie plana cubierta de colores reunidos con cierto orden", padecen la
1704
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Unos dicen con los futuristas italianos: ―noi porremo lo spettat-re nel centro del quadro‖;
otros aceptan como expresiva de su arte la afirmación de Lucien Laforgue: ―une ligne peut
exprimer un objet sans avoir aucune ressemblance graphique avec iui ―.
He aquí el común error de los apologistas y delos detractores: considerar como definitivo
lo que
Nada tan fácil, en efecto, como hallar motivos para la sátira jocosa en estos lienzos de los
"fulvos". Lo mismo de aquellos ungidos de un entusiasmo puro y fecundo que de los caídos en
"las vergonzosas extravagancias de la Rose Croix" (Juan Sacs. —la pintura francesa moderna fin
al cubismo). Igualmente fácil es mezclar tecnicismos como "el divisionismo de los tonos
neutros", la "teoría de los equivalentes", las "sucesiones dinámicas" y las "emociones
cualitativas". por ejemplo, con las mismas palabras que sugiera un cuadro realista del siglo XVII
o un primitivo del siglo XII.
Y si se piensa, como digo antes, que todos estos artistas obstinados en buscar la verdad
por caminos de un paralelismo aparente y de una convergencia efectiva sólo pretenden la
expresión inocente, sencilla, clara, de una ingenuidad infantil, y la máxima importancia a los
dos principios fundamentales de la pintura, que son el color y la línea, sus esfuerzos deben
parecemos interesantes, sí no respetables.
1705
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Claro es que el eclecticismo artístico tiene un límite, porque lo contrario equivaldría a una
inconsciencia lamentabilísima. Hay extravíos y supercherías que ni podemos ni debemos
admitir, y nada importa que sean hijos de la buena fe o de la impotencia disfrazada de
genialidad. Así, pues, el cubismo es algo absurdo y grotesco que jamás podríamos discutir en
serio.
En estas salas del Palacio de Barcelona hemos vuelto á encontrar cuadros y autores ya
conocidos, no solamente del Salón d‘Automne y del de Indépendants, sino de las Galerías
Bernheim y Vollard, siquiera nos hacen sonreír. Estos pintores que me recuerdan unas palabras
de Gustavo Cocquiot, acerca de Henri Matisse: "Ha obtenido éxitos considerables— ¡estas dos
palabras son rigurosamente exactas!—en Suecia, Alemania y Rusia, es decir, en los tres países
del mundo donde no existe actualmente un solo pintor."
Desde Paul Signac, el rezagado del puntillismo, hasta Henri Matisse, el Chefdes fauves,
en_. cuya "naturaleza muerta" no sería posible adivinar al antiguo discípulo de Gustavo Moreau,
están bien representados todos los modernos pintores en la instalación del Salón de Otoño.
Faltan, no obstante, algunos que la guerra prepara de un modo bárbaro y trágico para las
futuras interpretaciones de la belleza.
He aquí: Carlos Guerin, con su pintura apasionada y cariciosa; Alberto Marquet, con sus
paisajes vigorosos de una síntesis, enérgica y concisa; Georges Desvaiilieres, con sus paneles
religiosos, sobrios y expresivos, donde parece haber pasado la huella de un Brangwyn, menos
rutilante de color, pero con toda la fuerza profunda de su dibujo; Odilon Redón, el "prince des
coloristes", el solitario del misterio y de la íntima concentración. Sus flores sugeridas, según la
feliz frase dé Luis Vauxcelles, tienen esa gracia frágil y turbadora de las flores que llueven
desde el más allá en las sesiones de los enfermos por ultratelúricas curiosidades; Jaulmes, con
un buen gusto de decorador que ha demostrado prácticamente en la instalación de la
Exposición; Eduardo Vuillard, con el admirable cuadro titulado Square de Berlioz, que es todo
un tratado de la pintura al aire libre; Pierre Bonnard, con su expansiva y contagiosa fantasía
cromática, con su amor á las carnes, sabrosas y tentadoras como frutos maduros, de las
mujeres amigas del agua y del amor; Valloton, que lleva á los paisajes aquel ahincamiento
psicológico de sus primitivos retratos e ilustraciones editoriales; Dethomas, macizo, y
D'Espagnat, vacilante, en una simpática duda entre el realismo interno y los externos
simbolismos.
Y luego Fiandrin, Mare, Dufrenoy, Geo Weiss, Lebasque, Varroquier, Friesz, Elena Dufáu
y madama Marval—"la idealmente material", según André Salmón—, Manguin, Loiseau y
Steinlen. Todos ellos tan interesantes, tan dignos de más detenida atención de lo que yo puedo
1706
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
concederles ahora y tan compensadores de los otros que se desfrenaron demasiado o—lo que
es peor—de los que todavía están muy dentro de los Salones Académicos y de las "invitaciones
al Elíseo".
MEMORANDA
Una gran diversidad de autores y de tendencias caracteriza esta exhibición, en la que hay
obras de Santa María, Alcalá Galiano, Meifren, Espina, Gros, Chicharro, Labrada, Ortiz-Echagüe,
Fabrés, Ferrant, Poy Dalmau, Lucas, Puig Roda, etc.
Al lado de estos cuadros, que hablan de un arte ya reconocido y consagrado, están las
manifestaciones rebeldes y arbitrarias de Celso Lagar, Antonio Jiménez y Fúster, y Benito
Tegerina.
Concurrió, entre otros, el notable pintor Ignacio Zuloaga, que llegó pro-cedente de Eibar,
y pronunció un discurso de elogio para la pintura de Rusiñol.
Zuloaga salió después del banquete con dirección á París, siendo portador de 34.000
pesetas, producto de un día de haber de los obreros eibarreses, con destino á los huérfanos
franceses.
Con el título de Trozos publica el crítico de Arte José María Junoy una obra acerca de las
novísimas tendencias pictóricas.
1707
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MAYO
En el Salón del Centro Gallego ha expuesto el paisajista Bello Piñeiro unas cuantas obras
suyas.
Bello Pineiro es, como Imeldo Corral, un honrado intérprete de la Naturaleza. Acude a
ella con el fervor y la humildad de un comulgante que se acerca al altar. Se adivina en su
factura expresiva y concienzuda el sumiso deleite que lo acaricia y lo transfigura mientras
reproduce el encanto sutilísimo de las rías plácidas, de los cielos velados, de los sombríos
castañares, de las húmedas corredoras y de los pueblecillos humildes, cuyas casucas blancas y
rojas sonríen entre las ubérrimas y umbrías frondosidades como los dientes y los labios de un
hombre bueno entre barbazas hirsutas. No busquéis en Bello Piñeiro audacias luministas ni
arrogancias cromáticas; no imaginéis motivos sueltos en él, consonantes a esas sinfonías
bárbaras que ahora quieren componer algunos pintores jóvenes envenenados por las modernas
escuelas francesas de avant-guerre. Nada más lejos de los artificios de la impotencia
estética que estos cuadros tímidos y enérgicos, reposados e inquietadores, realistas, demasiado
realistas tal vez, y, sin embargo, coronados por las brumas del ensueño, como nórdicos montes.
Con franciscano amor pinta Bello Piñeiro, y es así realmente como debía pintar el mozo alto,
flaco, pálido, tan parco de palabras y tan bañadas de cielo las pupilas.
Imagináis al principio ante los paisajes de este pintor que toda el alma es de ellos
mismos, que bastó reproducirles fielmente para que el encanto brotase de ellos en aroma
penetrante y dulce. Y, sin embargo, abrazada con el alma del paisaje, va el alma del paisajista.
Un alma de poeta que si no tuviese toda su claridad de expresión en los asuntos elegidos y en
los detalles que rubrican el emocionado temblor del temperamento, se ofrecería en el modo de
titular sus cuadros Bello Piñeiro.
Ved algunos de estos títulos que responden a las tres series — Invierno, Verano, Otoño
— en que divide su Exposición: El soto triste, Atardecer de oro, Luz de mañana, Oscurecer de
tarde, Sombra de castaños, El soto en misterio, El castaño desnudo, La ría amable...
1708
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y son así dulces, vagos, preñados de melancolía como sus títulos, los cuadros de este
pintor poeta, que lejos del trabajo cortesano, de las falsas camaraderías artísticas de Madrid, va
realizando su obra lentamente, seguramente, sin pensar en los supercivilizados y en los
enfermos de cerebralidad, sino en aquellos pocos hombres de buena voluntad a quienes todavía
no se les secó el tesoro de las lágrimas.
Fernando Mignoni ha reunido en el Salón del Ateneo veintitrés paisajes. Salvo una página
melancólica y romántica que parece evocar otras del admirable Baertsoen y que despierta en el
alma el recuerdo de Jorge Rodembach, todos estos paisajes hablan de América y de España.
La primera vez que vi un cuadro de Fernando Mignoni fué en un teatro. Aparecía este
cuadro ampliado hasta las enormes proporciones de una decoración, fragmentado en las partes
de foro, bastidores y apliques. Ante aquel cuadro, los actores mentían escenas de la vida real, y
como si efectivamente se movieran en un trozo de la Naturaleza bajo el cielo y envueltos por el
ambiente diáfano del aire, libre en una tarde de sol benigno y vernal.
Porque no era una decoración lo que mis ojos veían; no estaba ante la obra de un pintor
escenógrafo, sino de un pintor paisajista. Aquello no era el convencionalismo de la pintura
escenográfica imponiéndose a la sinceridad y a la sensibilidad de un artista, sino el triunfo de
este artista sobre un Arte que se considera convencional y artificioso.
Sin duda, por ello mismo, cuando los espectadores de los teatros donde Fernando
Mignoni exponía sus cuadros llamándoles decoraciones, ven ahora los cuadros pequeños del
Ateneo, creen contemplar maquetas de escenografía.
Sin embargo, como esas muchachas que se conservan virginales de cuerpo y de espíritu
a través de los medios más peligrosos y abyectos, la pintura de Fernando Mignoni ha sabido y
1709
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ha podido conservarse fresca, jugosa, espontánea, siempre pronta a lanzarse con inéditos
impulsos de ingenuidad hacia los problemas del estilo y las sugestiones de la Naturaleza. No se
agostó en el enrarecido ambiente de los escenarios; no se malogró en la luz artificial de
reflectores y baterías eléctricas. Tan hondo y de tan recia raigambre es el amor a los
espectáculos naturales, que no podía extinguirle esta ficticia y transitoria vida del teatro. Así
Fernando Mignoni ve las ciudades y las campiñas y los puertos y los cielos, desligado de toda
clase de prejuicios técnicos, mucho más perjudiciales para un artista que Ios prejuicios
ideológicos.
La misma diversidad de temas elegidos hay en los procedimientos de estos paisajes del
notable pintor italiano. Mientras en unos el grueso de color tiene vigoroso relieve, en otros el
óleo aparece de tal modo diluido, que tiene finuras y transparencias de acuarela. En este lienzo
procede con la minuciosidad y el divisionismo vibrador de los puntillistas, y en aquel otro cuadro
obtiene la sensación con pinceladas amplias y violentos contrastes de luz y de sombra. Declama
con épicos acentos y musita en voz baja como una oración fervorosa.-Y del lujuriante verdor de
un bosque americano pasa a la aridez torturada, austera, de una llanura castellana.
Podría tal vez este eclecticismo estético amenguar ó por lo menos retardar la afirmación
de su personalidad. Porque es bien difícil (para los aficionados a tal empeño) clasificarle y
encasillarle.
¡Qué importa! Es así como debemos amar la vida y como nuestro espíritu debe ser un fiel
espejo de ella.
¿Cómo había, además, de interpretar el artista lo mismo los agrios y ubérrimos verdores
del Palermo bonaerense en una tarde abrasada de sol, que la plaza pueblerina de Fuencarral en
una noche de Diciembre gélido? ¿Es acaso posible la paridad de emociones ante la turbulencia
fragorosa de un río andino huyendo entre los montes recamados de vegetación exuberante, o
viendo cómo las casas viejas y románticas de Brujas desdoblan sus siluetas en la calma inmóvil
de los muertos canales flamencos? ¿Qué inadmisible equivocación no supondría el confundir la
principesca decadencia—toda magnificada con oros y mármoles rosados y frondas rumorosas—
de un paisaje florentino, y el viril ajetreo, la inquietadora fiebre de un puerto del Norte con sus
aguas bituminosas y los jeroglíficos de mástiles, cordajes y chimeneas desmigajando la niebla?
1710
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
inquietud que pudiéramos llamar del arrepentimiento y que asoma tardíamente en los hombres
sedentarios e inactivos. Tristeza de lo sedentario y de lo detenido. Sea viajera nuestra alma,
como nuestro cuerpo, y así nos haremos capaces de amarlo todo, de comprenderlo todo.
"Diversidad, sirena del mundo; nunca elegí porque pensaba que elegirte era excluirte,
diversidad, sirena del mundo...", ha dicho un compatriota de Mignoni, el más alto poeta del
mundo actual: Gabriel D'Annunzio.
JUNIO
Se ha dicho que esta Exposición de 1917 ha sido la peor de cuantas hemos visto desde
hace algún tiempo: se la considera el 'fruto maldito de anteriores pecados; se ve en ella la
consecuencia de involuntarios errores y voluntarias malevolencias.
Y vamos a intentarlo.
Esta Exposición ha sido reglamentada, organizada y juzgada por los artistas jóvenes. No
por conocidos los antecedentes es menos oportuno recordarlos.
1711
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
concebidas sin reflexiva meditación, sin ingenua espontaneidad, son ejecutadas en, plazos
brevísimos y siempre con arreglo a un criterio que se considera medallabie.
Falseado, prostituido, envilecido uno de los más sagrados derechos del hombre en la vida
moderna, como es la ley del Sufragio no podía significar tampoco, al ser aplicado a las
Exposiciones, una rectificación de pureza y de justicia. Había agentes electorales que
trabajaban la candidatura de aquel de quien esperaban las medallas.-Lo de menos era realizar
una obra merecedora del premio; lo importante era que saliese Fulano en vez de Mengano,
porque Mengano era amigo de Zutano y entonces Perengano se quedaría sin medalla. Sin
embargo, antes de seguir adelante debo reconocer que no siempre estos jurados fallaban a
espaldas de la justicia y pensando en el compadrazgo. Testigos de ello son esta pléyade de
maestros jóvenes, la mayoría de los cuales ha constituido el Jurado actual y que precisamente
con los antiguos Reglamentos y los antiguos Jurados, por votación de los expositores, han
obtenido legítimamente todas las recompensas que poseen.
Por último, la medalla seguía ejerciendo una influencia nefasta aun después de
concedida. Los artistas capaces de obtenerla sin otro esfuerzo que sus obras mismas, acuden a
las Exposiciones Nacionales para conseguirlas, rara vez cuando ya la poseen, o envían cuadritos
y esculturas sin importancia con una desdeñosa benevolencia de consagrados. Esta deserción
de los pocos artistas capaces de dar prestigio a un concurso se agrava con las Exposiciones
particulares, con los Salones abiertos por entidades artísticas, donde, lejos de Jurados y
medallas, el artista expone lo que quiere, como quiere y el publico puede formar más completo
juicio de su personalidad.
Era, por tanto, necesaria e imprescindible una reforma radical del Reglamento, sobre
todo después del fracaso del anterior, vigente en 1915. Se ha creado un Reglamento, se ha
nombrado un Jurado de Real orden, compuesto por los mayores prestigios de nuestra juventud,
y, no obstante, los artistas se indignan y protestan aún.
1712
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por lo que se refiere al Reglamento, son bastante justas esas protestas. Hay en él
artículos que deben desaparecer. Oportunamente di mi humilde opinión contra esos absurdos
de la ley de las minorías. ¿Cómo es posible que hoy, en pleno siglo XX, se reúnan siete señores
digan cinco que sí y dos que no y prevalezca la opinión de estos últimos? ¿Por qué se ha de
imponer necesariamente que viaje por España al artista que sienta deseos de conocer Francia,
o Inglaterra, o Alemania? ¿Con qué derecho se coloca en una situación de inferioridad a los
pensionados en Roma, a los que se les costea la vida y los estudios durante cuatro años para
que realicen una obra, y cuando presentan esa obra se les considera indignos de premio? ¿Es
posible que con el procedimiento actual de votación de la medalla de honor obtenga nadie más
de los que la poseen esta última recompensa?
Por de pronto, figura en ese Comité ejecutivo una gran parte de los jóvenes maestros
actuales. Incluso algunos de ellos no han querido concurrir a Exposiciones anteriores, lo que es
ya una garantía de independencia. Han sido intransigentes en la admisión y en la calificación—
todo lo intransigentes que se puede ser en este país—y han instalado bien las obras. Pero ¿es
bastante esto? No; se precisa, además, el eclecticismo estético, que cuanto más consciente es
un artista más difícil le es su posesión. Con toda lealtad, con toda sinceridad, con toda buena fe
puede un artista premiar una obra ajena por el hecho de responder a su tendencia, a su
concepto personalísimo del arte, y desdeñar, en cambio, la que se opone a su técnica y a su
sensibilidad. O por el contrario: deseoso de mostrar imparcialidad otorgar su voto al expositor
antípoda suyo, sólo por esta misma diferencia de criterio que entre ellos existe.
Pero tal vez no vuelvan a ser Jurados. O porque ellos no quieran, o porque esta
idiosincrasia española, siempre propicia a la protesta, a la rebelión, al descontento y a la
conveniencia individual, destruya en sus comienzos una iniciativa que todavía no sabernos bien
si sería beneficiosa para el arte contemporáneo. Estamos en la tierra donde es algo más que
axiomático aquel chascarrillo del lego que escribía en su cuadernito de apuntaciones: "Personas
que me molestan: 1.a El prior, sea cual fuere..."
1713
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Carece de inquietud la Exposición porque está toda ella como resignada, como aletargada
en los hallazgos demasiado exiguos ó demasiado clásicos. Demasiado modernos,
desgraciadamente, no. El artista español del siglo XX no es como el conquistador español del
siglo XVII. Teme á las aventuras que le arranquen de su vida diaria.
Hay dos clases de inquietud. Una la estéril, la tardía, la preconcebida, la que brota como
una planta parásita en los espíritus abandonados ya a su decadencia. La otra es la que Camille
Mauclair define de un modo tan exacto en su ensayo crítico La identidad y la fusión de las
artes: "Esta inquietud no es más que el presentimiento de la vanidad de las categorías. No se
puede confundir con el desorden. Signo de fe, se manifiesta en las horas que preceden á los
grandes hallazgos. El que vive sobre la herencia del pasado permanece tranquilo o inerte,
apropiándose los procedimientos que fueron concebidos en la inquietud. A los grandes
creadores de otro tiempo no les vemos tranquilos y serenos sino después de una larga serie de
años y de imitadores. La inquietud, agregada por la crítica vulgar a la idea de "decadencia", es
precisamente todo lo contrario: la condición indispensable de todo ascenso, el elemento ácido
que emulsiona toda fórmula y la impide estacionarse. Ser inquieto es querer consagrarse a una
creencia más amplia, es tener en sí mismo una fe bastante grande para despreciar el reposo y
los fáciles éxitos y no apartarse un punto de les deberes superiores de la vocación".
Esta inquietud, fecunda y sagrada, falta en la casi totalidad de los cuadros expuestos este
año. Las audacias son tímidas y con cimientos academicistas; las escapadas al ideal no existen;
el esfuerzo técnico y el impulso ideológicos señalarían menos que la presión del dedo de un
niño en un dinamómetro.
1714
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Habíamos visto precisamente unos días antes otra Exposición harto representativa de
espíritu nacional: la de artistas franceses en Barcelona. Como la gráfica línea de un sismógrafo
las oscilaciones y sacudimientos de la tierra, aquella Exposición señalaba los altibajos de la
evolución del arte francés desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días. Asciende
en los impresionistas, desciende después y realiza otro ascenso ahora... Salíamos de las salas
de los consagrados, de los medallados, de los que ya tienen pátina de Museo y condecoraciones
que parecen florecer, como las plantas de cementerios, sobre espíritus muertos, y entrábamos
a las salas de los artistas modernos, disconformes, arbitrarios, generosos, inquietos, en fin. Y es
una alegría contagiosa la que nos invade, alegría de los colores, de los desequilibrios, de las
agresivas sorpresas, de los saltos funambulescos... Todavía esto no se ha depurado, no se ha
seleccionado; pero ya es algo que late con sangre nueva y con nuevos propósitos.
Veamos la otra falta de la luminosidad. Cuando el año anterior la Exposición Beltrán, los
bailes rusos y la Exposición Anglada entraron a torrentes la luz y la alegría sensual, imaginamos
una futura y próxima renovación en el arte de nuestros pintores. Incluso, por una vez, hubiera
sido disculpado el gregarismo por su significación de antecedente evolutivo. Pero no ha sido así.
Únicamente asoman de cuando en cuando boquetes de valencianismo, de sorollismo, mejor
dicho. Y tal vez no está lejano el momento de comprender que esta alegría del sorollismo no es
la que conviene a la vida moderna y supercivilizada de nuestros días. Se detiene en los límites
del instinto: deslumbra y no emociona.
1715
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Estos pintores de los lienzos lúgubres, donde personajes siniestros se mueven en una
atmósfera de hollín, de pus y de betún, están envenenados de literatura. Seriamente
caricaturizan los aspectos externos de los pintores de otro tiempo, y así sus cuadros hieden a
cadaverina y fermentan y se pudren del mal de sí mismos, como si los tubos de color fuesen
tubos de ensayos bacteriológicos que rompieran y extendieran sobre los lienzos.
Por contraste y desquite de tanta laceria, de tanta pobreza colorista que en un siglo
como el actual—cuando incluso las negaciones de la pintura, como el futurismo y el cubismo,
exaltan el color—se desciende a monocromías lamentables, la mirada y el pensamiento se
complacen en aquellos otros cuadros alegres, sanos y puros.
Están desprovistos de literaturismo. Vendrán a ellos los Museos en vez de venir ellos de
los Museos. Han afrontado la vida y la luz con juvenil entusiasmo, con poético idealismo, con
gallarda energía de hombres fuertes y amantes de la mujer.
Falta de inquietud, falta de luminosidad, esta Exposición persigue, con una tozudez torpe
y ficticia, el españolismo pictórico. Y si esto es ahora, en que voluntariamente se pintan
campesinos con cara de bruto, cacharros de Talavera, llanuras y capas pardas, ¿qué será en la
próxima Exposición, cuando vuelvan todos estos pensionados de la actual, obligados a pintar
más cacharros, y más paletos, y más capas pardas, y más llanuras desoladas...?
1716
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
única finalidad con pobre tentativa de una composición, sólo hallamos un retrato o un paisaje.
Estamos, indudablemente, en la tierra donde fué posible a un señor que ocupa elevado cargo
en la más importante Sociedad artística de Madrid decir: "O sobra Anglada o sobra Velázquez",
sin que se le destituyera inmediatamente. Se piensa demasiado en Velázquez y se recuerda
demasiado el éxito de Whistler con el Retrato de mi madre.
Dentro de ese concepto cabe especializar en unos cuantos artistas las diversas
significaciones de la pintura: e paisaje, el retrato, el cuadro de costumbres, la decoración.
EL PAISAJE
Vicio endémico en España es el gregarismo. Aun aquellos pintores que desdeñaran antes
el paisaje sintieron la tentación de pintarle, y también al amparo de los legítimos triunfos de los
verdaderos paisajistas surgieron otros más inferiores, más huérfanos de sensibilidad, más
impasibles reflejadores del trozo de naturaleza que elegían para copiarle. No solamente al
amparo oficial de los certámenes nacionales, sino en esta múltiple serie de exhibiciones
particulares que ahora hay en Madrid, los paisajistas acusan mayoría. Recientemente había
cinco o seis Exposiciones abiertas en diferentes saloncitos, y todas ellas de paisajes. Buenos,
pocos; interesantes, algunos; vulgares, los más, terminaban por angustiarnos un poco y por
empujarnos fuera de los saloncillos en busca de los espectáculos reales de la ciudad y de la
campiña que encintura a Madrid, embrujada ahora por la primavera en sus coqueteos
demasiado prematuros con el estío.
También hay muchos paisajes en esta Exposición. Tantos, que al hojear el catálogo se
baña en gozo el espíritu imaginando los futuros deleites contemplativos. Piensa hallar rincones
1717
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
para la meditación rincones para el éxtasis, rincones en que es grato evocar un amor o repetir
versos de un poeta favorito. Imagina también que habrá aquellos jardines humildes y
pueblerinos donde olvidar el prosaísmo cotidiano y el urbano ajetreo. Ya en el Retiro, tan
ubérrimo, tan espléndido en estos días optimistas de Junio, tan único en su acogedora armonía
de luces y sombras, de copudos árboles y verdes praderas, de policromía floreal y polifonía de
rumores gratos, sentimos flaquear nuestra esperanza. ¡Diabólica idea parece esta de celebrar la
Exposición en primavera y en el Retiro! Terrible competencia la maravilla natural del Parque
para los pedazos de Naturaleza encerrados en un marco, sujetos a un lienzo, como mariposas
en cartones de entomólogo. ¿Vale la pena de abandonar las avenidas acariciadas de sol y
arrulladas por los pájaros, para entrar a las salas angustiosas y demasiado sombrías? Y, sin
embargo, entramos dejando, como nuestro bastón, un suspiro a la puerta, que recogeremos
luego, ya libertados de tanto paisaje artificial y artificioso como este año tiene la Exposición.
Mienten los unos melancolía y reposo; se disfrazan de energía los otros, con cadmios de receta;
se ahuecan e inflan, como seres vanidosos, aquéllos, y disimulan éstos su torpeza expresiva con
audacias cegadoras de colorido.
JOAQUÍN MIR
Las tres primeras medallas concedidas este año significan una tardía reparación. Se ha
premiado antes a los artistas por su historia que por sus envíos. Han sorprendido incluso a
1718
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
muchos estas concesiones, no por injustas, ya que harto legítimas son, sino porque se
imaginaban desde hace tiempo poseedores de ellas a Mir, a Hermoso, a Zubíaurre, por tanto
como las merecieron.
A los artistas españoles se les hace esperar demasiado la gloria y el dinero. Muchos de
ellos no podrán leer sin lágrimas en los ojos, sin hallar dentro de sí un eco de semejanza, estas
palabras del poeta inglés:
"Cuando seamos ricos tendremos magníficos espejos para mirarnos el rostro rugoso; nos
sobrarán manjares exquisitos y nos faltarán los dientes, y en el lecho de ébano y marfil,
hábilmente tallado por primorosos artífices, no haremos más que dormir... si es que dormimos."
Las riquezas inútiles, los honores tardíos, el amor que no quiso llegar a tiempo...
Factores de esta desigualdad entre los artistas positivamente tales y los mercaderes del
Arte, son cierta clase de crítica, el Estado y el público. Lejos de esos factores van los que serán
ídolos mañana arrastrando su vida y desafiando los ataques de la vulgaridad, ó, lo que es peor,
la indiferencia de la mala fe.
A esta clase de artistas, á quienes España desconoció mucho tiempo, pertenece Joaquín
Mir. Aun ahora que tiene la sanción oficial y que presenta cuadros, donde seguramente hubo de
violentar su temperamento, Joaquín Mir es un enigma para la sensibilidad de las gentes.
Tuvo la altivez de su arte excelso. Nadie como él ha sabido interpretar las más audaces,
las menos asequibles fantasías lumínicas. Era el color en sus manos como un tesoro inagotable.
Primero la costa catalana, luego la tierra mallorquina, ha ido pasando por sus cuadros en un
desfile rutilante y armonioso.
1719
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
„Nombres de ensueño tenían estos cuadros: Rincón del encanto, El Torrente del suspiro,
Cueva fúnebre, Cueva de la leyenda, Cala dorada... No se podrían hallar otros, y, sin embargo,
abrían tales sendas de emoción, nos hiperestesiaban de tal modo, que eran lo que el soñador
nos decía y mil cosas más aún. El color nos cantaba dentro
del corazón y nos brincaba ante los ojos, cegándoles para todo lo que no fuera la visual
música de los lienzos divinos.
Y entonces, precisamente por esos cuadros, se habló de la locura del gran paisajista.
Mallorca lo había enloquecido. ¿Verdad que parece un hermoso cuento de otro siglo menos
positivista? Un pintor que enloquece cuando la excelsitud de su arte se encuentra frente a la
excelsitud de la Naturaleza. Claro es que esta locura nada tenía que ver con las otras que llenan
de seres extraños los manicomios. Más íntima, más despojada de materialismo que ninguna
otra, era la del enfermo de soñar el color y pintarlo soñado, no visto; porque, un hombre
normal, equilibrado—con este equilibrio embrutecedor y vulgarizador de los seres
acomodaticios—no puede ajustar su visión a la visión de Joaquín Mir."
Nada podríamos rectificar de tan legítima alabanza. Y, sin embargo, ante sus envíos de
este año, cuando más se han extasiado cierta crítica y el público aleccionado por ella, y cuando
le llega al fin la sanción oficial por medio del fallo de un Jurado donde hay algunas de las
gloriosas reputaciones de nuestra época, nosotros hablamos de tardía recompensa.
Porque este Aguas de Maqueda (sic), que es el más bello, el más afirmativo en la
perfección técnica y en el impulso idealista de sus tres cuadros últimos, no nos hace olvidar las
obras anteriores, ni las mejores. No obstante, aun en las Aguas de Maqueda (sic) se ha
refugiado el primer paisajista español. Busquémosle allí entre su euritmia de grises, azules y
verdes.
1720
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SANTIAGO RUSIÑOL
Fué en la suave fragancia de la tarde clara de Junio. Detrás de los dos amigos se
cerraron las puertas de la Exposición. El silencio esperaba entonces en las salas, cálidas todavía
por el vaho de la multitud, a su amada la sombra. Los cuadros reposarían libres de las miradas
indiferentes, de las miradas extáticas que tanto desean, y de las miradas de profesional que
tanto temen.
Era en la hora quieta y cariciosa del crepúsculo en que la noche se anuncia como un
bienestar y que hay una sonora exaltación de ecos en los seres, en las cosas y en el paisaje. Así
como la luz se dulcifica y apacigua, el aire parece temblar sintiendo en él vuelos invisibles y
sobrenaturales. Instintivamente se busca el recuerdo dulce, la grata evocación, para sobre
ellos, como la cabeza de un niño sobre el maternal regazo, inclinar nuestro pensamiento y
hacerle bueno y purificarle de cordialidad.
—Bien. Siempre bien; siempre igual, siempre permanente en sus simetrías externas y en
sus melancolías internas que no sabemos aún si debemos considerar al revés: es decir,
demasiada simetría interior y demasiado externas, en el lienzo y en los colores únicamente, sus
melancolías.
—Eres injusto, amigo mío. ¿Por qué esta fatiga de la gratitud y del encantamiento que
gustosamente nos ofrecimos ayer? ¡A Rusiñol le debemos tanta emoción, tanta íntima
complacencia!
—No lo niego. Fué el revelador de nuestro paisaje. Nos enseñó a despreciar las frialdades
fotográficas, los vulgares momentos de naturaleza, las inexpresivas elecciones de los que
pintaban carreteras con burros, rincones propicios para los pescadores de caña y lugares para
deleite de jamonas sensibles que lloraban leyendo a Campoamor. Llevó además al otro lado de
nuestra tierra la gloria floreal nacida de esta tierra...
— ¿Entonces?
1721
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
—Pero estas arquitecturas vegetales, estos silencios morados, estas tapias azules, estos
cipreses melancólicos, y estos musgosos tazones de piedra de las fuentes románticas los hemos
visto demasiadas veces. Hablaba antes de la gratitud por la emoción pretérita. Bien. La siento,
la conservo en lo más profundo del corazón. Allí queda. Pero los ojos solicitan visiones nuevas,
el propio espíritu busca sediento las inéditas bellezas. ¡Es tan corta la vida para acortarla más
aún en límites demasiado exiguos!
-Yo en cambio, amigo mío, deseara consagrarla a un solo amor de mujer, a una sola
amistad de hombre, a un solo empeño de trabajo para que sea fecundo, a una sola exaltación
espiritual para sentirla hasta lo más profundo de su esencia... Pero aunque así no fuera,
.aunque yo participase de esta necesidad renovadora que te consume y te obliga a desdeñar
hoy lo que ayer te deleitó, yo no me atrevería nunca a exigirle a un artista la rectificación de su
credo estético.
—De su credo estético, no; pero eso no impedirá la elección de nuevos asuntos, el
hallazgo de lugares desconocidos, la interpretación de momentos diferentes. Han pasado
quince, veinte, veinticinco, treinta años. Y sin embargo, he aquí el mismo jardín de entonces...
—Tan admirable como entonces, tan elevado de finalidad sentimental, tan bello de color,
tan sugeridor de melancolía como entonces. Llegarías en tu intransigencia a borrar las
personalidades artísticas. ¿Acaso hoy no ves aislado un Corot y en seguida lo conoces por cómo
está envuelto en la atmósfera especial de los Corot? ¿Podrías confundir un Turner con un
Claudio de Lorena? Si no fuera por esta permanencia del ideal estético y de la factura técnica
incluso de los asuntos y lugares, ¿sabrías distinguir un Monet de un Rousseau? Además, piensa
en cómo Santiago Rusiñol ha ido figurando en tantas Exposiciones y con tantas tendencias
distintas y cómo sus cuadros han sabido conservar este aire melancólico y afectuoso de los
seres-superiores; esta melancolía que al cabo de los años se le ha ido infiltrando a él como un
dulce veneno y que comprenderías viéndole al maestro lejos de sus amigos jaraneros, de la
simpática camaradería y Ios noctámbulos holgorios, sentado en su sillita de campo frente a
frente de la Naturaleza, mordiscando el puro que le llena de lunarcitos morenos las barbas
blancas y trazando con el pincel que sostiene la mano de dedos engarabitados, estos cipreses
románticos, estos tazones musgosos donde el agua canta, estos patios azules que prolongan el
cielo hasta la tierra...
1722
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OTROS PAISAJISTAS
Son bien diferentes de asunto y de factura sus dos cuadros de esta Exposición. Acaso
prefiramos El Castaño por esa feérica y sin embargo realista sensación de las lejanías
auriverdes, como un tapiz soñado, vigorosamente recortadas en hábil contraste de luces por el
enmarcado de los primeros términos. Pero también este otro cuadro Costas gallegas, tan
decorativo, de los pinos recortándose sobre el cielo claro y sereno, mientras en lo hondo se
desdobla tranquilamente el mar en ondas de nácar y de plata, es con su delicadeza, con la
sutilidad de japonesa estampa que tiene, un encanto de armónica y sugestiva belleza.
Su cuadro Bellas Vistas está construido con arreglo al concepto realista que tiene
Verdugo Landi de la pintura. Amplifica, además, una visión y un procedimiento. En el cuadro, el
marinista y el paisajista se completan con el vigor de los primeros términos y la suavidad y
tersura finísima de los últimos.
Así, este cuadro Bellas Vistas es superior al Sol dé la tarde, presentado en la Nacional de
1915, y Sol de la tarde mejoraba el recuerdo de sus obras anteriores. Porque estando animado
1723
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
el arte de Verdugo por la misma fuerza emotiva, la expresión es más elocuente y el resultado
más feliz. Hay en la vigorosa bravura de las rocas, en las sutilísimas transparencias del cielo, en
la profunda densidad de las aguas donde la luz se extiende con sobrias refulgencias, un sentido
exacto de calidades y armonías.
Se piensa en el temperamento andaluz del pintor, enamorado del color y del ritmo, pero
siempre dentro de un credo realista. Capaz de comprender todos los refinamientos artísticos,
pero prefiriendo cristalizar su arte en la frescura de una copia popular y de dar a sus cuadros
esa simpática mezcla de sentimental languidez y de frondosidad imaginativa que caracteriza el
alma encantadora de Andalucía.
Ha trabajado, además, la materia con mucha valentía. Tanto los peñascos como el agua
densa y profunda donde espejean las ocrosas siluetas, están conseguidos con hábiles gruesos
de color y experto manejo de la espátula.
Viver Aymerich expone dos paisajes admirables dentro de esa nota grave y de sonoras
ondulaciones peculiar del notable pintor catalán. Prefiero Inquietud a Melancolía. Claro es que
siempre con una relatividad entre dos verdades absolutas. Inquietud es un paisaje de severa y
grandiosa concepción, de aciertos que tienen extraordinaria rotundez. Melancolía es blando,
reposado, envuelto en una sutil nostalgia muy conmovedora.
Raurich, que presenta una formidable Naturaleza muerta que ilumina toda la sala donde
está colocada y que podría ser el punto de partida de una larga serie de consideraciones
estéticas, expone junto á ella un paisaje, ya conocido del Salón del Círculo, y en realidad poco
representativo de! arte viril, imponente, del gran pintor. Martínez Vázquez ocupa todo un lienzo
de pared con su cuadro La Majada. Se resiente esta obra de teatralidad, de énfasis, y sobre
todo de impersonalismo. Para pintar como Muñoz Degrain. hay que ser Muñoz Degrain. Véanse
coma ejemplo de ella otros dos cuadros titulados Mallorca y Astillero en la bahía, que firma la
señorita Flora Castrillo. Así pinta Muñoz Degrain.
1724
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
exceden con mucho a la íntima, a la cordial expresión de un espíritu que deben tener los
paisajes. Y es doblemente triste que así sea, porque; en apariencia da la razón al draconiano e
intolerable artículo del flamante Reglamento donde se les niega derecho al premio a los
pensionados de Roma. Ese capítulo debe desaparecer por absurdo; pero, aunque no existiera,
por esta vez el Sr. Murillo no habría obtenido recompensa. Deben citarse además con elogio el
admirable lienzo Turbonada de Larraga y las obras de Garcia Lesmes, Galvey, Corral, Pla – cuyo
pequeño paisaje Aragon es muy interesante y muy característico- Pinto, Gómez Alarcon, Fúster-
joven mallorquín que da una nota audaz y modernísima Florensa, Vera y Penzol. (…)
CRISTÓBAL RUIZ
Contra La Cancha, de Cristóbal Ruiz, y contra la medalla que muy justamente le fué
concedida se desataron ignorantes cóleras e impotencias profesionales. Y, sin embargo, en
Cristóbal Ruiz hay que saludar la aparición de un artista personalísimo, destacado ya, a quien le
esperan muchos triunfos. Trae, con su pintura simple, armoniosa y candida una visión nueva de
la pintura. Nueva en España, naturalmente, donde todo sorprende en sus retrasadas
apariciones.
Pero la gente se indignó desde el primer momento contra este cuadro, que discutieron y
que indignó a los filisteos. Por su título, que está equivocado en el catálogo, y por su técnica,
que está acertada en el lienzo.
¿No era lógico haber imaginado que el autor tituló á su obra La Cancha, porque así se
llaman los espacios de monte talado y desbrozado, y en una cancha situó Cristóbal Ruiz estas
figuras encantadoras de la madre con su hijo en brazos y de la niña en gentil apostura
1725
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
recostándose sobre una diáfana delicia de curvas lejanas, claras y armoniosas? Demostrada
queda la equivocación.
Tratemos ahora de explicar el acierto. La Cancha me parece uno de los cuatro o cinco
lienzos excepcionales de este Certamen. Situado en la sala generosa, simpática y renovadora de
los modernos, es como un rompimiento glorioso en la parda y sombría tonalidad general de
nuestro arte y de nuestra Exposición. Aquieta el ánimo con el reposo de armoniosas claridades
en que está concebido y resuelto. Las líneas son graciosas y ondulantes. — ¡Oh, este pino
magnífico, tan rico de motivo ornamental, el colorido suave y de tonos plácidos, la idea matriz
ungida de bondad sencilla y fecundidad casta!
Pensamos en aquellas nobles palabras de Paul de Saint-Victor ante una pintura de Puvis
de Chavannes: "Pintura más musical que plástica y que habla menos a los ojos que al espíritu;
la indecisión del dibujo, lo vago del color están en armonía con el asunto."
Todo está resuelto en La Cancha sin esfuerzo y sin preocupación. Surgen espontáneos,
frescos, cantarines, el conjunto y los detalles. Frente a las torturas y pesimismos y
pseudoclasicismos casticistas que tanto abundan en esta Exposición, La Cancha sonríe con esa
admirable figura de madre que ha subido a un espacio libre de un monte para desde allí otear
el porvenir de la pintura española contemporánea.
Y en ese porvenir, fíjate bien, filisteo amigo, tiene ya señalado Cristóbal Ruiz uno de los
primeros puestos. (…)
1726
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
He aquí estas palabras: "Por sí mismos, y aparte de su empleo limitado, los colores
tienen un sentido. Una gama de colores que no figure ningún objeto real, puede ser rica o
débil, elegante o pesada. Nuestra impresión varía con la forma de unirles; esta unión tiene, por
lo tanto, una expresión peculiar. Un cuadro es una superficie coloreada en la cual los diversos
grados de luz hacen figuras, telas, arquitecturas, lo cual significa una propiedad ulterior que no
les impide la cualidad primitiva de tener toda su importancia y todos sus derechos. Así, pues, el
valor propio del color es enorme. Este elemento es á las figuras lo que el acompañamiento es al
canto. Mejor aún; porque a veces él es el canto y las figuras son su acompañamiento. De
accesorio se transforma en principal."
Recordemos Los ojos de la noche y Flores débiles, ya que para nosotros han significado
la revelación de Guido Caprotty. Luego hemos visto toda su obra reciente y realizada bajo el
cielo español y en españolas ciudades viejas de Castilla.
Flores débiles era una nota suave, de grises, de violetas, de verdes tenues. Representaba
una madre sosteniendo en los brazos a su hijo. (…) cuadros bien característicamente italianos
de la penúltima época, de antes de las locuras y extravagancias futuristas y dinamistas.
Sin embargo, Los ojos de la noche era muy superior en concepto, en ejecución y en
resultado. Era este cuadro del título felizmente encontrado un esfuerzo que no suele repetirse
en nuestra pintura. Los ojos de la noche son los faroles de unos serenos de la arcaica Avila. (…)
1727
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
normas estéticas que les señalan, primero esa magna revolución del impresionismo francés;
luego, las Exposiciones Internacionales de Venecia. (…)
LA TENDENCIA LAMENTABLE
(…) Dícese, como disculpa de ciertas pinturas desagradables, que el arte ennoblece
cuanto toca. Por el conjuro de sus pinceles perdonamos a ciertos pintores del siglo XVII la
complacencia en lacerias, podredumbres y miserias. Pero, ¿qué diríamos si a la morbosa
elección de asuntos desagradables se uniese la materia empleada en hacerlas resaltar?
Los mismos futuristas y cubistas, en su iconoclastismo que ataca a todos los principios
estéticos, han conservado la estridencia del color. Sus carmines rutilantes, sus fanfarrones
verdes veronés, sus azules de un cobalto cegador, sus cadmios inflamados, excitan la mirada y
el pensamiento. Pero, ¿qué fin se proponen con esta resurrección de la leyenda bituminosa, de
los grotescos chafarrinones, del hollín desleído en agua y del pus y de la lepra elevados a
categoría de pintura medallable?
Pero ni eso siquiera. Significan un artificio vulgar y pobre, y, sobre todo, facilísimo, tan
facilísimo, que, en la Exposición próxima, los veremos de nuevo aumentados y reproducidos en
imitadores más lamentables aún.
Es la "España negra", nos dicen los que se obstinan en considerar como una norma
intelectual y artística las charlatanerías estériles de los jóvenes pesimistas del año 1898. Y en
estas parodias planas, externas, del Greco, y en estos falsos goyismos de guardarropía, se
detienen y suspiran y ponen los ojos en blanco...
Y han sido precisamente los pintores que mejor dominan el arte y que tienen más fe en
la luz y en las bellas cosas que hacen amable la vida, los que han considerado plausibles, como
técnica y como tendencia, lo de un mentir rotundo a las leyes respectivas.
¿Habrá sido inútil aquella entrada triunfal en la pintura moderna del impresionismo
francés, del prerrafaelismo inglés, del sorollísmo español y del secesionismo alemán?
1728
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
las pretéritas disipaciones; la otra, joven, entusiasta, confiada en los ideales nuevos y lanzada,
por fin, a las rutas de la libertad.
Tengamos el sagrado egoísmo de elegir la segunda, y, como los hombres de otros siglos
más viriles — más prósperos también—, volvamos las espaldas a la sombra, donde agonizan los
débiles, los inútiles y los misóginos, para avanzar, rostro al sol, con una canción en los labios y
una cintura de mujer asida con el brazo, capaz, además, de labrar la tierra, de empuñar un
arma y de escribir una estrofa. (…)
Se declaró desierta una primera medalla. Y, sin embargo, esa primera medalla se hubiera
concedido a no existir ese intolerable artículo del Reglamento referente a los pensionados de
Roma.
Se titulaba Humanidad, y era un grupo modelado por José Bueno como último envío de
su pensión en Roma. (...)
VI.-LAS RECOMPENSAS
(…)
PINTURA
Medallas de primera clase a los Sres. D. Joaquín Mir, D. Eugenio Hermoso Martínez y D.
Valentín Zubiaurre; de segunda, a los señores D. Nicanor Piñole, D. Ricardo Urgell y Carreras y
D. Jesús Corredoyra; y de tercera, a los Sres. D. Juan Luis López, D. Gustavo de Maetzu, D.
Aurelio García Lesmes, D. José Gutiérrez Solana, don Rigoberto Soler, D. Ángel Laroque
Echevarría, D. Cristóbal Ruiz y D. Julio García Condoy.
(…)Un grupo de artistas eligieron el cuadro que les pareció peor y más absurdo de
cuantos había en la Estufa de Cristal, y le votaron para la más alta recompensa.
1729
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No más que una graciosa pirueta artística. Si algún defecto tuvo, fué el de ser inofensiva
para un Reglamento intolerable.
Desde que se otorgó, con toda legitimidad y toda justicia, la medalla de honor a Ignacio
Pinazo, diríase que todas las reformas del Reglamento han tenido por único objeto impedir sea
lograda la altísima recompensa por más artistas de los que ya la poseen, votada, en honor a la
verdad, con Reglamentos flojos, acomodaticios, y en condiciones, si bien honrosas, muy fáciles
de conseguir.
Fué una derrota gloriosa. Comparada aquella votación en condiciones durísimas, en una
casi absoluta imposibilidad de obtener la recompensa, con las votaciones anteriores, se
comprendía que la medalla de honor pertenecía con un derecho indiscutible al distinguido
escultor. Pero fué derrota al fin.
Y derrota seria. Como habría sido la de Joaquín Mir este año a no tener un grupo de
artistas la inocente idea de protestar con una pirueta. De este modo no puede quedar duda
alguna respecto del resultado. Es decir: el gran paisajista catalán no ha obtenido la medalla de
honor; pero es porque tampoco la habría obtenido con la votación hecha seriamente, y, en
cambio, entonces hubiese parecido una derrota lo que así, en broma, no lo ha sido.
Nadie, ní aun el muchacho elegido para ser votado con toda legalidad y todo derecho
respetable de los expositores, puede quejarse de ello.
Pero, menos que nadie, los que no conceden nunca al arte la necesaria importancia y se
indignan cuando un grupo de artistas se conforman en sepultar con risas los artículos
esteticidas de un Reglamento que pudo ser bueno si los jóvenes maestros consultados para su
redacción y composición hubieran sabido mostrarse independientes y rebeldes en el momento
oportuno de la reunión del Círculo de Bellas Artes.
1730
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En el café de Pombo (Madrid) se celebra un banquete en honor del pintor español Pablo
Picasso, que ha venido á España para asistir al estreno de su obra cubista Parade, por la
Compañía de los Bailes Rusos.
JULIO
MEMORANDA
AGOSTO
LA EXPOSICIÓN DE GRANADA
1731
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
SEPTIEMBRE
Agitó en los cinco últimos días de Agosto y durante todo el mes de Septiembre a Galicia
el noble espectáculo de belleza que la Coruña le ofrecía. Este espectáculo era el de la
Exposición de Arte Regional, inaugurada con toda solemnidad, y en torno de la cual se
celebraron fiestas artísticas, conciertos y conferencias, y la concedió la Prensa gallega aquel
honroso reclamo que ha escaseado fuera de la región, sin duda porque hay demasiadas
corridas de toros en otras partes.
Pocas veces hemos presenciado tan feliz logro de una tan laudable iniciativa. En Madrid
no se ha conseguido hasta ahora instalar, de igual manera, un conjunto de obras para que
puedan ser contempladas y juzgadas en toda su integridad. Desde la luz natural que, excepto el
absurdo palacete del Retiro tiene—y eso en condiciones lamentables—hasta la necesaria calma
de los espacios entre cuadro y cuadro, con más la experta combinación de temas y gamas para
1732
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Simbólica expresión del amor que Coruña siente por toda manifestación de cultura y de
idealismo, la Exposición de Arte Gallego ha inaugurado el nuevo Palacio municipal. Antes que
los concejales, han entrado allí los artistas. Antes que las discusiones de presupuestos, se oyó
hablar allí del ensueño y de la belleza. Por los pasillos, que luego presenciarán el ajetreo de los
individuos frecuentadores de esta clase de edificios, iban y venían los pintores, los escultores y
las damas elegantes de la aristocracia coruñesa: estas damas gentiles, morenas, de grandes
ojos negros, de ademanes graciosos y rítmicos.
El cartel de Carlos Sobrino, donde no faltan el románico ábside y el típico crucero, tan
característicos, ya nos salió al encuentro, antes de hallarle en la portada del lujoso catálogo, en
nuestra gustosa peregrinación por las tierras gallegas. Circulaban de mano en mano, y han ido
por los correos de España y de América, las tarjetas postales que reproducen las obras
expuestas en el Palacio municipal.
¡Momento inolvidable y conmovedor, que sacudía y aventaba las más ocultas floraciones
de nuestra alma, que halló el emocional estremecimiento en lo recóndito e impoluto de nuestra
1733
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
sensibilidad! Pocas músicas regionales poseen la riqueza melódica que los cantos populares
gallegos. Ratifican la enorme sensación estética que antes la literatura y ahora la pintura, y
siempre el paisaje y las costumbres de Galicia, causan a todo espíritu, por secas que tenga las
fuentes de su sentimiento.
Finalmente, nos fué dado presenciar, a los que asistimos a la inauguración del Certamen
de Arte Regional, una grata escena muy representativa.
En torno de la condesa de Pardo Bazán se agruparon los mozos de las cantigas bellas y
los bellos trajes. Por entre las humanas figuras se asomaban las otras pintadas del cuadro de
Sotomayor‖ Celebrando la fiesta‖.
Pensad por un instante lo que tal escena significaba en su simpática fusión de la pintura,
de la literatura y de la música gallegas, y comprenderéis que el optimismo de propios y
extraños, frente al Certamen de la Coruña, se asienta en muy sólidos principios.
A la Exposición de Arte Gallego concurrieron más de cincuenta artistas, con muy cerca de
trescientas obras de pintura, escultura, grabado, caricatura e industrias artísticas.
Con muy excelente acuerdo, la Comisión organizadora, compuesta por los pintores
Alvarez de Sotomayor, Lloréns y Seijo Rubio y el arquitecto Palacios, tuvo un criterio amplio y
benévolo en la admisión de cuadros, dibujos y esculturas. Nadie resultó perjudicado con ello, y
sí, en cambio, pudieron la crítica y el público apreciar hasta qué punto el arte gallego se
encuentra bien definido y capacitado para señalar un ciclo en la historia del arte español
contemporáneo. (…)
Queremos recoger dos de ellos. El consejo a los arquitectos gallegos para que
conservaran la tradición románica en los edificios civiles y religiosos, y la poética alusión al
anhelo estético que muestra actualmente Galicia. (…)
1734
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Intenté corresponder a este honor con una crítica fervorosa y sincera de lo que para mí
significaba el espléndido conjunto de pintores y escultores que habían logrado reunirse en los
salones del Ayuntamiento. He aquí el texto íntegro de aquella conferencia pronunciada en el día
30 de Agosto de 1917, en la Coruña:
LA RUTA APASIONADA
Debo, ante todo, confesarme del grave pero deleitoso pecado de la flaqueza de ánimo
que me entregó indefenso a la benévola solicitud de unos cuantos amigos y al amor que
siempre tuve a Galicia, cerebral, primero, este amor se ha infiltrado hoy hasta las más
profundas fuentes de sentimiento.
Ni supe resistir a lo que pedía la amistad ajena ni a lo que deseaba el propio entusiasmo.
Porque tal vez no sea este momento el más propicio para salir airoso del empeño,
cuando una breve época de descanso me acostumbró a la holganza y cuando esta renovación
espiritual que en mí habrá de realizar vuestra tierra de prodigio y emoción, está demasiado en
presente, sin que se haya cumplido aún la necesaria valoración de sensaciones y la oportuna
perspectiva de términos.
Embriagado por los múltiples y repentinos espectáculos, llego ante vosotros como si esta
embriaguez fuera, además, un deslumbramiento; ciego de belleza tactearé (sic) en las ideas y
en los conceptos; me veréis vacilar, un poco desorientado, otro poco intimidado, por los
peligros que imagino invencibles, ya que esta conferencia—como vosotros la llamáis—o más
bien, confidencia—como yo quisiera nombrarla—ha sido improvisada por la exigencia
halagadora de amigos a quienes nada puede negarse y que, ofuscados por el legítimo orgullo
del éxito de esta Exposición, creyeron que podrían significar algo unas palabras humildes y
fervorosas junto a la elocuencia polifónica y armoniosa de vuestro arte, aquí expresado en un
conjunto feliz.
1735
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El conocimiento de Galicia por las propias miradas y por las íntimas convulsiones
espirituales ha respondido plenamente a lo que vuestros escritores y vuestros pintores me
habían enseñado, Al respirar bajo el suelo fecundador de la varia e ilimitada belleza de Galicia,
se movía el cuerpo dentro de los mismos ambientes en que se movió la imaginación.
Cómo una ratificación, la naturaleza ofrecía sus campos y sus mares y sus ciudades viejas
y sus aldeas recónditas y sus pazos altivos, con más las figuras características que en ellos se
agitan, después de haberlas ofrecido una literatura y un arte tan vigorosamente definidos que
son capaces de definir a su vez.
Ignoro si será achaque de hombre que eligió como muy grata la convivencia con artistas;
pero, frente a los espectáculos naturales, se me ocurría compararlas con cuadros y dibujos ya
conocidos y siempre presentes en la memoria.
Veía uno de estos valles de égloga, con su inmarchitable verdor o recibía el suave regalo
azul de las anchas extensiones marinas y evocaba los lienzos de Llorens, por ejemplo. Hallaba
en los senderos erizados de zarzamoras las campesinas de las gayas vestiduras y de los puros
rostros de medalla y me parecía reencontrarlas porque los cuadros de Sotomayor me
familiarizaron con ellas. Se me tendía una mano implorante y rugosa con seniles temblores y en
el mendigo de esta mano veía de nuevo los viejos ciegos de Castelao, recostándose sobre los
fondos de piedra leprada por la humedad en la arcaica Compostela, o de las vías dulces
acariciadas por las tardes lánguidas en la Pontevedra que encintura un país de magia.
Me acometía con la mansa tristeza de la lluvia, con el desmayo lánguido de las cantigas y
con la envolvente exaltación mística refugiada en los románicos templos que cobijan aldeas de
agrícolas y pescadores, la melancolía. Y era una melancolía renacida, rebrotada en los cóncavos
huertos interiores de mi alma. Melancolía que me sugirieron los lienzos de Corredoira, el galán
de la esquelética guadañadora, con sus pálidos rostros consumidos por un fuego encenizado;
pero, sobre todo, los cuadros de Juan Luis, adolescente príncipe del ensueño, enamorado de
unas nenas que serían de romance pastoril o de piadoso idilio si no vivieran una vida efectiva y
coetánea, en esta Galicia que desposó para siempre el ideal.
1736
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
!a fruta, como un símbolo de la plena reintegración del hombre con la naturaleza, capaz de
redimirle de todos los artificios y falsedades civilizadoras.
En las playas tranquilas de finísima arena, o en las otras bravas de las rocas asaltadas
por cresterías de espuma y mantos esmeraldinos de agua; en las aldeas recónditas con sus
chatos emparrados de pétreos postes, sus caballeiras sombrías, sus cruceros típicos, sus
corredoras perfumadas de madreselva y estremecidas por el chirrido de la carreta que arrastran
los enanos bueyes rubios de la cornamenta de lira y aguijonados por una rapaza de rojo
zagalejo, trenzas prietas y desnudos píes; en las romerías con su mesa pantagruélica de los
abades que parecen escapados de las páginas de Juan Ruiz, el jocundo arcipreste, con sus
"aturuxus" enamorados del surco de los cohetes y de las bombas, estas bombas gallegas que
detonan con un estampido seco y rotundo; en los desfiles lentos de los pescadores que
sostienen las redes como si llevaran muerta una serpiente colosal o cumplieran un arcaico rito,
cuando se dirigen a sus motoras durante los vésperos para pescar sardinas "a la oscurada",
en los enormes acantilados que contemplan el río por tierras de Orense, el río corajudo,
indómito, que surcan las planas gamelas o esas otras embarcaciones humildes que recuerdan
dos aldeanos zuecos unidos por un tablón; en las ciudades dormidas secularmente con sus
palacios y sus templos que la lluvia ha ido patinando de igual modo que la fe en las conciencias
acurrucadas a su sombra nobiliaria y piadosa.
LA TRINIDAD GLORIOSA
Pero de estas peregrinaciones el viajero conserva dos recuerdos que, pasado el tiempo,
le acunarán el pensamiento y le renovarán la melancolía con todo aquel poder evocativo que
tenían antes las flores aplastadas entre las hojas del libro favorito.
Estos dos recuerdos son las visitas a las tumbas de Concepción Arenal y de Rosalía de
Castro. Yace la una, en Vigo; en Santiago, la otra. El viajero, que tal vez es un poco escéptico,
hizo esfuerzos por recordar cristianas palabras que le enseñó su madre y luego la mocedad se
llevó. No recordándolas, comenzó un silencio apasionado que le estremecía todo su ser, que le
inmaterializaba, que le desligaba del momento presente. Y entonces recordó frases de
Concepción Arenal, la fuerte; estrofas de Rosalía, la dulce.
1737
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y cómo son también simbólicos los lugares donde yacen dos de las "tres mujeres
gloriosas de Galicia.
Que los espíritus de estas dos mujeres acudan a mí, ahora que comienza lo más difícil del
gustoso empeño. Y también la obra, tan vasta, de la otra mujer que completa la trinidad
gloriosa.
Antes que los cuadros de vuestros artistas conocimos nosotros y reconocisteis vosotros a
Galicia en sus libros. Yo sé deciros, y me complazco en repetirlo públicamente y en tal oportuno
instante, que nadie, nadie, me ha dado literariamente la interpretación exacta del alma y del
paisaje galicianos como Emilia Pardo Bazán. Detrás de ella bien pudo venir este grupo de
ilustres escritores que comienza en Valle Inclán. Pero la culminación del género sigue estando
en las páginas imperecederas de Los Pazos de Ulloa, La Madre Naturaleza, Pascual López,
Bucólica, Morriña, La Quimera, Finafrol y la enorme serie de cuentos insuperables donde los
consagrados a Marineda ocupan los primeros lugares.
Además hay otro aspecto en la obra de la condesa de Pardo Bazán que exige sea citado
aquí su nombre y colocados nuestros pobres comentarios bajo su amparo: la critica de arte.
1738
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No es, por lo tanto, José Francés el escritor nacido fuera de Galicia, quien va a hablar de
los artistas gallegos; es Silvio Lago, el pintor que uno de los más grandes novelistas de Europa
hizo nacer en Galicia.
Se antetitula como segunda esta Exposición de Arte Gallego. Se indica con ello una
continuación más bien que un comienzo, y sin embargo, pugna con el criterio permanente y un
poco erróneo de que Galicia no tiene artistas.
Si esta es la segunda Exposición de Arte Gallego, ¿cuál fué la primera? ¿Alguna de las
anteriores de la Coruña o de Santiago? ¿La de Madrid el año de 1912? En aquéllas tengo
entendido que alternaron con los artistas gallegos otros de distintas regiones. En la de Madrid,
no.
Fué exclusivamente gallega y, al lado de las obras de los jóvenes con legítimas
impaciencias y de los que ya había consagrado un éxito no menos legítimo, figuraban los que
como Avendaño, Navarro y Souto, anteriores a la renovación actual, o como Vaamonde, que
subió a la barca terrible de los viajes sin retorno cuando sus pinceles y sus frágiles barras de
pastel comenzaban a pasar de un arte intranscendente y gracioso a otro de mayor reciedumbre
y más ligado trabazón con la raza.
Sorprendió la Exposición gallega del año 1912 en Madrid como una revelación súbita de
lo que ahora ratifica la de 1917, que a su vez sorprende y entusiasma.
Durante ese breve espacio de tiempo se han concretado, se han unificado las diferentes
tendencias, las aisladas personalidades, hasta conseguir que se hable no de una escuela
gallega, porque siempre lo que se tuvo por escuelas en pintura termina en gregarismo,
amaneramiento, sumisión a normas fijas, sentidas o no por el que las sigue, y camino fatal que
1739
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
empieza en la copia para finar en una decadencia estéril. No de una escuela gallega, sino de
una pintura gallega que se basa en el natural visto a través de diferentes temperamentos o
como un producto del ambiente, según las dos definiciones de Zola y de Taine. O, también,
arincada en el pasado con arreglo a una tradición más psicológica que pictórica.
Hubo una época, muy reciente aún, en que se imaginaba que era preciso haber nacido
en Valencia para ser pintor y en que el sorollismo se consideraba como un Jordán del arte
donde bastaba sumergirse para entrar en una ortodoxia estética indiscutible, so pena de
sacrilegio.
Estos mismos, Fernando Alvarez de Sotomayor y Francisco Llorens, que hoy afirman con
sus obras y con sus esfuerzos de organizadores la expresión potente de una pintura gallega,
discípulos fueron de Sorolla. Incluso Jesús Corredoira, cuya trayectoria espiritual y cuya
obsesión técnica están de tal modo separadas del luminismo ingenuo del maestro valenciano,
ha pintado lienzos donde el color se supedita con esclavitud absoluta a la luz dentro del
concepto intranscendental sorollista.
Como en otros senderos de la sensibilidad y de la belleza, la verdad llega del Norte. Son
los hombres rectos de los montes austeros, de los valles fecundos, de los mares tumultuosos,
los que imponen su voz y su arte.
Bien estuvo Sorolla en su elevado sitial de precursor. Bien lo está Zuloaga en el suyo, no
menos alto y al mismo tiempo más consciente, más repleto de revelación ideológica, más
señalador de las reintegraciones a la ubérrima floración de motivos sentimentales y cromáticos
por donde ahora los modernos pintores españoles se aventuran y se encuentran a ellos
mismos.
1740
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Si Joaquín Sorolla derribó para siempre la absurda pintura de historia y empujó los
artistas hacia la vida real y cotidiana y, lo que es más importante, hacia la luz, no quiso, no
pudo o no supo pasar de ahí. Había de ser Anglada. Camarasa el que orquestase, el que
armonizase en rutilantes magnificencias este luminismo, y había de ser, sobre todo, Zuloaga el
que libertara a su vez la pintura española de aquel otro periodo de vulgaridad naturalista o
sensiblerías melodramáticas en que cayó de bruces por huir del Cuadro de historia y hallarse
deslumbrado de sorollismo.
A partir de Ignacio Zuloaga, los pintores se desparramaron por España. Esta varia
policromía de tipos y paisajes que tiene nuestra nación, empieza a asomarse a los certámenes
oficiales. Primero Castilla y Andalucía, luego Vasconia, ahora Galicia.
Tal vez a estas cuatro regiones—con los aciertos aislados, naturalmente, de tal o cual
pintor nacido fuera de ellas que significa una excepción en un conjunto inexpresivo—se deba el
verdadero renacimiento de la pintura actual.
Y, desde luego, los que mejor definen su orientación, los que se manifiestan con mayor
número de personalidades independientes, pero unidas por común raigambre emocional y
técnica, son los vascos y los gallegos. Los hombres del Norte, en fin, que traen, con un sentido
inédito de los ritmos en la forma y de los tonos en el color, un sentido grave, profundo,
serenamente filosófico de la vida.
EL PELIGRO FUTURO
No creáis que esto es una adulación ocasional. Prueba de ello es que, inmediata al
elogio, os anticipo una censura. Antes de seguir adelante, creo necesario una observación.
El artista que culmina en la claridad expresiva de su arte, adquiere a los ojos del
contemplador engañosa apariencia de facilidad, de sencillez, desnudas de todo secreto. Es
como esas aguas límpidas, transparentes, de los puertos, cuando el sol las penetra, y que
incitan a hundirse en ellas imaginándolas incapaces de mortal asechanza. Y, sin embargo, no
1741
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Serían suficientes las tarjetas postales para turistas con aldeanos agrupados en torno a
un hórreo o delante de unas verdes leiras para hablarnos de Galicia en el tono conmovedor de
Castelao y el tono gracioso de Sobrino. Un vulgar vaciador de cualquiera de las figuras del
Pórtico de la Gloria podría alcanzar esta fuerte originalidad del escultor Asorey.
De lo contrario esta Exposición, que cronológicamente podrá ser la segunda, pero cuya
importancia, cuyo feliz resultado y cuyos méritos positivos la consiguen una primacía innegable,
servirá para que en la próxima veamos paisajes que se parecen demasiado a estos de los
cuadros y aldeanos que parodian a los aquí pintados, pero no a aquellos que ilumina el cielo,
moja la lluvia y arulla el mar o estos que van por caminos y rúas con sus trajes arcaicos y sus
rostros célticos.
Afiliados en cada una de las cuatro series de obras, hay cerca de cuarenta artistas, y
entre ellos abundan los que obtuvieron afortunado logro en sus propósitos. Conviene, no
1742
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
obstante, limitar a algunos los comentarios, ya que el temor a cansaros por más tiempo me
obliga a ser conciso.
Y para ello no precisó el artista grandes lienzos ni mezclar los colores del óleo. Incluso
ahora que en lo pobre han intentado por primera vez el cuadro propiamente tal, nos parece
menos afortunado. En cambio, sus acuarelas son de una perfección absoluta, de un verismo tan
jugoso, que trae a la memoria los costumbristas flamencos a lo Teniers y a lo Breughel, el viejo.
Si Castelao no necesitó salir de Galicia para amarla e interpretarla con tan sólida riqueza
decorativa y tan sagaz conocimiento psicológico, otros dos artistas gallegos la reproducen
ahora, después de largos años de expatriación voluntaria a lo largo de las ciudades eternas y de
las antiguas pinacotecas, asimilándose aquello que no podía falsear su personalidad, y sí, en
cambio, robustecerla y ampliarla.
Son Fernando Alvarez Sotomayor y Francisco Llorens. El uno en los retratos y en los
cuadros de costumbres, el otro en el paisaje, han obtenido grandes triunfos. Reciente aún el de
Barcelona con su Exposición de las Galerías Layetanas.
Pero a partir de seis años, de ocho a lo sumo, tal vez menos, Sotomayor y Llorens
cumplen un total retorno artístico a su patria chica. Olvidan los cuadros mitológicos, los retratos
aristocráticos, los tipos característicos de la honda Francia y del ampuloso Flandes, el uno; los
paisajes italianos, franceses, belgas, el otro. Y comienza la serie de cuadros cuyo mejor número
es precisamente lo que constituye los sendos envíos de los jóvenes maestros al certamen
actual.
Una poderosa magia colorista magnifica la pintura de Sotomayor. Una amplia serenidad
espiritual, también. De aquí estos aciertos decisivos, del autor del Rapto de Europa. Esos
campesinos que La fiesta del pueblo ha reunido en torno de una mesa y que luego se ven
aislados en otros cuadros dan milagrosa sensación de vida y movimiento dentro de una
1743
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
grandeza decorativa, de un esplendor cromático que colocan a Sotomayor al lado de los cinco o
seis inatacables pintores a quienes se debe la supremacía actual de nuestra pintura sobre las
demás contemporáneas.
Una pléyade de jóvenes entusiastas que mañana podrán ser rivales le siguen
cronológicamente. Cada uno da una nota más o menos justa, pero laudablemente orientada.
Ya he dicho que en los lienzos de los paisajistas gallegos existe la misma multiforme
variedad que tienen las diferentes provincias galaicas. ¿Qué hay, por ejemplo, de común entre
las blanduras amorosas de Pontevedra y la hurañez trágica de La costa de la muerte? ¿Acaso
los ingentes acantilados de las cercanías orensanas recuerdan a las aldeas escondidas donde
descubrió Sotomayor la raza céltica en toda su pureza? ¿Y son las mismas el alma cascabelera
sensual de la Coruña en su ciudad de galenas encristaladas y sus mujeres de rara, de sugestiva
belleza, que el alma arcaica, reconcentrada, de Lugo?
Así de opuestos los paisajistas y las emociones que sugieren los cuadros de Abelenda, de
Bello Piñeiro, de Imeldo Corral, de Seijo Rubio y algunos otros.
Jesús Ccrredoira y Juan Luis idealizan el realismo de los asuntos. Corredoira es más
áspero, más amargo, más hosco, de un pesimismo que yo desearía, para bien del Arte, que
fuera solamente cuestión de procedimiento.
1744
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
rosetones amarillos, bien haría un poco de sol y de color en la obra de este artista, a quien el
dolor preconcebido consume poco a poco.
En cambio, Juan Luis, a quien llamé antes el adolescente príncipe del ensueño, sabe
sonreir sobre su melancolía. Inefable candor hay en sus cuadros, y como una música pianísima,
el color canta en ellos alboradas lentas y suaves alalás de dilatadas y dolientes vaguedades.
Fijaos bien en este mozo tímido, de la sonrisa triste y la pintura sonriente. En él se está
formando una de las más excelsas figuras de mañana.
Bien quisiera rendir galante tributo al grupo de pintoras que forman Elena Olmos, la
gentil; María Corredoira, María del Adalid, Montserrat Rodríguez, y analizar las obras de
González del Blanco, Sobrino, Bujados, Castro Gil, Rivas, Carrero, Concheiro, Avello Requejo,
Ramos, y tantos otros como han sabido triunfar en Exposiciones nacionales y cuyos nombres
asoman frecuentemente en las grandes revistas españolas.
EL SAGRADO REGIONALISMO
Por último, no quisiera terminar estos comentarios sin aludir a aquella entrada del arte
popular en la mañana del domingo, aquella irrupción grave y augusta del coro Cantigas da
térra, entre las etiquetas y los uniformes y los discursos oficiales; aquellos alalás, que son como
el aliento oloroso y acariciador de vuestra tierra, aquel himno que resume todos los anhelos,
todas las esperanzas y todos los derechos también de vuestra raza.
Porque sonaban en mí como debían sonar en aquellos piadosos romeros de las pasadas
centurias los litúrgicos cánticos con que les acogían los sacerdotes de Compostela la Santa y les
trocaban sus harapientas vestiduras por otras nuevas, al pie de la Cruz d‘os arrapos.
Así, ha renovado mi espíritu este viaje a través de los campos y las ciudades, de los
cuadros y los libros gallegos.
1745
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En el Salón Pares, de Barcelona, expone veinte cuadros y seis retratos el pintor Alberto
Pía y Rubio.
NOVIEMBRE
EL PAISAJISTA CARDUNETS
En el saloncito del Ateneo, donde antes que él evocó un pintor alemán, Leyde, una serie
de tipos y paisajes levantinos y ansotanos, ha expuesto recientemente Alejandro Cardunets
varios cuadros al óleo y dibujos.
Cardunets tiene la personalidad bien definida en sus dibujos coloreados, que dan una
sensación ingenua y fuerte al mismo tiempo.
Y siempre sin abandonar los lápices de colores por los pinceles del acuarelista o del
pintor al óleo.
1746
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Estos olivos de Mallorca nos eran conocidos por unas estrofas de Rubín Darío, por unas
prosas de Alomar y por unos lienzos modernísimos de Pilar Montaner, la ilustre pintora que en
la Cartuja de Valldemosa simultanea las dos fecundidades de la mujer y de la artista.
Un soplo dantesco parece animarles. Acuden a la memoria las estrofas del inmortal
poema, en su parte de los infernales suplicios, al contemplar estos dibujos, que llevan nombres
muy representativos: Gárgolas, Serpientes, Lucha, El Sacrificio, El Castigo, La víctima, El reptil y
el hombre Decapitado, El hombre y el dragón.
Nos enseñó a amar la señorial decadencia de sus jardines el arte melancólico de Rusiñol.
Comprendimos el divino enloquecimiento de Joaquín Mir frente a las calas portentosas y los
apoteósicos deslumbramientos de la costa, tan amada por el sol. Más recientemente los
cuadros de Carlos Castellanos, el gran pintor uruguayo que ha pasado el verano en Mallorca,
han completado la sensación del color, ahogándose en la luz que produce la patria de
Raimundo Lulio.
Y tenemos de tal modo deslumbrada nuestra vista que los cuadros, los dibujos de
Cardunets no aciertan del todo a repetir esa nota vibrante de Mallorca.
1747
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No indica, claro es, inferioridad técnica ni carencia de sensibilidad está limitada fuerza
expresiva. Es cuestión de temperamento. Cardunets ama las notas plácidas, los remansos
donde la luz se adormece suave, las sinfonías en tono menor.
Tampoco sus cuadros al óleo alcanzan la justa perfección de sus dibujos coloreados. Hay
en éstos mayor profundidad de concepto, realzada por mejores soltura y dominio en el
procedimiento.
Así, de sus óleos pocos son los que preferimos, y de éstos pocos los que se refieren,
naturalmente, a Cataluña, como los paisajes de Torreilas de Foix, San Martín, Sarroca,
alrededores de Barcelona y los interiores de la Catedral y Museo diocesano de Tarragona.
¡Con qué admirable acierto está expresada la delicadeza sutilísima de la atmósfera! ¡Con
qué sentimiento emana la melancolía de un espíritu selecto a esa hora vaga y nostálgica que la
ciudad ignora!
Muchas veces, en esa misma plaza de Cataluña, bajo esa neblina con que el cielo
disuelve el hálito pesado de la ciudad congestionada, imaginé el deleite de un poeta o de un
pintor fijando en unas estrofas o en una armonía de colores aquel momento.
Y he aquí que Cardunets lo resuelve en este lienzo que une a la plástica belleza poético
ritmo interior.
Por último, encontramos de nuevo en los dibujos coloreados el Alejandro Cardunets que
nos interesó en las exposiciones barcelonesas y las ilustraciones periodísticas.
1748
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
DICIEMBRE
Esta Asociación tiene sólido prestigio conseguido por el rígido espíritu de selección y
modernidad que la caracteriza. No predomina la obsesión regionalista. Abierto está el Salón a
todo artista que tenga algo nuevo que decir y lo diga bien. No importa que haya nacido en
otras regiones harto alejadas de Vasconia. Son acogidos con idéntico entusiasmo catalanes o
extremeños, valencianos o andaluces; los de Castilla la hidalga o Galicia la románica.
Ahora estos dos artistas que han nacido el uno en Madrid y el otro en Cádiz.
El madrileño es José Ramón Blanco Recio; pero su pintura está ungida por las norteñas
brumas.
Como una floración lenta y humilde, el arte de José Ramón se ha ido formando en el
silencio. Desdeñó las oficiales consagraciones, tan efímeras, y los frivolos elogios. En el jardín
de su espíritu quería ser solamente él quien transitara a lo largo de las dulces ensoñaciones.
Desde hace mucho tiempo se acerca a la Naturaleza con los íntimos temblores y los
deliquios castos de un buen amante. La va reproduciendo como si compusiera estrofas con los
colores y vibraran en musicales cadencias las luces.
De tal fervor surgen sus paisajes tan acariciados de alma que cautivan emocionalmente.
Casi todos ellos se refieren a tierras de Álava. Brumas, verdores y aguas le dieron esa
finísima sensación de frescura y de bucólica calma que tienen. Va en ellos, como una celeste
nube más, la melancolía.
Son paisajes en tono menor, musitados, rezados a flor de espíritu. Debemos, por tanto,
acercarnos a ellos cual si nuestra sensibilidad estuviera inédita y nuestra imaginación no
recordara pretéritas emociones pictóricas.
1749
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La floración lenta, apasionada y humilde, surge al fin del silencio para darnos en cielos,
cumbres, valles y ríos toda la visión exacta de la tierra alavesa.
Las acuarelas de Hübner descubren a los madrileños aspectos inéditos de Madrid y sin
embargo animados por una vigorosa sensación de exactitud. El artista conoce bien la capital de
España. La ha recorrido desde la iglesia de la Virgen del Puerto hasta la Plaza de Castelar;
desde el Rastro a las fuentes del Paseo del Prado; desde la ermita de San Isidro a la plaza de
Santa Cruz; del hondo Puente Vallecas a las rientes y soleadas huertas de Amaniel. Da a cada
sitio su ambiente típico, su inconfundible sabor, su justa palpitación realista. Y no obstante,
sorprende siempre por como le envuelve una total impresión de lugar nuevo, con
reminiscencias de viejo, para nosotros que tanto lo conocemos. Es la misma inquietud que
acomete frente a una persona cuyo rostro no es el mismo, pero se asemeja fraternalmente al
de otra que tuvo cierta intervención en nuestra vida.
Lo mismo pudiéramos decir de los paisajes de Octavio Pinto. Reflejan lugares, horas,
rincones muy conocidos de Galicia, de Castilla, de Guipúzcoa. Aman la lluvia sobre las piedras
musgosas de Santiago de Compostela y el sol sobre las piedras doradas de Santillana del Mar.
Buscan la ruta íntima de nuestras más profundas evocaciones adormecidas en el fondo del
espíritu; pero si cotejamos estas evocaciones que forman a manera de un dietario sentimental
de nuestro paso por las ciudades y las campiñas con las que ahora ha pintado el artista
argentino, les hallamos matices insospechados, coloristas efectos que responden a una
sensibilidad diferente.
1750
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
He aquí el encanto, el interés de los cuadros del alemán Hübner y del argentino Pinto. La
revelación, la interpretación, mejor dicho, de distintas Españas a través de opuestos
temperamentos que contemplan una España única.
Lo contrario hubiera sido muy doloroso. Ver con políticos prejuicios una obra artística,
equivale a algo peor que no verla; es como si, voluntariamente, cambiáramos nuestro
temperamento aquietado, sosegado y feliz por la paz, en uno de esos temperamentos de
soldados, encendidos, mordidos y enloquecidos por la guerra, que se lanzan ciegamente contra
los palacios y los templos, donde el Arte buscó tranquilo refugio... Así han ido desfilando ante
nosotros artistas franceses, ingleses, alemanes, rusos, checos, polacos, húngaros, italianos,
austríacos, yanquis, sudamericanos.
Pródiga y fecunda, España se ofrece a las ajenas miradas en todo su esplendor como una
mujer que no temiera mostrarse desnuda, segura de su eternal belleza.
Luego estas miradas de los artistas extranjeros nos han devuelto su emoción hecha arte.
Recordemos las gémmicas fantasías del francés Laroche, donde las ciudades castellanas
1751
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Terminada la guerra todos estos artistas abandonarán España llevándola consigo. Más
allá de los mares, al otro lado de terrestres fronteras, se repetirán estas revelaciones que las
ajenas miradas supieron descubrir durante un forzoso destierro.
1752
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ENERO
MEMORANDA.
FEBRERO
VALENCIA Y PINAZO
(…) MADUREZ
Ignacio Pinazo vive en Valencia. Han transcurrido diez, quince años. El maestro se acerca
a la cincuentena. La gloria ha deshojado varias veces sus rosas fragantes en el umbral y ha
tendido guirnaldas en el dintel de su puerta. La fortuna, sin embargo, no ha entrado. Cruzó por
delante como una dama vanidosa y altiva.
Sus compañeros de generación, los artistas que llegaron a la vida despues que él, tienen
cátedras bien retribuidas, son académicos, pasean por Europa y América sus obras y su
nombre. Pinazo trabaja. Pinazo es como esas luces solitarias y altas que ven los noctámbulos
en los retornos por las ciudades desiertas y calladas; la afirmación de alguien que vela mientras
los demás duermen o se divierten.
1753
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
¡Oh! Esta pobre vida consagrada, esclavizada a una tarea única y sin término, esta
humilde existencia del pintor solitario que va creando magnificencias sobre los lienzos como
aquellos taumaturgos de las místicas leyendas que, vestidos de sayales ásperos y pardos,
descalzos sus pies, esqueletadas sus manos y consumidas por un ardor de fiebre sus pupilas y
sus mejillas, realizaban los milagros de jardines ubérrimos, de palacios suntuosos y cortejos de
maravilla.
Y otra sombra augusta le acompañaba también en sus paseatas por la ciudad y por la
huerta, en sus deleites visuales frente a las fiestas populares, los aspectos característicos, las
costumbres pintorescas de Valencia, cuyo intérprete ha sido tantas veces. Era la sombra de
Goya y a su benéfico influjo la pintura de Pinazo mostraba una agilidad cromática, una gracia
armoniosa, un vigor extraordinarios. (…)
¡qué sentido tan moderno, tan exacto de los valores y de los matices más sutiles! ¡Qué
profunda alianza de la sensibilidad con el color bendecida por la luz! ¡Qué sorprendentes atisbos
y descubrimientos de nuevas fórmulas y teorías que nadie le ensenó sino que descubría
surgiendo de la misma calidad de su pintura! ¡Qué audacias cromáticas con los precedentes en
la pintura española del Greco y de Goya, olvidados por los contemporáneos de Pinazo! He aquí
la más elevada cualidad de esta pintura fresca y pródiga. Su filiación instintiva entre los más
modernos luminismos, las más intelectivas consciencias y las más gallardas innovaciones.
1754
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
los cuales tantos puntos de contacto tuvo—tal vez sin darse cuenta de ello —Ignacio Pinazo no
representaba una tendencia aislada.
"Una visión sincera y simpática de la vida. Este podría ser el lema de la obra total de
Ignacio Pinazo.
MEMORANDA
Había nacido en Barcelona en 1859, y residía habitualmente en Italia desde los dieciocho
años de su edad. Entre sus cuadros más conocidos figuran los titulados: "Lagunas pontinas,
"Foro romano, "Un accidente», Excavaciones en el Tíber„ y "La Virgen de RipoIl‖
En las Salas Reig y Dalmau exponen, respectivamente, los pintores Torres García y Juan
Miró.
Se organizará la expedición con nueve alumnos: cinco españoles, dos de la America latina
y dos de los demás países extranjeros, los cuales se inscribirán como alumnos en dicha Escuela,
por medio de una matrícula especial y extraordinaria que se abrirá al efecto.
1755
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Durante ese periodo de prácticas serán satisfechos a los nueve alumnos oficiales
matriculados los gastos de alojamiento, manutención y asistencia, y los de viaje de Madrid al
Paular y viceversa. Una vez terminado el tiempo de residencia, los artistas expondrán las obras
que hubieran realizado, en el mes de Octubre, en el Salón de Otoño, que designará el director
de Bellas Artes, de acuerdo con el Patronato y director del Museo de Arte Moderno.
MARZO
Esta Exposición se instaló en la clase de Paisaje del caserón de la calle Alcalá y estuvo
abierta nada más que durante las vacaciones de Semana Santa, pero fué muy visitada y
elogiada.
Siempre he creído que las Escuelas de Bellas Artes, integradas por toda suerte de
artistas, buenos o malos—más malos que buenos, lógicamente—, no tienen otra finalidad que
repartir unos cuantos sueldos entre los profesores y los seudoprofesores. El profesorado está
en su mayoría compuesto de pintores o escultores fracasados en las artes respectivas, y
refugiados en la enseñanza al amparo de cacicatos políticos o de Tribunales incompetentes.
También, por casualidad, existen en estos asilos artísticos de real orden algunos artistas dignos
de tal nombre. Son la excepción y la minoría y son tal vez los más peligrosos con la tentación
de su personalidad bien acusada, con su natural intransigencia técnica, hija del consciente
credo que la anima y la sostiene.
Claro es que las escuelas de Bellas Artes son necesarias, como las es-cuelas de
"enseñanza primaria ―, para acostumbrar a la disciplina del trabajo y a los rudimentarios
procedimientos, buenos para párvulos y adolescentes que todavía no pueden darse cabal
cuenta de las cosas. Incluso debía fijarse un límite de edad para esos alumnos que no excediera
1756
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de los veintidós o veintitrés años, con objeto de evitar perniciosas persistencias ni prematuros
andamientos de un verdadero temperamento de pintor o de escultor.
En la sección de pintura lo más notable son los envíos de Pérez Hidalgo, Frau, Castro Gil,
Sáenz de Tejada, Pardiñas, Alonso, Pérez Rubio, Martínez y Prieto. (…)
Expone tres obras: "El tronco blanco‖ ―Casas‖ y "Tarde gris‖ que con rara unanimidad la
critica cotidiana acusa influidos por Joaquín Mir.
Prescindiendo de esa fácil filiación, José Frau tiene un ímpetu colorista muy simpático, y
una sensibilidad muy propicia para la interpretación de la Naturaleza. En "Tarde gris‖ hay
finuras delicadísimas, persistencias musicales en la agudización de matices que sólo un
temperamento tan sutil como el suyo sabría acometer. "Casas‖ es, en cambio, arrogante, de
una brava y exaltada jocundidad cromática. Ilumina cuanto le rodea, y nos parece desde luego
uno de los mejores lienzos de la Exposición. (…)
1757
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Nunca me sugirió tan fúnebre idea de descenso a una cripta esta escalerilla que conduce
al saloncito del Ateneo.
Es realmente como una cripta angustiosa la subterránea sala, donde la gente habla en
voz baja y una melancolía infinita resbala con la escasa luz sobre los cuadros, más bien
abandonados que colgados en las paredes. Incluso colocan para los catálogos una mesita
pequeña, cubierta con una tela horrida, y que recuerda esas mesitas que en los portales de las
casas mortuorias sostienen las listas de firmantes y las tarjetas amistosas dobladas por la
mitad.
Olvidado en el tráfago ciudadano este saloncito recóndito, sólo contiene gente las tardes
de su inauguración, cuando acuden los críticos y los fotógrafos, cuando se forma ese inevitable
grupo de personas que vuelven la espalda a los lienzos y miran la máquina pidiéndole un
poquito de popularidad periodística,
Salimos siempre de este saloncito melancólicos y huraños, con lástima del expositor,
hundido allí tres horas diarias a solas con sus catálogos y con sus obras. Nos despedimos de él
estrechándole la mano como a los deudos de un muerto en los duelos familiares.
¡Juzgad qué será ahora, cuando es la exposición de un pintor que ya no existe y cuando
a nadie podernos estrechar la mano porque nadie tiene la abnegación de custodiar las obras
huérfanas!
Inútilmente procuró el amparo oficial y el calor de unos cuantos amigos darle a esta
exposición la ternura envolvente que el pintor mismo la hubiera dado. (…)
(…) Alfredo Lobos era chileno. Llenó de entusiasta trabajo su vida breve y humilde.
Primero, bajo la orientación y enseñanza de Fernando Alvarez de Sotomayor, cuando este
ilustre artista dirigía la Academia de Bellas Artes, de Santiago; y luego, entregado a su certero
instinto y su creciente ansiedad de belleza, Alfredo Lobos fué formándose una personalidad que
ya comenzaba a definirse.
Hizo una exposición en Chile. Vendió algunas obras, y con el importe de ellas vino a
España. Poco más de año y medio viajó por Andalucía y por Castilla. Era uno de tantos artistas
errantes que interrogan los campos y las ciudades, aislados de sus contemporáneos. Un alma
1758
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y Alfredo Lobos no llevó su inquietud estética, su sed de ideal, como tantos otros artistas
sudamericanos, hacia París. Eran los diversos espectáculos, las-innumerables bellezas de la
vieja Península ibérica los que imantaron su corazón y sus pupilas.
En el mismo saloncito del Ateneo expusieron después los hermanos Gutiérrez Larraya
varias obras de arte decorativo y aplicado. En este reflorecimiento de las artes, que pudiéramos
llamar "bellos oficios, que ahora muestra indudablemente España, tienen los hermanos Aurora y
Tomás Gutiérrez Larraya puestos de vanguardia.
1759
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
exaltación permanente del mundo que nos rodea, para hacerlo grato a nuestra vida. No limitan
su inspiración a temas únicos o a escasos aspectos de trabajo artístico. Los muebles, las telas,
la cerámica, los cueros, los metales, todo cuanto es materia propicia a crear sobre ella obras de
arte, significa tentación para la maestría de los Gutiérrez Larraya. Así sus exposiciones son
siempre promesas de un hogar ideal y advertencia de los ya granados frutos que daría una
Escuela de artistas decoradores, dirigida exclusivamente por Aurora y Tomás Gutiérrez Larraya.
Por de pronto, los dos ilustres artistas ya preparan, en unión de Ballesteros de Martos, el joven
y notable escritor que publica interesantes e independientes criticas de arte en La Mañana, el
Primer Salón de Bellos Oficios, que se celebrará en el Círculo de Bellas Artes. Extensamente
hablamos en el primer tomo de esta obra (1) acerca del arte de los hermanos Larraya. Iguales
o parecidas consideraciones sugerirían hora su exposición del Ateneo. Pero queremos recoger
un aspecto ya claramente definido y no ciertamente de los menos admirables en la
personalidad polifacética de Tomás Gutiérrez Larraya: sus paisajes.
Nada más lejos del realismo minucioso que estos paisajes de Gutiérrez Larraya. Son de
una estilización decorativa altamente simpática. Simplifican Las formas y los colores con un
agudo espíritu de observador y contagioso sentimentalismo de poeta. Su preparación de
dibujante ilustrador, de exlibrista, de artista que ornamenta libros y lienzos, facilita esta
simplificación expresiva con que reproduce los espectáculos naturales. Estos paisajes de
Gutiérrez Larraya tienen un extremo poder sugeridor y una espontánea frescura de fugaz
impresionismo. No del impresionismo vibrante, multicromo, donde los tonos deslumbran, sino el
otro esquemático a tintas planas, a líneas geométricas que pueden parecer a primera mirada
esqueletos de paisaje, pero que, sin embargo, poseen la solidez ya definitiva del paisaje total.
Como en todo pintor moderno encontramos la benéfica influencia de los japoneses en estos
paisajes decorativos de Gutiérrez Larraya. Les aristocratiza estéticamente esta influencia, les
dota de un prestigio ya sancionado pero no les desvirtúa de carácter representativo. Más allá de
las normas técnicas, está la indiscutible fuerza evocadora, la indudable fidelidad que tienen al
interpretar cielos, campos y ciudades españolas.
He aquí los verdes ubérrimos, los cielos grises, las piedras doradas de las comarcas
norteñas, con todo su encanto romántico. Gutiérrez Larraya es montañés. Lejos de Cantabria
se ha formado artísticamente. Primero en Cataluña, luego en Francia, después en Munich, el
Munich tan simpáticamente rebelde, tan avanzado en las bellas artes de antes de la guerra, un
Munich que ya no volverá a recibir la generosa peregrinación de los artistas de todos los países
después de esta anulación de Alemania por sus ya castigados militarismo prusiano y su
socialismo imperialista.
1760
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
esperar de él un decorador, nada más o nada menos que un decorador. No obstante, al volver
a España su Cantabria le recobra. Desde el bullicio, desde la inquietud ultracivilizada de París y
Munich, Tomás Gutiérrez Larraya se aisla en Casar de Perriedo, un pueblecillo montañés
ignorado y pródigo en bellos espectáculos naturales. Y entonces surge el paisajista, un
paisajista ajeno a los conceptos tradicionales del paisismo, un paisajista de enorme
potencialidad emocional y de una disciplina técnica muy equilibrada para dosificar y especializar
esa potencialidad.
En el Círculo de Bellas Artes expuso Carlos Alberto Castellanos cerca de 40 cuadros entre
paisajes mallorquines, americanos y retratos.
1761
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Dió, por lo tanto, figuras de paganía a las playas y los campos, las cumbres y los valles.
Los dioses vuelven á poblar la tierra y el mar en estos cuadros del pintor uruguayo. Y es tal el
acierto simbólico de ese retorno de los olímpicos por conjuro de unos pinceles expertos y una
retina embriagada de luz, que ya no sabemos recorrer la isla dorada, ni contemplar el mare
nostrum, abuelo de leyendas, sin que todo el mundo mitológico nos maraville el pensamiento.
Asi los cuadros mallorquines de Carlos Castellanos, tanto como los nombres de sitios y lugares
determinados, lleva otros nostálgicos y clásicos: "Dionisios, niño,"Licoria, Ligea y Partenope»,
"Ulises en la isla de Ogigies, "Apolo y Dafne„ y "Orillas del Egeo„. Y presidiendo todo el
conjunto de cuadros esta silueta de payesita, con el cántaro sobre la cadera y el sutil velillo
típico sobre la cabeza, en una actitud candida y primitiva, recortándose en el fondo claro y
finísimo de tonalidad. Es una de las más bellas obras de Castellanos y es la más expresiva
también de como la isla de la Calma aquietó el espíritu de este hijo de la América impetuosa
LA PINTURA DE MONTAÑA
En su interesante obra "La pintura en el siglo XIX», dice Leonce Benedite, al hablar de los
paisajistas suizos:
1762
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En España no abundan los pintores montañistas. Luchan todos con esa insuficiencia
expresiva de que habla Benedite refiriéndose a los pintores helvéticos. Se esfuerzan en
competir con la Naturaleza misma dentro de las reducidas dimensiones del cuadro. Intentan
abarcar panorámicas extensiones y conjuntos grandiosos de cumbres y nubes, en vez de
procurar la reproducción de aspectos aislados, de lugares característicos, de momentos tímidos
o radiantes de la luz.
Inevitablemente se pensaba con cierta melancolía en aquel Morera y Galicia, que hace
años, muchos años antes de que las excursiones dominicales y las laudables Sociedades
organismos alpinistas, descubrieran la sierra del Guadarrama, iba él reflejándola con un férvido
entusiasmo, con un apasionado virtuosismo muy conmovedores.
Hay, sin embargo, algunas excepciones, intentos más o menos afortunados, como los
lienzos de Huidobro, Robledano, Espina, Ferrer y Milada Sindlerova. Se deleita el ánimo frente a
los apuntes de Joaquín Mir, que consuelan de tanta vulgaridad y audacia como le rodean.
No obstante deben alentarse para lo futuro estas exposiciones. Poco a poco se irán
eliminando las obras mediocres, se prescindirá de algareras reputaciones que tienen limitado
campo de acción, se atenderá solamente a estimular el talento de los artistas jóvenes.
1763
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
ABRIL
Son la Sra. Wanda Pankiewicz y los Sres. Josef Pankiewicz, Wladyslaw Jahl y Waclaw
Zawadowski.
Sus tendencias avanzadas han hecho reir a bastantes, indignado a muchos y encogerse
de hombros a la mayoría.
Solo alguno que otro snob de la Prensa nos ha hecho recordar aquella justa afirmación
de Mauclair en su formidable estudio La crisis de la fealdad en pintura: "No creáis, bajo la
palabra de ciertos literatos paradojales, que se pueden rehacer el estado de alma y la visión de
un hombre de las cavernas‖.
Los pintores polacos han lanzado— ¿cómo no?—su manifiesto estético para mejor
convencimiento de las abstrusas y herméticas obras.
He aquí lo más importante de ese manifiesto, firmado por Marian (sic) Panzkiewicz:
1764
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
definitivamente la pintura de las demás artes y fijar claramente la diferencia estética entre el
valor plástico realizado y el observado en la Naturaleza.
„Así reanuda la pintura nueva este hilo de la tradición museal, que en cada época de
florecimiento de la pintura se robustecía con obras de puro temperamento pictórico y del culto
consciente del material de la expresión‖.
Hasta aquí lo más importante del Argumento "con todas las líneas y colores que tiene la
obra‖, como vocean en los entreactos los folletos de las zarzuelas.
Recordemos, por ejemplo, los manifiestos futuristas, las elucubraciones cubistas, las
explicaciones del dinamismo pictórico a lo Boccioni.
Pero los cubistas, los futuristas y los dinamistas ya son despreciados casi por académicos.
¡Juzgad cómo se considerará a los impresionistas!
1765
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Si acaso, se transige con Henri Matisse, con Kees Van Dongen y María Laurencín. Pero ni
siquiera Bonnard, Vaillard y Maurice Dennis se toleran.
En cambio, no tardarán en considerarse apóstoles del arte nuevo a los yankis Morgan
Russell y Macdonald Wright, fundadores del sincronismo, para quienes el orfismo es una cosa
vieja e inútil; a André Derain, a Mauricio Vlaminck, a Jorge Roualt (sic), a Le Fresnaye, Lucien
Laforgue y Othon Frietsz.
La primera impresión que causan las obras de los pintores polacos es la de su ineficacia y
la de su insignificancia como trabajo serio; prescindiendo de los envíos de la Sra. Pankiewicz y
del Sr. Pankiewicz, surge en seguida otro de los caracteres de la pintura modernísima: la
fealdad.
Son realmente feos, de mal gusto, sin líneas nobles, ni acordes gratos de color, estos
dibujos pseudoinfantiles, estas manchas resecas de óleo y temple. Solamente una aberración
sensorial y visual podría explicar esta complacencia patológica en deformar el cuerpo humano y
en desvirtuar la pureza de los colores con inarmonías agrias o con fusiones que los destruyen.
Sin embargo, asi como en la pintura normal se pueden buscar los paralelismos y
antecedentes estéticos, también en los dibujos y superficies coloreadas de los Sres. Wladyslaw
Jahl y Waclaw Zawadowski encontramos los orígenes ideológicos y técnicos.
Estos dibujos, por ejemplo, del Sr. Wladyslaw Jahl nos recuerdan los dibujos de Laforgue,
y Io que es peor, sus afirmaciones ―pour epater le bourgeois‖ Laforgue dice cosas tan
peregrinas como estas:
"Una línea puede expresar un objeto sin tener ninguna semejanza gráfica con él.
Estas son las teorías que practica el Sr. Jahl en sus dibujos y en sus pinturas.
En cuanto al Sr. Zawadowski nos parece un sincronista, dicho sea con todos los respetos.
Los sincronistas son los que pertenecen tácita o expresamente a la escuela cuyo primer
ensayo fué la sincronía en verde, presentada por Morgan Russell en el Salón de Independientes
el año 1913.
También el Sr. Russell— ¡no faltaría más!—se cree en la obligación de explicar lo que es
una sincronía:
1766
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
"En vez de obligar a los colores a servir, no importa dónde, nosotros les asignamos un
lugar conforme con su naturaleza íntima, con su propensión natural. Porque se haya cubierto
de negro o de violeta una amplia superficie ¿se creerá haber expresado una masa poderosa y
sólida, bajo el pretexto de que un personaje viste un traje de tal coloración o que un muro está
embadurnado de tal otro color?
"Esto sería demasiado ingenuo; como si nosotros, músicos, no tocásemos una marcha
fúnebre en la flauta alegando el pretexto de que este instrumento es incapaz de emitir las siete
notas de la gama.
Si no son estos inexplicables conceptos los que explican el arte del señor Zawadowski, no
sé cómo podrá ser explicado.
Con otros competidores, la pintura del Sr. Pankiewicz no nos parecería de tan sereno y
armonioso valor como en el patio del Ministerio de Estado.
Pero el Sr. Pankiewicz abruma con la repetición monótona, infatigable para él, de las
mismas flores, el mismo cacharro que las contiene e igual agrupación de frutos con sus formas
esféricas y elípticas y sus coloraciones enterizas.
La Sra. Pankiewicz expone unos paisajes, y algunas "naturalezas muertas, inferiores a las
del Sr. Pankiewicz.
1767
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En cambio, sus tapicerías son realmente bellas, de un buen gusto y de una riqueza
decorativa indudables. Estas obras de la Sra. Pankiewicz son muy interesantes. Ahora que por
fin parece que en España empiezan a darse cuenta los pintores y los críticos de la importancia
de las artes aplicadas, las tapicerías de la Sra. Pankiewicz me parecen un hermoso ejemplo, tan
recomendable, por lo menos, como ese museo de Artes Industriales, por cuyas salas desiertas
se pasea D. Rafael Domenech, el hierofante de las "artes industriales‖.
Ruskin originó un proceso célebre exclamando ante un nocturno de Whistler: "Hace falta
la impudicia de un cockney para arrojar ese tarro de pintura a la cara del público.
"Mi cuadro ha sido hecho en pocos momentos; pero necesité veinte años de trabajo para
que fueran posibles esos momentos‖.
Yo no me atrevería nunca a decirles a los pintores polacos las palabras de Ruskin; pero
bien es verdad que si yo, desgraciadamente, no soy Ruskin, no menos cierto es que ellos se
encuentran a una enorme distancia del arte admirable de James Mac Neill Whistler.
Hacía algún tiempo que en esas horas flamantes y vesperales de las tardes madrileñas no
le veíamos a la puerta de su restorán, con el rostro rubicundo, la pipa en la boca y sobre la
nivea e inflada blancura de su cabello el sombrero bohemio.
Pero no, yacente en el lecho y bajo los vuelos cada vez más próximos del ave agorera.
Parecía un libertado de la muerte. Tenía la robustez franca y noble de un atleta. En su sangre y
sus músculos varias generaciones de suizos dejaron el vigor sano, aireado por las cumbres y
por los espacios extensos. Daba incluso la sensación de anunciar en él, fornido y jovial, las
1768
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
excelencias de su restorán adonde ya no veíamos detenerse los automóviles que ahora forman
cola en la puerta del Ritz o del Palace.
La palabra Lhardy evoca el reinado de Alfonso XII y los primeros años de la Regencia.
Asoma en las novelas de Picón, de la Pardo-Bazán y del padre Coloma, en las crónicas de
Asmodeo y del Abate Pírracas, en los dramas aristocráticos de Echegaray, en los sainetes de
Ricardo de la Vega y los Diálogos de López Silva y los volapiés de Mazzantini.
Nuestras abuelas, nuestras madres, entraban a tomar una taza de caldo y unos
emparedados, ignorantes— ¡los pobres!—aun de que a las cinco se debe tomar té y
mermeladas. Ahora sólo acudían los viejos parroquianos y como a un libro de memorias,
empujados por una romántica nostalgia de conjuros ensueños.
Sin embargo, esta retrospectiva melancolía coloca demasiado en primer término la figura
del restaurateur, del hostelero, como parecía ser Agustín Lhardy, ya que le imaginábamos con
un gorro blanco, un mandil y unos manguitos blancos, con un ancho cuchillo triangular
atravesado en el cinturón, cual ciertos personajes de Cecil Aldin, esperando a la puerta de su
hostería el retorno de los cazadores de levita roja.
En cambio, deja un poco sombría la figura del artista, del paisajista y grabador, que
también era. El escaparate, lleno de cabezas de jabalí y faisanes flotando sobre un congelado
lago de gelantina, hacía olvidar el estudio con sus cuadros reproduciendo lugares donde muy
bien pudieran cazarse aquellos jabalíes o contemplar vuelos libres de ánades sobreaguas que el
aire riza se dulcemente…
Sirvió para que le censurasen algunos críticos y para que le alabaran otros, según fueran
dispépsicos y glotones. Se hicieron chistes fáciles y hospicianos a este propósito. Y no obstante,
eran injustos, porque Lhardy evitó las blandas barritas para que no se hablara con doble
sentido de sus pasteles.
Agustín Lhardy fué discípulo de Carlos Haes. Conforme pasa el tiempo asombra la
enorme cantidad de discípulos que dejó el buen Sr. Haes. Afortunadamente no todos estos
discípulos siguieron al pie de la línea su credo artístico. Recordemos sólo uno entre tantos:
Darío de Regoyos.
1769
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los primeros paisajes que obtenían sendas terceras medallas en las Exposiciones
Nacionales de 1878 y 1890 respondían aún a la tutela cromática y sentimental.
Tres años después, en la Nacional de 1904, obtuvo otra segunda medalla con el cuadro
"Laguna en la Granjilla‖, un paisaje muy sentido y pleno de otoñal melancolía. Fué en la
Exposición donde presentaron: Ramón Casas, "La Revolta, y Gonzalo Bilbao, "La Esclava; y
obtenían sólidos triunfos Chicharro, Sotomayor y Benedito con "El jardín de Armida„, "Canto VII
del Infierno, y "Orfeo perseguido por las bacantes.
Ocho años después, en 1912, llega la medalla de oro. No al pintor, sino al grabador. Y
también a un paisaje de la "Laguna en la Granjilla,,.
Sin embargo, las medallas no parecían ser la obsesión de Agustín Lhardy. Concurría a las
Exposiciones con el mismo entusiasmo después de lograrlas que antes de conseguirlas.
Y simultánea de esta obra de pintor iba realizando la otra de acuafortistista, tal vez más
interesante, de la que son notables muestras: "Estanque de la Granjilla„, "Alcázar de Segovia,,
"Un rincón de huerta,, "El Torno,,, "Patio aldeano», "Puente de Chateneuf, "Calle de Granada,,,
"Escalinata de Bergondo„
Las últimas aguas fuertes que hemos visto de él han sido en la Nacional de 1917 y en la
reciente del Ateneo, clausurada un mes antes de la muerte del ilustre artista.
1770
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LA EXPOSICIÓN CAPROTTY
Ratifica esta exposición, que de sus obras más recientes hace Guido Caprotty en el Salón
Permanente del Círculo de Bellas Artes, el halagüeño juicio que formamos del ilustre pintor
italiano frente a sus envíos de la Nacional última.
De aquí nace ese aturdimiento que causa a flor de mirada y a los frivolos visitantes, la
exposición Caprotty. No puede verse y mucho menos juzgarse este conjunto de obras y el
productor de ellas, con una rápida visita de las que han acostumbrado las exposiciones de
apuntes, cuadritos y bocetitos.
No. Es preciso buscar las rutas ideológicas, desentrañar los problemas técnicos
procurando persistir en lo que nos parece simplicisimo y claro de tan académico—por como está
supeditado a clásicas preceptivas—y esforzamos en ver más allá del deslumbramiento
fulgurante de aquellos otros lienzos afiliados en un rebelde luminismo que parecen vibrar junto
a los reposados, tranquilos y tradicionales.
1771
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
¿Quiero decir con ello que Guido Caprotty es un pintor definitivamente cristalizado,
llegado a ese término donde aguarda la clasificación ajena? No; y de aquí el enorme interés de
su pintura actual. Poco a poco se irán concretando aspectos psicológicos y conceptos técnicos.
En su arte, como en un cuadro perfecto, se irán acusando los términos debidamente, se
aquietarán de madurez las inquietudes juveniles de hoy, y habrá un sosiego aparente, una
armonía de conjunto que tranquilizará a los críticos—y, sobretodo a los profesionales,
temerosos en el fondo por los peligros futuros—pero en el fondo permanecerá el pintor ávido,
insatisfecho por su misma exuberancia de cualidades, que es Guido Caprotty.
La varia y extensa producción ofrecida por el artista italiano en el Círculo de Bellas Artes
es con algunos otros lienzos no expuestos por falta de local, producto de poco más de un año
de una labor constante, obstinada en una febril insistencia de la inspiración.
Y, preferentemente, esta labor ha sido realizada en Avila, penetrado por entero del
encanto brujo que se respira con el ambiente de la ciudad única. Llega a ella Caprotty después
de dos grandes pintores españoles, López Mezquita y Chicharro, y de una larga serie de
glosadores pictóricos extranjeros. Pueden, no obstante, sus lienzos ser contemplados junto a
los de aquellos maestros, y desde luego supera su fecunda interpretación sugeridora a la de
glosadores exóticos.
Estos cuadros de Guido Caprotty están saturados del ambiente donde fueron concebidos
y realizados; reflejan la identificación absoluta, la plena consustanciación del artista con el
medio. Diríase que tienen además del color y de la línea hasta el sabor y el olor de la vieja
Castilla, perdurable en su integridad a través de los siglos.
La sensibilidad infatigablemente propicia del pintor, una sensibilidad que hace pensar en
esas amantes siempre henchidas de inéditos encantos y nuevos deseos para el amor que las
fecunda, se manifiesta con una enorme variedad de la factura exacta y adecuada. Tal cuadro
está pintado congruesas—ásperas, modeladoras—crispaciones de color; tal otro a pinceladas
largas y delgadas; tal otro es como una sutilísima bruma pronta a desvanecerse
1772
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Atendiendo a las dimensiones, los cuatro cuadros más importantes del conjunto son: "Por
tierras de Castilla, "La Cita,, "La voz de las tinieblas, y "La confesión,,
"Por tierras de Castilla‖, respira realismo honrado y castizo. Hay figuras virilmente
construidas y el arabesco es de un dramatismo profundo, a tono con el tema de la obra,
"La Confesión,, és una hábil y bien resuelta armonía de verdes, amarillos y negros. En
este cuadro, la figura de la vieja—¡Oh, las viejas de Caprotty merecen un comentario
especial!—es admirable.
Pero "La cita,, y "La voz de las tinieblas, señalan la verdadera supremacía.
Esta Virgen roja, que parece incendiar todo el cuadro y a cuyo resplandor ígneo el cielo
mismo se encalidece con nubes de glorificación, es una de las más bellas figuras que ha pintado
Caprotty y simbólicamente señala el advenimiento de su arte en nuestra moderna pintura.
"La voz de las tinieblas,, renueva el tema de los hechizamientos románticos de Avila
nocturna, que inició "Los ojos de la noche,,. En el silencio azul de la ciudad dormida, el sereno
canta las horas lentas, soñolientas. Es una silueta brava, ruda, construida enérgicamente por el
pintor. Tiene la vejez recia de los castellanos, hijos de la llanuras extensas y los cielos limpios. Y
en contraste con toda esta fortaleza tensa, herculiana, que se lamenta en un ritmo melancólico,
la ciudad misma se empequeñece, se acoquina, y esa capillita blanca que a su izquierda se
recorta escuetamente, es como un frivolo juguete, olvidado a los pies del abuelo robledizo por
la netezuela que duerme.
Frente a estas viejas que el arte agudo y la sensibilidad emocionada de Guido Caprotty
va fijando en dibujos y cuadros, sentimos una inquietud compleja y profunda.
Nos inquietan sus pupilas zahoríes donde el espíritu se ha refugiado; sus manos
sarmentosas que bajaron tantos párpados de muerto'; sus ropas negras que saben del roce
frio, duro de las losas bendecidas y la cera agarró con anchos y cálidos goterones de cirios
votivos; sus rostros exangües, sus rigideces esqueléticas.
1773
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las viejas de Castilla que alcanzan la más dilatada senectud y soportan la más sórdida
miseria.
No. Estas viejas que Caprotty ha visto en Castilla, consumieron su vida en el fuego
áspero del sol sobre la tristeza infinita de la llanura. Ignoran las leyendas de las tierras
brumosas, las coplas dulces o trágicas o lascivas de las mujeres del Sur; no tembló nunca en
sus ojos la infinitud romántica del mar. Todo en ellas es pardo y polvoriento. De color de tierra
sus pupilas,
—nunca las viejas de Castilla tienen-esas pupilas azules que hacen infantil la mirada de
otras viejas, o verdes, que las da antiguo maleficio de sibilas de tierra sus carnes que parece
van a resquebrajarse y desterronarse después de tantas años de sol; y sus palabras al salir de
las bocas sumidas parece que levantan sutiles nubéculas de terroso polvo.
Estas viejas de Castilla dentro de sus harapos negros tienen largos y extáticos silencios.
Cuando más, somormujan oraciones; cuando menos contemplan el horizonte lejano e
inaccesible, quién sabe si con tardío, arrepentimiento.
Al lado de estas viejas lúgubres, la pompa colorista -de los panneaux "La rogativa, y "La
fiesta de la seña Encarnación,, y "La mañana,; las delicadezas suavísimas de "La catedral de
Burgos, y "Desde mi ventana,; los optimismos cromáticos de "Padre e hijo "Flor entre flores, y
"Flores débiles,, donde los verdes, los azules y los violetas cantan con modulaciones
tiernamente sensuales; las impresiones de los mercados abulense, segoviano y burgalés, muy
característicos y ricos de color.
1774
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Como símbolo también. La moza ígnea de "La cita,, y esta dama áurea señalan por
ahora los dos términos en que se desenvuelve el arte del ilustre pintor italiano. Va entre las dos
mujeres corno uno de esos galanes que en los retornos vernales y vesperales nos hacen volver
la. cabeza, melancólicos de la felicidad ajena ….
Estos pintores se llamaban José Drudis Biada .y Eduardo Aracil. Alabamos entonces su
independencia giróvaga, su inquietud espiritual, aquella sed de horizontes que les arrancó a una
existencia mollar, en el que su arte se habría anquilosado.
Y ni una de ellas han vendido; avaros de ellas como de un tesoro que habrán de ofrecer
en el día, todavía lejano, del retorno definitivo, cuando hayan conquistado el derecho de
permanecer inactivos y tranquilos. „
Cuando se presentó en Madrid por segunda vez, lo hizo ya como un artista seguro de sí
mismo, sin los románticos arreos del globe trotter.
1775
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Drudis Biada maneja la acuarela con singular maestría e interpreta la naturaleza con
emocionada sensibilidad.
Pero este defecto irá desapareciendo conforme Drudis Biada imponga su nombre y le
consienta su independencia audacias y sinceridades antiburguesas.
No se crea, sin embargo, que las acuarelas de Drudis Biada tienen ahora, cuando todavía
no se ha libertado de la autosugestión de no contrariar gustos ajenos, una importancia
mediocre.
No. Las acuarelas de Drudis Biada causan una sensación de arte y de realidad muy
interesante. Da a cada sitio su luz propia, su medio ambiente característico; elige aquellos
temas que mejor le representan. Informa por lo tanto una gran variedad expresiva la serie de
sus paisajes, desde las páginas húmedas, sombrías, de tonos fríos y gamas grises de las
ciudades y campiñas norteñas, hasta las cálidas rutilantes de las tierras del Sur, desde las
ásperas e ingentes cumbres de Monserrat hasta la blanda y galante frivolidad de los jardines de
Aranjuez, desde la melancolía austera de Santillana del Mar a la voluptuosidad lujuriosa de los
jardines del Generalífe
Laudable es el ejemplo de este mozo pintor que va inquiriendo el alma de España en los
espectáculos elocuentes y diversos de ella misma, que ignoran tantos y tantos miles de
españoles.
Así cada acuarela del Sr. Drudis Biada es como una invitación y como un reproche para
los sedentarios que mueren como el bobalicón personaje de Trueba sin ver más que el
campanario de su aldea.
Y también para los que de un salto pasan las fronteras sin conocer antes lo suficiente
España.
1776
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Iniciado en la Correspondencia de España por el ilustre escritor y crítico de arte Sr. García
Mercadal, se proyectó un homenaje a Ignacio Zuloaga con motivo de su estancia en Madrid,
adonde ha venido el gran artista para pintar, entre otros varios retratos, uno del duque de Alba,
y celebrar en el palacio de este procer español una exposición de sus obras.
Nada tan justo como este homenaje, no por tardío menos oportuno y deseado de las
actuales generaciones de escritores y artistas que no han escatimado su entusiasmo y sus
elogios a Ignacio Zuloaga desde hace doce o quince años en las revistas y periódicos españoles
Así, pues, la iniciativa ahora del Sr. García Mercadal obtuvo al principio la misma
excelente acogida que otras anteriores, y confiamos cándidamente que con mejor resultado, ya
que no había de faltar el aliciente para la legitima admiración de la propia obra del festejado
expuesta ¡al fin! en Madrid.
Una de las primeras adhesiones al proyectado homenaje fué la de don Mariano de Cavia,
en el diario El Sol que lanzó desde las páginas del importante diario matutino la idea de publicar
un libro consagrado a Zuloaga con reproducciones de sus cuadros y opiniones de cien
personalidades de las Letras y de las Artes españolas contemporáneas. En dicho artículo aludía
a la Empresa periodística "Prensa Gráfica‖, solicitando los medios editoriales de que dispone
para tal fin.
Y es tanto más sincera y entusiástica la adhesión de Prensa Gráfica cuanto que hace
tiempo, coincidiendo con el triunfo enorme y definitivo de Zuloaga en el Salón de París el año
1914 con sus cuadros "El Cardenal,, "Toreros de aldea,, "La dama del papagayo,, inició con la
firma de su crítico de arte, José Francés, el proyecto de un homenaje nacional al gran maestro
de la pintura española.
1777
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Dijimos entonces: "Acaso no está lejano el día en que el maestro vasco reciba la
consagración española después de la europea, tan indiscutible‖.
Por su parte, Ignacio Zuloaga dirigió a Mariano de Cavia una carta de la cual son los
siguientes párrafos:
"....Y quiero también decirle que mi labor artística está muy lejos de merecer el homenaje
que usted ha propuesto.‖
Su iniciativa, su tan noble intención (así como la de otros amigos) son lo bastante para
recompensar con creces lo que yo haya podido hacer en mi oficio.
Soy enemigo mortal de los homenajes; pero, si algo quieren hacer, ahí va mi idea:
Organicen ustedes una suscrición (sic) para comprarme un cuadro, el cual pueda
representar dignamente mi pintura en el Museo de Madrid, y déjenme luego la alegría de
satisfacer lo que en mí constituye una religión: la de dar a los pobres de Madrid el dinero
íntegro que se haya recaudado.
―Este es el Homenaje que sueña su amigo y admirador, tan eibarrés como aragonés,
Ignacio Zuloaga.‖
Pero, pasaron los días, pasaron las semanas, y al fin no se hizo nada de tanto como se
proyectaba.
MEMORANDA
1778
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MAYO
EL CERAMISTA ZULOAGA
Y EL PAISAJISTA LLORÉNS
En el mismo Salón del Círculo de Bellas Artes donde exponía Juan José sus hierros
artísticos presentaban varios cuadros Francisco Lloréns, y objetos cerámicos Daniel Zuloaga.
Francisco Lloréns (Véase EL Año ARTÍSTICO 1917) .es por antonomasia el paisajista
gallego. Nadie como él nos da la sensación exacta, con toda su poesía, de la bellísima región
española donde ha nacido. Cuando el año anterior visité Galicia luego de conocerla en sus
cuadros, quedé sorprendido de tal fidelidad expresiva, de tan íntima y consustancial
identificación del artista con el ambiente. Cuando estos mismos lienzos vayan—según se
proyecta—a la Argentina; Chile y Méjico, darán a muchos gallegos expatriados el melancólico
consuelo de su terriña dulce y mimosa.
Lloréns expone 33 óleos y 10 dibujos, y todos ellos reflejan lugares, campiñas, playas y
ríos gallegos.
Galicia sonríe durante las claras jornadas estivales; llora y reza en los largos días
invernizos. El artista que en primavera y verano pinta los valles esmeraldinos, las bucólicas
marinas, los prados y maizales de una jugosa tonalidad, los pazos refugiados en las umbrías
pujantes, acunados por los cantos de un viejo eglógico sabor, busca en invierno el abrigaño de
los pueblos y de las ciudades que la lluvia corteja y un rumor de zuecos aturde,
1779
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
PRIMERA PARTE I
PRÓLOGO
Una profunda melancolía me invade al empezar esta serie de capítulos que habrán de ir
reflejando serenamente, sinceramente lo que fué la exposición de pintura francesa celebrada en
el Palacete del Retiro.
1780
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
(…) En esta exposición de pintura francesa que llamaron de 1870 a 1918 faltaban nada
menos que Manet, Millet, Courbet, Degas, Cèzanne. Gauguin, Carriére, Seurat, Rousseau,
Monticelli, Odilon Redon, Toulouse Lautrec, Berta Morissot, Fromentin, Mary Cassat, Alberto
Besnard, Cheret y los modernísimos Bonnard, Roussell, Guerin, D'Espagnag, Marquet, Signac,
Vallotton, Steinnlen, Baigniéres, Matisse, Mare, Flandrin, Girieud, Rouaulty Dupuis.
Si en aquel desdichado conjunto de cuadros que se pretendió hacer pasar por Exposición
de la pintura francesa contemporánea, faltaban los artistas dignos de tal nombre y sobraban
aquellos que, a semejanza de muchos nuestros, no son más que académicos y primeras
medallas, la colocación de cuadros fué sencillamente intolerable.
Diríase que el Comité franco-español tuvo empeño en anular aquellos lienzos que
pudieran compensarnos algo de tanta horrida muestra de impotencia estética, de mal gusto
pictórico y de vetustez academicista como se ha traído a la capital de España en esta ocasión.
1781
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No había más que un Renoir, pero se le colgó de cualquier modo y entre dos lienzos
claramente enemigos suyos. Al "Pobre pescador», de Puvis de Chavannes, le habían crucificado
igualmente entre otros dos lienzos, cuyos títulos y cuyos autores quisiéramos olvidar
piadosamente.
En cambio, todos los cuadros mediocres, todas esas absurdas machines que por unos
días descongestionaron de vulgaridad el Luxemburgo, ocupaban los mejores puestos, como
ejerciendo previa coacción sobre el juicio de papanatas e ignorantuelos.
Porque si bien era natural que a algunos artistas españoles les molestara en Madrid la
presencia de la verdadera pintura francesa moderna no hubieran atendido su mala fe artística y
su egoísmo de fracasados a pesar de todas las medallas, títulos académicos y cargos oficiales
que posean en Francia, si en vez de M. Dawant hubiese venido como delegado otro pintor
menos académico, medallado y oficialado.
Albert Dawant posee tantos títulos, honores y recompensas como un pintor español de
los de fines del siglo XIX.(…)
IV LOS CUADROS
Conocidos estos antecedentes artísticos del Sr. Dawant y los de la mayoría de los señores
que componen el Comité español, la selección de cuadros luxemburgueses no puede extrañar
tanto aunque nos entristezca.
1782
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En primer lugar, el Sr. Dawant ha tenido el disculpable orgullo de intentar demostrar que
la Sociedad de Artistas franceses, a la cual pertenece, es mejor y más numerosa que la
Nacional y la de Otoño.
Por lo menos en esta exposición de mala pintura francesa casi todos los cuadros estaban
firmados por ilustres miembros de dicha Sociedad.(…)
D. Carolus Durán (…) Cabanel; Bouguereau; Carlos Chaplin, Dinet; Flameng, Gastón
Latouche; Paul Chabas, Juan Pablo Laurens, Detaille, (…)
Sí; algo.
Un Renoir, que iluminaba la sala donde estuvo. Era uno de estos desnudos jugosos, de
carnación incomparable, que da al cuerpo femenino la sensación de un fruto maduro.(…)
De Sisley se expusieron dos cuadros: "Márgenes del Sena, y "El Canal de Loing‖
En ambos las cualidades típicas de finura, de sutilidad, de sensitiva agudeza que tuvo
Alfredo Sisley se ofrecen encantadoras. Era uno de los organismos más delicados y más
exquisitos que tuvo el paisismo de los impresionistas.
"Márgenes del Sena‖ es amplio, grandioso, con una rotundez de glorificación en el cielo
que ocupa las tres partes del cuadro y parece sobrepasar sus límites, envolviéndonos de
infinitud atmosférica. Aún más bello todavía el lienzo titulado "El canal de Loing‖. Todo él es
diáfano, optimista, gentil de colorido y de línea. Diríase que la sensibilidad refinadísima de
Sisley habla aquí con más sugestiva pureza que nunca.
Monet es el otro patriarca que sobrevive con Renoir, a su generación. Es el padre del
paisaje impresionista, el iniciador en la pintura francesa de la descomposición de los tonos y de
la famosa ley de los complementarios. La luz se halla en sus cuadros como una emperatriz en
su trono. Ha magnificado la Naturaleza, dotándola de—antes de él—inéditas sorpresas.
Para terminar con los paisajistas citemos "El Huerto‖ de Pisarro, que tampoco puede dar
idea a los espectadores madrileños del divisionismo prolongado hasta el puntillismo,
1783
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
característico del precursor de Seurat, Signac, Van Rysselbergue e incluso del propio Henri
Martin.
Otro tanto podría decirse de la marina "Luz vesperal, (puerto de Camaret), que, de Carlos
Cottet, se ha traído. Carlos Cottet es el intérprete de la trágica Bretaña, de los cóncavos y
profundos duelos marítimos. No puede olvidarse nunca la impresión de aquel formidable tríptico
que presentó en el salón de 1898, titulado "Au pays de la mer, donde, sobre todo "El adiós,,
escena de las páginas más hermosas de toda la pintura costumbrista contemporánea. Cottet es
además un gran amigo de España. Nuestras viejas ciudades Avila, Segovia, Salamanca, Burgos,
le conocen muy bien y él ha demostrado conocerlas a ellas.
Huysmans, comprensivo y apasionado terminaba su diatriba con estas palabras: "A pesar
de las rebeldías que suscita en mí esta pintura cuando estoy delante ella, no puedo evitar cierta
atracción cuando estoy lejos,.
Yo, aparte de otras muchas otras cosas que el espacio y la oportunidad no consienten
enumerar ahora, amo esta obra de Puvis de Chavannes, por su biblica humildad, por su
inocente misticismo, por el reto que supone frente al filisteísmo ambiente.
De Gustavo Moreau hallamos el "Orfeo,, su obra más conocida, vulgarizada por el célebre
grabado de Emilio Sulpis; de Santiago Blanche el admirable retrato de "Thaulow y sa familia‖;
de Aman Jean y Heri Martín, dos cuadros, que recuerdan vagamente las sendas técnicas y los
sendos credos estéticos.
1784
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y con señalar los lienzos de Bastien Lepage "Foins‖, y "Retrato de Sarah Bernhard„; "La
Anunciación,, de Maurice Denis; Retrato de mi madre„, de Desvailliéres; "La primera comunión„,
de Devambez, y "El otoño‖, de Elena Dufau terminemos la primera parte de estos comentarios,
consagrados a una exposición que hubimos de desear más digna del momento actual de la
pintura española, tan floreciente, tan capaz de comprenderlo todo.
ROSA BONHEUR
Había obras muy anteriores a 1870 en el conjunto que tan moderno les parecía a los
Sres. Bilbao, Villegas y Dawant. Encontramos, por ejemplo, ―La Vista de Venecia„, de Ziem, que
figuró en el Salón de 1852; «La Malaria, de Hebert (Salón de 1850); "La espigadora‖ de Julio
Bretón (1853); "La labranza en Niverniais‖, de Rosa Bonheur, que obtuvo primera medalla y fué
adquirido por el Estado en el Salón de 1849, y otras menos importantes.
No me parece mal esta "propina pictórica,, que añadió a los cuadros clasificados como de
1870 a 1918 unos cuantos pintados veinte o treinta años antes.
Lo que sí me parece mal es que hayan elegido precisamente a esos pintores de segundo
orden, y, en cambio, se prescinda de otros contemporáneos suyos e infinitamente más valiosos
y decisivos en la evolución de la pintura francesa durante el siglo XIX.
1785
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
dos maestros vale por todas las obras juntas de los que, anteriores al famoso ciclo, figuraron en
la Exposición del Retiro.
Menos mal que el Comité parece arrepentido e incluso prepara otra exposición de
verdadera pintura moderna en vista de que la crítica y los artistas españoles no se han dejado
embaucar esta vez. Uno de los miembros del Comité se disculpaba anunciando que tal vez se
trajeran los ocho o diez cuadros que faltan en ese conjunto para que estuviera cabalmente
representada la pintura francesa de hoy.
Nos indignamos, ¿Cómo ocho o diez cuadros? ¡Doscientos lo menos hacen falta para
borrar el mal recuerdo y para que España se dé cuenta de lo que es el arte actual en Francia!
(…)
Rosa Bonheur es una figura interesante. Desde luego, entre los cinco o seis cuadros
"resucitados„ para la Exposición del Retiro, "Labranza nivernes‖, es el más importante.
(…) Rosa Bonheur prescindió (…) del hombre o le utilizó como detalle complementario.
En cambio prestó a los animales toda su atención.
Rosa Bonheur es el animalista más destacado entre los pintores franceses, (…)
Pero en Rosa Bonheur hay una profundidad filosófica y, una sensibilidad aguda que no
tienen Troyon y Jacque. Pinta, con el vigor de un hombre y siente con el espíritu de una mujer,
muy mujer.(…)
1786
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A los diecinueve años (en 1841) expone por primera vez en el Salón. Es un cuadro
titulado "Cabras y carneros,, ejecutado a la manera sombría y áspera de su segundo maestro
León Cogniet. En 1845, expone "Vacas pastando,, y obtiene una tercera medalla. En 1849,
presenta el lienzo "Labranza en Nivernais„ que es premiado con primera medalla; en 1853 el
famoso "Mercado de caballos,, que había de alcanzar muchos años después el precio de
250.000 francos. En 1865 le concedían la cruz de la Legión de Honor—elevada a la roseta de
oficial en 1894—; en 1873 obtenía un éxito clamoroso en el Salón con un conjunto de catorce
lienzos que !a consagraban definitivamente. Y el día 25 de mayo de 1899 fallecía en una finca
de su propiedad en By (Seine-et-Marne).
Los dos cuadros más importantes de Rosa Bonheur son: "La labranza en Nivernais, y el
"Mercado de caballos‖.
Idéntica fidelidad expresiva tienen ambos; igual ímpetu colorista los afilia entre las obras
maestras de la época.
"La labranza en Nivernais, es una página robusta y sana, un episodio tranquilo de la vida
campesina, reproducido con singular fortuna. Cuando apareció en el salón de 1848 el seráfico
Gaünard, que escribía sus críticas de arte con plumas de los ángeles que pintaba en sus
cuadritos bobalicones, se indignó viendo cómo el pueblo "se complacía con escenas ordinarias,
cuyos protagonistas eran bueyes y carneros.
"El mercado de caballos‖, cuyo original está en Nueva York, y del que existe en la
National Gallery una réplica, transforma el reposo lento de "La Labranza» en una vibración
vigorosa, en un tumulto fuerte y bravo.
1787
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
AUGUSTO RENOIR
"No se comprende cómo puede pintar—dice Meier-Graefe—. La mano encogida, con los
dedos grotescamente retorcidos, parece una bola de confusas espirales. Apenas si puede
sostener el indispensable cigarrillo; no puede partir el pan ni la carne. Es su mujer, o la fiel
criada Gabriela, que nunca se separa de su lado, quienes meten el mango del pincel en esta
bola informe. Entonces él aprieta la bola y pinta. Pinta como si tuviera entre los dedos una
pluma de eider (J. Meier Graefe.—Augusto Renoir 1912). (…)
Esta mano incansable es la que ha dotado al arte francés, desde la segunda mitad del
siglo XIX, de un número incalculable de cuadros, donde hay verdaderas joyas pictóricas (…)
Stéfano Mallarmé el identificado con los pintores de su generación que, como él, iban
más allá de su generación, la nombra el fenómeno futuro a pesar de creerla resucitada desde
remotísimas centurias (…).
Y Camilo Maticlair, et ilustre crítico que tan Bellamente interpreta el arte contemporáneo,
dice: "Pinta amorosamente su carne en gamas vibrantes nivosas o rosadas, poco verosímiles.
Para él el desnudo íemenino es un resplandor, una pulpa luminosa, lilial, nacarada, floral, que
ninguna modelo, ninguna rubia de diáfana piel podría ofrecer. „ (L'Impressionistne, Auguste
Renoir et son ceuvre, pág. 122). (…)
(…) los paisajistas como Claudio Monet, Sisley y Pissaro dan la expresión exacta del
paisismo francés, como Turner y Constable siguen dando la del paisismo británico.
1788
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
EDUARDO MANET
No faltara Manet y diéranse por dispensadas algunas otras faltas menos importantes.(…)
No una o dos obras debieron traerse de Eduardo Manet, sino cuantas hubiera sido posible para
instalarlas en una sala especial, ya que es el verdadero pontífice de la moderna pintura
francesa, y ya que es el más ligado a la tradición de la pintura española.
Aun antes de venir a España, le obsesionan España y sus pintores. Aprovecha la estancia
en París de un grupo de cantadores y bailadores para pintar tipos y asuntos de carácter
español. (…) Años después, Manet conoce al fin España. Abandona París, asqueado por el
estúpido escándalo hecho en torno de "Olimpia‖
. Es preciso colocar dos guardianes delante del lienzo para evitar que la chusma de
visitantes aristocráticos y de escritores remilgados le destroce en el salón de 1865. Sólo Emilio
Zola, el más grande de todos los novelistas franceses de ayer y de hoy, le defiende con unos
artículos que son ya clásicos y que no podrán superar hablando de Manet los comentaristas
siguientes a él.
Entonces Eduardo Manet viene a Madrid. Se aloja en un hotel de la Puerta del Sol. Visita
cotidianamente el Museo del Prado y alterna las visiones reales, palpitantes de la calle, de los
caminos, de las plazas de toros, de los mendigos y la chulería, con el éxtasis comprensivo
frente a Velázquez y Goya. (…)
¡Y allí estaban Manet, Monet, Renoir, Degas, Fantin Latour, Pissaro, Sisley, Monticelli!
Este odio, esta ciega incomprensión frente a uno de los más grandes pintores que ha
tenido Francia, ya no subsiste. Eduardo Manet es ya un clásico(…) aprendió de los maestros
pretéritos el amor a su época coetánea, el sentido realista y verídico de la pintura, la exaltación
artística de los aspectos cotidianos.(…) con un abandono de la luz convencional del estudio y de
las actitudes convencionales de los modelos, entre los fondos ficticios y simulados.(…)
1789
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) rincones de puertos, calles típicas y características; (…) son los canotiers de
Argenteuil y Eu batean, (…)los Jurados de los Salones le niegan sistemáticamente, le rechazan
sus obras; el público acude a las exposiciones particulares del artista en el barracón del puente
del Alma (1867) y en su estudio (1876) para gritar groserías y lanzar carcajadas; la crítica,
capitaneada por Alberto Wolff, no retrocede ante los insultos personales más soeces.
(…) Mientras tanto, Eduardo Manet, con la misma fe que en otro tiempo daba a sus
cuadros el empaque sereno, fuerte, equilibrado de obras museales, sigue entonces la senda de
Claudio Monet; aprovecha para su credo estético las teorías del gran impresionista.
No son ya, como dice Francois Moned, "las sombras y las luces reemplazadas por
oposiciones de los tonos, los planos sin pasajes ni reflejos; las coloraciones localizadas; la
tonalidad mate, enfriada, y la predilección por los claros sobre fondos os-curos».
Monet, que empezó pintando figuras y que hizo luego de la pintura de paisaje algo
genial, y más allá de todas las preceptivas técnicas, le sugire principios fundamentales de arte:
la ley de los complementarios, el divisionismo de los tonos, el estudio metódico de los reflejos.
Recoge, por lo tanto, en sí, Eduardo Manet las dos enormes tendencias de la pintura
moderna: el realismo y el impresionismo. Desde el "Bebedor de absenta„, pintado en 1859,
hasta "La maison de Bellevue,,, pintada a fines de 1882, no es solamente la ascensión gloriosa
de un artista aislado lo que presencian un grupo de hombres inteligentes y entusiastas entre las
cuchufletas y silbidos de una multitud ignara; es la renovación de la pintura francesa, y por
ende la renovación de la pintura universal. (…)
1790
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CLAUDIO MONET
Embrujada por gémmicas factuosidades de la luz, "La gare Saint Lazare‖—que, pintada el
año 1878, le ha sido dado contemplar ahora, en 1918, a los madrileños—es un verdadero
poema cromático, una deslumbradora interpretación de la realidad a través del fogoso lirismo
de un temperamento esencialmente, exclusivamente pictural,
Bajo la armazón de hierros y cristales, haciendo flotar, entre la atmósfera vibrante que
las envuelve, las siluetas macizas de locomotoras y vagones o las fugitivas de las personas, se
transforma el ambiente, erizado de motivos vulgares y líneas antiestéticas, en una amplia y
luminosa glorificación. El sol enjoyece las nubes de vapor, inflamándolas con radiantes y
movibles cambios. Las formas de las cosas apenas subsisten. Todo parece agitarse en una
hiperestesia regocijada, en un desvanecimiento etéreo.
Demuestra, con feliz resultado, que "la luz es el protagonista de un cuadro‖. Expresa el
criterio realista con que el grupo de pintores franceses, coetáneo del grupo de escultores del
periodo de 1860 a 1890, respondieron al credo naturalista literario y hace entrar en el arte los
aspectos fabriles de la vida moderna. Recuerda la influencia de Turner sobre Monet, ya que
Turner, dotado de revelaciones cromáticas para Monet, fué también el primero que pintó una
estación de ferrocarril. Sigue, cronológicamente, a la otra "Gare Saint-Lazare‖ que figuró en la
famosa Exposición de Durand Ruel en el año 1877, que escandalizó al público y atemorizó como
un peligro, ya consolidado, a los pintores ajenos a la renovadora tendencia. Formó parte de la
Colección Caillebote que entra en el Luxemburgo el año 1896, dando lugar a una protesta
oficial de una Comisión de la Academia de Bellas Artes. Figuró, por último, en la Exposición de
1900, que ya consagró definitivamente a los pintores impresionistas.
Es el luminista por excelencia, el que mejor ha sabido emplear todas las fantasías
atmosféricas, el que ha profundizado más en el análisis espectral de los tonos, el que ha
comprendido el paisaje moderno—este paisaje democratizado por toda clase de edificaciones y
toda clase de objetos que atacan a la grandiosidad de la Naturaleza, pero, en cambio, la dotan
de nuevos acordes cromáticos, enriqueciéndola de tonos ajenos a ella en otro siglos— con toda
la polícroma y mirífica diversidad actual.
1791
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Antes de él Jongkind (1819-91) y Boudin (1824-94) han pintado, con idéntico amor y con
la misma exaltación lumínica, los fugaces aspectos del cielo, del agua y del campo, y es en sus
obras, como en las de Turner años más tarde, donde había de hallar la fórmula latente de su
estilo definitivo. Contemporáneos suyos, han producido con el mismo concepto pictórico otros
pintores como Pisarro y Sisley. Después de él, los partidarios puros o deformadores de sus
teorías, franceses y extranjeros, forman una legión nutrida,
El principio fundamental del impresionismo es que en el natural las líneas, las formas, las
sombras mismas se supeditan al color, es decir, a las vibraciones luminosas, Estas vibraciones
luminosas constituyen los siete tonos elementales del espectro solar, que proyectados
aisladamente en líneas paralelas, son mezclados, fundidos en la retina.
Monet, y con Monet los impresionistas, no mezclan, por lo tanto, los colores primarios en
la paleta; los colocan enteros, puros, sobre el lienzo, al lado de cada uno su complementario
para que la mirada, a cierta distancia del espectador, realice la fusión óptica.
A partir de este principio fundamental, hay la natural secuela de otros, como la ausencia
absoluta del negro, la frecuente de sombras o, por lo menos, la presencia de sombras
violáceas, la sustitución de los valores por los colores y, sobre todo, la observación, según dice
Francisco Monod, de tres fenómenos ópticos importantísimos; "La reflexión que moviliza los
tonos crea entre ellos múltiples cambios y místicas prolongaciones; la irradiación, es decir, la
expansión luminosa y la difusión del contorno de las superficies claras; la ilusión visual, por
último, de los complementarios y la ley del contraste simultáneo.
Como una lógica consecuencia, el impresionismo expande hacia el aire libre, hacia los
espectáculos soleados, a los momentos luminosos de la tierra y del agua, entregados a la
amplitud atmosférica que influye sobre ambos. Había de ser, por lo tanto, un paisajista, el
verdadero maestro del impresionismo.
1792
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los rebeldes de ayer son los clásicos de hoy. Viendo que la venta de unos cuantos
cuadros producen millones de francos, que los suyos propios y los de Renoir se cotizan a varios
centenares de miles, pensará en la época lejana cuando vendían sus telas por cuarenta y
cincuenta francos a marchantes desconocidos. Rechazados en los salones oficiales,
escarnecidos por la crítica burlados por el público, había de conocer Monet el momento de
entrar los impresionistas, no ya en el Luxemburgo, sino en el Louvre. Primero en cuadros
aislados, luego en el conjunto de la colección Camondo, que completa la serie de obras bien
representativas del admirable ciclo, iniciadas por la colección Caillebote y la colección Durand
Ruel, propiedad ya del Estado los dos primeros.
Y había de ser él, incluso, un conservador, un reaccionario con los artistas posteriores al
impresionismo. En 1906, con motivo de una visita que le hizo en Giverny Luís Vauxcelles dijo al
ilustre crítico que no comprendía a Gauguin.
Je vois bien ce qu'il doit á Puvis de Chavannes, á Cèzanne, aux Japonais, mais je ne vois
guére sa part. Je ne l'ai d'ailleurs jamáis pris au serieux.
Claudio Monet, que había de ser uno de los grandes paisajistas franceses, empezó como
pintor figurista. Como Manet, como Renoir, padeció la influencia de Courbet. Sus primeros
lienzos "Camila,,, "La japonesa,, "Almuerzo en un interior,,, parecen lienzos de Manet, animados
de idéntico brío realista, de la misma escrupulosa observación de indumentarias y accesorios,
del mismo empaque de obra museal.
Pero qué enorme diferencia existe ya entre estos dos cuadros del mismo título y parecido
asunto. "El almuerzo‖ de Manet es, como sabemos, un cuadro opaco, de composición
académica, pintado en el interior del estudio, sujeto a reminiscencias italianas y con un sentido
tímido aún del paisaje. "El almuerzo„ de Monet, como su cuadro "Eté‖, rehusado en el Salón
tres o cuatro años antes, mueve en el aire libre, en la clara y alegre diafanidad de un bosque
donde las sanas hojas de los árboles tamizan un sol de naciente verano, varias figuras de
damas y caballeros con los trajes típicos de la época, aquellos trajes que los demás pintores
rehuían y que Degas, Renoir, Manet y Monet habían de legar como documentos inapreciables.
1793
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
cada vez más rotundo. Encontramos en este lienzo, claro, optimista, de usa alegre
diafanidad donde el color canta armoniosamente, el pintor que habrá de retar al sol y de
vencerle, el pintor que dará lugar a esta elocuente frase de Berta Morizot (sic), la admirable
mujer del grupo de los impresionistas: "Frente a un cuadro de Monet, siempre sé de qué lado
debo inclinar la sombrilla „.
Luego Monet se consagra por entero al paisaje, se instala en Argenteuil y produce una
serie de obras donde la luz se refleja sobre las aguas del Sena; realiza un viaje a Londres, y los
paisajistas ingleses Turner y Constable le revelan inéditos atisbos técnicos. Torna a Francia y
sucesivamente va realizando su labor de paisajista en Vétheuil, en Moret-Sur Loing, en Etretat,
en Varengeville, en Belle-Isle, en Verbit, etc.
A partir de 1885 Claudio Monet realiza esta clase de obras donde se gradúan los
sucesivos efectos atmosféricos dentro de un espacio reducido.
El motivo es sencillo, las líneas aparecen simplificadas, sirven solamente para sostener
las diversas gradaciones de la luz, los movimientos del aire, el paso del sol.
Los principales temas desarrollados de este modo por Claudio Manet son: "Meules,
"Peupliers au lord de l'Epte,. "La Catedral de Rúan,, "Una mañana de verano en el Sena„,
"Charing Cross bridge„, "Waterloo bridge», "Westminster,, «Venecia, y las "Ninfeas‖, de su
estanque japonés de Giverny, de esta residencia campesina, donde el gran pintor vive desde
hace cerca de cuarenta años. (…)
1794
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ALFREDO SISLEY
Entre los escasos aciertos de elección de obras en la Exposición Francesa del Retiro,
figuraban los dos Sisley, "Márgenes del Sena‖, y "Canal de Loing„, de una decisiva elocuencia
para comprender el temperamento artístico de este hermano menor, en el paisismo, de Claudio
Monet.
Alfredo Sisley es realmente un espíritu fraternal del maestro del impresionismo. Tiene
idéntico concepto del color y de la luz, el mismo amor a los espectáculos de la Naturaleza,
revela una emoción semejante en los cielos y en las aguas temblorosas de claros reflejos.
Sisley nació en París el 30 de octubre de 1840. Sus padres eran ingleses; pero nada
británico hay en él sino la influencia de los Constable y de los Turner, a través del
temperamento y de la visión de Claudio Monet.
En cambio son bien francesas sus influencias pictóricas. Además de las definitivas del
autor de "La Gare Saint-Lazare„, Sisley fué en sus comienzos un apasionado de Corot, de
Daubigny, de Millet, con aquel sentido fervoroso que tenían del paisaje los maestros de la
generación de 1830.
1795
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El curso afable del Loing es interpretado centenares de veces por Sisley. Los aspectos
ribereños, las edificaciones alegres, los sucesivos episodios atmosféricos de los días y de las
estaciones van quedando igualmente reflejados en estos cuadros del admirable paisajista, que
compartió en un lugar secundario el período hostil a los impresionistas, pero que no saboreó el
desquite noble y perdurable de la consagración.
No pudo ver, como Degas, Monet y Renoir, la entrada del impresionismo en el Louvre
con la colección Camondo. Ni siquiera pudo contemplar doce obras suyas en la Exposición de
1900, que motivaron estas palabras de Camille Mauclair: "Al lado de los más bellos Renoir,
Monet y Manet, conservaban (estas telas de Sisley) su encanto y su resplandor, con una
singularidad sabrosa, y fueron para muchos críticos la revelación del verdadero rango de este
artista, a quien consideraron hasta entonces no más que como un lindo colorista de relativa
importancia».
ODILON REDON
(…) El extraño visionario falleció en París en julio de 1916, a los setenta y cinco años de
una vida ferozmente subjetiva, celosa de cuanto por externo pudiera atacar su integridad.
A lo largo de esta vida tan dilatada, Odilon Redon ha ido presenciando diversas
evoluciones pictóricas, sucesivas imposiciones estéticas, vio como los revolucionarios se
transformaban en clásicos, como las escuelas se derribaban y sustituían unas a otras.
Contempló el desfile apasionado de los hombres y las obras de un ciclo proteico que comienza
en el realismo de Courbet y termina en el cubismo de Picasso.
Jamás concurrió a ningún salón oficial. La mayoría de sus cuadros eran pintados para el
marchante Hessel. De sus litografías hacía tiradas muy cortas, de cincuenta o setenta y cinco
pruebas a lo sumo, y destruía después la piedra.
1796
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y, sin embargo, este pintor inquietante, hostil al juicio de las multitudes, ha conseguido
una reputación perdurable que cada vez se irá ampliando más. (…) Los artistas, los críticos y
los escritores aficionados a la pintura literaria van iluminando el mundo alucinado, morboso de
sus creaciones y ponen un fervor casi enfermizo de tan autoemocionado, en comentarle
conservándole su carácter de selección y pureza. Porque Odilon Redon no será nunca- y en ello
hacen hincapié muchos de sus comentaristas como una vanidosa satisfacción de amor propio-
un artista popular.(…) Se sosegaría el espíritu conturbado por ensueños malsanos por
autosugestiones macabras, en las evocaciones vagarosas de un Oriente idealizado, o en
melancólicos jardines de unas flores quiméricas, donde iba formando sus ramos delicadísimos
que luego pintaba dentro de cacharros chinescos.(…)
Sus alegorías llevan títulos clásicos o modernos, pero tampoco permiten una cronología
exacta. El orientalismo de sus paisajes, de sus hombres sagrados que por estos paisajes cruzan,
es distinto al orientalismo estilizador de las modernas tendencias pictóricas. Éstas vuelven la
mirada hacia el Japón, mientras Redon fija las suyas en las remotas dinastías chinescas de
los Han, de los Tang, anteriores a Jesucristo. Son asi de complicadas y misteriosas sus
selvas, de ingenuas sus mares que surca un arcaico velamen, sus Budas que tienen la túnica y
el hieratismo enigmático del Sakyamuni primitivo.
Raras armonías forma con ellas Odiíon Redon. Como lógica consecuencia de sus tonos
cariciosos o vibrantes, de sus acordes violentos o delicados, se imagina la diversidad
embriagadora de sus perfumes. Diríase que contienen zumos para narcóticos enloquecedores,
que en ellos los alambiques encuentran licores.(…)
EUGENIO CARRIÉRE
1797
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fué el propio Eugenio Carriére quien dijo en el Prefacio del Catálogo de la Exposición de
Rodin el año 1900, lo siguiente: "La trasmisión del pensamiento por el arte, como la trasmisión
de la vida, es obra de pasión y de amor„.
Nunca pudo un artista dar tan cabal medida de lo que su arte sugiere, de la íntima y
recóndita amargura que empapó su triste vida.
Aislado está Carriére entre los pintores franceses contemporáneos suyos. Únicamente,
tal vez, Whistler haga pensar en coincidencias técnicas y sentimentales. Pero mientras las
sinfonías y armonías sutilísimas del artista inglés indican un refinamiento cerebral, los rostros
que nos sonríen, las manos que acarician surgiendo de la sombra en los lienzos de Carriere,
llegan directamente del corazón por rutas que el fervor, como esas flores candidas cuando los
cortejos sacros, ha cubierto y ha perfumado.
Los impresionistas clarinean sus colores al aire libre, exaltan la vida en sus espectáculos
populares, en sus regocijos públicos; los rezagados románticos evocan episodios bélicos o
religiosos, escenas de antigua barbarie o escenas melodramáticas; compiten con los modistos o
con los cronistas de sociedad, pintan retratos de damas elegantes, de generales, de monarcas,
de seres aparentemente felices.
Carriére pinta su mujer, sus hijos, sus amigos a las horas raudas y propicias del
crepúsculo.
Lejos están los luminismos solares; lejos las decoraciones accesorias de fondos elegidos
para una rica composición decorativa. No hay nada sino la penumbra misteriosa, inquietante, y
en ella las facies pálidas, expresivas, de tina extraña energía, moral. (…)
1798
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MAURICIO DENIS
Mauricio Denis, tan claro, tan pleno de sencilla gracia, tan expresivo en sus armonías
simples y luminosas, se anticipa a las críticas y exégesis de sus contemporáneos. Desde muy
joven no se limita al lenguaje de las formas y de los colores y escribe páginas orientadas al
paralelismo estético de su pintura.(…)
Cuando Denis pinta este grupo en 1901, ya está bien definida su personalidad y acusado
su prestigio rápido y sin obstáculos. Se alejan y se esfuman los comienzos turbulentos y
apasionados. Se olvida aquella grotesca y heteróclita agrupación de la Rose Croix donde
pontificaba el Sar Peladan y antefirmaba sus escritos con las palabras Ad Crucem per Rosam,
ad Rosam per Crucem, in ea in eis, gemmatus resurgeam,
A través de las diversas tendencias, por encima de apelaciones más o menos arbitrarias,
alejado en realidad con hábil apariencia de compartir horas y credos—de cenáculos y escuelas
rebeldes, Mauricio Denis se trazó a sí mismo un camino y un método que su fuerte voluntad le
ha impedido abandonar un solo instante.
"—¡Oh! ¡Este Mauricio Denis ira lejos! Es un joven perfectamente educado, que no va
nunca al café. Hará, hará camino …
Pocos artistas han saboreado tan pronto y con tal permanencia, cada vez mas afirmativa,
la gloria, como Mauricio Denis. Aun no ha cumplido cincuenta años y tiene un prestigio sólido y
una obra muy extensa detrás de él.(…)
Maurice Denis es el decorador por excelencia. Concibe y compone sus obras con la
amplitud armoniosa y la euritmia equilibrada que presuponen las grandes decoraciones
murales. Hace cantar el color de un modo fresco, optimista y caricioso. Sus azules, sus blancos,
1799
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
sus rosas, sus amarillos, sus verdes, son de una pureza y de un regocijo primitivos. Sus figuras,
al seguir la graciosa y noble imposición de arabescos felizmente tranquilos, completan la
sensación dulce de bondad y apaciguamiento espiritual.
HENRI MARTIN
En la Exposición francesa del Retiro figuraban dos cuadros de Henri Martin: "Les
devideuses" y "Le bassin de lauriers rosas„. Ninguna de ellas dotadas de suficiente poder
expresivo y representativo de su personalidad.
"La fuente de las adelfas,, era et más íntimo, el más recogido, donde asomaba la grave
simplicidad de Martin. "Las devanadoras „ —presentado por Martin en el Salón de 1912—con
sus proporciones excesivas, con su "agudización de factura,, era como un grito desgarrador en
medio de una emocionada confidencia. Si no destruir—por que esto es imposible—,
amortiguaba un poco los Monet, los Sisley, los Pissarro, ennegrecía "La pauvre pecheur„ que
había en la misma sala. Diríase que una malévola intención colgó este enorme lienzo en un sitio
donde dañaba las obras ajenas y se perjudicaba de acritud a sí mismo.
No es "Las devanadoras,,, ni mucho menos, uno de los mejores lienzos de Henri Martin;
pero puede, no obstante, verse en él su fórmula, su lenguaje pictórico; los empastes sabrosos
donde se acumulan los tonos enteros, el hormigueante luminismo de sus azules, rojos y
amarillos, la libertad atmosférica, donde vibra el cielo y asciende la campesina paz.
1800
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Todo esto insinuado, prometido sin cumplimiento, como un vago estribillo de sus obras
anteriores, sin que revele plenamente la "armonía tranquila‖, y la "dignidad grave‖, que
representa Martin en la moderna pintura francesa.
Las diversas renovaciones, sustituciones técnicas más bien, del impresionismo y del
neoimpresionismo, han sido aprovechadas por Henri Martin para alcanzar esta serenidad
reposada y esta luminosa diafanidad de sus composiciones decorativas y de sus paisajes.
"¡Con qué seguridad se pintará, una vez descubierta la ley de los complementarios! „—
decía Carlos Blanch.
Así alcanza un brío y una brillantez cromáticas donde la sugestión imperiosa de la nota
empapada de luz no excluye la dulzura del sentimiento, el suave trémolo de una sensibilidad
agitada blandamente por íntimas emociones.
1801
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y todo ello envuelto en una como polvareda de luz, como si la lumbrada sideral cayera en
finísima lluvia sobre la tierra y los seres; como si el alma, despertada al fin, de este hijo del
Mediodía francés, se desgranase como el agua surtida de una fuente en la soleada vernalidad
de un jardín. Una serie de escenas melancólicas u optimistas dentro del tema único de amor a
la tierra natal, desenvuelve la pintura de Henri Martin en cuadros, en panneaux reveladores de
un sutil temperamento de colorista. (…)
Henri Martin ha sido, hasta los treinta y cinco años, como un hombre extraviado en una
ciudad desconocida; como uno de esos espíritus demasiado sensitivos que un poder magnético
ajeno sugestiona, imponiéndole una vida ficticia y unos esfuerzos estériles.
Parece que su precoz entusiasmo por el arte va a salvarle. Abandona el comercio, ingresa
en la Escuela de Bellas Artes, de Tolosa, obtiene en esta última el premio y la pensión, que a
los diecinueve años le consienten ir a París. Todo esto podría significar un buen comienzo de
carrera. Y, sin embargo, no es asi. Henri Martin va a caer en un largo período de esclavitud, de
anquilosa miento, de academicismo, de respeto a las tradiciones escolásticas, de intoxicamiento
literario.(…)
¿Cuáles son las obras de este período lamentable y, sin embargo, consagrado por los
premios frecuentes, las adquisiciones constantes del Estado, las críticas laudatorias y el favor
creciente del público?
El propio Henri Martin ha ido después recobrando los cuadros que podía de esta primera
época para destruirles.(…)
Y de pronto, cuando ya Henri Martin poseía una reputación, cuando ya sus obras se
cotizaban a precios elevados, cuando la Academia ponía sobre él su atención, como el
manzanillo su sombra fatal, Henri Martin evoluciona radicalmente. Va a cumplir cuarenta años.
1802
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es la edad holgachona donde el artista que ha logrado triunfar saborea inactivo su victoria, la
edad en que el artista fracasado se rinde y se resigna al fin
La abdicación de Henri Martin no es tan absoluta. Henri Martin posee un espíritu más
acomodaticio, una picardía social más ejercitada que la de los revolucionarios intransigentes.
ALBERTO BESNARD
Y sin embargo, Besnard tiene en su favor la preparación del público hacia las modernas
tendencias. Algunas de las teorías impresionistas las encontramos practicadas por él. Exalta el
aire libre, las gamas claras, la abolición del negro, el culto del paisaje y de la realidad
contemporánea.
A veces estos artistas intermedios, colocados entre las avanzadas revolucionarias y las
retaguardias reaccionarias, realizan una labor eficaz de renovación que aquéllos malogran al
principio con sus ímpetus intransigentes y que éstos, los conservadores, no saben contrarrestar,
engañados por la habilidad del intermediario.
1803
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En la Exposición de Barcelona figuraba, claro es, Alberto Besnard. Mal representado, pero
figuraba. (…)
Alberto Besnard tiene hoy día tal vez la reputación oficial más alta de Francia.
Seguía siendo retratista, pero cultivó desde entonces las pinturas murales.
Antes de su viaje a Oriente, los dos aspectos más conocidos eran el primero y el último.
¿Cuál de ellos prefiere el artista? Indiscutiblemente el decorativo. Incluso sus lienzos más
1804
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
recientes de la India, están vistos y ejecutados con arreglo a una técnica de tonos enteros, de
valoraciones opuestas, de luces y sombras netas, que armonizan decorativamente.
El tercer aspecto del artista, que ya se inició en los cuadros de Argel y de Túnez, en los
paisajes de España, en los "Caballos hostigados por las moscas,, está palpitante, deslumbrador,
en la espléndida colección de lienzos que ha traído de su viaje a la India.(…)
En la figura y el prestigio del pintor que ha saboreado todos los honores oficiales y todos
los elogios públicos resucita el alma de uno de aquellos pintores monásticos de la Florencia
apasionada, que realizaban su arte aislados del medio personal y de las humanas pompas,
encendido el epíritu de místicos fulgores
AMAN-JEAN
Con el erróneo título "Retrato de señora joven, —porque en esta lamentable Exposición
incluso el Catálogo estaba plagado de equivocaciones y de tonterías—hallamos en el Palacete
del Retiro el "Retrato de la prometida, de Aman-Jean.
Pintado el año 1892, meses antes de su boda, representa este bello Portrait de la fiancée
a la novia de Aman-Jean; pero no representa la significación actual del ilustre pintor.
Aislado del conjunto total de la obra de Aman-Jean este cuadro tiene un valor positivo de
buen gusto cromático, de reposada línea, de íntima y delicada expresión. Considerado, dentro
de la totalidad evolutiva del arte de Aman-Jean, señala el período de transición entre el
obsesionante amor a los primitivos, la todavía un poco seca y reconcentrada manera y la
exaltación de sensibilidad, el poético hallazgo de los matices sutiles, los arabescos felices y las
feminidades lánguidas.(…)
1805
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LUCIANO SIMÓN
Tampoco estuvo bien representado Luciano Simón en la Exposición Francesa del Retiro.
Figuraban en ella dos envíos: "La lección de baile, y "Día de verano», y ninguno de ambos
cuadros expresaban el acento cálido, el vigor sobrio, la serena energía del autor de "Soirée
dans l‘atelier.
"La lección de baile„ es un cuadro secundario, uno de esos lienzos donde la personalidad
del artista se borra; cuadros abortados, que el propio autor olvida al cabo del tiempo, y que, sin
embargo, no puede ver salir de su estudio, porque la crítica y el público le tienen en la misma
desestimación. No obstante, "La lección de baile» ha sido adquirido para nuestro Museo de Arte
Moderno.
De este modo, los que no conocen a Luciano Simón por otras obras suyas, seguirán
desconociéndole. En Luciano Simón, el pintor de tipos, y costumbres de Bretaña mejora al
retratista habitual de su familia y de sus amigos.(…)
1806
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Casi de una misma edad, y con idénticos triunfos, los pintores de esta agrupación tenían
ya bien definidos su respectivo temperamento; y sus tendencias distintas ligadas por un común
esfuerzo de sanidad realista y naturalismo expresivo.
Luciano Simón se halla en ese momento optimo y fecundo de la vida humana entre los
treinta y cuarenta años—nació en París el 18 de julio de 1861—, que señala el período de
verdadera constatación artística, cuando se completa sin apasionamientos ni narcisismos la obra
de la primera juventud y va a comenzar el período de las creaciones sólidas y perdurables.(…)
(…) yo prefiero sus cuadros de Bretaña, de esa Bretaña cuya tragedia está en Carlos
Cottet, pero que en Simón es una sagaz comedia de costumbres.
MEMORANDA
1807
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
JUNIO
LA EXPOSICIÓN DE BARCELONA
LA PINTURA
Pudo y debió servir la Exposición de Bellas Artes de Barcelona como enseñanza y norma
de conducta para las Exposiciones Nacionales que suelen celebrarse en Madrid con relativa
periodicidad.
Espejo limpio era donde deberán mirarse los artistas y los organizadores del futuro
Certamen de 1919 y no en el turbio y deformador que ofrece el Congreso de Bellas Artes
celebrado recientemente en la capital de España, en pleno mes de San Isidro para desdeñoso
regocijo de las gentes sensatas y melancólico medro de unos cuantos indocumentados.
Con igual espíritu de justicia debe establecerse ahora la comparación desfavorable para
nosotros, los madrileños.
Claro es que en Madrid no existen las diversas entidades artísticas que en Barcelona,
perfectamente delimitadas unas de otras y a las cuales el Ayuntamiento concede amplia
autonomía y libertad de acción.
Así ha podido organizarse esta primera exposición si no muy importante como resultado,
de positiva importancia como esfuerzo lleno de promesas para lo futuro,
1808
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Artístico de San Lucas, Sociedad Artística y Literaria de Cataluña, Las Artes y los Artistas e
Independientes.
Cada una de estas entidades ha invitado o admitido e instalado las obras con entera
independencia de las demás, lo cual indica de antemano la garantía de que son respetados
todos los criterios estéticos y todas las orientaciones técnicas.
El Comité está presidido por el escultor José Llimona, una de las glorias más legítimas del
arte catalán contemporáneo.
En las salas del Real Círculo Artístico figuran, entre otros, los pintores Alcalá Galiano,
Bilbao, Caprotty, Cardona, Casas, Castellanos, Cidón Florensa, Galwey, Gili Roig, Grau Miró,
Gutiérrez Solana, Lloréns, Masriera (L. y F.), Mir, Moisés, Moreno Carbonero, Navarro, Pena
Pinazo Ca-marlench, Pinazo Martínez, Plá, Raurich, Rusiñol, Sigüenza, Sindlerova, Villegas y
Zaragoza.(…)
En la sección del Circulo Artístico de San Lucas exponen, entre otros, Antonio Badrinas,
Francisco Gimeno, Juan Llaverías, Juan Llimona, Olivet Legares, Pérez Barradas, Rafael Salas y
Torres García.
Las obras más interesantes son (…) el "Plafón decorativo, de Torres García, ―Hijas del
Ter‖ de LLimona (…) y los paisajes cubistas "Plaza de la Universidad, y "Puerto de Barcelona,
de Barradas.
Aquí exponen Alvarez de Sotomayor, Benedito, Cabañés, Casas Abarca (A. y P.),
Hernández Nájera, Laroche, López Mezquita, Martí Garcés, Meifren, Mongrell, Rodríguez Acosta,
Simonet, Sorolla, Urgell, Vázquez Verger y Xiró.
Las obras más importantes son: (…) "Después del baño,, y "El agua‖, de Sorolla;; "La
casa roja, y «Nieblas sobre la laguna,, de Laroche; "Con el santo y la limosna,, de Rodríguez
Acosta; "Interior,, de Martí Garcés, y «Bailes rusos, y "Avec le chant du coq„, de Ricardo Urgell.
1809
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se ha consagrado a Isidro Nonell una sala donde figuran veintiocho obras del malogrado
artista, y en salas contiguas exponen Aragay, Canals, Carles, Colom, Apa, Iturrino, Juñer , Celso
Lagar, Ivo Pascual,Joaquín Suñer y Francisco Vayreda.
Joaquín Suñer, que es hoy día uno de los más grandes pintores españoles, presenta un
solo cuadro, "Cala de Forn‖ pero pleno de belleza; (…); Colom varios paisajes muy bellos;
Aragay un retrato de su madre y dos frescos decorativos.
Ofrece, ademas, esta sección la casualidad de ser la preferida de los alemanes, pues muy
cerca de la mitad de los expositores han nacido en Alemania. En honor a la verdad, no son de
positivo mérito, salvo los ya citados Nagy y Sollmán que han interpretado con mucha fortuna a
Valencia y Granada, respectivamente.
En el Salón Lacoste expuso durante el mes de junio algunos cuadros y varios dibujos
Daniel Vázquez Díaz.
Frente a las últimas obras de este artista siente el contemplador suave aquietamiento
emocional; la grata sensación que emana de las armonías en calma, de la sencillez eurítmica de
las líneas, de la interior pasión que arde detrás de los tonos, como una lámpara votiva en el
fondo de una capilla solitaria, como un pensamiento de amor en la ternura incomprendida de
un corazón ferviente.
1810
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Hay en las obras de este período como una brutal reacción contra las obras precedentes,
sin que aun asome en ellas el fulgor definitivo, personal, de las futuras. Es entonces el artista
una vacilación crepuscular, una pausa, que no sabríamos si está plena de aurora o enfriada de
ocaso.
Por último, llega el abandono de los prejuicios estéticos y de las acomodaticias victorias.
El artista quiere ser él mismo, contemplarse sin rubor y sin desconocerse en sus propios lienzos.
El color, que yacía amortiguado, monocromizado casi, expande en acordes gratos a la mirada y
a la sensibilidad, despojados, al fin, de toda condición ajena a la pintura, reintegrando a sentido
y finalidad puramente pictóricos lo que antes se desleía, se perdía en el asunto externo.
Y casi siempre las evoluciones individuales, que constituyen esta enorme y sana
evolución colectiva de la pintura moderna, exigen tal suma de sacrificios, de fortalezas, de
cotidianas renuncias a todo cuanto no sea la noble austeridad del arte en su cabal pureza, que
muy pocos pintores las alcanzan plenamente.
Vázquez Díaz, sí. Vázquez Díaz ha retado la ciega hostilidad ajena, después de obtener
beneficio del ajeno favor ciego. Abandonó España hace diez años, cuando pintaba de un modo
correcto, vulgar, y con esas estridencias metodizadas que han sido en nuestro país la secuela
del sorollismo y creado un falso concepto luminista.
París fué, como para tantos otros artistas españoles, su camino de Damasco. A los
dibujos sólidos, de un vigor escultórico en las masas y las líneas, que prodiga por revistas y
exposiciones íntimas, corresponden también los grandes lienzos, de un colorido suave,
mortecino, de una casi "afonía cromática,, que era, a un tiempo mismo, culpa y redención de
las agrias inconsciencias coloristas de sus primeros cuadros.
A esta época pertenecen los cuadros de asunto taurino, los retratos de lidiadores y
bestiarios con sus facies de bruto y sus trajes novilleriles de marchitos chispazos entre las sedas
1811
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
desteñidas y los capotes mugrientos. A esta época también el cuadro "La Esclava „, que obtuvo
un gran éxito en el Salón de Independientes el año 1911 y que es una glosa afortunada de la
"Olimpia‖ manetiana.
Y, sin embargo, todo cambia bruscamente. En Francia y en él. La guerra impone a los
artistas extranjeros una repatriación forzosa. Vázquez Díaz abandona París y vuelve a España.
Pero no con los lienzos lejanos, olvidados de sus primeros triunfos en las Exposiciones del
Hipódromo y del Retiro; no del todo con los lienzos de la segunda época, que le proporcionaron
el auge francés y que aquí van a ser acusados —un poco ligeramente—de españolerías para la
exportación.
Pero Daniel Vázquez Díaz está demasiado convencido del fecundo hallazgo de sí mismo, y
ha hecho sagrada renuncia a los halagos fáciles que pudieran sonrojarle para sentir la menor
duda ni el más pequeño desaliento. Es ahora precisamente cuando aparece en él un gran
pintor, cuando obtiene la revelación de agudos y profundos secretos del color, cuando su
sensibilidad se ofrece en su pintura con lá más apasionada y tremante de las elocuencias
emocionales. La figura humana adquiere para él una expresabilidad casi angustiosa. Ahinca en
el carácter como un cirujano en la carne palpitante. Es un espectador activo de la Humanidad.
Para él tienen interés todos los seres, por opuestos que sean: (…)
Al pasar de la figura humana a la naturaleza, Vázquez Díaz agudiza todavía más, si fuera
posible, su potencialidad visual y su autosugestión sentimental. Los paisajes, las marinas de
Vázquez Díaz, son de una belleza, de una riqueza colorista extraordinarias. Los tonos se
sutilizan hasta matices que apenas percibe la pupila ajena, de los que supo arrebatarles su
secreto. Hay cuadritos de éstos donde el artista ha perseguido un reflejo fugitivo en las aguas,
1812
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
un minuto veloz en la luz, que son como interiores de gemas, como si estuviera toda el alma
universal de las cosas encerrada en un ópalo o en un topacio.
Y, sin embargo, estas delicadísimas obras donde se muestra un virtuoso del color y un
poeta de las sensaciones silenciosas han pasado en Madrid inadvertidas, o—lo que es peor—
han sido escarnecidas sin piedad y sin amor.
MEMORANDA
Estos artistas son los siguientes: Adolfo Hübner, austríaco; Octavio Pinto, argentino;
Francisco Llop, catalán; Enrique Igual, valenciano; Sánchez Olivera, cubano, y los Sres. D.
Timoteo Pérez Rubio, D. José Frau y D, Enrique Prieto, alumnos de la Escuela de Bellas Artes de
San Fernando
JULIO
MEMORANDA
Al discutirse en las Cámaras la concesión del crédito de 150.000 pesetas, para costear los
gastos de la Exposición de Arte Francés en el Retiro, el único diputado que se opone a la
concesión de dicho crédito es el jaimista Sr. García Guijarro.
1813
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
AGOSTO
Cabal medida de esta nueva y acaso definitiva fase en la vida de Adolfo Durá daban los
cuadros expuestos recientemente en San Sebastián.
En esta serie de óleos había tres clases de obras absolutamente distintas: les temas
taurinos, los paisajes y los retratos.
Nosotros no hemos creído nunca que la bárbara y estúpida fiesta de los toros pueda
inspirar a un artista ni producir, por lo tanto, ninguna obra bella.
Adolfo Durá, aunque menos intransigente con la opinión pública que Domingo, da
impresiones taurinas parecidas a las de Roberto Domingo. Luchan en él su temperamento de
artista y su condición de director de La Lidia, que ha de sostener el fuego sagrado de aquellos
1814
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
cromos de Perea, Unceta, Porset y otros especialistas en el género. Teniendo esto en cuenta,
Durá se deja vencer por el público. Subsisten por encima del episodio desagradable cualidades
de colorista, acordes bellos; pero la monotonía inevitable de los temas groseros o fanfarrones,
que ofrece el espectáculo no consiente más.
Como retratista Durá logra más fortuna expresiva. Conocemos de él algunos retratos muy
notables, como el de un torerillo, cuyo nombre no sabemos ni sabremos jamás, que es acaso,
con su acorde de grises y su sobriedad honrada, un lienzo digno de alabanza. También alguna
cabeza, como la del dibujante Vicente Ibáñez, logra destacarse del conjunto.
Pero donde podemos elogiar sin tantas reservas a Adolfo Durá es como paisajista. Aquí le
hallamos desligado de prejuicios, libertado de imposiciones ajenas. Es el desquite de un artista
obligado a presenciar hebdomadariamente la barbarie taurina y a permanecer cotidianamente
en un taller de fotograbado.
El brío colorista que se adivina en sus otras obras, aquí se manifiesta elocuente. La
identificación con la Naturaleza es indudable. El pintor interroga los paseos madrileños, las
afueras urbanas, qué tan peculiar encanto poseen. Recorre los pueblos y las cumbres serranas,
y este noble intento es recompensado con una serie de aciertos plenos de promesas.
He aquí un sendero por donde el Sr, Durá debe proseguir, y donde tal vez le espera un
triunfo muy lisonjero, como pintor de aire libre, más allá de la atmósfera viciada del taller y más
allá de la antiestética emoción de los cosos.
MEMORANDA
1815
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
SEPTIEMBRE
(…) Implacablemente censurado nuestro Museo de Arte Moderno, contiene más joyas
artísticas de las que suponen sus detractores sistemáticos, aunque, desgraciadamente, abunden
en sus salas las obras mediocres.
Se le acusa—no sin cierta razón—de no ser todo lo moderno que promete su título y de
tener más carácter de almacén de cuadros que de Museo. Et aficionado o el profesional que
acudía a él hace unos cuantos años, deseoso de conocer las obras de los autores
contemporáneos, había de atravesar varias salas con enormes lienzos de la llamada pintura de
historia, reveladores de la decadencia pictórica de fines del siglo XIX, hasta llegar a las dos
últimas donde se hacinaban en confuso mare magnum las obras — menos características tal
vez—de los pintores actuales.
Desde hace varios meses está consagrado a una transformación radical del Museo de
Arte Moderno.
Se dispone a hacer una escrupulosa selección de obras y autores, ampliar los metros de
pared por medio de tabiques supletorios, crear una sala de pintura francesa, otra de dibujo y
grabado, atacar el feudo (absurdamente sostenido) de Haes y aprovechar aquella salita, de
chamarilero de mal gusto, para obras más dignas del glorioso renacimiento artístico de nuestra
época; conceder a la escultura moderna la importancia que tiene realmente, para lo cual ya ha
conseguido el traslado a otro local del Archivo de Estudios Históricos, y utilizar las salas de la
planta baja para la sección escultórica; remitir a los Museos de provincias y a los edificios
oficiales aquellos cuadros que, por sus excesivas dimensiones, o por otros motivos más
"estéticos‖ ocupen en el Museo Moderno un lugar indebido.
1816
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
arrostrar sus consecuencias; pero aun podría y debía el director general de Bellas Artes
aumentar esa Junta encargada de seleccionar las obras que deben permanecer en el Museo de
Arte Moderno con otras personalidades, como artistas y críticos, que asesoraran y contrajeran
con el Director y el Patronato la responsabilidad de esta selección imprescindible, pero delicada.
Por de pronto es de alabar el criterio del Sr. Benlliure en lo que se refiere a las tres
primeras salas, ya definitivamente colocadas: la de retratos y autorretratos de artistas y las
retrospectivas.
1817
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En Buenos Aires ha celebrado José Pinelo Llull la XIV Exposición de Pintura Española,
Más de veinte años lleva consagrado Pinelo a esta eficaz valoración de los prestigios
pictóricos de España en América. La guerra había interrumpido la serie de exposiciones, y este
lapso de tiempo entre 1914 y 1918 ha sido aprovechado por Pinelo para reunir un conjunto de
obras más espléndido que nunca.
Mucho más numerosa, naturalmente, era la sección de pintura actual, con obras de
López Mezquita, Benedito, Moreno Carbonero, Pradilla, Villegas, Menéndez Pidal, Francisco
Domingo y Roberto Domingo, Valentín y Ramón de Zubiaurre, Chicharro, Mongrell, Muñoz
Lucena, Pinelo Llull, Pinelo Yanes, López de Ayala, Jiménez, marqués de Benamejí, Rico Cejudo,
Maximino Peña, Carlos Vázquez, Bertodano, Labrada, Lauta, Arpa, Gómez Gil, García Rodríguez,
Narbona, etc.
López Mezquita presentaba, con aquel recio y castizo cuadro "Camino del mercado», el
titulado "Jira en la Moncloa», desconocido del público español, y que en su composición, en su
colorido, en su realista serenidad y sólido equilibrio ratifica la tradicional españolería estética del
maestro. No en balde José María López Mezquita se encuentra ahora en la total sazón, en la
ubérrima madurez de sus facultades. Estos lienzos, que han obtenido tan indudable éxito en la
Argentina, anunciaban ya la serie de obras donde trabaja López Mezquita actualmente: los
retratos de los pintores Pinazo Martínez y Caprotty, el cuadro "La Virgen de las Angustias, los
planos velazqueños con destino al palacio Bermejillo.
Conocidos eran también, por haberse publicado no hace mucho en La Esfera, los cuadros
"Haciendo manteca* y "Templo de Baco„, de Luis Menéndez Pidal. A ellos hay que añadir el
titulado "Los segadores,,, que es acaso una de las obras más perfectas del ilustre pintor
asturiano. Por encima de la visión naturalista de las figuras y de riente valle empapado de sol,
hay esa inquietud filosófica, esa profundidad de sentimiento y de pensamiento peculiar de
Menéndez Pidal.
1818
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
contraste entre la carretera blanquecina fulgente de sol y la pincelada azul del Mediterráneo en
el fondo.
Sonreían junto a las escenas holandesas y vascas, de los hermanos Zubiaurre, tan
espiritualmente inquietadoras, tan amorosamente decorativas, dos niñas de Eugenio Hermoso,
estas nenitas pueblerinas de los trajes humildes, las sonrisas blancas y los ojos negros, que
tienen en sus manos una flor o una fruta .
Marceliano Santa María exponía "La pastora„, ese lienzo igualmente reproducido en La
Esfera y que tiene todo el calor romántico, toda la castellanía noble y dorada atmósfera donde
se mueven las admirables composiciones de "Angélica y Medora, y "Las hijas del Cid.
Pinelo LIull remozaba sus laureles de paisajista sevillano, con "Orillas del Guadaira„,
donde la minuciosidad de la técnica no empequeñece la amplitud de visión.
"El arte de Pinelo (hijo) no consiste en deslumbramientos producidos por los reflejos de
oro de la Vega, ni lo trastornan los perfumes de rosas de los cármenes, ni le asombra el
espacio. Pinelo hace un arte espontáneo a la luz de un ideal.
1819
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
He aquí los títulos y autores de algunos de esos cuadros: El salterio, y "Dulce despertar,,,
de Pradilla; "Cleopatra,, y Horas de Recreo,, de Villegas; "Una yeguada„, "Una devota,,
"Alrededores de Málaga, y "Gil Blas vende su muía,, de Moreno Carbonero; "Jira en la Moncloa,,
de López Mezquita; "Waterloo„, "El herrador, y "El Jurado,, de Francisco Domingo; "Carmen y
Agustina, y "Cacería,, de Benedito; "La taberna,, de Chicharro; "Campiña romana,, de Labrada;
"La duquesa de la Victoria,, de José Madrazo; "Haciendo manteca,, "El locutorio,, "Los
segadores, y "Templo de Baco», de Menéndez Pidal; "La pastora,, de Marceliano Santa María;
"Marina,, de Carlos Haes; "Las costureras,, "Esperando, y "Viejo enamorado,, de Luis Jiménez;
"Huerta de Perico,, "Río Í Genil,, "Orillas del Guadaira, y "Ribera del Huesnar, de Pinelo Llull;
"La garrochista,, de Carlos Vázquez; "Angelita, y "Convento de San Clemente,, de Alfonso
Grosso; "Gitana", "Rosa, y "Prisionero,, de Maximino Peña; "En la boca tiene la edad,, de
Roberto Domingo; "La sonrisa de Eva,, "Soy de Granada,, "Niebla y bacanal, y "La hora del
ensueño,, de José Pinelo Yanes; "Bebedores de sidra,, de Manuel López de Ayala; "Puesta de
sol,, de Guillermo Gómez Gil, etc., etc. - .
MEMORANDA
OCTUBRE
II.-MEDINA VERA
Mal año para los artistas humildes que han de ganarse la vida con el esfuerzo cotidiano,
que no pueden consentirse la menor tregua de reposo ni el menor deleite de inacción.
(…) Hoy, Inocencio Medina Vera. Mañana, ¿quién sabe? Las ciudades tentaculares
acechan siempre la prolongada agonía de los artistas que tuvieron la desgracia de nacer en
España.
España—¡lo hemos dicho tantas veces! ¡lo hemos sentido tantas veces rugir en nuestra
garganta y abochornar nuestras mejillas!—es una madre envenenada de equivocaciones, como
esas madres que prefieren a los hijos truhanes con perjuicio de los buenos. País de logreros y
1820
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de audaces, ve insensible cómo se esfuerzan inútilmente los otros hombres, que tienen
imantadas de ensueño las pupilas o intimidado de bondad el corazón, para redimirse de los
trabajos ajenos a sus derechos y aptitudes. Inocencio Medina Vera fué uno de estos esclavos
ilusos, uno de estos hijastros de España. Fatalmente, románticamente, ha venido a morir en
Archena, el mismo pueblo donde nació hace poco más de cuarenta años. Ha recorrido el
mundo, ha llevado su inquietud y su incertidumbre del vivir al otro lado del océano varias
veces. Le fué más propicia América que su patria, y sin embargo, la muerte le dio cita en el
mismo rincón de tierra murciana donde fue condenado a la vida
Sin embargo, Archena no parece pertenecer a España, Porque Archena erigió una estatua
a D. Miguel Medina, padre del artista. Es el primero y seguramente el único caso de un maestro
de escuela con estatua. Claro es que la glorificación póstuma no le libró de pasar hambre y de
entregar inermes a sus hijos a la lucha de todos los días y frente a todas las indiferencias.
Medina Vera empezó a trabajar en condiciones desventajosas y hostiles. Las mismas que
le cercaban cuando ha muerto, víctima de este medio ambiente, que malogra a novelistas y
poetas en el periódico diario, y los artistas en los triunfos efímeros, sin eco, de los semanarios.
Incansable acudía a las exposiciones, más o menos nacionales, con cuadros que se
resentían, naturalmente, de su labor jornalera. Tenían, sin embargo, una visión directa, una
íntima ternura emocional, muy representativa, de los tipos, el paisaje y las costumbres de su
tierra natal.
1821
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fué necesario, no obstante, que Medina Vera pintase un cuadro de asunto humorístico, y
taurino sobre todo, para que le concediesen una tercera medalla en la Nacional de 1904. Dos
años después, en la de 1906, ya conseguía imponer su personalidad en el género que le era
más grato. Se titulaba el cuadro "Un bautizo en la huerta de Murcia„, y premiado con segunda
medalla.
Por último, hace dos meses vuelve a España, y muere de esa "larga y penosa
enfermedad‖ grotesco eufemismo con que los redactores tuberculosos de los periódicos
españoles pretenden evitar el escribir el nombre de su propia dolencia.
III—SANTIAGO SEGURA
La Revista, esa simpática publicación barcelonesa que reúne el esfuerzo intelectual de los
jóvenes escritores y poetas catalanes, publica un artículo necrológico del cual son los siguientes
párrafos:
"En Segura era el veritable creador del moviment professionai d'art a Barcelona. Ni el
Saló Pares, ni les exposicions anyals del Círcol Artistic, ni les cofurnes del "quartier savant„ de la
catedral, significaren per la nostra ciutat una patent de vera normalitat civil, sino una falsa il-
lusió mes d'européisme daurant el diletantisme dels dies ens ganyadors' d'En Rius i Taulet:
1822
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
barreges de teles, exposicions permanents, certamens de pintura oficial, antiquaris "a comissió„
que compraven per cases estrangeres, etc. L'admirable vitalitat catalana, pero, responent a la
suggestió espiritual de l'época dels "Quatre Gats„ porta un home com En Segura, que
transforma la vida artística de la ciutat. Nat a Sabadell, la seva joventut transcorregué ja en mig
d'una industria de cerámica que un oncle seu havia instalat. D'alla estant passá a Barcelona
fundant el "Faianç Cátalá‖, que fou durant uns anys la casa dels pintors i escultors. En el seu
salonet d'exposicions En Nonell trionfá, es revelada En Casanoves escultor, es foradava una tela
d'En Sunyer. "Les Arts i els Artistes„ naixen del seu escalf i les primeres exposicions colectives
s'hi celebraven. Des d'alla En Segura llencava d'admirable Revista Nova dirigida per l'Apa, i el
Picaral, dirigit per l'Ara-gay. Al "Faianç Cátala‖, s'hi projectava el famós Papitu, els primers
temps del qual tots enyorem, indignament explotat ara per un editor sense consciéncia. Allí
exposaren En Nogués, En Canáls i L‘Inglada, En Colom, Iu Pascual, etc., debutaren En Monegal,
En Vayreda i en Mallol, en colla amistosa. Innombrables accions de cultura en l‘ordreplastic
naixien d'allí i sempre sota l‘advocación mecénica d'En Segura, home actiu i d'ampla visió, a la
vegada comerciant i géneros, paradoxalment intuitiu i esbalandrat.
El moviment artístic de Barcelona es féu tan vast sota la seva direcció, que licalgué
ampliar l'empresa bifurcant les activitats en vanes organizacions, la mes coneguda de les quals
és "Galeries Laietanes‖, i les altres: "La Basilica„ comerc d'antiguitats, "La Pinacoteca„, começ
de reproducción i manufactura de marcs. D'allavors enea el «Faianç Cátalá, queda convertit en
un deliciós establiment d'objecte sd'art, perfums, bombons, etc., en el qual la il.usió femenina
s'esplaiava d'una manera espasmódica. Les "Galeries Laietanes„ heredaren la tradició
intel.ligent del "Faianç‖,. En Segura llençà des d'aquesta casa Vell i Nou, successivament dirigit
per En Joaquim Folch i Torres, En Romá Jori i En Feliu Elies.„
MEMORANDA
1823
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
NOVIEMBRE
Una pintora mallorquina, Pilar Montaner de Sureda, siguió a Leonardo Alenza en el Salón
del Círculo de Bellas Artes con gran número de obras suyas.
donde ha expuesto varias veces, era desconocida aún en Madrid. Durante unos días, su
pintura recia, vigorosa, reveladora de un temperamento casi varonil, ha evocado para nosotros
la magia luminosa de Mallorca. Y al pie de su pintura, ella ha mostrado su figura menuda y su
espíritu gigante. Pilar Montaner resume en sí la doble fecundidad de la vida y del arte. Madre de
once hijos, autora de varios centenares de cuadros, ni sus entrañas ni su sensibilidad se
agotan. Y tal como es de exiguo su cuerpo, mues-tra en el rostro
apasionada de la belleza. La boca grande, voluntariosa, traza una línea recta sobre la
tozudez del mentón. La nariz avanza filante, enérgica. Y los ojos, un poco hundidos en la
cuenca orbitaria, recogen todo el interior fulgor anímico. Son unos ojos inquietantes, zahones,
de asceta o de iluminada. Ojos que vemos eternizados en los rostros del Greco oque también se
asoman al dolor y a la quimera en ciertos facies de nihilistas rusos. Ojos que explican su
pintura, embriagada de luz y escalofriada por el misterio. Ojos que han pasado largos años en
éxtasis contemplativos y solitarios con la Naturaleza inflamada, palpitante, radiosa de Mallorca
,que han profundizado en los libros de poetas y filósofos, y que han sonreído de felicidad y
llorado de dolor sobre tantas existencias filiales.
En la pintura de Pilar Montaner hay que establecer una previa división de temas, que, a
su vez, se subdividen y sugieren diferentes importancias de méritos y aun diversidad de
tendencias técnicas: las figuras, los paisajes Es antes que nada paisajista. Su filiación procede
del impresionismo de los Monet, de los Pisarro, de los Sisley. Para ella la luz es siempre el
protagonista del cuadro,. Necesariamente había de estar más propicia a la interpretación de los
aspectos fugitivos de las horas, sobre el vario espectáculo de la Naturaleza, que a desentrañar
psicologías a través del retrato.
Son estimables, sin embargo, sus tentativas como pintora de figuras Ha compuesto
cuadros de tipos mallorquines, de campesinos durante laboreos agrícolas. Ha pintado retratos
de sus hijos, de sus amigos. Por la Cartuja de Valldemosa, donde viven Pilar Montaner y Juan
1824
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sureda, van desfilando artistas escritores españoles y extranjeros. Casi todos ellos posan para
los retratos de Pilar Montaner: Unamuno, Gabriel Alomar, Rubén Darío (…)
Pero contienen los paisajes la más cabal expresión de su temperamento. Estrofas sueltas
de un gran poema a la Isla Dorada, que sólo terminará con la vida de Pilar Montaner, cantan en
todos los tonos la luz y el color. Son los unos series cromáticas a lo Monet, contemplaciones de
sucesivos estados de luz sobre un mismo fondo; muestran los otros la grandiosa diversidad de
aspectos de Mallorca: su mar, sus cumbres, sus calas, sus jardines, sus huertos, sus celajes de
maravilla.
Aquí, los almendros en flor, que ponen ilusión de nieve sobre la tierra, ya calenturienta
de la primavera próxima; allá, el agua azul profundo lamiendo los esplendores áureos de la
ciudad de la calma; vemos en este cuadro un rincón abrupto, escarpado, de ingentes
acantilados que evocan las mitológicas edades y parecen conservar el secreto de un refugio de
dioses; contemplamos en aquel otro lienzo la bucólica dulzura de un véspero otoñal sobre
jardines que el otoño va oxidando y enfriando lentamente.
Y siempre el arte de Pilar Montaner dota a los disparalelos motivos na-turales de un nexo
ideal de hondo sentimiento. Se adivina que mientras los ojos zahones esclavizan la luz, que
mientras las manos electrizadas por la tensión de los nervios copiaban las líneas y los colores, el
alma estaba de rodillas.
Dentro del paisismo de Pilar Montaner ocupan sus cuadros de los olivares de Valldemosa
tan preeminente lugar, que empequeñecen, que casi anulan ¡os demás aspectos de su pintura.
Los troncos secos, ásperos de los olivos de Valldemosa surgen de entre las piedras
blancas como un sueño dantesco, como una humanidad maldita.
1825
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pilar Montaner, la mujer del cuerpo breve y del espíritu gigante, pinta toda esta tragedia
arbórea de un modo exacto y sugeridor
Rubén Darío, el más grande de los poeta de la España contemporánea, ha comentado los
cuadros de Pilar Montaner donde los olivares de Valldemosa se retuercen con toda su macabra
fantasmagoría (…).
He aquí otro artista que la guerra ha traído a convivir nuestra vida e-pañola y a
reproducir los españoles espectáculos.
Wynne Apperley reside en Granada; pero recorre España con su caja de acuarelas y sus
cartones, por donde van fijándose en colores vivos, en alegres gamas de simpática diafanidad y
jugosa frescura, ciudades y campiñas. Ante estas acuarelas del Sr. Apperley, la tierra española
surge clara, optimista, en una exaltación luminosa donde parecen vibrar coplas y moverse
siluetas de danzarinas apasionadas. Es, por lo tanto, una visión grata la que sugiere el Sr.
Apperley de nuestra patria. A la perfección en los secretos del procedimiento, muy natural en
un pintor inglés—ya que Inglaterra ostenta legítima la supremacía de los maestros en la pintura
de la acuarela—, une el Sr. Apperley delicada sensibilidad y escrupuloso buen gusto.
La brillantez del colorido, las transparencias hábiles, los claros acordes de estas obritas,
no modifican, antes bien lo completan, el concepto que tiene el Sr. Apperley de nuestro
privilegiado país en sus naturales bellezas. De este modo es contagioso su entusiasmo artístico,
comunicativa su pictórica alegría. Nos identificamos con el propósito y con los resultados de su
arte inmediatamente. Y desde el fondo de nuestro españolismo le agradecemos este culto pleno
de fervoroso amor a España y sus paisajes incomparables.
1826
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A los dieciocho años, luego de estudiar sin aplicación alguna en el Colegio Uppmghem,
cuidando más de llenar de apuntes y caricaturas los libros que de aprender en sus páginas
áridas, ingresó en la Academia Herkomer, de Bushey, para abandonarla bien pronto y
emprender un viaje, fecundo para su educación artística, por Italia. A los veintidós años expone
con éxito en la Leicester Gallery una colección de acuarelas, y su primer paisaje al óleo en la
Royal Academy. Luego sucede un largo período de trabajo obstinado y feliz. Apperley reside en
Italia. Sus acuarelas (de grandes dimensiones algunas de ellas) figuran en la Academia Real de
Londres, en los Salones de París, en las Exposiciones internacionales de Venecia. Es nombrado
miembro del Royal Institute, la mejor Sociedad de acuarelistas londinense. Con la guerra
coincide su venida a España y la aparición de la figura humana en sus cuadros y acuarelas. El
artista inglés fija su residencia en Granada, pero recorre la Península ibérica, encantadas las
pupilas y hechizado el espíritu por tantas bellezas como nuestro país atesora. Y, sin embargo,
de cuando en cuando Wynne Apperley resiste esa tentación del natural, de las coetáneas
maravillas del color y de la luz sobre los campos o las ciudades viejas, para evocar mitológicas
escenas o clásicos episodios de las antiguas edades. (…)
Pero estos paisajes de Wyndham Tryon nada tienen de común o de semejante con los de
sus compañeros, de feliz destierro en la nación pródiga de bellezas,
1827
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pocas veces una sola palabra será tan justo y cabal título de una sensación. Aquel cuadro
causaba una impresión de angustia, de asfixia. Las piedras del suelo, las entrañas rojas y
blancas de los cerros, el agobio del cielo fundido con la lumbrada solar, eran de un realismo tal,
que nos punzaba calinamente la carne y nos escocía los ojos su visión cruenta.
Pocas veces hemos contemplado una fuerza expresiva tan sugeridora como la de Tryon
en este cuadro "Calor,. Nada en él promete refugio espiritual ni corporal deleite. Ni siquiera el
vuelo de un ave en la chata azulosidad grisácea, ni el más débil susurro de ramas, ni el grato
murmullo de una fuente o de un estrecho regatillo lejano. Un silencio luminoso y fatal, una
tierra calenturienta, unas piedras que fulgen y las horas aletargadas, congestionadas, como si
esta ígnea coronación de la tierra fuese eterna y el sol se hubiera detenido cenital.
Al lado de este cuadro admirable, los demás parecen desgajados de él, construidos con
residuos de él, y le forman una guardia de honor. Siempre el sol y la tierra áspera son los
protagonistas de todos y cada uno de ellos. Parecen dos amantes abrazados en una lúbrica sed
que no se apaga con nada. El sol tortura a la tierra apasionada y la tierra se somete ferozmente
sedienta de esa tortura. Son llanuras febriles, cerros palpitantes, cumbres monásticas, castillos
derruidos cuyas piedras el calor desmigaja.
Estos cuadros se titulan: "España muerta, (Jérica), "El camino solitario, (Teruel), "Un
barranco, (Jijona), "Picachos de barro, (Guadix), "El barranco de las Salinas, (Jijona), "El castillo
de Cieza„, "Tierra inhospitalaria, (Jijona), "Los monigotes de Teruel,, "El camino de las
Chimeneas, (Guadix), "Las Ollerías, (Teruel) y "La pena, (Jijona).
1828
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Xenius, el futuro Excmo. Sr. D. Eugenio D'Ors, Ministro de Instrucción Pública y Bellas
Artes, de Cataluña, hizo en la revista España el elogio de Celso Lagar—que ahora celebra una
exposición en el Ateneo—en los siguientes términos:
"Celso Lagar, recio castellano de Salamanca, hombre del nombre castizo y agrario, te
diste a las purezas de la escultura y luego a las de una pintura que es a manera de escultura
también. ¿Qué más español, después de todo, que este querer que deforma las cosas mejor
que saberlas mirar en sosiego y dulce obediencia? Y que las deforma, no según Canon, sino por
ímpetu de pasión, y, lo que sigue, en ningún pintor podrían encontrar mejor Giotto que en un
Celso Lagar. Hay en esta pintura una vocación de gran precio servida por organismos que ya se
adivinan poderosos. Hay una firme y moderna voluntad de construcción. ―
Y José María Junoy, el crítico de las vanguardias artísticas, el avanzado exégeta de las
avanzadas tendencias, que significa en España algo parecido a la simpática labor del malogrado
Guillermo Apolinaire en Francia, fija con la siguiente biografía—que publicó con una
arbitrariedad tipográfica imposible de reproducir aquí—la personalidad lagariana:
Demasiado grave tal vez para que no adivinemos su burla escondida, como detrás de la
falsa ingenuidad adivinamos su pericia de colorista.
1829
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Con toda gravedad nos dice que va a residir en Galicia para pintar la campiña y la raza
gallegas; con toda seriedad nos dice que hay un helenismo sonriente en el entrecruzamiento de
varias rayas rectas y curvas; con un aire de sinceridad conmovedora asegura que "Velázquez le
interesa mucho‖.
En el fondo, Celso Lagar es un buen pintor que ve las cosas normalmente y que tiene un
sentido muy justo del color. Hay cuadros suyos—estos cuadros que llevan títulos indignantes
para los hombres ingenuos y de buena fe—que tienen positivas condiciones decorativistas,
armonías deliciosas, gamas de grata contemplación. Su "Ángulo del puerto de Barcelona‖
incluso tiene un valor indudable de realismo y de emoción.
Pero Celso Lagar disimula sus buenas cualidades con la arrogancia fauvista, un poco
demodé en el propio París. Y no decimos en el propio Munich, porque dentro de poco los
cubismos, orfismos, sincronismos, planismos que realizan los bolcheviquis y espartacos con las
cosas, los edificios, los hombres y las ideas, dejarán muy atrás aquellos inofensivos
atrevimientos de los cubistas y futuristas de avant-guerre.
En España, Celso Lagar todavía exalta a muchos en pro o en contra. Fuera de España,
Lagar no es una novedad. Como ya no lo son aquellos donde ha surgido su planismo.
Él ha creído necesario resolver los seres, y las cosas, y la atmósfera por planos. Una
planitud de masas, de colores y hasta un plano, para que no se extravíen dentro de sus cuadros
los buenos burgueses, a quienes los artistas se empeñan ¡¡todavía!! en epatar.
Y si no temiese enfurecer todavía más a los lectores que se hayan indignado con un
retraso de algunos años, frente al "Reflejo en forma cónica amarilla‖ diría que Celso Lagar es
casi un académico.
1830
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OTRAS EXPOSICIONES
Fecundo fué el mes de noviembre en Exposiciones de todo género Tal vez demasiado
fecundo, ya que ésta fiebre exhibicionista antes perjudica al arte que lo beneficia. Pero de entre
esa agobiante simultaneidad o sucesión de exposiciones pueden y deben comentarse algunas
otras interesantes
Ante todo la de los paisajistas pensionados por el Estado en la Cartuja del Paular y sus
aledaños serranos. Sabido es que durante el verano y parte del otoño estuvieron unos cuantos
artistas españoles e hispanoamericanos en el Paular, gracias a una laudable iniciativa del
Director general de Bellas Artes.
Los trabajos ejecutados por esos artistas y por alguno que otro pegadizo adjunto, sin
méritos propios ni capacidad suficiente para los menesteres con que pretendía disfrazar los
suyos únicos de vigilante administrativos, se han expuesto en el local de los Amigos del Arte
.Con notoria mala fe, que no sabemos a quién atribuir pero que ha perjudicado
desgraciadamente a los jóvenes paisajistas, se hacía constar al frente del catalogo que "las
obras presentadas por los pensionados en la residencia del Paular son exclusivamente
expuestas como práctica de estudio de paisaje y no como trabajos definitivos,,.
1831
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Victoria de Malinowska es una pintora polaca, que celebró una exposición muy
importante en el Círculo de Bellas Artes, y que ahora nos muestra nuevos aspectos de su bella
pintura.
Alterna la pintura de retratos con el paisaje. Nosotros preferimos este último aspecto
suyo, donde se manifiesta con plena libertad la refinada y personal visión de Victoria
Malinowska.
1832
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Los Sres. Benlliure, Moreno Carbonero y Errazu, designados por la Sociedad Española de
Amigos del Arte, y los Sres. Muñoz Degrain, Villegas, Domenech y Beruete, por la Dirección
general de Bellas Artes, que constituyen el Jurado para adjudicar los premios en metálico a los
pensionados en el Monasterio del Paular, acordaron distribuir entre los ocho becarios, a partes
iguales, la cantidad de 1.675 pesetas, que importa lo destinado a premios por la Sociedad
citada y la Dirección general de Bellas Artes.
El Jurado concedió tres diplomas a los Sres. Pérez-Rubio, Llop y Frau, distintinción que
significa la prórroga de la pensión respectiva para el verano del año próximo.
DICIEMBRE
MEMORANDA
Son nombrados Director y Subdirector del Museo del Prado el crítico de arte D. Aureliano
de Beruete y Moret y el pintor D. Fernando Álvarez de Sotomayor, respectivamente.
1833
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ENERO
Fué en la Exposición Nacional de 1917 donde vimos por primera vez un cuadro de
Octavio Pinto. Se titulaba «La sombra en el Calchaqui», y, dentro-de sus parcas dimensiones,
contenía fogosa amplitud visual y un sugestivo-lirismo.
Luego hemos ido siguiendo la obra total de Octavio Pinto durante su estancia en España
hasta llegar a la visión justa de Marruecos, que acaba de ofrecer en el Salón del Ateneo. Ha
sido un lapso breve de tiempo, fecunda-mente aprovechado. El artista argentino, que traía
encalidecida su paleta por la luz brava dé América, recorrió primero las tierras norteñas que la
niebla empapa y la melancolía acucia; luego la meseta árida y noble de Castilla; las sensuales
blanduras de Levante, después; dio el salto a Tánger, la maga, y por último, en la calma alta y
pálida del Monasterio del Paular, en plena Sierra del Guadarrama, adquiere finuras inéditas,
grises cariciosos, diafanidades serenas, nuevas en su pintura.
1834
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
todas éllas, como usted ve, he procurado interpretar nuestro ambiente, el aire, la luz, el monte,
la voz de la raza y el alma absorta de los árboles...»
En los comienzos —todavía tan próximos puesto que el artista aún no ha cumplido -
treinta años—, Octavio Pinto es un pintor de jardines elegiacos, un exaltado de poesías
románticas.' Piensa demasiado en Rusiñol, escribe sus primeros versos, donde se adivina ya el
ímpetu lírico que tendrá después, ilustra libros corno, El poema del Nenúfar, de Arturo
Capdevila, que agudizan su obsesión melancólica. No' es sin embargo, lo que suelen entender
los profesionales desdefñosamente como pintor literario. ,
Abandona su ciudad natal, recorre Tucumán, Salta Jujuy, penetra en las grandezas
ingentes. De Bolivia La enfermiza tristeza de los jardines rusiñolescos, los deliquios de la
adolescencia de los parques 'soñolientos y las calles tranquilas con su viejo encanto colonial de
la vieja Córdoba se disipan poco a poco y surge, en cambio, una exaltación apasionadamente
viril de los cielos y las tierras urentes. Entonces pinta «El cerro calvo» (que se conserva en el
Museo Nacional de Buenos Aires), «El cerro de Hongamira» .Peñas de Arcacumayoc», «El valle
de Tonte», «La santa iglesia de San Francisco, en Mojo», en cuyos cuadros, de extraordinario
vigor cromático, se muestra la indómita bravura serrana de Bolivia, su naturaleza hosca bajo el
sol, sus ruinosos templos olvidados en el silencio y la distancia enorme, como esa «Iglesita
azul,, que la crítica argentina reconoció como una de las .más bellas obras de Octavio Pinto,
remanso de mística dulzura donde el artista refugió la juvenil ansiedad, no extinta aún. Cuadro
que es como un delicadísimo poema y del que acaso haya una reminiscencia sentimental en ―La
luz en los claustros.‖, pintado varios años después en el Monasterio del Paular español.
El año 1915 obtiene sendos premios en el Salón de Buenos Aires con ―.El numen tutelar
de Ongay‖ y en la Internacional de San Francisco de California con «La fuente ciega».
―El numen tutelar de Ongay‖ es una obra de grandes dimensiones y señala de macera
elocuente el argentinismo pictórico de Octavio Pinto.
«Representa este cuadro—dice Manuel Gálvez en La Vida Múltiple-, de ' título sugeridor y
esotérico, una grande y cuadrada mole de tierra rojiza bañada en uno de sus lados por el sol.
Debajo hay sembrados, caminos, un sauce y un ranchito. La pared soleada es un trozo de gran
pintura. Hay allí mucha inspiración y verdadero lirismo y, más que nada, fuerza. La verdad de la
luz sorprende y vemos en ella dramaticidad y movimiento; es el verdadero personaje del
cuadro. Gracias a ella, aquel terror se nos aparece como una cosa misteriosa y extraña que
pudiera encarnar a alguna deidad territorial de las comarcas indígenas.»
1835
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No. En absoluto. Las visiones españolas y marroquíes de Octavio Pinto son de una
veracidad elocuente y característica. Cada cuadro tiene la expresión que necesita, sugiere la
evocación exacta del lugar y de la -luz
De pronto cambian los tonos tentadores de la mirada y de la paleta de Octavio Pinto. Son
los espectáculos polícromos y ruidosos de los zocos marroquíes, las siluetas vagas de los moros
en las callejas estrechas de muros encalados y añilados, las campiñas sonrientes bajo el cielo
intensamente azul -Esta serie de cuadros de Octavio Pinto ha sido uno de los éxitos más
elocuentes de su pintura en Madrid. No responden a un orientalismo traducido del francés. Son
la interpretación directa del natural a través de un temperamento admirablemente educado.
Octavio Pinto, sin abdicar de su personalidad, sin padecer posibles contagios de sus
compañeros de Residencia, pinta una colección de obras donde la perfección técnica rubrica el
íntimo lirismo. El alma desolada del Monasterio habla de un modo fraterno a su alma;, la
naturaleza agreste de las cercanías le seduce de un modo profundo, y entonces van surgiendo
1836
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
esos lienzos que se titulan «Frente a la Cartuja», «La luz en los claustros», «El pinar
amanecido», «El prado de la reina», ―Pinos de cumbre», «Pinos bajo las nubes», «Celdas
muertas», cuya supremacía sobre las obras de los compañeros de pensionado era indudable.
Pero Pinto no se resignaba a esa luz y a esa calma soñolienta de la Cartuja serrana. Los
esplendores de Mallorca son una tentación para él, y una tarde de febrero, del triste y. gélido
febrero madrileño, marcha en busca de la ―Isla Dorada‖
MEMORANDA
En el Salón Vilches se celebra una Exposición de pinturas y dibujos del malo-grado artista
Inocencio Medina Vera. El producto de la venta se destinará a remediar en lo posible la
situación precaria de la familia
El pintor Ignacio Zuloaga ha donado al Museo de Bellas Artes, de Bilbao, un paisaje del
pintor azcoitiano del siglo XVII Ignacio de Iriarte, que fué el creador de este género en España.
FEBRERO
No el mejor, ciertamente; pero sí el más actual, el último por ahora, donde el artista
italiano muestra parejas su imaginación y maestría técnica.
Era una colección de treinta y siete cuadros y de sesenta y seis apuntes o bocetos
reproduciendo todos y cada uno de ellos escenas y lugares del frente de guerra italiano. Para
no dejar del todo ignorado otro aspecto importantísimo—acaso el más importante—de Sartorio,
1837
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
el de pintor decorador, se exponían fotografías de sus frisos del salón de sesiones del
Parlamento. Ellas y la nota biográfico-crítica del Catálogo—hecha diestramente sobre el
fascículo I de la serie‖ Artisti Contemporanei‖ publicada el año 1909 en Roma por el editor
Walter Modes, con un prefacio de Antonio Muñoz—suplían la carencia representativa de los
cuadros expuestos en el teatro Real.
Así, fatalmente, fué sorprendido, herido y hecho prisionero por una patrulla austríaca a
fines de 1915, y retenido en Austria hasta abril de 1917.
De sus períodos de cautiverio y de acción bélica nació esta serie de cuadros y apuntes
que ahora ha contemplado Madrid.
Son como estrofas de un gran poema heroico, y alcanzan más subido mérito artístico que
las fotografías de Agencia e incluso que los dibujos periodísticos de las grandes ilustraciones.
Pero llegan un poco tarde a nosotros. El mundo—y más esta pequeña parte de mundo,
en que vivimos los españoles como los avestruces, con la cabeza bajo el ala, imaginando que
así la guerra no nos veía—olvida pronto. Tan recientes aún, parecen ya lejanos los episodios
cruentos de la contienda universal. Nos sentimos asfixiados de humaredas y de hedores
cadavéricos, sordos de estampidos, fatigados de trincheras.
Es injusto, es acaso infame este olvido que el mundo quiere tender ahora sobre los
trágicos espectáculos que todavía palpitan de presente en nuestro corazón y en nuestra
memoria. Y, sin embargo, volvemos la mirada hacia otro lado, deseando no recordar más la
guerra...
1838
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Claro es que para ello ha tenido Sartorio que cerrar los ojos algunas veces; porque serán
precisos muchos años, muchos sacrificios y muchos castigos para que los imperios centrales,
causantes de la guerra, queden limpios de tanto como han hecho en contra de la Humanidad.
Domina sobre los episodios y las escenas bélicas de Arístides Sartorio un impulso
romántico y una sensibilidad pictóricamente educada de artista. Agrupa multitudes, esboza
lejanías, elige trozos de Naturaleza, busca motivos armoniosos, muy certeramente, a través de
la monotonía temática un poco repetida. Sin falsear los hechos y los lugares—la mayoría de los
cuadros Llevan una fecha y un emplazamiento real—, su fantasía le da encanto novelesco a lo
que está reflejado escuetamente en un parte militar.
Luego el color es brillante, de una rotundez latina, con ese optimismo cromático, que es
la mejor cualidad pictórica de Sartorio. El dramatismo del asunto adquiere un relieve simpático
por la efusividad colorista.
Claro es que no podían traerse las pinturas a la encaustica hechas el año 1906 para la
Casa del Pueblo, en Roma, ni los bellísimos panneaux «La luz» «Las tinieblas», «El amor» y
«La muerte», del Palacio de Exposiciones de Venecia, o los que representan simbólicamente
«La Justicia», «La Fortaleza», «La Constancia», «El Arte», «La joven Italia», «La Forma», «La
Fe» «El heroísmo comunal», «El Resurgimiento», y «La elevación nacionales», desde los muros
de la Cámara de los Diputados.
Tampoco hubiera sido posible traer el cuadro «La Malaria», pintado el año 1880 y que se
conserva en una pinacoteca particular de Buenos Aires; pero habríamos deseado ver otras
obras que recordaran al retratista notable, a animalista que alterna su inspiración pintando
leones, tigres y caballos, con las eglógicas visiones de paz y de melancolía tituladas «II
pastorello a Tor di Quinto», «Sul litorale romano», «La revine de Ninta» y «Sulle rive del
l'Aniene», o con los desfiles ruidosos y espesos de los búfalos en «Ritorno di buffali dal lavoro»,
«Aratura sotto Tivoli» y «Lo spurgo dei canali a Terracina». Hubiéramos deseado encontrar
temas de tan elevada estirpe mental como los de «La gorgone e gli eroi» y la «Diana d'Efeso e
gli schiarie» que se conservan en la Gallerie Nationale.
1839
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y de este modo, la Exposición del teatro Real habría sido más completa y más reveladora
al público de lo que significa hoy día en la pintura italiana Julio Arístides Sartorio.
MEMORANDA
El Círculo de Bellas Artes, de Madrid, ha celebrado tres concursos, donde han sido
premiados cinco pintores, dos escultores y un grabador Los fallos han sido:
Sección de pintura: Timoteo Pérez Rubio ―Mañana de Bruma‖. José Pedraza ―Segoviano‖.
César Casado Garnacho ―Retrato‖. Eduardo Navarro ―Tierra Mojada‖. E. Martínez Vazquez
―Paisaje‖.
En el Club Alpino Español celebra una Exposición de Paisajes de los Picos de Europa
Octavio Bianqui.
MARZO
MEMORANDA
En las galerías Laitetanas, de Barcelona, expone varias obras suyas el pintor catalán
Domingo Carles
1840
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En el mismo local (Patio del Ministerio de Estado) expone el pintor Luis Huidobro 37
paisajes de la Sierra de Gredos y de los Picos de Europa.
ABRIL
II.-BARRADAS, EL VIBRACIONISTA
La diversidad polifacética de sus obras señala por de pronto una ansiedad, una inquietud
visuales y sensoriales que le redime de la vulgaridad ajena y le hace gravemente respetable a
los hombres de buena voluntad.
Desde luego lo más interesante de su Exposición eran las notas vibracionistas. Llegan en
la evolución técnica y estética de Barradas, después de los realismos naturales, los temas
literarios y las adaptaciones a la ilustración. Es decir, Barradas construye, si le place, como el
más académico de los dibujantes; compone con la más perfecta y clara expresión rítmica de un
gran decorador, y ve el color con la amplitud cromática de un gran luminista.
Pero es en sus páginas vibracionistas donde encontramos, por ahora, íntegro al artista.
Lo de menos es la adjetivación. Estas palabras diferentes de una misma disconformidad
moderna con las viejas preceptivas, son un resto de concesión a la incredulidad, a la sorpresa o
a las rutinas ajenas.
1841
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el fondo estas pinturas de Barradas, que a los unos parecen cubistas, a los otros
futuristas y que él nombra vibracionistas, cumplen la tarea sencilla de conceder al color y a la
línea toda su importancia, colocándole real y simbólicamente a primer término y otorgando un
valor secundario a los valores anecdóticos y sentimentales.
De aquí esas adherencias lógicas que a ciertos críticos indignan y que libertan a la pintura
de mecánicos, competencia con cosa ya resuelta de un modo mecánico. En cambio, la
interpreta con todo su dinamismo engendrado por la luz, al mismo tiempo que sigue como un
vidente la suelta euritmia de las líneas y el raudo o lento desarrollo de los arabescos vivos.
Quisiéramos hallar siempre en todas las Exposiciones de este saloncito triste y hondo del
Ateneo—a pesar de su luz gastada, torpe, de sus paredes rezumantes, su alfombra rota y su
atmósfera enrarecida—aquel íntimo acogimiento de selección y de noble exigencia estética que
tuvo en los comienzos, cuando sólo ofrecía obras de artistas plenariamente capacitados.
Por esto las tres últimas Exposiciones del Ateneo nos han sorprendido como un grato
retorno a la primitiva orientación, en el período turbulento y decadente.
1842
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En primer lugar Gabriel García Maroto presentó una serie de treinta y dos obras de
pintura y dibujo durante la decena del 11 al 20 de abril. Se recordará que a esa decena
correspondió la Semana Santa y la crisis ministerial. Todo ello contribuyó a que la Exposición
del señor García Maroto pasara punto menos que inadvertida. Y sin embargo, merecía una
atención emocionada.
"Aprendiz de pintor hace años, dedicado más tarde a estudios de literatura y de estética,
en mi año treinta he sentido la necesidad de dibujar y de pintar.
―De la vieja facilidad odiosa nada queda en mi obra. A la ciega codicia antigua ha seguido
una reposada ambición ansiosa de expresar lo inefable con lenguaje alusivo y leve‖.
»Si pintura literaria quiere decir maridaje estrecho de dos ramas de sabia (sic) hermana:
sensibilidad, y no anécdota, cantar o dicho puesto en habla pictórica, es pintura literaria nuestra
pintura.
«Frente a un arte sin arquitectura, es decir, sin proporciones y ritmos sujetos a una ley
artística, levantamos nosotros un arte sencillísimo que queremos sea semillero de gozosas y
claras posibilidades estéticas.
»En nuestra Exposición de hoy, hemos de repetirlo, sólo hay semillas de obras, intentos
apenas materializados; sin embargo, el camino y la posibilidad quedan, a nuestro juicio,
manifestados claramente.»
1843
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
una rosa de los vientos espiritual. Se pensaba, viéndole solicitado y solicitador de las más
diversas inquietudes, que no traspasaría nunca—a pesar de sus cualidades positivas—ese límite
del diletantismo que contiene a tantas legitimas esperanzas. De pronto García Maroto
desaparece, se asorda su recuerdo. Son tres, cuatro años, de un silencio que imaginamos de
renuncia y era de hallazgo, que creímos de holganza y preñaba, sin embargo, el esfuerzo
cotidiano.
Así esta Exposición nos sorprende y nos confía más que nunca en Gabriel García Maroto.
A pesar de la literatura del catálogo, a pesar de los antecedentes literarios del autor, esta
pintura no es literaria, es de una serenidad mortal, intrascendentemente alegre, de una
limpieza de pensamiento que la hace más pura de resultado.
No un «intento apenas materializado», como dice el autor, sino un hallazgo firme y sólido
es lo que refleja esta pintura de Gabriel García Maroto.
Enrique Ochoa es uno de los colaboradores más asiduos de La Esfera. Aguirre publica
una-caricatura diaria y actualista en El Fígaro. Sin embargo, los dos dibujantes se desligan, en
parte, de ese encasillamiento que la suerte les impone y dan, en cambio, notas distintas de lo
que significa su reputación.
Ochoa expone retratos al lado de sus dibujos editoriales. (…) Aguirre (…) presenta
retratos y algunos dibujos y paisajes. Los paisajes tienen emoción; (…)
1844
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
V.-VARIOS PAISAJISTAS
Como una ratificación del exhorto de la primavera que pone en los ojos y en las almas
una sed de campo y otros horizontes, hemos tenido varias Exposiciones de paisajes.
Ernesto Gutiérrez hablaba a los hombres de la ciudad, todavía envueltos en sus abrigos y
bufandas invernales, de los alrededores sonrientes, goyescos de Madrid, de nuestro Retiro
incomparable, oponía ante los deseos paralíticos de los madrileños la tentación sabrosa de
París.
Gregorio Prieto, más lírico, más juvenil también, fué como un mago que transformara en
quimeras y en fuegos de artificio lugares de una apariencia espiritualmente penumbrosa.
Tenían estos paisajes de Prieto nombres habituales y repetidos: «La Virgen del Puerto», «Pinos
de la Moncloa», «Calle del Espíritu Santo», y debían llevar sólo nombres de horas, tiempos o
momentos atmosféricos. Porque son paisajes irreales y desplazados, a fuerza de ser tan
sensible el joven artista. Vuela el color sobre las cosas efectivas y surgen esas delicadezas de
tono, esos matices trémulos, ésas diafanidades donde quisiéramos sumergirnos como en una
mueca o en un sueño.
Huidobro es un temperamento harto distinto. Se sitúa rostro a las cumbres, los cielos y
los árboles como un novelista. De este modo sus cuadros serranos tienen el valor documental,
el verismo concienzudo de capítulos aislados de una novela naturalista.
Es fiel, exacto e implacable. No sugiere la visión, la impone; no deja a la fantasía resquicios
deformatívos o reformativos de la realidad.
Por último, la Exposición de Tomás Martín, con sus apuntes fortunyanos, con sus croquis-
menudos de Granada, de Roma y de Madrid, nos retrasaron un poco la emoción; nos obligaron
a retroceder.
1845
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La Exposición se hacía, además, después de muerto Tomás Martín, que fué un dulce
soñador de cosas imposibles en nuestro siglo de dinamos y sindicalismos.
La gente acudió al doble y justo reclamo de las obras asequibles de concepto y de precio,
con lo cual el Círculo de Bellas Artes-ha podido reparar un olvido y remediar un desamparo.
Por primera vez dirige, desde hace poco más de un año, los asuntos artísticos en España
un artista. Antes la Dirección general de Bellas Artes era considerada como la de Agricultura, la
de Penales o la de Industria y Comercio, que, debiendo entregarse únicamente a la experiencia
y preparación, de un técnico, se concedía como un Gobierno civil de provincia o como la
Subsecretaría de un Ministerio, a políticos de tercer orden y a contertulios asiduos del comedor
de un personaje influyente.
Uno de estos errores fué primero la no existencia de la Dirección general de Bellas Artes;
después el irla entregando, ya creada, sucesivamente a diputados de la mayoría del partido
político gobernante y turnante. Cuando España tuvo, en 1917, en 1918, sus dos primeras
sacudidas de libertamiento, de enérgico deseo de incorporarse a la vida internacional por la
voluntad de sus elementos democráticos y mesocráticos, los valores políticos, esos trágicos o
grotescos mascarones de logreros y arrivisías (sic) que constituían—y todavía constituyen en
gran parte los partidos políticos españoles, empezaron a retroceder, a ocultarse. Por primera
vez en la vida nacional se comprendía que al gobierno del Estado no se debe llegar por la
audacia, por la adulación o por el dinero, sino por una preparación y una capacidad ajenas a la
política. Todavía quedan al frente de los Ministerios y de los altos cargos muchos
representantes de la vieja política española: ministros analfabetos—hay un analfabetismo más
1846
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
triste, más dañino que la ignorancia de no saber unir letras—, caciques encumbrados por
hazañas de picardía o servilismos de Gabinete; herencias familiares que con el nombre y la
fortuna personal llevan aparejada el acta de diputado y el destino de elevada burocracia.
(…). Los artistas españoles, salvo una exigua y ridícula minoría que puede contarse con
los dedos de una mano—y sobrarían dedos—, estuvo como los escritores, como los hombres de
ciencia, al lado de la causa aliada. Sólo este divorcio absoluto que existía antes de la guerra
entre los elementos intelectuales y los elementos políticos—despreciativo por parte de los
primeros, endémicamente incompresivo por parte de los segundos—pudo retrasar tanto la
verdadera voz española que ahora va a sonar en París.
Mariano Benlliure comprendió desde el primer momento la significación decisiva que esta
Exposición había de tener para España, e incansable, abnegadamente, trabaja con la mejor
voluntad, con inquebrantable entusiasmo, con una abnegación que desearíamos sinceramente
ver recompensada por un éxito rotundo. Su automóvil atraviesa Madrid de un extremo a otro,
desde los palacios aristocráticos donde se conservan cuadros de Goya, hasta los humildes
estudios de los artistas principiantes. Realiza viajes a Zaragoza, a Valencia, para traer él mismo,
en el vagón donde no duerme, joyas artísticas; celebra conferencias con personalidades
políticas y diplomáticas; escribe centenares de cartas y, entretanto, modela los bustos del Rey y
del duque de Alba, que figurarán en la Exposición de París, o elige el tono más propicio para el
fondo de las salas del Museo de Arte Moderno.
—Vamos a ver, Mariano—le pregunto—. ¿Qué significación cree usted que tiene esta
Exposición?
1847
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
1848
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
interés y el celo de nuestro Soberano, que él mismo me ha llevado en su auto a escoger obras
de los Palacios de Madrid, El Pardo y El Escorial; y él mismo, de su puño y letra, iba tomando
las notas; yo he reunido estos preciosos autógrafos juntamente con todos los documentos
relativos a la Exposición. El conde de Romanones ha prestado el importantísimo apoyo que
pudiera prestar desde la Presidencia del Consejo de ministros. También en las Academias,
Museos, Centros y entre los particulares he encontrado un apoyo, decidido. Los artistas han
respondido todos con gran entusiasmo, poniendo todas sus fuerzas para alcanzar el ideal que
perseguimos con esta Exposición. La Prensa ha prestado también su valioso concurso y los
principales críticos de arte están dando interesantes conferencias.
—Como ya he dicho antes, en esta Exposición queremos que vayan representadas todas
las tendencias que desde el 70 hasta nuestros días tienen alguna significación dentro del Arte;
con esto queda contestada la pregunta, lo cual no quiere decir que el mero hecho de tener
pocos años haya inclinado nuestra elección; es necesario que a la juventud vaya unido el
talento, y no únicamente, el afán de originalidad en el procedimiento. La juventud, querido
Pepe, no hay que buscarla en los años del autor, sino en sus obras.
II.-ERRORES Y DESACIERTOS
Pero estos buenos deseos, que, a pesar de su bondad y a pesar de los optimismos de
Mariano Benlliure, no se atrevían a la quimérica pretensión de aguardar un éxito, siquiera fuese
estimable, únicamente se confiaban en la instalación de Goya y en un reducidísimo grupo de
jóvenes maestros. Lo demás de la Exposición fué lamentable.
1849
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En París habían de darse las cuatro conferencias siguientes: ―Goya y su Obra‖, por el Sr.
Beruete y Moret, director del Museo del Prado y miembro del Comité de Aproximación;
«Relaciones mutuas entre la pintura francesa y la española», por D. Rafael Domenech; «La
pintura española en el siglo XIX», por el Sr. Vegue y Goldoni, y «La moderna pintura española»,
por mí.
Elegí este tema porque siempre creí que la Exposición de pintura española debió ser
exclusivamente contemporánea. Todo lo más, Goya, que es eterno, de ayer y de hoy, y
después iniciar el punto de partida de selección de las obras en Joaquín Sorolla y terminar en
Pablo Picasso, creador del cubismo.
Así lo dije, así lo exigí para formar parte del Comité de Críticos, y así se nos prometió,
con la concesión nuestra, después, de que fueran algunas, muy pocas—las menos posibles—,
obras de artistas fallecidos, pertenecientes al siglo anterior y de que formaríamos parte del
Jurado de admisión y elección de obras.
Durante unos días imaginamos posible borrar, con una Exposición selecta y
verdaderamente actual, aquel mal recuerdo de la Exposición francesa el año anterior (Véase El
Año Artístico 1918).
Los señores Domenech y Vegue dieron sus conferencias en el Ateneo, explicando lo que
había de ser la Exposición en términos laudatorios. Yo me negué a dar mi conferencia. Hasta
entonces sólo habíamos visto parte de las obras en el Salón de Amigos del Arte, ya embaladas,
y no quería pecar, como mis ilustres compañeros, por exceso de buena fe y noble entusiasmo.
1850
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
incompletamente—se invitó entonces, por exclusiva indicación mía, con listas que yo facilité, a
los modernos artistas catalanes y vascos, de los cuales se había prescindido. Se logró de este
modo dar un ligero barniz de modernidad a la Exposición.
Finalmente acordaron prescindir de las dos conferencias que en París debían pronunciar
los señores Domenech y Vegue.
Únicamente hablaríamos el Sr. Beruete, como director del Museo del Prado y miembro
del Comité, acerca de «Goya y su obra», y yo, sobre «la pintura moderna».
Pero yo me negué a ir a París, por solidaridad con mis compañeros de crítica. Juntos
habíamos sido solicitados y juntos debíamos ir.
Además, ¿cómo hablar de pintura moderna frente a tantos cuadros viejos o envejecidos?
Bueno será advertir, antes de continuar enumerando los cargos, que tal vez sea el
Director general de Bellas Artes quien menos culpa tenga en este asunto. Únicamente la
blandura de carácter, el natural deseo de conciliarlo todo y de evitar actitudes enérgicas que
pusieran en peligro el propósito noblemente imaginado, se le podrá reprochar. Sus
declaraciones, recibidas y transmitidas con toda fidelidad en las páginas anteriores, demuestran
cómo Benlliure
Las primeras figuras (…) del momento actual presentan, la que más, ocho cuadros; pero
el señor Pradilla expone diez y seis cuadros uno de ellos de cuatro metros, y don Gonzalo
Bilbao, organizador, seleccionador e instalador de la Exposición, que no consideró oportuno
llevar «La muerte de Lucrecia», de Rosales, por ser demasiado grande, expuso su cuadro «Las
Cigarreras», que mide 4 X 3 metros.
Ni Pradilla ni Bilbao pueden representar hoy día, en esa forma apoteósica y en franco
tuteo con Goya, a la pintura española. La pueden representar un Zuloaga, un Anglada, o los
maestros jóvenes que se pretende dejar en segundo término; pero en una Exposición donde
figuran casi todos estos maestros jóvenes otorgar esa primacía a un pintor de antes de ayer y
otorgársela a sí mismo un pintor de ayer, es intolerable (1).
1851
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(1) Como detalles curiosos que completan la labor del señor Bilbao en la Exposición
española de París citaremos dos hechos:
Durante su estancia en París con un cargo oficial como delegado del Comité y del Estado
español, celebró una Exposición de obras suyas en una casa particular cuya exhibición
transcurrió, sin embargo, inadvertida.
El otro hecho es más elocuente: En las listas de seguros de las obras se procuró no fijar
grandes cantidades para no gravar demasiado el crédito concedido para la Exposición. Así se
daba el caso de ir lienzos como «Niños en la playa», de Joaquín Sorolla, asegurados en 10,000
pesetas, siendo, como es natural, su precio muy superior a esa cantidad. (…) El señor Bilbao
aseguró su cuadro «Las Cigarreras» en una cantidad exorbitante: QUINCE MIL DUROS, v el
«Retrato de señoras en CINCO MIL DUROS.
Los pintores sevillanos, sobre todo aquellos amigos o discípulos de Bilbao, figuran,
naturalmente, en el catálogo; pero no encontramos, en cambio ninguna obra del más admirable
de los pintores sevillanos actuales: Gustavo Bacarisas.
Tampoco figuró ninguna obra escultórica de Julio Antonio, (…) Lástima fué que no se
hubieran puesto de acuerdo el Comité y Jos amigos del gran artista, porque esta ausencia
aumentó los errores de la Exposición, y, en cambio, habría podido figurar, a nuestro juicio,
mucho mejor representado el arte de Julio Antonio con tres o cuatro bustos de «La Raza», que
son tal vez lo más considerable de toda su obra.
1852
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
He aquí la lista completa de los artistas de los cuales se expusieron obras en el Petit
Palais, de París:
PINTURA
Francisco Goya y Lucientes (+)-—Joaquín Agras*.t (+). —Conde de Aguiar. Alvaro Alcalá
Galiano.—Fernando Alvarez de Sotomayor.—Ángel Andrade y Blázquez.—Fermín Arango.—
Joaquín Araujo (+).—Santiago Arcos (+) Alberto Arrue.—José Arrue.—Aurelio Arteta Errast
Dionisio Baixeras Verdaguer, Salvador Barbudo.—Francisco Bayreda Casalo.—Laureano
Barrau.—Luís Bea.—Valeriano Domínguez Bécquer (+). —Federico Beltrán Masses.—Manuel
Benedito Vives.—José Benlliure Gil.—José Benlliure Ortiz (+).-Juan Antonio Benlliure y Gil.-José
Bermejo Sobera.-Aureliano de Beruete (+).-Gonzalo Bilbao Martínez.—Vicente Borras Abella.—
Fernando Cabrera Cantó.—Ricardo Canals.-Juan Cardona y Lladó.—Domingo Carles.-José
Casado del Alisal (+).-Ramón Casas.—Claudio Castelucho.-Juan Colom.—Jesús Corredoira.—
Fernando Costa Decuidt.— Abelardo Covarsi.— Ulpiano Checa (+).—Manuel Cusí y Ferrer.—
Eduardo Chicharro y Agüera. Francisco Domingo Marqués.—Roberto Domingo.—Antonio Fabres
— Félix Elias Bracons.—César Fernández Ardavín.—Rafael Forns Romans.—Antonio Fillol.-
Mariano Fortuny (+).—Enrique Galvey.-Juan José Gárate Clavero-Joaquín García Fernández.-J.
García Ramos (+).-Roberto González del Blanco.—Baldomero Gilí Roig.—Federico Godoy y
Castro.—Juan Ángel Gómez Alarcón—Alfonso Grosso Sánchez.—Antonio de Guezala.—Ernesto
Gutiérrez Hernández.—Eugenio Hermoso Martínez—Miguel Hernández Nájera. Rafael Hidalgo de
Caviedes.—Luis Huidobro.—L. Jiménez (+).—José Jiménez Aranda (+).— Luis Jiménez
Aranda.—Fernando Labrada.—Manuel León Astruc—Lucas, hijo (+).—Juan Luis López.—Manuel
López de Ayala.—José María López Mezquita.—José Llaneces.—Juan Llimona.—Francisco
Llórens Díaz.—Federico Madrazo (+).—Ricardo Marlrazo (+).— Federico de Madrazo y Ochoa.—
Raimundo de Madrazo.— Víctor Manzano Mejorada (+).—Gustavo Maeztu.—Francisco Marín
Bagues.—José Martí Garcés.—Enrique Martínez Cubells y Ruiz.—Santiago Martínez Martín.—
Eduardo Martínez Vázquez-Luis Masriera.—Miguel Massot.—Elíseo Meifrén Roig.—Enrique
Mélida (+) Luis Menéndez Pidal.—Félix Mestres Borrell.—Joaquín Mir.—Julio Moisés. José
Mongrell Torrent.—José Moreno Carbonero.—Jaime Morera.—Domingo Muñoz.—Antonio Muñoz
Degrain.—Tomás Murillo Ramos.—Ricardo María Navarrete (+)—José Nogué Massó.—Isidro
Nonell Monturiol (+)-—Rafael Ochoa.—Leandro Oroz Lacalle.—Ortiz Echagüe.—Vicente
Palmaroli (+).— Maximino Peña Muñoz.—Ramón Pichot.—Ignacio Pinazo Camarlench (+) Jose
Pinazo Martínez.—Miguel Pino y Sardi.—Nicanor Piñole.—Cecilio Plá Gallardo—Vicente Poveda.—
1853
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los pocos pintores representativos de las tendencias avanzadas han sido bien colocados,
y de las dos instalaciones demasiado numerosas y un poco extemporáneas que se proyectaban,
sólo quedó la compuesta por los catorce o quince cuadros del Sr. Pradilla
La Exposición española fué bien acogida en París. Instalada en el Petít Palais al mismo
tiempo que otras tres una, italiana, de los pintores venecianos del siglo XVIII otra,
francesa, de grabados de los siglos XVII y XVIII, y otra de los artistas yugoeslavos, a cuyo
frente figuraba el gran escultor Ivan Mestrovic—, fué para ella la verdadera atención de la
crítica y el entusiasmo del público, demostrado con gran número de ventas. Incluso respondió a
lo que desde el primer momento supimos ver unos cuantos españoles: a iniciar un
acercamiento espiritual con nuestra hermana Francia para que olvidase y perdonase ciertos
agravios, o por lo menos indiferencias desdeñosas durante los días trágicos.
Por esta acogida, que descontábamos, sabiendo que se llevaría a Goya magníficamente
elegido en los veintidós cuadros y los veinticuatro tapices, pusimos decidido empeño en que se
1854
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
diera más cabal medida de las modernas tendencias, y fué más triste nuestra desilusión cuando
vimos que se abusó demasiado del Museo de Arte Moderno y de los coleccionistas particulares
de obras viejas.
Ante todo, Goya fué, naturalmente, el éxito claro, afirmativo y rotundo de la Exposición.
El director general de Bellas Artes, Sr. Benlliure, procuró que la instalación del más grande de
los pintores españoles de ayer y de hoy fuera digna del maestro. (…) En la sección
retrospectiva, y en la de pintores modernos fallecidos, figuraban como lienzos sobresalientes los
retratos de la condesa Teba—que había de ser la Emperatriz Eugenia—, la condesa de Vilches y
la Infanta Isabel de Orleans, niña—esta condesa de París, que acaba de fallecer en Sevilla—.,
de Federico Madrazo; el «Desnudo de mujer» y la «Presentación de Don Juan de Austria al
emperador Carlos V», de Rosales; «El baile» y «El leñador», de Valeriano Domínguez Bécquer;
«El herrador* y «Ciociaro», de Fortuny; «Autorretrato», «Teresa» e «Ignacito», de Pinazo
Camarlench; «Al- rededores de Madrid», «Toledo» y «Espinos en flor», de Beruete; «Dolores»,
«Lola» y «Bodegón», de Isidro Nonell.
La Prensa francesa consagra al joven maestro aquella entusiasta atención que en otro
tiempo ha concedido a Zuloaga, y a Hermen Anglada
Sorolla presentó seis cuadros muy elocuentes de su manera. Les conocemos todos ellos,
y, en efecto, de lo más bello de toda su obra forman parte,, principalmente, «Después del
baño» y «Niños en la playa»; Zuloaga expone otros cinco cuadros, entre ellos el reciente retrato
del duque de Alba y el «Retrato de Mrs. C», sencillamente extraordinario; López-Mezquita, con
el «Retrato de la Infanta Isabel» y «La dama pálida», presenta el cuadro «La mujercita», que
tiene una noble prestancia velazqueña; Chicharro ha enviado «Dolor», que no se conoce en
España, y que fué uno de los éxitos más puros de la Exposición Internacional de Munich el año
1912.
1855
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
«Florisel», de Juan Luis López; «El valle de Samoedo», de Llorens; «Las cercanías del
pueblo», de Joaquín Mir; «Salus infirmorum», de Menéndez Pidal; «La camelia», de Julio
Moisés; «Recuerdos de Granada», de Muñoz Degrain; «Retrato de Lucien Guitry», de Ortiz
Echagüe; «Zagala de romance», «Cuento de primavera» y «Rosa de té», de Pinazo Martínez;
«Terruños», «Mediterráneo» y «Pirineos», de Raurich; «La musa gitana», de Romero de
Torres; «Almendros floridos», de Rusiñol; «Pastora castellana», de Santa María; «Circo de
arrabal», de Ricardo Urgell; «El ídolo gitano», de Vázquez Díaz; «Puesta de sol», de Verdugo
Landi; «Remeros vencedores de Ondárroa», de Ramón de Zubiaurre, y «Tierra vasca», de
Valentín de Zubiaurre.(…)
VI.-LAS ADQUISICIONES
PINTURA
1856
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
MAYO
I.—SU SIGNIFICACIÓN
1857
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La sección española respondía a ese mismo criterio, único que debe predominar en las
Exposiciones de Bellas Artes. No se limitaron las invitaciones especiales a los artistas residentes
en Madrid, ni mucho menos a los incluidos en el escalafón de medallados. Se tuvo en cuenta la
importancia actual de las regiones españolas en nuestro renacimiento artístico y se invitó a los
representantes de todas las tendencias, por retrógradas que parezcan a los impacientes y por
muy peligrosa rebeldía que ostenten a las miradas tradicionalistas.
Faltaban algunos nombres; pero no faltaba ninguna tendencia. Los artistas franceses que
acudieron a Zaragoza pudieron darse cabal cuenta de que España no está rezagada, y los
artistas españoles que no hayan salido de su patria, y que ni siquiera pudieron asistir a la
Exposición francesa de Barcelona, también encontraron suficientes elementos de juicio para su
criterio.
II LA SECCIÓN ESPAÑOLA
Ya hemos dicho que la sección española de la Exposición de Zaragoza fué como una
síntesis del arte contemporáneo en todas las regiones de nuestra patria. En cuanto a la libertad
expresiva de las tendencias, bastará decir que en el catálogo figuraban desde el decano de
nuestros pintores, Francisco Domingo Marqués, hasta Pablo Picasso.
1858
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pascual, Pablo Ruiz Picasso, Buenaventura Puig Perucho, José de Togores, Ricardo Urgell,
Francisco Vaireda, Carlos Vázquez, José Vidal y Cuadras y José María Xiró, (…)
En la sección de artistas vascos figuraban los hermanos Alberto y José Arrúe, Aurelio
Arteta, Ángel Cabanas Oteiza, Fernando García Alegría, Anselmo de Guinea, Isidoro de Guinea,
Antonio de Guezala, Francisco Iturrino, Ascensio Martiarena, Lucio Ortiz de Urbina, Darío de
Regoyos, Pablo Uranga, Valentín de Zubiaurre, Ignacio Zuloaga (..)
De los pintores gallegos estaban Fernando Alvarez de Sotomayor, Jesús Corredoira, Juan
Luis López y Francisco Llorens.
Entre los valencianos, los pintores José Benlliure Gil, José Benlliure Ortiz, Francisco
Domingo
Marqués, J. Moya, Enrique Cuña, Rafael Forns y José Pinazo Martínez, (…)
De artistas andaluces presentaban obras los pintores Gustavo Bacarisas, José María
López-Mezquita, José Moreno Carbonero, José María Rodríguez Acosta, Daniel Vázquez Díaz,
Ricardo Verdugo Dandi,(…). En el conjunto de aragoneses (…) los pintores Aguado Arnal, Juan
José Gárate, Julio García Condoy, Gascón de Gotor, Justino Gil Bergasa, Baltasar González, Luis
Gracia Coello, Mariano León Astruc y Mariano Oliver Aznar.
Había, además, obras de otros artistas de diferentes regiones españolas, como los
pintores castellanos, asturianos y extremeños Federico Beltrán Masses, Aureliano de Beruete,
Eugenio Hermoso, Irene Narezo Dragone, Luis Menéndez Pidal, Marceliano Santa María (…)
Magnífico aspecto presentaba la Lonja de Zaragoza con sus airosas arcadas góticas, con
su piedra de tan cálida entonación, con las esbeltas columnas, los heráldicos emblemas y los
dorados relieves y rosetones de las tres amplias naves.
A través de los años la Lonja de Zaragoza sigue obteniendo aquel noble empleo que
señalaron sus fundadores en el año 1551, según rezan los gruesos caracteres góticos del friso:
«... la cual ciudad tenga Dios de su mano para que siempre se empleen en justicia, paz y buen
gobierno de ella»,
1859
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La sala contigua está destinada a los artistas vascos. Ella, con la de los catalanes,
encierra lo más moderno de la Exposición. Son las salas que llamaría «generosas» en el sentido
de la cordialidad emocional que expanden.
1860
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
una potencialidad, luminosa semejante, y en algunos casos superior, a las de Monet, Pisarro o
Sisley ! Regoyos sé acercaba al paisaje como un iluminado, «con franciscano amor», como ha
dicho alguien muy certeramente. Por diversos que fueran los aspectos españoles interpretados
por Regoyos, dáblales a cada uno su expresión característica y les ligaba a todos con la íntima y
acariciadora ternura de su propio espíritu, tan panteísta.
Zuloaga tiene en esta sala un «Paisaje de Segovia», un poco seco pero rebosante de
castellanía. Aurelio Arteta expone «El muelle de Ondárroa» con su realismo fuerte, con la gracia
armónica de su composición; Aurelio Arteta es uno de los prestigios más sólidos de la moderna
pintura vasca, y lo ratifica en este cuadro parco de dimensiones y enorme de fertilidad. De las
tres obras de Valentín de Zubiaurre, «Tío Sapillo», «Niños segovianos» e «Hilandera vasca»,
bien características de su personalidad inconfundible, ha sido adquirido la primera de ellas por
el Estado francés. Deben citarse, además: «Clara»—deliciosa figura de mujer tocada con
mantilla negra —de Alberto Arrúe. «Ondárroa», de Isidoro de Guinea; los dos cuadros de
Iturrino, el admirable pintor que al cabo de los años vuelve a iluminar con un resplandor juvenil
y fragante de optimismo a la pintura española; el «Retrato de señora», de Antonio de Guezala;
«Pescador vasco»—sinfonía de claridades y de bello arabesco—de Tellaeche; «Morenita», de
Ortiz Urbina, y «Canción eterna», de Vázquez Díaz, que, a pesar de ser andaluz, ha sido
incluido en esta sala, sin duda por la modernidad simpática de su tendencia.
La cuarta sala es un poco heteróclita y heterogénea. En ella están los dos bellísimos
cuadros de Federico Beltrán, titulados «Borgiana», y ―Retrato de la señora Albarrá‖; figura
también el «Retrato de Daniel Zuloaga», por Ignacio Zuloaga, donde vemos al ilustre ceramista,
de medio cuerpo, y sosteniendo entre sus manos uno de sus cacharros característicos.
Responde, además, a la última manera de Ignacio Zuloaga, a esa sobriedad compositiva, a esa
complacencia colorista en que los tonos parecen hervir palpitantes y en que las calidades están
logradas con gruesos rascados, rugosos, del color, más jugoso que nunca. Irene Narezo, la
esposa de Federico Beltrán, pintora de excepcional mérito y de sutilísimo temperamento,
expone dos cuadros plenos de dulce emoción, de rico cromatismo: ―La enlutada‖, e «Interior».
Pero la verdadera clasificación de esta sala es la de su aragonesimo. En ella.se han reunido las
obras de los pintores y escultores aragoneses. Encontramos, salvo la lamentable falta de Marín
Bagues, a este grupo simpático de artistas que aportan al renacimiento español una
significación regional semejante a la de Vasconia o Cataluña; pero desligada de otras influencias
que no sean las tradicionales de la pintura española. He aquí, ante todo, los cuadros de Díaz
Domínguez, con su ampulosidad decorativa, con su generosidad colorista, con ese fuego
espontáneo y creciente que hacen del joven pintor aragonés uno de los primeros artistas
decoradores que tenemos hoy día. He aquí también «Ya llega el vencedor» y «En la ermita», de
Julio García Condoy. Este último refleja tipos del Valle de Ansó, del alto Aragón; en cambio el
primero representa costumbres del bajo Aragón. Es una escena bien concebida y resuelta,
1861
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
aunque ligeramente influenciada por la obsesión siluetista de Miguel Viladrich. «Ya llega el
vencedor» es, no obstante, el cuadro más cabal de la sección aragonesa. «Lucille», de León
Astruc, muestra esa distinción y exquisitez que tienen las figuras femeninas de este joven
pintor. «La vuelta de la pesca del besugo», de Justino Gil Bergasa, es una página interesante y
briosa, a la manera de Martínez Cubells. Aguado Arnal presenta dos paisajes, «Pradera de San
Isidro» y «Canal de Zaragoza», muy justos. Además hay en esta sala el retrato de la marquesa
de González Castejón, de Gárate Clavero; «Vino viejo y teorías nuevas», de Oliver Aznar; dos
retratos, de Baltasar González, «Fondo de Cuadra», de Gracia Pueyo, y «Retrato de un obispo»,
por Gascón de Gotón.
La quinta sala es la catalana. Significa grato resumen de lo que suelen ser las
Exposiciones generales de Barcelona, tan positivamente eclécticas. Aquí están en franca
fraternidad los miembros del Círculo Artístico, del Círculo de San Lucas, de la Sociedad Artística
y Literaria, de las Artes y los Artistas y de Los Independientes.
Faltaban algunos de estos pintores; pero, en cambio, los que había completaban de
expresivo modo la significación de todos ellos. Desde Dionisio Baixeras a Pablo Picasso, el
lanzador del cubismo, había un conjunto interesantísimo, donde se destacaban: un magnífico
bodegón, de Isidro Nonell los paisajes mallorquines, de Juan Colom; un «Estudio», de Domingo
Carles; un «Desnudo», de Vayreda; «Calvario», de Félix Elias; «Descanso», de Juan Llimona;
un «Dibujo», de Picasso; «Retrato de mujer», de Vidal y Cuadras «Del cabaret», de Ricardo
Urgell; «Flores», de José de Togores y «Retrato de señora», de Julio Moisés. Completaban esta
sala, además, el cuadro de Luis Masriera—adquirido por el Estado francés—y otros lienzos de
Baixeras, Cuñat, Espinal, García Escarré, Martí Garcés, Meifren, Moya, Ivo Pascual, Puig
Perucho, Vázquez Ubeda y Xiró.
1862
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Del Salón de Artistas franceses han concurrido los pintores Emilio Adán, Julio Adler,
Ludovico Alleune, Gastón Balande, Claudio Bourconnier, Enrique Calvet, Víctor Charreton,
Eugenio Chigot, Renato Chretien, Eduardo Doigneau, Enrique d'Estienne, Dionisio Etcheverry,
León Félix, Francisco Flameng, Andrés des Fontaines, Enrique Foreau, Augusto Gorquet, Alberto
Gosselin, Andrés Marche, Enrique Martín, Edgardo Maxence, Luis Montagne, Pedro Montecin,
Jorge Motelei, Alejandro Nozal, Emilio Renard, Daniel Saubes, Mademoiselle Thill, Enrique Zo,
Gabriel Domergue, Julio Grün (…).
De la Sociedad Nacional figuraban los pintores Edmundo Aman Jean, Alberto Aublet,
Francisco Auburtin, Emilio Barau, Juan Beraud, Hipólito Berteaux, Alberto Bernad, Gabriel Biessi,
Emilio Boulard, Bernardo Boutet-de Monvel, Jorge Costeau, Carlos Cottet, Mauricio Courant,
Andrés Dauchez, Eugenio Dauphin, Pablo Luis Delance, Jorge Desvalieres, Enrique Duhen,
María Duhen, Mauricio Eliot, Luisa Gavier Boissiere, Luciano Griceau, Gastón Guinard, Víctor
Luciano Guiraud de Scevola, Adolfo Gumery, Eduardo Henry-Baudot, Jorge Jeanniot, Gastón
Látouche, Le Gout-Gerard, Enrique Le Sidanner, Pablo Madeline, Renato Menard, José Pablo
Mesle, Federico Montenard, Enrique Morisset, Fernando Olivier, Estéfano Pannemakers, Renato
Prinet, Alfredo Felipe Roll, Eduardo Rosset-Granger, Andrés Rixens, Luciano Simón, Juana
Simón, Alfredo Smith, Raúl Andrés Ulmán, Víctor Koos, Pedro Waidmann, Zacarías Zakarian (…)
Del Salón de Otoño figuraban. Georgina Agutte, Mauricio Asselin, Pablo Baignieres,
Jacobo Blot, Pedro Bonnard, Jorge Bruyer, Carlos Camding, Pablo Deltombe, Jorge d'Espagnat,
Emilio Otón Friesz, Emilio Gaudissard'Geo-Weiss, Mademoiselle Govillard, Francisco Jourdain,
Carlos Lacoste, Pedro Laprade, Luis Le Bail, Alcides Le Beau, Andrés Mare, Raúl de Mathan,
Renato Roí, Félix Vallotton, Luis Valtat, Carlos Vives Apy, Mauricio de Vlaminck, Eduardo
Vuillard, Andrés Wuilder (…)
El Salón de Otoño era el primero que atraía la mirada por su situación, a la derecha del
vestíbulo, y por su significación a la izquierda del arte contemporáneo. La mirada y el espíritu se
solazaban en una atmósfera de claridades y optimismos. La pintura tenía aquí todo su valor
cromático, despojada de atavíos anecdóticos o literarios. Sugería y emocionaba por sí misma,
sin ajenos afeites que la desvirtúen ni la falsifiquen. Imponía desde luego la contemplación de
un paisaje de Mauricio de Vlaminck, ―El Sena por la mañana‖ con sus azules y sus verdes,
1863
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
«destinándose» los unos en los otros, sin que la gama total pierda su diafanidad y
transparencia. Es una nota apasionada, de gravedad sonriente, donde el agua canta y parece
empapar de su canto todas las cosas a la hora ortal.
(…) Georgina Agutte expone «La Plaza de la Bastilla», que tiene la simplicidad, la claridad
ingenua de un dibujo tenuemente coloreado para ser resuelto en azulejería.
Vives Apy presenta un paisaje curioso por su simplificación. Valtat, «La cosecha», de un
amarillo brillante, cerámico; Assulin, una nota brillante de grises y simple de línea. Le Beau. un
árbol bien modelado;. Otoe-Friesz. obsesiona con su sincronía en verdes, ―El parque ―, la
mirada para mucho tiempo;(…) hombres rotos por la barbarie imperialista, tienen el acento
austero. Salimos del Salón de Otoño y entramos en la sala de Artistas Franceses,, donde se
encuentran agrupadas las obras académicas y tradicionalistas. (…) Eugenio Chigot tiene dos
paisajes agradables y emocionados: «La reja» y ―Casas floridas‖ (…) Henri Martin presenta «La
mañana en el pueblo de Ouercy», y Julio Adler dos cuadros, «Pescador a orillas del Loing» y «El
muelle de Boulogne-sur-Mer», muy sugestivos.
Pero precisamente son los paisajes lo más importante en el envío de la Nacional, excepto
alguno de los cuadros mencionados. Están las notas íntimas, las hiperextesiadas composiciones
«Estanque en primavera» y «La fuente en el crepúsculo », de Henry Le Sidaner; ―El canal‖, de
Boutet de Monvel; «Pantanos bajo el sol naciente» y los «Boyeros», de Renato Menard; «La
plaza Mayor de Segovia», de Carlos Cottet, y la «Catedral de Segovia», de Renato Prinet. «El
molino Barat», de Pablo Madeline; «Nuestra Señora», de Olivier; «Molinos en otoño», de
Alfredo Smith, y «La placita>, de Luciano Griveau. Lugares y horas vistos de un modo espiritual
a través de España y de Francia por unos pintores que no son de ayer ni de hoy, sino de -
siempre. Pintores que no responden a un criterio antiguo ni a un prejuicio moderno; pintores
que se colocan frente a la Naturaleza, simplemente (…).
1864
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
IV APÉNDICES
Desde el primer momento secundaron la iniciativa del vizconde de Escoriaza dos artistas
españoles residentes en París; el ilustre escultor José Clará y el ilustre pintor Federico Beltrán,
que en la Exposición Internacional de Bruselas fué el auxiliar entusiasta del Sr. Escoriaza en la
organización de la sección española de Bellas Artes. En Zaragoza alentó y ayudó en sus trabajos
previos al Sr. Escoriaza una personalidad de tan alto relieve en la literatura y la política
aragonesas como es el Sr. Valenzuela La Rosa, secretario general del Comité ejecutivo y que ya
antes se había distinguido en periódicos y libros como defensor valiosísimo de la causa aliada.
El Estado francés ha adquirido con destino al Museo del Luxemburgo las siguientes obras
de la sección española: «Los Cigarrales», de Aureliano de Beruete; ―La Jilguera», de Eugenio
Hermoso; «El tío Sipillo», de Valentín de Zubiaure; «Estudio», de Luis Masriera.
El Estado español ha adquirido con destino al Museo de Arte Moderno las siguientes
obras de la sección francesa: «Plaza Mayor de Segovia», de Orlos Cottet; «Segovia», de Renato
Prinet; «El muelle de Boulogne-sur-Mer», de Julio Adler; «Hermano y Hermana», de Jorge
D'Espagnat, y «Gitanilla», de mademoiselle Thill.
1865
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se cumple en estos meses de mayo y de junio, que tan alegremente prometen el verano
con sus días largos, claros y plenos del verdor de las ramas nuevas, diversa y esparcida
resurrección artística. Simultáneamente, o sucesivas unas de otras, se celebran Exposiciones
importantes en toda España. Esta descentralización artística, este aspecto simpático de una
noble autonomía, no puede ser más digno de elogio.
Las hemos elegido de aquí y de allá, con años de distancia nacidas de diferentes
propósitos, y en su conjunto se oye la voz serena y se ve el ademán seguro de toda una
tendencia que sabe ya su camino.
Los catalanes no podían carecer para el arte de ese instinto de investigación que tienen
para otros aspectos de la vida, impuesta por el nacionalismo igualitario. Ese instinto les obliga,
les acucia a rebelarse también con lápices, pinceles y chatos martillos contra el resto de
España, aparentemente simbolizada por un centralismo académico. Quieren tener también un
idioma como en las transacciones comerciales, en los afectos familiares y los apostrofes cívicos
y como en las oratorias elocuencias o en el claro manantial de la literatura, que llega desde
secular y racial entraña.
1866
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las regiones realizan con su cohesión dentro de las demarcaciones geográficas una labor
nacional directa, un esfuerzo que habrá de repercutir favorable en la significación universal de
España.
Esto aún no lo ven los odios torpes y las impaciencias agresivas. Un español desconoce a
otro español. Ese mutuo desconocimiento nos separa más que una frontera diplomática y
militar. Esclavizando las regiones una norma única, aguijándola por una sola ruta, se hacía
estéril su trabajo, y se las condenaba, a esa lenta agonía de los lugares que el tráfico olvida o
desdeña. Iban a, ser hospicianas las ideas, de una. mecánica abdicación de voluntad los
hechos, de un pesimismo pasivamente contemplativo la finalidad de unas y otras. España
tendería sobre la luminosidad bulliciosa del mundo esas sombras rectangulares de los edificios
tristes y desnudos; e! asilo, el cuartel, el monasterio.
Esto lo han evitado Cataluña, Vasconia, Suevia (sic), Asturias; Andalucía ahora. Las
regiones piensan y obran por sí mismas. Al principio esa acción, parece enemiga, esa
independencia inquieta a los pusilánimes, o a los aprovechados. Luego se verá que la grandeza
española está forjándose así, en las dispersas energías y en las emulaciones cansadas de
aguardar el adecuado empleo. Y es un castellano, un hombre de la meseta árida y calumniada,
quien confía en ese milagro y que no se cruza de brazos como sus hermanos de ayer, ni crispa
los puños como algunos hermanos de hoy, sino que corre ungido de fervor el corazón y las
manos ávidas de ser útiles en este renacimiento de España, ya tan próximo.
Al desviar los artistas catalanes su mirada de las normas estéticas de Castilla, habían de
mirar necesariamente al otro lado, a Francia. Y algunos, más allá, hacia las tendencias de la
Europa central o de la Europa nórdica; pero siempre a través de Francia y de las exégesis
francesas.
1867
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
mirada acuden fáciles citas de nombres y tendencias de la moderna Francia, como etiquetas
clasificadoras. Pero después sería necesario arrancar esas etiquetas, viendo cómo el arte
catalán de hoy es algo consustancial de la raza, producto puro de todas las gestiones étnicas y
estéticas que aquella región contiene.
Y también los más nuevos, los que ya pueden caminar por los senderos que encuentran
abiertos, y logran recoger las cosechas sembradas por los otros: Carles, Vayreda, Togores,
Ricart, Vilá, Espinal, Sala, Miró, etc.
AI lado de esta falange que camina bajo laureles como unos romeros al son de rústicos
instrumentos, y vistiendo gayas policromías de popular traza los exégetas, los críticos que
glosan la renovación estética: los Román Jori los Junoy, los Joan Sacs, que pueden agitar como
banderas de combate las revistas jóvenes que recuerdan esos vernales brotes en los sólidos
árboles conocidos de dos centurias—la frescura de la juvenilidad en la solidez madura.—Revista
Nova, Vell i nou, Troços, La Revista.
Por último, los auxiliares, los que supieron adivinar con él la gloria y el feliz resultado
económico: Segura, Dalmau y algún otro.
1868
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y muestra su retrato pintado por Evenopoel hace más de veinticinco años: el lamoso
«Español en París», del Museo de Gante, donde vemos a Iturrino con su larga barba y su larga
capa delante del Moulin Rouge.
Y mientras tanto la obra recorría una inversa trayectoria de rejuvenecimiento hasta casi
dar en una alegría simple e infantil.
Si puede reconstruirse con el Iturrino de hoy la fiera silueta del «Español en París», nada
tienen de común estos jardines claros, estos claros desnudos femeninos de ahora con la negra
tabla del falso Holbein.
Esta decisiva originalidad, ese ingenuo y penetrante temperamento se definen cada vez
mejor en las exhibiciones que Iturrino repite, con pausas más o menos largas, en la Casa
Vollard, en el Salón de Otoño, en los Independientes, como un post-impresionista más que
hubiera nacido en Francia y viajado con fruto por España. Luego empiezan a verse cuadros de
Iturrino en Bilbao, en Barcelona. Per último, la Exposición de Artistas Vascos en 1917 y la
1869
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Exposición particular del artista el año actual en el Círculo de Bellas Artes representan la
consagración madrileña.
Iturrino tenía una sala especial en la Exposición de Artistas Vascos, y en ella los cuadros
marroquíes, salamanquinos y and aluces, con más las aguas-fuertes de los mismos temas, que
siguen representando lo más considerable de su obra total. Eran agrupaciones de caballistas y
vaqueros, enormes yeguadas y potrerías que daban una nota austera y gris enmedio de los
claros voluptuosos de mujeres medio desnudas con sus batas almidonadas y sus pañolones
chinescos, o al lado de la chillonería de los tipos y escenas de Marruecos, bajo un sol ígneo y
unas indumentarias agrias. Había también algunos jardines, los jardines esquematizados, un
poco arbitrarios, de Iturrino, donde todo se supedita al bello arabesco y al verde aullador.
Pero es en la reciente Exposición del Círculo de Bellas Artes donde puede juzgarse
plenamente a Iturrino, donde ya se le encuentra integro, totalizado, sin que se haya detenido
su desbordamiento dionisiaco hada la luz, la mujer y la Naturaleza.
No le importa desposeer a veces a las mujeres de sus ritmos naturales para hacerlas
formar un arabesco que le atrae o le divierte; no le cohibe la repetición de una misma norma
compositiva en los jardines, más recordados que vistos. Desdeña con candorosa audacia las
reglas de perspectivas, que tanto tienen en cuenta otros artistas y casi todo el mundo. El se
entrega a esa blanda, cariciosa, fecunda sensación de bañar su pupila y sus pinceles en masas
rosadas, verdes, azules, amarillas. Y también los grises finísimos, grises que forreaban parte del
tesoro de Goya y de Van Dick.
Poco a poco la visión áspera, un poco ruda, de la España, nieta de árabes, de soldados
del Cid, de aventureros de Hernán Cortés, se dulcifica, se aclara, se hace más espiritual.
Coincide, naturalmente, esa transformación con la madurez del artista. La sexualidad acre que
tienen, por ejemplo, las primeras aguas fuertes y las mujeres morenas con sus batas y
peinadores blancos de gineceo español, ahora es una visión limpia de concupiscencia, dotada
de una sensibilidad menos genesiaca que permite ver a las modelos andaluzas o madrileñas
como ninfas olimpiacas o nubiles encarnaciones a lo Boticelli
1870
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pinta danzas de adolescentes, con las dobles guirnaldas de sus brazos y de las ramas
floridas, en las mañanas rubias de otoño o en los opalinos amaneceres vernales; grupos de
mujeres matroniles entre las telas claras y las confidencias apasionadas; fiestas en medio de los
jardines, los atardeceres esplendorosos, cuando todavía el sol no dora las carnes a las tierras,
sino envuelve todo en un sutil polvillo azulino.
Y nos complace ver cómo también nuestra pintura de hoy, tan ecléctica, tan polifacética,
tan opulenta de diversos matices del sentimiento y del color, tiene ya una modalidad nueva con
Francisco Iturrino, el « alegrador», que entra en el grupo de los elegidos, de los destacados,
como un viejo panida al trente de un cortejo de muchachas casi axesuales de tan femeninas,
agitando el pincel, como un tirso, en el aire rumoroso de «evohés».
LA EXPOSICIÓN DE BADAJOZ
Los artistas extremeños han ratificado, por octava vez, la afirmación de sí mismos en un
esfuerzo mutuo. Organizada por el Ateneo de Badajoz, se celebró en esa capital la VIII
Exposición regional de Pintura; Escultura, Arte decorativo y Fotografía.
Mucho más importante que las anteriores, en cuanto al número de obras presentadas y
de artistas concurrentes, ha tenido también la eficacia expresiva de su pureza regional, no
contaminada ni bastardeada por elementos ajenos a las dos provincias fraternas. Todos los
expositores han nacido en las sendas capitales o en los pueblos de Cáceres y Badajoz. Y
mientras algunos de ellos, alejados del terruño, desvían su inspiración por rutas
descaracterizadoras, la mayoría se obstinan con amorosa testarudez en los motivos temáticos
de figuras, paisajes y costumbres netamente extremeñas. Inútil añadir la importancia y mérito
de esta última orientación.
Extremadura, que tuvo en otros siglos los nombres de Morales y de Zurbarán, que ha
dado a la pintura contemporánea las personalidades bien definidas de Eugenio Hermoso y
Adelardo Covarsi, tiene derecho a ser considerada con una significación propia en el actual
renacimiento de las artes españolas.
1871
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ellos «Rosarito» hablaba con el mismo acento de sublime perfección que la bellísima «Rosa» de
nuestro Museo de Arte Moderno.
Covarsi exponía ocho obras. Figuras, paisajes—«El guarda del coto» y «Campesinos
portugueses»—ya juzgados con elogio en España y fuera de España. «El Otoño en
Extremadura», «El viejo molino», «Nubes de rosas», donde el espíritu del pintor se revela
sentimental y emocionado. Pero ha sido «Gerineldo» el cuadro de mayor éxito. «Tiene—dice el
crítico del Correo de la Tarde en su minuciosa y bien orientada reseña—la emotiva sencillez de
un romance campesino. Bajo la encina un pastorcito tañe su rabel, cuyos gratos sonidos en el!
silencio campesino del paisaje de nuestra tierra atraen a la chivita predilecta, a la «blanca», que
escucha con más atención que muchas personas. El fondo suave de la llanura, sonrosada por
un sol crepuscular, completa la poesía bucólica de esta hermosísima obra.»
A estos jóvenes maestros seguían en importancia las obras de Pérez Rubio y de Juan
Caldera. Pérez Rubio, es ya más que una promesa. Empieza a cuajarse, a definirse ea él un
admirable paisajista. En el grupo de los Frau, de los Prieto, unidos casualmente por las
estancias veraniegas en el Monasterio del Paular, Timoteo Pérez Rubio nos parece un artista
muy bien orientado y de sólidas condiciones constructivas, sin embargo, para que no peligre su
sensibilidad. Aquejado como Frau de cierto mirismo, de esa obsesión por Joaquín Mir, que es el
veneno de los paisajistas jóvenes incapaces de asimilar la genialidad del gran maestro catalán.
Juan Caldera, menos «hecho» todavía que Pérez Rubio, pero ya destacado y con méritos
personales. Recientemente publicaba La Esfera el «Rincón de Caceres», que expuso en la
Regional de Badajoz. En Santander hemos tenido ocasión de ver algunas de sus figuras de
mozas extremeñas animadas de una vigorosa sensación vital. Caldera tiene positivas
condiciones de pintor. Asi lo reconoció el Jurado de la Exposición de Badajoz concediéndole
primera medalla por su cuadro «Jueves Santo».(…)
MEMORANDA
En la Asociación de Artistas Vascos, de Bilbao, expone varias obras el pintor Celso Lagar.
1872
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
JUNIO
Madrid, durante estos días congestionados del verano ha tenido ante sí la promesa
húmeda de los ubérrimos campos astures.
Fué una grata visión apenas entrevista y desaparecida, por como se amortiguaba su
elocuente belleza en el local angosto y mal alumbrado. Los cuadros se amontonaban y dañaban
unos a otros bajo la luz amarillenta, descaracterizadora, igualitaria, que daba la sensación de
esos cómicos viejos «rezando sus papeles» y cambiando en un recitado monótonamente igual
los más diferentes estados psicológicos.
No; Madrid no ha podido comprender hasta qué punto ese cabal espectáculo de Asturias
ofrecido por Evaristo Valle significaba la más pura, la más dotada de valores positivos de
cuantas Exposiciones se han celebrado en Madrid este año. Fugaz e incompletamente, el alma y
el paisaje de una región han pasado inadvertidos para todo el que no sintiera algo más de la
fútil curiosidad, de la distracción momentánea.
Poco a poco van volviendo a España los que hubieron de abandonarla, dolidos de la
incomprensión española. No solamente Zuloaga o Anglada, los del renombre universal, sino
también—y más asequibles—los otros de la reputación cordial, íntima al otro lado de la
frontera. Antes de ayer, Vázquez Díaz; ayer, Iturrino; hoy, Evaristo Valle. Francia y toda esa
enorme crisis-sinceridad, partiprismo, ingenuidad, literatura, extravagancia y honradez—de la
pintura francesa, después de los impresionistas, les ha seducido, les ha renovado y les ha
consentido ver luego a España con miradas nuevas.
1873
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
españoles que sucesivamente ha ido recobrando España, a pesar de que tal vez, todavía, no les
merezca del todo.
Evaristo Valle está colocado desde el primer momento fuera de las trayectorias ejercidas
por sus compañeros de demarcación geográfica y de época. Su Asturias no es la Asturias de
otros pintores asturianos y es, en cambio, la verdadera Asturias, destacada al fin en este
renacimiento artístico de las regiones españolas-donde tan afirmativo lugar tienen las
tendencias nórdicas -con todo su encanto bravo y melancólico.
Son de Asturias estos verdes jugosos y múltiples, estas costas hurañas, estos cielos
plúmbeos, estos caminos entre prados y a lo alto de montes, estos desfiles de mujerinas con
gachas a la cabeza, estos marineros caídos indolentes sobre los malecones o erguidos
interrogadores en las rocas a contraluz del horizonte estremecido de presagios. Bien de Asturias
estas romerías con sus giraldillas arcaicas, sus avellanas verdes y su policromía de trajes
campesinos bajo la umbría de los castañares; bien de Asturias esas procesiones ingenuas a lo
largo de los pueblos húmedos de mar o de niebla en las calles de muros grises; bien de Asturias
esas trotadas de los caballotes blanquisucios que llevan sobre sus lomos al cura, la lechera o un
rapaz diminuto y medio desnudo; bien de Asturias ese sentimiento primitivista de las figuras
humildes sobre los fondos eglógicos que alguien, por exceso de sagacidad, pensó hallado en
Puvís de Chavannes, y que, sin embargo, es claramente, expresivamente asturiano.
Valle, hijo del Norte, tiene un espíritu sutilísimo, propicio a las cumbres filosóficas y a los
recovecos de la ironía. Ama la bronca polifonía del mar y el bable arcaico, dulce, de los
aldeanos. Ha recorrido el mundo, ha escrito libros, y siempre — hasta encauzar aquí de un
modo absoluto y definitivo su temperamento—ha pintado cuadros.
Composiciones murales, de una armonía tal—de una calidad tal que recuerdan la pintura
al fresco con colores al óleo —, son por ejemplo: «La corrada», «Las palomas», «Rosa y Pin»,
«Cudillero», «La señora>, dignos de fijar en los muros de una casona hidalga de Asturias la
amable evocación bucólica de su vida rural o de su vida marinera.
Tan apasionado es el afán de Evaristo Valle en interpretar esos dos aspectos de Asturias,
la costa y la campiña, que empalidece y desvirtúa sus otros cuadros carnavalescos o satíricos.
Las escenas de carnaval tienen un romanticismo enfermizo que hace pensar en Schubert; las
escenas satíricas se supeditan demasiado a la obsesión grotesca deformativa.
1874
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pintura que comprenden los pintores y que pueden comentar los críticos—los verdaderos
críticos, no los pintamonas fracasados o los pobres diablos que ni siquiera saben escribir - sin
que ni unos ni otros la despojen de su verdadera significación.
¿Cómo no recordar temas clásicamente paganos frente a esa escena de «Las palomas» o
no sentir toda la cólera de los glebarios, de los siervos tradicionales en esa otra escena que se
titula «La señora»?
Pero lo está, además. Lo está de un modo casi didáctico para los pintores. Es un
formidable colorista, un temperamento portentoso educado por la convivencia de los post-
impresionistas franceses. El color tiene en Evaristo Valle calidades de una riqueza y de una
frescura inéditas. Sus azules, sus grises, sus rojos están plenos de madurez y de jugo. Valosa
(sic)y relaciona con la habilidad de un sinfonista experto. Se prescinde de la totalidad del
cuadro, de su arabesco decorativo, de su propósito emocional y recogemos solamente un trozo
de él para saborearle como está pintado.
Ese placer de los tonos solamente puede causarles un gran artista, un gran lírico de la
pintura como es Evaristo Valle, gracias al cual Madrid ha podido conocer plenamente a Asturias
durante los días congestionados del verano.
1875
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En las galenas Anderson, de Nueva York, se celebra una Exposición de pintura española,
organizada por D. José Ferrando, en la cual se han vendido obras de los artistas Meifren,
Bilbao, Vázquez, Masriera, Zubiaurre, Cardona y Moisés.
JULIO
En estos meses estivales, aletargada la vida artística en Madrid, bulle ágil y despierta en
el resto de España. Varias veces hemos hecho constar nuestro entusiasmo por esta
descentralización artística que se va acentuando en las provincias españolas. Cada Exposición
regional o interregional que se celebra fuera del ambiente—tan enrarecido-de las Exposiciones
que se llaman Nacionales, es una afirmación de tendencias colectivas o personales, pero
agrupadas por afinidades de raza y de tradición.
«Los triunfos de Bilbao y Barcelona, gallardamente nos dicen lo que sería el arte
valenciano si se orientase hacia una visita repetida a las nacionalidades ibéricas; Aragón,
Navarra, Galicia, Portugal, Asturias, Andalucía, etcétera, son pueblos para los que el arte
valenciano, conocido por oídas, constituye una pretendida incógnita.
1876
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La Juventud Artística Valenciana, con esta Exposición de Arte, realiza el cuarto esfuerzo
de juventud; con sólo sus fuerzas, con la fe sola en un bello mañana de comprensión.
Son así de rectos y seguros en medio de su turbulencia. Tienen ese legítimo deseo de
representar un valor ibérico en el arte contemporáneo, de adelantar su tradición mediterránea
por las rutas nuevas.
Sirviendo para señalar otras inéditas o repetir tendencias conocidas, esta Exposición ha
servido también para relevar cumplidamente a dos artistas jóvenes y meritísimos: Enrique
Pertegás, primera medalla en pintura, y Carmelo Vicent, primera medalla en escultura.(…)
1877
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Suscrita por gran número de artistas y escritores, se dirige una carta-instancia al director
general de Bellas Artes, solicitando que sea adquirido, con destino al Museo de Arte Moderno,
un cuadro del pintor asturiano Evaristo Valle.
AGOSTO
AGOSTO
LA EXPOSICIÓN DE SANTANDER
Quiero decir que durante algún tiempo, años quizá, estamos desatentos, olvidados de
algo, ignorantes de alguien que de pronto torna o surge en medio de nuestra vida para
colmarla de emoción feliz o enlutarda de obscuro duelo. Y antes, como presagios coincidentes,
como ratificaciones, postreros como adioses, otros episodios, otras palabras, otras visiones
completan aquel particular estado de nuestra alma.
«Es curioso-pensáis—cómo esto que ahora me venda los ojos para cuanto de ello no
emane luz, que me asorda el corazón para toda emoción que de ello no surta, se encuentra
evocado, recordado a cada instante por los demás que nos parecía independiente
Así, antes de verme en este sitio, frente a vosotros, para cumplir la grata misión
encomendada por un grupo de artistas, tuve presagios del momento actual, me salió al
1878
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
encuentro el recuerdo de la Montaña y rebrotaron anejas lembranzas (sic) de las horas junto a
vuestro mar o dentro de vuestros libros.
(1) Fragmentos de la conferencia dada por el autor de esta obra en el| local de la
Exposición, por encargo expreso del Circulo de Bellas Artes de Madrid y cuyo tema era ― La
pintura contemporánea en la Exposición de Santander‖
Fué primero una tarde de invierno, de esas tardes fugaces y febriles de Madrid, bajo el
cielo pálido y en la baraúnda cortesana. Había buscado el deleitoso refugio de un hogar
consagrado al arte sin pedanterías y a la amistad sin pródiga confusión. Vagamente empapados
de misterio, saboreando esa dulce paz del silencio que fraterniza a los hombres cuando no se
avergüenzan de callar, sentíamos irse el día como si de una vena abierta fluyese lenta,
deliciosamente nuestra vida misma…
Y entonces una muchacha, una montañesa, alta, recia, de carnación blanca, de ojos
azules y cabello espigado, empegó a cantar tonadas de esta tierra amada de las brumas que
desgarran las cumbres ingentes y seculares, que bate el mar bravo (…)
Es así de ingenua, de natural, con la jugosa tentación de la campesina, poma que ofrece
a nuestra mano y a nuestro paladar el árbol generoso, vuestra poesía popular.(…)
Surgía para mí—y creo que para mis compañeros de crepúsculo y de emoción—el lejano
espectáculo de vuestra tierra, de sus montes erizados de pinos, robles, castaños; de sus valles
donde florece el helecho y el agua canta pródiga; de las playas rudas, rocosas, por donde se
iba a la soledad y al misterio. Cobraban realidad siluetas de mujer entrevistas en los pueblos
viejos de las calles hurañas y los caserones solariegos, con sus enormes y altivos escudos de
piedra, en los prados verdes, de un verde tan rico en matices y brillanteces distintas que
parecen cosas de ensueño.
¡Toda tú, tierra de atesorada evocación, de serena espiritualidad, que, como la otra
luminosa de Provenza, en la Mireya de Mistral, te hiciste libro en la Sotieza, en El sabor de la
tierruca, en La puchera, de vuestro Pereda!
Después otro día, en el estudio de Victorio Macho, que en su nombre lleva simbólicas
promesas de lo que su arte significa, renació el encanto de la Montaña, al hablar de Casimiro
Sáinz.(…)
Macho, que ha regalado a Madrid la estatua de Galdós, que donará a Burgos la estatua
del Cid, trabaja en el monumento del gran paisajista. Nuevamente, con la vida triste del artista,
íbamos los dos castellanos diciendo el amor a Cantabria. La obra breve y esplendorosa de
1879
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Casimiro Sáinz, su locura genial, su errabundez humilde, ha fijado para siempre en la historia
de la pintura española del siglo XIX el momento inicial de la evolución paisajista.
He aquí uno de esos instantes. Por la dulce melancolía de vuestra sentimentalidad; por la
suprema belleza de vuestros paisajes; por la hidalga y sana pureza de vuestras costumbres,
que aprendí a amar en las estrofas de vuestros poetas populares, en los cuadros de vuestro
pintor y en los libros de vuestro novelista, yo os ruego no consideréis extraño a este hombre
que viene de la seca llanura a deciros, frente al mar y en el jugoso valle: Salve, montañeses!
1880
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El Círculo de Bellas Artes siempre, pero más en estos últimos tiempos, justifica su título
con tal- firmeza y consciencia de su orientación, que es realmente la verdadera Sociedad
Artística de tantas como pretenden representar a los artistas en la capital de España. Propicia
siempre a toda clase de pensiones y concursos, como el reciente de arquitectos para la
construcción de la casa social, donde se reparten once mil duros de premios; abierto su Salón a
todas las tendencias y a todos los que tienen algo que decir con su arte, en él se celebran los
Salones de Humoristas, la Primera Exposición libre de Bellos Oficios y en él se ha cumplido esa
generosa revelación de Francisco Iturrino, el pintor vasco que trae al arte español su alegría
nueva y sus audacias cromáticas.
No en vano presiden ahora las tres más importantes secciones del Círculo y forman eficaz
parte de su Junta Directiva tres grandes artistas: Marceliano Santa María, presidente de la
Sección de Pintura; Mateo Inurria, presidente de la Sección de Escultura, y Teodoro de
Anasagasti, presidente de la Sección de Arquitectura.
Eugenio Carriere, el gran pintor francés que ahincaba su mirada más allá de las
fisonomías, que ha dejado una serie de retratos inmortalizados ya por la vaga atmósfera de
espiritualidad que les envuelve, dijo en cierta ocasión: «¡Cuántas cosas se revelan cuando
aceptamos ser una parte de los demás como una piedra forma parte de las rocas!»
Decía el año 1904 en su estudio El arte y la democracia: «Nunca los hombres de distinta
clase se han ignorado hasta un punto tan extraordinario como en nuestros días. ¿Qué digo de
clases diferentes? Simples grupos se desconocen mutuamente y se tratan con desprecio e
indiferencia. Es porque no tenemos lugares donde un pensamiento igual ligue los corazones.
Todas las viejas civilizaciones están basadas sobre ese sentimiento de la necesidad que tiene el
hombre de reunirse cordialmente a su semejante, de sentirle en sí mismo. Corresponde, pues, a
la democracia la misión de satisfacer esa necesidad esencial del hombre de sentirse unido a su
semejante.
¿Por qué el artista se siente molesto en medio del pueblo, y, por lo general, fuera de sus
ambientes habituales? ¿Es que piensa que sus preocupaciones le son ajenas e indiferentes y
que su arte no responde a sus necesidades? Si esta creencia es exacta, ¿a qué responde
entonces la forma de arte que el artista lleva dentro de sí? ¿Qué sería entonces de nuestra
creencia de que el arte es evidentemente una cosa necesaria al hombre?
1881
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
―Es para nosotros una verdad absoluta consagrada por los siglos. Y, sin embargo, nos
sentimos desmentidos, inútiles a los hombres.‖
Mezclemos el arte a nuestra vida y a nuestros impulsos sociales, también. Los artistas de
Vasconia, de Cataluña, de Cantabria, de Levante, de Galicia, de Asturias, empiezan a
comprenderlo así y a exigir su intervención directa en los resurgimientos patrios.
Como en los siglos XVI y XVII los artistas han pasado la frontera con una misión decisiva
para el porvenir de su nación. Y no han precisado para ello abdicar de su trayectoria espiritual,
no han necesitado concebir obras circunstanciales de externa patriotería o de adulador
servilismo a la nación hermana.
Les bastó seguir el consejo ruskiniano; hacer su obra para mayor gloria de lo amado.
«Igual da—decía Ruskin-que glorifiques una concha o una piedra; a un héroe o a Dios.
Vuestro sitio en la escala de los seres está determinado por la elevación y la extensión de
vuestro amor; pero, pequeño o grande, todo arte verdaderamente sano del que seáis capaz,
debe ser la expresión del placer sincero que sintáis frente a cualquier cosa real mejor que el
arte. Podéis pensar que un nido de pajarillos pintado por William Hunt vale más que un
verdadero nido, y cierto es que damos una fuerte cantidad por el uno y apenas nos dignamos
mirar al otro. Pero sería mil veces preferible que pereciesen todos los cuadros del mundo antes
que los pájaros dejasen de construir sus nidos.»
He aquí, señores, bien expresada la verdadera significación del artista. Pintor, arquitecto,
escultor, ceramista, caricaturista. Todo esto, bien está. Pero antes que nada, hombre lleno de
amor y de cordialidad a sus contemporáneos. Que el arte, como el hombre que lo produce, se
adelante en una actitud de fraternidad.
1882
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Así han llegado a Santander las obras que para Santander remitieron al Círculo de Bellas
Artes de Madrid más de doscientos artistas.
Marceliano Santa María es uno de estos hombres privilegiados. Tan grato como
contemplar sus cuadros, donde por extraordinaria maestría se funden el realismo vigoroso y el
idealismo romántico, es dejar que el tiempo se deslice—en igual paz rumorosa que los regatos
azules de sus cuadros—oyéndole hablar o leyendo sus crónicas castellanas, sus estudios
críticos, sus discursos académicos.
Idéntica sensación de sana fortaleza, de redentora espiritualidad, causan sus lienzos, sus
prosas y sus palabras. Y su aspecto fisico también.
Este dualismo reparte también la significación de su obra pictórica que en los asuntos
imaginativos, exaltados con la fiebre de la ficción y en los otros ceñidos con gallarda lealtad a
los aspectos realistas, están bañados de un resplandor noble y extenso. Se piensa ante la obra
total de Marceliano Santa María, brotada de castellana tierra y tan pronto épica como lírica, en
aquellos versos del poema del Cid: (…) Nacido en Burgos, pertenece a una familia de artistas,
1883
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
plateros todos ellos de la Catedral burgalesa. En el taller vetusto de los Santa María, con sus
viejos entalles, abarrotados de herramientas gastadas por el uso constante y que en pleno siglo
XIX evocaba aquellos otros talleres de los orfebres italianos del Renacimiento, aprendió
Marceliano Santa María a dibujar diseñando cálices y custodias, construyendo candelabros y
martillando bandejas. Simultaneaba su aprendizaje artístico con los estudios del bachillerato,
con la asistencia a las clases nocturnas de la Academia Provincial del Consulado de Burgos.
En 1885 se traslada Marceliano Santa María a Madrid, y luego de asistir poco tiempo a la
Escuela de San Fernando, ingresó en el Estudio de Manuel Domínguez, donde tuvo por
condiscípulos a otros dos maestros actuales: Fernando Alvarez de Sotomayor y Eduardo
Chicharro. En 1890 fué pensionado a Roma por la Diputación de Burgos, y durante su
pensionado pintó «El triunfo de la Santa Cruz». De este lienzo de gigantescas proporciones, de
grandes audacias y arrogancias compositivas, dijo la crítica romana que era miltoniano de
concepto y miguelangelesco de ejecución.
Representa el momento en que, durante la batalla de las Navas de Tolosa, el año 1212,
salta, a caballo Alvar Núñez de Lara, portaestandarte del rey Alfonso VIII, las cadenas de los
esclavos etiopes que rodeaban la tienda del «Rey Verde‖‖. Expuesta esta obra en la Exposición
Internacional de Madrid el año 1892, obtuvo segunda medalla por unanimidad.
Entre «El triunfo de la Santa Cruz» y «Angélica y Medoro» y «Las Hijas del Cid», que son
dos de las joyas del Museo de Arte Moderno, hay veinte años de una renovación estética
constante, de un permanente anhelo de perfecciones espirituales y técnicas, hasta llegar a la
depuradísima quintaesencia de ahora, donde la verdad y el ensueño se funden con prodigiosa
armonía en unos cuadros que heredaron la luz áurea y la sensualidad armoniosa de los
maestros venecianos.
A partir del éxito obtenido con «El triunfo de la Santa Cruz», Marceliano Santa María
adquiere sucesivos y frecuentes galardones que corona en 1910 la primera medalla—antes, en
1901, había obtenido otra primera medalla— otorgada al lienzo «Angélica y Medoro».
Tres años después es elegido académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando, y su
discurso de entrada en la prestigiosa Corporación fué celebrado por la galanía literaria, lo
profundo de los conceptos estéticos y la feliz alianza de clasicismo y modernidad que en él
resaltaban.
Tal es, trazada con la brevedad y rapidez de un apunte para el retrato definitivo que en
su día debo hacer, la historia artística de Marceliano Santa María, quien no parece sino estar
1884
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
aún en los comienzos por el moceril entusiasmo y la sencilla alegría que pone en sus trabajos y
para quien la pintura significa una voluptuosidad, como demuestra ese admirable retrato de
mujer rubia que expone ahora y donde la arrogante belleza del modelo está realzada ,por !a
colorista pompa de cuanto la rodea y rinde pleitesía, dentro de la rica tradición pictórica de los
venecianos.(…)
Todos los demás cuadros están dentro de la trayectoria técnica e ideológica que cada
una de estas tres obras señala. Inútil sería, por tanto, analizar o comentar a todos.
Detengámonos solamente ante esos tres pintores representativos.
V.—EXHORTACIÓN PÚBLICA
He intentado expresar en cuanto llevo dicho lo que es, lo que promete y lo que cumple
esta Exposición. La iniciativa entusiasta de un artista, secundada por el Círculo de Bellas Artes
de Madrid y patrocinada por el Ayuntamiento y el Ateneo de Santander; el espléndido conjunto
de una serie de obras donde encontramos representadas todas, las tendencias
1885
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
contemporáneas, que resumen, a nuestro entender, los tres pintores cuyo arte hemos evocado
rápidamente; la prueba gallarda de cómo se verifica en toda España una eficaz
descentralización artística, y el deseo de unir a los alicientes ajenos, que forman el cortejo de
los propios de Santander durante el verano, la sutil sensación del arte junto a la de los
deportes, las fiestas populares a los saraos cortesanos o el grato descanso del mar.
Volved de nuevo a vuestras habituales tareas, reintegraos a los cotidianos regocijos; pero
no olvidéis que aquí aguarda vuestra mirada el mundo policromo y silencioso de la belleza como
un deleitoso refugio de paz, de emoción; como la súplica de un poquito de amor también... (1).
VI.-LOS EXPOSITORES
1886
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
D. Francisco Ruiz Morales, D. Eugenio Vivó Tarín, D. J. M. Valdelomar, D. Luis García Sampedro,
D. Ángel García Díaz, D. Joaquín Muñoz Morillejo, D. Manuel Martínez Rubio, D. Félix Pascual,
D. Manuel Castro Gil, doña María Luisa de la Riva Muñoz, D. José Moya del Pino, doña Flora
López Castrillo, D. Antonio Muñoz Degrain, D. Enrique Igual Ruiz, D. Mariano Oliver y Aznar, D,
Rafael de la. Torre y Estefanía, D. José María Lorda, D. José Pinazo Martínez, don José Díaz
Molina, D. Carlos Mausberger, D. Eugenio Lafuente, D. Mariano Pedrero, D. José Pedraza Ostos.
Don José Ramón Blanco-Recio y López-Dóriga, D. Daniel Vázquez Díaz, D. Rafael Agudo
y Ayllón, D. Pedro García Camio, D. José Llasera, D. José Francés Agramunt, doña Elvira
Malagarriga Ormart, D. Roberto Domingo, D. José Llaneces, D. Alejandro Pardíñas, D. Luis
Bertodano, D. Nicanor Piñnole, D. Eduardo Navarro, D. Juan Rodríguez Jaldón, D. Marceliano
Santa María, D. Joaquín Díaz Alberro, D. Joaquín Sorolla y Bastida, D. José María López-
Mezquita, doña María Elena Camarón, D. José R. Zaragoza, D.Ramón Pulido y Fernández, D.
Manuel Marín y Magallón, D. Cayo Guadalupe Zunzarren, D. Francisco Artigas Dernis, D. Jesús
María Perdigón, D. Tomás Martín, D. Aureliano de Beruete, D. León Criach, D. Jesús Várela y
Várela, doña María Nogués, D. Agustín Riancho, D. Francisco G. Cossio,D. Luis Polo M. Conde,
D. Lorenzo Díaz, D. Saturnino Pacheco, D. Manuel Pacheco, doña Dolores Pacheco, D, Félix
Pacheco, D. Julio Armengol, don Juan Caldera, D. Gonzalo Rodríguez, doña María Luisa Güell,
D. A. Larraya, D. J. Vila y Prades, D. Francisco Rivero Gil, D. Gabriel García Maroto, doña Elisa
de Bustamante, D. César J. Abín, D. Ángel Espinosa, doña Pilar Bermejo, D. Manuel Suárez
Sordo, D. Cándido Pis, D. Jesús Pis, D. Jesús P. Tijera, D. Manuel Fernández Carpió, D. Gerardo
de Alvear y Aguirre, D. Alberto Plá y Rubio, D. José Quintana, D. Ángel Vidal, D. Casto Mora, D.
Enrique Muñoz Morató.
VIL—APOSTILLAS EN EL CATÁLOGO
No el dogmatismo enjuiciador del crítico. Tampoco la frivola indiferencia del viajero. Sino
el amoroso optimismo, la selección tácita a favor de aquellas obras que más certeramente nos
buscan la sensibilidad o nos imantan de belleza la mirada.
Es así como deseamos hablar de esta Exposición, tan acogedora y tan pródiga.
Lentamente, hemos ido obscureciendo con la letra prieta y el espíritu emocionado de las
notas marginales al catálogo, respetando su orden alfabético, que sirve de rasante a los
nombres y a los renombres. .
Esas mismas apostillas y ese mismo orden democratizador que evita los resquemores
ajenos y las preocupaciones propias van a continuación.
1887
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los paisajes de César Abín dotan a la Naturaleza de una voz de cristal y de una luz
benigna. Aun las mismas brumas norteñas se desposeen de su melancolía gris para no
desentonar con la algarada triunfal. Los viejos troncos constelados de yedra luciente, las ramas
ateridas de invierno, los suelos con su molicie, dorada y podrida, de las hojas secas, están
como flotando en una atmósfera de luminosidad vibrátil.
Y esta personal visión que César Abín transmite de la Montaña, nos contagia del mismo
regocijo que expanden los tonos brillantes, los ritmos graciosos y los títulos literarios: «Canto al
viejo tronco; Opulencia...»
Gerardo de Alvear es la fantasía con bien ahincados cimientos. Sueña y vive. Le brinca en
las niñetas el gozo de paganas euritmias y de remotos mitos, mientras le caldea el corazón un
hálito fuerte, espeso, de humanidad.
¿Y por qué no ambas cosas a la vez? Como esos ágiles saltadores que afianzan los pies
en la tierra antes de trazar con el cuerpo una gallarda elipse a contracielo, este pintor ve el
dolor y la miseria en rostros condenados, en existencias irredentas, para luego evocar temas
pretéritos o exóticos.
Así, mientras los ciegos de «La compañera» y ―Triste ocaso‖ soportan la vida o caminan
a la muerte, sacia «Salomé» su refinada lujuria en la bárbara decapitación del Bautista, con un
pretexto para los motivos y las gamas decorativas.
Y salidos de esa cálida refracción de humanidad para alcanzar el deleite del color y del
arabesco que forman las tres carnaciones distintas del esclavo negro, de la princesa
masoquista, de la cabeza inmolada, sobre un azul atrayente.
Una mujer que no pinta sólo flores y frutas, es siempre una muestra de liberación y de
certidumbre. Así esta calle pueblerina de Pilar Bermejo tiene, además del mérito técnico, el
mérito temático.
1888
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las mozas extremeñas de Juan Caldera recuerdan las mozas extremeñas de Eugenio
Hermoso. Pero aquéllas son de Cáceres, éstas de Badajoz, y esa diferencia provincial dentro de
la misma región se nota clara también en la diferencia de los dos pintores. Hermoso tiene más
años y más historia que Caldera.
Castro Gil es uno de los más grandes acuafortistas de hoy. El más romántico de todos.
Sus grabados sugieren el misterio, la soledad, el silencio, el ensueño; todos esos brujos
compañeros del hombre que no teme a su pensamiento. Así el espíritu se refugia en el
«Claustro encantado», en «La ciudad del misterio», en «El puente del diablo» y se desliza de la
coetatniedad con los espectáculos actuales.(..)
El «Lusitano», de Adelardo Covarsi, avanza su perfil sobre el cielo ígneo del ocaso. Pero
preferimos ―El otoño en Extremadura‖, diáfano, puro fino, sutilísimo como un trémolo final, que
sustituye a la languidez de los puntos suspensivos en literatura...
Tienen el sabor de los vinos rancios, el prestigio de los lienzos de museo, la elegancia
noble de los antiguos abolengos. Todo el siglo XIX de nuestra pintura se alza como esos
remolinos de luz que el sol hace en los viejos desvanes de las casas solariegas.
Roberto Domingo, el hijo, es, en cambio, muy de hoy y muy del pueblo. Sus apuntes de
toros, sangran, gritan y hierven en el hálito bárbaro de la fiesta. Son más verídicos que esas
antipáticas fotografías que luego los toreros pagan a mil, a dos mil pesetas para que se
publiquen en los periódicos.
Juan Espina, el veterano, el que con Morera pintó la Sierra del Guadarrama antes de que
los niños góticos del deportismo de ida y vuelta la infestaran hebdomadariamente. Sus tres
cuadros dan esa languidez enfermiza que acomete a las almas cuando todo está ungido de
vesperalidad.
1889
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los retratos de Ángel Espinosa salen a nuestro paso con el legítimo avance de las
obras bien construidas y bien orientadas. (…)
Y pensamos ante la obra de Fernández Carpio que cuadros como éstos deben
conservarse en los edificios oficiales, como esos tomos eruditos de historia en las bibliotecas
para ser consultados cuando queramos reconstruir toda una época, seguros de que hablarán
verídicamente.
Otro amable paisaje, otro grato repositorio esta «Tarde plácida», de García Maroto. Es su
calma húmeda, su augusta soledad, su luz mortecina lo que nos mueve a detener la mirada
largo tiempo, sintiendo cómo va el pensamiento apaciguándose, sosegándose...
«La escondida senda», de Igual Ruiz, está bien colocado en la sala de las tendencias
modernas, de las gamas claras y los acordes vernales por su luminosidad.
Es un pintor levantino que hace vibrar la luz como Seurac (sic) o como Henri Martín. Un
valenciano joven libertado de sorollismo. Es insólito y consolador...
Muñoz Degrain es el viejo dominador del tiempo. Tiziano, a los noventa años, pinta «La
Gloria‖. Muñoz Degrain, en sus ochenta años, va pintando centenares de metros de tela que
llenan los museos de Málaga, de Valencia, de otras provincias donde pasó su juventud o su
madurez.
1890
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y de cuando en cuando, entre esa obra que parece realizada por un joven en el agobio
de ganarse la vida y en la exuberancia de las facultades, surge uno de estos cuadros, como
«Vista de la Alhambra desde el Albaicín», que tienen el valor profundo de su eficacia
didáctica.(…)
Sus aguas inertes nos detienen más tiempo. Ahincan con la misma seguridad que el buril
en nuestra memoria y en nuestra sensibilidad.
Pérez Rubio, el paisajista del Paular, es la sorpresa de una mocedad que posee, sin saber
cómo, la experiencia madura. Y, además, algo que debe olvidar: el secreto de Mir. Este secreto
que en Mir es una faceta de genio, en sus imitadores corre el peligro de estancarse como una
fórmula fría.
¿Pero no dijimos que era preciso olvidar la crítica? Es preciso ver nada más que los
cuajados aciertos.
Nicanor Piñole nos empapa de bruma y de praderas astures, Él y Evaristo Valle, o, mejor
dicho, Evaristo Valle y él, son los que tienen derecho a hablar en nombre de la pintura asturiana
actual.(…)
¿Sorolla este bellísimo acorde de flores, carne enferma y hábito blanco? Sí; es Sorolla sin
azul ultramar, sin cadencias rutilantes ni pescadores y sin filosofías intrascendentes.
1891
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Vázquez Díaz ocupa en la Sala de los modernos el puesto que merece. Su «Tierra vasca»
es un canon pictórico. Sus aguas fuertes una sugestión nueva del arte de grabar. Y ambas
cosas dan la medida exacta de la emotividad extraordinaria que hay en el pintor andaluz.
Verdugo Landi trae su Mediterráneo pintado a competir con este Cantábrico que nos
cerca. Y Verdugo Landi no queda vencido. Nos asomamos a sus mares blandos como a este
mar bravo de Cantabria...
Los paisajes de Riancho son una purificación de la realidad, una interpretación vaga del
natural, una reminiscencia de !a cosa vista con un amor Servoroso.
¿Cómo pintaba Riancho, antes de llegar a esta sutileza ambigua de los tonos ya próximos
a un monocrismo senil?
¡Qué enorme potencialidad técnica, qué gran riqueza de sentimiento habrá en sus
cuadros pretéritos cuando todavía nos sugieren una sensación romántica y aguda con su
brumosidad cromática!
Esta Mallorca transparente, aérea, de una diafanidad áurea que nos ofrece Ernesto Ricio
sí que parece ser la Mallorca exacta, la Isla Dorada en toda su integridad.
Termina ya el catálogo y volvemos a pasar las hojas. Hay, además de las notas
marginales, esas llamadas de una línea que exigen atención para otros autores.
MEMORANDA
1892
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE
I.-SU SIGNIFICACIÓN
Para lograrla han sido precisas una serena intransigencia y una fe en las convicciones
propias que no son frecuentes en este país de tactos de codos e intereses creados.
Hubo un Jurado severo contra todo lo que no estuviera dentro de su trayectoria estética
y que rechazó implacablemente sin consultar antes las firmas.
Hasta ahora, salvo algunas excepciones—en parte de las cuales le cupo al autor de esta
obra el honor de intervenir—, casi todas las Exposiciones españolas adolecen de un
tradicionalismo, absurdo por exclusivo y retrógrado por ciego.
Es inútil esa actitud frente a la renovación estética actual. Más propia, y sobre todo
menos peligrosa para ellos mismos y la tendencia que representan, sería un eclecticismo
amable, una franca fraternidad que desarmaría los rencores legítimos de los nuevos y de los
rebeldes.
De este modo al llegar una Exposición como la de Bilbao, orientada hacia la vanguardia
del arte moderno, el Jurado no habría tenido ese manifiesto desdén, ese desprecio ostensible,
esa—digámoslo de una vez—reparadora satisfacción de venganza, contra los artistas ajenos a
su trayectoria estética.
1893
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pero no hubiera tenido ese simpático gesto de juvenilia entusiasta y hubiera carecido de
la expresiva homogeneidad que indudablemente tuvo. Por primera vez en España, los que
protestan, los no admitidos, son los representantes de las tendencias ortodoxas. Y los
arbitrarios, los renovares, los acuciados por un noble y salvador deseo de libertad, son los que
adquieren la protección oficial y los que pueden decir ese credo al público con la garantía de
una instalación admirable.
Los modernos pintores vascos, los modernos pintores catalanes, antes que ligados a las
tradiciones españolas, son gustosos feudatarios de lo que todavía no es tradición francesa mas
que a medias; pero que tal vez tendrá con el tiempo todo el prestigio de un período definido y
definidor.
Siempre en los labios y en las obras de los jóvenes pintores de Cataluña o de Vasconia
encontraremos esos tres nombres: Cèzanne, Gauguin, Van Gogh. En unos como sincero fervor,
en otros como incomprensiva disculpa; pero en todos como un acatamiento espontáneo, a lo
que Cèzanne, Gauguin y Van Gogh representan.
No obstante, esta sumisión, que a los desligados de ella parece fatal y servil, yo creo que
no llega a destruir totalmente la personalidad de los verdaderos artistas que la practican
conscientemente. Los otros, los inconscientes, los plagiarios externos o vocingleros, los que sólo
buscan la fácil copistería, tanto da que imiten a Cèzanne que a Bouguereau. Son los dotados ya
de cualidades naturales y propias los que ven en esas tres figuras representativas de la pintura
actual compañeros de ruta, reveladores de ideal; pero nunca el fin exclusivo de su tendencia ni
la esclavitud perdurable de su temperamento. Pasado algún tiempo, esta asimilación se traduce
en obras diferentes libertadas de escolastismo y dotadas, en cambio, de ese valor racial que
nada ni nadie puede ocultar cuando pasa a través de un verdadero temperamento artístico.
1894
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Al circular por estas salas capaces y sabiamente entregadas a la luz natural—única que
deben aceptar los artistas—, donde no hay nada por completo recusable y en cambio
encontramos tantos aciertos felices, sentimos la impresión de hallarnos en un momento
trascendental para la evolución del criterio público español respecto de las bellas artes.
Pensamos con cierta melancolía que muchos de estos cuadros franceses asociados ahora a la
tentativa—cada vez más seguros y eficaces—de renovación, son de pintores ya muertos o
viejos.
La artística trinidad que preocupa en pro o en contra a los pintores, a los críticos actuales
en España, Gauguin, Cèzanne y Van Gogh, no podía faltar en esta Exposición. Sin embargo,
excepto Gauguin, los otros dos pintores se hallan insuficientemente representados, sobre todo
Cèzanne, para el cual ha sido preciso limitarse a dos pruebas litográficas de sus «Hombres
bañándose».
1895
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La sala segunda es la más selecta. Desde luego se adivina que aquí han querido
colocarse aquellos cuadros hacia los cuales se exigiría la contemplación detenida, ante todo en
el testero de honor. Los cuadros de Paul Gauguin ―Retrato de mi madre‖ y «Lavanderas de
Arles»—adquirido este último para el Museo de Bilbao—, de una belleza extraordinaria.
1896
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero lo que clasifica mejor a esta sala son los paisajistas. En ella están Monet, Sisley,
Pissarro, Guíllaumin, Seurat, Flandrin,
Pero esa misma diversidad, este heteróclito eclecticismo, hacen de la sala D un lugar
simpático por sus arbitrariedades, y por los súbitos repositorios que las alternan.
Así, aquí está el cuadrito «Balagueros», de Van Gogh, que recuerda por sus rútilos
amarillos, verdes y rojos, aquellas genuinas y metálicas comparaciones de Alberto Aurier en el
primer número del Mercure de France. La «Toilette», de Van Dongen, que causa una
voluptuosidad agria en los ojos y viciosa en los sentidos. Los cuatro cuadros de Carlos Guerin,
algodonosos, pulposos, que parecen también sustituir los colores por frescas hojas florales.
Otro Denis-Portrieux-negro y rudo-y otro Odilon Redon-«Anémonas»-, sencillo y reposado. Dos
paisajes de Bolliger, inferiores a sus escenas hípicas de la sala primera. «Naturaleza muerta., de
Dufrenoy, y la bárbara densidad de «En la terraza», firmada por Othon Friesz; un paisaje pleno
de emoción—«Los árboles de la ribera»—de Le Sidaner; las graciosas extravagancias claras de
la señora Marval; los «Canteros», de Serusier, que se aislan, por su calidad fuerte de buena
pintura, de algunas cosas demasiado antagónicas situadas al lado.
1897
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La sección española era, naturalmente, más completa y definida, dentro de las distintas
orientaciones nuevas.
De las doce salas destinadas a esta sección, siete de ellas se habían consagrado a
conjuntos especiales de un solo artista. Zuloaga tenía tres, y sendas salas: Anglada, Regoyos,
Julio Antonio y Echevarría.
Realmente ese debía ser el criterio que predominase en las Exposiciones generales de
alguna consideración. Ofrecer aislados a los artistas con un suficiente grupo de obras suyas que
facilítase la comprensión absoluta sin ajenos contactos, siempre perjudiciales.
Zuloaga exponía veinticuatro cuadros en tres salas. Excepto algunas de estas obras como
«Pancorbo» y «En el palco», todo su envío es conocido de anteriores exhibiciones, como, por
ejemplo, aquella tan completa de Zaragoza el año 1916 (ver el año Artistico 1916). He aquí,
nuevamente, el retrato de Búfalo, tan recio, tan ajustado a la manera sobria y castiza de la
pintura española; he aquí el retrato admirable de la señorita Malinowski, y el, un poco efectista,
de la condesa Mathieu de Noailles; he aquí los desnudos de «La del loro azul» y «La del clavel
rojo», y el labriego socarrón dentro del hábito cardenalicio, el labriego que también cabalgó en
el cuartago lamentable de «La víctima de la fiesta». He aquí «Gregorio el botero», bárbara y
dolorosa diatriba racial y el fondo magnífico de Toledo, que contempla Mauricio Barres, seco,
acartonado como su literatura libresca y enfatuada. He aquí los bustos de «Lolita» y ―Julia
Soriano», que inician la transición de una pintura literaria y de interior, hacia una pintura
desposeída de preocupaciones psicológicas y lanzada ya al aire libre. La pintura, que se afirma
ya en «Aldeano vasco», más jugosa, más clara, más amplia de concepto y de factura que todas
las obras anteriores.
1898
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
color y de armonía. Trata la materia con tal lujuria, con tal voluptuosidad casi camal, que es un
placer físico contemplarla. Olvidamos la fidelidad representativa, incluso la emoción íntima, para
no sentir mas que el goce de los bellos arabescos y las rutilantes gamas. No importa que esto
sea un árbol y aquello un torso de mujer, y lo de más allá una guirnalda o lo de más cerca un
anca de caballo bañada en luz brujesca. Son trozos de belleza plástica, y basta. Pocos pintores
contemporáneos nos dan esta sensación suntuosa, embriagadora, que Anglada.
Descansamos de él frente a la sutil calma de Juan Echevarría. Este pintor vasco, que
empezó anguloso y un poco agrio, ha ido evolucionando hasta llegar a una agudeza de
refinamiento extraordinario. Mueve sus personajes-de un realismo palpitante—dentro de una
atmósfera azulina que va entre dos gradaciones suaves de verdes y amarillos.
Juan Echevarría presenta 22 obras. No habíamos visto ninguna suya desde aquella
Exposición del Ateneo, el año 1916. De entonces encontramos gustosamente aquí algunas
naturalezas muertas. Todo lo demás es reciente y señalador de su depuración evolutiva, de un
avance seguro hacia la personalidad. Elimina sus francesismos el Sr. Echevarría, y en cambio se
asimila el ambiente y las tradiciones españoles. ¿No se piensa en Zurbarán frente a este
novicio? ¿No hay como una fuerte reminiscencia del Greco en este campesino árido y hosco,
que no consta en el catálogo?
Los retratos infantiles de Finki y María Teresa Diez Cañedo merecen párrafo aparte.
Sutiles, diáfanos, de un claro primitivismo, de una delicadeza ornamental plena de encanto y
emoción, donde se ha logrado la feliz alianza de verdes y azules. A ellos pertenece como glosa
cromática el delicioso cuadrito «Rosa», así como los titulados «Crisantemos» y «Flores»
glosaban las naturalezas muertas de 1916, más orquestales, pero sin este dulce intimismo que
tiene ahora la pintura de Echevarría.
En la sata de Regoyos aún se hace más propicia, más aquietadora la emoción. Hay
treinta paisajes. La mayoría parcos de dimensiones; pero con la augusta grandeza de su
perfección. Regoyos, conforme pasan los años adquiere más derecho a ser contemplado
puramente, con esa pureza filial que nos redime a los hombres frente a la Naturaleza en las
horas evocadoras. Nadie ha llegado como Regoyos a definir la luz, a señalar la nota exacta del
tiempo y del lugar, sin otro esfuerzo que colocarse frente a los campos con el alma de un poeta
1899
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
y el fervor ingénito de un agrario que les cultiva para vivir o de un trotamundos que los recorre
para saciarse de ellos.
La naturaleza brota con todo su candor realista en estos lienzos tan pequeños de
dimensiones y tan amplios de concepto visual y emotivo. Pero en medio de la armónica serie de
notas conocidas, hay dos que sorprenden: el retrato de Soraluce, tan manifiestamente francés,
y «La víctima de la fiesta». Este último es un lienzo adverso y desligado de la obra total.
Representa el acto de pesar y arrastrar, hacia Dios sabe qué ocultas carnicerías, los caballos
muertos, en una invisible Plaza de Toros. Las pobres bestias tienen ese aspecto trágico,
desamparado, de sus cuerpos flacos, sus belfos amarillentos, sus patas estiradas por la última
convulsión. Están en un paisaje desolado y yermo, a la hora pálida de un véspero friolento. No
por el asunto, sino por su fondo ideológico, este cuadro recuerda en seguida aquellas
ilustraciones de Regoyos a las ciudades tentaculares de Verhaeren.
Isidro Nonell colma siempre las medidas cordiales. Empapa el corazón de amargura y de
certeza compasiva. Sus dibujos de miserables, de los ex hombres y ex mujeres que agonizan en
las grandes ciudades, conservan la misma perdurable elocuencia que al ser concebidos. Sus
gitanas, sus bodegones, sostienen la consistencia patricia de los sienas cálidos, los amarillos
áureos, los carmines sensuales y cada vez parecen cobrar mayor prestigio de inmortalidad.
De Joaquín Mir hay siete paisajes: de ayer y de hoy; de éstos «Los árboles altos» nos
enseñan después de sentir toda la riqueza de su colorido y toda la cordialidad de su poesía, a
desdeñar esas pobres tentativas de algunos jovencitos que se obstinan en falsificarle para
aupar sus impacientes ignorancias.
De Rusiñoí hay que anotar «Paseo de la reina», el mejor de los nueve paisajes que
expone; de Nogués, sus aguas fuertes, tan espléndidas de ritmo y de latinidad; de Carles, «El
jarro azul»; de Casas, «Nantás». que pertenece a la buena época de Casas, no la de este
«Retrato de señora», ya intolerable de amaneramiento y adulación burguesa; de Colom su
«Fiesta mayor»; de
1900
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La sección vasca estaba bien nutrida de excelencias. Antes que ninguna, la que
representan los dos cuadros apasionados trémulos de amor a la vida humilde, a los
espectáculos cotidianos, de Aurelio Arteta. Arteta es tal vez el pintor más interesante que tiene
hoy día Euskaria.
«María» y «Despedida de las lanchas» son suaves y recios, con fuerte hálito realista, y,
sin embargo, aupados por una idealidad casi mística; de una elocuencia sobria, como
sentimiento y de una amplitud ornamental, como ritmo; dos cuadros, en fin, de lo más hermoso
que contiene esta Exposición tan atesorada.
«El retrato de Meave», por Arrué, ondulante, blanco, que da a la figura la serenidad y la
línea suave de una cordillera lejana. «Cabeza de niño» y «Paisaje», sutiles comentarios de
humanidad y de ciudad, de Benito Barrueta. «Coloquio romántico», de Gustavo Maeztu, un
poco anacrónico dada la evolución ascendente del joven maestro. Los pasteles de Losada, que
evocan el viejo Bilbao y sus holgorios pretéritos. Los marineros de Julián Tellaeche, propicios a
un friso. Los cuadros claramente decorativos de Guezala. Los paisajes de Cabanas Oteiza y
Basiano, que siguen las huellas de Regoyos de un modo noble y laudable. «Viejos de
Ondárroa», de Ramón Zubiaurre, «Oración de la tarde» y «Familia vasca», de Valentín
Zubiaurre; «Gitanas», de Fernando García.
Ante todo «Mujeres de la vida», de Gutiérrez Solana, la más fuerte, la más totalizada de
todas sus obras, y desde luego uno de los mejores lienzos de la Exposición. Del mismo pintor
hay dos notas pequeñas, «Los pellejeros» y «La casa de dormir», notabilísimas.
1901
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Son, por decirlo así, un certamen de arte mayor que valoriza la pintura española en Sud-
América.
Moreno Carbonero, Madrazo, Jiménez Aranda, Pradilla, Domingo Marqués, Villegas, Alcalá
Galiano, Santa María, Bilbao, Llaneces, Menéndez Pidal, Garnelo, Casado del Alisal, Barbudo,
Cano, Cutanda, Ferrant, Galofre, Haes, Plasencia, Sala, etc., no son incidencias transitorias en
las Exposiciones de Pinelo.
Muchos son los productores de estética que hasta nosotros llegan con personalismos,
que parecen siembras de porvenir. ¡Ancho es el camino de la gloria para llegarse a ganar una
vecindad en ella!
Dios sabe lo que pensarán los críticos, repasando a Taine o tratando de identificar
principios de intrincados estudios a través de Ruskin, de Orbein o de otros santones por el
estilo.
La luz refleja en el Arte, como la del sol en el mundo físico, molesta más que alumbra.
Salvo intervalos que una fuerza irresistible impone en determinadas personalidades, las demás
1902
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
se obscurecen en aparatosos ropajes de los recuerdos, que se confunden con la relatividad casi
siempre perniciosa at mérito absoluto.
Lanumerosa concurrencia que visita diariamente esta Exposición postra su mirada en los
principales cuadros, descansando de las agitaciones artísticas de que adolece en estos
momentos nuestra capital.
1903
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
correspondientes a los grandes asuntos, que jamás se desenvuelven a orillas de los ríos,
iluminados por un sol interesante que arranca a la paleta valentías de visión.
El boceto de Sala, que es una de las joyas del palacio de la Infanta Isabel, al ser
desarrollado en todas sus perfecciones técnicas en el techo del salón de baile de la citada
dama, es una joya en miniatura, interesante estudio que nos da a conocer las grandes
cualidades de aquel malogrado autor. «También figura en la Exposición Pinelo el boceto de
Cutanda, cuya obra, «Una huelga en Bilbao», obtuvo ruidoso triunfo en una Exposición nacional
de Madrid.
«Gómez Gil tiene una de esas marinas poéticas de reflejos de luna en las aguas
tranquilas de una playa serena, que es una especialidad de su atractivo pictórico.
»De Ullpiano Checa, premiado con medallas de oro, hay una «Diligencia», tan típica, tan
extraordinariamente caracterizada en el recodo de una carretera, que todo es en el óleo verdad,
acierto y comprensión de la nota; incluso la galopada de los caballos es real.
Santa María (Marceliano) tiene dos notas castizas, sin aspiraciones de cuadro grande,
pero con la conciencia artística que pone en todas sus telas.
1904
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
»Valentín Zubiaurre tiene tres de sus más importantes obras de vascos, caracterizados
modelados sentidos y ejecutados hondamente.(…)
Beruete, en su «Sierra del Guadarrama», justifica la nombradía de sus pinceles, así como
la justeza de paisajes profundos, los que pertenecen a Espina y Capo.
Artistas del ayer, que no nos corresponde apreciar aún, son Ferrant, García Ramos,
Galofre. El primero, con un «gaitero», jugoso de color y amplio de factura; el segundo, con su
playa de hermosa tranquilidad; y García Ramos, con sus gitanas, sus patios de flores y su
mujeres sevillanas, ofrecen grandísimo interés.
Llaneces y Laffita, dos maestros poco conocidos en esta capital, tratándose de cuadros
para todo el mundo, ofrecen en esta Exposición algunas de sus producciones más bellas.
De los paisajes de Morera, sólo podría decirse que recuerdan la firmeza de su maestro
Haes, y de Pardiñas que recuerda a su maestro Benedito.(…)
Rodríguez Acosta y Alcalá Galiano son dos aristócratas que cultivan el arte por amor a lo
bello, revelando, por esto mismo quizá, una amplitud de concepto, de ejecución y de vistosidad
que seducen,
Sería imposible llegar a describir detalladamente ni siquiera las principales obras de esta
Exposición.
De intento hemos reservado para el final citar al joven pintor Pínelo Yáñez, legítima
coronación de las esperanzas de un artista, como su padre, que supedita su intensa y gloriosa
carrera de pintor a valorizar las de sus compañeros en Exposiciones que nos da a conocer
periódicamente, extendiendo sus obras por Sud América.
Pinelo Yáñez tiene del arte un concepto elevado y sano, que hará de su carrera un
porvenir muy brillante.—Julián de la Cal.»
1905
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Barreira (D, Vicente), «Mercedes»; Benedito (D. Manuel), «Interior holandés» y «La
vuelta del bautizo»; Benlliure (D. José), «Los bebedores»; Bilbao (D. Gonzalo), «Andaluza»;
Cano (D. Eduardo), «Santas Justa y Rufina» y «Estudiante leyendo el Quijote».
Casado del Alisal, «Judít»; Chicharro (D. Eduardo), «Cabeza de niño», Domingo (D.
Francisco), «En reposo».
Domingo (D. Roberto), «Parador del Sevillano», «Alegría que pasa», «En las carreras»;
Ferrant (D. Alejandro), «El gaitero»; Gárate (D. José), «Canal de Venecia»; García y Ramos (D.
José),.«Tipo gitano» y «Una odalisca».
García y Rodríguez {D. Manuel), cinco paisajes y «Entrada a los Jardines del Alcázar»;
Gómez Gil (D. Guillermo), «Castillo feudal»; González Santos (D. Manuel), «Horas plácidas» y
«Pabellón de Carlos V».
Grosso (D. Alfonso), «Interior de Santa Marina»; Hermoso (D. Eugenio), «El zagal»,
«Melancolía» y «La niña de los ojos verdes»; Jiménez Aranda (D. José), «Santimbanqui»;
Jiménez (D. Luis), «Al piano» Lafita (D. José), «Escollera», «Bajamar»; Lozano Isidro (D.
Adolfo), «Una limosna de pan»; Llaneces (D. José), «Fiestas en Versalles»; Llaneces (Señorita
María Luisa), «Tarro de flores»; Madrazo (D. Federico de), «Retrato de la Exma. Sra. Duquesa
de Osuna».
Martínez (D. Santiago), «María» y «Andaluza»; Masriera (D. Luis), «Pobres huérfanos»;
Menéndez Pidal (D. Luis), «En oración» y «Bautizo de un adulto»; Moreno Carbonero (D. José),
«Una maja» y «La bailarina Carmen Salón» Muñoz Lucena (D. Tomás), «El columpio»; Narbona
(D. Francisco), «Patio del Alcázar» (Sevilla); Pardiñas (D. Alejandro), «Campesino»; Peña (don
Maximino), «Coquetería», «Carmen», «Marcelino» y «Tío Roque».
Pinelo Llul (D. José), «Orillas del Guadaira», «Huerta de Trinidad», «Patio de los
Barraganes», "Patio de Perales» y «Mañana de Marzo».
Rico Cejudo (D. José), «Limpiando metales» y nueve titulados «Jardín de las Biañas»;
Rico (Sra. M.ª Luisa), «Uvas», «Cerezas»; Sáenz (D. Pedro), «Gitana»; Santa María (Marcelino),
«Ría de Bilbao»; Seigner (D. Alejandro), «Mis chicos‖ y «Gente sin gobierno»; Villegas (D.
José), «Tres gracias sevillanas», «Cleopatra», «El pequeño delincuente», «Prueba de gallos»
(Tetuán) y «Tres gracias andaluzas»; Zubiaurre (D. Ramón), «El té» y «Molineros de
Volendam»; Zubiaurre (D. Valentín), «El tío Pachígue».
1906
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En el Salón de Artistas Vascos de Bilbao exponen varias pinturas los artistas franceses
Robert Delaunay y Sonia Delaunay-Terk.
En el Salón de El Pueblo Vasco, de San Sebastián, expone una serie de sesenta paisajes
el pintor Francisco Echenique Anchorena.
OCTUBRE
MEMORANDA
NOVIEMBRE
EXPOSICIONES MENORES
(…) En Barcelona, y en las Galerías Layetanas, han expuesto cuatro pintores cubanos
pensionados en España: Julio Hernández, Guillermo Alvarez Jiménez, Antonio Sánchez Ararujo y
Domingo Ramos.
Mallorca es la atracción legítima de los pintores americanos. Una nostalgia íntima les lleva
hacia su magia lumínica a estos desterrados momentáneos y voluntarios del otro lado del mar.
1907
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Allí pintó el uruguayo Castellanos, que tan efectivo éxito acaba de obtener en el Salón de
Otoño; allí, el mejicano Montenegro, el argentino Riccio y ahora el argentino Octavio Pinto, que
en sus cartas deslumbradas y encalidecidas me anticipa la visión de sus cuadros, que
seguramente resplandecen.
Domingo Ramos glosa también en ese tono orquestal que impone el tema polifónico
de la Isla Dorada los diversos aspectos de cales, pinos, playas y cumbres. Madrid necesita ver
esos cuadros, porque Madrid les dará, además de la mediterránea sanción de Barcelona, ese
comprensivo amor que tiene para las bellezas que le son inaccesibles de otro modo más
tangible en su cinturón de tierra árida y pueblos yertos. Porque Madrid es un enamorado del
mar lejano y de la América, más lejana todavía, de donde acudió este pintor, fragante y
optimista como su nombre. (…)
MEMORANDA
DICIEMBRE
1908
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Viendo estas tardes, en medio de sus cuadros de ayer y de hoy, (…), se siente el
visitante más propicio a la emoción frente a esta obra, que es como un limpio espejo de las
sucesivas tendencias de la pintura española, desde hace cuarenta o cincuenta años hasta la
fecha.
Jose Benlliure Gil significará para muchos una revelación. Las nuevas generaciones le
desconocen. Sus largas estadas en el extranjero, su obstinado alejamiento de la vida artística
en lo que va de siglo, la nombradia cada vez más popular de su hermano el escultor, iba
tendiendo un manso alencio de olvido sobre el pintor valenciano que en el fondo fértil de su
ciudad natal trabajaba todos los días con renovado entusiasmo.
Incluso empezaba a destacarse otro José Benlliure, el hijo, con bríos mozos con moderna
y luminosa audacia (…)
Pero la muerte se llevó antes de la plena granazón a José Benlliure Ortiz. (…)
José Benlliure va a cumplir sesenta y cinco años. A los diez ya pintaba tablítas y
acuarelas, que vendía a bajo precio. A los doce ingresó en el estudio de Domingo Marqués, el
patriarca de la pintura valenciana. A los diez y siete su cuadro «Presentación de los
agermanados valencianos al cardenal Adriano», fué adquirido por la Sociedad de Amigos del
País, y le valió de la Diputación Provincial una pensión para viajar por el extranjero. Después de
este viaje y de residir algún tiempo con sus hermanos en Madrid, José Benlliure decide vivir en
Roma. Es en 1879, apenas ha salido de la mocedad, y ya logra el éxito honorífico y económico
de un contrato con el marchante Colnaghi por valor de muchos miles de pesetas. Son los
buenos tiempos de la pintura de caballete, de las notas minuciosas y brillantes. Primero
Fortuny, el genio; después sus imitadores Pradilla y Villegas, habían hecho amar al público
italiano aquellos cuadritos de chispeante cromatismo, graciosos y ágiles de composición, donde
se reproducía la luminosidad celeste de España y la polícroma diversidad de sus tipos, fiestas y
costumbres populares. Benlliure supo aprovechar diestramente el momento. Como antes
Agrasot, como después—de un modo elocuente y supremo—Ignacio Pinazo, cultivó la evocación
valencíanista, el valencianismo pictórico, con la exaltación de los tradicionales indumentos que
fulguran como gemas en esas tablitas y lienzos pequeños, y que habían de ostentar con el
tiempo la suntuosa pompa de las enormes composiciones angladescas y el refinamiento señoril
de Pinazo Martínez.
1909
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
colosales proporciones-con arreglo al gusto de la época -«La visión del Coloseo», que se
conserva en el Museo Provincial de Valencia después de figurar sucesiva y triunfalmente en la
Exposición Nacional de Madrid el año 1887 y en la Universal de París el año 1889. ,
Por último, además del valencianismo, el fortunismo y el misticismo hay en José Benlliure
la obsesión de hechicerías y fantasías sabáticas. (…)
Pero nosotros preferimos el realismo vigoroso de los huertanos al aire libre, a la luz
finísima de Valencia y en sus barracas, en el estudio que tiene las jarras de popular tradición
cerámica, la escopeta y la estampa de San Vicente; preferimos esos retratos interpretados con
sabio dominio de la técnica y dulce amor familiar como «En misa» y «Señorita de luto»;
preferimos esas notas como «Interior de alquería»—uno de los trozos más positivamente bellos
de la pintura contemporánea—y «Coro de Santa Clara», que es una joya de la pintura de ayer;
preferimos también ese lienzo «Cardenal», que es un prodigio de ambiente y de armonía
decorativa.(…)
Por segunda vez el grupo de jóvenes pintores residentes durante el verano en la Cartuja
del Paular expusieron sus cuadros y apuntes en el local de la Sociedad Amigos del Arte.
La reincidencia en los errores del primer año, lejos de ser evitados empeorados el actual,
no han impedido que se manifieste de nuevo el fogoso lirismo cromático de José Frau; e! íntimo
y dulce recogimiento de Pérez Rubio la pompa áurea de Gregorio Prieto, ya destacados cuando
la anterior estada veraniega.
1910
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Desístase de esa idea absurda de ―un vivero de paisajistas‖ y aliéntense en cambio, con
más amplitud las condiciones ya aquilatadas de los jóvenes pintores que no necesitan de
inútiles adherencias para destacar su personalidad.. Bienvenidas sean las Pensiones pero no
con el criterio de residencia fija y en rebaño. Al artista debe dejarse la elección de motivos y
lugares, debe concedérsele la independencia, la libertad y solitario refugio que por si mismo se
busque, y evitemos para lo sucesivo estos ―orfeones del paisaje serrano‖(…)
Desde luego, los cuatro artistas, con José Frau, representaban lo unico interesante de la
Exposición. El resto no tenía la menor importancia.
Este año, no por el número -demasiado numerosas, demasiado insignificantes eran, por
ejemplo, las acuarelas del Sr. Hübner-, sino por la calidad, su envío era el más considerable.
Frau es un gran lírico del color. Dentro de un tema, casi siempre igual, desenvuelve una
extraordinaria riqueza de matices y de acordes. Agudiza en el color con una sensibilidad casi
hiperestesia y da siempre la emoción del optimismo triunfal de la luz.
Pérez Rubio, menos afortunado este año que el anterior, bordeando el peligro de
acomodarse a una fórmula—muy suya, pero fórmula al fin-, tenía, sin embargo, notas de dulce
y penetrante poesía. Tal vez sus cuadros «El pinar en la tarde‖ y «Estudio de otoño», de
mayores dimensiones, no alcanzan, sino a trozos, la totalidad emocional y la seguridad técnica
que muchos de sus apuntes. En estas glosas de lugar y de hora es donde mejor hallamos al
notabilísimo pintor extremeño.(…)
Joaquín Valverde, conocido antes por algunas ilustraciones editoriales muy dignas de
elogio, destacaba sus cuadros de la tendencia vagarosa iniciada por los pensionados del año
anterior. Sin evitar la vaguedad cuando lo exige el fugaz momento o la indecisión crepuscular
de la luz, Valverde se inclina más a la construcción totalizadora que a lo que pudiéramos llamar
ensueño flotante de las formas y de los colores.
Esta afirmación no presupone otra censura. Es fijar nada más lo que significaban los
cuadros de Valverde en la Exposición. La solidez compositiva y el ímpetu colorista, destacados
1911
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
por una gran educación anterior de dibujante. Así deben citarse como pruebas «El pilón de los
tilos», «Rincón de la cortina roja» y «Ultima luz».
Finalmente, Gregorio Prieto ofrecía, como ya decimos antes, su pompa áurea, también
repetida y un poquito detenida en la monotonía igual de los temas. Le es necesario
independizarse de los demás, seguir sus impulsos propios y luchar con la facilidad de producir
como otros tienen que luchar con la dificultad. Por lo mismo que tengo fe en él cumplo el deber
de decírselo.
MEMORANDA
Abierto el sobre correspondiente, aparece como autor de dicho cartel don Salvador
Bartolozzi, domiciliado en la Avenida de Menéndez Pelayo, 23.
Y para que conste, firmamos la presente acta.—Julio Romero de Torres, Anselmo Miguel
Nieto, José María López-Mezquita,, José Francés, Carlos Ibáñez de Ibero.
1912
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El Jurado, compuesto por los señores D. José Francés, D. Ramón Pulido, don Enrique
Martínez Echevarría, D. Carlos Lezcano y D. Antonio Prast, ha adjudicado los premios en la
forma siguiente: (…)
1913
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ENERO
MARTÍNEZ ABADES
Va transcurrido un mes escaso desde que comenzó el año ,y ya tres artistas han
desaparecido: Llaneces, Arija, Martínez Abades.
Este último era el más conocido del público. Con el doble conocimiento de sus marinas y
de sus canciones.
Hasta hace ocho o diez años el nombre de Martínez Abades evocaba la visión de lugares
y momentos costeros, de playas y puertos norteños. Cuadros de un realismo acromado fácil,
propicio a la intranscendencia de la ilustración editorial. Pero a partir de esa fecha,. el nombre
de Martínez Abades recuerda canciones sentimentales o cuplés levemente picarescos, que iban
desde los escenarios de los teatros de variedades y desde los labios pintados de las tonadilleras
al eco popular de la calle y las voces cascadas, lamentables de los mendigos.
Este dualismo de sus facultades artísticas destacó con bastante relieve la personalidad
del pintor y compositor asturiano.
Juan Martínez Abades había nacido en Gijón el año 1862. Pensionado por la Diputación
provincial de Oviedo, realizó sus estudios en la Escuela de San Fernando, de Madrid y en
Academia de San Lucas, de Roma.
Terminado el período de su pensión, recorrió algún tiempo Italia y Francia, y luego toda
España y parte de América, especializándose en la pintura de paisaje y más concretamente de
marinas.
Conocidas son sus obras más notables: El viático a bordo, La tarde en la aldea, ¿Serás
buena?, El entierro del piloto, Marea baja, Calma La playa del Orzan, Acantilado de Santa
1914
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Catalina, premiadas con medallas de plata en las Exposiciones de 1890 y 1892, y medalla de
oro en la de 1901.
Mares bravíos, indómitos, del Norte, bajo los cielos grises y frente a las campiñas
ubérrimas; mares blandos, acariciadores, del Sur, bajo los cielos azules y frente a las tierras
soleadas y alegres; playas altivas y hurañas con sus acantilados enormes y sus nieblas tenaces;
playas tersas, doradas, adormecidas a la sombra de los pinos y donde acuden sumisas las olas
de la Madre Nuestra que cantaron los poemas clásicos.
Y también los barcos. Los fuertes acorazados, los negros cañoneros y torpederos en esa
sobriedad amenazadora de los buques de guerra; los amplios trasatlánticos con su algarería
bulliciosa a través de las inmensidades marinas; las embarcaciones de frivolidad y recreo,
blancas, fulgurantes en la animación estival de los puertos; los balandros, las canoas
automóviles, los botes del Club de regatas; los audaces veleros que tienen nombres de mujer
española y que surcan todas las rutas y atracan a todos los muelles de la tierra; las barcas
pesqueras con su pardo color uniforme de trabajo, con las velas ocrosas y remendadas, con sus
hinchazones bullentes de la plata fresca del pescado.
Y también las tabernas de marineros, las chozas, de pescadores; los astilleros, donde
acuden, como enfermos a un hospital, los barcos para su reparación. ,
Por ultimo, alguna vez también Martínez Abades cultivó la pintura de retratos, como el de
Clarín, que se conserva en la Universidad de Oviedo, y el del cardenal Payá, en la sala capitular
de la catedral de Toledo.
1915
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fué uno de los pintores habituales de dicha revista, como García Rodríguez, como
Huertas, como Regidor, como Cecilio Pla, como Méndez Bringa.
Repasando la colección de Blanco y Negro, que ha reflejado cerca de treinta años de vida
española, encontraremos frecuente mente el nombre del artista asturiano y su visión
acomodada del mar y de los marinos.
Rápidamente la fama del compositor parece obscurecer un poco la fama del pintor. Sus
cuplés son solicitados por las estrellas del género figuran en todos los repertorios, y Martínez
Abades ingresa en la Sociedad de Autores y forma parte de la Junta directiva.
Ya no pasa largas temporadas en los pueblos costeros, en las playas tristes y humildes.
Va a las playas mundanas, esas playas mundanas donde la orquesta del Casino toca sus
canciones dulzonas y pegadizas al oído.
Pero durante el invierno frecuenta los teatros, los camerinos de cupletistas, tonadilleras y
bailarinas, y así como en otro tiempo veía agruparse en torno de su caballete las gentes rudas,
malolientes y silenciosas del mar, ahora sentía agruparse en torno de su piano las muchachas
gentiles, perfumadas y parlanchínas del varíete.
MEMORANDA
En el Ateneo de Bilbao celebra una Exposición de paisajes el joven pintor Gregorio Prieto.
1916
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MARZO
Sus cuadros, sus acuarelas, sus dibujos, están dotados de elocuencia nueva, de
sorpresas profundas para la cachaza rutinaria de otros contempladores indígenas.
Dijimos en cierta ocasión de Wyndham Tryon (Véase El Año Artístico 1918, pág.350-
352): «El artista recorre las provincias de Alicante, Murcia, Castellón y Teruel. Vuelve
desdeñosamente la espalda a las sensuales cercanías del mar y de los ríos. No le interesan
huertos ni jardines, olvida las frondas que el agua lozanea. Prefiere los lugares ascéticos,
solitarios, que parecen aguardar propiciatorios una escena dramática o estar como empapados,
como inmovilizados por el estupor de una tragedia pretérita. Si los levantinos de la costa
ignoran, aun estando tan cerca, a los levantinos de la sierra, ¿cómo no ha de ignorar el resto de
los españoles esa bárbara grandeza urente de Jérica, de Jijona, con las barrancas profundas y
los picachos místicos; con las piedras que diamantean, de tan blancas y de tan abrasadas por el
sol; con la tierra inhóspita donde se erizan las polvorientas chumberas y piteras; con el cielo
azul, azul, de una azulosidad entera, desesperada y fatal?»
Japp, estiliza las líneas y sutiliza las gamas hasta llegar a una delicadísima hiperestesia
estética. Se piensa en las normas orientales frente a estas dramáticas o candidas visiones de
nuestra serranía levantina.
Diríanse los volcanes yertos de ciertas estampas japonesas; las ramas que cruzan,
tijereteándoles, los fondos diáfanos y robustos de otras estampas. Y, además, Japp no se limita
a ese criterio esquemático del paisaje, sino que también le da esa densidad, esa gravedad
fecunda de los volúmenes que colma de cezanismo al paisaje de los modernos pintores
europeos.
Y también cuando sale del paisaje puede entrar al secreto de las fisonomías con la
certeza aguda de un prerrafaelista. Con lo cual no niega ciertas concomitancias lógicas que le
ligan noblemente a su raza.
1917
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Vila Puig expuso varios retratos, varios paisajes, algunos fugaces apuntes al lápiz.
De este modo, a través del conjunto expresivo, podía formarse juicio de su personalidad,
todavía no bien definida, pero ya con rasgos propios y simpáticos.
Lo más considerable, lo más logrado de toda su obra parecía el paisaje. Y, sin embargo,
tal vez Juan Vila Puig será—cuando elimine ajenas influencias y adquiera el derecho de elección
de modelos y temas ajenos a su formación adolescente—un buen retratista.
Los paisajes de Vila Puig tienen un realismo honrado, una justeza de natural elocuente, y
esto les cambia unos de otros en la técnica y en el resultado. Aquéllos, grises, finos, de tenues
veladuras; éstos, pomposos, con gruesos de color que hacen rutilar las calidades. Algunos
tienen como cierta timidez casi religiosa frente a la Naturaleza; algunos se adentran en ella
como el hierro del arado, para obtener una feraz cosecha de arte.
Pero es curioso observar que, siendo un pintor realista, a la manera de los que pintan sin
prejuicio y con la paleta bien distribuida, no haya logrado dar la sensación cálida, luminosa, que
de Mallorca nos transmiten otros pintores. (Viendo los cuadros de Riccio — un pintor argentino
que expuso en el Ateneo recientemente—hacíamos la misma observación de una Mallorca
desteñida). Mallorca no es, indudablemente, así, como la pinta Vila Puig, y, sin embargo, los
paisajes de otros lugares españoles más hacia al Norte y más lejos del mar Mediterráneo,
tienen una certeza indudable
Ello indica en Vila Puig una tendencia involuntaria a las gamas frías, a lo que Francisco
Alcántara ha llamado muy justamente «linfatismo cromático».
No olvidemos el nombre de Vila Puig, porque será de los que se repitan de un modo
frecuente y ascensional.
1918
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
ABRIL
«EXPOSICIÓN
De entonces acá los hechos han puesto bien de relieve las grandes ventajas obtenidas
por la labor docente llevada a cabo en aquellos países por insignes representantes de nuestras
1919
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por tal fin estima el ministro que suscribe deber suyo el proponer a la aprobación de V.
M; el adjunto proyecto de Decreto.
NATALIO RIVAS.»
Artículo 1.° Se crea, dependiente de la Dirección general de Bellas Artes, una Junta para
el fomento de las relaciones artísticas hispano-americanas.
Artículo 2.° Dicha Junta ejercerá el Patronato de los artistas de las naciones hispano-
americanas que vengan a completar en España su educación artística, proponiendo al ministro
de Instrucción Pública y Bellas Artes las condiciones en que los becarios o pensionados de los
precitados países podrán ingresar y cursar en las Escuelas y Centros docentes dependientes de
la antedicha Dirección general.
Igualmente propondrá la Junta al ministro las condiciones en que los artistas hispano-
americanos podrán concurrir oficialmente a las exposiciones organizadas por el Estado.
Artículo 3º. Se facilitará por el Ministerio de Instrucción Pública a la Junta, local en que
puedan celebrarse Exposiciones particulares conferencias, conciertos y otras manifestaciones
artísticas por particulares o agrupaciones hispano-americanas, con sujeción a las normas que
con aprobación del ministro proponga la misma Junta.
1920
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Artículo 4.° La Junta mantendrá con los organismos oficiales análogos existentes en los
Estados hispano-americanos las relaciones precisas para el cumplimiento de sus funciones.
Artículo 5.° Compondrán la Junta para el fomento de las relaciones artísticas hispano-
americanas veinticinco Vocales de la misma designados por Real decreto a propuesta de]
ministro de Instrucción, debiendo los designados pertenecer a una Real Academia, ejercer el
Profesorado en Centros dependientes de la Dirección de Bellas Artes, haber obtenido
recompensa en Exposiciones oficiales o haberse distinguido públicamente como artista o como
crítico de arte.
Será presidida la Junta por el Director general de Bellas Artes y será Vicepresidente el
que designen de entre ellos los Vocales,
Artículo 6.° El ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes publicará las disposiciones
para la ejecución de lo preceptuado en este Decreto.
ALFONSO
NATALIO RIVAS.»
1921
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ALFONSO
NATALIO RIVAS.»
Francisco Bernareggi es un pintor argentino que hace más de quince años se recluyó en
fragosos y solitarios lugares de Mallorca y lentamente, apasionadamente, empieza a componer
sus poemas. Lejos, cerca de su retiro pasa, inadvertida de él, la caravana de los artistas.
1922
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los catalanes son quienes inician la revelación. Rusiñol con su concepto romántico, de un
romanticismo decadente, su melancolía de poeta que «há leído todos los libros» como
Mallarmé; Junyent y su serenidad sobria, un poco analítica; Anglada, fogoso, rutilante, lanzado
en sus apoteósicas fantasmagorías lumínicas. Joaquín Mir.
Joaquín Mir es tal vez nuestro más gran paisajista. Y sus más bellos paisajes proceden de
la época mallorquina. ¡Oh, era así la Mallorca ideal, la extasiada con un divino regocijo
dionisíaco, la que embriagaba de luz y de colores magnificados más allá de un realismo
insuficiente para su hiperestesia!
Al cabo de quince años, Francisco Benareggi expone en Palma de Mallorca, por primera
vez. Siete cuadros. Diez estudios. Menguado número para los productores por kilómetros de
tela, para los impacientes que cada seis meses necesitan asomar al público su comezón
exhibicionista. Pero, en cambio, ¡qué enorme revelación de potencialidad, de convencimiento,
de rotundez concreta!
1923
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
A MARCONI
La antena, obra de tu ingenio, ha redimido del hacha a los reyes más gentiles de los
bosques, los grandes árboles condenados a transformarse en postes telegráficos, y esparcir y
proclamar, a orillas de las rutas del mundo, la melancolía de su tronco sin hojas, y la impotencia
de las gentes que sin tu divina inquietud de inventor se complacen en sacrificar lo más bello a
lo más útil.
Trémula de temporales, y quizá del dolor y la alegría que lanza y recoge a través de lo
infinito, esa antena es como un anhelo que no se sacia y como un índice que acusa. Acusación
a quienes justifican su estulticia con pregonar el imperio de la prosa sobre la poesía salvada,
esta vez, por tí; anhelo siempre despierto que impele las inteligencias excelsas como la tuya a
volar más allá de lo que el vulgo en su pereza llama horizontes de lo posible. En lo alto de ese
mástil, en los disparos de la palabra alada, se besan el Arte y la Ciencia que, lejos de destruirse,
se auxilian y armonizan.
EL ARBOL
Y tú, ¡oh árbol magnánimo!, pagas ese odio unánime con el don de tu belleza y de tus
frutos. Curvado sobre el horizonte marino, imprimes a la desolación del mar una divina gracia
1924
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
helénica; arraigado en la costa brava, tiendes los brazos a las aves y a las nubes colgadas sobre
los abismos, a la reverberación de las olas; quiebras en las espumas la esmeralda de tus ramas;
en tu follaje se esconden las estrellas a velar el amor furtivo; a tu sombra el agua se duerme
transparente entre los ojos maravillados y el alma temblorosa en la inmensidad de las
velaciones...
Olivos que acompañasteis las noches románticas de Chopin y Jorge Sand: pinos amados
del poeta Darío; cipreses perseguidos por inútiles y por tristes; almendros floridos como
enjambres de mariposas en la sombra azul de los valles, vosotros habéis sido mis únicos
maestros en mis soledades de la isla de oro. Mis maestros y también mis únicos amigos en las
tribulaciones y en las dudas en que el hombre y el artista buscaron vuestra sombra como
pobres aves rendidas a las fatigas del cielo. F. BERNAREGGI.
Son una revelación súbita de Mallorca a Mallorca misma estos lienzos de Bernareggi.
Como si basta entonces la hipérbole ígnea de Musset no hubiera querido entregarse
plenamente a un artista; como si los motivos dispersos. los diferentes acordes de tantos
esfuerzos bien logrados anteriormente,-se ligaran al fin en una plenitud himnaria con amplia y
perfecta orquestación.
Junto a sus poemas pictóricos el artista sonríe. Tiene una vaga semejanza externa con
Rubén Darío, la herculiana estatura, el rostro de una fiereza indígena y una genial expresión.
Los cabellos han griseado en la soledad febril y tensa de los tres lustros dialogando con la
naturaleza. Al acento lánguido, acariciador, aprendido en la cuna, este acento mallorquín que
tiene un ritmo de canción, se une para mayor sensación de dulzuras, de señoril desmayo.
1925
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Bernareggi ha educado bien—con esa implacabilidad intransigente que sabe virtuar las
cualidades congénitas de un temperamento en vez de tornarlas ineficaces o romas, como en
tantos casos de prematuro entusiasmo o de cansancio precoz—su vista y su mano. Ha sabido
aprovechar las soluciones encontradas por las teorías luministas de la segunda mitad del siglo
XIX, ha encontrado una ruta propicia en el esplendor consciente del angladismo.
Todo esto en cuanto a su manera, a esa simpática y victoriosa audacia de sujetar la luz al
pintarla y que luego ella parezca quedar libre en una vibración exenta de sombras, en una
claridad que se multiplica hasta matices infinitesimales e imperceptibles a otra retina menos
portentosa que la de Bernareggi.
1926
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Francisco Bernareggi, luego del respeto para si mismo que supone la recoleta vida
durante muchos años en la parte más abrupta de la isla, en Biniaraix, en la que sólo produce
breve cantidad de obras, no busca la peligrosa contaminación de las Exposiciones colectivas
más o menos desprestigiadas con el marbete de nacionales. Ni si quiera titula cuadros a sus
lienzos pintados; les nombra poemas pictóricos, les subtitula geórgicas. Y le ofrece a
un hombre de ciencia, no porque descubriera la vibración del pensamiento humano a través
de los espacios, sino porque su invento salvó al árbol de ser transformado en esos esqueletos
grises que se llaman postes telegráficos.
Los árboles, las aguas, las piedras, los cielos de Mallorca, son las estrofas de estos
poemas que tienen bellos nombres sugeridores: «Sol de abril», «La Isla dorada», «Placidez»,
«Alegría payesa...»
«Alegría payesa», sobre todo, que tal vez sea su obra más representativa y aquella
donde el paisaje y el espíritu de Mallorca se contemplan como en un espejo único.
Coincidente con la feria, y como el más culto atractivo de ella, se celebra en Sevilla la
anual Exposición de Bellas Artes.
Sé detienen también con una obsesión, no del todo laudable, en temas incambiables, en
anecdóticos motivos populares que a no conocer la enorme evolución intelectual, científica,
industrial de la Sevilla contemporánea, se la imaginaría siempre adormecida con el aroma de
1927
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
sus flores, con la voluptuosidad de sus danzarinas y cantaores, con la delicia de sus vinos y la
cadencia moruna de sus guitarras. Pero, afortunadamente, existe ese grupo de jóvenes artistas
y al frente de ellos Gustavo Bacarisas, uno de los pintores más interesantes , mejor
capacitados de nuestra época, marcan la evolución de Sevilla en este sentido mismo de su
joven literatura, su industria, su comercio y su agricultura.
No quiere decir esto que en el grupo contrario de los que pudiéramos llamar
tradicionalistas y costumbristas, monoblépsicos y monocordes, dejen de existir algunas
personalidades curiosas y bien intencionadas. Por de pronto tienen sobre los anteriores la
ventaja del numero. Leyendo en la obra Quien no vio Sevilla... él capitulo Sevilla y sus pintores,
por D. Virgilio Matonni, vemos que, efectivamente, esta agrupación de los costumbristas a lo
Ribera ya lo García Ramos, de los paisajistas a lo García Rodríguez, es muy importante por la
cantidad
La actual Exposición daba cumplida muestra de todas las tendencias con ese eclecticismo
forzoso de los certámenes oficiales. Cerca de quinientas obras de pintura, quinientas cinco de
escultura y algunas de cerámica, donde se destacaban los envíos de Lafita y Cluny, dos
escultores jóvenes de gran talento, se exponían en el Palacio de Bellas Artes de la Plaza de
América.
Pero lo que constituía en realidad el interés de la Exposición sevillana, eran los envíos de
los tres pensionados: los pintores Alfonso Grosso y Santiago Martínez y el escultor Enrique
Pérez Comendador. (…)
Grosso, Martínez y Pérez Comendador fueron pensionados hace un, año por el
Ayuntamiento de Sevilla, con un excelente criterio que debía ser el de todas las pensiones
oficiales; no se les fijaron ruta ni residencias determinadas.
De este modo los sendos conjuntos ofrecidos ahora por los tres, jóvenes artistas tienen
una eficacia de resultado y una diferencia de motivos que no tendrían si les hubieran obligado a
trabajar juntos, y sometidos a un reglamento fijo y a un profesor determinado, como se hace,
por ejemplo, en la anquilosada y anacrónica Academia de Roma.
1928
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Grosso ama los rincones plácidos de los templos, las plazas solitarias y viejas, las figuras
pálidas de frailes y monjes que somnolecen virtuosamente en el fondo de conventos y
monasterios. ¡Extraño misticismo el de este pintor joven de la ciudad de la gracia y del amor !
De su obra, reciamente acusada con una fidelidad noble al natural, surge un reposo grato
y atrayente. Es el reposo de los claustros adormecidos por el sol o por el silencio de las naves
amplias de Ios templos a la luz policroma de sus vitrales; el sosiego caricioso de las viejas
plazoletas provincianas donde una fuente deslíe su monorritmia; la serenidad dulce de unas
pupilas acostumbradas a mirar al cielo; la melancolía resignada de unos viejos asilados que
asisten a la misa o comen al sol en el patio de la casa de caridad. Y también los espectáculos
exaltados de la religiosidad andaluza; los pasos centelleantes de luces, gemas, terciopelos,
flores y barrocas tallas a través de las calles en las noches vernales; las cofradías con sus
hábitos enigmáticos y suntuosos...
Alfonso Grosso nos ha reservado para la Exposición Nacional su mejor obra: el retrato de
su madre. Es un cuadro considerable por muchos conceptos, y que, a nuestro juicio, será uno
de los lienzos más legítimamente elogiados.
Era, sin embargo, una época de indecisión para él. Todavía no se desliga totalmente de
una influencia nefasta de cierto pintor que suele desviar los comienzos de los jóvenes artistas
sevillanos y retrasar el advenimiento de su verdadera personalidad. Pero ya empezaba a
libertar su estilo en los dibujos decorativos y ornamentales dé la re vista, en los retratos de
damas elegantes y las figuras de mocitas populares. Una Exposición en las galerías Fayans
Cátala, de Barcelona, clasifica por el momento a Santiago Martínez como un pintor de gitanas,
de macarenas y trianeras pálidas, ardientes entre sus mantones chinescos y ante sus fondos
soleados y floridos de Andalucía.
1929
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
a Marguelida, extasiada con los clásicos indumentos y las joyas tradicionales, Santiago
Martínez ha expuesto en Sevilla otras cuantas payesas de ingenua mirada y amable sonrisa.
Alguna de ellas viene también a la Nacional para hablar con el acento sincero y expresivo de
Paul Sollmann reunió en el Salón del Círculo de Bellas Artes una gran colección de
acuarelas y un reducido número de óleos.
Tanto unas como otros se referían casi exclusivamente a Granada o su provincia, con
algunas alusiones pictóricas a otros lugares andaluces.
Maneja la acuarela con un vigor que la equipara en calidades al óleo. Sabe elegir los
temas con un sentido bien armónico de la composición, y sin perder esa generosa exaltación
del arte moderno, conserva cierto clasicismo realista que le consiente totalizar su triunfo público
sin rubor para su temperamento de artista.
Y capacitado para lograr los efectos cálidos de la luz, yo sigo prefiriendo de este artista
aquellas notas un poco frías, »en tono menor», algunas de las cuales, como «Puente sobre el
Darro», alcanzan la calidad de una pequeña obra maestra.
1930
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
El Sr. Rubio V. Aguirre se deleita bordando la línea con el color.. Trabaja demasiado la materia,
y sin embargo, sus candidas obras causan grata impresión de frescura y espontaneidad.
Y por todo ello los cuadros de este hombre que en la madurez siente la necesidad de
pintar, no pueden ser mirados con una sonrisa de desdén como han fingido mirarles algunos
señores.
Si todavía España, con una perezosa torpeza, con un retardatario prejuicio de las
opiniones hechas y las consagraciones oficiales, se muestra reacia a instituir nombres y
tendencias, fuera de España Ios jóvenes no conocen esa deprimente acogida de la
incomprensión estética.
José Pinazo Martínez iba a luchar en Nueva York con el recuerdo de Sorolla y de Zuloaga.
Entre estos maestros y él, han desfilado por Norte-América otros pintores españoles, pero sin
dejar huella profunda. Realmente los yanquis proseguían el estudio de las grandes figuras
1931
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
A la visión fulgurante del primero, a la visión trágica del segundo,. Pinazo Martínez ha
opuesto la visión sonriente y refinada.
El arte de Pinazo está depurado con un sentido nobilísimo del color y del concepto
estético. Ha despojado a Valencia de la banalidad genial del sorollismo. Ha traído además a la
pintura española valores inéditos de distinción, de sutileza espiritual, de serenidad armoniosa.
La crítica yanqui, el público seleccionado de Nueva York han sabido apreciar en toda su
integridad esta significación nueva de la pintura de Pinazo. Todos los periódicos y revistas le
han consagrado entusiastas artículos, ha realizado ventas por muchos miles de dólares y se ha
considerado como un honor especial el ser retratado por Pinazo. Como una demostración de
cuanto decimos copiamos a continuación algunos párrafos del extenso artículo firmado por
Royal Cortissor en New York Tribune:
Gimpel y Wildenstein, que ha sido anunciada sencillamente, sin ninguna clase de ruido.
Sin embargo, nos sorprendería que no obtenga una acogida tan cordial como la que se extendió
sobre sus predecesores. La merece, porque es uno de los más sinceros, y una de las más
interesantes figuras entre los jóvenes pintores españoles. Su primera educación la recibió en el
estudio de su padre, continuándola luego en Madrid y Roma. Ha expuesto sus obras no sólo en
España, sino en todas las capitales de Europa, adquiriendo numerosos honores. En el Museo de
Arte Moderno, de Madrid, y en el Luxemburgo, de París, hay colgados algunos de sus lienzos.
La breve nota biográfica, prefijada a la presente Exposición, inspira una experiencia
internacional, y por ello, es como un tipo nacional que justifica su arte.
La historia de la moderna pintura española es curiosa. Detrás de ella asoman los grandes
nombres de Velázquez y Goya, pero éstos nada significan durante el árido período en que nació
Fortuny. (…). Lo que hizo entonces fué envenenar el moderno arte español. Uno o dos de sus
contemporáneos por su inteligencia salieron ilesos. Pradílla y Villegas, a su modo, hicieron
1932
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
admirable obra. Martín Rico contribuyó en sus escenas venecianas y más todavía en sus
primeros asuntos españoles. »La pintura moderna española cojeaba de mala manera hacía
años. Fué frágil y mecánica donde no era simplemente vulgar. La moderna Galería de Madrid
contenía cantidades de deplorables cuadros.
Un cambio para mejorar vino cuando apareció Sorolla (…) Luego vino al mismo sitio
Zuloaga, que causó un efecto parecido. Ambos están dotados, y ambos han hecho algo para
fertilizar el movimiento moderno en España. Sin embargo, ese movimiento no ha desarrollado
todavía una verdadera significación nacional. El arte moderno español no es producto de una
escuela, sino de unos pocos pintores cuyas obras transcurren sobre un campo de rica medianía.
(..). El Greco, Velázquez, Goya, cada uno de ellos tiene un saliente peculiar. Resplandecen a
través del mérito intrínseco y, por contraste, por el rango y fila de sus contemporáneos. (…)
Pinazo, (…) No tiene tan súbito y sorprendente rasgo como la deslumbrante luminosidad de
Sorolla. No pinta con la fría fuerza de Zuloaga. Pero sus marcadas diferencias con aquéllos
determinan la sana originalidad de su arte. (…) comparable a la de un bienestar y sano
realismo, a un verdadero desfile de tipos españoles basados en sincero sentimiento y buena
factura. Siente fuerte tendencia decorativa y asimismo es de fuerte su sentido colorista, pero su
nota especiales la concentración de todos los recursos a una fiel y muy española caracterización
de sus asuntos.
Si fuéramos a juzgar a España por algunos cuadros españoles, diríamos que la luz fuerte
con su sombra producían siempre efectos violentos de color. Y es un hecho que en la vida
española hay medios tonos, lo mismo que en cualquiera otra parte del mundo. La más
primorosa composición de Pinazo, «A plena vida», es un caso que nos afirma en este punto. El
da pleno valor a la opulenta y silenciosa vida, en la mesa puesta, en la arboleda; el grupo de
figuras está con todo el énfasis que podía esperarse de un pintor esencialmente robusto. Pero
en sus árboles y en la lejanía del paisaje, Pinazo expresa blandura, suavidad, la madurez tan
completamente española como cualquier llano chamuscado por los rayos solares, y al final nos
da singular pintura tomada del natural.(…). Nosotros hemos aludido la cualidad decorativa en
su trabajo. Hay un notable ejemplo de ella en la «Pradera». La figura en este cuadro, con las
aves y la vida silenciosa junto a ella, es un ejemplo reconocido de motivo artificial.. (…) un
colorista tan apasionado como él, sorprende ver su destreza cuando cuida de compartir, con los
más delicados tonos, una de las más frescas y satisfactorias cosas acerca su exposición es la
aparición en ella de aquella luz y tono marfileños que se contempla en «Tea Rose» o
«Levantine Fruits». Por esas evidencias de una restringida paleta, por estas evidencias de un
refinado gusto, nosotros estamos especialmente inclinados a dar la bienvenida a Pinazo. El
arroja por la borda todas las pirotecnias que han hecho tanto para desacreditar el arte moderno
español (…) r sobre la integridad de su arte, puede decirse que sus alegres cuadros tan llenos
de gozo y vida, tan semejante, tan fiel a la normalidad de una España simpática, constituyen un
1933
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En el Ateneo de Madrid celebra una Exposición de sus cuadros el pintor argentino Ernesto
Riccio.
En un local de. la calle de Jorge Juan, de Madrid, exhibe varios paisajes asturianos el
pintor Octavio Bianqui.
MAYO
De los más apasionados también. Con una pasión que, lejos de quitar conocimiento,
consciencia de los actos, da a su arte una amplitud orquestal y una profundidad emocional
extraordinarias.
Su larga estada en España ha sido fecunda. Durante seis años Segismundo de Nagy va
recorriendo todas las regiones españolas lentamente, sin dejarse llevar de esa impresionabilidad
de los artistas turistas, sino deteniéndose allí donde los caracteres de racialidad le parecían más
puros y la luz más fulgente y las formas y colores naturales más difíciles de reflejar en su paleta
provista y capaz.
Así Segismundo de Nagy, que comenzó por una serie de cuadros donostiarras—marinas
fulgentes, interiores ahumados de sidrerías, praderas ubérrimas en las que sonreían blancuras
de caseríos—, expuestos en el Palace Hotel, fué sucesivamente pintando y exponiendo temas
de Castilla, de Aragón, de Valencia, de Cataluña, de Asturias, de Galicia, de Navarra. Primero en
1934
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
los mismos lugares donde creaba sus cuadros, y luego—con alternativas no muy largas—en
Madrid, como demostraciones evolutivas.
Pudo creerse cuando su primera exposición madrileña en el Palace Hotel hace cinco años
que este artista, acuciado por alardes de técnica, preocupado por la «manera de hacer»—hasta
tal punto de detener el examen crítico en sus pinceladas o en sus golpes nerviosos de pincel—,
iba a destruir sus maravillosas condiciones de colorista en una intranscendente y arlequinesca
fiesta de artifícialidades cromáticas.
Todo aquello se ha ido disipando al contacto cotidiano del pintor húngaro con la vida
española y con la naturaleza—tan polifacética— de España. Su reciente Exposición en el Salón
del teatro Real lo demuestra con magnífica elocuencia.
En esta Exposición culminan las excepcionales dotes pictóricas del admirable artista
húngaro. Nuestra luz sobre todo, nuestro Museo, además, han dado a la pintura de Segismundo
de Nagy diafanidad, pureza y fuerza constructiva. Acaso tenía ya todo esto. Pero se extraviaba,
se disimulaba involuntariamente por el afán externo del procedimiento y de la mayor cantidad
de luminismo a toda costa.
(…) las notas de paisajes navarros, asturianos, castellanos, vascos, dan un acento
encantador y multicorde.
1935
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Nada hay de común entre los Palacios de Gijón, tan pomposamente áureos, con el
delicado Sol de mañana, y el celaje—¡oh, los celajes extraordinarios de esta Exposición tan rica
de motivos sugeridores! — de Nube gigante, o la simplicidad serena, como la de un Turner, del
titulado Tranquilidad,, o la lírica ternura de Caminantes, o la composición tan sabia de Llegada
de pescadores. (…) bastara esa colección de paisajes para hacer de la Exposición de Nagy la
más importante de cuantas se han celebrado en Madrid desde octubre a la fecha.
Desde hace cuatro o cinco años el nombre de esta joven pintora polaca viene sonando en
la vida artística española. Expone sucesivamente en Madrid, en Bilbao, en Barcelona, en San
Sebastián; otra vez en Madrid. Su arte apasionado y sutil va depurándose cada vez más y
adquiriendo una consistencia y fijando un norte fijo que antes no se precisaban bastante.
Desde luego, esta Exposición del Ministerio de Estado ha sido la que mejor la define.
Retratos, paisajes, bodegones, naturalezas muertas. Una gran diversidad de obras, géneros y
valores. Con una graciosa ingenuidad no ha escamoteado nada de su pintura a la mirada ajena.
Como si hubiera vaciado su taller, incluso de esas notas menudas, de esos apuntes y ensayos
que no suelen mostrarse más que a los íntimos.
Así sus cuadros causan alegre sensación de brillantez y diafanidad, brotada tanto de los
temas pictóricos como de esa aguda sensibilidad, con que la señorita Malinowska comprende e
interpreta el color.
1936
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de la sierra madrileña causaban en el espectador ese deleite intelectual y sensitivo que es una
de las características de la pintura moderna.
III.—PEDRAZA OSTOS
José Pedraza Ostos, de quien ya se habló extensamente en otro tomo de esta obra
(Véase EL AÑO ARTÍSTICO 1916, páginas 68 a 71. ), ha expuesto en el Salón del Círculo de
Bellas Artes una gran demostración de sus distintas facultades artísticas: cuadros de
composición, retratos, acuarelas, ilustraciones editoriales, aguas fuerces.
Como todos los artistas que desparraman sus dotes naturales, Pedraza Ostos desvirtúa
esas dotes suyas. Y ello hace que los cuadros, los paisajes, los retratos no tengan a primera
vista aquel relieve que fuera de desear y del que hay en Pedraza positivas posibilidades.
RAFAEL FORNS
1937
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Posee, realmente, una de las reputaciones más sólidas y legítimas como especialista en
garganta, nariz y oídos. Ha realizado importantes descubrimientos en su especialidad. Ha
publicado libros de una positiva y definitiva significación; es miembro de academias y entidades
científicas españolas y extranjeras. Su nombre es citado con respeto por sus compañeros de
profesión médica.
Pero todo esto no satisface por entero su inquietud espiritual; no sacia la sed de su
sensibilidad en la ciencia, sino que va más allá, en busca de la ideal fuente del arte.
De aquí nace, no una hostilidad manifiesta, sino cierta indiferencia de los pintores que se
llaman a sí mismos profesionales, por Rafael Forns.
Algunas veces hemos sonreído de lástima oyendo a ciertos pintores cuya incultura iguala
a su renombre. No han faltado ocasiones en que un pobre diablo, que vive pintando para
marchantes de baja estofa y que posee medallas por el procedimiento del compadrazgo y del
«toma y daca», se permitiera hablar desdeñosamente de las obras de pintores como Rafael
Forns, de indudables méritos artísticos.
Rafael Forns es un paisajista educado en las sanas teorías de los maestros franceses.
Ante sus cuadros se evocan las laudables influencias de Monet, Pissarro, Sisley, Monticelli.
Viajero inquieto, acuciado por la curiosidad de los horizontes, ha recorrido toda Europa y
conoce ampliamente a España. Deleite de exactísima evocación es contemplar el desfile de sus
cartones, donde el alma y la atmósfera de cada país han quedado expresadas con sutiles o
vibrantes gamas.
Cada paisaje, cada nota, sugieren plenamente el sitio y la hora en que fueron pintados.
Este eclecticismo técnico, esta facilidad de diversos procedimientos aumenta el interés de su
obra. Es un espíritu ávido de todas las sensaciones, capaz de comprenderlas todas por opuestas
que sean.
Y, sin embargo, no es aventurado afirmar que Rafael Forns prefiere las fastuosas
orquestaciones de los motivos pomposos, de las fuertes rutilancias, los cromatismos llanos de
esplendor colorista, que los acordes suaves, dulces, de un medio tono melancólico y triste.
1938
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Los artistas que vendieron obras fueron Abelenda, Asorey, Bujados, Castro Gil, Imeldo
Corral, María Corredoira, Cortés, De la Torre, González Castro, Larrauri, Llópiz, Llorens, Martín,
Marqués, Martínez Buján, Navarro, Pérez Saavedra, Saborit, Elvira Santiso, Alfredo Souto,
Sotomayor, Suárez Couto, Seijo Rubio, Sobrino Buhigas, Tormo y Villaverde. .
La cantidad repartida entre los artistas que vendieron obras ascendió a 122.665,70
pesetas.
En el Salón de Exposiciones del Teatro Real presenta cerca de cien obras el pintor italiano
Eduardo Tani.
JUNIO
I EL REGLAMENTO
1939
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Lo más interesante de dicho Reglamento son los capítulos referentes al Jurado y a les
premios. Y no sería lo más interesante si los artistas españoles se convencieran que el Arte es
algo más que elegir amigos para que juzguen sus obras y conquistar medallas que halaguen -
efímeramente, ¡ay!—su vanidad.
Pero dado ese interés, resulta curioso copiar los dos artículos del flamante Reglamento,
aunque no sea más que con el carácter de documento histórico. Porque ya en 1922 habrán
pasado a la historia
Art. 20. Del censo indicado en el artículo anterior se sacarán por sorteo para cada
Sección catorce nombres, siendo los siete primeros Jurados propietarios, y los restantes,
suplentes. Los designados por la. suerte habrán de haber, obtenido sus medallas en la Sección
para la que fueren a ser jurados.
Art. 21. El presidente y secretario de cada Sección lo elegirá la misma por mayoría de
votos.
Art-22. El Jurado de la Sección de Arte decorativo se formará del mismo modo que el
de las otras Secciones, pero de entre los premiados con primera y segunda medalla en esta
clase de Exposiciones nacionales convocadas por el Estado, excluidas las que se obtuvieron
por envíos escolares. El censo correspondiente a esta Sección se publicará por
separado.
Art.- 23. El sorteo para la constitución del Jurado por Secciones se efectuará al día,
siguiente de terminar el plazo de presentación de obras, presidiendo el acto el director general
de Bellas Artes y siendo secretario el de la Exposición. Formarán también parte de la Mesa,
cuatro expositores, que s, nombrarán en el acto del sorteo por orden de presentación de
obras. En el caso de no hallarse presentes en dicho acto los cuatro primeros, se continuará
llamando a los sucesivos en el citado orden hasta completar el mencionado número.
1940
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Art. 24. El sorteo de jurados será público. Una vez terminado se proclamarán por el
presidente los nombres de los agraciados, expidiéndose los nombramientos por el Ministerio
dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes.
Art.25. Los jurados participarán a la Dirección General de Bellas Artes, dentro de los
cuatro días siguientes al recibo de sus nombramientos, su aceptación o renuncia.-Si no
contestasen se entenderá que aceptan.
En el caso de que alguno de los jurados designados por el sorteo haya presentado obras
en la Exposición, quedarán éstas, si acepta dicho cargo, fuera de concurso..
Art. 27. Los presidentes y secretarios de cada Sección formarán un Jurado de relación
entre las Secciones para asuntos comunes y todos aquellos en que las circunstancias lo
reclamen, eligiendo de entre ellos mismos presidente y secretario. En caso de empate en esta
elección decidirá el director general de Bellas Artes. La Sección de Arte decorativo,
representada por su presidente y secretario, se entenderá a estos efectos con dicho Jurado de
relación.
Art. 28. Toda obra que no obtenga como mínimo cinco votos favorables de los siete que
corresponden al número de jurados de cada Sección, será rechazada.
Art. 29. El Jurado podrá acordar por unanimidad ampliar a tres el número de obras
admitidas a los artistas premiados con medalla de honor o medalla de primera clase.
Art. 30. El secretario de la Exposición hará constar en acta las obras admitidas, y
comunicará a los interesados las que hayan sido rechazadas para que pasen a recogerlas en el
término de quince días, a contar desde el de la fecha de la notificación.
Art. 31. Las obras que por su asunto puedan herir sentimientos de decoro o ser ofensivas
a la moral, serán rechazadas por el Jurado como asimismo las que entrañen tendencias políticas
de actualidad.
Art. 32. Admitida una obra por el Jurado, no podrá ser retirada hasta la clausura de la
Exposición.
1941
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Art. 33. Las obras de los artistas extranjeros y los envíos oficiales de los pensionados en
Roma, serán consideradas fuera de concurso.
Art. 34. Cada Jurado redactará, con el personal auxiliar de la Exposición, el Catálogo de
la Sección respectiva. El general de toda la Exposición deberá estar impreso el día de la
inauguración de la misma.
Art. 35. Si una vez constituidos los Jurados, por enfermedad o dimisión de alguno de sus
miembros propietarios resultara incompleto él de cualquier Sección, se completará por nuevo
sorteo entre los restantes individuos suplentes, que efectuará la misma Sección.
Art. 36. Una vez constituido el Jurado comenzarán las Secciones la colocación de las
obras en los locales destinados a cada una de ellas, debiendo quedar todas instaladas dos días
antes de la apertura de la Exposición, y no pudiéndolas después cambiar de lugar bajo ningún
concepto.
CAPITULO III
De los premios.
Art. 37. Los premios para las Exposiciones nacionales de Bellas Artes consistirán en una
medalla de honor única, que podrá ser otorgada, indistintamente, a cualesquiera de las tres
Secciones de Pintura y Grabado, Escultura y Arquitectura.
Sección de Pintura. Tres medallas dan primera clase, cuatro de segunda y ocho de
tercera, y una de primera, una de segunda y dos de tercera clase para el grabado en lámina.
Podrá ampliarse a cuatro el número de medallas de primera clase en Pintura si el Jurado, por
unanimidad, lo estima oportuno y lo consintiera el crédito consignado para ello en
presupuesto.(…)
DE LA MEDALLA DE HONOR
Art. 38. La medalla de honor es la más alta recompensa con que se premia el mérito
excepcional de una obra determinada; él reconocimiento o consagración de una personalidad
artística. Podrán aspirar a ella todos los artistas españoles, y llevará aneja como remuneración
la cantidad mínima de 15.000 pesetas.
Art. 39. La medalla de honor será adjudicada por votación secreta. Conviniendo que
dicha alta recompensa, por su significación, se otorgue con la mayor amplitud, de criterio
posible, pero habiendo de garantizarse éste con una sanción técnica legalmente reconocida,
1942
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
tendrán derecho a emitir voto todos los expositores que hubieren obtenido medalla de honor,
primera, segunda o tercera medalla en cualquier Exposición nacional de Bellas Artes convocada
por el Estado, incluida en la que se efectúe la votación. Esta se realizará a los veinticinco días
de abierta la Exposición, y será otorgada reuniendo la mitad más uno de los votos emitidos.
No alcanzándose esta mayoría, se declarará desierta, no efectuándose más que una votación.
Art. 40. El director general de Bellas Artes señalará la hora en que haya de votarse la
medalla de honor. La Mesa para dicha votación estará constituida por el director general de
Bellas Artes, como presidente; los presidentes de las Secciones del Jurado y el secretario de la
Exposición, quien dispondrá el servicio necesario para este acto.
Antes de dar principio a la votación, y una vez constituida la Mesa, leerá el secretario el
censo o lista de los expositores con derecho a votar. No se admitirá en dicho acto reclamación
alguna, ni tendrá derecho nadie (salvo la Mesa) a usar de la palabra.
Art. 41. Para la votación de la medalla de honor no se admitirán votos por delegación.
Art. 42. A los autores de las obras premiadas con medalla se les entregará una
conmemorativa del Certamen y expresiva de su premio, siendo de oro la de honor y las de
primera clase, de plata las de segunda y de cobre las de tercera.
A todos los agraciados se les entregará además un diploma firmado por el ministro de
Instrucción pública y Bellas Artes y por el director general de Bellas Artes, en el que conste el
grado de la distinción obtenida.
Art. 43. El Estado adquirirá las obras premiadas en las Secciones de Pintura y Grabado y
Escultura que consienta el crédito consignado en presupuesto, por orden de categoría, o sea
primeras, segundas y terceras medallas.
Por las obras que adquiera el Estado se abonarán las siguientes cantidades:
Primera medalla, 7.000 pesetas. Segunda ídem, 5.000 ídem. Tercera ídem, 4.000 ídem.
Grabado.
1943
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Primera medalla, 3.000 pesetas. Segunda ídem, 2.500 ídem. Tercera ídem, 2.000 ídem
Sección de Arquitectura.
Primera medalla, 3.000 pesetas. Segunda ídem, 2.500 ídem. Tercera ídem, 2.000 ídem.
Art. 44. En las obras de Arte decorativo cuyo mérito consista en la mera habilidad de la
ejecución, podrá concederse, a propuesta del Jurado de la Sección, premios de aprecio de
1.000 pesetas, dentro de lo que consientan las cantidades destinadas a obras premiadas.
Art. 45. Las obras de pintura y escultura que se adquieran, si asi procede, lo serán con
destino al Museo Nacional de Arte Moderno. .
Art. 46. Ningún jurado podrá aspirar a premio, ni en su Sección ni en las restantes,
excepto al de medalla de honor.
Art. 47. El Jurado tendrá que hacer la clasificación de las obras y propuestas de premios
a la Dirección general de Bellas Artes dentro de los diez días siguientes al de la apertura de la
Exposición. En cada uno de estos días se reunirán separadamente las Secciones del Jurado para
el estudio y discusión procedente.
Art. 48. Cada jurado presentará firmada su propuesta de premios para los
expositores que considere merecedores de ello y después se verificará el escrutinio,
quedando éste y las propuestas personales expuestos al público durante tres días.
Art. 49. Se establecen premios de bolsas de viaje para los expositores que no las hayan
obtenido en Exposiciones anteriores y que, a juicio del Jurado, las merezcan en ésta.
Estas bolsas serán de 1.500 pesetas y su número el que consienta la cantidad disponible
del presupuesto. La ruta será de libre elección del artista.
1944
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Art. 50. Para la concesión de las bolsas de viaje se formará por el Jurado de presidentes
y secretarios lista de mérito, teniendo en cuenta la cantidad de que se disponga a tal efecto.
Las bolsas de viaje podrán ser adjudicadas en todas las Secciones, o sea Pintura y
Grabado, Escultura, Arquitectura y Arte decorativo, en la proporción que acuerde dicho Jurado.
Art. 52. Las recompensas obtenidas en las Exposiciones de Arte decorativo no son
aplicables a las de Pintura y Grabado, Escultura y Arquitectura.
entrada en la Exposición , como asimismo los días de entrada libre, si así se acordara.
Cualquier duda que el mismo ofreciera será resuelta por el ministro de Instrucción
pública y Bellas Artes, pudiendo oir al Jurado.
II EL JURADO
La suerte señaló para la Sección de Pintura y Grabado a los señores cuyos nombres van a
continuación:
Don Fernando Cabrera y Canto, D. Lino Casimiro Iborra, D. Antonio Muñoz Degrain, D.
Ricardo Urgell, D. Manuel Ramírez, don Francisco Esteve Botey y D. Francisco Marín Bagues.
Suplentes: don Emilio Poy Dalmau, D. Elias Salaverría, D. Julio Romero de Torres, D. Ángel
Andrade Blázquez, D. Vicente Borras, D. Manuel Medina Díaz y D. Luis Huidobro. (…)
1945
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
EL PAISAJE;
¿Por qué? ¿Quién tiene Ia culpa de ese aparente anquilosamiénto de la pintura española?
¿Cuál es la causa de que en una época como la actual—cuando al fin se han logrado, deslindar
tendencias y acatar lo que está más allá del tradicionalismo apolillado—todavía sintamos el
rubor de nuestra disconformidad con cierta pintura triunfante en el Palacete del Retiro?
Si alguien versado en lo que hoy es la pintura, fuera de España y dentro de España, nos
hiciera tales preguntas en las salas de cuadros resucitados incomprensiblemente, nosotros no
sabríamos qué contestar.
Con un Reglamento inadmisible por su bizca intención, con un sorteo de jurados; con la
abstención unánime de las más destacadas figuras, y, por último, con un Jurado intransigente
para todo lo que no esté dentro de su trayectoria espiritual, era inútil confiar en una Exposición
feliz. Ni siquiera resignada.
Así ha resultado un conjunto donde hay muy pocos cuadros que tengan derecho a
ostentar la fecha 1920 debajo de la firma. Parecen del siglo XIX, de la mala pintura del siglo
XIX.
1946
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Se entra al palacete, que huele a barniz, a cera derretidos por el calor, y se deja fuera la
frescura dulce de los árboles y las flores naturales. Siempre hemos hecho observar a los
paisajistas esta desventaja en la competencia de sus cuadros con el aire libre y la frondal
belleza del Retiro.
Pero los paisajistas no quieren atender nuestra súplica. A cada Exposición nacional
encontramos mayor número de cuadros de paisajes. Tantos, que no hay pared sin alguno.
Los hay de todas clases y tamaños; de todas horas y de la más diversa elocuencia.
Muchos malos, bastantes mediocres; unos pocos -muy pocos—buenos.
Y esa abundancia entristece, porque nos recuerda las mañanas de los lunes en las
afueras de las ciudades, con la hierba ejercida, los papeles grasientos de las meriendas, las
calvas negras de las fogaratas inútiles, las ramas desgajadas y las heridas tristes de los troncos;
Nos recuerda también tal empeño paisicida esos grafitos de los lugares históricos frecuentados
por el turismo, donde las gentes anodinas e inéditas van grabando nombres y fechas con el
deseo de fijar su estada o inmortalizar su paso.
Puede pintarse un retrato por el amor a la persona que se retrata o para cobrar su
orgullo; puede pintarse un cuadro «con asunto» para venderle a los buenos burgueses o
arrancar una medalla a los malos Jurados; pero los paisajes no es necesario pintarlos, no es
preciso exhibirlos, y, como los libros de versos, no suelen comprarse.
Así como no deben escribir versos todos los escritores, no deben pintar paisajes todos los
pintores:. Porque la sensibilidad es algo concedido como un don a ciertos espíritus elegidos. Y
una estrofa, un paisaje, son antes que obra de arte o de realidad, uña depuración intima,
solitaria y emocionada de la sensibilidad.
¿Cuántos, paisajes dotados de esa animación sutil, de esa identificación apasionada del
alma humana con la naturaleza podríamos elegir en esta Exposición «demasiado apaisada»?
Desde luego los de Darío de Regoyos. Después, ocho o diez más de otros pintores, y
cerrar los ojos a los restantes con un gesto, donde hay tanta piedad como fatiga.
Hablemos ante todo de Regoyos. Luego, de los que también supieron acercarse a la luz
con una dulce inquietud de comulgantes.
1947
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
DARÍO DE REGOYOS
Tienen una actitud recogida y sencilla y acaso a las vistas frivolas pasen inadvertidos,
porque no gritan ni son de esas reliquias que se exhiben con papeleta y se abruman con
exvotos de joyería ofrecidos por marquesas, cocotas o comerciantes enriquecidos, que buscan
la complicidad del cielo para sus deseos inconfesables. Son reliquias humildes, de un hombre
humilde. Tienen todo el sabor ingenuo de un alma fervorosa. Y cuando se las contempla largo
rato—para que se apacigüe la mirada y el espíritu de las visiones y traumatismos emocionales
de tanta hediondez artística como se ha recogido en esta Exposición—estos cuadritos adquieren
una vida amplia, un sentido realista profundo y parece que son ventanas abiertas sobre
espectáculos naturales.
Estos cuadros expuestos por una rara coincidencia en una Exposición retrasada, rezagada
en la historia evolutiva de la pintura española, siguen pareciendo revolucionarios y de
vanguardia excéntrica en 1920, cuando ya en realidad Regoyos es un clásico del paisaje, un
clásico a la manera de Monet y Sisley y Pisarro, al otro lado de los horizontes geográficos y
espirituales de España.
Porque los cuadros que le rodean parecen haber sido pintados también hace veinte
años, hace veinticinco años. Y siendo solo él el artista muerto de la Exposición, es quien parece
vivir con un entusiasmo moceril y cuajado de promesas, mientras los demás diríase, que
1948
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
murieron viejos hace mucho tiempo y sus obras se habrían de enseñar con un cicerone que se
equivocase a lo largo de las salas retrospectivas.
¿Pero es todo esto lo que interesa o su obra misma, tan cordial, tan diáfana que al
principio no se ve bien y nos hace cometer algún error de incomprensión impaciente?
Es desde luego su obra: el relato tímido y con una gran ternura que va haciendo un
vagabundo enamorado fervorosamente de las rutas y de la luz al aire libre.
Gustavo Cocquiot, en su libro reciente, Les Independants, dice: «M. Dario de Regoyos a
eu raison de rester fidele á son pays, á l'Iberie. Tous ses paysages ont une saveur certaine,
parce que d'année en année il a accentué le caractére. C'est un peu comme d'un ami dont on
ferait tous les ans le portrait. Les plus recents paysages de M. de Regoyos sont incon
testablement plus éloquents et plus signifícatifs que les premieres toiles, vues aux salons des
anneés 1894 et 1895.
Ciertamente, esta fidelidad a Iberia, esa persistencia en pintar el paisaje español como
sucesivos retratos de un amigo único, es lo que da a la obra total de Regoyos su cualidad
primordial de veracidad y de idealismo, flotando sobre ella. Es lo que le llevó a culminar su vida
y su arte en las provincias vascongadas después de pintar Asturias Galicia., Castilla, Andalucía,
Cataluña...
Los vascos le llaman «nuestro Darío» e incluso le buscan ascendientes vizcaínos. No hace
falta, Regoyos había adoptado ya la dulce y brava patria de los agros radiantes, los cielos
pálidos, los mares altivos y las cumbres frondosas.
En una carta fechada en Madrid, decía: «Aquí, el sol le persigue a uno por todas partes,
en la calle, en la Exposición, en casa, sobre esta hoja de papel. Si el sol es la alegría de este
pueblo, es bien alegre. Pero así como se desea el sol para la vida, no me pasa eso para pintar.
¿Qué se podría hacer aquí con una paleta en la mano? ¿Dónde se metería uno para encontrar
1949
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
una armonía pictórica? El otro día estuve en El Pardo, y entre aquellos árboles, que han crecido
mucho, no pensé ni en Goya, ni en sus majas, ni en Velázquez ni en sus princesas, que algún
día pasaron por allí en litera. Pensé en un pedacito de campo verde de Guipúzcoa o Vizcaya, y
que entre caseríos, bajo un cielo gris, me dejaran pacer como una vaca.»
Con esta misma alma virgiliana, con esta agraria obsesión, con esta fobia de la ciudad
tentacular y que Darío de Regoyos, expresaba en sus cartas, en las notas marginales de sus
dibujos, iba pintando el cielo, los árboles, el agua y los montes, como si compusiera las frases
de una oración o las estrofas de un poema.
Y así, ahora, sus cuadros de la Exposición Nacional tienen entre tanto paisaje pintado,
enmarcado y barnizado, la sensación de ventanas abiertas en Madrid sobre los campos vascos.
OTROS PAISAJISTAS
Entre el cuadro Aragón, de Domingo Maiqués, pintado hace más de cuarenta años, y las
notas alucinadas, delicuescentes de José Frau, entonadas con la externidad cromática de la
paleta de Joaquín Mir, pudo hallarse algo semejante a la evolución del paisaje en España.
Pero no se halla con el sentido gradual que parecía lógico, sino a saltos bruscos y
pasando violentamente a la exaltación, sincera o no, de última hora, que hace pensar en una
falsificación de la naturaleza hecha por un grupo de pirotécnicos donde escasean los hábiles.
Y sin embargo, el paisaje es tal vez lo más interesante de este menguado Certamen
anacrónico.
Hay en Joaquín Mir una insatisfecha sed de idealismo que acaba por contagiar a quienes
aman su pintura, hasta el punto de serle en ellos contraria.
1950
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Frente a sus tres cuadros de la Nacional, «El moli de l'esclop», «Elgorc» y «Caldas»,
hemos tenido un instante de defraudación y de cansancio, porque Joaquín Mir ha dejado sin
satisfacer su inquietud y ha preferido no limpiar la paleta desde que pintó «Las aguas de
Moguda» y sus derivados coetáneos.
Pero ese instante pasará cuando Joaquín Mir vea su rezagamiento o su momentáneo
abandono...
Domingo Marqués hace pensar en el prestigio un poco seco del paisismo del siglo XIX. La
naturaleza, vista con la honradez de un técnico que no se escucha al corazón, sino que atiende
exclusivamente a la entonación clásica del cuadro. Son tierra, plantas, montes, troncos, nubes,
todo lo que Aragón muestra. Se comprende como el cumplimiento de un deber esa veracidad.
Pero nos deja indiferentes luego, como un cambio de palabras, corteses y triviales, con un
simple conocido; no con esa inquietud, con ese desvelo de todas las facultades sensoriales y
sensuales que produce el diálogo con el amigo dilecto, el largo éxtasis solitario en el lugar
donde nuestro espíritu se moldea, o la confidencia temblorosa apasionada a una mujer,
También Llorens nos causa el grato optimismo de los encuentros que no defraudan.
Francisco Llorens señala en la pintura de paisaje de nuestra época el realismo orientado a la
decoración sin que no pierda ninguna de las cualidades expresivas de la naturaleza, pero
orquestándola con una doble grandeza rítmica y colorista. Una campiña gallega que titula
«Remanso». Una marina que titula «Bastiagueiro», y en ambas esa experta armonía y ese
panteísmo claro con que Llorens va mirando a Galicia para hacerla amable a sus
1951
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ricardo Verdugo Landi quiso este año resumir su credo y su verbo. Así, después de
tantos años de afrontar el mar, le concreta en un trozo de oleaje donde acuden toda la
nostalgia de las costas invisibles y donde se agita todo el presagio de los abismos acechantes.
Suele incurrirse en un pecado de demasiada confianza con estos artistas que, cual
Verdugo Landi, no abdican jamás de una preferencia única donde ponen la mirada fiel y
abnegada mientras viven. Nos acostumbramos a ver los cuadros de estos artistas entregados a
un tema determinado, y el espíritu se asorda para distinguir la polifonía diversa de ese tema a
cada nueva interpretación.
Pero de pronto nos damos cuenta que somos nosotros los detenidos y el artista quien
avanza. Así, la «Marina» de Verdugo Landi detiene por su revelación noble y perseguida largos
años de silencio fecundo. El pintor del mar da del mar la fisonomía cambiante y los rotos
arabescos que parecen estar macizados y se disuelven como el agua misma verduzca, flecada
1952
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de espuma. Y comprendemos que este momento del artista significa algo culminante donde han
colaborado la sinceridad, la maestría y la perseverancia.
Emana realmente un extrañó poder emotivo de este cuadro, en lo que su autor desdeñó
fáciles asideros efectistas y se dio por completo al placer de pintar el mar libre, más allá de los
puertos, más allá de las playas; el mar solitario entregado a sí mismo con una fuerza rugiente y
blanda, con densidad y diafanidad, con bruscos arrullos de una sonoridad rítmica e impensados
saltos de rotos arabescos espumosos.
Del mismo modo que el bodegón y la naturaleza muerta son la síntesis de lo que se
desperdiga abstractamente en los cuadros de costumbres y los cuadros anecdóticos; así como
el apunte para un retrato contiene ya latente la expresividad y caracterización del modelo que
luego tal vez la obra construida desvirtúe algo, estos trozos de mar, estos «pedazos de agua»
sorprendida en su libertad amplia, sintetizan la marina tradicional con sus detalles
complementarios de rocas, embarcaciones, celajes, muelles y tierras acunadas por el rumor de
las olas.
Y no por ello presupone la idea de ensayo, boceto o apunte que habrá de ser totalizado
para la sensación definitiva. Es el cuadro por entero con sus cualidades concretas y definidas de
composición y asunto plenamente acometidos y felizmente resueltos.
Por esto la «Marina» de Ricardo Verdugo Landi alcanza ese límite capaz de la expresión y
del sentimiento. La mirada se deleita en la nota armónica finamente acordada con sus finos
grises, sus densos verdes, sus azules que deslíen la intensidad entre los dos tonos anteriores y
al mismo tiempo que la mirada detiene gustosa su atención en el bello cromatismo, viaja el
espíritu como en la contemplación natural del mar gusta de soñar igualmente...
Ivo Pascual y Puig Perucho se deciden al fin a pasar de las Exposiciones barceloninas a
los Certámenes Nacionales. ¿Ganan? ¿Pierden? Al hacer esta pregunta no tengo en cuenta las
medallas ni las críticas incomprensivas de ciertos señores. Las dos cosas están al margen del
arte. No significan lo más mínimo. Es otro orden de ventajas o inconvenientes al que me refiero
y que influirán en la decisiva actitud de estos dos paisajistas catalanes.
Puig Perucho es un realista mesurado, normal, que pondera la emoción de sus obras sin
dejaren plena libertad a la sensibilidad que indudablemente posee. Yo le desearía menos
comedido, menos correcto; con una de esas líricas escapadas que hacen tan simpático a un
paisajista invadido de la alegría que produce el campo en quien le sabe amar. Pero, aun
equilibrado, aun sometido a un criterio de distinción y sobriedad, Puig Perucho consigue el
acento veraz de la naturaleza. Sobre todo Riera.
Ivo Pascual, por el contrario, es un alma que vibra con la luz y con los árboles. Desde
hace mucho tiempo yo le sigo a través de las Exposiciones y revistas catalanas. Tuvo al
1953
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
principio reminiscencias de Corot; después surgió su personal visión clara, entusiasta, fácil, de
una cordialidad contagiosa, de una atrayente juvenilia que será juvenil más allá de la madurez.
Por esto al verle ahora entre tanto cuadro bituminoso por, dentro o por fuera, he sentido el
regocijo de su visita. Y si no temiéramos por la integridad ingenua de sus cielos, de sus árboles,
de sus ríos y sus praderas, que parecen evocar las Geórgicas, habríamos deseado verle en la
coetánea compañía de los que tienen su sala especial.
Esta sala fulgura, chispea demasiado. Son las pirotecnias de que hablé antes. Porque
Gómez Alarcón, preocupado con un luminismo a fortiori, y Martínez Vázquez, que compone con
mucha perfección escenográfica, dan la sensación de que han desorbitado sus facultades
propias y laudables para buscar el éxito con armas ajenas. Pasada esta Exposición, ellos
recogerán otra vez la personal indumentaria como esas personas que se reintegran a la
normalidad el miércoles de Ceniza olvidando los transitorios disfraces.
Lo demás...
1954
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y, sin embargo, esta pintura tiene una potencia extremadamente sugeridora. No se llega
a ella de una vez. Al contrario.
Entonces, cuando ese primer período de obstinada incomprensión, el arte de Solana nos
sugería el apostrofe y el ataque. Teníamos el melindre de los tonos puros, de las gamas
optimistas: azul, cadmio, blanco, verde. Colores para el mar, para el sol, para el cielo, para el
campo. Teníamos la hipocresía de nuestra felicidad, ajena al larvismo húmedo de los medios
obscuros y cóncavos.
Fué pecado contra el arte y contra la humanidad. Lo confesamos sin que nos tiemble la
voz, como a los que se acobardan por miedo a no arrepentirse.
Luego, poco a poco, la pintura de Solana, que no se desdice nunca, que se prolonga, que
se hunde en sí misma, empezó a inquietarnos. Despertaba reminiscencias literarias—cráneos
mondos y vidas mondas a lo Dostoyeuski (sic) ; siluetas vagarosas y almas crepusculares que
cercan el estruendo provocado del Salvation Army; sofoco mugriento de la barojiana Busca;
calofrío de amanecido, en los cerebros donde lincubaba Poe—pero también acusaba con viril
audacia la prosapia pictórica de su españolismo.
Ese pus, esos harapos, esas facies torvas, esas carnes comidas de parásitos, esas zarpas
que se abren mendicantes o se crispan homicidas, ya se asomaron antes a nuestra pintura de
España.
Como no hemos curado a los modelos de su abyección, Solana les encuentra más
irremediables en su siglo que los maestros de los XVI y XVII los hallaban.
1955
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y más sórdidas sus guaridas, más astrosos los cubiles, de mayor oquedad siniestra los
silos donde se arrastran para dormir, para reproducirse y para contaminarse.
Pero Solana les busca, les inquiere, como un hurón del vicio y del crimen. Luego les hace
salir a una luz fuliginosa, a una luz lívida, que exacerba los ocres, los negros, los sienas, los
grises, los carmines de vino coagulado.
Así, dueño de ellos, domador de ellos, cirujano de ellos, va pintándoles como si les
tuviera en una mesa de disección o en una yacija de penal.
Solana tiene dos series paralelas de obras: las místicas; las populares. Lleva elementos
de una a otra, y ello las da a ambas el sabor acre de la realidad y el hálito angustioso del
suplicio sentimental.
Las místicas son altares y «pasos» de pueblo, procesiones, Cristos sanguinolentos con
guedejas mates, cayendo sobre rostros morenos de árabes conversos: vírgenes cubiertas de
pesados mantos de terciopelo con los siete puñales sobre el pecho; santos abogados de la
peste o que simbolizan sanguinolentos sus martirios pretéritos. Y todo esto a la luz lívida de los
cirios, entre multitudes de facies céreas, trajes negros y espadas curvadas, a lo largo de calles
viejas con casas de color de lepra, bajo cielos urentes o recién apagados con una tonalidad de
ceniza sucia.
Estos cuadros, aún sostenidos actualmente, son más de su primera época.; Son los otros,
los de ambiente popular, aquellos en que mejor se manifiesta todo el «trágico cotidiano» que,
abrasa a Solana. Tabernas, prostíbulos, cafetines, mendigos, vagabundos, y, además los
pueblos obscuros, olvidados, donde almas paralíticas aguardan la muerte bajo la niebla y el
silencio, como éste, «Carnaval de la aldea», como «Los autómatas», que le precedió en su
teratología pictórica.
Por último, su arte, que parece brotado de una literatura especial; de una literatura que
precisa mojar la pluma en desinfectantes, deriva luego hacia la literatura.
Porque Solana escribe también libros. Concretados a Madrid, al Madrid sórdido de sus
lienzos. Unos libros que no pueden leerse de noche y que debían remitirse a las damas y
caballeros que se envanecen con la caridad ajena, pomposa y oficial.
Como sus cuadros, debían ser también anticipados a ese arte de con fitería y de cromo
con que algunos pintores y escultores se van formando un nombre y un capital en los
1956
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
tocadores femeninos, en los despachos ministeriales y en los comedores que llaman ahora de
«estilo español‖(…)
¡Cuánta serenidad íntima y cuánta majestuosidad emocional surten de ese cuadro «Hacia
el Cristo de Candas», de Nicanor Piñole ! Se piensa que con este mismo fervor de realidad y de
amor a su época pintaban los maestros, del siglo XIV y del siglo xv los episodios. bíblicos. Esa
familia que lleva el hijo enfermo hacia el milagro posible es, acaso, la misma sagrada del éxodo
egipcíaco.
Y, además, la expresión de una raza tranquila y soñadora, como la astur. Seres del Norte
brumoso y ubérrimo, la mujer, el niño y el hombre, acusan enérgicamente sus figuras sobre un
fondo palpitante de belleza y de verdad, sobre un paisaje que ya no se olvida nunca.
Evaristo Valle es el pintor lírico de Asturias (Véase EL AÑO ARTÍSTICO, 1920, páginas
242 a 247).
El épico, también, a veces. Pero ahora es solamente idílico, en una divina dulzura de los
tonos, de los términos, del asunto. Todo ello diluido de tal manera, que parece reconcentrarse
en sí mismo con una difusa melancolía que solo deseara sugerir.
X LA MEDALLA DE HONOR
MATEO INURRIA
1957
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…)ahora el insigne escultor ha logrado sesenta y cinco votos de los ciento veinte artistas
medallados que emitieron sufragio. Le sobraron, por lo tanto, votos del número reglamentario
para la proclamación.
Los restantes correspondían del modo siguiente: Eduardo Chicharro, 26; José Clará, 11;
Domingo Marqués, 9; Mir, 2; Iborra, 1; Elena Sorolla, 1; Alvarez Grato, 1; Vázquez Diaz, 1;
papeletas en blanco, 4. (…)
XI LAS RECOMPENSAS
Jurado de Pintura.
Medallas de primera clase: Julio Moisés y Alvaro Alcalá Galiano. Ampliación de cuatro
primeras medallas honoríficas para los señores Bermejo, Gómez Alarcón, Verger y Zubiaurre,
Segundas medallas: Santiago Martínez, María Luisa de la Riva de Muñoz, Ricardo Verdugo
Landy y Cristóbal Ruiz, y seis ampliaciones honoríficas. Terceras, a los señores Alfonso Grosso,
Puig Perucho, Timoteo Pérez, Martí Garces, Rafael Argeles, Rico Cejudo, Rafael Forns y Soria
González.(…)
SECCIÓN DE PINTURA
Primeras medallas
D. Julio Moisés, por su obra titulada «Retrato», núm. 240 del catálogo.
Segundas medallas
Dña. María Luisa de la Riva Muñoz, por «Uvas y granadas» número 326.
Terceras medallas
1958
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por Real orden de 5 de julio se adquirieron por el Estado las obras siguientes: (…)
«Torso», de Mateo Inurria, en 15.000 pesetas. «Retrato», de Julio Moisés; «La senda»,
de Alvaro Alcalá Galiano; «San Juan de Dios»,, de Jacinto Higueras, y «Amanecer», de Julio
Vicent, premiadas con primera medalla, en siete mil pesetas cada una.
En tres mil pesetas cada una de las obras de pintura y escultura originales de los Sres.
Grosso, Soria, Forns, Rico Cejudo, Argeles, Pérez Rubio, Puig Perucho, Martí Garcés, Santa
María Nadal, Pomés, Orduña y Moré de la Torre.(…)
1959
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Aguiar, que presentó dos lienzos titulados «Comadres en Gomera» y Retrato;
Enrique Brañez, «Quietud»; Sra. Esquenassi, «Alpes italianos»; Luis Francés, «Golfillo»; León
Astruc, Retrato; Tomás Gutiérrez Larraya, dos paisajes; Ascensio Martiarena, «La ofrenda»;
Martínez Rubio, ―Eva‖; Carlos Mansberger, ―La maldita»; señora de Maurer, Naturaleza
muerta»; Núñez Losada, «Gredos»; Enrique Ochoa, Retrato; Pedraza Ostos, «Picador» y
Vendimia»; Pesqueira «Trigueña»; Gregorio Prieto, Tríptico (gris, rosa y verde)»; Roberto
Ramongé, «La maja de bronce»; Daniel Sabater, «Juego de brujos»-Milada Sindlerove (sic),
―Barcas en la ría» y «Desde mi balcón».
Patrocinaron esta simpática Exposición los críticos de arte Ángel Vegue y Goldoni y A.
Ballesteros de Martos, que escribieron al frente del catalogo las siguientes líneas:
«Un núcleo de jóvenes entusiastas, con ilusiones en su vida artística, acudió en fecha
reciente a la Exposición Nacional de Bellas Artes El criterio del Jurado, en la Sección de Pintura,
no les fué favorable y hubieron de ver dichos artistas rehusadas las obras que enviaban al
concurso indicado, no por efecto de un riguroso criterio de selección, sino por causas que,
hasta la fecha, no han alcanzado justificación plena.
»Dos hombres independientes, como somos los que suscribimos estas líneas, sin conocer
apenas a los que con la mejor voluntad mandaban a la Exposición las muestras de su
sensibilidad y temperamento,, sentimos el deber de apoyarlos con nuestro estímulo moral, ya
que se les pretería, mientras a otros, acaso menos dotados, se les amparaba admitiéndoles
obras.
»De aquí que, por nuestro consejo, se solicitase del Círculo de Bellas Artes el local de
Exposiciones para exhibir varios cuadros que no lograron la aquiescente sanción del Jurado
oficial. Amparador de las causas justas (pues justa es la de amparar a los que se consideran
humillados en su empresa), el Círculo de Bellas Artes brindó generoso albergue a lo que fué
objeto de torpe o, cuando menos, poco meditada repulsa. Nosotros agradecemos
profundamente a la citada entidad la simpatía demostrada en pro de esos jóvenes luchadores,
esta vez, sin fortuna.
»Por nuestra parte, nada añadimos respecto del valor que las obras de la presente
Exposición particular tengan. Sólo nos importaba remediar una falta y a ello encaminamos
nuestra gestión. Es conveniente hacer constar que tampoco perseguimos con nuestra conducta
halagar a nadie.
«Reiteramos la gratitud más viva a D. Juan Leyva, presidente del Círculo de Bellas Artes;
a los ilustres artistas D. Marceliano Santa María y D. Ramón Pulido, presidentes de Sección del
mismo, y a cuantos integran su Junta directiva.
1960
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
Estos cuadros son: «La Pálida‖ de José M. López Mezquita; «El Lavadero», de José Frau,
y «Paisaje», de Rafael Benet.
JULIO
MEMORANDA
Los artistas que deseen concurrirá la Exposición de pintura española que se celebrará en
Londres, durante el mes de noviembre próximo, podrán presentar sus obras en el local de la
Sociedad de Amigos del Arte (Palacio de Bibliotecas y Museos) desde el día 10 del corriente mes
de julio hasta el 20 del mismo.
Las obras serán sometidas a un Jurado de admisión, compuesto por los señores
Benedito, Benlliure (D. Mariano) y Rusiñol, que se verán obligados a una rigurosa selección por
carecer de espacio suficiente en el local de la Royal Academy.
1961
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
AGOSTO
MEMORANDA
El número total de visitantes (del Museo del Prado) durante el año fué de 134.911; de
éstos 10.911 mediante el pago de la entrada, y 124.000 gratis.
OCTUBRE
EL SALÓN DE OTOÑO
Bueno que se celebraran, para vanidad o conveniencia económica de los que no tienen
otros medios de medro y manifestación pública, las Exposiciones Nacionales; pero que pudieran
en desquite conocer la gente — la crítica ya va a buscarles donde sabe seguro su hallazgo—y
los artistas rezagados o extraviados por el falso prestigio de las reputaciones oficiales, a los que
tuvieron perdurable o alternativo el criterio de permanecer alejados de toda involucración de
valores.
¿Significa esto una repulsa radical de las Exposiciones Nacionales y una defensa ciega,
fanática, de los Salones Independientes? De ningún modo.
1962
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
consienta respirar libremente al que tenga sus pulmones bien sanos, lo mismo que la atmósfera
de Bilbao o de Barcelona.
Ni tampoco que los jóvenes, por el mero hecho de su juventud, sin otra cualidad
espiritual, tengan más talento que los viejos o los hombres maduros. Pero hay hasta ahora
unos casos concretos que no se pueden refutar: las avanzadas del arte español no se han
formado en Madrid; la comprensión y adaptación de escuelas modernas en el mundo artístico a
fines del siglo XIX es obra exclusiva de los jóvenes españoles de principios del siglo XX. Y, por
último, cuando se ha empezado a generalizar la costumbre de las Exposiciones individuales
ajenas a los Certámenes con premios y categorías de mérito escalafonado, es cuando nuestras
bellas artes han ido adquiriendo derecho a un porvenir de libertad e independencia.
Justo es, por lo tanto, inclinarnos con preferencia, hacia las tentativas de renovación y
que represente para nosotros un peligro menor la audacia juvenil que la testarudez envejecida.
Por eso cuando vimos anunciado un Salón de Otoño, aun bajo la misma bandera que
cubrió la Exposición Nacional última, tuvimos un momento de optimismo.
La Asociación de Pintores y Escultores tiene deseo de hacer algo, de dar señales de vida
en un sentido no del todo renovador, pero al menos bien intencionado.
Pudo muy bien llamarse de otro modo y entonces su resultado, fallido a pesar de los
buenos propósitos y del entusiasmo infatigable del Sr. Espina, no habría contrastado tanto con
el inevitable recuerdo que sugiere. Debió llamarse Salón Libre, aunque se celebrara en esta
época otoñal tan insegura; porque el título afrancesado de Salón de Otoño tiene en la historia
del arte contemporáneo una significación demasiado concreta, demasiado definida para que no
se la bastardee.
El Salón de Otoño francés, si bien algunas veces acoge ciertas cosas que se han
escapado del de Artistas Franceses, o del Nacional; si bien ya empieza a considerarse rezagado
respecto del de Independientes, tiene siempre una espresividad moderna que sólo tímidamente
asoma en este Salón de Otoño español, y eso en unas salas que se consideran de crimen, como
criminal también otra donde se arrumbaron las cosas peores de tantas malas.
Los organizadores del Salón español no han rechazado ninguna obra. Han expuesto las
novecientas cincuenta y nueve que les han presentado. De tan crecido número, sólo podríamos
retirar por interesantes unas veinte o veinticinco. El resto responde en absoluto al criterio
mohoso que se padece en España de las Esposiciones Nacionales.
1963
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
¿Tienen de esto la culpa el Sr. Espina, tan pleno de optimismo, de aliento y de eterna
juventud, y los señores que le secundaron con el deseo de mostrarse independientes después
de haber dependido durante muchos años de todas las Exposiciones Nacionales?
No del todo; seamos justos. Ellos convocaron a una exposición libre donde serían
admitidas y respetadas todas las tendencias, y prueba de ello lo dan las obras de algunos
artistas extranjeros y de dos o tres españoles orientados hacia el arte de vanguardia. El Sr.
Espina escribió directamente a, Cataluña, a Bilbao, solicitando la presencia de otros artistas
igualmente caracterizados por su independencia.
Pero si esto es laudable e indica la buena intención y los generosos propósitos que
animan al Comité organizador, no es menos indudable que los artistas nuevos y los artistas
independientes han tenido la legítima duda de si sería ineficaz, y aun dañina para ellos, la
convivencia con tanta mediocridad, tanta ramplonería y tanta vetustez anodina como hoy se
almacena en el Salón de Otoño.
Excesiva la sección de pintura, menguada la de escultura, ya hemos dicho que son pocas
las obras que puedan interesar por sí mismas o por lo que sus autores representan
actualmente.
II
El caso no es nuevo. Las Exposiciones Nacionales últimas ya nos habían mostrado esta
misma superabundancia de paisajes donde la calidad no siempre respondía a la cantidad. En el
Salón de Otoño, sin medallas, sin preparación suficiente de los artistas—de suyo poco
trabajadores los unos, poco estimulados los otros—era lógico esperar este alud de paisajes,
aumentado por la amplia aceptación hasta de las simples notas de caja pequeña que supone la
sección de apuntes de viaje.
De este modo el ochenta por ciento de los cuadros son paisajes, donde hay de todas
clases, tamaños y condiciones, desde «La ermitaroja», de Mir, y «Calle belga», de Opsomer,
1964
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
propiedad del Círculo de Bellas Artes, hasta ciertos motivos para cromo de comedor hospederil
que sólo en una Exposición tan libre como ésta, donde nada se ha rechazado, podían exhibirse.
Y dentro de esos límites tan opuestos, el espectador ha sabido elegir para su deleite
espiritual, para su entrega emocional al alma de la naturaleza estéticamente interpretada, unos
cuantos lienzos admirables y a otros varios encomiables: las notas románticas del belga León
Londot; el «Barrio del Cubillo», de Gómez Alarcón, donde el ilustre paisajista obtiene
plenariamente su conquista vibracional de la luz, iniciada sin total logro en su último cuadro de
la Nacional; «La escala», de Roberto Durant, revelador de una fina sensibilidad; la «Huerta de
Pinedo», de Manaut Viglietti, un poco agrio, pero audazmente compuesto y resuelto con
vigoroso dominio de la perspectiva; «Jardín» y «La barraca de L'Albercoquer», de Antonio
Esteve, que son la sólida revelación de un admirable paisajista levantino; «La Sierra», de Igual
Ruiz, que acusa toda la delicadeza, no exenta de energía profunda, del joven paisajista
valenciano; «Por tierras de Extremadura», de Adelardo Covarsi; «Hora romántica» , de María
Pérez Herrero, tan sugeridor, tan pleno de unción meditativa como reciamente construido; «El
solitario» y «Noche de estío», de Núñez Losada, que ama las cumbres ingentes y los cielos
puros de las alturas; «La ermita del Cristo del Amparo», del argentino Ernesto Riccio, y
«Encrucijada de San Andrés», del italiano Mignoni, orientadas hacia un decorativismo rico y
pomposo; «Ibiza», de Santiago Martínez, tan simpático de color, tan orquestal de composición;
―un encerradero de ganado‖ y «Puesta de sol», de Juan Espina; «La calle Alcalá», de Andrés
Cuervo.
Más reducida de méritos es la pintura de figura. Es ella la que manifiesta con mayor
elocuencia la ineficacia del Salón de Otoño tal como se ha entendido al principio, la necesidad
de una reorganización en el Comité futuro, y sobre todo de una inevitable selección, para que el
exceso de obras mediocres o francamente malas no dañe a las dotadas de cualidades positivas.
III
1965
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Tarde, en las postrimerías solitarias del Salón de Otoño, llegaron los dos cuadros de
Gustavo Maeztu que anunciaba el catálogo.
Londres ha conocido antes que Madrid estos dos cuadros. La crítica inglesa ha sabido ver
en ellos «el espíritu goyesco de rebeldía contra la doble opresión que España ha sufrido durante
siglos. No ha dejado de anticiparse la crítica inglesa al reproche de zuloaguismo, fácil como la
solución de ciertas charadas a los que buscan la ingenua vanidad de descubrir mediterráneos.
―Gustavo de Maeztu, cuyo arte debe parecer a los ojos del observador superficial muy influido
por el de Zuloaga, ha sabido llevar el realismo nacional hasta la zona del arte de imaginación,
dándole una plenitud, de sentido que rara vez se encuentra en nuestra era materialista‖
1966
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Plenitud de sentido, he aquí la afirmación que no se puede rectificar, viendo los dos
cuadros últimos de Gustavo Maeztu. Sobre todo «El orden», anterior a «La fuerza», mejor
concebido y resuelto, en su prioridad de idea y en su tarea reposada «La fuerza» replica con
la vaguedad imprecisa de un eco a «El orden». Esa composición escenográfica donde las.
figuras que embocan y enmarcan el fondo es en «La fuerza» más débil, más fatigada,, más
artificial que esa patética elocuencia de «El orden‖ .
Pictóricamente es también más admirable el fondo de ―El Orden‖ que el de ―La Fuerza‖.
No hay en todo el Salón de Otoño y difícilmente se encontrará en la pintura actual, en esa
pintura que se realiza al margen de las Exposiciones Nacionales, un paisaje tan dotado de alma,
tan reciamente pintado y tan emocionalmente sentido como ese pueblo a orillas del río en una
jornada pluviosa.(…)
Sancha, el humorista britanizado desde hace ocho o diez años, contagiado un poco de la
incomprensión extranjera, ha publicado una crónica desarticulada eu El Sol diciendo que los
pintores españoles no responden a España ni al momento contemporáneo fuera de España.
Disculpa ese juicio la causa que lo motiva: la actual Exposición de pintura española
antigua, vieja y dosimétricamente pseudomoderna de Londres. Esta Exposición dé Londres es—
desde el punto de vista de la realidad del arte contemporáneo—peor aún que fué la de París. Se
ha llevado mucho lienzo antiguo, conocido o de fácil conocimiento en los Museos y pinacotecas
particulares de Madrid; se ha cargado con demasiadas vejeces insulsas del siglo XIX, y en
cambio la pintura verdaderamente actual, la que merecía ser conocida al mismo tiempo que la
francesa, la inglesa, la alemana, coetáneas suyas, sólo si apenas se muestra en cuatro o cinco
pintores, que al Comité le parecen ortodoxos.
Más españoles que las cromerías de mantón chinesco, juerguecitas a orillas del
Guadalquivir o labriegos con un cacharro de Talavera en la mano. Españolismo acre, rudo,
asfixiante, que sube en vaharadas densas de las ciudades revueltas por una renaciente
convulsión de remotas esclavitudes.
1967
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En el Salón Artístico de Madrid expone varios paisajes el joven pintor cubano Enrique S.
Crucet.
NOVIEMBRE
Diríase que quiere dejarse en segundo término el esfuerzo tenso y valioso de los artistas
contemporáneos, llevándoles como un séquito heteróclito, con lamentable confusión de
tendencias y categorías, a remolque de la pintura antigua, o lo que es peor, de la pintura vieja
del siglo XIX.
1968
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Diríase que la pintura española actual es tan mediocre, y nuestro acervo artístico nos
avergüenza de tal modo, que precisamos ampararle bajo las obras museales. De las grandes
pinacotecas oficiales, arrastrándoles a innúmeros peligros que nadie está autorizado a con traer
la responsabilidad de arrostrarlos, se sacan los cuadros de antiguos maestros para «asegurar el
éxito de la pintura española».
Son los tres errores iniciales de estas exposiciones que tanto bien han podido hacer a
nuestros artistas contemporáneos, y que, por el contrario, han contribuido a sostener la idea de
una España detenida estéticamente en la segunda mitad del siglo XIX.
pretéritos, sino cada una de las obras expuestas, lleva su nota aclaratoria y apologética.
Esas notas se achican, es , abrevian cuando llegan los artistas ya muertos, incluso faltan en
algunos tan importantes como Aureliano de Beruete, Darío de Regoyos y Julio Antonio, y
desaparecen en absoluto cuando se llega a los artistas coetáneos nuestros, aumentando esa
confusión de nombres y obras, donde las firmas de prestigio alternan con otras de notoria
mediocridad.
El visitante francés salía del Petit Palais, el visitante inglés sale de la Royal Academy,
levemente desorientado respecto del arte moderno en España, abrumado de la riqueza, artística
del pasado; la crítica francesa e inglesa, falta de datos y de orientación en lo que se refiere a
1969
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
nuestra pintura actual, prefiere lógicamente escribir acerca de Goya, de Velázquez, del Greco,
de Murillo, artículos extensos y fácilmente documentables, y acostumbrada a ver mucha pintura
moderna de su propio país o del inmediato, se sorprende y juzga por la superioridad numérica
de cuadros mediocres en la sección contemporánea.
España es tal vez hoy día la nación que cuenta mayor número de pintores admirables y
bien definidos. En las Exposiciones universales donde nuestros artistas se destacan
gloriosamente con Zuloaga y Anglada al frente se inicia en España el renacimiento polifacético
de nuestras bellas artes. Podríamos citar veinticinco o treinta nombres de una reputación firme
y de una personalidad independiente de la de sus coetáneos.
En los catálogos de las Exposiciones de París y de Londres apenas aparecen seis o siete
de esos nombres y no muy bien representados.
Hasta aquí las censuras que atañen al criterio inicial indudablemente erróneo de estas
Exposiciones, que en España sólo han tenido hasta ahora el eco de los telegramas de las
inauguraciones y otros actos oficiales.
1970
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
II EL ARTE MODERNO
Nosotros hemos recibido cartas inglesas de periodistas y aficionados a las bellas artes,
solicitándonos esos datos que faltan en el Catálogo oficial Demuestran esas cartas más interés
por las tendencias modernas de nuestro arte que parecían tener el Comité organizador y el
redactor de las notas.
1971
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Así el envío de José María López Mezquita, consistente en tres retratos: «Andrés
Segovia», «Soledad» y ―Pilarcita». López Mezquita se encuentra en la plenaria madurez de su
talento.. Nadie hasta ahora puede disputarle su primacía de retratista. Es el más recio pintor de
retratos a usanza española, dentro de la tradición pictórica de los maestros del siglo XVII.
Pero, sin perder su gustosa y laudable filiación casticista, López Mezquita ha evolucionado en
estos últimos años hacia un decorativismo amplio, que no daña lo más mínimo a su magistral y
característica sobriedad. Modelos de esta última manera son su «Dama pálida‖, adquirida para
el Museo de Barcelona en la última Exposición general, y estos dos lienzos: «Andrés Segovia» y
«Soledad». El ilustre guitarrista—cuya iconografía es tan extensa—no ha sido expresado hasta
ahora de un modo tan grave y hondo, tan exacto desde el doble punto de vista psicológico y
fisonómico. «Soledad» es un prodigio de sencillez, de gracia en la línea y de aristocracia en el
tono.
Pinazo Martínez ha llevado a Londres dos de sus cuadros decisivos en el reciente triunfo
de Nueva York: «Alborada‖ y «Poema de Valencia». Sutil delicadísimo, en una armonía de
nácares, ópalos, oros y amatistas pálidas, el primero; cálido, capitoso, sanamente sensual, el
segundo, colman la capacidad pictórica del joven maestro en ese esfuerzo feliz de su nueva
manera hacia una depuración idealista, hacia una profundidad armoniosa.
Aurelio Arteta es, como los Zubiarre, un formidable intérprete de Vasconia y— más
concretamente—de Bilbao. Su pintura, casi desconocida en Madrid, de lo más puro, de lo más
considerable de toda la pintura contemporánea.
1972
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
También Vázquez Díaz ocupa siempre su puesto de vanguardia con los «ídolos», un
paisaje y el «Retrato de señora» ya citado.
Verdugo Landi ha obtenido también sólido éxito de público y de venta. De las primeras
obras adquiridas ha sido su marina «Efecto de luz». Inician los tres cuadros presentados en
Londres lo que ya realizan sus obras últimas, realizadas este verano en las costas donostiarra y
francesa. Un sentido más dilatado de las grandes masas marinas, una sensibilidad más
agudizada para los matices y una alegría clara, luminosa frente a los espectáculos cambiantes y
eternos.
Todas estas obras han sido comentadas con elogio en Londres. (…)
Ahora, ya dentro de más adecuado marco, los paisajes de Antonio Esteve se han
exhibido en el madrileño Salón Arte Moderno.
1973
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Hay en este paisajista, por muchos conceptos interesante, ante todo una sutil emoción,
un sentimentalismo agudo frente a la naturaleza. En seguida, la amplitud penetrante y capaz de
un colorista. Y después, completando esas dos cualidades congénitas, una educación refinada
del gusto que le consiente e incluso le exige la condición -muy de nuestra época—de ser un
decorador.
Es, por lo tanto, el arte de Esteve, deleite y enseñanza a un tiempo mismo. Caricia para
la mirada, tema de divagación para el espíritu; atracción especulativa también.
Esteve pinta preferentemente temas valencianos. Se mueve dentro del ambiente donde
vio por primera vez la luz y donde la ha estudiado durante su vida. Esa luz de Valencia, fina,
delicadísima, plena de brillantes grises, que sólo en Pinazo Camarlench habíamos visto hasta
ahora interpretada.
Trozos de huerta, barracas, lejanías de mar, jardines, serranías claras bajo el sol del Sur.
He aquí los temas. Un formidable técnico al cual aconseja una trémula y vibrante inquietud de
poeta: he aquí el artista.
Y así, cada lienzo construido sólidamente, basado en un naturalismo resistente a los más
implacables análisis, desde aquel profundo conocimiento geológico que aconsejaba Ruskin
hasta la fidelidad topográfica y que el lugareño familiarizado por la convivencia del tiempo
podría exigir, se realza, se magnifica la calidad y el propósito de esta pintura con un ímpetu
estético extraordinario.
Sin suponerle bandería ni filiación sumisa, Esteve hace pensar en dos grandes paisajistas
españoles: Beruete y Joaquín Mir. Bien distintos ambos, ¿verdad? Pues la diversidad que aleja a
uno de otro, magnifica la diversa capacidad de este pintor valenciano que se coloca ante el
cielo con sus pinceles y su corazón.
Lejos de sus cuadros nos subyuga todavía el recuerdo como el de horas inolvidables que
vivimos en plena naturaleza. Celistias puras, límpidas, de una gradación de matices casi
imperceptibles; luminosidad desligada señorilmente de las iluminaciones efectistas; sentimiento
hondo de los sitios sugeridores.
Y, siempre, la fácil, la acogedora maestría en el modo de hacer vibrar la luz, de elegir los
momentos y los espacios; una maestría que no se ostenta vanidosa, cual la de ciertos
vocingleros plásticos del luminismo con recetario, pero que es prolongación exacta del
temperamento de Antonio Esteve: tímido, suave, de franciscana humildad, a pesar de que
1974
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
DICIEMBRE
LAS EXPOSICIONES:
I EL ARTE DE SONIA
Sonia es la afirmación deliciosa de cómo el arte debe intervenir en nuestra vida cotidiana.
Se entra a su Exposición como entraríamos a un cuento oriental ilustrado por un dibujante de
Occidente.
1975
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
magia, prisionera por ella, de la luz: las mesitas chinescas, los biombos japoneses, las cortinas
persas, luminosas, animadas de ese corazón misterioso y rutilante que hace más íntimos los
interiores modernos.
De este modo la Exposición Sonia es como una fiesta para los sentidos, como una feria
de espiritualidades que llega oportuna en este Madrid renovado afortunadamente.
Porque Madrid, a pesar de lo que dicen ciertos señores que de Madrid viven y a quien
Madrid tolera desdeñoso sus impertinencias de lugareño ineducado, es algo más que una
capital de provincia y será pronto la gran ciudad europea que atraiga a todos, porque a todos
sabrá conceder lo que merecen: la comprensión identificada y consciente a los verdaderos
artistas; la señoril e indiferente beligerancia a los provincianos que disimulan la roña de su
separatismo con una grotesca superhombría de viajante.
II LOS PAISAJES
DE LORENZO AGUIRRE
Más entrañablemente levantino, tal vez. Porque da la visión de Alicante, con su luz
cruda, su mediterráneo densamente añilado, sus tierras rojas y sus palmeras que parecen
suspirar de sed como las africanas.
Lleva, además, la ven caja de su costumbre de dibujante para componerles, para darles
un carácter anecdótico, que no suelen tener otros paisajes de otros paisajistas. Así, en esta
espléndida colección presentada en Arte Moderno, hay algunos como «El Puerto» (Alicante),
«La casa del Rector de Guadalest», «La ermita del Calvario en Aspe‖, la «Entrada de la Virgen»,
1976
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Otros como la «Calle del Sol», en Altea, el escenográfico arco de un pueblo, visto a la luz
de la luna, y algunos momentos y lugares madrileños, son como poemas breves y amables.
No se crea, sin embargo, que esta asociación de sensaciones a otras literarias despoja a
los paisajes de Aguirre de su valor pictural.
Por segunda vez expone Gregorio Prieto en Bilbao. Este joven paisajista se ha ido
formando, a sí mismo con algunos estímulos ajenos: la camaradería con Frau y Pérez Rubio, en
el pensionado del Paular, el haberle rechazado el Jurado un tríptico muy bello en la última
Nacional, etc.,
Prieto siente indudable preferencia, por lo que pudiéramos llamar visión rubia de la
Naturaleza. Esa blanda voluptuosidad de las mujeres rubias es la que sugiere su pintura.
Bilbao le fué útil. La luz del Norte, esa austeridad que Vizcaya conserva en medio de su
tráfago de siempre y de su transitorio escandaloso arribismo de las nuevas riquezas repentinas
de ahora, le han aquietado algo el algo infantil arrobo de sus jardines. Así, en esta segunda
Exposición lleva lugares costeros de Vizcaya. Y sobre los amarillos rutilantes de ayer va
poniendo azules densos y grises finos y verdes marítimos...
1977
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el salón del Círculo de Bellas Artes ha expuesto Elíseo Meifren algunas de sus últimas
obras.
Después, Eliseo Meifren amplía sus motivos y espacía su visión. Ya no es sólo lugares de
mar y calles tortuosas d. pescadores lo que pinta. Son jardines, serranías, caminos distantes de
la calma sonriente de Cadaqués. Con Rusiñol y Mir es de los primeros intérpretes de Mallorca.
Incluso llega a ser director de la Escuela de Bellas Artes en Palma.
Poco a poco, sin impaciencias ni premuras, con la ponderación reposada, que no excluye
la fogosidad de su temperamento, sino le da cierta validez sólida, Eliseo Meifren va
evolucionando, depurando su arte, concretándole hacia normas decorativas y cromatismos
suntuosos.
1978
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Así, entre los paisajes actuales que hemos visto en el Círculo de Bellas Artes y sus notas
marineras de la primera época, hay una relación íntima debajo de la aparente rectificación
externa.
MEMORANDA
Vocales: Señor marqués de Comillas, D. Antonio Maura, D. José Ortega Munilla, D. Miguel
Blay, D. Aureliano Beruete, señor barón de la Vega de Hoz, D. José Francés, Señor vizconde de
Güell, D. Rafael Altamira, Señor conde de Torrenueva de Foronda y D. Joaquín Ciervo.
1979
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ENERO
Cristóbal Ruiz ha dado el resplandor sonriente el candor tibio de su pintura a ese lóbrego
e incapaz saloncito del Ateneo, donde toda vía se obstinan en exponer los pintores. La gente ha
entrevisto nada más la pintura de Cristóbal Ruiz. Superficialmente ha encontrado en esos
paisajes diáfanos, optimistas —de un exaltado panteísmo que naciera debajo de la capucha
franciscana del Beato de Asís—, y en esas interpretaciones cariciosas de la esposa y de la hija
tan amadas, el recuerdo de dos obras de Cristóbal Ruiz intercaladas—¡y premiadas!—en los
hórridos certámenes nacionales de 1917 y 1920: La cancha y Tierras de labor (Véase EL AÑO
ARTÍSTICO, 1917 y 1920).
Pero hay algo más que esa lógica correlatividad de temas y procedimientos. Hay todo un
credo estético; la afirmación—no por suavemente expresada menos enérgica y rotunda—de un
cordialísimo temperamento de artista y de una sutilísima retina de colorista.
La luz tiene una potencialidad serena, clara y casi cantarina en esos cielos y esos llanos
extensos que pinta Cristóbal Ruiz. Su pintura es como una copla de amanecido, como un vuelo
de alondras.
Y—lo hemos dicho otra vez—como una oración. Al lado de estos paisajes, Cristóbal Ruiz
ha expuesto algunos cuadros de figura: su esposa, su hija; figuras dotadas de un amor cándido
y tierno. Siluetas claras sobre fondos grises o cálidos, que tienen algo de la dulzura íntima de
los primitivos italianos, sin su recargada suntuosidad, y que también hacen pensar en un
goyismo sin cóleras ni turbulencias...
1980
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
I MARIANO BERTUCHI
En el Salón de Arte Moderno aguardaba al mismo tiempo otra visión distinta. Cadmios,
azules, blancos, sienas y verdes africanos. Mariano Bertuchi presentaba una colección de treinta
paisajes marroquíes. Lugares y escenas de Tetuán y de Xauen la recién conquistada.
Mientras crepitaban las ametralladoras, o fulguraban los sables y los vítores, Bertuchi
copiaba la luz sobre los campos de guerra. Así, la segunda parte de su Exposición, los
cuadros referentes a Xauen, son como estrofas de un nuevo romancero heroico. Vemos entrar
al General Comisario en la ciudad misteriosa, y luego la mirada vagabundea por los rincones
típicos, donde hay la misma alma de las cosas y de los colores que en nuestra Andalucía, la
nieta de moros. Acaso Bertuchi, en su natural deseo de complacencias al público, uniformado o
no, ha dado a estos cuadros marroquíes más acusado realismo del que fuera menester desde el
punto de vista meramente artístico. No importa. En el conjunto hay notas que nos desquitan y
que nos llegan en toda la pureza noble de la sensación evocadora.
FEBRERO
Ramón ha expuesto cerca de veinte obras suyas; otras tantas de Valentín. Y en ese
conjunto no se repudiaron las lejanas del comienzo ya granado de aciertos, y se le ha colmado,
además, con las ignoradas públicamente en España; las terminadas a espaldas de las
Exposiciones Nacionales, donde los Zubiaurre dan siempre su clamor armónico.
Así, Buenos Aires—tan preparado ya a ver pintura moderna de todos los países—, ha
contemplado desde aquellas juveniles influencias del zuloaguismo y desde los tributos a
Holanda, que estuvieron en boga hace quince o diez y seis años, al retrato de Ortega Gasset,
que tiene el eco imaginativo de esas normas pretéritas, a la austera traza del Tío Romualdo,
1981
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
más coetáneo de su personalismo actual, a los raciales conjuntos de Versolaris y Tierra vasca
(Valentín); a los tipos lagarteranos, a la dulce Maternidad, a Shanti el atalayero, a los retratos
de damas argentinas (Ramón).
Ha podido apreciarse, por ende, hasta qué punto los dos maestros vascos, dueños de su
tendencia y no esclavos de ella, han ido depurándose, definiéndose. Y separándose el uno del
otro aun dentro del paralelismo temático y el simultáneo empleo de los modelos. Las escenas y
figuras andaluzas, cortesanas u holandesas de su primera época, que hablan con el acento
inseguro de la doble adolescencia física y pictórica,, quedaban, como es lógico, rezagadas a un
segundo término entre la plenaria madurez de los cuadros recientes (Véanse EL AÑO
ARTÍSTICO, 1915, 1916 y 1917).
Y en ellos subsiste lo que no se podía desvirtuar por infidelidades adventicias en las rutas
iniciales en su arte: el amor a Vasconia; el amor a Castilla. Es gratamente curioso observar
cómo Valentín y Ramón de Zubiaurre, que tienen en la pintura vasca moderna una significación
de reveladores, y que han sabido conservarse, como Aurelio Arteta, en una fuerte confianza en
sí mismos y en su epigónico amor a la tradición que la vida concentra cada vez más en
Vasconia, son, sin embargo, unos intérpretes apasionadamente líricos de Castilla. En los
Zubiaurre encontramos los hombres de mar con sus vestimentas agrias y sus azares bravos; las
mozas castas, de perfil de medalla; las caseras flacas, sarmentosas, frente a los praderíos de
húmedo verdor y manzanos crujientes de pomas; los agrícolas que labran la tierra y los
danzarines elásticos y blancos que saltan en los valles blandos y bajo los cielos grises dentados
por los montes líenos de frondas y caminos de cuento. Pero también en los Zubiaurre la llanura
serena, majestuosa, los mendigos . con silueta de hidalgo o de santo, los sobrios yantares, los
trajes pardos de los hombres y las gayas vestimentas femeninas, y ese cielo azul, un poco
polvoriento, cielo de inmensidad, de infinitud, de nuestra Castilla. Y con el mismo amor
interpretan el remero herculiano que el pelantrín, el pegujalero, consumidos por la tierra y por
el Fisco. La misma caricia de madrigal tiene su pintura al interpretar la moza norteña con su
traje negro y su pañuelo blanco, que las abulenses o segovianas de halda radiante y tocados
arcaicamente polícromos.
1982
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ABRIL
EL MARINISTA VERDUGOLANDI
Ahora el Salón Permanente reaparece alegre y bien distribuido de luces, tapizadas sus
paredes de una tela neutra que consiente entonar mejor las obras expuestas, y si se
amortiguara un poco la chillonería del friso, y si se cuida mucho la elección de las exhibiciones
futuras, nada tendrá que pedir el más exigente.
Han pasado los años. El artista vive lejos del mar, y, sin embargo, no le olvida. Toda su
obra tan Vasta, tan. pródiga, que se disgrega de los cuadros a las ilustraciones editoriales, está
consagrada al mar. Es como esos románticos esclavos de un amor único, a quienes nada, ni
aun la infidelidad ajena, entibian la calidez cordial; de esos enamorados que llegan, con los
cabellos blancos y una mocedad eternamente florida en el corazón, más allá de los desengaños
y los desalientos sucesivos.
Exigen una voluntad recia tenaz especializaciones como la de Ricardo Verdugo. Una gran
modestia también. En España el artista se cree multicorde y capaz de las más diversas
aptitudes. Por eso los que resisten la tentación de la diversidad, los que se aislan del contacto
multitudinario para seguir su camino, merecen ser alentados y escuchados. España no tiene en
su historia pictórica del siglo XIX muchos nombres de marinistas. Tres, cuatro nombres a lo
sumo, y, destacando de ellos por la natural resonancia de las revistas ilustradas, Martínez
Abades, el pintor de las costas del Norte.
Durante su vida tuvo Martínez Abades un rival peligroso por la importancia de su arte, y
amable por el noble concepto que tiene del compañerismo en Ricardo Verdugo Landi.
Y mientras Martínez Abades pintaba con preferencia las costas de Cantabria, de Galicia,
de Asturias, con su mar de plomo y sus cielos neblinosos, Verdugo era el marinista del Sur, el
1983
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
intérprete fiel del Mediterráneo con sus blandas rutilancias, sus serenos crepúsculos y sus
nostalgias de los remotos siglos.
Un gran marinista es el maestro de Verdugo Landi. Malagueño como él, y lograda ya una
sólida fama cuando Verdugo Landi, adolescente, acude a su estudio: Emilio Ocón.
Emilio Ocón ha llenado varios años el marinismo español. Todavía al entrar en algún
olvidado Museo de provincias, en una de esas casas donde el espíritu racial se conserva como
un fuego sacro, hemos hallado lienzos firmados por Emilio Ocón. Son grandes cuadros, un poco
ennegrecidos por el tiempo. Escenas fugitivas que el arte cuidó de eternizar: barcas pesqueras
a contraluz de los horizontes, calmas deliciosas en el mar suavemente adormecido, vésperos
radiantes que hacen rutilar el agua con fulgores aurirrojos.
En 1887 empiezan a circular por Málaga las primeras obras de Ricardo Verdugo. Son
tablitas de minucioso estilo, de ingenuos y candorosos temas. El tiempo irá ampliando su
concepto del arte depurando las cualidades innatas que el maestro Ocón procuraba encauzar y
fertilizar.
Ricardo Verdugo expone desde muy joven, y siempre con un entusiasmo inquebrantable.
Desde hace veinticinco años su nombre aparece en todos los catálogos de los Certámenes
Nacionales.
Diez años después, otra tercera medalla con el lienzo Alta Mar, cuando Ricardo Verdugo
tenía, además de la reputación de pintor la de ilustrador editorial.
Su firma figuraba en Blanco y Negro, en Nuevo Mundo, en La Vida Moderna, en todos los
semanarios de aquella época. Y no solamente en los españoles. Las revistas americanas
también publicaban sus dibujos de asuntos marítimos.
1984
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Finalmente, en la Exposición Nacional de Madrid del año 1920 obtiene segunda medalla
por la visión de alta mar titulada simplemente Marina.
Ricardo Verdugo Landi ha reunido en el Salón de la plaza de las Cortes veintidós cuadros
y cerca de trescientos apuntes de diverso tamaño.
Es, por lo tanto, una Exposición capaz de definirle de un modo total y exacto.
―Es un himno al sol y al mar. Lo canta un hombre sincero que no quiere abdicar de la
profesión hecha en otro tiempo. Radica toda su fuerza en esta honradez serena y tranquila,
frente al natural; en este fervor con que va siguiendo la trayectoria de su espíritu, sin cuidarse
de las ajenas evoluciones o de las cabriolas que mienten renovadores cambios. La sensibilidad
de Ricardo Verdugo Landi es la misma que cuando comenzaba a pintar. La conservó su frescura
y sus espontáneos impulsos; pero el tiempo fué puliéndola y labrándola como un hábil artífice.
―Ha trabajado, además, la materia con mucha valentía. Tanto los peñascos como el agua
densa y profunda donde espejean las ocrosas siluetas están conseguidos con hábiles gruesos
de color y experto manejo de la espátula.»
Entre Bellas Vistas y las recientes notas norteñas de las costas cantábricas está el período
más activo y culminante de la pintura de Verdugo Landi. Son esos cuadros de mar libre, esa
brava inquietud del agua entregada a su plenaria grandeza, despojada de las anécdotas de los
puertos y de las playas, que sirvió para que Verdugo Landi obtuviera la medalla de plata en la
reciente Exposición Nacional de 1920.
Varios cuadros de oleaje, íntegra, pura y valientemente acometidos por el marinista, hay
en su Exposición.
Verdugo Landi afronta en ellos el mar sin otras armas que su experiencia de pintor y su
temperamento de artista, y así es el espectáculo amplio y vario en su concretada uniformidad
1985
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de agua y cielo únicamente, de agua, incluso, nada más, que nos ofrecen Una ola, Alta mar,
Mar gruesa, Mar movida y las notas y apuntes que les preceden en la gestación artística.
En ellas, como en la Marina premiada justamente, es donde se aprecia hasta qué punto
el ilustre marinista ha estudiado la agitación tumultuaria de las aguas, sus cambiantes furtivos,
sus cóleras grandiosas y esa innumerable sucesión de matices entre los verdes transparentes,
los azules profundos, los blancos cariciosos, los grises finísimos.
Alternados con estos espectáculos majestuosos de la mar libre, entregada a esas leyes
eternas, moviendo bajo los cielos la turbulencia polifónica de sus olas, Ricardo Verdugo Landi
presenta otros cuadros concebidos con idéntica sinceridad que no excluyen la maestría hábil del
compositor e ilustrador editorial. Marinas de asunto, podríamos decir, que—si las otras son
poemas sinfónicos—sugieren la idea de cuentos y narraciones donde el escenario ocupase la
parte primordial del relato.
A este género de obras pertenecen, por ejemplo, Barca de jábega, De la guerra, Hacia el
puerto, Crepúsculo, Balandro, La guerra en el mar, Puerto de Pasajes, Efecto de luz y esa
trágica, densa y admirable nota, Mar Cantábrico, que es uno de los lienzos mejores de la
Exposición.
En cada uno de estos cuadros Verdugo Landi desarrolla un asunto, sugiere una
divagación y fija un lugar y una hora bien definidos.
Momentos de calma o de pasión. Hurañas fierezas del mar y sonrientes claridades de las
bahías. Solaz de afortunados en las embarcaciones de lujo y tráfago cotidiano de los humildes
en sus barcos, envejecidos durante las luchas anónimas y solitarias.
Y con esa misma facilidad que el artista pasa de las luces y ambientes distintos, entrega
la emoción de su alma al apostrofe rotundo o al lirismo lánguido. «Poeta del mar» le diríamos;
un poeta correcto, educado en el respeto a la métrica y que no precisa del desequilibrio factural
para ajustarse a la sensación apropiada de los diversos temas.
La segunda sala de la Exposición está colmada de apuntes. Aquí los cuadros futuros, las
impresiones rugentes, las acotaciones rápidas, los éxtasis breves y afortunados.
Siempre interesa conocer de cada artista los apuntes y bocetos, el testimonio de las
prístinas emociones frente al natural y esa ingenua entrega del espíritu a lo que luego será
perfeccionado o desvirtuado por la reflexión y el maduramiento de la factura.
Ricardo Verdugo Landi ha pasado el verano en las costas del Norte. De otras estaciones y
otras costas hay también notas junto a las actuales. Así, la segunda salita es como un glosario
pictórico de Guipúzcoa, Cataluña, Levante y Andalucía.
1986
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Nosotros hemos pasado largo tiempo en el atrayente hechizo de estos apuntes. Si eran
poemas los momentos del mar libre, si cuentos los otros cuadros compuestos como una
narración sugeridora, estas notas de pequeñas dimensiones y de una potencial cordialidad eran
como coplas populares, como epigramas en el noble sentido del vocablo, como estrofas sueltas
con su ritmo propio y su cadencia fraterna a la cadencia de las demás.
Aquí es donde se aprecia el mérito intrínseco del notable artista, su capacidad indudable
para interpretar todos los aspectos del mar. En esos apuntes, ligeros y profundos al mismo
tiempo, que en estas tardes inquietantes de la primavera ponen a nuestros ojos, en un rincón
de Madrid, toda la tentación rumorosa y movible de los horizontes flotantes..
Al frente del catálogo de esta Exposición, Juan Ramón Jiménez, el maestro de la poesía
lírica moderna en España, ha escrito unas admirables ideas estéticas, de carácter urgente como
él las subtitula, que copiamos literalmente a continuación:
1987
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
definirse estéticamente y creó su arte «necesario»; quedó definida, en belleza, por el arte. El
impresionismo, pues, marca definitivamente, en la historia de la pintura, una era artística vital.
Después de él, no es posible volver atrás, porque el arte necesario es como la ciencia, y en él
hay que partir de cada conquista nueva. —Lo anterior, como en la ciencia también, es ya sólo
curiosidad más o menos bella, deleitable, admirable, pero que no sigue añadiendo; cosa, en lo
técnico, para filólogos.
En todo el mundo de civilización occidental, alerta, la pintura moderna con valor actual,
clásico, es consecuencia necesaria, como fué necesario él, del impresionismo.
Desde el impresionismo, se han pintado en España, sin duda, cosas excelentes (sic) y
hasta cosas magistrales (sic), si se quiere; pero que no responden, digo, a proceso evolutivo,
creador; que nada han añadido—y han restado, por lo tanto—en afinamiento, en
adelicadezamiento sensual, a nuestra pintura fea, «antipática», plebeya, obscura, aunque
parezca clara a veces; que nada han excitado hacia la unidad de los sentidos—hallazgo del
impresionismo—, hacia el arte completo.
1988
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
DELICADEZA
Y cada vez se queda solo, como un monje, en su único pie cuadrado, el «universal», el
«verdadero» de cada país, el «delicado»; unos poquitos, ¡qué poquitos!, en un siglo; el aire
agudo y puro contra la doble suela de la patria segunda, la trabada, la presa.—
DANIEL VÁZQUEZ-DÍAZ
—Bien dotado para «pintor», para tenor de la paleta, pudo perderse—y estuvo a punto—
en ese abierto montón famoso y laureado del fácil nacionalismo pictórico, los rearruinadores
ladrilleros de Castilla rancia, los adormilados del castellanismo forzoso, ¡ay, pintores, poetas y
músicos «españoles» del día, castellanos o no!; o en el otro montón—y el mismo—del último
virtuosismo del grano, del tubo, del ademán de los brazos armados de paleta y pincel — ¡la
batalla del arte!—; groseros recalentadores, aquéllos y éstos, de la olla bien podrida, en la
cocina cerrada—¡ni un tragaluz, ni chimenea siquiera!— de la venta nacional.—
1989
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
humana; esa alma desnuda, luminosa como una aurora de sol y luna. —Y a la estraordinaria
(sic) comprensión amorosa de la forma—amor, otra virtud del impresionismo—, que le viene de
antes, a un profundo sentido rítmico; ese ritmo de la pintura, que desde El Greco parece
haberse perdido en la española—en Anglada es ritmo superficial—; Vázquez-Díaz añade hoy su
novísimo color—Mujer, Estudios para una pintura mural, Desnudo de la cortina amarilla, La
barca verde, Cabeza campesina, Pescadores vascos, Pueblo de mar, Madre campesina,
Adolescente—, espléndida libertad de color; y su cuadro es espejo, claro como el agua más
límpida, de la estampa del sentido de la visión errante que ha posado, aquí y allá, su fe absorta
en la infinita ala caprichosa del matiz—esa ilusoria realidad delicada, hija tierna del color, que
apenas se posa ya se va: luz casi sólo, y que es deleite máximo del contemplativo—, añade hoy
el éxtasis del mirar.
EL CLASICISMO
«Clásicos y modernos»; ¡qué absurda, qué constante distinción! Clasicismo es virtud del
presente y del futuro, no sólo del pasado. Hay clásicos en el pasado, pero los clásicos no son
del pasado, por ningún concepto temporal; ni ellos fueron del pasado en su día, ni hoy son de
su día solamente. Tampoco eso otro de «los revolucionarios de hoy serán los clásicos de
mañana». No; revolucionarios, clásicos mañana y hoy. No hay oposición.
Es error inocente, creer que la mayoría de hoy sanciona lo de la minoría de ayer; decir:
«el artista genial no es comprendido en su tiempo.» La mayoría de hoy llama clásicos a los
mismos que gustaba la mayoría de ayer. No hay duda de que, para esta mayoría, Murillo,
Ribera, Velázquez casi, son hoy «más clásicos» que el Greco o Goya; Cervantes, Lope, más que
Góngora o Gracián.
1990
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
NOTAS:
2. La poesía lírica, el baile, la música, el ensayo ideológico, tienen bastante con la verdad,
porque crean con ella. La pintura, la novela, la escultura, el teatro, no tienen bastante, porque
sólo copian con ella.
4. La cultura de la vista, ¡qué fácil, qué rápida suele creer el pintor que es; y es tan
infinita! La vista es la madre verdadera del éxtasis.
7. Ese otro nos viene contando que va contra el chorizo, la mojama y el garbanzo
nacionales, y lo que hace es chorizo de salón, mojama para el té y garbanzo de convaleciente.
9. Pie en la patria casual o elegida; corazón, cabeza, en el aire, del mundo. El verdadero
artista nacional—¡cuidado con el truco!—es el artista universal.=JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.»
De la pintura de Vázquez-Díaz hemos hablado varias veces en estas glosas nuestras a las
artes contemporáneas (Véase El Año Artistico 1918 y 1920). Y siempre con una tensión
creciente de merecidos elogios. Vázquez-Díaz ratifica, para nosotros, la creencia de un gran
pintor, de uno de los más grandes pintores modernos que hoy necesita España para
despertarse y lavarse de sus negruras roñosas. Las obras nuevas de Vázquez-Díaz—¡oh, ese
admirable Pueblo de mar; ese ritmo viviente y cantarín de los Pescadores vascos; ese
portentoso Desliado de la cortina amarilla; ese Torso de mujer, que hace pensar en un Miguel
Ángel humanizado, descendido hasta la vida cotidiana y las carnes palpitantes femeninas,
plenas del eterno milagro de su florescencia vernal!—se unen a las ya conocidas y amadas:
1991
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Maternidad, Las Madres, Cartujo y Retrato de mi mujer, de esta Eva Aggerholm, cuyas
esculturas sosiegan la mirada y agitan el espíritu.(…)
MAYO
Homenaje postumo, la una, al arte ya consolidado, ya casi clásico del gran paisajista;
(…); han servido ambas para desquitar de esa turbamulta exhibicionista que ahora asalta los
lugares destinados a Exposición, con un impudor y una ligereza que la benevolencia de cierta
crítica autoriza cómplice.
Pocas veces se ha logrado reunir un conjunto tan expresivo de la obra de Darío Regoyos
como esta vez. En una anterioridad reciente recordamos las salas especiales de la Exposición de
Artistas Vascos, en Madrid, el año 1916, y de la Internacional de Bilbao el año 1919.
1992
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Regoyos (Véase El Año Artístico 1920) alcanzó hasta un punto que todavía parece
inaccesible ese fervor sencillo, humilde y cordial que luego había de salvar al paisajismo
español, exaltándole y magnificándole. Como ventanas campesinas, como oraciones de la
mañana, estos cuadros de Regoyos limpian el espíritu y le fortifican.
Todo en su pintura está ungido de pureza: el sentimiento, los motivos, el color. Todo en
ella es amable y sonriente, efusivo y tierno.
Tan es así, que el hosco lienzo Víctimas de la fiesta, sus notas marginales a las glosas
tétricas de Verhaeren, sus escenas de café cantante o de procesiones siniestras, nos parecen
algo pegadizo, «ahuecamientos de voz» en su acento suave, trémulo de dulzura y de regocijo
íntimo.
Y también otra sensación romántica. Las figuras con trajes pasados de moda. Esas
damas de polisón y capotita minúscula, esas adolescentes con el pelo suelto sobre la espalda y
cinturones azules, rosa, rojos demasiado bajos; esos caballeros de chisteras cónicas, de barbas
largas y levitas cortas, que también encontramos en los cuadros de los impresionistas franceses
y que nos conmueven como retratos familiares: de la madre que todavía no era más que
novia...
Ello indica, del mismo modo que el caso de los otros pensionados argentinos y mejicanos,
cómo es oportuno y será eficaz el propósito de la Junta para el Fomento de las relaciones
hispanoamericanas de traer a España los jóvenes artistas de la América española.
Estos artistas, ligados por tantos motivos, por tan profunda raigambre a nosotros se
formarán en nuestra patria y serán luego estética prolongación de ella al otro lado del mar. Sin
perder sus cualidades nativas; sin abdicar de la natural identificación del temperamento propio
1993
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
con el ambiente y los espectáculos que le deben ser peculiares, produciendo un arte personal y
nacional, siempre la huella de España será algo imborrable y latente. Como en otro tiempo lo
era la de Francia, menos generosa en el sentido de libertad espiritual, más nefasta por el
peligro de sus decadencias, aceptadas sin examen ni reflexión.
De cuantos pensionados cubanos hemos conocido hasta ahora, Manuel Mantilla nos
parece uno de los más interesantes. El más valioso quizás, el mejor dotado de aptitudes
pictóricas y el que mejor habrá de orientarse en lo futuro.
En Manuel Mantilla hay una indudable energía pictórica, una sensibilidad vibrante siempre
al hechizo del color, una certera comprensión sintetizadora de la luz.
Porque el contacto con los clásicos y la disciplina académica causan esos efectos en los
jóvenes demasiado sumisos: desvirtuar el temperamento, ennegrecer la paleta, enmohecer la
inspiración, alejarle de la fresca y jugosa ejemplaridad viva de los espectáculos naturales.
Manuel Mantilla se ha libertado pronto. Conserva de ese fugaz período lo que debe
asimilarse. Ha eliminado lo demás. Y de pronto— un poco bruscamente tal vez—pasa a
influencias homogéneas entre sí y coetáneas de su formación técnica.
Así, prescindiendo de más lejanos atisbos reminiscentes, estos cuadros que Manuel
Mantilla ha ido pintando en Castilla, Extremadura y Andalucía, hacen recordar los nombres del
español Pinazo, del húngaro Nagy, del italiano Caprotty. Y—claro está—de Hermen Anglada.
Y como Anglada también, como Pinazo el apasionado, tiene a veces líricos y ternísimos
deliquios luminosos, con cielos de amanecido, con carnaciones adolescentes, con lejanías de
1994
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ensueño. Sin que rechace por ello el contacto de los otros barroquismos interiores, de la
sensibilidad que revelan las figuras realzadas de un poco acentuadamente plástico.
JUNIO
Y todo ello sin la menor complacencia morbosa o decadente, sin abdicar de su flamenca
o veneciana prosapia en un «flamenquismo» espiritual buscador de las torpes delectaciones.
No. Lírico, su impulso íntimo; opulenta, su expresión externa.
1995
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se desliga de ser clasificado por como a todo le da una energía interior y una belleza de
superficie: paisajes, agrupaciones de flores, cacharros y telas, figuras femeninas con popular
indumento.
Gustavo Bacarisas ratifica, además, esa ondulación capitosa, ese arabesco floral y ese
rito femenino que es su obra. Siempre el sol y el hálito del Sur sobre él y en torno de él:
primero la infancia en Gibraltar, entre la turbulencia polícroma de los barrios hebreos, de las
calles cosmopolitas. Luego, la juventud y la madurez en Sevilla entre artistas, mujeres bellas y
la distinción clara del ingenio flotante en el aire, como un perfume profundo y un polvillo
luminoso muy sutil.
Y así, fuerte, recio, musculoso, dentro de sus trajes bien cortados a la última moda, es
como un moro que paseara por los patios claros y se detuviera ante las albercas, espejos de
mirtos, arrayanes y laureles, o de recitar las káridas ardientes a la luz de la luna y al ritmo
génmico de los surtidores.
Una elegancia sutil y profunda. Que se adivina innata y se sabe depurada. De hombre del
Sur que se analiza a sí mismo y se vigila a cada emoción. Elegancia de los temas y de la
técnica; del sentimiento íntimo que animan a aquéllos y dice ésta. La verdadera distinción
espiritual, ajena por completo a pegadizas banderías de extranjerismo y a vogas efímeras del
momento. La distinción que desearíamos ver incorporada para siempre a otros pintores
españoles cultivadores de la zafiedad o contagiados, por haraganería arrivista, del pastichismo
exótico.
1996
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sin fatiga, sin aturdimiento, sin esas bruscas llamadas de una obra demasiado cerca de la
que quisiéramos contemplar libremente, el arte de Bacarisas se veía de un modo parcial que,
luego, al pluralizarse, a resumir la sensación desde el centro de la sala con una mirada general,
se colmaba de armonía, formaba una plenaria cualidad de consciente esfuerzo, de serenidad
culminante. Se comprendía que Gustavo Bacarisas había ido aportando elementos constructivos
dotados en sí mismos de una belleza peculiar y aislada, pero supeditados—con esa feliz
sumisión de lo que busca la grata afinidad—al propósito definitivo.
De este modo la pintura de Bacarisas está bien alcurniada, pero sonríe con su propia
juvenilia. En un sentido de tradicionalidad y de modernidad acopladas por un gran
temperamento pictórico, la arquitectura, sólida sobre sus cimientos seguros, se colorea con la
rutilancia de los tonos plenos y con la caricia vaga y dulce de los medios tonos.
Se adivinan fáciles las preferencias coincidentes que a primera vista parecen agravarse
de influencia peligrosa: Anglada, Sorolla, Mir. Y en seguida se comprende el verdadero valor de
esa coincidencia. Aciertos fraternales, camaradería de caminante por igual ruta algún tiempo;
esas «confidencias parcilocuas del color» que a todo espíritu muy sensitivo dicen los artistas
definidos y definidores.
Además de ese propósito estético hay en Gustavo Bacarisas otro propósito racial: el
himnario canto a su Andalucía. Por ahora, en estrofas sevillanas y granadinas. Después, ¡quién
sabe! La educación visual, sentimental y sensual del artista no ha podido comenzar mejor.
Pintor de jardines, de mocitas nubiles, de cielos esplendorosos, debe ahondar, debe alongarse
más aún dentro de la tierra del Sur, del hyd que evoca el rumor del agua corriente.
Sevilla está interpretada en esas mocitas morenas, esbeltas y de una extraña melancolía
mora en las pupilas y una tentación fresca de fruto en las bocas. No son precisamente La Soleá,
ni la engalanada dama de Noche sevillana. Son Conchita, Joaquina, Gitanilla, La del pañuelo
estampado, La joven del abanico y esa maravillosa del Reflejo de sol, en las pinturas.
1997
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Entre las mujercitas sevillanas y los jardines granadinos están los lienzos de flores y de
cacharros, las «naturalezas en silencio» que seríar profanación llamar muertas, cuando todo
en ellas palpita, fulgura y estremece.(…)
Es aquí realmente donde hallamos con Granada toda la enorme potencialidad sensitiva
de Bacarisas y su maestría colorista y ese claro reto que lanza a la luz para vencerla. Es aquí
también donde él se encuentra a sí mismo el alma ancestral de los abuelos árabes.
Las fuentes rutilan como pedrerías de gemas; los arcos y las columnas esbeltas tienen
fulguraciones de metales preciosos; los cerros se empenachan de brumas como deseos de
infinitud.
Y no por ello Gustavo Bacarisas pierde—con tan etéreo deliquio de poeta en la tierra
colmada de poesías—su equilibrio pictórico, su reciedumbre de preparación clásica. Ved como
ejemplo Tarde dorada, que yo quisiera ejemplar permanente de paisajes en el Museo de Arte
Moderno; ved La torre de la Vela y Nubes sobre la ermita. Son cuadros cimentados de un modo
tradicional, repletos de elementos básicos del paisaje, y el menos transigente con las normas de
hoy podría repudiarles. Pero esa divina exaltación que los mueve y los hace palpitar y nos
embruja la mirada, sí es nueva y peculiar del artista y es la que nos hace encontrar la Granada
remota de nuestros días adolescentes, nublada, enmascarada o insinuada no más por otros
pintores.
(…) rubrican esta Exposición, calificándola para la cabal significación de lo que ha de ser
el artista moderno: un sensitivo, un colorista, un decorador.
1998
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En el Salón del Círculo de Bellas Artes expone Juan Espina una colección de acuarelas y
aguafuertes. Unas y otras responden a momentos y lugares de la naturaleza. Son paisajes
castellanos vistos en las alturas de la sierra o en la calumniada hondura de la tierra que atrae la
codicia de tantos nacidos fuera de ella. Y entre sus acuarelas de gamas cálidas, delante de sus
grabados, mortecinos de tiempo, pero con una entrañable belleza de emoción y
de métier, el viejo artista yergue la cabeza con ese gesto tan característico que tiene algo
de reto y algo de la remota gallardía de un español de los siglos áureos.
Hace mucho tiempo que nos debemos esta satisfacción de glosar la figura de Juan
Espina, veterano de pintores, espíritu rebelde; silueta que cruza por el bastardeado Madrid
actual con el chambergo negro, las barbas blancas y el entusiasmo estético siempre a flor de
piel.
No. Juan Espina, ahora como hace cincuenta años, es el combatiente generoso,
deslumbrado y sin reservas, que se batía en medio de la calle por la Libertad (así con la
mayúscula, que hoy se ha perdido en las imprentas y en los espíritus).
Su senectud está inflamada de juvenilia. Detrás de las barbas apostólicas, de las melenas
románticas, hay todo el ímpetu moceril. Y organiza Exposiciones y lucha en los Certámenes
nacionales y discute en la rotonda del Círculo, a grandes voces, la labor de los acomodaticios o
de los enmascarados.
Estas figuras a lo Domingo Marqués, a lo Pradilla, a lo Daniel Zuloaga, se nos van. Las
muchedumbres gregarias de hombrecitos afeitados y pulcros, de pintores con un tiento
calculador más deleznable que el otro tiento de los viejos artistas, estarán más cerca de las
tendencias del otro lado de los horizontes; pero no tienen la españolería bizarra, algo
fanfarrona—pero tan cordial—de los gallardos viejos, con su chambergo, sus barbas y sus
arrebatos iconoclásticos.
Juan Espina queda aún—¡ojalá dure mucho tiempo!—y le vemos con simpatía pasar entre
los jóvenes, entre los envejecidos, irguiendo la testa de un modo impertinente, que en el fondo
es simpáticamente infantil.
1999
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Espina se afilió desde sus primeros apuntes al paisismo. Sentía la claustrofobia de
las ciudades; se ahogaba en los recintos exiguos. Por eso, cuando mozo, simultaneó las
escapadas al campo con los disparos en las barricadas revolucionarias. Necesitaba espacio libre
ante sí, donde pudieran respirar él y respirar los suyos.
Eran los años heroicos del guadarramismo incipiente, tan distintos de las tartarinescas
invasiones dominicales de hogaño.
A la Sierra había que ir a pie, en mulos, en diligencias. No existían motos, autos, trenes,
tranvías. No se jugaba al Saint Moritz con billete de ida y vuelta. Algunos escritores, algunos
artistas, abandonaban la ciudad para exaltar las cumbres. Y en las Exposiciones Nacionales, los
buenos visitantes se constipaban mirando los paisajes de Morera y de Espina.
También eran los tiempos difíciles del aguafuerte. Hoy existe un grupo nutrido de
jóvenes cultivadores del grabado, con una maestría admirable. Entonces se le desdeñaba por
muchos. Le atendían, sin embargo, Lhardy, Campuzano, Espina y algún otro.
Espina burilaba paisajes de un modo más conciso que en el lienzo o la tabla.—¡Oh, las
tablitas de la segunda mitad del siglo XIX, las tablitas de caballete, donde Casimiro Sáinz creó
nada menos que el paisaje montañés!—Algunas de esas aguafuertes las vemos ahora al cabo
de treinta y tantos años. Son horas y estaciones bien definidas en bosques de altura, en
cañadas ubérrimas, en jardines selváticos, en caminos de cuento. Juan Espina tiene en esas
aguafuertes una sutil delicadeza romántica. Solitarios y recónditos escenarios, los elegidos por
él, muestran una elocuencia insospechada. Éste dice un idilio, aquél una tragedia, es otro una
lánguida otoñada de las almas a compás de la de los viejos troncos ennegrecidos por la lluvia y
empenachados por las brumas vesperales, Al lado de estas aguafuertes sugeridoras, matizadas
con tan íntima melancolía romancesca, las acuarelas de Espina gritan y vociferan. Son arrebatos
juveniles en la nivosa paz de la vejez. Destacan el deseo de no sentirse yerto y apagado. En
cambio, las aguafuertes hechas en la mocedad, en la madurez, presentían como un refugio las
futuras horas de reposo y apaciguamiento. Por todo esto resulta grato, curioso y ejemplar, ver
en el Salón del Círculo su arte sereno de ayer, su arte tumultuario de hoy, y entre los dos
antagónicos aspectos, la recia y sana figura del artista.
2000
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
JULIO
Puede, por lo tanto, afrontarse la obra de este pintor de un modo cíclico, seguro de
hallarle la cohesión ideológica, la bien definida trayectoria evolutiva, que se desvirtuaban y
desvanecían cuando las otras Exposiciones generales donde Solana ofrecía no más que
aspectos aislados y contaminados por las obras ajenas.
Solana vive en una casa de traza, amplitud y silencio provincianos. En medio de Madrid—
más concretamente, en pleno Chamberí bullidor y castizo—su casa es un remanso provincial
con las salas de otro tiempo y otra demarcación geográfica, el jardín un poco melancólico, las
galerías de cristales, los pisos enlosados, las puertas de anchos cuarterones. Pero todo esto
podía haberse contagiado de modernidad, de cortesana capitalidad, como tantos otros edificios
del viejo Madrid que contienen radiadores de calefacción central y mesas para bridge o pocker.
2001
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Gutiérrez-Solana pinta, rodeado de ese ambiente antiguo o envejecido, sus vitrinas, sus
santos de retablo pueblerino, sus relojes cantores, sus autómatas de cuerdas fatigadas. Luego
va colgando en los muros las propias obras terminadas, junto a las inconclusas y al lado de los
lienzos, blancos todavía, pero ya enmarcados. Porque Gutiérrez-Solana, a veces, es como, esas
personas que escriben el sobre y lo dejan secar antes de escribir la carta que encerrará luego.
Visita las aldeas míseras y comparte la exaltación milenaria de los pueblos castellanos en
los días de Semana Santa. Se mezcla a las mascaradas hórridas de los suburbios; entra a un
cuarto de coristas en un teatro de arrabal o coteja en la sala de una peinadora de rameras
pobres los rostros flacos, pintados, acuchillados, con las cabezas de madera hendidas también,
pintadas también, con cabelleras empalidecidas, ásperas y ralas también...
Solana llega a sentir la asfixia y el escozor picante, acre, de tanta miseria fisiológica y
social como ha contemplado. Entonces se refugia en las costas cantábricas. Frente a ese mar
denso, apasionado y masculino, que endiadema a Santander, su provincia natal.
2002
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
oscilan entre el hospital, la cárcel, el asilo nocturno, la mancebía y la taberna de sus temas
madrileños. De un madrileñismo sobrio, que recuerda las páginas barojianas de La Busca y Mala
Hierba; madrileñismo que nada tiene que ver con el otro chulón de organillo y retruécanos
recortados. Y pasada una centuria, dos centurias, los que quieran investigar en el alma áspera,
sanguinaria y fanática de nuestra raza, en esta pobre alma atormentada, que fué dueña del
mundo, y hoy es una mendiga que se tumba al sol, acudirán, antes que a ninguno de los
pintores contemporáneos, a Gutiérrez-Solana. Porque él ha sabido ver la razón de cómo somos.
Desde el Job, que se rasca entre harapos en las Cambroneras, a la mocosa de catorce años,
que se descoyunta bailando danzas americanas en los grandes hoteles; desde el rufián, que
degüella mujeres de alquiler, al senador, que se retrepa en su cargo vitalicio; desde el
trotacaminos al sedentario poeta de una provincia cálida del Sur; desde la máscara patibularia,
que agita sus miembros con tufaradas de poder, al universitario pedante, que parodia simiesco
los esnobismos filosóficos de última hora...
AGOSTO
Como en años anteriores, José Pinelo Llull inauguró en el Salón Wicomb, de Buenos
Aires, su Exposición de pintura española.
2003
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las ventas alcanzaron el importe de muchos miles de duros, con arreglo a la siguiente
lista:
«Son las Exposiciones de Pinelo un acontecimiento artístico, esperado con sumo interés,
porque brindan cada año, por esta fecha, la ocasión de poder admirar obras de mucha
categoría, antiguas y modernas, que constituyen como un resumen de la producción pictórica
española.
»Las de algunos maestros, como Sorolla, Menéndez Pidal, Moreno Carbonero, Santa
María, Pradilla, Sotomayor, Villegas, Jiménez. Aranda y Espina, son reveladoras de sus épocas
más jugosas. Otros, como Salaverría, Agrasot, Anglada, Benedito y Benlliure (José) y
Bertodano, nos brindan expresiones muy concretas de aquella técnica que constituyó su
personalidad en el mundo del Arte. Las telas de Fortuny, Marqués, Espina, Checa, nos hacen
recordar una de las épocas en que la pintura española alcanzó en Europa aquel nivel
insuperable que conserva todavía si nos es lícito comparar la pintura europea por la gran
cantidad de Exposiciones que tenemos ocasión de ver en Buenos Aires. Pinelo Yáñez presenta
en la Exposición de su señor padre una Flor de Sevilla, que es una academia de elegancia, y
Pinelo Llull también presenta los renombrados patios y las riberas del Guadaira, que son puras
2004
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
notas de poesía bañadas por una luz donde parece que hay esas explosiones de color que más
convienen a tan predestinados rincones de Andalucía. De las elegantes pinturas de Carbonero,
apenas se podría decir en su elogio cosa que ya no se haya dicho en estas columnas. El señor
Pinelo es un impenitente cultor de Villegas, Moreno Carbonero, Pinazo, Pradilla, Morera,
Martínez Vázquez, Llaneces, y jamás olvida en sus colecciones unas buenas, muestras de estos
maestros tan sólidos y tan eternos por mucho que se extravíe el sentido estético en las
audacias de lo extravagante y lo snob.»
SEPTIEMBRE
En estos días estivales el mar recibe más que nunca las miradas de los hombres. No
solamente aquéllas de todo tiempo de los que le interrogan y de él viven; no solamente las
melancólicas o esperanzadas de los errantes a bordo de un trasatlántico, sino las de los
hombres venidos de la llanura, del monte, de las ciudades lejanas que durante el invierno
suspiran por la visión azul.
Todos los años necesita su reposo activo frente a las olas. Colma de mar los meses
futuros y sus miradas tienen prolífica fecundidad estética.
2005
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Alguna vez hemos dicho que los cuadros de Verdugo Landi eran como cuentos, como
estrofas de un poema diverso y múltiple.
Ciertamente son así. Relatos de playa, de puerto o de muelle; sucesos que tienen la
angustia dramática de una creación literaria.
Y siempre el mar como protagonista único. Desde las opalescencias ortales al silencio
supremo y encendido de los vésperos. Desde la placidez levantina al asalto bronco de las olas
en los acantilados nórdicos. Mares de caricia y mares de violencia; mares con rumor de cuna y
mares con fragor de batalla.
En estos días, el artista que ofrece sus miradas anteriores desde la suntuosa instalación
del Majestic, contemplará el encanto marinero de Bilbao. De sus miradas actuales es justo
esperar cuadros futuros. Unos cuadros que a la luz finísima del cielo vasco irá imaginando para
acrecentar lo legítimo de su fama.
«Un éxito, el mayor de todos los que tuvo cada iniciativa del actual presidente del Círculo
de Bellas Artes, al ser llevada a la práctica, es el alcanzado al abrir al público—en estos días en
que Murcia rebosa de almas—una Exposición Regional de Pintura y Escultura. Varia veces y
muy distintos elementos han intentado realizar una manifestación así; otras tantas han
fracasado el intento. Hoy, el espíritu emprendedor y culto de Mariano Ruiz-Funes ha conseguido
lo que antes no se pudo lograr.
Hacer un estudio detenido de todas las obras que lo merecen es tarea para varias
crónicas, que serían pesadas de leer.
2006
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En la sala segunda exhiben Atiénzar Sala, Nicolás, Joaquín, Rodríguez, Beltrán, López
Crisantos y Gil de Vicario.
En la sala tercera hay obras de Luis Garay, Pedro Flores, Ernesto Gaya, Fuentes, Joaquín,
Rodríguez Beltrán, Vinader, Zaragoza, Enrique Luis, Carlos Rodríguez, Medina Seguí, Zamorano,
Jara, De Paz, Ferrándiz, Lozano y otros.
Francisco Miralles exhibe algunas de las obras que han figurado en su Exposición
particular, de la que ya hice la correspondiente reseña.
Antonio Nicolás tiene dos paisajes en que consigue fijar plenamente dos momentos de la
luz murciana. El contraluz Alcacileras es agradabilísimo de valoraciones verdes, de gamas
azuladas, de tenues violetas, que hace estimables una factura justa y ponderada.
De Atiénzar Sala, el gran paisajista murciano, mencionaré la obra número 78, en que
predomina una deleitosa destreza técnica, llena de gozo y de vida, muy murcianos, y un
concienzudo análisis de términos y de valores. El retrato que posee Atiénzar en la sala tercera
me gusta por su entonación cálida y suave, que es elocuencia de una gran sensibilidad
pictórica, aunque el concepto un tanto anticuado en que se desenvuelve la composición
malogra el acierto total. El marco desentona el conjunto.
J. Alcaraz, el insuperable pintor taurino, expone varias notas del género, todas buenas,
especialmente el grupo de caballo, picador y toro y el toro aislado, por el esfuerzo que su
ejecución supone.
Joaquín, el pintor del sentimiento, es quien posee mayor número de obras. Sus pierrots—
esos sus eternos amigos que tan bien le obedecen y entienden—culminan, con algunas cabezas
de mujer, del conjunto de sus obras. El último pierrot, en una actitud declamatoria, con una
estrofa en los labios y una emoción en el alma, nos enseña un escorzo difícil, fácilmente
resuelto. Es el mejor de todos los pierrots de Joaquín. Siguen gustándome Addio, Hilos rotos y
Luz de noche, que son muy bellos dibujos y que hablan del cariño que en su creación puso el
artista. Una Exposición de esos pierrots—sólo pierrots—en Madrid, tendría éxito monetario y de
crítica. La cabeza de mujer presentada fuera de catálogo es fina de gamas, simple de factura y
de una gran firmeza de trazos, igual que Rosario y Cabeza dormida, de que hablé no ha mucho
en estas columnas. Los retratos al óleo me gustan menos que los pierrots y las cabezas
femeninas al pastel. En cuanto a las obras señaladas con los números 49, 50,56, 58 y a sus
2007
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
precios respectivos, he de estimarlas como nota jocosa, aunque el público las crea ofensa al
Círculo de Bellas Artes...
Cándido Banet tiene una copia de Rubens, muy acertada, respecto del original, que le
acredita de buen observador.
Un acierto de Fuentes, en el bodegón número 52; la técnica posee calidad y los objetos
un extraordinario relieve. La simple factura contribuye a afianzar el buen concepto en que el
artista se halla frente al modelo. Fuentes debe pintar bodegones más que paisajes, pues de
éstos sólo hallo digno de mención el apunte número 34.
Luis Garay, el exégeta de la pintura murciana, expone diez obras, todas excelentes, de
diversos conceptos y técnicas, de las que Autorretrato, por su recio dibujo y agradabilísima luz
verde, que avalora su fondo impresionista, es la mejor. Las tonalidades de Neblinas en las
cumbres y los viveros, paisajes ambos de sierra España, acordan bien y hablan una vez más del
dominio, en Garay, de la ciencia del color. Un buen estudio de término y de planos cromáticos
que han de ser muy elogiados por la crítica madrileña.
De Ernesto me gusta Plaza de Santo Domingo por la gran realidad que posee.
En medio de la pared revolucionaria, detrás de una columna, se han colocado dos trozos
de «academia», originales de Parrilla: Peras de Aragón y Mandarinas de Alicante. De las peras
se puede decir que «están bien pintadas»; de las mandarinas que debían ser más dulces...
En la misma pared hay dos bodegones de positivo mérito, de gran relieve pictórico y de
una notable orientación moderna: son de Gaya, un niño de once años. En el testero de los
2008
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Una de estas obras era el paisaje Caput Castellae, original de Luis Gil de Vicario, que
reproducía la visión serena de Burgos.
Varias veces hemos contemplado la ciudad-relicario desde ese mismo punto que el pintor
la ha sabido interpretar, luego de salir por el Arco de San Esteban, a la hora dorada del
véspero.
Contemplar Burgos desde las alturas donde en oíros tiempos estuviera el castillo y donde
la buena voluntad y el tesón de un burgalés ilustre—Francisco Dorronsoro—habrá de levantar la
futura ciudad-jardín, es uno de los espectáculos más bellos y más cuajados de encanto en
nuestra alma para siempre que hemos presenciado.
Así, cuando vimos en el Salón de Otoño el lienzo de Gil de Vicario, tan fiel, tan
comprensivo, tan dotado de acento burgalés—un acento viril que nos busca el corazón en un
2009
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
sosiego leal de amistad—, nos desquitó de aquellas salas hórridas, donde la ineptitud, la
indigencia espiritual y el despechado fracaso habían ido colgando sus obras cruelmente
representativas.
Luis Gil de Vicario es burgalés. En ese grupo de artistas burgaleses que culmina en el
maestro Marceliano Santa María— el que de manera más amplia, diversa y amorosamente filial
ha glosado los temas netamente castellanos—, y donde figuran artistas del mérito de Javier
Cortés y Julio del Val, Luis Gil de Vicario ya tiene un puesto afirmativo.
Reside habitualmente en Murcia cuyo paisaje va reflejando también en lienzos como los
expuestos en la última Exposición regional de aquella ciudad, Otoñal, Cipreses, Almendros,
exaltaciones cromáticas, deliquios sentimentales de un alma absorbida plenariamente por el
culto de la belleza.
Desde hace mucho tiempo su firma es una de las más estimadas y cotizadas en los
Salones de Humoristas. Tiene un ingenio agudo, mordaz y penetrante que se traduce en
estampas de una ironía sutil y de una rara perfección técnica. También como cartelista se ha
distinguido, obteniendo en el de la revista Estudios Médicos el primer premio, triunfando sobre
maestros del género, acostumbrados ya a las victorias repetidas. Algunas de estas actividades,
fructíferas y bien empleadas, bastarían para consagrar a un artista. Gil de Vicario no se supedita
a ellas solamente. Amplía su carácter creador a la crítica, a la conferencia, a la dirección de
revistas. Es un crítico certero y desapasionado, dotado de extensa cultura y no falto de alguna
agresividad. Su estilo abunda en primores literarios y muestra, tanto en los artículos de
exégesis como en las conferencias, una sensibilidad que no suelen mostrar los glosadores del
arte con-temporáneo. Y cuando se piensa que toda esta labor entusiasta y fecunda la ha
realizado Gil de Vicario en plena mocedad, en esos años—turbulentos, deslumbrados e
intranscendentes, por lo general—de la primera juventud, hay derecho a vaticinarle una
reputación definitiva en las artes y en las letras de hoy.
2010
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OCTUBRE
Al artista debe pensionársele con libertad plena de acción para que elija los ejemplos y
las sugestiones más cerca de su espíritu y más acordes con su concepto del Arte. Repetidas
veces lo hemos dicho, doliéndonos además de las circunstancias adversas en que optaban a las
plazas los artistas jóvenes y las «disfrutaban» después.
Los pintores, los escultores españoles adscritos a la Academia Española de Roma, tenían
que sufrir infinitas privaciones, soportar humillaciones sin cuento respecto de sus compañeros
enviados de otras naciones. El importe misérrimo de su pensión no podía consentirles otra cosa.
Eran seis mil liras que, con la carestía actual de la vida en Italia, colocaba a los jóvenes artistas
en el trance de abandonar tan pingüe remuneración o resignarse a una bohemia estéril y
vergonzosa.
Este elogio alcanza a todos: al director de la Academia, señor Chicharro; a los miembros
del Tribunal y a los opositores elegidos. El señor Chicharro ha venido a España para conseguir
el aumento de consignación con destino a las pensiones. No lo ha logrado del todo. El Estado
español a quien no interesa—por la incapacidad mental que parece ser el estigma hereditario
de sus manejadores oficiales—lo más mínimo las cuestiones científicas y estéticas, sé muestra
reacio a entregar lo necesario; pero al menos se conseguirá que los pensionados españoles en
Roma dispongan de quince o diez y seis mil liras anuales, en vez de las seis mil que hasta ahora
no consentían ni el pago de un mendigo para modelo, si—como es lógico—no se resignaban a
dejarse morir de hambre.
2011
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Curioso, por insólito, el caso en España de que; salvo los postergados, haya unanimidad
de criterio entre el Jurado, la crítica y los artistas. Realmente las plazas no podían ser otorgadas
a otros opositores, sino a estos tres jóvenes ya destacados antes de ahora con ascendente
afirmación de su personalidad.
No son, por lo tanto, unos advenedizos, ni da pretexto el fallo al desaliento ajeno como
en otros casos de injusta recompensa.
Joaquín Valverde fijó sus cualidades de pintor en el grupo de pensionados del Paular.
Antes había demostrado su pericia y buen gusto como ilustrador editorial.
Su cuadro, La coronación del héroe, contiene la bien unida expresión de esas dos
excelencias. Hallamos la riqueza cromática, la sensibilidad de un colorista, el acierto
compositivo, la imaginación cultivada de un dibujante y el sentimiento lírico de un poeta.(…)
Desde hace mucho tiempo venimos siguiendo el arte juvenil exaltadamente cordial de
Pérez Rubio. Tuvimos desde el primer momento fe positiva y alentadora en este paisajista, que
daba a la naturaleza una valoración romántica.
Pérez Rubio es entre los jóvenes paisistas españoles uno de los más conscientes, de lo
mejor dotados y de los que poseen mayor profundidad de sentimiento.
DICIEMBRE
2012
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
De estas salas, que tenían un encanto algo marchito, y que nos llevaban sin nostalgia a
evocaciones de un período de la pintura española no muy ejemplar, pasábamos a las otras de
hoy, donde había cinco o seis obras de un valor afirmativo y de una asequible fraternidad
espiritual con nuestro temperamento.
En el comienzo del presente año fué honrado el Círculo Artístico por la confianza del
Gobierno belga, mereciendo el encargo de organizar una Exposición de Arte de ese heroico y
laborioso país, resultando una manifestación completa y exquisita, llevada a cabo con el mayor
éxito bajo la protección del Excelentísimo Ayuntamiento de Barcelona, en su Palacio Municipal
de Bellas Artes, estableciéndose así estrechas y cordiales relaciones de mutua estima y cultura,
y proporcionándonos con tan grato motivo ver asociados vuestro nombre augusto con el de S.
M. el Rey de Bélgica en el Comité de Honor que la presidió.
Fué el actual director general de Bellas Artes, Sr. García de Leániz, quien, en
representación del Gobierno de Su Majestad, llevó la voz en tan célebre certamen, y el mismo
que, con ocasión de su visita a nuestro Centro, sugirió la feliz idea de esta Exposición que hoy
se inaugura bajo tan gratos auspicios, que para dicha nuestra, y por iniciativa nunca bastante
alabada del representante entonces del Poder Central, viene a reforzar entre la capital de
Vuestra Monarquía y sus regiones diversas aquel nexo fecundo de la espiritualidad en que el
Arte deja la huella de su universal influjo.
2013
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Instalada de un modo armónico y asequible en las salas de los Amigos del Arte y en la
facilitada por el Museo de Arte Moderno para exhibiciones particulares, esta Exposición
responde felizmente al propósito de sus organizadores.
Cierto que para significar una total manifestación de los paisajistas catalanes
contemporáneos faltan obras de algunos artistas importantes y de bien definida personalidad:
Pidelaserra, Meifrén, Olegario Junyent, Suñer, Llimona, el malogrado Florensa, Estivill, Padilla,
Matilla y algún otro. Habría sido conveniente, además, ver las notas exaltadas de Mallorca que
viene pintando Anglada desde hace algunos años.
Pero tales faltas no son probablemente imputables al Real Círculo Artístico y a los ilustres
escultor y crítico Sres. Blay y Domenech que aquí han secundado su difícil labor.
Ni dañan demasiado tampoco esas faltas para el juicio que puede formarse acerca de la
existencia indudable del paisismo catalán, no sujeto a escuelas o normas determinadas, no
anquilosado en un catalogamiento de fórmulas y recetas, sino expresado en realidades libres,
personales, a través de temas y motivos comunes, en una fraterna creación bajo la misma luz y
frente a espectáculos homogéneos.
Que esto es lo que debe entenderse por la interpretación colectiva del paisaje de una
región determinada, no el empleo obstinado de tópicos externos y prejuicios intelectuales por
unos cuantos pintores que se copian entre sí hasta el agotamiento y la saciedad uniformes.
Una sala se ha consagrado por entero a Joaquín Mir. Pocas veces se ha presentado
ocasión de estudiar a un artista con tal plenitud documental y tan selecto ejemplario de sus
etapas evolutivas. Son cerca de veinte años del arte del maestro los ofrecidos en esos lienzos
que empiezan en las orquestaciones líricas de Mallorca y concluyen en esa sinfónica
espiritualidad cromática de sus paisajes actuales.
Lejos de invitar a una rectificación, a una confrontación negativa y adversa con otros
valores del paisismo moderno, esta serie de cuadros de Joaquín Mir, afirma, ratifica, consolida
la creencia que siempre tuvimos en su maestría técnica y en su sensibilidad íntima.
En ellas los cuadros de Joaquín Vayreda ofrecen un interés amable y elocuente. Son seis,
y cada uno refleja instantes fugitivos dela Naturaleza inmutable: En la ribera, Paseo matinal,
Campo de fajol, Abrevando en el rio, Las pastoras, Cogiendo setas.
De todos ellos emana aquel sentimiento idílico, aquella ternura expresiva y aquel
realismo, menos vigoroso, tal vez, que el de Martí Alsina, pero impregnado de bucólico encanto,
que eran las cualidades características de Joaquín Vayreda.
2014
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No se puede hablar de los orígenes del paisaje catalán moderno sin evocar este artista
tan colmado de delicadeza y de sagacidad visual. Está bien situado y destacado en su época,
como lo está ahora en la suya el hijo, Francisco Vayreda, contemplando los mismos motivos
paisistas del padre y dando a su pintura las inquietudes coetáneas.
Acaso el paisaje de Olot permanecería inédito, a no estar allí para interpretarlo Joaquín
Vayreda. Así, pues, el paisaje de Olot no es una creación de la Naturaleza, sino una creación del
artista.‖
El artista supo recoger todo ese color impregnado de humedad y de frescura que tienen
los campos de Olot. Escuchó el rumor del agua. Y con una conciencia honrada, con toda sencilla
modestia, fué creando la admirable obra, que puede considerarse como la primera, dentro de
su género en España. Ha pasado el tiempo; ha evolucionado el gusto. Muchas de las cosas
reputadas ayer como de mano maestra, son hoy escarnecidas. Pero la obra de Vayreda se
sostiene. No se apaga la luz que ilumina la obra del pintor montañés.»
Por eso, frente a estos lienzos evocadores, patinados por los años, dotados de la amable
ternura y con una jugosa y entrañable belleza, se comprenderá lo justo de las palabras de
Román Jori y la certera consagración que hicieron de Vayreda los artistas contemporáneos
erigiéndole un monumento «sencillo y modesto» en el fondo del jardín del Palacio Municipal de
Bellas Artes, que ahora habrá de transformarse en el Museo de las obras perdurables.
2015
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
en el Museo de Madrid, y por un Jardín de otoño, donde se halla la sorpresa de una anticipación
a la más frecuente de las preferencias temáticas de Santiago Rusiñol.
La sección moderna está distribuida en las tres salas restantes. De ella, lo más saliente
es, ante todo, el cuadro Piera, de Ricardo Canals, tan sutil, tan íntegro de emoción; las notas
recias, vibrantes, de Nicolás Raurich, Casa de vecindad y Terruños; San Pedro Gallinás, de
Rusiñol, que aleja la idea de las arquitecturas vegetales, de las melancolías fastuosas, de los
otoños de Aranjuez, para expresar con sincero acento un motivo vulgar; Del Valles e Invierno,
de Puig Perucho; Les Gritelles y Molino del Puente, de Ívo Pascual; los dos paisajes de Olot que
presenta Francisco Veyreda; Fuente Moxina y Rosales, de Mallol; Feudalismo y La costa brava
enjoyada, de Gili Roig; En casa el «Ciscu», de Vila Puig; Pirineo, de Mariano Fuster; Camino
viejo, de Drudis Biada.
En cuanto a Enrique Galwey y Domingo Carles, exigen un comentario aparte por cómo el
primero se limita demasiado a los hallazgos pretéritos de su personalidad, sin el ansia salvadora
de la renovación; y por cómo el segundo abandona sus bellas, sus sugeridoras naturalezas en
silencio para extraviarse en una agria e inarmónica destrucción de normas clásicas a las que
parece intentar el retorno.
Y para lograr con toda plenitud esa compresión ajena, el Círculo Artístico de Barcelona
encargó cuatro conferencias: a D. Ángel Vegue, D. Rafael Domenech, D. Rafael Marquina y el
escritor que firma este libro.
Rodeados de las obras que motivaban las conferencias, y de un público que de antemano
se sabía seleccionado y propicio, fuimos diciendo nuestras cordiales exégesis.
Los tres ilustres escritores que hablaron del paisaje del siglo XIX, del sentimiento en el
paisaje y del paisaje en sí mismo, emplearon tres elocuencias distintas, conceptos diferentes,
tres maneras de ver el arte y de glosarle absolutamente personales.
Ello nos interesó tanto como los contenidos erudito, lírico y doctrinal que informaran
sucesivamente las conferencias de Vegue, Marquina y Domenech.
2016
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Tres tipos de conferenciantes igualmente notables y definidos. Tres ejemplos que ofrecer
a esos señores que balbucean, se extravían y se hunden con sus propias palabras, o a esos
otros que leen con monotonía apresurada las cuartillas que les tiemblan entre las manos...
Vemos a Ángel Vegue especializándose cada vez con mayor amoroso detenimiento en la
pintura de nuestro período romántico. El catálogo de una de las primeras Exposiciones de la
Sociedad Amigos del Arte, la consagrada a pintores de principios del siglo XIX, llevaba su firma.
Ahora, el importantísimo de la Exposición de Arte Romántico, también contiene acabados,
pacienzudos y comprensivos estudios biográfico críticos del ilustre investigador.
Y Vegue decía todo esto de un modo claro, tranquilo, reposado donde se adivinaba, sin
embargo, la cordialidad íntima por el tema pretérito y el motivo actual. Rafael Marquina es la
frondosidad, la impetuosidad verbal, el esplendor léxico. Los que le recordaban Farfarello
frivolo, el satírico implacablemente burlón, tuvieron un instante de sorpresa y en seguida un
rendimiento placentero a la armoniosa, a la sinfónica grandeza verbal que les envolvía de
belleza. Marquina tiene una madurez patricial, una voz cálida de sonoras inflexiones que el
catalán acento austeriza. Conoce bien su tierra y sus coetáneos. Ha contemplado el paisaje
natural y los paisajes pintados con un amor filial, con un amor fraterno. Así, a medida que leía
las cuartillas, era como si abriese ventanas sobre campiñas y sobre distintas luces, libres
en la libertad de los Valles y las cumbres; era como si volviese a pintar los cuadros que
elogiaba, para que nos diésemos cuenta de cómo era el secreto de su encanto entrañable y su
perfección formal.
Música para los oídos, fulgencia para los ojos, denso sabor de fruto maduro para el
entendimiento, aquella conferencia de Rafael Marquina nos hacía pensar en las características
bien catalanas: la robustez, la plenitud, la ternura. Recordábamos Maragall, Verdaguer, Suñer,
Casanovas, todos aquellos hombres donde su raza ha florecido
2017
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No. Domenech es un latino con los nervios vibrantes y la palabra fácil. Se ha educado
con largos estudios, con largos viajes , con largas charlas rodeado de discípulos. Así, no olvida
nunca que siempre hay algo ignorado del que escucha. A veces, un episodio trivial, una
minucia ligera; a veces, un punto de partida luminosamente revelador. Domenech exige la
atención sostenida por cómo se esfuerza en agotar la expresión definidora de sus palabras.
Elige siempre como una plazoleta ideal de la cual salen cuatro, cinco, a veces diez senderos,
y los recorre todos, retornando cuando sea preciso a la plazoleta inicial. Por lo tanto, no hay
posibilidad de que nada quede obscuro y sin ejercer. Y de cuando en cuando, cual un
caminante que tiene prisa, pero que es artista, se inclina para cortar una flor nacida en el
lindero, o se detiene para señalar una celistia melancólica. Sin rectificar su criterio, antes bien
afianzándole de todas las virtualidades que le definen, explicó la incorporación inevitable de la
Naturaleza, la entrada, como protagonista, de la Naturaleza en la pintura de paisaje. Y su voz,
que fué la última de las cuatro de las cordiales exégesis, dejó flotando en los espíritus el
nombre de Joaquín Mir. Como esa luz postrera que en los vésperos no quiere apagarse en una
cima terral, en la punta de un árbol, en un campanil solitario y aldeaniego
2018
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ENERO
Lentamente, con una perseverancia bien orientada y capacitada por discretas cualidades
de pintor, Rafael Aguado Arnal va conquistando la atención del público y de la crítica hacia sus
obras.
No se trata de uno de esos artistas vocingleros y ocasionales que buscan el triunfo con la
extravagancia arbitraria o el pastichismo a ultranza. No. Es un artista serio, concienzudo,
afiliado desde el primer momento en una tendencia realista de indiscutible filiación española.
Aguado Arnal es aragonés. Forma parte del grupo de pintores y escultores que la
generosidad amplia y el entusiasmo contagioso de Zuloaga supo reunir hace varios años en
Zaragoza bajo la advocación de Goya.
Desde entonces la firma de Aguado Arnal nos es familiar en las Exposiciones Nacionales,
en los Certámenes del Círculo de Bellas Artes, en las exhibiciones particulares, donde a través
de las obras sinceras y cordiales se adivina su espíritu sencillo, franco, de espontánea claridad
efectiva.
Pero hasta ahora, con la Exposición del Ateneo, no pudo formarse cabal idea de la
personalidad del joven artista aragonés. Veíamos paisajes aislados, cortes de figuras, vidas en
silencio—como dicen los alemanes—, que acreditaban su virtuosismo y sus notables
condiciones.
En las obras de figura se destacan el Autorretrato y Una gitana, donde las cualidades de
Aguado Arnal—sobriedad, respeto al natural, concisión cromática—se manifiestan elocuentes.
2019
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y nada tan grato para nosotros como elogiar esta labor entusiasta y tranquila de un
artista que sigue honrada, lealmente, su camino.
MEMORANDA
El pintor argentino Sr. Franciscovich expone en el Salón del Círculo de Bellas Artes, de
Madrid, 34 paisajes americanos.
FEBRERO
Espíritu modesto y tímido, entregado a su arte con una atención exclusiva y desalentado
por unas torpes incomprensiones ajenas de los que en principio se mostraron propicios a
alentarle y darle a conocer, Terruella se limitó a colgar sus obras en el Salón Arte Moderno, y a
esperar, sin solicitarlas, las visitas de la crítica y del público.
El Salón Arte Moderno es uno de los más bellos y acreditados de Madrid. Gracias a esto,
la modestia y el silencio humilde del señor Terruella no han colmado la renunciación voluntaria
y el desconocimiento absoluto.
Alguien ha visto sus cuadros y ha transmitido el agrado que les causaba. Así, la
Exposición no fué totalmente desconocida...
Joaquín Terruella es discípulo del marinista Segundo Matilla, que, aunque madrileño, se
encuentra clasificado entre los paisajistas catalanes, y del cual vimos una importante Exposición
en el Salón Vilches el año 1915.
Se advierte en seguida la filiación artística del Sr. Terruella por la preferencia de ciertos
temas y la vigorosa factura con que afronta los ímpetus del sol sobre la arena rubia y el azul
Mediterráneo. No tuviera más que esas cualidades, y ya serían de estimar; pero el Sr. Terruella
posee otras, personales e independientes, que le acreditan de pintor sin necesidad de evocar
reminiscencia alguna.
2020
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La diversidad de los asuntos mostraban la agilidad colorista del pintor y las facetas de su
sensibilidad.
Y en las noches neblinosas del Madrid invernizo, estos cuadros vibrantes del joven
paisajista catalán nos caldeaban el pensamiento y nos llenaban de la nostalgia mediterránea...
PAISAJES DE LA MANCHA
El día 15 de febrero dio el autor de esta obra una Conferencia en el Casino de Ciudad
Real acerca de El paisaje en la moderna pintura española, y de dicha disertación se reproducen
los siguientes fragmentos:
Nada tan grato para mí como esta honrosa invitación del Casino de Ciudad Real a que
viniese a buscar el cobijo de sus muros y charlar de arte a un auditorio donde habrá muchos
amigos de ayer.
2021
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Un ayer algo lejano, y por esto la honra que el Casino de Ciudad Real me proporciona,
tiene una profunda emoción melancólica. Algo de esto habéis oído a la voz autorizada y al
acento cordial de Arturo Gómez Lobo, el amigo dilecto y fraterno. Y digo algo, porque su cariño
velaba los hechos con elogios excesivos, de los que vosotros sabréis separar lo que es humilde
verdad y lo que es dictado de la franca, de la noble camaradería, no interrumpida desde mi
niñez, ya un poco remota.
Hace veintitrés, veinticuatro años, que yo salí de Ciudad Real, y, sin embargo, durante
ese tiempo en que mi vida adquiría los cauces que ya considero definitivos, la ciudad no se
perdía en una visión fulgente, sino era una sensación siempre coetánea, un contacto espiritual
de todas las épocas, un tema siempre actual a través de los episodios nuevos y las distancias
recién reveladas.
Oíd, por ejemplo, unos párrafos íntimos de una de esas cartas; La letra minúscula,
endiablada, de Arturo Gómez Lobo, está parda por el tiempo; pero hallaréis el vigor descriptivo,
la reciedumbre intelectual, que ya prometían en nuestro amigo a uno de los más admirables
escritores de su generación:
Yo vivo en esta tierra llana del largo descansar y del largo meditar. En una ciudad en la
que se cuentan todas las horas, en la que se sienten pasar todos los minutos llenos de un
misterio de muerte. Vivo entre unos hombres cachazudos, pacientes, enemigos de lo
impremeditado, que andan lentos, que se revuelven más lentos aun, porque ellos tienen amor a
la vida y quieren saborearlo todo, adquirir la conciencia de los placeres de esta vida inmensa
del llano de esta cósmica vida estrepitosa bajo el tierno sol, bajo el buen sol castellano este
viejo sol que nos descubre todo el cielo, todo el campo todas las almas, todo el candor y la
sencillez de este mundo sahárico
Frente a mi balcón hay una calle ancha, corta y recta. Son dos hileras de casas blancas;
son iguales, geométricas, de una sola planta; el sol cae a plomo. El sol y la cal y la blancura del
suelo vibran, centellean, estallan, cegando la retina, fijando en el cráneo una bola de fuego.
2022
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Una mujer tocada de negro va por junto a las casas. Se entornan los ojos y parece una
brecha abierta en la pared a un interior de sombras.
A lo lejos, unos tejados chispeantes se erigen y alargan como tierras de labor recién
soleadas. Una torre chata, que destaca de un azul caliginoso, muestra el ojo blanco, el ojo
implacable, el ojo sin pupila de su reloj. Suenan todas las campanas con vibraciones pausadas.
Pasa una hora y la quejumbre del bronce sigue llenando todas las oquedades, todos los
rincones capaces de recoger el sonido y llevarlo a las almas y herirlas con su lamento. Otra hora
pasa, otra hora que ha sido hermana de nuestros deseos o que ha salido y enterrado la historia
de un corazón. Y las campanas tañen en lo alto, con voces que nos parecen humanas, llenas de
pereza, de cansancio y de dolor. Y así todo un día, mientras se oyen unos pasos fuertes, ruidos
lejanos, un piar temeroso, la nota cascabelina y tremante de un alacrán loco de alegría de sol...
Por segunda vez se lee en voz alta esta visión admirable de una tarde y de un estado de
alma. La primera se leyó hace diecisiete años en un grupo de escritores, de artistas turbulentos
e impacientes que empezábamos a soñar con la gloria remota.
He querido que esta nota íntima de color de quien tantas veces ha descrito el llano con
filial ternura, con exaltado lirismo, figurase al frente de una divagación acerca del paisaje en la
moderna pintura española.
Pero tiene, además, otro valor: el afectivo. Antes, esa carta; después, otras, eran como la
historia evolutiva de la ciudad añorada, de su prosperidad segura y tranquila, de su renovación
bien orientada.
Por eso ahora, cuando vuelvo a Ciudad Real, la colmada de presente, la henchida de
porvenir, no siento ese choque brusco de la realidad extinguida y la realidad inédita.
Entre mi niñez, que transcurrió en la ciudad ancha, urente; aquella niñez de las paseatas
por el Prado y por el camino de Alarcos, de las largas horas al sol en lo alto de la Puerta de
Toledo, que me despertó el ansia de los horizontes amplios, de la postulación por las calles,
entre estudiantes de mi edad, para engrosar una suscripción patriótica -¡siempre en nuestra
patria el estribillo trágico de las guerras coloniales!—; en aquella infancia, por último, donde
empecé a sentir la inquietud literaria, y esta madurez de hoy, que a vuestra benévola
hospitalidad vuelve, el guía espiritual, lleno de lealtad y de efusión, me fué adiestrando para
que la admiración no estuviese desvirtuada por el asombro.
Pero sí queremos destacar la figura de uno de esos pintores, por como es legítimo orgullo
de vuestra tierra, y tiene bien cimentado nombre en la historia del paisismo español
contemporáneo: Ángel Andrade.
2023
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Encontramos, sin embargo, su nombre en los catálogos de las Exposiciones desde hace
treinta y cinco años. En 1890, en 1895, en 1906, en 1908 se le otorgan medallas, es Jurado en
otras nacionales, practica la enseñanza, extiende en torno suyo esa contagiosa efusión que le
caracteriza.
En su obra, tan vasta, tan ecléctica, hallamos los más disfraternos lugares y las
atmósferas más opuestas. El alma propicia a todas las emociones, la mirada ávida de todas las
horas y la mano siempre segura, cada vez más experta.
¡Oh, esto sobre todo! Como Aureliano de Beruete, Ángel Andrade es un entusiasta
exégeta de Toledo. La ciudad castellana con sus arcaicas siluetas arquitectónicas, con sus
escarpadas vertientes, su río legendario, sus celajes dramáticos, sus balcones floridos, sus
callejas de romance, está como capítulos de un gran poema épico o de una novela romántica
en los lienzos de Ángel Andrade.
He aquí un ejemplario que yo me atrevo a recomendar a los pintores jóvenes, una senda
amplia, como son todas las de esta bendita tierra, que conduce a los caminos de! mundo y a las
fantasías del ensueño.
2024
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y es la avutarda que ha cruzado sobre nosotros con aleteos pausados. Y son los
montecillos de piedra, perdidos en la estepa, y desde los cuales, irónicos, misteriosos, nos
miran los cuclillos.
¡ Puertas al campo! Por ellas dais vuestra vida a la vida universal y dejáis que la vida
universal os llegue en una doble amplitud generosa de la llanura encalenturada de sol y blanca
de luna.
2025
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
MARZO
MEMORANDA
ABRIL
Coincidentes, dos artistas, bien definidos dentro de sus personalidades respectivas, han
expuesto sus obras en Madrid: desde el Salón Lacoste, el paisajista Raurich; el costumbrista
Hermoso, desde el Palacio de Bibliotecas y Museos.
Aprovechemos esos motivos por lo que tienen de actualismo y por lo que significan de
permanencia.
2026
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La Exposición Raurich inflama las dos reducidas salas, acogedoras a flor de calle,
absorbiendo inmediatas la atención distraída por los frivolos temas ciudadanos al otro lado de
una frágil puerta de cristales. Se entra de pronto, bruscamente, en ese hervor de fulgurancias
que es siempre la pintura de Nicolás Raurich.
Raurich desdeña, y hace bien, esos repulgos ajenos. Se ratifica de un modo cada vez
más absoluto y punzante en la factura que le exige la personal visión, la inconfundible
identificación con los espectáculos paisistas.
De este modo totaliza y abarca la cabal expresividad del paisajista, sin prejuicios, sin
manierismos facilitados por la costumbre, sin que se le pueda tampoco exigir una abdicación de
su temperamento a favor de las ajenas y efímeras vogas del público tornadizo.
2027
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No. Todo está ponderado, ecuánime, en una gradación de obras y de luces que
pudiéramos llamar sinfónica.
Desde que Nicolás Raurich se desvió de aquella opacidad, de aquel sordo clasicismo de
sus años italianos—no reprochamos, claro es, sus Pantanos de Nemi, ya dotados de la
permanencia museal—, su paleta se enciende, se encalidece, flamea con cadmios, con índigos,
con púrpuras. Y una amplia masa de azules esplendorosos les valora y complementa.
Nicolás Raurich, reintegrado a la, Cataluña mediterránea, siente esa eterna exaltación de
la Madre Nuestra en sus ojos, en sus venas, en su cerebro, en sus manos. Es como un pescador
de embriagueces cromáticas, como un nauta de cielos y de ondas marinas.
La Exposición del Salón Lacoste tiene todas las facetas de la pintura de Raurich: la visión
mediterránea; la naturaleza en silencio rutilante; el paisaje melancólico, la otoñada pomposa, el
trozo urbano cuya trivialidad se engrandece por una solar magia.
De las tierras encendidas, a los apagados jardines; del mar, exultante, imperativo, de un
helenismo legendario, a las cumbres lejanas de una serenidad neblinosa.
Y siempre la majestuosa grandeza eurítmica de las formas y el polifónico acento tonal del
gran pintor.
El rostro de Larraya sonríe todo él en una sonrisa que no sólo está en la boca, sino que
se extiende como una claridad afable sobre todas las facciones, y brilla algo en el cráneo
desnudo. A veces, en ese rostro hay chispazos que surten del círculo cristalino del monóculo. A
veces, la sonrisa se niebla algo con un gesto de melancolía y una mirada dulce de desencanto.
2028
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¡Alegría de los años pretéritos! Quedó en la risa blanca, en la mirada azulenca, en los
surcos de la piel como esos pétalos de rosa que el viento trae de jardines vernales a los
labrantíos endurecidos de invierno.
Y siempre el chambergo negro, el traje de pana, los gabanes ansiosos de ser manto y el
monóculo sin pretensiones dandystas. En la frente, cada vez más alta, más cupularmente
levantada hacia la convexidad reluciente del cráneo, pensamientos generosos de infantilidad y
apasionados de lirismo. Es necesario tener un poco niñas las ideas y darlas ese aire sutil de
canción y ese ritmo de sueño dulce del lirismo para seguir siendo artistas más allá del tiempo
en que se es oficialmente niño y libremente soñador.
Tomás Gutiérrez Larraya conserva esa infaníilidad lírica, y gracias a ello se hace
campesino capaz de ver el paisaje sin instintos prácticos;
La obra de Larraya se ha ido esparciendo como los giros anchos de las sembraduras
radiantes bajo el cielo de otoño. Pensando en las germinaciones futuras; sacrificándose con la
abnegada actitud del que sabe no habrá de lucharse en las venideras cosechas.
2029
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La obra de Larraya tuvo desde el primer instante una eficacia honda. La fragmentó,
además, para mayor diversidad abarcante: la crítica, los bellos oficios, el paisaje simplificado,
estilizado...
Funda escuelas, orienta prosélitos y da al arabesco de su trayectoria líneas cada vez más
nuevas, y las antiguas cada vez más depuradas.
Así ahora, en el Círculo de Bellas Artes de Murcia, su rostro y su obra han dejado un
rastro de emoción, de simpatía y de ingenuidad, colmada de la madurez fecunda.
LA EXPOSICIÓN DE SEVILLA
A ella concurren artistas de toda España; pero la verdadera significación de sí misma está
en sus propios artistas, en la bien definida serie de pintores y escultores que incorporan, uno
una escuela sevillana como en el siglo XVII, o la nutrida y valiosa agrupación de varios artistas
sevillanos a las otras agrupaciones de región o de ciudad españolas.
Sevilla ostenta y retiene gustosamente, bajo su cielo y frente a las naturales maravillas
que la forman, figuras como el maestro Gonzalo Bilbao, dotado de perdurable juvenilia, de
entusiasta amor a su profesión y siempre dispuesto a las evolutivas normas; el maestro
Gustavo Bacarisas, creador de un estilo opulento, líricamente armonioso, donde los paisajes y
las mujeres hallan exaltada grandeza cromática; Alfonso Grosso, el sobrio, el equilibrado
reflejador de la realidad, con una básica solidez de tradición y una sensibilidad muy moderna;
Santiago Martínez, intérprete de la mujer andaluza con una donosura y una elegancia
extraordinarias; Miguel Ángel del Pino, retratista distinguidísimo, de refinados y sutiles recursos
cromáticos; Juan Lafita, impetuoso y lánguido, entusiasta e indolente, de pasmosas cualidades,
a quien únicamente él no parece otorgar a veces la justa y legítima estimación que todo el
mundo le concede; José Pinelo Yáñez, que mueve su inspiración dentro de una técnica rutilante
y una profunda poesía; José Pinelo Llull, que descansa de sus andanzas por América, tan
fructíferas para los pintores españoles, abstrayéndose en la interpretación de los paisajes de su
tierra; Martín León, habilísimo dibujante que acaba de obtener un gran triunfo en Madrid con su
Exposición personal; Félix Lacárcel, paisajista de primitivo mérito y delicada sensibilidad; el
conde de Aguiar, que va fijando en los lienzos figuras de toreros, de cazadores, en gallarda y
señoril teoría de interesante valor documental. Y Molleja, Rico Cejudo, González Santos, Gómez
Gil, Arpa, Gil Gallangos...
2030
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
También la escultura sevillana (…)¿No bastan estos nombres para recordar hasta qué
punto Sevilla tiene derecho a ser considerada siempre que se hable del actual renacimiento
artístico de España?
No es ya una región, sino una provincia, incluso concretamente una ciudad, la que puede
mostrarse orgullosa de las obras de sus hijos artistas.
Sesenta y nueve obras se exhibían del autor de El triunfo de la dogaresa. Las había de
diversas épocas, dimensiones y carácter: retratos, paisajes, bocetos de cuadros luego famosos,
apuntes. Podía seguirse la historia estética de Villegas a lo largo de estas pinturas de ayer y de
hoy, donde el maestro fué definiéndose, ratificándose, rectificándose, con un ansia nunca
saciada de espiritualidad y brillantez.
MEMORANDA
En las Galerías Layetanas, de Barcelona, el pintor Navarro Fargas exhibe varias notas del
puerto de Barcelona, y en el Salón Pares, una colección de paisajes catalanes el pintor Camins
2031
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MAYO
I. PREÁMBULO
Inevitablemente advendrá el día en que se recuerden las luchas por las medallas, los
asedios a los Jurados, las invasiones de pintura mediocre y de escayola grotesca, como un mal
sueño lejano y sin retorno.
E inevitablemente los que deban ser conocidos y exaltados y alentados, lo serán sin sufrir
la triste codicia de una medalla ni el daño transitorio de un contacto circunstancial.
Hasta entonces, será inevitable también ir buscando con ilusión, primero; con un
desgane colérico, luego; con una piadosa melancolía, por último, las escasas obras que hacen
posible la redención futura.
2032
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pinazo pone al rococó ampuloso que Levante le inflamara, a la señoril tersura y el sereno
optimismo, de cuya radiación tiene el secreto ese fondo negro de su Pasionera, que la recorta y
recorta los ramos, los candelabros, los objetos de popular traza y significado religioso. Ese
negro intenso que ciñe y contorna los clarores policromos de la mujer en sazón y de los
accesorios que la mienten una picara semejanza de posible virgen en su altar; ese negro telón
sobre los actos sucesivos del gran pintor, siempre inquieto y desbordado de sí mismo.
¡Retratos de Sotomayor, paisajes de Mir! ¿Cómo tan opuestos, tan distantes, os unís en
la imaginación del escoliasta por vuestra integridad y vuestra permanencia temática? Sois—las
mujeres elegantes, los lugares encendidos—como estados de alma del pintor; pretextos para
decir siempre cada uno su canción bien timbrada, bien ecoica en las generaciones jóvenes.
Vázquez Díaz es el fulgurante que ciega cada vez más a sus jueces y a los banales
paseantes de las salas. Su Cartujo está colmado de amor íntimo, de delicadezas esparcidas. E!
retrato del abogado Enríquez es como un Franz Hals de hoy.
Juan Luis se embriaga de tradición y luego sale a respirar los aires nuevos y libres. Así su
Ofelia aldeana—esa urna patética y dulce de santuario pueblerino a la que se ha olvidado poner
cristal delante y silencio alrededor—es de una sublime sencillez, de una delicada grandeza.
Antonio Esteve es el Paisajista de esta Exposición. Su Nublado rebaja los límites ajenos y
exige la supremacía, aquí donde tantos paisajes bellos aguardan legítimos de orgullo el
homenaje. Nublado es algo tan considerable que exigiría una larga exégesis aislada de cuanto
no fuera ella misma.
Y ello en una Exposición donde rutilan los cielos y las tierras brillantes de Gómez Alarcón;
las deliciosas finezas vesperales y mediterráneas de Verdugo Landi; las ásperas rudezas
castellanas de Aurelio García Lesmes; los clasicismos plácidos de Ivo Pascual; la blanda y
soñadora ternura galaica de Llorens; el fogoso ímpetu moceril de Gregorio Prieto; la robusta
afinación cromática de Igual Ruiz; el reposo melancólico de Puig Perucho; la escenografía
gigantesca de Martínez Vázquez; la augusta calma de Rusiñol, donde María Pérez Herrero
también cuida sus cipreses y traza sus laberintos y escucha el acento cálido de los otoños
cadmíaes (sic).
2033
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de Ramón Manchón; las adolescentes, tan de hoy, de Vidal y Cuadras; las magnificencias
acordes y distinguidísimas de Ricardo Canals; la mocita sevillana de Después del baile, de
Santiago Martínez; la noble prestancia de la madre del pintor Argeles; la lánguida elegancia de
la esposa del pintor italiano Caprotty, cuyo arte está injertado ya en la pintura española; el
encanto juvenil de la hermana del pintor Grosso, y la remozada frescura del estilo de Cecilio
Pla, cuando ya puede elegir a sus hijas para modelos de una belleza sonriente y ondulante.(…)
La ESCULTURA (…)
JOSÉ FRANCÉS
Así como Zuloaga realza su pintura por el sentido dramático, por la atmósfera trágica,
que sugieren y respiran sus temas, Chicharro, cuando se sitúa en el plano del cotidianismo y del
coetanismo, no prescinde de la emoción sensorial, no la sacrifica al deleite puramente visual
que en otros artistas sería necio censurar.(…)
Tal es la obra del insigne pintor que, afortunadamente, ha sido estimada y comprendida
como se merece y que ha valido a Eduardo Chicharro con toda legitimidad la Medalla de Honor.
II- EL PAISAJE
Se ha dicho y se ha escrito en muy diversos tonos, pero con unánime desdén, que el
actual Certamen del Retiro es el peor de todos cuantos se vienen celebrando en lo que va de
siglo; el que señala de un modo, ya necesario, de atajar la descomposición de los
procedimientos oficiales puestos al servicio de la mediocridad seudoartística.
2034
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Todo eso lo hemos dicho bastantes veces y algo de ello repetimos anteriormente; pero es
injusto no aliviar a la Exposición actual de los pecados de las anteriores, obstinándose en no ver
sus cualidades propias.
Yo creo que esta Exposición, deficiente, es mejor que otras. Se encuentran en ella obras
de mérito positivo; se notan esfuerzos aislados que parecen surgir a pesar y al margen de la
codicia medallable. Acaso en otro local, con otra selección más rigurosa y, sobre todo, con otra
colocación, la crítica habría sido menos dura en sus ataques.
Lo que sucede es que nunca ha tenido la Exposición Nacional ese aspecto de almacén de
cuadros, de tienda de marchante, de Museo del siglo XIX, que ahora. En el conjunto de obras
expuestas habrá unas seis o diez excelentes; unas veinte notables; hasta una cincuentena
interesantes, y unas cuarenta discretas. A ellas debió limitarse la Exposición.
He aquí el defecto capital de las Nacionales: la falta de local. Ese ridículo, exiguo e
incapaz palacete del Retiro es insuficiente para el arte contemporáneo. Hay que construir
cuanto antes un Palacio de Bellas Artes digno de Madrid.
2035
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ello nos hace pensar en lo interesante, en lo dotada de eficacia representativa, que sería
una Exposición Nacional de paisajistas españoles seleccionados y agrupados por regiones,
dando todos y cada uno la visión colectiva y personal del espíritu, las formas y el color de la
tierra donde hayan nacido.
Con ese amor a su Cataluña están creados los bellos paisajes —con aliento y serenidad
clásica—de Ivo Pascual; la nota profunda y amable de Puig Perucho; los fogosos lirismos
cromáticos .de Joaquín Mir—¡oh, esa recia fulguración de Peñas y abrojos!—; la un poco seca y
acre certeza de Domingo Carles; el Puerto de pescadores, de Gili Roig, rebosante de realidad
seductora; el melancólico Sol de la tarde, de Cabanyes, y la nocturnal calma Poesía, de Elíseo
Meifren, que hemos vuelto a Ver con la misma emoción causada en nosotros hace mucho
tiempo.
Rusiñol, bien dentro de la pintura catalana, ratifica con tres lienzos admirables—
Embarcadero, Rosas y cipreses y Jardín de la Isla—su amor a la pompa lánguida y decadente
de nuestro Aranjuez.
En los valencianos se destaca Antonio Esteve con uno de los más hermosos cuadros de la
Exposición, y que, sin embargo, pasó inadvertido del Jurado en una desdichada e injusta
colocación. Es una huerta valenciana plena de ambiente, de atmósfera, de palpitante aire, de
luz exacta. Esteve es hoy día, acaso, el mejor paisajista de Valencia y uno de los primeros de
España.
Siguen en mérito las notas de tierra palentina y madrileña firmadas por Enrique Igual
Ruiz, artista de enorme sensibilidad frente a la Naturaleza; la huerta de Mulet que hace pensar
en las amplias sinfonías cromáticas de Sorolla a través de un tamiz de modernidad y dulzura; la
interpretación de un aspecto londinense, de Rafael Forns, siempre notable como paisajista de
2036
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
grandes bríos y científico conocimiento de la luz, y la Laguna del Paular, donde Manaut Viglietti
refugió este verano su ansiedad de luminista levantino.
El paisajista gallego Francisco Llorens, si bien en ―La fuente de los rosales‖ parece
alejarse de su trayectoria, expresa con Rías bajas la dulce, la cariciosa ternura de su arte
afiliado para siempre a la tierra galaica. Tenreiro y Seijo Rubio ofrecen aspectos de La Coruña,
muy justos de color y de ambiente.
Por último, La Rocha, Pons Frau, Covarsi, Bráñez, Serra, Núñez Losada y Blanco Cons
merecen ser mencionados laudablemente
A Daniel Vázquez Díaz los Jurados no le ven o fingen no verle. Y sin embargo, Vázquez
Díaz este año daba una nota aguda y vibrante, además de la armoniosa tonalidad, ya conocida,
de El Cartujo.(…) Su retrato del Sr. Enríquez tenía la fuerza expresiva, la grandeza cromática la
serenidad constructiva de un clásico flamenco, español, germánico o italiano. Y esto habrá de
2037
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ser cuando las gentes que juzgan sus prejuicios se coloquen dentro de la perspectiva exacta:
un clásico del siglo xx.
Pero es inútil pedir que aún se vean y se premien estas obras de Vázquez Díaz cuando se
premian caprichos, diletantismos y curiosas asimilaciones de primitivos.
José Pinazo (…) Ricardo Urgell (…)Juan Luis López (..)Mercadé; (…) Vidal y Quadras, Gil
de Vicario,(…) el burgalés que añora Castilla en la moruna Murcia, da una visión castellana sin
aspereza, sin negrura, sin hosco ceño
IV-LAS RECOMPENSAS
PINTURA.— Primeras medallas: D. Francisco Llorens, por su obra titulada Rías bajas; D.
Fernando Labrada, por Retrato, y don José Gutiérrez Solana, por La vuelta de la pesca.
Segundas medallas: D. Ricardo Canáls, por Retrato de la señorita M. P.; D. Aurelio García
Lesmes, por Campos de Fuensaldaña; D. José Martí Garcés, por El balcón; D. Juan Rodríguez
Jaldón, por Retrato de señora; D. José Nogué, por Primavera en la Costa Azul, y D. Juan Luis
López, por Ofelia aldeana.
Terceras medallas: D. José María Vidal y Quadras, por Curiosi-la; D. Enrique Ochoa, por
Retrato; D. Joaquín Roca, por Retrato de la señorita Ibáñez; D. Joaquín Capulino, por Capilla
del Cristo de la Luz; D. José Ribera Blázquez, por Retrato de mi mujer; D. Lorenzo Aguirre, por
Luz divina; Dña María Luisa Pérez Herrero, por Frondas estivales (Aranjuez); D. Enrique Vera y
Sales, por Vista parcial de Toledo, y D. Gregorio Prieto, por Purificación, Nieves y Encarnación
recolectando manzanas.
GRABADO.—(…)
ESCULTURA.—(…)
ARQUITECTURA(…)
ARTE DECORATIVO.—
2038
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
JUNIO
Evaristo Valle (Véase El Año Artístico 1919) siempre ha tenido la ansiedad de buscar lejos
la consonancia a sus ritmos interiores. Le salva y le peligra, alternativamente, la fecunda
inquietud y la pasión arraigada a su tierra simultáneas. Va y viene de Francia a Asturias. (Se
dice Asturias y no España, porque es como un viajero que atravesara siempre el resto de la
península de noche y dormido.) París le enriquece el pensamiento, le adiestra la mirada y las
manos, le enseña con el dolor de vivir la felicidad de crear.
Alguna vez se reunirán los recuerdos esparcidos, las alentadoras curiosidades ajenas de
esta formación sentimental y factural de Evaristo Valle en París. Era hace veinte años, hace
2039
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
quince años, en los días heroicos del postimpresionismo. Valle, tímido, débil, en una
prolongación infantil del alma, como una eterna venialidad fresca, ingenua y sensitiva, inclina
su cabeza junto la cabeza leonina de Urrabieta Vierge sobre las piedras litográficas, escucha
silencioso y melancólico las controversias feroces de la Butte, recorre kilómetros de cuadros en
los salones para buscar, semioculta, ignorada, una ventana abierta por él sobre el campo
asturiano en la doble bruma de su cielo y de la nostalgia suya.
Luego las cóncavas, las penumbrales estadas en el Gijón, recobrado como una querida, a
la que se lleva en la sangre y en el cerebro con una deliciosa tortura de sumisión que quisiera
ser rebelde y con entregas cotidianas cada vez más profundas, más íntimas, más extáticas de
áspera delicia...
París, los falansterios vibrantes, heteróclitos, con desnucamientos de los rapins y las
gloriales ascensiones de los elegidos; las crónicas Parísienses que se lanzan en español, cual
fuegos de artificio que sólo en España han de crepitar fulgurantes; el vampirismo de los
marchantes que compran telas de porvenir están ya un poco lejos.(…)
¿Qué hace, qué piensa, para qué sueños vive entonces Evaristo Valle? ¿Nadie ve sus
cuadros? Sonríe y se ruboriza a las preguntas ajenas, escribe novelas de raro contenido
humorístico y añora anécdotas, momentos del París remoto.
En esa ancha pausa, en ese amplio silencio, en esa opacidad de varios años se estaba
formando sin él saberlo acaso, sin pretenderlo quizás—creyendo que no era sino un abúlico
embrujado de hazañas fabulosas e inasequibles—esta pintura de ahora, tan sensible, tan
sugestiva, de tanta jugosidad intensa y de tal encanto apasionado.
Finura del color. Evaristo Valle es un colorista agudísimo que alcanza, desde los tonos
puros, enteros y casi agresivos de como se atreven a buscar la pleitesía de los demás, hasta
matices que parecían inasequibles a la mirada humana. Ataca de un modo rotundo robusteces
tonales y se complace en apenas trémolos de una delicadeza y de una suavidad inéditas.
Persigue la luz a largo de horas furtivas y cambiantes, la hace sonreír en cielos brumosos y en
tierras húmedas. Le descompone y casi diríamos le inventa grises que es un placer físico
contemplar.
2040
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
De tal manera este placer de una pintura esencialmente, íntegramente pictórica cautiva
antes de analizar la trama de los temas, que sólo se la ve a ella, se la siente a ella, se la supone
desligada de cualquier propósito de forma y de asunto. Hay pinturas que causan ese deleite a la
mirada y a la sensibilidad; pero se detienen—voluntaria o a pesar suyo—ahí.
Cada lienzo de Valle está colmado de ciencia humana reflorecida, purificada por una
exaltación poemática.
Así Evaristo Valle en cada cuadro suyo señala instantes de idilio o de tragedia; de
resignación o de rebeldía; de trabajo o de éxtasis; de hastío o de jocundidad. Sus personas, sus
buenas bestias de labor, están saturadas de realidad hasta alcanzar a veces los rasgos
expresivamente definidos de la caricatura: son marineros, labrantines, pescadores, mendigos,
chiquillas en su crisis física de la pubescencia, viejos que se arrastran por los caminos y rapaces
que trepan por los manzanos.
Danzan entre la niebla. Son los silfos nórdicos vestidos de harapos femeninos y calzan
botas de minero o madreñas de aldeano.
Y entre la niebla danzan. Se creen mujeres bonitas, bestias apacibles o carniceras, aves
libres en las rutas infinitas del cielo.
Cerca de ellos, los vecinos pacíficos tienen miedo; los muelles desiertos ven colgarse las
primeras guedijas nocturnas en los velámenes cabeceantes. Y los chigres, las tabernas, ofrecen
los fulgores mortecinos de las ventanas.
2041
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los mascarones felices están sucios ya, fatigados ya, violentos ya de alcohol y de
amargura insospechada. Pero la niebla piadosa les da una fantasmal apariencia. Son visiones
blanquecinas, rosadas,- azulinas, que se mueven con torpes y pesados movimientos de nubes
que se hubieran caído sobre la tierra y no supieran cómo volver al lento y sereno caminar a
través de los astros...
Y siempre gentes humildes. Evaristo Valle ama la humildad con un amor cristiano, para
enaltecerla y auparla sobre los hombres orgullosos, vanos, bien vestidos y mal enriquecidos.
Porque estas gentes humildes, toscas, sucias, hundidas en viles tareas y estériles
deliquios inconscientes, adquieren grandeza poemática en la pintura de Valle. Se espiritualizan,
se magnifican, y ya no son unos mocetones rudos y ebrios que danzan vestidos de mujer en las
tardes de antruejo y en las aldeas sórdidas; no son dos viejos vagabundos que cambian
palabras de ilusión mientras el cuerpo les hierve de parásitos y hiede a mugre y a fiebre el aire
que les circunda; no son las encapuchadas asexuales que cargan sacos de mineral,
chapoteando en el barro negro de carbón y cárdeno de crepúsculo; no son labriegos que aran
inclinados sobre los surcos y bajo un paraguas rojo, no son chicuelos que contemplan el mar o
se contemplan las pupilas con una emoción extraña y recién revelada. Son el Dolor, la Alegría,
el Odio, el Amor, la Crueldad, el Sacrificio, el Ensueño; los resortes desnudos de esta pobre
humanidad nuestra caída de demasiado alto a la tierra demasiado dura.
Sí. El localismo. Estos paisajes de una finura y de una braveza fraternales; estas gentes
del agro y de la mar; estas arquitecturas viejas de ciudad sombría o toscamente aldeaniegas;
estas costumbres reflejadas con sumaria elocuencia y filial cariño, son de un modo
inconfundible, racialmente, etnográficamente, geográficamente astures. Asturias, con sus cerros
ingentes, sus playas extensas, sus puertos melancólicos y sus nieblas. Asturias y su acento
grave y cantarín al mismo tiempo. Asturias la romántica y la zumbona; la de elevadas
especulaciones metafísicas y socarronerías a ras de tierra. Asturias la desangrada hacia América
y la renaciente de los tiempos de hoy, está plasmada, recogida con trazos vigorosos y tiernos
acunamientos en la pintura de este rapsoda pictórico, de este aeda que en la madurez de su
vida lanza a su época el himno polifónico de su pueblo.
Color, idealidad, localismo. Queda por atender la cualidad culminal: el empuje lírico. Esto
ya pertenece a su eficacia sobre el arte contemporáneo. La pintura española está en un período
2042
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
transitorio. Transición apoteósica, de una pompa deslumbradora, de una grandeza que hace
presentir el renacimiento; pero, al fin, transición.
Uno de sus maestros más cabales y más dignos del apelativo se presenta en el momento
propicio como un ejemplo. Quisiéramos que este ejemplo de un gran lírico, unido a un gran
técnico, depurado por veinte años de preparación fecunda, no se olvide.
En la Real Academia de San Fernando expone actualmente don Antonio Muñoz Degrain
varias obras suyas. Están animadas de ese ímpetu romántico y de esa luminosidad fulgurante ,
que son las dos cualidades típicas del maestro valenciano. Los temas responden también a sus
predilecciones habituales: episodios helénicos y mitológicos, paisajes granadinos y de la Sierra
Nevada, escenas del Quijote, canales de Venecia.
¡Gloriosa y activa longevidad la del maestro Muñoz Degrain! Toda su obra caudalosa y
apasionada, su independiente gallardía, . su generosidad con las ciudades que amara: Valencia,
Málaga, Granada; su energía fecunda y su sensibilidad tremante, han sido ya exaltadas y
comentadas muchas veces.
Hace ochenta y dos años, el 18 de noviembre de 1840, nació Antonio Muñoz Degrain, en
Valencia. Su padre tenía una relojería en la calle de la Cruz Nueva, que, andando el tiempo,
había de cambiar su nombre por el del autor de Un chubasco en Granada.
Sin embargo, la misma frescura y vigorosa lozanía de sana madurez que hay en sus
cuadros se observa en la persona del artista. Es un hombre bajo; un poco grueso y recio.
Aparenta escasamente poco más de cincuenta años, y pone tal optimista energía en sus
palabras, le chispean con tal juvenilidad entusiasta las pupilas dentro de las gafas de oro, y
muestra en toda ocasión tal apasionado amor al trabajo y tanta alegría de vivir, que suspende y
maravilla. Es preciso retroceder a aquellos artistas, viejos sin senectud, del Renacimiento
italiano para encontrar un fraternal ejemplo de figura tan plena de vitalidad en la última
jornada.
2043
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
le oyen observaciones de arte modernísimo que sorprenden por la sutil adaptación a un aspecto
que exige el olvido absoluto de los aspectos pretéritos.
En su estudio, junto a cuadros y retratos que reflejan una época anterior a la Revolución,
se ven los cuadros de hoy: tierras sagradas de Oriente, jardines quiméricos, o Safo dando rosas
al mar y versos al aire dulce y suave de una noche de verano. AI lado de apuntes y bocetos de
Rosales y de Fortuny, bocetos y apuntes de muchachos que ahora empiezan a imponerse.
Frente a un admirable retrato del artista, pintado por Domingo Marqués con una paleta
sombría, enérgica, que bien pudo pertenecer a El Greco, hay una de esas escenas de toros que
el pincel nervioso y luminista de Roberto Domingo pinta actualmente. Son, como digo antes,
más de cincuenta años de historia española los que guarda ese estudio—donde hay verdaderas
riquezas de museo arqueológico—, y los que surgen de la voz cálida, pastosa, de este hombre
menudo, inquieto, que rara vez se sienta y que tiene los cabellos negros y que habla de arte
con fuego de emocionado apasionamiento, lo mismo para las censuras que para los elogios.
Porque esto es lo que caracteriza a Muñoz Degrain. Su ímpetu agresivo, tozudo, de hombre de
acción. Es una voluntad en marcha, que no ha sentido jamás desfallecimiento ni la necesidad
del más pequeño descanso.
—Me han dicho, maestro, que a usted le gusta que le hagan observaciones.
En otra ocasión, un político que hoy tiene una influencia decisiva sobre los destinos de
España, era ministro de no importa qué Ministerio, mandó llamar a Muñoz Degrain para
hablarle de un asunto oficial. Al entrar en el despacho vio Muñoz Degrain encima del sillón
ministerial su cuadro La conversión de Recaredo.
—Muy mal.
—¡Hombre!
2044
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
—Sí, señor; porque ese cuadro lo pinté para el sitio donde estaba colgado antes, en uno
de los rellanos de la escalera central y a mayor altura.
—¡Está bien! Después de que le honramos a usted poniéndole aquí todavía se enfada.
—Ustedes pueden colgarlo donde les parezca, puesto que el cuadro pertenece al Estado;
pero en cuanto a lo de honrarme con que esté ahí, tendríamos mucho que hablar. A la gente
que viene a verle a usted, maldito lo que le importa el arte, sino los empleos y las
combinaciones políticas.
—Mire usted. Vamos a establecer dos sesiones cada día: una para pintar yo solo el
cuadro, y otra para que lo discutan los demás. Y claro es que yo no asistiré a la segunda
sesión.
AGOSTO
CASIMIRO SAINZ
Recogemos dos de los más interesantes, firmados, respectivamete, por Ramón Pulido y
José Blanco Coris.
Dice Ramón Pulido, secretario del Círculo de Bellas Artes de Madrid, laureado pintor y
crítico de generosa capacidad, en la Correspondencia de España:
2045
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
»Es realmente sensible esto, y se presta a grandes remordimientos, porque ¿qué duda
cabe que, de haber sido amparado a tiempo, aquella poderosa inteligencia no hubiera
enloquecido jamás, y su obra hubiera sido más completa y definitiva, no por lo que a la calidad
de su arte se refiere, porque en ese sentido hubiera sido imposible superarla, sino por la
cantidad y la forma de haberla realizado?
»Hay que ser justos en nuestros juicios, y pensar que en el rodar de los tiempos, en ese
afán que a cada momento se manifiesta en el mundo del arte por renovarse con nuevas formas
y modalidades, no han surgido en España paisajistas que puedan en modo alguno hacerle
sombra y rebajar el mérito del gran pintor montañés.
»Su labor fué la de un iluminado que tenía una visión de la Naturaleza sumamente
delicada y espiritual, concienzudo y honrado como pocos; jamás prostituyó sus pinceles con
falsedades ni engaños de relumbrón, cosa muy corriente en su época, en que se acudía a las
Exposiciones con cuadros teatrales para alcanzar medallas; no aduló al público ignorante ni a
los Jurados imbéciles; pintaba, con amor inmenso, lo que veía, poniendo siempre gran
personalidad y una dulce emoción en todas sus obras. Por eso, al contemplar ésta, se siente un
bienestar grandísimo, y lo mismo cuando se encaramaba a las altas cumbres de su amado país,
para llevar al lienzo y a las tablas el misterio de sus nieblas y su gran majestad, que cuando
bajaba a los valles de eterno verdor y de rumorosos arroyuelos, cuyo mágico encanto y poesía
trasladaba a sus cuadros en forma genial, era siempre el portentoso artista.
»Su estilo y técnica no respondía a ninguna escuela, porque jamás fué tras de ningún
maestro de su época; ni de Palmaroli, de quien fué discípulo; ni de Carlos Haes, Rico y Urgell,
que eran los maestros consagrados entonces, tomó nada; ni de la escuela holandesa siquiera,
en la cual, por la índole de los asuntos, podía tener alguna relación; fué en alguno de sus
cuadros más soñador delicado que todos ellos juntos. Lo mismo que pintaba el paisaje, con la
misma maestría hacía la figura; pintó algunos cuadros de asunto admirables y retratos de gran
sobriedad, que hacen pensar en la escuela española en su buena época.
»Ha llegado, después de veinticuatro años que yacen sus restos enterrados
humildemente en el cementerio de Carabanchel, el momento de justicia y reparación, debido a
unos cuantos paisanos suyos, hombres de hermoso corazón y de espíritu justiciero, quienes
ayudados por el Círculo de Bellas Artes y otros elementos de Santander, van a tributarle el
2046
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
homenaje que se merece, y para ello han recogido sus restos piadosamente, los han depositado
en rica y artística caja, y los llevan a Reinosa, su pueblo natal, para que allí el artista
escarnecido tenga un monumento digno que perpetúe su memoria, monumento que está
cincelando con verdadero entusiasmo el insigne escultor Victorio Macho, y que será una
espléndida obra de arte». De esperar es que Madrid haga también algo parecido en honor de
Casimiro Sáinz, pues también aquí pintó mucho.
»Las hermosas umbrías del parque del Retiro y las pintorescas orillas del Manzanares
fueron asuntos de su predilección, y aquí sufrió la explotación de marchantes sin conciencia y la
indiferencia de los críticos, y paseó su miseria y dolor entre seres que le maltrataban
despiadadamente. Por eso nada más justo que, ya que en vida sufrió tanto, se le honre en
muerte. El Círculo de Bellas Artes y la Asociación de Pintores y Escultores tienen la palabra.—
Ramón Pulidor
Y José Blanco Coris, que también simultanea las glosas estéticas a la obra ajena con el
cultivo de su arte propio, escribió en Heraldo de Madrid lo siguiente:
»En el período de tiempo comprendido entre los años de 1876 a 1887, Casimiro Sáinz
lucha y trabaja sin descanso, consiguiendo la consagración de la crítica, de los profesionales y
de los Jurados de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Por su originalidad, por su
gracejo de factura y poético ambiente de su paleta, el pintor montañés se impuso con sus obras
de los rincones madrileños y paisajes de Toledo, ofreciéndonos un arte honrado y noble de
devoto del natural aprendido en el estudio de Vicente Palmarolli.
2047
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
cerebro y con mucha miseria en su cuerpo, pintando sus sublimes locuras, que vendía a bajos
precios.
»En mayo de 1892, Casimiro era huésped del Dr. Esquerdo en Carabanchel. Allí entregó
su alma a Dios aquel loco infortunado a quien hoy su pueblo natal va a levantar un monumento
en manifestación espontánea de débito y glorificación a tan genial y exquisito pintor
contemporáneo.— J. Blanco Coris.»
«El pasado domingo, 22 de agosto, a las diez y media de la mañana, tuvo lugar en el
Real Instituto de Jovellanos una verdadera solemnidad artística: la inauguración de la
Exposición de cuadros de nuestro paisano, el genial pintor gijonés Evaristo Valle, que,
defiriendo a los deseos expresados por nuestro Ayuntamiento, ha accedido a dar a conocer su
obra pictórica en su pueblo natal, después del resonante triunfo obtenido en la Corte.
Contribuía al esplendor del acto la circunstancia de estar la Conferencia inaugural a cargo del
ilustre escritor D. José Francés, una de las primeras autoridades de la crítica artística
contemporánea.
»El amplio patio del Instituto, artísticamente adornado, había sido convertido en Salón de
Exposición, luciendo en él la numerosa y merítisima producción de Evaristo Valle, cuyo elogio
haremos otro día con la extensión debida. En el frente había sido colocada la mesa presidencial,
y en el centro se colocaron asientos para los invitados, muy distinguidos y selectos, y que
ocupaban el local totalmente.
LOS DISCURSOS: El Sr. Rodríguez Blanco.—El alcalde de Gijón comienza diciendo que es
obligación de los que ocupan cargos públicos, y es para él, además, una satisfacción gratísima
asociarse a actos expresivos de un homenaje merecido a los que, en la Ciencia o en el Arte,
honran el nombre de su pueblo natal. Por eso preside él esta solemnidad, que representa una
2048
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
»Refiere luego que en un reciente viaje que hizo a Madrid en compañía de Valle, éste le
explicaba, con el entusiasmo que siempre pone al hablar de su pintura, las amarguras que sufre
el artista al ver su obra incomprendida, y le decía que era José Francés el que mejor había
sabido comprender y penetrar en el espíritu de su pintura, lo cual contribuye, en este caso
concreto, a hacer mayor la autoridad del ilustre crítico.
»Se congratula del renacimiento artístico de Gijón, dedicando de paso elogios a la labor
que el Ateneo realiza, y termina dando las gracias a los que contribuyen con su presencia a
realizar la importancia de este acto cultural.
»Una nutrida salva de aplausos acogió las últimas palabras del señor alcalde, aplausos
que se repitieron al levantarse D. José Francés para pronunciar su anunciada disertación.»
«LA CONFERENCIA DE JOSÉ FRANCÉS: Las direcciones del arte español—Para juzgar
bien la obra de Valle es preciso conocer la actual situación de la pintura española. En la primera
mitad del siglo XIX se observa todavía el influjo de Goya, y tenemos un arte potente. Pero en la
segunda mitad, los pintores, recluidos en sus estudios, sin querer enfrentarse con la luz, crean
un arte paupérrimo, embadurnando kilómetros de tela conforme a los falsos cánones que unos
Jurados anacrónicos consagraban en las Exposiciones Nacionales. Al alborear el siglo xx
resurgen nuestras glorias pictóricas, principalmente con Sorolla, que busca la luz del sol y pinta
a pleno aire, ese aire del cual antes había dicho Degas que «sólo servía para respirar». Luego
Ignacio Zuloaga hace renacer la pintura costumbrista racial; y Anglada, uno de los más grandes
artistas que vieron los siglos, inicia la pintura decorativa, principalmente la de figuras, viniendo
a ser sus cuadros, como alguien ha dicho, retratos comentados; hacía falta un paisajista, y
surge Darío de Regoyos, nacido en Ribadesella, y por tanto, asturiano, aun cuando la pintura
Vasca quiera recabarlo para sí.
2049
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
»El arte de Evaristo Valle.—Se puede decir de Valle lo que Baltasar Gracián decía en El
héroe y el discreto:«¡Dichoso el hombre que »divide el camino de su Vida en tres etapas: una
para hablar con los muertos, otra para hablar con los vivos y otra para hablar consigo mismo!»
»Quería decir con esto que debemos primero leer los libros que nos enseñan las teorías
de las generaciones que fueron; luego, comprobarlas en la vida, y después pensar por nuestra
cuenta.
»Así, Evaristo Valle se dedicó primero a Visitar los Museos, «cementerios del arte», como
alguien los ha llamado, aunque mejor pudo llamarles archivos. Después se mezcló a la vida
abigarrada y heteróclita de París, y, por último, así preparado, regresó a Asturias para hacer su
obra personal.
»Del arte de Valle puede decirse lo que Ruskin decía hablando de un gran pintor: «¡Cómo
se parece la Naturaleza a los cuadros de Turner!» ¡Cómo se parece Asturias a los cuadros de
Evaristo Valle! Él reprodujo como nadie los colores regionales. Anatole France decía que el color
es la música de los ojos. Por eso, los colores de Valle son suaves, «melodiosos», acordados,
como la música asturiana en sus cantos populares, cuyos intérpretes nos parecen, cuando se
les escucha en los campos, sacerdotes de una vieja religión desvanecida.
»Valle es un mago del paisaje asturiano. Y en cuanto a la figura, él reprodujo como nadie
esos mozos que tienen en sus pupilas todas las irisaciones de los mares y esas muchachas
gráciles de Asturias, cuyas cinturas parecen próximas a quebrarse, pero saben sostener en sus
cabezas cestos de verduras, con una gallardía de cariátides griegas.
Conclusión.—Valle, que pudo ser un artista nacional, prefiere ser el pintor de Asturias.
Todos conocéis aquel cuento brujo del hombre que huyendo de su miserable choza en busca de
la felicidad sólo la encuentra, después de recorrer todo el mundo, en los brazos de una mujer,
cuando regresa, desesperado y abatido, a la propia choza de donde salió en busca de la dicha.
Así Valle, que recorrió muchas tierras, sólo se siente feliz cuando se halla en su Asturias nativa.
»Yo también amo a Asturias. Lejos de ella, Gijón se me presenta como una joya
prodigiosa y sugestiva, que quisiera tener a mi lado en las horas de nostalgia: ¡una joya que es
esmeralda en los campos, amatista en los mares y ópalo en los cielos!
>Una larga ovación acogió las últimas palabras del brillantísimo discurso del Sr. Francés,
del cual el anterior extracto sólo puede dar una pálida idea. Ha sido todo él una bella pieza
oratoria, una exaltación de Asturias y un cumplido elogio del arte regional. Los señores Francés
y Rodríguez Blanco fueron felicitadísimos, así como Evaristo Valle, por el éxito de la
inauguración.»
2050
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
»Ocupó la presidencia el Sr. Francés, que a su derecha tenía al alcalde, Sr. Rodríguez
Blanco, y a su izquierda, al diputado a Cortes por este distrito, Sr. Orueta, sentándose en los
demás sitios representaciones del Ayuntamiento, Ateneo, junta Permanente de Festejos y
Prensa.
Asistieron también las distinguidas señoras de Llana Ponte y Francés, D. Diego Santiago
Valle, secretario del Tribunal Supremo, y el ilustre novelista D. Francisco Acebal.»
En Avilés,- esa villa asturiana vibrante y gallarda como una ciudad nueva, brotada del
crisol magnificente de la gran guerra, pero arraigada en sí misma con el encanto romántico de
sus siglos anteriores, extasiada de la grandeza natural de su situación, entre montes que la
alcurnian y el mar que la busca para abrazarla—hay una sutil y profunda comprensión de las
inquietudes espirituales.
2051
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ha celebrado las bodas de oro con la enseñanza del maestro don Domingo Alvarez
Acebal, cofundador y primer director de la Escuela de Artes y Oficios. Ha reunido en las salas de
esa misma escuela un conjunto de obras artísticas creadas por la juventud avilesina.
Ved como esa oferta de Avilés a la belleza es la misma que a las otras normas del
espíritu. Abre sus brazos para abarcar los días pretéritos y las promesas germinales de
mañana.(…)
Había diversas secciones, bien nutridas cada una: pintura, escultura, arte de aplicación,
dibujo editorial, caricatura, fotografía. Se veía en seguida la coetaneidad de tendencias, la
tradición también. De tal dualismo se puede confiar para el día de mañana, sin perjuicio de
hacer ahora afirmaciones concretas.
Al lado de estas obras incipientes, pero de una granazón prometedora como pocas,
estaban los paisajes de Florentino Soria, otro avilesino que añora su tierra ubérrima en la
austera Castilla. Pintor de positiva maestría, de noble sentimiento, de armoniosa y delicada
factura.(…)
2052
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
SEPTIEMBRE
Se repite alto que el idealismo muere. Es una fanfarronada más de este siglo que
envilece su adolescencia entre garitos, dancings y negocios cocidos a la lumbre de las guerras.
Las hembritas de holgorio que cobran su jornal por descoyuntarse en las danzas exóticas
y estragarse con las bebidas acres; los jovenzuelos que «representan» automóviles y sorben
cocaína; los arrivistas impacientes de literatura, a quienes el corazón sobra; los supervivientes
del chamarilerismo político; los fermentados productos de los bajos fondos que fundan Bancos,
agotan joyerías y roban a sus contemporáneos la vida honrada, como les robarían la esposa
para hacerla una cortesana. Toda esta gente no es idealista. Le conviene, además, decir que el
idealismo muere rodeado de sus hijas las virtudes cívicas y de sus nietos los hombres
románticos.
Pero ¿son ellos, las tarifadas, los artificiales, los negativos, los fermentados quienes
constituyen toda la Humanidad de hoy? ¿Tienen el poder de sustituir de un modo absoluto las
energías y los sueños ajenos?
2053
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Al otro lado de sus guaridas suntuosas viven las gentes sin contaminación, como aquellas
enormes y seguras multitudes que sitiaban las ciudades de la decadencia y del extravío.
Sí además añadíamos que madama Sembat se llama Georgette Agutte y pintaba paisajes
de una clara elocuencia, los negociantes y las epilépticas responderían con una cuchufleta de
teatro retruecanista, como supremo libertinaje de su ingenio.
Por lo tanto, no deben darse noticias idealistas, exaltar episodios románticos dentro de la
ciudad sitiada que se presta a morir con retortijones de paraíso artificial y al pie de los caballos
negros. Es fuera del cerco, en la pureza de los espacios naturales, donde están los que pueden
conmoverse porque una mujer artista no se resigna a vivir con el recuerdo del esposo muerto.
A su tiempo los telegramas lo dijeron. En París muere Marcel Sembat, y al día siguiente la
viuda se mata, porque nada, ni el arte, había de compensarla de la solitaria ruta recién abierta
para ella. Marcel Sembat había sido periodista, diputado, ministro, exégeta de modernas
tendencias pictóricas.
Definía activamente ese tipo admirable de intelectual siempre izquierdista que en Francia
puede legislar, y contra el cual se legisla en España.
Había pasado de los cuarenta años. Madama Sembat también Tenían- según los cronistas
que les conocieron-una vulgar apariencia física de burgueses egoístas por el ahorro e
insignificantes por el indumento
Y, sin embargo; los dos mostraban imantadas de porvenir y de generosidad las pupilas.
Ella, Georgina Agutte, transmitía al lienzo, al papel, a la pastelina, las visiones nobles de
las nubes, los montes, las aguas y los cuerpos desnudos.
2054
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Así, toda su pintura es una meditación afable, atrayente, sugeridora. La sinceridad cordial
se derrama sobre sus paisajes como una cualidad más del fervoroso tecnicismo.
Le gustaba viajar, llevar sus tareas bajo diversos cielos y frente a distintas sugestiones.
Deja horas y sitios de Italia, de España, de Francia, sobre todo.
Nieves, mediterráneos, praderas, le fueron pasando por los ojos y por el alma. Las hizo
pasar por sus manos y por sus tubos de colores favoritos.
No prefería las gamas dramáticas. No parecía tener el sentido patético del paisaje. Al
contrario, el hombre de Georgina Agutte evocaba diáfanas, sutiles interpretaciones optimistas
de la luz sobre el tiempo que camina a lo largo de la Naturaleza inagotable.
MEMORANDA
2055
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De ahí la advocación con que se ampara esta serie de obras más o menos artísticas, y
que inevitablemente sugiere el recuerdo de los Salones autumnales de París, cuando la buena
época de Vanguardia verdadera, cuando aún no se habían contagiado tanto de su carácter
oficial ni sometido a los recetarios enmohecidos prematuramente.
El Salón de Otoño español señala una preferencia manifiesta hacia la vieja pintura. En el
actual de un modo más elocuente que en los anteriores. Las tres salas de pintura italiana lo
atestiguan. Creemos, sin embargo, que el Salón de Otoño no debe ser esto que viene siendo.
Es como si pretendiera alcurniar el arte mediocre y envejecido de nuestros Certámenes
bienales. A la pintura de los anacrónicos del siglo xx que suelen representar la mayoría
medallable de las Exposiciones Nacionales, añaden los Salones de Otoño la pintura de ciertos
rezagados del siglo XIX, para justificar, para defender aquélla.
Cierto que la «entrada libre» consiente las escasas audacias pictóricas y las más escasas
muestras de sinceridad estética a tono con los modernos matices de la sensibilidad. No faltan,
pues, en el Salón de Otoño las sonrisas claras y las muecas artificiales de las tendencias
nuevas. Se las reúne a todas—lo bueno y lo malo, lo extravagante y lo emocionado, el aborto y
el feliz alumbramiento, lo que se envidia y lo que se desprecia—en una sala común y allí se las
deja dañándose unas a otras, desconcertadas y sin eficacia.
Y precisamente ellas, solamente ellas, son las que autorizan la existencia de los Salones
de Otoño. Pensando en los artistas que los Jurados oficiales fingen no ver, y hasta premian a
veces por carambola de esnobismo, por dárselas de enterados sin estarlo, vamos a estas
exhibiciones otoñales donde no hay medallas ni adquisiciones que aumenten la anemia del
Museo de Arte Moderno..
Si se nos preguntara lo que debe ser el Salón de Otoño, daríamos una respuesta bien
terminante: lo contrario en todo de una Exposición Nacional.
Además de no existir los triviales repartos de premios como en los colegios de primera y
segunda enseñanza y de seguirse un régimen de puerta abierta—que convendría pensar si
puede cambiarse por el de puerta entornada—, hay un deseo noble de instalar bien las obras.
2056
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En este sentido el tercer Salón de Otoño puede ofrecerse como un ejemplo. Pocas
Exposiciones hemos visto mejor colocadas. Así, en una sola fila y con el necesario espacio entre
cuadro y cuadro, como ha hecho ahora la Asociación de Pintores y Escultores, deben instalarse
las exhibiciones pictóricas. Lo contrario será caer en el error capital de los Certámenes
Nacionales.
Sin reserva ninguna aplaudimos el logrado buen deseo. Y si hacemos algunos reparos a
los demás propósitos de la Asociación en lo que se refiere al Salón de Otoño es precisamente
porque compartimos su afán de alentar el estímulo del público hacia las Bellas Artes, su fervor
hacia la desamparada lucha de los artistas españoles dentro de España y donde la gente de
dinero no compra cuadros ni esculturas, donde los macacos de familia bien o los burgueses
rijosos se apoderan de los estudios para hacerles guaridas colectivas de sus vicios, donde
existen en los presupuestos cantidades irrisorias y humillantes para todo cuanto significa
protección oficial del Estado, donde los aranceles consienten el encarecimiento latrocinesco de
los colores y de toda clase de material pictórico.
Por todo ello—y alguna vez se hablará extensamente de las condiciones adversas,
dificilísimas en que produce todo artista español su obra—creemos que la crítica deberá
colocarse al lado de esfuerzos y tentativas como el Salón de Otoño, y sin ocultar lo que en su
leal entender representan errores, contribuir a que se destaquen los aciertos.
LA SECCIÓN ITALIANA
Así como en Francia el siglo XIX está aureolado por su esplendor pictórico, en Italia acusa
indudable decadencia, prolongada de una manera dolorosamente influencial sobre nuestros
pintores de la misma época.
2057
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Además de Casciaro, que nos deja en la memoria visual unos saltitos luminosos y un
polvillo de polen vegetal, de alas de mariposa, de cuarzo machacado, Antonio Mancini se exhibe
con cabal integridad de cualidades y defectos.
Morelli seduce menos al principio y sugiere más después. Hay entre los cuadros de gran
tamaño, además de la turbadora Odalisca ese pequeño lienzo de La tentación de Jesús que nos
habla con el acento grave del maestro patriarcal. No el Morelli fogoso, de con-trastes
encendidos, de la dramática energía; el Morelli sencillo, bíblicamente austero y sobrio como sus
pasajes y sus paisajes del Nuevo Testamento, evocados y vistos en el Oriente eterno. A Michetti
también podría vérsele mejor; pero se insinúa con la doble personalidad. Lo que pudiéramos
llamar el abruzzismo natal y el d‘annunzismo pegadizo.(…)
Por último, a Giaccomo Favretto el malogrado, el que tenía acaso resortes que hubieran
hecho cambiar su frialdad tranquila, le hallamos bien concreto en esa escena de taller que
ignoramos por qué la titula Vandalismo el Catálogo del Salón de Otoño
Desde el admirable retrato de María Cristina de Borbón, por Gutiérrez de la Vega, a los
paisajes urbanos del hondureno Zelaya y las notas caras, sensibles, de Mariano Sancho, el
Salón de Otoño ofrece un resumen no del todo inexpresivo de la evolución pictórica de España
en la época moderna.
Evolución lenta, agitada a momentos por bruscos saltos, por inesperadas piruetas de
artificia rebeldía, por escapadas ingenuas a los desfiles seguros y conscientes del otro lado de
las fronteras; pero evolucion al fin.
2058
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¿Por qué a Solana, tan castizo, tan dentro de una tradición española, tan constructor a la
manera clásica se le rodea siempre de los extranjerizados, y junto a sus gamas graves,
profundas, densas de color y de psicología se colocan las gamas claras, rutilantes, las exaltadas
violencias coloristas o las delicadísimas valoraciones temáticas?.
Diríase que los organizadores del Salón de Otoño residencian a cuanto les parece ajeno a
la pintura medallable en las Exposiciones Nacionales, o que de antemano se pretende
dogmatizar acerca de lo que algunos piensan en pintura moderna, sólo porque se trata por
2059
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Prescinden, sin embargo, de ciertos cuadros que con ese criterio debían figurar al lado de
El viejo profesor de Anatomía, de Gutiérrez Solana; de Basilisa, de Mariano Sancho, Los
Nazarenos, de Benjamín Palencia—pongo por ejemplos de obras meritísimas y divergentes
entre sí—. Los encontramos perdidos en medio de las otras agrupaciones por «categorías
oficiales‖ o en la Sala de los Desengaños.
Claro es que en el Catálogo no existen más títulos que el de Sala de Recuerdos; pero
nosotros creemos podrían también titularse de las Esperanzas y de los Desengaños esas que
indignan a pintores enemigos de cuanto no sea su trayectoria personal y hacen sonreír a la
burguesía acéfala, a las turbas de profesionales y profanos, sólo porque se les dice antes de
entrar: «Esta es la sala del crimen».
Así como los Recuerdos destilan su mugre y las Esperanzas extienden su claridad,
también tropezamos, muy bien colocados, muy reverenciados, muchos Desengaños que
debieron dejarse en el lugar correspondiente y rostro a la pared.
¿Quiere decirse con esto que las restantes salas de la sección española del Salón de
Otoño sean cosa baladí o desdeñable? No. Es que hallamos la misma confusión de valores y
tendencias que en las otras del tercer salón de otoño 1922 pasado, del porvenir y del efímero
presente.
Madrid cuenta ya con un nuevo local para exhibiciones de Arte. Es la Galería Sagaseta,
compuesta de varios salones suntuosos donde las paredes ricamente tapizadas, los muebles
antiguos, las tablas, bronces, mármoles y cerámicas de ayer prestarán magnífico –y a veces
peligroso—fondo a las obras contemporáneas.
2060
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para muchos la obra y aun al nombre de Pons y Arnau eran punto menos que
desconocidos. El prologuista del catálogo, Francisco Acebal—meritísimo escritor a quien una
señoril indolencia espiritual y la existencia sin zozobras tienen lamentablemente alejado de la
novela y de la crítica de arte para las que ha demostrado tantas excelentes condiciones—rubrica
ese desconocimiento:
«En estos salones nuevos-dice el autor de Huella de Almas—se os invita a contemplar los
lienzos de un pintor nuevo. Tiene su nombre tenue resonancia en nuestro mundo artístico; ni
aun en el mundillo de estudios y talleres circula como nombre familiar de camarada. »Y, sin
embargo, este novel ante el público no es el novato de la paleta y el pincel que cuelga, audaz y
atropellado, en el primer muro que se le ofrece, sus tanteos, sus ensayos, los esbozos de
fogosa mocedad. A la primera ojeada se cae en la cuenta de que no es, la que de estas paredes
pende, obra de alboreo, ni de incipiencia esperanzada, mucho menos la prematura exhibición
de una precocidad ingenua. Sea cual sea vuestro juicio, benigno o adverso, coincidiremos todos
en que este artista no se adelantó hacia el público hasta el día en que tuvo obra en granazón.
Nadie dirá de él que es un impaciente. Y eso tenemos, ya desde el vestíbulo de la Exposición,
que agradecerle: respetó nuestra atención y ahorró nuestro tiempo. Reserva altiva y ejemplar.»
Tiene una historia simpática Pons y Arnau. Parece uno de esos viejos cuentos ingenuos y
nobles que despiertan en los niños la emulación de la lucha por el ideal.
Francisco Pons ha nacido en Valencia, como tantos otros pintores a quienes se debe gran
parte de nuestro renacimiento artístico. Sus aficiones por la pintura coincidieron con el pleno
triunfo del sorollismo. Además sentía por el maestro una íntima y profunda admiración, nacida
de cómo veía en los lienzos de Sorolla reflejada en toda su intensidad el sol y la magnificencia
mediterránea. Muchas tardes, siendo todavía un niño, permanecía largas horas en la playa,
silencioso, extático junto al maestro, contemplando cómo Sorolla trasladaba al lienzo la magia
de la luz sobre las aguas y las carnes desnudas.
2061
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fué compañero de muchos que luego la vida desvió hacia orientaciones anónimas, lejos
del arte. Y también de los pocos que hoy tienen una reputación envidiable.
Pronto llegó a ser uno de los favoritos del maestro y se enamoró de María, una de las
hijas de Sorolla. ¿La recordáis? El ilustre artista levantino la inmortalizó en lienzos inolvidables.
Aquel de la muñequita dentro del andador de madera, Vestida de blanco, con el cabello
alborotado y los ojos muy negros, de una mirada en que chispeaba precozmente la inteligencia;
aquel del grupo familiar vestida como su hermana con un vestido rojo; aquel otro admirable,
envuelta entre pieles como un principito enfermo y cuyo retrato llevaba un título que sin saber
por qué nos causaba cierta melancolía: María en el Pardo...
Todo sucedió como en los cuentos románticos. Cuando Joaquín Sorolla quiso, antes de
dar su hija al discípulo, que éste conquistara un nombre lejos de ella, que siguiera apartados
rumbos para volver, como los prometidos de cuento, con una experiencia de la vida, con
triunfos para ofrecer a la amada y con la seguridad del amor afianzado para siempre en el
corazón.
Así fué. Francisco Pons pasó tres, cuatro años recorriendo Europa y América. Sin olvidar
las enseñanzas del maestro se ha formado a sí mismo. Celebró Exposiciones, vendió cuadros,
consiguió que su nombre sonara fuera de España.
Y entonces volvió a Madrid, Traía cuanto le exigieron para el premio tan grato. Y cuando
empezaban a ser más lentos los crepúsculos, y rebotaban los árboles, y una divina ansiedad de
amar comenzaba con la promesa vernal a inquietar los corazones, se casaron María Sorolla y
Francisco Pons y Arnau.
En el estudio de Joaquín Sorolla, como protegidos por las obras del maestro, fuimos
viendo entonces sus obras de 1913, de 1914. En seguida marchó a América. Al Norte, primero;
luego, al Sur.
Vino llamado por el amor y con el amor volvió a los sitios donde luchara por conseguirle
para siempre.
Ha pasado el tiempo. Durante siete u ocho años Pons y Arnau permanece oculto,
olvidado, para reaparecer al fin, cuando se imagina más seguro de sí mismo. Es llegado el
instante de afrontar plenamente su obra.
Pons y Arnau, por afinidad temperamental primero, por familiar ligazón después, por
admirativo entusiasmo siempre, es una fuerte consecuencia técnica y estética del sorollismo.
2062
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sin necesidad de aludir a una escuela valenciana (que no existió sino antes de surgir
precisamente Sorolla el revolucionario), se expresa Pons y Arnau con un lenguaje abierto y
soleado de mediterránea claridad, de levantinismo indudable.
Las alusiones pictóricas que sugiere son de dos grandes maestros Valencianos: Muñoz
Degrain, Sorolla; incluso de algún discípulo del último, continuador, en cierto modo, de su obra;
en lo que se refiere al retrato.
Pero todo esto que ya se adivinaba en la primera época de Pons y Arnau, en sus lienzos
de 1913, de 1914, está en los lienzos actuales más ponderado, más utilizado, con un sentido de
capacidad personal y actitud propia que merece alabarse.
Aun nosotros habríamos, en lugar del Sr. Pons y Arnau, eliminado ciertas obras
pretéritas; hubiéramos dado al conjunto esa unidad del tiempo y de la producción, que forma
un conjunto verdaderamente armónico. Y de ese modo, entre los cuadros de ayer y los de hoy
no podría deslizarse la duda comparativa, peligrosa, para las miradas inconscientes de cierta
clase de público.
Es siempre una pintura franca y apasionada de cálido entusiasmo la suya. Con detalles
de sutil distinción también. No de esa distinción de modisto afortunado que tienen otros
pintores de mujeres bonitas y de fatuos con dinero o poderío social: esa distinción se puede
adquirir con cierta paciencia y cierta ductilidad. Me refiero a la otra distinción innata de la
elección de temas y gamas, de la manera de tratar las calidades cromáticas, del buen gusto con
que se detiene a tiempo la obra que pudiera amanerarse si se continúa pintando en ella.
De la serie de lienzos de figura separamos por como traducen expresivos esas cualidades
los titulados En el sermón, El té y el retrato de la esposa del artista.
2063
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los paisajes merecen, exigen comentario aparte. Desde el de gran tamaño y potente
emocionalidad, La Tarde, hasta el más ligero apunte de pinos emergiendo de las oleadas
densas de nieve, rosadas de crepúsculo.
«Desde los tiempos de Morera -dice Francisco Acebal—no ha tenido nuestra sierra más
expresivo cantor de su silencio. Basta pasar la mirada de refilón por este grupo de cuadros para
cerciorarse de que un pintor, mediante el estudio del natural, puede alcanzar interpretaciones
fieles, evocadoras y bellas; la trémula emoción qué alienta en los recónditos parajes de las
montañas queda reservada, no al que los estudia, sino al que los habita, percibiendo hora por
hora el ritmo imperturbable y majestuoso de la Naturaleza. Caso el de Pons y Arnau, parejo al
de aquel melancólico y rudo pintor de los Alpes, el malogrado Segantini, que sensibilizó su
espíritu en el retiro de las cumbres para dotar su pintura de sensibilidad cumbreña.
»Durante mucho tiempo nuestro pintor serrano, como el pintor alpino, tuvo por único
taller el risco. Instalado en él, tozudo y resistente, fué trasladando a los lienzos, más que
diversidad de formas, las modulaciones de un mismo paisaje en el curso de los días y en la
rotación del año. Y aquí están los lienzos. Nieve blanca, nieve azul, nieve rosada; pinos de
ramazón tendida proyectando, en las horas serenas, sombras de fantasma sobre campos de
armiño; y el mismo pino en la hora dramática del cierzo y la cellisca, retorcido, contorsionado,
como en gesticulaciones trágicas, trocado su perfil de patriarca de la montaña en un diseño
getesco; y de nuevo el pino mismo, ahora señoril y grave, fundiendo la obscuridad de su
ramaje en la obscuridad del crepúsculo. Todo el esplendor de alburas virginales y de
penumbras cárdenas durante la invernada.»
Ciertamente es esta la sensación que sugieren los paisajes serranos de Pons y Arnau.
2064
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
La gravedad elevada y ecoica de las cimas, las rutilancias armoniosas del color, la
serenidad espiritual, por fin, como feliz consecuencia del ingente silencio y el exaltado
cromatismo.
Al presidente del Círculo, Sr. Ruiz Funes, y a elementos tan eficaces y capacitados cómo
Luís Gil de Vicario, se deben estas manifestaciones estéticas, que ya no se conforman al
limitado ambiente de la capital o de la región, sino que se extienden a Madrid con el legítimo
deseo de revelar y relevar algunos de sus artistas.
La Exposición, por exigencias del local y acaso excesivo rigor en la admisión de obras,
adolecía de algunas ausencias que lamentamos.
Por de pronto, no debió influir en el ánimo de José Planes su calidad de representante del
Círculo para abstenerse de figurar en un conjunto de artistas paisanos suyos.
2065
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
¿Quiere insinuarse por esto que la Exposición de Artistas Murcianos ha sido cosa baladí y
equivocada? No. Tuvo su valor, respondió al propósito expansivo y demostrativo de sus
organizadores, sirvió para dar a conocer valores ignorados o ratificar los ya conocidos.
Ante todo volvíamos a encontrar los paisajes, las escenas castellanas de Gil de Vicario,
este burgalés enraizado en Levante que no olvida la serenidad fuerte de su tierra natal. Gil de
Vicario ve a Castilla sin hurañez, sin prejuicios literarios, sin esas anteojeras del tópico
castellanista. Así esperamos de él la revelación exacta de la verdadera Castilla, sin yermos
áridos, místicos, urentes y sequedades verbales. Tendrán sus cuadros futuros esa jugosa
diafanidad, esa ternura sonriente de Tarde de fiesta en el pueblo, La procesión, etc.
Atienzar Sala y Almela Costa daban el acento agrario de la capiña murciana con positivas
cualidades de paisajistas.
José Atienzar, además de sus paisajes, exponía un retrato muy notable. Pero es en la
interpretación de la Naturaleza donde le preferimos, por como su arte se magnifica y exalta.
Afiliado a un realismo no exento de propositivo decorativista, los cuadros de Atienzar da a la
luz, al color y las formas sus cualidades peculiares; pero desarrolla al mismo tiempo temas
armoniosos y motivos amplios. Citemos, por ejemplo, los cuadros Murcia, Nispereros y Gasas
invernales.
Almela es más romántico, más soñador que Atienzar. Suple la sensibilidad, a veces, a la
técnica. Y no decimos esto como reproche, como tampoco el que figuren al lado de obras de
tan sonriente y ubérrimo levantinismo como El vergel, notas del Norte, donde la visión
fulgurante del pintor del Sur se templa y afina: Los pinos de Ulía, Otoño en Guipúzcoa.
2066
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En Barcelona se inauguran los nuevos Salones de Bellas Artes de El Siglo con las
siguientes exposiciones:
NOVIEMBRE
En el Salón del Círculo de Bellas Artes de Madrid expone el paisajista Martínez Vázquez
una treintena de cuadros. Pertenecen a tres diversas regiones: Castilla, Andalucía,
Vasconia. Son veraces de luz y ricos de sentimiento. Sugestionan la mirada y sugieren a la
imaginación. Como se ve, sus cualidades merecen un largo comentario.
Desde hace mucho tiempo el arte de Martínez Vázquez se manifiesta, con ese mismo
acento y esa luminosidad que le son peculiares, en medio del heteróclito espectáculo de las
Exposiciones colectivas.
Y, sin embargo, siempre les hemos buscado por como está en ellos el valor romántico
negado a otros paisajistas o desdeñado en holocausto a otras triviales cualidades anecdóticas o
simplemente lumínicas.
2067
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
fidelidad topográfica. Están saturados de idealismo, y diríase que significan oraciones, ofertas
de un creyente de la Naturaleza a la propia Divinidad que le rodea hecha campos, cielos, aguas
y cumbres.
Este recuerdo honra por igual al maestro y al discípulo. Muñoz Degrain ha logrado verse
comprendido en su integridad dramática, en un cromatismo exuberante, en la elección
armónica y dilatada de los temas por Martínez Vázquez.
¡Y las nubes, que parecen asirse con la mano, y el silencio, que es como una segunda
claridad sobre los seres y las cosas! Así, en este escenario ingente vemos al maestro y al
discípulo como al rabadán encanecido y al zagal despierto que le venera. Los consejos caen
como semillas en el alma juvenil ya removida para la germinación futura; la mano fuerte,
segura, recia para muchos inviernos todavía, del maestro, va señalando la libre y pródiga
maravilla de los colores y de las luces. El zagal aprende a elegir motivos de belleza, a esparcir
como animalicos puros de un rebaño las notas montaraces, y en su paleta, como en la zampona
o la flauta cañera, buscar las sutiles cadencias, los matices finos y sensitivos...
Ante todo, sin perder esa íntima filiación con la pintura de Muñoz Degrain—que es algo
bien enorgullecedor y significa el sólido cimiento de su obra—, Martínez Vázquez tiene ya la
elocuencia personal, el verbo suyo, rotundo y apasionado. Para no alejarnos de la gustosa
evocación serraniega, diremos que su zagalía fervorosa, anhelante de ayer, ha cuajado ya en su
madurez actual. Rabadán de nuevos hatos puede ser ya este pastor de emociones y de
visiones.
Y nos felicitamos de ello porque de este modo no se extinguirá en él, como temimos hace
años se extinguiera en el maestro Muñoz Degrain, el concepto romántico del paisaje.
2068
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y lo demuestra con tal vigor y tan hondo convencimiento que hasta los incapaces de
comprender íntegramente la riqueza emocional de esta pintura se someten a ella calificándola
de «escenográfica».
La mitad de las obras expuestas por Martínez Vázquez en el Salón del Círculo reflejan
lugares de la Sierra de Gredos. Son los temas favoritos al artista, con los que placenteramente
convive. En Gredos tiene su casa, su hacienda, sus amores familiares. Se piensa en un Gabriel y
Galán de la pintura que antes de crear el arte le ama al través de cuanto le rodea. Cada
véspero, cada canchal, cada encinar, cada pedriza, cada guedija de niebla, cada otero, cada
barranco, cada chozo, cada sendero que luego en sus lienzos vemos, tiene para él un nombre
de intimidad y de nostalgia.
Así los hallamos un ímpetu idealista que no destruye su veracidad. Y dentro de la experta
factura cromática, la ternura vibra como vibra la luz.
Porque una vibración, casi sonora de tan luminosa, es la característica de los cuadros
serraniegos de Martínez Vázquez. Celajes espléndidos, valles sonrientes, bravas cañadas,
majestuosas cimas. Y siempre la optimista exaltación de los azules, los rojos y los grises.
Es curioso cotejar con estos cuadros de la Sierra de Gredos que se llaman ―La Canchuela,
Pueblo de Guisando, Atardecer, Primavera, La joya, Un coloso de las cumbres‖ , las series de
paisajes andaluces y vascos.
2069
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de procedimiento que posee para luchar con el natural en toda sincera libertad de condiciones.
Subsisten, claro es, su espiritualidad y su romanticismo.
De este modo, El Cristo de Ronda, Los gaitanes, Calle de Ronda, Rincón del Albaicin,
tienen, bajo el resplandor flameante del sol del Sur, ese inconfundible sentimiento sugeridor de
Martínez Vázquez, pero también poseen un sabor de localismo en su luminosidad peculiar.
Como igualmente las notas norteñas de Vizcaya: las rías embarradas, los pueblos
húmedos y sombríos, los cielos melancólicos, responden con exactitud a los temas elegidos,
después de sentidos profundamente.
Y en eso está el secreto encantador de los paisajes de Martínez Vázquez. En que jamás
pinta por pintar. A lo largo de sus cuadros se puede seguir la historia emocional de su espíritu.
Como en las exhibiciones anteriores, una vaga fraternidad factural agravada por la
inevitable e involuntaria de los temas, de los lugares repetidos hasta la saciedad, parece pesar
sobre el conjunto de sus obras.
Pesa realmente menos que otras veces. Cierto que en la lucha sostenida antes de visitar
la Exposición, por nuestro desgano de curiosidad y el constante deseo de hallar nuevas
afirmaciones e inéditas promesas, nos sentimos inclinados al pesimismo y al desencanto; son
muchos Claustros de la Cruz v del Tesoro , Muchos Patios del Ave María, muchos cementerios
viejos y demasiadas interpretaciones del altar mayor, la sala capitular y del estanque; cierto que
se piensa sin querer en los otros jóvenes llegados antes con un manierista clisé a lo Mir en el
pensamiento y no una emoción propia en el espíritu…
Pero debo apresurarme a decir que la Exposición actual es tal vez la amenos influenciada
de recuerdos de procedimiento y la menos contagiada por la mutua convivencia de inspiración y
de trabajo
2070
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
pictóricos. Surge clara, elocuente, la necesidad de rectificar para el año próximo el Reglamento,
llegando, si fuera posible a dejar cada artista en plena libertad de acción. Libre de elegir su
residencia veraniega, libre de pintar lo que le parezca, sin otra obligación que presentar sus
trabajos en una época determinada ¿Se imagina cómo habrían de ser muy otras las
Exposiciones de los jóvenes artistas que buscaron aquella luz y aquella temas más gratos a su
temperamento para ir creando solitaria y fecundamente su obra?.
La Exposición actual se compone de los envíos de siete pintores: Joaquín Roca, Joaquín
R. Peinado, Manaut Viglietti, Sánchez Arguelles, Morales Alarcón, Ricardo Bernardo y Enrique
Simonet Castro.
Pero no se dice con ello que sean inferiores como pintores sus compañeros. Los retratos
de Joaquín Roca y Ricardo Bernardo, por ejemplo, alcanzan también personales dotes de
excelencia.
Es que Morales Alarcón expresa, sin acaso ninguna nota recusable, una seguridad
temperamental de paisajista. Horas diversas, luces distintas, sitios opuestos ha ido
contemplando y reproduciendo con sensible capacidad. Su conjunto abarca de ese modo gran
amplitud y ofrece muestras bien definidas. Citemos Interior del Monasterio, tan finamente
acordado, tan delicadísimo de gamas sutiles. Estival, que en la nota agria de los trigales halló
un acento vibrante e insospechado en esta sinfonía anual de azules, violetas, verdes y rojos,
orquestada por sus compañeros. Azul, vigorosa impresión de aguas y piedras que, al totalizarse
después en el titulado Último sol, se diluye un poco. Tarde, el de una ligera identificación con lo
que pudiéramos llamar «escolástico prejuicio de los paularistas»; pero más amplio de concepto,
más hondo de visión, más feliz de resultado que los impresionismos y puntillismos adoptados
sistemáticamente por otros.
Joaquín Roca se afianza en sus sólidas cualidades de pintor. Tiene notas admirables—El
Corredor blanco, tan esplendoroso y atrevido; Arroyo de Santa María, original; Prado de las
ovejas y Majalrocín—; pero su obra más importante, no ya por las dimensiones, sino por el
logro capital, es el retrato titulado En la huerta.
2071
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ricardo Bernardo es un joven pintor montañés, ya definido antes de ahora por cuadros
como Los Piteros, y sanguinas de tan recio trazado y carácter como estos dos que exhibe hoy
en su instalación particular.
Es, desde luego, figurista antes que paisajista, si hemos de atenernos a clasificaciones;
después de todo un poco arbitrarias, si se tiene en cuenta que un pintor debe saber hallar en su
paleta lo mismo la exactitud cromática de un árbol, de una nube, de una ola, que la de un
rostro, una tela o una bestia. Pero si prescindimos de la clasificación un poco arbitraria y de la
exactitud cromática; si tenemos en cuenta aquella mejor fusión de las facultades visuales con
las facultades sensoriales y sensuales, entonces la preferencia de Ricardo Bernardo por la figura
no puede refutarse.
Justos y emocionales sus cuadros Canchos de altura, Sala Capitular y Venus (literario
hasta en el título), no alcanzan, sin embargo, el valor pictórico del Retrato de la señorita
Iturrioz, donde encontramos trozos como el del torso, que firmaría un maestro. ¡Inolvidable
relación de valores aquélla! ¡Sutilísimo y emocionable hallazgo de línea rítmica el de la mano del
modelo, colocada de un modo delicioso!
En cuanto a los dos dibujos que representan: el uno, al insigne poeta Enrique de Mesa, el
cantor de la sierra, y al Hortelano de la Cartuja, el otro, dan pruebas de gran energía
constructiva.
Manaut Viglietti es el fogoso levantino de siempre. Por segunda vez afronta, con la
preparación luminosa de su Valencia, finas claridades, las delicadezas y matices suavísimos de
la serranía castellana. Elige, por lo tanto, los temas fulgurantes, los vésperos encendidos,
aquellas cálidas notas que le recuerdan la luz natal. Se le adivina un poco descentrado en este
medio de forzosas trabas a la imaginación y al temperamento. Pero se le ve, además, progresar
indudable sobre sus obras anteriores. Es un verdadero paisajista, en un sentido de amplitud y
oteamiento. Así, del conjunto de sus obras, la que destaca sobre todas es la titulada Valle del
Lozoya, que es una de las mejores de la Exposición general.
2072
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No por esto pueden pasarse en silencio las cualidades de Horas de calma, donde el
segundo término superior de la derecha es muy bello y muy justo; La Tejera, que tiene un
sabor de estampa romántica, sin teatralidad ni amaneramiento; sino, por el contrario, obtenida
con sensible emocionalidad; El viejo altar mayor, resuelto concienzudamente.
Y sin embargo, preferimos Valle del Lozoya, de una grandeza panorámica, de una sabia
totalización de términos, de un ambiente y de una atmósfera suavemente dilatadas.
Sánchez Arguelles es también paisajista. Alterna con capacidad simpática, con espiritual
gracia las gamas brillantes, cálidas y las grises, frías. Así, el espontáneo y vibrador cuadrito
Tarde en Matalobos no impide que su autor haya sentido también ese envelado y tierno
encanto de El Pinar; el Vigor exultante de Casas viejas se exalta, y Mañana gris se recoge
dulcemente. La acritud de Sol de mañana no excluye la armónica entonación de El valle, que
considero— a pesar del violento recortado del primer término—su mejor obra del conjunto.
En el Salón del Círculo de Bellas Artes se nos ha ofrecido una visión amable, dulcemente
bucólica de Olot.
La jugosa campiña olotina, con sus muelles cadencias del terreno cortejado por el agua,
con el ritmo alto y la serena ondulación de sus arboledas, con su cielo de sutiles diafanidades,
era expresada a través de los cuadros de Melchor Domenge.
Ese cielo tranquilo, árboles apasionados de él y las aguas que lo refleja en sonrientes
dulzuras azules, y la campiña de verdores gratos a la mirada, han sido y continúan siendo el
espectáculo elocuente que contemplan grandes artistas futuros desde su niñez.
Así, por ejemplo, Miguel Blay, el insigne escultor, el sensible maestro que dio a la
moderna estatuaria española normas de reposada ternura, de equilibrio, de exaltación, y en
cuyo arte filialmente francés resurgió pronto la fecunda racialidad española, la gracia
mediterránea con un acento seguro y una constructiva solidez interior.
Así, por ejemplo, Vayreda e Ivo Pascual, los dos paisajistas que resumen las dos
tendencias del paisaje olotino.
Joaquín Vayreda es el tierno, el idílico intérprete de su tierra nativa dentro de las normas
de su siglo XIX. Y acaso es preciso acercarse a él cuando se quiere obtener la más veraz
interpretación de esa tierra suave, sugeridora.
2073
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sorprenden un poco estos momentos de la naturaleza olotina que trae Domenge de entre
la turbulencia renovadora de la pintura catalana actual a la turbulencia menos agitada, menos
renovada de Madrid.
Pero son sinceros. Ingenuamente, frescamente sinceros. Domenge ve así el paisaje con
un ansia romántica de alma tímida, con beata unción y silencio trémulo. Respetemos su ternura
y demos a esta pureza de intención y de oferta la acogida cordial que se merece.
Despertarán esos títulos un eco romántico en los corazones de ayer. Suenan a la música
conmovedora de algunos poetas del siglo XIX, a quienes las nuevas generaciones, impacientes,
desdeñan o desconocen.
Melchor Domenge ama la tierra en que ha nacido y al maestro que le enseñó a sentir ese
amor. Inevitablemente las praderas de Olot, los arroyos, el ímpetu cantarín del río, las
pequeñas frondas cabeceantes al viento de los crepúsculos, se colman de sentimentalismo el
corazón y le aquietan los escasos impulsos de conocer más motivos naturales o pictóricos de
inspiración. Bebe en su vaso mussetiano.
2074
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
azules, los verdes tenues. Diríase una pintura en voz baja, una copla popular que se tararea
para no privarse de oír la canción del agua, el murmullo de las ramas y el piar de los pájaros.
Nada de fulguradores vésperos, no los medios días urentes; tampoco los gayos verdores
o las rudas cumbres. Siempre valles tranquilos, arboledas majestuosas, opalinas transparencias
de amanecido en los rompimientos claros del horizonte; trémulas humaredas del neblinoso
otoño a lo largo de los cielos y corpóreas humaredas de rebaños a lo largo de los campos.
Por eso a nosotros, hombres de ciudad, hombres de nuestro siglo, pero que,
afortunadamente, hemos sabido conservar nuestro espíritu libre de proxenéticos compromisos
de escuelita, capillita o cenaculito, la obra de Melchor Domenge nos ha causado melancólica
nostalgia y afable simpatía.
MEMORANDA
En el Salón La Veda, de Palma de Mallorca, exhibe sus obras el paisajista catalán Drudis
Biada.
2075
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
DICIEMBRE
Debe elogiarse esta sensación agradable que ahora tiene el Saloncito por como responde
al criterio de buen gusto y a la bien orientada actividad de los elementos que intervienen en la
Junta de la Sección de Artes Plásticas: Vegue y Goldoni, el sutil, el sensible crítico, a quien la
cultura no agobia en sus impulsos líricos; Augusto Fernández, el pintor y dibujante de los
fértiles fervores, de las entusiastas iniciativas, del temperamento noblemente estético.
A Vegue y Goldoni y a Augusto se debe que el Saloncito del Ateneo rescate su prestigio
de la primera época del primer año. A ellos se deberá también que el importantísimo Centro
tenga el día de mañana el verdadero local de Exposiciones, amplio y acogedor.
Ello da al conjunto simpatía optimista, cordial. Anticipa, en pequeño, lo que pueden ser
las futuras Exposiciones de Independientes. Una floración de juventud y la inquietud dinámica
de los que no se resignan a estar desligados de su época.
Y conviene advertir que nada más lejos también de la extravagancia impotente, del
arrivismo vocinglero o la insinceridad reclamista—ya arrinconados en los mismos ambientes
donde hasta hace poco fingían los snobs candidos y los mercachifles de la marchantería tomar
en serio—que las obras de estos cuatro artistas. Lentamente, austeramente, han ido
trabajando, sin aspirar al lucro ni al escándalo, cada uno por su camino. Ahora les hallamos en
un contacto carnal. Nada sino la adventicia proximidad de la instalación cuádruple puede
contribuir a que sean confundidos entre sí, ni con los honestos trabajadores o los parodistas del
enmohecido ―épater le bourgeois ―.
Cristóbal Ruiz se adentra cada vez más en su corazón, y cada vez da más a su corazón la
libertad de amar los espacios amplios y los sentimientos nobles.
2076
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
vez le hemos comparado al Seráfico, viendo con ojos nuevos cada mañana—para cada mañana
ser inocentes, piadosos y propicios a la exaltación pudorosa—los cielos extensos y los campos
dilatados. En los paisajes de Cristóbal Ruiz diríase que respiramos mejor, que un aire de bondad
nos acaricia el alma. Imaginamos además al artista—este artista humilde, generoso de su pobre
existencia incomprendida y abnegada—colocado frente a la Naturaleza en la actitud de un
oficiante, nunca en la de un mercader que calcula cuánto podrá valerle en el mercado su
cosecha de luz y de color. Porque Cristóbal Ruiz es el «hombre de su arte», todo sencillez,
recogimiento, sensibilidad, alegría discreta y tristeza luminosa fecunda, sin la esterilidad de la
amargura o la cizaña rencorosa.
Como Carriére, Cristóbal Ruiz lleva una vida humilde y realiza un arte de brumas
esplendorosas; como Carriére pinta los hijos a través de una resignada melancolía paternal.
He aquí, por ejemplo, ese retrato de Magdalenita. Hemos ido siguiendo en la obra del
ardiente Cristóbal Ruiz la vida de Magdalenita. Lienzos grandes contenían su pequeñez blanca,
rosada y sonriente. La daba fondos cotidianos y despojados de confort burgués; pero dilatados
en esa infinitud atmosférica de sus paisajes. La nena ha ido creciendo en medio de los muros
ciudadanos, de las tierras andaluzas que el arte de su padre ennoblece, hasta llegar a este
retrato de ahora que la concreta mejor que nunca. Cristóbal Ruiz adquiere en este cuadro el
valor didáctico de su expresión personal. Desposeídos de aparentes prejuicios, de preferencias
adversas, los que antes reprochaban a Cristóbal Ruiz, «vagarosa indecisión», «ausencia de
realidad», por no recordar errores de crítica más graves, han de reconocer cómo este retrato es
una de las más bellas obras de la pintura moderna española. Tiene el sentimiento comprensivo
de una infancia sin demasiados juegos ni inconsciencias frivolas: infancia de hija de artista que
lucha con el medio y la incomprensión ajena. Infancia de mujercita que está más al lado de su
madre que las niñas de las gentes demasiado ricas o demasiado pobres. Infancia inteligente y
capaz de ser venerada por ella misma.
2077
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las del mismo pintor—el paisaje florido, el retrato de Augusto D'Halmar, fino, reposado,
de una gran distinción y de una inquietud bella y misteriosa en la claridad modelada del
rostro—y las de sus compañeros accidentales.
Pero a partir de ese instante, ya García Maroto se distancia de Cristóbal Ruiz. Es antes
que nada pintor. Un pintor bien dotado y que se obstina en el noble empeño de convencerse a
sí mismo de cómo estas dotes le pertenecen y no le abandonan.
Se suele reír ante Barradas. Se suele también compadecerle o recriminarle. Sin ver que
lleva una existencia austera y que le sería bien fácil colocarse en el rango de los asequibles al
favor del público; se le acusa de «bromista» y se le confunde con los ineptos plagiarios de los
arrivismos exóticos.
No. Rafael Barradas está por encima de las suposiciones malévolas o desdeñosas. Es un
artista sincero que se busca a sí propio, que se engaña honradamente y cuyo único pecado
consiste en placear sus tentativas a los ojos indiferentes o burlones de la multitud.
¿Se explica, si no, por qué ahora exhibe estos cuadros sordos de color, inseguros de
arabesco, desposeídos de cuanto es laudable en el arte y en el espíritu de Barradas?
El artista no ha sabido reservarse esta crisis, este tránsito que se cumple para él más que
para los que le contemplan. Adivinamos que tal vez hay en los cinco cuadros expuestos en el
2078
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ateneo esa línea que señala ya a flor de tierra el comienzo de la obra futura sobre los cimientos
bien sólidos.
Pero aun adivinándolo, aun habiéndoles visto con agrado y fe en su estudio, en el lugar
donde todo es sagrado por su carácter de gestación, no podríamos considerarles como entre los
aciertos de Rafael Barradas.
Artistas como él no necesitan consejos, pero tienen derecho a la verdad de los que saben
a su lado. Y desde hace mucho tiempo quise estar junto a Barradas con una cordialidad seria y
una atención efusiva. Lo que inspira siempre todo artista digno de ser considerado como tal. De
ayer, de hoy, de mañana; pero artista sin adulaciones al pasado, ni al futuro, como en realidad
es Rafael Barradas.
Javier de Winthuysen es eI compañero que está de vuelta,. Ante sus barbas flamencas y
sus ojos de porcelana holandesa desfilaron los buenos días del post-impresionismo Parísién,
más que francés.
Luego pensó llevar su arte a los jardines vivos. Reformará algunos de su Sevilla natal, y
gracias a él no todo serán britanizaciones de catalogo de herbolario rústico y presuntuoso como
los que Madrid padece.
Hoy muestra, además, retratos; figuras de un acento grave o sonriente. Entre ellas
destacamos la del propio artista y ese medio cuerpo de mujer andaluza que sueña con los
esquemas modernos encima de los reposados y minuciosos retoques antiguos.
Rafael Argelés, desde el final de su pensionado en Roma, viene trabajando con seriedad
y con sinceridad laudables. Procura profundizar en sus cualidades, definir sus dotes, dar, en fin,
la cabal sensación de su temperamento sin dejarse influir de ajenos triunfos o adventicias
bogas.
2079
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Seguimos con simpatía este sosegado avance de Argelés a lo largo de las Exposiciones
Nacionales o de los Salones de Otoño, los dos únicos momentos de expresión colectiva que
poseen los artistas españoles para ponerse en contacto con el público.
Pero hasta ahora-y con las dificultades y molestias que supone ver cuadros sin la luz
adecuada, amontonados en salas estrechas de un Casino rebosante de socios que tienen
derecho a no ser interrumpidos de sus tertulias y recreos—no se había decidido Rafael Argelés
a mostrar su obra con varios y diversos elementos de juicio. Rasgo de modestia que le honra en
este período de exhibicionismo sin freno y de prematuras audacias, como significan la mayor
parte de las Exposiciones particulares.
MEMORANDA
2080
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ENERO
La personalidad de Luis Plandiura tiene en la vida catalana un relieve noble y una eficacia
elocuente. Desde hace veinte años viene consagrado a la generosa tarea de estimular con su
buen gusto y con su peculio personal las orientaciones estéticas coetáneas. Paralelamente al
florecimiento de la pintura y la escultura catalanas, Luis Plandiura ha ido creando un museo de
arte moderno que ya significa algo de valor histórico inapreciable. No se podrá intentar el
estudio de las modernas tendencias sin acudir a este museo de la barcelonísima calle de la
Ribera.
Nogués, de Carles, de Galí y de tantos otros como ahora señalan la culminación del arte
joven en Cataluña. Allí los maestros Mir, Rusiñol, Casas, Raurich; allí una espléndida colección
de obras de Nonell, el malogrado y el incomprendido; allí los primeros paisajes de Pidelasserra
(sic), apenas insinuado en la evolución de la pintura actual; allí bronces y mármoles de
Casanovas, el expresivo escultor de su raza y de su época.
Los artistas han respondido cumplidamente al rasgo de Luis Plandiura. Más de trescientas
obras se presentaron en la calle de la Ribera, y de ellas han sido seleccionadas y expuestas
ciento quince en los salones de las Galenas Layetanas.
¡Magnífica Exposición ésta, donde encontramos desde los nombres de aquellos que
empezaron la amplia y ecoica resonancia de la pintura catalana más allá de sus horizontes,
2081
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
hasta los de jóvenes como Ramón Capmany y Alfredo Sisquella, tan jubilosos de ortales
promesas!
Eugenio d'Ors, con esa densidad ideológica y esa fresca pureza—ritmos nuevos y normas
clásicas-de estilo que definen su intelecto, en el tono elevado y didáctico que tiene todo lo que
escribe, señala en el prólogo del Catálogo la supremacía de la pintura sobre todas las demás
actividades catalanas de hoy. La exalta, además, separándola de contactos enojosos o
mediocres. Considera que nada tiene esa calidad de excepción en lo que él llama «atonía de la
espiritualidad catalana».
Por de pronto, sí puede afirmarse, ante esa agrupación de cuadros ofrecida ahora en
Barcelona y mañana en Madrid, que la pintura moderna tiene en Cataluña una solidez profunda
y un hálito vigoroso.
Joaquín Mir da en ―La noria del tío‖, esa sutil emoción de aire libre y corazón libre que
tienen siempre sus paisajes incomparables. En Mir la Naturaleza se expresa con un lirismo que
ningún otro paisajista logra pintar.
Canals, majestuoso y gracioso, empapado de tradición y al mismo tiempo con una eterna
juvenilia fragante y cantarina. El retrato del cazador adolescente vuela sobre ejemplos
museales; el retrato de la señorita Plandiura está granado de excelencias amables.
Nogués fija con las diáfanas, con las fáciles composición y coloración de Tarde de
domingo su derecho a ser el más esencial, el más veraz y el más sensible intérprete de la vida,
las costumbres y los idealismos de Cataluña. En él vemos ya lo que cada vez ha de completar:
el intérprete supremo de lo que le rodea y de lo que esto le sugiere.
Domingo Carles tenía con dos paisajes—la marina fluida, exaltada, radiante de ímpetu—
una «naturaleza en silencio» titulada Frutos de otoño, rica, de calidades, apasionada de
cromatismos, complacida de voluptuosidad para los matices.
2082
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Competían con estos aciertos expresivos el paisaje Los trigos, de Labarta; Naturaleza
muerta, de Padilla; Retrato, de Vayreda; Paisaje de Olot, de Mallol; Feria en Bourg Madame, de
Colorn; Generalife, de Rusiñol; Paisaje cristiano, de Juñer Vidal, y el busto de mujer, con manto
negro, de Ramón Casas.
Pero sería injusto no mencionar, además, los paisajes de Ivo Pascual y de Meifrén y de
Galwey; las notas delicadas, trémulas de ternura de Duran y Camps; los dos lienzos de Ramón
Capmany, ungidos de porvenir; el Retrato, de Suñer; el paisaje de Humbert; la atrevida
composición de monumentalidad escultórica de Togores; los paisajes urbanos, un poco fríos, de
Mercadé, y tantos otros como figuraban en esta Exposición excepcional y de los que
hablaremos con mayor detenimiento.
El Sr. Plandiura supo agradecer el esfuerzo de los artistas concurrentes y aumentó hasta
veinte el número de las adquisiciones, limitadas a cinco en la convocatoria.
Esta cualidad eurítmica, esta capacidad para concebir sin violencia ni dolor los más bellos
arabescos, da al arte de Cossío el encanto fundamental. Nada por ende duro o rígido en su
línea, ni el más pequeño tropiezo contornal o dintornal en sus formas. Todo, por el contrario,
fácil, claro, armonioso.
Otra cualidad: el color. El color en Cossío es esencia de la luz finísima a que aludíamos
antes en una posible preferencia por las escuelas norteñas. Grises, de imponderable delicadeza
hasta acerada brillantez; tonos austeros, que casi se atreverían a modificar la escala de los
colores primarios; medios tonos de una suavidad infinita, donde diríanse desleídos ópalos y
perlas.
2083
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Le basta con la situación lumínica. Del Norte, de su norte cántabro, pero factible de
fundirse con toda la enorme potencialidad sugeridora de las comarcas nórdicas, estos
pescadores y esas arquitecturas curvas y angulares de las embarcaciones y esos cielos pálidos y
esos mares obscuros. Y del Norte, los hombres macizos y las rubias casi etéreas que se mueven
como apariciones o como añoranzas corpóreas entre los ritmos radiantes de las masas y de las
líneas.
MEMORANDA
En el salón «La Veda», de Palma de Mallorca, expone varios paisajes de España el pintor
Octavio Asanqui.
En el Salón Parés, de Barcelona, celebran la exposición anual de sus obras los pintores
Santiago Rusiñol y Ramón Casas, y el escultor Enrique Clarassó.
2084
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
FEBRERO
Por tercera vez afrontamos gustosamente la obra de Juan Echevarría. La vimos primero
en el Saloncito del Ateneo (1916); después, en la Internacional de Bilbao (1919); ahora, en el
Salón Amigos del Arte, totalizada con la interesante ampliación de retratos y algunos paisajes
muy sensibles.
En cada una de estas exhibiciones, hechas durante un período de siete años, el señor
Echevarría no ha querido ocultar el proceso evolutivo de su pintura ni las fases emotivas de su
temperamento. Así, en el conjunto de ahora, como en el de Bilbao antes, se puede apreciar de
un modo íntegro lo que el acento del Sr. Echevarría tiene de sostenido y lo que desenvuelve de
inédito.
Desde el primer instante hemos visto con simpatía esta obra incorporada al principio a las
lógicas derivaciones francesas de los artistas jóvenes españoles en el momento de legítima
incertidumbre de principios de siglo; trasplantada después a la tierra nativa, sin una profunda
raigambre, y españolizada al fin con todas las características nacionales, según demuestra la
reciente exhibición.
Castilla ha pasado por la retina y por la sensibilidad del artista vasco. Avila es su refugio
estético, su gran reveladora. La luz límpida, los horizontes extensos, las horas lentas y la fuerza
latente de seculares sentimientos inconmovibles como las energías arquitectónicas de la piedra
sobre la piedra dan al arte del señor de Echevarría un sentido elevado, casi ascético, pero que
no amortigua la complacencia sensitiva de su cromatismo.(…)
Todo lo elogiado en los párrafos anteriores (Exposiciones de1916 Madrid y 1919 Bilbao)
nos ratifica la sensación pretérita. Como una noble consecuencia de las dos directrices—que ya
2085
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El día 4 de febrero ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el autor
de esta obra. Del acto dio cuenta, además de todos los diarios de Madrid, La Época, en los
siguientes términos:
«En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando celebróse ayer tarde la recepción
del nuevo académico, el notable publicista y crítico de arte D. José Francés, que en la novela,
en la crónica y en la crítica ha conquistado un nombre envidiable.
»El nuevo académico entró en el salón acompañado de los señores Inurria y Blay, y
comenzó la lectura de su discurso rindiendo un homenaje a la memoria de su antecesor, D.
2086
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Amos Salvador, y agradeciendo el honor que se le ha hecho al llevarle a formar parte de la Real
Academia.
»Comenzaron a desfilar ante los oyentes, como en una película cinematográfica, las
artísticas estampas de la Antigüedad, de la Edad Media y de los tiempos modernos; la estampa
ocre, en la que se ve al hombre primitivo, sintiendo innato sentimiento del Arte, modelar, con el
barro entre las manos, torpemente, una forma de cuadrúpedo, sin caracteres definidos; la
estampa negra, en la que en una noche de estío, en el poblado africano, un hombre de color
obscuro concreta en un pedazo de madera su alma, agitada de terrores litúrgicos; la estampa
azul, en la que se evocan las armónicas artes de los griegos, cuya alma está ungida de eternal
primavera, donde todo es azul: el mar, los cielos, las sombras de los palacios blancos; la
estampa áurea, en la que se destaca la figura de un fraile lívido, flaco, dentro de sus hábitos
pardos, en una mañana pálida de noviembre, que trabaja preso en el ardiente fuego de lo
espiritual; la estampa gris, la estampa blanca, todas las maravillosas evocaciones del Arte.
»El interesante discurso del Sr. Francés, escrito con verdadero primor literario, fué
escuchado con gran atención y muy aplaudido.
»La contestación estuvo a cargo del pintor D. Marceliano Santa María, quien empezó
elogiando las relevantes dotes del nuevo compañero.
»Durante toda su vida literaria, D. José Francés cultivó la crítica de arte en sentido
rectilíneo, bien con su nombre, bien con el seudónimo de Silvio Lago, fustigando tendencias
perniciosas, con la mirada puesta siempre en un ideal: el bien para el Arte, mejorando las
facultades de los hombres.
«La Academia—dijo—se honra admitiendo al Sr. Francés entre sus miembros, »pues
viene a reforzar el número de los amantes fervorosos del Arte.»
»El breve discurso del señor Santa María fué también muy aplaudido.»
2087
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LA CRITICA DE ARTE
¿Recordáis uno de los más deliciosos cuentos de Heriberto Jorge Wells, el autor de las
anticipaciones misteriosas o fulgurantes, de los sueños científicos y las fábulas sencillamente
acudidas a la vida, como olas de un mar interior bajo los plenilunios tranquilos? Se titula La
Puerta en el Muro.
¡Puerta verde en el solitario barrio londinense, cerrada delante del ensueño perdurable!
¡Amplia puerta de la populosa rúa madrileña, abierta a todos los ávidos de belleza y sabiduría,
donde siempre hay muchachos de traza abohemiada, ojos ardientes y actitudes gallardas, y
donde de cuando en cuando pasa un viejecito trémulo que rindió todo su esfuerzo físico en
aras del arte, o la madurez granada, esplendorosa, de los maestros que todavía han de realizar
empresas magnas!
Desde su sótanos a sus buhardas, este caserón vetusto y ungido de belleza tiene
sonoridad de colmena, palpitación de taller armonía sinfónica e himnaria grandeza. El pasado y
el porvenir se enlazan con la fértil coyunda del presente. Museo, Academia y Escuela tiene el
ejemplario reposo de los siglos ya hundidos la actividad reflexiva, experta, de quienes supieron
hallar el punto cimero de sus rutas, cuando el caminante imantado de idealismo se detiene y
otea el horizonte y elige el refugio definitivo; y tiene, además, el airón de la juvenilia
incesantemente renovada; vocinglería y turbulencia de las pubertades, ya encendidas de
luminarias estéticas; greguería de nidal con alas impacientes y cantos débiles aún.
2088
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¡Oh! ¡Es realmente de una atracción hermética y franca, augusta y familiar a un tiempo
mismo, este enorme corazón de piedra palpitante de recuerdos, de realidades y de esperanzas!
Yo he sentido muchas veces la nostalgia de él. Lo he recorrido con respeto, con ternura y
con júbilo. Lienzos y esculturas de ayer, palabras doctas de quienes son su custodia y su
prestigio; audacias inéditas, incluso a veces iconoclastas, que contienen acaso la germinación
de futuros clasicismos. Todo esto, señores académicos, me era grato hallar de cuando en
cuando como un desquite, una lección y un deleite, mientras la vida me empujaba o me
arrastraba al otro lado de estos muros venerables.
La melancolía de los trabajos distantes, el fervor de las estadas breves van a dar para mí
en un remanso y en un huerto de laureles.
Pero la ilusión continúa. Porque entre vosotros no seré el que os merece íntegramente.
La devoción que de lejos tuve a vuestras preclaras inteligencias, a vuestras obras elocuentes, y
que la amistad con casi todos, fraterna con algunos, no hizo sino acrecer y fundamentar,
seguirá sosteniendo entre vosotros y yo la actitud del sediento de enseñanza que entra
furtivamente en una sociedad de insignes maestros, para escuchar y agradecer en silencio el
pródigo y luminoso verbo.
«Ponedme en una casa muy rica—dijo Séneca, el cordobés estoico—y en ella mucho oro
y plata para uso. No me estimaré por estas cosas, porque aunque están cerca de mí, están
fuera de mí.»
―Que de choses qui se devoilent lors que nous acceptons d'étre une partie des
autres,comme une pierre fait partie des rochers!‖
2089
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
derecho, por ciertas gentes, al crítico de que un retrato o un paisaje pintados sugieran aquella
fraterna simpatía o la exaltación sentimental que un amigo dilecto o el encanto de la luz sobre
la libre Naturaleza Se considera que el crítico ha de emplear únicamente el objetivismo del
profeso, erudito, la mecánica fraseología del técnico, y acercarse al arte ajeno con la lupa del
entomólogo, el bisturí del cirujano o la llave del afinador.
Cuando más, se le quisiera consentir solamente que fuese el adocenado interprete de los
aspectos externos de toda representación verbal, plástica, musical o cromática, ofrecida al
público indocto. Y desde luego, de un modo secundario con límites de domesticidad, algo a la
manera del voceador de barraca ferial, del dependiente que alaba géneros y explica las razones
de su calmad y ensena a manejar los objetos con palabras aprendidas en los boletines de
propaganda
¡Pobre y triste error, del que todo verdadero artista se ve libre y que solo es imputable a
los que van realizando sus obras sin ternura, sin inquietud espiritual, sin la divina aspiración de
exaltar la vida y los sentimientos cotidianos!
»¿Por qué, pues, detener en vosotros mismos una palabra bella y elevada porque creéis
que los demás no os comprenderán? ¿Por qué, pues, dificultar un instante de bondad superior
que nacía porque pensáis que los que os rodean no se aprovecharán de ella? ¿Es que un
sentimiento profundo pierde su acción en las tinieblas? ¿Es que un ciego no tiene más medio
que los ojos para discernir a los que le quieren de los que no le quieren? ¿Es que la belleza
necesita ser comprendida para existir, y creéis que en todo hombre no hay algo que comprenda
mucho más allá de lo que parece comprender y mucho más allá de lo que cree comprender?.
«Ni aun a los más miserables-me decía en cierta ocasión el ser más elevado que he tenido la
2090
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
dicha de encontrar-, ni aun a los más miserables he tenido nunca el valor de responder una
cosa fea o mediocre.»
Camille Mauclair , el crítico y novelista francés a quien tanto debe en las artes
contemporáneas dice a este propósito:
El artista -según William Ritter- , antes de ser el que sabe decir, debería ser el que tiene
algo que decir. (….)
Buscan estas palabras mías, protegidas por opiniones excelsas, vuestra acogida
comprensiva, señores académicos. Sabéis que, además de la fusión de las imágenes y
sensaciones intercambiables,, de los diversos conceptos plásticos o intelectuales del
pensamiento y de la sensibilidad; que de esa frecuente costumbre de adjetivar con cualidades
de una bella arte otra distinta—«color en una melodía», «motivos sinfónicos en un lienzo»,
«elocuencia en un mármol clásico», «luminosidad en un párrafo»—hay algo que magnifica y
acrisola la interpretación técnica y peculiar de cada una: el deseo fecundo de transmitir nuestra
inquietud anímica. Y si la Literatura procura hermanarse a la Pintura, a la Escultura, la
Arquitectura y la Música, para la más cabal expresividad propia y exacta emoción ajena,
corresponden estas artes a la Literatura y a ellas mismas entre si, en la amplia ambición de
recordar rostros heroicos, copiar estados de alma, sugerir temas filosóficos, consolar amarguras
y producir deleites.
Es así dentro de mi arte literario, como quisiera cumplir el grato empeño de este
discurso. (…)
2091
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) porque José francés es bueno ante todo (…) y si José francés, quien con su nombre
o cuándo seudónimo de Silvio Lago, fustigó tendencias perniciosas, fue con la mirada en un
ideal el bien para el arte, mejorando las facultades de los hombres (…)
»Este Centro, propicio siempre al amparo de toda tendencia, generosa, libre y sin traba,
abre las puertas de su casa al crítico purista, al batallador acérrimo, al novelador eminente;
porque ante todo somos justos, y el trabajo de José Francés supone labor meritoria que
nosotros somos los primeros en reconocer. Y yo, el más modesto de todos los compañeros, en
nombre de esta Real Academia abro los brazos al neófito, diciéndole con singular afecto:
¡Bienvenido sea a esta Casa el apóstol, el misionero de las artes!
«Algunos, poco informados, creen necesario para ser académico cultivar las máximas
clásicas, los métodos arcaicos, con preferencia a toda suerte de ideas, propalando la ausencia
de nuevas orientaciones en estos cuerpos consultivos. No es así; los años traen, con la natural
evolución, el conocimiento justo de lo existente; aquel rancio sedimento que mantenía estas
entidades, aparentemente, ha desaparecido. Hoy vivimos en modalidad actual, apreciando
siempre el mérito de los que trabajan con fruto, sean cuales fueren sus tendencias. Generoso
proceder académico que importa descubrir para bien de todos. Los académicos extranjeros
conservan aún cierto intransigente aire de tradición; pero aquí en España no existen moldes
restringidos. Se vive en la más absoluta liberalidad de criterio, propio de nuestro abolengo
artístico, independiente, personal, como fué el genio de Goya.
»Abiertas están las puertas para orear la casa. Las corrientes de aire puro llegan a
substanciar nuestros trabajos.
»Un ejemplar palpable ofrecemos hay a la consideración de todos. Ahí está José Francés,
crítico de arte moderno, Presidente de los Dibujantes y organizador de los importantísimos
Salones de Humoristas. Y yo pregunto: ¿es que el humorismo está reñido con el espíritu
académico? Si el humorista es de sana estirpe, si el dibujante humorista lo hace bien y
conmueve con sus obras, ¿por qué no sumarle a la enorme familia del linaje artístico? Grande
como el espíritu humano, creador poderoso asemejado a la divinidad.
»Atento a la costumbre establecida en estas sesiones, expondré los méritos del nuevo
académico, esbozando un resumen de la manera más breve que me sea posible.
2092
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
»José Francés no ha cumplido aún cuarenta años, y lleva publicados más de cuarenta
libros, entre novelas, obras teatrales y crítica de arte.
»La difusión hablada de su cultura fué tan extensa, que renuncio a la tarea de enumerar
las conferencias dadas por el nuevo compañero. Unas fueron encargadas por el Estado; otras,
por entidades particulares; todas llenas de elocuente amenidad y provechoso fruto.
»Don Benito Pérez Galdós compendiaba en estas frases el juicio que le merecía nuestro
compañero: «Ha de saberse que aprecio y admiro mucho a José Francés, a quien tengo por
uno de nuestros más esclarecidos escritores, así en literatura, como en arte.
«El poeta—dijo en otra ocasión la Condesa de Pardo Bazán—asoma siempre detrás del
humorista y el impresionista, cuya esencia de crítico de arte y apasionado de la pintura ha
impregnado al novelador. Para fusionar tan diversas aptitudes y ejercicios es necesaria la
tendencia general, evidentemente artística, que en Francés lo avasalla todo. No es la verdad,
sino la belleza, lo que más le subyuga; y esto se nota igual en la colección de cuentos a que me
refiero que en otras obras suyas por las cuales se ha ido definiendo su vibrante y fina
personalidad.» »Su compañero de crítica Ángel Vegue y Goldoni hace el siguiente elogio:
«Miremos atrás y nos convenceremos del número y calidad de dibujantes e ilustradores
lanzados al público por José Francés. Firmas indiscutibles hoy no han tenido otro medio de
revelación ni más apoyo en sus comienzos que el prestado por tan ilustre escritor. Advertir un
valor naciente y estimularlo para que no se malogre es condición de hombres generosos. Nadie,
pues, de honrado sentir regateará a José Francés la generosidad, junta con un laudable afán de
descubrir méritos y destacarlos de la masa anónima. Pocos, en tal respecto, le aventajarán.»
«El ha mostrado—afirma Correa Calderón—a toda España y a toda América los viejos
maestros casi olvidados injustamente; ponderó los quilates de les maestros jóvenes y descubrió
nombres nuevos, que triunfaron después. Lo mismo hizo con muchos artistas extranjeros,
desconocidos aquí. Y por fin, sus Salones de Humoristas. Él ha hecho nacer y progresar ese
género de arte en España.»
«El entusiasmo con que Francés acomete su obra de divulgación artística es sólo
comparable a su gran éxito. Desde la Esfera es como el faro del arte español y como un
proyector del arte universal. Las Exposiciones de Humoristas han conquistado en el país de las
2093
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
bailarinas y de los toreros no sólo la curiosidad, sino la atención pública. EL AÑO ARTÍSTICO
será, a través del tiempo, como los anales del actual renacimiento español. Es, por tanto, José
Francés, contra lo que anunciaban sus primeros años de embriaguez frivola y disipación
literaria, gracias a su gran capacidad de evolución, un talento seguro, metodizado, amplísimo,
verdaderamente humanista del siglo xx.»
»Hasta aquí son juicios de los demás; ahora estimo oportuno exponer el mío.
»De todo lo referido se deduce que esa rica gala de vocablos laudatorios, merecidísimos,
los alcanzó Francés frecuentando el trato de los artistas. El espíritu prodigioso del literato
mantuvo la plasticidad imaginativa; con alas de águila voló sobre las cumbres de la fantasía,
avizorando perspectivas para sus producciones. Asimismo tintó su pluma en colores filtrados
por los viejos maestros de la pintura. Por eso irisan el ambiente aún las frases diamantinas que
acabáis de aplaudir en su discurso. Oración vibrante, de cálida emoción literaria, cuyo elogio es
hallarla digna de su autor. Honra de escritores, gloria de artistas, y desde ahora una gloria más
de la Academia.
»En el discurso del nuevo compañero resplandece la belleza plástica, reflejando siempre
el sentir del artista. Francés sabe esculpir con la palabra, y su cincel acerado recorta los giros
que tallan la imagen, como el escultor el mármol.
»Todo lo dicho por el nuevo académico es de alto valor literario, habiendo producido en
mi espíritu una impresión tan honda que veré si puede reverberar con palabras.
»Con el mismo poderoso tesón que la corteza se adhiere al árbol, así los recuerdos de la
niñez se clavan en la mente del hombre. Volviendo los ojos a la infancia febril, vemos cómo en
horas convalecientes acarician nuestras manes de cera un libro de estampas. ¡Qué dulce
complacencia siente el niño al hojear el libro mientras la sangre recobra el vigor perdido! Aquel
lejano recuerdo retoña al declinar la vida, y bendigo a mi madre que me dio a besar las
estampas de su libro de rezos. Una remembranza atávica me hace ser niño en un momento de
sueño dichoso. Las estampas del libro de hoy sugieren al artista tanta emoción como los
cuentos de Perrault, ilustrados por Doré, produjeron al niño. Hoy goza mi espíritu admirando las
páginas nuevas de un Libro de estampas. (…)
2094
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Significa una aportación estimable y que responde a este legitimo deseo de que se los
conozca en todos sus aspectos que ahora conmueve y atrae hacia la capital de España a los
pintores catalanes.
Puede, por lo tanto, aquella parte de público madrileño a quien interesa las artes ir
conociendo los valores estéticos de la Cataluña actual; elegir dentro de sus preferencias
aquellas normas que más atractivo y similitud guarden para su temperamento, ya que la
pintura catalana ofrece harto diferentes y definidos caracteres.
No hay que olvidar que vemos la exhibición de una Sociedad donde todos sus miembros
tienen iguales derechos. No se trata de una exhibición selecta e intransigente. Con esa
intransigencia que le exigiríamos a un Comité libre o a un espíritu cultivado que deseara
concretar.
2095
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Suponerles más, sería absurdo; imaginarles menos, sería injusto. Confundir la cortesía y
el respeto con la sinceridad crítica, peor todavía que los otros dos errores.
Bien está, por lo tanto, que se reconozca el derecho a los socios de una entidad
cualquiera a compartir el riesgo de ser juzgados y comentados. Pero reconocido ese derecho, la
crítica debe lamentar que en virtud de ese vicio de origen se desvirtúen algunas obras
admirables o por lo menos interesantes con el contacto de bastantes mediocres, como suele
suceder en estas parodias de Exposición Nacional. Una Exposición Nacional con todos sus
defectos de omisión y de exceso sugiere siempre toda agrupación no constituida por el nexo
lógico de las afinidades electivas y de la identidad de temperamentos o ideales.
En el Catálogo se anuncian, además, dos obras de Rafael Padilla, que no hemos hallado
en la Exposición; pero en cambio encontramos fuera de Catálogo un paisaje, colmado de
emoción y de esplendor, firmado por Puig Perucho.
Este paisaje entre la vecindad temible de Mir, Raurich y Forns sostiene su acento
personal. Puig Perucho se ratifica en sus cualidades intrínsecas cada vez más seguras y
armoniosas. Este pequeño trozo de naturaleza vulgar a la hora apasionada del véspero está
todo él magnificado de belleza y de sabiduría.
Joaquín Mir presenta un solo lienzo: El Casal. Concebido en el tono polifónico que sus
obras anteriores, más acusado y potente, más atrevido de detalles, que se cruzan y penetran
conservando su independencia pero no dañando a la concepción general, este paisaje
desconcierta al principio y se impone después como una de las más sensibles obras del
maestro. Encanto no envaguecido ni soñoliento; encanto de brío y fogosidad, donde los
términos y los colores parecen agitados por la nervadura vibrante de las formas.
Nicolás Raurich envía tres cuadros harto diferentes de tema; fraternos por ese
inconfundible virtuosismo de las calidades que le define. Una grandilocuente marina titulada
Plenilunio; una sonriente, candorosa, de sutiles transparencias ―Mañana de primavera‖ y la
2096
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
certera expresión ―Después de la lluvia‖, que tal vez sea el mejor de lo, tres lienzos por cómo
está logrado su propósito inicial.
En cuanto al paisaje de Rafael Forns es la visión del cielo gris de Londres vertiendo su
melancolía en las aguas densas del Támesis. Deja en el ánimo del contermplador una
sensación profunda de belleza interior (…) sin otro esfuerzo que diluir el color en una sabia y
expertísima maestria.
―Niño Dormido‖ obra de Jose Mongrell (…) pintor que Madrid conoce, por desgracia, de
modo superficial.
Vidal y Quadras cada vez se hace más distinguido y más capaz de las audacias buscadas
noblemente. (…)retratos elegantísimos, su aristocratismo pictórico.(…)
Julio Moisés (…) La marina de Cabañes, con sus siluetas airosas de embarcaciones a
primer termino, es también una obra delicada y fuerte al mismo tiempo, muy bella.
MEMORANDA
El día 10, a la una y media de la tarde, se celebra en el Hotel Ritz el banquete en honor
del autor de esta obra para festejar su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes.
Los comensales pasaban de doscientos, entre los cuales figuraban los siguientes:
Ministro de Hacienda, Sr. Pedregal. Ministro de Instrucción Pública, Sr. Salvatella. Director
general de Bellas Artes, Sr. Weyler. Director general de Comunicaciones, Sr. Pérez Crespo.
Presidente del Consejo de Instrucción Pública, Sr. Rivas. Presidente de la Asociación de la
Prensa, Sr. Francos Rodríguez. Director del Museo del Prado, Sr. Alvarez de Sotomayor.
Director del Museo de Arte Moderno, Sr. Benlliure. Director de la Escuela Especial de Bellas
Artes, Sr. Blay. Vicepresidente del Círculo de Bellas Artes, Sr. Santa María.
2097
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Comisiones del Círculo de Bellas Artes y del Centro de Galicia, los artistas Anasagásti,
Inurria, Moreno Carbonero, Victorio Macho, Salvador Bartolozzi, Gutiérrez Solana, Higueras,
Vicent, Quintín de Torre, López Mezquita, Néstor, Lloréns, Juan José, Ricardo Marín, Francisco
Sancha, Caprotty, Juan Cristóbal, Labrada, Martínez Vázquez, Whintuysen, Moya del Pino,
Ramón Pulido, Forns, Castro Gil, Caso de los Cobos, Castaños, Manchón, Moisés, Tovar, Ochoa,
Orduña, Cruz, Fresno, García Lesmes, Máximo Ramos, Llasera, Igual Ruiz, Augusto, Mariano
Miguel, ―K-Hito‖, Bujados, Larraya, Mariano Sancho, Hernández Briz, Estalella, etc. Los
escritores políticos, editores y periodistas, entre otros, doña Concha Espina, doña Angélica
Palma, doctor Pulido, exdirector general de Bellas Artes Sr. García de Leaniz, José Francés
(padre), Ricardo León, Pedro Mata, Emiliano Ramírez Ángel, Emilio Carrére, Diego San José,
Basilio Alvarez, Antonio Rey Soto, José María Acosta, Alejandro Pérez Lugín, Francisco Camba,
Rafael Doménech, Francisco Alcántara, Melchor Almagro, Augusto Martínez Olmedilla,
«Caballero Audaz», Fernando Llorca, Ángel Menoyo, Luis Mijáns, Julián Fernández Pinero,
Gutiérrez de Miguel, Mayral, Arturo Gómez Lobo, Victoriano García Martí, Federico Leal, Ángel
de Gregorio, Antonio Robles, Luis de Tapia, «Españolito», Estévez Ortega, Busto y Chaves,
Gómez de la Mata, Roberto Molina, Luis Fernández Ardavín, Miguel Pérez Ferrero, Barbeyto,
Cayetano Alcázar, José María Yagües, Alejandro Pueyo, López Solans, Luis Manso, Fernando
García de Leaniz, Julio Gómez del Moral, Santiago Olaso, Felipe Villegas, Arturo Pérez
Camarero, Manuel Merino.
Presidían en las dos mesas fronterizas el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y
José Francés. El Sr. Salvatella tenía a su derecha e izquierda, respectivamente, a la señora de
Francés, Sr. Santa María, señora de Francés (padre), director general de Correos, D. Ángel
Pulido; D. José Campúa, D. Natalio Rivas, D. Mariano Zavala, D. José Francos Rodríguez, D.
Ricardo León, D. Mariano Benlliure, D. Mateo Inurria, D. José Moreno Carbonero y D. Javier
García de Leaniz.
A la derecha e izquierda del Sr. Francés figuraban el ministro de Hacienda Sr. Pedregal,
D. Francisco Verdugo, doña Concha Espina, D. Miguel Blay, la escritora peruana doña Angélica
Palma, D. Victorio Macho, D. Tomás García Lara, el director general de Bellas Artes, el director
del Museo del Prado, D. Fernando Alvarez de Sotomayor; D. José Francés (padre), señora de
Santa María.
Al servirse el champaña, el Sr. Ramírez Ángel leyó las siguientes adhesiones: Conde de
Romanones, subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, Serafín y Joaquín Alvarez
Quintero, Francis de Miomandre, Ossorio y Gallardo, Ángel Aviles, Martínez Sierra, Vicente
Blasco Ibáñez, Alberto Insúa, Tomás Bretón, Federico Beltrán, Max Daireaux, Eduardo
Zamacois, Gabriel Miró, Cansinos-Assens, Círculo de Bellas Artes de Valencia, Víctor de la Serna,
Ricardo Bellver, Alfonso Reyes, Félix Lorenzo, Gabriel Alomar, conde de Gimeno, José Tragó,
2098
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Antonio Garrido, Luis Menéndez Pidal, Baldomero Argente, Evaristo Valle, Miguel Ángel Trilles,
marqués de la Vega de Anzo, Ángel Vegue y Goldoni, Ramón de Zubiaurre, Cecilio Plá, Pedro
Poggio, Cristóbal de Castro, marqués de Quintanar, Julio Romero de Torres, Artemio Precioso,
José Ramón Mélida, José de Urqula, Miguel Salvador, Goy de Silva, Blanco Fombona, Sebastián
Miranda, Antonio de Lezama, José García Mercada!, Alfonso Camin, .Editorial Prometeos, Juan
Comba, Ramón Gómez de la Serna, Cayetano Cornet, Luis Ruiz Contreras, Adolfo de Sandoval,
Augusto d'Halmar, Domingo Caries, Ballesteros de Martos, Ateneo de Sevilla, Jesús Perdigón,
Antonio Casero, Francisco Esteve, Andrés González Blanco, Pedro Roca, Exhibiciones Velázquez,
Luis Gallardo, Guillermo de Torre, José Valdomir, Villegas Brieva, Diario de Burgos, Filiberto
Montagut, José Pinazo, Ignacio Pinazo, Vázquez del Valle, Luis Plandiura, José Montero,
Eduardo Navarro, Mariano Pedrero, José Molleja, Ramón Perla, Demetrio Monteserin, Rafael
Argelés, César Fernández Ardavin, J. Ortiz de Pinedo, Alfonso García del Busto, Alejandro
Larrubiera, Varela de Seijas, Javier de Luque, Ernesto López Parra, Fernández Mato, Ricardo
Verdugo Landi, Miguel Pelayo, Eduardo de Ory, Bernardino de Pantorba, D'Hoy, Isidro Cámara,
Antonio Casero (hijo), Gard-González, Juan Giráldez, Cenamor, Joaquín Díaz Alberro, Huberto
Pérez de la Osa, Gómez Alarcón, Manuel Riera, Gil de Vicario, Dorronsoro, Luis Posada,
Fernández Almagro, *Sileno., Marciano Zurita, Ramón López Montenegro, Juan José Gírate,
Ismael Cuesta, Vila Puig, Torre Isunza, Eugenio Amor, Antequera .Azpiri, Manuel Mantilla,
Arnoldo de España, Ibáñez Valdivieso, Ángel Michelena, Zamora, Vargas, Mario Albar, José
Lorenzo, Juan Pérez Zúñiga, Eduardo Andrés, Cócera, González de Agustina.
Además, Pepe Francés es sobrado conocido. Su labor admirable está en sus obras
magníficas; Francés es un joven que ha producido quince novelas, cinco libros de cuentos, diez
obras de teatro, veinte obras de arte, treinta conferencias y otras obras varias; ha sido el
creador feliz de los Salones de Humoristas y ha logrado que la caricatura llegue a ser
considerada como una bella expresión artistica. El merecía entrar por todo esto en el cenáculo
2099
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de hombres artistas que laboran por el arte. El haber sido nombrado académico de la Real de
Bellas Artes de San Fernando y la publicación de su novela El hijo de la noche nos han
congregado aqui. Un hombre que ha dedicado su actividad y su vida a la cultura artística y a las
artes, realmente merecía esto
A continuación se levantó Mariano Benlliure, que empezó diciendo: 'Es superior a mis
fuerzas la misión que tengo de hablar en nombre dela Academia de Bellas Artes. Para mí es un
sacrificio hablar de pie. Aun sentado, y en tono confidencial, yo pudiera deciros algunas cosas.
Así, no. Pero yo no quiero disgustarte, querido Francés. Y a pesar de que no sé hablar, lo voy a
hacer en honor tuyo. Para decirte: ven a mi estudio; yo te haré un busto, que es como sé
hablar, que regalaré a la Academia, y para ti una reproducción de él. He dicho.
2100
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
nombre de la Prensa, demando una reparación. Ese que veis ahí es, mejor dicho, ha sido un
funcionario público. Las tormentas de la vida le arrancaron de su tranquila vida oficial.
Restituirle es de justicia. Francés es un espíritu juvenil. Hay que arrancarlo e incorporar su
juventud a la vida oficial. Aquí que hay ministros de la Corona y el director de Correos, deben
recoger esta petición mía y restituirle, porque es de justicia, a su puesto.»
2101
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
«Vosotros amigos míos—dice—, todos, sin duda alguna, habéis visto un puerto después
de una excursión de recreo o cómo los hombres humildes que ganan en el mar el pan. Esa
emoción al ver las casas humildes de la ribera transformadas en áureas magnificencias, en
cobres resplandecientes, no dejaba ver la casa humilde donde dentro latían los corazones como
martillos sobre los yunques. Así yo, como esas casas humildes, os veo llegar a vosotros, los que
luchasteis y triunfasteis en la vida y venir a mí que soy un reflejo vuestro. Siempre confié en
dos cosas nobles de la vida: en el trabajo y la amistad. Hace veinte años se encarriló mi vida
por dos rutas paralelas: la del hombre que había de vivir y la del hombre que había de soñar.
Coincidieron los dos momentos: el del funcionario que ingresaba en Correos y el del escritor
que llevaba a Nuevo Mundo su primer artículo de arte. Fijaos en cómo, al cabo del tiempo, en
este instante, no cuando hay la consagración definitiva, sino cuando me detengo en medio de
la colina del camino que humildemente elegí, y en la que se unen el pan y el espíritu. La
palabra y corazón de Francos Rodríguez y la presencia del director general de Comunicaciones y
de ilustres ministros de la Corona, que dan la casualidad que sean hombres que aman las artes
y las letras, hacen que recoja y fije la significación de las dos. Francisco Verdugo me admitió el
primer artículo, Zavala me lo pagó. Eran los tiempos heroicos de Nuevo Mundo, y no sólo de
Nuevo Mundo, sino después de las nuevas publicaciones que como naves surcaron la vida
española. Una rebeldía nos metió en una empresa que no sabíamos cómo iba a salir: la
publicación de Mundo Gráfico, ala que después sucedió la aparición de La Esfera. Fué aquí
mismo, en este lugar, donde la intelectualidad, el arte, la política, todo cuanto significa los
latidos de una nación, se congregó en torno de sus fundadores.
No olvidaron éstos el compromiso que habían contraído, porque La Esfera, como ha dicho
un amigo nuestro es un faro que irradia sobre el arte español. Si hay algo en mí de triunfo o de
eficacia para la vida artística española se le debe a La Esfera, que me consintió todas las
audacias y todas las generosidades, por ser sus fundadores antes que yo, generosos y
entusiastas, los que han trabajado por el renacimiento del arte español. De la otra ruta, de la
que emprendí con humildad y amé con ternura, no creí nunca que hubiera de hablarse aquí En
una época turbulenta, unos hombres que, mal recompensados al principio, supieron darle a su
corporación todo el esplendor que había de tener actualmente y que habrá de tener aún. Estos
hombres acometieron una mala empresa, y yo, que siempre, siempre tuve amor al Cuerpo de
Correos, quise en aquella ocasión, en que era lógico el romanticismo hacia los caídos, poner a
su lado todo lo que a vosotros os debo, y eché en la balanza mi entusiasmo, eligiendo el platillo
más débil y que por lo tanto se elevaba hacia lo alto, ya que mirar hacia lo alto ha sido siempre
mi preocupación. La voz generosa de Francos Rodríguez, en cuyas manos ha estado otras veces
el Cuerpo de Correos, y que ha sabido elevarlo, así como las palabras del señor Pérez Crespo,
que yo acato y reverencio, me animan a suplicar que, si fuera posible, el día de mañana, en ese
12 de marzo en que la Corporación celebra su aniversario, estuvieran al lado de los que ya
2102
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
tienen pan los que todavía no lo tienen. Siempre he sentido la alegría del trabajo y de la
amistad. Hay un proverbio indio que dice: «la fortuna llama siempre a la puerta que sonríe». No
hablo de la fortuna amonedada, ni de la que tiene resplandor de gloria, sino a la de que entren
nuestros amigos en nuestra casa, y quitándonos los aperos del trabajo nos digan: descansa.
Para éstos, maestros, señores y amigos míos, toda mi gratitud.
«Pasarán estos momentos como los vésperos incendiados que transforman el aspecto de
las viejas casas de la ribera. Os dispersaréis para continuar engrandeciendo la patria con
vuestras actividades. Yo, la casa humilde, perdido vuestro reflejo, quedaré sombría, solitaria y
silenciosa. Y entonces encenderé la luz de mis vigilias, la lumbre de mi hogar para los míos y la
gratitud en el corazón. Cuando más adelante paséis por la casa y veáis que la humareda de su
hogar es como un recto surtidor hacia el cielo, pensad que dentro hay un corazón desvelado de
amor y de agradecimiento a todos vosotros.»
«Prensa Gráfica» repartió entre los comensales un folleto con ilustraciones y cartas de las
heroínas novelescas de José Francés, así como también «Mundo Latino» una extensa biografía
del homenajeado, con opiniones de las principales firmas contemporáneas.
2103
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MARZO
Coincidente con la vernalidad que ya a Madrid encintara de verdor, prolonga los días y
renueva las ansias de aire libre bajo la cupular serenidad de los crepúsculos, hay en el salón del
Círculo una evocación de paisajes próximos a nuestra ciudad, calumniada de yerta y de
infecunda.
Estos paisajes pertenecen a la provincia de Madrid y han sido glosados con un amor
comprensivo de los jardines idílicos y las crudezas claras. El espíritu y la mirada se hallan bien a
gusto delante de ellos, prolongando, a las horas en que la ciudad se electriza de luces y
muchedumbre, esa entrega del hombre a la naturaleza, más sentida, más necesaria que nunca
ahora que las jornadas crecen, los árboles cortesanos prometen su floración y empiezan a verse
en los balcones abiertos siluetas románticas que interrogan a los luceros.
Nos invaden los paisajes, nos acucian y nos acosan. Tantos ya, que el hombre
envenenado de ciudad, el «enemigo personal de la naturaleza», frecuente en nuestra época,
debe sentirse indignado y asfixiado como los maridos a quienes las flores amadas de su mujer
le excitan contra ella.
No tanto en Madrid, donde cada día se cierra uno de los escasos locales habilitados para
exhibiciones artísticas. Pero en Barcelona, por ejemplo, donde casi cada calle tiene un salón de
exposiciones, que a veces se reproduce en seis o siete salas consecutivas y capaces, la invasión
de paisajes es abrumadora. Y aquí tropezamos figuras melancólicas de artistas que no saben
donde enseñar a la gente, valles, cumbres, mares, celajes y jardines... Recordamos a Mirbeau,
aquel feroz exhibicionista de su sensibilidad que tan rudamente decía dulces cosas del arte
coetáneo:
«En las campiñas y sobre las playas no se encuentra sino gentes que pintan a la sombra
de sus quitasoles, más numerosos que los árboles. Diríase que son ejércitos en reposo bajo sus
tiendas de campaña. El paisaje desaparece bajo el amontonamiento de accesorios pictorales.
Los caballetes recortan a contracielo el triángulo de su armadura. Las telas maculan los fondos
2104
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
gloriosos de luz. En la pureza de los silvestres renacimientos bostezan las cajas de los colores
entreabiertos. Los tubos se revientan y se desbordan; los pinceles y brochas rozan con sus
pelos ordinariamente erizados la virginidad de las hierbas matinales. La salvaje menta ve
rectificado su fresco hálito. Las violetas expanden su perfume apestado por el barniz. Y los
rocíos, las misteriosas brumas, los encantadores reflejos, toda esta limpidez y este ensueño se
entristece y se inmoviliza con el contacto de los secativos y de los humosos copales.»
No con el mal humor del admirable autor de Des Artistes, en 1892, cuando escribía su
crónica ―Etre peintre‖, a la que pertenece el párrafo entrecomado; pero sí con una angustia
tímida vemos este alud de paisajes en la pintura actual.
Acaso algún día será oportuno investigar los motivos de tanta exaltación de campos,
nubes y aguas. Se hallarán razones económicas. Encarecimiento de los modelos y de los
locales. Acaparamiento de los estudios por las turbas salaces de jovenzuelos desocupados y
viejos verdes que se unen para pagar a medias las paredes, el diván turco y las golfitas. Y
también lo que Mauclair llamó muy justamente «crisis de la fealdad», al hacer la psicopatología
del más importante sector de la pintura moderna. Porque el artista que vive de lo que pinta
sabe que es más fácil «dar salida» a un jardín otoñal o una bucólica resuelta en menos de un
metro por ochenta centímetros que a cualquiera de esas hórridas concepciones de seres
grotescos, de mujeres sucias y deformes que el expresionismo ha elevado a la categoría de
canon pictórico.
Así, por cada cuadro de figura o de «género», según se decía en la buena época de
nuestros abuelos y en la mediana de nuestros padres, las Exposiciones nacionales se sienten
florecidas, enterradas o inundadas por veinticinco o treinta paisajes. Y siempre que recibimos
una invitación o un catálogo de exposición individual sabemos que la lista de obras será una
promesa de lugares, tierras y estaciones...
Acaso nos hemos distraído un poco de la Exposición del Círculo. Esta inquietud blanda de
la divagación que sugiere la primavera y produce la amable embriaguez del campo tiene la
culpa. La vernalidad del ambiente y la fidelidad emocional de los lienzos de la señorita Pérez
Herrero han sido por el momento más fuertes que nuestro afán de concretar. Dentro del alud
paisajista, los cuadros de la señorita Pérez Herrero se salvan y se libertan por su esencia
peculiar.
2105
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
La señorita Pérez Herrero no es el turista mercantil del paisaje. No significa lo que las
setas humanas bajo los quitasoles innúmeros que describe Octavio Mirbeau.
Es, por el contrario, un espíritu ávido de belleza que emplea el acento de la naturaleza
para expresar sus hallazgos sensitivos y visuales. El viejo Degas, que odiaba a la pintora, y el
viejo Huysmans, que odiaba a la escritora, tendrían que sonreír, desarmados de su obsesión, el
uno ante los cuadros de Berta Morissot y el otro frente a las novelas de Mirian Harry.
Claro que en el fondo el motivo sería el mismo. La extraña y valiosa calidad viril del
temperamento y de la técnica. Porque María Pérez Herrero «pinta como un hombre», se ha
dicho demasiadas veces. Como un hombre que no alimentase su secreta deformidad sexual, su
melancolía afectada por no ser mujer. Así hay muchos hombres que pintan... y se pintan.
La señorita Pérez Herrero, es decir, el arte de la señorita Pérez Herrero tiene un acento
varonil, una seguridad varonil, una varonil elocuencia.
Hemos seguido siempre con agrado la formación y evolución estética de la señorita Pérez
Herrero. Se ha educado en la Escuela de San Fernando; ha obtenido premios a lo largo de los
años de carrera; ha formado parte de las colonias veraniego- artísticas del Paular; estuvo a
punto de ser pensionada en Roma si ese caduco reglamento, tan bien intencionado como
erróneo, lo hubiese permitido; logró merecidamente una tercera medalla en la Nacional de
1922.
2106
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y siempre, María Pérez Herrero acusa la veracidad de cada sitio y cada hora. Y siempre
con su lenguaje enérgico, donde hasta la misma languidez otoñal se libra de alfeñiquería
femenina.
En los apuntes se muestra también hasta qué punto sabe abarcar los fugitivos matices de
las cosas. Tanto como sus cuadros totalizados y construídos nos agradan estas notas nerviosas,
acotaciones de naturaleza que no es fácil hallar con esta noble frescura en paisajistas de más
ecoico prestigio.
Con esta exposición la señorita Pérez Herrero se despide de España. Marcha al extranjero
pensionada por el Estado. Seguramente su retorno estará colmado de una granazón
esplendorosa.
Sin embargo, la siembra fecunda en la tierra fértil fué hecha aquí. Sin la sementera
española no podría esperarse la indudable cosecha exótica.
MEMORANDA
El dia 17 de marzo de 1923, a las seis de la tarde, se hizo entrega solemne a José
Francés de la Ejecutoria que sus compañeros de la Posta española le ofrecieron con motivo de
su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
El salón y las galerías contiguas estaban completamente llenos por el personal de Correos
de todos los servicios, distinguidas damas, artistas y escritores de reconocido prestigio.
El subdirector general, D. José Moreno Pineda, dió cuenta de las adhesiones recibidas,
entre las que figuraban las de los excelentísimos señores director de la Real Academia de Bellas
Artes y ministros de Estado y Hacienda, Conde de Romanones, D. Santiago Alba y D. José
Manuel Pedregal; del excelentísimo señor presidente del Real Consejo de Instrucción Pública, D.
2107
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Natalio Rivas, quien solicitaba para el Sr. Francés el nombramiento de cronista de Correos en
términos altamente elogiosos, y del ilustrísimo señor director general de Bellas Artes, D.
Fernando Weyler.
Acto seguido hizo entrega de la magnífica Ejecutoria, que firman desde el excelentísimo
señor ministro de la Gobernación hasta los peatones. Consta dicha Ejecutoria de cincuenta
grandes páginas, ricamente ornamentadas con profusión de orlas, capitulares, alegorías y
dibujos simbólicos, originales del ilustre artista y funcionario del Cuerpo D. Carlos Marín, quien
ha realizado una obra verdaderamente admirable de inspiración y técnica.
El sello que pende de un cordón de seda, con los colores nacionales, es de plata, y ha
sido cincelado, asi como los cierres de la artística encuadernación en piel notable obra del Sr.
Luna—, por el insigne orfebre Juan José.
En las cincuenta páginas de la Ejecutoria han ido estampándose las firma, y sellos por el
orden siguiente: Excelentísimo señor ministro de la Gobernación, ilustrísimo señor director
general de Comunicaciones, ilustrísimo señor subdirector general de Correos, señores jefes y
oficiales de la Dirección general, Administración de la Caja Postal y Administración del Correo
Central; señores ambulantes; Colegio de Huérfanos; señoras viudas y huérfanas de funcionarios
del Cuerpo, encargadas de la venta de sellos; carteros, peatones y ordenanzas. Adhesiones de
todas las principales Estafetas de España; periodistas postales; profesores del Colegio de
Huérfanos y de la Escuela Nacional de Correros (sic), y compañeros en expectación de
reingreso.
A continuación hizo uso de la palabra José Francés para pronunciar un discurso que tituló
«Estampas de la Posta española‖. glosando cada una de las páginas de la Ejecutoria.
2108
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y en cumplimiento de tal acuerdo se hizo una elegante edición del discurso, cuyo
producto de venta se destinó en favor de los compañeros postales no reingresados aún.
En el Salón Arte Moderno, de Madrid, expone el pintor Fernández Peña quince paisajes
de Mallorca. En el Salón La Veda., de Mallorca, expone la joven pintora mallorquina Francisca
Caffaro Krug.
ABRIL
Como uno de los episodios más positivos y eficaces de esta noble inmigración de las
artes y las letras argentinas que España viene aceptando jubilosa, he aquí ahora la Exposición
de obras de Benito Quinquella Martín, en el Salón del Círculo de Bellas Artes.
Incluso el Sr. Quinquella Martín se concreta a una zona determinada del puerto
bonaerense, a la llamada la Boca, que tiene una fisonomía peculiar «Conoce-como dijo el crítico
de La Razón con motivo de su primera exhibición el año 1918 en el Salón Wikomb—el caserío
sucio y característico, que se estira a lo largo de los diques, con sus «barberías», conciertos
cosmopolitas y «recreos», donde el «bagre al chupín» comparte su cetro con el conde Rosso;
conoce el inmenso puente negro, mudo testigo de aquel largo y continuo desfile, y sabe
distinguir el espíritu que lleva el alma hasta el pecho del marino que canta en la noche una
antigua canción rusa, o renueva en sus notas el recuerdo de la madre Francia.»
Allí ha nacido, ha vivido y ha sufrido. Antes de pintar los regueros humanos de los
cargadores de carbón, desde las truncas pirámides negras hasta la panza insaciable de los
barcos enormes, ha formado parte de ellos. Una existencia ruda, de áspera jornalería, le
preparó a la amplia piedad comprensiva y el dilatado amor a lo que hoy magnifica con su arte.
2109
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Está entrañablemente ligado al espectáculo que ahora ofrece y ayer soportó. Así, su obra
maestra por debajo de la nerviosa, de la empírica grandeza del efecto pictórico, logrado de un
modo intuitivo, esencialmente temperamental, la trabazón raigal de su veracidad y de su
solidez.
Esto ya significaría una valoración elevada del arte de Quinquella Martín. Bastaría para
merecer el tributo admirativo porque revela uno de los temperamentos de pintor mejor dotados
que hoy día tiene la profílica, la fecunda pintura argentina.
Pero con hallarnos en presencia de un verdadero pintor que sabe expresarse con la
franqueza y valentía de una factura donde no hay nada ajeno a sus cualidades intrínsecas, a
esa sensación de color y forma que se busca ante todo en un cuadro; el otro valor de
Quinquella Martín, el emocional, el dramático, iguala, si no supera, al producto de sus
admirables facultades pictóricas.
Pocas veces el espectáculo turbulento y heteróclito de los puertos se ha pintado con este
vigor y esa identificación espiritual que lo hace Quinquella Martín. Tal lienzo es la estrofa
culminal de un himno; tal otro, el último verso, una elegía. La agitación y actividad de las tierras
de trabajo y el silencio acre de las noches lejos de las guaridas donde los hombres se
embriagan y las mujeres venden la mentira de amor. Las marañas de cordajes y mástiles, las
proras desnudas, los moarés oleosos, densos y putrefactos del agua que lengüetea la piedra
verduzca o los maderos negros; la exultante pompa de las velas con sus ocres inflamados de
crepúsculo y las turbonadas grises, ondulantes de las chimeneas chatas de los barcos y las
chimeneas agudas como fustes esbeltos de las fábricas terrales; los brazos férreos de las grúas
2110
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y siempre todos esos estados de alma de la Boca de Buenos Aires, acumulación de temas
de muelle y dársena, resueltos con la fiereza filial del que ha sido educado en el dolor, en el
trabajo y en el sacrificio, pero no en el odio de cuanto le rodea. Así, mientras Quinquella Martín
muestra sus cuadros, creemos adivinarle en las pupilas la nostalgia de las horas pretéritas, el
deseo de reintegrarse a su casa humilde de la Boca, donde basta abrir las ventanas para hallar
ese hervor de gentes, de navíos, de máquinas y de agua que ahora Madrid puede contemplar
en el Círculo de Bellas Artes como desquite de su vida demasiado urbana y demasiado lejos del
mar.
MEMORANDA
En las Galerías Layetanas, de Barcelona, exponen los paisajistas José Nogué, Alejandro
Cardunets y J. Bonaterra.
En Toledo, un grupo de escritores y artistas descubre una lápida en la casa donde Pérez
Galdós escribió Ángel Guerra.
Entre otros estaban Manuel Bueno, José Francés, Gómez de Baquero, Rafael Marquina,
Pérez de Ayala, Gregorio Marañon, Alberto Insúa, Vázquez Díaz, Bartolozzi, Pedro de Répide,
Vegue Goldoni y Luis de Tapia. También asistieron el familiar del inolvidable maestro, D. José
Hurtado de Mendoza; el gobernador civil y el alcalde, Ramón Pérez de Ayala leyó unas cuartillas
en las que evocó el espíritu de la obra galdosiana, las cuales serán impresas a costa del
Municipio.
2111
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Salón Arte Moderno expone varios retratos y paisajes el pintor Ricardo S. Benito.
MAYO
En el Salón del Círculo de Bellas Artes, un pintor de ayer, pero con renacientes impulsos
de hoy, expone la visión sincera, espontánea, de dos aspectos antitéticos del paisaje español.
Se llama Carlos Lezcano.
Esta noticia exige una glosa amplia, por lo que significa ya y por lo que contiene todavía
de promesa.
No se trata de un fracasado que solicita una tardía revisión. Tampoco del advenedizo que
aprovecha la oportunidad coincidente.
Sin el dolor de la renuncia se apartó cuando quiso del camino donde ya tenía respetado y
legítimo puesto. Como a un refugio sentimental, buscando el pensamiento para sus heridas del
espíritu, torna al arte, sin afán de lucro ni de gloria.
Acaso la última vez que Carlos Lezcano figura en un catálogo artístico es en la Exposición
Nacional de 1906, con un cuadro de evocación romántica titulado 1830.
Antes, en la de 1901, había expuesto tres pequeños estudios. Y, con más lejana
anterioridad, en la Nacional de 1895, obtenía una mención honorífica, recompensa que aún no
había perdido su prestigio.
2112
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Así, sería preciso buscar al Carlos Lezcano juvenil, turbulento, en toda la fresca y
optimista arrogancia de su aprendizaje en el estudio de Joaquín Sorolla. Era hace treinta años,
cuando al mismo tiempo que él acataban las enseñanzas y defendían el luminismo deslumbrado
y deslumbrante del maestro levantino otros pintores que ahora tienen primeras medallas y
forman parte de la Academia de San Fernando y ocupan cátedras.
Incluso le define todavía más que el hecho de esa coincidencia de los comienzos
moceriles, su colaboración asidua en la revista Apuntes.
Cuando se escriba la historia de las revistas de arte en España; cuando se intente por lo
menos un curioso examen de la evolución del dibujo editorial a través de las publicaciones
periódicas, no podrá en ningún modo prescindirse de aquel admirable semanario fundado el
año 1896 por el malogrado Félix de la Torre.
―Apuntes‖ definió su época con una sagaz profecía y con una intransigente selección,
encontramos en ella las firmas de Navarro Ledesma, de Emilia Pardo Bazán de José María de
Pereda, de Aureliano de Beruete, de Pérez Galdós de Menéndez Pelayo, de Clarín, en lo que se
refiere a sus colaboradores literarios habituales. Ellas afianzan el propósito inicial y sostenido de
un carácter estético que Félix de la Torre supo dar a Apuntes, donde se reproducían
constantemente obras de arte y donde publicaban dibujos Joaquín Sorolla, Emilio Sala, Moreno
Carbonero, Ferrant, García Ramos, Agrasot, Guinea, Carlos Plasencia, Ignacio Pinazo, y se
daban a conocer como pintores e ilustradores Gustavo Bacarisas, Marceliano Santa María, Arija,
Alcalá Galiano y Carlos Lezcano.f
Esta colaboración, ese contacto de una rivalidad noble es lo que sitúa mejor a Carlos
Lezcano. Simultáneamente de sus dibujos editoriales pinta cuadros de costumbres, retratos...
Va reflejando el período de las postrimerías del siglo XIX con una agilidad técnica y una
fidelidad de observación muy notables.
Luego hay el largo silencio en torno de su nombre, la desviación por otros senderos
absolutamente desligados de las rectas artísticas. Y finalmente, cuando Carlos Lezcano torna a
coger los pinceles y los lápices en un estupor dolorido, en una ansiedad de tibieza sentimental,
de sosiego consolador, ya no es, no quiere ser el costumbrista agudo, el observador de
episodios bulliciosos de la ciudad, lo que le obligaría a convivir con las gentes. No. Es el pintor
de los instantes silenciosos y los lugares solitarios. El emocionado y contemplativo intérprete de
cumbres, llanos, ríos, urbes, praderas y horizontes.
2113
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Castilla, en invierno. Vizcaya, en verano. Ello supone hasta qué punto existe radicalísima
diferencia entre unas y otras interpretaciones. Fogosidad casi ofensiva y melancólica aspereza;
ubérrimo goce de los ojos y austeridad mística del espíritu; la fecunda preñez de las tierras
fértiles y las osamentas geológicas o históricas de las ciudades viejas; cielos norteños y celistías
pálidas de la meseta; nombres de hermético idioma o de cantarina égloga y nombres de
romance y de desolación... ¡Castellanía parda en la apariencia, pero palpitante de interiores
luminarias, de finas ternuras cromáticas, de radiales y raciales energías todas claridad,
serenidad y amplitud! ¡Montes bravos, valles acogedores, caseríos rojos y cosechas maduras
como floraciones rutilantes de la Vasconia inagotable!
Carlos Lezcano hizo bien en unir ocasionalmente los dos antitéticos aspectos. Le sirven
ambos para valorizarse y justipreciarse. Se dan mutuamente la medida y el tono. Se acentúan
con tal honradez y tal apasionado consorcio del alma del artista con la Naturaleza que no es
posible acusar de agrios los verdes ni de secos los ocres cuando se pueden cotejar en la propia
fuerza de cada uno y de cada otro. Acaso las visiones de las provincias de Toledo y Segovia,
expuestas solamente, valdrían para fijar cualidades laudables en Carlos Lezcano. Acaso las
visiones de la provincia de Vizcaya, mostradas con idéntica exclusividad, darían un concepto
equivocado de esas cualidades.
2114
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
cadmios vibrantes, ocres polvorientos, azules transparentes, y además la noble ingencia de las
arquitecturas antiguas o los espacios anchos, anchos de serena majestad agraria...
Y así como en los cuadros de Vizcaya hemos evocado en una diferenciación (que nada le
daña al pintor de ahora, ni se refiere lo más mínimo a la ternura que sentidos por el maestro
desaparecido) a Darío de Regoyos. Aquí, frente a los paisajes de Toledo y de Segovia, hemos
recordado en las mismas condiciones de situación respectiva a otro maestro del paisaje
moderno español: Aureliano de Beruete.
1 -PRÓLOGO.
Como en los bellos días pretéritos del arte italiano se podía decir con legitimidad de
expresión: los venecianos, los florentinos, los lombardos, los sienenses, los milaneses, hoy los
bellos días del arte español consiente justos apelativos: los vascos, los astures, los gallegos, los
catalanes, los valencianos.
2115
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
tierra natal o torna a ella en una ansiedad filial de pródigo que esparció su alma sin fruto al otro
lado del horizonte que las pupilas maravilladas de la niñez deseaban despojar de secretos.
Se pintan episodios yertos con indumentos antiguos y fondos de otra época Se pretende
sugerir la emoción estética con capítulos de historia e infortunios y heroísmos que nada dicen a
la sensibilidad moderna. Los estudios han claveteado las ventanas del Mediodía y palidecen
más aún las del Norte, para que a su luz cobarde se sitúen los fantasmas de reyes, de
guerreros, de princesas románticas y pajes de madrigal.
Claro es que no toda la pintura española de mediados del siglo XIX es eso. El mocerío de
Rosales y de Muñoz Degrain, de Pinazo Camarlench más tarde, se rebelan y se revelan frente al
tradicionalismo rutinario, aun pareciendo someterse a él disfrazando momentáneamente la
fuerte energía vital, la apasionada sed de verdad con creaciones de semejanza temática.
Se decía la escuela valenciana cuando todavía estaba sin ecos ni fulgores la de otras
regiones. Paralela al impulso renovador del impresionismo francés, pintores valencianos, lejos
de los cadmios sutiles de los ultramares vibrantes, seguían los grises finísimos, delicados, de
una sutil pureza lumínica de un Pinazo o de un Domingo Marqués, y entraban deslumbrados a
este dionisíaco deleite del paisaje exaltado, radiante que representa la pintura de un Muñoz
Degrain, el patriarca, el inagotable, que, octogenario, sigue retando a la luz y al pensamiento
con el ímpetu moceril, con la exuberancia emocional de la madurez.
2116
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Con Zuloaga la pintura vasca se acusa. ¿A qué citar nombres, si están en la memoria
fresca de revelaciones recientes? Con Anglada coincide un resurgimiento de la pintura catalana,
aunque parte de ella se declare feudataria del postimpresionismo francés.
Matronilmente—nada sugiere tanto la idea matronil como Valencia—, deja que al otro
lado de sus costas, cimentadas de clasicismo y sonrientes de juvenilia fragante, las tendencias
se entrecrucen, se influencien, se extravíen o se impongan. Ella vive de sus recuerdos. Cada día
erige un monumento a sus artistas pretéritos y contempla cómo las banderas—banderas de
Valencia, hechas de telas ricas y rivales de cielo, de mar, de plantíos floridos y soleados oros;
banderas de emblemas paganos que trazan surcos de inmortalidad en las horas diáfanas de las
adolescentes agrupaciones artísticas—desfilan frente a ella y la rinden el tributo local sin
ambición de laureles ajenos.
Y se pudo pensar algún momento que ese recato de Valencia era vergüenza de su
esterilidad y miedo a mostrar un agotamiento inexplicable en su matriz fecunda, donde se
cuajaron tantos y tantos artistas.
2117
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LA PINTURA
No del todo completa, la Exposición valenciana contiene la elocuencia precisa para ser
estimados sus valores de ayer y de hoy.
Y por lo que se refiere a los maestros jóvenes, la ausencia de José Pinazo, el artista que
mejor define hoy a Valencia—el que le ha dado a Valencia un matiz nuevo de revelación íntimo
y eterno de existencia, el matiz de la nobleza pictural por los asuntos y por el procedimiento—,
perjudica a la plenitud de la Manifestación.
En el sitio de honor, a ambos lados del colosal escudo de España que dice el fervor
patriótico de Valencia, estos dos cuadros de un Sorolla pretérito reclaman, si no el deleite
contemplativo de las obras maestras, el respeto a la obra inmortal y al artista extinguido hoy en
la trágica inconsciencia de un padecimiento incurable. Se piensa que este arte, del que son
débiles muestras dos cuadros no bien elegidos, está ya incorporado a la historia crítica del siglo
XIX.
José Benlliure, en otro sentido, ofrece también el ejemplario de su recia vejez, situada sin
desalientos ni rezagos junto a los jóvenes. José Benlliure afirma su capacidad desde diversas
muestras, todas ellas interesantes. Los lienzos de ayer y los dibujos de hoy. Desde Caronte y el
brillante minuciosismo de En el sermón, hasta esos comentarios gráficos de La barraca, que
prolongan en nuestra complacencia el recuerdo emocionado de la obra maestra de Blasco
Ibáñez. Y entre las dos manifestaciones de un arte vivaz, expresivo y reciamente costumbrista,
la infinita prodigalidad de temas, motivos, matices, espectáculos que este gran cronista
pictórico de su época va trazando sin cansancio ni desaliento.
2118
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Frente a las obras del padre las del hijo, arrebatado por el amor de los dioses cuando
todo él iba a granar de cosechas maduras. José Benlliure Ortiz—Pepino Benlliure, como ha
quedado en la memoria y la veneración de sus coetáneos—era ya el gran pintor que
incorporaba la tradición valenciana a la tradición española. Elocuente y majestuoso, solía ser
tierno y sentimental cuando le placía. Y siempre con una sólida preparación y una desbordada
eficacia fértil de su temperamento excepcional.
A José Mongrell se le acoge siempre como a un amigo que escasea sus visitas y que no
envejece. José Mongrell ha pintado la mar, los pescadores, la playa después que Sorolla. Pero,
¡cuidado!, está en su camino personal. Hay en la pintura valenciana el mongrellismo, como hay
el sorollismo. Diríase que es el instinto cultivado, la inspiración meditada, el creacionismo
consciente. Ello le da esa virtualidad duradera y perdurable que resiste el análisis y lo hace
apologista suyo.
En Antonio Esteve el paisaje es algo espontáneo que mana sin esfuerzo y con genio
pictórico. Sus vésperos, sus ortos, están ungidos de la ciencia misma de la Naturaleza. Nadie,
nos parece, refleja la campiña levantina como este recoleto y extasiado amador de ella. El
sentido litúrgico, la frescura de canto popular la floración bella de raíces sanas que tiene la obra
de Antonio Esteve es una de las excelencias mejor definidas y menos rectificables que hoy día
ostenta el arte nacional.
2119
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Cecilio Pla eslabona con las fragantes y puras juvenilias de sus hijas aquella otra
galanteadora sutileza suya que le hizo el pintor de las muchachas elegantes en atmósferas
claras. Los modelos favoritos de Plá son ahora sus hijas para cuadros colmados de optimismo,
de alegría y de bello contento de vivir. Ellas mismas son pintoras, aunque por una trayectoria
diferente a la del padre y maestro. Cristina y Pepita Plá tienen derecho a colgar sus primeros
ensayos muy estimables al lado de los apuntes de Cecilio Pla, estos apuntes de playas y de
multitudes que el pintor valenciano realiza de un modo insuperable dentro del género.
Recordaremos siempre la impresión jubilosa de un momento de Bilbao que señala el deseo
legítimo en el artista de mostrarse tal como es, sin concesiones a su reputación, más cerca de
las modernas tendencias de lo que suele creerse con cierta ligereza de juicio.
Bartolomé Mongrell dora suntuosamente sus calidades. Quiere que sus cuadros tengan
como una pátina museal y como un desquite del aire libre, urente, de su tierra soleada. ¿Lo
consigue? Desde luego. La Glavariesa y el Niño de los pollos, sobre todo, fijan el logro de los
propósitos laudables.
Salvador Tuset, dentro de sus gamas un poco sordas, de su casticismo que le sujeta, es
la diversidad asequible a temas opuestos: desnudos, retratos, tipos populares, cuadritos de
género, naturaleza en silencio. Y además, una delicadeza y una sutileza muy sensible para el
color. En su sala hay cierto reposo para la mirada y para el espíritu. (…)
2120
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En el Círculo de Bellas Artes se celebra un banquete en honor del artista argentino Sr.
Quinquella Martín.
Ofreció el banquete, en nombre del Círculo, el Sr. Llorens, leyendo a continuación las
adhesiones de los Sres. Moreno Carbonero, Muñoz, Plá, Mongrell; y brindaron después el
embajador Sr. Estrada, José Francés, el presidente del Círculo de Bellas Artes, Sr. Gullón y
García Prieto, y Alberto Ghiraldo.
JUNIO
Con ellos España se puede asomar a las modernas tendencias pictóricas de Alemania;
hallar la grata sorpresa de un expresionista, muy de hoy, enraizado clásicamente en el Greco.
Acaso Willi Geiger no signifique el tipo del expresionista puro. Tal vez Paul Fechter no
dejaría pasar sin reparos ciertas afirmaciones plásticas o dialécticas de Willi Geiger, aun
suponiendo lo de prisa que evolucionan las ideas artísticas ahora y que ya han transcurrido
nueve años desde que se publicó su obra Der Expressionismus.
2121
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el fondo, más allá de todas las teorías más o menos literarias, de todas las recetas de
taller o formulismos facturales de las infinitas derivaciones cezannistas, el expresionismo tiene
de atrayente y de respetable que significa el predominio de la sensibilidad conceptiva sobre la
visión de las líneas y de las masas externas. Los expresionistas se proponen un fin filosófico, la
exaltación de la Weltgefühl, de la vida espiritual ennoblecida por un sentimiento religioso.
¿Cómo se compaginarán a primera vista ese idealismo exaltado y ese materialismo feroz?
Quizá la cualidad más sugestiva del expresionismo sea la lucha íntima, constante e insatisfecha,
por unir las dos antagónicas preocupaciones.
Y después de todo, el arte eterno es esa eterna pugna con expresiones diferentes.
Willi Geiger no acepta sin reservas el credo expresionista, como tampoco somete
plenamente sus facultades a un ejemplario homogéneo:
En los cuadros de Willi Geiger que ofrece el IX Salón de Humoristas hallamos ese culto a
la forma de un modo casi hiperestésico de tan apasionado. Forma y sentimiento son las
cualidades básicas de Geiger, y dentro de ellas, engastado como una piedra preciosa, el color.
2122
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Geiger no niega su amor a las dos enormes figuras del arte español: «El mayor
acontecimiento de mi vida—confiesa—fue hallarme frente al Greco y Goya el año 1906.»
Porque Willi Geiger es un antiguo amigo de España, un residente del Madrid de hace
quince años, cuando se empezaba a formar este renacimiento estético que ahora se acerca a la
culminación.
Willi Geiger hizo en España sus más notables aguas fuertes, los grabados de las primeras
series taurinas, los ex libris dotados de tan simbólica agudeza., los temas eróticos que habían
de formar un álbum como el famoso de Julio Romano, preferido de los cardenales.
Geiger simultanea la pintura con el grabado. Publica álbumes, ilustra obras —-debe
recordarse su insuperable colaboración gráfica de La Bas, de Kuysmans— de selección
intelectiva y obtiene recompensas por cuadros situados en normas, nobles por igual de emoción
y de cromatismo.
La guerra arrebata a este artista apasionado del alma latina—sus años de juventud están
repartidos entre España e Italia—. Hace la campaña de 1915-1916 en Macedonia como soldado.
Luego, ya oficial de aviación, desde 1910 y 1918 en Francia y en Flandes. Repatriado a
Munich—donde nació el año 1878—conoce, con los recuerdos bárbaros de la guerra, la
convulsión revolucionaria. En su espíritu una gran transformación se cumple también, Su arte
va a estar impregnado de una insaciable melancolía. Se refugia en los maestros de la literatura
eslava: Dostojewski sobre todo.
2123
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por esto, Exposiciones como las de Lezcano y Pichot en el Círculo, como la de Amárica
ahora en el Museo de Arte Moderno, hechas con responsabilidad estética y personal acento,
reintegran el arte a su virtualidad efectiva y exigen la legítima atención de la crítica que se
había desorientado y fatigado, buscando el refugio de la indiferencia y el silencio para huir de
tanta inútil charlatanería más ó menos infantil.
Fernando de Amárica está libre del pecado de impaciencia. Inútil buscar sus huellas
anteriores en los ejercidos y habituales senderos donde artistas de su edad y condiciones han
caminado públicamente.
Coincide con Carlos Lezcano—el otro paisajista que expuso en el Círculo de Bellas Artes—
en la revelación súbita, pero no irreflexiva; en la expresión inesperada, pero no insegura, por
una improvisación adventicia. Es la sorpresa que se afianza y concreta.
Fernando de Amárica aguardó sin prisa la madurez encanecida para cortejar la gloria. Se
acerca a ella, cual esos hidalgos de buen porte, de alma limpia y cuerpo sano que las mujeres
inteligentes prefieren al mozalbete turbulento o el viejo lascivo.
2124
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Así está creada esta grata totalidad de cuadros alaveses, vascos y guipuzcoanos que
ahora exhibe en el Museo de Arte Moderno.
Es, por tanto, una visión dilatada, majestuosa, colmada de ritmos lentos, semejantes a
vuelos ondulantes.
Prefiere, no obstante, la solitaria paz de las cimas, los grandes espacios blanquirrosados
y los picachos ingentes que se acercan a Dios.
Es en esta serie de lienzos, casi sonoros de tan henchidos de poesía fuerte, honda y
pura, donde hallamos íntegra la personalidad de Amárica.
Mas el acento viril, enérgicamente montañés de las demás obras, no hace pensar sino en
él mismo, en su arrogancia segura y sosegada.
2125
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Citemos, por ejemplo, Las puertas de Vizcaya, tríptico de feliz conseguimiento, de serena
construcción, de perdurable potencialidad emotiva; Calma en las montañas, Tranquilidad,
Nieblas de mañana en las alturas, Deshielo, Anochecer, Luz en las cumbres.
En los valles, también está íntegro y destacado. Se comprende que sus pupilas no se
sujetan a los espacios reducidos y a las minucias geográficas.
Y por último, respondiendo a su época, este pintor, que realiza plenamente obras tan
diferentes y bien logradas como Tarde de septiembre a orillas del Zadorra—reproducida en la
página central de este número (se refiere Francés a La Esfera)—o Las puertas de Vizcaya, es el
decorador, el sutil estilizador del natural, dándole al paisaje un carácter de estampa
delicadamente soñadora como en La senda, o de cartel vibrante como el Castillo de Almansa,
inflamado por la agonía del sol.
Hace tiempo, varios años, que Madrid no establecía contacto visual directo con los
cuadros de este artista. Llegaban, sí, ecos de sus Exposiciones en Londres, París, Bilbao y
Barcelona. Revistas inglesas, francesas—responsables y definidoras—, reproducían obras del
pintor vasco. Más recientemente, la Editorial Color publicaba un magnífico libro consagrado a
Gustavo de Maeztu, del que hemos escrito en páginas anteriores el merecido elogio a la
suntuosidad editorial y profusa riqueza de ilustraciones.
Bien oportuna, pues, la Exposición actual. Madrid puede y debe contemplar la obra de
Maeztu, para contrastar su juicio con el de otros centros de intensa vida artística
indudablemente favorables al ilustre autor de Mujeres del mar.
Entre La Maja que sonríe y El amigo, Maeztu revela su trayectoria espiritual ...y técnica.
Desde la pasta angladesca de sus cuadros de hace diez años y las armonías en lacas áureas y
argénteas de ahora, vemos cómo esa poderosa vitalidad es tética, cómo esa inquietud ardiente
2126
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
del pintor se lanzan a conquistas cada día diferentes, sin concederse demasiado a los escasos
errores.
Incluso lienzos de una misma época se separan con un brío indómito de opuestos credos
(…)
Claro es que subsisten los elementos básicos, las características virtuales del artista.
Siempre la maciza y arquitectural agrupación de volúmenes, el vigor constructivo y sobre todo
la pasión sensual por el color.
Corno sus cuadros, las obras literarias de Gustavo de Maeztu están libres de medida y de
límites. Rebosan la jugosidad íntima y se agitan en un dionisíaco fervor, donde hay más que
nada vitalidad fecunda del pensamiento, y en seguida la exuberancia descriptiva que
corresponde a la exuberancia cromática de su otro aspecto creador.
¡Admirable dualismo que le consiente a Gustavo de Maeztu quitar toda idea de banalidad,
de realismo intrascendente o de la extravagancia sin eje, tan fácilmente peligrosa para los otros
sectores de la pintura española! Gracias al derivativo literario, el arte de Gustavo de Maeztu se
nos aparece sin la ganga que le pudiera amortiguar su rutilancia, y además no se obstina en
tópicos de españolismo lúgubre. Porque Gustavo de Maeztu ha ido contemplando a España
como un garzón que acudiera a la primera cita. Todo empapado de luz, de optimismo y de
orgullo viril.
Así, los primeros cuadros de Gustavo de Maeztu se exaltan majestuosos con un ingente
candor y una fiereza radiante que diríase cachorral. Eran juegos de un cachorro fulvo, de un
león o de un tigre que se embriagaba con su fuerza y con la luz de los cielos y el espectáculo de
la Naturaleza, enorme para sus pupilas absorbentes. Sus obras primeras son zarpazos, evohés,
saltos. El color y la forma dicen el regocijo de una impaciencia feroz. (..)De aquel período trae—
y hace bien en traerlo—Maeztu una muestra elocuente con La maja que sonríe. (…)
Vista ahora La maja que sonríe junto a las tentativas decorativistas de chiflerías realistas,
con encendidos reflejos de purpurina y de laca, o más cerca de las finas transparencias de
algunos cuadros londinenses y ciertos paisajes vascos al anochecido, no se deja vencer, ni tiene
ese triste aspecto de esfuerzo pasado de moda que sugieren en la obra total de otros pintores
sus cuadros pretéritos...(…)
2127
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Britania da modulaciones sutiles a este vasco cuyos ojos se abrieron a la claridad dilatada
de los campos alaveses y de las cumbres blanquirrosadas (de las cuales hay como una
reminiscencia monumental y radiante en toda su obra).
»Whistler ha pasado por aquí», pensamos frente a ciertos cuadros del período
londinense. Más que Whistler mismo el incomparable, el único, los principios atmosféricos que
se mezclaron a su sensibilidad.
Pero antes veamos los paisajes. Ya que antes advienen en la evolución en la inquietud
ardiente de Gustavo.
Los paisajes son pintados al tiempo que se dibujan los campesinos de Castilla o de
Vasconia. Algún recuerdo lineal tiene esta Exposición de aquellos dibujos; pero---debe decirse—
no muy elocuente.
Maeztu dibujaba mozos y mozas de tierras sorianas, segovianas, con una severidad y un
vigor extraordinarios. Levemente coloreados los bustos, hacía más de bronce las testas. Y ellos
y ellas aparecían cual modelos raciales de la pureza de los antepasados ibéricos y celtibéricos.
2128
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Verdaderos modelos del género hay en esta Exposición tres paisajes:‖ Luna en
Castrojeriz, Anochecer en Labastida, Rincon de Oñate‖.
Luna en Castrojeriz sobre todo, que se adentra en nuestro espíritu para llegar a ser en él
mucho tiempo después como un episodio propio, como una hora inefable que vivimos en la
inconsciente ansia de inmortalidad con que ciertas emociones se cuajan en nuestra existencia.
MEMORANDA
JULIO
Los lienzos de ayer, los retratos que las revistas de arte reprodujeron y la crítica comentó
elogiosa; pero además aquellas notas que sólo íntimos y asiduos visitantes de su estudio en
Madrid conocemos.
Ofrenda filial a la ciudad donde naciera y fraterno saludo a los compañeros de los días
remotos. Ni ambición de gloria ni codicia de personal medro le guiaron.
2129
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Fue como una tibia, una trémula charla brotada del corazón al calor de la hora
confidencial, que nunca deja de sonar para el hombre cuando se siente entre los que sabe van
a comprenderle porque de antiguo le aman.(…)
Muchas veces, a la vera de Marceliano Santa María—lo que supone enseñanza para el
intelecto y deleite para el espíritu—contemplamos la ciudad relicario (…)
Porque Burgos no es de esas otras ciudades viejas, llecas, sórdidas y hostiles, cocidas a
la urente furia del sol y hurañas como los lagartos de sus murallas polvorientas; ciudades de la
primera visita y a las que no debe volverse si no queremos angustiamos de desengaño y de
fastidio. (…) Burgos, no. Burgos es la dinámica, la fecunda, la eterna poseedora de las
sugestiones renovadas y los atractivos inéditos; la ubérrima colmada de tesoros antiguos y
abundancias de hoy, la que no se dejó marchitar a la sombra de las piedras sacras.(…)
Marceliano Santa María es robusto, musculoso, bien plantado, con los hombros anchos
de un guerrero de castellana historia, (…) Este dualismo—vigor y ensueño, combate y ternura—
reparte también y tan bien la significación de su obra pictórica que los temas imaginarios,
exaltados por las fuerza de la ficción y la esencia de la saudade íntima, como los otros ceñidos
con gallarda lealtad a los aspectos realistas, están ungidos por la lustral belleza dela forma y del
color.(…)
Marceliano Santa María, (…) pertenece a una familia de artistas, plateros todos ellos, que
aguardaron sin prisa, temor ni holganza, la muerte a la sombra de la catedral burgalesa.
Fué su primer ensayo de pintor un paisaje típicamente burgalés, una evocación friolenta
y melancólica, donde la Cartuja de Miraflores era el motivo principal. La silueta tumularia de la
mansión cenobítica, que tantas bellezas contiene en su interior (…)Esta obra, impregnada de
sentimiento, reveladora ya de las cualidades positivas que había de desarrollar en lienzos de
mayor empeño el futuro autor de Angélica y Medoro, sirvió para que un tío suyo, el sacerdote
D. Angel Sedano, más tarde canónigo de la catedral burgalesa, mostrábase desde aquel
instante decidido protector suyo y le costeara la carrera.
2130
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En 1835 se trasladó Marceliano Santa María a Madrid, y luego de asistir breve tiempo a la
Escuela de San Fernando, ingresó en el estudio de Manuel Domínguez, donde tuvo por
condiscípulos a otros dos maestros actuales: Fernando A. de Sotomayor y Eduardo Chicharro, a
quienes, andando el tiempo, siendo el uno director del Museo del Prado y director de la
Academia Española de Roma el otro, daría él también la bienvenida en nombre de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando.(…)
Rinde tributo a su época. Está siempre en la vanguardia y compite con los maestros
coetáneos. Así, no solamente puede estudiarse a lo largo de la dilatada obra de Santamaría su
propia personalidad, sino hallar como un resumen de las diversas tendencias que han agitado la
pintura española durante el último período del siglo XIX y los primeros años del xx.
Culmina, por último, su arte en la primera medalla concedida el año 1910, en plena
rectificación de valores pictóricos en España, cuando se cumple una revisión implacable, de la
que sólo contados maestros como Marceliano Santa María resisten el empuje impaciente de los
artistas jóvenes.
2131
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Antes, en la Nacional de 1901, había obtenido otra primera medalla. Entre ambas, la
trayectoria espiritual y técnica del insigne artista se define con caracteres concretos de
castellanía arcaizante.
Hace resurgir al Cid y a los suyos (…) En el resurgimiento del regionalismo estético, que
caracteriza nuestra época, cuando los artistas de las cardinales demarcaciones procuran dar a
su arte el acento nativo, cuando diríase que los norteños de las cumbres y de las brumas, los
mediterráneos de playas y cantiles quieren posponer a la meseta central, es Marceliano Santa
María quien primero responde al reto, de ese modo hidalgo y firme con que da su alma hecha
belleza plástica.
La medalla de oro del año 1910 se otorga al lienzo Angélica y Medoro. Santa María se
inspiró con tan sutil acierto, con tan sensible emoción en las estrofas de Góngora, que puede
afirmarse sin hipérbole que el pintor superó al poeta.(…
Tres años después de pintar Angélica y Medoro, al que siguiera el Retrato de su esposa,
presentado en la Nacional de 1912, es elegido el ilustre autor de Las hijas del Cid académico de
número de la Real de Bellas Artes de San Fernando.
Tal es, trazada con la brevedad y sintética rapidez de un apunte para el retrato que en su
día debo hacer, la historia artística de Marceliano Santa María, quien no parece—repito—sino
estar aún en los comienzos por el inmarchito entusiasmo y la sencilla alegría que pone en sus
trabajos y para quien la pintura significa una voluptuosidad, como demuestran los retratos que,
a partir del de su esposa, presentado en la Nacional de 1912 y donde la arrogante belleza unas
veces, el prestigio noble de la línea otras, el encanto seductor de la feminidad siempre, están
realzados por la colorista pompa de todo cuanto los rodea y rinde pleitesía, dentro de la rica
tradición secular del ayer magnificente, sin cerrar los ojos a las revelaciones luministas
actuales.(…)
2132
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
AGOSTO
JOAQUÍN SOROLLA
Si al morir Villegas y Pradilla hubo que tener una piadosa mirada hacia el silencio y el
olvido que empolvaban su época al otro lado de sus dos existencias jubiladas del arte, al
desaparecer Sorolla sentimos el sacudimiento en nosotros mismos, la vibración inmediata y el
dolor de desgarrarse algo que nos era actual.
Desde hacía tres años Joaquín Sorolla era llevado y traído por sus familiares como una
cosa inerte, como un polichinela trágico al que se le han roto los hilos y al que se deja largas
horas en un sillón, frente a las actividades e inteligencias ajenas.
Una bárbara decadencia fisiológica le iba minando el organismo, tan poderoso otrora.
Aquel cerebro que tuvo una extraordinaria capacidad lumínica yacía en cóncava y sorda
obscuridad. Sus pupilas, que fueron como garras infatigables para los espectáculos flotantes del
mar y las fases inquietas del Sol, vertían sobre cuanto le rodeaba una mirada fofa, blanda,
inexpresiva. Y de aquella boca tan claramente mediterránea de sonidos agudos, de aes
abiertas, de audaces teorías, de risas casi ofensivas por tan optimistas y de juicios adversos a
cuanto no fuera su teoría luminista, con tanto denuedo exaltada, resbalaban unos ásperos,
unos torpes vagidos. ¿Se acierta comprender, sin verla, la tragedia de este declive
inconsciente?
Sorolla, inválido, desligado por su dolencia, que le secó el cerebro, le nubló la mirada y le
arrebató la voz, continuaba viviendo en su palacio de la calle Martínez Campos, donde todo está
ecoico de arte activo, de arte sugeridor. Los amplios estudios colmados de obras del maestro:
grandes lienzos de ayer, millares de apuntes y bocetos, retratos evocadores de figuras
pretéritas o frescos aún de las nerviosas pinceladas ante los modelos recién impuestos por la
celebridad. Los hijos, el yerno del maestro, María, Elena, Joaquín, Pons Arnau, adiestrados por
él en otros días, continúan en el propio hogar del maestro pintando cuadros y modelando
esculturas.
2133
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y también los ejemplarios de ayer, las obras ajenas y coetáneas de los artistas
coincidentes con el período triunfal. Antiguas o modernas bellezas de las que gustaba rodearse
con el fausto de un gran señor y el espíritu descontentadizo de un gran sensitivo.
Había ido creando su casa como su cuadro culminal. La defendía contra la curiosidad
adventicia o transitoria de igual manera que hurtó a tantas miradas el último y magno encargo
de la Sociedad Hispánica. Un largo tapial gris ocultaba los jardines de clásica traza, donde
sonreían normas andaluzas, reminiscencias levantinas y mármoles helénicos, o figuras de los
jóvenes estatuarios valencianos ponían sus formas rítmicas y claras entre los verdores floridos y
bajo las frondas que el viento embrujaba de marino rumor.
Nada de todo esto, tan querido, logrado al cabo de los años turbulentos, fecundos e
insaciables, tenía ya un sentido para la pobre marioneta humana de barbas lacias, pupilas
mortecinas, cuerpo feble y manos crispadas que la ternura de la esposa y de los hijos veía
extinguirse poco a poco...
Llegó un instante en que pensaron posible lograra el mar lo que el piadoso afecto
cotidiano y las riquezas acumuladas no conseguían. Más allá de los salones suntuosos, de los
estudios repletos de obras afirmativas del credo estético del artista, al otro lado de los jardines
y del tapial gris, los cadmios y ultramares de la playa valenciana se sucedían en la eternidad
mirífica de la Naturaleza.
Pondrían a Sorolla frente al escenario que le reveló a sí mismo cuarenta años antes.
Acaso el mar y el sol, y entre ellos los temas que las pinacotecas de todo el mundo se
enorgullecen hoy día de conservar—barcas inflamadas por el véspero, rebullicio azul y blanco
de aguas y espumas, siluetas macizas, relucientes, de los bueyes, torsos viriles cocidos por las
lumbradas mediterráneas, alegría desnuda de los infanticos morenos, tersura espejeante de las
arenas mojadas, argénteas rutilancias del pescado que celajes de poniente aviva mientras el
agua se amansa con fulgores de violeta y de amaranto—; acaso todo esto cumpliera el milagro
de una resurrección brusca.
Con un fervor casi religioso le llevaron hasta la playa del Cabañal, a una hora solitaria.
Quizá algún pescador, tal vez un marinero o una humilde espigadera de despojos rechazados
por las olas mirase la escena y recordara vagamente que en otro tiempo, en su niñez, en su
adolescencia, sirviera de modelo al artista.
2134
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Iban callados, anhelantes, con la misma unción que a otros paralíticos llevan los deudos y
familiares al pie de las imágenes milagrosas.
Era allí mismo donde nacieron Sol de la tarde, La vuelta de la pesca, La bendición de la
barca, El baño; donde también entre tanta hercúlea o florida desnudez de hombres robustos y
niños sanos vió Sorolla la carne llagada, las osamentas deformes y los rostros amargos de las
pequeñas víctimas de Triste herencia.
Nada tan elocuente para Sorolla como la fulgencia de los cielos sobre la ondulación
sonora de la Madre Nuestra.
La esposa gritó:
Y los hijos, en una imploración que tuvo algo del remoto clamor de los coros esquileos,
repitieron:
Y en seguida un gran silencio, como si la playa fuese una enorme campana invertida.
Después empezaron a oírse tenues rumores. Los sollozos de la esposa, los aleteos de una
gaviota en vuelo demasiado bajo, el ras prolongado de las ondas desflecándose a pocos pasos
del enfermo, inmóvil, con los ojos turbios, la boca entreabierta en un rictus inexpresivo, las
barbas húmedas y las manos inertes sobre los brazos del sillón.
Los mástiles que los artistas quisieron clavar en la playa para sostener crespones con el
genial propósito de enlutar el mar se hubieran alzado tardíamente. Joaquín Sorolla murió aquel
día en que los suyos imploraron inútilmente al Mediterráneo.
Pocos artistas contemporáneos han saciado la ambición y la vanidad con tal hartura y tan
legítimo renombre como Joaquín Sorolla.
2135
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y entre esas dos fechas—la entrada del aprendiz obscuro en un taller de cerrajería y el
tránsito del cortejo funerario a lo largo de las calles rebosantes de gentío— la historia que
habría de encalenturar tantas imaginaciones adolescentes y alentar infinitos desalientos
precoces.
Las grandes ventas por sumas no logradas hasta entonces por ningún pintor español. Y
finalmente, la consagración suprema, lo que significa el más alto y más honroso reconocimiento
de un artista en España: la elección para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Pero todo esto con ser tan halagador para Joaquín Sorolla y tan decisivo para el juicio
gregario de las multitudes, poco representaría ahora y nada el día de mañana en los dos
momentos del examen provisional de la sesión definitiva.
Sorolla, cormo Anders Zorn en la pintura nórdica y Ettore Tito en la italiana, satura de
naturalismo y de sol la pintura de su patria. Es el mediterráneo, el levantino con toda la flama y
2136
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por esto el sorollismo no es ni puede ser una escuela subsiguiente, prolongada más allá
de su creador. Con él nace y con él muere. Se hace caricatura de externos efectismos cuando la
hallamos perseguida, sin íntimo ni personal aliento, por los ícaros de corto vuelo.
Pero sí puede ser, y lo ha sido, una revelación afirmativa con todo el vigor de las
rebeldías bien orientadas que llegan a su hora.
Y prueba de ello que se encuentra no solamente los ultramares, los violetas, los cadmios
y los blancos fulgurantes de Sorolla, sino los grises finísimos, los acordes delicadísimos de un
Domingo Marqués, de un Pinazo Camarlench, o las rutilancias enérgicas de un Muñoz Degrain,
dentro de estos actuales y característicos cromatismos de un Pinazo Martínez, un Rigoberto
Soler, un Antonio Esteve o un Tomás Murillo.
2137
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El mismo Sorolla sufre y se somete a esa tupida penumbra que cerca su primera época.
Vuelve los ojos al pasado, impregna de cierta demagogia trivial las facultades, cada día mejor
definidas, y la experiencia técnica creciente.
Todavía algún atisbo reminiscente de ese pegadizo afán sociológico y satírico en Triste
herencia dentro de la época franca, del predominio factural y de la contemplación desnuda de
prejuicios intelectivos. Pero ya Joaquín Sorolla se abandonará al placer de pintar libremente,
con la sana, la fecunda, la generosa satisfacción de entregarse al color y a la luz.
La playa valenciana va a ser durante veinte años interpretada por el maestro con un
acento sonoro, con una elocuencia concisa y justa.
Gentes de pesca y de marinería; bañistas humildes, bestias amigas del hombre, entran y
salen en las aguas brillantes, se mueven en la arena que devuelve sus siluetas, parecen flotar
en la luz pródigamente derramada de la altura; niños desnudos y mujeres cuyas telas se
adaptan a las formas como los peplos húmedos a los modelos antiguos de la Grecia inmortal...
Y esto, precisamente esto es lo que entraña la virtualidad del sorollismo, lo que reintegra
de una vez para siempre al artista a su significación de precursor.
Ya detrás de él serán posibles las derivaciones estéticas que en los primeros años del
siglo xx canalizan la pintura española.
2138
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Que la interpretación de la Valencia marítima fue el medio empleado por Sorolla para
expresar su credo estético lo demuestra que se deseó recorriera su cuerpo las calles de la
ciudad natal cubierto con una red de pesca y arrastrado por los bueyes que tornan las barcas a
la playa en los atardeceres radiantes.
la ribera de las aguas obscuras. Las pezuñas acostumbradas al arenal húmedo y cálido, a
los festones blanquecinos de la espuma, habrían vacilado un momento ante la frialdad sombría.
Y sus testuces, que tantas veces el sol aureoló, se hubieran inclinado instintivamente bajo el
peso del glorioso misterio confiado a sus fuerzas sumisas.
Pero esto no fue posible. La gloria de Sorolla fue arrebatada al dolor de los artistas para
la pompa enfática que no entiende de sutilezas espirituales...
LLORENS EL PAISAJISTA
Alguna vez, no ante un paisaje de Llorens, sino ante un paisaje gallego, hice una
paráfrasis ruskiniana. ―Cómo se parece la Naturaleza a Turner‖, dijo el gran esteta inglés. O
―Cómo se parece Galicia a Llorens», me atrevía a repetir ante aquel paisaje que firmaba otro
admirable paisajista y que veía Galicia, inevitablemente, fatalmente, a través de Francisco
Llorens.
Llorens nace en La Coruña, se inicia artísticamente en esa parte dulce y sugeridora que
se llaman las Mariñas próximas a la capital galaica. Luego, Madrid le hace olvidar los
rudimentos emocionales y técnicos. En Italia y en Flandes se forma. Al principio simultaneando
la figura con el paisaje, en esa fértil renovación de la pintura al aire libre, que es la conquista
francesa del arte moderno. Pero pronto había de abandonar los modelos humanos, las
humanas pasiones por los estados de alma, que son las horas de luz en los momentos de la
2139
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
naturaleza. Sus envíos a los Certámenes nacionales evocan las campiñas romanas, las ruas
sombrías de Bélgica, rincones mediterráneos vistos a la sensual claridad latina...
Es una larga serie de fervores verdes, azules, blancos, grises; acercamientos afables a la
eterna grandeza del campo y del mar. Filial ternura del hijo que se emociona de la madre
juvenil cuando los vernales días; se enorgullece de ella en el matronismo ubérrimo del verano;
la cuida y acaricia en la dolencia automoral, y se inclina sobre su vejez del invierno, pálida,
marchita, encanecida, en las breves jornadas pluviosas y los largos encerramientos contra los
lobos famélicos que vienen de las laderas yertas.
SEPTIEMBRE
No fué aislada la expresión de vitalidad artística que diera La Coruña este verano con su
Exposición. Simultáneas y coincidente con ella se celebraban sendas manifestaciones de arte en
Gijón y en Santander. Como los gallegos, los asturianos y los montañeses plantean—y acaso
resuelven—las dos cuestiones anejas al regionalismo.
¿Existe un arte regional? Y en caso afirmativo, no ya qué región, sino ¿qué latitud puede
recabar para sí la supremacía artística de España?
La luz fina que consiente los más sutiles matices; el sosiego especulativo que afianza las
normas contractivas y las sensibles delicadezas, en pugna con la luz franca, impetuosa en
agudo registro cromático; el temperamento pasional que da amplitud himnaria a los tonos
enteros y a las sensuales complacencias.
2140
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sí. Existe un arte regional producto de la reintegración filial de los artistas a la tierra
nativa, a la luz que hallaron al abrirse sus ojos y al espectáculo que fué ofreciéndose sucesivo,
pero íntegro de cualidades características, a lo largo de los años de niñez y de adolescencia. Los
años que modelan para siempre el espíritu.
Idéntica afirmación de pureza debe hacerse respeto de la pintura asturiana, a cuyo frente
Evaristo Valle y Nicanor Pinole sostienen el sagrado fervor a la naturaleza nativa y a los temas
raciales.
Pero no con tanta exactitud puede afirmarse respecto de los artistas montañeses iguales
características de permanencia o de reintegración filial a los tipos !as costumbres y los paisajes
de la comarca materna.
2141
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Podemos, sin temor a demasiado error de apreciación, aventurar algunos juicios respecto
de lo que es y de lo que habrá de ser el arte montañés.
Desde las marinas de Tomás Campuzano y los paisajes de Agustín Riancho hasta ese
ímpetu cromático, esa franca y dionisíaca alegría de ser pintor, esencialmente pintor, que
significan los cuadros de Francisco Cossío, ¡cuánta diversidad de estilos y de ideologías pueden
contenerse!
¿Y por qué no ambas cosas a la vez? Como esos ágiles saltadores que afianzan los pies
en la tierra antes de trazar con el cuerpo una gallarda elipse a contracielo, este pintor ve el
dolor y la miseria en rostros condenados, en existencias irredentes para luego evocar temas
pretéritos o exóticos.»
Nada habrá que quitar a esta opinión de hace cuatro o cinco años. Incluso el tríptico
Danza en primavera ya se abocetaba en aquella ocasión y venían a culminar en él las
preferencias y las influencias germánicas indudables en la obra de Alvear. El catálogo nos le
promete, además, paisajista. Y seguramente habrá llevado a la interpretación de la naturaleza
ese espíritu de selección, de armonía y de buen gusto que pone en sus asuntos decorativos sin
descuidar el ansia de veracidad que le acucia frente a los tipos casi ofensivos de tan brutal
humanidad otras veces.
Es, por lo tanto, el Solana costumbrista, no el acedo satírico de otras ocasiones el que ha
visto Santander esta vez. No el Solana de los momentos acres, los sórdidos episodios o los
crueles cauterios. Pero siempre el Solana colmado de profundidad elocuente, de vigor
2142
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
También de Ángel Espinosa hemos dicho en otra ocasión: «Los retratos de Ángel
Espinosa salen a nuestro paso con el legítimo avance de las obras bien construidas y bien
orientadas. Son como sus versos, una afirmación de originalidad sin dislocamiento de las
normas pretéritas.
E1 color entra dentro de dibujo como en los cuadros de ayer, y esto le da ese aire de
fortaleza, de seguridad en sí mismo, de que blasonan con motivo justo.»
Retratos y paisajes son sus envíos a la II Exposición del Ateneo Montañés. Por ellos ha
pasado un período de intensa producción poética del Espinosa escritor sobre el Espinosa pintor.
Hay libros plenos de sensibilidad y de emoción. Así, inevitablemente, el artista se sometería al
implacable análisis del poeta. Y los retratos, los paisajes, sin perder nada de lo que ya tenían
los anteriores, han adqurido una tendencia sintética que les depura más todavía.
Ricardo Bernardo, autor de aquella obra, Los piteros, que le reveló primero a Santander y
luego a Madrid, está ya seguro de su trayectoria. Encontramos en él una personalidad cuajada
y firme. Su paso por el grupo juvenil de los paisajistas del Paular no le ha desvirtuado. Al
contrario: le amplió su consistencia constructiva, despojándole, en cambio, de cierta rigidez que
tenía al principio. Hoy ese retrato de Conchin, como el de la señorita de Iturrioz ayer, señalan
un admirable comprensivo—delicadísimo y enérgico a la vez—de la figura femenina. Estamos
seguros de que habremos de hablar muchas veces y siempre con elogio de este pintor.
2143
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
OCTUBRE
EL SALÓN DE OTOÑO
Se pensó, cuando por primera vez la Asociación de Pintores y Escultores convocara a los
artistas españoles para una Exposición libre, que se había encontrado la necesaria antítesis de
las Exposiciones Nacionales.
Sin embargo, se fué desvirtuando la supuesta semejanza con los otros Salones
autumnales. El Salón de Otoño madrileño tenía no más que el simpático aspecto de un
aparente eclecticismo. Se acogían lo mismo los cuadros de anteayer y los de ayer que los de
hoy o los de mañana, y podía en cierto modo el visitante creer que recorría capítulos de un
manual incompleto de la evolución de la pintura española desde mediados del siglo XIX a
nuestros días.
2144
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pensamos entonces que tal vez la excesiva tolerancia en la admisión de obras, dejando
que pasaran por igual las estúpidas elucubraciones del aficionado sin aptitudes ni
responsabilidad estética y las legítimas extravagancias o las sensibles interpretaciones de un
credo personal, como los pasajeros extravíos por afán de modernidad, fuese un peligro que
debiera evitarse.
Pero seguíamos elogiando algo que hacía perdurar los errores fácilmente subsanables: la
ausencia de jurado y la carencia de recompensas.
¡Ay! También en esto último ha claudicado el Salón de Otoño. Ya el año anterior parece
ser que hubo premios y se establecieron categorías entre los socios. Este año las gacetillas
periodísticas anuncian que «habrá un Jurado calificador».
Rápidamente, el Salón de Otoño aspira a suplantar las Exposiciones Nacionales con todas
sus consecuencias. Y los artistas que ya no iban al Salón de Primavera y que todavía no habían
ido al Salón de Otoño, tendrán que fundar el de Invierno, del que existe un antecedente en
Berlín.
Si tal hacen, no deben llevarlo al Palacete del Retiro. Porque indudablemente está
infectado de los microbios de la medalla y de la intriga.
Era y sigue siendo imprescindible en Madrid una Exposición que no esté sometida a la
inmoralidad ineficaz de las medallas ni al criterio de los jurados, nacidos y situados en
condiciones de ser tales precisamente por concesiones anteriores de esas mismas recompensas.
Una Exposición anual frente a la bienal patrocinada y costeada por el Estado tendría el
valor de su coetaneidad internacional, la afirmación de cierto paralelismo con las evoluciones
estéticas del otro lado de nuestras fronteras. Y ratificaría sobre todo los contactos y avances
que aisladamente, por su esfuerzo personal o en colectividades de región y afinidades de
influencias comunes, vienen realizando artistas ajenos a la tutela oficial y a la escalafonada
consagración de las recompensas públicas.
Pero ¿responde el Salón de Otoño, en su carácter actual, con ese anquilosamiento donde
ha caído a los primeros optimismos? ¿Es, efectivamente, aquella Exposición independiente y
rebelde que prometía en la convocatoria inicial y ya empezó a falsear apenas se inauguró la
Exposición de 1920?
2145
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No. Si el primer Salón de Otoño tuvo una acogida cortés y fué alentado en sus aciertos,
el IV Salón de Otoño ha sufrido tan indudable y, en gran parte, merecidísima repulsa, que es de
temer concluyan aquí los propósitos, dignos de mejor cauce, de una manifestación ecléctica,
ponderada, de las artes españolas, antitética del triste espectáculo bienal de la feria de
medallas.
Los organizadores imaginaron en un principio algo muy distinto de lo que después han
realizado algunos de ellos y los sucesores. Si contaban con la fuerza constituida de una
Sociedad artística, esa fuerza ha llegado a ser la razón principal de su fracaso. La Asociación de
Pintores y Escultores, si no está falta de algunos artistas verdaderamente nuevos y modernos,
se compone, como el Círculo de Bellas Artes, en su mayoría de los afiliados en normas viejas o
envejecidas. Tanto en su producción técnica como en su ideología. Si en política debe estimarse
por acertado el criterio minorista, la opinión de los menos, en arte debe buscarse
preferentemente ese criterio, seguro de hallar así el camino mejor.
Se ha caído fatalmente en una parodia ridicula de los certámenes nacionales con sus
recompensas de diversa categoría y con ese equivocado respeto a los nombres y no a las obras,
que es en definitiva lo que importa.
Y, sin embargo, a pesar de tanto desacierto, por encima de las lamentables debilidades
del Comité ejecutivo para sus consocios, aun reconociendo la probada hostilidad suya a toda
muestra de positiva rebeldía, creemos que el Salón de Otoño puede y debe salvarse aún.
Les interesa a los artistas que la Asociación considera los mejores más aún que a los con
frecuencia mezclados por ella entre los detestables.
2146
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
dejaron sorprender por el título del Salón de Otoño, ahora podría invocarse como un derecho a
la futura correspondencia de trato por parte de los que fueron engañados y de los que no
quisieron ir.
Y, sobre todo, tener en cuenta tres puntos principales: igualdad de derechos para la
instalación debida, sean o no los expositores miembros de la Asociación y sean o no
«consagrados» en el sentido retrógrado que aquí se concede a esa calificación.
Nada ni nadie podría ya salvar para lo futuro a la Asociación de Pintores y Escultores del
bochornoso recuerdo.
Con las cuarenta y siete restantes no hubiera habido, claro es, una Exposición; pero
tampoco sufrirían el contacto de tanta mentecatez y de tanto aborto pseudoartístico como en el
año actual nos hemos visto obligados a presenciar.
Nos compensan, desde luego, algunos de los cuadros de la sala que consideran —
¡todavía!—de avanzados. Allí, bajo el señuelo de un Picasso, dudoso, sin interés, sin carácter,
2147
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
se han agrupado las obras de Solana, fuerte, sólido, con su energía clásica y su enorme
violencia espiritual; de Gustavo Maeztu, fastuoso y con esta sutileza cromática en que viene a
culminar radiante su majestad arquitectónica; de Carlos Sáenz de Tejada, que es la revelación
más valiosa de todo el Certamen, por cómo aprovechando sus sólidos conocimientos técnicos,
el dominio factural de una enseñanza sin prisas ni arbitrariedades, llega ahora a síntesis amplias
de gran potencialismo decorativo y de un profundo ahincamiento psicológico; de Mariano
Sancho, seguro en su orientación y cuyos lienzos Áurea la volatinera y Nazario, distintos de
concepto espiritual y aun de manera, responden a uno de los temperamentos de pintor mejor
dotados de la nueva generación, ya responsable de sus actos; de Esplandiú, cuyos dibujos
admirables hacen pensar en Bartolozzi; de Martín Durbán, el aragonés que se diera a conocer
en el Salón anterior con una serie de evocaciones de calles, pueblos y agrupaciones,
anecdóticos de su tierra, sin ese sabor acre, pesado, de «jota» a toda costa, que suele
considerarse el aragonesismo pictórico—este año Martín Durbán acomete la figura y el retrato
con gran valentía y con buen gusto—. Preferimos La hija del cura, castigada, no sabemos por
qué, a extraviarse en las salas de la izquierda, archivo y almacén de las estulticias impotentes.
En las otras salas del conjunto de envíos que los instaladores consideran «serios», como
si toda personalidad fuerte necesitara estar sometida a cánones pictóricos inmutables, se
destacan desde luego, por mayoría, los paisajes, y en los paisajes, los de Antonio Esteve, Serra
Farnés, Verdugo Landi, Llorens, Santamaría, Lezcano, Gil de Vicario, Gómez Alarcón, Pantorba,
Vicente García, Basiano, Martínez Sáez, Riccio, Vila Puig, Alfredo Aguado y Daleó, con más el
Interior de iglesia, de Alfonso Grosso; Vivienda de labradores, de José Benlliure, y los
Bodegones, tan diferentes de tendencia, pero dignos de especial mención, firmados por
Casimiro Gracia y Juan Francés. (…)
Primero, el grupo de pintores jóvenes enviados a la Cartuja del Paular; después, el otro
de los que fueron a Granada, la Escuela de Bellas Artes ha ido exponiendo en el Museo de Arte
Moderno las pruebas de su eficacia en lo que a la pintura de paisaje se refiere.
No es nuevo ni seduce por inédito el tema de los ataques a la Escuela, a todas las
Escuelas oficiales del mundo y en todas las épocas. Como a las Academias, se las considera
centros donde antañonas sacerdotisas mantienen el fuego sagrado de la mediocridad
intransigente y donde se mustian o falsean los entusiastas instintos pubescentes.
2148
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Con las primeras pipas, el primer chambergo y las incipientes melenas, se suele adquirir
la característica externa del «artista independiente» renegando de la Escuela y de todo su
profesorado, sea la que fuese y procedan ellos de donde procedan.
Por lo menos desde que Miguel Blay la dirige, en cuyo período hemos tenido ocasión de
comprobar cómo el insigne escultor la ha transformado en un sentido progresivo y sobre todo
útil.
2149
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Exposiciones anteriores. No se han limitado los trabajos de los alumnos a los claustros, patio,
iglesia y a los aledaños exteriores de la Cartuja. Y además, sólo de un modo mortecino, de
«últimos chispazos» vemos el reflejo de ciertas fulguraciones marinistas que parecía el
inevitable tópico factural de cuanto muchacho durmiese una noche en las celdas de la Cartuja.
Poco a poco llegaremos a conseguir que estas pensiones veraniegas sean lo que deben ser:
libertad de residencia, libertad individual de cada artista. Todo se arreglará con diferente
distribución de los fondos consignados para ello.
Por de pronto, la manifestación artística de este año ha satisfecho de tal modo, que
retrotrae el laudable propósito de los iniciadores a su. eficacia primitiva.
Ocho son los expositores actuales, que citaremos por el orden catalogal: Ricardo
Segundo, Simonet Castro, Fausto López Redondo, Lorenzo Garralda, César Prieto, López
Romero, Morales Alarcón y R. Peinado Vallejo.
A ninguno de ellos puede recusarse, ya que los anima por igual el fervor de su arte; pero
sí debe hacerse una mención especial de Ricardo Segundo.
Si atiende a la expresión formal de las cosas y a los problemas lumínicos, no por ello
abandona el ejercicio de la emoción íntima. Así, la obra de la plaza de Buitrago es una pequeña
obra maestra que el Museo de Arte Moderno debía adquirir. No sólo es la mejor de todas las de
Ricardo Segundo, sino la primera de todas las de la Exposición.
2150
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
De Real orden, y por virtud de renuncia de D. Mariano Benlliure del cargo de presidente
ejecutivo de la Exposición que simultáneamente se ha de celebrar con la Internacional de Bellas
Artes de Venecia en la primavera próxima, se nombra el Comité ejecutivo en la siguiente forma:
Presidente, D. Miguel Blay; vocales, D. Fernando Alvarez Sotomayor, D. Julio Romero de Torres,
D. José María López, D. Carlos Verger, D. José Moreno Carbonero, D. Mateo Inurria, D. José
Capuz y D. Anselmo Miguel Nieto.
En el Salón del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, celebra una Exposición de paisajes
Eliseo Meifren.
En las oposiciones para proveer la cátedra de pintura al aire libre en la Escuela de Bellas
Artes de San Fernando se exponen los trabajos realizados por Francisco Llorens, José R.
Zaragoza, Daniel Vázquez Díaz y Fernando Labrada. Se declara desierta dicha plaza.
NOVIEMBRE
Tiene el artista con sus barbazas negras y su mirada asustadizamente infantil un aspecto
de hombre de ayer y de muy lejos, perdido en el hoy turbulento de las rapacidades y de las
asechanzas inevitables.
Se piensa, por la traza externa, en un Courbet oloroso todavía a campo libre y saturado
de bondad por la Naturaleza, entregada a él como una esposa. Se piensa también en un
2151
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
navegante de otrora, uno de aquellos levantinos que iban a Oriente para adquirir la luz en
gemas y telas de raros resplandores.
Todo menos un pintor. Y sin embargo lo es. Tanto, que en medio de sus cuadros
respiramos un hálito de inmortalidad y se nos llena la mirada de un optimismo de fiesta grande.
El gozo de la buena pintura, del no hallarla falseada por prejuicios escolásticos ni por
adulaciones literaturescas, o adventicios aprovechamientos de la boga transitoria.
Si Valencia se enlutó de viudez estética cuando murió Sorolla, momento es éste en que
puede sacar del arcón familiar sus galas de llauradora rica, toda la pompa antigua y clara, para
sentir de nuevo el goce de vivir ante los plantíos olorosos y la convexa curvatura mediterránea.
Porque el digno de ser amado en la mutua comprensión conyugal está aquí después del
sorollismo y con una tradición luminosa anterior al sorollismo.
Si no ignora las rutilancias del Poniente sobre la arena cadmio y las aguas violeta, es de
más sólido ayer la esencia valenciana. Espejeo perlado, iriscencias inquietas en grises del
LLuent, donde la Albufera se hace inmensidad de finuras; nostalgias de las paletas de Pinazo,
de Domingo—el ruiseñor y el león de la pintura valenciana.
Otra vez la orilla y los festones de pernuela; de nuevo pies desnudos sobre ella cual
manos que acariciasen espejos de plata con reflejos de orto y de véspero. Nuevamente el mar
llena hasta el límite del cuadro y donde la figura humana se encaja sin que la línea horizontal
señale a la cabeza el fondo cerúleo. Nuevamente los pescadores y sus hembras de dolor y
zozobra, o las infancias color de pan caliente o de alabastro recién ungido por un sol suave,
pero además de carne suavemente, deliciosamente infantil.
Es inevitable pensar en Sorolla; pero hay que retroceder—hay retrocesos que significan
subidas—al Ignacio Pinazo de siempre, al Francisco Domingo Marqués cuando todavía no
estaba en París.
Así no suena tanto a cobres insuflados por un hálito himnario o golpeados para que
suenen a gloria en las consagraciones rotundas este arte de José Mongrell, como la rutilancia
arrolladura, como el ímpetu fragoroso del sorollismo. Es una música más íntima, más tierna,
más dotada de sentimiento hondo y de sensibilidad noble. Deslumbra menos y acaricia más
tiempo. No nos hace luego, al recordarla, chiribitas en los ojos; pero nos canta quedo en el
corazón y es cual si pasara por la frente una brisa leve, sutil, donde las cosas y los seres se
sentían felices de existir.
2152
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y no obstante, acaso Rafael Doménech no haya escrito una página tan literaria, tan
henchida de idealismo sugeridor y tan pulida de estilo, con legítimo deseo de paridad estética,
como sus glosas al arte de José Mongrell en el Catálogo.
Así atraen las escenas de huerto florido y de playa mediterránea que ofrece José
Mongrell. Su «pureza pictórica» no necesita la «explicación literaria» en el sentido de estar, por
fortuna, desprovista de artificio cerebral y trucos de taller, porque está hecha de amor humano,
aire libre y luz eterna. Pero ello mismo, por excelencia de su logro afortunado, está vibrante de
sugestiones literarias.
Dígase ya de una vez: el Mongrell de las policromías con música del ― u y el dos‖ y el
Mongrell que diríase hace oración como el Angélico antes de pintar las infancias desnudas, las
gentes humildes y las aguas de nácar.
Yo prefiero este Mongrell, sin desvalorizar a las preferencias ajenas, al otro Mongrell de
los cuadros para alegrar la vida y aconsonantarla con flores.
Incluso sospecho que él mismo está más conforme también con sus pescadores que con
sus huertanos. Entre" el barroquismo y la serenidad debe sentirse el sosiego rítmico de los
latidos y de las ideas cuando se sumerge en ésta que cuando se embriaga en aquél. Cierto que
las rosas, las frutas, las labradoras de antiguo indumento, las cerámicas y los mozos de sonrisa
faunal tienen acento inconfundiblemente valenciano. Se sabe que todo esto es verdad después
que Valencia supo teatralizar esa verdad sin envilecerla.
2153
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pero todo en esos cuadros nos espera, se preocupa de nosotros, se fue ensayando en la
sombra de los preparativos del espectáculo, y ahora los vemos demasiado confundidos con toda
clase de espectadores, los que necesitan decir: <¡Qué bonito!», y aplaudir para que los demás
se enteren de su regocijo.
Los otros cuadros están pintados de dentro hacia afuera; no presuponen baterías
escénicas y embocaduras sobre una sala de butacas; no se contrataron bailarinas y cantadores
ni hizo falta tejer guirnaldas y agrupar naranjas o buscar los títulos reminiscentes: Poema de
Anacreonte, La damita de la huerta; se libertan, sobre todo, de los verdes agrios y los rojos de
vino o de sangre y de las rosas cuyo perfume emborracha y cuyo color recuerda heridas.
No. Son los cuadros de superación instintiva por el milagro hecho realidad de un fervor
tan sencillamente humano, tan saturado de esteticismo que ya no se sabe cuándo empezó a
educar la sensibilidad para que nada perdiera el artista de su emoción solitaria.
Y en ellos la magia sinfónica de los grises. Grises de plata, de perla, de nácar, de niebla
tejida con sol; de agua, en cambio, sin sol; de acero, de plumón. Y además los grises
inmateriales: la nostalgia, la resignación, el olvido incompleto, la ternura materna, la
convalecencia, el camino a la tarea cotidiana a lo largo de un alba lenta de invierno.
En ellos también el amor a los humildes, el lírico transporte ante las enlutadas mujeres a
quienes el mar arrebata sus hombres y que de él, mojándose los pies y las faldas en el agua de
las tumbas flotantes donde los suyos quedaron, reciben el sustento de cada día.
Y Mongrell magnifica a estas mujeres doloridas, sin arrebatarles nada de lo que a otras
miradas seguirá siendo vulgaridad y miseria, pero que él vio y expresa con augusta traza.
Madres son—por la carne y por la euritmia clásica de sus actitudes—de estos chiquillos
que resucitan a Grecia sin más que salir del baño o agitar su sábana, o secar sus miembros o
contemplar la nube que pasa y los encajes blandos y blancos de las olas incesantes.
2154
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
PAISAJES DE GRANADA
Porque nos hayamos ante dos pintores seguros ya de su trayectoria futura, capaces de
definir su credo estético con elocuencia personal y porque ello demuestra que la Escuela, lejos
de ser la campana neumática donde van a asfixiarse por igual las crías aquilinas y los vulgares
gorriones, es un organismo bien de su época, sin necesidad de que lo estimulen los ataques
ajenos. Consciente de su responsabilidad y de sus límites, la Escuela de San Femando puede y
debe, entre otras muchas cosas, enorgullecerse de esta Exposición, donde a ninguno de los que
firman se le desvió de sus preferencias ni se le falseó el temperamento.
Diríase, por el contrario, que se trataba sólo de una coincidencia voluntaria de artistas
independientes reunidos de modo transitorio en un mismo local para prolongar en Madrid la
simpática camaradería de sus horas granadinas.
Los expositores son: Fernando Sánchez Arguelles, Vicente Santos Sainz, Vicente Mulet y
Andrés F. Cuervo.
Ellos han inaugurado la Residencia de la Alhambra, creada por Natalio Rivas, uno de los
mejores ministros de Instrucción Pública que ha tenido España en ese período que el histerismo
nacional considera ahora nefasto, sin perjuicio de haberle aprovechado entonces para sus
granjerias personales muchos de los tardíos puritanos de nueva refundición.
Claro es que Granada consiente la diversidad de motivos que el Paular, por ejemplo,
limita. Cierto que el pintor puede elegir en Granada motivos innumerables para el deleite visual
y la emoción íntima. Pero en cambio acechan a los jóvenes —como a los infanticos de los
2155
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
cuentos brujos los monstruos guardianes de tesoros y princesas—el Tópico, la Rutina, el Clisé,
la Reminiscencia.
Algo de lo que empieza a ser Mallorca significa Granada. Legítima seducción de pintores,
ha llegado para ella el instante melancólico de que no la comprendan a fuerza de interpretarla
tanto. Desde los maestros españoles y extranjeros hasta los humildes pintadetalles para la
venta a bajo precio y las turistas que alternan el Kodak con la cajita de acuarela, centenares,
acaso millares de gentes van cubriendo lienzos, maderas, papel, con evocaciones de Granada.
Desde el cuadro de grandes dimensiones a la tarjeta postal. Del jardín rusiñolesco al apunte de
una cabeza de gitana hecha por un yanqui que no sabe español ni dibujo. Y una serie infinita,
inacabable, torturadora, de interiores de la Alhambra y del Generalife, de rincones del Albaicín,
de alusiones a la Carrera del Darro, etc.. etc., etc., obsesionan el recuerdo y encasillan la
admiración.
Pero aun sin salir de Granada, retando a las excelencias y desdeñando los abortados
errores, sin tener, naturalmente, la inofensiva acumulación de artificios mercantilistas para uso
y abuso de viajeros en rebaño o sueltos, el artista puede ejercitar su técnica, saciar su fantasía
y satisfacer a su sensibilidad dentro de la propia Granada, repitiendo por enésima vez la actitud
del artista que coloca su caballete y frunce las cejas en el Patio de los Arrayanes o en la
explanada de San Nicolás.
Las siluetas, la atmósfera, las formas, los colores podrán ser los mismos que vieron otros
antes que él y seguirán admirando muchos otros después que él se haya reintegrado a la tierra
en la oferta definitiva.
¡Qué importa! Elige el tema que ya no será nunca inédito, coloca tu caballete donde ya
estuvieron tantos, prepara tus pinceles. Pero sobre todo prepara tu alma, pintor, antes que los
pinceles y el caballete, y olvida que eso que estás viendo ahora en la suprema magnificencia de
2156
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
los grandes espectáculos de la Naturaleza y del arte lo has reconocido porque lo amaste ayer
en una bella obra ajena.
Coincidí con los jóvenes artistas algunos de los días de su estada en la Aíhambra. Vi, por
lo tanto, los mismos motivos que ahora pintados y a la luz misma de las horas caniculares,
cuando las mañanas diáfanas y los vésperos lentos. Dentro del hechizo sensualmente
melancólico del Generalife encontré más de una vez la magra silueta de Mulet, con su lienzo
enorme bajo el brazo o sentado frente al lienzo para una de estas líricas divagaciones
cromáticas que sorprenden a los partidarios del paisaje fotográfico. Crucé en las pinas callejas
del Albaicín la otra silueta esbelta de Sánchez Arguelles, el inquietante y el inquieto para cuyas
pupilas las formas tomaban en el aire rubio de las tardes de agosto una blanda molicie... O
también, sin salir del recinto del Palacio Real, encontré la persona menuda, un poco gruesa, de
Santos Sainz inclinado sobre sus lienzos y sobre el recuerdo de Rusiñol en el Jardín de
Lindaraja, en la plazoleta de la Mezquita, en el Patio de Comares.
Veo, pues, con una mayor simpatía, como saudosa prolongación de las jornadas estivas,
estos paisajes granadinos de personal concepto sobre las tramas ya viejas; aspiro
deleitosamente su juvenil frescura, la íntima nostalgia que de ellos emana.
Pero además les encuentro su virtualidad estética por encima de lo que tengan para mí
de reminiscentes y de evocadores.
Tal vez los halló alguien poco exactos en lo que a sumisión fiel del convencionalismo
visual de las gentes. Se sigue suponiendo que un paisajista es un agrimensor o un inspector del
Catastro. ¡Todavía! ¡Cuando ya hasta los fotógrafos, contagiados de aspiraciones pictóricas,
procuran sutilizar e idealizar lo que de fatalmente mecánico hay en su arte!
El que mejor señala esta superación afirmativa del paisajista moderno es Vicente Mulet.
Es ya el pintor seguro de sus propias facultades, elocuente y sin trabas frente a la Naturaleza,
capaz de expresar, además de las calidades externas de las cosas, su esencia íntima, uniéndola
al lírico temperamento propio.
Seguimos desde hace tiempo a Mulet, desde sus primeros envíos a las Nacionales, donde
fueron desvirtuados por desdeñosas colocaciones; le hallamos bien afirmado en la última de
1922, donde, por encima de la vulgaridad del asunto—unos huertanos de Valencia cogiendo
2157
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
coles a la hora suave del crepúsculo—-resplandecía esa sutil serenidad cromática del joven
artista.
Mucho de lo que está afirmativo e irrefutable en Mulet, de lo que sitúa a este pintor entre
los mejores paisajistas de nuestra época, hallamos en Sánchez Arguelles.
Sánchez Arguelles incluso prescinde de los títulos que conservarían aún el último asidero
a los que necesitan poner nombres a su emoción. Titula Estudios los que están en la categoría
de obras totalizadas ya. Colorista enérgico y delicado al mismo tiempo, no se resigna, según
digo, a una sola gama o una determinada preferencia de acordes. Es la diversidad armoniosa y
el dinamismo encantador. Recordemos del conjunto una nota cálida, dorada, y otra delicadísima
de azules. Todo en ésta, sutil gradación de matices, ternura vigorosa. Todo en aquélla,
fortaleza constructiva y vigorosa. Y en ambas, la casi cumplida promesa de un luminista
admirable.
Andrés Cuervo, el inquieto, prolonga esta inquietud a temas y procedimientos. Está, con
una noble violencia instintiva, en la trayectoria de las derivaciones de la pintura francesa
moderna. Pero sin perder el contacto con el tradicionalismo de escuelas españolas. Acaso ni él
mismo se da cuenta de esta fértil complejidad de donde había de salir la personalidad definitiva.
Desdeña las dimensiones y no le preocupa la idea del cuadro como tal cuadro. Pero ¡qué
deliciosa entrega a la fantasía, al libre albedrío de pintar lo que se quiere y como se quiere! La
misma advertencia de «agregado artístico» que sigue a su nombre en el Catálogo indica ya el
deseo de independencia y de libertad que acucia a Andrés Cuervo. Por lo demás, tampoco
necesita de las dimensiones para acusar una gran sensilibidad de pintor y de grabador.
2158
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Vicente Santos Sainz ofrece ingenuo y leal la evolución que ha ido renovando el concepto
primario de la pintura de paisaje en su temperamento positivo. «Es como una lección de pintura
de paisaje»—nos decía, adivinando nuestro pensamiento, un ilustre paisajista.
Vicente Santos Sainz (1899-1993) Vallisoletano, pintor y grabador inició sus estudios en
la escuela de artes y oficios de Madrid de donde pasó a la escuela de San Fernando en 1918.
Fue discípulo del pintor Moreno Carbonero. Pensionado en Granada en 1923 y en el Paular en
1924,. Fue galardonado polo círculo de bellas artes por su lienzo ―La ronda en el valle del
Tietar‖. Destacó por sus grabados y aguafuertes.268
MEMORANDA
En el Palace Hotel , de Madrid, se celebra una fiesta íntima en honor de Elíseo Meifren,
para agasajarle con un champaña de honor por el éxito de su Exposición de paisajes.
DICIEMBRE
2159
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Una de estas ocasiones la ofrecen las acuarelas de Jorge Soto Acebal. Alcurniados de
españolismo sus apellidos, localizados de españolismo los temas de estas acuarelas, es sin
embargo un artista formado lejos de España en relación directa con las normas y las
preferencias que podían parecer menos conducentes a ella.
Pertenece a ese sólido renacimiento estético de su patria, que hace de la República del
Plata el más acogedor, pero al mismo tiempo el más consciente de los centros artísticos de
América.
Se puede y se debe decir ya «la pintura argentina» como se alude a otras expresiones
pictóricas europeas cuando se las sabe colmadas de ejemplos fehacientes.
Los artistas argentinos tienen hoy día una personalidad nacional compuesta de esas
aportaciones individuales que constituyen el acento y el espíritu de una escuela. Irá
depurándose más todavía esa personalidad, claro es. Se desligará de lo advenedizo y lo
transitorio. No tanto por la pureza y casta de los temas, los lugares y los tipos, cuanto por esa
entrañable afinidad de sentimientos, necesidades e ideales que unen inevitablemente a los
hombres de un país por ajenos e independientes que parezcan unos de otros.
Y nada significa de contrario a la eficacia homogénea del esfuerzo total que se esparzan
heterogéneamente las energías y las capacidades de los artistas. Todos ellos—el que ama los
esplendores cromáticos de Mallorca, el que asiste a las últimas superaciones del
postimpresionismo francés o el que no quiso apartar su inspiración y sus miradas de las gentes
y los sitios nativos—al llegar el instante de reunir sus obras tan diversas se reconocen fraternos,
como decía antes se reconocía España en cada nueva revelación de los reintegrados por libre
impulso y ancestral nostalgia.
A veces este reconocimiento es aún más íntimo, se produce sin un externo cotejo con
los demás, sino en un autoanálisis espiritual y en una autocontemplación del arte recién creado
con los elementos propios.
Este es también el caso de Jorge Soto Acebal. Las acuarelas que ahora ve Madrid
significan una revelación incluso para su mismo autor. Están en ese período de grato resultado
comprobativo de las facultades que se fueron afinando y asegurando a cada día diferente y a
cada obra distinta.
Soto Acebal sitúa sus condiciones técnicas y su sensibilidad muy agudas frente a la
naturaleza, cuando hasta ahora sólo le intriga el retrato. Toda la labor de Soto Acebal estuvo
2160
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
consagrada a resolver rostros y almas, sin olvidar las conquistas clásicas o modernas del arte
del retrato. Desde ahora habrá, además, en la totalidad de su producción, el paisaje y el
costumbrismo. Sus temas de Guipúzcoa y de Vizcaya lo prometen con autoridad y belleza.
Pero cuando se ve que son nada más—o nada menos—que grandes acuarelas, se
prescinde en seguida de la comparativa alabanza para otorgarle su verdadera significación. Es
decir, no hace falta suponer que el artista ha conquistado para un género la virtualidad de otro.
Es que ese género se basta a sí mismo, logrando excelencias exclusivamente suyas, para
obtener un resultado igual.
No. Será preciso pensar en un Juan Bartels, en un Lucien Simón, para clasificar la
tendencia y el propósito de Soto Acebal, sin que la razón contraria de un Tumer o de un
Fortuny lo desautorice.
Los verdes jugosos, las cumbres ubérrimas, los muros dorados, las marinas densas y los
caseríos blancos de Guipúzcoa y de Vizcaya han encontrado en Soto Acebal un exegeta veraz.
Como estrofas sueltas de un canto optimista, sus cartones de temas y lugares vascos son
gratos a la mirada y sugeridores al espíritu. Abundan las aguas claras y los instantes plácidos,
los ritmos nobles y las evocaciones dichosas. El artista sonríe a la belleza agraria y marinera de
esta parte española como un Don Juan maduro a la fresca inocencia de una campesina bonita.
2161
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De tal modo con «sabiduría de amor» están comprendidos los motivos jubilosos o los
amables silencios solitarios de las urbes viejas y los puertos pintorescos frente al eterno mar y
la montaña eterna y las torres dos veces sagradas por la fe y por el tiempo.
Simultáneamente han expuesto sus obras Juan Espina y R. Duran Camps. El primero, en
el Museo de Arte Moderno; el segundo, en el Círculo de Bellas Artes.
Los aficionados a recorrer Exposiciones, cada vez más numerosos y cada día con mayor
ocupación a su grato esparcimiento pueden como seguir un curso de evolución del paisaje en
España visitando las obras del pintor madrileño y luego las del barcelonés. Aquel detallismo
minucioso, aquel aliento romántico de los paisistas del siglo pasado se ofrecen en los lienzos,
dibujos y grabados de Espina; el virtuosismo técnico, el placer del color por el color, que es la
característica obsesionante de los jóvenes pintores dijo y se aprecian en las notas de Duran
Camps.(…)
Juan Espina(…) desde un punto de vista ideológico, fiel a su trayectoria artística, sin
ofrecer el espectáculo levemente grotesco de los que pudiéramos llamar «viejos verdes de la
pintura», que se engañan sólo a sí mismos con falsificaciones de remozamiento, intentando
competencias inútiles y peligrosas, destruyendo su pasado con piruetas de estéril simulación.
Juan Espina ha sido siempre el inadaptado y el disconforme, el que consideró más bello
ansiar la ruta recién abierta que la sedentaria conformidad de los hallazgos fáciles y los caminos
harto ejercidos.
Y si todavía muestra ese desgaire de su silueta viril, muy española, con las barbas largas,
las melenas acaracoladas en la nuca y el chambergo rembranesco, es porque tiene derecho a
ello, como lo tiene otro hidalgo de las artes nuestras, Francisco Alcántara, corazón también
encendido de juventud y alma igualmente soñadora.
2162
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En su Exposición actual, Juan Espina reúne ciento cincuenta obras; colma el amplio
recinto de cuadros y apuntes al óleo, de acuarelas, de aguafuertes, dibujos a lápiz, carbón y
coloreados, de litografías.
Acaso existe entre estos paisajes una distancia de tiempo. Pruebas y estudios recientes
están al lado de bocetos y dibujos de hace treinta o cuarenta años. El ilustre pintor ha querido
hacer un resumen de su labor constante y apasionada.
Espina compartió con Morera y Galicia aquel noble descubrimiento estético del
Guadarrama. Mucho antes de que empezaran las expediciones domingueras, de que las nuevas
generaciones concedieran a los deportes la importancia racial que hoy día tienen en España,
Juan Espina recorría los pueblos serraniegos, se perdía gustosamente en las altas soledades e
iba evocando en páginas, plenas de romántico hechizo, el alma libre de la Naturaleza.(..)
Es un sensitivo del color, un sutilísimo intérprete de los más finos matices, de las más
insospechadas armonías cromáticas. Ante sus lienzos, sin título ni anotación literaria, frente a
sus notas, donde la forma no es nada y la gama todo, se piensa en un hábil sinfonista que se
complace en divagaciones y en caprichos, sin necesitar llegar a la obra concreta, a la totalidad
plenaria para transmitir la emoción de su espíritu y el deleite de sus pupilas.
Si fuera preciso situar a Duran Camps entre sus compañeros de Cataluña, diríamos que
oscila su producción y se ve solicitado su temperamento unas veces por Joaquín Mir. otras por
Puig Perucho, algunas por Joaquín Mayol.
2163
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Duran Camps ha sabido asimilarse todas estas influencias, y las irá eliminando poco a
poco hasta ser lo que ya se anuncia de un modo afirmativo e incontrovertible: un paisajista
veraz de la Cataluña radiante.
2164
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ENERO
Franca luminosidad, muy levantina, es la característica del Sr. Almela Costa. Desenfado
de pincelada también. Se adivina que repentiza con facilidad, que logra sorprender en breve
tiempo la emoción y la luz de sus temas. Y sin que represente censura para aquellas notas
grises, finas del Norte, donde el color queda cernido por la bruma y recobra cierta acritud al
caer en las praderas verdes y los caseríos blancos, acaso las notas más logradas y felices son
las del Sur, las del Mediodía rutilante.
Entre los paisajes, el Sr. Almela Costa exhibía algunos lienzos de figuras. Los unos,
pintados en el mismo estilo franco y brioso. Los otros, levemente preocupados por «modos de
hacer» de penúltima hora, en los que se adivinaba el deseo de competir con los pintores
avanzados de su región. Así, por ejemplo, El chicuelo y alguna otra figura, no exentas de
encanto y de interés, pero resistiéndose demasiado de insinceridad en el procedimiento, de una
voluntaria gauchería no siempre laudable.
Sobre todo cuando contrasta de un modo tan visible con el temperamento del artista
capacitado para propósitos harto diferentes.
2165
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por esto su obra más importante era ―Las vendedoras murcianas‖, simpática unión de
figura y paisaje pintada libremente, sin prejuicios de moda transitoria ni obsesiones asimilativas
de otros estilos ajenos a su credo estético. Era una escena plena de vida y exaltada de color
que bastaría para acreditar a un artista y para señalarle su verdadera ruta.
MEMORANDA
FEBRERO
UN PRÍNCIPE PINTOR
No suele ser frecuente el caso de que un príncipe se consagre a las bellas artes. Más
frecuente el caso, sobre todo durante la guerra europea y después de la guerra del pintor
extranjero a quien seducen los paisajes y los tipos españoles. Las dos cualidades, de la rareza
de aficiones y de la predilección por los temas pictóricos de nuestra patria, se dan en el alemán
Constantino de Hohenlohe que ha expuesto en el Salón del Museo de Arte Moderno una
colección pinturas y dibujos.
Hemos visto, pues, con simpatía los cuadritos y los apuntes del príncipe de Hohienlohe,
excelente aficionado a la pintura e indudable interesado por las cosas de España.
2166
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
para las minorías que consideran la inteligencia y la sensibilidad como las verdaderas normas
del hombre.
Los Museos tienen a veces el acento implacable del Eclesiastés, la voz austera de Tomás
de Kempis, cuando nos muestran la inmortalidad de príncipes y monarcas, no por ellos mismos
y por sus hazañas cortesanas, guerreras y amatorias, sino por los pintores que les retrataron. Si
sobreviven en nuestra memoria es merced al hechizo del arte creado a veces con dolor, con
pobreza material, con sacrificios infinitos...
¿Cómo no interesarnos, pues, este caso de un príncipe que tal vez acabará por prescindir
de su título en los catálogos y en las invitaciones de sus Exposiciones para no ser sino el pintor
Constantino Hohenlohe, según ya firma en los cuadros?
Los cronistas de sociedad nos han anticipado los nombres de los profesores alemanes
que ha tenido Constantino de Hohenlohe en sus comienzos, así como también de sus
preferencias artísticas por Zuloaga y Ricardo Marín.
Bien se advierte todo ello en la curiosa Exposición del Museo de Arte Moderno. El
combate de centauros, El Descendimiento, ratifican lo primero. Sus fantasías de pueblos
castellanos y sus elucubraciones taurinas afirman lo otro.
2167
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ingres decía: «Qu'il fallait employer la couleur noire comme si elle coutait tres cher.»
Por último, ya que es notoria en estas notas castellanas del príncipe alemán la influencia
de Ignacio Zuloaga y Ricardo Marín, bueno será recordar aquella irónica bienaventuranza que
Jacinto Benavente incorporó a las del Nuevo Testamento: Bienaventurados sean nuestros
imitadores, porque de ellos serán nuestros defectos.»
EXPOSICIÓN MAEZTU
Desde hace algún tiempo cuenta Madrid con un nuevo local para Exposiciones artísticas.
La noticia merece la pena de comentarse, porque realmente hay que registrar con lamentable
frecuencia el caso contrario: cierres de salones oficiales y particulares, donde los artistas podían
de tarde en tarde hacer frente a la absurda indiferencia del público y a la falta de protección del
Estado.
Este nuevo refugio estético es la Casa Nancy de la Carrera de San Jerónimo. En ella,
sobre un fondo de ricas cortinas de terciopelo y bajo una instalación de luz propicia, hemos ido
viendo sucesivamente varias Exposiciones. Del intimista Cayo Guadalupe, pintor delicado de
naturalezas en silencio y de flores; del paisajista Eliseo Meifren, que renovó allí sus laureles
recién cosechados en el salón del Círculo de Bellas Artes; del polaco Kowalski, interesante
evocador de los países del Norte; del gran paisajista Joaquín Mir, cuya Exposición transcurrió
vergonzosamente inadvertida y en la que el maestro tenía obras admirables. De Gustavo de
Maeztu exhibe en el Salón Nancy una colección de paisajes, lienzos de figuras, retratos y
dibujos.
He dicho alguna vez que Maeztu tiene la visión gigante de las cosas y que trata su arte
como si se agitara entre resplandores incapaces de deslumbrarle. Así, cada cuadro suyo
acomete el empeño de ser grandilocuente y de ser fastuoso.
Aun los temas humildes, ásperos y de bajos fondos los trata como si hubiese de
incorporarles al himno sonoro de su estilo. Se olvida que estamos en presencia de mujeres
enfangadas, de hombres con la vida deshecha para siempre, agitándose en medios de crimen y
2168
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de vicio, para no hallar de ellos sino la exaltación cromática y la estatuaria grandeza de las
formas.
Por esto se elegirá para acentuar la personalidad de Maeztu sus lienzos de la primera
época: las superaciones de gentes del agro y del mar, los paisajes eminentemente
constructivos, las matroniles figuras femeninas y aquel enérgico hálito de vitalidad sensual que
les anima. Se aducirá también esta utilización colorista de los lienzos de la segunda época, la
aparición de las lacas y las purpurinas en sus chinerías recientes.
Lo más importante de ella son sus momentos de San Vicente de la Barquera, el pueblo
encantador que tantos y tan diversos motivos ofrece a la imaginación y a la sensibilidad de los
paisajistas.
Incluso un buen baturro el propio Gárate, con su parla brusca, su apostura recia, maciza,
su franco juicio para las cosas y los seres y ese ímpetu combativo donde se adivina los
antepasados heroicos.
2169
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pero no sería justo olvidar en José Gárate sus otros aspectos bien definidos igualmente
por posibilidades simpáticas: el retrato, el paisaje, la fantasía femenina.(…)
Hallamos, por ejemplo, los temas baturros, las vigorosas alusiones ansotanas como Los
novios—uno de sus mejores cuadros—, ―Los frutos del abuelo‖ "Baile de la Jota‖(…)
MEMORANDA
La Real Academia de Bellas Artes celebró una de sus más solemnes sesiones, dedicada a
enaltecer la memoria de Joaquín Sorolla, académico electo, a quien la muerte sorprendió sin
haber logrado ocupar el sitial que dejara vacante el fallecimiento de Martínez Cubells.
2170
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Comenzó el acto leyendo el Sr. Santamaría el discurso que dejó escrito Sorolla,
preparado para pronunciarle en el momento de su anunciada recepción.
MARZO
Temían que el huracán renovador—iconoclasta más bien—que ahora sopla desde las
alturas barriera también este refugio de los artistas amigos del escalafón y del encasillamiento
por categorías. Ahora ya respiran tranquilos en cuanto al hecho positivo de que habrá
Certamen. Les restan, claro es, las zozobras de si obtendrán o no la recompensa que cada uno
estima merecida.
Hemos censurado tanto las Exposiciones Nacionales, tal como se venían celebrando, y
tantas veces hemos lamentado la ineficacia de su funcionamiento, que nos fatigaría repetir
nuevamente los motivos de nuestra hostilidad; poner de relieve una vez más sus defectos, en lo
que se refiere al escaso carácter definidor y expresivo de esta clase de exhibiciones oficialmente
colectivas; su impotencia estética para reflejar con cierta exactitud el valor de las arte actuales;
la gangrena burocrática que las corroe, y el intercambio de favores entre los mediocres, el
«toma y daca», y el «hoy por ti, mañana por mí» entre jurados y expositores cuando llega el
momento de las recompensas.
No. Ciertamente las Exposiciones Nacionales no suelen ser el mejor exponente del arte
español. Se repite en ellas cada dos años el error permanente—al que ellas contribuyen en una
afluencia fatal de obras premiadas—del Museo de Arte Moderno, donde podrían y deberían
2171
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
retirarse las tres terceras partes de los cuadros allí almacenados si se quiere que responda a su
apelativo.
Sin embargo, la imparcialidad aconseja este año alabar ciertas reformas anunciadas en el
flamante Reglamento. Y en lo que a nosotros particularmente se refiere encontramos en ella el
eco de insinuaciones hechas otros años: delimitación de funciones en dos jurados distintos;
intervención de la crítica de arte dentro de ellos, y reconocimiento de los derechos de raza, de
tradición y de identidad espiritual que asiste a los artistas hispanoamericanos para ser
considerados como los españoles en un certamen de la vieja patria común.
Estas tres importantísimas reformas las he solicitado en artículos periodísticos, las llevé a
los organismos oficiales a que he pertenecido o continúo perteneciendo. Y la más trascendental
de todas, la de incorporar el arte hispanoamericano al arte español, se debe a la labor eficaz de
la junta para el Fomento de las Relaciones hispanoamericanas y a la indicación concreta,
terminante, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
A partir de la Nacional de 1924, las Exposiciones del Estado español serán regidas por
dos jurados: uno de admisión e instalación de obras, compuesto de representantes de cada una
de las entidades artísticas de Madrid y de un crítico de arte designado por la Asociación de la
Prensa; otro, de calificación, elegido por los mismos expositores de las diferentes secciones de
2172
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
pintura, escultura, arquitectura y artes decorativas, entre los artistas premiados con medalla de
honor o primera medalla en Exposiciones anteriores.
Y por lo que se refiere a los artistas americanos, van a disfrutar desde ahora
absolutamente de los mismos derechos que los españoles. Podrán optar a todas las
recompensas: medalla de honor y medallas de primera, segunda y tercera clase, y ser
adquiridas sus obras con destino a los museos del Estado. Si se piensa además que el hecho de
poseer recompensas en Exposiciones Nacionales lleva aneja a cualidad de preferencia en los
concursos de otra índole, fácilmente se comprende lo que esta nueva disposición oficial significa
para los artistas hispanoamericanos, algunos de los cuales, como los argentinos, tienen ya
afirmada una personalidad representativa de un arte nacional.(…) La Exposición podrá tener un
carácter más moderno, más coetáneo de su época que los anteriores certámenes.(…).
López Cabrera es un pintor sevillano que, alejado muchos años de su patria, vuelve a
España desde la Argentina para rendirle el tributo no sólo de la obra realizada lejos de ella, sino
el de su obra futura, en la que aspira, muy legítimamente, a culminar las positivas condiciones
pictóricas, bien demostradas, que posee.
López Cabrera residía en la Argentina desde hace más de veinte años. Pertenece al grupo
de artistas que a fines del siglo XIX frecuentaban el estudio y atendían las enseñanzas de
Jiménez Aranda. Incluso llegó a tener más estrecho vínculo con el maestro, pues contrajo
matrimonio con una hija del insigne autor de Mareadas. Hijo suyo es el notabilísimo pintor y
crítico de arte José López Jiménez, que ha popularizado de un modo digno y distinguido el
seudónimo Bernardino de Pantorba.
La influencia meritísima del gran pintor sevillano, a quien se debe el Cristo en la cruz y la
Esclava del Museo de Arte Moderno, da a los cuadros de la primera época de Ricardo López
Cabrera innegable aire familiar, por lo concienzudo del dibujo, la elección de temas y el noble
afán de expresar algo más que acordes de color, poniendo el aliciente de la idea y del
sentimiento en la composición acertada. Recordemos como prueba de ellos El mercado de
Sevilla y Por la patria, que expuso en la Nacional de 1897.
2173
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Luego Ricardo López Cabrera marcha a América. Alterna los temas hogareños, las
contemplaciones plácidas de los modelos que comparten su vida, la esposa, las hijas, con la
fidelidad representativa y recién revelada de los tipos, costumbres y paisajes argentinos. La
nostalgia andaluza se traduce, sin embargo, en evocaciones de la ciudad lejana. ¿Será preciso
decir cómo esos cuadros españoles tienen merecida aceptación en América?
Mientras tanto, expone en el Museo de Arte Moderno una selección de sus cuadros
últimos. Asuntos y figuras de la Argentina y de España; paisajes, retratos, evocaciones de sus
hijas en momentos de serena existencia familiar, desnudos construidos con recio dibujo y
colorido firme.
La misma diversidad de temas acusa la técnica de López Cabrera. A cada asunto concede
aquélla, que le es propicia y lógica. Así encontramos varia e interesante sucesión de facturas,
según reproducía un rostro de viejo, un paisaje de sierra americana o una blanda y jubilosa
nota levantina. En el grupo de cuadros de asunto deben citarse El comedor de los pobres,
Vendedora de pollos y El del estribo. Como brillantes alardes cromáticos, El poncho rojo y el
retrato de la señora de Lacalle, acaso una de sus mejores obras.
En el Círculo de Bellas Artes, Ernesto Gutiérrez, este fino y sensible artista, este sutil
contemplador de Madrid, que es también una de las personalidades más limpias de nuestros
días, ha mostrado el nuevo aspecto de su temperamento, depurado por la educación visual del
paisajista y por el buen gusto del hombre culto.
Hace tiempo que sentimos la grata necesidad de elogiar a Ernesto Gutiérrez, por cómo
nos interesa su nobleza pictórica, su aristocratismo estético, esa altiva serenidad con que va
realizando su arte al margen de las codicias y las concupiscencias ajenas.
2174
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Se piensa, viendo en un cuadro los rincones de parques, las calles humildes o céntricas,
los característicos trozos de los suburbios, que son capítulos admirables de esta historia
pictórica del Madrid actual que va creando Ernesto Gutiérrez, como estamos en presencia de
algo considerable y muy diferente de lo que muchos enfatuados y medallados señores
consideran el ¡gran arte!
Se niega el paisaje madrileño con la misma inconsciencia que le atribuyen todos los
vicios, volcados desde los cuatro puntos cardinales de la Península en su acogedora hidalguía.
Simulan algunos no ver sino suburbios ásperos, planicies sedientas, cercos de miserias; y
afirman que nada compensa en la capital de España de las umbrías nórdicas, las rientes ufanías
del Sur y la blanda o brava emoción de las costas. Grotescas parodias de apóstrofes clásicos
aluden al Manzanares con una frecuencia de gregarios ingenios. Aparentan reír, los que
viajaron al amparo de los cambios, cuando se habla del Retiro o de la Moncloa; y a ellos se les
colma la vacuidad verbal evocando los parques extranjeros, sólo por ser tales, no porque
puedan alcanzar su verdadero valor, cuando pasaron por ellos medio sordos y medio ciegos de
la sensibilidad.
Porque mal puede sentir fuera de Madrid el influjo emotivo o el deleite visual del paisaje
quien no supo apreciarlo cuando cada día Madrid le mostraba inútilmente sus árboles, sus
prados, sus caminos floridos, y le brindaba el silencio amable de las avenidas tranquilas, donde
rara vez penetra el sol.
2175
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Por fortuna, no siempre a Madrid se le mira con este incomprensible rencor de los que
muy bien pudieran permanecer en el fondo de las selvas, los valles, los montes y las playas
nativas.
han ido revelando sus secretos a Ernesto Gutiérrez. El conoce bien cada sitio, en las
diversas fisonomías de cada estación. Es el paseante solitario que busca el punto de vista más
dotado de emoción y de armonía. Para él no existen los temas vulgares, porque sabe hallarles
su encanto íntimo, su idealismo recóndito. Sin falsearlos, sin despojarlos de esa cualidad
primordial que otros paisajistas desvirtúan, les otorga, además, esos rasgos inconfundibles de
una personalidad verdadera.
2176
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de madrileñismo que los otros de las afueras y de los grandes parques, ya desprovistos—sobre
todo los de nueva creación—estos últimos de la grandeza secular de su españolismo por
extranjerizar normas aprendidas mal y de prisa.
Como también son más efusivos, más plenos de cordialidad los que reproducen aspectos
del Madrid viejo que no los dedicados a este Madrid banal de petulantes construcciones, tan del
gusto de las inteligencias subalternas.
Pero aun había de acentuar más todavía Ernesto Gutiérrez su amor al arte intimista, la
delectación frente a los motivos sencillos, ese recogimiento que aísla al hombre
verdaderamente inteligente de la turbamulta de vocingleros y el estrépito glorial de los
exhibicionistas.
Sin abandonar sus paisajes urbanos, sus interiores de ciudad, los aspectos diferentes de
una misma fisonomía callejera, Ernesto Gutiérrez pinta ahora bodegones de una sutilísima
traza, flores, naturalezas en silencio. Es una serie de obras, deliciosas de color y sencillas de
composición; acordes suaves, acariciadores, en los que es grato reclinar la mirada.(…)
ATLÁNTICAS
Néstor, cuyo nombre y cuyo arte eran sólo conocidos de una selecta minoría barcelonesa,
expuso por primera vez en Madrid el año 1914. La Casa Lisárraga, situada entonces en la calle
Mayor, se vió colmada por cerca de treinta grandes lienzos al óleo, acompañados de gran
número de acuarelas, dibujos coloreados y a pluma y aguas fuertes.
Todo ello exhibido de un modo suntuoso, con inusitada pompa que habría
de fijar normas de instalación para las Exposiciones futuras y que atrajo hacia obras
modernas el público de los snobs y de los aristócratas, arrancándoles de las chamarilerías y del
culto, no siempre consciente, por las antiguallas. Desde la promesa del Catálogo—magnífico
alarde editorial—a los grandes marcos barrocos, a los accesorios, telas y muebles de ostentosa
2177
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
riqueza, se había procurado valorizar un arte creado ya para ese cortejo mirífico, que venía a
incorporarse a la significación esencialmente decorativa de parte de la pintura moderna.
Tanto como el mérito de las obras se discutía o exaltaba la presentación de ellas. Igual
que la revelación estética interesaba la figura—un poco exótica entonces en el Madrid
bonachón, cándidamente provinciano de antes de la guerra— del artista con su rostro de criollo
y su indumentaria de correcta arbitrariedad, y sus joyas extrañas y su charla de afables,
levemente burlonas, fantasías.
de gallarda manera las otras excelencias del decorador y del colorista; lo que completa
de intelectualidad el impetuoso cromatismo de este contemplador del Océano y de las almas
principio de siglo.
2178
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
(…). A cuando en cuando aparecía entre los artistas y las gentes mundanas. Poco a poco
iba simplificado su indumentaria, prescindiendo de aquellas joyas de un bizantinista art nouveau
de su primera época. Sus aladares griseaban y una serenidad de madurez daba a aquel rostro
de criollo ardiente suave matiz de melancolía.
Rara vez hablaba de su arte. De la obra pretérita sólo parecía interesarle el Amanecer en
el Atlántico, alba dorada de su plenitud futura (…).
Néstor va a consagrarse por entero a la filial tarea de exaltar la tierra madre. Y como ella
está de tal modo amada y enloquecida de amor por el mar; como ella tiene un pasado de
fábula, de exaltación mitológica, de remotos esplendores divinos, para el artista no cuenta la
vida contemporánea, la ciudadanía descaracterizante ni la normalidad visual de los demás.
Néstor ha de ver Canarias y el Atlántico a través de la feliz y triple fantasía del pintor, del
poeta... y del niño creyente en el mundo sobrenatural de las deidades y los monstruos.
Tierra, mar, aire y fuego van a ser interpretados sin impaciencia ni codicia para la gloria
ni el dinero. No empequeñece ni mengua el intento la idea de las Exposiciones Nacionales ni de
la catalogación museal. Néstor imagina, al mismo tiempo que las estrofas de sus cuatro poemas
elementales, el emplazamiento inamovible de ellos: el Palacio del Atlántico, construido en una
cima sobre el mar y sonoro a vientos y caldeado de sol. Enorme poema arquitectónico, que
acaso el llamado a construirle sea este »maestro de piedras vivas», hermano de Néstor, el
arquitecto Fernández de la Torre, que en el bellísimo monumento a Elcano, en Guetaria, ensayó
majestuosamente su proyecto.
2179
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Al exponer estos ocho lienzos marítimos, Néstor tiene el buen acuerdo de acompañarles
de los apuntes, bocetos y estudios correspondientes, así como de unos «gráficos rítmicos» que
acusan las líneas iniciales del poema.
Y lo hace rodeándose de la pompa, del fausto que le son propicios a Marte. La instalación
de su Exposición ha sorprendido aun en estos salones que una Sociedad benemérita
acostumbra a presentar con riqueza y buen gusto. Entre terciopelos negros, músicas ocultas y
suaves, perfumes penetrantes, mobiliario de grata decadencia, y todo ello envuelto en luz
suavemente acariciadora.
Ciertamente, Néstor es el pintor del mar. El gran sinfonista del Atlántico, ante el cual se
abrieron sus ojos a la luz en las Islas Afortunadas y al que no cesa de contemplar en un éxtasis
casi sexual, de infinita voluptuosidad. Estos ocho cuadros, donde por ahora concreta sus
miradas ávidas, reproducen simbólica y realísticamente—con igual dominio grandioso de la
imaginación y la fidelidad visual--el amanecer, el mediodía, la tarde y la noche, la pleamar, la
bajamar, la calma y la borrasca.(…)
Los estudios de peces fijan, para las imaginaciones de vuelo corto y para los meticulosos
exigentes de la maestría técnica, esta energía constructiva de gran dibujante que hay en
Néstor. Antes de adquirir esas proporciones alucinadoras, esas dimensiones arbitrarias, que
consientan a los monstruos abisales ser cabalgaduras de regocijo o de espanto para los
garzones rubicundos y desnudos, han sido fielmente, detenidamente reproducidos en el papel;
con tales rigorismo clásico y tal sensibilidad de colorista, que no vacilaríamos en aconsejar la
adquisición oficial de estos estudios para modelo insuperable de la enseñanza de dibujo en una
escuela artística.
Además—avanzadas del poema agrario—, cuatro Sátiros del Valle de las Hepérides,
cuatro reencarnaciones del pasado mitológico (…) muestran, entre las horas y los estados del
mar, sus cornamentas retorcidas, sus frutales ornatos y, sobre todo, sus rostros maliciosos,
rijosos y ambiguos. (…) Como sólo él ha alcanzado esta elocuencia apasionada, este lírico
esplendor del Océano multiforme, policromo y omnísoro.(…)
(..) todo el encanto, el misterio, la bravura, la melancolía, la delicia y la tragedia del mar
están recogidos con un ansia triunfal de belleza.
2180
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y no se apunta esto como un reproche, sino antes bien cómo un acierto más. Sin
necesidad de añadir el ejemplario clásico de esta humanización plástica del mar en los antiguos,
tiene el hecho el indudable valor de su audacia sexual—de un sexualismo sin límites ni
reservas--, que llega a veces a inquietar el pensamiento más allá de lo que ven los ojos. Está
saturado de Atlántico hasta ese punto que turba y embriaga como el hálito del mar en las
costas cálidas, bajó el sol rutilante del Sur...
Verdugo Landi está contenido en ese conjunto de su última Exposición. Desde el gran
cuadro de composición y análisis, al estudio ligero, con esa frescura y esa gracia de la
impresión fugitiva que sólo un fuerte temperamento de pintor logra sujetar; desde la nota
anecdótica o el escrupuloso documento de un lugar determinado, al libre capricho de la
memoria.
Porque bueno será fijar este último aspecto de Verdugo Landi, que demuestra hasta qué
punto la experiencia y pericia del ilustrador editorial han servido para realce y amplitud del
pintor de los espectáculos naturales.
2181
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se piensa por una minoría cada vez más reducida que el pintor debe atender sólo a lo
que sus ojos ven, y que debe limitar su arte a las formas y al cromatismo del tema elegido o el
modelo buscado. Se supone que al encerrarse en el estudio, el paisajista o el costumbrista
habrán de renunciar a situarse ante el lienzo para ir reflejando lo que su memoria conservó
intacto o se fijó en su retina como, en una placa fotográfica que luego la sensibilidad estética se
encargará de embellecer sutilmente.
Nada más lejos de la fértil capacidad retentiva de muchos pintores que simultanean la
evocación lírica con la fidelidad naturalista.
Desde diferente trayectoria espiritual, con esos lógicos caracteres peculiares que
significan la personalidad, éste es también el caso de Verdugo Landi. Una gran retentiva, unida
a un indudable dominio de la factura que le es propia, consiente al ilustre marinista colocar
juntos
los lienzos pintados directamente y aquellos otros donde construye con la memoria
valiéndose de impresiones sintéticas y esquemáticas.
Abundan en la Exposición los cuadros de alta mar, las grandes masas líquidas, la densa
turbulencia lejana de los puertos y de las playas, el oleaje pleno de majestad o agitado de
turbulencias encrespadas.
Verdugo Landi sabe dar a esos agitados y movibles instantes del Mediterráneo,
insospechados desde los arenales plácidos y las riberas sonrientes, un sentido dramático. El mar
muestra la bárbara grandeza de sus cóleras y la sensación se logra con positiva valentía de
expresión. Pero también las otras gradaciones delicadas de grises, de rosas, de nacarinas
transparencias, trémolos dulcísimos en esta polifónica canción mediterránea que el ilustre pintor
malagueño ha ido componiendo en sueltos tiempos y estrofas libres.
2182
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Como los valencianos y los catalanes, este andaluz apasionado de su tierra ponía frente a
la exaltación renacentista de los pintores del Norte, de los paisajistas vascos, asturianos o
galaicos, la sensación blanda, cariciosa de las marinas, donde las olas tienen suave murmurio y
los días largas sonrisas de sol,
Estas notas, rápidamente vistas y con igual rapidez ejecutadas, dan la medida de lo que
es el temperamento experto de Verdugo Landi. La idea de sus dimensiones desaparece, y al
verlas reproducidas diríase que tenían otras más amplias de las habituales en las tablitas de la
caja de apuntes o, cuando más, de los cartones de treinta o cuarenta altímetros que a veces,
en una sola tarde , llena cumplidamente el arte dos o tres de ellos.
Repetimos que por allí ha pasado el ilustrador. Es decir, la costumbre de imaginar, con
cierta romántica nostalgia, momentos y lugares marítimos, para glosar poesías y artículos
literarios, se comprende que influye beneficiosa sobre el artista en lo que se refiere a la
armonía de la composición, a lo que pudiera llamarse síntesis elocuente del asunto. Además de
atender al color, a la luz, el artista consigue dar una emoción espiritual.
Pero conviene añadir que está igualmente sorteado el otro peligro inverso de ―la facilidad
a cierra ojos», de esa espontaneidad repentista que pudiera dar cierto manierismo a la
contemplación del natural después de tantos años de imaginarla sobre la cartulina de las
ilustraciones.
2183
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No. Ricardo Verdugo, si aprovecha esa agilidad de mano y esa capacidad retentiva de la
visión, tiene, en cambio, cuando afronta los espectáculos naturales, en vez de las literaturas
sugeridoras, un sincero respeto a la verdad, que valora documentalmente sus notas y apuntes.
refleja los otros aspectos más sentimentales y nobles de nuestra patria, es la que resalta
de un modo vigoroso, con una belleza personalísima, en la presente Exposición que Roberto
Domingo celebra en el Salón Nancy.
Encontramos en él alusiones a los deportes de aire libre y a la crueldad estéril del ring.
Rara vez Roberto Domingo emplea otro procedimiento que la gouache para estas
impresiones admirables. Incluso contiene, en un tamaño reducido casi siempre, el mismo
desarrollo del tema, que bien podía prestarse a mayor amplitud de dimensiones sin que por ello
ganara más intensidad veraz de la que realmente posee al ser recogido por su maravillosa
retentiva y expresado con su maestría técnica.
Así, a flor de mirada y de juicio ligero, puede parecer—a los que valoran méritos
artísticos y aun estéticos por la clase de procedimiento y por las dimensiones—no más que
nerviosas notas, apuntes agrandados y croquis, graciosos de intención y sabrosos de colorido,
lo que en realidad son verdaderos cuadros, desde luego mucho más admirables que otros al
óleo, donde un pintor mediocre llenó varios metros de lienzo con un «asunto de medalla».
2184
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Suele creerse que el calificativo de luminoso no puede ser aplicado sino a aquellos
pintores que, por lo general del Sur, ven siempre el color en un registro agudo, y se desdeña
por «sordos» a los que, como Roberto Domingo, aman los grises en su amplia y delicadísima
finura de matices.
Y para que todo tenga un valor de excelencia en la actual exhibición de las gouaches de
Roberto Domingo, lo de menos son los motivos taurinos—sin que por ello se desdeñen ni
censuren—. Abundan las escenas de hipódromo y de estadio, los alegres momentos de ferias
en pueblos y ciudades, las carreteras polvorientas y los barrios castizos, los pueblos viejos,
aromados de leyenda y encendidos de sol urente. También horas de playa y de puerto.
Estas notas últimas revelan en él un marinista notabilísimo, así como el admirable cuadro
Avila—el mejor de toda esta Exposición, tan colmada de bellezas—; obra verdaderamente
museal, señala a nuestra época, además del dignificador de Castilla en el sentido de hacer
poesía romántica con sus piedras viejas en lugar de sepultarla más bajo los escombros tópicos
de una sociología pesimista, el costumbrista que recoge intacta la herencia de los maestros
Urrabieta Vierge y Valeriano Domínguez Bécquer.
Porque son, ciertamente, estos dos momentos de artistas españoles tan diferentes entre
sí como Domingo lo está de ellos desde el punto de vista factural, los que nos sugiere la última
Exposición de Domingo.
Son las aldeas y las ciudades aromadas de leyenda y polvorientas de ruinas calcinadas;
son las carreteras por donde circulan casi las mismas figuras y carromatos que por las páginas
de las novelas del XVI y del XVI; son los festejos pueblerinos entre bestiales y candorosos; son
los puertos del Norte roídos de bruma.
2185
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Los artistas y literatos José Francés, Francisco Alcántara, Blay, Verdugo Landi, Capuz,
Anasagasti, Vázquez Díaz y otros, han dirigido al alcalde de Córdoba un mensaje en el que
proponen que el Ayuntamiento adquiera alguna de las obras que el escultor Inurria ha dejado
en su taller; estiman que esa adquisición sería el mejor homenaje que podría rendirse al
malogrado artista.
En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se celebra la recepción del pintor
Cecilio Plá. Su discurso, consagrado a la pintura valenciana, contiene además estos elocuentes
párrafos dedicados a la juventud:
«Sigamos alentando cada vez con más entusiasmo a la juventud, que pone toda su alma
en el estudio, para que pueda lograr con su constancia los mayores éxitos. Pero será necesario
llevarla al convencimiento absoluto de que debe poner toda su voluntad en seguir un riguroso
plan de estudio, ordenado y constante, hasta lograr la base necesaria para poder llegar pronto
y bien al fin deseado. No basta la aptitud y la facilidad; es preciso que éstas vayan
acompañadas de la voluntad y de la constancia indispensables, y todo ello estar sometido a la
más rigurosa disciplina estética.
«Para ser independiente en Arte, moderno y hasta revolucionario, hay que poseer una
base sólida que lo permita, fundada en la sinceridad pictórica, sin la menor sospecha de
imitación a otros artistas, por grandes que sean‖.
2186
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ABRIL
Por ello su Exposición (en la que tuvo el adolescente impudor de no recatarlo que era
inocencia y lo que era picardía) desconcertaba un poco, contagiaba del íntimo desconcierto
estético donde se debatía plena de curiosidad y de impaciencia. Hay en Prieto la codicia precoz
de sus hermanos de generación esparcidos hacia otras actividades. Ese anticipado gozo de
saborearlo todo con los sentidos recién despiertos y de sufrirlo todo con el alma todavía
indefensa por demasiado niña.(…)
Así hay en sus cuadros, desde las primeras notas paisistas del Paular a los retratos que
ahora solicitan incorporarse a las modernas tendencias, el fervor peculiar de las iniciaciones,
pero no la fatiga de la obstinación en un solo hallazgo.
Y la capacidad. Porque de nada serviría el deseo de ser cada jornada el artista diferente
si ello diera no más que en una turbulencia muchachil e ineficaz. No.
He aquí dos retratos que lo aducen, que expresan su momento actual. Mañana, ¿quién
sabe? Uno de los retratados, Díez-Canedo, (…)
MEMORANDA
En el Círculo de Bellas Artes presenta una serie de cuadros de temas y lugares toledanos
D. Roberto G. Stéfani.
2187
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MAYO
De las tres, la que mejor parecía interpretar nuestra patria a los ojos y los prejuicios
extranjeros era la violenta, un poco feroz, no exenta de caricaturescos rasgos, de Ignacio
Zuloaga. Se suponía un país rudo, áspero, anquilosado, de tradicionalismo fanático y
sanguinario, de rudas y agresivas audacias, de sombríos contrastes, con mujeres fatales y
pálidas, consumidas de un ardor sensual dentro de sus vestidos pomposos, policromos y
pasados de moda, con hombres acuciados por la existencia ultraterrena y obsesionados por las
procesiones, los cosos taurinos y la majeza melancólica. Se presentía, como fondos de las
pasiones únicamente posibles en tales seres, una tierra escombrada de viejos castillos, olvidada
de frondas y de aguas corrientes, urente bajo soles calenturientos o abrumada de nubes
plúmbeas preñadas de tormenta.
2188
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
entre los tópicos del claroscuro violento y de la sonajería pánderetil con olés, cañitas y grasia
suelta bajo un cielo de cromo y entre bailadoras de cartel de feria.
Cierto que hay de aquello y de esto; pero no toda España es una capea de pueblo, ni una
procesión lúgubre, una llanura esteparia, unas ruinas polvorientas, ni todos sus hombres cantan
coplas a la puerta de una taberna o salmodian rezos bajo el pórtico de una iglesia. Ni sus
mujeres zapatean sobre las mesas o languidecen en el fondo de las casas al pie de Dolorosas
con su corazón de plata atravesado por siete puñales.
Esa existencia, cada día más fecunda y con mayor poder expansivo, de la pintura
nacional se va comprendiendo por los pintores extranjeros, que desde los comienzos de la
guerra a los días actuales acuden a España en creciente número, y que la interpretan
directamente, sin los prejuicios nobles de aquellas sugestiones responsables de que hablamos
al principio y desde luego volviendo la espalda a aquella otra irresponsable y más definida del
panderetismo vocinglero, pinturero y embustero.
Mauricio Fromkes nos parece uno de los artistas que mejor han comprendido el paisaje y
la mujer de España. No será (cuando exponga estos cuadros que ahora acabamos de ver
gustosamente agradecidos en el Museo de Arte Moderno) un ingenuo difamador ni acaso
obtenga el éxito que a otros les ha sido fácil procurarse con motivos de cante jondo o »España
negra‖.
Tendrá, por el contrario, un acento lírico, apasionado, al decir cómo hay en nuestra tierra
el contento sano de la vida. Mauricio Fromkes sabe que existen otras muchas cosas, peores o
mejores, más triviales o más importantes que una muchacha sonriente, un paisaje ubérrimo y
unas gentes humildes y felices, agrupadas en torno del misterio afable de un chiquillo que
comienza a vivir. Pero a él lo que le interesa es esto de buscar por sí mismo la feminidad o la
2189
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
infancia optimistas, las campiñas feraces, y sobre todo, absorber con sus ojos extasiados la
divina luz de los cielos españoles.
Sin embargo conviene advertir que a nosotros nos causan el íntimo placer de la
comprensión y del afecto ajenos. Porque son realmente así estas mujeres españolas
desposeídas del artificio libreico y del soborno turístico. Con una frescura de flor y una sencillez
humana, con la belleza natural, con la gracia que no ha pasado por el prostíbulo ni por el
escenario de varietés, con la indumentaria que no le ha sido devuelta por los mercachifles
exóticos, sino cotidiana y habitual.
Pero ello, con ser muy interesante porque la factura define tanto a un pintor como sus
preferencias temáticas, aleja algo el gozo de contemplar sin preocupación analítica el optimista
espectáculo de una España juvenilmente seductora como pocas veces hemos visto en el arte
contemporáneo.
Y nos conmueve la idea de que esta obra optimista, alegre y sugeridora de Mauricio
Fromkes tal vez irá a buscar lejos a esas almas viajeras que todavía no acudieron a nuestro país
porque le suponían demasiado trágico o demasiado banal.
Debe, pues, alabarse el arte franco y veraz de Mauricio Fromkes como un estímulo...
incluso para muchos pintores españoles.
2190
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
II EVOCACIONES MARROQUÍES
Si algún día, limitándonos (ya que de esto se trata ahora) a las sugestiones pictóricas, se
organizara una Exposición lo más completa posible de los temas marroquíes llevados a la
pintura, veríamos cuánto y con qué curiosa diversidad abundan en todo el siglo XIX y en lo que
va transcurrido del xx.
Rara vez adquiere el dramatismo vibrante o la sensualidad cariciosa que, por ejemplo,
tienen en la pintura orientalista francesa de principios del XIX. Desde luego no llegan al valor
emotivo de aquellos maestros que profundizaban más allá de la brillantez externa el
cromatismo superficial y la «nota de color». Pero tampoco puede desdeñarse la fértil curiosidad
de los que buscaban en los asuntos y las figuras una seductora serie de caprichos luministas sin
mayor pretensión emotiva.
A Fortuny se debe, tal vez, esa lucida y anecdótica intrascendencia de los temas
marroquíes. Su personalísima visión pictórica, su factura peculiar (inaprehensible para los
demás) hallaron en esos temas una infinita serie de encantos que no siempre transmitía a sus
admiradores y secuaces.
2191
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
reproducir la luz, los tipos, las costumbres y los lugares de un modo menos literario y menos
para snobismos aristocráticos.
Debe agradecerse a la Liga Africanista Española la iniciativa que nos consiente ponernos
otra vez en contacto con el autor de Huérfanas, el cuadro que obtuvo legítima recompensa en
la Nacional de 1920.
Por desgracia existe tal benevolencia en la cesión de los escasos lugares, oficiales o
particulares, de Exposiciones, que a veces se pasa en brusco tránsito de un artista positivo a
otro que no lo es tanto o que no logrará nunca eliminar sus errores y sus defectos negativos.
Por ello se celebra esta continuación en la excelencia que señala el pintor catalán,
después del pintor norteamericano tan apasionado de España.
B. Gili Roig acaso es la primera ocasión que ofrece para juzgarle plenariamente en
Madrid. Cierto que acostumbra concurrir a las Exposiciones Nacionales, que colabora en las
revistas ilustradas y que suele tomar parte en honrosas luchas estéticas, como la última de la
cátedra de pintura al aire libre, donde no se le otorgó aquella atención y aquel respeto que
merece su arte.
Pero nunca hasta ahora pudo juzgársele con tal amplitud ejemplar que ahora cuando ha
reunido en el Museo de Arte Moderno sesenta y cuatro lienzos, de gran tamaño algunos de
2192
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ellos, y coincidiendo con el envío a la Nacional de dos cuadros de paisaje, uno de los cuales me
parece obra de indiscutible maestría y de innegable belleza.
Baldomero Gili Roig nació en Lérida en octubre de 1873, y apenas terminados los
estudios del bachillerato, ingresó a los diez y seis años en la Escuela de Bellas Artes y Oficios de
Barcelona.
En 1891 se trasladó a Madrid para seguir en la Escuela de San Fernando los cursos de
dibujo del natural, composición y colorido, y cuatro o cinco años después respondiendo a esa
constante ansia de renovación que siente su inquieto espíritu marcha en viaje de estudio a
Alemania. De esta época en que el joven artista se matriculó como alumno de la Academia
Oficial de Bellas Artes de Munich, en la clase de colorido de Paul Hocker, son sus dibujos de las
revistas barcelonesas más en boga y que daban la sensación de las mejores páginas del Fugend
o del Lustige Blatter.
Al regresar a España celebra en Lérida una Exposición de sus obras, que le valió una
pensión de la Diputación provincial para ampliar sus estudios en el extranjero. Esta segunda vez
elige el notable artista a Italia.
De esta fusión de los años de arte alemán con los años de arte italiano, el excelente
temperamento de Gili Roig se depuró, se ennobleció hasta alcanzar la suma de cualidades
técnicas que han hecho de él uno de los pintores más notables de Cataluña.
2193
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Alterna Gili Roig el paisaje con la figura, el retrato con la ilustración editorial. Un
temperamento dúctil, maleable a infinitas sugestiones pictóricas y literarias, que siempre
encuentra la cualidad gratamente expresiva para manifestarse.
No obstante, la personalidad de Gili Roig se acusa más, con mejor encanto de belleza y
de arte, en la pintura de paisaje que en la de figura. Bien entendido que esta última no es un
resultado vulgar y sordo de intentos noblemente iniciales.
No. Gili Roig, retratista y costumbrista, muestra notables condiciones, como puede
comprobarse en esta Exposición frente al retrato de la señora I. F. de B., y a las gallardas
feminidades de Bajo la parra, La flor de la masía, Del jardín de Valencia,-Vendedora de naranjas
y Trini la bailaora.
Incluso por esa acentuación mediterránea, que es el rasgo característico de Gili Roig,
todavía se supera, dentro del paisismo, jocundo y placentero, cuando interpreta las costas
luminosas con sus cantiles rutilantes, sus barcazas soñolientamente caídas sobre la arena y
bajo la ternura celestial de los días serenos.
En general, casi todos sus cuadros de la Costa Brava, que tanto ama el artista, y los
rincones típicos, de un sabor esencialmente latino común a la Italia, la Francia y la España del
Mediodía, de pueblos de la provincia de Lérida y Tarragona.
Pero quisiéramos destacar como obras culminantes algunas que a nuestro juicio lo
merecen.
Son las tituladas Sol de diciembre, Viejos tejados, Las barcazas reposan, Puerto de
pescadores y Sol de octubre.
2194
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los colores sonríen blandamente y una dilatada sensación de dicha tranquila y reposada
detiene nuestra vista y la acuna suavemente. Y es curioso cotejar el mismo sitio e igual hora
bajo el Sol de octubre, más cálido, más dorado, un sol que pudiéramos nombrar «maduro».
Viejos tejados es la nota sobria, austera, el acento grave entre el gayo regocijo de azules,
verdes, amarillos, rojos y blancos que es el arte de Gili Roig, el sonido profundo del bordón en
el aire de copla fresca, juvenil, ebria de luz y de amor que entona esta pintura tan dichosa de
motivos.
Motivos agrarios o marítimos, tanto da para la envolvente alegría festera que aguarda a
las gentes de ciudad y de interior en el fondo de ese largo túnel del Museo de Arte Moderno,
donde parecen tiritar de frío y de abandono unas cuantas esculturas.
AIRES DE MAR
En el arte vasco predominan el mar y los hombres que del mar viven o frente al mar
sueñan. Hay también los agros radiantes, los caseríos encaramados sobre las cumbres y las
escenas bucólicas de una dulce patriarcalidad.
2195
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De ese amor al mar y a sus gentes bravas y humildes le nace al arte de Múgica su
encanto profundo y su idealismo radiante. Ello le dota de cualidades románticas y serenas
cogitaciones. Por ello tiene siempre un ritmo grave que sonríe. Aun en las obras hechas de
espaldas a los motivos marítimos, pero que están como acariciados por el hálito fresco de las
playas o el denso de los puertos.
I.—LA PINTURA
Se comprende que los certámenes bienales del Estado deben transformarse de un modo
radical en su organización y funcionamiento, ya que no suprimirlos, e invertir mayor
consignación aún de la otorgada para ellos, en otra forma del obligado proteccionismo nacional
a las bellas artes, sería injusto que el comentarista confundiese la decadencia, la inútil
obstinación de las Exposiciones oficiales con el entusiasta y desinteresado esfuerzo de los
artistas españoles, siempre por encima de lo que un reparto de medallas y de vanidades puede
estimular.
Cada nueva Exposición muestra con más expresiva elocuencia su divorcio estético entre
el valor efectivo de los artistas españoles y el confusionismo negativo de una agrupación
heterogénea y antagónica de obras buenas, regulares, mediocres y detestables con iguales
derechos adquiridos y por adquirir al margen de sus cualidades o defectos. Pero tal vez ninguna
Exposición como la actual acusa el grave error contumaz y reincidente.
2196
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y, sin embargo, ante una mirada frivola o un testarudo desdén puede parecer la
Exposición peor que todas las anteriores por la excesiva benevolencia del jurado de admisión y
de colocación, y sobre todo por el lamentable criterio que ha presidido en la instalación de las
obras, creyendo que podía y debía prescindirse de aquellos elementales principios de categoría
artística no en vano otorgados por la sanción pública y el selecto juicio de las minorías.
¡Juzgúese, pues, lo que habría sido esta Exposición de 1924 si los señores encargados de
instalarla hubiesen rechazado los doscientos cincuenta envíos que sobran, y si en vez de correr
el riesgo de presentar varias «salas de crimen», por evitar una de esta clase y otra de honor,
hubieran procurado realzar aquellas obras que lo merecen, lejos de empequeñecerlas por
medio de contactos enojosos y promiscuidades intolerables! Una vez más el esplendor de
nuestras bellas artes aparece amortiguado por los que tienen la obligación de destacarlo y por
los que no tienen derecho a desvirtuarlo.
Hay también un resurgimiento del cuadro propiamente tal: con asunto, composición y
sentimiento. Lo que se llamó «cuadro de género», lo que se titula por algunos «anecdótico» y
que responde a dos sugestiones inmortales de la belleza pictórica—la fantasía ideológica o el
espectáculo real- tiene más capacitado y feliz numero de interpretes que otros años. En este
sentido la aportación de maestros como López Mezquita y Menéndez Pidal, alejados hace
mucho tiempo de las Exposiciones Nacionales; el espléndido envío de Ortiz Echagüe; los
conjuntos de Hermoso y Zaragoza, tan cuajados de madurez sus cualidades primigenias,
firmemente sostenidas a lo largo de la obra de cada uno; la serie de cuadros de "esta clase
que, además de los ya mencionados, reconquistan aquel puesto que el cuadro de genero o de
costumbres se había dejado arrebatar por el retrato y el paisaje en certámenes anteriores.
2197
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De todo ello iremos hablando en capítulos sucesivos, sin preocuparnos porque la sanción
oficial venga a buscar o se aleje de nuestras preferencias
No es, por otra parte, envidiable la misión de los juzgadores, si se tiene en cuenta la
parquedad de las recompensas y la cuantía de los que aspiran a ellas con legitimas
posibilidades.
José María López Mezquita ha hecho oír su acento español en el instante propicio.
Esto es lo que interesa comentar. Este retomo del maestro a un contacto influencia! en la
pintura de su época. Mientras esa pintura se extraviaba, se pervertía de impaciencias arrivistas,
López Mezquita, recluido en su estudio, continuaba trabajando fiel a sí mismo, a la trayectoria
estética no desmentida nunca. No quería ir al encuentro de las fáciles y efímeras bogas, sino
aguardar la reacción del buen sentido, lo que ya impulsa a espíritus tan inquietos, tan
intransigentes como Picasso, para volver la mirada hacia Ingres.
Sugestión de almas emana de estos seis admirables lienzos de López Mezquita. Resumen
las energías expresivas de la pintura española—esencialmente apasionada por el retrato—que
del realismo profundo extrae la potencialidad psicológica.(…)
Hace varias Exposiciones Nacionales que se observa la misma supremacía. Unas veces
cuantitativa y otras cualitativa. De aquí la creencia, no siempre acertada, de una definición más
concreta, más cuajada de fecundos logros y de afirmaciones sensibles por lo que se refiere a
los paisajistas, mientras a los retratistas y costumbristas se les regatea el derecho a existir
2198
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
como tales. Nada más lejos de nuestro ánimo que negar ahora la importancia creciente del
paisismo pictórico a lo largo de las exhibiciones oficiales cuando precisamente hemos ido
alentando su despertamiento primero, su pujanza y brío después.
Hay muchos, demasiados paisajes. Trozos de Naturaleza interpretados con toda suerte
de aptitudes y de resultados. Encima los unos de los otros, dañándose mutuamente; en
tristísimo abandono algunos, que, a pesar de ello, muestran su acento peculiar; en ostentosa
arrogancia de instalación otros, que todavía ponen más de relieve su mediocridad.
Tal vez en esta clase de obras pictóricas es donde el Jurado de admisión debió mostrarse
más intransigente. El paisaje sin alma interior sin esa huella sentimental que le impone el
espíritu del artista, cae fatalmente o en la reproducción fotográfica o en la banalidad
insignificante.
De esta última clase hay más de un centenar de lienzos usurpando espacio y respeto a
los que sin enojoso contacto resultarían más expresivos del interior encanto que les anima.
Esa abundancia de notas triviales, de momentos y lugares sin interés ni emoción es hora
ya de que desaparezcan y vuelvan a la finalidad única de otros días en que se concedía menos
beligerancia al ensayo, el boceto, la nota, el apunte, y se los relegaba a la intimidad del estudio
o del taller del artista.
El paisaje pictórico debe ajustarse a la misma norma que el retrato o que el cuadro de
asunto, precisamente porque a él le están permitidas otras facilidades que el retratista y el
costumbrista no tienen.
Pero no sería justo por este deseo de depuración y de selección que cada día muestra su
necesidad inmediata, inaplazable, de la pintura de paisaje español envolver a todos los
paisajistas expositores del actual certamen con el mismo reproche.
2199
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Lo que sucede es que esa misma confusión de valores, producida por una desdichadísima
instalación, que a nadie ha favorecido, daña a ese conjunto; y si bien se salvan, por la
costumbre de oír los nombres de sus autores, aquellas obras de artistas muy conocidos, no es
de extrañar que el público, desorientado e incapaz de buscar la belleza oculta—y no sólo el
público, sino mucha parte de profesionales y críticos—, pase sin verlos, o no los estime en su
verdadera significación, cuadros de indudable mérito, firmados por pintores sin tarjetón de
recompensa pretérita debajo del marco, o que, teniéndola, no «vocinglean» cromáticamente, ni
socialmente intrigan. Una simple lista de nombres nada diría en estas consideraciones que una
sección de la general pintura nos sugiere. Pero tampoco debemos dejar de mencionar los
cuadros de cuantos han despertado interés, aunque no hayan merecido la relativa consagración
de la medalla o el favor fugaz de una mención periodística.
Sin olvidar el retrato—-algunos conocemos de él, como el de Unamuno, que es una obra
sólida de concepto, bella de trazo y de una poderosa energía expresiva en cuanto a los rasgos y
el alma del retratado—, que es uno de los elementos de defensa social para el pintor moderno,
José Aguiar va glosando en grandes lienzos de atrevida composición y de armónicos conjuntos
los tipos y costumbres de la isla de Gomera.
Y ahora, frente a Los Romeros de San Juan, uno de los mejores lienzos de esta buena
Exposición, digna de haber caído en más piadosas manos, vemos cómo lejos de desanimarse
por una torpe acogida sabe José Aguiar proseguir su camino, cada vez más seguro de sí mismo.
Pero precisamente también Aguiar ha sabido darle a su cuadro aquel vigor vital de las
figuras, aquella euritmia general de las formas y del cromatismo y aquel atrayente encanto de
fiesta popular que era difícil conseguir por la magnitud del asunto.
2200
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Como tampoco vieron esta deliciosa Bailarina rubia de Ramón Manchón, el insigne
ilustrador y cartelista que ha demostrado ya en obras anteriores ser un excelente pintor. La
Bailarina rubia lo confirma de manera aún más elevada con su delicadeza tonal de gamas
verdes sutilmente logradas, con la encantadora silueta femenina que era una de las más bellas
de la Nacional.
José Cruz Herrera ha logrado merecidamente una segunda medalla con Al mercado,
lienzo de grandes dimensiones y armoniosa composición. El arte del ilustre pintor andaluz está
bien definido en esta agrupación de rostros alegres, simpáticos, de muchachos y chiquillas que
son los modelos habituales y gratos de Cruz Herrera.
Santiago Martínez, que, como Alfonso Grosso, desdeña con su aportación constante la
ilógica y lamentable indiferencia de los jurados, ha expuesto dos lienzos harto distintos de
tema, pero unidos por el nexo factural del joven maestro: una escena campesina gallega y esta
bellísima figura de mujer sevillana en el contraluz áureo de un balcón. La figura gallarda flota
en la claridad radiante de la hora y del sitio con algo de misteriosa aparición, de sugestiva
espiritualidad.
2201
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Ribera ratifica sus aptitudes de retratista sobrio, sincero, firmemente sostenido en la
serena trayectoria que siempre hemos alabado en él.
Luis Gil de Vicario, que simultanea felizmente la crítica con la obra artística personal, en
una ejemplar actitud y una positiva competencia, ha expuesto El perfil del domingo, exacta
visión de un pueblo castellano, que continúa la serie de sus obras de parecido asunto. Tampoco
la miopía estética antes aludida supo o pudo ver este cuadro, tan granado de valores
cromáticos y sentimentales.
Y deben citarse, por último, Bailaora gitana, de Antonio Grosso, expresión gallarda del
tipo de mujer andaluza que el insigne pintor sevillano trata con elegante gracia y espiritualidad
indudable.
Old Palace Jand es un bello paisaje londinense de Rafael Forns, una delicadísima nota de
grises finamente tratada.
II.—LA ESCULTURA.(…)
Era aquél otorgante a los expositores hispanoamericanos de iguales derechos que a los
españoles para optar a todos los premios ofrecidos.
Venía, según dijimos entonces, esta disposición a completar la eficaz obra iniciada por la
Escuela Especial de San Fernando, admitiendo a los artistas hispanoamericanos en las mismas
condiciones de los nacionales. El Estado español ha comprendido al fin la razón de los
idealismos aislados (…)
Por primera vez ya han obtenido medallas dos artistas argentinos en una Exposición
Nacional de Bellas Arte. Si se añade que las obras recompensadas reproducían la una un tipo de
campesina abulense y la otra un huerto mallorquín, veremos que a la justicia se une la hidalga
gratitud. Porque si reflejo de nuestra alma es el alma americana, temas nuestros eran los
ofrecidos por estos dos artistas de indudable valía rescatados para las sugestiones españolas
del no siempre laudable influjo francés, que antes de la guerra parecía ser la única norma
estética atrayente para los hispanoamericanos al dirigirse hacia Europa.
2202
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sin embargo, no debe suponerse movió al Jurado para la concesión de las medallas a los
argentinos Francisco Vidal y Tito Cittadini la condición temática tanto como el valor
esencialmente pictórico de sus cuadros. Se hace constar el hecho como un grato halago a
nuestro orgullo nacional, pero no como la condición inexcusable del precedente para lo futuro.
Para las Exposiciones futuras tanto como pueda halagar a España ver sus gentes, sus
pueblos y sus paisajes reproducidos con filial fidelidad por autores hispanoamericanos, nos
agradaría hallar en sus obras el acento y la visión de América, la entrañable expresión de los
temas de la tierra nativa; porque ello, lejos de desvincularles y de apartarles, quizá les uniría
más a nosotros por el valor de independencia, sin perder la base tradicional de la «mayoría de
edad», que si bien ya no está sometida a la tutela familiar, no reniega de la consanguinidad ni
rechaza las hondas raíces sentimentales.
Los argentinos son: Francisco Bernareggi, Tito Cittadini, Francisco Vidal, Ernesto Riccio,
Enrique Cenac, Juan Alonso y Progreso Blat.
2203
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Bernareggi lleva cerca de veinte años en Mallorca. Entre los pintores de todo el mundo
que la Isla Dorada sedujo y hechizó, es uno de los más fieles, de los más obstinados en la
deleitosa tarea de irla contemplando y reproduciendo con el fervor renacido de cada día.
Quiere decirse que Bernareggi, tanto como la emoción de los lugares, como la vibración
solar y el reflejo inflamado o denso de las aguas, se preocupa del medio de expresión plástica.
Sus cuadros a cierta distancia son de un realismo lumínico que pocos pintores
contemporáneos logran. De cerca sorprenden por el virtuosismo minucioso, la paciente
colocación de los gruesos de color, el relieve de la materia.
No todos sus compañeros aprecian en lo que vale este afán de vibracionismo lumínico
que tortura a Bernareggi, esa lenta elaboración de calidades corpóreas «tangibles» que
modelan la forma sin perder la intensidad cromática.
Y no se puede dudar que estos cuadros Sol de abril y Calas de Mallorca, conocidos ya en
Buenos Aires y que obtuvieron en Venecia extraordinaria acogida, logran la cualidad
eminentemente pictórica de interpretar la luz con belleza y con verdad.
No es un detallista que trabaje la materia blanda de los tubos de color como un orfebre y
un cincelador los duros metales. Pero sí es un sibarita de los empastes o de las fluideces, según
convenga al tema de la obra elegida.
2204
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Así hay cuadros de Cittadini trabajados con deleitosa perseverancia y otros frescos,
jugosos, de una magistral espontaneidad que no puede confundirse con la falta de escrúpulo
propia de los repentistas y de los manieristas.
Tito Cittadini da en seguida a los ojos expertos la confianza de hallarnos ante un pintor,
en el noble y concreto concepto de la profesión, confianza sabrosa y grata en la que reposamos
la mirada y la sensibilidad.
Nada más simple que el motivo, nada más sobrio que el «encaje» de él en un lienzo de
no grandes dimensiones. Pero nada tampoco tan admirable de armonía, de espiritualidad
cromática, de suprema sencillez. Tiene el valor incopiable—que mana como una linfa fresca y
transparente del fondo del temperamento—de un buen ejemplo de postimpresionismo francés o
de la escuela británica del paisaje antes de licuarse demasiado en los meandros de Constable o
de Turner.
Desde lejos, a través de las fidelísimas reproducciones gráficas de Plus Ultra y de Caras y
Caretas, cuya dirección artística lleva con singular competencia, hemos ido siguiendo la
trayectoria estética, la evolución progresiva de Juan Alonso.
De este modo Juan Alonso está seguro de no dejar inadvertido el carácter de los modelos
cuya fisonomía y cuya psicología afronta; de igual manera que no caerá en la trivial ocultación
de las dificultades que tiene un lienzo de asuntó o una obra de decoración moral.
Responde, además, a la natural superación de aptitudes que señalan hoy día los
maestros de la ilustración editorial, como—para citar uno solo—Salvador Bartolozzi, donde
empieza a revelarse el gran pintor que sus dibujos prometían. .
2205
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Juan Alonso, sin olvidar del todo la charge personalista, la estampa de revista, hizo bien
en acometer la pintura llamada «seria» por los que no saben diferenciar la capacidad estética
sino por tamaños o por la materia sobre la cual se extiende el color y se trazan las líneas.
Esto se aprecia más que en el cuadro Feria de flores, no exento de influencias italianas,
en el bello retrato El heredero. «Por allí pasó Zuloaga», dirá un contemplador superficial. No.
Por allí «han pasado los guías de la buena escuela española», dirá el que lo mire sin prisa ni
prejuicio.
Es un cuadro donde se halla el recato de una gran sensibilidad y de un sentido noble del
arte pictórico. Su luminismo sin estridencias ni vocinglerías tonales está sabiamente puesto al
servicio del personaje, este encantador gauchito que Madrid ha visto con mas conciencia que el
Jurado. Porque el Jurado-donde había pintores como Rodríguez Acosta y Hermoso-tenía
obligación de no haber dejado sin revelar a las miradas ajenas la obra de Juan Alonso, pintada
con respetuoso amor a nuestra tradición y con un brío personal indudable
Debe, en cambio, elogiarse al Jurado por haber sabido "apreciar el mérito de Francisco
Vidal.
He aquí un artista que representa para nosotros una revelación. Son las primeras obras
que vemos de él estos dos cuadros: Vieja castellana y Retrato El catalogo nos advierte que
nació en Córdoba, la ciudad donde se conserva intacto el viejo hechizo colonial, según los libros
y las crónicas de algunos escritores como el admirable novelista Manuel Gálvez.
¿Quiénes han sido sus maestros? ¿Dónde se ha formado? ¿Cuáles son sus obras
anteriores?
2206
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero con ser tan interesante este Retrato de hombre aún lo es más la Vieja castellana,
esta campesina abulense que se nos muestra sentada, pensativa e hieratica delante de una
vigorosa síntesis del recinto amurallado de Avila.
Si Francisco Vidal ha sido una revelación para los artistas y para la crítica, no así Ernesto
Riccio.
Desde hace diez o doce años Riccio convive en Madrid con los pintores españoles o
extranjeros. Sus compatriotas hallan siempre asequibles su estudio y su cordialidad afable. En
los catálogos de las Nacionales, en los salones de exhibiciones particulares, hemos encontrado
muchas veces el arte inquieto, la optimista tendencia de este pintor.
Ernesto Riccio ha simultaneado el retrato con la naturaleza muerta y con el paisaje. Igual
eclecticismo informa las diversas manifestaciones de su estilo. Construye a veces como un
clásico y otras como un revolucionario. Diríase que aspira tan pronto a ser clasificado entre los
devotos de las viejas normas como sorprende por una ingenua gaucherie, muy dentro de las es
quematizaciones recién surgidas.
Pero debe reconocerse que es ante todo paisajista. Y que su tendencia prefiere la franca
claridad moderna en lógica respuesta a la ansiedad de la naturaleza y del aire libre.
En una Exposición que hizo de sus obras en el Ateneo dio momentos radiantes de la
costa y de la montaña mallorquinas. También interiores, que sonreían luminosos, de los
pueblecitos encaramados sobre las cumbres o gozosos de sentir en sus cimientos la canción
eterna del mar.
Ahora presenta dos cuadros, Atardecer y Marina. Una vaga e indecisa veladura apacigua
los colores y las formas en ambos. Siendo aspectos verídicos diríanse lugares de ensueño. Es la
cualidad de Ernesto Riccio: esa misma neblina irisada que no causa melancolía, pero que obliga
a entornar los párpados para que se acusen mejor los términos, hay en sus lienzos más
2207
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
afirmativos. Y la hay también en su afable manera de ir por la vida sin violencia ni jactancia,
con la buena sonrisa de los que sueñan con sitios remotos y felicidades inaccesibles.
Exhibe dos cuadritos tan parcos de dimensiones como nutridos de excelencias: El ramo
de mimosas y El arlequín de trapo.
Es el primero, admirable muestra de esa «pintura de cámara» que en alemán tiene tan
expresiva apelación: vida en silencio. Ei artista, con la pericia de un compositor aficionado a los
lieders, ha compuesto la sutileza de amarillos y grises, tan sensible y tan sensitiva.
¿No es acaso ésta también una de las virtudes estéticas de la pintura, además de la de
reflejar rostros, caminos, celajes, ríos y pasiones?
Dicho sea en descargo de tantos errores cometidos por los jurados de admisión y de
calificación en el Certamen de 1924.
2208
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Contrincantes suyos fueron José María López Mezquita y Eliseo Meifren, ya que Eugenio
Hermoso retiró a última hora su candidatura a la alta recompensa del Estado para optar a la
medalla de oro del Círculo de Bellas Artes. (Esta última, después de reñidísima votación, de un
verdadero cuerpo a cuerpo», se le ha otorgado a Mariano Benlliure por treinta y ocho votos
contra treinta y ocho a favor de Hermoso, declarándose nulo uno de estos últimos que carecía
de la firma del votante.)
Después de todo, estas recompensas nada añaden con su fulgor ocasional a la carrera de
un artista, ni nada obscurece lo que para algunos parezca sombra de derrota el no lograrlas.
Sin medalla de honor José María López Mezquita seguirá siendo uno de los primeros
retratistas del mundo. Y la medalla de honor nada significará en la reputación futura de Luis
Menéndez Pidal luego de su gloriosa reputación anterior tan justa como permanente.
Y por lo que se refiere al Sr. Meifren, ilustre paisajista, bien conocido del público por
tratarse de uno de los veteranos de la pintura de su género en España, podría también hacerse
la misma clase de consideraciones.
No puede negarse la importancia que en la pintura catalana del siglo XIX tienen los
paisajes del Sr. Meifren; pero tampoco puede ocultarse que entre los sendos envíos de López
Mezquita y Menéndez Pidal sus tres paisajes de grandes dimensiones y no escasos aciertos
estaban lejos de alcanzar aquella culminación genérica y espiritual de los otros dos conjuntos
de un maestro del retrato y de un maestro del cuadro de costumbres puestos frente a frente,
en una misma sala, que —desde el primer momento fué considerada como la verdadera sala de
honor del certamen.
2209
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Luis Menéndez Pidal ha enviado a la Exposición Nacional de Bellas Artes seis obras
seleccionadas entre las más expresivas de su tendencia, firmemente sostenida (…)
VI.—LAS RECOMPENSAS.
D. Antonio Ortiz Echagüe, por su obra titulada Jacobo Van Amstel en mi casa
BOLSAS DE VIAJE
2210
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SECCIÓN DE PINTURA
(…).
MEMORANDA
2211
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
JUNIO
Ello es injusto; acusa hasta qué punto las manifestaciones de arte sufren en España—y
fuera de España, si son españolas—el desdén y el abandono de quienes debieran protegerlas,
alentarlas y divulgarlas en condiciones honrosas.
Extraviada la atención pública por lo que hay amontonado en el Palacete del Retiro y por
las luchas—ajenas al arte—de sus aledaños no se han enterado que por primera vez el arte
español está en su casa en la Internacional de Venecia.
Y aposentado con toda señoría, según reconoció el rey de Italia al inaugurar nuestro
pabellón. Apenas traspasó el umbral del vestíbulo y puso el pie en el magnífico salón central de
doce metros de largo y tapizado como las demás salas con las espléndidas telas fabricadas por
Fortuny y Madrazo, exclamó:
¡Señoría no sólo de la forma, sino del alma, la del arte español que España es la primera
que se obstina en desvirtuar, en desconocer y en desatender! ¡Señoría que el año actual ha
hecho del pabellón nacional en Venecia el más atrayente conjunto de belleza reconocido por los
extraños!
Pero en cambio, mientras las demás naciones enviaban representantes suyos a artistas, a
críticos, a conferenciantes; mientras procuraban que se realizara el valor de los envíos con la
noble propaganda de la palabra y del artículo y se defendían los intereses del arte de un modo
más práctico—y al mismo tiempo espiritual—que clavando los cuadros y fijando las estatuas
sobre sus pedestales para abandonarles en un largo silencio y una pobre orfandad de seis
meses, España ha creído que bastaba esto último y no se ha vuelto a ocupar de la Exposición
de Venecia, tan digna de atención oficial siempre, pero más que nunca este año.
2212
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Cuentan los que allí estuvieron que el día de la inauguración, ante el legítimo respeto y el
lógico asombro de los artistas, directores de Museos, críticos y periodistas llegados de todo el
mundo para defender y exaltar los pabellones respectivos, se sintieron empequeñecidos y
humillados del solitario desamparo de nuestro pabellón. Pugnaba en días sucesivos cada país
por medio de sus enviados especiales de toda índole en atraer la atención y en procurar una
posible supremacía de sus bellas artes sobre las demás.
Y el pabellón español no tenía sus exegetas sino en el público extraño; carecía de los
orientadores y definidores, y aun con toda su hermosura diríase de una mudez divina y de un
orgullo hostil.
No obstante, si algún año convenía más que en ningún otro que se hubiese prestado
interés por el Gobierno y por la Prensa y las sociedades particulares y los organismos oficiales
de carácter artístico, era el actual.
Porque, según decimos al principio, España alojaba al fin a sus artistas en su propia casa
y de un modo espléndido.
Valía, pues, la pena de decirlo allí y aquí, en vez de callarlo en ambos sitios. Mientras a la
dolorosa feria de la vanidad y de la intriga se otorga una atención que no merece o que por lo
menos se emplea bastante mal.
Las Exposiciones internacionales de Venecia son desde hace más de quince o diez y siete
años la más alta manifestación de arte universal. Se celebran desde el mes de abril hasta el
mes de octubre, y a ellas acuden los artistas de todo el mundo con sus envíos
escrupulosamente seleccionados.
Italia ofreció para las primeras Exposiciones internacionales un palacete con veintiséis
grandes salas, donde procuró colocar lo mejor posible estos envíos de Europa y América.
Pero pronto se vio que eran incapaces para contener aquel fecundo alud de belleza
plástica que cada primavera se precipitaba sobre Venecia.
2213
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El pabellón de Italia le cedía una de sus salas merced a la deferencia del Comité
organizador, y sobre todo al entusiasmo del secretario general, el insigne crítico Vittorio Pica,
por el arte español.
Debe agradecerse a Mariano Benlliure la iniciativa y sobré todo los trabajos constantes y
el fervor sin desmayo para construir nuestro pabellón como las demás naciones. Se pensó
incluso por alguien en adquirir el de Alemania; pero prevaleció, afortunadamente, el criterio de
hacer uno español de nueva planta y de española traza en el terreno cedido gratuitamente por
la Municipalidad veneciana dentro del perímetro de las Exposiciones Internacionales rodeado de
jardines.
Esta feliz iniciativa fué recogida por el Conde de Romanones, que en su larga carrera
política ha demostrado ser uno de los gobernantes más cultos y más amigos de las bellas artes,
y en el ejercicio económico dé 1921 y 1922 apareció eh los presupuestos la consignación
necesaria para realizar el proyecto.
A estos dos nombres ilustres de Mariano Benlliure y del conde de Romanones han de
añadirse los de García de Leaniz, director general entonces de Bellas Artes y entusiasta siempre
de estos asuntos, y el de Alfonso Pérez Nieva, a quien los artistas y sus compañeros de
Ministerio acaban de reconocer públicamente la extraordinaria labor en pro de los intereses
artísticos de nuestra patria.
Eligióse con innegable acierto a Francisco Javier de Luque para la construcción del
edificio.(…)
Para el interior del pabellón, Mariano Fortuny y Madrazo, hijo del gran pintor, Y que lleva
con personal prestigio la pesadumbre de dos gloriosos apellidos, ha fabricado unas telas
especiales, en cuyo arte es maestro, y que enriquecen de un modo suntuoso y único las cuatro
grandes salas de que se compone el pabellón.
2214
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pinole, Puig, Perucho, Raurich, Roca, Rodríguez Acosta, Rusiñol, Soler, Sorolla, Urgell, Verdugo
Landi, Zaragoza y Zubiaurre (Valentín).
Las obras han sido colocadas con un escrúpulo que convendría señalar a nuestros
colgadores de las Nacionales. (Bien es verdad que se había restringido el número de admisiones
y que ello consentía el espacio entre unas y otras.) Pero es que las Exposiciones deben ser así,
y no almacenes de cuadros y depósitos de escayola.
España no había sido invitada hasta 1923. Concurrieron entonces doce artistas solamente
con una obra cada uno, y el Jurado, severísimo, de directores de Museos eligió diez de estas
obras, siendo así que se eliminaron muchas de otros países europeos.
Este hecho elocuente demuestra hasta qué punto la pintura española triunfa en todas
partes y cómo se reconoce la supremacía de nuestros artistas en cuantas Exposiciones
internacionales se exhiben obras suyas.
Pero acentúa más esta expresiva importancia del arte español en la magnífica acogida
que inicia el Instituto Carneggie de Pittsburgo. Lo que antes eran envíos aislados de un solo
pintor; lo que en 1923 fué notable conjunto hábilmente seleccionado es ahora en esta
Exposición de 1924, recién inaugurada, cabal expresión de nuestra pintura y espléndida
manifestación estética que ocupa por legítimo derecho de supremacía indudable el puesto de
honor en el Instituto Carneggie.
2215
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Mucho más completa y definida es la sección española de este año. Y si, como es de
esperar, el éxito creciente de nuestra pintura en Norteamérica lo autoriza, aún habrá de serlo
más todavía la de 1925, incorporando a ella algunos nombres que todavía faltan del
esplendoroso renacimiento actual.
Se encuentran bien expresadas no sólo las diferentes tendencias, los distintos credos
estéticos, sino también aquella otra diversidad externa y aquel profundo, entrañable acento de
las figuras y los ambientes característicos de cada comarca.
Los catalanes, valencianos y mallorquines Anglada, Mir, Rusiñol, Mongrell, Pinazo, Urgell,
Martí Garcés y Martínez Cubells; los andaluces López Mezquita, Bilbao, Vázquez Díaz, Alfonso
Grosso; el gallego Alvarez de Sotomayor; los castellanos Chicharro y Gutiérrez Solana; el
canario Néstor; los vascos Zuloaga, Zubiaurre, Arteta y Losada figuran de un modo elocuente y
concreto.
Además figura entre los artistas españoles el gran pintor argentino Tito Cittadini, que ha
2216
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
JULIO
MEMORANDA
En virtud de una Real orden publicada el día 8 en la Gaceta, y con arreglo a lo estatuido
por los artículos 46 y 48 del reglamento de Exposiciones, el Estado adquirirá las obras
premiadas en las secciones de Pintura y Escultura de la celebrada últimamente.
Don Antonio Ortiz Echagüe, su obra titulada Jacobo Van Amstel en mi casa, número 405
del catálogo; D, Ramón de Zubiaurre, El marino vasco Santi-Andía, el temerario, número 280;
D. Eduardo Martínez Vázquez, Las nieves del Cirbunal, número 238.(..)
Sección de Pintura.—D. Daniel Vázquez Díaz, Fray Luis Getino, número 550; D. Pedro
Antonio, Dos artistas, número 27; D. Francisco Vidal, Vieja castellana, número 561; D.
2217
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francisco Soria Aedo, Tipos árabes, número 618; D. Buenaventura Puig Perucho, Pueblo,
número 447; D. José Cruz Herrera, Al mercado, número 130.(…)
También se adquieren de igual manera, y por la cantidad de 3.000 pesetas cada una, las
obras premiadas con tercera medalla que a continuación se expresan:
Don Titto Cittadini, Marzo en la huerta, número 114; D. Gustavo Gallardo, Desnudo,
número 195; D. Luis Montañés, Maternidad, número 567; D. Antonio Vila- Arrufat, Modernidad,
número 657; D. Antonio Farre París, La primavera, en Versalles, número 158; D. Roberto
Fernández Balbuena, Madre, número 162; D. José Frau, Tierras de leyenda, número 183; D.
Pedro García Camio, Retrato, número 199; doña Marisa Roesset, Autorretrato, número 473.
AGOSTO
LAUDABLE y bien logrado propósito este de la Sociedad «Amigos del Arte Avilesino»,
destacando su existencia con el acto que mejor puede definirla: una Exposición donde Ios
artistas ya triunfantes y los artistas que inician su ruta bajo sonrientes auspicios se muestran
unidos por el esfuerzo fraterno de incorporar Avilés al renacimiento estético de Asturias.
No se encuentra—por fortuna y legítimo orgullo de esta villa tan dotada para la inquietud
espiritual—la Sociedad «Amigos del Arte» aislada, ni sería justo olvidar los organismos afines
que la secundan y la prestan su apoyo positivo: la Escuela de Artes y Oficios, la Biblioteca
Popular Circulante.(…)
(…) Esos Certámenes del mal gusto estético, de la ineficacia anodina y del logrerismo
arrivista (sic) han descendido ya hasta un punto que nada ni nadie podrá salvarles para lo
futuro.
Y los artistas que por ingenuo desconocimiento de los manejos de jurados y camarillas
cortesanas o por noble ansia de mostrar un arte sin cuidarse de otra finalidad inmediata envían
2218
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
sus obras a una Exposición Nacional empiezan a comprender que la verdadera sanción gloriosa
está en no obtener una medalla conseguida, el noventa por ciento de los casos, por medios
inconfesables.
Florentino Soria es el paisajista romántico que se entrega a la naturaleza con los impulsos
ditirámbicos del romanticismo. Ese fervor y esa exaltación por el paisaje no suele encontrarse
ya en la época moderna. Y cuando le hallamos, como en este caso, no adolecido de los
defectos, sino elocuente de las cualidades, nos reaviva fibras adormecidas de la ternura. Está
ese arte, amigo de la orquestación y de la polifonía, y que gusta de dar a la pintura el acento
de la poesía himnaria, dentro de la trayectoria estética de Muñoz Degrain. Y Muñoz Degrain es
uno de los grandes paisajistas españoles.
También dos de los lienzos de Florentino Soria nos eran conocidos de la Exposición
Nacional, donde compartieron el honroso desconocimiento del Jurado, con las obras de su
hermano y de Nicanor Piñole—por citar solamente artistas asturianos de primera categoría
concurrentes al Certamen bienal—. Son el titulado Alisos y El valle de la Magdalena. Ambos
resumen dos de los aspectos más característicos del paisaje asturiano. La sonriente majestad
de los árboles henchidos de graciosa fronda a la orilla de los prados jugosos. La grandeza
dilatada de valles cercados de cumbres que la niebla desmocha y acuchilla.
Mientras Alisos hace pensar en una amable disertación bucólica, El valle de la Magdalena
sugiere profundas cogitaciones filosóficas. Lo que en el primero es elegancia de líneas y
tentadora invitación a paseatas sentimentales, es austera grandeza espiritual en el segundo; y
como el íntimo diálogo del hombre con Dios que tantas veces creemos percibir en la amplitud
melancólica de la naturaleza asturiana.
Por último, Jesús Soria también acompaña el frateral (sic) triunfo con dos notas
2219
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Acaso la sensibilidad más sutil, más delicada, más propicia a reflejar lo que para muchos
artistas de mayor experiencia y conocimientos técnicos pasará inadvertido; la pintura más fina
de matices, más henchida de espiritualidad que encontramos en esta Exposición es la de Juan
Espolita. Y donde ese concepto elevadísimo que tenemos de su arte se manifiesta por manera
sobresaliente está en el lienzo Día gris, tan parco de dimensiones, tan contagiado de la
humildad fervorosa de su autor, pero hacia el cual va la mirada como a un suave remanso
idealista y a una verdad dicha noblemente con esa clara sencillez que tienen, por ejemplo, los
versículos bíblicos.
Día gris es una pequeña obra maestra, uno de esos lienzos que siempre se recuerdan
cuando se pretende aducir pruebas de cómo la pintura española moderna a canza lo que otras
pinturas europeas del momento no han logrado después de la gloriosa pesadumbre tradicional
de la nuestra.
En Día gris hallamos una verdadera interpretación de Asturias, que siendo distinta de la
de otras pinturas asturianas; igualmente veraces y sensitivas, no por ello es menos exacta y
está menos nutrida de los valores luministas y emocionales del paisaje asturiano.
Desde luego, este arte de Juan Espolita es de una distinción, de una finura inaccesibless
a quien no posea su peculiar sentido del tono y del matiz. Y además esta insospechada, y
súbita sabiduría eliminatoria de lo que sobrepesa y obscurece.
En Juan Espolita, el ensoñador, la luz es el alma de sus lienzos que parecerán opacos a
las retinas ineducadas en pintura moderna. La percepción de infinitas e limitadas gradaciones
lumínicas es precisamente lo que hace de Evaristo Valle uno de los más grandes pintores de
nuestra época. Juan Espolita, sin que sea ya de temer abdique de ninguna de sus cualidades
primigenias, va por ese camino, andado ya el maestro gijonés.
Juan Espolita no precisa mucho color. Lo diluye, lo sutiliza de tal forma que sus cuadros,
sus notas, apenas tienen sobre el lienzo o el cartón levísimos toques del pincel. Y sin embargo,
¡cómo son de bellos y de reales! ¡Con qué profundo acento hablan a la mirada y al espíritu!
Lo que Cristóbal Ruiz realiza en paisajes polvorientos y áridos del Sur, lo va a realizar en
los del Norte este avilesino a quien aguarda un porvenir glorioso.
Cuando se pintan en los comienzos de una obra lienzos como Día gris y Los castaños,
cuando vemos por los apuntes y bocetos—bañados todos en esa potencia ensoñadora y
sostenidos por esa cimentación de realismos que es la virtualidad de Juan Espolita—no son
2220
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
logros fortuitos y aciertos transitorios los cuadros propiamente tales, hay derecho y deber al
reconocimiento público de ese valor positivo de la pintura avilesina.
Si Juan Espolita hace pensar en Cristóbal Ruiz, Gonzalo Espolita nos recuerda a Regoyos.
Tiene del maestro asturiano, injertado en el arte vasco, el gozoso y encantador optimismo, la
gracia ingenua y la frescura que conmueve. Sus paisajes son todo lo contrario del espectacular
academismo, del clasicismo enfático, Es algo que mana sin esfuerzo ni preocupación, que
humedece de rocío los pinceles y los aureola de sol.
Así nos parece verlo en la diversa, en la todavía turbulenta felicidad de producir belleza
que le embriaga a este tímido zagal de los colores y de las formas. El alma entre infantil y
mística de Regoyos vaga paterna sobre La Grandiella y Fiesta en Illas.
«que aun no se ha dado a nada por querer darse a todo» sus condiciones de figurista y
de bodegonista. Quizá el tiempo le revele a sí mismo una especial disposición para el retrato y
la «naturaleza muerta». (…)
Alfredo Aguado exhibe veintidós obras entre cuadros, apuntes y dibujos. También a él le
acucia el legítimo deseo de encontrar su orientación definitiva, y en virtud de ello concede
entusiasta anhelo a cuanto ven sus ojos: paisajes de Asturias y de Madrid, retratos viriles y
femeninos, notas humorísticas.
Hay por de pronto una facilidad manifiesta, una positiva capacidad visual para afrontar el
color, que augura ya los venideros aciertos.
Ve el paisaje de un modo líricamente pomposo. Le seducen los amarillos, los cadmios, los
verdes, los azules. Gusta de modelar con la espátula el color puesto en gruesos toques. Y si
comparamos estos lienzos de ahora con sus tibias y temerosas notas de la Exposición de 1922
2221
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Desde luego, sus paisajes se desenvuelven con mayor soltura cromática; dan la idea de
un arte jugoso, sanguíneo y con aspiraciones magníficas. Esa obsesión áurea que le hace
preferir los otoños y los vésperos, por como entonces son más cálidas las coloraciones de la
naturaleza, lo dicen con elocuencia sonora. Citemos, por ejemplo, Sol de tarde, Arboles
dorados, Bajamar, entre los cuadros, y varios apuntes de las frondas que custodian el estanque
del Retrio (sic) , en Madrid.(…)
.Y mientras en el paisaje busca una fastuosidad encalidecida por las gamas de verdes,
rojos y amarillos, en el retrato prefiere ostensiblemente los grises y el sobrio empaque.
Luis González Bayón, pensionado, como los tres artistas anteriores, en Madrid, presenta
dos retratos de distinto carácter.(…)
También en Bayón hay que apreciar al paisajista. Este aspecto no puede faltar en ningún
pintor asturiano. La naturaleza madre se impone a todo contemplador de belleza y a todo
creador de arte. Sus Montes de la Cantera son jugosos de color y ricos de sentimiento. Por
último, los apuntes de la playa de Xagó tienen la movible vida, el brío afirmativo de los de
Cecilio Pla. Y esto significa un subido elogio porque precisamente lo que mejor define la pintura
del maestro valenciano son sus apuntes, sus rápidas acotaciones de playas con el hormigueo
policromo de la gente.
Hablaremos de éstos más adelante. Fijemos ahora la impresión no menos grata que
emana de sus paisajes.
Y producto de esa lucha están los cuatro lienzos La Consolación, Playa de Salinas, Los
pinos y Caserío, donde el artista cubano ha querido reflejar diferentes aspectos del paisaje
avilesino. Y es curioso observar-—con elogio para el artista— cómo, exaltando, ampliando las
sugestiones tonales, graduando en una mayor potencia cromática los grises, los verdes y los
2222
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ocres, hay, sin embargo, una emoción indudable, una religiosa ansiedad de comulgar con el
sentimiento anímico de Asturias.(…)
Completan los envíos de la primera sala obras de Bernardino Coto, Francisco Charvin,
Blanca Núñez y Francisco Vilar, que reproducen lugares marítimos y terrestres de Avilés y su
contornada, o son fantasías decorativas de diverso mérito.(…)
SEPTIEMBRE
MEMORANDA
OCTUBRE
II EL V SALÓN DE OTOÑO
Señaló, acaso por primera vez desde que en 1920 se inauguraron esta clase de
Exposiciones anuales, el V Salón de Otoño la función estética que hasta ahora no había
justificado el órgano recién creado.
Precisamente el defecto inicial del Salón de Otoño era su ineficacia y el excesivo apego a
las normas de los Certámenes oficiales, que no justificaba su necesidad de existir. El Salón de
Otoño, a pesar del eco afrancesado de su apelativo, alejándose de las sugestiones modernas y
libres que hacía concebir ese aparente propósito de implantar en Madrid una Exposición igual, o
al menos parecida, a la que en París tuvieron en otro tiempo los artistas rebeldes o
incomprendidos; el Salón de Otoño, repetimos era cuando más una continuación de la
Exposición Nacional.
Tal vez se encontrase el error inicial de su significado estético en que no provenía del
impulso simultáneo de unos cuantos artistas reunidos de pronto para ese fin único, sino, por el
contrario, el Salón de Otoño madrileño era la consecuencia expansiva, la manifestación pública
de una Sociedad ya constituida desde 1910: la Asociación de Pintores y Escultores.
2223
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En ella, como en el Círculo de Bellas Artes, conviven los artistas españoles que forman el
núcleo más importante de las Exposiciones Nacionales. Quiero decir que no es precisamente la
independencia estética ni el ansia de renovación lo que informa sus obras ni magnifica sus
deseos. Salvo una exigua minoría, a los socios del Círculo y de la de Pintores y Escultores les
acucia el afán de medallas, la búsqueda de un asilamiento oficial que dé carácter y seguridad
burocrática a su arte, en lugar de producirlo sin otra finalidad inmediata ni reserva previa que la
de crear belleza desinteresadamente. Además—y ello es lo que importa sobre todo relatar—, el
criterio medio, el nivel habitual de una y otra Sociedad se somete a las normas pretéritas y se
asusta de las futuras.
Y sin embargo, el Salón de Otoño podía y debía salvarse. Aun las críticas más agresivas y
demoledoras contra él no dejaban de tener un fondo de amor a lo que pudiera nacer de sus
cenizas o—no tan radicalmente—de su tácita confesión de errores.
Nosotros, que hemos sido de los más claros en nuestra actitud hostil, nunca prescindimos
del sincero consejo, de señalar la ruta que imagines imprescindible si el Salón de Otoño ha de
vivir y ha de responder a una necesidad latente en la vida española actual.
Algo se nos ha escuchado. Y si bien todavía el Salón de Otoño dista mucho de ser lo que
debe ser; si aun predomina en su organización y preferencias un criterio mas reaccionario que
moderno, y si se continúa estimando que solamente las reputaciones hechas merecen
consideración especia!, ya encontramos una atmósfera menos enrarecida y unos atisbos de
buen gusto y una consideración menos intransigente para los que están fuera de la trayectoria
ideológica de la Junta directiva de la Asociación.
2224
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Claro es que subsisten los vicios de origen y las obstinaciones de principio claro también
que por un falso y nocivo afán de mostrarse tolerantes v eclécticos dejan la puerta abierta a
todo el que embadurna un lienzo y se ensucia los dedos con pastelina.
(..) es una exposición bien distribuida, en la que cada artista tiene su valor peculiar y su
contacto propicio.
Además, las dimensiones de los lienzos son por lo general asequibles a las necesidades
de la vida moderna (…) De este modo se establece en seguida entre el visitante y las obras
expuestas una cordialidad efusiva que no es fácil establecer en los Certámenes Nacionales,
donde los enormes envíos alejan toda posibilidad de hacerlos asequibles a nuestra vida
cotidiana.
Quiero decir que si bien la «Sala de Recuerdos» cumple en cada Salón de Otoño esa
respetuosa mirada hacia lo pretérito—donde hay unas veces ejemplaridad perdurable y otras
laudable revisión de valores mal comprendidos y justipreciados— que hace simpática toda
exhibición retrospectiva, en el salón actual la «Sala de Recuerdos» no tiene bastante virtualidad
estética.
No queremos decir con esto que todos los Eugenio Lucas expuestos en el V Salón de
Otoño sean apócrifos. Tampoco quisiéramos se tomara como afirmación concreta de que la
mitad de ellos lo sean. Allá el que los admitió y el que los adquiera. Porque en esto de la
pintura antigua—y de la pintura vieja—los que gustan de ella por snobismo o por negocio
2225
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Los envíos de Joaquín Mir, Gutiérrez Solana, Pedro Antonio y Eugenio Hermoso son los
que fijan en primer término la supremacía de este salón respecto de los anteriores en cuanto a
la pintura española que no se anquilosa ni busca los éxitos fáciles, ocasiones.
Los envíos de Fernández Balbuena, Martín Durban, Vicente García, Arturo Sanfiz y Alberto
Sánchez, en seguida, respecto de la noble irrupción moderna a través de las normas esenciales
de esa misma pintura, pero animadas de un aliento universalista.
Bastarán unos y otros para acentuar el interés positivo del Salón. Pero es que además
figuran Gustavo de Maeztu, con su visión ampulosa de los colores y de las formas, su pompa
rutilante de los tonos y medios tonos y ese concepto señorial que tiene del cuadro; (…) el
paisaje Playa (Cadaqués), de Elíseo Meifren los lienzos Del Valle de Barcia y La Coruña desde
Oleiros, de Santiago Martínez (…) Joaquín Mir presenta cuatro obras: Mercadal, Interior, Nota
de playa e Impresión. Al llegar a esta concisión de títulos el maestro llega coincidente a una
sublime sencillez de expresión, al absoluto desdén por el motivo en cuanto a sus líneas
descriptivas o su banalidad anecdótica, pero profundamente locuaz en cuanto a la calidad de
sus componentes cromáticos.
¡Qué prodigio, qué milagro de creacionismo y de colorido estas cuatro joyas del maestro
catalán! El, tan insaciable de su arte, tan ansioso de un idealismo suprasensible de la luz,
alcanza en esas cuatro obras maestras algo que está por encima de cuanto hemos visto y
admirado suyo.
Si se nos preguntara dónde radica la cimera elevación artística del Salón de Otoño
señalaríamos sin vacilar a esos lienzos de Joaquín Mir, y especialmente ―Interior‖, exaltación
radiante, fulgurante de unos peces sobre la tabla humilde de una pescadería.
2226
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Gutiérrez Solana, íntegro y clásico, con esa agresiva fiereza de dramatismo que posee,
también exhibe dos hermosas obras: el retrato de un viejo novillero de aldea: El Lechuga, y El
patio de caballos y desolladero de la plaza de toros.(…)
Finalmente hay que destacar la cada vez más afirmativa capacidad pictórica de Roberto
Fernandez Balbuena con sus composiciones de una fresca, vernal gracia de arabesco y de
cromatismo nacida en lo más fragante de las escuelas alemanas modernas, para ir adquiriendo,
merced a las cualidades peculiares del artista, una serenidad de hallazgo propio.(…)
Allí no hay mas que un gran artista americano que pinta de un modo admirable uno de
los lugares más bellos de España.
Nunca nos pareció tan de entrada a panteón la umbrosa y fría galería que conduce al
patio interior del Museo donde el artista americano exalta Mallorca. (…) Domingo Ramos, este
excelente pintor cubano que interpreta a Mallorca como ningún otro pintor . Se le ha muerto l .
ilusión de ser bien acogido en Madrid, de que la gente se enterase al menos de la existencia de
un paisajista noble, profundo y espiritual; se le ha muerto la fe en la mutua cordialidad, y él,
hijo de una tierra luminosa, intérprete magnífico de otra luminosa tierra, habrá pasado muy
malos días en la soledad y el silencio tumbales de su Exposición, desconocido por quienes
tienen la obligación de conocer y de amar la bella pintura.
2227
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ramos ve Mallorca sin dejarse aturdir los sentidos por ella, sin embriagarse demasiado de
su cielo, de su mar, de sus cantiles y de sus cumbres paradisíacas. Quizá, acostumbrado el
público a una Mallorca de «rompimiento glorial», de teatralidad escenográfica, le sorprenda esa
noble serenidad con que el notabilísimo pintor cubano interpreta a Mallorca. Pero nos
atreveríamos a indicar que ésta es la fisonomía verdadera de la tierra maravillosa; que allí
aguardan esos grises finísimos y luminosos y esas transparencias empapadas de claridad
interior y esa sensación de naturaleza libre y de costumbres arcádicas que Mallorca sugiere sólo
con nombraría...
Y es grato volver a esta fiesta recogida, íntima y suave del espíritu y de los ojos que
empezó entristeciéndonos como un pésame y nos colma del júbilo de una epifanía.
El día 12 de octubre murió en Málaga el maestro Muñoz Degrain .La vida tan extensa, tan
fértil de Antonio Muñoz Degrain ha sido consagrada por entero al arte. Saboreó todas las
victorias y recibió todos los honores a que puede aspirar un artista en España. Desde 1862 su
nombre no deja de figurar en los catálogos de las Exposiciones Nacionales. En ese año su
cuadro Los Pirineos obtuvo mención honorífica. En 1864, tercera medalla por su paisaje Valle de
la Murta. En 1867 y en 1872, segundas medallas por el paisaje El Pardo y el cuadro Coro de
monjas, respectivamente. En 1881 y 1884, las primeras medallas por dos lienzos que habían de
alcanzar la más alta y envidiable de las celebridades: Icelo y Desdémona y Los amantes de
Teruel. Ellos, como La muerte de Lucrecia y el Testamento de Isabel la Católica, de Eduardo
Rosales, dignifican y nos hacen disculpable en cierto modo a los hombres de hoy de la pintura
llamada histórica. Por último, el año 1910, con una rara unanimidad de todos los artistas
contemporáneos, se le otorgó la medalla de honor al conjunto de obras El Jordán, Espigadoras
de Jericó, Jesús en Tiberiades y El cabo Noval.
Alternados con estos justísimos premios, obtenía medallas de oro en varias Exposiciones
extranjeras. Fué pensionado de mérito a Roma. Ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando; dirigió la Escuela Especial de Pintura, Escritura y Grabado; recibían su nombre
cuatro calles de otras tantas capitales españolas: Málaga, Valencia, Teruel y Oviedo, y podía
2228
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¿No es lógico que tiemble nuestra mano y que una sagrada inquietud nos conmueva
ahora al evocar la obra de este gran artista, recién desaparecido? No la mezquina y breve
extensión de un capitulo, sino la amplitud de un volumen bien nutrido de lectura se precisa
para hablar de Antonio Muñoz Degrain y de su profunda huella en la moderna pintura española.
De este hombre cuya existencia es hermana en la energía y la fecundidad de la de aquellos del
glorioso renacimiento italiano.
Idénticos, o acaso más admirables, frescura y vigor hallamos en sus obras últimas que en
las comenzadas en plena juvenilia. El tiempo parecía un esclavo suyo y lo respetaba. Como un
fuerte árbol de ramas frondosas ha visto desaparecer vanas generaciones de discípulos a las
que fuera propicia y grate su sombra. Cada primavera sonreía en la reciedumbre obscura de su
corteza los verdes jugosos de los brotes nuevos.
La misma sana madurez, igual romántico idealismo que en sus cuadros veíamos en el
maestro.
Ponía tal optimista energía en sus palabras, le chispeaban con tal entusiasta mocedad las
pupilas detrás de las gafas y mostraba en toda ocasión tan apasionado amor al trabajo y tanta
alegría de vivir, que suspende y maravilla. Su habla era pintoresca, fácil, exuberante, llena de
colorido y seducción. A veces se asomaban a sus labios nombres y episodios tan lejanos que
parecían agitar en tomo nuestro el polvo de unas ruinas; a veces se le oían opiniones y
observaciones de un radicalismo y una modernidad que sorprendían por la sutil adaptación a un
aspecto necesariamente anulador de los aspectos pretéritos.
En sus estudios, cada vez más modestos porque se iba desposeyendo de las riquezas
para entregarlas a las ciudades amadas; en sus estudios, junto a cuadros y retratos evocadores
de una época anterior a la Revolución, se veían cuadros de hoy; tierras sagradas de Oriente,
jardines quiméricos, ásperas cumbres ingentes de sierra, o los lienzos en que vibra toda la
nostalgia de un espíritu enamorado de los helénicos tiempos. Al lado de apuntes y bocetos de
Rosales y de Fortuny, bocetos de muchachos que ahora empiezan a imponer su nombre. No se
olvide que el maestro ha presenciado sesenta años de la historia de la pintura española. Más de
medio siglo que surgía en juicios atinadísimos, en anécdotas curiosas de la voz cálida y grave
de Muñoz Degrain, una voz que vibraba con idéntico apasionamiento para las censuras que
para los elogios. Porque esto es lo que caracteriza al gran artista. Su ímpetu agresivo, tozudo,
de hombre de acción. Era una voluntad en marcha que no sintió jamás desfallecimientos; una
2229
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El padre de Muñoz Degrain quería que su hijo fuese arquitecto. Pero la voluntad del
futuro director de la Academia de San Fernando se manifestó pronto en plena niñez. Tuvo que
luchar con algo más que la oposición familiar: con la desconfianza e indiferencia de su padre,
que sólo al pintar y sobre todo al cobrar su hijo el cuadro de Méndez Núñez herido a bordo de
la Numancia empezó a fundirse y a dar lugar a un asombro que luego sería legítimo orgullo.(…)
2230
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Al estudiar la obra enorme de Muñoz Degrain, en que la luz parece tener nervios
humanos que vibran y donde el color palpita como un corazón robusto, hay que establecer la
separación clara y manifiesta entre los temas y asuntos, aunque la técnica personalísima del
maestro, aquejada de su eterna inquietud sentimental, sea siempre la misma.
Con haber sido sus mayores triunfos los cuadros de figura, Muñoz Degrain se ha
complacido más veces en ponerse delante de la naturaleza para interpretarla que del hombre
para expresar sus dolores y sus pasiones.
verdoso de la tierra. Nos sorprende el ímpetu bravío de las cimas y el arabesco antiguo
de los árboles centenarios.
Muñoz Degrain es, según los temas, sereno o atormentado; plácido o impetuoso, lírico o
ásperamente realista; pero siempre con una fuerte, con una entrañable idealidad. En España,
nadie como él ha hecho el paisaje romántico, nadie como él ha sabido influir en los discípulos
que en otro tiempo le acompañaban por sus excursiones serraniegas.(…)
(…) Tiene cuadros Muñoz Degrain en los cuales el color grita y lienzos donde es un lied
dulcísimo. Valoraciones y relaciones agrias, ásperas, incasables, de un primitivismo casi feroz de
tan violentamente como están resueltas, o, por el contrario, sabias armonías que nieblan los
matices como un perfume formado de mil olores distintos, pero unidos en el misterio del
alambique.
Empujado por ese amor a los horizontes que tan conveniente es a las renovaciones
estéticas, Muñoz Degrain ha sido un trotamundos. Las serranías de Córdoba y de Málaga, los
canales venecianos, el Guadarrama austero, las playas andaluzas y levantinas, Granada la bella,
Escocia la romántica y por último el Oriente maravilloso han quedado en sus lienzos con toda
integridad.
Uno de sus más bellos paisajes, el titulado Chubasco en Granada, fija el momento de la
primera época. Otro de sus cuadros, El Coloso de Rodas, pintado a los setenta y cuatro años,
señala la culminación de la tercera.
2231
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
He citado antes El Coloso de Rodas por cómo viene a dar el acento agudo y potente del
maestro en una incomprensible energía que otra senectud, a no ser la de Ticiano o la del divino
Leonardo, pueda ostentar en la historia de la pintura. Vibrante, jugoso de colorido, de una
amplia y armoniosa riqueza decorativa de un acierto absoluto e irreprochable en la
reconstrucción arqueológica, contiene todo lo que desborda de la exuberante fantasía del
maestro valenciano. Hay notas como la roja de la vela de una nave, como la de otra
embarcación ocupada por sacerdotisas y poetisas, como la de la colosal figura del Apolo,
esculpida por el discípulo favorito de Lisipo, que pocas veces ha dado la pintura moderna.
Cuadro es éste que resume y compendia toda la labor gigantesca del maestro. (…) Porque así,
con un pie en el arte de ayer, con el otro igualmente asentado en el arte contemporáneo,
Muñoz Degrain seguía trabajando y seguía superándose a sí mismo.
Después del Goloso de Rodas adviene la serie de cuadros cervantinos que donara—
siempre la generosidad del artista—a la Biblioteca Nacional, y los cuales pueden contemplarse
en esta Exposición. Digno hermano del Coloso de Rodas esa portentosa página de Cervantes en
Argel, donde las figuras están agitadas por el impulso extraordinario que los años no habían
amortiguado en el gran artista. Cuando alguien, felizmente capacitado para ello, escriba la
historia de la pintura española de fines del siglo XIX y comienzos del siglo xx no podrá menos
de consagrar largo número de páginas a Muñoz Degrain, a quien ni la gloria ni la edad
2232
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
abrumaron y cuya vida será siempre un ejemplo y un consuelo para todos los hombres de recia
voluntad, de bello corazón y de imaginación soñadora. Y al describir su obra será como
empavesar aquella nao que humilde y exaltadamente fue construyendo un mancebo romántico
a mediados del siglo XIX presintiendo el consejo d'annunziano: Arma la prora e sarpa verso il
mondo.-
VI PAISAJES DE CASTILLA
En el saloncito del Ateneo nos aguardaba una sorpresa. Una doble sorpresa de descubrir
a un admirable pintor y de reconocer a Castilla rescatada de su cautiverio de tópicos estéticos.
Son, desde luego, los suyos una visión inédita y un lenguaje sin retórica. Campos,
pueblos, cielos de Valladolid y de Zamora muestran en estos lienzos de ingenua traza y de
entrañable riqueza emocional su sencillez de motivos y su lirismo austero.
El artista prefiere las jornadas vernales para su contemplación fervorosa. Y de este modo
el paisaje castellano ha sido visto con una suave galanura nupcial. El horizonte dilatado, la
atmósfera límpida, los largos espacios de luz afable, los escasos árboles recién floridos y la
celistía infinita colman el alma de un deleitoso renacimiento de las más delicadas fibras
sentimentales.
2233
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Un inglés mismo parecía antes de expatriarse, y con mayor motivo ahora que su traza
británica se saturó largamente de los medies londinenses. Alto, flaco, rubicundo, los ojos muy
azules, los ademanes correctísimos y un poco rígidos, sólo cuando ríe y cuando habla se
descubre lo pegadizo de ese britanismo externo. Y Sancha ríe y parla en todo momento. Con un
optimismo contagioso, con un ceceo malagueño que no perdió jamás. Habla el inglés, el francés
y el castellano con acento andaluz. Y quizá, quizá no sería del todo aventurado decir que ese
acento andaluz también corre por la línea satírica de sus dibujos y alegra la calidad cromática
de su pintura.(…)
(…)A lo largo de la vida y del arte de Sancha las estadas en Madrid alternan con las de
París y Londres. Y su inquietud se asimila los ambientes y normas de manera franca, con
responsables rasgos y esfuerzos inéditos.(…)
Al volver de París, Sancha empieza a colaborar en Blanco y Negro. Nueva fase evolutiva.
Surgen las primeras escenas madrileñas. Algunas, magistrales: La taberna, El volquete.
Y en este último el aspecto inédito hasta entonces en Sancha, pero que ya no habrá de
abandonar: el paisaje. Nadie como él ha pintado los suburbios de Madrid,
las tierras escombrosas, las casas lepradas, los hombres feroces, los borricos escuálidos,
las mujeres harapientas y los cielos trágicos de la invernada. Aquellos paisajes de Sancha tenían
2234
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
una desgarradora melancolía, una desolación áspera; el almaruda y enfermiza de aquel Madrid
quedó plasmada felizmente.(…)
Sancha no deja un solo día o una sola noche de vagar solitario por los rincones
característicos del viejo Madrid. Ama las plazoletas, calladas, respetadas en su plácido sabor
provinciano; los jardines públicos, donde por primera vez, hace treinta años, empezó a dibujar
siluetas jocundas de niñeras y nodrizas o grupos de chiquillos mofletudos. Gusta igualmente de
los remansos verdes y frondosos en los parques del Oeste y del Retiro. Cuando más, se asoma
desde algún altozano de los suburbios para contemplar las lejanías de Cuatro Caminos, las
Ventas, Vallecas, los Carabancheles ¡o El Pardo!
Sancha desdeña los paisajes libres, la naturaleza alejada de la ciudad. Prefiere el paisaje
urbano, al que encuentra una expresión, una fisonomía peculiar e inconfundible.
Acaso no le falta razón. Viendo estos días en el Salón Nancy su exposición de calles y
afueras madrileñas, entre las que había mezclado algunos solitarios lugares de Londres,
comprendíamos que Sancha ve las siluetas arquitectónicas como a formas humanas y las
«retrata» con efusiva comprensión psicológica o las satiriza con aguda ironía caricaturesca.
2235
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Además no olvida nunca su eterna condición de humorista. Les infunde, por lo tanto, un
alma tiernamente melancólica, zumbonamente picaresca o acremente picaresca. Los hay que
solicitan miradas piadosas; otros parecen burlarse de nosotros; algunos acucian la sonrisa feliz,
y no faltan ciertamente aquellos que nos atraen enigmáticos con el malsano enigma de ciertos
barrios donde aguardan las bajas pasiones.
NOVIEMBRE
Javier de Winthuysen empezó creando jardines sobre los lienzos y acabó por trazarlos—a
mayor gloria de belleza urbana—en las ciudades y sus aledaños. Seguramente Javier de
Winthuysen habría de ser un fecundo y un sensitivo libertador de la mediocridad jardineril que
entristece nuestra villa si el Ayuntamiento tuviera la suficiente capacidad intelectual para
distinguir entre el oficio yerto y el arte vivo. Pero no se trata ahora de eso, sino de las
escapadas pictóricas que Winthuysen hace de cuando en cuando para que su ocupación
habitual de creador de jardines no le absorba demasiado.
Fruto de ellas son estos cuadros que sitúan al visitante del Salón Nancy en lugares
conocidos: El Escorial, Aranjuez, El Pardo, y le lleva desde rincones umbrosos de árboles bien
característicos de la provincia madrileña a las tierras de labor, en cuyo fondo el Guadarrama da
su pincelada ondulante de blanquirrosada gracia.
2236
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pocas veces hallamos tan íntima relación sentimental, tan absoluta identidad entre un
artista y su obra como en el caso de este paisajista, dotado de una visión noble de la vida y del
arte.
Igual Ruiz está íntegro en su pintura, y su pintura le define a él, plenamente. De los
cuadros y del hombre expande la misma afable y contagiosa alegría. Se les comprende en
seguida la consciente felicidad de existir, de ser un reflejo entusiasta de ideas optimistas y
paisajes claros. Salen a nuestro encuentro efusivos, henchidos de acogedora cordialidad, y ante
el lienzo luminoso, como al lado del amigo sonriente, desaparecen las reservas mentales, el
instinto defensivo que nos previnen cuando tantos otros creadores insinceros de belleza
muestran la obra antagónica de su temperamento.
Y, sin embargo, este arte, como esta vida, no son fáciles ni responden a la molicie
material y a la segura situación que anquilosa a algunos artistas y prepara a otros el desposorio
de «conveniencia» con la gloria.
Igual Ruiz tiene hartos motivos para no sonreír siempre y para no abrir los brazos en la
amical oferta con tanta frecuencia; ni sería falsa expresión de ciertos días vividos con amargura
y sacrificio la pintura suya sin sol ni júbilo. Conoce las adversas jornadas, y la «lucha» no es
para él un tópico. Acaso hay en la fragante juvenilia, en el cantarín ímpetu de este
mediterráneo apasionado de las cumbres serranas instantes de desolado desfallecer, de
entenebrecida fatiga, de sentirse solo en la multitudinaria indiferencia y en la tarea dilatada de
los comienzos.
De ahí la virtud profunda del sacrificio cotidiano de su vida en su arte. Al entrar en los
afectos ajenos, al ofrecer la obra creada con amor—y acaso dolor- -nada aceda la dulce
cordialidad, ni vela el ambiente purísimo de sus celistia pintadas...
2237
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No. Igual Ruiz ha sabido tener respeto al juicio de los demás como una laudable
consecuencia del temor íntimo que desconocen los audaces y los petulantes. Estos cuadros que
ahora vemos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid señalan un bien logrado esfuerzo y una
verdadera belleza. El paisajista ha encontrado ya su acento personal y cada lienzo está
vinculado en el anterior y germinado del siguiente. Se sigue—sin saltos bruscos, sin tropezar en
las dudas que desorientan al espectador inteligente allí donde se desorientó el artista—la
trayectoria técnica y emotiva de Igual Ruiz llegado a esa plazoleta donde es lícito descansar un
poco y elegir entre los senderos futuros o la colina en que es grato volver la mirada hacia el
camino andado y retar las cimas venideras.
Y es así, cuando el artista se nos muestra consciente de su labor realizada con éxito,
como debe ser contemplada su obra.
Enrique Igual Ruiz no ha tenido la impúdica prisa de manifestarse. Pudo parecer, incluso
a quienes recuerden su revelación el año 1918 en la Exposición de trabajos de los pensionados
en la Cartuja del Paular—además de la suya asistimos entonces a la revelación de otros tres
paisajistas ya hoy igualmente definidos: Pérez Rubio, Frau y Prieto—, que el pintor valenciano
dejaba diluirse las esenciales cualidades de luminista en la colaboración jornalera de las revistas
ilustradas y del arte editorial.
Pero la gallarda muestra actual, esta fe de vida y de potencialidad estética que dan sus
interpretaciones radiantes de la sierra madrileña y sus evocaciones no menos claras de bellos
lugares suizos disipan todo error pretérito.
2238
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
«He aquí—me dije—un paisajista que va a obstinarse con feliz resultado en lograr el
dominio de un ambiente antitético de su presente educación visual.»
Pero a él se lo callé. Aun estando tan cerca de mí y aun siguiendo paralelamente su vida
y su arte ejemplares, conociendo cada obra suya apenas recién nacida, nunca le dije la creencia
de saberle un posible intérprete de la atmósfera alta y un apasionado futuro—él, despertado a
la visión pictórica frente al mar—de la montaña.
Es más grato ver cómo nuestros presentimientos se cumplen sin que intervenga para un
resultado dubitativo nuestra voluntad, que no ayudándolos a realizarse.
Entre los lienzos que, como Serranía dorada—reproche elocuente de la errónea conducta
del Jurado de la Nacional última, que no supo o no quiso ver en todo su positivo valor—, cantan
en el tono varonil de nuestras cumbres castellanas y el jugoso escenario suizo del pueblecillo de
Champéry, al pie de los Den's Blanches; entre el Nublado sobre los franciscanos árboles y el
brocal humilde—uno de los mejores lienzos de la Exposición—y ese friolero y misterioso
arropamiento de las brumas del paisaje La niebla; entre la sequedad áspera, fulgurante, en que
todo crepita bajo un sol urente del hermoso lienzo La hora cálida, y la afable, la tierna, la
lánguida dulzura de este Otoño en él Lago de Neuchatel, con sus árboles de amarillo limón y
sus aguas transparentes, ¡qué colmada serie de aciertos, qué fácil y sencilla serenidad de
gozador de espacios libres y de éxtasis solitarios!
2239
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Las gentes de mar y de montaña, los vagabundos giróvagos y los labriegos sedentarios,
las bestias apacibles y las olas enfurecidas, también, bajo los dos grises del cielo pintado y del
cielo vivo.
El gran pintor asturiano expone veinte cuadros suyos en las Galerías Dorien Leigh. Son
sus Carnavaladas donde el genio creador y la maestría colorista alcanzan un valor único en el
arte español contemporáneo; faenas carboneras y agrícolas; paisajes empapados de lluvia y de
nostalgia; siluetas desoladas de miserables sin rumbo ni redención.
Basta examinar la Prensa londinense para ver que desde hace muchos años no obtenía
un artista extranjero tal éxito.
¿Y qué resulta del contacto de una pupila tan sutil y de una tan sutil pintura? Ante todo,
ha sabido elegirle para repetir una definición de Mr. Gasquioine Hartley: The first quality which
is peculiar to the paintings of Spain is their somberness.
Pero así como para Mr. Hartley ese «carácter sombrío» peculiar a la pintura española no
significa la idea de obscuridad, Konody deduce que Evaristo Valle es el más sombrío y al mismo
tiempo el constructor más pleno de armonías finísimas, de matices delicados que expresan un
país con el color y la forma. Nada tan lejos de él que la blatant or emphatic note, propia de
Anglada o de Zuloaga.
¡La mirada húmeda y vaga! Es ciertamente la del sol en Asturias y que Evaristo Valle
supo hacer suya. Pero es también la de P. G. Konody, en Londres, frente a unos cuadros
inconfundiblemente astures.
2240
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
»En una palabra, puede decirse que Valle no sigue la máxima moderna que es origen de
tanto y tanto cuadro malo, esto es, que la técnica carece de importancia. Su método de pintar
es originalísimo y el resultado es invariablemente agradable y sus cuadros producen la
sensación de calma y suavidad de tapiz antiguo.
»Valle posee el don de descubrir la belleza del color en todas partes. Todo adquiere un
valor decorativo en sus cuadros.
»Esperamos que por lo menos uno de estos interesantes lienzos se adquiera para nuestro
Museo de Arte Moderno de Londres, pues sólo con obras del mérito de las que expone Valle
podría llegarse a formarse una colección digna de aprecio.»
»Hace mucho tiempo que un pintor español no nos da una nota tan personal y
distinguida como la que caracteriza la obra de Evaristo Valle, que por primera vez expone en
Londres. Valle es un artista serio y concienzudo. Haciendo caso omiso del aspecto festivo de la
vida española, pinta con grave dignidad el paisaje y la vida de los distritos industriales y
agrícolas de Asturias. Se parece a Millet en la compasión que le inspiran los labriegos—aunque
el dibujo de sus figuras es menos esmerado—y a Cèzanne en la austeridad de su colorido.
»Ora en sus paisajes, en cuyos cielos se adivina el sol tras la opacidad de las nubes, ya
en otros cuadros que traducen un sentimiento elocuente, humano, como en Vagabundos, Valle
es siempre interesante. Sus cuadros de mineros son igualmente impresionantes, no sólo como
interpretaciones sinceras de la vida, sino como composiciones de alto sentido estético.
2241
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
»Aunque los temas escogidos por Valle son austeros y vibra en ellos una nota de intensa
melancolía, la nobleza y sencillez de su factura les da un valor genuina mente decorativo y
personal.»
«En el período de decadencia que vino después del apogeo del arte español--aña
de The Observer—Goya brilla como una antorcha solitaria. Al apagarse esta luz el arte
español volvió a sumergirse en las tinieblas, y en el siglo pasado se desarrolló ese romanticismo
falso que encontramos bajo la técnica viril y el naturalismo aparente de Zuloaga y sus
discípulos, en casi igual grado que bajo los colores efervescentes y los reflejos esmaltados de
Fortuny y su descendencia.
»Y ahora viene Evaristo Valle con todo el poder y autoridad de su pincel, para
demostrarnos que la vida en España no es una fiesta eterna bajo un cielo eternamente azul;
que en algunas partes de la Península, por lo menos, labriegos trabajan sin tregua y mineros
trabajan también extrayendo mineral de las entrañas de la tierra.
»Mas el arte mágico de Valle imprime a toda esta miseria una belleza infinita,
»De cuantos artistas españoles han presentado, hace años, sus lienzos al público
londinense, Valle es el más sincero y perfecto en el propósito y en la realización de su obra.»
«La fuerza del arte de Valle—dice The Morning Post—nos hace sentir todo esto. No falsea
la verdad, no se deja encadenar por convenciones ni se permite licencias técnicas. Sus cuadros
se distinguen por un espíritu investigador tan inflexible como sincero y por la revelación trágica
de la verdad. El sentido rítmico, el colorido y la ejecución de Valle, combinados con el valor
dramático de su obra, dan una idea realista de Asturias.
»Aunque casi todos los colores de su paleta son tristes, se encuentran en ésta notas de
suma belleza en el juego delicado de sus colores, perla y rosa, castaño y verde, azul y oro. La
Exposición de Valle es extraordinariamente interesante y debe ser visitada por los señores
directores del Museo de Arte Moderno de Londres.»
2242
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Todo esto, cuando se piensa que fuimos nosotros precisamente en las páginas de La
Esfera y en las fraternas de Nuevo Mundo quienes desde el primer instante exaltamos la pintura
de Valle (Véanse El Año Artístico 1919 y El Año Artístico 1922) de un modo franco, decidido y
esperanzado, nos colma de íntimo regocijo, porque fuera de España, España siga teniendo la
supremacía en el arte pictórico.
MEMORANDA
En el local del Grupo Escolar, de Gerona, expone el pintor Gili Roig una colección de
paisajes y notas de Calella de Palafrugell.
DICIEMBRE
En las dos salitas del Ateneo un joven artista alemán ha colgado varios cuadros,
grabados y dibujos sobre las paredes demasiado blancas y en la humilde y limpia quietud de
aquel sitio, no muy frecuentado por el público.
Este joven artista se siente un poco impaciente entre sus obras. Se le adivina el ansia de
vagar por sitios libres con su lápiz y su álbum de apuntes en la mano. Cada una de sus obras,
que contempla—¡tantas veces ya!—cotidianamente, forzado por la obligatoria espera del
comprador posible, le sugiere las trashumantes,, las giróvagas horas a través de pueblos,
caminos y ciudades españolas.
2243
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Como otros extranjeros, como muchos compatriotas suyos, Alberto Ziegler recorre
España y la exalta artísticamente. Tierras de Castilla y de Andalucía atraen con preferencia
estas miradas fecundas de los pintores nacidos en otros países. Las encuentran un carácter
exótico fuertemente acusado, cuyo «primer contacto» ya elogió Maurice Barres como primordial
condición estética.
(…). Tiene incluso verdaderos modelos del género, como el interior de la catedral de
Toledo; algunos rincones típicos de Granada o de Ronda, y las amplias panorámicas miradas
hacia Madrid desde la otra orilla del Manzanares (…).Completa, por último, la interesante
exhibición los dibujos a pluma y aguada referentes a Ronda, Granada y Guipúzcoa.
Son frecuentes las apariciones de Octavio Bianqui en Madrid. Cada año suele exponer el
fruto pictórico de sus correrías por diversas regiones españolas. Sin prisa y con fervor procura ir
ahondando en los secretos cada vez más reveladores a su espíritu y a su técnica, de la luz
diferente.
Y ofrece sus cuadros sin la soberbia aparatosa del que se imagina recién descubridor de
mediterráneos y escalador de cumbres. Sino con el ademán cordial, sencillo de quien cuenta lo
que ha visto al mismo tiempo de otras gentes y sin la pretensión de revelaciones inéditas.
Ya esta actitud noble del artista nos atrae a su obra en igual estado de ánimo propicio a
la sencillez expresiva que indudablemente tiene.
2244
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Algunas veces hemos aludido incidentalmente a los paisajes de Bianqui. Hoy quisiéramos
ser algo más concretos. Lo autoriza, lo exige incluso, su Exposición en el Museo de Arte
Moderno.
Octavio Bianqui presenta una veintena de cuadros. Son evocaciones de Mallorca, Asturias
y Santander.
Una gran variedad de notas promete ya el enunciado de los temas. Responde a ella la
justa diversidad colorista. No solamente el lógico contraste entre los cadmios y ultramares de la
costa balear con los grises, verdes y violetas de las cantábricas, sino entre estas mismas, entre
la Montaña y la tierra asturiana hay aquel sentido diferencial que una sutil visión pictórica
percibe.
Encontramos, además, una cualidad más apreciable en Octavio Bianqui con ventaja sobre
sus cuadros de otros años. La más dúctil y delicada finura de matices, la mejor blandura técnica
en la pincelada y en el paso de tono a tono. Va libertándose de cierta dureza violenta que hasta
hace peco predominaba en su manera habitual.
Persiste y aun se acentúa, por fortuna, su concepto entre clásico y romántico del
paisaje.
No hay miedo de verle caer en la futilidad de la nota por la nota; es decir, en ese
diletantismo puramente externo que o es una genialidad cromática o no pasa de simples
jugueteos de paleta.
Octavio Bianqui piensa, por el contrario—y piensa bien—, que el paisaje debe sugerir,
además de la veracidad local y horaria, una emoción, un recuerdo, un sentimiento en quien la
contempla. Y ese laudable propósito lo encontramos mejor definido que nunca en su actual
Exposición del Museo de Arte Moderno.
Los lienzos de Mallorca acentúan el cromatismo cálido. Son notas vibrantes un poco
enfáticas, inflamadas de sol y saturadas de mar. Se repite la disposición de anfiteatro en el
corte de cada cuadro. Es algo escenográfico que atrae en seguida las miradas superficiales—sin
que ello suponga acusar de superfluidad al artista.
2245
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No menos excelente, acaso más todavía, es la impresión que causan los cuadros
asturianos y montañeses. El Sr. Bianqui ha sabido saturarse de la sutilísima belleza de las dos
admirables regiones; ha afrontado con fortuna la prueba del fino luminismo del Norte, donde
tantos y tantos paisajistas fracasan. Cierto que no tiene, por ejemplo, la maestría—
consubstancial del temperamento nativo—de un Regoyos, un Evaristo Valle o un Nicanor Pinole;
pero sus cuadros de lluvia, de Cantábrico y de verde praderío están bien logrados.
Nota sensible y sensitiva que debiera adquirir el Museo de Arte Moderno, donde hay ya
otra obra en la que hace pensar esta de Bianqui como en una norma no desatendida: el
Chubasco en Granada, del maestro Muñoz Degrain.
Durante el mes de diciembre han expuesto en el Salón del Círculo de Bellas Artes dos
artistas interesantes: el pintor José Nogué y el repujador Eulogio Blasco (…) José Nogué Massó
es catalán (de Santa Coloma de Queralt) y reside en Jaén. Tiene una historia de trabajo lucido y
constante.
Hace poco más de veinte años frecuentaba el Círculo de Bellas Artes, domiciliado
entonces en la casa donde ahora está el Centro Asturiano. Se destacaba ya por notables
retratos, por simpáticas notas de paisaje. Como paisajista precisamente fué pensionado a
Roma, y uno de los envíos de su período de pensión obtuvo tercera medalla en 1912. De la
misma época son los lienzos Tipos de Italia, Tipos de Bretaña, Roma antigua, Aldeanos
italianos, Una noche en Brujas, Los dólmeness y sobre todo Los Apeninos.
2246
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
la que vuelve a buscarle el éxito. Si un trozo de naturaleza le valió la beca de Italia, si dos
cuadros de aire libre obtienen dos terceras medallas, es también un paisaje, Primavera en la
Costa Azul, el que logra verse recompensado con segunda medalla en la Nacional de 1922.
Incluso su otra obra, presentada en el mismo Certamen, era una notabilísima y audaz nota de
luz en la plácida tierra de Asis. Acaso tenía más valor técnico, más sentimiento este cuadro, que
es uno de los mejores del Sr. Nogué, por cómo el artista afronta la dificultad de interpretar el
sol en la más adversa y violenta de las condiciones.
Paisajes también los que envía a la Nacional de este año, y uno de los cuales
encontramos de nuevo en su exposición de lugares y figuras andaluzas, especialmente
jiennenses, del Salón del Círculo: La catedral de Jaén y Costa brava.
Pero en esta Exposición ya decimos que alterna el retrato, el lienzo de figura con el del
paisaje. Es como el tributo del artista a la tierra adoptiva. El Sr. Nogué, que está de profesar en
la Escuela de Artes y Oficios de Jaén, desea testimoniar con el conjunto de obras actuales su
amor a los temas típicos y a los lugares característicos.(…)
Así hallamos bastantes rostros femeninos enmarcados por la mantilla y las flores que
evocan días de procesión, corrida y feria, interiores de maliciosa dulzura, patios a la grata
penumbra de los toldos, agrupaciones de juerga y cante jondo románticas escenas de novios,
tituladas con el clásico Pelando la pava. (…) No obstante, y sin que ello signifique demérito de
los cuadros de figura, ya que el Sr. Nogué muestra en unos y otros sus condiciones
interesantes, sus lienzos de paisaje dan una más profunda sensación de arte. En ellos el Sr.
Nogué se encuentra más ligero de mano y más seguro de sensibilidad.
Sobre todo La catedra de Jaén nos parece una obra importante y definida uno de esos
paisajes donde el artista aparece capaz.
MEMORANDA
Es elegido académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando el pintor José María
López Mezquita. La propuesta la firmaban los pintores Fernando Alvarez de Sotomayor,
Manuel Benedito y Marceliano Santamaría. (…) en las Galerías Layetanas exhibe Joaquín Mir
diez y ocho paisajes.
2247
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En las Galerías Layetanas, de Barcelona, expone diez obras suyas el pintor Laureano
Barran (sic)
2248
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ENERO
La esencia creatriz, el fuerte dinamismo genesíaco que hay bajo la apariencia serena,
sosegada, de la obra de Joaquín Sunyer, es, acaso, Juan Maragall quien mejor supo verlo. Al
margen de las teorías de los demás, pero iluminando con su claridad de intelecto las otras
teorías que iban a brotar sugeridas por él, saturadas ya de su definición para siempre.
El escritor y el pintor se ponen en contacto por primera vez cuando la Exposición del
artista el año 1911 en Fayans Catalá. Juntos los recuerdos agrarios de Céret y las recién
brotadas contemplaciones agrarias de Sitges. Allí las maternidades que todavía saben a Mary
Cassat y los desnudos que ya perdieron la angulosidad áspera de los Lothe influenciales. Allí,
en fin, la Pastoral, que era donde Maragall había de desmentir una afirmación de Benedetto
Croce.
De aquel contacto entre dos sensibilidades íntegramente catalanas, entre dos medios de
expresión considerados antitéticos—las palabras ligadas en frases concretas; los colores
engastados en concretas formas—nacería no sólo una pauta crítica no desmentida ya por nadie,
sino la revelación, la anunciación ideológica al propio artista que supo aprovecharla para la
persistencia en los motivos y en el sentimiento.
― Así llegué delante de aquella Pastora!, donde me pareció ver resumida, aclarada y
sublimada toda la obra del artista‖ (…). He aquí la mujer en la Pastoral de Sunyer: es la
carne del paisaje que, animándose, se ha hecho carne. Aquella mujer, allí, no es una
arbitrariedad, es una fatalidad, es toda la historia de la creación, el esfuerzo creador
que produjo la curva de las montañas, no puede detenerse hasta producir las curvas del
cuerpo humano. La mujer y el paisaje son grados de una misma cosa; y el artista, fascinado
por las líneas del paisaje, verá brotar de su pincel, sin quererlo, las líneas del cuerpo de la
mujer. Este me parece a mí el sentido esencial de la Pastoral y de toda la obra de Sunyer."
(Impresión de la Exposición Sunyer.—A un amigo.—Tomo V de las Obras Completas, pág. 187.)
2249
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) No olvidamos ni desconocemos otras no menos expresivas. Las francesas, las belgas,
anteriores a su integración a Sitges; las catalanas donde hay que buscar a Eugenio D'Ors
(Fragmentos del Glosario, Mi Salón de Otoño), a José Junoy (Arte y Artistas) y Alejandro Planas
(Monografía de la serie Artistes Catalans Contemporanis), el malogrado Román Jori..... Aun
podríamos buscar a lo largo de nuestros comentarios al arte contemporáneo, las referencias
propias siempre laudatorias para Sunyer, desde que, hace más de quince años, afrontamos un
paisaje suyo de mediterránea pompay de tonal justeza.
Era, sin embargo, oportuno evocar, cuando las controversias madrileñas de 1925, el
artículo de Maragall que tuvo en las controversias barcelonesas de 1911 el valor de la
definición exacta y de la refutación ecuánime.
Cierto que nada atañen al valor intrínseco, a la pureza intima de la pintura de Sunyer, y
que, acaso, surgen como inevitables consecuencia de su virtualidad original. Pero si el fervor de
sus exégetas no hubiera sido tan agresivo y desdeñoso, tal vez la hostilidad de quienes están al
margen de la trayectoria estética o de las preferencias facturales de Sunyer, no se habría
manifestado con parejo carácter de negación sistemática.
"Toda obra de arte—dice Hennequin— toca por un lado, con el hombre que la creó, y por
el otro con el grupo de hombres a quienes conmueve."
Ese contacto que establece la obra de arte entre el creador y el contemplador, ya hemos
visto el bello resultado que tuvo cuando Maragall se acercó a Sunyer por primera vez. En el
caso de la Exposición actual causó una agitada, una apasionada violencia; no fué el producto
consecuente de sentimientos homogéneos, de ideas afines, de idénticas nociones estéticas, ni
siquiera de una posible rectificación visual.
Si el extremo que se une a las facultades emotivas del artista tiene aquel dulce sosiego,
aquella serenidad clara, armónica que envuelven por igual al artista y a la obra felizmente
expresiva de su yo, el otro extremo fué sacudido con ávidas codicias o feroces repulsas, antes
de lograr una aparente calma, la- no del todo espontánea—ternura comprensiva que es grata a
los artistas obstinados en su credo no asequible a las muchedumbres. Sorprende y entristece
ver cómo esta pintura de Sunyer, suave esencia de sonrisas femeninas, sensualidad afable de
castos desnudos, gracia sagrada de maternidades juveniles, inocencia atrayente de infancias en
su auroral promesa, plácida escenografía de bucólicos lugares a través de cuyos verdores y
curvas blandas se adivina la ondulación azul del Mediterráneo, pudo ser motivo problemático.
2250
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Faltó la mesura al ditirambo en igual medida que al apostrofe. Y nos parecía ver que los
desnudos núbiles o matroniles eran como los de esclavas de otro tiempo entre las manos de los
mercaderes, y que esos deleitosos lugares de naturaleza catalana donde Sunyer, para
conservarles su prestigio clásico, sólo supone posibles rítmicas actitudes de ninfas que se
libertaron de las vestiduras modernas, eran invadidos por contendientes sin merced para los
árboles de noble línea, los valles cálidos y amables como regazos humanos, las cimas de
femínea forma y los traslúcidos verdores de las umbrías solitarias.
Pero, por fortuna, todavía en cuestiones estéticas se puede opinar y actuar libremente en
España. Y podemos decir que si Joaquín Sunyer no es el artista único, incomparable y definidor
de una nueva era pictórica española, mucho menos puede confundírsele con el tipo de arrivista
mediocre, de burlón simulador que le atribuyen sus antípodas en sentimiento, ideología y
sensibilidad.
2251
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Estas campiñas armoniosas y jugosas; estos viñedos un poco agrios y esos olivares
argentados, estas donas macizas, de miembros fuertes y to¬sos venúsicos; estos chiquillos de
un quieto mirar, tienen la calidad étnica de su localismo, de su concreta demarcación
geográfica.
¡Pero hay tantas cosas más! ¡Ofrece tan amplia y dilatada serie de perspectivas!
Una sonrisa que viene de muy lejos, un sonreír de antiguas épocas, de paganas
deidades, refloreciendo en un arte moderno, pleno de pureza en la idea y en la forma.
Joaquín Sunyer es el colorista sin colorinismo, el luminista sin lumbrada. Se piensa ante
la gradual escala de sus grises, de sus verdes, sus ocres sanguíneos, en aquella definición del
delicado y sagaz Fromentin: "Generalmente se tiene una falsa idea del color. El color no resulta
de la intensidad, sino de la variedad, de la lógica y del acuerdo de los tonos; diferencia esencial
que hace de Delaroche un coloreador y de Delacroix un colorista."
Así, Joaquín Sunyer no puede nunca ser confundido con el coloreador, con el iluminador
de los dintornos, como en el caso de un obseso del dibujo, ni tampoco puede suponérsele en el
peligro de las pirotecnias impresionistas no aprendidas a manejar.
Hay en su pintura tan entrañable, tan gemela, fusión entre la línea, el sentimiento y el
color que de ahí el sosiego de los temas y de la ponderación que les hace amables. Las
calidades, sin atentar a la corporeidad, a la estructura fundamental de seres, plantas, celistias y
terreno, tienen una transparencia, una diafanidad de ensueño.
2252
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y, sin embargo, una certeza de vida palpitante, una veracidad de acento como en pocos
pintores hay. Dice lo que tiene que decir, y nada más. Pero la dicción va henchida de todas las
sugerencias emotivas que tiene la obra de arte bien concebida y bien resuelta.
Porque Sunyer no se aparta del ejemplario eterno; no desarticula los ritmos perdurables.
No desmiente su coetaneidad con el modelo que sitúa en el paisaje que le es familiar a ambos.
Sus mujeres desnudas no proceden de los museos, ni se anquilosan en las reglas de un
escolastismo afectado en actitudes de apoteosis olímpica. Están en la trayectoria sincera, en el
concepto revelado a los pintores modernos desde Goya. (…)
CUATRO EXPOSICIONES:
En las Salas Vilches ha fulgurado durante unos días aquel resplandor del sorollismo que
fuera tentación peligrosa de muchas falenas pictóricas. Se sabe cómo la fórmula sorollista
inflamaba la paleta de los valencianos coetáneos o sucedáneos del autor de Triste Herencia.
Pero sólo contados de ellos tenían, dentro de la luz ajena, acento propio. Eran más los
que vencía el deslumbramiento y abdicaban de todo rasgo personal y característico en
holocausto a la revelación del maestro.
José Navarro no figuraba entre estos últimos, sino era de aquéllos en la primacía
consciente de la filiación técnica y estética, pero también dotados de la peculiar calidad. Su
sorollismo indiscutible no llegaba a dañar el valor positivo de creador independiente.
En Madrid pudo apreciarse por primera vez la interesante faceta pictórica de Navarro
dentro de la escuela sorollista, cuando la Exposición Valenciana de 1923. En la América del Sur
ya era más conocido por cómo supieron aprovechar los marchantes aquella pasmosa
identidad de procedimiento que igualaba muchas veces un apunte, una nota de Navarro con
las de Sorolla.
Pero, tal como ha quedado, su obra tiene ya un mérito definido y concreto. Hace pensar
en Sorolla, alcanza la potencia lumínica del maestro y, sin embargo, adivinamos en seguida una
sensibilidad sutilísima, algo más interesante que la hábil asimilación de una manera.
2253
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
José Navarro amaba el aire libre, la radiante claridad levantina, las bellas transparencias,
los nerviosos y vibrantes toques, la pincelada fácil. Era el impresionista al modo español, no al
modo francés.
Vilches ha sabido reunir lo mejor, lo más característico de este pintor por tantos
conceptos interesante. Algunos cuadros son. verdaderas joyitas. Rutilan como gamas
hábilmente engastadas en metales ricos, como ciertas vigorosas fantasías cromáticas a lo Frank
Brangwyn. Sabrosas gamas de color, gratas de contemplar, aun por aquellos que prefieran otro
luminismo menos extenso. Muestras expresivas con derecho a ser intercaladas en la historia de
las modernas tendencias de nuestra pintura, cuando se trate de definir—sintético, esquemático,
reducido a sus primeros principios—el sorollismo.
En el Salón Nancy, luchando con la adversa condición del fondo, los cuadritos del
paisajista Basiano ofrecían su noble sobriedad, su sencillez tierna, ese íntimo sentimiento de
verdadero arte que va dejando de ser frecuente en la codicia exhibicionista de los pintores
actuales.
Basiano es navarro. Hace años vimos unos cuadros suyos en el Salón Iturrioz, recién
desprendidos de la tierra madre. Luego, le hemos encontrado cuando él quería mostrarse,
porque ya se ha dicho que prefiere la libertad de campos y cimas a la heteróclita confusión de
las Exposiciones colectivas.
Pero, de cuando en cuando, los lienzos de Basiano remansaban nuestra mirada entre los
que la irritaban o la entristecían.
2254
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y siempre con este dulce afecto a las cosas nobles o las claridades fugitivas: árboles,
nubes, ríos, templos humildes y viejos lugares. La naturaleza adquiere en el arte de Basiano
una gracia fecunda, una serenidad sonriente. Nos hallamos a gusto en su contemplación.
Porque es así, lejos del énfasis y de la pedantería, que suelen tener ya demasiados paisajistas,
como se la puede considerar más asequible al efecto y a la gratitud del hombre hijo de ella y
que en ella había de reposar.
Luis Huidobro ha colmado el Salón del Círculo de Bellas Artes con la franca y tumultuaria
fecundidad de su pintura.
Cerca de cien obras entre cuadros, bocetos, apuntes de distintas inspiración y técnica.
Una gran diversidad de motivos y lugares, también. Figuras realistas, ensayos decorativos y
paisajes. Paisajes sobre todo. Al tiempo que sus cuadros grandes, de ambiente y costumbres
madrileñas. Huidobro gusta de pintar la naturaleza libre, los rincones típicos de las ciudades
viejas y las campiñas de las diferentes regiones.
Así, esta exposición suya da la idea del temperamento insaciable e insatisfecho del
artista; es un índice cromático de sus paseatas a lo largo de España. Con simpático impudor, no
oculta al público sus búsquedas ansiosas por una ruta paralela a la de su madrileñismo, ya
definido.
Y tal vez son precisamente sus notas de viajero las que más lograda belleza tenían en
esta exposición exuberante. Había, claro es, los torsos arrogantes o esbeltos de muchachas
madrileñas, glosas a fiestas características de los barrios populares, páginas como el Nocturno
impregnadas de melancólica delicadeza; pero encontrábamos, mejor que en estos lienzos —
bocetos seguramente de futuras obras-—a Luis Huidobro en sus estrofas del gran poema
pictórico español.
2255
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Conocerle bien y divulgarle luego, fué el propósito que llevó a Franquesa al Valle de Aran
y lo retuvo largo tiempo entre la plural belleza de sus innumerables sugestiones.
Francisco Franquesa residió en el Valle de Aran, trepó a las cumbres y recorrió sus
pueblecillos durante distintas estaciones. Conoció los mismos lugares bajo los aspectos
diferentes de la invernada, las suaves venalidades, el estío fulgurante y el otoño romántico.
Fruto de su larga estada en el Valle—que según parece va a ser, con muy buen acuerdo,
declarado Parque Nacional—, el joven pintor catalán ha expuesto en el Salón de Arte
Moderno doce cuadros.
Reflejan diversos estados del delicioso sitio. Lugares recónditos, apacibles, de bucólica
poesía y miradas a las cumbres ingentes que el sol rojizo de los atardeceres inflama; las nubes
bajas en una mañana de verano, y la pompa señoril de 'las últimas hojas.
Pero tanto como el acierto de los asuntos y la indudable capacidad decorativa de las
composiciones, interesa la pincelada minuciosa, el toque detallista, con una complacencia de
primitivo en los primeros términos.
Franquesa cuida sus cuadros como si fueran documentos testimoniales de la flora del
Valle. Y cuando se pasa al examen de sus lienzos, luego de la primera sensación, vemos que el
artista ha ido dibujando y pintando tallo por tallo, pétalo por pétalo, hoja por hoja, la inmensa
variedad de flores insinuadas solamente como un matiz secundario de la obra total.
2256
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
En las Galerías Layetanas de Barcelona exponen una serie de obras pictóricas y dibujos
Dionisio Baixeras varios retratos el pintor Carlos Vázquez y unos paisajes el señor Olivet
Llegares.
Los artistas expositores son Fernando Mories, Enrique Climent, César Prieto, E. Santonja
Rosales, Vicente Santos Sáinz, Ricardo Segundo, Juan Esplandiú, José Puigdendolas, E. Simonet
Castro.
FEBRERO
2257
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
publicación Almanac de les Arts, editada el año anterior por primera vez, nos recordó artistas ya
conocidos, nos reveló otros nuevos, y hacia todos ellos aumentó nuestra estimación. "Fent
conversa de les valors —decía el prólogo del Almanaque—, da vierietat (sic) de gent que a
Sabadell esmerga llurs activitats mes amoroses i arborades a l‘art, algú deixá volar la idea de
condensar en una publicació alió que pogués donar mesura de la categoría en aquest aspecte
assolida per la ciutat, a fi de llançarla a la cara dels adalerats només per les pessetes i als peus
dels que formen l'aristocracia de l'esperit.
"I vet aquí que aquella idea, fermentada en el cor d'alguns homes de bona voluntat, ara
s'ha traduit en un fet que es aquest llibre, del qual tot just heu obert els primers fulls frisant
copsar-hi una emoció o esperant el poder-hi rabejar la vostra ironía i que nosaltres els amadors
de les arts universals, desenrotllant-se a Sabadell, us oferim amb un tremolor pie de goig amb
la humilitat de l‘esforç que hi hem pogut posar."
No es la primera vez. Hace cuatro años, hubo ocasión también de acercarse a su arte
ávido de armoniosas claridades. Fue en este mismo Salón del Círculo de Bellas Artes, y con un
conjunto menos homogéneo y más amplio que el actual. Entonces el artista diversificaba su
inspiración entre figuras y paisajes. Retratos de elegante prestancia y delicados acordes,
lugares de fragante sentimiento de la naturaleza, ensayos de decoraciones murales, de
ampulosa y mediterránea capacidad.
2258
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero es ahora cuando nos parece que Vila Puig se nos muestra íntegro, capaz y seguro.
Es ya el paisajista por convencimiento feliz de sus facultades, por el adecuado empleo de
expresión de su sensibilidad.
Por fortuna para la moderna pintura catalana, esta nota de amor, sin tristeza ni
melancolía intelectual, a los agros saturados de mar y paliados de celistias diáfanas, es ya
frecuente en sus paisajistas jóvenes, como una herencia del patriarca Joaquín Mir. La
encontramos también en Mallol, en Duran y Camps. Y, en una trayectoria distinta, en el arte de
formas femeninas desnudas y campiñas de redondas jugosidades de Joaquín Sunyer.
La sensación de amable alegría que causaba la Exposición de Vila Puig, procedía tanto de
los temas como de la técnica y de las gamas predilectas: campiñas en primavera y estío,
simples y amplias masas de color y los azules, los verdes de rica transparencia, los rojos rútilos,
los blancos henchidos de luz…
Y, sobre todo, los platas; no los grises mortecinos, sucios, deprimentes de otros
pintores, sino unos grises cantarines, atesorados de interiores reflejos, gratos y cariciosos a la
mirada con su argente brillantez. Esta incorporación de grises a la paleta de Vila Puig, donde los
azules y los verdes eran los predilectos, han hecho de su pintura una más sutil belleza atractiva
a las miradas e iluminadora del recuerdo.
En este sentido, ¿cómo olvidar La fuente, que hace pensar en un Corot, avivado por el
impresionismo francés? O el Camino viejo, Paisaje del Vallés, Los huertos, Estudio de un valor,
Santiga, y tantos otros donde la mirada y el alma se detenían como en ciertas horas vivas y en
determinados lugares dilectos se rezagan para después en los malos instantes tener el consuelo
de una nostalgia plena de fragancia y de ternura.
2259
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Acaso va a ser preciso advertir a quienes disponen de la concesión de esta sala del
Museo, la responsabilidad en que incurren, y cómo están obligados a que el hecho de exponer
allí signifique una consagración o un homenaje, nunca un pretexto más para el confusionismo
de valores hoy imperante en la República de las Artes.
Apresurémonos a insistir que Puig Perucho es de los pintores que tiene derecho legítimo
a ser mostrado por el Museo de Arte Moderno.
De este modo su Exposición en el Museo de Arte Moderno tenía que ser lo que ha sido:
deleite pera unos pocos, y tranquilo respeto del artista a sí mismo y a su obra anterior. No la
adventicia y ocasional reunión de lienzos dispares; no el afán de lucro mal disfrazado, sino la
concreta oferta de una serie de cuadros instrumentados por la unidad de tiempo y de lugar,
atendiendo no a la venta—legítima siempre—en primer término, sino a mostrar lo que el artista
cree digno de ser visto por los demás, aunque ya no pueda ser adquirido por segunda vez.
Puig Perucho, salvo dos lienzos—Plaza Lesseps de Barcelona y San Martín de Sobremunt-
reunía diecisiete obras, que eran como otras tantas acotaciones plásticas de su estancia en un
pueblo de la encantadora y sugeridora comarca del Vallés.
El pueblo, sus alrededores, sus calles, es el protagonista de esta Exposición. El artista nos
narra, con el acento de serena calma, que es su característica tonal, los momentos de luz sobre
diferentes sitios que un mismo cielo cubre; una misma flora sonríe, unas gentes únicas cultivan.
Esta narración del artista tiene un sabor de confidencia que, insensiblemente, sin darnos
cuenta, adquiere a veces elevada grandeza emotiva.
2260
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¿De dónde brota ese hálito de grandeza? No se sabe, no se puede decir escuetamente.
Es preciso sentirlo, hay, que irnos dejando ganar por el acento cromático, sin eco ni fulgor, del
artista. No se percibe desde el primer contacto con esta pintura simple de una aparente afonía
tonal y que esta henchida de sutilísimas modulaciones.
Como estados de luz en una brevedad de orto o de ocaso, cada cuadro depende del
anterior y sitúa al que le sucede. Y la totalidad es como la de esas piezas exprofesas para la
música de cámara de mediados del siglo XIX antes de que la encendieran o la desarticulasen las
extravagancias arrivistas.
BERNARDINO DE PANTORBA
Hace poco más de tres años que Bernardino de Pantorba se reintegró a la vida artística
española. Durante mucho tiempo residió en la Argentina, y su aportación a las exposiciones y
revistas bonaerenses era apreciada en su justo valor.
Pero todo ello, con ser tanto en el período adolescente de la formación estética y
espiritual de un artista, nada habría significado a la postre si en Bernardino de Pantorba no
hubiesen latentes las facultades propias el gusto personal y una sagaz independencia de criterio
que hoy día le define a si mismo, sin necesidad de buscarle antecedentes facturales e
ideológicos, sin dejarse caer tampoco en los pasajeros extravíos y las transitorias
extravagancias de los arrivistas y los impacientes.
2261
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No. Bernardino de Pantorba es un artista capacitado para la labor seria que viere
realizando. Está por igual equidistante de los arbitrarios exhibicionismos y de las intransigencias
rezagadas. Y sabe simultanear de un modo generoso y amplio la crítica de la obra ajena con el
noble ejercicio de la propia producción.
Desde su retorno a España, ésta es la segunda vez que expone un conjunto de obras
suyas. La primera fué en el Ateneo hace más de tres años. Varios paisajes argentinos y
españoles (de su Andalucía natal estos últimos) que revelaron a la crítica una fina sensibilidad
de pintor.
Pero si hasta ahora no hubo ocasión de volver a afrontar su obra con la asequible
elocuencia de la exhibición particular—donde no pueden dañarla ni falsearla los contactos
ajenos—, Bernardino de Pantorba ha venido colaborando en cuantas manifestaciones de arte se
celebran en Madrid: Exposiciones Nacionales, Salones de Otoño, Salones de Humoristas, etc.
Finalmente, sus dibujos de los Salones de Humoristas y esta bella serie de Rostros
españoles que vienen publicándose en La Esfera, completan esa labor de divulgación artística y
literaria de los prestigios contemporáneos, a la que Bernardino de Pantorba se consagró desde
su retorno a España.
2262
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Además, quien haya seguido la trayectoria artística de este pintor, por tantos conceptos
interesante, puede apreciar como procura la superación sucesiva, el incesante prurito de no
adormecerse en una fórmula felizmente lograda. Entre sus notas argentinas y andaluzas de la
Exposición del Ateneo el año 1922 y las de tierras castellanas y montañesas del actual con-
junto, ¡qué dilatado y camino hecho en el progresivo avance de sus facultades! ¡Cuántas
notables adquisiciones de técnica y de sentimiento!
Desde luego, hay en él, ya, el luminista que no precisa de las cálidas de los esplendores
del Sur, de las gamas y soleadas fulguraciones para acreditar la fineza luminista y la delicadeza
de matices.
En el lienzo La montaña y la ría, que es uno de sus mejores aciertos, se. aprecia esa
grata conquista de los grises, de la suave luz harto más difícil de lograr que las rutilancias
meridionales.
Como también en la serie de dibujos ágiles, sueltos de estilo, de una aparente ligereza,
pero de una entrañable virtualidad clásica.(…)
Antes les perjudicaba que servía de favorable casualidad este inmediato contacto de
antagónicas pinturas; porque, realmente, no existía de unos expositores a otros la menor
relación espiritual ni factural, y ello daba al conjunto ese confuso y promiscuo aspecto que
culmina—intolerable ya— en las ferias bienales de la medallería.
2263
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Disculpaba algo, sin embargo, el saber que no guiaba a estos siete artistas la
preocupación de los escalafones de celebridad que suponen las Exposiciones Nacionales, sino
que, por el contrario, ofrecían sus obras con la ingenua y un poco melancólica fatalidad que
acucia a los artistas españoles en lucha con el desdén del público y la falta de adquirentes, aun
en modestas condiciones.
Ese abnegado esfuerzo de aprovechar cualquier momento para mostrar lo que van
realizando, sin afán de lucro ni otro estímulo que la propia inquietud, ya hace respetable la
tentativa, aun cuando se realice, como en este caso, de un modo heteróclito.
los artistas eran: D. Juan Espina, D. Eduardo Urquiola, D. Ernesto Gutiérrez, D. José
Ribera, D. José Ordóñez, D. Juan Ferrer y D. Pedro Espina, dicho sea en el orden que tenían en
el catálogo común.
Don Juan Espina sostiene su gallardía de veterano que ama la vanguardia. Tenía cinco
óleos, siete apuntes y once aguafuertes. En todas estas obras el ímpetu romántico, la frescura
cromática, el hálito de vitalidad que le caracteriza.
Repetidas veces se ha podido leer en tomos anteriores—ya que el Sr. Espina afronta con
frecuencia la opinión de los demás—comentarios elogiosos a su labor. Es uno de los mejores
paisajistas españoles. Sus evocaciones del Guadarrama; sus glosas pictóricas a las cercanías
madrileñas han ido desenvolviéndose paralelas a las sensatas y nobles normas evolutivas de las
distintas épocas que ha conocido en su dilatada existencia. Si conservan latente y puro el credo
sentimental y el acento personalísimo de su arte, no por ello D. Juan Espina dejó de aceptar las
modernas revelaciones ni se rezagó en rancias intransigencias.
Don Eduardo Urquiola presentaba nueve lienzos de figura y seis apuntes de paisaje, con
más algunos bocetos de retratos. Es un pintor de ponderación clásica, pero que tampoco
rechaza las insinuaciones de su siglo.
2264
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Ernesto Gutiérrez tornaba a deleitarnos con su arte diáfano, sonriente, de una sutil
elegancia.
Tanto sus notas urbanas Parísienses como las madrileñas, tienen aquel encanto veraz y
aquel interés documental que las valora doblemente. Son lugares que las gentes frecuentan sin
presentir su belleza peculiar, el hechizo secreto que sólo el artista descubre. Y cuando los
vemos reproducidos por un espíritu tan sensible y una técnica de tal manera aguda cuales los
de Ernesto Gutiérrez, ya para siempre reveladas en toda su integridad emotiva.
Don José Ribera simultanea con feliz identidad de aciertos el paisaje y la figura.
Recordamos de los Certámenes Nacionales cuadros de ambos géneros destacados
valiosamente. Su conjunto actual abundaba más en retratos. Los paisajes eran notas brillantes,
certeras, de vivo colorido y profundo sentimiento.
Entre los lienzos de figura resaltaban Vieja de Castilla y el encantador grupo femenino
titulado Margarita y Angelina.
Don José Ordóñez ha sido para nosotros la revelación de un notable paisajista. No muy
numerosa, ni de grandes dimensiones los cuadros que la componían; su instalación daba grata
idea de un temperamento esencialmente capacitado para esta clase de pintura.
De muy diversos puntos de España, cada lienzo estaba logrado con la luz de su latitud y
con el acento expresivo característico de cada región. Se conoce que el artista ama la inquietud
viajera y gusta de interpretar los más opuestos temas paisistas.
Don Juan Ferrer sí nos es más conocido. También un pintor joven muy de su tiempo y
con positivas dotes de colorista. Venimos siguiendo su labor plena de interés en una ascendente
ruta de prepósitos bien logrados y de dificultades bellamente vencidas.
2265
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En uno de los salones de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se celebra
una Exposición de Obras de los alumnos pensionados por la Escuela Superior de Pintura en la
Residencia de Granada.
Los cuadros expuestos que reproducen paisajes, lugares y tipos granadinos son obra de
los alumnos Julián Gómez Fraile, Andrés Fernández Cuervo, José Narro, Rafael Sancho, Vicente
Mulet y Rafael Estellés Bartual.
2266
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En unión del homenajeado sentáronse a la mesa los Sres. Clará, D'Ors, Díez-Canedo,
Chacón y Calvo, Sarrailh, Girondo, Franquesa, Pinazo, Macho, Abril, Cristóbal Ruiz, Barral,
Vegue, Pugés, Vinardell Méndez Casal, Marichalar, Guillén, García Lorca, Fernández Almagro
Echevarría, Lequerica, Negrín, Vázquez Díaz, De Torre, Enríquez, Vila Puig y
otros.
Leídas por el Sr. Enríquez las adhesiones de algunas personalidades de Cataluña y de los
señores marqués de Montesa, Francés, Marquina (E. y R), Ostria Gutiérrez,
Lezama, etcétera.
MARZO
PAISAJES Y PAISAJISTAS:
I. —ELISEO MEIFREN
Eliseo Meifren busca frecuente contacto con el público. Artista activo, contemplador
cotidiano y laborioso de la naturaleza, siempre tiene obras nuevas que exhibir; no
desaprovecha la ocasión que le parece oportuna, sin preocuparse de que, además, pueda ser
fructífera. Así, sus cuadros, apenas concluidos, pasan de la propicia luz, del adecuado ambiente
donde fueron creados, a la no siempre favorable promiscuidad de las exposiciones colectivas o
a la descaracterizante iluminación artificial de los Saloncitos individuales. Desde hace algunos
años, no transcurren muchos meses sin que Madrid tenga el agrado de ver pinturas de Elíseo
Meifren. El paisajista catalán procura mantener latente esa relación directa entre el artista y los
aficionados a su arte. Ello establece ya una amable, una casi familiar confianza entre las
dilectas preferencias temáticas de él y las de sus clientes habituales.
2267
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Lo que sucede es que permanece fiel a sus principios estéticos y a sus cromáticas
sugerencias de siempre.
Ya suficientemente aclarado este punto, diremos que esta Exposición última del paisajista
catalán no por su reducido número de obras y las pequeñas dimensiones de éstas dejaba de
tener una positiva significación de lo que Meifren significa en la pintura contemporánea.
Como un concreto resumen, también, de las notas habituales, de los lugares que ama el
artista evocar con la sutil pericia de su manera.
He aquí las dilatadas armonías de altos y amplios celajes sobre la baja tierra o las tersas
marismas. Esos verticales espacios atmosféricos donde Meifren observa tiernas coloraciones de
ópalos y perlas; rectangulares éxtasis cromáticos donde lo de menos es la composición de las
formas ni la acotación del sitio donde fueron exaltados, sino el arrobamiento lumínico que
revelan en el pintor.
También los nocturnos de los pueblos pesqueros en la costa catalana. Esos nocturnos
azules vistos al resplandor caricioso de la luna llena, con las siluetas de una torre humilde y de
unos humildes tapiales a contracielo plácido, son también notas favoritas y prolongadas a lo
largo de la producción de Elíseo Meifren. En el Salón Nancy encontramos la noble escenografía
de uno de ellos: reflejos de luz en el agua quieta que lame los edificios pobres, la curva forma
de una barca olvidada, el melancólico misterio de las rúas desiertas que se insinúan en un
boquete de sombra invitándonos a penetrar en él.
2268
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Luego las alusiones a Mallorca. Los esplendores rútilos, ultramarinos y las celistias
radiantes de la Isla Dorada. De nuevo la armónica majestad de la catedral de Palma toda
inflamada de los cadmios crepusculares; el jardín paradisíaco del artista eternamente florido; las
barrancas apasionadas de color y de un fecundo dinamismo en sus calidades latentes, y los
amables, los deleitosos estuarios donde agua y tierra se remansan y acarician mansamente.
Notas de Nueva York, también. Pero del Nueva York libre del colmenar bullicio urbano. La
ciudad, el ajetreo de las calles invadidas por el gentío no interesa al paisajista. Se comprende
que Meifren indagaba más allá de las casas lanzadas al cielo con la múltiple angustia de los
habitáculos rumorosos a trabajo, los aquietados refugios de la naturaleza intacta, o, por lo
menos, poco profanada todavía. Se comprende algo como nostalgia de los parques, de los
jardines, de las campiñas, de los playales europeos en estas notas neoyorkinas que nada tienen
del acento convenido y convencional de Nueva York, que son lugares rurales o rincones
forestales gratos al artista y al ávido de soledad.
Al mismo tiempo que Elíseo Meifrén en el Salón Nancy, exhibía en el Salón del Círculo
de Bellas Artes otro paisajista: Emilio García Martínez.
Era aguardada esta primera Exposición de García Martínez. Se deseaba ver sin
coincidencias adversas ni contactos hostiles la obra de este pintor, que sólo conocíamos
fragmentaria a través de la desfavorable y heteróclita ineficacia de los Certámenes nacionales
o de sus parodias colectivas.
Porque García Martínez es uno de esos artistas que van creando, sin estridencia
reclamista, sin enrolamiento en camarilla de vanguardia, ni con arrivismos de simulador, una
obra al margen de los que captan medallas o conquistan a los snobs.
2269
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Le basta con sentirla él, con conocerla él, con anotarla como una glosa espiritual y visual.
En el Salón del Círculo, García. Martínez había reunido cuarenta cuadros y veinte
apuntes. La mayoría castellanos; el resto de Asturias. Del contraste de ambientes tan dispares
surgía elocuente la capacidad comprensiva y expresiva del pintor. La misma carencia de
prejuicios escolásticos, de la faramalla teoricista que entuerta a tantos pintores obsesionados de
modernidad, manifiesta García Martínez de recetas técnicas. Su diálogo con el natural es
sencillo, espontáneo y claro, como el de un campesino que fuera, además, poeta sin
envanecerse de saberlo.
A Castilla la otorga esa pompa magnificente, esa augusta majestad que los tópicos
literarios y las diatribas de muchos provincianos tolerados en la Corte la niegan. Empieza a
concederse ya a Castilla no solamente su profunda espiritualidad, no sólo su ahincado y
profundo idealismo, esa inagotable esencia, anímica que la hace señera del pensamiento
español, sino también aquella otra virtualidad plástica, el don sugeridor de apetecible encanto
pictórico.
2270
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No menos interesantes sus paisajes asturianos. Ve Asturias tal vez con diferente ternura
que la contemplan y la interpretan los artistas nativos: Valle, Piñole, Vicente, los Soria, los
Espolita. Pero las cualidades intrínsecas del pintor—sinceridad frente al natural, sentimental
cordialidad—le consienten dar una visión afable. Citemos, por ejemplo, Covadonga; con la
arrogancia proral del Monte Cueto erizado por la Basílica; La quintana de los laureles, Rincón de
Asturias, Vega asturiana, Oviedo..
Juvenilia impaciente:, mocerío impetuoso. Cosas dichas ya, pero repetidas con un acento
que aspira a ser nuevo y una simpática inclinación a las claras síntesis.
Esta es la primera impresión que causan las notas de paisaje que ha expuesto Antonio
Luis Gutiérrez en el Salón de Arte Moderno.
Incluso podría insinuarse también—sin que esto sea ya un reproche— que el joven pintor
viaja más con la fantasía que busca ante el natural esos motivos serranos y esas deliciosas
diafanidades de aire libre de sus cuadros.
En cambio, los dibujos son mucho más personales. Tienen gracia y fortaleza al mismo
tiempo que el doble parecido fisonómico y anímico de los modelos.
2271
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
También en el Círculo de Bellas Artes expone Ernesto Riccio, cuyo acento lírico, cuya
impetuosidad romántica están de tal modo justamente ligadas a España.
Ernesto Riccio conoce bien el mapa interior, vivo, esplendoroso o sombrío, trágico o
bucólico, ardiente y místico de nuestra península. Ha viajado por toda ella y la fue reflejando,
cada cuadro con mejor perfección, con más profunda belleza, a través de su extensa obra.
Paisajes de Italia y de España exhibe Riccio en su Exposición del Círculo de Bellas Artes.
Luz fraterna, sitios fraternales, campiñas de una semejanza familiar unos y otros; tanto, que
sorprendía hallar un nombre italiano bajo el lienzo que se suponía español, o, al contrario. Pero
tal vez la virtualidad de esta interpretación duple de dos naciones con tantas coincidencias y
caracteres comunes, sale del hispanismo cordial, visual e intelectual del admirable pintor.
Ernesto Riccio está saturado de hispanismo. Sus paisajes, alcanzada ya una plenitud
técnica, elocuente, son entrañablemente españoles, y su acento robusto empapado de lirismo
perdurable de aquí.
Junto a Riccio, en la sala inmediata, ofrecía Tomás Gutiérrez Larraya sus estampas
sintéticas. Gutiérrez Larraya es un artista múltiple, al que no daña su multiplicidad. Ha
ennoblecido los bellos oficios aportando a ellos su maestría profesional, su cultura oportuna.
Ilustra las páginas de las revistas y el gusto esparcido de las gentes, con lo que quiere decirse
es escritor de temas artísticos y estampista con fines editoriales.
2272
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Los personajes y las palabras de Larraya se ofrecen con igual efusión. Con igual frescura
de sinceridad también. Y siempre saturados de buen arte, extasiados largamente ante la vida.
También un estampista del paisaje, Simonet Castro, que colgó sus grandes acuarelas,
temples—y alguno que otro óleo—en las paredes aterciopeladas de rojo del Salón Nancy.
2273
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
En el Hotel Nacional de Madrid se celebra un banquete en honor del pintor Puig Perucho.
El Centro Artístico de Granada obsequia con un banquete al pintor José Carazo por haber
obtenido el premio en el concurso de carteles anunciadores de las fiestas del Corpus en aquella
ciudad.
En la Galería Georges Petit, de París, expone una serie de paisajes españoles el pintor
Carlos Lezcano.
En la Casa del Libro, de Madrid, pronuncia una conferencia el autor de esta obra acerca
de "Los pintores argentinos en España".
2274
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
ABRIL
LA EXPOSICIÓN DE SEVILLA
Como en años anteriores, Sevilla ha tenido su Exposición de Bellas Artes para dar a los
algareros días vernales, un buen atractivo más de sus fiestas, como una espléndida muestra,
realmente, de lo que sus artistas significan en el actual renacimiento estético de nuestra patria.
"Tiene esta Exposición de Arte—dice, al frente del catálogo, el ilustre escritor sevillano José
Andrés Vázquez—, en primer término, la hermosura de lo habitual y la regularidad de lo
indispensable. Por ello, los ojos ávidos del mundo que vienen a escudriñarnos, se asoman al
fondo recóndito del espíritu de nuestros artistas llenos del afán de no pintar ya más panderetas
para la exportación, consagrándose, en cambio, con cariño efusivo y comprensivo, a difundir la
legítima representación del alma andaluza y a proyectar su verdadera luz sobre todos los
prejuicios y todas las falsas interpretaciones.
"La singular índole desinteresada de este certamen anual es una cualidad preciosa y
característica de nuestras exhibiciones de arte. Aquí no se hacen oposiciones a recompensas, ni
se libran batallas apasionadas por obtener los premios... Aquí se organiza una verdadera
Exposición de Arte puro, donde, por lo mismo, no se concibe el análisis crítico, sino la síntesis
estética: trátase nada más que demostrar al mundo la altísima valoración del espíritu andaluz
por la noble actividad que cada año desarrollan para interpretar la belleza los artistas
expositores, todos iguales ante la única categoría posible en arte; la de hacer Arte."
Fiel a este elevado propósito, la Exposición anual de Sevilla resume y compendia no sólo
los esfuerzos de los artistas nacidos o residentes en la incomparable ciudad bética, sino también
los de toda la región andaluza, con lo cual puede verse hasta qué punto no se rezaga ésta en la
aportación de valores ya consolidados o nacientes a los aportados por otras demarcaciones
geográficas.
2275
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y en este sentido, la Exposición de este año bien merecía la noble acogida y el afable
eco.
Párrafo aparte merece, por lo que representan de estímulo oficial a las bellas artes, los
envíos de los tres pensionados por el Ayuntamiento que sucedieron a los notabilísimos artistas,
hoy ya firmemente destacados, Santiago Martínez, Alfonso Grosso y Enrique Pérez
Comendador.
Los tres pensionados actuales san los pintores Agustín Segura, José María Labrador
(pintores) y Esteban Domínguez (escultor). Sus obras revelan hasta qué punto fué acertada la
2276
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
designación de las becas correspondientes, toda vez que destacan con personal valía en el
meritísimo conjunto.
Hay una misteriosa atracción que nos embruja cuando nuestra muerte se aproxima para
devolvernos a la tierra natal. Y es tanto más irresistible cuanto mayor ansia de horizontes
acució al predestinado a vivir lejos de la patria y a venir a morir entrañablemente dentro de
ella, en el melancólico o triunfal retorno.
Uno de estos hombres que vuelven para morir en la tierra natal fué Mariano Barbasán y
Lagueruela (…).
Hacía treinta, treinta y cinco años que abandonó la ciudad natal. Su obra reproducía
momentos, sitios, paisajes, gentes no españoles. Había ido madurando lejos de donde fué
sembrada como un fruto desgajado tempranamente. Las adolescencias coetáneas de la suya
habían envejecido o habían muerto. La patria remota estaría henchida de nombres nuevos,
tendencias distintas, egoísmos de diferente apariencia... No ignoraba que, aun teniendo la fiel
acogida de los marchantes, de los coleccionistas hostiles y desdeñosos al snobismo de los
últimos años, su pintura estaba remansada en un ayer más veraz, más romántico y más
honesto.
Y, sin embargo, Mariano Barbasán llega un instante en que siente la violenta necesidad
de volver a España, de buscar entre las muchedumbres desconocidas algunos rostros de ayer, y
en las ciudades renovadas los rincones típicos. Abandona el ambiente propicio por el
enigmático. Pasa otra vez por las fronteras del arte nuevo sin avergonzarse de su credo que los
aduaneros jovenzuelos, impacientes, del arrivismo fácil pueden considerar envejecido y sin
valor.
2277
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Primero en Zaragoza, reunidas y seleccionadas las obras por el artista; luego ya fallecido
éste, en Madrid (…) sendos conjuntos han servido para juzgar a Mariano Barbasan Lagueruela.
(…) Algunos de los lienzos que hemos encontrado de nuevo en la exposición del museo
de arte moderno dijeron aisladamente en la (…) confusión de los certámenes colectivos, hasta
qué punto podía enorgullecerse España de recobrar un pintor como Barbasan.
Nada tan opuesto de las modernas síntesis, de las esquematizaciones arbitrarias y de los
efectismos artificiales que esa pintura minuciosa de toque, con su escrúpulo de ambientar y su
respeto a las normas clásicas, y, sobre todo, su concienzuda preocupación de dibujante, que
construye hasta el más pequeño detalle y que no daña, sin embargo, los fueros libérrimos del
color.
Significaba una revelación revisionista para las nuevas generaciones. Y como es lógico,
nos interesó saber del artista cuando tal sugestión estética ejercían sus obras
Supimos entonces que Mariano Barbasan, huérfano muy niño, ingresó en las clases de la
Academia de San Carlos de Valencia el año 1880, donde fué condiscípulo de Sorolla y de Abril,
los dos pintores de tan distinta suerte y de tan legítima capacidad. En 1887 volvió a Zaragoza
siendo pensionado por la Diputación para ir a Roma, por su cuadro ―José explicando el sueño
del copero y del panadero.‖
Italia retiene más de treinta años a Mariano Barbasán. La mayor parte de ese tiempo
reside en un pueblo de la provincia romana Anticoli Corrado, que es su retiro deleitoso y el
estímulo inagotable de su inspiración. Al fondo tranquilo de este pueblo vienen a buscarle la
gloria, la fortuna. Los grandes marchantes alemanes y austríacos adquieren las obras de
Barbasán a precios elevados. Las Exposiciones Internacionales de Berlín, Munich, Viena y,
desde luego, las italianas, solicitan su concurso. Los Museos de toda Europa van poco a poco
adquiriendo cuadros del pintor zaragozano. En 1912, el renombre que disfruta en América le
anima a celebrar en Montevideo su primera exposición personal, a la que se suceden otras no
menos fructíferas. ¿Y España?
¡Ay! La sordera, la ceguera españolas para los hijos expatriados. España se entera
siempre tarde y no suele rectificar oportuna sus errores.
2278
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
¡Bien es verdad que al artista, ya próximo a morir, le hubiese dolido más aún que
la incomprensión de aquellos señores, la coincidencia con otras recompensas notoriamente
injustas!
Y en el conjunto obras como La procesión del Santo Cristo de Anticoli que es un resumen
de cuantas cualidades concurren a hacer perfecto un cuadro: sensación exacta de la realidad,
feliz interpretación de la luz, noble armonía de la composición y el sentimiento íntimo, la unción
íntima, surgida del más rico venero espiritual.
Una simpática revelación, ésta del pintor Urrutia, en el Salón Nancy, con sus obras,
meditadas y sentidas, de firme expresividad rítmica y sensible amor a las puras complacencias
cromáticas.
Adviene, además, en el momento oportuno, como otra bella ejemplaridad del espíritu
moderno enraizado en las normas clásicas, de la suave serenidad con que los jóvenes
2279
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se abarca pronto este arte—de precedentes definidos—que Jenaro Urrutia trae a Madrid,
luego de compulsar su entrañable sentimiento vasco en Francia. Se abarca en sus líneas
estructurales, en la simple y diversa armonía de los ritmos logrados sin esfuerzo y reiterados
sin monotonía.(…)
La pintura de Urrutia, que se ve en seguida, que la clasifica pronto el que gusta de esa
fácil comprobación externa, está de tal modo henchida de otras cualidades que nos retiene y
nos cautiva largo tiempo.
Tiene un hechizo peculiar, que mana de la ternura de los asuntos, que radia de la
claridad colorista, que sugiere al alma esas curvas emotivas producida por las otras sonoras de
una bien acordada música.
Buscan las líneas contactos que contribuyen a la total euritmia. El arabesco no se quiebra
nunca violentamente, ni hay aquella rebeldía de las cosas vivas o inertes, hasta de las
gradaciones atmosféricas y las ondas lumínicas, que se adivina en los cuadros cuyos autores no
saben componer bien o se obstinan en un formalismo restringido.
La figura estática y el paisaje dinámico (…) en Quietud el estatismo se acusa más que en
ningún otro lienzo (…)
Tiempo de Manzanas, Campesinas, y las dos Bañistas se someten con deliciosa gracia
curvilínea a la naturaleza. Sin perder ese carácter de orgulloso respeto a la forma femenina, sin
desposeerla de la condición primigenia de la calma clásica a que aspira (y logra casi siempre)
Urrutia tenga su pintura, hay una más mutua identidad entre el cuerpo humano y los ritmos
libres del paisaje: lo mismo en la densidad agraria, en la demetérica pompa—fragante como el
título y la escena evocada—de Recogiendo manzanas que en el claro verdor, engastado como
una gema entre los perfiles netos de las dos mujeres, de Campesinas: la grave maternidad,
sentada; la ingrávida pubescencia, erguida.(…)
Sin figuras, los paisajes urbanos de Urrutia se aclaran, se diafanizan, se hacen de una
transparencia optimista o adquieren un dramatismo enérgico. Ejemplo de claror jubiloso, de
2280
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
celistia verdaderamente glorial esa Rué Cortot, en una mañana de primavera. De inmaterialidad
de ensueño con reminiscencias reales: la plaza de Plencia.
Como colorista, Jenaro Urrutia es denso, un poco pesado, pletórico de la robustez que
imprime a los volúmenes, o ingrávido gustador de finezas y delicadezas que dan a su pintura el
valor luminista de los grises.
Incluso esta última y amable calidad viene a suavizar, a diluir la otra, de los cálidos y
espesos tonos como en El pastor dormido, que por muchas razones resume bien el artista, sin
que sea su obra capital.
Este es el caso del paisajista chileno Valenzuela Llanos, que expuso a fines de abril en el
Museo de Arte Moderno, y había de morir tres meses después.
2281
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Francia ha sabido, comprender esa filiación del paisajista chileno y recompensarle con
medallas y títulos en sus Sociedades artísticas.
En España era desconocido, y, por lo tanto, debemos al Sr. Alvarez de Sotomayor esta
grata revelación de su pintura.
Los cuadros de Valenzuela Llanos, tiene esa distinción personal y ese encanto segura que
no se perciben a flor de mirada. Tarda en entregarse a la contemplación y exige que ésta no se
detenga en los linderos del juicio frívolo del peligroso intento de cotejo con la facilidad
manierista de los recién llegados.
Para ese juicio frívolo, para esa aplicación de normas de última hora, la Pintura de
Valenzuela Llanos no dice nada a lo dice con tan tímido acento que apenas si se le entiende.
Van de unos lienzos a otros prescindiendo de sus fechas respectivas, la misma sencillez
de temas y de manera, igual desdén por las luminarias atrayentes y los malabarismos técnicos
son trozos de naturaleza, estados del día, interpretados con el lenguaje claro y sobrio de un
campesino, no con el metafórico de un poeta(…)
En los paisajes de Valenzuela Llanos todo está ungido de verdad humilde, a ras de tierra;
la verdad cotidiana, sin engalanar, con su "vestimenta de diario" y su estilo sin fantasías.
El artista con su paleta reducida—le bastan ocres, sienas, grises, malvas y un vago,
polvoriento azul—con su correcta sabiduría de los medios tonos, es, en cierto modo, como un
narrador de la escuela stendhaliana, sin llegar al detallismo cargante y soporífero del soporífero
y cargante Marcel Proust
Cada cuadro está ligado al de su ayer y al de su mañana por una trabazón fuerte y
necesaria, de la manera que la tarde a su mañana y a su noche. Correlación de luces y de
2282
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
De este modo, acaso, Valenzueia Llanos hubiera acabado por eliminar el francesismo
inicial de los comienzos y hubiera sido el intérprete concreto de su país.(…)
MEMORANDA
Exposiciones:
En Barcelona:
MAYO
Uno de los vigías estéticos de la moderna Galicia mejor dotados de inquietud universal
sin perder el entrañable contacto con la tierra nativa — Correa Calderón — ha publicado un
estudio titulado El arte racial de Suárez Couto. Acaso lo que importa más en el estudio no son
las afirmaciones concretas acerca del artista que surgen corno postulados sin necesaria
demostración y que se resumen categóricamente en el último párrafo, saludando en Suárez
Couto al pintor de Galicia. Lo que da a esta nueva obra de Correa Calderón ese atractivo
ideológico que tienen todos, sus escritos—los imaginativos, los analíticos; los de libre fantasía
en la propia creación o los de crítica subjetiva de las creaciones ajenas—es su verdadera
finalidad, basada en el pretexto de la biografía emotiva de un artista. Por algo El arte racial de
Suárez Couto se subtitula Notas de estética gallega.
2283
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El artista para el crítico es el punto inicial, no el término. Le sitúa como efecto y no causa
de sus glosas al arte gallego en relación inteligente con las directrices estéticas convenientes a
su propósito y a su temperamento. Así, el examen de la pintura de Couto lo hace como el de un
trozo de valle o de costa galaicos. (…)
Los paisajes Después de la bruma y Tiempo Mojado, en los que se advertía el hondo
panteísmo del artista y en el que las ondulaciones del terreno y las menudas formas humanas
daban esa inevitable sensación de trazo hollador, el zarpazo del dibujante sobre el pintor que es
la cualidad afirmativa del artista.
Pendencia, con el brío y el acre perfume a sudor, a mugre, de las pendencias entre
campesinos de Breughel el Viejo.
Preparando las regatas, Gente de mar, De romería, alusiones marítimas, que son
frecuentes en la pintura gallega, pero no con esta sumisión del mar a ser un motivo
complementario de episodios humanos
2284
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LA EXPOSICIÓN PULIDO
(..) Si en los primeros años del siglo era frecuente hallar en las exposiciones nacionales
las obras (…) de Ramón Pulido, luego adviene un largo período de tiempo en el que el pintor
diríase tiene empeño en ocultarse a las miradas ajenas y en que resurge el crítico.
No. Ramón Pulido alentaba aun aquellos nobles intentos de rebeldía, de franca réplica a
cuanto pudiera creerse era principio inmutable de su trayectoria dilecta. Esos mismos intentos
que—¡todavía!—cuando ya son realidad fuerte y fecunda siguen excitando la furia partidista de
los caídos en impotencia y los rezagados por restreñimiento intelectivo.
Debe, pues, recordarse la aportación afable de Ramón Pulido, su tributo generoso como
crítico o comentarista, durante algunos años, de las obras de sus compañeros.
Mientras tanto, iba creando la suya sin prisa ni toztudez. Alternándola con la enseñanza y
los sencillos placeres familiares. Porque si Ramón Pulido, en la fructífera crisis de una madurez
inteligente no sentía el acuciamiento de exponer, de someter a los demás lo que hacía, no por
ello permanecía inactivo. Seguía pintando sus composiciones religiosas para los templos, los
retratos de amigos dilectos y buscaba en las cercanías madrileñas, que tanto conoce, temas
para sus paisajes (…)
(…-) La medalla de plata obtenida en 1906 por su lienzo Inmaculada, el haber pintado
cuadros como Vuelta de un entierro en Roma, tan sobrio de factura como delicado de
sentimiento, podían autorizarle a persistir en temas y procedimientos ya definidos y
alentados de ese modo.
2285
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y, sin embargo, Ramón Pulido prefirió aislar su obra personal, exaltar la ajena y no
negarse a compartir las sugestiones distintas de la pintura moderna en cuanto a teorías,
mientras procuraba llevarlas a la práctica en el silencio solitario de su lucha cotidiana por la
verdad y la belleza
Resultado de ese esfuerzo laudable es esta exposición que ahora ofrece Ramón Pulido en
el Círculo de Bellas Artes.
Si antes procuró tener ocultos los efectos de su inquietud espiritual y los ensayos, las
tentativas de renovación, que consideraba necesarios a la libre expansión de esa inquietud,
ahora, sinceramente, con la humilde sencillez que es su mejor característica sentimental, no
recata nada al juicio favorable o adverso.
Desde los lienzos de otra época, como la ya citada composición Vuelta de un entierro en
Roma hasta las notas de paisaje, y los brillantes cuadros de aire libre como Entre Pinos, que
nos parece uno de los mejores de la Exposición.
Diversidad es, luego de la sinceridad, la otra condición esencial del conjunto. Hay, en
efecto, los temas religiosos, decorativos o realistas, el retrato propiamente tal, la figura aislada,
el asunto anecdótico, la pintura de interior, el paisaje.
A veces, en un mismo cuadro, Ramón Pulido concede a cada motivo lenguaje cromático
distinto(…) Es de alabar también en Ramón Pulido su amor al paisaje madrileño, el jugoso
ejemplo que da con estos cuadros en los que, acaso más que en ningunos otros de su
exposición ha puesto este sincero impulso de renovarse, de evolucionar que inquieta al autor de
La Infancia de Jesús.
Muestras felices de tal entusiasta sinceridad son Entre pinos, Paisaje de la Quinta,
Almendros floridos, El jardín de mi casa y no pocos de los apuntes y estudios en los que se
aprecia la brillantez y finura de la nueva manera de Pulido, tan expresiva, además, en el lienzo
titulado Flores, bello acorde de azules y rosas.
2286
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Aquella, por tantos conceptos interesante, Manifestación de Arte Valnciana (Véase El Año
Artístico 1923-24), que se celebró en Madrid el año 1923, sirvió para demostrar hasta qué
punto no se extingue en la región levantina el fervor estético, ni cede Valencia a otras
demarcaciones geográficas el derecho de ostentar un grupo de pintores expresivos de las
bellezas peculiares a través de la luz propia y con los rasgos característicos.
Valencia ha tenido siempre esa virtualidad pictórica, ese acento afirmativo en la vida
artística española. Innecesario recordar nombres de aquellos pintores que en el siglo XIX la
destacaron sobre las demás provincias. Bastará repetir dos que definen irrecusablemente esta
primacía: Muñoz Degrain, Sorolla.
Sorolla tuvo la resonancia, el ecoico prestigio universales. Conoció en vida los máximos
honores y la más amplia veneración. A Muñoz Degrain, huraña y fecundamente confinado a la
tarea cotidiana en su patria, le bastó el culto admirativo de sus connacionales. Pero fué la suya
una de esas obras que el tiempo hace madurar de gloria más allá de los límites de la existencia
de quien la produce. El arte de Muñoz Degrain irá adquiriendo cada día más un valor de
resonante perdurabilidad, de extensiva e intensiva eficacia, no sólo en España, sino fuera de
ella.
Así, pues hallamos, sin citar otros artistas influyentes en su época y en sus sucedáneos o
continuadores, cuatro maestros que a la ansiedad apasionada de los jóvenes ofrezcan ejemplar
tentación: el luminismo impetuoso y los temas playeros de Sorolla; el costumbrismo "de
2287
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
interior" anecdótico, de D José Benlliure; la sutil depuración de las normas sorollistas a través
del temperamento más fino, más exquisito de matices, de un José Mongrell; la aristocracia, la
distinguida nobleza cromática de un José Pinazo, el más señoril de todos los pintores
valencianos actuales
Así, Francisco Gras se nos muestra en la actitud del bien capacitado para emitir su nota
con personal acento, que aun escucha el plural coro de diversas voces
A primera vista Francisco Gras puede parecer un sorollista puro, íntegro, sometido con
todas las consecuencias—adversas o propicias—al influjo sorollista. Como tal, pudo juzgársele
en la Exposición colectiva de 1923, donde sus cuadros lo decían con harta elocuencia.
Pero esta Exposición reciente del Salón Nancy, demuestra que haría mal en considerarle
solamente un derivado impersonal del sorollismo. Volvemos a encontrar los cuadros
indiscutiblemente sorollistas, estas figuras a contraluz, recortada la figura infantil sobre el mar
vibrador de sol. Acaso estos lienzos sean los mejor logrados de todos por la plena asimilación
de la fórmula cromática original. No obstante, vemos que Francisco Gras procura evolucionar,
libertarse de esa perfección emanada de un recuerdo demasiado latente. Y si bien las
obras posteriores a la sumisa y placentera entrega sorollista son menos afirmativas, ha
de reconocerse que responden al período de tránsito, al laudable esfuerzo en la búsqueda de la
personalidad.
Incluso aun en los mismos contraluces de playa, vemos asomar los grises brillantes de
José Mongrell, lo que ya es un adelanto.
Y de pronto, en una obra anterior, fechada en 1918—La chiquilla del cántaro—, hallamos
al artista en su fresca, en su espontánea capacidad, a la que son innecesarias las sumisiones
de después.
Este cuadro era de lo mejor que exponía en el Salón Nancy. Está pintado con soltura,
sobriedad e independencia, con la honradez que los adolescentes elegidos para un arte no
vacilan en ofrecer.
Como ensayo, como entrenamiento de ejecución, bien está. Ahora llega para Francisco
Gras el instante en que debe recogerse en sí mismo, olvidar cuanto no emane directamente de
sus propias cualidades
2288
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Puede hacerlo. Por eso hemos insistido en la leal interpretación de nuestras impresiones
frente a su pintura preñada de excelencias futuras.
Dentro de la varia seducción de motivos pictóricos que sugiere la península ibérica y sus
islas adyacentes, hay acaso regiones e incluso provincias de más concreto atractivo para los
artistas. Así, por ejemplo, Avila, con sus piedras grises, sus celistias dilatadas, sus agros
extensos y la gaya policromía de los trajes populares.
Avila, como por otro concepto, pero con iguales fervores estéticos y con pareja exaltación
de sus bellezas de forma, color y ambiente, ha sido, como Mallorca, tentación y grata residencia
de pintores.
Recordemos, por ejemplo, pintores como José María López Mezquita, como Chicharro,
como Zuloaga, como Juan de Echevarría, todos ellos con prestigio sólidamente afirmado de tan
opuestas tendencias.
Y los discípulos de ellos, y los jóvenes artistas venidos expresamente de América del Sur,
no queriendo someterse al itinerario de rutina turística que sólo abarca dos o tres ciudades
castellanas, tres andaluzas y la región vascongada.
Y cada día se dificulta más el empeño de interpretarla de manera original con peculiares
rasgos.
He aquí, no obstante, los cartones de Francisco Sancha que aportan ese valor inédito de
Avila. Una Avila que, siendo profundamente real, estando seriamente dotada como expresión
pictórica de sus principios étnicos y estéticos, no recuerda a ninguna de las interpretaciones,
distintas entre sí y de igual veracidad, de los maestros ya citados.
Francisco Sancha tiene una clara y escueta visión del paisaje. Sus cartones acuarelados,
sus aguadas frescas, de incopiable gracia constructiva, responden al criterio estilizante del
2289
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
artista, a su prurito de hacer ingrávida la naturaleza por eliminación de las masas densas, las
formas macizas y los tonos pesados.
Aun la piedra y la tierra muestran en los cartones de Sancha una deliciosa sensación de
ligereza que no daña a su calidad intrínseca.
Pero lo que más importa es su interpretación de Avila, las calles silenciosas bajo el sol.
las puertas medievales, las murallas con su prestigio secular, el valle de Amblés de tan
castellana amplitud; los templos como Santo Tomás, que evocan viejas estampas de otrora; el
fresco alto del Rastro a lo largo de la masa pétrea de los Cubos y las gráciles siluetas de los
arboles desnudos por el invierno.
Siempre que hemos comentado las exposiciones del llamado Salón de Otoño, nos
dolíamos de su falta de ímpetu moderno. Fueron acogidas con la esperanza de que
representaran en la vida artística nacional aquel aspecto disconforme con las tendencias
imperantes en los certámenes oficiales. Se pensó que eran necesarios un cauce y un eco a las
dispersas corrientes estéticas, como a las audaces extravagancias; a las voces juveniles, como a
los apóstrofes contra todo cuanto significaba yerta y acomodaticia sumisión a las normas
tradicionales.
Pero los Salones de Otoño no tardaron en decepcionar aquellas esperanzas Eran no más
que la prolongación, la segunda parte de las Exposiciones Nacionales con su predominio de los
prestigios oficiales, con el prejuicio de los medallados y con el horror a lo verdaderamente
nuevo..., aunque se pretendiera disimular, admitiendo casi todo lo que se presentara, pero
2290
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pudiera, pues, decirse que el llamado Salón de Otoño no era respecto de los Certámenes
bienales del Estado lo que su homónimo francés representa —representaba, ¡ay!, pues también
en Francia el Salón de Otoño se ha mixtificado y ha caído en reaccionarios peligros—con
relación al Salón de Artistas Franceses o de la Nacional de Bellas Artes.
Es más bien, como esta última. Una continuación de la de Artistas Viejos o envejecidos
prematuramente
España, mejor dicho, los artistas españoles nuevos o aquellos que no quisieron
someterse a tutelas oficiales o a vinculaciones de independencia, precisaban el organismo
peculiar, la agrupación apropiada.
He aquí una pregunta que no es fácil de contestar ahora, porque está demasiado cerca
de nosotros su resultado, porque no quisiéramos de ninguna forma enrolarnos—ni aun
involuntariamente—entre sus detractores sistemáticos, y porque la actual Exposición ha sido
organizada apresuradamente, sin tiempo apenas para realizar aquella labor previa de selección,
de reflexivo espíritu de unidad y de armonía que exige la actuación de elementos nuevos
destinados acaso a definir el futuro en un país donde se vivió siempre con el rostro y el alma
vueltos hacia el pasado.
Ante todo, los Artistas Ibéricos han sentido dos temores que no pueden ni deben serles
dispensados y que les llevó a una advocación inexpresiva a un título incompleto, gris y anodino.
Debió tenerse la arrogancia simpática de una palabra que les rotulase en las avanzadas
del arte, ya que éste es el puesto elegido por ellos. Artistas, Libres, Artistas Modernos,
2291
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Artistas Españoles era un bello nombre, entonces, que a nada comprometía en el sentido
estético y que serviría para expresar una vez más la vitalidad renaciente de nuestra raza.
Pero muchos de ellos ni aun así han querido participar en el simpático esfuerzo
renovador, con lo cual este amable subterfugio ha sido inútil.
Acaso, más que el nombre, con ser ello cualidad esencial, importa más y puede interesar
más hondo el otro aspecto fundamental del nuevo organismo artístico incorporado a la vida
española: la finalidad propuesta, la eficacia conseguida.
Ya, aquí no queremos ni debemos reprochar a los Artistas Ibéricos esos lógicos tropiezos
achacables a la condición primeriza del intento y que seguramente serán corregidos después,
cuando estén más seguros de sí mismos y más conscientes de lo que esperarnos de ellos.
Hay, por el contrario, que alabar el afán de incorporar el arte español a las corrientes
universales, de evitar el anquilosamiento de tendencias dignas de ser salvadas todavía; el
pródigo optimismo con que se sitúan frente a los demás artistas agazapados en sus logros
pretéritos
Bastara no más el hecho de acometer la empresa meritoria, y ya sería suficiente para que
nos pusiéramos a su lado arrostrando las consecuencias de equivocarnos con ellos. Pero es
que, además, han conseguido afirmar varios valores concretos, sacudir inercias y obstáculos
2292
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En el Palacio del Retiro hemos respirado un aire vernal que disipa enrarecimientos
todavía muy inmediatos. Incluso las extravagancias y arbitrariedades tenían el encanto de su
gracia, fresca, juvenil, indómita, junto a las otras obras enraizadas en los principios clásicos.
La crítica supo desde el primer día comprender la fértil virtualidad de porvenir que hay en
esta primera manifestación de unos cuantos artistas capacitados para la creación personal y
unidos para el evolucionismo colectivo.
2293
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
Exposiciones :
En Barcelona:
2294
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
JUNIO
Nuevamente Juan Espina afronta el juicio público con sus obras. El veterano artista
quiere estar en frecuente contacto con la crítica y con sus compañeros. Sus paisajes, orientados
siempre hacia una inquieta expresión muy sensible y muy certera, figuran en los Certámenes
nacionales, en las Exposiciones colectivas del Círculo de Bellas Artes y en conjuntos como éste
de ahora en el Museo de Arte Moderno, en el mismo Salón donde hace un año obtuvo tan
legítimo éxito.
El ilustre pintor ha reunido la más diversa y fecunda serie de obras de pintura y grabado
y una importantísima colección de apuntes hechos con lozanía juvenil, con frescura espontánea.
Los apuntes de Espina, como sus grabados, tienen sobre la tradicional solidez de una
educación clásica, realzando la seguridad técnica de una larga vida consagrada
concienzudamente al arte, esa generosa modernidad que le hace eternamente joven.
Fuera de Valencia—a no ser entre algunos raros artistas de los que ven más allá de la
obra propia—esta noticia no sugiere nada, no despierta ningún eco. Y, sin embargo, bien
merecía Antonio Esteve no ser enterrado en silencio, con aquel silencio de su modestia afable y
su timidez casi patológica sonal, de reclamerís (sic) desvergonzadas.
Acaso entre tantos que hoy afirman y depuran el culto al paisaje en nuestros días, no
haya muchos que tengan la ternura contagiosa, la maestría aguda de Antonio Esteve.
2295
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Se han visto cuadros suyos en las Nacionales, en los Salones de Otoño, en aquella
Manifestación Valenciana que se celebró en Madrid el año 23.
Porque Antonio Esteve, ingenuamente, con el sostenido candor de una infancia tímida, se
limitaba a enviar los lienzos. No intrigaba cerca de los Jurados, no adulaba a la crítica. Ni
siquiera conocía a sus compañeros personalmente. Tenía un pudor anacrónico en esta época de
exhibicionismo personal, de reclamerías desvergonzadas.
También en esa arte, netamente valenciana, era maestro. Los marchantes codiciaban sus
vitelas, sus "países" de una noble gracia que jamás descendía al halago de las vogas
chabacanas. Ponía en ese género, que es preciso conocer bien para no incurrir en el fácil juicio
desdeñoso, la dignidad y la emoción que en el otro más amado y menos productivo de los
cuadros.
Madrid tuvo, no obstante, ocasión de ver obras de Esteve, de conocer a Esteve, sin el
contacto enojoso de las Nacionales con su aspecto de Bolsa de contratación y de feria lugareña
con cuatreros y guapos de verano.
2296
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sentía terror de todo: de las gentes, de las palabras, de los vehículos, de los elogios.
Sobre su cráneo mondo, perlitas de sudor decían la angustia de ese espanto. Quería escapar
del salón pequeño, donde estaban sus cuadros, como de un cepo. Y luego huir de Madrid, verse
de nuevo ante su mesa de pintor de abanicos o en la soledad cálida de la campiña valenciana
ante su caballete portátil de paisajista.
Era más fuerte que él este prurito de evasión que le hacía restregarse unos contra otros
los dedos y acechar las salidas, y le secaba las fauces y le encalenturaba las pupilas y ponía en
las aletas de la nariz la comezón de ventear horizontes.
Huía cada hora de sí mismo y de los demás. El arte era el remanso y el tratamiento
curativo peligroso como ciertos anestésicos demasiado fuertes.
MEMORANDA
Exposiciones:
En Barcelona:
En Madrid:
2297
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
JULIO
MEMORANDA
Exposiciones:
2298
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Conferencias :
AGOSTO
2299
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
"¿ Necesito advertir al que pretenda ver en la considerable labor de Maria Corredoyra la
"pintura de guante blanco" que saldrá de la Exposición defraudado en este concepto? Creo que
no, pues esta artista que trabaja enormemente y, que con insistencia acude a cuantas
exposiciones se celebran en España y en el extranjero, es, además, suficientemente conocida
del público de la Coruña, por el que ella siente más que por ningún otro una intensa
predilección.‖
Ella desde sus comienzos rechazó con energía de su fuerte temperamento de pintor, las
acarameladas acuarelas de pájaros y flores, los países de abanico y las acromadas marinas de
bazar; fueron sus modelos, y siguen siéndolo todavía hoy, fragmentos de naturaleza muerta,
cacharros y frutas; los pobres interiores de casitas aldeanas, la soledad de un claustro o la
cocina montañesa que ilumina con dificultad la luz que penetra por un mezquino ventanuco, la
"paisaniña coitada", el hijo del marino, la enlutada esposa...
MEMORANDA
Exposiciones:
En el Salón Witcomb, de Buenos Aires, se celebra una Exposición del pintor catalán B.
Gili Roig.
2300
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
SEPTIEMBRE
Sin embargo, no se crea tampoco que el conjunto sea escaso de nombres y falto de
interés estético.
Sres. Alcalá Galiano, Alvaro; Aguirre, Lorenzo; Argeles, Rafael; Astruc, León; Benlliure,
José; Benlliure, Juan; Bueno, Juan; Cortés, Javier; Cerda, Lorenzo; Fernández Balbuena,
Roberto; Francés, Juan; García Camio, Pedro; Gracia, Casimiro; Gutiérrez Solana, José; García
2301
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Sánchez, Miguel; García Arévalo, Juan; Hermoso, Eugenio; Lecaroz, Ángel; Lloréns, Francisco;
Leguso, Agustín; Meifrén, Elíseo; Moisés, Julio; Nueve-Iglesias, María; Pulido, Ramón; Pantorba,
Bernardino de; Pedro, Antonio; Puget, Juan; Rodríguez Jaldón, Juan; Raurich, Nicolás; Ribera,
José; Rico Cejudo, José; Serra Famés, Pedro; Santa María, Marceliano; Sobrino, Carlos;
Tassara, Francisco; Verdugo Landi, Ricardo.
En años sucesivos, seguramente, se completará con bastantes de los que hoy faltan.
La entusiasta actividad del Sr. Sierra Escudero bien lo merece.
Porque aun no olvidando algunas de las consideraciones que suelen sugerir a los artistas
la tarea de estos difundidores del arte español en América, debe estimarse y alentarse el
esfuerzo en su práctica significación. ¡Ahí es nada, arriesgar dinero, tiempo, salud en un
negocio a medias o a tercera parte con los que tranquilamente sin moverse de su casa, sin
gastar un solo céntimo, sin otro trabajo que entregar las obras acaso destinadas a permanecer
toda la vida en el fondo del estudio o a ser mal vendidas aquí, ven dilatarse los ecos de su
nombre y recogen unos cuantos miles de pesetas !
Ello es tanto más de estimar cuanto que hoy existe en España suficiente cantidad de
ejemplos editoriales de este género, y cuanto que aquí mismo, vemos desdeñar en esa clase
de libros, revistas y, en general, las publicaciones españolas de arte, mientras las librerías
especializadas, e incluso ciertas exposiciones, pregonan y placean todo lo extranjero, sin
atender calidad, mérito ni presentación. Y es curioso observar que también en este aspecto
fuera de España encuentran los escritores idéntico aliento y apoyo que los artistas, en noble y
consolador desquite de la indiferencia o malquerencias nacionales. Se traducen monografías,
se solicitan estudios, se adaptan a textos y cursos de arte español, el contenido de libros
aquí desdeñados por libreros y comisionistas que hacen fructíferos juegos malabares con
los cambios de moneda.
MEMORANDA
Exposiciones:
2302
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OCTUBRE
EL SALON DE OTOÑO
2303
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
opuesto al que ha matado por ahora iniciativas con tanto derecho a vivir como la hacía suponer
el primer Salón. Otra Exposición como esta actual no la verían ni siquiera los vigilantes de las
salas, que este año bostezan ferozmente aburridos en la sahárica soledad.
La famosa Sala del Crimen, que sólo en el Salón de Otoño se podía ver y se admite, es
como una gangrena que invade todo este pobre miembro del no muy lozano cuerpo de la
Asociación.
—Entonces—preguntará el lector—, ¿no hay nada que merezca la pena, de ser visto y
comentado en el Salón de Otoño?
Esto es lo peor. Sí lo hay. Pero queda agobiado, desvirtuado por el alud de mediocridad,
impotencia y estulticia incurables. Se salvan las instalaciones especiales y la sección de
escultura. Debieran salvarse también algunas escasas obras de pintura.
Por ejemplo, El viejo armador y los demás lienzos de Solana; los cuadros de Pedro
Antonio, el mejor discípulo de López Marquina y heredero directo de las excelentes cualidades
del maestro; la Mujer de Monegros, de Martín Durbán; La Misa y Soledad, de Alfonso Grosso;
Rapaciña, de Santiago Martínez; El Rabadán y La Cabrera, de Martínez Vázquez; Cabeza de
mujer y Extremeña, de Javier Cortés; Nubes de tormenta y Mercado de Betanzos, de Seijo
Rubio; Carmela, de Máximo Ramos; El bibelot y el Jarrón chino, de Camio; los apuntes
marítimos de Verdugo Landi; Salida de luna, de Tito Cittadini; los paisajes de Mercadé, Ribera,
Pantorba
En el Salón de Otoño es costumbre dedicar una o dos salas a los artistas fallecidos. En el
actual se han consagrado a José Llaneces, el pintor madrileño que se suicidó hace varios años
en su estudio de la calle de Lista, y al paisajista valenciano Antonio Esteve, que en plena
juventud murió a principios del año actual.
José Llaneces era un artista interesante del que se conservan en Buenos Aires muestras
de su doble personalidad como pintor y escultor.
2304
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Para la sala de juego del Jockey Club pintó seis paneles decorativos, donde evocaba tipos
e indumentos españoles de otros siglos y con destino al Palacio de la Municipalidad modeló el
grupo escultórico La Caridad y el busto de Bartolomé Mitre.
José Llaneces era más conocido fuera de España que dentro de ella. Obligado primero
por la necesidad de los juveniles años de lucha, halagado después por los triunfos de
reproductiva gloria, hizo siempre obra de exportación. Entre adaptar su temperamento y su
técnica a las modernas influencias extranjeras o llevar al extranjero intactos ese temperamento
y esa técnica reflejados en lienzos representativos de pasadas centurias, Llaneces prefirió lo
último.
(…) Nada parecía prometer en José Llaneces el voluntario y trágico fin de su vida. Era un
hombre recio, musculoso, ancho de tórax, macizo y cuadrado de hombros, en los que la cabeza
se encontraba como la de un guirnesiarca o la de un emperador romano. Alegre y contagiosa
simpatía hacían atrayentes su trato y conversación. Se le adivinaba una bien distribuida cultura
y la seguridad afable del hombre de mundo acostumbrado a viajar y a vivir espléndidamente.
Tenía poco más de cuarenta años, un hogar feliz y una fortuna segura. Recordamos su
risa franca, espontánea, siempre dispuesta a brotar
Y, sin embargo, una mañana vernal cargó el revólver, apoyó el cañón en la sien y disparó
sin temblarle la mano.
Pero, al menos, pudimos los que amábamos su pintura, noble y apasionada, permanecer
largo rato envueltos por la suave ternura, por la sutil emoción estética que expanden sus
cuadros.
¡Siempre el silencio, el frío silencio que su humildad afable y su timidez casi patológica
buscaba como un refugio!
2305
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Rafael Guinart Caldellich es uno de estos jóvenes ya henchidos de capacidad artística por
el ejemplo de los demás y por la visión propia. Se destaca en la simpática Agrupación de sus
compañeros, donde no faltan excelentes temperamentos de pintor.
He aquí por ejemplo: Antonio Béscós s, el más iniciado en las modernas síntesis y en la
concisión cromática de los temas urbanos tratados con firme sobriedad constructiva. Juan Vila
Puig, paisajista pleno de optimismo, de juvenil exaltación de mediterránea pompa. Alejandro
Coll, con una curiosa influencia de ciertos maestros ingleses que dan diafanidades de acuarela
al óleo y resucitan temas paganos en las playas grises. Laureano Bonet, el colorista puro que se
separa del peligro anecdótico y la documentación topográfica para pintar no más que pasos de
un tono a otro, matices y gamas imperceptibles a las miradas ajenas. José Bou, intérprete del
mar, que tiene en la paleta y en la memoria las normas vibracionistas del post impresionismo
Gómez Hernández, el más clásico y concienzudo cultivador de las tendencias tradicionales, pero
con savia y jugosidad nuevas. José Picó, de densa, de algodonosa fruición en las formas
redondas y los volúmenes algo inflados, pero obteniendo calidades de buena pintura. Ramón
Ribes, que ha sabido ver y asimilar cualidades de Ricardo Canáls, el excelente retratista.
Pero, a mi ver, Rafael Guinart es acaso el que mejor define su catalanía y el que ha
encontrado ya su acento personal.
Recoge, como las retorcidas caracolas los rumores marinos, en sus paisajes de urbe o de
campiña, los rumores multitudinarios.
2306
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por lo tanto, hay que apreciar en Rafael Guinart el paisajista y el costumbrista. Son sus
cuadros como aquellos "paisajes con figuras" que citan los catálogos museales y las reseñas
eruditas de la pintura pretérita
Rafael Guinart también sabe comprender y hacer comprender ese concepto cabal de los
sitios y sus habitantes cuando se divierten o sufren por un hecho común a todos.
De tan amable fusión surge íntegra la calidad fundamental de su arte y las premisas
técnicas que le informan: composición, armonía, luminismo, emoción.
Sus lienzos catalanes y mallorquines, sus amplias miradas cromáticas y panorámicas del
valle de Aran están concebidos valientemente y con igual valentía resueltos. Les podemos
exigir por como otorgan en cabal entrega el carácter localista, de hora y de costumbre;
pero aun prescindiendo de ello, quedaría siempre la excelencia pictórica, el encanto indudable
que poseen de obra bella en sí.
Por último, las obras conclusas, el cuadro propiamente tal, retienen en la plenitud la
frescura espontánea de la sorpresa creatriz. Quiero decir que esa vivaz agrupación de gentes
en un campo, una plaza o una calle colabora con el ímpetu del artista para que no se evapore
la fragancia del "apunte" del boceto, de la nota recogida rápidamente.
Las dimensiones no mandan en el espíritu del artista. Sus cuadros grandes y sus notas
pequeñas tienen igual encanto jugoso y feliz de obra lograda.
Y en el apunte nos hace temer por el posible amortiguamiento de sus cualidades cuando
se amplía a cuadro, ni el cuadro despierta la nostalgia del apunte esquemático.
En definitiva, éste es el secreto que los pintores suelen descubrir cuando pasan bajo el
dintel de la senectud.
2307
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) Importa concretar esa significación de López Mezquita en los momentos actuales,
por como ya le son propicios todos los ecos al acento español de su Pintura, el retorno
definitivo del maestro a un contacto influencial en la pintura de nuestra época.
Y, además, sin que él haya buscado el contacto. Mientras esa pintura se extraviaba, se
pervertía de impaciencias arribistas (sic), se disfrazaba con las fáciles máscaras de las
carnavalías exóticas, López Mezquita recluido en su estudio, continuaba trabajando fiel a sí
propia trayectoria estética no desmentida nunca. No quería ir al encuentro de las vocingleras, y
efímeras bogas, sino aguardar la reacción del buen sentido, lo que ya impulsa a temperamentos
tan disconformes, tan intransigentes como Picasso para volver la mirada a Ingres.
(…) Sin adulación y sin prejuicio, sin cuquería disimulativa y sin caer en la crisis de
fealdad que agobia al arte moderno en un afán de superación naturalista. La iconografía viril de
López Mezquita no es muy estensa, pero abunda en tipos de selección: escritores, artistas,
hombres de mundo o de aventura. El campesino, por ejemplo,(…)
MEMORANDA
Los artistas expositores son: Juan Esplandín, Enrique Ginesta, Julián Gómez Fraile,
Andrés Medina, José Puigdengolas, Eduardo Santuja ,Rosales y Julio Ariñol.
Exposiciones:
2308
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En ídem. (Salón Pares): obras de M. Marqués, Gargallo, Clará, Carles, Laporta, Mercadé,
Ricart, Cardunets, Olivé, Togarés, Mandó, Dunyach, Cañellas, Meifrén, Guardiola, Puig y
Perucho, Martí Garcés, Vázquez, Camins, Mayols, Gali, Llimona, Casanovas, Planas, Estrany,
Obiols, Solanch, Félix, Ráfols, Vilás, Pivit, J. Borrell , R. Borell, Ferreté, Moné, Suñé, Torras,
Fusté, Vayreda, Tolosa, Pahisa, Sisquellas, Serra, Guinart, Pascual y Mir.
En Sevilla (Pabellón de Arte Antiguo): obras del Conde de Aguiar, de M. González Santos,
Gómez Gil, Sánchez Cid, Lacárcel, Molleja, González Sáenz (R. y J.), Pozo, Rico Cejudo, Dalp,
Merino, Ferrer, Núñez, del Rey, Barrio, Venegas, Mora, Revello, Villalobos, Yllanes, García
Sánchez y Carlos E. Sáenz.
NOVIEMBRE
2309
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Acaso está ahí el punto de nostalgia y de perspectiva necesaria para que la vida se
aquiete y adquiera el estático valor representativo del arte. Como ese instintivo paso atrás que
el contemplador da al afrontar el cuadro, Tellaeche precisó estar un poco apartado de la
verdad vivida, de la anécdota en que fué protagonista o interlocutor para situar y ver
artísticamente a los modelos, filiales de aquella vida y que habían de representarla.
En virtud de tal dualismo, de tan feliz maridaje entre las facultades de artista apasionado
de unos motivos únicos y la experiencia del marino que los conoce por algo más que por
buscarles sus síntesis lineales y cromáticas con un fin estético, la pintura de Tellaeche tiene la
doble condición de la veracidad y de la belleza.
Pero sin sacrificar nunca la una en tiránico predominio de la otra. Aunque no sería grave
defecto tal cosa, Tellaeche prefiere una ponderación, un equilibrio laudables.
Sus pescadores, sus mujeres de pescadores que aguardan el retorno de las barcas
mientras amamantan las futuras víctimas marineras, sus cargadores y marinos, destacan el
valor humano con aquella sobriedad levemente melancólica e inconscientemente altiva que
destacan, por ejemplo, las creaciones barojianas sobre los fondos reales de interior o de mar.
A flor de mirada, con esa punible frivolidad que suele mirar el público de exposiciones las
obras de arte, los cartones de Julián Tellaeche pueden, parecer obstinadas muestras de una
fórmula demasiado concreta y de u. hallazgo sobradamente placendo.
Pero es preciso venir de más allá y detenerse más tiempo de donde suele proceder y de
lo que gusta detenerse el público ligero de las exposiciones y nada más que de las
exposiciones.
2310
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Y entonces esta obra, perseguida y ahondada, cada día un poco, desde hace varios años
por Tellaeche, adquiere la significación verdadera; la de ofrecer fragmentos, fraternos, pero
distintos, de una enorme, inmensurable composición mural que jamás estará concluida ni
hallaría plenario emplazamiento
De esa gran composición, de ese monumental poema plástico donde los bustos de
hombres y de mujeres con remos sobre los hombros y cestos de pescado contra las caderas,
destacándose sobre dinamismos de velámenes envergaduras y reflejos, Tellaeche elige unos
cuantos trozos y los exhibe de cuando en cuando por como está seguro de que ellos—cada uno
en sí—resume la totalidad infinita de su trabajo y de sus aspiraciones.
Una semejanza física, familiar, diríamos, fija, con los rasgos faciales y las actitudes
homogéneas, la otra semejanza espiritual. El arte—y las gentes de ese arte—de Tellaeche no es
alegre ni triste. No sonríe, pero no apostrofa. Ni contagia de optimismo, ni divierte en nuestra
alma el ácedo licor de la amargura proletaria.
La distancia y la maestría técnica completan el propósito Los últimos cuadros que hemos
visto ahora en el Salón Nancy están henchidos de esa condición de tiempo y trabajo unidos,
que no se logra sino después de muchos años y que no se desborda con la precocidad juvenil ni
se exprime con la sequedad de una vejez prematura. Condición de plenitud armónica y sobria
Condición de decir con el color y la forma nada más sino lo que debe decirse. Condición de
poder desdeñar colorismos atrayentes y temas "bonitos".
Así las figuras costeras y portuarias, los paisajes, los perfiles de veleros, las dramáticas
intersecciones de formas de madera, hierro, lona y nubes, el hálito de antigüedad eternizada
que inevitablemente respiramos frente a estos cuadros, no precisa apenas sino grises, negros,
ocres—los tonos igualitarios, definidores de la vida y de los hombres, al fin—para darnos una de
las mejores impresiones de la vida vasca actual
"RECUERDOS DE LA TIERRUCA"
Lino Casimiro Iborra, pintor concienzudo, apegado a la tradición, expone en el Salón del
Círculo de Bellas Artes una extensa serie de obras que titula Recuerdos de la tierruca y donde
2311
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
No se deja seducir por las voces sirenaicas de las improvisaciones insinceras. Ama, por el
contrario, ahondar cada día un poquito más en sí mismo, dar un nuevo paso en el sendero
tantas veces ejercido.
Y el artista trabajaba sin la codicia inmediata, sin buscar el halago público con ese
desinteresado fervor que es uno de los placeres estéticos más puros para el creador de belleza
ajeno al lucro y a la lisonja.
"finalmente, se ha decidido a reunir una serie de estas obras, que sólo los amigos íntimos
y los visitantes de su estudio conocían. Acaso es la primera vez que realiza una exposición
personal y sale de la grata penumbra en que se había recluido por voluntario deseo de pasar
inadvertido y vivir solitariamente de sus recuerdos y sus esperanzas.
Porque ya hemos dicho que Lino Casimiro Iborra ha permanecido fiel a su credo inicial y
ha persistido en la trayectoria de su juventud.
2312
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Las testas viriles responden a un legítimo afán de parentesco posible con los pintores
españoles de otros siglos. Rostros de mendigos, de picaros envejecidos en su picardía, de
aventureros sin fortuna, labriegos condenados al agro y de pescadores humildes. Nada en ellas
de brillante, de atractivo, de alegre, sino el prurito de reflejar el carácter áspero o melancólico,
violento o resignado, como en hitos raciales.
Las cabezas femeninas florecen con sus gamas claras en el fondo sombrío de robledales
y encinares, de rediles y majadas.
Son las hijas, las nietas de estos pescadores, de estos labrantines o vagabundos
descendientes a su vez de los modelos de pintores y novelistas de los siglos áureos.
Son la sonrisa, también, de esta pintura austera que prefiere Lino Casimiro Iborra.
Y ante ellas el artista seguramente iba expresando con gayos colores, con sencillas
alianzas de tonos, el ritmo y la claridad sentimental de montañesas tonadas, que tendría entre
los labios como entre las manos tenía los pinceles
No hay, acaso, otra palabra que esa del frenesí para definir, por ahora,, a Francisco
Sáinz de la Maza, que expone en el Círculo de Bellas Artes.
Es el pintor frenético por desdecirse a sí mismo y por parecerse a los demás con bruscos
saltos de "alcanzador de maneras ajenas".
2313
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Nos orientamos entre los sufijos pictóricos, fácilmente adivinables en esta obra juvenil.
Se sigue en poco espacio y en unas cuantas pinturas, no exentas de picardía, la evolutiva
trayectoria que ha precisado largos años y muchas abnegadas obstinaciones para
manifestarse.
Sin embargo, no debe confundirse a Sáinz de la Maza con un hábil simulador, con un
inconsecuente arrivista a quien acucia el afán de singularizarse y elige el mal camino de las
generalidades sucesivas.
Me parece que Sáinz de la Maza es un artista sincero para quien sus verdades íntimas
se trastuecan en aparentes equivocaciones.
Nos hace pensar en el Ulises solicitado por las voces sirenaicas y le deseamos fortaleza
para no dejarse vencer y dominar por una sola de tantas como solicitan su atención
Porque sería doloroso comprobar el día de mañana que estas excelentes cualidades, esa
firme capacidad de artista que mueven a Sáinz de la Maza fueran a estrellarse en las sirtes del
dilettantismo inteligente o—lo que sería más triste todavía—a naufragar entre los escollos de la
impersonalidad. Pero líbrenos Dios de aconsejar un camino. Abiertos tiene ante él los del
mundo y los del arte. Suba al montecillo de su propia alma y allí otee con esa
firme mirada que tiene para ver las luces, las formas y los colores. Y
él, sólo él, sabrá elegir. Con placentera paganía el que le parezca más florido, o
con cristiana unción el pedregoso y áspero. En realidad, todos concluyen en un mismo
término, cuando el que les sigue tiene lo que el joven pintor demuestra poseer:
talento y voluntad.
MEMORANDA
Otras Exposiciones:
En Barcelona:
2314
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
DICIEMBRE
Al cabo de dos años volvemos a encontrar en el Salón del Círculo de Bellas Artes obras
de María Pérez Herrero, la joven paisajista que durante ese lapso de tiempo ha pintado fuera de
España, pensionada oficialmente por el Estado.
Fué en la primavera de 1923 cuando vimos sus cuadros de lugares madrileños, sus
jardines de Aranjuez, sus evocaciones serraniegas, y pudo apreciarse entonces cómo la Srta
Pérez Herrero estaba bien orientada dentro de las facultades propias, sin pedir a las ajenas
influencias otra condición que la inherente al valor asimilativo de ellas.
Quiere decirse que ya entonces la Srta. Pérez Herrero tenía cabal concepto de la
personalidad y de la sinceridad artísticas, sacrificando incluso una parte de éxito fácil que otros
2315
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
De cómo la Srta. Pérez Herrero ha sabido conservar intactas esas cualidades suyas,
inmaculado el respeto a las normas iniciales de su arte, dan testimonio los cuadros que ahora
exhibe en el Salón del Círculo
Nuevamente los sitios románticos, las silenciosas y recoletas umbrías, las dulces miradas
de un espíritu soñador a escenarios propicios para los líricos deliquios. Nuevamente ese amable
sentido de quietud henchida de sugestiones que la Srta. Pérez Herrero ha aprendido en uno de
sus indudables y tácitos maestros ,Santiago Rusiñol.
Y aun en aquellos lienzos que más pudieran alejarnos del concepto idealista que tiene la
Srta. Pérez del paisaje, exalta la vulgaridad del tema o diríamos "teatraliza" el asunto
demasiado banal y apagado.
Porque no busca tanto los estados anímicos, a la manera ―amielana‖ , cuanto el valor
escenográfico del paisaje. Sus cuadros son excelentes ejemplos para sugerir fondos a los
escenógrafos con su síntesis decorativista y su realismo asequible a todo el que les contempla.
¡Qué admirable escenario, por ejemplo, para una poematización teatral de Brujas la
muerta de Rodenbach ! O para algunas de aquellas deliciosas evocaciones que el gran escritor
belga reunió en su Museo de beguinas.
La Srta. Pérez Herrero ha sido como una beguina más en la ciudad henchida de ternura y
de belleza. Ha presenciado el desfile lento de los cisnes blancos en las aguas dormidas de los
canales; se deslizó en silencio a lo largo de los muros viejos de casas y conventos, entre el
vuelo blanco de las tocas y los mantos negros de las mujeres recoletas, hacia el lago
Minnewater, el "agua donde se ama". Buscaba los rincones propicios, los puntos de vista
característicos para ir copiando colores radiantes o mortecinos, bajo uno de aquellos nichos
piadosos donde una virgen de ingenua y tosca talla sostiene en su mano la inscripción: "Soy la
2316
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Inmaculada." Y sobre su arte los campanarios iban tendiendo las sutiles veladuras de su
melancolía.
Por todo esto, la Exposición de la Srta. Pérez Herrero es algo muy considerable en su
labor personal y muy digno de estimación en el excelente conjunto de paisajistas de nuestro
momento.
MEMORANDA
Exposiciones:
Tercer Salón de Cultivadores de las Artes con obras de Bescós Bonet, Bou, Cairó,
Coll, Gómez, Guinart, Llovet, Mercé, Picó, Ribés Solana y Puig.
En Madrid:
2317
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
ENERO
Ahora ha logrado reunir hasta ochenta obras expresivas del actual dinamismo plástico de
Cataluña. Incluso fijando puntos iniciales que apenas hace quince años pudieran considerarse
como de término: el idealismo bucólico de Sunyer, la densa y sensual elegancia de Canals.
Asi, hay en el conjunto el atractivo impaciente de la juvenilia que no sortea, los errores,
ni teme las audacias, ni se somete todavía demasiado a sí misma por el afán de imponerse a las
demás.
No todo lo que se expone en el Salón del Círculo es admirable; pero aun sin aceptar algo
de cuanto se exhibe como síntesis e índice de la sensibilidad y la modernidad factural de los
artistas catalanes, el espíritu y la mirada se congratulan de hallarles en este mismo local donde
parecía ya irremediable el fracaso de los mediocres refugiados en él como en su único asilo.
2318
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Arte joven, de años y de normas, éste de los catalanes ¡nos desquita de tantas inepcias y
parálisis!
No importa que mientras unos tengan acento francés, otros remueven el recuerdo de los
italianos—¿no hace pensar, por ejemplo, Dalí en Carlo Carrá o en Giorgio de Chirico?—, para
descubrir en todos virtualidad nativa y elocuencia peculiar.
La unidad está en el sentimiento filial por la naturaleza materna que caracteriza a los
catalanes, en el ansia de evitar—equivocadamente, tal vez— la más inasequible coetaneidad
con la pintura de tradición, raíz y normas españolas.
Desde Sunyer o Canalss hasta Dalí y Sisquella. Desde Olegario Junyent e Ivo Pascual a
Jacinto Olivé o Fernando Callicó, no es difícil descubrir anteriores y complacidas miradas a la
pintura del otro lado de nuestros horizontes, aunque luego la esencia de cada uno resurja con
independencia y con fervor.
Lógicamente, los paisajistas son quienes á primera vista parecen más catalanes. No tanto
por la sumaria indicación topográfica y geográfica de los motivos pictóricos, sino porque saben
saturarse de la luz, del aire y de la campiña elegida para el acento cromático de su catalanía.
2319
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
El acento épico, la huella violenta que impone el artista a esos grabados, place al
concepto de hosquedad bravía en que, a pesar de todo, Francia sigue suponiendo a España.
No la obligan a rectificar la revelación zuloaguesca; antes bien, la ratifican con algo que
adquiere magnificencia de romance de gesta y desolación de rumas heroicas. No es
ciertamente la España de Castro Gil una blanda y geórgica sugerencia de motivos campesinos
y marismas suaves como hace presumir su origen galaico, (…)
Aun la soledad caótica de las ruinas, el silencio ávido de rumores nuevos con que
substituir a los extinguidos de otrora, los celajes preñados de tormenta, las convulsiones
geológicas petrificadas por los siglos, las frondas pujantes de su Norte fecundo, salen,
eruptivas, de toda su obra con una elocuencia robusta, algo bárbara de tan vital. Diríamos que
hay en esas evocaciones legendarias, en esos ritmos himnarios de sus aguas fuertes un ímpetu
y una. turbación genesíacas.(…) milenarios que corroen los ojos de los puentes, como las
lágrimas de muchos años a los viejos sin fortuna.
Si sonríe 'para las gentes, no sonríe en su obra este celta amamantado de tradiciones
caballerescas, agrarias proezas y éxodos oceánicos. Aunque haya creado algunas pruebas
galantes de jardines del Sur, de fantasías arbóreas y florales, voluptuosos motivos decorativos
para un poeta andaluz que -hubiese leído a Scherezada a través del doctor Mardrus, no son
ellas las que definen a Castro Gil.
2320
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Su arte suena a galerna, a tumulto frondal, a torrentera, o impone ese pavor hondo,
cóncavo, de la naturaleza en libertad.
Primero en el Museo de Arte Moderno, luego en el Salón Nancy, vimos aumentado ese
polifónico poema de la tierra vasca que van creando sus pintores con unas cuantas estrofas
marítimas de José Bicandi.
Se nos advirtió, a manera de justo elogio, la preparación anterior de José Bicandi. Antes
de pinceles, remos, redes y áspera frialdad de pescados en sus manos. El mar que ahora pinta,
lo retó y le hizo fructífero ayer con esa ruda cotidianidad marinera de los lanchones y barcos
pesqueros.
Por lo tanto, los cuadros de Bicandi son veraces, ingenuos e indómitos, todavía a normas
escolásticas. Es lo que les hace más atractivos y más seguros de sensación.
José Bicandi conoce bien los cielos y las olas. Sabe igualmente la vejez de los muros
salitrados donde la fantasía niña de las gentes de mar pone colorines de rosa, de azul y de
verde. Posee el secreto de los nácares y ópalos vaporosos de las nubes y escamosos de los
peces
De ese conocimiento y sabiduría sus cuadros salen frescos y audaces, en el ímpetu de las
embarcaciones a la hora de amanecido.
2321
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Todos ungidos del mismo panteísmo soñoliento y doloroso, de igual identificación del
hombre con la naturaleza a las horas más dotadas de místico encanto: Otro día que se va,
Tarde ahumada, Oración, Últimos rayos...
Los títulos dicen bien lo que es el propósito, logrado y laudable, de Enrique Larrañaga.
Pintar la tristeza de los humildes en el seno emocionadamente maternal de la tierra bajo la
mirada paterna de los cielos.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Barcelona:
2322
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
En Madrid:
2323
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
FEBRERO
Por todo ello, cuando se trate de señalar ejemplariamente al porvenir este resurgimiento
de los destinos y capacidades de España en América, no será seguramente Mr. Huntington de
los hispanistas menos elogiados. Poco a poco, el erudito aficionado a los poetas, místicos,
novelistas y humanistas de nuestro siglo de oro, llegó a ser un agitador de simpatías para los
creadores de belleza o glosadores de sabiduría actuales.
Prueba gallarda del amor a España son las grandes composiciones murales, originales de
Joaquín Sorolla, que ya figuran en la "Hispanic Society".
Del amor a España y a Sorolla. Mr. Huntington sentía profunda admiración por Sorolla.
Fué el gran forjador del éxito en América del Norte del pintor valenciano.
Aquella Exposición de Sorolla celebrada en Nueva York a fines del siglo XIX, tuvo la
vigilancia efusiva de Huntington como fundamental condición de triunfo.
2324
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No he ocultado en otra ocasión mi criterio de que esta magna decoración habría tenido,
si no mayor, por lo menos, diferente interés, si en vez de realizarla un artista único—aun siendo
éste quien era—se hubiese encomendado a varios
Durante muchas años trabajó tenazmente, separándose de todo cuanto no fuese la grata
tarea. Recorrió España entera, pasó largas estadas en los sitios más afines con su
temperamento. ¿Cuántos bocetos, apuntes, esbozos suponía cada cuadro? Incontables,
innumerables. Sorolla, como Blasco Ibáñez—paralelo estético y psicológico hecho muchas veces
ya; pero que siempre conviene repetir—tenía un ansia desbordada de creación, una desmedida
furia de absorber la naturaleza y la vida circundante. Procedía, además, con fácil prodigalidad
de sus condiciones primigenias. Así, los ensayos de las distintas composiciones tenían, como
luego éstas, un valor fresco, espontáneo, de improvisada seguridad, al decir de quienes los
veían y lógicamente presumible por quienes han estudiado un poco a Sorolla
Porque el autor de ―Sol de la tarde‖ procuraba rodear de misterio cuanto producía con
destino a la decoración de la "Hispanic Society". Según decía un contrato especial con Mr.
Huntington, le obligaba a ocultar sus bocetos, apuntes y ensayos. Y con doble razón los cuadros
ya terminados. Sólo aquellos discípulos o amigos coincidentes con él en los sitios donde iba
realizando su labor, conocían primero los lienzos a tiempo de ser concebidos y realizados por la
presta mano; luego los familiares y habituales de su amistad. Y, naturalmente, decían
maravillas de lo que descubrían.
Pero, insistimos, la personalidad de Sorolla estaba definida con tan rotundos rasgos, era
de tal modo esencia, nervio y voz de su alma y de su arte, que si bien pudiera añadir, a la
visión directa de la obra sorpresas y complacencias en cuanto a la anécdota, gracia de las
formas y exactitud de los fondos, nada añadirían respecto de la manera peculiarísima, de la
factura elocuente del maestro levantino.
2325
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Así, al oír las hiperbólicas, las metafóricas—acaso legítimas en fuerza a los méritos bien
placeados de Sorolla—exaltaciones verbales de quienes conocían la importante obra conforme
su autor iba realizando, el enterado de la significación de Sorolla y de su credo transparente y
sencillo, podía con casi plena seguridad de no equivocarse adivinar hasta qué punto serían de
justas, de cabales y radiantes las composiciones de ambiente meridional, las escenas marítimas,
los episodios a pleno sol, la alegría intranscendental de las carnes jóvenes y los espíritus
rudimentarios; podía también presumir que los episodios, tipos y lugares norteños—Asturias,
Galicia, Vasconia—adolecerían seguramente de la enérgica inadaptabilidad de un
temperamento tan reciamente definido como el de Joaquín Sorolla
Claro es que una Exposición en España, o, al menos, una exhibición condicional de las
pinturas, habría consentido destruir el error de este último juicio, si efectivamente, era erróneo.
Pero no se hizo la Exposición. No se abrieron las puertas del estudio más que a los solicitantes
de ello.
Durante el larguísimo crepúsculo en que la inteligencia del gran artista cayó antes de
morir, la enorme obra, fresca todavía de sus pinceles, siguió ignorada aquí, con ligeras
excepciones.
Ahora, ya colocados los lienzos en las salas especialmente construidas para ellos, la
Sociedad Hispánica se apresura a descorrer a medias para los aficionados del otro lado del
Atlántico el tupido telón de misterio que las ocultaba, convirtiendo la exhibición pública o
privada de los grandes bocetos y fragmentarias composiciones realizadas para la magna obra.
Coincidió el encargo de Mr. Huntington con la reintegración estética a los motivos raciales
que otros pintores iniciaron y difundían. Se concretaba entonces ese buen afán de
revelarles a las regiones sus bellezas y sus energías propias.
2326
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Claro es que nada tiene que ver la convicción serena, el orgullo nacional legítimo con el
chinchín patriotero y la egolatría vacua.
Joaquín Sorolla, cuyo arte está, a partir del período fulgurante de su madurez, henchido
del gozo de existir al sol y junto al mar; que si tiene algunas amargas—pero plásticamente
hermosas — diatribas (Triste herencia, ¡Aun dicen que el pescado es caro! Otra Margarita) se
sitúa precisamente en el realismo apologético y en el prurito de magnificar por milagro de la luz
y del color hasta los harapos, las carnes sucias y las tareas humildes; Joaquín Sorolla tenía
reservada esta gran ocasión de aprovechar las iniciaciones regionalistas de otros pintores para
el epinicio (sic) cimero de su obra. Lógicamente había de oponer a la España negra la España
luminosa; a los tópicos de desolación, fanatismo, indolencia, crueldad y estulticia la himnaria
robustez del trabajo, la viril creencia en la tradición que se hereda y en el heroísmo que se
transmite. A la aridez esteparia, la fertilidad vigorosa; a la feroz complacencia de tipos aislados
y estigmatizados, el impulso multitudinario de las muchedumbres en su plenitud y normalidad
físicas colmando sitios de trabajo o de holgorio con extraordinaria riqueza policroma en bullicios
de mercado, romería y puerto, en desfiles procesionales. En vez de falsear con rasgos
caricaturescos los trajes populares y vistiendo con ellos modelos de trágica, estúpida o sensual
excepción, reproducirles lealmente y ostentados por quienes vuelven a vestirles con la sencilla y
natural ufanía dé sus abuelos; gentes de campo y de pueblo, bellas o feas, toscas o de ingénita
elegancia, tipos de raza no decadente sino íntegra y capaz, ajena a propósitos de pueril sátira.
Recibido por Sorolla el encargo de Huntington a fines de 1911, da las últimas pinceladas
al lienzo Ayamonte a principios de 1920. Son nueve años de entusiasta labor, de viajes por
España, de largas estadas en diferentes regiones. ¿Cuántas obras realiza, Joaquín Sorolla
en ese período de tiempo? Tal vez más de un centenar, sin añadir a la suma los apuntes
pequeños, las impresiones ligeras, atendiendo solamente a los estudios complementarios, los
2327
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
bocetos y las composiciones que luego habían de acoplarse a los catorce grandes paneles de la
enorme decoración: Castilla, Cataluña, Valencia, Aragón, Galicia, Extremadura, Andalucía,
Guipúzcoa, Sevilla (El encierro, Los Nazarenos, Los toreros, Sevillanas), Elche y Ayamonte
El más importante de todos, el que puede y debe considerarse como una de esas síntesis
magistrales que de siglo en siglo produce una nación merced al genio de un artista excepcional
es el lienzo Castilla, de catorce metros de largo, y en el que se reúnen gentes de Avila,
Salamanca, Segovia, Toledo, Valladolid, Soria y Burgos para la magna Procesión del Pan.
¡Incomparable composición donde más de cien figuras ataviadas con los trajes típicos, en
una potentosa realidad de vida y movimiento desfilan ante nosotros, mientras al fondo se ven
las siluetas de las viejas ciudades con sus edificios representativos, las llanuras y serranías de
estas comarcas, corazón, granero y espiritualidad de España!
Ante esa mirífica concepción y ese gigantesco esfuerzo, diríase que iban a palidecer y a
decaer las otras composiciones evocadoras de las demás regiones
Coincidió también la fecha con la de llegada del hidroplano "Plus Ultra" a Buenos Aires,
y ésto aumentó el carácter de demostración afectiva por encima de las normas protocolarias y
2328
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
de la noble curiosidad estética. Tenía, pues, el acto a la manera de populares ecos suscitados
por la proeza de los aeronautas en torno de la plástica elocuencia del arte.
Momento propicio al optimismo, gustaba de ser vivido por las gentes de selección que no
suelen dejarse contagiar de las festeras promiscuidades ni lanzan su fantasía entre el Sameo de
grímpolas y gallardetes como golondrinas a la clara embriaguez vernal.
Porque la bien terminada parábola de los aires y de las aguas atañía a todos y se evocaba con
discreto regocijo al tiempo de la contemplación de obras bellas y de las sugerencias remotas
nacidas al otro lado oceánico donde que las crearon.
Además, se espera siempre el instante del pleno conocimiento, como un don y como un
finiquito de deuda espiritual.
2329
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Mientras, bien venida sea la exhibición circulante de la Universidad del Plata con su valor
relativo y no absoluto; con su parcial visión de la totalidad que abarcaremos en un futuro
próximo.
En este conjunto faltan varias primeras figuras de indisculpable omisión. Otras, notables,
aparecen deficientemente expresadas con envíos de exigua importancia. La colocación tampoco
ha sido para muchos lo que debió ser, teniendo en cuenta razones de prestigio, o, al menos, la
indispensable conveniencia de exhibir juntas las obras de cada artista, para poder estudiar
mejor su personalidad.
Aisladamente, con la libre elocuencia de las exhibiciones individuales, esa clara condición
asimilativa se esfuma y desvanece. La coincidencia simultánea de varios artistas de la misma
época y voluntariamente asequibles a influencias estéticas, a sugestiones facturables, produce
el efecto contrario; es decir, acusa más todavía los rasgos comunes al arte de otros países
reflejados en la Argentina. Se ven, pues, reminiscencias francesas, italianas, alemanas,
españolas, tan lógicas como en definitiva propicias cuando el artista que las manifiesta ,sabe
irlas eliminando al impulso peculiar de su temperamento y en virtud de ese sentido autocrítico
que sólo el tiempo perfecciona y depura.
Pasada esta primera impresión, con el deseo de reaccionar frente a ella, cumpliándose
(sic) en nosotros, acaso, la misma necesidad de revelarnos (sic) contra el influjo exótico que
desvirtúa la entrañable condición racial y subjetiva, el concepto que pudiera considerarse
subalterno de la pintura argentina respecto de las tradicionales europeas, pasa a segundo
término, pierde consistencia y surge, en cambio, latente y concreto el prurito nacionalista, la
correlatividad entre los temas filiales, los motivos coterráneos y coetáneos y la preparación
estética de quienes los interpretan.
2330
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Brota, en fin, ante nosotros el argentinismo de los asuntos, lugares, luz y sentimiento
Y es entonces, cuando vamos hacia los cuadros y las esculturas saturados étnicamente y
que evocan para el espectador de Europa formas, colores e ideologías americanas: los grabados
de Alfredo Guido; los dibujos de José Martorell; las composiciones de obreros y
pescadores de Héctor Navia; las actividades portuarias de Alberto Rossi; los sombríos indios
de Terry; duramente melancólicas escenas puyutamas de Spilimberg; los tipos cajamarqueños y
cuzqueños de Centurión; los episodios rurales y el fuerte hálito de creencia popular de Gramajo
Gutiérrez, con más los dulces. los seráficos paisajes de la serranía cordobesa de fray Guillermo
Butler; las delicadas notas de ítalo Botty; el brío realista, no exento de idealismo de Octavio
Pinto. Lamentamos no encontrar el significado exacto del Fader, una mayor aportación de Jorge
Bermúdez y la eliminación de cuatro lienzos, de Juan Alonso anunciados en el catálogo y
pertenecientes a la serie Buenos Aires Colonial, tan decisiva en la historia artística de este
pintor meritísimo.
Son retratos, naturalezas muertas, paisajes, sobre todo de Francia, de España y de Italia.
La briosa y sólida maestría de Lorenzo Gigli, que representa quizá la revelación admirable
del certamen. La diversidad de sus medios de expresión s rica, poderosa y profunda.
La nobleza de empaque y sabrosos empastes de Juan Carlos Alonso, a quien tanto deben
los artistas de aquí y de allá por cómo sabe tener la nobleza del compañerismo reproduciendo
con fidelidad cromática pinturas españoles y argentinas en sus revistas Caras y Caretas y Plus
Ultra, sin desatender la creación personal.
2331
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MARZO
MEMORANDA
Entre los concurrentes figuraban los Sres. Francés, Moreno Carbonero, Xaudaró, Mata
(D. P.), Romero de Torres, Menéndez Domínguez, La Riva, Cuadrillero. Fresno y alumnas y
alumnos de la Escuela.
Ofreció el banquete el catedrático Sr. Marín Magallón, quien dedicó calurosos elogios a
la personadad literaria y crítica del Sr. Doménech.
EXPOSICIONES
En Madrid:
En Barcelona:
2332
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Galerías Layetanas: cuadros de Lorenzo Cerdá, José Ariet, Nolasco Valls, Rogelio
López, Verdugo Landi, Víctor Moya, María Fiter, Daniel Sabater y vidrios
de Ricardo Crespo.
Les Arts et les Artistes: pinturas y dibujos de Canáls, Carles, Colom, Félix Elias,
Inglada, Mallol, Mercadé, Mumbrú Obiols, Ivo Pascual, Ricart, Vayreda;
esculturas de Enrique Casanova y José Duñac.
ABRIL
2333
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
acicateo, que suponen el mostrar sus obras públicamente y contrastar sus valores propios con
los ajenos. He aquí un caso harto repetido en el arte español de fines del siglo XIX y comienzos
del XX. El artista procura las medallas, opta a una cátedra y se resigna al silencio y la calma de
una vida libre de los riesgos, pero también de los ecos que sigue el artista no confinado en la
enseñanza oficial.
Sin embargo Teorodo Andreu posee, además, cualidades positivas de pintor, entusamos
no amortiguados y una noble ansia de trabajo que no precisaba la gloria inmediata para
subsistir.(…)
Una gran diversidad de motivos y una no anquilosada diferencia de estilo con arreglo a
cada uno de aquéllos y a la distinta condición de luz y de lugar, mostraba el Sr. Andreu.
Eran, según se ha dicho, jardines, campiñas, masías, huertos, viejos pueblos levantinos
cocidos por el sol y lujuriantes de verdor y de flores. Figuras de muchachas y de labriegos con
los gayos trajes de fiesta o los humildes indumentos de las jornadas cotidianas. Retratos, en fin,
de la naturaleza y de las gentes, hechos sin artificio, pero con una noble veracidad.
2334
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LA EXPOSICIÓN DE ARTISTAS
ASTURIANOS EN MADRID
Nada de cuanto se trajo a Madrid para esta Exposición—que fija de manera indubitable la
existencia positiva de una pintura netamente asturiana, plural de personalidades diversas—, se
improvisó o se creó para ella. Todo estaba en el estudio de cada artista; había sido realizado en
la calma solitaria, en el dulce sosiego de la tierra nativa, rostro a sus valles y sus cumbres y sus
costas, entrañablemente unidos a sus gentes, sus costumbres y sus ideales comunes.
Concretándonos a los artistas que concurren a la Exposición del Heraldo, basta para
definir la varia riqueza estética de la Asturias contemporánea.
He aquí, ante todo, Evaristo Valle, a quien Konody, el sutilísimo crítico inglés, supo
exaltar de una manera decisiva cuando la exposición del gran pintor en Londres
2335
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Uno de sus maestros más cabales y más dignos del apelativo se presenta. en el momento
propicio como un ejemplo. Quisiéramos que este ejemplo de un gran lírico, unido a un gran
técnico, depurado por veinte años de preparación fecunda, no se olvide
Pero Evaristo Valle no está solo. He aquí otro maestro, otro encauzador de juventudes
por el tácito y ejemplar didactismo de su obra personal admirable: Nicanor Piñole.
También gijonés, Pinole es el gran sinfonista de los temas asturianos, la piedad romera,
los holgorios populares, los optimismos agrarios. Es el retratista de hondo buceo psicológico.
Tiene una pompa majestuosa su color y una armónica grandeza su composición. Una
serena, algo fría, de tan perfecta, serenidad (…) sus paisajes de entrañable carácter astur(…)
2336
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sus autorretratos, Ricardo Montes empieza dibujando escenas del Quijote. Montes,
interpreta la Leyenda Hidalga, con un criterio de español que mira a España por sobre el
horizonte(…). Y cuando la última y febril época del retorno a los paisajes nativos, tenía para el
alma nostálgica de Asturias, vagante en los cendales del orbayo sobre el campo, la aldea y la
ciudad vetusta, tímido lirismo de poetas. Y siempre con un raro encanto de cogitación
melancólica, de sumisión dolorosa que traducen los rostros de sus modelos y los cielos de sus
paisajes. Encanto melancólico que se adueña de nosotros cuando sabemos que la
obra piadosamente conservada por sus deudos fué realizada en una precoz mocedad,
en una triste juvenilia sentenciada fatalmente.
Gijonés, como Valle y como Piñole, Mariano Moré viene con sonriente juvenilia por los
senderos del segundo. Pero la nota austera, la patricia calma de "llegado" que tiene el maestro
es en la fragante mocedad de Moré, una gracia blanda, mimosa y clara. Sonríen sus gamas
delicadas, sus asuntos aldeaniegos, sus muchachas en fiesta o de caminata mañanera, sus
ermitas pueblerinas, sus lejanías rosadas ,azules y opalescentes.
Diríase que a semejanza de esos mancebos que ponen la cantarina dulzura en la tonada
a dos voces donde otro reciamente grave deja fluir del pecho y del alma soñolientas barcarolas
o nostálgicas guagiras, Moré añade al acento abaritonado de Piñole su finura atenorada. Sus
lienzos son afables, radiantes y candorosos; hacen pensar en pintura sobre cristal o porcelana,
en abrileñas y ortales caricias de la luz a través de cendales levemente coloreados.
2337
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
la esperanza de él, porque ahí se está cimentando una firme y sólida maestría del mañana
inmediato.
Como también y por diferentes razones y trayectorias distintas, cabe esperar bastante de
la rebeldía educada y el refinamiento de vanguardia de José María San Julián que posee tantas
aptitudes pictóricas al servicio de una sensibilidad muy moderna, pero no extraviada; del
idealismo casi agresivo de Martínez Ruiz, preñado de turbulenta codicia por descubrir los
elementos primigenios del paisaje astur en un afán no exento de hurañez; la trabazón íntima y
el desacuerdo externo entre normas pretéritas y audacias actuales que ofrece Orlando
Santullano, acaso uno de los valores más ricos de potencialidad intelectual y de instinto pictural
del conjunto; la segura avidez de Alfredo Aguado que simultanea el paisaje con la figura, en
una búsqueda bien orientada de la asturianía expresiva; la distinción señoril de tonos y la
delicadeza espiritual de Luis Bayón...
Y dentro de ella, acaso la personalidad más sutil, más capacitada a reflejar la naturaleza,
el paisajista más fino y más sensitivo de cuantos hoy afrontan la tierra natal es Juan Espolita, el
autor de los lienzos parcos de dimensiones, aparentemente- apagados de color, tan
contagiados de la fervorosa humildad de quien les creara pero hacia los cuales van nuestros
ojos como a un deleitoso remanso idealista y hacia una verdad dicha noblemente, con esa clara
sencillez que tiene los cantos asturianos.
Son casi todos sus lienzos pequeñas obras maestras, buenas para aducir cuando se
quiera demostrar cómo la pintura española alcanza lo que otras pinturas europeas del momento
no han logrado después de la gloriosa pesadumbre histórica de la nuestra.
En los cuadros de Juan Espolita hallamos una interpretación de Asturias que siendo
distinta de la de otras pinturas asturianas, igualmente veraces y sensitivas, no por ello es
menos exacta y está menos nutrida de los valores luministas y emocionales del paisaje
asturiano
Desde luego, este arte de Juan Espolita es de una distinción, de una finura inaccesibles a
quien no posea su peculiar sentido del tono y del matiz., además, esta insospechada y súbita
sabiduría eliminatoria de lo que sobrepasa y obscurece.
Juan Espolita, el soñador, la luz es el alma de sus lienzos, que parecerán opacos a las
retinas ineducadas en pintura moderna. La percepción de infinitas e ilimitadas gradaciones
lumínicas es precisamente lo que hace de Evaristo Valle uno de los más admirables pintores
de nuestra época. (…)
2338
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Juan Espolita no precisa mucho color. Lo diluye, lo sutiliza de tal forma que sus cuadros,
sus notas, apenas tienen sobre el lienzo o el cartón levísimos toques del pincel. Y, sin embargo,
¡cómo son de bellos y de reales! ¡Con qué profundo acento hablan a la mirada y al espíritu!
Lo que Cristóbal Ruiz realiza en paisajes polvorientos y áridos del Sur, lo va a realizar en
los del Norte este avilesino a quien aguarda un porvenir glorioso.
Cuando se pintan en los comienzos de una obra lienzos como Valle de Molleda y
Crepúsculo, cuando vemos por los apuntes y bocetos—bañados todos en esa potencia
ensoñadora y sostenidas por esa comentación de realismos que es la virtualidad de Juan
Espolita—no son logros fortuitos y aciertos transitorios los cuadros propiamente tales, hay
derecho y deber al reconocimiento público de ese valor positivo de la pintura avilesina.
Si Juan Espolita hace pensar en Cristóbal Ruiz, Gonzalo Espolita nos recuerda a Regoyos
Tiene del maestro asturiano, injertado en el arte vasco, el gozoso y encantador optimismo, la
gracia ingenua y la frescura que conmueve. Sus paisajes son todo lo contrario del espectacular
academismo, del clasicismo enfático. Es algo que mana sin esfuerzo ni preocupación, que
humedece de rocío los pinceles y los aureola de sol.
Los hermanos Soria, también avilesinos como los hermanos Espolita e incluso
maestros de ellos en los primeros y adolescentes balbuceos pictóricos; se muestran en esta
Exposición como paisajistas.
Sin embargo, Nicolás Soria prefiere los grandes lienzos de composición, los episodios
característicos de la tierra natal. Uno de aquellos, aquel admirable cuadro La Huelga, que en el
anterior Certamen Nacional fué distinguido con la miopía estética y el desdén inconsciente del
Jurado (…)
2339
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
(…) hallamos en torno del lienzo La huelga—suaves y fuertes a mismo tiempo mismo—
muestras de su otra contemplación de la naturaleza.
Así lo afirman estos tres paisajes Villahormes, Candás, Perlora y el interior de Santa María
de Llaranes que ha enviado a la Exposición del Heraldo y en los que hallamos como en otras
notas paisistas suyas el deseo de ser sobrio y ecuánime, la demostración de un paisajista algo
frío en apariencia y de un seguro dinamismo en la realidad
Florentino Soria es el paisajista romántico que se entrega a la naturaleza con los impulsos
ditirámbicos del romanticsmo. Ese fervor y esa exaltación por el paisaje, no suele encontrarse
ya en la época moderna. Y cuando le hallamos, como en este caso, no adolecido de los
defectos, sino elocuente de las cualidades, nos reaviva fibras adormecidas de la ternura. Está
ese arte, amigo de la orquestación y de la polifonía, y que gusta de dar a pintura el
acento de la poesía himnaria, dentro de la trayectoria estética de Muñoz Degrain. Y Muñoz
Degrain es uno de los grandes paisajistas españoles.
Sus cuadros resumen dos de los aspectos más característicos del paisaje asturiano. La
sonriente majestad de los árboles henchidos de graciosa fronda a la orilla de los prados
jugosos. La grandeza dilatada de valles cercados; de cumbres que la niebla desmocha y
acuchilla.
Mientras éstos hacen pensar en una amable disertación bucólica, aquéllos, sugieren
profundas cogitaciones filosóficas. Lo que en los primeros es elegancia de líneas y tentadora
invitación a paseatas sentimentales, es austera, grandeza espiritual en los segundos; y como el
íntimo diálogo del hombre, con Dios que tantas veces creemos percibir en la amplitud
melancólica de. la naturaleza asturiana.
Su amor a los árboles el afán de reflejar—como seres vivos y como euritmias casi
sonoras de tan afirmativas—el hechizo diverso de las forestas asturianas donde hallamos las
especies más hermosas de la región norteña
Joaquín Vaquero evoca una Asturias casi inédita que no tiene nada de común con la
brumosa, melancólica y suave de los valles inmediatos al mar. Es la Asturias de los Vaqueiros,
de las cumbres y lagos de Somiedo cuya, entraña filosófica y mística ha removido Roso de Luna
en un libro desgraciadamente poco divulgado
Sorprenden la comarca y la pintura que Vaquero ofrece. Porque es una doble revelación.
De pintor positivamente tal y de unos lugares que no parecen asturianos. Vaquero ha padecido
la influencia de Joaquín Mir. Su pintura impetuosa, nerviosa, dinámica tiene todavía las
filtraciones cromáticas del gran colorista catalán. -
2340
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Pero las va eliminando rápidamente. No en vano pasa largas estadas solitarias frente a
frente del sol, la montaña y las lagunas. Así su pincelada flagela el lienzo; "grita" como la voz
del hombre hecho a las altas soledades;. Son cadmios vibrantes, azules de máxima intensidad
lumínica, carmines y bermellones que rutilan, verdes furiosos. Y en una rara, en una sabia
disciplina de valores. Porque no hay que confundir a Vaquero con un bárbaro lanzador de
colores al espacio terso de los: lienzos blancos. Es un sano y másculo amante de la naturaleza
que sabe poseerla, pero que la sabe engalanar de manera rica, suntuosa y distinguida...
(…)Ese error sustentado respecto de España y del arte español al otro lado de nuestro
horizonte es lo que hace, suponer españoles únicamente a los obstinados en el tópico de
abanico, pandereta, guitarra y mantilla.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Madrid:
2341
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En Barcelona:
y Mosén Garriga.
En Murcia (Circulo de Bellas Artes): Cuadros del pintor ya fallecido José Sobejano
2342
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MAYO
Desde las Enrich Galleríes, Sevilla ha sonreído noblemente a Nueva York. Figuras de
mujeres, adormecidos y solitarios rincones, interiores de iglesias y conventos, escenas de
holgorio o misticismo popular; una homogénea serie de cuadros donde la ciudad andaluza era
evocada con la clara, inteligencia pictórica que define el arte de Alfonso Grosso. Le han
precedido en la solicitud— atendida—del éxito legítimo, otros pintores españoles.
Sucesivamente, a través de distintos conceptos y varias normas, le valía y los motivos es-téticos
de nuestra nación contribuyeron a formar en el criterio americano—al menos en aquella selecta
minoría de críticos artistas y aficionados a las bellas artes que en todos los países influye
aisladamente, y a pesar de las mayorías indiferentes, sobre la sensibilidad colectiva—el cauce
orientador de mejores conocimientos futuros.
2343
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Mujeres, templos, lugares urbanos y solitarios. He aquí los tres temas predilectos de
Alfonso Grosso.
"Su entusiasmo por los interiores de iglesias—añade el yanki The Sun— le ha valido un
puesto en el Museo de Luxemburgo, de París, cuando su cuadro Templo sevillano fué exhibido
en el Salón de 1919 y adquirido por el Estado francés."
Sus interiores de iglesia no tienen pompa ni ostentación catedralicia. Son casi siempre
rincones de templos pueblerinos, de humildes conventos, o de esas recónditas parroquias
sevillanas que el tránsito forastero ignora u olvida, tendencia atrayente y sugeridora. Entramos
nuestro espíritu a esos admirables refugios donde diríase que el aire circula y la luz parla y allí
gusta de permanecer bajo la complacida vigilancia de nuestros ojos que no se cansan de mirar,
de descubrir nuevas e incesantes revelaciones de un gran técnico y de un gran sensitivo.(…)
No menos interesante el tercer aspecto pictórico de Alfonso Grosso: los patios, las
callejas, las plazoletas sevillanas. Rara vez encontramos en ellas figuras humanas. Acaso les
colmó de gentío algarero ahora que iba a mostrarles en América—como en los lienzos La Cruz
de Mayo, La Virgen de la Esperanza, La procesión de Santa Ana, etc.;—pero casi siempre están
entregados a las soñolienta, romántica o alegre libertad de sí mismos. Horas distintas les
animan o entristecen. Se adivina el rumor del agua en los surtidores, el aroma de las flores; la
melancolía, tal vez, de una copla o de un esquiloncillo monjil desvaneciéndose en la diafanidad
alta. Como al interior de los templos queremos entrar á estos remansos profanos y acunar los
pensamientos dulcemente. Acaso no hay nada que nos sugiera la verdadera iniciación
sentimental del alma sevillana como los patios floridos, las placitas de ingenua y graciosa
sencillez arquitectónica de Alfonso Grosso. Son suspiros de la ciudad y éxtasis de la ciudad
hacia el cielo y embriagada de aromas (…).
2344
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Por segunda vez el arte español, aposentado en su casa propia, se muestra al público
heterogéno e inteligente que visita la Exposición de Venecia.
Hasta 1924 habían de exhibirse las obras de nuestros artistas merced a la noble
hospitalidad del Palacio italiano. A partir de esa fecha España tiene su pabellón propio en los
jardines donde se agrupan los, de otras naciones extranjeras. (…)
Debe, pues, divulgarse este bienal esfuerzo del arte español por mostrarse fuera de
España con su fisonomía y sus cualidades peculiares; procurar que, aun coincidiendo la
Internacional de Venecia con las Nacionales de Madrid—ya que ambas se celebran cada dos
años—y, por lo tanto, reservándose algunos artistas sus obras para el certamen de aquí, tengan
siempre las otras manifestaciones colectivas la mayor suma de expresividades estéticas.
El presente año han enviado, entre otros, obras de pintura los señores Vázquez Díaz,
Zubiaurre, Moreno Carbonero, Garnelo, Verdugo Landi, Meifren, Llorens, Hermoso, Martínez
Vázquez, Simonet, Moisés, Morcillo, Prieto, Verger, Labrada, Gil de Vicario, Pedro Antonio, Cruz
Herrera, Bianqui, Oroz, Pons Arnau, y Santos Sainz.(…)
La mayoría de estas obras son conocidas y sancionadas en España. Así, por ejemplo, en
pintura, el admirable Retrato de señora, de Pedro Antonio; los Segovianos, de Valentín de
Zubiarre; el Desnudo, de Hermoso; La primera salida y El espulgo de libros en la biblioteca, de
Don Quijote, de Moreno Carbonero; la Elegía de Garnelo; el panneau con diecinueve apuntes,
de Verdugo Landi; La madre y Estudios de caprípodos, de Vázquez Díaz; el Retrato de hombre,
de Verger Fioretti; el paisaje Oporto, de Cruz Herrera; La Esfinge, de Leandro Oroz; el paisaje
Primavera, de Gregorio Prieto; el retrato de Maruja Lopetegui, de Julio Moisés, etc.
De Muñoz Degrain se exhibe uno de sus castillos románticos pintados con aquel ímpetu y
aquel vigor lumínico propios del gran maestro valenciano.(…)
La critica italiana así lo ha reconocido. Nuevamente Sorolla es, gracias estas figuras de
entrañable racialidad—labriegos, pescadores, trajinantes, pastores, gentes del llano o de
2345
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
las cumbres, endomingados o con las humildes ropas de las tareas cotidianas, del Norte o
del Sur, viejos o jóvenes todos ellos en armoniosas actitudes, con gallardísima
arrogancia natural- exaltado, como intérprete de la tierra española.
Indudablemente lo es. Ya he dicho con qué elevada virtualidad, y estas dos exposiciones,
la permanente en Nueva York, la transitoria de Venecia lo ratifican.
Los vinos, los aceites, el corcho, las uvas, los plátanos españoles, merced a estas
negociaciones, llevadas, según dicen, a buen término y a cambio de igual trato para otros
productos alemanes, van a exportarse a un mercado amplio y a ser pagados en la moneda sana
y como quien dice "adolescente" de aquel país.
Los negociadores venidos de Berlín con tal propósito, circulaban por entre los habituales
de estrenos dignos, exposiciones selectas y conferencias responsables, hablando en voz alta,
viendo, con esa un poco fanfarrona, ingenuidad de ostentación de su idioma, su pecho saliente,
sus gafas, su cráneo mondo y sus corbatas detonantes que descubren en seguida al alemán
recién transplantado.
Ambientaban con los otros alemanes ya menos ostensibles, más discretamente por fuera
ciudadanos del mundo, la exposición. Daban el valor de cotejo y comprobación, el acento y el
recuerdo vivo, a los -dibujos no siempre dentro de la exactitud en la "realidad convencional"
que exige la muchedumbre para comprender la obra de arte.
¿Era, sin embargo, precisa esta coincidencia de la Alemania dinámica con risas sonoras,
saludos ceremoniosos, cerviguilios rojos y manoteos de dedos cuadrados, con la otra Alemania
densa o sutil, maciza o etérea, pero estática, de los grabados puestos en la pared como hojas
de periódico o estampas sueltas en tendalera de feria?
Ciertamente, no. Porque el arte alemán tiene siempre su acento y su sabor y su idea
esencialmente germánicos. No se le puede confundir. Aunque los temas se universalicen o se
lancen a elucubraciones simbolistas, o alegorías abstrusas, el trazo alemán es inconfundible.
Tiene una fatalidad tiránica que no se evita y que en muchos casos significa la razón primordial
de su mérito estético.
2346
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Todos estos grabados que vienen desde las manos seniles y el concepto academizante de
Max Liebermann y desde las manos moceriles y el ímpetu postexpresionista o de la nueva
objetividad que significan los más jóvenes: Gramatté, Schrimpf o Gross, no quieren, pero si
quisieran tampoco podrían, libertarse de esa étnica fatalidad que en definitiva es la esencia
íntima de su sensibilidad. Aunque la saturación voluntaria de ajenos ambientes se traduzca por
otros temas exóticos, como las castellanías y las glosas al Greco de Willi Geiger, el artista
alemán es entrañablemente germánico. Su sistema inteligencial, su sistema sentimental, su
sistema factural prevalecen.
Así, lo que comprenden todos, como lo que indigna a muchos, como lo deliciosamente
revelador solamente para unos pocos, de estas, xilografías, puntas secas, litografías de
diferente época y manera - ,con esa rápida sucesión de rectificaciones impacientes que
caracteriza a los ismos estéticos coetáneos—están henchidos de inteligente y sensitivo
germanismo.
Ferrant tenía entonces setenta y dos años. Era no muy alto de estatura, algo encorvado,
el bigote y la barba blancos, muy espesos, le cubrían la boca y velaban las palabras; detrás de
las gafas sus ojos chispeaban de juvenil inteligencia o daban suaves cariciosas miradas de
bondad. Sabía mucho de su profesión, y lo decía sin énfasis ni petulancia. Dirigía el Museo de
Arte Moderno, pertenecía a la Academia de San Fernando, frecuentaba los conciertos, las
exposiciones, y en su estudio del paseo de Recoletos—al que acudían numerosos discípulos—
trabajaba con el fervor no extinguido de la remota mocedad.
Fué por aquella época cuando le conocí. Ferrant concluía el lienzo de grandes
dimensiones La última comunión del rey San Fernando, que, empezado en plena juventud del
2347
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
artista, por encargo del infante Don Sebastián, quedó terminado en 1914 y adquirido por el
Estado en 50.000 pesetas.
Niño aun, aprendió a pintar bajo la enseñanza directa de su tío D. Luis, y en la Exposición
Nacional de 1864 obtuvo con un retrato de su maestro la Primera recompensa: una tercera
medalla.
Dos años después, en la Nacional de Cádiz, obtenía segunda medalla por el lienzo San
José con el niño Dios. En 1874 fué pensionado a Roma, y allí, en colaboración con Pradilla,
copió La disputa del Sacramento, de Rafael, que fué su primer envío de pensionado. Cuatro
años después, en. a Nacional de 1874, donde también Francisco Pradilla presentó Doña Juana
la Loca. obtuvo la primera medalla de oro con su obra maestra San Sebastián hallado por los
cristianos en la cloaca máxima. Otra medalla de oro le fué otorgada en 1892 al importante
cuadro El cardenal Cisneros, fundador del Hospital de Illescas, inspeccionando las obras.
Idea sana en forma perfecta era su lema, paráfrasis artística del aforismo clásico Mens
sana in corpore sano.
2348
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
acierto las más nobles y elevadas manifestaciones de la vida moderna, hablarán un lenguaje
fácilmente comprendido por todos, alcanzando por este solo mérito la simpatía general y el
aprecio público." (…)
Así están creados estos apuntes y esas notas que exaltan, sin despojarles de su esencia
realista, lugares de Galicia y de Castilla; tierras ásperas violentas y valles, costas de infinita
dulzura. Otras dos salas contenían los retratos, los estudios de cabezas para las Sibilas de San
Francisco el Grande, paisajes, cuadros de composición.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Madrid:
En Barcelona:
2349
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
JUNIO
Otra Exposición más. No otra nueva Exposición. Porque todo en ella carece de la
sorpresa de novedad que aun ansían algunos. Nos envejece, nos contagia de su senil descenso,
cada bienio menos remediable, este obstinado y confinado prurito de simular parodias inútiles
del arte. Nos convoca a una triste fiesta donde nada tiene el gozo libre e infinito de la belleza
por la belleza. Surge de pronto como el fatigoso retornelo de las cosas que quisiéramos olvidar.
Destiñe su letal vulgaridad y nos hace temer la posible neurastenia, resignándose a las cóleras
sin motivo, malgastando las horas propicias a la buena emoción, al grato aprendizaje estético,
en bostezar delante de las copias sucesivas de aquello que sólo cada dos primaveras surge para
desvanecerse. Otra Exposición más. Descomponiéndose, pudriéndose de sus descuidadas
infecciones, complaciéndose en sus aras, ya casi vencida y desahuciada de tanto como sus
lacras la corroen y sus llagas se ulceran.
2350
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Sosiega, sin embargo, el ánimo del visitante—temeroso, por costumbre, de los habituales
hacinamientos de certámenes anteriores—el buen reparto, la amable disposición que este año.
concedió el Jurado a las obras estimadas dignas de no relegarse al confusionismo del Palacio
de Cristal.
Este sosiego, esa propicia acogida que consiente ver sin sugerencias adversas ni
contactos enojosos cada cuadro en su virtualidad exacta, diríase que eleva el nivel estético del
conjunto.
Así instalada, disimula defectos, realza cualidades; cumple una benévola una piadosa
misión no entendida por Jurados pretéritos que ofrecieron en toda su crudeza y desnudez la
fatal mediocridad que caracteriza siempre una Exposición Nacional.
Tan es así, que distinguimos pronto el cuadro y la estatua "fabricados" para optar a
recompensa, de los "producidos", sin tener en cuenta los precedentes medallables y las
tendencias gratas al vulgo tan efímeras como las elogiadas por el snobismo culto.
La instalación actual retrasa, desorienta un poco la certeza del juicio. Es preciso ver con
el otro sosiego de la segunda visita lo que tan noblemente mixtificado se nos apareció cuando
la primera.
Claro está que tan injusto como suponer a una Exposición de este género muestra y
ejemplo de la capacidad y espíritu artísticos nacionales, sería deducir de ella consecuencias
pesimistas para la cabal significación de nuestras artes plásticas.
2351
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En ningún país los Salones Oficiales representan otra cosa sino estímulo económico,
escenografía social, bien intencionada protección del Estado a los artistas que trabajan por
romper el anonimato o consolidar una situación vacilante
La culpa no es del Estado, sino de que en este género de exhibiciones con su parte
burocrática y administrativa, con su lógico vicio original de mayorías sobre minorías, se vincula
al sector más numeroso, menos capaz de poseer las dotes sensiblemente individualistas del
creador de belleza, el otro más escaso que, con toda pureza, busca altivo e independiente su
camino y quisiera aislarse de complicidades y contubernios ajenos a su propio pensamiento y su
acción original.
Incluso hay otra razón para la ineficacia estética, para lo quebradizo de los prestigios
basados únicamente en el escalafón de medalla o en los epinicios transitorios que una crítica
improvisada lanza en torno de estos certámenes: su anacrónica vetustez, su funcionamiento
retrógrado en la amplia, diversa, esparcida y, sobre todo, "enterada" vida artística de nuestros
días. Las Nacionales de Madrid, los Salones de París, Londres, Berlín y Roma han ido viéndose
substituidos en el favor público en la influencia social y en la revelación de personalidades por
las exposiciones de grupos homogéneos de organismos o sociedades, por las exhibiciones
particulares. Se descentralizan también, estas muestras colectivas de la verdadera fisonomía
estética de un país, alejándolas de la capital. En Alemania, Munich supera a Berlín; en Italia, las
internacionales de Venecia, las de Milán, Turín o Genova importan más que las de Roma; en
España, Barcelona, Bilbao, Sevilla y Valencia reflejan una actividad independiente y rica en
sugestiones diferentes.
¿Quiere insinuarse con lo antedicho que las Exposiciones oficiales sobran y que sería
conveniente su desaparición?
Ni tampoco quiero decir que las Exposiciones Nacionales carezcan de una cualidad refleja
en lo que se refiere a la plástica de su tiempo. Aun mortecino, aun deformado por los pobres
espejos ustorios de la mayoría, a pesar de que—-con honrosas excepciones muy dignas de
gratitud y respeto—los artistas de nombradía rara vez mandan sus obras a las Exposiciones ya
2352
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
lograda la primera medalla, se puede hallar en los Certámenes Nacionales el eco plástico e
ideológico de la época, desde un punto de vista generalizador…
LA PINTURA
—Yo sólo soy crítico de arte cuando llega la Exposición Nacional—le dice el amigo
periodista que habrá de anotar por salas las cosas que le gustan y las que le han
recomendado...
Y se limita a escribir en las márgenes del Catálogo notas breves esquemáticas, sin
pretensiones dogmatizantes, como un visitador más, que conociera los reversos de las
medallas...
EL PAISAJE
Joaquín Mir es siempre Mir, como Santiago Rusiñol es siempre Rusiñol . Pero mientras el
pintor de las turbulencias inflamadas, de los agros palpitantes conserva una rara juvenilia
perdurable, el pintor de los jardines solitarios y las soñaciones simétricas se amustia y endurece
y enfría...
¡Cómo flamea Valle Rojo! ¡Cómo está encalidecido en su entraña este arte impetuoso del
gran panida catalán!...
Raurich es dramático; tiene siempre una calidad agresiva su pintura y domeñada por
una maestría brava. Este año el dramatismo casi ha prescindido del cauce o del eco para un
furor, que también tiene algo de genesíaco Una loma ondula como un alarido ululante y denso.
El cielo quisiera aplastar ese sufrimiento acre de la tierra.
2353
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Ivo Pascual abandona las márgenes fluviales, los hayedos y alamedas, los alisos, las
brumas y forestas (sic) corotianas para urbanizar su inspiración. Un patio-jardín esclavizado
entre casas, es el tema de su Rincón de Olot. Y hay como un suspiro de ansiedad campesina en
lo alto del cuadro al que nubes y cumbres se asoman tentadoras.
Antonio Berni, en cambio, con qué gracia serena y tranquila, con qué acento,
madrileño nos dice que basta un lienzo pequeño para crear una gran obra. Lo es ciertamente
Puerta Cerrada. Acaso no hay en toda la Exposición un cuadro de paisaje urbano, como este
rincón del viejo Madrid tan ungido de veracidad y de alma. Ha sido varias veces un remanso
buscado, saboreado en nuestras forzosas visitas un refugio de tanto cuadro enorme, vocinglero
y de las peores frivolidades con su divina ternura de color, de sentimiento y de sencillez.
Ricardo Verdugo Landi deja su barca y trepa por el monte. El marinista vuelve espaldas al
mar y lanza desde la comba de la playa el ímpetu de una tierra toda envelada de brumas hasta
el cimero espinazo. Sorprende esta súbita infidelidad del contemplador de olas para
transformarse en el glosador de la tierra. Pero no sorprende el logrado efecto de verdad, la
húmeda y jugosa exuberancia del campesino seno (sic) y esa dulce humareda de la bruma que
es como el sonreír de los ojos azules en el rostro curtido, viril y áspero de un navegante.
Aurelio García Lesmes abre sus abanicos de surcos, de trigales, de rastrojeras. Son,
además de entrañables, capítulos de un Macías Pícavea, saturado de castellanía, una sutil
arrogancia de dilatador de horizontes. Se piensa ante estas llanadas largas, lentas,
melancólicas, encendidas de caligie (sic) o abrillantadas de escarcha, que también la llanura
como el desierto africano, como el yermo ascético, como el espíritu de Teresa de Cepeda tiene
sus espejismos atrayentes y magníficos...
2354
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Vila Puig. ―Mestre en gay pintar! ― nos atreveríamos a decir sólo por como la parafrásica
osadía del dicho, resume nuestra idea de lo que es la pintura de Vila Puig, entrañablemente
lírica y catalana. Sólo un catalán pinta así a Cataluña. Sólo un poeta la da esta himnaria
grandeza. Su Paisaje del Vallés abre en el muro de la Sala un boquete de naturaleza. Ese es
para la saturación de pintura que padece el visitante, el antídoto, la tríaca del buen gusto, de la
nobleza sosegada, del ademán tranquilo de un sembrador de belleza.
¿Por qué Puig Perucho ha creído que sus ocres y sus grises y sus certidumbres
pueblerinas pudieran cansarnos? Y ha ido a traernos un Cèzanne desteñido, chorreante y
difuso de azules en negros y verdes que a él mismo habrá de desconcertar cuando lo recobre
para su estudio.
Igual Ruiz o el Evohé radiante. No importa que el cuadro sea un lago suizo o un
paseo valenciano. El da su nota de tenor en un dúo con la naturaleza. Y se embriaga de la voz
que lanza y se complace en extenderla sobre cuanto evoca. Son, pues, los cuadros de Igual
Ruiz dúos que se tranforman en romanzas. Se oye a la naturaleza bajo el galán ímpetu de quien
la coteja por el gozo de escucharse. (Advertencia a los competidores. Sólo teniendo dotes de
pintor y entusiasmos de artista se puede conseguir lienzos como estos dos tan sonoros.)
Todavía no. Están advertidos para el recuerdo y el elogio esta suave magnificencia
inedita de una Mallorca de horizonte bajo y celaje dilatado, de Simonet Castro; la plaza
2355
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
bilbilitiana de Fernández Ardavin; este Sol en el Pardo tan pleno de majestuosa energía, de
Bernardino de Pantorba; el fino acordes de grises y verdes suavísimos que Jaime Mercadé supo
encontrar en el campo de Tarragona, el dinámico y jocundo vigor de Francisco Guinart, cuyas
muchedumbres urbanas están ya definidas para destacarles de posibles imitaciones; la blanda
nostalgia galiciana que Francisco Llorens siente de un modo mas profundo, refugiándose en
ella; el luminismo justo de Serra Farnés, la romántica ampulosidad que Aguado Arnal da a sus
paisajes aragoneses y que, sin miedo a decirlo, calificaría de jota impetuosamente lanzada.
Y además Sol Otoñal, de Múgica, Ca‘n Loca de Gili Roig, Natura de Meifrén Hoz del
Huecar de García Martínez; Huyendo de la borrasca, de Blanco Coris ; El puerto, de Seijo Rubio.
Cuando la última confrontación de las notas del Catálogo con los paisajes que les hicieron
ennegrecer las márgenes, salí del palacete porque las sombras iban absorbiendo los colores y
apagando más los comentarios de los visitantes.
Fuera la hora ganada sabiamente al sol, sostenía aún luz a los jardines y al aire libre
verdaderos.
Curiosa y terrible ,fatalidad ésta de situar en el Retiro una Exposición vernal donde lo que
más abunda son paisajes.
Acto de buena política fué el de asimilar en derechos a los artistas españoles, los artistas
nacidos en la América de origen y tradición hispanas. Se otorgó en las Escuelas de Bellas Artes
las mismas ventajas a unos y a otros; se les reconoció capacidad para optar a premios en los
Certámenes oficiales. De este modo, la corriente estética que aun no hace muchos años iba
directamente a Francia, y se desviaba hacia nuestro país voluntariamente, encontraría un
estímulo digno de ella.
Lejos de aminorar esta noble aportación del arte hispanoamericano la condición del
sobresaliente peninsular, le ampliaba, le dilataba de finalidad y perspectiva; añadía a él motivos
nuevos, sugestiones inéditas; incluso venía a remover entrañables y raciales energías
2356
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
adormecidas en el fondo de nuestra patria y que en las repúblicas del Sur y del Centro de
América conservan toda su vital permanencia.
Era justo y oportuno, por ende, abrir las aulas artísticas, las salas de Exposiciones y
Museos no regatear los premios y las distinciones honoríficas a quienes acuden aquí a definir y
modelar con rasgos españoles su personalidad artística o a refrendar la ya firme y destacada en
la tierra natal.
Recordemos, entre otras, las recompensas otorgadas a los argentinos Vidal y Cittadini.
Pero este año se ha seguido diferente sistema. Los artistas hispanoamericanos se han
visto postergados en absoluto. Bien es verdad que puede consolarles la verdadera categoría de
artistas españoles unidos a ellos en el desdén incomprensivo e incomprensible del Jurado.
Consecuencia lógica de su afirmación positiva en América del Sur, los pintores argentinos
representaban la mayoría de expositores hispanoamericanos en la Nacional de 1926.
De ellos, no pocas de sus obras nos eran conocidas ya de exposiciones individuales, pues
sabido es que desde hace cuatro o cinco años los pintores, los escultores argentinos gustan de
añadir al renombre conquistado en su país el beneplácito español.
Otros, como López Naguil, con el Pollensín, nos causan la grata sorpresa de una bella
novedad.
Ernesto Riccio, paisajista notabilísimo, cuya Exposición última en el Salón del Círculo de
Bellas Artes fijó, afirmándola, su significación en la moderna pintura de hoy, exponía el lienzo
Guetaria, mal colocado en el Palacio de Cristal con notorio agravio al mérito que posee.
2357
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
También se hizo referencia anterior en el capítulo del retrato, al cuadro titulado Abuelita,
de Romilda Ferraría, joven e inteligente artista que se ha formado en Madrid, y que sin
impaciencia ni pedentesco arribismo (sic) va realizando su obra.
Enrique Cénac, discípulo de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona ratifica con El manojo
de hojas y Las Camelias, -esa distinguidísima condición del buen gusto en los motivos, las
gamas y el estilo difícil de lograr en una triple armonía. Desde hace años, en las Nacionales y
en el Salón de Otoño venimos siguiendo complacidos la labor noble de Cénac estimulándola por
lo que significa de modernidad sin extravío, de elegancia no petulante.
Por último, la Srta. Elena Bertrand exhibe los lienzos Sonia y El collar azul, que formaban
parte de su exposición particular en el Círculo de Bellas Artes y donde, sobre todo en el último,
se aprecian distinguidas y estimables dotes pictóricas.
Entre los envíos de artistas cubanos se destacan los de Esteban Doménech, Eugenio G.
Olivera, Roberto Caballero, A. Souza de Arnas, Abelardo Bustamante y A. Maffei.
Esteban Doménech reside hace tiempo en España, primero como pensionado de su país,
luego dedicado a la meritoria labor de copiar al Greco y pintando cuadros de costumbres
españolas. Actualmente, vive en Toledo, donde es cónsul de su país. Las dos obras
presentadas, Supersticiones y Carmen y María pertenecen a aquel género, en el que la belleza
femenina y el pintoresco indumento de las mujeres andaluzas añade peculiar encanto.
Largos años ha convivido Eugenio S. Olivera, igualmente con los artistas españoles y con
el fértil ejemplario de nuestro Museo del Prado. Es un excelente retratista y un dibujante
2358
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
concienzudo. Testimonios elocuentes de ambas cualidades los dos retratos de señora que
exhibe ahora.
Mujeres de Castilla y el estracilla son dos lienzos notables que firma Roberto
Caballero.(…)
Domingo Otero, colombiano, es otro pintor que ha seguido los cursos académicos en la
Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. Siempre en las Exposiciones Nacionales y en
otras de parecida índole hemos visto envíos suyos.
También colombiano, es Gómez Campuzano, que presenta una media figura femenina
titulada Cecilia.
Y, finalmente, deben citarse la figura Anita, del mejicano Enrique Abad, y el paisaje
Potosí, del boliviano Guzmán Rojas.
2359
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
LAS RECOMPENSAS
Medalla de Honor:
D. Aniceto Marinas, 143 votos; D. Joaquín Mir, 116; Sr. Vázquez Díaz, 2; Sr. Martín
Vázquez, 2; D. Santiago Rusiñol, 2; D. Eugenio Hermoso, 1; D. Juan Cristóbal, 1. Otorgada a
D. Aniceto Marinas. Medalla del Círculo de Bellas Artes:
SECCIÓN DE PINTURA
Primeras medallas:
D. José Bermejo, por El cafetín; D. José Cruz Herrera, por La ofrenda de la cosecha; D.
Aurelio García Lesmes, por Campos de Zaratán.
Segundas medallas:
D. Roberto Fernández Balbuena, por El claustro; D. Rigoberto Soler, por Idilio ibicenco;
D. Nicolás Soria Gonzalez, por Galerna; D. Pedro García Camio, por Retrato de Rey Barral; D.
Rafael Argeles Escrich, por Cristo en el sepulcro; D. Lorenzo Aguirre, por Crepúsculo de vidas.
Terceras medallas:
D. José Aguiar, por Figuras de pueblo; D. Pedro Serra F arnés, por Cercanías de Madrid;
D. José Blanco Coris, por Huyendo de la borrasca; Don Joaquín Díaz Alberro, por
Carnestolendas; D. En el por La marisma; D. Carlos Dal-Re, por Arrabal de Santiago; D. Ricardo
Segundo por Josefica.(…)
2360
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Cuando logramos evadirnos al fin de las grandes ferias de la vanidad y de la intriga que
son las Exposiciones Nacionales; cuando podemos dejar atrás el arte verdaderamente retrasado
que constituye su pobre medula reblandecida; cuando conseguimos no sentir ya las náuseas
que produce el descubrir medios y sistemas, ajenos a la única razón que debiera emplear todo
artista, para obtener recompensas oficiales, resurge en nosotros el deseo de acercarnos
nuevamente a los esfuerzos sinceros, las sacrificios solitarios y las tentativas independientes.
Conviene repetir una vez más cómo están al otro lado de los Certámenes Nacionales y
como significan precisamente el buen fervor sin estimación ajena esas ingenuas o expertas
abnegaciones de artistas a quienes se acusa de buscar el éxito fácil y la venta rápida.
Y es todo lo contrario. Aun en ciudades como París y Nueva York y Munich, donde los
marchantes de cuadros realizan pingües negocios con la pintura moderna, sólo unos cuantos
pintores, destacados por su originalidad o por su audacia, logran vivir con cierta holgura de su
arte. Los demás, situados voluntariamente al margen del aprecio multitudinario, desconocen el
bienestar económico y desdeñan el contacto de los sometidos por conveniencia a las normas
tradicionalistas y a los halagos de un criterio intransigentemente conservador.
Nada tan doloroso, por ejemplo, como leer ese libro del pintor italiano Lorenzo Viani,
titulado ―Parigi‖ , y que muestra la miseria, la desesperación y, sobre todo, el inútil luchar de los
artistas que acuden desde los cuatro puntos cardinales a inmolarse en la gran ciudad
tentacular.
Más de cincuenta mil artistas cobija París. De ellos el noventa y ocho por ciento son
pobres, sin otros recursos que sus pinceles, su talento o la simulación del talento. Más de la
mitad chapotean en las aguas turbias de los esfuerzos inconfesables, de las claudicaciones
ocultas, mientras el espíritu tiene el doloroso erguimiento de un sagitario cazador de las aves
errantes del postimpresionismo y del expresionismo.
Sin embargo, hay regiones, como Cataluña y Vasconia, donde persisten las simpáticas
rebeldías, el afán de establecer coetaneidad con su época a través de las tendencias modernas.
2361
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Y merced a ese espíritu vigilante que a vascos y catalanes distingue, no suelen perderse del
todo los afables motivos de desquite que hacen desear las Exposiciones Nacionales.
Sin alharacas ni reclamos periodísticos, sin esa intervención pedantesca de lo que llaman
"minorías selectas" ni la vocinglera y rastacueril de los que pintan para las madamas y los
adinerados de mal gusto, estos tres artistas vascos han ofrecido sus cuadros y han visto pasar
los días en lentas calmas solitarias.
Dos de ellos, Biarbe Artia y Montes Iturrioz, en el Saloncito del Ateneo; el otro, Aranoa,
en el Salón Nancy.
Acaso este último sea el que más ha investigado en sí mismo, buscándose afinidades
sensoriales y cromáticas con los modernos luministas y constructores. Sin desdeñar el paisaje
para el que tiene una visión algo acre y tumultuaria, es preferentemente pintor de figuras y,
desde luego, excelente compositor de ellas en armoniosas y elocuentes síntesis anecdóticas.
Sabe obtener ritmos agradables, arabescos gratos de sosegar en ellos la mirada como en
sus gamas, ora suaves y finas, ya densas y dramáticas. Acaso en este sentido, los dos lienzos
que mejor le definen y que en sus parcas dimensiones prometen un más amplio desarrollo, son
En Recreación y Amaiketato.
Amaiketato, más fluido, más dinámico, en una graciosa intersección de lineas, en una
diríamos impaciencia de movimiento, reproduce el instante alegre optimista de una merienda
popular al pie de una fuente... Siluetas ajenas a las cuatro que centran la composición van a
tareas de trabajo. Hace pensar el fino entalle de los ritmos y la limpieza alegre del color en una
gema. Y, además, el sentido vital fluye cantarín con el acento fácil de una copla popular...
Nos interesaban, además, en la Exposición de Aranoa, algún retrato como El del pintor
Urbina, realmente admirable y los lienzos Composición, Lavanderas y Aldeana vasca.
Un ímpetu fraterno lanza a distintas rutas a los otros dos pintores Montes Iturrrioz y
Bineabe Artia. Ambos aman la simplicidad y propenden al sentimiento. Pero mientras Bienabe,
2362
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
esquematiza sobrio y no exento de ingenuidad, Montes Iturrioz satura más su arte del alma del
paisaje y profundiza en la forma humana.
Los temas son coincidentes; tal vez las creaciones simultáneas y la tendencia, desde
luego, la misma; y, no obstante, se aprecia en seguida el valor emotivo y la calidad pictural
harto diferente.
De Montes Iturrioz, el Pelotari, Las lecheras y, sobre todo, los paisajes Es un paisajista
muy sensible y muy capaz.
Delante de sus cuadros, los tres artistas prestaban esa amorosa guardia que muy pocos
se resignan a no hacer. Los tres, el vizcaíno Aranoa, los guipuzcoanos Bienabe y Montes son
jóvenes, altos, delgados, la mirada inteligente y la sonrisa grave. Y hay tan acendrada ternura a
la tierra natal en sus obras como en sus palabras.
S« comprende que permanecieran así, lejos de la otra Gran Parada del Arte
Oficial, refugiados también de la indiferencia ajena, frente a las dulces miradas de ayer
hechas serenidad o inquietud pictóricas. Eran como poetas que releyeran sus propias estrofas a
solas o en compañía de los amigos dilectos y de los visitantes desconocidos que de
tarde en tarde acudían a las dos salas blancas, a la sala roja donde estaban abiertas ventanas
humildes sobre la campiña y las almas de Vasconia.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Madrid:
Casa del Pueblo: Dibujos de Carlos Ismert. —Escuela de Pintura: Obras de los alumnos.
Salón Nancy: Cuadros de Abelardo Parrilla.
En Barcelona ( …)
2363
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Granada: Centro Artístico y Literario: Obras Morcillo, Carazzo, Antequera, Muñoz Lucena,
Suárez, Vergara, Lozano Sidro, Garrido, Prieto, Hermoso, Romero de Torres, Madrazo, Latorre,
etc.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
Casa del Pueblo: Dibujos de Carlos Ismert. —Escuela de Pintura: Obras de los alumnos.
Salón Nancy: Cuadros de Abelardo Parrilla.
En Barcelona:
2364
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
2365
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
JULIO
Alguna vez, con referencia apologética a otra ciudad embellecida por los siglos y el
fervor de sucesivas generaciones, se suponía posible la más alta distinción para el conjunto
plural de sus edificios, carácter pintoresco de sus calles y plazas, prominente situación de su
trazado urbano sobre alturas do minatrices de una fértil vega y un río legendario.
Se consideró que toda ella, de los cimientos al primor pétreo de sus torres, era digna de
ser nombrada con excepción de supremacía: Monumento nacional.(…)
En ella se agrupan una vez más—pero sin alcanzar aquella plenitud expresiva de todas
las tendencias y de todas las personalidades que hoy contiene la ricamente armoniosa
pluralidad del arte gallego—pintores, escultores, grabadores, artífices, arquitectos decoradores
que figuraron en las anteriores manifestaciones homogéneas de Coruña, Ferrol, Vigo, y el
mismo Santiago, o las más completas de Madrid y Buenos Aires.
He aquí la dulcedumbre recoleta, el místico arrobo del santiagués Juan Luis, pintor de su
ciudad y de sus convecinos, el suave matizador de grises y de melancolías.
2366
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Carlos Sobrino, a quien en otra ocasión nombré el "cuentista pictórico‖ porque cada
aguada suya es como un relato ungido y sabroso de galleguía realista. Su sala de esta
Exposición—porque en Santiago se ha empezado a comprender la lógica agrupación de las
obras de cada autor aislándoles de las demás—contiene algunas de los dibujos expuestos
recientemente en Coruña. Momentos y rincones típicos de Betanzos, de Combarro de Santiago
esas inconfundibles evocaciones de la piedra cenicienta, de los ábsides ruinosos, de los pórticos
donde languidecen bajo los santos barbudos las adolescentes pálidas blanquirrubias de tocado
"marelo".
Bello Piñeiro sólo exhibe un cuadro, Cañota. Y en él ponemos la nostalgia de su arte tan
elevado de concepto como de técnica, esa señoril indolencia suya que le aleja de competencias
innecesarias.
Jesús Corredoira, el idealizante, el sublimador de los rostros y de las formas. Sus dos
retratos responden a la honda convicción de factura e ideología netamente definida.
Encontramos las aguas fuertes de Castro Gil y de Julio Prieto (…) Los preciosismos
inteligentes de Manuel Bujados, (…) el optimismo radiante de José Frau(..)el decoro discreto y
concienzudo de Seijo Rubio, las acuarelas de Manuel Crestar, las sutiles interpretaciones
paisistas de Casares Mosquera y las dos aportaciones femeninas a la pintura de su tiempo que
significan los envíos de Maria Corredoira y Elvira Santiso.(…)
2367
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Barcelona:
La Pinacoteca: Obras de Fortuny, Martí Alsina, Berga Boix, Vayreda, Nonell, Urgell,
Langlin, Belli y Correscasano.
AGOSTO
Bebiera escribirse ineludiblemente el Libro de Aviles, no por un solo hombre y con una
directriz única, sino con la diversa aportación de quienes le amen y le comprenden de manera
singular, saboreando cada aspecto diferente.(…)
Pero, además, Avilés tiene la elegancia del espíritu y la sencilla gracia de su innata
distinción. Por esto el Libro de Avilés, escrito e ilustrado por sus hijos—dejando a cada uno la
preferente experiencia del tema elegido con arreglo a sus gustos y su capacidad—sería tan
oportuno como es ya inaplazable.
A los pensionados por el Ayuntamiento, por la Escuela y por la Sociedad que, además de
asistir a las clases de la Especial de Pintura, Escultura Grabado, han creado por su cuenta obras
de inspiración propia y directa, se han unido valores como el de San Julián, revelaciones cual la
de Mimi Viliesid y afanes nuevos recién despertados como los de Nabor, Charvin y María del
Río.
2368
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
lograr síntesis amplias. En su envío una gran diversidad de temas responde a esa juvenil
ansiedad de vuelo autorizada por las alas seguras.(…)
Testimonios de esa infinita ternura ungida de honestidad estética y de certeza visual que
significa el arte de Juan Espolita son ―Crepúsculo‖, simple y desdeñoso de la anécdota
topográfica y de la línea parlanchina, ―Orbayo‖ , en el que se respira la ácnea veladura de las
formas y de los colores con la misma sensación de nostalgia, que produce en el natural, y,
sobre todo ―Valle de Molleda ―, una de las mejores obras de la moderna pintura española y que
en sus parcas dimensiones en su aparente afonía tonal, en su adormecida calma, tiene, sin
embargo, el atractivo puro de la perfección.
Fraterna unción pone Gonzalo Espolita al acercarse también como su Juan a la naturaleza
natal. Es también veraz y de franciscana identificación con el paisaje, incluso fija su
personalidad independiente en una visión más optimista, más brillante. Y en tal sentido de
diferencia temperamental y factural algunas veces logra aquella misma justeza expresiva, aquel
noble lirismo de entraña naturalista, que caracteriza a su hermano.
Pero ahora Gonzalo Espolita señala mejor que antes la nueva ruta donde Je aguarda el
hallazgo positivo de su personalidad: la figura, las glosas y alusiones a temas regionales con un
criterio esencialmente decorativista Así lo predicen su bellísimo Sol de agua, trozo animado y
opulentamente cromático de un friso de asunto rural—la pagana procesión de los caminos
2369
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
astures en día de mercado—, la Aldea negra, trozo vigoroso de una honda realidad y En brazos,
patética alusión a la esclavitud humana al obtener su primer y último descanso.
José María San Julián, que fué en la Exposición de Artistas Asturianos organizada por
Heraldo de Madrid, uno de los reactivos de los cáusticos estéticos tan necesarios a la opinión
española, mostraba en Avilés ese mismo valor de afirmación independiente y de fe en sí propio.
Nicolás Soria, cuyo lienzo Galerna obtuvo segunda medalla en la Nacional ultima, exhibía
únicamente el boceto de aquel cuadro, (…)
Mímí Viliesid es una, pastelista de innegable mérito. Su juventud apenas, salida de los
linderos adolescentes ya está educada por fructíferos viajes a Inglaterra, a Francia, a Italia, por
una cultura museal y literaria no frecuente en la mujer española. Su arte responde bien a tal
preparación ideológica. y sensible. Es colorista excelente, construye bien y obtiene vivaces y
veridicas interpretaciones del natural. Sus alusiones pictóricas a lugares característicos de
Oviedo, sus retratos femeninos revelan a un pintor de seguro y legítimo porvenir.(…)
MEMORANDA
2370
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
EXPOSICIONES
Nájera, Leal Lozano Sidro, Rogilio López, López Gil, Llorens, J. Marín, Martínez de Leon,
Martínez Mora, Martínez Vázquez, Masvila Méndez, Mir, Moisés, Moíleje, Muntadas, Muntaner,
Nuñez, Oliver Aznar, Urbina, María Luisa Pérez Herrero, Pérez Lezao, Piineda, Piñole, Ponce,
Pozo, C. Prieto, G. Prieto, F. Prieto, Puig y Perucho, Raurich, Rey, Rey Caballero, Rico Cejudo,
Jaldón, Somavía, Repamanikies, Sánchez Dalp, Sánchez Solá, Soria Acedo, Sorolla, Segrelles,
Tamayo, Tassara, Torreblanca, Urquiola, Urtubey, Carlos Vaquez, Vázauez Díaz, Vega, Vila puig,
Vilela, Winthuysen, Weyler, Fortes, Perdigones, Pazo y Viniegra..(…)
Ea Játiva: cuadros de Sánchez, Climent, Guiteras, Roca, Moreno, Pitar, Perales y Cuenca
2371
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
SEPTIEMBRE
MEMORANDA
En Valencia: Sala Imperium: Cuadros y esculturas de Blat, Gordó, Peris Brell, Moreno
Gimeno, Pérez del Muro, Guillot, Roca, Marcet, Cuñat, Benavent, Pitarch y otros.
2372
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
OCTUBRE
(…) Frente a las acuarelas que Martín Torrens ha reunido para el público Madrileño en el
Salon Nancy (…) Estas anotaciones de paisaje (…)
Martín Torrents no es el oficinista del paisaje, ni el pescador de caña de las luces iguales,
las horas repetidas y las gamas en serie. Gusta, por el contrario, de asimilarse la naturaleza con
el brío de un silvano errante y el ímpetu libérrimo de un cazador furtivo. Sabe bien hasta
aquellos secretos deleitosos donde no llegan voces humanas ni rumores de alquería por solitaria
que esté. Desaparece, se hunde, se transmite sensualmente a la naturaleza en una fantástica
transubstanciación inexplicable y negada para el paisajista, accidental o reglamentario.
Torrents pinta por la imperiosa sugestión de los largos éxtasis, por un mandato
hiperestésico que no deja nunca de manifestarse luego de muchas horas de soledad
contemplativa o errabundez singular lejos de poblado.
Pero, además, y por sobre ese deleite visual que causan estas acuarelas ejemplares, la
sensación de realidad sublimizada, de veracidad idealista eleva su condición de buen arte.
Imaginamos lo que supondría una sola de estas acuarelas—la dinámica latencia de Playa
de Villanueva, o la maleza viviente, el milagro de densidad y movimiento de Cumbre
mediterránea, por ejemplo—, en un salón suntuoso en el que hubiera riquezas de mobiliario y
en el que no faltasen cuadros arrogantes de colorido y de prestigio. Supondría sonrisa virginal
adonde el tertuliante fatigado de hablar banalidades, de contemplar artificios maduros de
civilización iría a refugiar la mirada y a recibir estímulo de sus propias nostalgias...
2373
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
En el Museo de Arte Moderno ha vuelto a sonreír la pintura noble de Cristóbal Ruiz. Ante
su sencilla y sensible interpretación de la naturaleza, frente a su amable condición emotiva
traducida en la línea horizontal del paisaje y la vertical humana centrando aquélla, se siente el
gozo callado, intimo, de saborear reposadamente un arte hecho de paz y de bienaventuranza.
Nunca ha dejado de producir, en quien sabe acercarse a sus cuadros, Cristóbal Ruiz esa
inefable sensación de ternura humilde, de quietud dilatada en la calma infinita de un horizonte
lejano bajo la luz suavemente acorde con el temperamento estático del artista.
dicha con tan sereno lenguaje, con el fervor sosegado que no busca prosélitos, sino que
espera la llegada de fraternas afinidades.
2374
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No estaba el mar antes en la obra de Cristóbal Ruiz. Anchurones de sierra del Sur,
llanadas castellanas, labrantíos dilatados, chatos olivares sobre la tierra rojiza, extensas
modulaciones de una misma nota que iban a buscar el sello límite del horizonte.
Y, sin embargo, se presentía el mar en su obra anterior. Esa misma obsesión de infinitud
de soledad ondulante o aplanada, la preferencia por los terrenos abertales hacían suponer en el
artista una nostalgia—acaso inconsciente, tal vez confusa e intuitiva—marina.
Pero esta nueva sonrisa del arte de Cristóbal Ruiz tiene ya un hálito marino. No sólo en
ella el azul de los confines engañosos, sino del agua en los primeros términos. Densa o fluida,
de intenso y dramático ultramar o de sutilísimas transparencias donde verdes traslúcidos se
licúan bajo la comba ingrávida de las celistias nórdicas.
Porque Cristóbal Ruiz, pintor del Sol en tierras de Andalucía y de Castilla, no llegó cerca
el accesible Mediterráneo, sino fué a las costas del Norte, afrontó brumas, celajes envelados,
playas hoscas y turbulencias cantábricas...
Esa misma condición anímica expresada lealmente por el acento suave de su pintura la
encontramos, por ejemplo, cuando ya concreta de manera arquitectónica el sitio inspirador,
cuando parece que pudiera influir en el paisajista—de igual modo que la obsesión del parecido
fisonómico en el retratista—la idea de localizar el tema cromático.
Es el caso del lienzo Segovia con la silueta conocidísima de la Catedral, pero emergiendo
de una gracia candorosa en la visión y en el modo enteramente inédita.
Pero Cristóbal Ruiz ante ella conserva la pura esencia de castidad, espiritual, la peculiar
limpidez de su visión. No es un removedor de tópicos ajenos, ni un aprovechador de residuos
2375
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
de otros paletas. Cada mañana amanecen en la suya los tonos frescos dispuestos a cantar las
diáfanas sinfonías.
También ahora, el índice humano sobre el silencio feliz, sobre la sonrisa callada de la
naturaleza, que representa la hija del pintor.
No hemos olvidado aquellos lienzos de hace ocho, diez años en que una niña vestida de
blanco o de rosa florecía junto a los muebles humildes y los muros desnudos de un interior gris
o daba su silueta infantil al regocijo mañanero de las campiñas empapadas de sol plácido.
Los retratos de su hija, como los "retratos del horizonte" significan en la obra plena de
Cristóbal Ruiz afirmaciones de justa y pura estética.
¿Hay nada más tierno que ese afán sostenido, esa ansiedad constante del artista,
asiendo los pinceles con las manos tibias aun de la caricia paternal para ir testificando de
singular y bella manera el crecimiento, la evolutiva transformación de su hija, haciendo de ella
su modelo único y dilecto, para que el alma esté siempre de rodillas mientras él pinta?
La razón, pues, de lo que este arte significa es la misma que Camille Mauclair descubre
sagazmente en Eugenio Garriere: "Limita su visión. Se aplica a no ver, sino poquísimos
espectáculos, pero a verles con una fuerza, una atención y una ansiedad increíbles. En una
época en que el desencadenamiento de las inteligencias les inspira el gusto de los
conocimientos múltiples constantemente renovados y acrecidos , él se aplica a limitar la suya
a restringir sus curiosidades críticas y su diletantismo. En un momento en que el problema
de la omniscencia parece impuesto a las preocupaciones de todo creador, él prefiere el de
la concentración moral, persuadido, con certeza de que se descubren mejor las leyes
generales de la vida profundizando dos o tres aspectos que haciendo de todos una revista
precipitada."
2376
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
MEMORANDA
EXPOSICIONES:
En San Sebastián: VII Exposición de Artistas Noveles. Premios de carteles. Primer premio
señorita Ignacia Zabala; segundo, don Gaspar Montes; tercero, don Ramón Uranga.
Pintura: Señores Jesús Olasagasti, Gaspar Montes, Bernardino Bienale, Juan Cabanas,
Julio Franco, Miguel Zumababe, Agustín Ansa, Antonio Arosena, Fermín Arrizábala, Enrique
Kutz, Víctor Furundarena, Juan Gorostiza y Celedonio Mendía.
En Madrid: Salón Nancy: Dibujos de los niños de las escuelas de Madrid y su provincia.
NOVIEMBRE
Nuevamente, en el comienzo del invierno que aísla más del campo a la ciudad, viene la
fragante visión de los días campesinos a través de las pupilas juveniles. De nuevo esta
simpática y fresca mañanería de los espíritus recién nacientes a la emoción del paisaje viene a
sonreímos. Y otra vez, para el espectador, el gozo de descubrir valores todavía inéditos y de
augurar posibilidades capaces. Pero este año, además, la añadida novedad del libertamiento de
los límites supuestos ya infranqueables, la escapada hacia otro horizonte, otra luz, otras
2377
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
2378
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
También debe elogiarse dentro de la excelente preferencia de región el sitio elegido para
el comienza de conocimiento por artistas ajenos a él, del Principado.
Cudillero es acaso el pueblo de pescadores más original de España. Muchas veces hemos
hablado de él, y cada año procuramos no dejar de visitarle seguros de hallar inéditas
sensaciones.
Seis son los jóvenes artistas que, pensionados por el Estado, pintaron dos meses,
primero en la Cartuja del Paular y luego en el interesantísimo pueblo asturiano y que ahora
exhiben sus obras en el Museo de Arte Moderno: Fernando Briones, Enrique Ginesta, Francisco
Ribera, Juan Sáinz, Lopez Tablada y Fernando Villegas.
No importa. Es el primer paso. Hay que acogerlo con simpatía e ilusión de venideros
aciertos personales.
Fernando Briones me parece el más pintor de los seis; el, desde luego, más hecho y
seguro de sí mismo. Tiene un sentido amplio del color y una firmeza constructiva que
sorprenden en su juvenilia incipiente. He aquí, si no me engaño, un nombre que habrá, de
tener muy lisonjeros y merecidos ecos en futura pintura española.
2379
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
se destaca el titulado De diez a doce, lienzo verdaderamente admirable por como está
conseguido sin aparente esfuerzo, con absoluto desdén de asunto de formas reunidas para un
tema auxiliar, la gracia luminosa de una mañana estival en un trozo de huerto. Nada sino color
y armonías felizmente logradas hay allí; nada sino la triunfal y optimista pasión de un
temperamento esencialmente cromatístico afrontando el natural sin arrumacos ni cuquerías
literarias o escolásticas.
Francisco Ribera, hijo del ilustre paisajista y retratista, aunque también algo equivocado y
desconcertado frente a la revelación asturiana, demuestra no desmentir la heredada condición
pictórica del padre. Testimonios casi todas sus notas del Paular, el dibujo de un muchacho
cudillense y algunos apuntes del pueblo asturiano. Sobre todo, Atardecer, finísima nota en
grises transparentes, fluidos, de deliciosa delicadeza y uno de los mejores cuadritos de la
Exposición.
Sáinz de la Cuesta es, acaso, el que con más eficacia ha visto el paisaje asturiano. Tiene,
especialmente en los apuntes de lejanías brumosas y de húmedos regazos de los valles
ubérrimos, una compresión fervorosa del paisaje, tal vez aprendida en Juan Espolita. Su
cuadro Mirando hacia el mar es bien de Cudillero. Adivino en él un adepto de la luz norteña
más que de las crudezas polvorientas y los dilatados horizontes de Castilla.
Fernando Villegas, pintor de figura antes que paisajista, exhibe una de las mejores obras
de la Exposición: la titulada Niños, rica de sentimiento y admirable como pintura, uno de esos
cuadros que se recuerdan siempre cuando se afrontan sucesivas obras de un verdadero artista.
2380
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
También Estudio de Sol con sus dos figuras femeniles sobre el fondo luminoso de las piedras
grises debe mencionarse, como, en general, todos sus envíos de El Paular y Rascafría.
Ha de tenerse en cuenta, por último, el escaso tiempo de que han dispuesto los
pensionados de este año para realizar su obra. En los anteriores tuvieron tres, cuatro y aun
cinco meses. En 1926 dos solamente. Importa fijar un período de tiempo mayor y no
concretarle a las vacaciones estivales. Si mucho se aprende en las aulas y en los talleres
colectivos cerrados, aguarda cada día en el campo libre y las gentes esparcidas y los burgos
distantes la otra enseñanza viva y directa que no sabe de reglamentos, horas ni estaciones para
su didascalia constante...
ROSTROS ESPAÑOLES
Más adelante añade (Bernardino de Pantorba) que estos retratos están hechos con
"honradez y sin receta‖, al margen de los ismos, extravagancias y piruetas de los pseudo
innovadores, con el respeto a las normas clásicas y al natural.
"Así, pues—advierte—, los mocitos que diariamente nos hacen el divertido favor de
obsequiarnos con una nueva originalidad, pueden lanzar la pavorosa palabra: anticuado, que el
autor la recoge con grande satisfacción, ya que ella viene de antiguo y él prefiere ir en la sana
compañía de aquellos antiguos antes que del bracete de estos recién nacidos, pimpollos de
vanidad y de impaciencia que quieren, por lo visto, convertir la aristocracia de la belleza en el
comunismo de la fealdad."
Han podido verse en el Salón Nancy los originales. (…) Pero, además, encontrábamos
gustosamente el tercer aspecto de Pantorba y acaso el no menos importante de todos: al
2381
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Pantorba viene demostrando hace tiempo este profundo y cada día más seguro valor de
paisajista desde su primera exposición en el Salón antiguo del Ateneo hace seis o siete años,
hasta los lienzos Plaza de las Salesas y Sol en el Pardo, que figuraron en la última Nacional y
que—¡ naturalmente!—el arbitrario, fallo del Jurado aparentó no ver.
Es una larga, sutil, profunda, exquisita depuración técnica y sentimental, tía ahincado
ejercicio de la voluntad y de la mirada para más íntima identificación con la Naturaleza, que ya
pueden y deben serles satisfactorios al artista,
La Prensa diaria ha dejado entrever el atractivo milagro, tan moderno, del nacimiento de
Lyceum, el primer club femenino español. No le faltaron en seguida las glosas afables y las
amables burletas de los caricaturistas obligados a ver un perfil cómico a los episodios de su
época. Acaso unas cuantas fotografías del interior sobrio, animado de encanto para el súbito
sosiego ciudadano que procura otorgar, ratifican cuanto ya prometía el prestigio inteligente de
sus fundadoras.
Se sabe, pues, que Madrid tiene ya afincado un nuevo respeto a la mujer, que sugiere,
afirmativo, su derecho a la reunión libre del contacto y la protección masculinos. (…)
2382
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Es en este Saloncito inaugurado una tarde dé lluvia y en el que los hombres admitidos al
misterio sencillo pleno de gracia, de la intimidad femenina que significa el Círculo, teníamos
indisimulable actitud de intrusos curiosos y no exentos de cortés malicia, donde han expuesto
María y Elena Sorolla sendos y breves conjuntos de pintura y escultura.(..)
María realiza aquella aspiración cezanniana de pintar como el pájaro canta tan
desprovisto de manera, de técnica, de factura, de trucos recetarios de fórmulas de taller que
sus notas de paisaje y sus lienzos florales y sus figuras femeninas. Se comprende una faceta
nueva en el talento del padre y maestro que consintió esta lírica libertad al instinto pictórico la
sutileza de alma. María pinta como si no hubiera tenido constante a su lado la ejemplaridad
poderosa del Inolvidable, en cuanto a sistema didáctico; pero sí saturándose de ella como del
aire que respiraba y la luz que entraba a iluminarla él corazón por las ventanas ávidas de los
ojos Un instinto fresco y cantarín en la atmósfera sorollesca. Esto la pintura de María Sorolla,
que es grave y honda, o alígera y optimista, según las horas los sitios y los pensamientos,
pero que siempre es veraz.(…)
MEMORANDA
EXPOSICIONES
En Barcelona: Palacio de Bellas Artes: Los carteles que fueron admitidos por el Jurado
calificador en el concurso celebrado por el Consejo Superior de enlace de las Exposiciones de
Sevilla-Barcelona. —Galerías Layetanas: Cuadros de Joaquín Mir, cerámicas y vidrios esmaltados
de Mariano Burgués, y muebles artísticos de Badrinas. Cuadros de Andrés
Pastor.
2383
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
DICIEMBRE
Reitera por cuarta vez durante una década Ignacio Zuloaga en España un conjunto
expresivo de su obra pictórica. Con ligeras adiciones o supresiones; este conjunto es siempre el
mismo, lo que indica hacia los cuadros que le forman una especial predilección del autor,
estimándoles—aparte de otras razones—como aquellos que mejor pueden definirle. La primera
vez fué en Zaragoza el año 1916; la segunda, en Bilbao, el año 1918; la tercera, en Granada el
año 1922. Entre una y otra, su estudio de Zumaya, abierto a la curiosidad trashumante de los
aficionados, también ha consentido una exposición habitual. No significa, pues, la actual
exhibición del repetido conjunto aquella revelación oportuna que solicitamos del insigne pintor
eibarrés a principios del año 1914 cuando su alejamiento de España y su, entonces culminante,
popularidad en Francia coincidían. Ahora la crítica, los pintores y el grupo más o menos
numeroso de inteligentes apasionados del arte sabe bien a qué atenerse respecto de la pintura
zuloagueña y ha saludado como antiguos conocidos a casi todos los lienzos expuestos en el
flamante edificio del Círculo. Afronta nuevamente el conjunto expresivo como a algo histórico
que viniera a someterse a la última prueba de la confrontación estética y sensitiva. Es como un
examen de conciencia donde los ditirambos o las diatribas pretéritas van a cuajarse en el juicio
sereno, apaciguado y con, ya, la suficiente calma que otorga el reconocimiento de una misma
obra a través de las lógicas evoluciones del tiempo y de la fatal mudanza que nuestra ideología
y nuestra sensibilidad han sufrido.
2384
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
comentario ese fervor cálido que suele reprochársele como enemigo natural del frío
enjuiciamiento. Estoy pues, en la situación de aquellos a quienes me refería suponiéndoles en el
trance de cotejar sus emociones de hoy con las pasadas y de proceder con idéntica sinceridad
al expresarlas sin temor a lo que puedan tener de opuestas, ni con la obstinada contumacia que
suponen las gentes de visión y sentimiento estrechos orgullosa certeza de criterio. Aparte del
humano cambio que todo en nuestro ser se produce— ¡cuan enorme convulsión de todo,
creencias, costumbres, ideales, etc., impuso la gran guerra a la humanidad entera! ¿podemos
ver del mismo modo, después de ella, lo que es genuino producto anterior?
He aquí el problema. A ese estado de conciencia que lo plantea aludo evocando frente a
los lienzos vistos y revistos o a los que el pintor ha creado ahora con el énfasis consecuente de
antaño, algo de lo mucho que escribimos y que es oportuno citar fragmentariamente. Por
ejemplo:
¿Cuál es la primera impresión que nos sugiere el arte de Ignacio. Zuloaga? Para
resumirla, diría que nos deja sabor de sangre en la boca y estrujamientos de dolor en el
corazón y rosadas calideces de vergüenza en la piel.
Pertenece a la generación que empezó a renovar todos los valores estéticos en pleno
desastre colonial. Cuando aquellos escritores hundían las demoledoras plumas en el corazón
recién llagado, Zuloaga hundió también sus pinceles en sangre.
Sangre de la guerra, sangre de los toros, sangre que chorrea de las imágenes talladas de
un modo bárbaro e ingenuo o pone el bello contraste de los blancos dientes en los rojos labios
de una mocita andaluza. Igual da. Sangre española que desde la muerte de Goya, nadie se
había atrevido a pintar. Zuloaga, como todo fuerte temperamento artístico, ve las cosas y
transmite el sentimiento de las cosas, además de sus líneas, masas y contornos. Le llaman "un
pintor intelectual" por eso mismo.
Los intelectuales son precisamente los que ven, además de con los ojos del cuerpo con
las inmateriales pupilas del espíritu.
Ignacio Zuloaga concibe a España tal como él cree verla en el alma de sus hombres, de
sus mujeres, de sus paisajes y en el color de sus vestiduras.
Recordad los ídolos de Zuloaga. Son Velázquez, Greco, Goya. Evocad sus figuras de
campesinos castellanos, de mozas andaluzas, de toreros, de frailes, de brujas, de mendigos...;
sus paisajes de viejas y románticas ciudades, de llanuras desoladas, de plazas pueblerinas,
calenturientas por la fiebre de las capeas. Ama profundamente las viejas ciudades castellanas. Y
2385
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Deleita al turista, complace e inspira al artista ese estancamiento de la vida de las viejas
ciudades y sus seres característicos, esa inconsciente obstinación de las órbitas demasiado
pequeñas, de los círculos exiguos en que se mueven todavía. Pero al sociólogo le entristecen
profundamente o al frivolo envanecido le indignan epidérmicamente.
Zuloaga es antes que otra cosa un retratista. Su obra entera es una inmensa colección de
retratos. Lo mismo en los lienzos tendenciosos que en los simples grupos de campesinos que en
la encarnación pictórica de mujeres elegantes y hombres célebres. Ignacio Zuloaga se ha
esforzado siempre en desentrañar humanas psicologías.
Pero, ya como asunto único o simplemente como fondo complementario del espíritu del
personaje retratado o del carácter de la escena en los cuadros de figura tiene el paisaje
zuloaguesco un sello de inconfundible originalidad de visión inédita y justa de cierta región
española.
No es el paisaje que pudiéramos llamar anecdótico, ese en que el pintor elige aspectos
aislados, rincones típicos o amplios espacios donde la minuciosidad técnica o la fantasía
imaginativa triunfa sin emoción ni expresión.
Lejos también las muelles opulencias sensuales de los venecianos, las candorosas
agrupaciones de edificios entre risoteras campiñas serpenteadas por riachuelos de aguas
transparentes que amaban los primitivos; ni siquiera las tranquilas planicies, austeras y
señoriles de Velázquez.
Sino la España negra del poeta belga, es la España en escombros del moderno escritor
español. Huraña, hostil, inhospitalaria, reconcentrada en su pasado bélico o místico, y en su
presente miserable.
Construidos sobre la roca viva o sobre tierra polvorienta, igual da para su penuria y su
silencio, bajo las lumbradas implacables del sol y bajo las blancuras gélidas de la nieve. Se
asfixian el alma y el cuerpo ante la angustia bárbara de los pueblos dormidos. Tiritan de frío las
ideas como los ateridos miembros bajo las capas pardas, remendadas en las noches invernales,
cuando se contempla esta visión áspera, bravia, desconsoladora de la vieja Castilla.
2386
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
No importa que detrás de las piedras roídas de sol y de siglos enmantadas de polvo,
haya moceríos catarines e ilusionados y que al lado de un ruinoso ábside románico lance
hacia afuera una casa su balcón florido tiestos, y que por las mismas calles guijarrosas Por
donde cruzan Desnudos por la sarna y clérigos rollizos, vaya de cuando en cuando un poeta
enamorado, como el pino de Heine, de la palmera maliciosa bajo cielos de azul.
Zuloaga oprime, aplasta, condena con más irremediable castigo estas viejas ciudades,
estos pueblos escombrosos, bajo unas nubes negras preñadas de tormenta y de maleficio;
nubes plúmbeas que desmochan las torres que decapitan los montes rocosos, que parecen
recoger en sus infladas convexidades el humo denso de los pretéritos incendios, cuando las
noches de asalto en que los guerreros enemigos entraban sedientos de agua, de venganza y de
lujuria...
Así, estos fondos sugieren fatalmente, inevitablemente, las escenas que el artista ha
sabido adivinar y pintar. ¿Acaso en estas ciudades trágicas no se conciben monstruos como
Gregorio el botero, viejas horrendas como Las brujas de San Millán y asexuales seres como las
sofaldadas Mujeres de Sepúlveda? ¿No hablan de místicos languidecidos, espiritualizados, tal
como los viera Domenico Theotocopuli y tal como les ha visto Zuloaga en El Filósofo
Melquíades, en Peregrino español, en Francisco y su mujer?
De aquí también, como lógicas consecuencias del medio ambiente, en una perfecta
identificación con las teorías de Hipólito Taine, surgen la barbarie taurina y la exaltación
religiosa. Son los ídolos futuros, los Torerillos de aldea, y ese trágico jinete de pesadilla que se
llama La víctima de la Fiesta y El Cristo de la Sangre.
Sin embargo, esta nota pesimista, dramática, inquietante, no es la única de Zuloaga. Hay
otra que da blancura de contraste a la negrura del españolismo trágico. Es la que puede
llamarse "alegría zuloaguesca". Alegría penetrante, sugestiva, que nos envuelve como un
perfume y nos consuela como una caricia de tanto sangriento horror como reflejan sus
cuadros.
Esta alegría no nace, como en otros pintores, de los niños. Repasad toda, la obra de
Zuloaga. No encontraréis una sola figura de niño. Es curioso y es natural. El niño sólo asoma en
el arte de los pueblos sanos, felices, o en las épocas frivolas. Sin elegir muchos ejemplos,
citemos el Renacimiento italiano, la pintura holandesa de siglo XVII, la pintura inglesa
del siglo XVIII.
2387
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
Saben a amor y huelen a incienso. Lloran al pie de los Cristos barbados y con faldellín
que hacen pensar en la leyenda de la Wilgefortis germánica, o suben a la grupa de un corcel
cordobés para, envueltas en el chinesco mantón y la mantilla de blonda, ir con su novio a los
toros...
Como fué también el primero que inició esta reintegración del arte español a los tipos y a
los ambientes genuinamente españoles, buscándoles a la sombra de los templos arcaicos y de
los roqueros castillos, donde somnolecen los lagartos y crecen las plantas parásitas que no
necesitan el acunamiento del agua...
Tales y aun más apologéticas consideraciones nos sugirió hace quince hace diez años el
arte de Zuloaga. Y rebrotan en la memoria como esas reminiscencias musicales que acarician el
pensamiento y concluyen por reflorecer en los labios como un dulce y melancólico aire de
nostalgias rítmicas, al encontrar bien definido por esta serie de treinta y nueve cuadros que
exhibe en el nuevo Salón de Exposiciones del Círculo de Bellas Artes.
Cerca de veinticinco, los que mejor le concretan, están pintados en los tres primeros
lustros del siglo XIX. De los restantes acaso los de Juan Belmonte y algún paisaje aspiran a
entroncar en la ideología y la técnica, de aquéllos; pero animado de un prurito evolutivo que no
deja de manifestarse aun en artistas como Zuloaga, obstinado en ser él siempre con una
impresión unilateral.
Zuloaga se nos aparece hoy como esos retratos familiares de personas que amamos
mucho, que impulsaron en otra época nuestros resortes sentimentales, que admiramos vivas y
que ya enmudecieron para siempre. Nos apartan de su contemplación, nos libertan de su
influencia emocional, las solicitudes presentes, la gracia natural y jugosa de lo que empieza a
vivir, el ansia, ¡ay!, de rejuvenecimiento que empenacha los graves impulsos de una madurez
no marchita antes de tiempo.
2388
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
Asistimos a la consagración, un poco amarga, del artista que reflejó una época y un
credo diferentes a la actual y a sus creencias. El fervor combativo de otrora se nos cambia en
respeto silencioso. Vemos al artista el umbral del siglo XX como una fantasmagórica
encarnación quijotesca del arte blandiendo su lanzón y arengando a los secuaces de su
tendencia. Siempre que miremos así hacia el umbral del siglo, le veremos en tal guisa v junto a
él a Sorolla flameando las banderas de sus cadmios y ultramares y a Hermén Anglada
levantando los arcos de triunfo de su pompa decorativa y modelando las carnes morenas de sus
gitanas en la celistia estrellada de sus nocturnos.
O en todos sus paisajes. Los de ayer y los de hoy. Los feroces y los sonrientes, los
huraños y los afables, los modelados escultóricamente y los modulados musicalmente.
2389
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
al de los jóvenes que sonreían desdeñosos de otros lienzos y al de los viejos intransigentes que
allí deponían la actitud indignada.
MEMORANDA
EXPOSICIONES
2390
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
2391
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
BIBLIOGRAFÍA
2392
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
A.A.V.V. El Libro de la Academia. Madrid. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 1991.
A.A.V.V. Miró, Dalmau , Guash la aventura del arte moderno 1918-1937. Barcelona. Generalitat de
Cataluña. C.A. Santa Mónica. 1993.
A.A. V.V. Sorolla, Visión de España. Colección de la Hispanic Society of America. Valencia. Bancaja, 2007.
A.A.V.V. Arte para un siglo. 1-cambio de siglo (1881-1925). Murcia. Fundación Caja Murcia. 2003.
A.A.V.V. Cien Años de Pintura en España y Portugal (1830-1930). Madrid. Ediciones Antiquaria 1988.
A.A. V.V. Emilio Varela Pintor Universal. Valencia. Generalitat Valenciana. 2010.
A.A.V.V. ―Bibliografía de José Francés‖. Madrid. Boletín de la R. A. de Bellas Artes de S. Fernando, 1965.
A.A.V.V. A la Playa. El mar como tema de modernidad en la pintura española 1870-1936. Madrid.
Fundación cultural Mapfre Vida, 2001.
A.A. V.V. Creadores del Arte Nuevo. Madrid. Fundación Mapfre Vida. 2002.
A.A.V.V. Diccionario de Pintores y Escultores españoles del siglo XX. Madrid. Forum Artis S. A. 1994.
A.A.V.V. Durero y Cranach. Arte y Humanismo en la Alemania del Renacimiento. Madrid. Museo Tyssen-
Bornemisza, 2007.
A.A. V.V. El Madrid de José Ortega y Gasset. Madrid. ――Publicaciones de la Residencia de Estudiantes‖‖,
2006.
A.A.V.V. Garaje, Imágenes del automóvil en la pintura española del siglo XX. Madrid. Fundación Eduardo
Barreiros. 2000.
2393
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
A.A. V.V. Gauguin y los orígenes del Simbolismo. Madrid. Fundación Caja Madrid. 2005.
A.A.V.V. Homenaje de nuestra Academia a su Secretario perpetuo el Excmo. Sr. José Francés. Madrid.
Boletin de la R. A. de Bellas Artes de San Fernando, 1963.
A.A.V.V. La danza de los colores. En torno a Nijinsky y la abstracción. Madrid. Fundación Mapfre, 2009.
A.A.V.V. La Grande Guerre vue par les artistes et les écrivains. París. Le Monde Librio, 2006.
A.A.V.V. Las Vanguardias en Cataluña 1906-1939. Barcelona. Fundació Caixa Catalunya. 1992.
A.A. V.V. Luz de Gas.La Noche y sus fantasmas en la pintura española. 1880-1930. Madrid. Fundación
Mapfre, 2005.
A.A.V.V.Paisajistas españoles del siglo XX. Bogotá (Colombia). Instituto de Cooperación Iberoamericana.
1980.
A.A.V.V. Roma, Naturaleza e Ideal. Paisajes 1600-1650. Madrid. Museo del Prado. 2011.
A.A.V.V. Vanguardias Históricas en el Arte español 1918-1939. La Coruña. Fundación Barrié de la Maza,
1998.
A.A.V.V. Enrique Vera: El Paisaje y la Luz. Toledo. Junta Castilla La Mancha. 2003.
A.A.V.V. Joaquin Sunyer La construcción de una mirada . Madrid. Fundación cultural Mapfre. 1999.
A.A.V.V. La Sociedad de Artistas Ibéricos y el Arte Español en 1925. Madrid. MNCARS, 1995.
A.A.V.V Los ismos de Ramón Gómez de la Serna y un apendice circense. Madrid. Museo Nacional de Arte
Reina Sofia, 2002.
2394
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
AGUILERA CERNI, Vicente (Coordinador) Historia del Arte Valenciano. Valencia. Consorcio de Editores
Valencianos. 1988.
AGUILERA CERNI, Vicente. Panorama del Nuevo Arte español. Madrid. Guadarrama, 1966.
ALMAZAN, David. ‖El Pintor José Blanco Coris‖ Zaragoza. Artigrama nº 1, 2004.
ANTOLIN PAZ, Mario. Eduardo Martínez Vázquez. Avila. Caja de Ahorros de Avila, 1986.
ASIMOV, Isaac. Historia y Cronología de la Ciencia y los descubrimientos. Barcelona. Ariel, 2007.
AZORIN, El Paisaje de España visto por los españoles. Argentina. Espasa-Calpe de Argentina S.A., 1952.
BALLESTER, Juan. "Pintores ingleses, una vuelta esperada". Madrid, ABC de las Artes. Dos de Abril 1993.
Pag.36
BARRERA LÓPEZ, José Maria (Editor) Grecia, revista de literatura (1918-1920). Málaga.
BELDA NAVARRO, Cristóbal. Deja en mis ojos su mirada. Homenajes en la pintura de Ramón Gaya .
Murcia. Fundación Cajamurcia, 2011.
BERNARD, Edina. MARIN ANGLADA, Marta. Las Vanguardias. (1905-1945). Barcelona. Larousse. 2008.
BONET CORREA Antonio. Arte en España. 1918-1994. Madrid. Alianza Editorial. 1995.
BONET CORREA Antonio. Vanguardias Históricas 1918-1939. A Coruña. 1998. Fundación Barrié de la
Maza.
BONET CORREA, Antonio. (Académico delegado). Guía del Museo. Madrid. Real Academia de San
Fernando, 2004.
BONET CORREA, Antonio. Los Cafés Históricos. Madrid. Editorial Cátedra, 2012.
BONET, Juan Manuel. Ramón en cuatro entregas. Madrid. Museo Municipal, 1980.
BONET Juan Manuel. Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial.
2007.
BORRÁS,Maria Lluisa. Pintura dels dos últims segles. Barcelona. Galería Manel Mayoral, 1989.
BOZAL, Valeriano. Arte del siglo XX en España. 1900-1939. Madrid. Espasa-Calpe. 2000.
BOZAL, Valeriano. Los Orígenes del Arte del siglo XX. Madrid. Historia 16. 1989.
2395
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
BOZAL, Valeriano. El Realismo Plástico en España de 1900 a 1936. Madrid. Ediciones Península. 1967.
BOZAL, Valeriano. MORENO RUIZ DE EGUINO, Iñaki. SAN NICOLÁS, Juan. Darío de Regoyos
(1857/1913). Madrid. Fundación Mapfre, 2002.
BOZAL, Valeriano. Los primeros diez años. 1900-1910, los orígenes del arte contemporáneo. Madrid.
BOZAL, Valeriano (director) V.V. A.A. Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas
contemporáneas. Madrid. La Balsa de la Medusa. 2004.
BRASAS EGIDO, José Carlos. Guido Caprotti un pintor italiano en Avila. Valladolid. Gráficas Martin SL,
2000.
BRIHUEGA, Jaime. Las Vanguardias Artísticas en España 1909-1936. Madrid. Istmo. 1981.
BRIHUEGA, Jaime. Exposición conmemorativa de la Primera Exposición de Artistas Ibéricos. Madrid. Club
Urbis, 1975.
CABAÑAS BRAVO, Miguel (Coordinador). El Arte Español del siglo XX. CSIC. Madrid 2001.
CALVO SERRALLER, Francisco. (Dirección). Enciclopedia del Arte Español Siglo XX. Madrid. Mondadori.
1991.
CALVO SERRALLER, Francisco. Del futuro al pasado. Vanguardia y tradición en el arte español
contemporáneo. Madrid. Alianza Forma, 1990.
CALVO SERRALLER, Francisco. Paisajes de luz y muerte.La pintura española del 98.Barcelona. Tusquets
editores,1998
CALVO SERRALLER, Francisco.Pintores españoles entre dos fines de siglo (1880-1990). Madrid. Alianza
Forma, 1990.
CALVO SERRALLER, Francisco. GONZÁLEZ GARCÍA. Paisaje español entre el Realismo y el Impresionismo.
Madrid. Galería Mulitud. 1976.
CAMON AZNAR, José. ―El Crítico de Arte José Francés‖. Madrid. Boletín Real Academia Bellas Artes.
1964.
CARMONA, Eugenio. Los Tiempos del Cubismo 1910-1920. Madrid. Galería Leandro Navarro. 2007.
CARMONA, Eugenio. MUR, Pilar. Novecentismo y Vanguardia. Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao.
2009.
CARMONA, Eugenio. TUSELL, Javier. BONET, Juan Manuel. Francisco Bores, El Ultraísmo y el ambiente
literario madrileño 1921-1925. Madrid. Residencia de Estudiantes. 1999.
2396
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
CARMONA, Eugenio. José Moreno Villa y los orígenes de las Vanguardias artísticas en España
(1909/1936). Malaga. Colegio de Arquitectos-Universidad, 1985.
CATURLA, Maria Luisa. Arte de épocas inciertas. Madrid. Revista de Occidente. 1944.
CHILVERS, Ian. Diccionario Arte siglo XX. Madrid, Editorial Complutense. 2001.
CIRLOT, Juan Eduardo. Diccionario de los ismos. Madrid. Ediciones Siruela. 2006.
CIRLOT, Lourdes. Primeras Vanguardias Artísticas, textos y documentos. Barcelona. Parsifal Ediciones,
1999.
COLL, Isabel. DOÑATE, Mercè. MENDOZA, Cristina. Ramón Casas, el pintor del modernisme. Barcelona
MNAC, 2001.
COLL, Isabel. SELLA, Antoni. SIERRA, Roland. L'Escola Luminista de Sitges. Sitges. Consorci del Patrimoni
de Sitges, 2002.
CRESPO, Angel. Juan Ramón Jiménez y la Pintura. Salamanca. Ediciones Universidad. 1999.
CHATELET, Albert. THUILLIER, Jacques. La Pintura Francesa, De Fouquet a Poussin. Barcelona. Skira
Carroggio de Ediciones, 1963.
DE HAES, C. De la Pintura de Paisaje Antigua y Moderna. Madrid. Real Academia de Nobles Artes. 1860.
DE PANTORBA, Bernardino. Los Paisajistas Catalanes. Madrid. Compañía Bibliográfica Española. 1975.
DE PANTORBA, Bernardino. El pintor Cabrera Cantó. Madrid. Ediciones Gran Capitán, 1945,
2397
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
DIAZ EREÑO, Gregorio. PAREDES GIRALDO, Camino. Lorenzo Aguirre. Alicante. Institutode cultura Juan
Gil Albert. 2003.
DIEGO, Gerardo. 29 pintores españoles contemporáneos vistos por un poeta. Madrid. Ibérico Europea
Ediciones, 1975.
DIEZ, José Luis. BARON, José (Edición). Joaquin Sorolla 1863-1923. Madrid. Museo Nacional del Prado,
2009.
DÍEZ, José Luis. CASADO ALCALDE, Esteban. REYERO, Carlos. Pintura española del siglo XIX.
DÜCHTING, Hajo. Wassily Kandinsky 1866-1944. Una revolución pictórica. Madrid. Taschen, 2007.
EL CABALLERO AUDAZ. Lo que sé por Mí, Confesiones del siglo. Madrid. Editorial Mundo Latino, 1922.
ESPÍ VALDÉS, Adrian. Itinerario por la vida y la pintura de Fernando Cabrera Cantó. Alicante. Instituto de
Estudios. Alicantinos. 1969.
ESPÍ VALDÉS, Adrian. Pintores de Alcoy. Valencia. Comunicación Gráfica SL. 2000.
ESPÍ VALDÉS, Adrián. Casanova y su Círculo alicantino de pintores y escultores. Alicante. Caja deAhorros
Provincial, 1983.
ESTEBAN LEAL, Paloma. TUSELL, Javier. CARMONA, Eugenio. Benjamín Palencia y el Arte Nuevo.
Valencia. Bancaja - MNCARS. 1994.
EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1915. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1915.
EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1917. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1917.
EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1922. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1922.
EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1920. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1920.
EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1924. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1924.
EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES 1926. Catálogo Oficial. Madrid. Artes Gráficas Mateu. 1926.
EXPOSICIÓN DE PAISAJISTAS CATALANES. Catálogo Ilustrado. Barcelona. Real Círculo Artístico, 1921.
FER, Briony. BATCHELOR, David. WOOD, Paul. Realismo, racionalismo, Surrealismo, el Arte de
entreguerras (1914-1945). Madrid, Akal. 1999.
2398
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
FONTBONA Francesc (Dirección) Repertori de Catàlegs d‘exposicions collectives d‘art a Catalunya (fins
1938). Barcelona. Institut d‘estudis catalans. 2002.
FONTBONA Francesc. (Dirección). Repertori d‘exposicions individuals d‘art a Catalunya fins l‘any 1938.
Barcelona. Institut d‘estudis catalans. 1999.
FONTBONA, Francesc. MANENT, Ramón. EL Paisatgisme a Catalunya. Barcelona. Ediciones Destino, 1979.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1915.Madrid, Editorial Mundo Latino.1916. 313 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1916.Madrid, Editorial Mundo Latino.1917. 367 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1917.Madrid, Editorial Mundo Latino.1918. 424 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1918.Madrid, Editorial Mundo Latino.1919. 391 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1919.Madrid, Editorial Mundo Latino.1920. 405 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1920.Madrid, Editorial Mundo Latino.1921. 412 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1921.Madrid, Editorial Mundo Latino.1922. 301 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1922.Madrid, Editorial Mundo Latino.1923. 271 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1923-1924. Madrid, Editorial Mundo Latino.1925.449 pags.
FRANCÉS, José , El Año Artístico 1925-1926. Barcelona. Editorial Lux. 1928. 490 pags.
FRANCÉS, Fernando. CAMPS MIRÓ, Teresa. Joaquim Mir. Zaragoza. Ibercaja, 2002,
FUSI, Juan Pablo. Historia mínima de España. Madrid, Turner publicaciones, 2012.
FUSTER, Antonio. Evolución del Realismo en la Pintura de Paisaje . Madrid. Goya, 1976,
GALLEGO, Julián. 30 artistas españoles en París. Madrid. Centro Cultural Conde Duque. 1984.
GALLEGO,Julián. Francisco Bores 1898-1972. Exposición Antológica. Madrid. Dirección General del
Patrimonio Artístico. 1976.
GARCIA DIEZ José Antonio. ARCEDIANO Santiago. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de
Ahorros Bilbao. Fundación Kutxa nº 2, 1993.
GARCÍA GARCÍA; Isabel. Orígenes de las Vanguardias Artísticas en Madrid 1909-1922. (Tesis Doctoral).
Madrid. Universidad Complutense, 1998.
GARCIA-SEDAS Pilar. J. Torres-García y Rafael Barradas un diálogo escrito 1918-1928. Parsifal Ediciones.
Barcelona, 2001.
GARRUT, José Maria. Dos Siglos de Pintura Catalana (XIX-XX). Madrid. Ibérico-Europea de Ediciones S.A.,
1974.
2399
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
GAYA NUÑO Juan Antonio. La Pintura Española del siglo XX. Madrid. Ibérico Europea de Ediciones, 1972.
GAYA NUÑO, Juan Antonio. La pintura y la lírica de Cristóbal Ruiz. San Juan de Puerto Rico.
GONZALEZ ESCRIBANO, Raquel. José Gutierrez Solana. Madrid, Fundación Mapfre, 2006.
GONZÁLEZ GARCIA, Angel. CALVO SERRALLER, Francisco. MARCHÁN FIZ, Simón. Escritos de arte de
Vanguardia. 1900/1945. Madrid. Editorial Istmo, 2003.
GONZALEZ MADRID, Maria José. FUSTER DEL ALCAZAR, Enrique VIRGILI CARBONELL, Eva. Rafael
Barradas 1914-1929. L´Hospitalet. Centre Cultural Tecla Sala, 2004.
GUILLEN, Alberto. La Linterna de Diógenes. Madrid. Editorial Ave del Paraiso, 2001.
GUTIERREZ MARQUEZ, Ana. Carlos de Haes 1826-1898 en el Museo del Prado. Madrid. Museo Nacional
del Prado, 2002.
GUTIERREZ SOLANA, José. Madrid Callejero (1923). Madrid. Asociación de libreros de lance, 2000.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA. Anuario Estadístico de España 2007. Madrid. INE 2007.
JIMÉNEZ, Pablo, HUICI, Fernando. PEREZ DE AYALA, Juan. Pancho Cossío 1894-1970. Madrid. Fundación
Mapfre, 1994.
JIMÉNEZ-BLANCO, Maria Dolores. 30 años de playa. Ilustración gráfica española en la colección artística
de ABC. Madrid. Fundación Mapfre, 2000.
JIMÉNEZ-BLANCO, Maria Dolores. París 1900-1930 en la colección Oscar Chez. Castellón. Fundación
Bancaja. 2001.
JUMEAU-LAFOND. Jean-David. SOLANA, Guillermo. Los pintores del Alma. El Simbolismo idealista en
Francia. Madrid. Fundación Mapfre. 2000.
2400
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
LAFUENTE FERRARI, Enrique. Breve Historia de la Pintura Española. Madrid. Akal, 1987.
LAFUENTE FERRARI, Enrique. "Catálogo Exposición Sócrates Quintana." Madrid. Revista de Occidente.
1948.
LAFUENTE FERRARI, Enrique. La Vida y el Arte de Ignacio Zuloaga. Madrid. Revista de Occidente. 1972.
LAFUENTE FERRARI, Enrique. LLORENS, Eva. Exposición Antológica Llorens (1874-1948). Madrid.
Dirección General de Bellas Artes. 1972.
LITVACK, Lily. Modernismo, Anarquismo y Fin de Siglo. Barcelona. Editorial Anthropos, 1990.
LLADÓ POL. Francisca. Pintores Argentinos en Mallorca. 1900-1936. Palma de Mallorca. LLeonard
Muntaner Editor. 2006.
LUCA DE TENA, Torcuato (Fundador). Blanco y Negro año 1926. Madrid. Prensa Española, 1926.
LUNA, Juan J. Francisco LLorens y su tiempo. La Coruña. Fundación Barrié dela Maza, 1988.
MARIAS, Julián. El Método Histórico de las Generaciones. Madrid. Revista de Occidente. 1967. Pg 143.
MARTINEZ MARTIN, Jesus (Director). Historia de la edición en España (1836-1936). Madrid. Marcial Pons
Historia, 2001.
MARTINEZ VÁZQUEZ, Eduardo. La Pintura de Paisaje y su gozoso recreo espiritual. Madrid. Real
Academia de San Fernando, 1959.
MASIÁ, Pascual. Manuel Benedito, Pintor (1875-1963). Alicante. Generalitat Valenciana. 2005.
MERINO ACOSTA, Luz. CRESPO LARRAZABAL, MANUEL. MENDEZ, Ana. Sorolla y sus contemporáneos.
Murcia. Fundación Caja Murcia, 2006.
2401
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA. Anuario Estadístico de España. Año 1918 . Madrid. Imprenta
Minuesa de los Rios. 1920.
MONTIJANO GARCIA, Juan. La Academia de España en Roma. Madrid. Ediciones Polifemo. 1998.
MORALES, José. Diccionario de la Pintura en Murcia. Murcia. Galería de Arte Al-Kara. 1973.
MUÑOZ HERRERA J.P. Enrique Vera: El Paisaje y la Luz. Toledo. Junta de Castilla La Mancha, 2003,
MUR PASTOR, Pilar. La Asociación de Artistas Vascos. Caja de Ahorros de Vizcaya. Bilbao, 1985.
ORTEGA Y GASSET, José. El Tema de Nuestro Tiempo. Madrid. Espasa Calpe. 1975.
ORTEGA Y GASSET, José. Ni Vitalismo ni Racionalismo. Madrid. Ediciones Cuadernos de Adan, 1944.
ORTEGA Y GASSET, José. La Deshumanización del Arte y otros ensayos de estética. Madrid. Austral,
2006.
ORTIZ ECHAGÜE, José. España, tipos y trajes. Bilbao. La Editorial Vizcaína. 1950.
OSSORIO Y BERNARD, Manuel. Galería Biográfica de artistas españoles del siglo XIX. Madrid. Librería
Gaudí, 1975.
PANOFSKY, Erwin. Estudios sobre iconología. Madrid. Alianza, 1972. Pg. 33.
PARCERISAS, Pilar. VIDAL OLIVERAS, Jaume. MINGUET BATLLORI, Joan. Miró, Dalmau, Guasch.
L'Aventura perl'art modern, 1918-1937. Barcelona. Generalitat de Catalunya. 1993.
PENA, Maria del Carmen. Pintura de Paisaje e Ideología, La Generación del 98. Madrid. Taurus. 1998.
Pag. 60.
PÉREZ CALERO Gerardo. ―El Ateneo y La Vida Artística Sevillana en 1925‖. La Rioja. Unirioja. 1995.
2402
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
PÉREZ ROJAS, Francisco Javier. López Mezquita 1893-1954. Epocas e itinerarios de un pintor cosmopolita.
Madrid. López de Aragón-Arco Libros, 2007.
PEREZ ROJAS, Javier. ALCAIDE, José Luis. OSACAR, Eugeni. José Mongrell 1870-1937. Valencia.
Generalitat Valenciana, 2001.
PLAZAOLA ARTOLA, Juan. Pintores Vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros . Bilbao. Fundación
Kutxa nº 3. 1994.
PUIG PERUCHO, Buenaventura. La Pintura de Paisaje. Barcelona. Sucesores de Messeguer Editor, 1971.
QUEIPO DEL LLANO, Genoveva. ‖España y la I Guerra Mundial‖. Madrid. UNED. 1993.
RAMOS OLIVEIRA, Antonio. Historia de España. Mexico. Compañía General de Ediciones, 1952.
REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO. Tesis desarrolladas en los discursos de
recepción de los señores académicos. Madrid. Establecimiento tipográfico Nieto y Cª, 1925.
RODRIGUEZ RUIZ, Delfín. Barroco e Ilustración en Europa. Madrid. Historia 16. 1989.
RUSKIN, John. Los Pintores Modernos: El Paisaje. Valencia. Prometeo. Circa 1916.
SALA, Emilio. Gramática del Color. Madrid. Viuda e hijos de Murillo, 1906.
SAN NICOLÁS SANTAMARÍA, Juan. Darío de Regoyos, Barcelona. Diccionari Ràfols-Edicions Catalanes,
1990.
SANCHEZ ALBARRACIN. Maite. ―Fiesta de Primavera. Batalla de Flores en Murcia‖ . Murcia. Universidad de
Murcia. Servicio de Publicaciones. 2003.
SÁNCHEZ VIGIL, Juan Manuel. La Esfera Ilustración Mundial (1914-1931). Madrid, Libris. 2003.
SANTOS, Juliá. Hoy no es ayer. Ensayos sobre la España del siglo XX. Barcelona. RBA Libros, 2009.
SARMIENTO, José Antonio. BARRERA, José María. (Editores) Ultra. Madrid. Visor 1993.
SAURET, Teresa. Muñoz Degrain y las poéticas paisajísticas fin de siglo en Málaga. Málaga. Mupam, 2008.
SENADOR, Julio. La Ciudad Castellana en 1918. Madrid. Biblioteca Regeneracionista. Fundación Banco
Exterior. 1989.
2403
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
SERRANO, Carlos. SALAÜN, Serge (editores). Los felices años veinte. España, crisis y modernidad. Madrid.
Marcial Pons Editores, 2006.
SUBIRÁ, José. ‖Mi amigo Pepe Francés‖. Madrid. Boletín R.A. Bellas Artes, 1964.
SUTTON, Peter. LOUGHMAN, John. El Siglo de Oro del paisaje holandés. Madrid. Fundación Tyssen-
Bornemisza, 1995.
TAINE, Hipólito. Filosofía del Arte. Madrid. Calpe. Tomos I al IV, 1922.
TIELVE GARCIA, Natalia. Crítica de Arte en Asturias en el primer tercio del siglo XX. Oviedo. Universidad
de Oviedo. 1999.
TUSELL, Javier. Manual de Historia de España Siglo XX. Madrid. Historia 16. 1990.
TUSELL, Javier. MARTINEZ NOVILLO, Álvaro. SAN NICOLÁS, Juan. Paisaje y Figura del 98. Madrid.
Fundación Central Hispano.1997.
VERDUGO LANDI, Francisco (Director). "Nuevo Mundo Enero - Julio de 1926". Madrid. Prensa Gráfica,
1926.
VERDUGO LANDI, Francisco. (Director). ZAVALA, Mariano (Gerente). V.V.A.A. La Esfera Ilustración
Mundial. 1914-1927. 26 Tomos semestrales. Madrid. Prensa Gráfica S.A. 1914-1927.
VERDUGO LANDI, Francisco (Director). Zavala, Mariano (Gerente). Mundo Gráfico. Julio-Diciembre 1918.
Madrid. Prensa Gráfica, 1918.
VERGARA, Alejandro. Vermeer y el interior holandés. Madrid. Museo Nacional del Prado, 2003.
VERHAEREN, Emile. DE REGOYOS, Darío. España Negra. Palma de Mallorca. Hesperus. 1989. Pg 64.
VILLALBA SALVADOR, Maria Piedad. José Francés, Crítico de Arte. (Tesis Doctoral). Madrid. Universidad
Complutense. 1994.
WALTHER, Ingo. METZGER, Rainer. Van Gogh, la obra completa, pintura. Taschen, 2006.
2404
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
2405
Universidad de Murcia. Facultad de Letras.
Departamento de Historia del Arte.
2406
Tradición y vanguardia en la pintura española de paisaje entre 1915 y 1926
a través de la obra “El Año Artístico” del crítico de arte José Francés
dgffdg
asdgfasdgfdf
2407