Sunteți pe pagina 1din 41

Un

Lugar Pasado, Futuro, Presente


Por

L. Gerardo Ramírez


“El sueño interno abotona el sopor alrededor de tu cuerpo como un guante,


libre ahora de espacio y tiempo. Libre para disolverse en el verano que se
desliza”
Jim Morrison
Dirigida a un grupo aleatorio de personas, tales como: cada persona que se
encuentre con esta historia; a mi novia que fue el motivo de inspiración; a
quien no es una persona pero tiene el mundo, el universo y todo en sus manos,
nadie lo ve pero creo en Él. Incluyo a mi madre quien no sabe de la existencia
de este libro.
Aunque no son personas, son emociones dentro del mundo en que vivimos:
es el amor y el desamor, gracias a ello existe la vida, la muerte y el encuentro
con la verdad
Lo dedico al éxito

Prólogo: El abre boca


Un lugar consta de estar en un tiempo, es lo que refleja este cuestionario


con el título a mostrar que tendrías que leer muy bien, para ir al tiempo
correspondido. Todo está plasmado en la imaginación de un poeta, cualquier
parecido a la realidad es pura coincidencia. Tú que estás ahí leyendo quizás
pueda coincidir contigo y con otro también, otro que… piense o haya vivido
parecido a ti, otro que… se haya encontrado con la misma persona que
conoces tú, hasta cruzó frente a ti, pero tú pensabas en un color verde, igual
que aquella persona. Un día como hoy planeaste una cita, un día como hoy te
embarcaron en una cita, ¿aún siguen las coincidencias?
Tiempo de estar, tiempo de pensar, tiempo tardío, tiempo de no ir, tiempo
para hablar, tiempo para llorar, tiempo para reír, tiempo para bailar, tiempo de
hacer el amor, tiempo de descubrir, tiempo de soñar, tiempo de decaer, tiempo
de desamor, tiempo de comenzar y tiempo de terminar.
Si sigo estaría entre páginas del tiempo, tiempo que tenemos para hacer las
cosas, así como va esto, es el tiempo que tú vas seguir aunque no leas esto. Se
trata de una cuestión de búsqueda para tomar tu tiempo, en algo que te lleve a
comprender, es buscar en tu vida, en mi vida… y la vida de los demás, ahora
sin más que decir adelante.
1825 días en tan poco, pero especifica resolución.

XIII
El regreso

Hacía tiempo, no pensaba en volver, donde todo se esfumó de alguna


manera, pero las cosas siempre me trasladaban ahí con música, letras,
recuerdos, tristezas, nombres y otros vicios. Llegar al mediodía, después de
horas largas en carretera, como siempre me gustaba viajar para escapar ¿de ti?
o ¿de mí? La verdad no lo he definido. Volver por un compromiso musical,
cuando ¡jure! no volver, ni por mi madre, así falleciera; llegue al cafetín frente
donde iba estar a pocas horas, al pedir mi orden sentí el olor del café, viajar en
el recuerdo pero ahora más cerca: ¡café sus ojos! ¡Café su velo! ¡Café era el
pantalón que cargaba esa tarde cuando la vi y justo la conocí!
Salí del cafetín para encontrarme con algunos amigos y parientes que
sabían de mi regreso, me daba miedo que ella supiera que estaba en la ciudad,
que supiera que hoy iba a cantar, la verdad no la quería ver, no quería saber
que existiera la mínima posibilidad de que llegara. Pero mi subconsciente
trabaja sin mi razón, la buscaba en la pequeña ciudad, verla por un fugaz
instante, iba ser infinito y suficiente. A minutos llegue al lugar, nos vimos con
gran alegría, la banda y algunos colegas; era extraña la sensación que sentía
cuando los vi, me sentí como si hubiese pasado cuarenta años sin verlos.
Hicimos un breve ensayo para la noche, para mí era la gran noche como
siempre, además íbamos con un par de temas nuevos, ya los habíamos
preparado por separado en la música, había calor, sinfonía y sincronía entre
todos. Listos con un par de cervezas en mano y un buen ensayo, algunos
cuentos de risas y dramas, me abstenía a contar algo sobre ella, quise que
alguno me diera alguna noticia de ella sin preguntar, pero no fue así, salimos
de ahí para vernos ya a cuatro horas del toque.
Llegue a casa de mis parientes, reposar unos minutos no estaba de más, me
hacía falta una ducha, también me hacía falta no pensar más en ella. Pero
bueno, charle un tiempo con ellos sobre viajes, encuentros y música, también
de la presentación y los invite; pero sabía que no iban a ir, nunca fueron a
ninguna presentación. Con un poco de tiempo extra fui a comer algo, pasando
por lugares, donde cabía la posibilidad de verla pero fue una causa perdida.
Escuchado la radio en mi carro ya camino al sitio colocaron sonar la
publicidad del toque; mi piel se erizaba por miedo a que llegara ella, al regreso
después de tanto tiempo, sobre la cantidad de cosas que pasaban por mi
cabeza.
Ya a pocas cuadras.
Justo al llegar de nuevo a donde hubo el adiós. En una ciudad donde era
bueno no volver o estar entre esas calles, había tanto que estaba vencido. Justo
al encender mi cigarrillo en el auto, antes de poner un pie afuera y dirigir mi
cuerpo a la entrada, fijamente miro la entrada, asfixiado de ver que llegue
justo a tiempo para no estar frente a ella, con una canción que declara su adiós
en mi reproductor, verla de nuevo, sonriente, con una nueva compañía y odiar
ese momento. Justo cuando vi el primer encuentro en mi mente, en donde mi
cigarrillo… apague ante su justa presencia pues se… volvía hacer en una
situación diferente.
Esta causa de pasado, futuro y presente, me agobiaba mi cabeza, dejando
inestable de nuevo la razón en mi subconsciente.
Verla de nuevo, tanto que yo me declinaba a no saber más de ella, se acerca
a una hora específica del principio, con este presente ausente de todo, con una
canción con sutil referencia de su esencia, era las 3 y 15 en punto cuando ella
entraba. A nuestro bar con una nueva compañía.
Día 1825 de 1825
Composición única #1
¨Nuestro bar¨
Vuelve mi pasado a golpear
Es que yo, ya no te puedo olvidar
Son las 3 y 15, trato de borrar
Con una y otra cerveza te vuelvo a recordar
En este bar
Olvidado de esta ciudad
Muy difícil de encontrar
Aquí mato los recuerdos
Mientras que tu
Debes estar junto a él
Quizás estés muy feliz
Y yo sigo pensando en ti
Quizás no te supe escuchar
Quizás no te supe entender
Ahora tú eres mucho más feliz
Maldigo la hora que te deje partir.

I
Panty extrovertida

Ella tan extrovertida, yo queriendo saber su sexo, humedad, debilidad en


las noches continuas, que ella supiera de mí, tanto mis dudas como mi deseo
hacia ella, que no era normal, dado que ella era clandestina, mi amor
clandestino, como aquel tema de Maná, enamorado de tantos años de su
ausencia; yo la resguarde en una caja en mis más adentras emociones.
Ella fue la irregularidad de mi conciencia, quien hizo el boom en mi
historieta, al llegar como pasajera en ese instante. El instante en que aparece
en vía de circulación, con una belleza (aunque suene cliché) una belleza de
princesa. Con cinco días de convivencia ¿cómo todo empezó tan rápido? no
era normal para mí. Tanta intensidad, totalmente nuevo, este sentir con una
magia, era compartir y soñar, daba miedo, ver si era verdad en mi mundo.
Debería decir, el nuestro porque ya era compartirlo con ella, dado que se
acoplo en mi lugar de reposo de una manera concreta, para pasar los días de su
viaje, esta vez el tiempo con el universo estaba de mi lado; era pensar ¿Quién?
Y ¿Cómo? La hizo llegar. Eran mil dudas que ella las desaparecía, mi promesa
de amor se mostró con valentía ante su presencia, ella correspondiendo y
contemplando cada detalle, momento y lugar que pasábamos con las horas de
noches y días.
Las noches de madrugada, cuando descubrí su virtud con el límite que me
daba su panty puesta, ella se resguardaba con esa excusa, pero desbordaba
mucho placer, entre ambos había fogosidad, ¡ja! era lo que sobraba en ese
lugar con tantos juegos, el roce de su piel y mi piel fueron los primeros de
tantos, sus expresiones al tenerla en mi manos, llegar a su sexo con mis
manos, sentir tan cálida su entrepierna, sin olvidar su humedad y no caer en
nada carnal. Su espalda se arqueaba con sus pies, su gemir, “UFF” era algo
para placer, en una habitación donde humedecimos las paredes, empañamos el
vidrio donde dibujamos en él.
Era un calor de tranquilidad, no incomodaba oler a ella, era un lujo tener su
piel, verla sonreír, solo teniendo mis manos sobre ella, acariciando su sexo y
su cuerpo, que su voz exaltada gritaba con desesperación que la poseyera
como mujer, eso lo decía su voz cuando el clímax de mis manos la hacían
desvariar, su virtud y decisión respete como caballero del juego de pasión, que
teníamos en la habitación. Mi único placer, lo que me satisface es su libertad
cuando está en mis manos al terminar esa larga y lenta noche.
Risas al despertar esa mañana con pocas horas de sueño, madrugar, ella era
perfecta en mi nuevo lugar. Yacía en la alcoba donde quitaba su camiseta, en la
sala donde quite su brasier, en la cocina donde quite su short. Donde ella
estuviera había sonrisas, pasión, roces y deseos. Buscarla en carrera, que las
horas se hicieron cortas para volverla a ver, cuando estaba en ausencia del día,
era devastador, me sentía extraño de verme tan dependiente a ella de tenerla
cerca, estar acompañado en la calles de mi ciudad, con nuestras manos
entrelazadas, enamorados de nosotros, éramos imperfectamente perfectos para
estar juntos, las noches eran confesiones de nuestros roces, se hacía llamar,
amor, pasión, conexión y una tanda de locura, ¡no! En realidad desbordábamos
locura en nosotros, había luna en la noches, también neblina, pero el frío jamás
estuvo en esa alcoba, observarla era otro placer en mí, sea durmiendo o
despierta.
En una noche de tantos roces, que su espalda se arqueo de tal manera, sus
piernas se contrajeron de una magnitud con sus pies, cuando de ella salió.
“Hazme tuya, hazme el amor, te amo” encarnando sus uñas en mis brazos,
dejando marcas de sus descontrolados deseos, hasta que cerró sus piernas, para
entrar en razón y enloquecerme a mí. Nos casamos de una manera simbólica
con un anillo de guitarra con votos y presencia del Altísimo. Ese fue el clímax
de mí descabellado amor por ella en un capítulo de mi vida, más de diez días
con ella, tan extrovertida con una panty
Un nuevo año, con la sorpresa de que el amor toco mi cama y mi puerta,
saber que no había carnalidad entre nosotros, no faltaba, tener dudas de
volverla a tener, la verdad era vivir eso era, era vida, junto con el éxtasis de
esas diez noches, ya sellando un pacto con votos, por eso aunque hay dudas, sé
que la vuelvo a ver.
Hasta entonces escribiré, para llenar nuestra distancia de luz, aunque la luz
que lleva, deslumbra todas las calles oscuras, así pasamos a otras canciones de
alegría y tristeza se han creado en mi mente, las redacte con tinta negra.
Esperando nuestro próximo encuentro deseado, en un lugar diferente, en otro
espacio con otras ideas, buscando los otros momentos malos y buenos que nos
arropan en esta historia.
Día 5 de 1825
Composición única #2
“Atónito ante un amanecer de neblina sin sentir algún frío”
Camino en una cuerda a punto de caer,
Al vacío y morir entre rocas punzantes,
Frente a mi tu sutil cuerpo entre luces,
Queriendo tenerte toda completa en mí.
Sentir esta sencilla sensación de aflicción
Para continuar y sentir eso que se hace llamar “amor”
Compatible tus labios con los míos
Para que desnudos nos vea pasar la noche
Sé que el tiempo es algo veloz
Tu calma lo hace poner en pausa
Es ese el éxtasis que derrama tu piel
Apasionado entre las estrellas
Para que el espacio se humedezca con el vapor de tu ser
El piso fue testigo de mi desahogo corporal
Sus manos hicieron y deshicieron en mí
Tanto que su pecho con sus besos agitaba mí
Respiración, sintiendo en carrera tu corazón
Mi mente tiende a imaginar acoplando
Pensamientos mientras tú esperas actuar de la manera
Más anormal para seguir en esta excitación
Y despertar en una mañana con fría con niebla,
Húmeda y calurosa tanto que esa fogosidad que tenías
Entre tus piernas, gran parte de tu cuerpo recibió el tacto adecuado por no
decir todo
Rose tras rose en esa madrugada que él te amo salió de un gemido ardido
de vigor y dulzura
Con desesperación ante tanta y desbordante dulzura de ese punto donde era
justo llegar
Dejando marcas en mi silueta masculina de hombre complaciente a tu
deseo
Atónito a más y más de otra noche igual
Donde se humedezca y empañen los vidrios de otra habitación

III
Esa noche, ese día

Un día disperso, porque le quería ver, estaba lejos, pero eso no fue excusa.
En mí había una sensación descontrolada, por tener que ir a buscarle, me tenía
verdaderamente fuera de mi control, quería llevarle a la luna y sumergirme
consigo en ella, había un universo, que en mí había, que le quería deleitar aún
más, eso me llevó a buscarle a su universidad después de mi ensayo, le busque
entre los edificios, pregunte por ella, hasta que le encontré, con su sonrisa, me
vio, corrió saltando sobre mí, entrelazando sus piernas y brazos.
-Hagamos algo esta noche –inquirí- vamos, te invito a comer –ella solo
asintió mientras jugaba con mi cabello ensortijado, nos fuimos comer,
mientras me comentaba sobre las clases.
- ¿Quieres ir a bailar o viajar? O ¿las dos? –le interrumpí preguntando,
agarrándola por sorpresa.
-Estás loco –sonrió ella, amaba cuando sonreía.
-Eso para mí es un sí, vámonos –la tome del brazo entrelazando mis
manos. Eran las tres y cuarto de la tarde, cuando nos dispusimos a viajar.
-Esto es secuestro -dijo ella realmente atónita de lo que estaba sucediendo.
- Te secuestro para ir a bailar –le afirme riendo y disfrutando de la
expresión asustada y a la vez curiosa de su rostro. Pronto estábamos llegando a
la ciudad cercana ya a eso de las diez de la noche.
-Esta noche va ser diferente –le dije.
-Es una ciudad diferente –me corrigió
-Cierto, nos vamos a divertir –y la bese en la frente para luego darle un
beso fugaz en los labios.
Entramos a un karaoke, empecé seduciendo su oído por algunas canciones,
sabía que le gustaba verme actuar, lo que hacía, de cierta manera le excitaba,
cuando empezamos con algunos tragos, “recuerda que estamos lejos” así que
fueron pocos, quería estar sobrio, luego, preguntamos un lugar chévere para
bailar; aunque en realidad yo no sabía bailar muy bien. En fin era a unas
cuadras, cuando entramos estaba lleno, era la una de madrugada.
-Ahora me toca a mí –me susurra al oído. ¿Qué me quería decir con eso?
Cuando empezó la música, su cuerpo frente a mí, rodeado de las luces de
poca visión, sus movimientos me atraían, me seducía, con sus manos y
miradas, cuando se pegaba frente a mí, hacía tiempo que no veía su piel, no
tocaba mis labios, su cuerpo a nuestra manera, me decía a mí mismo “ella
quiere algo más hoy”, mientras estaba cerca susurraba “estás muy quieto”
¿quieto? Te estoy observando, me tienes exaltado con todo lo que haces,
mientras más era mi observación, más me seducía junto con sus labios.
Pasadas las tres ya era hora de partir, vamos a quedarnos aquí, dije, su
sorpresa fue algo muy sutil, era como si supiera que lo tenía en mente, no
dudó, me miró con seguridad, nos dispusimos a recorrer la ciudad buscando un
lugar para resguardar los cuerpos… deseosos de ambos. En mi cabeza había
un plan, esa noche era una gran ocasión, para un encuentro entre las sábanas.
Buscando en nuestros móviles, un hostal espléndido para pasar la noche,
hallamos uno a las afueras de la misma ciudad, eran unas cabañas, con un
estilo colonial, muy buena la impresión al ver tan hermoso y pintoresco lugar,
había neblina entre las cabañas, y los colores acompañaban el frío ambiente.
Fuimos a la recepción, encontramos una cabaña disponible, la número 6, la
icónica cabaña número 6. El lugar era un paseo de un siglo, había teléfonos de
los años treinta, una máquina registradora, parecíamos niños observando y
tocando todo, sobre todo ella, siempre parecía una niña con una chupeta de
espiral.
Había un toca disco con un montón de discos de música exclusiva. Afuera
había un bosque lleno de pinos, más un río que se escuchaba muy cerca, casi
se sentían las chispas de agua; un salón de arte contemporáneo con obras de
artistas locales. Después de andar de mirones, fuimos a la cabaña, yo corrí al
carro, busque la botella de vino con unos deliciosos chocolates rellenos, al
volver ella no había entrado, estaba detallando lo que nos regalaba nuestra
noche, la luna, en eso susurro sonriendo “lo tenías todo planeado, lo he visto
en este brillo”, confesé que lo tenía en mente.
-Solo quería encontrar un lugar que estuviese a la altura de ti, de nosotros -
le exprese con dulzura, nos dirigimos a la habitación.
Nuestro asombro no quedaba solo en recepción, nos tocó una habitación
mágica en el tiempo, a pesar de la gran cama que había (era enorme), tenía un
columpio en uno de los laterales, tenía retratos del siglo de oro de la antigua
Francia y España, el Renacimiento, siendo ahí que me reveló que le encantaba
Francia, París. Entre las rosas y margaritas, la cabaña estaba construida entre
bloque y árbol, todo era tan poco rural y delicado, ese olor a madera que nos
encantaba.
-Esta noche hay que soñar, así que estamos en París -canturreó muy
sonriente y coqueta.
¿Éstas copas y todos estos besos? yo imaginaba hacernos uno en toda esa
cabaña en cada rincón hasta en el mismo columpio, le quería arrancar todo lo
que tenía puesto, éramos dos personas entre lo salvaje y romántico, entre ese
gran candelabro que eran velas y las lámparas de gasoil hacían una luz
perfecta, estábamos al tono de todo, le seguía besando entre su boca y su piel,
por el tiempo que fuera necesario, si era eterno iba ser mucho mejor, le mire
con deseo, al igual que ella, poco a poco fui quitando prenda por prenda,
dejando un cuerpo al descubierto, su piel estaba al perfecta, eran mis caricias y
besos, mientras sus manos pasaban por mí, inventando cosas en mi cuerpo,
trazando rutas de exploración, pasando de pared en pared, con besos,
empujones, juegos rústicos, apretando cada parte de nosotros, donde nos
enloquecía, mientras entre los besos salían palabras, “esta noche hacemos el
amor, hasta saciar y quedar con ganas de más”.
Así mismo corrió la noche joven, para conocernos, despojarnos de lo que
nos estorbaba, su respiración estaba acelerada y desesperada, después de pasar
entre todo lo que hay en la habitación, le quería seguir provocando, para
adentrarme en su relieve, tocando hasta lo que ella misma, no había tocado.
Como aquel enero del principio, pero esta vez había más, era su ¡decisión!
Compartir su virtud, mientras despertaba su esencia, yo la complacía con una
gloria de amar, en todo lo que había descubierto: su miedo, su sensibilidad, sus
uñas, su aroma, su himen.
Estar en carne viva, con el alma compartiendo el beso de la divinidad de su
ser interno. Confesiones colmaron esa noche, era un universo el cuerpo en una
luz tenue. Cuando en secreto, estábamos rozando cada parte de piel viva, su
acción al momento de dolor y gozo, su entrega por cada beso, tacto en su piel
con mis manos, mi lengua juega un papel donde su gemir me hacía saber su
euforia, había humedad entre sus piernas, las sabanas donde el placer fue
mutuo, dejando marcas en mi espalda, redoblamos la acción, el baño no se
salvó de ser testigo de nosotros, con la decisión de amanecer entrelazados.
Desbordante noche con una mañana, donde la resaca, ¡era ella! para mí.
Aroma que no olvido por más que pudieran pasar los años, ese fue uno de mis
pensamientos, su virtud de mujer. Saber que iba a continuar, sin pensar en un
final, por mi parte solo observar, besar y palmar ese hermoso cuerpo.
Ella al despertar con miradas pretenciosas, coqueta ante mi presencia,
enloquecía de momento a momento en cada uno de sus suspiros, intenso
placer de tal madrugada, con una sonrisa desnuda. Se veía tan bien dibujada,
su piel aún erizada, la suavidad de sus labios… era (Diosssssss) mi debilidad y
sus ojos decididos. Aquella habitación, llena de nosotros, tan bello el universo
de su piel blanca llena de pecas, que las bese cada una, hasta las más
escondidas, mis labios y lengua degustaron.
-Te voy seguir buscando, más, más y más, hasta encontrar la última peca
de tu piel y volver a comenzar de nuevo, así mismo son mis buenos días, en
esta mañana entrelazada contigo –fueron mis primeras palabras de la mañana
seguido de un beso en su nariz.
Suspirar y recordar nos quedaba en el camino de regreso, nuestras sonrisas
no desfallecieron, en el camino las palabras fueron el silencio, hasta llegar de
nuevo a nuestra ciudad, dejarla en su casa, fue una presión en mi pecho.
-Compartimos la vida, nos dimos más de nosotros, te extraño, con esto me
despido, para verte luego en mi cuerpo –expresó después de tanto silencio
cómplice. Eso hizo un terremoto en mí, no fue en mí, en el universo. Me fui a
esperar nuestro próximo encuentro, creo que buscarlo eso era, buscar.
Día 289 de 1825
Composición única #3
“Hay algo más que decir de ti”
Ella tiene una mirada que seduce
En las luces
De la oscuridad
Yo te vi
Y dije como llego a ti mujer
Esa sonrisa
Desnuda no necesita labial
Es tanto que me tienta
Que la quiero besar
Me miró fijamente
Ella quiere algo más.
Ella tiene la piel blanca
Yo se la vi
Llena de pecas
Sin ropa interior
Me vuelvo loco al confesar
Todo lo que descubrí esa noche en ti
Mujer.
Chica pretenciosa
Caprichosa, tierna y salvaje a la vez
Te mueves al ritmo de las luces
Muy sensual y
Yo por instinto caballero
Me tiendo acercar
Tú fogosa, mi calor
Se pudo combinar
En una noche clandestina
Rompí el cristal
Entre lo tímido
Tu piel la pude erizar.
Mujer te buscaré entre mis poros
Déjame buscar en tu cuerpo lo que te hace exorbitar.
Muéstrame eso, que no ha mostrado aún
Se te ve bien, te sienta muy bien tu desnudez

IV
Una gira

Pasaban los días con los meses, aún estaba con ella enloquecido, ella tan
viva con mi presencia, esa mañana que confirmamos la gira, se emocionó de
tal modo que brincó sobre mí, porque le invite a ir conmigo, le dije: cómo no
voy a llevar a mi fan. Se lo dije con unos días de anticipación, emocionado de
lo que pasaba en mi vida, con ella, mi música y el amor. Con los preparativos
a nuestra primera ciudad y visita, ella siendo esa chica de siempre al pendiente
de todo, pero desordenada, así mismo preparó las cosas.
Era jueves del principio del año, empezando nuestro segundo aniversario y
con una gira en el camino, ya dispuesto a buscar a todos, para empezar
nuestros viajes, en mi camioneta algo antigua pero acogedora, total éramos
cinco no más al viaje, así empezamos a salir de la ciudad, con más de cinco
horas a nuestra primera parada, una locura y descontrol esa misma noche nos
íbamos a presentar, exaltada de todo.
-Este es nuestro año, me encanta viajar contigo, esta noche serás mi
estrella de rock, en primera fila estaré –decía acelerada y emocionada. Así
mismo nos bajamos de la camioneta al hotel, reposamos unas pocas horas,
grandes esas horas de reposo junto a ella.
Nos vestimos, toque la puerta de los chicos que en minutos en el vestíbulo
para irnos, bajaron y nos fuimos al sitio, todo con instrumentos, una noche
para todos, era el escalón subido por todos, una cerveza al llegar y a la tarima
chicos. Llegamos y estaba full, nuestra impresión fue de asombro, había cola
para entrar, salir de la camioneta con una fantasía roquera, nos hacía ver
admirados, al entrar nos ubicamos en camerinos.
-Chicos los veo afuera, te quiero, así que seré la primera en lanzar mi
brasier –dijo mientras se apretujaba los senos y me picaba el ojo- nos vemos.
Luego de que me excitara un poco por eso, nos concentramos: en minutos
era nuestra primera presentación fuera de la ciudad, estamos aquí en la ciudad
“Esperanza” entonces a brillar chicos, salimos uno a uno a tomar nuestro
lugares, había un calor incendiario de personas, sentía la bulla, las barras, las
esperas, te sentía a ti con una cerveza fría en primera fila, la euforia del lugar,
al momento de empezar hubo un silencio, cuando de pronto todo estalló, con
los gritos y empezaron a corear las canciones.
El segundo aniversario, aun enamorados de la vida y de nosotros, como
olvidar mis presentaciones, en esas ciudades Esperanza, Olvido, Odio,
Aflicción y Vencida, estuvo ahí tan cerca de la primera fila, observando con un
brillo en sus ojos, queriendo que le cantara en cubata y a solas… fuimos de
ciudad en ciudad cada una tenía su nombre, su historia y nuestro momento,
nos encantó estar lejos, fugados por el amor y el deseo queriendo estar con el
otro hasta la eternidad, esa era nuestra frase “hasta la eternidad” era un
soñador del mundo y de ella. Mientras en sus ojos me veía a mí sin querer
volver a donde empecé, quería seguir así perdido en el mundo que me tenía
ella.
Día 730 de 1825
Composición única #4
“Soy un soñador”
Soy un soñador, un trovador,
Que va de aquí y más allá.
Que viaja sin cesar,
Soy un bohemio loco sin control,
Compositor y algo encantador.
Que te viene a cantar.
Porque
Hoy estoy de paso por esta ciudad,
Les vengo yo a dejar un poco de mi cantar.
Si se pueden acordar de mi nombre,
Y un poco más se lo sabría apreciar.
Soy un transeúnte de aventuras,
De algunas locuras,
Nunca miro hacia atrás.
Soy la persona que se ausenta,
Por un largo, largo tiempo,
Y que vuelve con el viento.

VI
Una cena

Preparando todo para una sorpresa, era ya unos tres años con ella, el amor
nos hizo crecer y creer más en nosotros, tanto que me sentía un adolescente
con su primer amor, un niño con su primera guitarra, estaba nervioso en esa
mañana, quería que todo fuera perfecto, con ella era la imperfección perfecta
para mí, temprano fui por rosas, busque el vino de su gusto, unos cigarrillos y
a preparar mi atuendo, “es cierto que me he enamorado de ti” era lo que
pensaba en algunos momentos.
Tanto que organice una cena, nunca fue una costumbre nada, lo monótono
no fue parte de nosotros, a pesar de los años, aún la extraño con desesperación
a pesar del tiempo, mis canciones son de ella, busque su obsequio, era una
canción que iba a cantar en el sitio donde íbamos a cenar, al pasar las horas ese
día, ensayar un poco, me sentía como si fuera nuestra primera cita, ella no
esperaba nada, porque me había encargado de distraer su atención, sobre dicho
día. Llame a su móvil, para invitarla a cenar algo sencillo, mi voz era actuada,
para no descubrir mi emoción, ella con un “sí” por delante a todo lo que le
decía, íbamos a un sitio favorito de ella en la ciudad, nunca habíamos ido
juntos, así que era perfecto, dije la hora que un taxi pasaría por ella, así
terminó la conversación.
Me tocaba ir al restaurante a esperar por ella, pero antes, a mover equipo
para preparar el escenario, porque esa noche iba un obsequio, una sola canción
para ella, porque la mesa estaba frente al escenario, quería que todo quedara al
pelo, el amor nos favorecía esa noche, la espera fue corta, hablando con el
mesonero para que faltara ningún detalle, saber que ya venía porque el taxista
me escribió.
Ahí.
Era tiempo de pensar más en ella que en mí, me encantaba esperar su
llegar, mientras un vicio que no tenía gran importancia fue conmigo esa noche,
era un cigarrillo en una cita para hablar de nosotros y del principio, para
refrescar las memorias, que nos llevaban enlazados en nuestros días. La
extrañaba en esa mesa, miraba hacia la entrada, para ver cuando llegara, quería
ver que traía puesto, para nuestra noche, impaciente la veo llegar con ese
vestido color manzana, el vestido se lucía con ella, su piel lucía el vestido, ella
hermosa con su estilo particular, su chaqueta de cuero como sobre abrigo, ella
con esa sonrisa al verme, era un galán para esa noche en su lugar favorito,
donde iba ser el mío ahora, le dedique todo de mí esa noche, merecías más de
lo que le daba esa noche.
Mis manos temblaban, mi voz se quebraba, era increíble la sensación
después de tanto, me repetía a mí una y otra vez; “estoy enamorado de ti, estoy
enamorado de ti, estoy encarnado en ti”. Una cena de un solo cigarrillo, para
esperar y ver su llegada y recordar aquel lugar donde fumando la conocí,
donde le dedique un pensamiento, fue ver a alguien que me cambiaría la vida.
Fue mi motivo para apagar el cigarrillo, fue cuando aceptó tomar un café en
aquel invierno frío.
Cuando después de una conversación de risas y recuerdos, la miro
fijamente y ella se sonroja.
-Tengo algo para ti –comencé diciendo- te he dicho que mis letras son
tuyas, pero jamás te he dado una en vivo, esta noche eso va cambiar porque tú
y los que se encuentran aquí, sabrán que te dedico mis pensamientos mientras
fumo un cigarrillo.
Ella sorpresiva, anonadada de lo que yo decía cuando las luces de lugar,
fueron tenues, colgando mi guitarra para empezar.
- Te sorprendí ¿no? -dije con mi voz de amarte con locura. Así mismo
comencé a verte, cantar y saber que su asombro, fue lo que me desbordo esa
noche.
Ya al pasar la noche después de la cena, la canción y la sorpresa, conversar
y recrear algunas de nuestras noches, ésta de hoy tuvo un título también.
Una cena.
Día 1095 de 1825
Composición única #5
“Te dedico mis pensamientos mientras fumo un cigarrillo”
Dejando todo lo que soy,
Enciendo un cigarrillo,
Mediante mis pensamientos.
Son todos dedicados a vos,
El humo que suspiró
Refleja tu figura,
Una figura tan perfecta como la
De vos.
Por eso me fumo este cigarrillo
Dedicando mis pensamientos para vos,
Pensando en que no te va a gustar que fume,
Pero es que hoy te quiero recordar.
Ya que son muy buenos recuerdos
Los cuales, no vamos a olvidar
Sabiendo que estás frente a mí
Me gusta pensar cada vez más en ti
Recordar el día en que te conocí.

IX
Canciones con detalles

La imaginación vuela más cuando estoy sin ella, la extrañado en tal


magnitud que no hay cantidad exacta para expresar, pensar en ella es un día
productivo, cuando no está, en esa época ella estaba algo ausente por
compromisos, yo dedicado a mi música, donde de alguna u otra forma ella
estaba ahí, para inspirarme en mi imaginación, la sorpresa de las canciones
que en lo alto, escribía inspirado en ella, era una fuerza en mi voz, la
diferencia del mundo, es recordar lo que ni siquiera sabía que iba a recordar es
lo único que te hace ver que es especial, recalcar cada detalle sumergido en la
imaginación y crear más historias con ella, mientras duermo, aún la sueño;
pensando que un día pedí estar con ella, sin saber que era quien iba a estar en
un lado de la cama.
En tantos años enamorado, aún sigue de pie, entre cada error aún sonríe
por mí. Una hermosa mujer que me dejó atónito desde el primer momento,
tanto que hablar, tanto que escribir, tanto que escuchar, tanto que crear y tanto
que discutir. Ella con libertad, sutil belleza en las mañanas, buscarla en horas
infinitas, perderme, olvidarme, quedarme sin ella. No era una opción.
A causa de los errores le llene de aflicción, como siempre queriendo
remediar para quedarme con ella, era lo que me inventaba, para darle de mí, es
importante cada letra que escribo en su imagen, porque es la importancia que
tengo de mi ser, porque es un mundo, el mundo que me conlleva a un universo
magnífico, donde por ningún motivo quiero salir, eso eran mis pensamientos y
decisiones esos días de su ausencia, la opción que tenía era verle sonreír
siempre, irme o dejarle ir no era opción lo repetía una y otra vez
Después de tanto caminar.
Día 1529 de 1825
Composición única #6
“Hermosa Mujer”
Lo delicado y sutil de tu boca.
El abrigo de piel,
Le añado el lujo de tus manos,
Y me acerco a tus ojos.
Esa colilla de cigarro que no fumas,
Se las dejas al viento.
Me tienes desesperado,
Y un poco tanto asustado.
Hermosa mujer,
Cuándo fue que me perdí por ti.
Hermosa mujer,
Cuándo fue que quede sin ti.
Yo ame tu desorden y distracción,
Mil gestos al hablar.
Una belleza de espejismo,
Y un cabello que acaba de despertar.
Una taza de café nos acompañó un verano,
Recuerdo que era noviembre.
Entre la multitud de miradas,
Pesaba un poco mi cabeza.

VII
Una batalla

En un desconcierto de mi carrera, no sé en qué momento todo se dispersó,


que la deje a un lado sin darme cuenta, al pasar los días me enrolle en un
álbum porque estaba pensando entrar ya como solista al mundo, ella estaba
igualmente muy ocupada con respecto a la universidad, pero aun así ella no
hizo lo que yo, descuidar lo nuestro, estaba tan concentrado que no me había
fijado siquiera que no habíamos salido en semanas, también influyó que pase
mucho tiempo con una colega musical quien era una de las coristas, quien al
parecer despertó lo que no había pasado, celos por su parte, no habíamos
hablado como antes, mi situación era como que ella no existía, no la tome en
cuenta, cuando volví a viajar, la estaba perdiendo por mi indiferencia, que no
era a propósito, por esa razón nuestra relación fue decayendo, en discusiones,
gritos, desolación, tristeza, desconsuelo.
Todo se podía resolver por mi parte, en las pocas conversaciones, ella
empezaba, como a llamar la atención, discutir sobre lo que sucedía, pero lo
menos que quería era discutir, así pasaban nuestras conversaciones, siempre
terminaban mal, ella llegaba a tal punto de… sacarme de quicio, salía una
personalidad en mí que era desconocida, que le afectaba mucho a ella, días y
noches de muchas lágrimas, para el colmo yo no estaba ahí para calmar su
tristeza, la dejaba sola, llegó el tiempo en deje de intentar, de ir a buscarla, ese
fue el error más grande, pensé que hacer tal cosa, era como una lección de
reflexión, lo que no sabía era que la estaba dañando el doble.
Para ella la solución era tomar la decisión de dejar todo de una vez por
todas, entre tantas lágrimas porque no estuve, para al menos un abrazo, no
hubo una disculpa, solo jugábamos a ver quién tenía la culpa de todo, era un
toma y dame cada día que pasaba, yo por mi parte, pronto volverá a estar bien,
esto es solo una etapa de nuestra relación, mi actitud era como que nada había
pasado al otro día, pero eso a ella le enfurecía cada vez que me veía, pensaba
que no me importaba lo que sucedía, en realidad me importaba por eso era mi
actitud, para que ella estuviera bien, no enrollarme totalmente en el problema,
si no darle una sonrisa a pesar de las discusiones.
Llegó la fecha de su cumpleaños, no me aparecí por ningún momento en
el día, solo una llamada en la noche, no más eso fue lo que le di ese día, no
peleamos esa noche, estaba calmada, le explique la situación y ella la tomó de
buena manera, pero al otro día fue el caos, toda la resistencia y manifestación
en un solo punto.
Estábamos en el estudio ensayando, ella llegó con una sorpresa, estaba
algo estresado porque no estaban saliendo las cosas como quería, su mejor
actitud con tal sorpresa, yo como el propio patán, le he gritado que me dejara
quieto que estaba muy ocupado, para su amor por así decirlo, ella salió, llorosa
por mi reacción, me di cuenta que me había pasado. Fui tras de ella.
-Ya no puedo más en esto, me estás haciendo daño, sé que es tu trabajo y
es importante, pero si no tienes tiempo para mí prefiero irme, porque cada
noche que pasa ya no estás, no aparece ni un mensaje tuyo, te la pasas con esa
corista tuya, con ella si tienes tiempo para salir, es más… deja que yo haga lo
mismo que tú, te amo de verdad te amo, pero no puedo estar llorando cada
noche por ti y tú en un bar, en una fiesta o en algún otro sitio, tuve que
enterarme por otra persona lo que estás haciendo, ya no me llevas a nada,
necesitamos un tiempo solos, bueno por tu parte no vas a estar tan solo, pero
yo necesito pensar en mí, en mi carrera y si de verdad deba estar contigo
debemos estar lejos un tiempo, lo siento pero debemos hacerlo –soltó entre sus
sollozos.
Yo totalmente mudo, teniendo mil cosas en mi mente, atribuí lo peor
que pude hacer…
-¿Te estás viendo con alguien? –susurre con incredulidad. Su cara se
reflejó la decepción a una magnitud que gritó como loca, trate de arreglarlo en
el momento pero fue en vano, ella enloqueció con lo que dije.
-Eres un desconsiderado de mierda –gritó con una mirada de tristeza.
Seguí tratando de impedir que se fuera, no quería esto para nosotros,
teníamos la solución, se fue corriendo a la avenida tomaste un taxi y se fue,
trate de llegar pero nada, fui por las llaves, fui hasta su casa y no había
llegado, ¿Dónde estabas? ¿A dónde fuiste? Recorrí la ciudad ese día con la
noche y no le encontré, monte guardia en su casa y no llego, al siguiente día
tenía que viajar, un toque más, al casi cancelar, decidí ir por compromiso cerca
de la cuidad, esa misma noche me devolví a la ciudad, vuelvo a su casa y su
familia me niega su presencia, me han dicho que se fue de viaje, ¿A dónde te
fuiste sin mí? No sabía si creer en lo que me decían sus padres.
Amanecería al frente de casa, así pasé varias noches, junto con algunos
días, no fui más a ensayo, me dedique a esperarle, después de varias semanas
de desconcierto, vuelvo a mi casa, totalmente destruido, lo que pensaba era
buscarle y destruirme cada día que no la encontraba, fui a la tienda por una
cajas de cigarrillos, encerrado en mi cuarto lleno de alcohol, nicotina y
depresión, llena totalmente la habitación de humo, donde mi error tan grande
se mostraba aún más grande, esta vez la imaginación se entrelazan con los
vicios y juegan en mi contra.
Saber lo que hizo que se alejara de mí, encerrado solo habían mil
canciones en reproducción que llenaron la melancolía en ese tiempo,
queriendo mi segunda oportunidad, no solo queriendo, estaba planeando y
buscando, varias veces salía a merodear si le veía o si estaba en su casa, ella
no estaba, no aparecía en ningún lugar, ¿cuándo ibas a volver? mientras su
desprecio se asomaba en cada ventana de la ciudad.
Al descuidar de su amor me conllevo a saborear un tanto el desamor,
teniendo en cuenta que nada estaba bien sin ti… buscando el perdón entre
cada foco de la ciudad, recorriendo mil cuadras por su amor, una noche
después de tanto merodear su puerta, le veo llegar con maleta en mano, me
escondí, mi presencia personal era devastado, solo me peine un poco, fui hasta
su puerta toque, ella salió, me vio tan desechable, que le asuste, solo hubo una
mirada
-Hoy no puedo hablar contigo –dijo mirando el suelo, cerrando la puerta en
mi cara con suavidad, vi su rostro esa noche, en mí había esperanza, tras esas
semanas la busque, no supe a donde se había ido y tampoco me dijeron, le
pedí una segunda oportunidad y mi perdón se hacía canción, tanto que mis
rodillas gastadas de hincar mi reverencia, más un recital de nuevas
posibilidades de palabras procuraron su rechazo.
Era lejos y tenue la esperanza de volver, pero en la lucha de mi dignidad la
hacía más especial perdiendo mi identidad, cuando el vicio se hizo de nuevo
familiar con una, dos o tres veces al día me había convertido en… un cenicero
lleno de recuerdos y pensamientos.
¿Dónde estabas? ¿Qué has hecho en mí? ¿A dónde te fuiste?
Día 1394 de 1825
Composición única # 7
“Mi cenicero está lleno de tu recuerdo”
Empiezo a encender mi cigarrillo otra vez,
En esta soledad que me dejaste tú,
Te dedico otra vez una canción de amor.
Pensando en que volverás,
Teniendo esperanzas de tu regresar.
Ya mi cenicero está lleno de tus recuerdos,
No sé, Que voy a olvidar.
Entre canciones y ausencia hay aun que recordar,
Mientras un blues acompaña en este momento,
Que sólo hay olor de ti.
Tanto espacios en mi cuerpo y en la será al caminar,
Otra vez este humo maldito carcome tu partida,
Esa loción no se desvanece de tanto fumar,
Sigue en mi piel y en mis sabanas.
Es mentira que no te amo,
Que aún tengo ganas de ti.
Yo fui el cobarde con miedo,
Ahora me quedo sin vos.

II
Estar en locura

Mi música empezaba a tomar el ritmo que esperaba, junto con las


compasiones, integrarla a mis amigos, dar a conocer quién era, que me
acompañara para mí era la gloria, nuestras aventuras de los días remotos, cada
invento iba por nosotros, las copas de varios licores más los vicios del amor,
era ella y la galaxia hecha para mí, entre los ensayos, los toques y las fiestas
furtivas, cuando escapamos a las afueras. Sus padres no tenían la mínima
intención de dejarte salir esa tarde.
-Te quiero ver, pero mis padres no me dejan salir -me contabas por
mensajes mientras yo impaciente de querer salir contigo.
-¡Vamos! ¡ESCAPEMOS!. Por lo que queda de día, llevo mi guitarra y
solo seremos los dos nada más –le respondí impetuoso.
Después de aceptar mi propuesta, me tocó esperar una horas, que todo
estuviera en calma cuando estuviera encerrada en su cuarto y salir por la
ventana, yo esperando en la esquina siguiente, para salir de la ciudad o salir de
la rutina, dimos vueltas entre las esquinas visitando algunos lugares, conversar
y los besos eran la receta perfecta para nuestra huida, se notaba que no había
ningún miedo por estar conmigo, unas canciones dedicadas, mientras ella
coreaba con fuerza, yo enamorado de ella, de su voz y sonrisas, solo fueron
bares, cervezas y algunos vinos, más sus caricias, su seducción jugó un buen
papel, para descontrolarme como era, ver como pasaban las horas sin verlas,
porque el reloj no se observó.
Un día de locura total cuando la noche cayó, embriagados de tanto alcohol
recorrimos las afueras de la ciudad en un taxi, por nuestra gran embriaguez no
fuimos en mi carro pero la guitarra no se nos quedó en un lugar, le cantó una
canción al taxista.
-Somos cómplices los dos –balbuceaba casi- a menos sé que huyo porque
¡AMO! –comenzó a reír como loca y le dijo que iba a ser su taxi personal,
después apuntando a mí; pero su dedo no se quedaba quieto y temblaba.
-Tú eres, tú eres… fantástico –se abalanzó sobre mí, apartando mi guitarra,
entre mis piernas, me besaste con una fuerza de intención, que sentí que su
corazón latir por todo su cuerpo.
-Chicos, ¿los llevo a otro lugar? –protestó el taxista.
-Siga señor, que la noche aún no termina –expresé entre los besos.
A pocos metros de nuestro punto de llegada, todavía quedaba un poco de
vodka, justo cuando llegamos fue que se apartó de mi boca.
-Quiero un trago más –pidió con un puchero.
Después del sorbo y de cancelar el taxi se despidió con su embriaguez
dando las gracias, que no se fuera muy lejos, que íbamos a volver, con guitarra
en hombro, botella en mano nos dispusimos a caminar en gran frío de la
noche, le quería llevar a un lugar donde íbamos a estar lejos de todos,
hablamos de tanto, ganas de soñar que íbamos a volar juntos en una noche de
rock and roll.
Así la tuve que titular: Rock and Roll en pleno siglo XXI, el atuendo era
perfecto, ella era un chica de estrella, yo era su estrella de rock, total euforia
esa noche, con el cielo repleto de estrellas, el vodka nos repelía el frío, cree un
tema por esa noche de fuga, ya era otro día, recordamos esos primeros meses
de besos e insinuaciones, el principio del amor se anticipaba a lo mejor, me
miro con tanta luz al cantar.
-Te quiero –susurro. Eso estaba en sus ojos castaños, hicimos por primera
vez feeling al observar las estrellas, brindando por el amanecer que se
asomaba en la montaña, sus ganas de no volver, seguir más allá sin importar
algo, lo importante ahí, era el momento en que el cielo poco a poco cambiaba
de tono, mientras la estrellas se disfrazaban de celeste, los relámpagos no
acompañaron de regreso a pie firme, para bajar los grados de alcohol.
Solo en la carretera, regresando a la ciudad, donde su cabeza reposaba en
mi hombro, mientras mi mano sobre el aire, para pedir cola a los primeros
carros que pasaban, dice “¿si escapamos de verdad?” Con seguridad dije:
“vamos lejos conmigo y mi música…” esbozo una sonrisa de amor, aún no
había ni un gesto de preocupación, por la hora, la huida, sus padres o algo. Su
atención solo estaba en nuestra aventura llena de rock and roll. Al llegar a su
casa, muy de mañana antes de que sus padres despertaran.
-Te quiero, de verdad, a donde sea –canturreó cerca de mi oído.
Día 60 de 1825
Composición única # 8
“Rock and roll”
Rock and roll de mi guitarron,
Siento una sensación,
Que me va hacer explotar.
Esta noche tu y yo,
Nos vamos cuando caiga el sol,
Lejos de esta ciudad.
No apagues lo que vas a encender,
Esta noche no va ser igual,
Vámonos que nos vamos a divertir.
El rock and roll en mi carro va,
Mi guitarra va a reventar,
Y mi voz te va a cantar.
Rock and roll de mi guitarron,
Va tan fuerte como un temblor,
Siente su fuerza implacable en ti,
Comencemos a bailar.


V
Confusión

Mi confusión me atacó, la desesperación mental sobre ella, me hacía


pensar en cosas que no iban al caso, no me importaba nada más que ella, pero
había cosas que me perturbaban, me sentí ciego de algunas cosas. Ciego de
tantas cosas de las que no podré enterarme por mi venda, no puedo dejarlas
pasar, pero solo en mi cabeza, en mi silencio las pensaba, para no perturbar
nuestra tranquilidad. Yo solo quería conservar todo lo que había en ese
momento, no importaba nada más ante nosotros.
Me sentía feliz aceptar sus errores esperando, ella aceptara los míos y
pensar que de eso se trataba, que no había un dedo acusador y deplorable para
dar a conocer un juicio, eso era lo que quería evitar ante nosotros, mi venda
era el amor para creer, que un trébol era rojo si ella lo decía, ese mes de junio
cuando decía estar en nuestros defectos y aún más quería saber de ella, sentía
que había algo oculto ante mí, no sé si era por falta de confianza o por miedo.
No sé qué era en realidad, pero al momento en que algo le incomodo en
aquella reunión, algo se activó en mí, cuando un extraño llegó aquel lugar su
rostro desconcertado, su trato no fue igual, hubo cierta distancia de su parte,
me hacía pensar en otras cosas, ella queriendo ser fugaz y desconocida, y yo
pensaba en algo que dedicar.
Eso fue lo que pasó, hasta que lo borre en mi cabeza, tanto que dije ¿cómo
dudar del amor? Si está bien correspondido, así pasó esa noche muy tranquila,
pero en mi cabeza la tercera guerra mundial, quería ignorarla porque prefería
dedicarme a ella. Si había algo, no lo quería saber, ella lo sabría disimular, por
esa noche se compartió la compañía de todos.
Unos besos compartidos donde había algo oculto. Frente a mis ojos.
Día 912 de 1825
Composición única #9
“Que buscar más en el universo que me das”
Quiero conservar todas tus sonrisas
Quiero conservar los abrazos de vos
Quiero conservar toda tu alegría
Para llorar tu tristeza hasta el más allá
Quiero conservar todo lo malo de ti
Y lo bueno guardarlo en un cajón
Si te digo aquí
Que tus defectos son vuestra perfección
Para qué voy a buscar más.
No sé, si pueda crecer en tus pecados
Qué son tan amargos como hiel.
Juntos caminaremos por ese pasillo
Oscuro que brilla en cada paso que das
No sé, si sea el cielo o el mismo infierno
Adonde vayamos a dar, solo queda averiguar.
No sé, si pueda crecer en tus besos
Compartidos como la miel de un panal.
Corridas son las horas que suelo esperar
Al recibir una mentira más de ti
No sé, si sea el cielo o el mismo infierno
Estando aquí, con vos.
No sé, si pueda crecer encadenado
A tu cuerpo de mujer en llamas

XIII
Mágica reconciliación

Después de meses, tras su búsqueda, para que mi perdón fuera válido, ya


con tantos días devastado, digo que tuvo misericordia sobre mí, ya al fin pude
hacerla reír, sacar una sonrisa de ese rostro lleno de tristeza, bueno eso era lo
que demostraba ante mí, no me contó nada de su viaje, fue algo que
permaneció nublado, no supe ni con quién se fue, esa noche la invite a un
toque que tenía, era en un bar favorito de ambos, después de tanto volví, ya me
empezaba a resignar, tenía que desahogar de otra manera el dolor, no sabía si
iba a ir, pero fue y la vi entrar, mi emoción fue confortable.
Pero fue acompañada al parecer, no era momento para mis celos, solo me
reserve, salude y dedique un tema como solista, pero aparte del título llevaba
el nombre de ella, empezando a cantar, poco a poco ella se fue acercando de la
barra al escenario, mi corazón latía con fuerza, sentía que se me iba a salir, así
pasaron algunas canciones, ella se quedó ahí solo viendo y escuchando mis
temas, mientras recogía mis cosas al terminar, ella se despedía de su
acompañante, a simple vista no tenía que preocuparme, se acercó y me miró.
-¿Esa canción es para mí? –preguntó con una leve sonrisa. Asentí. Sí es
para ti, por supuesto que es para ti.
-Es diferente a todo lo que has hecho –dijo con sorpresa.
-Sí es que todo es nuevo contigo –respondí. Así empezó la conversación
donde hubo éxtasis, donde se resaltó el punto de su descontento y mi
arrepentimiento.
-Puedes cantar de nuevo esa canción solo para mí –pidió con dulzura.
Tomando mi guitarra la complací, haría todo por ella, incluso la aflicción por
ella, me hizo volver al escenario esa noche. Mientras cantaba solo podía mirar
sus ojos.
-Te extrañe, pero me dolía tu ausencia estando tan cerca –confesó cuando
termine mi interpretación.
-Lo se fue algo que no tiene ninguna excusa, no pasara de nuevo, sé que
podemos estar de nuevo mira, tú eres todo lo que veo en este bar, no paro a
ningún detalle, solo no más entraste por esa puerta, todo mi enfoque fuiste tú,
de verdad me la he pasado fatal sin ti, quita esa barrera que poco a poco he
estado moviendo, mira que me tienes como un esclavo tallando esa pared,
déjame decirte que ha sido rudo el trabajo –solté de sopetón, palabra tras otra,
era mi verdad. Sonreíste, la invite a seguir la noche, la noche siguió su curso
con nosotros y por su momento también los días.
Tiempo de volver, de tanto buscar su identidad sobre el orgullo, donde
confesé más de lo que debería e invente palabras de alegría para hacerle
entender con sentido racional, que cometía un error al dejar el amor en fuga,
sobre una partida eterna, sorprendido de aquel encuentro planeado y furtivo,
para vernos a una hora, un lugar que al principio nos costó encontrar, aunque
no esperaba que llegaras con alguien, pero eso no me aturdió tanto, cuando la
vi sonreír de nuevo por mi chiste malo, volvía en sí a cobrar sentido una
pequeña letra de cariño, hacia una noche larga de conversar, todo lo que había
pasado entre nosotros a esta distancia.
Resalte el universo que ella hacía ante mí, totalmente nuevo cada día con
su piel llena de pecas, pensaba en mí y sonreía, pensaba en ella y suspiraba,
estar desnudos de cuerpo, alma y mente nos combinaba, y apaciguaban las
dudas que teníamos entre nosotros. Era lo que extasiaba nuestro ser lo que nos
hacía el momento.
Un momento con instante infinito.
Día 1460 de 1825
Composición única #10
“Entre la humedad divina que extasía al ser”
Como decirte ahora, que mi mente pesa de esperanza,
Cuando mi corazón bombea sangre no más.
Como decirte ahora, que mi amanecer nubloso con lluvia,
Se vienen ahora febreros con sol.
Como decirte ahora, que todo lo que viví
Antes de vos, nunca existió.
Como decirte ahora, que me duele aquel adiós,
De ocho años atrás.
Como decirte ahora, que el mundo está destruido
Y la paz nunca existió.
Como decirte ahora, que fumo por las noches
Por tu ausencia y tú regresar.
Como decirte hoy, que te amo y te odio,
Con todo el cuerpo del universo.
Como decirte ahora, que mientras hacemos el amor,
Suena una rola de Joaquín, “y nos dieron las diez”.
Cmo decirte ahora, que me encanta reposar,
En tu pecho desnudo y tranquilizarme con tu latir.
Como decirte ahora, que me siento nuevo
Cada vez que te veo en un amanecer.
Como decirte ahora, que me hace sonreír,
Cuando frunces el ceño mujer.
Como decirte ahora, que no me importa más
Que vos y esta composición.
Como decirte ahora, y al mundo que exquisito,
Dormir desnudos y quedarse.
Como decirte ahora, que no busco final,
Ante este relato y que tienes que quedarte.
Me duele, me duele.
Hacerte sonreír en lejanía.
Me gusta, me gusta
Tu magia y tu cuento de hadas.
Yo amo, yo amo
Estar desnudo ante vos.
Tú has hecho, has hecho
De mi realidad una ficción.
Entre dos un universo
Entre dos hemos hecho uno solo tú y yo.
Como decirte ahora, que camino
En un martes 13 y la mala suerte no estuvieron en mí.
Como decirte ahora, que te extraño,
Y que no me quiero ir de acá.
De acá me refiero a tu cuerpo de mi cuerpo,
Donde quedan rastros de mis labios y tu tacto.
Como decirte ahora, que me encanta
Y no puedo pensar más que en vos.
Esa pureza delicada, que me hace llegar a vos,
Yo lo escribo entre papel y tinta negra,
Te quiero no es más que un te amo,
Te adoro sin algún límite mujer.
Como decirte ahora, que las madrugadas
Deslucidas sin tu aroma son amargas.
Quiero ver esas pecas llena de tu piel,
Y la lluvia que adorna la tranquilidad.
De una noche, de una larga noche
De una noche de espera, es una larga noche de ti.

X
La llegada con una decisión

Hubo una reconciliación, pero todo era extraño, a veces era genial otras no,
a veces no estaba, ella desaparecía, pero mi sentido común se guiaba por el
amor, pensaba hay que darle tiempo para volver lo mismo, mejor dicho a
crecer, preguntar iba a estar de más, dado que ella iba a estar la defensiva,
igualmente estaba enamorado, tenía una propuesta, estaba decidido con
respecto a ella, lo tenía en mente hace ya algún tiempo, hasta tenía todo como
lo iba hacer, antes que iba acontecer, fui con un colega a ver algunos anillos,
recorrimos la ciudad y fuera de ella, las tiendas más cercanas, hasta que lo
encontramos, hemos encontrado el anillo, aunque vendí unas de mis guitarras,
sabía que iba a valer más que eso, ¡lo hemos comprado! ahora preparar todo
para la propuesta, ya en esa semana era poco frecuente que saliéramos así que
aproveche eso a mi favor, recordé que ella seguía conmigo a donde sea… eso
me reconforto.
También al principio me hablo sobre que quería ser casada, incluso
nosotros teníamos un matrimonio, que solo nosotros y Dios dimos ley a eso,
pero ya que eso era válido lo quería hacer ante el mundo, el matrimonio real,
prepare el sitio era en una azotea del edificio más alto, ya tenía la comida y
quien la iba a servir, las mesas, vi el clima para ver si en esa noche se
presentaba una nube, fui por el vino…
Después busque en algunos amigos de arte y música para inventar algo
entre todos, ella le gustan los show, así que debatí en eso, esta vez no iba a ser
yo, con una canción, ya la canción las dejaba para nosotros, todos los días veía
la joya, su brillo y su mano en ella, le iba a lucir como todo, bueno el día antes
al caos, llegó un rumor de que ella se veía con alguien a mis espaldas, pero
¡Dios! no me iba a concentrar en un rumor; estaba cegado. Así que seguí con
todo, sabía que ella le gustaba París era uno de sus países favoritos y que
íbamos a visitar.
Bueno hicimos los últimos retoques de todo, que al día siguiente, ese
sábado iba ser una sorpresa para ambos, esa noche la llame conversando, me
dice que quería salir, yo le dije que no podía, que mañana nos veíamos dado
que la semana casi no nos vimos, ella me decía que quería hablar conmigo,
ignore su forma de decirlo, por lo que tenía en mente, tranquila mañana nos
veremos, nos vemos, en el bar.
Ella afirmó antes de despedirme, le dije la hora, el sábado temprano fui a
su casa para darle una rosa y me dijeron que había salido temprano, con rareza
me fui, me encontré con unos colegas de los preparativos, montamos la torre
Eiffel en la azotea, la estructura, tenía miedo que nos fueran a detener o
prohibir, nos subimos y la montamos, era para cubrir la gran antena, era el
adorno, montamos las luces, en eso se nos fue la tarde, me llega un texto con
una pregunta que si tenía tiempo para vernos, algo serio el mensaje, pero le
recordé nuestro encuentro esa noche, que no llegara tarde para tener más
tiempo.
Me fui a la casa, busque el anillo, luego fui al bar a esperar, la esperaba en
aquel bar, estabas algo retrasada en… tiempo, esos días entre nosotros se
sentía cierta distancia y agobio en el amor, ya era algo escaso, tanto que
nuestros besos eran residuos de los días primeros, así que no me nuble con
eso y seguía en pie, porque dominaba la costumbre de tantos años, el dolor de
mi ausencia ya no lo sostenía su amor hacia mi… acepto que mi amor estaba
como un cáncer; que no se notaba ni daba señas de que se estaba propagando
en nosotros y quien estaba siendo afectada era ella, de alguna manera que no
me dijo, prefirió ser cobarde, prefirió dañarme, prefirió disparar a quema ropa,
sin que tuviera tiempo de reaccionar, dice que al cáncer tiene cura, pero esa
vez antes de se mostrara tal aberración, ella ya tenías una cura por otro lado.
Llego a ese bar, con una mirada desesperada, mi sonrisa era tenue por el
retraso… se acercó con rapidez, en sus ojos habían lágrimas, me dio un beso
con fuerza, su intención era darme a conocer que se iba; dándome a entender
con ese gesto que me amo con magnitud. Mientras unas lágrimas bajaban en
sus mejillas, fue el adiós sin palabra, me dejó desconcertado.
La carrera que hiciste le puso punto y final, pero como idiota le seguí, salí
tras de ella de nuevo, pero de un momento a otro desapareció, fui a mi carro,
fui hasta su casa, no estaba. Desde donde estaba se veía la torre, desesperado
por la ciudad, en una causalidad de la vida la vi en un coche, andaba con
alguien, sin pensarlo me atravieso, y salto a la calle, eufórico.
-Te ordeno que te bajes –grité desesperado. Pero se baja el afortunado es,
con quien andabas todo este tiempo, con quien te fuiste de viaje, con quien
fuiste esa vez al bar.
-Cálmate amigo –dijo tratando de hacerme razonar. Me reía para no
quemar su carro.
-Bájate –repetí con impaciencia e insistencia, hasta que te bajaste, quería
ver tu cara, de mentiras y bajas pasiones.
-Cómo vienes a mí me besas, te vas sin darme una explicación, ¿Qué fui
yo para ti? ¡RESPONDE! –mi tono era incontrolable.
-Ya lo que fuiste, se fue mírate como estas, en realidad quieres que esté
contigo, no puedo estar contigo ya, lo nuestro ya cambio, lo que pasa es que tú
no te diste cuenta –intentó defenderse. El cielo empezó a nublarse y caer
algunas gotas, en pleno aguacero, se disculpó por ocultarme cosas, había
confusiones en ella que todavía no estaban aclaradas.
Sollozo sin lágrimas con un paro de respiración, sentía que algo se
desprendía de mí, por un impulso quebré el parabrisas del otro carro, un
policía observa que estoy algo enloquecido, me detiene esa noche, aun así le
amaba, aun así le perdonaba, eso era por mi parte, todo eso era en vano,
porque ella ya no quería estar conmigo, todo lo que falle fue en mi contra
aunque quise lo mejor, esta cuenta también la pago yo.
Pase varios día en la comisaria detenido, la decadencia del amor estaba en
todo mi cuerpo, carcomía mi sentido al recordar lo que hice, con más de cinco
días sin dormir, al devolverme mis cosas, me miran los oficiales.
-Lo siento chico, esto deberías tirarlo –me dijo uno al entregarme la
sorpresa.
Al salir de ahí, sentí el deseo de buscarla, pero no debía, a los días,
semanas me atacaban las cosas, no era fácil, vivir el día a día, ella estaba en
todas partes a donde iba, tenía peleas conflictos con otras personas, buscaba
que me mataran, después de todo yo me busque eso, yo hice todo, aunque
busque remediarlo, cada día miraba el anillo, por el cual salí de algo tan
preciado, mi habitación destruida, en la desolación algunas veces pasaba por
su casa, desde afuera la veía, ella sonreía, con otra persona, así tome todas mis
cosas con todo el valor, me fui, basta de torturarme.
Pronto pensé que ni siquiera podía refugiarme en otra ciudad porque casi
todas las habíamos visitado, el sexo con sentido de fornicación invadió mi
vida, más algunos vicios nuevos, tanto que aborrecí la música, solo cargaba la
guitarra que mi madre me dio en la infancia, pero jamás la toqué, escribía solo
para tener mi mente ocupada y no acercarme a atentar conmigo, la depresión
jugaba un buen partido e iba ganando, con poca ropa y lo poco que quedaba de
mí me fui del país, con un pasaporte y una guitarra sin ninguna fotografía de
nadie, con poca ropa en la mochila, así mismo pasaron meses desde entonces
me preguntaba.
¿Volveré de nuevo aquí?
Día 1642 de 1825
Composición única #11
¨Prematuro Otoño¨
La noche cae triste, se viene con neblinas
Se sienten esos pasos por las calles junto a su ausencia
Ella es como un final de septiembre
Cuando se sonroja el cielo, prematuro otoño que se viene y ella se va.
Y esa luz en la oscuridad, son el reflejo de sus ojos lo único que dejó
Nefasto adiós. Dulce imaginación. Ayúdame a acordarme de su exaltación
¿Y dónde estará ondeando aquel velo que estuvo sobre mí, y ahora sobre
quién posará?
Una triste canción me dejó, tres o cuatro recuerdos aquí
Para sobrevivir y morir en este puto infierno
Es claro que no quiso saber, nada acerca de mí
Suspiro en respuesta a su declaración.
Una fuga de emociones dejó, un cuarto con pistas de su defunción
Carcome mi idea de su idílica loción
Hallándome perdido, entre neblina y amanecer
Sigo sus pasos en mis sueños hasta su volver

XI
Alucinación

Me fui aislando de todo, convenciéndome de que no tenía memoria, todo


era parte de un libro, pero por desgracia nada fue así, en el camino más
frecuentes se hacían las memorias, se encontraba en un tema ella y el caos, si
había luz, créanme que ella la opacaba, así fui recorriendo los kilómetros fuera
del país, entre cigarros, algo de alcohol y un par de canciones era suficiente,
mientras anochecía, reposar en un motel, bares de carretera donde por medio
de canciones me hacía sentir, solo por ahogarme en alcohol, así pasaron
algunos días sin rumbo. Mi cabeza caduco de tanto pensar, mi razón estaba
perdida, lo vi como el juego del destino a vivir y terminar.
Tanto que ya alucinaba cuando lo viví, no era normal lo que me hacía ver
la desolación, las alucinaciones ya eran despierto, sin tomar algún ácido, tanto
que tenía que salir de la habitación solo para ver el cielo; sentir engaño, sentir
rabia, sentir amor aún, eso me enfurecía más. Hasta el tono de su piel lo
confundí, era una mujer cambiante en su aspecto, pero tenía la misma esencia,
más el tiempo fue efímero.
Había tanto que recordar, no concebía que hubiera terminado, todo era
corto en una hora 3 y 15 de la noche, insomnio, salir al exterior con el fin de…
no encontrarla, me sentía irreconocible, estaba ahí, no le quería ver ni por
casualidad, ni pidiendo a los cielos. En total drama, la psicosis de saber de ella
me vuelve atacar con tanto ruido, que mis gritos de rabia sonaban bajos, cada
cuarto era un estado de cuarentena, todo se volvía un ciclo, así mismo seguía y
me hacía suyo con el recuerdo.
Correr era la solución, seguir corriendo, porque me quedé una vez por ella,
ciudades nuevas que no lograba nada, quería huir de ella, esa era mi meta, huir
de su recuerdo, pero era desafortunado el intento porque estaba ahí cuando
entonaba un tema, un cigarrillo, un trago o al momento de quedar en coma,
estaba ahí cuando la mentira de mi visión le observaba, así mismo todo era
mentira como ella, a eso estaba aferrado a su mentira.
Ella siempre estaba ausente, con la decisión de no… volver a… saber de
mí, mientras esté presente en mí, hasta la metí alguna parte de mí en la
filosofía embriagada, ¿se tratara del futuro perdido que al principio parecía ser
el pasado que no reconocí en su momento? ¿Por mí? o ¿Por ella? Preguntas sin
sentido alguno iban de la mano de la estúpida y mediocre depresión que
habitaba en mi cuerpo bajo lluvia. Con tanto alcohol en mi sangre, desfallecer
en calles extrañas seguía pasando mis semanas, para hacer un atentado, que no
sabía si era por mí o por ella, mi estado de inconsciencia era tan grave que
había perdido el hilo de mí, en mi propio destierro, me fui a otra ciudad de
otro país, llegando ya la temporada decembrina, lo supe por luces y adornos,
de nuevo a lo mismo, pero esta vez algo iba a suceder, cante unos temas por
algunos tragos y dinero para el cuarto.
Después de varios temas, busque una chica para conversar, mientras en eso
uno de los que acompañaba a la chica se alteró, fue mi culpa, porque yo
contribuí más a su enojo, el man, me ha hecho un saco de box, que en coma
quede por varios días, al despertar después de un sueño largo, estaba solo en la
sala, cuando la enfermera me dice lo que había sucedido, y que había pasado
cinco días dormido, mi cabeza me dolía con gran magnitud, moretones por
todos lados de mi cuerpo, en mi mente al despertar solo tenía unos cuantos
versos, no tenía más ¡ah! y los primeros golpes, pero no recordaba porqué fue
el problema, dure dos días más en el hospital. Hay una chica a las afueras, se
me queda mirando.
-Hey, peleonero, ¿no te acordás de mí? –pregunta y me sorprende al verla
entrar.
-Lo siento eres la chica del bar cierto –dije cerrando los ojos por el dolor.
-Mira que te dieron tremendo coscorrón –intentó burlarse con una cara
sonriente.
-Creo que me pase de atrevido contigo, sabes si me está buscando la
policía o algo –ella es la única en este hospital que sabe qué ha pasado con
esto.
-La verdad no, pero tenía miedo de que vos no despertaras –dijo con un
gesto de amabilidad. Me atacó la vuelta a la realidad.
-¡Mi carro! ¿Dónde está? –me altere por un momento.
-Se lo llevaron a un estacionamiento, creo… si quieres te puedo llevar –se
ofreció un poco tímida.
-Claro que sí, ¡vamos! –genial había conseguido que me llevaran y me
sacaran de aquí
Al llegar al estacionamiento, ella me ayudó a pagar la multa, al terminar el
papeleo, ella me mira
-Hasta acá llego yo, espero podas estar bien con todo, sabés una cosa… no
dejés de tocar, esas letras tienen vida destruida que nos llenan de vida algunos,
ten cuidado –culminó, así mismo con un beso en la mejilla se despide, se va en
su Vespa. Me monto en el carro, algo todavía adolorido busco un cuarto y un
bar, en mi mente las recientes palabras que ella me dijo; por cierto no me dijo
su nombre.
Ese día encontré un bar y un cuarto también un teléfono, llame algunos
colegas, solo contesto uno, hablamos de que quería volver, pero con
novedades, les iba a mandar algunas cosas que estaba haciendo para que se
fueran aprendiendo, algunas partituras.
Al final del día, fui al bar, pero esta vez ya sin estar exaltado, toque un par
de canciones, tal cual unos tragos, y anduve por la ciudad en la madrugada, en
un café muy de mi estilo “bohemio” la vi de nuevo, la salude preguntando, si
estaba algún rudo cuidándola, esa noche converse con alguien después de
mucho tiempo; con quien conversaba era con una alucinación. Después de
tanto conversar le pregunto su nombre <<Primavera>>
-¿En serio? –era un nombre peculiar.
-Sí, ya debo irme… nos veremos después amm… -terminó la frase dudosa.
-Fito –respondí. Después de esa noche no volví a saber de ella. Pasaron
algunos días más mientras me preparaba para mi partida, estaba mejor, a pesar
de los moretones estaba bien.
La noche antes de irme, me despedí de algunas personas, busque por la
ciudad a tal chica y nunca la encontré, no insistí más, lo tomé como una prosa,
que viene y se va, al otro día muy temprano tomé mi camino de regreso hasta
de vuelta a donde prometí no volver.
Destruido me fui de donde tenía que haber estado por promesa a su
regreso.
Día 1779 de 1825
Composición única # 12
“Maracaibo”
Por ti me quedé una vez en este lugar
Tus ojos me mentían y yo era el mentiroso
Tú con esa gran sonrisa
Me hacías tuyo otra vez.
Las flores adornan tu nombre junto a tu firma
Tu piel morena o trigueña
Que no definía
Tus besos robados
Tus caricias ausentes
Las promesas de aire y esta ilusión
Todo era perfecto
El engaño que hacías
En mí
Cómo veías el amor
Entre árboles
Ayer
Como te escondía
En los muros
Para besarte sin pudor
Eso era yo
Ella eras tú
Éramos dos.
Pasaron inviernos, primaveras y veranos
Todo era lo mismo
Tu compañía era ausente
En toda ocasión
Te busqué en las piedras
Jugueteamos en la azotea
Una canción
La palabra futuro nos destruyó.
Éramos dos
Y la multitud.
El tiempo no va a funcionar,
Tus ganas de vivir,
Mis ganas de amar,
Un adiós,
Así no más.

XII
Un después de…

En primavera me acordaba de la chica que conocí en el extranjero, me puse


a pensar en esa noche que desapareció, me dijo su nombre, si era verdad o
mentira fue el nombre que ella me dio, la busque por otros medios, tampoco
la halle, pero esa noche de primavera algo no común iba suceder, claro solo a
mí, sonriendo por mis pensamientos de todo lo que pasó en mi vida y ese largo
camino, teniendo presente aquellas palabras de mis letras, son muerte para mí
pero vida para los demás, fue como comprendí que ya no estaba en mí. En eso
me refiero que, la quiero, quiero lo que vivimos juntos, solo eso es lo que
tengo ahora.
La tarde era hermosa, la ciudad en una primavera, con las luces de faros,
resplandecía el cielo claro aunque se hacía de noche, no me fui de donde
estaba, me tenía que quedar ahí para ver todo, con vista panorámica, estaba
solo en un café, sin saber hora y fecha, ya cuando todo había cambiado, ya los
insomnios habían disminuido, el café no era amargo, al estar solo no buscaba
pelea alguna, el licor estaba en resguardo, desconocía todo lo que había
pasado, pensamientos agobiantes que eran escombros en mi cabeza.
Aquel día de culpa, de recuerdos difusos en donde todo se conjugaba, por
pequeñas sorpresas que te da el tiempo, sin estar buscando algo a poca
distancia, se juntó el tercero, aquel no había estado en la sala de estar, sin
embargo se quedó en su recamara, mientras yo viajaba en el desconcierto y
buscando la muerte, ella, no sé si necesito consolación, por lo que veo hoy, lo
certifique, estaba con él, “él” era quien estuvo cuando me fui, aún sigue
estando, ella vivía entre el buen coñac y perlas, había más lujo en su piel, su
sonrisa tenía el carmín bien pronunciado, pero ahora la observo y no siento
ganas de morir o ganas de partir otro parabrisas.
Hoy me encuentro solo sin esperar a nadie, ni estar tarde para algo, es justo
el tiempo para estar en ese lugar, después del miedo que tenía de estar solo de
ti. Hoy estoy solo, con este café, dando a favor mi imaginación y verte sonreír
con un nuevos lujos, un nuevo lugar para estar lejos de la ciudad, lejos de esta
ciudad donde me encuentro por causalidad frente al café donde estoy.
Veo, su piel, con perlas le hacían ver más hermosa, también el vestido rojo
con escote, mientras una mano reposaba más debajo de su espalda con mucha
confianza, mientras besaba sus labios, algo le hizo voltear recuerdo, mirar al
café en frente, justo a mi mesa, donde fui muy fijo a solo mirar sin saludar, de
aquí nos vimos, me doy cuenta que ya puedo estar en la misma ciudad, incluso
a metros de ella, me levanto con delicadeza, dejando el dinero sobre la mesa,
tomo mi guitarra y me dirijo al frente, porque esta noche soy el que
contrataron para cantar en el restaurant más lujoso de la ciudad, sin ponernos
sentimentales porque esta vez le canto al mundo, le vi desde lejos, entre el alto
rango, recordé cuando le di un aventón por primera vez.
Besos de amor pobre, me dejaban claro el cambio de su partida, para seguir
caminando en una primavera, que se estaba por vencer.
Día 1860 de 1825
Composición única # 13
“Un café para salir de aquel invierno”
Te vi entre las sombras
De mis pensamientos
El café se enfriaba
Muy rápido en este crudo invierno
Me deslice entre tus ojos
Y tu cálida piel
Noche tras noche te observe
Entre sábanas y algo de amor
No sé, cuándo fue que la costumbre y el interés se acoplo en ti
Luego en mí, mis manos se llenan de nostalgia en un amanecer
Porque el sol no calienta ni ilumina esta habitación
Donde hubo un tercero
Que llego entre la monotonía del tiempo y mis besos
Aun así, puse una venda en mis ojos
No di pie aquella disputa
Por los años y no quedar solo
Es hoy un febrero cualquiera
Mi café sin compañía
De seguro te encuentras
Entre un coñac y perlas para lucir
Fue tan poco, que vendiste tus besos
Fue tan vacío, el amor que nunca estuvo aquí

XIII
El regreso

Al regresar después de tanto tiempo fuera, en viaje de desconcierto, al fin


vuelvo, después de tantas horas de viaje, llego justo el día para mi
presentación, llegue al mediodía con una ganas de comer y tomarme un café,
me urgía, fui al café justo en frente donde iba a estar esa noche, emocionado,
pero me atacaba un poco la melancolía, luego almorzar, fui con los colegas a
ensayar un poco, emocionado llegué y me sentí muy extraño, parecía que
hubiese pasado más de cuarenta años sin verlos, ensayamos unas horas,
después de canciones y cerveza, me fui a la casa.
Entre a la habitación, estaba tal cual como la había dejado, percibía todo
momento ahí, bueno estaba hecha un desastre, acomode algunas cosas, entre
esas cosas de la chaqueta que cargaba esa noche, cae la cajilla del anillo, no lo
había botado, es más ni me acordaba de tal objeto, me hizo volver, así mismo
vino un miedo de que ella fuera a verme, aun no estaba del todo repuesto, me
afligí un poco, respiraba para no perder mi centro, así mismo baje a la cocina,
prepare algo con lo que había, mientras en el mesón estaba reposando el
anillo, aquel fatídico anillo.
Después de comer, se me ocurrió buscar como tira o una cinta, para
amarrar el anillo en mi guitarra, ese iba a ser el arete de la noche, si ella iba a
ir, que viera lo que tenía, lo que en su momento iba a ser de ella, salí a mi
carro y me dispuse a ir al bar, en el camino aun sentía esa presión en mi pecho,
de que ella fuera, no quería verla, no quería saber de su existencia, en el
ensayo nadie hablo de ella, no sé si por mí, o por lastima, pero todo estaba
bien en el camino al bar, llegando, cruzando la esquina estaba sonando un
tema de mi autoría en la radio más una publicidad, llegue apague el carro.
Bajando de mi auto con algo de nostalgia de volver a un lugar donde hubo
un adiós, comenzar de nuevo, en la ciudad de olvido, donde yacía bastante mi
ausencia en calles y ese bar… donde el pasado estaba muy marcado, enciendo
un cigarrillo caminado a la entrada, sin aspirar tanto, al entrar… ver amigos y
parte de los músicos de la noche de toque. Sorprendidos me hacen voltear, a
mi espalda está en carne viva lo que me temía encontrar en este camino, unos
de mis temas era sobre ese lugar pero yo había marcado discretamente su
apariencia. Cigarrillo en mano consumido por el aire, sin aspirar sólo al
encender, cae al suelo desconcertado de cómo ella aparece sin previo aviso
¿Por qué?
Me carcomía la duda por verla, no estaba sola. Tantas preguntas en mí
haciendo una limpia trayectoria en todo lo que volvía de nuevo a mi cabeza
expandido
Verla con ojos del pasado, del futuro y del presente, tan sonriente como
nuestro primer encuentro, donde todo esto ya estaba establecido, así mismo el
destino con el tiempo jugo en contra o a favor para estar ahí, escogiendo ese
lugar para llegar antes de verla entrar. Donde una hora marcada desde el
pasado se repetía con distinta ocasión
Día 1825 de 1825 a las 3 y 15 ella entra a nuestro bar con una nueva
compañía.

REVISIÓN DEL ÚLTIMO PÁRRAFO


Si fuiste atento ante todo el salto de tiempos que hubo, en esta pequeña
historia. Habrás comprendido en donde va ese último relato, el universo
paralelo en dos vistas, de eso se trata nuestra vida en dos tiempos, de dos
lugares que vivimos en ese mismo instante; yo estoy loco en un espacio dado.
¿Tú dónde te encuentras? ¿Seguro que estás sentado? o ¿quizás? toquen tu
puerta en una hora específica a la misma hora que ocurrió esta historia
dispersa estoy seguro de mil personas que puedan leerla una caerá en la misma
hora que tu terminaste de leer.
Te toca deprisa buscar en un espacio tan reducido, tu persona de 3 y 15.

RECOMENDACIÓN ESPECIAL DEL AUTOR


Todos alguna vez quisiéramos tener la oportunidad de repetir algo en


nuestra vida, ya sea para vivir la emoción otra vez o para enmendar una
situación que no nos gustó, la vida en sí misma se repite una y otra vez pero en
diferentes tiempos, de la destrucción se nace nuevamente, del polvo eres y al
polvo volverás, toda la eternidad y la existencia en el universo es cíclica, el
todo de la vida viene dado en ciclos que cuando finalizan inician otros.
En esta ocasión, queremos darte la opción de elegir, de escoger entre dos
opciones y si alguna no te gusta tienes la oportunidad de retroceder, tomar el
otro camino y comenzar otra vez (el deseo más añorado de todos ¿no?). Así
que para leer esta historia, tienes dos formas de hacerlo: la primera es seguir el
orden cronológico de cualquier libro. Mientras que la segunda es más difusa,
debes seguir el orden del número de los capítulos, son trece en total
enumerados en griego, del todo normal.
Atentos a la revisión del último párrafo, ya te decía yo de esta vida cíclica,
cuando creemos que algo termina entonces vuelve a empezar, y se repite y se
repite, creemos que no volverá a ser pero sigue siendo y esta vez tendrá
circunstancias diferentes, quizás en vez de tomar té tomes café pero la
situación se tornara idéntica.
I Panty extrovertida
II Estar en locura
III Esa noche, ese día
IV Una gira
V Confusión
VI Una cena
VII Una batalla
VIII Mágica reconciliación
IX Canciones con detalles
X La llegada con una decisión
XI Alucinación
XII Un después de…
XIII El regreso


¿Te gustó este libro?


Para más e-Books GRATUITOS visita freeditorial.com/es

S-ar putea să vă placă și