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La muerte, como el nacimiento constituyen hechos jurídicos, ya que ambos producen efectos para el
derecho. La muerte en general pone fin al ser humano, y con ella la persona humana, en convertirse
de sujeto de derecho a objeto de derecho.
En realidad la muerte no solo pone fin a la persona sino a la vida humana (concebido y persona),
ella termina con la calidad de sujeto de derecho, por tanto – entre muchos otros efectos - se disuelve
el matrimonio y se transmite la herencia a los sucesores (Art. 660 C.C.).
Las funciones superiores del sujeto se suspenden por breve tiempo, sin que ello sea necesariamente
irreversible.
Dejan de funcionar de modo irreversible los sistemas respiratorio, cardiovascular y nervioso, aun si
se mantienen algunas funciones biológicas mínimas. Es el momento en que se producen los efectos
legales de dicho efecto jurídico..
La Ley, 28189, conocida como Ley General de Donación y Transplante de Órganos y/o Tejidos
Humanos, define el diagnóstico de muerte y el concepto jurídico de “muerte”.
DECLARACION DE AUSENCIA
Pasado un tiempo que es fijado por la ley desde que ha sido nombrado el representante, se hace la
declaración de ausencia. Esta puede pedirse por los presuntos herederos instituidos por testamento,
por los que tengan algún derecho que dependa de la vida, muerte o presencia del ausente, y por el
Ministerio Publico.
Declarada la ausencia y si hubiere testamento, el juez ordenará que éste se abra, y los herederos
entran en posesión provisional de los bienes, dando fianza que asegure los resultados de su
administración. Cuando ha transcurrido los años establecidos por la ley desde la declaración de
ausencia el juez a petición de las partes interesadas podrá declarar la presunción de muerte.
Declarada la presunción de muerte, se abre el testamento del ausente, si no se hubiere hecho, y los
herederos y demás interesados entran en posesión definitiva de los bienes, En caso de que el
ausente se presentare o se probare su existencia después de otorgada la posesión definitiva,
recobrara sus bienes en el estado en que se hallen; pero no puede reclamar frutos.
Desaparición: la persona deja de atender sus relaciones y existe cierta incertidumbre en cuanto a
su paradero y estado, situación que obliga a adoptar medidas de urgencia para la conservación del
patrimonio del desaparecido. Así, en el código civil, se permite en estos casos solicitar al Juez el
nombramiento de un defensor de la persona desparecida, para que pueda representarla en los
juicios y negocios jurídicos que no admitan demora sin perjuicio grave. También podrá acordar el
Juez otro tipo de medidas dirigidas a lograr esa conservación. Para solicitar estas medidas, el CC
exige que la persona desparezca de su domicilio sin tener de ella más noticias. No es necesario que
transcurra ningún plazo.
En este estadio, el legislador trata ya no sólo de proteger el patrimonio del desaparecido, sino
también los intereses de terceros que pueden verse afectados por la situación (cónyuge, hijos,
herederos, acreedores…).