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DOS MUJERES EN LA CALLE

ERNST LUDWIG KIIRCHNER


Ernst Ludwig Kirchner ( 1888- 1938 ) se trasladó a Dresde para estudiar
arquitectura. Allí conoció Bitz Bleyl, quien fundó Die Brücke en 1905 junto a
Karl Schmidt Rottyuff y Erch Heckel . Die Brücke organizó su primera
exposición en Dresde en 1906 , Kirchner pasó algunas temporadas en los
lagos de Moritzburg y entre 1907 y 1910 para pintar desnudos en entornos
naturales Estas obras se caracterizan por sus lineas violentas y sus colores
discordantes. Kirchner se trasladó a Berlín , allí se forjó la producción más
importante del expresionismo . Estas obras se dividen en dos categorías : las
que representan las formas arquitectónicas de Berlín y las que representan a
sus habitantes. Kirchner se alistó en el ejército en 1915 y tuvo un accidente
de coche en 1916. Nunca se recuperó totalmente de ningunas de las dos
experiencias y su estilo se fue volviendo cada vez más abstracto . Superado
por el dolor físico y mental se suicidó en 1938.

Ernest Ludwig Kirchner pintó una serie de escenas de las calles de Berlín
que retratan la tensión de la vida en la gran ciudad. Kirchner se centra en dos
mujeres que atavíadas con sus pieles y sus sombreros de plumas , exhiben
un nuevo espirítu de independencia y un cierto aire de gélida sensualidad .
La angulosidad del dibujo y el sombreado con rayas, aumenta la sensación
de movimiento que transmite la imagen- Esta sensación aumenta todavía
más gracias a la forma triangular y racionalizada de la cara de las mujeres.
Los bordes irregulares y las caras tipo máscara ponen de manifiesto la
admiración que sentía Kirchner por el primitivismo.Como es habitual en el
artista , el sujeto recorre el lienzo de arriba a abajo , sin referencia alguna a
un horizonte y con una perspectiva muy limitada . La mirada del observador
no puede vagar por la pintura, sino que se ve obligada a centrarse en los
collares en forma de uve de las dos mujeres y en sus cabezas totalmente
embellecidas.

Kirchner se trasladó a Berlín desde Dresde en octubre de 1911, algo que tuvo
un importante efecto sobre su pintura. Le gustaba la vida en el anonimato
que le brindaba Berlín, una vida que además le permitía observar las
actividades cotidianas de la gente que vivía en los barrios cercanos. Kirchner
usaba colores llamativos y poco naturalistas y sus pinceladas breves y
agresivas para representar a los acomodados hedonistas de la ciudad y a las
parejas de clase media mientras paseaban a lo largo de la elegante
Fiedrichtrasse . También retrató a varias prostitutas de la ciudad de clase
media por su estilo o por su vestimenta se las identificaba por el hecho de
estar rodeadas de hombres que las observaban.

Los ácidos colores claros usados por Kirchner se ven enfatizado por su
estilo pictórico muy expresivos y por sus pinceladas perfectamente visibles .
El uso de una paleta limitada a diversos tonos de verde, amarillo, rosa y
negro es típico de este período y de la obra de los artistas expresionistas. El
artista representaba a las mujeres con una cara angulosa y alargada con
unos rasgos como cincelados. Kirchner explicó que este estilo reflejaba a la
mujer de su vida, Erna Schilling. " Su cuerpo hermoso bien proporcionado y
arquitetónicamente estructurado "El arco rosado es un elemento esencial de
la composición de la pintura. Representa una de las facetas de los
magníficos edificios de Berlín. Kirchner había estudiado arquitectura y en
esta pintura traza los vestidos de las mujeres en un estilo escultórico y casi
arquitectónico. Kirchner pone énfasis en los labios y las manos de las
mujeres porque son característica de la intensa carga sexual de las calles
durante la noche. También confiere rasgos faciales individuales a las dos
mujeres , las cuales van mucho más allá de una piel cetrina y una morfología
casi de máscara.

Ernst Ludwig Kirchner Piper (Aschaffenburg, Alemania, 6 de mayo de 1880 -


Frauenkirch en Suiza, 15 de junio de 1938), pintor expresionista. Fue uno de los cuatro
estudiantes de la Escuela técnica superior de Dresde que fundaron el grupo
expresionista Die Brücke en 1905. El Kirchner Museum Davos posee la mayor colección
mundial de su obra.
En 1903 Kirchner estuvo en Múnich para estudiar pintura en la Escuela de Bellas Artes.
En 1905 fundó con otros estudiantes el grupo Die Brücke (El puente) que pretendía
crear un estilo plano con colores puros, inspirado en el arte primitivo y el fauvismo
francés. Este grupo y Der Blaue Reiter formaron la segunda oleada expresionista.
Los rasgos más distintivos de este grupo son: el color antinatural, cálido, subjetivo y
fulgurante; las formas más bien planas, con poco interés por los volúmenes y la
perspectiva, que se violenta en escorzos imposibles; uso de contornos trazados con
líneas gruesas, como incisiones en madera. Fueron estos artistas los que recuperaron
la técnica de la xilografía, de origen medieval. Los temas son generalmente
escabrosos, en sintonía con la forma expresiva de mostrarlos: prostitución, locales
nocturnos de dudosa reputación, calles angostas con personajes trajeados...
Kirchner siguió viviendo en Dresde hasta 1911. Después se marchó a Berlín, donde
supo reflejar la agitación y el movimiento de una gran ciudad moderna. Se interesó por
el mundo de la prostitución callejera; un ejemplo destacado Prostituta en rojo se halla
en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
En 1914 con el estallido de la Primera Guerra Mundial, fue movilizado, pero sufre una
grave crisis nerviosa. Al retornar de la guerra, en 1915, su situación mental no mejoró
y su salud se resintió más tras sufrir un atropello. Tuvo que optar por la tranquilidad de
Davos (Suiza), donde siguió pintando, en su mayor parte, paisajes más tranquilos, y
menos estimados por la crítica actual.
En 1937, en plena ascensión del nazismo, su arte se calificó de arte degenerado y se
destruyeron muchos de sus trabajos. Su precaria situación emocional empeoró a raíz
de ello y se suicidó en Frauenkirch, cerca de Davos, en 1938.
Se interesó mucho por el grabado sobre madera. Kirchner cultiva formas angulosas
que pueden estar inspiradas en la descomposición cubista o en el diseño normal de los
grabados xilográficos.
El carnaval de Arlequín.
El carnaval de Alerquín es una obra realizada en 1925 por Joan Miró, ubicada en el Albright-
Knox Art Gallery, Buffalo. Este cuadro pertenece a las Vanguardias, concretamente al
surrealismo español. Se dice que fue esta obra el ejemplo de la época de Miró, conocido como
el más surrealista de los españoles.
El surrealismo fue la primera vanguardia que encontró verdadero arraigo en España. Tras una
primera etapa en la que abordó el cubismo, Miró desarrolló una figuración muy detallista, en
la que el pintor creó todo un universo personal de símbolos e iconos como la luna, las estrellas,
los insectos, que hacían referencia a su conexión con la tierra. En 1920, se instaló en París y se
integró en el grupo surrealista. Lienzos como El carnaval de alerquín, que transmite la fantasía
propia de los sueños, encajaban muy bien con la búsqueda del automatismo. En dicho cuadro
la ventana señala que nos hallamos en un interior, pero la perspectiva real queda anulada por
una multitud de seres que parecen flotar en un espacio ingrávido. Estas vibrantes
composiciones recuerdan al mundo de lo biológico y lo celular, así como el dibujo infantil y a
los enigmáticos pictogramas del Neolítico. Aunque siempre mantuvo su característica
iconográfica, posteriormente Miró tendió hacia una mayor abstracción, elaborando cuadros
con fondos neutros que remiten a la observación de la bóveda celeste.
El carnaval de Alerquín es una obra de óleo sobre tela, donde predominan tantos lo dibujos
como los colores. El foco de luz o la luminosidad en este caso, son las figuras de color blanco.
La perspectiva es frontal y lineal. Gracias a la ventana podemos distinguir dos perspectivas
diferentes en el cuadro. El punto de vista es alto, y tiene una composición cerrada, puesto que
se encuentra en un espacio interior. El género pictórico es arte abstracto.
En él nos encontramos con un lenguaje poético de signos que sugieren ensoñación,
ingenuidad, fantasía y ambigüedad. Sobre los dibujos preparatorios de esta pintura, el propio
Miró dijo: “no es que pintara lo que veía en sueños, como decían entonces Breton y los suyos,
sino que el hambre me provocaba una manera de tránsito parecido al que experimentaban los
orientales.” Entre sus formas mezcla miniaturas de objetos reales, como una guitarra o un
dado, con signos inventados. Las notaciones musicales en un pentagrama corresponden al
lenguaje de la guitarra junto a la que aparecen. Los objetos que se distribuyen por el espacio
dan sensación de flotar al no estar colocados en una superficie; las figuras alargadas, gusanos y
amebas resbalan y flotan en un espacio irreal entre objetos y animales; la habitación, sin
embargo, presenta un suelo y una pared realizados con perfecta perspectiva. Una ventana
abierta al exterior nos muestra un paisaje. Aparecen multitud de objetos, pero ya se empieza a
sistematizar el lenguaje característico de Miró. Todo esta lleno de vida en movimiento. La
técnica es verdaderamente miniaturista y meticulosa y casa perfectamente con el ambiente
festivo que debe acompañar al carnaval. Los colores que aparecen en esta obra son
fundamentalmente primarios: azul, amarillo y rojo, además de blanco y negro. Precisamente
son los colores los que nos mueven a través de las diferentes figuras del cuadro.
El carnaval del Arlequín es una obra surrealista del pintor catalán Joan Miró. En ella, Miró creo
un lenguaje poético y onírico, donde aparecen una serie de elementos, que formarían parte
de sus obras posteriores. La multitud de figuras representadas, crea una amalgama confusa de
elementos que parecen flotar sobre la ilusoria estancia, teniendo todos ellos un significado
para el pintor.
Los elementos más destacados son los siguientes: el arlequín adornado con unos grandes
bigotes, un autómata que toca la guitarra, un gato persiguiendo un ovillo, una escalera con
una oreja incrustada o una ventana. Asimismo, encontramos repartidos por toda la escena,
diferentes insectos, peces, notas musicales o pentagramas, globos terráqueos, y figuras
alargadas. Todos estos elementos simbolizan el hambre que padeció Miró en ese momento de
su vida, situación que según el pintor, le produjo diversas alucinaciones que intento plasmar
sobre la obra.
La gama de colores utilizada por Miró es primaria. El azul, amarillo, rojo, blanco y negro, crean
un foco de atención sobre las figuras y la escena. La perfecta composición y perspectiva
creada, denotan el estudio y detallismo que invirtió el pintor en la obra. Joan Mirófue un
pintor fauvista en sus primeros años, deslizándose por el arte cubista y neocubista, para
finalmente basar su estilo en un surrealismo de carácter abstracto.
En esta obra, realizada en los años 1924-25, que se encuentra en la Galería de Arte
Albright de Nueva York, nos encontramos con un lenguaje poético de signos que sugieren
ensoñación, ingenuidad, fantasía y ambigüedad también. Este cuadro tan ambiguo,
aparentemente comprensible y a la vez hermético, tiene cierta vivencia poética y un fondo
inalcanzable. El propio Miró dijo, refiriéndose a los dibujos preparatorios de esta pintura,
que le fueron inspirados por “los terribles delirios del hambre”.
Aparecen representados una serie de elementos que se van a repetir posteriormente
en otras obras, como las escaleras que pueden servir tanto para reflejar la huída como
para la ascensión, o los insectos (parecen fascinarle), su gato, la esfera oscura (el
globo terráqueo), etc.
Este camino de libertad del ensueño, de lo onírico, lleva a la creación de un mundo
fantasioso y característico. El propio André Bretón dijo de Miró que era el más
surrealista de todos ellos. Entre sus signos mezcla miniaturas de objetos reales con
signos inventados, como una guitarra o un dado que, a la vez se complementan
perfectamente con grafismos convencionales. Aquí vemos en notaciones musicales,
en un pentagrama, el reflejo del lenguaje de la guitarra junto a la que aparecen. Los
objetos que se distribuyen por el espacio dan sensación de flotar al estar colocados no
en una superficie, sino en una habitación en la que el suelo y la pared están realizados
con perfecta perspectiva. Una ventana abierta al exterior nos muestra un paisaje
típicamente mironiano.
Sus figuras alargadas, agusanadas y ameboides resbalan y flotan en este espacio
irreal entre objetos y animales. Todo está lleno de vida en el movimiento de esta obra,
trabajada con una técnica verdaderamente miniaturista y meticulosa creada con gran
sensibilidad y un extraordinario gusto innato, que casa perfectamente con el embiente
festivo que debe acompañar al carnaval.
La fantasía de colores que aparece en esta obra es prácticamente insuperable,
destacando siempre por su utilización de los colores primarios, el azul, el amarillo y el
rojo, utilizando además el blanco y el negro. Precisamente son los colores los que nos
mueven a través de las diferentes figuras del cuadro, pero sin una dirección marcada
por el artista, sino por el propio espectador.
En la escena se puede decir que existe horror vacui
En la composición se pueden percibir dos ejes uno vertical formado por la sinuosa
forma blanca y un eje horizontal formado por el brazo negro sinuoso que divide el suelo y la
pared y dos espacios de colores diferentes la pared de color beige claro y el suelo de beige
oscuro.
Otras líneas o ejes son la vertical de la escalera que se contrarresta con la vertical del
marco de la ventana y la línea sinuosa del gusano-cigarrrillo, el escorzo de la mesa
En la composición de las figuras predominan las líneas curvas y formas circulares que
dotan de dinamismo a la escena.

El cuadro tiene gran cromatismo colores primarios , secundarios y complementarios que


se aplican de forma plana , pero destacan sobre todo los primarios ( amarillo, rojo , azul)
separados por blanco y negro

Tratamiento del espacio. Miró representa los elementos surrealistas en un espacio o


perspectiva clásica. El suelo se eleva, el color de la pared más claro, el escorzo de la mesa y el
color azul de la ventana crean efecto de profundidad.
Tratamiento de las figuras es antinaturalista mezclando miniaturas de objetos reales como
guitarra, dado, gatos ... con otros elementos inventados por su imaginación. Todos estos
elementos gusanos, amebas, insectos parecen flotar

El ritmo está marcado por los colores sobre todos los brillantes primarios que mueven
nuestros ojos y crean dinamismo.

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