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OBRA

{…}
OBRA POÉTICA

OBRA POÉTICA
{…} (Paul Valery se complacía en repetir que la poesía se hace
tanto pensando y sintiendo que andando, y no sería acaso
por ello mismo por lo que la métrica griega andaba con pies en
lugar de por silabas?), la poesía de Saúl Sánchez se libera de
moldes difíciles, algo desembaraza de posibilidades impuestas
-digámoslo así- por la inexperiencia en el menester poético, y al
encontrar su vía camina con soltura, se desenvuelve con
gracia, se adapta a su ambiente natural y se mueve en él con la
seguridad de quien al fin, después de ensayos y de tanteos ha
POÉTICA
concluido por encontrar su verdadero sendero.
Esta vía en la que camina la poesía de Saúl Sánchez, es la de la
Saúl Sánchez Giraldo
sensibilidad que no se avergüenza de serlo, la de un lirismo que
en tiempos de modas y de modalidades excéntricas tiene el
orgullo y el coraje de su personalidad sin hacerle concesiones a
lo marginal y a lo adjetivo. Hablar del amor en una etapa de
absurdo materialismo significa expresar una personalidad que
a muchos poetas, infelizmente, les da vergüenza exponer {…}

{…}
"…Sus poemas fechados en Lieja, en Venecia, en Sorrento y en
París, para no citar sino algunas referencias geográficas y
temperamentales, son un índice de que estamos frente a un
creador que ya trabaja su materia estética con la seguridad de
que ella le dará la respuesta adecuada a la pregunta que
inicialmente se quedó en vaguedades, en dudas y en insatisfac-
ciones" {…}

{…}
Saúl Sánchez Giraldo

Saúl Sánchez Giraldo


"...Alguien preguntó cierta vez a Jean Cocteau si algunos versos
que se le habían leído eran versos o no lo eran. Cocteau, poeta-
siempre, se limitó a responder: "No sé si sean versos o no lo sean;
sé, únicamente, que su autor es un poeta"
"Yo creo que Saúl Sánchez es un poeta. Agregaría con gusto que
sus versos también son de un poeta. De un auténtico poeta".
Uriel Ospina. (Tomado de la Revista Arco, Nº 209, junio 1978,
págs. 15 a 20)
OBRA
POÉTICA
Saúl Sánchez Giraldo
Edición:
Jairo Sánchez Giraldo
Comunicación Social U. de A.

Diseño y Diagramación:
Jairo Sánchez Giraldo
Gabriel Jaime Sánchez J.
Arquitectura U.N.

Digitación:
Jairo Sánchez Giraldo

Colaboración:
Gustavo Sánchez Giraldo
Psiquiatría U. de A.
Oscar Hernando Restrepo G.
Matemáticas U. D.
Rosa Estela Botero Henao
Trabajo Social U. P. B.
Andrés Sánchez Botero
Ingeniería de Sistemas U. A./U.R.
Poliana Sánchez Botero
Derecho U.A./U.C.
Catalina Sánchez Botero
Psicología U.N./U.R.

Email: jairos_22@hotmail.com
Cell: 312 424 2022
La familia Sánchez Giraldo
agradece al discípulo de Saúl,
Juan Javier Vélez Vélez,
su gran aporte a la edición y
difusión de su obra.
"Conocer a un poeta a través de sus versos
es tanto como descubrir un universo
del que hasta entonces
no se tenía noticia de que existiera".

(Rilke)
“Toda la producción completa de Saúl, no se
puede deslindar de un universo poético, al que Él
pertenecía. Fue un conocedor profundo del len-
guaje y más que de las palabras en sí, del sonido
de las palabras......porque así era su sensibilidad.

La música y el drama lo conmovían profunda-


mente. Alguna vez le dije: Saúl debiste ser mú-
sico y se reía....claro que con seguridad nunca
fue consiente de la exquisitez que se le sentía al
hablar, sus palabras estaban siempre en un tono
preciso, porque Saúl nunca fue un hacedor de ri-
mas y no más, NO, toda su obra llámese Relato,
o Cuento, tiene el aura de lo poético es el espa-
cio y el tiempo donde va pasando el fruto de sus
vivencias. Un místico que amo la lectura, vivió
serenamente, comprendió la musicalidad del
lenguaje. ¡SU VIDA FUE POESIA!”

(Berta Zuluaga S.)

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SAÚL SÁNCHEZ GIRALDO
(Aguadas, 1939 - Medellín, 2013)

Sociólogo de la Universidad Pon-


tificia Bolivariana, sede Medellín.
Con estudios en filosofía y teología
en el Seminario de Medellín y en la
Universidad Pontificia Javeriana
de Bogotá. Estudios complemen-
tarios en la Fraternidad Sacerdotal
en Roma, Italia, y en la Facultad de
Altos Estudios de la Sorbona en París, Francia.
Fue profesor de lengua materna en el Departamento de Psicología,
y el Instituto de Filosofía de la Facultad de Ciencias Sociales y Hu-
manas de la Universidad de Antioquia. Catedrático igualmente en
las Universidades: Medellín, Eafit y Autónoma.
Sus artículos y ensayos sobre diferentes temas literarios, lingüís-
ticos, filosóficos, poéticos y psicoanalíticos se publicaron en pe-
riódicos y revistas de las Universidades de Antioquia, Medellín y
Nacional.
La Editorial Universidad de Antioquia, público en noviembre de
2008, el libro titulado: “DE LA TRAGEDIA GRIEGA AL DRAMA MO-
DERNO”.
Al final de su vida se ocupó en dirigir grupos independientes de
estudio en la Ciudad de Medellín sobre: Temas Griegos, Estudios
Bíblicos, Estudio del Latín, Psicoanálisis y Literatura, Estudio Sobre
la Obra Literaria de William Shakespeare.
Otras Obras publicadas:
“EL APRENDIZ”, “ALEGRÍA DE VIVIR”, “SAÚL EN LO GRIEGO”, “ME-
MORIA DEL PAÍS DE LOS MIOS”, “EL CREDO Y LOS MISTERIOS DEL
ROSARIO”.

OBRA POÉTICA 9
PRÓLOGO
Por: María Stella Girón López *

A propósito de la “Obra Poética” de Saúl Sánchez Giraldo (1939-


2013) publicada por la familia para honrar su memoria en el se-
gundo aniversario de su muerte, surgen unas breves reflexiones en
relación con esta publicación.

¿Qué se reúne en esta obra? ¿Contiene toda su obra poética? ¿Saúl


Sánchez asumió la voluntad de ser autor literario? ¿Estaba en su
propósito ser reconocido como tal por el público lector? ¿Cuál es
su obra literaria? ¿Dónde reposa? ¿Qué publicó en vida? ¿Existe
aún obra inédita?

Para un intento inicial de respuesta a estas preguntas son fuentes


de indagación: El Suelo Natal (Medellín, FAES, 1991). El Aprendiz
(Bogotá, 2014), prólogo de Jairo Sánchez Giraldo. Memorias del País
de los Míos (Bogotá, 2015), prefacio de Berta Zuluaga Salazar y la
obra que nos ocupa con una nota del editor, al final: “Recopilación
realizada en la ciudad de Bogotá, República de Colombia, el día 20
de enero de 2014”, fecha del primer cumpleaños de Saúl después
de su muerte. El texto inicial que se cita es una conferencia de Saúl
en manuscrito, como asesor de Lengua y Literatura en una investi-
gación para el mejoramiento de la calidad del bachillerato, invita-
do por la Secretaría de Educación y la Fundación FAES; el segundo,
una publicación familiar, con edición en vida de Saúl realizada por
su hermano Gustavo, y ésta, igual que las demás, publicaciones
póstumas elaboradas por su hermano Jairo.

OBRA POÉTICA 11
El prólogo a la segunda versión de El Aprendiz, “Retrato de un her-
mano. (Testimonio acerca de Saúl, por Jairo)”, (pp. 7-80) constituye
un documento de referencia para el acercamiento a Saúl como au-
tor y a su obra; igualmente la respuesta de Saúl de 2006, a una carta
de su sobrino Andrés, incluida en el relato de Jairo.

En las publicaciones de la familia Sánchez Giraldo subyacen los


propósitos de preservar su memoria, de dejar para las generacio-
nes venideras una leyenda viva, y en términos de Saúl, de mantener
los mamotretos que testimonian la saga familiar. El DRAI trae como
acepciones de mamotreto: armatoste; libro o legajo muy abulta-
do, principalmente cuando es irregular y deforme; libro o cuaderno
en que se apuntan las cosas que se han de tener presentes, para
ordenarlas después; y de saga: cada una de las leyendas poéticas
contenidas en su mayor parte en las dos colecciones de primitivas
tradiciones heroicas y mitológicas de la antigua Escandinavia; rela-
to novelesco que abarca las vicisitudes de dos o más generaciones
de una familia. Mamotreto y saga admiten asignar expresión y con-
tenido a la intencionalidad de la familia Sánchez Giraldo de hacer
registro de vida y obra, en los diversos lugares y tiempos del mun-
do en donde han acontecido. Son pues los “mamotretos de familia”
los receptáculos de una variada producción creativa y académica
de sus integrantes, unas veces como autores y otras como editores
desde varias décadas atrás. Esta tradición explica la premura de dar
edición “artesanal” al legado aportado por Saúl y da sentido a las
palabras de Jairo:

“Pero al menos mi conciencia queda en paz al procurar dejar para


la posteridad así sea en el nivel íntimo y familiar todo lo que Él
produjo durante su existencia conservado en un archivo personal
como hasta ahora ha sido, a excepción de ciertas publicaciones
efectuadas en revistas de las Universidades de Antioquia, Nacional
y Medellín, en la Revista Arco, un libro editado por la U. de A., De la
Tragedia Griega al Drama Moderno, y otros, editados en un nivel
artesanal y familiar” (Prólogo, 2015, p. 63).

12 SAÚL SÁNCHEZ
Movido quizás por la cohesión de familia y la ausencia humana que
instaura el tiempo de la vida, Rafael Sánchez Giraldo expresa en
otra honra fúnebre:

[…] “Juntos, pues, los hermanos éramos una unidad integral, mo-
nolítica, indivisible. Una verdadera, una inexpugnable atalaya para
enfrentar el mundo, los azares de la existencia, el tráfago brutal y
en general, absurdo, en que se debate la vida del hombre. Juntos,
hemos sido, éramos como los vasos comunicantes de una probeta.
Eran diez sus salidas. Cada una, una expresión técnica, científica,
humanística, pero ante todo poética en la manera de ver y sentir
las cosas del universo. ¡Sí! Eso éramos; un universo-. Una unidad de
florecidas, de encendidas, de feraces versiones. […] Éramos pues,
una unidad en lo común, que respetaba a cada cual la libertad en
su particularidad. Una unidad en fin en las diversidades.“[…] (Sus
Memorias. Rodrigo Sangiral. 2009, p.7).

La Obra Poética de: Saúl Sánchez Giraldo aquí recopilada, responde


al trabajo del editor, que se ha dado a la tarea, en asocio o no con
Saúl, de recoger, reunir, catalogar y organizar sus poemas publica-
dos e inéditos con intención totalizante.

La edición ofrece un material posiblemente no completo dada la


eventualidad de que haya poesía dispersa en publicaciones o en
archivos particulares, pero en ella es susceptible encontrar la in-
tención autoral de poeta de Saúl y la especificidad de su poética.
La Obra Poética está ordenada con criterio cronológico desde 1956
a 2013, segmentada en: De: 1956 a 1974; De: 1974 a 1980; De: 1980
a 2013; la mayoría de los poemas están acompañados del lugar de
escritura: Medellín, Bogotá, Cartagena, Santa Marta, Roma, París,
Lieja, Venecia, Sorrento y Moers; la conforma también una Adenda
a petición de la familia. Por la obra discurren libremente variados
temas y estilos: vivencias, estados de formación y expresiones poé-
ticas. Amor, erotismo, tierra, familia, patria, tragedia, hombre, ser;
relatos, cantos, dramaturgias, elegías y epicedios.

OBRA POÉTICA 13
La evidencia de la faceta de autor literario de Saúl sorprende dada
la discreción en la que mantuvo su creación literaria, expresada
en poesía, relato poético y cuento, salvo con obras publicadas,
por diferentes razones y medios, como Desnudo y Poema (1983),
“elación” o “desahogo” como él define los poemas del libro, o las
variaciones sobre un tema de Acuarimántima, poemas dedicados
a Porfirio Barba Jacob, poeta que le mereció esmerada atención. Es
explícita su intención de comunicabilidad literaria, a partir de su
actitud filosófica ante el mundo, como se aprecia en fragmentos de
El Suelo Natal y de la carta a Andrés:

“Por demás, las Ciencias Modernas tienen ciertos requisitos esen-


ciales a los que uno debe atenerse si quiere realmente mantener el
carácter de investigador. Para mí necesariamente eso era un reto
porque yo contaba ya con dos obstáculos, el uno mi formación hu-
manista a la que antes hice referencia, y el otro mi carácter esencial
de poeta que mira o descubre el mundo no como una fábrica sino
como un paisaje”. (El Suelo Natal, p.2) […].

[…] “yo sigo y seguiré siendo […] un hombre de una biblioteca en


casa , y lo que me distingue o me habrá de distinguir no es el instin-
to para la acción, sino una afección constante por la contempla-
ción desde donde pueda descubrir el mundo exclusivamente como
bello, ni siquiera como verdadero, mucho menos como útil”. (Idem,
p.3).

Y en la carta a su sobrino Andrés expresa:

[…] “De hecho, tengo una obra. Consta de muchos poemas de


distinta índole y calidad. De algunos cuentos y un relato poético,
que es lo que considero yo mejor logrado de mí trabajo, pero que el
mundo no le ha parado bolas.” […] (El Aprendiz, p.57).

[…] “Esa es, pues, mi obra y la manera como la clasifico. Me refiero


a esa obra creativa que es producto de la inspiración y en la que
no quiere comunicar uno más que sentimientos, vivencias, o si se

14 SAÚL SÁNCHEZ
prefiere experiencias o pensamientos, a través del mejor medio que
uno tiene para comunicar esto, que es el arte. Lo otro son trabajos.
Pero esto sería tema de otra reflexión.” […] (Idem, p.59).

Es clara, entonces, la asunción de Saúl Sánchez como autor lite-


rario, como poeta, su propósito de ser reconocido como tal y la
existencia de una obra literaria. Ésta, diferente a las otras produc-
ciones, entre ellas, los estudios literarios en los que subyacen los
presupuestos para los planteamientos sobre la lectura, material de
alto rigor académico para su docencia de posgrado en universida-
des de Medellín, que bien amerita otra recuperación y divulgación.

Las preguntas sobre la localización de la obra, los inventarios so-


bre publicaciones en vida y póstumas y la obra inédita invitan a la
continuación de la paciente labor de búsqueda. Las fuentes prima-
rias y los materiales impresos que ofrece la familia ya son avance
para esa labor. Estas reflexiones permiten plantear la necesidad de
procesos de investigación y de divulgación que se orienten hacia
la edición crítica de la obra, se valore la poética y se determine el
alcance en la tradición poética del país. Bien puede darse también,
en la marcha de estos procesos, la elaboración y divulgación de
antologías por géneros o temas para diversos públicos dado que
este legado lo brinda y lo merece, para que el desconocimiento y
olvido no ganen en su persistencia.

Medellín, octubre 19 de 2015.

* (Profesora Titular, Facultad de Comunicaciones, Universidad de Antioquia. Especia-


lista en Literatura Latinoamericana. Integrante del Grupo de Estudios Literarios (GEL),
Categoría A, Colciencias 2015. Estrategia de Sostenibilidad 2014-2015. E-mail: maria.
giron@udea.edu.co).

OBRA POÉTICA 15
Estoy suavemente triste
de haber amado tanto
y que al final de todo
sólo nos queda el llanto

(Saúl, 1956)
De 1956 a 1974
Pero hoy estamos lentos,
hoy somos imposibles a la vida
y vamos como niños al recuerdo
y sufro. Tú no sabes lo que sufro
porque no puedo ser lo que tú eres…
Ya que no hacemos más que separarnos
¡Huyamos!
Y del fondo de aquello que perdamos
demos al desespero nuestras cosas.
Vámonos ¡Ya! No hay más ¡Hoy!
¡Prontamente!
Hagamos algo por salvar de la boca de la muerte
este poco de amor que nos tengamos.

(Medellín, Colombia, 1956)

***

¡Te quiero!
Deja que te lo diga que por callarlo tanto
van a opacar mis ansias la fuerza de este amor.
¿Tú no dirás nada?
¿Vas a callar por siempre?
¿Vas a dejarme sólo con tu mirada?
¡NO!
¡Es imposible!
Habla que yo lo sé todo
y dime que me quieres como te quiero yo.

(Medellín, Colombia, 1957)

***

OBRA POÉTICA 21
No te pido que me ames
de no poder quererme
no culpo ni al destino
pero te ruego al menos
que agonices conmigo.

(Medellín, Colombia, 1960)

***

Óyeme esta tonada


amor de mis amores
óyeme estas canciones
y no me digas nada.

Tenme junto a tus brazos


con apretada calma
atado a tu regazo
pero sin decir nada.

Déjame ver entonces


los celos de tu alma
déjame oír, ¡no llores!
que yo no diré nada.

Quizás como un milagro


descubra que me amabas
y uniéndome a tu llanto
yo no te diga nada.

(Medellín, Colombia, 1960)

***

22 SAÚL SÁNCHEZ
FUTBOL

Brasil dos tu cero


y a las seis se termina (falta un cuarto)
no le quites el pie ni le pongas la mano…
¡Ey! mira el balón va a caer en tus brazos.
Calma hombre
¡¡¡despacio!!!
Sigue así. No. Al otro lado
de cabezas. ¿No puedes?
Si supieras que ella te está viendo en el palco.
Es la misma que amabas a través de tus sueños
y ella dice lo mismo …ts…:
Que el balón no se coge ni una vez con la mano,
o…
Que el pasillo es distinto de la samba y del tango.
¡Te está viendo!
¡y espera que tu marques el tanto !
Qué dilema: Yo bien sé que estas triste: Pero vamos, otro esfuerzo
siquiera
por sacar algún fruto de esta tierra sin años.
Que no vas a quererla,
que has llegado hasta odiarla por no darte trabajo,
que te aburres por ella …
mira el campo
(las yerbas crecen frescas)
Veintidós son los hombres que sobre él han jugado.
Un balón que va y viene
y la ley por encima con el ruido del árbitro.
¿Y es tu mundo verdad?
y es el mismo que yo amo:
Aunque el mío posea como pasto lo inmenso
y los hombres que jueguen solo piensen en astros.

OBRA POÉTICA 23
Hay la ley que detiene
y el balón que va y viene …
todo igual. Pero oye:
Si la luz de sus ojos no estuviera en el campo…
… si la luz de sus ojos no estuviera en el campo
se te haría penoso el jugar la pelota y el árbitro,
pero ella está allí
como en mí el sentimiento y tu alma de hombre
que me importa que vengan las razones dictando,
la sentencia, que te importa tu árbitro…
si tu juegas … ¡eh ! (otro gol), ¡¡¡tres por cero !!!
¡¡¡Colombia!!! Colombia!!! Colombia!!!
Te decía que…¡ hay! Perdón me fatigo …
Jugando comprendes que esta ella en el palco…
que la quieres. ¡Nó! no pienses que si ella te ha amado
y a la noche de vuelta señalándole el cielo le dirás,
que fue suyo ese triunfo que miraron los astros.
Juega bien; por la ¡izquierda!
¡Vamos! ¡Sí! cobra el fowl … una … dos … tres … y
¡¡¡GOOL!!! ¡No te dije ¡que gol!
Te aplauden: Es ella…
¡AH! Señor: El partido termina tres por uno
¡¡¡HAS GANADO!!!

( Medellín, Colombia,1960)

***

Y vamos con las manos enlazadas


para buscar el agua
y vuelven esta manos desatadas
con la pesada carga.

24 SAÚL SÁNCHEZ
Sembramos una espiga con la tierra
que entre los dos cavamos
y hacemos de la harina dos pedazos
para el sustento diario.

Miramos bostezando hacia un camino


que entre los dos hallamos
doblamos la cabeza recordando
lo que por el dejamos.

Entonces abrazamos el silencio


para llegar a casa
con estas manos siempre desatadas
por la pesada carga.

(Medellín, Colombia, 1961)

***

Adiós de los adioses


habernos conocido,
amor de los amores
habernos despedido.

( Medellín, Colombia, 1961)

***

INTERMEDIO

Este domingo MADRE


no vamos a encontrarnos
este domingo triste
que ha tiempos esperábamos.

OBRA POÉTICA 25
Se servirá la mesa
sonriente de tu hija
se sentaran sus hijos
y sobrara una silla.

Y me dirán: quien sabe,


la estamos esperando.
Y les diré: de veras
la estamos aguardando.

Alguno hará un poema


con diez claveles blancos
alguno hará un poema
a cambio de su llanto.

También dirá el poema


la estamos esperando
como se espera siempre
que haya algún milagro.

Este domingo lleno


de tantos desengaños
este domingo al menos
te estamos esperando.

(Medellín, Colombia, junio 12,1962)

***

Estoy solo, estoy triste, estoy enfermo,


puedes venir a hacerme compañía
pero si gustas más a hablarme en versos,
si no te satisface ven al menos
y cura mis heridas como lo haría un médico.
Estoy solo, estoy triste, estoy enfermo

26 SAÚL SÁNCHEZ
ven, pero más bien has esto:
no cures mis heridas, déjame estar enfermo
para tener el gusto de verte
y continuar muriendo.
No me hables no me hagas ningún verso:
Déjame ver tu sombra al lado de mi lecho
para sentirme triste mirándote en silencio.
Quiero que estés presente como se está de lejos.
Quiero quererte a solas amándote en silencio.
Quiero que estés conmigo como si hubieras muerto:
Para vivir más solo, más triste, más enfermo.

(Medellín, Colombia, 1963)

***

No hay nada más nuestro


que una distancia amada,
ni nada más sombrío
que esta ciudad sin su amor.

( Roma, Italia, 1963 )

***

Quiero sentir la vida como un niño


y voy hacia tus brazos como un viejo,
al menos que tus ojos me acompañen
que lo demás ha muerto.

(Roma, Italia, 1963)

***

OBRA POÉTICA 27
Todo será de noche con la muerte.
todos meditaremos cada instante
nuestra propia tristeza
sin que alcancemos nunca la frontera
de esta soledad.
Dios estará en la muerte.
o Dios será eso mismo
a no ser que haya otra muerte
que no escape de Él.
Con todo lo mejor de la muerte
será tu ausencia,
porque si en la vida
lo mejor eras tú. No te tenía
y tú eras mi muerte:
¡Que desastre!
Lo mejor de la vida
es escapar de esta muerte
y esta es nuestra muerte. Amén

(Roma, Italia, 1963)

***

¡Ah! mi corazón al que el amor devora.


¡Ah! mi corazón si te callaras.
Tú tienes un secreto, corazón mío:
Tumba serás tú mismo de sus palabras.
Un ser que está contigo, lo desconoces,
un ser que no conoces es quien te ama,
y aquel que tanto amas no te conoce
y ese que te conoce, ese no te ama.
Vanos corazón mío son tus desvelos
por encontrar la lumbre de sus miradas.
¡Ah! corazón enfermo, calla tu aliento,
¡cállate corazón que no te aman!

(Roma, Italia, 1963)

28 SAÚL SÁNCHEZ
***

Nunca tendremos paz, hermana mía,


ni amor, ni compañía; ni esperanza.
Nunca hallaremos besos que remedien
las copas que brindamos enlazadas.

(Roma, Italia, 1963)

***

¿Olvidarás hermana,
quizás porque estoy lejos,
que yo fui aquel hermano
que sólo te dio un beso?
Olvidarás que el beso
con que nos despedimos
fue el que anunció a los hombres
que te nacía un hijo.

¿Se borrarán las risas


de todos nuestros cuentos
y las canciones viejas
se tornaran en rezos?

Te acordarás tan poco


de tus primeros sueños
cuando por verme triste
me decías ¡te quiero!

(Roma, Italia, 1963)

***

OBRA POÉTICA 29
Siento en esta brisa de la mañana
un aire pasajero de la infancia.
Tengo un feliz retorno hacia las cosas
y algo esclarecido acá en mi alma.
Alguien está conmigo, lo presiento
quizás está escuchando mis palabras.
Mi corazón en paz lanza su sangre
a todos los rincones de su alma.
Siento por fin que es bueno haber nacido
tiene que ser que hoy alguien me ama.

(Roma, Italia, 1963)

***

No tiene dueño tu amor


pero mejor corazón.
Mejor que nadie te ame,
mucho mejor corazón.
Que nadie escuche tus cantos,
que nadie llore tu amor:
Mejor, mejor corazón.
Que haya un dolor cada día,
que cada día otro amor;
que dejes siempre los pueblos
sin que te agobie un adiós;
mejor corazón, mejor.
Que no haya viaje que no hagas
sin esperar otros dos.
Que busques siempre otros ojos
con que llorar tu dolor
y nada, que nada encuentres
mejor, mejor corazón.
Que solo sean tus besos
asiento de esta pasión.

30 SAÚL SÁNCHEZ
Sé tu corazón quien cante
tu solo toda canción:
Y entonces cuando de besos
no sepas cual fue el de amor
cuando de tantos recuerdos
olvides quien fue señor,
entonces será mejor,
mucho mejor, corazón.

(Roma, Italia, 1964)

***

DE UN AMOR A OTRO, O LA RUPTURA, O CANTO FINAL

Notas de tu silencio cantaba el alma mía,


pero si el alma existe, qué no cantar podría.
Tu cuerpo tenía entonces el pálido reflejo
de un lago, que al mirarse quedábase perplejo.

Llantos de mi tristeza tu cuerpo no sentía,


el alma, si ella existe, tus cantos, me impedía.
El viento se hizo apenas cadencias al recuerdo
de lo que tú no fuiste pero que yo temía.

Tú fuiste sombra vana de todo un vano acuerdo.


Yo desaté las lágrimas buscando la armonía.
Sólo quedó el vacío: Abismo un poco lerdo.

Y el alma, que si existe, te amaba todavía.


Callaron nuestras voces mirándose al espejo.
Y el cuerpo aparecía sintiéndose más viejo.

(Bogotá, Colombia, 1965)

***

OBRA POÉTICA 31
Me lo pidió la carne que te amara
y a ti no te lo pide.
Hemos vivido tiempo tan distintos
que tal vez no es la carne la que ataja
este volcán de amor.

(Bogotá, Colombia, 1967)

***

El amor es tu carne
adonde tiende un ramo de la mía.
Es el reclamo más de tu presencia
en esta soledad …
… la necesidad de vernos cada día
sin saber que nos pasa.
Tus ojos deslumbrantes.
Mi sonrisa mordida de deseos.
El montón de palabras que no digo
en el momento mismo de ser tuyo.
El plácido dolor de haberte visto …
…si existe el alma
ven a ponerle rosas a mi pecho.

(Bogotá, Colombia, 1967)

***

Te veo tras el velo cubierto de tus formas.


Te sigo silencioso.
De pronto alzo las manos por suspirar
y alcanzo tu figura.
Te miro y estas lejos.
Tal vez una mirada que pregunta

32 SAÚL SÁNCHEZ
con que intención te hablo de milagros,
quizá un pensamiento.
Prolongo las palabras:
No sé si te das cuenta
que estoy haciendo voz de cada cosa,
solo por ver qué pasa en tu silencio.
No te descubro nada:
Ni un infinito acto de tristeza,
ni una mirada corta de deseos.
¿No lleno pues el cuerpo de atavíos?
¿No es el amor tan simple como un beso?
Y tú no dices nada.
Y yo con tantas cosas te digo mucho menos.

(Medellín, Colombia, 1969)

***

Puesto que sé a ciencia cierta


que usted no tiene carne
para el amor que tengo:
Siento un infinito amor por usted
y me quedo en silencio.

(Medellín, Colombia, 1970)

***

VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE DE 1971

No lo hice yo, lo hizo mi destino,


la fuerza del amor, el desespero, la soledad,
el miedo de seguir viviendo solo:
Lo hizo el tiempo:

OBRA POÉTICA 33
Me hizo gritar, después me quitó el sueño,
me puso más allá de mis casillas
y me entregó a la noche
para que ella fuera testimonio
de mi desbordamiento.

(Medellín, Colombia, 1971)

***

Y me darás tu cuerpo
al recibir mi alma,
si no sucede acaso,
no acabará la fiesta ni la noche,
por si sucede, tampoco acabaremos
para que sea fiesta la alborada.

(Medellín, Colombia, 1971)

***

Si te tuviera … Si me amaras …
Si estuvieras conmigo …
Si te viera …
Si alguna vez pidieras
que te amara …
Si aceptaras no más
que te quisiera …
Si vivieras
vinieras
o volvieras
conmigo, o me quisieras …
… Si te fueras,
si nunca más,

34 SAÚL SÁNCHEZ
ni siempre tanto te perdieras.
Si cada día te encontrara …
Si me sonrieras …
Si por cada sonrisa
me besaras …
Si en cada beso tuyo
me durmiera …
Si hubiere un tren
que siempre te llevara …
y un puerto hubiere siempre
en que me esperas …
Si un cielo azul te posara
en mis brazos, y te viera
a mi lado, y no me vieras …
Si no tuvieras miedo
y me abrazaras …
y no sintieras pena
ni sintiera …
Si nada nos pasara …
… o todo, juntos.
Si fueras lo que espero
que tú seas…
Si lo que soy quisieras
que tú fueras …
Si vivieras … al menos
¡Si vivieras ……!

(Medellín, Colombia, 1971)

***

Ya no pudimos ser lo que quisimos


no el corazón halló lo que buscaba.
Tuvo que resignarse la esperanza
a razonar el tiempo del destino.

OBRA POÉTICA 35
Todo no pudo ser la misma cosa,
ni el hombre puede más que ser sí mismo.
No puede uno solo con las ganas
abastecer el mundo de los signos.
Se quedaron los mares en deshielo
y el marinero a solas con el rito.
La calle se pobló de gente nueva
y se quedó el poeta sin abrigo.
Ya no pudimos ser ni comediantes,
ni alcaldes, ni galán, ni policía,
nada pudimos ser ni parodiantes,
nada, sino lo mismo que hemos sido.
¿Y el corazón? La llama transitoria
nunca localizó su desatino,
pudo cansarse mucho, querer.
¡Ah! la terrible instancia de ser hombres
pero la desazón de no ser niños.

(Medellín, Colombia, 1972)

***

Aquel día era miércoles.


Aquel día…¡De hace tiempos!
El barco…
Otra vez el barco.
¡Tal vez!
Tal vez el cielo.
Y tú, y…
¡Ella!
Y nadie
Y yo
Nosotros, el barco y él.
Primero nosotros, después el
barco y después él.

36 SAÚL SÁNCHEZ
Después fue primero el barco
y él, y al fin nosotros.
Y ya después de todo: Él.
Después las manos…
Después los besos, los abrazos y el
Llanto.
Primero el barco y luego…
El mar sin barco, sin nosotros sin ¡él!
Ahora…
Solo yo, primero; después y al fin,
ahora yo.
Sólo yo primero, yo sólo después, y,
Al fin yo… al fin.

(Cartagena, Colombia, diciembre 19 de 1973)

***

Al fin nos reunimos bajo el calor del vino


fuimos quedando solos
se fueron sosegando las disculpas
de tener que estar juntos
nos fuimos acercando poco a poco
hasta acoplar los muslos
me fue dando la mano en una pausa
que no duro un minuto
me dijo con los ojos que me amaba
al menos un segundo
después acercó el rostro y yo los labios…………………
……………………………………………………………
Y como si soñara con mi cuerpo
inclina la cabeza
hasta palpar mi sexo,
parece adormecerse
mis manos se deslizan por su rostro

OBRA POÉTICA 37
con un temblor ingenuo.
Se despierta
vuelve a sonar el eco de sus cantos
la risa de sus nervios
me mira nuevamente:
Dice algo que no entiendo
yo digo sí y entonces se aproxima
otra vez a mi cuerpo
pero no entiendo nada
un rictus en la boca que escapa a cualquier verso
y el canto y la palabra…………………………………….
…………………………………………………………….
La fiesta terminaba
era la hora de devolver al sueño los deseos
que yo meditabundo desterraba
le sonreía a veces por si acaso
pero sin decir nada
aún palpaba a golpes sus mejillas
perdía sus miradas
aún tenía besos que pedirle
en una u otra pausa
pero era inútil ya
caía el velo con el alba
el hechizo tras ella
y poco a poco el vino se acababa………………………….
………………………………………………………………
Esperaré otra noche
aquella noche mágica
me sentaré a tu lado
hasta tocar sus muslos con mi cara
recorreré sus senos
pero no habrá canciones ni palabras………………

(Medellín, Colombia 1973)

***

38 SAÚL SÁNCHEZ
Esta muerte, este viaje, esta partida.
Este adiós, esta distancia y esta suerte.
Y esta soledad, y esta vida.
Y lo que yo he perdido por quererte.

(1973, Una noche en Santa Marta, Colombia, el resto se perdió)

***

En este espacio inmenso


con estas tenues lámparas del aire
y bajo el cielo abierto
temblando como siempre
y como nunca
con esa pena eterna
de ver que el mundo
entero tiene miedo
miedo a la vida
miedo a la esperanza
miedo al amor y al sueño
con estas mismas ansias
cada día
de hablar del mismo tiempo
bajo el camino
oscuro de la vida
que no me lleva a ti
ni me repara
con el dolor inmenso
de estar solo
después de mucho tiempo
sin ti
sin nadie
solo como el cielo
voy a acercarme al viento
voy a buscar tu vida

OBRA POÉTICA 39
yo sé que el ritmo
ardiente de otras voces
una armonía de odio
un son de angustia
una canción violenta
de silencio
un ritmo de alas negras
y otras rimas
y otras canciones
y otros desconciertos.

(Sin fecha)

***

¡Como estamos de solos!


como estabas de triste
como fuimos de amigos cuanto tú lo quisiste
solo queda el recuerdo
las palabras que dije
y el amor … cosa vana
cuando tú ya no existes.

(Medellín, 1974)

***

Un canto, un canto, un canto


y tú en mi canto
y tú en mi tenue canto y en el sueño
y en el miedo que tengo
tú en el canto, en el sueño y en el miedo.

(Medellín, 1974, para “La Rosita”)

40 SAÚL SÁNCHEZ
De 1974 a 1980
“Una flor
tan bonita margarita
Tan bonita como tú”
(Victo Hugo)

Y un ramito
tan sencillo muchachita
tan sencillo como yo

Y un dolor
tan intenso, chiquitita
tan intenso como el mar

Pero tú
tan sencilla margarita
tan bonita, tan inmensa
con tu amor.

(París, Francia, 1977)

***

El silencio interior de tus pupilas.


El silencio exterior de mis deseos.
El silencio total de mis preguntas.
Y el silencio absoluto de tu cuerpo.
O el silencio, no más que tu silencio,
No se abrazara nunca a mi silencio.

(París, Francia, 1977)

***

OBRA POÉTICA 43
Tu cuerpo
es lo que a mí me gusta
como cuerpo

Tu vida
es lo que yo prefiero
como vida

Tus besos
es lo que a mí me importa
como riesgo.

(París, Francia, 1977)

***

1. LIEJA

¿Quién era?
¿Cómo era?
¿Cómo será mañana?
¿Qué pasará la noche
que ya no me recuerde?
Yo he visto sus ojos
alguna vez soñando
he tenido su cuerpo
lo mismo que sus brazos.
He sentido en mis manos
el sudor de su frente.
Y he mirado su rostro
que parece un milagro.
¡Qué cosas no he sabido
de las cosas que he amado!
¿Qué mar no he recorrido

44 SAÚL SÁNCHEZ
ciñendo su cintura?
¿A dónde no he llegado?
De toda parte vengo
cuando cojo sus manos
por toda parte trazan
mis caricias un puerto.
¿ A qué lugar no arribo
del cuerpo que he tocado
para hallar el secreto
de este amor que no alcanzo?
¿Qué soledad no siento?
¿Qué tristezas no palpo?
¿Qué infinitas pupilas
no miro cada día
con infinitas ansias?
¿Qué cosas no pregunto?
¿Qué dolores no amasó?
¿No levanto mi cuerpo
contra el cuerpo que amo
como si fuera el mundo
que perdiera un pedazo?
¿No me lleno de angustia
para atarme en sus besos?
¿No es cada vez que amo
el fervor de un milagro?
Y no sé cómo era
(nunca supe que ha sido)
No vino nunca amando
como aman los pájaros.
Su voz no tuvo nombre
para hacerme un hermano.
No tuvo pan su tierra.
No hubo vino en su vaso.
No alcanzó el agua fresca.

OBRA POÉTICA 45
No hubo leño.
No, fiesta.
No hubo amor
cuando amamos.

(Lieja, Bélgica, julio 22 de 1977, 9:00 p.m.)

***

2. EN LIEJA NO LEJOS

Te quedaste en Lieja
¡Tan lejos! ¡Tan lejos!
y me vine sólo
¡Tan luego! ¡Tan luego!
Te quedaste en Lieja
¡Tan luego Tan lejos!
y me vine lejos
¡Tan sólo y Tan viejo!
y te fuiste, sólo
de lejos creciendo
y me vine luego
¡Tan sólo muriendo!
Te quedaste lejos
en Lieja tan luego,
me quedé soñando
que Lieja no es lejos,
que creciendo un poco
(de lejos no Lieja)
iba a verte luego,
de Lieja no lejos.
Qué iba a estar en Lieja
no lejos; no luego.
Que iba a verte entonces,

46 SAÚL SÁNCHEZ
(no luego) no lejos.
Que no iba a estar solo,
(tan solo no luego)
Que tan solo iba,
sólo, a estar de lejos.
Que Lieja no era
tan sólo tan lejos
sino que aún sólo
Lieja no era luego.
Que nunca sería
tan luego tan lejos
como era Lieja
ya sólo o ya viejo.
Te quedaste en Lieja
¡Tan luego! ¡Tan luego!
que me vine sólo
¡Tan lejos, Tan lejos!

(Moers, Alemania, julio 24 de 1977)

***

3.

En este parque no te he visto


posiblemente no vendrás,
posiblemente yo te espere
por una eternidad.

Posiblemente yo te espere
en este bosque nada más,
oscura senda que conduzca
a toda la verdad.

OBRA POÉTICA 47
En este parque en que te espero
el viento pasa sin cesar,
el agua cruza por la acequia
y va hasta el mar.

Posiblemente tú no sepas
que existe un bosque de verdad,
donde te espere todo el día
por una eternidad.

Si así no fuera mi esperanza


no fuera senda la verdad,
si en este bosque no estuviera
iría al mar.
Posiblemente te encontrara
en una onda nada más,
pero mi alma es como un bosque
que pide eternidad.

En este parque no te he visto


a este bosque no vendrás,
posiblemente yo te espere
posiblemente nada más.

(Moers, Alemania, 1977)

***

4.

Y me vine hasta el mar


y el mar no te ha perdido.
La playa que te tenga
no te dirá mi nombre.

48 SAÚL SÁNCHEZ
El silencio infinito
con que una gaviota
traza su desventura
no toca tu silencio.
¿En dónde estás? ¿En dónde?
¿Hacía que mar huiste?
Me hundo en este barco
de amor, todos los días.
Naufrago en este día
en que aún te recuerdo.
Me sumerjo en la onda
más honda de mi herida:
¡Oh tierra! ¡Oh tierra! ¡Oh tierra!
Que yo diga tu nombre.
Que yo te llame un día
con un grito de fiesta.
Que yo abra mis brazos
como velas gigantes
para arrastrarte entera
hasta el puerto de mi alma.
Ese puerto que un día
te estrechara en sus brazos…
El día que atracaste
como nave perdida
no te esperaba menos
que te espero esta tarde.
No sé cómo me amabas
la vez en que me amaste.
Pero sé que aún tengo
el sudor de esa tarde.
De puerto en puerto busco
la sed con que saciaste
mis primeros deseos.
Y tú de cuerpo en cuerpo

OBRA POÉTICA 49
te me fuiste esa tarde.
Si no existe el amor
¿cómo existen tus besos
si no tengo otra tarde?
Y te amo, te amo
tierra de desventura,
cuerpo en el que me he hundido
más que en todos mis besos,
más que en mis mismas ansias,
mis propios pensamientos.
Por eso yo te busco
ebrio de mil preguntas
y por eso te llamo
lleno de mil deseos:
La playa que te acoja,
el mar que no te hunda,
el cuerpo que te sirva,
como el mío, de cuerpo
no han de tener más fuerza
que mis propios deseos.
Voy hacia ti. Navego.
La deriva me lleva
directo hasta tu cuerpo.

(Moers, Alemania, 1977)

***

5.

Yo me vuelco con toda mi figura


hacia tus manos blancas.
Yo me doy por entero a tus palabras.
Yo me lanzo a tus costas y a mi ruina.

50 SAÚL SÁNCHEZ
Yo te cubro de fiestas y de lágrimas
lo mismo hoy que ayer o que mañana.
Lo que importa es que seas mi silencio,
mi camino de angustia, o mi desgracia.
Yo te cubro de risas y de versos
y me entrego del todo a tus miradas.
No te detengas. Ámame este día,
que este día lo hice para tu alma.
Yo me entrego a tu cuerpo sin medida,
pues sin medida quiero mi desgracia.

(París, Francia, 1977)

***

6.

Me entrego a ti. Me rindo


me doblego.
No hay infinito mar que te contenga.
No hay cielo azul que diga tu medida.
No hay expresión más honda que tu nombre.
No hay extensión más vasta que tu vida.
Me entrego a ti:
Los ojos que tú tienes
no pueden ver más cosas que los míos,
cuando te miro a ti,
cuando te abrazo.
Me rindo:
No es más infinita tu presencia
como inmensa es tu ausencia entre la gente.
Me doblego.
¿Qué puede ser más vida que tu vida?
¿Qué puede haber más muerte que tu muerte?

OBRA POÉTICA 51
¿Quién tiene más que tú un cuerpo entero,
con el talle que espera mi medida?
¿Qué amo si no te amo cada día?
Y cada día te amo sin remedio,
y cada día espero cada día,
hasta el día en que esperes algo nuevo.
Tu soledad ayer, tu voz mañana.
Tu talle otra vez entre la gente
y entre la gente nunca nada nuevo:
¿A dónde alcanza entonces tu medida?
¿Hacia qué mundo huye tu deseo?
¿Qué tierra está ocultando tu esperanza
cuando soy yo el que te digo que te espero?
Me entrego a ti. Me rindo cada día.
Yo soy el que te amo entre la gente,
y entre la gente a nadie esperas menos.

(Venecia, Italia, 1977)

***

7.

En la playa del mundo donde vives,


en el cielo que sientas todo el cielo,
en el pueblo en que habites…
allí donde respires, donde cantes,
donde oigas hablar todos los días:
Bajo el árbol que el cuerpo te descubra,
con los días que pasen,
con las noches
y en las noches que ebrio te conduzcas
como un dios de pasión
pleno de entrañas,

52 SAÚL SÁNCHEZ
allí donde tú sientas cada día
que la vida es la vida
por ser vida.
Donde despiertes cada madrugada
harto de amor
hasta sentir de nuevo el hambre
por las noches
porque de vida no te queda nada.
En el lecho que duermas solitario
temiendo los linderos de la muerte,
en la casa que sientas que no hay nadie
o en el hambre de pan de cada día,
en las horas de amor que nunca tengas
o en todo lo que vivas
y mañana en tu muerte o en la mía,
allí donde tú estés,
en cada acto
del que yo estoy distante cada día,
en todos los deseos
o en el acto de amor,
y en fin, en el más puro de los actos
el mero acto de ser toda la vida,
allí te acompaño.
Simplemente.
En silencio.
Sin voz y sin medida.
Sin reproche.
Sin tener que temer
como se teme al prójimo o al hombre
(sin tener que dar cuenta de tus actos)
Sin que nada te alcance de mi cuerpo,
ni que nada te toque de mi vida.

OBRA POÉTICA 53
Allí te acompaño sin mis ojos
que es todo lo que un día
(cuando nos vimos solos lentamente)
supiste de mi vida,
de allí, de mi silencio te acompaño,
para que en tu silencio tengas vida.

(Sorrento, Italia, agosto 10 de 1977)

***

8.

Puedo esparcir mi copa


derramarla
desparramar su semen por el mundo
“botarla”
vaciarla gota a gota
aún quebrarla.
Puedo “voltear” mi copa
inclinarla
de tu lado o de mi boca
hacerla trizas,
tal vez hasta un día,
por un milagro,
yo pueda alzar tu copa
y brinde
por un dios o una partida.
Puedo beber mi copa
o apurarla
como se apura el cáliz o la vida,
aún con el más exquisito de los gustos
y con el menor vino,
que sería lo mismo que tú mismo;

54 SAÚL SÁNCHEZ
puedo escanciar mi copa
también si está vacía tu mirada
o no hay vino en mi copa,
o después de cada acto
en que se esparza o se derrame,
puedo llenar mi copa,
sino por otro gesto
y en otro acto
puedo sorber la copa
como se sorben horas cada día.
Puedo catar mi copa si es tu copa,
o tu vino
si es el que brota
por todos sus sentidos.
Pero contigo,
contigo únicamente,
al menos una vez, al menos juntos
por las veces
que he botado mi copa,
por las otras que la he desparramado
sobre cuerpos infecundos.
Por la más mala de las veces
y sin embargo, más frecuente,
la de inclinar la copa
de mi lado
o de mi estopa.
Por las veces que he brindado
tantas veces
y tan inútilmente,
por la copa que apuro
como cáliz amargo
si te espero
y es más amargo a veces no esperarte.
Por los sorbos

OBRA POÉTICA 55
(los poco que he tenido)
de tener el placer de no tenerte.
Por las pocas veces
que he escanciado tu vino,
tan escasas,
que han sido más los sueños
que la dicha.
Y porque equivocadamente
yo he catado
lo que no hay que catar:
Cuerpos extraños,
ideas vanas
o desilusiones.
Contigo, por ser tú,
por no ser nadie más
por ser no dios,
queriendo consagrarte,
quiero verter mi copa
¡VERTERLA!
Tú lo entiendes,
como se vierte sangre
de los toros,
como los sacrificios
de los cristos
en sacrificio puro,
no para redimir
no por salvarte
sino por el placer
más infinito
de amar muriendo
o de morir amando.
Quiero verter tu copa o la mía
Si tú eres dios,
yo soy el que te espera

56 SAÚL SÁNCHEZ
para morir amando.
Yo soy el pan,
y el vino.
Si yo soy dios,
tu eres el que tienes
tu cuerpo y sangre
para amar muriendo.
Quiero verte mi copa o la tuya
¡VERTELA!
¿Entiendes?
Todo depende
de que por fin bebamos como dioses
en un día infinito
en el eterno día del amar sin ley
en Jovis, no en Domingo.

(Moers, Alemania, agosto 20 de 1977)

***

9.

Pensar en ti.
Amarte,
amarte locamente,
tal vez besarte.
Tener tu cuerpo entero
tus caricias
una mañana o una tarde.
Quizás dormir
contando las estrellas
o contando tus venas;
o no dormir tal vez
velar tu sueño

OBRA POÉTICA 57
sentir tus miembros,
cada uno
hasta encontrar la forma
de tus besos.
Dejarme hundir
en tu presencia
como en un naufragio.
Vivir contigo
como si no existiera
nadie más,
como si no tuviera
que dar cuenta
de un alba cotidiana,
como si el mundo no viviera.
Atar tus ojos solitarios
a mi alma centinela,
o tu mirada diaria
a mis trabajos.
Tenerte en adelante
todo el tiempo
que antes me faltaste.
Llamarte
Amarte nuevamente
besarte un poco más
o un poco menos.
Perderte luego,
sentir como si el mundo
se acabara
para empezar de nuevo.
¡Gritar!
¡Vivir!
Tenerte o no tenerte.
Amarte, odiarte

58 SAÚL SÁNCHEZ
y otra vez amarte.
Pensar en ti
no más que en ti.
Vivir en todo caso.
Pero no hablar,
no discurrir.
No pensar mucho menos.
No separarnos por razón.
No más razones.
¡Un pensamiento!
¡Sólo un pensamiento!
¡Y en ese pensamiento
el cuerpo entero!

(París, Francia, 1977)

***

10. TE VÍ COMO …

Te vi como una estrella fugaz


que se desgaja de repente
en la noche de mi alma.

Te sentí como el ala de un pájaro


que se lleva la luz
en el crepúsculo.

Te amé como el agua de un río


que te moja una vez
y después cae en un océano de frío.

OBRA POÉTICA 59
Te tuvo como se tiene el sol a mediodía
un instante no más
para perderte luego
en la sombra más larga de mi vida.

(París, Francia, 1977)

***

11. ACCIÓN DE GRACIAS

¡Adiós!
Ya no te veré nunca.
Ya te tuve una tarde
entre mis brazos
y no tendré más tarde
ni más vida.
¡Adiós!
Que el cielo entero
te proteja.
Que te lleven los ángeles
del viento
hasta la ronda última
de tu alma.
Que tu vida la conduzcan
los cielos a otros cielo.
Que no haya nunca vino
que no pruebes
ni pan que no fermente
tu mirada.
Que tengas todas las delicias
y gracias infinitas.
Muchas gracias.

60 SAÚL SÁNCHEZ
Que el hombre te bendiga.
Que la mujer te colme
de esperanza.
Que encuentres más sorpresas
en la vida
que las que tú me diste
con un beso.
Que nadie te desprecie
que te amen,
porque es amor no más
lo que sorprende.
Que este sea tu camino
y tu azar.
Que el cuerpo te conserve
en el ala del tiempo
ebrio de vida.
Que todo el mundo te depare
alegría
no más que alegría.
Que no haya fuente
que no beban,
si tienen sed,
los labios que calmaron
la sed que yo tenía.
Que no haya cuerpo
que no toquen
los brazos que me dieron
sus caricias.
Que el mundo entero
se arrodille
para mirar muy hondo
tus pupilas.
Y mañana,

OBRA POÉTICA 61
si ha de ser mañana
si hoy ya es tarde,
cuando otra vez la suerte
te conduzca
por un camino como el mío.
Mañana que te lleve
la vida de la mano
a otra vida.
Que otro como yo
vuelva a mirarte
y exija sus caricias.
Mañana, si soy yo,
si no mañana,
vuelve a brindar
la copa de tu vida.
Que tú a quien nunca tuve
antes de amarte
y a quien no volví a ver
más en la vida.
Tú que no exiges compromisos
para entregar caricias.
Tú tiene el secreto
de amar no más
amando sin medida.
¡Adiós!
Que el cuerpo te proteja
de amar no más
amando con medida.

(París, Francia; 1977)

***

62 SAÚL SÁNCHEZ
“DEPRECACIÓN”

Una mano para mi cuerpo.


Una mano que ciña mi cintura
y defina mi sexo.
Una mano que me ame.
No el puño que amenaza.
No el dedo que se estrecha a las palabras
para mostrar el cielo.
No los brazos que se alzan
para un beso:
Un sentido que palpa mi figura
con amor violento:
¡Una mano!
¡Un beso!
Yo conozco las manos que se juntan,
las manos que castigan
conozco muchos gestos,
pero nunca una mano que me ame.
Conozco un pensamiento
y la mano que toma su figura.
Las manos que transforman,
las que abrazan,
o las manos que abrazan como el fuego.
Las manos que se extienden,
que reclaman,
las manos de dolor o desespero.
Conozco las palabras:
¿Quién no ha tenido nunca
una mano de paz y otra de celo?
¿Quién no ha cargado nunca con sus manos
el peso de su cuerpo?
¡Manos de soledad!
¡Manos de angustia!

OBRA POÉTICA 63
Manos de pan:
Palabras de deseo.
Manos no más, sin par.
Manos de mármol:
Manos vacías para tanto miedo.
Hoy con mi mano
reclama mi figura,
una mano de amor y otra de sexo:
Una izquierda que apoye sus caricias
en todos mis deseos,
y otra
que no pregunte dónde vivo,
ni sepa con quien duermo.
Una mano no más,
otra, no menos.
Una mano, otra mano.
¡Muchas manos!
Manos que batan
“Palmas” contra el viento.
¡Antorchas de milagro!
¡El sol entonces!
Manos que me acaricien
y que exalten.
Manos no más:
Manos tendidas para el mismo miedo.
No manos de bastón.
Manos crucificadas mucho menos.
Manos de más, no más.
Manos de menos,
pero manos:
Una diestra de amor
y otra de sexo.

(París, Francia, 1977)

64 SAÚL SÁNCHEZ
***

Mi alma es como tú que eres el cielo.


Mi cuerpo es como un río.
Si tú estás en él y el sol alumbra
mi cauce cruza tus fronteras:
Mi cuerpo, por el cielo,
es como un día azul de aguas frescas.
Río de espuma. Grito de alegría
y manantial inmenso.

La misma
noche,
si aún estás ahí,
si aún el cielo vigila las estrellas,
si el cuerpo es diana
y la noche no pasa sus fronteras,
si no corren
como velas nocturnas
las sombras de mi alma.
Mi río como un cuerpo
desciende en paz
a tus entrañas
y en lugar de espumas
en la noche,
en una tibia noche
de amor
como remanso
se contempla el agua.

Mientras el cielo esté,


mientras mi río cruza por tu cauce,
mientras que tenga cuerpo
en tu mirada

OBRA POÉTICA 65
y mire como luz tu misma pena,
mi río de aguas grises
irá surcando el día de tu ausencia.

Pero hay días


y días como hoy que no son días:
el río como un cuerpo
arrastra su figura,
el agua es cieno.

Para que un día


sea todo el día,
tiene que haber crepúsculo
o aurora.
La noche que sea noche,
es por tu cuerpo:
El curso de mi río
podrá seguir el cauce de tu pena
hasta volver a tu alma:
Yo sé que en las orillas de mi vida,
el pasto es verde
y una tenue flauta
irá a tañer no más
para que vuelvas.
Más hoy no es por tu cuerpo.
Es tu mirada.
Es por tu alma
que no es el cielo
que da calor al río.
El curso entonces
toma el color oscuro
como a un río
que falta el agua fresca,
solo porque no hay sol,

66 SAÚL SÁNCHEZ
porque mi cuerpo
no tiene tus fronteras
y el alma que no es nada
lo mismo que los ríos de este mundo,
coma caudal,
apenas lleva tierra.

(París, Francia, 1977)

***

ZARATUSTRA Y YO

Zaratustra quiere hombres solitarios


y yo soy un hombre solitario.
Zaratustra busca compañeros
y yo necesito compañía.
Zaratustra quiere dedos potentes para gravar nuevas
tablas de valores
y mi dedo busca por anillo el culo del mundo.
Zaratustra no quiere sepultureros
y yo no llevo conmigo el recuerdo de los años pasados,
ni el fuego de la casa paterna.
Zaratustra no quiere ser un pastor
y yo he rechazado hasta la oveja que me sirve de compañía.
En fin, Zaratustra quiere un segador
y busca un cosechero:
Yo soy un hombre solitario
puedo ser un compañero.
Tengo manos potentes.
No tengo compañía.
No siembro pero siego.
No cosecho,
pero todos los campos que están libres,
las tierras que hay abiertas,

OBRA POÉTICA 67
todas las esperanzas,
todo el cielo,
lo he regalado yo con mi ternura.
Posiblemente
no quiera Zaratustra nada de esto.
No soy un cosechero
porque no hay campo libre
en mi comarca
donde yo pueda arar
mi desespero.
Posiblemente Zaratustra
no cuente con la tierra que yo tengo.
Posiblemente
ni vea el arco iris,
ni alcance al superhombre.
Estoy de acuerdo.
Pero para vivir
me basta una conquista:
PROMETEO
El fuego que destruya
los dioses extranjeros.
Yo sé que Zaratustra
está temblando.
Aún sé, que el superhombre
es menos que esto,
solitario, potente, compañero:
Para vivir
a mí me basta el rayo.
Para morir
aún no tengo sueño.
Tan solo para amar
quiero una espada
que para destruir
ya tengo el dedo.

(París, Francia, 1977)

68 SAÚL SÁNCHEZ
***

SOLUS-LOQUOR (Soliloquio)

¡Tan lejos!
Tan lejos sí.
Tan lejos y distantes.
Tan solos.
Tan humanos.
¡Tan amantes!
Amantes y tan solos.
Solos y tan amantes.
Más solo tan amantes.
No hay nadie que nos mire
como nos mira el día,
nadie que nos recuerde,
ni nadie que nos ame…
Nadie que nos pregunte
qué nos pasó a esta hora…
Tan solos pero nunca tan tristes.
Tan tristes más siempre tan amantes.
¿Quién va a venir ahora?
¿Qué va a pasar entonces?
¿Qué me llevó a la puerta
si nadie la ha golpeado?
¿Qué me puso al teléfono
si aún no está sonando?
¿Quién llega?
¿A quién espero?
¿Por qué más bien no llega
lo que nunca he esperado?
¿Para qué espero tanto
lo que nunca ha llegado?
¿Por qué más bien no amo

OBRA POÉTICA 69
lo que nunca está distante?
¿Lo solo? ¿Lo humano?
Tan lejos sí.
Tan lejos de todo lo que amo,
más siempre tan humano.

(París, Francia, 1977)

***
¿Quién era?
¿Cómo era?
¿Cómo será mañana?
¿Qué pasará la noche
qué ya no me recuerde?
Yo he visto sus ojos ,
alguna vez, soñando.
He tenido su cuerpo
lo mismo que sus brazos.
He sentido en mis manos
el sudor de su frente.
Y he mirado su rostro
que parece un milagro.
¡Qué cosas no he sabido
de las cosas que he amado!
¡Qué mar no he recorrido
ciñendo su cintura?
¿A dónde no he llegado?
De toda parte vengo
cuando cojo sus manos.
Por toda parte trazan
mis caricias un puerto.
¿A qué lugar no arribo
del cuerpo que he tocado
para hallar el secreto

70 SAÚL SÁNCHEZ
de este amor que no alcanzo?
¿Qué soledad no siento?
¿Qué tristeza no palpo?
¿Qué infinitas pupilas
no miro cada día
con infinitas ansias?
¿Qué cosas no pregunto?
¿Qué dolores no amasó?
¿No levanto mi cuerpo
contra el cuerpo que amo
como si fuera el mundo
que perdiera un pedazo?
¿No me lleno de angustia
para atarme en sus besos?
¿No es cada vez que amo
el fervor
de un milagro?
Y no sé cómo era
(nunca supe que ha sido)
No vino nunca amando
como aman los pájaros.
Su voz no tuvo nombre
para hacerme un hermano.
No tuvo pan su tierra.
No hubo vino en su vaso.
No alcanzó el agua fresca.
No hubo leño.
No, fiesta.
No hubo paz
para amarnos.

(Lieja, Bélgica, 1977)

***

OBRA POÉTICA 71
Puedo decir que estuve en tus ojos un día
que eran claros tus ojos y más claro tu cuerpo
que a los dos nos cubría un deseo infinito
de sentir el amor como forma del tiempo
que los dos estuvimos arrullando la tarde
y que ahora nos vamos a buscar otros cuerpos,
puedo decir que estuve en tus besos un día
como un día que no era como todos los días
como tú que no eras como todos los besos.

(París, Francia, 1977)

***

PENSAMIENTOS

SURSUM CORDA

Te tengo miedo, pena.


A veces tengo hastío
de ver que no te tengo
un poco de ternura,
cariño, algunos besos.
A veces siento celos
de ver que no te tengo.
Una palabra entera
de amor todos los días.
A veces tengo miedo
de ver lo que no te tengo.
Te tengo muchas cosas:
Amor. Dulzura. Cuerpo.
Un poco de caricias
y alguna vez, más besos.
¿No basta una sonrisa

72 SAÚL SÁNCHEZ
de amor por cada día?
Si todo lo que tengo
lo tengo para amarte.
Para decir que te amo
me basta sólo un gesto.
¿No tengo yo los ojos
para mirar tu cuerpo?
¿No basta que si te amo
tan sólo tenga miedo?
Veras que habrá en mi boca
más besos que palabras
y que no habrá en mis manos
más pan que tu deseo.
Son manos alargadas
no menos que tus manos
y un cuerpo que te espera
no menos que tu cuerpo.
Te tengo, pues, mil cosas
pero te tengo miedo …
Si al ver que tu no vienes
saliera yo al encuentro …
Si porque tú no llamas
usará yo algún medio …
Si un día yo te viera
y no tuviera miedo …
Si un día yo te amara
y tu tuvieras cuerpo …
Pero no sé qué pasa:
Te busco y no te encuentro.
Te encuentro y siento hastío.
Te veo y me da miedo.
Te llamo y no respondes.
Te tengo y no te tengo.
No sé porque destino

OBRA POÉTICA 73
de amor, yo me empecino
en que para quererte
te pida sólo cuerpo.
No sé por qué no estás
si piensas lo que pienso.
Ni sé por qué te amo:
Espero que no esperes
que el cielo sea un cuento,
pero si no te tengo
tal vez no tenga cielo;
y espero que me ames;
al menos sé que es esto
lo que yo siempre espero.
Al menos que me ames
si tengo tantas cosas
como las tiene un cuento.
Al menos que me esperes
si esperas lo que espero.
Yo sé que no me amas.
No creo que me esperes
pera pensar que vuelvo.
No tienes tantas cosas,
tal vez, como yo tengo
quizás caricias, cuerpo,
un poco de ternura
y alguna vez, un beso.
Una palabra, un acto …
Si al menos tú tuvieras
el miedo que yo tengo …
Si un día tú te amaras
y fuera yo tu cuerpo …
Si amaras lo que amo
y no tuvieras miedo …
Pero no sé qué pasa:

74 SAÚL SÁNCHEZ
Me alejo y no me buscas.
Te hablo y estas lejos.
Me callo y no preguntas.
Te pierdo y no te pierdo.
No sé por qué me exiges
que te amé con el alma
si para amar tu alma
tan sólo tengo cuerpo.
Ni sé por qué no me amas …
Espero que el infierno
tan sólo sea un cuento
pero si no te tengo
tal vez no tenga cielo.
Y espero que me ames,
al menos sé que es esto
lo que yo siempre espero.
Al menos que me ames
si tienes tantas cosas
como las tiene el cielo.
Al menos que me esperes
si esperas lo que espero.

(París, Francia, Septiembre de 1977)

***

ESTO ES MI CUERPO

Sólo tu cuerpo es delicioso


como una tarde junto al mar
como el arroyo que nos moja
cuando nos vamos a bañar
como una fuente de agua fresca
tu cuerpo es mucho más.

OBRA POÉTICA 75
Sólo tu cuerpo es un paisaje
que no mes basta contemplar
yo me contento con el campo
para sufrir la soledad
pero en tu cuerpo encuentra el alma
lo que ella siente al ver el mar.

Tiene tu rostro tanto aire


hay en tu boca tanto pan
siento en tu cama tanto aroma
se ve en tus ojos tanta paz
tu cuerpo tiene las ventajas
que no me da ninguno más.

Volver al cuerpo que tú tienes


es otra vez volver a amar
es otra vez pensar que el mundo
tiene una historia que contar
es no creer más en el cielo
pera pensar que hay libertad.

Tocar la carne de tu cuerpo


es tocar tierra una vez más
es descubrir de nuevo el mundo
sin rey, sin papa que nombrar
es darme en ti a la aventura
sin la pasión de conquistar.

Sentir la esencia de tu carne


es a otra aroma renunciar
es conocer que el mundo exhala
sudor, no incienso en el altar
es aceptar que es con el hombre

76 SAÚL SÁNCHEZ
con quien yo debo comulgar.

Catar el vino de tu cuerpo


y no comer más que tu pan
atar mis ojos en tus ojos
tu carne en mi alma. Amar y amar
y hallar así que nunca es fuente
de bien el cielo. De cuerpo el mal.

Sólo tu cuerpo da frescura


como la sombra de un pinar
como la vida que te invita
sólo a danzar, danzar, danzar
sólo en tu cuerpo tengo vida
y yo no quiero nada más.

(París, Francia, septiembre de 1977)

***

¿En dónde estás?


¿Qué haces?
No estás conmigo …
No te tengo.
¡Dios mío! no te tengo.
¿Tal vez ira a volver?
Tal vez no vuelva …
¡No vendrá nunca!
¿Mañana? ¡No!
¡Mañana! ¡Que vacío!
Cómo volver al pueblo
en que he nacido …
Estoy sólo

OBRA POÉTICA 77
¡Que sólo estoy Dios mío!
Que tinieblas
¡Por Dios!
A quien le digo …
A quien llamo …
¿A quién le cuento que estoy sólo …?
Esta es mi queja:
Que no estás conmigo.
Que hay noches que no duermo,
que no sueño.
Que hay tardes que no quiero
estar contigo.
Que es como si algo me faltara
y que no fueras tú …
Que hago un ensayo de vivir
que no resulta.
Que lucho con la muerte.
Que algo o alguien me atormenta …
Si estuvieras conmigo …
Si te tuviera y todo lo olvidara …
Pero hay días infinitos,
eternos días,
como los días que no estas
como las noches largas de tu olvido.
Esta es mi pena
la que escribo,
la que siento después
que el sol se hunde
porque te busco como un loco
antes del crepúsculo.
Me acerco a tus miradas.
Tiemblo cada día.

78 SAÚL SÁNCHEZ
Voy en cada acto a cada instante,
vago todo el día.
Te vas como el ocaso
y no conozco el mar en que te hundes.
¿Qué hago?
¡El tiempo que he perdido!
Esta es mi pena
la que escribo
porque no tengo a quien contarla.
¡Dios mío!
Esta es la hora
la amarga hora
de saber que estoy perdido.
Que tu no vienes
que nadie nos detiene.
Que la rueda del tiempo
tiene un sentido de abandono
o es más que un abandono del sentido.
Que crezco en un desierto
de silencio
y que las sombras crecen
más largas que el olvido.
Que Dios no esté en el cielo
y si no digo Dios
¡por dios que digo!
Que estoy sólo esta noche
en la que el cielo atenta
mi esperanza.
Que estoy solo y callado
e in – finito …

(París, Francia, Septiembre de 1977)

OBRA POÉTICA 79
***

YO PECADOR (Arrepentimiento)

No vuelvo más
me pesa haberte visto,
me pesa amarte.
Me duelo y me arrepiento.

No vuelvo más
me pesa confesarte que te quiero
por más que te amé:
Me duelo y me arrepiento.

Me duele y me arrepiente
haberte visto,
me duele y me arrepiente
tu silencio.

Todo me duele y me arrepiente:


Tu mirada,
tu amor,
mi desesperos.

Todo me conturba.
Tu amor me pesa,
de todo
me duelo y me arrepiento.

No vuelvo más:
No vuelvo a confesarte que te quiero
me pesa tu mirada
y tu silencio.

80 SAÚL SÁNCHEZ
Me conturba la paz
que tu mantienes.
De tu calma
me duelo y me arrepiento.

Más si este olvido


en que me tienes
algo tiene que ver
con mi silencio.

Me pesa mucho más.


Yo pecador,
me duelo y me arrepiento.

(París, Francia, Noviembre 24 de 1977)

***

El silencio interior de tus pupilas.


El silencio exterior de mis deseos.
El silencio total de mis preguntas.
El silencio absoluto de tu cuerpo.
O el silencio, no más que tu silencio
no se abrazará nunca a mi silencio.

(París, Francia, Noviembre 24 de 1977)

***

Puedo decir
que estuve en tus ojos un día
como un día
que no era como todos los días,

OBRA POÉTICA 81
con un beso
que no era como todos los besos.
Puedo decir
que estabas …
Y que ahora nos vamos
a buscar otros cuerpos.

(París, Noviembre 24 de 1977)

***

TROVAS

En una tarde de estas


sabrás que yo no existo
y en otra aún más fría
ya no sabrás lo mismo.

Tu amor, el que he implorado


no tiene tanto frío
que pueda congelar
lo mucho (que he sufrido.)
(que yo he querido.)

La vida que te he dado


es como el amor mismo
un tiempo de verano
después, un cataclismo.

El tiempo que pasamos


los dos en este sitio
fue un tiempo de tormenta
después volvió el olvido.

82 SAÚL SÁNCHEZ
No sé porque te quiero
si nunca me has querido
pero si no te amo
yo mismo me castigo.

Por qué será que el aire


que fulge en tu figura
tiene el color que sume
mi cuarto en la penumbra.

Amo también el tinte


de piel, asaz oscura
en el que cada día
te tiñes de hermosura.

Me gusta aún el rostro


que pones de ternura
porque la vida pasa
cuando la tarde apura.

(París, Francia, septiembre 7 de 1977)

***

GLOSAS

¿Cómo pensar, en fin,


que un día te encontré
y como recordar
que luego te perdí?

¿Y cómo amar y amar


si ya te amé una vez
y cómo no olvidar
si nunca más te vi?

OBRA POÉTICA 83
¿Y cómo no contar
que luego te besé
y porque no decir
que entonces te perdí?

¿Y para que llorar


lo mucho que te amé
o para que reír
después que te perdí?

¡Después que te perdí


la vez que te besé
y nunca más te vi
y no volví a querer!

¡Y no te besé más
y no te volví a ver
y no volví a sentir
lo que era amar, amar!

¡Y yo no sé decir
lo mucho que te amé
pero no sé callar
lo tanto que sufrí!

¡Lo tanto que sufrí


lo mucho que te amé,
lo tanto que perdí
la vez que te encontré!

La vez que te perdí
después que te encontré
la vez que tanto amé
y no volví a vivir.

(París, Noviembre de 1977)

84 SAÚL SÁNCHEZ
PATRIA: (A Jairo)

“Estas poesías fueron escritos en París, durante una estancia de dos


años en Europa, entre los años de 1976 a 1978, viviendo en compa-
ñía de mi hermano Jairo y “Rosita”, su esposa por la nostalgia del
suelo natal”.

Saúl.

IN – VOCACIÓN

Mar de Cartagena,
Mar de Santa Marta,
Mar del Caribe
MAR:
A ti te invoco.
Mar de la desolación
Y tierra del abandono
Mar inmenso,
ola de hambre,
tierra del desespero,
cielo de tormentas infinito
o sol de los venados,
o tierra colombiana,
ciudades mías
ciudades de pequeñas aventuras
y grandes desconsuelos
oasis de desvelos
en la noche de amor,
tormenta tropical de mis deseos:
A vosotras invoco
en su nombre

OBRA POÉTICA 85
y en nombre de lo que olvidamos
o en nombre del padre que no ha vuelto.
Valle de Medellín
o Tierra del Aburrá
vacío inmenso
suspendido en el aire
de lo que amamos:
A ti también invoco
invoco a todos
he invoco todo:
El viento,
El agua torrencial de mis recuerdos,
Invoco el firmamento
sobre el que no se ha escrito
una plegaria.
Todo,
menos a Dios
en quien no creo,
Para que en esta hora
en la que vuelvo
a todas mis angustias
en este instante mismo
en que recuerdo
todo su amor, que tuve
entre mis labios,
El, a quien no conozco
y que no espero,
esté siempre conmigo
como un nudo eterno.

(París, Francia, mayo de 1977)

***

86 SAÚL SÁNCHEZ
CANTO 1
EL MAR Y EL CIELO

Patria,
¿Cuál es tu nombre?
¿Cómo te conquisto?
¿Qué dioses tutelares te protegen?
¿Cómo empezar la historia que te falta?
¿Qué cauce me conduce hasta tu origen?
¿Qué eres?
¿Cómo eres?
¿Te he visto alguna vez?
Conozco el cielo
cuando de niño
yo iba allí
de modo diferente:
Subía hasta la torre de la iglesia
para encontrar un pájaro
y en vuelo eterno,
en ronda interminable,
yo era como un cuervo,
que volaba,
mirando con nostalgia
su destierro.
Algunas veces ascendí, envuelto
en una nube de alegría.
Como tea encendida
convertido en globo de ilusiones
quería ir más lejos.
No era por nostalgia
que ascendía,
en mi vuelo
era una ronda

OBRA POÉTICA 87
de remordimientos.
Yo era niño en aquel día,
brincaba como un ciervo,
e iba en pos del cielo,
que cubrían
las nubes de mi pueblo.
Quería ver a Dios,
tenía la esperanza
de hallar el trueno
de su voz
que retumbara
no más que en mandamientos.
Pensaba hablar con él
y ascendía,
Dios sabe que ascendía,
Como un hilo de luz
hasta perderme casi,
hasta fundirme con el viento.
A veces parecía
que no era el cielo
donde habitara Dios
o que él se retirara con su séquito,
al corazón del monte:
El viento era más fuerte,
la tempestad más honda,
tímido como un niño,
lleno de aspaviento.
descendía.
Yo era un cervatillo
al que espantaba
un dios silvestre,
o a quien la luna
le inspiraba miedo.
Volví a subir al cielo

88 SAÚL SÁNCHEZ
otra mañana
en alas de los cuentos,
fue en la escuela,
en el color azul
de los cuadernos,
en las estampas
de un breviario …
Pero esta vez el cielo
tenía otro aspecto:
Los mapas lo pintaban
horizontal como la tierra
y me dijeron
que llamaba océano.
Un mundo de aventuras empezaba
a partir de aquel día.
¿Y Dios?
Dios, ¿quién sería?
Si irremediablemente
no puede faltar él
¿en ningún cielo?
¡El mar!
El mar que era un ensueño,
que era inmenso más que el mundo,
que era más oscuro que el universo,
sería más que Dios:
en él eterno,
en él viviente.
Yo mismo su habitante.
Yo inmenso.
Yo infinito en él.
Yo en él pudiente.
Yo en él sólo
Yo, Dios …
Aquella noche

OBRA POÉTICA 89
el mar no estaba sólo,
Dios era como yo,
si era Dios:
un poco tierno,
un poco descuidado,
un poco amante
y un aventurero.
En adelante,
el cielo
iría a estar más lejos.
Y el reino de los cielos:
¡El mar!
El mar constante,
el mar que por no visto.
más inmenso,
tendría un primer puerto:
La luz que lo alumbraba
me acercaría
a un reino eterno.
Por más que la pupilas
de este mundo
tengan otro color,
la chispa mágica
que encontré en mis sueños
ha de alumbrarme siempre
en aquel puerto.
Después,
el cielo fue otra cosa:
Fue silencio,
fue nube cada día,
fue una espesa nube
de amor
o desespero.
Después,

90 SAÚL SÁNCHEZ
el cielo no fue cielo.
Aún hoy
no es cielo todavía,
es verdad
que aún alzo los ojos
para mirar las nubes …
que sigue el sol conforme,
pero más bien prefiero
ver la noche
en que cayó mi estrella;
no negaría
que aunque tirite lejos
si es que centellea todavía,
Dios está allí,
azul,
lleno de espumas,
como pensé encontrarlo
el primer día
de mi ascensión.
En cuanto al mar
lo he visto,
lo he mirado
“mis ojos vagabundos”
lo han tenido,
lo he surcado a pedazos …
Hoy lo atravieso diariamente
para encontrar lo que dejé
buscando a quien me deja
río arriba.
Hoy bogo mar adentro,
como el niño
que vuelve cada noche
a ver el puerto.

OBRA POÉTICA 91
En cuanto al mar
yo tengo que decir
que allí he perdido
las veces que he querido inútilmente.
En cuanto al mar,
yo tengo que contar
que tiene espumas
o que está haciendo frío …
¡Patria!
Tú no eres como el cielo,
si soy yo como tú …
o acaso ¿soy tu dios?
yo nunca he visto
que el mar que te circunda
tenga un puerto de amor.
Las luces que allí fulgen
llevan olas de sangre
de la herida del tiempo,
en que hace tiempos,
se espera que un dios nazca.
Los pájaros que cruzan
tus espacios
no se detienen nunca.
Hay un cielo de sombras
en tus llanos
como hay un mar de sombras
en mi vida.
Hay un océano de espumas
que choca con tus ruinas.
Hay un fondo de luz
que nunca flota en un día de fiesta.
Hay una historia

92 SAÚL SÁNCHEZ
que no surge nunca.
El cielo que tu invocas
no tiene dios,
Patria,
¿por dónde empiezo
a ver tu día?

(París, Francia, 1977)

***

CANTO 2
LA TIERRA Y EL SOL

Hoy que ya he visto otro horizonte,


que he descubierto lo que estaba
“allá tras las montañas
donde se acuesta temprano el sol”,
que he palpado las fronteras
de quien moraba
“oculto por mi amor, dios solitario”
que he viajado con el tiempo
a un tiempo
que no parece nunca que termine.
Hoy, sin embargo, vuelvo a ti, aldea.
Tú eras la tierra entera,
en ti también había cada día
un alba y un ocaso.
Los pájaros del mundo te cantaban
cada madrugada.
Y un pavo real multicolor,
se pavoneaba por el parque
anunciando en su canto

OBRA POÉTICA 93
el paraíso.
Tú eras el mundo, tierra:
Tenías Dios:
Tus calles cantaban la leyenda
de la creación,
sólo que el primer día de tu vida
no empezaba por la luz,
si no por las tinieblas.
Eras un caos adorable
de tempestad, de lluvia y de tormenta.
Yo conocí al principio de tus días
lo que era un cataclismo.
Eran tus cumbres, tus peñascos,
tus abismos,
tu nudo eterno de montañas,
las borrascas que desataba el cielo,
el manto oscuro de la noche
y el rayo que la rasga en su silencio;
cómo querías
que no naciera en mí este deseo
¿de un derrumbamiento?
Yo soy eso.
Cada hijo que alimentas.
Vivimos diariamente
de la ilusión de tus desilusiones.
No era que no hubiera
un pastor que cantara sus endechas,
no era que no sonara una guitarra
con un canto de amor:
Faltaban los ovejas,
pero en tardes de fiesta,
cada mozo
sacaba a su morena,

94 SAÚL SÁNCHEZ
para ir a una playa que inventaban
escarbando la tierra.
Que extraño era, la aldea,
atravesar el tiempo por tus calles.
Yo mismo me sentía forastero
de un país, que al fin he descubierto.
Yo mismo iba silencioso
a rendir culto al cementerio
a un dios que agonizaba
entre las hojas de laurel …
Que extraño me sentía y ¡que extranjero!
Y no es que no hubiera algarabía,
yo oía las campanas tocar a vuelo.
Todo el pueblo miraba la torre
de la iglesia
y el cielo estaba ¡azul!
¿Quién no sabía
que “un enjambre de errantes golondrinas”
se iba a posar al templo?
Pero aquel día de verano
yo era un niño
que no aprendía a amar el campo
más que por los cuentos.
Yo conocí al principio de mis días
lo que era un desierto.
¿Y el roble? ¿el eucalipto?
¿el plátano que hacía
sombra protectora a los cafetos?
¿y la naranja y el banano?
Ellos formaban como un bosque
que no tenía faunos.
No había ninfa alguna en las quebradas.
Ningún arroyo se miraba

OBRA POÉTICA 95
en los ojos de Narciso
para sentirse bello.
Ningún Narciso se acercaba
a las pupilas de un arroyo
para amarse
sin escuchar a Eco.
No era posible
que los campos crecieran desolados
que sólo hubiera azucenas
en el templo.
Yo comprendí muy niño, pueblo mío,
que el dios que te amparaba
estaba muerto.
Desde entonces,
yo busco un dios.
Por eso fui al campo
y fue a la tierra
a quien le di mi primer beso.
Por eso, desde entonces,
aunque crece un desierto
de amargura
en el fondo de mi alma,
aunque he vagado por la tierra
de destierro en destierro
y de alma en alma,
yo, hombre,
espero ver desnudo el mundo entero
en las playas del mundo,
en los campos de mi tierra.
Mujeres como ninfas en los ríos
y jóvenes violentos
acariciando el cuerpo de la tierra
para que con su semen

96 SAÚL SÁNCHEZ
se formen las borrascas
para que los orgasmos
caven los abismos
y nazcan otra vez
el sol y el monte
y un nuevo dios
despierte en los potreros.

(París, Francia, 1977)



***

CANTO 3
EL CAMPO

Que el mundo sepa


que el padre que tenemos
no era un pastor errante.
Que aprenda el mundo
que si la tierra tiene sementeras
no hay campo para Baco.
Que conozca
que no crece la espiga
y que callaron los silbos
para rasgar las tripas de los gatos.
Que el mundo aprenda,
lo que también nosotros ignoramos.
Que no hay padre sino hay dios
y hasta dios sabe
que si no hubo vino suficiente
para libar, ni pan,
no hay larario.
Hasta los dioses saben
lo que los hombres olvidaron:

OBRA POÉTICA 97
Que los dioses que amaban
las orgías,
no llegaron.
Que están sin voz los campos
y que hay que cantar …
Hasta los dioses saben
que el mundo es un poema comenzado.
¿No tiene dios el nuestro?
¿No tienen padre nuestros campos?
Hasta Dios sabe que a él hay que buscarlo
no con la estrella del marino,
los mares tienen hambre de los campos
y una furia infernal …
no por la tarde,
con la estrella del pastor
que está en oriente.
Es verdad que ella
promete un tierno canto
y que en la noche tibia
no hay nada más humano
que dormir bajo el cielo
en que una estrella alumbra …
Pero el hombre que sigue una estrella
o tiene que vivir buscando astros
o siembra olvido
en campos desolados
no tras la estrella entonces
aunque el cielo en que brillen
parezca más inmenso que los campos.
Tampoco tras las nubes:
Es verdad que ellas
caminan con el viento
y que nos sirven
como alas gigantes

98 SAÚL SÁNCHEZ
para alcanzar la altura de los pájaros.
Pero el soplo del céfiro
viene también de oriente y va a occidente;
y Eolo, de los mares.
Más, hay, el soplo que esperamos
¿no tiene a Dios al sur?
¿No sentimos que el hálito es divino
si pasa las fronteras?
¿No esperamos que las Furias
por fin alcancen la justicia?
A Dios hay que buscarlo
y Dios lo sabe, en el campo.
No necesariamente en un pesebre
envuelto en pajas.
En el campo. No más. O bajo un árbol.
Sobre un camino que no conduce al cielo,
en la “senda perdida”
en la vereda
que se hunde en los rastrojos.
Él está allí.
Está sin ton ni son.
Está sin voz el campo:
Escucha su silencio:
“ara y canta”
¿Campos de soledad? ¿mustios callados?
“Estos que vez ahora serán un día
pompa y alegría”.
Canta, canta, todavía.
¿Campos desolados?
¿No tienen primavera cada día?
¿“Campos de paz”?
¿No hay otoño en cada “vespertina”?
Mira lo que existe.
Mira, mira:

OBRA POÉTICA 99
No hay niñas, ni hay trigales,
pero crecen, permanentes,
eternos campos de maíz.
Será el olimpo tan extraño
¿que no haya un dios
que guste la mazorca?
No hay rebaños de corderos,
pero el campo
en que la noche nos sorprende
“tasándonos”,
no necesita un pacto:
Que pase el ángel de exterminio
porque no es tiempo, ya,
de hostias pacíficas,
para un lugar
donde el extraño es amo.
Pero un campo como el nuestro
tan largo como el día …
Un campo que no alcanza a atribularse,
pero con pena y daños sin medida,
si necesita un sacrificio
no será el de la oveja perdida
de un rebaño,
si no una hecatombe,
entre tanto:
Si no hay pastor
existe algún vaquero
que observa con sus vacas
en los charcos,
si no hay cabaña,
hay choza en los barranco
donde espera a su vaquero
pilando
una muchacha.

100 SAÚL SÁNCHEZ


Si no hay Simún
existen las borrascas
y el ventarrón
o el vendaval y el fuego.
Si no hay un nauta,
o un cochero
que atraviese fantasma
por el campo
tenemos la leyenda de un viajero:
Él era un noctívago
que buscaba la hormiga
y la esperanza.
En las noches sombrías
canta un gallo
aunque no cante el búho.
Vigilan en los pastos los lagartos,
corre el agua de la fuente,
y si no están las Náyades
bañándose
hay muchachos
que juegan como espuma
al pie de la corriente.
No hay flor de loto,
ni cáliz de amargura,
ni copa de oro,
ni ánfora, ni crátera,
pero cocida al fuego con el barro
está la olla
que contiene
la historia de un antepasado.
El tulipán no crece en los tapices,
ni el clavel,
como tampoco la falange
para una historia de conquista,

OBRA POÉTICA 101


ni un leño,
ni el hierro que no hemos fabricado.
Pero esta la piedra
que lo mismo esculpe
la esperanza que el pasado.
Y en esta cadena de montañas
que llaman cordilleras
tal vez no es el parnaso
porque el que muere al pie
no va a ser Layo.
Pero tenemos un jardín
o un campo
y esto es lo que cuenta
para que haya poesía
o nazca dios
o vuelva, al fin, el canto.
Tenemos ¡TIERRA ENTERA¡
descubierta hace tiempos
por los pájaros:
Está el maíz que pone el sacrificio
para la inauguración del primer día.
Están las piedras que trazan la leyenda
para la orientación de los que siguen,
y hay un surco de sangre en nuestros campos
que pone la medida
de los límites,
¿qué falta, ¡PATRIA!,
para que venga el padre
o llegue, al fin,
el día del gran año?

(París, Francia, 1977)

***

102 SAÚL SÁNCHEZ


CANTO 4
CUMBIA

La fiesta empieza hoy.


Un barco gira en torno
de los brazos
de una mujer.
La danza negra
absorbe el fuego de la tierra
arde el cielo
y el litoral
se enciende
abriendo a cada paso la tormenta.
No hay mar en calma.
No puede el mar
oír en vano un canto de locura
y estar en paz.
Va y viene el mar de leva
como los hombres en la playa,
como la tierra entera
que anochece
con infinitas ansias:
La cumbia las desata.
El ritmo es danza,
La pasión es danza,
La vida es ritmo y es pasión y es danza.
Aún giran y gira
en la embriaguez del ritmo
una ola.
La espuma la secunda
como si fuera su sudor.
Hay que bailar,
más que cantar
o más que fatigarse

OBRA POÉTICA 103


o hay que cansarse de pasión
y hay que vivir:
El litoral del hombre
no tiene otra pasión
que la de ver el mar
y sentirlo
menos inmenso
que la vida.
El mar del mundo
no tiene otra verdad
que su nostalgia.
El mar,
el mar abierto
empieza en una fiesta.
La vida tiene fin cada mañana.
La noche es santa,
los poetas saben
que están en ella
ebrios de amor
por cada hora que pasa.
El hombre que labora
conoce el límite del mal y de la muerte.
La danza es la respuesta desdeñosa
del hombre que la abraza.
La tierra tiene sed,
mi alma tiene sed,
el mar tiene hambre,
¿qué nos falta a los tres para una danza?
La fiesta va a empezar:
Esta es la hora en que celebra el mundo
el nacimiento de otra danza.
El barco, la chalupa
y la piragua
se mueven en la playa.

104 SAÚL SÁNCHEZ


Más allá está la sombra.
La oscuridad sigue perpleja
suspendida
de la noche y del mundo:
Se espera que un dios nazca:
Se anhela
en esta hora de tinieblas
que haya
otra vez paz.
El baile es el signo más terrible
de una ansiedad suprema.
La fiesta es un rito funerario
de un día de tormenta:
El mar sigue rompiendo
con la ola,
la tierra sigue sorprendida,
sigue temblando el alma:
Esta, si es noche de fiesta,
no es menos noche oscura
que una noche del alma
en un día de estériles plegarias.
El ritmo suena aún:
La tierra danza
¿se aleja el mar? ¿se aleja?
La fiesta que empezaba
con las sombras
no puede terminar en la alborada
con un ritmo de fuerza:
No pueden los poetas
hacer
más sacrosanta que la noche,
una mañana.
No puede el hombre con la vida

OBRA POÉTICA 105


mientras el día tenga que marcarse
de unas constantes ansias.
En el mar la barca
y las piraguas
se alejaron
y vieron
que era más inmensa
la pena que la gracia.
Los hombres regresaron a sus casas
y el litoral aun reviste
un parapeto de murallas
esperando una guerra imaginaria.
El día es azul, colmado, tenue.
Se escucha el mar, el yunque,
algún pájaro que vuela por el parque
o alcanza una ola.
Riela el alma
como pálida luna
en sus recuerdos.
El mundo está que estalla
de pena y de pasión,
y al ritmo del calor del día
empieza otra cantata.
Otra queja.
El fuego, la pasión.
La tarde, el cielo.
La vida aun aguarda:
Suena el tambor
y aunque el calor abrasa
aunque la sombra entre las sombras
crecen
aunque se quede el mundo
sin un alma
y el horizonte siga suspendido

106 SAÚL SÁNCHEZ


entre un cielo sin luz
y un mar en calma,
aunque sienta
que el alma esta desierta,
por entre un ritmo de locura,
de esperma y de pasión
la fiesta avanza.

(Paris, Francia, Septiembre de 1977)

***

CANTO 5
A MEDELLÍN
EL VALLE , EL MONTE, EL RÍO

Yo que era de una cuesta


imaginaba el valle
de sur a norte
como vega de un río,
yo lo pensaba lleno
de potreros
y esperaba decir
como un POETA
VALLE FERTIL:
Yo quería cantar,
yo que habitaba la montaña
que era como Olimpo
santuario de los dioses
o como Monserrat de cantos funerarios
buscaba otro santuario
que no fuera un sepulcro,
yo quería
una cumbre de pasión

OBRA POÉTICA 107


yo que veía el río
con nostalgia
hasta oír trovar
a un boga ausente
soñando que volvía
buscaba la corriente
que me llevara al mar,
yo tantas veces
te imagine de mil maneras
¿ciudad de luz?
No tanto como lumbre
no tanto como montaña
como un monte
y el río, siempre el río
que descendiera al mar
y transportara mi alma
hasta su fuente,
pero hoy descubro que en el valle
el viento sopla
de norte a sur
que es Aquilón,
que arrastra potreros
y tuerce el árbol
y que sólo permite
la maleza
donde nació una flor.
Posiblemente el parque de mi pueblo
sobre el pico del mundo
era más tierno,
posiblemente era mejor
el sietecueros
que el café o el tabaco.
Hoy pienso
que la montaña,

108 SAÚL SÁNCHEZ


que era antes un Parnaso,
no es más que un horizonte
donde termina el corazón.
Posiblemente la vida de mi pueblo
era como sus faldas
cuesta arriba
pero la gente iba subiendo
hasta alcanzar
como la oruga
la montaña, su imagen
y la vida.
¿Y el río? Qué cuerpo débil
qué poco encanto en sus riveras
qué poco curso tiene
qué arenas y que muerte,
tal vez sólo en la fuente de mi pueblo
pueda decir como el poeta
“los arroyos caen”
y en la caída, y en su muerte
y en un torrente de impaciencia
genere más potencia
que esta que deshizo
la ciudad en mierda
y la hizo impotente
tu río. Tu cuerpo débil
tu cuerpo que no conduce a nada
ni a tu muerte;
tu río de aguas sucias
es la señal más honda de tu suerte.

(París, Francia, Noviembre 23 de 1977)

***

OBRA POÉTICA 109


CANTO 6
RAZA

Era como el Dios Pan:


Tenía cabras y corderos.
El mismo tañía un caramillo
cuyo eco
retumbaba por los montes.
Vivía en las montañas
de cuando en cuando
se asomaba a los abismos
para ojear su caza.
De cuando en cuando,
como el viento,
iba de cima en sima.
El mismo era dios,
el sólo disfrutaba de su cielo,
el monte era la vida
o la pirámide
o el infinito templo.
Y aún flotaba como ellos
bajo la acción del tiempo.
No marchaba
no caminaba a pasos largos
no viajaba
cerca estaba el maíz,
no lejos iba el río,
y sus andanzas
eran su destino
sin senda por la selva
o por el monte
sin ruta por el valle
o por la pampa
solo era

110 SAÚL SÁNCHEZ


andar, andar
el tiempo exacto de la vida.
Por eso supo
que los astros
contaban a los valles su leyenda.
Su tiempo
no era el tiempo de la guerra
ni su descanso era la paz
Su tiempo era la cosecha
o la caza y la fiesta
Su vida era el rito cotidiano
de un alba de embeleso
y de un son crepuscular.
El mismo adoraba su sepulcro
y ascendía a su templo
para invocar la fuerza del pasado.
El mismo era solemne
y silencioso como el monte,
por eso como Pan
tenía patas de venado
con alma de pastor
y un falo que alcanzaba
para preñar los pájaros
y el río.
Los dioses lo miraron como
extraño,
los dioses de palacios
y de cortes,
los de modales finos,
los que tenían temor
de dar su carne
a la confianza del amor.
Aquellos que guardaban
en encajes

OBRA POÉTICA 111


la flacidez del alma
se rieron de su alma
y de sus pies cayados.
¡No era hombre!
¡no cabalgaba!
no marchaba
en un cortejo de guadañas,
no arrasaba la tierra,
no mataba,
sólo sacrificaba
y comía pulcramente
de la caza:
La asaba o la cocía
más no en orgías
de impiedad.
Aunque aplacara la tormenta
con las entrañas de sus ritos
aunque por darle fuerza
a las pirámides
derramara la sangre de sus hijos
sólo por la vida
lo hacía sólo por la vida
pues sabía que tenía otra vida
aún más honda
y un cielo aún más alto
que la noche.
Pero los dioses de la risa
y de la burla
se asustaron
porque iba desnudo
porque saltaba como un gamo
y porque para amar no usaba las palabras.
Los dioses de la envidia

112 SAÚL SÁNCHEZ


y la avaricia
codiciaron su entereza,
se dijo que era el pánico
pero él no lo sembró,
se tejieron las leyendas
pero el no hizo el crimen
ni el delito,
sólo inventó el sacrificio
y la danza
y el mito
entonces el que habitaba las montañas
pasó a horadar los socavones
y a repetir con hierro
o por la espalda
la historia.
Todo quedo desierto
todo parecía a punto de espirar
la montaña era fría,
densa,
oscura
llena de tinieblas
y no había un dios que la habitara.
Pusieron una cruz
y en aquel sitio
se calló la flauta,
aún hoy suena más que la guitarra
aún hoy,
se levanta una cúpula solemne
y poco a poco se congela el alma
aún hoy,
la tierra tiembla
y no hay leyenda que la cante
aún hoy,

OBRA POÉTICA 113


la historia continúa
y el hombre
sigue pensando que no hay gracia
aún hoy,
se sigue calculando
y no hay leyenda que despierte
ni mito que explique
porque se acuesta el sol
porque en la noche
no vuelven las estrellas
a acompañar la danza
sin leyendas
en la tierra
no hay signos de pasión
no tiembla la mañana
no se estremece nada
no vuelve la serpiente
para anunciar la vida
no se miran los ojos de la rana
con presagios de lluvia
no hay sortilegio entre las plantas,
era como el dios Pan
tenía cabras y corderos
y una flauta
que no ha vuelto a tañer
para agrupar de nuevo
la manada.
Un dios
que había enseñado
amante,
a quien amara,
el canto del pastor.
La tierra, entonces,

114 SAÚL SÁNCHEZ


el prado y las riberas,
las montañas
no estuvieran desoladas.
Y el viviera
y otro pastor enamorado
respondiera
y otro son sonara.
No fueron, pues,
jardines de recuerdo
estos campos sin flauta
fueran florestas de ilusión
en los que el caramillo
acompañara
la guitarra,
pero vino la muerte con la espada
y se posó inclemente
la cruz…
Si un nauta al menos…,
si otro nauta,
que remontara las riberas,
subiera a las montañas
y volviera a anunciar
desde la cumbre
otra historia de amor
que no empezara
con la muerte
y no acabara
con la desolación.
Si, al menos,
de los gemidos de las playas
otros manantiales y otras fuentes
brotaran
y otras razas,

OBRA POÉTICA 115


si en vez del son de los tambores
se escuchara
su flauta,
si aún sin sacrificios
se oyera la guitarra,
si esta voz cantara
y respondiera al son
una comarca …

(A Manolo y Alcira, París, Diciembre 1 de 1977)

***

NATIOS (A los cuatro vientos)

“Estos textos fueron escritos hace algún tiempo en París, durante una
estancia de dos años en Europa(1976-1978), movido por ese senti-
miento de la proximidad de lo distante, que era lo que los griegos
llamaban nostalgia”
Saúl.

1. INVOCACION

Trovador a la vera del camino, la encina, árbol de la ciencia,


es sombra de tu banco.
Vagabundo, por los campos en flor,
poeta que antes te aplicabas a toda especie de ejercicio
del cuerpo y del alma:
¡Cómo quisiera que hoy me encontraras
apostado escrutando las sombras!
Rapsoda que te sientes conmovido con las cosas que pasan,
o sólo porque pasan las cosas.

116 SAÚL SÁNCHEZ


¡Es la poesía como el amor!
¿Algo que sorprende…? ¿O aquello que nunca satisface…?
Te he visto reclinado sobre el campo, cumpliendo cabizbajo,
el prístino ejercicio de la siembra.
Te he buscado, recostado a un palo,
meditabundo, frente a un solar de ensueños.
Hoy te quiero alcanzar con la misma algarabía
de la gente que se encuentra de paso.
No se coge un poema con las manos, ni se mira con los ojos,
se palpa con la vida,
pues el poeta es leño que arde
y nosotros somos sarmientos del mismo árbol,
aún dispersos y distantes.
¿Si el ramo se recoge, no se prende una hoguera
para que arda la ilusión?
Pero somos legión y estamos poseídos…
También se forma un hogar
eligiendo el olor al humo que se eleva
o el color de las cenizas
donde se cuecen los deleites…
Poetas somos de un arcano oculto entre pecho y espalda…
semillas que se entierran para que peleche el secreto
cuando prenda la mata.
Haces de luz que penetran la herida del costado…
del tuyo y del mío.
El que vivió en un pinar de Honduras tras impúber flautista,
el que estuvo a la sombra de las muchachas,
viniendo de tan lejos,
el que cruzó calles y caminos con las mozas de provincia
o se paseó una noche con la luna como una sola sombra larga.
El que cayó de sotana en el combate, otra noche con un fusil en las
manos,
eran, como tú, poetas y formaban también un ejército de estrellas,
pero aún nadie ha podido derrotar la barbarie.

OBRA POÉTICA 117


Sin embargo, hoy como ayer, anunciando una fe sin espada
y un amor sin mandamientos, la fina iridiscencia de los poetas
que no fingimos ser dioses, ni prometemos un estado,
pero fundamos lo que es perdurable.

***

2. A LOS CUATRO VIENTOS

Azul el mar, y solo, sueña, sentado sobre un despeñadero.


Navegador, no le turba más la redondez de la tierra
que los límites del sol al confín.
Es tarde y hace frío.
Marinas, y gaviotas, garzas, cruzan el espacio
que atraviesa su mente…
Pero muere la tarde,
y un piélago de sombras brota del mar, undulante…

¿Dónde está Dios?


Titila sobre ondas múltiples, el rayo que, amante, vigila su tumba:
Es la vela que da luz, sigilosa, al lecho de la Reina.
Pero el piloto arrima el mar a su corriente, abordando la noche
y cambia el curso de la luz por rumbos de luceros.

¿Dónde está Dios?


Cintila, bajo auras dulces, el aire que cantando mece su cuna.
Rosa de los vientos que esparce de ronda la simiente…
No, no es Dios…
Un tibio aliento exhala y un murmullo:
¡Es la selva! ¡Materia pura! Madre virgen
que el descubridor perdido llama tierra.

Señor ¿no susurra de un cañuto en la brisa del mar


el arrullo de otra Madre?

118 SAÚL SÁNCHEZ


Pero él (h) o(J)ó (1) sus caños y sus valles con el grito…
Silbaba el viento,
chillaba el guacamay
y gárrulo cantaba su rumba el surtidor.

No, no era pastor quien solo pudo sentir silvestre el aire.


Guardador buhonero de las especies,
que dio al traste con sus sueños y apretando el mástil
entonó el himno de la conquista:
¡Dios salve al Rey!
Y a la luz del sol fulgió, mágica,
la montaña de un inmenso territorio
¡Indias, desde el cabo hasta las playas,
de gentil sabor!

Hubo un hombre, de nombre Colón…o,


que posó sus plantas en las Indias
y creció una cruz.
Un bandido que cargaba sus nostalgias
llevando a cuestas el nombre del Señor.
Por hidalgo, caballero…
Prócer que columbra la cruz de la conquista
hasta alcanzar las orillas de su alma:
El lecho de un río que lo conduce de babor a estupor,
mientras doblan las campanas.

¿No era tu nombre, amada, el embrujo de una inmóvil nota al com-


pás de la luna?
¿No incubabas de sangre y agua al viento y al sol?
La intemperie era tu casa
porque amabas el risco y la pendiente.
Pero uno plantó la tienda, otro edificó el templo,
y crecieron las villas donde apenas se surcaba la era…
…No hay más, para quien se encarga de guardar el bien,

OBRA POÉTICA 119


que medir el desierto y poblarlo de ambición.
¡Caballeros del dorado a lomo de un madero
y así fue Troya en el corazón de la selva!

¡Señora! ¿no crece tu candidez


recitando la historia de un caballo blanco
como “anal” de tu gesta?
Te llamaron Paloma do el sol marca su nadir,
y un cóndor negro hiende el cielo,
por encima de los collados, persiguiendo su nido.
Pero a la hora del inquilino y del soldado
las colonias se incorporan
como esquilas al son de los tambores,
y son, por voluntad soberana,
contra-bando de la fortuna.

¡Señora! quien inventó tu ley huía de ella por bandadas


con pistola al cinto y bandera.
El conoció tu gravidez devastando los campos
y ahora cuelgas los cabellos en tu amor viudo
de un vasto silencio,
de un basto silencio
y una frágil canción.

(1) (h)o(J)o. La jota mayúscula es en la escritura fonética el archifonema de LL y Y

***

3. LA CONQUISTA

Este es el relato de la conquista y la leyenda del gran inquisidor:


Las cosas empezaron a las puertas del templo
y terminaron con un beso;
eran los reyes, católicos,
después fueron, católicos, los reyes

120 SAÚL SÁNCHEZ


y el beso que le dio el conquistador
a la India lo hizo in-quisidor.
Desde entonces no hubo ya “cuestión”,
ni hubo tal conquista, sino una “inquisición” permanente
que hizo de los indios “ALMAS”.

¿No buscaba “las especias” el rey?


¿No quería transformar esas especias en cuerpo y sangre de la di-
vinidad?
Entonces vino la “conversión”: “El oro se volvió “plata””
y el viejo mundo nunca vio más patente
el milagro de la multiplicación de los panes
que el día que las tablas de la multiplicación
remplazaron a las tablas de la alianza
y el oro cambió de ley.

El gran inquisidor quería pan pero no libertad


y hubo pan pero no libertad.
Los frutos de la conquista fueron de adquisición permanente:
El baño fue de agua y sangre,
la cosecha de oro y plata.
El beso era suave en la medida en que la India
pudiera ofrecer un seno blando,
pero los indios “resistieron”…
Nunca habría pensado el conquistador,
que portaba una cruz,
que alguien osara resistir
allí, donde su palabra se encarnara
pues Dios dice y todo se hace,
habla y todo cobra aliento.

Mas para la conquista de las Indias


necesitó de un verdadero torcionario.
El viajero buscaba las esencias de oriente
y tropezó con otro espacio deslumbrante

OBRA POÉTICA 121


¿de especies?
de especies,
de sol y de vida
y el que busca encuentra…
No fue la alquimia, ni la ciencia, ni la conquista,
ya que el conquistador llevaba en las manos
las trazas de un largo itinerario.
Fue la quiromancia la que se encargó
de la noche a la mañana
de cambiar el rumbo.
Los barcos volvieron cargados de especies
y el oro cayó sobre el viejo mundo
como el maná que comieron “nuestros padres”
en el desierto.

Desde entonces no quedó nada del camino de las especies.


nada de la tierra descubierta,
ni de la India, ni de los indios.
Como nada queda hoy de las esencias,
ni al hombre le importa más buscarlas,
pues, ellas, como cualquier perfume,
se pierden en el cielo:
Allí van también el aroma del cacao y del tabaco,
el color del añil, las nubes de algodón,
la esencia del café.
Mientras un coronel vaga por los campos
ensayando recoger con un imán
el oro que llueva desde el cielo
que en la arena se disuelve…
Desde entonces data la leyenda
de que el mundo es oro en polvo,
y en Macondo llueve sin piedad
sangre y agua y cielo juntos.

***

122 SAÚL SÁNCHEZ


4. PEÁN

Un ambicioso mercader de cabellos luengos,


heraldo de un reinador,
y, argonauta y rimador,
aquel soldado desdeñoso de gorro frigio,
inventaron el tiple y el bambuco.

Supo el perito mercader competir con el rey y el poeta
y se quedó Señor del caduceo
que lo hizo brujo y, después, encantador.

El galán fue siempre zagal o rabadán,


aunque aquí se hizo vaquero y porquerizo:
Ceñida su sien con la aureola del sol de justicia,
vestido de alba túnica,
inflando su talle como un cisne blanco,
se desliza, raudo,
a lo largo de un mar de plata;
le guían en lejano viaje cigüeñas blancas,
lleva el cayado de pastor en la estampa de un curandero,
y le guarda la madre del amor hermoso,
santo y seña de su encanto.
Al pie del monte dio rienda suelta a sus vaticinios:

¡MUERTE!

¡JUICIO!

¡INFIERNO!

¡GLORIA!

OBRA POÉTICA 123


Y una inmensa procesión de creyentes
rindió “tributos” a su fe.
Mientras tanto las cuerdas de su tiple
desgranaban “músicas latinas”,
recreando la escala de dolor.

Mas él, justiciero como un Dios, fue también tierno amante.


Rústico, pero asimismo poeta.
La India, para aliviarle su destierro, le enseñó el son del viento.
Pero un día, galán celoso, despellejó a su amante,
al pie de una montaña.
Desde entonces no se escucha su voz…
Ya no hiere la tierra con su pie al danzar,
no pulsa la cuerda, sólo agita sin cesar el viento
con el fotuto y el tambor, con la chirimía y la marimba
y llora y llora Madre-selva.

¿Mas no se perdió también en su espesura


aquel galán…?
¿No fue él quien puso doce cuerdas a un tiple
en memoria de los doce?
¿Y ahora?
Ahora “se oye de tarde un cantar”
no hay soldado ni galán
no más que ánima sola escanciando su pena
“sin mujer y sin bohío”.

***

5. MUNDO

¡Guay! la sabiduría no tuvo otro destino al principio


que la gracia del mundo.
La verdad era universal,
lo mismo bajo el temblor de una estrella
que en el estremecimiento de la hierba.

124 SAÚL SÁNCHEZ


De plenitud la luz radiante brotaba,
como una visión distinta de Dios,
del cuerpo de un niño,
cuidado por las manos amantes del cosmetas.
Y el sabio, que conocía este destino,
al seguir el curso de la luz
por el camino que lo llevaba de la “fuente” al jardín”,
en medio de los olivos y los plátanos,
no se detuvo más que en la palestra para hablar de amistad
con el muchacho que entrenaba su cuerpo en el gimnasio
para atleta, no para soldado.

Fue así como el destino no tuvo otra sabiduría al principio


que “ese mundo de gracia”.
Más crecieron las sombras, y a tal altura,
que el punto más oscuro fue el cuerpo,
oculto bajo el suplicio de la regla.
Primero fue la gracia del mundo, después la santidad.
En un tiempo el re-cogimiento era luz,
después fue el sobrecogimiento,
y el cuerpo quedó abandonado para el mundo
y la palestra se convirtió en púlpito,
donde un monje crucificara sus deseos.

Tendrá que pasar mucho tiempo


para que el placer, el mejor fruto del árbol prohibido,
vuelva a ser el lugar de nuestra in-corporación.

Es verdad que otra sabiduría


ha ensayado la reconstrucción del mundo,
después de la abominación de la desolación,
pero la ciudad industrial no deja de crecer como Dios
en la misma dirección en que un día
la única experiencia de la vida fue la ley.

OBRA POÉTICA 125


¿No servían todavía en los estertores del reino
doce chozas de paja y un templo
para la fundación de la ciudad?
Pero se inauguraron pueblos enteros
con una decisión de la corte;
y el palacio y la cruz han orientado desde entonces las calles,
y es siempre el verbo, como silencio o especulación,
“meditación” o concurrencia,
el que cruza los destinos y decide los combates.

No vigilan más los dioses los bornes de la ciudad,


el surco que llega hasta las puertas no levanta un convento,
pero será siempre claustro
el recinto ficticio que transforme el espíritu en institución,
y vista la verdad de uniforme.

¿El palacio o el templo,


en la competencia y el combate.
Por la fe o la profesión como reinos de la verdad
qué cambiaron de aquel destino
que tuvo por sabiduría al principio
la gracia del mundo?

Se consagró la ciudad industrial con una hecatombe.


No cayeron más como deicidio gotas de sangre
sobre el huerto de los olivos,
pues desde que empezó el circo,
donde abría sus alas el gimnasio,
se agolpa de multitud la arena para contemplar la corrida.
Y no es la sangre del toro la que baña la piedra,
mas pueblos enteros
porque es genocidio, en forma real,
la muerte en el mundo.

126 SAÚL SÁNCHEZ


¿Quién sabe hoy lo que era la sabiduría
cuando tenía el cuerpo como principio?
Pero el Verbo se hizo sangre y habitó entre nosotros
y poco queda ya de gracia y de verdad.

***

6. EL CAMINO DEL PUEBLO

Se borra el sendero del campo a las puertas del pueblo


para que pase el Rey.
No es más vereda tropical el paisaje
para que pase el Rey.
Se perdió el camino del pueblo como sendero del campo
y pasó el Rey,
y se hizo puente real.

Se abrieron las calles del pueblo a las puertas del templo


para que pase el Rey.
Y la gene canta
¡Que pase el Rey!
¡Que ha de pasar!
¡Que el hijo del conde!
¡Se ha de quedar!
Sólo las cuerdas de un tiple guardan el secreto
del camino del pueblo,
y sólo sus notas saben lo que costó recorrerlo para llegar a él.

Ahora repican las campanas la gloria del Pastor.


…Por todas partes sonó la flauta…
Pero el rasgueo no fue menos simple que el silbo…
aunque el punteo de las cuerdas
no se hizo más que a golpes de lanza
y a punta de tambor.

OBRA POÉTICA 127


***

7. GRITO DE INDEPENDENCIA

No escribimos tu nombre, pero gritamos tu canción.


¡Tu nombre es libertad!
Mas cuando la independencia grita,
el alma flava del campo destila en aluviones de ira
y en ríos de sangre.
Y ni el cielo azul, ni verde el mundo de esperanza y de sueño,
ha podido otorgarla.

Un grito de Independencia.
No una voz, ni un voto como la libertad.
(o una constitución)
El grito se pega con el alma.
No se escribe. Ni se dice.

Grita quien reclama suplicante el abandono divino


y su grito cala hasta los huesos y despierta a los muertos.
Mas hace siglos de los siglos que no grita
quien aún pende de una cruz
y la gresca que se armó a su lado
no fue más que eco repetido
ante el espanto de la cruz.
Un grito de independencia no proclama la muerte...
Reclama el mal gobierno...
¿Aclama a un rey?...
Es la voz de la verdad que viene de lo alto,
a nombre de la cual
se asume el derecho de la palabra
y se empieza el ejercicio de la pasión:
La historia del siervo paciente,
que crucificado,

128 SAÚL SÁNCHEZ


alcanzó la clave del grito.
Sólo el clamó con la claridad de un amante
que exclama lo que siente,
“el abandono de Dios”.
Pero las calendas humanas
han tendido mantos de sombras
sobre siglos y siglos de concilios.
No proclama una nueva,
tampoco reclama con resignación infinita
un acto de amor.
Exclama contra un Dios inclemente.
Llama a los muertos de sus tumbas,
los convoca desde lo alto en su hora postrera
y declama lo que estaba escrito.

Pero hoy no hay nada escrito para un grito


la clave es del viento,
al que es semejante el latido del alma
en la arcada.
Su son va a colmar las (H)e(s)es del dolor
o de la angustia
hasta prolongar en su muerte nuestra muerte
porque en nuestra furia
somos, sin quererlo,
UN GRITO INFERNAL.

***

8. INTERROGACIÓN

¿No caemos perpendiculares en la tierra,


derechos como el estoque al animal
en el corazón de la fiesta?
Al menos así nos vemos

OBRA POÉTICA 129


en el mediodía de nuestras vidas,
aunque la tierra sea redonda
como el lomo de la bestia.

¿No pendemos? ¿Qué expectamos?


La cabeza es también un apéndice
en la comba de un espacio infinito
suspendida de un hilo;
y el hilo es como un péndulo que va y viene
al ritmo del corazón.

A la altura de un horizonte sin límites


ella está en suspenso…
pedúnculo bajo el cielo
en las tardes en flor.

Nuestra pregunta es, bajo el cielo infinito,


la hora del mundo,
marcando el vuelo del tiempo,
mientras inmenso se abre el corazón
al ala del último crepúsculo…

Mas el tiempo vuela


y le corta las alas al amor.
Y las plumas del ala del tiempo
caen como flechas envenenadas
en el alma.

Somos la interrogación que concluye,


no la que comienza
pero ¿pensamos con la cabeza?
¡Ponderamos las cosas!

130 SAÚL SÁNCHEZ


Y por más que se nos diga
que hay que comenzar por el principio,
o qué principio tienen las cosas
sólo pensamos en “el fin”.

Entonces sucede que la pre-ponderancia


la tiene el tiempo. También el peso
y es un soplo la vida y el tiempo es oro
por lo que el oro cubre de penas
las alas de la canción.

Sólo mi padre supo la verdad:


Sólo él supo estar pendiente
y en silencio en aras del amor,
y al volver a casa por la tarde
al reflejo de la última luz
decía casi silenciosamente
para escuchárselo él mismo:
¡Qué vida esta y si me muero ah vaina!
Y se entregaba a vagar en alas del sueño
a través de las sombras
y a penetrar en el santuario de un postrer beso:
el otro por-venir.

¿Vuela lo que pesa?


¿Pesa lo que vale?
¿Vale lo que vuela?

Pensamos ponderando las cosas


y en efecto “ponderamos” las cosas.
Más la fiesta verdadera,
como la sola independencia,
está en alas del sueño,
un segundo antes de despertar.

***

OBRA POÉTICA 131


9. PUEBLITO VIEJO

¿Hablamos del otoño de un pueblo o del otoño del Patriarca;


a los que ilumina la misma luz?

¿O de la ciudad y sus calles, donde se agolpan


tempestuosamente las palabras y las cosas?

¿Nuevas las fábricas que ostentan penachos de humo


Más altos que la copa de un árbol…?

¿Nuevas sus casas con sus puertas cerradas y su alma de silencio?

¿O el teatro y el circo, como templo del grito


donde todo se transforma?

El pueblo puede parecer triste y viejo


como el silencio y el frio
pero allí alberga la sencillez.

La ciudad nace de los decretos imponentes


y de las cosas excesivas.

Está la ciencia que distingue cada calle e informa las rutas


la técnica que alumbra cada esquina.

No hay nada que no pueda encender o apagar,


no hay espacio vació ni rincón secreto.

El mundo llega por un hilo de alambre,


otro explota como un botón de luz.

Adentro está todo y lo que cada uno necesita,


afuera están los otros.

132 SAÚL SÁNCHEZ


La ciencia es suma de indiferencia y de olvido
que hace del más sabio el menos piadoso

Pero en el pueblo, donde todas las cosas se parecen


como una calle a otra, como un alma a otra,
o como todas las casas,
Dios guarda allí el secreto de su más pura intimidad
porque nada es distinto a los demás
cuando todo nos acerca a su sombra…
Y el otoño del pueblo se confunde en las noches de luna
con la pálida lumbre de su perpetua ancianidad.

***

10. DESTINO

Ella, una mujer buena,


al dejar entrar la mañana por la ventana,
me pedía que saludara al Sol para que entrara Dios.
Yo esperaba un milagro al ver esclarecer la alborada
y asomar la montaña.

¿No alumbró en un establo, pobre y humilde,


el destino del mundo?

Mas hoy la estrella vespertina ilumina inconstante


el ocaso de su tumba.
Y el pesebre donde se anunció el sol de justicia
es puerta sellada y huerto cerrado para mi iluminación.

Agitada por el lazo del arriero, cargando caña y café,


va la mula por el camino que atraviesa la frontera
el buey cae desvencijado tras el palo que uncía su destino
pero ella murió insistiendo en la luz.

OBRA POÉTICA 133


El pueblo nació en un “portal”
pero la ciudad y el imperio, urbi et orbi,
tuvieron como estancia el prostíbulo:
Una loba amamanta su “historia” y fuimos como niños
a tomar leche de su establecimiento.

Allí corre sangre y fuego, no mana leche y miel,


ni destila luz el día,
y el profeta sólo sabe retorcer su sermón…

El curso de la luz es el camino del Pastor.


El arriero echó a andar la mula
por un deshecho buscando la trocha,
y volvió al rancho trayendo “cascajo”
y humo de pez para la lumbre.

La última víctima fue el carbonero:


El vio cómo el mundo cambiaba el fuego que consume
por la luz que se apaga
y se extinguió sólo con su lumbre
la fe de un carbonero.

Pero el hocico de la loba hiende sombras más densas


sobre el horizonte del mundo (la leña no ardió en sacrificio)
ni uncido el leño a su frente dio mesura al dolor.

El destino fue fatal:


A la sombra, un preste asiste como estatua
al vespertino sacrificio con poca fe,
y no hay signo en los cielos que anuncien de nuevo
la primigenia luz.

No queda más que el vestíbulo donde espera la gente


como a las puertas de un prostíbulo
o una resistencia en la tierra:

134 SAÚL SÁNCHEZ


Y el cable que ate a las antenas el mástil de la vela
pero entre el establo y el prostíbulo surca de nuevo
un espacio oculto ha tiempo olvidado…

¿No tuvo, por tanto, mucho destino mi padre?


¿No buscó el cielo en la tierra?
Y cavó y cavó en ella hasta que un día se dio cuenta
que el resplandor del mundo brillaba debajo de sus manos:
Entonces vivió al ritmo tranquilo de un tiempo que repartía
entre la ca(s)(z)a y la pesca, la siembra y la cosecha,
o el combate y la fiesta…
Después descansó en paz, serenamente
quiero decir que murió.

***

11. LA FABULA

El poeta marcha a la cabeza de la fila


que marca el camino del pueblo.
Dios está azul.
La quimera enciende con dardos de fuego
la tea que inaugura la fiesta.
Somos los poetas: Los sabios,
los niños adultos.
Todo brilla en tardes de sol y noches de luna.
Y hay una esfinge al fondo
cuando empieza su canto
como la ilusión de un destino
por-venir.

El niño hunde sus quimeras


en las sombras del sueño, reino de su amor,
y canta el poeta
al niño que aprende a ser hombre
a al hombre que juega a ser niño.

OBRA POÉTICA 135


Extasiados con su canto,
fraguan un destino de gloria
pues siempre habrá un hada en el cuento
que decide su ventura
y la suerte del pueblo.

Mas cuando las parcas empiecen


su danza macabra…
y no queden más
que mariposas de sueño
a la hora postrera,
habrá de aparecer esa ley sabía que enseña
que el arte de hablar pasa por la comida
mas no el arte de amar…

El poeta se aleja a la cabeza de la fila


que huye del pueblo
y el niño repite su postrer canción.

***

12. “CAM-BUM-BIA”

(Al niño de siete años que se derrumbó por un despeñadero de mi


pueblo)

Fue mi pueblo el lugar


de donde partí al nacer.

Veinte casas de barro y caña


al borde…
de un peñasco
en las faldas
del Monserrat.

136 SAÚL SÁNCHEZ


No un río de piedras prehistóricas
un
des
pe
ña
dero que consagró su recuerdo.
Mi pueblo fue aquel lugar
de donde al nacer partí.

Como ruina apocalíptica


que se asienta sobre aquel peñasco
la vida empezó a faltar.
Para no perder la memoria
llamaron las cosas por su nombre
al pan, pan; y al vino, vino
pero el pan vino de la ciudad
y el vino fue siempre extranjero,
extraño para la vida de un pueblo.

Mi pueblo es aquel lugar


en donde nací y partí.

Los avisos señalaban más cosas


que las que el pueblo podía nombrar.
Crecía la audiencia,
pero faltaban las sillas
y ante el teatro de ilusiones
la multitud de ausencias
no encontró nunca un locutor.

Mi pueblo fue aquel lugar


de donde partí y nací.

OBRA POÉTICA 137


No hubo más que esa voz extraña
que anunciara el peñasco
CAM-
BUM-
BIA
Y la gente se sentía atraída por él.

Un día fue un niño el que se asomó


a aquel abismo:
Por ahí caía la basura del pueblo,
pero más lejos un río de aguas diáfanas
corría sobre un lecho de piedras
blancas y pulidas
y fue a parar en él…

Asistimos al otro día


a un entierro sin difunto.
Todo mundo calló
en aquel abismo de silencio,
en el que también ca(j)ó (2) un niño.
No era la primera vez
que la gente callaba las cosas,
ni que un niño cayera asimismo
en el fondo de ellas.

Mi pueblo fue aquel lugar


de donde partí y nací.

(2)(J). La jota mayúscula es en la escritura fonética el archifonema de LL y Y.

***

138 SAÚL SÁNCHEZ


13. EL ÁRBOL

“Nos ocupamos de la flor, la hoja de vid, frutas.


El habla el único lenguaje del año”.
(Rene María Rilke)

Buscando ese paisaje interior


un niño quiere cantar su canción olvidada:
“El árbol es un símbolo…”

¿Tenemos padre?
Queremos las raíces de un suelo
para no vagar más en las sombras
como parias del mundo.
…Pero ¿hay patria sin fronteras?...
O ¿no es ella el paisaje de una vida interior?
¡El árbol es un símbolo!…

La canción que no tuvo nunca voz,


el color que esconden las cosas
que no sabemos nombrar
¿No elige el poeta
el ángulo oscuro del salón?
Pero su palabra ha de buscar
los distintos paisajes del alma
hasta descubrir el color
que la dio a luz.

E invade el dolor el corazón del hombre


y acampa a la medida de un árbol
que augura en toda tranquilidad
la poesía de ese goce íntimo.
“El árbol es un símbolo”.

OBRA POÉTICA 139


La razón no conoce otro tiempo
que el de los años.
Mas hay otro tiempo:
El árbol es el símbolo.

El trópico se duerme en el campo


esperando un verano sin sol,
pasando un invierno sin lumbre,
marcando un mismo día
que será para toda la vida
únicamente lunes.

Pero tiene la esperanza de alcanzar


un cielo que no sea infinito
en medio de sus noches de insomnio:
El árbol es un símbolo.

Toda pasión evoca su dolor


y el niño canta
“Nací sobre una montaña”
y el poeta responde:
”Yo descendí de la antioqueña cumbre”.

Cuando el paisaje se torne azul-marino


su vida se ha de volver
un mar de nostalgias
tratando de encontrar orilla a la verdad.
Se abrirán las aguas de la desolación
y del misterio
ahogándose en ardiente clamor.

El poeta cargó sobre sus hombros


el estigma de la especie:
Por la señal de la Santa Cruz”
y el niño cantó a su sombra:

140 SAÚL SÁNCHEZ


EL ÁRBOL ES UN SÍMBOLO,
SU ALTIVO TRONCO ENCIERRA
LA CASA, EL LECHO, EL TRONO,
LA CUNA, EL ATAÚD.

***

14. FASTI ET NEFASTI

“ Fausto son, pues, nuestros dias de fiesta “


(Varrón)

Yo aprendí en la escuela del pueblo


la voz de las cosas.
Yo aprendí que el hombre habla,
que el pájaro trina,
que el gallo canta,
que el caballo relincha,
que la vaca muge,
que el perro ladra
y que el gato maúlla…
También aprendí
que el cielo relampaguea.

Yo reconocí desde el pueblo en la escuela


la voz de Dios:
Es la voz del pueblo cuando calla
o de las campanas cuando doblan…

Mas el pueblo se congrega entonces


en solemne trance
en busca de felicidad,
pues él fue siempre re-ligión,

OBRA POÉTICA 141


o congregación
y aunque fuimos declarados ciudadanos
por mandato y sin fortuna,
nuestra alma es inmensamente popular.

A una voz cantó el pueblo:


CREO
pero se ha extinguido esa voz.

“Ahora que los ladros perran,


que los cantos gayan”
la ciudad luz persiste en un vaho de sombras
y muere la ciudad inmortal

…………………………

No más que el poeta


conoce la ruta que lleva
al “noble rincón de los abuelos”
que atraviesa el camino del campo.
Mas ¿quién acepta
que el pensamiento de un fatuo
dirija el destino de un pueblo?
¿Se ha perdido el placer de soñar
o la alegría de vivir?
los días que otrora fueran de fiesta
brotan inesperadamente nefastos
y el poeta como enorme bacía,
vierte sangre y agua y vino juntos.

Sangre como cordero inmolado


del progreso del mundo,
agua que purifica la especie,

142 SAÚL SÁNCHEZ


lo mismo que las especias.
Vino por el que aprende el secreto
de libar las palabras.

Es trovero de dulces provenza,


allí recoge
su adivinación inspirada:

Es flauta mágica de la congregación:


A él le está otorgado ser
la voz que anima la fiesta
y que ofrece el vino
y que consagra la unión.
El asimismo interpreta los signos
que el cielo ofrece
para alivio de un pueblo
agobiado por el peso de su “función”.

Pero el camino que tomó el viento


cargó de polvo la tierra,
se llenó de confusión el mundo
el día en que el vaticinio se hizo ley
y que el profeta fue rey:

No esperó el signo de la tierra


(el fasto lo puso la corte)
No pudo saber lo que decía
(lo justo lo interpretó la ley)
No hubo acuerdo:
(murió en su propia condición)
De fastidio (o de orgullo y de desdén)
La corte o el príncipe en su ocio
(el tedio, el fastidio y el odio)

OBRA POÉTICA 143


De fatiga, los demás en su negocio
(en la palestra y en el gladio)
¿Y el loco?
(el ilógico vate en el medio)
(del odio, del fastidio, del tedio)

………………. . . . . . . . . . .

Yo que aprendí desde niño


que el gallo canta,
que el caballo relincha,
que la vaca muge,
que el perro ladra,
que el gato maúlla
YO…………CALLO
PERO EL CIELO RELAMPAGUEA

***

15. CIUDAD

“Después sobre el pináculo donde el albor culmina


oigo el rumor…
es Medellín…”
(Barba Jacob)

¿Y qué nombre darle a una ciudad que cada día despierta


enredando sombras bajo el cuerno de la abundancia?

¿CIUDAD DEL SOL?


Pero la trayectoria de Febo, como linde de luz,
va del alba al ocaso,
y al frente de la estrella polar,
donde duerme esta urbe,

144 SAÚL SÁNCHEZ


el confín se hunde
en el abismo de una noche profunda.

¿CIUDAD DE LA ETERNA PRIMAVERA?


centurias ¡h((a!)y!) que aluviones de oro
caían de las montañas,
alumbrando, como Saturno, el azul de sus sueños:
Entonces no se conocían leyes
que estamparan en los rostros
garantías a una constitución;
y el pueblo, sin tener que recurrir al soldado,
vivía con seguridad, de un modo apacible
no hollada su planta.

El río penetraba en el valle como en su cuerpo


surcando la tierra
hasta hacerla por si misma fecunda.
Y de la hondonada hasta las praderas,
o por la cuesta hasta la montaña,
toda ella era un inmenso parque
de fronda tropical:
Inmenso el cañaveral de bestias rumiantes,
inmensa la cañada de hondos peces
y la caña de azúcar, y el maíz
e inmensa la peonada.

Pero el céfiro sopló,


airado de celos,
porque otro era el amante
y por el disco de metal del pastor
hirió de muerte al zagal…
Se fue la primavera,
se holló el río de aguas limpias
y comenzó esta degeneración:

OBRA POÉTICA 145


¡CIUDAD LUZ!
pero luz de luna,
penumbra del amor donde el otro
vive a la sombra de su nostalgia…
¿No fue el amor
el cuerpo desnudo de un adolescente
desafiando la virtud?

Un ejército de miseria crece numeroso


que conoce el dolor pero que ignora la venganza.
Se alarga la cola del mico y el brazo del lagarto,
y se funde la vida…
El color es de cobre e inútil su pasión
y la luz que alumbra la ciudad industrial
es crepúsculo de una noche interminable.

¡CIUDAD PERDIDA!
En su desolación la virgen de una muerta primavera
emprendió vuelo tras un manto de sombras
y sin conocer la dirección de los vientos
extiende sus velas y boga hacia alta mar…

***

16. PARODIA

Somos gatos bandidos a los ojos del mundo.


No vestimos de virtud nuestras vidas.
pero la travestimos de desesperanza…
El vicio es la madre a la que rendimos tributo,
nos alzamos en armas y decimos:
Papá tuvo fuego y pistola
y yo estoy armado y listo.

146 SAÚL SÁNCHEZ


El mal es inmenso como loca la multitud
o enorme el caudal que nos arrastra
hacia el abismo.

Lejos, más allá del sendero,


habría de fulgurar en alegre paisaje
la paz de la alquería,
pero el gato bandido ha vuelto
y ya no marrulla su voz.

Ahora es montés,
sus ojos disparan dardos de quimera
y su cola arrastra una larga decepción:
Lo acompaña el hambre y la miseria,
lo persigue la muerte.

Mientras tanto la lechuza


vigila atenta el quicio que abandona.
¿Quién, chambergo, puede acercarse
al nido de la sabiduría?
El que no sale al encuentro de lo suyo
más que por asalto,
reclama de su pueblo la bolsa o la vida
y el tiro le sale por la culata.

El más perro fue un bandolero.


Bandido el gato.
Se armó la gresca y se largaron con la presa,
con el rabo entre las patas.
Chupamos palo y aguantamos madera
y el palo y la madera y la materia,
como la ociosidad,
son la madre de todos los vicios.

***

OBRA POÉTICA 147


17. EL ESTADO

“¿El estado?¿Qué es eso?


¡Vamos! Abre tus oídos que voy a
hablarte de la muerte de los pueblos.
El estado es el más frio de los monstruos.
Es frio aun cuando miente. He aquí la mentira
que se escapa de su boca: “Yo el estado soy el pueblo”.
¡Mentira!
Fueron creadores, aquellos que han formado los pueblos
y desplegado por encima de las cabezas, una fe y un amor.
Así ellos han servido a la vida.
Pero unos destructores han tendido
trampas a la multitud y eso es lo que llaman estado.
Mucho es que haya todavía pueblo.
Que no comprende al estado
y que lo odia como un mal de ojo.
Como un pecado contra la moral y el derecho”.
(“Así hablaba Zaratustra”, Friedrich Nietzsche)

La estrella ha alcanzado el ocaso


pues el águila imperial
batiendo sus alas
despliega un viento devastador.
Y aunque hubiese aldeas al mediodía,
donde la sombra es más escasa
y el sol más ardiente,
Septentrión está arriba
y alumbra sólo el norte…

Una constelación de nautas


estrecha la garganta del mundo
anudando sobre el tapón de la selva
las Furias y las olas.

148 SAÚL SÁNCHEZ


Así cae el sol,
mientras la estrella vespertina
señala en la penumbra
el amor como destino:
Somos siervo sin tierra
con un estigma de marino en los ojos
bogando en inmenso albur.

Sólo cuando el Cristo vuelva la espalda,


o se descubra la otra cara de la medalla…
Porque a este enorme bajío
vino a parar como nave fantasma
La ciudad de Dios.

¡Barco velero inspirado por las olas


en eterno vaivén!

Y es inútil que se piense


que se instala el amor
donde los dioses perecieron.

El pueblo creció linyera y no es gitano.


Vive entre la espada y la pared
y no tiene espalda, ni gracia
para llamar las cosas por su nombre
o invocar a Dios.

No es más que una muchedumbre


y un tumulto.
Público y no pueblo.

Y los que pasan por su lado


o se presentan frente a él,
los que se levantan sobre el templo

OBRA POÉTICA 149


o se sientan en el trono,
no son más que extravagantes
portaestandartes
anacrónicos.

Pero en la selva y al pie de la montaña


se eleva un arco iris de paz
que devuelve la esperanza
y nos transporta más allá de donde ancló el arca
y surgió un arco iris
de esperanza y de paz.

***

18. RETORNO AL PAÍS DE LOS MIOS … PATRIA

“Porque nada es más grato que la Patria


y los Padres para quien habita lejos,
así se aloje en suntuosa morada “
(Homero)

Pero tampoco Telémaco pudo en su largo periplo


encontrar a Ulises,
pues el padre, contra todo lo que se piensa,
sigue fiel al pie de la amante esposa.
Mas ¿quién no encuentra
como mayor placer después de la partida,
volver a divisar de regreso
el humo que se eleva
del suelo patrio o la paterna morada?

Y es aquel un pueblo
rodeado de agua por todas partes,
de agua y de sombras, tierra de amargas raíces,

150 SAÚL SÁNCHEZ


pero con el encanto del sol de los venados
en las tardes de Enero.

Los palacios de Europa no reconocieron


al que llevaba el ”pre-texto”
porque eran ancianos a punto de derruirse,
en su propia mazmorra.
Pero ni el hijo de la corte
tuvo la inspiración suficiente,
para confiar, regalado,
el enigma de otra especie.

La madre, en cambio, presiente, alegre, el regreso


porque espera ansiosa que llegue la hora
en que el arco y la flecha
destierren, por todo pretendiente,
la ambición de la cruz y la espada.

Así, pues, el hijo confía que aceptando su dolor


pueda descubrir al amparo de sus miserias,
las cenizas del padre, ya que ella no es madre
sólo por su fecundidad más por el rostro de piedad
cuando reconoce al hijo adoptivo,
así more transida al pie de la tumba
de los que se sacrificaron en su defensa.

Él es también de la misma entraña


como el palo es de madera
y ella guarda el secreto
de su ausencia.

¿No viven quienes andan ocupados


en la construcción de un mundo
o en la transformación del universo,

OBRA POÉTICA 151


o los que aún siguen embelesados
contemplando el vacío de su tumba,
acosados por una misma ilusión?
Mas hay quienes, un poco confusos
otro poco confundidos,
piensan todavía cómo ocupar el trono
sin casarse con la madre
o también quiénes prefieren
la muerte de la esposa.

Ellos pretenden haber remplazado


el dolor de la tumba vacía
por una máquina de ostentosas operaciones,
academias de la ciencia,
pero lo llevan como cadáver a la espalda,
cargados con el peso de sus sentencias.

Los que, en cambio, aún lloran


inconsolables su muerte,
ven alzarse
por cada transformación del mundo
y en la ciudad madre
una tumba que arde como zarza ardiente
donde se rinde culto a otro dios.

De allí germina la nueva descendencia


que no tiene padre en el cielo,
pero un patrón ha tomado posesión
de la especie para exigir,
a cambio de protección inmediata,
una clientela que secunde sus asaltos.

Mas quien vive paria porque ronda la tierra


en doloroso afán es porque busca al Padre

152 SAÚL SÁNCHEZ


tras un largo periplo,
y no porque huya de Dios.

Hoy sabe, sin embargo,


que al volver a la tierra de “nadie”,
lugar olvidado del fervor y de la fecundidad,
tiene patria , por más que no sepa donde esté
hasta encontrarle un nombre verdadero.

A ella regresa lleno de confiados deseos,


para no buscar más, alma atribulada,
practicar en vano la virtud de una ilusión.

A ella vuelve abiertos los brazos de la esperanza


quien descargó las manos
del peso de las sentencias odiosas.

A ella reclama solamente las mariposas del sueño,


frutas frescas y carne, abundante juventud,
el ardiente espíritu que por sendas perdidas
va buscando hace tiempos más que alimentos terrestres.

“A esas manos clavadas pide ayuda


aquel que hoy quiere hablar
para que reconozcan sus derechos”

La tierra entera ha de abrir los brazos


para acoger, alma desierta,
a aquel que en inmensa pena,
boga en la noche del mundo
y el cielo, cuerpo estéril, ha de brillar
con la luz de sus entrañas.

***

OBRA POÉTICA 153


19. DECLARACIÓN

Amo la paz
pero del otro lado de la ventana
soplan vientos de guerra.

Si al menos estas trombas


tuvieran que ver con grandes gestas
de las que cuentan las leyendas
pero es crimen no más,
que siembra cuerpos como estacas
en sus campos minados.

No hay combate, no hay lucha,


no hay honor:
El que mata no hace una hazaña
para alcanzar una victoria,
sólo teje la perfidia y la alevosía
y la acompaña de ambición.

Su valor es la insolencia o la desfachatez


pues ¿qué coraje alberga
aquel que no enfrenta un enemigo
y no dispara más que desde donde
una mano invisible aprieta su gatillo?

Automático como su pistola


no es un hombre sino un maniquí.
El combate, empero, busca la honra
y tiene honor,
sólo él produce la gloria.
La violencia, en cambio, engendra monstruos
y lo que alcanzan es la in-famia

154 SAÚL SÁNCHEZ


pues lo monstruoso no tiene nombre
ni espacio en ningún ser inteligente
o ente racional.

Y nada más monstruoso


que alguien quiera hacerse a la sombra
dueño de la vida y de la muerte.
Pero la deformidad será total
cuando busque acallar al que piensa
porque no tienen cómo responderle.

Un mundo de bestias, no de hombres,


un rebaño de perros hambrientos.

***

A JAIRO: (Con motivo del nacimiento de su primera hija CATALINA)

Sopla un aire tranquilo en París esta tarde


las campanas recuerdan que tal vez vive Dios.
El crepúsculo brilla, y a medida que arde,
se estremece mi alma de pensar en los dos.

A la casa ha tocado –y que el cielo la guarde-


esa niña que un día tu pincel dibujó.
Fuiste artista aquel día, pero hoy eres padre
y no menos artista que mañana tu amor.

…Hay tal vez algún signo en París por la tarde


que te diga que el cielo puso a Dios en su voz…
No hubo nunca en tus cuadros, que yo sepa, un alarde
de buscar en las cosas otra cosa que ¡amor!

OBRA POÉTICA 155


La soñaste sonriendo viendo verde los pastos
la pensaste mirando las pupilas del sol
la pintaste vestida de las flores del campo
y ella misma no era nada más que una flor.

La llevaste despierta por las cosas del mundo.


Cada una tenía una voz y un color.
Y si extraña … en la hora que se acerca el crepúsculo
esperabas con ella el regreso del sol.

A tu casa ha venido en París esta tarde


con el aire tranquilo de una vieja canción,
una niña que nace del pincel en que hallaste
que era breve la vida pero eterno el ¡amor!

(París, Francia, Mayo 22 de 1978)

***

A CATALINA:

¡Catalina la India!
¿Catalina la grande?
¡Catalina la hija!
¿Catalina la madre?

Y nació Catalina
cuando estaba la madre
esperando que el hijo
fuera en busca del padre.

¡Catalina la hija!
¿Catalina la grande?
se educó a Catalina
en las normas del padre…

156 SAÚL SÁNCHEZ


Fue de Heredia la guía
de Montañez la parte.
Catalina la india
¿no nació en Calamari?

El amante que tuvo


Catalina la grande
Catalina la india
no lo amó como amante.

No hará pues, Catalina


¿lo que hizo la madre?

Cartagena de Indias
empezó a ser cibdade
construyeron los reyes
más murallas que parques.

¡Catalina era india!


¡Catalina fue grande!

¿No fue ayer Catalina


como reina una amante?
¡pero tuvo como india
las esposas del padre!

Será hoy Catalina


Catalina la grande
y vivió Catalina
naufragando en dos mares.

Catalina era india


Catalina fue grande.

OBRA POÉTICA 157


Pero tú, Catalina
en el nombre del padre
no serás Catalina
sino india como antes.

Cuando vuelvas entonces


a la costa distante
cuando veas las ruinas
que trazaron por calles.

Catalina la hija
de otra costa distante.

Cuando vuelvas no siendo


Catalina la grande
solamente la india
como entonces tu padre.

Catalina la hija
¡Cartagena la grande!

¡Cuando veas sus costas!. . .


era inmensa la tarde
era enorme la vida
y era virgen la madre.

Catalina la india
¡tú naciste esa tarde!

¡Y por eso! aún corre


en un hilo de sangre
del dolor de una virgen
el amor de una madre.

158 SAÚL SÁNCHEZ


¡Y por eso! Aún brillan
del fulgor de esa tarde
bajo un cielo de sombras
los deseos de un padre.

¡Y por eso! Aún siento


bajo un mar que se parte
entre un mundo de gritos
¡la alegría de un viaje!

Catalina la hija
como india la madre.

(París. Francia, Julio 14 de 1978)

OBRA POÉTICA 159


De 1980 a 2013
TALVEZ …

Talvez … no sé qué pasa en esta noche


cuando palpo en las sombras la inminencia del miedo;
talvez yo aún te quiera y esté pensando a solas
que este infinito negro se desborda de mi alma
pretendiendo en tu alcoba acercarse a tus sueños…
Talvez … no sé qué pasa en esta noche eterna
que un minuto se vuelve agonía en mi pecho,
es posible que el tiempo que no tiene maneras
de idear tu regreso marque el límite exacto
de tu ausencia en mi cuerpo …

Talvez … no sé qué pasa que me quedo tan solo


cada noche en silencio y en tu cuerpo se agolpan
los jinetes del sueño…esta noche en que pienso
que el amor es un miedo que se duerme tranquilo
en el ala del viento…

Talvez … no sé qué pasa que no vuelve la aurora


esta noche que siento que la aurora está lejos
y las sombras se vuelcan como cárcel del alma
y es la noche el espacio natural de tu cuerpo…
talvez … no sé qué pasa si yo espero esta noche
que tu amor se transforme en perfil de mis sueños.

(Medellín, Colombia, 1980)

***

OBRA POÉTICA 163


(Bajo este título de “POEMAS” se publicó en: La Revista Lingüística y Li-
teratura Nº 3 del Departamento de Español de la Universidad de Antio-
quia de la Facultad de Ciencias y Humanidades, 1980, Págs. 91-103):

POEMAS

BARBA JACOB

Variaciones sobre un tema de Acuarimántima:


"AL HABLAR DEJO LA PALABRA TRUNCA…”
a Carlos Correa

PALINODIA

Lo conduce a través del silencio


en la noche del mundo
El lugar no tiene otro nombre
que infierno porque allí habitan
la venganza
la ambición
y la envidia
Sólo la ambición fue mortal
pero a quien ha cruzado las puertas de alambre
le han cerrado el candado a su paso
para que no vuelva a su ejido
Venía del solar de los lulos de oro
le arrullaba el murmurio de un río
o se bañaba en el Cauca hondo
cruzaba las piernas
bajo el roble o el pino para
"mirar fugarse los crepúsculos"
pero un día se lo llevó el viento

164 SAÚL SÁNCHEZ


"rapaz"
celoso de su amor
y se fue tras su sombra
Ella era cada vez más larga
más larga
como velo de una diosa inmensa
que ocultaba al amante
él era cada vez más hondo
más hondo
como arcano de un dolor obsceno
que velaba el amor
Pero el muchacho
muerto por los celos de la Reina
bañado en caudas de fuego
se sumergió en la ola
de amor del cantor
que para bendecirlo lo llamó
ROMERO.
¡Romero!
¡o Narciso!
o Jacinto.
¡Rosas del mar y de los vientos!
¿No eres tú el motivo y la canción
del poeta?
Eras, por lo menos, sin querer
fugándote en su carne
la espuma de la ondina
Mas ¿quién puede escaparlo de su horror en la noche?
Si el poeta posa la mano
como un velo en su frente…
si sus versos tocan
como besos su alma…
Pero al hombre y al doncel los separa una dama

OBRA POÉTICA 165


que el poeta invoca penosamente
ARMONÍA
tenebrosa y profunda:
Armonía
Abscóndita y recóndita
¡Armonía!

IDILIO

Es locura su voz
cuando le habla de amor en la noche
Él fue (S)iervo
"bueno"
y fiel
presa viva de los celos de Cintia
que lo arrastra del pelo
a través de las sombras
Cazador de serpientes
porque su alma
"non cura compagna…"
Amante de la luz en la noche
Cóndor negro para la hora solar

Es locura de amor cuando


alza su voz en la noche
seca y salvaje
como un alarido
Él es Ciervo bueno
y él
Cóndor en los Andes
para sus venas abiertas
busca en la carne del macho
huellas a su amor

166 SAÚL SÁNCHEZ


Sediento de alas
va a impulsos del viento
él es son silencioso
en la noche callada

Es noche de amor
cuando habla su voz
Su locura es su voz
en la noche
hablando de amor
El amor es locura
en su voz
cuando habla la noche

DIALOGO

EL POETA:

Su morada es casa de dos puertas


La anterior conduce a un inmenso taller
donde un río de cuatro brazos
salta como fuente de agua viva
brota el lirio
que florece en las faldas
de una gigante
para que descanse
a pierna suelta un malquerido
espiga el amor
revienta una manzana
y duerme a su costado
un sueño de dolor la doncella
Allende el cielo llega la interior
donde caen las estrellas

OBRA POÉTICA 167


al alba
o se sumerge el sol
al crepúsculo

EL DONCEL:

Nadie conoce el ejercicio


en que me ocupo
Vivo bajo un árbol
al que interroga mi conciencia
QUE piensa...
pero responde siempre
una mujer amante
que se desprende
hoja vencida
de la rama de un árbol
¿Qué sabe? pregunta a mi conciencia
Nadie acepta el ejercicio
al que me aplico
pero mi cuerpo
asciende
como una culebra
por la rama del árbol
donde la virgen
luce sus cabellos
como estrella de su amor

ODA

Se fue hasta el mar, el muchacho


buscando su muerte
abrió los brazos abarcando
la ola
se estrechó a su garganta

168 SAÚL SÁNCHEZ


sofocando la pena
se hundió se hundió
desnudo
niño
en sus ojos
se apoyó a su cintura
se entregó a sus caricias
se anudó a sus palabras
y huía
y oía
y hería
al vago vaivén del viento
el mancebo
sus entrañas
que amaba buscando su muerte
que buscaba amando su muerte
y el mar
y el mar ansioso
el mar amargo
el mar
llevó hasta las playas
de su propio abandono
al poeta
que para amar
cubrió al doncel de besos
de penumbras la muerte
y de canciones la ola

PEAN

Él tiene por destino ser como el viento


Nauta y habitante del abismo del mundo.
Cada mañana se alza como aura con el rayo y la nube
Pero ama el aire y el agua

OBRA POÉTICA 169


Toma la forma de un caballo
que azota la ola en las tardes de lluvia
pero tiene la gracia de un muchacho
nudo en las noches de invierno
Se apropia el ojo del cóndor para el ciervo y la boa
pero es viento ig-noto de la ola y su paso
Nadie supo, ni él mismo conoce hacia dónde conduce
pero sopla en las playas de amor
de muchachos hambrientos de placer y de muerte
Es viento liento para el agotamiento del mundo
pero al calor d-e-febo monta su aliento
como el perfume de un árbol.

DITIRAMBO

El dios del vino no escancia el jugo de la piña


ni se disipa con la metamorfosis del caimán
¿Qué puede un ser caprichoso que ama el ocio y los placeres…?
¿Quién responde por la siembra de la papa y el cultivo del maíz…?
No aquel a quien le sigue furioso un coro de hembras hambrientas
mas el alma en pena de una débil campesina que llora
sola como una tumba
los peligros de su suerte
Él la invoca en las vueltas del camino con un avemaría
Pero la doncella de las manos tendidas si está bien para reina
no tiene palmos de pastora
la mujer que inspira sus votos no lleva una caña en la mano
ni una flor en la sien
toma el fuste es cierto y se aprieta la cintura
Pero ella misma lo puso en sus rodillas
cuando desgranaba la cosecha
o tejía el panamá:
Fue bestia de amansar más que macho cabrío…

170 SAÚL SÁNCHEZ


Su locura no fue tanto el vino como el amor
Pues de carne y "carne" o de corteza y polvo
p-ululan sus faldas y sus cimas
Yo conozco su calvario
es el miedo
pero la tragedia de la virgen no empieza con la muerte de dios
sino con el sacrificio de la reina.

TRAGEDIA

PRIMER ACTO:
UNA CANCIÓN DE CUNA

Ha nacido de un dios
¿el que ha de morir?
¿Lo ha mecido el viento en lechos de paja?
¡Hombre, no más que hombre!
Pasa su infancia al amparo de una hortelana amiga
Juega con el toro y el buey
Pero la vaca anda lejos del potrero
pariendo gritos maternales…

SEGUNDO ACTO:
LA IMAGEN DE LA DAMA

Porque ella, la virgen, lo afligió de hermosura


él sintió el gozo de amar
el pavor de perder
y el temblor de morir
Porque ella, La Virgen, lo acunó en sus pupilas
él sintió la tierra dura
el alma sola
y lóbrega la mirada

OBRA POÉTICA 171


Porque ella, La Virgen, lo arropó en su silencio
él sintió su muerte
Porque ella … La Virgen
él perdió su amor …

TERCER ACTO:
CANTO DE LA DAMA

He aquí mi amor:
Ya tengo el pecho henchido
el tiempo es nuestro y
la pasión es nuestra
como lumbre de lámpara votiva
arde en tu soledad mi cabellera.
He aquí mi tierno amor
la copa está en mis labios encendida
ven a beber de mí
dispón un poco
de tu sensualidad
y de mi vida.
He aquí mi solo amor
Mi vientre abierto
te puedo sumergir en el abismo
de un día tras otro de la vida
Rompe el vacío de esta noche inmensa
y penetra
DOLIENDO
mi vagina
He aquí no más mi amor
amor no más
con el que vas a amar
TODA LA VIDA

172 SAÚL SÁNCHEZ


ACTO CUARTO:
EL CANTO DEL DONCEL

Mujer yo te amo tanto


que te amo mucho más
No siendo mía
Que te quiero en la noche y en el alba
sin la sensualidad
de tus caricias
Mujer yo te amo tanto
que te amo en la hora en que estás fría…

Que te quiero mirando hacia el ocaso


tu cuerpo ajeno
ausente
a mi codicia
Mujer yo te amo tanto
que por amor
me inmolo a tu lascivia
para arrastrar con ella en este mundo
ese dolor
que en tu dolor se fija
Mujer yo te amo tanto
que no te amara más
¡si fueras mía…!

ACTO QUINTO:
LA MUERTE DEL DONCEL (SACRIFICIO)

1. oblación:
Ha de estar
dispuesto a la sensualidad
como un amante

OBRA POÉTICA 173


Ha de habitar
desnudo ante el amor
como una victima
Ha de vivir
ardiendo de impudicia
como la poesía.

2. holocausto
Y vivió la muerte del aire
porque nació dé fuego y de pan
Sopló el viento
y alzó con sus cenizas de hambre
pero ellas cayeron como arena
en las playas del mundo
Nada resistió al ardor de su carne
pero nadie se acercó a ella
por temor de abra(S)arse
Solo él se retorcía
al derretirse
como lámpara encendida
de la cabeza al pabilo
hasta consumirse de amor
Pero quien tuvo por destino arder
nació para danzar
y bailó al son de su pasión
como el más solo de los hombres

Se fue de ronda por las playas del mundo


llevando la canción de su alero
Porque era de sol y de sangre
necesitaba de la playa y del viento
Vivió como una palmera
ardiendo

174 SAÚL SÁNCHEZ


en la ola del mar
Me amó y se entregó por mi

3. eucaristía
Que quede sólo para el final esta imagen:
Dios estaba allí presente
el día en que el doncel y el poeta
se abra(S)aron
¡NO! pensó El
El doncel y el poeta se abrazaron
el día en que Dios
estaba allí presente
¡NO! dijo la dama:
El día en que se abrasaron
el doncel y el poeta
Dios estaba allí presente.

ELEGÍA

Si se escribiera sobre su tumba esta palabra: UN HOMBRE

Todo el mundo sabría que él fue un poeta

Si se escribiera sobre su tumba esta palabra: UN POETA

Todo el mundo admitiría que él fue un hombre

Si se escribiera sobre su tumba esta frase: HE VIVIDO

Ninguno dudaría que él fue un amante

Pero no voy a dejar en su tumba más que este nombre: UN AMANTE

Y sólo él sabrá que también yo: HE VIVIDO

OBRA POÉTICA 175


SALMO

A. Tuvo al mar por sendero de su alma


y eligió al viento por carro de su vida
B. Hollaron sus pasos el agua del río
y atravesó (,) pensando (,) el alma de las cosas
D. Entonces quedaron como sendas perdidas sus huellas en la
sombra entonces marcaron sus pies trazos en la arena
E. Sólo abrió los ojos a la altura del hombro
solo, se alzó de su silla extendiendo las manos
F. Entonces reclamó tarde luz de la aurora
pero buscó muy temprano el sol al ocaso
G. Y no pudo ver la luz que ardía en su pecho
ni conoció el sol que quemaba a sus espaldas
I. Sólo advirtió en las sombras el ardor de su rostro
solo, gustó en la penumbra el fuego de sus labios
X. Entonces llevó a cuestas su muerte
entonces enlazó a sus manos su pena
K. Hasta que un inmenso azul encharcó sus pupilas
y un enorme vacío dilató sus miradas
L. No era la paz de dios, pero si su tumba
no era su amor, pero si su heredad
M. El dejó los dioses antiguos por hundirse en un piélago de gloria
abandonó las grutas del campo por sumergirse en la
ciudad
N. Huyó como el hermano errante del sol del viento
viajó como un descubridor de mares de desvelo
Ñ. Y amó como sólo sabe amar un poeta
y escribió como s(0)lo suele escribir un amante
O. Entonces dios le dio la señal de los que escoge para hijos
le otorgó una sed insaciable de soñar.
P. Por ello eligió ser poeta y no hombre
por ello buscó ser amante y no padre
R. Era la hora de la resignación cuando llamó a mi ventana

176 SAÚL SÁNCHEZ


Caía el crepúsculo del lado de su muerte
cuando me dijo A-dios
RR. Yo también lo amé callando de pena
Yo también callé "muriendo de amor"
S. Porque para él también fue UN padre el dios del abandono y la
duda
Porque para mí también fue el padre
un dios de la desolación y el silencio
T. Pero la madre alzó altiva las manos al cielo
y sus ojos atrajeron el rayo y la ira
W. Y así se incendiaron nuestras almas en un voraz contubernio
así se aprendió a amar lo que el cielo no perdona
Y. Él supo cómo yo que no es más cierto que el ritmo de un verso
la paz de la tierra
Yo acepté como él por ley el ritmo de un verso
(1) Entonces nadie quiere saber más de otra ley que su carne
Pero ni él, ni yo buscamos fundar otra
institución que su AMOR

***

POR LA MUERTE DE SU HEMANO RODRIGO

A - DIOS.
Sólo aquel que no supo amar
acostumbra a dejar tumbas eternas.
Si mantuve siempre oculto mi nombre
fue porque no quise abandonar nunca
la intimidad de mi silla;
allí pensaba en él,
allí lo amaba y sobre todo
allí lo esperaba eternamente.
Yo no quiero para mí
la muerte eterna de un epitafio.

OBRA POÉTICA 177


No dejo más memoria que un nombre
que no tuvo hijos
pero que fue mi amor.
Mi muerte no será más que su falta
hasta que el polvo nos disuelva,
desciendo al infierno
para que se consume esta sed.
Empiezo este abrazo visceral con la tierra
para que me devuelva mi espíritu:
Adiós, luego, . . . ¿A- DIOS? ¡Sí! a Dios
con tal de que afirmó esto dijo una mentira
o era un esclavo
A- Dios o a Él no más que a él . . .
Cuando se confunda conmigo
en el mismo abrazo mortal
al que hoy me he entregado
!!!A- DIOS¡¡¡

(Medellín. Colombia, Octubre 16 de 1987)

***

Junto al mar lo vi. grave


Como si se preguntara
Por su próxima muerte.

Lo vi cabizbajo
contra un cielo
que contaba ya
por horas su vida.

Lo vi de pies y solo
con el mar encharcado
en sus ojos
velando su pena.

178 SAÚL SÁNCHEZ


Estaba clavado en la arena
como un árbol sediento.

Sus ropas maltrechas


eran como las velas gastadas
de un barco perdido.

Era un tronco raído


por la sal de sus sueños.

Nadie estaba a su lado


porque a nadie
le pertenecía su cuerpo,
pero Él permanecía de pies
días enteros...
horas enteras,
esperando que alguno al pasar
recordará su nombre.

(Medellín, Colombia, octubre 16 de 1987)

***

POR LA MUERTE DE SU HERMANO ANÍBAL

EPICEDIO

Nací hace sesenta años


Y Hemos llegado hasta aquí
pero ahora me abandonan,
se llevan mi sangre
y me dejan su dolor.
Para mí vendrá la otra vida
de la QUE sólo yo
iré a ser testigo,

OBRA POÉTICA 179


va a burbujear como nunca mi carne
y a fermentar de nuevo mi sangre
hasta que reviente la vida
y retorne la virtud.
Cuando mañana vengan a sepultar mí otra muerte
me sentirán como si nunca hubiera existido
y al ver el espacio vacío
en que se ahondan mis ojos
me buscarán en los suyos, abiertos.
Espero anhelante el momento
en que ya seré polvo
Mi purgatorio no será más que este deseo.
Cuando salga, pues, de esta sala
de oscuro silencio,
cuando vean mis cenizas de luz
emergiendo tranquilas de un soplo
sabrán que soy yo
y al musitar mi nombre será como un viento
sin dirección ni término,
entonces percibirán
que nada ha ocurrido realmente
y mi alma pesará lo que pesa una brizna
en su mano.

(Medellíon, Colombia, 08-01-1992)

***

POR LA MUERTE DE SU HEMANO “RAFA”


ELEGÍAS Y EPICEDIOS:

IN MEMORIAM
Ahora nos constituimos portadores de las lámparas con las velas
encendidas para invitarlo a él solemnemente, como tiene que ser,
para que nos devuelva su presencia. No hacemos otra cosa cuan-

180 SAÚL SÁNCHEZ


do nos reunimos ceremonialmente que celebrar su nombre. No
es mero recuerdo, es memoria, por tanto, conmemoración o cele-
bración de ese recuerdo, que consagra la memoria. Si hacemos las
cosas de este modo es porque él las dispuso así. Si encendemos el
fuego ritualmente es porque sabemos que su luz alumbra el cami-
no e ilumina nuestro hogar.

Las velas encendidas, el recogimiento que embarga todas las co-


sas, el silencio que todos guardamos, una cierta desazón en el
alma, un leve escocimiento en el cuerpo, crean ese ámbito don-
de él adviene a nuestro encuentro. No tiene otro nombre, ni existe
otro espacio propio para esta cita que ese ámbito sagrado en el
que dura su presencia desde donde él nos asiste. Lo que tenga de
eterna esta celebración, tendrá él de inmortal, lo que es nuevo nos
hace a todos igualmente perecederos. Por eso hacemos las cosas a
la manera como él las soñó, porque queremos una memoria eterna
para salvarnos nosotros igualmente en su nombre.

Hablamos de Dios, lo llamamos Señor, pero era nuestro hermano


y hoy con lámparas votivas y con los brazos alzados y las manos
suplicantes, al repetir lo que él mismo hizo, al hacer lo que él nos
mandó, al querer lo que también quiso o buscar lo que él busco, un
amor puro, una fiesta consagrada, un mundo humano o una tier-
na paz, instamos su bendición, porque él, el hijo, si había hurtado
antes el fuego a los dioses, burlando sus deseos, aprendió en su
exceso que tampoco era dios, o que nada es sagrado porque haya
habido un dios, sino que hubo un dios porque algo es sagrado.

Esa luz del espíritu que trata por salirse de su estatura corporal para
alcanzar la esfera divina, aquella según la cual la tierra no es tierra
si no es tierra del cielo, o el cielo no es cielo sino abriéndose so-
bre la tierra. Hacia allá suben nuestros afectos como la llama de un
candil, de allá vienen las bendiciones como palabra bienhechora.
Una y otra, palabra y fuego y fuego y palabra, iluminan el sagrado

OBRA POÉTICA 181


espacio del hogar, fuente perenne de la presencia de su vida, o lo
que es lo mismo, de la alegría de su existencia mientras estuvo con
nosotros.

LAMPARA VOTIVA

Como una vela


que arde solitaria
en el coro
como una vela en un templo
guarnecido de sombras

CATAFALCO

Bajo aquel tu-mul (t) o


de flores desmadejadas
yacente la más pura
la roja encendida
de tu vida.

TALES VITA FINIS ITA (Como se vive se muere)

Fue como una Ráfaga


tu muerte, ¡-Rafa-
él, un ciclón!

FINAL DEL ACTO

No ante aquel
inesperado fin
más por la ofrenda
en la que siempre se consumía
por amor de los demás
aplaudimos su muerte
batiendo palmas de júbilo
a una vida bien vivida.

182 SAÚL SÁNCHEZ


LEJANO AZUL

Den sa - nu be - ne gra - és ta - de tu - muerte


den sa - ten sa - nu be,
ne gra - na ve de tu suerte.

DESPEDIDA

Una larga caravana de sollozos


llevando a expensas tu cadáver
pero flotando como palma
el intenso pañuelo blanco
de tu vida.

ÚLTIMA MORADA

Caminando
por entre un jardín de rosas mustias
hasta tu decisiva estancia
con esta inequívoca dirección:
22 – 10 - 94

ELEGÍA

Así jugando entre las olas


con los ojos
navegando mar allá de las ondas
por a-rrimar al horizonte
buscando el corazón de la noche
en un rayo de luna
encaramando su casa
sobre la alta cuesta
la más alta
para que la acariciaran las nubes

OBRA POÉTICA 183


bogándose
los cuatro vientos
sin que le importara la hora
amaba el mar
no los puertos
apuraba distancias
nunca horarios
yéndose no más
yéndose
por entre las frondas
donde que no le arrebatara la noche
o que no le ofreciera abrigo la tierra
no le importaba el pan
más que el hermano compañero
no se embriagaba con el vino
quería la fiesta
celebrando
una misa hasta entonces nunca oficiada
brindando de nuevo por el dios desconocido
solidario
siempre
solitario
No dio tregua a su lucha
ni pausa a su alegría
nunca tuvo fin su viaje
por eso murió en plena ruta.

EL ANGEL NEGRO DE LA MUERTE

En un segundo
en que despabilaron sus pupilas
por guiñar un ojo a la luna
la noche lo clavó a sus destino

184 SAÚL SÁNCHEZ


ASI FUE TROYA

Troya no perdió menos cuando Héctor


o Aquiles con Patroclo
Ni yo conocí a alguien más noble
A - Dios

LUZ MAS LUZ

Una silla grande como su casa


a la entrada
y estaba él
había luz
Una sala blanca como su alma
y había luz, más luz
un largo amplio corredor
con todo el cielo por delante
( más el amanecer que la mañana
más que tarde el atardecer )
y era la luz
también de noche … luz
de día … luz
luz … más luz
pero la muerte lo cogió a oscuras
a la vuelta de una mala noche
sombría.

QUIJOTE UNA VEZ MÁS

Cuando vuelva
encontrará que sus hermanos
estarán todavía con la barba larga
esperando que les devuelva
los sueños

OBRA POÉTICA 185


que ÉL mismo les arrebató
con su tercera salida.

LOS RECUERDOS

También bajo retratos


color sepia
buscamos atajar el tiempo
que se desliza
…….irremediablemente

IPSESTAD

De pronto una nube


bajo el cielo azul
pinta la tarde
con aquel tornasol que tuvo
cuando nos encontramos
en la playa
parados
frente al mar
como dos
solitarios

DE LEJOS UNA CANCIÓN

Marca el compás
de su recuerdo

MEA CULPA

Hablando inacabablemente…
tratando de ganar cómo amigo
a quien siempre le respondiera
como extraño

186 SAÚL SÁNCHEZ


ESOS CRISTOS DEL ALMA …

como guerrero troyano


a su lucha diaria
hoy se despierta
cotidianamente muerto
yaciendo
a costa del intempestivo rayo
de Dios
que lo desmonta de su carro
de sueños
ofrendando al mundo
nuevos cristos del alma.

HACIA
TI
SEÑOR
IN MEMORIAM MEDELLÍN 22 – 10 - 94

***

EPICEDIO A RAÚL

Cuando vino tu muerte


yo apenas esperaba tu regreso.
Pero vino tu muerte
y no sé ahora como tropiece
con tu olvido.

¿En tus cabellos crespos,


despeinados,
como de aquel que torna insomne,
centinela de la nada?

OBRA POÉTICA 187


¿En la picardía de tu boca
que se abre como pétalos
a la sonrisa de la amistad?

Tu silencio rueda por mis hombros


con una profunda indiferencia.
La discreción es la medida.

Cerner, separar con el cedazo


la harina del salvado,
el oro del pantano.

Tu atento estabas
con unos ojos hondos,
a través de esos lentes
que agrandaban las preguntas.

¿Quién eras? o ¿qué fuiste?


¿Un solitario ambulante
por entrecruzadas calles
de voces antiguas?

¡Un fantasma atravesando


cuerpos mecánicos
que no podías soportar!

Pero elegiste por amparo


los nombres de viejas deidades
que acudieron a tu auxilio.

Y para que todo fuera humano,


no quisiste nada perfecto:
acogiste por compañera
a un alma gemela.

188 SAÚL SÁNCHEZ


Y ¡Santo cielo!
Hoy es la tumba silenciosa
de tus mejores años.

¿Qué te atraía,
dormido fauno,
de esa perpetua siesta
en que viviste?

No el dinero,
ni siquiera la gloria,
no diría que la verdad
apenas el recuerdo…

Eras (lo voy a decir con pena)


el sátiro amante de una rara belleza.
Pero Clío apenas deja ver su sombra
en esta inculta tierra
y Sophía no presta sus alas
en la desolación.

No esperaba tu muerte.
Pero ¿quién espera ahora
tu resurrección?

Más querido, Pan, no temas,


que mientras digo esto
están tus tres gracias
balbuciendo tu nombre
desde la cuna.
Y ella
habrá de encontrar
tu mejor recuerdo,

OBRA POÉTICA 189


cuando desciendan
como frazadas sobre su lecho
las sombras de la noche,
y el resto de la tierra descanse.

(Medellín, Colombia, 22-10-94)

***

ELEGIA A CAROLA

“QUOD ME SEQUITUR FUGIO


QUOD SEQUOR FUGIT “
(Ovidio)

No extendiste los brazos


para estrecharme,
ibas y venias de tu casa
a mi casa y tu mayor
placer era abordar mi alcoba
y sonreír.
Traías las manos congeladas de frutas
y el corazón cargado de deseos,
tus labios sólo musitaban
calladas plegarias.
Cambiabas por perfumes
el aliento en tus besos
y por las tardes tal vez,
un vino exquisito
transformaba en labios
la dulce copa de tu ofrenda.
No medias tus dones

190 SAÚL SÁNCHEZ


porque no tenía precio
aquel que querías entregarme:
La despreciada gracia de tu afecto.
Tanto tiempo empeñabas en mi
que no tenías que salir
de casa para buscarme
si siempre estaba allí
irrigando tu insomnio.
Yo era esa lámpara incandescente
que no dejaba apagar tus miradas
en el oscuro cuarto de tu amor.
Velabas por mí, soñabas por mi
y no hacías otra cosa
pues no querías perder tiempo
más que en tus deseos.
No te amé, pero tu amaste
también lo que yo amé
para gustar a sorbos
de sus plantas las gotas
que caían del banquete
de su mesa.
Lo amaste como querías
que yo te amara
y no te amé
pero él tampoco me amó.
Y aquella tarde fue la última
aquella tarde en que el mar
te mostró mis besos desolados
reflejando tu propia desventura.

(Medellín 08 -07- 2001)

***

OBRA POÉTICA 191


HERACLITO

Hubo un sabio que sintió como fuego


el destino del mundo
y miró resplandeciente la tierra.
Nunca sería para él desierto la naturaleza
pues la nube ardiente del cielo
o el agua del mar
cubrirían su faz de verdor.

Pujante el suelo,
el hombre como gamo que salta
o libre como el cóndor,
luciría también con los destellos
del mismo rayo.
Ni estaría dios al tope
como padre en el cielo,
ni sería invocado “altísimo”,
porque él mismo,
en mitad de la noche,
vendría a calentar sus manos
en la llama del “hogar”.

II

Aún hoy el mundo es “verde”


como antes la vida,
pero su destino es “virtud”
“Word” es la palabra.
¿Reverdece la tierra?
Madura el hombre en camisas de fuerza,
como hijo de Marte, porque este fue,

192 SAÚL SÁNCHEZ


desde que se fundó la ciudad,
su destino.
Y aquel albor de la mañana,
la hora más favorable,
quedó atrás.
La fuerza de la ley
reemplazó la celeste armonía.
Y el hombre se hizo varón
en continua instancia de “duelo”
atento a la razón y a su descendencia.
No hay belleza ya más que en la virtud
donde sí la naturaleza fuera vida
no habría más virtud que en la belleza

III

¿Bello el hombre?
¡HERMOSO COMO UN DIOS!
¿No fue quien montó el río
buscando al padre en su origen
para fundar la patria,
hijo de Venus y de amor?
¿No tenía la figura de un caballero
y el alma de un amante?
¿No pensaba en versos sus ratos,
ni contaba en ritos sus gestas
como parte de su herencia?

IV

Más la armonía se rompió cuando se escribió


con caracteres mayúsculos
por itinerario de esta historia
esta leyenda: “AB URBE CONDITA”.

OBRA POÉTICA 193


La ciudad se llamó “Santafé”
y el rito de fundación
no alcanzó nada venerable:
La “dulía” abrió los brazos a la virtud
y un dios inoportuno
vino a colocarse a sus puertas:
Era el ángel del exterminio
que dejaba por fuera de la ciudad al nativo
y lo obligaba, a la “venia”.
No tuvo por carisma el fervor y la confianza,
sino el servicio como estigma.
La ciudad no fue un “Mundus”.
Fue una fortaleza.
Se arrancó el árbol de raíz para cavar la muralla,
se marchitó el suelo
y creció un desierto de piedra,
donde antes palpitaba la vida.

Como al principio,
ahora no sopla el viento
donde incuba el placer.
La palabra es caos,
el amor es duelo
y el placer tinieblas
Es verdad que no tuvimos nunca
un destino de paz,
pero para “el hijo de hombre”
el augurio de una aurora tranquila
fue siempre “amor” al principio del mundo.
La naturaleza entonces
¡desbordante!
se hizo madre, materia tierna

194 SAÚL SÁNCHEZ


para la carne del niño.
La lucha por la vida
que haría del hombre un campeón del riesgo
do se salvaran las especies,
llegó a ser un combate urbano
que gobierna en perpetuo “desastre”
la transformación del mundo…

VI

Sólo un peregrino,
en medio de total abandono,
recita los signos naturales
de una hacienda amorosa.
El no vuelve conquistador a un palacio
para llenar de extravagancias la tierra,
porque ha aprendido a gustar
el secreto de su estancia
El conoce que hay rincones ocultos
en donde entenebrecida el alma
subsiste una luz
tras la que va en su busca
por eso prefiere hundirse
a la sombra del bosque
que vivir del olvido.
El no acepta otra dimensión
que un inmenso horizonte
con el mar y el sol por delante.
Ebrio de pasión,
encuentra como el sabio, todo el placer
en la compañía de un niño
porque sabe que la vida reverdece
en el resplandor de sus ojos
Su palabra no existe más

OBRA POÉTICA 195


que como savia que corre
cual un río de placer,
por la vida.
Si violento se pasea por la tierra,
¡dios del mal! un campeador
que dirige las armas y las almas
al sólo ejercicio del poder,
si el niño aprende con temor
de manos de sus sacerdotes
que Venus reclama otra vez
armas a Vulcano,
¿No será la conflagración por-venir,
entre las tinieblas y el dolor,
el incendio de esta ciudad industrial?

(Medellín, Colombia,18 -11- 2004)

***

EL CAMPO

A cambio de la guerra quedan infinitos “campos de paz”,


Cementerios para unos pocos sobrevivientes,
Sin embargo sólo vive de veras el que encuentra campo en el mun-
do
El agro es la selva conquistada o la tierra domesticada
Mas por el secreto que el hombre pudo arrancarle a la tierra
El campo se volvió sementera…o cementerio
Primero el hombre fue un peregrino
Per agrum euntis
Después fue campesino
O habitante del campo
Y agri-cultor
A merced de los vientos

196 SAÚL SÁNCHEZ


Y de los rayos de Dios
Desde entonces el suelo se apelmaza
Y crecen las fábricas
Donde sucumbe la selva
Y se inventa la Ley
Que distribuye la vida
En días de trabajo y tiempo de descanso
Mas en el campo uno es el tiempo de la siembra
Otro el de la cosecha
Como también el de la caza y la pesca
O el del combate y la fiesta.

(Medellín, Colombia, 2004)

***

MORADA:

“La palabra es la casa del ser


y en esa casa habita el hombre”.
(Heidegger)

¿Es morada la casa de los muertos o es vivienda nuestra casa?


¿Pero acaso no es abandono o errancia nuestra propia vida?
Que el hombre habite una casa pero que el otro tenga la palabra
¿No marca la diferencia?
Más allá del amor está la casa de los muertos:
Su aposento, donde yacen o descansan en paz
¿Qué hace el hombre que se acuesta sino soñar?
Y el último sueño, el de la muerte es su eterna morada.
O la morada de la eternidad
No la misma habitación que tuvimos,
No la dicha que esperamos pero tampoco la casa de Dios
El hombre que vive hace del sueño su lenguaje

OBRA POÉTICA 197


El que sueña hace de la vida un sueño
¿Puede reposar el hombre que vive?
¿Puede vivir cuando reposa?
De los sueños nace la ilusión
Del lenguaje, los sueños y también las pesadillas
¿No sería mejor no habitar ningún sueño?
¿Dormir no más, dormir y no despertar?

(Medellín, Colombia, 2004)

***

DIOTIMA O DE LA POESÍA

Cuando le dije a Sócrates


Que Eros no era un Dios
¿Y por qué habría de serlo?
Tampoco él me hizo caso
Yo le advertí, empero
Que era un Demiurgo,
Para que tuviera en cuenta
Que por lo mismo,
Ni hablaba como los hombres hablan,
Ni tenía la clarividencia
Que tienen los dioses.
Sócrates fue acaso
Mi más mal discípulo,
Sin, embargo, le hable de Él
Y le di a conocer también sus secretos.
La leyenda que nadie contó
Es que él quiso ser rival de Palas
Pretendiendo igualmente
Ser también hijo del cerebro de Zeus
Pero este no sabía,

198 SAÚL SÁNCHEZ


Nunca tuvo por qué saberlo,
Que la astuta serpiente
La había entregado sus artimañas
Sólo a una mujer
A ella poco le importó
Que el fuera el fruto del desencanto de un Dios
Yo ya lo sabía,
Traía desde Mantinea el secreto
Y lo busqué personalmente
Para sembrar con él
La semilla de la discordia en el mundo:
Le hablé de amor a un hombre
Que no hubiera podido nunca amarme
Y para mayor ironía,
Repitió mis enseñanzas en el banquete
Donde había otra gente igual que él:
Hablaban de amor
Y nunca llegaron a sentirlo
Porque pensaron que Eros era Dios
Sócrates dijo sentir en su alma un demonio
Pero no fue más que la desazón
Que dejé regada en su vientre
El día en que hablamos de amor
Su nieto Aristóteles, engendrado por él de la misma manera
Que Palas, de la frente hacia arriba,
Tuvo que soportar toda la vida
Una bolsa caliente en su vientre,
Buscando sanar con paños de agua
El mal cuya raíz era el alma
Con todo, yo le enseñé a Sócrates
Que si quería conocer a Eros, y relacionarse con él
No lo podía hacer más que a través del sueño o la embriaguez
Mas Sócrates era tan testarudo
Que dormía como las lechuzas con los ojos abiertos

OBRA POÉTICA 199


Tratando de no soñar
Testigo Alcibíades que pasó junto a él
Una noche entera en su lecho
Y que salió de su lado al alba
Como si hubiese dormido
En el mismo lecho con su padre
O con su hermano mayor
Tampoco aquella única vez en el Banquete
Supo aprovechar las circunstancias
Para rendir su tributo a Dionisos
Y más bien prefirió mantenerse sobrio en el banquete
De la tarde hasta la medianoche,
Y de la medianoche hasta el alba :
Ni quiso saborear la dulce embriaguez de Baco
Ni desvelar los fascinantes secretos de Cipris
Al lado de Alcibíades
Puedo dar fe de que no asintió nunca a una cita con Eros
Pues prefirió más bien la ácida lengua de Xantipa
No amó el teatro, aunque asistió a él.
No amó la gimnasia así frecuentara el gimnasio
Donde posaban desnudos los muchachos
Solícitos para los brazos de un amante.
No cantó nunca en el coro
Porque su voz era agorera como la de un búho
Pero habló interminablemente
Afirmando que decía lo que pensaba
No lo que sentía
Tal fue el desaire que le hizo a los dioses
Y la venganza que tomó con ellos
Porque le habían hecho feo
Hasta la orgullosa Palas quiso ser bella alguna vez,
Ante aquel hombre que fue llamado por todos el más hermoso de ver,
Y se volvió contra la nación
De aquel que había negado en ella algún encanto
Más, con todo, también se solazaba

200 SAÚL SÁNCHEZ


Menospreciando el encanto de los muchachos,
Así se detuviera a las puertas del gimnasio,
Donde lucían los atletas
Las más bellas formas que competían
Con las de los mismos dioses
Agatón era bello y había triunfado.
Alcibíades fue despampanante.
Por eso Aristófanes que podía competir con él en fealdad
Lo montó en las nubes
A donde no hubiera querido treparse el mismo nunca
Mas ni así encaramado supo atender los consejos de Dédalo,
Se acercó demasiado también al sol
E igualmente se quemaron sus alas.
Nadie lo vio caer
Por más que hace tiempos boga en las regiones del olvido
Así parezca que su imagen sigue dibujada
En cada nube que pasa por el cielo
Hay ciertas cosas que Sócrates dijo
Que no yo exactamente.
El verdadero amor para mi será
Aquel que sabe mantenerse en continuo combate
Que sabe vivir alternamente en los dos planos
El de la elevación espiritual y el de una vida concreta.
Sócrates prefirió decir que yo había dicho
Que el camino recto del amor, ya se guiara por sí mismo
Ya fuera guiado por otro
Está en comenzar por las bellezas inferiores
Hasta elevarse a la belleza suprema
Pasando por todos los grados
En eso me ofende Sócrates.
Yo no he dicho que la belleza de un alma
Es más preciosa que la del cuerpo,
De suerte que pueda ser tenida esta
Como una belleza inferior.
Yo hablé de ese océano de belleza

OBRA POÉTICA 201


En que hay aguas profundas
Y olas que dibujan la superficie
Y atraen las miradas como si el mar fuera un espectáculo.
Ignoran que en aquellas aguas profundas
Tanto como en las corrientes marinas
Hay ricos tesoros ocultos
De lo que poco a poco la tierra le ha ido robando al cielo.
De esos ricos tesoros se formó un día la espuma
Que dio origen y fue causa del nacimiento de Venus.
Desde entonces no es lo mismo pensar en Venus que hablar de
Psique
Al fin y al cabo para esta Amor fue algo monstruoso
No vino más que de noche
Siempre se acostaron en tinieblas.
Hasta aquel día que a la luz de la antorcha
Vio al compañero rendido por el sueño
Como un amante que inspiraba terror.
Venus no tiene el ojo de una lechuza
Y su ala es de espuma. Eros la ama y Venus también lo ama
pues es su hijo
Y a ella le debe toda la gracia
Y el honor que todos le rendimos
Es verdad que yo le dije a Sócrates
Que el amor consiste en aspirar
A que lo bueno nos pertenezca para siempre.
Pero lo más bueno es, en primer lugar, todo lo que es bello.
Sócrates, empero, pensó que lo bueno era en primer lugar lo cierto
Y eso no es así:
Lo bello superó a lo verdadero
Y esto será siempre lo más amable,
Yo por un momento me he atrevido a pensar
Cuáles o cómo habrían podido ser los hijos
Si Sócrates y yo nos hubiéramos casado.
Tal vez habrían sido como los hijos de Equidna y Tifón:

202 SAÚL SÁNCHEZ


Todos unos monstruos
Cada uno con tres cabezas
Que no podrían más que simbolizar
La ambición, el horror y la muerte.
Pero no. Sócrates, al igual que Zeus a Palas,
Sacó a su única hija de la cabeza
Y a esta le dio el nombre de Justicia.
Vine a Atenas para conocer a esta diosa.
Como Casandra, servía a Apolo en las riberas de Ofis
Al igual que todas las mujeres que hemos nacido para servir a un
Dios
Al que no podemos unirnos.
Apolo era para mí el Dios de la poesía.
A veces me pregunto si Sócrates honró alguna vez a Apolo.
Lo cierto es que nunca se atrevió siquiera a brindar por Baco.
Quizás alguna vez en la vida fue a Delfos
Y vio en el friso de la puerta aquel saludo divino
Conócete a ti mismo
Y tomo el lugar de Apolo
Haciendo de su rostro la imagen de ese saludo.
Pero el viejo zorro hizo algo más
De lo que pocos se dieron cuenta
Tal vez sólo Melito el poeta que lo acusó de perversión:
Sacó este saludo a la calle, cuando Apolo lo reservaba para el templo
Con el que presidía las ceremonias y orientaba las tragedias,
Que se convirtieron realmente
En la verdadera tabla de salvación de Atenas
Y el origen eterno de esta ciudad
Que ha de brillar perpetuamente y sin par en la tierra.

(Medellín, Colombia, 2004)

***

OBRA POÉTICA 203


EMPÉDOCLES Y EL CANTO DE LAS PURIFICACIONES

“Oh amigos, que en la gran villa que mira al rubio Agrigento


Habitáis en las alturas de la ciudad dedicados a nobles tareas,
Venerables puertos para los extranjeros,
Ignorantes del mal, yo os saludo”
Así hablaba a los suyos aquel que era tenido
Como el amigo de los dioses
Y así lo llamó Delia, que era de Atenas
Y llevaba consigo el remedo de ese otro nombre de Apolo,
Como profetiza que era de su templo.
Ella lo vio de muy niña
Sobre un carro de guerra en los juegos de Olimpia.
Pero Pantea, que era de Agrigento,
Y que más que sus encantos conocía sus virtudes
Lo llamó el íntimo confidente de la naturaleza.
Él la había devuelto de la muerte
Con el filtro saludable que le diera
Después de días enteros
Casi sin respiración y sin pulso.
¿Puede en Agrigento un poeta
Ser, también, amigo de los dioses
O en Atenas, confidente de la naturaleza?
¿No fue también Sófocles, un naturalista en Sicilia?
¿No lo llamó igualmente Delia “el sol de los atenienses?
A mí no me queda difícil tener como naturista
Al íntimo amigo de los dioses
Ni tampoco advertir que es ante todo poeta
Al que es verdadero confidente de la naturaleza
Uno y otro nombre
Son las dos caras de la misma moneda
La verdad es que Empédocles,
Según testimonio,

204 SAÚL SÁNCHEZ


Terminó por rendir culto a la sola naturaleza
A la que le daba el nombre de Santa
¿Cómo podría llamárselo así
Amigo de los dioses?
Por eso lo acusó Hermócrates
De jugar con las leyes, de no respetar a los dioses
Y de arrebatar el pío sentido de su pueblo
Que se declaraba amigo de los dioses.
El siguió su camino
Alumbrado por una luz serena
Por lo que era considerado por sus ciudadanos
Como un hombre feliz
Si Hermócrates se opuso a esto
Fue para provocar su ostracismo
Porque le estorbaba menos el naturista
Que el dedicado poeta.
Cuando se paseaba por las calles de Agrigento
Hermócrates no soportaba al íntimo confidente
Pero cuando viene el destierro
Aparece el poeta.
Pantea, quien fue la primera beneficiaria de los filtros
Con que le devolvió la salud,
Fue la primera en darse cuenta del cambio
Su pueblo que lo vio dominar los vientos
Cuando temieron que ellos
Iban a acabar con las cosechas del campo
Lo llamó el domador
Pero Hermócrates pensó que en su destierro
Moriría el poeta
Mas el verdadero enemigo de la naturaleza
No es aquel que es íntimo confidente
Sino quien como Hermócrates,
Sin ser íntimo

OBRA POÉTICA 205


Pretende ser su confidente
Aristóteles conoció al primero más que al segundo,
Pero Hiperión amó siempre más el segundo que el primero
Y el mismo vivió tan perfectamente su vida
Que sus dos almas se dividieron equitativamente su tiempo
Primero fue amigo de los dioses
Pero después vivió treinta y seis años como íntimo confidente
Pensionista en la casa del carpintero Zimmer en Tubinga,
Alojado en la buhardilla de su casa, a orillas del Neckar
Así vivió igualmente Empédocles:
PRIMERO CRECIÓ PARA SER UNO SOLO DESDE MUCHOS
DESPUES SE SEPARÓ HASTA SER MUCHOS DESDE UNO
Como decía Hiperión
Sólo él supo expresar lo alegre en el dolor
Y cuando la peste
Causada por el olor fétido del río
Azotó la región de los Selinuntios
Provocando la muerte de sus habitantes
O el aborto de sus mujeres
Hizo confluir a él los dos ríos vecinos
Y tornó el agua dulce
Entonces sus habitantes celebraron un festín junto al río
Y cuando apareció Empédocles
se prosternaron y lo adoraron como a un Dios.
Los demás hombres somos ineptos e inhábiles
Igual que niños recién nacidos
Confiados por entero a los brazos maternales
Vivía todavía en Agrigento cuando escribió su poema
ACERCA DE LA NATURALEZA
La gente lo escuchaba como su más alto profeta
No había prosperado la envidia de Hermócrates,
Se le conocía como hijo de Metón
Vestía de púrpura.
Llevaba una cinta de oro sobre su abundante cabellera,

206 SAÚL SÁNCHEZ


Calzaba de bronce
Y un séquito de niños que lo amaba
Le seguía por las calles de su ciudad.
Por más que Hermócrates tuviera el poder de las armas,
Por más que manejara a su gente por medio del temor,
No le fue más que un simple adversario
No su verdadero enemigo.
El tiempo en que Hermógenes vivió en su Agrigento
No era un tiempo para el odio
Pues Afrodita los distinguió con su dulce amistad
Pausanias era su amado
Como lo revelaron Aristipo y Satiro
Y a él fue a quien dirigió su canto
Que comenzó con estas dulces palabras:
“Oye, tu, Pausanias, hijo del sabio Anquites”
O asimismo su otro poema con estas:
“Oh amigos de la gran villa que mira el rubio Agrigento… “
La época que correspondió con el despliegue de este singular ser
Había comenzado hacía tiempos
Pero él le dio el más alto brillo
Con su poder se hizo todo un dios
Que redujo todas las fiestas a una:
La fiesta de la tierra
Pero al final se encontró también solo
Entonces empezó a vivir en silencio
Meditando su vida.
Y Fue el Etna el que le otorgó
Albergue sempiterno a su alma
Donde sigue viva
La llama de su espíritu que aun palpita en su tierra.

(Medellín, Colombia, 2004)

***

OBRA POÉTICA 207


¿VERITAS?

Es posible que una cabaña, hoy, evoque un lugar en el campo


Pero no lo invoca
La palabra no invoca lo que ella misma representa,
Apenas lo evoca
¿No hemos ensayado un remedo de la gramática
Para hablar de la relación entre el nombre y el acto?
Más preferimos imitar al poeta que piensa que los bosques acampan
Y sabe que se embelesan escuchando su voz
Pero ninguna imitación es perfecta ni por siempre completa
Entonces invocamos a los dioses
Y a nombre de la palabra nos reconciliamos con ellos
Lo celeste no ocupaba otro tiempo que el de la plegaria
Mas ahora cualquier recuerdo que se tenga de ellos
No es menos celestial.
Por eso más que invocar lo que antes amamos
O que evocar lo que fuimos
Hay que revocar lo que hicimos
A título de ser más filósofos que poetas.
De buscar más la verdad de las cosas
Que la belleza o el encanto que en cada una resplandece.

(Medellín, Colombia, 2004)

***

CONFESIÓN DE BOCA

Un día iré a contarte


cómo eran mis noches
antes de que vinieras.

208 SAÚL SÁNCHEZ


Descansaré esa noche
de haber estado siempre
a tu espera y en vela.

Saldré con vos tranquilo


cogidos de la mano
por la calle y de fiesta.

Un día… y ese día


la noche será mía…
qué digo…será nuestra.

(Medellín, Colombia, 03-09-2009)

***

OFRENDA

Cuánto quisiera yo,


por esta tarde azul en me encuentro,
tenerte aquí conmigo.
En el jardín hay vientos de verano
y un especio infinito.
Si estuvieras conmigo
como yo estoy con vos
en esta tarde
verías que no hay amor prohibido.
Como quisiera el aire de la tarde,
para tenerte a ti como a mí mismo.
¡Sucede siempre
que uno tan solo vive de quimeras
cuando no logra urdir algún recuerdo…!

(Medellín, Colombia, 2009)

***
OBRA POÉTICA 209
También los discípulos dijeron a su amado Maestro:
“Quédate con nosotros”.
Ellos tenían la misma razón que tenemos
Para suplicártelo:
“Porque se hace tarde”.
Igual que Él.
Sabemos que vas a respondernos:
”Yo estaré con ustedes”.
Y nuestras vidas como las de ellos
se han convertido
en una constante celebración de tu recuerdo,
sólo para seguir clamando al fin da cada solemnidad:
“Ven, Señor, ven”
Es cierto que Él no está ausente,
no has de estarlo de nosotros,
tampoco, tú.
En cada rincón de nuestras almas
se elevan santuarios en tu nombre
y cada uno con distinta evocación:
Niño de los cabellos de oro,
de los ojos azules,
amado hijo,
querido hermano,
“divino ser”.
Con todo, como el más aventajado
de sus amantes,
también sabemos
que esta dolencia no se cura
sino con la presencia y la figura.
Y por eso te estuvimos aguardando,
te estamos esperando,
te estaremos suplicando:

210 SAÚL SÁNCHEZ


Vuelve a casa, Juan
Vuelve a casa,
Vuelve a casa
¡Juan!

(Medellín, Colombia 2010-2011)

***

Ya para caer la tarde el rayo divino,


su estrella luminosa,
vuelve a encender sus luces
señalando un nuevo destino.
Allá a lo lejos el poniente deja entrever
los resplandores de los días futuros.
Parpadean los astros,
tiembla la noche
y la estrella avanza
casta y silenciosa
su lumbre es cascada de amor
para un alma sedienta de luz.
Todo en ella canta
y mi alma suspira como en otro tiempo
cuando por primera vez
también él
apareció entre los coros de la madrugada
y el inquieto pájaro de la noche.
Los astros parpadeaban
y él avanzaba tendiendo los brazos
al viejo sol del invierno.

(Medellín, Colombia,11-12-2012)

***

OBRA POÉTICA 211


IN MEMORIAM

No lo voy a olvidar
ha de entrar en la penumbra de mi alma,
lo he de llevar conmigo a través del silencio
como ofrenda suprema.
ni él mismo va a saber
en el ruido de sus fiestas
o en la angustia de sus paisajes vacíos
qué nos pasó.
sólo un niño que llora en su alma
me ha de recordar con el mismo encanto
que a una sonrisa de amante.
no lo voy a olvidar:
aunque no lo vea más
ni palpe por ninguna parte su cuerpo
cuando alce los ojos al cielo
y piense que dios es posible…
sentiré que es a él a quien quiero abrazarme.
no lo voy a olvidar
pues a la sombra de un cristo me enredé en sus labios
para quedar trenzando su ternura en mi amor.

(Pudo ser su último poema que encontró su hermano Jairo y que llegó a sus manos
por azar del destino en medio de infinidad de papeles, libros y documentos que había
en su gran biblioteca y que tomó como presagio de su ausencia por su partida acon-
tecida el día 28 de Octubre de 2013).

213
ADENDA
(A petición de “LA ROSITA”, como llamaba cariñosamente a su cuñada Rosa Estela, la
conyugue de su hermano Jairo, para una historia gráfica que creó ella en los talleres
de artes que hizo en París, durante su convivencia entre los años de 1976 a 1978, SAÚL
le escribió estos versos).
E n una casita
con un caminito
el sol en lo alto
las nubes más lejos
las aves volando
llenas de silencio.
Un árbol, un monte,
y el hombre en el campo
con manos de oro,
con mayor esmero
en una mañana,
día de verano,
en un jardincito
con mis amiguitas
tierra me pusieron.

Y pasé la noche:
(la luna en el cielo)
(el hombre en su casa)
(velando y durmiendo)
Traque que te traque
Triqui que te triqui:
Labrando la tierra
y mirando el cielo:
Trabajaba fuerte
antes que llegara
la estrella más grande
a mirar de lejos,
porque yo quería
que ella me encontrara
llena de atavíos,
como otra estrella
de amor en el suelo.

OBRA POÉTICA 217


Y llegó la aurora
vino el día luego
yo salí a la tierra
como nace un niño
entre muchos sueños
y mire los campos
lleno estaba el mundo
de luz, también llenos
de vida los montes,
las aves, el árbol,
la casa del hombre,

y mis amiguitas
entre todo esto.
Viendo pues el mundo
elegí mi nombre:
Yo dije me llamo
“LA FILOMENITA”
porque amo al mundo
la casa en que habito
la vida que tengo.
Porque quiero al hombre
a quien acompaño,
porque estoy dichosa
de ver lo que veo.

218 SAÚL SÁNCHEZ


P ero un día el hombre
vino con la siega
aquel campo entonces
no era como el cielo:
Las aves no estaban,
el sol alumbraba
más aún con miedo.
A mi lado todas,
vencidas, caían
como azotadas
por el mismo viento.
Ninguna escapaba.
Si yo amaba al hombre
es porque pensaba
que era la escogida
para los momentos
de fatiga o pena
de pena o fatiga
y aún de tedio…

M ás fue en vano todo:


en vano mi llanto,
fue en vano la pena
de mis amiguitas:
En vano que un árbol
llorara de angustia
y que el sol se fuera
para otros cielos:
Cerraron la casa,
un hombre muy serio
nos llegó del pueblo
y nos montó a todas
en una carreta
y la tierra entera
se quedó en silencio.

OBRA POÉTICA 219


N o digo que todo
fuera para menos.
Otras flores vimos
que crecían solas
sin casa ni dueño:
Nos salieron todas
alegres cantando
y también nosotras
fuimos al encuentro.
El sol volvió a verse,
aunque tal vez lejos.
Otro árbol crecía
lleno de esperanza
pero árbol silvestre
libre como el viento.
¡Las aves que vimos
la mañana aquella
todas nos seguían
camino del pueblo!

220 SAÚL SÁNCHEZ


U na mariposa
se acercó y me dijo:
¿Y cuál es tu nombre?
Era tarde entonces
todo se acostaba
por aquellos reinos.
Los últimos rayos
del sol ocultaban
el postrer recodo
de mi primer beso.
-Yo soy dije entonces,
¡LA FILOMENITA!
-Una Filomenita
que frunce los ceños
una Filomena
¿que no ama? –me dijo.
-Yo solo estoy triste
respondí con pena
porque, como tú,
no voy donde quiero
porque no soy libre-.
Y la mariposa
se quedó en silencio.
-Hasta luego- dije.
Y aquel fue el recodo
y ésta fue la historia
de mi primer beso.

OBRA POÉTICA 221


E sta otra noche,
(la noche del pueblo)
Noche que no era
como aquella noche
en la que crecimos
brotando del suelo.
Esta otra noche
casi de agonía
el cielo no era
como el otro cielo.
Yo no me ataviaba
para ningún nadie.
Con un poco de hambre
morían mis pétalos.
Algo presentía
como con angustia

algo que pensaba


que no era muy bueno.
La luna, si había,
era luna nueva.
Por ninguna parte
hubo algún lucero.
Si el hombre vivía
no velaba entonces,
si una luz llegaba
no era la del cielo…

222 SAÚL SÁNCHEZ


L a tercer mañana
de este solo cuento
me di cuenta entonces
de mi nuevo medio:
Una tolda grande
otra tolda al frente
para el mismo dueño.
Ventas, ventas, ventas,
Flores, flores, flores,
ventas para flores
flores pa´ la venta
ventas y ventanas
y no –venta ventas.
Un pueblo cercano.
Otro pueblo menos.
Un coche, otro coche
gente que no veo,
sol que no calienta

V
mundo que no entiendo. ino al fin el hombre
Y otro hombre luego.
Vino con un coche:
las de la otra venta
se llevó primero.
Nadie quedo entonces
en aquel vació:
Las casa del pueblo
cerraron las puertas,
las ventanas luego.
Todas nos sentimos
como estremecidas,
y de pronto tuve
este sentimiento:
Quise ser vendida
quise saber presto
si iba a hallar el campo
o a morir al pueblo.

OBRA POÉTICA 223


A paso muy lento
otra vez la noche
(una tercera noche)
nos sacó del pueblo.
Otra vez la luna
vimos en el aire
otra vez estrellas
en el firmamento,
árboles silvestres
y árboles con dueño.
Mientras ascendía
por aquel camino
yo tenía pena
por las que quedaron
de cualquier manera
muriendo en el pueblo.
Yo tenía pena
mientras ascendía
y también tenía
mi presentimiento:
¡Noche misteriosa!
El aire del campo
era sin embargo
tibio como el cielo…

224 SAÚL SÁNCHEZ


Y apareció entonces
otro nuevo día.
Volví a ver el campo
tuve otra vez dueño:
Un color distinto
flotaba en el aire.
El sol alumbraba
con el mismo celo.
Algo me decía
que iba a estar entonces
en aquel jardín
sin volver al pueblo.
Algo me decía
que esta vez mi dueño
habitaba el campo
como yo su huerto:
Que su casa era
no como las casas que prefiero el suelo,
frías de los pueblos, fresco de los campos,
como las cabañas a aquel aire tosco,
de los vendedores. torvo de los pueblos.
Que, por fin, había Que prefiero el beso
humo que ascendiera de la mariposa
como las plegarias a las pocas fiestas
a tocar el cielo. que hacen en el pueblo.
Que yo estaba ahí Ella vino entonces,
por la mariposa; ella tomó el polen
que a ella le tocaba que le dan mis besos,
todo mi sustento. y entre las dos juntas
Que yo estaba ahí con abrazo estrecho
para amar el mundo dimos otra vida
como FILOMENA, para un nuevo cielo.
en un campo nuevo.
Que amo los cultivos, (París, 1977)

OBRA POÉTICA 225


Este libro se imprimió en
la Ciudad de Bogotá, República de Colombia,
en el mes de noviembre de 2015.

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