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Entendemos como situaciones de riesgo aquéllas que conllevan una importante carga traumática

para la mayor parte de las personas que vayan a afrontarlas. En un principio sería deseable que
todos poseyésemos los mecanismos psicológicos pertinentes para afrontar con éxito cualquier
avatar por el que vayamos a atravesar. Pero es pedir demasiado. Algunas situaciones, por otra
parte, pueden poseer una u otra connotación peligrosa según cuál sea la forma en que se
desarrollen.

Expondremos algunas situaciones de riesgo, las más frecuentes en nuestra consulta, y, para cada
una de ellas, nuestras ideas para minimizar su peligrosidad. Por supuesto, no consideramos
agotadas todas las posibilidades. No constituyen entidades nosológicas, y no son contempladas en
el DSM-IV. Pero poseen el suficiente interés para que les dediquemos un estudio. Son las siguientes:

”Enfermedad orgánica”
Veamos los cuadros que consideramos más significativos con la problemática
inherentea cada uno de ellos y las acciones profilácticas recomendables:

a) Diabetes mellitus: Como en cualquier enfermedad crónica podemos hallar


reacciones depresivas, que pueden ser graves y requerir tratamiento. Los
padres deben ser aleccionados para favorecer la autonomía del niño, y para
responsabilizarle del control de su tratamiento. Debe insistirse en estos puntos
para evitar problemas de sobreprotección, inseguridad y baja autoestima.
También es necesario evitar el beneficio secundario de la enfermedad, que por
sí solo puede explicar algunos casos de mal cumplimiento terapéutico.

b) Hemofilia: Mismos problemas que en la diabetes en cuanto a la


sobreprotección y al cumplimiento. Preparar a los adolescentes para el
asesoramiento genético. Necesidad de una información completa, no
angustiante, respecto a la conducta a seguir en caso de hemorragia.

c) Enfermedades musculares: Problemas comunes a todas las crónicas más o menos


invalidantes (sobreprotección, beneficio secundario, depresión…) Prevención de
trastornos escolares (derivados de la psicomotricidad, del absentismo, etc.)
Asesoramiento genético.

d) Espina bífida: Problemas inherentes a todas las crónicas. Prevenir problemas


escolares (déficits motores o sensoriales). Programas de control de esfínteres.
Asesoramiento sobre disfunciones sexuales.

e) Neoplasias y leucemias: Se suman los problemas de las enfermedades crónicas


y los de las enfermedades mortales. Es necesario evitar un clima angustiante
en el seno familiar. Los niños “captan” la angustia del entorno e incrementan su
propia reacción de ansiedad. De especial interés en el caso de haber hermanos,
los cuales pueden presentar reacciones psicopatológicas si el medio entra en
excesiva tensión. Evitar los problemas de sobreprotección y el beneficio
secundario. Detectar estados depresivos, especialmente en fases terminales. En
oncología es clásico administrar antidepresivos tricíclicos a pacientes terminales
con fuertes dolores, pues coadyuvan al tratamiento analgésico.
f) Trasplantes: Mismos fenómenos que en neoplasias y/o enfermedades graves
en general, acrecentados por la ansiedad que puede provocar el turno de espera
en tanto no aparecen órganos para el trasplante. Tratar el ambiente próximo
para que mantenga la calma lo mejor posible. Detectar reacciones depresivas,
y tratarlas.

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