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EL PROYECTO DEL GASODUCTO SUR PERUANO (GSP)

PRIMERA LECTURA DEL CURSO DE EVALUACIÓN DE PROYECTOS 2018 I FICA – UNHEVAL

¿Renace el Proyecto del Gasoducto Sur Peruano?

El Gasoducto Sur Peruano (GSP) está parado desde enero del 2017 por problemas
de financiamiento bancario, debido a la corrupción de Odebrecht. También hay
disputas entre los propios accionistas y entre éstos y el Estado, lo que ha originado
demandas de arbitrajes. A lo que se agrega las amenazas de juicios al Estado por
proveedores y contratistas, grandes y pequeños, con enormes deudas impagas y al
borde de la quiebra, con miles de empleos perdidos.
El Poder Ejecutivo ha sido incapaz de “destrabar” esta importante inversión (que
representa 1% del PBI), quizá porque desde lo más alto del gobierno no se quiere
aparecer “como que se está ayudando” al consorcio GSP, liderado por Odebrecht y
donde también participan Enagás de España y GyM.
Falso dilema. Sí se pueden “encapsular” todos los entuertos del pasado reciente, al
mismo tiempo que se vuelve a licitar el proyecto (todos los activos ya pasaron a
Proinversión), bajo nuevas condiciones. Dejemos que el Ministerio Público y el
Poder Judicial determinen si hubo corrupción, lo cual se aclarará aún más cuando
los fiscales anti-corrupción viajen a Brasil, ya no para investigar el financiamiento a
las campañas electorales, sino las coimas para obtener las obras. Ojo, pestaña y
ceja.
Mientras, hay cada vez más razones para que el proyecto “resucite”. Una es la
reciente propuesta de Evo Morales de exportar gas por Ilo (Moquegua). Bolivia
exporta hoy a Brasil y Argentina a buenos precios. Pero en el mediano plazo ambos
van a producir gas (Brasil en el Pre-sal y Argentina gas esquisto en Vaca Muerta) y
Bolivia quiere diversificar sus mercados, apuntando a los altos precios de Japón y
Europa y no al mercado gringo –proyecto de Sánchez de Losada derrotado en el
2003-, donde el precio Henry Hub está por los suelos.
El Presidente Vizcarra –que conoce a fondo los beneficios del proyecto- ha
manifestado su acuerdo. Y añadió: “está pendiente el desarrollo del proyecto del
GSP, el cual también llevaría el gas natural a esta región. Si hay doble
abastecimiento, va a ser siempre mejor para la población" (Andina, 28/04). Buena.
Por el lado de la oferta no hay problema, pues la estatal china CNPC tiene 4 TCF de
reservas en el Lote 58 de Camisea (el 40% del Lote 88) y ya comenzó la inversión
de US$ 4,000 millones para producir 360 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd)
de gas y 30,000 barriles diarios de líquidos (que dan la mayor rentabilidad).
¿Por donde saldría esa producción si no hay GSP? Pues por Lima, acentuando el
centralismo y, sobretodo, incumpliendo con dar seguridad energética pues
seguiríamos con un solo tubo para Lima en el tramo de selva.
Por el lado del transporte, hay que volver a licitar el GSP. Se afirma que hay US$
1,500 millones invertidos. El gobierno debe hacer la tasación y, cuando se concrete
la licitación, lo que corresponda irá a un fideicomiso para pagar la reparación civil al
Estado y las deudas a proveedores y contratistas, con un orden de prelación
satisfactorio para las partes. Además, el GSP podrá transportar el gas boliviano
desde Puno hasta Ilo, lo que abarata el costo del peaje.
No menos importante es la rebaja de la tasa de interés del 12% del proyecto
original. Un reciente informe del Ministerio de Energía y Minas –cuando Gonzalo
Tamayo era Ministro- dice que si la tasa baja al 8%, el costo del servicio ya no sería
US$ 900 (si el gasoducto estuviera vacío) sino US$ 535 millones anuales.
Por el lado de la demanda, la petroquímica provee una demanda considerable para
la diversificación productiva. Esto es lo clave. A ello se suma que el gas boliviano
necesitará una planta de licuefacción para la exportación.
Tema clave poco discutido: si no llega el gas para alimentar las centrales del Nodo
Energético del sur, éstas no serán “generación eficiente”. En el 2021, debido al
crecimiento de la demanda, despacharán a diario quemando diésel caro (ese año se
cruzan las curvas de Generación Eficiente y demanda, ver gráfico). Dice el COES
que el costo marginal máximo subiría de US$ 62 a 284 MW/hora. Ojo con ese recibo
de luz.
¿Quiénes se benefician? Pues todas las empresas con centrales hidroeléctricas y
las centrales a gas de Chilca. ¿Por qué? Porque venderían su electricidad barata al
precio carísimo de las que queman diésel (super contaminante), pues así lo dicta la
legislación vigente. ¿Será esa la “agenda encubierta” de los opositores al GSP?
Por lo expuesto aquí (hay más que se queda en el tintero), están dadas las
condiciones para que renazca el GSP, como ya lo ha dicho el Presidente. Ojalá que
el Premier Villanueva lo anuncie hoy mismo, demostrando que se puede superar el
“lobbysmo” del período PPK, para beneficio del sur y del Perú.

Nueva licitación del Gasoducto Sur Peruano recién se concretaría


el 2019

El director ejecutivo (e) de ProInversión, Alberto Ñecco, indicó que el objetivo de su


institución es licitar el Gasoducto Sur Peruano a finales del presente año, para lo
cual están en proceso de contratar un asesor internacional.
“En el caso del gasoducto nuestro objetivo es la convocatoria del concurso hacia
fines de este año, hacia eso estamos trabajando, ese es nuestro objetivo hacia
donde estamos poniendo la mayor parte de los esfuerzos”, afirmó.

Refirió que se trata de realizar un proyecto técnicamente viable, eficiente para


beneficio de la población. “Entonces también tendremos que tomar en consideración
cuales son las recomendaciones que finalmente el asesor técnico internacional nos
dé respecto al proyecto”, dijo.
Refirió que aún es muy temprano para determinar exactamente cuáles son las
características del proyecto, y la contratación del asesor internacional se realizaría
en el presente mes.

“El Gasoducto Sur Peruano tenía básicamente tres objetivos la distribución del gas
natural a la zona sur para uso residencial, al nodo energético para que las
estaciones térmicas en Arequipa usen, y el tema de seguridad energética”, dijo
Ñecco.

Por su parte, el director de Portafolio de Proyectos de ProInversión, Gustavo


Ibargüen señaló que están trabajando con asesores técnicos para tratar de dar una
nueva visión a este proyecto.

“Es un proyecto integral que va de la mano con la masificación del gas y esperemos
también que ya tengamos un proyecto maduro a finales de este año o comienzos
del siguiente año”, dijo Ibargüen.

Refirió que será el asesor internacional que señale si el proyecto del Gasoducto Sur
Peruano se desarrollará como una Asociación Público Privada o por el Estado,
tomando en consideración diversos aspectos técnicos y financieros.

Gasoducto sur peruano estaba muy mal planteado y sobrevalorado

Para el especialista Víctor Medina Calderón, se obliga a replantear proyecto. Era


una tubería muy cara solo para quemar gas y generar energía. No contemplaba
petroquímica que hubiese industrializado el sur.
La promesa de que el gas natural de Camisea llegue a las regiones del sur
peruano sigue siendo un sueño postergado una y otra vez. El consorcio Gasoducto
Sur Peruano (GSP), integrado por las empresas Odebrecht (Brasil), Enagás
(España) y Graña & Montero(Perú), no tiene espalda financiera para terminar esta
obra que tiene un avance del 37,60%. El viernes pasado anunciaron su intención de
devolver la concesión al Estado.
El analista energético Víctor Medina Calderón planteó que el Estado ejecute la
garantía que Odebrecht depositó en la firma del contrato. También propuso la
devolución del dinero que las familias del país aportaron para financiar el gasoducto.
Medina hizo un balance del proyecto fallido y sostuvo que ningún banco quiso ser el
aval financiero de este consorcio por los problemas de corrupción que afrontó la
brasileña Odebrecht. “No era digna de crédito en ningún lado”.
Para Medina, ex integrante de los directorios de Petroperú y Electroperú en el
gobierno de Fernando Belaunde, el proyecto actual está mal planteado y además
sobrevalorado. Por eso consideró positivo que todo haya vuelto a foja cero.
Antes de la convocatoria a una nueva licitación internacional para continuar la obra
se debe asegurar las reservas de gas para satisfacer la demanda de este tubo que
partirá del Cusco y desembocará en la costa sur. Los lotes de Camisea no tienen
más de 9 trillones de pies cúbicos (TFC) y solo para el sur se requieren 3 TFC
como mínimo. En comparación con otros países, las reservas peruanas son
austeras. Bolivia cuenta con 53 TFC probados, Argentina con 28 TFC y Venezuela
con 365 TFC. “Bajo este panorama, la exportación del gas del Lote 56 constituye un
crimen y un atentado para la seguridad energética del país”, añadió.
El también consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco
Mundial precisó que hay poco gas incluso para abastecer las necesidades del
gasoducto que llega a Ica.
El Consorcio Camisea no puede satisfacer toda la demanda potencial. Para muestra
un botón. Una empresa estadounidense iba a instalar una planta petroquímica en
San Juan de Marcona (Ica). Hizo un contrato de 350 millones de pies cúbicos por
día, pero solo se le podía abastecer de 120 millones, es decir, menos de la mitad.
Decidió irse.

Modelo mal planteado

El gasoducto que pretendía sacar adelante el consorcio liderado


por Odebrecht estaba mal planteado. No solo se excluía a varias ciudades del sur,
tampoco era un proyecto integral, añadió Medina. Se pretendía trasladar el
combustible para generar energía en los nodos a instalarse
en Moquegua y Arequipa. No estaba prevista la industria petroquímica.
Recordó que el gas peruano está compuesto de metano, etano, propileno y butano.
De estos cuatro elementos, el más valioso es el etano, y no estaba contemplado
separarlo y trasladarlo en otro ducto.
En petroquímica hay tres etapas, entre ellas una básica para producir úrea,
fertilizantes y nitratos. Para ello solo son necesarios el metano y el propileno. Para
la etapa intermedia se utilizan el metano y el etano, que permiten hacer plásticos,
fibras y rayos X. La etapa final y más avanzada de la petroquímica, en la que se usa
el etano, posibilita la producción de artículos de alto valor agregado.
Un negocio como la petroquímica hubiera permitido generar, al menos, tres mil
empleos y alta rentabilidad.

En cifras
37,60% es el avance del Gasoducto Sur Peruano, según información del
consorcio.
62,76% de los tubos para el tendido del gasoducto ya se encuentran en el Perú.

Cómo pasó de US$ 1.320 millones a US$ 7.328 millones


El proyecto estaba sobrevalorado desde la perspectiva de Medina. Cuando el
proyecto lo tenía Kuntur Transportadora de Gas, se dijo que iba a costar US$
1.320 millones por los 1.300 kilómetros desde Camisea hasta Ilo. Recordó que en el
2012 Kuntur elevó escandalosamente el costo a US$ 5.616 millones. Y el consorcio
actual valorizó la obra en US$ 7.328 millones. Medina calcula que el costo por
kilómetro iba a ser de US$ 3,5 millones. En comparación con gasoductos de otros
países, el precio es tremendamente elevado.
El gasoducto Tarija de Bolivia a Sao Paulo costó US$ 600 mil por kilómetro. ¿Por
qué debíamos pagar tres millones?, se preguntó.
Como el gasoducto parece que ya no va, ahora se impulsará el gas virtual, es decir,
el gas transportado en cisternas desde Pampa Melchorita para reconvertirse en
plantas en Arequipa y conducido a través de redes domiciliarias. La propuesta no
beneficiaría en gran medida a la población, pues el costo bordearía los 32 soles,
casi lo mismo que un balón de gas.

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