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SRATORL, 6 (Z008)- Homo videns ina tO. etedsd teladicigids.. Nabred : Tourus 1. HOMO SAPIENS Homo sapiens: de este modo clasificaba Linneo a la especie humana en su Sistema de la Naturaleza, de 1758. Fisiologicamente, el homo sapiens no posee nada que lo haga tinico entre los primates (el género al que perte- nece la especie de la raza humana). Lo que hace tinico al homo sapiens es su capacidad simbélica; lo que indujo a Ernst Cassirer a definir al hombre como un «animal simb6lico». Cassirer lo explica asi: El hombre no vive en un universo puramente fisico sino en un universo simbélico. Lengua, mito, arte y religién [...] son 10s diversos hilos que componen el tejido simbélico [...]. Cual- quier progreso humano en el campo del pensamiento y de la experiencia refuerza este tejido [...]. La definicién del hombre como animal racional no ha perdido nada de su valor [...] pero ¢s fécil observar que esta definicién es una parte del total. Por- que al lado del lenguaje conceptual hay un lenguaje del senti- miento, al lado del lenguaje légico 0 cienttifico esté el lenguaje de 1a imaginacion poética. Al principio, el lenguaje no expre- sa pensamientos 0 ideas, sino sentimientos y afectos. (1948, pags. 47-49) ouro(d ue se1s1ere9 so] expuny onb) eidnouy[ el ap uorouaaur ey Eisey squstientedr etioduroo as oorporied to uziqures onb as0a13640 ¢ seaqeped a1uetpou A seiqered uo opmunsuos soi ‘«egZojoremouo» so tesuad onb ouuiye spup ‘9-gz “sBed sel US siuaurpepadss (6261) vansod 27 us ofjoaresap an sisa1 eum sy 5 soperpaur opsap ‘oduron owistur Ty “¢ [9p une zeIqey erpod 9s ou ‘sasuanueure sod oueur e sop ~pnpordar uos sorrose sorxai soy onb visegy ‘Tero UOTSTUT -suen pj ue s1uswTedround wusurepuny os pepais0s por ap emyno ey ‘euardun ey op uoTUaaUT ve] EIsey O19 “(SL6T POPAeE 4) uoweziAD eun eyjorresap anb of wandse exqered ¥[ ¥ [B10 UODeOTMUIO> FI ap o1sUED [> 82 4 exMMLIDS9 e] UOD UEI[OITeSOP 9s SOUODLZT[AID SE] *«S2|[Q{StA» UOs OU :1a apand anb Jo etombis ru 9a se] OU souresuad onb sey ue sesoo se] ‘pepsaa Dap y ‘esuard onb se] Wo Seso2 sey aa ou anb ap oYDaY [2 Jd Ou o1ad “orLID8> zaqes [ep a110dos sousur un auon ‘orue sod { 199] spond ou onb ep oypay 9 sod “resuad ns uo ‘opezrmnoeisqo viso 0891 up “39a Jap eysa20U OU Tesudd [> J‘, 1wsud [op UPI -ume ours “re2TUMUIOD [ap OISUMASUT UN IOs so OU afen3 OLIN HONAOID soprerusursyduros wists 9p 601 cund op wren 9¢ onb serey9e onb Aepy “us]y99 op femmjn>-0rojod. -onue vondo ej anb ayue1iodun spur oyonur s2 somssep op eonsin3, -ur-oooquis vondo e] anb o25zed our mur e ord “pepioa $9 os «1qndacied, O[ 9p ezonbur eun e ‘ssuowerwxe ap ugisonur eUn v owondxe vis> ‘olqure> up “aaquioy 1g “["] Ox9s ono |p ‘essa un ‘offurus un s1ue uyiso onb ueorpur onb sayeuas ap ose [2 s9 owio> ‘s1uvodun suswTeA O8fe ows uoLdasied el ¥ req] aqap ou anb of 294 ou [""] TeuNue Jo» :yeuue [9 4 s1quioY [2 enue D1Uai9Ip pepmunuossrp eun eoIput (36-16 ‘SBed “O66T) USTED ; -u9] [q ‘fen Bus] yo 09 4 afenSuay us uadn.nsuoo as 027104 -uns [ewuTUe OUIOD SuquIOY fe UeZLID}DeIeD Nb 1990009 [9 Axesuad [2 usiqurey ours eoTUNMUOD [9 OJOS OU X ‘ad1p onb 0] Sugos euOTMO yor S1quIOY [y “OUISTUT Is ap re[qey ap zed -2 ofenSuay un dasod oxquioy [9 onb so [erusurepury eID -us19fIp e] A ‘ssTeuas oywsuEN jeune ofenSus] opeue|y 1d (Opa fap ou oad ‘Ig -ordoud ofen3ua] un woo uesyuNUE -0d usiqurea sopeuTUR so] Snb swoydax eLIpod as o1sa-y +, S1UDTAIA 198 ap d199ds9 Jombyend op o1udut -eorpex anSunstp of anb vonsriayere> ze] so ws9 aonb 4 (up Bed ‘gp61 FersseD) ‘«esqeyed-ofenSuap» so ooyoquits euue ows aiquioy je edninsut 9 eziaisere> pepsoa op aonb Terouass ofenSus] [> song ‘seotioyeisur sauomdace uos svis9 OrEg “eADIQO19 ‘soUOPOUTD seT op ‘seanEMBY sie se] op ‘our jap afenBup] [2 ‘opdurafs 10d :erqeyed ej so ou aiuvoytusIs odnd sofenBuay op ‘orues sod ‘qeanyd uo sof -en3up| ap soumeqey ‘aiuourpensy ‘opesyTuSIs ap soista -01d ‘asauuLsyTUSIs» sousis A sopruos ap UODEMonTe wun aiueIpew seoTUNUIOD op peprpeded x uo ‘ofenBus] [> ue eBarjdsap as soueumy sozas so] ap eoTOquts pepped “29 P| A “SAqUIOY [Op TeATA{ND eprA ET ap seULIO SEI SEPOI apusiduros wnoyoquds pourun uorsa1dxa ey ‘sand sy snaans OnE del x1x en adelante comienza un nuevo y diferente ci- clo de avances tecnolégicos. En primer lugar, la inven- cién del telégrafo, después la del teléfono (de Alexan- der Graham Bell). Con estos dos inventos desaparecia la distancia y empezaba la era de las comunicaciones in- mediatas. La radio, que también eliminaba distancias, aade un nuevo elemento: una voz facil de difundir en todas las casas. La radio es el primer gran difusor de co- municaciones; pero un difusor que no menoscaba la naturaleza simbélica del hombre. Ya que, como la radio «habla», difunde siempre cosas dichas con palabras. De modo que libros, periédicos, teléfono, radio son todos ellos —en concordancia— elementos portadores de co- municaci6n lingiifstica. La ruptura se produce a mediados de nuestro siglo, con la llegada del televisor y de la televisin +. La televisién —como su propio nombre indica— es «ver desde lejos» (tele), es decir, llevar ante los ojos de un publico de espectadores cosas que puedan ver en cualquier sitio, desde cualquier lugar y distancia. Yen Ja television el hecho de ver prevalece sobre el hecho de hablar, en el sentido de que la voz del medio, o de un hablante, es secundaria, esta en funcién de la imagen, comenta la imagen. Y, como consecuencia, el telespec- tador es mas un animal vidente que un animal simbéli- co. Para él las cosas representadas en imagenes cuen- tan y pesan mas que las cosas dichas con palabras. Y liquide) que no se produjo hasta 1884, y que permitia componer 6.000 caracteres por hora (frente alos 1.400 de la composicin a mano). + Utilizo «television» y «televisor», indistintamente, para indicar que la relacién entre él televisor-maquina y el televidente es estre~ chisima. El televisor, por asi decirlo, entra dentro del televidente ylo plasma. 30 Grovases: Sano esto es un cambio radical de direccién, porque mien- tras que la capacidad simbélica distancia al homo sapiens del animal, el hecho de ver lo acerca a sus capacidades ancestrales, al género al que pertenece la especie del homo sapiens. 31 $= ee SPS sevey werpod as anb sorqy 2p pepnues y| v vyuodo as anb ‘ore “Lun ‘oogepsenbs & opxancar ‘selena 69204 seseasa se] 2nU g 1? Qpasede opueng -, souoystaord seotige op opezo8 uey eaduiars ise 4 oprpneyde uey as aidurats ‘orrenuo> 1p Jod ‘somreasyar sopepynsoy openuosus uey ou sou -opeotunutos sey ap oso18oad [9 A vyuDaduut ey ap wOTDWAA -ur FI ‘Te=NsMpur uoLNToaas eT UOD UOIDereduI0D UG “seurs{qoad soxspepida u0d ueUODEIOI 9s eumbeur e] ap uoDeZTTAID YI e seoNED se] Soy UNE ‘op -pnpo.d ey snb sopyousg sosusurut so] sopor ap azesad e A-aiqeredun ers eumbyur ey anbumy -9[qu1191 any jensnp =u ugPnyoaas exourEd e[ op oMUMY 21809 Jo onb esoYE olopugis onfis 4 ‘sasu01u pepsda v1d O1Dg “O19 Opis ey OU Ors9 so|BIs sop S3UVING “SIquIOY [e eMANSNS “eDOp 9s unas ‘onbiod opuryord oparm um 920,01d eumbyar eT ap uogpuede ey -Tersnpur eumbeu ey ‘eambeur ey op. 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El papa Clemente XII llegé a decretar que todos los catélicos que poseyeran ejemplares debian darselos a un sacerdote para que los quemaran, so pena de excomunién. Pero a pesar de esta excomunién y del gran tamajio y el coste de la obra (28 voliimenes in folio, realizados atin a mano), se imprimieron, entre 1751 y 1789, cerca de 24.000 copias de Ia Encyclopédie, un nii- mero realmente colosal para la €poca. El progreso de los ilustrados fue incontenible. Y si no debemos con- fundir nunca el instrumento con sus mensajes, los me- con la imprenta porque debilitaba la memoria y la mente. Ea aquel momento, esta objecion no tivo fuerza alguna, Pero hoy est adquiriendo la forma de una verdad. ® Hubo algunas reservas sobre los peridicos. ¥ no sin raz6n, ya que a finales del siglo xv y durante el xx numerosos periédicos eran realmente simples «papeluchos». Cuando Thomas Jefferson finaliz6 su experiencia como presidente de Estados Unidos, le es- cribié estas palabras a un amigo: «No podemos creer nada de lo que se lee en un periodico. La misma nocion de verdad resulta sos- pechosa cuando est inmersa en ese wansmisor de polucién». Tam- bién hoy los lamados tabloides no contienen informacién alguna digna de ese nombre. 34 Giovasou Santos dios de comunicacién con los contenidos que comuni- can, el nexo es éste: sin el instrumento de la imprenta nos hubiéramos quedado sin Encyplopédie y, por tanto, sin Ihustracion. Volvamos a la instrumentalizacién. Incluso cuando un. progreso tecnolégico no suscita temores importantes, todo invento da lugar a previsiones sobre sus efectos, so- bre las consecuencias que producir4. No es cierto que Ja tecnologia de las comunicaciones haya suscitado pre- visiones catastréficas (mas bien ha sucedido lo contra- rio); pero es verdad que con frecuencia, nuestras previ- siones no han sido muy acertadas en este sentido: pues lo que ha sucedido no estaba previsto. Tomemos el caso de la invencién del telégrafo. El problema que nadie ad- virtié a tiempo era que el telégrafo atribuia un formida- ble monopolio sobre las informaciones a quien instala- ba primero los cables. De hecho, en Estados Unidos, la Western Union (monopolio del servicio telegrafico) y Ja Associated Press (la primera agencia de noticias) se convirtieron enseguida en aliados naturales; y esta alian- za prefabricaba, por asi decirlo, los periédicos, porque era la Associated Press la que establecia cudles eran las noticias que habia que dar, y era la Western Union la que hacia Iegar el noticiario a una velocidad increible. De modo diligente e inesperado este problema se resol- vi6 ¢0 ipso por el teléfono: un cable mas que, sin embar- go, permitia a cada usuario comunicar lo que queria. ‘También la radio ha tenido efectos secundarios no previstos: por ejemplo, la «musicalizacion» de nuestra vida cotidiana (ademas del gran lanzamiento de depor- tes que podian ser «narrados», como el fiitbol). 2¥ la televisién? Hemos llegado al punto importante. Hasta la legada de la televisi6n a mediados de nues- tro siglo, la accién de «ver» del hombre se habia desarro- Le Sopeptead wos ou osod {Tear OT 9p sopepH aqisod sey ayuaurepemsauisap uexdure ssuomejnuns sey ‘Tema oF “eTfeatred e] us ojos peprreau sa onb 4 uaSeunt ¥] WOD Opeasd ey as onb pypynacie euM sa [eNaA pepreot epewrely ey sounurSpuz sauaSeun eussus sou (serqered ROLES BAVAOID ge suoSeurt eK opruos Top spurape ‘eperqey 4 enn2so eiqered ey 2p oxpaur ofos uN us USD, Sogran ey stusujenidesu0> spuonus os peprerpoumnyMUr 30d g ‘seotugnsoya seumnb -gur sey ua onuo> ap Asouepyo op sorMos19 so] BIOYE HOS uONsSND ua soioptd soy orad ! ud UOHeSUNMOD PI A [ONUOD» Jo reUTMOUSp ered JousIM 149qI0N Jod opeunse ory eoneuIEqD OUT 15, sop ue vepr yy sesuapuos ered) oongureqi 10peuspso [> -uaieptp eT] ‘sesoo SepeIseUISp souraNUMDse Ou OrEg sayema.ia sopepl[eas ‘sepefnuns sopepryess «21q, 4sta> soy ue 2onponur seuape anb ours ‘sousSeun sey K optuos yo “exqered ve] voytum ojgs ou (sorpeut so] Sopor ap uoDezyenSip ey 12 wos 4) Iopeuapso [a enbiog op “euapio Jo wi0ye so OURIOGOS OASNU 1g“, PePHEIpeuM -nw ¥s9 ap vUTD! e] Jas ap opef>p eY UOISLAgToI FI AsosOr “sum Uos UOL¥2TUNLAOD ap SorpauE soy ‘eaIpUT arquIO ns OWr0d ‘fend ey UD «erpouN|NUM pepo vun v ‘opuesed soureisa 0 ‘opesed souxoy 019939 Uy “UOISTAgTDI BE] e—u99 ap unSes— opuesuegsep ‘, eongUIEqID pepe E] ue Op aZ10uns vy sou ootZojous osai80:d ja sepesap serod_ ug ‘o1ua_yMs vo OU OBrequID uIg ~reBNy remMbrens op -sop ‘snes o1uouresnoeid ‘ese ¥ eBay] SOU IAISIA OF SOUL sxaqour anb 12uey UIs opor poe. oyruLIed sou UO'SIA2|9} FL oxeg *(o1doaso[a2 [2 woD spur uMe 4 o|MIOUTG [2 LOD) sof -2| O] & Jaa sourerqes 4 *(o1do2sor91u 2 woD) ouenbad seur oy 1os9puerSus soUMLIGRS :s9UOINIp Sop Ue OPTI 3. ELVIDEONINO Asi pues, el cambio de agujas se ha producido por el hecho de informarse viendo. Este cambio empieza con la televisién. Por tanto, comienzo también yo por tele-ver. Sean cuales sean los desarrollos virtuales del video-ver posteriores a la television (vid. infra, pags. 53 y sigs.), es la television la que modifica primero, y fundamentalmen- te, la naturaleza misma de la comunicacién, pues la tras- lada del contexto de la palabra (impresa o radiotransmi- tida) al contexto de la imagen. La diferencia es radical. La palabra es un «simbolo» que se resuelve en lo que significa, en lo que nos hace entender. Yentendemos la palabra s6lo si podemos, es decir, si conocemos la len- gua a la que pertenece; en caso contrario, es letra muer- ta, un signo 0 un sonido cualquiera. Por el contrario, la imagen es pura y simple representaci6n visual. La imagen se ve y eso es suficiente; y para verla basta con poseer el sentido de Ia vista, basta con no ser ciegos. La imagen no se ve en chino, arabe o inglés; como ya he dicho, se ve y es suficiente. Est claro, pues, que el caso de la television no pue- de ser tratado por analogia, es decir, como si la televi- sin fuera una prolongacién y una mera ampliacién de 39 te ee SSS Se SSE SS AE! ‘966T ‘OUITES “pin eDUDTOIAA UOISIADTaI 2zqog “Teor $9 EUAN -uy eiso oad “rey op ¥9s Ow 794 [eI O[MI|ES [al “OE Te SOUOUT soUOIS ~918¢ 900'004, 4 soreursase QOO'OL BHqEY sOprUA sopmsg ue TOIA -9191 exIqny OU Is ‘our stroUTe Josajoud un Sp som>TED sO] UNBIg 1, ‘sou 200p 4 stas anus soy>eyonur so] exed setrerp sezoy ooup © 4 gjonose vy ¥ Une UeA Ou anb souTu so] ezed exp Te seIOY son (4661) tor2qTy aod sjuouredejzed eauosop prusanfernymo eum v erpase as vaqured e| e euonsop anb ua8eu e] uo> x “«uoSeu 2] ary ordrouzd ye» anb oop anb eupuar as Aopy “uenf 2p oneSueag [2 aorp Ise :«erqered ey ang ordiourrd py> “soBonfoapra soy e epra 10d op orompe “«ugistazjar eI 10d op -pepurlqor sas um so ‘so294 se] ap BLOAeUT PY ‘OVE 10d ‘< 29 ow anb arquioy um 328 & sonpe os UoSeuH e] US Op -eurr0y ourU [2 “isla op OFUNA ONO [> apsop ‘oLTENUOD [2 4og '(uopeuTuEDsIp ap peppedes une 220d ou onb eX) 2a onb 0] opoy oqusurepeurumosipur aqrosqe A ens{Zox enb efuodsa eum so oun [a anb so eursyqoud fq “eursjqoud PP aTeIep un ojos ‘epap ‘so eUDTOLA ZI e UOKISodstpard 2] ‘vipind vaso Ug “194 op OYDaY [> Ud Openuss opunut un op sauaSeunt us ‘jeuopeonps muordun ns gupdut ns aqrer onb ooyoquns peumre um so ourn Jo 4 {(eprmqe yponoso ye & opavard onb epnioarp ejonoso vy) oUTU [2p Pponoso vioumd YY so uoIstAaTa e] anb so pepsda yy ‘opor ap euNDUa Jog ZeuDTON Be O[ZeNUT] gnb 10d o1ed? foura19 so squeuTeMBas “xMpe epIA sp JOpeyenEN 794 11 4 surey9x9 ofspour un oo EPUZIOLA E[ UOZEI SUI Woo «aqiosqe» ‘ore 10d K opuara visa anb o] apusnue ou sour son op sousur ap ouru um onb ap oiuaumre [T ‘apuoase & aXransns o] eura]qoud yop oTTeep un mbe onb x1od oyusuresonns o81q *;; o1MDTOIA seu OYMpE Bp Det, oy 4 ‘epuajon Ee] & OUTU Te ENNIqey (201p as UMSas) Opo? 2aqos onbiod uoprsodxa vis wowre 9s ‘oyUaUTeSCLIN OS INNYAOID i apuapse expaut e] soprag sopersy Uy «(seuEFPROD seIOY S{as 0 09 -up sej 8 osnjouT eBay] anb o1uaT> 10d BT uN wOD) EMP Te eTpouE A sEIOH, sop artremp UOISAD|S Py 119A SOUT 91S $0] K OMEND SO] anUD SOUT SOUTU So] Nb ULDIPUL soreP SOND ‘SeAp $0] SOPO? 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En la escuela, escuchan perezosamente lecciones [...] que enseguida olvidan, No leen periédicos (...]. Se parapetan en su habitacién con car- teles de sus héroes, ven sus propios espectéculos, caminan por la calle inmersos en su misica. Despiertan s6lo cuando se en- cuentran en la discoteca por la noche, que es el momento en el que, por fin, saborean la ebriedad de apifiarse unos con ores, la fortuna de existir como un tinico cuerpo colective danzante ™ No podria describir mejor al video-niiio, es decir, el nific que ha crecido ante un televisor. Este nifio se con- vierte algtin dia en adulto? Naturalmente que si, a la fuerza. Pero se trata siempre de un adulto sordo de por vida a los estimulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita. Los estimulos ante los cuales res- ponde cuando es adulto son casi exclusivamente audio- visuales. Por tanto, el video-nifio no crece mucho mas. A los treinta afios es un adulto empobrecido, educado por el mensaje: «la cultura, qué rollazo», de Ambra An- giolini (Venfant prodige que animaba las vacaciones televi- sivas), es, pues, un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia cultural. El término cultura posee dos significados. En su acep- cién antropolégica y sociolégica quiere decir que todo ser humano vive en Ia esfera de su cultura. Si el hombre es, como es, un animal simbélico, de ello deriva eo ipso 12 EI nexo entre cultura juvenil y misica rock lo ha explicado con ran agudeza Allan Bloom (1987, pags. 68-81), que observa que SCon el rock, el hecho de estar reunides consiste en la iusion de tener sensaciones comunes, el contacto fisico y las fSrmulas emiti- das a las que se les supone un significado que supera la palabra (pag. 75), Giovasn SanTOR! que vive en un contexto coordinado de valores, creen- cias, conceptos y, en definitiva, de simbolizaciones que constituyen la cultura. Asi pues, en esta acepcién genéri- ca también el hombre primitivo o el analfabeto poseen cultura. Yes en este sentido en el que hoy hablamos, por ejemplo, de una cultura del ocio, una cultura de la ima- gen y una cultura juvenil. Pero cultura es ademas sinéni- mo de «saber»: una persona culta es una persona que sabe, que ha hecho buenas lecturas 0 que, en todo caso, esta bien informada. En esta acepcién restringida y apre- ciativa, la cultura es de los «cultos», no de los ignorantes. Y éste es el sentido que nos permite hablar (sin contra- dicciones) de una «cultura de la incultura» y asimismo de atrofia y pobreza cultural. Es cierto que «las sociedades siempre han sido plas- madas por la naturaleza de los medios de comunicacién mediante los cuales comunican mas que por el conteni- do de la comunicaci6n. El alfabeto, por ejemplo, es una tecnologia absorbida por el nifio [...] mediante ésmosis, por Hamarlo asi» (McLuhan y Fiore, 1967, pag. 1). Pero no es verdad que «el alfabeto y la prensa hayan promovi- do un proceso de fragmentaci6n, de especializacion y de alejamiento [mientras que] la tecnologia electronica promueve la unificacién y la inmersién» (ibidem.) Si aca- so es verdad lo contrario 15, Ni siquiera estas considera- ciones pueden demostrar superioridad alguna de la cul- tura audio-visual sobre la cultura escrita. 1° Sobre todo cuando se lega (vid. infra, pags. 53-61) ala descom- posicién digital (binaria) de los mensajes. Porque la digitalizacién es un formidable instrumento de descomposicién-recomposicion que realmente fragmenta todo. Para el hombre «digigeneracio- nal» (el hombre de cultura digital) ya no existe una realidad que «se sostenga». Para él cualquier conjunto de cosas puede ser mani- pulado y mezclado ad libitum, a su gusto, de miles de formas. un —orz1ep yse 1od— so on ‘uorsngip ns ‘over sod 4 enuepide eun op oso.Bord 1g ‘uoenoued 0 oueuren 104 -eur un ‘ugrsuarxe eUM a1UDUTEIOS §9 *eIofSur vUN eUISTHE 1s xod so Ou eapeimuend ojos ves anb vofour eu :e1D -uarreape epunsos eum x ‘osoaf01d sonpoid nb uorsta -2]2) BUN op outs ‘(oMaTUNDaI9 Ns Bp) TOISIADT9I FI ap Os -2x80d op opueyqey sounnse ou mbe :ugpuare org ISK “eANYIND eum ap rOTeA [> ru ezapeameu vy er077e Ou —eLO Woo ofesuaUE TT sera onOHL Homo Wines progreso que ayuda al progreso. La advertencia es, pues, que un aumento cuantitativo ne mejora nada sino esta acompafiado de un progreso sustancial. Lo que equiva le a decir que un aumento cuantitativo no es un progre- so cualitativo y, por tanto, un progreso en sentido positi- vo y apreciativo del término. Ymientras que un progreso. cualitativo puede prescindir del aumento cuantitativo (es decir, quedar en el Ambito de lo poco numeroso), lo contrario no es cierto: la difusién en extensién de algo se considera progreso sélo si el contenido de esa difu- sién es positivo, o al menos no da pérdidas, sino esta ya en pérdidas. Una vez aclarada esta premisa, la pregunta es: gen qué sentido la television es «progresiva», en cuanto que me- jora un estado de cosas ya preexistentes? Es una pre- gunta a la que debemos responder haciendo una distin- cidn. La television beneficia y perjudica, ayuda y hace dafio. No debe ser exaltada en bloque, pero tampoco puede ser condenada indiscriminadamente. En lineas generales (lo iremos viendo detalladamen- te) es cierto que la television entretiene y divierte: el homo ludens, el hombre como animal que goza, que le encan- ta jugar, nunca ha estado tan satisfecho y gratificado en toda su historia. Pero este dato positivo concierne a la «televisi6n espectaculo». No obstante, si la television transforma todo en espectaculo, entonces la valora- cién cambia. Una segunda generalizacion: es verdad que la televi- sién «estimula». En parte ya lo ha hecho la radio; pero el efecto estimulante de la television es dindmico y di- ferente. Despertar con la palabra (la radio) es algo in- significante respecto a un despertar producide por la vision de todo el mundo, lo que, en potencia, podemos ver en cualquier casa. Hasta el siglo Xx, las tres cuartas 46 Giovannt Saront partes de los seres vivos estaban aislados y adormecidos en sus pueblos (como maximo en pequefias ciudades). Ahora a todos nosotros, casi seis mil millones de perso- nas, nos despiertan o nos pueden despertar. Es un mo- vimiento colosal, del cual atin no podemos sopesar el im- presionante impacto. De momento, en cualquier caso, es seguro que un despertar es apertura hacia el progre- so en la acepcién ilustrada del término. Pero por el contrario, es también seguro que frente a estos progre- sos hay una regresién fundamental: el empobrecimien- to de la capacidad de entender. a7 ‘usouop seaqeyed sey sepor ou onb oxad ‘umouuos seaqeyed se{ sepoi anb so ugnson> ¥] sp vorus9 UOPEIAULIO;IE ET “TOD -nouuos» ns ‘orquie> ua ‘so seiqered sey ap arogTUsys opris -t02 [J “weIouDp anb (s>}qearasqo) svso> ered usysixe anb sesqey, -ed :«seantiouap» vurey so] 98 se1919U0> seIquied se] ¥ ESOT UH y, asod so sou ou oad S«194» sowpod aonb o8fe ersepon sa Pepnig ‘seuaSeur us sonpen ru repejsen spond as ou opeogruars odno 4 ‘saqqista sesoo ud o7e[91109 UNSuTU UaU -on ou anb sopsnuysqn spugnng ua ays1810> O2119@1 4 OAD -sou809 orre|nqes0a ONSONU Opor IseD ‘opour ONO aq +p, OONoeAd uspio ap oLeNqe>0a onsanu eia1lane ‘rafnur ‘oyeS ‘Aourome ‘sures ‘esau “eure? *esvo ours seaqeyed “Dap so ‘(ajduns spur vos uoDIsod -xo py onb exed opour aisa ap o8tp of) «se1919U09 seaqey -ed> sey wos X sordord sorquiou so] uod oj9s apasns 028 org “o1sta souray anb J sayqista sesoo ap sousSeun ‘ser -n8q oqu9Ur ET v WeAdy] ‘o1ue: 10d K «sauoLeIuasosdax» ugiqurer ues0aa onb sojoquyss wos oueumy afen3u9| [2 wemonze aonb seaqezed se] anb sousqeg -‘woworusqv ap popovdzo ns ¥ o1uDtuNpuaiua ns sp 22ueAL [2 Opor 4 3OqeS Ns Opor 3qap —[9 ¥ SOUTSATOA— suazdvs owOY TH AAGNALNA IA IVAIOVAVS VTAd OLNAWIOTATOANS TY “S Howownexs ple ver nacién, Estado, soberania, democracia, represen- tacin, burocracia, etcétera; son conceptos abstractos elaborados por procesos mentales de abstraccién que estén construidos por nuestra mente como entidades. Los conceptos de justicia, legitimidad, legalidad, liber- tad, igualdad, derecho (y derechos) son asimismo abs- tracciones «no visibles». Yatin hay mas, palabras como paro, inteligencia, felicidad son también palabras abs tractas. ¥ toda nuestra capacidad de administrar la reali- dad politica, social y econémica en la que vivimos, y ala que se somete la naturaleza del hombre, se fundamen- ta exclusivamente en un pensamiento conceptual que re- presenta —para el ojo desnudo— entidades invisibles inexistentes. Los amados primitivos son tales porque —fabulas aparte— en su lenguaje destacan palabras concretas: lo cual garantiza la comunicacién, pero esca- sa capacidad cientifico-cognoscitiva. Yde hecho, duran- te milenios los primitivos no se movieron de sus peque- fias aldeas y organizaciones tribales. Por el contrario, Jos pueblos se consideran avanzados porque han adqui- rido un lenguaje abstracto —que es ademas un lenguaje construido en la logica— que permite el conocimiento analitico-cientifico. ‘Algunas palabras abstractas —algunas, no todas— son en cierto modo traducibles en imagenes, pero se trata siempre de traducciones que son sdlo un suceda- neo infiel y empobrecido del concepto que intentan «visibilizar». Por ejemplo, el desempleo se traduce en la imagen del desempleado; la felicidad en la fotogra: fia de un rostro que expresa alegria; la libertad nos re- mite a una persona que sale de la cArcel. Incluso pode- mos ilustrar la palabra igualdad mostrando dos pelotas de billar y diciendo: «he aqui objetos iguales», o bien representar la palabra inteligencia mediante la imagen de un cerebro. Sin embargo, todo ello son sélo distor- siones de esos conceptos en cuestién; y las posibles tra- ducciones que he sugerido no traducen practicamente nada. La imagen de un hombre sin trabajo no nos lleva a comprender en modo alguno la causa del desempleo y c6mo resolverlo. De igual manera, el hecho de mos- war a un detenido que abandona la carcel no nos expli- ca la libertad, al igual que la figura de un pobre no nos explica la pobreza, ni la imagen de un enfermo nos hace entender qué es la enfermedad. Ast pues, en sintesis todo el saber del homo sapiens se desarrolla en la esfera de un mundus intelligibilis (de conceptos y de concepcio- nes mentales) que no es en modo alguno el mundus sen- sibilis, el mundo percibido por nuestros sentidos. Y la cuestion es ésta: la televisi6n invierte la evolucién de lo sensible en inteligible y lo convierte en el ictu oculi, en un regreso al puro y simple acto de ver. La television produce imagenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstraccion y con ella toda nuestra capacidad de entender 5. Para el sensismo (una doctrina epistemolégica aban- donada por todo el mundo, desde hace tiempo) las ideas son calcos derivados de las experiencias sensibles. Pero esal revés. La idea, escribia Kant, es «un concepto necesa- rio de la razén al cual no puede ser dado en los sentidos ningtin objeto adecuado (kongruirender Gegenstand) » 16. Por tanto, lo que nosotres vemos 0 percibimos concreta- Gad Lemer (1997) escribe 4 1 9 Je que «reconocer Ia legada de la ima- gen televisiva modificalacapacidad de abseacciGn, no implica que ISbloquea». Tal ver no, pero me gustaria disponer de un ejemplo concreto, sCniles son is abstraccionesalternatas del aber anal corcienifico que funda la evilizacion occidental yu tecnologta? Critica de la razén pura, Dialética trascendental, Woro 1, par. 2 owsyonsere> ap ou ‘eotusg1 worstoid op saxor19 UOs S018 o19g “s9IquD TIS OL1O}9| -21 un 9p pepyiqsod ¥] epra ns epor s1ueinp ofou ‘orpes ef ap sep -uo se[ Op JOpLQnasep [9 ‘ZIDEI UPIGUIE], “PPeULD UD ‘eAoueTI |, wisey exiowe[Suy ue saypenus6 ops>p orpes ap [euos ne aeLatra ap. oqund v equise TwosreWy SenUBTUr sUOUTEIDeXD “SONSUIOTPL OOS 2P. pre seu uereSedo.d os orpex 9p sepuo se] anb cost ua ajqisodut equiapIsuo> ‘sgouey oo1siy ueiS ‘oresuIOg ‘ojdural> 10g “soyIaq so] ap 24ND" O| v O}UEND UD OUTS “eUDPUOD eI e o1END Ta $910.19 opis wey OU soise ‘soso10Ure|> UOIstADad Sp $9101 OPIGEY BY IS 51 ‘orsondoud eurayqoud [> opeas onb eroea easondsaz evun ‘sond ‘so saropezrueyes solusisTxe -ure opuez0aut sepuodsay ‘sopor ¥ oquNysap Oper eT 2p uoDueaut ey coucss{ai Je 4 oFexB2]91 [> opeuspuos ey using)? geyusrdur e[ ap orudaut Jo oftpreur usMo? ‘91 BSTRJ 89 Vasondsar wsa onb orsta souay vA Org ‘OpeI0A -inbo uey as aidurais onb saz0pismbur uos opedor ey 2s oa1So9jouse1 o8zeITey Opor anb so pens visondses ey cmeqos u9q -es vl —seisterpournjur o sos1osuayop-oapia uvos— sop -esnoe soy opour anb op 19a so pepoaws8 ns Epon ua EpTau -odxa op soruatur sur ap oun 4 “aaex8 sa uOIDeSNOe eT SINOIDONATGVELNOD “9 “opearasqo 0} 2p «sepesreurus» sopeiuouL souoponnsuozex ouys ‘soureasosgo onb of ap soreypouruT $02[e9 O Seloyor eounu uos ot ssto1daszod sensenu anb —aruowperuaut Shodxo— oprpuaide somay fend vl 9p (777I52p) « vy siuoureatsoons epesogel® Opis ey esturard e189 2740S ,_ -eaneiouuo pepredes ap “np9p so ‘ope? ages op ezonbu ye ovens ue Opor a2qos OUTS ‘(sezq -eped op osu ye) serquyed ¥ o1mens ua ojos ou d1qod sgur :oaqod sur a3uaurequnzut sa anb (03219109) oandas -rad afen3uaj [2 10d opmansns so (oensqe) femdaou0> afenZuay jo ‘ounnyn aise wy ‘suspen owoy 2 10d operueyd “ns sa suardos owoy Jo opuens eye as anb osa20:d Jo so isa X *,1

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