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No. 78 y 79
CONSEJO DE DIRECCION
Cuando el 7 de agosto de 1904 el señor presidente de miembros del partido liberal. Esta Asamblea
Rafael Reyes llega a la primera magistratura de Nacional, atendiendo las directivas presidenciales,
Colombia y se posesiona del cargo, no es cuando auspició la creación de las nuevas circunscrip-
empieza a estudiar las reformas que implantó ciones departamentales. Se crearon en 1905 los
durante su mandato. Entre las muchas medidas departamentos de Caldas, Huila, Atlántico, Valle y
muy pensadas por él, con antelación y con fines a Norte de Santander. Se estableció la comisaría de
la mejor administración de la nación, ya tenía en Caquetá y ya en 1904 se había creado el departa-
mente la nueva estructura geopolítica mediante mento de Nariño. Aquí pasa la Costa: con el des-
los cambios producidos con la creación de nuevos membramiento de las provincias de Barranquilla
departamentos. Eran medidas que se veían de ur- y Sabanalarga separadas del Estado soberano de
gencia y que debían parcelar los grandes territorios Bolívar, surgiría el departamento del Atlántico, con
que constituían los Estados Sobe- la sede del gobierno en la ciudad
ranos así llamados hasta entonces. de Barranquilla. Cuando finaliza-
Era en el señor Reyes una de las do el quinquenio del señor Reyes,
ideas fijas que había sostenido un nuevo espíritu en el gobierno,
desde la Asamblea de Delegatarios tratando de cambiarle la plana,
que aprobó la nueva constitución reorganizó el Atlántico cambiándole
de 1886. Todas estas medidas iban el nombre y anexados algunos mu-
en la dirección de ordenar este país nicipios del Magdalena; en el año
con tendencias anárquicas que ya de 1911 lo llamó con el nombre de
hemos conocido. Departamento de Barranquilla.
nacional y extranjera en Barranquilla el ímpetu candidato para desempeñar el cargo de gobernador
en la construcción. Seguidamente, animado por número uno de la nueva administración. Ni el uno
el auge de la producción cafetera que despuntaba ni el otro debieron dudar un instante: De Castro
en diversas regiones del interior del país, incur- renuncia al ministerio en la capital de la república
sionó en una planta para la molienda de grano a y Reyes encabeza con él la primogenitura de los
finales del siglo XIX. Contando con hombres de mandatarios de su departamento.
empuje, la ciudad de Barranquilla tuvo entonces a
fundadores de bancos, promotores de ganaderías, Émulos en el campo del trabajo y émulo de
exportadores en grande hacia las islas del Caribe; Reyes en los peligros y triunfos de guerra, se en-
entre todos, como abanderado de esas iniciativas, tendían en la capacidad de ser grandes servidores
sin duda hay que destacar a Diego A. de Castro. de su patria. Esas son las afinidades y también
las emulaciones cordiales que los unían en la
El señor general Reyes, que quería a Diego de causa común, que, cansada de luchas estériles,
Castro por sus méritos personales y por el posterior necesitaba salir adelante en el manejo de la cosa
desempeño cumplido en combates definitivos para pública con honradez, con desinterés y con toda
la causa conservadora de la legitimidad, y por la la energía de sus enormes capacidades.
hidalguía de su cuna barranquillera y por tantas
afinidades comunes de energía, de preparación Tomemos los discursos cruzados entre el presi-
técnica, de formación en la escuela del trabajo que dente del Tribunal Superior y el señor gobernador
los unía entrañablemente, Reyes, que se había en el acto de la posesión con que hace ya más
manifestado ajeno a tanto político y abogado y a de cien años se empieza la historia del Departa-
tanto empleado del presupuesto público, y que mento del Atlántico, que tenemos el privilegio de
anhelaba, como lo hizo hasta donde pudo, formar conmemorar.
generaciones de técnicos, ingenieros de todas
las especialidades, encontraba en De Castro, el Discurso del Presidente
tipo del nuevo hombre colombiano: un ingeniero del Tribunal Superior
industrial, empresario, formador de generaciones
de obreros y mecánicos. Al crear el departamento “Señor Gobernador: En mi carácter de presiden-
nativo del general De Castro, barranquillero de an- te del Tribunal Superior del Distrito Judicial del
cestro y de temperamento, no podía encontrar otro Atlántico, me ha correspondido la inmerecida
Tajamar de
Bocas de Ceniza, 2007.
de vencer dificultades: que crear rentas, que im- con sus 80 almanaques, y a su vicepresidente
pulsar la instrucción pública y darle su mayor Marroquín, que andaba muy cerca de ese anciano
desarrollo; que proteger y ayudar en los trabajos y así cuando al fin vino Reyes ya todo estaba con-
de saneamiento y ornato de la ciudad capital, em- sumado. A pesar de los pesares, salimos adelante,
prendidos por el honorable Consejo Municipal con con esa consigna y ese ejemplo que recordaba el
método y pericia, y, en una palabra, se necesitará general Diego de Castro: Paz y Trabajo, que ema-
labor y constancia, y de las discretas indicaciones naban del presidente Reyes.
de todos, para que no muy tarde se palpe saluda-
ble progreso y se demuestre así que no fue vana Cien años han pasado desde el presidente Re-
la idea de convertir esta importante sección de la yes, y lo mismo seguimos de torpes, de ciegos, y
República en entidad departamental. lo mismo de sordos a las voces de la Historia. Ni
si Cristo, de quien dice el Evangelio “que hizo ver
“Agente de un Gobierno calificado de ‘justamen- a los ciegos y oír a los sordos”; ni si Cristo se les
te fuerte y paternalmente suave’ por el Ilmo. Rvdo. atravesara les haría el milagro a estos políticos,
Monseñor Ragonessi, Delegado Apostólico, quien por más milagroso… que lo llamemos… y por más
ha contribuido con su poderosa influencia moral y que lo paseemos en imagen por todos nuestros
cristiana a establecer definitivamente la concordia pueblos y ciudades… todo será vano con esta clase
entre los colombianos, vengo no a hacer política, de próceres que nos gastamos. Lo único que a este
sino a cumplir las órdenes que emanan del Jefe tipo del político colombiano le interesa colmar es
de la Nación, y a contribuir al benéfico desenvolvi- su ambición personal: aunque la nave se hunda,
miento de su programa de paz y trabajo. Termino, no ve más allá ni oye a nadie, mucho menos a la
señor, repitiéndoos mis agradecimientos y solici- lección de la historia.
tando especialmente vuestro valioso concurso en
la obra de reorganización que me ha tocado”.
***
Si por retraso de un minuto puede un pasajero
aéreo perder el vuelo, si por el vuelo perdido puede
perder la oportunidad de su vida, como en el legen-
dario sorites, que ahora llaman síndrome dominó,
en el que por un clavo se perdió una herradura,
por una herradura se perdió un caballo, por un
caballo se perdió un caballero y por un caballero
se perdió una batalla y por una batalla se perdió
un reino; así en el caso de la política conservadora
colombiana de principios de siglo XX se perdieron
todas esas cosas juntas: porque si en el último
período presidencial de fin del siglo XIX los pon-
tífices de ese partido hubieran
dado el turno al señor Reyes
o a su contenedor Joaquín F.
Vélez, cuando eran candidatos
cordiales antagonistas por pri-
mera vez, ni guerra de los tres
años, ni ruina física del país, ni
pérdida de Panamá… hubiéra-
mos padecido. Pero había que
dejarles el paso a Sanclemente,
Muelle de
Puerto Colombia,
2007.
Se debe distinguir, es observación de perspec- control y supervisión de las rentas y su inversión,
tiva histórica, y distinguir bien claramente, entre en una palabra, a una sana administración públi-
democracia y mecánica democrática. La mecánica ca. Quizás hoy en día en un aumento bacterioló-
democrática es esta partija burocrática en que gico de la corrupción, la mayor cantidad de entes
las diversas corrientes políticas con sus intereses administrativos, se ha producido también mayor
presupuestales y la consiguiente adjudicación de escala de abusos y de corruptelas. La reforma está
contratos y todo el frondoso montaje de preben- en la conciencia de los administradores, no en la
das y sinecuras y comisiones y, en últimas, el multiplicación de las entidades. Pero en la mente
aprovechamiento de las medidas oficiales de las de la Regeneración se atacó como mejor les pare-
que se puede sacar tajada, con el sistema aquel ció a los Regeneradores, y el paso máximo llevó
de “cómo voy ahí”… esa es la mecánica, que sirve a la creación de entidades administrativas más
para conseguir en torno al cacique, las solidarida- pequeñas que se controlaran más fácilmente: fue
des políticas que alimentan en los partidos a sus el pensamiento.
jefecitos, o jefes o jefazos.
Atacaron, sí, el máximo de los desórdenes, que
Mal necesario ése, que se denomina La Poli- fue el de las guerras internas —y ya éste es un
tiquería, pero innecesario y nefasto porque los logro muy válido y muy valiente— que sumían en
alimenta y se alimenta de los peores apetitos el caos la administración pública, con los periódi-
humanos, deshonestidades y de toda la corrup- cos enfrentamientos de unos estados contra otros
ción imaginable: por eso, por su naturaleza y sus dentro del mismo organismo estatal. La transpa-
efectos perversos tan arraigados en la condición rencia administrativa, como se la denomina en el
humana, las leyes y sus reglamentos, deben pro- lenguaje de nuestra actualidad, no la encontraron
curar mantenerlos a raya. De ahí que en la medida inminente en la reforma de la Regeneración, por-
de lo posible, deban los Estados defenderse, con que en ese tiempo la formación en la honradez era
los máximos controles de Fiscalías, Contralorías, la carta corriente, y nadie toleraba el cohecho, la
Personerías, Defensorías, etc. malversación ni el enriquecimiento, con los bienes
públicos: eran otros esos tiempos.
En los tiempos de Núñez y Reyes, se pensó que
un medio como la fracción de los grandes Estados, Para el logro de la pacificación de los ánimos
si no bastara, al menos iba a ayudar a un mejor y la estabilidad nacional con la eliminación de
Muelle de Puerto Colombia visto desde Pradomar, 2007. Foto de Vilma Gutiérrez de Piñeres
las guerras internas, el presidente Reyes puso en ingeniero mecánico Diego A. de Castro por la vía
práctica las nuevas y más manejables divisiones militar y por ese camino a la vida política, en cu-
territoriales que puso en la práctica con la creación rioso paralelo, sobre las turbulentas aguas del río
dicha de los nuevos departamentos, a los que dio Magdalena. Y es en la misma fecha de la incursión
como carta de navegación su lema de “paz y pro- de Reyes, año 1895, fecha de la revolución contra
greso y más administración y menos política”. Con Núñez, capitaneada por el general revolucionario
tales orientaciones quería Rafael Reyes encauzar Ricardo Gaitán Obeso. Éste se había adueñado
la nación desde los primeros días del siglo XX de del curso navegable del Magdalena hasta llegar
su ejercicio presidencial. a Barraquilla. Siendo la época del despegue de
la ciudad, conectada con el puerto de Sabanilla
El hombre escogido para enderezar los pasos mediante la construcción del ferrocarril que hizo
nacientes de esta nueva vida colombiana en la de Barranquilla puerto marítimo y fluvial al unir
sección del nuevo departamento del Atlántico, era el Atlántico con el río. De Gaitán Obeso, se dice
de una vida paralela a la del mismo presidente. Así que era un hábil guerrillero, joven, de muy buena
era el general Diego A. de Castro Palacio. Ambos estampa, que al apoderarse del estratégico puerto
habían ingresado a la vida política por el mismo barranquillero y recibido en él triunfalmente, repi-
camino, es decir, motivados en cierta forma por la tió la historia de Aníbal en las delicias de Capua:
fuerza de los acontecimientos. Ninguno de los dos una pizpireta morena lo conquistó a él y lo demoró
había trazado su vida como ejercicio de vocación en la Arenosa por un par de meses, en el ínterin
en la actividad política. Más bien en su juventud de los cuales alcanzó el gobierno central a hacer
se les había antojado alejarse de las borrascosas llegar por tierra las fuerzas leales, al punto de que
ambiciones de la vida pública. Uno y otro se ha- cuando Gaitán se presentó a sitiar Cartagena y
bían inclinado desde el principio al cumplimiento dominar toda la Costa, ya las cosas estaban a otro
de actividades profesionales, propias de una vida precio. Mientras llegaban las fuerzas de la legitimi-
dedicada a labrarse el porvenir en el ejercicio dad y a manera de soldado voluntario, Diego A. de
particular, para su perfección individual dentro Castro se incorporó a las que de Cartagena venían
de las sociedades, a las que pertenecían, cuando al rescate de Barranquilla e hizo sus primeras ar-
de pronto los acontecimientos de la vida nacional mas. Derrotados en combate el 11 de febrero en
los había atrapado al uno y al otro de su área las inmediaciones de la Villa, cayó prisionero De
individual para lanzarlos al vértigo de la vida pú- Castro “víctima de su arrojo y osadía.” La fama de
blica, porque su capacidad personal sobresaliente su actuación trascendió las filas de sus compañe-
los perfilaba para conducir la esfera pública del ros que lamentaban la mala suerte del prisionero.
servicio político en el país. Tal fue el pesar entre los suyos que trataron de
negociar su liberación, pero el adversario con
Mientras el encuentro de Rafael Reyes con la estas mismas gestiones a su favor, entendió que
vida política se cumple en las orillas del río Cauca tenía en su poder a alguien de la mayor categoría
y luego en las aguas del océano Pacífico rumbo y extremaron la vigilancia para con él.
a Panamá, ese ingreso se cumple también en el
Los recursos con que salió de la encrucijada, re-
petida dos veces después, fueron sus recursos de
ingeniero y su osado valor: arregló cautelosamente
un pequeño buque arrumado como chatarra inútil
y una noche lo utilizó para su fuga hacia la liber-
tad. La otra vez en que habiendo caído prisionero,
lo tenían expuesto a la intemperie bajo máximo
control, al sol quemante o a la lluvia torrencial, lo
vigilaban por todos lados. Aburrido por esa into-
lerable sevicia, una madrugada cuando dormían
Foto de Giselle Massard
Fotos de Alfredo Marcos María
Soledad desde la Casa de Bolívar: “En esta mansión habitó el Libertador desde el miércoles 4 de
octubre hasta el domingo 7 de noviembre de 1830 como huésped de don Pedro Juan Visbal”.
el mutuo conocimiento de las virtudes y las em- final de su existencia en el año de 1922, querido
presas del uno y del otro. ¿Qué de raro entonces por unos y discutido por otros, pero admirado por
podía tener el ascenso a general de Diego A. de todos. Hoy su memoria vence los tiempos y las opi-
Castro? Efecto seguido fue el nombramiento que niones fluctuantes y es digna de todo homenaje, en
el general Reyes hizo a De Castro para jefe de la el primer centenario del departamento del que es
flotilla del río Magdalena: era la prueba de la pers- fundador, como el primero de sus gobernantes.
picacia del futuro presidente en el conocimiento de
los hombres en quienes podía confiar la respuesta No fueron una ni dos veces, a lo largo de estos
de las responsabilidades, para lo que los había años marcados de demencial violencia eminente-
elegido al desempeñar altas misiones, como lo mente política, en los que se empeñaron conserva-
hizo el barranquillero. Su desempeño constituyó dores y liberales en pelearse la sal y agua al precio
al río Magdalena como la vía garantizada para la de la vida, en los que se vio prisionero en los com-
movilización de las fuerzas del Estado. bates entre hermanos. Sin embargo, Diego A. de
Castro, con astucia e intrepidez, logró escaparse de
Así como de las lides militares coyunturales las manos de sus captores en fugas espectaculares
Rafael Reyes se vio lanzado a los azares de la desafiando el turbio torrente del Magdalena.
política, así exactamente le aconteció al señor De
Castro: en la elección parlamentaria de 1892 salió La última fue una ocasión en que, rodeados
triunfante y luego en adelante ya no lo dejaron los por maleantes, fue asaltado él en compañía de
compromisos de la política: seguidamente salió su hijo mayor; entregados al trabajo contratado
elegido al Congreso, por la provincia de Barranqui- con una seria compañía de seguros. Lo relata un
lla como su representante. La Asamblea de Bolívar diario bogotano, El Día, con fecha de jueves 2 de
lo elige como senador en 1896, y ya allí Diego de marzo de 1922. Es una columna necrológica con
Castro con su firma se suma a la precandidatura ocasión del fallecimiento del general Diego A. de
presidencial de Rafael Reyes para el período 1898 Castro Palacio, bajo el titular: “El jefe que se ha
a 1904, frustrada, en mal año, por el sanedrín que ido”. Reproduzco los últimos párrafos: “Retirado
en Bogotá tenía pactado el ya aludido señor Ma- del servicio militar después del 31 de julio, las
rroquín y su llave con Sanclemente y su período. compañías aseguradoras le propusieron que se
Fatal, fatalísimo, con el desencadenamiento de la hiciera cargo del salvamento del buque mercante
guerra de los Mil días y la secesión de Panamá. Elbers, que había naufragado con valioso carga-
mento entre Barranquilla y Calamar. El general De
De Castro siguió después de la Gobernación Castro aceptó la proposición y firmó el contrato,
en el ejercicio de su profesión y de sus negocios no sin antes solicitar el apoyo de las autoridades
personales, pero sin cejar en la jefatura del partido para asegurar la custodia de las mercancías.
de sus convicciones ni en la preocupación por el Por egoísmo o por otros móviles, las autoridades
adelanto de su región y de su ciudad. Así llego al no prestaron el suficiente apoyo al general De
Castro. Salió a cumplir su contrato en compañía
de su primogénito y una noche fue asaltado por
una numerosa guerrilla que iba allí atraída por
la presencia del vencedor de los Obispos. Aquel
asalto fue una espantosa y feroz carnicería, y en
él hubiera perecido el general si no se resuelve a
confiar por tercera vez su suerte y su vida a las
ondas del Magdalena. Con su hijo se arrojó a la
creciente y nadaron perseguidos por los disparos,
hasta alcanzar la opuesta orilla.”
10
Foto de Alfredo Marcos María
Pasillo principal de la Casa de Bolívar.
Otro capítulo de magna importancia fueron que rebosó la copa de la oposición al régimen…
las redes de carreteras que enlazaron los dis- que obligó al mandatario a abandonar el país.
tintos sectores de la nación. Al respecto, vale la
pena recordar que el primer automóvil que llegó Viajó a Europa para poner entre sus oposito-
a la provincia natal del señor presidente Reyes res y la nación, la distancia del océano y del otro
fue el suyo personal. Pasaron años para que esa mundo en aras de la paz.
carretera se continuara, porque esa es la índole
colombianísima: la de echar atrás la obra de al- Fuentes
guno de los conciudadanos que logran destacarse Archivo familiar de descendientes del general Diego A. de
en la vida personal y nacional. Castro Palacio.
AAVV. “Pedro María Revollo”, en Revista de la Sociedad de Mejo-
Sin haber terminado el mandato para el que ras Públicas de Barranquilla, pp. 62 (1956) número 218.
Revollo, Andrés Benito. Geografía del Departamento de Barran-
estaba elegido y al que hubo de renunciar ante quilla. Ed. La Luz (1909), Bogotá, pp. 64 ss.
la oposición de los sectores políticos que lo forza- El Día, Periódico. Edición 2 de marzo (1922), Bogotá.
ron a salir del país, éste ya había empezado a ser López, Javier Ocampo. Qué es la Constituyente. Ed. Plaza y
realmente otro: asombra ver que con tan escasos Janés (1990). Bogotá, pp. 70 ss.
Serna M. J. Alberto. Estudio de las Raíces Griegas. (1999). Ed.
recursos logró sacar adelante tantas realidades. Idioma. Bogotá, pp. 441.
Hubo de cerrar el Congreso, que era una mula “El Apocalipsis”. Nuevo Testamento. Sociedades Bíblicas Unidas
ojalá muerta, sino bien viva, pero atravesada en la (1999). Impreso en Corea, caps. II y III.
vía de la nueva administración, y esto fue la gota Becerra Jiménez, Jorge. Historia de la Diócesis de Barranquilla
(1993). Ed. Banco de la República, Bogotá, pp. 177 ss.
11
El problema de la esclavitud en la Ilustración,
la Revolución Francesa, las Cortes de Cádiz y su recepción
por los ilustrados neogranadinos
Un mal necesario aceptado por todos De acuerdo con Enriqueta Vila Vilar4, salvo algunas
acciones aisladas, o voces más o menos anónimas, la
Después de haber transcurrido tres siglos, período du- Iglesia Católica, como institución, no puede ser consi-
rante el cual las grandes potencias europeas se dispu- derada precisamente como paladín de la abolición de la
taron entre sí el lucrativo negocio de la trata, y de haber esclavitud. Sólo hay dos bulas papales que la condenan
transportado y esclavizado por lo menos a 15 millones de expresa y tajantemente: una de Pío II, de 1462 cuando
africanos al llamado «Nuevo Mundo», apareció en 1794 aún no se había descubierto América. Otra de Gregorio
la primera postura disidente condenando la práctica XVI, de 1839. La primera cayó en el olvido: la segunda
de este comercio. Si bien durante estos 300 años se llegó demasiado tarde, cuando ya la bandera de la abo-
escucharon algunas voces solitarias o acciones un tanto lición estaba en otras manos
anónimas en contra de la esclavización de hombres y
mujeres negras, lo cierto es que la esclavitud fue una La Ilustración no se acordó
condición reconocida por la legislación del mundo an- de los hombres negros
tiguo, que no transforma el cristianismo, que continuó
durante la Edad Media y que, en la Moderna, no sólo se Si bien es cierto que la Ilustración se puede considerar
perpetúa, sino que se aumenta con la trata africana.1 como un fenómeno heterogéneo tanto en sus manifesta-
En este contexto de legalidad, la esclavitud, como era ciones como en su duración y valoración, lo es también
de esperarse, fue aceptada y defendida por las poten- el que haya presentado algunas líneas generales que
cias europeas que se disputaron la trata, y también por sirvieron para iluminar y caracterizar a todo un espacio
España, convertida en el período señalado en la mayor temporal rotulado no gratuitamente como el Siglo de
receptora de los esclavizados africanos con los que suplía las luces. De allí que Kant hubiera definido a la Ilus-
y fortalecía la ya casi inexistente y debilitada fuerza de tración como la liberación del hombre de su culpable
trabajo indígena, que en la mayoría del continente se minoría. Naturaleza, razón y felicidad son los tres ejes
había reducido ostensiblemente.2 en torno a los cuales podría constituirse el nuevo mundo
pensado para el hombre nuevo.5 A lo anterior habría
Desde el siglo XVI hasta el XIX median los años en que agregar otro rasgo común a toda la Ilustración:
que no se cuestiona ni el tráfico negrero ni la esclavitud. emancipó al espíritu europeo no sólo de su minoría de
Durante el tiempo señalado anteriormente esta práctica edad como lo manifestara Kant, además lo sustrajo del
se afirmó acudiendo incluso a la defensa de los dere- sometimiento servil a la autoridad, la tradición y la su-
chos naturales prioritarios, entre otros, el derecho a la perstición. Señaló una edad en que la razón descubrió
propiedad.3 Pero lo extraño es que en todo este tiempo las verdades de la naturaleza, vindicó los derechos de
ni el catolicismo ni la Ilustración se hubieran mostrado los hombres y mostró el camino de la perfectibilidad y
contrarios a la esclavización de millares de mujeres y felicidad humanas.
hombres negros. Las voces altivas y combativas que se
templaron tempranamente para condenar la esclaviza- De los anteriores presupuestos ideológicos se podría
ción indígena, entre ellas la de fray Bartolomé de las colegir, según David Briones6, que semejantes tendencias
Casas, y que lograron la abolición de las encomiendas en revolucionarias llevarían directamente al abolicionismo
1542, nunca se hicieron sentir en el caso de los hombres militante; pero en este sistema avanzado de pensamiento
y mujeres negras; por el contrario, en el caso de De las no hubo el mínimo espacio para enfrentar la esclaviza-
Casas la solución que propuso para detener el etnocidio ción del hombre y la mujer negra y, por el contrario,
indígena fue el de su remplazo por los negros. las justificaciones tradicionales de la esclavitud so-
brevivieron a las posiciones y al espíritu crítico de los
* Licenciado en Ciencias Sociales; magíster en Historia y
humanistas, racionalistas e ilustrados de los siglos XVII
estudios de doctorado en Historia. Profesor de la Universidad
del Atlántico.
y XVIII. Pero lo paradójico es que fue en el Siglo de las
13
derrotado por los esclavizados
haitianos, lo cierto fue que la
sola promulgación teórica de la
abolición por parte de la Con-
vención Nacional Francesa sirvió
de aliciente real para alcanzar la
libertad, y convertirse Haití en
la primera república americana
que se liberara del colonialismo
europeo en 1801.
vierte el nuevo rumbo que habrían de tomar de ahora en Francesa y del impacto de la expansión industrial fran-
adelante las relaciones entre los hombres, al determinar cesa, en su principal colonia americana. Se trató de una
el gobierno de París que «Todo hombre puede entrar al abolición por reflejo.12
servicio de otro, pero no puede venderse ni ser vendido.
Su persona nos es una propiedad enajenable… La ley no De una u otra manera, la abolición de la esclavitud
conoce esclavitud: entre un hombre que trabaja y aquel en Haití en 1801 y el acceso al poder de los hombres
que le emplea no puede existir más que una obligación negros haitianos, será tomada de ahora en adelante
mutua de cuidado y reconocimiento».10 como un producto funesto y un ejemplo negativo de los
efectos de los derechos del hombre promulgados por los
Pero la posición crítica de los revolucionarios france- franceses, y de esto se aferrarán los esclavistas cubanos
ses no sólo quedó plasmada en la formulación teórica de durante todo el siglo XIX para rechazar las propuestas
estos derechos; fueron más allá. El 4 de febrero de 1794 de abolición que se hicieron en España desde las Cortes
la Convención Nacional Francesa abolió la esclavitud de Cádiz.
negra en todas sus posesiones y colonias; considerando
la esclavitud como un «derecho horrible de un hombre Los sucesos de Francia de 1789 influyeron sobre
sobre otro dotado igualmente de alma racional» y en con- las políticas interiores de las monarquías europeas,
secuencia declaraba y decretaba que todos los hombres, que se apresuraron a decretar medidas de prevención
sin distinción de su color, domiciliados en sus colonias, contra la difusión de la ideología revolucionaria en sus
eran ciudadanos franceses y gozarían de todos los dere- territorios.13 En este contexto, España no se mantuvo
chos consignados en la Constitución.11 al margen de la política general de Europa, y tanto en
la metrópoli como en las colonias se extremaron las
Sin lugar a dudas que la colonia más fuerte desde el medidas para evitar el contagio revolucionario.
punto de vista económico de los franceses en América
era la parte de la isla de Santo Domingo que ellos domi- Desde antes de la Revolución Francesa existían me-
naban: Haití; allí, a partir de la segunda mitad del siglo didas que regulaban la presencia de extranjeros en las
XVIII, se desarrolló una poderosa industria azucarera, Indias, pero después de la revolución estas medidas se
cuya productividad hizo que Inglaterra fuese perdien- extremaron. En el caso particular de la Nueva Granada,
do paulatinamente el control del mercado mundial del su virrey ordenó a todos sus tenientes de justicia que
dulce. Además de las otras actividades económicas de hicieran una relación detallada de los extranjeros, su
la isla, esta industria se sustentaba en el trabajo de situación y los contactos que mantenían tanto en el
una frondosa mano de obra esclavizada negra, que a la interior como en el exterior del virreinato.14
postre fue la primera beneficiada del decreto de 1794
que abolía la esclavitud negra en todas las posesiones Estas medidas estaban dirigidas a frenar la posible
y colonias francesas. recepción y transmisión de la propaganda revolucionaria
en las colonias, sobre todo controlando a las personas
En efecto, sin hacer abstracción de los conflictos que por su profesión requerían del contacto con otras,
propios generados por la dialéctica del amo y el esclavo como era el caso de los médicos, maestros, etc. Y pese a
y la lucha que se adelantó en la isla contra el ejérci- que el número de adictos a la revolución fue escaso, se
to napoleónico comandado por Leclerc y finalmente remitieron a España unos cuantos españoles y franceses
14
acusados de mantener conversaciones sediciosas o de No obstante se observa un tanto de serenidad en los
haber celebrado los triunfos de la revolución.15 cruces de información y opinión entre los dos condes
citados, las noticias remitidas por el embajador en París
El fantasma de la contaminación ideológica y las ejercieron un impacto considerable en los ambientes
nuevas relaciones sociales y políticas que posibilitaban cortesanos de Madrid, calificado por Richard Herr como
los presupuestos teóricos de la Revolución Francesa, pánico; sobre todo lo referente a las doctrinas republi-
además de suscitar la guerra de la Convención, también canas, en las que puso especial atención el conde de
determinó por efecto y extensión que todo este proceso Floridablanca, «evitando» la penetración de las noticias
desembocara en el Movimiento Juntero, las Cortes de del vecino país.
Cádiz y la Constitución de 1812. Estos miedos son palpa-
bles en la reacción de algunos segmentos sociales desde De la reacción de la población se puede intuir su
1789, cuando el embajador de España en Francia, conde heterogeneidad. Mientras que algunos pasquines la
Fernán Núñez, equivocadamente, además de dar gracias estigmatizaban.19
a Dios por haber evitado la calamidad de la imitación y
la influencia en España de la revolución, defendía los Receta para fabricar un francés
principios del Antiguo Régimen, contraponiéndolos a
la consigna de libertad, igualdad y fraternidad: «Hace En alambique echarás
dos años que de alguna manera se ha ido forjando esta a Lutero y a Calvino,
revolución preparada ya de antemano por las luces de un judío, un asesino,
la filosofía y de la Ilustración. Ahora se ha querido con- y luego le mezclarás
jurarla en el último momento, cuando había tomado tal la sangre de Barrabás
consistencia que oponerse a ella es arriesgar perder lo y de Herodes inhumano
demás. Efervescencia sobre efervescencia, enredo de y en la hornilla de Vulcano
intereses privados y de ambiciones personales, inconse- destila la quintaesencia
cuencia sobre inconsecuencia, debilidad sobre debilidad, y sacarás sin violencia
contemporización continua, que podía suceder si no es lo un francés el más humano.20
que hemos visto. Todavía debemos dar gracias a Dios que
las calamidades que nos amenazaban hayan podido ser Otros, por el contrario, la tomaban como advertencia
evitadas». Así se dirigía el conde Fernán Núñez al conde de a la nobleza española venida a menos en las actuales
Floridablanca (París, 20. VII. 1789).16 «Muchos quisieran circunstancias del conflicto contra Francia, y de lo que
que la revolución fuera general para tener mas espacio y les podría suceder si no cambiaban las cosas interna-
menos observadores y continuamente me hablan de albo- mente en relación con los pobres.
rotos en España. Yo les respondo pueden estar tranquilos,
pues lo estoy yo, que soy el mas interesado. Que si ellos «Yo no sé en qué ha venido el honor de la nobleza,
se admiran de lo que aquí sucede, yo me admiro que no pues se cuenta y se lee de la nobleza antigua en guerras
haya sucedido antes, pues todos los efectos producen pasadas que eran el laurel de la corona, los primeros
indudablemente de una causa. Que todas las que aquí en oponerse a los enemigos, los primeros en levantar
han existido muchos años ha, no las hay en nuestro país, tercios, y ahora tan obstinados, pues no tiran sino a
donde hay religión, amor al Rey, moderación de privilegios sujetar al pobre. Pero cuidado que la olla va hirviendo,
de cada Provincia y de cada individuo, asistencia perpe- y tanto hierve que poco a poco se va el caldo, y no to-
tua de los obispos y de los empleados en cada Provincia man ejemplo de la Francia, desgraciada Corona: que los
y de cada individuo, asistencia perpetua de por lo cual grandes oprimían tanto a los pequeños, que los grandes
no es extraño padezcamos nosotros, porque la imitación perdieron a los pequeños, pero éstos perdieron a los
en este punto no es la misma que la que hemos tenido grandes, pues primero fueron destruidos los poderosos
hasta ahora en las modas y asuntos de puro capricho». que los pobres».21
El conde Fernán Núñez al conde de Floridablanca (París,
23.XI.1789).17 Finalmente tenemos la opinión de aquellos que
llamaron a las reformas profundas, tomando a la Ilus-
En su respuesta al conde Fernán Núñez, el conde tración y a los Derechos del Hombre como sustento
de Floridablanca asumía igual posición en el sentido para tales reformas que conduzcan a una revolución
de señalar los efectos perversos del Siglo de las luces y pacífica.
el rechazo frontal a que tales ideas se implantaran en
España; en su posición subyace también el miedo a la «No es tiempo de reformas pequeñas: el mal es de tal
revolución: «Se ha dicho que el Siglo de las luces ha ins- naturaleza que los remedios superficiales de nada servi-
truido al hombre en sus derechos. Pero le ha arrebatado, rían sino para irritarlos, y es menester curarlos de raíz
al mismo tiempo, con la verdadera felicidad, el reposo, (...) que la nación se junte (...) La unión, la ilustración
la seguridad de su persona y la de su familia. Nosotros y el conocimiento de los derechos del hombre os deben
no deseamos aquí tanta iluminación, ni lo que es su conducir necesariamente a formar un Cuerpo Político
consecuencia: la insolencia de los actos, de las palabras en que tengan parte todos nuestros pueblos, una Repre-
y de los escritos contra los poderes legítimos»18. sentación Nacional... que... haría con poderes legítimos
15
lo que hoy hace el rey con poderes usurpados (...) Hecho Un día después de haberse instalado las Cortes, el
esto, sobran en España sujetos, y no falta instrucción, 25 de septiembre de 1810, los americanos, liderados
para efectuar tranquilamente una mutación pacífica, y por el quiteño José Mejía Lequerica, sometieron25 a
a hacer despertar a sus naturales del profundo sueño consideración un decreto para elegir diputados adicio-
en que han dormido tanto tiempo».22 nales americanos sobre la misma base con que se había
hecho en la Península: uno por cada 50.000 habitantes.
Las medidas de asepsia y de higiene política para Subrayando la necesidad de incluir a todos los súbditos
evitar el contagio no dieron los resultados esperados. De del rey, incluso los indios y las castas. Los peninsulares
nada valió la represión de la Santa Inquisición para extir- se opusieron a esta propuesta puesto que los dejaría en
par aquellas ideas y la «soñada libertad, que malamente minoría, y en este sentido endosarían el dominio de las
suponen concedida a todos los hombres por naturaleza, Cortes a los representantes del Nuevo Mundo.
la que dicen temerariamente hizo a todos los hombres
iguales o independientes unos de otros».23 Tampoco el Desdichadamente para los intereses de la élite ame-
cordón de tropas que estableció Floridablanca en toda ricana, el limeño Vicente Morales Duarez se opuso a que
la frontera de mar a mar al modo que se hace cuando se concedieran derechos a las castas de descendencia
hay peste para que ésta no se comunique. africana; ésta fue la posición que finalmente se impuso.
Pero a partir de ese momento el tema de la raza llegó a
Las Cortes de Cádiz ser tan incendiario que las Cortes tuvieron que debatirlo
y el desencanto del humanismo liberal en sesiones secretas.
El empeño y las fuerzas invertidas en tratar de im- Esta primera confrontación entre peninsulares y
pedir el contagio revolucionario durante los 23 años americanos respecto a la equidad en la representación
que transcurrieron entre 1789 y 1812, finalmente no quedó solucionada el 15 de octubre de 1810, es decir,
rindieron ningún efecto; de nada valió la guerra de la tres semanas después de haberse instalado las Cortes.
Convención que España planteó contra Francia para El acuerdo estipuló que los «naturales que sean origi-
impedir la recepción de las ideas revolucionarias, ni la narios de los dominios de los europeos o ultramarinos,
represión contra los ilustrados españoles; finalmente son iguales en derecho a los de la Península».26 De esta
hubo la necesidad de abrir un espacio de reflexión que manera a los miembros de las castas originarias de
decidiera los cambios que la sociedad española necesita- África no se les consideraba naturales de los dominios
ba y que la pusiera a tono con los nuevos aires liberales españoles.
que soplaban en Europa.
En la época se daba por seguro que España contaba
A estas expectativas y propósitos debían responder con 10 millones de habitantes y América, según las cifras
las Cortes de Cádiz cuya consecuencia fue la Consti- de Humboldt, tenía una población de 16 millones, de
tución de 1812, y a diferencia de las cortes anteriores, los cuales 6 millones eran descendientes de africanos.27
la que se reunió en Cádiz a partir del 24 de septiembre Excluidos los negros del derecho al voto al no considerár-
de 1810 constituyó para algunos historiadores una seles naturales de los dominios españoles, se alcanzaba
asamblea nacional moderna. Ésta se congregó como la igualdad en la representación, ya que españoles y
un solo organismo y sus miembros representaban a la americanos quedaban nivelados con el mismo potencial
totalidad del mundo español, incluidas sus colonias de de votantes: 10 millones cada uno.
ultramar, representadas en 30 de los 104 diputados
que congregó.24 Derechos políticos y ciudadanía denegada
Como se podrá observar, no había equidad en la re- Alcanzada la paridad por parte de las élites americanas,
presentación entre españoles y americanos, los primeros los derechos políticos de los hombres negros del Nuevo
superaban a los segundos en una proporción de 3 a 1. Mundo se echaron al olvido y el tema de los negros no
Esta inequidad determinó que la élite blanca america- se volvería a tocar hasta 1811 cuando Guridi y Alcocer
na que representaba a todos los habitantes del Nuevo propuso la abolición de la esclavitud.
Mundo —indios, negros, mestizos, mulatos— acudiera
tempranamente a la defensa de los derechos políticos El acuerdo que estableció la representación equitati-
de los indios y las llamadas castas, sólo en la medida va entre peninsulares y españoles, tuvo como trasfondo
en que su validación le servía para sumar los votos que el tema de las razas y estuvo precedido por un intenso e
le permitiera sobrepasar o igualar la representación de incisivo debate denominado en su momento la «cuestión
los blancos españoles. Si tales derechos eran avalados o americana».
reconocidos por las Cortes, los representantes del Nuevo
Mundo ganarían en una ventaja de 3 a 2. Así el tema de Dado el desdén y la falta de importancia que los
la raza era sumamente importante, pues la inclusión peninsulares daban a la cuestión americana, a los
de los no blancos favorecía políticamente a las élites diputados americanos no les quedó otra opción sino
americanas. la de enrostrarles la llamada «leyenda negra» a lo cual
respondieron los peninsulares tildándolos de hipócritas
16
y poniendo en entredicho la supuesta simpatía de éstos de acuerdo en torno a este aspecto que quedó plasmado
por los indígenas, los mestizos y las castas; recordán- en una serie de artículos de la constitución de 1812. En
doles que ellos eran miembros de la élite blanca que ellos vemos cómo a las personas de ascendencia africana
por tantos siglos había hecho sufrir a los no-blancos se les colocan las mayores barreras para acceder a la
en sus grandes haciendas de ultramar.28 Es de suponer categoría de ciudadano, o simplemente quedan por fuera
entonces que la diputación española estaba convencida del concepto liberal de ciudadano aprobado por las Cor-
de que la supuesta defensa de los derechos políticos de tes y posteriormente santificado en la constitución.
los no blancos por parte de los americanos, estaba di-
rectamente relacionada únicamente con las aspiraciones «Artículo 1- La nación española es la reunión de
de incrementar su representación en el parlamento. todos los españoles de ambos hemisferios. Artículo
5- Son españoles. Primero: Todos los hombres libres
A mediados de diciembre de 1810, los americanos nacidos y avecinados en los dominios de las Españas y
presentaron un programa de 11 puntos que se cons- los hijos de éstos. Segundo: Los extranjeros que hayan
tituyó en la espina dorsal del debate de los intereses obtenido de las Cortes cartas de naturales. Tercero: Los
americanos en las Cortes a lo largo del año y medio que sin ella lleven diez años de vecindad ganada según
siguiente: representación igualitaria, libertad para cul- la ley en cualquier pueblo de la Monarquía. Cuatro: Los
tivar y manufacturar lo que les conviniera, libertad de libertos desde que adquieran la libertad en las Españas.
comercio y navegación, comercio libre entre América y El problema de los derechos políticos se hace evidente
Filipinas, y entre éstas y Asia, abolición de los monopo- en el artículo 18, que así define la ciudadanía. Son
lios, libertad para la explotación de las minas de azogue; ciudadanos aquellos españoles que por ambas líneas
concesión de derechos iguales a los americanos, indios traen su origen de los dominios españoles de ambos
y mestizos para ocupar cargos civiles, eclesiásticos y hemisferios y están avecindados en cualquier parte de
militares; mitad de todos los cargos públicos debería los mismos dominios. De manera clara el artículo exclu-
ser otorgada a los originarios de cada reino; creación ye a los descendientes de africanos, mas el artículo 22
de juntas de consejeros en América para la nominación hace notar: A los Españoles que por cualquier línea son
de aquellos que desempeñarían los cargos públicos, y la habidos y reputados por originarios de África les queda
restauración de la orden abierta la puerta de la
de los jesuitas en el Nuevo virtud y el merecimien-
Mundo.29 to para ser ciudadanos,
pero los requerimientos
De lo anteriormen- eran rigurosos. En con-
te citado evidentemente secuencia, las Cortes
se puede colegir que los concederán carta de
negros ya no aparecen, ciudadano a los que
o no contaban para la hicieren servicios ca-
cuestión americana. Des lificados a la patria, a
pués que los america- los que se distingan por
nos consiguieron la igual su talento, aplicación y
representatividad; y no conducta, con la condi-
obstante de que algunos ción de que sean hijos
diputados americanos, de legítimo matrimonio
entre los que sobresalen de padres ingenuos, de
el sacerdote mejicano que estén casados con
José Miguel Guridi y Alco- mujer ingenua y avecin-
cer y el ecuatoriano José dados en los dominios
Represión. Juan Horillo Domínguez (s. XX, óleo sobre tela).
María Mejía Lequerica, de las Españas, y de que
suplente por la Nueva ejerzan alguna profe-
Granada, seguían luchando sin éxito por la igualdad sión, oficio o industria útil con un capital propio.»31 En
de las castas de ascendencia africana, fue el grueso de pocas palabras, las castas de ascendencia africana que
los representantes americanos los que se opusieron a querían convertirse en ciudadanos tenían que cumplir
tal propuesta.30 Igual actitud asumió la mayoría de los con mayores requisitos que los demás pobladores de
representantes españoles. la nación española.
Agotado este punto que decidió que franjas sociales La abolición de la esclavitud y el tráfico de
eran las que se podían beneficiar del ejercicio de los dere- esclavos: una propuesta inesperada
chos políticos que concedía el cónclave liberal gaditano,
«la cuestión nacional americana» debía enfrentarse a un Después de estos dos primeros intentos fallidos por el
nuevo obstáculo: el tipo de persona que podía lograr reconocimiento de los derechos políticos de las castas
la categoría de ciudadano. Pero después de un largo y de ascendencia africana y de su acceso a la categoría de
encendido debate, los diputados alcanzaron una especie ciudadanos, año y medio después, el 25 de febrero de
17
1811, aparecía una propuesta aun más radical en torno congreso de Cúcuta de 1821 en torno a la abolición de
al citado problema: la abolición del tráfico de esclavos los esclavos.
y la libertad de vientres presentada por el sacerdote
mejicano José Miguel Guridi y Alcocer32. Si el grueso de las Cortes, incluidos algunos ameri-
canos, no había cedido a la propuesta populista de las
Esta propuesta había estado precedida por algunas élites americanas de concederles derechos políticos a las
y contadas voces aisladas, arriesgadas e inescuchadas castas y sobre todo a los descendientes de africanos, me-
en su momento, y que a la postre sirvió de modelo nos estarían dispuestos a la aprobación de la abolición
y referencia para las propuestas de Guridi y Argüelles. de la trata y de la esclavitud, sobre todo cuando esta
decisión afectaba los intereses económicos de la mayoría
Durante el siglo XVI podemos citar dos casos: el de de los países, sobre todo de los cubanos, a lo que nos
Bartolomé de Albornoz y el de Tomás Mercado. Albornoz referiremos más adelante. Fue tal la conmoción que
fue «un antiguo abolicionista castellano» que hacia 1573 causó la propuesta del sacerdote mejicano José Miguel
en su obra El arte de contralor defendía el derecho de los Guridi y Alcocer en todos los ámbitos gaditanos, que sólo
hombres negros a disfrutar de su libertad natural, y en siete días después fue que se permitió publicarla en el
la que ataca tanto el comercio negro como la esclavitud Diario de las Cortes, cuando Agustín Argüelles presentó
basándose en los santos Evangelios. Tomás Mercado en su propuesta sobre el tráfico de esclavos y de la aboli-
1587 escribió la suma de tratos y contratos donde se ción de la tortura. Con esto, nuevamente las Cortes se
manifiesta enemigo del comercio de esclavos.33 agitaban en torno a la cuestión americana con un tema
aún más espinoso que el de la igualdad, éste fue el de
En la primera década del siglo XIX nos encontramos la abolición de la esclavitud. El texto de la propuesta de
con los precursores directos del abolicionismo español: Guridi y Alcocer es el siguiente:
José Marchena, José María Blanco-White e Isidro de
Antillón. Los tres estuvieron untados de las ideas li- Contrariándose la esclavitud al derecho natural, estando
berales francesas e inglesas. Marchena, más conocido ya proscrita aun por las leyes civiles de las naciones
como el Abate, estallada la Revolución Francesa, se fue cultas, pugnando con las máximas liberales de nuestro
a Francia y allí se contagio del ideario antiesclavista, actual Gobierno, siendo impolítica y desastrosa, de que
regresó a España y junto con los franceses colaboró tenemos funestos y recientes ejemplares, y no pasando
en la difusión del pensamiento antiesclavista. Blanco de preocupación su decantada utilidad al servicio de las
White estuvo en Londres desde 1810, allí recibió la in- fincas de algunos hacendados, debe abolirse enteramen-
fluencia del liberalismo inglés, ideología que contrapuso te. Pero para no perjudicar en sus intereses á los actuales
al pensamiento del antiguo régimen en tal extremo que dueños de esclavos, se hará la abolición conforme á las
desarrolló una intensa campaña a favor de la emanci- proposiciones siguientes:
pación de las colonias españolas. La actitud fue siempre
antiesclavista.34 Isidro de Antillón pronuncia una confe- Primera: Se prohíbe el comercio de esclavos, y nadie
rencia en la Academia Matritense de Derecho Español en adelante podrá vender ni comprar esclavo alguno,
y Público el día 2 de abril de 1802 titulado «Disertación bajo la pena de nulidad del acto y pérdida del precio
sobre el origen de la esclavitud de los negros, motivos exhibido por el esclavo, él quedará libre.
que le han perpetuado, ventajas que se le atribuyen y
medios que podrían adoptarse para hacer prosperar Segunda: Los esclavos actuales, para no defraudar
nuestras colonias sin ellas».35 En síntesis, proponía la a sus dueños del dinero que les costaron, permane-
suspensión inmediata de la trata, y de la esclavitud en cerán en su condición servil, bien que aliviada en la
forma gradual, quedando los eslavos divididos según las forma en que se expresa adelante, hasta que consigan
edades, para acceder a la libertad de mayor a menor; al su liberad.
tiempo, se declararían libres los nacidos tras la promul-
gación de esta posible ley que no llegaría a publicarse Tercera: Los hijos de los esclavos no nacerán esclavos,
sino hasta 1811 en Mallorca en forma de propuesta.36 lo que se introduce a favor de la libertad, que es preferente
Antillón fue diputado en las Cortes gaditanas; víctima de al derecho que hasta ahora han tenido para los amos.
las persecuciones del absolutismo fernandino, pronun-
ció sus discursos en las citadas cortes el 13 de agosto Cuarta: Los esclavos serán tratados del mismo modo
de 1813. Pocos días después, fue agredido y a partir de que los criados libres, sin más diferencia entre estos y
1814 perseguido y condenado a muerte. aquellos que la precisión que tendrán los primeros de
servir a sus dueños durante la esclavitud, esto es, que
En términos generales, éste fue el panorama que no podrán variar de amo.
precedió la discusión sobre el espinoso tema de la aboli-
Quinta: Los esclavos ganarán salario proporcionado
ción de la trata y de la esclavitud propuesta inicialmente
a su trabajo y aptitud, bien que menor del que ganarían
por Guridi y Alcocer, el 25 de marzo de 1811. Muchos
siendo libres, y cuya tasa se deja al juicio prudente de
de los temas que estos precursores habían planteados,
la justicia territorial.
estarían presentes en las Cortes y también por reflejo
en la Nueva Granada, en el debate que se suscitó en el
18
Sexta: Siempre que el esclavo,
o ya porque ahorre de sus sala-
rios, o bien porque haya quien le
dé dinero, exhiba a su amo lo que
le costó, no podrá este resistirse
a su libertad.
De acuerdo con Enriqueta Vila Vilar,38 la proposición todos los daños que se les había causado, abolieron la
de Argüelles fue mucho más modesta, sólo iba encami- mita por considerarla como una institución depredadora
nada a la supresión del tráfico. Insistió en la idea de del indígena. Además, por lo menos en teoría, se les
que no se trataba de manumitir a los esclavos de las reconoció sus derechos políticos y sociales.
posesiones americanas pero sí pedía la abolición inme-
diata del tráfico. «Comerciar con la sangre de nuestros En contravía a esta actitud paternalista a favor del
hermanos, es horrendo, es atroz, es inhumano y no indígena, la nota predominante con relación al hombre
puede el congreso nacional vacilar un momento entre negro fue la negación y el silenciamiento. La flamante
comprometer sus sublimes principios o el interés de constitución liberal de 1812 discriminó al pueblo de
algunos particulares». Habilidosamente estas propues- origen africano al negarle sus derechos, así como su
tas fueron postergadas para la discusión final del texto representación.
constitucional. Pero en la práctica era un aplazamiento,
una manera de olvido transitorio que, finalmente, des- Las Cortes fueron testigos de la contradicción his-
embocó en una omisión; pues la pomposa constitución tóricamente insalvable entre liberalismo y propiedad
liberal de 1812 terminó silenciando y excluyendo a los privada, entre liberalismo y esclavitud. En el marco de
ascendientes y descendientes de africanos.39 esta contradicción, en los debates sobre las castas los
legisladores señalaban constantemente a la esclavitud
Finalmente, las Cortes consideraron que la conve- como una institución bárbara; pero a la hora de la ver-
niencia política requería que se mantuviera la esclavi- dad pesaban más los intereses económicos y la milime-
tud y, como lo declaró Esteban Palacios, tío de Simón tría política que los presupuestos ilustrados y liberales
Bolívar y diputado suplente por Caracas: «En cuanto a que decían defender. En la realidad había un acuerdo
que se destierre la esclavitud, lo apruebo como amante general no escrito entre los diputados del efecto negativo
de la humanidad; pero como amante del orden político, que en términos políticos y económicos se sobrevendrían
lo repruebo».40 con la abolición. En primer lugar, aún estaban presen-
tes en la memoria de la mayoría de los diputados los
El hombre negro: efectos de la revolución haitiana. Y en segundo lugar
un excluido de la pomposa la presión de los esclavistas cubanos, quienes veían en
constitución liberal de 1812 la abolición el elemento desestabilizador de la boyante
economía azucarera, de la que la madre España obtenía
El liberalismo español que se forjó en Cádiz aportó las jugosos dividendos. A esto hay que sumarle el prag-
bases generales para un programa de modernización: matismo político de los peninsulares al no dejar que a
abolieron las instituciones señoriales, el tributo a los la población negra accediera a los derechos políticos,
indios, los trabajos forzados, como la mita; dieron fin a la pues con ello quedaban en desventaja con los america-
Inquisición y establecieron un control firme sobre la Igle- nos, y en este sentido el control de las Cortes hubiera
sia. La libertad de prensa fue proclamada formalmente.41 quedado en manos de éstos. Pero el problema era más
De lo anterior se puede deducir que las Cortes fueron de fondo, la mayor parte del andamiaje económico colo-
permisivas frente a los indígenas; después de aceptar nial descansaba en los hombros de la población negra,
19
especialmente las actividades agrícolas, sobre todo en cualquier servicio social. De los mestizos, después de
la zona del Caribe donde predominaba la agricultura de repetir el concebido estereotipo con que el mundo colonial
plantación. Contra esta realidad finalmente se terminó los rotuló —flojos y holgazanes— dice que la paciencia con
estrellando la utopía de los presupuestos ilustrados y que sufren la represión y el castigo del que los gobierna
liberales. Y como lo asegura la historiadora Enriqueta los hace muy a propósito para todas las ocupaciones
Vila Vilar,42 paradójicamente, la liberal y progresista que exigen subordinación y peonaje. Si eso pensaba de
Constitución de 1812 silenció absolutamente el tema los indios y los mestizos, no podíamos esperar un mejor
de la esclavitud. tratamiento para los hombres negros; oigámoslo: «Su
carácter moral se compone de todas aquellas pasiones
La recepción del problema de la abolición de que hacen al hombre duro, y poco sociable; en efecto,
la esclavitud en la Nueva Granada junto con su extremada robustez, se nota su torpeza
en las facultades intelectuales, que los hace tercos para
Es evidente que las Luces jugaron un papel relevante sostener sus caprichos, soberbios para no reconocer su
en las revoluciones de independencia americana, pero inferioridad y estado miserable, y tontos para resistir a
no es del todo cierto que éstas sean su consecuencia cualquier instrucción que se le quiera dar».
lógica. Los criollos que lideraron los movimientos de
independencia, sin lugar a dudas, estuvieron influen- En los célebres Derechos del Hombre y el Ciudadano,
ciados por las ideas ilustradas; pero la recepción y de don Antonio Nariño, no estuvieron representados los
lectura que éstos hicieron de tales ideas estuvieron indios, mestizos y negros. Estos derechos fueron publi-
mediadas por el individualismo, el utilitarismo y la mez- cados y publicitados sólo para defender los privilegios
quindad. Llevar a la práctica los sagrados propósitos de los blancos criollos, mas no de los sectores sociales
ideales de la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad, estigmatizados como castas, a los cuales tanto el sabio
Fraternidad, derechos del hombre y sus consecuencias, como el precursor consideraron como «individuos de
conllevaba a la abolición de los títulos de nobleza, a cualidades poco notables y aptos apenas para servir
extirpar la discriminación y abolir la esclavitud, entre en los trabajos más pesados como esclavos o siervos
otros privilegios, que socavarían las bases mismas de sujetos a la dominación española». Las llamadas castas
su poder y de su prestigio en la sociedad. no tuvieron cabidas en los Derechos del Hombre y el
Ciudadano simplemente porque no eran considerados
En este sentido, por ejemplo, Humboldt, en una carta como tales. Para acceder a la condición de ciudadano,
fechada de Cumaná el 17 de octubre de 1800, refrién- los negros y los indios tuvieron que ver transitar varias
dose a los pocos ilustrados de la tierra aseguraba: «A constituciones del siglo XIX, ya que los requisitos que se
menudo se encuentran hombres que, con la boca llena exigían para ser ciudadano no estuvieron a su alcance,
de bellas máximas filosóficas, desmienten sin embargo pero sólo la Constitución del 1991 les reconoció teóri-
los primeros principios de la filosofía por sus actua- camente sus derechos.
ciones: maltratando a sus esclavos, con el reinal en la
mano, y hablando con entusiasmo de la importancia de Antonio de Narváez y la Torre, uno de los criollos
la causa de libertad, venden los hijos de sus negros a ilustrados más importante en el Caribe colombiano a
los pocos meses de nacidos».43 La Ilustración hispano- finales del siglo XVIII, siendo gobernador de la provin-
americana fue en gran medida la Ilustración española cia de Santa Marta y Río Hacha en 1778, ante la crisis
que los españoles peninsulares llevaron tardíamente a de la agricultura del territorio bajo su jurisdicción y la
la América. imposibilidad económica para comprar esclavos para
reactivar el campo, propuso el trueque de ganado vacuno
En el caso concreto de los ilustrados neogranadinos, de la tierra por esclavos jamaiquinos. En sus palabras
y por cuestiones de espacio, sólo citaremos las posi- graficaba este intercambio asegurando que se trataba
ciones de algunos de ellos en torno al problema de la de cambiar carne por carne.44
esclavitud y la población negra.
La posición de Bolívar en torno a la esclavitud en
En 1809, Caldas publicó en su Semanario del Nuevo general y la abolición en particular fue ambivalente y
Reino de Granada un interesante trabajo con el título de pronto con un tinte de doble moral. En 1815, por
de «Estudios sobre las razas del Nuevo Reino de Gra- ejemplo, había manifestado que las relaciones entre
nada», en el que lo primero que salta a la vista son los amos y esclavos en la colonia habían sido tan benéficas
dos sectores en que clasifica a la sociedad neograna- para los negros, que las diferencias de color no podían
dina: salvajes y civilizados. En el primer grupo incluyó alterar las fraternales y recíprocas relaciones de las
a los indios, negros y mestizos, y en el segundo, como razas latinoamericanas.45
era de esperarse, a los españoles en sus dos versiones:
peninsulares y criollos. Frente al problema de la participación de los esclavi-
zados en la guerra de independencia, siguiendo a José
Más adelante, en el mismo trabajo, al entrar a tipificar Tomás Boves y a Francisco Miranda, Bolívar fue prag-
a cada una de las llamadas castas, el Sabio califica a los mático: si los negros deseaban sinceramente la libertad,
indios de ignorantes, torpes, estúpidos, e incapaces de debían estar dispuestos a luchar o a morir por ella; de
20
allí se decretó en 1816: «El nuevo ciudadano que rehúse y las vías legales. En las nuevas circunstancias, estas
tomar las armas para cumplir con lo sagrado deber de últimas se materializaron en las reclamaciones, pleitos
defender su libertad, quedará sujeto a servidumbre, como y procesos que adelantaron los esclavizados frente al
también sus hijos menores de 14 años, su mujer y sus Estado para forzar su libertad a través de la vía jurídica
padres ancianos.46 La proclama de Bolívar garantizaba y, en especial, en las Juntas de Manumisión que apa-
libertad sólo a aquellos que expusieran sus vidas. Bolívar recieron con la ley de partos de 1821, y que a pesar de
veía en la liberación de los esclavos un bien en sí mis- la constante asfixia económica en que estuvieron sumi-
mo, como también un arma política contra el enemigo, das, lo que les impidió materializar los propósitos para
que también le estaba proponiendo a los esclavizados las que fueron creadas, se convirtieron en el principal
la libertad; pero veía también en el servicio militar una centro receptor de las reclamaciones y expectativas que
oportunidad para disminuir la población negra.47 les brindaba el nuevo ambiente republicano.
21
3
Hernández Sánchez, Barba. «El abolicionismo en el mundo». En: inmediato. Dos millones de castas eran igualmente desvergonzadas: con
Revista de Indias. Anexo 2: Estudios sobre la abolición de la esclavitud. más proporción para adquirir dinero, con más saciar sus vicios; con
Madrid, 1986, p. 121 más vicios para destruirse, no es de admirar que sean más perdidos y
4
VILA VILAR, Enriqueta. «La postura de la iglesia frente a la escla- miserables. Ebrios, incontinentes, flojos, sin pudor, agradecimientos
vitud, s. XVI y XVII». En: Esclavitud y derechos humanos. Francisco de ni fidelidad, sin nociones de la religión y de la moral, sin lujo, aseo ni
Solano (cord.) Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, decencia, parecen aún más maquinales y desarreglados que el indio
1990, p. 26. mismo. Un millón de blancos y negros que se llaman españoles ame-
5
Gay Armenteros, J.C. La Ilustración andaluza. Biblioteca de la ricanos, muestran la superioridad sobre los otros cinco millones más
Cultura Andaluza. Sevilla, 1985, p. 16. por sus riquezas heredadas, por su lujo, y por su refinamiento en los
6
Brion Davis, David. El problema de la esclavitud en la cultura vicios, que por diferentes substancias de índole. ¿Qué hay de común, qué
occidental. El Áncora Eds. Bogotá, 1996, p. 268. equiparación cabe o qué analogía pueda encontrarse en los derechos,
7
Ibíd., p. 383. situación, espíritu, finura, exigencias, intereses, instituciones, hábitos y
8
Montesquieu, Œuvres, I, 330-31; L’esprit des lois, citado por Brion localidades de la España conquistadora, y de las colonias conquistadas?
Davis, op. cit., p. 395. Es preciso confesar que las leyes propias para la Madre Patria no son
9
Entre ellos A. Tardiu. Citado por Gay Armenteros, op. cit., p. 25. las mejores para sus Américas. Rodríguez Mario, op. cit., p. 111.
10
Citado por Javier Laviña. «Revolución Francesa o miedo a la 29
Ídem.
esclavitud». En Esclavitud y derechos humanos, p. 49. 30
Durante el primer año constitucional de Cádiz hubo por lo menos
11
Ibíd., p. 56. cinco americanos que lideraron los intereses del continente: el ecua-
12
Deivi, Carlos Esteban. «La abolición de la esclavitud en Santo toriano José María Mejía Lequerica, suplente por la Nueva Granada;
Domingo». En Esclavitud y derechos humanos, p. 322. dos sacerdotes mejicanos, Alcocer y José Miguel Ramos, y dos centro-
13
Laviña, Javier, op. cit., p. 43. americanos, también sacerdotes: Antonio Larrázabal, de Guatemala, y
14
Ibíd., 44. Florencio Castillos, de Costa Rica.
15
Ibíd., 45. 31
«Constitución Política de la Monarquía Española». En: Felipe
16
Prieto, Rosario: La revolución francesa vista por el embajador de Tena Ramírez (comp.), Leyes fundamentales de Méjico, 1808-1991,16ª
España, conde Fernán Núñez. Madrid, Fundación Universitaria Espa- ed. Méjico, Ed. Porrúa, 1991, p. 60-63.
ñola, 1997, p. 82. 32
José Miguel Guridi y Alcocer, conocido como el cura de Tacabuya,
17
Ibíd., p. 169. fue uno de los mejores oradores de las Cortes, cuya presidencia ejerció
18
Ibíd., p. 76. en 1812. Demostró una amplia ilustración en todos los problemas
19
Giménez, Enrique. «El fin del antiguo régimen. El reinado de americanos y en las reformas de Ultramar. Sacerdote muy respetable,
Carlos IV». En: Historia de España, nº 20, p. 18. se caracterizó por sus ideas liberales. Labra, Rafael Mª. América y
20
Cosas acontecidas en Barcelona. Diario manuscrito de R. Cornet la constitución española de 1812. Madrid, 1914, p. 128. Citado por
(artesano catalán). En: Roaura, Ll. «La recréation de la Révolution Enriqueta Vila Vilar. La esclavitud en la política española. Escuela de
française en Espagne». Actas de... ¿Niza?, 2000. Estudios Hispanoamericanos. Sevilla, 1997, p. 571.
21
Ídem. 33
Pozuelo Mascaraque, Belén. «Los abolicionistas españoles». En:
22
Reflexiones imparciales de un español a su nación, sobre el par- Estudios Históricos. Tomo I. Universidad Complutense. Madrid, 1990,
tido que debería tomar en las ocurrencias actuales (¿Bayona?, marzo p. 103.
de 1793). 34
Ibíd., p. 102
23
Jiménez, Enrique, op. cit., p. 18. 35
Vila Vilar Enriqueta. Los abolicionistas españoles del siglo XIX.
24
27 americanos y dos filipinos habían sido seleccionados diputados Ediciones de Cultura Hispánica. Madrid, 1996, p. 17
suplentes en Cádiz y sólo uno de los 36 diputados principales arribó a 36
Pozuelo Mascaraque, Belén, op. cit., p. 103.
tiempo para asistir a la sesión de apertura; los demás fueron acogidos 37
Chust, Manuel. La cuestión nacional americana en las Cortes
a medida que llegaban. de Cádiz. Biblioteca Historia Social. Nª 2. Valencia, España, 1999, p.
25
Véase Rodríguez, Mario. El experimento de Cádiz en Centroamérica, 102-3.
1808-1826. Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1984, p. 79. 38
Vila Vilar Enriqueta, op. cit., p. 571.
26
Ibíd., p. 109. 39
Chust, Manuel, op. cit., p. 102.
27
Ídem. 40
Rodríguez, Jaime, op. cit., p. 114.
28
Uno de los ataques más furibundos contra los americanos fue el 41
Ibíd., p. 118
expresado por el Consulado mejicano. La representación del consulado 42
Vila Vilar Enriqueta. Intelectuales españoles ante el problema de
empezaba haciendo un recuento de la historia de los indios que hubiera la esclavitud. Escuela de Estudios Hispanoamericanos. Sevilla, 1986,
enorgullecido a cualquier filósofo antiamericano. De acuerdo con el p. 202.
consulado, antes de la llegada de los españoles los indios habían sido 43
Pérez, Joseph. España y América: entre la ilustración y el li-
bestias anárquicas y salvajes, y más de doscientos años de esfuerzos por beralismo. Instituto de Cultura «Juan Gil Albert». Alicante. Madrid,
mejorarlos habían logrado poco, dado que los naturales eran intrínseca- 1993, p. 73.
mente inferiores. Así, los tres millones de indios de Nueva España eran 44
Ensayos costeños. De la Colonia a la República: 1770-1890. Alfonso
incapaces de gobernarse a sí mismos. El indio, aseguraba el consulado, Múnera (comp.), Colcultura, 1994, p. 65.
está dotado de una pereza y languidez y jamás se mueve si el hambre o 45
Bierck, Harold. «Las pugnas por la abolición de la esclavitud en la
el vicio no le arrastran: estúpido por constitución, sin talento inventor, ni Gran Colombia». En: El siglo XIX visto por historiadores norteamericanos.
fuerza de pensamiento, aborrece las artes y oficio, y no hacen falta a su Jesús Bejarano (comp.) Editorial La Carreta. Medellín, 1977, p. 310.
modo de existir; borracho por instinto; carnal por vicio o incesto, provee 46
Ibíd., p. 312.
sus deseos fugaces con la mujer que encuentra más a mano: tan descui- 47
Ibíd., p. 316.
dado, como insensible a las verdades religiosas y con desamor para todos 48
Colmenares, Germán. Historia económica y social del siglo XIX en
los prójimos, no economiza sino los crímenes que pueden traerle castigo Colombia. Tomo II. Ediciones La Carreta, 1993, p. 25.
22
El negro en las letras, la historiografía
y el arte del Caribe colombiano
Notas para su estudio
24
de África, Nicolás Zapata Olivella, la academia colombiana empezaba
Guillén, Aimé Cé- a preocuparse por las comunidades no reconocidas
saire y otros, una del país, indígenas y afrocolombianos, hasta ese
idea compartida momento ignoradas.
por los intelectua-
les de los centros La Normal Superior y el Instituto Etnológico
de poder nacional, Nacional en Bogotá perpetuaron en sus cátedras
como lo dejó ver el la invisibilidad del negro, hasta cuando uno de sus
poeta Eduardo Ca- egresados, el antropólogo afrodescendiente Aquiles
rranza: Artel lleva Escalante reconociera esta ausencia en las ciencias
la voz cantante de sociales colombianas —por ejemplo, la antropología
su oscura raza que como ciencia impartida en las instituciones educa-
a la orilla de nues- tivas citadas, sólo fue posible hacia 1941.
tros mares, entre la
Escalante terminó sus estudios en la década del
dramática soledad
cincuenta, y regresó a Barranquilla, con la idea de
de las selvas y a lo
crear una filial del Etnológico, al lado de su colega
largo de nuestros
Carlos Angulo Valdés. El Instituto Etnológico del
inmensos ríos mis-
Atlántico, anexo a la Universidad del Atlántico,
teriosos, sueña y
cultivará estas investigaciones en el Caribe colom-
Edward Walhouse Mark, Negro sufre, ama y labora,
biano y fomentará el intercambio científico nacio-
del Magdalena, acuarela, 1845. para contribuir con
nal e internacional. En este escenario, Escalante
su nocturna vena a
emprendió su experiencia pionera en los estudios
la total integración de nuestra nacionalidad. 11
sobre los afrodescendientes. Fue la comunidad del
Para los mismos años, el propio Artel se incre- Palenque de San Basilio, no muy lejos de Cartage-
paba: ¿Tenemos una poesía negra en Colombia? O na de Indias, su laboratorio de estudio. Basado en
con más franqueza: ¿Existe la poesía negra de Jorge esta experiencia escribe su artículo El Palenque de
Artel? Lo preguntamos así, porque antes de nosotros San Basilio13, en 1954, adaptando los cuestionarios
sólo uno hizo ensayos de poesía negra: Candelario de investigación para las comunidades indígenas
Obeso, que murió de negredumbre, enamorado de elaborados por el Instituto en Bogotá.
una blanca, lo cual fue una gran debilidad del poeta
Nina S. de Friedemann (1935-1998), pertene-
momposino.12
ciente a la segunda generación de antropólogos
Sin duda el más internacional de los escritores interesados en el estudio de los afrodescendien-
negros colombianos fue Manuel Zapata Olivella tes, cita el reclamo que Escalante como pionero
(1920-2004), médico, antropólogo, folclorista y es- hiciera, así:
critor, nacido en Lorica, Córdoba. Publicó estudios
Hasta hoy todo el interés de los antropólogos
de etnografía sobre los hombres de su raza en el
colombianos ha incidido sobre el amerindio; poco
Caribe colombiano. Enseñó en varias universida-
o ningún esfuerzo se ha hecho por el estudio del
des de Estados Unidos, Canadá, Centroamérica
tronco étnico negroide, olvidando que él ha teñido
y África. Fundador y director de la revista Letras
la piel de una gran cantidad de compatriotas y
Nacionales. La obra más importante de Zapata
engrosado la ancha corriente del europeo y el
Olivella es la novela Changó, el Gran Putas (1983),
indígena con el rico haber cultural de que era
extensa obra valorada como la epopeya del negro
portador. 14
en América. Se detiene en los orígenes africanos, en
la historia de los negros cimarrones de Cartagena y Sus reclamos tuvieron eco. El antropólogo Gre-
en la gesta de independencia haitiana, sin olvidar gorio Hernández de Alba escribió Libertad de los es-
las luchas contra las diferencias segregacionistas clavos en Colombia15, dos años después, en 1956,
en Estados Unidos. a través de la cual llamó la atención sobre el reco-
nocimiento de los aportes biológicos y espirituales
Las voces de estos escritores siguen estimulando
del negro en Colombia. Escalante se convirtió de
la conciencia de nuestra época.
esa manera en pionero de los estudios sobre los
El afrodescendiente en la historiografía afrocolombianos, en especial del área del Caribe
colombiana: los círculos académicos colombiano, y en 1964 publicó su compendio El
negro en Colombia16, por iniciativa de la Facultad
A mediados de siglo XX, para cuando la literatura de Sociología de la Universidad Nacional. Un nuevo
colombiana recibía el influjo visceral de Artel y de estudio fue escrito por Escalante en 1971, bajo el
25
afrocolombiana empezó por el Pacífico, y siguió al
Caribe; aquí su trayectoria se consolidó, al realizar
nuevos estudios sobre el Palenque de San Basilio
y el carnaval de Barranquilla; publicó libros cali-
ficados hoy como clásicos: Ma Ngombe, guerreros
y ganaderos en Palenque18 (1979) —en el que la
amalgama de la estética fotográfica del ya desapa-
recido Richard Cross, sumada a una etnografía no
convencional, desconocida hasta entonces, convir-
tieron la publicación en hito editorial—, y Carnaval
en Barranquilla19 (1985) —obra compiladora de
los trabajos de investigación que había realizado
con anterioridad sobre la fiesta popular barran-
quillera, incluyendo los aportes de la raza negra
Alphonse de Neuville, Mercado de Cartagena. a esta celebración singular—. Esta última fue la
culminación exitosa de una aproximación iniciada
con la aventura etnográfica Congos: ritual guerrero
en el carnaval de Barranquilla20, convertido en uno
de los primeros documentales etnográficos colom-
bianos. Nina S. de Friedemann se hizo acreedora
al premio Fernando Ortiz a la Investigación Cien-
tífica, póstumamente, en 199921.
Estudios historiográficos
sobre el afrocolombiano del Caribe
26
(Bogotá, 1998). El lingüista norteamericano Ar- y universidades públicas y privadas de todo el
min Schwegler presentó en 1996 su obra Chi ma país, en 2001.
nkongo: lengua y rito ancestrales en el Palenque
de San Basilio (Bogotá, 1996, t. I y II)26. A este trabajo En 2003, un nuevo proyecto del Banco de la
científico siguieron las aproximaciones del antro- República y el Museo del Oro fue la exposición
pólogo británico Peter Wade, quien, teniendo como “Comunidades afrocolombianas: legado y pre-
base las comunidades afrodescendientes en la sencia”32, muestra inaugurada en Cartagena de
región Caribe colombiana, elaboró las siguientes Indias, itinerante por varias ciudades colombia-
investigaciones: “Gente negra, nación mestiza: las nas, que contribuyó, por medio de conferencias y
dinámicas de las identidades raciales en Colom- visitas guiadas, a la divulgación y valoración de
bia”27, (Bogotá, 1997), y “Música, raza y nación”, los aportes de su cultura en la construcción de la
(Bogotá, 2000). Luz Adriana Maya28, antropóloga historia nacional.
colombiana, entre muchas investigaciones, ha
En una segunda etapa, el Banco de la Repúbli-
presentado “Demografía histórica de la trata por
ca lanzó una convocatoria nacional en 2006 para
Cartagena (1533-1810)”, un artículo incluido en
reunir artistas cuyas obras tuvieran como línea
el proyecto editorial Geografía Humana de Colom-
temática lo afro. Los curadores de la exposición
bia (Bogotá, 1998), cuyo tomo VI, dedicado a Los
“Viaje sin mapa: representaciones afro en el arte
afrocolombianos, incluye artículos de especialis-
colombiano contemporáneo”, Mercedes Angola y
tas sobre diversos aspectos del tema. Al finalizar
Raúl Cristancho, seleccionaron a 19 artistas, cinco
el siglo XX, el historiador barranquillero Dolcey
de ellos del Caribe colombiano.33
Romero29 realizó su investigación “Aportes de la
cultura negra en el Caribe colombiano”, en 2000; Los afrodescendientes en la plástica
entre muchas otras, su extensa obra también ha del Caribe colombiano
alimentado exposiciones temáticas en museos.
Sin duda, la falta de reconocimiento había sido
En definitiva, la ciencia histórica contribuyó la principal causa del escaso desarrollo de los
decididamente a dar el soporte legal y permitió estudios sociológicos del arte dirigidos a valorar
la visibilización a los afrocolombianos. La Cons- la presencia del afrodescendiente en la estética,
titución Política de 1991 y la Ley 70 de 1993, bien tratándose de su iconografía, o de los artis-
conocida como ‘Ley de las negritudes’, por medio tas negros. Expresiones tales como la literatura
de la cual se reconocieron los de- y la música, quizás hayan sido
rechos de los afrodescendientes más cercanas a la producción y
en el país, son la prueba de ello. desarrollo de las mismas comuni-
En este nuevo marco cultural y dades negras, y más favorecidas
académico, el Museo Nacional por la aceptación de quienes no
de Colombia montó en 1998 la son afrodescendientes. Incluso la
exposición “Arte de África Cen- brecha impuesta por la elitización
tral”, con parte de la colección de una plástica que alimentó
Bertrand30, perteneciente a los distancias culturales y sociales.34
epidemiólogos William E. Ber- Esas mismas distancias se pro-
trand y Jane Bertrand, quienes dujeron con fuerza desde cuando
renovaron así los lazos de amis- los africanos eran observados
tad y solidaridad con las comu- como mercancía, sin humani-
nidades negras colombianas, y dad, y borrados en su historia y
promovieron el conocimiento de devenir, en sus contribuciones a
las raíces africanas. Las más de la Humanidad.
200 piezas expuestas fueron do-
nadas por los esposos Bertrand En el llamado período colonial
al Museo Nacional. Enrique Grau, Mulata cartagenera, neogranadino, sólo aparecen tí-
óleo sobre lienzo, 1940. midamente representando a los
Ese mismo impulso llevó al Baltazares en los belenes, en su
mencionado museo a dedicar la VI Cátedra Anual doble condición de “negros” y “paganos”. Por ini-
de Historia Ernesto Restrepo Tirado a los “150 ciativa de la Contrarrefoma, a partir del siglo XVI,
años de la abolición de la esclavización en Co- el moreno Baltazar se vuelve “negro” para repre-
lombia: Desde la marginalidad a la construcción sentar a los hijos de Cam. Se sabe que durante
de la nación”31, con el apoyo de centros y grupos los siglos XVII y XVIII, los habitantes de algunas
de investigación, instituciones gubernamentales poblaciones “refundadas” por los españoles en
27
las sabanas del sur del Cari- 7 de febrero de 1859, ya falleci-
be colombiano, matizaron con do Codazzi. Los acuarelistas en-
el color negro el aburguesado cargados de ilustrar el proyecto
santoral italiano renacentista. en sus diferentes etapas, palpa-
Uno de esos ejemplos es el “Mi- ron la realidad del momento de
lagroso” de la población de San la abolición, y dejaron en sus
Benito Abad, en el actual de- obras imágenes de los primeros
partamento de Sucre.35 asomos de negros libertos, que
se filtran en las escenas cos-
Durante el siglo XVIII se tumbristas recogidas por estos
hicieron comunes las denomi- artistas. Entre los acuarelistas
nadas “pinturas de castas”; en de la Comisión Corográfica, se
ellas se representaban grupos encuentran el venezolano Car-
socioeconómicos diferenciados. melo Fernández (1810-1882),
Algunos países de la América el inglés Enrique Price (1819-
colonial habían creado un sin- 1863) y el criollo Manuel María
número de nombres diversos Paz (1820-1902).
para calificar las intermezclas
raciales. El historiador de arte Durante la segunda mitad
negro Richard J. Powell, dice del siglo XIX, las corrientes del
Angel Loochkart, Congos,
que (…) esta fluidez de castas óleo sobre lienzo, 1980.
romanticismo europeo se hi-
sugería que para determinar la cieron presentes en Colombia.
posición social y la clase era más importante la Orientadas naturalmente a los temas de la vida
proximidad a las normas culturales de la mayoría cotidiana nacional, en ellas los negros estuvieron
gobernante en cuanto a vestimenta, ocupación y presentes. Se reconoce la obra costumbrista de
riqueza que la pigmentación o el fenotipo de uno.36 Ramón Torres Méndez (1809-1885) como la más
La “pintura de castas”, famosa en los virreinatos notable de este período. Sus trabajos muestran
del Nuevo Mundo, también existió en la Nueva el paisaje humano de los lugares recorridos por
Granada. Las pinturas fueron ordenadas por el interior del país, quedando —una vez más—,
el ilustrado José Celestino Mutis, pero lamen- excluido el Caribe colombiano.38
tablemente desaparecieron, dejando un vacío
en la representación estética del negro de este Los afrodescendientes vistos por los artistas
período. 37 en el siglo XX
Luego de la independencia definitiva de Co- Al comenzar el siglo XX, inaugurado por la gue-
lombia, en 1819, encontramos documentos repre- rra de los Mil días, los artistas nacionales siguen
sentando al negro mediante la descripción de los desconociendo la condición del negro y, como se
“románticos” viajeros y los dibujos de los graba- ha podido observar a lo largo de esta visión retros-
dores que a menudo interpretaban los apuntes de pectiva de más de cuatro siglos, el tema del Caribe
aquellos. Mencionemos al naturalista Alejandro de colombiano es escaso en la plástica nacional.
Humboldt (1769-1859) a principios de siglo XIX; el
Enrique Grau (1920-2004), oriundo de Car-
vicecónsul británico en el país, Edward Walhouse
tagena de Indias, colocará finalmente a esta
Mark (1817-1895) de 1846 a 1856; el francés León
ciudad del Caribe como paleta desde la cual se
Gauthier (1822-1880) hacia 1850; el mexicano
acentuarán los colores de la región. En el I Salón
Felipe Santiago Gutiérrez (1824-1904) hacia 1873;
Nacional de Artistas, en los años cuarenta, Grau
los franceses Charles Saffray, quien pasó por la
participa con una obra seductora que impacta
Nueva Granada en 1869, y Edouard André, por
al mismo presidente Eduardo Santos, y con la
los años 1875 y 1876, entre otros más.
cual se convertirá en el primer artista que pinta
Uno de los proyectos científicos más impor- al negro: Mulata cartagenera, esta obra le con-
tantes, primera pincelada de la modernidad en cedió una mención de honor. Hoy hace parte de
Colombia, bajo el gobierno liberal del general José las colecciones del Museo Nacional de Colombia.
Hilario López, fue la ya mencionada Comisión Después de esta magnifica incursión, Grau viaja a
Corográfica. Este proyecto, encomendado a un Nueva York a estudiar en el Arts Students League,
geógrafo e ingeniero militar italiano, el coronel apoyado por una beca del gobierno colombiano.
Agustín Codazzi, pretendía hacer un balance de A partir de entonces, a su regreso al país, en los
las riquezas del territorio colombiano. Los trabajos años cincuenta, integrará el grupo de artistas
se iniciaron el 3 de enero de 1850 y concluyeron el modernos nacionales, cuyos trabajos pictóricos
28
fueron destacados por la crítica de arte argentina en el que se mezclan el historiador, el cronista,
Marta Traba, fundadora del Museo de Arte Mo- el antropólogo y el artista. Es la vivencia de un
derno de Bogotá, en los sesentas. Otras obras de recorrido interior y geográfico que a través de
Grau plasman la inocencia de los niños negros la imagen constata y devela la historia de un
cartageneros, enternecido el artista por escenas sector del Caribe colombiano: el palenque de Uré
cotidianas como La cometa, que guardan para la en Córdoba. Hoyos hace un registro de objetos
posteridad tradiciones populares de la cultura campesinos de fabricación artesanal en el que
Caribe.39 se manifiestan las mutuas influencias de los
grupos afro e indígenas de la región. Sigue una
Uno de los expresionistas del arte colombiano, estrategia en la que destaca utensilios, empa-
Ángel Loochkart (1933- ), barranquillero, ha teni- ques, recipientes y tejidos con la mirada estética
do particular interés en pintar al negro a través del artista y la actitud del etnógrafo.42
de una danza ancestral, presente, primero en
los cabildos de negros de Cartagena de Indias, y El fotógrafo Fernando Mercado (1953- ) empezó
después, al finalizar el siglo XIX, en el carnaval de su trabajo en 1979. Ha realizado varias exposi-
Barranquilla: los congos. Loochkart se ha alimen- ciones individuales y participado en numerosas
tado de los estudios antropológicos de Nina S. de colectivas. Ha recibido varios premios nacionales,
Friedemann. Al comenzar los años ochenta expone locales e internacionales. El último fue en el XXX-
en Bogotá su línea temática, que el crítico de arte VII Salón Mundial de Fotografía de Luxemburgo,
Eduardo Márceles Daconte cataloga como (…) una allí le fueron premiadas tres fotografías con men-
acertada temática que recoge una tradición por ción de honor. Las historias del Palenque de San
mucho tiempo ignorada por los artistas del Caribe Basilio retratadas por el artista muestran una
colombiano, o admirada sólo como una curiosidad nueva forma de representación:
pintoresca de diversión local.40 Mención aparte
merece la artista barranquillera Rosario Heins En su rústico contexto, el ciudadano del montón
(1956- ). Su obra recrea a las negras palenqueras revela un estilo de vida despreocupado y una
que en las playas de Cartagena de Indias venden idiosincrasia. Esto es así porque Mercado no
frutas tropicales a los turistas, que se retratan oculta que sus personajes están inmersos en
con ellas, involucrando así en sus recuerdos con- una especificidad cultural y social construida
ceptos tan disonantes como “cultura popular” y a pulso, fuerte y dinámica, pero en el fondo
“raza exótica”, con lo que las modelos naturales precaria. Si no precaria al menos llena de tales
negras, antes esclavas, empalagan el paladar de carencias que tiende a ser macrocefálica. Lo
los visitantes, e incluso posan para la tradición revela el descomunal parlante de Sydney, rey
fotográfica del Concurso Nacional de la Belleza; de reyes, propio de una región en la que com-
éste, por ejemplo, obliga a las positores e intérpretes se dan
reinas a compartir con la “pa- casi silvestres, sin que medie
langana” de frutas, no con los formación académica alguna.
valores estéticos de las negras; Mercado le da importancia al
igual que en el pincel de Heins, contexto para mostrar lo que en
se enfoca el trabajo de esas hu- el fondo es una prueba de fragi-
mildes vendedoras ambulantes lidad. El medio físico es pobre,
que alegran el espíritu cuando pero los retratados son ricos
aparecen en medio del sofoco de en su personalidad. Álvaro el
un día soleado. 41 alcalde, es un buen ejemplo. El
ambiente que rodea a los mode-
Reconocido por explorar las los es de abandono, lo que no es
historias de los pueblos del Ca- raro en los pueblos de la Costa,
ribe colombiano, con las que se sin embargo, y pese a todo, la
inspira y alimenta su imagina- vida se vive bulliciosamente. El
rio, como la serie Las Fadules, de Mercado es un realismo cru-
Cristo Hoyos (1952- ) incursiona do, enfocado con imaginación
con su trabajo más reciente en para poder ir más allá del simple
la cultura negra del departa- retrato psicológico y penetrar un
mento de Córdoba: mundo que en el fondo comparte
y goza el fotógrafo.43
Tambucos, ceretas y cafon-
gos es el título del proyecto de Rosario Heins, ¿Quieres fruta, mi amor?, Los hombres de piel oscura
acrílico y lápiz sobre lienzo, 1994.
investigación de Cristo Hoyos que dibuja Fernando Castillejo
29
(1960- ) , en su mayoría vinculados a actividades
deportivas y procedentes de familias humildes,
tienen en su pigmento, expuesto por el artista a
propósito, la fuerza y el carácter de quienes han
sido “apartados” de la “escala social”, pero que, sin
embargo, son acogidos mientras adquieren una
“fama” desde actividades físicas. Los “ídolos” de los
seleccionados de fútbol, de béisbol y el cuadrilátero
no importan más que por su capacidad para ganar
preseas y medallas. Por eso su trabajo estético se
destaca por la crítica a la imagen presentada por
los medios masivos y la mercantilización de sus
valores:
30
cubana, cinco volúmenes (1952); e Historia de una pelea cubana contra los 27
El autor es profesor del Departamento de Antropología Social de la
demonios (1959). Publicaciones póstumas de obras inéditas de Fernando Universidad de Manchester, Gran Bretaña.
Ortiz son: Hampa afro-cubana: Los negros curros (1986); La santería y la 28
La autora es profesora del Departamento de Antropología de la Uni-
brujería de los blancos (2000); Culecció d’els mal-noms de Ciutadélla (2000), versidad de los Andes.
y Visiones sobre Lam (2002). Fernando Ortiz también escribió un sinnúme- 29
El autor es profesor del Departamento de Historia de la Universidad
ro de artículos para diversas publicaciones periódicas y fue fundador y/o del Atlántico, en Barranquilla. Ha adelantado trabajos de investigación en el
director de algunas de estas, como Revista Bimestre Cubana, reeditada de Archivo General de la Nación.
nuevo desde 1910; Revista de Administración Teórica y Práctica del Estado, 30
Museo Nacional de Colombia e ICANH. Arte del África Central. Colección
la Provincia y el Municipio (1912); Archivos del Folklore (1924); Surco (1930), Bertrand. Catálogo de la exposición. Bogotá, 1998. (Curaduría de Socorro
y Ultra (1936). Don Fernando también creó instituciones, como Sociedad Ocampo Ocampo).
del Folklore Cubano (1923); Institución Hispanocubana de Cultura (1926); 31
Museo Nacional de Colombia. 150 años de la abolición de la esclaviza-
Instituto Panamericano de Geografía (1928); Sociedad de Estudios Afrocu- ción en Colombia: Desde la marginalidad a la construcción de la nación. VI
banos (1937); Institución Internacional de Estudios Afroamericanos (1943) e Cátedra Anual de Historia Ernesto Restrepo Tirado. Bogotá, 2003.
Instituto Cultural Cubano-Soviético (1945). 32
Museo del Oro y Banco de la República. Comunidades afrocolomabia-
http://www.fundacionfernandoortiz.org/fortiz.htm nas. Legado y presencia. Catálogo de la exposición. Bogotá, 2003, p. 2. (Cu-
3
Escritor martiniqués nacido en Basse-Pointe (1913- ). Hizo sus primeros raduría de Luz Adriana Maya Restrepo, Juanita Sáenz Samper; José Luis
estudios en Fort-de-France y los de letras en París a partir de 1931. Junto Socarrás y Roberto Lleras)
con Damas y Senghor fundó en 1934 el periódico L’Étudiant Noir, en el que, 33
Raúl Cristancho y Mercedes Angola. Viaje sin mapa: representaciones
desde planteamientos marxistas, se establecía un debate contra la política y afro en el arte colombiano contemporáneo. Bogotá: Banco de la República,
la cultura colonialistas. Vuelto a su país, publicó su obra Cahier d’un retour Biblioteca Luis Ángel Arango, 2006.
au pays (1939), una confrontación también de la cultura blanca con la «negri- 34
Para ampliar el marco de referencia universal de la presencia del ne-
tud» del autor. En 1945 fue elegido diputado por Martinica en la Asamblea gro en la plástica, y aplicable al caso del Caribe colombiano, en el siglo XX,
Nacional francesa y luego alcalde de Fort-de-France por el Partido Comunis- consultar a Richard J. Powell. Arte y cultura negros en el siglo XX. Barcelona,
ta, del que se desligó en 1956 (Lettre à Maurice Thorez). En su obra poética 1998, 256 p.
(Soleil cou coupé, 1948; Corps perdu, 1950; Ferrements, 1960; Cadastre, 35
Para ampliar sobre este caso del Caribe Colombiano, consultar a Orlan-
1961) elabora Césaire un verso con imágenes audaces y violentas, que se do Fals Borda. Historia doble de la Costa. Bogotá, 2002 (t. III) pp. 61A-66B.
deben al surrealismo, pero encierran un poderoso aliento militante. Después 36
Richard J. Powell, op. cit., pp. 9-10.
de Toussaint Louverture (1962), estudio histórico sobre la figura del héroe 37
Beatriz González. “Las imágenes del negro en las colecciones de las
negro de la independencia de Haití, pasó al género dramático con La tragédie instituciones oficiales”, en: 150 años de la abolición de la esclavización en Co-
du roi Christophe (1964), donde vuelve a plantear el problema del hombre lombia: desde la marginalidad a la construcción de la nación. VI Cátedra Anual
oprimido y rebelde en la sociedad colonialista, y Une tempête (1969), obra de Historia “Ernesto Restrepo Tirado”, Bogotá: Editorial Aguilar, 2003.
para el teatro negro. 38
Santiago Londoño Vélez. Arte colombiano: 3.500 años de historia. Bo-
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cesaire.htm gotá, 2001, p. 172.
4
Aimé Césaire. Discurso sobre el colonialismo. Madrid: AKAL, 2006, p. 46. 39
Sobre el tema de Enrique Grau, cfr. Álvaro Medina. El arte en el Caribe
5
Ibídem, p. 49. colombiano. Cartagena, 2000.
6
Martha Lizcano Angarita y Danny González Cueto. “La presencia del 40
Una novedad bibliográfica que reconstruye el imaginario artístico del
afrodescendiente en el Caribe colombiano: historiografía y arte” en Revista Caribe colombiano es el libro de ensayos escrito por el periodista cultural y
Brasileira do Caribe. Centro de Estudos do Caribe no Brasil, Goiania, Brasil. crítico de arte barranquillero Eduardo Márceles Daconte, que se hizo acree-
Vol. V nº 9 julio/diciembre 2004, pp. 79-97. dor a la Beca de Investigación Cultural Héctor Rojas Herazo, otorgada por el
7
En la región Caribe colombiana, se dice de aquel hombre de raza negra Centro de Investigaciones Observatorio del Caribe Colombiano y el Ministerio
que conduce las canoas por el Río Grande de la Magdalena. de Cultura de Colombia, próxima a ser publicada, y consultada en sus ma-
8
Jorge Artel. “Modalidades artísticas de la raza negra” en Revista Muros, nuscritos para este artículo de investigación, gracias a la amable deferencia
Cartagena de Indias, 1940 (nº 7, junio) p. 5. del autor.
9
Lawrence Prescott. Candelario Obeso y la iniciación de la poesía negra 41
Ídem.
en Colombia. Instituto Caro y Cuervo. Bogotá, 1985, pp. 20-21. 42
Raúl Cristancho y Mercedes Angola, op. cit., p. 22.
10
Ramón Vinyes. “Jorge Artel y su poesía”, en El Heraldo. Barranquilla, 43
Álvaro Medina, op. cit., p. 98-99.
1 de junio de 1940. 44
Raúl Cristancho y Mercedes Angola, op. cit., p. 31.
11
Eduardo Carranza. “Jorge Artel, el poeta negro”, en Semanario Sába- 45
Miembro del denominado Grupo de los 15 y fundador del grupo Magie-
do, Bogotá, 8 de enero de 1944. Image en la década de los años ochenta, al lado de los chilenos Mario Murua
12
Jorge Artel, op.cit., p. 49. y Carlos Aresti, y los mexicanos Saúl Kaminer y Eduardo Zamora Cogollo.
13
Aquiles Escalante. “El Palenque de San Basilio”, en Divulgaciones Et- 46
Álvaro Medina. El arte del Caribe colombiano. Cartagena: Gobernación
nológicas. Barranquilla, 1954. (III, 5) p. 537. del Departamento de Bolívar, 2000, p. 50.
14
Nina S. de Friedemann. “Estudios de negros en la antropología colom- 47
Raúl Cristancho y Mercedes Angola, op. cit., p. 25.
biana”, en Un siglo de investigación social: Antropología en
Colombia. Bogotá, 1984.
15
Gregorio Hernández de Alba. Libertad de los escla-
vos en Colombia. Bogotá, 1956.
16
Aquiles Escalante. El negro en Colombia, Bogotá,
1964.
17
Aquiles Escalante. La minería del hambre: Condoto
y el Chocó Pacifico. Barranquilla, 1971.
18
Nina S. de Friedemann. Ma Ngombe: guerreros y ga-
naderos en Palenque. Bogotá, 1979.
19
Nina S. de Friedemann. Carnaval en Barranquilla.
Bogotá, 1985.
20
Nina S. de Friedemann. Congos: ritual guerrero en el
carnaval de Barranquilla. Bogotá, 1977.
21
Información sobre el premio y quiénes lo han re-
cibido, en: http://www.fundacionfernandoortiz.org/servi-
cios/premios/prem_fernanortiz.htm
22
Jaime Jaramillo Uribe. “Esclavos y señores en la so-
ciedad colombiana del siglo XVII” en Anuario Colombiano
de Historia Social y de la Cultura. Bogotá, 1963.
23
La autora es doctora en Historia de América y pro-
fesora titular de la Universidad de Sevilla.
24
El autor es magíster en Historia, Universidad Vander-
bilt, Tennessee. Profesor del Departamento de Historia de las
universidades del Valle y Jorge Tadeo Lozano, Cartagena.
25
El autor es doctor en historia de América Latina
y del Caribe de la Universidad de Connecticut, Estados
Unidos. Desde 1981 enseña historia en la Universidad de
Cartagena.
26
El autor es lingüista de la Universidad de California
El pintor boxeador Leonardo Aguaslimpias posando
en Irvine, Estados Unidos. en una de sus exposiciones.
31
Omeros y Simulación de un reino
y la deconstrucción del canon occidental
Derek Walcott y Álvaro Miranda: de los habitantes de la región, pues ella se escribió
La revisión de la noción de historia sólo desde la visión de los vencedores.
La historia del mundo occidental católico toma En virtud a este panorama los performers ca
como referencia el nacimiento de Cristo para fe- ribeños se vieron en la imperiosa necesidad de
char los hechos. A partir de ese acontecimiento, el reclamar una voz en la historia para contar su ver-
mundo occidental marcha de manera lineal hacia sión, para llenar los vacíos y las omisiones dejadas
el futuro. Con el advenimiento de la conciencia por la historia oficial narrada por Occidente.
moderna ese futuro se piensa promisorio y feliz.
La conciencia posmoderna da un giro hacia un Asimismo, fue necesario recontar la historia
pathos de pesimismo y desaliento. para validar los valores culturales y estéticos ne-
gados y desvirtuar la supremacía de aquellos im-
Esta concepción lineal lleva inmersa la posibi- puestos por Occidente. Y finalmente, fue necesario
lidad de relegar al olvido muchos de esos hechos. remontarse al origen para liberarse de la domina-
Es innegable además que la historia como disci- ción intelectual que la historia ayudó a establecer.
plina cuya función primordial es documentar de Walcott y Miranda se nutren de una extensa tradi-
la manera más veraz posible los acontecimientos ción de reconstrucción de la historia por parte de
que se suceden, puede servir a intereses polí- narradores y poetas de la región. Miranda sigue la
ticos y económicos. Los imperios europeos que senda marcada por García Márquez y Espinosa, y,
colonizaron el Caribe hicieron uso de la historia en menor medida, por Cepeda Samudio. Walcott
como herramienta justificatoria de muchas de tiene como referentes a Carpentier, Cesaire, los
sus acciones. Así por ejemplo, los conquistadores ya mencionados Carter, Zephanaih y Kincaid, y
documentaron numerosos hechos acerca de la su- a Naipaul, Willson Harris, David Dabydeen, Fred
puesta antropofagia de los indios caribes para jus- D’Aguiar, quienes, como afirma Bennett (1999),
tificar su exterminio: «Ese mismo día izamos velas «Indicate surprisingly perhaps, an almost obsessive
y llegamos a una isla grande que estaba poblada revisiting of the regions past» (92).
por caníbales…» (De Cuneo: 1992: 25). De esta
manera, la historia se convirtió para los europeos Sin embargo, estas propuestas de rehistorizar
en un arma de dominación que ayudó a entronizar el Caribe son aún tímidas y se constituyen en
sus patrones culturales y estéticos y a omitir los insumos que los dos poetas digieren para produ-
cir dos poéticas de reconstrucción de la historia
* Profesor de la Universidad del Atlántico. Especialista totalmente originales y maduras. Como el mismo
en Literatura del Caribe colombiano, candidato a magíster Walcott (2000) lo afirma, «…perpetuamos la tradi-
en Estudios del Caribe, Universidad Nacional de Colombia; ción al combatirla abiertamente, que la literatura
candidato a certificado Icelt, Universidad de Cambridge, In-
glaterra; integrante del Centro de Estudios e Investigaciones
revolucionaria es un impulso filial y que la madu-
Literarias del Caribe, Ceilika. Universidad del Atlántico. Correo: rez es la asimilación de los rasgos de cada uno de
papyd2000@yahoo.com nuestros antepasados» (53-4).
33
El corazón de la propuesta de Walcott de rehacer lo pasado, la estatua caída de Ozymandias
reconstrucción del paradigma instaurado por señala la tendencia de los occidentales a preservar
la historia de los vencedores reside, entonces, los momentos pasados de una manera estática e
en la concepción de un tiempo acrónico y en la inmóvil.
convivencia de momentos históricos en un solo
instante, lo que le permite al caribeño compren- Ahora bien, en la medida en que la historia en
der y re-escribir su historia. En este sentido, el el Caribe responde a un principio de constante
tiempo que experimenta el hombre del Caribe en renovación, debe ser recontada por los escultores
un momento no puede llamarse presente pues de la palabra, por los ‘performers’ innovadores por
está «contaminado» por otras temporalidades que excelencia: los poetas. Walcott dice: «Art has su-
«acosan» a ese hombre: «Ah, twin-headed Janua- rrended/ to History with his wiff of formaldehyde».
ry, seeing Esther tense: a past, they assured us, Y luego se pregunta: «Who will teach us a history
born in degradation,/ and a present that lifted us of which we too are capable?» (OM: 252).
up with…» (306), «…she circled epochs with her
outstretched span» (182), «Now he heard the griot Walcott reafirma un postulado que los grandes
muttering his prophetic song/ of sorrow that would pensadores caribeños han esgrimido desde hace
be the past» (206). mucho tiempo: la separación epistemológica. De
hecho, no sólo han sido capaces de reformular la
Esta concepción no lineal de la historia dibuja historia sino de crear postulados autónomos para
la percepción del caribeño de la dimensión tem- el análisis de la producción de la región.
poral: las épocas históricas pulular a su alrededor
al mismo tiempo y por ello no hay posibilidad de El segundo elemento deconstructor en la pro-
olvidar. Eso es lo que experimenta Aquiles al hacer puesta de Walcott frente al paradigma histórico
su viaje ontológico: «The Word above him passed es la fusión tiempo-espacio. En el Caribe los lu-
through important epochs/ in which treaties were gares son tiempo y el tiempo es espacio. Walcott
shredded like surf, governments fell,/ (OM: 214). configura en su poema-relato el cronotopo de la
El caribeño vive epifanías temporales de manera «condensación histórica en el mar». Este cronoto-
constante que aguijonean las llagas de su alma y po se configura en Collected Poems con el poema
le impulsan a organizar ese caos cronológico para The Sea is History que propone ya esa disolución
sanar esas heridas: «It was one of those Saturdays de límites entre lo espacial y lo temporal. El mar
that contain centuries,/ when the strata of history Caribe es así todas las épocas de la historia de
layered underheel…» «Gradually Achille found His- la región y no es ninguna, no es presente ni pa-
tory that morning./ Near the hedge, the times/ of the sado ni futuro, es todos ellos a la vez, es un «sea
rake in the dead leaves grated on some stone, so he without time» (OM: 54). Esta ambivalencia de es-
crouched to uproot the obstruction.» «…Achille’s palm pacio-tiempo la expresa Walcott claramente en el
brushed off centuries of repose» (OM: 226). capítulo 46 de Omeros: «Mer was both mother and
sea» (OM: 210). El mar es origen, inicio y espacio
Walcott es explícito en establecer la diferencia compartido que une a los caribeños en una sola
entre esta visión y la que los occidentales tienen nación: «Yet they felt the sea-wind tying them into
frente a la historia: «We think of the past/ as better one nation (OM: 210)
forgotten than fixed with stony regret» (OM: 264).
Para Walcott los caribeños no veneran el pasado Para Walcott el mar es el libro de historia del
como memoria estática sino como momentos di- Caribe. Allí están escritos todos los hechos de
námicos que dialogan con los otros para construir todas la épocas en un incesante proceso de escri-
los futuros hechos. El tiempo pasado en el Caribe tura y re-escritura, pues no podemos olvidar que
interactúa con el presente en un incesante proceso en el Caribe el recuerdo de la memoria no es algo
dinámico en el que los performers caribeños revi- estático sino, por el contrario, muy dinámico: «…
san esas épocas y renuevan los discursos que las every line was erased/ yet frehly griten in sheets
narraron. Walcott (2000) expone esta diferencia a of exploding surf…» (OM: 404). El poema se cierra
través de la contraposición de un rito de incinera- con un final sublime, solemne, donde el mar se
ción de una efigie por parte de los habitantes de erige como presencia ineluctable: «When he left the
Felicity en Trinidad, frente a lo escenificado por beach the sea was still going on» (OM: 444).
Shelley en su soneto clásico Ozymandias. Mientras
el rito caribeño patentiza un vehemente deseo de Por su parte, la obra de Álvaro Miranda com-
renovación de la historia, un pathos de cambio, de parte esta visión de la historia. Miranda, como
34
Walcott, deslegitima la linealidad temporal como tender los sucesos que ocurren en el Caribe, y la
paradigma para explicar el desarrollo histórico de necesidad de asumir esta nueva concepción de lo
la región y escarba minuciosamente en las raíces temporal más acorde a la realidad de la región.
históricas de su cultura. Y en esto es pionero
dentro del ámbito del Caribe continental colom- Algo muy similar ocurre con los mensajes
biano. Quizá su referente más cercano sería Gó- de la diosa Ihilla en Simulación de un reino. Pri-
mez Jattin (1995) quien esboza de manera tímida mero son enviados al rey Carlos I de España en
la coexistencia temporal en la percepción que el el siglo dieciséis, luego contados a Fray Ulpiano
caribeño tiene de su realidad: «Hay una tarde en Santa Marta por una india chimila. En 1776
varada frente a un río». «Es una tarde enclavada son cantados por un guerrero indígena y sus
en el recodo de un tiempo / que va y viene en la hombres en una rebelión contra el gobernador
mecedora. / Está hecha de recuerdos y deseos…» del rey y finalmente son encontrados en el Diario
«es un fluido tenso entre el pasado y el futuro / de Egresos del Convento de las madres Clarisas
que en ciertos lugares de mi angustia / se coagula junto a un documento sobre Jaime Roock, un
como una caracola instantánea» (26). inglés que combatió en la gesta bolivariana en el
siglo diecinueve.
La propuesta de Miranda en este sentido es
tan consistente como la de Walcott. Sus poema- Por otro lado, el mar de Miranda es también
rios están plagados de ‘alephs’ temporales que punto de fusión temporal y presencia ineluctable
señalan un derrotero para la rehistorización de la como en Omeros: «Lluvia tras lluvia la mar no se
región. Miranda está doblemente comprometido va, sea que si, sea que no» (SR: 91). Pero más allá
con este propósito pues además es historiador de de esto es el todo de la existencia, es inicio y fin.
profesión. Miranda escribe: «Todo duerme en la Todo empieza y termina en el mar: «Nadie se mar-
pizarra, / todo se fija en el grabado, / como si esa cha adelante con la parca / porque la muerte es
sal endurecida cuajara en el alma y en la vida…» regresar a la memoria, / regresar al río, descender
«El tiempo hace del espejo su memoria: / gota de al mar / (SR: 66). El mar es pues la realidad de la
azogue coagulada,…» (SR: 44). vida presente y de la vida después de la muerte,
una especie de cielo. El caribeño nació del mar,
Pero sin lugar a dudas el aleph más sorpren- de la travesía desde Europa, África y Asia hasta
dente reside en la descripción del hallazgo de los América, vive con él y de él, y cuando muere re-
escritos de don Sancho Jimeno. La disparidad de gresa a él. El mar es también límite del mundo:
épocas en que se produce ese encuentro en rela- «Consuélate Ihilla, porque tú, que lloriqueas la
ción con la ocurrencia del ataque a la fortificación conquista, sabes / que desde la orilla de lo celeste
defendida por don Sancho es absoluta. Felipe II, hasta la orilla del mar, / no en vano camina el
quien vivió de 1527 a 1598, firma los escritos y tigre…» (149).
el suceso ocurre en 1697.
El mar es el horizonte obligado de un caribeño y
En la otra versión que aporta el autor, los escri- cada vez que lo observa ve los diferentes momentos
tos son hablados por el mismo Sancho en medio que perviven en él: «Nada se avista en el Atlántico
de un delirio febril y copiados por un monje tar- / los piratas amantes de Isabela / duermen el ar-
tamudo en 1697. El autor no explica cómo llegan cano de sus viajes. / Aquesta mar tan reposada,
a Felipe II 122 años antes de que esto ocurriera. dueña/ del cilíndrico sol que hamaca / la véspera
En el segundo encuentro se lee una nota escrita estrella venusiana…» (SR: 43).
en español antiguo entre finales del siglo trece
o comienzos del catorce que alude al suceso de Por ello, los caribeños veneran profundamente
don Sancho. La confluencia de temporalidades, ese lugar-tiempo, ese todo de su existencia, de
como vemos, es total, y por ello el autor transcribe su experiencia: «Añingótate ahí en tu letrina: yo
una nota que explica ese caos temporal y que se me voy al mar. / El monstruo me enseñará sus
atribuye a Moriom: «El que separa el pasado del secretos» (SR: 71).
presente, el presente del futuro como lo hace el
péndulo, nunca entenderá que quien inventa el Los discursos no documentales
tiempo inventa la más alta ilusión». vs. el discurso de la historia oficial
Miranda plantea con esto lo inadecuado de usar La desconstrucción del discurso de la historia ofi-
la concepción lineal de la historia oficial para en- cial está íntimamente relacionada con la búsqueda
35
de la identidad. Solo escarbando en la historia
el caribeño encontrará su ser. Así lo señala Phi-
loctete al hablar del viaje involutivo de Aquiles:
«His name / is what he out looking for/, his name
and his soul» (OM: 212). Y sólo derrumbando los
supuestos teóricos que Occidente usó en relación
con el concepto de historia, el caribeño puede
aspirar a encontrar respuesta a los vacíos y a las
omisiones que ellos han creado. Por eso Aquiles
le dice a Afolabe, su ancestro africano: «well, I too
have forgotten. / Everything every name, that your
gave/ us; tree, men, we yarn for a sound that is
missing» (OM: 190). Y luego Afolabe le comenta:
«Unless the sound means nothing. Then you would
be nothing./ Did they think you were nothing in
that other kingdom?» (OM: 192)
36
partida como momento del nuevo nacimiento de cómo se forma el paisaje del Caribe y de dónde
la cultura y la poesía propias: «La angustia de la proviene el caribeño: del mar.
palabra fue disminuida por el llanto devorante de
los niños destetados» «En ese instante de instantes, Asimismo, Walcott usa el discurso mítico para
cuando la joven virgen era iniciada por la oficiante describir el episodio que dio origen a la depen-
ramera, llegó Huvarí y azuzó la más troyana tro- dencia y a las llagas en el alma del Caribe: la
picomaquia» (31). cacería de negros africanos por parte de otras
tribus africanas para ser vendidos luego a los
Miranda comienza así su deconstrucción del europeos y posteriormente llevados como esclavos
canon occidental al declarar la autonomía del al Caribe. Walcott escribe: «Then war / came. One
verbo caribeño. El poema narra la transición de day a drizzle of shats arched and fanned / over
una literatura que imitaba los patrones europeos the screaming huts…», «The raid was profitable.
a una estética autóctona donde «el frío no era el It yielded fifteen slaves to the slavers waiting up
frío de siempre: venía de Oriente» (32) (y no de the coast» (OM: 200).
Occidente). Es el principio de una estética que
«desconocía la arquitectura de la chispa» (32). El La historia del Caribe narrada a través del
principio de una estética que le da el adiós a lo discurso oral y el discurso religioso al lado
paradigmático de Occidente: del discurso documental de la historia oficial
Vete a donde duermen los cazadores de serpien- El discurso caribeño es tan supersincrético como
tes, a donde muere desollada la babosa mujer el resto de sus elementos culturales y, por ende,
de Lot y dile a los ladrones de loteros ciegos, a su historia debe ser contada haciendo uso de to-
los papayeros de Guatavita, que jamás de los dos esos discursos que lo forman. Comenzando
jamases volverás a lo nuestro, porque así lo con el discurso oral tan común e importante en
quieren las palabras. (34) una cultura «poco letrada» y donde los hechos
heroicos y de resistencia a la dominación fueron
Por otro lado, en el capítulo veintiséis de Ome- borrados exprofesamente de la historia oficial,
ros encontramos todas las características de ese siguiendo con el discurso religioso usado por el
discurso mítico que revela el principio de todo: conquistador como arma de subyugación, y finali-
zando, por supuesto, con el discurso documental
But he learned to chef / in the ritual of the kola de la historia oficial usado en su justa dimensión.
nut, drain gourds of palm-wine,/ to Listen to the Así, el discurso de la historia oficial no se recusa
moan of the tribe’s triumphal sorrow/ in a whi- contestatariamente, sólo se reubica dentro de un
te-eyed storyteller to a Balaphon’s whine, who nuevo marco discursivo que sirve al propósito de
perished in what battle, who was swift with the re-elaborar la historia partiendo desde el mismo
arrow, who Mated with a crocodile, who entered descubrimiento del Nuevo Mundo. En otras pa-
a river-horse and lived in its belly, who was The labras, la rehistorización que proponen Walcott
thunder’s favorite, who the serpent-god conduc- y Miranda supone un concepto de historia com-
ted miles off his course…» (OM: 194) pletamente ajeno a la historia «profana» lineal
del hombre moderno occidental, pero igualmente
Walcott usa el discurso mítico para hurgar en diferenciado de la historia «sagrada»3 ahistórica
los orígenes y explorar el inicio de su raza: del hombre primitivo.
Then, one afternoon, the ocean lowered and El caribeño como ser capaz de autonomía
clarified/ its ceiling, its emerald net, and alter conceptual posee, como señala Walcott «his own
three centuries/ of walking, he thought he could memory» (OM: 196) y crea su propio paradigma
hear the distant quarrel/ of breaker with shore; para medir el tiempo. Walcott puntualiza a este
then his head broke clear, and/ his neck; then he respecto, «time is the metre, memory the only
could see his own shadow in the coral/ grove, ri- plot» (OM: 180). Y por supuesto la palabra oral
bbed and rippling with light on the clear sound,/ su mejor vehículo. Muchas gestas heroicas por
as his fins spread their toes… (OM: 198). la liberación del yugo europeo se mantuvieron
en la memoria colectiva a fuerza de la palabra
La repetición de la palabra después nos da transmitida de generación en generación, como
la idea aquí de un relato secuencial que narra las ya mencionadas hazañas de Nanny. Por eso las
acontecimientos concatenados. Walcott describe poéticas de Miranda y Walcott validan el discurso
37
Mensajes que la diosa Ihilla dirigió a don Carlos
I…» (SR: 188). Existen en este preámbulo de los
mensajes marcadores discursivos que señalan
la presencia de esta práctica discursiva: «lo que
en verdad es extraño es que no se diga Carlos
I de España y aparezca en cambio, en bocas de
hombres de mar de Sanlúcar. Años después Fray
Ulpiano estuvo en Santa Marta, donde dicen …»
(subrayado mío) (SR: 189).
38
El discurso oral predomina en este poemario La interdiscursividad poética
y se enfatiza a través de las expresiones: «aquí se como herramienta para rescatar la historia
dice», «aquí se habla», «aquí se fabla», «decires», fragmentada del Caribe
«endechas». De igual forma, Miranda subvierte los
discursos «sagrados». Las oraciones del rey Carlos Walcott (2000) ha sentenciado sobre la región:
II tienen forma de rezos de brujería: «Cuezo para «No hay pueblo. Fragmentos y ecos del pueblo
los diablos / los hechizos de mi reino./» (87) Las auténtico, adulterados y rotos» (90). Para re-
oraciones del Rey Sol de Francia son diatribas cuperar esa memoria fragmentada el caribeño
contra el rey Carlos II: «¡Levantadlas!/ ¡Ídem le debe, entonces, pervertir, reproducir y subvertir
digo a vuestras madres!» (89). diversos discursos, no sólo para reagrupar las
memorias sino también para aportar una visión
Lo oral y lo procaz subvierten los paradigmas más plural y no tan sesgada como la que en-
discursivos de la poesía de Occidente. Lo estético trega la historia oficial. Así Walcott reproduce
y delicado asociado a lo femenil se subvierte en el discurso bíblico del éxodo donde Dios señala
«Decires de el, el Guárico camionero, decente ha- derroteros a Moisés para dirigir al pueblo de Is-
blador, hacedor de versos y de ella, la pringamoza rael: «And thou shalt have no God should in case
parrandera» donde lo femenil se vuelve prosaico y your forgot/ my commandments» (OM: 188), opo-
procaz, y lo varonil y burdo se convierte en estético niéndolo al discurso de la historia sincrética de su
y lírico: «Él: / Detén tu voz: / tus manos sobre pueblo: «he tried to rememember the name/ of the
el cielo/ ya se crispan/ (…) Ella: / Atarantado river and the tree-god in which he steered…» (OM:
huevón/» (109) «El: / Ah muerte, ah muerte: / 188). Aquiles siente vergüenza de que el Dios que
todo un destino entre nosotros crece./ (…) Ella: le heredó Europa sea quien le haya dado permiso
/ Marica la vida de este príncipe:/ bebe mi ron, de regresar a su origen africano enviándole a la
la butifarra come,/». golondrina como piloto. Aquiles luego se da cuenta
que en sus orígenes se conjugan ambas historias:
Lo oral y lo procaz se vuelven así, elementos la judeo-cristiana europea y la pagana-africana:
de ese metadiscurso que habla del Caribe, que «Half of me was with him. One half with the mids-
lo muestra y lo describe. Pero sólo es un meta hipman/ by a Dutch canal» (OM: 188).
discurso en la medida en que recusa el discurso
«nacional», el discurso de los héroes de la indepen- Miranda, por su parte, reproduce el discurso
dencia nacional que se ha instituido como oficial, religioso para escenificar la misma preocupación
como descriptor de la realidad de todo el territorio. por el origen de la historia del Caribe: «Oh dioses
Un discurso que ha instituido las hazañas en ba- que el viento arrastra como hojas de mamoncillo,
talla a través del uso valiente de las armas. Una diocesillas crepusculares del Nuevo Mundo, sin
realidad que nunca fue del Caribe y que no dice ara ni sombra donde dejar un sacrificio, renaced
nada sobre los rasgos culturales del habitante de del olvido al colibrí, traed a esta hojarasca al úl-
la región. Por ello Miranda la desacraliza y la de- timo creyente que ha abandonado al Dios Trino
construye con un discurso procaz, netamente oral: del extranjero» (SR: 178). Asistimos de nuevo a
«Culitersa tierra de estos lares: / somos nosotros la oposición monoteísmo heredado de occidente
los tajadores de cráneos, / macheteros de julepe, - paganismo caribeño. Es el discurso religioso que
los pavones./ (…) Menstruación, menstruación alude a los orígenes de la cultura: «Te adoramos
de brujas para la pólvora (…) Somos nosotros los a ti, oh Marcia, porque todo reino se construye
cantores. ¡Ah gibosa tierra de los Andes!» (115) desde el murmullo inconexo que viene de los as-
tros». «Este es el ojo que ha vista al rayo parir el
El rebajamiento se extiende a los nombres principio del mundo entre la chispa…» (SR: 180).
egregios de la región. El de Rafael Núñez, cuyos Miranda sentencia al final de Simulación de un
restos son confundidos con los de Julio Flórez. reino: «Diosecillos: no hay agua bautismal que los
Como en Rojas Herazo, la desentronización se apague…» «Que lubriquen las velas del planeta,
da a partir del discurso escatológico, el discurso que el mundo repleto de simples dioses se trasla-
de la descripción de los fluidos corporales: «Unas de, vaya y venga, que quede nuestro, de nosotros,
sobre otras, / soportan el sudor de su vigilia./ (…) nuestro mundo…»
Todo lo humano lo encontrarás aquí: / vetustos
cueros, pellejos roídos,/ (…) y la satisfacción/ de Pero Miranda va mucho más allá haciendo uso
carcomer ese riñón / que tantas veces orinó / el de diversos discursos: testimonial, epistolar e,
suelo de la patria/ (117). incluso, testamentario. La versatilidad discursiva
39
de los cronistas de Indias parece programar esa propias de la región y de las características de su
interdiscursividad en los textos poéticos de Miran- paisaje: «Tú, diosa de Tamalameque, que en las
da. Esto en virtud de que el poeta e historiador aguas del Ariguaní, fulges como boscaje desde la
samario es, como Walcott, un obsesivo del rastreo toba caliza…» (SR: 138) «¿Dónde está el reino de los
de las fuentes de la historia y, sobre todo, de los conquistadores? / ¿Acaso en la arepa de mandioca
períodos que más heridas dejaron en el alma de que se seca bajo el sol? / ¿En el diente del jaguar
los caribeños: la conquista y la colonia. que hace estación en el silencio? (SR: 148).
De esta manera, uno de los posibles orígenes Otro tipo de texto frecuentemente usado du-
de los escritos de Sancho Jimeno es testimonial, rante la conquista y colonia del Nuevo Mundo
pues el monje que acompañaba a Don Sancho fue la carta. Son famosas las cartas de Hernán
después de tomada la fortificación que éste defen- Cortés al emperador Carlos V donde describe las
día, consigna lo que Don Sancho hablaba como características y las riquezas de México (véase
forma de testimoniar su rectitud y gallardía ante Antología de Cronistas de Indias: 1992: 54-65). El
el rey. discurso epistolar es consecuentemente otro medio
que tiene Miranda para revisar la historia. En Los
De igual forma, el hallazgo del reino del Caribe escritos de Sancho Jimeno aparece una carta es-
se testimonia a través de un diario, forma discur- crita por don Sancho al gobernador de Cartagena
siva muy usada por los cronistas de indias: «Éste donde comenta sobre la actitud de éste frente a
es el diario de Aquiles Velho Alvar, aquel que su situación y otra de Felipe II al rey de España
sugiere como Diego de Urbino, Diego Cardona y a través de la cual se entera don Sancho de un
Diego Sandoval…» (SR: 135). El diario fue quizá hecho histórico relacionado con el rey.
la primera herramienta de los descubridores y
conquistadores para elaborar la historia del Nue- Finalmente, el discurso testamentario es usado
vo Mundo, siendo el más conocido el diario de a también como vehículo de la historia. Así, Felipe II
bordo de Cristóbal Colón al lado de los diarios de lega a Carlos I los escritos de Sancho Jimeno y el
los grandes conquistadores. gobernador del rey, Nicolás Díaz de Perea entrega
a su esposa los mensajes antes de morir, ésta los
El diario que transcribe Miranda revierte los hereda a su hijo, quien los lleva al convento de las
roles históricos y desentroniza a los conquistado- Madres Clarisas en Santiago de Tunja.
res: «…salvándose los diegos en su bergantín con
algunos vagabundo andaluces y unas pocas indias Notas
que llevaban para todos los menesteres, incluidos 1
Todas las citas en el texto corresponden a esta edición de
los del sexo» (SR:135). Omeros, Editorial Anagrama, Barcelona, 1994, y serán intro-
ducidas por las iniciales OM y el número de la página.
Son ellos los conquistados y los aculturizados
por el Caribe:
40
2
Todas las citas en el texto corresponden a esta edición García Canclini, Néstor. Culturas híbridas. Estrategias para
de Simulación de un reino. Obra completa, Thomas de Quincey entrar y salir de la modernidad. México, Editorial Grijalbo,
Editores, Bogotá, 1996, y serán introducidas por las iniciales 1989.
SR y el número de la página. Guiness, Gerald. Here and Elsewhere. Essays on Caribbean
3
Para una mayor comprensión de los conceptos de historia Literature. Puerto Rico, Editorial Universidad de Puerto
‘profana’ e historia ‘sagrada’ véase Eliade, Mircea. El mito del Rico, 1993.
eterno retorno. Buenos Aires, Alianza Emece, 1978, p. 41. Habermas, Jurgen. Teoría de la acción comunicativa. Madrid,
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tores, 1977.
41
Notas sobre narración e ideología
frente a la diversidad latinoamericana
Ein Dröhnen: es ist/ die Wahrheit selbst/ unter die Menschen/ diversas formas de difusión cultural las que priman.
getreten,/ mitten ins/ Metapherngestöber. Paul Celan1 Bástenos recordar, a manera de ejemplo, que elemen-
tos del barroco se reproducen aún creativamente en
Introducción: crítica de la escalera nuestra religiosidad popular, que el romanticismo
aún impregna el discurso político, o que la apelación
Una de nuestras limitaciones, en el plano interpre ilustrada a la razón sigue siendo un valor que genera
tativo, consiste en evaluar los procesos que vivimos relaciones de dominación
en Latinoamérica desde las sucesiones de formacio-
nes sociales que atraviesan a los países centrales de La específica polaridad e interconexión entre
Europa y hoy a Norteamérica, particularmente en los modernidad y barroco, que es separación por sobre
planos político, estético y económico. Ningún proceso todo arbitraria, parece ser un tema sobrexplotado
es equivalente, particularmente en el plano de las por nuestras formas de escritura. En Latinoamérica,
formas culturales; por ello la sucesión entre Barroco, desde la metalengua de Alejo Carpentier hasta los
Ilustración, Romanticismo y Modernidad es una esca- desarrollos de la sociología culturalista, la interco-
lera ascendente, y una forma de expresión de lo que nexión sincrética entre la exacerbación barroca y la
Max Weber entendió por tipos ideales1; sin embargo, racionalidad moderna, parecen ser un hecho asumi-
los tipos ideales permiten muchas veces entender la do, tanto desde el macondismo más simplista, hasta
historia, pero no son la historia. Esta sucesión resul- los análisis de cultura popular que demuestran lo
ta engañosa y engañadora, si intentamos desde ella especial de los modos en que la modernidad ha sido
comprender nuestros procesos culturales. asumida en nuestro contexto.
43
sociales—, lo cual representa un verdadero y complejo ricanas, principalmente en antropología y sociología,
desafío desde el punto de vista de su clasificación y pero cuyo origen no se encuentra en las ciencias so-
análisis. Denominaremos al conjunto de estos textos ciales que se produjo a principios del siglo XX, como
como Antropología Poética Chilena. imitación de lo que se producía en Europa, primero,
y en Estados Unidos después. Estos conceptos tienen
El Dios prometido un origen mucho más remoto en el desarrollo de la
cultura latinoamericana, que se encuentra en lo que
Estos nuevos textos híbridos, pertenecientes a la nosotros podríamos llamar, en términos sumamente
Antropología Poética Chilena, son imposibles de ubi- amplios, el Romanticismo Latinoamericano5.
car exclusivamente o en la literatura o en la ciencia
social, o, por lo menos, en una noción tradicional de Durante el siglo XIX, El romanticismo de nuestro
ciencia social. Por ello hemos considerado oportuno continente generó tipos ideales —estamos pensando
recurrir al aporte del pensamiento de un autor ale- en el concepto de tipo ideal al modo como lo descri-
mán —un tanto desconocido en Chile—, el romanista bió Max Weber— como modelos analíticos o tipos
Manfred Frank, (1982) para básicamente dar cuenta kantianos que recorren la mente del observador
de la utilidad de sus clases sobre nueva mitología operando desde la mente hacia el mundo. Sobre la
reunidas en un libro cuya traducción sería «El Dios base de esos modelos se intenta comprender, en este
venidero» o «El Dios adviniente» (Der kommende caso, el tema de la diversidad étnica (lo indígena) y
Gott). El problema de investigación de este autor la diversidad cultural (el sujeto popular). Se trata del
es la constitución de la modernidad y los actuales mismo proceso que Frank describe para el desarro-
textos que surgen al alero del postmodernismo euro- llo del pensamiento social europeo propio del racio
peo. Su hipótesis substancial es que la modernidad nalismo, que se origina en las reflexiones de autores
europea se constituiría sobre la base de la disputa como Kant, y que van a generar un concepto muy
entre el Irracionalismo Romántico y el Racionalismo definido respecto a la diversidad cultural. Volviendo
Ilustrado, disputa ganada de forma solapada pero a la idea del Buen Salvaje, sobre la base de la data
rutilante por el irracionalismo romántico. Esta situa- que obtiene de Montaigne, o del mismo Bartolomé
ción dialéctica —o de conflicto— en de las Casas, Rousseau genera un
la cual el tipo de discurso propio de tipo ideal que en Europa va a definir
lo que nosotros llamamos, a nivel el concepto del otro, de la diversidad
europeo y norteamericano, postmo cultural. Nos parece también que ese
dernismo, no es ni una irrupción ni concepto de hombre o de persona hu-
una casualidad, ni tampoco algo de- mana, que para Foucault y para Lévi-
masiado nuevo. Frank plantea una Strauss se origina en el pensamiento
cierta continuidad entre pensadores rousseauniano, se puede encontrar
que podríamos denominar bisagras asimismo en el caso latinoamericano,
(entre los cuales destaca Jean Ja- aun cuando en nuestro contexto sus
cques Rousseau) quienes, de una orígenes se construyen y desarrollan
u otra manera, están en ese límite sólo a lo largo del siglo XIX y saltan
entre el irracionalismo romántico veladamente al siglo XX.
que genera tipos estéticos como el
del Buen Salvaje y la idea del Con- En el mismo sentido señalado,
trato Social, los que —al igual que Marco Antonio Albuquerque (Perú), existen autores prototípicos en el
en el pensamiento hegeliano— su- Abismos, 1999. siglo XIX latinoamericano, chilenos
pone la identidad entre realidad y específicamente, como por ejem-
razón, por lo cual asumimos que el mundo puede ser plo Lastarria, en quien lo nacional nace como un
racionalmente comprendido porque se encuentra ra- valor antes que nacer como una realidad. Hay un
cionalmente organizado. Sobre esta base, nos interesa nacionalismo abstracto que se sitúa como ideología
identificar los tipos ideales, es decir, los modelos para de esta emergencia y reformulación de los estratos
la interpretación de la realidad que están presentes en medios, para —desde allí— definir todo movimiento
la ciencia social latinoamericana y que no responden social durante el siglo XX. Sin embargo, nos interesa
solamente a una copia o un simulacro respecto del reflexionar sobre dos autores que para nosotros son
desarrollo de la discursividad científica de los países paradigmas de este proceso generado en el siglo XIX.
centrales de Europa y luego de Estados Unidos. Son autores situados en ambos polos de ese período.
Nos referimos a Domingo Faustino Sarmiento, en un
Nuestra hipótesis de base es la existencia de con- extremo, y a Nicolás Palacios, en el otro.
ceptos como los del indio, pueblo, sujeto popular,
actor social, que han sido usados durante todo el siglo ¿Por qué nos parece que estos pensadores son
XX en el discurso de las ciencias sociales latinoame- fundamentales? Básicamente porque desarrollan
44
un proceso de resignificación cultural, un imperio el exponente de la civilización, y del otro lado, el bar-
del significante, de la misma forma como en el caso barismo está constituido por el campo y todo lo que
europeo van a representar la racionalidad autores ello conlleva. Pero hay también una conceptualización
como Rousseau. Estos autores componen para de esos tipos ideales, de esos modelos analíticos. El
Latinoamérica un tipo de concepto y de concep- gaucho, que tiene un contenido fuertemente indígena,
tualización respecto de la diversidad cultural o de es considerado por Sarmiento un signo de la barbarie,
la diferencia cultural, que sin duda va a tener una y lo que debe hacer América Latina, según este autor,
notable influencia en la constitución del pensamiento mancomunados el empresario, el político y el intelec-
social posterior en el siglo XX. tual, es combatir esa instancia de barbarismo.
45
ral, hacia la altura de lo citadino, define un proyecto histórico en
de lo moderno, de lo industrial. Se el interior de ese texto. Ello invo-
trata, por tanto, de suponer que lucra que la reflexión en torno al
debemos ir de lo rural a lo urbano texto, entendida como narración,
europeo, y que debemos ir desde conlleva vincular la estrategia de
lo indígena a lo occidental. Sar- construcción del relato con las
miento parte de esta base, desde dos textualidades paralelas que
un nivel epistemológico profundo, subyacen en él: la de una novela,
desde la suposición de que el con los recursos narrativos que
cambio cultural está siempre su- ello implica, y la discursividad
peditado al cambio social, es decir, de un ensayo protosociológico,
si cambian las culturas ello va a con la consistencia argumental
depender de que haya cambiado la inherente a este tipo de texto.
sociedad. Sin embargo, esta hipó- Nuestro aporte consistirá en
tesis es desmentida por la propia identificar las voces subyacentes,
historia latinoamericana. Toman- de manera que no nos limitemos
do algunos ejemplos concretos, el a considerar excluyentemente
cambio de la estructura social de un ensayo o una novela sino la
América Latina no significó la su- conjunción creativa de ambos
presión de la religiosidad popular; géneros, razón por la cual el texto
la transformación de la estructura ha tenido la influencia social que
de clases no conllevó un vuelco le reconocemos. Así, afirmaremos
en la estructura productiva ni a que en tanto ensayo, se trata de
la constitución de una sociedad Roberto Cartes Montoya (Chile), Situación la exposición propositiva de una
costumbrista del borde costero, 2000.
capitalista; la conurbación a nivel utopía de carácter abierto y, en
urbano, la masificación de la mi- tanto novela, se trata de un rela-
gración campo-ciudad, el paso de to en el cual se alcanza un nivel
la familia extendida a la familiar nuclear no produjeron complejo de polifonía narrativa.
cambios en ciertos valores, que pertenecen a la cultura
popular y que, en gran medida, se generaron en la sín- En tanto novela y en tanto ensayo, frente a la
tesis del siglo XVI. Estos valores siguen existiendo en puesta en duda del modelo cultural de la moderni-
una persistencia que es en todo, como diría Foucault, dad inducida en este texto, la obra se nos presenta
voluntad de verdad. con la atroz profundidad de un espejo que relata y
propone aquello aún subyacente de nuestro racis-
Mucho se ha escrito sobre el Facundo de Sarmiento, mo, de nuestro racionalismo limitado y de nuestro
definiéndolo como una novela que perfila la visión de desdén por las formas culturales tradicionales. Ello,
parte importante de las elites latinoamericanas respec- más allá del cuestionamiento ineludible que merece
to al desarrollo histórico de nuestro continente. Se ha —a nuestro entender— su postura, nos pone frente
afirmado que su oposición entre barbarie y civilización a las posibilidades heurísticas del texto, en base a la
representa nítidamente la suposición de identidad constatación de su influjo ético, el cual define, según
entre estructura y valor, es decir, entre el plano de los nuestra opinión, un aspecto fundamental de los su-
valores culturales y la mutación socio-estructural, lo puestos valóricos que sostienen el modo en que se
cual representa, sin duda alguna, una antesala para piensa lo social en América Latina; por ello, representa
el desarrollismo de inspiración racionalista, que prima un aspecto esencial de su tradición. Toda estrategia
en las elites durante toda la primera mitad del siglo; narrativa (y toda voz presente en este texto) se define
situación que se expresa tanto en el plano de la ciencia alrededor del escándalo que la inhumanidad de la
social y de la ideología, como también en el plano de las violencia le provoca al autor.
expresiones estéticas, particularmente literarias. De esta
forma, dependiendo del contexto histórico desde el cual Nos parece importante también analizar el Fa-
el texto sea leído, este libro puede ser asumido como una cundo como un ensayo sociológico que recurre a
obra meramente artística o como un sesudo ensayo. En herramientas narrativas propias de la novela, por lo
los últimos años, parece ser que, ubicados en el punto cual resulta fundamental desentrañar esas estrate-
de este movimiento pendular, estamos en un estado de gias, especialmente en tanto nuestro objetivo es dar
cosas en el cual este texto ha vuelto a ser asumido como cuenta de cómo representa un determinado tipo de
una producción estética de influencia social. modelo seguido tanto en las ciencias sociales como
en la literatura de nuestro continente. No nos inte-
Sin embargo, falta precisar el modo en que, des- resa detectar qué es lo que prima, si la novela o el
de una estrategia narrativa de carácter literario, se ensayo; en cambio, sí nos interesa destacar que la
46
perspectiva ética inherente al texto es el puente que La modernidad maldita de Nicolás Palacios:
une la defensa de los valores, propia del ensayo, con apuntes sobre Raza chilena
la dimensión eminentemente estética de la novela.
Por esto, los valores de Sarmiento se constituyen en Cuando el poeta Octavio Paz intentó explicar la ma-
una estrategia narrativa primordial, en el texto la tanza de la Plaza de las Tres Culturas en la Ciudad de
racionalidad es construida. Méjico no pudo afirmar más que «el reino del progreso
no es un reino de este mundo» (Paz, 2001). Su crítica
Esta perspectiva ética se expresa desde la mis- del racional iluminismo respondía a la continuidad del
ma hipótesis de base del texto, la cual sostiene que escándalo frente a la barbarie que iniciara Domingo
la historia de Argentina —contemporánea a Sar- Faustino Sarmiento en la lógica de un racismo mo-
miento— se configura básicamente desde la lucha dernizante, en el contexto del paradigma de la razón
entre la barbarie del campo y de la pampa, versus iluminista surgido en el siglo XVIII, el cual se quiebra
la civilización citadina, que imita moldes europeos y frente a la violencia de la segunda mitad del siglo XIX,
principalmente franceses. El proyecto histórico del organizada por los Estados que se sienten depositarios
Facundo es evidente y su influencia innegable; por de la razón universal en la organización del mestizaje.
ello, muy comúnmente su lectura resulta sesgada, Se trata del mito del Estado como entronización de la
en tanto se le asume como un resto arqueológico de razón que Hegel aseguró.
nuestro pensamiento social, o como mera apelación
racionalista decimonónica. Cuando hoy muchos releen a Palacios (1854-
1911), no lo piensan desde la periferia porque no se
En ese sentido, Sarmiento representa algo que acepta la condición de periferia, sino que se enarbola
tiene cierta semejanza, por ejemplo, con la genera- la condición de fragmento perdido del centro. Nuestro
ción literaria chilena de 1842, que —de una u otra pensamiento se va edificando en diálogo con la razón,
manera— no cree en la lógica de una razón inmuta- diálogo que reviste por momentos características de
ble, y que —al igual que Lastarria— intenta generar idolatría, en el sueño de creerse un criollo ilustrado
modelos analíticos que no son exactamente modelos exiliado permanente de alguna metrópoli.
científicos, sino que son construcciones estéticas
que rechazan, en cierta medida, la tradición ilustra- El fin del ensayismo latinoamericano, sustituido
da, según la cual todo lo racional es real, y lo real por el paper o el informe científico significa una vio-
es racional, y entienden que para poder explicar su lenta ruptura con formas de diálogo con la razón que,
concepción de sociedad y definir al cambio social ne- no obstante su racionalismo implícito, nunca dejó
cesitan de estrategias que provienen de la literatura. de contener intertextualmente un tipo de analogía
Esto tiene plena coincidencia, por ejemplo, con la estética, que en contradicción algunas veces con su
lógica del Estado-nación alemán que con Bismarck se idolatría a la razón, le daban su fuerza expresiva.
estaba constituyendo durante la segunda mitad del En este tipo de textos, la metáfora vibrante permitía
siglo XIX, idea que sostiene que junto a un Estado que se pasara del pensamiento a la agitación y luego
—acompañando a ese Estado— hay una nación. La a la acción. Dentro de este tipo, Nicolás Palacios es
nación es la identidad cultural, básicamente el ethos un exponente maldito y enardecido, pero que por el
y el Estado es la forma de organizar racionalmente los mismo hecho de su invicivilización resulta en un mo-
vínculos sociales. La nación es la tradición cultural mento invisible para la crítica infundada y un tótem
hecha pueblo. para las formas más irreflexivas de adhesión a sus
postulados.
En esta lógica, si nosotros vemos la concepción que
está en Sarmiento, y que de alguna manera, pode- Nicolás Palacios es un médico chileno que en la
mos definir en su esencia como proto-antropológica, última década del siglo XIX publica un opulento libro
creemos que existe una continuidad entre este tipo titulado Raza chilena. Palacios escribe desde ciertas
de pensamiento y el tipo de expresión escrita, con lo condiciones y supuestos, que hoy son inconcebibles.
planteado por autores propios de la generación de Este autor personifica para nosotros en primer lugar
1842. Estos, por decirlo así, literatos-héroes son al la ambición de pensar la totalidad. Una hipótesis
mismo tiempo escritores, historiadores, políticos, di- sin recovecos ni vacíos; una hipótesis totalizadora,
rigentes sociales; en definitiva, se reúnen en una elite poética y retóricamente indesmentible, prendida por
que se va configurando en el tiempo y que, en el caso ello de todas las formas de ciencia, historia, biología,
chileno, tiene su expresión más radical en Nicolás sociología, antropología y lingüística de las que se
Palacios, un personaje tremendamente complejo que dispone en el Chile de finales del siglo XIX.
va a influir en las concepciones sociales y políticas de
la elite chilena durante la primera mitad del siglo XX En la lógica de interpretación del texto que inten-
y aún, en algunos sectores, durante la segunda. tamos, sustraída mayormente de la contextualización
biográfica, el libro de Palacios representa una pro-
47
puesta política ya que posee «voluntad de poder
ideológica», en tanto está revestida de «voluntad de
verdad» (Foucault , 2000).
48
Insistimos en que el mestizaje indígena europeo no ejército de inadaptados cuya invasión será fatal al
es en la textualidad de Palacios ni un hecho biológico país que la sufra. (Palacios, 524: 1918).
ni un hecho sociocultural. En nuestra perspectiva
se trata de una forma de Zarathustra que constituye La infiltración metódica y constante de extranjeros tie-
su discurso en un mito que tiene su alfa y su omega; ne el grave inconveniente de que el mal que produce en
se inicia, en su pensar, en el perfecto y equilibrado la sociedad no se siente con la viveza proporcionada al
proceso de mestizaje arauco-germánico y termina en daño. Es como cierto virus que penetra sin dolor en el
una reafirmación obsesiva de lo que él quiere entender organismo y sin dolor extiende su poder letal hasta la
por chilenidad. fuente misma de la vida... (Palacios, 528: 1918)
El uso de la temporalidad en Palacios se elabora Nuestro autor está presentando desde su xeno-
desde una cronología aparentemente progresiva, fobia una condición de posibilidad que se hace vida
pero ello resulta en la exterioridad de un tiempo dis- —aunque no realidad— en las formas discursivas de
tinto, donde el origen está depositado en un pasado la derecha chilena. Las sábanas raciales de Francis-
arquetípico. Se trata de una saga más que de una co Antonio Encina resultan en un signo ideológico,
prehistoria. Por otra parte, el futuro afincado en su de un mito ideologizado que se proyecta incluso en
racismo y xenofobia resulta en una plenitud utópica las formas de estratificación que la derecha chilena
que se hace posible desde la potencia de la voluntad sueña para el siglo XX.
de dominio. El respeto y la admiración hacia los
Estados Unidos de Norteamérica, en cuanto nación Mito e Ideología no se autosoportan sino cuando
que sabe reconocer, valorar y utilizar las aptitudes y Palacios enuncia en su discurso el factor racial como
capacidades individuales es, para Palacios, la esencia una idea originaria, un punto cero de su escritura.
de la grandeza y potencia del país del Norte. Las razas humanas, al menos antropológicamente,
no existen como Palacios las piensa; mas esto no
Esa misma selección es la que ha creado esos genios tiene ninguna importancia, puesto que los mitos no
organizadores que abarcan con su entendimiento pode- son verdaderos o falsos, sencillamente son eficientes
roso la totalidad de una grande industria en el mundo o ineficientes. En este sentido, el mito de Palacios es
entero... Las aptitudes superiores de mando, las dotes verdaderamente eficiente puesto que existe en él una
de organizador, los conocimientos científicos y técnicos verdadera voluntad de verdad en toda una revelación
y la extraordinaria energía física y mental que deben sin la cual la alianza conservadora liberal no podría en
poseer esos hombres son asimismo imponderables. nuestro país haber señalado algún proyecto cultural
(Palacios 499: 1918) remotamente coherente.
En concreto, se trata de un mito que proporciona Como ocurre en la teología negativa8, aun si el se-
signos, los que se convierten en ideológicos cuando pulcro no estuviera vacío, nuestra fe no sería menor.
portan una condición de posibilidad. Esto se refleja ¿Dónde existe esa chilenidad que Palacios apela?
en el texto de Palacios cuando critica la inmigración ¿Quién conoce a ese chileno arquetípico arauco-ger-
extranjera al sur de Chile, mánico? Nosotros lo conocemos: está en la mente de
la derecha y constituye un combustible indispensable
...entonces la corriente de desechados por la selección para justificarlo todo, incluso lo injustificable.
del viejo mundo, de los incapaces física o intelectual-
mente para ganarse su vida allá... buscarán, ansiosos Hay una coherencia entre los aparatos de segu-
un lugar en la América no germana puesto que en el ridad en tiempo de la última dictadura militar que
resto del mundo no hay lugar para ellos... ese es el sostenían su acción en la defensa de una identidad
49
inexistente como fenómeno químicamente puro. Se los orígenes de esta lacra social, a saber, la incorpo-
trata de un movimiento en que se pervierte el sig- ración de raza latina a nuestra nacionalidad.
nificante de un humanismo como el de Palacios y
lo convierte en ideología de la muerte. Resulta una Sus ideas sobre la moralidad justifican y funda-
macabra ironía cómo Palacios sirve a formas de ac- mentan, desde una perspectiva racista, la decadencia
ción descabelladas; no obstante, quien crea un mito de las sociedades. En este sentido, propone funda-
nunca puede prever los ritos que lo harán presente, mentos biológicos para situar el rol de la mujer sobre
vida e historia. valores racialmente determinados. Su propuesta de
una educación apegada a los valores originales es la
Nuestro padre revelador forma de normalización social que requiere urgen-
temente nuestro país, como único mecanismo que
La diversidad de temas abordados por Palacios en permita enderezar el camino.
Raza chilena nos muestra a un pensador versátil y,
por sobre todas las cosas, comprometido con un pro- Dignas de destacar son las páginas dedicadas a
yecto de nación. Además de realizar una genealogía la clasificación de las razas; la constitución biológica
de la raza chilena a través de una caracterización determina los caracteres mentales, por lo que su pro-
física, psicológica, social y moral del mestizo chileno, puesta es la de realizar clasificaciones sobre la base
la pluma de Palacios no duda en limpiar la imagen de funciones cerebrales:
del araucano y del actual sujeto síntesis de la mezcla
primordial: el roto. La deficiencia mental de las razas matriarcales para el
análisis objetivo es lo que hace incapaces para apreciar
La versatilidad de su reflexión se refleja en el la diferencia entre los hombres... (Palacios, 1918: 443).
capítulo dedicado a estudios de carácter lingüístico
donde describe y examina el origen latino y también En el mismo sentido, Palacios es un férreo opositor
gótico del castellano de su tiempo. Concluye que hay a la política de inmigración de latinos, considerados
un verdadero «dialecto chileno», síntesis del lenguaje razas inferiores. Describe y tipifica los prejuicios so-
gótico de los españoles y del lenguaje araucano: ciales que ha traído la inmigración latina en Chile:
esas mismas circunstancias explican dos de los ca- La inmigración latina interrumpe entre nosotros dos
racteres del lenguaje chileno...; el que subsistan en de las escalas de ascenso social: la del comercio y
él muchas voces arcaicas...; usamos en Chile varias la de las artes manuales [...] ¿Habrá algún remedio?
palabras de origen gótico que no se hallan documenta- [...] Y aún el mal no existiría si, en lugar de justificar,
das en los escritos castellanos de ningún tiempo por lo de proteger, de fortalecer el instinto natural y correcto
que pasan como inventos nuestros, como chilenismos del pueblo chileno, su clase «ilustrada» y dirigente no
verdaderos, siendo sin duda palabras empleadas por estuviera imbuida en las doctrinas absurdas de la
los godos iletrados, y que el lenguaje culto, el escrito, fraternidad universal, de la patria universal y de la
no había admitido. (Palacios, 121: 1918) mezcolanza universal de las razas para formar la civi-
lización, y en tantas otras utopías funestas y latinas.
Capítulo aparte es el examen del carácter del roto (Palacios, 449: 1918)
chileno. Palacios describe y exalta caracteres que se
elevan a la condición de elementos esenciales y, por El desarrollo de la textualidad antropológica a ni-
lo mismo, son la condición de posibilidad de un orden vel nacional reviste para nosotros un doble carácter,
social imaginado. El roto es ingenuo, respetuoso, sen- por una parte intenta ser, hasta la aparición de la
cillo, en nada parecido al espíritu fiestero e indecoroso Antropología Poética Chilena (Alvarado, 2002), una
de los latinos: fiel copia de formas discursivas desarrolladas en los
países centrales de Europa y Norteamérica, y, por
pero en Chile, sépalo ese diarista, el roto no conoce ni otro lado, es un discurso fuertemente influido por
de nombre los cien vicios que corroen el alma y los hue- los desarrollos del pensamiento social en nuestro
sos de algunos de sus compatriotas de las ciudades. país particularmente por parte del desarrollo de la
Cuando el peón de los campos, aldeas o villas del país literatura y la historiografía. Desde Los aborígenes
llega a la capital, oye allí, por primera vez en su vida, chilenos de José Toribio Medina, el modo en que se va
ciertas palabras que sobresaltan su alma de niño y aun- desarrollando un tipo de discurso respecto de la di-
que viviera cien años en esa ciudad siempre quedaría versidad intenta ser coherente tanto con categorías de
ignorando muchas de esas cosas, porque no caben en corte evolucionista y luego desarrollistas respecto de
su espíritu. (Palacios, 237: 1918) nuestra diversidad como con las raíces más remotas,
raíces negadas que lo unían con las formas literarias
Toca también Palacios un fenómeno social: la cri- e históricas de un modo inconsciente pero operante
minalidad y en su análisis distingue muy claramente en categorías como las de indio y pueblo.
50
En Raza chilena, Palacios se constituye en el raza mestiza sin igual. Es en este orden que es posible
primer pensador chileno que va más allá del estudio articular un sentido unitario de la constitución de la
historiográfico, construyendo un texto donde narra lo chilenidad, en cuanto reservorio de valores originales
que él entiende como la esencia de la cultura nacional (fuerza, hidalguía, espíritu guerrero, astucia militar,
chilena. Su esfuerzo es maldito porque más allá del sentido de libertad) y de elementos esenciales a partir
panfleto de agitación, encontramos en él un texto que de los cuales pensar el desarrollo de la «patria».
se vale de todas las formas de ciencia a las que tiene
acceso para generar un discurso racista increíble La apelación a lo verdadero, auténtico y original,
pero coherente. en cuanto caracterización de identidad se convierte
en el sedimento base de articulación de un discurso
Por este motivo, frente a la pregunta por el primer político de la derecha de nuestro país, a partir del cual
antropólogo chileno, nos aparece, antes que la de José se segrega y se estigmatiza a los sectores políticos e
Toribio Medina, la figura de Nicolás Pa- intelectuales que han optado por una
lacios, aunque con el gran inconvenien- propuesta progresista e integradora.
te de su condición de pensador maldito
de nuestra modernidad. Sin embargo, Palacios y los nuevos contextos
existe una suerte de olvido voluntario
en tanto sus concepciones racistas, El irracionalismo romántico europeo,
unidas a un evolucionismo radical, unido políticamente al populismo de
lo colocan en la delicada situación de derecha, dio cabida al surgimiento del
ser un impulsor, un primer momento nazismo y del fascismo. Este proceso
de nuestra antropología. A pesar de tuvo un correlato latinoamericano,
esta condición, Palacios será un autor cuyos referentes ideológicos iban de
fundamental de la antropología chilena derecha a izquierda.
de principios del siglo XX, y represen-
tante de una «época de oro», la cual En el plano socioeconómico, la
entre 1920 y 1940 vio aparecer una expresión más preclara es el estruc-
Lírica (2000) de Braulio Matos,
generación de investigadores chilenos Panamá. turalismo económico que desde una
y extranjeros de resonancia internacio- crítica de las relaciones económicas
nal, como Tomás Guevara o Martín Gusinde. internacionales en el contexto del capitalismo, sig-
nificó un modelo de desarrollo «hacia adentro» o de
La resolución del conflicto suscitado por los re sustitución de importaciones. Toda una ideología de
gionalismos posteriores a los procesos independen la modernización daba cabida a un desarrollo fuerte-
tistas, da lugar en el contexto latinoamericano a mente nacionalista, como le gustaba a Palacios. No es
distintas formas de reivindicación de la identidad casualidad que sean justamente las décadas del ‘30
bajo la figura de indigenismos y nacionalismos, los y del ‘40 los decenios radicales para Chile, donde esa
cuales en su mayor nivel de radicalización permiten misma clase media que promueve el desarrollo de una
la constitución de corrientes racistas, o al menos con industria nacional sea la que origina las literaturas
rasgos reivindicatorios de la identidad desde líneas indianistas y criollistas.
biologicistas; conceptos como el de raza chilena de
Nicolás Palacios, acuñado en 1892, se convierten en Las primeras décadas del siglo XX tienen como
una verdadera mitología secularizada, un intento de factores fundamentales y definitorios la crisis del
interpretar la incorporación a la modernidad desde latifundio tradicional y los intentos de desarrollo, que
una especificidad cultural que incluye lo indígena ven como indispensables, al menos en la mente de
leído como el proceso de mestizaje potente y único las elites de izquierda, centro y derecha, la necesidad
que le confiere sentido auténtico y original en el de generar un cambio sociocultural.
proceso de conformación de la chilenidad. Ser fiel a
la herencia racial, en la contemporaneidad en la que Tal como intuye Palacios, las primeras revueltas de
escribe Palacios, es optar por un desarrollo nacio- los universitarios argentinos, las represiones al nacien-
nalista donde se convierten en las premisas básicas te movimiento obrero, el surgimiento del catolicismo
de ese nacionalismo la xenofobia, el separatismo y social y el vuelco hacia el centro político por parte de
todo elemento que impida contaminar el temple y el la masonería, son todos fenómenos que apuntan a
verdadero carácter del chileno. la intención del proletariado naciente y de las clases
medias por lograr el cambio social. El modelo esta muy
Palacios puede ser sindicado como el ideólogo de un a la vista, los países desarrollados están en el norte
nacionalismo anclado en un racismo radical a partir de aquello que Franz Hinkelammert (1970) denominó
del cual ofrece una construcción identitaria fundamen- «ideologías del desarrollo», las que abogan siempre por
tado en una esencia naturalizada y objetivada en una la modificación de la estructura de la sociedad.
51
No obstante, ¿cómo se ve esto unido con la rei- se podría reconocer como la síntesis contemporánea
vindicación de la especificidad histórica y de las que refleja de manera fiel y original la herencia racial.
identidades étnicas y culturales? Ambos cometidos se Este actor social con peso específico en la política
funden en un intento de matriz iluminista de generar nacional, es interpretado como el paradigma de la
cambio cultural al alero del cambio socioeconómico. individualidad contemporánea, heredero de la fuerza
Es así como las elites políticas y culturales coinciden y del heroísmo característico del mestizo original, con
desde la década del ‘30 en su intención de reconocer la característica de poseer la capacidad de sobrepo-
los rasgos de la identidad cultural latinoamericana, nerse a las adversidades, de levantarse después de
para luego discernir aquellos rasgos que determinarán las derrotas, de constituirse en el «páter» postmoderno
que el desarrollo sea o no alcanzado. En este sentido, alrededor del cual se articulan las formas de produc-
estamos frente a un intento iluminista que ideológi- ción. En definitiva, es el hombre emprendedor con su
camente se define desde el concepto de desarrollo y reservorio de valores patrios, el actor fundamental de
económicamente se conforma desde un modelo de la nueva sociedad chilena.
industrialización fuerte y protegido. Este proceso tiene
quizás su expresión más radical en la masificación Decíamos que Nicolás Palacios no es un historiador
de la educación, la que aumenta extraordinariamente sino que es más bien un profeta, la voz que canta el
en su alcance en los niveles básico, medio y univer- real y verdadero sentido histórico de la nación chile-
sitario en la primera mitad del siglo XX. No obstante, na, sentido que se mueve en un ámbito escatológico;
esa misma masificación del sistema educacional que anuncia un espacio de sentido histórico en que lo
en la década de los ‘60 se radicaliza aún más, va a importante no son los hechos que se relatan, sino
dejar al desnudo la paradoja de que el aumento de la significación en torno a valores que trascienden
la escolaridad no se corresponde con los puestos de la contingencia historiográfica para convertirse en el
trabajo disponible para estos escolarizados. Esta vehículo del sentido profundo de «lo chileno». Estas
contradicción resulta un fuerte revés para las pre- expresiones contenidas en Raza chilena, entre las que
tensiones hegemónicas de los estratos medios, ya destacan —como ya se dijo— el carácter chileno, sus
que la educación deja de ser un mecanismo seguro de disposiciones psicológicas, las capacidades originales,
ascenso social e incluso no asegura la reproducción las formas de organización ancestral en cuanto fala-
de los segmentos de clase. cias de corte racista revestidas de legitimidad científica
ya sea por su lenguaje o por los métodos, pueden ser
Un factor decisivo de la conformación de una reconocidas como las formas contemporáneas, desde
conciencia latinoamericana tanto en centro como en los estudios culturales en que se practica un histori-
Sudamérica es, desde finales del siglo XIX, el pensa- cismo que puede llegar a ser tan peligroso y xenofóbico
miento de intelectuales innovadores y críticos como como el universalismo más radical.
Darío, Rodó y Martí, quienes desarrollan sendos mani-
fiestos respecto de la influencia nociva de la sociedad El reconocimiento de Nicolás Palacios como un
de masas norteamericana sobre las formas mestizas intelectual claro y decidido, un verdadero fundador
latinoamericanas, correspondiéndose además este de un discurso ideológico potente sostenido por una
cuestionamiento cultural con la denuncia de las rela- magistral interconexión del conocimiento científico de
ciones de dependencia económica. El camino de esta la época, unido al proyecto histórico de conformación
forma de crítica social ha sido complejo pasando, a de una identidad nacional, hacen que sus interpre-
principios de siglo, de una reivindicación del hispa- taciones y reflexiones revivan un mito de origen y
nismo a la crítica política del imperialismo definida revistan de una fuerza avasalladora la posibilidad de
tanto por los movimientos corportativistas, como el imaginar y delinear un sentido de lo chileno que se
peronismo, hasta el cuestionamiento ideológico de la viva como verdad social e histórica.
izquierda marxista.
Notas
Este contexto de búsqueda de lo latinoamericano y 1
Un estruendo: la /verdad misma /hace/ acto de presencia/
particularmente de lo chileno, junto a la lucha contra entre los hombres, en pleno/ torrente de metáforas.
las diversas formas de imperialismo, fue un terreno 2
Para Weber el tipo ideal es una especie de «caso extremo», de
propicio para la obra de Palacios, particularmente en súper-relevancia relativa a un determinado horizonte de interés,
que sirve de definición y de término de comparación para evaluar
nuestra derecha conservadora. distintas formas, p. ej., de realización de organizaciones en distintos
contextos. El tipo ideal es una «construcción» teórica pero realizada
La inquietante y perenne presencia de Palacios mediante un uso ilustrativo de lo empírico. Construir esos «tipos»
generales es una de las tareas básicas de la ciencia sociológica
para posibilitar así asignarlos a eventos individuales o emplearlos
La derecha chilena post-dictadura, articuladora del en el análisis causal. Es decir, el tipo ideal construido por el cien-
proyecto neoliberal, requiere de una formulación iden- tífico es considerado como mera ayuda analítica que sirve para
titaria como telón de fondo de la especificidad y pro- entender mejor las intenciones subyacentes a un fenómeno. Así
yecto histórico. En cuanto sujeto social, el empresario se transciende la realidad, pero se adquiere una pauta que sirva
para catalogar fenómenos reales como desviaciones, formas mixtas
52
o deformaciones de conceptos ideales (Allerbeck, 1982). Brioschi, F. y C. Di Girolamo. 1988. Introducción al estudio de la
3
Deseamos establecer una diferenciación entre el concepto literatura. Barcelona: Ariel.
de hibridación cultural, desarrollado específicamente por Néstor Brunner, J. J. 1990. El caso de la sociología en Chile. Formación
García Canclini, del de hibridación textual, propio del análisis de una disciplina. Flacso: Santiago.
literario y lingüístico. Según García Canclini, la manera en que la Brünner, José Joaquín. 1998. Sobre el crepúsculo de la sociología
cultura popular moderna, como es interpretada en los museos, la y el comienzo de otras narrativas. Santiago: Flacso (documento
política y el mercado, se entrelaza con las tradiciones populares, de trabajo).
produciendo a su vez «culturas híbridas.» Para estudiar estas Brünner, José Joaquín. 1987. El espejo trizado. Santiago: Flacso
«culturas híbridas» sería necesario un enfoque combinado de las / Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.
disciplinas: la antropología con la sociología, el arte y los estudios Durkheim, Emile. 1971. Las reglas del método sociológico. Buenos
de las comunicaciones. Aires: Shapire.
4
El Dr. Iván Carrasco, de la Universidad Austral de Chile, ha Durkheim, Emilio. 1989. Las formas elementales de la vida religiosa.
identificado estas formas híbridas como diferentes maneras de Buenos Aires: Ed. Gediza.
«mutaciones disciplinarias». Frank, Manfred. 1982. Der kommende Gott. Vorlesungen über die
5
Ponencia de José Joaquín Brunner con motivo del 40ª ani- Neue Mythologie. Frankfurt am Main: Suhrkamp.
versario de Flacso titulada: Sobre el crepúsculo de la sociología y Habermas, J. 1997. La teoría de la acción comunicativa, 2 vols.
el comienzo de otras narrativas. Madrid: Ed. Cátedra.
6
Sobre este punto, el primer capítulo de nuestro libro Ensayos Hauser, Arnold. 1969. Historia social de la literatura y el arte, tomo
de análisis cultural, editado por la Facultad de Humanidades de la II. México: Ed. Guadarrama.
Universidad de Playa Ancha, se explaya especialmente en lo referido Hegel, Geoorg Friedrich. 1985. Lecciones sobre la filosofía de la
a los conceptos de indio y de pueblo. Ello corresponde a la continui- historia universal. Madrid: Alianza Editorial.
dad entre este libro, nuestro libro Metáforas e identidades y el texto Hinkelammert, Franz. 1970. Ideologías del desarrollo y dialéctica
actual, en el contexto de un programa de investigación más amplio de la Historia. Chile: Ed. Nueva Universidad.
sobre estética y racionalidad científica en América Latina. Hinkelammert, Franz. 1990. Crítica de la razón utópica. San José
7
La primera voz que nos resuena en la lectura del texto es la de Costa Rica: DEI.
del autor-ideólogo, bajo la forma de aquello que Todorov denomi- Marcus, G. 1991. «Problemas de la etnografía contemporánea en
nó personaje testigo. Por una parte, desarrolla taxonomías para el mundo moderno». Clifford, J.; G. Marcus (comps.), Retóricas
clasificar a los sujetos culturales de los cuales intenta dar cuenta, de la antropología. Madrid, Júcar, pp. 235-268.
generando así un tipo de argumentación de corte fuertemente en- Marcus, G. E. y M. M. Fischer. 1986. Anthropology as a cultural
sayístico, y por lo tanto valórica. Sarmiento nació el 14 de febrero critique: an experimental moment in the human science. Chicago:
de 1811 en la provincia de San Juan. Fue maestro rural y culminó University of Chicago Press.
siendo presidente de la Argentina; como presidente, fundó las ba- Marcuse, H. 1989. Eros y civilización. Barcelona: Ed. Ariel.
ses para un futuro desarrollo en la educación formal en su país, Morandé, Pedro. 1977. «Algunas reflexiones sobre la conciencia
estimuló el crecimiento del comercio y la agricultura, así como en la religiosidad popular», en Iglesia y religiosidad popular en
también empujó el crecimiento del transporte rápido y la comuni- América Latina, Celam, nº 29, pp. 170-191.
cación. Sarmiento fue muy activo en la política y se convirtió en Morandé, Pedro. 1978. «Consideraciones acerca de la discusión
una importante figura del periodismo a través de sus artículos en actual sobre sincretismo religioso y religiosidad popular en
el diario de Valparaíso El Mercurio mientras se encontraba exiliado América Latina», en Anuario del Intercambio Cultural Alemán-
en Chile. En 1842 fue designado director del primer colegio normal Latinoamericano (Intercambio, 78), Freiburg, pp. 83-99.
en Sur América y comenzó a darle efecto a un concepto que tenía Morandé, Pedro. 1980. Ritual y palabra: aproximación a la reli-
acerca del cual la enseñanza primaria significaba un desarrollo y giosidad popular latinoamericana. Lima: Centro Andino de
esto tenía que darse a través de un sistema de educación pública. Historia.
Durante su estadía en Chile, Sarmiento escribió Facundo, una Morandé, Pedro. 1981. «Consideraciones acerca del concepto de cul-
apasionada denuncia contra la dictadura de Rosas a través de la tura en Puebla desde la perspectiva de la sociología de la cultura
biografía de Juan Facundo Quiroga, teniente gaucho del dictador de Alfred Weber», en Religión y cultura, Celam, pp. 182-198.
argentino. Este texto fue redactado en Chile en la década de 1830 Morandé, Pedro. 1984. Cultura y modernización en América Latina.
y publicado en 1845. Santiago: Cuadernos del Instituto de Sociología.
8
Es decir, un sistema de valores. Palacios, Nicolás. 1904. Raza chilena. Valparaíso: Imprenta y
9
Existe una corriente mística muy tradicional en teología lla- litografía alemana.
mada «teología negativa», que asegura que Dios es más diferente Paz, Octavio. 2001. Obras completas. México: Fondo de Cultura
que parecido a cualquier representación humana —incluyendo las Económica.
imágenes bíblicas. Así pues, en el centro del universo hay completo Rabinow, Paul. 1991. «Las representaciones son hechos sociales:
misterio, un misterio que elude cualquier entendimiento humano. modernidad y postmodernidad en la antropología». Clifford,
Dios —el misterio final— es todavía mayor que nuestra imaginación. J.; G. Marcus (Comps.), Retóricas de la antropología. Madrid,
Sin embargo, sólo es por medio del amor y el compromiso como Júcar, pp. 321-356.
podemos entrar en contacto con este misterio. Ricoeur, Paul. 1984. La metáfora viva. Madrid: Edición Europa.
Ricoeur, Paul. 1987. Tiempo y narración. Madrid: Cristiandad.
Bibliografía Rosaldo, Renato. 1991. «Desde la puerta de la tienda de campa-
ña: el investigador de campo y el inquisidor». Clifford, J.; G.
Marcus (comps.), Retóricas de la antropología. Madrid, Júcar,
Allerbeck, Klaus. 1982. Zur formalen Struktur einiger Kategorien
pp. 123-150.
der verstehenden Soziologie. Kölner Zeitschrift für Soziologie und
Rosenau, P. 1992. Postmodernism and the social sciences: insig-
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Barthes, Roland. 1973. Le plaisir du texte. París: Ed. du Seuil.
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Bataille, George. 1975. Teoría de la religión. Madrid: Ed. Taurus.
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Benjamin, Walter. 1982. El concepto de crítica de arte en el roman-
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Benjamin, Walter. 1994. Discursos interrumpidos. Barcelona:
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Bourdieu, Pierre. 1998. La distinción. Criterio y bases sociales del
Weber, Max. 1944. Economía y sociedad. México: Fondo de Cultura
gusto. Madrid: Taurus.
Económica.
53
Hacia una crítica cultural latinoamericana
según Patricia D’Allemand
De un mundo heteróclito, lleno de contradiccio- surge, una vez más, la segregación contra otras
nes y múltiples concepciones, no podrían sino lenguas y cosmovisiones que no se adhirieran a
salir singulares cosmovisiones. Heterogeneidad e la «correcta».
hibridez son los términos que más se avienen en
este tramado de voces que Latinoamérica recrea Patricia D’Allemand, especializada en Teoría Cul-
desde su conquista y colonización. Y más allá, una tural e Historia de las Ideas, profesora de Literatura
serie de procesos culturales que toman diferentes Latinoamericana en Queen Mary, Universidad de
nombres y desarrollos. Londres, ubica en mucho, parte de ese universo. En
Hacia una crítica cultural latinoamericana1 examina
¿Cómo afrontar un pensamiento y una reali- la conciencia latinoamericanista a partir de cinco de
dad con tantas aristas? ¿Puede la crítica cultural sus más insignes críticos: José Carlos Mariátegui,
ofrecer «todos» los elementos interpretativos para Ángel Rama, Alejandro Losada, Miguel Cornejo Po-
llegar a una formulación si no acertada, por lo lar y Beatriz Sarlo. (Centro de Estudios Literarios
menos cercana? Desde el siglo XVI los diferentes «Antonio Cornejo Polar», Latinoamericana Editores,
escritores, cronistas e historiadores buscaron in- Berkeley-Lima, 2001. El texto publicado en español
cesantemente respuestas —incluso a interrogantes es una versión corregida y aumentada de la versión
inexistentes— pero la incomunicación, la vaste- original inglesa Latin American Cultural Criticism:
dad del continente, una política y una economía Reinterpreting a Continent, editada por The Edwin
ávidas de riqueza y la dispersión, terminaron por Mellen Press, 2000).
convertirse en causas antiilustradas que dieron
al traste con cualquier intención racionalizante El libro, no parte del siglo XIX sino del siguien-
y de creación de identidades. Sólo a finales del te, para reflexionar sobre los diversos enfoques
siglo XIX, bajo la égida de los nuevos dirigentes, culturales y literarios alrededor del pensamiento
se viene a reflexionar acerca de los conceptos de latinoamericanista con Mariátegui como figura
nación, nacionalidad, lengua, etc. De allí surge señera. La base para la reflexión sobre los cinco
la lengua como patrón homogeneizador que erige autores analizados es la crítica literaria como fuen-
nacionalidades hispanizantes. Periódicos, revistas, te cultural y de cómo se conjugan los discursos
libros y las recién creadas academias de la lengua políticos con los estéticos. El trabajo tampoco se
sientan pautas nacionalistas. Y también, de allí detiene allí, pues abarca, al decir de William Rowe
en el Prólogo —como en el caso de Mariátegui, pero
* Licenciado en Filología e Idiomas de la Universidad del Atlántico;
maestría en Lingüística y candidato a doctor en Educación de la aplicable también a los otros cuatro estudiosos
Universidad del Valle. Pertenece al grupo de Investigación Holosapiens comentados—, «una propuesta [entre 1920 y 1930]
de la Universidad del Atlántico, donde es profesor titular adscrito a
los departamentos de Filosofía y Lingüística. E-mail:eleucilio.niebles@
de estudio de la interrelación de la imaginación
gmail.com artística y social y de interpretación de la literatura
55
literaria, de la filosofía, la sociología y la historia, un lenguaje marxista muchas veces, tratando de
sus textos plantean una lectura desde el «espesor» forjar una conceptualización que, no obstante, deje
de la literatura, para lo cual rediseña dos ejes: atrás sus raíces eurocentristas; sin embargo, en
uno vertical y otro horizontal, referido el primero Rama como en Losada, parece estar leyéndose a
a la organización de las variantes socio-cultura- un Adorno tropicalizado. Lo que este libro quiere,
les en el interior de las regiones culturales, y el sin embargo, es subrayar la revitalización de esos
segundo a las diferentes regiones del continente, lenguajes estancados ante una realidad más vario-
con el objetivo de estudiar la pluralidad y multi- pinta y necesitada de sus redescripciones e inter-
plicidad de las articulaciones socio-culturales, lo pretaciones. Subyace, además, la pregunta por un
cual supone el rediseño del corpus literario y su nuevo canon que ausculte el carácter fundacional
«des-elitización» teniendo en cuenta los aportes de los aportes literarios desde el siglo XIX, con lo
de las culturas populares y campesinas. En este cual se reafirmaría el carácter regionalista de mu-
sentido, llaman la atención sus estudios sobre chas de esas obras, y, con ello, su autonomía.
la poesía gauchesca, la literatura venezolana, la
influencia fluvio-costera en García Márquez o en El argentino Alejando Losada encuentra en una
las vanguardias latinoamericanas y su división de hermenéutica tentativa y cambiante, de acuerdo
las áreas culturales de Latinoamérica. con los logros en sus investigaciones, unos análisis
que apuntan a interpretar la literatura como un
En Rama se destacan su apropiación del con- eje en el que importan más los movimientos que
cepto de transculturización, tomado de Fernando los individuos, más la literatura como institución
Ortiz, y de cómo tal elemento se observa en las social. Como Rama, propone una división de Amé-
sociedades en que se intersectan dos culturas. De rica Latina para su estudio de cinco sub-regiones:
allí surgirían los Rulfo, los Onetti o los García Már- Cono Sur, Andes, Caribe y Centroamérica, Brasil
quez, Guimaraes Rosa o Roa Bastos, impactados y México, superando las lecturas de fronteras
por sus sociedades con espíritu modernizador pero «nacionales». De igual manera, es importante su
con raigambre rural. Es en este aspecto donde análisis acerca del sujeto productor y los diferentes
Patricia D’Allemand subraya la contradicción de actores sociales que participan en los tres modos
Rama por su propuesta de «cultura nacional» desde de producción cultural dominantes durante estos
una visión liberal progresista frente a su concep- dos últimos siglos: literaturas dependientes, lite-
ción transculturadora, apoyada en raturas marginales y literaturas
lo regional y la revaloración de las social-revolucionarias. El léxico es
culturas populares e indígenas. concordante: dependencia neoco-
lonial, centros metropolitanos do-
Como en Rama, en Alejandro Lo- minantes, y los autores a que más
sada y Cornejo Polar, se constata una se recurre, paradójicamente, son
posición bipolar entre lo hegemónico europeos. Luckács, Goldmann,
e internacionalista y lo regional y la Hauser; sin embargo, Losada bus-
cultura popular. Rama se mantiene ca superar tales modelos porque
en una constante resistencia, que no en Latinoamérica se observan
encuentra respuestas. En el crítico fenómenos como la dependencia
uruguayo se observa una proyección y la desigualdad, propias de un
continental, tomando como figura contexto de mayores contradiccio-
ilustrativa a Pedro Henríquez Ureña, nes. No obstante, en estos aportes
y un enriquecimiento de sus pro- se presenta una homogenización
puestas luego de sus lecturas sobre en los fenómenos analizados, de-
antropología, lo cual conlleva nuevas jando escapar las singularidades
perspectivas y el desarrollo de una y situaciones subjetivas de los
Miguel Ángel Berdugo Galezo,
interpretación simbólica de todos los Embarazo de amor, 2007. escritores.
fenómenos culturales. Se trata, en fin,
de una reafirmación más sólida hacia Antonio Cornejo Polar y Beatriz
una crítica más autónoma y continental. Sarlo representan, quizá, los estudiosos más com-
pletos pues ellos no sólo desarrollan un trabajo
Provenientes todos los críticos de movimientos metodológico y teórico más complejo, sino porque,
izquierdistas, sus ensayos estarán teñidos de conscientes de los legados que recibieron, desde
una ideología antihegemónica y pluralista, con Mariátegui hasta la crítica neomarxista, dan un
56
vuelco a estas perspectivas y las enriquecen con
un entrecruzamiento de posturas propias.
57
Memorias
del subdesarrollo cinematográfico
Carlos Franco*
En el subdesarrollo nada tiene continuidad, todo de uno de los momentos históricos y políticos más
se olvida, la gente no es consecuente. Pero tú significativos del siglo XX.
recuerdas muchas cosas. Recuerdas demasiado.
¿Dónde está tu gente? ¿Tu trabajo? ¿Tu mujer? No Para transmitir el mundo interno y la forma
eres nada. Estás muerto. Ahora empieza, Sergio, en que Sergio ve la realidad, Titón se alejó de los
tu destrucción final. cánones del cine clásico norteamericano, aquel
modelo de la estructura clásica sydfildiana1 ca-
Éstas son las frases mentales que Sergio, el racterizado por una secuencialidad de los eventos
protagonista de Memorias del subdesarrollo, se dictada por el principio de causa-efecto, y de los
repite a sí mismo mientras deambula sin sentido personajes guiados por una motivación clara y
por el malecón de La Habana, metáfora visual her- definida. En vez, Titón apeló a una narrativa frag-
mosa y contundente de la desolación interna de mentada, dilatante, distanciada, una obra inter
un personaje que empieza a comprender que para y metatextual en la cual se mezclan los formatos
él no hay escapatoria a la encrucijada histórica de de ficción y documental para crear algo más, un
su momento. relato híbrido, complejo y hermoso atravesado por
vasos comunicantes, que logra transmitir en toda
Memorias del subdesarrollo, obra cumbre del su complejidad y carácter paradójico el punto de
director cubano Tomás Gutiérrez Alea (también vista de Sergio acerca de ese mundo en el que él
conocido como Titón), cuenta la historia de un aco- aún está pero al que ya no pertenece.
modado burgués “atrapado” en el nacimiento de la
revolución del 59. A través de los ojos de Sergio, de Estamos ante un film que nos recuerda de ma-
su inconformidad y desprecio por el subdesarrollo nera contundente que hay otras formas de narrar
y sus habitantes, de su decisión contradictoria además del modelo hollywoodense, y que cada
de no dejar la isla a pesar de ser ajeno al nuevo director y cada película deben encontrar su estilo
orden reinante, y de su frustración e impotencia y su propia forma narrativa, aquella adecuada a
ante la vertiginosidad de los cambios circundantes, las necesidades del relato y su discurso.
somos testigos del universo complejo y paradójico
Pero, ¿qué pasa cuando se intenta estandarizar
* Maestría en Guión (Master of Philosophy on Screenwriting)
la forma? La industria cinematográfica, no sólo en
Universidad de Bergen, Noruega, 2000-2002. Curso Regular de
Cine y Televisión, Especialidad Guión, Escuela Internacional Estados Unidos sino también en muchas otras par-
de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba, 1998- tes, se ha empeñado infructuosamente en aferrarse
2000. Tecnólogo en Cine y Fotografía, Corporación Universi- a las fórmulas narrativas y esquemas rígidos de
taria Unitec, Bogotá, 1994-1997. Actualmente es profesor de
producción para garantizar a toda costa el lucro
tiempo completo del programa de Comunicación Social de la
Universidad del Norte. del negocio fílmico, y no se dan cuenta de que lo
Sergio es un hombre víctima del estancamiento, Pensar en Sergio es como recordar a otros
de la incapacidad para encajar en el nuevo orden grandes personajes del cine como Marcello, el pe-
de las cosas. Por eso se comporta pasivamente, riodista frívolo y vacío de La Dolce Vita de Fellini,
introspectivamente. Lo único que le queda es o Thomas, el fotógrafo de modas desencantado
deambular, esperar, meditar en silencio su des- e indolente de la también magistral Blow Up, de
gracia. Habiéndose podido ir con sus padres y su Antonioni. A pesar de que sus contextos de trama
esposa para Estados Unidos, se queda en la isla. son diametralmente opuestos a los de Sergio, como
El conflicto del personaje moderno es de origen personajes son semejantes en su complejidad, en
interno y no siempre resulta del todo razonable su misterio, en su carácter no resuelto, inconcluso.
o entendible en términos lógicos. En su deambu- Son personajes como Sergio, Marcello y Thomas
lar por La Habana, Sergio conoce a Elena, una los que deambulan por las historias de la van-
muchacha ingenua y frívola que sueña con ser guardia cinematográfica que floreció en los años
actriz. A pesar de que siente desprecio por ella, cincuentas y sesentas, con movimientos como
Sergio la seduce y la convence de que se acueste la Nueva Ola francesa2 o el Free Cinema inglés3,
con él a cambio de regalarle unos vestidos de su cuando el cine empieza a trascender lo simplista
mujer. Aburrido con la superficialidad de Elena, y esquemático para ahondar en los laberintos del
Sergio la ignora y evade. Unos días más tarde la alma humana, en los conflictos entre el individuo
familia de Elena acusa ante la justicia a Sergio de y la sociedad, el hombre y la mujer, víctimas de
haber abusado sexualmente de ella. A veces, es el su propia creación.
personaje mismo quien se condena y el carácter
contradictorio de sus acciones revela las comple- Al igual que Blow Up o La Dolce Vita, Memorias
jidades de la naturaleza humana. Seguramente en no es posible a la luz de los cánones clásicos. El
un esquema del cine americano Sergio sería un relato de estas películas de vanguardia tiene como
59
premisa fundamental la exploración del personaje sin misterio, sin contradicciones. Excepciones
de la narración, mientras que para la dramatur- importantes como las películas de Víctor Gaviria,
gia cinematográfica clásica (herencia del modelo o como clásicos como Confesión a Laura de Jaime
aristotélico4) lo fundamental es la trama y su de- Osorio, o la reciente Satanás de Andi Baiz, marcan
sarrollo lógico y causal. En cambio, en el cine de la diferencia.
vanguardia el personaje asume el papel principal y
los eventos que componen el relato se supeditan a Un realizador no puede imponer su mirada en
él o ella, son resultantes de sus acciones, decisio- una película. Son los personajes quienes, a tra-
nes, reflejos de su mundo interno. La trama deja vés de su punto de vista del mundo, transmiten
de ser predecible y se convierte en una suerte de un discurso al espectador. Es en el respeto que
viaje, de aventura a un nuevo mundo. el realizador tiene por la independencia de sus
personajes, por el derecho a una individualidad
Memorias del subdesarrollo es un ejemplo de que original, única y humana, donde el relato se carga
lo fundamental de la cinematografía de un país no con una visión particular y deja de ser un simple
es exclusivamente el número de películas que se conjunto de imágenes y sonidos des-animado, y
produzcan en un año o el dinero que éstas dejen en adquiere lo que podríamos llamar un alma.
taquilla. Si fuera así no habría ninguna diferencia
entre el cine y la televisión, entre el arte cinema- Próximamente, Memorias del subdesarrollo
tográfico y los culebrones venezolanos. Pienso que cumplirá 40 años de haber sido estrenada. No
el cine es, entre otras cosas, memoria. A su vez, la fue una película pensada para gustar, ni para ser
memoria es identidad. Un ser humano sin memoria taquillera, ni para construir “industria”. Fue una
es un individuo incapaz de reconocerse a sí mismo, obra inspirada por la visión honesta y madura de
de saber quién es, de dónde viene y hacia dónde un gran director. Fue un documento producto de
va, así como una sociedad sin cine es una sociedad la reflexión profunda en torno a una sociedad y
miope que está condenada al estancamiento. las contradicciones y paradojas históricas de su
momento. Fue un relato elaborado en torno a un
Si examinamos en profundidad el caso del personaje dramático interesante, complejo y muy
cine en Colombia en la actualidad, vemos que humano. Por eso, mientras que miles de películas
nuestro “subdesarrollo” cinematográfico no pro- han pasado y seguirán pasando por las salas de
viene exclusivamente de la falta de recursos o la cine sin dejar huella profunda en los espectadores,
ausencia de una tan anhelada industria, de la Memorias perdurará de manera indefinida como
misma manera que los recientes “taquillazos” del una de las mejores películas de la historia del cine
cine colombiano tampoco significan el nacimiento latinoamericano de todos los tiempos. Me pregun-
de una cinematografía nacional. Es un asunto to, ¿qué quedará de la mayoría de las películas del
que trasciende los números y las estadísticas. “nuevo” cine colombiano en 40 años?
Es un problema de miradas, de puntos de vista y
discursos. ¿Cuántas de las películas que se están Notas
haciendo lograrán convertirse verdaderamente en
documentos de un tiempo y un contexto? ¿Cuántas 1
Syd Field, llamado el gurú de los guionistas norteameri-
de ellas contienen una mirada particular y especial canos, ha impuesto a través de sus manuales y libros de guión
la estructura clásica y el modelo aristotélico como el único
del mundo? ¿Cuántas trascienden lo superficial camino aceptable para la escritura de un guión.
para revelarnos la naturaleza humana más allá 2
Nombre con el que se denomina a la escuela vanguardista
de los estereotipos? cinematográfica nacida en Francia en los años cincuenta, que
buscaba reaccionar contra los esquemas del cine clásico acar-
Muchos de los pocos realizadores nacionales tonado complaciente y sentimentalista de su momento.
3
Término con el cual se denomina al movimiento cinema-
han tratado de explicar nuestro momento históri- tográfico inglés de vanguardia de los años cincuenta, el cual,
co a través de sus películas. El asunto es que, en siguiendo la línea del cine documental y del neorrealista italia-
la mayoría de los casos, se han preocupado más no, buscaba acercarse a los seres anónimos de la sociedad.
por dictar cátedra o moralizar que por construir 4
Aristóteles, con su obra Poética sienta las bases de la
personajes tridimensionales, abiertos, humanos y dramaturgia occidental. Su modelo dramático basado en el
estudio de la tragedia griega clásica designa a la trama como
reales. En nuestra cinematografía, en la mayoría el elemento más importante en un drama, relegando la figura
de los casos, los personajes siguen siendo títeres de del personaje a un segundo plano. Es decir, el personaje es
la trama, figuritas acomodadas según la fórmula quien se amolda a la trama y no al revés, como lo propondrían
narrativa. Personajes carentes de personalidad, las artes narrativas y dramáticas en la modernidad.
60
Lectura y escritura en la universidad:
desastre que se avecina
62
Naturaleza casi muerta
de Giselle Massard Lozano, graduada de
joven y nueva
de los siguientes artículos.
en el Caribe de Colombia:
prosa y poesía
Alfredo Marcos María
Nuevo no es lo mismo que joven. En las páginas Caribe, sus gentes, sus generaciones —perdidas
siguientes, el lector hallará una selección de tra- o desperdiciadas—, sus pueblos, sus ciudades,
bajos literarios, cuyos autores son escritores de sus virtudes, sus problemas —anacrónicos y fu-
o en el Caribe de Colombia. Son nuevos, porque turos—, sus esperanzas e ilusiones —perdidas o
no forman parte del elenco de vacas sagradas de recobradas—, sus fantasías, su realidad ardiente
nuestro panorama oficial, conocidos algunos has- y malsana —por reafirmar o por transformar—,
ta el empalague. Son jóvenes, porque su edad se y así hasta el infinito, donde nuestra voz no al-
sitúa desde los ocho años en adelante. Atractivo canza, asordinada por la hiedra de las paredes
segmento generacional que manifiesta el interés gélidas de la cada vez menos remota cumbre pa-
por la literatura en una Arcadia en la que el poeta ramuna, que esquivó sabiamente Julio Enrique
cartagenero anotaba que “nadie escribe”. El teó- Blanco en busca de claridades filosóficas a orillas
rico György Lukács afirma que en la literatura del Caribe. Notamos asimismo que no todos son
se refleja artísticamente la realidad: eso hacen escritores de carrera estrictos, si eso se pudiera
estos jóvenes o noveles escritores, cumpliendo en esta república; los hay de variadísimas pro-
tal vez el papel que Alejo Carpentier atribuye a fesiones u oficios. La muestra no pretende ser
los artistas latinoamericanos: poner en la escena representativa ni universal. Y tampoco hubo
del arte universal los valores de nuestra América. ninguna convocatoria pública. Las colaboracio-
En las siguientes páginas se halla reflejada artís- nes llegaron voluntariamente, a pedir de boca.
ticamente pues nuestra Colombia, nuestra Costa Se levanta el telón.
Tengo que imaginarme la historia real de un pueblo en el pueblo no había muchas cosas que hacer.
del que nadie quiere o no sabe decirme nada, de un En cambio el domingo, apenas salía el sol a las
pueblo acerca del cual me he cansado de averiguar seis, Inés L. se deslizaba del mosquitero con cuidado
en los entresijos del nuevo museo romántico de la para no despertar a Mama J., su tía, y se sentaba
ciudad. Las páginas amarillentas se desvanecen sin en el tocador a mirarse los ojos grandes negros; y
haber contenido jamás una frase veraz acerca del a retocarse con polvos, que se traía cuando iba a
antiguo muelle. la vecina ciudad de Barranquilla los sábados. Y se
Podría ser que la sombra miserable de las ruinas desenredaba despacio su larga cabellera; su lechosa
de ese puerto sean suficientes para originar una piel, decía Mama J., que era herencia de un catalán
crónica de los hechos, o bien no. El relato mismo que se enamoró de su abuela, pero el óvalo rasgado
que uno pueda degustar, que ha pasado por nues- de los ojos, se lo achacaban a una preciosa nativa
tro lado y se ha instalado en el tiempo junto a las que había capturado a su tío abuelo por parte de
cosas perdidas. padre.
Por lo que he sabido, en esa época perdida se Pero ella no se fijaba en su reflejo en el espejo, se
construyó aquel gran muelle, el que hoy yace re- la pasaba cavilando. Estaba deseosa de un hecho
costado sobre las arenas negras del antiguo puerto. que jamás se produciría. Y se la pasaba rezando a
Ya existían en el pueblo varias casas de material, e su Creador, de acuerdo a como se lo había enseña-
incluso el obispo de Barranquilla había conseguido do su tía: Ave Maria gratia in aliqua re si pecatur.
una bonita iglesia para la villa que rodeaba al puerto, Y pensaba las cosas así, en latín. Para que no se le
el cual corría el riesgo de ser invadido por los libera- olvidara, para practicar; porque en ese puerto nadie
les. Esa iglesia le había costado muchos sermones estaba interesado en una lengua muerta. Pero ella
desde los púlpitos de la metrópolis vecina; provocar tenía la esperanza de poder hablar un día con el cura
con palabras a los conservadores buenos católicos; en ese idioma. Si era capaz de dirigirle la palabra.
para que se desprendieran de un poco de plata de No entendía cómo era que a Dios no lo alcanza-
sus arcas repletas por las ventas de mercancías ran su voz y sus súplicas; al fin y al cabo le había
ultramarinas. Al cura de Puerto Valdés, que así se dedicado todas las puntadas que daba al mantel del
llamaba este lugar fantasmal, lo encargó de Mede- altar mayor. Aunque no podía hablar con el cura en
llín, y de esta forma, los sainetes en latín obtuvieron latín, pedía algo tan imposible que hacía que cada
ese ritmo apaisado, que tienen los habitantes de las cadeneta en el mantel fuese un Ave María; y cada
montañas al hablar. punto en cruz un Padrenuestro; y cada dobladillo
Tal vez era por eso que Inés L. acudía sin falta un Credo.
los domingos a las ocho a misa; por los sermones Entre tanto bordaba, se sentaba a la ventana
dulces y casi acompasados del cura. que daba al puerto, y de vez en cuando estiraba el
O tal vez era que el tañido lisonjero de las cam- cuello sudado, y se levantaba el cabello en alto para
panas invitaba como a una fiesta; y la verdad es que no asfixiarse. Pero mientras daba otra puntada,
miraba a los peones esclavos colocar los tablones
* Nació en Barranquilla, 12 de sept., 1957. En Madrid se al ritmo de sones que parecían tristes.
especializó en cine, producción y escritura de guiones. Ejerce
como novelista, poeta y escritora de libros infantiles. En la
Era cuando su mente vagaba por los atardece-
actualidad trabaja como analista sénior en la red exterior de
un banco español.
Salve María hermosa, si en algo cometo una falta.
65
uno no está atento, ese mensaje puede no ser leído fuerza de las aguas podía inundar la cubierta de un
jamás. casco de gran eslora. Las lumbreras ya no ofrecían
Escuchó, por lo tanto, cuando se leyó el libro de ninguna claridad en la cámara del capitán Watteau,
Jeremías, en el capítulo en el que se hablaba de una quien se confundía en la duermevela por los golpes
rotura de la Alianza. En el que Yahvé manifestaba que producía un bote salvavidas desprendido de su
que se había restablecido una conjura entre los pescante. El azote de barlovento acercó el eco de la
hombres de Judea y los habitantes de Jerusalén; por madera quejosa hasta el sobresalto, despertándolo.
lo cual habían vuelto a la iniquidad de sus primeros Nunca sabría que él estaba destinado, con su pre-
padres, y por eso Yahvé decía que iba a traer sobre sencia, a cumplir el más secreto deseo de Inés L.
ellos una desgracia, de la que no podrían escapar, El cruel compás de las aguas avariciosas le tras-
y no escucharía a nadie que clamara piedad: “Las tocó el sentido del lugar de las cosas; no se acos-
ciudades de Judea irán entonces a suplicar a los tumbraba a la vida marinera más que cuando veía
dioses a quienes incensaron, pero no podrán sal- a su luna siguiéndolo secular, obstinada.
varlos en el tiempo de su desgracia.” La distancia entre la cámara y el puente de
Y luego terminaba diciendo el Señor que no se mando fue suficiente para marcar el intermitente
insistiera en rogar por ese pueblo, pues no iba a es- recuerdo de los lugares de más amparo. Así que el
cuchar ni a lamentarse, e Inés L. sentía compasión capitán Watteau, en un acto de auténtica nostalgia,
por el pueblo siempre perdido de Jerusalén. Tan se paseó, en su imaginación, en una berlina por los
distinto al suyo, donde sólo quedaban unos días bulevares de París, hasta la Puerta de San Martín,
para estrenar el muelle, hecho con madera creo- y allí se confundió con la animación de numerosos
sotada en pilares y soportes de hierro. El próximo clientes, quienes ocupaban largas hileras de sillas
domingo se celebraría el estreno del tercer muelle y mesas, dispuestas a la bebida y la risa.
más largo del mundo, con sus mil quinientos metros En una manera de estar, de ocupar un lugar
de extensión. entre los hombres, este capitán francés existía junto
Todos los personajes importantes del pueblo y con una sensación de extrañeza; ese sentimiento
de la metrópoli estarían presentes para confirmar que tienen los hombres sin casa ni frontera. El re-
la dilación de su plataforma, capaz de dar cabida, a sidía en un espacio acogedor, que él mismo se em-
un tiempo, a seis vapores de catorce mil toneladas peñara en abandonar una y otra vez; ante el hecho
cada uno. La banda del General se preparaba por radical de la caducidad de las cosas.
las tardes, tocando siempre el vals Sobre las olas; Y cuando los límites de la persecución se
las notas se repetían inclementes, sobre los toldos rompían, en la noche, se entretenía recuperando
ardientes de las ventanas sordas de la siesta. bailarinas de cabaret, y prostitutas queridas de
Las meditaciones la llevaron a recordar los días peligrosos navajeros, en Montmartre. En ese lugar
en los que a nadie se le había ocurrido construir donde deliraba la audiencia que incluía al capitán
aquella obra colosal, y el mar podía arropar Watteau cuando huía de Marsella y su mar; Mar-
la playa sin ningún inconveniente. Ahora se sella y sus fábricas de pieles perfumadas de
estrellaba furioso sobre los pilares, pidiendo mujer, azulejos y aceite esperándolo también
venganza. El mar se hallaba consternado por como París; para ahogarlo en su vicio y en su
el vocerío de los humanos. nostalgie de la boue.
Recibió la bendición con un in no- —Attachez d’une maudite fois, cette
mine Patris et Filii et Spiritus Sanctiiv, chaloupe au pont!vi
y sin volver la cabeza se apresuró Fue el grito que alcanzó a pro-
a tomar la salida hacia la puerta ferir, ante la visión hórrida de la
sur-este, la cual le permitía dar un montaña de agua, que duplicaba
rodeo antes de llegar a la casa de los en tamaño la manga y la punta del
tíos. Cuando la arena bajo sus pies buque.
comenzó a tornarse negra y húmeda, Debió ser esta imagen, la que jugue-
se quitó los zapatos y penetró sus plan- teó entre los párpados de Inés L. durante el
tas en ella. A pesar que la brisa estaba en el final de su siesta, porque al rato pudo ver por
extremo del país, el mar se levantaba encabritado la ventana el remolino oscuro y enorme, que iba
como si lo empujaran desde dentro. llevándose consigo las casas que quedaban junto
A muchos nudos de la orilla, se presentía que la al playón; y se acercaba al muelle desprendiéndolo
iv
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Nostalgia del fango.
vi
¡Átale por maldita vez (fe) esta bote al puente!
66
de un solo cuajo. Hasta que dejó el toldo sudando, de construir lo reconciliara consigo mismo.
no pudo darse cuenta que por la ventana sólo se Hacer llegar el ferrocarril desde la Metrópoli hasta
apreciaba, tranquila, la afluencia de los viajeros. el muelle fue una de las obras que más problemas
El reflejo del sonido de la banda repitién- le había traído. Los metropolitanos veían
dose como en un ensayo, repercutió en su con envidia agorera, que a ese cubano
balcón, y se replegó en una centella onírica, antimonárquico se le hubiera ocurrido la
que la espabiló, en el pequeño gesto de sus realización desmesurada de una obra que
pestañas al abatirse. El murmullo de las cua- sólo existía en el marasmo de las charlas
drigas, formadas a nivel de acontecimiento, por la tarde, sentados en sus mecedoras.
la llevó a pensar en un domingo inusual. Allí, mientras se abanicaban con ritmo
Enseguida se estremeció ante la evidencia perfecto, meditaban en voz alta las con-
de los motivos de ese descuadrado jú- secuencias miles de los afanes del señor
bilo. La música; la horda de extraños Valdés.
en el muelle; los globos hinchándose “Mira que escribirle el mismo Presidente
para navegar en el vasto océano del de la República un poema.”
aire; todo el olor agridulce y salobre de “Y para hacer la vía del ferrocarril,
las viandas; las “palenqueras” afanadas se trajeron al negrerío de Cartagena de
con sus dulces “alegrías” con coco y anís. Indias. Y por las noches las calles pare-
Todo aglomerado en la confabulación de cen boca de Leviatán. Se vienen cantando
la ronda de la inauguración. canciones quizás lúbricas, persiguiendo la vía
—¿No van a tener final tus pesadillas? cuando obscurece. En Puerto Valdés todavía no
—dijo Julio Valdés, detrás de la gruesa hay muchas mujeres. Y las que hay, no salen sino
puerta de caoba, violada sin remedio por la a misa.”
fuerza de su voz. Pero el eco de un vals jugueteó con los almendros
En Julio continuaba produciéndose el mismo en el primer patio, y no le permitió a Julio escuchar
estremecimiento incontinente, ante la sola mención la conspiración en contra de su obra. Su espíritu de
o aún más, frente a la presencia física de su sobrina. perenne añoranza, por no tener el don de la ubicui-
Se detuvo un momento, esperando una respuesta dad, le impedía ver más allá de sus pensamientos.
que se asomó con un susurro. Aún faltaban varios años para la felonía. Él, ni nadie,
—Ya voy, ya voy. podía suponer el destino terrible de ese puerto.
Mientras resonaban apagándose las pisadas del Entretanto había que afrontar la pompa con
tío Julio el ingeniero, Inés L. procedía al ritual, esta aire valiente, y para eso nada mejor que ponerse el
vez apresurado, de su acicalamiento. Y pensaba en mejor traje de lino blanco que le había preparado
su tío Julio. Tan grande como un árbol y tan viejo Mama J. Cada uno a solas, Julio, Mama J. e Inés, se
y tan acogedor. prepararon para la inauguración a golpe de espejos,
Tenía que hacer un esfuerzo, para imaginárselo mantilla y agua de colonia. Sin embargo, Inés L. les
en la concepción de aquellas obras, destinadas a dijo a sus tíos que parecía que fueran a un velorio y
permanecer varias vidas más que la suya. Todavía ambos sonrieron y se miraron a los ojos para huir
no habían construido la cúpula avenerada de la igle- de ese absurdo temor compartido.
sia, y ella no había comenzado con la ceremonia de Decidieron, entre los tres, recorrer en carro la
los espejos, cuando a su tío ya lo traía sonámbulo, distancia mínima que los separaba del muelle, e
en las noches calinosas, el proyecto del muelle que Inés L. sospechó que aquel día se cumpliría un
Puerto Valdés estaba conmemorando, junto con los deseo guardado desde hacia, por lo menos, un par
metropolitanos y los marineros ingleses y franceses de temporadas.
y los representantes del Estado, quienes se querían Podía ser que la colocaran en medio de los tíos
afirmar ante la superioridad del momento. y le hicieran su primer daguerrotipo. Perficio scrip-
Cuando Julio Valdés regresó de Cuba trajo muy tumvii. De cualquier forma, si uno está de suerte,
poco equipaje en sus alforjas. En las Antillas se pensaba, siempre se cumple algo, que está escrito
quedaron los frenéticos atardeceres. El fuego del en alguna parte.
arrebol postrero. Los estallidos de las escopetas de El recelo provocado por el recuerdo del sueño
contrabando. Las vísceras reventadas de los mejores con remolinos, en el que se vislumbró al capitán
amigos de juventud. aventurero, desapareció del espíritu de ella, cuando
No le resultó difícil abandonar la lucha contra los el vocerío atropelló la triple sombra.
españoles porque tanto dolor le pareció inútil. Dejó
el monte y el tráfico de armas buscando que el acto vii
Cúmplase lo que está escrito.
67
—¡Puerto, puerto! —se escuchaba decir de las locura colectiva, se destilaba desde su vestido de lino
gentes del barrio La Floresta, las del Callejón de sin decir nada. También callada, Mama J. rezumaba
Stuard y hasta del Dividivi, quienes se apoderaron impaciencia abanicando sus pensamientos intran-
del tren desde Barranquilla; y querían ensalzar lo quilos. Preocupaba a la señora la conocida ofusca-
que tanto se codiciara. ción del señor Valdés hacia su sobrina. Juntos, en
Los vapores se quejaron en el muelle del incesan- medio del ruido, caminaron hasta la casona.
te movimiento del mar, sutil y terco. Ahora de ese Los criados no habían podido descansar de
mar no queda sino su rastro, en un charco inmun- ninguna forma, y la llegada del grupo fue un buen
do rebosado de escombros y basura. La fuerza del pretexto para espernancar los ventanales, quitando
verde permanece incólume también; y aquel verde postigos para disipar la curiosidad por el bullicio.
en este muelle ya fallecido lo producían los El capitán Watteau permaneció de pie respetuoso,
grandes árboles de la explanada, y el juego hasta que Mama J. no le hizo una señal que él
de los colores que la horda generaba en interpretó como que se podía sentar. Luego
su festejo. hicieron llegar al fotógrafo, enviando a la
El capitán Watteau vivió lo mara- criada más pequeña a buscarlo, a res-
villoso inmediato de aquella mañana, catarlo de la barahúnda; y cuando él
asomado con un catalejo desde su tuvo todo listo con sus placas de cobre
puente. No quiso, en un principio, y plata y su caballete para el daguerro-
acompañar a su tripulación. Lo pertur- tipo, los demás inspiraron profundo,
baba la multiplicidad de palabras que es- curvando la sonrisa por ese momento
cuchaba sin entender, aunque le recordaba a la entre los párpados. Luego Inés se separó
políglota Marsella. Pero como mandaba el protocolo, del grupo y le dijo en latín al capitán:
había de recibir de manos del señor Valdés las lla- —Yo misma le llevaré el retrato.
ves del puerto, por comandar el Saint Laurent. Pero Antolín Cote, el fotógrafo, tardó tres días y una
antes de sonreír forzado, y apretar la amplia mano mañana entera en terminar de retocar una copia
de aquel cubano, pudo otearlo con su lente desde del daguerrotipo para Inés. Alguien abrió la puerta
el puente, y dibujarlo en la memoria, y con él a sus pesada de caoba, de la casa de los Valdés, cuando
acompañantes. Antolín tomó la cabeza de león de bronce que hacia
—Merci, merciviii —susurró en el momento de de aldaba, para golpear una sola vez, pero fuerte.
recibir las insignias. Ella apareció lavada la cara por la tarde pesada de
Susurró, pero no tan bajo que Inés L. no escu- junio, con el cabello recogido hacia arriba, y esa
chara su timbre cálido desconocido, y propiciara la voz susurrante que utilizaba para distanciarse de
mirada fija de ella, la misma que se le congeló en el los demás.
daguerrotipo que finalmente le hicieran a la joven, —Perdone, seño, aquí le traigo lo que usté me
a sus tíos y al capitán francés. Esa misma tarde de pidió que le hiciera; a ver si le gusta —le dijo Cote
la que ya nadie se acuerda. ante sus “buenas tardes”.
Durante el trayecto hacia la gran casa de madera Ella lo tomó con ambas manos y deslizó una mi-
pintada de azul y blanco, el marino, que acompa- rada inmóvil, y se fue caminando sin notarse ruido
ñaba a Inés L. y su comitiva, se vio zarandeado por sobre las baldosas negras y blancas, y apareció con
las olas humanas del regocijo en el estreno. Los una bandeja de tintos: uno para el Antolín y otro
braceros agarraban con afrenta los traseros de las para ella. En la muñeca colgaba una bolsita de ma-
hijas de los comerciantes y políticos, quienes en la cramé, llena con los billetes grandes de entonces,
confusión, reían ante el empuje del aguardiente de para entregárselos como muestra de su agrado.
caña. Las viandas mosqueadas y jugosas se ofrecían Estuvieron un rato hablando, mientras los lagar-
sin escrúpulo; piñas rebosantes de miel; ruborizadas tos eran perseguidos por los niños que no quisieron
patillas al lado de los huevos de iguana, frescos y dormir la siesta. Hablaron de las chicas desapareci-
asoleados. Aves sazonadas con la mejor de las inten- das el día de la fiesta de la inauguración; mientras,
ciones, cerdos rellenos como butifarras, con la boca el olor del aceite frito de las arepas con huevo se
abierta en el último estertor de cólera. La música colaba hasta el salón desde la cocina.
sacudía los ánimos con implacables trompetas y Las muchachas y Mama J., que estaban ocupa-
acordeones; estos últimos importados hacía menos das en la merienda de las seis, no vieron entrar ni
de cincuenta años de Alemania. despedirse a Antolín Cote con su sombrero saba-
El señor Valdés, en medio de los músicos y la nero. Nadie supo del encargo que Inés había hecho
del daguerrotipo.
viii
Gracias, gracias. Así que el daguerrotipo permaneció sólo una no-
68
che en ese baúl, acompañando el ajuar que Mama verdadera venganza del mar con su espuma; de la
J. le estaba preparando; porque la joven pudo costa con su furioso viento; y del cielo con el desgaje
apreciar por la ventana que el Saint Laurent había del agua atrapada hasta el momento, en la espera
estado ocupando sus bodegas de forma apresurada, de ese preciso trayecto.
para zarpar antes que apareciera una tormenta, y El Capitán olvidó su latín; utilizó su marsellés
aprovechó el comienzo del sosiego de esa tarde para acento:
tomarlo con cuidado, envuelto en una sábana de —N’sorts pas d’ici, tu peux mourir. Viens,
raso, y salir. viens!ix
La ofrenda de ese mediodía la presentó el rítmico Para la joven, la frase no tuvo ningún significado
caminar de Inés L. hacia la pensión de hombres de la y atándose todavía las sandalias, tomó la misma
cartagenera Sonia Angulo. Las lagartijas se sorpren- puerta por la que había entrado y desapareció con
dieron en su holganza y escaparon por casualidad la ráfaga de la brisa.
al choque de sus sandalias. En la casa de Julio Valdés, los criados horrori-
Sonia Angulo no la vio entrar a su casa, porque zados ante la fuerza del aguacero corrían a cerrar
Inés pasó justo por el corredor donde estaba repo- ventanas y portones con picaportes dobles, conoce-
sando el bochorno Watteau, que golpeó con una de dores como eran todos de las posibles consecuencias
sus botas el chaflán en una expresión de sorpresa. de una borrasca como aquella.
La joven utilizó los escalones del lado este, para en- Mama J. pensó que Inés estaría encerrada en su
tregarle el notificado obsequio. Y le dijo, utilizando habitación, asustada, como siempre había hecho
la consigna previa de Inés L., en latín: para refugiarse de los truenos, y se limitó a rezar
—Sabía que tú vendrías con lo prometido. el rosario con voces muy altas para que la Virgen
La joven no dijo nada y permitió que Watteau María y las ánimas del purgatorio los protegieran del
rozara con el dorso de sus manos la procedencia infierno que se debatía ahí fuera, tras los postigos
de una tez tranquila, cual lago quieto y generoso. Y apretados.
cerró los ojos para encontrarse otra vez sola; pensó Tres horas y media después, casi a las nueve de
si esas manos que recorrían sus pechos nuevos no la noche, cuando ya estaban cansados de tanta leta-
habían estado antes allí en otro momento, cuando nía, decidieron ir a llamar a Inés, que se despertara,
aún era niña, y su tío Julio había llegado a su pue- que se atreviera a salir, porque no quedaba más
blo para construir el Canal del Dique y, de paso, remedio que pasar el susto con la barriga llena.
visitar a la familia de su querido hermano muerto. Cuando no contestó, ni siquiera al tío Julio, al
Había llamado tantas veces, de pequeña, el alma que cualquiera obedecía bajo el peso de la sonoridad
de su padre... de su garganta, fue cuando entraron a su habitación
Luego se dejó capturar en el movimiento de un y la encontraron presa de la melancolía de su au-
cazador de mariposas. Atravesada con el alfiler, la sencia. Julio comprendió que por fin el deseo de su
cabecita fácil del insecto; completas las multicolores sobrina se había cumplido, que ahora acompañaría
alas; cumplida la tarea de su búsqueda y apresa- a su padre en el reino de los muertos. Pero nadie
miento. Inés L. abrió los ojos para advertir la otra supo quién o qué la motivó a alejarse de la casona,
presencia, la que contorneaba su piel. El capitán justo la tarde de esa tromba marina.
jamás hizo un trazo más delicado, al delinear la Al día siguiente, fue necesaria toda la tripulación
frontera de sus labios, y desentrañar con la yema del Saint James para desalojar de cubierta todas
de los dedos el pubis de la joven amándolo. las conchas, moluscos, algas y cuanto resto vegetal
La embriaguez de la destemplanza no se detuvo, y peces y cangrejos surgieron del fondo del mar.
hasta el despegue del primer trueno de la tormenta Watteau subió el último, vociferando que soltaran
adelantada. En el laberinto de sudor, dedos como amarras, con la esperanza de ver a la pequeña por-
pinceles, y manos como alcatraces, no se dieron teña. Antes había hecho colocar en su camarote
cuenta de la súbita oscuridad que acotaron las la copia del daguerrotipo que lo acompañaría casi
nubes en su desesperada decisión. por el resto de su vida, junto con la luna errante
El acto de la huida sudorosa del mosquitero del nuevo puerto.
volvió a repetirse; pero esta vez para corroborar la
ix
¡No, sal de aquí, puedes morir. Venga, venga!
69
La cúpula del cielo
(o Del superlativo)
Martín Txeis
Con la ansiosa paciencia con que un grupo de las cosas con Nora no marchaban bien y la noche
hombres penetraría la montaña a fin de atrave- anterior habían discutido fuertemente.
sarla, las hormigas avanzaban en los nísperos, El amor no es algo que nos cubra de súbito
apenas frescos la semana pasada. sin antes haber sido tejido con mil pequeñeces y
Tras haber entregado un grueso corregido (poco subjetividades; que según la medida de nuestros
después del medio día) la tarde del viernes la dis- caprichos vienen a tener en nosotros la relevancia
puso al ocio. Dejó las oficinas de la revista con suficiente para hacerse una prioridad. Luego se
un buen humor sobreentendido, llevaba aquella camina por caminos de ironía: vivir para una mu-
camisa blanca a medias desabotonada; con dejos jer puede llevar al hombre a olvidar que comparte
de deleitada distracción, salió del su vida con ella; pero, esto no le
edificio frente al cual parecía der- sucedería al editor… Nora tenía por
ramarse la calle del comercio y se fruta dilecta el níspero y por dilecta
sintió como Jonás vomitado por poesía la italiana, de modo que él
el pez mítico. Nuevo bajo el azul enmendaría toda conyugal torpeza
del viernes e iniciado en la locura con la más agradable velada la
del tráfico, los pregones, las bis- noche del sábado y el domingo.
uterías, los yerbateros ambulantes Nora comería sus nísperos en el
y los portentosos culos de la calle más apacible vaivén de hamacas y
del comercio. escucharía de sus labios aquellos
Quería inventarse una disten- versos sicilianos.
sión y nada más afín a la rara El ascensor estaba descom-
sensibilidad del editor que una larga caminata puesto, de modo que subió por las escalinatas,
por el callejón de salta ranas hasta el mercado de operación esta que evidenció su mal estado físico.
las mandarinas y los libros viejos, al que llegó sin Abrió la puerta algo cansado y dejó los nísperos
muchos afanes, fumando con lento disfrute un par y el libro junto a la ventana. Por las venecianas
de cigarrillos, tras los cuales se sintió alegremente a medio abrir el ocaso filtraba sus últimas luces;
mareado. escasas, pero suficientes para liar la yerba, fumar
Entró al pequeño local de un viejo librero y un poco y hacer una siesta a la espera de Nora, que
largo rato husmeó entre el polvo de los estantes muy seguramente había ido a comprar un florero
antes de hallar un ejemplar antológico de Salvatore que remplazara aquel que se había roto durante
Quasimodo. Pagó al anciano el precio sugerido y la discusión.
dejó el local a paso de gacela. De oníricos hilos, una ventana, lila, a dos hojas
Cierto callejón por el cual se llegaba a la calle entreabiertas, suspendida en la vasta extensión de
del comercio estaba invadido por un olor a nísperos la materia no creada. Una niña gorda de ojos azules
que le insufló un triste optimismo. Hacía ya meses le miraba, y bajo el azul… cerca de una playa…
71
El pequeño tratado de las grandes virtudes, a pesar No tenía a Nora, ni a su cargo adición alguna.
de la mutua lectura, Nora se había ido. Es la misma línea mimética, el mismo tácito
Para el habitante del octavo piso aquél re- eslabón une todos los latidos, todas las formas
sultaba un sitio grandísimo, amplio de absurdos, desde lo indecible de la primera semilla.
cada detalle estaba íntimamente ligado a ella y ¡Error!: Honda estocada pretender el extenso
era por lo tanto una convocatoria trazo en la curva finita de la cadera
al recuerdo, así también cada calle, ausente.
cada partícula de aire, cada cuadro Iba ya a colocarse el nudo de la
de mala factura; sus pajas en el baño horca, cuando el banquillo de plás-
eran también un reporte amargo de tico sucumbió por el peso del suicida
la ausencia, pensaba imbuido de do- y el fardo de la cúpula del cielo que
lor, en un encuentro amoroso en el yacía sobre él. Fue a dar de culo al
parque destartalado del primer beso, piso e impacto tal lo desconcertó, no
sin meditar lo vergonzoso de éstos precisaba si reír, o llorar miserable-
cuando se pasa los cuarenta. mente; advirtió que se había cortado
Nora se había llevado al sur del con algún fragmento del florero roto
continente la delicia y a pedazos caía sobre él el durante la discusión de la semana pasada.
fardo insostenible de la cúpula del cielo. Miró su herida como un niño que al cruzar su
San Patricio era una canción que llegaba a él primer puente avista por vez primera el río. Se
hecha pregones, que cansados llegaban al octavo sintió cursi, paroxista; miró el banquillo de plás-
piso donde ad líbitum se estaba extinguiendo. tico, el nudo de la horca, sintió el vértigo de quien
El fardo se había hecho realmente insoportable, se sabe de culo contra el piso a metro y medio de
el nudo de la horca lo dispuso en el estudio; un la muerte.
banquillo de plástico sería el podium postrero, la —La vida es un feudo —se dijo.
camisa blanca que Nora le trajo de su último viaje, Y junto a los nísperos, firmado, Salvatore Quasi-
totalmente desabotonada exhibía una profunda modo: Y enseguida anochece.
fosa clavicular; el editor derrotado sepultaría con Durmió tras hondas reflexiones.
su vida todo recuerdo y con él se extinguiría el Fuera del claustro, San Patricio encendía sus
dolor de aquella ausencia. luces.
72
Búnker
74
el medidor meteorológico para revisarlo. Es más Día 5
difícil arreglar los equipos sin las herramientas No sé por qué pienso lo que pienso. Era más fácil
del búnker, dijo con la voz temblorosa y el rostro dentro del búnker. Pero ya no estamos dentro del
desencajado al mirarme. Pero el Manual no men- búnker y aquí afuera las cosas son diferentes. Y
ciona nada sobre herramientas especiales, salvo más ahora cuando empieza a escasear el agua de
el equipo que el Hombre 7 siempre carga consigo. veras. La orden es reducir las cantidades suminis-
¿Es sólo una cuestión de herramientas o es otra la tradas a la mitad. El descontento es general pero
razón por las que sus manos tiemblan? Mi trabajo no hay otra solución. Aunque el Hombre 3 se ha
consiste en hacerme ese tipo de preguntas. atrevido a proponerme algo. Me lo dijo en secreto
Mientras tanto, seguimos andando. mientras avanzábamos en la tarde con el sol en
su posición de máxima intensidad. Podríamos
Día 4 dividirnos en dos y enviar un pequeño grupo en
El medidor meteorológico continúa averiado. busca de agua potable en el pueblo más próximo.
Podemos prescindir de él. Mientras tengamos el Ni pensarlo. El Manual prohíbe rotundamente
orientador electrónico, el escáner de minas y el cualquier división del grupo, eso sería fatal para
mapa del Manual podremos seguir adelante. los objetivos de la misión. Además, buscar la ca-
Eso hacemos. rretera o el pueblo más cercano sería ponernos de
25 kilómetros el día de hoy. frente al Enemigo. Ni pensarlo. La orden es seguir
Me siento un tanto torpe y no soy el único. A adelante, controlar el consumo de agua y seguir la
pesar del intenso entrenamiento antes de entrar marcha. Nuestra misión es llegar a Las Dulces Pa-
al búnker, las cosas parecen ser lomas Cagadas, puede que en más
más difíciles ahora. El Hombre 6, de siete días, pero llegar allí.
por ejemplo, fue guardabosques la Al escuchar mi orden el Hombre
mayor parte de su vida, y aunque 3 disminuyó su paso para esperar al
terminó desempleado cuando en resto del grupo. No tuve necesidad
Patria Boba la guerra contra el Ene- de voltear a mirar para saber que
migo arrasó con los bosques, aún comunicaría mi orden a los demás.
recordaba muy bien sus antiguas Fue él quien se acercó a mí, pero
labores al momento de los entrena- eran todos los que hablaban. Estoy
mientos. Pero esta noche tuvo serios seguro de eso.
problemas para levantar una simple Las noches son frías. Cada vez
carpa de dormir. Los Hombres 4 y más frías. Por lo general, las nubes
9, un cajero de banco sin visión, y un actor de aparecen en las noches y cubren el cielo, ame-
teatro sin futuro —respectivamente—, tuvieron nazándonos con vientos fuertes. Pero esta noche
que ayudarlo. Al Hombre 10, un antiguo empre- las nubes no llegaron y una claridad desconocida
sario venido a menos, le están saliendo ampollas para nosotros baña la pradera carbonizada donde
en los pies, y lleva dos noches echándose algún acampamos. Las raíces del frío surgen de la tierra
raro medicamento proporcionado por el Hombre y nos congelan los huesos. El Hombre 10 hizo la
2, el médico del grupo. El Hombre 11, taxista de fogata de hoy.
profesión, tiene fiebre y dolores musculares. Una Después de la cena las horas tienden a alargar-
infección leve a causa de alguna espora incubada se haciéndose insoportables. El Manual recomien-
en el ambiente, dictaminó esta tarde el Hombre 2 da pequeñas reuniones para evaluar los adelantos
después de una rápida revisión. del día, pero desde hace dos noches esta práctica
Una presencia que desconozco deambula entre se ha visto deformada por nuestro comportamien-
mis hombres. Puedo sentirla mientras camino alre- to. La mayoría prefiere entrar directamente a sus
dedor de sus carpas antes de acostarme. El Manual respectivas carpas. A pesar de la existencia de
recomienda hacerlo todas las noches para brindar- elementos preocupantes a nuestro alrededor, el
les seguridad a los hombres del grupo. Pero no se sueño me vence con facilidad. Mis ojos se hacen
puede brindar seguridad cuando la incertidumbre cada vez más pesados.
entra al organismo como una corriente de frío. Es-
tratagemas sicológicas del Enemigo. Sus chillidos Día 6
a lo lejos. El repiqueteo de las balas. Las carreteras Algo ha debido ocurrir en la madrugada de hoy,
estallando al otro lado de la pradera. La noche que algo silencioso e inesperado que ha activado nue-
brilla por escasos segundos. El miedo. vas señales de alerta: el Hombre 3 ha desaparecido.
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Nadie vio nada. Nadie escuchó nada. Pero todos ser internado. En todo caso, fue eso lo que lo llevó
sabemos lo que ha ocurrido. Aunque su carpa de al búnker, donde su trabajo como médico no tuvo
dormir estaba en pie, el maletín con sus equipos no mucha demanda hasta ahora.
apareció por ninguna parte. Se ha esfumado como El reporte fue sencillo y se redujo al estado del
un fantasma, dijo el Hombre 12 con su rostro rígido Hombre 11: la fiebre y sus dolores musculares han
y hostil mientras recogía sus cosas. ¿Crees que es aumentado desde la última revisión. El médico
asunto de… ellos?, me preguntó el Hombre 4. Es cree que debemos hacer algo al respecto. ¿Algo
probable, les dije aumentando el tono de mi voz como qué?, le pregunté deteniéndome, mirando
para ser escuchado por los demás, todos sabemos sus ojos asustadizos, interrumpiendo de golpe su
por nuestro entrenamiento el tipo de armas de las posible sugerencia. Yo creo que debemos seguir
que se vale el Enemigo. Después me quedé callado, avanzando hasta que se oculte el sol, le dije re-
tratando de descifrar lo indecible, y, por primera anudando el paso. En la noche podrá descansar,
vez, la reacción del grupo generó una lectura ambi- el viento le servirá de alivio a sus dolores, le dije
gua en mí. Yo, que no debo experimentar lecturas dándole punto final a la conversación. El Hombre
ambiguas, sólo precisas, claras, metódicas. 2 se quedó callado. Mejor así.
Mañana completaremos el séptimo día desde Vientos fuertes después del atardecer. Esta-
que salimos del búnker y no creo que logremos llidos a lo lejos. Amenaza de lluvia. El medidor
nuestra meta. La ciudad sigue sin vislumbrarse. meteorológico sigue sin dar respuestas sobre el
La tierra por la que caminamos es tan idéntica, clima. Siento que avanzamos como ciegos en un
sin referentes considerables que diferencien una paisaje delirante. El sueño me vence, apenas me
porción de otra, que se me ha dado por pensar da tregua para escribir estas palabras.
algo atroz: Cada extensión de tierra parece ser
una prolongación de nuestro cerebro, cada vez Día 7
más aturdido, mareado… asfixiado, incluso. Es Soñé con el Enemigo. Escuché sus pasos desde
mejor no pensar en eso. Es mejor enfocarse en mi cambuche deambulando por el campamento.
lo estrictamente recomendado por el Manual: la Era de noche. Yo estaba sentado sobre la base
investigación es nuestro único objetivo. plástica de mi carpa, aterrado, abrazado a mis
El orientador electrónico está presentando piernas, tratando de descifrar las sombras que
fallas, me dijo el Hombre 7 al oído. Me pasó el crujían alrededor. Formas negras proyectadas
aparato y descubrí que las medidas en grados y sobre las paredes de la tienda por el efecto del
longitud de nuestra ubicación estaban descontro- fuego en el centro del campamento. Por primera
ladas, variando exageradamente al más mínimo vez en ocho años volví a sentir miedo. El terror era
movimiento. Nuevamente tratará de solucionarlo, tan vívido que traspasaba las tripas de mi sueño
mientras tanto, aconsejó guiarnos por el mapa y y podía sentirlo mientras dormía. Desde que entré
cálculos manuales. El Hombre 5, el al búnker había olvidado lo que sig-
experto en matemáticas del grupo, nificaba aquello. Entonces, una de
será el encargado de realizarlos. las sombras alargadas del Enemigo
Mis hombres siguen conversan- se acercó hasta mi carpa, y de un
do en secreto. Quizá ya sepan lo manotón la echó abajo.
del orientador electrónico. Esta vez Me desperté sobresaltado ante la
ninguno se atrevió a sugerirme algo. presencia del Hombre 2. Por algún
Esa presencia desconocida conti- motivo no pude levantarme a la hora
núa mezclándose con sus cuerpos indicada en el Manual. Imagino que
sudorosos. Lo sé. Cada vez estoy el cansancio por las intensas cami-
más seguro. natas se manifiesta en un sueño
El Hombre 2 se me acercó hace pesado y profundo.
unas horas para darme un último reporte sobre la La noticia del Hombre 2 fue escueta y clara
condición del grupo. En el hospital donde traba- una vez que abrí los ojos: los Hombres 6 y 11 no
jaba antes lo despidieron por negligencia al dejar aparecían por ningún lado. Sus carpas seguían en
morir a un paciente en una camilla. El Hombre pie, intactas. No había nada en ellas que mostrara
2 siempre alegó que su despido fue un lavado de evidencias del posible rapto. Lo ocurrido seguía
culpas ante la opinión pública de las directivas del siendo un misterio. A diferencia de ayer, no hubo
hospital, quienes le tenían terminantemente pro- comentarios al respecto, sólo un silencio seco e
hibido a sus médicos atender a cualquier paciente intenso que se expandió entre nosotros como el
si éste no tenía seguro o el dinero suficiente para sol que quemaba la mañana.
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Aunque hemos avanzado bastante en estos cuatro días aproximadamente, creo haber escu-
últimos tres días, la Plaza de Las Dulces Palomas chado.
Cagadas sigue estando lejos. Esta tarde, aprove-
chando un descanso sugerido por el Hombre 12, Día 8
le pedí un cálculo aproximado al Hombre 5 sobre El Enemigo no tiene rostro. Sus caras son trozos
la distancia que nos separa de nuestro objetivo. lisos de carne sin cavidades que indiquen órga-
Lo tendré listo esta noche, me dijo nos de visión u orificios bucales. Al
de forma tajante, cortando cualquier menos ésa era la apariencia de aquel
otra posibilidad de pregunta de parte que echó abajo mi carpa de un mano-
mía. Dos gotas de sudor bajaron de tón para sacarme afuera. Vestía un
su frente abriendo un camino húmedo traje de polietileno muy parecido al
entre los pliegues polvorientos de su nuestro, pero de un color más oscuro
rostro tensionado, como esperando a que se mimetizaba fácilmente con la
que desviara mi mirada para poder penumbra de la noche. El Enemigo
descansar. Si sus capacidades mate- me agarró del cabello, me puso de
máticas son tan sorprendentes como pie a la fuerza y me empujo para que
lo indica su hoja de vida en el Manual caminara delante de él. En mi sueño,
(matemático de la Universidad Nacio- el paisaje que se levantaba frente a
nal de Patria Boba, que debido a las escasas opor- mis ojos poseía un resplandor de fuego, aunque
tunidades laborales terminó escribiendo libritos no había fuego por ninguna parte. El camino que
insulsos para estudiantes flojos. Los más famosos: seguíamos se incendiaba espontáneamente, como
Matemáticas prácticas para mentes lentas y Solu- gritos surgidos de llamas invisibles.
ción rápida a los 100 problemas matemáticos más Esta vez fue el Hombre 4 quien me despertó.
difíciles de todos los tiempos). ¿Por qué no pudo Esta vez eran los Hombres 9, 10 y 12 quienes
entregarme el cálculo inmediatamente? Durante habían desaparecido en condiciones similares a
el resto del camino hasta la llegada de la noche, las anteriores. Los Enemigos nos pisan los talo-
pude verlo luchando con su libreta, tachando y nes, nos huelen los sobacos, siguen el rastro de
arrancando hojas, esforzándose por resolver mi nuestro miedo. Empacar de inmediato y salir sin
pedido. No hay duda: los ocho años de encierro dejar huellas fue mi orden. Otra vez esa tensión en
bajo tierra han debido atrofiar las neuronas de los rostros al escucharme, ese terror manifestado
todos, acostumbradas a la tranquilidad climati- en las frentes sudorosas y a punto de abrirse en
zada del búnker, y no a esta aridez que nos seca surcos de sangre. Decenas de gallinazos, ocultos
por dentro. quién sabe dónde, salieron disparados por el cielo
La cena de hoy fue igual a la de todas las no- encendido, marcando con sus sombras el camino
ches: una pasta concentrada de varios alimentos que debíamos seguir.
que el Hombre 8 calienta en una sartén sobre ¿Qué has pensado hacer si no encontramos
la fogata y luego reparte a cada uno, cuidando nuestro objetivo?, me preguntó al final de la tar-
las porciones, ahora más reducidas por razones de el Hombre 8 repartiendo la escasa ración de
obvias. La preparación no tarda más de cinco líquidos. Nos faltan de tres a cuatro días, le dije
minutos. mirando la medida de agua, cada vez más redu-
He dejado de caminar por el campamento antes cida, de mi vaso. El Hombre 8 se levantó de mi
de acostarme. Debido a los últimos acontecimien- lado, visiblemente disgustado y se unió al resto
tos ya poco se habla, y si surge alguna conversa- del grupo. La presencia desconocida que ronda
ción es corta, casi como secretos de los cuales soy el campamento, ahora se presenta ante mí como
excluido. He sido aislado de las relaciones socia- el fuego invisible de mi sueño. No debería pensar
les dentro del grupo. No es difícil darse cuenta. tanto, pero desde que salí del búnker ha sido im-
Además, está el sueño que no me deja muchos posible callar mi mente.
momentos de vigilia después de la comida. Otra vez el sueño me acuchilla temprano deján-
Ya el sueño empezaba a vencerme cuando el dome inerte sobre el suelo plástico de mi carpa. Pero
Hombre 5 entró a mi carpa para darme los resul- mis ojos entrecerrados aún pueden divisar unas
tados de sus cálculos. Recuerdo su rostro borroso últimas figuras más allá de las paredes de mi tienda:
como una máscara difusa en la nebulosa de mi las siluetas alargadas y temblorosas de mis hombres
mente. Recuerdo sus últimas palabras antes de reuniéndose alrededor del fuego, conversando en
salir, confundidas con el bullicio tenebroso del susurros como una tranquila tribu de antropófagos
Enemigo en lo inhóspito de la noche: De tres a hermanos. No puedo seguir escribiendo.
77
Día 9 preocupación: ¿De quiénes son los gritos en el
¿Por qué regresamos al búnker? Era ésa la pregun- segundo nivel del búnker?
ta que me hacía en mi sueño, al pie de la compuer- He violado las indicaciones del Manual. No
ta de acero, oculta bajo la maleza, que conducía debería decirlo, pero esto también debe quedar
al interior. El Enemigo no llevaba armas ni nada registrado si se quiere que esta investigación ten-
parecido en sus manos. Pero la sola ausencia de ga validez: ordené que nos detuviéramos antes
su rostro era suficiente amenaza. Yo de tiempo. La ventisca que empezó
no oponía resistencia alguna, y mi a soplar nos impidió movernos. En-
Enemigo, sin pronunciar palabra, tonces, algo surgido de muy adentro,
me transmitía todo aquello que debía como parte de ese fuego invisible que
hacer. Fue así como levanté la com- nos domina, hizo que me detuviese,
puerta para poder entrar. Bajamos que ordenase el asentamiento del
al primer nivel y de inmediato noté campamento antes de lo previsto.
algo diferente. El lugar había sido Permanecimos sentados al lado de
modificado. La sala donde solíamos nuestras carpas sin mirarnos, sin
pasar el tiempo estaba vacía y las pronunciar palabra. La polvareda
habitaciones clausuradas. El aire que traída por el viento nos convirtió en
respirábamos se percibía enrarecido y tres estatuas de arcilla en medio de la
pesado al mismo tiempo. Las luces halógenas se nada. La incertidumbre es belleza, pensé viendo el
habían transformado en grandes lamparones de paisaje estéril frente a mis ojos, el sol ocultándose
luz amarilla dándole una tonalidad más lúgubre entre los nubarrones de polvo. Esta noche hará
a los espacios. La temperatura plácida del inte- más frío que de costumbre.
rior había sido sustituida por un calor agobiante
que humedecía con transpiración las paredes de Día 10
concreto burdo, muy diferentes a las blancas e Los gritos se hacían más insoportables a medida
inmaculadas del búnker real. que bajaba las escaleras. El juego de sombras
Mi captor y yo no éramos los únicos en el in- sobre el suelo y los techos incrementaba las pro-
terior. Más allá, después de las escalinatas que porciones del búnker. Era un autómata atraído al
conducían al segundo nivel, donde antes estaba epicentro enigmático de una caverna. Una vez en el
el cuarto de máquinas, escuché gritos, y más que segundo nivel pude comprobar de qué se trataba:
gritos, quejidos, llantos de dolor. Mi captor perma- allí estaban, los 11 hombres de la Legión F, desnu-
neció de pie, inamovible. Yo, siguiendo el mandato dos, atados de pies y manos sobre plataformas de
de su silencio, bajé las escalinatas. hierro macizo que los mantenían erguidos con las
Me despertaron mis propios quejidos. El sol en- extremidades extendidas al máximo. Eran suyos
trando por la parte alta de mi tienda de campaña. El los quejidos, que al reventarse contra las paredes
sudor amargo de mi rostro humedeciendo mi boca. de concreto producían una resonancia perturbado-
Los murmullos de los Hombres 7 y 8, los únicos que ra. Otro grupo de hombres, idénticos a mi captor,
quedaban de la Legión F al iniciar el noveno día, deambulaba entre el círculo que formaban las 11
cruzados de brazos frente a mi carpa, esperando a plataformas en el centro del segundo nivel. Sólo
que saliera e indicara el siguiente paso. hacían eso: caminar entre los cuerpos de mis 11
Hoy empezamos la jornada de avance más tarde hombres, acercarse a ellos sin ni siquiera tocarlos.
que de costumbre. No se mencionó nada sobre la La sola presencia del Enemigo era suficiente para
desaparición de los Hombres 2, 4 y 5. El Hom- desencadenar los alaridos, como si todo aquello
bre 7 caminaba atrás de mí, y, sin dar razones, no fuera otra cosa que la puesta en práctica de
había renunciado al arreglo de los instrumentos. un experimento tortuoso y efectivo. Uno de los
El Hombre 8 cerraba la pequeña fila. Yo, pese a Enemigos, aquel que se mantenía al margen del
todo, no desisto de mi labor, y continúo anotando círculo de tortura tomando notas e introduciendo
en este diario el extraño devenir de nuestros com- datos en una computadora, fue quien me descu-
portamientos. Estamos cansados. Tenemos miedo. brió. Y al hacerlo él, lo hicieron todos los demás.
Somos tres invidentes aterrorizados perdidos en la Luego, una plataforma vacía apareció junto a las
tierra yerma de esta guerra sin nombre. ¿A dónde otras, y sin pronunciar palabra, ocupé el puesto
vamos? ¿Qué tan lejos estamos de nuestro obje- que esperaba por mí. El Enemigo se había apode-
tivo? ¿Habrá forma de llegar a él? Las preguntas rado del búnker.
importantes han sido reemplazadas por una única Sé que estoy solo. Nadie nos entrenó para esto
que ha estado ocurriendo. No somos soldados, sólo
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personas comunes y corrientes escogidas al azar y orientador electrónico me indica que estoy a es-
sin nada que perder, que aceptamos ser parte de casos tres días de Las Dulces Palomas Cagadas.
esta extraña investigación de comportamientos. A Mañana temprano continuaré la marcha.
decir verdad, a estas alturas la misión ha perdido
todo interés para mí. Pero antes, debo salir de mi Día 11
carpa si quiero que esto acabe pronto. Volví a soñar con el búnker sin necesidad de narcó-
Tengo miedo de salir afuera. Son más de las ticos. Esta vez, mis hombres y yo permanecíamos
10 de la mañana y no me he movido de aquí. Los sentados en la pequeña sala del primer nivel como
efectos de los rayos solares sobre el plástico con- si nada hubiera ocurrido. Habíamos escogido el
vierten mi tienda en un pequeño horno de vapor. olvido, la sonrisa fácil, las miradas engañosas.
Sudo a chorros. Me deshidrato rápidamente. Afue- Los gritos eran inaudibles. Las sombras habían
ra no se escucha nada. Sólo el graznido de algún desaparecido. El Enemigo se había marchado.
gallinazo vigilando la tierra desde el cielo. Sólo el Sin embargo, sólo yo lograba percibir los latidos
estrépito lejano de algunos disparos recordándome ensordecedores del ambiente, esa idea terrorífica
los rostros desdibujados del Enemigo. Sé que estoy martillando constantemente mi cráneo: Es mejor
solo. Sé que seré el próximo. El terror me asfixia permanecer alertas. Entre las paredes del búnker
en la pequeñez de este espacio. No puedo dejar de nos observa el Enemigo.
pensar en lo revelador de mi sueño.
Acaba de anochecer. Desde la abertura en la Día 12
parte superior de mi carpa distingo una luna in- Se acabaron los sueños. Las noches han vuelto a
mensa como un gran reflector de luz azul abrién- ser sólo noches. Estoy cerca, puedo sentirlo en los
dose paso entre las nubes. La noche es clara. La poros de mi carne.
ausencia de la fogata ha incrementado el frío.
Distingo algo extraño en la carpa del Hombre 7: Día 13
una luz titilando, iluminando la soledad del cam- El cielo se despejó antes del alba permitiéndome
pamento. Debo averiguar de qué se trata. divisar la ciudad en el horizonte como un espejis-
He descubierto la razón de todo. El rostro mo. Una extensa línea de humo subiendo hasta el
invisible de esa presencia desconocida se ha ma- cielo es la señal que me indica hacia dónde debo
terializado por fin. La luz que titilaba en la carpa caminar.
del Hombre 7 no era otra cosa que el orientador Seguiré escribiendo más tarde.
electrónico. Funciona a la perfección. Siempre ha
funcionado a la perfección. El medidor meteoroló- 2.30 p.m. Últimas anotaciones
gico también estaba en perfecto estado. Agarré los La ciudad parecía deshabitada cuando entré en
dos aparatos y corrí hasta la carpa del Hombre 8 ella. Sólo unas cuantas personas se asomaron
esperando comprobar lo evidente. Sobre el suelo de por las ventanas de sus edificios, en su mayoría
su tienda había tres botellas plásticas con agua, y destruidos, o tambaleantes en medio de los escom-
una nota escrita de su puño y letra dando fe de la bros. Fue un tanto difícil hallar el camino correcto
pureza del líquido recolectado duran- hasta la Plaza. No hay duda que
te la lluvia del segunda día. Al lado de la ciudad ha cambiado de manera
las raciones de comida concentrada atroz desde la última vez que es-
dejadas para mí, estaban algunas tuve en ella. Las pocas personas
medicinas y un frasco de somníferos. con que tropezaba iban corriendo
La nota también indicaba la manera despavoridas, o a toda velocidad en
como me eran suministrados los se- autos destartalados. Sólo algunos
dantes con cada comida, a partir de caminaban desorientados por las
la quinta noche, para evitar que me calles, recogiendo desechos en las
despertara en medio de las fugas. Del aceras o rebuscando alimentos en
mismo modo, los cálculos del Hombre las basuras. Pero al más mínimo
5 reposaban en una esquina de la carpa. Sólo fue intento de conversación de mi parte, salían hu-
necesaria una pequeña revisión para darme cuenta yendo. Imaginé que mi traje de polietileno trans-
que estaban alterados. Desde el día seis hemos parente podría resultarles amenazante. Me lo quité
estado caminando en círculos, manteniéndonos pero los resultados fueron idénticos. ¿De dónde
alejados de nuestro objetivo. El complot está claro: provenía tanto horror, tanta pesadilla? Al final,
mis hombres han regresado al búnker. debí confiar sólo en mi instinto para encontrar el
Volví a mi carpa con los nuevos hallazgos. El camino hasta Las Dulces Palomas Cagadas.
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Una hora después recordé la ruta y pude enfilar como indica el Manual.
mis pasos correctamente. El orientador electróni- —Interesante —le alcancé a escuchar antes que
co no se equivocó: cuando llegué a la Plaza aún se concentrara en su computadora portátil.
no era medio día. El centro del poder político de —Soy el Hombre 1 de la Legión F —le dije al
Patria Boba se levantó frente a mis ojos, irreco- comprobar que no preguntaba por mi identifica-
nocible, como un terreno virulento y desolado. La ción.
fachada del Palacio Presidencial, ubicado en el —Lo sé —me dijo, apenas levantando la mirada
extremo occidental de la Plaza, parecía carcomida de la pantalla.
por un hongo negruzco que destrozaba a pedazos —¿Los demás grupos llegaron a tiempo? —pre-
el mármol de las paredes. En el extremo opuesto, gunté ante la total indiferencia de mi interlocutor,
la plazoleta de entrada al Senado de Patria Boba que al escuchar mi pregunta, soltó una sonora
era un cementerio de animales callejeros, y el risotada que debió despertar a los mendigos del
dormitorio de cientos de mendigos acurrucados Senado.
en improvisadas casuchas de cartón. De repente, —¡¿Los demás?! No me haga reír, por favor. ¿Ve
un caballo blanco de piel sarnosa salió de entre a alguien más a su alrededor?: ¡Ustedes eran los
las columnas corroídas del Palacio Presidencial y únicos! No fue nada fácil para los Jefes encontrar
se fue de bruces en mitad de la Plaza, a sólo unos gente que se prestara para tal investigación.
metros de donde me encontraba con- El hombre me arrebató el diario
templando horrorizado el panorama. de la mano. Luego abrió el cuader-
Las indicaciones del Manual decían no en la última hoja escrita y leyó
claramente hacia dónde debía dirigir- lo poco que tenía anotado en el día
me. Al pie del monumento de Simón trece.
Estatua, justo en el centro de la Plaza, —Esto no nos interesa —dijo al
estarían esperando los Jefes la llegada tiempo que arrancaba la hoja y me
de cada una de las legiones, el final la entregaba—, es sólo verborrea sin
de la Misión, la entrega oficial de los importancia.
diarios correspondientes a cada inves- Yo tomé la hoja y la guardé en
tigación. Pero al pie del monumento de uno de los bolsillos de mi pantalón.
Simón Estatua, sólo había esqueletos pulverizados Mi rostro se caía a pedazos, derrotado por el ab-
de palomas, y un jeep color verde oliva con un soluto desconcierto.
extraño individuo al volante. Las luces del auto se —¡Anímese, hombre! —dijo el extraño encen-
encendieron y apagaron dos veces antes de que la diendo el motor del jeep—. Como van las cosas, y
bocina sonara con insistencia. Entendí el mensaje. gracias a su trabajo, muy pronto todos estaremos
Me acerqué lentamente con prudencia e intriga. viviendo en confortables refugios bajo tierra, ¿no
El hombre vestía prendas militares y llevaba un le parece?
computador portátil sobre las piernas. Sus cejas Retrocedí varios pasos. El jeep se perdió tor-
contraídas hacían de las órbitas de sus ojos sólo pemente entre los residuos de la Plaza. No tuve
dos líneas diminutas y filosas. tiempo de darle mi respuesta.
—Llega con seis días de retraso —me dijo al Toda luz tiene su sombra, pensé mientras
detenerme junto al jeep. imaginaba a mis hombres regresando al búnker,
—Se presentaron ciertos problemas —le dije escondiendo sus miedos entre las paredes brillan-
titubeando un poco. tes. Mi trabajo consiste en saber ese tipo de cosas.
—¿Y sus hombres? —me preguntó. Por mi parte, no pienso regresar.
—A eso me refiero —le respondí—. Todo lo Entonces saqué la hoja de papel de mi bolsillo y
ocurrido está registrado en el diario, exactamente escribí las últimas anotaciones de este último día.
80
Eva ha despertado
Era aquel día yo recordando cuando mi abuela y Aquel día recordé que fui a un funeral en San
mi abuelo me contaban aquellas historias… Andrés, y ¿adivinen de quién era?, de mis abuelos.
Perdón, mi nombre es Charlie, y como les decía Yo poco después un poco más calmada pregunté
era yo recordando cuando mis abuelos me conta- a un viejo amigo de mi abuelo: “¿Por qué mis dos
ban esas grandiosas historias de abuelos murieron el mismo día?”,
esos esplendorosos viajes a la isla y me respondieron: “Tu abuelo,
de San Andrés. Me contaban que la semana pasada; y tu abuela,
esa isla era preciosa, las playas anteayer”.
llenas de gente y uno mismo en Sólo que el funeral fue el mis-
partes cercanas podría ver peces mo día. Luego antes de irme, ese
y hasta tocarlos, y además me amigo de mi abuelo me dio una
contaron sobre aquel restaurante carta escrita por mis abuelos. El
donde uno podía nadar con los amigo de mi abuelo me dijo que
peces. mis abuelos la habían escrito
Yo ese día recordé de ese cuar- antes de que mi abuelo hubiera
to allá en la casa de mis abuelos muerto. Yo leí esa carta y decía:
donde ellos me llevaban un día “Aunque yo muera, tú podrás ir
después de llegar de sus viajes; a nuestro cuarto secreto, podrás
el punto de ese cuarto era que hacerle dibujos, decorarlo más, y
siempre lo decoraban según el podrás leer todo lo que me faltó
viaje. leerte y lo que ya te leí”.
Mis abuelos un día me con- Yo leí muchas veces esa carta
taron sobre una isla llamada cuando grande, y desde entones
Johnny Kay, donde vieron una fui a casa de mis abuelos y entré
manta raya, que es un animal de nuevo a aquel cuarto y leí lo
marino, que tiene una cola con que mi abuelo no me había leído,
una cosa que puya, y por eso las y recordé cuando era niño que
manta rayas son peligrosas; eso mis abuelos me contaban esas
me contaron mis abuelos. fantásticas historias y aunque
mis abuelos estén muertos sus
historias no se me olvidarán, y
* Nació en Cartagena el 10 de febrero de 1997. Actualmente además ahora que tengo 29 años y nietos yo seré
cursa 5° grado en el colegio Gimnasio Iragua de Bogotá. A los
ocho años inició la creación de historias y cuentos, entre los
el que viajará y también seré el que contará esas
que halla esta narración. Ha vivido en Cartagena, Barranquilla, fantásticas historias que sacaré del viaje al que
Cali y Bogotá, donde reside desde hace cinco años. yo vaya a ir.
Carlos Polo*
Amigo fugado
Armando
¿en qué momento se te ha fugado la cordura?
Tal vez en el encierro de aquel cuarto oscuro pintado de negro,
con la guitarra sola colgada de una nota.
Estoy seguro que nada tuvo que ver el rock en español,
tampoco el metal pesado como dicen, ¿qué sé yo?
Si te fuiste al mar a volverte Jesús en la cima del cerro,
Armando, viejito, mi hermanito, no estás solo allá,
entre loqueros que no te entienden.
Armando, Cristo, multiplicaste los patines, las bicicletas, compartiste las novias, hasta las trompadas.
Ahora fugitivo y loco entre largos y densos silencios.
Ahora paralizado, distante, ingenuo, iluminado ¿tal vez?
Pobre Armandito, con la cordura volada, internado, esquizoidado.
Viejo Armando, vamos a cazar mariposas, vamos a jugar baloncesto, vamos atrapar renacuajos.
Armando, con tu memoria intacta, crucificado en una camilla,
¿te acuerdas de la vez en que aquella lagartija cobró poderes gracias a nuestra pócima mágica?
Venga, Armando,
vuélatele a esos fantasmas de humo.
Venga, vamos un rato al billar, quédate de este lado,
Vamos a poguear aquella canción de las pistolas y rosas
Vamos a amanecer bebiendo guandolo, vamos a robarnos los cocos de la vieja Nuri.
¿Cómo te armandaste, volaste, crucificaste, loqueaste?
Armandito, chiquito, chifladito, hermanito, vamos a trompear con los guájaros,
Vamos a disparar en el patio las pistolas de tu viejo,
vamos a componer canciones, vamos a atrapar paco-pacos.
Vamos, salte de ese hospital.
Vamos, vamos a volver a ser niños.
* Autosemblanza
Pertenece a la estirpe rabiosa de un tal Charles la revista literaria Puesto de combate y la Revista
Bukowski. Calamariano en los ratos libres. Tiene Dominical El Heraldo, entre otras. Su próximo
como pertenencia un gato llamado Chinaski y proyecto literario es una pelea de pesos pesados:
nunca ha comprado un libro de Borges o un com- Un perdedor con suerte (novela). Hígado y cerebro
pacto de Nirvana. Propina golpes certeros con las de la cofradía del espacio cultural Labra Palabra.
palabras. Ha publicado dos libros, Polifonía de Si quiere tener contacto cercano, no olvide calzarse
colores (prosa poética) y Testamento de la barriada los guantes: las palabras de Polo también noquean
(narrativa). Textos suyos han sido publicados en de manera fulminante. Farlospolo@yahoo.com
Inventario
Tengo un pequeño fuego en el labio, El círculo
la clavícula rota,
hongos en los pies. Javier era un muchacho serio, vertical como
Unas cuantas canciones encapsuladas una regla,
unos cuantos libros viejos. el orgullo del barrio y el consentido de la familia.
Tengo un desempleo prolongado, Javier, el flaco de la once, era el mejor de su clase;
una fealdad intermedia, un acné testarudo y rancio. la universidad le tramitaba una beca al extranjero.
Tengo una novia celosa y bella, Al flaco le mataron al hermano,
una gata recién parida, ahora sus manos bebieron del cañón y su alma
una Madreypadre indispensable, aspiró
un hermano con alas invisibles. la pólvora maldita del no retorno.
Tengo demasiado cerca algunas personas que se Javier es implacable, astuto y silencioso,
empeñan en hacérmelo difícil. al buen muchacho de la universidad lo llaman la
Una testaruda inclinación hacia el fracaso, Araña.
un miedo persistente. Entre motocicletas y autos polarizados viaja una
Tengo un dócil suspiro encarcelado entre los ojos, vieja promesa
muchas rabias bajo llave, levantando el polvo que se mezcla entre sus
muchas preguntas en libertad. muertos.
Tengo un psiquiatra escéptico, Una luna roja le acompaña siempre
unas pastillitas para la ansiedad. y en su pretina la muerte baila a su antojo.
Un padrastro... Javier, era un muchacho serio, vertical,
¿Unos amigos? el consentido de la familia, el orgullo del barrio.
Y, como todo el mundo, una muerte Javier, también cayó en la trampa,
esperándome en algún sitio. si no lo creen, pregúntenle a su pistola.
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Espejo roto Con una llamarada de su temible boca espanta
a todo el mundo.
A veces se alojan en las pupilas Mis amigos, apenas si le soportan su mal
caudales siniestros encarado semblante,
y con torpeza se agolpan estos desatinos los niños le temen, todos huyen de casa gracias
que me asaltan desprevenido. a sus temibles rugidos.
A veces sucede que no me busco, que no me hallo ¡Las cosas que hay que aguantar!
y el espejo no es más que una ciénaga loca De repente, todo pasó a ser de su propiedad: su
y me pregunto frente a ella: ¿Quién eres? nevera, su equipo, su televisión, su casa.
¿dónde enviaste al niño aquel de la risa locuaz? ¡Hasta mamá también es suya!
y el silencio y el silencio y el si... Sonríe en muy raras ocasiones, como cuando
disfruta de los chistes flojos
en los tristes programas de humor del sábado
por la noche,
La búsqueda o con los golpes, las palizas y matanzas en esas
malas películas de acción matinal.
Te busqué en la confianza, en la inocencia, en la
Una noche, cuando clavaba sus terribles cuernos
palabra,
en el corazón de mamá quise intervenir,
te busqué en el silencio, en la justicia.
y si no fuera por mamá el dragón ya no existiría.
Me acerqué adolorido entre las letras, como un
Después de aquello yo me quedé sin casa
fuego fatuo te alejaste.
y mamá siguió con el dragón en la habitación
Te busqué en los ojos solitarios de una niña, en
feliz y contenta.
la tibieza de un beso,
¿Cómo cortarle la cabeza al dragón sin que
en los célebres nombres que reposan en urnas
mamá sufra?
olvidadas.
Te busqué en el sofisma vulgar del ego, en las
piernas coquetas de una desconocida,
en la belleza desnuda, en la embriaguez, en las La cornisa
noches largas de insomnio.
Te busqué en la imposición académica, en los Siempre al borde, el precipicio frente a los ojos,
segundos placenteros del orgasmo, el destino prendido en los cojones,
en el mutismo de la soledad. el sabor a derrota.
Me acerqué dudoso y temeroso por los puentes Los minutos crucificando cada sueño,
del amor idílico, el filo de la nada, la delgada cornisa
tomaste forma pero continúas abstracta como Dios. temblado en los pies.
Te busqué en el apacible mirar del océano, en ¿Dónde esconderse?
las notas deliciosas de la música, Fumar, beber lo de siempre, la muerte lamiendo
en el neón embustero de un bar, en los tu oreja lasciva y paciente.
arrebatos eufóricos de la felicidad, Los perros ladran, las armas disparan, la luna
en las cavernas lúgubres del intelecto, en las catatónica, el sonido de la poceta es igual al
charlas con fulano y sutano. bajar la palanca.
Continué entre las variantes y constantes, en el Hay tanta saña en todo este devenir, comer,
hedonismo infructuoso, en el arte, dormir, limpiar las tripas, nada cambia.
en los ensueños poéticos, en las nostalgias, en La promesa de lo eterno y esta flatulenta
las tristezas, en la amistad. sensación de incertidumbre.
En todas estabas a medias. Entre celadas y trampas.
Entre desengaños y golpes.
¡NO! No es sencillo cantarse a sí mismo
El dragón Whitman, en este estado.
Se te pide esfuerzo sangre, llanto, sudor. ¿Por
qué? ¿Para qué?
Hay un dragón en la habitación de mamá, ruge,
bufa, resopla todo el tiempo.
¿Mamá, por qué está este dragón en casa?
86
Una mañana repetida
Ilusiones, despertares, cantar de aves, duchas, mal aliento.
La frase magistral: ¡Hijueputa vida! Desahogo de Lucha.
La piquiña habitual de las camas modestas.
La pereza pesa quizás más que la injusticia.
El cacharro azul se niega a transportarme.
Rompe lo cotidiano, despierta el alba con su regocijante calidez
la queja de Lucha, la queja del vendedor de pescado, la situación del país,
los periódicos que nunca leo.
El aparato seductor de idiotas e intelectos
ejerce sus primeras manipulaciones.
La selección en el mundial, la hazaña de un político vulgar.
Los indigentes en las bancas de los parques reciben el saludo de la mañana.
Los policías patean los culos desprevenidos, olor a café, pan y mantequilla.
Clon perfecto de tantos amaneceres familiares.
Pepecolé
(Relato)
Pepe es uno de los borrachines más populares del sus más cercanos por la canción Chechecolé de
barrio; el hombre está casado y con dos retoños, Héctor el cantante de los cantantes, el preferido
la parejita. Se podría asegurar que ésta es una de Pepe; por donde quiera que va la gente siempre
familia feliz, si no fuera por la afición desmedida le muestra el afecto más honesto: “Buena, viejo
que posee a Pepe cada vez que el viernes pisa la Pepe”; “Epa, Pepecolé, un cuentico ahí de vacilón”;
noche; no es nada raro encontrarse a Pepe en “Pepe, mi hermanito, ¿cómo anda el mundo?”;
la esquina caliente, atacando con sus pies una “Llave, todo muñeca‘e burro”. Siempre armado con
poderosa descarga de Richie Ray and Bobby Cruz una sonrisa y un chiste en el bolsillo, Pepe enseña
o de Héctor Lavoe, sus pies volando en un frenético un dedo, señal típica de los bacanes consagrados, y
rictus efervescente en pleno clímax disparado por los dientes resplandecientes colgados de la boca.
el ron o el aguardiente, entremezclado con una Un viernes cualquiera el barrio siente la ausencia
que otra fría. de algo vital para sus calles, las zancas largas, el
Largo como un día de hambre, famélico, Pepe vozarrón levantando eco por las terrazas dormidas,
recorre las calles entre saludos y chistes, sus la esquina caliente extrañando los pasos frenéticos
hábitos son los mismos, sincrónicos y repetitivos. del bailador inspirado, la barriada y el combo de
La salida a las siete y treinta de la la esquina intrigados. “Eche, ¿qué
mañana y la llegada tomado de la mano pasa con Pepito, será que anda de
del crepúsculo, eso varía naturalmente viaje, o es que está enfermo?” Pasa
con la llegada del fin de semana. El el fin de semana y desemboca en
hombre trabajador y hogareño la cogía la esquina la figura jirafoide de
en línea desde el viernes por la noche regreso del trabajo, algo raro se
planeando por el sábado hasta aterrizar respiraba en el ambiente, llegó
el domingo por la tarde dedicándose como de costumbre expirando la
única y exclusivamente a sus deportes tarde, en sus ojos una ausencia
favoritos, entre el son, el guaguancó, la sustancial se notaba de lejos, sus
charanga, el chachachá, no hay quien pasos más lentos, la mirada esquiva
se le mida a tal derroche de energía, bailarín de y en su rostro un bastón que sostenía una especie
cantina y de los más bravos, animador de la rumba de temor, la gente como de costumbre: “El propio
con su alegría, dicharachero, cantor, relator de Pepecolé, vacílate un cuentecito, mi hermano”.
historias, chistes, mamagallista profesional, un Pepe levantando su mano con desgano, en un gesto
bacán de tiempo completo. Pepecolé le llaman casi involuntario, hasta los niños que lo rodeaban
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para bromear con él, no recibieron respuesta. Doña pocos los que extrañaban la alegría, el sabor, el
Nury, conocida por su lengua viperina y peligrosa, baile, el bembé del buen Pepecolé. Él mismo sin
en una de esas, llamémosle, tertulias de tienda, se darse cuenta se acomodó esa coraza, ese disfraz
atreve afirmar que el estado de Pepe obedece a que que ahora lucía; sus piernas obedecían solas al
su mujer fue vista poniéndole los cachos; menos mandato de las congas y el timbal, su garganta
mal que este tipo de comentarios no son tomados ardía sedienta por un buen trago de ron o una fría
en serio por las personas de buen vestida de novia, pero el recuerdo
juicio aquí en la cuadra. Otra de estas lo espantaba y prefería seguir así.
distinguidas señoras afirma que Pepe Después de todo era mejor olvidar
está enfermo de cáncer y por eso se le y no tentar a las malas horas. Pero
ve triste. Doña Ana tampoco se quiere sus ojos se iban tras una cerveza
quedar rezagada y anota su puntada: espumosa y los pies se mordían los
“Anda, verdad yo le veo algo raro en la dedos al escuchar a Frankie Ruiz,
garganta, él que es tan flaquito, ahora Rubén Blades, Cheo Feliciano,
tiene esa manzanilla toda salida, es Willie Colón, Ismael Rivera. Siendo
lo único que se le ve desde lejos”. él un practicante feliz y orgulloso
Luego de las tertulias matutinas de la bacanería, sostenía una lucha
en la tienda del cachaco Benjamín, con sus temores, recordando los
las especulaciones aumentaron; y realmente cuentos de su abuelo y las armas con que su
la manzanilla de Pepe había crecido súbita y madre solía aquietar su personalidad indómita,
descomunalmente; el club de las chismosas curiosa y traviesa; estaba volviéndose loco, ya no
aseguraba y porfiaba que estaba enfermo de sabía ni qué pensar, lo único que tenía seguro era
la garganta, debía ser un cáncer sin lugar a esa tristeza castrante que se había apoderado de
discusión, el sobrenombre de Pepecolé, cambio por su ser desde aquella fatídica madrugada; no se
Pepemanzanilla, los chicos inocentes y divertidos le atrevía a confiarle su secreto a nadie por temor
gritan en la calle ¡Pepemanzanilla! Y no sólo cambió a la burla y el escarnio, él siempre había sido
de apodo, también se dejó de hacer chistes, de de razonamiento agudo y mordaz, nunca había
bailar hasta el alba la salsa que tanto le gustaba, tragado entero, era un defensor del buen juicio
ya no se le veía en las cantinas, tampoco en las y la lógica, no podía darse el lujo de contar lo de
parrandas, ahora ese andar cansino del trabajo a aquella noche donde resucitaron los miedos y
la casa y viceversa, la esposa lucía radiante y más los temores de niño. Todos esos duendes, cocos,
tranquila con el cambio; sin embargo, hasta ella manos peludas, lloronas, hombres sin cabeza y
misma con el pasar del tiempo comenzó a echar toda su cohorte. ¿Qué pasó aquella noche?, estaba
de menos al antiguo Pepecolé. Ella sólo recuerda tomado sí, pero no para tanto, estaba consciente,
una noche en que su marido, casi tumbando la sabía lo que hacía. Después de la última descarga
puerta, entre sonidos intraducibles calló entre sus todos aplaudieron su destreza con los pies, luego
brazos inconsciente, recuerda también que Pepe tomó el mismo camino de siempre a su casa, paso
no articuló palabra por lo menos en tres días y se por donde Pachocristal, allí bebió algo de ron, lo
aferraba a ella como niño pequeño por las noches mezcló con aguardiente, a pesar de todo se sentía
como si algo estuviera asechando detrás de la bien, en su sano juicio, hasta reconoció la cara de
puerta; luego Pepe no quiso hablar del asunto doña Ana asomada por la ventana a esa hora de
ni con ella, y excluyó a todos de su problema; la madrugada; bien, hasta ahí todo transcurría
cuántas noches sin dormir, cuántas preguntas sin con la normalidad acostumbrada, otra cosa que
respuesta, y si ella preguntaba evadía el tema con recuerda claramente, ese preciso instante en que
cualquier cosa, daba todo por saldado, así no más. un escalofrío súbito lo envolvió justo al atravesar
El barrio se fue acostumbrando, ya no recordaba el tramo solitario de la fábrica vieja, ahí sintió el
al antiguo y popular Pepecolé, para todos ahora aire enrarecido; recuerda que se detuvo un poco
era el manzanilla, algunos supuestos entendidos curioso, una sensación de temor, pensó en que
hablaban pendejadas sobre una malformación de su mente le estaba jugando una mala pasada,
la manzanilla que de manera violenta le dio paso la paranoia, la certeza de persecución, miró
a la susodicha protuberancia. Un estudiante de hacia atrás muchas veces seguro que lo estaban
esos fartos de la facultad de medicina, según él, siguiendo, el desespero. ¡No joda! La vieja vestida
se encontraba estudiando el caso; como resultado de novia flotando en el aire detrás de él; ¿qué pasó
intentaría patentar el termino manzanillitismo ahí?, borrachera no, si él estaba bien, prendido
viral para designar así la patología de Pepe. Eran no más, pero firme, y esa vieja viniéndose encima
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con esa cara, cuál cara, la calavera con pelos y la borrachera y asunto arreglado; pero si él estaba
la voz de... de ultra tumba, esa vaina endiablada: bien, estaba lúcido, o eso era lo que creía. Así se
“Borracho infeliz, borracho infeliz”. El carrerón, el pasaba batallando entre el miedo y las ganas de
nudo en la garganta, y la condenada voz como en volver a su rutina normal: sus bailes, su tumbao,
reverberaciones distorsionadas, lejos, cerca. su mambo, su vacilón. Por fin el tiempo se encargó
Pepe se autoanalizaba desde aquel suceso y de mandar de nuevo al ruedo al propio Pepecolé.
siempre llegaba a lo mismo, estaba lúcido, “Epa, Pepe un pase de velocidad”; “Pepito, un
recuerda que esa noche los rockeros de la casa cuento”. Algunos no sabían cómo llamarlo
blanca lo llamaron y molestaron un poco, pero ahora, si Pepecolé o Pepemanzanilla; las lenguas
con el susto que llevaba no podía ni hablar, ¿qué peligrosas insistían en que le habían puesto
pudo suceder esa noche?, por más que se rompe los cachos, en que estaba enfermo, mientras él
el coco no saca nada en blanco. Pachocristal se olvidaba aquella noche extraña, entre charangas,
sopla su perico por la nariz cada vez que toma, son jibarito y salsa brava; eso sí, al viejo Pepe
pero tampoco se va a poner en la pendejada de nunca se le arregló la manzanilla, le quedó como
echarle cosas raras al trago; la cantina es como bola de béisbol y, lo más importante, el hombre
su segundo hogar, por ahí sí que menos, el asunto por muy borracho que esté, nunca se regresa
no va por el viaje de los alucinógenos, sólo queda solo a su casa.
Game over
(Relato)
Bajar del helicóptero a toda prisa, el ruido me armamento sofisticado, al muro, siento que no
ensordece un poco, el cronometro apunto, las soy dueño de mis actos, como si una fuerza ajena
armas, ready, rock and roll! Comienza la fiesta, concertara todo esto, hay que cubrirse, disparos,
me apeo en la esquina controlando mi ángulo de disparos ta, ta, ta, ta, ta, y esto se pone cada vez
tiro, cualquier descuido puede resultar fatal, la más caliente, la ventana, el tirador está muy bien
misión, vivo por ella y para ella, para mí no existe ubicado, a veces me pregunto que hay más allá de
otra razón de ser, me conozco cada línea cada este infierno de balas, el tirador. Aquí voy, vamos,
ventana rota, cada color, cada muro, siempre vamos cae, ta, ta, ta, cae, ta, ta, ta. ¡Lotería! a tierra,
esta sensación de repetir lo mismo, estos pasos, otro en el balcón, va, vamos, cerca buen intento.
incluso el auto que viene cruzando el bulevar, ¿Qué es esto? Me llueven balas de todos lados, ta,
disparos, vivo en una guerra constante, todo ta, ta, ta, bang, bang, bang ta, ta, ta, la caneca, ahí,
es disparos, fuego y metralla, el sonido eterno me dieron… Calma, calma, el auto, disparan, ta,
de las balas silbando, esto lo he vivido tantas ta, ta, ta, vamos, aquí va un obsequio, uno, dos,
veces que la fuerza de la costumbre me ha vuelto tres, cua… a volar, desplazamiento perfecto hasta
los nervios inmunes, a veces me el momento, el combate, el combate
gustaría dejarlo todo, entrar en esa es mi casa, nada más que decir, otra
nada absoluta y abandonarme, así calle, segunda fase, lo mismo, siento
de simple, pero está este impulso, como si reconociera cada uno de los
este seguir adelante sin un porqué ángulos, la impresión es tan fuerte,
real. ¿Y qué es la realidad? Los por qué no abandonarlo, y salir a
disparos están dispersos, no puedo descubierto, bang, bang, ta, ta, ta,
moverme, estoy neutralizado, el ta, bonita respuesta, coordenadas.
tiempo impera, la misión no puede Me encuentro en la segunda fase,
fracasar esta vez, fuego, fuego, energía, vidas, ni un solo rasguño,
ta, ta, ta, ta, bang, bang, vamos, vamos bien, score excelente, booom,
saltos vigilados, vamos vengan, tomen de lo booom, bombas, tan pronto, esto es una sorpresa,
bueno, bien, vamos, primer objetivo asegurado, artillería pesada, OK, tomen, aquí les va un cariño,
dos bajas contrarias nada mal para el comienzo, no es suficiente, tomen con todo, tomen, hijos
sobre todo porque estoy ileso y con todas las de puta, tomen, el lanza morteros está ahí, en la
energías completas, me preocupa, se dotaron con cúpula del edificio, saltos vigilados, vamos, se pone
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feo el asunto, vamos, aquí tienes la respuesta, heridas y contusiones, score, todo se ha venido
eliminado, no puedo creer tanta perfección, a menos en escasos segundos, no importa, lo
booom, booom, mierda. “Aquí puma de liebre, realmente valedero es terminar la misión, lo
cambio, aquí puma de liebre, me copian, erre, voy a lograr, vamos, estamos cerca, ganada la
me copian, necesito apoyo, repito, me copian”. posición, el ascensor es nuestro, a ver si funciona
Booom. Fuerzas, arrastre bajo. “¡Puma de liebre, esta chatarra, en marcha, hacia arriba. “Camino
oficial en dificultades!” Se me van las energías, a la fase tres con muchas dificultades y pocas
me abandonan las fuerzas una vez más, esto energías”. Esto se detiene, algo no anda bien,
no tiene sentido, disparan, ta, ta, ta, ta, ta, qué pasa, la sensación de repetir todo es más
ta, esta fiesta está en su furor, no sé de dónde fuerte, la misión, creo adivinar lo siguiente, me
llueven tantas balas, el traqueteo es estimulante esperan fuera y me cosen a balazos, no hay nada
y no entiendo por qué he de estar entre estas que hacer, la misión y qué con la misión, y qué
ruinas, en medio de estas llamas y la historia con la guerra, estoy solo y abandonado en este
es la misma, encontrar deleite en esta guerra interminable absurdo, afuera ta, ta, ta, ta booom,
sin fin, la misión, siempre la misión, no existe bang, booom. No. No, otra vez. No, otra vez. No,
nada más por qué sacrificarse. “Teniente, en ¿qué sucede?, ¿qué… su… ce… de…?
movimiento”. Deprisa, me vuelve el aliento, GAME OVER - INSERT COIN
me siento un poco débil, el ascensor, tengo “Andrés, hey, Andrés, pásame otras fichas, me
que alcanzar el ascensor, aquí vamos cuidado, jodieron rápido; ahora voy es con toda, me saco
cuidado. “Asegurada fase dos”. Novedades, el clavo, porque me lo saco, máquina pendeja”.
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Breves estancias del humor amargo
92
De otras armas
o cómo dispararle a un dinosaurio extinto
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El tiempo perdido
Angel Unfried*
Tengo sólo un nombre para estos tres rostros, Es la propiedad esencial de la mecedora
ningún alma para este único cuerpo, oscilar entre el presente y el pasado;
pero catorce zapatos para tan solo dos pies: el péndulo, atrapado entre los lados,
no me alcanza el nombre para tantas máscaras, imita su aburrida persistencia.
no me alcanza el cuerpo para tanto vacío sin alma
no me alcanzan los pies para tantos zapatos: En ese mecer acompasado,
espero que al menos el camino sea largo. en que se escapa lentamente la existencia,
el viejo entre la calma y el pasado
ignora el infinito del paisaje oculto más allá de
El tiempo perdido su presencia...
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Ojo de pez
y otros poemas
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Trabajos
Luis Mallarino*
*Autosemblanza
Nace un 11 de febrero de 1986 en la ciudad de desinfectantes, pero recibe Mención de Honor
Cartagena (Bolívar) y muere días después a causa por parte del Concurso Nacional de Poesía Isaías
de un cáncer en la soledad izquierda. Luego Gamboa, en Bogotá. De igual forma, ha reci-
resucita, y en poco tiempo se hace experto en bido numerosas menciones de horror por reírse
romper adornos y alcancías, y para matar las cuando no había que hacerlo, y por desafinar
horas libres, consigue un empleo de espantapá- con el alma frente a un público desalmado. En la
jaros durante el día; y de fantasma, durante la actualidad, toca guitarra aunque la guitarra se
noche. A los cinco años toma un tren equivocado avergüence de sus manos, y hace tan sólo unos
y desemboca en Barranquilla. Allí crece torcido, días, un foro internacional de comejenes lo ha
y un trágico día, decide aparentar que estudia declarado analfapoeta indiscutible. Se rumora
Química y Farmacia en la Universidad del Atlán- que ahora padece cáncer en la soledad derecha.
tico. En el 2005, fracasa en la roba y venta de www.espinasdepescado.blogspot.com
y ya puede dirigirse
a cualquier sucursal de un banco de peces
y reclamar una licencia para amar
101
Poe • mar • io
Pepe Enciso
Uno Tres
Juego
Solo un paso más para regresar al útero materno:
como un universo en expansión mi existencia, Insistes en ser tocada
cual big bang, y camuflas tu lujuria
emprende su elástica reversa. tras tu cara de yo no fui
y tu actitud de trofeo.
¿Esto era todo?
¿Qué se hizo el tiempo transcurrido? Yo, por mi parte, me repliego
¿Qué hay de ese adiós a la placenta placentera? convirtiéndome en prepucio
¿Dónde quedó mi sendero trazado de triunfos y esperando una señal, si es que existe,
fracasos, una luz verde que me diga: ¡Toca!
blancos y negros,
noches y días,
ángeles y demonios,
Cuatro
soles y lunas?
Telúrica
¿Dónde está localizado el basurero de deshechos
vitales?
¿Nada es reutilizable de lo vivido por mí? Cómo me gusta ese rincón oscuro de tu cuerpo
¿Sirvió de algo? posar mis labios en tus rosadas carnes
y sentir el temblor de tu epidermis.
¡Mmmmmm… cómo me gusta!
Dos
Comodidad Cinco
Contigo me sucede como con todas las cosas que Todo a mil
he perdido:
que no sé si fueron reales o solo imágenes soñadas. Voy a escribirle al amor
y decirle que en su nombre
Como nunca pensé perderlas un puñado de poetas
y no se puede perder lo que no fue traspasaría mil Termópilas
mejor pensar que nunca fueron cruzaría mil mares Rojos
desocupar la memoria y tal vez, vencería mil minotauros
solo tal vez, causaría mil Hiroshimas
los recuerdos ni me rocen. descubriría mil Américas
volaría mil World Trade Centers
aún teniendo la certeza
de que el amor como tema
no requiere tanto esfuerzo.
103
Poesías
105
Textos
I VI
Escribo el dolor Antes de lanzarme al mar susúrrame al oído
y el silencio que te gustó vestirte con mi cuerpo,
para saber que soy la perdida, ¡miénteme!
la mentira de la otra que me habita. Yo cerraré los ojos para liberarte de la culpa
y me hundiré.
II
Solo llevaré conmigo
Recíbeme muda, en silencio.
la gota de sudor de tu frente,
Con caminos escarpados por recorrer,
que cayó en mi boca
con este cuerpo lleno de cicatrices,
cuando gemías sobre mí
con este sin saber sólo sabiéndote;
gritando mí nombre.
callada, mendiga, sin títulos,
vestida con miedos de color púrpura. vii
La nube en que dormí
III
junto a ti desnuda,
Tócame despacio
se volvió nieve y me congela,
que vuelvo de la guerra
no ha vuelto a nacer de tus labios mi nombre,
y mi piel
no has vuelto a besar mis pechos cubiertos de
aún conserva la memoria de las llamas.
fresas,
Cuida de no quemarte,
no he vuelto a encontrar un caracol donde
las cicatrices son eternas,
esconderme.
no hay ungüento ni tiempo
que las borre. viii
Soñé con garras el día que acariciaste mi piel.
IV
La humedad que expulsó tu cuerpo mojó mi
Me golpeé,
vestido de seda.
tomé tu amor como un látigo
y laceré mi piel. ix
La sangre cae lentamente y llena una copa de vino. Sin ti,
Te saboreo en el dolor. me hundo en el océano
Ojalá llegue pronto el olvido. en una noche de lluvia.
Todo lo tuyo me sabe
V a mar
Tal vez un ángel a viento
venga hoy a visitarme, a noches con luna llena y río.
me vestiré de fiesta Y río, disfrazando
y prepararé el té. mis ganas de llorar
Le esperaré sentada cuando te vas
con los labios pintados y y me dejas como
la mirada inocente, una paralítica sin tus besos
le ocultaré mi miedo y hundiéndome en el mar.
le cantaré canciones
...tal vez no se dé cuenta x
de que tengo las manos secas. Escribo la sentencia de mi alma,
mutilo las alas del pájaro,
* Nacida en Bogotá, vivió en Santo Tomás (Atlántico). Hizo para al mirarme en el espejo
estudios de teatro y creación literaria, y de danza con el Grupo descubrir que no soy un ángel.
Koré. Abogada graduada de la Universidad del Norte, es docente
de la División de Ciencias Jurídicas de la Universidad del Norte
y Coordinadora de Postgrados de la misma División.
La Poesía:
voz oculta entre otras voces
Como la verdadera obra de arte se defiende sola, no calla, que no puede callar, ni negar ninguna
me limitaré a recordar y compartir con ustedes alegre o cruel realidad. La poesía permite que lo
que es la sencillez y la delicadeza de un estilo desconocido tome forma y diga lo que el lenguaje
sano y vigoroso lo que perdura más allá de todo cotidiano, el de todos los días, no nos dice. Un
artificio e impostura, y que una voz antigua pero poeta, o una poetisa verdadera, debe abandonar
siempre nueva, la del filósofo Platón, en el siglo iv el deleite por la bella forma y entregarse a lo esen-
antes de Cristo, ya se refería a la Poesía como a cial. La poesía verdadera es perenne, no muere,
una seductora Musa, en la que moraba la Belleza, tiene existencia propia y es escrita para que la
el Bien, la Verdad, la Imaginación, el Misterio, el comprendan y disfruten las diversas sensibilida-
Delirio. des que el Infinito Universo acoge.
De esta sabia y lejana antigüedad, hasta nues- Tomemos los Girasoles del pintor Vincent van
tros días, el Alma del ser humano acosada por Gogh. Pongámosle al lado unos girasoles verda-
diversas circunstancias, algunas alegres, otras deros. ¿Qué nos dicen los girasoles de Van Gogh
trágicas, pero igualmente redimida por milagros, que no nos dicen los verdaderos? Los de Van Gogh
asombros, el Arte y la espiritualidad, debe perma- están tocados por lo humano, por el ojo del Artista
necer fiel a sus sueños y esperanzas, a la espesu- y su personal y respetable visión del mundo, de
ra del sentimiento amoroso, al ideal de nobleza, su Ánima e historia individual. El otro es agua y
dignidad y grandeza humanas, superiores a toda savia, tierra y flor: un ser biológico. No hay pasión
idea de poder, a toda idea de gloria y ambición, en la naturaleza. Es la sensibilidad humana la
de mezquindad y ruines propósitos. que extrae de ella la pasión y el dolor, la alegría
La poesía como vocación es alegre y dolorosa. que aquella parece no poseer.
A veces nos aparta de nosotros mismos y de los Así es el quehacer poético. Toda su pasión,
otros, y todas las demás actividades se parali- su entrega, toda su emoción, nace de la vida y
zan. En un mundo en extremo materialista, esta sensibilidad de quien escribe. El poeta verdadero
impostergable e inenarrable vocación parece de- no es un Hacedor de frases. Es ante todo un ser
mencial. Pero el Universo es un espejo que destila que cree fácilmente: si no creyera que una Nube
innumerables imágenes. puede ser un Rostro que Invoca al Hacedor, no
El ser predestinado para la Ciencia, la conden- podría escribir una línea.
sa o intenta condensarla en postulados que luego A mí me da mucha curiosidad, enfrentarme a
le servirán de apoyo para inventos maravillosos, esa voz que se me revela como Una Voz Ajena:
en aras del progreso de la humanidad o de su dejarla hacer, dejarla correr. La complazco como
destrucción, como ya ha sucedido; pero se atreve sólo se puede complacer a quien se ama.
a ver más allá. Escribir Poesía conlleva la Angustia que gene-
El Poeta, o mejor la Poeta o Poetisa, por esa ran todos los renunciamientos: siempre se renun-
condición innata de su naturaleza y su amor cia a algo o a alguien, pero el poeta, la poetisa,
por el Silencio y la Soledad, también se atreve a renuncia cada vez más, para esperar el llamado
ver más allá. La Poesía no es bella ni es fea. Es de esa voz que permanece oculta entre todas las
una Voz que renueva el lenguaje cotidiano, que otras voces.
109
Séptimus, Virginia y Gabo
La pintura haitiana:
una fiesta, un ritual, una pasión
En la pintura haitiana, pintura emotiva, ancestral tista haitiano —todos los haitianos— una fiesta,
y mítica, interviene un elemento que se apodera un ritual, una pasión. En sus lienzos, la ocupa-
de toda realidad: las vivencias e impresiones co- ción del espacio es total, sin intelectuales códigos
tidianas. pictóricos. Es un déjà vu, un dejarse llevar por las
Lo cotidiano pulsa, obliga a la sensibilidad a sensaciones.
ejercitar los sentidos, no como una vivencia per- Esta pintura recrea una realidad placentera de
turbadora, sino como un encuentro profundo, la vida y nos obliga a reflexionar sobre lo que, tal
arraigado en el inconsciente del ser humano, que vez, ya hemos olvidado. Es un arte puro, sin hipo-
lo vincula a los otros y a su entorno, permitién- cresías. Emerge libre, vinculado al remoto y aún
dole desarrollar lo represado: las emociones, los real dolor de la raza africana. Raza espontánea,
sueños. sensible, sin conflictos espirituales entre el «ser y el
La pintura haitiana exalta lo cotidiano: un hacer», que le ha legado a la humanidad la catarsis
huerto, una flor (el huerto y la primorosa y re- de la danza, la música honda y sentida, el resplan-
cién nacida flor de una amiga lejana-cercana), la dor del color. A través de la profusión de radiantes
plaza del mercado, con éxtasis, alegría y amor, temas cotidianos, el pintor haitiano nos concilia
sin dolor, y refleja la comunión de las almas con con las esenciales expresiones de la vida.
la naturaleza y las vivencias de cada día, en un ¡Qué bien le vendría a un mundo cada vez más
mundo materialista, poblado de signos, y rigurosas frío y racionalista, y a los pintores extraviados en
y arbitrarias leyes, matizadas por el “tenue velo de los conceptos, volver la mirada hacia el excelso
la civilización”. y ennoblecedor modo de pintar de este pueblo
Cada momento de la vida diaria es para el ar- excepcional!
110
Entre mares
y otros trabajos
Entre mares
Hay niebla.
En el azul agazapado de otra noche sin amarnos
hemos sido eternos.
No hubo un día
no hubo un momento para mirar tanto silencio
nadando entre las voces
que nuestras siluetas abandonan.
Hay lluvia
y es la lluvia un retazo de esta sed
una gota de augurios sellados en los labios
cuando tu dedo en mi boca dibujó el deseo
negándole
a un sereno tormento
la desbordada lucidez de las lágrimas.
He aprendido a caminar
encadenando mi llanto al cimiento de las nubes.
Hay brisa
danza entre chubascos la sombra de un almendro
que callada contempla pétalos náufragos
recogiendo en su contorno remotas despedidas.
El color persiste en esas muertes húmedas
Olvidadas para siempre por el aroma de la fl or.
Hay mares
y entre mares te recojo una vez más del olvido
te contemplo invisible en un retorno sin ruta
respiro lo que alcanzo de estas noches inmensas
y me siento a recordarte en un futuro que te nombre.
Retrato dominical
Sí hombre, que sí, que eras tú, el de la foto, en a conocerlo, así uno en la vida haya terminado
tu mejor domingo. Te ves bien, limpio, peinado, trabajando de carromulero llevando y trayendo
con buena camisa, repuesto, simpático. Hombre agua, pasando trabajo y necesidad, comiendo
Amador, tantos años de lucha y al fi n una fotico poco, hablando poco y viviendo mucho.
tuya a color de blanco y sepia en el periódico del Madrugadror, ¿verdad Amador?, para que te
domingo. ¿Cómo cuántos años tendrías ahí?, rindiera el día te recogías de noche y así poder
serían menos de veinticinco, por ahí cerquita o alcanzarle a compadres y comadres, además de
más. Pero te ves contento, en esa foto. Para esa la familia, y para pararte de las tantas caídas
época creo que trabajabas en la construcción, que la vida asegura. Cuánto pan y café, a veces
seguro ya tenías tu mujer y por lo menos uno de con leche, para sostenerte todos esos años en tu
tus hijos había nacido. Te la dabas duro, ¿verdad mundo de un día tras otro en la lucha del cómo y
Amador?, pero te alcanzaba para lo de la comida el para qué, pero siempre con quién. Los hombres
y el alquiler, y hasta te quedaba para las cerve- pobres como tú difícilmente llegan a estar solos.
citas del sábado, aunque si no me equivoco, no Aunque te dabas tus mañas te hacías querer. Se
es que fueras muy bebedor. nota en la foto. Qué vaina Amador que no pue-
Hobre Amador, te ves tan bien en esa foto, das verte en el periódico, y que seguramente si
estás resplandeciente. Se ve que el día que te te vieras ya te habrías olvidado de cómo eras el
la tomaste te esmeraste para verte así, como si día en que te hiciste tomar ese retrato, porque
alguna parte de ti hubiera alcanzado a presen- ese día fue un día cualquiera en el que no te
tir que un día ibas a aparecer en el periódico, imaginaste que la dichosa foto serviría para que
retratado en esa foto en la que apareces como se supiera quién había sido el anciano que, en
un iluminado. Imagínate, en un periódico que es la madrugada de ayer, murió arrollado por un
donde todo el mundo puede saber de uno alguna camión de carga entre la niebla de las cinco de
cosa, por lo menos que existe así nunca lleguen la mañana.
2
India: nostalgia y olvido
de un pasado aciago
Claudine Bancelin
A Camila, de 25
Desde el primer día que entró Camila a la India, Por hablar bengalí, a Erhen, estadounidense
causó revuelo. Sucedió a principios del 2007 cuan- de raíces italianas que lleva en Calcuta tres años
do tomó en Delhi un tren con destino a Calcuta estudiando tabla, que es un instrumento de per-
acompañada por Erhen, su novio y compañero cusión, lo entrevistan para programas televisivos
de banda, para estudiar música en esa Calcuta de opinión y es el nuevo galán de una telenovela
inmensa que se ama o se odia. donde jamás se dan un beso y todos bailan en-
Compartían la cantados, al estilo
cabina con una fa- Bollywood, nombre
milia conformada que ha recibido la
por una madre y gran industria cine-
tres hijas envueltas matográfica de ese
en saris de colo- país establecida en
res demenciales, Bombay.
abundantes pul- Mientras tanto,
seras, narices con enfundada en su
piercings y trenzas sari, Didi cocina
tan largas que les para ellos, cosas
llegaban hasta la inciertas pero de-
piernas. Hablaban liciosas inevitable-
en inglés y en ben- mente: “Didi, darun
galí, que Erhen co- hojete!” (¡Didi, estu-
nocía luego de tres vo maravilloso!)
años allá. Una de Las fotos de este artículo son de la autora Didi hace un mo-
ellas protestaba por vimiento sutil de ca-
su suerte antagónica a la libertad de Camila. A beza a medio lado, dando las gracias. Ese ladeado
las otras dos les parecía cómodo casarse con el imperceptible que significa tantas cosas, como el
hombre que escogiera su padre. “ajá”, y que repiten en cada esquina aturdiendo
Ahora, por entre las ventanas del barrio bohe- al extranjero que no logra precisar si fue un leve
mio de Calcuta donde vive Camila, se meten los sí o un no rotundo.
acordes que aprende del gurú, más unido a ella Un día, cuenta ella, cocinó repollo con papa,
por un compromiso de vida que por un asunto cebolla y papaya verde condimentadas con car-
académico. Camila fusiona en su guitarra los damomo, tormeric, chile, comino y jengibre,
acordes hindúes con su sangre colombiana, sus acompañado de un arroz blanco e insípido para
raíces francesas, las prácticas en Cuba y la influen- poderlo combinar en cada bocado que Camila y
cia de siete años de estudio en un conservatorio Erhen se llevan a la boca con la mano derecha,
neoyorkino. como todos los hindúes, después de mezclar con
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Un día estalla en Calcuta un raso o en esterillas. Más allá,
toque de queda civil y todos se uno que prefiere la comodidad
solidarizan con esa causa que amarra su mosquitero a una
no es tan ajena. Protestan por baranda de acero y se sumerge
la muerte de 15 bengalíes. en su sueño en el suelo de esa
El gobierno comunista local ciudad con los estragos del
quiere comprar muchos peque- tiempo irrepetible encima.
ños latifundios a campesinos Camila sale para Varanasi
de una comunidad para una en un tren puntual. Poco se
industria gigantesca. sabe sobre la hora de su arri-
Cuando llegó el ejército a bo. Un mismo recorrido puede
desalojarlos, las mujeres y sus durar 16 horas ó 25. Salman
niños se colocaron como mura- Rushdie decía que en hindi, kal
lla. Detrás sus maridos tiraban significa ayer y mañana, y por
piedras. Los soldados inicial- ello no se puede pedir a nadie
mente se sintieron incapaces cuya palabra ayer sea la misma
de dispararles y les echaron que mañana, que tenga una
gases lacrimógenos, y luego en noción firme del tiempo.
confusos incidentes mataron En la ciudad sagrada, y
a quince personas, incluidos construida a lo largo del Gan-
unos niños. ges, el día comienza temprano
La ciudad está en calma y para tener tiempo de adorar a
ese día no se oyen los pitos in- los dioses. Antes de iniciar las
sistentes de todos los carros que clases los niños llegan al río, se
usan para avanzar entre esa agarran de las manos y miran al
maraña de calles con huecos, sol, saludándolo al tiempo que
de vacas ajenas, de los taxis emiten sus mantras. Otros, los
bicicletas para los recorridos adultos, se meten al agua y se
cortos, de los mototaxis para la beben a bocanadas.
los recorridos medianos y de los Por las noches las ceremo-
taxis amarillos para los largos nias son para los muertos.
trechos. En un día cualquiera, Bajan los cadáveres de quienes
todos apagan sus carros de die- murieron ese día en un edificio
sel en el semáforo y la ciudad cercano donde se reúnen los
se vuelve serena y callada, como sumida en un moribundos a la espera de su hora decisiva. La
letargo que sólo interrumpen los chicos que van hoguera está lista y al pie de ella les quitan el papel
vendiendo tabaco que mastica la gente y que van dorado que los envuelve, y les dejan una tela blan-
escupiendo por las ventanas o en los escupideros ca ceñida al cuerpo. Arden toda la noche y por la
públicos de cada esquina. mañana sus cenizas están listas para disolverse en
Camila entra a un teatro subterráneo ubicado el Ganges sagrado. Algunos otros, los que caerán
en las entrañas de un templo de mármol gris y enteros al río, son arrojados en medio de notas
blanco, limpísimo, labrado en un encaje de flores agitadas de músicos y el júbilo de los dolientes que
y elefantes y empieza un concierto de música clá- gritan y bailan en desenfreno absoluto cuando el
sica hindú con mujeres veteranas. El escenario cuerpo se hunde en el agua marrón y lenta.
está plagado de flores de amarillos y naranjas Sobre el río va el reguero de canasticas fabri-
frenéticos. Tres cantoras cantan también con las cadas con vegetales secos y repletas de pétalos de
manos y dirigen los tambores y la armonía con un flores y una velita, que venden los niños flacos y
solo movimiento. Se sientan por horas en posición ojinegros, y se ven los puntos brillantes que bajan
de loto y atrás de ellos permanecen sus aprendi- solos en la oscuridad.
ces, a la espera de alguna oportunidad. En sus Por sus calles van errantes las vacas que se
asientos, los del público ladean cada uno por su roban las verduras de las ventas ambulantes de
lado la cabeza, sutilmente, dejando traslucir su los descuidados, y que ellos espantan con la mano
aceptación. sin asomo de asombro.
En las calles cientos de personas que duermen En Agra, los suntuosos monumentos están
a la intemperie se van acomodando en el suelo plagados de turistas. Camila en un acto de rebel-
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día y por la ausencia de más aunque miles de ellos están
ropa recatada y limpia, se contagiados de vitiligo, esa en-
siente respaldada por inglesas fermedad que vuelve blanca la
anónimas que usan camisas piel oscura y que empezó, se-
de escotes, asediadas por el gún Rushdie, como una reac-
calor. ción a la nostalgia cuando los
Lo espléndido del Taj Majal ingleses abandonaron India,
se resquebraja al paso de Ca- luego de la guerra sin sangre
mila con su piel blanquísima, abanderada por Ghandi que
sus ojos verdes su cuello frágil. los llevó a la independencia.
Las miradas furtivas de hom- Camila se adentra en el
bres con turbantes, de mujeres país que cambió los nombres
de saris y de musulmanas con de sus ciudades para olvidar
el rostro y el cuerpo encerrados ese pasado aciago. Ahora Ko-
de negro se voltean, y entonces lkata es el nombre para desig-
simulan tomarse una foto con nar a Calcuta, Mumbay para
el Taj Majal de fondo, mientras llamar a Bombay y Delhi para
retratan a Camila. Ella hace lo la antigua Nueva Delhi.
mismo pero con las mujeres de Se internará en esa tierra
atuendos fantásticos. poblada por mil millones de
Y el Taj Majal queda inerme habitantes y mil dioses que
con su historia de amor y de muerte de un rey por tienen templos despampanantes, y así verá ve-
su reina, y por los dieciséis hijos que parió antes nerar al mico, a la rata y a otras deidades de
de sucumbir con él último. siglos.
En el camino que conduce a Delhi aparecen Seguirá viendo a los hombres que ahora se
los camellos que han dejado el desierto y ahora visten como occidentales pero que se abrazan
arrastran carretas de madera con carga. También a otros machos, pegados a esa costumbre y a
uno que otro elefante desempeña un oficio. esa licencia compensatoria; observará cómo los
En Delhi sigue en los bazares y ferias el rega- desposeídos hacen tortas de estiércol animal
teo que forma parte del ritual de compra. Camila para producir su energía; cómo se plancha en las
aprende la táctica. Pregunta y sigue su marcha. calles la ropa del barrio y cómo el agua se ofrece
Entonces los vendedores la persiguen para ver a la gente en innumerables bombas públicas para
cuánto ofrece. Luego de la puja se va sonriendo. servir a millones de pobres pero limpios.
El vendedor también porque a pesar de la rebaja India insólita y antípoda a pesar de ello con
ha ganado bastante. colores intrépidos, frutas jugosas, buganvillas
Sólo se detiene a tomar un té callejero. Ya va encendidas y personas dispuestas. Así vendrá
vestida con atuendos que cubren sus hombros y Camila, dispuesta a hacer sonar sus acordes, esos
bajan a las rodillas, pero su piel clara la delata que recogió de Cuba, de Nueva York, de Colombia
en contraste con el color cenizo de los hindúes, y de India.
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