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Potencial eólico del Istmo de Oaxaca

Ya se ha mencionado que la disponibilidad de energías renovables depende


del factor geográfico; de ahí que, el Istmo de Oaxaca haya sido identificado
como un área de alto potencial para el desarrollo de centrales Eoloeléctricas
(véase figura 1), debido a que:

 Hay una cantidad considerable de horas al año con vientos.


 La dirección del viento suele ser fija.
 El terreno es plano.
 Es posible una concentración de turbinas relativamente alta.

Dadas esas condiciones, las capacidades de generación de energía eléctrica


a través de la fuerza del viento oscilan entre los 6 250 y 8 800 megavatios.
Por ello, el Gobierno del estado de Oaxaca enfrenta el reto de gestionar el
desarrollo económico de la región del Istmo de Tehuantepec, basándose en el
sector eólico a gran escala

El Corredor Eólico del Istmo de Tehuantepec es un proyecto en actual ejecución,


que tiene como objetivo configurar una red de estaciones de medición de
velocidad, densidad y temperatura del aire, distribuidas estratégicamente desde el
Golfo de México hasta el Océano Pacífico. En virtud de ese proyecto, en 1994 y
2007, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) puso en marcha dos centrales
eoloeléctricas, denominadas La Venta I y la Venta II, respectivamente. Desde 2008,
diversos desarrolladores eólicos privados se encuentran erigiendo un total de
ocho parques eólicos, y se espera que entre 2010 y 2012 se construyan once
más, esto como respuesta a convocatorias de la propia CFE. Cabe mencionar que
las licitaciones a las que responden esas empresas privadas son para
autoabastecimiento, que consiste en la generación de energía eléctrica destinada a
la satisfacción de necesidades propias de personas físicas o morales, siempre
que no resulte inconveniente para el país a juicio de la Secretaría de Energía
(SENER); esto según el artículo 36, fracción I, de la Ley del Servicio Público de
Energía Eléctrica. Asimismo, el artículo 3°, fracción I, del ordenamiento citado
en el párrafo que precede establece que la generación de energía eléctrica
para autoabastecimiento no se considera servicio público, pues tal y como se
encuentra estipulado en el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos (CPEUM):
Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar,
distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de
servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares
y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para
dichos fines.
El Estado puede otorgar permisos a los particulares para efectos de generación de
energía que no esté destinada al servicio público, como el caso del
autoabastecimiento, la cogeneración, la producción independiente, la pequeña
producción, la exportación y la importación; ello con fundamento en el artículo 36
de la Ley Federal del Servicio Público de Energía Eléctrica. Los permisos serán
otorgados siempre que resulte conveniente para la Nación conforme a la
política nacional de energéticos, oyendo la opinión de la CFE, y en
cumplimiento de requerimientos legales y constitucionales (Cortés, 2007, 130). Por
el momento, el aprovechamiento de la energía eólica no provocará una
reducción en las tarifas del servicio público de energía eléctrica, pues el Gobierno
Federal requiere hacer una gran inversión inicial para la aplicación de la tecnología
eólica, la cual es cara; y, como ya se ha visto, las empresas privadas generarán
electricidad para autoabastecimiento, lo que no es servicio público. Lo que sí se
encuentra previsto a nivel programático es que a mediano plazo se dote de
energía eléctrica a las comunidades que todavía no cuentan con este servicio, ello
con el auxilio de la tecnología eólica.

El impacto en los derechos humanos.


Un parque eólico es un proyecto complejo en el que se ven inmersos infinidad de
factores. No basta con tener certeza de las especificaciones técnicas, legales y
administrativas, los montos de inversión, la proyección de ganancias y los
recursos humanos; es necesario también prestar especial atención al entorno
natural y sociocultural en el que se pretende erigir. La construcción de parques
eólicos en el Istmo de Oaxaca ha generado repercusiones considerables a escala
social. Se trata de reacciones a favor y en contra respecto a esta nueva
situación, pues si bien el aprovechamiento de la energía eólica tiene como ventaja
principal el hecho de que ocasiona un impacto ambiental mínimo en
comparación con el uso de combustibles fósiles, su instauración trae consigo
impactos positivos, pero también negativos, en la sociedad y en la economía,
que con el medio ambiente conforman los tres pilares del desarrollo sostenible.

Es por eso que, existe inconformidad de la población receptora respecto al


desarrollo del Corredor Eólico del Istmo de Tehuantepec, porque hay una
serie de circunstancias y eventos que, en mayor o menor grado, afectan la
estructura sociocultural y económica de la región, incluyendo las
consideraciones de carácter ecológico y la puesta en evidencia de lagunas legales
sobre la temática. Uno de los argumentos de descontento es que la población
receptora no fue tomada en cuenta en la formulación de ese gran proyecto eólico,
lo que atenta contra las especificaciones del derecho a una planeación democrática
del desarrollo, consignadas en el artículo 26 de la CPEUM y el artículo 20 de la
Constitución Política del estado Libre y Soberano de Oaxaca (CPELSO). Tanto la
construcción de los parques como los trabajos previos se emprendieron sin que
haya mediado una consulta previa o un estudio de opinión. Esto obedece a que las
empresas privadas obtuvieron permisos por parte de la autoridad competente, que
en este caso es la CFE, a través de licitaciones, cumpliéndose de ese modo el
procedimiento establecido por la ley al respecto, en la que en ningún momento se
señalaba que se debía oír la opinión de la sociedad de recepción, siendo el único
contacto con ella la celebración de contratos de arrendamiento de terrenos, pero
esto solamente con los propietarios. Para subsanar la deficiencia ya expuesta,
el artículo 21 de la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y
el Financiamiento de la Transición Energética, publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 28 de noviembre de 2008, estipula:

Los proyectos de generación de electricidad a partir de energías renovables


con una capacidad mayor de 2.5 MG (sic), procurarán:

I. Asegurar la participación de las comunidades locales y regionales,


mediante reuniones y consultas públicas convocadas por las autoridades
municipales, ejidales o comunales; en dichas reuniones deberán
convenir la participación de los proyectos en el desarrollo social de la
comunidad;
II. Según se convenga en el contrato respectivo, pagar el arrendamiento a
los propietarios de los predios o terrenos ocupados por el proyecto
de energía renovable; la periodicidad de los pagos podrá ser
convenida con los interesados, pero en ningún caso será inferior a dos
veces por año;
III. Promover el desarrollo social en la comunidad, en la que se ejecuten
los proyectos de generación con energías renovables, conforme a
las mejores prácticas internacionales y atender a la normatividad
aplicable en materia de desarrollo rural sustentable, protección del
medio ambiente y derechos agrarios.

Además de la opinión de las comunidades de recepción, el artículo en


comento establece la obligación de los empresarios eólicos de promover el
desarrollo social de la comunidad, esto a través de acciones que incidan en la
mejora de la calidad de vida e infraestructura de los sitios en los que se construyan
los complejos eólicos, con lo que se pretende garantizar el derecho al desarrollo,
acentuando el hecho de que será un trabajo conjunto entre los sectores público,
privado y social. Asimismo, es de mencionarse que el Congreso del estado de
Oaxaca aprobó la Ley de Coordinación de las Actividades Relacionadas con el
Aprovechamiento Sustentable de las Energías Renovables en el estado de Oaxaca,
que regulará:

 Las relaciones que se entablen entre empresarios y propietarios de


tierras para proyectos de aprovechamiento de energías renovables.
 La promoción y el fomento del uso de las energías renovables.
 La eficiencia energética.

No obstante, es preciso indicar que aún se encuentra pendiente incluir los
estudios de impacto social como requisito para evaluar las solicitudes de
construcción de parques eólicos. Otro argumento de inconformidad es que la
mayoría de las empresas que han obtenido permisos para construir los parques
eólicos son extranjeras. Esta circunstancia obedece a que han demostrado contar
con el capital y la experiencia requerida para este tipo de proyectos. Lo anterior,
no significa que las posibilidades estén negadas a las empresas eólicas
mexicanas, las cuales se encuentran compitiendo actualmente por algunos
espacios dentro del Corredor Eólico del Istmo de Tehuantepec. Asimismo, es
preciso manifestar que en el municipio de Ciudad Ixtepec se planea la construcción
de un parque eólico de carácter comunitario, como propuesta impulsada por la
organización no gubernamental denominada Fundación Yansa,3 en asociación con
el Comisariado de Bienes Comunales. La CFE está construyendo en terrenos
del municipio una subestación, la cual pondrá en operación 500 megavatios
de potencia eólica antes de 2012. La meta es que a través del proyecto
comunitario se obtenga la adjudicación de al menos 100 megavatios. Fundación
Yansa contribuirá con los aerogeneradores y la comunidad con el uso de la tierra,
y las ganancias se repartirán a la mitad: una de ellas para el desarrollo comunitario
sostenible en Ixtepec y la otra para que la organización ya citada dé impulso a
proyectos eólicos en otros sitios. Si bien este aspecto se encuentra lleno de
contrastes, se puede decir que se hace lo posible para la libre y sana
competencia en el ejercicio de procurar el crecimiento
económico mediante el aprovechamiento de los recursos naturales y los
avances de la ciencia y de la tecnología, es decir, si se reúnen los requisitos
señalados por la autoridad para concursar en las convocatorias para la construcción
de parques eólicos no tiene por qué existir obstáculos para la participación,
independientemente de la pertenencia al sector privado o al sector social,
aunque cabe decir que las leyes deben ser más específicas en lo que se refiere
a proyectos de carácter comunitario. Por otra parte, se reclama que los precios
fijados para el arrendamiento de las tierras son demasiado bajos y las
condiciones estipuladas en los contratos correspondientes no son equitativas, lo
que de cierto modo pone en entredicho el ejercicio efectivo del derecho de
propiedad, que en México encuentra su sustento en el artículo 27 de la CPEUM.
Gran parte de la tierra en el Istmo de Oaxaca es propiedad ejidal o comunal, por lo
que las figuras jurídicas aplicables para que un tercero pueda hacer uso de ellas
son el arrendamiento o la servidumbre. Para el arrendamiento, se especifica un
plazo inicial o período de opción de tres a cinco años, supeditados a la obtención
del permiso por parte de la empresa para construir el parque eólico. Si el
permiso es concedido, entonces se convierte en un arrendamiento con un plazo
de veinte a treinta años. Por su parte, las servidumbres son utilizadas para
subestaciones o edificios de mantenimiento y acceso. Es así que, los
desarrolladores eólicos privados han firmado contratos con los propietarios de
los terrenos potenciales para el asentamiento de los parques eólicos. La
inconformidad en este aspecto se ha generado en dos vertientes: la primera, que
no todos los propietarios de tierras ejidales o comunales se han visto
favorecidos con estos contratos; y la segunda, los empresarios han decidido las
cuotas de arrendamiento, las cuales resultan irrisorias. Los empresarios eólicos
indican que los contratos de arrendamiento son favorecedores para los
ejidatarios y comuneros en el sentido de que se les paga por todo el terreno cuando
en realidad se utiliza un porcentaje mínimo de éste, y que las cuotas se definieron
a partir de estudios comparativos de arrendamiento en proyectos similares en
Estados Unidos y América Latina, con la venia de las autoridades en materia
agraria y económica del país. Además, aluden que los propietarios de las
tierras reciben una cantidad periódica sin que desarrollen trabajo alguno para la
empresa, pero si lo deciden, pueden perfectamente desarrollar actividades
agropecuarias en el terreno, pues son compatibles con las centrales eólicas. Por
su parte, los ejidatarios y comuneros que exigen cuotas de arrendamiento más
elevadas señalan que los terrenos quedan prácticamente a merced de los
desarrolladores eólicos, pues no les es posible emprender o continuar con la
agricultura y la ganadería, debido a que el suelo se erosiona, convirtiéndose en no
cultivable. Asimismo, el efecto luz y sombra de las aspas en movimiento afecta
al ganado e incluso a las personas. Otro aspecto al que se ha hecho referencia
es el ruido, que de día no es significativo, pero de noche sí, lo que también
produciría efectos negativos en la salud de las personas y los animales que
pudieran estar ahí. Como se puede observar, la inquietud respecto a la
propiedad reviste no sólo factores económicos, sino también ecológicos, lo que
significa que los derechos de propiedad, la protección del medio ambiente y
el desarrollo económico no pueden tratarse por separado. Los propietarios de
terrenos ejidales y comunales cuentan con las instancias específicas para
ventilar las controversias que se originen a partir de los contratos de
arrendamiento y servidumbre, lo que está previsto en la Ley Agraria,
específicamente en los artículos 79 y 163. De esta manera, se garantiza el derecho
de acción. Pasando a otro aspecto, el Corredor Eólico del Istmo de
Tehuantepec traerá consigo un crecimiento económico; el Istmo de Oaxaca se
está convirtiendo en un mercado atractivo, pues la diversificación de actividades
y oportunidades hará que se busque en él inversiones y empleo. Esta nueva
situación, por una parte, resulta óptima para un entorno favorecedor de los
derechos humanos; por otra parte, genera una preocupación para la sociedad
de recepción en el sentido de que el atractivo económico incrementaría
constantemente la población, la cual será heterogénea y sin arraigo en la región,
lo que configuraría un escenario apto para delitos contra la integridad física
y contra el patrimonio de las personas, lo que atenta contra el requerimiento
básico de seguridad pública. Es preciso decir que la seguridad pública se
encuentra consignada en los ordenamientos constitucionales federal y estatal,
además de ser desplegada en leyes reglamentarias, por lo que se trata ahora
de hacerla concreta a través de las entidades públicas competentes, desde
luego, también con el auxilio de las autoridades municipales. Por otro lado,
las diferentes manifestaciones culturales de las personas que llegarían al Istmo
de Oaxaca podrían generar crisis de identidad y conflictos derivados de la falta de
tolerancia a la diversidad. En este punto hay que mencionar la necesidad de la
educación intercultural, la cual tiene como objetivo formar a los ciudadanos
en el conocimiento, comprensión y respeto de las diversas culturas existentes
a través del aumento de sus capacidades de comunicación e interacción que
propicien actitudes favorables a la pluralidad de ideas y a la multiculturalidad cada
vez mayor de la sociedad (Tuvilla, 1998, 179). La educación intercultural aparece
así como un elemento indispensable dentro de la formación en derechos humanos.

(PDF) El potencial eólico del Istmo de Oaxaca y su impacto en los derechos


humanos. Available from:
https://www.researchgate.net/publication/312316198_El_potencial_eolico_del_Istm
o_de_Oaxaca_y_su_impacto_en_los_derechos_humanos [accessed Jun 15 2018].

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