Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Sin duda alguna uno de los problemas que más influye en la crisis de todo orden
que vive el país: llámese moral, económica, política, social, administrativa,
educativa, etc., es el de una manifiesta debilidad de la institucionalidad
democrática, los ecuatorianos sentimos incertidumbre, confusión, desesperanza,
desánimo, pérdida de autoestima, y eso responde en gran medida, a que
percibimos existen falta de garantías, ausencia de protección de instituciones y
autoridades; como que no tenemos a quien recurrir o pedir se respeten nuestros
derechos ciudadanos o que al menos no se lesionen nuestras garantías
fundamentales, eso produce algo de ira al conocer tan amarga realidad y produce
un sentimiento de impotencia para cambiar o mejorar las cosas en el país. No se
trata de forjar o dramatizar diagnósticos, si queremos hacer un análisis correcto y
concreto de la realidad, hay que evitar maquillar con palabras la verdad, la
situación es un poco más simple, pero son justamente estas situaciones que
parecen simples y a las que damos poca atención o importancia, las que encierran
un profundo contenido y en definitiva son las respuestas de lo que todos aspiramos,
sabemos, percibimos, aquello nos obliga a identificar ese factor real que no
podemos ignorar o soslayar, pues ahí se encuentra “la punta del hilo” que nos
permitirá deshilar la madeja de los elementos y circunstancias que están influyendo
en nuestra penosa realidad y creciente crisis.
Cuál es el nudo del problema al que nos referimos, comencemos por el principio, el
Ecuador es un Estado, ese Estado somos todos los ecuatorianos que hemos
voluntariamente resuelto vivir en el territorio ecuatoriano y por ende nos hemos
obligado a respetar el ordenamiento jurídico que es el que determina la forma de su
organización. El régimen político administrativo que nos rige, los derechos y
deberes que todos sin distinción tenemos, es el que regula las relaciones entre
gobernantes y gobernados, por ello, los invito a los asistentes a este seminario, a
que nos detengamos a reflexionar en esta disposición simple que consagra el
primer artículo de la Constitución Política del país, y que me permito leerla para
refrescar la memoria, lectura que hago porque no voy a usar los medios
audiovisuales que la tecnología moderna nos pone a disposición para tratar de
orientar mejor una exposición, para facilitar la explicación de lo que se quiere
comunicar, para volver más didáctico el mensaje que deseamos transmitir, pero
pidiendo las excusas del caso para no utilizar esos medios, en razón de que me
formé con otro tipo de métodos que se utilizaron en el proceso enseñanza-
aprendizaje, me limito a compartir con el selecto auditorio lo que dispone la
primera línea de nuestra ley fundamental “el Ecuador es un Estado social de
derecho”, ahí se define la clase de régimen en vigencia, ahí se nos está señalando
que vivimos en un régimen de derecho y el derecho como ciencia, establece
regulaciones a las que deben someterse las conductas de personas, el derecho en
la práctica se expresa a través de la ley, que es desde un punto de vista doctrinario
la que regula la convivencia humana, convirtiéndose en el instrumento más idóneo
para normar las relaciones entre las personas individualmente consideradas y entre
éstas y las autoridades, instituciones o el conjunto de la sociedad, ello confirma un
hecho inequívoco, es imperativo que todos sometamos nuestro comportamiento a
las normas legales vigentes, de lo contrario cada cual haría lo que le parece o
conviene y eso implica construir una sociedad anárquica o en otras palabras
destruir todo vestigio de convivencia civilizada. Surge por elemental deducción la
pregunta, los ecuatorianos adecuamos nuestra conducta a lo que dice la ley o en el
país lo que funciona es la presión, las influencias, a veces el chantaje, la coima, el
irrespeto, el abuso, dejando a un lado el derecho, para llegar a la triste realidad de
que lo que prevalece es anteponer conveniencias personales o de grupo, las
visiones individuales o de sectores, los intereses facciosos sacrificando con ello el
interés nacional, desnaturalizando la democracia que tiene como único mecanismo
de solución de controversias de intereses, de conflictos o desencuentros sociales, la
mediación de la ley. Tal es el nivel de irrespeto al régimen de derecho que se vive
en el país, que me permito recordar que han habido dirigentes políticos que con
toda desfachatez, sin que haya existido la debida reacción ciudadana, han
expresado sin reservas “yo hago lo que me da la regalada gana”. Formulo una
reflexión: qué es lo que se está sosteniendo con ésa expresión, no me importa
absolutamente nada ni nadie, lo que piense el resto, no me importa lo que diga la
ley, sólo me interesa lo que yo creo, lo que a mí me conviene, lo que beneficia a mi
familia, a mis partidarios, a mis amigos cercanos, y cuando actuamos así, ya no
estamos obrando dentro del campo del derecho, sino que estamos agrediendo el
interés colectivo, estamos lesionando gravemente el sistema o régimen
democrático que legalmente rige la vida del país y eso significa infligir o violar la
ley, es decir es un acto o actitud ilegítima que efectuada por una autoridad o por un
dirigente implica un muy mal ejemplo para el resto de ciudadanos que también se
contagian y también buscan obrar de igual manera.
A la democracia hay que conservarla, hay que protegerla, hay que enfrentar sus
adversarios, si es que queremos que el derecho impere en el país, caso contrario
nos estamos auto engañando, creyendo que vivimos dentro de un régimen
democrático y lo que vivimos es un régimen de arbitrariedades, de conveniencias
personales, de abusos, de aprovechamiento de los más audaces, de los más
atrevidos, e incluso de los más cínicos e inescrupulosos. En otras palabras, se da
ventajas a la insolencia, a lo irracional, a lo violento. Por ello insisto, si somos
sinceros, si queremos vivir dentro de un régimen realmente democrático, tenemos
que someternos al imperio de la ley y del derecho, a tomar conciencia plena de
nuestras facultades y de nuestros deberes y responsabilidades, felizmente el
derecho nos confiere atribuciones, pero también nos señala obligaciones; es decir
consagra reciprocidades y eso es beneficioso para todos.
No se trata de sostener algo que todos los que estamos en este auditorio lo
sabemos, porque estamos conversando con personas inteligentes, porque estamos
hablando con personas que sí conocen la realidad del país, porque estamos
hablando con personas que sí han tenido la oportunidad de prepararse lo suficiente,
como para no advertir por dónde estamos caminando los ecuatorianos, para no
darnos cuenta que transitamos por rumbos confusos, inciertos, que es evidente
carecemos de metas definidas y eso equivale a deambular, a perder de vista
nuestro destino como país, a desmoronar la esperanza, a renunciar a buscar un
futuro mejor, menos injusto y más solidario, por ello no enfrentar nuestros males
equivale a resignarnos a una especie de “suicidio social”.
Históricamente se ha repetido que el Ecuador es como una nave al garete, que tuvo
y tiene afortunadamente a su favor la suerte de contar con una naturaleza que
siempre lo favoreció, que siempre fue generosa, eso es indiscutible. No estoy
dentro del coro de críticos negativos y pesimistas, no es nuestra forma de pensar y
actuar, aportando a nuestro drama con sabor a tragedia, ese tipo de personas
abundan en el país, el Ecuador no busca encontrar culpables, necesita y con
urgencia encontrar responsables de su presente y su futuro, lo que hemos querido
en tan selecto foro es cumplir con nuestro deber de advertir o identificar donde
están las causas de un indebido comportamiento que está matando el porvenir de
los jóvenes, que está derrumbando el ánimo, que está terminando con el
optimismo, que está acabando con todo vestigio de esperanza. Sin el ánimo de
acusar a persona alguna en particular, porque no soy de los que creo que hay que
satanizar nada en particular ni a nadie en especial, pero sí con el ánimo de intentar
encontrar la raíz del mal, lo que yo sí observo y lo encuentro evidente es que
lamentablemente la dirigencia política no le respondió al país de acuerdo a sus
expectativas y anhelos, estuvo y sigue estando muy por debajo de los retos y
desafíos del exigente y competitivo mundo contemporáneo, desafortunadamente
hemos degradado la práctica de la política aquello nos duele, porque debemos
aceptar: la política es la actividad humana más noble, en cuanto significa
posibilidad de servir a los demás, en cuanto significa la más elevada vocación de
solidaridad y de servicio, aquello exige sacrificios de todo orden, pero lo que
nosotros observamos es que existen grupos politiqueros que sólo les interesa
saquear la ya escuálida caja fiscal y perjudicar impune e insensiblemente a la
mayoría de ecuatorianos.
Insisto en mi afirmación y vuelvo a interrogarme cuál ha sido y es nuestra dura
realidad, la respuesta es evidente, la clase política ha limitado sus esfuerzos a
buscar como ganar una elección, volviendo la democracia un sistema meramente
electoralista donde el dirigente político se acuerda del pueblo ecuatoriano en épocas
de elecciones, luego sólo busca convertirse en un personaje experto en maniobras,
en pactos “de toma y daca”, en componendas, en conciliábulos entre “gallos y
media noche”, en inconsecuencias ideológicas, en traiciones a partidos y amigos, es
decir lo que importa y se discute: qué es lo que le toca a cada cual en el reparto de
cuotas de poder, qué es lo que le toca en el reparto de cargos para amigos y
familiares, qué es lo que le toca en el manoseo incorrecto e ilegítimo del pastel
presupuestario, “qué obra o contrato” se puede conseguir para ganarse “una
comisión” y enriquecerse injustificadamente perjudicando el interés nacional. En
ese escenario, los más audaces los que son un poco más avezados se llevan la
mejor parte, y a otros les toca al menos las migajas del poder político que ejercen,
con lo cual lo único que se está logrando es volver cada día más insoportable la
supervivencia de los ecuatorianos, deteriorar las condiciones de vida del conjunto
de la sociedad, el que exista un empobrecimiento progresivo de los que viven de su
trabajo honrado, el que crezca el desaliento y la falta de fe en el país. Por ello es
triste observar como los ecuatorianos más laboriosos y humildes no encuentran
otra opción que salir del país, desarraigarse de su tierra, abandonar y sacrificar su
familia, mientras el país lejos de reaccionar ante tan duro drama humano, se
entretiene en una vaga dicotomía entre el escándalo y la impunidad, optando
lamentablemente por aceptar actos de corrupción política que por el daño que
causan al país, al menos debiera merecer el más severo desprecio de la gente
digna y honorable hacia quienes nos causan tanto daño. Los que ejercen el poder
sabiendo lo que hacen se contentan con exhibir cifras que nos señalan que esos
ecuatorianos envían fuertes sumas de dinero para ayudar a mantener a las familias
que dejaron y en definitiva en ayudar a mantener al país, pues ese dinero circula y
se gasta entre los ecuatorianos y en consecuencia vigoriza nuestra economía.
Hace pocos días el país recordaba la fecha aniversaria del nacimiento de quien
merece llamarse con todo merecimiento y razón “el padre de la patria”, el
Libertador Simón Bolívar, él decía en una de sus célebres frases “un buen gobierno
es aquel que entrega a su pueblo la mayor suma de estabilidad, la mayor suma de
tranquilidad y seguridad posible y la mayor suma de bienestar general”, qué nos
estaba recomendando el Libertador, procuremos vivir en un ambiente de
estabilidad, sin estabilidad 1o que existe es incertidumbre, desconfianza y aquello
es negativo para el desarrollo y para mejorar nuestras condiciones y calidad de
vida, de tal manera que en el aspecto individual o colectivo la estabilidad es básica
para tener mejores posibilidades u opciones de progresar, resulta en consecuencia
altamente peligroso apostar al desorden social, a la protesta estridente y grotesca
carente de propuestas alternativas, con lo cual en último término lo que se ha
logrado es convertir en realidad aquel adagio “en río revuelto ganancia de
vividores” a la estabilidad hay que agregar según la frase comentada, algo de lo
que también carecemos, seguridad o tranquilidad, sin sentirnos tranquilos o
seguros lo que experimentamos es desasosiego, es tener una percepción de no
saber que nos puede ocurrir o suceder en el corto o mediano plazo. Es inclusive
abrir las puertas al temor y cuando tenemos temores resulta muy difícil y duro
poder desarrollar nuestros proyectos o metas, finalmente nos decía Bolívar procurar
la mayor suma de bienestar general, esto es, que todos vivamos con un relativo
confort, no se trata de que todos seamos iguales en el sentido literal de la palabra,
aquello no existe, siempre existirán unos que tienen mejores posibilidades,
oportunidades o en definitiva mejores recursos, más capacidad, mayor habilidad,
más destreza, son más especializados o en definitiva una personalidad mejor
formada, que les permite aplicar con mejor criterio y resultados lo que saben en
sus actividades y lo importante en la vida no es solamente saber algo en teoría sino
saber aplicarlo en la práctica, en consecuencia lo que debe buscarse es que no
existan tratamientos desiguales en razón de ideologías, género o condición social,
lo que se desea es que todos vivan tranquilos y sin razones valederas para estar
descontentos, lo que se quiere es que exista armonía social, por ello no es justo ni
equitativo lo que sucede en el Ecuador, donde cada vez menos personas tienen
mucho o demasiado y cada vez más personas tienen menos o nada, esto es, se
observa una notable inseguridad social, una ascendente pobreza colectiva, hay una
tendencia hacia la pauperización social, por ello un buen gobierno debe buscar un
bienestar general o compartido, dándole a cada cual la posibilidad de vivir en un
ambiente de paz y de la mayor equidad y libertad posible.
Del somero análisis efectuado queda claro que en el Ecuador no existe una
confiable institucionalidad democrática, la cual tiene su principal causa y origen en
la falta de respeto a la ley, irrespeto que se da lamentablemente en primer lugar
por quienes están obligados a dar ejemplo de apego y sometiendo al régimen
jurídico imperante. No se puede hacer distingos ni excepciones, ni el poder
Ejecutivo en sus diversas instancias, ni el poder Legislativo, ni el poder Judicial, y
junto a ellos los supra organismos del Estado, como el caso de los órganos de
control y el Seguro Social, son respetuosos del cumplimiento de la ley, generando
con ello una cultura social donde cada cual se considera titular de derechos, pero
no sujeto de obligaciones, o en definitiva cada cual se cree en el derecho de opinar
o afirmar lo que piensa, de pedir o exigir lo que le favorece personalmente
creándose un ambiente donde lo individual se antepone a lo colectivo, en síntesis lo
que menos importa es el país y a eso no tiene derecho ningún ciudadano por
justificada que parezca su posición.
Conclusión
Queda claro todo por lo expuesto que el Ecuador tiene una frágil institucionalidad
jurídica, lo que explica que nada está seguro ni nadie tiene las suficientes garantías
ciudadanas pensar en un cambio que surja de los actuales detentadores del poder
político o económico que son los beneficiarios y usufructuarios de la actual
situación, es simplemente iluso. Qué nos queda, la solución es compleja y demanda
clara visión de la realidad del entorno en que vivimos, del escenario nacional e
internacional, y por supuesto requiere una decisión firme para enfrentar el
enraizado mal que tiene enfermo al país. Requerimos una doble gestión: de una
parte, que la sociedad civil organizada a través de sus legítimos representantes
analice la profundidad y gravedad de la crisis del país e intente plantear soluciones
consensuadas, y de otra parte, que desde esa sociedad civil organizada se escoja
un líder que haya demostrado probados merecimientos ciudadanos y tome la
bandera de rescatar al país de las garras de la corrupción y la mediocridad.
A qué sociedad civil me refiero: a universidades, medios de comunicación social,
colegios de profesionales, organizaciones de mujeres, organizaciones de derechos
humanos, sector empresarial, sector social representado por organizaciones
indígenas y laborales, incluyendo a las fuerzas armadas, todas las cuales
nombrarían uno o dos delegados de una calidad moral y humana, que serían los
llamados a viabilizar una propuesta de un Ecuador renovado que rompa con su
dependencia de una actitud de desencanto y comience a pensar positivamente en
su desarrollo y bienestar futuro.
Por qué la sociedad civil organizada se nos preguntaría, porque cuenta con
personas conocedores en su campo de especialización y un Estado moderno debe
ser un Estado técnico, por ello sostengo la inaplazable necesidad de cambiar el
modelo de administración del Estado, que buscando la cooperación en el sector
público de profesionales o expertos en las distintas áreas pueden efectuar una
eficiente administración pública. El actual modelo de administración vigente en el
Ecuador, ha convertido al Estado en un ente dadivoso, paternalista, y en otros
casos como un Estado exageradamente reglamentarista, arbitrario y en ocasiones
favoreciendo de acuerdo a criterios de funcionarios de turno intereses de
particulares, perjudicando el interés nacional, ese modelo de administración en el
fondo ha contribuido a institucionalizar una abusiva aplicación y hasta la
interpretación de la normatividad jurídica, fomentando con ello la inseguridad
jurídica o patentando la frase de una administración pública que “fabrica
dificultades para vender facilidades”, en resumen hay que avanzar hacia un modelo
de administración donde el rol del Estado sea el de facilitador y estimulador de la
reactivación económica y social, de árbitro de controversias interpersonales o de
personas con entidades públicas, de regulador desde el punto de vista
macroeconómico y social de las actividades individuales de personas o entidades
particulares, sin perjuicio de profundizar la descentralización del poder político al
que antes hice referencia.
En el contexto indicado los profesionales de ingeniería al igual que todos los
ecuatorianos realizan esfuerzos aislados por tratar de superar circunstancias que le
son adversas, en una economía deprimida, en un ambiente político que lejos de
brindar confianza asusta, en una sociedad donde la pobreza y el desempleo crecen,
donde la moneda se ha depreciado tanto que hasta llegó a desaparecer para
adoptar una moneda extranjera, el campo de acción de la ingeniería tiene inmensas
limitaciones por la dura crisis que vive el país, pero tiene al mismo tiempo
inmensas posibilidades por ser una profesión eminentemente técnica y si el Ecuador
se decide transitar por la ruta de una modernización y la estructuración de un
modelo de administración tecnificada del Estado, la ingeniería tendría grandes
opciones de contribuir de manera protagónica en la recuperación del país.
La historia de Ecuador es, en muchas formas, cíclica. Se trata de un país que siempre ha estado
luchando contra retos sociales, políticos, económicos y geográficos. Los mismos factores que
han determinado la Historia de Ecuador durante los dos últimos siglos, continúan dominando el
panorama del país a inicios del siglo xxi.
Durante la época precolombina en el territorio hoy conocido como Ecuador coexistieron, por
miles de años, una gran variedad de grupos indígenas, antes de ser colonizados por los incas
primero, y posteriormente por los conquistadores españoles. Aunque ambas conquistas se
dieron mediante brutales invasiones, estos habitantes originarios sufrieron mucho más y por
más tiempo bajo el dominio español que bajo el de los incas.
Durante su historia colonial, como parte de los Virreinatos de Perú y de Nueva Granada, los
habitantes de estas tierras tuvieron que conocer no sólo un grupo de nuevas enfermedades para
las que no estaban preparados ni cultural ni inmunológicamente, sino también esclavitud e
inequidad. El declive económico de España, unido al ascenso de los nuevos ideales de la
Ilustración y la consecuente expansión del movimiento independentista por toda Latinoamérica,
al que el país no dejó de sumarse, consiguieron que tras cruentas luchas, este se independizara
de España el 24 de mayo de 1822. Durante los primeros años de independencia, Ecuador formó
parte de la República de la Gran Colombia de Simón Bolívar, territorio que comprendía también
las actuales naciones de Venezuela y Colombia. Esta asociación no duró mucho. El
establecimiento de Ecuador como república dio paso a un período de fuerte influencia de la
Iglesia Católica. Eloy Alfaro y sus seguidores lucharon entonces por muchas reformas seculares
durante la Revolución Liberal.
En los tiempos de la Gran Depresión, Ecuador experimentó una marcada inestabilidad política
que culminó en una guerra con el Perú en los umbrales de la II Guerra Mundial. El período de
post Guerra de Ecuador se caracterizó por el incremento de la desigualdad y la inestabilidad.
Desde entonces, la historia contemporánea del Ecuador se ha caracterizado por una profunda
inestabilidad y dependencia absoluta de las fluctuaciones en los precios del petróleo y en los
mercados financieros internacionales, así como en su deuda externa.
Época Colonial
El Hecho Colonial
La historiografía tradicional suele caracterizar a la etapa colonial del actual
Ecuador, como fase de gran estabilidad en todos los órdenes, en oposición a la
inestabilidad republicana. “La Colonia” se piensa como un momento sin mayores
cambios en la estructura social o económica. Esto carece de fundamento. Durante
los tres siglos que estas tierras permanecieron vinculadas a la Metrópoli española,
se produjeron transformaciones enormemente significativas, perfilándose al menos
tres períodosnotoriamente diversos. De igual manera, la conceptualización de la
sociedad colonial como “feudal” o “semi-feudal” es un lugar común -a veces elevado
al nivel de teoría interpretativa- que se repite entre los analistas históricos
ecuatorianos. Ante todo, debemos reconocer que la formación económico social de
lo que luego llegó a ser Ecuador es bastante más compleja. En medio de
permanentes transformaciones, encontramos un conjunto orgánico y articulado de
relaciones sociales de distinto carácter y origen histórico diverso, cuya integración
escapa de las caracterizacionessimplistas.
Si vemos a la sociedad colonial desde la perspectiva de sus relaciones
económico- sociales básicas, encontramos tres grandes períodos en la vida de lo
que ahora es el Ecuador. Luego de la conquista y hasta fines del siglo XVI se dio un
período de asentamiento e inicial consolidación del régimen colonial español. Desde
entonces y hasta las décadas iniciales del siglo XVIII, es decir una centuria y una
década más, se dio un segundo período, en el que la actividad económica articulante
de la sociedad fue la producción textil. Por fin, desde inicios del siglo XVIII y hasta
cien años después, cuando se produjo la Independencia, se dio un tercer período,
caracterizado por la crisis, la readecuación de las relaciones sociales y el
agotamiento del régimen colonial.
La respuesta de la Corona a los hechos fue intentar una negociación con sectores
de colonos que tenían la expectativa de nuevos privilegios en contra de los
encomenderos, tratando al mismo tiempo de no aplicar las conflictivas leyes; es
decir, cediendo en el manejo de los asuntos americanos a los colonos, a cambio de
consolidar la autoridad central. Un clérigo, Pedro de la Gasca, fue designado para
manejar la situación contraPizarro. Apenas La Gasca comenzó su misión, anunció
que el Rey había cedido a las demandas de los colonizadores y logró levantar una
fuerza importante. Poco a poco, las ciudades y villas fueron plegando a su autoridad.
En Quito fue asesinado el Gobernador Puelles, dejado por Pizarro. Los dos ejércitos
se enfrentaron en Jaquijaguana, cerca del Cuzco, a inicios de 1548. Pizarro fue
derrotado y ejecutado luego con sus tenientes. Triunfó de este modo la causa de la
Corona, aunque el precio había sido un cúmulo de concesiones al poder local.
La sociedad colonial
Luego del primer siglo de colonización hispánica, se había definido una estructura
social fuertemente diferenciada y asentada sobre la desigualdad legal.
Losblancos, especialmente los españoles de origen peninsular (miembros de la
burocracia civil y eclesiástica, encomenderos, obrajeros y comerciantes) estaban en
la cúspide de la pirámide social. Ellos controlaban los principales centros de
produción económica, así como la circulación de los bienes. Al mismo tiempo
ejercían el poder político tanto en el nivel de la Audiencia como en el plano local.
En la base de la estructura social colonial, de otro lado, estaban los pueblos
indígenas que sufrieron cambios profundos, pero al mismo tiempo lograron también
mantener la continuidad de varios elementos de su organización. El más importante
de ellos fue sin duda, la lucha por la conservación de las tierras, que en forma
paulatina iba pasando a manos españolas, no sin hallar de parte de las comunidades
dura, y a veces exitosa resistencia.
VIDA REPUBLICANA
a. Floreanismo
El Floreanismo se da a inicio con la independencia del Ecuador, donde su presidente es
Juan José Flores, el primer Presidente de la República del Ecuador, fue Venezolano,
prácticamente ignorante ya que sabia tan solo leer, la Constitución del Ecuador en este
entonces tenia varios artículos dedicados a él, para que pueda ejercer su función sin
problemas.
Un aspecto importante de esta época es el deseo de crear una verdadera nación con
raíces propias y conducir sus destinos hacia una vida moderna y civilizada donde
impere la libertad y la justicia, se definió a Quito como capital del Ecuador, y la
consagración de la religión Católica, Apostólica y Romana.
Militarismo: Se inicia con el General José María Urbina con el golpe de estado, este
militarismo era nacional a diferencia del primero que existió en nuestro país.
3. PERIODO GARCIANO
a. Biografía
Gabriel García Moreno, (1821-1875) fue un político ecuatoriano presidente de la
República (1861-1865; 1869-1875). Nació en Guayaquil, y estudio derecho en la
universidad de Quito, de la cual llego a ser rector en 1857. Durante su régimen
estableció programas de construcción de carreteras y de reforma educativa y saneó la
economía del país. Hombre de profundas convicciones religiosas, quiso convertir
Ecuador en un destacado teocrático. Fue asesinado en 1875, al comienzo de su tercer
mandato como presidente.
d. Obras Sociales
Se encargo de una difusión cultural, reconstruyo la ciudad de Ibarra en el terremoto de
1868. Ordeno la propagación del eucalipto en el país, construyo caminos, puentes,
edificios, carreteras, 44 Km. de ferrocarril nacional. Cuido los fondos públicos, fundo la
escuela Politécnica con grandes profesores, afamados geólogos y geógrafos.
4. LA REVOLUCIÓN LIBERAL
a. Antecedentes
El liberalismo se inicia con Eloy Alfaro, que cansado de la dictadura de Gabriel García
Moreno y a la de sus ultra conservadores seguidores y sucesores en el cargo, logra en
1985, después de largos años de luchas y de exilio, entrar triunfante en Quito. Eloy
Alfaro era una persona que se encontraba en una buena situación económica, a pesar
de eso a el no le importaba tanto y se juntaba con la gente del pueblo para inculcarle
sus ideas, así fue tomando fuerza su grupo de seguidores.
En el aspecto social dos fueron las preocupaciones principales del gobierno alfarista en
este aspecto; el alivio económico del indio y el mejoramiento de la familia de la clase
media. Así pues se suprimió completamente el tributo indígena, mejoro la educación
tanto para hombres como para mujeres.
En un margen social el Ecuador naciente padecía de una tendente división regional heredada del último
periodo colonial; es así como se denotó la Sierra Centro-Norte cuyo centro fue Quito y que detuvo la
mayoría de la población con un relevante sistema hacendatario. La Sierra-Sur tenía como base a Cuenca,
la cual poseía múltiples actividades socio-económicas. Como columna del crecimiento latifundista se
encontraba a Guayas con su punto preferente Guayaquil que fue convirtiéndose en lo que hoy es el
puerto principal debido a la fuerte actividad exportadora.
Como consecuencia de ésta tendencia nos lleva a lo dicho por Enrique Ayala Mora en Resumen de
historia del Ecuador: "la realidad sociopolítica del Ecuador en las primeras décadas de la República,
fueron la inestabilidad y la desarticulación. El control terrateniente reemplazó a la autoridad metropolitana
y se desplazó por ello a instancias regionales y locales, asentados en el régimen hacendatario. En estas
circunstancias elproyecto nacional que se plantearon los criollos que fundaron el Ecuador, distó mucho de
expresar a la mayoría de la población. No pudieron unificar a la comunidad cultural y social de todos los
ecuatorianos, sino que consolidó una ruptura entre las clases dominantes y el pueblo.
La fundación de la República no significó, pues, el establecimiento de un Estado Nacional".
(cit. Ayala Mora Enrique, Resumen de Historia del Ecuador, p. 69)
En le primera presidencia de Flores de 1830 a 1835, se afanó por conjugar un sistema de gobierno entre
terratenientes y militares; al acto se le conoció popularmente como el floreanismo que en conjunto a los
suntuosidades que gozaban los gobernantes y la pobreza que vivía el pueblo, condujo a la crítica de
la sociedad llamada "El Quiteño Libre" que en un comienzo las opiniones hacia Flores eran toleradas por
el mismo mandatario; sin embargo
algunos miembros de tal sociedad fueron colgados públicamente en una plaza de Quito por conspiración,
" En enero de 1835 Flores (..) hizo reconocer a Vicente Rocafuerte como Jefe Supremo de la República.
Este se hallaba en el ejercicio de su gobierno en el departamento de Guayas.
En abril de 1835, Rocafuerte llegó a Quito y en junio del mismo año se reunió la Convención Nacional, en
Ambato, bajo la presidencia de Olmedo. Esta dictó la segunda Carta Política y nombró como Presidente
de la República a Vicente Rocafuerte y ratificó a Flores como General en Jefe de ejército. Flores se
marchó a vivir en su hacienda La Elvira, a orillas del río Babahoyo.
En septiembre de 1835 estalló la primera sublevación en contra de Rocafuerte, pero fue vencida de
inmediato y ocasionó el fusilamiento de algunos oficiales caudillistas. Al año siguiente estalló una revuelta
en Tulcán que tenía nexos con la tendencia de vincular al país como un departamento de Colombia, por
ello, su cabecilla, el general Facundo Maldonado, fue fusilado en la plaza de Santo Domingo, a
la luz pública, como para señalar los límites a que llegaría la energía del gobierno. Idéntica suerte
sufrieron varios insurrectos de Esmeraldas.
El 31 de enero de 1839, Vicente Rocafuerte hizo entrega formal del poder, tras el término de su periodo.
(op. Cit. Alfredo Pareja, breve historia del Ecuador, tomo 2, pp. 16, 18)
-En el gobierno de Rocafuerte se realizan muchas obras, pero se debe tomar en cuenta que siendo
apoyado en su cargo también era mal criticado por sectores que buscaban su destitución, pero
Rocafuerte reprimió a este tipo de sector, culminando su periodo normalmente.
En el congreso de 1839, se nombra por segunda vez como presidente a Juan José flores quien expone
un nuevo estilo de gobierno retractándose de las malas acciones dadas en su gobierno anterior y designó
a Rocafuerte como gobernador de Guayaquil.
En una nueva Convención Nacional convocada por flores para crear una nueva Constitución, con la cual
se pueda plantear una dictadura con mascara de legalidad se expide en marzo de 1843 la Carta de
la Esclavitud: la misma dice:
"-El Congreso se reunirá formalmente cada cuatro años. Entre tanto, funcionaría una Comisión
Permanente de cinco senadores, encargada de legislar y de ejercer vigilancia sobre el ejecutivo.
-Los cenadores duraban doce años en sus funciones y los diputados ocho.
-El período presidencial se fijó en ocho años y se abrió la posibilidad de una reelección después de un
periodo.
-Una ley vetada por el ejecutivo podía entrar en vigencia por la insistencia de las tres cuartas partes de los
asistentes a ambas cámaras.
-re restablecía el derecho de ecuatorianidad para los naturales de otros países colombianos y para
quienes, siendo de otros países colombianos se casaren con ecuatoriana y tuvieran bienes por
un valor de treinta mil pesos, como era el caso de Flores.
-Por esta sola ocasión, la Constitución designaba a los senadores principales y suplentes. Dejaba, así
fabricado un senado dócil para el Presidente, por doce largos años.
-En la nueva Constitución no se establece el régimen municipal.
-consagraba la tolerancia para otros cultos, además del católico.
Pero otro resultado de la Convención Nacional de 1843 fue que Flores resultó elegido Presidente por
tercera ocasión."
(op. Cit. Alfredo pareja, p 21)
La reacción ante la tercera Constitución era latente con la oposición encabezada por Rocafuerte
protestando en la misma Convención de 1843, pero la oposición no estaba únicamente en la Convención,
se inició entonces el periodo marcista denominada así por las campañas y montoneras en contra de
Flores.
En la Convención Nacional de Cuenca en 1845, se emite la cuarta Constitución en la que se corrige la
"Carta de la Esclavitud"; la mencionada convención con el apoyo de Gabriel García Moreno y Vicente
Rocafuerte se destituye como candidato a Presidente a Flores al tiempo en que ponía a Vicente Ramón
Roca como nuevo Presidente.
"El periodo constitucional de Vicente Ramón Roca Concluyó en 1849. El congreso de ese año debía
designar al nuevo Presidente entre el
Conservador Diego Noboa y el Liberal, general Antonio Elizalde. Como no existiera acuerdo quedo
encargado del poder el Vicepresidente Don Manuel de Ascásubi.
En febrero de 1850, el general Urbina desconoció a Ascásubi y, poco después proclamó, proclamó a
Diego Noboa como Jefe Supremo. Este convocó a una nueva Asamblea Constituyente, que dictó nuestra
quinta constitución, la cual determina la abolición de la pena de muerte por delitos políticos y describe, en
forma vaga y contradictoria a los derechos del Ecuador, los límites del territorio nacional. A más de ello y
como ya era costumbre, la Asamblea designó Presidente a Diego Noboa".
( Cit. Alfredo Pareja, breve historia del Ecuador, tomo 2, p.27)
En junio de 1851, Urbina capturó a Noboa y lo expatrió a Chile; quien en la Asamblea de 1852 fue
designado Presidente Constitucional, en el poder se dedico a crear una nueva forma de poder enlazando
a la oligarquía comercial costeña y a la milicia regular, también ejecutó un esquema liberal para abolir la
esclavitud y el tributo indígena y poner medidas que apoyen al campesinado serrano; los echo llevaron a
una campaña en oposición al urvinismo por parte del latifundista.
"Urbina fue sucedido en el poder por el general Francisco Robles (1856). El nuevo presidente continuó
con la política de su predecesor y aliado. Se abolieron el tributo y las ´protecturías´ indígenas.
Hacia 1859 diversas revueltas regionales provocaron la caída del gobierno y una crisis de disolución (…).
Los países vecinos negociaban la partición del país.
Luego de casi un año de caos, el gobierno establecido en Quito, con García Moreno a la cabeza, logró
triunfar en la Sierra, y tomar luego Guayaquil."
(cit. Ayala Mora, Enrique, el Ecuador de 1830 a 1860; en Ecuador las raíces del presente, p.110)
Bajo estas circunstancias se termina esta etapa del Ecuador naciente, en donde no se ha observado una
trascendencia política óptima para montar un país fuerte, sino, en la mayor parte del tiempo se han
generado diversos conflictos socio-políticos e idealistas que ha establecido barreras en
el desarrollo democrático del Ecuador.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos12/mhistec/mhistec2.shtml#ixzz48Jw64MPY
Olmedo era contrario de las Juntas Gubernativas y de los Congresos Fidelistas, propendía al
nacionalismo no hispánico sino americano; en donde los Estados Soberanos, debían tener el sello
nacionalista, representado por el pueblo, mas no por la aristocracia ni por grupos privilegiados.
También era contrario al iluminismo y al unitarismo centralista, que en principio era defendido por
los líderes: Bolivar, San Martín y otros independentistas; Olmedo propugnaba los postulados de la
Revolución Francesa: igualdad, libertad y fraternidad.
El Gral. José de Villamil, a pesar de su edad, fue el alma de la revolución y el más reconocido bizarro
de los próceres octubrinos; pero, el Dr. José Joaquín de Olmedo, hijo predilecto de Guayaquil, fue
el verdadero mentalizador, el líder estratégico y el guía espiritual de la gloriosa gesta octubrina,
debido a su importante preparación, vasta experiencia y elevada cultura, adquiridas en Europa; en
donde actúo como Representante a las Cortes de Cádiz (1812) y que al regreso a su patria, fue el
que sembró las ideas libertarias en su pueblo, especialmente en la juventud guayaquileña de esa
época; Olmedo, fue el maestro, guía, mentalizador y fue quien sembró las ideas libertarias igual
como lo hizo el Dr. Eugenio de Santa Cruz y Espejo en Quito; para lograr conseguir por la vía
democrática un nuevo orden: en lo social, político y económico, dentro de un marco legal legítimo,
que era el Poder Constituyente, lo cual significaba su alta motivación democrática, mas no
autocrática. Los líderes del movimiento, al amanecer del 9 de octubre, crearon el gobierno, cuyo
poder estaba: en La Junta de Guerra, la Junta Militar y la Jefatura Política; las mismas estaban
representadas por Luis Urdaneta (venezolano); Crnel. Gregorio Escobedo (peruano) y Olmedo
(guayaquileño).
El nuevo Jefe Político, tuvo a su cargo la orientación que se debía dar a la revolución; además, lo
entendió perfectamente, que sus designaciones no eran producto de la voluntad soberana del
pueblo; de allí que recomendó a sus compañeros patriotas a convocar a elecciones de
representantes para el Congreso Constituyente, el cual debía reunirse el 8 de noviembre del mismo
año (1820) y además debía aprobar el Reglamento Provisorio que significaba la Primera
Constitución del Nuevo Estado.
Con la revolución del 6 de marzo de 1845, se puso fín a la dominación y tiranía floreana. Como
producto de la inoperancia, corrupción y desmedida ambición del Gral. Juan José Flores, el país
estaba sumido en la pobreza, la ignorancia y el caos nacional. Los edificios públicos a punto de
derrumbarse, solamente en Quito había un periódico muy pequeño y elemental, no había cultura,
ciencias ni artes.
La Segunda División de los patriotas dirigida por Ayarza y Elizalde, lograron hacer regresar a los
floreanos a encerrarse en la Elvira; pudieron recoger los cadáveres y heridos y regresaron a
Guayaquil a rehabilitarse.
El pueblo guayaquileño vio llegar a su flotilla, que en la cubierta traía a los heridos y muertos en
combate. Había escenas de dolor indescriptible, ira, clamor; pero de ninguna manera se sintieron
derrotados. Los combates habían empezado, apenas había llegado el vapor "Guayas", frente a la
hacienda "La Elvira", del Gral. Flores. Otras provincias también habían plegado al movimiento
revolucionario, como Esmeraldas, Cañar, Azuay, Loja; en Quito, las ciudades del norte, como:
Ibarra, Tulcán y las del centro, había ocurrido el desbande de las autoridades del gobierno floreano.
El gobierno provisorio convocó para el 11 de junio de 1845 a una Convención en Cuenca, que se
instaló el 3 de octubre del mismo año.
Debido a un escándalo fenomenal, por el caso de la "venta de la bandera", pese a las explicaciones
del Presidente Dr. Luis Cordero, las mismas resultaron inútiles; y desde luego, nada tuvo que ver en
el escándalo, cuyo mentalizdor fue el gobernador del Guayas, Dr. José María Plácido Camaño;
conservadores y liberales se lanzaron en contra del gobierno, el 16 de abril de 1895. Al amanecer
del 5 de junio de 1895, se congregó el pueblo de Guayaquil en forma abrumadora y masiva, para
aclamar a su lider relegado por mucho tiempo. Entusiastas gritos de aclamación se escuchaban por
doquier.
El pueblo guayaquileño, eufórico, aclamó a Eloy Alfaro, Jefe Supremo de la República y General en
Jefe del Ejército. Alfaro, hall{abase en Panamá y fue comunicado de inmediato e invitándole a que
venga a poner orden en este convulsionado país.
Cuando Alfaro recibió la noticia, reflexionó despacio, con serenidad adusta, producto de su larga
experiencia en treinta años de lucha, amarguras, sinsabores, destierros, luchas sin cuartel, que
habían marcado su alma, pero jamás sus ideales.
4.- Revolución del realismo social /
Guayaquil
La cuarta revolución considerada del realismo social, está dada por valiosos escritores como: Luis A.
Martínez, con su novela realista "A la Costa", que surge a través del fracaso de la revolución liberal
y que a través de sus personajes principales condena el régimen social del feudalismo. Don José
Antonio Campos, con un humorismo sabroso en intención social y amor humano al mismo tiempo.
Pablo Palacio, escritor de temas subjetivos profundos, a base de la ironía severa y el sarcasmo
ingenuo; y, especialmente, el libro de cuentos: "Los que se van", el que da inicio a una verdadera y
auténtica "revolución", la del realismo social, en defensa del pueblo, de los marginados,
especialmente del cholo, del montuvio y del campesino costeño; y así logró una transformación,
valiéndose de una auténtica narrativa nativista, alejada del colonialismo literario. Los autores de
esta extraordinaria obra son tres jóvenes escritores guayaquileños: Joaquín Gallegos Lara (21 años),
Demetrio Aguilera Malta (21 años) y Enrique Gil Gilbert (18 años). A raíz de la aparición de "Los
que se van" empezaron a circular grandes obras enmarcadas en el realismo social; escritas por
intelectuales ecuatorianos que pusieron muy en alto la literatura ecuatoriana; al escribir temas en
beneficio y defensa del montuvio, del cholo, del aborígen, del negro y temas de la marginalidad.
5.- Revolución cívica popular "La Gloriosa"
28 de mayo de 1944
La revolución del 28 de mayo de 1944 o "La Gloriosa", como la denominaron sus entusiastas
gestores y seguidores, aglutinó a civiles y militares, conservadores, socialistas, comunistas, arnistas,
etc., que estaban cansados del régimen liberal, especialmente del presidente Dr. Carlos Alberto
Arroyo del Río, por sus imperdonables errores.
Las fuerzas políticas de ese entonces (1944) se unieron y lograron la salida del cuestionado
presidente; a quien, desde el inicio de su mandato, se lo acusó de haber llegado al poder en forma
fraudulenta (elecciones de 1940). Al descontento popular se unieron hechos y acontecimientos
difíciles para el gobierno, como el enfrentamiento bélico con el Perú; la crisis económica, producto
de la Segunda Guerra Mundial; la orden de los aliados que triunfaron en el conflicto bélico mundial,
de perseguir a los derrotados (alemanes y japoneses) residentes en el país. El pueblo respondió con
manifestaciones en contra del régimen; huelga general de los obreros. A estos movimientos el
gobierno respondió con agresividad, por medio de los carabineros (policía) y miembros de la
pesquisa, produciéndose una verdadera "dictadura constitucional".
6.- Revolución autonómica y
descentralización
23 enero del 2000
Descentralización
Mediante la descentralización, la desconcentración y los procesos de autonomías provinciales, se
trata de conseguir la independencia política administrativa con poderes autonómicos, de gestión,
sin el tutelaje del régimen unitarista-centralista. La descentralización, es el proceso con el cual las
regiones provinciales asumen atribuciones, facultades u obligaciones para desarrollar su labor de
gestión, tanto en la "Administración Pública Institucional" (descentralización funcional), como del
Régimen Seccional Autónomo (descentralización territorial), con las cuales adquieren mayor
jerarquía los Consejos Provinciales, Concejos Cantonales y Entidades Públicas y para que estas
cumplan eficientemente su labor; el Estado debe entregarles los recursos económicos, materiales
necesarios y preocuparse de los aspectos económicos y tenológicos, ya sea como producto de la
recaudación nacional o mediante convenios internacionales.
Las autonomías solamente gozan de capacidad administrativa, mas no legislativa; pueden dictar
normas jurídicas necesarias a sus organizaciones y para su administración interna.
7.- Revolución de los forajidos
20 de Abril del 2005
La séptima revolución se dio en Quito y es conocida como la Revolución de los Forajidos, es la única
dada en la capital, ya que las seis anteriores corresponden solamente a Guayaquil. Mediante esta
revolución, en la cual el pueblo quiteño salió a las calles para protestar por el desgobierno del
Crnel. Lucio Gutierrez, acusado de nepotismo y corrupción. El resultado fue el derrocamiento del
presidente Lucio Gutiérrez y la ascención al gobierno por el vicepresidente, el Dr. Alfredo Palacio.
El pueblo ecuatoriano, indignado y dolido por lo que estaba sucediendo en perjuicio de su propia
Patria, se levantó con una clara y nítida unidad, para echar del poder, el 20 de abril de 2005, al
presidente Lucio Gutiérrez.
Además de la heroicidad del pueblo, especialmente de los quiteños que encendieron la llama de la
libertad. Las Fuerzas Armadas supieron cumplir con su deber ante la Patria y sin violar la
Constitución.
8.- Revolución Ciudadana
15 de Enero de 2007