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LA EUTANASIA

Si tienes derecho a elegir una vida digna, tienes derecho a elegir una muerte digna? La
eutanasia es considerada como el mejor mecanismo de solución para pacientes en estado
terminal, sin embargo, resulta una incoherencia para el código deontológico médico. Este
medio se considera una vía de escape para personas con enfermedades incurables que no tienen
una expectativa de tratamiento y, por lo tanto, de vida. Lo único que desean es prescindir de
los pocos alentadores y dolorosos procesos médicos, optando por la muerte. No obstante, los
doctores tienen el deber ético de procurar la continuidad vital de sus pacientes a través de
medicación que aliviana el dolor. Es ahí donde la ética médica y el libre albedrio humano entran
en controversia. Entonces ¿La eutanasia es un suicidio asistido?

La eutanasia como toda concepción tiene defensores y detractores. Los adeptos creen que
permitir la muerte es un acto de misericordia ante el sufrimiento, al atender el deseo de morir
evitando así dolores físicos o padecimientos considerados como insoportables. Es el mejor
método para aliviar o reducir el sufrimiento de enfermos en estado terminal. Además, la
interpretación favorable de la eutanasia, es que la vida humana merece ser vivida a plenitud y,
por tanto, esta no debe ser vivida en condiciones decadentes. La decisión de elegir o no la
muerte, una discusión marcada en la determinación del paciente y la ética médica, resulta
incompatible dentro de los códigos médicos. Hay distintas perspectivas en el quehacer médico,
pero la principal se basa en que aquel, no debe destruir la vida sino más bien salvarla, o sea, la
intencionalidad final debe ser siempre salvar o reparar una vida humana mas no condenarla a
un padecimiento de dolor. “Aquella persona que quiere morir, porque sus tratamientos son
dolorosos e inútiles y habiéndose terminado las esperanzas no es necesario alargar más su vida”
(referencia 1).

En general el suicidio asistido radica en la gravedad del paciente, el método de aplicación y


la disposición para acabar con su vida, si esta ya no es digna. Entonces, podemos notar que,
aunque es intolerable para gran parte de profesionales médicos, la decisión recae
mayoritariamente sobre el paciente y sus familiares. Los métodos aplicados al paciente se
suspenden, al dejar atrás el uso de los instrumentos que apoyan la vida o suministros médicos
que la conservan, de tal manera que se produzca la muerte de forma natural. Por otro lado, se
puede aplicar una medicación directa que ocasiona la muerte del paciente en instantes.” No es
muy propicio el tiempo en que vivimos para proponer y defender normas morales absolutas o
simplemente fuertes. No sólo no están de moda: el posmodernismo dominante es incompatible
con las convicciones duras. El respeto a la vida terminal pertenece al mínimo ético que define
el núcleo de la profesión médica: es una afirmación basada en pruebas” (referencia dos).
Existen principios éticos para los médicos que no pueden ser alterados bajo ningún
concepto, los mismo que se encuentran impregnados en el juramento hipocrático. Uno de ellos
es el no causarle daño al paciente, peor aún, uno irreversible como la muerte. El médico al
mando tiene la responsabilidad de encontrar el mejor método para que su paciente se cure, sin
embargo ¿Qué sucede con aquellos que tienen enfermedades incurables? La ética médica ¿Qué
decisión debería tomar en este caso? A pesar de que no existe cura alguna para ciertas
enfermedades, los doctores tienen que preservar la vida hasta el final de los días del enfermo,
según el código al que están bajo juramento. En ciertas ocasiones los doctores pasan a formar
parte del otro bando, se ponen a favor de la eutanasia. Sin embargo, es considerado un acto
ilegal, salvo en ciertos países como Holanda, Bélgica y Luxemburgo, los únicos, en donde los
doctores y pacientes se ponen de acuerdo para llevar su caso ante la muerte. Nombela refiere
que la Bioética también tiene ciertos principios, el de la santidad y calidad de vida, los cuales
se contraponen a la práctica de la eutanasia. Por otro lado, debemos tener en cuenta la
autonomía de la persona, la cual debe ser respetada por la sociedad. En este caso los doctores
pierden su autoridad, pues no pueden negarse a la decisión y opinión que tome el paciente.
(referencia tres y cuatro).

Como notamos existen distintas formas de aplicar la eutanasia y diferentes posturas en torno
a la misma. La polémica de elegir o no una muerte digna, siempre estará en constante
cuestionamiento. La mejor decisión será tomada en cuenta a partir de los puntos a favor y en
contra de una enfermedad terminal. Esta decisión se tomará a partir de un pequeño debate moral
entre el paciente y el doctor. Al final solo ganara quien tenga mayores defensas a sus principios
éticos, el uno de vida y el otro de profesionalismo.

Referencia:

1. Bueno saber. Blogspot. http://buenosaber.blogspot.com/2011/08/la-eutanasia-


eutanasia-favor-y-en.html
2. Herranz, G. (1988). Los médicos y la eutanasia.
http://www.unav.es/cdb/dhbgheutanasia.html
3. Nombela, C. La eutanasia: perspectiva ética, jurí-dica y médica. Bioetica web.
http://www.bioeticaweb.com/la-eutanasia-perspectiva-actica-jurasdica-y-macdica/
4. Ferro, L. La Eutanasia: Desde una perspectiva jurídica y ética. Monografias.com.
http://www.monografias.com/trabajos103/eutanasia-perspectiva-juridica-y-
etica/eutanasia-perspectiva-juridica-y-etica.shtml

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