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Arnaldo Córdova, La revolución en crisis.

La aventura del maximatOf México,


Cal y Arena, 1995, 552 p.

Diego Antoni

Calles pensó un poco y luego me dijo: "Pues realmente


yo conforme a la ley no soy nada, ni presidente, ni
ministro, ni soy ya presidente del Partido, ni tengo
funciones legales ningunas;pero tengo la responsabili-
dad de hacer todo, absolutamente todo por que la
Revolución siga adelante..."

Gonzalo N. Santos, Memorias

Como Alvaro Obregón en Ocho mil económicas, arguyendo que tanto en


kilómetros en campaña o José Vas- el Porfiriato como en la Revolución
concelos en su tetralogía autobiográfi- se puede identificar un mismo pro-
ca, Gonzalo N. Santos es juez y parte yecto histórico: "...el de hacer facti-
en sus Memorias. Por eso no resulta ble, en un país atrasado, el deseirro-
sorprendente esta profesión de fe en la 11o económico social sin quebrantar
capacidad histórica del individuo ("ha- la propiedad privada y el reconoci-
cer todo... por que la Revolución siga miento de la necesidad de un Estado
adelante"), puesta en boca de Calles fuerte..." (prólogo). Por tanto, cuan-
pero firmada por el propio Gonzalo N. do un libro sobre uno de los periodos
Santos. En sus Memorias, los actores menos estudiados de la era posrevo-
individuales acometen una odisea his- lucionaria, el Maximato (1929-
tórica y no hay espacio para las inercias 1934), no logra identificar un eje
de la historia colectiva. Ahora bien, los analítico que permita mejorar la
estudios históricos que han enriqueci- comprensión del objeto de estudio,
do este anecdotario de gran valor Hte- corre el riesgo de quedarse en
ríirio e histórico han puesto de mani- lo anecdótico, con el inconveniente
fiesto otras variables, como la social, la de ser juez sin haber sido parte. En
económica y hasta la internacional. El otras palabras, lo anecdótico no tie-
propio Arnaldo Córdova, de cuyo Ubro ne, en este caso, valor de testimonio.
más reciente nos vamos a ocupar, pri- La Revolución en crisis. La
vilegió en La ideología de la Revolución aventura del maximato, el libro más
mexicana las variables ideológicas y reciente de Arnaldo Córdova, no sólo

418 Política y Gobierno, vol. III, núm. 2, segundo semestre de 1996


Amaldo Córdova, La revolución en crisis

carece de una visión analítica de con- la que, por lo menos, garantizaba


junto sino que se asemeja más a una que no sería peligroso para ninguno
justificación anecdótica del cardenis- de ellos" (p. 116). Sin embfirgo, en la
mo que a un estudio histórico sobre sus segunda parte de la obra, La socie-
antecedentes. Ciertamente, el autor dad civil en la crisis, los talentos de
nos advierte en el prólogo que "su ver- Calles para arbitrar empalidecen
dadero objeto de estudio es el cardenis- inexplicablemente. Su voluntad de
mo", sin embargo, crea expectativas socavar la autoridad del presidente
cuando afirma que "en la medida en Ortiz Rubio contradice la "distancia"
que acumulaba mis materiales y los del arbitro de la primera parte. Cór-
examinaba, me iba dando cuenta de dova nos dice que: "Mezquina y
que aquel periodo (el maximato) era el egoístamente, el ex presidente jugó,
venero de toda nuestra historia política más bien, a enfrentar y a debilitar a
posterior, hasta nuestros días" (p. 10). los adversarios, pensando que eso lo
Por eso resulta decepcionante recorrer fortalecería a él..." (p. 288).
las 492 páginas de un libro con mucha Esta inconsistencia entre la
información y poco análisis. ¿Cómo primera y la segunda parte del libro
fiíncionaba realmente la dominación radica probablemente en que en nin-
tan peculiar que ejerció Calles hasta gún momento el autor establece con
1934? ¿Por qué y cómo aceptaron los claridad las bases o los instrumen-
demás actores poh'ticos esta domina- tos de la supuesta capacidad de ar-
ción tras bambalinas? ¿En qué y cómo bitraje de Calles. El PNR parece ser
este periodo sentó las bases del com- un instrumento importante al prin-
portamiento de los actores de "nuestra cipio del libro por la cercanía de sus
historia política posterior"? presidentes con el "jefe máximo".
En la primera parte del übro, ti- Sin embargo, Amaldo Córdova no
tulada El poder del jefe máximo, apa- explica cómo lo apoyaba el PNR. Ade-
recen algunos indicios interesantes de más, el partido de la familia revolu-
cómo funcionaba el maximato. Por cionaria "no era un partido de masa
ejemplo, nos dice el autor a propósito ni lo sería hasta que no se transfor-
de Calles que "el nuevo líder era ante mó en marzo de 1938" (p. 68); y como
todo un arbitro" (p. 67). Y efectivamen- Calles se había deslindado de la
te nos muestra cómo ante la gestación CROM a raíz del asesinato de Obre-
de nuevos equilibrios (o desequilibrios) gón en 1928, tampoco podía contar
políticos. Calles sabía esperar la cir- con la ayuda de las organizaciones
cunstancia más favorable para que sus populares. ¿Lo respaldaban enton-
decisiones correspondieran al deseo de ces los militares? Tampoco queda
la mayoría del momento. Así fue como claro. Si Calles cuenta en un princi-
propuso a Ortiz Rubio, aquel "dócil ins- pio con la neutralidad de los actores
trumento en manos del jefe máximo", "más importantes de la jerarquía
en un momento en que Ortiz reum'a "un castrense: Amaro, Almazán y Cár-
consenso generedizado entre los grupos denas", en la tercera parte del libro,
gobernantes por su debilidad política. El apogeo del maximato y el ascenso

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Diego Antoni

del cardenismo, este apoyo se desvane- si finalmente Cárdenas aparece, en


ce inexplicablemente en tanto Córdova contraste, como el redentor y el ver-
afirma: "es nuestra hipótesis [que] Ca- dadero organizador del México pos-
lles, a querer o no, no tuvo más remedio revolucionario?
que aceptar la candidatura de Cárde- Quizá hubiera sido más intere-
nas y, no sólo eso, sino que tuvo tam- sante que Arnaldo Córdova desarro-
bién que ir aceptamdo las propuestas llara los capítulos que versan sobre
programáticas de Cárdenas" (pp. 441- la situación social y económica del
442). El respaldo tanto de los generales país en esa época. En ellos, el muy
como de los otros actores ¿era a final completo panorama presentado por
de cuentas circunstancial? Esta es la el autor sugiere nuevas vetas para
intuición que le surge al lector al final la investigación y el estudio del ma-
del libro. Quizá exceptuando el capítu- ximato. En particular, se tendría
lo sobre la política exterior de México, que rescatar el papel que desempe-
en el que se vislumbra cómo Calles fue ñan las organizaciones obreras,
construyendo una relación de amistad campesinas y patronales en el pre-
y de entendimiento con el embajador cario equilibrio en que se sustenta
Morrow, todo el libro tiende a sugerir la influencia del "jefe máximo" y en
que finalmente Calles pudo conservar el ascenso de Cárdenas. Sobre este
las riendas del poder por razones cir- tema hay información muy perti-
cunstanciales: el país era el escenario nente y valiosa en La Revolución en
de rencillas interminables y de una de- crisis. La aventura del maximato.
sorganización endémica. En este caso Probablemente Arnaldo Córdova se
¿qué tan relevante resulta el estudio dedicará a esta tarea, pero en su li-
del papel de Calles durante esta época bro sobre... el cardenismo.

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