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OBJETIVOS

● Conseguir que reflexionen sobre sus propias emociones.


● Fomentar la comprensión de los pensamientos que conducen a
determinadas emociones y las conductas que las siguen.

Desarrollar la inteligencia emocional.
INSTRUCCIONES

PASO 1: Consigna: Les diremos a los participantes lo siguiente: “Nuestro cuerpo es


el territorio donde vivimos cada uno de nosotros. En este territorio aparecen en la
cabeza unos pensamientos que nos hacen experimentar emociones determinadas y
a su vez estas emociones nos hacen comportarnos de una manera determinada.

En este mapa que tenemos en nuestro cuerpo las ideas ocupan el territorio de la
cabeza, las emociones ocupan los terrenos del tronco y nuestras acciones se sitúan
en nuestras extremidades y en nuestra cara. Vamos a elaborar nuestro mapa de las
emociones.

Para ello en primer lugar vamos a hacer una reflexión sobre las diferentes
emociones que sentimos, analizando los pensamientos que tenemos y los
comportamientos que realizamos.”

PASO 2: Después de esta explicación les repartimos las fichas y les dejamos tiempo
para la reflexión sobre las emociones. Cuando hayan completado la ficha, les
repartimos la cartulina con la silueta del cuerpo, donde deberán colocar los
diferentes territorios. En la cabeza colocarán los pensamientos, el espacio que cada
uno de ellos tiene en nuestra mente e incluso pueden tener terrenos compartidos.
En el tronco se situarán las emociones, el tamaño de terreno que ocupa cada una,
así como su lugar exacto dependerá de cada uno. Y finalmente en las extremidades
y en la cara se situarán las acciones que realizamos.

Para completar el mapa se puede emplear cualquier tipo de material y colores. Se


pueden introducir palabras, dibujos, etc.

Dejamos un tiempo para que cada uno complete su mapa de las emociones y una
vez finalizado ponemos en común cada uno nuestros terrenos, explicando a los
demás donde y porque hemos colocado cada cosa. Podrán observar que aunque
hablemos de emociones comunes a todas las personas cada mapa es diferente,
único y especial.

Les explicaremos lo siguiente: “Las emociones son comunes a todas las personas,
pero cada uno de nosotros tendrán su manera de sentirla, los pensamientos que las
provocan serán también únicos de cada persona y la manera de actuar será
también diferente.

EMOCIONES

1. Disgusto o Asco
Es la emoción más desagradable de las seis. Tiene un gran poder para condicionar
nuestro comportamiento, especialmente si hablamos de alimentos. La función del
asco es protectora, no solamente para el momento en el que la experimentamos,
sino también para el futuro, pues escribe con cincel en nuestra memoria.

Es una emoción que dice: “Cuidado, no te acerques” o “Cuidado, no te vuelvas a


acercar”.

2. Miedo

El miedo es la emoción del peligro y la amenaza. Cuando la experimentamos, la


activación que se produce en nuestro cuerpo es intensa. Esto es así porque intenta
prepararnos para la lucha o para una huída lo más rápida posible.

Cuando sentimos miedo automáticamente, nuestra mente, que es muy lista, le dice
al corazón que se ponga a bombear más rápido y fuerte. La razón no es otra que
preparar a los músculos para que actúen. Así, esta emoción es la que más
presión interna produce y la que orgánicamente podemos aguantar menos
tiempo.

Finalmente, no podemos olvidar que el miedo es un ingrediente principal en


algunos de los trastornos psicológicos más comunes, como las fobias.

3. Tristeza

La tristeza es la emoción de la pena, de la pérdida y del daño. Habitualmente,


tiene muchos más pensamientos asociados que las anteriores. Así, la forma en la
que la elaboremos de manera consciente tiene una relevancia mucho mayor.
Además, promueve un estado de ánimo, el pesimismo.

Crece y permanece mucho más tiempo cuando la persona que la experimenta tiene
una sensación de soledad percibida. Podemos decir también que se alimenta de
los efectos que produce, del propio desánimo que genera y lo cuesta arriba que
vuelve el hecho de hacer actividades que nos gusten.

“La tristeza es la emoción inspiradora. Genera un estado en el que muchas


personas son mucho más creativas, ya sea escribiendo, componiendo, pintando un
cuadro o realizando cualquier otra actividad.”

4. Sorpresa

Es la emoción neutra y breve. No neutra en el sentido de que no irrita el corazón o


la mente, sino en el sentido de no podemos decir que produzca un buen o mal
estado emocional. De hecho, también suele actuar como precursora de otras
emociones que sí tienen valencia: miedo, alegría, tristeza, etc.
Inesperada, la sorpresa es la emoción del sobresalto. Aparece cuando sucede
algo que no esperamos. Este “algo”, al igual que el miedo, puede estar presente en
la realidad o simplemente en el hilo de pensamientos de nuestra mente. Así, nace
del “ver”, “oír”, “oler”,etc. pero también “del darse cuenta” de la solución de un
problema en el que podemos estar distraídos trabajando.

5. Alegría

La emoción de la sonrisa y del bienestar. Opuesta en muchos aspectos a la tristeza.


Por un lado, no parece ni mucho menos tan inspiradora. Por otro, la alegría suele ir
acompañada de una gran carga de energía que nos da unas ganas enormes de
ponernos a hacer cosas.

Es contagiosa y desgraciadamente la aprovechamos poco. La alegría ha sido la


gran víctima de esa corriente que afirma que las emociones deben expresarse lo
menos posible. Por el contrario, al ser la emoción que genera el estado de ánimo
más positivo, por norma general, es mejor manifestarla mucho más de lo que
hacemos.

El estado de ánimo que genera la alegría es el optimismo. Unas gafas con las
que todo parece mejor. Algo que en sí no es bueno, lo bueno es que hace mucho
más poderosa esta energía que nos da la propia alegría, extendiéndola en el
tiempo. De las 6 emociones básicas, esta es la más deseada con diferencia.

6. Ira

Enfado. Lo habitual es que tenga un objeto: los demás, la suerte y, habitualmente,


nosotros mismos. La ira genera fuerza. Nos podemos imaginar como en el
contexto de una pelea, el hecho de que uno de los oponentes golpee al otro
aumenta la ira de este.

La ira es el producto de la diferencia entre un estado que se ha producido y otro que


nos hubiera gustado que se hubiera producido en su lugar. Por otro lado, el estado
de ánimo al que da paso habitualmente es al de la frustración.

Este estado, provoca una insistencia para que haya una identificación del culpable.
En su defecto también puede ser alguien que ocupe su puesto. Esto es así, porque
es una emoción que nos produce la necesidad inmediata de librarnos de ella.

La ira es una emoción caracterizada por su capacidad de destrucción. Ataca


aquello que nos ha herido para que no lo vuelva a hacer. Así, en el fondo, su función
es protectora y promueve la adaptación, como el conjunto de las 6 emociones
básicas.

El reconocimiento a nuestras 6 emociones básicas


Es cierto, como hemos visto en la descripción de estas 6 emociones, que 5 de las
seis emociones son bautizadas comúnmente como positivas o negativas. Sin
embargo, no olvidemos que todas las emociones tienen una razón para existir.
Es lo que se conoce como la parte adaptativa de las emociones.

O sea, puede que unas nos resulten más deseables que otras, pero cada una de
estas 6 emociones básicas constituye sin ninguna duda un lenguaje universal
que todos debemos manejar para comprendernos de manera adecuada.

Hemos aprendido a no hablar mucho de nuestras emociones. Al conversar


preferimos hablar sobre lo que hacemos o pensamos. Piénsalo, tal vez para ti sea
más común iniciar una conversación con “Yo pienso…”, antes que decir “Yo
siento…”.

No eres raro o diferente. Para todos resulta raro hablar de lo que sentimos. El
principal motivo de esto es que nos han educado para creer que hablar de
emociones no siempre es aceptable. Creemos que está bien hablar sobre las
emociones positivas siempre que no nos excedamos. Esta falta de cultura
emocional ha dado lugar a varios mitos sobre las emociones.

Conocerlas, comprenderlas e identificarlas en nosotros y en los demás es


imprescindible para que les saquemos todo el partido que nos pueden aportar. Así,
siendo hábiles con ellas, cuidaremos nuestra salud emocional y seremos
mucho mejores para las personas que queremos.

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