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Un tratado es el resultado de una serie de actos sucesivos cuya realización compone las cuentas
de un procedimiento que se denomina celebración de los tratados, conforme a reglas
internacionales generalmente dispositivas e internas. La celebración o formación del tratado
desemboca, cuando prospera, en su entrada en vigor, siendo a partir de ese momento
obligatorio para las partes.
Desde otro punto de vista, existen dos planos que deben diferenciarse con nitidez en el proceso
de formación de los tratados internacionales: el de las relaciones ad extra, de los Estados entre
sí y regidos por el Derecho internacional y el de las relaciones ad intra, que afectan a la particular
distribución de poderes, órganos y competencias que en el seno de cada Estado se prevén
constitucional y legalmente y que sólo a él competen como manifestación primaria de su
soberanía.
En otras palabras, unas fases de la celebración de los tratados están previstas por la Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados y otras fases por las Constituciones Políticas. Las
siguientes son las fases que deben surtirse para la celebración de un tratado, según la
Convención de Viena que Remiro Brotóns metodológicamente desarrolla en el siguiente orden:
Estas dos fases se desarrollan en sede internacional. Adoptaremos la anterior metodología para
desarrollar el tema propuesto en el título del presente trabajo; en estas fases obviamente no se
halla la aprobación del tratado que contemplan algunas constituciones como Argentina,
Venezuela y Colombia, y menos el control preventivo de constitucionalidad de la ley aprobatoria
del tratado internacional establecido en el ordenamiento jurídico de los dos Estados. Estas fases
se adelantan en sede interna.
La enumeración de las fases que presenta el constitucionalista argentino Germán Bidart Campos
-y que en gran parte coincide con el constitucionalismo colombiano-, en un orden simplificado,
sería el siguiente:
Seguiremos las exposiciones doctrinarias anunciadas para desarrollar los temas propuestos,
aclarando que el derecho internacional reconoce como atributo de la soberanía de los Estados
la definición interna de los órganos competentes para la conclusión de los tratados, y los
Estados, en sus negociaciones hacia el exterior, deben ajustarse a los lineamientos
constitucionales internos (...), y toca a las Constituciones internas regular los mecanismos por
los cuales un Estado asume compromisos hacia el exterior, a través de Convenciones
internacionales.
Esta fase Monroy Cabra la denomina fijación del texto y "comprende la negociación, la adopción
y la autenticación del texto del tratado.
Vargas Carreño se refiere a afirmar, sin excluir la autenticación del tratado; diferenciación
terminológica que explicaremos.
¿Qué es la firma y en qué consiste? "La firma es la forma tradicional de autenticación del texto
de un tratado y consiste en estampar su firma personal los facultados para hacerlo". "Se
entiende la firma como la suscripción inicial del texto convenido de un tratado que hace un
Estado a través de quien obra como su representante en la negociación del mismo'".
"La firma tiene la doble función de reconocer por parte de los representantes de los Estados, el
contenido del tratado, y fijar el final del período de la negociación, y por otro lado, también
significa la expresión del consentimiento del Estado, para obligarse por el tratado"". "La firma
de un instrumento internacional suele tener dos efectos distintos: en ciertos casos, sirve
esencialmente para adoptar y autenticar el texto de un tratado, pero sin que la parte signataria
adquiera los compromisos previstos en el convenio. En cambio, en otros eventos, la firma
implica que el Estado adquiere los compromisos internacionales, salvo que el representante
precise que su firma es ad referéndum, pues en este último caso se requiere la confirmación del
Estado para que nazcan los compromisos internacionales"". Este segundo aspecto se aclarará
adelante.
A la adopción del texto del tratado sigue, lógica y cronológicamente, su autenticación, acto
jurídico formal y solemne mediante el cual, los negociadores certifican que ese texto es correcto
y auténtico y lo establecen de forma definitiva.
La autenticación responde a una práctica tradicional surgida del hecho del lapso temporal que
puede existir entre la adopción del texto de un tratado y la manifestación del consentimiento
del Estado en obligarse; pero la noción es, en sí misma, moderna. Adopción y autenticación del
texto están íntimamente vinculadas. Ésta presupone aquella y constituye su manifestación
documental, revistiendo de las formalidades protocolarias propias de los documentos
diplomáticos la determinación de la voluntad de los negociadores de considerar definitiva e
inalterable la redacción del tratado".
Las subsidiarias enunciadas por la Convención de Viena y que son las más seguidas en la práctica,
a saber, la firma, la firma ad referéndum y la rúbrica, sea del texto del tratado, sea del Acta Final
de la Conferencia en los tratados multilaterales"
2. De Derecho internacional' - Cuando el tratado disponga que la firma tendrá ese efecto. -
Cuando conste de otro modo que los Estados negociadores han convenido que la firma tenga
ese efecto. - Cuando la intención del Estado de dar ese efecto a la firma se desprenda de los
plenos poderes de su representante o se haya manifestado durante la negociación. Si los
anteriores requisitos se reúnen, el Estado se obligará internacionalmente por medio de la firma
a cumplir lo pactado en el tratado.
En sedo internacional el Estado que ha participado en la fase inicial (de negociación, adopción y
firma), se denomina Estado negociador, también suele denominarse Estado signatario.
Según la Convención de Viena, "se entiende por 'Estado negociador un Estado que ha
participado en la elaboración y adopción del texto del tratado" (aro. 2f, literal e). Se aclara, como
se expresó, que adopción y firma (autenticación) del texto están íntimamente vinculadas.
Fase intermedia
"La dislocación (sic) entre las fases inicial y final se encuentra justificada por las exigencias que,
en ocasiones, imponen los Derechos internos de los sujetos intervinientes'4.
¿Qué se entiende por validez? Hans Kelsen sostiene que "por validez entendemos la existencia
específica de las normas. Decir que una norma es válida equivale a declarar su existencia o lo
que es lo mismo a reconocer que tiene fuerza obligatoria frente a aquéllos cuya conducta
regula". En otros términos, el Congreso por medio de ley al tratado le imprime existencia en el
Derecho interno y, por consiguiente, adquiere fuerza obligatoria para las autoridades públicas y
particulares.
Por ejemplo, en el Derecho constitucional colombiano y venezolano, el tratado se incorpora por
ley en el Derecho interno. Aclara Pedro Nikken que en el Derecho interno venezolano "las
convenciones internacionales (de derechos humanos, se refiere el autor) son objeto de una ley
formal aprobatoria, que los incorpora de manera instantánea al orden jurídico doméstico".
En efecto, se ha calificado en el Derecho colombiano "a los tratados como actos jurídicos
complejos, por cuanto se desarrollan en diversos momentos, además porque involucran
diferentes órganos del Estado"". "Como acto complejo que es, el Tratado Internacional se
concluye después de haber sido objeto de un procedimiento igualmente complejo-v. En otras
palabras, en nuestro concepto, es "acto jurídico complejo de Derecho internacional", porque
concurren por una parte las voluntades de dos o más Estados y por otra parte las voluntades de
los órganos de las ramas del poder público del Estado: el Gobierno que negocia el texto del
tratado, el Congreso que lo aprueba, la Corte Constitucional o la Sala Constitucional que lo
declara exequible y el Gobierno que lo ratifica. "(El derecho constitucional colombiano)
establece unos pasos que garantizan la formación plena de la voluntad del Estado, manifestada
por las tres ramas del poder público, que es expresión de la voluntad del Estado para
comprometerse a nivel internacional”.
En fin, se trata de la coexistencia obligatoria en una misma estructura normativas del binomio
ley-tratado"". Bidart Campos sostiene que la aprobación (o el rechazo) congresional de los
tratados se cumple con "forma" de ley y que el congreso dicta una ley. Es una mutación por
errónea interpretación de la Constitución formal, ya que la aprobación del tratado no implica
función ni actividad legislativas, sino que tiene contenido político (igual que la firma y la
ratificación).
En similar dirección jurídica, Max Sorensen expresa: “Una de las partes no puede por si misma
efectuar la modificación de un tratado, ni insistir en ello con base en el Derecho. Ello entrañaría
la negación de la noción de obligación.”
"Esta etapa está regida por tres principios: el de la libertad, el de la pluralidad y el de la igualdad
entre todas las maneras de manifestarse el con sentimiento en obligarse por un tratado'. Cada
orden jurídico interno debería, en efecto, regular claramente la distribución de competencias
entre sus poderes ejecutivo y legislativo en la materia de formación y manifestación de la
voluntad del propio Estado en obligarse definitivamente por los diferentes tratados
internacionales"5.
En efecto, los principios de libertad, pluralidad e igualdad fueron incorporados por el artículo 11
de la Convención de Viena, el cual establece:
b) Cuando conste de otro modo que los Estados negociadores han convenido que se exija la
ratificación;
El tratado no queda perfeccionado con su ratificación Es necesario que la otra u otras partes
conozcan que se ha procedido a efectuarla. De ahí que sea necesario que el instrumento de
ratificación sea puesto en conocimiento de las demás partes contratantes