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TITULO III

CAUCION

La caución consistirá en una suma de dinero que se fijará en cantidad suficiente


para asegurar que el imputado cumpla las obligaciones impuestas y las órdenes
de la autoridad. La calidad y cantidad de la caución se determinará teniendo en
cuenta la naturaleza del delito, la condición económica, personalidad,
antecedentes del imputado, el modo de cometer el delito y la gravedad del daño,
así como las demás circunstancias que pudieren influir en el mayor o menor
interés de éste para ponerse fuera del alcance de la autoridad fiscal o judicial.
No podrá imponerse una caución de imposible cumplimiento para el imputado,
en atención a su situación personal, a su carencia de medios y a las
características del hecho atribuido.

(numeral 1 del artículo 289° del Código Procesal Penal)

Artículo 10.- En los casos de delito de defraudación tributaria, el Juez al dictar


mandato de comparecencia o la Sala Penal al resolver sobre la procedencia de
este mandato, deberá imponer al autor la prestación de una caución de acuerdo
a lo siguiente:

a) En los delitos previstos en los Artículos 1, 3 y 5 del presente Decreto


Legislativo, se aplicarán las normas generales que rigen a la caución.

b) En los delitos previstos en el Artículo 2 del presente Decreto Legislativo, la


caución será no menor al treinta por ciento (30%) del monto de la deuda tributaria
actualizada, excluyéndose los montos por concepto de multas, de acuerdo a la
estimación que de aquélla realice el Órgano Administrador del Tributo.

c) En el delito previsto en el inciso a) del Artículo 4 del presente Decreto


Legislativo, la caución será no menor al monto efectivamente dejado de pagar,
reintegrado o devuelto, de acuerdo a la estimación que de éste realice el Órgano
Administrador del Tributo.

d) En el delito previsto en el inciso b) del Artículo 4 del presente Decreto


Legislativo, la caución será no menor al cincuenta por ciento (50%) del monto de
la deuda tributaria actualizada, excluyéndose los montos por multas, de acuerdo
a la estimación que de aquélla realice el Órgano Administrador del Tributo.

Artículo 11.- En los casos de delito de defraudación tributaria, el Juez o la Sala


Penal, al conceder la libertad provisional, deberá imponer al autor una caución
de acuerdo a las reglas establecidas en el Artículo 10 del presente Decreto
Legislativo.

Artículo 12.- En los casos de mandato de comparecencia o libertad provisional,


el monto mínimo por concepto de caución a que se refiere el Artículo 10 del
presente Decreto Legislativo, será el que estime el Órgano Administrador del
Tributo a la fecha de interposición de la denuncia o a la fecha de solicitud de la
libertad provisional respectivamente.

Artículo 13.- En los casos que se haya cumplido con el pago de la deuda
tributaria actualizada, el Juez o la Sala Penal, según corresponda, determinará
el monto de la caución de acuerdo a la responsabilidad y gravedad del hecho
punible cometido, así como a las circunstancias de tiempo, lugar, modo y
ocasión.

Artículo 14. En el caso que se impute la comisión de varios delitos de


defraudación tributaria, y a fin de cumplir lo dispuesto en el Artículo 10 del
presente Decreto Legislativo, la caución deberá fijarse en base al total de la
deuda tributaria que corresponda.

Artículo 15.- En el caso que sean varios los imputados que intervinieron en la
comisión del hecho punible, el Juez o la Sala Penal impondrá al partícipe, un
monto no menor al diez por ciento (10%) de la caución que corresponde al autor.

Artículo 16.- En los casos que sean varios imputados, los autores responderán
solidariamente entre sí por el monto de la caución determinada según
corresponda. Igual tratamiento recibirán los partícipes.

En Resumen, el pago de la caución sería un requisito para seguir el proceso


penal en libertad, ya que la alternativa es el mandato de detención. Como es
lógico y previsible esta norma ha sido objeto de diversos cuestionamientos
acerca de su constitucionalidad y la vulneración de algunos derechos
fundamentales.
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente emitió un
pronunciamiento al respecto de la exigencia de la caución en los delitos
tributarios, mediante la absolución de la consulta 4248-2010, del 31 de Mayo de
2011.

El tema de análisis en esta consulta fue la incompatibilidad de una disposición


constitucional, y otra norma de menor jerarquía. En el caso particular, el juez en
aplicación del control difuso contemplado en el artículo 14 del TUO de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, implicó el artículo 10, inciso c) del Decreto
Legislativo 813, Ley Penal Tributaria, por considerar que se viola el derecho a la
libertad individual previsto en el literal b) del inciso 24 del artículo 2 de la
Constitución Política del Estado, así como el artículo 139 incisos 1 y 3 de
la misma, y el artículo 7 inciso 2 del Pacto de San José de Costa Rica.

La Sala Constitucional, consideró que el artículo 10 inciso c) del DL 813 vulnera


el derecho a la libertad personal consagrado en el inciso 24 del artículo 2 de la
Constitución Política del Estado, en la mediad que se trata de una garantía
económica para asegurar que el inculpado cumpla con las obligaciones y
sanciones que se le impongan, que deberían establecerse considerando la
naturaleza del delito y la condición económica del imputado, de lo contrario
podría imponerse una caución de imposible cumplimiento, provocando la
variación del mandato de comparecencia por uno de detención, afectándose el
derecho a la libertad.

Asimismo, la exigencia de a caución, vulnera el derecho a la igualdad reconocida


por el artículo 32 inciso 2 de la Constitución Política del Estado, al disponer un
trato desigual a los ciudadanos sometidos al proceso penal por el delito tributario
con otros ciudadanos sometidos a proceso penal por otros delitos, al calcularse
en base al monto de la deuda calculada por la Administración Tributaria, incluso
en los casos en que esta deuda no sea exigible por haber sido impugnada dentro
del plazo legal.

Es decir, podría llegarse a una situación en la que se exija el pago de una caución
en base a una deuda impugnada, privando de la libertad al imputado por un
tiempo, y luego esta deuda podría ser dejada sin efecto por el Tribunal fiscal al
resolver la apelación, es decir, esa resolución demostraría que no existe delito
que perseguir, porque se estaría eliminando uno de los elementos del tipo penal,
que es la existencia de una deuda tributaria.
La Sala concluye que esta norma resulta contraria a los principios de
razonabilidad y proporcionalidad, al imponer una caución tasada, que imposibilita
al Juzgador adecuarla de acuerdo a las condiciones personales del procesado.
Si bien esta resolución se pronuncia solo respecto de uno de los incisos del
artículo 10 del Decreto Legislativo 813, el razonamiento utilizado es aplicable a
los demás, ya que en todos, el cálculo de la caución toma como base el monto
de la deuda.

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