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CURSO DE MANIPULACION DE ALIMENTOS

DIEGO DAVID MORENO AVELLA

CEDULA: 1049607374 DE TUNJA

TUNJA

2018
1. LEGISLACION SANITARIA

Ley 9 de 1979
Código Sanitario Nacional
DECRETO 3075/97
Resolución 2674
de 2013 vs Decreto 3075 de 1997
Código sanitario nacional considera la salud como un bien de interés público.

En el titulo v: Establece las normas específicas a que deberán sujetarse todas las actividades
relacionadas con alimentos
REGULA TODAS LAS ACTIVIDADES QUE PUEDEN GENERAR FACTORES DE RIESGO POR EL CONSUMO
DE ALIMENTOS Y APLICA:
Fabricación, procesamiento, preparación, envase, almacenamiento, transporte, distribución y
comercialización de alimentos en todo el territorio
nacional.

La resolución 2674 de 2013 actualiza el contenido del Decreto 3075 de 1997 frente a los parámetros
que deben cumplir las industrias de alimentos.

Dicha resolución comienza a regir el 22 de Julio de 2014

APLICA A:
1. La nueva resolución incluye varias definiciones importantes
en la industria de alimentos.
2. Establece la división de los alimentos en tres grupos según el riesgo para la salud pública (mayor,
medio y menor).
3. Crea nuevas condiciones que deben cumplir las instalaciones, equipos, manipuladores de
alimentos.
4. Indica que el plan de capacitación debe ser de por lo menos 10 horas anuales, además del curso
de manipulación de alimentos.
5. Establece que el plan de capacitación debe
ser impartido por personal idóneo.

2. Para mi es una persona que por su actividad laboral tiene contacto directo con los alimentos
durante su preparación, fabricación, transformación, elaboración, envasado, almacenamiento,
transporte, distribución, venta, suministro y servicio.

3. En la ilustración podemos observar varias prácticas que no son seguras para manipular
alimentos son las siguientes

1. uno de los hombres tiene barba

2. otro hombre estornudo dentro de la cocina


3. otro tiene un pañuelo en la mano

4. la señora tiene el cabello suelto

5. otro hombre está enfermo dentro de la cocina

6. el otro hombre tiene el uniforme completamente sucio

7. sobre la mesa hay contaminación cruzada

8. el señor de barba tiene un brazo cortado

9. el piso se ve que está sucio

10. un hombre está comiendo dentro de la cocina

4. La higienización de cualquier lugar de trabajo es vital, pero aún más cuando se trata de un
restaurante en el que se manipulan alimentos. Una correcta desinfección de nuestro local resulta
imprescindible para preservar la salud de los empleados y de los clientes. Estos son algunos
motivos fundamentales por los que debes tener un programa de limpieza en tu restaurante:

Si el restaurante está limpio podemos conservar la comida en buenas condiciones. De esta forma
evitaremos posibles intoxicaciones relacionadas con el mal estado de los alimentos, como el
botulismo o la salmonelosis.

Los empleados suelen consumir la comida del restaurante, por lo que, al igual que los clientes,
también se ven expuestos a contraer enfermedades derivadas de una mala conservación de los
mismos. No sólo nos referimos a las intoxicaciones alimentarias mencionadas anteriormente, sino
también a otros problemas. Por ejemplo una mala limpieza de un restaurante hace que se
acumulen bacterias, y eso es un foco de infección para los trabajadores.

Algunos residuos de los que se generan en un restaurante son inflamables. Tal es el caso de la
grasa o los productos de limpieza mal retirados de la superficie. Por lo tanto, teniendo en cuenta
lo cerca que estos restos pueden estar del fuego, lo ideal es tener siempre la cocina
perfectamente recogida.

Por ejemplo, si cortamos unas patatas sobre una tabla, lo ideal es que al terminar eliminemos los
restos de alimento de la tabla y de la encimera. Después limpiaremos la tabla y el cuchillo
utilizados y dejaremos la zona y los utensilios listos para realizar otra tarea.

Cuando unos clientes terminan de comer, habrá que recoger los platos sucios, llevarlos a lavar,
cambiar el mantel, limpiar la mesa y barrer el suelo, para que todo quede listo si llegan otros
usuarios y quieren sentarse. Sin embargo, no debemos olvidar que repasando no desinfectamos.

También es importante que higienicemos los baños en las horas de menos afluencia de público.
Los aseos deben estar siempre relucientes para evitar malos olores y otros inconvenientes como
suelos pegajosos o que se agoten el papel y el jabón. Esta tarea de repaso debe hacerse tantas
veces al día como estimemos necesarias para la limpieza de un restaurante.

En cuanto a la vajilla, tenemos que tener en cuenta que es limitada y que si está sucia ocupa más
espacio y es más difícil de limpiar. Por este motivo, lo ideal es que contemos con un lavavajillas en
la zona de la barra y que lo utilicemos de forma específica para lavar los vasos. En la cocina
tendremos una pila con doble seno, a ser posible. Muchas veces hay que dejar los platos sucios en
remojo para eliminar la suciedad más gorda y después poderlos meter en el lavavajillas, cuya agua
alcanzará temperaturas superiores a los 80 grados centígrados, desinfectando así cada cosa.

Las cocinas de restaurantes y bares están en constante contacto con numerosos tipos de
alimentos. Por ejemplo, la plancha de cocina industrial que solemos encontrar en cada bar la
utilizamos para hacer un sándwich, para cocina un huevo o para freír un pescado. Estos alimentos
no deben entrar en contacto unos con otros, puesto que se alterarían las propiedades originales
de cada producto y variaría su olor, sabor, etc. Por este motivo, no sirve sólo con repasar la
superficie de metal, sino que también es necesario que al finalizar cada horario de comidas
desinfectemos la plancha con los productos de limpieza industrial adecuados. Otro consejo útil es
el de eliminar los restos de la plancha con vinagre, ya que es un desengrasante natural. Así la
dejaremos impecable para su próximo uso y nos aseguramos de no contaminar ningún alimento.

La desinfección de cada zona es muy importante en la limpieza de un restaurante y debe hacerse


como mínimo una vez al día. La cocina tiene que ser tratada con productos bactericidas al menos
una vez al finalizar cada servicio de comidas (desayuno, comida y cena). Si la cocina continúa
abierta después de la cena porque ofrece tapas con la consumición tendrá que volver a ser
desinfectada antes de que el local cierre.

La barra debe desinfectarse correctamente por lo menos una vez al día, justo antes de cerrar el
local. Lo mismo ocurre con la sala y la terraza. Aprovecharemos que ya no quedan clientes para
barrer y fregar cada rincón, eliminando los residuos con productos de limpieza como la lejía.

En el caso de los baños, tienen que ser desinfectados con los químicos de limpieza adecuados.
Tendremos que higienizar los sanitarios y limpiar cristales y espejos. También barreremos y
fregaremos el suelo para dejarlo reluciente. Puesto que estos servicios son utilizados por muchas
personas a lo largo del día, es inevitable que se generen malos olores. Para impedirlo podemos
colocar ambientadores en el WC u otros que perfumen en ambiente con cierta frecuencia.

Tampoco debemos olvidar recoger todo a la hora de realizar la limpieza de un restaurante y que
éste quede listo para el día siguiente. Las sillas y mesas de la terraza se apilarán para dejar libre el
espacio. Los utensilios de cocina y los alimentos serán colocados en su lugar. El almacén quedará
bien apilado para permitir el paso de los empleados que más temprano lleguen al día siguiente.

La limpieza de campanas industriales ubicadas en la cocina, de rejillas, de extractores de humos o


de conductos de ventilación son puntos clave en la limpieza de un restaurante. Para desinfectar
estar superficies en profundidad tenemos que desmontarlas y aplicar algún producto
desengrasante, que dependerá del material del objeto a limpiar.

Debemos vaciar armarios, neveras y congeladores para limpiarlo todo por dentro. En el caso de los
arcones habrá que descongelarlos para desinfectarlos en profundidad. Tampoco debemos
olvidarnos de vaciar freidoras y de higienizar fregaderos, microondas, lavaplatos, hornos,
planchas, parrillas y todo lo que integre la cocina. Aprovecharemos que hemos sacado todos los
productos de su sitio para asegurarnos de que no hay ninguno caducado o en mal estado.
El almacén también debemos vaciarlo para eliminar la suciedad del último rincón. Quitaremos el
polvo de todos los objetos que hubiera en el emplazamiento.

Tampoco podemos olvidarnos de vaciar estanterías y vitrina de la barra para higienizar la zona y
los objetos que allí hubiera colocados, como vasos, botellas o caja registradora.

El comedor no podemos dejarlo de lado en la limpieza de un restaurante. También tendremos que


despejar este emplazamiento y desinfectarlo al completo. Por supuesto, todo el mobiliario que
hubiera allí también tiene que limpiarse.

Los químicos empleados para la limpieza de un restaurante también deben estar perfectamente
etiquetados, de forma que nunca podamos confundir el amoniaco con un detergente lavavajillas.

Los productos de limpieza y los alimentos nunca deben guardarse en el mismo emplazamiento. De
esta manera evitaremos posibles contaminaciones.

Para prevenir la aparición de insectos y ratones no es suficiente con una correcta higiene del
restaurante. Por este motivo, lo ideal es hacer revisiones periódicas de control de plagas.

Debemos tirar la basura tantas veces al día como sea necesario. Para mantener la higiene de
nuestra taberna no podemos acumular bolsas de desperdicios. Antes de cerrar el local cada día
tendremos que deshacernos de toda la basura que pudiera quedar.

Para evitar contaminaciones, lo ideal es utilizar trapos diferentes para cada zona del restaurante.
Incluso, en la propia cocina, lo mejor es tener varias bayetas. Por ejemplo, una para repasar las
encimeras y otra para limpiar la plancha.

5. Una brote de ETA es definida como un incidente en el que dos o más personas presentan una
enfermedad semejante después de la ingestión de un mismo alimento, y los análisis
epidemiológicos apuntan al alimento como el origen de la enfermedad. Los brotes pueden
involucrar números diferenciados de casos (un individuo afectado es lo que se entiende como
"caso"). Un único caso de botulismo, envenenamiento químico o de una enfermedad que no se
encuentre en el país, puede ser suficiente para desencadenar acciones relativas a un brote
epidémico, debido a la gravedad de la enfermedad provocada por esos agentes. Además, es
importante observar que pueden ocurrir casos aislados de enfermedades de origen alimentario.

Las ETA pueden clasificarse en infecciones, intoxicaciones o infecciones mediadas por toxina.

La infección transmitida por alimentos es una enfermedad que resulta de la ingestión de alimentos
conteniendo microorganismos patógenos vivos, como Salmonella, Shigella, el virus de la hepatitis
A, Trichinella spirallis y otros.

Según su naturaleza, los peligros en la cocina se clasifican en tres tipos: físicos, químicos y
biológicos. La intoxicación causada por alimento ocurre cuando las toxinas producidas por
bacterias o mohos están presentes en el alimento ingerido o elementos químicos en cantidades
que afecten la salud.

Las toxinas generalmente no poseen olor o sabor y son capaces de causar la enfer-medad incluso
después de la eliminación de los microorganismos
Cuando hablamos de peligros físicos nos referimos a cualquier material extraño presente en un
alimento que proceda de las operaciones de elaboración o por contaminación externa.

Las posibles causas de este peligro son las malas prácticas por parte de los manipuladores
(presencia de metales, anillos, tiritas, etc); defectos en el proceso (restos de material de envasado,
plásticos, vidrio, metales…); o contaminación de la materia prima (huesos, espinas, perdigones,
cáscaras de frutos secos, etc), entre otras.

Los peligros químicos pueden estar presentes de forma natural en los alimentos; pueden ser
productos resultantes del metabolismo animal o vegetal (setas tóxicas, peces tóxicos, histamina,
etc). También se pueden deber a una contaminación accidental (herbicidas, pesticidas, metales
pesados, restos de productos de limpieza, etc.). Y por último también pueden darse por añadir
químicos intencionadamente, como ciertos conservantes y aditivos alimentarios, productos para el
engorde animal, determinados antibióticos, etc.

Por último, los peligros biológicos los constituyen las bacterias, los parásitos, los hongos, los virus,
y los priones, causando toxiinfecciones alimentarias.

Las infecciones implican el consumo de un número de microorganismos (presentes en el


alimento), que permite la multiplicación en el hospedador, generando la enfermedad. Un ejemplo
muy común es la salmonelosis. Las intoxicaciones en cambio, se producen por ingestión de toxinas
preformadas por los patógenos, como la toxina estafilocócica (producida por Staphylococcus
aureus) o la toxina botulínica (producida por Clostridium botulinum).

6. Alimento de mayor riesgo en la salud pública. Los alimentos que pueden contener
microorganismos patógenos y favorecer la formación de toxinas o el crecimiento de
microorganismos patógenos y alimentos que pueden contener productos químicos
nocivos.

Alimento de riesgo medio en la salud pública. Los alimentos que pueden contener
microorganismos patógenos, pero normalmente no favorecen su crecimiento debido a las
características del alimento o alimentos que son poco probables que contengan microorganismos
patógenos debido al tipo de alimento o procesamiento del mismo, pero que pueden apoyar la
formación de toxinas o el crecimiento de microorganismos patógenos.

Alimento de menor riesgo en la salud pública. Los alimentos que tienen poca probabilidad de
contener microorganismos patógenos y normalmente no favorecen su crecimiento debido a las
características de los mismos y los alimentos que probablemente no contienen productos
químicos nocivos.

Alimentos de alto riesgo: productos lácteos y sus derivados, carne y derivados cárnicos, huevo y
productos a base de huevo, productos de la pesca, agua, hielo, helados de agua y algunos jugos o
zumos de fruta.

Alimentos de riesgo medio: pulpas y purés de fruta, néctares y refrescos de fruta, frutas en
almíbar, frutas fermentadas, algunas hortalizas y vegetales en salmuera, aceite o líquido de
cobertura, algunos alimentos a base de soya, nueces y mezclas de nueces, pastas y fideos, arepas y
empanadas.

Alimentos de bajo riesgo: productos a base de cacao o sus subproductos, algunos productos de
confitería, cereales, granos, café, té, frutas y hortalizas deshidratadas, productos de panadería,
azúcar, panela, miel, confituras de frutas y mermeladas.

7. Las cocinas, tanto domésticas como profesionales, también pueden sufrir el azote de plagas,
principalmente de insectos o roedores que, además de pérdidas económicas, ponen en grave
peligro la seguridad de los alimentos. Por todo ello es necesario establecer unas medidas
preventivas para evitarlas, disponer de eficaces sistemas de vigilancia y, en caso necesario, de
erradicación.

MEDIDAS PREVENTIVAS

 Proteger con rejillas de malla todas las ventanas de las zonas de circulación de alimentos
cuyo tamaño de red evite la entrada de insectos y por supuesto de cualquier otro animal
de mayor tamaño. Es conveniente que estas rejillas puedan extraerse para limpiarlas.
 Las puertas deben mantenerse cerradas y tener el mínimo espacio posible entre su parte
posterior y el suelo. Es recomendable que la parte inferior sea metálica para evitar que sea
roída y traspasada.
 Los cubos de basuras deberán estar siempre tapados y una vez vaciados deberán limpiarse
y desinfectarse convenientemente. Es necesario mantener además el área de basuras en
buenas condiciones de limpieza e impedir la acumulación de basuras y residuos.
 Tanto la estructura como el sistema de desagüe de los sumideros, además de facilitar la
limpieza y desinfección, deberán evitar tanto su desbordamiento como el estancamiento
de líquidos y en ningún momento ser una posible vía de acceso de plagas. Para ello deben
disponer de rejillas de metal.
 Tapar todos aquellos agujeros, grietas o posibles accesos con materiales sólidos como
cemento o metal.
 Evitar las zonas de humedad o encharcamiento de agua o líquidos.
 Evitar el almacenamiento de todo aquello que no sea necesario para impedir crear zonas
de refugio y anidamiento.
 Evitar también la proliferación de zonas de maleza o suciedad en los alrededores de
nuestro establecimiento que puedan suponer lugares de desarrollo de plagas cercanas.
 La minuciosa observación periódica de cualquier signo de presencia de animales
indeseados en nuestras instalaciones tales como huellas o heces deberá ser la base del
sistema de vigilancia en el control de plagas. También deben vigilarse posibles evidencias
de su presencia en las materias primas (por ejemplo por envases dañados) tanto
almacenadas como en el momento de la recepción. La recepción de materias primas es
una importante vía de entrada de insectos y/o roedores desde el exterior.

8.
Procedimiento

Coloque Instructivos de lavado de manos en todas las áreas de cocina, cerca de las estaciones de
lavado de manos, áreas de preparación de alimento y los baños.

Use lavamanos designados solo para el lavado de manos, No use los fregaderos para preparación
de alimentos o lavado de los utensilios de la cocina.

Proporcione preferiblemente agua caliente corriente, jabón sanitizante y mecanismos de secado


de manos en cada estación de lavado de manos o cerca de las puertas de las áreas de descanso.

Mantenga las estaciones de lavado de manos accesibles a todos los empleados en todo momento.

Lavado de Manos:

1. Antes de empezar a trabajar.

2. Durante la preparación de los alimentos.

3. Cuando se mueva de una área de preparación de alimentos a otra.

4. Antes de colocarse o cambiarse los guantes

5. Después de ir al baño.

6. Luego de sacudirse, toser o usar un pañuelo o servilleta.

7. Luego de tocarse el cabello, la cara o el cuerpo.

8. Luego de Fumar, comer, beber o mascar chiclet o tabaco.

9. Luego de manipular carnes, pollo o pescado crudo.

10. Luego de las actividades de limpieza.

11. Luego de tocar platos, equipo o utensilios sucios.


12. Luego de manejar basura

13. Luego de manejar dinero

14. Luego de que las manos se hayan ensuciado por cualquier razón.

Siga el procedimiento apropiado de lavado de manos

1. Moje sus manos con agua caliente, corriente. Aplique jabón.


2. Estruje sus manos, antebrazos, debajo de las uñas, entre los dedos por al menos 15
segundos.
3. Enjuague con agua corriente por 5-10 segundos (para completar 20 segundos del proceso
completo de lavado y enjuague de las manos).
4. Seque sus manos con toallas de papel o secador de manos por al menos 30 seg.
5. Cierre la llave del agua usando la toalla de papel
6. Use la toalla de papel para abrir la puerta cuando salga del baño

9. PARA ALIMENTOS:
Adquiera los alimentos en lugares de confianza.

Revise las indicaciones de conservación declaradas en los rótulos, conserve la cadena de frío hasta
el consumo.

Los productos no deben presentar alteraciones en sus características propias como: olor, sabor,
color y textura, entre otras.
Verifique las condiciones del envase; éste no debe presentar filtraciones, abombamientos,
pérdidas de vacío, abolladuras, fisuras, óxido u otras señales de deterioro.
Los envases de alimentos enlatados deben estar limpios, sin presencia de escurrimientos; no
deben presentar mal olor ni desprender gases.
La fecha de vencimiento deberá estar impresa de manera nítida e indeleble.

• Nombre del producto


• Lote de producción
• Fecha de vencimiento o caducidad o de consumo preferente
• Nombre y dirección del fabricante.
• Nombre y dirección del importador, si aplica
• Instrucciones para la conservación y consumo del producto
• Lista de Ingredientes
• Registro Sanitario

PARA BEBIDAS ALCÓHOLICAS:

Las bebidas alcohólicas deberán ser adquiridas en establecimientos y comercializadoras


confiables. Desconfíe de los precios bajos.

Verifique que las etiquetas y sellos de las bebidas alcohólicas estén en buen estado, sin rasguños,
enmendaduras, sobre escrituras o impresiones defectuosas.
Observe que el licor no presente sedimentos o partículas en suspensión.

No reciba bebidas alcohólicas a personas desconocidas.

Ante cualquier característica no deseable del producto, avise inmediatamente a la autoridad


sanitaria (INVIMA, Secretarías de Salud) y/o a la Policía.
Las bandas de seguridad deben presentar características de no haber sido manipuladas.

La información declarada tanto en las etiquetas como en envases, tapas y estampillas debe
corresponder al mismo producto.

El rótulo de las bebidas alcohólicas deberá contener:

• Nombre del producto


• Nombre y ubicación del fabricante
• Grados alcoholimétricos
• Contenido
• Registro Sanitario

10. La recepción y el mantenimiento de la materia prima son los primeros pasos de los alimentos
antes de que se inicie su procesado. Ya sea en la industria, en casa o en restaurantes, de estos
primeros pasos depende la calidad y seguridad del producto final. La variedad de productos
utilizados en la industria o en restauración colectiva implica diferenciar las temperaturas según el
alimento: la recepción de la carne debe estar a una temperatura menor de 4ºC; los lácteos a
menos de 8ºC; los congelados a -18ºC y el pescado a menos 3ºC. La temperatura debe verificarse
siempre en el momento de recibir el alimento.

El aspecto visual de las materias primas es una medida sencilla y eficaz para detectar la frescura de
los alimentos, sobre todo de aquellos más perecederos. En la carne, se valora su consistencia, el
brillo del corte, el color o el aspecto general. En el pescado, se valora que su consistencia sea
firme, tenga las escamas adheridas a la piel, los ojos brillantes, no hundidos y un olor adecuado.
Las conservas y el resto de alimentos envasados deben estar en perfectas condiciones, sin golpes,
no abombados ni hinchados, íntegros y con un buen aspecto exterior.

El transporte y descarga de las materias primas también puede ser causa de fácil contaminación.
Debe verificarse, por tanto, que se realiza en condiciones adecuadas de higiene. Además, el
vehículo debe cumplir con unas normas básicas de transporte, como que esté limpio y que los
productos se coloquen en bandejas y nunca sobre el suelo. El responsable de la descarga debe
llevar el uniforme limpio y no dejar nunca los alimentos al exterior, dirigirse de forma rápida hacia
la cámara o el depósito según el producto.

Cómo guardar los alimentos

Para la conservación de los productos que precisan frío es importante el control diario de la
temperatura de las cámaras de refrigeración, sobre todo mediante dos tomas, una la del sensor de
la cámara y otra con un termómetro sonda (pinchacarne) en el producto con el fin de obtener la
medición real de la temperatura de los alimentos y ajustar la potencia de la cámara según sea
necesario. Lo más recomendable es disponer de cámaras para cada alimento (aves, pescado, carne
o lácteos), aunque esta infraestructura raras veces es factible. En cualquier caso, es indispensable
disponer de un depósito de productos perecederos y otro para los que no lo son, una cámara de
refrigeración y una de congelación.Si tampoco es posible y solo se cuenta con una única cámara de
refrigeración, la temperatura debe estar debajo de los 4ºC y la colocación de los alimentos debe
evitar la contaminación cruzada. Queda prohibido el contacto directo con el suelo de cualquier
alimento, aunque esté envasado, y se deberán separar los alimentos crudos de los elaborados. De
arriba a abajo, una correcta colocación sería: alimentos elaborados, alimentos crudos, pollos,
frutas y verduras.

Aquellos productos envasados que no se han consumido en su totalidad deben conservarse


tapados y fechados en la cámara de refrigeración y consumirse en el menos tiempo posible. Es
importante evitar la sobrecarga de las cámaras ya que dificulta la circulación del aire y puede
alterar los productos, y tener en cuenta que "lo primero que entra debe ser lo primero que sale".

Acondicionar la materia prima

Acondicionar la materia prima precisa de la manipulación directa de los alimentos, por tanto,
deben cuidarse todos los aspectos de higiene:

No descongelar a temperatura ambiente, siempre en una cámara de refrigeración. La


descongelación debe ser completa para evitar que durante el cocinado pueda quedar alguna parte
interna cruda, con el consiguiente crecimiento bacteriano.

Desinfección a consciencia de vegetales, sobre todo frutas y verduras que pueden llevar insectos,
parásitos o larvas. Se realizará mediante la inmersión de los productos en una solución de agua
con cloro (agua lavandina) y un posterior enjuague con agua potable.

Lavado de pescado y moluscos. Es importante llevar a cabo el eviscerado y descabezado del


pescado en una zona aislada de las demás. De no ser posible, se debe limpiar la zona y útiles de
trabajo antes de su uso y retirar de forma inmediata los desperdicios generados.

Evitar contaminaciones cruzadas con el uso de diferentes utensilios para cada producto para
trocear, cortar o filetear, entre otros, sobre todo para alimentos crudos y elaborados. Lo mismo
pasa con las tablas de corte. Lo más adecuado sería disponer de una para cada alimento. En caso
de no ser posible, se deben limpiar cuando se finalice la manipulación del alimento y se pase a
manipular otro distinto.

No volver a congelar nunca alimentos ya descongelados. Una vez descongelado, el alimento ha


alcanzado una temperatura que permite a los patógenos multiplicarse de manera activa. Como el
frío no destruye los patógenos, si se vuelve a congelar se retrasa un posterior y seguro crecimiento
bacteriano hasta niveles peligrosos.

MANTENER EN FRÍO LOS ALIMENTOS

En época estival suelen almacenarse en la heladera la mayoría de los alimentos que se consumen.
Los sobrantes deben conservarse a una temperatura inferior a los 4ºC. Debe tenerse en cuenta
que cada día que pasa aumenta el riesgo de proliferación de bacterias. Se estima un cálculo
aproximado de cinco días como tiempo máximo de permanencia en heladera para los alimentos
que se consumen en caliente. Sin embargo, es aconsejable no superar los tres días y, en los
alimentos con huevo de consumo en frío, no superar las 24 horas.

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