Sunteți pe pagina 1din 14

Sobre Xavier Mina se han dicho muchas cosas, muchas de ellas contradictorias.

Dejando de
lado los insultos lanzados por la monarquía borbónica, se le ha querido nombrar “patrón” de
muchas causas (algunas perdidas): comunista, constitucionalista, liberal radical,
internacionalista. Aun aceptando que cada cual tiene derecho a llevar el ascua a su sartén,
todas y cada una de los sambenitos que le han adjudicado necesitan una matización. Porque ni
todos los comunistas defienden lo mismo, ni todos los constitucionalistas son iguales. Mina es
un héroe, no hay duda. Su vida, sus hechos, sus escritos así lo demuestran. La gente necesita
héroes y la gente construye sus héroes según sus sueños o necesidades. El problema es que las
vivencias, pensamientos y acciones de los héroes no siempre coinciden con los deseos de cada
uno tiene, y, así, es imposible que coincidan los objetivos políticos de Mina de hace 200 años
con los que cualquier persona progresista pueda tener hoy en día. Lo que hace 200 años era
progresista hoy en día puede ser retrogrado, si no se matiza lo suficiente. De esta manera es
frecuente que cuando se construye el héroe se modifiquen sus palabras y sus hechos. El
artículo sobre el Bicentenario de la expedición de Mina, me ha dado pie a reflexionar sobre
este tema, y creo que por honestidad histórica y por respeto a Xavier Mina sería necesario
matizar algunas afirmaciones.

1) “Pero lo cierto, dice la historiadora Guadalupe Jiménez Codinach, es que este joven
navarro, carismático, recto y amante de la libertad, vio siempre como una sola patria a
España y México”.

Es difícil mantener esa afirmación si se leen las proclamas de Mina; al contrario, veía a America
y España como dos entes diferentes: “En el momento en que una sola sección de la América
haya afianzado su independencia, podemos lisonjearnos de que los principios liberales tarde o
temprano expenderán sus bendiciones a los demás países […] Tales son los principios que me
han decidido a separarme de la España y adherirme a la América a fin de cooperar a su
emancipación” (Proclama de Mina en Soto la Marina).

Mina diferencia América y España, aunque ambas estén sometidas al despotismo del mismo
rey. El hecho de que distintos territorios tengan el mismo rey no indica que tengan la misma
patria, ya que no es el rey el que hace la patria (como veremos más adelante en la definición
que Mina da de patria). Por esa misma razón Mina distingue perfectamente entre los distintos
tipos de soldados: los españoles y los americanos (aunque ambos obedezcan al mismo rey). En
abril de 1817 redactó dos proclamas, una dirigida a los soldados realistas americanos y otra a
los soldados realistas españoles: “¡Soldados españoles del rey Fernando!” / “¡Soldados
españoles del rey Fernando!”.

2) (Mina) “descrito por sus tropas como gallardo y de finos modales”.


La descripción no corresponde a las tropas en general, sino a la que realizó fray Servando en la
carta que envió a los comerciantes de Veracruz en septiembre de 1816: “Su odio al despotismo
y al gobierno militar, su amor al orden y al gobierno civil, su actividad y atención a todo, la
regularidad de sus costumbres la civilidad de sus modales y una figura agraciada ganan las
voluntades e inspiran a todos una confianza sin límites”. Una opinión bien distinta sobre Mina
ofreció el oficial J. M. Webb cuando fue detenido por las tropas realistas (Ver: Diarios:
expedición de Mina, México (1817) de Manuel Ortuño).

3) “Xavier Mina, no Francisco…” / “Mina … se une a su tío Francisco Espoz y Mina (explica
que con él se inicia la confusión al llamar Francisco Xavier al sobrino, que era el famoso, su
tío incluso tomó su apellido Mina)”.

Mina eta Espoz Madrilen egon bitartean, bietako bati erretratu bat egin zioten. Irudi hori
Xabier Minari zegokiola onartu bada ere, erretratua bera nahasi samarra da, ez baitago
jakiterik norena den zehatz-mehatz. Batetik, irudiaren oinak biltzen ditu izen bakar batean
Xabier Minaren eta Frantzisko Espozen izenak (Francisco Javier dakar eta);

A Xabier Mina le llamaban “Francisco Xavier” antes de llegar a México, y con ese nombre se le
recuerda en todos los lugares y menciones conmemorativas que allí tiene. En la Península
nunca se le ha recordado públicamente con ese nombre, por la sencilla razón de que nunca ha
tenido ningún reconocimiento. Al contrario, ha sido vilipendiado por liberales y monárquicos.

El nombre de “Francisco” precedido al de Xavier aparece en la Gazeta del Gobierno de Sevilla,


el 14 de noviembre de 1809, es decir al poco de comenzaran las acciones del Corso Terrestre
de Navarra. A partir de entonces los nombres de “Xavier Mina” y de “Francisco Xavier Mina”
alternarán en la prensa peninsular. Así, cuando Mina ya estaba preso en Vincennes, el Diario
de Mallorca (1-06-1810) dio una relación de las acciones realizadas por “Francisco Xavier
Mina”. Esas noticias eran repetidas por las “gazetas” de México y Venezuela varios meses más
tarde.

En esa época, hasta mediados de 1814, Francisco Espoz era un perfecto desconocido y no se
confundían ambos personajes. Ni tan siquiera los franceses le daban ninguna importancia en
los interrogatorios que padeció Mina en la prisión. La confusión vino después del golpe de
Pamplona cuando las autoridades monárquicas se alarman sobre el viaje de Mina a América,
sin saber quién de los dos iba hacia allí.

El ministro de la guerra Francisco de Eguia también le menciona como “Francisco Xavier”


cuando el 20 de septiembre de 1814 le niega el grado de teniente coronel (faltaban cinco días
para el levantamiento de Pamplona).

4) “A Mina en cambio, continúa la investigadora, le perdonan la vida pues les da pena


matarlo, tenía apenas 18 años”.

Cuando le detienen a Mina a finales de marzo de 1810 faltaban poco más de tres meses para
que cumpliera 21 años.

Las razones de que no le fusilaran son otras como muestra la carta enviada por Napoleon a
Berthier el 10 de abril de 1810: “Veillez à ce que ce Mina soit passé par les armes le plus tôt
possible, et, en cas que cela ait de l'inconvénient pour le pays, donnez ordre qu'il soit envoyé
sous bonne et sûre garde à Tours, où il sera à la disposition du ministre de la police, comme
prisonnier d'État et non comme prisonnier de guerre.” (Ver: Supplément à la correspondance
de Napoléon Ier : lettres curieuses omises par le comité de publication : rectifications. Paris,
1887, pg. 136). Es decir, no fue la “pena” lo que impidió su muerte, sino que el emperador
había ordenado el fusilamiento inmediato de Mina, a no ser que las circunstancias en Navarra
aconsejaran lo contrario y, en ese caso, se le consideraría prisionero de estado.

5) “Juntos, los Mina hacen, en 1814 en Pamplona, el primer pronunciamiento del mundo
hispánico convocando a un levantamiento para obligar al rey a firmar de nuevo la
Constitución”.

Esta es una afirmación repetida infinidad de veces, pero no es un hecho constatable, sino que
se trata de una interpretación posterior de algunos historiadores, sin aportar las pruebas
necesarias para defender dicha hipótesis.

En América ya existían levantamientos y movimientos contra la corona de Castilla, por lo


menos desde la época de Francisco Miranda. En la Península exceptuando a algunos pocos
liberales, todos los demás políticos (monárquicos, republicanos, liberales monárquicos o
liberales radicales) defendían la unidad del imperio. Los liberales peninsulares ponían el mismo
teson en defender tanto la Constitución de Cádiz como la unidad del Imperio. En ese punto
coincidían todos, no en vano se caracterizaron por perseguir a los representantes americanos
díscolos que deseaban más protagonismo y autogobierno. En América la situación era bien
distinta y, además existía el precedente de la independencia de los Estados Unidos, que optó
por organizarse como una república independiente de la monarquía inglesa.

A pesar de que Mina y Espoz planificaron conjuntamente el golpe de Pamplona-Iruña, no está


claro que ambos tuvieran las mismas intenciones. En efecto, han sido distintas las
explicaciones que se han dado con posterioridad e, incluso, difieren las versiones dadas por los
propios protagonistas: Mina y Espoz. Entre las razones esgrimidas por los historiadores para
explicar los motivos del fracasado pronunciamiento militar destacan el odio al rey, resquemor
por el trato recibido en la Corte, ser un instrumento de las conspiraciones del Triángulo,
realizar una acción de fuerza para negociar con la Corona algunas peticiones, reinstaurar la
Constitución de Cadiz… Muchas y variadas. Mina, por su parte, al cabo de tres años del
levantamiento, en la proclama de Galveston (1817) manifestó que deseaban apoderarse “de
Pamplona y ofrecer allí un asilo a los héroes españoles, a los beneméritos de la patria que
habían sido proscritos o tratados como facinerosos”. No menciona la Constitución de Cádiz ni
que deseara que ésta fuera firmada por el rey, posiblemente porque Mina defendía la
república y no la monarquía (aunque ésta fuera liberal). El asilo que pretendía ofrecer en
Pamplona necesariamente implicaba un ejército (la División de Navarra) que realizara una
oposición armada al Gobierno de Madrid y garantiza el cumplimiento de la ley, que en Navarra
estaba garantizado por las históricas y seculares Cortes de Navarra.

Espoz, en cambio, al poco de exiliarse en Inglaterra, once años después del levantamiento de
Pamplona, manifestó que el objetivo era “proclamar la Constitucion y las Cortes”. Esas
manifestaciones las realizó Espoz en Inglaterra en 1825 cuando publico en inglés, francés u
castellano su Breve extracto de la vida del General Mina. pero en sus memorias. En aquel
momento Espoz se encontraba nuevamente exiliado después del fracaso del Giolbierno del
Trienio Liberal. Años más tarde, c uando fue indultado y volvió a la obediencia de la monarquía
española, Espoz dio otra versión: “procurar á la Nación por todos medios un cambio de
hombres en las inmediaciones del monarca, que le aconsejaran mejor”. Más adelante da otra
versión más altruista y heroica, en la que no menciona la Constitución, sino la convocatoria de
la Cortes: “Mi objeto era apoderarme de la plaza y ciudadela de Pamplona, figurando fuerza, y
plantar en ellas la bandera de la libertad, promoviendo la reunion de Cortes”. Además, Espoz
siempre negó la participación de otros elementos en el intento de liberar Pamplona, como la
conspiración del Triángulo, aunque no perdía la esperanza que otros militares se sumaran al
golpe. Sin embargo, la contradicción de sus afirmaciones, lo tardío de sus manifestaciones y lo
evidente de sus reivindicaciones personales plantean serias dudas sobre las verdaderas
motivaciones políticas del general Espoz. En cambio, la declaración de Mina de querer
convertir la capital de Navarra en un refugio para los luchadores de la libertad merece otra
consideración. Esta afirmación implicaba un territorio dentro de la Península al margen de la
obediencia real (a la que se enfrenta por medio del levantamiento), territorio con capacidad
militar y política en la que los proscritos se pudieran sentir seguros lejos de la persecución
borbónica.

Es cierto que Mina al defender la Republica defiende la Constitución como un sistema de leyes
que garanticen el ordenamiento y articulen la convivencia en la nació. Pero, Mina no alude a la
Constitución de Cádiz. Hay que tener en cuenta que Mina provenía de un reino, con un sistema
monárquico y con un parlamento propio, el de Navarra. Parlamento que tenía capacidad
ejecutiva y era independiente del de Catilla (que solamente era consultivo). Mina, al estar
preso en Francia, no tomó parte en la configuración de la Constitución de Cádiz, y cuando
regresó ya había sido derogado tras el golpe de Estado dado por Fernando VII en Valencia con
el apoyo de Francisco Elio. Finalmente, la única constitución que juró Mina fue la de
Apatzingán, tal y como consta en el nombramiento de capitán otorgado a Pablo Erdozain.

6) “Yo quiero ser español y americano porque en donde se esté luchando por la libertad es lo
mismo”, pensaba [Mina].

Esa afirmación es falsa y no merece otra consideración. Mina nunca dijo eso. En cambio, sí
existen otras afirmaciones puestas por escrito que contradicen lo manifestado en el artículo de
Judith Amador. He aquí unas cuantas:

a) TESTIMONIOS

a.1. “las presentes circunstancias de la Europa ha recobrado el egercicio de su soberanía


usurpado : que en al concepto queda rota para siempre jamas y disuelta la dependencia del
trono español : que es árbitra para establecer las leyes que le convengan para el mejor arreglo
y felicidad interior: para hacer la guerra y paz” (Acta de independencia de la América
Septentrional, Congreso de Anáhuac en Chipalcingo, 6/11/1813).

a.2. “La esclavitud de ésta coincidió con la conquista de aquélla, porque los reyes tuvieron con
qué asalariar bayonetas; sepárese la América y ya está abismado el coloso del despotismo,
porque independiente de ella, el rey no será independiente de la nación. México es el corazón
del coloso, y es de quien debemos procurar con más ahínco la independencia. He jurado morir o
conseguirla: vengo a realizar, en cuanto esté de mi parte, el voto de los buenos españoles, así
como el de los americanos” (Carta de Mina a Pavón y Almanza de Veracruz enviada por Santa
María 9/10/1816).

a.3. “pues nada ahorran los españoles con tal que logren someter a los que han tenido la
desgracia de nacer en este suelo, que parece destinado a empaparse con la sangre de sus hijos.
A pesar de todo, los mexicanos serán libres, porque han abrazado el partido de la patria, con la
resolución de vengar a sus pasados o seguirlos al sepulcro” (Simón Bolívar, Cartas de Jamaica.
06/09/1815).

a.4. “En el momento en que una sola sección de la América haya afianzado su independencia,
podemos lisonjearnos de que los principios liberales, tarde o temprano, extenderán sus
bendiciones al resto” (Mina, Proclama de Galveston. 22/02/1817).

a.5. “Compañeros de armas: vosotros os habeis reunido bajo mis órdenes, á fin de trabajar por
la libertad é independencia de México. Ha siete años que este pueblo lucha con sus opresores
para obtener tan noble objeto” (Mina. Proclamad de Río Bravo. 12/04/1817).

a.6. “Vosotros debeis renunciar la esperanza de volver á la destruida y tiranizada España:


reputad á la América como á vuestro suelo natálico: unios con sus propios hijos, y dad con ellos
la sonorosa voz de la independencia”. (Mina. Proclama de Xauxilla. 19/10/1817)

a.7. “Por la causa de la libertad e independencia he empuñado las armas hasta ahora; solo en
su defensa las tomare de aquí en adelante” (Mina. Proclama de Soto la Marina.25/04/1817).

a.8. “En el momento en que una sola sección de la América haya afianzado su independencia,
podemos lisonjearnos de que los principios liberales tarde o temprano expenderán sus
bendiciones a los demás países […] Tales son los principios que me han decidido a separarme
de la España y adherirme a la América a fin de cooperar a su emancipación” (Mina. Proclama
de Soto la Marina.25/04/1817).

a.9. “Pero, si a pesar de mis amigables insinuaciones, dictadas por la buena fe, rehusare V. Md.
unirse a mí para cooperar a la libertad e independencia mexicana contra los usurpadores más
descarados, a lo menos téngame confianza y póngase en comunicación conmigo” (Carta de
Mina Felipe de la Garza. Soto la Marina. 27/04/1817).

a.10. “En atención al mérito de Dn. Pablo Erdozain, principios liberales y adhesión conocida y
prometida á la justa causa de la independencia y libertad de la América antes española, le doy
provisional e interinamente este despacho, para que en el grado de Capitan de Caballeria vaya
en la expedición que llevo a disposición y servicio de la república mexicana, a cuyo gobierno
constituido según su Constitución que juramos, suplicaré en arribando para la confirmación
conforme al beneplácito soberano” (Xavier Mina. Nombramiento de capitán a Pabo Erdozain
en Baltimore con referencias al juramento realizado a la Constitución de Apatzingan.
22/08/1816).

b) POSICIÓN DE LOS LIBERALES ESPAÑOLES


b.1. Si en un principio Espoz adoptaba con orgullo el apellido Mina, termino repudiando a
Xavier –no así su apellido, que se lo apropió definitivamente–, cuando supo que éste había ido
a América a apoyar la insurgencia. Por ese motivo, no solo en sus memorias publicadas por su
viuda, sino que, con antelación, en 1816, Espoz ya había escrito un libelo contra Mina
“expulsándole” de su familia, tal y como recoge la correspondencia de Lord Holand publicada
por Ortuño. En ese sentido el pensamiento de Francisco Espoz tampoco difiere del
pensamiento liberal español, no así el de Xavier Mina (más europeo y más universal). La
respuesta dada por lord Holland al libelo contra Mina de espoz deja patente la aversión que le
produjo: “Todos nos escandaliza(dos)mos (y) al oir (indignados de) en un papel que pareció con
la firma, (verdadera o) fingida se ha de esperar, de su tio –pero ningun otro efecto tuvo esa
infame produccion que el de (favorecer el enojo), el disgustar y al fin provocar el desprecio de
sus amigos de V. Y en fin del publico ingles, contra la calumnia y (los poderosos) la poderosa
pequeñez que por cierto la promovia” (Manuel Ortuño. Proclamas y otros escritos).

b.2. Hay que recordar la participación de liberales españoles, como Eugenio Aviraneta, en el
intento de “reconquistar” Mexico para España en la expedición de 1829 dirigida por el realista
Isidro Barradas. Es decir una acción en la lque monárquicos y liberales se unen para la
conquista de México, objetivo opuesto a las intenciones de Mina.

b.3. La lucha de Mina a favor de la libertad de las personas y de los pueblos nunca ha tenido un
reconocimiento oficial en el Estado Español. Era de esperar la postura de los monárquicos
contra Mina, que se instalaron en el discurso del insulto y de la degradación del joven navarro;
pero, tal vez, han sido las valoraciones peyorativas realizadas por los propios liberales
españoles las que más han incidido en el olvido y en el repudio de Mina. Esoz abrió el camino
del vituperio y fue ampliamente seguido.

El afrancesado y liberal Mariano Torrente nunca aceptó la independencia de México y no se


guardó nada en la critica a Mina en su Historia de la Revolución Hispano-americana (1830): “un
genio maligno i arrojado emprendedor, del rebelde Javier Mina, quien iba surcando los mares
en busca de una fortuna, … había concebido el atroz proyecto de arrebatar de las manos de su
Soberano i Señor los dominios que la Providencia le había confiado”.

Los también liberales Dionisio Aldama y Manuel Alcaraz eno tienen mejor opinión de Mina en
su Historia General de España (1865), ya que aplaudieron su asesinato: “no merece otro
nombre que el de traidor… Hablamos, y sentimos decirlo, de Mina, el Mozo… Tuvo el indigno
valor y la funesta suerte Mina, el Mozo, de vencer varias veces á sus hermanos los españoles …
No podemos sentir que fuese pasado por las armas, como sentimos el desgraciado fin de Lacy y
de Porlier. Mina, el Mozo, fué un verdadero parricida, y le cupo la suerte que merecía” .

Llegados a este punto, conviene recordar que el apodo de “El Mozo” –ampliamente difundido
a partir de la obra de Martín Luis Guzman sobre Mina– se lo pusieron a Mina sus enemigos una
vez muerto. A Mina nunca le llamaron “El Mozo” sus guerrilleros, soldados y compañeros, ni
tan siquiera Espoz. No tenía ningún sentido: hasta el verano de 1810 Espoz era un perfecto
desconocido y no usaba todavía el apellido “Espoz y Mina”; por lo tanto no había ningún
motivo de consusion y el único Mina era Xavier. Tras la usurpación del apellido “Mina” por
parte de Espoz y la posterior confusión tras el regreso de Xavier, en algunos círculos próximos
al monarca se les empiza a diferenciar con epítetos como, el tio, el sobrino, el joven, el viejo
etc., ya que querían saber cuál de los dos iba a América.

La opinión sobre Mina de los historiadores españoles no mejoró con el tiempo. Asi Jaime del
Burgo en su Historia General de Navarra (1992) afirma que “las ansias de libertad de Mina le
llevaron más adelante a ofrecerse voluntario para pelear a las órdenes del rey Jose… Estos
hechos marcaron a Mina para siempre y lo llevarían a extremos inauditos que le tacharon
como traidor a la patria”.

Hay que destacar que junto al desprestigio hay olvidos clamorosos sobre la figura de Mina,
como el de Jose María Iribarrren, biógrafo de Espoz, al que se le olvida la gesta Americana de
Mina., o el de la Gran Enciclopedia Navarra (1990) patrocinada por la extinta Fundación Caja
Navarra, en la que excepto en dos líneas sobre México, solamente se le menciona a Mina en su
guerra contra Napoleón en Navarra. En esa obra tampoco aparecen los navarros que
acompañaron a Mina como Pablo Erdozain o Lazaro Goñi. Y, en cambio, si aparecen navarros
que masacraron indios al servicio de los monarcas castellanos en America (el buscador de oro
Pedro de Urtsua o el virrey del Perú Agustín Jauregi, quien mandó descuartizar al rebelde
Tupac Amaru y asesinar cruelmente a toda su familia).

7) Luego ya no llegan las expediciones planeadas, entre ellas una con sus hermanos, otra de
liberales españoles como Álvaro Estrada, que fue el último intento externo por ayudar.

Si bien se encuentra correspondencia de Mina con lor Holland y lord Russell, no existe por el
momento correspondencia con Álvaro Florez Estrada. Por otro lado, si hubo al menos otro
viaje dese Inglaterra a América en el que viajaron su hermando Martín José, Pablo Erdozain y
el traidor Segundo Correa, ya que aparecen nuevamente en la expedición de Mina.
Posiblemente irían más navarros, tal y como aparecen en los informes realistas y en la
biografía de Espoz. Correa había quedado en Londres al amparo de lord Holland y no había
partido con la expedición de Mina de Liberpool; sin embargo, Mina le menciona en una carta a
lord Holland (15/09/1816) escrita en Baltimore, para comunicarle que ya ha llegado. Erdozaín
tampoco se encontraba con Mina en el momento de partir de Liperpool, pero en agosto Mina
le nombra capitán en Baltimore. Las referencias a varios oficiales navarros reunidos en
Galveston se las facilitó el capitán José María del Pozo a Juan Echeandia al gobernador de
Nuevo Santander, cuando consiguió huir de Galveston. También están las referencias a los
navarros de la División de Navarra que partieron con Mina que menciona Espz en sus
memorias. Por último, no hay que olvidar que la proclama de Xauxilla está dedicada a los
navarros.

8) “Él dice: ‘¿Dónde es la patria? Donde se defiendan nuestros derechos y tengamos libertad,
ésa es nuestra patria’. Así se responde a lo que se piensa: ¿Y éste por qué viene de Navarra a
defender acá a la Nueva España? Él consideró a todos, americanos y españoles, como uno, y
a la patria como el lugar de defensa de los derechos del hombre.”

La cita exacta es: “la patria no está circunscripta al lugar en que hemos nacido, sino más
propiamente, al que pone a cubierto nuestros derechos personales”.
La frase original de Mina tiene un matiz importante, pues dice que «la patria no se circunscribe
al lugar en que hemos nacido…», es decir que «no es solo el lugar…», «sino más bien…», es
decir «sobre todo…».

Es una forma más completa y «laica» de expresar su sentido de pertenencia.

O algo así como decir que a una patria que no respete tus derechos… que le den.

9) Podría decirse, concluye, que toda esa generación de luchadores pensaba en el


panamericanismo proclamado por Bolívar.

Anacronismo: proyectar hacia el pasado valores del presente

descuartozadores

cortadores da cabezas

REFERENCIAS POLITICAS REPUBLICANAS : HAITI, ESTADOS UNODOS, FRANCIA

Si la constitución de cadiz reconocia como iguales a los americanos por que´ potencian la
independencia

Por qué los liberales no reivindican a mina?

Todas y cada una de ellas necesita

Bicentenario de la expedición de Mina


POR JUDITH AMADOR TELLO , 25 NOVIEMBRE, 2017REPORTAJE ESPECIAL
Twitter Facebook 0
La historiadora Guadalupe Jiménez Codinach estuvo tres años en Inglaterra donde estudió los
23 archivos de cómo surgió el movimiento de Xavier Mina. Hoy que se cumple el bicentenario
del fusilamiento del único expedicionario en apoyo a la insurgencia “que nos viene de fuera”,
la especialista recorre la ruta libertaria del navarro que, al llegar al territorio novohispano se
encontró con una realidad insospechada: Morelos, a quien venía a ayudar, ya estaba muerto.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Martín Xavier Mina Larrea, “príncipe de los guerrilleros”, ha sido
visto como el héroe insurgente que llegó como extranjero a la Nueva España desde el viejo continente,
para luchar contra el rey absolutista Fernando VII.

por Taboola
Enlaces Patrocinados
.
La casa de Mila Kunis no es lo que esperabasFinanceBlvd

El súper lujoso coche que se compró CristianoTrend Chaser

Rescató esta criatura extraña de la acera, pero no tenia idea de lo


que creceríaThe Travel Lane

Pero lo cierto, dice la historiadora Guadalupe Jiménez Codinach, es que este joven navarro, carismático,
recto y amante de la libertad, vio siempre como una sola patria a España y México 1.

Considerada por la investigadora como un caso único en la historia de la guerra de independencia, que
duró 10 años, la expedición organizada por Xavier Mina cumplió 200 este 2017 e igual se conmemora el
bicentenario de la muerte del insurgente, quien fue fusilado por la espalda el 11 de noviembre de 1817 en
el Cerro del Borrego.

Entrevistada por Proceso en el Palacio de Iturbide del Centro Cultural Banamex en el Centro Histórico, la
doctora en historia por la Universidad de Londres, Inglaterra, curadora de los museos Casa de Allende y
Casa de Hidalgo, entre otros recintos, habla de la travesía que el combatiente inició en Londres en 1815,
en donde preparó su expedición y comenzó a sumar hombres, y de quién fue este personaje de apenas 28
años de edad, descrito por sus tropas como gallardo y de finos modales2.

“Xavier Mina, no Francisco3 Xavier, es un caso sumamente interesante en la guerra de independencia,


porque es el único de una expedición en apoyo a la insurgencia que nos viene de fuera y que además está
organizada y compuesta por personas de diferentes naciones y pueblos, es internacional.”

Nacido en Navarra (1 de julio de 1789), Mina fue hijo de padres labriegos, no eran pobres pero tampoco
ricos, quienes lo enviaron a Pamplona a estudiar latín, griego, a los autores clásicos, gramática.
Terminados sus estudios a los 18 años fue a estudiar el primer año de derecho en la Universidad de
Zaragoza y es ahí donde, en 1808, se enfrenta a la invasión napoleónica francesa. Y él con un grupo de
jóvenes civiles se organizan para hacer una guerrilla.

Enfatiza la especialista que no eran militares, por lo cual su estrategia no era como la de un ejército, sino
hacen una guerrilla:

“Por primera vez aparece en la prensa internacional la palabra guerrilla en español. El diario The Times
de Londres publica el 27 de octubre de 1808: En España están peleando civiles con guerrilla, y entre
paréntesis ponen ‘little war’, pequeña guerra. Y explican que es una forma de pelear donde atacan y se
retraen, atacan y se retraen… ¡No son ejército, son civiles!”

Así fue como Mina emprendió su movimiento contra el régimen y le pone un nombre “que me parece
simpático: El Corso Terrestre de Navarra. Los corsos atacaban los barcos en el mar, pero éste atacaba en
tierra. Así dura de los años 1808 a 1810 hasta que lo apresan los franceses. Como les daba mucho coraje
que atacaban y no podían contra ellos porque como los mosquitos se retiraban, el ejército galo mataba a
los guerrilleros”.

A Mina en cambio, continúa la investigadora, le perdonan la vida pues les da pena matarlo4, tenía apenas
18 años5 y era llamado “el príncipe de los guerrilleros”. Además, él había sido amable con los prisioneros
franceses que tomaba, nunca fue cruel, por lo cual se incumple la orden de su fusilamiento y es enviado al
Castillo de Vincennes, entonces a las afueras de París, donde Napoleón recluía a sus principales
enemigos.
Ahí permaneció de 1810 a 1814 y conoció a experimentados generales que le fueron de gran ayuda, pues
él era guerrillero y no sabía de estrategia militar. Conoce a Víctor de La Horie (padrino del niño quien
será el célebre escritor Víctor Hugo), quien antes de ser fusilado por órdenes de Napoleón, enseñó
estrategia al joven prisionero.

A la caída de Napoleón, Mina queda en libertad y vuelve a España, y se une a su tío Francisco Espoz y
Mina (explica que con él se inicia la confusión al llamar Francisco Xavier al sobrino, que era el famoso,
su tío incluso tomó su apellido Mina). En España se encuentran con que Fernando VII ha regresado a
imponer un régimen absolutista, abolir la Constitución de 1812 promulgada en Cádiz y a perseguir a los
diputados liberales que la redactaron, “entre ellos a nuestro Miguel Ramos Arizpe, que estuvo preso
precisamente por haber sido uno de los que hicieron la Constitución, con muchos otros como Juan
O’Donojú, que hasta fue torturado”.

Juntos, los Mina hacen, en 1814 en Pamplona, el primer pronunciamiento del mundo hispánico
convocando a un levantamiento para obligar al rey a firmar de nuevo la Constitución,6 pero fracasan y
deben huir. El tío a Francia y Xavier a Inglaterra, en donde ya se habían refugiado algunos diputados
liberales. Llega a ese país con algunos miembros de su guerrilla, algunos de origen navarro, y se
encuentra con “dos comunidades que nunca se habían unido: los liberales españoles exiliados y los
agentes insurgentes que tratan de conseguir el apoyo de Inglaterra. Ahí se unen y comienzan a pensar en
una expedición auxiliadora”.

Mina llega precedido por su fama de gran guerrillero y lo invitan a luchar contra Fernando VII, pero en la
Nueva España. Jiménez Codinach recuerda que la Constitución de Cádiz establece que la nación está
constituida por los habitantes de ambos hemisferios, por lo cual Mina asume que pelea en la misma
nación, “él no se siente extranjero aquí, se siente como uno más de la nación española7, hay que
entenderlo porque en 1815 todavía existía esa unidad”.

Para cuando Mina tiene elaborado su plan, sigue el relato la doctora, “calculo en el verano de 1815”, ya
había ocurrido la batalla del 18 de junio en Waterloo, donde es derrotado Napoleón. Las guerras habían
terminado y los oficiales del ejército no tenían trabajo, “ni los de Suecia, Hungría, Italia… Es entonces
cuando se piensa en enviar a esos oficiales veteranos de guerra, con experiencia en la organización de
ejércitos a la Nueva España”.

Insurgencia multinacional
El plan original de Mina era ayudar a José María Morelos, aún vivo en el verano de 1815 (morirá hasta
diciembre). Planea llevarle oficiales muy entrenados en estrategia al Generalísimo para organizar a su
gente.

Cuenta la historiadora que investigó la forma en la cual enrolaban a la gente en los bares ingleses: No
había guerra, por lo tanto no tenían trabajo y no tenían paga, entonces les ofrecían ir a México (no a la
Nueva España porque a los ingleses no les gustaba ese nombre) a cambio de una paga y tierras si querían
quedarse:

“Se inscriben escoceses, irlandeses, italianos, franceses, lo único que les unía es que sabían pelear y eran
oficiales, no soldados. Juntan como 300.”

Jiménez Codinach estuvo tres años en Inglaterra estudiando el surgimiento del movimiento de Mina,
“peiné 23 archivos para saber quiénes lo habían apoyado y encontré a dos lores muy importantes Lord
Henry Holland (jefe del Partido de Vanguardia), quien sabía hablar perfecto el español y traducía obras de
la literatura española… Luego está un jovencito casi de la misma edad que Mina, llamado Sir John
Russell, hijo de una familia riquísima”.
En una carta, Russell propone a Holland si no le parece que Mina podría dirigir en México una
expedición. Lo invitan al grupo de Holland House, “que era muy famoso” pues reunía a intelectuales
opuestos al régimen conservador, gente como el padre de Stuart Mill, el economista, y colaboradores en
The Edinburgh Review. Russell también sugiere presentar a Mina con un general de Estados Unidos que
ahí se encuentra y que es “nada menos que Winfield Scott, quien luego participa en la invasión a
México”. A Scott lo habían enviado a aprender de las batallas napoleónicas visitando sitios como
Waterloo y Austerlitz.

Mina pregunta a Scott si lo apoyaría para ir a Estados Unidos a conseguir armas y voluntarios. La
investigadora atribuye a Scott la participación de 85 voluntarios de Estados Unidos que se unen a la
expedición, por la razón también de que, al no haber más guerra con Inglaterra, no había trabajo y las
armas estaban guardadas.

Un fusil costaba entonces tres pesos, “pesos de la época, no había dólar todavía, se usaba nuestro peso, lo
que ellos tenían se llamaba Spanish dollar, pero era nuestro peso, ellos no tenían moneda”.

Recuerda que en el mercado de armas les decían: “Cuesta 3 pesos, pero para ustedes 25, ¿por qué? Porque
la libertad no tiene precio”. Por eso, agrega, “Morelos nunca confió en la ayuda exterior y, ¡claro!, qué les
iban a ayudar si era un negocio”.

Mina expresa en sus documentos la idea de que todos eran lo mismo y debían ayudarse y luchar por los
derechos y la libertad. No veía naciones separadas, sino hasta cuando aquí se dice México y hay un corte:

“Yo quiero ser español y americano porque en donde se esté luchando por la libertad es lo mismo”,
pensaba.8

“De hecho en la Nueva España a la que llega Mina –agrega la doctora–, la insurgencia ya había sido
derrotada, está perdida, de 1815 a 1820 es un movimiento a la defensiva, está en los fuertes y en lugares
inaccesibles, por ejemplo en los fuertes de Comanja o El Sombrero, en Guadalajara, pero no ataca porque
ya no pueden, con la muerte de Morelos el Congreso se acabó, Manuel Mier y Terán lo desbarata”.

Luego de las matanzas en sitios como los fuertes de El Sombrero y de los Remedios, muchos insurgentes
comienzan a indultarse. Hubo 17 mil indultados, entre ellos Andrés Quintana Roo y Carlos María de
Bustamante9, incluso el secretario de Morelos, Juan Nepomuceno Rosains.

Triste realidad
Pero Xavier Mina, a decir de la historiadora, hace una campaña “extraordinaria”, si bien tuvo que
enfrentar varias vicisitudes. Llega en abril de 1817 “con una idea falsa de lo que encontraría: Que todo el
pueblo estaba peleando por la Constitución de Cádiz 10, y la mayoría ni la conoce… ¡Bueno, le hablan de
la República Mexicana y ni existía!11”.

De hecho, la expedición se llama División Auxiliar de la República Mexicana, pero no encuentra lo que
esperaba: Creía que podría entrar por la zona de Veracruz, Nautla y Boquilla de Piedras, pero el puerto
estaba tomado por los realistas; cree que un congreso avalará los préstamos que pidió y no hay congreso;
Morelos, a quien venía a ayudar, ya está muerto,12 la noticia se publica en abril de 1816 y Mina zarpa de
Inglaterra el 15 de mayo de ese año, y hasta se publica mal pues dice que “Morales” había sido ahorcado
en Venezuela. Mina se entera en Estados Unidos de la muerte del Generalísimo.

Todo cambia en su plan original, pero el navarro logra apoyo, trae algunos hombres de Estados Unidos y
de Haití:
“Cuando va a Haití se encuentra con Simón Bolívar y ahí venía ya Bolívar con él, nomás que a punto de
venirse le avisan que puede regresar a Venezuela 13, porque él no podía ingresar a su país, si no,
hubiéramos tenido a Bolívar junto con Mina. No se dio.”

Su grupo llega en abril de 1817 a Soto la Marina, Tamaulipas, pero ahí no hay insurgencia. A la espera de
otros contingentes, hace un fuerte para que a su llegada puedan depositar las armas y pertrechos:

“Imagínense, una persona que no conoce el país, que está esperando patriotas por todos lados, que lo van
a recibir, y no es sino hasta junio cuando se encuentra con el primer grupo de insurgentes, el de Pedro
Moreno que era de Lagos (hoy justamente Lagos de Moreno, Jalisco), y tenía su cuartel en el fuerte El
Sombreo, pero ya sólo defendiéndose”.

Mina se les une “en una época muy difícil”, Guanajuato era prácticamente de los realistas. El joven
intenta tomar León y tiene su primera derrota, luego San Miguel y tampoco puede, intenta tomar
Guanajuato y también fracasa. Peor aún:

“El 27 de octubre, descansando en la noche él y Pedro Moreno se acercan 500 realistas al rancho El
Venadito, que era parte de una hacienda y los aprehenden. En la refriega matan a Moreno y luego le
cortan la cabeza y la ponen en un palo. Y a Mina le ponen cadenas y se lo llevan a Silao y luego a León.
El virrey ordena fusilarlo inmediatamente porque era muy popular, aun entre los realistas, y les da miedo
que éstos se levanten para liberarlo.

“Dan órdenes de que se cierren todos los cuarteles y no dejen salir a nadie. Lo matan el 11 de noviembre
de 1817 en la tarde, entre las tres y las cuatro, enfrente del fuerte de los Remedios para que lo vieran los
insurgentes que quedaban. Él no quería ser fusilado como un traidor, por la espalda14. En esa época te
volteaban contra la pared o te hincaban y te ponían una venda. Las balas le pegan atrás y al salir le
desbaratan la mandíbula.”

La investigadora recuerda que cuando entre 2010 y 2011 se restauraron los restos de los héroes que
reposan en el Monumento a la Independencia, en Paseo de la Reforma, con motivo de las fiestas del
Bicentenario, y se hablaba de la falta de certeza sobre cuáles pertenecían a Mina, ella señaló que debería
tener la mandíbula deshecha porque el parte del cirujano del ejército así lo consignó.

Condecorada con la Cruz de la Orden de la Victoria de la República por el ejército mexicano hace unos
meses, junto con los también historiadores Josefina Zoraida Vázquez, Enrique Krauze, Mercedes de Vega
y Patricia Galeana, entre otros, Jiménez Codinach reflexiona sobre las aportaciones de Mina a la historia
de México, si bien su movimiento fue breve y realmente no alcanzó su objetivo.

Considera que fue un hombre muy valiente, que lamentablemente se encuentra con una realidad distinta a
la que le habían explicado. Luego ya no llegan las expediciones planeadas, entre ellas una con sus
hermanos, otra de liberales españoles como Álvaro Estrada, que fue el último intento externo por ayudar.

“Mina tiene de valor haber sido un hombre muy recto, amó la libertad por sobre todo, siempre afirmaba
salud y libertad. Hablaba de que la libertad es como un don por el que todos deben pelear.”

Señala que uno de los ministros de Fernando VII quiso convencer al joven de venir a combatir a los
insurgentes y él le respondió:

“¿Yo, luchar contra ellos que están peleando por lo que yo lucho?”
Y subraya sobre la idea de que no fue un extranjero en estas tierras:

“Él dice: ‘¿Dónde es la patria? Donde se defiendan nuestros derechos y tengamos libertad, ésa es nuestra
patria’. Así se responde a lo que se piensa: ¿Y éste por qué viene de Navarra a defender acá a la Nueva
España? Él consideró a todos, americanos y españoles, como uno, y a la patria como el lugar de defensa
de los derechos del hombre.”

Podría decirse, concluye, que toda esa generación de luchadores pensaba en el panamericanismo
proclamado por Bolívar.

Este reportaje se publicó el 19 de noviembre de 2017 en la edición 2142 de la revista Proceso.

1
En el momento en que una sola sección de la América haya afianzado su independencia, podemos
lisonjearnos de que los principios liberales tarde o temprano expenderán sus bendiciones a los demás
países […] Tales son los principios que me han decidido a separarme de la España y adherirme a la
América a fin de cooperar a su emancipación Soto la Marinako proklama
2
Su odio al despotismo y al gobierno militar, su amor al orden y al gobierno civil, su actividad y atención
a todo, la regularidad de sus costumbres la civilidad de sus modales y una figura agraciada ganan las
voluntades e inspiran a todos una confianza sin límites Irailaren 15ean Frai Servandok ere aurrekoaren
ildo beretik –eta etsipen bera erakutsiz–, beste eskutitz bat idatzi zuen Veracruzera bidaltzeko

3
- Madrilgo erretratua

Mina eta Espoz Madrilen egon bitartean, bietako bati erretratu bat egin zioten. Irudi hori Xabier Minari
zegokiola onartu bada ere, erretratua bera nahasi samarra da, ez baitago jakiterik norena den zehatz-
mehatz. Batetik, irudiaren oinak biltzen ditu izen bakar batean Xabier Minaren eta Frantzisko Espozen
izenak (Francisco Javier dakar eta);
Xabier Minari Mexikon Francisco Xavier deitzen zioten hara heldu aurretik ere, eta izen horrekin geratu
zen hango oroitarri eta oroigarri guztietan; baina egiazki, Francisco izena lehenengoz Sevillako Gazeta
del Gobierno egunkariak erantsi zion Xabierri, 1809ko azaroaren 14an, hots, gerrilletan hasi eta handik
hilabete gutxira. Martin Xavier, benetako izena ahaztu bide zitzaien. Harrezkero, beste egunkari batzuek
ere modu bietan aipatzen zuten gerrillariaren izena: Xavier eta Francisco Xavier. Diario de Mallorca
egunkariak, adibidez, Francisco deitu zion 1810eko ekainaren 1ean, Minaren balentria guztien berri eman
zuenean, nahiz eta ordurako Minak bi hilabete luze espetxean eraman. Eguia gerra-ministroak ere
Xabierri Francisco deitu zion, koronelaren izendapena betiko ukatu zionean 1814ko irailaren 20an,
Iruñeko matxinada baino bost egun lehenago. Alegia, bai Mexikon eta bai Penintsulan Minaren izena
modu ezberdinez agertu da idatzita, Xabier eta Francisco nahasiz.
4
Aurrerago hobeto zehaztuko badugu ere, Napoleon beti bezain ernai eta gertakizunei aurrea hartu
nahian, sinatua zuen Xabier Minaren heriotza zigorra: “Cuidad de que Mina sea pasado por las armas lo
más pronto posible”.
Azkenik, Napoleonentzat Mina harrapatzea estatu-arazoa zen eta, enperadoreak Minari heriotza-zigorra
ezarri bazion ere, agindu hori betetzeko azken hitza Dufouren esku utzi zuen, baldin eta heriotzak kalte
handiagoa ekartzen bazion bizirik uzteak baino: “L’Empereur lui-même prescrit à Berthier4 : ‘Veillez à
ce que Mina soit passé par les armes.’ Et ajoute : ‘Si cela a de l’inconvénient dans la Navarre, qu’on
l’envoie à Tours, comme prisonnier d’État, non comme prisonnier de guerre”.
5
20 años

6
Salbuespen gogoangarri gutxi batzuk alde batera utzita, orokorrean, Espainiako liberalek –
erregezaleek zein erradikalek– modu berean defendatzen zituzten Cádizeko konstituzioaren
aldeko ideiak eta Ameriketako herrien independentziaren aurkakoak. Alderdi horretakoak
Inperio espainiarraren batasuna eta handitasuna zatitzearen etsai amorratuak ziren, eta horrelaxe
adierazten zuten nabarmenki idazki eta ekintzetan.
Frantzisko Espoz ere ez zen pentsamolde horretatik kanpo geratu. Hartan ere, Londreseko eta
Pariseko egunkarietan Xabier Minaren kontrako libelo bat argitaratu zuen lasterka, jakin
zueneko Minak Ameriketarako bidea hartua zuela kolonien alde eta metropoliaren kontra
borrokatzekotan. Hortaz, kopla eta miresmen handirik gabe, zakarki arbuiatu zuen bere ahaide,
haren ekintzak gaitzetsiz. Espozek irailean idatzitako iragarki hartan esan zuen, Ameriketako
herriak askatzeko Minaren abenturarekiko ezein harremana ukatzeaz gain, Mina ez zela
benetako jenerala eta elkarren arteko ahaidegorik ere ez zutela harrezkero. Harrigarria eta
ironikoa ere bazen Espozen jarrera hori, bera izan baitzen Minari abizena ostu ziona, eta ez
alderantziz. Espozek bere memorietan berretsi zuen orduan esandakoa:

Lord Hollandek, Minaren lagunak, Espozen justifikazioa jakin zuenean idatzi bezala, libelo hori
izan zen idazki doilorra, gezur-beltzak eta txikitasun handiak erakusten zituena. Eta horrela
jakinarazi zion 1816ko urrian Minari igorritako eskutitz batean, nafarrak inoiz jasoko ez zuena.
Hartan, lord Hollanden iruzkinak ez zuen errukirik erakutsi Espozekiko, argi erakutsi baitzuen
bere iritzia. Ortuñok bere lanetan jaso zuen eskutitz horren zirriborroa: “Todos nos
escandaliza(dos)mos (y) al oir (indignados de) en un papel que pareció con la firma,
(verdadera o) fingida se ha de esperar, de su tio –pero 10romov otro efecto tuvo esa infame
10romovía10n que el de (favorecer el enojo), el disgustar y al fin provocar el desprecio de sus
amigos de V. Y en fin del publico ingles, contra la calumnia y la poderosa pequeñez que la
10romovía”.

Mina hilik zegoela argitaratu zituen Espozek bere “Memorias”, eta han isilpean ezkutatu zituen
Minaren ekintza gogoangarrienak Nafarroako korsoaren buru zelarik.

Minak eta Espozek Iruñearen hartzea planifikatu bazuten ere, ez dago garbi ekintza horretan
biek asmo bera zutenik: Espoz ez bezala, Mina atzerrian hezitako liberala zen eta. Gerora
hainbat arrazoi erabili izan dira Penintsulan kale egindako kolpe-militarrak justifikatzeko,
horietako batzuk Minak eta Espozek aitortutakoak handik hainbat urtetara, eta beste batzuk
historiagileen iritziak baino ez dira izan. Honako arrazoi hauek guztiak erabili izan dira
justifikatzeko azken unean eta presaka gauzatu zen altxamendua: erregerekiko gorrotoa,
amorrua eta erresumina Gortean mespretxatu zituztelako; Triangeluaren konspirazioak
antolatutako kolpea; Iruña militar liberalen gotorleku eta babestoki bilakatzea; indarkeriazko
ekintza bat erregeren kontra nafarren eskakizunak hobeto negoziatzeko; askatasuna
aldarrikatzea... Xabier Minak, kasurako, handik hainbat urtetara, Galvestoneko proklaman
aitortu zuen aterpe eta babesa Nafarroan eman nahi izan zizkietela libertatearen defendatzaileei,
behin Erresuma Zaharra liberatuz gero. Espozek, bere aldetik honela justifikatu zuen Iruñeko
matxinada: “procurar á la Nación por todos medios un cambio de hombres en las
inmediaciones del monarca, que le aconsejaran mejor”. Baina aurrerago beste azalpen
altruistago eta heroikoago bat eman zuen Espozek: “Mi objeto era apoderarme de la plaza y
ciudadela de Pamplona, figurando fuerza, y plantar en ellas la bandera de la libertad,
promoviendo la reunion de Cortes”. Bestalde, Iruñekoa Madrilen prestatutako Triangeluaren
konspirazioa zela eta ez zela, Espozek beti ukatu zuen talde horren partaidetza, nahiz eta inoren
atxikimendua lortuko zuelako esperantzarik galdu ez.

7
8
9
10
11
12
13
14

S-ar putea să vă placă și