Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Rosario, 2018
La “Revolución Libertadora” en el marco de la Guerra Fría
La Argentina y el mundo durante los gobiernos de Lonardi y Aramburu; María Valeria Galván... [et
al.] ; compilado por María Valeria Galván; María Florencia Osuna - 1a ed. - Rosario : Prohistoria
Ediciones, 2018.
240 p.; 22,5x15,5 cm. - (Actas / Dir. Carolina A. Piazzi y Paula Polimene; 32)
ISBN 978-987-3864-84-1
1. Historia Argentina. 2. Dictadura Militar. I. Galván, María Valeria II. Galván, María Valeria, comp. III.
Osuna, María Florencia, comp.
CDD 320.982
Agradecemos la evaluación académica realizada por los doctores Ariel Jeremías Silva y François
Godicheau.
El libro fue realizado en el marco de la actividad científica del Instituto Tecnológico y de Negocios
(VŠTE) en Ceské Budejovice
© de esta edición:
Email: prohistoriaediciones@gmail.com
www.prohistoria.com.ar
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido su diseño tipográfico y de portada,
en cualquier formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin expresa autorización del
editor.
Este libro se terminó de imprimir en Multigraphic, Buenos Aires, Argentina, en el mes de abril de
2018.
Impreso en la Argentina
ISBN 978-987-3864-84-1
índice
Prólogo .......................................................................................................... 9
Introducción .................................................................................................. 13
Primera Parte
La “Revolución Libertadora” frente a la óptica global
Segunda Parte
1955 y las repercusiones de la Guerra Fría
en las derechas e izquierdas locales
“
El ‘55” es considerado un momento bisagra de nuestra historia contemporá-
nea. No pocos investigadores le asignan el privilegio de marcar el inicio del
ciclo más reciente de la historia argentina. Sin dudas, el golpe de Estado de
ese año y la “Revolución Libertadora” que allí se inicia abren un período nuevo
a partir de la exacerbación extrema del conflicto peronismo-antiperonismo y la
manera rápida en que ello se articuló, sumó y reconfiguró con los desafíos al orden
social propios de los años sesenta en Occidente y con los conflictos internaciona-
les de las décadas siguientes. La “Libertadora” inaugura, también, una etapa de ex-
trema violencia política, especialmente en su dimensión represiva, novedosa por
su intensidad y por sus formas, y porque sus sentidos y desarrollos solo pudieron
ser ponderados a la luz de los acontecimientos posteriores. Una violencia que en
su autonomía de razones y efectos escribió parte de la historia argentina contem-
poránea, tanto como fue superficie de conflictos estructurales que a partir de 1955
encontraron una nueva secuencia de irresoluciones permanentes.
Pero el peso de “el ‘55” emana tanto de lo que efectivamente sucedió a partir
de allí como de los significados que se le asignaron y que siguen en constante rese-
mantización y, diría, acrecentamiento. A pesar de ello, como señalan atinadamente
las organizadoras de este volumen, Valeria Galván y Florencia Osuna, “la Liber-
tadora” es uno de los momentos menos estudiados del largo proceso histórico que
inaugura. Es tal su peso como ruptura, como bisagra histórica, como cristalizadora
de identidades y conflictos que en el hito parece agotarse todo lo que hay que saber
de él.
Un poco a contrapelo de ello, la apuesta de este libro es doble, por un lado,
indagar la “Revolución Libertadora” como problema y momento histórico con
densidad propia, como un haz de problemas y actores que requieren ser pensados
en sí mismos, con preguntas específicas que no se limiten a considerar esos años
como la puerta de entrada de todo lo que vendrá luego. En esa línea, los textos
de este libro habilitan preguntas que, con diversos grados de explicitación, nos
llevan a dos constataciones importantes: la primera es que la dinámica peronismo-
antiperonismo no puede ser el único centro y motor de interpretación de los proce-
sos sociales, políticos e ideológicos del período; y segundo, derivado de ello, que
la ruptura del ‘55 existe a condición de restituir sus lazos de continuidad con los
años anteriores, no solo porque es consecuencia obvia de ellos, sino porque en la
10 La “Revolución Libertadora”…
1 Cfr. Valeria Galván y Florencia Osuna –compiladoras– Política y cultura durante el “Onga-
niato”. Nuevas perspectivas para la investigación de la presidencia de Juan Carlos Onganía (1966-
1970), Prohistoria Ediciones, Rosario, 2014.
Prólogo 11
dicho muchas veces que ese conflicto quedó inscripto en la dinámica mayor de la
Guerra Fría y del anticomunismo, pero no siempre ello se plasma concretamente
en la manera de mirar los problemas, y la polarización peronismo-antiperonismo
sigue absorbiendo los ángulos de observación. De hecho, muchas miradas sobre
las últimas décadas de historia argentina encuentran en esa polarización histórica
la clave casi única de los conflictos del presente.
Mito y símbolo, condensación histórica, un amplio sector de identidades po-
líticas argentinas vive del “55”, la historiografía también lo hace cuando recon-
firma sin más su carácter de ruptura y bisagra. Como marca este libro, sin negar
su peso real y simbólico, es saludable construir un objeto histórico más diverso y
rico, entre otras cosas, para entender mejor cómo funciona el símbolo en nuestra
argentina actual. Porque, en efecto, es probable que el ciclo político más reciente
que va del 2003 al presente, con sus propias polarizaciones políticas y sus propias
explicaciones sobre ello, genere un renovado interés en la década del cincuenta
y en la centralidad del conflicto en torno al peronismo. Como ya se dijo tantas
veces: toda historiografía es historia del presente, y al mismo tiempo, el desafío
fundamental es que no lo sea nunca del todo, que pueda mirar el pasado con ojos
extrañados, que conserven esa mínima porción de anacronismo necesaria y, al
mismo tiempo, que puedan construir las distancias y los puentes necesarios para
pensarnos históricamente.
Marina Franco
(IDAES-UNSAM/CONICET)
INTRODUCCIÓN
C
on el derrocamiento del gobierno de Juan Domingo Perón, a través del al-
zamiento cívico-militar de septiembre de 1955, se produjeron cambios su-
mamente significativos en el escenario social y político nacional. Durante
la presidencia de Eduardo Lonardi, las fuerzas que se habían unido para derrocar a
Perón, a poco de haber logrado su objetivo, comenzaron a mostrar sus disidencias
en torno a cuestiones fundamentales.1 El gobierno, que había quedado a cargo
principalmente de sectores nacionalistas, corporativistas y católicos integrales, se
negó a tomar medidas más drásticas contra los peronistas, por lo que generó dis-
conformidad y se desató una profunda crisis interna. A partir de ese momento, con
el objetivo de contrarrestar la influencia de los aún mayoritarios nacionalistas, el
vicepresidente, el almirante liberal Isaac Rojas, promovió y logró introducir la
figura de una Junta Consultiva. Así, a tan sólo dos meses de producido el golpe
contra Perón, la crisis del gobierno militar y el cuestionamiento público a la tole-
rancia de Lonardi con los peronistas provocaron su reemplazo por el general Pedro
Eugenio Aramburu, representante de la facción liberal de la coalición golpista.2
La asunción de Aramburu se realizó bajo la prioridad explícita de “suprimir
todos los vestigios de totalitarismo para restablecer el imperio de la moral, de la
justicia, del derecho, de la libertad y de la democracia”.3 Es decir que el nuevo
gobierno tomó partido directamente. Así, no sólo se erigió como representante
de los “vencedores”, sino que se propuso combatir con todo el peso del Estado al
“totalitarismo” vencido.4 Para ello, se buscó, en primer lugar, desmontar las prin-
cipales estructuras de poder del peronismo.
Asimismo, mientras que numerosos dirigentes peronistas eran encarcelados,
se profundizó el liberalismo para reprimir los vestigios peronistas bajo la consigna
de la democratización. En lo económico, se emprendieron medidas orientadas a
recuperar el beneficio de los sectores agro-exportadores tradicionales y, al seguir
las recomendaciones del informe que Lonardi le había encargado al especialista en
5 SPINELLI, María Estela Los vencedores vencidos..., cit; MELON PIRRO, Julio César El pero-
nismo después del peronismo: resistencia, sindicalismo y política luego del 55, Siglo XXI, Buenos
Aires, 2009; FERREYRA, Silvana “Las comisiones investigadoras durante la Revolución Libertadora.
Usos del archivo en la historiografía sobre peronismo y antiperonismo”, en Quinto Sol, núm. 3, 2016,
pp. 1-25; CASTILLO, Fernando “Antiperonismo y resistencia en Jujuy durante la Revolución Liber-
tadora”, Tesis doctoral, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel
de Tucumán, 2014.
6 ROUQUIÉ, Alain Poder mlitar y sociedad política… cit.; POTASH, Robert A. El Ejército y la
política en la Argentina….cit; CAMARERO, Hernán; POZZI, Pablo y SCHNEIDER, Alejandro De
la revolución libertadora al menemismo. Historia social y política argentina, Buenos Aires, Ediciones
Imago Mundi, 2000; CAVAROZZI, Marcelo Autoritarismo y democracia, Buenos Aires, Eudeba,
2002.
Introducción 15
cesos al inscribirlos en una línea que solo recupera brevemente aspectos puntuales
de cada momento, por ejemplo, algunos hitos de la represión estatal, el facciona-
lismo de las Fuerzas Armadas, la relación de los gobiernos con el peronismo o el
progresivo avance de los liberales en el gobierno. Sin menospreciar la relevancia
de las líneas de continuidad con los gobiernos y dictaduras anteriores y poste-
riores (en las militancias, y las políticas públicas y represivas), para comprender
acabadamente el período 1955-1958, creemos que es necesario apostar al recorte
sincrónico de esta dictadura y atender a la densidad del proceso histórico, dando
cuenta de los actores estatales y sociales, las políticas, los proyectos, las militan-
cias, los discursos y los imaginarios particulares de sus gobiernos, en relación con
su marco internacional.
Aún cuando ya se ha comenzado a hablar del fin de la historia global, como
resultado del retraimiento de las naciones sobre sí mismas y del resurgimiento de
los nacionalismos,7 la historiografía argentina todavía se resiste a plegarse a la
tendencia, que viene imperando en los últimos años, a pensar los procesos his-
tóricos locales en términos globales. Con todo, las virtudes del paradigma de la
global history y de la historia transnacional –producto de los estertores del mundo
bipolar que conmocionaron el escenario intelectual atlántico a raíz de la caída del
comunismo europeo hace casi 20 años–8 son particularmente útiles para analizar
los gobiernos surgidos del golpe contra la segunda presidencia peronista autode-
nominado Revolución Libertadora.
Si respondemos a la invitación metodológica de la historia global y vemos
en sincronía el plano doméstico con el contexto internacional, podemos observar
que la óptica a partir de la cual se lee la incipiente vida política posperonista se
La amenaza de una posible guerra civil había encontrado ecos reconocibles con
los incendios de los templos católicos en Buenos Aires y los anuncios de la for-
mación de milicias obreras, parangonando al gobierno peronista con la República
del Frente Popular.
Con la mirada también puesta en las representaciones europeas de los gobier-
nos resultantes del golpe de 1955, Michal Zourek analiza los cambios políticos,
económicos y culturales que tuvieron lugar en las relaciones entre Argentina y
Checoslovaquia durante los gobiernos de Lonardi y Aramburu, en comparación
con el período próspero para la diplomacia y comercio exterior con el Este, du-
rante el gobierno peronista anterior. Para ello, a partir de fuentes de los archivos
checos, se centró en el análisis de un mapa del comercio bilateral, de las activi-
dades de inteligencia checoslovaca en la Argentina, principalmente a partir de la
radicalización del separatismo eslovaco en el escenario local y de la prominente
diplomacia cultural checoslovaca respecto al país sudamericano (visitas de con-
juntos artísticos, exportación de producciones cinematográficas, etc.).
Sobre la base del análisis de fuentes alemanas, húngaras y argentinas, Valeria
Galván, por su parte, reconstruyó las características de los principales agentes del
anticomunismo transnacional, activos en el país durante la “Libertadora”. Para
ello, se concentró en el imaginario y las relaciones que tres de estos actores man-
tuvieron con los gobiernos de E. Lonardi y P. E. Aramburu: un sector de la comu-
nidad de inmigrantes alemanes en la Argentina –observada a partir del periódico
Die Freie Presse–, el Comité Eslovaco por la Liberación y el Comité Internacional
para la Defensa de la Cultura Cristiana.
A continuación, el capítulo de Laura Graciela Rodríguez da cuenta de las ges-
tiones de los cuatro ministros de Educación y Justicia que ocuparon la cartera entre
septiembre de 1955 y mayo de 1958, observando de qué manera ciertas variables
transnacionales en el marco de la Guerra Fría impactaron en los discursos, el dise-
ño y la aplicación de las políticas dirigidas al sistema educativo y a la universidad.
Más precisamente estudia, por un lado, las principales medidas que se tomaron en
el período y, por el otro, la participación de los argentinos y el contenido de los
documentos elaborados en distintas reuniones internacionales.
Para finalizar esta primera parte, el trabajo de Florencia Osuna reconstruye el
paradigma a partir del cual la dictadura encaró la resolución de la cuestión social
después del derrocamiento de Perón. Así, da cuenta de la importancia que los
organismos internacionales otorgaron a algunos tópicos tales como “desarrollo”,
“cooperación técnica”, “libertad” y “democracia” en el marco de la Guerra Fría.
18 La “Revolución Libertadora”…
En relación con esto, Osuna muestra que el Ministerio de Trabajo y Previsión ar-
gentino, durante la gestión de Raúl Migone, se hizo eco de las recomendaciones de
la Organización Internacional del Trabajo vinculadas con el sindicalismo libre (no
impuesto por el Estado), pero también de una serie de disposiciones que buscaron
la paridad entre los géneros en el mundo del trabajo.
La segunda parte de libro, denominada “1955 y las repercusiones de la Gue-
rra Fría en las derechas e izquierdas locales”, muestra la manera en que el contexto
internacional impactó en distintos actores del plano nacional. En este sentido, el
capítulo de Martín Vicente estudia los modos en que un grupo de intelectuales
liberal-conservadores se posicionó durante el período en estudio, a partir de las
díadas antitotalitarismo-antifascismo y anticomunismo-antiperonismo, lo que los
habilitó para historizar la “Revolución Libertadora” a partir de sus interpretacio-
nes sobre las décadas precedentes. Así, Vicente propone el recorrido que parte de
la manera en que el totalitarismo se convirtió en un problema central de la agenda
internacional para relacionarlo con el peronismo en el inicio de la “Libertadora”.
Por su parte, Esteban Pontoriero analiza la incorporación del abordaje an-
tisubversivo en el Ejército durante la “Revolución Libertadora”. El trabajo re-
construye cómo a fines de la década del cincuenta, a partir de las dificultades del
gobierno para eliminar a la “resistencia peronista” mediante el uso de las fuerzas
policiales, la seguridad interna se transformó en una preocupación para el Ejér-
cito. Para esto, analiza la decisión castrense de adoptar la Doctrina de la Guerra
Revolucionaria (DGR) y sus características fundamentales, prestando atención al
contexto internacional e institucional en el que se gestó. En este sentido, al re-
construir cómo imaginaba el Ejército los enfrentamientos armados, observa las
diferentes hipótesis de conflicto, interno y externo, irregular y regular, y analiza
de qué forma la DGR brindó las claves conceptuales para interpretar la coyuntura
local en el marco de la actuación de la “resistencia peronista” como un escenario
bélico motorizado por el “comunismo internacional”.
El capítulo de María Cristina Tortti expone los cambios que tuvieron lugar
dentro del Partido Socialista en el período 1955-1958, relacionados con las dife-
rencias internas que produjeron el derrocamiento y proscripción del peronismo. La
autora analiza la existencia de dos líneas internas: la que adhería a la “Revolución
Libertadora” y optaba por una definición liberal del socialismo; y la del sector que
pretendía adoptar un programa “verdaderamente socialista”, salir del “gorilismo”
y acercarse a los trabajadores para que el partido volviera a ser una fuerza política
popular.
Introducción 19