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Hacia una economía post-fordista del castigo:

la nueva penología como estrategia de control


post-disciplinario

Alessandro de Giorgi1
Universidad de San José (Estados Unidos)

Introducción: Economías Políticas del Castigo

El objetivo de la “economía política del 1980), Steven Box y Chris Hale (1982, 1985,
castigo” es investigar las relaciones entre 1986) descubrieron que las transformaciones
sistemas económicos y formas de castigo, económicas, particularmente las variaciones
siendo su principal hipótesis la afirmación en el nivel de desempleo, tenían efectos sobre
de que las instituciones y prácticas de con- las políticas penales –especialmente sobre los
trol social juegan un papel importante en la índices de encarcelamiento–. Por lo tanto,
reproducción de las relaciones capitalistas de estos autores concluyeron que las políticas
producción. de control del delito no representan simples
En este contexto, por un lado, la llamada “reacciones” al problema del delito. De hecho,
historia “revisionista” del castigo vincula el las “políticas de castigo” (tanto histórica como
nacimiento de la prisión con la “invención” de actualmente) están influenciadas por diversos
la fábrica, describiendo así el peculiar papel factores sociales, entre los cuales la economía
que tuvo la prisión en la constitución de una parece ser el fundamental.
clase obrera industrial (Rusche y Kirchheimer, Sin embargo, el sistema económico que
1939; Foucault 1977; Melossi y Pavarini, estos criminólogos estudiaron y relacionaron
1981). Por otro lado, algunos especialistas con las políticas penales estaba basado en el
aplicaron este esquema analítico a las socieda- modelo fordista de producción: un sistema
des contemporáneas, investigando las recien- caracterizado por industrias de producción
tes transformaciones de la relación entre eco- masiva, asistencia social extendida, desem-
nomía y castigo. En este punto, criminólogos pleo reducido y bajos niveles de flexibilidad
como Ivan Jankovic (1977), Dario Melossi laboral. En este sentido, los treinta años que
(1983, 1985, 1998), David Greenberg (1977, siguieron a la Segunda Guerra Mundial es-

1
Traducción: María Soledad Sanchez y Guido Munari
(PECOS, IIGG, Universidad de Buenos Aires).
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tuvieron caracterizados por una coherencia la extendida vulnerabilidad social. Todo esto,
intrínseca entre prácticas penales y políticas en un contexto de “reforma” de la asistencia
socio-económicas. La prisión correccional social y de creciente desigualdad de ingresos.
y la fábrica taylorista, la filosofía de la rein- De este modo, conceptos como “underclass”,
serción y el desarrollo de la asistencia social, “trabajadores precarizados” y “exclusión
baja tasa de encarcelamiento y bajo desem- social” reaparecieron en los discursos eco-
pleo: todas estas características encuentran nómicos, sociológicos y criminológicos. La
cierta coherencia dentro de un modelo coherencia interna mencionada anteriormente
inclusivo de ciudadanía social basada en el parece ahora estar siendo reemplazada por un
trabajo asalariado. orden socio-económico contradictorio, en el
No obstante, a comienzos de los años se- cual los mecanismos de regulación social –y
tenta, una transición significativa tuvo lugar los penales en particular– experimentan sig-
en las economías occidentales: un gradual nificativos procesos de cambio. Este artículo
movimiento desde un modelo keynesiano y sostiene que una nueva economía política del
fordista hacia lo que algunos teóricos han de- castigo debe tener en cuenta estas transforma-
finido como orden post-fordista y neoliberal, ciones, y sugiere algunas posibles direcciones
el cual se caracteriza por el alto desempleo, la para indagar en la relación entre post-fordismo
creciente flexibilidad e inseguridad laboral y y control social.

Post-Fordismo y Excedente Social: ¿hacia una crisis del modelo disciplinario?

En los últimos treinta años, hemos sido una mano de obra inmigrante, sobreexplotada
testigos del proceso de transformación de y femenina). El proceso de producción está así
las economías occidentales, caracterizado volviéndose cada vez más disperso, molecular
por el ocaso del modelo industrial (fordista) y difuso. Ninguna organización rígida del
y por la emergencia de nuevas relaciones de proceso de trabajo (como la “administración
producción. Las “ciudades globales” de la científica” de Taylor) parece ser ya una op-
posmodernidad no son ya teatros de la gran ción aquí: la movilidad, la flexibilidad y la
producción industrial, sino territorios en los descentralización reemplazaron a la fijeza,
que la información, las imágenes, las finanzas la rigidez y la centralización de la fábrica
y los símbolos circulan a través de circuitos en fordista (Reich, 1991).
red y descentralizados (Sassen, 1991). Al mismo tiempo, la estrategia fordista de
Las industrias de producción masiva –esos regulación salarial parece estar colapsando
“monumentos productivos” inspirados en la porque la nueva fuerza de trabajo fragmenta-
utopía panóptica del control total sobre la da, diseminada como está en fábricas peque-
fuerza de trabajo– perdieron su encanto en ñas y no sindicalizadas, ha perdido mucho
las economías post-industriales. Los nuevos de su poder sobre las condiciones de trabajo:
sitios de producción tienden a ser “inmate- “flexibilidad” es en realidad sinónimo de la
riales” (fábricas pequeñas, automatizadas e pérdida del poder de contratación. A esto hay
hiper-tecnológicas) o bien “invisibles” (ta- que añadir la remoción de las políticas de
lleres clandestinos desregulados en los que el bienestar desarrolladas en la segunda mitad
trabajo servil es generalmente realizado por del siglo veinte con el objetivo de mantener
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bajo control los desequilibrios de mercado y financiero “central” puede migrar fácilmente
sus consecuencias sociales (Piven y Cloward, a las periferias globales en las que encuentra
1972; O’Connor, 1973). mano de obra barata y mercados desregulados.
Mientras tanto, las geografías de la econo- Cada vez menos personas trabajan estable y
mía global están siendo rescritas. El capital sólidamente, y más están formalmente “des-
ya no es sólo transnacional y móvil: se está ocupadas” o bien prisioneras de la “economía
convirtiendo en una entidad verdaderamente informal”.
global. El poder financiero es libre para circu- Al mismo tiempo, asistimos a un incremen-
lar, aprovechando al máximo la información to constante del número de actividades (tra-
en tiempo real que las tecnologías ahora po- dicionalmente fuera-del-mercado) que están
sibilitan (Ohmae, 1990). El nuevo territorio ahora cada vez más mercantilizadas. Pienso
del capital aparece en efecto como un espacio en aquellas actividades “reproductivas”
global “fluido” en el que los flujos de dinero, (asistencia, educación, el trabajo “afectivo”
información y fuerza de trabajo circulan bajo en general) que fueron alguna vez confinadas
un régimen de control diversificado –a saber: dentro de los límites de la familia y son ahora
el dinero y la información están prácticamente industrialmente organizadas y explotadas en
liberados– mientras que la fuerza de trabajo la economía de servicios. Un punto crucial es
está constreñida por leyes de inmigración que estas actividades rara vez son reconocidas
restrictivas. En este sentido, Michael Hardt como verdadero “trabajo”. Es aquí donde la
y Antonio Negri (2000) definen el nuevo precarización y la inseguridad alcanzan sus
territorio del desarrollo capitalista como un máximos, y donde los “trabajadores preca-
“Imperio” sin fronteras. De acuerdo a estos rizados” (especialmente las mujeres) se con-
autores, en el “sistema económico mundial” centran más. Considerando, por ejemplo, el
contemporáneo asistimos a la emergencia campo del trabajo doméstico: aquí, el trabajo
de una fuerza de trabajo mundial unificada, tiende a ser no registrado, inseguro, desregula-
diseminada en diferentes rincones del mundo do y a veces tan invisible como son, en efecto,
y diversamente situada en la jerarquía global las inmigrantes indocumentadas que tienden a
de trabajo. realizarlo. Cientos de trabajadoras domésticas
Algunos sectores de esta fuerza de trabajo aparecen como “desocupadas” en las estadís-
mundial tienen una gran movilidad, otros se ticas oficiales, sin mencionar aquellas que no
ven constreñidos por leyes de inmigración aparecen en absoluto, porque son ilegales y,
restrictivas; algunos experimentan una si- por tanto, prácticamente inexistentes.
tuación de “vulnerabilidad” social mientras Por consiguiente, el trabajo está siendo frag-
que otros viven en condiciones de plena mentado y segmentado por la introducción
“exclusión” de la economía formal; algunos masiva de nuevas tecnologías en el sistema
son definidos como “ocupados” según las productivo y la desregulación de los merca-
estadísticas oficiales, otros figuran como dos (Fumagalli, 1997). Como consecuencia,
“desocupados” incluso si están implicados en una gran parte de la clase trabajadora ha
la sobreexplotación de los circuitos de produc- sido expulsada de los sectores productivos
ción informal. Porciones cada vez mayores reestructurados, sumándose así a las crecien-
del llamado “tercer mundo” se encuentran tes masas de “desocupados”, subocupados,
ahora en las ciudades globales del “primer trabajadores “part-time” y trabajadores flexi-
mundo”, mientras que el poder económico y bilizados. Un gran número de estas personas
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trabaja en el emergente “tercer sector”, esos como verdadero trabajo y la última con el
nichos económicos complementarios a la trabajo explotado y aún privado de cualquier
producción industrial, en los que suelen pre- garantía y de derechos sociales; si es cierto que
dominar condiciones de trabajo análogas a la una proporción cada vez mayor de los pobres
esclavitud (Gorz, 1999). Mientras tanto, los son trabajadores precarizados y que una signi-
ataques neoliberales sobre la asistencia social ficativa parte de los trabajadores está cada vez
welfarista tienden a abolir las seguridades más expuesta a la pobreza; si todas estas hi-
sociales, difuminando aquellas situaciones pótesis son verosímiles, la pregunta es: ¿es la
de inseguridad, flexibilidad y precariedad distinción entre “empleo” y “desempleo” –en
que son ahora una condición existencial y la que la antigua economía política del castigo
paradigmática de la nueva fuerza de trabajo basó sus hipótesis– todavía significativa? En
(Ehrenreich, 2001). otras palabras, ¿son las “tasas de desempleo”
La reducción en el acceso a trabajos esta- un indicador significativo de las condiciones
bles, “full-time” y asegurados –sumado al económicas contemporáneas?
embate político sobre los derechos sociales Sugerimos que una vez que el concepto de
y la “cultura de la dependencia” que se desempleo es contextualizado dentro del nuevo
supone fomentan– produce una hipertrofia modelo post-fordista, pasa a definir algo dis-
de la economía en negro y de esos circuitos tinto que la simple condición de “sin trabajo”
productivos donde “los nuevos excluidos” (Beck, 1999). Podemos retomar al economista
deben buscar fuentes alternativas de ingresos. francés André Gorz (1999:2), quien sostiene
Sectores productivos enteros dependen ahora que “desempleo” es la abolición:
de mercados desregulados y sin garantías, que
están con frecuencia en la frontera entre lo del trabajo específico del capitalismo industrial: el
legal y lo ilegal (Piore y Sabel, 1984). trabajo al que nos referimos cuando decimos “ella no
La consecuencia principal de todo esto es trabaja” de una mujer que dedica su tiempo a educar
la transición de un “trabajo” individualmente a sus propios hijos, pero decimos “trabaja”de una
percibido (y socialmente construido) como mujer que destina aunque sea una pequeña parte de
un acontecimiento biográfico plausible de ser su tiempo a educar a los hijos de otras personas en
narrado, a un “trabajo” experimentado como una guardería o en un jardín de infantes.
un fragmento (o una “vida en fragmentos”
en términos de Bauman). Es aquí donde el En este sentido, “desempleo” ya no está
proceso contemporáneo de “corrosión del asociado a inactividad (como lo estaba en la
carácter” descrito por Richard Sennett (1998) economía fordista) y se convierte en algo así
encuentra sus raíces. como una medición oficial de la brecha que
Estamos aquí ante un punto crucial en nues- existe entre las numerosas y diversificadas
tro argumento: si es cierto que lo que estamos actividades productivas en las que la gente
presenciando no es la verdadera desaparición participa, y las condiciones en las que estas
del “trabajo”, sino su fragmentación, su actividades obtienen reconocimiento social
desigual distribución en el conjunto de la de “trabajo”. De este modo, más que medir
sociedad y su explosión en un archipiélago la exclusión del ámbito de la producción, las
de trabajos estables e inestables, registrados tasas de desempleo muestran la incapacidad
y no registrados, “part-time” y “over-time”; si de las estadísticas oficiales para expresar la
es cierto que producción y reproducción están realidad económica contemporánea. A lo que
fusionándose, la primera con el reconocido asistimos es a una separación radical entre
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el “trabajo” tal como es experimentado por (económico) de la sociedad son incapaces


la “nueva fuerza de trabajo”, y el sistema de de garantizar la inclusión social mediante
derechos sociales y ciudadanía aún profunda- el trabajo. La disociación entre la constitu-
mente ligados al concepto fordista del trabajo ción “material” de la sociedad (sus fuerzas
como empleo, del trabajo a tiempo completo productivas) y la constitución “formal” de
y de por vida. la ciudadanía (su “forma de regulación”)
La fragmentación del “trabajo” deja fuera deviene estructural.
de la ciudadanía social a una proporción cada Bajo el paradigma fordista, era razonable
vez mayor de la población, cuyas actividades concebir al desempleo y a la exclusión social
productivas no están socialmente reconocidas como consecuencias de un déficit individual,
como una puerta de entrada a la inclusión y de la incapacidad de ciertos grupos sociales
a la plena integración social2 (Gorz, 1989). para encontrar el lugar adecuado dentro de
Aquí emerge una profunda contradicción: un sistema capaz de garantizar la condición
el derecho al salario, a la inclusión social y universal de inclusión y ciudadanía. Sugeri-
a la ciudadanía social están basados en un mos que esto se ha modificado actualmente,
modelo de trabajo que está desapareciendo porque esos instrumentos de regulación social
gradualmente del horizonte de las economías están desapareciendo, y parece no haber ni
occidentales. Según Guy Standing (2000: 13), un orden social a ser reestablecido, ni ningún
la ciudadanía social fordista: déficit individual a ser readaptado por las dis-
ciplinas. Mejor dicho, sólo vemos un creciente
…aunque nunca fuertemente redistributiva, era ge- excedente de fuerza de trabajo –representada
neralmente universalista en sus principios, vinculada con facilidad como “clase peligrosa”– a ser
directa e inequívocamente a la realización del trabajo controlado.
[…]. La seguridad social estaba basada estrictamen- El Estado de Bienestar se ubica en un
te en la imagen de una sociedad industrial en la que período histórico en el que la fuerza de tra-
la clase trabajadora estaba destinada a subsistir o a bajo debía ser disciplinada con el objetivo de
convertirse en la irresistible mayoría de la población insertarla en la organización industrial del
y en la norma del comportamiento social. trabajo: un sistema caracterizado por el pleno
empleo, en el cual el “trabajo asalariado” era
Si hasta la segunda mitad del siglo XX, un efectivo acceso a la ciudadanía social. En
siguiendo a Thomas Marshall (1992), fue ese contexto, la fuerza de trabajo aparecía
razonable conceptualizar a la ciudadanía como insuficiente y descalificada, y necesi-
como una articulación de los derechos “del” taba cierta disciplina para alcanzar el nivel
trabajo basados en el derecho universal (y el de cooperación y la eficiencia económica re-
deber) “de” trabajar, esto parece ya no ser el querida por el capital: aquellos que quedaron
caso. La crisis del pacto fordista-keynesiano fuera tuvieron que ser re-integrados a través
supone que las instituciones para el gobierno del complejo penal welfarista. El control penal

2
No debe olvidarse, sin embargo, que la cuestión de qué capital. Podemos pensar aquí, nuevamente, en la lucha
es reconocido como trabajo y qué no lo es, con todas las feminista por la división generizada del trabajo y por el
consecuencias que esto tiene sobre la fuerza de trabajo, reconocimiento del trabajo “doméstico” como verdadero
ha sido siempre un campo de lucha entre el trabajo y el trabajo (Federici, 1975).
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funcionó allí como una máquina disciplinaria funcionamiento del aparato gubernamental
cuyo objetivo era vencer la resistencia de la y preservar el principio de maximización
fuerza de trabajo, cubrir sus déficits, imponer económica que lo sustenta. Se refiere aquí
su cooperación con el sistema de producción, Foucault a diversas prácticas para el control
y promover el auto-control. y la vigilancia de la población, pero también
En Vigilar y Castigar, Michel Foucault a la educación pública, la seguridad social
aborda explícitamente el problema de la prác- y la salud pública: a todas las tecnologías
tica penal en sus configuraciones históricas, necesarias para garantizar y perpetuar la
concediendo gran atención a los procesos de administración productiva de la población3.
transformación de la economía capitalista El control social y el campo de la penali-
y sus efectos sobre el universo del castigo. dad pertenecen a esta serie de aparatos de
Con la transición de una racionalidad de “so- seguridad. Es aquí, siguiendo a Foucault,
beranía” a otra “gubernamental” (Foucault, que la “analítica de la gubernamentalidad”
1991; Dean, 1999), el concepto de “poder” se entrecruza con la “microfísica del poder
viene a definir la capacidad para regular a una disciplinario”: la gubernamentalidad se vin-
población y gobernar un “cuerpo social”. Cen- cula al gobierno productivo de la población
trada como estaba alrededor de la emergente como un todo, mientras que las disciplinas
economía política, la gubernamentalidad se concentran en el cuerpo individual como
marcó la apropiación definitiva de una racio- componente específico de esa misma pobla-
nalidad económica capitalista por la ciencia ción. En este contexto, la práctica penal se
del gobierno. En palabras del filósofo francés convierte en un proceso a través del cual los
(Foucault 2006: 413): sujetos pueden ser producidos, no destruidos:
sujetos cuya utilidad –como individuos y
La elaboración de este problema población-riqueza como componentes de la población produc-
(en sus diferentes aspectos concretos: sistema fiscal, tiva– va a realizarse en el proceso de trabajo
escasez, despoblamiento, ociosidad-mendicidad- (Foucault, 1997).
vagabundeo) constituye una de las condiciones de El mismo cuerpo sobre el que la violencia
formación de la economía política. Esta se desarrolla ilimitada y destructiva del poder soberano era
cuando comienza a advertirse que la gestión de la ejercida, se convierte ahora en el objeto espe-
relación recursos-población ya no puede pasar de cífico de las nuevas prácticas disciplinarias.
manera exhaustiva por un sistema reglamentario y Cataliza los nuevos conocimientos regulatorios
coercitivo (…) (biología, estadística, medicina, psiquiatría,
psicología social, criminología); las nuevas
Junto a esta nueva racionalidad, Foucault instituciones regulatorias (escuelas, hospitales,
describe también la conformación de aque- asilos, prisiones, cuarteles); los nuevos regí-
llos dispositivos y prácticas de “seguridad” menes de prácticas regulatorias (indagación,
cuya función era garantizar el correcto encuesta, examen, terapia, pena):

3
Esta es la propia definición de Foucault de “disposi- seguridad de aquellos fenómenos naturales, procesos
tivo de seguridad”, formulada durante un curso en el económicos y procesos intrínsecos de la población:
Collége de France en 1978: “La puesta en práctica de esto es lo que se convierte en el principal objetivo de la
mecanismos de seguridad (...) mecanismos o modos racionalidad gubernamental” (Burchell, 1991:19).
de instervención estatal cuya función es garantizar la
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La fábrica, la escuela, la prisión o los hospitales expresión de esta racionalidad, una vez que
tienen por objetivo ligar al individuo al proceso de podían ser traducidas en modelos específicos
producción, formación o corrección de los produc- de castigo.5 Las líneas de esta evolución
tores que habrá de garantizar la producción y a sus iban a desarrollarse simultáneamente dentro
ejecutores en función de una determinada norma. de la fábrica –donde los Principios de la
En consecuencia, es lícito oponer la reclusión del Administración Científica de Taylor iban a
siglo XVIII que excluye a los inividuos del círculo promover y gobernar la productividad del
social a la que aparece en el siglo XIX, que tiene trabajo– y afuera de ella, donde las políticas
por función ligar a los individuos a los aparatos de keynesianas, intentando regular las relaciones
producción a partir de la formación y corrección de entre economía y sociedad, iban a establecer
los productores: trátase entonces de una inclusión el marco de la intervención estatal en los
por exclusión (Foucault, 1995:128). procesos sociales.
Administración económica, regulación es-
Este es un punto muy importante para tatal y control social de la desviación: fueron
nuestro argumento: los dispositivos de po- todas estrategias disciplinarias cuyo proyecto
der y control disciplinarios necesitaban ser era preparar la fuerza de trabajo para la or-
activados productivamente porque había ganización capitalista de la producción. La
una improductividad social difundida, una fábrica debía ser gobernada “científicamente”
dispersión latente de recursos y una falta de con el fin de limitar la pérdida de producti-
cooperación productiva. Aquí, las relaciones vidad; el cuerpo social debía ser gobernado
capitalistas de producción necesitaban pro- “científicamente” con el fin de reducir la
ducir la fuerza de trabajo, prepararla para la pérdida de integración causada por la anarquía
cooperación para la que parecía inapropiada, del mercado; la desviación debía ser tratada
descalificada, insuficientemente socializada y “científicamente” con el fin de contener la
a menudo explícitamente reacia.4 pérdida de socialización derivada de la falta
La sincronización de los movimientos, la de otras prácticas de gobierno:
regulación de masas de individuos dentro
de la fábrica, la conexión entre el cuerpo El tratamiento correcto de los delincuentes requirió
y la máquina: todos estos eran aspectos medidas individualizadas y correctivas, cuidadosa-
de una racionalidad económica específica mente adaptadas al caso específico o al problema
inicialmente conformada por la emergencia particular –no una medida uniforme de castigo
de la producción industrial y consolidada mecánicamente aplicada. Se necesitaba un saber
luego por el desarrollo del capitalismo for- experto, investigación científica e instrumentos
dista: las tecnologías disciplinarias eran una flexibles de intervención, así como voluntad de

4
Concordamos con Barry Vaughan (2000:28) en que podían ser “completados” a través de las disciplinas y la
“El surgimiento de la prisión, como alternativa a la rehabilitación. Esta idea sintetiza el proyecto “inclusivo”
pena capital, es la historia de cómo la clase media de las instituciones penales modernas.
burguesa trató de imponer sus propios estándares de 5
“Es preciso que el tiempo de los hombres se ajuste al
comportamiento sobre aquellos que eran considerados aparato de producción, que éste pueda utilizar el tiempo
dignos de ser incluidos dentro de la sociedad pero aún de vida, el tiempo de existencia de los hombres. Este
no de ocupar su lugar voluntariamente”. Los criminales es el sentido y la función del control que se ejerce”
eran, en otras palabras, “ciudadanos incompletos”, que (Foucault 1995:130).
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regular los aspectos de la vida que el liberalismo consideraron necesarias la socialización y


clásico había considerado fuera del alcance propio las disciplinas, cuyos déficits productivos
del gobierno. El sistema legal normativo debía ceder aparecían en forma de desviación, crimina-
su lugar al sistema científico de normalización, el lidad, enfermedad, desempleo y pobreza.
castigo debía ser reemplazado por el tratamiento El proyecto de transformación del control
(Garland, 2001: 40). disciplinario estaba inscripto en el proyecto
más amplio de ciudadanía universal, y el
Lo que estos diversos campos de interven- papel de la prisión disciplinaria era producir
ción estatal tenían en común era una ideología “ciudadanos plenos”, mediante la producción
que veía al cuerpo social como afectado por de trabajadores eficientes.6
una escasez estructural, una desventaja per- Entonces la pregunta es: ¿qué tecnologías
manente, un déficit al que el poder de castigar de control y racionalidades de poder están
(y más ampliamente el “poder de regulación” surgiendo de la crisis del fordismo y del
gubernamental) podía oponer remedios sistema de regulación social vinculado a él?
efectivos. David Garland lo define como el ¿Qué tecnologías de control siguieron al fin
“proyecto de modernización”, cuyo resultado de la era industrial del desarrollo capitalista?
esperado era –tomando la definición de Jock ¿Qué nuevas racionalidades de gobierno
Young (1999)– una “sociedad inclusiva”. están anunciadas por la transición desde un
Estas políticas que pretendían maximizar la régimen de la escasez hacia un régimen del
capacidad productiva de la fuerza de trabajo excedente?

El control como un “no-saber”

El “excedente” post-fordista puede ser repre- posición de la flexibilización, la precarización,


sentado como un complejo de subjetividades la desregulación, y demás. En otras palabras, el
cuya condición de pobreza, vulnerabilidad y acceso al salario, a la ciudadanía y a la integra-
exclusión señalan una profunda contradicción ción está conectado a un requisito que está des-
entre un modelo de ciudadanía social aún basa- apareciendo del horizonte de la “constitución
do en el paradigma fordista del trabajo –y una material” del post-fordismo.7 Aquí, me gustaría
esfera de producción que está precisamente eli- identificar la primera parte de una contradicción
minando esa forma de trabajo– mediante la im- que las estrategias contemporáneas de control

6
“La pena es aplicada contra aquellos que han caído cierta cautela: la ciudadanía occidental moderna nunca ha
debajo de los estándares esperados de todos los ciu- sido un sistema verdaderamente “universal”, como mu-
dadanos pero es también utilizada para moldearlos como chas teorías feministas y post-coloniales han demostrado.
ciudadanos –la pena no es sólo un elemento de disuasión No obstante, podemos afirmar que su “lógica” subyacente
sino que también es utilizado como mecanismo para la era inclusiva, aunque esta inclusión estaba adaptada a la
transformación del carácter. Es aplicada a aquellos que imagen hegemónica del varón, blanco, trabajador.
son ciudadanos condicionales, personas que tal vez sean 7
Sobre el concepto de “constitución material” –la
moldeadas como ciudadanos plenos pero que están, en estructura productiva de una sociedad– como opuesto
el momento, fracasando en manifestar las cualidades a la “constitución formal” –la formalización jurídica de
esperadas de los ciudadanos” (Vaughan, 2000:26). El la estructura económica– ver Negri (1989).
término “ciudadanía universal” debe ser tomado con
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tratan de contener, reprimir o inhibir a causa de acerca de su propio trabajo, los adelantos técnicos,
sus consecuencias potencialmente peligrosas las pequeñas invenciones y descubrimientos, las
para el orden social. La vieja dicotomía en la micro-adaptaciones que puede hacer en el curso de su
que los pobres, los marginados y los excluidos trabajo, son inmediatamente anotadas y registradas
eran a la vez “amenazas” y “recursos” para el y, por consiguiente, extraídas de su práctica por el
desarrollo capitalista, toma un tono distinto: poder que se ejerce sobre él a través de la vigilancia.
cuando la exclusión social se convierte en una Así, poco a poco, el trabajo del obrero es asumido
condición ontológica para un creciente sector por cierto saber de la productividad, saber técnico de
de la fuerza de trabajo post-fordista, nuevas la producción que permitirá un refuerzo del control.
estrategias de control se hacen necesarias, ya Comprobamos de esta manera cómo se forma un
que cualquier “recurso” puede convertirse fá- saber extraído de los individuos mismos a partir de
cilmente en una “amenaza” para la estabilidad su propio comportamiento (Foucault, 1995:135).
de todo el sistema (Adamson, 1984).
La emergencia de un “excedente” social Sin embargo, lo que parece estar desapare-
–los marginales, los desempleados perma- ciendo con la transición hacia un régimen de
nentes, los trabajadores precarizados, los excedente es precisamente la posibilidad de
trabajadores informales, etc.– indica que las acumular este saber respecto del cuerpo pro-
antiguas tecnologías disciplinarias (basadas ductivo de la fuerza de trabajo post-fordista.
en la ética y en la organización del trabajo Si el régimen de escasez puede ser definido
industrial) han perdido su significado, ya que como el universo en el que opera el “poder-
la estructura económica en la que se basan está saber”, describiremos al régimen de excedente
desapareciendo gradualmente. El modelo de post-fordista como el ámbito de emergencia
poder que instituían las tecnologías disciplina- de un poder caracterizado por su condición de
rias estaba basado en un conocimiento indivi- no-saber. La fuerza de trabajo post-fordista
dualizante sobre los cuerpos, los individuos y –flexible, móvil y permanentemente en el
las formas de cooperación a las que tuvieron límite entre inclusión y exclusión, trabajo
que ser forzados. El complejo poder-saber y no trabajo, economía formal e informal,
en el que se basaba el control disciplinario, actividades legales e ilegales– no se abre al
conformó un proceso de individualización conocimiento de los mecanismos de control y
y determinó una cartografía exacta de la poder. Esta dificultad (del lado del poder) para
dinámica productiva de la población. Este es hacer distinciones claras entre “amenazas” y
un esquema que Foucault descubrió dentro “recursos”, clases “peligrosas” y “trabajado-
de la prisión, pero también en la fábrica, el ras”, “basura social” y “dinamita social” (Box
hospital, la escuela, el asilo, el cuartel, y y Hale, 1986) obliga a las instituciones de
en la sociedad en general. El conocimiento control social a categorizar a sectores enteros
debía ser científicamente extraído del cuerpo de la fuerza de trabajo post-fordista como
humano sólo para ser posteriormente aplicado “grupos de riesgo”, y a implementar estrate-
a él reflexivamente (en la forma de prácticas gias consecuentes de reclusión, incapacitación
de control disciplinarias), cada vez que una y vigilancia masivas.
multiplicidad de cuerpos debía ser organizada En nuestro orden post-disciplinario, los
dentro del campo de la producción: individuos y su concreción desaparecen. El
nuevo modelo de control emergente está, por
Por ejemplo, en una institución como la fábrica el lo tanto, incorporando estrategias basadas en
trabajo del obrero y el saber que éste desarrolla el riego, inspiradas en la seguridad e impulsa-
54 Alessandro de Giorgi

das en la probabilidad, que tienen por objetivo son entonces reemplazados con categorías
reducir la complejidad social que está yéndose artificialmente construidas.
fuera de control. Individuos incognoscibles

Más allá del Panóptico: indicios de un orden post-disciplinario

La metáfora del Panóptico ha sido recien- el modelo panóptico luchó para generalizar
temente redescubierta por algunos autores la conformidad, la estrategia sinóptica tiene
intentando analizar las transformaciones del que permitir a los diferentes estilos de vida
control social en las sociedades post-moder- expresarse libremente –y canalizarlos en el
nas. Thomas Mathiesen (1997) ha afirmado teatro del consumo.
que las estrategias de control contemporáneas A pesar de lo interesante que este argumento
están convergiendo hacia la constitución de un pueda ser, no parece otorgar una contribución
régimen post-panóptico llamado Sinóptico. En sustancial a nuestro esfuerzo por reconfigurar
lo que Guy Debord definió como “sociedad los territorios de la economía política del cas-
del espectáculo”, ya no son los “pocos” que tigo. De hecho, está centrado en la categoría
vigilan a los “muchos” para asegurarse de que de consumo, mientras en el núcleo de nuestro
se ajustarán a las normas, sino los muchos análisis se encuentra la categoría de produc-
–constantemente transformados en una dócil ción. Es, por lo tanto, en las transformaciones
y acrítica “opinión pública”– que observan los del trabajo –más que en los cambios que afec-
(generalmente televisados) gestos de los po- tan los estilos de consumo– donde debemos
cos y, por lo tanto, interiorizan esos modelos, observar para comprender la transición del
actitudes, comportamientos y valores a través fordismo al post-fordismo y sus influencias en
de los cuales se convertirán en individuos el campo del control social. De forma crucial,
responsables y consumidores confiables. sin embargo, la imagen del Sinóptico indica
Mathiesen funda este análisis del control la crisis de la utopía disciplinaria: la hipótesis
social en la transición de una “sociedad de es, de hecho, que esta gran narrativa de la
productores” a una “sociedad de consumido- modernidad está dejando paso a las tecnolo-
res” (Bauman, 1998), y estamos de acuerdo gías de control que rechazan explícitamente
en que la importancia de esta transición no el proyecto disciplinario.
puede ser pasada por alto. La “estética del Si tratamos de seguir los rastros de este
consumo” que penetra la sociedad contem- rechazo, descubrimos el surgimiento de las
poránea es algo muy diferente a –y, en cierta tecnologías de control basadas en tres prácti-
medida, incluso una contradicción con– la cas específicas: vigilancia generalizada, ac-
“ética del trabajo” que conformaba la socie- ceso selectivo y reclusión masiva. No siempre
dad industrial. Mientras que la reproducción estas prácticas implican la creación de nuevas
de una ética del trabajo puede ser impuesta instituciones de control: de hecho, el orden
por un complejo de estrategias disciplina- post-panóptico está a menudo caracterizado
rias orientadas a la normalización de los por la persistencia de las viejas instituciones
individuos, la instalación de una estética (y especialmente la “institución panóptica”
consumista requiere algo diferente: tal vez por excelencia: la prisión), cuya racionalidad,
un sistema de control que deje al individuo sin embargo, parece estar experimentando
–al menos en la teoría– tan libre (para elegir un proceso de transformación. Las configu-
qué y cómo consumir) como es posible. Si raciones específicas en las que creo que estas
Hacia una economía post-fordista del castigo: la nueva penología... 55

prácticas están volviéndose más visibles son como veremos, por su perfil actuarial),
las metrópolis, la Internet, la prisión y los caracteriza a las ciudades post-modernas
centros de detención de inmigrantes. (en las que los pobres, los “sin techo” y los
A primera vista, parecería que cada uno de nuevos “extraños” son mantenidos fuera de
estos “escenarios de control social” mani- muchos espacios públicos y privatizados)
fiesta la prominencia de un tipo de prácticas así como a las prisiones post-disciplinarias.
en particular. Así, la prisión y los centros de Asimismo, el acceso selectivo encontrará sus
detención de inmigrantes ofrecerían ejemplos principales ejemplos en el territorio urbano,
claros de reclusión masiva; el territorio urbano con la difusión de “zonas prohibidas” y de
representaría el campo de nuevas prácticas “comunidades cercadas”, pero la misma ló-
de vigilancia generalizada; y la Internet sería gica inspira algunas nuevas políticas para el
considerada como una esfera pública cada vez control de la información (y particularmente
más afectada por estrategias de privatización de la información electrónica), basadas en la
y limitación de acceso. Sin embargo, el punto imposición de límites al acceso. Y lo mismo
de vista que aquí se propone es diferente: ocurre con la vigilancia generalizada.
estos sitios parecen ser paradigmáticos (por En este trabajo centraremos nuestra aten-
su rol estratégico en el orden neoliberal) de ción en la estrategia de “reclusión masiva”
las actuales transformaciones del control como aparece particularmente ejemplificada
social, pero las tres tecnologías mencionadas por la experiencia norteamericana de “encar-
caracterizan, en cierto sentido, a todos ellos celamiento masivo”. Pero la aparente unicidad
simultáneamente. Sólo para ofrecer algunos de los Estados Unidos no debe impedir que la
ejemplos: la tarea de recluir a los “residuos nueva economía política del castigo indague
sociales” producidos por la economía neolibe- en la difusión de políticas análogas en otros
ral y por la reducción del Estado de Bienestar, lugares y en diferentes contextos. De hecho, el
es realizada por la prisión y por los centros renovado rol del encarcelamiento –y de otras
de detención de inmigrantes así como por los prácticas relacionadas a la reclusión, como la
guetos urbanos –y parece ser particularmente detención de extranjeros indocumentados en
cierto para las ciudades norteamericanas los centros de detención de inmigrantes en el
donde, siguiendo a Loic Wacquant, una “sim- mundo– como instrumento para el control de
biosis mortal” conecta a la prisión y al gueto, las enormes contradicciones sociales produ-
atrapando así a los afro-americanos pobres cidas por la transición a un orden neoliberal,
(Wacquant, 2001)–. En el mismo sentido, puede ser contemplado también en muchos
el proyecto de excluir sistemáticamente a países europeos, cuyas “diversas” poblaciones
ciertas categorías de personas (definidas, detenidas están incrementándose.

Encarcelamiento masivo ¿Desde el “Estado de Bienestar”


hacia un “Estado Penal”?

En las postrimerías de la Segunda Guerra clima de “tolerancia moral” que caracterizó


Mundial, la población carcelaria de EE.UU. a la época de la revolución de los derechos
expuso una tendencia constante a la baja, la civiles; la extensión del Estado de Bienestar;
cual se acentuó especialmente en la década la creciente aplicación de alternativas a la
de 1960 debido a una serie de factores. El privación de la libertad: cada uno de estos
56 Alessandro de Giorgi

elementos desempeñó un papel específico. rapidez, el ideal liberal progresista devino reaccio-
Según David Garland, este fue el período del nario para los grupos que antes lo defendían. En
“welfarismo penal”, en el cual un conjunto ninguna parte fue tan espectacular este giro como en
de ideas, prácticas e instituciones orientadas los EE.UU. que, hasta entonces, había sido la nación
hacia la rehabilitación, la reintegración, la so- más plenamente comprometida con las políticas y
cialización y el tratamiento de los delincuentes prácticas correccionales (Garland, 2001:54).
se hicieron hegemónicos:
En realidad, esta crisis era parte de un cam-
En el marco del welfarismo penal, el ideal de rehabili- bio en el clima político de los EE.UU. Como
tación no fue sólo un elemento entre otros. Por el con- muchos estudiosos han documentado, no fue
trario, fue el principio hegemónico de organización, hasta finales de los años 70’ (con la elección
el marco intelectual y el sistema de valores que unió presidencial de Ronald Reagan), que “la ley y
toda la estructura y la hizo comprensible para quienes el orden” devino un asunto preponderante para
la ponían en práctica (Garland, 2001: 34). la política estadounidense. Lo que parecía
estar surgiendo era una actitud de “venganza”
Esta tendencia al abandono de la centralidad por parte del establishment (Melossi, 2000).
de la cárcel afectó también a otros países occi- Esta venganza debía ser esgrimida contra
dentales –por ejemplo, a los sistemas penales un welfarismo intrusivo cuyo régimen fiscal
de Europa– cuyas poblaciones carcelarias se había tomado demasiado de los clases medias
redujeron sostenidamente hasta alcanzar en en beneficio de los pobres, ahora percibidos
varios casos un mínimo histórico. La desvia- como “parásitos”. Pero la venganza fue tam-
ción era considerada como el resultado de una bién invocada contra la comunidad negra,
multiplicidad de factores sociales, económi- cuyos “disturbios urbanos” fueron percibidos
cos y culturales que debían ser rectificados por como actos inaceptables de ingratitud para un
el complejo penal welfarista. La delincuencia welfarismo condescendiente. Sin embargo, no
era percibida tan sólo como uno de los tantos fue sino con la elección de Ronald Reagan que
efectos de las carencias individuales y so- el complejo “raza-welfare-delito” emergió
ciales, cuyas profundas causas económicas como una nueva “racionalidad de gobierno”, y
debían ser identificadas y eliminadas a través una nueva retórica de guerra (“guerra contra el
de las políticas sociales y los tratamientos delito” y “guerra contra las drogas”) comenzó
penales de rehabilitación. a dominar el discurso público. Este apuntaba
Sin embargo, hacia fines de los ‘70, el mo- principalmente a la comunidad negra, la cual
delo penitenciario entró en una severa crisis fue usada como chivo expiatorio del aumento
que produjo una inversión en los lenguajes, de las tasas de delincuencia, la difusión de
prácticas y estrategias oficiales de control drogas letales y la crisis fiscal del Estado de
del delito: Bienestar. (Parenti, 1999).
El nuevo clima político también influyó en
En el curso de unos pocos años, la ortodoxia de los las prácticas y las racionalidades del campo
ideales de rehabilitación se derrumbó en casi la correccional. Si hasta entonces el principal
totalidad de los países desarrollados, al tiempo que indicador de la eficacia de las estrategias de
reformadores y académicos, políticos y encargados control de la delincuencia (y de las drogas)
de formular las políticas públicas, y por último, había sido la tasa de reincidencia, algunos
profesionales y responsables institucionales fueron estudios realizados en esos años revelaron
distanciándose de sus postulados. Con sorprendente que la ideología correccional había fracasado.
Hacia una economía post-fordista del castigo: la nueva penología... 57

Las estadísticas revelaban un aumento en el cometer delitos. En el caso de que este mo-
delito callejero, confirmando así el fracaso delo económico no funcionara, la solución
de aquellas políticas de tratamiento y reha- de último recurso sería la neutralización de
bilitación cuyo objetivo era reintegrar a los los delincuentes. En este sentido, la “inca-
delincuentes mediante la eliminación de las pacitación selectiva” representaba un paso
causas sociales de la desviación.8 En efecto, importante hacia la nueva racionalidad penal
este aumento no fue tan “espectacular” como de exclusión, cuyos efectos son más visibles
lo afirmaron algunos “think tanks” guberna- en nuestros tiempos (Greenwood 1982). De
mentales. Pero la consecuencia fue que una hecho, hablar de “incapacitación selectiva”
actitud pública de fuerte entusiasmo por el implica, por un lado, teorizar explícitamente
tratamiento individual y correctivo –una espe- el abandono de cualquier ideal de rehabili-
cie de “progresismo criminológico”– dio paso tación y, por otro, ver el castigo únicamente
a sentimientos de desilusión, cuya traducción como un instrumento para la separación
inmediata fue una especie de “escepticismo física del desviado de su contexto social más
criminológico”. De esta manera, “comprender amplio. El proyecto pretende aislar, dentro
menos y castigar más” se convirtió en el nuevo de la masa real o potencial de desviados, una
sentido común. Ya no tenía ninguna relevancia fracción restringida de “delincuentes natos”,
atribuir a las condiciones y contextos sociales “desviados incorregibles” o “reincidentes
las causas de las conductas desviadas. Las crónicos” que no pueden ser reintegrados en
teorías de la desviación provenientes de la la comunidad. Lo que aquí resulta de interés
sociología –argumentaban los criminólogos es la lógica que subyace a esta perspectiva:
“realistas”– sólo funcionaban para justificar la idea de que es posible seleccionar algunas
el delito y para legitimar la indulgencia de los categorías de personas que, siendo iguales en
tribunales penales: la imagen del desviado todo lo demás, debieran ser castigadas más
carenciado y poco socializado fue entonces severamente que otras debido a que presen-
sustituida por la de un delincuente depravado tan una serie de indicadores de propensión
y racional. La rehabilitación tuvo que dar paso permanente al delito.
a la disuasión y a la incapacitación (Van Den Originalmente, el enfoque de la “incapa-
Haag, 1975; Wilson, 1983). citación selectiva” fue presentado por sus
Ya no se trataba de adoptar medidas adecua- defensores como una medida “deflacionaria”:
das a las condiciones sociales especificas del su objetivo (manifiesto) era, de hecho, reducir
desviado individual, sino de aplicar sanciones la población carcelaria, reservando la deten-
que, en promedio, fueran lo suficientemente ción sólo para algunos grupos restringidos
duras como para disuadir a las personas de de delincuentes. Lo que suele pasar desaper-

8
Si es innegable que la década de 1960 fue testigo de un disminución prácticamente ininterrumpida” (Oficina
aumento de la delincuencia, también debe recordarse que de Estadísticas de Justicia, 1998: 1). Esto revela que las
ya en 1973 esta tendencia al alza había cesado, dejando políticas de “mano dura” comenzaron a implementarse
lugar a una continua disminución de la actividad delic- cuando los índices de delincuencia ya estaban disminuy-
tiva. Más precisamente: “De 1973 a 1994, las tasas de endo. Esta paradoja reapareció en la segunda mitad de
victimización de delitos violentos mostraban intervalos la década de 1990, cuando una reducción drástica en
de estabilidad, aumento y disminución, mientras que los delitos estuvo acompañada por leyes duras como la
las tasas de delitos contra la propiedad sufrieron una legislación “Three strikes and you’re out”.
58 Alessandro de Giorgi

cibido es que la lógica subyacente de castigo De esta manera surgió el encarcelamiento


selectivo podría ampliarse discrecionalmente, masivo. Súbitamente, la población carcelaria
abarcando así cada vez más grupos sociales comenzó a crecer: de 400.000 personas en el
definidos como peligrosos –por profesionales, año 1975 (mínimo histórico), a 750.000 en
oficiales de libertad condicional, jueces, y en 1985, a casi dos millones en el año 2000 (Ofi-
mayor medida por los medios de comunica- cina de Estadísticas de Justicia, 2000). El gas-
ción, la opinión pública o los políticos–. Y esto to público directo para justicia y penitenciaría
es exactamente lo que parece haber sucedido aumentó exactamente en el mismo período en
en los Estados Unidos (Sparks, 2000). el que el gasto en bienestar, educación y salud
La escasa distancia que separaba a la “in- sufrió recortes dramáticos.9
capacitación selectiva” de la “incapacitación Los índices de encarcelamiento alcanza-
masiva” se cubrió rápidamente. Y esto no ron niveles inéditos en toda la historia de
es ninguna sorpresa, si se considera que los los Estados Unidos, superando incluso a
criterios según los cuales los delincuentes los de Sudáfrica en la época del apartheid:
son juzgados como “peligrosos” dependen en término medio, hoy en día los Estados
de muchos factores, no siempre puramente Unidos encarcelan cinco veces más que los
“criminológicos”, sino también políticos países europeos. Si a la población carcelaria
y culturales. En otras palabras, cuando el se añaden todas aquellas personas que viven
“grado de tolerancia” hacia la conducta bajo alguna forma de control penal, el número
desviada es alto, sólo pocas personas serán llega a 6,5 millones (Oficina de Estadísticas
seleccionadas para la incapacitación; pero de Justicia, 2002).
en tiempos de “ley y orden” y “tolerancia Sería imposible explicar esta tendencia ob-
cero”, no es difícil prever que las categorías servando la actividad delictiva en los EE.UU..
de personas que se considera que deben ser De hecho, en los últimos cincuenta años las
encarceladas serán mucho más numerosas. tasas de delincuencia se mantuvieron estables,
Más aún si se considera que “los factores si se excluye el aumento de los delitos violen-
identificados por los estudios de reincidencia tos que tuvieron lugar en los años 80 debido,
son factores compartidos por muchos de los principalmente, a la difusión de la cultura y el
desfavorecidos: privación socioeconómica; mercado del crack en los centros urbanos, en
pertenencia a una familia numerosa de bajos particular entre los jóvenes afroamericanos.
ingresos; desempleo periódico; hogares rotos Y desde principios de los años 90, estas tasas
y separación parental temprana; padres delin- están disminuyendo de manera constante para
cuentes, antisociales y alcohólicos” (Hudson, todas las principales categorías de delito, mien-
2001: 155). En otras palabras, el creciente tras que la población carcelaria sigue crecien-
ejército de los pobres y la “underclass” esta- do.10 Otro elemento importante a considerar
dounidenses se convirtió en el blanco de la es que en EE.UU. casi un millón de presos
“incapacitación selectiva”. –es decir, la mitad del total– están tras las

9
De acuerdo con la Oficina de Justicia (2002b), durante 10
De acuerdo con la Oficina de Justicia (2001), los
el período 1982-1999 los gastos en justicia crecieron delitos violentos se mantuvieron estables entre 1973
419% a nivel federal, 369% a nivel estatal y 310% a y 1983, aumentaron durante el período 1985-1993 y,
nivel de condado. finalmente, disminuyeron considerablemente entre 1993
Hacia una economía post-fordista del castigo: la nueva penología... 59

rejas por delitos no violentos: delitos contra la nable. Es cierto, afirma, que la opinión pública
propiedad o el orden público, delitos menores americana se ha vuelto más punitiva –al igual
vinculados con las drogas y, en el caso de los que en muchos otros países occidentales– pero
inmigrantes, violaciones de las estrictas leyes este aumento en la demanda de castigo no
de inmigración (Irwin, Schiraldi y Ziedenberg, afectó las opciones políticas y los discursos
2000).11 La imagen resultante de estos datos sobre el delito: por el contrario, fue producido
muestra claramente que el nuevo “gran encie- por ellos. En otras palabras, los medios de
rro” experimentado por los Estados Unidos está comunicación y el sistema político empujaron
vinculado a un cambio en las políticas de lucha a la opinión pública norteamericana hacia una
contra la delincuencia y, más generalmente, a actitud más punitiva, convirtiendo el delito
una transformación en la política de la desvia- en un gran problema (Beckett, 1997; Beckett
ción, más que a cualquier cambio significativo y Sasson, 2000). Es cierto, sin embargo, que
en el nivel de actividad delictiva. tal cambio –sintetizado por la transición de la
La explicación corriente del aumento de “guerra contra la pobreza” a la “guerra contra
las tasas de encarcelamiento en EE.UU. el crimen”– era más capaz de producirse y
sostiene que los políticos –desde Reagan a de tener éxito en los Estados Unidos que en
Clinton– sólo “reaccionaron” ante una cre- otros lugares.
ciente demanda pública de castigo, mediante Para explicar esta aparente singularidad
la introducción de nuevas medidas punitivas, del caso estadounidense nos apoyamos
la promoción de leyes duras y librando guerras en Jonathan Simon, quien sostiene que el
periódicas contra la delincuencia y las drogas. cambio estuvo facilitado por la condición
En otras palabras, el público –inseguro por un “monoproblemática” de la política americana.
verdadero aumento de la delincuencia y por la Basándose en la teoría de “riesgo y culpa” de
crisis de los valores tradicionales causada por Mary Douglas, Simon sugiere que la delin-
activistas de derechos civiles, movimientos cuencia se ha convertido en una oportunidad
feministas e ideologías anti-autoritarias– para el despliegue de un discurso político
exigía sanciones más duras, mientras que el “de frontera”, en el que pueden emerger
sistema político se limitaba a satisfacer esta actitudes “sectarias”. La “transversalidad”
demanda. Y los resultados están ante nues- de la delincuencia abre la posibilidad de una
tros ojos: “la verdad en la condena”, “three retórica del “bien contra el mal”, por la cual
strikes and you’re out”, “ley Megan”, “penas el Estado puede presentarse a sí mismo como
mínimas obligatorias” y “régimen de condena el defensor de un “nosotros” no especificado
real de delitos”. contra cualquier “otro” conveniente. De
Katherine Beckett ha puesto de manifiesto esta manera, concluye Simon, una nueva
que esta versión de los hechos es muy cuestio- estrategia de gobierno ha surgido en EE.UU.,

y 2001. Véase también Tonry (2001). Debe señalarse que de los acontecimientos del 11 de septiembre) por un
la tendencia al encarcelamiento masivo en los EE.UU. aumento dramático en la población bajo la supervisión
parece haber disminuido desde el año 2000. En 2001, de la INS (Immigration and Nationalization Service).
la tasa anual de crecimiento de la población carcelaria 11
De acuerdo a estos autores, el 77% del crecimiento de
fue de 1,1% (el aumento más débil desde 1979). Sin la población carcelaria entre 1978 y 1996 correspondió
embargo, esto fue compensado por las altas tasas de a delincuentes no violentos.
crecimiento de la población carcelaria federal y (a raíz
60 Alessandro de Giorgi

una estrategia de “gobierno a través de la estas proporciones se invierten: los blancos


delincuencia”. El discurso mediático de la representan sólo el 30%, mientras que los
delincuencia como un importante problema afroamericanos ascienden aproximadamente
social que afecta a los ciudadanos honestos, al 60% del total. Si uno observa las tasas de
habilita la construcción social de algunas ca- encarcelamiento, lo que aparece es que mien-
tegorías de personas –los pobres, los jóvenes tras los blancos son encarcelados en una tasa de
afro-americanos, la “underclass”– como un 919/100.000, los negros tras las rejas son casi
“enemigo público” contra el cual una guerra 7000/100.000. Esto significa que la probabili-
debe ser librada. Y esta guerra –la guerra dad de que un negro (varón) vaya a la cárcel
contra la delincuencia– desempeña un papel durante su vida es más de siete veces superior
fundamental al legitimar, a los ojos del públi- a la de los blancos (Oficina de Estadísticas de
co, un Estado-nación deslegitimado (Simon, Justicia, 2001, 2002a; Wacquant, 1999): uno
2001; Caplow y Simon, 1999). de cada tres afroamericanos de entre 18 y 35
En otras palabras, la politización tuvo éxito años está en prisión o bajo alguna forma de
en dos sentidos: por un lado, le permitió al supervisión penal (Miller, 1996).
establishment estadounidense reafirmar su Estos datos siempre deben ser tomados en
poder “soberano”, construyendo así una nueva relación con aquellos relativos a la compo-
legitimación del Estado a través de una serie sición de clase y el nivel de educación de la
de “guerras” contra los enemigos internos (que población carcelaria. Como mencionamos
reemplazan a la caída Unión Soviética, que ya antes, la expansión del sistema penal ha
no se adapta a esta función). Por otra parte, a coincidido –con una sincronización casi per-
través de la representación de los pobres y de fecta– con una reducción sustancial del Estado
los marginales como la principal amenaza para de Bienestar. El aumento vertical en las tasas
el bienestar colectivo, la atención de la opinión de encarcelamiento se ha correspondido –en
pública podía desviarse de otras fuentes de el mismo período y con la misma intensidad–
inseguridad y miedo –las transformaciones con una reducción drástica de los recursos
económicas, el aumento del desempleo, el para las familias pobres, la asistencia social
aumento de la inseguridad laboral, etc.– y el seguro de desempleo. Por ejemplo, sólo
confirmando, de esta manera, su adhesión al en los años 1993-1998 se ha producido una
sistema político existente, dado que “el chivo disminución del 44% en el número de familias
expiatorio no sólo traspone la ansiedad que que reciben la “ayuda para familias con hijos
sienten muchos, sino que también permite dependientes” (AFDC), la principal subven-
fijar el valor de los objetos de acuerdo a la ción otorgada por el sistema de asistencia
amenaza que supuestamente está organizada social estadounidense. Un reciente estudio
contra ellos” (Vaughan, 2002: 207). realizado por Katherine Beckett y Bruce
Si nos fijamos en la composición étnica de Western demuestra que el incremento en el
las cárceles estadounidenses, nos damos cuenta grado de severidad penal (y por lo tanto en el
de que esta estrategia de exclusión selectiva ha tamaño de la población carcelaria) ha sido más
sido muy exitosa. Los afroamericanos repre- pronunciado en aquellos estados americanos
sentan el 12% de la población estadounidense, en los cuales la asistencia social se ha redu-
pero desde hace 10 años son la mayoría abso- cido más –como Texas, California, Luisiana
luta de la población carcelaria de los EE.UU.. y Arizona (Western y Beckett, 2001).
En 1950, ésta estaba compuesta por un 66% La lógica excluyente del “Estado penal”
de blancos y un 32% de negros. Hoy en día estadounidense es también confirmada por
Hacia una economía post-fordista del castigo: la nueva penología... 61

los efectos de los llamados “castigos invisi- cionadamente. Efectivamente, “el trece por
bles”, los cuales se incorporaron a la prisión ciento de los hombres afro-americanos –1,4
como instrumentos adicionales para privar millones– son privados de su derecho a votar,
a categorías enteras de la población de los lo que representa poco más de un tercio del to-
derechos civiles, sociales y políticos. Un tal de la población marginada” (Human Rights
ejemplo importante es representado por las Watch / The Sentencing Project, 1998:1). Y la
“leyes de privación de derechos por delito lógica de exclusión no se limita a los derechos
grave”: en EE.UU., cuarenta y seis estados políticos: se extiende también a la negación de
privan a delincuentes condenados del derecho provisión de vivienda y prestaciones sociales
a votar mientras están en prisión; treinta y dos a los que han sido inculpados por delitos de
estados extienden esta prohibición a aquellos drogas,12 así como a la prescripción de la pa-
que se encuentran en régimen de libertad tria potestad y a la inhabilitación profesional
condicional, catorce Estados lo hacen también (Travis, 2002).
con ex delincuentes, y diez estados privan a Teniendo en cuenta estos acontecimientos,
ex-delincuentes de este derecho de por vida, sería difícil argumentar que la rehabilitación,
excluyéndolos permanentemente de la esfera la reintegración y la inclusión de los desviados
política. Como resultado de estas disposicio- en el contrato social se encuentran entre los
nes, “[...] en EE.UU, una cifra estimada de objetivos de la penalidad contemporánea.13 Lo
3,9 millones de ciudadanos están privados que estas medidas punitivas parecen perseguir
de su derecho a votar, incluyendo a más de es la simple “exclusión” social de fracciones
un millón que han completado su condena” enteras de la población, reproduciendo un
(Human Rights Watch / The Sentencing ciclo de pobreza y marginalidad que permite
Project, 1998: 1). Sin embargo, el impacto la representación de aquellas como amenazas
de estas medidas no se distribuye por igual y como enemigos de la sociedad. El hecho
entre la población americana: una vez más, de que la absoluta mayoría de la población
la gente negra está representada despropor- carcelaria esté compuesta por pobres, desem-

12
De acuerdo con la “Ley de Reconciliación de Oportu- de «blanco»” (Melossi, 1998: xix). Más precisamente,
nidades Laborales y Responsabilidad Personal (PRWO- estamos totalmente de acuerdo con este autor cuando, en
RA)”, promulgada por el presidente Clinton en 1996, su análisis, se refiere al “nacimiento” de la prisión –y su
la cual “[...] impone una prohibición de por vida sobre desarrollo hasta la crisis de la sociedad industrial: como
la asignación de la Asistencia Temporal para Familias el mismo Melossi sugiere, éste es en realidad un aspecto
Necesitadas (TANF) en las personas con condenas por importante del proyecto disciplinario descrito por Michel
delito de drogas” (Rubinstein y Mukamal, 2002:41). Foucault. No estamos de acuerdo con esta perspectiva,
13
Tal como sugiere, por ejemplo, Darío Melossi cuando sin embargo, cuando se aplica al castigo contemporáneo:
siguiendo a Thomas Dumm argumenta que “[...] la nuestro punto de vista se basa en que el encarcelamiento
prisión y las otras “instituciones auxiliares” [...] pueden masivo y sus correspondientes “castigos invisibles” son
ser concebidas como máquinas para procesar a los que excluyentes, tanto en términos instrumentales como
no están “naturalmente” en el ámbito del contrato social, simbólicos. Instrumentalmente, por la reproducción
es decir, aquellos que históricamente han sido percibi- de la dinámica de exclusión de segmentos crecientes
dos como encarnaciones de la “otredad” (por supuesto de la fuerza de trabajo post-fordista; simbólicamente,
los delincuentes, pero también los proletarios y los reafirmando las jerarquías y las divisiones al interior
construidos socialmente como demasiado alejados del de la fuerza de trabajo, impidiendo así la formación de
modelo antropológico en el poder –un modelo masculino coaliciones políticas que cuestionen la legitimación del
y por lo general «blanco», sea cual sea el significado orden neoliberal contemporáneo.
62 Alessandro de Giorgi

pleados y trabajadores precarios no calificados Sin embargo, el mismo Wacquant advierte


no es ninguna novedad: de hecho, es un leit- que esta tendencia a la criminalización de la
motiv en la historia de la propia institución. La pobreza no se da sólo en los Estados Unidos,
prisión fue inventada para el confinamiento de dado que se está propagando un “sentido
estas categorías de personas, y sigue llevando común penal neoliberal” también por toda Eu-
a cabo su tarea –aunque de una forma más ropa. De hecho, podemos identificar algunos
excluyente. rasgos comunes entre los contextos americano
Sin embargo, lo que parece bastante nove- y europeo. En la última década, las tasas de
doso es la relación entre las políticas penales y encarcelamiento aumentaron un 43% en In-
sociales en la gestión de la pobreza y el control glaterra, el 39% en Francia, el 49% en Grecia;
de la fuerza de trabajo. La nueva “población 140% en Portugal (actualmente el Estado con
problemática” –el “excedente” de fuerza de las tasas más altas de Europa); 192% en Es-
trabajo producido por la economía posfordista– paña y 240% en los Países Bajos. Los únicos
se gestiona menos a través de los instrumentos países que presentan una ligera reducción en
de regulación “social” de la pobreza, y más a la población carcelaria son Alemania, Finlan-
través de las tecnologías penales. La conse- dia y Austria (Tournier, 1999; Kuhn, 2001).
cuencia es la transición del “Estado Social” Pero más que estos aspectos cuantitativos
al “Estado Penal”, a la cual Loïc Wacquant se –que al menos muestran que la tendencia al
refiere cuando define el “crecimiento irresis- encarcelamiento masivo no es exclusiva de los
tible del Estado Penal estadounidense” como Estados Unidos– lo que debe atraer nuestra
una estrategia para la “criminalización de la atención es la composición étnica y de clase
pobreza”, la cual es funcional a la “imposición de la población penitenciaria.
del trabajo asalariado precario y mal remune- Si la prisión americana se ve afectada por un
rado” (Wacquant, 1999). proceso de “ennegrecimiento” y “empobreci-
Sería difícil pensar que la experiencia de miento”, el mismo patrón se observa también
encarcelamiento masivo y exclusión social en las prisiones europeas. Por ejemplo, los
en EE.UU. se esté repitiendo de la misma inmigrantes están sensiblemente sobre-re-
manera en otras zonas del mundo y, en par- presentados en todos los sistemas penales. En
ticular, en Europa. Sabemos que la situación Italia, entre 1990 y 2000, el porcentaje de ex-
europea es diferente, y que en particular la tranjeros sobre el total de la población carce-
persistencia de un modelo “welfarista” de laria ha pasado del 15% al 30%: un porcentaje
regulación social ha impedido en cierta me- chocante, si se considera que representan sólo
dida la difusión de un modelo de “gobierno a el 2,5% de la población total (Palidda, 2001).
través de la delincuencia”. Si es cierto, como En Grecia, el 39% de los presos son inmigran-
sostienen Western y Beckett (opinión a la cual tes, un 34% en Alemania, 38% en Bélgica y
Wacquant adhiere), que en los Estados Unidos el 32% en los Países Bajos. Sin embargo, lo
la aparición de un modelo neoliberal contri- que es más importante es que la “detención”
buyó significativamente a una expansión de la de los inmigrantes no se limita al ámbito de
esfera penal como instrumento para el control las cárceles. De hecho, nuevas instituciones
de las contradicciones sociales, entonces po- para la reclusión de los “extranjeros ilegales”
demos afirmar que la limitada difusión de este se están construyendo en todo el territorio eu-
modelo en Europa ha impedido allí un pleno ropeo, impulsadas por la difusión de políticas
desarrollo de las nuevas estrategias penales anti-inmigración. Actualmente, a lo largo de
descritas más arriba. las fronteras exteriores de la Unión Europea
Hacia una economía post-fordista del castigo: la nueva penología... 63

se encuentran diseminados los “Centros de dad”. Por último, en Italia como en el resto
Detención de Inmigrantes”, cuya función es de Europa, el hiper-encarcelamiento de los
la de “detener” a los inmigrantes (en un medio extranjeros va sistemáticamente de la mano
ambiente muy similar a una prisión) en razón con la sobre-representación de los adictos a
de su situación administrativa de “irregulari- las drogas y los pobres.

Limitando riesgos

Aquí coincidimos con los estudiosos que, que la delincuencia tiende a ser considerada
a principios de 1990, plantearon la hipótesis –en el lenguaje técnico de los profesionales y
de que las políticas penales contemporáneas expertos– como un “hecho normal”, como un
–y en particular la experiencia estadounidense fenómeno social que no puede ser eliminado
del encarcelamiento masivo– siguen una (como se creía en la época del “progresismo
nueva racionalidad que está configurando el criminológico”); en segundo lugar, el hecho
ámbito de una “nueva penología” (Feeley y de que categorías enteras de personas, defi-
Simon, 1992, 1994; O'Malley, 1991, 1992). nidas por factores particulares como pobreza,
El leitmotiv de esta nueva racionalidad exclusión social, dependencia de la asisten-
es representado por el concepto de riesgo. cia social, origen étnico o nacionalidad, se
Cada vez más, las nuevas tecnologías de convierten en objetivos privilegiados de la
control social –y en particular, la cárcel post- política penal contemporánea –porque son
fordista– parecen estar desempeñando la socialmente percibidas como “peligrosas”
función de gestión de riesgos e inhabilitando y “amenazantes”. La hipótesis es que estas
a los grupos sociales que se consideren –por políticas no tratan a los miembros de estas
los medios de comunicación, los políticos, la categorías “mediocres” como “individuos”
opinión pública, y el propio sistema de justicia –desplegando estrategias “inclusivas” de
penal– como “productores de riesgo”. Ya no control social dirigidas a la eliminación de
más orientado a la neutralización de los fac- las “causas sociales” de la desviación–, sino
tores de riesgo a través de la incapacitación de como partes de “clases” más amplias a ser
los delincuentes peligrosos –como es el caso neutralizadas, incapacitadas y encerradas. En
de la “incapacitación selectiva”– el sistema este sentido, el uso recurrente de conceptos
se concentrará por lo tanto, en la “gestión como “underclass” en los discursos políticos
categorial” de una porción de riesgo que no (y criminológicos) tiene un significado pecu-
puede ser reducida. liar. Según Malcolm Feeley y Jonathan Simon
En este sentido, la racionalidad de control (1994: 192):
a la cual nos referimos ya no es disciplinaria
sino “actuarial”. No estamos sugiriendo La underclass es una población permanentemente
que los sistemas de justicia penal europeos disfuncional, sin alfabetización, sin habilidades y
y americanos estén adoptando tecnologías sin esperanza; un segmento de la sociedad auto-
estadísticas para gestionar a sus poblaciones perpetuado y patológico que no es integrable en el
desviadas. De hecho, la noción de “actuaria- conjunto mayor, y cuya cultura fomenta la violencia.
lismo” es utilizada aquí principalmente como La justicia actuarial lo llama a ser tratado como un
metáfora de dos tendencias recientes de la grupo de alto riesgo que debe ser gestionado para
política penal: en primer lugar, el hecho de la protección de la sociedad en general.
64 Alessandro de Giorgi

No es difícil encontrar evidencias de esta ticular, la libertad condicional en los Estados


transición hacia un modelo de control social Unidos– parecerían conducir a un modelo
basado en el riesgo: debe considerarse cuán actuarial. La rehabilitación, el apoyo, el ase-
discriminatoriamente se aplican en los Estados soramiento y la reducción de la reincidencia
Unidos14 algunas “criterios de condena” fede- ya no parecen representar los principales
rales o estatales, o cuán habitualmente algunas objetivos de la libertad condicional: quizá
categorías de personas –estereotipadas como estos ideales sobreviven como herramientas
peligrosas en el discurso público– obtienen retóricas en la mente de algunos profesio-
sanciones más severas por los mismos deli- nales bien intencionados, pero el modelo
tos. Otro ejemplo significativo lo constituye operativo concreto se ha desplazado hacia
la evolución de las políticas de análisis de un marco diferente. Ahora, la principal tarea
drogas en los Estados Unidos. Si hasta hace del oficial de libertad condicional es identi-
poco el uso de drogas exponía al individuo a ficar las categorías de personas que, dado
un tratamiento de rehabilitación, por lo que su “status” actuarial, son las más indicadas
la prioridad de los organismos de control de para la revocación de su libertad condicional:
drogas era identificar a los consumidores con tanto es así que “como fuentes de entrada a
el fin de planificar el programa más adecuado, la cárcel, la libertad condicional y la libertad
hoy la situación parece bastante diferente. Los vigilada han devenido casi tan importantes
tratamientos individuales han sido reempla- como el sistema judicial en sí mismo” (Ca-
zados gradualmente por pruebas aleatorias de plow y Simon, 1999, 102; Petersilia, 1999).
drogas: como consecuencia, el objetivo ya no Los indicadores del éxito y fracaso de los
se orienta a ofrecer programas de rehabilita- regímenes de libertad condicional han sido,
ción individuales, sino a identificar y aislar de esta manera, invertidos: el éxito ya no es
a toda una serie de categorías de usuarios de medido por el número de personas que no
drogas de la población general. Las pruebas vuelven a delinquir, sino (paradójicamente)
aleatorias de drogas ayudan a definir toda una por el número de personas que son encarce-
clase de sujetos y evitar los riesgos que se ladas, ya que esto confirma la exactitud de las
considera que representan para la comunidad predicciones de riesgo a ellas realizadas. En
–excluyéndolos del lugar de trabajo, el barrio, este sentido, la libertad condicional funciona
el gimnasio y otros lugares públicos (Simon, como un sistema de “gestión de residuos”.
1987; O'Malley y Mugford, 1991). Y los “residuos tóxicos” están representa-
Algunos acontecimientos recientes en el dos por las comunidades de la “underclass”
campo de las alternativas a la prisión –en par- (Simon, 1993).

14
Pensamos aquí en la Ley Antiabuso de Drogas misma droga: el crack es la versión pobre y “negra” de
de  1986, claramente una legislación “actuarial”. Esta la cocaína, mientras que el polvo es encontrado más a
ley castiga la posesión de cinco gramos o más de pasta menudo en los bolsillos de los blancos de clase media
base, con 5 a 20 años de prisión. Para obtener la mis- y alta clase. Evidentemente, los jóvenes afroamericanos
ma pena por posesión de cocaína en polvo, uno tiene son considerados una categoría peligrosa, y de acuerdo
que ser encontrado con 500 gramos. ¿Cómo puede a una racionalidad actuarial, deberían ser castigados
ser justificada tal desproporción? Sólo si se considera más severamente que sus blancos y menos peligrosos
quién es el poseedor promedio de cada variedad de la homólogos (Beckett y Sazón, 2000).
Hacia una economía post-fordista del castigo: la nueva penología... 65

Las mismas tendencias también pueden la producción artificial de clases y categorías


observarse en otros segmentos del sistema que son un “simulacro” de lo real. Los “
de justicia penal. Por ejemplo, para la li- inmigrantes ilegales”, los “afro-americanos
bertad condicional, el “modelo clínico” de del centro de las ciudades”, los “drogadictos”,
predicción de la peligrosidad - basado en el los “desempleados”: es hacia estas categorías
estudio de casos individuales, el análisis de ficticias que el control post-disciplinario –en
variables subjetivas y la reconstrucción de sus múltiples formas de exclusión– se ejerce.
“biografías” personales –está cada vez más Mientras que las tecnologías disciplinarias
siendo puesto en tela de juicio por la difusión definieron un conjunto de “laboratorios de
de los “modelos actuariales” para la evalua- poder”, en los cuales el desarrollo de estrate-
ción del riesgo categorial, que se “basa en el gias de control permitían la producción de un
análisis estadístico de los datos obtenidos de nuevo saber sobre el sujeto, el encarcelamien-
grupos de muestra de la población”15 (Kem- to masivo basado en el riesgo parece funcionar
shall, 1996: VI). Por otra parte, los signos de forma diferente. La difusión de una racion-
de una racionalidad de control orientada al alidad basada en los riesgos da nacimiento a
riesgo pueden ser detectados también en el un conjunto de prácticas cuyo objetivo es la
Sistema de Justicia Juvenil estadounidense desestructuración de los individuos; en otras
(Kempf-Leonard y Peterson, 2000). Pero no palabras, las tecnologías actuariales no sim-
es sólo en el universo de la penalidad donde plemente “representan” a los individuos: los
las racionalidades actuariales parecen preva- “producen” (Simon, 1987).
lecer por sobre las tecnologías orientadas En el ámbito de la justicia penal, la emer-
hacia el individuo: señales importantes vienen gencia de una lógica actuarial muestra la
también, por ejemplo, desde el campo de la difusión de una racionalidad de gestión:
psiquiatría (Castel, 1991). En otras palabras, una racionalidad “sistémica” basada en los
parece que las características individuales de principios de la economización de recursos,
los sujetos ya no son objeto del control social, la monetarización de riesgos, y en la relación
como sí lo serían los factores sociales que per- costo-eficacia (Taylor, 1999). Cabe señalar,
miten asignar algunos individuos a una clase sin embargo, que esta es una racionalidad
peligrosa en particular. Es decir, categorías económica totalmente post-fordista: externa
enteras de individuos prácticamente dejan de a la complejidad del mundo social e incapaz
cometer delitos, con el fin de convertirse en de producir un verdadero conocimiento acerca
delitos en sí mismos (Morris, 1999). de sus propios campos de aplicación, esta
Lo que estamos sugiriendo es que los indi- sustituye a la regulación disciplinaria de las
viduos concretos y la interacción social en la fuerzas sociales por un afán de reducir las
que participan tienden a ser sustituidos por potencialidades que ya no puede controlar.

15
Este autor sugiere que el “modelo actuarial” y el cabo entrevistas en profundidad destinadas a evaluar
“modelo clínico” pueden ser utilizados conjuntamente. clínicamente los patrones de conducta y las motiva-
Sin embargo, las predicciones actuariales deberían ciones” (Kemshall, 1996: 31). En otras palabras, el
siempre preceder a las evaluaciones individuales: “El derecho de una persona de ver su propia biografía se
personal necesitará aprender y aplicar los conocimientos tomará en consideración sólo después de que haya sido
actuariales de referencia apropiados antes de llevar a clasificada actuarialmente.
66 Alessandro de Giorgi

Creemos que es exactamente la creciente Lo que parece estar cambiando, sin em-
dificultad de separar a los desviados de bargo, es la forma en que la tecnología ac-
los trabajadores precarizados, a los sujetos tuarial se fusiona con las nuevas estrategias
delincuentes de los inmigrantes “ilegales”, de control social. Mientras que en su versión
al trabajador en negro del informal lo que welfarista, la racionalidad actuarial elabo-
promueve el reagrupamiento de todas las raba mecanismos de regulación basados en
“diversidades” humanas en las clases peli- la socialización de los riesgos colectivos,
grosas. En otras palabras, es como si la mejorando así unas interacciones sociales
dificultad de pensar la distinción tradicional basadas en la cooperación, la empatía y la
entre “clase peligrosa” y “clase trabajadora” solidaridad, las tecnologías de control con-
–como se puede deducir de las características temporáneas se mueven en dirección opuesta:
de los individuos– obligue a las instituciones éstas limitan, neutralizan y desestructuran
del control post-disciplinario a realizar esta aquellas formas de interacción social que
función a través de clasificaciones basadas son consideradas peligrosas. En conexión
en los riesgos. sistemática con una retórica política que
Como es bien sabido, la difusión de una promueve la percepción social del miedo,
lógica actuarial en las instituciones y las prác- la inseguridad, el riesgo y el peligro como
ticas de regulación social no es en absoluto causados siempre por “extraños”, las tec-
una novedad en la historia de las sociedades nologías actuariales desempeñan tanto el
occidentales: de hecho, el Estado de Bienestar papel instrumental de seleccionar una fuerza
puede ser descrito como un modelo de gobi- de trabajo excedentaria adecuada para su
erno que conectaba prácticas disciplinarias de encierro masivo, como el rol simbólico de
control de los individuos a sistemas actuariales, desestructuración de los límites sociales al
con el fin de socializar los riesgos que afectaban interior de la fuerza de trabajo post-fordista
a la población en su conjunto. En ese contexto, (O'Malley, 1992, 2001). El encarcelamiento
las tecnologías actuariales funcionaron como masivo, sostenido por una retórica política
instrumentos para la redistribución social de de guerra, invasión y asedio, contribuye a la
los riesgos producidos por la industrialización, representación pública del “excedente social”
el mercado de trabajo, las producciones pelig- como una nueva clase peligrosa y, por tanto,
rosas, factores contaminantes, etc.: se trataba a la de-socialización de la fuerza de trabajo
de un mecanismo socializado para resguardar post-fordista mediante la limitación a la for-
a los individuos de los riesgos producidos por mación de relaciones estables de cooperación
una sociedad compleja. En este sentido, esta al interior de la misma. Así pues, la empatía es
“versión social” de la tecnología actuarial era sustituída por lo que Pat O'Malley (2001) de-
parte de lo que Michel Foucault define como fine como el “nuevo prudencialismo”: un régi-
un modelo bio-político de gobierno: un “poder men de incertidumbre general que dificulta
sobre la vida”, cuyos símbolos visibles eran cualquier reconocimiento recíproco entre los
los sistemas de salud pública, los seguros so- individuos como partes de la misma fuerza
ciales, las legislaciones laborales, los sistemas de trabajo. Para dar un ejemplo: mediante la
de prestaciones por desempleo, etc. En todos representación de los inmigrantes como clase
estos casos, la racionalidad actuarial se articu- peligrosa y como enemigos de la sociedad,
laba con los dispositivos bio-políticos para la la clase dominante impide que los estratos
regulación de las poblaciones (Ewald, 1986, más bajos de la fuerza de trabajo nacional
1990, 1991). reconozcan en sus compañeros extranjeros
Hacia una economía post-fordista del castigo: la nueva penología... 67

un aliado para las luchas por las condiciones las inseguridades son cultivadas y enfocadas en
de trabajo, las prestaciones sociales, etc. Por personas desamparadas, para adquirir apoyo político
lo tanto, el “inmigrante” se convierte, o bien y para compensar la inseguridad endémica experi-
en un peligroso competidor en el mercado de mentada generalmente en la vida cotidiana (Ericson
trabajo –un trabajador “desesperado”– o bien y Carriere, 1994: 102-103).16
en un chivo expiatorio de las inseguridades y
los miedos –un “delincuente”. Como resultado de ello, la multiplicidad
El proceso de construcción de la “diversi- de diferencias, la mezcla de idiomas y la
dad” –de lugares, situaciones, personas y gru- irreductibilidad de experiencias que definen
pos sociales en su conjunto– como sinónimo la “condición posmoderna” son con éxito
de “peligrosidad”, define nuevas jerarquías representadas por el discurso público domi-
e impone nuevas distancias al interior de nante como fuentes de inseguridad, de pánico
la esfera social. De esta manera, las nuevas y de miedo a los “extraños” (Bauman, 2000).
“comunidades del miedo” sustituyen a otras La preservación del orden social contempo-
formas de auto-identificación comunitaria: ráneo, en este sentido, parece basarse en el
despliegue de estrategias de control capaces
Las amenazas y peligros, y los temores acerca de de desarticular todas aquellas formas de
ellos, son combatidos con la construcción de ene- socialización y cooperación social que había
migos adecuados, y con su consiguiente valoración promovido el sistema fordista de producción:
negativa, negación, evasión y exclusión. La solida- ahora aparecen como interacciones peligrosas
ridad se basa en la vivencia colectiva del miedo. En a ser evitadas y neutralizadas.
algunos casos, como en la guerra contra las drogas,

Observaciones finales

El objetivo de este trabajo ha sido sugerir afectando al capitalismo global, y que están
algunas posibilidades teóricas para una eco- conduciendo a las economías occidentales en
nomía política del castigo renovada. Nuestra particular hacia un modelo post-fordista de
hipótesis inicial fue que un enfoque mate- producción y de regulación social.
rialista del control social no puede pasar por La crisis de la economía industrial y la des-
alto las profundas transformaciones que están aparición de la fábrica taylorista como princi-

16
Gregg Barak lo describe de otra manera: “En la quien sugiere que –en nuestra “cultura de control”
televisión, por ejemplo [...] la clase obrera ha desapare- contemporánea–, el papel simbólico desempeñado tradi-
cido. Como resultado de ello, existen básicamente tres cionalmente por los “oprimidos” en la sociedad moderna
clases construidas por los medios de comunicación: las ha sido sustituido por el universal “víctima”. En otros
clases ricas, las clases medias, y las clases delincuentes” términos, la “víctimización”, más que la “opresión”, se
(Barak, 1994: 134). Sin embargo, el sentido no cambia: ha convertido en una base común para la identificación
el trabajo y la explotación, como fundamentos de la mutua y la solidaridad: sentimientos que encuentran
construcción de un sentido de pertenencia compartido, su expresión más coherente en las nuevas actitudes
se sustituyen por el miedo y la inseguridad. Este análisis punitivas (Garland, 2001, 200-201).
no está muy lejos del propuesto por David Garland,
68 Alessandro de Giorgi

pal lugar de producción –cuyo resultado es la de unos “otros peligrosos” a ser incapacitados
aparición de una fuerza de trabajo post-fordista y neutralizados– se erige como una estrategia
flexible, móvil, precaria y vulnerable– sugiere post-disciplinaria que se adecua, tanto instru-
que en la sociedad contemporánea las tecnolo- mental como simbólicamente, al sistema de
gías disciplinarias de control están perdiendo producción post-fordista. Instrumentalmente,
buena parte de su centralidad. Atrapados como porque mediante la exclusión de categorías
están en una economía flexible y desregu- enteras de individuos marginales contribuye
lada –constantemente en la frontera entre el a la reproducción de lo que Marx llamaba un
trabajo y la falta del mismo, las actividades “ejército de reserva” –inmigrantes crimina-
legales y las ilegales, los mercados formales lizados, pobres penalizados, desempleados
y los informales– los sujetos de la producción estigmatizados– socialmente percibido como
post-fordista parecen escapar a la lógica disci- un “enemigo” amenazante. Simbólicamente,
plinaria del control y el saber individualizado. porque representando a algunas categorías de
Por una parte, porque la lógica de flexibilidad individuos como “clases peligrosas” impide la
triunfante contradice explícitamente a las formación de límites sociales estables y, posi-
rigideces de la sociedad disciplinaria y, por blemente, la constitución de alianzas políticas
otra parte, porque cada vez parece más difícil al interior de la fuerza de trabajo contempo-
delimitar claramente las fronteras entre las ránea. Es aquí donde una economía política
clases “laboriosas” y las “peligrosas”, entre post-fordista del castigo debería desempeñar
“recursos” y “amenazas” –siendo los inmi- su papel fundamental, mediante la elaboración
grantes “ilegales” un claro ejemplo. teórica de “contra-estrategias” en oposición a
Nuestro punto de vista estriba en que la estas nuevas racionalidades de control, antes
“nueva penología” –como posible modelo glo- de que ellas se consoliden como un nuevo
bal de control basado en la construcción social “paradigma de la exclusión” global.

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