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Resonancia

I INRODUCCION
La resonancia es un fenómeno que se produce cuando un cuerpo capaz de vibrar es
sometido a la acción de una fuerza periódica con una frecuencia igual a la frecuencia natural
de oscilación del sistema. Este término puede referirse principalmente a fenómenos
acústicos, mecánicos, magnéticos, astronómicos o eléctricos. Utilizamos el término
Resonancia para referirnos a los fenómenos relacionados con la frecuencia (Movimientos
periódicos o casi periódicos) y su forma de interactuar reforzando o provocando una
frecuencia de oscilación. Una fuerza relativamente pequeña aplicada en forma repetida,
hace que una amplitud de un sistema oscilante se haga muy grande. En estas circunstancias
el cuerpo vibra, aumentando de forma progresiva la amplitud del movimiento tras cada una
de las actuaciones sucesivas de la fuerza.
Para poder hablar de resonancia, necesitamos un sistema que pueda vibrar. En cuerpos de
paredes delgadas y materiales rígidos, la vibración tiene un mayor periodo, pues los cuerpos
masivos o blandos tienden a amortiguar la vibración demasiado rápido. Los sistemas en los
que hay partes en movimiento también tienen resonancia, casi sin excepción.

Cuando un cuerpo que está vibrando se pone en contacto con otro, el segundo cuerpo se
ve forzado a vibrar con la misma frecuencia que el original. por ejemplo: en la comunicación
entre insectos como los mosquitos al sintonizarse la frecuencia del aleteo de las hembras
con las frecuencias naturales de las antenas de los machos. Durante la ocurrencia de un
sismo cuando la frecuencia de éste coincide con algunas de las frecuencias naturales de los
edificios. En la vibración de ventanas cuando las notas musicales coinciden con alguno de
los modos de vibración de éstas, en el diseño de los automóviles para evitar que las
frecuencias del motor provoquen indeseables vibraciones en sus partes, y en el cuerpo
humano sujeto a vibraciones en ciertas situaciones de la vida laboral.

II. LA RESONANCIA EN UN SISTEMA SENCILLO

Para ilustrar algunos de los aspectos más relevantes del fenómeno de la resonancia, es
conveniente desarrollar el análisis de un sistema sencillo como es el de una masa m ligada
a un resorte de constante elástica K, ya que este caso, pese a su sencillez ilustra
conceptos básicos del fenómeno que se presentan en casos más complejos.
Para describir la dinámica de una masa acoplada a un resorte se parte de la 2ª Ley de
Newton

d2 y
m dt2 = −ky. (1)

Se propone como solución para su posición en función del tiempo un movimiento armónico
simple

Y (t)=A cos(Wt) (2)


Al sustituir esta función en la ecuación 1 se tiene que la frecuencia angular con que en el
estado estacionario se moverá la masa es:
K
W0 = √m (3)

Es de hacer notar que la frecuencia angular no depende de la amplitud sino solo de la


constante K del resorte y de la masa, por tanto, este sistema tiene una sola frecuencia que
“adopta” en forma espontánea en cuanto se le deja oscilar libremente, por ello se le
denomina “frecuencia natural del sistema”.
Analicemos ahora el caso de un oscilador forzado, para ello se aplica sobre la masa otra
fuerza más la cual tendrá un carácter periódico con una amplitud F, frecuencia angular ω y
actuando en la dirección del eje del resorte, tal como se observa en la figura 1.

Si la fuerza externa periódica tiene la forma F = F cosωt ,entonces la fuerza total que actúa
sobre la masa m es
F = −Ky + F cosωt , (4)

Ahora la segunda ley de Newton toma la forma

d2 y
m dt2 = −Ky + F cosωt . (5)

Si al igual que el caso anterior se propone como solución de la anterior ecuación y =


Acosωt , con ω la frecuencia angular de la fuerza externa, al sustituir este valor de y, así
como de su segunda derivada respecto al tiempo se tiene que

− mAω2 cosωt = −KAcosωt + F cosωt , (6)

Y al despejar el valor A de la amplitud de la oscilación ésta tiene el valor


F
A = (k−mw2 ) (7)

Pero de acuerdo a (3), K=mω2 , así es que sustituyendo este valor en la anterior relación
se obtiene finalmente que
FF0
A = m(w2 −w 2)
(8)
0

El fenómeno de la resonancia requiere por tanto:


a) De un sistema elástico que presente frecuencias naturales de vibración,
b) De una fuerza externa de tipo periódico que actúe sobre el sistema elástico,
c) De una coincidencia entre ambos tipos de frecuencia.

¿Qué tan factible es que este tipo de condiciones se presenten en la vida real? La respuesta
a esta pregunta permitirá ver el campo de aplicación de este concepto así como su gran
capacidad explicativa para el entendimiento de una gran cantidad de fenómenos.
Se observa que cuando ω tiende a ωo, el valor absoluto de la amplitud A tiende a infinito.
En esta situación en que el sistema elástico tiende a oscilar con una máxima amplitud se
dice que el sistema entra en un estado de Resonancia.

III. LA PRESENCIA DE LAS FUERZAS OSCILANTES, LAS FRECUENCIAS


NATURALES Y LA RESONANCIA EN LA VIDA REAL

A. Fuerzas oscilantes
Pese a la apariencia de quietud del suelo que pisamos, de los edificios, de los puentes y de
muchas otras estructuras arquitectónicas que nos rodean, en realidad están en continuo
cambio y movimiento, y un tipo especial del movimiento es el debido a las fuerzas mecánicas
oscilantes, basta un pequeño repaso mental para enumerar una gran cantidad de ellas:
 Los diversos sonidos ambientales son vibraciones de tipo mecánico, ya que son las
variaciones periódicas de la presión del aire o de las cosas que nos rodean las que
generan los sonidos.
 Los edificios en que habitamos o en que trabajamos son estructuras elásticas que
permanentemente están vibrando debido al paso cercano de los automotores
pesados o a los mismos impulsos mecánicos producidos por quienes los habitan, al
caminar, al bailar, al mover muebles, etc.
 El suelo mismo en que nos movemos experimenta movimientos oscilatorios todos los
días, tal como nos lo indica el reporte diario del Servicio Sismológico Nacional,
simplemente que son de tan pequeña magnitud que en general no los alcanzamos a
percibir. Así, del 21 de febrero al 11 de marzo de 2009 se reportaron 93 eventos
sísmicos de magnitud mayor a 3 grados en la escala Richter, es decir, casi 3
movimientos oscilatorios del suelo por día.
 Las vibraciones que parten del motor de los automóviles someten a todas las partes
de un auto y a sus ocupantes a continuas oscilaciones mecánicas.
 El mundo laboral está lleno de máquinas de diferentes tamaños que van desde los
taladros de mano hasta máquinas más potentes que producen toda una variedad de
vibraciones mecánicas.
 Las mismas fuerzas gravitatorias oscilan, tal como lo muestra el fenómeno de las
mareas en que el nivel del mar sube y baja acompasado con el movimiento periódico
de la Luna.

B. Estructuras elásticas y frecuencias naturales


La elasticidad es la propiedad que tienen los cuerpos de deformarse bajo la acción de fuerzas
externas y de recuperar su forma una vez que desaparecen estas fuerzas; dentro de ciertos
rangos la deformación para todos los cuerpos es proporcional a la fuerza deformante
aplicada. Por tanto, antes de alcanzar otra vez su estado de equilibrio, los cuerpos
desarrollarán un cierto número de oscilaciones; y cada cuerpo, dependiendo de su forma,
de su masa, del material de que esté hecho, así como de las restricciones a que esté
sometido, oscilará con ciertas frecuencias propias a las que, como se ha indicado, se les
denomina frecuencias naturales.
Un sistema resorte masa tiene una sola frecuencia natural de vibración; una cuerda tensa
sujeta por sus dos extremos presenta una cantidad infinita de frecuencias naturales, todas
ellas múltiplos de una frecuencia básica; las placas de metal o de vidrio o las membranas de
cuero también presentan frecuencias naturales; si bien no todas ellas son múltiplos de una
frecuencia básica; estructuras como los puentes también presentan frecuencias naturales.

C. Diversos casos de resonancia


Si estamos en un mundo sometido continuamente a fuerzas oscilantes, y si además estamos
rodeados de estructuras elásticas tales como ventanas, puentes, edificios, etc., es factible
que en muchos casos la frecuencia de las fuerzas oscilantes coincida con alguna de las
frecuencias naturales de las estructuras elásticas provocando fenómenos de resonancia.

ATENCIÓN
Bajo ninguna circunstancia se debe operar una máquina a la frecuencia de resonancia. En
una máquina que produce un espectro ancho de energía de vibración, la resonancia se podrá
ver en el espectro, como un pico constante aunque varíe la velocidad de la máquina. El pico
puede ser agudo o puede ser ancho, dependiendo de la cantidad de amortiguación que
tenga la estructura en la frecuencia en cuestión.

Para determinar si una maquina tiene resonancias prominentes se puede llevar a cabo una
o varias pruebas con el fin de encontrarlas:
 La prueba del Impacto. Se pega a la máquina con una masa pesada, como una viga
de madera, de cuatro por cuatro, o el pie -con bota- de un jugador de futbol, mientras
que se graban los datos. Si hay una resonancia, la vibración de la máquina ocurrirá a
la frecuencia natural, mientras que ella se está extinguiendo.
 El arranque y rodamiento libre. Se prende y se apaga la máquina, mientras que se
graban datos de vibración y de tacómetro. La forma de onda de tiempo indicará un
máximo, cuando las RPM igualan las frecuencias naturales.
 La prueba de la velocidad variable: en una máquina cuya velocidad se puede variar
en un rango ancho, se varía la velocidad, mientras que se están grabando datos de
vibración y de tacómetro. La interpretación de los datos se hace como en la prueba
anterior.
La gráfica abajo muestra una curva de respuesta idealizada de resonancia mecánica. El
comportamiento de un sistema resonante, cuando se le somete a una fuerza externa, es
interesante y va un poco en contra la intuición. Depende mucho de la frecuencia de la fuerza
de excitación. Si la frecuencia forzada es más baja que la frecuencia natural, -en otras
palabras a la izquierda del pico, entonces el sistema se comporta como un resorte y el
desplazamiento está proporcional a la fuerza. El resorte de la combinación resorte-masa
hace el sistema resonante y está dominante al determinar la respuesta del sistema. En esta
área, controlada por el resorte, el sistema se comporta de acuerdo con nuestra intuición,
reaccionando con un movimiento más amplio cuando se le aplica una fuerza más grande, y
el movimiento está en fase con la fuerza.
En el área arriba de la frecuencia natural, la situación es diferente. Aquí la masa es el
elemento que controla. El sistema parece una masa a la que se le aplica una fuerza. Eso
quiere decir que la aceleración es proporcional a la fuerza aplicada y el desplazamiento es
relativamente constante con la frecuencia que cambia. El desplazamiento está fuera de fase
en esta área con la fuerza. Cuando se empuja al sistema, este se mueve hacia el que está
empujando y vice versa. A la resonancia misma, el sistema se comporta totalmente diferente
en presencia de una fuerza aplicada. Aquí, los elementos resorte y masa se cancelan el uno
al otro, y la fuerza solamente ve la amortiguación o la fricción en el sistema. Si el sistema
está ligeramente amortiguado es como si se empuja al aire. Cuando se le empuja, se aleja
de su propia voluntad. En consecuencia, no se puede aplicar mucha fuerza al sistema en la
frecuencia de resonancia, y si uno sigue intentándolo, la amplitud de la vibración se va a
incrementar hasta valores muy altos. Es la amortiguación lo que controla el movimiento de
un sistema resonante a su frecuencia natural.

Ejemplos de resonancias en máquinas son las llamadas frecuencias críticas de flechas


rotativas. El ángulo de fase entre la vibración de la fuente de excitación y la respuesta de la
estructura siempre es de 90 grados a la frecuencia natural. En el caso de rotores largos,
como en turbinas, las frecuencias naturales se llaman "frecuencias críticas" o "velocidades
críticas" y se debe cuidar que estas máquinas no operen a velocidades donde 1x o 2x
corresponde a esas frecuencias críticas.

Algunos buenos ejemplos de resonancia que podemos observar en la vida diaria se los
mostramos a continuación:

1)Cuando decenas o cientos de soldados marchan dando golpes rítmicos de frecuencia muy
constante en el piso, al cruzar sobre un puente, que como se ha señalado es una estructura
elástica con sus propias frecuencias naturales de vibración, en caso de que conserven su
marcha acompasada se corre el peligro de que su frecuencia de golpeteo –
aproximadamente de 1 Hz- coincida con alguna de las frecuencias naturales del puente; hay
que tomar en cuenta además que la fuerza del golpe colectivo puede alcanzar magnitudes
de decenas de miles de N, para evitar ese peligro es que a las formaciones de soldados se
les ordena romper la marcha cuando cruzan un puente, Como en El puente de Angers, que
fue un puente colgante (como los de San Francisco o el de las cadenas en Budapest) sobre
el rio Maine (un afluente del rio Loira) en la ciudad de Angers (Noroeste de Francia). El
puente es famoso por haber colapsado (se destruyo) el 15 de Abril de 1850 mientras 478
soldados franceses caminaban (en marcha militar) a través de él. 206 soldados murieron en
el río debajo del puente. El colapso se produjo debido a la marcha de los soldados. Al estar
los soldados marchando a la vez y de forma rítmica (periódica) las pequeñas vibraciones
producidos por ellos tenían una frecuencia que desgraciadamente fue similar a una de las
frecuencias naturales del puente, debido a esto estas pequeñas vibraciones hicieron al
puente entrar en resonancia. Desde entonces a los soldados se les ordena “romper el paso”
cuando cruzan los puentes a pie.

2) Es una experiencia común que cuando se escucha música dentro de un cuarto, algunas
veces al aparecer sonidos de frecuencia muy baja los vidrios de las ventanas empiezan a
vibrar violentamente. Esto ocurre, naturalmente, porque hay un fenómeno de resonancia, ya
que en tales casos la frecuencia de los sonidos graves coincide con alguna de las
frecuencias naturales de oscilación de los vidrios de las ventanas.

3) Los autos están hechos de muchas partes elásticas, como por ejemplo el volante, la
palanca de velocidades, los vidrios de las ventanas, etc.; de hecho, cuando al volante se le
da un golpe, se siente inmediatamente su vibración; pues bien, cuando el motor genera
vibraciones que coinciden con la frecuencia natural de vibración de algunas de estas partes
sucede el fenómeno de resonancia; es por ello que los diseñadores de las carrocerías deben
tener en cuenta que la potente fuente de vibraciones del motor no provoque la coincidencia
con las frecuencias naturales de los diversos componentes de los automotores.

4) El cuerpo humano está conformado con estructuras elásticas como son los huesos, y es
así que en el mundo de la medicina laboral se debe cuidar que la frecuencia de golpeteo de
máquinas como los taladros que rompen las capas de pavimento, no coincida con la
frecuencia natural de algunas de las partes de la estructura ósea. Cuando el cuerpo humano
está sometido a vibraciones de baja frecuencia, éste se mueve como un todo, pero a
frecuencias altas la respuesta del cuerpo es específica; así de 4 a 12 Hz las caderas y los
hombros comienzan a resonar, entre 20 y 30 Hz es el cráneo el que resuena, a frecuencias
más altas de 60 a 90 Hz son los globos oculares los que pueden entrar en resonancia.

5) Un caso muy conocido de resonancia es cuando un o una cantante dirigen su voz hacia
una copa de cristal; es aparente que la copa es una estructura elástica que vibra a
frecuencias claramente reconocibles por el oído humano, por tanto, el afinado oído de los
cantantes se entona con esos sonidos y lanza contra la copa un sonido potente de la misma
frecuencia, con ello se forman en la copa ondas estacionarias, y si la intensidad y la
frecuencia se mantienen el tiempo suficiente, se produce el fenómeno de resonancia hasta
que la copa a causa de sus intensas vibraciones se rompe.

Señal acústica producida por una copa

Frecuencia principal de la señal.

6) En el mundo animal se tienen también ejemplos muy hermosos de resonancia; por


ejemplo ¿cómo pueden los mosquitos machos detectar a los mosquitos hembras?, las
frecuencias de aleteo de los machos y las hembras son diferentes; los machos aletean a una
frecuencia aproximada de 500 Hz, mientras que las hembras lo hacen a una frecuencia
aproximada de 300 Hz; pues bien, se encuentra que las antenas de los machos tienen una
frecuencia natural de vibración muy cercana a los 300 Hz, por tanto, el aleteo de las hembras
provoca en ellos resonancia de sus antenas y es así como se efectúa el reconocimiento.
En el eje vertical se muestra la amplitud de oscilación de las antenas del mosquito macho, y
en el eje horizontal la frecuencia de oscilación a la que han sido sometidas. Se observa cómo
la frecuencia de aleteo de los mosquitos hembras (300 Hz), casi coincide con la frecuencia
natural de vibración de las antenas de los mosquitos macho.

7) Un ejemplo muy drástico de los efectos destructivos que pueden producirse en caso de
resonancia, se presenta cuando una ciudad es afectada por un sismo; la ciudad está llena
de estructuras elásticas de gran escala, tales como edificios y puentes; la frecuencia de los
sismos, es decir, la frecuencia con que se mueve el suelo, está ante todo en el rango de los
0.5 -2 Hz, son frecuencias relativamente bajas, pero las grandes masas de los edificios de
más de 5 pisos de altura por su propia inercia tienden a tener frecuencias bajas y propician
por tanto la ocurrencia del fenómeno de resonancia. En este caso la amplitud de las
oscilaciones mecánicas de los edificios tiende a crecer tanto en cada ciclo que pueden llegar
al punto de ruptura, tal como sucedió con muchos edificios en el gran terremoto de la ciudad
de México en 1985.

8) Cuando damos un empujón al columpio, éste va y viene, tardando un cierto tiempo en


cada oscilación. A ese tiempo se le llama el periodo de oscilación, y es el inverso (uno partido
por) de la frecuencia. Si empujamos el columpio al azar, con fuerza constante, a veces lo
empujaremos cuando esté viniendo hacia nosotros, con lo cual se detendrá casi por
completo, y otras veces lo empujaremos cuando esté empezando a alejarse de nosotros,
con lo que conseguiremos elevarlo más. Imaginemos ahora que empujamos el columpio con
exactamente su frecuencia natural de oscilación. Es decir, empujamos siempre en el mismo
momento, cuando empieza a alejarse de nosotros. Aunque usemos una fuerza no muy
grande, notaremos cómo cada vez el columpio se aleja más, y más, hasta que llegue casi a
superar la altura del poste donde está suspendido, momento en el que la cadena se doblará
y el columpio caerá sin ser sujetado por la cadena (pues ésta se ha doblado), sufriendo un
fuerte tirón repentino al volver a tensarse la cadena. ¿Quién no ha sufrido una experiencia
así cuando se impulsa cada vez más fuerte en un columpio? Lo que ha ocurrido es que a
base de meter energía en el sistema justo en su frecuencia de resonancia, lo hemos hecho
saltar.
9) Los barcos de gran tonelaje, La mayoría de sus motores trabajan a muy bajas
revoluciones por minuto. Uno cuya velocidad máxima de trabajo sea 120 r.p.m. puede entrar
en resonancia a 60 r.p.m. A esa velocidad la máquina comienza a vibrar bruscamente de
forma anormal haciéndose necesario sobrepasar dicho punto de inmediato. Es
imprescindible incrementar más las revoluciones por minuto del motor y dejar atrás ese punto
de resonancia cuanto antes para evitar un accidente o daño futuro.

10) Los que conducimos podemos constatar que, cuando los coches van envejeciendo,
aparecen vibraciones. Pero hay un tipo especial de vibraciones que seguro que todos
conocemos, aunque no nos hayamos parado a pensar mucho en ellas. En un auto viejo, por
ejemplo, cuando va acelerando, a aproximadamente 110 km/h aparece una vibración que
desaparece a aproximadamente los 120 km/h. Casi todos los coches semi-nuevos o viejos
comparten la aparición de vibraciones para un rango concreto de velocidades. Pues son
debidas a la resonancia. A esas velocidades la frecuencia de rotación de las ruedas (que
nunca están perfectamente equilibradas) se iguala con la frecuencia de vibración de los
amortiguadores y comenzamos a vibrar. Por suerte, los amortiguadores son estupendos
disipadores de energía, por lo que nunca llegamos a la zona catastrófica de la resonancia.
Pero ahí la tenemos.

11) Ahondando en lo anterior, todo neumático tiene un límite de velocidad impuesto por el
fabricante. Si miramos en las especificaciones, encontraremos que nuestro neumático
pertenece a una de las siguientes categorías:

Letra km/h

M 130

N 140

P 150

Q 160

R 170

S 180

T 190

U 200

H 210

V 240

W 270
Y 300

ZR 240

¿A qué se debe esto? Pues a la misma resonancia. Cuando un neumático gira, sufre un
“golpe” contra la carretera. El punto del golpe es el punto (o zona) de contacto del neumático
con la carretera. Ese “golpe” provoca la propagación de ondas de presión por el interior del
neumático. Por supuesto, si nos fijamos en la rueda cuando circulamos, el punto de
aplicación del golpe va variando de lugar; concretamente, va dando vueltas alrededor de la
rueda exactamente a la misma velocidad que la rueda gira. A cierta velocidad, las ondas de
presión alcanzarían el borde opuesto de la rueda justo cuando la rueda está apoyándose en
el suelo, y recibiendo más presión por ese lado también. Esto se denomina interferencia
constructiva (se juntan en el mismo punto dos máximos de presión y se suman), lo que puede
verse como una resonancia en el interior del neumático, y tendríamos un reventón
instantáneo por culpa de la sobrepresión. Pero no se preocupen, hay margen. Si su coche
no alcanza los 220 km/h no tienen nada que temer, estas cosas nunca se dejan al azar.

12) ¿No odian el sonido chirriante que hacen de vez en cuando las tizas contra la pizarra?
Hagan memoria: normalmente las tizas chirrían cuando son muy largas. Por ello, las
partimos para que dejen de hacer ese ruido. La causa está en la resonancia. La pizarra no
es una superficie lisa, como saben. Cuando deslizamos la tiza a una velocidad concreta por
la pizarra, la tiza va recibiendo “golpecillos” por parte de las irregularidades de la pizarra,
provocando ondas longitudinales en la tiza. Cuando las ondas hacen entrar a la tiza en
resonancia, se amplifican a lo enormemente y hacen que la tiza vibre mucho, provocando
ese infame y grimoso sonido. Como sabe bien cualquier músico, la frecuencia de vibración
de un cuerpo alargado es inversamente proporcional a su longitud, entre otras cosas. Así,
una cuerda larga de violín sonará más grave que una cuerda corta (o acortada por el dedo
del instrumentista). La frecuencia de resonancia de la tiza aumentará cuando la partamos,
pasando a los ultrasonidos, con lo que dejará de molestarnos. 13)
Otro ejemplo de resonancia la podemos encontrar al usar dos diapasones. Si golpeamos
uno de ellos vibrara, emitiendo una onda sonora a una determinada frecuencia (una nota).
Cuando su onda llegue al otro diapasón, transmitida por el aire, si el segundo diapasón emite
en la misma frecuencia, comenzara a oscilar produciendo la misma nota.
14) Otra causa que puede provocar resonancia es el viento. Y ésta es mucho más peligrosa.
Durante muchos años se puso como ejemplo de resonancia (Resonancia en puentes
colgantes) mecánica la caída del puente colgante de Tacoma Narrows, en el estado de
Washington.

El primer puente de Tacoma Narrows, era una estructura moderna e imponente con una
longitud total de 1600 metros, dos torres soporte de 129 metros de altura sostenían su
sección central separadas por una distancia de 853 metros. La construcción era uno de los
3 puentes colgantes de su categoría, más largos del mundo. Antes de Su desplome el 7 de
noviembre de 1940 (apenas 4 meses después de su inauguración), el puente se hizo famoso
al sufrir un fenómeno de resonancia y pronto fue rebautizado de forma coloquial a “Galloping
Gertie” (Quizás Leonard Coatsworth, un editor de Tacoma lo llamo Gertie como el
dinosaurio). El fenómeno de resonancia longitudinal, hacia que el puente se deformara en
esa dirección. Literalmente los coches galopaban sobre el asfalto como barquitos sobre las
olas del mar, se movían de arriba abajo. Inmediatamente los ingenieros intentaron solventar
el problema de oscilación del Puente de Tacoma Narrows. Se fabrico una maqueta a escala
tanto del puente como de una sección para su estudio en el túnel de viento. Después del
análisis en la universidad de Washington se llego a dos conclusiones para solventar la
oscilación.

-Perforar algunos agujeros en el lateral del puente sobre las vigas para que el flujo de aire
pudiera circular a través de ellos y reducir la fuerza de ascenso que ejercía sobre el puente.
-Darle una mejor aerodinámica a la sección transversal del puente por medio de deflectores
instalados en las vigas, a lo largo de la cubierta. Esta solución aerodinámica llego solo dos
días antes de su desplome, por lo que nunca se puso en práctica.
Realmente el puente no se desplomo por el efecto de una resonancia la cual se pensaba no
afectaría a la integridad estructural. El desplome de la estructura de Tacoma fue por causas
aeronáuticas no vistas en un puente hasta la fecha. Sometido a una torsión lateral de
izquierda a derecha por una acción llamada flameo. El puente no pudo aguantar la torsión y
se colapso.

El Flutter (flameo o aleteo) es una vibración que surge sola, cuando las fuerzas
aerodinámicas ejercidas sobre un objeto provocan un movimiento periódico natural. Este
movimiento se retroalimenta en condiciones positivas. Mas vibración mas movimiento y
carga aerodinámica, cuanto más carga aerodinámica mas movimiento y vibración. Es un
fenómeno que ocurre dentro de cualquier fluido. Aunque Afecta a muchas estructuras (como
los puentes), normalmente aparece en las alas de avión.

El desplome del puente de Tacoma Narrows hizo que cambiara la forma en la que se
construyen las estructuras. Desde entonces la concepción de proyectos tiene mucho más
en cuenta la forma en la que interactúan con la aerodinámica y la resonancia las estructuras
y la carga que soportan.

La investigación del desastre fue encargada a una comisión encabezada por el ingeniero
aeronáutico Theodore von Karman. Aunque parezca increíble, la teoría aceptada para
explicar este fenómeno atribuye la destrucción del puente a un viento moderado de 68 km/h
que soplaba transversalmente al mismo esa mañana.
Son remolinos provocados por una perturbación a un flujo uniforme. Los remolinos no eran
muy fuertes en sí pero, casualidad de las casualidades, coincidían en el momento justo con
uno de los modos propios de vibración del puente, lo empujaron como columpio, esto
muestra los resultados de una resonancia provocada por un fenómeno aerodinámico.

En 1911 Von Karman hizo un estudio de lo que pasaba detrás de un cuerpo sumergido en
una corriente. El estudio fue tan bueno que hoy conocemos como calles, remolinos o vórtices
de von Karman a lo que él descubrió. Esas calles, vórtices o remolinos (como más os guste)
son la razónpor las que ondean las banderas: Mira
lo que pueden provocar en el mar las corrientes siendo el obstáculo la isla mexicana de
Socorro. Las imágenes fueron tomadas por el Jet Propulsion Laboratory de NASA fundado
por el propio von Karman en 1944.

Aquí podemos observar que estos fenómenos se dan también a grandes escalas.

En conclusión, es evidente que un sistema mecánico el efecto de resonancia “colapsaría el


sistema”. En este sentido la resonancia mecánica, no es deseable por sus efectos.

IV. CONCLUSIONES
Es de hacer notar que la fórmula que usualmente se muestra en la que se observa que
cuando las frecuencias son iguales la amplitud de la oscilación tiende a infinito, o que
adquiere su máximo valor en el caso de que exista fricción, es para describir solamente el
estado estacionario, cuando esto es así y no se consideran las etapas transitorias a menudo
se puede crear la impresión de que este valor máximo de la amplitud se adquiere
instantáneamente; la observación experimental detallada del fenómeno, sin embargo, nos
muestra que el crecimiento es paulatino y que solo después de transcurridos un cierto
número de ciclos se alcanza el valor máximo de la amplitud, que por tanto, aún cuando se
exponga el sistema elástico a una fuerza periódica con una amplitud igual a la de la
resonancia, si esta exposición no es suficientemente duradera no se alcanzará la amplitud
máxima.

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