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Universalismo, particularismo y género.

Revisitando la Teoría “King Kong”1

Beatriz Garrido
F.F y L UNTucumán

Introducción
Virginie Despentes en Teoría King Kong, busca desmontar los ideales de feminidad y
masculinidad, atacando los tabúes del feminismo liberal: la violación, la prostitución y
la pornografía centrales en la construcción del discurso victimista de este feminismo, y
va a plantear el modelo de las chicas King Kong. Se ha señalado que el texto de
Despentes es polémico, habiendo sido considerado por algunxs como el manifiesto de
un nuevo feminismo y para otrxs, un ajuste de cuentas personal, una guerra civil entre
hombres y mujeres.
Teoriza sobre la sumisión femenina a lo largo de la historia, de las diferencias sexuales
que nos imponen desde que nacemos; de la obligación que las mujeres repriman su
masculinidad, así como los hombres deben reprimir su feminidad; de la violencia, del
sexo, de los tabúes y la mala prensa que giran en torno a la pornografía; de cómo
sobrevivir a un abuso, de la posibilidad de imponerse a todo; de la apariencia física y de
cómo también quieren imponernos eso . 2

Sánchez Bravo advierte que King Kong opera como una metáfora de una sexualidad
anterior a la distinción entre los géneros tal y como se impuso políticamente hacia
finales del siglo XIX. King Kong está más allá de la hembra y más allá del macho. Es la
bisagra entre el hombre y el animal, entre el adulto y el animal, entre el bueno y el malo,
lo primitivo y lo civilizado, el blanco y el negro. Híbrido, anterior a la obligación de lo
binario.
Desde los aportes de Despentes, las tesis en torno a qué es lo naturalmente femenino y
qué es lo naturalmente masculino pierden -literalmente- su valor y son denunciadas
como instrumentos de represión social, política y económica. (Ignacio G. Barbero). La
autora critica el eurocentrismo y el orden capitalista de la sociedad occidental.

Sobre Despentes
Escribo desde las feas, para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal
cogidas, las incogibles, las histéricas, las chifladas, todas las excluidas de la gran feria
1
Utilicé dos traducciones de la obra: TEORÍA KIG KONG. 2009. Traducida por Beatriz Preciado.
Editorial Melusina. Barcelona y TEORÍA KING KONG. 2012. Traducido del francés por Marlène
Bondil. Relectura por Pablo Cesar. Editorial El Asunto. Buenos Aires.
2
http://elmardeletras.blogspot.com.ar/2012/06/teoria-king-kong-virginie-despentes.html
de las que están buenas. Y empiezo por ahí para que las cosas sean claras: no me
disculpo de nada, no me vengo a quejar. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque
ser Virginie Despentes me parece que es un negocio mucho más interesante de llevar
que cualquier otro.

Virginie Despentes es una escritora francesa, reconocida como la diva destroy punk de
las letras francesas. Tuvo varias ocupaciones, fue vendedora de discos, trabajadora
temporaria en un peep-show y ex prostituta, entre otras. Es autora de la controvertida y
censurada película Viólame (1998) y de libros como Perras sabias (1998) Lo bueno de
verdad (2001, Premio de Flore) y Teoría King Kong (2007), entre otros, en los que las
intérpretes ocupan lugares adjudicados tradicionalmente a los varones: sangre, sexo
y rock-and-roll.
Henri Belin y Susana Arbizu (2008) señalan que su frescura es semejante a un balón de
oxígeno que refresca el pensamiento feminista al marcar un itinerario “que se abre a
otras corrientes, no tan blancas, no tan burguesas, posicionadas en y desde la
marginalidad, donde las excluidas entre las excluidas y las parias entre las parias osan
tomar la palabra. Virginie “osa” también hablar de pornografía y de prostitución,
haciéndose preguntas justas, paseándose por su biografía para descansar en una
reflexión más amplia que lo puramente individual; reflexión ambiciosa que cuestiona la
emancipación masculina, la hipocresía de los mass-media, el paternalismo de estado, los
géneros, las condiciones de trabajo de las prostitutas o de las actrices porno, entre otras,
de las que nadie, nunca, osa decir nada”.

La autora explica en una entrevista las motivaciones para escribir Teoría King Kong:
La decisión de escribir Teoria King Kong, en mi país de origen, es ante todo una
invitación a leer lo que se ha escrito pero que está todavía sin traducir: me refiero a
Sprinkle, Paglia, Carole Queen, Pheterson, etc. Pero el deseo de escribir este libro surge
de muchos lugares diferentes: nace también de la historia de la película Viólame y de las
entrevistas que nos hicieron después de su estreno y en las que hubo que “teorizar” mucho
acerca de la violación, la pornografía, la violencia… Yo no tengo formación universitaria
y la teoría no era algo a lo que estuviera acostumbrada pero tuvimos que formular sobre
la marcha algunos conceptos, explicando a posteriori lo que habíamos intentado hacer al
realizar esta película3.

Este libro trata de una teoría encarnada por Despentes misma, que se personifica en esta
“proletaria de la feminidad”, educada en el punk-rock. La autora habla de ella y de su
recorrido vital, de su “ser mujer” y de las lecturas que la han marcado, y del impacto
3
TEORÍA KING KONG. Entrevista con Virginie Despentes. 14//03/2008 - Escrita por Henri Belin/ y Susana Arbizu .
Disponible en Internet: http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/7170
que tuvo en su vida la vivencia de la violación como el riesgo necesario a asumir en el
recorrido de la mujer contemporánea emancipada . 4

El punk-rock es un ejercicio para reventar los códigos establecidos, particularmente acerca


de los géneros. Aunque más no sea porque uno se aleja, físicamente, de los criterios de
belleza clásica.

La autora afirma que el punk ha sido realmente su formación de base, y de hecho sigue
viendo el mundo a través de un prisma muy punk. El “no futur” es un concepto más
realista que nunca. No respetar el reconocimiento, no respetar lo que es honorable, es
una fuerza en un mundo donde la confusión alcanza el nivel que hoy se conoce.
También piensa que el punk es una buena escuela porque se aprende muy pronto a no
hacer lo que le gusta a la familia, a decepcionar a los profesores y a no escuchar a los
educadores. Cuando se es joven, piensa que está mal pero que lo hace de todos
modos porque es más divertido, y al envejecer, se puede dar cuenta de que eso te ha
salvado.

…la escritura no es liberadora y menos aún terapéutica. Pero funciona como si pusieras las
cosas en orden y les dieras forma, es decir, como una lucha contra el caos. Escribir, es pasar
forzosamente del caos al orden, incluso para mí que escribo dándome golpes un
poco contra todo. Pero el hecho de escribir sobre la violación, por ejemplo, no me parece
que sea nada terapéutico o algo que pueda aliviar. Al contrario, es
realmente como abrirse las tripas. Hay una mística en todo ello, creo que ha habido libros de
otros que me han ayudado mucho. Por eso creo que los míos pueden acompañar a los
demás. Es ciertamente lo mismo que creer en Dios: debe haber una recompensa, pero no la
tendremos en este mundo. Sin embargo el hecho de creer en ello es una fuerza en sí misma.

Pablo Cesario en el Prólogo de la edición traducida por Marlène Bondil (Relectura por
Pablo Cesario) señala que el tipo de lenguaje y estilos utilizados por la autora son de lo
más heterogéneos y pueden ser ubicados dentro de un arco que se tiende desde
metáforas llenas de lirismo, hasta imágenes truculentas escritas en el argot más
descarnado pasando por pasajes argumentativos plagados de conceptos de los campos
más variados (el derecho, el psicoanálisis, la filosofía, la antropología, etc.). Por otra
parte, su particular forma de usar la puntuación, por momentos, rayana en lo arbitrario,
obliga a una lectura “rítmica” que imprime a la lectura una particular dinámica, sin
recaer en la excentricidad vanguardista y sin llegar a la fatiga de quien lee . 5

4
Ibid
5
TEORÍA KING KONG. 2012. Prólogo
Traducido del francés por Marlène Bondil. Relectura por Pablo Cesar. Editorial El Asunto. Buenos Aires.
La glorificación de la maternidad. Poder sospechoso
La maternidad se volvió el aspecto más glorificado de la condición femenina. También es,
en Occidente, el ámbito en el que el poder de la mujer más se acrecentó… La mamá sabe lo
que está bueno para su hijo, nos lo repiten en todos los tonos, llevaría intrínsecamente en
ella ese poder asombroso. Réplica doméstica de lo que se organiza en lo colectivo: el Estado
cada vez más vigilante sabe mejor que nosotros lo que debemos comer, beber, fumar,
ingerir, lo que estamos aptos para ver, leer, entender, cómo tenemos que desplazarnos,
gastar nuestro dinero, distraernos… Un Estado que se proyecta como una madre
todopoderosa es un Estado fascistoide… El ciudadano de una dictadura vuelve al estadio de
bebé: le pone los pañales, le da de comer, y lo mantiene en la cuna una fuerza omnipresente,
que sabe todo, que puede todo, que tiene todos los derechos sobre él, por su propio bien. Le
quita al individuo su autonomía, su facultad de equivocarse, de ponerse en peligro. Nuestra
sociedad tiende a eso…

Despentes argumenta que cuando el inconsciente colectivo, a través de las herramientas


de poder como los medios y la industria del entretenimiento, sobrevalora la maternidad
no es por amor a lo femenino, ni por benevolencia global. La madre investida de todas
las virtudes, significa que se prepara al cuerpo colectivo para una regresión fascista. El
poder otorgado por un Estado enfermo es necesariamente sospechoso.
La autora menciona que es común escuchar a los hombres lamentarse de que la
emancipación feminista los desviriliza y añoran los tiempos cuando su fuerza se
arraigaba en la opresión de las mujeres. “Olvidan -dice Despentes-, que esta ventaja
política que les era dada siempre tuvo un costo: los cuerpos de las mujeres sólo les
pertenecen a los hombres a cambio de que los cuerpos de los hombres le pertenezcan a
la producción, en tiempos de paz, al Estado, en tiempos de guerra. La confiscación del
cuerpo de las mujeres se produce al mismo tiempo que se produce la confiscación del
cuerpo de los hombres. Los únicos ganadores en este asunto son unos pocos dirigentes”.

Los hombres denuncian con virulencia injusticias sociales o raciales, pero se muestran
indulgentes y comprensivos cuando se trata de dominación machista. Muchos son los que
quieren explicar que la lucha feminista es secundaria, un deporte de ricos, sin pertinencia
ni emergencia. Hay que ser cretino, o desagradablemente deshonesto, para encontrar una
opresión insoportable y la otra llena de poesía. De la misma manera, a las mujeres les
convendría pensar mejor las ventajas del acceso de los hombres a una paternidad activa,
antes que aprovecharse del poder que se les otorga políticamente, vía la exaltación del
instinto maternal

En realidad, en la sociedad liberal, el varón es un simple consumidor como cualquier


otro y no es deseable que tenga más poder que una mujer. La autonomía de los seres
humanos está cuestionada.
Para la autora glorificar la maternidad exaltando la feminidad, por una parte y sostener
la virilidad tradicional, por otra, suponen empresas mutiladoras instrumentadas por el
capitalismo que nos termina sometiendo a todxs por igual.

Comprender los mecanismos que nos han hecho inferiores y los modos a través de los
cuales nos hemos convertido en nuestros mejores vigilantes, es entender los mecanismos
de control de toda la población.

La violación
Auto con tres tipos, blancos, típicos habitantes de los suburbios de la época, birras, porros,
hablan de Renaud, el cantante… Llevamos más de una hora hablando con ellos, sólo tienen
pinta de ser unos pajeros, divertidos, para nada agresivos. Desde aquel entonces, esa
cercanía quedó entre las cosas indelebles: cuerpos de hombres en un lugar cerrado en el que
estamos encerradas, con ellos, pero no iguales a ellos. Nunca iguales, con nuestros cuerpos
de mujeres… Somos del sexo del miedo, de la humillación, el sexo extranjero. Sobre esta
exclusión de nuestros cuerpos se construyen las virilidades, su famosa solidaridad
masculina, es en esos momentos que se conforma. Un pacto fundado en nuestra
inferioridad… Porque tenemos polleras cortas, una con el pelo verde, la otra naranja,
necesariamente «cogemos como perras», entonces lo que está ocurriendo no es del todo una
violación… Me imagino que, desde aquel día, ninguno de estos tres tipos se identifica como
violador. Porque lo que hicieron, ellos, es otra cosa. De a tres con un rifle contra dos chicas
que golpearon hasta hacerlas sangrar: eso no es violación. Prueba de ello: si realmente no
hubiésemos querido que nos violaran, hubiésemos preferido morir, o hubiésemos logrado
matarlos. Desde el punto de vista de los agresores -de alguna forma se las arreglan para
creerlo- aquellas a quienes les pasa, mientras salgan con vida de ello, es que no les
disgustaba tanto…

Despentes narra así su propia experiencia al ser violada y cómo guardó silencio en
principio. Una violación nunca es consentida. La mujer es obligada por la fuerza. La
autora narra como la lectura de Paglia la interpeló: «Es un riesgo inevitable, es un
riesgo que las mujeres tienen que tomar en cuenta y aceptar correr si quieren salir de
sus casas y circular libremente. Si te pasa, parate, dust yourself y superalo. Y si te da
demasiado miedo, quédate en lo de mamá y ocúpate de hacerte la manicura».
Dice la autora: Paglia nos permitía imaginarnos como guerreras, ya no responsables
personalmente de lo que bien se habían buscado, sino víctimas ordinarias de lo que hay
que esperar sobrellevar si una es mujer y se quiere aventurar afuera. Era la primera en
sacar la violación de la pesadilla absoluta, de lo no dicho, de lo que sobre todo no debe
pasar nunca. La convertía en una circunstancia política, algo que había que aprender a
bancarse. Paglia cambiaba todo: ya no se trataba de negar, ni de sucumbir, se trataba de
vivir con.
Para Despentes, la violación es un programa político preciso: esqueleto del capitalismo,
es la representación cruda y directa del ejercicio del poder. Designa a un dominante y
organiza las leyes del juego para permitirle ejercer su poder sin restricción. Robar,
arrancar, arrebatar, imponer, que su voluntad se ejerza sin trabas y que goce de su
brutalidad, sin que el bando adverso pueda manifestar resistencia. El goce de la
anulación del otro, de su palabra, de su voluntad, de su integridad. La violación, es la
guerra civil, la organización política por la cual un sexo le declara al otro: tomo todos
tus derechos, te obligo a sentirte inferior, culpable y degradada. La violación, es lo
propio del hombre, no son la guerra, la caza, el deseo crudo, la violencia o la barbarie,
sino realmente la violación, de la que las mujeres -hasta ahora- no se han reapropiado.
La mística masculina debe ser construida como peligrosa, criminal, incontrolable por
naturaleza. Por ello debe ser vigilada por la ley, gobernada por el grupo. Detrás del velo
del control de la sexualidad femenina aparece el objetivo principal de lo político: formar
el carácter viril como asocial, pulsional, brutal. La violación es el medio para afirmar el
deseo del hombre que es más fuerte que él, que no puede dominar. Todavía se escucha:
«gracias a las putas, hay menos violaciones», como si los varones no se pudieran
contener y se tuvieran que descargar de cualquier manera. Creencia política construida y
no evidencia natural -pulsional- que quieren que creamos. Si la testosterona los
convirtiera en animales con pulsiones indomables, matarían tan fácilmente como violan.
Y está lejos de ser el caso. Los discursos sobre la cuestión de lo masculino están
recubiertos con residuos de oscurantismos. La violación, el acto condenado del que no
se debe hablar, sintetiza un conjunto de creencias fundamentales acerca de la virilidad.

Del miedo a la muerte, me acuerdo con precisión. Esta sensación blanca, una eternidad, no
ser más nada, no ser más nada ya. Se asemeja más a un trauma de guerra que al trauma de
violación… Es la posibilidad de la muerte, la proximidad de la muerte, la sumisión al odio
deshumanizado de los demás lo que vuelve aquella noche indeleble. Para mí, la violación,
antes que nada, tiene una particularidad: es obsesiva. Ahí vuelvo, todo el tiempo.

La prostitución

Si he practicado ese oficio durante un tiempo era porque me resultaba fácil. Más
transparente que otros trabajos que he podido tener. Todo intercambio físico deja una huella
emocional, sí, pero no siempre negativa. No digo que todas las mujeres puedan hacerlo.
Digo que, para algunas, es un trabajo como cualquier otro, incluso más interesante que otro.
No vivimos en un mundo donde todo el mundo esté feliz con pagar su hipoteca 6

6
Teoría King Kong, el regreso de Virginie Despentes. Entrevista. Disponible en Internet:
http://ptqkblogzine.blogia.com/2008/011001-teoria-king-kong-el-regreso-de-virginie-despentes.php
Relata la época de su vida como prostituta. Una buena época, por lo que critica a quien
desde posiciones feministas piensan que todas las prostitutas son víctimas conscientes o
inconscientes. "No hay diferencia entre sexo pagado e interesado y es borrosa entre
prostitución y seducción".

A la gente le gusta poner cara de incrédula cuando les dices que has trabajado como
puta, pero es lo mismo que para la violación: una hipocresía mayúscula. Si un censo
fuera posible, nos quedaríamos estupefactos al conocer el verdadero número de
chicas que ya les vendieron sexo a desconocidos. Hipócritamente, porque en nuestra
cultura, de la seducción a la prostitución el límite es borroso, y en el fondo todos
somos conscientes de ello.

La autora señala que la prostitución fue una etapa crucial de reconstrucción después de
la violación. Una empresa de indemnización, dinero sobre dinero, de lo que le había
sido sustraído por la fuerza. Lo que podía vender, lo había conservado intacto. Si lo
vendía diez veces seguidas, quería decir que no se desgastaba por el uso. “Este sexo me
pertenecía a mí, no perdía valor a medida que lo utilizaba, y podía ser rentable. De
nuevo, estaba en una situación de ultra feminidad, pero esta vez sacaba un beneficio
neto”.
Sigo sin ver la diferencia, entre la prostitución y el trabajo asalariado legal, entre la
prostitución y la seducción femenina, entre el sexo tarifado y el sexo interesado, entre lo
que conocí aquellos años y lo que vi los años siguientes. Lo que las mujeres hacen con su
cuerpo, desde el momento en que hay hombres que tienen poder y dinero, me pareció muy
parecido… Entre la feminidad como la venden en las revistas y la de la puta, el matiz
siempre se me escapa. Y, aunque no especifican sus tarifas, tengo la impresión de haber
conocido a muchas putas, desde aquel entonces. Muchas mujeres a las que el sexo no les
interesa pero que saben sacar provecho de él. Que se acuestan con hombres viejos, feos,
aburridos, deprimentes … pero poderosos socialmente. Que se casan con ellos y pelean para
obtener todo el dinero posible en el momento del divorcio. Que ven normal ser mantenidas,
llevadas de viaje, consentidas. Que incluso lo ven como un logro. Es triste escuchar a
mujeres hablar de amor como de un contrato económico implícito. Esperar de los hombres
que paguen para tener sexo con ellas. Me parece tan tétrico para ellas, que renuncian a su
independencia -por lo menos la puta, una vez el cliente satisfecho, puede ir a dar una vuelta
tranquila-… Es mi lado clase media, hay evidencias que me cuesta tragar, y siempre carezco
de sutileza. Pero si tuviese que darle un consejo a una chica, le diría que guardara su
independencia, y que si quiere sacar provecho de sus encantos en lugar de casarse, parir y
dejar que un tipo al que no soporta y que no la lleva de viaje le ponga un cerrojo.

Para Despentes dentro de la moral imperante, en este caso la moral de mujeres casadas,
divorciadas, que reciben una pensión, "…ninguna mujer debe sacar beneficios sexuales
fuera del matrimonio". Con esta táctica se atrae, se obliga, a que el hombre tampoco
salga de la célula familiar.
A ellos también los traen de vuelta al matrimonio…: todos en casa. También es una forma
de hacerles acordar que su sexualidad es necesariamente monstruosa, hace víctimas,
destruye vidas. Porque la sexualidad masculina debe seguir criminalizada, peligrosa,
asocial y amenazadora. No es una verdad en sí, es una construcción cultural. Cuando les
impiden a las putas trabajar en condiciones decentes, evidentemente se ataca a las mujeres,
pero también se controla la sexualidad de los hombres. Que echar un polvo tranquilos
cuando se les da la gana no sea demasiado agradable y fácil. Que su sexualidad siga siendo
un problema. Doble apremio, ahí también: dentro de la ciudad todas las imágenes excitan el
deseo, pero el alivio debe seguir siendo problemático, culpabilizante. La decisión política
que consiste en victimizar a las prostitutas también cumple esta función: estigmatizar el
deseo masculino, confinarlo en su ignominia. Que acabe pagando si quiere, pero entonces
que se confronte con la podredumbre, la vergüenza, la miseria.

La dicotomía madre-puta está dibujada de manera artificial sobre el cuerpo de las


mujeres, tipo mapa de África, sin tomar en cuenta las realidades del terreno, sino sólo
los intereses de los colonizadores. No procede de un proceso «natural», sino de una
voluntad política. Las mujeres son condenadas a estar escindidas entre dos opciones
incompatibles. Y los hombres son acorralados frente a otra dicotomía: lo que hace que
se les ponga dura debe seguir siendo un problema. Sobre todo, que no haya
reconciliación, es un imperativo. Porque lo hombres tienen esta cosa muy particular, el
tender a despreciar lo que desean, y también el despreciarse por la manifestación física
de este deseo. En desacuerdo fundamental con ellos mismos, se les pone dura con lo que
les da vergüenza. Al deportar la prostitución de calle, la que ofrece el alivio más rápido,
el cuerpo social complica el alivio de los hombres.
Remarca la importancia de las lecturas realizadas durante esta etapa de su vida, de las
feministas pro sex como Jane Almodovar o Carol Queen en vez de las feministas
conservadoras pro - censorship (no prostitución, no pornografía...).

…cuando afirman que la prostitución es una «violencia hacia las mujeres», nos quieren
hacer olvidar que el matrimonio es una violencia hacia las mujeres así como, en general, las
cosas tales como las aguantamos. A las que se las cogen gratis tienen que seguir escuchando
que les digan que hacen la única elección posible, sino ¿cómo manejarlas? La sexualidad
masculina en sí no constituye una violencia hacia las mujeres, si dan su consentimiento y
son bien remuneradas. Lo violento es el control ejercido sobre nosotras, esta facultad de
decidir en nuestro lugar lo que es digno y lo que no lo es.

King Kong

King Kong funciona aquí como la metáfora de una sexualidad anterior a la distinción de los
géneros tal como se impuso políticamente alrededor de fines del siglo XIX. King Kong está
más allá de la hembra y más allá del macho. Es la bisagra, entre el hombre y el animal, el
adulto y el niño, el bueno y el malo, el primitivo y el civilizado, el blanco y el negro.
Híbrido, antes de la obligación de lo binario. La isla de esta película es la posibilidad de una
forma de sexualidad polimorfa e híper potente. Lo que el cine quiere capturar, exhibir,
desnaturalizar y luego exterminar. Cuando el hombre viene a buscarla, la mujer duda en
seguirle. El quiere salvarla, llevarla a la ciudad, a la heterosexualidad hipernormativa.

King Kong está más allá de la hembra y más allá del macho. Es la bisagra entre el
hombre y el animal, entre el adulto y el animal, entre el bueno y el malo, lo primitivo y
lo civilizado, el blanco y el negro. “Híbrido, anterior a la obligación de lo binario”.
La escritora no cree en la feminidad ni en la masculinidad; para ella consisten en
grandes invenciones que nos catalogan, que nos reducen, que merman la capacidad de
los individuos para crear su propia personalidad7.

En una entrevista Despentes señala que el discurso feminista francés ha estado


confiscado, desde los años 70, por blancas burguesas heterosexuales procedentes de
culturas religiosas. Considera que ellas pusieron mucho empeño en apartar del
feminismo a todas aquellas que no eran lo bastante correctas, pues estaban muy
interesadas en entenderse con los hombres dirigentes, que fueran maridos o colegas de
trabajo. También hubo una reacción extremadamente fuerte por parte de los
intelectuales franceses hombres, para ridiculizar el feminismo y minimizar su interés.
Una reacción a la que se dio por otra parte mucho bombo tanto en la prensa como en la
televisión. El feminismo francés se quedó en un estado medio moribundo, nada
excitante para la gente de su generación, defendido por mujeres demasiado dignas y
honestas. No ha habido un equivalente a la “Sex War” americana en la que los discursos
pudieron confrontarse y precisarse . 8

Plantea una exploración radical del feminismo y del papel de las mujeres en la sociedad
occidental en torno a cuestiones como la violación, las mujeres objeto, el matrimonio y
la prostitución o el modelo de las chicas King Kong

El porno según el feminismo clásico es también enemigo de la mujer porque la reduce a


un objeto. La opinión de Despentes es diferente. Cree que se ataca al porno porque
ayuda a que la sexualidad no de miedo, porque ofrece sexo en un espacio de seguridad.
De todos modos, el porno actual no de su agrado: son miradas y deseos de hombre en
cuerpos de mujer. El varón medio se identifica con la actriz porno, en el fondo “ellos

7
http://zgrados.com/2014/04/02/la-mujer-que-no-queria-ser-una-dama/
8
http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/7170
quieren verse follando entre ellos, mirarse las pollas los unos a los otros, empalmarse
juntos, diremos que tienen ganas de metérsela entre ellos por el culo. Diremos que de lo
que tienen ganas, realmente, es de follar entre ellos. A los hombres les gustan los
hombres. Nos explican todo el rato cuánto les gustan las mujeres, pero todas sabemos
que no son más que palabras. Se quieren entre hombres. Se follan unos a otros a través
de las mujeres, muchos de ellos piensan en sus amigos mientras la meten en un coño”.9

El feminismo es una aventura colectiva para las mujeres pero también para los hombres y
para todos los demás…No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a las
adquisiciones de los hombres, sino de desbaratarlo todo-

Virginie Despentes dice si hubiera nacido hombre no estaría contento. Sorprende ver la
cantidad de hombres que dan la impresión de vivir aferrados de ese modo a su argolla
de masculinidad. Se trata en todo caso de una amputación emocional brutal,
constante y de lo más exigente. “Creo que asistimos en directo al hundimiento de la
“norma heterosexual”, y que sería urgente acompañarlo de discursos innovadores sobre
la masculinidad. Si nos imaginamos que las cosas van a seguir veinte años más, tal y
como están, creo que asistiremos a una verdadera explosión de los géneros y de las
convenciones culturales y políticas que nos constriñen desde hace siglos.
El problema es que la guerra siempre ha servido para eso, regularmente: para volver a
poner los contadores a cero, eliminar las brechas ideológicas previas y llevar a las
naciones a un estado de estupor y de ruinas. Desgraciadamente, es probable que la
guerra intervenga todavía en nuestras historias, y que esto a lo que asistimos, lo paren y
lo borren de las memorias. De ahí la importancia, me parece a mí, de publicar las cosas,
y de difundirlas con el mayor eco posible, de que queden algunas huellas de lo que
estamos viviendo” 10
.

King Kong es una dura crítica al capitalismo:

Cuando el mundo capitalista se derrumba y ya no puede satisfacer las necesidades de los


hombres, ya no hay trabajo, ya no hay dignidad en el trabajo, sinrazón y crueldad de los
apremios económicos, vejaciones administrativas, humillaciones burocráticas, certeza de ser
estafado en cuanto se quiere comprar algo, otra vez nos tienen por responsables. Nuestra
liberación es lo que los hace infelices. El culpable no es el sistema político implementado,
es la emancipación de las mujeres.

9
E UGENIO SÁNC HE Z B RAVO . Virginie Despentes: Teoría King Kong. 1 3 MAY O , 20 10
10
Ibid
El capitalismo, señala Despentes, es una religión que impone a mujeres y vrones a
renunciar a sus cuerpos para mantenerlos sometidos. Ellas son adiestradas para la
producción de esclavos y ellos para sacrificarlo todo en el trabajo o la guerra. “Si no
evolucionamos hacia una revolución de los géneros estamos abocados al fascismo”.
Ignacio G. Barbero señala que leyendo a la escritora, pensadora y cineasta
francesa Virginie Despentes, las tesis en torno a qué es lo naturalmente femenino y qué
es lo naturalmente masculino pierden -literalmente- su valor y son denunciadas como
instrumentos de represión social, política y económica.

El feminismo es una revolución, no un reordenamiento de las consignas marquetineras, no


una vaga promoción de la felación o de los swingers, no sólo se trata de mejorar los sueldos
complementarios. El feminismo es una aventura colectiva, para las mujeres, para los
hombres, y para los demás. Una revolución, ya en marcha. Una visión del mundo, una
elección. No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a las pequeñas
conquistas de los hombres, sino de mandar todo bien a la mierda.

Se ha señalado con acierto que esta proposición final sobre el feminismo como aventura
colectiva para todxs, hace de esta Teoría King Kong un grito no sólo necesario, sino
sobre todo liberador y revolucionario.

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