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Fundamentación

Este trabajo forma parte de una línea de investigación Dificultades del aprendizaje
en el proceso lecto- escritor en estudiantes con TEL Expresivo y los factores
lingüísticos en la pragmática. El propósito es investigar los factores que
obstaculizan el aprendizaje de la lectoescritura en los alumnos con TEL
EXPRESIVOS.

La Pragmática durante los primeros 5 años de vida, tanto las lingüísticas sufren
cambios drásticos y rápidos, y es por ello que en la literatura aparecen distintas
formas de concebir la direccionalidad e intensidad de su relación (ver revisión en
Milligan, Astington y Dack, 2007 y en castellano, Resches, Serrat, Rostán y
Esteban, in press). Por otro lado, la competencia pragmática en el desarrollo de
todas las características de las lenguas naturales, las habilidades pragmáticas son
las que más superponen sus efectos sobre las de tipo mentalista (Harris, de
Rosnay y Pons, 2005). Por otra parte, Harris et al. (2005) encontraron que los
rasgos pragmáticos (ej. enunciación de perspectivas individuales) fueron el
mecanismo que más ayudó a los niños y niñas a comprender los estados
mentales algunos autores aportaron evidencias de que las capacidades
lingüísticas contempladas en conjunto han resultado tener mayor influencia en el
pensamiento explícito sobre estados mentales, que contempladas de forma
aislada (Cheung, Hsuan- Chih, Creed, Ng, Wang y Mo, 2004; Farrar y Maag, 2002;
Slade y Ruffman, 2005).

Los niños y niñas con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), vayan a tener más
obstáculos para construir conceptos mentalistas a causa de sus pobres
habilidades semánticas y gramaticales. No obstante, aquellos sujetos que,
además, presenten menores habilidades pragmáticas dentro de esta población (ej.
problemas para realizar inferencias verbales), al tener un acceso más restringido
al contexto, se beneficiarán en menor medida de los intercambios
conversacionales.

Los déficits pragmáticos de los niños y niñas con TEL quedan manifiestos en
situaciones comunicativas. Bishop (1997) expone que la comunicación oral está
relacionada tanto con las capacidades lingüísticas receptivas (decodificar el habla,
reconocer palabras, interpretar o recordar una secuencia) y expresivas
(seleccionar el mensaje apropiado, trasladar una idea a una frase o cambiar las
formas de las palabras), como con la habilidad para integrar las palabras con el
contexto y descubrir las intenciones de los hablantes. Además, la comunicación
oral también está relacionada con las habilidades de procesamiento de la
información, necesarias para dar explicaciones adecuadas sobre conductas, iniciar
y planear interacciones, o negociar competentemente con los interlocutores
(Marton, Abramoff y Rosenzweig, 2005).

Dada la existencia de cierta inhabilidad conversacional en el TEL, en la literatura


aparecen distintos intentos por describir a un subgrupo de sujetos que manifiestan
problemas acentuados en el ámbito comunicativo, caracterizados por dar
respuestas poco contingentes, inmaduras o pragmáticamente inadecuadas a un
interlocutor y/o a una situación (Bishop y Adams, 1989; Rapin y Allen, 1983).

La enseñanza inicial del lector-escritura, los conceptos y las definiciones de sí


mismas. Se centran en el aprendizaje según el contexto. Por otro lado, se
recomienda los procesos indicados para la adquisición del conocimiento de los
signos, símbolos, representaciones mentales entre otros que permiten una
viabilidad efectiva del aprender y enseñar la lectura y escritura. Con este tema se
pretende promover la comprensión de la relación cercana existente entre aprender
a hablar y aprender a leer, su importancia en el desarrollo intelectual del niño, de
los mecanismos de aprendizaje implicados y de los factores externos que influyen
en esto, y de los signos que pueden indicar una discapacidad de aprendizaje.

Las habilidades del lenguaje pragmático incluyen comportamientos tales como


conversaciones y otros tipos de comunicación en que los individuos hablan por
turnos, haciendo un buen uso de los gestos y manteniendo contacto visual con el
otro. Al igual que estos aspectos específicos del lenguaje y la comunicación, los
niños deben ser capaces de expresar tanto sus pensamientos (lenguaje
expresivo), como de comprender los de otros (lenguaje receptivo), en situaciones
sociales y de aprendizaje.

Cuando los niños tienen dificultades para comprender a los demás y para
expresarse ellos mismos, no sorprende que esto sea seguido de problemas
psicosociales y de adaptación emocional. Por otra parte, una proporción
relativamente alta de niños en edad escolar que presentan trastornos, con
frecuencia tienen problemas con el lenguaje y la comunicación.

El uso apropiado, da lugar a los aspectos pragmáticos del mismo. Como podemos
observar la afectación del lenguaje puede cubrir un amplio espectro que va desde
la limitación del vocabulario (stock verbal), dificultades en la expresión, dificultades
en la compresión y, por último, las dificultades pragmáticas (fluencia verbal
normal, dificultades a la hora de seguir la comunicación de los demás, inferencias
incorrectas, respuestas inapropiadas socialmente, para-respuestas, interpretación
excesivamente literal).

La pragmática se refiere al uso del lenguaje en un contexto determinado. Parece


que los niños con TEL no usan apropiadamente las herramientas comunicativas y
fallan en los intercambios comunicativos debido a la falta de dominio del léxico
(vocabulario) y la morfosintaxis. En situaciones de intercambio conversacional con
los adultos, parece que los niños con TEL inician menos temas y les cuesta
mantener el tema de conversación. Tienen dificultades para: resolver problemas o
situaciones utilizando sólo producción verbal, en la participación conversacional
y/o en la regulación de su propio discurso, en la regulación del contexto
comunicativo y en las habilidades implicadas en la generación y el mantenimiento
de los intercambios comunicativos.
Desde hace varios años los docentes perciben que año tras año, los chicos llegan
con mayores dificultades en el aprendizaje y comprensión de la lectura, como así
también en la escritura.

EL ámbito educativo en carácter mundial padece grandes problemas las diferentes


partes que esto implica;

Si hablamos a nivel de toda América latina podemos enfocarnos en nuestro país,


que ha presentado en mucho tiempo atrás problemas de lectoescritura en los
educandos a pesar de la serie de cambios y acontecimientos. Lamentablemente,
en nuestro país contamos con docentes que no quieren hacer uso de métodos
para que lleguen a la enseñanza de los estudiantes.

En Chile estas actividades y valores, están enmarcadas en nuestro currículo


básico nacional, que nos conduce al gran desarrollo integral del educando. Este
problema radica que muchos planteles carecen de programa de lectura y escritura
y de docentes poco capacitados, a esta área académica de gran importancia.

El lenguaje es el sistema a través del cual nos comunicamos y expresamos


nuestras ideas y sentimientos, ya sea por medio del habla, la escritura u otros
signos convencionales.

Según el famoso lingüista suizo Saussure, “el lenguaje, por un lado es lengua
pero, por otro también es habla”. Es un sistema de signos, una estructura formal
con unas unidades y unas reglas y, a la vez es el uso que se hace de ese sistema
fundamentalmente para comunicarse. El lenguaje es la función y uso individual
que se hace; por lo tanto, es una actividad y comportamiento individual. Por lo que
podemos decir que lengua y habla son dos realidades distintas pero inseparables
que van unidas por la interacción que supone una actividad individual y una
utilización del sistema. De hecho se puede decir que la interacción es el
fundamento principal del desarrollo humano.

La Dra. y profesora Libby Kumin, experta mundial en el habla y el lenguaje, en su


libro“Habilidades tempranas de comunicación” nos habla para que la
comunicación con otras personas se realice y usemos nuestro lenguaje de forma
correcta, disponemos de una habilidad llamada pragmática. Gracias a ella
podemos comunicarnos de una forma u otra dependiendo de cada situación.

El desarrollo pragmático se inicia desde el nacimiento, pero es desde la segunda


mitad del primer año que los niños empiezan a ejercer mayor control sobre sus
interacciones con el adulto. Aprenden a comunicar sus intenciones con más
claridad y eficacia, aunque la forma básica para esta comunicación se realiza
principalmente con el gesto. Entre los 8 y 9 meses, los niños empiezan a
desarrollar la intencionalidad comunicativa y a mostrar capacidad para compartir
objetivos con los demás (Owens, 2003). Estas señales comunicativas reflejan la
motivación y la meta que pretende conseguir el niño al comunicarse con el otro, y
se denominan funciones comunicativas.
Sin embargo existen muchas dificultades para que los niños adquieran esta
habilidad de manera natural. Los trastornos pragmáticos representan un aspecto
aún no muy conocido de la patología del lenguaje y de la comunicación. No
obstante, afectan a un número importante de niños que presentan trastorno
generalizado del desarrollo, un trastorno pragmático del lenguaje (o trastorno
Semántico-Pragmático ) o enfermedades neurológicas. (El cole de Celia y Pepe,
fundación querer 28 de abril del 2017).

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