Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Para empezar, es primordial tener el conocimiento de qué es una norma, según Franco
Loor, “Norma es toda regulación de conductas humanas en relación con la
convivencia”; de la misma manera, hay que tener en cuenta la estructura de una
norma, ésta la describe Norberto Bobbio en su obra “Teoría General del Derecho”, en
donde puntualiza qué, la estructura lingüística de una norma puede ser llenada con
diversos contenidos, entre ellos: descriptivo, valorativo y prescriptivo.
Si leemos a Kelsen, notaremos que para dicho autor existen dos tipos de normas, la norma
primaria y la norma secundaria, las mismas que conceptualiza como:
Otro autor importante en este campo es Jiménez de Asúa, quien denomina a que “la ley
penal atribuye al Estado un derecho subjetivo que le autoriza a castigar. En tal caso la
violación de la norma lleva aparejada una sanción penal y constituye ya una infracción
punible”. Por eso, al decir de Jiménez de Asúa, Binding ha escrito: la norma crea lo
antijurídico, la ley crea el delito. O dicho más exactamente: la norma valora, la ley
describe. Es ésta la que atribuye al Estado el poder coercitivo.
Siguiendo el lineamiento de las normas jurídico-penales, Mir Piug también hace una
división de las mismas, siendo esta en normas jurídico-penales primarias y normas
jurídico-penales secundarias.
Según Mir Piug, las normas jurídico-penales primarias son las que tiene su función
específica en mandatos dirigidos al juez, es decir son normas jurídicas que obligan al juez
a imponer una pena, mismas que pueden ser pecuniarias o privativas de libertad, teniendo
una función represiva, de compensación del mal causado.
Mientras que las normas jurídico-penales secundarias son las que se dirigen al
ciudadano, como forma de prevención (intimidación para posibles delincuentes futuros),
prohibiendo la comisión del delito.
En definitiva, las normas penales participan de la misma estructura que las normas de las
restantes ramas del ordenamiento jurídico, es decir, a la realización de un “supuesto de
hecho “unen una “consecuencia jurídica”. La diferencia de la norma penal con las normas
de otros ámbitos del ordenamiento jurídico debe ser buscada en el contenido material de
sus elementos, esto es, en el contenido material del supuesto de hecho, que en este caso
es el delito, y en el de las consecuencias jurídicas, pena y medidas de seguridad
(BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE y otros: Lecciones de Derecho Penal. Parte General)
Polaino Navarrete, asevera que “la norma jurídico- penal se traduce, de forma más o
menos exacta, en la descripción del tipo legal. Pero éste, el tipo, en sí mismo considerado,
carece de una función tutelar, retributiva, motivadora e intimidatorio. El cumplimiento de
tales funciones no corresponde al tipo, sino a la norma (v. gr. no matar), que se exterioriza
a través del tipo (el concreto delito que incrimina la acción de matar: tipo de homicidio o de
asesinato)”.
Cuando se trata de las normas jurídico-penales, hay que observar y analizar la función
de éstas dentro del marco del Derecho, para esto, es importante saber que cuando se
trata de Derecho Penal, la cuestión es en torno a la cuestión acerca de lo que el
legislador puede y debe prohibir a sus ciudadanos bajo la amenaza de una pena.
Para Polaino Navarrete, las funciones del Derecho penal en el Estado social y
democrático de Derecho son:
De la misma manera, según Franco Loor, considera a la función del Derecho Penal
multivaria o multifacética, ya que éste, sin descuidar de su misión de control social y
de aseguramiento de la sociedad, pone las penas y medidas de seguridad a los
infractores y delincuentes inimputables, según el caso; eminentemente su función
primordial es la de protección de los bienes jurídicos fundamentales, en el
marco de la normatividad garantista constitucional y legal, lo que significa
penalización para los delincuentes, guardándose para éstos sus derechos
fundamentales, el debido proceso procedimental, la tutela jurídica efectiva que
garantizan la seguridad jurídica y la paz social en el marco de lo que dictaminan
los principios constitucionales. Esa es la función plena del Derecho penal, sus otras
subfunciones: la de prevenir delitos, su función ética social, su función simbólica, son
parte de un engranaje cuya esencia es la de cuidar, proteger, tutelar y vigilar los
bienes jurídicos, y su transgresión hace viabilizar u operar la ley penal. No hay otro
camino. El carácter represor del Derecho penal es una realidad en cualquier sistema
sociopolítico del mundo y su abolición es una quimera que la humanidad no desea.
Resumen realizado a partir del articulo jurídico del Dr. Eduardo Franco Loor sobre Las
Normas Jurídico Penales.