Accreted oceanic terranes in Ecuador: southern edge of the Caribbean Plate?

ETIENNE JAILLARD*, HENRIETTE LAPIERRE†, MARTHA ORDOÑEZ, JORGE TORO ÁLAVA,

ANDREA AMÓRTEGUI & JÉRÉMIE VANMELLE

IRD-LMTG, Observatoire Midi-Pyrénées, 14 av. Edouard Belin, 31400 Toulouse, France 2LGCA, Maison
des Ge ´osciences, BP 53, 38041 Grenoble Cedex 09, France 3Petroproducción, CIG-Guayaquil, km 6,5 vía a
la Costa, Guayaquil, Ecuador Petroproducción, CIG-Quito, av. 6 de Diciembre y G. Cañero, PO Box, 17-01-
1006, Quito, Ecuador †Deceased January 2006

*Corresponding author (e-mail: Etienne.Jaillard@ujf-grenoble.fr)

Resumen: La parte oeste de Ecuador está formada por varios terraplenes oceánicos, que comprenden dos
mesetas oceánicas, de principios (c. 120 Ma) y del Cretácico tardío (c. 90 Ma), respectivamente. La meseta
oceánica más antigua se acumuló al margen andino en el Campaniense tardío (alrededor de 75 Ma). Los
fragmentos de la meseta turoniano-coniaciana se acumularon al margen ecuatoriano en el Maastrichtiense
tardío (c. 68 Ma, terreno Guaranda) y el Paleoceno tardío (c.58 Ma, terreno Piñón Naranjal). El terreno de
Guaranda recibió ya sea sedimentos oceánicos de grano fino de la edad de Coniacian-Maastrichtiense, o suites
volcánicas de arco insular / back-arc de la edad media Campaniense-Maastrichtiense Medio. El terreno Piñón
-Naranjal registró una historia comparable, completada en el Maastrichtiense-Paleoceno, ya sea por los chefs
pelágicos, o por los productos del arco de la isla (arco de Macuchi). La meseta del Cretácico superior de
Ecuador se interpreta como parte de la meseta oceánica del Caribe (COP), porque sus evoluciones son
comparables. Si es así, el COP no fue formado por el punto de acceso de Galápagos, sino en la placa oceánica
de Farallo, al sur de Ecuador y cerca del margen sudamericano. El COP perteneció a la placa de Farallón,
hasta que una zona de subducción separó ambas placas en el Campaniano medio, dando paso a un arco de isla
Mid Campanian-Mid Maastrichtian bien desarrollado. La acreción en el Maastrichtiense tardío desencadenó
un cambio en el sistema de subducción y el desarrollo de un nuevo sistema de arco de la edad del
Maastrichtiense tardío-Paleoceno tardío, que cruzó el límite de la placa Sudamérica-COP. La última acreción
ocurrió en el Paleoceno superior.

Aunque los Andes de América del Sur forman un
cinturón montañoso continuo y son el resultado de
procesos relacionados con la subducción oceánica,
la evolución geológica varía latitudinalmente a lo
largo de la cadena. Los Andes del norte difieren de
los Andes centrales, por la falta de manifestaciones
de subducción oceánica entre los últimos tiempos
Jurásico y Eoceno (c.140-40 Ma), y por la
presencia de material magmático de origen
oceánico en su parte occidental (Gansser 1973;
Goossens & Rose 1973). Estas unidades oceánicas
constituyen en la actualidad la Cordillera Costera y
Occidental de Ecuador y Colombia y están
separadas del margen continental por depresiones
(valle interandino de Ecuador), usualmente llenas
de depósitos Cenozoicos a Recientes, que
oscurecen sus relaciones geométricas con el
margen andino (Figura 1). Este material oceánico
es ampliamente aceptado como representativo de
los suelos oceánicos del Cretácico, acrecidos al
margen continental andino en los últimos tiempos
del cretácico y Eoceno (por ejemplo, Feininger y
Bristow 1980, Lebrat y otros 1987, Reynaud y
otros 1999, Kerr y otros 2002, Jaillard y otros
2004, Luzieux y otros 2006). Las primeras obras
petrográficas y geoquímicas en el sótano
magmático del oeste de Ecuador permitieron el
reconocimiento de basaltos oceánicos en el suelo,
y basaltos y andesitas de arco insular (Kehrer y
Van Der Kaaden 1979; Eguérez 1986; Lebrat y
otros 1987; Wallrabe-Adams 1990). . Del mismo
modo, los primeros trabajadores propusieron que
las acreciones ocurrían en el Campaniano, el
Paleoceno y el Eoceno (Feininger y Bristow 1980,
Lebrat y otros 1987, Daly 1989, Bourgois y otros

From:JAMES, K. H., LORENTE, M. A. & PINDELL, J. L. (eds) The Origin and Evolution of the Caribbean Plate. Geological Society,
London, Special Publications, 328, 469–485. DOI: 10.1144/SP328.19 0305-8719/09/$15.00 # The Geological Society of London
2009.
 E. JAILLARD ET AL

Fig. 1. Geological map of western Ecuador (simplified from Litherland et al. 1994; McCourt et al. 1998; Hughes et al. 1998;
Boland et al. 2000; Kerr et al. 2002).
1990). Más recientemente, el estudio geológico
detallado (McCourt et al., 1998; Hughes et al.,
1998; Boland et al., 2000, Fig. 1), muestreo
sistemático y análisis de rocas magmáticas
(Reynaud et al., 1999; Lapierre et al., 2000; Kerr et
al., 2002; Mamberti et al., 2003, 2004), asociado
con radiometría datación (Spikings et al., 2001,
2005, Vallejo et al., 2006) y los estudios
estratigráficos y sedimentológicos (Jaillard et al.,
2004, 2005, 2008; Toro & Jaillard 2005)
permitieron el reconocimiento de varias unidades
tectónicas y el refinamiento de su Cretácico Tardío
y Paleógeno, evolución previa a posterior,
evolución. Se han identificado dos mesetas
oceánicas, cada una cubierta por lavas más
diferenciadas y depósitos volcaniclásticos de
afinidad de arco insular (Figura 1). Los estudios
estratigráficos nos permitieron reconstruir series
estratigráficas para cada terreno y determinar
eventos de acreción en el Campaniano tardío, el
Maastrichtiense tardío y el Paleoceno más reciente.
El objetivo de este trabajo es presentar una visión
general de la naturaleza, edad, estratigrafía y
configuración tectónica de las unidades tectónicas
oceánicas acreidas en Ecuador, describir su
acreción y evolución tectónica del Cretácico
Superior y Paleógeno, y examinar las
implicaciones de estos datos en la geodinámica
evolución del área oriental del Pacífico y la placa
del Caribe.
Terrenos oceánicos
Terreno de San Juan
El terreno de San Juan es la unidad oceánica más
oriental (parte oriental del terreno Pallatanga de
McCourt et al., 1998; Kerr et al., 2002), que se
desarrolla a lo largo de un estrecho cinturón en la
parte occidental del valle interandino, y en el borde
oriental de la Cordillera Occidental (Fig. 1).
Otorgó un isocrono Sm / Nd de 123 + 13 Ma
(Lapierre et al., 2000) y una edad Ar / Ar pobre
integrada de 105 Ma (Mamberti et al., 2004). Estas
fechas pueden reflejar ya sea la edad de la corteza
oceánica, a través de la cual se derramó la meseta,
o la edad de la meseta oceánica. La última
interpretación ha sido preferida hasta ahora
(Mamberti et al., 2004).
Rocas oceánicas. El análisis petrográfico y
geoquímico detallado de las rocas magmáticas de
San Juan ha sido presentado por Mamberti et al.
(2004) A lo largo de la sección de San Juan (20 km
al SO de Quito), comprende principalmente rocas
ultramáficas: peridotitas, acumulados acumulados
y gabros isótropos y en capas. Los gabbros y
peridotitas de la suite de San Juan exhiben
patrones casi planos de elementos de tierras raras
(REE), pero los elementos ligeros de tierras raras
(LREE) se enriquecen levemente en los gabbros y
se reducen ligeramente en las peridotitas. Además,
estos últimos presentan concentraciones muy bajas
(0.07-3 condritas). Sobre la base del patrón REE,
la mineralogía y el ensamblaje litológico de la
sección de San Juan, estas rocas se han
interpretado como formadas en cámaras profundas
de magma de una meseta oceánica (Mamberti et
al., 2004). Los afloramientos aislados a lo largo del
valle interandino de Central (Quillan) y el norte de
Ecuador (Chota, Fig. 1) sugieren que el terreno de
San Juan se extiende hacia el este por debajo del
valle interandino (Samper y Mollex 2001; fig. 2).
Depósitos de Syn-acretion. El terreno de San Juan
está tectónicamente asociado con una serie
turbidítica de grano fino a medio de areniscas
líticas y feldespáticas de la edad temprana del
Maastrichtiense (Yunguilla Fm, Bristow y
Hoffstetter 1977, Jaillard et al., 2004, Fig. 2,
derecha), de ambos áreas volcánicas y cristalinas
(Toro y Jaillard 2005). Aunque sus relaciones
geométricas con el terreno de San Juan no son
visibles, estos depósitos se interpretan como
posteriores al acrecimiento del terreno de San Juan
hasta el margen andino, que ocurrió, por lo tanto,
en la época Campaniense tardía (Hughes y
Pilatasig 2002; Kerr et al. 2002, Jaillard et al.
2004, 2008). Este evento tectónico está más
documentado en el margen continental del sur de
Ecuador y el norte de Perú, por la deposición
generalizada de una secuencia ascendente y
decreciente de conglomerados de La edad tardía de
Campania, recubierta discordantemente por las
lutitas marinas transgresoras de la edad temprana
del Maastrichtiense (Taipe et al., 2004; Jaillard et
al., 1999, 2005, Fig. 5). El Yunguilla Fm está
cubierto a su vez discordantemente por una
 Fig. 2. Multi-element diagram (Sun & McDonough 1989) for the San Juan (?) oceanic plateau of the Inter Andean Valley of central
(Quillan) and northern (Chota) Ecuador (from Samper & Mollex 2001). Location shown in Figure 1.

sucesión de pizarras y areniscas micáceas ricas en
cuarzo de edad temprana a mediados del
Paleoceno (Saquisilí Fm, Hughes y otros 1998,
Toro & Jaillard 2005, Fig. 3, derecha).
Terreno de Guaranda
El de Terrane Guaranda (Mamberti et al 2003;.
Parte occidental del Terreno Pallatanga de
McCourt et al 1998;.. Kerr et al 2002) está
separada de la de Terrane San Juan por un fallo
mayor (Pujilí 'Me'lange de Hughes & Pilatasig
2002), y forma la parte oriental de la Cordillera
Occidental (Fig. 1). Aunque no está fechado
directamente, está cubierto por chefs pelágicos que
llevan la radiolaria de Santonés a Maastrichtiense
(Boland et al., 2000), apoyando así una edad del
Cretácico superior, pre Campaniense.

Fig. 3. Stratigraphic successions of the San Juan (right) and Guaranda (left) terranes along the Riobamba–Guaranda section (from
Jaillard et al. 2004). Location shown in Figure 1. Qz, appearance of detrital quartz.
Fig. 4. Rare earth element (left) and multi-element (right) diagrams (Sun & McDonough 1989) for the Calentura Formation of the
Guayaquil area (a), the San Lorenzo island arc of the Manta and Pedernales areas (b), and the Rı´o Cala and Naranjal formations of
northwestern Ecuador (c) (from Reynaud et al. 1999; Pourtier 2001; Mamberti 2001; Samper & Mollex 2001; Vanmelle 2004).

Evolución oceánica. La descripción detallada de
la petrografía y geoquímica del sótano magmático
se puede encontrar en Mamberti et al. (2003).
Además de las hialolasticitas, almohadas
basálticas, doleritas y gabros que son comunes a
todas las unidades de sótanos magmáticos, el
terreno de Guaranda está marcado por la
ocurrencia frecuente de basaltos altos en Mg,
ankaramites (8-17% de MgO) con grandes
fenocristales de clinopiroxeno y picritas (21-27%
de MgO) (Mamberti et al., 2003). Los basaltos
exhiben parcelas REE casi planas, mientras que los
ankaramitas están ligeramente enriquecidos en
LREE, y los picrites están altamente agotados en
LREE. Todas estas rocas se interpretan como
basaltos oceánicos de meseta originados por una
pluma de manto (Kerr et al., 2002; Mamberti et al.,
2003). Las picritas se habrían extraído de una
fuente del manto empobrecido ubicada en la cola
de la pluma caliente, mientras que los ankaramites
y los basaltos ricos en Mg habrían ascendido desde
los bordes menos calientes de la pluma (Mamberti
et al., 2003). Dado que las firmas petrográficas y
geoquímicas son similares a las de la Placa del
Caribe (Kerr y otros 2002; Mamberti et al., 2003),
el terreno Guaranda se interpreta como
perteneciente a la Placa del Caribe y, por lo tanto,
se formó en Turoniano-Coniaciense (c.92-86 Ma,
Sinton et al., 1998), aunque el magmatismo en la
Placa del Caribe duró al menos hasta el
Campaniano (alrededor de 75 Ma, Mauffret y otros
2001). Las rocas suprayacentes difieren en el norte
y centro de Ecuador (Fig. 1). En la Cordillera
Occidental del norte de Ecuador, se cree que las
lavas y volcanismos del arco de la isla Rí o Cala
(Boland et al., 2000, Fig. 4c) se clasifican
lateralmente en depósitos volcaniclásticos
Campaniano-Maastrichtiano (unidad Natividad,
Hughes et al. 1998; Boland et al., 2000; Kerr et al.,
2002).
Algunos almohadones basálticos, asociados con
cheques rojos fechados por radiolarianos Santonios
a Campanianos, sugieren un entorno de cuenca de
retroceso (unidad de La Portada, Kerr et al., 2002).
En el centro de Ecuador, el sótano de la meseta
oceánica está cubierto primero por cherts rojos
asociados con calizas bituminosas negras
Fig. 5. Stratigraphic successions of the Cuenca and Lancones areas (from Jaillard et al. 1999, 2008). Location shown in Figure 1;
caption as in Figure 3.
subordinadas, y luego por cheques negros ricos en
radiolarios de grano fino de la Edad Media de
Campania a Maastrichtiense (Jaillard et al., 2004;
Fig. 3, izquierda). Por lo tanto, el derrame de la
meseta oceánica Guaranda es seguido por el
desarrollo del arco isleño (formaciones Río Cala y
Naranjal, Boland et al., 2000, Fig. 4c) y extensión
local del arco posterior (norte de Ecuador), o por
deposición de especies autóctonas, pelágico silíceo
mudstones sin entrada volcánica significativa
(centro y sur de Ecuador).
Depósitos de Syn-acretion. En el centro de
Ecuador, los últimos cristales oceánicos del
Cretácico están recubiertos discordantemente por
las areniscas de cuarzo micáceas de la edad del
Paleoceno inicial y medio (Saquisilı 'Fm, Hughes
et al., 1998). La llegada abrupta y masiva de
cuarzo detrítico en una sucesión oceánica se
interpreta como debido a la acumulación del
terreno de Guaranda, que se produjo en el
Maastrichtiense medio a tardío (Jaillard et al.,
2004). La sucesión del Paleoceno sigue con
conglomerados de engrosamiento ascendente
adscritos al Paleoceno Tardío (Gallo Rumi Mb),
depositados en deltas de abanicos poco profundos
en el Ventiladores turbidíticos orientales o más
profundos en el oeste (Toro 2006). Termina con
lutitas de grano fino y areniscas de la última edad
del Paleoceno o Eoceno temprano (Fig. 3,
izquierda). Esta serie está recubierta
discordantemente por litharenitas transgresoras, de
plataforma poco profunda a ambiente turbidítico,
fechadas como Eoceno medio (Apagua Fm,
Eguérez 1986, Santos y Ramírez 1986). En la
Cordillera Occidental del norte de Ecuador, la
acumulación de la unidad ígnea de Saturno es
posterior a una discordancia aguda en la base de
conglomerados gruesos de edad Eocena, o por
debajo de calizas transgresivas y areniscas de
probable edad del Eoceno Medio (Boland et al.,
2000). Se supone que la edad de acreción es la
misma que en el centro de Ecuador. Más al sur, en
el margen continental del norte de Perú y el sur de
Ecuador, este evento tectónico se registra por una
disconformidad entre las lutitas y areniscas
marinas del Maastrichtiano temprano y medio, y
las areniscas del Paleoceno (Fig. 3), asociadas con
un hiato bien marcado (Taipe et al. al. 2004;
Jaillard et al., 1999, 2005, 2008).
Terreno de Piñón
En este trabajo, consideraremos que todos los
afloramientos magmáticos ubicados en la zona
costera:
(Guayaquil, las áreas de Manta, Pedernales y
Esmeraldas, Fig. 1) que no son lavas de arco de
isla, pertenecen a la Formación Piñón. También
atribuimos la parte occidental de la Cordillera
Occidental del norte de Ecuador (parte de la
unidad Naranjal de Boland et al., 2000, la meseta
Naranjal de Kefr y otros 2002) a la Formación
Piñón.
Evolución oceánica El sótano Piñón se atribuyó
clásicamente al Cretácico Inferior (Goossens &
Rose 1973; Jaillard et al., 1995a). Recientemente
se ha fechado al oeste de Guayaquil, donde los
sedimentos interfolulares produjeron radiolarios y
foraminíferos coniacian-Campanianos (Vanmelle
et al., 200 8, Fig. 7, derecha). La Formación Piñón
consiste principalmente en basaltos, almohadas
basálticas, doleritas y pequeñas intrusiones
gabbroic. Los basaltos suelen estar marcados por
bajos contenidos de Si (50 %) y Al2O3 (13.5-
15.8%), valores moderados de MgO (5-9%) y alto
CaO (9-13%) y TiO2 (1-2%). Los diagramas de
elementos de tierras raras muestran un patrón
plano, con un ligero agotamiento en la luz REE,
típica de los basaltos de la Meseta Oceánica
(Reynaud et al., 1999; Pourtier 2001, Fig. 6). Los
diagramas de elementos múltiples muestran
agotamiento en elementos de alta intensidad de
campo (HFS) (área de Guayaquil) o en elementos
grandes de litófilos iónicos (LILE) (Manta y
Pedernales) áreas, Fig. 6b, c). Del área de
Pedernales, Mamberti (2001) describió una picrita
rica en Mg (21.2%), empobrecida en Al2O3
(10.6%) y TiO2 (0.25%), exhibiendo
espectaculares texturas de olivino apagadas. Esta
roca es geoquímicamente muy similar a Gorgona
picrites (fuerte agotamiento en LREE, muy bajo
contenido de Nb y Ta), lo que apoya la idea de que
algunos de los terrenos de Colombia y Ecuador
pertenecen a la misma meseta oceánica. Cerca de
Guayaquil, el sótano de Piñón está cubierto por
una serie de brechas andesíticas, tobas y lavas
basálticas de 30-200 m de espesor (Las Orquídeas
Mb, Reynaud et al., 1999, Fig. 4a). Aunque su
firma geoquímica es la de un arco isleño primitivo,
tal configuración geodinámica es poco probable
por dos razones principales. Por un lado, es difícil
imaginar que el magmatismo relacionado con la
subducción siguiera inmediatamente a la
formación del Piñón. meseta oceánica, ya que 1 o
2 Ma son necesarios antes de que la losa
descendente alcance el magma profundidad de
generación Por otro lado, dado que los depósitos
superpuestos no muestran ninguna evidencia de
actividad de arco, el magmatismo relacionado con
la subducción habría cesado durante
aproximadamente 10 Ma, antes de reanudarse con
el desarrollo del arco isleño medio Campaniano-
Maastrichtiano (c 80-68). Ma, ver abajo).
Proponemos que Las Orquídeas lavas y breccias
podrían tener un origen comparable al de la lava
tipo arco citada por Haase et al. (2005) en el risco
del Pacífico oriental (Vanmelle et al., 2008). Esta
capa volcánica está cubierta (Calentura Fm, Fig. 7)
 Fig. 6. Rare earth element (left) and multi-element (right) diagrams (Sun & McDonough 1989) for the Pin˜o´n oceanic plateau of
southern (a), central (b) and northern (c) coastal Ecuador (from Ethien 1999; Pourtier 2001; Vanmelle 2004).
Locationpor
primero shown in Figure
calizas 1.
silíceas negras de la edad de
Coniacian, y luego por mudstones silíceos rojos
ricos en radiolarios sin fecha, probablemente
equivalentes a las fangolitas rojas de Santonian-
Campanian del terreno Guaranda del norte de
Ecuador. Estos a su vez están cubiertos por tobas
soldadas y margas de edad Campaniense medio
(parte superior de Calentura Fm), que se clasifican
hacia arriba en un espesor, engrosamiento hacia
arriba serie de turbiditas volcaniclásticas (Cayo
Fm, Fig. 7), la base de cual cedido Medio
Campaniano microfauna (Vanmelle et al., 2008).
Estas tobas de Campania y productos
volcaniclásticos exhiben una afinidad geoquímica
típica de arco insular, más evolucionada que las de
Las Orquídeas Mb (Fig. 4a). Más al oeste, la
gruesa serie volcaniclástica se inclina lateralmente
en almohadas de basalto, andesitas y brechas
volcánicas de arco isleño (San Lorenzo Fm, Lebrat
y otros 1987, Fig. 4b), asociadas con calizas de la
edad media de Campania a Maastrichtiense medio
(Jaillard et al. al., 1995a; Reynaud et al., 1999). En
el norte de Ecuador, la parte occidental de la
Cordillera Occidental exhibe un sótano magmático
con afinidad de meseta oceánica (meseta de
Naranjal, Kerr y otros 2002), cubierta por lavas y
productos volcaniclásticos de afinidad de arco
insular (arco Naranjal, Fig. 4c), que se asocian
estratigráficamente con fangos silíceos silíceos
grisáceos oceánicos pelágicos de edad tardía
Campaniense-Maastrichtiense (Boland et al.,
2000). El arco de Naranjal es correlacionable con
el Fm de San Lorenzo, en el suroeste de Ecuador,
y con el arco de la isla de Ricaurte, en el sur de
Colombia (Spadea y Espinoza, 1996). En el área
de Guayaquil y al oeste del mismo, la
sedimentación oceánica termina con cheques
silíceos negros de grano fino de Maastrichtiense
Fig. 7. Stratigraphic successions of the Pin˜o´n terrane in southwestern Ecuador (from Jaillard et al. 1995a, Vanmelle et al. 2008).
Location shown in Figure 1; caption as in Figure 3. Qz, appearance of detrital quartz.Location shown in Figure 1.

Medio a Paleoceno Tardío (Guayaquil Fm, Jaillard
et al., 1995a, Keller et al., 1997, Fig. 7, derecha).
Depósitos de Syn-acretion. Al suroeste de
Guayaquil, los chefs pelágicos del Paleoceno están
muy deformados (Santa Elena Fm), y
discordantemente cubiertos por una gruesa
(Azúcar Gp, Jaillard et al. 1995a; Fig. 7,
izquierda). Esta discordancia que enfatiza la
llegada del detritismo derivado del continente se
interpreta como sellando la acreción del Piñón
terrane al margen continental. Más al norte
(Manabí Basin, Fig. 1), los depósitos ricos en

Fig. 7. Stratigraphic successions of the Piñón terrane in southwestern Ecuador (from Jaillard et al. 1995a, Vanmelle et al. 2008).
Location shown in Figure 1; caption as in Figure 3. Qz, appearance of detrital quartz.Location shown in Figure 1.

sucesión de turbiditas de alta densidad de cuarzo cuarzo del Paleoceno identificados en los datos
de grano grueso de la última edad del Paleoceno subsuperficiales, y descansando en el sótano
magmático del Cretáceo (Deniaud 2000), se
interpretan de la misma manera. En la Cordillera
occidental del norte de Ecuador, se considera que
los cherts que se elevan hacia las areniscas
macizas de la edad del Paleoceno tardío (La
Cubera Fm, Boland et al., 2000) anuncian la
Eoceneaccreción (Kerretal.2002). Proponemos que
esta sucesión refleje la acreción del Piñón en el
terreno en el Paleoceno tardío, como para todo el
terreno costero. En el terreno de Guaranda, el
evento de acreción del Paleoceno Tardío está
marcado por una secuencia ascendente engrosada
de turbiditas de alta densidad (Gallo Rumi Mb,
Jaillard et al., 2004). Al oeste de Guayaquil, el Azu
'car Gp está a su vez plegado y discordantemente
cubierto por una secuencia sedimentaria clásica de
anteojos del Eoceno Medio. Este último
comprende desde la base hasta la parte superior
(Fig. 7): calizas diacrónicas estantes transgresoras
de la última era del Eoceno Inferior al Eoceno
Medio Temprano, areniscas y turbiditas, margas de
estantes exteriores de la edad del Eoceno Medio y
areniscas líticas gruesas del Eoceno medio tardío
(Bartoniano) hasta la edad Eoceno tardío
(Whittaker 1988, Jaillard et al., 1995a).
Arco de la isla Macuchi
El terreno de Macuchi constituye el lado
occidental de la Cordillera Occidental del Ecuador
central (McCourt et al., 1998; Kerr et al., 2002;
Fig. 1). Aunque clásicamente se adscribió al
Eoceno (Eguéez, 1986; Henderson, 1981), podría
ser más antiguo (McCourt y otros 1998, Kerr y
otros, 2002). El terreno de Macuchi sigue siendo
una unidad poco conocida de la Cordillera
Occidental de Ecuador.
Evolución oceánica. Esta unidad consiste
principalmente de depósitos volcaniclásticos
(greywackes, limolitas líticas, brechas volcánicas
que contienen clastos, cherts, etc.) con
intercalaciones de almohadas basálticas, andesitas,
hialolasticitas y tobas, e intrusiones de doleritas y
andesitas (Egu ¨ez 1986; Kerr et al. 2002). La
mayoría de las muestras muestran firmas
geoquímicas de un arco insular, con anomalías
negativas típicas de Nb, Ta y Ti (Kehrer y Van Der
Kaaden 1979, Kerr y otros 2002, Chiaradia y
Fontbote '2002, Fig. 8). Algunas muestras ricas en
Mg pueden interpretarse como productos de arco
primitivo (Kerr et al., 2002) o como lavas de
cuenca de arco posterior (Hughes et al., 1998). Las
muestras con 'Afinidades MORB' mencionadas por
Lebrat et al. (1987) de la parte occidental del arco
de Macuchi corresponden probablemente a las
rocas de las mesetas oceánicas de Guaranda y / o
San Juan.
Depósitos de Syn-acretion. El conjunto magmático
de Macuchi está asociado a una secuencia
sedimentaria de antearco de Eoceno Medio a
Tardío, que comprende desde la base hasta la parte
superior: calizas transgresoras (unidad Unacota),
litharenitas turbidíticas (Apagua Fm) y
conglomerados de abanico delta (Rumi Cruz Mb;
Egu ¨ ez 1986; Hughes et al., 1998; Toro 2006).
Aunque el contacto entre estos sedimentos y el
arco de Macuchi a menudo se tectonizan,
consideramos que los primeros son la cobertura
estratigráfica de este último. Se conoce una
secuencia similar en las partes central y norte de la
Cordillera Occidental y en toda el área costera
(Fig. 9). Por lo tanto, los terrenos de Pin ~ o'n,
Naranjal, Macuchi y Guaranda experimentaron
una evolución similar en el Eoceno Medio (Santos
et al., 1986), lo que indica que las acumulaciones
en Ecuador se lograron en tiempos del Eoceno
Medio. Por lo tanto, es poco probable una edad del
Eoceno para el arco isleño de Macuchi. Las rocas
de arco volcánico de Macuchi están cubiertas por
una secuencia sedimentaria de antearco de la edad
del Eoceno medio, y arrojó una última edad del FT
cretáceo (68 + 11 Ma, Spikings et al., 2005). Son,
por lo tanto, de la edad anterior al Eoceno Medio,
probablemente del Cretácico Tardío al Paleoceno.
Además, las lavas de Macuchi contienen xenolitos
de silicio rojo silíceo similares a los depositados en
el Santonian-Campanian en los terrenos de
Guaranda y Pin ~ o '. Esto indica, por un lado, que
el arco de la isla Macuchi es más joven que
Temprano Campaniano, y por otro lado, que se
superpone a una serie comparable a la de la meseta
oceánica del Cretácico superior de Ecuador. Esta
última interpretación está respaldada por las
composiciones isotópicas principales de las lavas
arco iris de la isla Macuchi, que sugieren
 Fig. 9. Distribution of Middle Eocene, transgressive shelf limestones on the accreted terranes (adapted from Santoset al. 1986).

contaminación por un sótano rico en Pb,
posiblemente la meseta oceánica del Caribe
(Chiaradia & Fontbote '2002; Chiaradia et al.,
2004). Debido a que se produjeron cambios
importantes en la sedimentación
(disconformidades regionales, aparición abrupta de
partículas gruesas y componentes líticos en la
entrada del atrio) en la transición del Eoceno
Medio a Tardío, el terreno Macuchi se ha
interpretado como acrecido en ese momento
(Eguéz 1986; Bourgois et al., 1990; Hughes Y
Pilatasig 2002). Sin embargo, el hecho de que las
facies transgresivas del Eoceno Medio sean
comunes a todos los fragmentos de la meseta
oceánica acrecida del Cretácico Superior (Santos
et al., 1986, Fig. 9), indica que las acreciones se
lograron en tiempos del Eoceno Medio. Además,
el terreno de Macuchi se encuentra entre terrenos
acrecidos en el Maastrichtiense Tardío al este y en
el Paleoceno superior al oeste. Como
consecuencia, a menos que el terreno occidental
del Pin~o'n migre cientos de kilómetros hacia el
norte desde el Eoceno, el terreno de Macuchi fue
necesariamente acrecido antes del último
Paleoceno. Nótese que esto implicaría que su
evolución oceánica había cesado en ese momento,
soportando el arco de la isla de Macuchi durante el
lapsoceno tardío. Por lo tanto, proponemos que el
arco isleño de Macuchi es de edad entre el
Cretácico tardío y el Paleoceno, sobrepasa la
meseta oceánica del Cretácico superior y se ha
acrecido en el Paleoceno superior. En esta
interpretación, el arco isleño de Macuchi no es un
terreno distinto e individualizado. Sería coetáneo
con, y representaría una extensión hacia el norte
del arco Sacapalca Maastrichtiano-Paleoceno del
sur del Ecuador (Jaillard et al., 1996; Hungerbu
¨hler et al., 2002; Figs. 1 y 5).
Implicaciones geodinámicas
Observaciones preliminares
La meseta oceánica del Cretácico superior de
Ecuador se considera generalmente como
perteneciente a la Meseta Oceánica del Caribe
(COP) (Kerr et al., 1996, 2002; Lapierre et al.,
2000). Esta interpretación es, datos geochemical
and radiometric consistent with petrographic, así
como con los nuevos datos estratigráficos
(Luzieux et al 2006;. Vanmelle et al., 2008). Sin
embargo, la placa del Caribe no está restringida a
la meseta del Caribe, ya que la primera comprende
diferentes conjuntos magmáticos de diferentes
edades (por ejemplo, Donnelly et al., 1990a;
Mauffret et al., 2001) y exhibe una estructura
cortical altamente variable (Mauffret y Leroy
1997). Por otra parte, la naturaleza, la edad y la
estructura de la Placa del Caribe se conoce
principalmente por medio de estudios de campo de
sus márgenes altamente tectonizados, y se sabe
poco sobre la estratigrafía y la paleogeografía de la
placa como un todo. Por lo tanto, la evolución de
la meseta oceánica del Cretácico superior acrecida
en Ecuador no refleja necesariamente la evolución
de toda la Placa del Caribe, y no puede
generalizarse a esta última. No se conoce ningún
arco magmático en el margen continental
ecuatoriano-colombiano entre el Jurásico superior
y el Eoceno tardío (c.140-40 Ma; Aspden et al.,
1987; Jaillard et al., 1995b). Esto sugiere que no se
subdujo ninguna placa oceánica debajo del margen
de NNE de los Andes del norte durante el
Cretácico y el Paleoceno. Dos consecuencias
deben ser enfatizadas. Primero, esto implica que la
acreción de los terrenos oceánicos no fue
precedida por la subducción, y por lo tanto, que los
terratenientes oceánicos no fueron separados del
margen andino por amplias cuencas oceánicas.
Segundo, ya que la subducción ocurrió debajo de
los márgenes de Chile y Perú, se puede inferir que
la placa oceánica de Farallo cambió en dirección
norte a NNE durante la mayor parte del Cretácico,
y que el margen ecuatoriano-colombiano actuó
principalmente como un margen de transformación
dextral. Aunque especulativa, la mayoría de las
reconstrucciones tectónicas de placas del
movimiento de placas Farallo'n (Pilger 1984;
Pardo-Casas & Molnar 1987) respaldan esta última
interpretación, ya que suponen que la placa
Farallo'n se desplazó hacia el norte durante la
última época del Cretácico a una velocidad de
entre 5 y 10 cm / año, y progresivamente giró en
sentido horario, hasta cambiar hacia el este.
Finalmente, la mayoría de los terrenos acrecidos
de Ecuador se sometieron a rotaciones en el
sentido de las agujas del reloj después del
Cretácico Superior, cuya cantidad varía de 20 a
1208 (Roperch et al., 1987; Luzieux et al., 2006).
Por lo tanto, la orientación del Cretácico de los
arcos de la isla debe restaurarse mediante una
rotación significativa en sentido antihorario.
Lugar de nacimiento de la COP
El COP es de la edad turoniano-coniaciana
(alrededor de 90 Ma) y está cubierto por un arco
isleño medio Campaniano-Medio Maastrichtiano
(aproximadamente 80-70 Ma), bien desarrollado
en la zona costera (Cayo-San Lorenzo Fms), y en
la Cordillera occidental del norte (Rı'o Cala, arcos
Naranjal). Si aceptamos que las rocas volcánicas
de Las Orquídes no representan el magmatismo
relacionado con la subducción, esto significa que,
entre 90 y 80 Ma, el COP entró en erupción a
través de, y perteneció a, la Farallo'n Oceanic
Plate. El inicio del magmatismo relacionado con la
subducción en el Campaniano medio (alrededor de
80 Ma) implica que, desde entonces, el COP se
separó de la placa Farallo'n por una zona de
subducción y constituyó una placa tectónica
individualizada.
Esto, junto con el hecho de que la COP se
acrecentó por primera vez en el margen
ecuatoriano-colombiano en los tiempos del
Maastrichtiense tardío, implica que la COP nació
en el ámbito del Pacífico. Si aceptamos que la
placa de Farallo se movió hacia el norte antes de
80 Ma, la COP debe haberse formado a 500-1000
km al sur de la latitud de Ecuador, como lo
sugieren los datos paleomagnéticos (Luzieux et al.,
2006). Además, dado que no se registró ningún
magmatismo relacionado con la subducción en el
margen ecuatoriano antes de las acreciones del
Cretácico Superior y del Paleoceno, el COP se
ubicó cerca del margen continental (Fig. 10).
Como consecuencia, es probable que el COP no
haya sido originado por el punto caliente de
Galápagos, ya que este último se ubicó a 2500-
3000 km al oeste de Ecuador en el Cretácico
Superior (por ejemplo, Scotese et al., 1988; Pindell
& Kennan 2001). )
Evolución del Cretácico-Paleoceno superior del
COP y margen ecuatoriano
Entre 90 y 80 Ma, el COP sufrió un cambio de
500-1000 km en una dirección NNW a NE, antes
de estabilizarse mediante la creación de una
subducción zona en su extremo sur (Fig. 10). En
ese momento, la placa Farallo'n (y COP) estaba
limitada al norte por una zona de subducción SW-
ward evidenciada por el Gran Arco de las Antillas
del Cretácico Superior (Pindell et al., 2005). El
último arco volcánico cretácico de San Lorenzo,
hacia el norte, hacia el NE, se inclina hacia el este
en las turbiditas volcaniclásticas del Cayo Fm,
interpretadas como depósitos de backarc. Teniendo
en cuenta las rotaciones posteriores en el sentido
de las agujas del reloj, el arco de la isla y la zona
de subducción asociada se orientaron
originalmente de NO a SE de este a oeste, y muy
probablemente ubicadas en el borde sur del terreno
de Pin ~ o '(Fig. 11). La creación de esta zona de
subducción meridional puede estar relacionada con
la colisión del borde norte del COP con los
bloques continentales centroamericanos (Donnelly
et al., 1990b; Iturralde Vincent 1998; Pindell y
Kennan, 2001), y parece extremadamente coetáneo
con la acumulación de el terreno de San Juan en
Ecuador (Campaniense tardío, c. 75 Ma, Jaillard et
al., 2008). Se asoció con una rotación significativa
en el sentido de las agujas del reloj (Roperch et al.,
1987; Luzieux et al., 2006). La acreción del
terreno de Guaranda ocurrió en el Maastrichtiense
Tardío (c.68 Ma, Fig. 11). Un s para el evento de
acreción Campaniano Tardío, caso tectónica
Maastrichtiano tardío es conocida en todo el área
del Caribe, y es coetánea de la colisión de la COP
en América Central (Maya bloque; Donnelly et al,
1990b) y Cuba (IturraldeVinente 1998). En cuanto
al evento tectónico del Campaniano Tardío, este
evento de acreción parece haber sido seguido por
una reorganización de las zonas de subducción.
Proponemos que la reanudación del magmatismo
de arco en el margen continental del sur de
Ecuador (Arco de Sacapalca, Hungerbu ¨hler et al.,
2002; Figs. 1 y 5) fue coetánea con el desarrollo
del arco isleño Macuchi, en el Pin aún no acrecido.
o el terreno oceánico Naranjal, y refleja una nueva
geometría de subducción. Dado que la acreción se
asoció con la rotación en el sentido de las agujas
del reloj (Roperch et al., 1987; Luzieux et al.,
2006), el nuevo arco del Paleógeno es oblicuo al
arco de la isla del Cretácico (Fig. 11). Esto sugiere
que la subducción, que ya se estaba produciendo
en el norte de Perú, se hizo posible más al norte,
posiblemente debido al desplazamiento hacia el
NE del COP (Pindell et al., 2005). El pin ~ o'n
terrane, último fragmento del COP, se acrecentó al
margen ecuatoriano en el Paleoceno superior (c.58
Ma, Fig. 11). Dos interpretaciones deben ser
discutidas. Primero, parte de la COP todavía estaba
ubicada a 38 lat. S en ese momento, o incluso 58
lat. S (Pe 'cora et al., 1999), y acrecido al margen.
Como se supone que el COP colisionó con la placa
norteamericana en Cuba (c 23 8 lat. N.) en el
 Fig. 10. Proposed evolution of the Late Cretaceous oceanic plateau of Ecuador during Late Cretaceous–Paleocene times. Reconstructed
maps are simplified from Scotese et al. (1988). Geometry and age of the oceanic floor correspond to the 59 Ma map. 90 Ma: formation
of the COP SW of Ecuador; 80 Ma: creation of a subduction zone south of the COP, probably due to collision with Central America,
allowing development of the Campanian–Maastrichtian island arcs; 66 and 59 Ma: ongoing collision/accretion of the COP to northern
South America.

Fig. 11. A possible scenario for successive accretions in Ecuador. Late Campanian (80–75 Ma): collision of the COP with Central
America creates a subduction zone and the related arc south of the COP; accretion of San Juan terrane against the Andean margin. Late
Maastrichtian (68 Ma): accretion of Guaranda terrane, development of a Palaeogene arc. Late Paleocene (58 Ma): accretion of Pin˜o´n
terrane, dextral movements along the sutures. Neogene (c. 30–0 Ma):

Ongoing dextralTardío;
Maastrichtiense movements,
estodevelopment of aque
implicaría Neogene
la arc (notSin
drawn) superimposed
embargo, on former
la presencia de ones.
un arco tan temprano
COP tenía aproximadamente 3000 km de largo. como el Maastrichtiense tardío en el sur y el centro
de Ecuador implica que la subducción ya había
ocurrido debajo del paleoecuatoriano margen, y
por lo tanto, que el COP se desplazó más al norte
(Fig. 11). En una segunda interpretación, el
fragmento COP anteriormente acrecido se ha
dividido en un terreno oriental (Guaranda) y un
terreno occidental (Pino 'n), este último debajo de
la primera; esto implica que el COP se ha dividido
en varias porciones tectónicas, probablemente
limitadas por fallas dextrales NNE a NE (Fig. 11).
Las áreas Guayaquil, Manta-Naranjal y Pedernales
- Esmeraldas pueden representar tales cortes
tectónicos, ya que están separadas por otras
importantes fallas NE (Fig. 1), su sótano
magmático presenta características petrográficas
distintas, sus estilos de deformación difieren y sus
sucesiones estratigráficas son comparables pero
ligeramente diferentes. En nuestra interpretación,
no se produjo acreción en Ecuador durante el
período Eoceno medio a tardío. Las deformaciones
compresionales registradas en ese momento en
Ecuador tienen más probabilidades de estar
relacionadas con la fase incaica, conocida en este
momento en todo el dominio andino (Steinmann
1929; Megard 1984; Jaillard et al., 2000).
Resumen y conclusiones
En Ecuador se pueden identificar tres terrenos
oceánicos principales, que se acumularon entre los
tiempos del Campaniano tardío y del Paleoceno
tardío. (1) El terreno de San Juan está formado por
una meseta oceánica del Cretácico Inferior,
acrecida en el Campaniense tardío (alrededor de 75
Ma). (2) El terreno de Guaranda está formado por
una meseta oceánica de Coniacian (circa 90 Ma),
cubierta por productos de arco isleño Campaniano-
Maastrichtiano o por chefs pelágicos de Santonian-
Maastrichtian, que se acumuló en el
Maastrichtiense tardío (aprox. 68 Ma). (3) El
terreno Pin ~ o 'n-Naranjal también comprende una
meseta oceánica del Cretácico superior cubierta
por suites de arco isleño del Cretácico superior y
acrecida en el Paleoceno superior (c. 58 Ma).
Proponemos que el arco de la isla Macuchi
descansa sobre la meseta oceánica Piñón-'Naranjal,
es de la edad del Maastrichtiense tardío-Paleoceno
tardío, y se acumuló al margen compuesto andino
en el Paleoceno superior. La meseta oceánica del
Ecuador del Cretácico Superior se formó en la
Placa de Farallo, al sur de Ecuador y cerca de la
placa de América del Sur. Se desplazó 500-1000
km hacia el norte antes de separarse de la Farallo'n
Plate por una zona de subducción en el norte del
Campaniano medio. Luego, un fragmento de esta
placa oceánica recién formada colisionó con el
margen ecuatoriano en el Maastrichtiense Tardío,
lo que provocó una reorganización de las zonas de
subducción y el desarrollo de un nuevo sistema de
arco (Sacapalca-Macuchi). Nuevos fragmentos del
COP fueron acrecidos al margen ecuatoriano en el
Paleoceno superior. Este escenario es compatible
con la idea según la cual la meseta oceánica del
Cretácico superior de Ecuador pertenecía a la
Placa del Caribe, siempre que esta placa fuera
bastante grande (aproximadamente 3000 km) y se
dividiera en varios fragmentos durante su historia
de acreción.
Este documento está dedicado a la profesora
Henriette Lapierre, quien murió abruptamente en
enero de 2006, después de haber trabajado en las
rocas magmáticas de Ecuador durante más de 10
años. Estamos en deuda con A. Dhondt, P.
Bengtson, N. Jiménez y J. Suarez por numerosas
determinaciones paleontológicas. La mayoría de
los resultados presentados aquí se obtuvieron
gracias al apoyo financiero del Institut de
Recherche pour le Developpement y el programa
de financiación Dyeti. Gracias a Jorge Ferrer M. y
Berend van Hoorn por sus útiles comentarios.