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Los cimientos de la Escritura

Existen unos aprendizajes básicos que son necesarios para el proceso escritor, que son
los siguientes:

a) Ámbito psicomotor:

1. Lateralización del esquema corporal en el cuerpo y en el espacio


gráfico. La lateralidad es la preferencia que mostramos la mayoría de las
personas por un lado de nuestro cuerpo y hace posible que nos orientemos en el
espacio y el tiempo. Generalmente, hasta los 6 años, la lateralidad no tiene por
qué estar totalmente definida. Antes de aprender a escribir, es importante que el
niño se haya decantado por una mano u otra. Una lateralidad más definida puede
provocar errores ya que sin una buena organización lateral, el niño no sabe si la
escritura tiene que ajustarse a un patrón de ordenamiento diestro o a uno zurdo
(por ejemplo, no saben si “el”/”le” o “se”/”es” significan lo mismo).
2. Motricidad estática: equilibrio postural, independencia segmentaria del brazo,
las manos y los dedos.
3. Motricidad dinámica manual: control y coordinación de los movimientos
ejecutados por el brazo, la mano y los dedos. Direccionalidad de los movimientos
de la mano de izquierda a derecha (o derecha a izquierda, en predominancia
zurda), automatización de los giros rotacionales en la dirección de la escritura de
la mano dominante, control de la presión muscular de los dedos y de la prensión
de manos-dedos.

b) Ámbito perceptivo:

1. Percepción auditiva: discriminación, constancia, integración y memoria


auditivas.
2. Percepción visual: coordinación vasomotora (recorrido de camino y trazado de
líneas, ejecución de bucles), discriminación figura-fondo (figuras, letras y
números), constancia de la forma y memoria visual (recuerdo de figuras, formas,
colores, palabras, números, sílabas y letras).

c) Ámbito de pensamiento lógico:

1. Operaciones lógicas concretas: de conservación, clasificación de


correspondencias (significante oral y significado, significante escrito y
significado, fonema-grafema) y de inclusión (fonema-sílaba, sílaba-palabra,
palabra-oración), seriación (de fonemas, sílabas o palabras), composición (de
sílabas, palabras u oraciones).
2. Estructuración espacial: orientación.
3. Estructuración temporal: estructuración rítmica (manipulativa y gráfica) y
ordenación temporal.
d) Ámbito afectivo-emocional: desarrollo personal (hábitos de autocuidado, autoestima);
adaptación social, especialmente la escolar; equilibrio afectivo-volitivo (deseo de
aprender); adecuación del método de enseñanza.

2. Dificultades en el Aprendizaje de la Escritura

En la etapa de Educación Primaria las dificultades de aprendizaje de la lectoescritura


representan un considerable porcentaje dentro de las dificultades de aprendizaje en
general. El retraso lector o escritor no sólo entorpece el progreso escolar sino que tiene
efectos a largo plazo: afecta en el autestima y el autoconcepto, en sus metas y
aspiraciones. Las dificultades de Aprendizaje de la Escritura se clasifican en:

a) Errores ortográficos (disortografías):

1. Errores en la ortografía natural:

 Sustituciones: de letras similares (a/e, v/u), simétricas (p/q, p/b…).


 Inversiones: de grafemas dentro de una sílaba (anta/nata, crane/carne,
bulsa/blusa); de sílabas en una palabra; de palabras.
 Omisiones de letras.
 Adiciones de letras.
 Unión y/o separación inadecuada de palabras.

2. Errores en la ortografía visual:

 Confusión de fonemas con doble grafía (b/v, y/ll).


 Confusión de fonemas con dos grafías en función de las vocales débiles (/g/, /k/,
/z/, /j/).
 Omisión de la letra “h” por no tener correspondencia fonética.
 Confusiones derivadas de usos fonéticos distintos del normativo (ceceo…).

Presenta distintos niveles de gravedad que oscilan entre leve y grave. El grado leve se
manifiesta por omisión o confusión de artículos, plurales, acentos o faltas de ortografía
debido a desconocimiento o negligencia en las reglas gramaticales. Se considera grave
cuando existen dificultades relacionadas con la correspondencia fonema-grafema y
aparecen errores de omisión, confusión y cambio de letras, sílabas, palabras, adiciones y
sustituciones.
b) Errores gráficos (disgrafías):

Afectan a la forma, al tamaño o al trazado de


letras o números, y a la dificultad de mantenerse en un mismo renglón, guardar
márgenes o esparcir incorrectamente las letras, palabras y renglones.

Como características disgráficas se señalan dos tipos de síntomas relacionados. Los


primeros, denominados signos secundarios globales, comprenden la postura
inadecuada, soporte incorrecto del instrumento (lápiz, bolígrafo, etc.), mala presión del
mismo o velocidad de escritura excesivamente rápida o lenta. Por otra parte, los
síntomas específicos, ponen su atención en elementos del propio grafismo como gran
tamaño de las letras, letras inclinadas, deformes, excesivo espaciado entre letras o muy
apiñadas, enlaces indebidos entre grafemas, letras irreconocibles y, en definitiva, texto
de difícil comprensión.

c) Errores en la composición:

Se refieren a la incapacidad de expresar por escrito y de forma adecuada un


pensamiento, una idea o un sentimiento. Están íntimamente ligados al propio lenguaje
del niño.

3. Aclarando términos: Retraso Lectoescritor, Dislexia y Trastornos de la Escritura.

Se considera el retraso en la adquisición de la lectoescritura como un desfase en su


desarrollo; sería una demora en la adquisición de ciertas habilidades que se requieren
para leer y escribir y no una pérdida, incapacidad o déficit para conseguirlo. Se necesita
un tiempo mayor que el establecido para su edad, pero este retraso que desaparecerá por
sí solo tras la adecuada intervención.

La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectura y de la escritura, de


carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún hándicap
físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del
neurodesarrollo. Según el CIE-10, los disléxicos manifiestan de forma característica
dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para
analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones,
sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de
seguimiento visual y déficit en la comprensión.
Y en los Trastornos de la Escritura, como hemos explicado anteriormente,
encontramos la Disortografía y la Disgrafía, que se diferencian de las anteriores en los
siguientes aspectos:

La Disortografía engloba específicamente el conjunto de errores de escritura que


afectan a la palabra y no a su trazado o grafía. En términos coloquiales, nos
encontraríamos ante un alumno con una caligrafía excelente y dificultades en la
composición. En la Dislexia, por ejemplo, encontraríamos ambas facetas afectadas
(trazado y composición).

Y la Disgrafía es un trastorno de tipo funcional que afecta a la escritura, en lo que se


refiere al trazado o la grafía (ámbito neuro-perceptivo-motor) sin que exista daño motor
grave que pudiera condicionar la calidad de la escritura. No se puede hablar de disgrafía
hasta que no se ha completado el período de aprendizaje. Las causas de la disgrafía más
comunes son dificultades en la eficiencia motora, en el esquema corporal y también
intervienen factores de personalidad.

Para finalizar esta entrada, consideramos que es muy importante conocer algunos signos
de riesgo, con el fin de conseguir una detección precoz (aunque la detección precoz es
muy compleja, ya que el aprendizaje se da en un proceso largo que se inicia en
Educación Infantil y se completa en la Educación Primaria). No obstante, hay que estar
atentos a algunas señales que aparecen en la primera infancia, como son el retraso en le
habla, el retraso psicomotor, dibujo pobre, poca motivación para el trabajo, dificultades
de atención…

Como recomendaciones finales, siempre valora más su esfuerzo que su rendimiento;


reconoce sus éxitos y reforzarás su confianza; evita comparaciones, ni con hermanos ni
compañeros. Nunca ridiculizarles por sus errores. Acércate a sus gustos, comparte sus
libros, se creativo…

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