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Equipo Técnico
CEPES-CONVEAGRO
Enero 2010
La Ley Nº 29482
El 19 de diciembre del 2009, se publicó en el Diario Oficial El Peruano la Ley Nº 29482 – Ley
de Promoción para el desarrollo de actividades productivas en zonas altoandinas.
Para ello, en el Artículo 2 se establecen los alcances de la presente Ley: “las personas naturales,
micro y pequeñas empresas, cooperativas, empresas comunales y multicomunales que tengan su
domicilio fiscal, centro de operaciones y centro de producción en las zonas geográficas andinas
ubicadas a partir de los 2,500 msnm y las empresas en general que cumpliendo con los
requisitos de localización antes señalados, se instalen a partir de los 3,200 msnm y se dediquen
a alguna de las siguientes actividades: piscicultura, acuicultura, procesamiento de carnes en
general, plantaciones forestales con fines comerciales o industriales, producción láctea, crianza
y explotación de fibra de camélidos sudamericanos y lana de bovinos, agroindustria, artesanía y
textiles. Están excluidas de los alcances de esta Ley las capitales de departamento”.
Las personas naturales o jurídicas comprendidas en los alcances de la presente Ley gozan de las
exoneraciones siguientes (ver Artículo 3 de la Ley):
a) Impuesto a la Renta correspondiente a rentas de tercera categoría.
b) Tasas Arancelarias a las importaciones de bienes de capital con fines de uso productivo.
c) Impuesto General a las Ventas a las importaciones de bienes de capital con fines de uso
productivo.
Asimismo, se establece que los bienes de capital adquiridos al amparo del presente artículo no
pueden ser transferidos bajo ningún título, por el plazo de cinco (5) años.
Puntos en contra:
1) El mismo presidente de la República, Dr. Alan García ha reconocido que los ingresos
tributarios en esa zona son nulos, lo que significa que la mayor parte de las personas
naturales y empresas son informales, es decir no pagan ni el impuesto a la renta ni el IGV.
Por tanto, considerando que la fiscalización tributaria en esta zona es inexistente, en otras
palabras, no hay presencia de la SUNAT en este lugar, ¿qué incentivos tendrían las personas
naturales o empresas comprendidas en los alcances de la presente Ley para ser formales?,
recuérdese que la Ley solo exonera del Impuesto a la Renta más no del IGV, impuesto de alta
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2) La Ministra de Economía y Finanzas, Mercedes Araos, reconoce que “es bien difícil que
vaya haber grandes inversiones, porque en esos lugares no hay carreteras todavía, no hay
electricidad, no hay agua, entonces no son las condiciones óptimas para hacer una gran
inversión, son condiciones para inversiones pequeñas…”. Ante tal comentario, la pregunta
inmediata es ¿será suficiente que con la Ley solamente y no con inversiones en carreteras,
electricidad, agua, entre otras condiciones mínimas, se generen pequeñas inversiones? En la
misma línea, ¿por qué pensar que las condiciones óptimas son solo necesarias para la gran
inversión más no para la pequeña? Sin duda, el cumplimiento de las condiciones mínimas es
requisito indispensable para que no solo ingrese sino sobre todo, prospere cualquier tipo de
inversión, sea grande o pequeña.
3) La Ley no utiliza un buen criterio para definir las zonas rurales pobres del país. Para muchos,
delimitar tales zonas en función de su ubicación según niveles de altitud es inexacto, por lo
que genera exclusiones posiblemente importantes. Así, no existe diferencia estadística
significativa entre los niveles de pobreza en zonas con un nivel de 2,400 o 2,500 msnm, por
ejemplo. Por tanto, es necesario redefinir qué zonas son rurales y consideradas pobres, de
manera que se establezcan los alcances de la norma sin exclusión y poca exactitud.
4) Para otros, si bien las exoneraciones por aplicar no ocasionarían una perforación al fisco,
debido a que la recaudación tributaria en esta zona es mínima, el mensaje de crear
exoneraciones no es bueno, más aún en un contexto donde el país recién ha salido de la
recesión con una recaudación debilitada.
5) Ante la ausencia de candados en la Ley, existe el riesgo de beneficiar a grupos para los
cuales no está dirigida la norma. Por ejemplo, una empresa utilizando testaferros podría
declarar su domicilio fiscal sobre los 2,500 msnm y gozar de los beneficios tributarios que se
otorgan. En tal sentido, no solo se trataría de colocar candados para evitar la inclusión de los
“vivazos”, sino también generar mecanismos para controlar o fiscalizar a las personas
naturales y/o empresas que infrinjan la Ley, proceso que sería costoso y poco viable sobre
todo en las zonas donde el Estado no tiene participación a través de ninguna de sus
instituciones.
7) Por otro lado, las exoneraciones de las Tasas Arancelarias a las importaciones de bienes de
capital con fines de uso productivo, así como el Impuesto General a las Ventas a las
importaciones del mismo tipo de bienes, son medidas que permitirían a las empresas, del
ámbito de aplicación de la Ley, adquirir bienes de capital a un costo mucho menor, sin
embargo, es importante preguntarse ¿qué empresas son las que tienen capacidad para
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importar directamente?, así como identificar las condiciones comerciales con que estas
importadoras operan. Lo anterior pone en evidencia un tema crítico en la presente Ley; las
empresas beneficiarias gozarían de las exoneraciones antes mencionadas o ¿quiénes serían
los realmente favorecidos? En tal sentido, resultaría importante determinar los mecanismos
necesarios para que los beneficios que brinda la presente Ley se focalicen en los grupos
objetivos establecidos.
8) En este Gobierno se ha publicado una serie de normas cuyo propósito ha estado focalizado
en generar mecanismos para fomentar la competitividad en las empresas ubicadas en la
sierra, sin embargo, no pareciera existir una interconexión o articulación en gran parte de las
normas que integran el paquete; como muestra de ello, se observa por ejemplo, que las
normas definen diferentes alcances (ver Cuadro Nº 1), además de que si bien el espíritu de la
norma está dirigido a los beneficiarios productores rurales, ello no significa que en la
práctica este grupo sean los beneficiarios, recordemos, por ejemplo, los beneficiarios de la
Ley Nº 29482, son solo aquellos productores ya instalados sobre los 2,500 msnm y que
hacen inversiones por encima de los 3,500 msnm.
Cuadro Nº 1
Puntos a favor:
1) Sin duda, una de las mejores virtudes de la presente Ley ha sido el colocar como tema crítico
de atención en la agenda pública, los graves problemas sociales que aquejan a las zonas
altoandinas y con ello, fomentar la discusión sobre el planteamiento de alternativas concretas
que generen desarrollo en estas zonas.
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2) Esta Ley forma parte de un paquete de normas que, con idéntico propósito, pretenden
generar mecanismos para fomentar la competitividad en las empresas ubicadas en la sierra.
Por tanto, demuestra una seria preocupación política por atender a este sector históricamente
desatendido por el Estado y con grandes brechas sociales expresadas en los altos niveles de
pobreza y desigualdad.
4) La Ley promueve la exoneración del Impuesto a la Renta más no del IGV, por lo que
aquellas empresas incentivadas por la exoneración del primer impuesto mencionado, además
de los otros beneficios que alberga la Ley, dejarán de ser informales y con ello ganarían
todos. Por un lado, las empresas podrían acceder al crédito, tanto público como privado;
mientras que el Estado recaudaría mayores tributos a través del cobro del IGV. Finalmente,
también se beneficiarían los trabajadores porque las empresas estarían permanentemente
monitoreadas por las instituciones laborales públicas a fin de velar por el cumplimiento de
las normas laborales.
Comentarios finales
Tal como se observó en el Cuadro Nº 1, se han creado una serie de normas cuyo espíritu está
dirigido a los beneficiarios productores rurales, sin embargo, en la práctica estos mismos grupos
no necesariamente resultan ser los beneficiarios, debido a diferentes factores (restricciones
económicas, legales, sociales, culturales etc.). Por tanto, determinar la viabilidad, es decir el
cumplimiento de la Ley, así como la efectividad de la misma, resultan ser necesarios para
verificar si las buenas intenciones escritas en el papel se han traducido en acciones prácticas.
Para ello, sistematizar la metodología, así como la definición de las instituciones responsables
para la evaluación de impacto de las normas, son procesos claves que deberían estar definidos
desde la formulación de las Leyes.