Sunteți pe pagina 1din 2

Rethinking urban metabolism: water, space and modern city

Mattew Gandy
2004

El agua es un delineador brutal del poder. Muchas veces fomenta la cohesión o genera
nuevas formas de conflicto político. En este paper, Gandy explora este asunto mirando la
expansión del sistema urbano de agua desde el caos de la ciudad industrial del siglo XIX.
En este periodo, la relación entre agua y espacio urbano puede ser entendido como la
emergencia de lo que él llama “ciudad bacteriológica” definida por características como

1) Nuevas geografías morales y modos de disciplina basados en ideologías de limpieza


2) Un modelo tecnocrático y racional de gestión municipal, dejando de lado las políticas
del laissez-faire
3) Conexión entre infraestructura urbana y derechos ciudadanos

Si bien, muchas ciudades nunca se conformaron con este modelo, los últimos 30 años han
sido fundamentales para moverse de la ciudad bacteriológica hacia una tecnología del
paisaje más polarizada, fragmentada y difusa. En este sentido, esta se caracteriza por:

1) Declive de la inversión en infraestructura urbana


2) Deseo de conocer accionistas, en lugar de las necesidades públicas
3) Marketización de los bienes como el agua
4) Alertas sanitarias
5) Polarización de la calidad del servicio de aprovisionamiento de agua

De acuerdo con lo anterior, estos cambios serán mucho mejor entendidos en base a un
modelo relacional/híbrido que en uno funcional/lineal vinculado a nociones de sistema
metabólico.

La ciudad bacteriológica

La ciudad bacteriológica puede ser entendida como un arreglo tecnológico, social y espacial
que pudo asegurar un grado de cohesión social al mismo tiempo que protege las funciones
políticas y económicas de la ciudad moderna. En 1890, los nuevos avances en la
bacteriología introducen el rol de los gérmenes como protagonistas en el debate de la
sanitización urbana. Como resultado, la transformación física de la ciudad y la introducción
de nuevas tecnologías de purificación se volvieron históricamente inevitables

En este sentido, la introducción de sistemas de agua centralizados en ciudades como Paris


(1802), Londres (1808) y Berlín (1856) estableció una serie de problemas que tardaron
varias décadas en ser resueltos ¿Los desechos humanos debían ir al nuevo sistema de
aguas?

Así, este artículo se divide en dos partes. La primera es una exploración acerca de lo que
podriamos llamar “la ciudad bacteriologica” como un ensamblaje politico, social y tecnico
que desarrollaron
En un repaso de la idea de “metabolismo urbano”, heredada del siglo XIX, la cual concibe al
espacio urbano como un ensamblaje de órganos. Un todo funcional que puede ser
controlado de acuerdo a la racionalización de la voluntad humana

combina una serie de discursos científicos y moralistas sobre la condición urbana

S-ar putea să vă placă și