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ITL “SAN LUCAS” MSP

MATERIA: METODOLOGÍA BÍBLICA


REPORTE DE LECTURA DE: LA METODOLOGÍA DE LOS PADRES (de Innocenzo Gargano)
IMPARTE: P. MOISÉS VIVAR MSP
REDACTÓ: MARTHA MEDINA ZAMORA

La Metodología exegética de los Padres

1. Premisas históricas
a) Los orígenes de la exégesis cristiana
Los Padres desde los más antiguos se vieron obligados a elaborar una metodología
exegética cada vez más refinada para defender la identidad del mensaje cristiano, bien sea frente
a la tradición judía, bien frente a las continuas provocaciones de la cultura helenístico-pagana:
gnosticismo, marcionismo, arrianismo, monofisismo etc. acordes todas ellas sustancialmente en
su intento de reducir el misterio cristiano a una pura y simple intuición filosófica o poco más.
la unidad de los dos Testamentos se convirtió así en el acta de nacimiento de la exégesis cristiana
propiamente dicha.
La defensa de está misma unidad, esta también en el origen de la diversidad de los
métodos, dentro de una visión unitaria sustancial, en la exégesis cristiana antigua.

b) Los Padres del oriente griego.


Debido precisamente a la extrema fecundidad del método origeniano, impuesto por la
necesidad de derrotar en su mismo terreno las fantasías heterodoxas de la exégesis alegórica de
los movimientos gnósticos, se cayó en el peligro de un cierto extremismo alegorizante que
provocó la reacción por parte de la rival Antioquía, gracias a Teodoro de Mopsuestia y a la
necesidad de oponerse a una peligrosa reducción monofisista del misterio cristiano, intentó hacer
del respecto al sentido literal del texto, dentro de la convicción común del doble sentido de las
Escrituras inspiradas.
Los Padres capadocios como Gregorio de Nisa, el primero en madurar conscientemente la
convicción de que había que tener siempre estrechamente unidas entre sí una correcta confesión
de la fe cristiana con una metodología exegética que fuese al mismo tiempo expresión de la
ortodoxia e instrumento puesto escrupulosamente a su servicio; fué también uno de los maestros
del sentido místico o espiritual de las sagradas Escrituras.

c) Los Padres del occidente latino


El occidente latino se sitúa como heredero y seguidor de las intuiciones orientales.
La personalidad de Jerónimo, que experimentó con igual pasión la fascinación y la sospecha ante
el maestro Alejandrino Orígenes se hizo accesible para leer gracias a las versiones del propio
Jerónimo y de Rufino.
La mayor pobreza cultural respecto al Oriente produjo paradójicamente, en Occidente la ventaja
de desarrollar una exégesis bíblica caracterizada por un mayor equilibrio, gracias al trabajo de
Agustín que se convirtió muy pronto en el maestro indiscutible del pensamiento cristiano
occidental, a dar a la producción exegética de los Padres latinos una mayor riqueza y un tono más
sapiencial. Y que, partiendo de la particular exégesis bíblica de Gregorio Magno, alcanzó su cima
en los grandes comentarios de los monjes cistercienses medievales.

d) Un principio común
Todos los Padres compartían la convicción de la presencia de uns segundo significado, más
allá del estrictamente literal, en las Escrituras inspiradas, éste vinculado con la problemática
apologética, teológica o espiritual del hic et nunc histórico-existencial en que los Padres se
encontraban en concreto. De aquí la necesidad de distinguir diacrónica y sincrónicamente, de la
forma más precisa posible, el contexto histórico, teológico y espiritual desde el que se realizaba la
exégesis de un texto bíblico determinado.
Lo que interesaba a los Padres no era el significado del texto tomado en su objetividad, sino
el sentido que poseía un texto determinado para el hoy histórico, teológico o espiritual en que se
leía.
Los Padres relacionaban siempre el segundo significado con la confesión de la fe ortodoxa y
con la común indispensable de amor dentro de la comunidad de la Iglesia, que eran reconocidas
por todos como la conditio sine qua non del descubrimiento mismo de un segundo significado de
las Escrituras inspiradas.
La primera serie de interrogantes puede ilustrarse con el ejemplo de la gran producción
exegética de Orígenes. La segunda, con el trabajo de Eusebio de Cesarea. La tercera, finalmente,
con la obra exegética de Orígenes. La segunda, con el trabajo de Eusebio de Cesarea. La tercera,
finalmente, con la obra exegética de los grandes Padres capadocios, y de Juan Crisóstomo en
particular; a los que debería añadirse, en la tradición latina, al menos Jerónimo, Agustín y
Gregorio Magno, con sus émulos medievales. Conviene recordar que los Padres y escritores
cristianos de otras tradiciones, como la siríaca, la copta, la armena, etc., se movían con métodos
sustancialmente análogos a los que estaban presentes en las más vastas tradiciones griegas y
occidentales.

2. Los Padres entre la tipología y la alegoría

a) El descubrimiento de la exégesis patrística


A mediados del siglo XX hubo una gran discusión entre los especialistas de la exégesis de
los Padres sobre la posibilidad o imposibilidad de reducir el método exegético de los Padres
cristianos a una lectura tipológica de las Escrituras o sí se debería hablar más bien de una lectura
alegórica o espiritual en ellos. Los dos contrincantes fueron dos jesuitas franceses: J. Daniélou y
H. de Lubac.
b) El modelo tipológico
Dando por descontado que una lectura cristiana de la Biblia supone la presencia en ella de
dos significados, se distingue entre el significado literal, identificado con lo que entendió el autor
del texto inspirado, y el significado tipológico, identificado con lo que la lectura del creyente
cristiano descubre en el texto inspirado.
El segundo significado tiene como objeto el misterio de Cristo. Esto significa que los personajes,
sucesos, instituciones del Antiguo Testamento, tienen, además del sentido que les atribuyó el
autor humano, un sentido que les confiere el autor divino.
Desde el momento en que el sentido querido por el autor divino se refiere al Christus totus, es
decir, no solamente al Cristo conocido por la historia, sino también al Cristo experimentado en la
fe, se deduce que el significado tipológico abarca, en una especie de abrazo único, todo el
misterio de Cristo y de la iglesia.
Se intenta reagrupar las diversas aproximaciones de la exégesis tipológica en cinco
grandes modelos.
Dichos modelos se inspiran en:
1) La visión del misterio de Cristo en las circunstancias de su vida terrena: llamado también
modelo mateano, los textos del A.T. se identifican hasta el punto con los hechos de la vida
de Jesús que acababan a veces convirtiéndose en parte integrante del N.T..
2) La visión del misterio de Cristo en los misterios llevados por él a su cumplimiento. Los que
siguen este modelos son llevados a crear una lista de misterios del A.T. cumplidos en el
Nuevo, ej: el arca de Noé y el diluvio, el cordero pascual, la serpiente de bronce, la figura
de David, el signo de Jonás, etc. seguidos se puede construir en realidad una propia y
verdadera teología bíblica que permita proponer el misterio de Cristo sirviéndose
únicamente de categorías bíblicas.
3) La visión de Cristo en sus misterios celebrados por la Iglesia: Este modelos se vuelven a
leer las figuras sacadas del A.T., una vez que se han referido a los misterios realizados en
Jesús de Nazaret, en el contexto de lo que, en la fe, se considera una prolongación de la
acción redentora de Cristo en los sacramentos celebrados por la Iglesia. El contexto más
natural de este tipo de exégesis es el de las llamadas catequesis mistagógicas que
introducen a los fieles en la comprensión más profunda de los gestos y de las palabras que
acompañan a los sacramentos de la iniciación cristiana.
4) La visión de cristo en los misterios realizados por Él en la vida espiritual del cristiano: Parte
del supuesto de que todo cristiano, como miembro del cuerpo místico de Cristo está
llamado a cumplir ea quae desunt passioni Christi, los hechos y los personajes del A.T.
pueden indicar aquellos aspectos del misterio de Cristo que el creyente puede y tiene que
hacer suyos en su camino hacia el cumplimiento del Reino.
5) La visión de Cristo enel misterio de su retorno glorioso: Es el que siguiendo el método ya
presente en el Apocalipsis de Juan, lee las figuras del A.T. como profecías o preanuncios
de lo que habrá de verificarse al final de los tiempos.

c) El modelo alegórico
Este parte del presupuesto de que Jesús de Nazaret no es solamente el objeto de la exégesis
cristiana del A.T., sino también el exegeta que esa misma exégesis puede permitirse: el creyente
puede entrar en los misterios de Cristo, en la medida que se hace discípulos dócil de la
enseñanza exegética de Jesús de Nazaret, hasta el punto de transformarse en Él.
De aquí la posibilidad de un progreso gradual en la comprensión del texto bíblico, ligado a la
adhesión progresiva del exegeta a Cristo y a sus enseñanzas en el camino personal de la fe en Él.
La dimensión vertical de profundización en el sentido, propia de este tipo de aproximación al
texto bíblico, se traduce mejor con el término alegoría.
Dentro de este modelo se propone un esquema que se hizo tradicional y que un autor del siglo
XIII sintetizó en el siguiente dístico:
Littera gesta docet; quid credas, allegoria;
moralis, quid agas; quo tendas, anagogia.
Definido frecuentemente como doctrina exegética de los cuatro sentidos.

1) La dimensión dogmática: que identifica en el misterio de la persona de Cristo la alegoría,


es decir, el otro anunciado o proclamado ( según el sentido etimológico de allegoria,
término compuesto del griego allo y agoreuo) a escondidas, en secreto o misteriosamente,
por la littera del A.T. que expone los hechos.
2) La dimensión moral- o (tropológica de tropos, en griego, que indica modo o modalidad)
que especifica la propuesta de comportamiento manifestada por el texto bíblico, por la
referencia al misterio de la persona de Cristo.
3) La dimensión anagógica (del griego ana-ago ) que indica una proyección hacia arriba que
orientando continuamente al exegeta hacia lo que trasciende la comprensión humana que
es posible tener de cada uno de los textos, relativiza todo lo que se ha captado
convirtiéndolo, al mismo tiempo, en un escalón de acceso a una comprensión
constantemente más alta.
d) Corolarios del método alegórico.
Referido a la última dimensión, la anagógica, para leer en su debido contexto algunos
corolarios del método alegórico que parten de una teorización particular, presente en el libro IV
cap2 de la famosísima obra De Principiis, de Orígenes, vinculando de forma muy estrecha la
visión antropológica griega a una cita paulina (1 Tes. 5,23), que distingue en el compuesto
humano los tres componentes: soma, pysché y pneuma, concluye el sig. silogismo: la EScritura se
ha dado para la salvación del hombre, pero el hombre está compuesto de soma, pyshé y pneuma:
luego la Escritura tiene que poseer necesariamente una propuesta salvífica tripartita, que impone
distinguir en ella tres niveles de significado: el primero relativo al soma, el segundo relativo a la
pyshé y el tercero relativo al pneuma.
Orígenes señalaba que el significado somático de la Escritura tenía que ser adecuado para los
somatikoi ( latín, carnales); al significado psíquico podían acceder los >Psychikoi ( en latín ,
pyshici), mientras que el significado pneumático era patrimonio exclusivo de los pneumatikoi ( en
latín, spirituales). Podía aplicarse tanto a las diversas edades de cada individuo, en su crecimiento
o anagogé (literalmente subida) hacia la realización plena de su ser humano, estableciendo una
distinción de sentidos bíblicos que, refiriéndose a la teoría de las tres etapas fundamentales ,
proponía a los llamados principiantes el significado somático; admitía a los proficientes al
significado psíquico; y reservaba para los perfectos el significado pneumático. Se tuvo así una
visión tripartita de los significados del texto bíblico que, a través de J Casiano.
DEntro de este esquema tripartito el mismo Orígenes, seguido también en esto por otros Padres
griegos y latinos, propuso dos especificaciones ulteriores:
a) Una de ellas se refería a la historia, que permitía atribuir el significado somático (
identificado con el sensus littteralis) al pueblo hebreo que había vivido en la fase histórica
anterior a Cristo; el significado psíquico- que es este caso, sin embargo, es llamado
pneumatikós ( spiritualis o moralis en latín) a la comunidad del Nuevo Testamento o
Iglesia; y el significado pneumático ( llamado ahora también mystikos/mysticus), a la
realidad escatológica del Reino futuro.
b) La otra se refería al misterio global de Cristo caput et membra, que permitía referir el
sentido somático (corporeus/litteralis/materialis) al significado que poseía el texto bíblico en
su sentido obvio (en griego se le definía muchas veces como procheiros); el sentido
psíquico que en este caso preferían llamar alegórico ( pero también a veces pneumatikós o
spiritualis), al misterio global de Cristo/Iglesia: el sentido pneumático, que también en este
caso preferían llamar mystikós/mysticus, a cada uno de los bautizados como miembro del
mismo cuerpo de Cristo/Iglesia.

3. El método de la lectio divina

a) El exegeta en la exégesis.
Hoy se tiende a integrar los dos modelos que hemos indicado con un tercer modelo
llamado habitualmente de la lectio divina. Un método bastante presente en el periodo patrístico,
sobre todo en los ambientes más propiamente monásticos.

BIBLIOGRAFÍA: YOFRE Simian, La metodología de los Padres ( de Innocenzo Gargano)

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