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El malestar en la cultura, no podemos negar que este título de la obra de Freud, es

totalmente llamativo, puesto que la primera duda que surge es a que malestar se refiere, el
malestar en la cultura es la obra con más carácter filosófico de Freud.
Primeramente al comenzar la lectura nos encontramos con el concepto de yo, es lo único
que nos puede dar un sensación eterna que está escondida en nuestra mismidad. Este yo
sabe que es un yo, tiene un sentido yoico, cuando yo sé que yo soy yo estoy en una
condición de mismicidad, el constructo del yo que sale del yo es nuestra mismicidad. Todos
tenemos esta idea, y en condiciones normales nada es más seguro que este sentimiento
de mismicidad, Freud lo compara como un sentido oceánico. Este yo se presenta como
algo independiente unitario y demarcado frente a lo demás. Pero este ello que es lo otro,
nos propone una apariencia de este yo, por lo tanto este yo ya no es tan pleno ni se
vislumbra fácilmente, si no que esta apariencia nos proporciona una imagen de nosotros
mismo es un engaño, una ilusión que tiene consigo la plenitud, pero la esencia de este yo
es precario y fragmentado. Freud le da una interpretación distinta a la concepción de la
esencia y la apariencia es algo distinto a lo que veníamos viendo con los distintos autores,
ya no es algo que esta fuera de mí, sino que es simplemente percepciones que yo tengo
de mí mismo. El yo ya no es algo que se tenga que descubrirme por medio del ejercicio de
la razón sino que simplemente es esta percepción de nuestra apariencia. Por lo tanto lo que
nosotros somos son apariencia. Este yo se constituye sin límites precisos de allí esta
sensación oceánico que describíamos anteriormente, con una identidad que la constituye
el ellos, que como bien lo define Freud en su psicoanálisis es todo el material inconsciente,
sobre este ello aparece el yo, pero fragmentado por este ello. Los límites del yo es el medio,
el mundo exterior, este yo ha sufrido evoluciones ya que como fuentes de sensaciones
estas poco a poco se van enfrentando con que a este yo se le enfrentan objetos, el yo va a
estar confrontado con lo exterior y es esta confrontación a parecer el displacer, en un afecte
de dolor, poco a poco nuestro propio yo entonces se ve como fuente de dolor.
Para Freud nuestro aparato psíquico va a estar dirigido por pulsiones de eros y tanatos,
Eros es el principio del placer, es el principio de vida, es amor, por el contrario tanatos es
el dolor. El hombre tendera a moverse por estas pulsiones, por la persona tendría una
característica de bivalencia. Cuál es la importancia de esto, pues el yo que veíamos
anteriormente aprende a lo largo del tiempo a dominar esta pulsiones de Eros, lo que
constituye el primer para para el principio de realidad, el cual gracias a que hemos borrado
nuestro principio del deseo, aparece el de realidad para defendernos de los estímulos
desplacientes o amenazas. El hombre no es más que solamente miedo.
“…. ¿que fines y propósitos de vida expresan los hombres en su propia conducta; que
esperan de la vida, que pretenden alcanzar en ella? Es difícil equivocar la respuesta:
aspiran a la felicidad, quieren llegar a ser felices, no quiere dejar de selo. Esta aspiración
tiene dos facetas: un fin positivo y otro negativo; por un lado, evitar el dolor y el displacer;
por el otro, experimentar intensas sensaciones placenteras. En sentido estricto, el termino
felicidad solo se aplica al segundo fin. De acuerdo con esta dualidad del objetivo
perseguido, la actividad humana de despliega en dos sentidos, según trate de alcanzar
prevaleciente o excluyente- uno u otro de aquello fines” ( Freud 1930: 5)
El hombre se moverá para buscar la felicidad, pero nuestras facultades para ser felices
están ya limitadas para nosotros, ya nosotros mismo al exponernos al mundo nos negamos
nuestro principio del placer, nosotros os encontramos reprimidos, limitados por el miedo.
Nuestra concepción de felicidad va a cambiar ya que esta no puede ser realizada, nos
sentiremos feliz con el solo hecho de evitar el sufrimiento. Y de dónde nos dirán que este
sufrimiento emana de nuestro cuerpo, y de las relaciones personales con los otros.
A lo largo de la historia hemos querido evitar el sufrimiento, creamos modelos, métodos,
instituciones para esto mismo, para protegernos de amenazas, para regular nuestras
relaciones personales, por el solo hecho de sentir miedo a nuestros yo primitivo. Por eso el
motivo más importante de sufrimiento es la sociedad. Es a partir de este análisis en donde
aparece la idea de malestar, el malestar tiene que ver con algo que nos molesta, sabemos
que estamos molestos pero no sabemos que es lo que genera esta molestia, el malestar es
un expresión del inconsciente colectivo. El hombre para sentirse seguro se tiene que
amparar bajo de ella, pero esta cultura ano es más que una construcción de represión, a lo
largo de la historia el hombre ha pasado su voluntad su identidad a la cultura, a las
instituciones y a una norma que solamente nos genera molestia.
Esta interpretación del hombre en sociedad es lo que nos llamó la atención, como
estudiantes de psicología Freud es conocido por nosotros por su teoría de psicoanálisis,
pero esta obra traslada toda su teoría para interpretar la cultura, para interpretar este yo
inverso en la sociedad y como está a lo largo de la historia nos ha separado de nuestro yo,
para estar en una realidad que son las reglas impuestas sustituyen a lo que es real que
son nuestros impulsos.
En esta obra hay una concepción freudiana del hombre, que va muy de la mano con la
hermenéutica, Paul Ricoeur dice que la relación entre el psicoanálisis y la hermenéutica
culmina con el malestar de la cultura. Nadie puede negar que la interpretación es la base
para su teoría analítica, interpretar para luego analizar, para llegar al síntoma como decía
Freud.
La hermenéutica va a representar un reacción contra el realismo filosófica imperante
cuestionando así fuertemente al dualismo filosófico, el conocimiento está en la bases de
esta separación entre sujeto y objeto, proponiendo así un conocimiento objetivo. La
hermenéutica nació con la disyuntiva del cambio de matriz en el conocimiento que pasaba
cuando se quiere conocer algo que no es de la naturaleza cuando es un escrito, un texto,
es aquí en donde el sujeto cobra importancia en la acción del conocer. El texto cobra voz
propia, se comunica por lo tanto la hermenéutica es el estudio de la interpretación.
Freud amplia esta hermenéutica, amplia el concepto de interpretación para comprender los
sentidos de los sueños, Freud se relaciona con representaciones de estos, pero no por
esto son mentiras, ni ilusiones, sino que son signos a descifrar. Lo que vemos en el malestar
de la cultura es una interpretación de esta, es una lectura para su comprensión. Por esto
planteamos a Freud dentro del marco teórico hermenéutico.

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