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CASOS QUE

HICIERON
.
DOCTRINA .

EN DERECHO PENAL '

Coordinador:
PABLO
SÁNCHEZ-OSTIZ
GUTIÉRREZ

LA LEY
grupo Wolters Kluwer
49

CASO PAROT(*)

LlOBET ANGLÍ, Mariona


Profesora Ayudante d~ Derecho Penal. Universidad Pompeu Fabra

SUMARIO: .
1. INTRODUCCiÓN
11. LA VALORACiÓN DEL CASO POR PARTE DEL TRIBUNAL SUPREMO

11.1. El mantenimiento de la jurisprudencia en materia de


éonexidad
11.2. La reinterpretación en la forma de computar las redenciones de
penas 'p or el trabajo

11.2.1 . El argumento literal


11 .2.2. Los antecedentes

111. VALORACiÓN DE LA SENTENCIA

111.1. Antecedentes jurisprudenciales


111.2. La aplicación retroactiva del arto 78 CP 95
111.3. ¿Prevaricación?

IV. EVOLUCiÓN POSTERIOR

lV.l. Tribunal Constitucional


IV.2. Aplicación de la doctrina Parot por parte de los Tribunales

C') Sentencia del Tribunal Supremo 197/2006, de 28 de febrero.

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Casos que hicieron doctrina en Derecho penal
49. Caso Paro!

Henri Parot Navarro fue detenido el 4 de abril de 1990, después La Audiencia Nacional, en su Auto de 26 de abril de 200.5, siguió el cri­
de más de diez años de pert€necer a ETA y ejecutar gravísimos delitos terio mantenido por el Ministerio Fiscal y resolvió acumular las condenas
en su seno. Concretamente, cometió su primer hecho delictivo el 3 de en dos bloques. De este modo, resultaron dos penas de 30 años cada una,
enero de 1979 y el último el 2 de abril de 1990, dos días antes de su pese a que, con esta solución, se apartaba de la jurisprudencia consolidada
detención. Por ellos fue condenado en veintiséis sentencias a penas de.1Tribunal Supremo sobre la interpretación de la conexidad exigible para
de prisión que oscilaban entre los 26 y los 30 años(T). la acumulación jurídica de condenas.

En efecto, la Sala Segunda(4) viene manteniendo un criterio muy favorable


l. INTRODUCCiÓN al reo en la interpretación del requisito de la conexidad descrita en el apartado
5.° del art. 17 LECrim, basándose en los principios de humanidad de las pe­
La representación de Henri Parot solicitó la aplicación de la regla 2. a nas y reinserción social. Según esta interpretación, son acumulables todas las
in fine del arto 70 CP 73(2). Según este artículo, los límites máximos de condenas por delitos que no estuviesen ya sentenciados en el momento de la
cumplimiento de condena también eran (y son) aplicables sobre las penas comisión del hecho que ha dado Jugar a la última resolución, con independen­
impuestas en diferentes procesos si los hechos, por su conexión, pudieran cia de que tuviesen analogía o relación entre sí, pues todos ellos podrían haber
haberse enjuiciado en uno solo, lo que daría lugar a una única pena priva­ sido enjuiciados en un solo proceso. Es decir, rige un criterio que podríamos
tiva de libertad de 30 años. Es decir, se solicitó la denominada acumulación denominar de conexidad pr(:>cesal(S), aunque la jurisprudencia utiliza el térmi­
o refundición de condenas en una sola pena(3). no de conexidad temporal(6) o cronológica(7) y en la doctrina se usa la expresión
Sin embargo, trasladada la causa al Ministerio Fiscal, éste evacuó infor­ conexidad mixta(81o causal(9). Ase por ejemplo, si se han cometido dos hechos
me en fecha 6 de abril de 2005 solicitando que la acumulación de conde­ delictivos a lo largo de 40 años, el primero en 1960 y el segundo en 1.999, y su
nas se realizara teniendo en cuenta dos momentos diferenciados entre los autor es detenido y enjuiciado en el 2000 en dos procedimientos distintos, las
que no existía conexión: el pri'mero, desde el año 1979 hasta el 16 de abril penas de ambos delitos impuestas en sentencias diferentes pueden acumularse
de 1982, y el segundo, entre 1984 y la fecha de su detención, en abril de aunque entre ambos hechos exista gran separación temporal.
1990. A su juicio, dicho condenado había realizado actividades distintas y Sin embargo, la Audiencia Nacional reinterpretó dicha conexidad y con­
en comandos diferentes en ambos momentos con un periodo intermedio sideró que el lapso de tiempo en el que Henri Parot actuó dentro de la
sin delinquir, lo que daría lugar a dos penas de prisión de 30 años cada una banda terrorista ETA fue «tan largo que no [podíaJ admitirse que [ex istiera]
a cumplir sucesivamente.

-
(1',
- Exceptuando
- - - la SAN de 12 de noviembre de 1991 que fijó la condena en 8 años y
(4)
Por ejemplo, cfr. la Sentencia de 12 de marzo de 2004 (ponente, Giménez Carcía).
(5 )
medio.
Cfr.M ANZA,\¡ARES SAMA NIEGO, «Apuntes de urgencia sobre la Sentencia del Tribunal Supre­
mo en relación con el denominado caso Parol), LL 2006-2, págs. 1325-1327.
\2) Actual arto 76.2 CP. (6)
Por ejemplo, STS de 13 de noviembre de 2006 (ponente, Delgado Carda) con u Ireriores
(3) Según el arto 988 LECr, ( cuando el culpable de varias lníracciones penales haya sido con­ referencias.
denado en distintos procesos por hechos que pudieron ser objeto de uno solo, conforme (7)
Por ejemplo, ATS de 11 de octubre de 2006 (ponente, Soriano Soriano) con ulteriores
a lo previsto en el art, 17 de esta Ley, el Juez o Tribunal que hubiera dictado la última referencias.
sentencia, de oficio. a instancia del Ministerio Fiscal o del condenado, procederá a fijar (8)
CONDE-PUMPIDO FERREIRO (dir.;, Comentarios a la Ley de Enjuiciamif'nto Criminal y otras
el límite del cumplimi<..:nto de las penas impuestas conforme a la regla 2) del arto 70 del
leyes del proceso penal (jurado, extradición pasiva, habeas corpU5 y ,lsistencia. jurídica
Código Penal ». Por su parte, el arto 17 enumera los delitos que se consideran conexos,
gratuita), vol. 1, Arts. 1 a 258 LEer, Valencia, 2004, págs. 192-193.
refiriéndose en el apartado 5.° a "los diversos delitos que se imputen a una persona al (9)
GlMENO SENORAlCONOE-PUMPIDO T o uRó N/ C ARBER r LLOBREG ,\", Los procesos penales. Comera­
incoarse contra la misma causa por cualquiera de ellos, si tuvieren analogía o relación
rios a la Ley de Enjuiciamiento Criminal cnn {ormu{arios yjurisprudmcia, Tomo 1, Arts. 1
entre sí, a juicio del Tribunal, y no hubiesen sido hasta entonces sentenciados>..
a 99 LECr, Barcelona, 2000, págs. 391-392.

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Casos que hicieron doctrina en Derecho penal 49. Caso Parot

una mínima conexión cronológica entre ambas infracciones» (la primera y Segunda reinterpretó la forma de computar las redenciones de penas por el
la última), al haber transcurrido más de diez años entre ellas, «tiempo que trabajo. Según esta nueva doctrina, cuando tal beneficio sea de aplicación
[superaba] con creces todo criterio de conexidad cronológica que [preten­ sobre una condena limitada en virtud de las normas del concurso real de deli­
diera] establecerse». En cambio, sí existía dicha proximidad temporal entre tos, la redención se computará respecto a cada una de las penas impuestas.
las conductas realizadas desde 1979 hasta 1982 y entre las llevadas a cabo
Así, por ejemplo, si a un sujeto se le condenara a tres penas, una de 30
de 1984 a 1990, dos lapsos de tiempo claramente diferenciados debido a
años, otra de15 y una última de 10, según el art. 70.2 CP 73(1 3), el límite de
que la actividad delictiva se interrumpió después del 16 de 'abril de 1982 y
cumplimiento efectivo sería de 30 años(14), el cual comenzaría a computar­
no se reanudó hasta dos años después, el 21 de noviembre de 1984.
se con la pena más grave, esto es, la de 30. Si sobre esta hubiera redimido
Este Auto fue recurrido por la representación de Henri Parot el 22 de no­ 10 años, la tendría cumplida a los 20 años de estancia en prisión; a conti­
viembre de 2005(1 0), recurso que, a su vez, fue apoyado por el Ministerio nuación pasaría a ejecutar la siguiente pena por el orden de su respectiva
Fiscal. Según este último, siguiendo la jurisprudencia unánime del Tribunal gravedad (es decir, la de 15), de la que podría redimir 5 años, por lo que la
Supremo en materia de conexidad temporal, todas las sentencias que conde­ tendría cumplida a los 10 años. De este modo, ya no podría cumplir más
naron a Parot pudieron ser objeto de enjuiciamiento en un solo proceso, dado penas, puesto que se habría alcanzado el máximo de 30 años (20+ 10).
que ninguno de los hechos delictivos sobre los que versaban tuvo lugar con
posterioridad a que se dictara cualquiera de las sentencias condenatorias. 11.2.1. El argumento literal
11. LA VALORACiÓN DEL CASO POR PARTE DEL TRIBUNAL SUPREMO El argumento literal (15) central utilizado para defender esta nueva inter­
pretación se basó en que el art. 100 CP 73, que regulaba la redención de
11.1. El mantenimiento de la jurisprudencia en materia de conexidad'
penas por el trabajo, hacía alusión a la «pena» impuesta mientras que el art.
En este sentido, el Tribunal Supremo, en su Sentencia de 28 de febrero 70.2. a CP 73 utilizaba el término «condena». A juicio de la Sala Segunda,
de 2006 (ponente, Sánchez Melgar), consideró que « la resolución judicial
dictada por la Audiencia Naciona l no [podía] mantenerse) pues ésta «para
pudo defenderse de este criteri o emergente (en este sentido, cfr. el voto particul ar a la
formar dos bloques distintos de cumplimiento sucesivo » se basaba «en una
Sentencia del «caso Parot»). Por su parte, en la doctrina, indica MANZANARES SAMANIEGO,
desconexión temporal que carece de cualquier fundamento, y que ni tiene LL 2006-2, págs. 1325-1327; del mismo autor, {( Acumulación de penas, individualiza­
anclaje en la ley (. .. ), ni en la jurisprudencia» de la Sala Segunda. ción científica y aplicación de beneficios penitenciarios (con una referencia especial al
"Caso Parot") ), LLP 29 (julio/agosto 2006), pág. 12, que esta resolución es difícilmente
compatible con el art. 24 .1 CE que proscribe la indefensión . En este sentido, a juicio de
11.2. La reinterpretación en la forma de computar las redenciones de CUERDA R1EZU, «(El concurso real y la acumulación de penas en la sentencia del Tribunal
penas por el trabajo Supremo 197/2006, de 28 de febrero, relativa al caso Henri Parot. Observaciones legales
y constitucionales)), en Nuevas posiciones de la dogmática jurídica penal, Madri d, 2006,
No obstante, sin que nadie se lo pídiera(l1 ) y sin dar posibilidad a la parte pág. 290, en dicha Sentencia no hubo reforma río in peius, pero sí indefensión para el re­
recurrente de alegar lo que consíderase conveniente en su defensa(121, la Sala currente ya que no pudo contradecir el novedoso criterio del Tribunal Supremo. También
GARCfA-PABLOS, «(Rel evancia de los cambios de criterio de la doctrina jurisprudencial y los
plenos no juri sdiccionales del Tribunal Supremo», en Nuevas posiciones de la dogmática
jurídica penal, Madrid, 2006, pág. 207, considera que el punto débil de la sentencia
(10) Por apl icación indebida del art. 70.2 CP 73 en relación con los arts. 1 7 ..::1 Y 988 LECr. reside en la afectación del contenido material del derecho de defensa.
(11) Y, además, como indica ZABALA lÓPEZ-GÓMEZ, «La "nueva" refundición o acumulación de (13) Vigente arto 76.1.
condenas: el olvido lamentable del principio de legalidad) , CPC 89 (2006), pág. 148, aun­ (14) O de 40 años según lo dispuesto en el actual art. 76.1 d) CP, desde la reforma operada
que hub iera sido al egada esta cuestión no podría haber sido resuelta por la Sala Segunda. por la LO 7/2003 , de cumplimiento íntegro y efectivo de las penas.
(12) Cuestión que, según se ha puesto de relieve, plantea problemas desde la perspectiva de (15) Sobre otros razonamientos de orden constitucional vid. CUERDA RIEZU, en N uevas posicio·
Id reformatio in peius, con afectacíón al derecho de defensa, puesto que el recum'nk no nes de la dogmática jurídica p ena l, Madrid, 2006, págs. 243 ss.

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49. Caso Parot
Casos que hicieron doctrina en Derecho pena!

no para ca/cular un beneficio penitenciario sobre cada una de las penas


la redacción del arto 100 CP 73 establecía que los reclusos podían redimir
de manera individua/(1S ).
con su trabajo la «pena» que les hubiera sido impuesta mientras que el art.
70.2.a CP 73 se refería a fos años de privación de libertad que resultaban En ambos supuestos, una de las condenas respecto de las que se solicitó
de la aplicación de las normas del concurso real con el término «condena», la acumulación contenía una pena que provenía de la limitación del triple
por lo que no conformaban propiamente una «pena». Por tanto, concluyó de la más grave de las impuestas. Así¡ el caso de la primera Sentencia citada
que la redención por el trabajo sólo puede restarse de la «pena o penas» era el de un sujeto condenado en distintos procesos. En uno de ellos, se le
individualmente impuesta o impuestas, pero no sobre la «condena» final, castigó por cuatro delitos de robo con violencia e intimidación a la pena de
que como máximo era de 30 años hasta 2003 y es de 40 desde entonces(1 6l. 2 años y 4 meses de prisión menor por cada uno(19). De este modo, se aplicó
En otras palabras, y resumidamente, según la Sala Segunda, de las normas el límite penológico según el cual ninguna pena puede ser superior al triple
del concurso real no surge una nueva pena que sea diferente a aquellas de la más grave y la condena final efectivamente impuesta fue de 7 años (2
impuestas anteriormente al reo por todas las infracciones cometidas (sino años y 4 meses multiplicado por 3). Por otro lado, de las demás sentencias
una condena), y que esto conlleva que se tenga que computar la redención dictadas contra el mismo sujeto, la más grave le condenaba a una pena de
sobre cada una de las penas impuestas individualmente(1 7) . 4 años y 2 meses de privación de libertad.

Así las cosas, el órgano de instancia encargado de resolver si procedía o


11.2.2. Los antecedentes no la acumulación de condenas consideró que la pena más grave era la de
La Sentencia que nos ocupa cita gtras dos como ejemplos de esta 7 años, no la de 4 años y 2 meses. Por ello, puesto que el triple de 7 es 2 1,
interpretación: las SSTS de 24 de diciembre de 1999 (ponente, Martín decretaba que la pena real que debía cumplir tal condenado por razón de
Pallín) y de 14 de octubre de 2005 (ponente, Berdugo y Gómez de la To­ la acumulación era de 20 años(20l. No obstante, si se partía de que la pena
rre) . Sin embargo, ambas recurren a la consideración individual de cada más grave era la de 4 años y 2 meses, el triple daba un resultado de 12 años
una de las penas impuestas para conocer cuál de ellas es la más gravosa y medio, lo que era más beneficioso para el condenado.
a la hora de establecer el límite penológico del triple de la más grave y
Y, aquí es donde entra la afirmación de la Sala Segunda según la cual
«de las normas del concurso real no surge una nueva pena». El Tribunal
Supremo sostuvo que, en ese caso, para calcular el triple de la pena más
grave debía partirse de la de 4 años y 2 meses, y no de la de 7 años, puesto
que esta última se había obtenido a partir de multiplicar por tres una pena
También usa argumentos de índole sistemáticos comparando el régimen del concurso de 2 años y 4 meses. Es decir, a su juicio, en la acumulación de condenas
(16)
real con el del concurso ideal , el delito continuado, el indulto, y teleológico: la acumu­
debía valorarse la pena individual impuesta por cada delito (la de 2 años
lación no pretende igualar al autor de un solo delito con el condenado a multitud de
ellos (véanse CUERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática jurídica penal, Madrid, y 4 meses), «sin tener en cuenta, como nueva pena, el límite del triplo de
2006, pág. 248; Y Rros MARTrN, «La libertad condicional. Límites en el concurso rea l de
delitos: especial referencia a la sentencia Parot», en Derecho penitenciario: incidencia de
las nuevas modificaciones, Madrid, 2006, págs. 247-248).
Es crítico con esta i nterpret~ción VIVES ANTÓN, {( Una sentencia discutibl~)), en Diario El
(17) (1 8) En este sentido C UERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática jurídica penal, Ma­
País de 11 de marzo de 2006 (www.elpais.comt paraquien.segúneltextodelart. 70.l1
drid, 2006, pág. 279, afirma que la STS de 24 de diciembre de 1999 (ponente, Martín
CP 73 , (( determinado el cúmulo punitivo, las demás penas impuestas en sentencia ha­
Pallín) mantiene la individualidad de cada pena en el ámbito penal, sin que se mencio·
bían de dejarse extinguir, sin que ningLm otro precepto de aquel Código permitiese vol­
nen las consecuenci as para los beneficios en el ámbito penitenciario.
ver a tomarlas en consideración». Y, en general , véanse las críticas de HERNÁNDEZ CARCrA,
(19) Y, a la pena de 4 meses de arresto mayor por un quinto delito también de robo.
«Método decisional y vinculación al propio precedente. Notas de urgenci a a propósito
(20) En virtud del arto 76.1 CP, ninguna pena puede superar el triple de la más grave, y l·~ta no
de la Sentenc ia del Pleno de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de 20 de febrero
puede sobrepasar Jos 20 años (o, excepcionalmente, 25, 30 ó 40).
de 2006 », JpD 2006 (núm. 55), págs. 5 ss .

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Casos que hicieron doctrina en Derecho penal 49. Caso Parot
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la pena mayor de las impuestas en los supuestos de concurso real» (la de 7 el Tribunal Supremo, tanto al enjuiciar los casos pendientes en ese momen­
años). De este modo, la solución correcta era acumular las penas partiendo to, como en el trámite de revisión de las condenas en curso de ejecución,
de que la más grave de las impuestas era la de 4 años y 2 meses lo que daba partieron de que sobre la pena resultante de la aplicación de las normas
una condena de 12 años y medid2 1) . del concurso real tendría que incidir la redención de penas por el trabajo
para determinar la Ley más beneficiosa(2SJ . Por último, poco antes de este
Obsérvese, pues¡ que en este caso la consideración individual de cada cambio jurisprudencial, no menos de dieciséis penados por terrorismo se
una de las penas impuestas sirvió para beneficiar al condenado -en el ám­ habían beneficiado de la redención de penas por el trabajo calculadas so­
bito penal- y no tenía nada que ver con la aplicación de la redención de bre el máximo de 30 años, según las reglas del CP 73(26).
penas por el trabajo o de otros beneficios -en el ámbito penitenciario-.
Quizás porque el Tribunal Supremo conocía la existencia de estos pre­
Es más, según la STS de 28 de febrero de 2006, sólo existe una resolu-' cedentes, alegó que según el Tribunal Constitucional (Sentencias 42/1993,
ción anterior(221 que considera que el límite de ejecución del art. 70.2. a CP de 8 de febrero; ponente, Gabaldón López, y 71/1998, de 30 de marzo;
73 «opera ya como una pena nueva resultante y autónoma, y a ella deben ponente, Viver-Pi Sunyer), «los cambios jurisprudencia les motivados s·ufi­
referirse los b,eneficios otorgados por la Ley como son la libertad condicio­ cientemente no infringen el derecho a·la igualdad del art. 14 CE». Téngase
nal y la redención de penas». Sin embargo, la Sala Segunda añade que esta en cuenta que este argumento no sería necesario si lo dicho previamente
Sentencia no puede ser invocada como un precedente vinculante, «dado fuese verdad. Es decir, si sólo existía un pronunciamiento que contuviera la
que su fallo no ha sido luego reiterado en la forma prevista por el art. 1.6 doctrina contraria y en virtud del art. 1.6 CC no podía ser invocado como
del Código Civil». precedente vinculante,' no hacía falta poner de relieve que los cambios
de jurisprudencia suficientemente motivados no infringen el derecho a la
111. VALORACiÓN DE LA SENTENCIA igualdad (excusatio non pe tita, acusatio manifesta)(27).
111.1. Antecedentes jurisprudenciales

Ahora bien, esta afirmación formulada por el Tribunal Supremo no es


(25) Vid. el voto particular a la STS «caso Parot;,. También GRANADOS PtREz, Acuerdos del Pleno
del todo cierta(23J. En primer lugar, existen otras sentencias que dicen exac­
de la Sala Penal del TS. para unificación de la Jurisprudencia, Valencia, 2000, pág. 69,
tamente lo mismd241 . Además, y en segundo lugar, con la entrada en vigor pone de relieve que la primera Sentencia del Tribunal Supremo que recoge el criterio
del Código Penal de 1995, todos los órganos judiciales españoles, incluido acogido en el Acuerdo del Pleno de la Sala Segunda de 18 de julio de 1996 es de ese
mismo día. Y, esta resolución, para determinar la norma penal más favorable, exige que
se haga el cálculo de comparación partiendo de que al tope de los 30 años previsto en
el Código Penal de 1973 se le tiene que deducir el tiempo de redención. En este sentido,
(21) Aunque el Tribunal Supremo se equivocó y acumuló las condenas en 7 años porque par­ RIVERA BEIRAS, La cuestión carcelaria: historia, epistemología, derecho y política peniten­
tió de que la condena más grave era de 2 años y 4 meses (parece que alternó los números ciaria, Buenos Aires, 2006, págs. 720 y 721, explica que era doctrina pacífica hasta la
de los años y los meses). resolución del «caso Parot)) que el cálculo para aplicar la redención debía ser el máximo
(22) La STS de 8 de marzo de 1994 (ponente, Martínez-Pereda Rodríguez). de los 30 años. Por último, también los autores que habían escrito sobre esta c.uestión
(23) Como pone de relieve Q UERAlT, (Período de seguridad, cumplimiento íntegro y doctrina consideraban que en los supuestos de concursos de delitos, debía «tomarse como punto
Parot», en MIR PUIG/QUERALT, La seguridad pública ante el Derecho penal, Madrid el al., de partida la pena resultante de los cri terios de acumulación » previstos en los arts. 70
2010, pág. 146, el Tribu nal Supremo se aparta de todos sus precedentes. y 71 CP 73 (vid. TAMARIT SUMALLAlSAPENA GRAU/GARCfA ALBERO, Curso de Derecho Peniten­
(24) C(r., por ejemplo, las SSTS de 15 de septiembre de 2005 y de 14 de octub re de 2005 ciario [Adaptado al Nuevo Reglamento Penitenciario de 1996], Barcelona, 1996, pág.
(ponente, Berdugo y Gómez de la Torre). En este sentido, a juicio de CUERDA RIEZu, en 140 Ypágs. 145- 146, y pág. 192 en la 2. 3 ed. a cargo de TAMARIT SUMALWGARCfA ALBERO!
Nuevas posiciones de la dogmá tica jurfdica penal, Madrid, 2006, pág. 283, es mayori­ RODRfGUEZ PUERTAlSAPENA GRAU).
taria, e incluso unánime, <da doctrina del Tribunal Supremo consistente en considerar (26) También lo pone de relieve el voto particular a la STS {(caso Parot».
(umo una unidad las penas que entran dentro de los límites, a efectos exclu sivamente (27) Según CUERDA RiII, el1 ,'\!uevas posiciones de la dogmática j urídica penal, Madrid, 2006,
penitenciarios , . pág. 250, los argurnentos para descartar las posibles vul neraciones del principio de

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Casos que hicieron doctrina en Derecho penal
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Sin embargo, no parece que la motivación de esta Sentencia sea sufi­ penitenciarios, en concreto, la libertad condicional(32l; por ejemplo, un
ciente para cambiar una línea jurisprudencial consolidadísima(28J: es cierto
condenado a 15 años de prisión por dos penas, una de 10 años y una de 5,
que el arto 100 CP 73 usaba el término «pena» (sobre la cual se redimirán
podría acceder a la libertad condicional a los siete años y medio respecto
los días de trabajo realizados) mientras que el arto 70.2. a del mismo cuerpo a la primera; reingresar en prisión dos años y medio después, al terminar
legal utilizaba el término «condena» para referirse al límite de 30 años, pe­
de cumplir aquélla; y empezar, a continuación, a ejecutar la de 5 años,
ro el Tribunal Supremo no explica la razón por la cual ambos términos no pudiendo acceder, otra vez, a la libertad condicional cuando faltase una
deben interpretarse como sinónimos en el ámbito del tratamiento peniten­ cuarta parte para finalizar esta última. Y, ello, aunque en esos dos años y
ciarid29J• A saber, la normativa penitenciaria(30J presupone constantemente medio hubiera rehecho su vida en libertad. Simplemente absurdo. Además,
que el penado es sometido a un único tratamiento, con independencia de si tal interpretación tampoco es acorde con el canon histórico. Veámoslo.
está condenado a una o varias penas de prisión(31l. De lo contrario podrían
darse problemas prácticos, especialmente en relación con otros beneficios
111.2. La aplicación retroactiva del art. 78 CP 95

Como es sabido, en 1995 se introdujo el art. 78 Cp, posteriormente mo­


dificado por la LO 712003, según el cual:
igualdad son consecuencia del debate de la Sala, a la vista de lo argumentado en el voto
particular formulado por la minoría de los magistrados. «Si a consecuencia de las limitaciones establecidas en el apartado 1 del
(28) En este sentido, GONZÁLEZ FRANCO/RAGurs I VAlL~, «La refundición de penas en el dere­
cho penal vigente (A propósito del caso «( Henri Parot»»), LLP 39 (j unio 2007) (www.
art. 76 la pena a cumplir resultase inferior a la mitad de la suma total de las
laley.nel), ponen de relieve que este pronunciamiento supone «(un importante cambio impuestas, el juez o tribunal sentenciador podrá acordar que los beneficios
de orientación en lo que había sido la jurisprudenc ia tradi ci onal del T(ibunal Supremo » penitenciarios, los permisos de salida, la clasificación en tercer grado y el
y «una evidente falta de coherencia con pronunciamientos anteriores»; y NISTAl BURÓN, cómputo de tiempo para la libertad condicional se refieran a la totalidad de
«La «doctrina Parot». Un mecanismo necesario para corregir el desajuste entre pena las penas impuestas en las sentencias».
impuesta y pena cumplida (A propósito de la sentencia del Tribunal Supremo que aplica
la llamada «doctrina Parot» al interno conocido como «el violador del Vall d'Hebrón »)»¡, Por tanto, si se parte de una interpretación sistemática e histórica entre
LL núm. 7071 , 5 diciembre 2008 (0-354, www.laley.net). afirma que «en las condenas
acumuladas jurídicamente, la j urisprudencia del Tribunal Supremo siempre había man­
ambos cuerpos legales, hay que concluir que sólo desde la entrada en vigor
tenido el criterio c;Je que la pena resultante de la acumulación era una pena nueva y del Código Penal de 1995 pueden computarse los beneficios penitenciarios
autónoma, por tanto, sobre ella deberían operar todos los beneficios penitenciarios» . Y, sobre la suma total de las penas impuestas(33). Bajo la vigencia del Código
en general, es de la misma opinión CUERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática
jurídica penal, Madrid, 2006, pág. 270, cuando afirma que el criterio del Tribunal Supre­
mo no está suficientemente motivado en cuanto a la cuestión fundamental.
(29) Como indica CUERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática jurídica penal, Madrid, (32)·
Ya lo han puesto de relieve MANZANARES SAMANIEGO, LL 2006-2, págs. 1325-1327; y CUERDA
2006, págs. 262-263, «no tendría ningún sentido que el tratamiento para un mismo su­
RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática jurídica penal, Madrid, 2006, pág . 267.
jeto fuera diferente en función de cada pena que le hubiera sido impuesta ), pese a que (33)
El voto particular a la STS ((caso Parot» considera que se está aplicando retroactivamente
los argumentos usados en la Sentencia sean plenamente asumibles.
el arto 78 CP en su redacción a partir de la LO 7/2003. Sin embargo, ya antes de la citada
(30) · Cfr. el art. 59 Reglamento Penitenciario (1981), vigente en el momento de los hechos y
reforma, y desde 1995, dicho precepto hacía referencia a los beneficios penitenciarios.
el actual art. 193.2 Reglamento Penitenciario (1996), que establece: «Cuando el penado
En este mismo sentido, vid. VIVES ANTÓN, «Una sentencia discutible)), en El País de 11
sufra dos o más condenas de privación de libertad, la suma de las mismas será conside­
de marzo de 2006 (www.elpais.com); y RIVERA BEIRAS, La cuestión carcelaria, pág. 720
rada como una sola condena a efectos de aplicación de la libertad condicional ». En este
ss. Por su parte, VARONA MARTfNEZ, uEvolución jurisprudencial en la interpretación de los
punto, SANZ MORÁN, «Refundición de condenas e imputación de beneficios penitencia­
diversos elementos integrantes de los principales tipos delictivos aplicados respecto del
rias·', ROP 2006 (núm . 18), pág. 31, no está de acuerdo con el criterio de la Sala Segunda
terrorismo de HA», en DE LA CUESTAlMuÑAGORRI (dirs.), Aplicación de la normativa an­
según el cual la apelación del RP, frente a lo establecido en el arto 70 CP 73, supone
Uterrorista . ¡Ve 2008, http://www.ivac.ehu.es/p2 78-contentleslcontenidoslinformacion/
quebrantar el principio de jerarquía normativa.
ivckeUibro_onlinelesJ ibro/normatíva. html, pág. 91, pone de relieve que el arto 78 Cp,
(31) CUERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática jurídica penal, Madrid, 2006, págs.
en su redacción dada por la LO 7/2003, sólo puede aplicarse a los hechos que se come­
264-265; y SANZ MoRAN, R(lP 2006 (núm. 18), pág. 31.
tan a partir de la entrada en vigor de dicha Ley. Sin embargo, añade que «los tribunales

904 '::'LA LEY © LA LEY


905
49. Caso Parot
Casos que hicieron doctrina en Derecho penal

Penal de 1973,' la redención de penas por el trabajo tenía que aplicarse largas penas de prisión puedan ver acortada su estancia en prisión median­
sobre la condena efectiva y finalmente impuesta. Por tanto, esta interpreta­ te la aplicación de beneficios penitenciarios.
ción supone una aplicación retroactiva del arto 78 CP 95, lo que infringe la
Es más, la «doctrina Paro!» conlleva un ulterior problema: como se ha
prohibición de retroactividad en perjuicio del red34 ), aunque, claro, se dis­
indicado, a la hora de determinar qué pena era más favorable, si la del
frace bajo la aparición de un nuevo criterio jurisprudencial -sobre el que
5 Código Penal de 1973 o de 1995, se tomaron en consideración la reden­
sí se admite la aplicación retroactiva contraria a reo-(3 l, y se modifique la
ción de penas por el trabajo sobre la suma total de las penas impuestas(38).
forma del cómputo: ciertamente, la «doctrina Parot» no se aplica sobre la
Por tanto, muchos condenados eligieron la vigente en 1973, lo que ahora,
suma total de las penas impuestas (como establece el arto 78), sino sobre
sobrevenidamente, puede haberse convertido en desfavorable(39l . Por tanto,
cada una de las penas, entendidas de forma individual(36'. No obstante, sea
debería Rlantearse la posibilidad de instar una nueva revisión con tal de de­
como fuere, la consecuencia es la misma(37): se impide que condenados a
terminar si la aplicación del CP 95 (40) es más beneficiosa que la del CP 73,
dada la nueva forma de computar la redención de penas por el trabajd 41J •

111.3. ¿Prevaricación?
sí pueden aplicar la denominada doctrina Parot, con efecto similar» . Por tanto, obsérvese
como por vía jurisprudencial se logra la aplicación del contenido de un precepto penal La STC 202/1999, de 28 de octubre (ponente, Cachón Villar) conside­
perjudicial para el reo que no estaba vigente en el momento de los hechos. También ra que un cambio jurisprudencial sólo es legítimo «cuando es razonado,
NISTAL BURÓN, LL núm. 7071, 5 diciembre 2008 (D-354, www.laley.net). pone de relieve razonable y con vocación de futuro, esto es, destinado a ser mantenido
que la solución arbitrada por el Tribunal Supremo en el «caso Parot » se ha equiparado en
sus consecuencias materiales a la aplicación del arto 78 CP. En ambos casos el reo podrá
con cierta continuidad con fundamento en razones jurídicas objetivas que
cumplir la pena máxima prevista legalmente -30 años en el CP de 1973 y/o 40 años en excluyan todo significado de resolución ad personam ». Sin embargo, como
el CP de 1995-. En el mismo sentido, GÓMEZ-EsCOLARMAZUELA, ({Tratamiento penal de la pone de relieve el voto particular a la Sentencia del «caso Paroh, «tal giro
delincuencia hab~tllal grave», LL 16 de enero de 2009, n.o 7094, D-13 (www.laley.net).
interpretativo tiene que ver con la llamativa singularidad del caso concreto,
(34) Son de la misma opinión VIVES ANTóN/ HUna sentencia discutible»), en El País de 11 de
marzo de 2006 (www.elpais.com). quien añade que esta Sentencia representa «una re­ es decir, con el sanguinario historial del recurrente y su cruel autocom­
nuncia singular de la sumisión de los jueces a la ley »; SANZ M ORÁN, RoP 2006 (nCtm. '18), placencia en lo realizado»(42l. Además, hay que indicar la influencia de
pág. 34; Q UERALT, «Período de seguridad, cumplimiento íntegro y doctrina Parot», pág.
148; y RODRfGUEZ YAGÜE, «El modelo penitenciario español frente al terrorismo», LLP 65
(noviembre 2009).

La Sentencia del «caso Parot » alega que la prohibición de retroactividad no afecta a la


(38) Como indica MONTERO H ERNANZ, ((Otros efectos de la "doctrina Parot" », LL 18 de mayo de
(35)
jurisprudencia. Sobre esta cuestión véanse CUERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dog­ 2009, núm. 7176, D - 176 (www.laley.net). en su momento, la Fiscalía General del Estado
mática jurfdica penal, COl, Madrid, 2006, págs. 286-287; y, muy especialmente, SAN se decantó por comparar el Código Penal derogado y el nuevo de forma global, esto es,
'MoRAN, RoP 2006 (núm. 18), págs. 34 ss. Ciertamente, la Sala Segunda considera que «atendiendo al resultado final, y no de forma individua lizada ». Además, el TS declaró en
la prohibición de retroactividad no afecta a sus resoluciones: «el principio de legalidad los Plenos no jurisdiccionales de 18 de julio de 1996 y de 12 de febrero de 1999 que pa­
• (art.25.1 CE) no garantiza la irretroactividad de la jurisprudencia, sino la de las Leyes » ra determinar la ley penal más beneficiosa habían de tenerse en cuenta las redenciones
(SSTS de 11 de mayo de 1994, ponente, Bacigalupo Zapater; y 1 de octubre de 1998; po­ de pena por el trabajo.
nente, Conde-Pumpido Tourón), aunque la doctrina es más crítica [véanse VIVES ANTÓN, (39) GÓMEZ-EsCOLAR M AZUEL A, LL 16 de enero de 2009, núm. 7094, D-13 (www.laley.net); y
~(Una sentencia discutible», en El País de 11 de marzo de 2006 (wW'N.elpais.com); YSANZ FeRNÁNDEZ AR~VALO, SEPIN-Práclica pena/23 (mayo, 2006), pág'. 17.
MORÁN, RoP 2006 (núm. 18), págs. 34 ss] .

(40)" Sobre los problemas de dicha revisión, vid. FE RNÁNDEZ A R~vALo, SEPIN-Práclica penal 23
Es por esta razón que a juicio de CUERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática jud­
(mayo, 2006), págs. 18-19 [así como el debate recogido en la revista SEPIN-Práclica
(36)
dica penal, COl, Madrid, 2006, págs. 287-288, no se da el presupuesto legal de aplicación p enal 23 (mayo 2006), págs. 4-14, en la que participan distintos operadores jurídiCos].
retroactividad e una ley posterior a hechos cometidos antes de su entrada en vigor. (41) Es de esta opinión M ONTERO H ERNANZ, LL 18 de mayo de 2009, núm. 7176, 0-176 (www.
En el mismo sentido, FERNÁNDEZ ARÉVALO, «Máximo de cumpli miento: terminología, natu­ laley.net).
(37)
raleza jurídica y consecuencias de su reinterpretación jurisprudencial ». SEPIN-Práctica (42 ) Y, añ ade: lo «que tampoco es ajeno al comrrensible eco de ambos (actores en los me dios
de comuni cación yen la opinión ».
pena/23 (mayo, 2006), pág. 17.

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906
49. Caso Parot
Casos que hicieron doctrina en Derecho penal

«caso Raposo» plantea muchos problemas(46l y su doctrina no ha vuelto a


los medios de comunicación y de la opinión pública, que no aceptan que
ser aplicada por parte de la Sala Segunda, el «caso Parot» no deja de ser
condenas a cientos de años queden libres a los 20 años(43l.
paradójico en este punto.
Y, es que, en realidad, lo que preocupa al Tribunal es, en sus propias
Además, con este caso se ha puesto de relieve, una vez más(47), que
palabras, que «carecería de cualquier sentido que por el expresado cami­
cuando se trata de combatir el terrorismo o condenar a miembros de ban­
no de la acumulación se convirtiera en una nueva pena única de treinta
das armadas de tal naturaleza se vulneran los principios constitucionales
años un amplio historial delictivo, igualando injustificadamente al autor
básicos que configuran nuestro modelo de Estado y se intentan soluciones
de un solo delito con el condenado a una multitud de ellos, como es el
ad hod481• En definitiva, con tal manera de combatir el terrorismo desde la
caso enjuiciado. En efecto, carecería de cualquier lógica que por tal regla
legitimidad democrática, se cohesionalo que tal sistema dice combatir y se
significase punitivamente lo mismo, cometer un asesinato que doscientos».
niegan en la práctica los principios que dice profesa r 49).
Sin embargo, con este argumento se está poniendo en tela de juicio que
tengan que regir las normas del concurso real de delitos, lo que el juzgador
44l IV. EVOLUCiÓN POSTERIOR
no puede resolver en contra de lo que dispone la Lei •
Afirmado lo anterior, puesto que el nuevo giro jurisprudencial supone IV.1. Tribunal Constitucional
una motivación ad personam, por lo que con el parámetro establecido por En marzo de 2006 Henri Parot presentó recurso de amparo ante el Tribu­
el Tribunal Constitucional es ilegítimo al no fundamentarse en razones ju­ . nal Constitucional, pero, de momento, no ha sido resuelto. Por tanto, habrá
rídicas objetivas, y se aparta de la doctrina consolidada de la propia Sala que esperar para ver que dice el más Alto Tribunal sobre la vulneración de
Segunda, ¿podría considerarse que tal resolución es prevaricadora? Según los principios de igualdad, legalidad e indefensión en este caso.
la STS de 11 de diciembre de 2001 (ponente, Jiménez GarcíaL «caso Rapo­
SO), una resolución puede ser considerada «injusta» e integrar, por tanto,
IV.2. Aplicación de la doctrina Parot por parte de los Tribunales
el tipo objetivo de la prevaricación (art. 446 CP), cuando aquélla se aparta
de la doctrina consolidada de la Sala Segunda y sostiene posiciones que En la práctica, la trascendencia de este fallo se limita a los casos resuel­
no son jurídicamente asumibles(45 l. Aunque ciertamente, la Sentencia del tos con base en el CP 73, puesto que en la actualidad los jueces y tribunales
cuentan con una herramienta legal para tratar estas situaciones, esto es,
el art. 78 cprso), aunque, como se ha indicado, no es exactamente idénti­
CUERDA RIEZU, en Nuevas posiciones de la dogmática jurídica penal, Madrid, 2006, pág.
(43)
252. En general, sobre esta cuestión, vid. LLoBET ANCLf, ( La ficticia realidad modificada
por la Ley de Cumplimiento íntegro y Efectivo de las Penas y sus perversas consecuen­
cias», InOret 1/2007 (www .i ndret.es). págs. 22 ss.
(46) Cfr. la crítica que realiza BENllOCH PETlT, ROPC 11 (2003 ), págs. 310 ss.
En el mismo sentido, REDONDO HERMIDA, ({El cambio jurisprudencial en materi a de reden­
(4 4) (4 7) Como ejemplos recientes pueden cita rse los pronun ci amientos de la AP (Sentencia de
ción de penas. Comentario a la STS de 29 de febrero de 2006 (Caso Parot) ), LLP 27 (ma­
8 de noviembre de 2006; ponente, Echarri Casi ) y del TS (Sentencia de 26 de febrero
yo, 2006), págs. 3-4, considera que la política cr iminal no es un principio hermenéutico
de 2007; ponente, Delgado Carda), en el «caso De Juana» (vid. LlOBET ANCLf, «¿El fin
jurídico-penal, siendo más bien la orientación del legislador -tal y como lo entiende el
justi fica los medios? Comentario a las resoluciones dictadas por la Audiencia Naciona l
Tribunal Supremo en numerosas sentencias-o También SANZ MORAN, ROP 2006 (núm.
y el Tribu nal Supremo en el"caso De Juana Chaos" », AOPCP 60 (2007), págs. 497 ss.) y
18), pág. 43, pone de relieve que la argumentación de la Sal a Segunda en este caso con­
la regulación en materia de ejecución penitenciaria introducida por la LO 7/2003 (vid.
siste en criticar la situación legi slativa existente . Sin embargo, como este autor indica, la
LLOBET ANGll, InOret 1/2007, págs. 1 ss. ).
solución de ello compete al legislador, no al juez.
(4 8) SANZ MoRAN, ROP 2006 (núm. 18), pág. 42.
Cfr. BENLlOCH PETIT, «¿Prevarica el juez que se aparta de la «( doctrina consolidada del

(45 ) (49) SORIANO SORIANO, «El terrori smo y el Tribunal Supremo», en GÓMEZ COLOMERlCONZÁlEZ
Tribunal Supremo »? Comentario crítico a la Sentencia de la Sala Segunda del Tribunal
CUSSAC (coords.), · Terrorismo y proceso p enal acusatorio, Val enc ia, 2006, pág. 180.
Supremo de 11 de diciembre de 2001 (,(caso Santiago Raposo ))))) , ROPC 11 (2003), págs.
(50) GONZÁlEZ FRANco/RAcUB I VAU5, LLP 39 (junio 2007) (www.laley.neO.
308-309.

:~. LA LEY © LA LEY 909


908
Casos que hicieron doctrina en Derecho penal

ca (mientras que la «doctrina Paro!» se aplica sobre cada pena individual


¡"mpuesta, el arto 78 toma en consideración la suma total de la condena).
Además, la redención de penas por el trabajo fue abol ida con la entrada en
vigor del CP 95.

El Fiscal General del Estado ha señalado que esta sentencia puede afec­
tar a 912 internos, de los que 225 pertenecen a bandas armadas(51). Entre
ellos: el. violador del ascensor, el violador de la Val! d'Hebrón o el casq de
"las niñas de Alcáser(Sl l. Por tanto, obsérvese como este es buen ejemplo de
la expansión (por vía jurisprudencial) del denominado «Derecho penal del
enemigo» a otros sectores del ordenamiento jurídico -de modo que la
contaminación de aquél sobre este parece inevitable-(53 l.

Por último, indicar que esta doctrina no es aplicable cuando ya exis­


te licenciamiento definitivdS4l, es decir, sobre resoluciones estableciendo
liquidación de condena ya aprobada(SS). Por tanto, dicha jurisprudencia
podrá apl icarse con efectos retroactivos, siempre que se refiera a causas
pendientes o a liquidaciones de condenas pendientes, no a situaciones
conso Ii dadas(S6).

(51) GÓMEZ-EsCOLAR MAZUELA, LL 16 de enero de 2009, núm. 7094, 0-13 (www.laley.net); y


Rfos MARTrN, en Derecho penitenciario: incidencia de las nuevas modificaciones, Madrid,
2006, pág. 254.
(52 ) Cfr. MONTERO HERNANZ, LL 18 de mayo de 2009, núm . 7176, 0 -176 (www.laley.netl.
(53) Vid. esta discusión en JAKOBslCANClO MHlÁ, Derecho penal del enemigo, 2." ed ., Cizur
Menor, (Navarra), 2006, passim.
(54) Cfr. GÓMEZ-EscoLAR MAZUELA, LL 16 de enero de 2009, núm. 7094, 0-13 (www.laley.
net). Véanse SAP Madrid de 15 de junio de 2006; y Autos AP Barcelona de 27 de julio
de 2007 (LL 87066), Y de 21 de septiembre de 2007 (LL 87066), YAP Madrid de 25 de
enero de 2007, que establecen que la doctrina del «caso Parot)) no es aplicable respecto
a aquellos sujetos a los que se les había aprobado la refundición de condenas mediante
auto firme. Para ello apelan a los princi pios de seguridad jurídica y de irretroactividad de
las normas penales perjudiciales, puesto que consideran que resoluciones de tal natura­
leza constituyen unQ situación jurídica plenamente consolidada .
(55) Rros MARTrN, en Oererho penitenciaría: incidencia de las nuevas modificaciones, Madrid,
2006, pág. 255.
(56) REDONDO HERMIDA, LLP 27 (mayo, 2006), pág. 5. Es por ello que a juicio de GARCrA- PABLOS,
en Nuevas posiciones de la dogmática jurfdica penal, Madrid, 2006, pág. 20 7, no se trata
de un caso de retroactividad proh ibida sino de retroacción permitida.

g" O f) LA LEY

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