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Análisis de caso

Marco teórico:

González, L. (2018). Organización del espacio global en la geopolítica “clásica”: una mirada desde la
geopolítica crítica. Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad. Pp. 221-238.

Nogué, F y J.Vicente. (2001). Geopolítica, identidad y globalización.

Villagrán, H. (2014). Globalización como un agente de cambio en el sistema internacional: una primera
aproximación estratégica. En Gobernabilidad y Seguridad en América Latina. Pp. 24-49.

Para Gonzales, además de establecer la relación existente entre poder-conocimiento-


poder, se inspira en los discursos de Foucault y Derrida a fin de crear un modelo que
cuestiona y busca explicaciones alternativas a la producción del conocimiento
geopolítico moderno y examinar los significados tanto implícitos como explícitos que
se les da a los lugares para justificar la política exterior.

Critica los clásicos de la Geopolítica teniendo en cuenta la geopolítica crítica (que


surge en la escuela sociológica pos estructuralista) como una pluralidad de prácticas
representativas y no como la singularidad que proponen los intelectuales de estado y
los principales actores hegemónicos; este último, planteado por Ó Tuathail y Agnew.
Además, nos plantea los 3 modelos imperialistas mostrándonos como cada uno de
los autores como Maham, Makinder y Haushofer buscaban influir en el poder político
de su país. Pero el eje central está en la crítica de los discursos que vienen a ser un
conjunto de capacidades, incluye recursos sociales y culturales que usan los líderes
en la construcción de significados acerca del mundo.
Por otro lado, Nogué y Vicente dan suma importancia a la multiplicidad de actores, de
su diversidad y su escasa estabilidad, tratando de ofrecer una visión alternativa que
supere las representaciones homogeneizadoras.
Al contrario de Gonzáles, ellos no se basaron en el discurso de Focault sino que
plantean deconstruir la relación focaultiana de las Geografías materiales, los saberes
y las representaciones geográficas con el poder. La práctica de los discursos que se
presentan, se concentran en cómo el mundo va tomando una forma después de la
guerra fría por lo que se utilizan los aspectos interpretativos para entender los sucesos
actuales. Busca dar cuenta que los discursos que los agentes indentificados y también
los académicos tienen para interpretar el mundo y actuar en él. Para ello se requiere
elementos estructurales de la política internacional como es el carácter cultural,
humanitario o ambiental en lo que es básico el análisis e incorporación de cierto
elemento, la religión, en la constitución política de las sociedades.
Nogué y Vicente toman como aspecto de la geopolítica crítica, el abanico de casos a
través de los cuales se identifican las tensiones o los conflictos actuales de los cinco
continentes. Los Autores sostienen que, en el marco de la globalización, el Estado ha
cedido algunos aspectos de su soberanía a otras instancias superiores e inferiores.
Además, acentuados con el proceso de globalización, un aspecto que consideran
constitutivo a las preocupaciones geopolítica, es la variable ambiental que aparece
como una dimensión más de las desigualdades sociales, al generar posibles futuros
conflictos que podrían articularse a partir de las ideas de escases y de la sociedad de
riesgo.
Abarcan también a la “geopolítica del caos”, que consiste en los procesos que carecen
de pilares teóricos explicativos como amenazas nucleares, en las que se busca
nuevas interpretaciones, agentes e imágenes. En esta búsqueda, Nogué y Vicente
recuperan la idea de terra incognita que se llega a asociar con el colonialismo en la
que se refiere a un territorio que aún no ha sido explorado por el hombre. Ahora bien,
existen dos: las que conservan cierta conectividad con el sistema y las que quedan
afuera del flujo de la riqueza y de la información. Lo que demuestra la otra cara de la
globalización, en la que revela cierta opacidad y también indica que las
reconfiguraciones pueden tender a construir un mundo mejor.
En el tercer libro, Villagrán caracteriza a la globalización por impulsar una creciente
interdependencia entre la economía y el ordenamiento político-estratégico mundial
que tendría un efecto inmediato en las capacidades institucionales y organizacionales
de los Estados para dotarse de una estrategia pro-inserción que mejore la posición
relativa de éstos en el continuo centro-periferia. Allí la globalización impone severas
condiciones al accionar de los Estados, forzándolos a adaptarse mediante
transformaciones y modernizaciones que abarcan lo estructural, lo relativo al sector
público tendientes a lograr un clima político interno estable. El incremento de la
posición relativa de algún estado implica asumir riegos y responsabilidades que
respondan a las demandas en el logro de la estabilidad y paz internacional,
capacidades que vienen a estar en directa relación con la profundidad del proceso de
transformación y modernización de la fuerza sobre una base tecnológica con
predominio de la interoperabilidad y lo conjunto.

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